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Aparato Reproductor

En todo el mundo, en muy distintos lugares de trabajo, se


producen y utilizan miles de sustancias químicas peligrosas.
Algunas de ellas pueden tener consecuencias negativas en
la reproducción de los trabajadores y las trabajadoras
expuestas en ellas. También hay distintos agentes físicos y
biológicos (por ejemplo radiaciones y bacterias), utilizados en
muchos lugares de trabajo, que exponen a los trabajadores a
otros peligros para su reproducción.

Asimismo, hay muchas situaciones profesionales (por ejemplo, las labores en que
hay mucha tensión o los turnos laborales) que pueden tener consecuencias negativa
en los aparatos de reproducción de los trabajadores y las trabajadoras.

Muchos trabajadores están expuestos a esos riesgos a diario en el lugar de trabajo.


Trabajar con determinadas sustancias o determinadas situaciones laborales puede
hacer que algunos trabajadores experimentes anormalidades en su salud sexual o
reproducción

¿Cuándo y cómo queda dañado el aparato reproductor?

La exposición a determinadas sustancias peligrosas o condiciones laborales


peligrosas puede influir en la reproducción antes o después de que tenga lugar la
concepción. Algunos riesgos profesionales, en particular determinadas sustancias
químicas y radiaciones, pueden influir gravemente en un embrión en desarrollo o
feto.

También puede haber consecuencias negativas a causa de las exposiciones


posteriores al nacimiento, que influyan en el desarrollo de un niño. Aunque no se
considere que esas consecuencias son riesgos para el aparato reproductor, es
importante saber que los recién nacidos y los niños de corta edad son
especialmente vulnerables a las consecuencias de las sustancias peligrosas que
pueden ser llevados al hogar en la ropa, el calzado, la piel y los cabellos.

La exposición a riesgos profesionales puede provocar alteraciones del instinto


sexual de hombres y mujeres, que pueden inhibir o impedir la fertilización. También
puede dañar los óvulos o el esperma, provocar cambios en el material genético que
transportan los óvulos y el esperma (lo cual puede causar defectos al nacimientos
y cáncer u otras enfermedades de los órganos de reproducción de hombres y
mujeres). Las sustancias que provoca cáncer se denomina carcinógena. La que
provoca alteraciones de los materiales genéticos, mutágena.

Si la exposición tiene lugar durante los primeros 14 a 60 días de un embarazo, los


órganos en desarrollo del feto pueden resultar gravemente dañados. Otros tipos de
efectos puedes deberse a la exposición en fases posteriores del embarazo. La
sustancia que impide el desarrollo normal del feto se denomina teratógeno.

La protección de la reproducción

Para proteger la función reproductora de todos los trabajadores, hay que eliminar,
o por lo menos reducir lo más posible, la exposición a sustancias químicas,
radiaciones, agentes biológicos y situaciones laborales que ocasionen tensión. Hay
que suprimir totalmente o aislar de todos los trabajadores y del entorno laboral las
sustancias mutágenas, teratógenas, y carcinógenas.

Ninguna trabajadora embarazada o fértil debe permanecer en un puesto de trabajo


en el que ella o su hijo no nacido puedan ser expuestos a riesgos porque no haya
otro trabajador disponible para ella.

Los trabajadores y los Comités de Seguridad y Salud Laboral deben esforzarse por
que todos los lugares de trabajo sean lugares en los que se pueda trabajar saludable
y seguramente. Sólo de esta manera los trabajadores podrán estar seguros de que
las exposiciones en el lugar de trabajo no serán perjudiciales para su función
reproductora ni para la salud de sus hijos, tanto nacidos como por nacer.

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