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Legislación:

Parte I

Ingeniería Mecánica
5º Año

2017
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EJE TEMÀTICO Nro 1


EL DERECHO
Temario
El hombre “un ser social”.
Necesidad de normas regulatorias de sus vínculos de convivencia.
Diversos tipos de normas que regulan la conducta del hombre. Fines y sanciones por
su incumplimiento.
La norma jurídica y sus características. Diferencias entre las normas morales y las
normas jurídicas.
El Derecho: Distintas acepciones.
Distintos aspectos del Derecho: Derecho subjetivo y derecho objetivo. Conceptos y
características.
El Derecho positivo; Concepto. Ramas del Derecho. Clasificación de las diversas
ramas del Derecho positivo. Derecho Público y Derecho Privado.
Fuentes del Derecho. Concepto. Diversas fuentes.
La ley. Concepto. Sus dos sentidos. Características. Publicación. No retroactividad.
Efectos con relación al territorio. La costumbre. Concepto e importancia. La
jurisprudencia: Concepto e importancia. La doctrina: concepto e importancia.
Otras posibles fuentes: El derecho natural; le equidad; los principios generales del
derecho.
El Derecho subjetivo; Concepto y características.
Derechos subjetivos patrimoniales y extrapatrimoniales. Relatividad de sus efectos.
Abuso del derecho

Desarrollo
El hombre un ser social, necesidad de normas regulatorias de sus vínculos de
convivencia. Diversos tipos de normas que regulan la conducta del hombre. Fines y
sanciones por su incumplimiento.
El hombre es un ser que no se basta a sí mismo para alcanzar la satisfacción de sus
múltiples necesidades, sean estas materiales o espirituales: necesita de los demás, para ello
le urge vivir en sociedad.
El Hombre, como decía Aristóteles, es un animal social; por ello su forma natural de vida
es en sociedad, y esa forma de vida implica a su vez la existencia de vínculos y relaciones
entre todos sus miembros.
Y la vida de la comunidad no puede estar alejada de ciertas pautas o reglas que enmarquen
la conducta de los individuos, pues de otro modo sería inconcebible dicha convivencia.
Entre las normas que regulan la convivencia, que son producto directo de la vida social,
podemos distinguir tres categorías que la regulan, ellas son: a) Las normas morales; b) Los
usos sociales o normas de buena educación, y c) Las normas jurídicas. El objeto de esta tres
categorías de normas es siempre el mismo, la conducta del hombre. Difieren en su enfoque.
Las normas morales son aquellos principios derivados del Derecho Natural que le indican
al hombre que es lo que está bien, y de esa manera actuar frente a los demás y en sus actos
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privados, y lo que está mal – caso en que le indica abstenerse de efectuar ese
comportamiento. (Ampliamos en puntos posteriores).
Las reglas sociales (o usos sociales).por su parte, rigen sólo aspectos superficiales de la
conducta, que hacen que el hombre sea más o menos agradable frente a los demás ( Ej. El
saludo; normas de urbanidad, reglas de comportamiento en reuniones sociales,etc). Reglas
que si no son cumplidas tienen su propia sanción, cual es el rechazo de los demás hacia
quien ha violado esas normas.
Cabría apuntar unas palabras acerca de las normas de buena educación. Esta categoría se
asemeja a las normas jurídicas en cuanto son bilaterales y heterónomas, pero se diferencian
en cuanto a que no son coercibles. Si una persona no saluda a un conocido, o no cede su
asiento a un anciano, nadie puede obligarlo a hacerlo, si bien obtendrá una sanción que
consistirá en el repudio a la conducta de ―mala educación‖.
Además las normas de buena educación se distinguen de las jurídicas, por el valor que
persiguen. Las primeras tienden a una convivencia más agradable, las segundas a la justicia.
Y las normas jurídicas, contenidas en el Derecho objetivo, que el Estado crea, estableciendo
reglas o pautas a las cuales el hombre, obligatoriamente debe ajustar su conducta, para que
la convivencia entre sus pares sea armoniosa; y que si no son cumplidas merecen una
sanción o pena ejemplificadora. (Se amplía más adelante)
La norma jurídica
Las normas jurídicas son reglas de conducta, creadas por el Estado; de cumplimiento
obligatorio y de carácter general.
Sus características
De la definición apuntada surgen sus especiales características:
1) Reglas de conducta: Indican comportamientos debidos, o aquellos que el hombre debe
evitar u omitir.
2) Creadas por el Estado: Estas normas están fijadas por los correspondientes poderes
del Estado, y a través de los procedimientos establecidos (son sancionadas por el
Poder Legislativo, y promulgadas por el Poder Ejecutivo.
3) De cumplimiento obligatorio: Pues la norma jurídica, para tener efectividad, no otorga
la facultad de optar o no por su cumplimiento, debe, inexorablemente ser cumplida, y
de no ser así establece una sanción para su incumplidor.
4) Con carácter general: Significa que, en principio, la norma debe ser cumplida por
todos por igual. (Todos los que se encuentren en la misma situación deben acatarla).
Ej: Todos los comerciantes deben pagar el I.V.A.
Diferencias entre las normas jurídicas y las normas morales
Podemos señalar las siguientes distinciones entre las normas jurídicas y las morales:
a) Las normas jurídicas son siempre bilaterales: porque regulan la conducta del hombre
en relación con sus semejantes. Es por ello que toda norma jurídica al mismo tiempo
que consagra un derecho o facultad a favor de un sujeto, establece indefectiblemente
una obligación que le es correlativa a cargo de otros sujetos. Así cuando la ley
consagra el derecho a la vida, a la libertad, a la integridad física y moral, a la
propiedad etc, a favor de toda persona, consagra correlativamente el deber de respetar
dichos derechos respecto de las restantes personas componentes de la sociedad.
Cuando la ley fiscal obliga al pago de un impuesto a una persona, correlativamente
faculta al Estado para que cobre ese impuesto.
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Las normas morales son unilaterales: regulan las conductas de las personas en cuanto
tal. Así las normas morales consagran deberes que la persona debe respetar, sin que
dichos deberes sean correlativos a facultades de otras personas. Cuando la moral
prescribe ―no matarás‖; ―no robarás‖, etc establece el deber de acatar dicha
prescripción, pero no otorga ninguna facultad a nadie para que haga respetar esa
norma a su favor.
b) Las normas jurídicas son coercibles: es decir, son susceptibles de ser aplicadas por la
fuerza, en caso que la persona no la acate voluntariamente. En el derecho se da la
paradoja que tiende a la instauración de un régimen de convivencia pacífica entre los
hombres, pero sin proscribir el uso de la fuerza, sino que la organiza y la sistematiza,
determinando quien puede hacer uso de ella, y en qué circunstancias.
Las normas morales son incoercibles: pues su violación no acarrea una sanción
susceptible de ser impuesta por la fuerza. La única sanción que acarrea el
incumplimiento del deber moral, es la que proviene de su propia conciencia.
c) Las normas jurídicas son heterónomas: en el sentido de que para su vigencia efectiva,
no es necesario que la persona acepte la norma como válida, sino que es impuesta por
el poder público, independientemente del juicio de valor que la norma merezca por
parte del obligado a su cumplimiento.
Las normas morales son autónomas: en tanto y en cuanto obligan a la persona, si ésta
previamente las ha aceptado como válidas.
d) Las normas jurídicas tienen por fin la instauración de un orden social justo: es decir
que tienen por fin el bien común, que se funda en la justicia.
La moral tiene por fin el bien individual de la persona, su perfección en cuanto ser.
Hasta aquí hemos referido a la distinción entre normas morales y normas legales ( o
jurídicas), tan sólo resta decir que no obstante las diferencias señaladas, dado que ambas
categorías de normas tienen un mismo objeto, la conducta del hombre, son
interdependientes, de manera que la ley no podría prescribir una conducta que repugne a la
moral.

El Derecho
Distintas acepciones de la palabra “derecho”
Se trata, ahora, de expresar- siguiendo el criterio de Garcìa Maynez- los sentidos que se le
atribuyen a la palabra ―Derecho‖. En esto advertiremos enseguida que, existen
multiplicidad de acepciones, lo que lleva, a su vez, a no pocas complicaciones en la
comprensión de los conceptos:
1- El Derecho como orden justo: La concepción que ve en el Derecho la realización de la
justicia (orden social justo) pone el acento, de manera especial, en el valor que aquél
encierra. Es consecuencia de esta manera de caracterizar al Derecho inferir que todo
ordenamiento que no realice la idea de justicia no es Derecho.
2- El Derecho como sistema normativo: En este punto de vista de lo que se trata es del
sistema de normas, dictadas por la autoridad competente, con arreglo a las formalidades
prescriptas.
3- El Derecho como el efectivamente realizado: Otra concepción pone la mira en la
efectividad del Derecho, de manera que toma en cuenta, sustancialmente, el hecho, la
conducta. Carlos Cossio brinda esta definición para el Derecho: conducta humana en
interferencia intersubjetiva.
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*- Síntesis de criterios: Vimos así, como las distintas concepciones destacan


circunstancias diversas para caracterizar al derecho: El valor (1); la norma (2), y la
conducta (3).
Ciertamente que la conducta humana, para ser aprehendida por el Derecho, debe ser
normada, a través de la norma jurídica. Y, si bien, formalmente, basta para la vigencia de
ésta el haber sido dictada por quien puede hacerlo, y como debe hacerlo (es decir: con
arreglo al debido proceso de formación de la norma), no es dable prescindir del elemento
justicia, valor a cuya realización debe propender el Derecho.
Fines del Derecho
El Derecho, es evidente, satisface determinadas finalidades o valores:
a. Bien común: Se entiende por tal el de todos y el de cada uno, por oposición al ―bien
personal ―o ―individual‖.
b. Justicia: Como veremos, en su acepción jurídico-política se entiende por justicia la
constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo.
c. Seguridad: Podría caracterizársela como ―saber a que atenerse‖. Un importante
principio del Derecho Penal moderno el de reserva (no hay crimen ni pena sin previa ley
penal), consagrado por el art 18 de la Constitución Nacional, significa máxima defensa del
valor seguridad.
Distintos aspectos del Derecho
Derecho subjetivo y Derecho Objetivo
Conceptos y características
La palabra Derecho sirve tanto para designar el ordenamiento jurídico como sistema,
cuanto para aludir a las facultades que competen a los sujetos. Para clarificar el concepto,
pongamos el ejemplo del art 17 de la Constitución Nacional. Esa norma constituye Derecho
Objetivo en cuanto disposición jurídica y, a la vez, consagra un Derecho Subjetivo, al
establecer que ―la propiedad es inviolable‖, etc.
Hallamos, en consecuencia, esta sinonimia:
 derecho objetivo: derecho-norma
 derecho subjetivo: derecho-facultad
Es decir que, derecho objetivo es el conjunto de normas jurídicas. Pero si consideramos la
norma jurídica con relación a la persona (sujeto), surge un enfoque particular al que
denominamos derecho subjetivo.
El Derecho en sentido subjetivo es la facultad de exigir algo (pretensión) o de realizar
determinados actos (creación). No debemos ver en él una forma opuesta al Derecho
Objetivo, sino un enfoque distinto que emana de la facultad de actuar de acuerdo con la
norma.
De tal modo calificamos al Derecho subjetivo (Derecho facultad), como ―nuestro derecho‖,
y al Derecho Objetivo (Derecho norma) como ―el Derecho‖. Por otra parte ―nuestro
Derecho‖, nunca puede estar contra ―el Derecho‖, sino subordinado a la norma (deber
jurídico) que implica una conducta para eludir sanciones.
El Derecho Positivo
Concepto: El Derecho – en el sentido objetivo- es el conjunto de normas jurídicas Y
cuando ese conjunto de normas jurídicas, es el que tiene vigencia y se aplica en el país, se
lo suele denominar Derecho Positivo.
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Ramas del Derecho. Clasificación de las diversas ramas del Derecho


positivo. Derecho Público y Derecho Privado.
El Derecho positivo ha sido clasificado por razones prácticas y didácticas en público y
privado, según predomine el interés general (Estado) o individual (particulares). No
obstante, ambas partes están estrechamente vinculadas, pues el Derecho es uno solo. La
distinción tiene el propósito de facilitar su estudio.
A su vez, tanto el Derecho Público como el Derecho Privado se dividen en ―ramas‖ para su
mejor estudio y sistematización.
Ramas del Derecho: Son partes del mismo que se refieren a un mismo tema (Ej: Derecho
Penal; Derecho Comercial; Derecho Laboral; Derecho Civil, etc
Derecho Público
El Derecho Público es el conjunto de normas jurídicas que reglan la organización y
desenvolvimiento del Estado y sus relaciones con otros Estados o con los particulares. Se
divide en externo e interno.
El Derecho público externo o Internacional Público es el conjunto de normas jurídicas que
rigen las relaciones de los Estados entre sí. Allí encontramos al Derecho Internacional
Público- conformado fundamentalmente por los convenios y tratados firmados por nuestro
país con otros países.
El Derecho Público interno es el conjunto de normas jurídicas que rigen la organización del
Estado y sus relaciones con los particulares.
El Derecho Público interno admite diversas ramas. Ellas son:
1.Derecho Constitucional: que determina la estructura política del Estado, organiza los
poderes del mismo, señala sus respectivas facultades y relaciones; y establece los
derechos, deberes y garantías sociales e individuales.
2.Derecho Administrativo: Que contiene las normas que regulan la actividad del Estado
como ente administrador de los bienes públicos; y sus relaciones con los
administrados.
3.Derecho Penal: Entiende de los delitos y las penas que le corresponden al sujeto que lo
cometió. Etc.
Derecho Privado
Comprende las ramas que regulan las relaciones de los particulares entre sí, y
eventualmente con el Estado, pero cuando éste actúa como persona del Derecho Privado (y
no como poder público).
Son ramas del Derecho Privado, por ejemplo:
1. El Derecho Civil; que regula todas las relaciones entre las personas comunes en sus
aspectos de familia; contractuales; sucesiones etc..
2. El Derecho Comercial; que regula la actividad de los comerciantes y sus actos de
comercio.
3. El Derecho Agrario; que regula la actividad agropecuaria y las relaciones de sus
actores.
4. El Derecho Industrial; que regula todo lo concerniente a lo relativo a patentes,
marcas y otros derechos intelectuales. Etc
Fuentes del Derecho
La palabra ―Fuente‖ no tiene una acepción única en el Derecho. Se la puede tomar como
antecedente histórico de cualquier norma jurídica o de un ordenamiento. Se dice así, que, el
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Código Civil francés y sus comentaristas son ―fuente‖ de nuestro Código Civil. No es el
significado que se adopta en la oportunidad.
Concepto: Las fuentes del Derecho (objetivo), constituyen los medios de expresión de las
normas jurídicas, es decir, las formas como las mismas adquieren realidad y vigencia.
La norma jurídica puede manifestarse en una ley que la contiene., pero también puede
surgir de la costumbre jurídica etc. En tales casos la ley o la norma jurídica son la fuente de
la norma de que se trate. Se menciona que esa significación del vocablo, tiene relación con
su propia etimología. ―Fuente‖ es el manantial a través del cual el agua brota a la superficie
de la tierra. Del mismo modo, la fuente de la norma de derecho es el medio por el cual la
misma surge a la superficie social y adquiere realidad formal.
Las fuentes tradicionales del derecho son cuatro: La ley, la costumbre, la jurisprudencia y la
doctrina.
Diversas fuentes
Cabe su análisis por separado, destacando desde ya que en nuestro sistema positivo, la
fuente principal está constituida por la ley, lo que justifica su estudio particular.
A) - La ley:
La ley es toda norma jurídica dictada por autoridad competente dentro de un Estado.
Sus dos sentidos
El antes expresado corresponde al concepto de ley en sentido amplio o material. Conforme
al mismo, no solamente son leyes las que sanciona el Poder Legislativo, sino también las
que dictan, con carácter general, las demás autoridades competentes. Con tal significación
son leyes la Constitución Nacional; las Constituciones provinciales, los Decretos
reglamentarios dictados por el Poder Ejecutivo Nacional; los Edictos Policiales; las
Ordenanzas Municipales, etc.
En cambio se llama, ley en sentido formal, o estricto, únicamente la que sanciona el Poder
Legislativo, conforme a los preceptos constitucionales.
Carácter general y abstracto de la ley en sentido material
La ley, en sentido amplio, no se dirige a las personas en particular, sino que tiene carácter
impersonal, es decir general o abstracto. Al tiempo de aplicarla es cuando la ley se
particulariza, como ocurre con toda norma de conducta. Hay que entender bien ese carácter.
La ley puede tener como supuesto la situación que se refiera a una sola persona en la
función que contemple. Por ejemplo, las calidades que son necesarias para ocupar el cargo
de Presidente de la Nación. Pero lo hace con alcance abstracto y genérico (art 76 de la
Const. Nac): “Para ser elegido Presidente de la Nación.......se requiere....”). Se trata de
una ley en sentido material, con alcance general, por cuanto rige indeterminadamente a
quien se encuentre en la situación que contempla y define de una manera objetiva. Por ello,
se explica que una ley en sentido formal que dicte el Poder Legislativo, puede no constituir
una ley en sentido material, por ejemplo, si acuerda una pensión a tal persona en particular.
Clasificación de las leyes
Existen varias categorías de leyes. Pueden mencionarse dos criterios importantes para
distinguirlas.
1. Según su jerarquía: Las leyes que integran un ordenamiento no tienen el mismo rango.
Existe un orden de prelación entre ellas. En el sistema positivo argentino, el primer nivel
lo ocupa la Constitución Nacional y, conforme a su artículo 31 siguen en orden
decreciente las leyes que dicte el Congreso de la Nación, pudiéndose agregar, los decretos
del Poder Ejecutivo, las leyes provinciales, las ordenanzas Municipales, etc. La prelación
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tiene importancia por cuanto la norma, para su validez, debe ajustarse a la que tiene
prioridad sobre ella. Por virtud de dichos principios si la norma inferior está en
contradicción con las normas de rango superior, será considerada inconstitucional.
2. Según el modo de su obligatoriedad: Se distinguen en leyes de orden público y leyes
supletorias.
2.a) Las leyes de orden público: Las primeras son aquellas que contienen un mandato
al que los particulares no puede sustraerse por su sola voluntad, es decir cuya aplicación
resulta forzosa. Se trata por lo común de disposiciones que regulan aspectos considerados
fundamentales de la vida en sociedad, y que el legislador no puede dejar librados a la
decisión de los particulares. Así en nuestro sistema, la ley de Contratos de Trabajo,
reglamenta todo lo concerniente a la relación laboral, y todas sus normas son
irrenunciables, es decir que los particulares no pueden ( ni siquiera de común acuerdo)
alterar, y en caso contrario, todo lo que las partes modifiquen de lo que establece la ley,
sería inválido. También nuestro Código Civil establece muchas disposiciones de orden
público, especialmente las que conciernen al derecho de familia.
2.b) Las leyes supletorias: Por el contrario son aquellas que los particulares en sus
convenciones pueden dejar de lado, o sea, eludir su aplicación. El legislador da
oportunidad a las personas para que regulen determinados aspectos de sus contratos,
libremente (Libertad de contratación art 958 Cód. Civ. Y Com), siendo obligatorio lo que
pacten , con igual fuerza que la emanada de la propia ley (art 959 Código Civil y
Comercial). Y si omiten hacerlo, entonces se aplican las normas respectivas previstas por
el ordenamiento, que se llaman supletorias por cuanto, como se aprecian, suplen a la
voluntad de las partes, en caso de silencio de los interesados.
Su publicación
Para que la ley tome vigencia (y sea de cumplimiento obligatorio), debe ser publicada, pues
mal podría exigirse a las personas que la cumplan si no la conocen ni tienen posibilidades
de conocerla.
Cuando se trata de una ley que emana del Poder Legislativo, hay que distinguir tres etapas
bien diferenciadas: la sanción, que es el acto por el cual es aprobada (por ambas Cámaras
del Congreso de la Nación, conforme al procedimiento que establece la Constitución
Nacional); la promulgación, que es el acto del Poder Ejecutivo que, sin vetarla, ordena su
cumplimiento; y la publicación, que la hace conocer. La ley una vez sancionada y
promulgada, existe, pero no es obligatoria aún. Por ello el art 5 del CC y C dispone:
ARTICULO 5°.- Vigencia. Las leyes rigen después del octavo día de su publicación oficial, o desde
el día que ellas determinen”.
Una vez publicada la ley, para establecer desde cuando es obligatoria hay que distinguir dos
supuestos: que la misma fije su entrada en vigencia, o no. En el primer caso, la fecha de
entrada en vigor, y consiguientemente de obligatoriedad, es el indicado por la misma ley. Y
si la ley nada establece, dispone,el citado art 5 C.C y C., que será obligatoria ― después de
los ocho días siguientes al de su publicación oficial‖.
La publicación hace obligatorias las leyes, en la forma indicada, las que se reputan
conocidas sin que nadie pueda alegar su ignorancia. Se trata de un principio que hace a la
seguridad del orden jurídico, no importando que los habitantes del paìs conozcan
efectivamente o no la existencia de las leyes: son, de todos modos, obligatorias.
El principio de la no retroactividad de la ley
El art 7 del Código Civil y Comercial, prescribe que: Eficacia temporal. A partir de su
entrada en vigencia, las leyes se aplican a las consecuencias de las relaciones y situaciones
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jurídicas existentes.
La leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto disposición en contrario.
La retroactividad establecida por la ley no puede afectar derechos amparados por garantías
constitucionales…..”
En principio las leyes en nuestro país, “no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden
público, excepto disposición en contrario”. Ello quiere significar que, como principio, la
ley – después de publicada- rige para el futuro, es decir, que no obra hacia atrás, ni tiene
fuerza sobre el pasado.
Pero, el art.7 agrega “excepto disposición en contrario”, dando a entender que pueden
existir leyes retroactivas. No obstante, el mismo art 7 C.C. dice que “la retroactividad
establecida por la ley, en ningún caso podrá afectar garantías constitucionales”. La
disposición es obvia, pues, aun cuando no existiera, tampoco una ley dictada por el
Congreso de la Nación (ni ninguna otra), pueden violar los derechos y garantías
consagrados por la Constitución de la Nación (que es Ley suprema). Aplicando esos
postulados es que, la Corte Suprema de la Nación, ha declarado que una ley con efecto
retroactivo, aunque sea de orden público, no puede alterar o destruir derechos patrimoniales
adquiridos, como el principio de la inviolabilidad de la propiedad privada (consagrado en el
art 14 de la Constitución Nacional).
Además alterar el principio de irretroactividad de la ley implicaría afectar una de las bases
fundamentales del Derecho, cual es la seguridad jurídica. Pues, nadie tendría certeza de que
un derecho adquirido hoy, no le será mas adelante retirado por una ley posterior de carácter
retroactivo. O que lo cumplido en un momento dado, con ajuste a la ley entonces vigente,
no será considerado después como ilícito, si así lo declarase una ley posterior, con carácter
retroactivo.
Efectos de la ley con relación al territorio
ARTICULO 4° del CC y Com..- Ámbito subjetivo. Las leyes son obligatorias para todos los que
habitan el territorio de la República, sean ciudadanos o extranjeros, residentes, domiciliados o
transeúntes, sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales.
Es decir que el principio general establecido por nuestra legislación nacional es el de
aplicación territorial de las leyes argentinas.
No obstante el principio general enunciado en el art 4 C.C.y Com., las leyes extranjeras, en
ciertos casos en que el Código Civil así lo autoriza, pueden ser aplicadas a petición de parte
interesada, estando a su cargo la prueba de la existencia de dichas leyes, salvo que fuesen
ya obligatorias por convenciones o por ley especial.
Pero, aun así, aunque pudiere corresponder la aplicación de la ley extranjera, si ésta
contraria el orden público, esto es, si compromete las instituciones fundamentales que
constituyen los pilares en que se asienta el orden jurídico argentino, dicha ley no sería de
aplicación.
B) La costumbre
Concepto: La norma jurídica puede originarse en la propia conducta de la comunidad, que
la ha consagrado a través del tiempo.
Se está, entonces, en presencia del derecho consuetudinario, que espontáneamente surge en
el seno de la sociedad. Es un uso general, jurídicamente obligatorio. Constituyó el derecho
originario de todos los pueblos, cuya primacía fue desalojada progresivamente por la ley,
que es la norma jurídica dictada por la autoridad pública.
Importancia
Para que una costumbre (conducta reiterada de los miembros de una comunidad) tome
virtualidad de fuente de derecho objetivo, deben cumplirse, respecto de ella dos requisitos:
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a. Uno material, constituido por la reiteración de determinada conducta por los miembros
del grupo social, que necesita un tiempo para fijarse, y que debe ser general . b. Otro
denominado psicológico o subjetivo, que aparece cuando los que practican dicha conducta,
lo hacen con la convicción de que la misma es obligatoria y que puede ser impuesta por los
jueces como si se tratara de una ley. Este segundo requisito, sirve para distinguir la
costumbre (como fuente del derecho) de otras situaciones que no originan una norma
jurídica, pese a darse el elemento material. Por ej: hacer regalo a los parientes o amigos que
contraen matrimonio, es una práctica muy extensa. Sin embargo, esa conducta repetida no
genera una norma jurídica, por cuanto nadie se siente obligado a hacer tales obsequios,
cuya realización ningún juez puede imponer. Falta aquí, como en otros casos similares, el
elemento subjetivo, es decir, la convicción de que el proceder es obligatorio como si lo
mandara la ley.
Resulta evidente, que el valor de la costumbre como fuente productora de normas jurídicas
ha decaído, al quedar reemplazada por la ley. Sin embargo el art. 1 del nuevo Código Civil
y Comercial, expresa : ARTICULO 1°.- Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige
deben ser resueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional
y los tratados de derechos humanos en los que la República sea parte. A tal efecto, se tendrá en
cuenta la finalidad de la norma. Los usos, prácticas y costumbres son vinculantes
cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o en situaciones no
regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho.
Se pueden distinguir tres tipos de costumbres.
1) A veces la misma norma legal remite a ella (costumbre “secundum legem”), cuyo
valor propio como fuente pasa a ser muy relativo, dado que le es atribuido por la ley.
Así por ej: el art. 1255 CCy C estipula, que en los contratos de obra o de servicio, . El
precio se determina por el contrato, la ley, los usos o, en su defecto, por decisión judicial.
quien hace algún trabajo o presta un servicio a otro, puede demandar el precio no
ajustado, o que la ley no estipula el valor a pagar, en tal caso, si tal servicio o trabajo es
de su profesión o modo de vivir; se entenderá que ajustaron el precio de costumbre .
2) La costumbre “praeter legem”, es la que llena las lagunas de la ley. Por ej: antes de la
sanción de la ley 18.248, era el de la mujer que, al casarse, adicionaba el apellido del
marido al propio, lo que constituía una verdadera costumbre, dado que ninguna norma
de origen legal imponía tal conducta.
3) La costumbre “contra legem”, es la que contradice una norma legal. Pero este tipo de
costumbre no es de aplicación en nuestra legislación.
C) La jurisprudencia
Existe jurisprudencia, cuando los más altos tribunales de justicia resuelven una determinada
cuestión normativa con similar criterio.
Corresponde analizar que valor tiene la misma bajo tal aspecto y si puede ser equiparada a
la ley y a la costumbre como causa productora de reglas jurídicas.
Se discute en doctrina si la jurisprudencia debe o no ser considerada como una fuente del
Derecho. Desde el punto de la lógica estricta, la razón parece estar del lado de quienes le
niegan categoría de fuente sustantiva, formal e independiente, puesto que los tribunales no
hacen otra cosa que aplicar la ley; siempre es la ley la que decide el caso, y es a nombre de
ella que los jueces fallan.
Pero si este planteo teórico parece indiscutible, la verdad es que, en la práctica, la
jurisprudencia es una fuente riquísima de derechos, y adquiere más importancia en el
derecho moderno porque: * El Poder Judicial es la autoridad final en lo referente a la
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interpretación de las leyes. * La ley en ciertas situaciones nada dice (lagunas del derecho);
y como igualmente el juez está obligado a fallar, pese a existir un vacío por parte de la ley;
la solución dada por los altos tribunales en esas situaciones (la jurisprudencia) puede ser de
valiosa aplicación.
Si es importante el papel de la jurisprudencia en países de derecho codificado, como el
nuestro, mucho más lo es en aquellos que se rigen por el Common law (Gran Bretaña;
Irlanda; Estados Unidos; Canadá , Nueva Zelanda; y antiguas Colonias Inglesas). La
profunda originalidad del Derecho Anglo-sajón consiste esencialmente, en que la fuente
fundamental de los derechos y obligaciones no es la ley escrita, sino las decisiones de los
tribunales, los precedentes judiciales. En dicho sistema las leyes escritas son excepcionales.
D) La doctrina
Entendemos por doctrina la serie de actos de estudio y reflexión en cuestiones de derecho
que realizan los juristas, solos o en colaboración.
Esa doctrina, es decir, esos actos de análisis y reflexión sobre el sistema u orden jurídico
vigente, tienen formulación y difusión privada a través de los tratados y publicaciones de
toda índole; de las conferencias, cursillos y clases universitarias; ponencias, debates etc, y
siempre se traducen en opiniones que suelen versar sobre: A) Como deben interpretarse y
aplicarse las normas jurídicas vigentes; B) Cómo y por qué debe reformarse la legislación y
cuáles han de ser los cambios, supresiones o suplantaciones de preceptos o normas
jurídicas.
Estas opiniones, es decir, las doctrinas, gravitan en el medio jurídico, y aún cuando no
tengan las características de derecho positivo, porque no son reglas de seguimiento
obligatorio, en la medida que contribuyen a la creación de normas jurídicas generales o
individuales, entendemos que constituyen una fuente formal, no siempre sistematizada, del
derecho objetivo vigente.

Otras fuentes: El derecho natural; la equidad; los principios generales del


derecho
El Derecho natural: Es el que surge de la naturaleza humana, y es revelado al hombre por
Dios (Santo Tomás); o por la razón (Grocio). Y por esa circunstancia de provenir de la
naturaleza misma del hombre, es inmutable y universal.
El Derecho Positivo, pues, debe ajustarse al Derecho natural, lo cual no significa que aquél
participe del mismo carácter de inmutabilidad de éste. El Derecho natural no hace sino fijar
los grandes principios, las líneas rectoras de la organización social; aunque con matices
diferentes, según los diferentes pueblos y épocas, puesto que las circunstancias difieren.
Por ello podríamos decir que, el derecho natural ―impregna‖ con sus principios inmutables
y universales de justicia, en todas las fuentes del derecho.
La equidad
La equidad es la aplicación, por parte del juez, del Derecho natural a un caso concreto. No
es sino una de las expresiones de la idea de justicia.
Los jueces echan mano de ella para atenuar el rigor de una disposición legal, para hacer
imperar el equilibrio en las relaciones humanas, para suplir el silencio de la ley dictando
una sentencia que resuelva los intereses en juego conforme lo haría una conciencia honrada
y ecuánime.
En nuestro derecho, se ha acentuado de manera notable el campo de la equidad; algunas
disposiciones del nuevo Código se refieren a ella, por ej: * Indemnización de equidad (art
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1750 CCC- en caso de daños provocados por un acto involuntario (de quien carece de
discernimiento, intención o libertad):‖ Daños causados por actos involuntarios. El autor de un
daño causado por un acto involuntario responde por razones de equidad. Se aplica lo dispuesto en
el artículo1742…..”
* Atenuación de la indemnización en base a la equidad (art 1742 CCC). “Atenuación de la
responsabilidad. El juez, al fijar la indemnización, puede atenuarla si es equitativo en función del
patrimonio del deudor, la situación personal de la víctima y las cir-cunstancias del hecho. Esta
facultad no es aplicable en caso de dolo del responsable…..”.
Los principios generales del Derecho
Son los principios superiores de justicia radicados fuera del derecho positivo. Podrían
llamarse ―primeros principios de la vida social y de la organización jurídica‖ (están
contenidos en la Constitución Nacional), y por consiguiente no constituyen una fuente
autónoma del derecho, y cuando el juez echa mano de ellos, en realidad, está aplicando una
ley positiva.
El art 2 CCC, establece:‖ La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus
finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos
humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el
ordenamiento.

El Derecho subjetivo; Concepto y características.


Como habíamos adelantado, el Derecho, por un lado, se presenta como un conjunto de
normas, de reglas, que regulan la conducta humana en la sociedad, obligando al hombre a
actuar de una manera determinada, bajo la amenaza de una sanción (Derecho Objetivo);
pero, por otro lado, el derecho otorga facultades o poderes al hombre, para que pueda lograr
sus fines (Derecho Subjetivo).
Los Derechos subjetivos son prerrogativas, facultades, que las normas jurídicas (Derecho
Objetivo) reconocen a las personas, para que puedan satisfacer sus necesidades y exigir de
las demás personas un determinado comportamiento.
Derechos subjetivos patrimoniales y extrapatrimoniales
Según pueda ser valorado económica o pecuniariamente el objeto de un derecho subjetivo,
éstos pueden ser clasificados en patrimoniales o extrapatrimoniales.
Los Derechos extrapatrimoniales: no son susceptibles de apreciación económica y no
integran el patrimonio. Son derechos extrapatrimoniales, por ejemplo Los derechos de
familia (matrimonio; patria potestad; adopción, etc). Los derechos personalísimos como los
llamados ―Derechos Humanos‖ (la vida y su integridad; el derecho a la intimidad; al honor,
a la libertad, etc).
Los derechos patrimoniales: son susceptibles de tener un valor económico (son apreciables
en dinero) e integran el patrimonio de las personas, y se clasifican en:
a) Derechos Reales: son los que otorgan facultad o poder sobre una cosa, sea para disponer
de ella, usarla, aprovechar sus frutos, etc.(ejemplo: Dominio; uso y habitación; hipoteca,
etc)
b) Derechos creditorios (u obligaciones): son aquellos que otorgan a su titular (acreedor) la
facultad de exigir de otra persona (deudor) el cumplimiento de una determinada prestación
(de dar, hacer o no hacer), de contenido económico.
c) Los derechos Intelectuales: son los que corresponden al autor de una obra artística,
literaria o científica, para explotarla económicamente o disponer de la misma, y para
impedir que otros la copien o reproduzcan. (se ampliarán más adelante)
12

La relación jurídica: Concepto. Elementos


Frente a todo derecho subjetivo perteneciente a una persona, existe, correlativamente, un
deber jurídico a cargo de una o muchas personas (el derecho y el deber correlativo son
como dos caras de una misma moneda). Por ejemplo, el acreedor tiene el derecho subjetivo
de exigir el pago; y el deudor, el deber subjetivo correlativo de pagarle; el propietario de un
bien tiene el derecho de usar y gozar de él, en tanto que los demás miembros de la
comunidad, tienen el correlativo deber de no turbarlo o de no impedir dicho goce.
Entonces, se conforma entre el titular del derecho subjetivo y el titular del correlativo deber
jurídico un nexo o vínculo denominado ―La relación jurídica‖.
Son elementos esenciales de la relación jurídica:
 Los sujetos: Son las personas entre las cuales se establece la relación jurídica. Y
son, el sujeto activo, que es el titular del derecho subjetivo; y el sujeto pasivo, que
es aquél que, en la relación jurídica, se encuentra obligado a dar, hacer o no hacer
algo. Es decir, por un lado el titular del derecho subjetivo; y por el otro lado, el
titular del correlativo deber jurídico.
 El Objeto: Es decir el ―qué‖ de dicha relación. El contenido del derecho subjetivo y
por ende el correlativo objeto o contenido del deber subjetivo (qué tiene derecho
uno, y que deber tiene el otro).
 La causa-fuente: Es decir el acto o hecho jurídico que le da nacimiento a la relación
jurídica ( una relación jurídica no puede nacer ―de la nada‖, debe tener un origen
jurídico ( sea un contrato u otro acto jurídico como el matrimonio, etc)
Para que exista una relación jurídica deben darse los tres elementos, ya que si falta, aunque
sea uno de ellos no estaremos en presencia de una verdadera relación jurídica.

Relatividad de los efectos: El Abuso del Derecho


Concepto y antecedentes:
Sentada la necesidad de afirmar enérgicamente la existencia , valor y respeto que se le debe
dar a los derechos subjetivos, es necesario que se establezcan recaudos frente a los excesos
en que se suele incurrir en el ejercicio de esos derechos subjetivos. Pues si bien, el derecho
les reconoce un fin útil y justo, suele ocurrir que según las circunstancia y las intenciones
que mueven al titular del derecho subjetivo, ese ejercicio puede tornarse injusto en alguna
de sus consecuencias, no previstas por el legislador. Y, si bien es legítimo usar de los
derechos que la ley otorga, no lo es abusar de ellos.
El ejercicio abusivo o antifuncional de un derecho propio contraría el fin para el cual ese
derecho ha sido reconocido por el ordenamiento jurídico.
El art. 10 del Cód. Civ. acoge normativamente la prohibición del abuso en el ejercicio de
los derechos propios. Se reputa por esa norma abusivo el ejercicio de un derecho
consagrado por la ley cuando contraría los fines que ella tuvo en mira al reconocerlos o
cuando excede los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres.
“Abuso del derecho. El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación
legal no puede constituir como ilícito ningún acto.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que contraría los fines
del ordenamiento jurídico o el que excede los límites impuestos por la buena fe, la moral y las
buenas costumbres.
El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo o de la situación
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jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al estado de hecho anterior y fijar una
indemnización.”
Hay autores que incluyen el acto abusivo o excesivo, como una de las fuentes de las
obligaciones. Aunque, nos adelantamos a decir que, la mayoría de los autores entiende que
el ejercicio abusivo de los derechos no constituye una fuente autónoma de obligaciones,
sino que es un hecho ilícito con características especiales (pues se comete un ilícito
ejerciendo un derecho propio), y por lo tanto está encuadrado como fuente de las
obligaciones dentro de la categoría de los actos ilícitos
El abuso del derecho implica una violación solapada del ordenamiento jurídico; y por lo
tanto si produce daños, generará para el titular del mismo la obligación de: cesar en ese
ejercicio abusivo del derecho o, de reparar el daño causado con su proceder.
La teoría del abuso del derecho constituye indudablemente uno de los capítulos más
apasionantes de la ciencia jurídica contemporánea.
Es evidente que si una persona ejercita un derecho en forma antisocial, el sentimiento
jurídico no puede permanecer indiferente ante la conducta abusiva del titular de ese
derecho, y debe reprimirlo, pues el acto abusivo consumado en perjuicio de terceros no
debe ser protegido.
La esencia de la teoría del abuso del derecho, consiste en el repudio de la noción
individualista de que el ejercicio de un derecho nunca puede engendrar responsabilidad
para su autor. Esta nueva teoría, sienta esta premisa: los derechos no facultades absolutas;
no son prerrogativas individuales que cada uno utiliza a su antojo; sino que tienen un
límite: el derecho de los demás; concepciones sociales, que deben realizarse en un cierto
modo, con cierto espíritu: socialmente.
Ejemplos de abuso del derecho:
Propietario que construye en su terreno un alto muro, con el sólo propósito de perjudicar al
vecino quitándole la vista que este tenía al mar; o la luz del sol.
Propietario de un terreno que hace una excavación, sin ningún interés para él, y con la sola
intención de cortar una corriente subterránea de agua que pasa por el terreno vecino,
perjudicando así a su dueño. etc
Antecedentes:
Producto de la colisión de dos máximas igualmente respetables que expresan: “quien usa
de su derecho, a nadie lesiona”; y, “no hay que ser indulgente con la maldad”,la teorìa fue
admitida en el Derecho Romano a travès de textos de Gayo y de Paulo.
Para Josserand, también fue conocida y aplicada en el Derecho francès.En nuestro Derecho
patrio, si bien la Partida 7º, Tìtulo 34 de la Ley 14 (non faze terto a otro, quien usa de su
derecho”), pareciera repudiarla expresamente, otras disposiciones atenúan ese alcance, de
modo que también ha sio inducida la existencia del principio que veda los actos abusivos en
la antigua legislación española (conf. Part. 3º,Tìt. 32, leyes 13 y 19)
Efectos del acto abusivo:
Los principales efectos del acto abusivo son:
1. despojar de toda virtualidad al acto desviado- desmantelando así sus efectos-;
2. Impedir el ejercicio de una acción judicial que se funde en manifiesto abuso de
derecho;-( improponibilidad objetiva de la acción)-;
3. generar el derecho al resarcimiento de los daños
Fundamento de la responsabilidad:
El proceder abusivo es, por lo pronto, ilícito en sentido objetivo.
En cuanto al factor de atribución corresponde formular estas precisiones:
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a) El efecto impeditivo de las virtualidades del abuso no exige la culpabilidad; por ej: si
alguien produce ruidos excedentes de la normal tolerancia entre vecinos, aunque sea
sin culpa, corresponde suprimirlo.
b) Pero la indemnización sólo procede cuando promedia el factor subjetivo
(culpabilidad) conforme a los principios generales, a menos, que pueda resultar
aplicable la imputación objetiva que resulta del art 1757 CCy C ( Hecho de las cosas y
actividades riesgosas).

EJE TEMÀTICO Nro 2


Temario
El Derecho Constitucional
Derecho Constitucional. Concepto. Nuestra Constitución Nacional. Contenido. Forma
de Gobierno. Organización Política. Nación; Provincias; Municipios. Su normativa.
Funciones: ejecutiva, legislativa y judicial. Declaraciones, derechos y garantías.
Formación y sanción de las leyes.
Derecho Administrativo
Concepto. Organización administrativa: centralizada y autárquica. Acto
administrativo: Concepto y características. Los contratos administrativos:
A) Locación de obra pública: elementos; objeto; caracteres generales. La licitación y
los sistemas de adjudicación. Etapas de la realización. Ejecución de la obra.
Responsabilidades de las partes.
B) Servicios Públicos: Régimen jurídico. Concesión.
El Poder de Policía del Estado. Clasificación La regulación y el control.
Procedimientos y sanciones.

Desarrollo
Derecho Constitucional. Concepto
El Derecho Constitucional es definido como: la rama del Derecho Público que estudia la
organización política del Estado, su funcionamiento, y los derechos, deberes y garantías de
sus habitantes.

A) La Constitución. Importancia
Es la norma más importante de un país. En ella se establece cómo va a estar organizado el
Estado. Además, a través de una Constitución, la sociedad deja en claro cuáles son sus
objetivos políticos y cuál va a ser la forma de llevarlos a cabo
La Constitución Política de un país es de suma importancia para la existencia del mismo.
La Carta Magna dicta la organización de un Estado, de una sociedad. Sin la existencia de
una Constitución, el Estado no se podría conformar como tal, de ahí la importancia de
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analizar los aspectos más importantes de una Constitución.


El concepto de Constitución ha sido tratado desde Aristóteles, en la antigua Grecia, así,
podemos ve que desde hace muchos siglos ha sido necesario para el hombre establecer la
organización de un Estado, ya que sin una Constitución, carecería de los elementos
necesarios para la supervivencia de una sociedad.
Concepto de Constitución.
Constitución, es la ley fundamental, escrita o no, de un Estado soberano, establecida o
aceptada como guía para su gobernación. La constitución fija los límites y define las
relaciones entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial del Estado, estableciendo así las
bases para su gobierno. También garantiza al pueblo determinados derechos. La mayoría de
los países tienen una constitución escrita.
Nuestra Constitución Nacional. Contenido
Nuestra Constitución Nacional es escrita, rígida (porque para ser reformada necesita un
procedimiento complejo y diferente al que se necesita para reformar las leyes comunes), y
contiene ciertos contenidos pétreos (irreformables). Entre ellos podemos mencionar
 La democracia como forma de Estado
 El federalismo como forma de Estado
 La forma republicana de gobierno
 La confesionalidad del Estado (culto Católico, Apostólico romano)
Nuestra Constitución Nacional consta de un Preámbulo y 129 artículos. Está dividida en
dos grandes partes:
a) Primera parte: Es la denominada ―parte Dogmática‖ de la Constitución. Consta de 43
artículos, a través de los cuales establece ciertos límites al accionar de los poderes
públicos.
Esta parte dogmática contiene, entre otras cosas, la declaración de los derechos
civiles, políticos, económicos y sociales de los particulares.
b) Segunda parte: es la denominada ―Parte Orgánica‖ de la Constitución. Consta de 86
artículos, a través de los cuales establece el comportamiento de los tres poderes del
Estado (Poder legislativo, Ejecutivo y Judicial . Esta segunda parte está conformada por
2 Títulos: El primero de ellos se refiere al Gobierno Federal y contiene cuatro
Secciones, destinadas al Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, Poder Judicial y Ministerio
Público, respectivamente. El segundo Título se refiere a los Gobiernos de Provincia.

Preámbulo

B) Contenido Primera parte

Sección 1 (Poder Legislativo)

Segunda parte Título primero Sección 2 (Poder Ejecutivo)

Sección 3 (Poder Judicial)


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Sección 4 (Ministerio Público)

Título segundo Gobiernos de Provincias

El Preámbulo: El preámbulo es la enunciación de principios, en el


inicio de toda Constitución.; y el de la nuestra dice:
“ Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos
en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las
provincias que la componen, en cumplimiento de pactos
preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional,
afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la
defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los
beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad,
y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo
argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y
justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución,
para la Nación Argentina.”
Forma de Gobierno
La forma de gobierno es la manera de organizar uno de los elementos del Estado, el
Gobierno (los elementos del Estado son: Población; territorio y Gobierno).
La forma de gobierno que adoptó nuestro país está expresada en el art. 1 de nuestra
Constitución Nacional:
Artículo 1. “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa
republicana federal, según la establece la presente Constitución”.
Entonces, de acuerdo a este artículo, surge que en nuestro país la forma de gobierno es:
a) Representativa
b) Republicana
c) Federal

a) Forma representativa: La ―forma representativa de gobierno‖ implica que el pueblo


se gobierna por sí mismo, pero a través de sus representantes. Es decir que el gobierno
actúa representando al pueblo que lo eligió. La forma representativa de gobierno está
avalada por el texto del art. 22 de la Const. Nacional : “ El pueblo no delibera ni
gobierna sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta
Constitución. Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los derechos
del pueblo y peticione a nombre de éste, comete delito de sedición.”
b)Forma republicana: Las principales características de la forma republicana de
gobierno son: 1. Soberanía del pueblo (ejercida a través del sufragio):; 2. Igualdad ante
la ley (las leyes son aplicables de igual forma para todos los habitantes); 3. Elección
popular de los gobernantes (elegidos por medio del sufragio); 4.Periodicidad en el
ejercicio del poder (todos los cargos son desempeñados por un lapso determinado);
5.Responsabilidad de los gobernantes(Deben ajustar sus conductas a las leyes, y de no
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hacerlo pueden ser sancionados, en un juicio político); 6. Publicidad de los actos de


gobierno (Los gobernantes deben informar al pueblo sobre los actos que realicen
desempeñando sus funciones); 7. División de poderes (se distribuye el poder del Estado
en diferentes órganos (Ejecutivo; legislativo y judicial)..
c) Forma federal: El país está compuesto por entidades autónomas denominadas
―provincias‖, y tienen sus propias atribuciones (Dictan sus propias constituciones;
Organizan sus tres poderes (ejecutivo; legislativo y judicial); Recaudan sus impuestos;
efectúan sus propias inversiones; Promueven la educación y la salud pública, etc.
Organización política
Habíamos dicho que, según el art. 1 de la C.N. nuestra Nación adoptó el sistema federal de
gobierno. Es decir que en nuestro país, el poder está distribuido territorialmente en órganos
regionales denominados ―provincias‖. Cada una de estas provincias conserva su autonomía,
pero la soberanía sobre todo el territorio nacional le corresponde al gobierno central.

Nación; Provincias; Municipios. Su normativa


El sistema federal presenta las siguientes características:
 Un gobierno central (o federal): que ejerce su poder en todo el territorio nacional, y
se ocupa de asuntos que les interesa a toda la Nación.
 Gobiernos provinciales ( o locales): que ejercen su poder sobre el territorio
correspondiente a sus respectivas provincias, y se ocupan de los asuntos de interés
local.
 Loa municipios: Los gobiernos provinciales delegan en los municipios parte de las
atribuciones que originalmente les pertenecían. El actual art 123 de la C.N.
establece: “ Cada provincia dicta su propia Constitución, conforme a lo dispuesto
por el artículo 5 asegurando la autonomía municipal y reglando su alcance y
contenido en el orden institucional, político, administrativo, económico y
financiero.”
Competencias
a) Competencias exclusivas del Gobierno federal: Son todas aquellas facultades que la
Constitución le confiere al gobierno federal, ya sea expresa o tácitamente; y son las que las
provincias originalmente delegaron en la Nación.(ej: Relaciones internacionales;
intervención federal y las que figuran en los arts. 75 y 99 de la C.N.
b) Competencias exclusivas de las provincias: son todas aquellas facultades que no fueron
delegadas por las provincias al gobierno federal. Ej.: Dictar su propia Constitución; regular
la educación primaria y secundaria, dictar sus propias leyes etc.
c) Competencias concurrentes: son aquellas facultades que corresponden en común tanto al
gobierno federal como a las provincias. Ej: Dictar normas sobre protección al medio
ambiente; creación de impuestos, etc.

Funciones ejecutivas; legislativas y judiciales.


A) Poder Ejecutivo es el órgano encargado de llevar a cabo la administración general del
país.
El Poder Ejecutivo es un órgano unipersonal: ¨´El Poder Ejecutivo de la Nación será
desempeñado por un ciudadano con el título de Presidente de la Nación´´´
18

Requisitos para ser elegido Presidente de la Nación


Para ser electo Presidente o Vicepresidente se requiere:
 Haber nacido en el territorio argentino o ser hijo de ciudadano nativo.
 Tener 30 años de edad.
 Tener 6 años de ciudadanía en ejercicio.
 Tener una renta (entrada de dinero) anual de 2000 pesos fuertes.
Modo de elección
A partir de la reforma del año 1994 el pueblo elige directamente las personas que quieren
que sean presidente y vice (elección directa), por mayoría de votos. Y en el caso de que el
candidato más votado no supere el 45% de los votos, se aplicará el sistema del la Doble
vuelta o Ballotage; que consiste en volver a realizar la elección , pero entre los dos más
votados. No habrá Ballotage en el caso de que el candidato más votado supere el 45% de
los votos; o cuando obtenga 40% y una diferencia del más del 10% con el segundo.
Duración del mandato
La duración en el cargo, tanto del Presidente como el Vice es de 4 años. Al terminar su
mandato pueden ser reelegidos por una vez más, y luego deberán dejar pasar un período
antes de que puedan ser reelegidos nuevamente.
Atribuciones y funciones del Poder Ejecutivo
La mayoría de las atribuciones del Poder Ejecutivo están enunciadas en el art 99 de la
Constitución Nacional; las más importantes son:
 Es Jefe de Estado: El Presidente representa al Estado como Persona Jurídica, ya sea
en las relaciones internas, o en el orden internacional.
 Es Jefe del Gobierno: Esto quiere decir que el Presidente tiene a su cargo la
conducción política del Estado.
 Es Jefe de la administración: Esto significa que el Presidente tiene a su cargo la
administración pública en procura de satisfacer las necesidades de la sociedad y de
los individuos que la integran.
 Es Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas: Esto significa que tiene a su cargo
los poderes militares de mando y organización de las Fuerzas Armadas.

B) Poder Legislativo
El poder Legislativo es aquel que tiene a su cargo la elaboración y sanción de las normas
jurídicas. En nuestro País, el Poder Legislativo es ejercido por el Congreso Nacional.
El Congreso Nacional: Es un órgano estatal, compuesto por dos cámaras, cuya función
primordial es ejercer la función legislativa (es decir sancionar leyes). Este órgano presenta
las siguientes características:
 Es bicameral: porque está compuesto por dos cámaras (de diputados y de senadores)
 Es colegiado: porque está compuesto por un conjunto de diputados y de senadores.
 Es complejo: Porque cada una de las dos cámaras funcionan como órganos.
Es importante aclarar que el Congreso no sólo cumple funciones legislativas, ya que en
algunos casos excepcionales también ejerce funciones judiciales (Ej: juicio político), y
administrativas (todo lo relacionado a su actividad interna).
B.1 Cámara de Diputados:
La Cámara de Diputados está integrada por miembros (diputados) pertenecientes a cada una
de las provincias y a la ciudad de Buenos Aires. La cantidad de Diputados que aporta cada
Provincia depende del número de habitantes que tenga cada una; según el art 45, el número
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de representantes será de uno por cada treinta y tres mil habitantes o fracción que no baje
de diez y seis mil quinientos.
Cada diputado dura en su cargo cuatro años y puede ser reelegido indefinidamente . El art
50 establece que cada 2 años se renovará la mitad de la Cámara de Diputados a través de
una elección nacional..
Requisitos para ser diputados:
 Tener 25 años de edad
 Ser argentino nativo o naturalizado
 Tener 4 años de ciudadanía en ejercicio
 Ser nativo de la provincia en que se postula o tener dos años de residencia inmediata
en ella
B.2 Cámara de Senadores:
La Cámara de Senadores está compuesta por tres senadores por cada Provincia y Tres por
la Ciudad autónoma de Buenos Aires; lo que hace un total de 72 senadores.
Los eligen los ciudadanos de cada provincia en forma directa. De los 3 senadores que deben
elegirse en cada distrito, dos corresponden al partido político que más votos haya obtenido,
y el restante al partido político que lo siga en cantidad de votos.
Requisitos para ser senador:
 Tener 30 años de edad
 Ser Argentino nativo o naturalizado
 Tener 6 años de ciudadanía en ejercicio
 Ser nativo de la Provincia que lo postula o tener 2 años de residencia inmediata en
ella
 Tener una renta anual de 2000 pesos fuertes
Los senadores duran en su cargo 6 años y pueden ser reelegidos indefinidamente.
El art 56 establece que cada 2 años se renovará un tercio de la Cámara de senadores.
El cargo de Presidente de la Cámara de senadores es ejercida por el Vicepresidente de la
Nación, que vota solamente en caso de empate

C) Poder Judicial
El Poder Judicial es el conjunto de órganos encargados de llevar a cabo la administración
de justicia, o función jurisdiccional, es decir, aplicar las leyes para resolver conflictos
Decimos que el Poder Judicial es un conjunto de órganos, ya que está integrado por: La
Corte Suprema de Justicia, los demás jueces y Tribunales de diversas instancias, el Consejo
de la Magistratura y el Jurado de enjuiciamiento.
La Independencia del Poder Judicial: El Poder judicial es independiente de los otros dos
poderes del Estado. Esto significa que no recibe instrucciones ni presiones de los
integrantes de los otros poderes.. De esta forma se logra la imparcialidad de sus decisiones,
lo que significa uno de los principios básicos de una democracia.
El Consejo de la Magistratura
Es un órgano que forma parte del Poder Judicial de la Nación,(fue creado por la reforma de
1994), y que posee diversas atribuciones otorgadas por el art 114 de la Constitución:
 Seleccionar a través de concursos públicos a los candidatos a cargos de jueces
inferiores.
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 Administrar los recursos del Poder Judicial, dictando reglamentos económicos, y


ejecutar su presupuesto.
 Ejercer facultades disciplinarias sobre los jueces: (apercibimientos; multas etc)
 Decidir la apertura del procedimiento para remover a los jueces, formulando la
acusación correspondiente.
 Dictar reglamentos sobre la organización judicial de los jueces inferiores.
 Dictar los reglamentos necesarios para asegurar la independencia de los jueces y la
efectiva administración de justicia.
El Jurado de Enjuiciamiento
Es un órgano cuya función consiste en juzgar a los jueces inferiores de la Nación, para, en
su caso, removerlos de su cargo, por algunas de las causales enumeradas en el art 115: Mal
desempeño; delito en el ejercicio de sus funciones, o crímenes comunes

Declaraciones; derechos y garantías.


Como forma de limitar el poder del Estado y proteger al individuo ante el abuso del poder
se incluyó en las diversas Constituciones ( y en la nuestra también) una Parte Dogmática,
en la que se declaraban los derechos individuales del hombre (Ej: Derecho a la vida; a la
dignidad humana; a trabajar: a expresar sus ideas por la prensa, etc)
La parte dogmática en la Constitución Nacional Argentina
La Declaración de los Derechos en nuestra Constitución se encuentra principalmente en la
parte dogmática (Arts 1 al 43). A través de ella quedan declarados los derechos de las
personas frente al Estado y frente a los demás particulares
La Parte Dogmática contiene 2 Capítulos:
a. Capítulo Primero: Denominado ´´Declaraciones, derechos y
garantías´´(arts 1 al 35)
b. Capítulo Segundo: (incorporado por la reforma de 1994), denominado
´Nuevos Derechos y Garantías´´
Debemos diferenciar a las Declaraciones, derechos y garantías:
 Declaraciones: son ciertas posturas adoptadas por la Constitución en
relación a algunos temas políticos fundamentales: Por ej: La forma de
Gobierno (art 1); el sistema representativo (art 22); mecanismos para
reformar la Constitución (art 30).
 Derechos: Son facultades reconocidas por la Constitución a las personas
o grupos sociales. EJ: Derechos civiles (art 14); Derechos sociales (art
14 bis); Derecho de propiedad (art 17); Derecho de privacidad (art19),
etc
 Garantías: Son mecanismos creados por la Constitución para que los
titulares de ciertos derechos fundamentales puedan ejercerlos y hacerlos
respetar (Ej: Acción de amparo (art 43); Hábeas Corpus (art 43);
Defensa en juicio (art 18), etc
 Los tratados Internacionales: En nuestro País lod derechos de las
personas no solo surgen de la Parte Dogmática de la Constitución.
También hay que tener en cuenta los Tratados Internacionales sobre
Derechos Humanos firmados por la Argentina y que cuentan con rango
constitucional.
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Formación y sanción de las leyes


El proceso de creación de una ley consta de tres etapas:
1. Etapa de iniciativa: Consiste en la formulación del proyecto de ley. Puede
realizarlo el Congreso, el Poder Ejecutivo o los ciudadanos a través del derecho de
iniciativa popular (art 39)
2. Etapa constitutiva: Consiste en la sanción de la ley, a través de los mecanismos y
procedimientos establecidos en los arts. 77 a 84 de la Constitución. Esta etapa es
llevada a cabo exclusivamente por el Congreso.
3. Etapa de eficacia: Consiste en la Promulgación y publicación de la ley en el
Boletín Oficial. Esto es realizado por el Poder Ejecutivo
Procedimiento para la sanción de leyes
Ya sabemos que el proyecto de ley puede ser realizado por cualquier miembro del
Congreso, por el Poder Ejecutivo o por cualquier ciudadano. Dicho proyecto debe ser
presentado en el Congreso, ante cualquiera de las dos Cámaras. Aquella que reciba el
proyecto será denominada ―Cámara iniciadora‖, esta se encarga de recibir el proyecto,
iniciar su tratamiento y aprobarlo en su caso. Cámara revisora es aquella que recibe el
proyecto de ley que llega aprobado desde la Cámara de origen.
Ambas Cámaras pueden ser Cámaras iniciadoras, salvo para los casos de excepción
establecidos en la Constitución Nacional, en donde se dispone que ciertas leyes deben
iniciarse puntualmente ante el Senado o Diputados.
Aprobación expresa
Una vez que el proyecto fue aprobado por la Cámara de origen, pasa a la Cámara revisora
para ser estudiado por ella. Si es aprobado también por la Cámara revisora, se dice que el
proyecto de ley ha sido sancionado. En este caso, el proyecto de ley va a pasar al Poder
Ejecutivo para que lo estudie el presidente. Si éste lo aprueba, procede a convertirlo en ley
por medio de su promulgación. Luego debe publicarlo en el Boletín oficial para que la ley
adquiera obligatoriedad.
Este es el caso más simple de formación de una ley, ya que es aprobado por ambas Cámaras
y por el Poder Ejecutivo. Pero se torna mucho más complejo el sistema cuando alguna de
las Cámaras o el Poder Ejecutivo no aprueban el proyecto o intentan modificarlo.
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Derecho Administrativo
Se hace necesario, antes de comenzar a analizar el derecho Administrativo, dar un concepto
acerca de qué es el Estado y cuáles son sus elementos componentes :
―El Estado es la sociedad políticamente organizada‖ (concepto surgido en la Edad Media).
Es decir que el Estado, es el pueblo organizado jurídicamente, dentro de un territorio fijo y
dirigido por un gobierno.
Elementos del Estado
El Estado se compone de:
1. Población: Es el elemento humano, los habitantes que viven dentro del país.
2. Territorio: es el elemento geográfico.
3. Poder o Imperium: es la fuerza que tiene el Estado para llevar a cabo sus objetivos
sociales.
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4. Gobierno: es el conjunto de órganos que ejercen el poder, para cumplir las


funciones del Estado.
Entre las funciones que cumple el Estado encontramos la ―función administrativa‖
Concepto.
En tendemos por Derecho Administrativo, la rama de la ciencia del Derecho que estudia el
complejo de principios y normas de Derecho Público interno que regulan la organización,
la actividad de la Administración Pública y su control.
Al decir que el Derecho Administrativo estudian las normas que regulan la actividad de la
Administración Pública nos estamos refiriendo a la Administración Pública en sentido
subjetivo, es decir, como conjunto de órganos que integran el Poder Ejecutivo y la actividad
que realizan.
Dentro de la actividad administradora del Estado se encuentra elñ régimen jurídico
aplicable a las relaciones entre la Administración y los particulares, y entre diversos
órganos del Estado, y que se hacen efectivas principalmente a través de Actos
Administrativos.
Organización administrativa: centralizada y autárquica.
El Estado es un conjunto de personas que se encuentra organizada por normas y dirigida
por un gobierno, en un territorio determinado..
Uno de los elementos del ordenamiento jurídico es la organización. Esto significa una
ordenación de los elementos necesarios para perseguir determinados objetivos o fines y
para asegurar una adecuada integración y coordinación de las actividades sobre la base de
la división del trabajo.
Se sostiene que la organización exige:
 La exigencia de competencias y atribuciones debidamente distribuidas, en los
distintos órganos.
 La responsabilidad que comporta su ejercicio.
 La preparación y habilidades personales de los funcionarios.
 La autoridad para imponerse a otros mediante órdenes, instrucciones, etc y que
puede provenir bien del propio ordenamiento, o bien informalmente a través de la
personalidad del sujeto, o por otras condiciones establecidas.
La organización administrativa sería entonces el conjunto de normas que regulan las
atribuciones, la composición y el funcionamiento de un aparato administrativo. Si finalidad
esencial es la coordinación entre los distintos organismos.
Competencia administrativa
En el seno de la Administración Pública existe una pluralidad de órganos, lo que determina
la necesidad de que se distribuya entre ellos la titularidad de las funciones necesarias para
la satisfacción del interés público. Ello en mérito a dos razones: a) El principal de la
división del trabajo; b) El vivir en un estado de Derecho donde se entiende que los derechos
de los administrados serán mejor garantizados al delimitarse el campo de actuación de cada
ente público.
En cuanto a la competencia desde el punto de vista subjetivo resulta que como cada
organismo del Estado tiene el derecho y el deber de efectuar determinadas funciones,
aparece el concepto de competencia. Competencia es el conjunto de atribuciones, poderes o
facultades que les corresponden a un órgano en relación con los demás
Clasificación de las competencias
La doctrina distingue la competencia desde distintos puntos de vista:
23

a) Jerárquico; b) Objetivo; c) Territorial; d) Temporal


Los sujetes titulares de la actividad administrativa son fundamentalmente: El Estado
Nacional y los Estados Provinciales. El Estado realiza, entre otras funciones, la
administrativa, y es entonces, a la administración la que le compete la realización de esta
actividad.
El Estado como sujeto de Derecho, al realizar la función administrativa puede hacerlo en
forma centralizada o descentralizada.
La centralización implica reunir todas las atribuciones en el ente central, , lo que trae
apareada la subordinación jerárquica entre los distintos órganos de este ente. En ese sentido
se ha dicho que la centralización es un ordenamiento jerarquizado.
La descentralización: corresponde a un modo de administración en el cual se reconoce a los
entes descentralizados una personalidad jurídica propia, distinta de la del Estado y un poder
de decisión que corresponde a los órganos del ente. Este sistema de descentralizar implica
transferir a entes dotados de personalidad jurídica, una parte de las atribuciones que
corresponden al ente central, creándose un nuevo ente independiente de aquél. Estas
atribuciones que se le otorgan al ente descentralizado le confieren una cierta libertad de
acción y los correlativos poderes de iniciativa y de decisión
Clasificación de la descentralización:
Hay dos tipos básicos de descentralización, que serían : 1) La descentralización territorial o
por región; y 2) La descentralización institucional o por servicios.
1. La descentralización territorial: Esta supone una base geográfica en la cual el ente
desarrolla su actividad. El ejemplo típico de las entidades descentralizadas territorialmente
son las comunas provinciales, cuya acción se desarrolla dentro de un ámbito geográfico
determinado. Dentro de este ámbito, el ente descentralizado desenvuelve su actividad
administrativa.
2. La descentralización institucional reposa sobre una base técnica. Consiste en conferir una
cierta autonomía a un servicio público determinado, dotándole de personalidad jurídica
propia. En las entidades autárquicas institucionales o por servicios, si bien el territorio
puede ser un elemento importante, lo esencial es la institución de servicio público:
Ejemplos: Banco Nación; Universidades Nacionales; IAPOS, etc.
Autonomía y autarquía
La autonomía es la descentralización de tipo político ( Ej: Las provincias son entes
autónomos (art 5 de la Constitución Nacional).
La autarquía: es la descentralización de tipo administrativo, y con capacidad para
autoadministrarse (ej: Las municipalidades; las Universidades Nacionales; El Banco
Central de la República Argentina; el Banco Nación etc).

Acto administrativo: Concepto y características.


El Poder Ejecutivo realiza dos tipos de actividades: La política y la administrativa.
La actividad política; Actúa como poder político y realiza actos de gobierno, políticos o
institucionales y su responsabilidad por estos actos se efectiviza a través del Juicio político.
Ejemplos de actos políticos: Declarar el Estado de sitio, nombrar o remover a ciertos
funcionarios; promulgar o vetar leyes, etc.
24

La actividad administrativa: En este caso actúa como poder administrador y realiza actos
administrativos. Esta actividad, a diferencia de la política está sometida a control
jurisdiccional.
La función administrativa se exterioriza fundamentalmente a través de actos
administrativos.
Concepto de acto administrativo: Según Marienhoff “ Acto administrativo es toda
declaración, disposición o decisión de la autoridad estatal en el ejercicio de sus propias
funciones administrativas, productoras de efectos jurídicos”.
Según esta definición se consideran actos administrativos; los contratos, reglamentos y
actos de la administración.
El acto administrativo es un tipo de acto jurídico (recordar el art 259 CCyC)
ARTICULO 259.- Acto jurídico. El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato
la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.
Hay una relación de género (acto jurídico) a especie (acto administrativo). El acto
administrativo es un acto jurídico que produce efectos jurídicos sobre el administrado y
permite que el Estado exprese su voluntad jurídica en temas relacionados con la
administración.
Aunque en el acto jurídico las partes establecen relaciones jurídicas en condiciones de
igualdad, en el acto administrativo hay una subordinación del administrado, empleado y
funcionario y solo hay igualdad cuando se trata de relaciones interorgánicas o
interadministrativas.
Elementos del acto administrativo
El análisis de los elementos es importante para saber si el acto es válido o no. Los
elementos pueden ser de dos clases:
1. Elementos esenciales: Y que son : competencia; causa; objeto; forma; finalidad;
motivación; procedimiento. Si al acto le falta alguno de estos requisitos o si están
pero viciados, es nulo de nulidad absoluta ( se considera como que no ha existido
dicho acto).
2. Elementos accidentales: y son: Condición; plazo y cargo. Sirven para ampliar o
restringir el contenido del acto.

1. Elementos esenciales:
a. Competencia: El acto debe ser dictado por autoridad competente ( es decir, por quien
tenga la facultad otorgada por ley para su dictado).
b. Causa: ( son los antecedentes o circunstancias que llevaron a que se dicte el acto
administrativo) Deberá sustentarse en los hechos y antecedentes que le sirvan de causa, y
en el derecho aplicable. Al acto le falta la causa cuando los hechos y el derecho invocado
no existen o son falsos o cuando se viole la ley aplicable, las formas o las finalidades.
c. Objeto: Es decir, a qué se refiere el acto (su contenido), lo que el acto certifica, decide u
opina, éste debe ser lícito y posible (física y jurídicamente).
d. Procedimiento: ( Son los pasos que deben darse antes de emitir el acto Para emitir el acto
administrativo deben cumplirse todos los procedimientos establecidos por ley para este tipo
de acto.
e. Motivación: Es decir deben expresarse en forma concreta las razones que inducen a
emitir el acto.
25

f. Finalidad: Con el acto administrativo habrán de cumplirse las finalidades que la ley
establece para este tipo de actos, sin perseguir encubiertamente otros fines que no sean los
que justifican el acto.
g. Forma: (Es el modo en como se instrumenta). El acto administrativo se manifestará
expresamente y por escrito; indicará el lugar y fecha en que se lo dicta y contendrá la firma
de la autoridad que lo emita.
Eficacia del acto:
Para que el acto sea eficaz debe ser notificado al particular ( si es un acto con alcance
individual), o publicarse en el Boletín Oficial (si es de alcance general-como por ej: un
reglamento)

2. Elementos accidentales:
a. Plazo: Determina el período en que el acto empieza o termina de producir sus efectos
jurídicos.
b. Condición: Es la cláusula por la que se subordina el nacimiento o la extinción del acto a
que suceda un acontecimiento futuro e incierto que se establezca. Por ej: se establece que la
clausura de un frigorífico se producirá si se descubre algún alimento en mal estado dentro
de sus cámaras.
c. Cargo: Es una obligación accesoria que se le impone al administrado. Ej: El Estado le
dona un terreno a una institución, imponiéndole la obligación que allí instalen una
guardería infantil.
Características del acto administrativo
Todo acto administrativo posee las siguientes características:
1. Presunción de legitimidad: Todo acto emanado de autoridad administrativa se
presume que es legítimo, es decir, que se cumplieron con los requisitos esenciales
establecidos por ley. Es una presunción ―Juris tantum‖ (es decir que no puede
discutirse su legitimidad, salvo prueba en contrario), y recién luego de dictado el
acto, quien se sienta con derecho a impugnarlo puede presentar un recurso.
2. Ejecutoriedad: Es la facultad de la Administración de disponer que se realice o
cumpla con el acto por medios propios, sin la intervención de un juez, para que su
actividad sea eficaz

La licitación pública
Concepto: La licitación es el procedimiento por el cual la Administración hace una
invitación a ofertar para la realización de un contrato, y una vez que los interesados hacen
sus ofertas, ella va a elegir aquella que ofrezca las condiciones más convenientes.
Las bases de la licitación están en el pliego de condiciones ( escrito donde se detallan las
características del objeto del contrato – servicio que se busca, o construcción que se quiere
realizar, plazos, garantías, requisitos etc.
Se debe garantizar igualdad para todos los oferentes (durante la licitación no puede haber
ventajas de unos oferentes sobre otros)-
Etapas de la licitación pública
Las etapas de la licitación pública son cuatro:
1. Interna o de preparación: El Estado analiza la necesidad pública de adquirir
elementos o cubrir un servicio público o una obra pública; estudia si tiene los
fondos para cubrir esa necesidad y en base a eso decide seleccionar a un
26

cocontratante particular a través de una licitación pública. Luego se confecciona y


aprueba el pliego de condiciones, especificando el suministro, obra o servicio que se
licita y las normas a seguir en todo el desarrollo de la operación, elementos y
efectos del contrato a celebrarse, el sistema de pago, el plazo, la garantía, el lugar,
día y hora de la apertura de sobres que contienen las ofertas, etc.
2. El llamado a licitación: Es la etapa esencial, momento en que la Administración
invita a ofertar. Esta etapa se desarrolla de la siguiente manera: a. Se publica en
forma clara la invitación en diarios de alcance masivo(con las características y
condiciones del objeto del contrato, lugar donde pueden comprarse los pliegos,
cuando deben presentarse las ofertas y cuando se abren los sobres) b. Los oferentes
presentan sus propuestas: éstas deben ser secretas, presentarse por escrito y en sobre
cerrado (para evitar que los oferentes se pongan de acuerdo en contra de los
intereses económicos de la Administración y también para evitar que funcionarios
públicos traten de favorecer a alguno en perjuicio de los otros). c. Las ofertas se
presentan en el tiempo y forma establecido en el pliego.d. Se abren los sobres y se
comparan las ofertas: la apertura de los sobres es un acto solemne realizado en
presencia de un escribano público y al que pueden asistir todos los oferentes. E. Se
labra un acta que debe contener el número de orden asignado a cada oferente,
nombre de los oferentes y montos de las ofertas y de las garantías, y demás
observaciones. Se leen en voz alta todas las ofertas. f. Se adjudica: la adjudicación
es el acto que dicta la Administración que decide cuál de las ofertas leídas y
estudiadas es la más conveniente. Si nadie se presenta, la licitación fracasa. Si se
presenta una sola persona pero su oferta no es conveniente, la Administración no
tiene obligación de adjudicarle el contrato. Si hay empate entre dos ofertas ambos
deben mejorarla. Un oferente puede impugnar puntos de la oferta de otro licitante o
la adjudicación misma, según lo que establezca el pliego de condiciones.
3. El perfeccionamiento del contrato: Se notifica la aprobación y adjudicación, y se
redacta y firma el contrato.
4. Ejecución del contrato: Los adjudicatarios deben cumplir la prestación en forma,
plazo o fecha y lugar establecido.
Garantías dentro de la licitación pública:
Son garantías ( en dinero o fianzas personales), que deben aportar los interesados en ofertar,
para avalar sus ofertas haciendo que la licitación tenga mayor seriedad.
Tenemos dos clases de garantías:
1. De mantenimiento de la oferta: suele ser un porcentaje del 5% del valor total de la oferta
que hizo el interesado. Se devuelve a los que no fueron seleccionados, y al elegido se le
devuelve al aportar la garantía de cumplimiento.
2. De cumplimiento del contrato: Es un porcentaje mayor al anterior que aporta el
adjudicatario, garantiza el cumplimiento del contrato y por cualquier defecto en el servicio
o la obra; se le reintegra al finalizar el contrato, o en la recepción definitiva si se trata de un
contrato de obra pública.

Los contratos administrativos:


Los contratos administrativos son una especie o tipo de contratos, pero que tiene algunas
características que lo diferencian de los contratos privados (entre particulares).
27

Definición de contrato: Según el art ARTICULO 957.- “Definición. Contrato es el acto jurídico
mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar,
transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales.”
Naturaleza jurídica del contrato:
 Es un acto jurídico ―ARTICULO 259.- Acto jurídico. El acto jurídico es el acto voluntario
lícito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de relaciones o
situaciones jurídicas. ”
 Es un acto entre vivos
 Bilateral, ya que necesita la voluntad de dos o más personas para su otorgamiento.(
En el caso de los contratos administrativos tenemos la voluntad del Estado u otro
ente que ejerza la función administrativa y la de un particular u otro ente público)
 Y es de carácter patriminial ( su objeto debe tener valor económico)
Visto los aspectos generales de un contrato, veremos ahora el contrato administrativo
propiamente dicho.

Contratos administrativos y Contratos de Derecho Común de la Administración


La administración puede celebrar contratos de derecho común (civil o comercial) como
cualquier persona; o contratos administrativos con las características especiales de ellos
(objeto, fin público, cumplimiento de requisitos especiales establecidos por el derecho
Administrativo, etc)
Ejemplos:
- Contratos administrativos: concesión de servicios públicos, de obras públicas,
empréstitos, etc.
- Contratos de derecho común de la Administración: contrato de compraventa de
papelería para sus oficinas; alquiler de un inmueble a un particular, etc.

Definición de contrato administrativo:


―Es el acuerdo de voluntades, generador de obligaciones, celebrado entre un órgano del
Estado en ejercicio de las funciones administrativas que le competen, con otro órgano
administrativo, o con un particular o administrado, para satisfacer necesidades públicas.―
Características del contrato administrativo:
Los contratos administrativos son una especie dentro del género de los contratos, y tienen
aspectos especiales:
- Una de las partes intervinientes es una persona jurídica estatal
- Su objeto es un fin público
- Es formal, porque para la realización de los contratos administrativos es
imprescindible cumplir con las formalidades exigidas por la ley sobre
procedimiento para celebrar el contrato (pliego de condiciones; acto de adjudicación
etc)
-
A) Locación de obra pública:
Concepto y su objeto : Es el contrato administrativo a través del cual la Administración
Pública le encarga a una persona (física o jurídica) que realice una obra destinada al uso
colectivo (sea en forma directa o indirecta) a cambio de un precio en dinero. Su objeto es
la construcción de una obra pública (inmueble, mueble o servicio)
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Definición de obra pública : Es todo bien mueble, inmueble u objeto inmaterial realizado
por el Estado mismo o por cuenta de él con el fin de obtener (directa o inmediatamente) la
satisfacción de un interés público.
Tenemos dos formas de realizar una obra pública:
1. que la obra sea construida por la administración
2. que la obra sea construida con intervención de particulares (a través de un contrato
de obra pública o de concesión de obra pública)

Elementos:
Los elementos esenciales de este contrato son:
 Los sujetos que participan de este contrato: Por un lado el órgano administrativo, y
por el otro una persona física o jurídica que se encargará de realizar la obra
encargada ( el contratista).
 El objeto: El contrato tiene por objeto la construcción de una obra pública
(inmueble, mueble o servicio) .
 Forma: Este contrato es formal, es decir que deben cumplirse rigurosamente las
formas establecidas por la ley.
Caracteres generales
Las características de este contrato son:
 Es bilateral y oneroso: Ya que existen prestaciones de ambas partes (El contratista
que realiza la obra y el estado que paga por dicha realización).
 Formal: Porque deben cumplirse las formalidades establecidas por ley, caso
contrario puede anularse.

La licitación y los sistemas de adjudicación


Para seleccionar al contratista encargado de la realización de la obra se suele emplear el
sistema de la licitación pública ( salvo los casos en donde la ley indica otro procedimiento,
ya sea porque la obra es de poco monto, o los trabajos son urgentes, o se exige capacidad
artística o técnica del cocontratante, etc).
El cocontratante debe estar inscripto en el Registro Nacional de Constructores de Obras
Públicas para poder presentarse a la licitación pública (art 13 de la ley 13.064).
El organismo administrativo realiza el aviso de la licitación con las características de la
obra que se licita, lugar, quien licita, donde se retiran las bases, lugar y hora de la
licitación, importe de la garantía, etc.
Se presentan las ofertas en sobre cerrado y luego, en la fecha establecida se abren y se elige
la propuesta más conveniente según las bases de la licitación; posteriormente se adjudica la
obra y se firma el correspondiente contrato de obra pública.
Derechos y obligaciones de las partes
A) Derechos y obligaciones de la administración:
1.A: Derechos
 A exigir la ejecución debida al contratista.
 A inspeccionar y controlar la obra.
2A: Obligaciones
 Pagar el precio en la forma y tiempo establecido.
29

 Si modifica el contrato no puede variar el precio ni la naturaleza del contrato,


ni el 20% de todo otro contenido del contrato, porque en ese caso el
contratista tiene derecho a rescindir (art. 29 ley 13.064)
 Debe afrontar toda variación imprevista de los elementos que determinan el
costo de la obra (precio de materiales, mano de obra, combustibles etc),
causados por situaciones de emergencia.
 Recibir la obra, salvo que observe que esta está inconclusa o presenta
defectos, caso en que puede negarse a recibirla
B) Derechos y obligaciones del contratista o cocontrante:
1.B: Derechos
 A que la administración cumpla con sus obligaciones.
 A que le paguen el precio, en la forma y tiempo acordado.
 Puede rescindir el contrato si la administración ordena suspender por más de
tres meses la ejecución de la obra o modifica el contrato en más de un 20%
su contenido.
2.B: Obligaciones
 Ejecutar la obra en tiempo y forma
 Responder por defectos de la obra (durante su ejecución y conservación, y
hasta que venza el plazo de garantía establecido)
 Luego de firmar el contrato deberá garantizar su cumplimiento con un
depósito del 5% del monto del contrato
 Soportar las modificaciones del contrato por parte de la administración,
siempre que no supere el 20% de las condiciones del contrato, ni el objeto del
mismo.
 Es responsable por la mala ejecución de la obra, y si los defectos son
importantes la administración puede ordenar su demolición y nueva
construcción a cargo del contratista.
Hay dos clases de recepción
1. Provisional: se recibe la obra y se estudia y revisa durante el plazo de
garantía ( en donde el contratista es responsable por el mantenimiento
y conservación de la obra y por cualquier clase de defecto que pudiera
tener)
2. Definitiva: pasado el plazo de garantía se recibe en forma definitiva y
a partir de ese momento el contratista sólo responde por ruina de la
obra (cuando su causa proviene de la construcción deficiente o mala
calidad de los materiales).
Extinción del contrato:
a. Modo normal: que se cumpla con el contrato (se termina la obra y se cobra el precio)
b. Modos anormales:
Por vencimiento del plazo de duración del contrato (habrá multa o extinción)
Extinción por acuerdo de partes
Desaparición del objeto
Rescisión por fuerza mayor, hecho de la administración o del príncipe (ley que impide la
realización de la obra)
Rescisión por fraude, grave negligencia o ejecución demorada del contratista
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Rescisión por parte de la administración por razones de oportunidad, mérito y y


conveniencia a favor del interés público.
Rescisión por parte del contratista (cuando contractualmente esté autorizado para ello)

B)Servicios Públicos:
Concepto: El servicio público es la prestación que realiza la Administración (ya sea en
forma directa por sí, o indirecta por un concesionario) con el fin de satisfacer necesidades
de interés general. Esta prestación tiene un régimen jurídico especial.
Ejemplos de servicios públicos: Proveer agua, luz, gas, teléfono o prestar servicios de
educación, salud, transporte, etc.
¿Quién presta los servicios públicos?: El prestador de los servicios públicos, en principio
es el Estado en cualquiera de sus formas, ya sea por los órganos de la administración
central o de entidades descentralizadas, autárquicas o empresas del Estado.
Pero también pueden prestar el servicio público: los particulares o empresas privadas (a
través de licencias, concesiones, permisos, autorizaciones, privatizaciones, etc). En estos
últimos casos, el Estado impondrá reglas para que el servicio público se preste eficazmente
y controlará su cumplimiento.
Régimen jurídico
A nivel nacional, con la ley 23.696 (Reforma del Estado) empiezan a privatizarse las
prestaciones de los servicios públicos, y actualmente pueden ser prestados por el Estado o
por sujetos privados o públicos no estatales o en forma mixta, pero siempre bajo la
supervisión del Estado
Contrato de concesión de obra pública
Concepto: Es el contrato por medio del cual la Administración le encarga a una persona
(física o jurídica) la realización de una obra pública y a cambio le permite la explotación
de dicha obra pública construida, por un tiempo determinado.
Es decir que el contratista construye a su costo y riesgo la obra y la explota en su beneficio
y se va cobrando de los usuarios de la obra, en lugar de recibir dinero de la Administración
por su construcción. La obra le pertenece al Estado pero la explotación por el tiempo
acordado la tiene el concesionario.

El Poder de Policía del Estado


Es parte de la función legislativa cuyo objeto es limitar y regular (dentro de los límites
constitucionales y a través de las leyes), derechos individuales reconocidos en la
Constitución Nacional para proteger el interés general o social.
A través del poder de Policía del Estado se verifica que los administrados cumplan sus
deberes, reglamentando derechos pero sin alterarlos.
Policía: Es parte de la función administrativa (no es un órgano de la administración), su
objeto es ejecutar las leyes dictadas a través del Poder de Policía. Se manifiesta por normas
particulares (actos administrativos) que individualizan la norma jurídica a la que se refiere
Límites al poder de policía
Estos límites- considerados una garantía para los derechos individuales- son los siguientes:
1. La intimidad: No puede reglamentarse o limitarse por ley la intimidad de las
personas. La Constitución Nacional habla de esa garantía en los art 19 y 18 y el
Código Civil en su art 1072 bis.
31

2. La razonabilidad los derechos reconocidos por la Constitución Nacional no


pueden alterarse o modificarse por las leyes que reglamenten su ejercicio.
3. La legalidad: las limitaciones a los derechos que no provengan de una ley son
inconstitucionales, porque si no hay ley no puede haber limitaciones
Clasificación de las funciones de policía
Estas funciones podemos dividirlas en dos actividades: sociales y económicas.
A. Policía de las relaciones sociales: Se aplican normas fundamentales para que las
relaciones sociales y la convivencia sea mucho mejor. Ejemplos:
 Policía de la moral y buenas costumbres; su fin es mantener la convivencia social
(no fumar en ciertos sectores; no permitir el ingreso de animales a ciertos lugares
etc).
 Policía de reuniones en lugares públicos: para controlar la seguridad de los
asistentes y evitar daños y molestias a los vecinos (siempre sin alterar el derecho
constitucional de reunión).
 Policía de seguridad: su fin es proteger y brindar seguridad en todo el país (policía
federal y provincial); Gendarmería Nacional (en zonas de frontera y aduanas, o
control de contrabando, migraciones clandestinas, narcotráfico etc); Prefectura
Naval Argentina: protege y controla mares, ríos puertos, entrada y salida de buques
etc)
 Policía de la tranquilidad pública: Regula el ejercicio de los derechos
constitucionales para evitar que se produzcan molestias o disturbios.
 Policía de salud e higiene: Regula y controla lo relacionado con la salud pública
para evitar enfermedades (medicamentos, comida, abrigo, higiene dentro de los
locales, materiales descartables para evitar enfermedades contagiosas., etc).
 Policía de inmigración: Controla el ingreso de extranjeros y puede expulsar a los
que ingresan ilegalmente

B. Policía de las actividades económicas


Esta policía controla directa o indirectamente, las actividades económicas:
 Policía bancaria o financiera: Controla todo lo relacionado con la actividad
financiera, de entidades bancarias, etc, y es llevada a cabo por el Banco Central.
 Policía laboral: Controla todo lo relacionado con el empleo, los riesgos de
trabajo, etc.
 Policía industrial: Regula la producción e industrialización de ciertos productos
(fijándoles precio, formas de pago, limitando su producción, etc)
 Policía tributaria: A cargo de la AFIP (controla el pago de impuestos y trata de
evitar la evasión impositiva).
 Policía del consumo público: Protege al consumidor.
 Policía de marcas y patentes: Protege las patentes de invención y los modelos de
utilidad.
 Policía ambiental: Protege el medio ambiente.
 Policía de tránsito: regula la circulación de personas y mercaderías en transporte
público.
 Policía de servicios públicos privatizados: regula cada servicio público
privatizado a través del ente que le corresponda a cada servicio.
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La regulación y el control. Procedimientos y sanciones.


El Poder de Policía se concreta en leyes de policía; ordenanzas, etc.
Leyes de policía: Reglamentan derechos y son dictadas solamente por el Poder Legislativo.
El Poder de Policía no puede expresarse por reglamentos emitidos por el Poder Ejecutivo
salvo que dicho reglamento se base en una ley ya promulgada.
Ordenanzas: Son normas procesales que se aplican en el ámbito local dictadas por los
Municipios y que reglamentan normas establecidas en leyes municipales (sobre edificación;
urbanización, seguridad, higiene, bienes públicos, etc.
Orden policial: es un acto administrativo de origen legal, a través del cual se concreta una
sanción (ya establecida por ley), para aplicársela a un particular. La orden debe contener el
objeto, el motivo y las consecuencias de incumplir dicha orden. Además debe ser notificada
previamente al afectado y durar hasta que deje de existir el hecho motivador.
Aviso: sirve como forma preventiva para dar a conocer una conducta pública que pueda
generar hechos perturbadores. No tiene fuerza ejecutiva.
Advertencia: es igual que el aviso pero está presente la intimidación a través de la amenaza
de aplicar la sanción si se incumple un deber.
Información: se obliga a los particulares a informar a la Administración pública sobre
ciertos hechos o conductas. Debe pedirse por escrito, notificarse previamente y estar
autorizada por ley.
Autorización: La administración da autorizaciones cuando necesita su conformidad para
que un particular ejerza un derecho (Ej: carnet de conductor)
Permiso: la administración puede beneficiar a un particular con ciertas ventajas ( estacionar
ambulancias en ciertos lugares vedados para los particulares)
Clases de sanciones ante infracciones a las leyes de policía
1. Arresto: Cuando se priva al infractor del ejercicio de su libertad física.
2. Multa: Consiste en una pena pecuniaria (en dinero)
3. Clausura: Cuando se cierra el lugar físico en donde se produjo la infracción que
motivó la sanción, haciendo cesar la actividad del lugar en forma temporaria o
definitiva. Ej: Clausura de una disco por no tener salida de emergencia, clausura de
un frigorífico por falta de higiene, etc.
4. Inhabilitación: Se le retira la autorización que se le dio para ejercer determinados
derechos (como manejar; ejercer una profesión , etc)
5. Decomiso: Se destruye el objeto con el que se realizó la infracción que se sanciona
(ej; se destruye la mercadería entrada ilegalmente al país, las cosas en mal estado,
etc)
Todas las sanciones deben estar fundadas en leyes, caso contrario habría arbitrariedad y
se violaría el principio de división de poderes.
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UNIDAD TEMÁTICA III


Temario
DERECHO CIVIL Y COMERCIAL
Sujetos: La Persona, concepto y características. Tipos
A) La persona física o de existencia visible.
Atributos de las personas: a) Nombre: Régimen legal. b) Estado: Concepto; clases; régimen
legal. c) Capacidad: Tipos. Efectos. Desde cuando se adquiere la capacidad.
d) Patrimonio: Concepto y características. Elementos que componen el patrimonio.
Derechos patrimoniales: Derechos personales o creditorios; derechos reales, derechos
intelectuales.
B) La persona jurídica, o de existencia ideal: sus especiales características; tipos.
Asociaciones y Fundaciones: Régimen legal. Características. Objetivos que persiguen.
Sociedades Comerciales: Régimen legal. Tipos. Características de cada una.
HECHOS Y ACTOS JURÌDICOS
El hecho como fuente de los derechos. Distintas clases de hechos.
a- Los hechos jurídicos (Art. 257 CC y C): Concepto. Clasificación de los hechos
jurídicos.
b- Los actos voluntarios (art. 260 CC y C): Requisitos internos de la voluntad: *
Discernimiento; * Intención, y * Libertad. Manifestaciones de la voluntad.
c- Consecuencias e imputabilidad de los actos voluntarios: La responsabilidad civil:
Concepto y caracteres. Orbitas de la responsabilidad. Presupuestos de la
responsabilidad. Responsabilidad de los profesionales ( por ―mala praxis‖).
Responsabilidades objetivas (Riesgo creado y del principal por los hechos del
dependiente).
d- Efectos de los actos involuntarios (art 261 CC y C): Indemnización de equidad.
e- Actos jurídicos (art. 259 CC y C): Definición. Elementos esenciales de los actos
jurídicos: + Sujeto; + Objeto; + Forma; + ¿causa?. Elementos accidentales: Condición;
plazo y cargo.
f- Clasificación de los actos jurídicos
g- Efectos de los actos jurídicos.
h- Vicios propios de los actos jurídicos. Nulidades de los actos jurídicos.
i- La autonomía de la voluntad.

Desarrollo
Sujetos: La Persona, concepto y características. Tipos
Como toda relación, la relación jurídica se da entre personas. Nuestro viejo Código Civil
las definía así: “Son personas todos los entes susceptibles de adquirir derechos o contraer
obligaciones”, nuestro nuevo Código Civil y Comercial, no da una definición de persona
en general, sino que da el concepto de cada una en particular.
Lo que caracteriza a la persona es la capacidad de poder adquirir derechos (ser sujeto activo
en una relación jurídica), o de contraer obligaciones (ser sujeto pasivo).
Antiguamente sólo podía ser persona el ser humano. Luego el concepto evoluciona, y se
considera que también pueden ser personas otros entes, que si bien no son hombres, pueden
34

adquirir derechos y contraer obligaciones, tales como las asociaciones, fundaciones,


sociedades, etc.
Reiteramos que, lo que caracteriza a la ―persona‖, es su capacidad para adquirir derechos y
contraer obligaciones. Por carecer de esta capacidad, se explica que los muertos y los
animales, no puedan ser ―personas‖ , y por ende no pueden ser titulares de derechos y
obligaciones.
Tipos
Dada la característica, de ser titular de derechos y obligaciones, existen dos tipos de
personas: a. Persona humana y, b. Persona jurídica
1. Persona humana (física o natural), es el hombre (sea varón o mujer). Y el antiguo
Código lo definía como: “Todos los entes que presentasen signos característicos de
humanidad, sin distinción de cualidades o accidentes, son personas de existencia
visible”. Signos característicos de humanidad son los caracteres y formas del ser
humano, que debe reunir toda persona de existencia visible; sin distinción de
cualidades o accidentes, significa que no interesan las discapacidades, ni las
deformaciones – graves o no- que el ser humano pueda tener: si es ser humano, es
persona de existencia física o visible.
2. Personas de existencia jurídica (o de existencia ideal): Ya habíamos dicho que el
ordenamiento jurídico concede el carácter de ―persona‖ no sólo al ser humano, sino
también a otros entes o grupos de personas, a los que las leyes les otorgan la aptitud
para adquirir derechos o contraer obligaciones, independientemente de los que
poseen cada una de estas personas humanas que la componen.

A.- La persona humana (física o de existencia visible)


Comienzo de su existencia
Algunas legislaciones extranjeras consideran que el comienzo de la existencia de la persona
física, tiene lugar cuando se produce el nacimiento. Nuestro Código, ( en coincidencia con
los principios del Derecho Natural), considera que el comienzo de la persona humana tiene
lugar desde el momento en que se produce la concepción. En otras palabras: se es persona
desde que se está concebido, aún cuando no se haya nacido, y el Código se expresa de la
siguiente manera, en el art ARTICULO 19.- “Comienzo de la existencia. La existencia de la
persona humana comienza con la concepción”.
A ellos se refiere el art. 63 del C.C.:”Son personas por nacer las que no habiendo nacido
están concebidas en el seno materno” Lógicamente cuando el artículo dice: ― concebidas
en el seno materno”, debemos tener en cuenta que en la época en que se dictó nuestro
Código no existían los nuevos sistemas de fertilización ―In vitro‖ etc. Por lo que hoy no
debemos entender literalmente el término y ampliar a todos los casos de concepción
humana.
Condición jurídica de las personas por nacer
Las personas por nacer : son los seres humanos que aún no han nacido, pero que ya están
concebidos. Son ―personas‖ y pueden adquirir derechos, pero dicha personalidad está sujeta
a una condición: que nazcan con vida. Si mueren antes de estar completamente separado
del seno materno, se considerarán (para el derecho) como si nunca hubieran existido (art.
21 CC y C)
ARTICULO 21.- Nacimiento con vida. Los derechos y obligaciones del concebido o implantado en
la mujer quedan irrevocablemente adquiridos si nace con vida.
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Si nace con vida, aunque fuera por un instante después de estar separado de su madre, el
nacido adquiere irrevocablemente los derechos.
Si nace sin vida, es decir, si muere antes de estar completamente separado del seno
materno, se considera como si la persona no hubiese existido y, por lo tanto, pierde los
derechos que había adquirido bajo condición.
Derechos que pueden adquirir las personas por nacer
Las personas por nacer pueden adquirir algunos derechos; pero es lógico que para poder
ejercerlos, debe existir alguien que lo represente legalmente.
Con respecto a los derechos que pueden adquirir, el primero y principal es la vida, y todos
los derechos que derivan de ella (integridad, a su manutención, etc). También pueden
adquirir derechos y bienes ―por donación o herencia‖; y la doctrina ha fijado muchos
derechos más: (acciones de estado; alimentos; cobro de seguros, cobro de indemnizaciones,
etc).
Atributos de la persona física
La ley otorga a las personas ciertas calidades o ―cualidades‖ de tipo jurídicas que son
inseparables de ellas, y que constituyen la base y esencia de su personalidad.
Estos atributos son:
 El nombre
 La capacidad
 El domicilio
 El patrimonio
 El Estado

C) El Nombre
Concepto: El nombre es la denominación que corresponde a cada persona y que sirve para
identificarla y distinguirla de las demás, dentro de la sociedad.
Elementos: El nombre está compuesto por dos elementos:
 El prenombre; también denominada ―nombre de pila‖ ( nombre propiamente dicho).
 El apellido: también denominado ―nombre de familia‖.
Regulación: Actualmente, el nuevo Código Civil y Comercial regula lo concerniente a este
atributo de la persona, en los artículos 62 a 72 del nuevo Código Civil y Comercial.
ARTICULO 62.- Derecho y deber. La persona humana tiene el derecho y el deber de usar el prenombre y el apellido que le
corresponden.
Caracteres:
El atributo nombre tiene las siguientes características:
 La persona humana tiene el derecho, pero también el deber de usar el prenombre
y el apellido que le corresponde.
 Es obligatorio ( todo individuo debe necesariamente llevar un nombre
 Es único( pues sólo puede tener un nombre y apellido)
 Es inalienable (está fuera del comercio; por lo tanto no se lo puede
comercializar)
 Es imprescriptible ( no se adquiere ni se pierde por el transcurso del tiempo)
 Es inembargable: dado que no es susceptible de embargo, por estar fuera del
comercio)
 Es inmutable: ( pues sólo se lo puede cambiar cuando existen causas graves)
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a) El prenombre (nombre de pila)


Esta parte del atributo nombre es el elemento que sirve para identificar a una persona
dentro de la familia.
¿Cómo se adquiere el nombre?
Por la inscripción en el acta de nacimiento.
Cuando la persona hubiere usado un nombre de pila antes de su inscripción, el Registro lo
anotará con ese nombre, siempre que el mismo no fuese un nombre prohibido
Elección del nombre:
La elección del prenombre (o nombre propiamente dicho) le corresponde a ambos padres,
ya que comparten los derechos de la patria potestad. A falta, impedimento o ausencia de
uno de ellos, corresponde al otro o a las personas autorizadas para tal fin por los padres.
En defecto de todo ello, pueden hacerlo; los guardadores; el Ministerio Público de Menores
o los funcionarios del Registro Civil.
El nombre se elige libremente, es decir, se podrá elegir el nombre que se quiera, salvo
aquellos nombres que la ley establezca que no pueden inscribirse (nombres prohibidos).
Nombres prohibidos:
1. Los nombres que sean extravagantes, ridículos, contrarios a nuestras costumbres.
4. Primeros nombres idénticos a los hermanos vivos,
5. Más de tres nombres.
Pueden inscribirse los nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes autóctonas y
latinoamericanas.
b. El apellido
Concepto: El apellido sirve para individualizar el grupo familiar al que pertenece la
persona. Se transmite de padres a hijos (no se elige).
Distintos casos: La adquisición del apellido puede ser:
 Originaria: cuando el apellido se adquiere en virtud de la filiación; por ej: según
sea hijo matrimonial o extramatrimonial.
 Derivada: cuando el apellido se adquiere a raíz del cambio de estado civil; Ej: el
apellido del menor que al ser adoptado cambia por el apellido de quien lo adoptó.
Casos de adquisición originaria:
1. Hijos matrimoniales(los concebidos dentro del matrimonio): El hijo matrimonial lleva
el primer apellido de alguno de los cónyuges; en caso de no haber acuerdo, se determina
por sorteo realizado en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. A pedido
de los padres, o del interesado con edad y madurez suficiente, se puede agregar el apellido
del otro.
Todos los hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la integración
compuesta que se haya decidido para el primero (Art. 64 CC y C)
2. Hijos extramatrimoniales (los concebidos fuera del matrimonio: El hijo
extramatrimonial con un solo vínculo filial (reconocido sólo por uno de los progenitores),
lleva el apellido de ese progenitor. Si la filiación de ambos padres se determina
simultáneamente (lo reconocen ambos progenitores en un mismo acto), llevará el apellido
de uno de los progenitores acordado entre ellos, y en caso de no haber acuerdo, se
determina por sorteo realizado en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.
Si la segunda filiación se determina después, los padres acuerdan el orden; a falta de
acuerdo, el juez dispone el orden de los apellidos, según el interés superior del niño.(art. 65
CC y C)
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3. Hijos no reconocidos por ninguno de sus padres: (filiación desconocida). La persona


menor de edad sin filiación determinada debe ser anotada por el oficial del Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas con el apellido que está usando, o en su defecto,
con un apellido común.
Si luego fuese reconocido, el apellido se sustituirá por el del progenitor que lo reconociese..
4. Hijos adoptivos: Expresa el art 68 del nuevo Código: El nombre del hijo adoptivo se rige por lo
dispuesto en el Capítulo 5, Título VI del Libro Segundo de este Código.
Es decir que en caso de:
 Adopción plena: confiere al adoptado una filiación que sustituye al de origen. El
adoptado deja de pertenecer a su familia biológica y se extingue el parentesco con
los integrantes de ésta. El adoptado tiene en la familia del adoptante los mismos
derechos y obligaciones del hijo biológico. En estos casos el nombre del adoptado
se rige por las mismas normas del caso de hijos biológicos (El hijo adoptivo llevará
el primer apellido del adoptante). Y, en caso de que los adoptantes sean cónyuges,
las reglas serán las mismas que se aplican para el caso de los hijos matrimoniales.
Excepcionalmente, y fundado en el derecho a la identidad del adoptado, a petición
de parte interesada, se puede solicitar agregar o anteponer el apellido de origen al
apellido del adoptante o al de uno de ellos si la adopción es conjunta
 Adopción simple: confiere al adoptado la posición de hijo biológico; pero no crea
vínculo de parentesco entre aquél y la familia biológica del adoptante ( o sea, el
adoptado mantiene sus vínculos de sangre). La adopción simple impone al adoptado
el apellido del adoptante, pero el adoptado que cuenta con la edad y grado de
madurez suficiente o los adoptantes, pueden solicitar se mantenga el apellido de
origen, sea adicionándole o anteponiéndole el apellido del adoptante o uno de ellos;
a falta de petición expresa, la adopción simple se rige por las mismas reglas de la
adopción plena.
 Adopción de integración: La adopción de integración se configura cuando se
adopta al hijo del cónyuge o del conviviente. En principio, en este caso el adoptado
mantiene el nombre y apellido de origen.
Casos de adquisición derivada:
“Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la preposición
“de” o sin ella.
La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el
apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice a
conservarlo.
El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras no contraiga
nuevas nupcias, ni constituya unión convivencial”. (Artículo 67 CC y C)
Cambio de nombre o de apellido
Uno de los caracteres del nombre es su inmutabilidad: una vez inscripto no puede
cambiarse (porque si se pudiera cambiar arbitrariamente, se produciría un desorden en la
sociedad, ya que dejaría de cumplir la función de identificar a las personas. Por excepción
se pueden cambiar o modificar, si el juez lo autoriza, y si median justos motivos ( en
general , tienen que ser causas muy serias, por ejemplo: que el nombre o apellido sea
ridículo o agraviante para la persona; o que fuese contrario a las ideas religiosas del que los
lleva; o que fuese impronunciable en nuestro idioma; o cuando el apellido que se lleva ha
sido deshonrado públicamente, sea por los padres, por los parientes, o por homónimos y por
un delito de mucha gravedad.
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ARTICULO 69.- Cambio de nombre. El cambio de prenombre o apellido sólo procede si existen justos motivos a criterio del
juez.
Se considera justo motivo, de acuerdo a las particularidades del caso, entre otros, a:
a) el seudónimo, cuando hubiese adquirido notoriedad;
b) la raigambre cultural, étnica o religiosa;
c) la afectación de la personalidad de la persona interesada, cualquiera sea su causa, siempre que se encuentre acreditada.
Se consideran justos motivos, y no requieren intervención judicial, el cambio de prenombre por razón de identidad de
género y el cambio de prenombre y apellido por haber sido víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o alteración o
supresión del estado civil o de la identidad.

Rectificación de nombres y apellidos:


Consiste en corregir los errores u omisiones en que puede haber incurrido el oficial público
al labrar el acta de nacimiento. En estos casos el Director del Registro puede disponer- de
oficio o a pedido de parte- la corrección de errores u omisiones materiales.
En los cambios, modificaciones o adiciones, el procedimiento será sumarísimo y se
tramitará con intervención del Ministerio Público.
Producida la modificación, cambio, etc, se rectificarán simultáneamente las partidas de los
hijos menores de edad, y la del matrimonio, si correspondiere.
El sobrenombre:
Es la designación con la cual se conoce a una persona dentro del círculo de su familia y de
sus amistades íntimas. Su importancia jurídica es ínfima, ya que las personas sólo se
identifican por su nombre y apellido con que figuran inscriptas en el Registro del Estado
Civil y Capacidad de las Personas. Sin embargo la doctrina le asigna cierta relevancia en el
caso de institución de heredero o legatario: si el testamento designara al beneficiario por su
sobrenombre, dicha designación sería válida si no dejara duda sobre la persona instituida.
El seudónimo:
Es la designación que una persona elige para realizar determinada actividad, generalmente
artística. Al respecto expresa el art. 72 CC y C: ―El seudónimo notorio goza de la tutela del
nombre”
La Ley de propiedad Intelectual (11.723), en su art. 3 protege los derechos de los que
tuvieren obras registradas bajo seudónimo, y establece que podrán registrarlos,
adquiriendo la propiedad de los mismos.
Protección jurídica del nombre:
ARTICULO 71.- Acciones de protección del nombre. Puede ejercer acciones en defensa de su nombre:
a) aquel a quien le es desconocido el uso de su nombre, para que le sea reconocido y se prohíba toda futura impugnación
por quien lo niega; se debe ordenar la publicación de la sentencia a costa del demandado;
b) aquel cuyo nombre es indebidamente usado por otro, para que cese en ese uso;
c) aquel cuyo nombre es usado para la designación de cosas o personajes de fantasía, si ello le causa perjuicio material o
moral, para que cese el uso.
En todos los casos puede demandarse la reparación de los daños y el juez puede disponer la publicación de la sentencia.
Las acciones pueden ser ejercidas exclusivamente por el interesado; si ha fallecido, por sus descendientes, cónyuge o
conviviente, y a falta de éstos, por los ascendientes o hermanos.
El nombre recibe protección jurídica mediante estas tres acciones:
 De reclamación de nombre: tiene lugar cuando a alguien se le desconoce el nombre
que lleva o se le niega el derecho a usarlo(Ej; en una nota periodística alguien niega
a otro el derecho a llevar determinado nombre). En cuyo caso se exige, a quien se lo
niega, que se lo reconozca; y se ordena la publicación de la sentencia a costa del
demandado.
 De usurpación de nombre: tiene lugar cuando alguien usa el nombre, o el
seudónimo de otra persona, sin tener derecho a ello; en cuyo caso la sentencia
obliga al demandado a cesar en el uso ilegítimo del nombre del demandante.
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 De defensa del buen nombre: igual que en el caso anterior, pero el nombre ajeno es
utilizado maliciosamente, ordenando el cese de ese uso perjudicial..
El objeto de estas acciones es, según el caso, que se reconozca el nombre o que cese el uso
indebido del mismo, y además, si hubiere daños y perjuicios, que se los indemnice.

C) Domicilio
Concepto En sentido jurídico, ―domicilio‖ es el asiento jurídico de una persona; o en otras
palabras, el lugar donde podrá encontrarse a la persona, para hacerle saber o hacerle
soportar cualquier efecto legal. Ej: para citarlo como testigo; para notificarlo de una
demanda, etc.
Una previa clarificación conceptual exige formular distinciones entre domicilio, residencia
y habitación. La residencia es el lugar donde normalmente habita la persona junto con su
familia. Puede coincidir o no con el domicilio.
Habitación: es el lugar donde, accidentalmente reside una persona; o sea que no vive ahí
normalmente, sino que lo hace en forma momentánea (ej; pasar unos días en un hotel).
Caracteres
Sus caracteres son:
 Es legal: pues está fijado por la ley
 Es necesario: pues toda persona lo tiene, nadie puede carecer de él ( aunque sea
tendrá el de origen).
 Es único: pues cada persona tiene un solo domicilio general a los efectos jurídicos
(aunque puede tener más de un domicilio especial).
 Es inalienable: e imprescriptible.
Especies
El domicilio puede ser: general o especial.
El domicilio general sirve para la generalidad de las relaciones jurídicas de la persona. El
especial, para algunas específicamente determinadas.
Dentro del domicilio general encontramos el: a. real y el b. legal (donde se incluye el de
origen)
Real
General
Legal
Domicilio
Especial

El domicilio real:
ARTICULO 73.- Domicilio real. La persona humana tiene domicilio real en el lugar de su residencia habitual.
Si ejerce actividad profesional o económica lo tiene en el lugar donde la desempeña para el cumplimiento de las
obligaciones emergentes de dicha actividad.
Es el lugar donde la persona tiene establecida su residencia habitual. Y, si ejerce actividad
profesional o económica, lo tiene en el lugar donde la desempeña, para el cumplimiento de
las obligaciones emergentes de dicha actividad (art. 73 CC y C).
Características del domicilio real:
El domicilio real presenta las siguientes características:
 Es voluntario: porque lo establece donde desea la propia persona.
 Es mutable: porque la persona puede cambiar las veces que quiera de domicilio-
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 Es inviolable: (Const. Nacional art. 18)


El domicilio legal:
ARTICULO 74.- Domicilio legal. El domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en
contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de
sus obligaciones. Sólo la ley puede establecerlo, y sin perjuicio de lo dispuesto en normas especiales:
a) los funcionarios públicos, tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir sus funciones, no siendo
éstas temporarias, periódicas, o de simple comisión;
b) los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar en que lo están prestando;
c) los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tienen domicilio conocido, lo tienen
en el lugar de su residencia actual;
d) las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus representantes.
Es el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en contra, que una persona
determinada reside de una manera permanente para el ejercicio de sus derechos y el
cumplimiento de sus obligaciones, aunque de hecho no esté presente allí. Ej: la ley presume
que un funcionario público tiene su domicilio en el lugar donde cumple sus funciones.
Caracteres del domicilio legal
El domicilio legal presenta las siguientes características:
 Es forzoso: es impuesto por la ley independientemente de la voluntad de la persona.
 Es excepcional: sólo se aplica en los casos enumerados por la ley
 A veces es ficticio: en el domicilio legal la ley presume que la persona tiene su
residencia en un lugar determinado; pero al decir ―aunque de hecho no esté allí
presente‖, vemos que admite el hecho de que la persona no resida realmente en ese
lugar.
Casos enumerados en el art 73 CC y C:
a) los funcionarios públicos, tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir sus
funciones, no siendo éstas temporarias, periódicas, o de simple comisión;
b) los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar en que lo están prestando;
c) los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tienen domicilio
conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual;
d) las personas incapaces lo tienen en el domicilio de sus representantes .
Domicilio de origen (es un caso de domicilio legal)
El domicilio de origen, es el lugar del domicilio del padre, en el día del nacimiento de esa
persona. La importancia jurídica que tiene el domicilio de origen es para determinar el
domicilio de una persona que estando domiciliada en el extranjero, abandona ese país sin
ánimo de regresar; en este supuesto la persona tendrá el domicilio de su nacimiento, es
decir; su domicilio de origen.
El domicilio especial (art. 75 CC y C):
ARTICULO 75.- Domicilio especial. Las partes de un contrato pueden elegir un domicilio para el ejercicio
de los derechos y obligaciones que de él emanan.
Es el llamado domicilio contractual o convencional: Es el que fijan las parte, de común
acuerdo, para todos los efectos legales de dicho acto jurídico.
Domicilio ignorado
ARTICULO 76.- Domicilio ignorado. La persona cuyo domicilio no es conocido lo tiene en
el lugar donde se encuentra; y si éste también se ignora en el último domicilio conocido.
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C) Estado
El estado es la posición jurídica de una persona con relación a algo; por ejemplo: con
relación a sí misma, con relación a la sociedad, con relación a la familia, etc.. Se puede
determinar desde distintos puntos de vista:
 Con relación a la persona en sí misma: se toma en cuenta el sexo (masculino
o femenino); la edad (mayor o menor); si es civil o militar, etc.
 Con relación a la sociedad: (estado político): se toma en cuenta si es
nacional o extranjero; si está domiciliado en el país o no, etc.
 Con relación a la posición que ocupa dentro de la familia (estado civil); se
toma en cuenta si es casado o soltero, viudo, separado o divorciado; si es
padre o hijo etc. Este punto de vista es que nos interesa en la materia.
¿Cuál es la importancia práctica del estado?: En base a su estado civil, las personas
pueden adquirir determinados derechos o contraer determinadas obligaciones. Ej: el estado
de casados crea entre los cónyuges determinados derechos y obligaciones que no tienen los
concubinos; el parentesco determina la existencia y orden de prelación en la herencia: etc.
Prueba del estado civil
Antiguamente, en nuestro país los hechos constitutivos del estado civil se probaban por las
partidas parroquiales, ya que la Iglesia Católica asentaba los nacimientos, casamientos y
defunciones. Con el correr del tiempo, este sistema resultó insuficiente, pues debido a las
diversas corrientes migratorias que llegaron a nuestro país, personas de otras religiones no
accedían a las Parroquias para realizar bautismos, casamientos, etc; y tampoco quienes no
practicaban ninguna religión.
En el anterior Código Civil, Vélez Sárfield preveía la creación de Registros oficiales, que a
partir de l880 se fueron instalando en las diversas Provincias.
En 1963 se organizó el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, que tiene
jurisdicción en todo el País y en el cual se asientan (además del Registro Civil en cada
Provincia), todos los actos relacionados con el estado civil de las personas.
En los Registros Civiles se llevan los siguientes libros: de nacimientos; de defunciones; de
matrimonios y de incapacidades.
Las partidas
Partidas del Registro del Estado Civil y Capacidad de las personas; son los asientos que se
llevan en los libros de dicho Registro, y las copias que de ellos se saquen según el
procedimiento que indica la ley.
Las partidas (y sus copias) son Instrumentos Públicos, pues ellas son extendidas por
funcionarios públicos (los funcionarios del Registro) en la forma determinada por la ley.
Ellas hacen plena fe de su contenido, en cuanto a los hechos ocurridos en presencia del
oficial público.
Las partidas del Registro Civil son el medio de prueba de los hechos relativos al estado
civil que se hayan producido en la Argentina.
Requisitos de las partidas
Las partidas, ya que son Instrumentos públicos deben reunir los requisitos propios de éstos
(capacidad, competencia del oficial público que otorga el acto y observancia de las
formalidades que indica la ley), y además otros requisitos propios, como ser: registrarse en
los libros correspondientes, en orden numérico y cronológico; ser firmadas por el oficial
público y las personas intervinientes, previa lectura del texto; consignar los datos
personales de los intervinientes, etc.
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D) Capacidad
Concepto: Es, el grado de aptitud de la persona para ser titular de derechos y deberes
jurídicos y para el ejercicio de las facultades que emanan de esos derechos o el
cumplimiento de las obligaciones que implican los mencionados deberes.
Hay dos tipos de capacidad:
a. Capacidad de derecho (art 22 CC y C): aptitud para ser titular de un derecho o de
una obligación. Toda persona humana posee la capacidad de derecho, aunque la ley
en ciertos casos puede privar o limitar esta capacidad, pero solamente respecto de
ciertos actos jurídicos en particular.
ARTICULO 22.- Capacidad de derecho. Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes
jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos jurídicos determinados
b. Capacidad de ejercicio (capacidad de hecho) (art. 23 y sgs. C.C.yC.): aptitud
para ejercer por sí mismo los derechos y las obligaciones de las que se es titular.
Estas capacidades tienen limitaciones que se denominan incapacidades (incapacidad de
derecho o incapacidad de hecho)
a. Capacidad e incapacidad de derecho
Toda persona humana es capaz de derecho, y sólo deja de serlo cuando la ley en ciertos
casos se lo prohíbe; de manera que: la capacidad de derecho es la regla, y la incapacidad de
derecho es la excepción (art. 22 C.C. y C.).
Se habla de incapacidad de derecho, cuando la ley prohíbe a una persona ser titular de un
derecho.
La incapacidad de derecho está fundada en razones morales, pues las prohibiciones recaen
sobre actos que, de realizarse, serían contrarios a la moral (pues podría producirse un
aprovechamiento inmoral por parte de alguna de las partes ). Por ej: No puede realizar una
compraventa el padre con su hijo menor de edad. No puede contraer matrimonio el autor o
cómplice de homicidio de uno de los cónyuges, etc-
En virtud de lo dicho, cuando un incapaz de derecho celebra el acto que le está prohibido,
la ley considera nulo dicho acto. La incapacidad de derecho no puede ser salvada por medio
de un representante.
La incapacidad de derecho es siempre relativa, nunca es absoluta. Esto significa que la
prohibición de ser titular de un derecho siempre estará referida a un derecho determinado,
pero nunca a todos los derechos.
b. Capacidad e incapacidad de ejercicio (arts 23 y 24 CC y C)
ARTICULO 23.- Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus derechos,
excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia judicial.
La persona humana no sólo es titular de derechos, sino que también puede ejercerlos por sí
misma. La capacidad de ejercicio, entonces, es la facultad que tiene para ejercer por sí esos
derechos y deberes jurídicos de los cuales es titular.
Incapacidad de ejercicio
La capacidad de ejercicio es la aptitud para ejercer por sí mismo los derechos. Pero en
ciertos casos, la ley limita esa capacidad (incapacidad de ejercicio) y con el fin de proteger
al incapaz, no le permite ejercer por sí mismo sus derechos y sólo le permite actuar por
medio de su representante legal (padres, tutor; curador, etc).
Dichas incapacidades pueden estar expresamente previstas en el Código (art. 24)-a lo que
agregamos: en otras leyes-, o bien surgir de una sentencia judicial.
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Ejemplo: Un menor es propietario de una casa, y la ley, en razón de su minoridad e


inmadurez (causal de incapacidad de hecho) y con el fin de protegerlo no le permite ejercer
ciertos derechos derivados de la propiedad, es decir, no le permite venderla, donarla,
alquilarla etc; y sólo lo podrá hacer por medio de su representante legal.
ARTICULO 24.- Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:
a) la persona por nacer;
b) la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance dispuesto en la
Sección 2ª de este Capítulo;
c) la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa decisión.
Los menores de edad y adolescentes
Expresa el art. 25 del CC y C:‖ Menor de edad y adolescente. Menor de edad es la persona
que no ha cumplido dieciocho años.
Este Código denomina adolescente a la persona menor de edad que cumplió trece años.
Hasta la edad de 18 años se es incapaz; pero esta situación de incapacidad de los menores,
hasta que llegan a la mayoría de edad, no es exactamente la misma; es decir, hay distintas
categorías de menores.
El Código denomina genéricamente "menores de edad" a todas las personas desde el
nacimiento hasta los dieciocho años. A su vez, dentro de las personas menores de edad
existen dos categorías: "niñas y niños" (o bien "niños", llamados genéricamente), que van
desde el nacimiento hasta los trece años cumplidos; y "adolescentes", desde los trece años
hasta la mayoría de edad a los dieciocho años. Por ello, al referirse a las personas menores
de edad, el Código utiliza la denominación "niña, niño y adolescente" (o bien "niños y
adolescentes"). Y, a los adolescentes en dos categorías (entre 13 y 16 años; y entre 16 y 18
años).
Los representantes de los menores son sus padres, y en caso de ausencia de éstos, se les
deberá nombrar un tutor.
ARTICULO 26.- Ejercicio de los derechos por la persona menor de edad. La persona menor de edad ejerce
sus derechos a través de sus representantes legales.
No obstante, la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que le son
permitidos por el ordenamiento jurídico. En situaciones de conflicto de intereses con sus representantes
legales, puede intervenir con asistencia letrada.
La persona menor de edad tiene derecho a ser oída en todo proceso judicial que le concierne así como a
participar en las decisiones sobre su persona.
Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir por sí respecto de
aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud o provocan un riesgo
grave en su vida o integridad física.
Si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en riesgo la integridad o la
vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia de sus progenitores; el conflicto entre
ambos se resuelve teniendo en cuenta su interés superior, sobre la base de la opinión médica respecto a las
consecuencias de la realización o no del acto médico.
A partir de los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para las decisiones atinentes al
cuidado de su propio cuerpo.
Cesación de la incapacidad de los menores
La incapacidad de los menores, cesa por haber alcanzado la mayoría de edad,o por haberse
emancipado por matrimonio.
A partir de los 18 años la persona pasa a ser capaz y está habilitada para el ejercicio de
todos los actos de la vida civil, sin depender de formalidad alguna o autorización de los
padres, tutores o jueces.
Y La celebración del matrimonio antes de los dieciocho años emancipa a la persona menor
de edad.
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La persona emancipada goza de plena capacidad de ejercicio con las limitaciones previstas
en este Código (art. 27 CC y C).
Si bien la edad legal para contraer matrimonio es a los dieciocho años (art. 403 inc. f, se
podrá contraer matrimonio válido antes de los 16 años previa dispensa judicial.
La decisión judicial debe tener en cuenta la edad y grado de madurez alcanzados por la
persona, referidos especialmente a la comprensión de las consecuencias jurídicas del acto
matrimonial (art. 404).
Sin embargo la capacidad del menor emancipado tiene ciertas limitaciones, que establece el
art 28 CC y C.:
ARTICULO 28.- Actos prohibidos a la persona emancipada. La persona emancipada no puede, ni con autorización
judicial:
a) aprobar las cuentas de sus tutores y darles finiquito;
b) hacer donación de bienes que hubiese recibido a título gratuito;
c) afianzar obligaciones.
Menor con título profesional habilitante
ARTICULO 30.- Persona menor de edad con título profesional habilitante. La persona menor de edad que ha
obtenido título habilitante para el ejercicio de una profesión puede ejercerla por cuenta propia sin necesidad
de previa autorización. Tiene la administración y disposición de los bienes que adquiere con el producto de
su profesión y puede estar en juicio civil o penal por cuestiones vinculadas a ella.
Personas con capacidad restringida
Como forma de protección a los derechos de ciertas personas, el juez puede limitar el
ejercicio de sus derechos (restricción a la capacidad de ejercicio), a ciertas personas que se
encuentren en una situación de alteración de su equilibrio mental. Y, cuando esa alteración
fuese de tal gravedad que no le permitan ―interaccionar con su entorno y expresar su
voluntad de cualquier modo……, y el sistema de apoyos resulte ineficaz, el juez puede
declarar la incapacidad y designar un curador‖.
Art. 31. Reglas generales. La restricción al ejercicio de la capacidad jurídica se rige por las
siguientes reglas generales:
a) la capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume, aun cuando se encuentre
internada en un establecimiento asistencial;
b) las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional y se imponen siempre en beneficio
de la persona;
c) la intervención estatal tiene siempre carácter interdisciplinario, tanto en el tratamiento como en
el proceso judicial;
d) la persona tiene derecho a recibir información a través de medios y tecnologías adecuadas para
su comprensión;
e) la persona tiene derecho a participar en el proceso judicial con asistencia letrada, que debe ser
proporcionada por el Estado si carece de medios;
f) deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos restrictivas de los derechos y libertades.
Personas a las cuales se les puede restringir su capacidad de ejercicio (art. 32 CC yC)
El juez puede restringir la capacidad para determinados actos de una persona mayor de
trece años que padece una adicción o una alteración mental permanente o prolongada, de
suficiente gravedad, siempre que estime que del ejercicio de su plena capacidad puede
resultar un daño a su persona o a sus bienes.
En relación con dichos actos, el juez debe designar el o los apoyos necesarios que prevé el
artículo 43, especificando las funciones con los ajustes razonables en función de las
necesidades y circunstancias de la persona.
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(Se entiende por apoyo cualquier medida de carácter judicial o extrajudicial que facilite a la
persona que lo necesite la toma de decisiones para dirigir su persona, administrar sus bienes
y celebrar actos jurídicos en general.)
El o los apoyos designados deben promover la autonomía y favorecer las decisiones que
respondan a las preferencias de la persona protegida.
Por excepción, cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada de
interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato
adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz, el juez puede declarar la incapacidad y
designar un curador.
Art. 44. Actos posteriores a la inscripción de la sentencia. Son nulos los actos
de la persona incapaz y con capacidad restringida que contrarían lo dispuesto en
la sentencia realizados con posterioridad a su inscripción en el Registro de Estado
Civil y Capacidad de las Personas.
Art. 45. Actos anteriores a la inscripción. Los actos anteriores a la inscripción
de la sentencia pueden ser declarados nulos, si perjudican a la persona incapaz o
con capacidad restringida, y se cumple alguno de los siguientes extremos:
a) la enfermedad mental era ostensible a la época de la celebración del acto;
b) quien contrató con él era de mala fe;
c) el acto es a título gratuito.
Cesación de la incapacidad. Rehabilitación
En el caso de que la persona con capacidad restringida el demente se curase totalmente de
su enfermedad, se deberá promover un proceso de rehabilitación y comprobada la cura
total, el juez dictará la sentencia rehabilitándolo y cesando la incapacidad.
El cese de la incapacidad o de la restricción a la capacidad debe decretarse por el juez que la declaró, previo
examen de un equipo interdisciplinario integrado conforme a las pautas del artículo 37, que dictamine sobre
el restablecimiento de la persona.
Si el restablecimiento no es total, el juez puede ampliar la nómina de actos que la persona puede realizar por
sí o con la asistencia de su curador o apoyo.(art.47 CC y C)
Los Inhabilitados (arts. 48/49 y 50 CC y C)
Los inhabilitados son considerados por nuestro derecho, como incapaces relativos de
ejercicio- es decir que no podrá realizar por sí mismo algunos actos jurídicos fijados por
ley)
Pueden ser inhabilitados los pródigos (aquél imprudente que dilapida y gasta alocadamente
sus bienes, exponiéndose y exponiendo a su familia a la pérdida del patrimonio). Esta
inhabilitación debe ser declarada judicialmente; y establecida, el juez designará un apoyo
que será el encargado de administrar los bienes del inhabilitado.
Art. 48.- Pródigos. Pueden ser inhabilitados quienes por la prodigalidad en la gestión de sus bienes
expongan su cónyuge, conviviente o a sus hijos menores de edad o con discapacidad a la pérdida del
patrimonio. A estos fines, se considera persona con discapacidad, a toda persona que padece una alteración
funcional permanente o prolongada, física o mental, que en relación a su edad y medio social implica
desventajas considerables para su integración familiar, social, educacional o laboral. La acción sólo
corresponde al cónyuge, conviviente y a los ascendientes y descendientes.
Art. 49. Efectos. La declaración de inhabilitación importa la designación de un apoyo, que debe asistir al
inhabilitado en el otorgamiento de actos de disposición entre vivos y en los demás actos que el juez fije en la
sentencia.
Los penados
El art 12 del Código Penal establece que la prisión y la reclusión por más de 3 años,
importan, además de la privación de la libertad- mientras dure la pena, la privación de:
 La patria potestad (derechos y deberes que le corresponden a los padres respecto de
sus hijos)
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 La administración de sus bienes ( ej: no puede alquilar sus inmuebles)


 Tampoco disponer de sus bienes por actos entre vivos ( ej: no puede celebrar una
compraventa); pero sí puede hacer testamento..
Esta limitación de la capacidad no es un castigo para el penado, sino a fin de proteger
sus bienes, ya que estando privado de su libertad no puede atender correctamente la
administración y disposición de sus bienes.

E) Patrimonio
Concepto:
El patrimonio es el conjunto de bienes con valor económico de una persona
En el concepto quedan comprendidos, las cosas (objetos materiales con valor económico), y
los derechos patrimoniales (Derechos Reales; Derechos Creditorios y derechos
Intelectuales).
Cosas:” los objetos materiales susceptibles de tener un valor”. Las disposiciones referentes
a las cosas son aplicables a las energías y a las fuerzas naturales susceptibles de
apropiación. Ya que si bien la energía (eléctrica, nuclear, eólica etc.), no son propiamente
cosas, pues carecen de materialidad, a los efectos legales se las asimila, a los efectos
jurídicos, a las cosas, como elementos integrantes del patrimonio de las personas.
Art. 15. Titularidad de derechos. Las personas son titulares de los derechos individuales sobre los bienes que
integran su patrimonio conforme con lo que se establece en este Código.
Art. 16. Bienes y cosas. Los derechos referidos en el primer párrafo del artículo
15 pueden recaer sobre bienes susceptibles de valor económico. Los bienes materiales se llaman cosas. Las
disposiciones referentes a las cosas son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser
puestas al servicio del hombre.
Características y elementos que lo componen
Derechos patrimoniales: Son los bienes inmateriales susceptible de tener un valor
económico.
Los Derechos patrimoniales son:
 Los Derechos reales: son los que crean una relación directa de una persona con una
cosa. Este concepto es propio de una doctrina tradicional, ya casi desechada por
otras teorías que analizaremos en la unidad referida a los Derechos Reales.
 Los derechos intelectuales: formados por lo que el hombre ha creado con su
inteligencia, y que puede aprovechar económicamente ( obras literarias; patentes de
inventos, Registro de marcas etc). Tema que analizaremos en la unidad
correspondiente a ―Los Derechos Intelectuales‖.
 Los Derechos creditorios (u obligaciones); Que es la relación jurídica que existe
entre un sujeto llamado deudor y otro llamado acreedor, por la cual el primero está
compelido a cumplir a favor del segundo una prestación de valor económico, que
puede ser de dar, hacer o no hacer. También los estudiaremos más adelante.

CLASIFICACIÓN DE LAS COSAS (CONSIDERADAS EN SÍ MISMAS)


( Arts 225 a 234 CC y C)
Art. 225. Inmuebles por su naturaleza.
Art. 226. Inmuebles por accesión.
Art. 227. Cosas muebles
Art. 228. Cosas divisibles.
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Art. 229. Cosas principales.


Art. 230. Cosas accesorias.
Art. 231. Cosas consumibles
Sección 2ª Bienes con relación a las personas
Art. 235. Bienes pertenecientes al dominio público.
Art. 236. Bienes del dominio privado del Estado.
Art. 237. Determinación y caracteres de las cosas del Estado. Uso y goce.
Art. 238. Bienes de los particulares
Art. 239. Aguas de los particulares.
Sección 3ª. Bienes con relación a los derechos de incidencia colectiva
Art. 240. Límites al ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes.
Art. 241. Jurisdición

1. Muebles e inmuebles
2. fungibles y no fungibles.
3. consumibles y no consumibles.
4. divisibles e indivisibles.
5. principales y accesorias.
6. dentro y fuera del comercio

1) Muebles e Inmuebles
 Cosas muebles: Son las que se pueden trasladar de un lugar a otro (
ya sean que se muevan por sí mismas, o que lo hagan por una fuerza exterior
a ellas) (art. 227 CC y C).
 Cosas inmuebles: Son cosas inmuebles aquellas que están
inmovilizadas, eso es que no pueden ser movidas de un lugar a otro, por una
fuerza exterior o por sí mismas (arts. 225 y 226 CC y C)
Clasificación de los inmuebles
La ley reconoce distintas clases de inmuebles:
A) Cosas inmuebles por su naturaleza
Son inmuebles por su naturaleza las cosas que se encuentran por sí mismas inmovilizadas,
como el suelo y todas las partes sólidas o fluidas que forman su superficie y profundidad:
todo lo que está incorporado al suelo de una manera orgánica, todo lo que se encuentra bajo
el suelo sin el hecho del hombre. (art. 225 CC y C)‖
De modo pues que además del suelo mismo, son inmuebles los árboles, los ríos, los
minerales que están bajo tierra.
Pero es necesario aclarar que, una vez separados del suelo los elementos que la ley
considera inmuebles por naturaleza, como los minerales, los árboles, o una cosecha, se
convierten en muebles, pues a partir de ese momento pueden ser desplazados de un lugar a
otro.
B) Cosas inmuebles por accesión:
Dice el Código Civil y Comercial: Art. 226. Inmuebles por accesión. Son inmuebles por
accesión las cosas muebles que se encuentran inmovilizadas por su adhesión física al
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suelo, con carácter perdurable. En este caso, los muebles forman un todo con el inmueble y
no pueden ser objeto de un derecho separado sin la voluntad del propietario.
No se consideran inmuebles por accesión las cosas afectadas a la explotación del inmueble
o a la actividad del propietario.
Por lo quedan comprendidos en esta categoría, los edificios y sus cimientos. Salvo de que
se trate de construcciones que no tienen finalidad de permanecer indefinidamente (carpa de
un circo; stand de una exposición).
Ese carácter de inmuebles por accesiones transmiten a todas las cosas que siendo por
naturaleza ―muebles‖, contribuyen a formar la unidad definida como ―edificio‖ (puertas,
herrajes, vidrios etc). Y naturalmente, si alguna vez son separados del mismo, retoman su
calidad original de cosas muebles.
Clasificación de los muebles
Muebles por su naturaleza:
Dice el art Art. 227 del CC y C.: Cosas muebles. Son cosas muebles las que pueden
desplazarse por sí mismas o por una fuerza externa.
Podríamos completar la definición, diciendo: ―Son también muebles todas las partes sólidas
o fluidas del suelo, separadas de él, como las piedras, tierra, metales, etc.; las
construcciones asentadas en la superficie del suelo con un carácter provisorio; los tesoros,
monedas, y otros objetos puestos bajo del suelo; los materiales reunidos para la
construcción de edificios mientras no estén empleados; los que provengan de una
destrucción de los edificios, aunque los propietarios hubieran de construirlos
inmediatamente con los mismos materiales; todos los instrumentos públicos o privados de
donde constare la adquisición de derechos personales‖.
C) Semovientes y locomóviles
Las cosas muebles que se trasladan por sí mismas se llaman ―semovientes‖ ( por ej: los
animales); las que se trasladan por medio de una tracción artificial se denominan
―locomóviles‖ (automóviles, arts para el hogar etc).
Originariamente el régimen jurídico de estas dos clases era idéntico al resto de las cosas
muebles, pero en la actualidad, dada su importancia económica y por ende la necesidad de
dar seguridad en sus transacciones, han inducido a importantes reformas especialmente
respecto al modo en como se transmite su dominio.
D) Cosas muebles registrables y cosas muebles no registrables
Todos los inmuebles son cosas registrables, puesto que necesariamente deben inscribirse en
el Registro Público de la Propiedad inmueble, salvo que pertenezcan al dominio público
(art 10 Ley 17.801)
En cambio, en principio, para los muebles no existe tal obligación; pero por excepción
algunos deben ser inscriptos en registros especiales que corresponden a determinadas
categorías de cosas muebles. Así existen Registros de aeronaves; buques, automotores,
caballos de pura sangre de carreras, llevados por el Estado (nacional o provincial), o incluso
por entidades privadas, como sucede con los caballos de carreras.
En la actualidad, dada la importancia económica de ciertos bienes muebles, se justifica la
necesidad de la registración , con la finalidad de tutelar y publicitar los derechos sobre esas
cosas y sus transferencias o gravámenes.
Importancia de la distinción
Desde distintos aspectos interesa distinguir las cosas en muebles e inmuebles:
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 Por la ley aplicable: Todo lo referente a inmuebles se rige por la ley del lugar
donde están ubicados; los muebles por la ley del domicilio de su dueño.
 En cuanto a las formalidades para su enajenación: las cosas inmuebles
requieren escritura pública, tradición de la cosa y la inscripción registral (para que
tenga efectos respecto de terceros). En cambio para las cosas muebles, en general,
basta la simple tradición.
 En cuanto a la prescripción: Las cosas inmuebles se adquieren por la posesión
continuada durante diez, o veinte años (arts. 1898 y 1899 CC yC). Las cosas
muebles se adquieren por la simple posesión de ellas, de buena fe, salvo que la cosa
sea robada o perdida, en cuyo caso se requerirá 2 años.
 En cuanto al régimen legal de las obligaciones de dar cosas ciertas, es muy
distinto si se trata de una cosa mueble de si se trata de un inmueble.
 En cuanto a la posibilidad de gravar una y otra cosa: los inmuebles pueden ser
objeto de una hipoteca, y los muebles de una prenda. etc
2) Fungibles y no fungibles:
Fungibles (art. 232 CC y C): Son las cosas que se pueden sustituir por otras de igual
calidad y cantidad. En otras palabras, fungibles son las cosas iguales – por ej: dos botellas
de cerveza de la misma marca y calidad; dos billetes de $100, etc.
No fungibles: Son aquellas que no pueden sustituirse las unas por las otras, porque están
dotadas de características propias, que impiden que puedan ser reemplazadas por otras ( por
ej: un famoso cuadro; un caballo de carreras etc).
La importancia práctica de esta clasificación: reside en que en las obligaciones de dar, pues
si alguien se obligó a dar una cosa no fungible, sólo se liberará entregando dicha cosa y no
otra (porque no existe otra igual).
3) Consumibles y no consumibles
Consumibles (art. 231 CC y C): son las cosas que desaparecen, se extinguen o se
consumen con el primer uso (ej: el dinero, el vino, el maíz, la yerba , y todas las bebidas y
alimentos, pues no pueden ser usados sin ser consumidos.
No consumibles: Los que permiten sucesivos usos, aunque pueden deteriorarse con el
tiempo (ej: la ropa, los muebles de una casa, los libros etc).
El interés de esta clasificación se advierte al considerar que ciertos actos deben referirse
exclusivamente sea a cosas consumibles, sea a cosas no consumibles.
Así el usufructo tiene por objeto sólo cosas de ésta última clase, puesto que el usufructuario
puede usar y gozar de una cosa ajena sin alterar su sustancia (conf. Art 2807 C.C.).
Igualmente el mutuo y el comodato son contratos de préstamo que deben versar
respectivamente sobre cosas consumibles o no consumibles. En el primer caso el prestatario
o mutuario adquiere el derecho de disponer de la cosa, pues de lo contrario el préstamo no
le serviría de nada, y consiguientemente se desobligará por equivalente, devolviendo las
cosas de la misma calidad que las recibidas con anterioridad. En el segundo caso el
comodatario está obligado a conservar la misma cosa recibida para restituirla
oportunamente a su dueño.
4) Divisibles e indivisibles:
Divisible: Para el art Art. 228. Cosas divisibles. Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en
porciones reales sin ser destruidas, cada una de las cuales forma un todo homogéneo y análogo tanto a las
otras partes como a la cosa misma.
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Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en antieconómico su uso y


aprovechamiento. En materia de inmuebles, la reglamentación del fraccionamiento parcelario corresponde a
las autoridades locales.
Ej: la tierra, las cantidades de cosas, y especialmente el dinero.
Las cosas indivisibles no están definidas por el codificador. Pero es claro que oponiéndose
a las divisibles, son las que carecen de la calidad que se reconoce en éstas. Por tanto si la
partición material de la cosa no obtiene partes homogéneas y análogas al todo, la cosa es
indivisible, por ej: los edificios, los animales y en general las cosas muebles consideradas
en su individualidad, como mesas sillas, libros, vestimenta etc
Criterios de divisibilidad
Sería más conveniente hablar de criterios de indivisibilidad, y a contrario sensu
obtendremos los consiguientes criterios de divisibilidad:
Podemos agrupar los criterios de indivisibilidad en tres items:
1. Indivisibilidad por naturaleza: Con este criterio, una cosa es indivisible, cuando
fraccionada pierde su naturaleza(su esencia), así un automóvil es indivisible pues
fraccionado deja de ser automóvil para ser una serie de partes de un automóvil
2. Indivisibilidad económica: Según este criterio las cosas se reputarán indivisibles si
la partición de ellas redunda en una disminución de su valor económico, como
puede ocurrir con las colecciones, las piedras preciosas- ya que sumadas
individualmente las partes obtenidas por su fraccionamiento no equiparan el valor
que tenía cuando era un todo ( y no se encontraba dividida).
3. Indivisibilidad por la pérdida de su utilidad: Es el que surge del final del art. 228.
Este criterio apunta especialmente a establecer que ciertas superficies de terrenos no
se puedan subdividir más porque tornarían imposible su utilidad para construir;
como en campos para evitar el minifundio.
Interés de la distinción: entre las cosas divisibles e indivisibles se advierte con motivo de
la partición de cosas comunes; por ej: partición de herencias; división de condominio, etc; y
con relación al régimen de las obligaciones divisibles e indivisibles.
5) Principales y accesorias (arts. 229 y 230 CC y C)
Concepto:
Puede haber entre las cosas, no obstante su individualidad inconfundible, cierta relación
que las vincule de tal manera que no sea posible concebir la existencia de alguna de ellas,
sin la previa existencia de otras.
Según el art Art. 229. Cosas principales. Son cosas principales las que pueden existir por sí mismas.
Por oposición a ellas Art. 230. Cosas accesorias. Son cosas accesorias aquellas cuya existencia y
naturaleza son determinadas por otra cosa de la cual dependen o a la cual están adheridas. Su régimen
jurídico es el de la cosa principal, excepto disposición legal en contrario.
Si las cosas muebles se adhieren entre sí para formar un todo sin que sea posible distinguir la accesoria de la
principal, es principal la de mayor valor. Si son del mismo valor no hay cosa principal ni accesoria.
De ahí que las cosas accesorias no tengan un régimen propio y autónomo sino que deban
seguir la suerte de la cosa principal a la cual están adheridas o de la cual dependen. Su
régimen jurídico se basa en el principio de que “lo accesorio sigue la suerte de lo
principal” Una de las consecuencia de este principio que reza: La obligación de dar cosas
ciertas comprende todos los accesorios de éstas, aunque en los títulos no se mencionen, o
aunque momentáneamente hayan sido separados de ellas. Ej: Las llaves del auto serían
accesorios, en tanto que el auto sería la cosa principal
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Frutos y productos: Clases


Art. 233. Frutos y productos. Frutos son los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin que se
altere o disminuya su sustancia.
Frutos naturales son las producciones espontáneas de la naturaleza.
Frutos industriales son los que se producen por la industria del hombre o la cultura de la tierra.
Frutos civiles son las rentas que la cosa produce.
Las remuneraciones del trabajo se asimilan a los frutos civiles.
Productos son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa alteran o disminuyen su
sustancia.
Los frutos naturales e industriales y los productos forman un todo con la cosa, si no son separados.
Los frutos se definen como, las cosas nuevas que regular y periódicamente produce una
cosa existente, sin alteración ni disminución de su sustancia. Ejemplos: las crías de ganado;
los frutos vegetales etc.
Clasificación
Los frutos pueden clasificarse en:
 Frutos naturales: son los que la cosa produce espontáneamente y sin intervención
principal del hombre. Ej: la leche de los animales.
 Frutos industriales: son los que la cosa produce, mediante la acción principal del
hombre. Ej: cosecha de yerba mate; las flores de un vivero.
 Frutos civiles: son las rentas provenientes del uso o del goce de las cosas, así como
las que se obtienen en el carácter de salario correspondiente al trabajo material, o de
honorarios compensatorios del trabajo de las ciencias.
Los productos son las cosas que se extraen de una cosa existente, la cual no los vuelve a
producir, y queda disminuida o alterada en su sustancia a consecuencia de la separación de
aquellos: Por ej: Los minerales extraídos de una mina.
Bienes dentro y fuera del comercio
Dentro del comercio: son las cosas cuya enajenación no fuera expresamente prohibida o
no dependiese de una autorización pública.
Fuera del comercio: las cosas cuya enajenación esté expresamente prohibida (ej: bienes
del dominio público del Estado) o dependiese de una autorización pública (ej: los bienes del
menor, pues el tutor necesita autorización del juez para enajenarlos).
Art. 234. Bienes fuera del comercio. Están fuera del comercio los bienes cuya transmisión está expresamente
prohibida:
a) por la ley;
b) por actos jurídicos, en cuanto este Código permite tales prohibiciones
Clasificación de los bienes con relación a las persona a
quienes pertenecen
Tomando en cuenta a quien pertenecen, los bienes se clasifican en:
Bienes públicos del Estado (art 235 CC y C)
Los bienes públicos del Estado están afectados al uso y goce de todos los habitantes y están
fuera del comercio. Por sus caracteres son: Inalienables; imprescriptibles y de uso gratuito.
El Estado puede hacer cesar esa afectación al uso común, desafectándolos por medio de una
ley o por decisión y declaración del Poder Ejecutivo
Art. 235. Bienes pertenecientes al dominio público. Son bienes pertenecientes al dominio público, excepto lo
dispuesto por leyes especiales:
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a) el mar territorial hasta la distancia que determinen los tratados internacionales y la legislación especial,
sin perjuicio del poder jurisdiccional sobre la zona contigua, la zona económica exclusiva y la plataforma
continental. Se entiende por mar territorial el agua, el lecho y el subsuelo;
b) las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos, ancladeros y las playas marítimas; se entiende
por playas marítimas la porción de tierra que las mareas bañan y desocupan durante las más altas y más
bajas mareas normales, y su continuación hasta la distancia que corresponda de conformidad con la
legislación especial de orden nacional o local aplicable en cada caso;
c) los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales, los lagos y lagunas
navegables, los glaciares y el ambiente periglacial y toda otra agua que tenga o adquiera la aptitud de
satisfacer usos de interés general, comprendiéndose las aguas subterráneas, sin perjuicio del ejercicio
regular del derecho del propietario del fundo de extraer las aguas subterráneas en la medida de su interés y
con sujeción a las disposiciones locales. Se entiende por río el agua, las playas y el lecho por donde corre,
delimitado por la línea de ribera que fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias. Por lago o laguna
se entiende el agua, sus playas y su lecho, respectivamente, delimitado de la misma manera que los ríos;
d) las islas formadas o que se formen en el mar territorial, la zona económica exclusiva, la plataforma
continental o en toda clase de ríos, estuarios, arroyos, o en los lagos o lagunas navegables, excepto las que
pertenecen a particulares;
e) el espacio aéreo suprayacente al territorio y a las aguas jurisdiccionales de la Nación Argentina, de
conformidad con los tratados internacionales y la legislación especial;
f) las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública construida para utilidad o
comodidad común;
g) los documentos oficiales del Estado;
h) las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos.
Bienes privados del Estado (art 236 C. C. y C.)
Sobre los Bienes privados del Estado tiene un derecho de propiedad., al igual que cualquier
particular, pero la enajenación de estos bienes está regulada por el derecho Administrativo.
En general, los bienes privados del Estado son prescriptibles, embargables (salvo que estén
afectados a un servicio público), y enajenables (si se cumplen las exigencias de las leyes
administrativas para ello).
Art. 236. Bienes del dominio privado del Estado. Pertenecen al Estado nacional, provincial o municipal, sin
perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales:
a) los inmuebles que carecen de dueño;
b) las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas, sustancias fósiles y toda otra de interés similar, según lo
normado por el Código de Minería;
c) los lagos no navegables que carecen de dueño;
d) las cosas muebles de dueño desconocido que no sean abandonadas, excepto los tesoros;
e) los bienes adquiridos por el Estado nacional, provincial o municipal por cualquier título.
Bienes y aguas de los particulares ( arts. 238 y 239 CC yC)
Art. 238. Bienes de los particulares. Los bienes que no son del Estado nacional, provincial, de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires o municipal, son bienes de los particulares sin distinción de las personas que
tengan derecho sobre ellos, salvo aquellas establecidas por leyes especiales.
La regla general es que todos los bienes que no son de la Nación, de las provincias, de las
municipalidades o de la Iglesia Católica pertenecen a los particulares, se trate de personas
físicas o de personas jurídicas.
Art. 239. Aguas de los particulares. Las aguas que surgen en los terrenos de los particulares pertenecen a sus
dueños, quienes pueden usar libremente de ellas, siempre que no formen cauce natural. Las aguas de los
particulares quedan sujetas al control y a las restricciones que en interés público establezca la autoridad de
aplicación. Nadie puede usar de aguas privadas en perjuicio de terceros ni en mayor medida de su derecho.
Pertenecen al dominio público si constituyen cursos de agua por cauces naturales.
Los particulares no deben alterar esos cursos de agua. El uso por cualquier título de aguas públicas, u obras
construidas para utilidad o comodidad común, no les hace perder el carácter de bienes públicos del Estado,
inalienables e imprescriptibles.
El hecho de correr los cursos de agua por los terrenos inferiores no da a los dueños de éstos derecho alguno.
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Este artículo regula el régimen de las aguas que "surgen" en los terrenos de los particulares,
es decir las que aparecen o nacen en su superficie. En tanto no formen un curso natural, sus
dueños pueden usar libremente de ellas. No obstante, están sujetas al control y las
restricciones que en interés público establezca la autoridad de aplicación, lo que encuentra
explicación en la enorme importancia que tiene el agua dulce, y su escasez a nivel global.
Función jurídica que cumple el patrimonio (Función de
garantía –art. 242 CC y C)
Art. 242 Garantía común. Todos los bienes del deudor están afectados al cumplimiento de sus obligaciones y
constituyen la garantía común de sus acreedores, con excepción de aquellos que este Código o leyes
especiales declaran inembargables o inejecutables. Los patrimonios especiales autorizados por la ley sólo
tienen por garantía los bienes que los integran.
Cuando se constituye la obligación, el acreedor siempre toma en consideración, la aptitud
del activo del deudor para enjugar su pasivo: por ello si bien no puede evitar que el deudor
modifique la composición de ese activo, si en cambio puede ejercer un derecho de
vigilancia para que ese activo sea siempre suficiente para cubrir el importe de su crédito.
El patrimonio del deudor; esa masa responde por las deudas de su titular; pero el deudor
mantiene la libertad para disponer de ellos, en tanto no se inicie el proceso de ejecución y
no se traba embargo o inhibición.
Pero es necesario hacer dos salvedades: a) No todos los acreedores están en un pie de
igualdad para el cobro de sus créditos, ya que existen titulares de créditos privilegiados,
que tienen un derecho, otorgado por ley, de cobrarse antes que otros (que cuentan con un
privilegio menor, o simplemente son acreedores comunes o quirografarios).
b) No todos los bienes del patrimonio del deudor son ejecutables; ya que existen bienes,
esenciales para la vida del deudor y de su familia (bienes inembargables), que no se pueden
ejecutar, y por ende, no integran la garantía común para los acreedores. Como por ejemplo
el ―bien de familia‖; el salario mínimo vital y móvil; herramientas de trabajo; enseres
cotidianos de la familia para comer, cama etc; y otros que hacen a la vida digna de las
personas.

B.- La persona jurídica, o de existencia ideal: sus


especiales características; tipos. Sociedades: Nociones.
Tipos
Noción:
La personalidad, presupuesto de la actuación como sujeto de las relaciones jurídicas, no se
limita a los individuos humanos, a los que les corresponde por el solo hecho de ser tales,
pues se extiende también a la actuación colectiva de ellos, mediante su reconocimiento a
diversas agrupaciones o instituciones que actúan en el medio social.
El viejo Código Civil expresaba: ―Las personas son de una existencia ideal o de una
existencia visible…….....‖
Terminado el estudio de las personas humanas (físicas, naturales, o de existencia visible),
comenzaremos a tratar de las personas jurídicas (morales o de existencia ideal).
Nuestro nuevo Código Civil y Comercial define a las Personas Jurídicas en el art 141,
como:
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Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud
para adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su
creación
La existencia de estos entes, no visibles en el mundo físico, pero reales en el mundo
jurídico, tienen una larga tradición en la historia del derecho (tema que analizaremos más
adelante).
Cuando ha aparecido en la vida social un fin común, que pone en juego la reunión de varios
individuos, los ordenamientos han juzgado útil, bajo ciertas condiciones de organización,
conferir personalidad al conjunto en razón de su permanencia y de los objetivos
perseguidos, que trascienden ordinariamente las posibilidades y las miras de quienes lo
componen o han contribuido a formarlo.
Aparece así la creación de dichos entes como posibles sujetos de derecho que, en función
de tales y desde el punto de vista normativo llegan a tener la misma legitimidad conceptual
que las personas físicas o humanas.
Su clasificación
El Código Civil y Comercial clasifica a las personas jurídicas:
Art. 145. Clases. Las personas jurídicas son públicas o privadas
No es tarea fácil establecer los criterios de distinción entre las personas jurídicas públicas y
las privadas.
Creemos que la nota más precisa para distinguirlas, reside en el origen de la entidad; las
primeras son creadas, cada una de ellas, por una ley especial; en cambio las segundas nacen
de la voluntad de sus miembros o del fundador. La excepción a esta regla lo constituye la
Iglesia Católica, que por una tradición jurídica arraigada, es considerada persona de
Derecho Público (y de acuerdo a lo establecido por el art 2 de la Const. Nac.).
Contribuyen a configurar las personas de Derecho Público, las siguientes características:
1. Estas entidades se proponen de manera directa, inmediata y exclusiva un fin de
interés público.
2. Las personas de derecho público poseen, por lo general, el imperium que les
corresponde como integrantes de la administración pública.
Si bien estas dos características no se dan en todos los casos de personas jurídicas públicas,
son notas que se observan en casi todos los casos, características que no se encuentran en la
de calidad privada.
Personas Jurídicas de carácter público
Son personas jurídicas públicas (art. 146 CC y C):
a.- El Estado nacional, las provincias, la ciudad autónoma de Buenos Aires, los municipios,
las entidades autárquicas y las demás organizaciones constituidas en la República a las que
el ordenamiento jurídico atribuya ese carácter.
El Estado es el representante de toda la sociedad y organiza al país jurídica, política y
económicamente. Por ende es primordial reconocer su personalidad jurídica; y en
conformidad a nuestro sistema federal de gobierno, se debe reconocer la personalidad
jurídica de las provincias y de los municipios, integrantes de la Nación o de las provincias.
Las entidades autárquicas: Son organismos que se han desprendido o descentralizado del
Estado, y que llevan a cabo funciones propias de aquél, es decir, servicios públicos. Son
autárquicas porque se gobiernan por sí mismas. Por ej: Banco Central; Universidades
Nacionales etc
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b.- Los Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho internacional público
reconozca personalidad jurídica y toda otra persona jurídica constituida en el extranjero
cuyo carácter público resulte de su derecho aplicable;
c.- La Iglesia Católica.
El carácter de persona jurídica de carácter público que se reconoce a la Iglesia Católica
proviene del hecho de que es el culto sostenido por la Nación (Const. Nac. art 2), y es el
profesado por la mayoría de los habitantes. En cuanto a otras religiones, sus Iglesias,- si
reúnen los requisitos necesarios- pueden llegar a ser personas jurídicas de carácter privado,
o – si no reuniesen dichos requisitos- simples asociaciones religiosas (ver art. 148 CC y C).
Personas Jurídicas de carácter privado
Art. 148. Personas jurídicas privadas. Son personas jurídicas privadas:
a) las sociedades;
b) las asociaciones civiles;
c) las simples asociaciones;
d) las fundaciones;
e) las iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas;
f) las mutuales;
g) las cooperativas;
h) el consorcio de propiedad horizontal;
i) toda otra contemplada en disposiciones de este Código o en otras leyes y cuyo carácter de tal se
establece o resulta de su finalidad y normas de funcionamiento.
Atributos de la Persona jurídica Privada
Se denominan ―atributos de la personalidad‖ a ciertas cualidades o ―calidades juridicas‖
que la ley exige tener a toda persona de existencia ideal. Y son:
 Nombre
 Domicilio
 Patrimonio
Nombre (art. 151 CC y C)
El atributo de individualización es necesario en toda persona, sea física o jurídica.
Estas últimas deben, pues, contar con una designación que permita distinguirlas, criterio
expresamente adoptado por nuestro Código.
Sentado ello, cabe señalar que el artículo 151 CC y C obliga a todas las personas jurídicas a
identificarse con la adopción de un nombre que sirva para identificarlas, con el aditamento
de la forma jurídica adoptada.
En principio el nombre de las personas jurídicas es de libre elección. No obstante, la norma
exige que se elija cumpliendo los recaudos de veracidad, novedad y aptitud distintiva tanto
de otros nombres, como de marcas, nombres de fantasía u otra forma de referencia de
bienes y servicios.
Es decir que el nombre y su aditamento deben permitir que los terceros conozcan la
naturaleza y extensión de la responsabilidad de los socios y el sistema de representación del
ente, evitándose confusiones respecto de dos personas jurídicas que puedan llevar nombres
parecidos o incluso iguales.
Luego, la norma fija las excepciones al principio de la libre elección del nombre (no puede
ser contrario a la ley, moral y buenas costumbre), y solo pueden llevar el nombre de
personas humanas en la medida que tengan autorización para hacerlo, en principio del
interesado y en todo caso de sus herederos.
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Domicilio (Art. 152 CC y C)


El domicilio es el lugar geográfico en que se encuentra la sede de la persona jurídica, a los
efectos del ejercicio de sus derechos y deberes.
Dicho domicilio, es el fijado en sus estatutos o en la autorización que se le dio para
funcionar.
La persona jurídica que posee muchos establecimientos o sucursales tiene su domicilio
especial en el lugar de dichos establecimientos sólo para la ejecución de las obligaciones
allí contraídas.

Patrimonio (Art. 154 CC y C)


El patrimonio es el conjunto de bienes y deudas con valor económico de una persona
jurídica
El patrimonio es uno de los atributos de la personalidad, de ahí que no se concibe la idea de
una persona jurídica sin patrimonio, máxime cuando la separación de patrimonios entre el
ente y las personas que lo componen es la clave de todo el sistema de la personalidad
jurídica diferenciada. Además, mal podría desenvolverse autónomamente la persona
jurídica en el tráfico jurídico sin la facultad de poseer un patrimonio propio.
Este patrimonio así concebido estará compuesto por todos los bienes de que ella es titular y
asimismo de las cargas que la gravan.
Asociaciones Civiles (arts. 168 y sgs. CC y C)
Las asociaciones civiles son personas de existencia ideal que nacen de la unión estable de
un grupo de personas físicas que persiguen la realización de un fin de bien común no
lucrativo.
Diferencias con otras figuras
Es necesario diferenciarlas de otras figuras, que tienen alguna similitud:
 Con las fundaciones: En cuanto a los fines, las asociaciones tienen fin propio
establecido por sus miembros, y las fundaciones un fin ajeno que le ha señalado el
fundador. En cuanto al patrimonio, en las asociaciones lo proveen sus miembros, y
en las fundaciones, el fundador. En cuanto a la función de sus órganos, los de las
asociaciones son dominantes de su acción, en tanto los de las fundaciones son
sirvientes de la voluntad del fundador. Finalmente las asociaciones tienen miembros
y las fundaciones son previstas en función de beneficiarios ajenos a ellas.
 Con las sociedades civiles y comerciales: La distinción con las sociedades civiles y
comerciales ha sido expuesta tradicionalmente tomando en consideración la
finalidad de aquéllas, es decir la obtención de un lucro a distribuir entre los socios.
En cambio las asociaciones no tienen fines de lucro. Además las sociedades
comerciales se rigen por lo dispuesto en la ley 19550, y las asociaciones se rigen por
el Código Civil.
 Con las cooperativas: Las cooperativas son entidades fundadas en el esfuerzo propio
y la ayuda mutua para organizar y prestar servicios (art. 2do de la ley 20.337). Estas
son un tipo de asociación que están reguladas por una ley especial.(Ley 20.337)
Caracteres
Son características de estas entidades:
1. Personalidad jurídica: La asociación es una persona jurídica, ya que se trata de un
ente capaz de adquirir derechos y contraer obligaciones que cuenta con la aptitud de
tener sus propios derechos y deberes autónomos de los miembros que la componen.
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2. Unión de personas: Surge de la unión, con cierto grado de estabilidad, de un grupo


de personas (miembros) que la integran, en virtud de un vínculo jurídico plasmado
en el acto constitutivo, o por incorporación posterior.
3. Patrimonio propio: Para lograr sus fines, ella debe contar con un patrimonio propio
(distinto del de sus miembros)
4. Estatuto: Toda asociación debe poseer un estatuto, donde esté expresada toda la
normativa destinada a regular la organización y funcionamiento.
5. Fin de bien común no lucrativo: El art. 168 (objeto) establece: Art. 168. Objeto. La
asociación civil debe tener un objeto que no sea contrario al interés general o al bien
común. El interés general se interpreta dentro del respeto a las diversas identidades,
creencias y tradiciones, sean culturales, religiosas, artísticas, literarias, sociales, políticas
o étnicas que no vulneren los valores constitucionales. No puede perseguir el lucro como
fin principal, ni puede tener por fin el lucro para sus miembros o terceros.
6. Autorización del Estado para funcionar y control permanente: Es requisito de
existencia de asociaciones como personas jurídicas, que el acto constitutivo se haya
otorgado por instrumento público, e inscripto en el Registro correspondiente una
vez otorgada la autorización estatal para funcionar; y luego es controlada
permanentemente por el Estado (art. 169 y 174 CC y C).
Sus órganos de gobierno
Se trata del dispositivo de actuación de estas personas jurídicas; incluye por lo común, un
órgano deliberativo (la Asamblea), uno ejecutivo (Comisión Directiva), y otro de
fiscalización interna (comisión revisora de cuentas).
a) Asamblea
Es la máxima autoridad de la asociación, sólo sujeta a las disposiciones de los estatutos, y
genéricamente a las disposiciones legales.
La Asamblea desempeña las más importantes funciones: Nombra y remueve a la Comisión
Directiva, controla y aprueba o desaprueba su gestión, establece la orientación que deben
tener las actividades de la asociación, imparte directivas a los directores, puede modificar
los estatutos, quedando sujeta la reforma a la ulterior aprobación del Estado.
Pero si bien la asamblea tiene el gobierno supremo de la entidad, no puede ejercer sus
poderes ilimitadamente. Por el contrario, sus decisiones deben ajustarse a lo establecido en
los estatutos.
Está formada por todos los socios con derecho a voto.
Suelen distinguirse las asambleas en ordinarias y extraordinarias:
Las asambleas ordinarias; son las que se reúnen periódicamente, casi siempre una vez al
año, para decidir sobre los asuntos de rutina tales como: renovación de la comisión
directiva, aprobación del balance y rendición de cuentas, etc.
Las asambleas extraordinarias, son convocadas esporádicamente cuando el tratamiento de
algún asunto grave lo exige; así para decidir sobre la modificación de los estatutos, la
disolución de la entidad, la remoción de la Comisión Directiva, etc.
Es de notar que se trata del mismo órgano y con los mismos miembros, sólo se distingue en
cuanto a la situación o circunstancias para la que se reúne.
b) Órgano directivo (Comisión directiva)
Es, el órgano ejecutivo encargado de llevar a cabo las decisiones de la asamblea.
Constituye, además, la autoridad conductora de la asociación durante el receso asambleario,
en el período que podríamos llamar ―latente‖ entre una y otra reunión de la asamblea; está
sometido a la autoridad de la asamblea social.
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Sus integrantes son elegidos y pueden ser removidos por la asamblea, ejercen sus funciones
durante el tiempo que establezca el estatuto e invisten la representación de la asociación
frente a terceros
c) Órgano de contralor interno
Dado que la asamblea como cuerpo colegiado no puede vigilar o fiscalizar el buen
funcionamiento de los órganos inferiores de la asociación, esta misión es por lo general
confiada a un órgano de contralor llamado ―comisión revisora de cuentas‖. Su función
consiste en vigilar el correcto cumplimiento de las tareas asignadas al órgano
administrador, y en especial fiscalizar todo lo relativo al manejo de la entidad (puede ser un
miembro de la asociación o un tercero- es conveniente, a los efectos de su imparcialidad
que sea ajeno a la entidad)
d) Poder disciplinario (órgano encargado)
En algunas asociaciones civiles el estatuto organiza un órgano destinado a mantener la
disciplina interna y vigilar el cumplimiento de los estatutos tanto por quienes forman parte
de los órganos de gobierno, cuanto por los demás asociados. Es el Tribunal de disciplina, o
Tribunal de Honor; en las asociaciones que no tienen organizado este poder de disciplina,
puede ser ejercido por la misma comisión directiva- con recurso ante la Asamblea- o
directamente por ésta.
Derechos y obligaciones de los miembros
 Quiénes son miembros (asociados): Se entiende por tales a quienes participaron del
acto constitutivo, o se incorporaron posteriormente. Las condiciones de ingreso
surgen de los estatutos de la entidad.
 Regulación legal: Los derechos de los miembros de una asociación, son reglados
por el estatuto o por el mismo objeto de la asociación, y supletoriamente se aplican
las disposiciones legales pertinentes.
 Derechos de los miembros frente a la asociación: La regla es que debe estarse a lo
previsto en los estatutos. Sin embargo, éstos no podrían pasar por alto ciertos
derechos y garantías emergentes de preceptos superiores del ordenamiento jurídico
(Constitución Nacional; leyes de orden público, etc). Entre los derechos que gozan
los asociados podemos mencionar los siguientes:
 Participación en las asambleas.
 Participar en los otros órganos de la entidad.
 Gozar de los beneficios de la asociación.
 Impugnar las decisiones de los órganos.
 Fiscalización de los libros y documentación.
 A retirarse de la entidad.
Reconocer a la asociación la facultad de administrar su propia justicia interna, no obsta a
que, cuando las decisiones de la entidad fueran manifiestamente ilegítimas o arbitrarias, sus
miembros puedan recurrir de ellas ante la justicia
Requisitos: Las asociaciones y fundaciones requieren:
a) Un acto de voluntad constitutivo o creador: es el acto jurídico por el cual se crea la
persona jurídica; si se trata de una asociación se denominará ―acto conjunto‖; si se trata de
una fundación se denomina ―acto fundacional‖.
b) Tener como objeto principal el bien común: (―bien común‖ es aquello que tiende a
satisfacer las aspiraciones de los integrantes de la institución).
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c) Deben poseer patrimonio propio: (El patrimonio es un atributo necesario en toda persona
y por lo tanto no puede faltar en la persona jurídica). La ley exige que sean capaces de
adquirir bienes, dado que sin esa capacidad no podrían formar su propio patrimonio. Y no
deben subsistir ―exclusivamente de asignaciones del Estado‖, por lo que pueden recibir de
él alguna ayuda económica, pero no total.
d) Autorización estatal para funcionar: Es el acto expreso que autoriza a la persona jurídica
para actuar como tal. Tal autorización emana del poder administrador (las asociaciones y
fundaciones deben inscribirse en la Inspección General de Personas Jurídicas u organismo
equivalente en cada jurisdicción para obtener la personería jurídica).
¿Cuál es la situación de las asociaciones, mientras no solicitan autorización para
funcionar, o si solicitándola no le fuese otorgada por el Estado?. Como no se ha cumplido
el requisito de la autorización, no se las puede considerar asociaciones propiamente dichas,
y se las considera ―simples asociaciones‖ civiles o religiosas, según el fin que ellas persigan
(conf. art 187 CC y C).).
Si la constitución y designación de autoridades de las simples asociaciones se llevó a cabo
por escritura pública o por instrumento privado certificado por escribano público, son
consideradas sujetos de derecho, teniendo sus propios derechos y deberes. En caso
contrario, no podrán actuar como sujeto de derecho y ―todos los miembros fundadores de la
asociación y sus administradoras, asumen responsabilidad solidaria por los actos de ésta‖.

Fundaciones (arts. 193 y sgs. CC y C)


Dice Santos Cifuentes: la fundación es una persona jurídica con fin altruista, que posee un
patrimonio destinado a cumplir un objeto de bien común, pero que carece de miembros y
no nace por un acuerdo bilateral de voluntades sino por una decisión unilateral del fundador
o de los fundadores.
El art. 193 del Código Civil y Comercial las define diciendo:
Las fundaciones son personas jurídicas que se constituyen con una finalidad de bien común, sin
propósito de lucro, mediante el aporte patrimonial de una o más personas, destinado a hacer
posibles sus fines.
Para existir como tales requieren necesariamente constituirse mediante instrumento público y
solicitar y obtener autorización del Estado para funcionar.
Si el fundador es una persona humana, puede disponer su constitución por acto de última voluntad.
Las fundaciones en el momento actual
En el derecho moderno se asiste a una transformación notable en el sentido y finalidades de
las fundaciones. Muchas de ellas son emanaciones de grandes grupos empresarios (Olivetti;
Agnelli).
En algunos países se ha distorsionado la finalidad que debe tener, y es utilizada como un
modo de encubrir la administración de patrimonios particulares (Liechtenstein).
Caracteres
1. La fundación sólo se concibe como una persona jurídica: Las fundaciones tienen su
propia personalidad jurídica distinta de la de su fundador, con capacidad para
adquirir derechos y contraer obligaciones.
2. La fundación nace de un acto jurídico unilateral: a diferencia de las restantes
personas jurídicas de carácter privado, las fundaciones no necesitan del concurso de
varias voluntades para dar nacimiento al ente. La persona (física o ideal) que
pretenda dar vida a la fundación no necesita más que de su propia voluntad. La
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fundación carece de miembros; sólo tiene órganos de conducción y beneficiarios;


por ello para su nacimiento no se necesita de la unión de un grupo de personas, sino
solamente la existencia de un sujeto de derecho (el fundador), quien luego de que la
fundación obtiene la autorización para funcionar, pasa a ser un extraño en relación a
la entidad. Esa voluntad unilateral del fundador se puede manifestar a través de un
acto entre vivos (ej: donación), o mortis causa (ej: legado testamentario).
3. El fundador puede ser persona de existencia física o jurídica: En nuestro país es
común que importantes personalidades como poderosas empresas se conviertan en
fundadores y de esa manera complementan su actividad profesional o comercial
ayudando a la realización de un fin altruista.
4. Es necesario un acto de disposición a título gratuito por parte del fundador: Para dar
vida a la fundación es necesario que ésta cuente con un patrimonio propio; por ello
el fundador, a través de una donación o un legado integra el patrimonio de la
entidad. Es lo que se denomina ―acto de dotación‖
5. La fundación reconoce un fin de bien común no lucrativo: Al igual que en las
asociaciones, las fundaciones se caracterizan por tender a un fin altruista y carecer
de propósitos de lucro. Y, es en la fundación donde con mayor claridad se puede
observar esta exigencia de la ley, ya que su razón de ser es únicamente ese carácter
benéfico hacia la comunidad.
6. La fundación es autorizada y controlada por el Estado: Al carecer de miembros, el
control de la actividad de la fundación no puede estar a cargo de asociados, y ello
hace necesario que el Estado asuma no solamente la responsabilidad de autorizar su
funcionamiento, sino también la de controlar de cerca sus actos a fin de vigilar que
se cumplan las finalidades estatutarias.

Patrimonio inicial (art. 194 CC y C)


Para dar vida a la fundación es necesario que ésta cuente con patrimonio propio; por ello,
no existe fundación sin la afectación de la totalidad o parte de los bienes del fundador, que
a través de una donación o un legado pasan a integrar el patrimonio de la entidad. Es lo que
se denomina "acto de dotación".
Este acto de dotación se puede realizar no sólo por acto efectivo en el momento de la
constitución, sino también a través de compromisos de aporte de integración futura, ya sea
por los fundadores como por terceros.
Al margen del capital efectivamente integrado, es común que la autoridad de contralor
autorice el funcionamiento de la fundación, cuando ésta acredite una
"capacidad potencial" para cubrir sus fines, lo que se evaluará en función de los
antecedentes de los fundadores y del personal contratado por la entidad, como así también
teniendo en cuenta las características del programa a desarrollar.
El monto del capital aportado debe guardar razonable relación con el objeto a ser
desarrollado por la persona jurídica.
Art. 194: Un patrimonio inicial que posibilite razonablemente el cumplimiento de los fines propuestos
estatutariamente es requisito indispensable para obtener la autorización estatal. A estos efectos, además de
los bienes donados efectivamente en el acto constitutivo, se tienen en cuenta los que provengan de
compromisos de aportes de integración futura, contraídos por los fundadores o terceros.
Sin perjuicio de ello, la autoridad de contralor puede resolver favorablemente los pedidos de autorización si
de los antecedentes de los fundadores o de los servidores de la voluntad fundacional comprometidos por la
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entidad a crearse, y además de las características del programa a desarrollar, resulta la aptitud potencial
para el cumplimiento de los objetivos previstos en los estatutos.
Acto constitutivo (art. 195 CC y C)
La ceración de una fundación se produce mediante un acto jurídico unilateral, por medio
del cual el fundador dispone de sus bienes para que pasen a formar parte del patrimonio de
la entidad, redacta el estatuto y requiere su aprobación por el Estado.
El art. 195 del Código prevé que el acto creativo se manifieste por medio de: un negocio
entre vivos ( ej una donación); o por un acto de última voluntad (testamento).
Si se realiza mediante un acto ―entre vivos‖, le serán aplicables analógicamente las reglas
inherentes a la donación en lo que concierne a la capacidad exigida para ser fundador y para
constituirse en fundación.
Art. 195. Acto constitutivo. Estatuto. El acto constitutivo de la fundación debe ser otorgado por el o los
fundadores o apoderado con poder especial, si se lo hace por acto entre vivos; o por el autorizado por el juez
del sucesorio, si lo es por disposición de última voluntad.
El instrumento debe ser presentado ante la autoridad de contralor para su aprobación, y contener:
a) los siguientes datos del o de los fundadores:
i) cuando se trate de personas humanas, su nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio y
número de documento de identidad y, en su caso, el de los apoderados o autorizados;
ii) cuando se trate de personas jurídicas, la razón social o denominación y el domicilio, acreditándose la
existencia de la entidad fundadora, su inscripción registral y la representación de quienes comparecen por
ella;
En cualquier caso, cuando se invoca mandato debe dejarse constancia del documento que lo acredita;
b) nombre y domicilio de la fundación;
c) designación del objeto, que debe ser preciso y determinado;
d) patrimonio inicial, integración y recursos futuros, lo que debe ser expresado en moneda nacional;
e) plazo de duración;
f) organización del consejo de administración, duración de los cargos, régimen de reuniones y procedimiento
para la designación de sus miembros;
g) cláusulas atinentes al funcionamiento de la entidad;
h) procedimiento y régimen para la reforma del estatuto;
i) fecha del cierre del ejercicio anual;
j) cláusulas de disolución y procedimiento atinentes a la liquidación y destino de los bienes;
k) plan trienal de acción.
En el mismo instrumento se deben designar los integrantes del primer consejo de administración y las
personas facultadas para gestionar la autorización para funcionar.
El artículo hace referencia en primer lugar al instrumento público que crea la fundación, el
cual debe ser otorgado por el o los fundadores, o apoderado con poder especial, si se lo
hace por acto entre vivos; o por el autorizado por el juez del sucesorio, si lo es por
disposición de última voluntad.
A continuación el artículo refuerza la idea de que el instrumento de constitución debe ser
presentado ante la autoridad de contralor para su aprobación, para luego enumerar los
requisitos que debe contener el mismo:
a) La identificación de los fundadores
b) Nombre y domicilio de la fundación
c) Designación del objeto: El objeto puede consistir en la asistencia económica, sanitaria,
espiritual a determinadas personas o instituciones, o bien tender al estímulo, aliento,
difusión de determinados conocimientos científicos o valores morales, mediante el
otorgamiento de becas, realización de conferencias, publicaciones, reuniones, congresos,
etcétera; como cualquier otra finalidad que tienda al bien común, entendiendo este requisito
en forma amplia, como sinónimo de licitud.
d) Patrimonio inicial, integración y recursos futuros
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Toda fundación debe tener "patrimonio propio". Pero para ser autorizada a funcionar, la
fundación debe acreditar tener un "patrimonio inicial", que estará formado por los aportes
efectuados en el acto de constitución o por las promesas de donación formuladas tanto por
el fundador como por terceros, todo lo cual debe ser especificado en el instrumento
constitutivo.
e) Plazo de duración
La duración puede fijarse en una cantidad indeterminada de años (99 años es una práctica
habitual), y nada impide que antes de la conclusión del término se decida su prórroga.
f) Organización del consejo de administración, duración de los cargos, régimen de
reuniones y procedimiento para la designación de sus miembros
En el acto constitutivo se debe designar el primer Consejo de Administración, el cual puede
estar integrado por los fundadores o por terceros. La ley impone que el estatuto indique la
duración de los cargos, el régimen de reuniones y procedimiento para designación de sus
miembros. No es necesario, sin embargo, reglamentar las funciones de los órganos menores
de la entidad (comité ejecutivo, órgano de contralor) en el instrumento constitutivo.
g) Cláusulas atinentes al funcionamiento de la entidad
h) Procedimiento y régimen para la reforma del estatuto
i) Fecha de cierre del ejercicio anual
j) Cláusulas de disolución y procedimiento atinentes a la liquidación y destino de los bienes
k) Plan trienal de actividades
Junto con su estatuto, al requerir la autorización para funcionar, la fundación debe presentar
un plan de actividades para los primeros tres años. Esto consiste en una descripción
sintética de los actos que se propone realizar la entidad en dicho período: reuniones,
conferencia, asistencia económica o espiritual, otorgamiento de becas, etcétera.
Órganos de gobierno. Su funcionamiento
El art. 201 CC y C. establece: “El gobierno y administración de las fundaciones está a cargo de un
consejo de administración, integrado por un mínimo de tres personas humanas. Tiene todas las
facultades necesarias para el cumplimiento del objeto de la fundación, dentro de las condiciones
que establezca el estatuto.
 El Consejo de Administración: Es el órgano máximo de la fundación, y en
principio concentra todas funciones que, para el gobierno de la entidad, le otorga el
estatuto. En el acto constitutivo se puede designar el primer Consejo de
Administración, el cual puede estar integrado por los fundadores o terceros, la
designación puede ser delegada también a instituciones públicas o privadas sin fines
de lucro. Los miembros pueden ser de tipo permanente o temporarios. La remoción
de miembros de este Consejo se puede producir con el voto de por lo menos los dos
tercios de los integrantes. El cargo de Consejero es estrictamente honorario; esta
gratuidad proviene de la ausencia de fines de lucro de la fundación y con la labor
altruista de quienes se ocupan de conducirla. Los derechos y obligaciones de los
consejeros surgen las disposiciones del estatuto, rigiendo en forma subsidiaria las
reglas del mandato.
 Comité ejecutivo: Pese a que el Consejo de Administración concentra todo el poder
de gobierno de la entidad, el estatuto puede prever la delegación del manejo
cotidiano de aquélla en un ―comité ejecutivo‖ integrado por miembros del Consejo
o delegando en terceros (miembros o no del Consejo) facultades ejecutivas, quienes
ostentarán el cargo de ―apoderados‖,‖gerentes‖, etc. El Comité Ejecutivo actuará
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entre los períodos de reuniones ordinarias del Consejo, ya que normalmente será un
desmembramiento de éste último órgano y obrará siguiendo sus lineamientos.
 Otros posibles órganos de la fundación: El Código sólo prevé la existencia de los
dos órganos que acabamos de mencionar, sin embargo es frecuente que existan,
cuando la magnitud de la fundación lo requiera, diversas comisiones para atender
cada una de las actividades propuestas en el plan de acción de la entidad. También
se puede crear un órgano fiscalizador de las cuentas de la entidad ( Comisión
Revisora de Cuentas, o sindicatura).
 Su funcionamiento y régimen de reuniones: El funcionamiento del Consejo de
Administración; del Comité Ejecutivo y demás órganos de la entidad se rigen por
las disposiciones del estatuto, pero el art. 207 CC y C establece algunas normas de
carácter supletorio; por ej. determina que el quórum será el de la mitad más uno de
sus integrantes, debiendo llevarse un libro de actas de cada órgano; las decisiones se
tomará por mayoría absoluta de los miembros presentes, y en caso de empate, el
presidente del cuerpo tendrá doble voto. Existen sesiones ordinarias y
extraordinarias del Consejo de Administración. Las primeras se celebran
periódicamente para atender asuntos corrientes de la marcha de la entidad; las
segundas son citadas por el presidente, para resolver aspectos de importancia
institucional.
La autoridad de control
La autoridad administrativa de control, que es la Inspección General de Justicia, no sólo
puede fijar un nuevo objeto o fin fundacional, cuando el establecido por el fundador no es
factible, y hasta fusionar o coordinar dos o más fundaciones para lograr ese objeto, o para el
mejor desenvolvimiento y mejor beneficio público, sino que acorde con ello puede
modificar los estatutos para adecuarlos a esos nuevos fines.
Recursos judiciales: Dispone, que en caso de arbitrariedad o ilegitimidad por parte de las
autoridades administrativas, cuando deniegan la autorización para la constitución del ente,
o cuando retiran la personería jurídica otorgada, se puede recurrir judicialmente. Este
recurso se sustancia en forma sumaria ante la Cámara de apelaciones en lo Civil. Igual
recurso cabe no ya a los fundadores, sino a los órganos de la fundación, cuando la
Inspección General de Justicia suspende el cumplimiento de las deliberaciones o decisiones
por considerarlas contrarias a las leyes o a los estatutos; cuando fija un nuevo objeto
invocando la posibilidad de cumplir con el establecido; o realiza la fusión o coordinación
de dos ó más fundaciones.
Simples asociaciones (art. 187 CC y C): Concepto
Junto con las asociaciones que requieren autorización para funcionar, obteniendo así su
personería jurídica, existen a menudo muchas entidades que por la escasa importancia de
sus actividades o de su patrimonio, no gestionan la autorización estatal. El problema
consiste en establecer cuál es el régimen legal aplicable a esta categoría que ha sido
llamada ―simples asociaciones‖.
Artículo 187 del Código actual
Art. 187. Forma del acto constitutivo. El acto constitutivo de la simple asociación debe ser
otorgado por instrumento público o por instrumento privado con firma certificada por
escribano público. Al nombre debe agregársele, antepuesto o pospuesto, el aditamento
"simple asociación" o "asociación simple".
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1. Formalidad: El art. establece como requisito formal que la constitución del


ente y la designación de autoridades esté volcada en una escritura pública o
en un instrumento privado certificado por ante escribano público.
2. Personalidad de estas simples asociaciones: A estas asociaciones se les
reconoce el carácter de ―sujeto de derecho‖- En realidad estas asociaciones
son verdaderas personas jurídicas, pero tienen una capacidad más
restringida que las demás personas jurídicas, en tanto carecen de capacidad
para recibir bienes por donación, herencia o legado.
3. Régimen legal: Se aplican a estas entidades, supletoriamente, las normas de
las asociaciones civiles (art. 188 CC y C).
4. Responsabilidad de los asociados: En este tipo de asociaciones, éstas
responden por sí mismas, con exclusión de sus miembros pero, si sus bienes
no bastan, el acreedor puede cobrarse del patrimonio de los fundadores,
administradores y asociados, de manera solidaria, es decir, acualquuiera de
ellos se le puede reclamar la totalidad de lo adeudado por la asociación.
Fin de la existencia de las personas jurídicas: distintas causales
Las personas jurídicas se extinguen por su disolución. En el art. 163 CC y C. , el Código
establece las causales de disolución de las personas jurídicas.
Las causales de disolución se pueden clasificar en aquellas que son derivadas de la voluntad
de los fundadores, o de sus miembros; y otras establecidas por la ley:
Disolución
Art. 163. Causales. La persona jurídica se disuelve por:
a) la decisión de sus miembros adoptada por unanimidad o por la mayoría establecida por
el estatuto o disposición especial;
b) el cumplimiento de la condición resolutoria a la que el acto constitutivo subordinó su
existencia;
c) la consecución del objeto para el cual la persona jurídica se formó, o la imposibilidad
sobreviniente de cumplirlo;
d) el vencimiento del plazo;
e) la declaración de quiebra; la disolución queda sin efecto si la quiebra concluye por
avenimiento o se dispone la conversión del trámite en concurso preventivo, o si la ley
especial prevé un régimen distinto;
f) la fusión respecto de las personas jurídicas que se fusionan o la persona o personas
jurídicas cuyo patrimonio es absorbido; y la escisión respecto de la persona jurídica que
se divide y destina todo su patrimonio;
g) la reducción a uno del número de miembros, si la ley especial exige pluralidad de ellos y
ésta no es restablecida dentro de los tres meses;
h) la denegatoria o revocación firmes de la autorización estatal para funcionar, cuando
ésta sea requerida;
i) el agotamiento de los bienes destinados a sostenerla;
j) cualquier otra causa prevista en el estatuto o en otras disposiciones de este Título o de
ley especial.
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Disolución por revocación de la autorización estatal (art.164 CC y C)


El art 164 CC y C establece las causales de disolución por retiro de la personería decidida
por el Estado, respecto de las personas jurídicas que necesitan autorización expresa para
funcionar.
El retiro de la personería consiste en la revocación de la autorización administrativa
originariamente concedida por el Estado para el funcionamiento de una entidad.
El Código Civil establece, a título de sanción, la revocación de la personería, por haberse
incurrido en graves hechos que vulneran las condiciones en las que fue autorizada para
funcionar.
Art. 164. Revocación de la autorización estatal. La revocación de la autorización estatal debe fundarse en la
comisión de actos graves que importen la violación de la ley, el estatuto y el reglamento.
La revocación debe disponerse por resolución fundada y conforme a un procedimiento reglado que garantice
el derecho de defensa de la persona jurídica. La resolución es apelable, pudiendo el juez disponer la
suspensión provisional de sus efectos.
Liquidación del patrimonio de la persona jurídica: destino de los
bienes.
Una vez disuelta y retirada su personería jurídica se produce la extinción del sujeto de
derecho que la ostentaba y, una vez extinguida la persona jurídica, no puede subsistir
siquiera como simple asociación sin personería jurídica.
Producida la extinción de la persona jurídica es indispensable fijar la suerte de su
patrimonio como así también de las relaciones jurídicas que estuvieren pendientes.
Art. 167. Liquidación y responsabilidades. Vencido el plazo de duración, resuelta la disolución u ocurrida
otra causa y declarada en su caso por los miembros, la persona jurídica no puede realizar operaciones,
debiendo en su liquidación concluir las pendientes.
La liquidación consiste en el cumplimiento de las obligaciones pendientes con los bienes del activo del
patrimonio de la persona jurídica o su producido en dinero. Previo pago de los gastos de liquidación y de las
obligaciones fiscales, el remanente, si lo hay, se entrega a sus miembros o a terceros, conforme lo establece
el estatuto o lo exige la ley.
En caso de infracción responden ilimitada y solidariamente sus administradores y aquellos miembros que,
conociendo o debiendo conocer la situación y contando con el poder de decisión necesario para ponerle fin,
omiten adoptar las medidas necesarias al efecto.
Se produce, pues, la liquidación de la persona jurídica, que – según se entiende, conserva su
personalidad a ese sólo efecto. Es decir, conservan una capacidad limitada a los efectos de
la liquidación de su patrimonio.
Para fijar el destino final del remanente de bienes que ha arrojado la liquidación de ellos,
luego de satisfechas las deudas de la extinguida asociación, la normativa vigente establece:
1. Si el destino de los bienes está previsto en los estatutos: debe procederse según lo
dispuesto en él.
2. Caso de silencio del estatuto: cabe hacer el siguiente distingo:
Si se trata de una fundación, dice el: Art. 217. Destino de los bienes. En caso de disolución, el
remanente de los bienes debe destinarse a una entidad de carácter público o a una persona jurídica
de carácter privado cuyo objeto sea de utilidad pública o de bien común, que no tenga fin de lucro
y que esté domiciliada en la República. Esta disposición no se aplica a las fundaciones extranjeras.
Las decisiones que se adopten en lo relativo al traspaso del remanente de los bienes requieren la
previa aprobación de la autoridad de contralor.
En el caso de asociaciones, el resultante de la liquidación; debe darse el destino previsto en
el estatuto y, a falta de previsión, el remanente debe destinarse a otra asociación civil
domiciliada en la República de objeto igual o similar a la liquidada.
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Si se trata de una sociedad con fines de lucro, el remanente de los bienes, se distribuye
entre los socios (art.109 de la ley 19.550).

Sociedades Comerciales
La ley de sociedades comerciales (19.550) define en su art. 1 a este tipo especial de
sociedad, cuando dice: “Habrá sociedad comercial cuando dos o más personas, en forma
organizada, conforme a uno de los tipos previstos en esta ley, se obliguen a realizar
aportes para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o servicios, participando
de los beneficios y soportando las pérdidas”.
Las sociedades comerciales: tienen fines de lucro, y su objeto es realizar actos de comercio
(producción e intercambio de bienes y servicios). Ellas son de distinto tipo (sociedad
colectiva; sociedad en comandita simple; sociedad de capital e industria; sociedad de
responsabilidad limitada, etc), y están reguladas por la Ley de Sociedades Comerciales
(19.550). Deben ser inscriptas en el Registro Público de Comercio.
La sociedad es un contrato (es decir, un acuerdo de voluntades destinado a regir los
derechos de los contratantes) que se celebra entre dos o más personas y del cual surge un
ente distinto de los socios que lo forman, que también se denomina ―sociedad‖. Es de la
esencia de la sociedad que la ganancia o beneficio que la misma obtenga del desarrollo de
la actividad se distribuya entre los socios y también que los socios estén dispuestos a
soportar las perdidas, en caso de que las mismas ocurran.
Nuestra ley le reconoce a las sociedades comerciales, el carácter de ―persona jurídica‖, lo
que significa que la sociedad va a contraer sus propios derechos y asumir sus obligaciones
con independencia de los derechos y obligaciones de los socios que la componen. Como
persona jurídica tendrá un nombre, un patrimonio y un domicilio propios. Con dicho
patrimonio responderá por las obligaciones que contraiga y por ello, los acreedores de la
sociedad no podrán atacar el patrimonio de los socios para cobrar las deudas que contrajo la
sociedad, ni los acreedores del socio podrán atacar el patrimonio de la sociedad para cobrar
las deudas que contrajo el socio con independencia de la sociedad. Hay que aclarar que
existen excepciones a este principio de acuerdo al tipo de sociedad de que se trate.
Las sociedades comerciales son aquellas que figuran en la Ley de Sociedades Comerciales
(Ley 19.550); por el solo hecho de optar por alguno de los distintos tipos de sociedades que
figuran en ella, la sociedad tendrá el carácter de comercial, y estará regida por dicha ley.
Concepto de Sociedad Comercial
Según Ley 19.550 habrá sociedad comercial cuando dos o más personas en forma
organizada, conforme a uno de los tipos previstos en la misma se obliguen a realizar aportes
para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o servicios, participando de los
beneficios y soportando las pérdidas.
Constitución
La constitución de la sociedad se manifiesta mediante un contrato, firmado por los socios,
en el que manifiestan su acuerdo y reglamentan sus derechos y obligaciones para con la
sociedad
El instrumento del contrato es privado cuando se realiza personalmente entre los socios, sin
intervención de ningún funcionario público. Cuando hay intervención de un escribano
público y el contrato se protocoliza, el instrumento es público.
De todas maneras la sociedad comercial solo se considera regularmente constituida al ser
inscripta en el Registro Público de Comercio, dentro de los 15 días de su otorgamiento. Si
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hubiera sido realizado por instrumento privado, la inscripción se hará previa ratificación
ante un juez, a menos que las firmas estén certificadas ante escribano público.
Requisitos del contrato
El contrato debe contener: nombre, edad, estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio y
D.N.I. de los socios; razón social o denominación y domicilio de la sociedad; designación
del objeto que debe ser preciso y determinado; capital social expresado en moneda
argentina y mencionando el aporte de cada socio; plazo de duración de la sociedad;
organización de la administración, fiscalización y reuniones de los socios; reglas de
distribución de utilidades y soporte de las pérdidas, en caso de omisión, se aplicará en
proporción a los aportes.
Documentación de las Sociedades Comerciales
Libros: Están compuestos por hojas encuadernadas y foliadas, deben ser inscriptos y
rubricados en el Registro Público de Comercio, podrán ser reemplazados por medios
mecánicos u electrónicos autorizados, menos el de Inventario y Balance.
Diario: registro cronológico de los hechos económicos de la empresa, brinda información
específica sobre los estados de las cuentas y las operaciones incluyendo fecha, cuentas
involucradas, importes, comprobantes etc.
Inventario y Balances: comprende el Balance General, el Estado de Resultados, el Estado
de Origen y Aplicación de Fondos y el Estado de Evolución del Patrimonio Neto.
IVA Compras e IVA Ventas: si bien no son legalmente obligatorios, estos subsidiarios son
de aplicación práctica usual. Registran las compras y las ventas discriminando el IVA
correspondiente a cada operación.
Sueldos y Jornales: es el registro de la asistencia y remuneraciones correspondientes a los
empleados de la sociedad.
Actas: es el registro de las decisiones tomadas por los socios en las reuniones, deberá ser
firmado por los mismos.
Actas de Directorio: es el registro de las decisiones tomadas por los miembros del
Directorio de la sociedad, deberá ser firmado por los asistentes a la reunión.
Actas de Asambleas: es el registro de las decisiones tomadas por los socios en reunión de
las sociedades anónimas. Deberá ser firmado por el presidente y por los socios que se
designen a tal efecto.
Registro de Acciones: se especifican la clase, cantidad, valor, pertenencia, serie y demás
datos de las acciones emitidas por la sociedad.
Registro de Asistencia a Asambleas: se especifica el nombre, número de documento,
dirección y la asistencia de los socios de la sociedad anónima en las Asambleas.
Tipos de Sociedades Comerciales
1. Sociedad de Hecho
Es de las llamadas sociedades irregulares por la Ley de Sociedades Comerciales, puesto que
se constituye con el simple acuerdo de los socios sin que se firme un contrato social de
acuerdo a los requisitos establecidos por la ley (por lo tanto no puede inscribirse en el
Registro Público de Comercio).
Es la sociedad más sencilla, que no tiene gastos de constitución, impositivamente tiene
ventajas respecto de los otros tipos sociales pues en el impuesto a las ganancias se
distribuye el resultado a los socios y cada uno determina su impuesto, aplicándose el
impuesto mediante una escala y pudiendo efectuarse deducciones personales previstas en la
ley. La administración recaerá sobre los socios de manera conjunta o separada.
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La desventaja principal es que no existe un instrumento público, contrato, que determine


los % de participación, responsabilidades y cargos de los integrantes. La responsabilidad
por los actos realizados por cualquiera de los socios en nombre de la sociedad recae sobre
todos los socios de manera solidaria e ilimitada, es decir, cada integrante responde por las
obligaciones con todo su patrimonio. La sociedad no puede ser dueña de bienes
registrables. La participación social se divide en ―partes de interés‖ según el aporte de cada
socio al negocio.
La sociedad no tiene plazo. Cualquiera de los socios puede pedir la disolución de la
sociedad en cualquier momento y si hay mayoría la sociedad se disuelve.
Debe regularizarse mediante la adopción de uno de los tipos previstos por la ley previo
acuerdo por mayoría entre los socios. La razón social variará de acuerdo con el tipo de
sociedad adoptado.
Los libros obligatorios son los comunes a todas las sociedades: Diario, Inventario y
Balances, Sueldos y Jornales, IVA Compras e IVA Ventas (sin rubricar).
2. Sociedad Colectiva
“Los socios contraen responsabilidad subsidiaria, ilimitada y solidaria por las
obligaciones sociales”. La ley caracteriza a la sociedad colectiva a través de la nota básica
traducida en la responsabilidad solidaria, ilimitada y subsidiaria que asumen todos los
socios por las obligaciones sociales. La señalada característica responsabilizatoria puede ser
modificada por acuerdo entre los socios, pero el pacto en cuestión sólo tendrá virtualidad
interna sin poder ser opuesto a terceros, quienes se guían por el tipo societario al contratar.
Debido al precitado carácter de la vinculación interna, la participación social (denominada
parte de interés en estos entes) no se integra como en la sociedad accionaria a un título
circulatorio y esencialmente negociable, por lo cual sólo puede ser transferida mediando
acuerdo unánime de los socios (salvo pacto en contrario y por vía de cesión de derechos) en
tutela del interés de terceros.
En razón de las características expuestas esta sociedad es el paradigma legal de las
comúnmente clasificadas como sociedades de personas o personalistas, para significar de
este modo la relevancia del citado elemento personal en su organización, a diferencia de las
sociedades intuitu rei que organizan capitales. En tal sentido, sus reglas son aplicables
directa o supletoriamente en todos aquellos tipos societarios caracterizados como de intuitu
personae (consideración de la persona).
“La denominación social se integra con las palabras sociedad colectiva o su abreviatura
S.C.”. “Si actúa bajo una razón social, ésta se formará con el nombre de alguno, algunos o
todos los socios”. “Contendrá las palabras y compañía o su abreviatura si en ella no
figuraren los nombres de todos los socios”.
Genéricamente, el nombre social, atributo de la personalidad societaria, puede representarse
mediante una "razón social", la cual se integra exclusivamente con el nombre de uno,
algunos o todos los socios (porque es indicativa de una responsabilidad subsidiaria,
solidaria e ilimitada) o mediante el empleo de una "denominación social" pasible de ser
conformada con cualquier nombre, incluso de fantasía, relativo o no a su objeto, con el
aditamento de la designación que corresponda al tipo, o a su abreviatura. La exigencia de
integrarla con las palabras "sociedad colectiva", o su abreviatura cumple con la función
específica de indicar a terceros el carácter de la responsabilidad de los socios. Se dispone,
además, que en caso de optar por la utilización de razón social y no conformarla con el
nombre de todos los socios, ella se deberá integrar con las palabras "y compañía" o su
69

abreviatura. La antedicha facultad de optar se extiende, por supuesto, a las demás


sociedades por parte de interés con las modalidades propias de cada caso .
“La administración y supervisión estarán a cargo de quien se designe en el contrato o en
su defecto de cualquiera de los socios indistintamente, salvo que se especifique la
actuación conjunta de los mismos, en cuyo caso no podrán actuar separadamente”. La
norma establece el principio general en la especie, dejando a la libre voluntad de los socios
prever el régimen de administración, pero disponiendo supletoriamente la administración
indistinta para el caso de silencio contractual. El artículo alude a la "administración", pero
su regla debe extenderse también a la representación de la sociedad, porque, como lo
entiende la doctrina, los administradores son los representantes de la sociedad, ya que la
administración exige la actuación en nombre de la sociedad.
“El administrador podrá ser removido por mayoría de decisión sin necesidad de pruebas,
salvo que se especifique lo contrario en el contrato social, en cuyo caso conservará el
puesto hasta la sentencia correspondiente”. El artículo trae dos importantes disposiciones:
a) la forma de remoción del administrador; b) los efectos de pactar contractualmente la
justa causa de remoción.
“Toda modificación del contrato, incluso la transferencia de la parte a otro socio,
requiere el consentimiento de todos los socios, salvo pacto en contrario”. “Las demás
resoluciones sociales se adoptarán por mayoría”. La regla que sienta este artículo se
refiere a la forma en que se toman decisiones por el órgano de gobierno (la reunión de
socios). La unanimidad es la regla si se piensa en modificar el contrato; también para
vender la parte social a un tercero o extraño no socio. Esta solución se justifica atento a que
estas sociedades son intuitu personae
“Para esta sociedad se entiende por mayoría, la mayoría de capital, excepto que el
contrato fije un régimen distinto”. El capital esta compuesto por dinero o su equivalente en
especies, valuado en moneda nacional.
“Un socio no puede realizar por cuenta propia o ajena actos que importen competir con
la sociedad, salvo consentimiento expreso y unánime de los consocios”. Esta norma debió
integrar la parte general; no obstante, se entiende aplicable a las demás sociedades por
partes de interés, siendo menester, por dicho, hacer mención aquí a los restantes tipos.
La prohibición tiene fundamento en el carácter personalista de la relación interna que
genera el deber de lealtad de los socios hacia la sociedad, teniendo en cuenta que en esta
clase de sociedades, la directa intervención de ellos en la administración y gestión de la
empresa los pone en conocimiento de información, secretos, etc., que pueden ser utilizados
para desviar los negocios o la clientela del ente en provecho propio o de terceros. Es más
difícil en la sociedad por acciones debido a la calidad de mero inversor que ostenta el
accionista, por lo cual la interdicción sólo afecta a directores. Respecto de las SRL se
interpreta, con buen criterio, que la actividad en competencia de un socio lo hace pasible de
exclusión.
Los libros obligatorios para esta sociedad son: Diario, Inventario y Balances, Actas,
Sueldos y Jornales, IVA Compras e IVA Ventas.

3. Sociedad en comandita simple


“El o los socios comanditados responden por las obligaciones sociales como los socios de
la sociedad colectiva, y el o los socios comanditarios solo con el capital que se obliguen a
aportar”. “La denominación social se integra con las palabras sociedad en comandita
70

simple o su abreviatura”. “Si actúa bajo una razón social, ésta se formará exclusivamente
con el nombre o nombres de los comanditados”.
La comandita simple se caracteriza por tener dos grupos o clases de socios con distinta
responsabilidad; la doctrina entiende que es una sociedad por partes de interés. La
existencia de las dos categorías de socios es requisito tipificante: La ausencia de una de
ellas determina la nulidad, si es originaria, o la disolución si es sobreviniente a la
constitución de la sociedad
“El capital comanditario se integra solamente con el aporte de obligaciones de dar”. La
regla concuerda con el principio general. La disposición se explica por cuanto la
responsabilidad del comanditario se limita al capital aportado, a diferencia del comanditado
que responde solidaria e ilimitadamente por las obligaciones sociales.
“La administración y representación de la sociedad es ejercida por los socios
comanditados o terceros que se designen, y se aplicarán las normas sobre administración
de las sociedades colectivas”. “El socio comanditario no puede inmiscuirse en la
administración; si lo hiciere será responsable ilimitada y solidariamente”. “Su
responsabilidad se extenderá a los actos en que no hubiera intervenido cuando su
actuación administrativa fuere habitual”. No se admite tradicionalmente la administración
por parte de los socios comanditarios, pues se prefiere dejar la gestión social en manos de
quienes asumen responsabilidad ilimitada. No es ajena también a la fundamentación del
precepto la tutela al interés de terceros de buena fe, pretendiéndose evitar confusiones sobre
el carácter de la responsabilidad de quien contrata a nombre de la sociedad.
“Los siguientes actos están permitidos al socio comanditario: examen, inspección,
vigilancia, verificación, opinión o consejo”. “Los socios comanditarios tienen votos en la
consideración de los estados contables y para la designación de administrador”. Se
enumera qué puede hacer el comanditario, que es un verdadero socio y no un mero
suministrador de capital. Pero estos actos autorizados al o los socios comanditarios sólo son
vinculantes entre socios. Es decir que no trascienden a las relaciones de la sociedad con
terceros, ni pueden interferir en la administración de los socios comanditados.
4. Sociedad de Capital e Industria
“El o los socios capitalistas responden de los resultados de las obligaciones sociales como
los socios de la sociedad colectiva; quienes aportan exclusivamente su industria responden
hasta la concurrencia de las ganancias no percibidas”. La finalidad de esta estructura es
propiciar la integración a la actividad productiva empresarial, de quien sólo cuenta con su
capacidad de trabajo (en tal sentido debe entenderse el término industria) sin necesidad de
hacerlo en condición de empleado, instaurándose a tal fin un régimen que le permite
asociarse, sin comprometer su patrimonio personal. Lamentablemente la utilización de esta
forma societaria para encubrir relaciones de dependencia laboral le ha restado importancia
en cuanto a su empleo en la práctica.
“La denominación social se integra con las palabras sociedad de capital e industria o su
abreviatura”. “Si actúa bajo una razón social no podrá figurar en ella el nombre del socio
industrial”. Con adecuación a las características del tipo, la regla es común a la sociedades
anteriores. Del mismo modo, la prohibición de que el socio industrial integre la razón social
es en beneficio del interés de terceros, para evitar confusiones en cuanto al carácter de la
responsabilidad de quien figura en la precitada razón social.
“La representación y administración de la sociedad podrá ejercerse por cualquiera de los
socios”. El socio industrial (a diferencia de lo que decía el viejo Código de Comercio)
71

puede ahora ser administrador de la sociedad. La administración queda reservada a los


socios, por lo cual se excluye la administración por terceros.
“El contrato debe determinar la parte del socio industrial en los beneficios sociales.
Cuando no lo disponga se fijará judicialmente”.
5. Sociedad de Responsabilidad Limitada
Tradicionalmente se les reconoce a las SRL un carácter "intermedio o mixto", valorado
entre las sociedades de personas (o por parte de interés) y las accionarias, para significar
que si bien el elemento personal no es ajeno a su organicidad, la circunstancia de limitar los
socios su responsabilidad al capital que se comprometen a aportar, les otorga un tinte
acorde con los principios de la sociedad de capitales. Este carácter, en consecuencia,
deviene en particularidades propias que ha llevado a ubicarlas en una "categoría"
diferenciada, clasificándoselas como sociedades por cuotas, siendo el único exponente de
esta "clase".
La ley 22.903 introdujo importantes modificaciones al régimen de las SRL, destinadas a
"potenciar" (según los términos del legislador) esta estructura con la inocultada finalidad de
revertir la tendencia hacia la constitución de sociedades anónimas de familia.
“El capital se divide en cuotas”. “Los socios limitan su responsabilidad a la integración
de la cuotas que suscriban o adquieran”. “Los socios garantizan solidaria e
ilimitadamente a los terceros la integración de los aportes en caso de sobrevaluación”. La
ley caracteriza estos entes destacando dos premisas sustanciales: a) la división del capital
en "cuotas" sociales que no se representan en títulos negociables, por lo que sólo son
transmisibles según el procedimiento que la ley instituye expresamente; b) la limitación de
la responsabilidad de los socios a la integración de las cuotas de capital que suscriban o
adquieran, precisamente por lo cual ellos garantizan a los terceros por imperativo legal la
efectiva integración de los aportes. De ahí que el patrimonio social sea la garantía directa de
los acreedores, excluyéndose, en comparación con las sociedades por partes de interés, la
responsabilidad personal, solidaria, ilimitada y subsidiaria de los socios.
“El número de socios no excederá de 50”. En cuanto al número máximo de socios, viene
impuesto como requisito tipificante, por lo cual cabe interpretar que el vicio consistente en
la extralimitación de dicho número trae aparejada la nulidad del contrato (si es originario) o
la disolución de la sociedad (si es sobreviniente).
“La denominación de la sociedad podrá incluir el nombre de uno o más socios,
agregándose la indicación Sociedad de Responsabilidad Limitada o S.R.L.”. La SRL no
tiene razón social, en el sentido de que no se producen nunca los efectos de ésta aunque se
incluyan en su denominación el nombre de algunos socios.
“La constitución debe realizarse por instrumento público o privado, y con firma
certificada” de acuerdo con las formalidades expresadas en la Ley 19.550.
“Las cuotas sociales tendrán igual valor, que puede ser de 10 pesos o su múltiplo”. “El
capital podrá conformarse con dinero o especies, contando para el primero con un plazo
de dos años para integrar el 75 % del mismo, el 25% restante y las especies deberán
integrarse al momento de la constitución”.
“Las cuotas son libremente transmisibles salvo disposición en contrario en el contrato”.
“El contrato de sociedad puede limitar la transmisibilidad de las cuotas, pero no
prohibirla”. “Bienes determinados aportados en propiedad por los socios son susceptibles
de ejecución forzada si así lo requiriera el poder judicial”.
72

“La administración y representación corresponde a uno o más gerentes, socios o no,


designados en el instrumento constitutivo o posteriormente, por tiempo determinado o
indeterminado, en forma conjunta o indistinta, con atribuciones especificas o generales”.
La gerencia es el órgano administrador de la SRL y es la esencia de la misma. La ley
22.903 introduce al respecto: a) la posibilidad de designar gerentes suplentes; b) la
administración indistinta; c) la posibilidad de que el juez determine la parte de
responsabilidad que aqueja a cada gerente cuando la gerencia sea plural.
―La fiscalización puede establecerse “optativamente” mediante la creación de un síndico
o consejo de vigilancia, u “obligatoriamente” para las sociedades cuyo capital supere los
2.100.000 pesos”. “En ambos casos se aplicarán supletoriamente las reglas
correspondientes a la sociedad anónima”. En cuanto a las Asambleas de socios, en el
contrato se especificará su frecuencia y la forma de deliberar y tomar acuerdos.
“El contrato establecerá las reglas aplicables a las resoluciones que tengan por objeto su
modificación”. “La mayoría debe representar como mínimo más de la mitad del capital
social”. “En defecto de regulación contractual se requiere el voto de las tres cuartas
partes del capital social”. “Si un solo socio representare el voto mayoritario, se
necesitará, además, el voto de otro”. “Cada cuota solo da derecho a un voto”. Se
advierten así soluciones de tinte intuitu personae, por ejemplo, cuando se dispone que
siempre se necesitará el voto de otro socio si uno solo de los integrantes representa por sí el
voto mayoritario.
”La transformación, la fusión, la escisión, la prórroga, la reconducción, la transferencia
de domicilio al extranjero, el cambio fundamental del objeto y todo acuerdo que
incremente las obligaciones sociales o la responsabilidad de los socios que votaron en
contra, otorga a éstos derecho de receso”. “Los socios ausentes o que votaron contra el
aumento de capital, tienen derecho a suscribir cuotas proporcionalmente a su
participación social”. “Si no lo asumen, podrán acrecerlos otros socios y, en su defecto,
incorporarse nuevos socios”.
“Las resoluciones sociales que no conciernan a la modificación del contrato, la
designación y la revocación de gerentes o síndicos, se adoptarán por mayoría del capital
presente en la asamblea o partícipe en el acuerdo, salvo que el contrato exija una mayoría
superior”.
Los libros obligatorios son: Diario, Inventario y Balances, Actas, Sueldos y Jornales, IVA
Compras e IVA Ventas.
6. Sociedad Anónima
“El capital está representado por acciones y los socios limitan su responsabilidad a la
integración de las acciones suscriptas”. Las Sociedades Anónimas son las sociedades
accionarias (intuitu rei) por excelencia.
“La denominación puede incluir el nombre de una o más personas de existencia visible
mas la expresión Sociedad Anónima o S.A.”. “La constitución debe realizarse por
instrumento público y por acto único o por suscripción pública” de acuerdo con las
formalidades expresadas en la Ley 19.550.
“El capital no podrá ser menor a 12.000 pesos y debe suscribirse totalmente al momento
de la celebración del contrato”. En los supuestos de mora, aumento, capitalización de
reservas, limitaciones, resarcimientos y demás circunstancias relativas al mismo, se
cumplirán con las formalidades expresadas en la Ley 19.550 al respecto.
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“Bienes determinados aportados en propiedad por los socios son susceptibles de ejecución
forzada si así lo requiriera el poder judicial”.
“Las acciones serán de igual valor, expresado en moneda nacional”. “En el caso de que se
coticen en bolsa, la Comisión Nacional de Valores ejercerá funciones de fiscalización
sobre la sociedad en los ámbitos que sean de su competencia”.
La Administración de la sociedad recaerá sobre el Directorio. Este es nombrado por los
socios en asamblea ordinaria, quienes también decidirán sobre los asuntos relativos a la
designación y remoción de síndicos y miembros del consejo de vigilancia, así como
también sus responsabilidades y remuneraciones, modificaciones del capital, balance
general, estado de resultados, distribución de ganancias y perdidas, memorias, informes del
sindico y todas las cuestiones que no recaigan en otros órganos. El Sindico o Consejo de
Vigilancia tendrá a su cargo la fiscalización de la sociedad.
Los asuntos de interés social, según el orden del día, serán resueltos mediante asamblea de
accionistas, convocada de acuerdo a la ley y al estatuto, por el directorio y/o síndico. La
―asamblea de accionistas‖ es un órgano corporativo porque las resoluciones de los
accionistas sirven como modo de manifestación de la voluntad social. Su función no puede
ser delegada, es decir, no se puede sustituir por ningún otro modo de deliberación. No es
igual a la reunión de socios de la sociedad de personas, por eso para expresar la voluntad
social hay requisitos y formalidades legales. Su poder no deriva de ningún otro órgano, en
cambio el poder del directorio deriva en gran medida de la asamblea.
La convocatoria es un requisito indispensable para que la reunión en asamblea sea válida,
salvo que la misma sea unánime, entonces sería válida legalmente. La forma de convocarla
esta regulada por la ley. Toda decisión que no esté incluida en la orden del día será
considerada nula. Los socios que quieran participar deberán comunicarlo hasta 3 días antes
de la reunión. El socio que no avise no podrá asistir salvo que la asamblea sea unánime.
Los directores, síndicos y gerentes generales tienen derecho y obligación de asistir con vos
a todas las asambleas, pero solo pueden votar si tienen ese derecho como accionistas.
El lugar de reunión debe ser la cede social o, en su defecto, en la localidad del domicilio
social, pero en este caso debe hacerse constar expresamente. Debe haber Quórum para
llevar adelante la asamblea. Una vez que el presidente de la asamblea comprueba que haya
Quórum, la declara válidamente constituida y luego de dar lectura a la orden del día, se
comienzan a tratar los temas.
Sí o si tiene que haber debate, discusión de los temas, porque es la única forma en que
pueda darse la voluntad social. Lo normal es que se vote cada vez que se trata un punto de
la orden del día, pero si todos los accionistas con derecho a voto que están presentes dan su
conformidad se puede votar todo al final. Sean ordinarias, extraordinarias, 1ra. o 2da.
convocatoria, deben ser de mayoría absoluta de los votos presentes que puedan emitirse
(valen los votos simples y las votaciones plurales), es decir que no puede votar alguien que
lo tenga prohibido por alguna causa (salvo que el estatuto exija un mayor número).
“El contrato social solo podrá ser modificado mediante asamblea extraordinaria”. “Se
requiere mayoría absoluta de acciones con derecho a voto y no se computa el voto plural”
Las decisiones expresan la voluntad social, sus resoluciones son obligatorias para todos los
accionistas y deben ser cumplidos por el directorio
Los libros obligatorios para la sociedad son: Diario, Inventario y Balances, Sueldos y
Jornales, IVA Compras e IVA Ventas, Actas de Asambleas, Actas de Directorio, Registro
de Asistencia a Asambleas, Registro de Acciones.
74

7. Sociedad Anónima con participación Estatal Mayoritaria


“Quedan comprendidas en esta clase las sociedades anónimas que se constituyan cuando
el Estado nacional, los Estados provinciales, los municipios, los organismos estatales
legalmente autorizados al efecto, o las sociedades anónimas sujetas a este régimen sean
propietarios en forma individual o conjunta de acciones que representen por lo menos el
cincuenta y uno por ciento del capital social y que sean suficientes para prevalecer en las
asambleas ordinarias y extraordinarias”.
La ley 19.550 introdujo expresamente la regulación de esta "clase" de sociedad (en
realidad, no es un "tipo" distinto de la sociedad anónima, sino una variante dentro del
mismo tipo). Su finalidad es servir de alternativa a la participación mixta del Estado y los
particulares con mayores beneficios que la sociedad de economía mixta en cuanto a la
agilidad del trámite. Lo que se pretende es reservar el manejo de la voluntad social en
manos del Estado y que esto no dependa exclusivamente de la medida de la participación
en el capital social, porque el sencillo expediente de otorgar acciones de voto plural a las
minorías puede desvirtuar la pretensión. La variante exige no sólo que la participación del
Estado sea por lo menos del 51% del capital, sino también que tal participación sea
suficiente para prevalecer en las asambleas ordinarias y extraordinarias.
La constitución de esta sociedad puede ser originaria o por "transformación" posterior.
Destacamos el término transformación porque no obstante operar en la sociedad un cambio
estructural importante no implica la adopción de otro tipo previsto en la ley y, por ende, no
le son aplicables las reglas de la transformación como instituto legal, sino las de esta
norma, que exige la voluntad social en tal sentido expresada en asamblea especial (que
tiene que ser extraordinaria) convocada al efecto y en la que no medie "oposición expresa"
de ningún accionista se interpreta, así, que la ausencia o la abstención de votar implican
conformidad.
Cuando se ejerza por la minoría el derecho correspondiente no podrán ser directores,
síndicos o integrantes del consejo de vigilancia por el capital privado los funcionarios de la
Administración pública.
El estatuto podrá prever la designación por la minoría de uno o más directores y de uno o
más síndicos. Cuando las acciones del capital privado alcancen el 20% del capital social
tendrán representación proporcional en el directorio y elegirán por lo menos uno de los
síndicos.
8.- Sociedad en comandita por acciones
Al igual que la sociedad de capital e industria, la instauración de la comandita por acciones
lo fue con la intención de crear una estructura apta para organizar la confluencia del capital
y el trabajo, aunque en este caso bajo una concepción que permitiese en líneas generales el
aporte netamente capitalista a un emprendimiento determinado. Es así que se permite al
socio capitalista (comanditario) limitar la responsabilidad al capital suscripto y representar
su participación en acciones dejando, como contrapartida, la administración en manos de
los socios comanditados, es decir, los que responden como en la sociedad colectiva,
solidaria, ilimitada y subsidiariamente por las obligaciones sociales.
La experiencia, empero, demuestra el muy escaso auge de esta tipología que, cuando lo
tuvo, fue para ser utilizado como instrumento del fraude (ocultamiento de bienes al acervo
hereditario o a la sociedad conyugal, defraudaciones fiscales, o en perjuicio de acreedores,
etc.) o de aprovechamiento del anonimato accionario en épocas de mayor presión o control
deI Estado sobre las sociedades anónimas.
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“El o los socios comanditados responden por las obligaciones sociales como los socios de
la sociedad colectiva, mientras que el o los socios comanditarios limitan su
responsabilidad al capital que suscriben”. “Sólo los aportes de los comanditarios se
representan por acciones”.
Acorde con lo expuesto en el comentario de esta sección, la ley instituye dos elementos
tipificantes que, como tales, no pueden faltar, so perjuicio de determinar la nulidad si el
vicio es originario (es decir, contemporáneo a la constitución), o la disolución cuando es
sobreviniente. Uno de tales requisitos es la existencia de dos categorías de socios: los
comanditarios que responden por las obligaciones sociales solidaria, ilimitada y
subsidiariamente y los comanditarios que se obligan sólo hasta el capital ; se comprometen
a aportar. Si bien no existe impedimento para que la misma persona revista la doble
condición de socio comanditado y comanditario, se exige comúnmente en razón de este
requisito tipificante Ia existencia de un comanditario "puro‖.
El otro requisito es la representación del capital comanditario en acciones, lo cual instituye
a su vez la diferencia en este orden respecto de la sociedad en comandita simple.
“Están sujetas a las normas de la sociedad anónima, salvo disposición contraria”. “La
denominación social se integra con las palabras sociedad en comandita por acciones, su
abreviatura o la sigla SCA.” La denominación o razón social (optativa en este tipo) se rige
por las disposiciones comunes de la ley”.
“La administración podrá ser unipersonal, y será ejercida por socio comanditado o
tercero, quienes durarán en sus cargos el tiempo que fije el estatuto”. “El administrador
puede ser removido por decisión de mayoría en cualquier tiempo sin invocación de causa,
pero el socio comanditario podrá pedirla judicialmente, con justa causa, cuando
represente no menos del cinco por ciento del capital”. “El socio comanditado removido de
la administración tendrá derecho a retirarse de la sociedad o a transformarse en
comanditario”.
“La asamblea se integra con socios de ambas categorías”. “Las partes de interés de los
comanditados se considerarán divididas en fracciones del mismo valor de las acciones a
los efectos del quórum y del voto”. “Cualquier cantidad menor no se computará a ninguno
de esos efectos”.
El socio administrador tiene voz pero no voto, y es nula cualquier cláusula en contrario en
los siguientes asuntos:
1) Elección y remoción del síndico.
2) Aprobación de la gestión de los administradores y síndicos, o la deliberación sobre su
responsabilidad.
3) La remoción prevista anteriormente.
“La cesión de la parte social del socio comanditado requiere la conformidad de la
asamblea”. Esta es una diferencia importante respecto a la comandita simple
La ley 19.550 incluyó a esta sociedad entre las sociedades por acciones, razón por la cual
declara como normas aplicables las de la anónima. No obstante, es evidente que la sociedad
en comandita por acciones no pudo desprenderse del carácter "mixto" que la cualifica. Es
así que la propia ley remite a soluciones previstas para las sociedades de personas e incluye
como régimen supletorio, las normas de la sociedad en comandita simple.
9.- Sociedad accidental o en participación
“Su objeto es la realización de una o más operaciones determinadas y transitorias, a
cumplirse mediante aportaciones comunes y a nombre personal del socio gestor”. “No es
76

sujeto de derecho y carece de denominación social; no está sometida a requisitos de forma


ni se inscribe en el Registro Público de Comercio”. “Su prueba se rige por las normas de
prueba de los contratos”.
La ley mantiene los lineamientos que caracterizaban a esta figura en el viejo Código de
Comercio, insistiendo así en "una concepción netamente argentina que la reconoce como
"sociedad anómala" en razón de que:
a) Carece de personalidad jurídica, contratando con los terceros a nombre personal del
socio gestor. En consecuencia, no posee denominación social, no está sometida a requisitos
de forma no se inscribe en el Registro Público de Comercio.
b) Es una sociedad oculta aunque, como bien se aclara, no en el sentido de "secreta" o
"clandestina" sino en cuanto al ofrecimiento de responsabilidad.
c) Su objeto tiene que consistir en la realización de una o más operaciones determinadas y
transitorias, es decir, "una o varias operaciones puntuales y específicas" limitadas en el
tiempo (esto último en virtud de la nota de transitoriedad): en la práctica, la existencia o no
de estas notas de especificidad y transitoriedad en el objeto hace a la interpretación respecto
de si en el caso concreto ha existido sociedad accidental o sociedad de hecho.
“Los terceros adquieren derechos y asumen obligaciones sólo respecto del socio gestor. La
responsabilidad de éste es ilimitada”. “Si actúa más de un gestor ellos serán
solidariamente responsables”. “El socio que no actúe con los terceros no tiene acción
contra éstos”. “Cuando el socio gestor hace conocer los nombres de los socios con su
consentimiento, éstos quedan obligados ilimitada y solidariamente hacia los terceros”.
“Si el contrato no determina el contralor (el Ejecutivo principal responsable por los
asuntos contable-financieros en un unidad económica) de la administración por los socios,
se aplicarán las normas establecidas para los socios comanditarios”.
“El socio tiene derecho a la rendición de cuentas de la gestión”.
“Las pérdidas que afectaren al socio no gestor no pueden superar el valor de su aporte”.
“Esta sociedad funciona y se disuelve, a falta de disposiciones especiales, por las reglas de
la sociedad colectiva (salvo contrariedades)”.
“La liquidación se hará por el socio gestor, quien debe rendir cuentas de sus resultados a
los socios no gestores”.
Tabla comparativa de las S.R.L. y las S.A.
Las sociedades comerciales más importantes y fomentadas en nuestro comercio son la
Sociedad de Responsabilidad Limitada (S.R.L.) y la Sociedad Anónima (S.A.). También
son comunes las sociedades de hecho, aunque estas son sociedades de constitución
―irregular‖. A modo de resumen final, disponemos un cuadro comparativo entre S.R.L. y
S.A.:

S.R.L. (Arts. 146/162) S.A.(Arts.163/30)

Capital dividido en cuotas Capital representado por


Socios con responsabilidad acciones
limitada a la integración de las Socios con
Caracterización que suscriban o adquieran. responsabilidad limitada a
Garantía de integración y la integración de las
valuación acciones suscriptas.
Número Máximo de Socio: 50
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Capital Inferior a $ 2.100.000 Cerrada o de Familia


Sub-Tipos (art. 299 inc. 2) Abierta (Art. 299)
Capital Superior a $ 2.100.000

Debe contener la indicación Debe contener la


"Sociedad de Responsabilidad expresión "Sociedad
Denominación Social
Limitada", su abreviatura o la Anónima", su
sigla S.R.L. abreviatura o sigla S.A.

Instrumento público o privado Instrumento Público


con firma certificada. 2 formas de constitución:
Forma del Contrato
- Por acto único
- Por suscripción pública

Inscripción y Se inscribe en Registro público de Comercio previa


Publicación publicación por 1 día.

- Limitada a la integración de Limitada a las acciones


las cuotas que suscriban o suscriptas.
adquieran.
Responsabilidad de - Garantizan solidaria e
los Socios ilimitadamente a los terceros
la integración total del
capital y en caso de
sobrevaluación.

Dividido en cuotas de igual Dividido en Acciones


valor = $ 10 o sus múltiplos Ordinarias / Preferidas
Libre Transmisibilidad de las Al Portador, Nominativas
cuotas. Limitaciones. Endosables, Nominativas
No endosables y
Escriturales.
Capital Social
Principio de libre
transmisibilidad.
Excepciones
Nuevas Emisiones:
Derecho de Preferencia
Capital Mínimo: $ 12.000.

Régimen de Aportes - Suscripción íntegra en el acto de constitución.


- Solo obligaciones de dar. Bienes determinados susceptibles
de ejecución forzada.
- Aporte no dinerario integrado totalmente al momento de
inscripción — Inscripción preventiva
- Aportes en Dinero: 25% integrado al inscribir (depósito en
Banco) y saldo en plazo máximo de 2 años.
78

ORGANOS SOCIALES

S.R.L. (Arts. 146/162) S.A.(Arts.163/30)

Reunión de Socios / Asamblea Asamblea


Consulta / Declaración Ordinaria / Extraordinaria
General / Especial
Gobierno Convocatoria — 1ra. /
2da. Orden del Día
Publicación — Asamblea
Unánime

- Como mínimo se requiere más Asamblea Extraordinaria


de la ½ del Capital Social Art. 244 último párrafo
- Si el contrato no lo previó ¾ requiere Mayoría absoluta
Modificación del
del Capital Social de acciones con derecho a
Contrato Social
El voto de 1 solo socio que voto y no se computa el
tenga la mayoría requerida no voto plural.
alcanza

GERENCIA: Administración:
1 o más gerentes socios o no DIRECTORIO:
designados en el Contrato o Requisitos /
posteriormente Incompatibilidades
por tiempo determinado o Elección: Asamblea /
indeterminado Consejo de Vigilancia
Administración Remoción / Renuncia Por Clases / Voto
Y Organización / Funcionamiento acumulativo
Representación Responsabilidad Remoción / Renuncia
Organización /
Funcionamiento /
Responsabilidad
Representación:
PRESIDENTE

SINDICATURA SINDICATURA /
Optativa (capital inferior a CONSEJO DE
$2.100.000): Cap. Inferior 299 VIGILANCIA
Fiscalización
inc. 2 Comisión Fiscalizadora
Obligatoria (capital superior a Prescindencia de la
$2.100.000): Cap. Superior Sindicatura
Cuestionario
¿Qué es según la ley una sociedad?
La sociedad es un contrato (es decir, un acuerdo de voluntades destinado a regir los
derechos de los contratantes) que se celebra entre dos o más personas y del cual surge un
ente distinto de los socios que lo forman, que también se denomina ―sociedad‖. Es de la
79

esencia de la sociedad que la ganancia o beneficio que la misma obtenga del desarrollo de
la actividad se distribuya entre los socios y también que los socios estén dispuestos a
soportar las perdidas, en caso de que las mismas ocurran.
¿Qué derechos y atribuciones le reconoce la ley a una sociedad?
Nuestra ley le reconoce a las sociedades, tanto civiles como comerciales, el carácter de
―persona jurídica‖, lo que significa que la sociedad va a contraer sus propios derechos y
asumir sus obligaciones con independencia de los derechos y obligaciones de los socios que
la componen. Como persona jurídica tendrá un nombre, un patrimonio y un domicilio
propios. Con dicho patrimonio responderá por las obligaciones que contraiga y por ello, los
acreedores de la sociedad no podrán atacar el patrimonio de los socios para cobrar las
deudas que contrajo la sociedad, ni los acreedores del socio podrán atacar el patrimonio de
la sociedad para cobrar las deudas que contrajo el socio con independencia de la sociedad.
Hay que aclarar que existen excepciones a este principio de acuerdo al tipo de sociedad de
que se trate.
¿Qué diferencias hay entre sociedades civiles y comerciales?
Tenemos que distinguir entre la sociedad civil y la sociedad comercial. La sociedad civil es
aquella que tiene por objeto alguna actividad de las que se consideran civiles (p.ej.
Explotación agropecuaria, Ejercicio de profesiones liberales, Explotación de
establecimientos educativos). Las sociedades comerciales son aquellas que figuran en la
Ley de Sociedades Comerciales (Ley 19.550); por el solo hecho de optar por alguno de los
distintos tipos de sociedades que figuran en ella, la sociedad tendrá el carácter de comercial,
y estará regida por dicha ley, sin importar que el objeto que desarrolle la sociedad sea civil
o comercial.
Según Ley 19.550 habrá sociedad comercial cuando dos o más personas en forma
organizada, conforme a uno de los tipos previstos en la misma se obliguen a realizar aportes
para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o servicios, participando de los
beneficios y soportando las pérdidas.
¿Qué tipos de sociedades figuran en la Ley de Sociedades Comerciales?
Las sociedades que enumera y regula la Ley de Sociedades Comerciales (Ley 19.550) son:
Sociedades de Hecho
Sociedades Colectivas
Sociedades en Comandita Simple
Sociedades de Capital e Industria
Sociedades de Responsabilidad Limitada (S.R.L)
Sociedades Anónimas (S.A.)
Sociedades Anónimas con Participación Estatal Mayoritaria
Sociedades en Comandita por acciones
Sociedades Accidentales o en Participación
¿Cuáles son las sociedades comerciales más conocidos y utilizadas en nuestro
comercio?¿qué diferencias hay entre ellas principalmente?
Los tipos societarios más conocidos y utilizados en el universo PyME son: la sociedad
anónima (SA), la sociedad de responsabilidad limitada (SRL) y la sociedad de hecho (SH),
aunque en este último caso, se trata de una sociedad ―irregularmente‖ constituida y no
configura un ente jurídico ―independiente‖ de los socios. Por eso es importante remarcar
sus diferencias a través de la comparación de sus diversos aspectos.
Constitución:
SA: por instrumento público o privado con firma certificada.
80

SRL: por instrumento público bajo 2 formas: por acto único o por suscripción.
SH: informal; por acuerdo entre partes; a veces se realiza un contrato pero no es habitual.
Cantidad de socios y responsabilidad de los mismos:
SA: mínimo 2; máximo no hay límite; responsabilidad limitada al capital suscripto por el
accionista.
SRL: mínimo 2; máximo 50; responsabilidad limitada al capital suscripto por el socio.
Estos garantizan solidaria e ilimitadamente a los terceros la integración de los aportes en
caso de sobrevaluación.
SH: mínimo 2; máximo no hay límite; responsabilidad ilimitada, solidaria y subsidiaria.
Tipo y composición del Capital Social:
SA: cuotas parte de igual valor; transmisibles entre socios, salvo limitaciones acordadas.
SRL: acciones; nominativas o al portador; capital mínimo $ 12.000.; libre transmisibilidad.
SH: partes de interés; según aporte de cada socio al negocio.
Gobierno y administración:
SA: asamblea de accionistas (general u ordinaria); directorio elegido por asamblea;
sindicatura.
SRL: asamblea de socios; gerentes socios o no; puede prescindir de sindicatura.
SH: los socios acuerdan en forma unánime; uno o más de ellos pueden tener a cargo la
administración.
Registros legales especiales:
SA: Diario, Inventario y Balances, Sueldos y Jornales, IVA Compras e IVA Ventas, Actas
de Asambleas, Actas de Directorio, Registro de Asistencia a Asambleas, Registro de
Acciones.
SRL: Diario, Inventario y Balances, Actas, Sueldos y Jornales, IVA Compras e IVA
Ventas. SH: Diario, Inventario y Balances, Sueldos y Jornales, Compras y Ventas (sin
rubricar).

Como verán, los requisitos y particularidades varían de un tipo societario a otro; lo que sí
podemos deducir es que la ventaja de la sociedad de hecho (SH) es su carácter informal,
poco papeleo, fácil conformación. Por el contrario, tanto la SA como la SRL, son
ventajosas en el aspecto de la responsabilidad ante terceros y para la realización de
operaciones complejas (exportaciones, obtención de líneas de crédito, licitaciones) debido a
que están formalmente constituidas por medio de contratos y llevan registros legales
rubricados.
Desde el punto de vista impositivo, es importante recalcar que en las SA y SRL, el ―sujeto‖
fiscalizado por los organismos recaudadores de impuestos es el ―ente jurídico‖, sin dejar de
lado la responsabilidad de sus socios, directores o gerentes por la incorrecta o fraudulenta
administración del mismo; en el caso de la SH, los responsables son los propios socios,
considerados estos individualmente ante el fisco.
En el momento de tomar la decisión de asociarse se aconseja analizar las características de
los negocios que se quieren emprender, de qué estructura disponemos, qué costos hay que
afrontar, cuáles son los riesgos ante terceros y principalmente, el grado de confianza que
haya entre los socios. Consulte con un contador o licenciado en administración, para que lo
ayude a decidir correctamente.
81

Hechos y actos jurídicos


El hecho como fuente de los derechos. Distintas clases de hechos.
A. Los hechos jurídicos: Concepto. El art 896 C.C.
―Hecho‖: Esta expresión sirve para designar cualquier acontecimiento que ocurra en el
mundo, sea producido por el hombre o no ( ej: un terremoto, una inundación; la muerte de
una persona Etc)
Algunos hechos no influyen para nada en el campo jurídico ( la salida del sol), y se los
denomina ―simples hechos‖
Otros por el contrario, producen efectos o consecuencias jurídicas (ej: la muerte de una
persona que causa la apertura de su sucesión), y se los llama ―Hechos jurídicos‖
Hecho jurídico: Es todo acontecimiento susceptible de producir alguna adquisición,
modificación, transferencia o extinción de derechos u obligaciones.
Art. 257. Hecho jurídico. El hecho jurídico es el acontecimiento que, conforme al ordenamiento
jurídico, produce el nacimiento, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas .
Los hechos pueden ser, y son, objeto de derechos y relaciones jurídicas en general; sin
embargo, el "hecho jurídico" se maneja aquí en el sentido de fuente de relaciones de
Derecho. Ahora bien, ¿qué significa esto
Aquí, el llamado "hecho jurídico" viene a ser la "partícula fundamental" de todo el sistema
y, en esencia, alude a toda clase de acontecimientos que llevan a consecuencias jurídicas.
Por eso, la primera gran distinción de la teoría es la que separa entre "hechos no
productores de consecuencias jurídicas", o "simples hechos", y "hechos productores de
consecuencias jurídicas" que serán lo que el art. 257 califica como "hecho jurídico".
Así, un mismo suceso puede o no ser calificado como jurídico según las circunstancias y a
que se reúnan los requisitos que hacen a la calificación de una determinada norma. Tal es el
caso del clásico ejemplo que distingue entre el rayo (mero factum material) que cae en el
medio del campo sin mayores consecuencias del que cae en un granero y le prende fuego;
extinguiendo el objeto de un derecho real como es la propiedad y que además, en caso de
haber sido asegurado, dará lugar al nacimiento del derecho personal de reclamarle a la
compañía aseguradora el pago estipulado en la póliza (factum material en coincidencia con
un supuesto normativo).
El art. 257 establece como efectos de los hechos jurídicos el nacimiento, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas. Como ya se ha señalado, con esto no debe
entenderse que el hecho jurídico es productor sin más de tales efectos, sino que éstos se
producirán por imperio de la ley una vez verificados los requisitos que ella exige. El
precepto alude a tres posibilidades que, por lo general, irán referidas a derechos subjetivos.
Desde esta perspectiva, el "nacimiento" importará normalmente la unión de un derecho a
una persona que, de esta manera, deviene su titular; pudiendo ser originaria (v.gr. el
pescador que hace propios los peces caídos en su red) o derivada cuando una cosa se
transmite de una persona a otra (v.gr. adquisición de un inmueble por compraventa). Por su
parte, la modificación alude a toda alteración de un derecho; abarcando tanto la persona de
su titular (subjetiva) como su contenido (objetiva). Por último, la extinción comprende la
pérdida de un derecho sin que exista transmisión (v.gr. extinción del derecho de propiedad
82

por destrucción de la cosa que constituye su objeto) (Mayo). Ahora bien, la nueva
redacción no se limita a aludir a derechos subjetivos y es que las posibilidades del "hecho
jurídico" van más allá; pudiendo abarcar, entre otras, al estado civil, a la capacidad, a meras
facultades, a deberes jurídicos que no son obligaciones y a posiciones jurídicas. Así, se ha
dicho que el efecto jurídico se configura siempre como situación jurídica que, al
concretarse, se refiere a un sujeto determinado y, a su vez, cuando la situación jurídica
deviene intersubjetiva, llegamos a la idea de relación jurídica en tanto vínculo entre dos
sujetos.
Clasificación de los hechos jurídicos.
Los hechos pueden ser humanos (del hombre), o de la naturaleza (terremotos, inundaciones
etc)
Los hechos humanos, pueden ser voluntarios, o involuntarios.
Se consideran hechos involuntarios: cuando el hombre los realiza sin discernimiento,
intención o liberad (ej: me empujan y al caer causo daño a alguien). Los hechos
involuntarios, en principio, no acarrean responsabilidad para quien los ha realizado.
Se consideran actos (o hechos humanos) voluntarios los ejecutados con discernimiento,
intención y libertad (art 897 C.C.).
B. Los actos voluntarios: Requisitos internos de la voluntad: *
Discernimiento; * Intención, y * Libertad. Manifestaciones de la
voluntad
En realidad, el hecho cuando es realizado por el hombre es un acto; por lo que así lo
llamaremos en adelante.
Los actos humanos voluntarios, pueden ser:
 Lícitos: Son los actos voluntarios no prohibidos por la ley, la moral, las buenas
costumbres, y no dañan los derechos de terceros. Cuando un acto voluntario lícito
tenga por finalidad inmediata producir efectos jurídicos ( o sea la adquisición,
modificación o extinción de derechos), se denomina acto jurídico (ej: testamento; un
contrato; etc). Y sin este acto no tiene por finalidad generar consecuencias jurídicas,
se denominará simple acto lícito.
 Ilícitos: Son aquellos cuya realización, positiva o negativa, está prohibida por la
ley, o atenta contra la moral y buenas costumbre, o daña injustamente los derechos
de otro. Los actos ilícitos pueden ser delitos o cuasidelitos.
*Delitos: Son los actos ilícitos realizados con la intención de dañar la persona o
los derechos de otra persona.
*Cuasidelitos: Cuando el autor no actuó con intención de dañar, pero el daño se
ha producido porque ha actuado con imprudencia o negligencia (culpa).
Hemos dicho que, para que un acto sea considerado voluntario debe reunir condiciones
internas (discernimiento, intención y libertad) y condiciones externas (formas de manifestar
la voluntad).
Condiciones internas
a. Discernimiento: Es la facultad que permite a la persona, apreciar y saber lo que está
haciendo, de modo tal que le sea posible comprender el significado y alcance de sus actos.
Las causas que afectan el discernimiento de una persona son:
 La edad: Los menores sólo tienen discernimiento después de los 10 años para los
actos ilícitos; y de los 13 años para actos lícitos (Conf. art 261 CC y C)
83

 La demencia: Los actos de los dementes se consideran que son realizados sin
discernimiento, salvo que hayan actuado en un intervalo de lucidez (Conf. Art 261
inc 1ro CC y C)
 La privación accidental de la razón: caso de personas que, por una causa pasajera se
hallan temporalmente privados de discernimiento (ej: actuar bajo estado hipnótico,
etc).
b. Intención: consiste en el propósito de realizar el acto. Afectan la intención
 El error: consiste en tener una falsa noción sobre una determinada cuestión. La
persona cree que sabe algo, pero en realidad su saber es equivocado.
 Ignorancia: Es la ausencia completa de conocimiento sobre algo. La persona no está
errada o equivocada, sino que directamente, no sabe, ignora todo lo relacionado con
determinado punto.
 Dolo: Existe dolo, cuando una persona, por medio de cualquier astucia, artificio o
maquinación, induce a otra persona a la realización o ejecución de algún acto.Ej:
hay dolo cuando una persona para vender su casa oculta las rajaduras graves con un
simple sellador.
c. Libertad: Consiste en la posibilidad del individuo, de decidir o elegir por sí mismo la
realización de sus actos. La libertad se ve afectada por la fuerza y la intimidación (violencia
moral).
Condiciones externas (manifestación de voluntad)
Para que un acto sea considerado voluntario es necesario que la voluntad sea manifestada
por hechos exteriores que demuestren su existencia.
Art. 262. Manifestación de la voluntad. Los actos pueden exteriorizarse oralmente, por escrito, por
signos inequívocos o por la ejecución de un hecho material.
Especies de manifestaciones de voluntad:
La manifestación de voluntad puede ser hecha, de manera:
1. Formal o no formal:
 Formal: la eficacia del acto depende de que se observen las formalidades que indica
la ley.
 No formal: cuando la ley no exige ninguna formalidad; el acto será válido con
cualquier forma de manifestación de la voluntad que las partes hayan elegido.
2. Expresa o tácita:
 Expresa: cuando la voluntad se manifiesta en forma verbal, por escrito o mediante
signos inequívocos. (signo inequívoco: levantar la mano haciendo una postura en un
remate).
 Tácita: cuando la voluntad resulta de actos por los cuales se puede conocer con
certidumbre la existencia de la voluntad ( el que sube a un colectivo y paga el
boleto, tácitamente manifiesta su voluntad de realizar ese contrato de transporte).
3. Presumida por la ley: Cuando la voluntad resulta de la presunción de la ley en los casos
en que ella expresamente lo dispone. Ej: si una persona realizó un trabajo relativo a su
profesión, y no se fijó el precio del mismo, se presume que las partes se ajustaron al precio
de costumbre.

Acto Jurídico (art. 259 CC y C)


Art. 259. Acto jurídico. El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la
adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.
84

El fin inmediato de establecer relaciones jurídicas diferencia a los actos jurídicos de los
simples actos lícitos (ver arrt 258 CC y C) que pueden generar efectos jurídicos, pero el que
los realiza no se representa, ni lo efectúa por esa causa fin. Por eso una compraventa es un
acto jurídico, y alambrar un campo es un simple acto lícito donde el que lo realiza lo hace
con una finalidad práctica cual es evitar que sus animales escapen, pero la ley le da al
mismo un efecto jurídico, ya que lo considera como un acto posesorio; porque en la
compraventa los intervinientes tienen un fin o propósito jurídico; el comprador adquirir la
propiedad de la cosa; y el vendedor recibir el precio pactado..
Dentro del sistema de clasificaciones y subclasificaciones en que se funda el
Código Civil, el acto jurídico se presenta como un hecho humano (acto) voluntario lícito
que tiene además la particularidad de tener por fin inmediato la adquisición, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas.

El "acto jurídico" constituye la piedra angular de la llamada "autonomía privada"


La misma presupone que la ley le reconozca a los individuos la posibilidad de dirigir y
gobernar sus intereses por medio de sus voluntades adecuadamente expresadas, y puede ser
definida como el poder complejo de ejercicio de facultades concedido a las personas para
desenvolverse dentro del ámbito de la libertad, o bien para crear reglas de conducta para sí
y en relación con los demás, con la consiguiente responsabilidad en cuento actuación en la
vida social. Pero, ¿cómo opera este poder? Al menos en los países de Derecho positivo y
codificado como el nuestro, la dinámica que se da es la siguiente: las personas son libres
(art. 14 CN) e iguales (16 CN) y cualquier limitación que se haga al respecto debe ser
hacerse al solo efecto de coordinar la vida en común de toda la sociedad mediante ley
escrita y susceptible de ser conocida de antemano; de manera que los individuos tengan la
oportunidad de adaptar su conducta en consecuencia (art. 19 CN).
Aparece como segundo requisito la necesidad de que el acto jurídico sea el resultado de una
voluntad no viciada. En definitiva, no es suficiente con que el sujeto goce de aptitud
general para obligar y obligarse, sino que también habrá que verificar si pudo hacer uso
efectivo de esa capacidad en el caso concreto. Para dilucidar esto, habrá que atender a dos
aspectos a verificarse en forma sucesiva: que exista una voluntad efectiva (art. 260) y que
lo manifestado sea lo que efectivamente se ha querido. La cuestión de la exteriorización de
la voluntad se relaciona con otro elemento que a veces también es exigido por la ley: la
forma. En efecto, la regla es la libertad de formas (art. 284), pero hay ocasiones donde la
relevancia jurídica del acto es tal, que el ordenamiento sólo le permitirá alcanzar sus efectos
propios cuando la voluntad que lo origina se manifieste de una determinada manera que ha
sido impuesta y, cuando así sea, tal exigencia pasará a ser un tercer elemento o requisito
estructural necesario para que el acto sea válido.
Pero no basta con que el acto haya sido realmente querido, sino también que lo querido sea
conforme a Derecho. Por eso, todo acto jurídico presupone además un objeto idóneo
representado por las prestaciones que las partes están obligadas a cumplir; debiendo versar
sobre hechos posibles, no prohibidos por las leyes ni contrarios a las buenas costumbres y
el orden público y, siempre, sin perjudicar a terceros (art. 279). Además, las cosas no
ocurren porque sí y la circunstancia de que uno o más sujetos decidan la realización de un
acto referido a un objeto particular lícito significará también que lo que procuran es
satisfacer alguna clase necesidad que aparece como un nuevo requisito que se necesita para
que "estructuralmente" podamos hablar de un acto jurídico idóneo: la presencia de un móvil
que fundamente lo querido por los sujetos involucrados.
85

Hace falta, pues, que el acto cuente con causa; en tanto fin inmediato y determinante de la
voluntad que, claro está, no podrá ser contrario a Derecho (art. 281). Sólo entonces, cuando
se logre un equilibrio entre la aptitud subjetiva de los otorgantes, una voluntad no viciada,
un objeto idóneo y una causa lícita, el acto podrá producir con plenitud la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas en los términos del art. 259.
Elementos esenciales de los actos jurídicos: + Sujeto; + Objeto; +
Forma; + causa
Podemos clasificar a los elementos de los actos jurídicos en:
1. Elementos esenciales: son los elementos indispensables para que el acto
jurídico exista y tenga validez, y son:
 Los sujetos.
 El objeto del acto.
 La forma.
 La causa fin
Los sujetos: Son las personas ―otorgantes‖ del acto; o sea, aquellas de las cuales emana
el acto. Los sujetos deben ser capaces de ejercicio ( ej: un mayor de 18 años, etc) y además
debe tener capacidad específica de derecho para ser titular del mismo. Aunque sabemos,
existen algunos actos que aún sin haber llegado a los 18 años, los menores pueden realizar:
por ej: casarse; testar etc.
El objeto: El objeto del acto jurídico es el hecho o la cosa sobre la cual recae el acto
jurídico. Los requisitos que debe reunir el objeto están establecidos en el art279 CC y C.:
Objeto. El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley, contrario a la
moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana.
Tampoco puede ser un bien que por un motivo especial se haya prohibido que lo sea .
Los actos jurídicos que no sean conformes a esta disposición, son nulos como si no
tuvieren objeto.
Si se desentraña ese dispositivo legal, pueden diferenciarse las categorías de ―bienes‖ y de
―hechos‖ como objeto de los actos jurídicos:
 Los bienes deben estar en el comercio y no haberse prohibido que sean objeto de
algún acto jurídico (ej: no puede venderse un río navegable, ya que es un bien
que está fuera del comercio).
 Los hechos deben ser: * Posibles, material y jurídicamente.* Lícitos (no
prohibidos por ley).*No oponerse a la libertad de las acciones o de la
conciencia.* No perjudicar los derechos de un tercero.
Forma: La forma es el medio por el cual la persona manifiesta exteriormente su voluntad.
Y en éste carácter la forma es un elemento indispensable para la validez de un acto jurídico;
Expresaba nuestro antiguo Código: “Ningún hecho tendrá el carácter de voluntario, sin un
hecho exterior por el cual la voluntad se manifieste”
En principio existe la libertad de formas, porque la ley no les impone ninguna formalidad, y
deja librada la forma a la elección de las partes.(por ej: la compraventa de una cosa mueble)
Art. 284. Libertad de formas. Si la ley no designa una forma determinada para la exteriorización de la
voluntad, las partes pueden utilizar la que estimen conveniente. Las partes pueden convenir una forma más
exigente que la impuesta por la ley.
Pero algunos actos jurídicos son formales (por ej: la donación de un bien inmueble se debe
realizar bajo la forma de la escritura pública), porque la ley establece que se deben llevar a
cabo observando el cumplimiento de determinadas formalidades; Art. 285. Forma impuesta. El
86

acto que no se otorga en la forma exigida por la ley no queda concluido como tal mientras no se haya
otorgado el instrumento previsto, pero vale como acto en el que las partes se han obligado a cumplir con la
expresada formalidad, excepto que ella se exija bajo sanción de nulidad.
La causa: La palabra ―causa‖, puede entenderse bajo dos acepciones diferentes:
 Causa-fuente: es el hecho o acto que genera o da origen a una relación jurídica.
 Causa-fin: es la finalidad perseguida por las partes al realizar un acto jurídico.
Entendemos que la ―causa-fin‖ es un elemento esencial de los actos jurídicos, ya que la
manifestación de voluntad de los sujetos va dirigida hacia un fin jurídico querido; y si éste
no existe o está viciado el acto jurídico carece, en principio, de validez. Art. 281. Causa. La
causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la voluntad.
También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en
forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes.

2-Elementos accidentales:
Los elementos accidentales son aquellos que no están contenidos en los actos jurídicos,
pero las partes pueden, de común acuerdo agregar al acto. Estos elementos accidentales son
las llamadas ―modalidades‖.
Modalidades: Son cláusulas que las partes agregan al acto, y que modifican sus efectos
normales. Ellas son: Condición; plazo y cargo
A. Condición:
Es la cláusula por la cual se subordina la adquisición o la extinción de un derecho a la
realización de un acontecimiento incierto y futuro. Por ej:‖ Te entregaré mi biblioteca si te
recibes de abogado‖. Art. 343. Alcance y especies. Se denomina condición a la cláusula de los
actos jurídicos por la cual las partes subordinan su plena eficacia o resolución a un hecho futuro e
incierto.
Las disposiciones de este capítulo son aplicables, en cuanto fueran compatibles, a la cláusula por
la cual las partes sujetan la adquisición o extinción de un derecho a hechos presentes o pasados
ignorados.
Condición y hecho condicionante:
La condición implica supeditar la existencia de un derecho a un hecho futuro e incierto el
cual es en sí el hecho condicionante, que no integra el acto jurídico como la condición, sino
que se encuentra fuera de él (el hecho condicionante es externo al acto jurídico). En el
ejemplo anterior: La condición es supeditar el obsequio al hecho de graduarse, que puede o
no ocurrir; y el hecho condicionante (externo al acto jurídico), es llegar a ser abogado
(hecho futuro e incierto).
Caracteres:
Este hecho condicionante debe ser: Incierto y futuro.
a) Incierto: (que puede o no ocurrir), es decir ―contingente‖. Esta incertidumbre debe ser
objetiva, es decir, para todas las personas (no solamente para los sujetos de la obligación).
Esta característica de incertidumbre sirve para distinguirla del plazo, que es ―fatal‖, de
manera que siempre ocurrirá (el plazo), aún cuando no se sepa en que momento.
b) Futuro: Es un carácter muy conectado con el anterior (pues todo hecho pasado aunque
no sea conocido por las partes pierde su incertidumbre objetiva, no siendo válido como
condicionante.

Especies de condiciones
1. Condición suspensiva y condición resolutoria
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La condición resolutoria es aquella que de ocurrir el hecho condicionante establecido,


extingue el derecho adquirido con anterioridad. Por ej: Pagarè el alquiler del departamento
que habitas, hasta que te recibas de abogado.
La condición es suspensiva cuando queda supeditada la adquisición del derecho a la
realización del hecho previsto (hecho condicionante). Por ej: Te regalo mi biblioteca si te
recibes de abogado.
2- Positivas y negativas: Según que su cumplimiento consista en la realización o no
realización del acontecimiento previsto, es decir, según que el hecho condicionante consista
en una acción o en una omisión Por ej: Te daré $ 1.000 si viajas a Buenos Aires(positiva). o
Pago de una renta vitalicia, supeditado su pago al hecho que no muera la persona designada
(negativa).
Esta clasificación tiene escaso valor científico y práctico, porque no existe un hecho que no
pueda ser invertido conceptualmente, y en el fondo toda afirmación de un hecho es la
negación del hecho inverso( Es lo mismo decir:‖ Te entregaré $ 1.000, si viajas a Bs As.
,que, te daré $ 1.000 si no dejas de viajar a Bs. As.‖-

3. Posibles e imposibles: El subordinar una obligación al acaecimiento de un hecho


condicionante imposible, trae aparejada la ineficacia de la obligación.( Art. 344 CC y C).
La imposibilidad puede ser: a) Material: (ej: tocar el cielo con las manos), o b) Jurídica
(prendar un inmueble, o hipotecar una cosa mueble).
La imposibilidad del hecho debe apreciarse al momento de la celebración del acto. Si la
imposibilidad sobreviene, no será supuesto de condición imposible, sino de frustración de
la condición (o perfección de la obligación, si la condición es resolutoria). Si a la inversa, la
condición es imposible al momento de la celebración, y posteriormente se hace posible, no
por ello la obligación deja de ser nula.
Además: El hecho condicionante debe ser imposible de manera objetiva (para todos), y no
subjetiva (sólo para el deudor)
4. Casuales, potestativas y mixtas: a)-Casuales: Cuando el hecho condicionante
depende del azar, o del hecho de un tercero. )Por ej: Te daré mi automóvil, si gano otro en
tal o cual rifa. O, te daré $l.000 si Juan se recibe de abogado). b)- Potestativas: Aquí cabe
hacer la distinción en * puramente potestativas( en que el hecho condicionante depende
exclusivamente de la voluntad del deudor), hace de ningún efecto a la obligación, pues
carece de toda seriedad * La simplemente potestativa: (que puede o no ser ejecutada por el
deudor, pues depende en parte de su voluntad, pero también de otras circunstancias), éstas
sí son válidas c)- Mixtas: Cuando el hecho participa de la índole de las dos anteriores. Ej:
―Te instalaré el consultorio si te recibe de médico‖.
5. Simples, conjuntas y disyuntas:
Condición simple: Es la que depende de un solo hecho futuro e incierto.
Condiciones conjuntas: Cuando son varios los hechos condicionantes para una obligación,
y todos deben realizarse (están unidos copulativamente por una conjunción). Ej: te regalaré
un Código Civil si apruebas Civil I y Civil II (deben cumplirse ambos)
Condiciones diyuntas o alternativas: Cuando hay varios hechos condicionantes; pero el
derecho se adquiere o se resuelve por el cumplimiento de uno. Los hechos están separados
por una conjunción disyuntiva. Por ej: Te daré el Código si apruebas talo cual materia.
6. Lícitas y prohibidas, e ilegítimas:
La condición es ilícita, cuando supedita la existencia del derecho- a un hecho
condicionante que es en sí mismo ilícito . Por ej: Te daré $1.000 cuando te dedique a la
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delincuencia.. En estos casos la obligación carece de validez (art 344 CC y C). Este art.,
prohíbe que se tomen como condición, hechos contrarios a la ley, a la moral y a las buenas
costumbres.
Es decir: no es admisible supeditar la adquisición de un derecho a la realización de un
hecho ilícito o inmoral.
Pero: Tampoco resulta admisible que pueda considerarse la abstención de un hecho
inmoral o ilícito, como presupuesto de un derecho, pues caeríamos en la vileza de un
precio por ser honestos. Por ej: Te daré esta casa si no matas a Juan
Podría aceptarse que la comisión de un hecho ilícito, pueda configurar una condición
legítima cuando es resolutoria de un derecho. Pues esta pérdida del derecho funcionaría
como castigo. Por ej: Te daré $1.000 por mes, mientras te mantengas honesto‖. La propia
ley lo autoriza en el caso de la revocación de la donación por ingratitud.
También: Es admisible considerar a los hechos ilícitos como condiciones, cuando se prevé
su posible realización por terceras personas, a fin de prevenir las consecuencias Por ej:
Seguro contra robo.
Las condiciones ilegítimas:Son las que el ordenamiento jurídico prohíbe que sean puestas
como condición, por razones de índole social; a pesar que el hecho condicionante a que se
refiere es, en sí mismo, lícito.

B. Plazo
Concepto: Un acto jurídico está sujeto a plazo cuando la exigibilidad de los derechos que
derivan de él dependen del acaecimiento de un hecho futuro y cierto (art. 350 CC y C).
Aquí, al acaecimiento de ese hecho futuro y cierto se subordina : a) El ejercicio de un
derecho ( o su exigibilidad), o b) La extinción de un derecho.
Plazo y término
Se debe distinguir el plazo del término; plazo es un lapso o decurso de tiempo; y término es
el punto final del plazo. Por ejemplo: hoy establezco: ― te pagaré el 30 de noviembre‖;
desde hoy hasta el 30 de noviembre es el plazo de pago; y el día 30 (hasta las 24 Hs. es el
término).
Este decurso del tiempo (plazo), es un ―hecho jurídico”, como acontecimiento susceptible
de producir efectos jurídicos (conf. Art 257 CC y C).
Caracteres del plazo
Es un hecho:
1- Futuro: Lo cual lo asemeja con la condición.
2- Cierto y necesario: Es decir, que fatalmente ocurrirá, aunque a veces no se sabe
cuándo (plazo incierto).
3- Sus efectos no son retroactivos: (operan ex nuc-para el futuro, y no ex tunc-como
la condición), es decir que produce sus efectos desde que el hecho se cumple.
Clases
El plazo puede ser:
a) Expreso o tácito
Expreso: Cuando resulta de una manifestación verbal o escrita de las partes (por alguno
de los medios expresos).
Tácito: Cuando resulta de la naturaleza y circunstancias de la obligación. Por ej:Me
obligo a entregar la mercadería en Córdoba,lo cual implica un plazo necesario para
trasladarla hasta allá.
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b) Suspensivo y resolutorio
Suspensivo: Es el plazo que difiere (suspende) en el tiempo, el ejercicio de las
facultades que incumben al titular de un derecho. Es decir, deja pendiente su
exigibilidad, hasta que se cumpla el plazo. Por ej: Te daré mi biblioteca el 1 de
diciembre de este año.
Extintivo: Cuando opera al cabo de cierto tiempo la extinción de un derecho. Ej: Te
presto mi Código hasta el1 de diciembre de este año.
c) Cierto e incierto
En estos casos se toma en cuenta la precisión de la fecha en que debe ocurrir el
vencimiento del plazo:
Cierto: Cuando se sabe de antemano el momento de su realización. Por ej: Te pagaré
el 1 de diciembre. O, te pagaré en Navidad.
Incierto: Cuando se sabe que va a ocurrir, pero no se sabe de antemano en que fecha
ocurrirá. Por ej: Te pagaré cuando llueva sobre la ciudad.

d) Convencional, legal y judicial


Legal: Cuando está establecido por la ley
Judicial: Determinado por el juez.
Convencional: Fijado por las partes, ya sea expresa o tácitamente.
e) Plazo esencial y no esencial ( o accidental)
Hay un plazo esencial cuando el tiempo en que debe ser cumplida la obligación es un
factor determinante para que el acreedor la contraiga, la obligación, en tal caso, sólo tiene
sentido si se cumple en cierto tiempo, pues, de darse el cumplimiento tardío, carece de
interés y de sentido para el acreedor. Por ej: La tarea del fotógrafo en la fiesta de
casamiento del acreedor, debe prestarse indefectiblemente en la fecha de la boda, y ,
pasado ese momento, la prestación no le es útil al acreedor, por lo tanto carece de
importancia para él.
Por el contrario, el plazo accidental, es aquel que, de ser cumplida la obligación
tardíamente, igualmente es provechosa para el acreedor. En estos casos , el deudor,
aunque se encuentre en mora, igualmente puede cumplir con la prestación debida ( si la
acompaña con el pago de la indemnización por los daños moratorios)( Este plazo es el
más común)
f) Plazo determinado y plazo indeterminado
Plazo determinado: Cuando la fecha de vencimiento ha sido fijada ( de cualquier
manera) en el acto de que se trata.
Plazo indeterminado: Cuando no ha sido fijado por las partes, la fecha de
vencimiento, en el acto u obligación. (pero ellas entienden que la obligación lo debe
llevar). (Ej: pago a mejor fortuna). En estos casos ,la fecha de vencimiento debe ser
fijada por el juez.

Cómputo del plazo


¿Cómo se computa o se cuenta el plazo puesto en las obligaciones?. La respuesta es obvia:
ninguna razón justificaría el apartamiento de los principios generales establecidos por el
Código en el art. 6: ―Del modo de contar los intervalos del derecho‖.
Art. 6º. Modo de contar los intervalos del derecho. El modo de contar los intervalos del derecho es el
siguiente: día es el intervalo que corre de medianoche a medianoche. En los plazos fijados en días, a contar
de uno determinado, queda éste excluido del cómputo, el cual debe empezar al siguiente. Los plazos de meses
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o años se computan de fecha a fecha. Cuando en el mes del vencimiento no hubiera día equivalente al inicial
del cómputo, se entiende que el plazo expira el último día de ese mes. Los plazos vencen a la hora
veinticuatro del día del vencimiento respectivo. El cómputo civil de los plazos es de días completos y
continuos, y no se excluyen los días inhábiles o no laborables. En los plazos fijados en horas, a contar desde
una hora determinada, queda ésta excluida del cómputo, el cual debe empezar desde la hora siguiente. Las
leyes o las partes pueden disponer que el cómputo se efectúe de otro modo.
Entonces:
El plazo incierto, vence a las 24 hs. del día en que ocurrió el acontecimiento.
El plazo cierto: vence a las 24 hs del día establecido, o del último día del plazo
El plazo indeterminado: vence a las 24 hs del día fijado por el juez, o del último día
del plazo fijado por el juez.

C. Cargo
Concepto de cargo:
Es una obligación accesoria y excepcional con la que se grava al adquirente de un derecho
en un acto jurídico.
Por ej: si el vendedor de una casa le impone al comprador el cargo de reservarle en la
misma una habitación mientras aquél viva. Si Juan dona a Pedro tal casa, con cargo de que
Pedro costeará la educación de Luis.
El art. 354 CC y C. lo define, diciendo: El cargo es una obligación accesoria impuesta al
adquirente de un derecho
Machado, glosando a Mackeldey, lo define como ―una disposición onerosa por la cual una
persona hace una promesa a otra, exigiéndole una prestación en cambio de la que recibe”
También se utilizan las expresiones : ―Carga‖, ―modo‖ y ―gravamen‖.
Doctrinariamente se ha discutido: si es una modalidad que solo se puede imponer a)- al
adquirente de una liberalidad (en actos a título gratuito);o , b)- si también cabe la
posibilidad de aplicarlos en actos a título onerosos.
Caracteres
1- Es obligatorio: Su cumplimiento es coercible, es decir, que puede ser exigido por el
acreedor del cargo.
2- Es accesorio: ( es decir, que tienden a limitar o aminorar un derecho, y no se
conciben con existencia autónoma) Por lo tanto, en principio (luego veremos
excepciones), sigue la suerte del acto principal. Si éste (el acto principal) se anula,
el cargo deja de tener vigencia.
3- Es excepcional: Porque no deriva ordinariamente del acto jurídico realizado, no es
un complemento normal de la transmisión del derecho. Ej: La obligación del
comprador de pagar el precio no es un cargo; pero sí es cargo el permitir al
vendedor habitar durante su vida una parte de la casa.
4- Es impuesto al adquirente de un derecho: Comúnmente accede a actos a título
gratuito (legados, donaciones ),pero, como dijimos, puede ser accesorio de actos
onerosos.
Comparación con la condición
El cumplimiento del cargo puede ser compulsivamente exigido; mientras que el plazo y la
condición son extraños a la voluntad de las partes.
La condición torna incierta la existencia misma de la obligación. En el cargo ello no
ocurre, por cuanto el derecho existe ya en el patrimonio del beneficiario, a pesar de
que el cargo con el que aquél fue gravado, puede o no ser cumplido.
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Pero: Existe , no obstante, un cargo que se asemeja mas a una condición que a un cargo
propiamente dicho: Es el cargo condicional, que subordina a su cumplimiento, la
existencia de la obligación
En caso de duda acerca de si el hecho previsto constituye condición o cargo: debe
entenderse que es esto último (- Doctrina mayoritaria) , por resultar así más favorable la
situación del titular del derecho. Rezzónico entiende que en este caso se entiende que es
una obligación pura y simple, porque en la duda debe estarse por la libertad o liberación
del deudor (―favor debitoris‖)
Comparación con el plazo
Con relación al plazo, la confusión no es posible:
1- En el plazo el acontecimiento es futuro y cierto; en el cargo es futuro e incierto
(puede o no cumplirse)
2- En tanto que el plazo suspende el ejercicio del derecho de que se trate, el cargo no
afecta el derecho principal cuya adquisición goza de todas las atribuciones que
competen al titular.
3- El plazo no es coercible, el cargo es coercible, ya que puede exigirse su
cumplimiento.
Comparación con el consejo ( o ruego)
Con respecto a los consejos, su diferencia con los cargos es evidente. El consejo es sólo una
sugestión, reflexión o indicación que no encierra obligación jurídica alguna. (Por ej: Te
dono esta casa , y me gustaría que allí funcione una escuela.) Por el contrario el cargo es
una imposición aceptada por el adquirente del derecho, y por lo tanto produce importantes
efectos jurídicos ( Por ej: te dono esta casa con el cargo de que allí funcione una escuela).
Para que resulte verdaderamente cargo, debe estar expresamente establecida su
característica de ser obligatorio su cumplimiento.
Cargos prohibidos (conf. art. 357 C.C.)
Si las prestaciones que constituyen los cargos fuesen imposibles o ilícitos, no valdrá el acto
al que acceden.
Esto constituye una excepción al principio de la accesoriedad: aquí al perder efecto lo
accesorio, invalida también a lo principal.
Pero, para que el cargo se considere imposible o ilícito y el derecho quede sin efecto, la
imposibilidad debe ser absoluta y serlo al momento de su constitución.
Tiempo del cumplimiento del cargo
Las partes pueden fijar expresa o tácitamente el plazo en que debe ser cumplido el cargo;
caso contrario lo determina el juez.
La forma de cumplimiento también puede estar establecida por las partes. Si no lo fue,
debe tenerse en cuenta la manera en que el disponente verosímilmente quiso y entendió que
debía cumplirse. Y en caso de disidencia, el juez establecerá la forma de cumplimiento.
Transmisión del cargo
Art. 356. Transmisibilidad. El derecho adquirido es transmisible por actos entre vivos o por causa de muerte
y con él se traspasa la obligación de cumplir el cargo, excepto que sólo pueda ser ejecutado por quien se
obligó inicialmente a cumplirlo. Si el cumplimiento del cargo es inherente a la persona y ésta muere sin
cumplirlo, la adquisición del derecho principal queda sin efecto, volviendo los bienes al titular originario o a
sus herederos. La reversión no afecta a los terceros sino en cuanto pudiese afectarlos la condición
resolutoria.
Por lo mismo que el cargo constituye una obligación, ésta se puede transmitir por causa de
muerte a los herederos de la persona gravada por aquél, a no ser que sea inherente a su
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persona, en cuyo caso como dice el art 356, si no fuesen cumplidos vuelven los bienes al
imponente del cargo o a sus herederos ( claro que se está refiriendo al cargo condicional).
En cuanto a los terceros adquirentes del bien afectado por un cargo, en principio no
responden de él, salvo que por tratarse de un inmueble el cargo conste en el instrumento
público respectivo, o que tratándose de muebles el cargo fuere reconocido por el tercero.
Extinción
El cargo, por ser una obligación se extingue por las mismas causas de cualquier obligación
denominadas causas generales de extinción.
Respecto a las causas especiales de extinción del cargo, diremos que el cargo se extingue
cuando: Caduca, se resuelve; o se revoca el derecho al cual accede; por el principio de que
lo accesorio sigue la vida de lo principal.

Efectos de la ejecución o inejecución del cargo (ver art. 354 CC y C)


Art. 354. Cargo. Especies. Presunción. El cargo es una obligación accesoria impuesta al adquirente de un
derecho. No impide los efectos del acto, excepto que su cumplimiento se haya previsto como condición
suspensiva, ni los resuelve, excepto que su cumplimiento se haya estipulado como condición resolutoria.
En caso de duda, se entiende que tal condición no existe.
Los cargos son esencialmente obligaciones; pueden, pues, tener por objeto cualquier
prestación posible en materia de obligaciones (de dar, hacer o no hacer) y producen desde
luego los efectos generales de las obligaciones, excepto limitaciones especiales.
Cargo simple:
Es el cargo propiamente dicho, y por su naturaleza no tiene influencia sobre la
existencia y exigibilidad del derecho que accede, sino que únicamente confiere
acción para exigir su cumplimiento
Si no se cumple, no se produce la pérdida de los derechos ya adquirido, y en este
caso, lo único que puede solicitar el acreedor del cargo es: * la ejecución forzada; o
* el cumplimiento por un tercero, o * la indemnización; pero el derecho queda
consolidado en cabeza del adquirente.
Cargo condicional:
Es el que se configura cuando el imponente del cargo o la ley le asignan los efectos
de una verdadera condición, y que de no cumplirse, afecta la existencia misma del
acto.
De acuerdo a como esté establecido el cargo, puede funcionar como una condición
suspensiva o resolutoria.
En el primer caso (como condición suspensiva),si no se cumple el cargo, no se
adquiere el derecho; y en el segundo (como condición resolutoria), el efecto es la
pérdida del derecho.
Ejemplos: Lego la cantidad de $20.000 a Pedro, que los recibirá cuando cumpla con
el cargo de construir una casa para Juan (suspensivo).
Dono un inmueble a Pedro con el cargo de que construya una escuela, caso contrario
quedará sin efecto la liberalidad (resolutorio).
Entonces: En principio y como regla general, el incumplimiento del cargo no afecta la
adquisición o la existencia del derecho .Pero: Hay que distinguir dos situaciones:
a). El incumplimiento del cargo impuesto como condición resolutoria produce la
extinción del derecho adquirido, previa sentencia judicial
. b) - Si el cargo no es puesto como una condición, rige la norma del art 354. Es decir que
no afecta la existencia y exigibilidad del derecho a que accede.
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Casos de cargos condicionales


1. El imponente del cargo ,lo puede establecer con el carácter de condición.
2. En la donación, el donante puede pedir la revocación por inejecución de los cargos
(1851 C.C.).Salvo imposibilidad sin culpa del donatario, y no estando en mora.
3. El incumplimiento del cargo autoriza la revocación del legado, cuando aquél ha sido la
causa final de la liberalidad, salvo imposibilidad sin culpa.
3-Elementos naturales:
Son aquellos elementos que normalmente se encuentran en cada acto jurídico en particular
(son propios del acto de que se trata); pero nada obsta a que las partes lo eliminen. Por
ejemplo, en la compraventa la garantía de evicción (quien transmite el bien garantiza al
comprador que nadie turbará el ejercicio de ese derecho), o la garantía por los vicios
redhibitorios ( el vendedor garantiza al comprador por los defectos ocultos de la cosa que le
ha vendido)

Clasificación de los actos jurídicos


Del anterior Código Civil surgen las siguientes clasificaciones de los actos jurídicos:
1). Patrimoniales y extrapatrimoniales: Los actos jurídicos patrimoniales son aquellos en
que su objeto tiene contenido patrimonial (objeto susceptible de apreciación económica) Ej:
Un contrato. Y Acto jurídico extrapatrimonial es aquél cuyo objeto no es valorable
pecuniariamente (ej: el matrimonio).
2). Positivos y negativos: ―Los actos jurídicos son positivos y negativos según que sea
necesaria la realización u omisión de un acto para que un derecho comience o acabe”
3). Unilaterales y bilaterales: “Los actos jurídicos son unilaterales o bilaterales. Son
unilaterales cuando basta para formarlos la voluntad de una sola persona, como el
testamento. Son bilaterales cuando se requiere el consentimiento unánime de dos o más
personas” (el contrato de compraventa es un ejemplo de acto jurídico bilateral).
4). Entre vivos y de última voluntad: “Los actos jurídicos cuya eficacia no depende del
fallecimiento de aquellos de cuya voluntad emanan, se llaman en este Código actos entre
vivos, como son los contratos. Cuando no deben producir efectos sino después del
fallecimiento de aquellos de cuya voluntad emanan, se denominan disposiciones de última
voluntad, como son los testamentos.
5). Formales y no formales: Son actos jurídicos formales cuando la ley exige para su
validez el cumplimiento de determinadas formalidades. Ej: el matrimonio.
Son actos jurídicos no formales Cuando la ley no les impone ninguna formalidad y deja la
forma librada a la elección de las partes (ej: contrato de compraventa de cosa mueble).
6). Principales y accesorios: Acto jurídico principal es aquél que tiene existencia y validez
propia, sin depender para ello de otros actos (Ej: Contrato de alquiler)
Acto jurídico accesorio: Es aquél cuya existencia y validez depende de la existencia y
validez de otros actos, a los cuales acompañan, Ej: la garantía de un contrato de alquiler.
7). Actos puros o simples y actos jurídicos modales: Acto jurídico puro o simple, cuando la
ejecución del acto no está sujeta a ninguna modalidad.
Actos modales, cuando la ejecución del mismo está sujeta a una condición, o un plazo o un
cargo.
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Efectos de los actos jurídicos.


Principio General:
―Los actos jurídicos sólo producen efectos con relación a las partes ( y a sus sucesores), y
no producen efectos con relación a terceros‖.
Este principio- que se conoce como‖ efecto relativo de los actos jurídicos‖, surge de
distintos artículos de nuestro Código.
Parte: es la persona que celebra un acto jurídico en nombre propio. Por ejemplo: en una
compraventa, son partes el vendedor y el comprador.
A veces, una persona es parte, sin necesidad de concurrir personalmente a celebrar el acto,
pues otra persona (su representante) va en su lugar y actúa por él, representándolo en el
ejercicio de su derecho.
Representante: Persona que celebra un acto jurídico, pero ejerciendo un derecho ajeno y
en nombre del titular de ese derecho. Puede ser legal (padres, tutores, curadores, etc), o
voluntario ( el que elige una persona capaz para que la represente en un acto o una serie de
actos).
Sucesores: Personas a las cuales se les transmiten los derechos de otra persona.
La sucesión o transmisión puede ser ―entre vivos‖ (se transmiten los derechos sin necesidad
de que se produzca la muerte del que los transmite. Ej: así sucede en la compraventa, en la
donación, etc); o puede ser ―mortis causa‖ (a causa de muerte: para que se produzca la
transmisión de derechos es necesario que ocurra la muerte del titular de los mismos).
Terceros: Es toda persona que no sea parte del acto; o sea, toda persona ajena al mismo.
¿Los efectos del acto jurídico alcanzan a los representantes?: No, ya que los
representantes son simples instrumentos de las partes, utilizados para la celebración del
acto.
¿ Los efectos de los actos jurídicos alcanzan a los sucesores?: Si, si son sucesores
universales ( los que reciben la totalidad del patrimonio del causante, o una parte alícuota
del mismo).
Al respecto dice el art.1024.: Sucesores universales. Los efectos del contrato se extienden, activa
y pasivamente, a los sucesores universales, a no ser que las obligaciones que de él nacen sean
inherentes a la persona, o que la transmisión sea incompatible con la naturaleza de la obligación, o
esté prohibida por una cláusula del contrato o la ley.
¿ Los efectos de los actos jurídicos alcanzan a los terceros?: No, ya que los actos jurídicos
no pueden perjudicar a terceros, ni pueden oponerse a ellos, ni invocarse por ellos‖
Art.1022. Situación de los terceros. El contrato no hace surgir obligaciones a cargo de terceros, ni
los terceros tienen derecho a invocarlo para hacer recaer sobre las partes obligaciones que éstas
no han convenido, excepto disposición legal.
Ineficacia de los actos jurídicos.
Un acto jurídico para ser válido, debe reunir todos sus elementos (sujeto, objeto, causa-fin,
forma; y los requisitos de cada uno de estos), además, ser producto de la libre voluntad de
las partes; y no ser realizado con la finalidad de perjudicar los derechos de terceros.
Cuando en los elementos faltan requisitos o cuando la voluntad de las partes está viciada,
hay un defecto en el acto jurídico y la consecuencia es que el acto sea declarado como nulo
(pierde eficacia y no produce los efectos que le son propios). Y cuando se comprueba que
el acto fue perjudicial para los derechos de terceros, puede ser declarada su inoponibilidad
(no surte efectos respecto de los terceros perjudicados en sus derechos)
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Cuando el defecto se debe a que está afectada la voluntad o la buena fe de las partes,
estamos en presencia de los llamados ―vicios de la voluntad” y “Vicios de la buena fe”,
respectivamente.
Los vicios de la voluntad son:
 El error o ignorancia.
 El dolo.
 La violencia.
Los vicios de la buena fe son:
 La lesión subjetiva (art 332 CC y C)
 Fraude.
 Simulación

VICIOS DE LA VOLUNTAD (error, dolo, violencia)


a) Error e Ignorancia: Ambos términos son empleados como sinónimos, y reciben
igual régimen jurídico, aunque conceptualmente son diferentes.
En el error, la persona cree que sabe algo, pero en realidad sabe equivocada, o sea que: el
error consiste en tener falsas nociones sobre un punto determinado.
En la ignorancia: la persona no está equivocada ni errada, sino que directamente no sabe,
ignora todo lo relacionado con un determinado punto, es decir, sufre una ausencia completa
de conocimiento.
El error puede ser de derecho o de hecho:
1. Error de derecho: Es el que recae sobre la legislación aplicable al acto que se realiza. El
error de derecho no sirve como excusa, y en ningún caso impedirá los efectos legales de los
actos lícitos, ni excusará la responsabilidad por los actos ilícitos. Ej; Secuestro a una
persona, y luego pretendo excusarme diciendo que ignoraba que era delito.
Este principio que ―el error de derecho no excusa‖, se fundamenta en que las leyes son
obligatorias y se presumen conocidas por todos. Si alguien actúa ignorándolas o errado con
respecto a ellas, es responsable de sus hechos y no puede excusarse basándose en el error
de derecho. Este principio brinda seguridad jurídica, pues en caso contrario, cualquier
persona podría violar la ley, y luego evitar su responsabilidad civil o penal, con sólo alegar
que cometió el hecho porque ignoraba que la ley le asignaba determinados efectos, o lo
castigaba.
2. Error de hecho: Es el que recae sobre circunstancias de hecho del acto, como ser: sobre
la persona de la otra parte del acto, sobre la naturaleza del acto, sobre un objeto, etc. El
error de hecho puede ser: Accidental o esencial.
a. Error accidental: Es el que recae sobre cuestiones secundarias, que carecen de
importancia, y que las partes no han tenido en mira al realizar el acto. Este tipo de error no
invalida el acto. EJ: Compro un auto pensando que llega a los 200 km por hora, cuando en
realidad no supera los 190Km por hora.
b. Error esencial: Es el que recae sobre alguno de los elementos esenciales, y en
consecuencia causa la nulidad del acto jurídico.
Son esenciales los errores:
 Sobre la naturaleza del acto: Por ej: Un amigo me da plata en préstamo y yo creo
que se trata de una donación.
 Sobre el objeto del acto. Ej: Juan me ofrece en alquiler su casa de Mendoza, y yo
acepto creyendo que se trata de su casa en la ciudad de Buenos Aires.
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 Sobre la causa principal: Si alquilo un salón para poner una farmacia, y el dueño
cree que se para poner un bar.
 Sobre la cualidad principal o sustancial de la cosa; y que se ha tenido en mira. EJ:
Me venden una porcelana nacional, y yo creo que se de la mejor porcelana china.
 Sobre la persona con la cual se celebra el acto: ej: contrato a un músico desconocido
y creo estar contratando a un músico famoso; creo hacer un préstamo a Pedro y se lo
hago por error e Diego.
A su vez el error esencial puede ser : 1. Excusable o 2. Inexcusable
1. Es excusable: cuando la persona ha tenido motivos para equivocarse, y ello ocurre
cuando, a pesar de haber actuado con prudencia y haber tomado todos los recaudos para no
equivocarse, la persona igual cae en el error.
2. Es inexcusable: cuando el error se debe a la ―negligencia culpable‖ de quien lo sufre, ya
que si hubiese tomado las precauciones correspondientes, el error se habría evitado.
Para que el error de lugar a la nulidad, debe ser esencial, y además excusable.
Art. 265. Error de hecho. El error de hecho esencial vicia la voluntad y causa la nulidad del acto.
Si el acto es bilateral o unilateral recepticio, el error debe, además, ser reconocible por el
destinatario para causar la nulidad.
El precepto prescribe que el error de hecho vicia la voluntad . En rigor, se ha entendido que
lo que se ve afectado es la "intención"; no el discernimiento, dado que el sujeto tiene uso de
razón, ni la libertad ya que no se ve coaccionado en su posibilidad de actuar. Dado que la
voluntad a la que se alude no es psicológica, sino jurídica, basta que alguno de sus tres
elementos internos se vean afectados para que el acto devenga involuntario y, como tal,
pasible de ser anulado. Con el error la secuencia sería entonces la siguiente: el yerro afecta
o vicia la intención, que, al ser asimilada a "falta de intención", lleva la involuntariedad y a
que, en probidad, el acto en cuestión jamás haya podido ser tomado como manifestación del
querer del sujeto. Y si nunca hubo acto jurídico, éste jamás pudo producir efecto alguno;
dando lugar a la nulidad.
Ahora bien, si el error de hecho se aceptara sin más, las personas podrían alegar su propia
torpeza cuando lo quisieran; llevando a la más completa inseguridad jurídica. Por eso, el
art. 265 no acepta cualquier error, sino aquel que el precepto califica de "esencial", que será
aquel que recaiga sobre elementos del acto considerados como esenciales y que son
enunciados por el art. 267. Pero eso no es todo, dado que en el caso de actos bilaterales y
unilaterales recepticios, donde hay una declaración dirigida a otra persona a quien afectan,
se exige además el carácter "reconocible", que es definido en el art. 266 y a cuyo
comentario nos remitimos.
b. Dolo: El dolo como vicio de la voluntad:
Art. 271. Acción y omisión dolosa. Acción dolosa es toda aserción de lo falso o disimulación de lo
verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se emplee para la celebración del acto.
La omisión dolosa causa los mismos efectos que la acción dolosa, cuando el acto no se habría
realizado sin la reticencia u ocultación.
El dolo como vicio de la voluntad consiste siempre en un engaño para inducir o determinar
a la otra parte a la realización del acto jurídico.
Especies de dolo: El dolo puede ser principal, o incidental.
Dolo esencial: es el que induce y determina que la víctima realice el acto. Este tipo de dolo
hace anulable el acto ( y además la víctima podría reclamar los daños y perjuicios sufridos ).
Art. 272. Dolo esencial. El dolo es esencial y causa la nulidad del acto si es grave, es determinante
de la voluntad, causa un daño importante y no ha habido dolo por ambas partes.
97

Dolo incidental: A diferencia del anterior, éste no ha sido la causa determinante para la
realización del acto. El dolo incidental no permite a la víctima demandar la nulidad del acto
(pero le permite reclamar la indemnización por los daños y perjuicios sufridos).

c. Violencia (fuerza o intimidación): La violencia es la coerción ejercida sobre una


persona para obligarla a ejecutar un acto que no quería realizar.
La violencia se puede presentar bajo dos aspectos distintos:
 La violencia física: (denominada fuerza)
 La violencia moral (denominada intimidación)
La víctima puede ser obligada a realizar el acto que no quiere realizar, mediante golpes,
malos tratos, privación de la libertad etc( violencia física); o mediante amenazas (violencia
moral o intimidación)
Para que el uso de la fuerza invalide el acto, debe tratarse de una fuerza física irresistible.
Y, para que el acto se invalide por el uso de la intimidación, éstas deben inspirar al que la
sufre, un temor fundado de sufrir un mal inminente y grave en su persona, libertad, honra o
bienes, o en su cónyuge, descendientes o ascendientes.
Efectos de la violencia: La víctima podrá:
 Demandar la nulidad del acto y
 Además reclamar la indemnización por los daños y perjuicios sufridos.
Art. 276. Fuerza e intimidación. La fuerza irresistible y las amenazas que generan el temor de
sufrir un mal grave e inminente que no se puedan contrarrestar o evitar en la persona o bienes de
la parte o de un tercero, causan la nulidad del acto. La relevancia de las amenazas debe ser
juzgada teniendo en cuenta la situación del amenazado y las demás circunstancias del caso.

d. Lesión: Esta causa de nulidad la encontramos establecida en el art 332 del Código
Civil y Comercial. La lesión consiste en que una de las partes, explotando la necesidad,
ligereza o inexperiencia de la otra, obtuviera, por medio de ello, una ventaja patrimonial
desproporcionada y sin justificación.
Efectos del vicio: Los efectos que produce la existencia del vicio de lesión son a opción del
demandante:
 Solicitar la nulidad del acto viciado, o
 Reclamar un reajuste equitativo.
Art. 332. Lesión. Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos cuando una
de las partes explotando la necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la otra, obtuviera por
medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable
desproporción de las prestaciones.
Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción debe subsistir en el
momento de la demanda.
El afectado tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio, pero la
primera de estas acciones se debe transformar en acción de reajuste si éste es ofrecido por el
demandado al contestar la demanda.
Sólo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción.
Ineficacia de los actos jurídicos
Es la sanción legal que priva a un acto jurídico de sus efectos propios o normales, a raíz de
una causa (defecto o vicio) existente en el momento de su celebración. Los tipos de
ineficacias son:
98

 La nulidad: que es una sanción que se aplica exclusivamente a los actos jurídicos.
Las causales de nulidad son : Error; dolo; violencia y Lesión (ya analizadas en puntos
anteriores)
 La inoponibilidad (es decir que el acto jurídico sancionado con esta ineficacia no se
puede hacer valer como válido frente al que ha sido afectado en sus derechos por el
fraude practicado por las partes de dicho acto perjudicial.
Clasificación de las nulidades
Nuestro Código Civil adopta las siguientes clasificaciones
1. de nulidad absoluta y relativa
La nulidad absoluta se impone a un acto para proteger el interés público. Los actos de
nulidad absoluta, no pueden ser confirmados. 1
La nulidad relativa protege el interés privado, es decir, en interés de una de las partes del
acto. Esta nulidad sólo puede ser pedida por aquéllos en cuyo beneficio la han establecido
las leyes. La nulidad relativa es confirmable.
Ejemplos: Si un acto tiene objeto ilícito es de nulidad absoluta, porque la nulidad se impone
para proteger el interés público. Si un menor celebra un acto jurídico, éste es de nulidad
relativa, porque ella está impuesta para proteger el interés privado de menor.
Son de nulidad absoluta: aquellos actos jurídicos que cuentan con un vicio tan grave y
evidente, que llevarán como sanción su ineficacia total y urgente.
Art. 386. Criterio de distinción. Son de nulidad absoluta los actos que contravienen el orden público, la
moral o las buenas costumbres. Son de nulidad relativa los actos a los cuales la ley impone esta sanción sólo
en protección del interés de ciertas personas.
Art. 387. Nulidad absoluta. Consecuencias. La nulidad absoluta puede declararse por el juez, aun sin mediar
petición de parte, si es manifiesta en el momento de dictar sentencia. Puede alegarse por el Ministerio
Público y por cualquier interesado, excepto por la parte que invoque la propia torpeza para lograr un
provecho. No puede sanearse por la confirmación del acto ni por la prescripción
La nulidad es relativa, cuando existe alguna cuestión perjudicial en el interés particular de
ciertas personas, que si quieren las pueden confirmar, o pedir su ineficacia, si demuestra el
perjuicio sufrido.
Art. 388. Nulidad relativa. Consecuencias. La nulidad relativa sólo puede declararse
a instancia de las personas en cuyo beneficio se establece. Excepcionalmente
puede invocarla la otra parte, si es de buena fe y ha experimentado
un perjuicio importante. Puede sanearse por la confirmación del acto y por la
prescripción de la acción. La parte que obró con ausencia de capacidad de
ejercicio para el acto, no puede alegarla si obró con dolo.
2. total, o parcial
La nulidad es total (o completa) cuando afecta la totalidad del contenido del acto, de
manera que todo el acto es invalidado.
La nulidad es parcial, cuando sólo afecta una o algunas de las partes del acto, quedando
válidas las restantes. Y sus consecuencias son apreciables en el art. 389 CC y C:
Art. 389. Principio. Integración. Nulidad total es la que se extiende a todo el acto. Nulidad parcial es la que
afecta a una o varias de sus disposiciones.
La nulidad de una disposición no afecta a las otras disposiciones válidas, si son separables. Si no son
separables porque el acto no puede subsistir sin cumplir su finalidad, se declara la nulidad total.
En la nulidad parcial, en caso de ser necesario, el juez debe integrar el acto de acuerdo a su naturaleza y los
intereses que razonablemente puedan considerarse perseguidos por las partes.

1
La confirmación es el acto jurídico por el cual una persona hace desaparecer el vicio de un acto que se halla sujeto a
nulidad, otorgándosele validez a dicho acto.
99

Consecuencias e imputabilidad de los actos


voluntarios
La responsabilidad civil
Anteriormente comentábamos que los actos humanos pueden ser a. voluntarios, o b.
Involuntarios
a. Voluntarios, aquellos que son ejecutados con discernimiento, intención y libertad.
b. Involuntarios: Cuando falta el discernimiento (conciencia de lo que se hace); de
intención (fin determinado); o de libertad ( actuar sin presiones físicas , ni morales).
A su vez, los actos voluntarios pueden ser:
1. Actos voluntarios lícitos, (permitidos por la ley)
2. Actos voluntarios ilícitos, son prohibidos por la ley.
Estos últimos pueden ser realizados con intención de dañar (dolo), en cuyo caso se comete
un ―delito‖; o con culpa (negligencia, Imprudencia o impericia), o cuando la ley establece
objetivamente el deber de indemnizar el daño sufrido por un sujeto de derecho.
Y si por algún tipo de acto voluntario ilícito (injusto), se tema la producción de un daño, o
efectivamente se causare un daño a otro, de manera inmediata o mediata, en principio
cabrá la orden judicial para que se tomen las medidas correspondiente a fin de evitar la
producción del daño, y , si éste se produce, proceder a su reparación o indemnización, por
parte del sujeto responsable.
Daños causados por actos involuntarios (Generan Responsabilidad civil?)
ARTICULO 1750.- Daños causados por actos involuntarios. El autor de un daño causado por un acto
involuntario responde por razones de equidad. Se aplica lo dispuesto en el artículo 1742.
El acto realizado por quien sufre fuerza irresistible no genera responsabilidad para su autor, sin perjuicio de
la que corresponde a título personal a quien ejerce esa fuerza.
Recordemos que el hecho involuntario es el realizado sin discernimiento, sin intención o sin
libertad (a contrario sensu de lo expresado en el art. 260 CCCN). Estos en principio no
generar responsabilidad para su autor. Sin embargo, en ocasiones, ciertos hechos
involuntarios, como los realizados por personas privadas de razón, cuando son contrarios al
plexo normativo y, además dañoso, engendran responsabilidad civil y obligan, en medida
de equidad, a satisfacer o resarcir las consecuencias ocasionadas.
Antecedentes
Originalmente nuestro Código Civil establecía como regla en el art 900 C.C. que no se
responde por los actos involuntarios, y luego en el art 907 traía una excepción.
En efecto el art 907 (original) decía: “Cuando por los hechos involuntarios se causare a
otro algún daño en su persona y bienes, sólo se responderá con la indemnización
correspondiente, si con el daño se enriqueció el autor del hecho, y en tanto, en cuanto se
hubiere enriquecido”. Esto ocasionaba situaciones injustas, ya que si, por ejemplo, un
demente mataba a una persona, no tenía que indemnizar a los herederos de la víctima, sino
cuando a raíz de esa muerte se hubiera enriquecido.
Para solucionar las consecuencias injustas de la ley, la reforma efectuada por la ley 17711
al art 907, tratando de no chocar del todo con Vélez, si bien impide que se condene al
demente, porque no es autor voluntario, da ocasión al juez, por razones de equidad, a que
decida a si corresponde o no condenarlo a pagar una indemnización, teniendo en cuenta la
importancia de su patrimonio.
100

En efecto, disponía la segunda parte del art 907 C.C., agregada por la ley 17711: “Los
jueces podrán también disponer un resarcimiento a favor de la víctima del daño, fundados
en razón de equidad, teniendo en cuenta la importancia del patrimonio del autor del hecho
y la situación personal de la víctima”

Régimen jurídico actual: supuestos comprendidos; presupuestos de la


responsabilidad; extensión del resarcimiento; terceros responsables
El actual art. 1750 CCCN, reitera de una manera casi similar los que introdujo en la
segunda parte del viejo art. 907 la ley 17711.
Entonces, la responsabilidad alcanza a los actos involuntarios dañosos. Habría una
distinción, no obstante, que entre los actos involuntarios están aquellos hechos sin libertad
por estar viciados por una fuerza irresistible, en este caso no generarán ningún tipo de
responsabilidad para el autor, ya que en estas situaciones el que produce el daño no se lo
puede llamar ―autor‖, ya que sólo fue utilizado como objeto impulsado u obligado por el
verdadero autor del daño (Ejemplo: El conductor que choca a un auto detenido en un
semáforo y que es impulsado contra un peatón que cruza; en este caso el auto cuyo
conductor lo tiene detenido y que es impulsado contra el peatón no tendrá en ningún caso
(ni aún por equidad) que indemnizar.
Por un lado, en los actos involuntarios donde estén afectados el discernimiento o la
intención, se podrá llegar a responder, si el juez entiende equitativo, en función de los
parámetros que se establecen en el art 1742 ―en función del patrimonio del deudor, la situación
personal de la víctima y las circunstancias del hecho”
Como vemos la responsabilidad en este supuesto se funda en la equidad (el Derecho
natural aplicado al caso concreto), y se tiene como presupuesto la acción u obrar humano.
Del análisis del art. 1750 CCCN, se infiere:
a) En primer lugar, demostrada la existencia del daño el juez no queda obligado a dictar
la sanción reparadora; podrá o no hacerlo. La condena no es forzosa sino facultativa,
en razón precisamente de la involuntariedad del hecho que la origina.
b) En segundo lugar, el monto de la indemnización se gradúa atendiendo a ―la
importancia del patrimonio del autor‖ del hecho y la situación personal de la víctima‖.
De esta manera la sanción sale del marco del derecho estricto para entrar en el terreno
de un equilibrio equitativo de los intereses. Por ej: si un demente rico, atropella y
mata a un padre de familia pobre, que es el único sostén de su familia.
c) Para que exista responsabilidad, sobre la base de hechos involuntarios- dice el Dr.
Mosset Iturraspe-, es preciso que se trate de aquellos hechos que tienen valor
sintomático respecto a la personalidad humana, pese a desarrollarse fuera de la zona
lúcida de la conciencia: son los actos instintivos y actos habituales.
d) Sería inadmisible, agrega, que se condenara a indemnizar daños nacidos de hechos de
orden puramente físico. En tales hipótesis no puede hablarse de un ―autor del hecho‖.
Pensemos en los daños que se causan por fuerza irresistible de otro – vis absoluta- :
estos acontecimientos pertenecen al otro que forzó materialmente, puesto que la
violencia desplaza la calidad de autor.( esto fue establecido expresanmente por el art.
1750 CCCN)
e) El distingo tiene suma importancia en nuestro derecho, dado que, a diferencia de otras
legislaciones, habla de ―hechos involuntarios‖, en general, y no del ―individuo
privado de razón‖, o del ―incapaz de discernimiento‖, etc
101

Los presupuestos de la responsabilidad son en este caso los mismos que en los otros hechos
ilícitos que generan responsabilidad, con excepción del especial factor de atribución, y son:
1:- Incumplimiento (en este caso del principio genérico de no dañar a los demás), llamado
por otros autores: la antijuridicidad.
2:- Daño: todos los perjuicios o menoscabos sufridos por la víctima (sean patrimoniales o
morales), aunque en la condenación por reparación existen dos limitaciones al principio de
la "Reparación plena", ya visto anteriormente
3:- Factor de atribución: En este caso la atribución de responsabilidad, se fundamenta en
la equidad, ya que se trata de hechos involuntarios a los que no les cabe responsabilidad
con base subjetiva por referirse a personas carentes, en este caso, de discernimiento, o
intención..
4:- Relación de causalidad entre el hecho del inimputable y el daño producido: Es decir
que la víctima deberá demostrar que el daño sufrido deriva de ese ―acto involuntario‖.
Concepto actual de responsabilidad civil
Podríamos definir la responsabilidad civil, a la luz del nuevo Código Civil y Comercial,
como: El deber de prevenir la ocurrencia de un daño; y, en el caso que éste se produzca,
cesar en el mismo; e indemnizar los perjuicios causados.
Funciones de la responsabilidad civil
Dice el art. 1708 CCCN:” Las disposiciones de este título son aplicables a la prevención
del daño y a su reparación”
La tutela preventiva siempre ha existido en nuestro derecho; pero ahora nuestro Còdigo
Civil y Comercial la consagra expresamente.
Doble función de la responsabilidad civil:
 Preventiva
 Reparatoria (indemnizatoria)
De estas dos funciones, la reparatoria (indemnizatoria), sigue siendo la prevaleciente.
El término ―responsabilidad‖ tiene un origen muy antiguo, proviene de la palabra latina
“responsus”, que significa responder, constituirse en garante, en obligado.
Esta expresión fue vinculada con la noción de obligación, y usada por los juristas recién en
el siglo pasado.
En el plano de la responsabilidad por daños, la sanción estriba en una mengua patrimonial
que se impone al responsable, a favor del damnificado, y tiene su causa en el daño inferido
al derecho subjetivo ajeno.
La reparación civil, en su función reparatoria consiste en una prestación que se le impone al
responsable de un daño injusto. Tiene una concreta finalidad, de satisfacción de la víctima
por el victimario a través de esa prestación patrimonial.
A lo cual no obsta, por cierto, que no todos los daños sean reparables, y que no siempre el
autor sea solvente para satisfacer efectivamente a la víctima. No por ello dejará de ser
responsable, y por ende, el mismo deberá abonar a la víctima una indemnización.
Fundamentos y ámbitos de la responsabilidad civil
Toda la responsabilidad jurídica juega en dos esferas distintas:
1) La de la responsabilidad penal (propia del Derecho Penal, que establece penas para
quienes hayan cometido algún delito-); y
2) La de la responsabilidad civil (reparación- indemnización de los daños causados).
Pero a su vez: en la responsabilidad civil existen dos ámbitos u órbitas: Contractual y
extracontractual, que tienen elementos en común, pero con diferencias apreciables.
102

Sobre el tema expresa Alterini:


a) La responsabilidad contractual: se refiere a la reparación de los daños que provienen del
incumplimiento de una obligación de origen contractual ( ya que el ordenamiento jurídico
autoriza a reclamar el cumplimiento de un contrato; y su incumplimiento genera la
obligación de satisfacer los daños que hayan derivado del mismo.
b) El origen de la responsabilidad extracontractual (Es decir por los daños derivados de
hechos ilícitos), es el deber general de no dañar; cuando se transgrede ese deber se origina
la obligación de resarcir. Asì por ej: El conductor que atropella y lesiona a un peatón con su
automóvil, le debe la indemnización.
A) Función preventiva de la responsabilidad civil
Art. 1710 CCCN: “Deber de prevención del daño”. “Toda persona tiene el deber, en
cuanto de ella dependa, de:
a) Evitar causar un daño no justificado
b) Adoptar de buena fe, y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para
evitar que se produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o
disminuyen la magnitud de un daño del cual un tercero sería responsable; tiene
derecho a que éste le reembolse el valor de los gastos en que incurrió, conforme a
las reglas del enriquecimiento sin causa;
c) No agravar el daño, si ya se produjo.”
Acción preventiva (art. 1711 CCCN)
“La acción preventiva procede cuando una acción u omisiòn antijurídica hace previsible
la producción de un daño, su continuación o agravamiento. No es exigible la concurrencia
de ningún factor de atribución”
Se regula la acción preventiva en forma expresa. La acción preventiva estaba contemplada
en numerosos preceptos que autorizaban a que se reclame al juez la cesación de conductas
que pueden acarrear daños a sujetos de derechos. Ej: El art 1071 bis del anterior Còdigo
establecía la obligación de cesar en actividades que pueden lesionar la intimidad de una
persona, etc.
Legitimaciòn (art. 1712 CCCN)
“Están legitimados para reclamar, quienes acrediten un interés razonable en la prevención
del daño”
La norma a adoptado un criterio que parece dejar al juez (razonablemente) el derecho de
otorgar la legitimación para plantear esta acción (quienes pueden reclamar judicialmente la
prevención)
Sentencia (art. 1713 CCCN)
“La sentencia que admita la acción preventiva debe disponer, a pedido de parte o de
oficio, en forma definitiva o provisoria, obligaciones de dar, hacer, o no hacer, según
corresponda, debe ponderar los criterios de menor restricción posible, y de medios màs
idóneos para asegurar la eficacia en la obtención de la finalidad”.
B) Función resarcitoria
En su función resarcitoria, la responsabilidad genera para quien causó un daño injusto (o a
quien la ley lo coloca como responsable), el deber de indemnizar dicho perjuicio.
Presupuestos de la responsabilidad (requisitos)
La responsabilidad generadora del deber de indemnizar exige la concurrencia de 4
presupuestos, que no deben faltar a la hora de atribuir la reparación del daño a una persona,
103

pues de faltar uno sólo de ellos, en principio no cabe la responsabilidad y por ende el deber
de reparar.-:
1. El daño: Que consiste en la lesión a un derecho subjetivo de la víctima del
incumplimiento jurídicamente atribuible.
2. La antijuridicidad: Consiste en la infracción al deber, sea mediante el
incumplimiento de la palabra empeñada en el contrato; sea a través de la violación del
deber genérico de no dañar.-
3. Un factor de atribución de responsabilidad: Esto es, un motivo o razón jurídica
suficiente para asignar el deber de reparar al sujeto sindicado como responsable. Tal
factor de atribución puede ser: subjetivo (culpabilidad), u objetivo (riesgo o garantía,
etc)
4. Relación de causalidad: O nexo suficiente entre el hecho y el daño; es decir que
pueda predicarse del hecho que es causa (fuente) de tal daño.-
1. Daño resarcible
Uno de los presupuestos (o requisitos) de la responsabilidad del deudor lo constituye el
daño sufrido por el acreedor.
Es decir, que para que exista responsabilidad civil, debe existir daño (amén de los otros
presupuestos).-
En Derecho Civil, la palabra "daño" significa el detrimento, perjuicio o menoscabo que una
persona sufre a consecuencia de la acción u omisión de otra, y que afecta a sus bienes,
derechos o intereses.
Dice el art 1737 CCCN:” Concepto de daño” “Habrá daño cuando se lesiona un derecho
o un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el
patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva”.
Durante muchos años, la doctrina había discutido acerca de se considera ―daño resarcible‖,
es decir, cuando un perjuicio o lesión merece ser resarcido a quien lo sufrió.
Parte de la doctrina entendía que el daño resarcible debía consistir la lesión a un derecho
subjetivo (específicamente a un interés jurídicamente protegido); otros opinaban que puede
referirse a la lesiòn de cualquier interés (con tal de que se considere serio), pues existen
ciertos perjuicios que, si bien no afectan derechos reconocidos, merecen ser indemnizados
(Ej: Daños patrimoniales y morales sufridos por la concubina, a raíaz de la muerte de su
compañero, etc)
El Código Civil y Comercial adoptó (art. 1737) este criterio amplio, al entender que el
concepto de daño jurídicamente resarcible debe atrapar aquellos intereses (reconocidos
legalmente o no), pero que se han consolidados en el transcurso del tiempo, y que han sido
tronchados por el acto contrario a la ley (antijurídico); intereses que implican un bien del
que se gozaba sin contradecir el derecho de no menoscabar el de terceros (es decir que se
puede referir a la lesión aún de intereses que formalmente no estén contemplado por el
ordenamiento jurídico, pero que son bienes del que gozaba, sin afectar a otros, el acreedor.
Además, este artículo, dejó en claro que el daño puede ser individual (sufrido por una
persona en particular en su persona o patrimonio), o colectivo ( como los daños ambientales
sufridos por una población- afecta bienes de incidencia colectiva)
Reparación del daño
Habíamos señalado que el daño ocupa el espacio central de la estructura de la
responsabilidad civil.
104

La existencia del daño genera una reacción del Derecho, que en un primer momento pone
en funcionamiento el sistema resarcitorio, surgiendo la obligación de reparar al lesionado.
La reparación o resarcimiento desempeña una función de equilibrio o nivelación ante el
detrimento sufrido.
Pero una visión amplia del problema, que parte modernamente de la idea delo Derecho de
daños como sistema de protección de las personas, no limita el enfoque solamente al
resarcimiento por el daño causado. El sistema de la responsabilidad civil debe en rigor de
verdad, concretar la realización de la regla que impone el deber de no dañar (“alterum non
laedere”). Para ello, además de procurar la reparación de todo el daño injustamente sufrido,
es necesario que manifieste su eficacia asimismo en forma preventiva, dirigiéndose
prioritariamente a evitar que toda amenaza de daño llegue a concretarse; o a hacer cesar las
consecuencias dañosas de un hecho, que de no detenerse continuarían produciendo esos
efectos nocivos.(Esta función preventiva se observa especialmente en materia de daños a
intereses colectivos o difusos).
En síntesis, el daño como presupuesto de la responsabilidad, genera una fuerza de reacción
de tipo jurídica, consistente en : a) Un resarcimiento; y b) la posibilidad de prevenir daños
futuros.
La reparación del daño (indemnización). Art 1738 CCCN
La indemnización consiste en la reparación, o resarcimiento del daño sufrido en la persona,
o en el patrimonio de una persona (o un grupo o comunidad). El prefijo ―in‖ denota lo
contrario en relación al daño (damnum).- A ella tiene derecho: a) El acreedor de una
obligación contractual, como efecto ―anormal‖, que el deudor lo satisface por equivalente
(art 730 inc c. CCCN). b) En los hechos ilícitos, quien sufre el perjuicio, al ser violado el
deber genérico de ―no dañar‖.
Art 1738 CCCN “Indemnización. “La indemnización comprende: la pérdida o disminución del
patrimonio de la víctima, el lucro cesante n el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad
objetiva de su obtención, y la pérdida de chances. Incluye especialmente las consecuencias de la violación de
los derechos personalísimos de la víctima, de su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones
espirituales legítimas y las que resultaren de la interferencia en su proyecto de vida”
Este artículo, en su primera parte enumera las partidas indemnizables del daño patrimonial:
 Daño emergente: la pérdida efectiva que se produce en el patrimonio del dañado a
raíz del hecho“…. La pérdida o disminución del patrimonio de la víctima”.
 El lucro cesante : Son las ganancias que la víctima deja de percibir a raíz del hecho
ilícito, o del incumplimiento del contrato: “….el lucro cesante en el beneficio
económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su obtención”
 La pérdida de chances: Consiste en la frustración de la probabilidad, que podía tener
la víctima en obtener una ganancia o beneficio, a raíz del hecho.(ej: la muerte del
hijo produce, para los padres, la pérdida de la probabilidad que ese hijo, en el futuro
los ayudara económicamente). No es una perdida efectivamente (daño emergente);
ni un lucro cesante, que son las ganancias que objetivamente hubiera obtenido, de
no haberse producido el hecho. En este caso, lo que se pierde a raíz del hecho es la
―chance‖ (probabilidad, lo que indica que la obtención del beneficio era eventual),
pero se perdió, a raíz de la violación del deber de no dañar o del incumplimiento del
contrato, la ocasión de haber obtenido dicha ganancia. Esta es una especie de daño
que genera dificultades en torno al recaudo de la certeza.
Veámoslo en un ejemplo: ―Si el vehículo en que trasladan a un caballo al hipódromo, es atropellado
por un automóvil y, de resultas del accidente sufren una tardanza que le impide participar de una
105

carrera, su dueño ha perdido la chance de que el animal la ganara, con la consiguiente obtención del
premio.
Son acontecimientos de los que no puede extraerse con absoluta certidumbre si han
generado o no consecuencias dañosas al sujeto que alega el perjuicio. Ello en razón
que no puede determinarse con exactitud, si de no mediar el comportamiento
antijurídico atribuido al otro sujeto, el primero habría obtenido o no ciertas ventajas
(o evitado o no ciertas pérdidas).

Reparación plena (art. 1740 CCCN)


ARTICULO 1740.- Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la
restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en
dinero o en especie. La víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o
totalmente imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En
el caso de daños derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el juez
puede, a pedido de parte, ordenar la publicación de la sentencia, o de sus partes pertinentes, a
costa del responsable.
Se enuncia, en el inicio del artículo, el principio general en materia de amplitud de la
reparación del daño, que era enunciado como principio de la ―reparación integral‖ que
estableciendo con esta expresión que: ―debe repararse todo el daño, ni en más, ni en menos;
pero todo el daño‖; de esa manera se tiende a colocar al damnificado en una situación
equivalente a la que se encontraba antes de ocurrir el hecho dañoso.
El nuevo Código Civil y Comercial, ahora, utiliza el término ―reparación plena‖, porque es
evidente que todo el daño no es jurídicamente reparable. La plenitud de la reparación
depende de cada uno de los sistemas que matizan las soluciones, principalmente los
factores de atribución de la responsabilidad, las circunstancias que llevan a la liberación del
responsable, a la causalidad jurídica, la nómina de daños resarcibles, etc. La plenitud es
jurídica no material.
Mientras que en materia de hechos ilícitos rige el principio de la reparación integral(que
significa que se responde siempre de las consecuencias inmediatas como de las
consecuencias mediatas previsibles (art1726 CCCN),de igual manera, en el incumplimiento
de las obligaciones (art 1728 CCCN), siguiendo la regla de la previsibilidad, también se
aplica el principio de la reparación plena ya que se responderá, de acuerdo a la causalidad
adecuada, de las consecuencias inmediatas y mediatas.
Excepciones a la reparación plena:
Existen casos que constituyen excepciones al principio de la reparación plena, ya que, en
algunos casos se indemniza en menor cuantía que la que correspondería para cubrir
plenamente el daño; y en otros casos de excepción se puede llegar a observar, una
indemnización mayor que la necesaria para cubrir plenamente el daño.
1. Atenuación de la indemnización de la reparación, en base a la equidad (art. 1742
CCCN): A veces, empero, la víctima no obtiene tal reparación plena. Ello ocurre cuando se
le disminuye, computando la situación patrimonial del deudor, cuestión que analizaremos
luego.
2. Condenaciones pecuniarias (―daños punitivos‖), que sumados a la
indemnización, sobrepasan el monto que correspondería a la reparación plena del daño (
más que la plena reparación):‖ Los ―daños punitivos‖ son sumas de dinero que los
tribunales mandan a pagar a la víctima de ciertos ilícitos, que se suman a las
indemnizaciones por daños realmente experimentados por el damnificado, y están
106

destinadas a punir graves inconductas del demandado y a prevenir hechos similares en el


futuro ―(Pizarro)‖.
La cláusula penal, que, en su función reparatoria, puede contener (por acuerdo
de las partes que la convienen), un monto mayor al que correspondería para reparar
plenamente el daño (arts 790 y sgs CCCN).
Atenuación de la responsabilidad
ARTICULO 1742.- Atenuación de la responsabilidad. El juez, al fijar la indemnización, puede
atenuarla si es equitativo en función del patrimonio del deudor, la situación personal de la víctima y
las circunstancias del hecho. Esta facultad no es aplicable en caso de dolo del responsable.
Acerca del resarcimiento de los daños sufridos, el principio general establece que éste debe
ser reparado de manera plena (Es deci,r que cubra la totalidad del daño sufrido por la
víctima, ni en más, ni en menos).-
Pero, el artículo fija una importante excepción a este principio (que ya había sido
introducida por la ley 17711 en el código de Vélez), autorizando al juez a atenuar la
obligación resarcitoria (puede referirse al monto de la reparación u otorgando diversas
facilidades para su pago etc).
Se critica el título del artículo, ya que no es la responsabilidad lo que puede atenuar el juez,
sino su indemnización.
Los requisitos, para la aplicación de la atenuación del art 1742 CCCN. son:
a) Que sea equitativo: La equidad (la aplicación del Derecho natural al caso concreto), a
la que el legislador recurre asiduamente constituye una categoría práctica para la
realización de la justicia en el caso particular. De extraordinaria importancia, exige
aquí la reducción de la indemnización debida (o alguna facilidad de pago), si las
circunstancias así lo aconsejan.
b) Al efecto de establecer esta atenuación de la reparación, el juez deberá tener en
cuenta la situación patrimonial en que se encuentra el responsable, lo que implicaría
en el caso de tener que cubrir íntegramente el monto indemnizatorio, una grave
situación económica para el deudor y su familia. Para ello, deberá tener en cuenta, los
bienes, las cargas de familia, ingresos, etc, del obligado.
c) También se deberá tener en cuenta, al situación patrimonial del dañado, que al fin y al
cabo es quien ha sufrido el daño que el responsable debería reparar plenamente.
Podría ser el caso en que el deudor es una persona muy pobre, y la reparación plena lo
dejaría, a él y su familia en una situación económica muy difícil; pero la disminución
(o las facilidades de pago) otorgadas por el juez, no le afectarían mayormente a quien
sufriera el daño, que es una persona rica.
d) Que el daño no sea imputable a título de dolo del responsable: Este requisito distingue
entre el actuar culposo (cuasi-delito) y el doloso (delito), premiando con la posibilidad
de la reducción de la indemnización a la primera forma de actuar, y negándola a la
segunda. Es decir; quien obró ilícitamente a sabiendas y con intención de dañar, no
tiene disculpas que puedan permitirle una disminución de las consecuencias de su
obrar.
La mayoría de la doctrina entiende, al respecto, que tampoco se debe otorgar este beneficio al dañador
que hubiere actuado con culpa grave.
Quien solicita el beneficio deberá probar los presupuestos de la norma, sobre todo respecto
de su situación económica. Ante tal reclamo, la víctima también podrá probar su propia
escasez de recursos, u otras circunstancias que impidan la morigeración de la
indemnización.
107

El otorgamiento de este beneficio no tiene carácter imperativo para el juez, es otra de las
facultades que el Código le otorga al juez, basándose en su criterio de equidad.
Se discute acerca de si el juez de oficio puede reducir la indemnización. La mayoría de la
doctrina opina que no es factible. Aunque una parte de la doctrina (Mosset Iturraspe)
entiende que el juez de oficio podría fijarla; pues el artículo no condiciona su
funcionamiento a la petición de parte; y aunque esté ausente tal requerimiento, si es
evidente la difícil situación económica del deudor, el juez la podría establecer, pues se
presume un olvido del profesional que atiende el caso.-
Indemnización de las consecuencias no patrimoniales (art. 1741 CCCN)
(Daño Moral)
ARTICULO 1741.- Indemnización de las consecuencias no patrimoniales. Está legitimado para reclamar la
indemnización de las consecuencias no patrimoniales el damnificado directo. Si del hecho resulta su muerte o
sufre gran discapacidad también tienen legitimación a título personal, según las circunstancias, los
ascendientes, los descendientes, el cónyuge y quienes convivían con aquél recibiendo trato familiar
ostensible.
La acción sólo se transmite a los sucesores universales del legitimado si es interpuesta por éste.
El monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones sustitutivas y compensatorias que
pueden procurar las sumas reconocidas.
Este artículo hace referencia al denominado tradicionalmente ―daño moral‖.
Legitimación activa (Quiénes pueden ejercer la acción por indemnización, en caso de
consecuencias dañosas no patrimoniales)
Se entiende por legitimación activa, quienes cuentan con la facultad para demandar por
indemnización.
Se encuentran consignados enel art 1741 1ra y 2da parte .
En principio, quien tiene derecho a reclamar la indemnización es el damnificado directo, es
decir aquél que, a raíz del hecho, se ve afectado en sus derechos personalísimos
(extrapatrimoniales).
Y, si del hecho resulta su muerte, o una gran discapacidad, también tienen legitimación por
derecho propio y a título personal, según cada caso, los ascendientes, descendientes, el
cónyuge, extendiéndose a los convivientes con trato familiar ostensible (ej; el concubino)
(antes el Código de Vélez sólo contemplaba a los herederos forzosos). Al legitimar a estas
personas, el Código no se aparta del principio que en materia de daño moral solo puede
reclamar aquél que sufrió el daño, ya que, a la muerte de ese familiar o conviviente, estas
otras personas sufren un daño propio, que es el dolor por esa pérdida, (en ―carne propia‖),
es lo que a ellos lo afecta la muerte o discapacidad de ese sujeto, y también los daños
patrimoniales que les acarreará.
Esta ampliación de la legitimación es bien recibida, ya que plasma en la ley la
jurisprudencia que venía acogiendo la visión constitucional del acceso a la reparación y la
protección de la familia, venía haciéndose paso al respecto.
Por gran discapacidad (física o psíquica) debe entenderse, la que padecen aquellos sujetos
que, sin la sistencia de otra persona no pueden realizar los actos más básicos, y necesarios
para la subsistencia ( por ej: cuadripléjicos, personas en estado vegetativo, etc). Es la
incapacidad por la cual la víctima pierde su autonomía personal y económica. El ―trato
familiar‖ al que alude la norma cuando se refiere a los convivientes, se manifiesta por la
exteriorización de un vínculo efectivo, que motiva la constitución de un núcleo análogo o
idéntico al de la familia.
En el caso que la demanda fue interpuesta por el damnificado directo, y durante el curso del
proceso judicial se produce su deceso, la acción se transmite a sus sucesores universales.
108

El monto de la indemnización en caso de consecuencias dañosas no patrimoniales (daños


morales) resulta ser un ―precio al consuelo‖ porque incluye también las satisfacciones
sustitutivas y compensatorias. Al momento de cuantificar la indemnización por daño moral
se debe procurar mitigar el dolor por medio de bienes placenteros, a fin de morigerar la
tristeza, congoja, que el hecho produjo.
La cuantificación del daño no patrimonial (moral) uno de los temas que generó mayor
controversia .De hecho, los montos indemnizatorios solían diferir para casos similares.
Esto generaba inseguridad jurídica, extendía los pleitos, y generaba sensaciones de
injusticia entre las partes.
Pero nuestro nuevo Código, ha dado un punto final a estas discusiones al establecer un
mecanismo de cuantificación del daño moral, con cierta característica objetiva., dando
reglas claras para que, paso a paso, se determine una suma resarcitoria que sea justa.
En este escenario vale tener presente que, en los últimos años, los jueces ya habían hecho
lugar a diversos pedidos de indemnización por este concepto.
Los ejemplos van desde la reparación solicitada por la hermana de una víctima de violación
seguida de muerte; por el padrastro y los hermanos; por la concubina; por el progenitor en
caso de supervivencia de la víctima; por la madre y los hermanos en el caso de abuso
sexual contra una menor; por la novia de la víctima de un accidente de tránsito; por los
hermanos de la víctima de un accidente en la ruta hasta por los padres de un menor que
padece incapacidad absoluta, entre otros.
En ese contexto, el artículo 1741 del Código Civil y Comercial de la Nación busca echar
luz sobre esta materia y propone una forma para determinar la indemnización por un hecho
dañoso al señalar que "el monto de la indemnización por daños extrapatrimoniales (o
morales) debe fijarse ponderando las satisfacciones sustitutivas y compensatorias que
pueden procurar las sumas reconocidas‖.
Algunos supuestos de daños a la persona ( daños morales)
Examinando brevemente los distintos supuestos característicos nos encontramos con:
a) El pretium doloris, que encuadra dos aspectos diferentes: el dolor físico que la víctima
experimenta como consecuencia del hecho dañoso sobre su propio cuerpo, que incluye las
sensaciones de malestar, el insomnio o cualquier otro tipo de manifestación dolorosa que se
haya originado en su disminución física, y el puro daño moral, representado por el dolor
moral, que se refleja en la pena, la tristeza y el sufrimiento -no físico-, que pueden padecer
tanto la víctima directa como los parientes -que están legitimados por el ordenamiento -.
b) El daño a la vida de relación, o préjudice dagrément como dicen los franceses. De dicho
rubro puede tenerse un criterio amplio, comprensivo de todos los goces ordinarios de la
vida, sean cuales fueren su naturaleza y origen, esto es, el conjunto de los sufrimientos,
goces y frustraciones experimentados en todos los aspectos de la vida cotidiana en razón de
la lesión y de sus secuelas , lo que parece excesivo porque podría cubrir otras situaciones
características como el daño estético o el daño juvenil o el daño sexual ; por ello parece
más preciso limitarlo a la pérdida de la posibilidad de ejercitar ciertas actividades de placer
u ocio, como las artísticas o deportivas, pero también de cualquiera que le signifique una
privación de satisfacciones en la dimensión social o interpersonal de la vida.
c) El daño psíquico, entendido como enseña Zavala de González, como una perturbación
patológica de la personalidad de la víctima, que altera su equilibrio básico o agrava algún
desequilibrio precedente , y que se desbroza en las lesiones de base orgánica y las lesiones
psíquicas estrictas o neurosis traumáticas.
109

d) El daño estético, que se manifiesta como una deformidad del estado de la persona,
entendida tal deformidad como toda irregularidad física -visible o no, permanente o no-,
estigma o tara fisiológica, consecutivas o residuales respecto de lesiones anteriormente
sufridas, y que sin necesidad de convertir al sujeto en un monstruo, Quasimodo, esperpento
o adefesio, le hacen perder su normal aspecto periférico, de un modo perceptible y
apreciable, in visu, afectando su anatomía exterior y no su sique o intelecto, de manera
duradera -aunque no fuere definitiva -. Este estigma o tara fisiológica puede recaer en el
rostro o en el resto del cuerpo humano, ya sea consistente en cicatrices, pérdidas de
sustancia, de cabellos o de piezas dentarias, costurones, manchas, alteraciones de
pigmentación, malformaciones, claudicación o pérdida de euritmia -armonía en los
movimientos-, y en general cualquier tipo de defecto físico que altere peyorativamente la
apariencia externa del ofendido, menoscabando su aspecto y natural conformación
anteriores al hecho dañoso.
e) El perjuicio juvenil, que como bien lo describe Mosset Iturraspe corresponde al dolor
que provoca en una persona joven la conciencia de su propia decadencia y la amargura por
la pérdida de toda esperanza de vida normal y de la alegría de vivir.
f) El perjuicio sexual, o daño resultante de la pérdida de las facultades sexuales, que da
sustento, obviamente, a la reparación del daño moral, sea cual fuere la situación del sujeto
afectado, incluyendo la proyección de futuro.

Dispensa anticipada de la responsabilidad (art. 1743 CCCN)

ARTICULO 1743.- Dispensa anticipada de la responsabilidad. Son inválidas las cláusulas que

eximen o limitan la obligación de indemnizar cuando afectan derechos indisponibles, atentan contra

la buena fe, las buenas costumbres o leyes imperativas, o son abusivas. Son también inválidas si

liberan anticipadamente, en forma total o parcial, del daño sufrido por dolo del deudor o de las

personas por las cuales debe responder.

Hay dispensa de la responsabilidad cuando se conviene en eximir al deudor de

responsabilidad, en forma total o parcial, por su actuar culposo.

Cuestión distinta es la renuncia a la indemnización, por parte del acreedor, con

posterioridad a dicho incumplimiento.

Se trata de una cláusula eximente, o limitativa de responsabilidad. Estas cláusulas no son

válidas, cuando eximen o limitan la obligación de indemnizar si afectan derechos

indisponibles (ver art. 51 y ss CCCN), atentan contra la buena fe (art. 9 CCCN), las buenas

costumbres o leyes imperativas (art. 12 CCCN), o son abusivas (art. 10 CCCN).


110

Si es total, el responsable queda eximido de pagar la indemnización correspondiente por ese

daño, y si es parcial el deudor responde sólo hasta la concurrencia de cierta suma.

También son inválidas estas cláusulas cuando convienen eximir de responsabilidad por el

dolo del responsable, o por las personas por las cuales éste debe responder, (o con culpa

grave, agregan algunos autores), y esto es lógico, pues permitir este tipo de cláusulas

significaría dejar abierta la posibilidad de dañar impunemente.

Por supuesto que, nada impide renunciar a los efectos ya producidos por el del responsable

Prueba del daño (art. 1744 CCCN)


ARTICULO 1744.- Prueba del daño. El daño debe ser acreditado por quien lo invoca, excepto que
la ley lo impute o presuma, o que surja notorio de los propios hechos.
La prueba del daño incumbe al damnificado que pretende hacer valer la responsabilidad del
deudor; por tanto él debe aportar la demostración ―del hecho constitutivo del derecho cuyo
reconocimiento pretende‖.-
La prueba aludida comprende: a) La existencia del daño; y b) La cuantía del mismo.-
Aunque el rigor de la exigencia probatoria es diferente en uno y otro caso; la existencia del
daño es de prueba indispensable, y no se puede otorgar indemnización alguna si falla esa
prueba.-
En cambio la prueba de la cuantía del daño puede ser suplida por la prudente estimación
judicial; sin embargo el damnificado debe tratar de establecer con la apreciación que sea
factible, la magnitud del daño.-
Las excepciones del principio que al deudor le corresponde probar el daño sufrido, son por
ejemplo: 1) En el caso del incumplimiento de las obligaciones de dar sumas de dinero, cuyo
incumplimiento se indemniza con el pago de intereses, que corren sin que el acreedor deba
probar perjuicio alguno por dicho incumplimiento. y 2) En el caso de que se haya fijado
una cláusula penal, y donde ante el simple incumplimiento de la obligación, se debe pagar
la pena pactada. 3) En el caso de fallecimiento, que se tratará a continuación-
Indemnización por fallecimiento (art. 1745 CCCN)
ARTICULO 1745.- Indemnización por fallecimiento. En caso de muerte, la indemnización debe consistir en:
a) los gastos necesarios para asistencia y posterior funeral de la víctima. El derecho a repetirlos incumbe a
quien los paga, aunque sea en razón de una obligación legal;
b) lo necesario para alimentos del cónyuge, del conviviente, de los hijos menores de veintiún años de edad
con derecho alimentario, de los hijos incapaces o con capacidad restringida, aunque no hayan sido
declarados tales judicialmente; esta indemnización procede aun cuando otra persona deba prestar alimentos
al damnificado indirecto; el juez, para fijar la reparación, debe tener en cuenta el tiempo probable de vida de
la víctima, sus condiciones personales y las de los reclamantes;
c) la pérdida de chance de ayuda futura como consecuencia de la muerte de los hijos; este derecho también
compete a quien tenga la guarda del menor fallecido.
El Código, en este artículo no parece haber seguido la tesis amplia de la reparación
defendida por los civilistas más avanzados, en el sentido que la muerte de la víctima a
consecuencia de un hecho ilícito (delito o cuasidelito), hace nacer una acción resarcitoria a
favor de cualquier persona que haya sufrido un perjuicio, aunque sea de una manera
111

indirecta, y no solo los que enumera restrictivamente, por lo que habrá que interpretarlo de
la siguiente manera: La muerte de alguna de las personas que sostienen material y
moralmente el hogar muestra al cónyuge sobreviviente y a los hijos menores, o mayores
incapaces, y los convivientes, como los primeros afectados. De allí que quepa hablar de
damnificados presuntos, es decir de legitimados que pueden invocar una presunción juris
tantum de daño en caso de homicidio. No necesitan demostrar el daño padecido por la
muerte, ya que la ley lo presume.
El daño que presume la ley consiste en la privación de lo necesario para alimentos. O sea,
todo gasto que sea menester realizar para proveer al sostenimiento del damnificado, en la
satisfacción de sus necesidades de alimentación, habitación, vestuario y asistencia en las
enfermedades. También deben considerarse comprendidas las necesidades morales y
culturales.
Los mencionados gozan de la presunción juris tantum de haber sufrido un perjuicio a raíz
del fallecimiento, pero no cabe agotar la legitimación procesal activa solamente a ellos,
sino también, a quien acreditare un perjuicio (pero no cuentan con la presunción de los
mencionados), a raíz de esa muerte. En este sentido también cabe referir que el art 1741 del
CCCN, con respecto a las indemnizaciones de las consecuencias no patrimoniales (antes
―daño moral‖), sólo confiere legitimación activa al damnificado directo, esto es en el caso
de lesiones que no ocasionan la muerte. Si del hecho resulta su muerte o sufre gran
discapacidad también tienen legitimación para reclamar la indemnización, a título personal,
según las circunstancias, los ascendientes, descendientes, el cónyuge, y quienes convivan
con él recibiendo trato familiar ostensible. En relación a las indemnizaciones por
fallecimiento si bien establece que el juez para fijar la reparación debe tener en cuenta el
tiempo probable de vida de la víctima, sus condiciones personales y la de los reclamantes
(pautas seguidas por la jurisprudencia), este criterio amplio puede convertirse en restrictivo
al ordenar resarcir sólo: los gastos necesarios para asistencia y posterior funeral de la
víctima, lo necesario para alimentos del cónyuge, del conviviente, de los hijos menores de
veintiún años con derecho alimentario, de los hijos incapaces o con capacidad restringida,
aunque no hayan sido declarados. De lo necesario para alimentos: se incluye expresamente
al conviviente no incluidos en el Código de Vélez. Se ha receptado lo aceptado por la
jurisprudencia y la doctrina mayoritaria que por aplicación del anterior art 1079 del Código
de Vélez legitimaba genéricamente a los damnificados indirectos. En cuanto a los rubros
indemnizatorios una solución equitativa sería no enumerar taxativamente a éstos.
Contempla también, ahora, la muerte de los hijos, la cual representa una aflicción indudable
para los progenitores, pero también la frustración de una ―chance‖ patrimonial para los
padres, es decir, la posibilidad para ellos de ser apoyados económicamente en el futuro, lo
que corresponde a una probabilidad previsible según el curso normal de las cosas,
extendiendo también la legitimación activa a quien tenga la guarda del menor fallecido.
Indemnizaciones por lesiones o incapacidad física o psíquica (art. 1746 CCCN)
ARTICULO 1746.- Indemnización por lesiones o incapacidad física o psíquica. En caso de lesiones
o incapacidad permanente, física o psíquica, total o parcial, la indemnización debe ser evaluada
mediante la determinación de un capital, de tal modo que sus rentas cubran la disminución de la
aptitud del damnificado para realizar actividades productivas o económicamente valorables, y que
se agote al término del plazo en que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades.
Se presumen los gastos médicos, farmacéuticos y por transporte que resultan razonables en
función de la índole de las lesiones o la incapacidad. En el supuesto de incapacidad permanente
se debe indemnizar el daño aunque el damnificado continúe ejerciendo una tarea remunerada.
Esta indemnización procede aun cuando otra persona deba prestar alimentos al damnificado.
112

El damnificado directo por ese delito es la víctima de las lesiones. De manera genérica,
para la fijación de la indemnización, se tendrá en cuenta el art. 1738, que dispone que toda
indemnización debe comprender la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima, el
lucro cesante y la pérdida de chances. Incluye especialmente, también, las consecuencias de
la violación de los derechos personalísimos de la víctima, de su integridad personal, su
salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas, y las que resulten de la interferencia
en su proyecto de vida.
El artículo 1746 refiere fundamentalmente al modo de establecer el quantum de la
indemnización del daño. Comienza estableciendo el modo para determinar el monto de la
indemnización del daño por incapacidad permanente física o psíquica, total o parcial,
debiendo el juez fijar una suma de dinero tal, que: en el caso de incapacidad temporaria su
renta cubra la disminución de la aptitud del damnificado para realizar actividades
económicamente valorables, hasta el plazo en que razonablemente pudo continuar
realizando actividades productivas. Y en el caso de incapacidad permanente, la renta del
capital debe cubrir el daño generado por la afectación de facultades para realizar
actividades de contenido económico, desde la fecha de producción del daño, hasta el
término normal de la vida útil de esa persona. Adopta así, una concepción patrimonialista,
que considera que si bien la disminución de facultades puede generar consecuencias tanto
en la esfera patrimonial como extrapatrimonial, este último aspecto no puede quedar
subsumido en la incapacidad sobreviniente, sino dentro del daño moral. Por ello, no incluir
en los casos de la incapacidad sobreviniente consecuencias vinculadas con la imposibilidad
de la víctima de desarrollar actividades no lucrativas (práctica de deportes, culturales,
esparcimiento, resulta equivocado. Entre las pautas dads por la disposición para estimar el
monto indemnizatorio, se establece que la renta generada por el capital debe cubrir la
afectación de las habilidades de la víctima para realizar actividades productivas o
económicamente valorables. De esta manera se debe incluir dentro de los rubros
indemnizatorios todo aquello que se pueda valorar en términos económicos. En efecto,
tienen contenido económico no sólo las actividades remuneradas, sino también las no
remuneradas que se materializan a través de actos útiles (por ej: actividades de ama de
casa). La disposición también establece, recogiendo la opinión jurisprudencial mayoritaria,
una presunción juris tamtum respecto a gastos médicos, farmacéuticos y por transporte,
siempre y cuando la cuantía de los mismos sea razonable de acuerdo al tipo de lesión o
incapacidad. La indemnización corresponde aunque la víctima continúe ejerciendo tareas
remuneradas, lo que es lógico, pues lo que se resarce es la ―disminución de facultades‖ de
la víctima para realizar tareas productivas, independientemente que la que la misma
continúe trabajando a pesar de la discapacidad. Finalmente procede también la
indemnización aun cuando otra persona debe prestar alimentos al damnificado. Ello se debe
a la diversa naturaleza de una y otra obligación ( una resarcitoria y otra alimentaria).
Responsabilidad Directa (art. 1749 CCCN) (Responsabilidad por el hecho
propio)
Art. 1749 CCCN: Sujetos responsables. Es responsable directo quien incumple una obligación u ocasiona un
daño injustificado por acción u omisión.
El accionar de una persona es frecuentemente fuente productora de daños. Y la obligación

de reparar, generada por un daño causado, ya sea cuando se incumple un contrato o se viola
113

el deber genérico de no dañar deberá ser cumplida por quien con su conducta causo el daño

o produjo el incumplimiento de la obligación.

Cuando en un determinado caso se reúnen todos los presupuestos para el nacimiento de la


responsabilidad civil y el factor de atribución es de índole subjetiva (culpa o dolo del
agente), causándose daño sin la intervención de fuerzas extrañas al ejecutante, ni la
colaboración de terceros., se dice que existe responsabilidad por el hecho propio. Este
supuesto de responsabilidad está contemplado en el art. 1749 CCCN.
La regla general (hasta obvia), indica que será responsable de indemnizar un daño aquél
que lo causó (responsabilidad por el hecho propio‖. Ya el art 1109 del Código de Vélez,
transcribía expresamente este principio ―Todo el que ejecuta un hecho que por su culpa o
negligencia ocasiona un daño a otro, está obligado a la reparación del perjuicio…..‖
Pluralidad de responsables: solidaridad
ARTICULO 1751.- Pluralidad de responsables. Si varias personas participan en la producción del daño que
tiene una causa única, se aplican las reglas de las obligaciones solidarias. Si la pluralidad deriva de causas
distintas, se aplican las reglas de las obligaciones concurrentes.
Cuando el delito es obra común de varias personas, y todos participan de la misma causa, es
decir todos comparten la culpa, o el dolo en la producción del daño, aunque hayan tenido
distintos roles en el hecho, responden solidariamente por los daños que han contribuido a
causar (es decir se le va a poder reclamar a todos en conjunto, o a cada uno, que cubran la
totalidad de la indemnización).
La ley, en este caso, pone en un pie de igualdad a todos los que han participado del hecho,
compartiendo la misma causa (dolo o culpa):
 Autor: o sea quien lo ha cometido, o cooperado en su realización compartiendo la
autoría del hecho.
 Consejero: es el que incita o induce a la ejecución del delito.
 Cómplice: es quien presta una cooperación indirecta, no necesaria, que facilita la
comisión del delito.
Las obligaciones concurrentes son las que tienen un acreedor, un objeto, pero diversidad de
deudores y de causas de deber, que son distintas e independientes entre sí, y generan deudas
distintas (varias distintas sin conexión entre los deudores); a diferencia de las solidarias en
las cuáles hay pluralidad de sujetos deudores de un mismo objeto y por una misma causa de
deber.
En las obligaciones concurrentes (solidaridad imperfecta, o in solidum), las causas de deber
de los dos o más sujetos responsables son causas distintas, deberán responder según las
reglas de las obligaciones concurrentes (véase arts. 850/51 y 852 CCCN).Por ejemplo: (art.
1753 in fine CCCN), en el caso de la responsabilidad del principal por el hecho del
dependiente, donde ambos responden por causas diferentes: el dependiente es responsable
directo en base al factor subjetivo culpa o dolo en la producción del daño (por el hecho
propio); y el principal responde en base al factor objetivo ― garantía‖.
Acción recursoria
La solidaridad no da lugar a acción recursoria. Es decir que el autor, cómplice o consejero
que por efecto de la solidaridad haya abonado el total de la indemnización, no puede
reclamar de todos los demás responsables solidarios, el reintegro de la parte proporcional
de lo que correspondería a cada uno, ya que todos son participantes dolosos o culposos del
mismo acto ilícito. Pero en el caso de que el principal haya abonado la indemnización ( en
114

base al factor objetivo de la garantía), podrá accionar por reintegro de lo pagado al


dependiente (responsable directo por su hecho doloso o culposo), mediante una acción
recursoria. Más, si quien afrontó el pago de la indemnización fuera el dependiente que por
su culpa o dolo produjo el daño, no tendrá acción recursoria contra el principal.
ARTICULO 1752.- Encubrimiento. El encubridor responde en cuanto su cooperación ha causado daño.
Este supuesto de responsabilidad subjetiva viene a llenar un vacío, ya que no estaba
prevista la responsabilidad del encubridor. Depende su responsabilidad que el
encubrimiento haya causado daño a la víctima. La norma plasma un viejo fallo, que declaró
que ―el encubridor debe reparar los daños causados por su delito independientemente de los
debidos por el autor del daño principal‖.

2. Antijuridicidad
Habíamos dicho que la antijuridicidad consiste en la infracción al deber, sea mediante el
incumplimiento de la palabra empeñada en el contrato; sea a través de la violación del
deber genérico de no dañar.
Antijuridicidad formal y material
La doctrina se ha planteado el tema de la determinación de cuando un daño es injusto; que
circunstancias hacen que una conducta dañosa merezca tal calificativo. Las respuestas han
sido varias:
a) Antijuridicidad formal: Para una corriente doctrinaria, la injusticia es sinónimo de
ilegalidad. Un daño es injusto cuando es producto de la violación de una norma jurídica
imperativa o prohibitiva. Es el criterio recogido por nuestro Código Penal.

Se basa en la tipicidad del ilícito (el comportamiento y la sanción está previstos por el
legislador).- La tipificación del ilícito y de las sanciones se funda en el valor ―seguridad‖ y
encuentra su correlato en los arts 19 y 53 de la C.N. “Todo lo que no está expresamente
prohibido, se encuentra permitido”.- El criterio expuesto ha sido rechazado por la doctrina
moderna. Se lo reprocha por insatisfactorio e insuficiente. El campo civil, a diferencia del
penal, debe consagrar la atipicidad del ilícito. La pretensión de construir una teorìa general
de la ilicitud civil, con un catálogo exhaustivo de ―tipos‖ es ilusoria.
b) Antijuridicidad material: Se llega a este segundo momento cuando la ilicitud deja de
confundirse con la ilegalidad. Cuando se comprende que el Derecho no se agota en la
legalidad. Cuando se da cabida en el ordenamiento jurídico a otras fuentes ( la moral, las
buenas costumbres, los principios generales del derecho etc)
Una interpretación de lo que constituye la ilicitud de un daño es la que nos dice que es
injusta toda conducta que lesiona un derecho subjetivo de otro. Es decir que se considera
como antijurídica, que afecte el principio general de no dañar(El ―Neminem laedere‖de los
romanos)

Antijuridicidad subjetiva y objetiva


1.- Antijuridicidad subjetiva: Cuando la antijuridicidad se encuentra en la culpa. Los
sostenedores de esta doctrina afirman que no basta que exista una contradicción entre el
acto y la ley, sino que es menester que el sujeto sea culpable. Por lo tanto hay
antijuridicidad cuando el sujeto tiene conciencia de la ilicitud del acto que realiza (y lo
produce con culpa o con dolo). El daño entonces es injusto, en la medida en que es
resultado de una conducta equivocada.-
115

2.- Antijuridicidad objetiva: Para este criterio, que compartimos, el juicio de aprobación o
desaprobación y la consiguiente condena a reparar, atiende exclusivamente al acto o hecho
y, en particular a su resultado, el daño causado. La antijuridicidad no mira al agente sino a
la víctima; de ahí que haya daño injusto aun cuando medie involuntariedad en el obrar o
falte la culpabilidad..
La idea central es que, todo es injusto en cuanto lesiona un interés que es merecedor de
tutela y, a la vez viola el deber general de no causar daños a otro. Se está más a la injusticia
de sufrirlo que a la injusticia de causarlo.
Antijuridicidad objetiva (art. 1717 CCCN)
Antijuridicidad. Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es antijurídica si no
está justificada.(art. 1717 CCCN)
Nuestro nuevo Código consagra el criterio imperante de una antijuridicidad material y
objetiva al concebirla como una contradicción entre el hecho del hombre y el ordenamiento
jurídico aprehendido en su conjunto, comprensivo no sólo del derecho positivo, sino
también de los principios generales del derecho, y el derecho natural. Comprende el daño
proveniente del incumplimiento de un contrato, como la violación al principio genérico de
no dañar.
Es una antijuridicidad objetiva, ya que se presume que toda acción (u omisión) que produce
un daño, es antijurídica, salvo que exista una causa de justificación (presunción juris
tantum, es decir rebatible por prueba en contrario).
Causas de justificación (Excluyentes de la antijuridicidad) (art. 1718 CCCN)
Hemos dicho que en materia de responsabilidad civil existe un principio jurídico
fundamental, y es que no existe derecho a dañar la persona o bienes de otro (neminem
laedere); no obstante ello, existen ciertos perjuicios, que no constituyen daños ilícitos o
injustos, en la medida en que el agente causante realiza un comportamiento que está
autorizado por el ordenamiento y cuyos efectos no lo vuelven antijurídico; son las llamadas
―causas de Justificación‖.
Concepto: Son ciertas circunstancias que justifican una conducta que, de no haber mediado
ellas, sería ilícita.
Las causas de justificación borran la antijuridicidad del comportamiento dañoso, vuelve
lícito el quehacer que, precisamente por culminar en un daño, aparece como ilícito.
El art. 1717 establece que toda acción que produce un daño es antijurídica, salvo que esté
justificada.
Son ciertas conductas que, si bien producen un daño, están justificadas por el ordenamiento
jurídico, es decir que quedan justificadas.
Los supuestos de causales de justificación (art. 1718 CCCN)
Al respecto expresa el Art. 1718.”- Legítima defensa, estado de necesidad y ejercicio regular de un
derecho”.
” Está justificado el hecho que causa un daño:
a) en ejercicio regular de un derecho;
b) en legítima defensa propia o de terceros, por un medio racionalmente proporcionado, frente a una
agresión actual o inminente, ilícita y no provocada; el tercero que no fue agresor ilegítimo y sufre daños
como consecuencia de un hecho realizado en legítima defensa tiene derecho a obtener una reparación plena;
c) para evitar un mal, actual o inminente, de otro modo inevitable, que amenaza al agente o a un tercero, si el
peligro no se origina en un hecho suyo; el hecho se halla justificado únicamente si el mal que se evita es
mayor que el que se causa. En este caso, el damnificado tiene derecho a ser indemnizado en la medida en que
el juez lo considere equitativo.”
1) Ejercicio regular de un derecho (art. 1718 inc a)
116

Hay daños que el agente puede justificar probando que fueron causados en el ejercicio de
un derecho propio. Equivale a decir que su conducta estaba legitimada, al configurar un
derecho subjetivo, un poder compuesto por un conjunto de facultades, posibilidades
concretas de actuación.-
Es por ejemplo, el caso de los perjuicios que un profesional puede causar a sus colegas,
atrayendo clientes con su fama o prestigio y, por tanto, privando de esos clientes a otros
profesionales, en el ejercicio regular y legítimo de su profesión, de su derecho subjetivo a la
actividad para lo cual tiene un título habilitante.-
Pero, es importante destacar que, se debe tratar del ejercicio regular (no abusivo- Ver
art.10 y 11 CCCN. ―Abuso del derecho‖ y ―Abuso de posición dominante), de su derecho
subjetivo por ello el ―ejercicio de un derecho no puede volverse un mero pretexto para
dañar a los semejantes; ni posibilita cualquier ejercicio.-
2) Legítima defensa (art. 1718 inc b)
Aquí el daño es causado por el agredido o atacado, convertido en agente, como reacción
frente a un ataque injusto.-
No se trata de la venganza frente al perjuicio ya sufrido, sino de una ―acción para apartar de
sì o de otro un ataque actual contrario a derecho‖ (Código Civil alemán).-
El art 34 del Código Penal en sus incisos 6º y 7º contempla la justificante de la legítima
defensa propia y de terceros, y el art 35 regula el exceso en la legítima defensa.-
Los requisitos para que se dé esta causal de justificación son:
 Agresión ilegítima, contra la persona o los bienes.-
 Falta de provocación suficiente por parte de quien se defiende.-
 Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla.-
Como una consecuencia de la existencia de esta causa de justificación, de su configuración
en la especie, el agente no debe indemnización alguna por los daños causados al agresor.
Pero si de resultas de la defensa surgieren daños a terceros (persona extraña al agresor), es
procedente a su respecto el resarcimiento de los daños.-
3).- Estado de necesidad (art. 1718 inc. c))
Su concepto y requisitos están expresados en el inc.c del art 1718, y también por el art 34
inc. 3º del Código Penal, en cuanto justifica la conducta de quien ―causare un mal para
evitar otro mayor inminente a que ha sido extraño.-
Consentimiento de la lesión por el damnificado
A menos que tal consentimiento sea contrario a una prohibición de la ley, o sea inmoral. Es
el caso del paciente que admite la amputación de una pierna como último recurso médico
para salvar su vida.
La ley de trasplantes Nro 24.193 admite que los mayores de edad, en determinadas
situaciones pueden autorizar la ablación .

3. Factores de atribución
El hecho dañoso provoca, fácticamente, la lesión a un sujeto; frente a este fenómeno, el
Derecho se pregunta si es justo que el daño quede a cargo de quien de hecho lo ha sufrido,
o si por el contrario, debe desplazar sus consecuencias económicas a otra persona. Si no es
justo, impone la obligación de responder; la razón por la cual produce tal desplazamiento,
es lo que denominamos ―factor de atribución‖. Por ej: si una persona causa daño a otro
injuriándolo, ¿es justo que el desprestigio lo soporte la víctima?. El Derecho responde
117

negativamente y encuentra en la conducta del ofensor la existencia de un ánimo injuriante


que justifica su obligación de reparar. Si una caldera explota y causa lesión a otro, el dueño
o guardián de aquella debe reparar pues ha creado el riesgo.-
Concepto: Factor de atribución es- entonces- la razón suficiente por la cual se justifica que
el daño que ha sufrido una persona se traslade económicamente a otro.-
Clasificación de los factores de atribución:
Los factores de atribución se clasifican en subjetivos y objetivos.
Dice el art.1721 ―Factores de atribución.”” La atribución de un daño al responsable puede
basarse en factores objetivos o subjetivos. En ausencia de normativa, el factor de
atribución es la culpa.”
Los factores subjetivos
Toman en cuenta la reprochabilidad de la conducta del sujeto ofensor o dañador, sea
porque obró descuidadamente (culpa), o porque lo hizo con intención dañina (dolo).-
ARTICULO 1724.- Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La culpa
consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las
personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o
profesión. El dolo se configura por la producción de un daño de manera intencional o con manifiesta
indiferencia por los intereses ajenos.
La noción de culpabilidad
Habíamos dicho que los factores de atribución pueden ser subjetivos y objetivos.-
La culpabilidad, (en sentido amplio), con sus versiones – la culpa en sentido estricto, y el
dolo-, constituye el sustento subjetivo de la responsabilidad.-
El previo análisis de la voluntariedad del acto
La culpabilidad, importa una situación psicológica del sujeto, que se traduce en la omisión
de cierta actitud que el Derecho impone a la conducta social. De ahí que su estudio
presuponga el de la imputabilidad moral del acto, esto es, en ámbito civil, de la
voluntariedad.-
La conducta culpable merece reproche, pero es previo saber si el sujeto, en razón de haber
actuado voluntariamente, es reprochable.-
El acto voluntario como presupuesto de la culpabilidad
Para que se pueda computar la actividad de un sujeto a fin de exigirle la consiguiente
responsabilidad, es indispensable que el agente sea no sólo el autor material del
incumplimiento del deber, sino la causa inteligente y libre de ese comportamiento, pues de
otra manera no habría razón suficiente para adjudicarle el hecho como obra suya. De ahí la
necesidad de que el acto de incumplimiento sea obrado por el agente del daño con
discernimiento, intención y libertad.
Culpa

En el art 1724 C.C. encontramos el concepto de culpa: “……La culpa consiste en la omisión de la

diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y el

lugar
118

Nuestro Código Civil y Comercial adopta esta definición impecable, casi igual a la que

Vélez había plasmado en su Código, y que fuera avalada, casi en su totalidad, por toda la

doctrina.

Agrega, el art. 1724‖… Comprende la imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o

profesión…”Añade, a continuación del concepto, las manifestaciones de la culpa

(imprudencia, negligencia, e impericia en el arte o profesión), asemejándose más a lo

expresado en el Código Penal, lo que demuestra el carácter unívoco de la culpa en las dos

ramas del derecho.

Imprudencia, negligencia y la impericia en el arte o profesión

La culpa puede presentarse en tres versiones: como imprudencia, como negligencia, o como

impericia en el arte o profesión.

En la negligencia hay de parte del sujeto una omisión de cierta actividad que habría evitado

el resultado dañoso. Algunos autores hablan que en la negligencia, el autor fue omiso en

cumplir con la conducta debida (hizo menos de lo que debía haber hecho) (Ej: El médico

que debía haber esterilizado el instrumental, y no lo hizo).

En la imprudencia, en cambio, el sujeto obra precipitadamente o sin prever íntegramente las

consecuencias en las que podría desembocar su acción, de por sì irreflexiva. Su conducta

sobrepasó la que debía haber cumplido (hizo más que lo permitido). Ej: el conductor que

sobrepasando los límites de velocidad permitidos atropella a un peatón.

Pero, de cualquier manera, sea en uno u en otro caso, ambos se constituyen por la omisiòn

de la diligencia debida‖…. según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las

personas, el tiempo y el lugar…” (art 1724CCCN); ya sea porque el sujeto hizo menos de

lo debido (negligencia), o porque se atrevió a hacer más de lo debido (imprudencia).


119

En la impericia en el arte o profesión, el sujeto dañador realizando una actividad para la

cual no está preparado, o no tiene la experiencia suficiente para realizar esa actividad que

exige conocimientos especiales, genera un daño, que no hubiere producido de haber tenido

esos conocimientos y práctica. Ej.: el médico recién recibido, que realiza, sin tener la

preparación suficiente, una cirugía extremadamente delicada y compleja, y produce graves

daños al paciente, fruto de su falta de conocimientos especializados.

Elementos de la culpa

La culpa es un tipo de imputabilidad que se caracteriza por dos elementos, ambos de

contenido negativo:

1.- Omisión de la diligencia apropiada, en la actividad del agente.

2.- Ausencia de mala fe o mala voluntad: Si se ha llegado al resultado dañoso, èste no

ha sido querido por el agente. Eso otorga al sujeto un tratamiento más benigno por parte

del derecho, que el que se le da a quien comete el daño intencionalmente.-

Culpa de los auxiliares y de los representantes

ARTICULO 1753.- Responsabilidad del principal por el hecho del dependiente. El principal responde

objetivamente por los daños que causen los que están bajo su dependencia, o las personas de las cuales se

sirve para el cumplimiento de sus obligaciones, cuando el hecho dañoso acaece en ejercicio o con ocasión de

las funciones encomendadas.

La falta de discernimiento del dependiente no excusa al principal. La responsabilidad del principal es

concurrente con la del dependiente.


120

Culpa de los representantes:

El Deudor puede también ser eventualmente obligado a responder por culpa cometida por

sus representantes legales (tutor, curador etc) o convencionales (mandatarios) al cumplir la

obligación de aquél, como si respondiera por su propia culpa.-

La solución afirmativa de la responsabilidad del deudor por la culpa de sus representantes

se impone como una consecuencia natural del principio general de la representación, que

confunde y unifica la personalidad del deudor con la de su representante.-

Culpa de los auxiliares (o de los subordinados):

Tanto en el incumplimiento de los contratos, como en materia de hechos ilícitos, el

presunto responsable puede haberse valido de otro sujeto para la realizaciòn de la actividad

que produjo el daño.-

El problema radica en determinar; en que medida responde el principal en el cumplimiento

de las obligaciones por la conducta de sus auxiliares.

Dolo
Distintas acepciones
Según el diccionario de la lengua española, la palabra ―dolo‖, significa: “Astucia, artificio,

usados para engañar a otro. Maquinación o fraude encaminado a arrancar a otro el

consentimiento en un negocio jurídico”.-

Dolo eventual: Hay dolo indirecto o eventual cuando el sujeto no tiene la voluntad

concreta de dañar, pero no descarta que se pueda producir daño y, a pesar de ello, continùa

adelante, demostrando su menosprecio por los derechos ajenos.. En este caso, si se hubiera

representado la efectividad del daño, igualmente habría continuado su obrar,

desentendiéndose de aquél; es el caso del conductor del ómnibus que se despreocupa de la


121

circunstancia de que algún peatón se cruce en su camino y, pese a que se representa la

posibilidad de tal cruce, continúa igualmente conduciendo a excesiva velocidad.

Dolo de los auxiliares

Mencionamos anteriormente que el principal responde por la culpa del dependiente, tanto

en la órbita contractual como en la extracontractual. También responde por el dolo de los

auxiliares (conf.art. 1753 CCCN)

El principal responsable por el hecho doloso de su auxiliar ( o dependiente), debe todas las

reparaciones de naturaleza civil ( no las sanciones penales) que, en razón del hecho ilícito

(cometido en ejercicio o con ocasión de sus funciones considerado en sì mismo, podían ser

reclamadas a su autor. En consecuencia debe reparar no sólo el daño material, sino también

el moral.-

Responde, como el autor doloso, de las consecuencias inmediatas y mediatas, y aún de las

casuales si el autor las tuvo en miras. El fundamento de esta responsabilidad del principal,

es un factor objetivo denominado ―garantía‖, ya que la ley lo ―unge‖ como garante de los

hechos dañosos que cometa su dependiente estando en ejercicio o en ocasión de sus

funciones.

Los factores objetivos


Son los que no tienen en consideración la reprochabilidad de la conducta del dañador
(Culpa o dolo), sino alguna otra razón, por la cual es justo provocar el desplazamiento de la
reparación del daño a otra persona sindicada por la ley como responsable; para ello el
legislador tiene en cuenta valoraciones sociales, económicas, políticas etc.- Son factores
objetivos, entre otros, el ―riesgo creado‖; ―la garantía‖; ―la equidad‖; ―el deber tácito de
seguridad‖, etc.
En estos casos el sindicado como responsable sòlo se podrá exceptuar de la responsabilidad
demostrando que èl no ha puesto la causa del daño (es decir que se ha roto, para èl, la
relación de causalidad)
ARTICULO 1722.- Factor objetivo. El factor de atribución es objetivo cuando la culpa del
agente es irrelevante a los efectos de atribuir responsabilidad. En tales casos, el
responsable se libera demostrando la causa ajena, excepto disposición legal en contrario.
122

Responsabilidad objetiva. Derivada del incumplmiento de obligaciones de resultado


(art.1723 CCCN)
ARTICULO 1723.- Responsabilidad objetiva. Cuando de las circunstancias de la
obligación, o de lo convenido por las partes, surge que el deudor debe obtener un
resultado determinado, su responsabilidad es objetiva.
Este art. 1723 se refiere a la responsabilidad obligacional objetiva (derivada del
incumplimiento de un contrato que genere obligaciones de resultado (y tiene correlato con
el art. 1768 que habla de la responsabilidad que les cabe a los profesionales universitarios
que en su actividad cumplen con obligaciones de resultado, y que, si ese resultado exitoso
no se logra, objetivamente (es decir, sin analizar si no se logró por culpa o dolo del
profesional) ya lo hará responsable de reparar los daños ocasionados por dicho
incumplimiento. (Ej: si el arquitecto no entrega la casa construìda, en perfecto estado, a lo
cual se había comprometido, ya objetivamente responderà por los daños y defectos en la
obra).
Tipos de factores objetivos
Riesgo o vicio de las cosas, y actividades riesgosas o peligrosas (arts. 1757
y 1758)
ARTICULO 1757.- Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el

daño causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o

peligrosas por su naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de su realización.

La responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización administrativa para el uso de la

cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención.

En este caso, el deber de reparar se imputa en razòn de ciertas cosas o actividades que,

introducidas en la sociedad ―crean riesgo‖, o ―repotencian‖ los ya existentes, es decir que,

potencialmente pueden causar daños, aùn sin la conducción del hombre. Y por ello se hace

responsable – objetivamente- de los daños que esa cosa o actividad riesgosa ha producido. (

Por ej: una planta de energía atómica, es por su propia naturaleza una cosa altamente

riesgosa, máxime que puede causar un desastre aunque en ella se hallan tomado todas las

medidas de seguridad exigidas; o el automóvil, que en ciertas ocasiones parece que tomara

―vida propia, y aunque el conductor ponga todos sus esfuerzos no puede retomar su

conducción, y causa daños etc)


123

Josserand dice; ―Todo el que crea un riesgo introduciendo en la sociedad un elemento

virtual de daño del cual aprovecha, debe, si ese riesgo se concreta, y produce un daño,

soportar el peso de su reparación‖.- Es justo que asì suceda, pues quien obtiene ventajas

con el uso de una cosa riesgosa, o efectuando actividades peligrosas, tiene que soportar las

pérdidas que ocasiona.

―Vicio‖: es un defecto de la cosa, de fabricación (originario) o sobreviniente (desgaste,


rotura etc), que la hace impropia para su destino normal o funcionamiento regular. Por ej:
daños producidos por rotura de frenos del automóvil; radiaciones sufridas a raìz de una
rotura en planta de energía atómica etc.- El factor de atribución es objetivo ( no se analiza si
existió culpa por parte del dueño o guardián, y por lo tanto no se exime de responsabilidad
probando la falta de culpa). Ej: en caso de lesiones causadas a una persona, por una
automóvil al que se le rompieron los frenos , aunque el dueño o guardiàn no hayan
cometido ninguna negligencia son responsables por el vicio de la cosa.-
―Riesgo de las cosas‖: La noción de riesgo no se identifica con la de vicio, aunque la ley las
asimila en la imputación de consecuencias jurídicas. Todo vicio implica un riesgo pero la
inversa no es exacta porque una cosa en perfecto estado puede crear un riesgo.-
El riesgo: es la eventualidad posible de que una cosa llegue a causar un daño. Es el peligro
potencial que cuando se utilizan, entrañan ciertas cosas.-
Esta responsabilidad se funda en haber creado el riesgo del cual proviene el daño. Crea
riesgo quien con sus cosas, multiplica, aumenta o potencia las posibilidades de dañosidad.
De ahí que no toda cosa dañadora sea en sì una cosa riesgosa. Por ej: el daño producido por
una caldera debe serle "imputado" al propietario o a quien la tenga a su cuidado, pues se
trata de una cosa que multiplica, aumenta o potencia la posibilidad de que un daño se
produzca en la fábrica; la caldera dentro de una empresa ―consume‖ seguridad; no es lo
mismo un lugar con una caldera, que sin ella. En cambio, un escritorio no aumenta, ni
potencia, ni multiplica las posibilidades de daños en ese mismo ámbito, pues normalmente
no debiera producir perjuicios. Además la expresión ―por el riesgo o vicio de la cosa‖, no
indica que este tipo de cosas deben tener cierta ―autonomía‖, es decir que en cierta
ocasiones o circunstancias pareciera que ―escaparan‖ al manejo del hombre, y ―tomaran
vida propia‖ Por ej: como el automóvil, cuando el pavimento está mojado, pese el perfecto
manejo del conductor, ante una leve frenada puede producir una serie de giros y derrapes
que no pueden ser controlados; etc.-
No ha sido formulada una categoría rígida de cosas riesgosas, debiéndose ponderar en cada
caso si, en razón de haber quedado la cosa fuera del control del guardián- por su riesgo o
vicio- y desempeñando un papel activo, causó un daño en violación del deber de no
causarlo. Son determinantes la pérdida de control y el papel activo de la cosa.
El proyecto de 1998 definía la Cosa riesgosa, diciendo en su art 1662: ―Se considera cosa
riesgosa a la que tiene en sì misma aptitud para causar daños frecuentes o graves, por sus
propias calidades, o por las circunstancias en que es utilizada.-
En todos estos casos el daño es causado por la cosa, pues sobresale una causa física y la
acción humana aparece sólo de manera mediata. En cambio cuando el daño se origina “con
124

la cosa”, ella tiene una relación mayor con la acción humana, y no rige la teoría del riesgo
creado sino que hay una simple inversión de la carga de la prueba de la culpa (la culpa se
presume). La teoría del riesgo, ya dijimos, prescinde de la noción de culpa.-
Este factor de atribución es también objetivo (como en el caso de ―vicio de la cosa‖), por lo
tanto no interesa probar la culpa del dueño o guardián; sólo se deberá demostrar que la
cosa es ―riesgosa‖, y la relación causal que existió entre la cosa y el daño sufrido.-
El actual art. 1757 CCCN menciona también la responsabilidad por “Actividad riesgosa”,
que implica un concepto distinto del ―riesgo de la cosa‖: una actividad puede ser riesgosa
en sì misma, o por las circunstancias en que se desarrolla, sin que sea menester que el daño
resultante derive de la intervención de cosas. La responsabilidad objetiva por actividad
riesgosa fue prevista, conjuntamente con el daño causado por el riesgo de las cosas
En el art 1665 del mencionado Proyecto de 1998, refiriéndose a ―Actividades
especialmente peligrosas‖, decía:” Quien realiza una actividad especialmente peligrosa, se
sirve u obtiene provecho de ella, por sí o por terceros, es responsable del daño causado
por esa actividad. Se considera actividad especialmente peligrosa a la que, por su
naturaleza, o por las sustancias, instrumentos o energía empleados, o por las
circunstancias en que es llevada a cabo, tiene aptitud para causar daños frecuentes o
graves...”
Personas responsables
ARTÍCULO 1758.- Sujetos responsables. El dueño y el guardián son responsables concurrentes
del daño causado por las cosas. Se considera guardián a quien ejerce, por sí o por terceros, el
uso, la dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño y el
guardián no responden si prueban que la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o
presunta.
En caso de actividad riesgosa o peligrosa responde quien la realiza, se sirve u obtiene provecho de
ella, por sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial.
 Dueño: Es el titular de dominio sobre la cosa. Tratándose de inmuebles es quien
figura inscripto en el Registro inmobiliario. Si son cosas muebles, debe
distinguirse según sean registrables o no. En el primer caso, el titular es el que se
encuentra inscripto como tal en el respectivo Registro (igual que para los
inmuebles).- En el caso de muebles no registrables, se aplica la presunción de
propiedad, o sea, que si son cosas no robadas ni perdidas, la ley considera
propietario al poseedor de buena fe y a título oneroso. La víctima debe probar que
el demandado era el dueño al momento de producirse el daño.-
 Guardián: Aunque ni la doctrina, ni la jurisprudencia coinciden en una noción
única; opinamos con la mayoría de los autores, que la noción de guardián atiende
a dos pautas:
a) Servirse de la cosa: que entraña un concepto económico, se sirve
de ella quien le saca un beneficio, quien la aprovecha.-
b) Tenerla bajo su cuidado: es decir, quien tiene la dirección
intelectual, la persona que tiene un poder de hecho sobre ella, de
vigilancia, gobierno , contralor y facultades de mando sobre la
cosa.-
 Y en el caso de las actividades riesgosas o peligrosas, será responsable: ―… En caso
de actividad riesgosa o peligrosa responde quien la realiza, se sirve u obtiene provecho de
ella, por sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial”.
125

Exclusión de responsabilidad
En los supuestos de daños causados “por el riesgo o vicio de la cosa, o de las actividades
que sean riesgosas o peligrosas””, existe una presunción de responsabilidad; esa
presunción requiere intervención activa de la cosa,- y su característica de ―riesgosa‖ o
―viciada‖-, que debe ser, como dijimos, probada; sin embargo esta prueba no presenta
dificultades para la víctima pues deriva de una norma de experiencia. Por ej: si el daño a un
peatón fue causado por un automóvil, sólo se requiere la prueba de su circulación, o de su
posición anormal.-
Dice el art. 1758 CCCN: ―…… El dueño y el guardián no responden si prueban que la cosa fue
usada en contra de su voluntad expresa o presunta….”.
Pero también, la doctrina agrega, que podrán eximirse de responsabilidad, probando otros
casos en los que, como en el mencionado por el artículo, se ha roto el nexo causal:
 Por el hecho fue provocado por la propia víctima (culpa de la víctima- Ej: el
suicida que se arroja bajo las ruedas del camión)
 O de un tercero por quien no debe responder (art 1113 C.C.)
 Que la cosa fue usada contra la voluntad expresa o presunta del dueño o guardián
(art 1113 última parte).-
 O por caso fortuito ajeno (o externo) a la cosa (agrega la doctrina).
La noción de garantía

Responsabilidad del principal por el hecho del dependiente (Art. 1753 CCCN)

En el ámbito contractual es frecuente que un sujeto se obligue para el supuesto que otro no

cumpla; existen para esto algunas figuras típicas como por ej: la fianza, la cláusula penal; el

aval etc.

A veces el obligado por otro suple el incumplimiento específico (por ej: contrato de fianza);

otras indemniza el daño (cláusula penal otorgada por terceros). Se trata de garantías

fundadas en la voluntad de las partes.

En la órbita extracontractual, es la ley la que atribuye a ciertos sujetos el carácter de

garantes por la actividad dañosa de otros. Así por ej: cuando un dependiente causa un daño,

el ordenamiento jurídico extiende la responsabilidad al principal con el fin de conseguir un

responsable solvente.

El legislador toma en cuenta razones económicas. En este caso la ley parte de lo que

normalmente ocurre, que los dependientes no tienen bienes suficientes para cubrir los daños
126

que ocasionen. La justicia no se satisface con sindicar a alguien como responsable, sino que

exige procurar que el daño sea efectivamente reparado; de cualquier modo, puede ocurrir

que en algunos casos ello no se logre por insolvencia del ―garante legal‖, por lo que el

moderno derecho de daños busca sustitutos tales como los fondos de garantías, los seguros

obligatorios, etc

ARTÍCULO 1753.-
Responsabilidad del principal por el hecho del dependiente.
El principal responde objetivamente por los daños que causen los que están bajo su dependencia, o las
personas de las cuales se sirve para el cumplimiento de sus obligaciones, cuando el hecho dañoso acaece en
ejercicio o con ocasión de las funciones encomendadas. La falta de discernimiento del dependiente no excusa
al principal. La responsabilidad del principal es concurrente con la del dependiente
Dependencia: Hay dependencia, como fuente de responsabilidad, cuando alguien se
encuentra en situación de subordinación, bajo el poder, autoridad o bajo la dirección de otra
persona denominada principal. Esta noción no se identifica con la subordinación laboral ; es
mucho mas amplia, la comprende y la excede.-
Es de la esencia de la dependencia civil, la de estar bajo la dirección, posibilitando el recibir
órdenes o instrucciones acerca de la manera como deben cumplirse las funciones que se
realizan en interés de quien las da; esa posibilidad es la que origina la autoridad y
subordinación civil. No es necesario que efectivamente se haya impartido alguna orden sino
que pueda haberse hecho; hay que atenerse a la existencia de la autoridad, y no al ejercicio
de ella.-
La dependencia se traduce en la facultad de dirigir, vigilar, intervenir en la conducta de
otro; requiere de dos personas ligadas por una relación jerárquica, una con derecho a
mandar (principal), y otra con el deber de obedecer (dependiente).-
Este caso especial de responsabilidad está, como dijimos anteriormente, establecido en la
en el art. 1753 CCCN
Esta disposición, dado los términos generales en que ella está concebida, se aplica a toda
clase de personas que está, como dice la ley, bajo la dependencia del que las ocupa, o las
personas de las cuales se sirve para el cumplimiento de sus obligaciones por ej: personas
del servicio, cuidadores etc; y es irrelevante que la tarea sea ocasional, transitoria o
permanente y que el dependiente reciba o no remuneración; incluso es indiferente que el
dependiente esté vinculado al principal por un contrato, pues es suficiente que el encargo
derive de una situación de hecho (por ej: un amigo que durante la ausencia del propietario
del inmueble, realiza una reparación causando daños al vecino).
Este art. plasma la doctrina que sostiene que estamos ante un factor de atribución objetivo
de responsabilidad (―deber de garantía‖), en la necesidad de garantizar a los terceros por la
acción dañosa de las personas que actúan en el interés de otro.
El damnificado puede ejercer la acción indemnizatoria por el total, contra el autor del hecho
(dependiente) y contra el principal, o solamente contra éste último. La responsabilidad de
ambos es concurrente (no solidaria), ya que las causas de deber de ambos son distintas; la
del dependiente es directa (por el hecho propio), y la del principal es objetiva (factor
―garantía‖)
127

Requisitos
Para tratar de poner un marco acerca de què hechos del dependiente responsabilizan al

principal, el artículo 1753 CCCN expresa ―…. cuando el hecho dañoso acaece en ejercicio o con

ocasión de las funciones encomendadas”.

Daño en ejercicio o con ocasión de sus funciones


Esta era la posición que sostenían autores como (Salvat, Lafaille etc): exige que el
dependiente haya obrado en el ejercicio de la función encomendad, aún en caso de tratarse
de un ejercicio irregular o abusivo.-
La inexcusabilidad del principal
La doctrina moderna argentina y la jurisprudencia unánimemente sostienen la
inexcusabilidad de la responsabilidad del principal; en otros términos, éste no se libera
probando que de su parte no hubo culpa, sino que debe acreditar que no se dan algunos de
los requisitos de su deber de responder (vistos en el punto ―Requisitos‖); es decir: el autor
del daño no es su dependiente, el daño no le es atribuible al subordinado o no hay conexiòn
entre la función y el perjuicio.
Y además el artículo expresa que la falta de discernimiento del dependiente no excusa al
principal
Acciones que posee la víctima:
El damnificado, puede demandar la reparación por la totalidad del daño al autor del hecho
(dependiente) ; o al civilmente responsable (principal).-
El damnificado puede demandar a uno y otro deudor, sucesivamente, o a ambos
acumulativamente. En esta situaciòn se presenta dos obligaciones concurrentes, es un caso
de solidaridad imperfecta o ―in solidum‖: ambas tienen al mismo acreedor, y el mismo
objeto; pero difieren respecto de la solidaridad en cuanto a que existen dos causas de deber
( el dependiente responde por el hecho propio; y el principal por ser garante del anterior).-
Acción recursoria contra el dependiente:
El principal sólo está alcanzado por una responsabilidad indirecta que lo compromete frente
al damnificado, por ser garante del dependiente. Luego, es lógico que pueda recuperar-
como todo garante que pago por el deudor principal- lo que ha tenido que desembolsar
La equidad como factor de atribución objetivo de responsabilidad

La equidad es un principio fundamental del derecho; es uno de los valores que consagra el

ordenamiento jurídico por el cual dentro del marco de posibilidades interpretativas

ofrecidas por la ley, el juez elige la que logra mayor justicia en el caso concreto. Es una

justicia situada en las circunstancias particulares del caso.-

Ya hemos visto, que salvo casos particulares el Código utiliza, en general, un sistema de

imputación subjetiva, es decir, que el acto que genera responsabilidad debe ser realizado
128

con discernimiento, intención y libertad, por lo que, en principio el sujeto inimputable o

con voluntad viciada, no responde. Estos hechos cometidos por quienes carecen de

discernimiento intención, o libertad son llamados ―actos involuntario‖ (art 261 CCCN); por

ej: Los actos ilícitos cometidos por el menor de 10 años, los actos lícitos por menores de 13

años, y por los que no tienen uso de razón, y en principio no producían obligación alguna,

sin perjuicio de la responsabilidad del padre, curador o tutor.

No obstante, la equidad ―reclamaba‖ una reparación, dado que entre dos ―inocentes‖, uno

que ha sufrido el daño y otro que lo ha provocado, la balanza debía inclinarse a favor del

primero, máxime si el segundo tiene amplias posibilidades económicas, y el otro una

situación económica difícil.-

Paralelamente, y para enmendar la injusticia a la que este sistema conduce en algunos

casos; a partir de la reforma introducida por la ley 17711 en el antiguo art. 907 aparece una

norma que establece un factor objetivo de atribución (la ―equidad‖) y que el nuevo Código

Civil y Comercial recepta en el art.1750.

ARTICULO 1750.- “Daños causados por actos involuntarios. “El autor de un daño causado por un acto

involuntario responde por razones de equidad. Se aplica lo dispuesto en el artículo 1742.

El acto realizado por quien sufre fuerza irresistible no genera responsabilidad para su autor, sin perjuicio de

la que corresponde a título personal a quien ejerce esa fuerza.”

Por ejemplo: Un demente que posee bienes de fortuna mata a un obrero, padre de varios

hijos. De conformidad a las normas generales nada deberìa reparar, pues su acto es

involuntario por carecer de discernimiento;

No se establece la responsabilidad del incapaz, sino que le otorga al juez la atribución de

fijar , en caso que su conciencia le indique, analizando el patrimonio del incapaz-dañador, y


129

también la situación económica de la víctima, una indemnización basada en este factor

objetivo (ya que no analiza la imputación objetiva del dañador) que es aquí la equidad.. Y

no es lo mismo ser responsable que ser deudor de una indemnización equitativa, ya que en

este caso se desecha todo análisis subjetivo, para tomar solo en cuenta la relación causal, y

las condiciones circunstanciales establecida en el art de mención.

Como vemos la responsabilidad en este supuesto se funda en la equidad (el Derecho natural
aplicado al caso concreto), y se tiene como presupuesto la acción u obrar humano.
El art 1750, nos remite, en cuanto a los requisitos que el juez deberá tener en cuenta para
fijar esta indemnización, al art. 1742, “”…El juez al fijar la indemnización……….en función del
patrimonio del deudor, la situación personal de la víctima y las circunstancias del hecho….”
En primer lugar, demostrada la existencia del daño el juez no queda obligado a dictar la
sanción reparadora; podrá o no hacerlo. La condena no es forzosa sino facultativa, en razón
precisamente de la involuntariedad del hecho que la origina.
f) En segundo lugar, el monto de la indemnización se gradúa atendiendo a ―la
importancia del patrimonio del autor‖ del hecho y la situación personal de la víctima‖.
De esta manera la sanción sale del marco del derecho estricto para entrar en el terreno
de un equilibrio equitativo de los intereses. Por ej: si un demente rico, atropella y
mata a un padre de familia pobre, que es el único sostén de su familia.
Esta indemnización de equidad, se da para los casos en que el autor carece de
discernimiento (dementes o menores), pero el art. 1750 aclara‖…. El acto realizado por quien
sufre fuerza irresistible no genera responsabilidad para su autor, sin perjuicio de la que corresponde a título
personal a quien ejerce esa fuerza” Para que exista responsabilidad, sobre la base de hechos
involuntarios- dice el Dr. Mosset Iturraspe-, es preciso que se trate de aquellos hechos que
tienen valor sintomático respecto a la personalidad humana, pese a desarrollarse fuera de la
zona lúcida de la conciencia: son los actos instintivos y actos habituales.
Sería inadmisible, agrega, que se condenara a indemnizar daños nacidos de hechos de orden
puramente físico. En tales hipótesis no puede hablarse de un ―autor del hecho‖. Pensemos
en los daños que se causan por fuerza irresistible de otro – vis absoluta- : estos
acontecimientos pertenecen al otro que forzó materialmente, puesto que la violencia
desplaza la calidad de autor.
El distingo tiene suma importancia en nuestro derecho, dado que, a diferencia de otras
legislaciones, habla de ―hechos involuntarios‖, en general, y no del ―individuo privado de
razón‖, o del ―incapaz de discernimiento‖, etc
Los presupuestos de la responsabilidad son en este caso los mismos que en los otros hechos
ilícitos que generan responsabilidad, con excepción del especial factor de atribución.
4. Relación causal: La causa eficiente
En términos generales, la relación de causalidad se puede definir como la vinculación
externa, física, que enlaza una causa con un efecto o consecuencia.
La causalidad puede ser de dos tipos:
1. Física o natural.
2. Jurídica.
130

La causalidad jurídica;
Concepto
Es la vinculación que existe entre un hecho (el incumplimiento objetivo del deber de no
dañar, o del contrato), y los resultados (daños) que de él derivan; para que el autor de ese
comportamiento deba indemnizar el perjuicio.
Se distingue de la física o natural, propia de las ciencias naturales.
La causalidad jurídica, constituye un presupuesto de la responsabilidad civil y, por lo tanto,
exige la intervención de una conducta humana, sea por acción o por omisión.
Para que un daño pueda ser objeto de indemnización- tanto en materia de responsabilidad
contractual como extracontractual (o aquiliana)- es preciso que haya sido causado por un
hecho jurídicamente atribuible a una persona, para lo cual resulta una condición necesaria,
pero no suficiente, la relación de causalidad entre el hecho y el daño.
La cuestión se complica cuando se observa la proximidad o la lejanía de esos efectos
dañosos, respecto del hecho que se considera productor o desencadenante; y además,
porque la mayoría de los hechos no se presentan ―puros‖ o ―simples‖ sino mezclados con
otros acontecimientos o bien condicionados por otros eventos, favorecidos o limitados por
esos otros hechos concurrentes, subyacentes y preexistentes.
Lo observamos hasta en los efectos de un simple golpe de puños, aplicado en la cara de una
persona: para ciertas personas el impacto sólo producirá una pequeña herida; para otras
pueden ocurrir complicaciones mayores, sea porque usaba anteojos y la rotura del vidrio
multiplica y agrava las heridas, o porque es enfermo cardíaco etc.
La conceptualización de la relación de causalidad- más allá de lo afirmado acerca de la
ligazón entre el hecho del agente y el daño de la víctima – supone tomar partido, optar por
alguna de las teorías, o criterios acerca de los siguientes temas:
 ¿Cuál es la relación de causalidad que obliga a indemnizar?
 ¿Cuándo esa relación de causalidad es jurídicamente relevante como para fundar una
condena indemnizatoria?
La relación de causalidad (causalidad), como presupuesto de la
responsabilidad civil
En el campo de la responsabilidad civil la relación de causalidad cumple una doble función:
 Por un lado permite determinar con rigor científico a quién se le debe atribuir un
resultado dañoso;
 Y por el otro lado, brinda los parámetros objetivos indispensables para calibrar la
extensión del resarcimiento mediante un régimen predeterminado de imputación de
consecuencias
Relación causal, y extensión de las consecuencias que deberá indemnizar
el responsable. Solución del Código Civil (art. 1726 CCCN)
ARTICULO 1726.- Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas que tienen nexo adecuado de
causalidad con el hecho productor del daño. Excepto disposición legal en contrario, se indemnizan las
consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles.
Respecto de la responsabilidad civil derivada de los hechos ilícitos dañosos, el Código
Civil y Comercial en su art. 1726, adopta expresamente la teoría de la causa adecuada, que
ya la había adoptado Vélez Sarsfield. Establece como principio general, la indemnización
(en el ámbito de los hechos ilícitos), de las consecuencias inmediatas, y mediatas
previsibles.
131

Y, continúa expresando que, dado ese nexo de causalidad (adecuado), serán indemnizables
las consecuencias inmediatas, y mediatas previsibles, que en el artículo siguiente define.
También, en este artículo, se establecen como no indemnizables, aquellas consecuencias
casuales, o remotas, porque no guardan con el hecho un nexo adecuado de causalidad.
Tipos de consecuencias (art. 1727 CCCN)
ARTICULO 1727.- Tipos de consecuencias. Las consecuencias de un hecho que acostumbran a suceder
según el curso natural y ordinario de las cosas, se llaman en este Código “consecuencias inmediatas”. Las
consecuencias que resultan solamente de la conexión de un hecho con un acontecimiento distinto, se llaman
“consecuencias mediatas”. Las consecuencias mediatas que no pueden preverse se llaman “consecuencias
casuales”.
Este artículo define las consecuencias que son indemnizables:
 Consecuencias dañosas inmediatas: ―Son las que acostumbran a suceder según el
curso natural y ordinario de las cosas‖; éstas son siempre imputables al autor del
hecho pues son las que tienen perfecta previsibilidad; es decir que cualquier persona
sabe que el hecho acarrea normalmente esas consecuencias.
 Consecuencias dañosas mediatas: Son imputables al autor del hecho cuando, al
emplear la debida atención y conocimiento de las cosas, haya podido preverlas,
dado que son normales, y se pueden prever; en este caso, en general, hay también
adecuación.
Luego, el artículo de referencia define a las consecuencias casuales como ―las mediatas
que no pueden preverse‖; que, de acuerdo a lo expresado en el art. 1726 in fine no serían
indemnizables, pues al no ser previsibles no guardan un nexo de causalidad adecuado entre
el hecho y el daño.
Previsibilidad contractual (art. 1729 CCCN).

Extensión de las consecuencias que deberá indemnizar el responsable en

los incumplimientos contractuales

ARTICULO 1728.- Previsibilidad contractual. En los contratos se responde por las consecuencias que las

partes previeron o pudieron haber previsto al momento de su celebración. Cuando existe dolo del deudor, la

responsabilidad se fija tomando en cuenta estas consecuencias también al momento del incumplimiento.

En materia contractual se responde siempre de las consecuencias que las partes previeron o

que normalmente pudieron prever, al momento de celebrar el contrato.

Pero si el incumplimiento se produjo por dolo del deudor ( es lo que se denomina

―malicia‖; es decir el incumplimiento deliberado, y con la intención de causar un daño con

su incumplimiento), además de las consecuencias previstas o previsibles al momento de


132

celebrarse el contrato, también acarreará la responsabilidad por las consecuencias queridas,

o previstas por el deudar al momento del incumplimiento.

Hecho del damnificado (art 1729 CCCN)

ARTICULO 1729.- Hecho del damnificado. La responsabilidad puede ser excluida o limitada por la

incidencia del hecho del damnificado en la producción del daño, excepto que la ley o el contrato dispongan

que debe tratarse de su culpa, de su dolo, o de cualquier otra circunstancia especial.

Se prevé como eximente, total o parcial de responsabilidad la falta imputable (subjetiva u

objetiva) del propio damnificado.

Es que el hecho imputable a la propia víctima rompe el nexo de causalidad que se le

pretendía atribuir a una persona respecto de un daño.

Anteriormente, el Código de Vélez preveía solamente una causa de eximición total de

responsabilidad, cuando el propio damnificado era responsable del daño sufrido, lo que

motivara cuestionamientos al respecto (por ej: en el caso de culpa concurrente- es decir

cuando dos personas se producen daños, actuando con culpas recíprocas). Esto quedó

solucionado con el texto expreso en cuanto a que, “la responsabilidad puede ser excluída

(eximente total de responsabilidad), o limitada (eximente parcial de responsabilidad),‖

excepto cuando por la libertad y autonomía de la voluntad de las partes se establezca

(también puede surgir de la ley), que el deudor responda sólo en el caso de culpa, dolo, o

cualquier circunstancia especial.

Caso fortuito o fuerza mayor como eximentes de


responsabilidad
Para que el caso fortuito o la fuerza mayor den lugar a la irresponsabilidad del deudor, el
acontecimiento debe reunir los siguientes caracteres:
133

a) Imprevisibilidad: No se debe tratar de algo absolutamente imprevisible, pues ello


sería excesivo; sino simplemente, de que no hay ninguna razón valedera para pensar
que ese acontecimiento se producirá.
b) Irresistibilidad: Es lo inevitable. Se da cuando el deudor no puede evitar el
acaecimiento del evento, no obstante realizar todos los esfuerzos posibles.
c) Obstáculo insuperable: Debe sobrevenir la imposibilidad absoluta de cumplir con la
prestación, de modo que si el cumplimiento fuese posible en parte, en esta parte debe
ser cumplido. Debemos tener en cuenta que, cuando la prestación es posible, pero se
ha tornado excesivamente onerosa, se está frente al fenómeno de la imprevisión, pero
no ante la imposibilidad de pago por caso fortuito o fuerza mayor.
d) Actualidad: El hecho debe ser actual y presente; no reviste tal característica cuando se
presenta con posterioridad, ni alcanza conque sólo sea inminente.
e) Hecho extraño a la voluntad del deudor: pues si el acontecimiento deriva de la
actividad voluntaria del deudor; el incumplimiento lo hace responsable a título de
culpa.
Casuística: Análisis de los distintos supuestos jurisprudenciales
 Hechos naturales: El fenómeno natural, para constituir caso fortuito, debe ser
extraordinario, es decir, no ocurrir regularmente, sino en forma excepcional
(terremotos, maremotos; sequías extraordinarias etc). Pero es de destacar que los hechos
de la naturaleza deben ser apreciados de acuerdo a las circunstancias en que acontecen.
 Huelgas: Actualmente para calificar a una huelga como caso fortuito, se indaga si ella
es legal o declarada ilegal- en principio establecida esta calificación por la autoridad
administrativa. Sólo la huelga ilegal configura el caso fortuito, porque implica una
actitud intempestiva adoptada por los obreros, por no haber agotado la instancia
conciliadora. En cambio la huelga legal no puede ser invocada como caso fortuito, pues
ella le es imputable al empleador por no haber atendido convenientemente los reclamos
de sus obreros.
 Lock-out (o huelga patronal): no podría ser alegada por el deudor como caso fortuito,
porque en última instancia dependería de su propio asentimiento y no sería un hecho
ajeno a su voluntad. Salvo que el rechazo del Lock-out pudiera acarrearle un inminente
peligro para su persona o bienes.
 Robo: Es decir, el apoderamiento ilegitimo de una cosa mueble, con fuerza en las cosas,
o violencia física en las personas, constituye caso fortuito cuando no se le puede
imputar culpa alguna al deudor.
 Incendio: El incendio puede constituir caso fortuito si cumple los requisitos
anteriormente vistos. En materia de locación hay un caso excepcional donde se invierte
la carga de la prueba; pues aquí se considera en principio que todo incendio es fortuito
para el locatario, y es el locador quien deberá probar lo contrario. Pero en los demás
casos se respeta el principio de que quien debe probar el caso fortuito es el deudor.
 Guerra: Para que la guerra sea reputada como caso fortuito debe ser sobreviniente a la
cláusula de responsabilidad, pues si es contemporánea a ella, o de declaración
inminente, no resulta imprevisible para el deudor. Lo mismo se aplica en el caso de
revoluciones.
 Hechos del príncipe: Es el caso ya comentado en el que el deudor queda imposibilitado
de cumplir por un acto de la autoridad pública (sea legitimo o ilegitimo), lo único que
interesa es que sea imprevisible e imposibilite el cumplimiento de la prestación.
134

 Daño por obra de un tercero: Es el acto emanado de una persona extraña al deudor que
constituye un caso fortuito o fuerza mayor cuando reúne los requisitos apuntados
anteriormente (Por ej; Repentino cruce de la calzada por parte de un menor, que
provoca la frenada de un colectivo, produciéndose lesiones a los pasajeros:- aquí el
daño se produce por culpa del tercero; y en última instancia responderán los padres, por
el hecho de su hijo menor. Pero, si el acto proviene de un tercero por el que el deudor
deba responder (Ej: responsabilidad del principal por el hecho del dependiente; del
padre por los daños cometidos por sus hijos menores de edad etc), para el deudor no
hay caso fortuito, por lo que deberá responder (Fundamentado en la garantía, y en el
riesgo creado, respectivamente).
Efectos
El caso fortuito y la fuerza mayor dan lugar a la irresponsabilidad del deudor “El caso fortuito
o fuerza mayor exime de responsabilidad”.
Se trata de un opuesto lógico de la culpa- que presume la previsibilidad y la evitabilidad de
la consecuencia dañosa,- y obsta a la configuración de uno de los elementos que integran el
ilícito extracontractual en sentido subjetivo. Pero, también en la responsabilidad objetiva,
podemos decir que, el caso fortuito y la fuerza mayor interfieren, o rompen la relación de
causalidad, por lo tanto eximen da responsabilidad al sujeto, pues éste no ―puso‖ la causa
que derivó en el daño.
Excepciones
El mismo art. 1730 prevé que el caso fortuito o la fuerza mayor no eximen de

responsabilidad en algunos caso(“..excepto disposición en contrario.”), y estos casos son los que

se encuentran establecidos en el art. 1733, que analizaremos , en el punto ―Responsabilidad

por caso fortuito o por imposibilidad de cumplimiento (art. 1733 CCCN)‖

Hecho de un tercero ( art. 1731 CCCN)

ARTICULO 1731.- Hecho de un tercero. Para eximir de responsabilidad, total o parcialmente, el hecho de un

tercero por quien no se debe responder debe reunir los caracteres del caso fortuito.

Una persona responde por los daños que han cometido sus dependientes (responsabilidad

del principal por los hechos del dependiente, de los padres por sus hijos menores etc arts

1753/54/55 etc CCCN), y, en principio no responden cuando el hecho fue cometido por un

tercero con quien no lo liga ninguna relación de dependencia ; pero además, para eximirlo

total o parcialmente de responsabilidad no solo deberá demostrar que el hecho fue

cometido por un tercero por quien no debe responder, sino que además deberá demostrar
135

que el acontecimiento producido por el tercero reúne los caracteres (ya mencionados más

arriba), del caso fortuito o fuerza mayor

Imposibilidad de cumplimiento (art. 1732 CCCN)

ARTICULO 1732.- Imposibilidad de cumplimiento. El deudor de una obligación queda eximido del

cumplimiento, y no es responsable, si la obligación se ha extinguido por imposibilidad de cumplimiento

objetiva y absoluta no imputable al obligado. La existencia de esa imposibilidad debe apreciarse teniendo en

cuenta las exigencias de la buena fe y la prohibición del ejercicio abusivo de los derechos

El Código de Velez regulaba, como uno de los medios extintivos de las obligaciones a la
―imposibilidad de pago‖ (“La obligación se extngue cuando la prestación que forma la materia de ella,
viene a ser física o legalmente imposible sin culpa del deudor”)
Con razón y justicia el Digesto decía ―Imposibilia nulla est obligatio”: nadie está obligado

a lo imposible.-

a.-La imposibilidad es física: cuando el objeto de la obligación se extingue o se

pierde , o por cualquier razón es imposible darlo, hacerlo o no hacerlo, sin culpa del

deudor.- Por ejemplo: Si el auto que se debía entregar ha sido robado; si el pianista ha

perdido un brazo etc.-

b.- La imposibilidad es legal: Cuando el objeto de la obligación, aún siendo física o

materialmente susceptible de cumplir: se opone a ello un obstáculo legal.- Por ejemplo:

cuando una ordenanza municipal realizar un tipo de construcción que se había pactado

llevar a cabo; o cuando dos particulares convienen abrir un negocio en una zona y

posteriormente una ley prohíbe ese tipo de actividades etc.-

En la imposibilidad de pago estamos frente a casos de aplicación de los efectos del caso

fortuito y de la fuerza mayor: Nadie está, en derecho, obligado por lo imprevisible e

inevitable; y por lo tanto queda relevado de las consecuencias del incumplimiento.-


136

Requisitos

Podemos decir, que cuatro condiciones son requeridas para que la imposibilidad de pago

extinga la obligación:

1) Que la prestación se haya hecho imposible, posteriormente al nacimiento de la


obligación: Debe tratarse de una imposibilidad material ( no bastan las simples
dificultades), exterior, plenamente objetiva, lo que excluiría la imposibilidad personal
Así por ej, no extinguiría la obligación por imposibilidad de pago porque el deudor no
puede pagar por haber caído en insolvencia, o porque se ausentó del lugar donde debía
cumplir.- Pero: La imposibilidad subjetiva es causal de imposibilidad de pago
eximiendo al deudor de la responsabilidad por su incumplimiento, en el caso de las
―obligaciones intuito personae‖, donde se espera la especial actividad o diligencia del
obligado, y donde se lo contrata teniendo en cuenta sus especiales capacidades o
cualidades.-(Por ej: en el caso de que fuera contratado un prestigioso cirujano, que
luego se incapacita)
2) Que la imposibilidad se produzca sin culpa o dolo del deudor: Pues si lo ha sido por su
culpa o dolo (art. 1733 inc. d) CCCN) , en los que el deudor asume la responsabilidad
por el incumplimiento de la obligación.
3) Que el deudor no haya tomado a su cargo la responsabilidad por caso fortuito o fuerza
mayor: Pues si el deudor expresamente , y mediante una cláusula hubiere tomado a su
cargo las consecuencias del caso fortuito o fuerza mayor; de acuerdo a lo establecido en
el art 1733 inc a) CCCN). no podrá ampararse en lo dispuesto en el art 1732 , debiendo
asumir la responsabilidad por los daños sufridos por el acreedor a raíz del
incumplimiento.-
4) Que el deudor no estuviere en mora (art. 1733 inc. c) CCCN): Pues si el caso
fortuito o fuerza mayor que deriva en la imposibilidad de pago se produjo luego de que
el deudor estuviera constituído en mora , tampoco podrá ampararse en lo dispuesto en
el art 1732 y de esa manera eximirse de responsabilidad ( la mora tiene íntima relación
con la culpa)/ .Por ejemplo; si el deudor debía entregar un caballo de carrera el día 2 de
enero, no haciéndolo en dicha fecha ,y posteriormente el caballo muere en el campo del
deudor víctima de una epidemia( caso fortuito o fuerza mayor),igualmente será
responsable de los daños y perjuicios.-
Imposibilidad temporaria

La imposibilidad definitiva implica que la obligación jamás podrá ser cumplida, por lo cual

trae aparejada la liberación del deudor. En cambio la temporaria impide el cumplimiento

sólo mientras duren los efectos del caso fortuito, pero luego de ello el obligado debe

cancelar la deuda en la forma estipulada, liberándose únicamente de responder por los

daños sufridos por el acreedor en razón de la demora ocurrida.


137

Imposibilidad imputable

Dispone el art 1733, inc. d) “Responsabilidad por caso fortuito o por imposibilidad de cumplimiento”

Aunque ocurra el caso fortuito o la imposibilidad de cumplimiento, el deudor es responsable en los siguientes

casos:

…….d) si el caso fortuito o la imposibilidad de cumplimiento sobrevienen por su culpa;

Quiere decir, que en estos casos, llamados de imposibilidad culpable, la obligación no se

extingue : perdura, si bien cambiándose la naturaleza de la prestación.- Y lo mismo sucede

cuando, sin ser culpable el deudor, la imposibilidad proviene de caso fortuito o de fuerza

mayor de los cuales ese deudor se ha hecho responsable (art. 1733 inc a) CCCN).-

Los casos de imposibilidad imputable, entonces son:

a) Cuando el ―casus‖ hubiese acontecido por culpa del deudor, es decir cuando

la conducta culposa (o dolosa) de éste provocó o hizo posible el acontecimiento que

imposibilita el cumplimiento de la obligación. Una solución idéntica debe darse en el caso

en que el dolo o la culpa pertenezcan al subordinado del deudor.

b) En caso de que el caso fortuito o fuerza mayor que produzca la

imposibilidad acontezca estando el deudor en mora ( ya visto en el punto 4 de los

requisitos‖).-

c) Cuando el deudor tomó a su cargo las consecuencias del ―casus‖ mediante

una cláusula expresamente establecida por las partes.- (ya analizado en el punto3 de los

―Requisitos)
138

Supuestos especiales de responsabilidad

Responsabilidad de la persona jurídica


ARTICULO 1763.- “Responsabilidad de la persona jurídica.” La persona jurídica responde por los daños
que causen quienes las dirigen o administran en ejercicio o con ocasión de sus funciones.
Ya, desde que la Lay 17711 introdujera en el art. 43 del Código de Vélez el siguiente texto:
“Las personas jurídicas responden por los daños que causen quienes las dirijan o
administren en ejercicio o con ocasión de sus funciones. Responden también por los daños
que causen sus dependientes o las cosas, en las condiciones establecidas en el título. “De
las obligaciones que nacen de los hechos ilícitos que no son delitos”, la responsabilidad de
las personas jurídicas está regida por los mismos principios que los de las personas
naturales.
Y el art. 1763, del nuevo Código Civil y Comercial reitera lo ya previsto en el mencionado
art. 43 del viejo Código Civil, aunque eliminando lo referente a la remisión a los daños
causados por los dependientes y las cosas. Tiene que haber una razonable relación entre el
daño cometido por quienes dirijan o administran a la persona jurídica y el ejercicio de la
función, o en la ocasión en que ocurrió.
Cuando el caso es de daños cometidos por dependientes de la persona jurídica, es de
aplicación la norma del art. 1753 (responsabilidad del principal por los hechos del
dependiente), ya que el mismo se refiere tanto a principales que sean personas humanas o
jurídicas. Y si el daño proviene de cosas o actividades riesgosas o peligrosas propias de la
persona jurídica, ésta responderá en los términos de los arts. 1757 y 1758 del Código Civil
y Comercial.
Responsabilidades profesionales
Profesionales liberales
ARTICULO 1768.- “Profesionales liberales”. La actividad del profesional liberal está sujeta a las reglas de
las obligaciones de hacer. La responsabilidad es subjetiva, excepto que se haya comprometido un resultado
concreto. Cuando la obligación de hacer se preste con cosas, la responsabilidad no está comprendida en la
Sección 7a, de este Capítulo, excepto que causen un daño derivado de su vicio. La actividad del profesional
liberal no está comprendida en la responsabilidad por actividades riesgosas previstas en el artículo 1757.
Las responsabilidades en un estado de derecho deben alcanzar a todos los ciudadanos,
cualesquiera sean sus actividades. No escapan entonces, al deber de reparar, los
gobernantes, los militares, los clérigos etc.
Así, también los profesionales deberán asumir, en su caso y por sus actividades, la
responsabilidad por los daños causados.
Caracterización del profesional
Aunque profesional, en sentido amplio, es toda persona que ejerce habitualmente una
actividad para la que está preparado; en este caso por ―profesionales‖ estamos aludiendo a
los ―profesionales universitarios‖, con un título habilitante para el ejercicio de una actividad
predominantemente intelectual: abogados, escribanos, procuradores, ingenieros,
arquitectos; profesionales de la salud como médicos, odontólogos etc; periodistas,
especialistas en informática, etc.
Así, las notas que caracterizan a un profesional son las siguientes:
a) Habitualidad: Vale decir el ejercicio efectivo de la actividad.
b) Pertenencia a un área del saber científico, técnico o práctico.
c) Reglamentabilidad de la actividad por el estado.
139

d) Habilitabilidad por el estado, en uso de su poder de policía.


e) Presunción de onerosidad.
f) Autonomía técnica, propia del saber especializado.
g) Sujeción a normas éticas, que resultan de códigos propios de dicha profesión.
h) Correlativamente, sometimiento a un régimen disciplinario.
i) Colegiación, en un órgano que lleva la matrícula y aplica sanciones por
inconducta
Por qué la responsabilidad de los profesionales es una responsabilidad especial?
En este caso estamos tratando la responsabilidad de los profesionales universitarios, que
tienen estudios especiales, especialmente intelectuales.
La culpa profesional
Se entiende por culpa profesional aquella por la cual una persona que ejerce una profesión,
falta a los deberes especiales que ella le impone. Hay pues, una infracción típica, que
concierne a ciertos deberes propios de una determinada actividad.
Aunque el art 1724 CCCN plantea un concepto de culpa general, y no observa, en
principio, diversos grados de culpa como en otras legislaciones, sin embargo cuando se
trata de responsabilidad profesional, sería también de aplicación el art 1725 CCCN
“Valoración de la conducta”. Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de
las cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la previsibilidad de las consecuencias.
Cuando existe una confianza especial, se debe tener en cuenta la naturaleza del acto y las condiciones
particulares de las partes.
Para valorar la conducta no se toma en cuenta la condición especial, o la facultad intelectual de una persona
determinada, a no ser en los contratos que suponen una confianza especial entre las partes. En estos casos,
se estima el grado de responsabilidad, por la condición especial del agente.”
Deberes de prudencia y previsión
Cuando las citadas directivas del Cod. Civ. Y Com. son trasladadas a la responsabilidad
profesional, se impone necesariamente la conclusión de que para establecerla no es preciso
que exista culpa grave.
El adiestramiento específico que exige la condición profesional implica un especial deber
de obrar con prudencia y conocimiento de las cosas, en los términos del art 1725 CCCN. Y
además, se advierte que la suposición de ese especial adiestramiento, y de la consiguiente
pericia que implica, genera por sí una actitud de confianza en el cliente que contrata con el
profesional.
Modo de apreciación
La culpa profesional debe apreciarse en ―concreto‖, es decir específicamente con relación a
la calidad del sujeto de que se trata.
Además ése (el criterio ―concreto‖ de apreciación de la culpa es el que surge de la misma
definición de culpa expresada en el art 1724 CCCN”….. consiste en la omisión de la
diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las personas,
el tiempo y el lugar…..”.
La apreciación en concreto también exige comparar la conducta obrada y la conducta
debida. Y aquí la conducta debida está referida a la que corresponde al tipo determinado al
que pertenece el propio agente.
(la diligencia exigible a un médico especialista es mayor que la que corresponde a un no
especialista).
140

Responsabilidad emergente
La responsabilidad profesional es, en principio contractual, el profesional se obliga hacia el
cliente, a cambio de una contraprestación prometida por éste, y tal obligación nace,
determinantemente de un acto voluntario, lícito.
Obligaciones de medios y carga de la prueba
El profesional es deudor de una prestación de hacer, que el Código regula por separado, en
los arts 773 y ss de CCCN; se trata de una labor personal, un servicio o trabajo, a cumplir
en el lugar, tiempo y del modo que las partes lo hubieren convenido. O bien del modo o
manera que ese servicio deba realizarse, según su propia índole, lo que es de práctica, la
costumbre y los usos.
Dentro de la variada gama de actividades profesionales es posible distinguir: entre aquellas
locaciones- o profesiones en las que las prestaciones de hacer, objeto de la obligación,
consiste en brindar al acreedor, cliente, a) Un resultado concreto: por ej: constructor que se
compromete a levantar un edificio; el abogado que pacta la redacción de un contrato y en
estos casos (―obligaciones de resultado‖) su responsabilidad es objetiva (art. 1768 CCCN) o
b) Aquellas prestaciones profesionales que comprometen al deudor solamente a poner de sì
todos los medios conducentes a lograr el resultado querido (―obligaciones de medio‖), caso
en el cual la responsabilidad su responsabilidad se basa en factores subjetivos (culpa o
dolo). Por ej: el médico que interviene quirúrgicamente a su paciente; el abogado que lleva
la defensa de un acusado etc.
Este distingo, se conoce en doctrina como ―Obligaciones de medios y de resultados‖,
siendo el autor de la misma el jurista francés Demoguè (principios de la década de 1920).
Con base en esta doctrina, se sostiene que mientras en algunos casos- obligaciones de
resultado-el profesional sólo cumple y se libera cuando alcanza ese objetivo, resultado final
prometido; en otros casos – obligaciones de medios-, la liberación se logra cumpliendo con
el hacer que normalmente, por lo común y corriente, en la ciencia o arte de que se trata,
permite llegar al resultado apetecido.
De ahí las expresiones tan reiteradas y por lo demás exactas, que el profesional del derecho
no es responsable por la pérdida de un pleito, ni el médico por la muerte del paciente.
El triunfo en una causa contenciosa, no solo depende del abogado de parte; está supeditado
a tener la razón jurídica de su lado y a que el juez de la causa así lo declare. La curación del
enfermo, a su vez está condicionada al estado general del paciente, a sus reservas, a causas
subyacentes que están fuera del alcance del médico. Sea cual fuere el resultado prometido,
el profesional debe emplear los medios debidos, actuar conciencia y conciencia, aplicando
los conocimientos propios de la ciencia, técnica o arte; los adecuados al caso y
actualizados, puestos al día. El tema de la impericia, conocimientos limitados, insuficientes
o deficientes, adquiere particular relevancia.
En cuanto a la prueba de los presupuestos de la responsabilidad, la incidencia del distingo
de Demogue ha tenido una especial relevancia:
 Hasta la década del 50, antes de la aplicación en Argentina de la tesis de Demogue, era a cargo del cliente
la prueba de la celebración del contrato con el profesional y, por lo tanto, la demostración de las
prestaciones nacidas del mismo: en concreto, de la obligación asumida por el profesional; si invocaba el
incumplimiento, la mala práctica, debía, además convencer al juez acerca del daño padecido. A cargo del
profesional estaba la demostración del hecho positivo del cumplimiento, de la satisfacción de la acreencia
con el pago debido; si esta prueba no se brindaba, se presumía la culpa del profesional, estando a su cargo
la destrucción de esta inferencia con la demostración del caso fortuito;
 A partir de la vulgarización en nuestra doctrina del distingo entre obligaciones de medio y de resultado,
como también de su acogimiento por la jurisprudencia, el planteo sufre una modificación importante,
141

respecto de los supuestos que se califican como de ― obligaciones de medios‖; para ellos la carga de la
prueba pesa exclusivamente sobre las espaldas del cliente, forzado a demostrar el contrato, la prestación
debida, el incumplimiento, el daño y la culpa del profesional; se invoca el principio que pone el deber de
demostrar sobre quien invoca hechos constitutivos. Se dice que el profesional que no està obligado a
resultados felices o exitosos, cumple poniendo sus servicios en beneficio del cliente y de allì que quien
afirma el incumplimiento debe demostrarlo.
 En los últimos tiempos, se ha esclarecido el panorama de la siguiente manera: para supuestos que puedan
ubicarse entre los denominados ―obligaciones de medio‖, frente a la pretensión de indemnización
esgrimida por el cliente, el profesional corre con la prueba que de su parte ―no hubo culpa‖, a fin de
eximirse de responsabilidad; y si pretende excusarse de responsabilidad en el caso de una ―obligación de
resultado‖, debe demostrar la injerencia de un hecho extraño, que le ha impedido cumplir.
Responsabilidad de los médicos
Los profesionales médicos, odontólogos, y sus colaboradores están sujetos en la
jurisdicción nacional a las prescripciones de la ley 17.132, que rige las actividades por ellos
desempeñadas.
Dicho ordenamiento considera ejercicio de la medicina ―anunciar, prescribir, indicar o
aplicar cualquier procedimiento directo o indirecto de uso en el diagnóstico, pronóstico y/o
tratamiento de las enfermedades de las personas o a la recuperación, conservación y
preservación de la salud de las mismas; el asesoramiento público o privado y las pericias
que practiquen los médicos, cirujanos o doctores en la medicina‖.
Naturaleza de la responsabilidad. Contenido de la obligación
En general, la obligación asumida por el médico no es de resultado, de sanar al enfermo,
sino de medios: él se compromete solamente a atender al paciente con prudencia y
diligencia, a proporcionarle todos aquellos cuidados que conforme a los conocimientos
científicos que su título presume, son conducentes al logro de su curación, la que no
obstante no puede asegurar; es más, legalmente les está vedado a los médicos: anunciar o
prometer la curación fijando plazos, o la conservación de la salud, o anunciar agentes
terapéuticos de efecto infalible (art 20 de la ley 17.132), es decir, prometer un determinado
―resultado‖ al cliente. De ahí, pues, que el fracaso o falta de buen éxito en la prestación de
servicios médicos, no impliquen por si solos el incumplimiento de la o las obligaciones
asumidas por el profesional.
Sin embargo en algunos supuestos la obligación del facultativo deviene de resultado, como
sucede cuando; se trata de hacer un reconocimiento o chequeo del paciente; toma de
radiografías; colocación de una inyección; practicar una transfusión de sangre.
Con respecto a los médicos que ejercen su actividad en la cirugía plástica, la doctrina no es
pacífica, ya que algunos autores entienden q ue este tipo de práctica es de resultados; en
cambio otros autores entienden que como la generalidad de las cirugías ésta también
constituye una obligación de medios, ya que la misma ley de ética médica (17.132) estipula
que ningún profesional de la medicina puede prometer un resultado exitoso en cualquier
tipo de cirugía.
En cuanto a la apreciación de la culpa, la doctrina y la jurisprudencia oscilaron entre dos
polos opuestos. Para unos la falta del médico debe caracterizarse por su importancia, y sólo
serían responsables por una culpa grave o lata, resultante de una infracción muy evidente y
gruesa; con lo cual se procura ponerlos a cubierto de cualquier posible demanda temeraria o
abusiva y evitarles el temor constante de comprometer su responsabilidad, lo cual,
lógicamente conspiraría contra el progreso de la medicina.
142

Para otros, grave o leve, la culpa del médico genera su responsabilidad, pues quien ejerce
tal ministerio se halla moralmente obligado a agotar todos los medios y precauciones en
resguardo de la salud y vida del paciente.
Sin embargo, en la práctica, la jurisprudencia ha evolucionado hasta llegar a un justo punto
medio. No ha podido prescindirse, en efecto, de que la apreciación de la responsabilidad
médica debe efectuarse con suma prudencia y ponderación, teniéndose en cuenta la índole
de la profesión, su carácter algo conjetural, y los riesgos que su ejercicio supone en el
estado actual de dicha ciencia, ya que se trata de una rama del saber en la que predomina la
materia opinable y en donde resulta dificultoso fijar límites exactos entre lo correcto y lo
que no lo es.
Deberes profesionales
Entre otros deberes que le imponen las disposiciones legales vigentes, están obligados (art.
19 de la citada ley), a:
 Prestar la colaboración que les sea requerida por las autoridades sanitarias, en caso
de epidemia, desastres u otras emergencias;
 Asistir a los enfermos cuando la gravedad de su estado así lo imponga;
 No llevar a cabo intervenciones quirúrgicas que modifiquen el sexo del enfermo,
salvo que sean autorizadas judicialmente;
 Promover la internación de quienes signifiquen peligro para sí mismos o para
terceros;
 Ajustarse a lo establecido en las normas vigentes para prescribir alcaloides;
 Fiscalizar y controlar el cumplimiento de las indicaciones que impartan a su
personal auxiliar y asimismo de que éstos actúen estrictamente dentro de los límites
de su autorización, siendo solidariamente responsables si por insuficiente o
deficiente contralor de los actos ejecutado por los auxiliares resultase un daño para
terceras personas.
Negativa del enfermo
Es asimismo un deber de los médicos (art 19 inc. 3 de la cit. Ley) “respetar la voluntad del
paciente en cuanto a que sea negativa a tratarse o internarse, salvo los casos de
inconsciencia, alineación mental, lesionados graves por causa de accidentes, tentativa de
suicidio o de delitos. En las operaciones mutilantes se solicitará la conformidad por escrito
del enfermo, salvo cuando la inconsciencia o alineación o la gravedad del caso no
admitiera dilaciones. En los casos de incapacidad, los profesionales requerirán la
conformidad del representante del incapaz”.
En sentido concordante con esta disposición la jurisprudencia ha decidido que la falta del
médico al deber de advertencia al paciente de los riesgos que derivan del tratamiento
preconizado, le hace incurrir en responsabilidad (CNCiv. ―C‖; E.D., 8-268.
En sentido coincidente con el criterio plasmado, la ley 21.541 de trasplante de órganos y
material anatómico exige, en su art. 13, el consentimiento del dador, que puede ser
revocado hasta el instante mismo de la intervención quirúrgica, mientras el dador conserve
capacidad para expresar su voluntad. Asimismo el art. 11 impone la previa advertencia
médica a dadores y receptores acerca de los riesgos de la operación de ablación o implante,
según sea el caso, sus secuelas, evolución previsible y limitaciones resultantes.
143

Profesionales de la construcción
Naturaleza de la responsabilidad
El constructor o empresario responde frente a su comitente en virtud del contrato de obra
que los une. Sin embargo, su responsabilidad se extiende a los daños ocasionados a
terceros, por hechos ilícitos Por ejemplo: en el caso de que por defectos de la construcción
se produce la caida de una pared lesionando a una persona que pasa por el lugar.
En el caso de que en una misma obra participen varios profesionales de la construcciòn
(constructor, director de obra, ingeniero civil, el proyectista etc), son responsables en forma
solidaria
Como promedia una obligación de resultado, la responsabilidad de estos profesionales es de
tipo objetiva, por lo que el reclamante sólo tiene a su cargo la prueba del resultado
defectuoso o ruinoso obtenido; quedando a cargo del constructor, para eximirse de
responsabilidad, demostrar la ruptura del nexo causal. .
Régimen de la responsabilidad civil
Pero esta responsabilidad no está solamente regida por los principios comunes relativos al
incumplimiento de toda especie de obligaciones contractuales, sino que tiene también su
legislación especial en los arts. 1273 y ss CCCN
ARTICULO 1273.- Obra en ruina o impropia para su destino. El constructor de una obra realizada en
inmueble destinada por su naturaleza a tener larga duración responde al comitente y al adquirente de la obra
por los daños que comprometen su solidez y por los que la hacen impropia para su destino. El constructor
sólo se libera si prueba la incidencia de una causa ajena. No es causa ajena el vicio del suelo, aunque el
terreno pertenezca al comitente o a un tercero, ni el vicio de los materiales, aunque no sean provistos por el
contratista.
ARTICULO 1274.- Extensión de la responsabilidad por obra en ruina o impropia para su destino. La
responsabilidad prevista en el artículo 1273 se extiende concurrentemente:
a) a toda persona que vende una obra que ella ha construido o ha hecho construir si hace de esa actividad su
profesión habitual;
b) a toda persona que, aunque actuando en calidad de mandatario del dueño de la obra, cumple una misión
semejante a la de un contratista;
c) según la causa del daño, al subcontratista, al proyectista, al director de la obra y a cualquier otro
profesional ligado al comitente por un contrato de obra de construcción referido a la obra dañada o a
cualquiera de sus partes.
ARTICULO 1275.- Plazo de caducidad. Para que sea aplicable la responsabilidad prevista en los artículos
1273 y 1274, el daño debe producirse dentro de los diez años de aceptada la obra.
ARTICULO 1276.- Nulidad de la cláusula de exclusión o limitación de la responsabilidad. Toda cláusula que
dispensa o limita la responsabilidad prevista para los daños que comprometen la solidez de una obra
realizada en inmueble destinada a larga duración o que la hacen impropia para su destino, se tiene por no
escrita.
ARTICULO 1277.- Responsabilidades complementarias. El constructor, los subcontratistas y los
profesionales que intervienen en una construcción están obligados a observar las normas administrativas y
son responsables, incluso frente a terceros, de cualquier daño producido por el incumplimiento de tales
disposiciones.
Accidentes de tránsito
Los vehículos de transporte de personas y cosas son considerados por la doctrina y la
jurisprudencia como cosas riesgosas, ya que por su propia naturaleza son potencialmente
causantes de daños, aún sin el manejo del hombre, ya que en muchas ocasiones se observa
que parece que tomaran ―vida propia‖. Es por ello que el artículo 1769 CCCN remite, en
cuanto a los accidentes causados por la circulación de vehículos, a los artículos referidos a
la responsabilidad derivada de la intervención de cosas riesgosas ( arts. 1757 y 1758
CCCN)
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ARTICULO 1769.- Accidentes de tránsito. Los artículos referidos a la responsabilidad derivada de la


intervención de cosas se aplican a los daños causados por la circulación de vehículos.
Accidentes de tránsito
De acuerdo a lo establecido en el art. 64 de la ley 24.449 “ se considera accidente de
tránsito a todo hecho que produzca daño en personas o cosas como consecuencia de la
circulación”, abarcándose “la circulación de personas, animales y vehículos terrestres en
la vía pública, y a las actividades vinculadas con el transporte, los vehículos, las personas,
las concesiones viales, la estructura vial y el medio ambiente, en cuanto fueren concausa
Régimen legal aplicable:
En la actualidad, nuestro nuevo Código Civil y Comercial ha establecido expresamente que
los daños provenientes de la circulación de vehículos están sujetos a lo establecido en los
arts. 1757 y 1758 para la responsabilidad por el hecho de las cosas riesgosas y actividades
riesgosas o peligrosas. Con ello se asigna una presunción de causalidad, que recae sobre el
dueño y el guardián, y que sólo es destruible probando: la culpa de la víctima; o la de un
tercero por quien no se deba responder; o por caso fortuito exterior a la propia cosa.
del tránsito”, con exclusión de ferrocarriles (art 1)Dueño: Por tener las inscripción registral
(Registro del automotor), carácter constitutivo, se considera dueño- y por lo tanto
responsable- quien figura inscripto como tal, aunque en la realidad, haya enajenado con
anterioridad el vehículo a un tercero que no tramitó la inscripción a su nombre. Para
liberarse de esa responsabilidad en necesario comunicar al Registro (antes de que haya
ocurrido el accidente), que se hizo tradición del automotor a un tercero.
Guardián: Es el que efectivamente tiene a su cargo el vehículo en el momento del accidente
(que puede ser el mismo dueño u otra persona).
Deberes del propietario y del conductor:
Todo propietario (y en su caso también el guardián) de automotores está sujeto a una serie,
el primero de los cuales es el deber de prevención de daños (según la nueva función
preventiva que el actual Código fija (véase ―Funciones de la responsabilidad‖; Función
preventiva‖ (Arts 1708 y SS CCCN- Bolilla XV.).
ARTICULO 1710.- Deber de prevención del daño. Toda persona tiene el deber, en cuanto de ella dependa, de:
a) evitar causar un daño no justificado;
b) adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se produzca un daño, o
disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o disminuyen la magnitud de un daño del cual un tercero sería
responsable, tiene derecho a que éste le reembolse el valor de los gastos en que incurrió, conforme a las reglas del
enriquecimiento sin causa;
c) no agravar el daño, si ya se produjo.
Y más concretamente, alguno de esos deberes serán:
a) Conservación del dominio efectivo del vehículo: Este es el más importante y amplio
de los deberes del conductor (guardián).(arts 39 y 50 de ley 24449) concordando con
lo preceptuado en el art 1725, 1ra p CCCN: “ Valoración de la conducta. Cuanto mayor sea el
deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor es la diligencia exigible al
agente y la valoración de la previsibilidad de las consecuencias…..”.. Entendiéndose por este
deber, la capacidad del conductor para poder maniobrar eficazmente en cualquier
circunstancia.
b) Conservación apropiada del vehículo: Se exige que esté en condiciones adecuadas de
funcionamiento; y no se podrá alegar caso fortuito o fuerza mayor por accidente
ocurrido debido a fallas o desgaste del material (―vicio de la cosa‖, que por art.1757
CCCN se hace responsable al dueño o al guardián art. 1758 CCCN).
c) Sometimiento a las reglas de tránsito:
 El conductor debe poseer su registro habilitante (art 40 inc.a-ley 24449)
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 Debe conducir en circunstancias físicas y psíquicas adecuadas.


 Debe extremar sus precauciones en circunstancias especiales(calzada húmeda, ,niebla
etc)
 Al iniciar la circulación, como al salir hacia la vía pública, la debe hacer ―a paso de
hombre‖, realizando las señales correspondientes y previamente asegurarse que la calle
está libre de otros rodados.
 Debe conservar la mano derecha para circular.
 La velocidad de marcha debe ajustarse a los topes permitidos, considerándose excesiva
la que no permite detener el vehículo en tiempo oportuno.
 El conductor debe guardar una distancia prudencial respecto de quienes le preceden,
para poder maniobrar o frenar en caso de frenada brusca.
 El adelantamiento debe ser realizado, previas señales correspondientes y por la
izquierda, y está prohibido si se carece de visibilidad o si el vehículo ―se aproxima a
una encrucijada, curva, puente, cima de la vía o lugar peligroso‖ (art 42,inc b, ley
24449)
 Han de respetarse las señales del agente de tránsito y la de los semáforos (art 36 y 44
ley 24449)
 La detención o estacionamiento deben ser hechas en los lugares indicados (por ej:
banquina en las rutas)(art 49)
 Para girar, cambiar de dirección, retroceder u otras maniobras afines, el conductor debe
realizar señales y cerciorarse de que pueda hacerlo sin peligro para terceros (art 45).
 En las bocacalles y encrucijadas: * la velocidad debe ser reducida sensiblemente; *
tiene prioridad de paso el conductor que aparece por la derecha del otro, si ambos lo
hacen simultáneamente (art 41)- pero no rige tal prioridad respecto del vehículo que ha
traspuesto la mitad del cruce. Etc.
Presunciones respecto del conductor y de los peatones:
En este tipo de daños, además de la responsabilidad objetiva, juegan a los efectos de
clarificar el nexo de causalidad del daño, una serie de presunciones de tipo juris tantum
respecto de los conductores.
1.Se presume la culpa del conductor que viola las ordenanzas de tránsito: es decir que la
sola violación de una norma de tránsito hace suponer que existe culpa del transgresor,
salvo prueba en contrario.
2.Se presume la culpa del conductor del vehículo embistente: cuando uno de ellos
(embistente) presenta daños en la parte delantera, y el otro los sufre en la parte lateral
o trasera; esta presunción- de tipo juris tantum- no juega cuando los dos vehículos
presentan daños en la parte delantera
Otras presunciones establecidas en la Ley de Tránsito (24449): Esta ley presume la
responsabilidad del conductor que ―carecía de prioridad o cometió una infracción
relacionada con la causa‖ del accidente: en tanto el peatón goza del beneficio de la duda y
presunciones en su favor, en tanto no incurra en graves violaciones a las reglas de tránsito‖
(art 64):
 Presunción de culpa del conductor: Corresponde presumir (presunciòn juris
tantum) la culpa del conductor del vehículo que atropella a un peatón, si éste
circula por la senda peatonal (conf. Art 38 y 64 ley 24449)
 Presunción de culpa del peatón: se presume la culpa del peatón que cruza fuera de
la senda peatonal; y como esta violación a las normas de tránsito se considera
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grave ―destruye‖ las presunciones y el beneficio de la duda que lo favorecía y de


las que hacía mención el art 64 de la ley de tránsito.
 Peatón distraído o imprudente: Se ha resuelto que el peatón distraído, e incluso el
imprudente, es una contingencia común e inherente al tránsito callejero, por lo
cual el conductor debe estar siempre atento a las evoluciones de aquèl. Por cierto
que la responsabilidad del conductor queda excluida cuando se demuestra culpa
grave del peatón.
Protección de la vida privada
Los Derechos personalísimos, o ―Derechos de la personalidad‖ son prerrogativas
esenciales que corresponden a la persona humana en su condición de tal. Estos derechos
pueden ser clasificados, según Alterini en: a) Concernientes a la identidad física (a la vida,
a la integridad física, a la disposición del cadáver); b) A la integridad espiritual(al honor, a
la identidad personal, a la intimidad, a la imagen), c) a la libertad.
Todos ellos son derechos subjetivos cuyo menoscabo injusto genera un daño en sentido
jurídico, por lo tanto resarcible, y conciernen además a la noción de ―daño a la persona‖.
Como quedó dicho, uno de los derechos de la personalidad, o ―derechos personalísimos‖, es
el de la privacidad (―vida privada‖), o como se lo llamara en el anterior Código ―Derecho a
la intimidad‖.
El diccionario de la lengua española nos dice, intimidad: Parte personalísima, comúnmente
reservada, de los asuntos o afecciones de una persona o familia”
El derecho a la vida privada, o derecho a la privacidad, también se lo conoce con el nombre
de: derecho a la vida íntima, o reservada, etc. etc.
Cifuentes lo define como: ―derecho personalísimo que permite sustraer la persona de la
publicidad o de otras turbaciones de la vida privada‖
Régimen legal:
El artículo 1770 del Código Civil y Comercial regula la ―Protección de la Vida privada‖:
“Protección de la vida privada”. El que arbitrariamente se entromete en la vida ajena y publica retratos,
difunde correspondencia, mortifica a otros en sus costumbres o sentimientos, o perturba de cualquier modo
su intimidad, debe ser obligado a cesar en tales actividades, si antes no cesaron, y a pagar una
indemnización que debe fijar el juez, de acuerdo con las circunstancias. Además, a pedido del agraviado,
puede ordenarse la publicación de la sentencia en un diario o periódico del lugar, si esta medida es
procedente para una adecuada reparación.
Hay dos formas en que puede violarse la vida privada:
1) La revelación de los actos que componen la vida privada( Por ej: Una persona
comenta públicamente que su vecino tiene relaciones extramatrimoniales).
2) El hostigamiento o perturbación de la esfera íntima: (por ej; un joven que
insistentemente intenta hablar telefónicamente con una niña que lo ha deslumbrado,
pero ya molestándola y alterando su tranquilidad).
Sujetos amparados:
Toda persona física está amparada por la norma en estudio, y no solo aquellos de quienes se
ocupa la prensa por haber adquirido notoriedad- el hombre común también tiene, entonces,
derecho a su privacidad.
Presupuestos del acto lesivo
El art. Sanciona a quien arbitrariamente se entrometiere en la vida ajena- entrometerse
significa penetrar en donde no se lo llama y arbitrariamente, contrario a derecho. No existe
arbitrariedad, y por lo tanto no se configura la violación normativamente prevista, cuando
se ejerce regularmente un derecho o se cumple una obligación legal ( por ej: el padre que
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controla la correspondencia de su hijo impúber- o cuando se publican ―identi-kits para la


búsqueda de delincuentes). El consentimiento del ofendido también excluye la aplicación
de la norma (por ej: político que llama a una conferencia de prensa para mostrar los bienes
personales que posee).
Se discute si el art, requiere culpa o dolo de quien se entromete.
Mas allá de toda discusión doctrinal sobre la naturaleza (objetiva o subjetiva) de este tipo
de responsabilidad, existe una tendencia jurisprudencial a ―afinar‖ la noción de culpa, de tal
manera que se la juzga con tanta severidad, como si fuese un supuesto de responsabilidad
―objetiva‖. Y están quienes afirman que la actividad informativa estaría incluída entre las
―actividades riesgosas‖, por lo que en estos casos sería, también de aplicación la
responsabilidad objetiva del art 1757 CCCN..
 Existen autores que establecen como fundamento, el factor objetivo de ―riesgo de la
cosa (art 1757 1ra p. CCCN)), (Acciarri), ya que ―cosa riesgosa‖ debe entenderse,
no los mensajes, ni las ondas radiofónicas, sino el conjunto de equipos que
posibilitan la emisión y que tienen decisiva incidencia en el proceso de difusión.
Remedios acordados al damnificado
La ley prevé:
a) Cese o suspensión de la perturbación: El juez tiene la facultad de ordenar en la
sentencia o por vía de medida cautelar, el cese o la suspensión del acto lesivo( por ej:
frente a la publicación periodística puede disponer el secuestro de los ejemplares como
medio preventivo); no obstante, en algunos supuestos, esto es imposible o prevalecen
otros intereses que el juez valorará.
b) Indemnización: El art 1757 CCCN, establece que el juez condenará a pagar una
indemnización equitativa de acuerdo a las circunstancias.La norma no establece
ninguna presunción de daños, rigiendo el principio general según el cual la víctima
debe probarlo.
c) Publicación de la sentencia: Esta es una vía optativa a la que se puede acudir o no según
las circunstancias del caso; el juez tomará en consideración la mayor o menor difusión
del hecho, si el sujeto agraviado ha adquirido notoriedad, fama etc.
Responsabilidad por el daño al medio ambiente
Emplazamiento de la cuestión
Los grandes avances científicos, especialmente los producidos en el siglo XX, y lo que va
del XXI, han llevado al hombre a pretender dominar la naturaleza y por ello a alterar sus
reglas caracterizadas por un maravilloso equilibrio entre los distintos recursos naturales. Se
perciben en la actualidad las consecuencias de la polución ambiental, de la desaparición o
extinción de las especies, de la contaminación de las aguas, lo que hace peligrar la calidad
de vida del hombre en el planeta.
Todo ello conforma nuevos modos de dañar a la persona y sus derechos, que no encaja, por
así decir, en los modelos clásicos del derecho de daños y menos aún en la
conceptualización procesal de la acción.
Esta realidad existe, y no es desconocida para nadie, a punto que en la Encíclica
Centesimus Annus se lee: “Además de la destrucción irracional del ambiente natural hay
que recordar aquí lo más grave aún, el ambiente humano, al que sin embargo se está lejos
de prestar la necesaria atención”
Pero, más allá de la justa preocupación del hombre por mantener el ―habitat‖ natural de las
diversas especies de animales amenazados de extinción, debemos esforzarnos más por
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salvaguardar las condiciones morales de una auténtica ―ecología humana‖. No sólo la tierra
ha sido dada por Dios al hombre, el cual debe usarla respetando la intención originaria de
que es un bien según el cual le ha sido dada, incluso el hombre es para sí mismo un don de
Dios y, por tanto, debe respetar la estructura natural y moral de la que ha sido dotado.
Hay que mencionar en este contexto los graves problemas de la moderna urbanización, que
requiere una especial preocupación por la vida de las personas, así como la debida atención
a una “ecología del trabajo...” (Juan Pablo II, Carta Encíclica Centesimus Annus‖.
La encíclica, titulada Laudato Si (Alabado Sea), de nuestro querido Papa Francisco,
calificada por algunos de "histórica", por ser la primera vez que un Papa dedica un
documento de este tipo a la protección medioambiental, donde, cubriendo amplios temas, el
Santo Padre reconoce que el cambio climático se da en parte de manera natural pero que los
estudios científicos indican que su "principal" causa somos los humanos.
Sostuvo que el "consumismo inmoral" ha llevado a la sociedad a un comportamiento que
permite la degradación continua del medio ambiente.
"La tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes -sobre todo el carbón,
pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas- necesita ser reemplazada progresivamente
y sin demora", advirtió.
Todo ello exige una reelaboración de ideas, en punto a la concepción del daño, llevando a
la necesidad de redimensionar, de reformar el concepto de derecho subjetivo.
Es que el perjuicio no viene dado por las acciones directas de una persona o de un grupo de
ellas, perfectamente identificadas, que impacta en el patrimonio de la víctima, generando
un perjuicio a sus propiedades, a sus bienes, a sus posibilidades de continuar su vida
laborativa. El detrimento se produce de una manera más sutil, impersonal, lejano, indirecto,
que quizás no incida de inmediato y absolutamente, sino a largo plazo en el entorno de la
persona.
Los intereses difusos y el medio ambiente
El daño al medio ambiente, es considerado como una afectación a intereses difusos.
Se considera interés difuso: al que corresponde a un conjunto impreciso e indeterminado de
personas, carente de toda base asociativa. Es el caso, por ejemplo, del interés de cualquier
persona en la preservación del medio ambiente.
El medio ambiente- al decir de Pigretti entendido como la serie de interrelaciones existentes
entre el hombre, el aire, el agua, y los suelos- condicionan la vida del ser humano, que
percibe con nitidez las consecuencias dañosas, que para su propias subsistencia es
susceptible de producir los desvastamientos ecológicos, que le impiden la utilización del
agua, del aire, de la tierra, en fin, de todo aquello que condiciona su vida misma.
El derecho a la vida no se manifiesta sólo como un derecho a ser tutelado de las agresiones
directas de los demás individuos (homicidio, lesiones etc), o a su preservación frente a los
avances asfixiantes del Estado ( de corte autoritario o totalitario), que se concreta en el
reconocimiento de la libertad en sus más diversas manifestaciones, sino que actualmente
ese derecho a la vida, fluye, ante las agresiones al medio ambiente, ya que directa o
indirectamente, más tarde o más temprano provocará un daño a la integridad psicofísica del
ser humano
―El hombre- dice Juan Pablo II- impulsado por el deseo de tener y gozar, más que de ser y
de crecer, consume de manera excesiva y desordenada los recursos de la tierra y su misma
vida.―
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En estas agresiones al medio ambiente, el daño en sentido jurídico aparece concretado,


entendido éste como una lesión a intereses suficientemente estables y ciertos. No se
manifiesta como una lesión individualizada a un ser concreto, sino en la mayoría de los
casos, el perjuicio es indirecto, no se manifestará en un detrimento actual, pero sí con
certeza en un futuro.
Frente al fenómeno de la contaminación industrial “es deber del Estado proveer a la
defensa y tutela de los bienes colectivos, como son el ambiente natural y el ambiente
humano” (Juan P, II, Centesimus Annus, Nro 40).
Régimen legal :
En cuanto a la responsabilidad por daños, las IX Jornadas Nacionales de Derecho Civil,
Mar del Plata 1983,sentaron estas directivas:
a) La idea de normal tolerancia del art 2618 C.C.,‖no es aplicable en los casos de
degradación del medio ambiente que sean susceptibles de afectar la salud‖.
b) Hay responsabilidad objetiva, con fundamento en el art 1113 C.C.
c) En su caso cabe la responsabilidad colectiva.
d) La responsabilidad incumbe a ―los sujetos que degradan el ambiente‖ y al ―Estado,
cuando hubiese autorizado o consentido la actividad degradante‖.
e) ―Cada uno de los miembros de la comunidad tiene legitimación activa para obtener la
preservación del medio ambiente.
El Derecho Constitucional se encuentra directamente involucrado en esta temática, es que
teniendo el derecho a la vida linaje constitucional, también lo deben tener los medios para
hacer efectivo tal derecho, ante cualquier circunstancia que lo ponga en peligro.
El medio ambiente y la Constitución Nacional de l994
Conforme al texto constitucional de l994 , son reconocidos los ―derechos humanos‖ que
conciernen ―al ambiente‖, .Dice el nuevo art 41 de la C.N.: “Todos los habitantes gozan del
derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las
actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las
generaciones futuras; tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará
prioritariamente la obligación de recomponer,....”
“Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de
los recursos naturales, a la preservación del patrimonio cultural y de la diversidad
biológica, y a la información y educación ambientales”.
Y luego en el art 43, la C.N. expresa:” Toda persona puede interponer acción expedita y
rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo.......””Podrán
interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los
derechos que protegen el ambiente......., el afectado, el defensor del pueblo y las
asociaciones que propendan a esos fines...”
El Proyecto de Código Civil de 1998: En su art 1661 –―Hecho de las cosas y actividades
―expresa que “Toda persona responde por el daño causado con intervención de cosas de
las que se sirve o tiene a su cuidado, o por la realización de actividades especialmente
peligrosas‖
Son personas responsables: El dueño y el guardián, y lo hacen en forma concurrente.
Liberación del sindicado como responsable
‖Quien está sujeto a responsabilidad......sólo se libera de ella total o parcialmente, si
prueba que la causa del daño es la culpa del damnificado. No son invocables como
eximentes la autorización administrativa para el uso de la cosa o la realización de la
150

actividad, el cumplimiento de las técnicas de prevención, el caso fortuito, el hecho de un


tercero, ni cualquier otra causa ajena”.
Caso de responsabilidad colectiva:
En el caso que no se pueda determinar, dentro de un grupo determinado de personas, cuál
fue la que causó el daño ambiental ( por ej: el ambiente en una zona donde funcionan varias
industrias similares), será de aplicación lo dispuesto respecto a la ―Responsabilidad
colectiva‖, que en el art 1761 ―Autor anónimo‖ y 1762 ―Actividad peligrosa de un grupo‖
ARTICULO 1761.- Autor anónimo. Si el daño proviene de un miembro no identificado de un grupo determinado
responden solidariamente todos sus integrantes, excepto aquel que demuestre que no ha contribuido a su producción.
ARTICULO 1762.- Actividad peligrosa de un grupo. Si un grupo realiza una actividad peligrosa para terceros, todos sus
integrantes responden solidariamente por el daño causado por uno o más de sus miembros. Sólo se libera quien
demuestra que no integraba el grupo.
Prevención: Pero, fundamentalmente, como lo establece el nuevo Código, cuando expresa,
acerca de la función preventiva de la responsabilidad civil: ARTICULO 1710.- Deber de
prevención del daño. Toda persona tiene el deber, en cuanto de ella dependa, de:
a) evitar causar un daño no justificado;
b) adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se produzca
un daño, o disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o disminuyen la magnitud de un daño del cual un
tercero sería responsable, tiene derecho a que éste le reembolse el valor de los gastos en que incurrió,
conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa;
Y en la Ley 24.467 sobre PYMES se enfatizó que la reconversión de ellas debe ser hecha,
“en consonancia con la preservación del medio ambiente.... estimulando la utilización de
tecnologías limpias compatibles con un desarrollo sostenible
Responsabilidad por residuos peligrosos
El art 41 de la Constitución Nacional de l994, luego de fijar para todos los habitantes, el
derecho a “un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano...sin
comprometer las de las generaciones futuras”, establece: “Se prohíbe el ingreso al
territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radioactivos”
Residuo peligroso: La ley 24051(Ley Nacional sobre residuos peligrosos) define el residuo
peligroso en estos términos: “ todo residuo que pueda causar daño, directa o
indirectamente, a seres vivos, o contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en
general” (art 2).
A su vez el art 27 del Anexo I del Decreto reglamentario 831/93 determina que la
denominación de residuo corresponde a ―todo material que resulte de desecho o
abandono”- La cuestión, entonces se vincula a la contaminación ambiental.
Quedan comprendidos en esta denominación, tanto los desechos orgánicos (como por ej:
residuos patológicos, o provenientes de tareas de prácticas o investigación médica,etc); o
inorgánicos( explosivos, inflamables, corrosivos, tóxicos etc).
Quedan excluidos: 1- Los residuos domiciliarios; 2- Los residuos radioactivos; y 3- Los
derivados de las operaciones normales de buques. Tods ellos se regirán por leyes especiales
y convenios internacionales vigentes en la materia‖ (art 2) .
Régimen de la ley 24.051:
Las características más señalables son éstas:
a- Trata al residuo peligroso como cosa riesgosa ― se presume salvo prueba en contrario,
que todo residuo peligroso es cosa riesgosa en los términos del art 1757 del CCCN.
b- Determina la responsabilidad del generador por la creación del riesgo,
independizándola de la calidad de dueño o de guardián de la cosa.
Generador de residuos es quien los produce y resulta ―responsable en la calidad de dueño
de los mismos‖ (art 22). Esta responsabilidad ―no desaparece por la transformación,
151

especificación, desarrollo, evolución o tratamiento‖ de los residuos (art 48), ni- frente a
terceros- por la transferencia del dominio (art 46 ). Subsiste por lo tanto hasta que, en una
planta especial, se lleve a cabo su disposición final ―en condiciones exigibles de seguridad
ambiental‖ (art 33)
El transportador de los residuos y el titular de la planta de tratamiento y disposición final
responden en calidad de guardianes (arts 31 y 44)
El dueño (generador), y el guardián (transportador o el titular de la planta de tratamiento y
disposición final), sólo se eximen de responsabilidad probando ―la culpa de un tercero por
quien no deban responder‖, si la acción de éste ― no pudo ser evitada con el empleo del
debido cuidado y atendiendo a las circunstancias del caso‖ Por lo tanto, para que esta culpa
(del tercero) pueda ser invocada como eximente de responsabilidad, debe ser inevitable,
vale decir, constituir un caso fortuito.
El generador del residuo no tiene responsabilidad: * Frente a quien lo haya adquirido en
virtud de un contrato (art 46) y * Por los daños causados por la mayor peligrosidad que
haya adquirido a causa de un tratamiento defectuoso realizado en la planta respectiva (art
48). Como norma de prevención, se prohíbe la introducción al país de residuos (art 3) y su
transporte en el espacio aéreo argentino (art 32).
Responsabilidad colectiva y anónima
Concepto: Existe responsabilidad colectiva, cuando el daño es ocasionado por un agente no
identificado, que pertenece a un grupo circunstancial determinado.
Vale decir, aquí no se trata de la co-autoría de varios sujetos. Lo grupal está en la existencia
de un conjunto de sujetos dentro de cuyo seno, uno o alguno de ellos (pero sin estar
identificado cuál o cuáles) ocasionó el daño.
En múltiples ocasiones resulta imposible identificar al responsable de una actividad dañosa
o de un hecho ilícito; pero ello no puede implicar que la víctima del daño resulte
desprotegida. Como ejemplos de un accionar ilícito o dañoso de autor desconocido pueden
mencionarse, entre otros, la intervención de grupos en espectáculos artísticos o deportivos,
peleas o riñas derivadas de éstos últimos, manifestaciones, etcétera. En el ámbito de la
praxis médica, también la intervención separada pero simultánea de diferentes
profesionales sin que conformen un equipo hace procedente una condena al grupo en tanto
se torna imposible determinar el origen de la atención médica que ocasionó el daño ,
situaciones que pueden hacerse extensivas a sanatorios o clínicas en la que haya
permanecido el paciente , entre otros.
Antecedentes. El Código de Vélez
Cabe mencionar que la culpa se mostró insuficiente para justificar el deber de responder en
supuestos en que el autor es desconocido pero estaba dentro de un grupo determinado. Así,
la responsabilidad colectiva tiene lugar cuando el daño es ocasionado por un agente no
identificado, que pertenece a un grupo circunstancial determinado; pero no se encuentra
individualizada la persona dentro de ese grupo que causó el daño. De tal modo que la
imputación se refiere al grupo. En el Código Civil de Vélez, la responsabilidad colectiva
surge del art. 1119; esa norma hace responsables a todos los habitantes del sector de la casa
o edificio desde el cual se había caído la cosa que dañaba a quien pasara por la calle. Los
autores han sostenido distintos fundamentos para justificar la responsabilidad colectiva allí
regulada. Así, señalaron que la condena a los integrantes del grupo, sin tener acreditado la
culpa o el dolo, obedece a una dispensa probatoria ; tal criterio ha sido receptado por la
jurisprudencia de la Cámara Civil en casos de accidentes de tránsito causados por más de
152

un automotor; otros aluden a la ―responsabilidad moral‖ ; que la actitud del grupo


implicaría un ejercicio abusivo del derecho de agruparse ; para otros se trata de factor de
atribución del hecho unitario, la culpa o el riesgo ; para otros la reparación a la víctima
tiene como fundamento el riesgo creado (art. 1113 Código Civil); y otra parte de la doctrina
sostiene que la ley presume a todos los integrantes del grupo responsables del daño.
Responsabilidad colectiva y anónima en el nuevo Código
Civil y Comercial
El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación en la sección 8 del Capítulo I del Título V
del Libro III regula la responsabilidad colectiva y anónima (arts. 1760, 1761 y 1762).
Frente a un grupo de personas vinculadas por el hecho dañoso, el nuevo Código los
responsabiliza sobre la base de presumirlos a todos causantes del perjuicio prescindiendo de
toda investigación acerca de la culpa. El esquema se centra en el ámbito de la
responsabilidad objetiva21. En definitiva, se trata de una responsabilidad instituida a favor
de la víctima, sobre la base de una relación causal que sólo permite llegar al grupo de
autores probables, pero no admite llegar al autor concreto. Ante la fatalidad, el derecho
prefiere trasladar el daño a todos los autores probables –que no son totalmente ajenos al
daño-, antes que condenar a la víctima a soportarlo únicamente ella
1.- Cosa suspendida o arrojada
ARTICULO 1760.- Cosa suspendida o arrojada. Si de una parte de un edificio cae una cosa, o si ésta es
arrojada, los dueños y ocupantes de dicha parte responden solidariamente por el daño que cause. Sólo se
libera quien demuestre que no participó en su producción.
La primera norma reconoce como antecedentes las disposiciones romanas y el presupuesto
fáctico del art. 1119 del viejo Código, en cuanto a las cosas caídas o arrojadas desde
edificios; comprende dos supuestos en los que la relación causal es alternativa ya que si la
cosa ha caído o ha sido arrojada, desde uno de los departamentos, los demás dueños y
ocupantes no han participado en la producción del daño. La norma trata los supuestos de
caída de cosas y las cosas arrojadas de la misma manera; ello responde a la tendencia de
que los daños sean tratados de una manera uniforme, cualquiera fuere la fuente de donde
provengan – hecho de la cosa o hecho del hombre. El nuevo Código no incluye recaudos
vinculados al lugar donde caiga la cosa. En esto difiere de la previsión del art 1119 del
viejo Código. Esta última establecía que el transeúnte circule o esté en una calle, o en un
terreno ajeno, o terreno propio sujeto a una servidumbre de tránsito. La nueva normativa no
contiene esa limitación, por lo que resulta aplicable a quienes transiten o se encuentren en
un terreno no sujeto a servidumbre de tránsito, siempre que el tránsito o estancia sean
legítimos. El art.1760 persigue colocar a la víctima frente a dos responsables: el dueño, por
su vinculación dominial con el lugar del que ha partido la fuerza dañadora, y al ocupante,
en cuanto es la persona que ostenta el control del lugar. La norma hace alusión a que la
cosa haya caído o haya sido arrojada ―de la parte de un edificio‖. Es decir, que una primera
delimitación de los responsables es establecer la parte del edifico de la que fue arrojada o
pudo haber caído la cosa. Por ejemplo, si la cosa cayó sobre la calle sólo serán posibles
legitimados pasivos los dueños y ocupantes del frente del edificio. En relación a los
eximentes de la responsabilidad la norma establece que sólo se libera quien demuestre que
no participó en la producción del daño. Ello significa el establecimiento de una presunción
en favor de la víctima que ha sufrido el daño por la caída de una cosa desde un edificio, la
presunción de que los autores son los ocupantes y que los dueños deben también responder
153

de manera solidaria con aquellos. Esa presunción se extingue por la prueba de que aquel
posible autor no participó en la producción del daño.
Naturaleza jurídica y fundamento de esta responsabilidad
Aunque hay autores ( Llambìas) que fundamentan este tipo especial de responsabilidad de
una manera subjetiva (presunción de culpa in vigilando), nos inclinamos por la concepción
objetiva que le da fundamento.
Se trata, pues, de una responsabilidad objetiva especial, que encuentra su razón de ser en la
necesidad de amparar a los transeúntes, contra las agresiones torpes o negligentes que
pueden emanar de los edificios, frente a los cuales transitan (Riesgo creado, o por el
principio de la garantía).
La responsabilidad de los propietarios u ocupantes del edificio es de tipo solidaria ( arts 827
y sgs CCCN) ( Se puede reclamar el total de la indemnización a cualquiera de los
integrantes: ―dueños y ocupantes‖).
En la situación fáctica contemplada en el artículo, frente a un grupo de individuos
vinculados con el evento dañoso en virtud de habitar el edificio, (o ser sus titulares de
dominio), desde el cual cayó o fue arrojada la cosa, los hace responsables sobre la base de
presumirlos a todos causantes del perjuicio, con prescindencia de cualquier investigación
sobre la culpa: el esquema es entonces, de índole objetiva (―Riesgo creado‖).
Para liberarse de responsabilidad, los integrantes del grupo deberán acreditar que alguien en
particular es el causante del daño ( si se supiera cuál fue el que arrojó la cosa, sólo él será
el responsable); o , individualmente cada uno demostrar que no participó de la producción
del daño. Asimismo la presunción quedará desvirtuada si se acreditara que sólo alguno de
los individuos es el dueño o guardián de la cosa que origina el daño (art 1757 CCCN),
supuesto en el cual la responsabilidad le será adjudicada exclusivamente.
Autor anónimo
ARTICULO 1761.- “Autor anónimo”. Si el daño proviene de un miembro no identificado de un grupo
determinado responden solidariamente todos sus integrantes, excepto aquel que demuestre que no ha
contribuido a su producción.
El art. 1761 del Código Civil y Comercial alude al daño anónimo. Existe una causalidad
alternativa, un supuesto en el cual el daño deriva de una o más conductas individuales, cuya
identificación no es posible, pero que sí es cierto que el autor o autores están dentro de un
grupo determinado de personas. Es decir, que ello se aplicará a los supuestos en los que se
haya producido un daño que sólo pudo tener por autor a uno o más miembros de un grupo
determinado que no desarrollara una actividad peligrosa para terceros. Ejemplo: daño a
personas y bienes que se producen en el curso de una manifestación pacífica, el grupo de
riesgo no es conformado por los manifestantes sino por quienes desarrollaron la conducta
violenta. Todos los integrantes del grupo responderán solidariamente, a excepción de
aquellos que demostraran que no han contribuido a la producción del daño. Respecto del
daño anónimo se ha dicho que se trata de una responsabilidad que puede tener su origen en
la violación de una obligación en sentido técnico o del deber general de no dañar, o sea,
contractual o extracontractual. El grupo se establece por medio del examen del nexo causal
desde el daño hacia los autores probables, que debe ser acreditado por el damnificado y no
es necesario que el grupo este formalmente constituido de antemano, por la decisión
consciente de asociarse, ligarse o vincularse de sus integrantes. Para conformar un grupo
determinado es suficiente que constituyan un grupo por existir una razón prudente para
tratarlos de una manera determinada. El grupo puede ser accidental, circunstancial u
ocasional, apreciada con flexibilidad y realismo; que haya establecido una relación entre
154

sus integrantes. Tal relación puede resultar de compartir el fin de sus respectivas conductas.
Se trata de una responsabilidad instituida a favor de la víctima sobre la base de una relación
causal que sólo permite llegar al grupo de autores probables pero no admite llegar al autor
concreto. La responsabilidad es objetiva y se exime de responder quien demuestre que no
contribuyó en la producción del daño. Obviamente que si el autor es identificable sólo este
responderá en tanto ya no hay anonimato que justifique responsabilizar al grupo al que
pertenecía
La responsabilidad de cada integrante del grupo es de tipo solidaria (arts. 827 y ss. CCCN)
(Se puede reclamar el total de la indemnización a cualquiera de los integrantes).
Esta forma de reparar es la más equitativa para el damnificado (ya que tendría más
posibilidades de elegir un sujeto solvente para la reparación del daño sufrido).
Actividad peligrosa de un grupo
ARTICULO 1762.- “Actividad peligrosa de un grupo”. Si un grupo realiza una actividad peligrosa para
terceros, todos sus integrantes responden solidariamente por el daño causado por uno o más de sus
miembros. Sólo se libera quien demuestra que no integraba el grupo.
El art. 1762 regula el supuesto de la responsabilidad de los miembros del grupo por la
celebración de una la actividad riesgosa para terceros. La responsabilidad de todos los
miembros del grupo es solidaria y solo se eximirá quien demuestre que no integraba el
grupo. El presupuesto fáctico de la norma es la realización de una actividad riesgosa por
parte de un grupo de personas. La causalidad que presupone la norma es la actuación
conjunta o en común del grupo. El daño debe derivar de una actividad peligrosa
desarrollada en conjunto. En la actividad del grupo existen conductas individuales, pero la
norma prescinde de la consideración de cada una de las conductas individuales, porque
existe una unidad o indivisibilidad de la acción que constituye la causa del daño, que surge
de la circunstancia de la grupal, se funden en ella, y por ello, la ley prescinde de su
consideración. En la acción grupal, no hay necesidad de establecer la contribución causal
de cada conducta, pues el daño es jurídicamente considerado por el resultado de la
actuación común o conjunta de la conducta de los miembros. Se trata de una acción que
difícilmente se hubiera llegado al resultado en forma individual o que, por los menos, se
llegó a la producción del daño por la acción grupal. No se trata de una responsabilidad
subsidiaria de la grupal. Se le atribuye la responsabilidad a la actuación grupal por ser
creadora de riesgo para terceros. Por ejemplo, si el daño deriva de la actividad violenta de
una barra brava que está arrojando objetos a la tribuna contraria, y uno de los objetos causa
la muerte de un espectador. Tal como fuera dicho, la responsabilidad de los miembros del
grupo que desarrolla actividades riesgosas es objetiva, en virtud del riesgo creado por la
actividad peligrosa del grupo. Solo podrá eximirse de responsabilidad quien demuestre que
no integraba el grupo. Por ello la prueba de quien fue el autor del hecho no constituye un
eximente de responsabilidad.

.
155
Legislación:
Parte II

Ingeniería Mecánica
5º Año

2017
1

EJE TEMÀTICO IV
CONTRATOS
Concepto. Características. Principios.
Elementos: Esenciales. Naturales y accidentales.
Capacidad. Consentimiento. Objeto. Forma y Prueba.
Funciones e importancia de los contratos en la sociedad.
Crisis de la autonomía de la voluntad.
Clasificación
Especies más comunes de contratos. Compraventa. Locación
Locación de obra. Locación de servicios. Concepto y
características
Concepto
Según el art 957CCCN.: ―Definición. Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o
más partes manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o
extinguir relaciones jurídicas patrimoniales”
El artículo plasma en la definición de contrato lo que la doctrina venía sosteniendo y
proponiendo; así entonces se aclara en primera medida que la naturaleza jurídica del
contrato es ser un acto jurídico, lo que permite aplicarle analógicamente las normas
referidas a esta institución, para completarlo o cubrir lagunas legislativas..
Luego se incorpora el concepto de parte a la definición, estableciéndose así que la
formación del contrato la efectúan dos o más partes (polos de intereses, que sumados
conforman la totalidad del contrato, y que pueden estar integrados por una o más personas
cada parte). También se aclara la terminología utilizada en el sentido de que se hace
incapié en que es el consentimiento el presupuesto relevante para arribar a la constitución
del contrato y no la simple declaración de voluntades, porque ello no necesariamente
implica la intención de alcanzar esta figura jurídica; esto también permite determinar que
el contrato será un acto jurídico bilateral o plurilateral en su caso. Finalmente se ratifica y
confirma el seguimiento de la tesis amplia de la noción de contrato, al indicarse de forma
expresa que el contrato no sólo tiene la función de generar relaciones jurídicas, sino que
cubre todas las variables generadoras de efectos jurídicos por tratarse de un acto jurídico
(crear, regular, modificar, transferir o extinguir), atinentes a cualquier clase de derecho
patrimonial (además de personales o creditorios, de los reales e intelectuales), y no sólo
relativos a obligaciones.
A fin de satisfacer sus necesidades las personas efectúan intercambio de bienes y servicios.
De ese modo, establecen entre sí relaciones patrimoniales por medio de esta figura jurídica
llamada contrato que, se halla gobernada por ciertos principios que le dan una fisonomía
específica: la autonomía de la voluntad, la fuerza vinculante, la buena fe y su efecto
relativo.
El acuerdo de voluntades (consentimiento), calificado como contrato requiere la
intervención de dos o más partes, que están integradas por sujetos con aptitud jurídica para
obligarse. Se llaman partes porque, unidas, forman un todo, donde cada una procura
satisfacer su propio interés.
2

Cuando se trata de personas humanas se exige que tengan capacidad de ejercicio y de


derecho o, al menos discernimiento para comprender el acto por celebrar. Si se trata de una
persona jurídica, su representante legal o convencional debe estar debidamente facultado
para contratar en su nombre según el objeto específico de la entidad.
La celebración del contrato termina luego de las negociaciones previas del caso cuando los
sujetos se ponen de acuerdo en una declaración común de sus respectivas voluntades, para
crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas de contenido patrimonial
Ese acuerdo constituye un acto jurídico bilateral ( o en algunos casos plurilateral). De la
convención deriva, entonces una serie de efectos jurídicos que, en tal tipo de relaciones, son
de índole patrimonial.
Al llegar a un acuerdo las partes exteriorizan su consentimiento. Este último vocablo se
aplica específicamente a las voluntades coincidentes. A fin de que el consentimiento sea
eficaz debe manifestarse según las normas previstas para cada supuesto puntual, siguiendo
en la materia el principio de la libertad de formas.
El contrato es un acto jurídico en cuanto constituye un ― acto voluntario lícito que tiene por fin
inmediato la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas” (art. 259
CCCN) y es un acto jurídico:
Por lo tanto el contrato es un acto jurídico con las siguientes características:
 Es bilateral: por requerir el consentimiento unánime de dos o más personas.
 Entre vivos: por no depender del fallecimiento de aquellos de cuya voluntad emana.
 Patrimonial: por tener objeto susceptible de apreciación pecuniaria.
 Causado: por ser la causa fin un elemento estructural.2
Características
Los contratos constituyen indudablemente la fuente mas frecuente de obligaciones, pues el
hombre vive constantemente contratando, ya sea por razones de alimentación, de vestuario,
de vivienda, de transporte, o porque necesita los servicios de diversos profesionales, etc.
Por medio de contratos se produce la circulación de bienes y servicios en la comunidad.
El contrato es un acto jurídico, recordemos la definición del art 944 C.C.: “Son actos
jurídicos los actos voluntarios lícitos, que tengan por fin inmediato, establecer entre las
personas relaciones jurídicas, crear, modificar, transferir, conservar o aniquilar
derechos”. Obvio es que dentro de ese concepto cabe el contrato. En otras palabras; acto
jurídico es el género, contrato la especie
Como acto jurídico, tiene estas características específicas: a) Es bilateral, es decir que
requiere el consentimiento de dos o más personas; b) es un acto entre vivos; y c) tiene
contenido patrimonial.
Para la doctrina amplia, que considera contratos a todo acto jurídico bilateral que origina
consecuencias patrimoniales, los efectos de cada contrato serán los que resulten de su
contenido particular, sea que creen, modifiquen o extingan obligaciones. (Una parte de la
doctrina opina que los contratos solo crean obligaciones).
Definición
Las definiciones permiten, en primer lugar, tipificar las figuras o institutos y proporcionar
de este modo, conocimiento seguro acerca de los elementos que, según los casos, deben
reunir para ser calificados de tal o cual modo.
Así caracterizados, éstos se someten a la regulación prevista legalmente, se facilita la
determinación de los casos límite y se evitan los riesgos de la imprecisión.
3

Las leyes más modernas ( Ej: ley de concursos, Ley de sociedades; Ley de contratos de
trabajo etc) contienen definiciones destinadas a facilitar la comprensión de sus institutos a
través de una correcta técnica legislativa.
La mayor parte de la doctrina moderna no sólo considera conveniente la inclusión de
definiciones en los textos legales sino que, inclusive, considera un grave error el hecho de
no incluirlas. Esta postura obedece a la creencia de que cuantas más definiciones contengan
los textos legales, más clara será la norma y mayor la fidelidad posible al espíritu de la ley
y a la intención de su redactor.
Las definiciones de este tipo deben ser claras y precisas como para simplificar la
interpretación y la aplicación de la norma a un caso concreto.
Alterini, sugiere la siguiente definición de contrato:” Acto jurídico mediante el cual dos o
más partes manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o
extinguir relaciones jurídicas patrimoniales”
En esta acertada definición se observa:
1. La causa fuente del contrato, que es un acto jurídico.
2. El consentimiento (resultante de la manifestación de voluntad de las partes ), que
es el eje conceptual de la noción de contrato, y determina el carácter bilateral de
ese acto jurídico.
3. Los sujetos del contrato, que deben ser dos o más partes. El contrato (según
Alterini) puede ser un acto jurídico bilateral o un acto jurídico plurilateral.
4. La finalidad del contrato que- siguiendo la tesis amplia- consiste en la creación,
la regulación, la modificación, la transferencia o la extinción de relaciones
jurídicas.
5. El objeto del contrato, esto es, las relaciones jurídicas patrimoniales. Quedan
excluidas, por lo tanto, las de índole extramatrimonial.
Es imposible imaginar una sociedad normalmente organizada sin que el contrato ocupe un
sitio de preferencia; el contrato es una de las más típicas manifestaciones de ese
fundamental reducto del ser humano que es ―la autonomía de la voluntad‖.
En la tesis más restrictiva el contrato es la fuente de las obligaciones y en esa tesitura le
corresponde una de las funciones morales y económicas más importantes. Es el vehículo de
la legítima restricción de la libertad constituida por voluntaria abdicación de sus titulares,
los que en esa forma procuran satisfacer sus más variados fines.
En la tesis más amplia debe añadirse la función que le corresponde en todas las actividades
obligacionales donde el acuerdo de partes no solo da nacimiento a los vínculos obligatorios,
sino que los transfiere, modifica o extingue; y la función que tiene asimismo en el
nacimiento de derechos reales.
Pero el campo es más amplio aún. Del primitivo tronco del Derecho Civil se fueron
desprendiendo diversas ramas jurídicas, cada una de las cuales contiene contratos de suma
importancia: Comerciales, administrativos, laborales, internacionales, etc que se han
llevado del derecho civil importantes figuras y las han adaptado a las necesidades
respectivas.
Función del contrato y su importancia
Es imposible imaginar una sociedad normalmente organizada sin que el contrato ocupe un
sitio de preferencia; el contrato es una de las más típicas manifestaciones de ese
fundamental reducto del ser humano que es ―la autonomía de la voluntad‖.
4

En la tesis más restrictiva el contrato es la fuente de las obligaciones y en esa tesitura le


corresponde una de las funciones morales y económicas más importantes. Es el vehículo de
la legítima restricción de la libertad constituida por voluntaria abdicación de sus titulares,
los que en esa forma procuran satisfacer sus más variados fines.
En la tesis más amplia debe añadirse la función que le corresponde en todas las actividades
obligacionales donde el acuerdo de partes no solo da nacimiento a los vínculos obligatorios,
sino que los transfiere, modifica o extingue; y la función que tiene asimismo en el
nacimiento de derechos reales.
Pero el campo es más amplio aún. Del primitivo tronco del Derecho Civil se fueron
desprendiendo diversas ramas jurídicas, cada una de las cuales contiene contratos de suma
importancia: Comerciales, administrativos, laborales, internacionales, etc que se han
llevado del derecho civil importantes figuras y las han adaptado a las necesidades
respectivas.
Principios
Es imposible imaginar una sociedad normalmente organizada sin que el contrato ocupe un
sitio de preferencia; el contrato es una de las más típicas manifestaciones de ese
fundamental reducto del ser humano que es ―la autonomía de la voluntad‖.
En la tesis más restrictiva el contrato es la fuente de las obligaciones y en esa tesitura le
corresponde una de las funciones morales y económicas más importantes. Es el vehículo de
la legítima restricción de la libertad constituida por voluntaria abdicación de sus titulares,
los que en esa forma procuran satisfacer sus más variados fines.
En la tesis más amplia debe añadirse la función que le corresponde en todas las actividades
obligacionales donde el acuerdo de partes no solo da nacimiento a los vínculos obligatorios,
sino que los transfiere, modifica o extingue; y la función que tiene asimismo en el
nacimiento de derechos reales.
Pero el campo es más amplio aún. Del primitivo tronco del Derecho Civil se fueron
desprendiendo diversas ramas jurídicas, cada una de las cuales contiene contratos de suma
importancia: Comerciales, administrativos, laborales, internacionales, etc. que se han
llevado del derecho civil importantes figuras y las han adaptado a las necesidades
respectivas.
Elementos de los contratos
La doctrina clásica ha entendido tres clases de elementos de los contratos: esenciales(o
estructurales), naturales y accidentales.
Elementos estructurales (esenciales) generales
Son aquellos que necesariamente deben existir para que haya un contrato; y son tan
importantes que no podrán faltar; ya que si falta alguno de ellos no existe el contrato. Son:
el consentimiento, la causa fin y el objeto. Son comunes a cualquier contrato, nominado o
no, pues devienen indispensables. La capacidad no es un elemento autónomo sino un
presupuesto del acuerdo de voluntades. En cuanto a la forma, deviene en esencial cuando se
exige ad solemnitatem en casos específicos, como la donación de inmuebles y la renta
vitalicia.
Elementos estructurales específicos
Aparte de los elementos estructurales correspondientes a todo tipo de contrato, también hay
elementos esenciales propios de cada contrato. Por ejemplo, en la compraventa revisten tal
5

carácter la cosa vendida y el precio a pagar en la locación, la cosa alquilada y el precio del
alquiler, etc.
Los elementos o efectos naturales
Son aquellos que ―tácitamente‖ se encuentran en diversos contratos, y forman parte de ellos
por imperio de la ley, pero que las partes pueden dejar de lado por medio de una cláusula
expresa; así, la gratuidad es un elemento natural de la donación; las garantías por evicción y
por vicios redhibitorios, un elemento natural de los contratos a título oneroso.
Elementos accidentales
Son aquellos que las partes introducen en el contrato, y no previstas normalmente por el
legislador; por ej, la condición, el plazo y el cargo.
La doctrina moderna ha preferido prescindir de esta clasificación. En verdad los elementos
naturales y accidentales o son otra cosa que algunos efectos del contrato, pero no son
requisitos de la validez del contrato. Por ello se prefiere hoy, limitar el concepto de
elementos de los actos jurídicos a aquellos que la doctrina clásica llamaba elementos
esenciales.
Elementos
Podemos dividir los elementos de los contratos en: 1) Esenciales; 2) Naturales, y 3)
Accidentales.
1.- Elementos estructurales (esenciales) generales
Son aquellos que necesariamente deben existir para que haya un contrato; y son tan
importantes que no podrán faltar; ya que si falta alguno de ellos no existe el contrato. Son:
el consentimiento, la causa fin y el objeto. Son comunes a cualquier contrato, nominado o
no, pues devienen indispensables. La capacidad no es un elemento autónomo sino un
presupuesto del acuerdo de voluntades. En cuanto a la forma, deviene en esencial cuando se
exige ad solemnitatem en casos específicos, como la donación de inmuebles y la renta
vitalicia.
Elementos estructurales específicos
Aparte de los elementos estructurales correspondientes a todo tipo de contrato, también hay
elementos esenciales propios de cada contrato. Por ejemplo, en la compraventa revisten tal
carácter la cosa vendida y el precio a pagar en la locación, la cosa alquilada y el precio del
alquiler, etc.

1.a.-Consentimiento
Concepto:
ARTICULO 971.- Formación del consentimiento. Los contratos se concluyen con la recepción de la
aceptación de una oferta o por una conducta de las partes que sea suficiente para demostrar la existencia de
un acuerdo.
El consentimiento es el acuerdo de voluntades de las partes al contratar.
La voluntad es fuente de relaciones jurídicas. En cuanto al contrato se refiere, la ley exige
que las partes intervinientes le den vida exteriorizando una coincidencia de voluntades
sobre el objeto y demás elementos. Como decía Risolía: El consentimiento es el nombre
que tiene la voluntad en los contratos: se manifiesta -por: ofertas y propuestas de una de
las partes y aceptarse por la otra‖.
Son dos declaraciones de voluntad separadas que necesariamente han de coincidir en las
cláusulas del contrato para que éste se tenga por celebrado, prestadas con discernimiento
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intención y libertad. Una manifestación es una oferta a persona determinada (la pollicitatio
de los romanos); luego el receptor declara aceptar la propuesta, aunque ésta sea espaciada
en el tiempo.
―El consentimiento es el acuerdo de dos declaraciones de voluntad, que partiendo de dos
sujetos diversos se dirigen a un fin común, fundiéndose‖(Ruggiero)..
El consentimiento es elemento esencial del contrato, tan estrechamente ligado a la noción
misma de éste que constituye el núcleo del concepto que brinda el art 957 CCCN, en
cuanto reza: ― Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su
consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales.”
Cuando el art dice: “manifiestan su consentimiento” indica que las declaraciones de
voluntad de las partes deben ser dirigidas recíprocamente, es decir, ser recepticias, porque
de su intercambio, entrecruzamiento, combinación, surgirá la coincidencia de voluntades
encaminada a un fin común, o sea, la declaración de voluntad común
Oferta y aceptación: Concepto y requisitos
El consentimiento está compuesto por dos actos jurídicos unilaterales que se confunden en
uno solo con característica bilateral, que le da formación al contrato: a). La oferta (o
propuesta), y b). La aceptación recibida por el oferente.
El silencio
ARTICULO 979.- Modos de aceptación. Toda declaración o acto del destinatario que revela conformidad
con la oferta constituye aceptación. El silencio importa aceptación sólo cuando existe el deber de expedirse,
el que puede resultar de la voluntad de las partes, de los usos o de las prácticas que las partes hayan
establecido entre ellas, o de una relación entre el silencio actual y las declaraciones precedentes.
Messineo dice que el silencio es inercia, inactividad, es decir, omisión de cualquier
comportamiento. Entonces, ante la ausencia de toda manifestación externa, en principio no
constituye exteriorización de voluntad porque no es afirmación ni negación, resultando
equívoco y neutro, siendo falso para el derecho el refrán ―quien calla otorga‖, ya que quien
calla no dice nada.
Sin embargo, si al silencio se unen determinadas circunstancias - como existencia de
negocios anteriores entre las partes, usos generales del tráfico e individuales de los
contratantes, naturaleza del negocio – puede ser considerado como una declaración de
voluntad contractual en los casos que el modo corriente de proceder impone el deber de
hablar, y si no se habla se entiende que se ha consentido en aras de la buena fe que imponía
un deber positivo de manifestación para el rechazo. Claro que ello, no como respuesta
general sino dependiente de la valoración de las circunstancias del caso, según las
exigencias de la buena fe y el sentido objetivo atribuible a la conducta omisiva.
Entonces, si bien el silencio por sí sólo no es apto como modo de manifestación negocial, sí
puede serlo el silencio circunstanciado.
Es decir que el silencio es exteriorizante de voluntad sólo frente a actos e interrogaciones
que guarden un nexo con anteriores relaciones entre las partes, ya que si no existe
vinculación entre los hechos o preguntas y los acuerdos preexistentes, no nace la obligación
de responder para evitar la formación del consentimiento ni el silencio es vinculante. Por
ello, por ejemplo, ante alguien que sin ninguna relación previa envía revistas u otras
publicaciones estableciendo que de no recibir respuesta entenderá aceptada la suscripción,
el destinatario no tiene ninguna obligación de expedirse y su silencio subsiguiente no debe
ser calificado como asentimiento o aceptación.
Además del citado supuesto legal, se sostiene que cuando otras diversas circunstancias –
como, por caso, los usos y costumbres del tráfico por los que quien guarda silencio debió
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haber hablado para demostrar su voluntad no vinculante, o los propios actos que ayudan a
interpretar el silencio como aceptación, por ejemplo, si el destinatario de la oferta realiza
actos de ejecución del contrato, así quien pone su nombre y sello al libro que se le ha
ofrecido, o cuando la misma ley presume el consentimiento si una de las partes “no hiciera
lo que hubiera hecho si su intención fuese no aceptar la propuesta u oferta) – prueban que
el silencio integra una declaración de voluntad, no es posible negarla, porque resulta lógico
y valioso reconocerla a la luz de la buena fe-creencia, de la buena fe-lealtad y de la
seguridad de los negocios jurídicos.
Tratativas preliminares (negociaciones preliminares)
ARTICULO 990.- Libertad de negociación. Las partes son libres para promover tratativas dirigidas a la
formación del contrato, y para abandonarlas en cualquier momento.
Antes de realizar un acuerdo las partes suelen efectuar negociaciones preliminares
tendientes a celebrar un contrato determinado. Esa etapa de gestación merece analizarse
jurídicamente por sus posibles efectos, aunque los sujetos no arriben a ningún acuerdo. Los
estudios sobre el tema comenzaron en 1861 en Alemania, con un luminoso trabajo de
Ihering relativo a la culpa in contrayendo, donde se llamó la atención sobre el período
precontractual; los comercialistas profundizaron en el análisis por la variedad de fenómenos
que se presentan en el comercio actual.
La negociación en sí misma es ajena al ámbito jurídico, pues corresponde a la habilidad,
arte o técnica que se despliega para persuadir a otra persona de celebrar un convenio
patrimonial. Es la manera de actuar en las operaciones de mercado, que procura armonizar
las necesidades del futuro contratante con las propias, mediante diversos recursos que
llegan también a la propaganda y la publicidad seductora y atrayente a fin de captar la
voluntad de posibles interesados.
En ese campo reina la psicología, la dialéctica y, actualmente, influye el marketing o
mercadotecnia porque negociar exige dominar ciertos conocimientos que exceden del
derecho como disciplina. En ocasiones, quienes negocian llegan a manipular a los incautos
e inexpertos que obran con ligereza o apresuramiento, lo cual puede conducir a viciar el
acto si existiese lesión subjetiva-objetiva. (dolo –engaño)
La apertura de la negociación requiere una conformidad del invitado, quien debe prestarse
libremente a ella y participar según pautas de lealtad, de buena fe, y a veces
confidencialidad, pautas que también se aplican al oferente. Por ello, en estos tiempos la
negociación es un convenio que si bien no obliga a los sujetos a respetar reglas mínimas de
conducta, su incumplimiento suele dar lugar a resarcir daños, como sostiene la doctrina
moderna con apoyo en ciertas normas.
En el orígen de muchos contratos se produce un proceso formativo en varias fases o etapas,
las cuales dependen de los pasos que sigan las partes en sus conversaciones, y de la
complejidad del asunto por tratar.
Cartas de intención
ARTICULO 993.- Cartas de intención. Los instrumentos mediante los cuales una parte, o todas ellas,
expresan un consentimiento para negociar sobre ciertas bases, limitado a cuestiones relativas a un futuro
contrato, son de interpretación restrictiva. Sólo tienen la fuerza obligatoria de la oferta si cumplen sus
requisitos.
A medida que avanzan en la negociación destinada a ponerse de acuerdo en todos y cada
uno de los elementos y cláusulas del contrato, pueden documentar los logros alcanzados,
que suelen denominarse cartas de intención y minutas (memorandos); estos instrumentos
sirven para precisar los elementos sobre los que el consentimiento versará al celebrarse el
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contrato, por lo que es un antecedente de este último. Asimismo en el curso de la


negociación puede haber acuerdos de principio, acuerdos parciales (condicionales),
contratos preliminares, antecontratos, meras promesas no vinculantes; las figuras de la
reserva y aun la seña son también frecuentes en estos supuestos.
Además, cabe tener en cuenta que según las circunstancias esas deliberaciones previas
pueden tener eficacia jurídica en el terreno de la responsabilidad contractual porque llegan
a constituir convenios de negociación que apuntan a un resultado específico.
La buena fe en las tratativas contractuales. Responsabilidad por daños en
caso de ruptura de las tratativas previas
ARTICULO 991.- Deber de buena fe. Durante las tratativas preliminares, y aunque no se haya formulado
una oferta, las partes deben obrar de buena fe para no frustrarlas injustificadamente. El incumplimiento de
este deber genera la responsabilidad de resarcir el daño que sufra el afectado por haber confiado, sin su
culpa, en la celebración del contrato.
De producirse una ruptura intempestiva e injustificada del diálogo iniciado, si ello causa
perjuicio corresponde a su autor indemnizar el daño al interés negativo, o sea, resarcir todos
los gastos en que el afectado haya incurrido por la negociación (art. 991 CCCN). El hecho
ocasiona la quiebra de la confianza depositada, la cual se agrava si luego el autor de la
ruptura contrata con un tercero, evidenciando un proceder malicioso.
Etcheverri sostiene que “es necesario distinguir las tratativas preliminares del concepto de
período precontractual”, siguiendo el criterio del jurista italiano Fagella, quien dice que
éste último incluye la emisión de la oferta; sobre la base de dicha distinción, es más sencillo
ponderar las consecuencias propias de cada etapa. De todos modos, en la especie siempre
debe aplicarse, en caso de duda, el principio favor debitoris. Por su parte otros autores
destacan que el daño causado por la ruptura o frustración estriba en no poder celebrar el
contrato; es entonces el caso de pérdida de una oportunidad de haber obtenido un beneficio
(pérdida de una chance) que es indemnizable, como también los gastos en que se ha
incurrido, que deberán reintegrarse al damnificado, relativos a viajes, estudios, proyectos,
tiempo invertido, honorarios por asesoramiento, entre otros.
Contratos entre presentes y entre ausentes .
1.El consentimiento se perfecciona entre personas presentes, cuando oferente y aceptante se
hallan en una situación tal que les permite efectuar un intercambio inmediato de las
manifestaciones de voluntad recíprocas (por ej: Oferta y aceptación verbal de persona a
persona hallándose en un mismo lugar, o por teléfono)-
El Código se refiere al consentimiento entre presentes – específicamente a la oferta hecha
verbalmente, o por un medio de comunicación instantáneo, en el art. 974 CCCN,
disponiendo que no se la juzgará aceptada si no lo fuere inmediatamente.
Es decir, como regla – y salvo que el oferente concediere un plazo expresamente – el
tiempo útil para contestar la oferta hecha verbalmente es el inmediato, sin solución de
continuidad.
La inmediatez no importa necesariamente instantaneidad, sino continuidad en la
negociación, sin interrupciones entre oferta y aceptación.
2.Al contrario, el consentimiento se perfecciona entre ausentes cuando se hallan en distinto
lugar y al margen de toda situación que les permita intercambiar declaraciones sin que
medie un espacio de tiempo considerable.
El Código regula específicamente la oferta efectuada entre ausentes (―no presentes‖),
también en el art. 974, que el proponente queda por el tiempo razonable de espera de
acuerdo a la demora que los medios usuales para comunicarla pudieron irrogar.
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Y respecto de cuando comienza a correr la vigencia de la oferta, el art. adopta la ―teoría de


la recepción”: entiende perfeccionado el contrato cuando el oferente recibe, o está en
condiciones de recibir, la declaración de aceptación que le remitió la contraparte.( similar a
lo establecido en los códigos de Uruguay; México; Rusia)
Y también, se adopta la misma teoría de la recepción en materia de retractación de la oferta
(art.975), y retractación de la aceptación (art. 981) en materia de retractación de la
aceptación, el art 1155 C.C., autoriza a efectuarla siempre que ella no hubiere llegado a
conocimiento del oferente, lo cual importa una nueva consagración parcial de la teoría de la
información.
Perfeccionamiento del contrato por la aceptación
ARTICULO 980.- Perfeccionamiento. La aceptación perfecciona el contrato:
a) entre presentes, cuando es manifestada;
b) entre ausentes, si es recibida por el proponente durante el plazo de vigencia de la oferta
Capacidad
Ya hemos visto que la capacidad no es un elemento del contrato, sino un presupuesto de la
validez del consentimiento.
El consentimiento es acuerdo sobre ―una declaración de voluntad común‖ de personas
capaces. Para formar el consentimiento no es suficiente que las voluntades hayan cumplido
con el proceso interno, caracterizado por el discernimiento, la intención y la libertad, y la
posterior exteriorización; es preciso, además que los sujetos del negocio jurídico tengan la
aptitud que se denomina capacidad.
La capacidad es un atributo esencial de toda persona física o jurídica para ser sujeto de
derechos y obligaciones.
Capacidad de derecho es la aptitud para gozar de los derechos; capacidad de ejercicio es la
aptitud para practicarlos por uno mismo.
Respecto de la capacidad de ejercicio, se aplicarán las reglas generales que al respecto
nuestro Código las establece en los arts 22 y ss.
Y en referencia a las llamadas incapacidades de derecho, que en esta materia el Código las
denomina ―inhabilidades‖
Las incapacidades de derecho (Inhabilitados)
ARTICULO 1001.- Inhabilidades para contratar. No pueden contratar, en interés propio o ajeno, según sea
el caso, los que están impedidos para hacerlo conforme a disposiciones especiales. Los contratos cuya
celebración está prohibida a determinados sujetos tampoco pueden ser otorgados por interpósita persona.
La norma establece que, los que se encuentran inhabilitados para contratar no lo podrán
hacer por sí, ni por intervención de algún representante..
ARTICULO 1002.- Inhabilidades especiales. No pueden contratar en interés propio:
a) los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han estado
encargados;
b) los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares, respecto de
bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido;
c) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han
intervenido;
d) los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.
Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes de las
testamentarias que estén a su cargo.
En ciertos casos, la ley prohíbe contratar a algunas personas específicas respecto de otras.
Las razones en que se funda el legislador responde a principios éticos y a la política de
amparo a las personas carentes de suficiente poder decisorio por inexperiencia o
dependencia afectiva. Los diversos casos se encuentran diseminados a lo largo de una serie
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de normas que resulta indispensable sistematizar adecuadamente. En el supuesto de


transgredir la prohibición, el contrato será nulo (art 1043 C.C.). Cabe contemplar, entre
otras, las siguientes:
Los cónyuges entre sí
El régimen de la sociedad conyugal establece una serie de prohibiciones respecto de ciertos
acuerdos que pretendan celebrar los esposos entre sí (en particular los referidos a actos
traslativos de la propiedad)- No se trata de una incapacidad de la mujer o del marido, ya
que la situación rige en razón del matrimonio y hasta la disolución del vínculo (art 1291
C.C.).
Es un régimen de orden público destinado a proteger a los cónyuges de posibles maniobras
que puedan perjudicarlos en beneficio exclusivo de uno de ellos; también tiene por fin
proteger a los terceros para que no vean vulnerada su garantía de cobro respecto de los
bienes afectados, ya sean propios o gananciales.
Los contratos declarados prohibidos mediante normas específicas son:
 Las donaciones (art 1807 inc. 1º C.C.), aunque sean mutuas (art 1820 C.C.);-
excepto los regalos de valor módico (donaciones manuales)-. Por extensión
también se hallan prohibidas la cesión de créditos a título gratuito (art 1437 C.C.), y
la constitución de una renta vitalicia por uno de los cónyuges a favor del otro (art
2072 C.C.).
 La compraventa (art 1358 C.C.)sea civil o comercial, prohibición extensiva a la
permuta (art 1490 C.C.), a la cesión de créditos onerosa art 1439 C.C.), y a la dación
en pago (arts 780, 781 y 1325 C.C.).
 La sociedad: En principio los esposos están habilitados a “integrar entre sí
sociedades por acciones y de responsabilidad limitada” art 27 de la ley 19.550).
Pero la doctrina actual entiende que se encuentran inhabilitados para formar
sociedades en las que tengan una responsabilidad solidaria e ilimitada por su pasivo
social.
Los contratos permitidos entre los esposos son: el mandato; la locación de cosas; locación
de servicios, contrato de trabajo; locación de obra; fianza; el comodato; el mutuo; el
depósito; los juegos permitidos, etc.
Representación.
Padres e hijos menores
ARTICULO 689.- Contratos prohibidos. Los progenitores no pueden hacer contrato alguno con el hijo que
está bajo su responsabilidad, excepto lo dispuesto para las donaciones sin cargo previstas en el artículo
1549.
No pueden, ni aun con autorización judicial, comprar por sí ni por persona interpuesta, bienes de su hijo ni
constituirse en cesionarios de créditos, derechos o acciones contra su hijo; ni hacer partición privada con su
hijo de la herencia del progenitor prefallecido, ni de la herencia en que sean con él coherederos o
colegatarios; ni obligar a su hijo como fiadores de ellos o de terceros.
La regla se halla enunciada en términos absolutos, pero con la excepción en cuanto a la
donación, pues resulta evidente que los padres puedan hacer liberalidades de todo tipo a
favor de sus hijos, ya que serán en su beneficio, excepto si fuese impuesto un cargo
oneroso, salvo que obtuviese autorización judicial al efecto.
Tutores y pupilos
ARTICULO 120.- Actos prohibidos. Quien ejerce la tutela no puede, ni con autorización judicial, celebrar
con su tutelado los actos prohibidos a los padres respecto de sus hijos menores de edad.
Antes de aprobada judicialmente la cuenta final, el tutor no puede celebrar contrato alguno con el pupilo,
aunque haya cesado la incapacidad.
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Curadores
En la especie se aplica el mismo principio enunciado para los tutores (art 138 CCCN), por
lo cual nos remitimos a todo cuanto se expuso sobre el tema.
Directores y gerentes
Estos funcionarios de sociedades anónimas y sociedades de responsabilidad limitada tienen
vedado contratar con la persona jurídica a la que pertenecen sin previa autorización de los
órganos de gobierno, en particular cuando fuesen actividades en competencia (arts 158; 271
y 273 de la ley 19.550).
Efectos de la nulidad por incapacidad
ARTICULO 1000.- Efectos de la nulidad del contrato. Declarada la nulidad del contrato celebrado por la
persona incapaz o con capacidad restringida, la parte capaz no tiene derecho para exigir la restitución o el
reembolso de lo que ha pagado o gastado, excepto si el contrato enriqueció a la parte incapaz o con
capacidad restringida y en cuanto se haya enriquecido.
Declarada la nulidad del contrato por incapacidad de una de las partes,, la persona capaz no
tiene derecho para exigir la restitución o reembolso de lo que hubiera pagado o gastado,
excepto , si el contrato produjo una mejora patrimonial para el incapaz; y en el monto de
ese enriquecimiento.

1. b.- Objeto de los contratos


Si el contrato carece de alguno de sus elementos esenciales exigidos por la ley no producirá
los efectos previstos. Será insusceptible de generar las consecuencias naturales de todo
acuerdo de voluntades porque adolecerá de un vicio que lo torna imperfecto. Ello se aprecia
con claridad en relación con la insuficiencia del objeto.
Se trate de dar cosas o de realizar hechos positivos o negativos, el principio general
establece que, jurídicamente todas las prestaciones de tipo patrimonial son admitidas, a
menos que medie una prohibición legal expresa, una imposibilidad fáctica o una específica
limitación voluntaria.
Es necesario analizar en forma autónoma este elemento esencial del contrato, al que el
Código Civil Comercial le dedica un capítulo (arts. 1003 a 1011), amén de aplicársele, las
disposiciones que al respecto son establecidas para los actos jurídicos.
Remisión legal
ARTICULO 1003.- Disposiciones generales. Se aplican al objeto del contrato las disposiciones de la Sección
1a, Capítulo 5, Título IV del Libro Primero de este Código. Debe ser lícito, posible, determinado o
determinable, susceptible de valoración económica y corresponder a un interés de las partes, aun cuando
éste no sea patrimonial.
Concepto:
Cabe conceptuar el objeto como la prestación a que está obligada una de las partes
(unilateralidad), o cada una de ellas (bilateralidad).
La idea se desarrolla sobre la base de que el contrato es fuente de obligaciones y éstas
tienen por objeto prestaciones de dar, hacer o no hacer; por tanto la prestación es el
contenido del nexo obligatorio y, al mismo tiempo, del contrato.
Algunos autores como Risolìa, enseñan que el objeto de los contratos consiste en las
obligaciones en sí mismas, que se crean por el libre acuerdo de las voluntades. Pero aquí se
advierte una confusión entre el objeto y el efecto, es decir, con las consecuencias jurídicas
que derivan del contrato.
Mosset Iturraspe expresa que el objeto es la operación jurídica considerada, el contenido
concreto e integral del acuerdo, variable hasta el infinito gracias al principio consensualista.
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Requisitos:
 Posibilidad jurídica y física (art. 1003, conf. Art. 279 CCCN)
ARTICULO 1003 “.-…. Debe ser lícito, posible, determinado o determinable, susceptible de valoración
económica y corresponder a un interés de las partes, aun cuando éste no sea patrimonial.
ARTICULO 279.- Objeto. El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley,
contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la
dignidad humana. Tampoco puede ser un bien que por un motivo especial se haya prohibido que lo sea.
ARTICULO 1004.- Objetos prohibidos. No pueden ser objeto de los contratos los hechos que son imposibles
o están prohibidos por las leyes, son contrarios a la moral, al orden público, a la dignidad de la persona
humana, o lesivos de los derechos ajenos; ni los bienes que por un motivo especial se prohíbe que lo sean.
Cuando tengan por objeto derechos sobre el cuerpo humano se aplican los artículos 17 y 56.
El objeto debe ser posible y tener valor económico o apreciación pecuniaria (aunque el
interés jurídico de la otra parte no lo tenga). Este requisito nos permite distinguir la
institución contractual del convenio. La posibilidad del objeto puede enfocarse desde dos
ángulos:
a) La prestación debe ser posible desde el punto de vista jurídico. Ello constituye la
licitud de las conductas relacionadas con el objeto, tanto desde la perspectiva del
ordenamiento en general como respecto de la moral y las buenas costumbres.
b) La prestación debe ser posible desde el punto de vista material. Este requisito se
relaciona con la existencia física del objeto a que se obligó el contratante. La
existencia del objeto de la prestación puede ser actual o futura.
Bienes existentes y futuros. Caso de los contratos sobre cosas futuras
ARTICULO 1007.- Bienes existentes y futuros. Los bienes futuros pueden ser objeto de los contratos. La
promesa de transmitirlos está subordinada a la condición de que lleguen a existir, excepto que se trate de
contratos aleatorios.
Si se trata de dar cosas, éstas han de existir en el momento de celebrarse el contrato, es
decir, serán cosas presentes. También podrán contratarse sobre cosas futuras, a condición
de que lleguen a existir, pues si no existieren habría una falla insalvable, lo cual podría dar
lugar a un resarcimiento a favor de la parte perjudicada (art. 1007 CCCN), Salvo que se
trate de un contrato aleatorio, ya que su incertidumbre de existencia futura es condición
propia del álea.
Dentro de esta idea, no puede contratarse sobre el acervo hereditario de una persona que
aún vive, ya que está prohibido hacerlo respecto a herencias futuras (art. 1010 CCCN).
La posibilidad física plantea además otros interrogantes en el plano de los hechos, debido a
los avances tecnológicos de nuestra época. Por tanto en materia contractual debe analizarse
con cuidado y previsión si una prestación será posible, aún cuando en el momento de
formalizar el acuerdo no hubiese certeza al respecto. En último análisis, sería un contrato
sujeto a condición suspensiva.
Y, específicamente, en el caso del contrato de compraventa, nuestro nuevo Código continúa
en una línea similar
ARTICULO 1131.- Cosa futura. Si se vende cosa futura, se entiende sujeta a la condición suspensiva de que
la cosa llegue a existir.
El vendedor debe realizar las tareas, y esfuerzos que resulten del contrato, o de las circunstancias, para que
ésta llegue a existir en las condiciones y tiempo convenidos.
El comprador puede asumir, por cláusula expresa, el riesgo de que la cosa no llegue a existir sin culpa del
vendedor.
 Determinación
ARTICULO 1005.- Determinación. Cuando el objeto se refiere a bienes, éstos deben estar determinados en
su especie o género según sea el caso, aunque no lo estén en su cantidad, si ésta puede ser determinada. Es
determinable cuando se establecen los criterios suficientes para su individualización.
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El objeto ha de ser determinado o determinable. Dicho requisito surge con toda


claridad en los contratos conmutativos, donde ab initio se sabrá cuál es el contenido
de las prestaciones por satisfacer, mientras que en los aleatorios el cumplimiento
dependerá de un hecho futuro e incierto, relativo a una prestación ya pactada para ese
supuesto.
Cuando se trata de dar cosas ciertas, deben identificarse de tal manera que no presenten
ninguna duda en el momento de su entrega; como se recordará, las cosas indeterminadas
también se tornan ciertas el día del pago. Por ende, basta con que sean determinadas en su
especie y determinables en su cantidad (las que se pesan, se miden o se cuentan); asì en un
mutuo comercial se determinará la suma por restituir y serán determinables los intereses
compensatorios por pagar, mediante un simple cálculo aritmético.

1. C.- La causa fin. Influencia de la causa en la validez del


contrato
El diccionario nos dice; Causa: “Lo que es origen o fundamento de algo. Motivo o razón
para obrar.
Alcance del término:
Toda causa es fundamentalmente un principio activo determinante de una existencia o de
un acontecimiento.
Ha dicho Bonfante; “la causa constituye el problema mas oscuro e indescifrable de la doctrina moderna del Derecho; el
campo preferido de las lucubraciones metafísicas y de la psicología”.
Quizás toda la dificultad de esta cuestión reside en lo equívoco y ambiguo de la
terminología usada en esta materia, y en la multiplicidad de acepciones de la palabra
―causa‖, ya en el Derecho Romano tenía hasta once significados distintos; entre ellos:
Razón, fundamento, ocasión, fin, propósito, acto, negocio etc.
Para Aristóteles: Habría cuatro causas (y para ello ponía el caso de la realización de una
estatua): 1) La causa formalis, o sea la producción de la forma o figura. Por ej: en el caso
de la estatua, es la reproducción de la figura que se realiza en la materia.
2)La causa materialis: O sea la materia con la que están constituidas las cosas. Ej: Es
el mármol que se utiliza para construir la estatua.
1) La causa eficiens: Lo que produce, lo que hace derivar el ser; ej: el escultor
mismo que la ejecuta.
2) La causa finalis: caracterizado por un fin perseguido que se realiza. Ej: el impulso
que lo determinó a hacer la estatua.
Es indudable que entre todas estas acepciones, son las más importantes, y usuales:
a) Causa fuente o causa eficiente (causa eficiens de Aristóteles): Es lo que se considera
como antecedente, fundamento, u origen de algo.
b) Causa impulsiva, o causa ocasional, o causa motivo: Es el motivo personal, mediato y
variable, determinante del acto; el impulso personal que determina a una persona a
obrar en tal o cual sentido en espera de obtener tal o cual resultado.
c) Causa fin o causa final o simplemente fin (causa finalis de Aristóteles): Es la finalidad
inmediata, el objetivo próximo perseguido por las partes al contratar.
Ejemplo en caso de obligación:”Compro un cuadro para obsequiar a tal persona”
En este ejemplo: a) “Compro el cuadro”(compraventa) es la causa fuente. b) Obtengo de esta manera dicho cuadro
en propiedad (es la causa fin). c) Pensando que será del agrado de dicha persona (es la causa motivo o causa
impulsiva).
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En este ejemplo observamos; que la causa fin seria lo que más inmediatamente persiguen las partes al obligarse: Para
el comprador, que el vendedor se comprometa a entregarle el cuadro; y para el vendedor, que el comprador le pague
el precio.
La Causa fin en nuestro Código Civil y Comercial
El nuevo Código Civil y Comercial ha superado la confusión que existía en el Código de
Vélez, cuando no dejaba en claro si se refería a causa fuente o causa fin.
Sabemos que la causa fuente es un elemento esencial de las obligaciones; y en nuestro caso
es la causa fin el elemento esencial de los contratos, y en general de todo acto jurídico.
El Código unificado trata en los artículos 1012 a 1014 este elemento estructural del
contrato.
Remisión
ARTICULO 1012.- Disposiciones generales. Se aplican a la causa de los contratos las disposiciones de la
Sección 2ª, Capítulo 5, Título IV, Libro Primero de este Código.
El contrato es un tipo de acto jurídico (es su naturaleza jurídica), por lo tanto los elementos
estructurales son los mismos; en esa línea el Código, a los efectos de la causa fin nos
remite, en lo que no esté regulado en los artículos 1012/13 y 1014, a las normas
establecidas para los actos jurídicos (arts. 281 a 283 CCCN).
Concepto de causa fin (art. 281)
ARTICULO 281.- Causa. La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido
determinante de la voluntad. También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y
hayan sido incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes.
Nuestro nuevo Código unificado se manifiesta causalista y regula la causa como elemento
de los actos jurídicos (arts. 281 a 283 ), y también, al tratar los contratos (arts. 1012 a
1014), comprendiendo la causa fin objetiva y subjetiva (se adhiere así , al denominado
dualismo sincrético).
El dualismo sincrético defina a la causa fin, como la razón jurídica del negocio, poseyendo
un doble significado:
1. La causa objetiva, que identifica la finalidad perseguida por el negocio
jurídico (Por ej.: en la compraventa, para el vendedor obtener el precio; y
para el comprador la propiedad del bien), la cual es abstracta, siempre igual
para cada tipo de contrato, y sirve para tipificarlo.
2. La causa subjetiva, que se refiere a los motivos o móviles perseguidos por
cada contratante al celebrar el acto (ej.: el motivo que tiene el comprador del
inmueble es para instalar un comercio; y el del vendedor obtener el dinero
para pagar una deuda). En este caso, la causa es individual y variable en
cada contrato, a diferencia de la causa objetiva que siempre es la misma en
cada tipo de contrato.
La definición del artículo en comentario comprende ambos significados; pero para que los
motivos tomen virtualidad de causa fin, deben haber sido manifestados expresamente en el
contrato, o que hayan sido conocidos o tácitamente entendidos por las partes (representados
intelectualmente); esenciales; y que por supuesto, sean lícitos.
Requisitos
Para que la voluntad privada tenga fuerza de ley (efecto vinculante de los contratos-Art.968
CCCN), y el contrato produzca los efectos que las partes persiguieron al contratar, es
necesario que la causa merezca ser amparada por el ordenamiento jurídico. Para ello, y para
que el acto sea válido, la causa debe existir realmente y ser lícita. De tal modo, si en el
contrato falta la causa, es ilícita, o se ha frustrado su cumplimiento, se producirá la nulidad
o la extinción de dicho contrato.
15

Necesidad (art. 1013)


ARTICULO 1013.- “Necesidad. La causa debe existir en la formación del contrato y durante su celebración y
subsistir durante su ejecución. La falta de causa da lugar, según los casos, a la nulidad, adecuación o
extinción del contrato”
Este artículo establece el principio de la necesidad de existencia de causa en los contratos, y
ella debe existir en todos los momentos del contrato: en su formación, durante su
celebración y subsistir durante su ejecución, pues constituye un elemento esencial y
autónomo del contrato
Y en relación a esta exigencia, el art. 282 consagra el principio de presunción de existencia
de causa, aunque no está explicitada en el negocio jurídico, siempre y cuando no se
demuestre lo contrario (presunción juris tantum).
Y en el caso de falta de causa habilitará, según el caso, a las acciones de nulidad,
adecuación, o nulidad del contrato.
ARTICULO 282.- Presunción de causa. Aunque la causa no esté expresada en el acto se presume que existe mientras no
se pruebe lo contrario. El acto es válido aunque la causa expresada sea falsa si se funda en otra causa verdadera.
Causa ilícita (art. 1014)
ARTICULO 1014.- Causa ilícita. El contrato es nulo cuando:
a) su causa es contraria a la moral, al orden público o a las buenas costumbres;
b) ambas partes lo han concluido por un motivo ilícito o inmoral común. Si sólo una de ellas ha obrado por
un motivo ilícito o inmoral, no tiene derecho a invocar el contrato frente a la otra, pero ésta puede reclamar
lo que ha dado, sin obligación de cumplir lo que ha ofrecido.
Este terminante precepto cubre un área semejante a la del art 279 CCCN referido al objeto
del acto jurídico. Advierte claramente que se producirá la nulidad cuando la causa fin
objetiva sea contraria a la ley, a la moral o a las buenas costumbres.
Pero también será nulo el contrato cuando el motivo personal (Causa subjetiva) procurado
por ambas partes sea ilícito o inmoral. Pero en el caso de que una sola de las partes hubiere
tenido el motivo ilícito o inmoral, no podrá invocar esa ilicitud a fin de pedir la nulidad del
contrato, frente a la otra parte que actuó de buena fe; pero esta (que obró correctamente) sí
podrá reclamar lo que ha dado (restitución) sin obligación de cumplir lo que ha ofrecido (es
una forma de sanción para el infractor).
En principio se presume que la causa fin del acto es lícita, pues de ordinario el ejercicio de
la libertad individual se acomoda a las pautas del ordenamiento jurídico. No obstante se
puede invalidar el acto probando la ilicitud de la finalidad; pero tal alegación no es
admitida a quien al plantearla, invoca su propia torpeza.
La causa fin es ilícita en las siguientes circunstancias:
a) Si es contraria a una disposición legal imperativa (ilicitud strictu sensu).
b) Si es contraria al orden público, aunque no exista una disposición expresa de la ley.
c) Si es contraria a la moral o a las buenas costumbres
d) Si han celebrado el contrato por un motivo ilícito o inmoral (ambas partes); o si una
sola hubiere tenido el motivo ilícito, la otra podrá pedir la nulidad.

Ejemplos de ilicitud de causa:

 El padre que desea favorecer a uno de sus hijos


mas allá de lo permitido por la ley en cuanto a la
porción que le corresponde; y aparece como
comprándole un bien. Aquí no solo que la causa
aparente es falsa, sino que la causa real (una
donación) envuelve un acto ilícito porque atenta
contra la legítima que es una institución
protegida por la ley.
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 Otra hipótesis de causa ilícita es el perjuicio a


terceros causado por fraude en los actos jurídicos
( que se evitan por la acción revocatoria).
 Otro ej: Cusa ilícita inmoral: Juan le dona a
Pedro una casa pues piensa que la utilizará para
vivienda de él y su familia; pero Pedro la utiliza
para casa de juegos ilícitos. etc

Síntesis
De lo expuesto surge que el sistema de la finalidad funciona de esta manera:
1: El acto es inválido:
 Si carece de causa fin.
 Si la causa es ilícita.
 Si la causa es falsa (aunque en este
caso el acto vale si subyace otra
causa fin lícita y verdadera )
2: Se presume:
 Que el acto tiene causa fin.
 Que la causa fin es lícita.
 Que la causa fin expresada es la
verdadera.
Pero en todos los casos, el interesado puede probar lo contrario pues tales presunciones solo
son “juris tantum”

La forma
La forma como exteriorización de la voluntad es elemento estructural de los negocios
jurídicos. Sin el complemento exterior y sensible las voluntades que concurren a originar el
consentimiento quedarían aisladas, desconocidas entre sí, carentes de trascendencia
jurídica.
Todo acto voluntario, y por lo tanto todo contrato, requiere de una forma, que en los
términos del art 262 CCCN: “Manifestación de la voluntad”. Los actos pueden
exteriorizarse oralmente, por escrito, por signos inequívocos o por la ejecución de un
hecho material”.
La forma legal, es la especie que consiste en el conjunto de las prescripciones de la ley,
respecto de las solemnidades que deben observarse al tiempo de la formación del acto
jurídico, es decir que son el conjunto de solemnidades establecidas por la ley.
Con este segundo alcance- de forma como formalidad- se habla en el derecho moderno de
forma libre o vinculada, de contratos formales o no formales, etc.
Desde el punto de vista metodológico, nuestro Código Civil y Comercial dedica al tema de
la forma de los contratos los artículos 1015 a 1018, además de las reglas previstas al tratar
acerca de los actos jurídicos (arts. 284 y ss.), y sin perjuicio de varias normas dispersas que
regulan ciertas cuestiones específicas.
Principio general: Libertad de forma
ARTICULO 284.- Libertad de formas. Si la ley no designa una forma determinada para la exteriorización de
la voluntad, las partes pueden utilizar la que estimen conveniente. Las partes pueden convenir una forma más
exigente que la impuesta por la ley.
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ARTICULO 1015.- Libertad de formas. Sólo son formales los contratos a los cuales la ley les impone una
forma determinada.
La forma (en el sentido de formas legales) no se considera un elemento esencial del
contrato porque varía según la naturaleza del acto y lo estipulado por las partes. En la
materia rige el principio de la libertad (arts. 1015 y 284 CCCN), de modo que las personas
pueden celebrarlo verbalmente o por escrito, etc; en ésta última hipótesis son libres de
elegir un instrumento privado o un instrumento público (escritura), según lo cual fuese su
interés.
La informalidad es producto del consensualismo predominante en nuestra época, que
supera resabios de la antigüedad romana. Así como hoy puede contratarse mediante una
máquina o un aparato electrónico, también se exigen ciertos formularios y documentos
típicos, lo que pone en evidencia que lo escrito siempre se busca para dar certeza al vínculo.
Dicho fenómeno se denomina neoformalismo. Pero este pretendido formalismo moderno,
además de ser muy atenuado, con relación al antiguo, resulta muy diferente por su espíritu
y su técnica. No atiende tanto a la forma de la declaración como a su publicidad (a fin de
hacerla conocer al público). Su modo habitual es la inscripción en los Registros Públicos.
No atiende tanto a la forma ad substantiam, prescripta para la existencia jurídica de la
declaración, como a la forma ad probationem, requerida para la prueba en juicio.
Este principio de libertad de formas en materia contractual rige, salvo cuando la ley impone
una formalidad especial creando una excepción a la regla enunciada (contratos formales).,
donde las partes deben formalizar su contrato en un instrumento público (escritura), cuya
conveniencia, empero, resulta aconsejable en muchos casos.
Son indudables las ventajas que ofrece un contrato escrito para la seguridad jurídica:
proporciona la certeza del contenido de las cláusulas, en particular respecto de las
prestaciones y de sus efectos: lo mismo puede decirse en cuanto a la fecha y al lugar de su
celebración. Esto último es de gran importancia para la ley por aplicar y la jurisdicción a la
que se someterá cualquier conflicto. Ese texto en soporte de papel será legible, inalterable,
reproducible y rubricado por las partes.
Esas ventajas se acrecientan cuando el documento es un acto auténtico que da fe por sí
mismo- como ser el otorgado ante un escribano público- o que hubiese sido reconocido por
los contratantes en juicio
Desde otro ángulo, las formas por satisfacer dependen a veces de exigencias de orden
administrativo, fiscal y jurisprudencial de ineludible acatamiento.
Por último, rige el principio de que las formas y solemnidades de los contratos se rigen por
las leyes del país donde se hayan otorgado, regla que el codificador enuncia en varias
normas y que también sigue el Tratado de Montevideo de 1940. En caso de duda, se aplica
la ley más favorable a la validez del acto.
Contratos formales y no formales
Partiendo de la noción de forma, con el alcance de solemnidades prescriptas por la ley, que
deben observarse al tiempo de la celebración del contrato, y del principio de la libertad de
formas (art 1015 CCCN.), arribamos a la conclusión sobre la existencia de contratos de
forma libre o no formales.
Pero, conforme a lo establecido por el art. 969 (conf. Art. 285 CCCN.), los contratos, como
excepción pueden ser formales.
El contrato es formal cuando la solemnidad establecida por la ley es obligatoria.
Estos contratos formales pueden ser:
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 Formales solemnes: Donde es tan sustancial el cumplimiento de dicha formalidad


que, de no cumplirse dicho contrato será nulo. (Ej: la escritura pública en la
donación de inmueble).
 Formal no solemne (ad probationem):Donde , si no se cumple con la formalidad
establecida por la ley no surten los efectos propios, ―pero valen como contratos en
los que las partes se obligaron a cumplir con la expresada formalidad”.(Ej.
Cuando la compraventa de un inmueble se efectúa por medio de un boleto de
compraventa).
La formalidad de un contrato puede provenir de un precepto o bien de un acuerdo de partes
al respecto. Las partes pueden volver formales negocios que por la ley no lo son, en uso de
la autonomía de la voluntad. Pero no podrán, en cambio, dejar de lado las solemnidades
dispuestas por el legislador (ad substantiam), por estar de por medio un interés público
ARTICULO 969.- Contratos formales. Los contratos para los cuales la ley exige una forma para su validez, son nulos si
la solemnidad no ha sido satisfecha. Cuando la forma requerida para los contratos, lo es sólo para que éstos produzcan
sus efectos propios, sin sanción de nulidad, no quedan concluidos como tales mientras no se ha otorgado el instrumento
previsto, pero valen como contratos en los que las partes se obligaron a cumplir con la expresada formalidad. Cuando la
ley o las partes no imponen una forma determinada, ésta debe constituir sólo un medio de prueba de la celebración del
contrato.

ARTICULO 285.- Forma impuesta. El acto que no se otorga en la forma exigida por la ley no queda
concluido como tal mientras no se haya otorgado el instrumento previsto, pero vale como acto en el que las
partes se han obligado a cumplir con la expresada formalidad, excepto que ella se exija bajo sanción de
nulidad.La forma escrita
Instrumentos públicos y privados
ARTICULO 286.- Expresión escrita. La expresión escrita puede tener lugar por instrumentos públicos, o por
instrumentos particulares firmados o no firmados, excepto en los casos en que determinada instrumentación
sea impuesta. Puede hacerse constar en cualquier soporte, siempre que su contenido sea representado con
texto inteligible, aunque su lectura exija medios técnicos.
Los instrumentos o documentos son de dos categorías; públicos y privados, que constituyen
forma escrita para los actos, muchas veces impuesta como formalidad (contratos formales).
Instrumentos privados
ARTICULO 287.- Instrumentos privados y particulares no firmados. Los instrumentos particulares pueden
estar firmados o no. Si lo están, se llaman instrumentos privados.
Si no lo están, se los denomina instrumentos particulares no firmados; esta categoría comprende todo escrito
no firmado, entre otros, los impresos, los registros visuales o auditivos de cosas o hechos y, cualquiera que
sea el medio empleado, los registros de la palabra y de información.
Son instrumentos ―bajo forma privada‖ (art. 287), los que fueron celebrados y firmados por
las partes, en su calidad de particulares.
Y los instrumentos particulares que no estuvieren firmados por las partes se denominan
―instrumentos particulares no firmados‖, como por ejemplo los que nombra el artículo( esta
categoría comprende todo escrito no firmado, entre otros, los impresos, los registros visuales o auditivos de
cosas o hechos y, cualquiera que sea el medio empleado, los registros de la palabra y de información.).
La firma
ARTICULO 288.- Firma. La firma prueba la autoría de la declaración de voluntad expresada en el texto al
cual corresponde. Debe consistir en el nombre del firmante o en un signo.
En los instrumentos generados por medios electrónicos, el requisito de la firma de una persona queda
satisfecho si se utiliza una firma digital, que asegure indubitablemente la autoría e integridad del
instrumento.
Es decir, la firma es un elemento esencial para el instrumento privado, ya que es elemento
probatorio de la manifestación de voluntad de los contratantes. Lo dicho respecto al efecto
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probatorio de la firma, se extiende a la firma digital utilizada en los nuevos instrumentos


electrónicos.
En que consiste: Vélez daba una muy buena definición, en la nota a su art.3639 C.C.
expresa que “la firma no es la simple escritura que una persona hace de su nombre o
apellido, es el nombre escrito de una manera particular, según el modo habitual seguido
por la persona en diversos actos sometidos a esta formalidad”.
Firma a ruego e impresión digital
ARTICULO 313.- Firma de los instrumentos privados. Si alguno de los firmantes de un instrumento privado
no sabe o no puede firmar, puede dejarse constancia de la impresión digital o mediante la presencia de dos
testigos que deben suscribir también el instrumento.
La firma a ruego: En ciertas ocasiones las partes piden (ruegan) que dos testigos firmen el
instrumento privado por el contratante, debido a que éste, no sabe o no puede firmar.
La postura moderna admite que tales instrumentos sirvan como instrumentos privados a
condición que se pruebe la existencia de un mandato para firmarlos.
La impresión digital: Indudablemente la impresión digital puede servir para identificar a
las personas mejor que su propia firma.
El nuevo Código autoriza, cuando uno de los contratantes no sabe, o no puede firmar, a
dejar constancia de su voluntad mediante la impresión digital en el instrumento. Esta
solución que ha establecido el Código ha sido muy criticada ya quela impresión digital
estampada al pie de un documento no significa que la persona a quien pertenece esté de
acuerdo con su contenido, no implica que esa sea la expresión de su voluntad: puede
estampársela durante el sueño, o en estado de inconciencia, o después de muerta.
Ciertamente que quien la estampó reconoce el contenido del documento como expresión de
su voluntad ningún problema se plantea, pero si – en cambio lo impugna, surgen
dificultades que deben analizarse.
Clasificación de los contratos formales ( Ad solemnitatem y ad probationem)
La doctrina tradicional establece que la forma puede requerirse de manera esencial para la
validez del contrato, o solamente a los fines de su prueba ( su falta no afecta la existencia
del mismo).
De acuerdo a ello, los contratos formales, a su vez, pueden ser clasificados en :
a. Formales ad probationem:
Para los cuales la ley requiere determinada forma, pero sólo a los fines probatorios, por lo
cual el contrato es obligatorio aunque no haya sido celebrado en la forma prescripta.
Por ej: la compraventa de inmuebles que debe ser celebrada en escritura pública (art 1184,
inc. 1ro C.C.). Si las partes realizan el contrato en un instrumento privado ( boleto de
compraventa), no queda concluído como contrato de compraventa (art 1185 C.C.), pero
igualmente produce otros efectos; las partes tienen derecho a demandarse por escrituración,
es decir, a poder reclamar judicialmente que le sea otorgada la formalidad faltante.
b. Formales ad solemnitatem: para los cuales la ley establece determinada forma, que
hace a su existencia, de modo que, si no se cumple esa forma, el contrato es nulo. En este
sentido el art 1183 C.C. dispone que ― ..cuando la forma instrumental fuere exclusivamente
decretada en una determinada especie de instrumento, el contrato no valdrá si se hiciese
en otra forma” ( conf. Art 210 Cod.com.). Por ej: el contrato de donación de inmueble debe
ser hecho en escritura pública ―bajo pena de nulidad‖ y, además si es celebrado en
instrumento privado es nulo, por no tener la forma exclusivamente ordenada por la ley (art
1044 C,C.).
20

Instrumentos públicos
ARTICULO 1017.- Escritura pública. Deben ser otorgados por escritura pública:
a) los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción de derechos reales sobre
inmuebles. Quedan exceptuados los casos en que el acto es realizado mediante subasta proveniente de
ejecución judicial o administrativa;
b) los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre inmuebles;
c) todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura pública;
d) los demás contratos que, por acuerdo de partes o disposición de la ley, deben ser otorgados en escritura
pública.
El art 1017 C.C.C.N, enuncia varios contratos que “deben ser otorgados por escritura
pública”. Y son:
1. Transmisión o constitución de derechos reales sobre inmuebles. Aunque en el caso
de donación la forma de la escritura pública es solemne es decir, que si no se realiza
en esa forma, ésta carece de valor. Aclarando que quedan exceptuados de la escritura
los casos en que el acto es realizado en subasta pública judicial o administrativa, ya
que en estos casos el instrumento público está constituido por el acta judicial.
2. transacciones que tengan por objeto derechos litigiosos o dudosos sobre inmuebles,
la formalidad es ad solemnitatem (solemne absoluta), por lo que si no se cumple la
solemnidad (presentación del escrito ante el juzgado), ésta no es válida.
3. Actos accesorios de contratos redactados en escritura pública. Por ej: la fianza
accesoria a un contrato celebrado en escritura pública.
4. Igualmente, otorga la posibilidad de que sean las partes quienes estipulen esta
formalidad.
5. Y por último establece que deberán ser otorgados por escritura pública todos los
contratos en que las normas propias de cada uno de ellos así lo exige.
Medios modernos
Es indudable que en un futuro próximo en nuestro país la comercialización de bienes y
servicios se efectuará a través de ―servicios informáticos‖ (como instrumentación). Los
modelos contractuales elaborados en grandes centros informáticos se dirigen a los
adquirentes y usuarios, que verán limitadas más aún su capacidad de negociación. Se
deduce que la ―forma‖ de los contratos, en primer lugar, ya no será la ―libremente elegida
por las partes‖, sino impuesta por los centros informáticos; esto, sumado a la ―metodología
por adhesión‖, concluirá en la tipificación y estandarización de negocios jurídicos.
La irrupción de estas fuerzas inmateriales han transformado los canales tradicionales de la
forma; hoy la telemática, microelectrónica, robótica, moneda electrónica, etc, son parte del
diario trajinar negocial.
Tal vez, la última innovación de esta década ha desplazado ya a los medios creados en la
década anterior; efectivamente la fibra óptica- canales de comunicación de mayor
performance- han dado lugar a la opto-electrónica, y funcionan a la velocidad del rayo,
recuperando así el tiempo real.
La velocidad en la transmisión por fax de un instrumento contractual, otorgará una
transparencia e instantaneidad que permitirá la ejecución a medida y a tiempo ( la nueva
forma de contratación), conformando para la empresa lo que ya se comenzó a denominar
como la estrategia de la excelencia, es decir mejores medios con los que valorar la destreza
o la peritación tecnológica de la empresa.
En suma, la transgresión de las barreras tradicionales de la forma marca el cambio
revolucionario de esta época, los vínculos negociales en el mercado, por medio de esas
nuevas tecnologías de la comunicación-información, operan en lo jurídico positivamente,
21

afianzando principios vitales del derecho: la confiabilidad; la buena fe, los propios actos, la
credibilidad, etc.
La ley 24.240 admite en su art 33, para los supuestos de venta por correspondencia, el
sistema de instrumentación por medio electrónico o similar, con lo cual, para esta tipología
de negocios han quedado incorporadas la informática, la telemática etc. Sin embargo, si
bien se acepta como forma, sigue pendiente el problema de la prueba.
Enumeración de los instrumentos públicos
ARTICULO 289.- Enunciación. Son instrumentos públicos:
a) las escrituras públicas y sus copias o testimonios;
b) los instrumentos que extienden los escribanos o los funcionarios públicos con los requisitos que establecen
las leyes;
c) los títulos emitidos por el Estado nacional, provincial o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, conforme a
las leyes que autorizan su emisión.
Requisitos de validez de los instrumentos públicos
ARTICULO 290.- Requisitos del instrumento público. Son requisitos de validez del instrumento público:
a) la actuación del oficial público en los límites de sus atribuciones y de su competencia territorial, excepto
que el lugar sea generalmente tenido como comprendido en ella;
b) las firmas del oficial público, de las partes, y en su caso, de sus representantes; si alguno de ellos no firma
por sí mismo o a ruego, el instrumento carece de validez para todos.
Eficacia probatoria
ARTICULO 296.- Eficacia probatoria. El instrumento público hace plena fe:
a) en cuanto a que se ha realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público enuncia como
cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso en juicio civil o criminal;
b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones, disposiciones, pagos, reconocimientos y
enunciaciones de hechos directamente relacionados con el objeto principal del acto instrumentado, hasta que
se produzca prueba en contrario.

2.- Elementos naturales:


Son aquellos que la ley presupone en determinados contratos, como las garantías de
evicción y por los vicios redhibitorios; pero que las partes pueden eliminar o modificar; ya
sea aumentando, disminuyendo o suprimiendo la obligación que nace de la evicción o de
los vicios redhibitorios.

3.- Elementos accidentales:


Son aquellos que las partes estipulan válidamente incorporándolos expresamente a los
contratos mediante cláusulas; y si estos elementos no son incorporados por las partes, no
funcionan. Por ej: Pactos especiales en la compraventa (preferencia; mejor comprador etc),
y las modalidades (condición, plazo y cargo).

Principios fundamentales sobre los que se basan los


contratos: A) Libertad de contratación (autonomía de la
voluntad); y B) Fuerza obligatoria de los contratos
A) Libertad de contratación (art. 958)
ARTICULO 958.- Libertad de contratación. Las partes son libres para celebrar un contrato y determinar su
contenido, dentro de los límites impuestos por la ley, el orden público, la moral y las buenas costumbres.
Bajo el presupuesto de la importancia que posee como principio general del derecho la
autonomía de la voluntad, se ha focalizado el artículo en dar mayor claridad a la regla de la
autoregulación (libertad contractual) al mencionarse dos aspectos: a) el derecho de las
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partes de celebrar un contrato, lo que implica que las partes puedan o no querer celebrar un
contrato, y; b) de acordar el contenido del mismo (libertad para fijar sus cláusulas).
Lo destacable es que dichos principios no son absolutos (como lo era en el Código de
Vélez, antes que la ley 17711 incorporara casos que restringían esa regla individualista
liberal), ya que esta libertad contractual funciona siempre y cuando no contraríe la ley, el
orden público, la moral y las buenas costumbres. Ahora con la consagración de ambos
pilares (libertad contractual, y sus límites), se indica de forma precisa que los mismos
deberán ejercerse dentro de los parámetros y restricciones allí descriptos. La autonomía de
la voluntad, o autorregulación (el nuevo Código la nombra como ―libertad de
contratación‖) designa, según su etimología, el poder que tiene la voluntad de darse su
propia ley. En el pensamiento jurídico, la autonomía de la voluntad representa un concepto
doctrinal que se traduce en normas positivas, y que en una primera aproximación significa
que la voluntad es la fuente y la medida de los derechos subjetivos.
El derecho privado patrimonial disciplina intereses, reconociendo a los individuos que, en
un marco determinado, se sometan a los impulsos de su iniciativa individual.
Son los particulares quienes libremente proveen a la satisfacción de sus necesidades, a cuyo
fin y según la finalidad que persigan, habrán de celebrar contratos cuya función económica
varía teniendo en cuenta la necesidad que desean satisfacer.
En consecuencia, la iniciativa privada no se agota ni con la existencia de una necesidad, ni
con el simple deseo de satisfacerla. Precisa, además, crear el medio adecuado; en nuestro
caso, el contrato.
La necesidad, o exigencia se genera en la iniciativa individual; por naturaleza se
desenvuelve en la vida de relación, lo que implica la existencia de intereses recíprocos que
deben ser regulados. En ese sentido, podemos afirmar que la decisión de satisfacer una
necesidad, y hacerlo mediante una regulación que atienda los recíprocos intereses de las
partes sustanciales de la relación, implica la existencia de un acto de autonomía. El
individuo, por de pronto, se autodetermina con el propósito de obtener un resultado práctico
(satisfacción de un interés); y a la autodeterminación le sucede la autorregulación de los
intereses recíprocos, lo que implica no sólo la selección de la operación jurídica, sino,
además, dotarla de contenido.
Esa autorregulación vincula a las partes, y constituye – parcialmente- su contenido, en
razón de que se halla integrado, predominantemente, no sólo por preceptos de voluntad
sino, además, por normas jurídicas.
Consecuencias de la autonomía de la voluntad
1. En punto a la formación del contrato, los sujetos son libres de contratar o dejar de
hacerlo. Si optan por lo primero, son libres de elegir con quién hacerlo, de
seleccionar el tipo contractual y de elegir las formas de declarar su voluntad. A este
múltiple ejercicio de la libertad se le denomina libertad de contratar.
2. Los particulares son libres para debatir en un plano de igualdad los términos de la
operación jurídica.
3. La autonomía privada reconoce a favor de las partes el poder de crear preceptos
vinculantes, los que regirán la relación singular (las partes cuentan con la facultad
de dotar de contenido al contrato).
4. El liberalismo proclama como valor axiomático que está permitido todo aquello que
no se prohíbe.
23

5. Consecuencia inescindible de lo expresado es que una vez perfeccionado el


contrato, nacido a la vida jurídica, cada parte de ―someterse‖ a lo acordado ―como
si‖ se tratara de la ley misma.
6. De lo anterior se deduce que el individualismo no admite la posibilidad de que el
juez revise lo acordado libremente por las partes; y sólo ellas pueden modificar sus
cláusulas, por medio de otro contrato.
7. Afirma el liberalismo que no es función del Estado intervenir en el contrato, pues en
ese caso se rompería el equilibrio produciendo una injusticia. La intervención del
juez se limita a hacer cumplir lo pactado por las partes.
8. El ordenamiento jurídico es, en principio, puramente supletorio del contrato; su rol
es el de contener normas que colmen lagunas en que las partes hallan incurrido, y lo
hace por medio de normas que traducen la ―voluntad presunta‖ de aquéllas.
9. El individualismo consagra la preeminencia del valor ―seguridad‖. Y esta seguridad
está dada por el principio de inmutabilidad de la palabra empeñada.
B) Efecto vinculante del contrato (art. 959) (Fuerza
obligatoria de los contratos)
El contrato es jurídicamente vinculante: ―las partes están ligadas por su consentimiento tan
rigurosamente como lo estarían por la voluntad del legislador‖ (Risolía).
El art 959 CCCN. Dispone: “Efecto vinculante. Todo contrato válidamente celebrado es obligatorio
para las partes. Su contenido sólo puede ser modificado o extinguido por acuerdo de partes o en los
supuestos en que la ley lo prevé.

De esta obligatoriedad que tiene todo contrato válidamente celebrado, se siguen varias
consecuencias:
a) Los contratantes deben atenerse a lo contratado, y cumplirlo (Pacta sunt Servanda”),
o indemnizar al acreedor por la inejecución de lo debido.
b) Las convenciones se sobreponen a las leyes supletorias vigentes al tiempo de la
celebración del contrato, y a las dictadas con ulterioridad (irretroactividad de la ley)
c) Los tribunales deben hacer respetar y cumplir las estipulaciones contractuales; incluso
pudiendo interpretarlas y decidir su alcance. Sólo por excepción están facultados para
prescindir de lo convenido, cuando ello importa la trasgresión de una ley, el orden
público, la moral y las buenas costumbres (art. 958 CCCN).
d) Los derechos que surgen de un contrato tienen la garantía Constitucional de la
propiedad (art. 965 CCCN), de manera que son intangibles inclusive para el
legislador.
Distintas teorías intentan fundamentar el efecto jurídico vinculante del contrato, las
principales son:
 Teoría positivista: Sostiene que los contratos obligan porque así lo dispone la
ley.
 Teoría del imperativo categórico: (Kant) estiman que los contratos son
obligatorios en virtud de un postulado de la razón
 Teoría del poder de la voluntad: Pues el hombre se obliga a si mismo.
 Teoría utilitarista: Desde un punto de vista social, es útil para la sociedad que
los contratos sean cumplidos (Demogué)
 Teoría religiosa: Un mandamiento de la Ley Divina dispone no faltar a la
palabra; y en el plano social, el amor al prójimo impide violar lo prometido.
24

 Teoría de la veracidad y la confianza: El contrato es obligatorio por la


confianza que la promesa genera en los demás (Messineo, Gorla).
Alterini:‖Quien decide estar a Derecho, y obra un acto jurídico, con discernimiento,
intención y libertad, restringe de alguna manera su albedrío, al obligarse frente a la otra
parte a cumplir una prestación, o a indemnizar en caso de incumplimiento Desde que el
sujeto voluntariamente ha creado

Visión actual del dogma de la autonomía privada


La evolución de las concepciones filosóficas, socio-económicas y jurídicas, en la acepción
correspondiente a la transformación de las ideas, puso en evidencia que la concepción
clásica declina, con fundamento en que la argumentación con la cual se edificó carece de
suficiente consistencia.
El postulado de la libertad absoluta es desmentido por la simple observación del hecho que
el individuo, al vivir en sociedad, convive. Y si convive, requiere que sus necesarias
relaciones sociales se desenvuelvan en un marco de interdependencia.
Además, el principio de la absoluta igualdad es irreal. No se puede ignorar la existencia de
confrontación entre empleadores y trabajadores; propietarios y locatarios; predisponentes y
adherentes; profesionales y profanos; aprovechadores y necesitados; empresarios y
consumidores. Al cabo, sería negar la existencia del débil.
En la actualidad los desarrollos individualistas son irreales, en cuanto no comprenden en su
enunciación aquellas formas o técnicas contractuales, donde la voluntad de uno de los
contrayentes (adherente) se limita solamente a poder decidir si contrata o no.
El principio de la autonomía de la voluntad genera inequidad cuando, sostenido
argumentalmente en la seguridad jurídica, le resulta indiferente la existencia de
circunstancias sobrevivientes, extraordinarias e imprevisibles, que alteran
significativamente la relación de equivalencia.
O en el supuesto de que los motivos determinantes (causa fin) del acto, ya no subsisten
(desaparecieron) al tiempo de la ejecución del contrato. O cuando medió lesión subjetiva-
objetiva; o en la hipótesis en que uno de los contratantes ejerza sus derechos sustanciales,
abusivamente.
Todo esto de ninguna manera significa desconocer el importante rol de la voluntad. Ocurre
que decidir contratar, seleccionar con quién hacerlo y dotar de contenido al contrato, todo
ello importa el ejercicio de derechos subjetivos, y que, como tales, se hallan limitados por
el ordenamiento legal, en el sentido más amplio.
Es éste quien lo restringe, especialmente el consistente en contratar, al indicar, por ejemplo,
quién no se halla legitimado para hacerlo y cuáles son los preceptos imperativos que operan
como límites inherentes a la configuración interna (contenido) del contrato.
Queremos significar que el rol de la autonomía de la voluntad no puede traducirse en una
supremacía absoluta de los derechos subjetivos contractuales, pues ello importaría lo
mismo que admitir la inexistencia de límites impuestos a la libertad contractual, lo que
implica una concepción antisocial.
Equivaldría a enfrentar la voluntad individual con el ordenamiento legal. Entendemos que
los derechos subjetivos contractuales deben ser concebidos y protegidos como instrumentos
útiles al servicio del desarrollo social, pero en un plano de efectiva convivencia, y en el
marco de la justicia contractual, preservando por sobre todo principio dogmático la relación
de equivalencia.
25

Por ello nuestro nuevo Código Civil y Comercial ha puesto fronteras a esa libertad de
contratación, cuando en el mismo artículo que la consagra (art. 958), establece que debe
ejercerse dentro de los límites impuestos por la ley, el orden público, la moral y las buenas
costumbres, lo que significa que quedan sujetos a la revisión judicial cuando se traspasen
estos límites.
Crisis de los principios
Uno de los fenómenos más notorios del derecho contemporáneo es la llamada ―crisis del
contrato‖. La voluntad ya no impera soberanamente como otrora; el Estado interviene en
los contratos, modificando sus cláusulas, forzando a veces a celebrarlos a pesar de la
voluntad contraria de las partes, o dispensándolos, otras, de cumplir sus promesas.
Muchas son las causas que han contribuido a desencadenar esta crisis. Ante todo causas
económicas. El reinado del contractualismo parte del supuesto de la libertad y la igualdad
de las partes. Para que el contrato sea justo y merezca respeto, debe ser el resultado de una
negociación libre . Pero la evolución del capitalismo ha concentrado cada vez mayores
fuerzas en manos de pocos (sean particulares o empresas); la igualdad y la libertad de
consentimiento subsisten hoy en el plano de lo jurídico, pero tienden a desaparecer en lo
económico.
Quien compra en nuestros días un artículo para el hogar, un automóvil, no discute con el
comerciante las condiciones del contrato, tampoco lo ha quien toma un medio de transporte
, el no tiene sino una opción: lo toma o lo deja. Muchas veces no existe la igualdad jurídica
necesaria para garantizar un justo contrato (por ej; no existe la necesaria igualdad entre el
propietario de la industria y el obrero que suscribe con él un contrato de trabajo. Una
exigencia de justicia reclama la intervención del Estado para evitar el aprovechamiento de
una parte por la otra. No se cree ya que lo querido libremente sea necesariamente justo. El
campo de acción de las leyes llamadas de orden público (contra las cuales el acuerdo de
voluntades es impotente) tiende a ensanchar paulatinamente su radio de acción en la vida de
los contratos.
Hay también causas políticas. El individualismo está dejando paso a una concepción social
de los problemas humanos. Hay, en general, una mayor preocupación por la justicia
distributiva. El individuo (y la autonomía de la voluntad) ceden ante consideraciones
sociales.
Hay también, razones de orden moral; pues la fuerza obligatoria de los contratos no se
aprecia ya tanto a la luz del deber moral de hacer honor a la palabra empeñada , como
desde el ángulo que ellos deben ser instrumentos de la realización del bien común. Se
quiere, en la actualidad, penetrar en lo hondo de la relación y examinar si la equidad- esa
ley esencial de los contratos- ha sido respetada.
Principales manifestaciones de la “Crisis de la autonomía de la voluntad y
de la fuerza obligatoria de los contratos” en los contratos
Dice Borda: ―La llamada crisis del contrato se manifiesta principalmente a través de tres
fenómenos: el dirigismo contractual; las nuevas formas del contrato y la intervención
judicial en las relaciones contractuales para dejar a salvo la equidad de las
contraprestaciones.
a. Dirigismo contractual: La experiencia social ha puesto de manifiesto que no es
posible dejar librados ciertos contratos al libre juego de la voluntad de las partes sin
perturbar la pacífica convivencia social. Este motivo de interés público ha movido al Estado
26

a dictar leyes que reglamentan minuciosamente el contrato de trabajo, las locaciones


urbanas y rurales, y aún la compraventa.
b. Nuevas formas contractuales: La forma típica del contrato es aquella que supone una
deliberación y discusión de sus cláusulas, hechas por personas que gozan de plena libertad
para consentir o disentir. Este esquema típico del contrato aparece desvirtuado en sus
nuevas modalidades:
 Contrato de adhesión: es aquel en el cual una de las partes fija
todas las condiciones, en tanto que la otra sólo tiene la alternativa
de rechazar o consentir. Por ej; en el contrato de transporte donde
la empresa transportista fija el precio del boleto, el horario, las
comodidades; y al pasajero sólo le queda aceptar dichas
condiciones adquiriendo el boleto, o no aceptando. Las compras en
un comercio, donde el precio de los productos, como la forma de
pago ya están fijadas, etc. Estos contratos son cada vez más
frecuentes.
 Contratos reglamentados: Por ej; los contratos normativos como
los convenios colectivos de trabajo en cuanto vinculan a las
Asociaciones profesionales de empleadores, con las asociaciones
profesionales de trabajadores, y rigen obligatoriamente para todos
los trabajadores y empleadores de esa actividad, y en la zona donde
tienen jurisdicción ambas asociaciones.
 Los contratos tipo, en los cuales las cláusulas son prefijadas por el
Estado (Contrato de Seguro).
 Los contratos que precisan autorización, como la venta de
inmuebles en zonas de seguridad de fronteras (Dc-ley 15.385/44)
 Los contratos forzosos. Por ej: la obligación de todos los vecinos
de una zona de pagar por el pavimento, cuando la mayoría decidió
que se realizara.

c. La intervención de los jueces en la vida de los contratos: Es el juez, quien, hoy


desempeña el papel de guardián de la equidad en los contratos. Su contralor se desenvuelve
a través de los siguientes recursos:
 La teoría de la lesión, por la que
puede reducir las prestaciones, y a
veces anular los contratos en los que
las contraprestaciones resultan
groseramente desproporcionadas, y
las ha impuesto una de las partes
aprovechando la necesidad o
ligereza de la otra parte.
 La teoría de la imprevisión, que les
permite a los jueces restablecer la
equidad gravemente alterada por
acontecimientos extraordinarios e
imprevisibles que han transformado
27

las bases económicas tenidas en


miras al contratar (art 1198 C.C.)
Dicen los autores del Proyecto de Código de 1998: ― El denominado Dogma de la
autonomía de la voluntad, o de la autonomía privada, es considerado en la Argentina ―Un
principio general del derecho de fuente constitucional‖( XVI Jornadas Nacionales de
Derecho Civil, Bs As. 1997). Coincidentemente en la doctrina francesa, se afirma que, el
consentimiento sigue siendo el elemento primordial creador de obligaciones.
Sin embargo en la actualidad, el valor de la autonomía de la voluntad no es absoluto; pero
sin embargo este principio continúa siendo la regla.
Derecho de los consumidores Aspectos generales de la protección al
consumidor
En la actualidad se nos presenta una nueva manifestación del Derecho de las Obligaciones,
es el llamado ―Derecho de los consumidores‖ Consumidores somos todos los miembros de
la comunidad, pues todos participamos a diario en actos de consumo (de alimentos,
fármacos, de ropa, de servicios etc). El sistema se organiza sobre la base de componentes
interdisciplinarios que exceden al derecho privado, en cuanto también lo inciden los
Derechos constitucional, administrativo, penal, etc. Parte de la base de que no existe
igualdad entre quienes ofrecen los bienes y servicios y el consumidor.
Se adjudica al consumidor, en sus relaciones con el proveedor de cosas y servicios un favor
debilis, que pretende protegerlo como débil jurídico; y sobresale la noción de orden público
económico.
La ley 24.240 de Defensa al Consumidor adopta para definir al consumidor, una
concepción objetiva, pues sujeta a quienes “en forma profesional, aún ocasionalmente,
produzcan, importen, distribuyan o comercialicen cosas o presten servicios a
consumidores o usuarios” (art 1), en sus relaciones con ―las personas físicas o jurídicas
que contratan a título oneroso para su consumo final o beneficio propio o de su grupo
familiar o social” (art 1)
Carácter de las normas legales (art. 962 CCCN)
ARTICULO 962.- Carácter de las normas legales. Las normas legales relativas a los contratos son
supletorias de la voluntad de las partes, a menos que de su modo de expresión, de su contenido, o de su
contexto, resulte su carácter indisponible.
El Código de Vélez no contemplaba en forma expresa el texto que se analiza, pero sí tenía
normas dispersas sobre el tema. El art. 21 del viejo Código indicaba que las convenciones
particulares no podían dejar sin efecto las leyes en cuya observancia estuviesen interesados
el orden público y las buenas costumbres. Esto permitía clasificar a las leyes en imperativas
y supletorias y, a su vez, a las imperativas en aquellas de orden público o que no lo eran.
Sobre esta base normativa se concluía que existía para las personas en relación a las leyes
imperativas indisponibilidad o disponibilidad de su contenido, no por falta de fuerza
obligatoria, sino porque las primeras podían ser de oficio declaradas por el juez, y las
segundas requerían del pedido de la parte para su aplicación.
La actual normativa promulgada viene a ratificar la lógica del Código Civil antes expuesta,
trayendo claridad y orden a esta cuestión. Lo que debe ser completado en su interpretación
con los arts. 963 y 964 CCCN, y que está en concordancia con los arts. 958 (―Libertad de
contratación‖) y 959 (―Efecto vinculante‖). Esto significa que el contenido del contrato será
prioritario para determinar los derechos y deberes de las partes, pero éstos no podrán
avanzar sobre cuestiones que el ordenamiento jurídico ha creado en protección y cuidado
28

de la comunidad y sus integrantes. De allí que la mención a leyes de carácter indisponible


permite analizar con mayor precisión la función normativa, superándose la problemática de
si la ley se autoproclamaba como de orden público o no
Una ley es imperativa cuando no es posible substraerse a lo que obliga o prohíbe, y es supletoria cuando la lo dispuesto

por la ley puede ser cambiado o modificado según la voluntad de las personas intervinientes en la situación jurídica por la

ley abordada o regulada.

Clasificación de los contratos


La dogmática jurídica, se ha ocupado de clasificar a los contratos con una clara finalidad
práctica a los efectos de determinar sus características comunes y distintivas, permitiendo
luego al intérprete conocer sus efectos o funciones. El vocablo clasificar significa ordenar
una determinada materia, según clases o categorías predeterminadas, conforme criterios que
pueden basarse en la similitud de naturaleza, caracteres o elementos constitutivos que luego
deben explicitarse. En nuestro caso, la clasificación de los contratos interesa de manera
especial ―porque es el instrumento mediante el cual se determinan, a posteriori, los
caracteres de los contratos particulares, a fin de establecer qué institutos de la teoría general
se pueden, o no, aplicar a cada uno de ellos
Dada la existencia de una enorme variedad de contratos, el legislador enuncia las diversas
clases y formula su clasificación según un orden lógico. Cada especie tiene caracteres que
le dan un perfil determinado, lo cual permite profundizar su conocimiento en el plano
abstracto y de esa manera se facilita la comprensión. A modo de ejemplo, las peculiaridades
que ofrece la donación hace difícil encasillarla, por lo que se la denomina el ―contrato de
múltiples fases‖; en cuento a la cesión, se trata de un vínculo que puede presentarse en tres
clases que corresponden a otros tantos actos. A su vez, las categorías que sirven para armar
las clasificaciones agrupan a los contratos afines entre sí, de lo cual se desprenden ciertas
consecuencias teóricas y prácticas.
En la labor de clasificar las distintas especies que se ofrecen al análisis doctrinario se
adopta un criterio de polaridad, como en contratos conmutativos o aleatorios, donde no
cabría un término medio. Ello se basa en el método aristotélico para establecer por
oposición el auténtico concepto de un ente (por ej: justo o injusto). Algunas clases están
formuladas por el legislador; otras surgen de observar como operan en la realidad; en
ocasiones las características se entrecruzan en cada figura, las que suelen combinarse con
otras. El intérprete se vale de ellas para resolver casos puntuales, pues posibilitan entender
mejor la relación en sí misma y desentrañar su naturaleza
Las clasificaciones nos permiten apreciar las distintas reglas que se aplican a cada una de
las categorías, lo cual presenta una gran utilidad científica y pedagógica.
Otras legislaciones modernas han eliminado las clasificaciones de los contratos: así el
Código civil alemán, el italiano de 1942 y el de las obligaciones suizo. El fundamento de
esta supresión radica en que no parece apropiado que el legislador se ocupe de la tarea
clasificatoria, la cual, en rigor, corresponde a la doctrina.
Criterios doctrinales y legales
La doctrina especializada clasifica a los contratos según los tipos, básicamente, en dos
grandes grupos: a) Clasificación técnico jurídica; b) Clasificación según la finalidad
económica social. Según la teoría clásica, los contratos podían agruparse por categorías,
29

dando origen a la clasificación técnico-jurídica y que era tarea propia de la doctrina, no de


los códigos. Por ejemplo, los contratos pueden ser unilaterales o bilaterales; gratuitos u
onerosos, típicos o atípicos, etc. Sin embargo, de modo reciente, se ha adoptado otra
clasificación que aborda la clasificación de los contratos teniendo en cuenta la función
económico- social que éstos cumplen en la realidad social . Es decir, ponen el acento en la
utilidad social que prestan, permitiendo agruparlos en contratos de cambio o de
colaboración, de crédito o de garantía, de custodia o esparcimiento, etc. Existe, sin
embargo, otro criterio doctrinal, mencionado por López de Zavalía, en virtud del cual se
tiene en consideración la función económica solamente del contrato, admitiéndose : 1°) Por
agrupamiento: contratos de cambio, asociativos, etc.; 2°) Por fragmentación-
reagrupamiento: contrato de consumo o consumición.
Empero, desde otro punto de vista, también es factible distinguir a los contratos en tres
grandes sectores, a saber: a) Los contratos discrecionales o paritarios regulados por la
autonomía privada y las normas de orden público de coordinación, que adoptan un estándar
de sociabilidad basados en la buena fe, abuso del derecho, etc.; b) Contratos celebrados por
adhesión que se caracterizan porque una de las partes redacta o predispone las cláusulas
contractuales, quedando a la otra parte la opción de aceptarlas o rechazarlas, aplicándose
reglas especiales de interpretación (contra proferentem) y un orden público de protección.
En tal sentido, se ha dicho que constituyen una ―categoría intermedia entre los contratos
discrecionales y los de consumo; c) El contrato de consumo se perfecciona cuando hay
sujetos (consumidor, proveedor), objeto y causa de consumo, dentro de una relación de
consumo y se rige por la LDC. En esta categoría, puede ser celebrado o no por adhesión a
condiciones generales de la contratación, siendo más intensa la protección del orden
público de protección. Para arribar a esta categorización de los contratos, se ha tenido en
cuenta la situación de la realidad, en virtud de la cual al momento de la conclusión del
contrato en nuestros días, por lo general una de las partes se encuentra ―en situación de
inferioridad y, por tanto, de desigualdad con relación a su cocontratante. Ese desequilibrio
de fuerzas se manifiesta concretamente en la elaboración unilateral del contrato por la parte
que dispone del poder de negociación
Clasificación de los contratos desde el punto de vista
jurídico
Nuestro nuevo Código Civil y Comercial, se refiere a cinco clasificaciones: Unilaterales,
bilaterales y plurilaterales (art. 966); onerosos y gratuitos (art.967); conmutativos y
aleatorios (art. 968); formales y no formales (art. 969); nominados e innominados (art.
970).
Unilaterales, bilaterales y plurilaterales
ARTICULO 966.- Contratos unilaterales y bilaterales. Los contratos son unilaterales cuando una de las
partes se obliga hacia la otra sin que ésta quede obligada. Son bilaterales cuando las partes se obligan
recíprocamente la una hacia la otra. Las normas de los contratos bilaterales se aplican supletoriamente a los
contratos plurilaterales.
La diferencia radica en que: si ambas partes se obligan entre sí (bilateralidad); o si sólo se
obliga una de ellas (unilateralidad).O, si son más de dos las partes obligadas se
considerarán ―plurilaterales‖, y se les aplicarán supletoriamente (a falta de acuerdo
expreso), las normas referidas a los contratos bilaterales
El contrato bilateral también recibe el nombre de sinalagmático, que significa cambio o
transacción. Cuando es de naturaleza civil tal contrato debe redactarse en doble ejemplar si
30

se otorga por escrito. Rige el principio de la reciprocidad en materia de mora e


incumplimiento absoluto; así se aplica la exceptio non adimpleti contractus (excepción de
incumplimiento), la cláusula resolutoria, la imposibilidad; la imprevisión.

Casos de contratos bilaterales Casos de contratos unilaterales


* Compraventa * Donación pura
* Permuta * Mandato
* Locaciòn de cosas, de servicios y de obra * Mutuo
* Renta vitalicia * Comodato
* Mutuo comercial * Depósito
* Mandato comercial * Fianza
* Fianza comercial
 Depósito comercial.
 La sociedad es bilateral o
plurilateral según el número
de socios.
Onerosos y gratuitos
ARTICULO 967.- Contratos a título oneroso y a título gratuito. Los contratos son a título oneroso
cuando las ventajas que procuran a una de las partes les son concedidas por una prestación que
ella ha hecho o se obliga a hacer a la otra. Son a título gratuito cuando aseguran a uno o a otro de
los contratantes alguna ventaja, independiente de toda prestación a su cargo.
Cabe observar el contrato respecto a las ventajas objetivas que brinda a las partes; cada
prestación es causa del enriquecimiento de una de ellas que resulta beneficiada al
incrementar su patrimonio, a veces sin nada a cambio gracias a una liberalidad.
Distinguir estas dos categorías (onerosos y gratuitos de los anteriores (unilaterales y
bilaterales) no es sencillo, pues parecen superpuestas. Sin embargo, la diferenciación es
útil, ya que tiene distintas aplicaciones en materia de acción de inoponibilidad; de evicción
y vicios redhibitorios, etc. Quien recibe una prestación sin dar nada a cambio y obtiene un
beneficio está más expuesto a soportar los efectos de la inoponibilidad del acto y de
afrontar responsabilidades legales de garantía como las citadas (evicción y por vicios
ocultos).
La onerosidad encierra un equilibrio en las prestaciones que, si no existe, posibilita la
revisión del contrato sobre la base de la lesión y la imprevisión; cabe destacar que en
materia mercantil se la presume, ya que los contratos comerciales tienen esta característica.
Los contratos onerosos deben examinarse desde dos puntos de vista: si son conmutativos o
si son aleatorios (en estos últimos, estriba el riesgo inherente a su resultado)
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Casos de contratos onerosos Casos de Contratos gratuitos
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
 Compraventa * Donación pura
 Permuta * Fianza civil
 Locación de cosas, * Depósito
servicio y de obra * Mandato
 Sociedad * Mutuo civil y comodato
 Renta vitalicia
 Juegos y apuestas
Conmutativos y aleatorios
ARTICULO 968.- Contratos conmutativos y aleatorios. Los contratos a título oneroso son
31

conmutativos cuando las ventajas para todos los contratantes son ciertas. Son aleatorios, cuando
las ventajas o las pérdidas, para uno de ellos o para todos, dependen de un acontecimiento
incierto.
Se entiende por contratos conmutativos aquellos en los que las prestaciones de las partes
están determinadas con certeza desde el momento de su celebración. Son, por ejemplo, la
compraventa, la permuta, la locaciòn de cosas, servicios y obra, la sociedad, etc.
Son contratos aleatorios cuando los efectos beneficiosos o pèrdidas, dependen de un
acontecimiento incierto (álea). La palabra ―alea‖ es latina y significa azar, peligro y riesgo.
Ejemplos son los contratos de juego, la apuesta, la renta vitalicia. También se dan hipótesis
de ventas aleatorias de cosas futuras que pueden o no llegar a existir, o de cosas futuras
indeterminadas en su cualidad y cantidad.
Formales y no formales
ARTICULO 969.- Contratos formales. Los contratos para los cuales la ley exige una forma para su validez,
son nulos si la solemnidad no ha sido satisfecha. Cuando la forma requerida para los contratos, lo es sólo
para que éstos produzcan sus efectos propios, sin sanción de nulidad, no quedan concluidos como tales
mientras no se ha otorgado el instrumento previsto, pero valen como contratos en los que las partes se
obligaron a cumplir con la expresada formalidad. Cuando la ley o las partes no imponen una forma
determinada, ésta debe constituir sólo un medio de prueba de la celebración del contrato.
En la materia rige el principio de libertad de formas, de modo que las partes son libres de
pactar si el contrato será otorgado por escritura pública, instrumento privado o verbalmente.
El mencionado principio deriva de la autonomía de la voluntad. Siempre que no exista una
disposición legal que imponga una determinada forma, o que los contratantes no la
hubiesen convenido especialmente, los contratos son, por regla general, informales.
En algunas hipótesis la escritura pública es exigida ad solemnitatem, la cual no puede ser
suplida por otro medio; ni siquiera los celebrantes tienen posibilidad de ejercer la acción de
escrituración. Son supuestos de forma exclusivamente ordenada por el legislador, bajo
sanción de nulidad, pues el acto que no respetase la formalidad sería nulo; se encuentran
consagrados en normas expresas: se prescribe la escritura pública para las donaciones de
bienes inmuebles; lo propio con la renta vitalicia.
Asimismo el legislador dispone la necesidad de realizar ciertos contratos mediante escritura
pública, pero admite que los interesados que lo hubieran celebrado sin esa forma puedan
accionar para que dicha escritura sea otorgada por vía judicial (es la acción de
escrituración). En particular, son actos donde se constituyen derechos reales sobre
inmuebles, la cesión de derechos litigiosos y hereditarios, más ciertas clases de mandatos.
Nominados e innominados (Típicos y atípicos)
ARTICULO 970.- Contratos nominados e innominados. Los contratos son nominados e innominados según
que la ley los regule especialmente o no. Los contratos innominados están regidos, en el siguiente orden, por:
a) la voluntad de las partes;
b) las normas generales sobre contratos y obligaciones;
c) los usos y prácticas del lugar de celebración;
d) las disposiciones correspondientes a los contratos nominados afines que son compatibles y se adecuan a
su finalidad.
Un contrato es nominado cuando tiene una regulación específica en un código o en una ley,
la cual puede ser imperativa o supletoria. Es innominado si carece de toda suerte de
regulación por ser producto de la libre creación de las partes, quienes resuelven someterse a
un encuadre hecho a la medida de sus intereses sin adoptar ningún modelo preestablecido.
Esta última categoría es válida siempre que no vulnere normas y derechos indisponibles;
obedece a una ley económica de especialización progresiva de las figuras jurídicas en
virtud de las necesidades del mercado.
32

En general, los contratos nominados se corresponden con operaciones usuales en el


mercado, es decir, son tipos que suelen ser frecuentes; se presentan siempre con los mismos
caracteres y efectos.
Otras clasificaciones
Principales y accesorios
Al estudiar los contratos se observa que a veces hay entre ellos una relación de
subordinación. Uno de ellos es principal, es decir, puede existir por sí solo; el otro es
accesorio y su existencia no se concibe sin el principal, de tal modo que si éste fuera nulo o
quedara rescindido, resuelto, o de alguna manera extinguido, también seguiría la misma
suerte el accesorio. El ejemplo típico de contrario accesorio es el de fianza (garantía
personal).
De ejecución inmediata y de ejecución diferida
Esta clasificación distingue los contratos en función del momento en el cual comienzan a
ejecutarse.
Un contrato es de ejecución inmediata cuando sus efectos se desencadenan, sin solución de
continuidad, al momento de su celebración.
Un contrato es de ejecución diferida cuando sus efectos se producen, no al momento de su
celebración, sino en una fecha posterior. Aquí los derechos y obligaciones que nacen de tal
contrato sólo pueden ser ejercidos o cumplidos, respectivamente, a partir del cumplimiento
de un plazo ( plazo inicial o suspensivo). La teoría de la imprevisión ( excesiva onerosidad
sobreviviente) tiene aplicación, solamente, en los contratos de ejecución diferida.
De ejecución instantánea y de tracto sucesivo
Esta distinción también atiende al factor tiempo, pero debe ser claramente diferenciada de
la anterior clasificación.
La presente clasificación atiende al tiempo que insume el cumplimiento de las prestaciones que nacen del contrato.

Un contrato es de ejecución instantánea cuando el cumplimiento del contrato se produce en


un solo momento; el contrato se agota con el intercambio de prestaciones. Debemos
destacar que el plazo, como modalidad, no afecta el concepto jurídico de cumplimiento
instantáneo, por lo que éste puede ser de ejecución inmediata o diferida. Ejemplo: la venta
de una cosa que se paga de una sola vez, en el mismo momento de su celebración; o
también cuando el comprador se obliga a pagar el precio total a los quince día de celebrado
el contrato.
El contrato es de tracto sucesivo, o de cumplimiento continuado o periódico, cuando la
ejecución del contrato se prolonga en el tiempo; las prestaciones a cargo de una o ambas
partes son de carácter continuado o repetido. Ejemplo: en el contrato de locación de cosa,
el locador debe asegurar al locatario el uso y goce pacífico de la cosa durante todo el
término del contrato, y el locatario se obliga a pagar el precio de la locación, comúnmente
por períodos mensuales. A su vez, el tracto sucesivo puede comenzar en el mismo momento
de la celebración (ejecución inmediata), o puede comenzar a partir de un determinado plazo
(ejecución diferida).
La distinción tiene trascendencia en muchos aspectos, entre los cuales señalamos: La
imprevisión contractual encuentra aplicación tratándose de contratos de tracto sucesivo, y
sólo excepcionalmente en los de ejecución instantánea, cuando sean, además, de ejecución
diferida.
En los contratos de ejecución instantánea los efectos de la cláusula resolutoria serán
retroactivos, pues, en este caso, la resolución alcanza a las consecuencias ya producidas. En
33

los de tracto sucesivo las prestaciones que se hayan cumplido quedarán firmes y producirá,
en cuanto a ellas, los efectos correspondientes.
Clasificación de los contratos según sus funciones económicas y
sociales
Hasta aquí nos hemos ocupado de las distintas clasificaciones contractuales desde el punto
de vista jurídico, en función de los efectos propios de cada categoría. Pero los contratos,
como instrumentos del desarrollo, pueden ser agrupados según su función económico-
social.
El contrato en cuanto medio utilizado para efectuar el intercambio, cumple una función

trascendente en la microeconomía y en otras actividades del hombre.

Las operaciones realizadas en el mercado son individuales, pues en cada una de las partes

convienen llevar a cabo ciertas prestaciones específicas. El volumen de todas ellas,

impulsado por la ley de la oferta y la demanda, es un indicador valioso para medir la

marcha de la economía de un país. A mayor volumen, más grande es el ritmo de

crecimiento; si este recae es signo de retracción.

Desde el punto de vista económico la función por cumplir depende de cada figura

contractual a satisfacer un determinado interés. Cuando una función precisa una modalidad

no contemplada por el legislador, surge un tipo nuevo para responder a esa necesidad. El

poder creativo es muy grande en esta materia, fruto de la libertad civil.

Este acuerdo de voluntades, en particular o en su conjunto, es que moviliza los distintos

intereses económicos para que se cumplan las prestaciones pactadas. Actúa como efecto en

cadena sobre los sectores involucrados, ya que implica poner en marca un giro de

actividades de mayor o menor intensidad. En términos generales, pues, es la causa de todo

proceso donde confluyen varios factores a fin de hacer posible el cumplimiento.

Cuando se fija la atención en un tipo contractual específico puede apreciarse cuál es su

cometido dentro de la microeconomía y la importancia que tiene para el tráfico jurídico.

Desde este punto de vista finalista, modernamente se distingue:


a) Contratos de cambio
34

Función de cambio. Transferencia de propiedad: En el mercado se llama operación de

cambio al acto bilateral constituido por dos prestaciones recíprocas, causalmente vinculadas

(Olivera). Dicho concepto se ajusta a la noción de contrato bilateral traslativo de la

propiedad de un bien, por cuya transferencia su titular recibe en sustitución otra prestación

(criterio de la subrogación real), generalmente dinero; se enajena un bien por otro. La

función primordial consiste en hacer circular bienes y justipreciar su valor según lo que

estiman las partes, quienes, de algún modo, siguen las tendencias en plaza; en el patrimonio

de las partes se produce el consiguiente desplazamiento de valores pecuniarios.

Si nos atenemos a la idea de transmisión de la propiedad de bienes, dentro de este concepto

se encuentran varios tipos contractuales que tienen ese objeto. Además de la compraventa y

la permuta, hay otros, como la cesión de créditos y derechos intelectuales o industriales; en

esos contratos se transmite un crédito o la titularidad de una obra del espíritu o de la

investigación (los llamados derechos de autor y las patentes), más una marca. Un nombre

mercantil o u procedimiento técnico (Know how). El bien inmaterial cambia de dueño, pues

será el nuevo quien disfrutará en delante de ese derecho, por el cual ha pagado dinero.

Respecto del contrato de obra, la construcción significa incorporar un nuevo valor a la

economía. Es un hacer creativo cuya realización se transfiere a la persona que encargo la

obra mediante la recepción ( en esencia, acto jurídico bilateral). Ese hacer es a cambio de

dinero que cobrará el constructor; a nadie se le puede escapar la importancia de este

contrato en el campo económico

Aquí no se incluyen los contratos a título gratuito, por cuanto al no haber contraprestación, la idea de cambio está ausente.

b) Transmisión de uso y goce

En ocasiones no resulta necesario transferir la propiedad de una cosa, pues el negocio se

limita al uso y goce de un bien a cambio de dinero. Tal función la llevan a cabo los
35

contratos de locaciòn de cosas y el mutuo a interés. En ambos casos debe restituirse la cosa

entregada por el dueño, a quien se le retribuye periódicamente por su uso. De esa manera el

propietario obtiene una renta o fruto civil.

c) Contratos de préstamo.
Estos contratos son el instrumento jurídico para que advenga el crédito: contrato de mutuo oneroso o gratuito, comodato, renta vitalicia,
cuenta corriente etc.

d) Contratos de garantía.
Hay figuras cuya finalidad consiste en asegurar el cumplimiento de obligaciones

contractuales para el supuesto de que el deudor no satisfaga su prestación. Tienen gran

importancia para el tráfico jurídico, pues su sola existencia es señal optimista de que se

cumplirá lo prometido. Engendran un doble compromiso: por un lado, entre el acreedor y el

garante, y, por el otro entre el garante y el deudor; esta multiplicidad de relaciones

converge en un mismo resultado de satisfacer la expectativa de cobro.

Realizan semejante función los contratos de fianza en sus variadas especies, y el llamado

Seguro de caución; también se da en ciertos negocios indirectos y fiduciarios, como en la

compraventa con pacto de retroventa el mismo contrato con reserva de dominio. En cuanto

es necesaria una convención para crear derechos reales de garantía, como la hipoteca, la

prenda y la anticresis, cada uno de ellos toma su correspondiente figura contractual.

Son contratos que brindan una seguridad respecto del cumplimiento de otro contrato
(principal). A veces la caución se presta por medio del contrato de fianza, y otras por medio
de la constitución de derechos reales de garantía (hipoteca, prenda , anticresis)
e) De circulación:

Con el propósito de que los bienes circulen desde el lugar en que se encuentran hasta su

destino final, el contrato de transporte posibilita su traslado en el espacio. Ello vale para el

transporte terrestre, marítimo, fluvial y aéreo, pues, cualquiera que sea la vía elegida, le

corresponderá una figura determinada. A cada una de ellas le corresponderá una regulación
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legal, al punto que el Derecho marítimo y el aeronáutico disfrutan de autonomía científica,

aunque en todo caso la función es la misma; hacer posible la circulación de mercancías y

personas.

f) Contratos de custodia.
Por intermedio de estos contratos una cosa ajena se entrega para su guarda o conservación:
ej: contrato de depósito, y los contratos atípicos de garaje y de guarda en cajas de
seguridad.
g) Contratos de colaboración.
Son aquellos en los cuales media una función de cooperación para alcanzar el fin que ha
determinado el nacimiento del contrato. Ese fin puede ser una gestión a realizar o un
resultado a obtener (mandato y otras figuras afines, como locación de servicios, de obra,
contrato de trabajo, contrato de agencia etc). El fin también puede ser una utilidad a
conseguir y partir, como en el contrato de sociedad.
h) Contratos de previsión.
Son destinados a la previsión de riesgos. Por ej: El contrato de seguro; el contrato de renta
vitalicia etc
i) Contratos gratuitos y liberalidades.
El espíritu de la liberalidad puede desempeñar una función social significativa. Cabe
destacar en tal sentido a la donación y otros contratos a título gratuito (mandato gratuito,
fianza, depósito, mutuo gratuito etc)
j) Contratos de displicencia
Son contratos que tienen una misión recreativa. Por ej: Juegos de azar o de destrezas.

La Buena Fe en los contratos (art. 961)


ARTICULO 961.- Buena fe. Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe. Obligan
no sólo a lo que está formalmente expresado, sino a todas las consecuencias que puedan considerarse
comprendidas en ellos, con los alcances en que razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso
y previsor
Reglas
Aunque se vincula ella con los usos, puede definírsela elementalmente como la confianza
que una parte deposita en el comportamiento correcto de la otra. El ordenamiento jurídico
protege la conducta honorable y sanciona la contraria. Danz dice con respecto de la buena
fe que esas palabras significan: confianza, seguridad y honorabilidad basadas en ella, por
lo que se refiere sobre todo al cumplimiento de la palabra dada; especialmente la palabra
―fe‖, fidelidad quiere decir que una de las partes se entrega confiadamente a la conducta
leal de la otra en el cumplimiento de sus obligaciones, ―fiando‖ en ella que no lo engañará.
El nuevo art 961 CCCN, expresa: Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena
fe.
He aquí una directiva de interpretación por excelencia que con su gran amplitud no sólo
preside el principio de la buena fe en el nacimiento del contrato, sino que abarca su
interpretación y, por último la ejecución.
Su visión no nos lleva a abrazarnos al subjetivismo que pudiera implicar la penetración en
la intimidad de la motivación de cada uno de los contratantes, sino a establecer si esa
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voluntad declarada se corresponde con la intención común que determinó la formación del
contrato.
Se resalta con la segunda parte del texto del artículo:‖…. Obligan no sólo a lo que está
formalmente expresado, sino a todas las consecuencias que puedan considerarse comprendidas en ellos, con
los alcances en que razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso y previsor”,
Que se desea acentuar la importancia y el rol de la buena fe-probidad, al precisarse que el
contrato no se limita a las obligaciones primordiales especialmente pactadas en el mismo,
sino que se integra con todas aquellas secundarias y accesorias que resultan intrínsecas a la
naturaleza del contrato, como del comportamiento de las partes o usos (a saber, deberes de
diligencia, de esmero, de cooperación, o seguridad). Justamente en tal sentido se extiende la
exigencia de comportarse conforme a la buena fe no sólo para la celebración, interpretación
y ejecución, sino también para la etapa de formación (tratativas previas) y post contrato
(obligaciones de restituir o reparar). Finalmente no debe olvidarse que la buena fe también
alcanza y compromete a la parte a no reclamar aquello que no le corresponde.

Carácter relativo de los efectos de los contratos:


Los contratos obligan:
1. Desde luego a las partes
2. A los sucesores de los contratantes
Pero no afectan a terceros (existen excepciones: Acciones conservativas etc)

Especies más comunes de contratos (y que


interesan al Profesional de la ingeniería)
1. Compraventa
Cuando los hombres advirtieron la conveniencia de adoptar la moneda como patrón e
cambio, dejaron atrás la permuta y el trueque y se dedicaron a comprar y vender; entonces,
la compraventa pasó a ser el más importante de los contratos de cambio, constituyéndose
en el punto de apoyo sobre el cual se mueve el mundo económico.
Concepto
ARTICULO 1123.- Definición. Hay compraventa si una de las partes se obliga a transferir la propiedad de
una cosa y la otra a pagar un precio en dinero.
A tono con la unificación civil y comercial aprobada, el Código presenta una definición
global de la compraventa y la despoja de aquellas notas que caracterizaban la compraventa
mercantil (adquisición para revender, alquilar su uso, etc., doct. arts. 8, incs. 1° y 2°, 450,
451, CCom).
En esencia, el artículo mantiene la definición universal y tradicional de la compraventa,
esto es, el cambio de la transferencia de la propiedad de una cosa contra el pago de un
precio en dinero, perfil que hunde sus raíces en el propio Derecho Romano. Desde este
punto de vista, se mantienen los dos tradicionales elementos esenciales de esta figura
jurídica: la cosa y precio en dinero.
Caracteres
El contrato de compraventa se caracteriza por ser:
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1. Nominado (típico): Pues este contrato se encuentra sometido a una específica


regulación legal, y porque se lo designa con un nombre propio Compraventa
2. No formal: Sin perjuicio de lo dispuesto en el caso de la compraventa de
inmuebles).
3. Bilateral: Es bilateral porque genera obligaciones recíprocas; tanto el vendedor
como el comprador quedan constreñidos a cumplir con una determinada prestación.-
4. Oneroso: Porque ambas partes se obligan a entregar a favor del otro una
determinada prestación. Cada una de las partes se sacrifica patrimonialmente, y
recibe a cambio una ventaja o beneficio equivalente
5. Conmutativo: Por lo común la compraventa es un contrato conmutativo, pues la
existencia y cuantía de las prestaciones que deben cumplir ambas partes son ciertas,
es decir, conocidas a priori. Por excepción, este contrato puede concertarse
aleatoriamente; así sucede cuando se venden cosas futuras; o cuando se venden
cosas existentes pero sujetas a algún riesgo.
6. Declarativo (y no traslativo de derechos (Art 1123 CCCN). Esto significa que no
tiene fuerza suficiente para modificar la titularidad del derecho de dominio sobre la
cosa vendida; sólo constituye un título válido para que el comprador pueda exigir,
después de concertado el contrato, la transmisión dominial. Para que se constituya el
derecho real de dominio además del título, hará falta que le siga la tradición; y para
que tenga efectos respecto de terceros, la inscripción registral ( en caso de bienes
registrables).

2.- Cosa vendida


ARTICULO 1129.- Cosa vendida. Pueden venderse todas las cosas que pueden ser objeto de los contratos.
El contrato es una especie fundamental de los actos jurídicos (doct. art. 957) y, por lo tanto,
se nutre de la disciplina jurídica de éstos, en todo lo que no sea especialmente modificado
al regularse la materia contractual. A su vez, la compraventa es una especie del género
contrato y, por ello, se abastece de las disposiciones que regulan los aspectos generales de
los contratos. Por lo tanto, al analizar la cosa objeto de una compraventa, deben valorarse
tanto las disposiciones generales sobre el objeto de los actos jurídicos (arts. 279- 280),
como las normas que tratan el objeto de los contratos (arts. 1003- 1011).
El art. 279 define negativamente qué puede ser objeto de los actos jurídicos.
En lugar de establecer que ese objeto debe reunir determinadas características o
condiciones, estipula que " no debe ser" un hecho imposible, prohibido por la ley, contrario
a la moral, a las buenas costumbres, al orden público, lesivo de los derechos ajenos o de la
dignidad humana. Tampoco puede ser objeto de los actos jurídicos un bien que por un
motivo especial se haya prohibido que lo sea. El Código establece que los bienes materiales
se llaman cosas (art. 16).
Con algunas variantes, el art. 279 reitera la esencia del antiguo art. 953, CCiv., que
determinaba qué podía ser objeto de los actos jurídicos.
A su vez, al regularse la materia contractual, el Código declara aplicables al objeto de los
contratos las normas sobre el objeto de los actos jurídicos — lo que constituye una remisión
innecesaria— y prescribe algunas directrices específicas que debe reunir el objeto de los
contratos, a saber: debe ser lícito, posible, determinado o determinable, susceptible de
valoración económica y corresponder a un interés de las partes, aun cuando éste no sea
patrimonial (art. 1003). Son, en definitiva, los requisitos que la doctrina moderna explicaba
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que debía reunir el objeto de los contratos (cf. Mosset Iturraspe, Contratos , ob. cit. ;
Alterini, Contratos ..., ob. cit ).
Por otra parte, en las disposiciones subsiguientes, el Código autoriza que el objeto de los
contratos sean: bienes existentes y futuros (art. 1007); bienes ajenos (arts. 1008); bienes
litigiosos, gravados o sujetos a medidas cautelares (art. 1009); la herencia futura, en
excepcionalísimos casos (arts. 1010); o derechos sobre el cuerpo humano, aplicándose los
arts. 17 y 56 (art. 1004).
Teniendo presente las reglas expuestas, se concluye que la cosa objeto de la compraventa
debe cumplir con los siguientes requisitos:
— Debe tratarse de una cosa, es decir, de un bien material susceptible de valor económico
(arts. 16 y 1003);
— Debe estar precisada en su especie o género, y su cantidad debe ser determinable (art.
1005);
— Debe existir al celebrarse el contrato o ser susceptible de existir, es decir, puede tratarse
de una cosa presente o futura (arts. 1007 y 1131);
— Puede ser de propiedad del vendedor o no, ya que se admite expresamente la venta de
cosas ajenas (arts. 1008 y 1132);
— Puede tratarse de cosas sometidas a litigios, gravadas o afectadas por medidas cautelares
(arts. 1009);
— La enajenación no debe encontrarse prohibida (doct. arts. 234, 279, 1003 y
1004).
En esencia, se mantiene el régimen derogado del Código Civil y del Código de
Comercio, con las diferencias introducidas en materia de cosas ajenas — c uyo régimen se
aclara, como se explicará al examinar el art. 1132— , herencias futuras, dado que ahora se
permite expresamente pactar sobre ellas cuando se reúnen determinados requisitos (art.
1010), y actos de disposición sobre el cuerpo humano o sus partes, en la medida que se
cumplan con las disposiciones que el propio Código prevé en los arts. 17 y 56. Sobre esto
último, habrá que analizar adecuadamente si una compraventa sobre partes del cuerpo
humano —sangre, genes, pelo, células madre, etc.— puede ser considerada lícita y no
atenta contra la moral, buenas costumbres, orden público o dignidad de la persona humana,
que tornen nulo el acto en sí mismo.
Situaciones especiales
El nuevo ordenamiento unifica la regulación de la venta de cosas existentes y de cosas
futuras, y condensa en dos artículos, con algunas variantes de redacción, las disposiciones
que el Código Civil había establecido de forma algo dispersa, señaladas en el apartado
anterior. Desde este punto de vista, se mejora el método de Vélez.
Sin embargo, el tratamiento de las ventas aleatorias queda subsumido de forma poco prolija
en estos artículos, cuando entiendo debió habérselas regulado en normas separadas y más
claras.
Cosa cierta que ha dejado de existir
ARTICULO 1130.- Cosa cierta que ha dejado de existir. Si la venta es de cosa cierta que ha dejado de existir
al tiempo de perfeccionarse el contrato, éste no produce efecto alguno. Si ha dejado de existir parcialmente,
el comprador puede demandar la parte existente con reducción del precio.
Puede pactarse que el comprador asuma el riesgo de que la cosa cierta haya perecido o esté dañada al
celebrarse el contrato. El vendedor no puede exigir el cumplimiento del contrato si al celebrarlo sabía que la
cosa había perecido o estaba dañada.
El art. 1130 prevé tres situaciones diversas vinculadas con la cosa objeto de la
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compraventa, cuando se la estipula como cosa existente. Esta norma se relaciona con el
comentario al art. 1129, respecto de los requisitos de la cosa objeto de la compraventa.
a) La primera situación prevista es la de venta de cosa cierta que ha dejado de existir al
tiempo de perfeccionarse el contrato. En estos casos, el contrato no produce efecto alguno.
El Código alude a cosa cierta, puesto que el régimen de las cosas inciertas es diverso: antes
de su individualización, el caso fortuito no libera al deudor, porque el género no perece (cfr.
art. 763).
b) La segunda hipótesis prevé que si la cosa ha dejado de existir en parte, el comprador
puede reclamar la porción restante, pagando la parte proporcional del precio según la parte
que haya quedado existente. La facultad concedida al comprador en el art. 1130, derivada
de la palabra puede, podría dar lugar a entender que el adquirente también tiene la opción
de dejar sin efecto el contrato.
c) El tercer supuesto regulado por el art. 1130 es una hipótesis de venta aleatoria. El Código
anterior definía a los contratos aleatorios en el art. 2051, CCiv., en ocasión de regular ese
tipo de convenios, precisamente. El nuevo Código, por su parte, con mejor metodología,
define a los contratos aleatorios en la parte general de los contratos, considerando que son
tales cuando las ventajas o las pérdidas, para uno de los contratantes o para todos ellos,
dependen de un acontecimiento incierto (art. 968).
En consonancia con el principio de la autonomía de la voluntad, regulado ahora en el art.
958, la norma en comentario prevé que el comprador puede asumir el riesgo de que la cosa
cierta haya perecido o esté dañada al tiempo de celebrarse el contrato.
El nuevo Código prevé expresamente la posibilidad de que la asunción del riesgo por el
adquirente abarque la destrucción de la cosa o sólo su daño. Sin embargo, no se prevén las
consecuencias de la asunción del riesgo por el comprador, es decir, qué ocurre si la cosa se
destruye, se pierde o se daña. En esos casos, aunque la norma omita señalarlo, como no lo
hacía el viejo Código Civil en su art. 1406, el comprador debe pagar al vendedor el precio
total de la venta (cfr. Salvat). Ésta es, justamente, la consecuencia principal de la venta
aleatoria.
d) La última parte del art. 1130 reitera la regla que traía el antiguo art. 1407, y que era en
cierto modo innecesaria, como lo es también la última oración del art. 1130, dado que
constituye una aplicación de principios generales de los actos jurídicos: si el vendedor, al
tiempo de celebrar el contrato, sabía que la cosa había perecido o estaba dañada, no puede
reclamar su cumplimiento, es decir, no puede exigir que el adquirente le pague el precio
pactado por la venta aleatoria. Es una hipótesis de dolo (art. 271 y ss.) que vicia el
consentimiento y permite al comprador perjudicado demandar la nulidad de la venta, y al
vendedor le impide reclamar el cumplimiento de lo ilícitamente acordado.
Cosa futura
ARTICULO 1131.- Cosa futura. Si se vende cosa futura, se entiende sujeta a la condición suspensiva de que
la cosa llegue a existir.
El vendedor debe realizar las tareas, y esfuerzos que resulten del contrato, o de las circunstancias, para que
ésta llegue a existir en las condiciones y tiempo convenidos.
El comprador puede asumir, por cláusula expresa, el riesgo de que la cosa no llegue a existir sin culpa del
vendedor.
Tradicionalmente, se distinguían dos hipótesis de venta de cosa futura: a) Aquella en el acto
estaba subordinado a la condición suspensiva de que la cosa llegara a existir, en la que el
comprador no asumía ningún riesgo respecto de la existencia futura de la cosa, y que era
reputada una venta conmutativa y condicional (cfr.. art. 1007).Es la venta de cosa esperada
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o emptio rei speratae , en su expresión latina; b) La venta de cosa futura en la que el


comprador asumía el riesgo de que la cosa no llegara a existir en todo o en parte, que era
una hipótesis de venta aleatoria — el otro supuesto de venta aleatoria fue examinado en el
punto 2, anterior. Es la venta de esperanza o emptio spei, en la clásica locución latina.
La venta de cosa futura conmutativa está sujeta a un hecho condicionante suspensivo: que
la cosa llegue a existir. Es, entonces, una venta condicional (doct. art. 1007). Durante la
pendencia de la condición, el vendedor debe realizar los actos convenientes para que la
cosa llegue a existir en las condiciones pactadas, y, en todo caso, no debe impedir que ello
ocurra. Como explican los Fundamentos (apartado VI, cit.), este proceder del vendedor
integra la condición suspensiva y no se asume como obligación separada de ella y, de esta
manera, se diferencia más nítidamente la venta conmutativa de cosa futura, del contrato de
obra —locación de obra en la antigua terminología—.
Finalmente, el art. 1131, última parte, estatuye un supuesto de venta aleatoria, que en la
anterior legislación se regulaba con mayor detalle en los arts. 1332, y especialmente, 1404
y 1405, CCiv. La norma acepta la posibilidad que el comprador asuma el riesgo de que la
cosa no llegue a existir sin culpa del vendedor, pero debe hacerlo " por cláusula expresa".
Cosa ajena
ARTICULO 1132.- Cosa ajena. La venta de la cosa total o parcialmente ajena es válida, en los términos del
artículo 1008. El vendedor se obliga a transmitir o hacer transmitir su dominio al comprador.
El nuevo Código unifica, aclara y simplifica los contradictorios textos legales derogados.
Así, en un solo artículo, declara expresamente que la venta de cosa total o parcialmente
ajena es válida, y determina que sus efectos se regularán por el art. 1008.
ARTICULO 1008.- Bienes ajenos. Los bienes ajenos pueden ser objeto de los contratos. Si el que promete transmitirlos no ha
garantizado el éxito de la promesa, sólo está obligado a emplear los medios necesarios para que la prestación se realice y, s i por su
culpa, el bien no se transmite, debe reparar los daños causados. Debe también indemnizarlos cuando ha garan tizado la promesa y ésta
no se cumple.
Ahora bien: es claro que, aunque no lo diga expresamente, el art. 1132 se refiere a la venta
de cosa ajena que se vende como ajena, esto es, que ambas partes conocen esa
circunstancia, ya que la venta de cosa ajena como propia, constituye un supuesto vedado
por el art. 1008, in fine, si el vendedor no hace entrega de la cosa, y aun podría considerarse
una hipótesis de dolo que nulifica el acto (doct. arts. 271 y 272).
En los supuestos de venta de cosa ajena, el Código establece en el art. 1132, in fine, en
consonancia con la doctrina y jurisprudencia tradicionales, que el vendedor se encuentra
obligado a transmitir el dominio al comprador; con lo cual, el enajenante debe adquirir la
cosa del verdadero propietario para, luego, transmitirla al adquirente. Esta es la exigencia
que clásicamente se impone vendedor en este tipo de ventas.
Sin embargo, la última parte del art. 1132 no se corresponde con lo previsto en el art. 1008,
a cuyo régimen remite el propio art. 1132. Es decir, se advierte cierta discordancia entre
uno y otro artículo, pese a que ambos declaran válida la hipótesis de venta de cosa ajena.
Me explicaré.
El art. 1008, que constituye casi una réplica del antiguo art. 1177 del Código de Vélez, que
establece que en la contratación sobre bienes ajenos la obligación del enajenante puede
asumir dos modalidades: no garantizar el éxito de la promesa de transmitir el bien ajeno o
garantizar esa promesa. Según el tipo de obligación asumida por el transmitente, varía en la
venta de cosa ajena la actuación y la consecuente responsabilidad del vendedor: si éste no
garantizó el éxito de su promesa de transmitir la cosa ajena, contrae una obligación de
medios que sólo lo obliga a ejecutar los actos necesarios para que la prestación se realice, y
si por su culpa el bien no se transmite, debe reparar los daños; si, por el contrario, el
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vendedor garantiza su promesa, asume una obligación de resultado que lo obliga a resarcir
los daños cuando esa promesa no se cumple .
Como señalé, los textos de los arts. 1008 y 1132, última parte, no se conjugan
adecuadamente, ya que si el vendedor no garantizó el éxito de su promesa de entregar la
cosa ajena, como lo permite el art. 1008, segunda parte, no se comprende cómo puede estar
obligado a transmitir o hacer transmitir el dominio al comprador, como lo exige el art.
1132, in fine ; salvo que, para armonizar los textos, se entienda que esa obligación de
―transmitir o hacer transmitir" el dominio de la cosa a cargo del vendedor que impone el
art. 1132 consiste en hacer los actos necesarios para ello, sin obligarse al resultado concreto
de la transmisión. La discordancia será resuelta analizando adecuadamente la voluntad de
las partes al contratar y cuál fue el verdadero alcance de la obligación asumida por el
vendedor de una cosa que no le pertenecía, para determinar la procedencia o no del régimen
de indemnización previsto por el art. 1008.
Finalmente, el nuevo sistema también afirma la validez de la venta de cosa parcialmente
ajena, a la que se le aplican las reglas examinadas (arts. 1008 y 1131), dejándose sin efecto
la disposición del viejo Código Civil que declaraba nulo todo el acto, aun respecto de la
parte que el vendedor tenía sobre la cosa enajenada.
3.- Precio
En la compraventa, el vendedor recibe el dinero del comprador a cambio de la cosa cuya
propiedad se transfiere. La suma que corresponde pagar al adquirente se denomina precio,
y es el objeto de su obligación. Ese precio debe ser determinado, como dice el art 1133
CCCN, de manera tal que su monto se establezca con exactitud matemática, pues al ser en
moneda representa una cuantía numérica.
Requisitos
En relación con los requisitos que debe reunir, el precio debe :
1. Consistir en una suma de dinero: Que en principio puede ser cualquier tipo de
moneda, aunque, en el caso que se hubiere pactado el precio en una moneda extranjera,
el art.765, autoriza al deudor (comprador) a liberarse pagando el equivalente en moneda
de curso legal.
Si lo que se da a cambio de la transferencia de la cosa, no es dinero sino otra cosa,
el contrato será de permuta; si como contraprestación por la trasferencia de la
propiedad de una cosa se realiza un trabajo, o se construye una obra, el contrato
será innominado, o será una dación en pago, pero en ningún caso se podrá afirmar
que es una compraventa.
Precio mixto: Puede acontecer que el precio a pagarse en un determinado contrato
de compraventa, no consista íntegramente en dinero; es posible, en efecto, que se
estipule que el precio se pague en dinero y con la entrega de una cosa o la
prestación de un servicio. El Código establece en estos casos, que si la cantidad de
dinero pagado es de mayor valor que el de la cosa que debe darse en pago del
precio, o el servicio u obra que el adquirente debe efectuar como contraprestación,
el contrato será de compraventa (en caso contrario será de permuta, de servicio o de
obra- Cfr. Arts. 1125 y 1126 CCCN); .-
2. Precio determinado o determinable: Es decir, el precio debe ser cierto, es decir, el
precio debe ser determinado o determinable de acuerdo a lo que establecen los arts 1133
y sgs.
43

En consecuencia cuando las partes no hubieran determinado el precio ni tampoco


hubieran fijado el procedimiento para determinarlo, se señala que el contrato así
concluido es nulo.
Cheques
Puede ocurrir que el comprador pague el precio con un cheque simple o un cheque
certificado. El cheque certificado contiene una declaración o certificación del banco
expresando que el librador tiene fondos suficientes, por lo que será pagado contra su
presentación.-
Pero debemos tener en cuenta que el cheque sea del tipo que sea, carece de poder
cancelatorio mientras no sea cobrado efectivamente por el vendedor, o sea que no equivale
al pago en dinero.- Esto es así, ya que es requisito esencial del precio, que sea en dinero; y
el cheque solamente es una orden de pago librada contra un banco.
Y además puede resultar, por diversos motivos, que el banco librado se niegue a pagarlo,
con lo que no se cumpliría con la contraprestación pactada.-
Pero, si el vendedor dio recibo por el precio, sin mencionar el cheque, se presume que lo
recibió en efectivo. En caso que el cheque no pueda ser cobrado por alguna causa, el
vendedor deberá demostrar que recibió el pago en un cheque que no pudo ser efectivizado;
y en última instancia resolverá la situación el juez.- Por eso, cuando se redacta un boleto de
compraventa, no se debe omitir – si el vendedor recibe un cheque – dejar constancia de esta
situación, con número de cheque y otros datos.-
Los Códigos extintos sólo exigían expresamente los requisitos a) y b), mientras que los

3. Obligaciones de las partes


A) Obligaciones del vendedor
Las obligaciones del vendedor
El Código regula en pocos artículos lo relativo a las obligaciones del enajenante, de manera
más ordenada, purificada y sencilla que su Código antecesor, lo que resulta
metodológicamente más apropiado y coadyuva a una adecuada interpretación.
El vendedor se encuentra obligado a cumplir con los siguientes deberes: a)conservar la cosa
objeto del contrato; b) transferir la propiedad de la cosa; c) pagar los gastos de entrega de la
cosa y los que se originen en la obtención de los instrumentos de la venta; y responder por
saneamiento. Además, el vendedor también tiene a su cargo el cumplimiento de ciertos
deberes colaterales y, en las ventas de cosas muebles, existen ciertas obligaciones
adicionales específicas como por ejemplo entregar una factura en los términos del art.1145.
Obligación de transferir
ARTICULO 1137.- Obligación de transferir. El vendedor debe transferir al comprador la
propiedad de la cosa vendida. También está obligado a poner a disposición del comprador
los instrumentos requeridos por los usos o las particularidades de la venta, y a prestar
toda cooperación que le sea exigible para que la transferencia dominial se concrete.
Luego de conservar la cosa en su poder (ver en el punto siguiente), el vendedor debe
seguidamente transferir su propiedad al comprador, en el tiempo y lugar contractualmente
estipulados.
Esta tradicional obligación del enajenante surge con claridad del art. 1137 que se comenta y
de la propia definición del art. 1123 que el Código provee.
La obligación del vendedor que se examina constituye el deber central a su cargo. El
Código Civil originario la fijaba en los arts. 1323, 1409 y concordantes.
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En esencia, el deber de transferir la propiedad se puede fraccionar, por lo menos


teóricamente, en dos aspectos: a) la entrega de la cosa; y b) la existencia y legitimidad del
derecho que se transmite sobre ella.
a)La entrega de la cosa es la dación material que el vendedor debe efectuar al comprador.
Esta entrega, debe cumplirse con una finalidad traslativa. Como se viera en el curso de las
Obligaciones: es una obligación de dar cosa cierta, con la finalidad específica de transmitir
derechos reales (en este caso el de dominio). Sin perjuicio de que, en ciertos casos- como
en éste- deban observarse actos complementarios para que aquella alcance plenamente su
finalidad de transmitir el dominio.- Recordar que en nuestro derecho, para la adquisición
perfecta del derecho real de dominio se requiere: a) La escritura (“Título, según Vélez) y b)
La tradición (“Modo”, para Vélez); y c) para ser oponible frente a terceros (con el efecto de
publicidad), la Inscripción Registral.
Tradición: Es la entrega voluntarias que hace el transmitente y la recepción, también
voluntaria que hace el adquirente, y con el ánimo, en este caso, de transmitir el derecho de
propiedad.
La tradición de la cosa debe cumplirse de acuerdo con la forma legal que exigen los arts.
1924 y 1925 — similares a los arts. 2377 y ss., CCiv.— , salvo que se presenten algunas de
las excepciones que se establecen en los arts. 1892, 1923 o en otras disposiciones que
admitan un modo suficiente diverso para tener por cumplida la entrega de la cosa (doct. art.
1149, por ejemplo).
Entonces, la tradición, en cuanto acto traslativo de dominio, puede darse por medio de
diversos mecanismos que conviene mencionar:
 Tradición auténtica (cuando existe entrega material de la cosa).-
 Tradición ficta o simbólica: No hay real entrega de la cosa, sino que consiste en
actos o hechos que la representan (por ej: entrega de la factura de la mercadería
comprada etc).-
 Tradición de inmueble que se encuentra ocupado por inquilinos.-
Esa entrega o tradición es sumamente relevante no sólo en el ámbito de los derechos
personales emanados de la venta sino porque, antes de esa entrega o tradición, el acreedor
— e l comprador, en nuestro tema— no adquiere sobre la cosa ningún derecho real. Este
inveterado principio surgía del famoso art. 577 del viejo Código Civil, y lo reitera el art.
750, del nuevo Código.
Efectos del incumplimiento de la obligación de entregar la cosa
El comprador, ante el incumplimiento (culposo o doloso) de la entrega de la cosa por parte
del vendedor, puede optar por: a) la resolución del contrato con más los daños y perjuicios
o, b) exigir el cumplimiento forzado de la prestación (mientras sea factible), con más daños
y perjuicios.
Pero puede suceder que, en las ventas al contado y con cumplimiento simultáneo, el
vendedor se niegue a entregar la cosa mientras el precio no le sea pagado, o tema
fundadamente que el comprador, por diversos motivos no le cumpla. Esto no es
propiamente un derecho de retención, sino de una simple aplicación de las figuras de
―Suspensión de cumplimiento‖( antes llamada excepción de incumplimiento; art. 1031) y
de ―Tutela preventiva‖ (art. 1032), según las cuales el cual una de las partes no puede ser
obligada a cumplir, mientras la accionante no haya cumplido con sus propias obligaciones,
o no esté en condiciones de cumplir.
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Imposibilidad de entregar la cosa (“imposibilidad de cumplimiento”)


Conforme a lo establecido en el art. 1732 CCCN (Imposibilidad de cumplimiento). Cuando
el vendedor se encuentre en la imposibilidad de entregar la cosa (por caso fortuito o fuerza
mayor), se podrá resolver el contrato (devolviéndose el precio, si hubiese sido pagado con
anterioridad), y el comprador no podrá reclamar el pago de los daños y perjuicios, a menos
que el evento que hace imposible el cumplimiento haya sobrevenido estando el vendedor en
mora de entrega del objeto; y aún en este caso se puede eximir de responsabilidad si
probase que la cosa se hubiere perdido igualmente en poder del comprador. O cuando se
hubiese estipulado que, el vendedor asume el caso fortuito o fuerza mayor (en este caso se
deberá hacer cargo de los daños y perjuicios sufridos por el comprador)

Entrega de la cosa
ARTICULO 1140.- Entrega de la cosa. La cosa debe entregarse con sus accesorios, libre de toda relación de
poder y de oposición de tercero.
En virtud del principio de identidad, debe afirmarse que el vendedor debe entregar al
comprador, aquello a lo que se comprometió al celebrar el contrato; no podrá pretender
entregar otra cosa distinta, aunque sea de mayor valor.
Y por el principio de integridad, debe entregar la cosa por entero (art.742 C.C.), y además,
en virtud del art 575 C.C. la cosa debe ser entregada con todos sus accesorios (aunque no se
mencionen en el título).-
La cosa debe ser entregada, como dispone el artículo 1140 con todos sus accesorios ,tal
como las partes, verosímilmente entendieron que debía ser entregada (principio de la buena
fe), y “libre de toda relación de poder y de oposición de tercero”, de manera que ningún
tercero pueda alegar tener algún mejor derecho sobre la cosa transferida.
Estas condiciones se reiteran: a) en el art. 746, cuando impone al deudor de una cosa cierta
la obligación de entregar la cosa con sus accesorios; b) en el art. 1926, cuando se establece
que para adquirir la posesión o tenencia por la tradición, la cosa debe estar libre de toda
relación excluyente; y c) cuando este mismo precepto ratifica que para adquirir la posesión
o tenencia por la tradición no debe existir oposición alguna. El Código Civil sustituido
preveía disposiciones similares en los arts. 575, 1409, 1426, 2380 y 2383.
Por otra parte, el art. 1139 del nuevo Código dispone que el vendedor debe entregar el
inmueble " inmediatamente de la escrituración" (sic ). Es evidente que se trata de un
defecto de redacción y que debe leerse como "inmediatamente después de la escrituración"
El vendedor queda exceptuado de entregar el bien en ese momento si se hubiere acordado
lo contrario (art. 1139, in fine), mas no resultaba necesario aclarar esto último puesto que el
propio Código establece como principio general el carácter supletorio de las normas legales
en materia de contratos (art. 962), salvo que se verifiquen los supuestos allí indicados.
Finalmente, en materia cosas muebles, se aplican primordialmente las disposiciones de los
arts. 1142, a cuyo análisis me remito.
b) El otro aspecto que involucra la obligación del vendedor de transferir al adquirente la
propiedad de la cosa reside en la existencia y legitimidad del derecho que transmite. En
efecto, no basta con que el vendedor entregue materialmente la cosa al comprador,
cumpliendo las formalidades legales que exigen los arts. 1924 y concs., si él no transmite
un derecho completo, legítimo y válido sobre esa cosa, sea porque no es el titular del
derecho de propiedad que transmite, porque éste se encuentra restringido o gravado, porque
el propio vendedor no puede disponer de sus bienes o por cualquier otro motivo que afecte
el derecho del comprador a recibir un derecho pleno y disponer, usar y gozar de la cosa
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adquirida sin pretensión de terceros. Se debe tratar de una tradición válidamente realizada
y, además, que permita al comprador adquirir un derecho de propiedad perfecto. El
incumplimiento de esta obligación activa la responsabilidad del vendedor por saneamiento
(arts. 1033 y ss.), que en el Código Civil extinto se denominaba evicción (arts. 2089 y ss.).
Conservar la cosa
Puesto que el vendedor debe entregar la cosa, va de suyo que también está obligado a
conservarla sin cambiar su estado hasta el momento en que se haga efectiva la tradición
Este deber no surge explícitamente de los arts. 1137 a 1140 que se comentan, pero sí de
otras disposiciones aplicables a la compraventa. En efecto: el art. 746, al regular las
obligaciones de dar, dispone que el deudor de una cosa cierta, -en nuestro tema, el
vendedor— está obligado a conservarla en el mismo estado en que se encontraba cuando
contrajo la obligación. Este deber reitera el principio general que establecía el art. 1408,
CCiv., y nada agrega a él. Por ello, son aplicables a esto obligación las enseñanzas
tradicionales de la doctrina y jurisprudencia sobre su alcance y contenido.
Riesgos: si la cosa perece sin culpa del vendedor, la venta queda resuelta.
Si la cosa se deteriora sin culpa del vendedor, el comprador tendrá derecho a resolver el
contrato, o a recibir la cosa en el estado en que se encuentra, pero con disminución del
precio.
Si la cosa se pierde o se deteriora por culpa del vendedor, el comprador tendrá derecho a
resolver el contrato con daños y perjuicios; o a recibir una cosa similar con más daños y
perjuicios; y si fuere deterioro, también puede optar por recibir la cosa deteriorada, pero
con disminución del precio a pagar y con más daños y perjuicios.
Acrecentamiento y mejoras: El acrecentamiento producido en la cosa en el período que
va desde la celebración del contrato hasta la entrega de la cosa, favorece al dueño, es decir,
al vendedor. Por consiguiente podrá reclamar un suplemento de precio proporcional al
aumento y si el comprador se niega, la venta quedará disuelta.
En cuanto a las mejoras, cualquiera sea su carácter, el único derecho que tiene el vendedor
es retirarlas, si no produce daño al sacarlas.- Pero podrá exigir el pago de las mejoras
necesarias, pues aunque tenía el deber de realizarlas, puede exigir su reintegro, pues sino el
comprador, que igualmente las hubiera sufrido de tener la cosa, estaría obteniendo un
enriquecimiento sin causa.-
Frutos: Los frutos percibidos antes de la tradición son del vendedor; y los pendientes al
momento de la tradición pasan al comprador.
Pagar los gastos de entrega y los originados en la obtención de los instrumentos de la
venta (art 1138)
ARTICULO 1138.- Gastos de entrega. Excepto pacto en contrario, están a cargo del vendedor los gastos de
la entrega de la cosa vendida y los que se originen en la obtención de los instrumentos referidos en el
artículo 1137. En la compraventa de inmuebles también están a su cargo los del estudio del título y sus
antecedentes y, en su caso, los de mensura y los tributos que graven la venta.
La ley pone a cargo del vendedor el pago de algunos costos vinculados con la venta
celebrada, salvo que lo contrario se haya pactado en el contrato, dado que en esta materia,
rige con plenitud el principio de autonomía de la voluntad (doct. arts. 12, 944, 958 y 962).
En primer término, el enajenante debe abonar los gastos que origine la entrega de la cosa.
Así lo dispone el art. 1138, tal como lo establecían el art. 1415, CCiv., y el art. 460, CCom.
En segundo lugar, el nuevo Código también pone a cargo del vendedor los gastos que se
generen para obtener " los instrumentos requeridos por los usos o las particularidades de la
venta" (art. 1137), como podrían ser certificados, visados, constancias documentales,
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etcétera. Además de esos costos a cargo del enajenante, la ley agrega que, en la venta
inmobiliaria, también se encuentran a cargo del vendedor los gastos derivados del estudio
de títulos, los costos de la mensura del inmueble y el pago de los tributos que graven la
venta.
La decisión legal de poner a cargo del enajenante el pago del estudio de títulos recoge los
usos y costumbres notariales según los cuales, usualmente, es el vendedor quien sufraga ese
análisis jurídico- documental, en aquellas jurisdicciones donde se suele confeccionar.
En tercer lugar, el art. 1138 también establece como obligación a cargo del vendedor el
pago de los gastos de la mensura del inmueble. Este deber surge cuando resulta necesario
tomar las dimensiones del inmueble para determinar la exactitud de lo vendido —por
ejemplo, en los supuestos de los arts. 1135 y 1136 analizados—, y su costo se refleja
frecuentemente en la negociación del precio de la venta. En aquellos casos, entonces, la
mensura y su costo se encuentran a cargo del enajenante. Queda siempre a salvo el pacto en
contrario sobre la materia.
Finalmente, el enajenante también debe pagar los tributos que graven la venta, como
prescribe el art. 1138, in fine. Esta disposición puede resultar problemática porque alude a
los "tributos‖, es decir a los impuestos, tasas y contribuciones, que " graven la venta‖, y no
a los tributos que graven al vendedor. ¿Cuál es el alcance exacto de esa expresión? ¿Abarca
los impuestos de carácter netamente local, como el impuesto de sellos por ejemplo, cuya
creación, imposición y fiscalización corresponde a las jurisdicciones locales y no a una ley
nacional como este Código? Salvat decía que eran a cargo del enajenante los impuestos que
gravaban el acto de venta, " en la medida que sean legalmente a cargo del vendedor" .
Entendemos que la exigencia legal se refiere a aquellos impuestos que gravan al vendedor
en cuanto tal, como son el impuesto a la transferencia de inmuebles o el impuesto a las
ganancias, por ejemplo, mas no se refiere al pago del impuesto de sellos u otros tributos
locales que gravan operaciones y negocios, cuyo obligado al pago se determina por las
legislaturas locales competentes para ello.
Responder por saneamiento
El nuevo Código adapta la terminología de las clásicas garantías de evicción y vicios
redhibitorios, que Vélez había regulado de manera metodológicamente inapropiada en la
parte del Código que trataba los contratos en particular. El nuevo ordenamiento las
disciplina bajo la denominación global de obligación de saneamiento en las disposiciones
de la parte general de los contratos, donde metodológicamente resulta más adecuado (arts.
1033 y ss.).
Esta obligación central del vendedor no aparece incluida en la sección que se comenta, que
trata las obligaciones del vendedor.
La ausencia de mención específica de esta obligación en la parte del Código que trata sobre
las obligaciones del vendedor en modo alguno afecta su existencia real, concreta y
plenamente aplicable a la compraventa, ya que los contratos se integran con las normas
supletorias de la ley (conf. art. 964, inc. b]) y no hay duda que la clásica obligación de
saneamiento del vendedor, comprensiva de la responsabilidad por evicción y por vicios
ocultos, rige con plenitud en el contrato de compraventa (doct. art. 1033, inc. a]). La
política del nuevo ordenamiento ha sido simplificar los antiguos textos y establecer
principios generales aplicables a situaciones particulares, como en este caso.
Finalmente, debe recordarse, como enseña la doctrina, que la responsabilidad emergente de
la evicción o de los vicios ocultos tiene carácter objetivo porque no deriva de la culpa o
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dolo del enajenante, los que, de existir, sólo agravan su responsabilidad en cuanto a los
daños resarcibles.
Garantía por evicción: El vendedor debe procurar que el comprador no sea turbado por un tercero que invoque para
hacerlo un derecho anterior a la transmisión; y si el tercero triunfa en sus pretensiones, el vendedor, tiene la obligación de
indemnizar al comprador por los daños y perjuicios.-
El estudio sistemático de la evicción corresponde a la teoría general del contrato; y allí nos remitimos para su análisis.
Garantía por vicios ocultos (vicios redhibitorios) El vendedor le garantiza al comprador por los defectos ocultos de la cosa
que existen al tiempo de la adquisición y cuya importancia es tal que, de haberlos conocido el comprador no la habría
adquirido, o habría dado menos por ella. Todo el que transfiere el dominio de una cosa a otra persona por título oneroso
debe garantía por ellos. Es lógico que así sea, pues cuando dos personas contratan sobre una cosa, debe entenderse que lo
hacen teniendo en consideración su estado aparente y las cualidades que normalmente tienen las cosas de esa especie y
calidad. Si luego resulta que tenía un vicio o defecto oculto, la lealtad que debe presidir las relaciones contractuales obliga
al enajenante a apresurarse a ofrecer al adquirente la rescisión del contrato o la indemnización del perjuicio. Y si no lo
hace la ley le da al adquirente las acciones endientes a lograr ese resultado.-
Tiempo en que debe verificarse la entrega del inmueble:
ARTICULO 1139.- Tiempo de entrega del inmueble. El vendedor debe entregar el inmueble inmediatamente
de la escrituración, excepto convención en contrario.
El art. 1139 del nuevo Código dispone que el vendedor debe entregar el inmueble "
inmediatamente de la escrituración" (sic ). Es evidente que se trata de un defecto de
redacción y que debe leerse como "inmediatamente después de la escrituración‖. Es lo más
lógico, ya que, de no existir plazo, se entiende que la obligación es pura y simple, es decir
de exigibilidad o de deber de cumplir inmediatamente.
El vendedor queda exceptuado de entregar el bien en ese momento si se hubiere acordado
lo contrario, mas no resultaba necesario aclarar esto último puesto que el propio Código
establece como principio general el carácter supletorio de las normas legales en materia de
contratos, salvo que se verifiquen los supuestos allí indicados.
Finalmente, en materia cosas muebles, se aplican primordialmente las disposiciones de los
arts. 1142, a cuyo análisis nos remitimos.
B) Obligaciones del comprador
Enumeración (art. 1141)
ARTICULO 1141.- Enumeración. Son obligaciones del comprador:
a) pagar el precio en el lugar y tiempo convenidos. Si nada se pacta, se entiende que la venta es de contado;
b) recibir la cosa y los documentos vinculados con el contrato. Esta obligación de recibir consiste en realizar
todos los actos que razonablemente cabe esperar del comprador para que el vendedor pueda efectuar la
entrega, y hacerse cargo de la cosa;
c) pagar los gastos de recibo, incluidos los de testimonio de la escritura pública y los demás posteriores a la
venta.
El nuevo Código disciplina todo el régimen de las obligaciones del comprador en un solo
artículo, a diferencia del régimen reemplazado que lo hacía en varias disposiciones. Este
método resulta más claro y simple, y, por lo tanto, resulta útil para la mejor interpretación y
ejecución de esta figura contractual.
En esencia, el régimen del Código mantiene las tradicionales obligaciones a cargo del
comprador, con algunas variantes menores: pagar el precio, recibir la cosa y su
documentación accesoria, y abonar los gastos de recibo de la cosa y ciertas erogaciones
adicionales.
Con cierta confusión de lenguaje, como ya indiqué, los Fundamentos (apartado VI, cit.)
discriminan las obligaciones del adquirente de sus deberes colaterales, y manifiestan que
ambos son diferentes en cuanto a su entidad y funciones. Sin embargo, al regular la materia,
el Código no efectúa ninguna diferenciación entre unas y otros; aun más, el título de la
Sección y el encabezamiento del artículo aluden únicamente a " obligaciones del
comprador‖ . En los próximos apartados, no obstante, intentaré efectuar la referida
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precisión. Valen también aquí las consideraciones al respecto que expuse al tratar las
obligaciones y deberes del vendedor.
1. Pagar el precio
El pago del precio de la venta resulta la obligación tradicional y esencial que este contrato
impone a cargo del comprador. El Código Civil originario también estatuía esta obligación
en numerosas normas, primordialmente en el art. 1424.
Hemos señalado anteriormente cuáles son los requisitos que debe tener el precio en la
compraventa, a cuyo análisis nos remitimos (supra, comentario a los arts. 1133 y 1134).

Tiempo del pago


¿En qué momento el comprador debe efectuar el pago?.-
Al respecto podemos exponer las siguientes reglas:
1) En principio el pago debe hacerse en la fecha estipulada por las partes en el contrato.-
(art 1141 inc a)
2) Si en el contrato nada se dice sobre la fecha del pago, éste se hará simultáneamente
con la entrega de la cosa (pues se supone venta al contado; o ―contra la entrega de la
cosa‖).-(art 1141 inc a).)
En materia de venta de cosas muebles, se aplican primeramente las reglas establecidas por
los arts. 1142 y siguientes, a cuyo examen reenvío al lector.
Pago al contado en las ventas de inmuebles
Dijimos que cuando las partes guardan silencio sobre la fecha de pago, debe entenderse que
ésta se hará al contado, es decir, contra la entrega de la cosa adquirida. Pues bien, esta regla
se aplica sin ninguna dificultad en materia de cosas muebles, pero con relación a los
inmuebles, se abre el siguiente interrogante: ¿Cuándo se considera ―entregada ―la cosa a los
fines de exigir el precio?
A nuestro juicio, la expresión ―entrega de la cosa‖ utilizada por el codificador en el art
1141 CCCN, debe entenderse como sinónimo de ―transmisión del dominio‖; de este modo,
interpretamos que el vendedor ha hecho entrega del inmueble cuando ha realizado la
tradición y ha otorgado la escritura (conf. Art.1139 CCCN).
2. Recibir la cosa y los documentos vinculados con el contrato
El art. 1141, inc. b), establece que es obligación del comprador recibir la cosa y los
documentos relacionados con el convenio, y explicita en qué consiste esta obligación:
comprende realizar todos los actos que razonablemente cabe esperar del adquirente para
que el vendedor pueda efectuar la entrega, como también consiste en hacerse cargo de la
cosa.
El comprador está obligado a recibir la cosa en el término fijado en el contrato o, a falta de
estipulación, inmediatamente después de la compra (cfr. Art 1141). Es la obligación
correlativa de la que tiene el vendedor de entregar la cosa.
El Código Civil fijaba únicamente la obligación del comprador de recibir la cosa (art. 1427)
y establecía las consecuencias derivadas de su incumplimiento (arts. 1430 y 1431, CCiv.),
mas no traía una disposición específica semejante a la que se analiza, que ha sido
evidentemente extraída del art. 60 de la Convención de las Naciones Unidades sobre los
Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías sancionada en Viena el 11 de abril
de 1980 (Convención de Viena de 1980), e incorporada a nuestro ordenamiento jurídico en
1983 por la ley 22.765 (ley N- 1356, según Digesto Jurídico Argentino aprobado por ley
26.939).
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La redacción del texto legal y lo señalado en los Fundamentos (apartado VI, cit. )
permitirían entender que el compromiso que el inc. b) exige del comprador constituye uno
de esos deberes colaterales a su cargo referidos en los Fundamentos, y no una obligación en
concreto. Ello, pese a la denominación de la Sección 4ª en que se inserta y al contenido del
encabezamiento del artículo, como lo he expuesto. Se advierte la diversa entidad entre una
y otro, y por ello, su incumplimiento entendemos que no autoriza a ejercer la cláusula
resolutoria implícita (doct. arts. 1084 y 1088).
Se trata, en definitiva, de un deber de cooperar con el vendedor para que la transferencia
dominial y, por ende, el efectivo cumplimiento del contrato, pueda materializarse y
satisfacer así la finalidad propia de esta figura contractual.
Sanciones para el caso de que el comprador no reciba la cosa: Dada esta situación hay
que ver si se trata de cosa mueble o inmueble.-
Tratándose de cosas muebles, el vendedor puede:
a) Cobrar al comprador los gastos de conservación de la cosa y los demás daños que
resulten de la actitud del comprador.
b) Consignar judicialmente la cosa.
c) Demandar el pago del precio.
d) Pedir la resolución de la venta si no se le pagara el precio.
3. Pagar ciertos gastos
Para concluir con las obligaciones del adquirente, el art. 1141, inc. c), impone al comprador
la obligación de pagar los gastos de recibo de la cosa. La norma agrega que también debe
sufragar el costo del testimonio de la escritura pública y los demás gastos posteriores a la
venta, pero la redacción del inciso no permite deducir con claridad si los supuestos son
ejemplos de los " gastos de recibo" mencionados al inicio, o hipótesis diferentes a ellos. En
cualquier caso, todos estos costos corren a cargo del adquirente, excepto, claro, estipulación
diversa acordada con el vendedor (doct. arts. 12, 944, 958 y 962).
Los costos de recibo son los gastos necesarios para hacerse cargo de la cosa. En la venta de
cosas muebles, los gastos de transporte son a cargo del comprador, según el alcance que le
asignaba la doctrina comercialista.
El costo del testimonio de la escritura pública remite a las compras de inmuebles— y a las
demás transferencias onerosas regidas por las normas de la compraventa, cfr. art. 1124— ,
y refleja los usos y costumbres notariales: los honorarios del escribano, folios de actuación
notarial, etc., son abonadores regularmente por los adquirentes.
En cuanto a las " demás" erogaciones posteriores a la venta aludida por el inciso, se refiere
a los gastos de inscripción, tasas vinculadas a ello, etc., y restantes supuestos relacionados
con ese tramo de la operación, estando ya la cosa en poder del comprador, según se infiere
de la atenta lectura del inc. c) del artículo que se anota.

Boleto de compraventa
El boleto de compraventa de inmuebles.
En la práctica de las operaciones inmobiliarias, la compraventa se concierta siempre, salvo
casos muy excepcionales, por medio de boletos privados. El boleto de compraventa se ha
convertido en el medio más usado para concertar compraventas inmobiliarias; es más, no
resulta aventurado sostener que en la conciencia del hombre medio se ha formado la idea de
que el boleto constituye un paso imprescindible para concretar una operación inmobiliaria.
El auge del boleto se explica, entre otras causas, por razones prácticas impuestas por la
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necesidad del tráfico jurídico cotidiano. Se recurre al boleto porque la formalización de la


escritura insume un tiempo del que las partes no disponen; o, porque en las ventas en
cuotas, el vendedor no quiere escriturar sino cuando se terminen de pagar dichas cuotas; o
para ahorrarse momentáneamente el gasto de escrituración.
Sea por estas, u otras razones, lo cierto es que el boleto ha tomado una importancia tal, que
justifica plenamente la inquietud e interés que los juristas sienten por él.
Concepto de boleto de compraventa
“ un contrato parcialmente típico, concluido por escrito, que según su contenido impuesto
o declarado, obliga recíprocamente a las partes a escriturar una compraventa
inmobiliaria, y que entre tanto, sólo genera por sí, obligaciones naturales de dar la cosa y
pagar el precio”. Como se ve, para este autor, el boleto es apenas un preliminar válido, que
si bien impone a las partes la obligación de escriturar, no genera, por sí solo, más que
obligaciones naturales de dar la cosa y pagar el precio. No tiene, en esta concepción, rango
de compraventa definitiva.
Estructura interna
Previo a la realización de un boleto, es fundamental – en pro de la seguridad jurídica-
estudiar debidamente los antecedentes y hacer las averiguaciones registrales para saber la
situación dominial del inmueble ( sin consta la titularidad del futuro vendedor) y comprobar
la no existencia de gravámenes (hipotecas, embargos, inhibiciones, prohibición de contratar
etc).
Luego en base a los datos de dominio obtenidos, se confecciona el boleto de compraventa.
Es fundamental interpretar y luego reflejar en el escrito, con las palabras adecuadas, la real
intención de las partes, en todas sus cláusulas y estipulaciones.
Se expresa el lugar y la fecha en que fue suscripto.
Se vuelcan la mayor cantidad de datos personales de los contratantes (nombre y apellido;
documento de identidad; domicilio; nacionalidad; estado civil y nombre del cónyuge si es
casado (aclarando de que nupcias se trata); ocupación, etc.
A continuación se redacta la parte medular del acuerdo: la descripción de la cosa vendida y
el detalle sobre el precio. El inmueble debe describirse con la mayor precisión: en su
ubicación, medidas, superficie y linderos- Si se trata de una casa, departamento u otra
construcción se puede hacer alguna descripción de la misma , sus accesorios y estado en
que se encuentra .
Transcribir la inscripción registral y número de partida inmobiliaria, y datos contributivos.
El precio debe constar con claridad (es conveniente hacerlo en números y letras), forma de
pago, financiación con detalle de los interese, si los hubiere etc.
Si se conviene una cláusula penal, redactarla convenientemente en todos sus detalles.
Estipular la toma de posesión y el pacto comisorio si fuere expreso; establecer quien pagará
los impuestos, honorarios y sellado fiscal, etc.
Luego el profesional lee el boleto de compraventa a las partes, y aclara las dudas que
puedan presentarse, hace las advertencias correspondientes sobre el significado técnico de
ciertas cláusulas y efectúa las modificaciones o agregados que sean convenientes a
indicación de los contratantes.
En caso de estar totalmente de acuerdo, llega el momento de firmar el boleto. Firman dos
ejemplares: las partes, y si el bien es ganancial debe firmar también el cónyuge de la parte
vendedora. Se debe firmar en todas las copias y en todas las hojas; se puede confeccionar
una tercera copia, para documentar la actuación profesional.
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Si alguna de las partes no puede o no sabe firmar, debe haber personas que firmen a ruego,
acostumbrándose a demás a colocar la impresión digital. Si una de las partes es ciega o no
sabe darse a entender por escrito, también habrá testigos que firmen a ruego. Si existen
dudas sobre el estado mental de alguna de las partes, se requiere un certificado médico que
acredite que esa persona está en pleno uso de sus facultades mentales.
Si hay anexos al boleto, como inventarios, planos u otros documentos, deben firmarse
también en todas las hojas.
La certificación de firmas que otorga fecha cierta es la del escribano, pero también le
otorgan fecha cierta: otras actuaciones como por ej: la fecha que consta en el sellado fiscal
etc.
Por último, si se deben realizar modificaciones o aclaraciones posteriores; pueden hacerse
en el mismo boleto u otro, con sus respectivas fachas y firmas. Lo mismo si las partes
acuerdan la rescisión del contrato, firmando todos los que lo hicieron en el contrato
original.

Permuta
Caracterización y caracteres
Una descripción elemental y primaria de la permuta, nos la presenta como un “cambio de
cosa por cosa”; esta simple operación económica, fue la primera que practicaron los
hombres en los albores de la civilización para satisfacer sus necesidades. Luego al aparecer
la moneda, la permuta dejó paso a la compraventa que pronto alcanzó el rango de negocio
de derecho, en mérito a la regulación jurídica de que fue objeto. La permuta, en tanto,
siguió practicándose como mera operación económica, rezagada y minimizada por el auge
de la venta. En épocas ya más avanzadas, consagrada ya la venta como el más importante
de los contratos de cambio, alcanzo la permuta regulación jurídica propia, y con ella el
rango de negocio jurídico típico.
El contrato de permuta era denominado en el Código de Vélez, indistintamente, como "
trueque" o " permutación‖. Las partes se rotulaban, también indistintamente, como "
permutantes" o " copermutantes".
El Código moderno emplea únicamente la nominación de " permuta" para referirse a este
vínculo jurídico y designa como " permutante" a las partes contratantes.
El nuevo Código mantiene la autonomía normativa de este contrato al otorgarle un espacio
concreto dentro del régimen de los contratos en particular. La regulación que presenta es
mínima y, en todos los aspectos no previstos en ella, se reputan aplicables las normas de la
compraventa, como indica el art. 1175.
Definición
ARTICULO 1172.- Definición. Hay permuta si las partes se obligan recíprocamente a transferirse el dominio
de cosas que no son dinero.
La definición prevista por el nuevo texto legal es más sencilla que la establecida por el art.
1485, CCiv., y a la vez mejora su redacción, dado que la expresión " con tal que éste [el
copermutante] le dé la propiedad de otra cosa" , que contenía la última parte de aquella
disposición, era algo imprecisa en tanto se podía interpretar que la prestación del
copermutante debía ser simultánea a la obligación que asumía el permutante, aunque el
carácter consensual de la permuta no podía en verdad ponerse en duda. Por ello, la
expresión legal actual que indica que hay permutación si las partes "se obligan" es más
conveniente que su predecesora. La redacción del art. 1172 permite concluir que el contrato
53

de permuta se perfecciona con la asunción de las obligaciones recíprocas asumidas por las
partes, de transferirse el dominio de cosas que no son dinero. Este perfeccionamiento
contractual resulta coherente con la eliminación de la clasificación de contratos reales y
consensuales decidida por el nuevo Código (arts. 966 a 970), aunque algún resabio de la
categoría de los contratos reales se advierte en el art. 1554 relativo a la donación manual.
El objeto del contrato deben ser " cosas que no son dinero‖.En primer término, el objeto
deben ser cosas, cuya definición legal surge del art. 16, que dispone que los bienes
materiales susceptibles de valor económico se llaman cosas. Por lo tanto, ése es el ámbito
de funcionamiento ordinario de esta figura, acorde con el texto histórico y actual relativo a
este contrato. Spota explica que el objeto de la permuta pueden ser no sólo cosas ciertas,
sino también cosas inciertas y aun futuras, por aplicación de las reglas de la compraventa.
La expresión de " cosas que no son dinero" que contiene la definición legal que se examina
permite deducir que, existiendo dinero en la operación, no se tratará ya de un contrato de
permuta sino de una compraventa u otro negocio diverso al trueque.
Otro aspecto de la definición legal que debe destacarse es la exigencia de que la obligación
consista en transferir el " dominio " de cada una de las cosas que se intercambian. Es decir,
lo relevante para que se configure este contrato es que las partes se obliguen a transferirse
recíprocamente el derecho real de dominio, ya que si fueran otros derechos reales los que se
transmiten, rige lo expuesto respecto de la interacción de los arts. 1124 y 1175 — que
detenten sobre las cosas de su propiedad; por lo tanto, si sólo se transfirieran el uso, la
tenencia o la obligación de cuidar o conservar las cosas intercambiadas, ello no conformaría
el contrato en análisis y configuraría un contrato innominado, regido por las reglas y según
el orden establecidos por el principio de libertad de contratación.
La permuta es, además de ser típico (nominado), un contrato consensual, bilateral y
oneroso, que puede ser conmutativo, y algunas ocasiones aleatorio ( cuando se trate de
intercambio de cosas futuras). En cuanto a su forma, se señala que es un contrato no formal
aun cuando se trate de inmuebles, ya que la escritura pública que exigía el extinto art. 1184,
inc. 1°, CCiv., que ahora impone el art. 1017, inc. 1°, se vincula con la transferencia del
dominio pero no con el contrato en sí, que puede ser válidamente celebrado en instrumento
privado.
Normas supletorias
ARTICULO 1175.- Norma supletoria. En todo lo no previsto por el presente Capítulo se aplican
supletoriamente las normas de la compraventa.
La disposición reitera la tradicional norma en la materia que establece que se aplicarán
supletoriamente las reglas de la compraventa en todo lo que no esté regulado especialmente
en las disposiciones que rigen este contrato. Es decir que prácticamente todos los aspectos y
cuestiones vinculados con esta figura contractual, excepto los puntuales casos de gastos,
evicción y aquellos que resulten incompatibles entre una figura y otra, se disciplinarán por
las normas de la compraventa. Y, aun en esas excepciones, es posible que se recurra
analógicamente a las disposiciones del contrato de venta.
De todas maneras, la autonomía de la voluntad (art. 958) y los usos y prácticas vigentes en
el lugar de celebración del contrato (cfr. art. 964) resultarán esenciales para determinar el
exacto contenido contractual y asignar los verdaderos efectos al contrato de permuta
celebrado, ya que las propias normas que regulan la compraventa establecen en casi todos
los casos la primacía de la voluntad de las partes o de los usos por sobre las reglas legales
supletorias que disciplinan ese contrato.
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Gastos (1173)
ARTICULO 1173.- Gastos. Excepto pacto en contrario, los gastos previstos en el artículo 1138 y todos los
demás gastos que origine la permuta, son soportados por los contratantes por partes iguales.
El artículo establece una norma supletoria de la voluntad de las partes que determina cómo
deben distribuirse los gastos del contrato, en caso de que nada se haya estipulado al
respecto. Es decir que el principio general es la plena autonomía de la voluntad en esta
materia — consagrada en el art. 958 del Código nuevo— y, en defecto de estipulación entre
las partes, la regla legal establece distribuir los costos y gastos del contrato de manera
igualitaria entre los contratantes.
El precepto remite: a) por una parte, a los gastos que el art. 1138, en la compraventa,
impone a cargo del vendedor, esto es, los costos de entrega de la cosa vendida, los
devengados en obtener los instrumentos contractuales requeridos por los usos o por las
particularidades de la venta y, cuando el objeto es un inmueble, los gastos del estudio del
título y sus antecedentes, la mensura y los tributos que graven la venta; y b) por otra parte, a
los gastos de recibo de las cosas, incluidos los del testimonio de la escritura pública y los
demás posteriores a la venta (arts. 1141), como también las tasas o tributos, visado de
documentación, depósito, transporte u otros originados en la permuta.
La regla supletoria consagrada por el art. 1173 constituye una diferencia importante entre el
régimen aplicable a la compraventa y a la permuta: en la primera, cada parte contractual
asume ciertos gastos prefijados legalmente, mientras que en la segunda las erogaciones se
reparten igualitariamente, como ha quedado expuesto.
El fundamento de esta regla igualitaria reside en que en la permuta, cada parte asume
simultáneamente el rol de comprador y vendedor y, por ende, es lógico que los gastos se
sufraguen equitativamente, salvo, pacto contrario al respecto.
Evicción (1174)
ARTICULO 1174.- Evicción. El permutante que es vencido en la propiedad de la cosa que le fue transmitida
puede pedir la restitución de la que dio a cambio o su valor al tiempo de la evicción, y los daños. Puede optar
por hacer efectiva la responsabilidad por saneamiento prevista en este Código.
Para examinar las posibilidades que el Código concede al permutante vencido en la
propiedad de la cosa que recibió de su contraparte, se requiere analizar conjunta y
armoniosamente el art. 1174 que se comenta con las disposiciones que tratan la obligación
de saneamiento (arts. 1033 y ss.) Esa coordinación arroja las siguientes opciones a favor del
copermutante vencido contra su contraparte:
a) Solicitar la restitución de la cosa que dio a su cocontratante, más los daños ocasionados
(art. 1174);
b) Reclamar el valor de esa cosa, también con más los daños sufridos. El valor a tomar en
cuenta es el que tenía la cosa " al tiempo de la evicción" (art. 1174).
c) Ejercer alguna de las opciones que le otorga el art. 1039, es decir: 1) reclamar el
saneamiento del título; 2) solicitar un bien equivalente si la cosa perdida por evicción era
fungible; o 3) declarar la resolución del contrato, en tanto se presenten los requisitos del art.
1049, salvo que se den las circunstancias previstas en los arts. 1050 ó 1057 del Código. La
opción de reclamar el saneamiento del título que puede ejercer el permutante en general
como titular de la obligación de saneamiento, no procedería en la hipótesis del art. 1174,
desde que presupone que el copermutante ya fue vencido por un tercero respecto de la
propiedad de la cosa transmitida y, entonces, no se podría sanear un título que ya fue
declarado como perteneciente a un tercero;
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d) En todos los supuestos, el permutante afectado puede reclamar los daños sufridos (art.
1040, excepto en los casos previstos por este artículo:
“…..excepto:
a) si el adquirente conoció, o pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia de vicios;
b) si el enajenante no conoció, ni pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia de vicios;
c) si la transmisión fue hecha a riesgo del adquirente;
d) si la adquisición resulta de una subasta judicial o administrativa.
La exención de responsabilidad por daños prevista en los incisos a) y b) no puede invocarse por el
enajenante que actúa profesionalmente en la actividad a la que corresponde la enajenación, a menos que el
adquirente también se desempeñe profesionalmente en esa actividad.”

Suministro
Caracterización
ARTICULO 1176.- Definición. Suministro es el contrato por el cual el suministrante se obliga a entregar
bienes, incluso servicios sin relación de dependencia, en forma periódica o continuada, y el suministrado a
pagar un precio por cada entrega o grupo de ellas.
El suministro pertenece a la categoría de los contratos mixtos o combinados, al cual le son
aplicables las disposiciones de los contratos atípicos. Tanto el Código Civil como el Código
de Comercio no regulaban este tipo de contrato
El contrato de suministro es aquel en virtud del cual, el suministrado, para satisfacer las
necesidades ordinarias de su empresa recurre al suministrante, quien desempeña toda una
actividad tendiente a la entrega, continua o periódica de las cosas objeto de esta operatoria,
de acuerdo a las modalidades pactadas y a cambio de un precio. (Por ej Combustible;
Semillas, Luz; Barrido, limpieza ).
Caracteres: * Innominado;* Consensual; * Conmutativo; * Bilateral; * De cambio; * De
duración (prestaciones continuadas). En cuanto a la forma, a pesar de que no se requiera
forma escrita para esta figura contractual, la doctrina ha establecido que es casi
imprescindible la existencia de un pacto por escrito para asegurar los derechos y las
obligaciones de la partes.
Objeto: El objeto de este contrato debe ser una cosa (tanto de cosas consumibles como no
consumibles; o fungibles o no fungibles), y también de servicios..
Las partes en el contrato son: el suministrante o abastecedor, que suele ser una empresa,
dado que tal forma de organización brinda mayor seguridad en lo que respecta a la
solvencia para cumplir con las prestaciones prometidas, y el suministrado o abastecido.
Si en el contrato de suministro interviene la Administración Pública, entonces será un
contrato de suministro regulado por el Derecho Administrativo.
El abastecedor no sólo se obliga a entregar las cosas a lo largo del tiempo, sino también a
prestar un servicio a fin que los bienes necesarios para el desarrollo y funcionamiento de la
empresa del suministrado sean recibidos por él en tiempo y forma oportunos.
Es importante destacar que entre las partes no se forma una relación de dependencia, sino
que sólo hay un contrato entre ambas. No existe la subordinación jurídica.
Asimismo se puede pactar que el suministrado pague un precio por cada entrega, o por un
conjunto de ellas.
Los caracteres de periodicidad o continuidad, son las causas por la cual las partes, recurren
a esta figura contractual y no a la compraventa.
La obligación de entrega es de duración. Cuando se refiere a que la entrega es periódica,
significa que hay un fraccionamiento del total convenido. Cuando es continuada, hay una
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constante en entrega, en el sentido de que hay una constante en la puesta a disposición, de


manera tal que depende del suministrado el estar constantemente recibiendo, o sólo recibir
cuando lo decida.
El artículo incorpora la opción de contratar a través de esta figura no sólo bienes sino
también servicios.

Obras y servicios
Definición
ARTICULO 1251.- Definición. Hay contrato de obra o de servicios cuando una persona, según el caso el
contratista o el prestador de servicios, actuando independientemente, se obliga a favor de otra, llamada
comitente, a realizar una obra material o intelectual o a proveer un servicio mediante una retribución.
El contrato es gratuito si las partes así lo pactan o cuando por las circunstancias del caso puede presumirse
la intención de beneficiar.
Hay contrato de obra cuando dos partes se obligan recíprocamente, la una a ejecutar una
obra (opus), y la otra a pagar por esa obra un precio determinado en dinero.
Una parte se obliga a obtener un resultado consistente en la ejecución de la obra,
(constructor o empresario), y la otra al pago de un precio determinado en dinero ( dueño de
la obra o comitente).
El contrato de servicios es un contrato por el cual una persona realiza prestaciones de hacer
a favor de otra (generalmente trabajos) a cambio de una retribución en dinero.
El Código de Vélez designaba a estos contratos como ―Locación de obra‖ y ―Locación de
servicios‖siguiendo el criterio de los códigos decimonónicos. Sin embargo, en la
actualidad, la locación de servicios en relación de dependencia se ha escindido en una ley
especial (ley 20.744), que regula por excelencia el denominado contrato de trabajo, propio
del mercado laboral, conforme se expresa en el art. 1252 del nuevo Código. Por lo tanto, la
locación de servicios que será objeto de análisis es aquella llamada independiente,
autónoma o profesional. Sin embargo, es dable advertir que puede darse también una
prestación de servicios a cargo de un proveedor a favor de un consumidor,
perfeccionándose una relación de consumo que queda atrapada por el régimen de defensa
del consumidor, con las exclusiones previstas en el art. 2 in fine de la ley 24.240.
El Código Unificado dedica tres secciones para reglamentar los contratos citados, con una
franca mejora en la técnica legislativa y con un total de 29 artículos, en comparación a los
27 artículos del Código Civil de Vélez (esto es, sin considerar la forzada regulación
genérica de toda locación), siguiendo el método del Proyecto de Código Civil de 1998. La
primera la denomina " Disposiciones comunes a las obras y a los servicios" ; la segunda "
Disposiciones especiales para las obras" ; y por último, la tercera abarca " Normas
especiales para los servicios" .
El contrato de obra y servicios en el nuevo Código deja de ser considerado un subtipo de
locación mediante un cambio nominal, englobándose en un mismo capítulo a lo largo de
tres secciones, lo que otrora eran llamadas "locaciones de obra y servicios‖.
Cuando el objeto del contrato es una obra, la norma expresamente admite que la misma no
sólo podrá ser material sino también intelectual con lo que, merced a lo normado en el art.
1252, las reglas de esta sección primera se integran a la normativa de tutela de la propiedad
intelectual. En el caso de la sección segunda, si bien aparenta estar destinada a obras
materiales, muchos de sus preceptos son aplicables a obras intelectuales (como por ejemplo
el contrato de desarrollo de software a medida).
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La gratuidad no se presume en estos contratos. Sin embargo, el contrato será gratuito si ello
surge de la autonomía privada de las partes o bien de las circunstancias del caso pueda
inferirse que ella estuvo en mira de los contratantes, cobrando especial relevancia la
consideración de todas aquellas que rodearon la negociación, celebración, ejecución y
conducta posterior de los contratantes.
Un criterio útil es considerar las especiales vinculaciones preexistentes entre las partes.
Criterios distintivos
Ambas figuras (obras y servicios) están agrupadas en un mismo capítulo. Para
diferenciarlas resulta aplicable la clasificación doctrinaria que distingue las obligaciones de
medio de las de resultado.
Cabe entonces por esta vía la posibilidad de diferenciar las obligaciones del locador en uno
y otro caso: si lo prometido es un servicio o trabajo, se trata de una obligación de medios; si
al contrario, lo esperado por el locatario es la ejecución de una obra ((opus), es decir, la
utilidad abstracta que pueda resultar de aquel servicio o trabajo, se estaría en presencia de
una obligación de resultado.
En la locación de obra, el locador ejecuta un trabajo para una persona sin estar a su servicio
ni bajo su dependencia y sin poner a su disposición el tiempo de trabajo que no esté
circunscripto a la realización del opus.
Diferencias entre el contrato de servicio y el contrato de trabajo
El contrato de trabajo se diferencia del de servicios, ya que entendemos que el primero
tiene ciertas características fundamentales que lo diferencian del contrato que analizamos
en esta unidad: como limitación de la autonomía de la voluntad; que sus normas son de
orden público e irrenunciables; que protegen fundamentalmente a la parte más débil(el
trabajador), diferente régimen de responsabilidades etc.
Por lo que entendemos que el contrato de servicios es el gran género que; abarca entre una
de sus categorías al Contrato de trabajo. O como opinan algunos autores que, al ir tomando
sus propias y diferenciales características el contrato de trabajo, se fue desprendiendo de la
locación de servicios hasta conformarse como una figura jurídica autónoma.
El contrato de trabajo (regulado por la ley 20744), implica una relación laboral estable,
convenida con una persona sujeta a dependencia, y el empleador o patrón; por medio de la
cual cumplirá sus directivas respecto de actos y de hechos determinados, según el pacto
efectuado al efecto, a cambio de la percepción de un salario. En cambio el prestador de
servicios se distingue del trabajador por ejercer una actividad a título independiente, con
autonomía y libertad; asume los riesgos y responsabilidades que le corresponden.
Objeto de estos contratos
El contenido del objeto de la obligación que emana de estos contratos es de conducta. Sin
embargo la prestación que surge de esta conducta puede agotarse en sí misma como
―resultado‖ donde estaremos frente al contrato de ―locación de obra‖; o al contrario, la
conducta puede constituir un ―medio‖ para conseguir un efecto determinado o acotado, y
precisamente entre las segundas se hallaría la ―Locación de servicios‖.
El contrato de locación de servicios comprende tanto los servicios materiales, como los
servicios intelectuales. En el primero hay servicio manual y en el segundo servicio
profesional. El pago de los servicios es exactamente proporcional a la duración y calidad de
los trabajos..
Caracteres
Los contratos de servicios y de obra tienen las siguientes características:
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Bilaterales: ya que existen prestaciones debidas por ambos contratantes.


Onerosos: por las ventajas que obtiene ambos contratantes a través de las
contraprestaciones.
Consensuales: Ya que se perfecciona con el simple consentimiento de las partes.
Típicos (nominados): Ya que están reglamentados en forma específica en el código.
No formales: Porque no hay formalidades requeridas especialmente para su celebración.
El contrato de servicios profesionales
Caracterización del profesional
Aunque profesional, en sentido amplio, es toda persona que ejerce habitualmente una
actividad para la que está preparado; en este caso por ―profesionales‖ estamos aludiendo a
los “profesionales universitarios”, con un título habilitante para el ejercicio de una
actividad predominantemente intelectual: abogados, escribanos, procuradores, ingenieros,
arquitectos; profesionales de la salud como médicos, odontólogos etc; periodistas,
especialistas en informática, etc.
Así, las notas que caracterizan a un profesional son las siguientes:
a) Habitualidad: Vale decir el ejercicio efectivo de la actividad.
b) Pertenencia a un área del saber científico, técnico o práctico.
c) Reglamentabilidad de la actividad por el estado.
d) Habilitabilidad por el estado, en uso de su poder de policía.
e) Presunciòn de onerosidad.
f) Autonomía técnica, propia del saber especializado.
g) Sujeción a normas éticas, que resultan de códigos propios de dicha profesión.
h) Correlativamente, sometimiento a un régimen disciplinario.
i) Colegiación, en un órgano que lleva la matrícula y aplica sanciones por
inconducta
El trabajo de los profesionales es una manifestación básica del contrato de locación de
servicios. Si bien no existen muchas reglas de fondo en el Código Civil, están las leyes,
reglamentos y decretos que regulan el ejercicio de los profesionales, sean normas
provenientes del Estado nacional; provincial o municipal. Esas leyes y reglamentaciones
tratan principalmente los distintos parámetros arancelarios para retribuir a los profesionales
por su trabajo. La tendencia actual en esta materia es de la ―desregulación‖, lo que significa
que los aranceles profesionales fijados por los entes respectivos, van dejando paso a los que
fijan las partes libremente; de esta manera se asegura la libre competencia entre quienes
ofrecen sus servicios profesionales.
Responsabilidad
Las responsabilidades en un estado de derecho deben alcanzar a todos los ciudadanos,
cualesquiera sean sus actividades. No escapan al deber de reparar, los gobernantes, los
militares, los clérigos etc.
Entonces, también los profesionales deberán asumir, en su caso, las responsabilidades por
los daños causados.
El artículo 1768 CCCN establece “Profesionales liberales. La actividad del profesional liberal está
sujeta a las reglas de las obligaciones de hacer. La responsabilidad es subjetiva, excepto que se haya
comprometido un resultado concreto. Cuando la obligación de hacer se preste con cosas, la responsabilidad
no está comprendida en la Sección 7a, de este Capítulo, excepto que causen un daño derivado de su vicio. La
actividad del profesional liberal no está comprendida en la responsabilidad por actividades riesgosas
previstas en el artículo 1757
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Por qué la responsabilidad de los profesionales es una responsabilidad especial?


En este caso estamos tratando la responsabilidad de los profesionales universitarios, que
tienen estudios especiales, especialmente intelectuales.
La culpa profesional
Se entiende por culpa profesional aquella por la cual una persona que ejerce una profesión,
falta a los deberes especiales que ella le impone. Hay pues, una infracción típica, que
concierne a ciertos deberes propios de una determinada actividad.
Aunque el art 1724 CCCN plantea un concepto de culpa general, y no observa, en
principio, diversos grados de culpa como en otras legislaciones, sin embargo cuando se
trata de responsabilidad profesional, sería también de aplicación el art 1725 CCCN
“Valoración de la conducta”. Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno
conocimiento de las cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la
previsibilidad de las consecuencias.
Cuando existe una confianza especial, se debe tener en cuenta la naturaleza del acto y las
condiciones particulares de las partes.
Para valorar la conducta no se toma en cuenta la condición especial, o la facultad
intelectual de una persona determinada, a no ser en los contratos que suponen una
confianza especial entre las partes. En estos casos, se estima el grado de responsabilidad,
por la condición especial del agente.”
Deberes de prudencia y previsión
Cuando las citadas directivas del Cod. Civ. Y Com. son trasladadas a la responsabilidad
profesional, se impone necesariamente la conclusión de que para establecerla no es preciso
que exista culpa grave.
El adiestramiento específico que exige la condición profesional implica un especial deber
de obrar con prudencia y conocimiento de las cosas, en los términos del art 1725 CCCN. Y
además, se advierte que la suposición de ese especial adiestramiento, y de la consiguiente
pericia que implica, genera por sí una actitud de confianza en el cliente que contrata con el
profesional.
Modo de apreciación
La culpa profesional debe apreciarse en ―concreto‖, es decir específicamente con relación a
la calidad del sujeto de que se trata.
Además ése (el criterio ―concreto‖ de apreciación de la culpa es el que surge de la misma
definición de culpa expresada en el art 1724 CCCN”….. consiste en la omisión de la
diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las personas,
el tiempo y el lugar…..”.
La apreciación en concreto también exige comparar la conducta obrada y la conducta
debida. Y aquí la conducta debida está referida a la que corresponde al tipo determinado al
que pertenece el propio agente.
(la diligencia exigible a un médico especialista es mayor que la que corresponde a un no
especialista).
Responsabilidad emergente
La responsabilidad profesional es, en principio contractual, el profesional se obliga hacia el
cliente, a cambio de una contraprestación prometida por éste, y tal obligación nace,
determinantemente de un acto voluntario, lícito.
Caso de daños a terceros
Frente a terceros el encuadre es distinto, pues los daños que éstos sufren a causa de la
actividad profesional están regidos por las normas de la responsabilidad extracontractual.
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En síntesis, la responsabilidad profesional es, en principio y frente al cliente, de naturaleza


contractual, y frente a daños a terceros, la responsabilidad es de tipo extracontractual, pues
con los terceros no los une ninguna relación contractual.
Obligaciones de medios y carga de la prueba
El profesional es deudor de una prestación de hacer, que el Código regula por separado, en
los arts 773 y ss de CCCN; se trata de una labor personal, un servicio o trabajo, a cumplir
en el lugar, tiempo y del modo que las partes lo hubieren convenido. O bien del modo o
manera que ese servicio deba realizarse, según su propia índole, lo que es de práctica, la
costumbre y los usos.
Dentro de la variada gama de actividades profesionales es posible distinguir: entre aquellas
locaciones- o profesiones en las que las prestaciones de hacer, objeto de la obligación,
consiste en brindar al acreedor, cliente, a) Un resultado concreto: por ej: constructor que se
compromete a levantar un edificio; el abogado que pacta la redacción de un contrato y en
estos casos (―obligaciones de resultado‖) su responsabilidad es objetiva (art. 1768 CCCN) o
b) Aquellas prestaciones profesionales que comprometen al deudor solamente a poner de sì
todos los medios conducentes a lograr el resultado querido (―obligaciones de medio‖), caso
en el cual la responsabilidad su responsabilidad se basa en factores subjetivos (culpa o
dolo). Por ej: el médico que interviene quirúrgicamente a su paciente; el abogado que lleva
la defensa de un acusado etc.
Este distingo, se conoce en doctrina como ―Obligaciones de medios y de resultados‖,
siendo el autor de la misma el jurista francés Demoguè (principios de la década de 1920).
Con base en esta doctrina, se sostiene que mientras en algunos casos- obligaciones de
resultado-el profesional sólo cumple y se libera cuando alcanza ese objetivo, resultado final
prometido; en otros casos – obligaciones de medios-, la liberación se logra cumpliendo con
el hacer que normalmente, por lo común y corriente, en la ciencia o arte de que se trata,
permite llegar al resultado apetecido.
De ahí las expresiones tan reiteradas y por lo demás exactas, que el profesional del derecho
no es responsable por la pérdida de un pleito, ni el médico por la muerte del paciente.
El triunfo en una causa contenciosa, no solo depende del abogado de parte; está supeditado
a tener la razón jurídica de su lado y a que el juez de la causa así lo declare. La curación del
enfermo, a su vez está condicionada al estado general del paciente, a sus reservas, a causas
subyacentes que están fuera del alcance del médico. Sea cual fuere el resultado prometido,
el profesional debe emplear los medios debidos, actuar conciencia y conciencia, aplicando
los conocimientos propios de la ciencia, técnica o arte; los adecuados al caso y
actualizados, puestos al día. El tema de la impericia, conocimientos limitados, insuficientes
o deficientes, adquiere particular relevancia.
Precio (art. 1255)
ARTICULO 1255.- Precio. El precio se determina por el contrato, la ley, los usos o, en su defecto, por
decisión judicial.
Las leyes arancelarias no pueden cercenar la facultad de las partes de determinar el precio de las obras o de
los servicios. Cuando dicho precio debe ser establecido judicialmente sobre la base de la aplicación de
dichas leyes, su determinación debe adecuarse a la labor cumplida por el prestador. Si la aplicación estricta
de los aranceles locales conduce a una evidente e injustificada desproporción entre la retribución resultante
y la importancia de la labor cumplida, el juez puede fijar equitativamente la retribución.
Si la obra o el servicio se ha contratado por un precio global o por una unidad de medida, ninguna de las
partes puede pretender la modificación del precio total o de la unidad de medida, respectivamente, con
fundamento en que la obra, el servicio o la unidad exige menos o más trabajo o que su costo es menor o
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mayor al previsto, excepto lo dispuesto en el artículo 1091.


Del precio. Su fijación
El precio es la contraprestación a cargo del comitente que se encuentra generalmente
pactada en el contrato, "constituyéndose en un elemento de calificación del negocio"
(Lorenzetti). Si ello no ocurriera, puede determinarse por criterios supletorios como la ley o
los usos, el contrato será válido. Por último, si existiera desacuerdo entre las partes puede
recurrirse al juez.
Su libre determinación. Facultad judicial
Del segundo párrafo de la norma comentada surge la protección de la libre determinación
del precio que tienen las partes contratantes, no pudiendo ser cercenada por las leyes
arancelarias locales. En cambio, sí será el monto fijado con sujeción a las leyes arancelarias
locales cuando el mismo debe ser determinado judicialmente; especialmente en aquellas
actividades que se encuentran reguladas por las provincias y en virtud de la integración
propuesta por el art. 1252 ya analizado.
Cuando se recurra al juez para determinar el monto debido como precio se incluye una
pauta genérica que exige su adecuación a la labor cumplida, en la cual deberá ponderarse la
importancia de la obra o servicio prestado, las cualidades personales del contratista y el
precio determinado. Para el supuesto que existiera una evidente desproporción y que
carezca de sustento, aun cuando se aplicaran los aranceles locales, el juez puede fijar la
retribución conforme la equidad. Esta pauta viene a generar una brecha para que los jueces
puedan fundadamente apartarse de las reglas arancelarias locales cuando no se condiga el
resultado de su aplicación con las labores efectivamente desarrolladas.
De las modalidades de precio: Global y unidad de medida. Imprevisión
La contratación por ajuste alzado, es una modalidad de la locación de obra aplicable
también al contrato de servicios, a ella debe entenderse referida la expresión " precio
global‖. En este caso se establece un precio fijo, insensible a las variaciones de costos y
unitario por la totalidad de la obra. El riesgo lo asume el empresario, quien deberá prever
cuidadosamente el presupuesto de la obra (o servicio). Tampoco podría el comitente
pretender una reducción del precio si los costos disminuyesen, salvo que ocurra por el art.
1091 que regula la teoría de la imprevisión; de lo contrario, implicaría una " modificación
del contrato".
Cuando se contrata por unidad de medida, la inmutabilidad refiere al valor asignado a una
unidad técnica convenida, como por ejemplo pintar paredes a tantos pesos el metro
cuadrado.
Obligaciones de las partes
a) Obligaciones del contratista (o prestador) (art. 1256)
ARTICULO 1256.- Obligaciones del contratista y del prestador. El contratista o prestador de servicios está
obligado a:
a) ejecutar el contrato conforme a las previsiones contractuales y a los conocimientos razonablemente
requeridos al tiempo de su realización por el arte, la ciencia y la técnica correspondientes a la actividad
desarrollada;
b) informar al comitente sobre los aspectos esenciales del cumplimiento de la obligación comprometida;
c) proveer los materiales adecuados que son necesarios para la ejecución de la obra o del servicio, excepto
que algo distinto se haya pactado o resulte de los usos;
d) usar diligentemente los materiales provistos por el comitente e informarle inmediatamente en caso de que
esos materiales sean impropios o tengan vicios que el contratista o prestador debiese conocer;
e) ejecutar la obra o el servicio en el tiempo convenido o, en su defecto, en el que razonablemente
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corresponda según su índole.


Límites a la discrecionalidad técnica
La discrecionalidad técnica del contratista o proveedor encuentra su límite en las
previsiones contractuales y en el estadio vigente del arte, ciencia o técnica, es decir " la
práctica profesional específica que resulta obligatoria" (Lorenzetti).
Cualquier intento de operar con medios novedosos o aún no debidamente acogidos por la
comunidad científica, deben haber sido acordados previamente por las partes (dejando
siempre a salvo el límite que impone el orden público, conf. art. 12 del Código). Si bien se
ha eliminado la referencia al precio como pauta interpretativa, entendemos que el mismo no
deja de ser un factor orientador cuando existen múltiples formas aceptadas de realizar la
obra acorde a técnicas y métodos distintos.
El deber de información genérico. Sobre los materiales impropios o con vicios
La norma prescribe un deber genérico de información a cargo del contratista o prestador del
servicio sobre los "aspectos esenciales del cumplimiento de la obligación" comprometida.
Consiste en el deber de poner al co-contratante en conocimiento de toda aquella
información relevante sobre el desenvolvimiento de la relación jurídica que los vincula, con
suficiencia tal que pueda el mismo ejercer cabalmente su libertad contractual de
concertación, como de configuración, y específicamente sobre la labor contratada. En
efecto, el empresario es un profesional que posee conocimiento experto sobre el tema,
existiendo, entonces, una asimetría de información que puede ser fuente de conflictos (-
Lorenzetti). Este deber es una emanación del principio de buena fe (conf. art. 9 del Código)
y que adquiere matices de suma gravedad en los contratos profesionales.
Debe entenderse que el deber de información se enlaza a la libertad como derecho humano
irrenunciable. En el caso de perfeccionarse un contrato de consumo, existe un deber
especial contenido en el art. 4 de la ley 24.240 que no debe soslayarse.
La norma prescribe, además, un deber específico de informar al comitente sobre aquellos
materiales impropios o con vicios que el contratista o prestador debiera conocer, en virtud
de su conocimiento profesional; ello es una emanación del deber de información antes
reseñado, y se aplica aun cuando éstos sean provistos por el propio comitente.
Asimismo, se desprende de la obligación de correcto empleo de los materiales provistos por
el comitente el deber de custodiarlos, existiendo respecto de los instrumentos de trabajo las
obligaciones que resultan del préstamo de uso si tal situación se presentase
3. Del plazo de la obra o servicio
El plazo puede haberse convenido expresamente, o bien, inferirse de las circunstancias que
rodean la contratación,( ej. Para la instalación de palcos para el desfile del 9 de Julio).
Como bien se ha dicho, en toda obra hay un plazo implícito, un tiempo normalmente
necesario para ejecutar la obra de acuerdo a las circunstancias. Si no se diese alguno de
estos casos, la fijación judicial tendrá como criterio orientador primordial la naturaleza,
extensión, dificultad y circunstancias que rodean la ejecución de la obra o prestación del
servicio; siendo altamente probable que se requiera la opinión de peritos. Debe recordarse
que, en caso de duda ante la posibilidad de un plazo tácito o indeterminado propiamente
dicho, debe estarse por el primero (conf. art. 887).
4. De la provisión de materiales. Situaciones conflictivas
Mención aparte requiere la obligación de provisión de materiales si nada se ha pactado en
contrario. Particularmente, en el contrato de obra, cuando el empresario provee los
materiales, se produce una sería cuestión de deslinde con la compraventa de cosa futura
(art. 1131). El nuevo régimen legal prevé una disposición para zanjar el asunto: el art. 1125
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acoge un criterio ya sostenido por la doctrina. Por tanto, cuando lo principal es la mano de
obra, el contrato es de obra; cuando lo principal es el producto manufacturado, se aplican
las reglas de la compraventa. Aún así, en el último supuesto se adiciona un criterio
complementario pues si el que encarga la producción o manufactura, provee parte
substancial de los materiales, se aplican las reglas del contrato de obra. Puede igualmente
resultar complejo determinar que es, en la intención de las partes, lo principal y qué lo
accesorio. Un clásico ejemplo resulta útil: Si una persona encarga un vehículo en una
concesionaria que aún no se ha construido, pero que es de los seriados, intuitivamente
entenderemos que se aplican las reglas de la compraventa de cosa futura pero, si un
corredor profesional encarga específicamente un diseño a determinada compañía,
aparecería con claridad la figura de la locación de obra. Entendemos, que en la medida que
el comitente posea amplias facultades para indicar y precisar el opus , como la falta de
estandarización del mismo, es dable considerar la existencia de un auténtico contrato de
obra.
Obligaciones del comitente
ARTICULO 1257.- Obligaciones del comitente. El comitente está obligado a:
a) pagar la retribución;
b) proporcionar al contratista o al prestador la colaboración necesaria, conforme a las características de la
obra o del servicio;
c) recibir la obra si fue ejecutada conforme a lo dispuesto en el artículo 1256.
1. Obligación de abonar el precio. Normas supletorias
La obligación nuclear del comitente consiste en pagar la retribución convenida al
contratista, que es de carácter recíproco. Precisamente, en base a esta reciprocidad, puede
decirse que el precio en la locación de servicios representa una proporción con la duración
del esfuerzo, mientras que en la obra está vinculado al trabajo concluido. Si no se hubiera
determinado expresa o tácitamente el monto de la retribución,( ―El precio se determina por
el contrato, la ley, los usos o, en su defecto, por decisión judicial….” (art. 1255).
(ver comentario supra al art. 1255 del Código Unificado).
2. Del deber de colaboración
El deber de colaboración informa toda la materia contractual y es una derivación del
principio general de buena fe. En general, el comitente debe hacer todo lo que de él
dependa para el cumplimiento de la obra (o la prestación del servicio). No basta la sola
transferencia de la tenencia de la cosa mueble o inmueble para la realización de la obra,
sino también, cumplir con el deber de mantener al empresario en la posesión pacífica de los
elementos que requiera del comitente.
En particular, la norma establece una cláusula abierta en la cual la mentada colaboración
necesaria estará en directa relación con aquellas circunstancias de hecho o fácticas, que
encuadren en la frase " conforme a las características de la obra o del servicio " , cuyo
análisis quedarán a criterio del juez. Por ejemplo, suscribir la documentación necesaria.
Ante el incumplimiento del deber de cooperación del comitente, " el empresario puede
suspender la continuación de la obra. En casos de incumplimientos graves, puede pedir la
resolución del contrato por culpa del dueño.
3. De la recepción
Realizada la obra, o prestado el servicio de conformidad a lo acordado, el comitente no
podrá negarse a su recepción; y la aprobación no será un acto libre sino un " acto debido"
Por el contrario, si la obra o el servicio no se ajustare a las obligaciones contenidas en el art.
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1256 in fine del Código Civil y Comercial, el comitente podría justificadamente negarse a
recibir la cosa.
Riesgo del contrato (art. 1258)
ARTICULO 1258.- Riesgos de la contratación. Si los bienes necesarios para la ejecución de la obra o del
servicio perecen por fuerza mayor, la pérdida la soporta la parte que debía proveerlos.
Los bienes necesarios para la ejecución de la obra pueden ser suministrados por el
contratista o por el comitente, quienes mantienen la propiedad de los mismos. Por lo cual,
resulta lógico que, para el supuesto de su pérdida o destrucción por fuerza mayor, se
aplique el principio general de que ―las cosas perecen para su dueño‖ y es quien debe
soportar su pérdida.
Muerte de las partes (1259 y 1260)
ARTICULO 1259.- Muerte del comitente. La muerte del comitente no extingue el contrato, excepto que haga
imposible o inútil la ejecución.
Como regla la muerte del comitente o dueño no extingue el contrato, toda vez que puede
ser susceptible de continuarse por sus herederos, que pueden mantener el interés en su
conclusión, y por tanto, " deben cumplir con todas las obligaciones derivadas del contrato"
Por supuesto, cabe agregar también que las partes pueden haber pactado explícitamente lo
contrario.
En efecto, la importancia del comitente es desigual con relación al contratista.
Así, mientras el empresario asume una obligación de hacer, en la que resulta importante el
cómo lo hace cada empresa, no sucede lo mismo con el dueño, que contrae una obligación
de dar una suma de dinero, en la que es indiferente quien lo da.
Por el contrario, como excepción, el contrato se extinguirá cuando sea imposible o inútil su
continuación. La redacción del precepto recepta la doctrina de la frustración del fin del
contrato que ha sido descripta, conceptualmente, " cuando en un contrato bilateral válido,
de ejecución diferida o continuada (en algunas modalidades de esta clasificación), la
finalidad relevante "razón de ser" y conocida, aceptada expresa o tácitamente por las partes,
no puede lograrse "se ve frustrada" por razones sobrevinientes ajenas "externas" a su
voluntad y sin que medie culpa ( por ej: cuando el comitente, quien se desplaza en silla de
ruedas contrata la realización de rampas por toda la casa, y luego fallece-, para los
herederos no se justifica la obra, ya que se frustró el motivo (causa fin mediata).
Por lo tanto, la norma anotada debe leerse en conformidad a lo dispuesto en los artículos
955 y 1090 del Código Unificado. El primero de ellos, emplazado entre los modos de
extinción de las obligaciones, libera de responsabilidad cuando una imposibilidad
sobrevenida, objetiva, absoluta y definitiva, se produce por caso fortuito.
Pues bien, resulta claro que la obligación de pagar el precio puede transmitirse a los
herederos, pero siendo este artículo aplicable tanto a obras como servicios, existen
numerosos supuestos en que la muerte del comitente frustra la finalidad tenidas en miras al
contratar o bien, torna la obligación de cumplimiento imposible, configurándose
excepciones a la regla sub examine .
Por ejemplo, si una persona contrata una cirugía estética y fallece antes de la intervención,
mal podría el cirujano compeler a los herederos a que se cumpla la intervención; o si el
comitente contrata la realización de un tatuaje en su cuerpo; o cuando contrata una defensa
penal con un abogado y fallece el imputado.
Empero, se requiere que sea definitiva . Así, " la imposibilidad tiene efectos extintivos
cuando es definitiva. Cuando sólo es temporaria no da lugar a la resolución, sino a una
prórroga del plazo equivalente al de la imposibilidad".
65

En consecuencia, cualquier imposibilidad jurídica o fáctica que impide la continuación del


contrato implica su extinción, como también en aquellos supuestos en que se torna inútil su
continuación.
ARTICULO 1260.- Muerte del contratista o prestador. La muerte del contratista o prestador extingue el
contrato, excepto que el comitente acuerde continuarlo con los herederos de aquél. En caso de extinción, el
comitente debe pagar el costo de los materiales aprovechables y el valor de la parte realizada en proporción
al precio total convenido.
Como regla, el contrato de locación se extingue por la muerte del contratista porque puede
suceder que se hayan tenido en cuenta sus cualidades personales para contratarlo y por lo
tanto ya no exista interés en proseguir la obra. En dicho caso, se prescribe que el comitente
debe abonar "se entiende" a los herederos, el costo de los materiales ya comprados y que le
sirvan para continuar la obra como también la parte proporcional de los honorarios por la
parte ya cumplida. Este supuesto se aplicará cuando el empresario sea una persona física,
no cuando sea una persona jurídica, por lo que no se da el supuesto de muerte.
Como excepción, se prescribe que el contrato puede continuarse con los herederos del
contratista fallecido para el caso que las tareas no sean aquellas de las denominadas como
intuito personae .
Producida la extinción del contrato, el comitente debe un precio proporcional al trabajo
realizado y a los materiales aprovechables).
La complejidad para determinar la proporción de avance de la obra, como el carácter de "
aprovechable" de los materiales incorporados a la misma, puede resultar una tarea harto
compleja siendo aconsejable que el contrato determine la posibilidad de someter esta
cuestión a dictamen técnico. Sin perjuicio de ello, estimamos atinada la opinión que
expresa que el valor de la parte ejecutada, no es el valor de mercado, sino el que resulte
según el precio convenido
Desistimiento unilateral
ARTICULO 1261.- Desistimiento unilateral. El comitente puede desistir del contrato por su sola voluntad,
aunque la ejecución haya comenzado; pero debe indemnizar al prestador todos los gastos y trabajos
realizados y la utilidad que hubiera podido obtener. El juez puede reducir equitativamente la utilidad si la
aplicación estricta de la norma conduce a una notoria injusticia.
La norma proyectada tiene su fuente inmediata en el art. 1185 del Proyecto de
Código Civil de 1998, la cual sigue en su totalidad. Sin embargo, este derecho es
excepcional en la generalidad de los contratos (conf. art. 1077), debe estar expresamente
consagrado en la ley o bien configurado por mutuo acuerdo (Mosset Iturraspe). En efecto,
se trata de un caso muy específico de habilitación legal para rescindir unilateralmente.
El comitente puede desistir del contrato en cualquier momento luego de perfeccionado el
mismo, ya sea que haya suministrado los materiales o bien hayan sido provistos por el
contratista. En otras palabras, puede ser ejercitado incluso antes de comenzada la ejecución
de la obra o durante la ejecución de la misma incluso también" aunque la obra haya
comenzado" y se encuentre en sus primeros pasos, siempre que abone las indemnizaciones
correspondientes.
Sin embargo, adelantamos, que esta norma no resulta aplicable cuando se ha contratado la
obra por unidad, pieza o medida, pudiendo rescindirse unilateralmente por el comitente
abonando las unidades efectivamente realizadas.
Como contrapartida al derecho de desistimiento del comitente el artículo comentado
consagra el deber de indemnizar, que en rigor surge de los principios generales, pero
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incluyendo expresamente los rubros debidos, a saber: a) Gastos y trabajos realizados; b) La


utilidad que hubiere podido obtener.
El texto alude en la cuenta indemnizatoria los gastos y trabajos realizados (daño emergente)
como la utilidad que hubiera podido obtener el empresario (lucro cesante).
La última parte de la norma reafirma un criterio ya sostenido en el Proyecto del
Poder Ejecutivo de 1993 (art. 1168) y el Proyecto de Código Civil de 1998 (Art.
1185), que autoriza al juez a reducir equitativamente la utilidad que haya tenido en mira el
contratista, de acuerdo a la naturaleza de la obra.
En tales términos, se sostuvo que el " monto indemnizatorio puede ser sumamente alto y
desproporcionado con el interés económico que revela el contrato, lo que motiva al
legislador a consagrar expresamente una facultad judicial de moderar, con base en la
equidad, el monto de la reparación: empero, los jueces podrán reducir equitativamente la
utilidad a reconocer si la aplicación estricta de la norma condujera a una notoria injusticia.
Entendemos que los principios rectores de la responsabilidad contractual deben ser
aplicados para evitar un lucro excesivo del contratista o prestador ante el supuesto de la
norma; es sobre la base de esos principios que el juez podrá morigerar las sumas (pues en
muchos casos, abonar el monto de la obra cuando no ha tenido comienzo de ejecución,
podría conducir a situaciones de notoria y evidente injusticia). Pueden efectuarse acuerdos
previos que morigeren o condicionen de antemano el monto indemnizatorio, como cuando
se condiciona la subsistencia del contrato a la obtención de futuros créditos. Esta norma no
tiene aplicación para el sistema de contratación por unidad de medida.
1. Disposiciones especiales para las obras
Sistemas de contratación (art. 1262)
Sistemas de contratación
La doctrina ha elaborado una clasificación de los sistemas más utilizados en materia de
contratos de obra
1). Una primera clasificación apunta hacia la provisión de los materiales, según lo haga el
comitente o el prestador (contratista). Esto último es lo usual, ya que en virtud de su
profesión puede apreciar la calidad, conoce los valores del mercado, así como también se
surte directamente de fábricas y comerciantes mayoristas. Cuando lo hace el comitente, el
prestador pone solamente su industria y mano de obra; por tanto debe retribuirse sólo su
labor; la administración de los gastos la realiza el comitente.
2). Una segunda clasificación tiene en cuenta el modo de pactar el precio de la obra. Ha de
distinguirse según el precio esté determinado o sea indeterminado;
2.a: Si el precio está determinado, puede ser:
 Indivisible o global: Se fija una suma que comprenda la obra en su totalidad, que
abarca los materiales, componentes, instalaciones y trabajos; si esa suma es
inamovible, el contrato se denomina de ajuste alzado; si el importe pactado puede
sufrir ajustes en razón de mayores costos habidos- por causas imprevisibles al
contratar- se califica de ajuste alzado relativo.

 Divisible: el precio se fija por unidad de medida; por ej: conjunto de casas hechas
en serie (conjunto residencial).
2.b: Si el precio está indeterminado: Es el llamado contrato de coste y costos: el
constructor requiere al dueño del pago de la factura relativa a cada entrega de
material utilizado y de horas trabajadas por sus obreros y capataces. Hasta la
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conclusión de la obra no se sabrá con exactitud a cuánto ascenderá el monto por


invertir, pues el presupuesto es provisorio y meramente tentativo, ya que no se
determinó por anticipado.
3). Una tercera clasificación se refiere a quién aportará el terreno donde se realizará la
obra.
4). Una cuarta clasificación: Se basa en las personas que realizarán materialmente la
obra, la cual deviene cada vez más compleja desde el punto de vista técnico.
En el pasado, una empresa tomaba a su cargo todas las tareas correspondientes a la
integridad del proceso constructivo; efectuaba cada una de las etapas; era autárquica, pues
poseía el saber hacer (know how) indispensable; es la característica que se da en las
pequeñas obras, con poco personal- Y dentro de este tipo, puede ser que la empresa
encargada de la obra total subcontrate con otras para la realización de todo o parte de la
obra.
Hoy día, dada la alta especialización técnica requerida para realizar los distintos sectores
que componen un opus resulta necesaria la cooperación de varias empresas para llevarlas a
cabo. Se trata de una aplicación de la ley económica de la división del trabajo.
Que dice el nuevo Código Civil y Comercial al respecto
ARTÍCULO 1262.- Sistemas de contratación. La obra puede ser contratada por ajuste alzado, también
denominado “retribución global”, por unidad de medida, por coste y costas o por cualquier otro sistema
convenido por las partes. La contratación puede hacerse con o sin provisión de materiales por el comitente.
Si se trata de inmuebles, la obra puede realizarse en terreno del comitente o de un tercero. Si nada se
convino ni surge de los usos, se presume, excepto prueba en contrario, que la obra fue contratada por ajuste
alzado y que es el contratista quien provee los materiales.
El texto reconoce como principio distintas modalidades a las cuales las partes pueden
recurrir al momento de perfeccionar el contrato de locación de obra (ajuste alzado, unidad
de medida, por coste y costas), que deben ser consideradas supletorias de la voluntad de las
partes, porque expresamente afirma que también pueden adoptar "cualquier otro sistema
convenido " .
Para el supuesto que las partes guarden silencio y tampoco surja de los usos del lugar el
texto introduce como directiva hermenéutica (presunción juris tantum) que debe entenderse
que el ajuste alzado es la modalidad acordada y que es el contratista quien provee los
materiales. Bien se ha dicho que el criterio consagrado parece partir de la premisa que ésta
es la modalidad contractual más sencilla para encarar una obra, principalmente desde la
perspectiva del dueño o comitente, en cuanto no sólo limita su responsabilidad a un precio
global y fijo, sino que además evita las preocupaciones y trabajos de elegir los productos
que se emplearán en la obra.
En el sistema por ajuste alzado, descripta la obra, se proyecta y acuerda un precio que será
invariable (con la salvedad del art. 1091- imprevisión). Este principio obedece al sentido
común y la experiencia ordinaria, pues se supone que el empresario al calcular el precio, ha
considerado con su formación y experiencia, las posibles fluctuaciones en el valor de los
materiales y mano de obra.
Es posible, también, que se pacte reconocer ciertas alteraciones de precio, dentro de límites
tope, lo que se denomina ajuste alzado relativo, por oposición al absoluto (invariable); por
tanto, habrá un precio básico y un tope máximo.
La contratación por unidad de medida presupone la divisibilidad de la obra (conf. art. 805).
En efecto, se fracciona la obra en etapas o unidades terminadas, a las que se le asigna un
valor; pudiendo luego estimarse el precio a pagar por la simple multiplicación del valor
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acordado a cada unidad (v.gr. tantos pesos por km; aunque también podríamos imaginar un
precio por función teatral), por el número de unidades efectivamente elaboradas. Permite al
comitente poner fin a la relación contractual abonando el número de unidades trabajadas y
caracteriza a la misma por una cierta imprevisibilidad en relación al número de piezas o
unidades que se necesitarán.
Finalmente, el sistema por coste o costas implica acordar un valor sujeto a la condición de
variabilidad del valor de los materiales y salarios, pudiendo el contratista reajustarlos de
acuerdo a sus fluctuaciones, toda vez que "el precio surge a posteriori de la ejecución.
Por coste se entiende el gasto de construcción y por costas la utilidad del empresario.
Entendemos que al contratarse por coste y costas se asume una auténtica obligación de
valor a la que le es aplicable el art. 772 del Código Unificado. Obviamente, las partes
podrían diseñar contractualmente otros sistemas (fundamento 202 del Proyecto de Código
Civil de 1998).
Falta de previsión sobre la modalidad de ejecución
Si las partes no hubieran previsto el modo en que debería ser ejecutada la obra, se tomarán
en cuenta para su determinación los usos y costumbres del lugar, y si no surge de los usos y
costumbres del lugar, se presume que fue contratada por ajuste alzado y que es el
contratista quien provee los materiales (art. 1262 in fine CCCN).
Retribución (art. 1263 y 1266)
ARTÍCULO 1263.- Retribución. Si la obra se contrata por el sistema de ejecución a coste y costas, la
retribución se determina sobre el valor de los materiales, de la mano de obra y de otros gastos directos o
indirectos.
El sistema por coste o costas permite acordar como retribución de la obra un valor sujeto a
la condición de variabilidad del valor de los materiales y salarios pudiendo el contratista
reajustarlos de acuerdo a sus fluctuaciones. Aquí el constructor requiere al comitente del
pago de la factura relativa a cada entrega de material utilizado y de horas trabajadas por sus
obreros y capataces. Hasta la conclusión de la obra no se sabrá con exactitud a cuánto
ascenderá el monto por invertir, pues el presupuesto es provisorio y meramente tentativo,
ya que no se determinó por anticipado. (ver final de comentario art. anterior)

ARTÍCULO 1266.- Obra por pieza o medida. Si la obra fue pactada por pieza o medida sin designación del
número de piezas o de la medida total, el contrato puede ser extinguido por cualquiera de los contratantes
concluidas que sean las partes designadas como límite mínimo, debiéndose las prestaciones correspondientes
a la parte concluida. Si se ha designado el número de piezas o la medida total, el contratista está obligado a
entregar la obra concluida y el comitente a pagar la retribución que resulte del total de las unidades
pactadas.
Según autorizada doctrina (López de Zavalía) podíamos distinguir dos especies de precio
ad mensuram : a) El contrato por unidad simple; b) El contrato por unidad de medida stricto
sensu . En el contrato por unidad simple se conviene el precio por unidad, más no el
número de unidades. No se altera este carácter por fijar un número máximo de piezas y en
cualquier momento podrían las partes extinguir el contrato abonando las unidades
trabajadas. Esta incertidumbre o falta de información " hace que las partes busquen
previsibilidad a través de la determinación del precio en base a cada unidad, de modo que el
precio total de la obra puede variar si hay más o menos unidades o medidas construidas "
Distinto es el caso del contrato " por unidad de medida " propiamente dicho pues aquí no
sólo se fija un precio por unidad sino que, " además, se determina la obra a realizar,
resultando el precio, del número de unidades que sean necesarias para completar dicha obra
" (López de Zavalía). En tales términos, se infiere que la posibilidad de extinguir el contrato
69

pagando las unidades trabajadas procedía para la primera especie, no así para la segunda, si
se ha pactado como obligatoria la finalización de la obra. Esta distinción conceptual se
encuentra recogida en el nuevo régimen con claridad y si, eventualmente, las partes
designaron el número total de piezas o unidades, debe entenderse que la obra ha de
ejecutarse en su totalidad.
Variaciones del proyecto (art. 1264 y 1265)
ARTÍCULO 1264.- Variaciones del proyecto convenido. Cualquiera sea el sistema de contratación, el
contratista no puede variar el proyecto ya aceptado sin autorización escrita del comitente, excepto que las
modificaciones sean necesarias para ejecutar la obra conforme a las reglas del arte y no hubiesen podido ser
previstas al momento de la contratación; la necesidad de tales modificaciones debe ser comunicada
inmediatamente al comitente con indicación de su costo estimado. Si las variaciones implican un aumento
superior a la QUINTA (1/5) parte del precio pactado, el comitente puede extinguirlo comunicando su
decisión dentro del plazo de DIEZ (10) días de haber conocido la necesidad de la modificación y su costo
estimado. El comitente puede introducir variantes al proyecto siempre que no impliquen cambiar
sustancialmente la naturaleza de la obra.
Modificaciones a instancia del empresario
La regla establecida es que el empresario no puede variar o introducir alteraciones en la
obra proyectada (pacta sunt servanda ). Sin embargo, cuando las reglas del arte y la técnica,
por un giro imprevisto, exigiesen alteraciones para concluir la obra, es necesaria la
comunicación por escrito al comitente con estimación del costo. A pesar de la naturaleza no
formal del contrato de locación de obra, toda variación al proyecto original requiere
aceptación por escrito del comitente.
Sólo si la variación del costo supera en un veinte por ciento del valor originariamente
acordado, podrá el comitente rescindir el contrato, y tiene un plazo de diez días para
comunicar dicha decisión. Estaríamos así frente a un supuesto de extinción por declaración
de una de las partes (art. 1077). Dicha comunicación sólo producirá efectos hacia el futuro
(art. 1079) y las prestaciones cumplidas quedarán firmes, sin perjuicio de las restituciones
que pudieran resultar procedentes (arts. 1080 y 1081). No es aplicable a este supuesto lo
normado por el art. 1261. Debe entenderse, a contrario sensu , que si las modificaciones
necesarias importan variaciones en el precio menores a una quinta parte, no podrá ejercer el
comitente su derecho de extinción contractual debiéndose aplicar la norma del art.
1261(desistimiento unilateral).
Modificaciones a instancia del comitente
A su vez, el comitente puede introducir variantes siempre que no alteren "sustancialmente
la naturaleza de la obra‖. Resulta importante que nos detengamos en el análisis de este
supuesto.
Mientras en el primer párrafo tratábamos de alteraciones a instancia del empresario, aquí
nos referimos a variaciones a instancia del comitente . El mismo podría introducirlas
abonando las lógicas y consecuentes diferencias de precio, pero en modo alguno alterar la "
naturaleza de la obra‖ . Entendemos que la ratio subyacente a la norma, es imposibilitar al
comitente exigir alteraciones que puedan superar la capacidad técnica del empresario. Si las
modificaciones que pretende el comitente son menores, y no implican mayor onerosidad al
empresario, dicha facultad debe ser reconocida al mismo aun cuando no hayan sido
previstas en el contrato.
De la forma prevista. Modificaciones a instancia del comitente y del empresario
Si la modificación es a instancia del empresario por las aludidas razones de buena técnica,
deberá observarse la forma escrita para tal permiso. Debemos recordar también que este
precepto no sólo trata de modificaciones a instancia del empresario, pues el nuevo texto in
70

fine refiere a las modificaciones a instancia del comitente. Si bien no consigna


expresamente el texto la exigencia de una orden escrita, resulta aconsejable emplear tal
formalidad.
Diferencias de retribución surgidas de modificaciones autorizadas
ARTÍCULO 1265.- Diferencias de retribución surgidas de modificaciones autorizadas. A falta de acuerdo,
las diferencias de precio surgidas de las modificaciones autorizadas en este Capítulo se fijan judicialmente
Si bien el Código Civil y Comercial establece el modo de proceder ante alteraciones de
precios (si es a instancia del empresario por alteraciones técnicas del art. 1264, puede
rescindirse el acuerdo si las mismas superan una quinta parte del valor original por el
comitente; en el sistema por coste y costas, puede el empresario introducir dichas
alteraciones de acuerdo a las variaciones de los materiales y mano de obra; y, finalmente,
por alteraciones introducidas a instancia del comitente, se deberán abonar las diferencias
necesarias, no pudiendo las mismas revestir entidad tal que " desnaturalicen la obra " ) no
será infrecuente encontrar desacuerdos sobre la legitimidad y justificación de las
alteraciones alegadas en los valores. Si no se hubiera previsto un mecanismo contractual
para resolver estos diferendos (como por ejemplo el juicio de árbitros, el dictamen técnico,
etc.) en el contrato, entonces cobra aplicación esta pauta supletoria debiéndose recurrir al
juez.
Imposibilidad de ejecución (art 1267)
ARTÍCULO 1267.- Imposibilidad de ejecución de la prestación sin culpa. Si la ejecución de una obra o su
continuación se hace imposible por causa no imputable a ninguna de las partes, el contrato se extingue. El
contratista tiene derecho a obtener una compensación equitativa por la tarea efectuada.
En la hipótesis de que al empresario le resulte imposible concluir la obra, por alguna causa
ajena a las partes que revista carácter de caso fortuito, el contrato quedará rescindido sin
culpa.
Si se hubieran realizado algunos trabajos, deberá pagarse al constructor por lo hecho. Pero,
como la causal de extinción no es debida a la culpa de ninguna de las partes, no genera
ninguna responsabilidad, por ende no da derecho a reclamar daños y perjuicios. Cualquiera
de los celebrantes podrá pedir se declare operada la rescisión, siempre que se den los
requisitos para que se haga viable.
El nuevo texto establece dos supuestos, tanto el caso de imposibilidad de ejecución como
de continuación, que en la redacción del Código de Vélez no estaban claros o eran
ambiguos, a pesar que la doctrina era conteste en sostener su vigencia para ambos
supuestos.
Para ello, se requiere que la imposibilidad sea definitiva, por oposición a temporaria.
En efecto, cuando es sólo temporaria no da lugar a la resolución, sino a una prórroga del
plazo equivalente al de la imposibilidad. Si de ello se derivaran perjuicios, deben ser
indemnizados, si hubiere culpa.
Una vez acreditada la causal de imposibilidad de ejecución o continuación de la obra y que
ella no es imputable a las partes, para el supuesto que haya comenzado la ejecución, la
solución consiste en abonar al empresario una " compensación equitativa", por la tarea
cumplida hasta allí. Resulta evidente que si las partes no arriban a un acuerdo sobre el
monto de la compensación, ni han establecido un mecanismo de resolución del diferendo en
el contrato, será necesaria la intervención judicial.
Caso fortuito (art 1268)
ARTÍCULO 1268.- Destrucción o deterioro de la obra por caso fortuito antes de la entrega. La destrucción o
el deterioro de una parte importante de la obra por caso fortuito antes de haber sido recibida autoriza a
cualquiera de las partes a dar por extinguido el contrato, con los siguientes efectos: a) si el contratista
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provee los materiales y la obra se realiza en inmueble del comitente, el contratista tiene derecho a su valor y
a una compensación equitativa por la tarea efectuada; b) si la causa de la destrucción o del deterioro
importante es la mala calidad o inadecuación de los materiales, no se debe la remuneración pactada aunque
el contratista haya advertido oportunamente esa circunstancia al comitente. c) si el comitente está en mora
en la recepción al momento de la destrucción o del deterioro de parte importante de la obra, debe la
remuneración pactada.
A diferencia del art. 1630 del Código Civil, que sólo incluía la destrucción por caso fortuito
antes de la entrega de la obra, el artículo comentado incluye dos supuestos: a) Destrucción;
b) Deterioro.
En primer término, no debe confundirse el supuesto que trata este artículo con el anterior,
pues mientras el artículo 1267 habla de imposibilidad de " ejecución" , aquí nos referimos a
una obra ya concluida, pero destruida por verificación de un casus antes de su entrega, o
bien antes de operada una causa de traslación de riesgos. Prescribía el 1630 del Código de
Vélez que, operada la ruina o destrucción de la obra por caso fortuito, nada podía exigir el
locador. De dicho precepto surgían dos grandes brechas para el debate: Por un lado, se
sostenía que la norma era demasiado rigurosa con el empresario, que veía frustrada toda
expectativa remuneratoria sin haber incurrido en culpa alguna.
Por otro lado, se discutía la dificultad de conciliar la regla res perit et crescit domino con el
principio de accesión.
El problema más arduo se produce cuando el contratista es el proveedor de los materiales
en un terreno de propiedad del comitente y opera el caso fortuito: Si el empresario provee
los materiales y construye sobre terreno del comitente, por accesión los mismos se
incorporarían al patrimonio de este último, quien cargaría con los riesgos de la fuerza
mayor aun cuando no hubiera operado la traslación de riesgos, lo que podría derivar en
situaciones injustas para el comitente. Así, se sostenía que en este supuesto "cedía la regla
res perit et crescit domino para dar paso al principio de las obligaciones de resultado por las
que el comitente tiene derecho al resultado alcanzado" (Spota); entonces, no alcanzado el
mismo por caso fortuito, cada parte pierde los materiales que hubiera provisto. En sentido
contrario, se decía que el comitente debe pagar los materiales provistos por el empresario
(Lorenzetti).
Ahora está claro que, cuando el empresario provee materiales sobre un inmueble del
contratista y éstos se destruyen por casus , tendrá, por expreso imperio de la norma, derecho
a su valor y además, a una compensación equitativa la que "seguramente" será merituada
por los jueces considerando el grado de avance de la obra, de cumplimiento adecuado del
contrato, y pautas elementales de equidad como el patrimonio de los sujetos involucrados.
Obviamente que si el comitente es constituido en mora por no prestar la cooperación debida
para que el empresario pueda liberarse, se opera la transmisión total de riesgos y deberá la
totalidad de la suma pactada.
Por último, dada la naturaleza supletoria de la norma comentada, nada obsta a que las
partes convengan cargar los riesgos de otro modo.
Para el caso en que la destrucción de la obra haya provenido de la mala calidad o
inadecuación de los materiales, no se debe la remuneración pactada aunque el contratista
haya advertido oportunamente esa circunstancia al comitente, y esto es así, porque aunque
le haya informado al comitente de la mala calidad de los materiales, aún que el comitente
insista, él como conocedor del arte debe negarse a continuar trabajando con dichos
materiales inadecuados.a nuestro juicio, llegaríamos a la solución correcta. Entendemos,
nos encontramos ante un error material; sin embargo, será aconsejable modificar en los
contratos esta previsión supletoria.
72

Verificación y recepción de la obra (arts. 1269 y 1270)


ARTICULO 1269.- Derecho a verificar. En todo momento, y siempre que no perjudique el desarrollo de los
trabajos, el comitente de una obra tiene derecho a verificar a su costa el estado de avance, la calidad de los
materiales utilizados y los trabajos efectuados.
El comitente tiene el derecho de verificar, aspecto genérico aplicable a todos los contratos.
Se ha dicho que verificar" es examinar, inspeccionar, constatar" En el caso específico de la
locación de obra, se ha estimado necesario incluir expresamente este derecho,
permitiéndole al comitente la facultad de inspeccionar el estado de avance de las obras, que
abarca los materiales y los trabajos realizados por el empresario. Este derecho admite que
sea ejercitado por el propio comitente o bien se autorice a un tercero, que en su nombre,
examine la obra y su avance.
En principio, no existe un límite temporal para este derecho del comitente en virtud que
puede ejercerlo " en todo momento‖, a partir del comienzo de la ejecución de la obra hasta
su finalización. Empero, este derecho será susceptible de ejercerlo el comitente siempre que
" no perjudique el desarrollo de los trabajos" , por lo cual deberán ponerse de acuerdo las
partes sobre el día y la hora para evitar que la inspección de la obra por el comitente se
traduzca en un perjuicio o demora para su marcha, debiendo ser a su cargo los gastos.
Quizás, el interrogante más complejo que plantea esta norma, consiste en los efectos que
produce el silencio del comitente luego de efectuada la inspección, que "reiteramos" puede
ser en cualquier momento de ejecución de la obra. En otras palabras, el silencio del
comitente ¿puede implicar conformidad con los materiales y técnicas empleadas si nada
dice al respecto? Entendemos que una elemental directiva de la buena fe contractual así lo
impone, siempre que las circunstancias de la inspección hubieran permitido advertirlas (sea
por calidades técnico profesionales del comitente, o por haber tomado el recaudo de hacerse
acompañar por un profesional durante el acto de inspección, etc.).
Aceptación de la obra
ARTICULO 1270.- Aceptación de la obra. La obra se considera aceptada cuando concurren las
circunstancias del artículo 747.
La aceptación de la obra constituye, por principio, un acto jurídico unilateral no formal y
debido, mediante el cual el comitente exterioriza de algún modo conformidad con la obra
realizada, y constituye un paso previo a la recepción de la misma.
Pues bien, aceptar es declarar que una obra está bien hecha y ello surge de la conformidad
entre el resultado y lo pactado. La recepción, permite presumir una aprobación previa; ergo
, recibida la obra, la misma ha sido tácitamente aceptada en principio, más al ser conceptos
diferentes es posible que encontrándose ya en posesión de la obra terminada, aún el
comitente no la haya aceptado por haber expresamente diferido dicho acto. Otra de las
consecuencias prácticas de la distinción estriba en el momento de la traslación de riesgos, el
que no opera por la mera aceptación, sino que requiere " tradición".
Empero, mientras que el vicio "con consecuencias jurídicas relevantes" alude a
características que tornan la cosa impropia para su destino; las diferencias, en cambio,
manifiestan una discordancia entre lo que ha resultado, y lo que en su momento se acordó.
Declarada o inferida la aceptación, el empresario se libera tanto de las diferencias, como de
los vicios que revistan el carácter de " aparentes " . Es decir, que de acuerdo a las
circunstancias de tiempo, personas y lugar, no hubieran pasado inadvertidas para el
comitente al inspeccionar la obra.
Los vicios aparentes son aquellos de fácil comprobación, como " el estado de la pintura,
tabiques y divisorios, etc.
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En relación a los vicios ocultos, una vez que éstos se manifiestan, surge idéntico plazo de
caducidad al que contemplaba el régimen anterior (sesenta días para denunciar, conf. art.
1054).
Denunciado el defecto oculto, corre entonces un nuevo plazo de caducidad "así le llama el
Código" de tres años para accionar si la cosa es inmueble y dos para el supuesto de
muebles. Este último plazo se contaría desde la recepción, con la salvedad, en las cosas
muebles, de contarlo desde que se puso la misma en funcionamiento, si fuera el caso (art.
1055), superándose así las arduas discusiones que este tema supo generar durante la
vigencia del Código de Vélez.
Responsabilidad por vicios y plazos de garantía (arts. 1271 y 1272)
ARTICULO 1271.- Vicios o defectos y diferencias en la calidad. Las normas sobre vicios o defectos se
aplican a las diferencias en la calidad de la obra.
ARTICULO 1272. Plazos de garantía. Si se conviene o es de uso un plazo de garantía para que el comitente
verifique la obra o compruebe su funcionamiento, la recepción se considera provisional y no hace presumir
la aceptación.
Si se trata de vicios que no afectan la solidez ni hacen la obra impropia para su destino, no se pactó un plazo
de garantía ni es de uso otorgarlo, aceptada la obra, el contratista:
a) queda libre de responsabilidad por los vicios aparentes;
b) responde de los vicios o defectos no ostensibles al momento de la recepción, con la extensión y en los
plazos previstos para la garantía por vicios ocultos prevista en los artículos 1054 y concordantes.
A partir de lo expuesto, podemos concluir "por principio" que aceptada la obra, el
empresario queda libre de vicios y diferencias aparentes, mas no de aquellas que revistan el
carácter de ocultas.
Sin embargo, del articulado del Código se desprenden distintas excepciones , a saber:
a) No se libera el empresario por los vicios aparentes si los usos o costumbres (o la
voluntad de las partes) difieren la aceptación del momento mismo de recepción.
b) No responde el empresario por los vicios ocultos, aceptada la obra, si el comitente, por
sus cualidades personales (sea por su formación técnica o profesional) pudo haberlos
advertido (arg. art. 1040).
c) No se responde por vicios jurídicamente irrelevantes (no torna la cosa impropia para su
destino); igual criterio debe seguirse con las diferencias.
Responsabilidad por ruina Arts 1273 a 1276)
ARTICULO 1273.- Obra en ruina o impropia para su destino. El constructor de una obra realizada en
inmueble destinada por su naturaleza a tener larga duración responde al comitente y al adquirente de la obra
por los daños que comprometen su solidez y por los que la hacen impropia para su destino. El constructor
sólo se libera si prueba la incidencia de una causa ajena. No es causa ajena el vicio del suelo, aunque el
terreno pertenezca al comitente o a un tercero, ni el vicio de los materiales, aunque no sean provistos por el
contratista.
Este artículo consagra una obligación de garantía, fuente de responsabilidad civil
contractual objetiva (conf. arts. 1723 y 1722) atribuyendo legitimación activa al comitente,
sucesores universales y también a los sucesores singulares; por ello habla de " adquirentes‖.
La misma se debe aun cuando los daños se vinculen a la mala calidad de los materiales
provistos por el comitente, ello atento a las cualidades técnicas y profesionales con las que
se supone el empresario ha de lucrar, y que le imponen la obligación de advertir al
comitente sobre toda disfuncionalidad de los materiales provistos (arg. art. 1256 inc. d).
El texto actual, al no acotarse en la palabra " ruina" , hace procedente la garantía aun
cuando no fuera la misma estabilidad del edificio la que estuviera en juego, bastando que la
construcción no sea adecuada para su destino. En suma, el nuevo Código Civil y Comercial
se propone distinguir claramente el régimen de la ruina y de los defectos constructivos que
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afecten la solidez de la obra o la tornen impropia para su destino (art. 1273), de los
restantes defectos ocultos, respecto de los cuales no resulta necesario que sean graves, ni
que hagan a la cosa inepta para cumplir los fines previstos (art. 1272), clausurando
definitivamente el debate aún existente.
El constructor sólo se libera probando la incidencia de una causa ajena, externa, no
imputable, configurando un caso fortuito.
Extensión de la responsabilidad
ARTICULO 1274.- Extensión de la responsabilidad por obra en ruina o impropia para su destino. La
responsabilidad prevista en el artículo 1273 se extiende concurrentemente:
a) a toda persona que vende una obra que ella ha construido o ha hecho construir si hace de esa actividad su
profesión habitual;
b) a toda persona que, aunque actuando en calidad de mandatario del dueño de la obra, cumple una misión
semejante a la de un contratista;
c) según la causa del daño, al subcontratista, al proyectista, al director de la obra y a cualquier otro
profesional ligado al comitente por un contrato de obra de construcción referido a la obra dañada o a
cualquiera de sus partes.
Tal como adelantamos, responden los sujetos enumerados por el art. 1274 en forma
concurrente , pero debemos hacer una serie de salvedades. En primer lugar, el art. 851 del
Código Unificado permite, excepto disposición legal en contrario, accionar contra cualquier
persona obligada en modo concurrente.
Desde el punto de vista subjetivo, resultan comprendidos los sujetos siguientes:
a) El empresario inmobiliario: La norma exige " profesionalidad habitual" , lo que restringe
sensiblemente el número de sujetos incluidos, pues a nuestro modo de ver han de concurrir
necesariamente dos condiciones: 1) Por un lado, cierta idoneidad técnica (sea que se
acredite por título habilitante o no, se exija o no matrícula); y 2) Por el otro, reiteración de
actos de venta de inmuebles. En relación a este último supuesto, el más importante, debe
considerarse verificado dicho requisito aun cuando se hubieran producido los daños en la
primera obra vendida; si posteriormente, demostró su vocación de realizar tal actividad
habitualmente. Decimos que la habitualidad es la circunstancia con mayor poder
calificador, toda vez que en cierto modo traduce una profesionalidad.
b) Mandatario del dueño de la obra: Cumple una misión similar a la del contratista.
Es lo que la doctrina clásica solía llamar realización de obra " por administración‖.
El interesado no opera directamente, encarga a un mandatario la realización de los contratos
necesarios, aplicándose las reglas del mandato.
c)El subcontratista: Caracteriza a la subcontratación la creación, por parte de un sujeto
contratante, de una posición contractual derivada del contrato principal (art. 1069). Así,
bien podría "y, es usual en las prácticas habituales de la materia" el empresario derivar la
realización total o parcial de una obra a un tercero. Responden igualmente por este inciso
tanto el arquitecto, el proyectista como cualquier otro profesional vinculado (por ejemplo
un técnico en cálculos, un topógrafo, etc.). En este inciso se responde " según la causa del
daño" por lo que, como dijimos en el apartado anterior, deberá tenerse en cuenta la causa
eficiente del grave daño al inmueble. Si fue un vicio de plano podría responder tanto el
arquitecto como el proyectista (indistintamente con el empresario o mandatario en las
condiciones de los incisos a y b) pero no responderían ellos (en principio) si el daño fuera
por mala calidad de los materiales, circunstancia en la que se podría hacer recaer
responsabilidad en un subcontratista si este ha provisto los materiales, conjuntamente, por
ejemplo, con el empresario habitual.
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Plazo de caducidad
ARTICULO 1275.- Plazo de caducidad. Para que sea aplicable la responsabilidad prevista en los artículos
1273 y 1274, el daño debe producirse dentro de los diez años de aceptada la obra.
A partir de la aprobación de obra "acto por el cual se manifiesta conformidad entre lo
acordado y el resultado de la ejecución" que puede instrumentarse en el mismo acto de
recepción de obra, o bien diferirse por acuerdo de partes, comenzará a correr un plazo
decenal de caducidad, que constituye una garantía poscontractual. Conforme lo entiende la
doctrina, este plazo puede ser ampliado por convención de las partes; pero no puede ser
disminuido porque la responsabilidad del empresario es de orden público y no se admite
dispensa contractual de ella .
A su vez, desde el día en que operen los daños descriptos en el art. 1273 al inmueble,
principia el plazo de prescripción para hacer valer la garantía. Sin embargo, debe cuidarse
el supuesto de desconocimiento de existencia de ruina, caso en el cual habrá de tomarse por
día de inicio de cómputo aquel en que llega a conocimiento del legitimado activo dicha
situación; pues, no puede prescribir una acción que no ha nacido. Poseen legitimación
activa tanto el comitente como sus sucesores universales y particulares. La legitimación
pasiva fue analizada en el comentario del artículo 1274, a cuyo tenor nos remitimos.
El plazo de prescripción para demandar la garantía sigue siendo de un año (conf. art. 2564).
Por último, es importante recordar que aun cuando el acto de aceptación libera de
responsabilidad al empresario por vicios aparentes, subsiste su responsabilidad si ellos
motivaron la ruina.
Nulidad de la cláusula de exclusión o limitación de responsabilidad
ARTICULO 1276.- Nulidad de la cláusula de exclusión o limitación de la responsabilidad. Toda cláusula que
dispensa o limita la responsabilidad prevista para los daños que comprometen la solidez de una obra
realizada en inmueble destinada a larga duración o que la hacen impropia para su destino, se tiene por no
escrita.
De la lectura del precepto se infiere que está teñido de un fuerte orden público de
protección que limita la autonomía privada de las partes. Podemos clasificar la noción en
un orden público clásico y otro moderno. En la primera posición, " se denomina orden
público al conjunto de principios eminentes — religiosos, morales, políticos y económicos
— a los cuales se vincula la digna subsistencia de la organización social establecida "
(Llambías), siendo su efecto la de invalidar una conducta jurídica contraria a sus preceptos.
El criterio moderno, en cambio, además de perseguir dicho efecto, le incorpora la exigencia
de obrar ciertas conductas impuestas legalmente. Es decir, puede considerarse de un
contenido negativo y positivo a la vez. Es conocido como orden público económico
Autorizada doctrina admite dos subespecies: un orden público de protección y otro de
dirección. El primero, y que en este caso nos interesa, tiende a " resguardar a una de las
partes y particularmente al equilibrio interno del contrato " (Alterini), incorporándose
precauciones legislativas que tienden a confirmar la libertad de conclusión y de
configuración. Es decir, que está destinado a la defensa y protección de la población que,
en general, pueda sufrir los efectos de la desigualdad y subordinación económica.
La norma comentada prescribe la imposibilidad de pactar dispensa o limitación de
responsabilidad para los daños que refiere el art. 1273, que se tendrá por inválida o no
escrita, teniendo por finalidad proteger al comitente, especialmente en aquellos contratos
suscriptos con empresas que se dedican profesionalmente a la construcción de estas obras
como también en aquellas realizadas por un empresario individual.
Esta cláusula será nula siempre que se encuentre inserta en un contrato tendiente a la
construcción de una obra inmueble destinada a larga duración. Empero, por lo dicho, nada
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obsta acordar contractualmente la dispensa de responsabilidad por defectos aparentes u


ocultos en la medida que no comprometan la solidez del edificio ni lo hagan impropio para
su destino. Tampoco comprende la ampliación de la responsabilidad, por acuerdo de partes,
que ingresa dentro de la autonomía privada de las partes. A contrario sensu , como hemos
dado por sentado que estos preceptos refieren a cosas inmuebles, es válida la dispensa
contractual por vicios en materia de muebles aun cuando el mismo torne la obra impropia
para su destino, siempre que no nos encontremos frente a contratos de consumo (arg. arts.
1117, 1119).
Por último, en cambio, sí pueden insertarse cláusulas que amplíen la responsabilidad del
constructor, como por ejemplo, la extensión del plazo decenal, pero no puede ser
disminuido porque la responsabilidad del empresario es de orden público y no se admite
dispensa contractual de ella.
Normas especiales para los servicios
ARTICULO 1278.- Normas aplicables. Resultan aplicables a los servicios las normas de la Sección 1ª de este
Capítulo y las correspondientes a las obligaciones de hacer.
Servicios continuados (art.1279)
ARTICULO 1279.- Servicios continuados. El contrato de servicios continuados puede pactarse por tiempo
determinado. Si nada se ha estipulado, se entiende que lo ha sido por tiempo indeterminado. Cualquiera de
las partes puede poner fin al contrato de duración indeterminada; para ello debe dar preaviso con razonable
anticipación.
El precepto (art. 1279) se refiere al contrato de prestación de servicios, autónomo, que
carece de plazo contractual. En otros términos, es de plazo indeterminado.
La norma establece que dicho contrato puede o no tener plazo, estableciéndose una
presunción legal que la omisión en la fijación de un plazo contractual por las partes implica
considerarlo como de plazo indeterminado.
Cuando estemos en este supuesto, cualquiera de las partes puede extinguir el contrato,
dejando a tales efectos un amplio margen interpretativo al facultar un derecho de extinción
unilateral del contrato mediante un preaviso con razonable anticipación. A este preaviso
han de aplicársele las reglas del art. 1078, por lo cual es de formas libres, aunque siempre
será recomendable emplear un medio fehaciente.
Pero nos preguntamos: ¿Qué debemos entender por razonable anticipación?
La vaguedad del término no puede ser criticada. Los contratos de servicios cubren una
vasta gama de actividades económicas por lo que sería difícil al legislador encontrar un
lapso temporal razonable a todas ellas, debiendo primar entonces el principio de buena fe.
Obviamente, son las partes contratantes las mejor posicionadas para establecer dicho lapso
en su acuerdo

2) Locación de cosas.
Concepto:
Art. 1187. Definición. Hay contrato de locación si una parte se obliga a otorgar a otra el uso y goce
temporario de una cosa, a cambio del pago de un precio en dinero.
Al contrato de locación se aplica en subsidio lo dispuesto con respecto al consentimiento, precio y objeto del
contrato de compraventa.
Los elementos propios son la obligación de conceder el uso y goce temporario de una cosa
a cambio de un precio en dinero. Así las cosas, a través de tres elementos queda
perfectamente configurado el contrato.
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En primer lugar, la obligación del locador de otorgar el uso y goce de una cosa, que hace
comprender en el derecho real de uso tanto las facultades de uso, como de goce, en la
extensión y con los límites que se establezca en el título.
Conceptualmente, es útil entender el uso como la facultad de empleo de la cosa, y el goce
como la de percepción de frutos
En segundo lugar, como elemento distintivo advertimos la nota de temporalidad, tan
próxima a los derechos personales, y tan propia de este contrato por la existencia de un
plazo resolutorio que delimita temporalmente el ejercicio del uso y goce concedido.
Finalmente, en tercer lugar, se requiere un precio en dinero, obligación típica y
principalísima del locatario.
El precio debe ser determinado o determinable. Ante el silencio sobre el valor locativo,
debe estarse a que el mismo es el corriente de plaza para el tipo de cosa locada.
Caracteres.
 Es bilateral: desde que origina obligaciones recíprocas para el locador y locatario.
 Oneroso y conmutativo: se supone que las contraprestaciones guardan equivalencia,
es decir que el alquiler pactado es el justo precio del uso y goce.
 Consensual: porque se concluye con el mero consentimiento de las partes, sin que
sea necesario el cumplimiento de ninguna formalidad especial, ni tampoco de la
entrega de la cosa.
 De tracto sucesivo: porque su cumplimiento se prolonga en el tiempo.
Objeto.
El objeto de la locación consiste en una cosa inmueble o mueble para su uso o goce por el
locatario, quien se obliga a restituirla.
Art. 1192. Cosas. Toda cosa presente o futura, cuya tenencia esté en el comercio, puede ser objeto del
contrato de locación, si es determinable, aunque sea sólo en su especie. Se comprenden en el contrato, a falta
de previsión en contrario, los productos y los frutos ordinarios.
Cosa presente o futura
Si se celebra contrato de locación de cosa futura, se entiende que dicho contrato se
encuentra bajo condición suspensiva de que la cosa llegue a existir
Determinada o determinable
Puede que la cosa objeto del contrato esté perfectamente delimitada (en cuyo caso se
aplicarían las reglas de las obligaciones de dar cosas ciertas para transferir su uso y goce), o
bien, sea indeterminada pero determinable. Los ejemplos clásicos son el alquiler de un
coche, sin individualización de su dominio, pero con delimitación de su especie (por
ejemplo, un coche tipo 4x4, modelo
2013, etc.). La indeterminación, por tanto, es siempre relativa.
Frutos y productos
Están comprendidos en el objeto de la locación, pues no sólo se transfiere el uso sino
también el goce, salvo pacto en contrario. Nos referimos a los frutos o productos ordinarios
de la cosa locada, quedando excluidos los extraordinarios.
Forma.
Art. 1188. Forma. Oponibilidad. El contrato de locación de cosa inmueble o mueble registrable, de una
universalidad que incluya a alguna de ellas, o de parte material de un inmueble, debe ser hecho por escrito.
Esta regla se aplica también a sus prórrogas y modificaciones.
En las locaciones urbanas es recaudo sine qua non su celebración por escrito, recaudo no
exigido para el alquiler de bienes muebles. La ausencia de documento no invalida el
vínculo, siempre que haya tenido principio de ejecución De cualquier modo no es necesario
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instrumentar por escrito la prórroga por tiempo indeterminado, operada al vencer el plazo
de vigencia.
Este precepto permite inferir a contrario sensu, que como principio el contrato de locación
no es formal. Sin embargo, cuando el objeto del mismo constituya la transferencia del uso y
goce sobre inmuebles, muebles registrables, universalidades que incluyan alguno de los
bienes referidos, o partes materiales de un inmueble, debe hacerse el mismo por escrito.
Finalmente, resta reseñar que toda prórroga o modificación de los contratos con forma
impuesta, también deberán observar la forma escrita.
Precio
El precio de la locación, llamado alquiler o arrendamiento es otro de los elementos
esenciales de este contrato, como que es el objeto que tiene en miras el locador al contratar.
Y puesto que es uno de los elementos esenciales, es necesario admitir como regla general
que debe estar determinado en el contrato o debe ser determinable de acuerdo con las
cláusulas.
Duración en las locaciones de inmuebles.
La locación de cosas inmuebles es un contrato de tracto sucesivo, de duración limitada en el
tiempo. En la actualidad, dentro de ciertas pautas, las partes son libres de estipular plazos
de duración del contrato respectivo.
Asimismo, el plazo puede estar en función del objeto, de acuerdo con la naturaleza del uso
y goce al que se destinó la cosa. Cumplido el objeto, se tiene por vencido el plazo, y es
exigible la restitución del bien alquilado Como ejemplo, suele darse el caso de un local
arrendado con motivo de una exposición; concluida ésta, debe restituirse dicho local.
Plazo máximo
Art. 1197. Plazo máximo. El tiempo de la locación, cualquiera sea su objeto, no puede exceder de veinte
años para el destino habitacional y cincuenta años para los otros destinos.
El contrato es renovable expresamente por un lapso que no exceda de los máximos previstos contados desde
su inicio.
La redacción del artículo distingue entre objeto y destino. Cuando dice " cualquiera sea su
objeto" entendemos que se refiere a la posibilidad de aplicar el precepto tanto a bienes
muebles, inmuebles, o universalidades que los contengan; pero, finalmente, es el destino de
la locación el que determina el plazo máximo. El plazo máximo en las locaciones encuentra
su fundamento en razones de política legislativa. En efecto, plazos excesivamente extensos
perjudican el tráfico comercial, las inversiones en la cosa locada, y suelen erigirse en fuente
de problemas cuando la cosa ingresa en un acervo hereditario.
Se permite la renovación del contrato de locación, cualquiera sea su destino, siempre y
cuando no se excedan los plazos máximos establecidos. De lo contrario, las partes podrían
pactar un contrato de 20 años o 50 años, respectivamente, con renovaciones por iguales
plazos contraviniendo la limitación legal.
Plazo mínimo
Art. 1198. Plazo mínimo de la locación de inmueble. El contrato de locación de inmueble, cualquiera sea su
destino, si carece de plazo expreso y determinado mayor, se considera celebrado por el plazo mínimo legal
de dos años, excepto los casos del artículo 1199.
El locatario puede renunciar a este plazo si está en la tenencia de la cosa.
Esta norma delimita su ámbito de aplicación a las locaciones que tienen por objeto
inmuebles, sin importar el destino del mismo, pudiendo ser habitacional, comercial o
industrial. Tampoco interesa si tiene o no muebles (art. 2, ley 23.091). Como bien se ha
dicho, " los plazos mínimos están instituidos a favor del locatario, atento a la finalidad
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tuitiva de la ley" Así, tratándose de una norma de orden público, no puede ser derogada por
convenio de partes, y son ineficaces las cláusulas penales instrumentadas para que el
locatario no invoque este beneficio. La norma es lo suficientemente clara y sienta como
regla general el término de dos años, cualquiera sea el destino. De este modo unifica los
plazos, tanto para la locación habitacional como para otros destinos.
Todo contrato celebrado por un plazo menor, o sin determinación del mismo, debe ser
considerado hecho por tal término mínimo, con las excepciones que veremos
Excepciones al plazo mínimo
Art. 1199. Excepciones al plazo mínimo legal. No se aplica el plazo mínimo legal a los contratos de locación
de inmuebles o parte de ellos destinados a:
a) sede de embajada, consulado u organismo internacional, y el destinado a habitación de su personal
extranjero diplomático o consular;
b) habitación con muebles que se arrienden con fines de turismo, descanso o similares. Si el plazo del
contrato supera los tres meses, se presume que no fue hecho con esos fines;
c) guarda de cosas;
d) exposición u oferta de cosas o servicios en un predio ferial.
Tampoco se aplica el plazo mínimo legal a los contratos que tengan por objeto el cumplimiento de una
finalidad determinada expresada en el contrato y que debe normalmente cumplirse en el plazo menor
pactado.
El principio general es que el término mínimo de locación de inmuebles es de dos años; sin
embargo, el mismo cede en determinados supuestos que se refieren a destinos específicos
que le son dados a los inmuebles (en el caso de cosas muebles no rigen plazos mínimos).
Los destinos de excepción son los mencionados por la norma. El primer inciso es de una
hermenéutica sencilla y no nos detendremos en la misma, justificándose en las
características del locatario. El segundo inciso se refiere a locaciones con fines de turismo,
en el cual es dable advertir la supresión del requisito de ubicación en zonas turísticas que
existía en la legislación especial (ley 23.091,art. 2), permitiéndose una interpretación
extensiva de este supuesto.
Aun así, entendemos resultará de suma utilidad la aptitud turística de la zona para facilitar
la prueba del destino acordado, sin dejar de reconocer que la actual redacción resulta más
razonable, pues turismo o esparcimiento puede realizarse en cualquier lugar con
prescindencia de su infraestructura, logística o aceptación turística. La tercera excepción es
la locación de inmuebles con destino de guarda de cosas, no discriminándose los supuestos
a los cuales se refiere.
En el caso de la guarda de automóviles resultará usualmente más común entender que se ha
configurado el contrato de garaje al que deben aplicarse las normas del depósito necesario
(conf. art. 1375). En el cuarto inciso se contempla la locación de predios feriales, supuesto
ya previsto en la ley 23,091, pero mejorándose su redacción abarcando la exposición u
oferta de cosas o servicios.
En efecto, el predio ferial se caracteriza por la ubicación de numerosos puestos comerciales
en idéntico inmueble y que colaboran con expensas comunes, ajustándose a mínimas pautas
de coordinación (por ejemplo, en lo referente a la limpieza, horarios de cierre y apertura,
etc.). Este último precepto se aplica, en resumidas cuentas, a distintos centros de compras
(Shopping, galerías comerciales, etc.). Por último, tampoco se aplica el mínimo legal en
aquellos contratos que tengan por objeto una finalidad, determinada y expresada, que debe
cumplirse en un plazo menor al fijado por la ley.
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Obligaciones del locador


Se analizan a continuación las obligaciones contraídas por el locador:
a. Entregar la cosa
Art. 1200. Entregar la cosa. El locador debe entregar la cosa conforme a lo acordado. A falta de
previsión contractual debe entregarla en estado apropiado para su destino, excepto los defectos que
el locatario conoció o pudo haber conocido.
La cosa arrendada debe ser entregada por el locador de forma tal que pueda cumplir el
destino previsto con todos sus accesorios a la fecha del contrato, inherentes al uso y
goce estipulado. Dentro de este concepto de accesorios debe entenderse
comprendidos:
 Las llaves de la cosa ya sea inmueble o mueble (auto, casa , caja fuerte etc).
 Las servidumbres del inmueble
 Los frutos y productos ordinarios de la cosa. Se está refiriendo a los frutos
pendientes que son los que pasan con la tradición de la cosa. Hay que
advertir que en este caso el locatario está autorizado para consumirlos, pues
entran dentro de lo que significa uso y goce de la cosa.
 Ciertos servicios accesorios: como portería, calefacción, agua caliente; que,
aunque no estuvieran estipulados se presumen que se comprenden desde que
el edificio cuenta con dichos servicios.
Estado en que debe entregarse
En principio, la cosa ha de entregarse en buenas condiciones físicas pero las partes pueden
convenir que lo sea en el estado en que se encontrare. En el momento de la recepción
corresponde inventariar cuál es la situación del inmueble porque, si ese detalle no se
hiciere, la ley presume que fue recibido en buen estado. Asimismo, se presume el pacto de
que la cosa sería dada en la condición en que se hallare cuando se trata de edificios
―arruinados‖ o cuando el inquilino en el acto recepticio no exige las reparaciones del caso.
Gastos de la entrega
Los gastos de la entrega, salvo pacto en contrario, son a cargo del locador. Esto es lo que
surge de las disposiciones relativas a la compraventa, que son de aplicación supletoria para
la locación, y del pago.
b. Mantener al locatario en el goce de la cosa
Esta obligación se enfoca desde dos ángulos: el material y el jurídico
 Desde el punto de vista material (Conservarla cosa en buen estado mientras dure
la locación): durante la vigencia del contrato el locador debe respetar la condición
física del inmueble arrendado a la fecha de su entrega, instante en que queda fijada
esa condición. Por tanto no puede variar el estado del inmueble, el objeto del
contrato, alterando así unilateralmente la disposición del edificio mediante trabajos,
aunque éstos no perjudiquen o incomoden al inquilino.
 Desde el punto de vista jurídico (Mantener al locatario en el uso y goce pacífico
de la cosa – obligación de garantía-): el locador debe asegurar el goce pacífico de
la cosa; en especial, responde por la garantía de evicción en defensa de los derechos
que ejerciere respecto del bien arrendado. Frente a cualquier turbación que
acontezca tiene que adoptar las medidas correspondientes para hacerla cesar,
incluso mediante acciones judiciales.
La garantía de evicción se halla reglamentada por una serie de disposiciones
específicas sin perjuicio de normas análogas de aplicación subsidiaria
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El locador debe esa garantía, cuyo fundamento reposa en su obligación de asegurar


al inquilino el uso y goce de la cosa arrendada. En ese sentido le corresponde
ejercer todas las acciones pertinentes, y asumir la defensa de los derechos del
locatario cuando éstos se encontraren comprometidos por demandas de terceros,
relativos al dominio o al derecho real de servidumbre.
Cabe al inquilino notificar al locador con carácter urgente sobre cualquier
circunstancia que pudiere comprometer el dominio y consiguientes atribuciones,
como una turbación a los derechos posesorios. Si no lo hiciere, puede verse privado
de la garantía y, además, responderá por los daños causados.
c. Recibir el precio
La obligación del locador de recibir el precio no está enunciada ni reglamentada en el
Código, motivo por el cual corresponde remitirnos a lo dispuesto en materia de
compraventa (normas supletorias).
Sin embargo es preciso formular algunas observaciones, ya que tiene suma importancia
ante la negativa del arrendador de percibir el alquiler para luego invocar la causal de
desalojo por falta de pago de más de dos períodos mensuales. En dicho supuesto, el
locatario debe consignar judicialmente la suma debida, siempre que la negativa de la otra
parte sea injustificada.
Aun cuando lo usual es que el domicilio de cumplimiento sea el del inquilino deudor, en el
supuesto de que el arrendador no concurra allí a cobrar, queda constituido en mora, previa
interpelación fehaciente. Pero dicho estado de mora accipiendi no libera al locatario, de
manera que éste deberá pagar por consignación a fin de evitar ulterioridades y procesos
complejos, los cuales pueden comprometer a su permanencia en el inmueble arrendado.
Mejoras y clases
Otra de las obligaciones a cargo del locador, y que nuestro Código detalla son las que se
refieren al pago de mejoras; aunque existen algunas que deben ser abonadas por el locatario
o, incluso otras serán a cargo de terceros.
La mejora es toda modificación en la materialidad de la cosa, que generalmente (no
siempre) aportan un mayor valor a dicha cosa.
Cuando estas mejoras las efectúa el locatario
El tema ha merecido una minuciosa reglamentación, que corresponde sistematizar en sus
líneas generales:
A) La primera idea que domina la materia es determinar si las mejoras están permitidas.
Dentro de esta categoría, existe la posibilidad de que las mejoras deban ser autorizadas por
el locador en forma genérica, o en forma especial, las que tienen que ser especificadas en
detalle. . La autorización debe contar por escrito como medio de prueba
En este caso, el locatario puede hacer en la cosa arrendada todas las mejoras que tuviere a
bien para su utilidad o comodidad, con tal que no altere su forma o su destino, o fuesen
nocivas
Si las reformas alteran la forma o el destino de la cosa, no podrá hacerlas si no está
autorizado por el locador, sea en el contrato o posteriormente. Tal ocurriría si el inquilino
echa abajo la casa para construir una más moderna, o si la demuele parcialmente para darle
otra distribución más a su gusto.
Cesa el derecho de hacer reformas cuando el locatario haya sido citado por desalojo; a
partir de ese momento, la realización de toda mejora o reforma sería abusiva, aunque no
fueran de las que debe pagar el locador, porque lo que justifica el derecho que se reconoce
82

al inquilino es el uso y goce que tiene de la cosa; pero cuando ya es inminente la


devolución, no sería razonable autorizarlo a realizar obras en una cosa que no le pertenece.
B) Se contraponen a las anteriores las llamadas mejoras prohibidas,: Si el locatario realiza
mejoras que no están autorizadas por la ley o convencionalmente, el locador tiene derecho
a:
1. Impedir su realización, para lo cual se hará valer el interdicto de obra nueva.
2. Demandar la demolición de las ya realizadas.
3. Exigir al fin de la locación que la cosa se restituya en el estado en que se la entregó.
Pero no tiene derecho a pedir la rescisión del contrato, porque la ley no le concede tal
atribución.
C) Asimismo puede pactarse que el locatario debe realizar mejoras al inmueble; de ese
modo, contrae una obligación de hacer y deberá asumir las consecuencias de su
incumplimiento
Mejoras que el locador está obligado a pagar
En los párrafos anteriores hemos visto cuáles son las mejoras que el locatario puede o debe
hacer. Aquí analizaremos en que casos el costo de las mismas estará a cargo del locador.
Cuando la cuestión de quien debe pagar la obra está resuelta en el contrato, no hay otras
dificultades que las derivadas de la interpretación de la declaración de voluntad; más
delicado es el problema en ausencia de estipulación.
La idea principal que gobierna los extensos artículos dedicados al tema por el Codificador
es determinar cuándo el valor de las mejoras debe reintegrarse al inquilino que las hubiere
hecho El problema consiste en determinar si el locatario tiene acción para exigir su pago al
locador, cuestión que dependerá de las circunstancias propias del caso.
La clave para la solución del problema contempla dos situaciones básicas, en las cuales
nace la obligación del locador de pagar las mejoras:
1. Las autorizadas: cuando el locador se obligó a pagarlas, y las realizadas por el
inquilino, por razones “de urgencia”, y siempre que fueren necesarias. El valor por
abonar será el del costo en función de los montos comprendidos en la autorización
dada al inquilino, cuando ésta sea exigida.
2. Cuando el contrato a plazo fijo se rescinde por culpa del locador: ya sean
mejoras necesaria, útiles o voluntarias (suntuarias), estén o no autorizadas; y si el
contrato es por plazo indeterminado y el locador exige la restitución de la cosa antes
de que el locatario haya podido disfrutar de la mejora que hubiese autorizado
Fuera de tales supuestos el locador nada debe pagar
Obligaciones del locatario
Las obligaciones principales del locatario son tres: a) Pagar el alquiler. b) Conservar la cosa
en buen estado y c) Restituirla a su debido tiempo.
a). El pago del alquiler
Art. 1208. Pagar el canon convenido. La prestación dineraria a cargo del locatario se integra con el precio
de la locación y toda otra prestación de pago periódico asumida convencionalmente por el locatario. Para su
cobro se concede vía ejecutiva.
A falta de convención, el pago debe ser hecho por anticipado: si la cosa es mueble, de contado; y si es
inmueble, por período mensual.
La obligación principal del locatario consiste en el pago del alquiler mediante una suma de
dinero, siendo una obligación recíproca y de carácter nuclear al contrato de locación de
cosas. En tal sentido, se afirmó que constituye uno de los elementos esenciales del contrato
(Salvat).
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El texto proyectado denomina canon locativo al precio de la locación y a todas aquellas


prestaciones de pago periódico asumidas convencionalmente por el locatario..
En la locación de inmuebles, debe ser fijado por mes, sin que puedan hacerse pagos
anticipados por períodos mayores de ese lapso. Como es un contrato de tracto sucesivo,
cada mensualidad constituye una deuda autónoma a la que le es aplicable la presunción que
establece:“Cuando el pago deba ser hecho en prestaciones parciales, y en períodos
determinados, el pago hecho por el último período hace presumir el pago de los anteriores,
salvo la prueba en contrario.”.
En cuanto al tiempo; si nada han establecido las partes, el pago debe ser hecho por
adelantado. Los pagos adelantados aluden a los que se efectúen antes del vencimiento de
los períodos convenidos.
Extensión:
El alquiler debe pagarse hasta la extinción del contrato y la entrega de la cosa.
Monto
En principio, el monto convenido es inamovible, no pudiendo el locatario solicitar quitas.
Falta de pago
Sobre las consecuencias derivadas de la falta de pago del precio, el locador dispone de la
vía ejecutiva para obtener su cobro y, además, tendrá acción de desalojo cuando se adeuden
más de dos mensualidades vencidas.
b. Conservar la cosa en buen estado
Art. 1206. Conservar la cosa en buen estado. Destrucción. El locatario debe mantener la cosa y conservarla
en el estado en que la recibió. No cumple con esta obligación si la abandona sin dejar quien haga sus veces.
Responde por cualquier deterioro causado a la cosa, incluso por visitantes ocasionales, pero no por acción
del locador o sus dependientes; asimismo responde por la destrucción de la cosa por incendio no originado
en caso fortuito.
El mantenimiento del inmueble debe ser acorde con la categoría de la construcción
edificada. Ello supone realizar todos los cuidados inherentes a su conservación, a fin de que
sea restituido en las condiciones físicas en que fuera recibido. De ahí que el inquilino tenga
a su cargo y costo la reparación de los deterioros menores. Se considera que no se conserva
bien la cosa si hace mejoras prohibidas o si omite realizar las prometidas.
El locatario responde por los deterioros que ocasionare personalmente y, también, los que
causaren quienes habiten con él, incluidos sus dependientes y subarrendatarios.
Responsabilidad por los daños
Esa responsabilidad consiste en reparar los deterioros o que incurra en una causal de
desalojo, según opte el locador; en éste último caso, más la indemnización de los daños
causados.
Pactos de responsabilidad
Tales disposiciones no son de orden público, y en el contrato pueden pactarse otras reglas
especiales; incluso el inquilino podría asumir las consecuencias del caso fortuito.
Los deterioros menores se corresponden con el uso de la cosa, aplicados a pequeños
desperfectos de escasa trascendencia económica (arreglo de persianas, puertas, ventanas
etc), son de incumbencia del inquilino, quien, en principio, no debe ocuparse de la pintura,
arreglo de techos y cañerías etc.
Abandono de la cosa
El precepto consagra asimismo la prohibición de abandono de la cosa. Para que se repute
configurada una situación de abandono, es necesario que el locatario no haya dejado una
persona al cuidado de la cosa, teniendo en cuenta lo exigible por la conciencia media,
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atendiendo al tipo de cosa y las circunstancias del caso, no haciendo falta que el abandono
asuma un grado abdicativo de la tenencia (López De Zavalía). La violación de este deber no
sólo faculta al locador a pedir la resolución contractual (art. 1219, inc. b), sino también a
exigir la satisfacción de los daños y perjuicios ocasionados por el deterioro de la cosa, y
derivados de la resolución anticipada del contrato (siempre que no se aplique el art. 1221,
que absorbe este tipo de perjuicios).
En virtud que el abandono configura un incumplimiento contractual se ha sustentado que "
la amenaza de un daño da lugar a la tutela inhibitoria permitiendo al locador la constatación
del estado y la resolución del contrato. Excepcionalmente, el incumplimiento puede estar
justificado por situación que configure fuerza mayor. Es de destacar que el abandono
constituye una causal autónoma de resolución del contrato que autoriza a pedir el desalojo y
el resarcimiento de los daños causados" (Hernández - Frustagli).
Deterioro. Destrucción por incendio
El locatario responde por cualquier deterioro causado a la cosa, por hecho propio o por
terceros (visitantes), debiendo realizar las reparaciones necesarias.
Asimismo, responde por la destrucción de la cosa, en el caso de daños derivados de un
incendio, excepto que éste se origine en caso fortuito. Por ello, deberá usar con precaución
los servicios públicos domiciliarios, especialmente aquellos que sean potencialmente causa
de un incendio (ej. gas natural), debiendo efectuar el mantenimiento de los aparatos del
hogar. Conforme adelantamos, se ha mejorado el régimen de Vélez (art. 1572) que
considera al incendio como caso fortuito, hasta que el locador pruebe la culpa del locatario
o personas vinculadas (cesionario, subarrendatario, huéspedes), invirtiéndose la carga de la
prueba.
C. Restituir la cosa
Art. 1210. Restituir la cosa. El locatario, al concluir el contrato, debe restituir al locador la cosa en el estado
en que la recibió, excepto los deterioros provenientes del mero transcurso del tiempo y el uso regular.
También debe entregarle las constancias de los pagos que efectuó en razón de la relación locativa y que
resulten atinentes a la cosa o a los servicios que tenga.
Al vencer el plazo de la locación, cualquiera fuera su especie, el inquilino debe restituir al
locador la cosa alquilada, obligación que corresponde también en cualquier otro caso por
extinción del contrato.
Estado en que debe restituirse
La cosa, en particular si se trata de un inmueble, debe ser restituida en el mismo estado en
que se la recibió, a menos que el locatario hubiese hecho mejoras. El locatario hará suyos
los frutos habidos del bien (frutos percibidos) pero entregará junto con la cosa todos los
frutos pendientes.
El locatario no responde por los deterioros propios del transcurso del tiempo y del uso
regular de la cosa salvo pacto en contrario. En efecto, sucede que forma parte de la
ecuación financiera que subyace al contrato, que el precio locativo incluya la amortización
del bien de capital.
De los deterioros
Los deterioros que sufra la cosa por el uso normal o regular como aquellos que tengan que
ver con el trascurso del tiempo, no implica dejar de lado el estado en la cual se recibió la
cosa. Por supuesto, nos referimos a aquellos deterioros menores. El Proyecto de 1993 (art.
1106) era más explícito: " No responderá el locatario de los deterioros provenientes de la
acción del tiempo o del uso extraordinario de ella que el locador hubiera autorizado" .
3. Entrega de las constancias de pago
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Además de la restitución de la cosa locada, se dispone la entrega de aquellas constancias o


recibos que tengan relación con el contrato. Resulta lógico, en consonancia con el
comentario del artículo precedente, que el locatario deba entregar los recibos de pagos de
los servicios públicos domiciliarios, en el caso de locación habitacional, de modo que se
acredite el cumplimiento del contrato y sirvan para demostrar frente a los proveedores el
estado de pago.
Ésta es, quizás, la innovación más interesante en cuanto prescribe la expresa mención a la
obligación de entregar los comprobantes de pago de servicios a cargo del locatario,
siguiendo el antecedente del Proyecto de 1998.
Contratos de obra intelectual
La doctrina suele tratar los contratos vinculados a la propiedad intelectual como una suerte
de locación de obra. En los últimos tiempos dicha asimilación no parece ser la correcta, ya
que, luego de sancionada la Ley 11.723 en 1933, las figuras allí contempladas sobre
edición, representación y enajenación de obras intelectuales fueron adquiriendo autonomía
y ganaron espacio dentro del tráfico moderno. Se suma a ello que, a impulso del desarrollo
tecnológico y sus notables progresos en nuestra época, los derechos de patentes y marcas
incrementaron su trascendencia económica en el mercado para constituir la llamada
propiedad industrial (Ley 22.362). Todos estos derechos se hallan protegidos por la
Constitución Nacional (art 17).
Se analizarán brevemente estos contratos en que los titulares de derechos intelectuales (sea
el autor o sean sus herederos o derechohabientes) pueden celebrar con terceros, en relación
con la obra intelectual. Tales contratos son los que la ley 11.723 regula en los arts. 37 a 55:
edición, representación y venta.
Contrato de edición
Concepto
“Habrá contrato de edición, cuando el titular del derecho de propiedad sobre una obra
intelectual se obliga a entregarla a un editor y éste a reproducirla, difundirla y venderla”.
Caracteres
Dentro de las clasificaciones que hace la doctrina de los contratos, podemos decir que el de
edición es nominado, bilateral, consensual, oneroso y no formal.
 Nominado: porque la ley 11.723 expresamente lo regula a partir de su art. 37.
 Bilateral: Porque ambas partes asumen obligaciones recíprocas: el autor, de entregar
la obra (o realizarla y entregarla, en caso de no haberse aún efectuado); y el editor,
de reproducir, difundir y, en su caso, vender los ejemplares.
 Consensual: porque su perfeccionamiento se produce ante el solo hecho de la
convención de partes, sin requerirse la entrega de la obra.
 Oneroso: porque las ventajas de cada una de las partes se ―compensan‖ con
prestaciones a su cargo.
 No formal: Porque la ley no prevé una forma especial de celebración. La necesidad
del depósito de tres ejemplares en la Dirección Nacional del Derecho de Autor no
forma parte de la contratación, sino que, al ser una obligación que la ley impone al
editor (art 61 cit. Ley), su incumplimiento no altera los efectos contractuales.
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Derechos y obligaciones del autor


a) Derechos
 Traducir, modificar, refundir, etc; o autorizar tales actividades: El respeto por
la producción artística, científica, literaria, hace de éste uno de los derechos
fundamentales del autor. Son facultades que integran el llamado ―derecho moral‖.
El editor no podrá oponerse a tales modificaciones aunque le resulten onerosas,
aunque sí puede exigir la indemnización correspondiente si le originan gastos
imprevistos. Debe señalarse que el autor conserva estas atribuciones aunque haya
cedido sus derechos intelectuales al editor (aspecto patrimonial de la obra), porque
ellas integran el derecho moral del autor, que es inalienable.
 Recibir una retribución: Respecto del derecho a una retribución económica, ésta
puede provenir de dos formas: * Será un precio cuando la forma contractual sea
similar a la de una locación de obra intelectual o a una cesión. * Si la forma
adoptada en la edición fuera la que se asemeja a una sociedad accidental, responderá
a una participación en las ganancias con motivo de la venta de los ejemplares, y
dicha participación deberá constar en el contrato.
 A que su nombre figure en la representación de la obra.
b) Obligaciones
 Entregar al editor la obra concluida (art 37 de la ley 11.723): y hacerlo en el
plazo pactado. A falta de plazo, el tribunal lo fijará equitativamente en un juicio
sumario y bajo apercibimiento de la indemnización correspondiente (art 42 cit.
Ley).
 Garantizar al editor la autenticidad y disfrute de la obra: El autor que suscribe
un contrato de edición, debe encontrarse en situación jurídica de poder disponer de
su obra; y responde ante el editor si se presenta un tercero con mejor derecho que
obtiene el secuestro de la edición, o bien una reparación de daños y perjuicios, sea
porque la obra pertenecía al tercero o porque el autor le había cedido anteriormente
los derechos de edición.
Derechos y Obligaciones del editor
a) Derechos:
 Exclusividad de edición: Este derecho no surge en forma expresa de ninguna
norma legal; pero ¿Cómo ha de asegurarse el editor el rendimiento económico de
una reproducción, si no es garantizándosele que sea el único productor de
ejemplares de esa obra?. Es evidente, pues, que la obligación de entregar la obra,
que la ley le ha impuesto al autor en el art 37, no consiste sólo en el traspaso de los
manuscritos u originales de la obra, sino que ella abarca la indisponibilidad del
autor sobre su creación.
 Fijar el precio de cada ejemplar: Esta facultad que, como regla general
corresponde al editor ya que es él quien está en conocimiento de los gastos de
edición y precios del mercado, puede sin embargo pactarse ab initio en el contrato.
 Recibir una retribución por su actividad: Esta tendrá el carácter de precio cuando
la actividad sea locada, o asumirá el carácter de participación sobre el valor de los
ejemplares vendidos cuando su actividad aparezca como aporte a una sociedad en
participación.
87

 Hacer las correcciones de las palabras, cuando el autor se negare o no pudiere


hacerlas (absteniéndose de modificar el texto original) (art 39 cit ley).
b) Obligaciones
 Pagar la retribución al autor: Dependerá de la forma adoptada en el contrato de
edición, el tipo de retribución que recibirá el autor con motivo del mismo. Así el
editor debe un precio al autor cuando éste cede sus derechos de publicación (aquel
supuesto en que la edición se asemeja a una cesión o a una locación de obra
intelectual), mientras que le deberá la participación convenida en el contrato, sobre
la venta de los ejemplares, cuando la forma adoptada sea aquella similar a una
sociedad accidental o en participación. En éste último supuesto, siendo de hecho el
editor administrador de ese objeto social, estará también a su cargo la obligación de
rendir cuentas al autor.
 Reproducir la obra: Reproducir, es hacer varios ejemplares de una misma cosa.
Según la sustancia de esa cosa, ha de ser el modo empleado para efectuarla. Aquí en
materia de derechos intelectuales, podemos decir que reproducir una obra es
plasmarla en varios Corpus mechanicum (sustancia o mecanismo que sirve de
soporte material a una obra intelectual, papel, lienzo, madera, discos, casetes, etc).
Tal reproducción debe ser hecha en el tiempo y en la forma pactada; caso contrario,
en la que los tribunales fijen en juicio sumario (art 42 cit ley).
 Difundir la obra: Esta actividad del editor consiste en poner en conocimiento del
público o de las personas intermediarias entre éste y el editor- es decir, los
vendedores o distribuidores de ejemplares- la obra publicada o reproducida.
 Respetar los originales: Debe abstenerse de introducir en ellos ninguna
modificación; sólo está autorizado- y desde luego obligado- a corregir las erratas de
imprenta, si el autor se niega, o no puede realizarlas.
 Responder ante el autor por la pérdida de los originales que se encontraren en
su poder, cuando se produce antes de publicada la obra (art 41 cit ley).
Conclusión.
El contrato de edición se extingue:
1. Por agotamiento de las ediciones convenidas (art 41 cit. Ley). : Agotadas las
ediciones, el editor deberá rendir cuentas y pagar al autor su retribución.
1. Por resolución debido al incumplimiento de alguna de las partes: Si alguna de las
partes falta a alguna de las obligaciones esenciales, la otra puede pedir la resolución
del contrato (con más daños y perjuicios) (conf. Art 1204 C.C.).
2. Por vencimiento del plazo: Para el caso de que hubiera plazo de duración
convenido, el contrato se extingue a su vencimiento. Aunque hubiere plazo
convenido, igualmente el contrato se extingue si la edición o ediciones convenidas
se hubieren agotado.(art 44)
3. Por muerte o incapacidad de las partes: La muerte o incapacidad del autor,
producida antes de concluir la obra prometida extingue su obligación y pone fin al
contrato, sin derecho de indemnización alguna a favor del editor- Pero la muerte o
incapacidad del autor, producida luego de finalizada la obra, no extingue el
contrato; y en ese caso los herederos o su representante son los obligados a
cumplirlo.
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Contrato de enajenación de derechos intelectuales


Concepto y efectos
La ley 11.723 define en el art. 51 este contrato, diciendo que: ―El autor, o sus
derechohabientes pueden enajenar o ceder total o parcialmente su obra Esta enajenación
es válida sólo durante el término establecido por la ley y confiere a su adquirente el
derecho a su aprovechamiento económico, sin poder alterar su título, forma y contenido”.
Puede afirmarse que es este contrato, en materia de derechos intelectuales, el que merece,
en lo que a su definición legal se refiere, más críticas; no sólo por su imprecisa
terminología, sino también debido a la falta de contemplación de otras situaciones que
también suelen presentarse.
La venta o cesión de los derechos intelectuales (en su aspecto pecuniario)no constituye
como parece insinuar la norma en su primera parte, la venta o cesión de la obra, sino que
importa, conforme a lo que hemos titulado, sólo una transferencia de la prerrogativa
pecuniaria que la obra confiere originariamente al autor. No negamos que el art 51 efectúa
en alguna medida esa aclaración, cuando dice que esta enajenación confiere a su adquirente
el derecho a su aprovechamiento económico. Pero, específicamente en forma precisa que
tal contratación sólo versa sobre los derechos pecuniarios, haría innecesaria la mencionada
aclaración de la norma, como también lo relativo al término por el cual se confieren los
mencionados derechos pecuniarios. Asimismo tornaría sobreabundante la frase final que
niega al adquirente la posibilidad de alterar el título, forma y contenido de la obra, ya que
tales facultades corresponden, como vimos, a los derechos morales de la propiedad
intelectual, derechos que son inalienables.
Tampoco contempla la norma la posibilidad de una cesión de obra futura, situación que
bien puede presentarse y de hecho ocurre sobre todo en las artes plásticas; en tales
situaciones el autor se compromete a realizar una obra (obligación de hacer), dentro de un
plazo estipulado.
Distinción necesaria:
Creemos necesario efectuar una distinción entre tres hechos jurídicos relativos a la obra
intelectual, que conviene poner en claro a los fines de comprender cabalmente los efectos
del contrato en estudio.
Tres tipos de enajenaciones es posible imaginar:
1. La venta de obra: Supuesto que, a primera vista parece adoptar en su primera parte
el art. 51 de la ley 11.723. Así enunciada, esta contratación no existe en nuestra
legislación, ya que, el derecho intelectual se compone de los derechos pecuniarios y
los derechos morales, y siendo estos últimos inalienables, mal podría decirse que el
autor pueda vender su obra.
2. Venta o cesión de los derechos patrimoniales: Este es el supuesto previsto por la
ley. Surge de ella con alguna claridad cuando dice, en el art 51, que ―….confiere al
adquirente el derecho a su aprovechamiento económico”. Los derechos morales
quedan en su totalidad en cabeza del autor. A ello debemos la aclaración del art. 52,
que establece que el autor conserva, en relación con su obra, el derecho de exigir la
integridad y fidelidad del texto y título en todas sus reproducciones y la mención de
su autoría.
3. Venta del “Corpus mechanicum”: La venta de los derechos intelectuales sobre una
obra conlleva, en la generalidad de los casos, la venta del “corpus mechanicum”
sobre el cual aquélla se sustenta, sea papel, madera, lienzo, mármol, etc; y es ésta la
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circunstancia la que hace surgir las más delicadas complicaciones jurídicas, sobre
todo en aquellas obras que, por su naturaleza, se hallan plasmadas en un solo
ejemplar (pinturas, grabados, esculturas, etc). En efecto, ¿cómo adquirir derechos
intelectuales sobre obras de este tipo si no se produce también, a su vez, la
adquisición del dominio del material en que se sustenta dicha obra (por medio de la
tradición)?. Ocurre pues, que en tales enajenaciones se realiza, a su vez, la
adquisición del dominio del corpus mechanicum y la de ciertos derechos sobre la
obra intelectual, que son justamente el móvil principal del adquirente. Distinta es la
situación jurídica según la obra que consideremos. Así en las obras literarias, la
adquisición de un ejemplar no trae mayores inconvenientes: el adquirente del libro,
revista, etc, es el propietario de ese corpus mechanicum, con todas las facultades
que sobre él emergen del común dominio de las cosas (arts 2513 y 2514 C.C.). Tras
el dueño del corpus mechanicum encontramos al propietario de los derechos
pecuniarios de la obra intelectual, que va a recibir la retribución económica con
motivo de la venta de los ejemplares. Y, por sobre estos dos sujetos, se halla el
autor, que conserva para sí y para siempre los derechos morales. En as artes
plásticas, en que la obra se manifiesta en un solo ejemplar, este conflicto de poderes
jurídicos (unos, sobre la obra del autor; otros sobre el aspecto pecuniario, y otros
sobre el corpus mechanicum de su propietario) se manifiesta en su plenitud.
La propiedad del corpus mechanicum, no adjudica ninguna atribución sobre la obra
intelectual, como no sea el derecho a su goce privado.
Tampoco surge de la venta o cesión, para el adquirente, la facultad de difundir
públicamente la obra. El adquirente de un CD, por ejemplo, sólo puede escucharlo
privadamente; lo mismo diremos de un libro u obra pictórica cuya lectura o
exposición, respectivamente, sólo pueden efectuarse en un ámbito privado. La
difusión pública de estas obras requiere autorización expresa del autor o sus
derechohabientes, no bastando con ser propietario del corpus mechanicum.
Venta o cesión total o parcial
Se desprende de la misma definición legal que el autor puede ceder sus derechos
pecuniarios en su totalidad, o bien hacerlo en forma parcial.
En el supuesto de la cesión total, la única limitación está impuesta por la ley y es la prevista
en el art 5º , cuando expresa que el derecho intelectual que ejercen los herederos o
derechohabientes ( o sea los cesionario) dura sólo el término de setenta años (plazo general
que resulta más breve en las obras fotográficas y cinematográficas).
Estamos en presencia de una cesión parcial cuando el autor o sus derechohabientes
transfieren los derechos pecuniarios de la obra, pero lo hacen con ciertas limitaciones
referidas a las facultades que de ella emergen al tiempo de ejercicio o al ámbito espacial en
el que han de ejercerse.
Caracteres
La venta o cesión de derechos intelectuales (en el aspecto pecuniario) es un contrato
nominado, consensual, pues la entrega de la cosa no es requisito para la perfección del
contrato (recuérdese incluso que puede existir contrato sin estar aún la obra), y no formal,
pues la inscripción que se prevé para las obras literarias en el art 53, es solo a los fines de
hacerla valer frente a terceros. Por último, este contrato puede ser oneroso o gratuito.
Derechos y obligaciones del autor
a) Derechos
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El autor tiene derecho a un precio por la cesión de sus facultades pecuniarias sobre la obra.
Conserva los derechos no enajenados cuando la cesión ha sido parcial, dentro de los límites
contractuales.
b) Obligaciones
Cuando la obra ya está concluida, el autor debe entregarla al adquirente; cuando la obra aún
no se ha efectuado, debe realizarla y entregarla dentro del plazo contractual.

Derechos y obligaciones del adquirente o cesionario


a) Derechos
 Posesión de la obra con el consiguiente goce de la misma en los términos
contractuales.
 En caso de habérsele permitido o autorizado en el contrato, tiene derecho a la
reproducción de la obra (art 54).
b) Obligaciones
 Pagar el precio de la cesión.
 Poner el cuidado necesario para evitar el deterioro de la obra ( en aquellos casos en
que exista un solo corpus mechanicum o en la que, existiendo varios, sean todos
ellos originales, como ocurre en el grabado- xilografías, aguafuertes
Contratos de garaje
El contrato de garaje tiene lugar cuando una de las partes se obliga a conceder el uso de un
especio para el estacionamiento de un automóvil, a cuidar del mismo y, eventualmente, a
proceder a su limpieza y lavado, y la otra a pagar un precio en dinero.
En una sociedad como la actual, en la que el automóvil ha adquirido un gran protagonismo,
por su función laboral y social, como por el valor económico que posee, este contrato tiene
suma importancia, tanto por las dificultades de estacionar libremente en ciertas zonas, como
por los daños y robos que a menudo ocurren.
La actividad abarca; las cocheras; los parquímetros, los estacionamientos en supermercados
y shopping, los estacionamientos en la vía pública, el que se realiza en lugares de acceso
público pero con cerramiento y custodia.
Dentro de las diversas figuras contractuales, encontramos una amplia diversidad, por lo que
es importante caracterizar perfectamente este contrato de garaje.
La relación puede consistir en el simple alquiler de un especio para estacionar durante un
tiempo más o menos prolongado un automóvil, lo cual es una locación de cosa inmueble, y
no garaje.
El contrato de garaje es más complejo; significa el uso y goce, la custodia y los servicios.
Por esta razón, es un contrato atípico, ya que no está regulado por el ordenamiento jurídico
argentino, y se rige por las normas que establezcan las partes, las que surgen de la parte
general de los contratos, y las de los contratos análogos.
Contrato de publicidad
Hay contrato de publicidad cuando una de las partes se obliga a realizar un determinado
mensaje publicitario encargado por un comitente, a cambio de una retribución en dinero.
El mensaje publicitario constituye el objeto de este contrato, sometido a las reglas generales
de la publicidad, y puede realizarse por diversos medios; gráficos, televisivos,
cinematográficos, radiofónicos, carteles, murales, internet, etc.
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Comisión
La comisión o consignación es un acuerdo mediante el cual una persona, denominada
comisionista, que actúa a favor de otro, llamado comitente, realiza a su propio nombre
determinados negocios. Es un contrato mercantil que rige las relaciones internas entre las
partes como si se tratase de un mandato. Una figura se diferencia de la otra en que el
comisionista carece de representación, lo cual no sucede por lo general con el mandatario,
es decir que los comisionistas actúan en nombre propio frente a los terceros, aun cuando lo
hagan, en realidad, por cuenta ajena.
Los actos que podrá realizar el comisionista han de ser comerciales, relativos a operaciones
específicas y transitorias; debe atenerse a las instrucciones recibidas e informar sobre el
curso de su gestión. Vale decir, no es un apoderado en sentido estricto, sino que el
comitente le encarga un determinado negocio sin que éste resulte obligado hacia el tercero
(relación externa). Son frecuentes en la Argentina las consignaciones de automotores y
hacienda-
Se denomina ―comisión‖ el pago que recibirá el consignatario de parte del comitente, el que
además reembolsará los gastos en que se hubiese incurrido.
Corretaje:
Es el convenio por el cual una persona, llamada corredor, establece un diálogo entre dos
posibles interesados para que negocien un contrato. Se ocupa de hacer la presentación entre
quienes podrían llegar a un acuerdo relativo a un acto jurídico determinado. Es un
profesional dedicado a esta clase de intermediación con fines de lucro; colabora para
acercar la oferta y la demanda; obra con autonomía e independencia, sin ser mandatario. La
ley 25.028 regula la matriculación de los corredores; y la exigencia de poseer título
universitario al efecto, para poder mediar en operaciones inmobiliarias.
Por su tarea de intermediación percibe una retribución, que generalmente si fija en un
porcentaje calculado sobre el precio de la operación; pero carece del derecho de reclamar
estipendio alguno si la operación se frustra (antes de su firma), como de exigir el reembolso
de los gastos en que hubiere incurrido (viáticos, publicidad, etc) .
Se caracteriza este contrato por ser: bilateral; accesorio; aleatorio y oneroso.
Concesión,
Mediante la concesión, el concedente encomienda al concesionario un servicio permanente,
organizado e integrado para la comercialización de sus productos, siendo el concesionario
el medio a través del cual el concedente llega al mercado.
Concesión pública y privada
En el Derecho Público existe la concesión de obra o de servicios públicos, que debe ser
cuidadosamente distinguida del contrato de concesión que tratamos.
Existe bajo la forma de ―autorizaciones‖ del Estado para realizar una determinada
actividad, que originalmente le corresponde realizarla al Estado, pero por razones prácticas
y económicas las delega en un particular. Por ej: transporte urbano de pasajeros. El
concesionario es autorizado a percibir una tarifa que representa el costo del servicio que
presta.
Distribución
Contrato por el cual un empresario comercial (distribuidor) actúa profesionalmente por su
propia cuenta, intermediando en tiempo más o menos extenso y con un negocio
92

determinado, en una actividad económica que indirectamente relaciona al productor de


bienes y servicios con el consumidor (Argeri).
O como expresa Daniel Turrín: Aquél contrato por el cual el concedente otorga la
distribución de bienes o servicios al distribuidor, en zona determinada, de ejecución
continuada, actuando el último en su nombre y por cuenta propia, por una remuneración
consistente en un margen de precio de venta del bien o servicio‖.
Contrato de Transporte
Concepto: Habrá contrato de transporte cuando una parte (transportista o porteador) se
obligue a trasladar personas o cosas de un lugar a otro; y la otra (pasajero o cargador) a
pagar un precio.
Partes:
 Transportista o porteador: aquél que se obliga a trasladar de un lugar a otro,
personas o cosas.
 Cargador: Es quien contrata el traslado de cosas con el transportista.
 Pasajero: Es la persona trasladada en el caso de transporte de personas.
Caso del transporte benévolo
El transporte es benévolo cuando obedece a una decisión complaciente, desinteresada,
altruista de quien lleva a un viajero, por ejemplo: si recoge a un estudiante que ―hace
dedo‖ en la ruta. En tal situación la jurisprudencia, en caso de algún accidente, aplica las
reglas de la responsabilidad extracontractual (no lo asimila a un contrato de transporte); y
por ser una cuestión altruista, limita o atenúa equitativamente la indemnización.
En cambio: existe Transporte gratuito, cuando una empresa transporte personas o bienes
sin cobrar una contraprestación, pero no por una finalidad de colaboración o altruista, sino
porque el pasajero o porteador posee algún pase libre, o es empleado de la misma etc. La
jurisprudencia, en estos casos les aplica las normas referidas al contrato de transporte, (por
ende la responsabilidad derivada de los mismos será contractual).
Contrato de tarjeta de crédito
Contrato por medio del cual una parte (empresa emisora de la tarjeta de crédito) acuerda
con la otra parte (titular, cliente), que ésta abra un crédito a su favor, a través de la emisión
de la tarjeta a su nombre, para que por medio de ella pueda adquirir bienes y servicios
en determinados locales o comercios adheridos, que son aquellos que tienen una relación
contractual con la empresa emisora. Tanto el titular de la tarjeta como el comerciante
adherido le pagan a la empresa un canon, y una comisión respectivamente.
Recientemente, todo lo relativo a ―tarjeta de crédito ha sido regulado por la ley 25.065, por
lo que es un contrato típico.
Ley aplicable
La Ley de Tarjetas de créditos (25.065); supletoriamente, las normas del Código Civil y de
Comercio; y luego la Ley 24.240 de Defensa al consumidor .
Peajes de autopista
El contrato de autopista es el contrato por el cual una de las partes(el concesionario) ofrece
a la otra parte (el usuario) el uso de una ruta o autopista conforme a lo establecido en la
concesión otorgada por el Estado, y asegurar la prestación de los servicios prometidos,
como ser el mantenimiento de la calzada y banquina, iluminación, teléfonos, servicio de
remolque etc; y a cambio de ello el usuario pagará un precio en dinero (peaje).
93

El derecho de la empresa, surge de un contrato administrativo, denominado concesión de


autopista (o de peaje de rutas o autopista), ya que originalmente éstas pertenecen al
dominio del Estado.
De círculo (o contrato de ahorro previo)
Es el contrato por medio del cual una empresa organiza un círculo de ahorro, para que los
ahorristas, pagando cuotas periódicas en un plazo determinado, asqpiren a adquirir ese bien
disponible (ej: un automóvil), ya sea por sorteo o licitación.
Los Círculos de ahorro requieren un gran número de ahorristas de modo tal que con sus
cuotas se pueda formar ―un fondo común‖ que permita periódicamente que uno o dos
ahorristas adquiéranle bien. El grupo debe ser solidario, en el sentido de que deben pagar
puntualmente sus cuotas para llegar a formar el fondo común mínimo que establece la
empresa para hacer el sorteo o la licitación
Contratos impuestos:
Uno de los contenidos del dogma de la autonomía de la voluntad, según sabemos, es la
libertad para celebrar el contrato, que involucra la libertad para rehusarse a celebrarlo, y la
libertad para elegir al cocontratante.
Pero en la creciente limitación que se ha ido dando al principio de la autonomía de la
voluntad, se ha llegado al extremo de que ciertos contratos llamados ―contratos impuestos‖
o ―contratos forzosos‖ ―imperativos‖ ―necesarios‖ etc., ni siquiera estas bases de la libertad,
han quedado firmes-
En la realidad actual estas imposiciones se dan:
 En la obligación de pagar una obra pública (por ej: pavimento), si la mayoría de los
vecinos lo aprueba, obliga a los demás.
 Algunos autores (no todos) ejemplifican este tipo de contrato con el seguro
obligatorio para automóviles. etc.
Fideicomiso
Concepto
Es el contrato por el cual una persona (fiduciante) transmite la propiedad fiduciaria de
bienes determinados a otra (fiduciario) quien se obliga a ejercerla en beneficio de quien se
designe en dicho contrato (beneficiario), y a transmitirlo al cumplimiento de un plazo o
condición, al fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario
Por este contrato se transmite la “propiedad fiduciaria”, es decir, un derecho de propiedad
revocable, porque está subordinado a durar solamente hasta que se cumpla un plazo o cierta
condición resolutoria, momento en que habrá que restituir la cosa.
Ejemplo: Juan ( fiduciante) transmite a Pedro (fiduciario) la propiedad fiduciaria de una
casa; y éste se obliga a alquilarla y entregarle los alquileres a Diego (beneficiario)hasta que
éste termine su carrera de abogado (condición resolutoria del fideicomiso), momento en
que Pedro (fiduciario) tendrá que restituir la casa a Juan (fiduciante) o dársela a quien éste
designe en el contrato, sea al beneficiario o a un tercero (fideicomisario).
Partes:
Se discute si las partes son dos (fiduciante y fiduciario); o si son cuatro ( se agregarían el
beneficiario y el fideicomisario)
Fiduciante: El que crea el fideicomiso y transmite los bienes (de los cuales es propietario)
al fiduciario.
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Fiduciario: el que recibe los bienes y está obligado a darle los frutos de lo recibido al
beneficiario, y a entregar los bienes a la persona indicada en el contrato. El fiduciario
adquiere el dominio imperfecto de la cosa durante un plazo o hasta que se cumpla la
condición resolutoria establecida en el contrato
Y si concordamos que existen otras dos:
Beneficiario: es el que se beneficia con el producido que saca el fiduciario con esos bienes,
desde que comienza el contrato hasta que termina.
Fideicomisario: aparece recién cuando termina el contrato. Es la persona que va a recibir
los bienes cuando termine el contrato.
La diferencia entre el fiduciario, el beneficiario y el fideicomisario es que el primero va a
administrar el bien ( y cobrará por dicho trabajo), el segundo va a recibir, duranmte el
contrato, los frutos de ese bien, y el tercero va a adquirir dicho bien cuando termine el
contrato.
Derechos y deberes de las partes
Fiduciante: debe cumplir con las obligaciones que asumió en el contrato, y puede
reclamarle al fiduciario que cumpla con sus deberes.
Fiduciario: debe cumplir con las obligaciones que asumió en el contrato y rendir cuenta de
su gestión. Tiene derecho a recibir una retribución, que si no está fijada en el contrato, la
fijará el juez. Puede gravar o disponer de los bienes si lo establece el fideicomiso (ej:
alquilar), y no necesita el consentimiento de nadie. No puede transmitir su derecho por
causa de muerte. No puede adquirir para sí los bienes fideicomitidos. También cuenta con
las acciones necesarias para defender los bienes; y a ser reembolsado por los gastos
realizados.
Beneficiario: tiene derecho a recibir los frutos producidos por el bien fideicomitido,
descontando los gastos y la remuneración del fiduciario. Tiene derecho a que se le rinda
cuentas y a pedir el cese del fiduciario, con consentimiento del fiduciante, en caso de
incumplimiento contractual. También tiene derecho a ejercer las acciones para defender los
bienes fideicomitidos, con autorización del juez, si el fiduciario no las ejerce.
Fideicomisario: es el destinatario final de los bienes fideicomitidos. Puede ser el
fiduciante, el beneficiario o un tercero y puede ejercer las acciones para traspasar los bienes
a su patrimonio, logrando el dominio pleno.
Fideicomiso financiero
Es el contrato de fideicomiso, donde el fiduciario (el que explota el bien) es una entidad
financiera, o una sociedad autorizada por la Comisión Nacional de Valores para actuar
como fiduciario financiero.
El fiduciario tiene autorización para emitir ―certificados de participación‖ en ese dominio
fiduciario, o ―títulos representativos de deuda‖ garantizados con esos bienes fideicomitidos
para colocarlos entre el público. Ambos son tomados como títulos valores y pueden ser
objeto de oferta pública. Los inversores que adquieran estos títulos son los beneficiarios y
tendrán derecho a los frutos o rendimientos o a una cuota de esos bienes o de la venta de los
mismos.
Leasing
Art. 1227. Concepto. En el contrato de leasing el dador conviene transferir al tomador la tenencia de un bien
cierto y determinado para su uso y goce, contra el pago de un canon y le confiere una opción de compra por
un precio.
95

El leasing es una operatoria mercantil en virtud de la cual una empresa o un consumidor


puede acceder a bienes determinados sin desembolsar grandes sumas de dinero, pudiendo
utilizarlos en su giro empresario o como destinatario final obteniendo beneficios, ya sea de
modo directo o indirecto, abonando como contraprestación un canon y consiguiendo
además, luego de transcurrido un plazo y en caso de hacer uso de una opción prevista
contractualmente, la propiedad de aquéllos.
En tal sentido, conceptualmente, podemos precisar al leasing como aquel contrato en que
una persona (dador) entrega a otra (tomador) la tenencia de un bien cierto y determinado
para su uso y goce a cambio de un canon, confiriéndole también la opción de compra por
un precio predeterminado o determinable
En sentido económico, el contrato de leasing tiene una función básica de conseguir
financiamiento, posibilitar el acceso al crédito de modo de obtener el uso y goce de
maquinarias de alta tecnología, o de bienes inmuebles, destinados a la producción e
intercambio de bienes o servicios, pero sin adquirir su propiedad y evitándose el
desembolso de un importante capital. Al mismo tiempo, el propio bien constituye la
perfecta garantía del crédito otorgado, sin perjuicio que pueden contratarse otras garantías o
constituirse seguros por su pérdida o destrucción.
Caracteres
Los caracteres de la figura son: nominado, típico, consensual, bilateral, oneroso,
conmutativo, formal, de duración, puede ser celebrado por adhesión, puede ser de consumo
o de empresa, puede ser intuito personae .
Factoring:
Es el contrato por el cual una empresa financiera se obliga a adquirir, durante un tiempo
convenido, todos o parte de los créditos que otra empresa tenga frente a sus clientes
(documentos a cobrar) pagando por ello un precio preestablecido en dinero.
Partes:
 Factor: empresa a favor de la cual se ceden los créditos y que pagará el precio en
dinero. Es la empresa que presta el servicio de factoring.
 Factoreado: empresa que cede sus créditos cobrando por ello un precio en dinero.
Naturaleza jurídica: Es un contrato atípico. Por vía de analogía le son aplicables las
normas referidas a la cesión de créditos.
Franchising
Es el contrato por el cual una parte (franquiciante) propietario de un nombre comercial;
emblema identificatorio, patente industrial o marca registrada, con tecnología que la
caracteriza e identifica (Know how) y organización, instalaciones, estructuras, productos y
una forma particular de prestar servicios, le cede a la otra parte (franquiciado) una licencia
para la explotación o venta de esos productos o servicios y aprovechamiento de su
tecnología de fabricación (Know how), organización, sistema de comercialización y
campañas publicitarias, a cambio de una contraprestación periódica más una especie de
regalía denominada “royalty” que se va a aplicar sobre ventas de gran magnitud.
Naturaleza jurídica: Contrato atípico, de colaboración empresarial ya que ambas partes se
complementan para lograr el emprendimiento (aunque en la realidad es el franquiciante el
que impone las pautas al franquiciado).
Es un contrato atípico (no está legislado en la actualidad). El Proyecto de Unificación (año
1998) lo contempla ampliamente.
96

Donación.
El espíritu altruista del ser humano se canaliza a través de dos actos jurídicos: el contrato de
donación y el testamento. Ambos son actos de liberalidad, el primero entre vivos, y el
segundo mortis causae porque recién regirá a partir del deceso del testador.
Concepto
Art. 1542. Concepto Hay donación cuando una parte se obliga a transferir gratuitamente una cosa a otra, y
ésta lo acepta.

Mandato.
Concepto.
El Código Civil define el mandato diciendo que tiene lugar cuando una parte da a otra el
poder, que ésta acepta, para representarla, al efecto de ejecutar en su nombre y de su cuenta
un acto jurídico, o una serie de actos de esa naturaleza
En el ámbito civil, el concepto abarca los actos jurídicos en general- con alguna excepción
como luego se verá-, mientras que en el mercantil se circunscribe exclusivamente a las
operaciones de mercado.
Representación. Poder.
De cualquier modo el derecho asigna al mandato una función representativa, lo que
posibilita al mandatario a actuar en nombre de otro, como si el mandante hubiese
intervenido en persona
En esencia es una relación establecida sobre la base de la confianza.
El vocablo poder describe las atribuciones que el mandante otorga al mandatario para que
actúe en su nombre en negocios generales ,o en algún negocio específico (art 1881 C.C.) .
Fianza.
En materia de obligaciones existe un principio fundamental que establece que ―el
patrimonio del deudor es la prenda común para los acreedores‖. Vale decir que la masa de
bienes embargables de una persona es la garantía establecida por la ley para que en éstos se
haga efectiva su responsabilidad por las obligaciones contraídas. Al aplicar este principio,
el ordenamiento jurídico brinda diversas acciones a fin de asegurar las vías de ejecución
forzada respecto del deudor que incurre en incumplimiento contractual, las cuales son de
integración y conservación de su patrimonio (por ejemplo: acción subrogatoria, acción
directa, acción revocatoria; acción de simulación etc), incluidas las medidas cautelares, o
precautorias para hacer valer en juicio (embargo; inhibición; anotación de litis; prohibición
de innovar, etc).
No obstante la amplitud de criterio del legislador, basado en la protección del derecho de
propiedad de los acreedores, esas medidas genéricas son reputadas muchas veces como
insuficientes. En numerosos casos se exigen seguridades complementarias con el objeto de
que se posibilite la celebración de un contrato, pues ello deviene indispensable para acceder
al crédito y, en particular, recibir préstamos, como se verá en el caso del mutuo. Siempre
cuenta la solvencia de las partes y el grado de confianza que despierte la posibilidad de que
el deudor ejecute la prestación a que se obliga; quienes carezcan de una notoria capacidad
económica habrán de ofrecer seguridades eficaces y concretas, las cuales servirán para
responder en caso de inejecución.
Desde esta perspectiva, el derecho ofrece una amplia gama de garantías, las cuales se
distinguen en dos categorías: reales y personales.
97

Las reales, se constituyen sobre cosas gravadas con un derecho específico, como la
hipoteca, la prenda, la anticresis y el warrant. Esas cosas pueden pertenecer al propio
deudor, o a terceros que las ofrecen para responder por ciertas deudas.
Las personales, son dadas por sujetos ajenos al vínculo contractual, como la fianza, el aval,
el seguro de caución y la fiducia.
Las garantías reales son más eficaces que las personales, ya que cuentan con una
preferencia (ius preferendi) y la posibilidad de seguir la cosa gravada no importa quién la
tuviere, ni dónde se encuentre (ius persequendi). En cambio las personales dependen de la
solvencia del garante.
Concepto
Art. 1574. Concepto. Hay contrato de fianza cuando una persona se obliga accesoriamente por otra a
satisfacer una prestación para el caso de incumplimiento.
Si la deuda afianzada es de entregar cosa cierta, de hacer que sólo puede ser cumplida personalmente por el
deudor, o de no hacer, el fiador sólo queda obligado a satisfacer los daños que resulten de la inejecución.
El contrato de fianza se mantiene como un instrumento jurídico idóneo para asegurar el
cumplimiento de obligaciones. Es pues un acierto del legislador mantener el tipo legal, ya
que todo acreedor común o quirografario está sometido al peligro de que su crédito se torne
incobrable. Con la finalidad de evitar esta clase de riesgos, los acreedores emplean
generalmente este medio jurídico designado técnicamente como "garantía" (o seguridades),
el que permite reforzar el crédito personal del deudor (su patrimonio, que es la "garantía
común, por la intervención de un tercero
En un sentido muy amplio y general, la palabra fianza es utilizada —en el lenguaje vulgar y
en ocasiones en el lenguaje legislativo— como sinónimo de cualquier tipo de caución o
garantía. En otras ocasiones alude al depósito de dinero o de títulos que una persona entrega
a otra para responder del buen cumplimiento de determinadas obligaciones (v.gr., la
conservación de la cosa en la locación). En sentido estricto y técnico, la fianza es un tipo
especial de garantía que se configura cuando un tercero se compromete a ejecutar la
prestación debida por el deudor al acreedor; el fiador garantiza el cumplimiento de una
obligación ajena, obligándose personalmente respecto del
La fianza constituye pues una especie dentro del género de las garantías. Es una institución
jurídica, por la cual un tercero (fiador) se constituye en garante, sin afectación de bienes
determinados, es decir, con todo el patrimonio, en tanto prenda común de sus acreedores,
de la obligación contraída o a contraer por el deudor afianzado
El art. 1574 del nuevo Código, al decir que "hay contrato de fianza cuando una persona se
obliga accesoriamente por otra a satisfacer una prestación para el caso de incumplimiento",
presupone un acuerdo de voluntades entre el fiador y el acreedor cuyo crédito es
garantizado; el deudor, cuya prestación se afianza, no es parte en el negocio y, a los fines de
la validez del contrato, no interesa que el fiador haya contratado a instancias del deudor, o
en su ignorancia, o aun con su oposición, actitudes que cobran importancia a otros
Clases de fianza
Como se observará del análisis de los artículos que siguen a continuación, existen
diferentes clases de fianza: simple, solidaria y como principal pagador.
La primera se caracteriza porque el fiador goza de los beneficios de excusión de los bienes
del deudor y de división de la deuda si son varios los fiadores. La solidaria se da cuando el
fiador así lo ha constituido o cuando no tiene los mencionados beneficios o ha renunciado a
ellos. Y como principal pagador cuando el fiador asume la calidad de un codeudor solidario
de la obligación
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Depósito
Concepto.
El contrato de depósito, en su acepción general, es aquel por medio del cual una persona,
llamada depositante, entrega un bien inmueble o mueble a otra persona, denominada
depositaria, a fin de que la guarde durante un período y se la restituya al vencimiento del
plazo.
Especies (Voluntario y necesario; regular e irregular).
Según nuestro Código, el depósito puede ser:
 A. Voluntario o B. necesario (forzoso): El primero es el que resulta del libre
convenio de las partes; el segundo es el que se hace con ocasión de algún desastre
como incendio, ruina, saqueo, naufragio u otros semejantes ( de imperiosa
necesidad ) y el de los equipajes introducidos por los viajeros en los hoteles, casa de
hospedaje( contrato de hospedaje o de hotelería), etc.
A su vez, el depósito voluntario puede ser:
A.1. Regular: El que se hace de cosas que pueden individualizarse. En este tipo de
depósito, ―el depositario tiene una responsabilidad agravada, ya que está obligado a poner
las mismas diligencias en la guarda de la cosa depositada, que en las suyas propias”
Habrá de efectuar los gastos urgentes que requiere la conservación del bien. Tiene la
obligación de abstenerse de usar la cosa, y mantener la confidencialidad sobre lo que le
fuera entregado en ―caja o bulto cerrado‖ .Y al término del plazo fijado o cuando el
depositante lo exija, está obligado a restituir la misma cosa que le fue entregada.
A.2. Irregular: Es el de cosas fungibles o consumibles que una vez entregadas no pueden
individualizarse. En este caso, el depositario en la práctica adquiere la propiedad de la cosa
y puede disponer de ella (se presume que puede usar la cosa y consumirla) estando
obligado a entregar la misma cantidad de cosas, de la misma especie y calidad
Mutuo:
Concepto.
El mutuo es un contrato real mediante el cual una persona- denominada mutuante,-
transfiere en propiedad a otra- mutuario-,, en forma gratuita u onerosa, determinada
cantidad de cosas fungibles que está autorizada a consumir, con la obligación de entregarle
a su vez una cantidad de cosas de la misma especie y calidad, en cierto tiempo.
Llámase también al mutuo ―empréstito de consumo‖, o ―préstamo‖.
Comodato (o Préstamo de uso)
Concepto.
Es el contrato por el cual, una persona, llamada comodante, entrega una cosa no
consumible (mueble o inmueble) a otra persona, denominada comodataria, a título gratuito
y por un período, a fin de que haga uso personal de ella, obligándose a restituirla en el
mismo estado en que la recibió, junto con los frutos que se hubieran devengado .
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Modelos de contratos
MODELO de:

Boleto de Compraventa de un Inmueble bajo el Régimen de Propiedad Horizontal.

BOLETO DE COMPRAVENTA

Bajo las condiciones estipuladas en las cláusulas insertas en el presente Boleto de

Compraventa y que las partes contratantes aceptan de común acuerdo se celebra la presente

obligación:

PRIMERA: El señor Don ....., de nacionalidad ....., de estado civil ....., quien acredita su

identidad con ..... Nro: ..... domiciliado en ....., de la localidad y Partido de ....., Provincia

de ....., quien en adelante será denominado: "LA PARTE VENDEDORA", vende a el

señor: Don ..... de nacionalidad ..... quien acredita su identidad con ....., número .....

domiciliado en la calle ..... de la localidad de ..... Partido de ..... Provincia de ....., quien en

adelante será denominado: "LA PARTE COMPRADORA", y esta compra un inmueble

consistente en un Departamento designado como la UNIDAD FUNCIONAL Número: ....,

integrada por el Polígono: ..... señalado internamente con la Letra : ....., en el Piso ..... de

la finca sita en la calle ..... Nros.: ..... cuya entrada principal esta señalada con el Nro. : .....

entre las calles ..... y ..... de la localidad de ..... Partido de ..... Provincia de .....,

NOMENCLATURA CATASTRAL: Circunscripción: ....., Sección: ....., Manzana: .....,

Parcela: ....., Polígono: ..... Todo ello conforme su respectivo titulo de propiedad

extendido por escritura Pública número ....., con fecha ..... días del mes de ..... de ....., en

la Localidad de ....., Partido de ....., Provincia de ....., autorizada por el Escribano Público

titular del Registro número ..... del Partido de ....., Pcia. de ....., la que paso al folio ..... de

dicho Registro y fue inscripta en el registro de la Propiedad Inmueble con fecha ..... días

del mes de ..... de .....


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SEGUNDA: Esta operación se realiza por el precio total y convenido de U$S .....

(BILLETES DÓLAR NORTEAMERICANOS ..... ) pagaderos de la siguiente manera: En

este acto LA PARTE VENDEDORA recibe de manos de LA PARTE COMPRADORA la

suma de U$S ..... (BILLETES DOLAR NORTEAMERICANOS ..... ) en concepto de " A

CUENTA DE PRECIO", y Principio de Ejecución de contrato sirviendo el presente de

suficiente recibo y carta de pago en legal forma. Y el saldo de Precio que asciende al

importe de U$S ..... (BILLETES DOLAR ..... ), los que deberá pagar LA PARTE

COMPRADORA a LA PARTE VENDEDORA el día ..... de ..... de ..... a las Hs. ..... en los

escritorios del Escribano designado, y contra el otorgamiento de la respectiva escritura

traslativa de dominio, ocasión esta en que simultáneamente LA PARTE COMPRADORA

tomara la posesión definitiva del inmueble objeto del presente contrato.

TERCERA: La propiedad deberá entregarse totalmente desocupada, es decir libre de

inquilinos, intrusos u ocupantes de cualquier orden.

CUARTA: Esta operación se realiza sobre la Base de títulos perfectos, sin vicio alguno,

que no tienen por origen prescripción veinteñal o treintañal, obtenida por información

sumaria o dación en pago, debiendo entregarse el inmueble libre de gravámenes, deudas

e inhibiciones, o embargos, comprometiéndose a pagar LA PARTE VENDEDORA sus

impuestos tasas, y contribuciones hasta el día de la escrituración.

QUINTA: Las partes pactan la mora automática para todas las obligaciones emergentes

del presente contrato, la que se producirá en todos los casos por el mero vencimiento del

plazo, sin necesidad de intimación judicial o Extrajudicial alguna y sin perjuicio de lo

estatuido por el Articulo 509 del Código Civil. Asimismo convienen la vía ejecutiva para el

caso de incumplimiento en el pago de las sumas establecidas.

SEXTA: Las partes convienen de común acuerdo en dejar establecido el siguiente pacto

comisorio: Para el supuesto que fuere LA PARTE VENDEDORA, quien incurriera en

incumplimiento, LA PARTE COMPRADORA, podrá a su elección: Exigir el cumplimiento


101

del contrato, o bien podrá resolver el mismo en forma totalmente automática, exigiendo la

devolución de todas las sumas de dinero entregadas hasta el momento de producirse el

incumplimiento con mas otro tanto en concepto de indemnización. Y para el supuesto de

que quien incurriere en incumplimiento fuere LA PARTE COMPRADORA, LA PARTE

VENDEDORA, podrá a su elección: Exigir el cumplimiento del contrato, o bien podrá

resolver el mismo en forma totalmente automática, quedándose con todas las sumas de

dinero recibidas hasta el momento de producirse el incumplimiento en concepto de

indemnización. Asimismo se deja convenientemente estipulado, que en el supuesto que

LA PARTE COMPRADORA intentara entregar a LA PARTE VENDEDORA, otra moneda

que no fuere Dólar Billetes Estadounidenses, en virtud del compromiso asumido en la

cláusula "Segunda", se entenderá que LA PARTE COMPRADORA ha incurrido en

incumplimiento de contrato siéndole aplicable lo normado en el presente pacto comisorio.

Todo ello en forma totalmente automática, y sin necesidad de intimación Judicial o

Extrajudicial alguna.

SEPTIMA: Las partes convienen expresa y voluntariamente que para cualquier cuestión

que pudiera plantearse entre ellas con motivo de este contrato, se someten a la

Jurisdicción de los Tribunales ordinarios de Justicia del Departamento Judicial de: .....

renunciando desde ya a cualquier otro fuero o Jurisdicción que pudiera corresponderles,

fijando domicilios en los indicados al inicio, donde se darán por buenas y validas toda

intimación o interpelación que las partes se dirijan con motivo del presente Boleto de

Compraventa.

OCTAVA: Atento a que el inmueble se encuentra sometido al régimen de Propiedad

Horizontal, la Parte Vendedora deberá entregar un certificado libre deuda de Expensas

comunes al escribano que realice la escritura traslativa de dominio.


102

NOVENA: El inmueble objeto del presente Boleto de Compraventa se deberá entregar

con la línea telefónica número: ....., siendo los gastos que demande la transferencia a

cargo exclusiva de LA PARTE COMPRADORA.

DECIMA: La respectiva escritura traslativa de dominio se otorgará por ante el Escribano

....., titular del Registro de Contratos Públicos Nº ..... con escritorios en la calle ..... de la

localidad de ....., Partido de ..... provincia de Buenos Aires, siendo los gastos que origine

la escritura a cargo de cada una de las partes conforme las proporciones de Ley.

DECIMAPRIMERA: El presente Boleto de compraventa se firma teniendo a la vista los

respectivos certificados informativos del Estado de Dominio del inmueble objeto de este

contrato, y de Datos Personales y/o Inhibiciones, de los titulares de dominio del mismo,

expedidos bajo el Nº ..... con fecha: ..... y bajo el Nº ..... con fecha: ..... respectivamente.

DECIMASEGUNDA: Presente en este acto el cónyuge de la parte vendedora Doña …..,

de nacionalidad ….., quien acredita su identidad con ….., con idéntico domicilio que su

cónyuge, en virtud de lo estatuido por el Art. 1277 del Código Civil presta su total

conformidad con la presente operación de venta.

DECIMATERCERA: La presente operación es celebrada con la intervención del señor

Martillero y CORREDOR PUBLICO, Don: ..... Registro Profesional Nº ..... con

oficinas en la calle: ..... Nº ..... del Partido de: ..... Jurisdicción de la

Provincia de Buenos Aires.

En prueba de conformidad se firman tres ejemplares de un mismo tenor y a un

solo efecto en la localidad de ..... Partido de ..... Provincia de Buenos Aires, a los

..... días del mes de ..... de .....


103

BOLETO DE COMPRAVENTA PARA AUTOMOTOR USADO


(PARTES) Entre el señor ... (DNI. ...), de estado civil ..., domiciliado en ..., por
una parte, en adelante denominado «VENDEDOR» y el Sr. ... (DNI. ...), de
estado civil ..., domiciliado en ..., por la otra parte, en adelante denominada
«COMPRADOR», celebran este BOLETO DE COMPRAVENTA DE AUTOMOTOR
USADO, sujeto a las declaraciones y estipulaciones siguientes:
PRIMERA. (OBJETO) El VENDEDOR vende al COMPRADOR el automóvil,
marca ..., tipo ..., modelo ..., motor marca ..., ident. ..., carrocería y/o
bastidor marca ..., ident. ..., de transmisión ..., modelo año ..., con matrícula
..., inscripto en el Registro Seccional ..., de ..., del Registro Nacional de la
Propiedad del Automotor; como único PROPIETARIO del automóvil en adelante
denominado «UNIDAD».
SEGUNDA. ( ESTADO DE LA UNIDAD) 1- La UNIDAD se entrega en el buen
estado de conservación que se encuentra y con el equipo que actualmente la
compone, que el COMPRADOR declara conocer y aceptar. 2- El kilometraje
recorrido hasta la fecha por la UNIDAD es de aproximadamente ... km.
TERCERA. (DEUDAS REALES DE LA UNIDAD) 1- (impuestos y/o tasas)
Quedan a cargo del VENDEDOR todas las deudas anteriores a la fecha por
impuesto a los automotores (patente) o tasas e impuestos a la UNIDAD, por
los períodos devengados hasta el día en curso. 2- (asunción) Asimismo, a
partir del día de hoy, todas las tasas e impuestos correrán por cuenta y cargo
del COMPRADOR. 3- (multas de tránsito) Quedan además a cargo del
VENDEDOR todas las multas por infracciones de tránsito, que se adeudaren
por hechos con la UNIDAD anteriores a la fecha. 4- La UNIDAD se entrega
libre de toda prenda o gravamen.
CUARTA. (POSESIÓN) 1- El COMPRADOR recibe en este acto del VENDEDOR
la posesión, quién le cede y por lo tanto transmite todos sus derechos sobre la
UNIDAD. 2- El COMPRADOR toma la posesión, acepta el acto y pasa a ocupar
y detentar la UNIDAD a título de PROPIETARIO, como único nuevo titular del
dominio.
QUINTA. (PRECIO) El precio total, fijo e inamovible de esta compraventa es
la suma de ...pesos ... ($ ...), que el COMPRADOR entrega en este acto al
104

VENDEDOR, quién lo recibe de conformidad y extiende por el presente


suficiente recibo y carta de pago.
SEXTA. ( TRANSFERENCIA Y PENALIDAD) 1- La inscripción y registración de
la transmisión del dominio la deberá realizar el COMPRADOR en los ... (...)
días de la fecha y el costo será pagado únicamente por él. 2- Si vencido el
plazo para transferir la UNIDAD, no se hubiere consumado la transmisión, el
COMPRADOR responderá con una Cláusula Penal diaria de pesos ...<pesos ...
($ ...). 3- Este acto se realiza con el asentimiento del cónyuge del VENDEDOR
quien firma este documento. 4- Será absoluta responsabilidad del vendedor
que firmen él y su cónyuge la documentación definitiva de transferencia como
titulares de la UNIDAD.
SÉPTIMA. (TRADICIÓN) 1- En este acto el VENDEDOR entrega al
COMPRADOR la posesión y hace tradición de la UNIDAD entregándosela
materialmente y transmitiéndole de hecho, todos los derechos que tenía sobre
la misma. 2- También el VENDEDOR entrega la documentación siguiente al
COMPRADOR: ...
OCTAVA. (DOMICILIOS ESPECIALES) Para cualesquiera notificaciones, a los
efectos del presente, las partes intervinientes en este acto dejan constituidos
como domicilios especiales contractuales, los denunciados «ut-supra».
NOVENA. (COMPETENCIA JUDICIAL) Para el caso de litigio, las partes se
someterán exclusivamente a la competencia de los tribunales ordinarios
civiles..., renunciando a cualesquiera otras que pudiesen corresponderles.
DÉCIMA. (FIRMA Y RECEPCIÓN DE EJEMPLARES) Se firman ... (...)
ejemplares iguales, de un mismo tenor y a un solo efecto del presente Boleto
de Compraventa, quedando ... (...) en poder del VENDEDOR y ... (...) en
poder del COMPRADOR, recibiéndolos todos de conformidad.
UNDÉCIMA. (RESPONSABILIDAD CIVIL) A partir del presente acto, el
COMPRADOR será el único responsable, tanto civil como penalmente, por los
hechos que pudiera causar con el uso de la UNIDAD.
DUODÉCIMA. (LUGAR Y FECHA) Celebrado en ..., a las ... (...) horas del día
... (...) del mes de ... de 200... ...(firmas del vendedor, su cónyuge y del
comprador)
105

ANEXO PARA INGENIERÍA EN SISTEMAS DE


INFORMACIÓN
CONTRATOS INFORMÁTICOS
Se ha dicho que asistimos a la revolución informática (nota) y, de alguna manera, todos lo
percibimos en nuestras relaciones: cuando asistimos al banco y, en lugar del tradicional
empleado -que conocíamos desde hace tiempo-, nos atiende el cajero automático, cuando
telefónicamente una máquina nos invita a esperar o a pulsar determinados números para
recibir distintas informaciones o a dejar el mensaje, etcétera. Así, como cada uno de
nosotros, el Derecho -conciencia colectiva- también ha tenido que ir asumiendo las nuevas
realidades que traen los ordenadores en la relación de los hombres entre sí y con el Estado.
Del amplio panorama que se abre frente a nuestros ojos a través de la informática,
abordamos hoy un pequeño sector en el cual repercute esta revolución: el de los llamados
contratos informáticos.
El tema de la contratación relativa a los bienes informáticos ha adquirido en Latinoamérica
una notoria popularidad. Sin embargo, aún no se refleja en los repertorios jurisprudenciales,
que exhiben una carencia de casos nacionales sorprendente, en especial si tenemos en
cuenta la expansión del mercado informático, ya que los ordenadores, infaltables en toda
oficina pública o privada, pueblan nuestros paisajes ciudadanos.
De allí, que la industria informática haya adquirido una gran importancia económica, pues:
1. Se trata de la tercera industria productiva, después de la petrolera y la automotriz.
2. Tiene inversión creciente en investigación.
3. Tiene oferta concentrada en los países del Hemisferio Norte, altamente desarrollados
(nota). Menos de la mitad de las empresas del ramo facturan la casi totalidad de los bienes
informáticos. Cinco empresas concentran más del 60% del total de la oferta. Una porción
muy superior al 80% del software está en manos de las productoras de hardware.
4. Tiene participación creciente en otras industrias. Los procesos informáticos suelen
reemplazar a los mecánicos, por lo que, mientras la oferta se concentra la demanda se
amplía.
5. Como consecuencia del incesante avance tecnológico, los equipos deben reemplazarse
constantemente por su rápido envejecimiento (nota), lo que hace creciente y sostenida la
demanda.
Desde el ángulo jurídico, la contratación informática presenta algunas particularidades. Así,
ocurre con:
1. La brecha tecnológica (nota). Que se refleja en varios aspectos, pero especialmente en lo
que hace a la dificultad del usuario para individualizar con precisión lo que necesita.
Incluso existe un problema de comunicación entre los contratantes, por la especificidad de
los objetos sobre los cuales recae el contrato (nota).
2. Concentración de la oferta informática (nota). En virtud de ella se produce una primera
limitación a la libertad contractual.
106

3. La complejidad técnica (conceptos de modularidad y compatibilidad). Esta característica


trasciende especialmente para juzgar los deberes impuestos por la buena fe en la etapa
precontractual y cuando se trata de juzgar el cumplimiento del contrato.
4. La predisposición de los contratos es usual .Constituye una segunda fuente restrictiva de
la libertad del consumidor en orden a la contratación informática.
El primer aspecto señalado -la brecha tecnológica- parecería igual a la que se produce en
otros campos, como las maquinarias, material de laboratorio, etcétera, que también
requieren conocimientos especiales para apreciar sus características y funciones, pero a
diferencia de lo que ocurre en esos otros mercados, en el informático los consumidores no
son profesionales, en cambio, sí lo son los ofertantes. Es cierto que esa característica, que
fue muy marcada en su inicio, si bien se conserva en general, ante la difusión del fenómeno
informático ha comenzado a suceder, en algunos casos, que hasta el propio vendedor carece
de dominio técnico, como ocurre con la oferta de bienes informáticos en los
supermercados, casas de artículos para el hogar y las ventas que se realizan a través de las
promociones efectuadas por medio de las tarjetas de crédito.
El fenómeno de la concentración se ha agravado con la globalización de la economía, y
cada día la oferta informática se muestra más oligopólica por las constantes fusiones de las
empresas productoras de bienes informáticos.
En cuanto a la predisposición de los contratos informáticos, la doctrina, en forma únanime,
se ha manifestado en las XI Jornadas Nacionales de Derecho Civil, declarando: Los
contratos informáticos, generalmente, son típicos contratos predispuestos (Recomendación
III-4), por lo que toda la construcción doctrinal y jurisprudencial sobre ese modo de
contratación es aplicable en la materia.

RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL IICONTRATOS INFORMÁTICOS


Contratos informáticos. ¿Una categoría autónoma?
Participamos del criterio de Edgardo J. DallAglio, en el sentido de que los contratos
informáticos no constituyen una categoría autónoma, ni requieren de una legislación
especial, sino que la teoría general del contrato, con las modificaciones debidas en pos de la
protección del consumidor, y la normativa de los contratos típicos resultan adecuadas para
la solución de los problemas a que dan lugar este tipos de acuerdos, sin perjuicio de las
adaptaciones generales que requiere la legislación común al fenómeno informático,
proveyendo una adecuada protección de los datos personales, al software, regulando las
nuevas formas probatorias, etcétera.
Creemos, en cambio, que -en general- las contrataciones sobre bienes informáticos son hoy
atrapadas por la ley de defensa de los usuarios y consumidores (ley 24.240), o sea, que son
contratos de consumo, cuando recaen sobre bienes nuevos. Están excluidos, en cambio, los
que tienen por objeto equipos usados, en virtud de la disposición del artículo 2º de la
mencionada ley.

Objetos sobre los cuales recaen los contratos informáticos


Los contratos informáticos comprenden una serie de convenciones que se refieren tanto a
adquisiciones de equipamiento, provisión de software y diferentes servicios en los que las
nuevas tecnologías confieren un perfil especial a la contratación.
Entre los bienes sobre los cuales puede recaer la contratación, están los siguientes:
107

a) Hardware (duro) o equipo físico: son los elementos físicos que componen la máquina,
chips, transistores, etcétera, que constituyen un circuito integrado. Sus componentes son:
- La unidad central de procesamiento (CPU) consta de dos unidades de memoria: ROM, no
accesible por el usuario, y RAM, accesible por el usuario, pero aleatoria, pues al apagar la
máquina se pierde todo lo que en ella está presente, otra de control y una tercera aritmética-
lógica.
- Los periféricos de entrada y salida. El monitor, la impresora, el teclado, el drive o
disquetera o floppy, el módem, el scanner, el plotter (trazadores gráficos), las tarjetas de
red, etcétera.
b) Software: que es el conjunto de instrucciones que, una vez incorporadas a la máquina en
un lenguaje asimilable para ella, hace que ésta pueda procesar información, realizar una
función o tarea o resultado específico.
- Sistema operativo o software base: es el programa destinado a controlar las operaciones
de funcionamiento interno del ordenador, así como los periféricos y los que comunican a la
máquina con el usuario. Los más conocidos son DOS, Windows, OS2 de Unix, etcétera. En
sí mismos no son útiles, en el sentido de que no cumplen una función para el usuario, sino
que son el soporte sobre el cual se desarrollan programas de aplicación.

¿Cuál es el derecho del adquirente de una máquina que viene con un programa-base
incorporado?
Isabelle de Lamberterie enseña que el proveedor transfiere un derecho de uso personal, no
exclusivo y sólo a veces cesible, o sea un contrato de licencia de utilización, en cuyo caso
estaríamos ante una compraventa siempre que el derecho fuera cesible, ya que
prácticamente es lo mismo que la compra de un libro en cuyo caso el adquirente puede
hacer lo que quiera con él, pero respetando el derecho del autor (nota). Otras veces, se trata
de un derecho no cesible (nota), en cuyo caso, no puede hablarse de compraventa.
Otros autores, en cambio, analizan la cuestión en torno a la naturaleza del programa y
señalan que no puede considerarse cosa, por lo cual, estaría excluida la figura de la
compraventa.
- Programas de aplicación: son los creados para la utilización efectiva del ordenador, tales
como Word, Word-Perfect, Foxpro, Lotus, Excel, WordStart, etcétera. Procesadores de
textos, base de datos, hojas de cálculos, programas para dibujo, etcétera. Todos los
programas de aplicación se presentan en dos versiones:
- Programa objeto: es la versión utilizable por el ordenador, que está en lenguaje máquina,
no comprensible por el hombre, ya que son números y letras.
- Programa fuente: es la versión utilizable por el programador, que está en un idioma de
programación -Cobol, Basic, Frortran, Pascal, etcétera- que al compilarse se traduce al
lenguaje máquina para que sea comprendido por el computador. La falta de disposición por
el usuario del programa fuente hace imposible a éste producir cualquier modificación sobre
el mismo, y crea una absoluta dependencia fáctica o técnica del proveedor. La provisión de
estos programas se realiza a través de un contrato de licencia de uso del código fuente.
c) Firmware: que son microprogramas alojados en un chip.
El interrogante que se presenta es si estos microprogramas son accesorios del material. ¿O
el programa es principal, y lo accesorio es el soporte? En verdad, aquí hay una unidad
indisoluble, y su adquisición se rige por las normas de la compraventa.
108

d) Los llamados servicios informáticos: son todos los que se relacionan con el tratamiento
automatizado de la información: asistencia técnica, mantenimiento, capacitación del
personal, etcétera.
En estos casos estamos -en general- ante locaciones de servicios o locaciones de obra,
según la finalidad que persigan las partes, las estipulaciones contractuales que se hayan
convenido y la naturaleza de la prestación a la que se ha obligado el prestador. Entre las
locaciones de servicios, encontramos la capacitación del personal o del usuario, el contrato
de consultoría. Entre las locaciones de obra, el contrato de diseño de páginas web, el de
exhibición o albergue de páginas web (hosting), el de publicidad (banners), acceso a bases
de datos y BBS, certificación de transacciones electrónicas, etcétera, y otros mixtos, que
comprenden servicios y obras, como el de comercio electrónico a través de Internet,
auditoría informática, etcétera.
Cualquiera fuere la naturaleza del contrato, cae en las previsiones del artículo 1º de la ley
24.240, cuando la adquisición, locación o servicio es contratado por el consumidor o
usuario final, sea persona física o jurídica. En cambio, quedan excluidas las contrataciones
informáticas de bienes que se destinen a un proceso de producción, transformación,
comercialización o prestación a terceros (art. 2º, ley 24.240), en cuyo caso la ley tuitiva no
sería aplicable.
En nuestra opinión, la norma legal excluye su vocación aplicativa, cuando los bienes
adquiridos o locados o los servicios contratados son destinados a la producción,
comercialización o prestación a terceros, por lo que no se excluiría el carácter de
consumidor final por el hecho de que una empresa de comercialización de automóviles
adquiriera un sistema para controlar su stock, su facturación u otra función en su beneficio.
En definitiva, lo que interesa es que el bien sea utilizado en beneficio de la empresa, y no
destinado a los clientes de la empresa adquirente mediante una contratación de segundo
grado (nota).

RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL IICONTRATOS INFORMÁTICOS


El problema de la distinta naturaleza de los objetos de los contratos informáticos
Esta dualidad hardware-software (hoy, también, en el mismo elemento, el firmware) trajo al
Derecho contractual -de origen romano- la necesidad de repensar sus categorías jurídicas,
pues -en principio- sólo lo material podía pensarse como cosa (art. 2312, Cód. Civ.,
originario) y lo inmaterial no podía ser objeto de un contrato de compraventa. En los bienes
informáticos se da una simbiosis de lo material y lo inmaterial que deja absortos a los
juristas que manejan categorías puras, ya que lo físico sin lo inmaterial no resulta útil, ni
tampoco lo inmaterial sin un soporte físico.
Adviértase la diferencia con el Derecho germánico, en el cual tanto las cosas materiales
como los derechos -o bienes inmateriales- pueden ser objeto del contrato de compraventa
(art. 433-I del B. G. B.), lo cual da lugar a tres formas básicas: la producción de aparatos
individuales o programas, la transferencia del uso de ellos por un plazo determinado o por
un plazo indeterminado.
Para nuestro Derecho, la transferencia de la propiedad sobre un equipo, es compraventa. La
transferencia de la propiedad sobre un software, es la cesión de los derechos intelectuales
sobre una obra. La transferencia del uso y goce de una máquina, es locación de cosa. La
transferencia del uso y goce de un programa, es licencia de utilización o de uso de una
propiedad intelectual ajena. Si se trata de una producción de un programa o de una
109

máquina, entonces, estamos ante una locación de obra intelectual o una locación de obra,
respectivamente.
En los EE. UU. la cuestión también dio lugar a dudas, en virtud de la figura híbrida del
software. En el País del Norte la solución se buscó en la protección a los adquirentes que
brinda el Uniform Commercial Code -U. C. C. que tiende a superar la multiplicidad de
soluciones que daban las legislaciones estatales, considerando a la negociación onerosa
sobre soft como una transaction in goods o sale of goods, o sea, como compraventa.

RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL IICONTRATOS INFORMÁTICOS


Contratos típicos y la atipicidad estandardizada de los contratos informáticos.
Rossello habla de una estandardizada atipicidad, pues si los analizamos a la luz de la
tipicidad vamos a descubrir que, en principio, los contratos informáticos son típicos:
compraventa, locación de obra, locación de servicios, locación de cosa, leasing, pero que
existen -además- ciertos contratos que no responden a los tipos tradicionales pero que se
elaboran a través de modelos standards que se utilizan en el mercado informático.
Así, por ejemplo se usan modalidades tales como el back up contract en el cual el locador
se compromete a asegurar el mantenimiento de la actividad en el supuesto de que
circunstancias previstas, pero inevitables, impidan la utilización de los instrumentos
informáticos.
Otra modalidad usual es el turn key package, llamado en nuestro país contrato de llave en
mano, en el cual se encomienda la producción de un bien informático (generalmente soft),
según pautas y necesidades perfiladas con el encomendante, pactándose que se incluye la
puesta en marcha y arranque satisfactorio. Esta modalidad impecable desde el punto de
vista de la definición de la completividad de la prestación, presenta inconvenientes en los
supuestos de desistimiento unilateral del comitente.
El llamado crédito-locación o crédit-bail en el cual intervienen tres núcleos de interés: la
vendedora, una sociedad de financiamiento y el usuario. La vendedora está ligada a la
sociedad de financiamiento, pero no al usuario que sólo se vincula con la sociedad de
financiamiento mediante un contrato de locación. Entre los primeros hay venta, pero la
elección del equipo corresponde al tercero, que no queda vinculado a la proveedora. Si el
usuario no está satisfecho con la cosa se encuentra que carece de acción frente a la
vendedora. La jurisprudencia francesa ha solucionado esta cuestión admitiendo que el
usuario ha recibido por delegación de la sociedad financiera todos los derechos, a condición
de que la vendedora haya conocido y aceptado las disposiciones del mandato. La solución
es poco tuitiva de los derechos del consumidor, toda vez que su protección queda a
expensas de la conducta que haya observado la sociedad financiera, con las dificultades que
tiene el usuario para llegar al conocimiento certero de ella.
Otro problema que plantea esta locación financiera se relaciona con la autonomía o
vinculación de cada uno de los contratos de venta y locación. Así, en caso de resolución de
la venta por incumplimiento de la compañía financiera, ¿cuál es la situación del usuario?
En Francia se coincide en afirmar que el contrato de locación está subordinado al de venta,
pero mientras algunos tribunales entienden que el contrato se resuelve por imposibilidad de
cumplimiento, otras decisiones sostienen la anulabilidad del contrato de locación con
efectos retroactivos.
Por último, una modalidad que se presenta es el contrato dheures machines que puede ser
caracterizado como un contrato de transferencia del simple uso y goce por un número
limitado de horas. Esta modalidad es a veces utilizada en el procesamiento de datos por
110

lotes con software del proveedor o del cliente. La limitación horaria o por tarea comienza a
ser utilizada también en las licencias de uso, y así algunos programas se comercializan con
una licencia por un número determinados de horas. Otros, toman en cuenta la función
desarrollada, y así, los de escaneo ligan el precio de la licencia a las páginas que pueden
procesar, caducando al llegar al límite.

RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL IICONTRATOS INFORMÁTICOS


Etapas de la contratación informática
En la celebración de contratos informáticos, sobre todo los de cierta envergadura, la
contratación puede ser fraccionada en etapas caracterizadas por la existencia de deberes y
obligaciones para las partes.
1. El período precontractual
La doctrina ha destacado la importancia de esta etapa en la contratación informática. Ella se
encuentra destinada al análisis, estudio y negociación previa a la celebración del acuerdo de
voluntades. Durante la misma se desarrolla una serie de actividades tendientes a que las
partes conozcan las expectativas mutuas. Entre esas actividades adquiere especial
relevancia el principio de buena fe, en virtud de la desigualdad de las partes, y por ello éstas
deben colaborar e informarse, para obtener la definición de la necesidad -del usuario- que, a
su vez, determina la definición del objeto del contrato. A tal fin, es preciso:
a) Que el futuro proveedor del bien o servicio informático estudie las necesidades del
usuario. En especial, debe procederse a la determinación de los objetivos y las
especificaciones funcionales y técnicas.
b) La propuesta de soluciones: en este momento la carga de actividad recae predominante
sobre el proveedor informático quien deberá aportar información y consejo. Se destaca, en
este aspecto, el deber de advertencia sobre los riesgos de la utilización del sistema
propuesto -compatibilidades técnicas y estructurales, respecto de la organización en la que
se insertará el sistema (necesidad de personal, costo de la capacitación para la operación del
mismo)-, posibilidades de modularización y crecimiento, costos de mantenimiento posterior
de los equipos, elementos para que el usuario efectúe sus propios cálculos de rentabilidad y
de adquisición de los equipos.
Destaca Bergel que se trata de un deber de doble faz, positiva, en cuanto debe informar y
aconsejar, y negativa, en cuanto a que no debe ser reticente sobre las situaciones detalladas
y las alternativas existentes.
Por ello, ha resuelto la sala 5ª de la Corte de París en el caso Sté. Savie c/Sté. Logobax en el
cual se estableció la nulidad del contrato cuando la proveedora ha silenciado una
circunstancia que pudo decidir al cliente a no contratar.
En este período, es aconsejable que se vayan dejando constancias de la negociación y se
vaya estructurando la documentación precontractual, que tendrá gran importancia en la
interpretación de la voluntad común que se concrete en el futuro y trascendencia sobre la
posibilidad de probar el cumplimiento de este deber, lo que le interesa fundamentalmente al
proveedor por ser quien, en principio, carga con la prueba por estar en mejores condiciones
para rendirla. Así, pueden existir cartas de intención -que constituyen el primer eslabón de
lo que compondrá la documentación precontractual-, actas de discusión -en las que se
reflejan las opiniones e informaciones intercambiadas-, acuerdos marcos -en los que se
establecen las grandes líneas del análisis funcional- y algunas cláusulas especiales relativas
a la negociación -plazos, arbitraje, etcétera- e incluso acuerdos intermedios, en los que se
van dejando sentados aspectos parciales del acuerdo definitivo, pero sujetos a la condición
111

de que el contrato final se celebre, como por ejemplo el que establece la capacidad de
memoria de la central a instalar o el tipo de red que se utilizará .
A esta altura de las negociaciones preliminares surge la posibilidad de que el contrato no se
concluya. Para los intervinientes en la negociación no hay obligación de contratar, de modo
tal que la existencia de cartas de intención no genera obligación contractual alguna (nota).
Sin embargo, la ruptura intempestiva de las negociaciones, en cuanto importen una
violación al principio de la buena fe -artículos 1198 y 1109 del Código Civil- puede
comprometer la responsabilidad precontractual, conforme a sus principios.
2. La conclusión del contrato.
Los contratos que tienen por objeto cosas o bienes informáticos son consensuales, por lo
cual la celebración del contrato se halla sujeta a las normas que rigen esos acuerdos.
3. La redacción del contrato
Más allá del cuidado que es necesario poner en la redacción de cualquier contrato, en
particular en los informáticos la cuestión adquiere una relevancia especial en orden a que
normalmente la costumbre comercial es la contratación y facturación separada de los
equipos -individualmente- y del software, pese a tratarse del mismo proveedor.
Por ello, la doctrina aconseja que la redacción de la documentación -precontractual y
contractual- tenga en cuenta y refleje la integración sistemática de los equipos y los
ambientes y funciones a los que se va a aplicar. Esta precaución tiende a resguardar los
problemas que pueden presentarse en orden a la modularidad y compatibilidad de los
equipos y programas.
Asimismo es necesario prever detalladamente las garantías que se prometen por el
proveedor, o sea, las obligaciones que asume al asegurar al cliente el goce de la cosa. En
particular, se destacan las de buen funcionamiento, respecto a los vicios, y la de evicción,
que comprende especialmente la cobertura de los riesgos de reinvindicación o daños por el
agravio a los derechos de propiedad industrial (patentes) e intelectual que ostenten terceros
sobre los bienes sobre los que se contrató.
4. La ejecución del contrato
Respecto de esta etapa sólo nos referiremos a cuestiones generales, sin perjuicio de abordar,
en adelante, ciertos institutos en particular que con frecuencia aparecen en los contratos
informáticos.
En primer término, es preciso señalar la subsistencia del deber de información y
colaboración continua en esta etapa. Es frecuente que los autores destaquen el deber de
información en la etapa precontractual, sin embargo, dicho deber no cesa en el momento en
que aquel período concluye, sino que subsiste durante la etapa de ejecución.
En la etapa de cumplimiento del contrato surgen, además, en las relaciones relativas a la
provisión de equipos (hardware), los deberes de asistencia, mantenimiento y la provisión de
repuestos.
La norma originaria del artículo 11, ley 24.240 establecía una garantía legal comprensiva
de todas las cosas muebles de consumo durable -vetada por el Poder Ejecutivo según
decreto-ley 2089, explicando que ella atentaría contra la libertad contractual de los
oferentes-. No obstante la falta de consagración legal, la doctrina coincide en que dichos
deberes surgen del principio de la buena fe.
Por otro lado, y a pesar de que no se ha promulgado la norma antes citada, por el artículo
12, ley 24.240 se establece: Servicio técnico: Los fabricantes, importadores y vendedores
de las cosas mencionadas en el artículo anterior (cosas muebles de consumo durable),
deben asegurar un servicio técnico adecuado y el suministro de partes y repuestos.
112

Por su parte, el decreto reglamentario 1798/94 dispone que la provisión de repuestos puede
ser cumplida con piezas usadas cuando no existan nuevas en el mercado nacional o con
expresa autorización del consumidor.
Destaca Farina que la ley no exige la imposibilidad, sino simplemente que los repuestos no
existan en el mercado. Tal norma es de un valor relativo en orden a la protección del
consumidor, pues en más de un caso el problema se solucionaría por la vía de la
importación de los repuestos o partes, sin necesidad de recurrir a elementos usados; sin
embargo, el consumidor, a tenor de la disposición citada, no tiene derecho a exigir que el
vendedor gestione la importación.
La prueba de la carencia en el mercado nacional de repuestos recae, obviamente, sobre el
servicio técnico que pretende sustituir o sustituyó el repuesto dañado o fallado por el usado.
En virtud del artículo 14, ley 24.240, el certificado de garantía deberá estar escrito en
idioma nacional de fácil comprensión y con letra legible y contendrá como mínimo:
a) La identificación del vendedor, fabricante, importador o distribuidor.
b) La identificación de la cosa con las especificaciones técnicas necesarias para su correcta
individualización.
c) Las condiciones de uso, de instalación y mantenimiento necesarias para su
funcionamiento.
d) Las condiciones de validez de la garantía y su plazo de extensión.
e) Las condiciones de reparación de la cosa con especificación del lugar donde se hará
efectiva.
En caso de que la vigencia de la garantía esté subordinada a la notificación al fabricante o
importador, se entiende que el deber de poner en conocimiento de aquéllos la operación
está a cargo del vendedor, por lo que no es admisible la excusa de que no se envió el cupón
respectivo. En tal caso, el vendedor responderá por los perjuicios derivados de la ausencia
de notificación.
Las cláusulas cuya redacción contraríen las normas del artículo transcripto serán nulas de
pleno derecho y se tendrán por no escritas.
Cuando las partes están vinculadas por un contrato de mantenimiento -consecuencia de otro
anterior de provisión o no- el cliente está obligado a pagar el precio de ese servicio -
normalmente se pacta por adelantado- lo que suscita el problema de la suspensión de los
servicios en caso de demora en los pagos. En Francia se ha considerado que la suspensión
del servicio no puede ser intempestiva, aun existiendo la demora, cuando el perjuicio que
sufre el usuario puede ser desproporcionado
El mantenimiento tiene dos aspectos o finalidades: uno preventivo, periódico y con
independencia de cualquier desperfecto, que tiende a mantener en buen funcionamiento el
equipo y el software, y otro reparador, que se hace necesario ante la falla de
funcionamiento.
La doctrina entiende que la obligación asumida por servicio técnico de mantenimiento es de
resultado, en virtud de lo cual el servicio responde de todo daño que sufra el usuario a causa
de la inutilización del sistema por causas no imputables al usuario o a sus dependientes En
la contratación usual, es frecuente que los servicios técnicos impongan una cláusula
limitativa de la responsabilidad, a cuya validez, en general, la doctrina se opone
Un aspecto esencial para la satisfacción del cliente del servicio de mantenimiento es el
lapso de demora en la intervención cuando se manifiesta una falla. Por ello, la
jurisprudencia francesa ha considerado especialmente y conferido extrema importancia al
período de inmovilización del sistema
113

RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL IICONTRATOS INFORMÁTICOS Los


principios aplicables
1. Obligaciones de medios y de resultado
En general, la doctrina se pronuncia por el carácter de obligación de resultado para las
contenidas en los contratos informáticos, sobre la base de que el usuario persigue resultados
funcionales. La Suprema Corte de Justicia de Mendoza, ha destacado, que: El usuario y el
suministrador de un servicio informático se aproximan a la negociación con actitudes
radicalmente diferentes: el primero espera del contrato un cierto resultado funcional, una
solución práctica adecuada a su problema; mientras que el segundo tiende a prometer una
simple correspondencia del sistema a determinadas características y especificaciones
técnicas.
Señala Bergel que ciertos deberes no pueden ser exclusivos del proveedor, como por
ejemplo, la determinación del objeto de la prestación, lo cual constituiría una carga común
del usuario y proveedor.
Entendemos que la regla es que quien presta los servicios informáticos asume obligaciones
de resultados, pero no cabe excluir algunos supuestos de obligaciones de medios, por
ejemplo el procesamiento de información por lotes (batch), en particular cuando se usa soft
del cliente y es operado por personal del cliente.
El hecho de que la obligación asumida sea de medios, no obsta a que se aprecie con mayor
severidad la conducta de quien está en mejor situación técnica; por ejemplo, en el
procesamiento batch -o sea, cuando el empresario se limita al procesamiento de datos- la
doctrina postula la existencia de una presunción judicial de culpa, cuando el soft ha sido
utilizado con anterioridad y no ha habido errores.
2. El deber de buena fe
a) El deber de información y consejo
La jurisprudencia francesa se ha pronunciado estableciendo que el deber de información y
consejo que incumbe al proveedor de material electrónico es más riguroso en tanto los
clientes normalmente están mal informados. Por ello, se ha responsabilizado al proveedor
que incurre en overselling o underselling.
¿Puede contratarse sin asesoramiento? Martínez Ledesma ha dicho que revela negligencia
en la víctima Pero, además, una parte importante de la doctrina destaca que las resoluciones
sobre esta materia en la época del comienzo de la informática no son totalmente
trasladables a los tiempos actuales, pues los riesgos de la contratación informática son hoy
mejor conocidos y forman parte del saber del buen padre de familia
El hecho de tener asesoramiento técnico el cliente disminuye el deber de consejo del
proveedor), ya que el consultor técnico del usuario o adquirente asume una obligación de
control y verificación de la información que le suministra el proveedor.
El deber de información del proveedor se reduce a la información técnica, y no comprende,
conforme lo ha resuelto la jurisprudencia francesa, el asesoramiento respecto de la
rentabilidad que produce la utilización de los equipos.
La doctrina ha destacado que durante esta etapa precontractual la actividad y el deber de
diligencia recaen predominantemente sobre el usuario, quien se encuentra gravado con el
deber de investigar sus propias necesidades; sin embargo, el papel del proveedor no es
puramente pasivo La brecha tecnológica -cuando existe -determina que la situación debe
ser juzgada como el deber de diagnóstico en las responsabilidades profesionales, por lo que
114

el proveedor -conocedor del fenómeno- no puede dejar de interrogar e investigar las


necesidades del futuro usuario.
El deber de información y consejo aparece, en la actualidad, regulado por el artículo 4º, ley
24.240, que establece: Quienes produzcan, importen, distribuyan o comercialicen cosas o
presten servicios, deben suministrar a los consumidores o usuarios, en forma cierta y
objetiva, información veraz, detallada, eficaz y suficiente sobre las características
esenciales de los mismos.
Cabe señalar la coincidencia de esa norma con el artículo 3º de la ley danesa de 1974 que
dispone que en el momento de la presentación de una oferta en que se establezca un
contrato, o bien, venido el caso, en que se trata de bienes o de servicios, la información o
instrucción exacta será dada de acuerdo a la naturaleza de esos bienes o servicios, cuando
ella sea importante para evaluar su naturaleza o calidad de los mismos, especialmente en lo
que hace a su conformidad de acuerdo al uso a que se los destine, su duración, los riesgos
eventuales de su utilización y el mantenimiento.
En Italia, la obligación de informar y aconsejar al cliente que grava al proveedor
informático se ha interpretado que viene impuesta por el deber de buena fe, consagrado en
el artículo 1175 del Código Civil.
En nuestro país, la violación del deber de buena fe en la etapa previa a la celebración del
contrato y la infracción al deber de informar resultan gravemente sancionadas en la Ley de
Defensa del Consumidor, y así, el artículo 37, en su último párrafo, dispone que la
transgresión de tales deberes faculta al consumidor a demandar la nulidad del contrato o la
de una o más cláusulas.
b) La interpretación de la voluntad de las partes
Los contratos informáticos, en caso de duda, deben interpretarse en contra del proveedor
del servicio, que se encuentra gravado con la carga de la claridad para no confundir al
adquirente.
Tal regla interpretativa está impuesta para los contratos de consumo, en el artículo 37,
inciso c, segunda parte, de la ley 24.240 que dispone: La interpretación del contrato se hará
en el sentido más favorable para el consumidor. Cuando existan dudas sobre los alcances de
su obligación, se estará a la que sea menos gravosa.
Al respecto, cabe recordar una tendencia que destaca la doctrina respecto a los alcances de
los vicios de la voluntad para excluir el consentimiento -por ejemplo el error, artículos 926
y 928 del Código Civil- y pronunciarse por la nulidad del contrato. Así, Isabelle de
Lamberterie nos ilustra acerca de una decisión de los tribunales franceses que habría
ampliado notoriamente el alcance del vicio al entender que es suficiente que no exista
prueba que excluya la posibilidad de que una circunstancia haya sido esencial para decidir
al cliente a la adquisición para tener por nulo el contrato en que se adquirió una máquina
que no podía ser instalada en un local de la calle, revirtiendo la carga de la prueba que, en
principio, hubiese recaído sobre el adquirente.
c) La entrega de la cosa
Uno de los problemas es el plazo de entrega, pues es usual que el proveedor establezca que
el plazo es meramente indicativo.
Sin embargo, la jurisprudencia francesa ha resuelto que no obstante la manifestación de que
se entregaría en el plazo estimado de tres meses, la proveedora se encontraba en mora si
había transcurrido nueve meses y la entrega no se había producido y fue intimada
fehacientemente por la compradora
115

Cuando hablamos de entrega de la cosa, en el ámbito de los contratos informáticos, no nos


referimos simplemente a la entrega física, pues como lo expresa Altmark, de nada le servirá
al usuario, por ejemplo, tener en su empresa u oficina cajones que contienen el equipo
Debe entenderse que existe entrega cuando el equipo está instalado y puesto en marcha, en
condiciones de prestar, de cumplir la función prevista en el contrato o aquella para la cual
está normalmente destinado. O sea que la entrega tiene un sentido funcional y no
meramente físico. No es la simple tradición de la cosa, sino su puesta en marcha, lo que
adquiere especial importancia para juzgar cuándo media entrega y, por lo tanto, si hay
incumplimiento de la prestación comprometida por el proveedor informático; esto
constituye el principio de indivisibilidad de la prestación informática -muy ligada al
concepto de sistema informático-, porque no basta la entrega de una parte del equipamiento
pues los elementos aislados no satisfacen la utilidad que espera el adquirente.
Al tratarse de un sistema, o sea, un conjunto de elementos que se interrelacionan regular y
ordenadamente para la consecución de sus objetivos, no puede parcializarse sin afectar al
todo. La entrega parcial frustra el objetivo del adquirente. En el caso Sisteco c/Sujoy,
Sergio se ha dicho: Es necesaria la operación conforme del conjunto de los elementos
componentes del sistema, su utilidad y adecuación a los fines previstos.
En Francia, se ha sostenido la indivisibilidad del sistema y así se ha resuelto que existe una
indisociabilidad entre el soft y el hard, por lo que la entrega de uno sin el otro, determina la
inutilidad de ambos
Tratándose de contratos de provisión del software a medida, el contrato -en principio- no
puede entenderse cumplido cuando se ha trasmitido sólo su uso sin los derechos emergentes
de la propiedad intelectual (lo que ocurre normalmente cuando el cliente financia el
proyecto), mediante la entrega del código fuente
Se destaca, con frecuencia, la sucesividad de contratos (umblunding) (nota) que se produce
en la relación entre el proveedor y el cliente, de modo que si bien se realizan operaciones
formalmente separadas o sucesivas (nota) ellas merecen ser, conforme su naturaleza y
particularidad de la relación, tratadas como si fueran un contrato único.
Es usual encontrar publicidades que ofrecen solución informática, lo que implica que el
proveedor se compromete a dar una solución -un resultado- al tratamiento de la
información del usuario. Al respecto, es necesario tener presente la norma del artículo 8º de
la ley 24.240, que establece que la publicidad integra la oferta, lo que implica mucho más
que es un elemento interpretativo del contrato, para formar parte del mismo, y conferir el
derecho al efectivo cumplimiento de lo comprometido en el mensaje publicitario.
La doctrina aconseja prever el test de aceptación como un paso previo a la aceptación de la
entrega (nota) y a la exigibilidad de la obligación de pagar el precio.
En México, por ejemplo, se establece en los contratos tipo que una eficiencia calificada en
un 90% del rendimiento respecto de la prevista al suscribirse el acuerdo es satisfactoria
pues se descarta la perfección.
La previsión del test de aceptación es muy importante, pues la jurisprudencia francesa ha
cargado sobre el usuario la prueba de la insatisfacción o no conformidad, requiriendo la
prueba de que el equipo no funcionaba correctamente al momento de la entrega). La forma
de precaverse de tal criterio es pactar el test de aceptación con carácter previo a que se
considere hecha la entrega y a la exigibilidad de las prestaciones a cargo del cliente.
3. Vicios aparentes
Para los casos en los que el contrato fuera de locación de obra, el artículo 1647 bis del
Código Civil sienta el principio de que los vicios aparentes quedan cubiertos por la
116

recepción provisoria, lo cual es inconveniente para los contratos informáticos. La redacción


impuesta en el Proyecto de Unificación de 1987 del artículo 574, inciso 1º, y en el tercer
párrafo del artículo 1647 bis, mejoraba notoriamente la situación del usuario, pues, por el
primero sólo se presumía que la cosa era de la calidad adecuada y que no tenía vicios
aparentes, y por el segundo, se excluía que se considerase aceptación cuando en el tipo de
operatoria es de uso establecer un plazo de garantía.
Por ello, en nuestra interpretación de aquellas frustradas normas, si las partes no hubieran
estipulado un pacto de garantía, pero fuera de uso, como ocurre en los contratos
informáticos, la recepción provisoria no habría comportado aceptación ni hecho presumir
que no existían vicios aparentes. Distinta es la situación en la compraventa, en que no
existiendo recepción provisoria, se impone pactarla expresamente.
Por ello, entendemos, que la situación de desprotección -en todo tipo de contrato- debe ser
revertida sobre la base de la estipulación de las partes del test de aceptación.
4. Los accesorios del sistema
Normalmente los bienes informáticos (tanto soft como hard) se acompañan con prolijos
manuales de uso. Señala Bergel que la documentación integra los elementos físico y lógico
de los equipos y que está incluida en el precio de aquéllos, especialmente la que se entrega
originariamente con la máquina o el software. Se trata de un despliegue del deber de
informar que se manifiesta también en la etapa de ejecución del contrato (nota). Su
disposición por el usuario es de gran importancia en tanto los manuales son los que traen
las instrucciones para operar en forma óptima el equipo, los listados de errores y sus causas
probables, la operación de autochequeo de las máquinas, la información sobre los servicios
técnicos y de garantía, etcétera. La falta de entrega de tales manuales frustra las
posibilidades de operar con óptimo rendimiento al bien y, por lo tanto, hace que la entrega
no haya sido total, no obstante que se haya hecho tradición de la máquina o instalado el
programa.
5. Los vicios redhibitorios
El concepto de sistema tiene gran trascendencia en el destino de la adquisición, y de allí la
necesidad de que él esté expresa y claramente definido en el contrato o en la
documentación precontractual, pues nuevamente el fenómeno técnico adquiere una
particular relevancia para la configuración del vicio oculto, o sea, aquel defecto -de cierta
gravedad- del equipo físico o lógico que lo haga impropio para el destino previsto, que
existiendo en el momento de la adquisición no fuera manifiesto (art. 2164, Cód. Civ.).
En Francia, se ha resuelto que un vicio que afectaba el 10% del funcionamiento de un
sistema informático no revestía gravedad
La Ley de Defensa del Consumidor en su artículo 18 establece: La aplicación de las
disposiciones precedentes, no obsta a la subsistencia de la garantía legal por vicios
redhibitorios. En caso de vicio redhibitorio: a) A instancia del consumidor se aplicará de
pleno derecho el artículo 2176 del Código Civil. b) El artículo 2170 del Código Civil no
podrá ser opuesto al consumidor.
De modo que cuando se trate de un contrato de consumo, al adquirente no podrá oponérsele
que debió conocer el vicio en virtud de su carácter profesional o de ilustrado sobre el tema,
tal como se proponía por destacada doctrina (nota). En cambio, esa circunstancia le es
oponible al proveedor, ya que el consumidor podrá instar la aplicación del artículo 2176 del
Código Civil.
El problema más grave resulta del artículo 2168 del Código Civil según el cual la prueba de
que el vicio existía al tiempo de la adquisición pesa sobre el adquirente, pues de lo
117

contrario se presume que sobrevino. Una vez más se advierte la importancia del test de
aceptación.
También es problemática la prueba del conocimiento del proveedor del vicio que afectaba a
la cosa, cuando en el contrato hay una eximición de responsabilidad por los vicios ocultos
(art. 2169). En virtud de ello, la jurisprudencia belga ha establecido una presunción de
conocimiento en contra del proveedor informático. En ese país se exige que el proveedor
pruebe que su ignorancia era invencible y que en condiciones normales no habría podido
conocerlos.
6. Las cláusulas de exoneración o limitación de la responsabilidad.
Son aquellas en las cuales una persona renuncia preventivamente, y en virtud del principio
de la autonomía de la voluntad, a un efecto cualquiera de la responsabilidad que la ley
dispositiva le atribuye a otro por el incumplimiento de un deber jurídico.
Es sabido que en algunas oportunidades, una cláusula limitativa se usa como exonerativa de
la responsabilidad, cuando el límite es tan pequeño que opera al modo de una exoneración
encubierta. Por ello, el nuevo artículo 1152 Código Civil francés (modif. por la ley 75/597)
faculta al juez a aumentar el máximo de la indemnización preacordada si ésta fuera
manifiestamente irrisoria
En Italia, el artículo 1229 del Código Civil establece la nulidad de las cláusulas
exonerativas o limitativas de la responsabilidad por dolo o culpa grave o cuando resulte de
la violación de obligaciones derivadas de normas de orden público.
En nuestro país, el artículo 37 de la Ley 24.240 establece que se tendrán por no convenidas:
a) Las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por daños;
b) las cláusulas que importen renuncia o restricción a los derechos del consumidor o
amplíen los derechos de la otra parte; c) las cláusulas que contengan cualquier precepto que
imponga la inversión de la carga de la prueba en perjuicio del consumidor.
Cabe destacar, en primer término, que en los contratos de consumo la cláusula se tiene por
no convenida, o sea, que es nula de pleno derecho, y sin perjuicio de la validez del contrato
En materia informática, la recomendación III.4 de las XI Jornadas Nacionales de Derecho
Civil, ya había declarado que: Los contratos informáticos, generalmente, son típicos
contratos predispuestos, por lo tanto, en tales supuestos son nulas las cláusulas limitativas
de responsabilidad cuando se trate de daños extrapatrimoniales o daños patrimoniales sin
una adecuada equivalencia económica.

EJE TEMÀTICO Nro V


DERECHO DEL TRABAJO
Concepto. Necesidad de una regulación especial para la actividad
laboral en relación de dependencia. Características de esta rama
del derecho.
118

El Contrato de Trabajo. Regulación legal. Normas de aplicación.


Derechos y deberes de los trabajadores.
Duración del contrato de trabajo: Por tiempo indeterminado:
Régimen legal. Por tiempo determinado: Tipos: Trabajo eventual.
Por temporada. Período de prueba. Pasantías.
Remuneración; Clasificación. Conceptos complementarios. Forma
y plazos para el pago
El recibo: Características. Contenido.
Salario mínimo vital y móvil.
Sueldo anual complementario. Concepto. Características. Forma
de liquidarlo.
Jornada de trabajo: Jornada diurna. Jornada Nocturna. Jornada en
ambientes insalubres. Jornada mixta.
Excepciones a la jornada ordinaria.: Jornada promedio. Jornada
ultraflexible. Contrato de tiempo parcial.
Horas extras: Cómo se pagan
Régimen general de descansos y licencias:
Descanso entre jornadas. Descanso semanal. Vacaciones: Sus
características. Régimen.
Feriados y días no laborables.
Régimen especial para mujeres y menores.
Derechos de la mujer en el período de maternidad.
Suspensión de ciertos efectos del contrato de trabajo:
Accidentes y enfermedades inculpables.
Suspensión por desempeño de cargos electivos o gremiales.
Suspensiones por causas económicas, disciplinarias y por fuerza
mayor.
Extinción del contrato de trabajo
Preaviso. Causales de extinción: Por renuncia. Por abandono del
trabajador. Por voluntad concurrente. Por justa causa. Por despido
injustificado. Por fuerza mayor o por falta o disminución de
trabajo. Extinción por muerte del trabajador. Por muerte del
empleador. Por incapacidad del trabajador. Por quiebra del
empleador. Por jubilación del trabajador. Extinción en los
contratos a plazo. Despido discriminatorio. Agravamiento de las
indemnizaciones y sanciones. Despido del trabajador reingresado.
Riesgos de trabajo:
119

Régimen legal. Ámbito de aplicación. Seguro Obligatorio.


Prevención de riesgos. Tipos de incapacidades previstas.
Prestaciones dinerarias. Prestaciones en especie. Responsabilidad
civil y los riesgos de trabajo.
Organización colectiva del trabajo:
Asociaciones profesionales. Régimen legal. Los convenios
colectivos de trabajo.

DERECHO DEL TRABAJO


INTRODUCCIÓN
Concepto. Necesidad de una regulación especial para la actividad laboral en relación
de dependencia.- Características de esta rama del derecho.-

El hombre puede emplear libremente su fuerza de trabajo en su propio beneficio y


dedicarse a la industria, comercia etc. O puede poner su fuerza a disposición de otra
persona de una manera más o menos continua, en este caso acepta que otro dirija su
actividad y obtenga provecho de ella.
Así surge el Derecho del Trabajo que es un derecho de constante formación y dinámico
surgido de la realidad social, siendo frecuentes las reformas de distintos institutos de esta
rama, tanto en el aspecto individual como colectivo. Es un derecho de integración social, ya
que sus principios obedecen al interés general de proteger al hombre trabajador. Se ocupa
del hombre por el hecho del trabajo. Su finalidad última es tutelar al trabajador que es la
parte más débil en la relación partiendo del supuesto de que no existe un pie de igualdad
entre las partes.
La Reforma del Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación implicó un cambio de
paradigma que integra otros microsistemas jurídicos, donde la ley es la primera fuente del
derecho pero este derecho se encuentra integrado también por las Convenciones
Internacionales. Por ende los jueces tiene el control de constitucionalidad y de
convencionalidad por lo que tienen que tener en cuenta los tratados del bloque
constitucional.
Dentro de esta rama del Derecho tenemos los convenios y recomendaciones de la
Organización Internacional del Trabajo, como organismo multisectorial que tiene como
finalidad esencial promover internacionalmente la justicia social, prestar asistencia técnica
a los programas de desarrollo económico y social y difundir toda la información relativa a
los problemas del trabajo y establecer normas de validez internacional y controlar su
aplicación.
Desde la reforma constitucional de 1994, los convenios de la OIT, suscriptos y ratificados
por nuestro país son aplicables en el derecho interno.

Trabajo en relación de dependencia


Es aquel que se realiza por cuenta y riesgo de un empleador, de quien a su vez se recibe
retribución o salario. Es el que efectúa quien pone a disposición de un empleador su fuerza
de trabajo, realizando actos, ejecutando obras o prestando servicios a cambio de una
120

remuneración por tiempo determinado o indeterminado. El trabajador dependiente se


caracteriza por:
a) Ser una persona física;
b) Trabajar en una organización ajena, sometido a las directivas o instrucciones que se
le imparten;
c) Trabajar bajo el riesgo de otro, que recibe la tarea y la dirige; no asume riesgos
económicos;
d) Estar protegido por la Constitución Nacional (art. 14 bis) y por la legislación de
fondo (LCT, entre otras)

Características del Derecho del Trabajo


Decimos que es la rama del derecho privado que se ocupa de las relaciones individuales y
colectivas entre los trabajadores y los empleadores, con el fin de reglar sus derechos y
deberes. El contenido de este derecho se divide en:
 Individual: que es la parte que abarca las relaciones entre cada trabajador y su
empleador en el marco del contrato singular;
 Colectivo: que trata las vinculaciones entre las asociaciones que representan a los
trabajadores (gremios, sindicatos) y las agrupaciones de empleadores.
En el derecho laboral el vínculo entre trabajador y empleador es de subordinación en los
planos económico, técnico, organizativo y jurídico.
1) JURÍDICO: es la principal característica para configurar la dependencia,
consiste en la posibilidad jurídica del empleador de dirigir en el empleo la
conducta del trabajador hacia los objetivos de la empresa. El trabajador se
encuentra sometido a la autoridad del empleador, quien ejerce sobre él
facultades de dirección, control y poder disciplinario.
2) TECNICO: somete su trabajo a los pareceres y objetivos señalados por el
empleador, resulta más amplia respecto de los trabajadores con menor
calificación, y menor en relación con los más capacitados profesionalmente.
3) ECONÓMICO: el trabajador pone su fuerza de trabajo a disposición del
empleador a cambio de una remuneración, no recibe el producto de su trabajo
ni comparte el riesgo empresario, por lo que los mayores beneficios o los
quebrantos derivados de la explotación sólo benefician o perjudican al
empleador, y son ajenos al obrero
El componente fundamental es el trabajo personal, libre y por cuenta ajena. Trabajadores y
empleadores se dan sus propias normas por medio de la negociación colectiva, surgiendo
así los convenios colectivos de trabajo.
Considerando que el trabajador está en inferioridad de condiciones en la relación
laboral, se le brinda un marco protector.
Regulación legal
El Derecho del Trabajo puede dividirse en cuatro partes bien diferenciadas:
1) Derecho individual del trabajo: se ocupa de las relaciones de los sujetos
individualmente considerados: el trabajador (persona física) por un lado , y por el
otro, el empleador (persona física o jurídica)
2) Derecho colectivo del trabajo: regula las relaciones de los sujetos colectivos; por un
lado, la asociación profesional de trabajadores ( sindicato) y, por el otro, los grupos
121

o entidades representativas de los empleadores (cámaras empresariales), y también


la de ellos con el Estado (órgano de aplicación y control
3) Derecho internacional del trabajo: está constituido por los tratados internaciones
celebrados entre los distintos estados – tratados multinacionales-, la legislación
referida a la integración regional, y por los convenios y recomendaciones de la OIT.
4) Derecho administrativo y procesal del trabajo: se ocupa del procedimiento en la
órbita judicial ante los tribunales del trabajo, sean conflictos individuales o
colectivos, y del procedimiento administrativo, esencialmente ante el Ministerio de
Trabajo, en el que actúa como veedor, mediador o árbitro en los conflictos
individuales y colectivos (conciliación y arbitraje).

La Ley de Contrato de Trabajo (Ley 20744) modificada por la ley 21297 constituye el
cuerpo normativo principal del derecho individual del trabajo, y rige todo lo concerniente al
contrato de trabajo, se haya celebrado en el país o en el exterior, mientras se ejecute en
nuestro territorio. Están excluidos de su ámbito de aplicación los dependientes de la
Administración Pública Nacional, Provincial o Municipal, los trabajadores del servicio
doméstico, y los trabajadores agrarios. En las actividades que tienen una regulación
particular (estatuto especial o convenio colectivo) opera como norma supletoria.
Otras leyes importantes son: la ley 11544 de Jornada de Trabajo; la Ley 24557 de
Riesgos de Trabajo; 24013 conocida como Ley Nacional de Empleo; la 24467 de Pymes;
Ley 25013; Ley 25323; Ley 25345, entre otras.
También la integran los denominados estatutos profesionales, que son leyes que rigen
determinada actividad (por ejemplo, la ley 22250, de la Industria de la Construcción, la ley
14546 de Viajantes de Comercio; la Ley 12981, de Encargados de casas de renta, etc).
Respecto del Derecho Colectivo, las dos leyes fundamentes son la Ley 14250, de
Convenios Colectivos de Trabajo, y la ley 23551 de Asociaciones Sindicales, además están
la ley 14786 de Conciliación obligatoria, la Ley 23546 de Procedimiento para las
negociaciones colectivas, y la Ley de Ordenamiento Laboral 25877.

Principios
Estos principios tienen como finalidad salvaguardar la dignidad del trabajador y protegerlo
de abusos:
 Irrenunciabilidad de derechos
 Continuidad del contrato de trabajo
 Primacía de la realidad por sobre las designaciones que las partes le hayan dado a la
relación
 Protección para neutralizar desequilibrios que se traduce: a) en caso de duda, la
interpretación de la norma debe hacerse en el sentido m[as favorable al trabajador;
b) habiendo varias normas para un mismo instituto, debe aplicarse la más favorable
al trabajador: c) vigencia de la condición más beneficiosa, entendiéndose que
ninguna modificación puede ir en detrimento de los mínimos inderogables
contenidos en la ley.
 Principio de buena fe por el cual cada parte debe actuar como buen trabajador y un
buen empleador
122

 Justicia social para dar a cada uno lo suyo, procurando el bien común y el bienestar
general
 Equidad para lograr la solución más justa
 Prohibición al empleador de hace discriminaciones
 Gratuidad de los procedimientos para garantizar al trabajador el derecho de defensa
 Las normas del Derecho del Trabajo son mayoritariamente de orden público por
trascender el interés puramente individual y ser inseparables del interés social, no
pudiendo impedirse sus efectos por ser imperativas.
Requisitos de los contratos de trabajo
- Edad: puede celebrarlo sin autorización toda persona desde los 18 años
- Forma: existe libertad de formas para la celebración del contrato de trabajo, por lo que
puede haber contratación laboral en forma verbal.
- Prueba: el contrato de trabajo se prueba por todos los modos autorizados por las leyes
procesales y el hecho de la prestación de servicios hace presumir la existencia de un
contrato de trabajo
- Objeto: El contrato de trabajo tiene por objeto la prestación de una actividad personal e
intransferible
Derechos del trabajador
Entre los principales podemos enumerar:
-Derecho a percibir la remuneración
-A que se le garantice la ocupación efectiva
-A recibir igual trato
-A la promoción profesional y capacitación
-A ser protegido en su salud dentro de ámbito laboral
-A ser resarcido de todo daño sufrido
-A que se le reconozca la propiedad de sus invenciones

Deberes del trabajador


-Obrar de buena fe
-Obedecer y respetar las facultades del empleador
-Aceptar los cambios que introduzca el empleador relativos a la forma de trabajo
-Respetar las medidas disciplinarias del empleador
-Prestar el servicio con puntualidad, asistencias regular
-Cumplir los deberes de fidelidad
-Obedecer las órdenes que se le impartan
-Custodiar los instrumentos y maquinarias
Duración del contrato de trabajo
El contrato de trabajo puede ser por tiempo:
- Indeterminado: donde no tiene prevista una fecha de finalización y dura hasta que el
trabajador esté en condiciones de jubilarse. Esta es la modalidad general de contratación.
- Determinado: el plazo está preestablecido o es determinado. Es escrito, expresando la
causa y determinando el plazo de contratación (máximo 5 años).
- Por temporada: (indeterminado de prestación discontinua) el trabajador pone a
disposición su fuerza de trabajo y el empleador paga la remuneración sólo durante una
123

determinada época del año. Los derechos y obligaciones que las partes tienen durante cada
temporada, quedan suspendidos en el período de receso.
- Eventual: está dirigido básicamente a cubrir un lugar de trabajo en circunstancias
excepcionales; se dirige a la obtención de resultados concretos y temporales. Su nota
característica es la ausencia de un plazo predeterminado de duración.
- Tiempo parcial (indeterminado o determinado): el trabajador se obliga a prestar servicios
durante un determinado número de horas (al día, a la semana o al mes) inferiores a las 2/3
partes de la jornada habitual de la actividad (ej. Si la actividad es de 48 hs semanales, se
podrá trabajar hasta 32 hs)
El período de prueba es de tres meses, inclusive para pequeñas empresas. No se
indemniza en caso de disolverse el contrato. Las partes están obligadas al pago de aportes,
rigiendo las normas para el caso de enfermedades o accidentes inculpables.
Pasantías
Son contratos no laborales que tienen por finalidad la capacitación de un futuro trabajador.
Se los denomina ―prelaborales‖ y su objetivo es otorgarle conocimientos en determinado
oficio, arte o profesión para que luego se pueda desempeñar en un contrato en relación de
dependencia.
Es un contrato civil entre una institución educativa y una empresa (empleador), destinado a
la práctica y prestación laboral de alumnos (pasante). No tiene cargas sociales ni genera
derecho a indemnización alguna

Remuneración
Es la contraprestación que percibe el trabajador por haber puesto su fuerza de trabajo a
disposición del empleador. Esta puede ser: por tiempo (por hora, día, meses), por
rendimiento (por productividad, a destajo), en especie (no más del 20%).
Generalmente el pago se efectúa mediante acreditación del importe en una cuenta bancaria
abierta a nombre del trabajador.
Prestaciones no remuneratorias
Tienen por objeto reparar daños, ayudar al beneficiario a mejorar su calidad de vida. No
están sujetas al pago de aportes o contribuciones de la seguridad social. Ej: indemnización
por accidente de trabajo. Se originan en la relación laboral pero no se otrogan como
contraprestación del trabajo.
Salario mínimo vital y móvil
Es la menor remuneración que percibe en efectivo el trabajador por su trabajo, de manera
que le asegure alimentación, vivienda, educación, vestimenta, transporte, vacaciones. Lo
fija el Poder Ejecutivo.
Sueldo anual complementario
Consiste en una retribución adicional que se paga en dos cuotas en junio y diciembre. Es el
50% de la mayor remuneración mensual de cada uno de los semestres.

Jornada de trabajo
- Jornada diurna: es de 6 hs a 21 hs, por un lapso de 8 hs diarias.
- Jornada Nocturna: es de 21 hs a 6 hs, por un lapso de 7 hs diarias.
- En ambiente insalubre: es de no más de 6 hs.
124

- Horas suplementarias: se abonan con recargo del 50% en días hábiles y 100%
sábados luego de 13 hs, domingos y feriados.
Régimen de descansos y licencias
El descanso concebido como necesidad biológica, social y cultural del ser humano es el
período de corta, media o larga duración durante el cual el trabajador se encuentra fuera del
ámbito laboral, dedicado al reposo como a la atención de la familia y otras actividades.
Descansos entre jornadas
Entre el cese de una jornada y el comienzo de otra debe mediar una pausa no inferior a 12
hs.
Descanso semanal
Se prohíbe la ocupación del trabajador desde las 13 hs del sábado hasta las 24 hs del
domingo. Se admiten excepciones en la misma ley y en otras normas en cuyo caso el
trabajador debe gozar de un descanso compensatorio de la misma duración.
Vacaciones
Es el descanso anual remunerado que goza el trabajador. La ley de Contrato de Trabajo
establece distintos plazos según la antigüedad del trabajador. Para gozar del beneficio el
trabajador debe haber prestado servicios como mínimo la mitad de los días hábiles del año.
Si no completó este periodo tiene derecho a un día de descanso por 20 días de trabajo. Estas
deben comenzar un lunes. Deben concederse dentro del plazo que va del primero de
octubre al 30 de abril. La fecha de iniciación debe comunicarse por escrito al trabajador con
una anticipación mínima de 45 días. En caso de extinción del contrato el trabajador tendrá
derecho a percibir una indemnización equivalente al salario que corresponda a las
vacaciones no gozadas. Si vence el plazo de comunicación al trabajador de las vacaciones
éste podrá pedirlas.
Feriados y días no laborables
Son días predeterminados donde se conmemoran fechas patrias, festividades religiosas u
otros acontecimientos especiales.
- Feriados Nacionales: para ellos rigen las normas sobre descanso dominical. Si los
trabajadores prestan servicios en esos días cobrarán una remuneración normal más
una cantidad igual. Ej: 1ero de Enero.
- Días no laborales: el trabajo será optativo para el empleador, salvo Bancos, Seguros
y otras actividades establecidas reglamentariamente. Si el trabajador presta servicios
cobrará un salario simple. Si no presta servicios igualmente recibe un salario. Ej:
Jueves Santo.

Trabajo de mujeres y menores


La Ley de Contrato de Trabajo establece que la mujer al igual que el hombre puede
celebrar cualquier clase de contrato laboral. Se rechaza así toda discriminación fundada en
el sexo o estado civil de la misma. Se reitera el principio de igual remuneración por igual
trabajo.
Trabajo femenino:
Se prohíbe encargar a mujeres trabajos a domicilio, penosos, peligrosos o insalubres. Se
prohíbe el trabajo femenino en los 45 días anteriores y los 45 días posteriores al parto. A
partir de la notificación del embarazo, se presume que el despido de la mujer obedece a
125

razones de embarazo cuando fuese dispuesto dentro de los 7 meses y medio anteriores o
posteriores al parto. Esto dará lugar a una indemnización especial además de la del despido
sin justa causa. La mujer que tuviera un hijo puede optar por: continuar el trabajo; rescindir
el contrato percibiendo una compensación por tiempo de servicio; quedar en situación de
excedencia, por un lapso de 3 a 6 meses, vencido el cual se puede reincorporar.
Trabajo de menores:
Son considerados menores los trabajadores de 14 a 18 años, edad en la que se adquiere la
capacidad labora. La jornada de trabajo es de 6 hs diarias u 36 semanales, salvo los
mayores de 16 años que pueden con autorización de autoridad administrativa extenderlo a 8
hs. diarias. A los menores de 14 años está prohibido emplearlos salvo con autorización del
Ministerio Pupilar y exclusivamente para empresas familiares. Debe otorgarse un descanso
de 2 hs al mediodía, con la prohibición de darles trabajos a domicilio, penosos, peligrosos o
nocturnos. El empleador debe exigirles certificado médico que acredite su aptitud para el
trabajo. La Ley de Contrato de Trabajo establece un sistema de ahorro obligatorio
consistente en un depósito en una cuenta especial del 10% de la remuneración que le
corresponda al menor de 14 a 16 años, estando disponible el fondo para el menor cuando
cumpla 16 años.

Suspensión del contrato de trabajo


Son formas de interrupción del desarrollo de la relación laboral, manteniéndose vigente el
contrato de trabajo.
1.- Suspensión por accidentes y enfermedades inculpables
Son acontecimientos ocurridos fuera del ámbito laboral. La ley establece un período de
licencia con goce de remuneración de hasta:
- 3 meses si los trabajadores tuvieran menos de cinco años de antigüedad
- 6 meses si tuviese más de cinco años de antigüedad
El trabajador debe dar aviso en la primera jornada de lo contrario pierde la remuneración
correspondiente. Debe someterse al control que efectúe el empleador.
Si vencidos los plazos el trabajador no estuviese en condiciones de volver a su empleo, el
empleador deberá conservárselo durante un año sin goce de sueldo. Vencido este plazo la
relación subsiste hasta que alguna de las partes notifique su voluntad de rescindirla (en este
caso no hay indemnización) Si regresa con capacidades disminuidas debe dársele tareas
acorde, con el mismo salario y, si no es viable tal alternativa, de deberá indemnizar por
despido sin justa causa.
2.- Suspensión por desempeños de cargos gremiales y electivos
No gozan de salario pero tienen derecho a que se les conserve el empleo durante su
mandato y hasta treinta días después de concluido. Si son despedidos gozan de una
indemnización por despido sin justa causa.
Durante ese período se le computa la antigüedad.
3.- Suspensión por causas económicas, disciplinarias y por fuerza mayor
Estas suspensiones que disponga el empleador para ser válidas deben: fundarse en justa
causa, tener plazo fijo, ser notificadas por escrito al trabajador.
Son por justa causa cuando se deben a falta o disminución del trabajo no imputables al
empleador. En el caso antes mencionado y cuando se debe a razones disciplinarias la
suspensión no puede exceder de treinta días en un año. Cuando se debe a fuerza mayor
126

comprobada no puede exceder de 75 días en un año. Si exceden da lugar al trabajador a


considerarse despedido y reclamar salarios caídos por el tiempo de la suspensión.
En caso de fuerza mayor y faltas en el trabajo, la suspensión debe comenzar por el personal
menos antiguo.
4.- Suspensión preventiva
Se origina en la exigencia de una causa penal imputable al trabajador por delito producido
en ocasión del trabajo, sea por denuncia del empleador o de un tercero.
5.- Suspensión por declaración de quiebra
Se suspende el contrato sin goce de salario por sesenta días. Luego el juez de la quiebra
resuelve si la explotación continúa o no.

Extinción del contrato de trabajo


La Constitución Nacional asegura al trabajador protección contra el despido arbitrario y
estabilidad al empleado público. La protección consiste en la obligación de abonar una
indemnización basada en el salario mensual y la antigüedad del trabajador; en la práctica
existe un régimen de ―libertad de despido‖ con indemnización tarifada, que cubre los
daños y perjuicios ocasionados. Sólo cuando exista una conducta adicional dolosa del
empleador podría admitirse excepcionalmente una condena por daño moral. Es decir que
excepcionalmente puede otorgarse otra reparación (agravada) o inclusive decidirse la
reinstalación en el trabajo. Esta decisión puede fundamentarse en casos de discriminación,
acoso sexual, mobbing, daño por agresión física y verbal, entre otros.
La indemnización por antigüedad está contemplada en el art. 245 de la LCT
que es igual a un mes de remuneración por año de antigüedad o fracción mayor a tres
meses, exenta del pago del impuesto a las ganancias. Su tope máximo es tres veces el
importe mensual de la suma que resulta del promedio de todas las remuneraciones
previstas en el CCT aplicable al momento del despido. Su mínimo legal es 1 mes de la
mejor remuneración mensual, normal y habitual.
Al no responder a un causa justificada el empleador además deberá abonar los
rubros de pago obligatorios: el preaviso e integración del mes de despido si
correspondiere.
En caso de que el despido obedezca a una causa justificada el art. 247 de LCT
faculta al empleador a invocar esta causa para extinguir el vínculo laboral y abonarle al
trabajador una indemnización reducida en un 50%.
Preaviso
Plazo de terminación del contrato de trabajo que debe otorgar quien lo ha rescindido. La
parte que omita el preaviso, debe abonar a la otra una indemnización equivalente a la
remuneración pro los plazos señalados.
Actualmente durante el período de prueba la obligación de preavisar es de 15 días. A su
vez el trabajador debe otorgarlo con una anticipación también de 15 días. Mientras que en
el empleador se presenta la siguiente variante:
- 15 días en caso que se encuentre en período de prueba
- 1 mes si el empleado tiene una antigüedad de hasta 5 años
- 2 meses si la antigüedad es mayor a 5 años
A su vez al trabajador se le concede una licencia diaria de 2has.
Extinción por renuncia
127

El trabajador debe formalizarla por medio de un despacho telegráfico colacionado ante el


empleador o autoridad administrativa. Este es gratuito en la empresa oficial de correos
correspondiente al código postal de domicilio del empleador.
No le corresponde al trabajador indemnización y debe preavisar.
Extinción por abandono del trabajador
Primeramente se debe constituir en mora al trabajador, intimándolo a reintegrarse dentro de
las 48 hs. Procede de no producirse el reintegro y sin causa justificada. No da derecho a
indemnización.
Extinción por voluntad concurrente
Se produce con la presencia del trabajador mediante escritura pública o ante Autoridad
Administrativa o Judicial.
Extinción por justa causa.
Se produce por inobservancia de las obligaciones correspondientes por alguna de las partes.
Debe comunicarse por escrito con expresión de los motivos. Si lo invoca el empleador es
conocido como despido directo que no da lugar a indemnización. Si lo invoca el trabajador
se conoce como despido indirecto y da lugar a indemnización correspondiente al del
despido sin justa causa.
Extinción por despido injustificado
Si el ingreso fue anterior a 1998: la indemnización correspondiente es la de 1 mes de sueldo
por cada año de servicio o fracción mayor de tres meses tomando como base la mejor
remuneración normal percibida durante el último año o tiempo de prestación de servicio si
fuera menor.
Si el ingreso fue posterior a 1998: la indemnización es la 1/12 parte de la mejor
remuneración mensual percibida durante el último año o durante el tiempo de prestación de
servicios si fuera menor por cada mes o fracción mayor de 10 días.
Si el ingreso fue posterior a 1994 corresponde según la última reforma la indemnización
correspondiente a 1 mes de sueldo por cada año de servicio o fracción mayor de tres meses
tomando como base la mejor remuneración normal percibida durante el último año o
tiempo de prestación de servicio si fuera menor.

Extinción por fuerza mayor y/o disminución del trabajo


Es el caso en que la extinción de la relación se da por causas no imputables al empleador.
Por ejemplo una crisis económica. La indemnización es la de justa causa.
Extinción por muerte del trabajador
Los causahabientes tienen derecho a una indemnización equivalente a la de justa causa.
Extinción por muerte del empleador
Se extingue cuando las condiciones personales o legales del empleador han sido la causa
determinante de la relación laboral. El trabajador percibe una indemnización por despido
con justa causa.
Extinción por quiebra del empleador
Si es por causas no imputables al empleador, la indemnización del trabajador es la de justa
causa. Si no será la del despido incausado.
Extinción por jubilación del trabajador
Se le concede un año al trabajador para que inicie los trámites jubilatorios. No da lugar a
indemnización, ya que el mismo se hace adjudicatario de los beneficios previsionales.
128

Extinción de los contratos a plazo


Si el contrato se resuelve antes del vencimiento del plazo establecido, la indemnización es
la del despido sin causa mas otra por los daños y perjuicios.
Si la extinción opera por el vencimiento del plazo establecido la indemnización es la
del despido por justa causa.
Despido discriminatorio
Es la que se da por razones de raza, sexo, religión. Esto da lugar a una indemnización por
despido sin justa causa más un 30%.

Indemnizaciones agravadas
Despido por maternidad –art. 182 LCT- perciben un año de remuneraciones (13
meses incluye el SAC) además de la indemnización del art. 245 de LCT.
Despido por matrimonio ocurrido durante los tres meses anteriores y los 6 meses
posteriores al matrimonio perciben una indemnización de un año de remuneraciones
además de la del art. 245 LCT.
Despido durante la licencia por enfermedad inculpable –art. 213 LCT- perciben la
indemnización del art. 245, mas los salarios hasta completar el plazo de art. 208 de LCT.
Despido de representantes sindicales –art. 47 a 52 Ley 23551- perciben la
indemnización del 245 mas los salarios brutos que restan hasta el cumplimiento de su
mandato mas un año de remuneraciones.
Art. 15 Ley 24013: producido el despido con motivo de la regularización registral
dentro de los dos años de haberla cursado, percibe otro importe igual a la suma de la
indemnización del art. 245 más el art. 232 y 233 LCT.
Arts. 8, 9, 10 Ley 24013 en caso de empleo no registrado, fecha de ingreso
incorrectamente registrada, y remuneración incorrectamente registrada perciben un cuarto
del importe de las remuneraciones devengadas desde el comienzo de la relación hasta la
extinción (art.8) , desde la fecha real de ingreso hasta la fecha falsamente consignada (art.
9), y de las devengadas y no registradas (art. 10).
Art. 1 Ley 25323. Despido del trabajador cuyo contrato estuviera incorrectamente
registrado o sin registrar al momento del despido percibe otro importe igual a la
indemnización del art. 245 LCT.
Art. 2 Ley 25323 incremento de las indemnizaciones del art. 245, 232 y 233 LCT
en un 50% cuando, habiendo intimado el pago, el trabajador debe iniciar acciones
administrativas o judiciales para perseguir su cobro.
Art. 132 bis de LCT (Ley 25345). En caso de falta de depósito de aportes retenidos
al trabajador se aplica una sanción conminatoria mensual equivalente a la remuneración que
percibía al momento de producirse la desvinculación.
Art. 80 LCT (Ley 25345). En caso de falta de falta de entrega de certificaciones
laborales percibe una indemnización equivalente a tres veces la mejor remuneración
mensual, normal y habitual percibida por el trabajador durante el último año, o durante el
tiempo de prestación de servicios si éste fuere menor.

Riesgos de trabajo. Ley 24.557/95. Ámbito de aplicación


129

Comprende a trabajadores en relación de dependencia del sector privado; empleados y


funcionarios del sector público nacional, provincial y municipal; y las personas obligadas a
prestar servicios de carga pública.
A su vez, el Poder Ejecutivo puede incluir a trabajadores autónomos del servicio
doméstico, bomberos voluntarios y relaciones no laborales.
La última reforma introducida por la Ley 26773 (sancionada en octubre de 2012)
incorporó a los importes por incapacidad laboral permanente y el resto de las
indemnizaciones un ajuste semestral según la variación del índice de remuneraciones
imponibles promedio de los trabajadores estables que publica la Secretaría de Seguridad
Social. Asimismo adiciona, apuntando específicamente al daño moral propio de las
acciones civiles, un veinte por ciento al capital asignado, con la exclusión del accidente in
itinere.
Seguro obligatorio
Los empleadores deben contratar obligatoriamente la cobertura con una Aseguradora de
Riesgos del Trabajo (ART). Las grandes empresas pueden optar por autoasegurarse
cumpliendo los requisitos de solvencia y demás recaudos previstos en la ley.
Prevención de riegos
La Aseguradora de Riesgos de Trabajo es la encargada de denunciar los incumplimientos
de los empleadores (visitas de control, propuestas de capacitación) y la Superintendencia de
Riesgos del Trabajo tiene a su cargo constatar las infracciones y determinar las sanciones.
Asimismo se busca la prevención de riesgos derivados del trabajo, la reparación de los
daños, la promoción de recalificación y recolocación de los trabajadores afectados, la
promoción de la negociación colectiva laboral para la mejora de las medidas de prevención
y de las prestaciones reparadoras.
Contingencias cubiertas
Son sólo los accidentes de trabajo, accidentes ―in itínere‖ y las enfermedades profesionales
detalladas en la nómina que elabora el Poder Ejecutivo Nacional.
La ley define al accidente como el acontecimiento súbito y violento ocurrido por el hecho o
en ocasión del trabajo, o en el trayecto del domicilio al trabajo.
La ley establece que enfermedades profesionales son las indicadas en el listado que elabora
y revisa el Poder Ejecutivo.
Tipos de incapacidades
- Temporaria: cuando impide transitoriamente al trabajador efectuar sus tareas
habituales. Cesa por alta médica, transcurrido un año desde la primera
manifestación, declaración del estado de incapacidad permanente, y muerte del
damnificado.
- Permanente: cuando el daño ocasiona una disminución permanente en su capacidad
de trabajo. Es total si es igual o superior al 66%, y es parcial si es menor al 66%. Da
derecho a percibir una prestación mensual que es provisional durante los 36 meses,
vencido este plazo la incapacidad es definitiva.
- Gran invalidez: cuando el trabajador en situación de incapacidad laboral permanente
necesita asistencia continua de otra persona.
- Fallecimiento.
Prestaciones dinerarias
Las prestaciones dinerarias apuntan a cubrir la pérdida de los ingresos del trabajador
por no poder concurrir a prestar tareas en virtud de su incapacidad. Para fijar su cuantía es
130

necesario determinar la incapacidad, el ingreso base diario y mensual, la edad del


trabajador y las cargas de familia. Actualmente los pagos bajo la forma de renta han sido
eliminados, al establecer el art. 2 último párrafo de la Ley 26773 que ―El principio general
indemnizatorio es de pago único, sujeto a los ajustes previstos en este régimen‖.
- Incapacidad Temporal: Si un trabajador padece de una enfermedad profesional o
sufre un accidente de trabajo que lo incapacita para prestar tareas, durante los diez
primeros días percibe su salario habitual que paga su empleador. Desde el undécimo
día en adelante su remuneración es abonada por la ART.
- Incapacidad permanente menor que el 50%: la ART le abona una
indemnización que consiste en una suma fija que surge de tomar en cuenta la edad,
el salario y el porcentaje de incapacidad. El piso es igual al porcentaje de
incapacidad multiplicado por una suma que se actualiza conforme al RIPTE
(Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables. Ley 26773). La
suma surge de multiplicar 53 (cantidad de salarios que reconoce el sistema desde la
reforma del decreto 1278/2000) x (salario mensual) x (porcentaje de incapacidad) x
(coeficiente de edad que surge de 65/edad del trabajador). Se aplica el incremento
del 20% por cualquier otro daño siempre que el accidente no sea in itinere.
- Incapacidad permanente superior al 50% e inferior al 66%: en base a la
doctrina judicial de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y los términos de la
Ley 26773 se puede optar en un solo pago. Esta renta es igual al valor mensual del
ingreso base multiplicado por el porcentaje de incapacidad con un piso que se
actualiza conforme al RIPTE. Asimismo se adicionó a estas prestaciones un importe
de pago único que se actualiza conforme RIPTE. También se aplica el incremento
del 20% por cualquier otro daño.
- Incapacidad permanente igual o superior al 66%: En el período de
provisionalidad de esta incapacidad la ART paga una suma igual al 70% del salario
del trabajador más las asignaciones familiares. Al ser definitiva debe abonar una
renta que se determina sobre un capital equivalente al Ingreso Base multiplicado por
53 y por el coeficiente de edad que surge de dividir 65 por la edad del trabajador
(IB X 53 X 65/EDAD) El piso es actualizado con forme al RIPTE. Además debe
recibir las prestaciones que por retiro definitivo por invalidez establezca el régimen
previsional al que 3estuviera afiliado. Asimismo se agregó una renta de pago único
que se actualiza con la aplicación del índice RIPTE. También se aplica el
incremento del 20% por cualquier otro daño.
- Gran invalidez: Además de las prestaciones previstas para la incapacidad laboral
permanente total, la ART debe pagar una prestación de pago mensual cuyo importe
equivale a $8000 que se extingue con la muerte. Además se adiciona un pago único
que se actualiza con la aplicación del RIPTE. También se aplica el incremento del
20% por cualquier otro daño.
- Fallecimiento: las prestaciones son las mismas que las de incapacidad laboral
permanente total y corresponde que los derechohabientes perciban, además, la
pensión por fallecimiento. Asimismo se agregó un pago único a favor de los
derechohabientes que se actualiza conforme el RIPTE y se aplica el incremento del
20% por cualquier otro daño
Prestaciones en especie
131

Las prestaciones que cubre la ART son: en especie y dinerarias. Las prestaciones en
especie son servicios y beneficios para asistir al trabajador. La ley establece las siguientes:
asistencia médica y farmacéutica; prótesis y ortopedia; rehabilitación, recalificación
profesional y servicio funerario. Las ART deben disponer con carácter de servicio propio o
contratado con terceros, de infraestructura para proveer estas prestaciones. Deben
otorgarlas hasta su curación completa o mientras subsistan los síntomas incapacitantes.
Régimen financiero
El sistema se financia esencialmente con las contribuciones que las empresas deben
pagar mensualmente a las ART, consistente en una cuota mensual a cargo del empleador
sobre un porcentaje determinado de su nómina salarial imponible, para cuya fijación se
tiene en consideración el nivel de ingreso de la empresa, la calificación de su actividad y la
siniestralidad pasada y futura.
La LRT toma especialmente en cuenta el cumplimiento de las normas de higiene y
seguridad y se califica a las empresas en cuatro niveles: 1) por debajo de los mínimos; 2) en
los mínimos requeridos; 3) de acuerdo con la legislación de higiene y seguridad; y 4) por
encima de lo establecido en las normas de higiene y seguridad. En los dos primeros niveles
el riesgo es alto, y por tanto la contribución será mayor. La ley prevé, para los niveles 1 y
2, un plan de mejoramiento de dos años para adecuarse a las normas de higiene y seguridad
y reducir los riesgos, requisito indispensable para que disminuyan las cuotas mensuales.
Existen también dos fondos especiales: el Fondo de Garantía y el Fondo de
Reserva que son administrados por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo. El Fondo
de Garantía tiene por objeto ocuparse de las prestaciones del empleador que está en estado
de insolvencia declarada judicialmente; se financia con un aporte mensual de los
empleadores. El objeto del Fondo de Reserva es cubrir las prestaciones de las ART que
están en estado de liquidación; se financia con una cuota mensual que deben abonar las
ART cuyo monto es fijado por el Poder Ejecutivo mensualmente.
Responsabilidad civil
El Aspecto más criticado de la Ley 24557 era la imposibilidad del trabajador de
ejercer la opción de reclamar con fundamento en el derecho civil, salvo en caso de dolo del
empleador. La ley pretendió establecer un sistema cerrado autosuficiente, es decir
omnicomprensivo de todas las situaciones, ya que al evitar cualquier fuga en el sistema
hacía más previsible su costo. Eximía a los empleadores y a las ART de toda
responsabilidad civil frente a los trabajadores y derechohabientes salvo dolo (art. 39). Las
legislaciones anteriores posibilitaban que el trabajador a sus derechohabientes demandasen
la reparación integral de daños y perjuicios (excepto el accidente in itinere) por culpa, dolo
culpa presunta simple, culpa presunta agravada, y culpa presunta agravada calificada.
La opción era excluyente: o se accionaba con fundamento en la ley de accidentes de
trabajo o se invocaba el derecho común; en el primer caso, la causa tramitaba en la justicia
del trabajo y en el segunda en la justicia civil. En cambio, en la Ley de Riesgos de Trabajo-
hasta la modificación introducida por la ley 26773-, la responsabilidad civil del empleador
por los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales estaba limitada a la derivada del
CC, que dispone que ―el acto ilícito ejecutado a sabiendas y con intención de dañar la
persona o los derechos de otro, se llama en este Código delito‖, define el delito doloso y
mas precisamente el dolo agravado o dolo malicia. En la práctica era muy difícil que se
produjese y que acaecido pudiese probarse, por lo cual el trabajador no podía reclamar por
vía de la acción civil.
132

Cuando el daño era causado por terceros ajenos a la relación, el trabajador o sus
derechohabientes podían reclamar ante el responsable de acuerdo con la norma del derecho
civil, deduciendo el valor que hubieren percibido de la ART o del empleador
autoasegurado. Existía un trato desigual, que llevaba a una reparación diferente, según el
daño lo causase el empleador o un tercero, aunque el damnificado fuere la misma persona y
el daño idéntico. La doctrina mayoritaria venía sosteniendo que el art. 39 violaba el
derecho de igualdad, ya que el trabajador quedaba en peor condición que cualquier otro
ciudadano.
En el fallo ―Aquino v. Cargo Servicios Industriales SA s/ accidente‖ del 21/09/04 se
declara la inconstitucionalidad del art. 37.1 de LRT al entender que la misma no considera
en forma plena a la persona humana
Con la ley 26773 se deroga los incisos 1, 2, 3 del art. 39 de LRT dando derecho a la
opción civil excluyente en aquellos litigios con base en el derecho común.
Prescripción
El sistema de la LRT establece el plazo de prescripción de dos años desde la fecha
en que la prestación debió ser abonada o desde el cese de la relación laboral.

Organización colectiva del trabajo


El derecho colectivo del trabajo se ocupa de reglar las relaciones entre los sindicatos
representativos de los trabajadores y el sector empresarial. También se ocupa de los
convenios colectivos de trabajo y el derecho de huelga. Su normativa vigente – Ley 25877-
se refiere a los servicios esenciales y a establecer procedimientos de solución -conciliación
obligatoria (ley 14786)-, las asociaciones sindicales de trabajadores- sindicatos- (ley 23551
y decreto 467/88) y los convenios colectivos de trabajo (leyes 14250 y 23546 modificadas
por la ley 25877)
Asociaciones profesionales
El Sindicato es la entidad a quien se le otorga personería gremial y que tiene por
objeto la defensa de los intereses profesionales de los trabajadores.
Funciones:-representan los intereses de los trabajadores que abarcan
-conciertan los convenios colectivos
-declaran huelga
-recaudan cuota sindical
-administran obras sociales
-pueden crear cooperativas y mutuales
Por otro lado tenemos a los representantes de los empleadores (Cámaras
empresariales) y al Estado que sume esencialmente el papel de control como autoridad
administrativa (Ministerio de Trabajo)

Convenios colectivos de trabajo


Son acuerdos entre el representante colectivo de los trabajadores (asociaciones con
personería gremial) y el de los empleadores, estableciendo derechos y deberes.
Tienen forma de contrato y efectos de ley.
Una vez superados los controles de legalidad son homologados por el Ministerio de
Trabajo y publicados.
133

Rige con respecto a ellos el principio de ultractividad, siguen funcionando aunque


haya vencido el tiempo de vigencia (antes caían)
Huelga
Es la abstención colectiva y concertada del deber de trabajar, promovida por un
sindicato con personería gremial y fundada en una causa laboral.
Durante la misma o se devengan salarios. Para que proceda deben primeramente
agotarse los procedimientos de conciliación y arbitraje.
La huelga puede ser calificada de ilegal en sede Administrativa o Judicial, en este
caso el trabajador puede ser despedido con justa causa.

Obras Sociales
Las Obras Sociales son entes autónomos que integran el Sistema Nacional de Salud y se
financian con los aportes de los trabajadores y contribuciones patronales. Su finalidad es la
prestación del servicio de salud.
Actualmente se rigen por la Ley 23.660 y decretos reglamentarios..
El art. 1ro de la ley 23.660 fija su ámbito de aplicación, cuando expresa:
Quedan comprendidos en las disposiciones de la presente ley:
a) Las obras sociales sindicales correspondientes a las asociaciones gremiales de
trabajadores con personería gremial, signatarias de convenios colectivos de trabajo;
b) Los institutos de administración mixta, las obras sociales y las reparticiones u
organismos que teniendo como fines los establecidos en la presente ley hayan sido creados
por leyes de la Nación;
c) Las obras sociales de la Administración central del Estado nacional, sus organismos
autárquicos y descentralizados; la del Poder Judicial y las de las universidades
nacionales;
d) Las obras sociales de las empresas y sociedades del Estado;
e) Las obras sociales del personal de dirección y de las asociaciones profesionales de
empresarios;
f) Las obras sociales constituidas por convenio con empresas privadas o públicas y las que
fueron originadas a partir de la vigencia del art. 2º inc. g) punto 4 de la ley 21.476;
g) Las obras sociales del personal civil y militar de las Fuerzas Armadas, de seguridad,
Policía Federal Argentina, Servicio Penitenciario Federal y los retirados, jubilados y
pensionados del mismo ámbito, cuando adhieran en los términos que determine la
reglamentación;
h) Toda otra entidad creada o a crearse que, no encuadrándose en la enumeración
precedente, tenga a como fin lo establecido por la presente ley.
Documentación e inscripción
El art. 4to de la mencionada ley fija la documentación que las Obras Sociales anualmente
deben presentar ante la Administración Nacional de Seguro de Salud (Anssal) :”Las obras
sociales, cualquiera sea su naturaleza y forma de administración presentarán anualmente,
en lo referente a su responsabilidad como agentes del seguro, la siguiente documentación
ante la Administración Nacional del Seguro de Salud (ANSSAL):
a) Programa de prestaciones médico-asistenciales para sus beneficiarios;
b) Presupuesto de gastos y recursos para su funcionamiento y la ejecución del programa;
c) Memoria general y balance de ingresos y egresos financieros del período anterior;
134

d) Copia legalizada de todos los contratos de prestaciones de salud que celebre durante el
mismo período, a efectos de confeccionar un registro de los mismos.”
Beneficiarios
Son todos las personas mencionadas en los arts 8 y 9 de la Ley 23.660:
Art. 8°-Quedan obligatoriamente incluidos en calidad de beneficiarios de las obras
sociales:
a) Los trabajadores que presten servicios en relación de dependencia, sea en el ámbito
privado o en el sector público de los poderes Ejecutivo y Judicial de la Nación, en las
universidades nacionales o en sus organismos autárquicos y descentralizados; en empresas
y sociedades del Estado, en la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y en el
Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur;
b) Los jubilados y pensionados nacionales y los de la Municipalidad de la Ciudad de
Buenos Aires;
c) Los beneficiarios de prestaciones no contributivas nacionales.
Art. 9º-Quedan también incluidos en calidad de beneficiarios:
a) Los grupos familiares primarios de las categorías indicadas en el articulo anterior. Se
entiende por grupo familiar primario el integrado por el cónyuge del afiliado titular, los
hijos solteros hasta los veintiún años; no emancipados por habilitación de edad o ejercicio
de actividad profesional; comercial o laboral, los hijos solteros mayores de veintiún años y
hasta los veinticinco años inclusive, que estén a exclusivo cargo del afiliado titular que
cursen estudios regulares oficialmente reconocidos por la autoridad pertinente, los hijos
incapacitados y a cargo del afiliado titular, mayores de veintiún años; los hijos del
cónyuge; los menores cuya guarda y tutela haya sido acordada por autoridad judicial o
administrativa que reúnan los requisitos establecidos en este inciso;
b) Las personas que convivan con el afiliado titular y reciban del mismo ostensible trato
familiar, según la acreditación que determine la reglamentación.
Otros posibles beneficiarios (art.9 in fine)
La Dirección Nacional de Obras Sociales podrá autorizar, con los requisitos que ella
establezca, la inclusión como beneficiarios, de otros ascendientes o descendientes por
consanguinidad del beneficiario titular y que se encuentren a su cargo, en cuyo caso se fija
un aporte adicional del uno y medio por ciento (1,5 %) por cada una de las personas que
se incluyan.”

Extensión del beneficio


El carácter de beneficiario se mantiene mientras exista el contrato de trabajo y la relación
de empleo público y el trabajador perciba la remuneración de su empleador, excepto en los
enumerados en el art. 10 de la ley:
a) En caso de extinción del contrato de trabajo, los trabajadores que se hubieran
desempeñado en forma continuada durante más de tres (3) meses mantendrán su calidad
de beneficiarios durante un período de tres (3) meses, contados de su distracto, sin
obligación de efectuar aportes;
b) En caso de interrupción del trabajo por causa de accidente o enfermedad inculpable, el
trabajador mantendrá su calidad de beneficiario durante el plazo de conservación del
empleo sin percepción de remuneración, sin obligación de efectuar aportes;
c) En caso de suspensión del trabajador sin goce de remuneración, éste mantendrá su
carácter de beneficiario durante un período de tres (3) meses. Si la suspensión se
135

prolongare más allá de dicho plazo, podrá optar por continuar manteniendo ese carácter,
cumpliendo con las obligaciones del aporte a su cargo y de la contribución a cargo del
empleador;
d) En caso de licencia sin goce de remuneración por razones particulares del trabajador,
éste podrá optar por mantener durante el lapso de la licencia la calidad de beneficiario
cumpliendo con las obligaciones de aportes a su cargo y contribución a cargo del
empleador;
e) Los trabajadores de temporada podrán optar por mantener el carácter de beneficiarios
durante el período de inactividad y mientras subsista el contrato de trabajo cumpliendo
durante ese período con las obligaciones del aporte a su cargo y de la contribución a
cargo del empleador que establece la presente ley. Este derecho cesará a partir del
momento en que, en razón de otro contrato de trabajo, pasen a ser beneficiarios titulares
en los términos previstos en el art. 8º inc. a) de la presente ley;
f) En caso que el trabajador deba prestar servicio militar obligatorio por llamado
ordinario, movilización o convocatorias especiales, durante el período que aquél no
perciba remuneración por esta causa mantendrá la calidad de beneficiario titular, sin
obligación de efectuar aportes”
La mujer que optare por el estado de excedencia (ya estudiado entre los derechos de la
mujer en su maternidad) podrá mantener su calidad de beneficiaria durante el período de la
misma, cumpliendo con las obligaciones del aporte a su cargo y de la contribución a cargo
del empleador que establece la mencionada ley.
En caso que el trabajador falleciera, los integrantes de su grupo familiar primario
mantendrán el carácter de beneficiarios, por el plazo de tres meses (haciéndose cargo de los
aportes y contribuciones correspondientes). Una vez vencido dicho plazo podrán optar por
continuar en ese carácter, cumpliendo con los aportes y contribuciones que hubieren
correspondido al beneficiario titular. Este derecho cesa cuando el grupo familiar ingresa al
sistema de salud como beneficiarios de la pensión.
Administración y financiamiento
La administración de las obras sociales sindicales con patrimonio de los trabajadores que la
componen, serán conducidas y administradas por autoridad colegiada, que no supere el
número de cinco (5) integrantes, cuyos miembros serán elegidos por la asociación sindical
con personería gremial signataria de los convenios colectivos de trabajo que correspondan.
Se financian con os aportes y contribuciones que deben efectuar los integrantes del sistema,
es decir, a cargo del empleador: el 5% (antes era el 6%) de la remuneración que percibe el
trabajador, y a cargo del trabajador: el 3% de su remuneración. Asimismo, por cada
beneficiario a cargo del afiliado titular, a que se refiere el art. 9º último apartado ( ver más
arriba), aportará el uno y medio por ciento (1,5 %) de su remuneración.
Los empleadores, dadores de trabajo o equivalentes en su carácter de agentes de retención
deberán depositar la contribución a su cargo junto con los aportes que hubieran debido
retener-al personal a su cargo-, dentro de los quince (15) días corridos, contados a partir de
la fecha en que se deba abonar la remuneración.
Acciones y recursos
Las obras sociales pueden cobrar por via de apremio los montos adeudados por los
empleadores en concepto de aportes y contribuciones. El título es el certificado de deuda
expedido por la obra social. La causa se tramita por ante los Juzgados Federales. La acción
por cobro de dichos aportes y contribuciones prescribe a los 10 años.
136

Derecho de opción de los trabajadores


El trabajador puede optar por una obra social a condición que ésta se hubiere adherido a las
leyes 23.660 y 23.661.
El trabajador puede optar por cambiar de obra social una vez por año calendario y tal
traspaso debe efectuarse el primer día del tercer mes de formulada la opción. La opción
implica que necesariamente todo el grupo familiar cambia de obra social junto con el
titular.
El derecho vigente prevé que cuando ambos cónyuges fuesen afiliados titulares, deberán
unificar los aportes en una sola obra social.
Este régimen de desregulación no abarca a los afiliados al PAMI, a los jubilados que
optaron por permanecer en la Obra social a la que pertenecían estando en actividad, a las
Obras sociales de Universidades Nacionales ni a las provinciales.
Prestaciones a cargo de las obras sociales
Se establece que las obras sociales presten prácticas y servicios contemplados en el
Programa Médico Obligatorio (PMO). Pueden las obras sociales y los afiliados convenir
otros servicios adicionales que previa autorización de la Superintendencia de Servicios de
Salud, pueden prestar con costos adicionales.
Algunos de los beneficios que obtienen los trabajadores: Las obras sociales deben abonar
los medicamentos durante su internación y no menos del 40% en los recetados en
tratamientos ambulatorios. Por sobre ellos, las obras sociales pueden ofrecer mejores
servicios a cambio de un aporte adicional por parte de los afiliados.
Seguro de salud
A fin de procurar el pleno goce del derecho de salud para todos los habitantes del país sin
discriminación, la ley 23.661 crea el Sistema Nacional de Seguro de Salud (Anssal).
Consiste en un conjunto de medios e instrumentos mediante los cuales el Estado otorga
cobertura de salud, con los alcances de seguro social (incluso para los trabajadores
autónomos que no cuentan con cobertura y los desocupados).

EJE TEMÀTICO Nro VI


DERECHOS REALES
Concepto. Clasificación.
Derechos reales sobre la cosa propia: Dominio; condominio y
propiedad horizontal.
Derechos reales de garantía: Hipoteca; prenda y anticresis.
Derechos reales sobre la cosa ajena: Usufructo; Uso y habitación;
servidumbres.
Medianera: Concepto; características.
Derechos reales
137

Concepto
Derecho real es aquél que crea entre las personas y las cosas una relación directa e
inmediata, de forma que existen dos elementos, la persona (sujeto activo del derecho) y la
cosa (objeto)
Art. 1882. Concepto. El derecho real es el poder jurídico, de estructura legal, que se ejerce directamente
sobre su objeto, en forma autónoma y que atribuye a su titular las facultades de persecución y preferencia, y
las demás previstas en este Código.
El art. 1882, bajo análisis, define el derecho real como un poder jurídico; es decir: un
derecho subjetivo cuya esencia consiste en un señorío de la voluntad sobre cosas, que se
ejerce de propia autoridad en forma autónoma e independiente de toda otra voluntad. El
sujeto titular de este señorío o potestad detenta un conjunto de derechos que todos deben
respetar y que se establece mediante la realización de una formalidad denominada acto de
enajenación en virtud del cual quien poseía todos esos poderes sobre la cosa los traslada
total o parcialmente a otro sujeto de derecho.
El titular de un derecho patrimonial absoluto, como es el derecho real, dispone de acciones
reales destinadas a proteger sus derechos contra cualquier persona que pretenda negar su
existencia, plenitud o libertad, sin perjuicio de poder ejercer también las acciones
posesorias en sentido amplio que, indirectamente, también preservan el derecho real.
Clasificación
Derechos reales Dominio
sobre la cosa Condominio
propia Propiedad horizontal
Los conjuntos inmobiliarios
El tiempo compartido
El cementerio privado
La superficie

Uso
Derechos reales Habitación
Sobre cosa ajena Servidumbre
Usufructo

Hipoteca
Derechos reales Prenda
De garantía Anticresis

Derechos reales sobre cosa propia


A. Dominio
Art. 1941. Dominio perfecto. El dominio perfecto es el derecho real que otorga todas las facultades de usar,
gozar y disponer material y jurídicamente de una cosa, dentro de los límites previstos por la ley. El dominio
se presume perfecto hasta que se pruebe lo contrario.
Dominio perfecto. Definición
El art. 1941 define al dominio perfecto como aquel derecho real que le otorga a su titular
las facultades de usa, gozar y disponer material y jurídicamente de una cosa, dentro de los
límites previstos por la ley.
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Este derecho tiene rango constitucional, ya que nuestra Carta Magna lo consagra en el art
14, entre los derechos que poseen los habitantes.
Facultades que otorga el dominio a su titular
El dominio es el derecho en virtud del cual su titular tiene a mayor cantidad de facultades
que un derecho puede ofrecer:
 La facultad de usar la cosa
 Facultad de percibir sus frutos
 Facultad de disponer de la cosa materialmente (cambiar su aspecto, e incluso
destruirla, siempre que no afecte los derechos de otras personas, ni abuse
contrariando la moral).
 Facultad de poseer la cosa
 Facultad de enajenarla (en forma onerosa o gratuita)( por actos entre vivos o por
causa de muerte).
 Facultad de gravar la cosa (hipotecarla si es inmueble; o prendarla si es cosa
mueble).
 Facultad de abandonar la cosa.
Modos de adquisición
Son las formas como se puede dar nacimiento o existencia al derecho real de dominio. Son:
 Apropiación ( cuando la cosa no pertenece a nadie)
 Especificación (cuando alguien hace un objeto nuevo, con la materia recibida de
otro. Ej: La mesa hecha con madera comprada)
 Accesión: Cuando alguna cosa se incorpora o acrecienta a otra por adherencia (ej:
edificación sobre un terreno propio)
 Tradición: (transferencia de una cosa de una persona a otra)
 Percepción de frutos: Producidos por una cosa propia, o de otro con su autorización
 Sucesión por causa de muerte: (ya sea por herencia o por testamento).
 Por prescripción adquisitiva ( o usucapión). Para ello se requiere la posesión durante
el tiempo establecido por la ley (10 o 20 años), y la inacción del titular del derecho
de dominio.

B. Condominio
Concepto
Art. 1983. Condominio. Condominio es el derecho real de propiedad sobre una cosa que pertenece en común
a varias personas y que corresponde a cada una por una parte indivisa. Las partes de los condóminos se
presumen iguales, excepto que la ley o el título dispongan otra proporción.
El condominio es una forma de comunidad de derechos reales sobre una misma cosa que
permanece indivisa, pero el derecho sobre ella se divide en cuotas partes donde cada
condómino tiene una porción ideal. Coghlan señala que el condominio es el derecho real de
dominio sobre una o más cosas determinadas, muebles o inmuebles, que pertenecen en
comunión a una pluralidad de sujetos, individualmente titulares de parte indivisa, que se
ejerce por todos ellos a través de sendas posesiones que alcanzan a todo el objeto y
teniendo el conjunto de los condóminos, en principio unánimemente considerados, los
atributos propios del dueño único y sin perjuicio de la eventual vocación al todo de cada
uno de los copropietarios.
139

Caracteres
El derecho real de condominio se diferencia del derecho real de dominio por tener los
caracteres que le son propios y que mencionaremos a continuación.
3.1. Titularidad plural
El condominio se caracteriza por la existencia de dos o mas personas física y/o jurídica que
tienen la posesión legitima en común de una cosa mueble o inmueble.
3.2. Unidad de objeto
El objeto del derecho real de condominio siempre está vinculado a cosas muebles o
inmuebles. Si varios condóminos tienen en común un inmueble, dos automotores, tres
aeronaves y doscientas cabezas de ganado, todas ellas deben ser consideradas como una
unidad, de manera tal que el derecho de los condóminos no recae sobre partes materiales
sino sobre la totalidad de cada una de ellas por partes indivisas.
3.3. Titularidad en cuotas o partes indivisas
El nuevo Código al definir el condominio señala que "es el derecho real de propiedad sobre
una cosa que pertenece en común a varias personas y que corresponde a cada una por una
parte indivisa". Cuando la definición dice que es un derecho que pertenece en común a
varias personas y que corresponde a cada una por una parte indivisa, significa que el
derecho se encuentra dividido entre los distintos condóminos y que a cada uno de ellos le
corresponde una cuota parte indivisa (1/3, 2/5, etc.).
Formas de constitución del condominio
El condominio se puede constituir:
 Por contrato: Por ejemplo: dos o más personas adquieren en conjunto un campo.
 Por testamento: se da cuando una persona lega una misma cosa a más de una
persona.
 Por ley: cuando la ley impone el condominio, sin importar la voluntad de las partes.
(casos de muros, cercos etc.

C. Propiedad horizontal
Concepto
ARTICULO 2037.- Concepto. La propiedad horizontal es el derecho real que se ejerce sobre un inmueble
propio que otorga a su titular facultades de uso, goce y disposición material y jurídica que se ejercen sobre
partes privativas y sobre partes comunes de un edificio, de conformidad con lo que establece este Título y el
respectivo reglamento de propiedad horizontal. Las diversas partes del inmueble así como las facultades que
sobre ellas se tienen son interdependientes y conforman un todo no escindible.

La propiedad horizontal es el derecho real que consiste en el dominio de una parte propia
(con facultades exclusivas) y un condominio forzoso sobre las partes comunes (con
características especiales). Estas partes comunes son accesorias a las partes propias y su
finalidad es facilitarles su espacio funcional
El objeto sobre el cual recae la propiedad horizontal es el edificio de más de un piso o
pasillos con varios departamentos, donde cada propietario es tiene el derecho de dominio
sobre su departamento y y comparte en condominio con los demás propietarios los lugares
comunes a todos.
Parte propia: Es la unidad que pertenece en forma exclusiva a cada propietario: debe reunir
dos requisitos: a. Independencia funcional (es decir que pueda prestar su utilidad como
vivienda sin necesidad de as otras unidades), y b. Tener salida a la vía pública( es decir que
no necesite pasar por otra unidad para salir a la calle)
140

Partes comunes: son el terreno y las cosas o partes de uso común del edificio ( azoteas,
galerías, calefacción central, portería, ascensores etc)
Este derecho real está regulado en nuestro país por la ley Nro 13.512

C. Conjuntos inmobiliarios
Art. 2073. Concepto. Son conjuntos inmobiliarios los clubes de campo, barrios cerrados o privados, parques
industriales, empresariales o náuticos, o cualquier otro emprendimiento urbanístico independientemente del
destino de vivienda permanente o temporaria, laboral, comercial o empresarial que tenga, comprendidos
asimismo aquellos que contemplan usos mixtos, con arreglo a lo dispuesto en las normas administrativas
locales.
Los conjuntos inmobiliarios son manifestaciones modernas del derecho de propiedad,
relativas a uno o más inmuebles determinados, que tienden a satisfacer diversas finalidades,
que sus múltiples titulares (personas físicas o jurídicas por igual) no pueden obtener de
manera aislada e individual, por la imposibilidad material o jurídica que presentan a estos
efectos, las cosas que constituyen su objeto, en todo o en parte, o por resultar en los hechos
su aprovechamiento exclusivo, excesivamente oneroso para los interesados.
Las notas generales de esta figura son, por ende: la pluralidad de sujetos; la unidad del
objeto inmobiliario (que se subdividirá en fracciones, parcelas o unidades funcionales que
permitirán el uso exclusivo de los participantes del proyecto); la existencia de uno o más
intereses comunes a los que se subordinan las apetencias particulares y la necesaria
organización del complejo para alcanzar los objetivos fijados al momento de la instalación
del emprendimiento.
El precepto en análisis opta por definir al instituto de manera extensiva, indicando algunas
de sus expresiones más comunes, pero denotando su carácter no taxativo, en atención a los
más diversos fines e intereses que se persigan con la instalación de estas urbanizaciones,
que se pueden combinar y sumar en algún caso concreto.
Así, están los proyectos orientados a brindar una respuesta exclusiva a problemas
estrictamente habitacionales y de vivienda (barrios cerrados).
Otros armonizan la vivienda con el esparcimiento de sus ocupantes y la práctica de
actividades deportivas en contacto con la naturaleza (clubes de campos o countries, clubes
náuticos o marinas —ambos radicados habitualmente en zonas rurales o suburbanas, en el
segundo caso con espejos de aguas o lindantes con ríos que permiten la navegación y los
deportes acuáticos—; las torres jardín —que son los countries instalados en las ciudades,
que cuentan con amplios sectores para el esparcimiento o amenities —; los clubes de
chacras —que permiten recrear la vida de campo y resaltan los valores ecológicos—).
En otros casos, lo que prepondera son los intereses productivos (parques y agrupamientos
industriales), que también pueden conjugarse con las cuestiones habitacionales (como
sucede con los countries de viñas, orientados a la producción vitivinícola, pero que cuentan
con sectores para el alojamiento permanente o temporario de sus propietarios).
Otra posibilidad está dirigida a los fines estrictamente comerciales (la expresión más común
la constituyen los centros de compras o shopping centers ).
Nada impide que todos y cada uno de estos objetivos pueden confluir al momento de la
radicación del proyecto inmobiliario, incluso con el apoyo y financiación del Estado local,
que pueden concluir así en la erección de un verdadero pueblo "privado", donde se
advierten condiciones de infraestructura y servicios equivalente a los de las ciudades
públicas o " abiertas".
141

Estos megaemprendimientos se componen así por subconjuntos inmobiliarios que se van


desarrollando paulatinamente y se interconectan unos a otros, generando un entramado
donde se aprecian por igual, viviendas, comercios, fábricas, industrias, centros médicos y
asistenciales, establecimientos educativos y áreas de uso común, donde se instalan los
servicios esenciales para todos los habitantes del conglomerado (usinas eléctricas, plantas
potabilizadoras de agua, generadoras y distribuidoras de gas) o se destinan al esparcimiento
y la práctica de distintos deportes y actividades en contacto con el entorno natural.
Por ende, el criterio seguido por el legislador en la materia es correcto, al no ceñir la
iniciativa e impulso privados (secundados, controlados y supervisados siempre por el poder
público local) a uno o más emprendimientos determinados, que a la postre ponga en duda
su naturaleza jurídica de conjunto inmobiliario, por no haber sido designado (ni
encuadrarse) en la norma de base.
D. Tiempo compartido
Art. 2087. Concepto. Se considera que existe tiempo compartido si uno o más bienes están afectados a su uso
periódico y por turnos, para alojamiento, hospedaje, comercio, turismo, industria u otros fines y para brindar
las prestaciones compatibles con su destino.
Art. 2088. Bienes que lo integran. Con independencia de la naturaleza de los derechos que se constituyen o
transmiten, y del régimen legal al que los bienes se encuentren sometidos, el tiempo compartido se integra
con inmuebles y muebles, en tanto la naturaleza de éstos sea compatible con los fines mencionados.
Esta figura se puede concebir como el derecho que atribuye a una persona la facultad de
usar y gozar con exclusividad de determinados bienes aplicándolos a fines o destinos
preestablecidos, de manera sucesiva y alternadamente, por períodos o plazos también
fijados, de duración perpetua o temporal y transmisible por actos entre vivos o por causa de
muerte.
He aquí sus aspectos relevantes:
a) Se trata de un derecho que el Código tipifica como real en los arts. 1887 inc.
e) y 2101. Pero a renglón seguido el art. 2088, siembra dudas en torno a esa caracterización
al aludir a la "independencia de la naturaleza de los derechos que se constituyen o
transmiten".
En tren de armonizar dichos preceptos, considero que el Código deja abierta la vía para la
regulación del tiempo compartido, sea como derecho real o personal, según lo decida, el
desarrollista que acometa el emprendimiento.
Cabe advertir que si el tiempo compartido se aplica sobre cosas registrables (inmuebles,
muebles), su sujeción a las normas de los derechos reales, será más simple que si afecta
derechos u otros bienes, donde su gestión bajo la órbita de los derechos personales o
creditorios parecerá más atractiva.
Empero, cualquiera sea la índole del derecho concedido sobre esos bienes, lo que sí queda
claro es que éste se sujeta al esquema jurídico previsto por este capítulo , al que habrá de
sumarse la normativa propia de los contratos de consumo que contiene el mismo cuerpo
legal, y las demás disposiciones vigentes en la materia (v.gr. leyes 24.240 y 26.356).
Respecto del sistema turístico de tiempo compartido (en adelante STTC) consagrado por la
última de las leyes citadas, de acuerdo a lo expresado queda claro que se lo puede encausar
ahora bajo la cobertura de los derechos reales inmobiliarios, supliéndose así el silencio que
sobre este aspecto guarda la ley 26.356.
b) Tal prerrogativa, concedida a una o más personas en particular, tiene una finalidad
específica, cual es la de transmitirle la posibilidad de usar y gozar de determinados bienes,
conforme a su destino (v.gr. alojamiento, hospedaje, comercio, turismo, industria).
142

La cobertura y el sustento jurídicos de esa facultad puede ser tanto real (si recae sobre
cosas) como personal, según lo indicado en el inciso anterior.
c) Respecto de la identidad del objeto de esta prerrogativa, corresponde hacer algunas
precisiones.
En primer término, de la noción expuesta se desprende que el tiempo compartido puede
aplicarse sobre cosas o bienes por igual.
Por ende, además de los inmuebles, puede proyectarse a yates y embarcaciones deportivas,
aeronaves, automotores, equipos y sistemas informáticos, diseños industriales, marcas y
patentes, aparatos e instrumentales para tratamientos médicos, infraestructuras e
instalaciones de diversa índole.
En el caso especial del STTC, el instituto recae en inmuebles equipados con fines
vacacionales y de esparcimiento.
Es decir, se trata de complejos localizados en puntos turísticos de relevancia, por sus
atractivos naturales o por obras ejecutadas en esos parajes por el hombre (v.gr. playas,
costas de ríos, sierras, montañas, parques de diversiones, estancias, castillos, etc.), que están
acondicionados de manera óptima en los aspectos edilicios (chalets, departamentos,
bungalows, cabañas), de instalaciones
(v.gr. piscinas, canchas para la práctica de distintos deportes, gimnasios, restaurantes,
discotecas, playrooms ) y servicios (limpieza, vigilancia, proveeduría, lavandería,
instructores en distintos deportes y actividades, niñeras) de modo de hacer más placentera
la estadía de los huéspedes.
d) Respecto de las calidades de los derechos de uso y goce concedidos se ejercerán de
manera exclusiva sobre el bien afectado al sistema. Ello supone que su titular, no está
obligado a compartirlo con otros.
Sin embargo, a renglón seguido, se previene que esa exclusividad está acotada, a un
período de tiempo determinado, que se ajusta al número de semanas que comprende cada
año calendario (nada obsta a que se fije como unidad de medida temporal, a los días,
aunque no es lo usual).
Esto es: el uso y goce exclusivo de los bienes se circunscribe a una o más semanas, que se
erigen en el parámetro o unidad para medir el derecho en juego.
De ello se sigue, por tanto, que las mentadas prerrogativas, en su ejercicio efectivo sobre el
objeto son sucesivas y alternadas, toda vez que el titular no puede servirse de aquel todo el
tiempo que desee, sino solamente por los períodos que haya adquirido, debiendo respetar
iguales prerrogativas en otras personas, con las que deberá así, compartirlo.
En suma, se trata de un derecho que fija turnos para su ejercicio efectivo (y exclusivo) por
parte de sus posibles titulares.
Ajustando este aspecto con el estudiado en el inciso anterior, las semanas (o días)
adquiridas pueden ser "fijas" o "flotantes".
Las semanas son fijas, si están expresamente determinadas en el contrato de adquisición
(por ejemplo: la primera semana del mes de enero de cada año), o flotantes, cuando no
existe esa precisión inicial, en el sentido que se las identifica por el plazo de tiempo (una o
más semanas o días), pero si en ciertas estaciones del año, sin otras precisiones (por
ejemplo, dos semanas durante la época estival) o bien, sin ninguna especificación.
e) Respecto de la duración del derecho concedido, puede ser perpetua o temporaria, pero en
ambos casos, respetando las unidades de medida (las semanas o días del año) que fijan la
forma cómo se ejercerá en la práctica.
143

En este sentido, corresponde distinguir según la índole del derecho que se le confiera al
inversor.
Si se trata de un derecho real, puede ser perpetuo o temporario.
Si es un derecho personal, comúnmente derivado de la participación del adquirente como
accionista, en la sociedad anónima propietaria del bien sometido al régimen, la duración
será equivalente a la del último sujeto de derecho mentado (generalmente, noventa y nueve
años computados desde la fecha de su inscripción en el registro correspondiente).
f) Finalmente, como es un derecho que se incorpora al patrimonio de su titular, puede ser
transmitido por actos inter vivos o mortis causa , respetándose por igual, la calidad de la
potestad conferida (real o personal) y las reglamentaciones que se hayan dictado al
respecto.
La gestión y funcionamiento del tiempo compartido, provoca la existencia de distintas
relaciones jurídicas entre los sujetos involucrados.
El art. 3° de la ley 26.356 consagra a esos fines, sendas caracterizaciones de todos y cada
uno de los sujetos implicados, ajustadas a la especificidad de su objeto (los STTC).
El Código Civil y Comercial se sirve de algunas de estas categorías subjetivas a las que cita
en varios artículos del presente capítulo (2090, 2091, 2094, 2095, 2096 y 2097), como son
las de usuario, propietario, emprendedor, comercializador y administrador, aunque
aplicándolas a todos los casos donde se consagre el tiempo compartido, con independencia
de la naturaleza de su objeto y el destino o fin al que se sujete.
He aquí, por ende, tipificados, los distintos sujetos que pueden interactuar en dicho
régimen:
a) El usuario, que es quien adquiere el derecho de uso periódico en el sistema, sea por sí
mismo o por terceros, o quien accede momentáneamente al sistema ostentando un derecho
personal.
b) El propietario, que es el titular de los objetos afectados al sistema de tiempo compartido.
c) El emprendedor, que es el desarrollista o inversor, que acomete la instalación del sistema
de tiempo compartido sobre uno o más objetos determinados, lo financia y eventualmente
también lo comercializa.
Si no coincide con el propietario, lo asesorará en las distintas etapas que insume el
desarrollo y gestión del proyecto.
d) El comercializador, que existirá cuando el emprendedor delegue la promoción,
publicidad y colocación en el mercado de los períodos de tiempo compartido en otras
personas.
Se colige que en la práctica es posible que propietario, emprendedor y comercializador
confluyan en un mismo y único sujeto de derecho.
e) El administrador es la persona que tiene a su cargo la gestión y coordinación del
mantenimiento y uso de los bienes que integran el tiempo compartido.
Éste podrá coincidir también con el emprendedor y el propietario.
Más aún, en la práctica puede resultar que la administración esté preestablecida de manera
que los usuarios no puedan participar en ella ni solicitar la remoción de quien la ejerce,
como sucede en circunstancias normales con cualquier persona que desempeñe tal función.
Ello dependerá también del régimen jurídico bajo el cual se estructure el sistema y la
naturaleza del derecho que se les acuerden a los usuarios.
Todos estos sujetos pueden revestir por igual, la condición de personas físicas o jurídicas.
144

D. Cementerios privados
Art. 2103. Concepto. Se consideran cementerios privados a los inmuebles de propiedad privada afectados a
la inhumación de restos humanos.
Los cementerios y su clasificación
En un sentido general, los cementerios son los terrenos destinados a la inhumación de
cadáveres.
En el país, siguiendo la tradición romano-cristiana y el derecho español, se les confirió a las
autoridades eclesiásticas, la erección, consagración y mantenimiento de las necrópolis, que
generalmente se instalaban en predios linderos con las iglesias y monasterios. El Estado,
por su parte, se reservaba sobre ellos, el poder de policía mortuorio, indispensable para
resguardar la salud pública, la seguridad y el debido respeto a la memoria y culto de los
difuntos.
Sin embargo, en la primera mitad del siglo XIX comenzó un proceso de secularización, que
culminó con el traspaso de los cementerios a la autoridad pública municipal.
De este modo, adquirieron el mote o calificativo de "públicos", en virtud de que la
propiedad y gestión de ellos, quedó en manos del Estado comunal, quien también se reservó
el poder de policía mortuorio.
Sin perjuicio de esto, de manera concomitante, se fueron autorizando en la
Ciudad de Buenos Aires, y en las demás demarcaciones de la República, camposantos de
carácter privado o particular.
Las primeras expresiones de esta modalidad, se plasmaron en los Cementerios
Británico y Alemán, que reconocen su origen en sendos tratados celebrados con dichas
potencias en 1825 y 1827, con el fin de mantener las costumbres y creencias religiosas de
sus súbditos.
En estos casos, las necrópolis se organizaron bajo la forma de asociaciones de las
respectivas comunidades, pero siempre respetando el poder de policía municipal en lo
referente a inhumación y exhumación de cadáveres.
Igualmente, se verificaron otros casos de enterratorios privados en estancias y
establecimientos agropecuarios alejados de las zonas urbanas, que estaban destinados a la
sepultura de los integrantes de las familias que detentaban la propiedad de las tierras donde
se instalaban, y por ende, quedaban fuera del tráfico comercial, exigiéndose en todos los
casos, la previa autorización municipal.
Sin embargo, en las últimas décadas del siglo pasado, hace su irrupción en el medio, otra
categoría de estos camposantos, cuya organización, gestión y desarrollo quedan en manos
de simples particulares (generalmente, empresas que utilizan la forma de sociedades
anónimas), con el fin de comercializar los distintos espacios en que se fracciona el fundo de
su propiedad, para destinarlos
a la sepultura de cadáveres.
Para ello, se ofrecen a los inversores determinados servicios y ventajas que los cementerios
públicos (que en muchos casos por estar abarrotados, resultan insuficientes a la hora de
inhumar cadáveres y no cuentan con posibilidades físicas de ampliación), no pueden prestar
habitualmente a los particulares (predios retirados de los núcleos urbanizados, libres de
construcciones, parquizados y forestados por expertos, con paisajes naturales,
mantenimiento del entorno, vigilancia, etc.).
Esta opción, en un principio, quedó circunscripta a las clases de mayor poder adquisitivo,
para luego extenderse también a los sectores medios, verificándose en los hechos, una
145

"segunda secularización" de los camposantos, al permitirse estos emprendimientos en


manos de desarrollistas y promotores privados.
La finalidad lucrativa con que se encaran estos proyectos, excede los modelos antes
conocidos y se erige así en una nueva forma de expresión de los conjuntos inmobiliarios.
En suma, en la República Argentina se advierten dos clases de cementerios: los públicos y
los privados.
En los primeros, su gestión y organización queda en poder del Estado municipal,
revistiendo el predio donde se instala la condición de un bien de dominio público.
En los segundos, en cambio, la estructuración, desarrollo y funcionamiento queda en manos
de los promotores particulares, con sujeción a las directivas y controles que imponga en el
caso concreto, el ente comunal, que no resigna por ello, el poder de policía mortuorio.
El terreno donde se erigen estas necrópolis, a diferencia del caso anterior, pertenece al
dominio privado de quien encare el emprendimiento con fines lucrativos, que igualmente se
reserva su administración.
Esta última es la noción que plantea el precepto en análisis.
Para la caracterización del derecho real de sepultura, se remite al comentario al art. 2112.
E. Superficie
Art. 2114. Concepto. El derecho de superficie es un derecho real temporario, que se constituye sobre un
inmueble ajeno, que otorga a su titular la facultad de uso, goce y disposición material y jurídica del derecho
de plantar, forestar o construir, o sobre lo plantado, forestado o construido en el terreno, el vuelo o el
subsuelo, según las modalidades de su ejercicio y plazo de duración establecidos en el título suficiente para
su constitución y dentro de lo previsto en este Título y las leyes especiales.
El derecho de superficie ha sido concebido de manera amplia, es decir: otorgando a su
titular facultades para plantar, forestar o construir, a diferencia de algunas legislaciones
extranjeras, que sólo contemplan la posibilidad de edificar.
Además esas construcciones o plantaciones pueden realizarse sobre lo ya construido o
plantado, siguiendo el ejemplo del Cód. Civil catalán y el de Quebec.
¿Derecho sobre cosa propia o ajena?
En una primera etapa el titular de dominio del terreno concede a una persona física o
jurídica la facultad de edificar o de plantar en ese inmueble. Mientras tal construcción no
exista faltará el objeto directo sobre el que se ejercerá el derecho real de superficie. De allí
que la opinión autoral tanto nacional como extranjera, se inclina por separar el derecho de
edificar de la propiedad superficiaria.
Por ello, el art. 2114 define el derecho de superficie como aquel que se constituye sobre
inmueble ajeno.
Una vez efectuada la obra será ésta el objeto inmediato del derecho real de superficie y es
sobre esa construcción o plantación que se ejercerán las facultades que conforman el
contenido de la propiedad superficiaria.
Este desdoblamiento del derecho real queda claramente explicada por Kemelmajer de
Carlucci y Puerta de Chacón cuando analizan el derecho de superficie en sus dos
manifestaciones: el denominado ius edificandi , que es el derecho de usar un inmueble
ajeno con un fin determinado (construir o plantar para hacerse dueño de su producido) y la
propiedad superficiaria que es el derecho real a tener, mantener, gozar y disponer de lo
edificado.
Temporalidad del derecho
La distinción efectuada en el acápite anterior entre el derecho de forestar y la propiedad
superficiaria, ambos aspectos integrantes del concepto de derecho superficie, no sólo tiene
146

importancia para establecer la naturaleza jurídica de esta especie, sino que incide en su
extensión y caracteres.
Se define el derecho de superficie como derecho real temporario, aspecto en el que
coincide la doctrina y la legislación comparada. Ahora bien, cuando se establece por ley el
plazo máximo de duración se entiende que éste se computará desde la adquisición del
derecho, esto es, desde que el superficiario, reunidos los requisitos de título y modo, tiene
el uso del terreno y puede comenzar la construcción o la plantación.
Art. 2115. Modalidades. El superficiario puede realizar construcciones, plantaciones o forestaciones sobre la
rasante, vuelo y subsuelo del inmueble ajeno, haciendo propio lo plantado, forestado o construido.
También puede constituirse el derecho sobre plantaciones, forestaciones o construcciones ya existentes,
atribuyendo al superficiario su propiedad.
En ambas modalidades, el derecho del superficiario coexiste con la propiedad separada del titular del suelo.
Art. 2117. Plazos. El plazo convenido en el título de adquisición no puede exceder de setenta años cuando se
trata de construcciones y de cincuenta años para las forestaciones y plantaciones, ambos contados desde la
adquisición del derecho de superficie. El plazo convenido puede ser prorrogado siempre que no exceda de los
plazos máximos.

Derechos reales sobre cosa ajena


 Usufructo
Art. 2129. Concepto. Usufructo es el derecho real de usar, gozar y disponer jurídicamente de un bien ajeno,
sin alterar su sustancia.
Hay alteración de la sustancia, si es una cosa, cuando se modifica su materia, forma o destino, y si se trata
de un derecho, cuando se lo menoscaba.
El usufructo es un derecho real autónomo que recae sobre cosa ajena, se ejerce por la
posesión, y otorga a su titular la facultad de usar y gozar de la cosa sin alterar su sustancia.
Mantiene en la definición legal el principio salva rerum substantia haciéndolo extensivo a
los derechos cuando la ley lo autoriza como novedad. En este derecho real, existe el
concurso de un doble derecho: por un lado, el derecho del usufructuario al uso y goce de la
cosa; por otro, el derecho del propietario, que conserva la propiedad despojada de la mayor
parte de sus ventajas, y, por consiguiente, poco menos que estéril: esta propiedad recibe por
eso mismo el nombre de nuda propiedad (Salvat).
Caracterización del usufructo
Derecho real sobre cosa ajena. Recae sobre una cosa ajena, e importa una desmembración
de la propiedad pues el propietario sólo conserva la nuda propiedad.
De uso y goce. El usufructuario puede servirse del bien y obtener del mismo todos los
frutos que el mismo sea susceptible de producir, es decir, tiene el uso y el aprovechamiento
de los frutos, del derecho de propiedad, pero no puede enajenar la cosa, sino que por el
contrario tiene el derecho de conservarla, para restituirla al nudo propietario (Salvat). Este
uso y goce tiene gran amplitud ya que la ley prevé que puede realizarlo como el propietario
mismo (Lafaille).
2.3. Temporario. Es un derecho esencialmente temporario, pues su máxima duración lo
constituye la vida del usufructuario, en caso de usufructo a favor de personas físicas, o el de
cincuenta años cuando es constituido a favor de persona jurídica (art. 2152 del Cód. Civ. y
Com.).
2.4. Intransmisible por causa de muerte . Nunca se permite que a la muerte de su titular el
usufructo se transfiera a los herederos, ni dure por ninguna causa más allá de la vida del
usufructuario.
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2.5. Carácter divisible. El usufructo es divisible, porque puede constituirse por partes
separadas. Puede constituirse a favor de varias personas simultáneamente, pero no
sucesivamente.
2.6. ¿Servidumbre personal? Lafaille considera que es una servidumbre personal.
La moderna doctrina, entre autores como Alterini y Borda han expresado que no tiene
relevancia esta clasificación.
2.7. El principio "salva rerum substantia". Este principio viene de los romanos y es
receptado en el presente artículo, tal cual lo hacía el art. 2807 del Código sustituido. Este
principio debe estudiarse a la luz de dos matices distintos, aunque paralelos: no alterar la
sustancia en el sentido de materia y tampoco en el sentido de destino (Alterini, J.) Es así
que la conservación de la sustancia del derecho gravado, consiste en no poder modificar sus
elementos sustanciales, como el objeto y la causa del objeto gravado y, en algunas
situaciones, el cambio de sujetos (Pepe).
Las partes son:
 Usufructuante: es el sudo propietario.
 Usufructuario: es quien tiene el uso y goce de la cosa.
Duración: El usufructo puede constituirse por un tiempo determinado, el cual deberá
respetarse aunque muera e usufructuario. De no pactarse un plazo de duración, el
usufructo durará hasta la muerte del usufructuario.

 Uso
Art. 2154. Concepto. El uso es el derecho real que consiste en usar y gozar de una cosa ajena, su parte
material o indivisa, en la extensión y con los límites establecidos en el título, sin alterar su sustancia. Si el
título no establece la extensión del uso y goce, se entiende que se constituye un usufructo.
El derecho real de uso sólo puede constituirse a favor de persona humana.
Art. 2155. Normas supletorias. Se aplican al uso las normas del Título VIII de este Libro, a excepción de las
disposiciones particulares establecidas en el presente.
Art. 2156. Limitaciones. El usuario no puede constituir derechos reales sobre la cosa.
Lo define el texto legal como aquel derecho real que consiste en usar y gozar de una cosa
ajena, su parte material o indivisa, en la extensión y con los límites establecidos en el título,
sin alterar su sustancia.
Caracteres del uso
2.1. Derecho real sobre cosa ajena. Recae sobre una cosa ajena, e importa una
desmembración de la propiedad pues el propietario solo conserva la nuda propiedad.
2.2. De uso y goce. El usuario tiene la facultad de usar y gozar la cosa, aunque limitado, y
debe respetar el principio salva rerum sustantia . Salvo que el título constitutivo diga otra
cosa, el uso se limita a las necesidades personales del usuario y su familia. El usuario tiene
ante todo la posesión legítima de la cosa y no puede constituir derechos reales sobre la
misma (art. 2156).
2.3. Temporario y vitalicio. Es un derecho esencialmente temporario, pues su máxima
duración lo constituye la vida del usuario. El derecho real de uso sólo puede constituirse a
favor de persona humana.
2.4. Intransmisible por causa de muerte . Nunca se permite que a la muerte de su titular el
uso se transfiera a los herederos, ni dure por ninguna causa más allá de la vida del usuario.
El uso es siempre a favor de sus titulares (persona humana), no pueden ser cedidos ni son
transmisibles por herencia. No existe derecho de acrecer.
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2.5. El principio "salva rerum substantia”. Este principio viene de los romanos y es
receptado en el presente artículo al igual que en el usufructo, el usuario puede usar y gozar
de la cosa pero sin alterar su sustancia (art. 2154).
2.6. Indivisible: Se establece un límite que es el aprovechamiento para el usuario y su
familia. La medida de la necesidad tiene un punto determinante y de allí se desprende ese
carácter indivisible (Salvat - Argañarás).
2.7. Gastos de conservación de la cosa y reparación : Se aplican lo regulado para el
usufructo. El usuario tiene la obligación de contribuir con los gastos de conservación y
reparación de la cosa, en esta materia el usuario tiene las mismas obligaciones del
usufructuario.

 Habitación
Art. 2158. Concepto. La habitación es el derecho real que consiste en morar
en un inmueble ajeno construido, o en parte material de él, sin alterar su sustancia.
El derecho real de habitación sólo puede constituirse a favor de persona humana.
1. Concepto del derecho real de habitación
Es el derecho real de morar un inmueble ajeno construido o en parte material de él, sin
alterar su sustancia, que sólo puede constituirse a favor de persona humana.
Es definido por la doctrina clásica como el derecho real de uso constituido sobre un
inmueble urbano (Lafaille).
Algunos autores clásicos han considerado que el derecho de habitación no puede
considerarse como una simple variedad del derecho de uso de una casa, porque ésta puede
utilizarse de muchas otras formas distintas a la vivienda, mientras que la única forma de
ejercicio del derecho de habitación es viviendo en la casa (Messineo).
2. Caracteres del derecho real de habitación
2.1. Derecho real sobre cosa ajena
Recae sobre una cosa ajena, e importa una desmembración de la propiedad pues el
propietario sólo conserva la nuda propiedad.
2.2. De uso y goce
El derecho real de habitación importa el derecho de servirse de la cosa para habitarla, el
habitador y su familia, aunque ese uso es limitado pues debe respetar el principio salva
rerum sustantia .
2.3. Alimentario
La habitación tiene carácter netamente alimentario, equivalente a una pensión alimentaria
(Lafaille). Su finalidad es asegurar al habitador la satisfacción directa de sus necesidades.
2.4. Intuitu personae
Es constituido en consideración esencial a la persona del beneficiario. Es inherente a la
persona por su mismo carácter alimentario.
2.5. Temporario y vitalicio
Es limitado en el tiempo, en lo cual sigue la naturaleza del usufructo, pudiendo extenderse
como máximo a la vida del habitador. El derecho real de habitación sólo puede constituirse
a favor de persona humana.
2.6. Intransmisible
No es transmisible por acto entre vivos ni por causa de muerte, y el habitador no puede
constituir derechos reales o personales sobre la cosa.
2.7. El principio "salva rerum substantia"
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Este principio viene de los romanos y es receptado en el presente artículo al igual que en el
usufructo, el habitador puede servirse de la cosa pero sin alterar su sustancia.
2.8. Indivisible
La doctrina sostiene que este derecho es indivisible. Por su parte, Argañarás, en su
comentario al texto de Salvat, dice que el punto es discutible, pues a falta de un texto legal
que lo prohíba nada impediría al constituyente atribuirlo a varios, si bien con la limitación
que lo restringe a las necesidades del habitador y su familia (Lafaille, Salvat).
2.9. Gastos de conservación de la cosa y reparación
En principio están a su cargo los gastos de conservación, siendo aplicables las normas que
rigen al uso. Cuando el habitador reside sólo en una parte de la casa que se le señala para
vivienda, debe contribuir al pago de las cargas, contribuciones y reparaciones a prorrata de
la parte de la casa que ocupa.
2.10. Inembargable
Por sus características, el derecho de habitación se encuentra sin lugar a dudas fuera del
comercio, y por esa razón no puede ser atacado por los acreedores del habitador (conf. art.
2160). El derecho real de habitación goza de inembargabilidad absoluta, porque siempre el
objeto reviste un carácter personal y alimentario, no teniendo, por lo demás el habitador
derecho alguno sobre los frutos.
El derecho de habitación se distingue del de uso por no dar derecho alguno a los frutos del
inmueble. Su titular tiene un derecho limitado a la ocupación de éste. Este derecho real
tiene su antecedente en el derecho romano, en el cual se lo conocía como usufructus domus
habitatio o sea el derecho de vivir en un edificio determinado (Lavalle Cobo).
3. Objeto del derecho real de habitación
Puede constituirse el derecho real de habitación sobre cualquier inmueble urbano que
estuviere en el comercio. El condómino de estos inmuebles puede establecer el derecho de
habitación de su parte indivisa.
4. Constitución del derecho real de habitación
Puede constituírselo por contrato, fuere por título oneroso o gratuito, o por acto de última
voluntad De conformidad con lo que establece en la normativa actual, el contrato
constitutivo del derecho de habitación debe ser formalizado en escritura pública.
5. Extensión del derecho real de habitación
El Código establece un sistema de autonomía de la voluntad privada, al igual que el Código
de Vélez, al prescribir que tanto el uso como el derecho de habitación son regidos por los
títulos que los han constituido. En consecuencia, las reglas del Código a este respecto
tienen carácter meramente supletorio, pudiendo las partes libremente ampliar o restringir
los derechos del habitador, en tanto no alteren la naturaleza de la institución.

 Servidumbres
Art. 2162. Definición. La servidumbre es el derecho real que se establece entre dos inmuebles y que concede
al titular del inmueble dominante determinada utilidad sobre el inmueble sirviente ajeno. La utilidad puede
ser de mero recreo.
Es el derecho real que se establece entre dos inmuebles y que concede al titular del
inmueble dominante determinada utilidad sobre el inmueble ajeno, que puede ser de mero
recreo.
Las partes en este derecho real son:
 El titular del fundo dominante (a favor del cual se constituye la servidumbre).
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 Titular del fundo sirviente ( el cual debe soportar la carga)


Clasificación de las servidumbres
1. Servidumbres reales: es el derecho estabecido a favor del poseedor de una heredad ajena,
para utilidad de la primera. Por ejemplo: Si un fundo no tiene salida a la vía pública, el
poseedor del mismo puede constituir una ―servidumbre de paso‖ sobre el fundo vecino a
favor del fundo que posee (aquí el beneficio es para el fundo, y permanecerá aunque
cambie de dueño. O cuando un campo no tiene agua puede su propietario constituir una
servidumbre de acueducto sobre un terreno que tenga un arroyo, para derivar agua al fundo
que carece del vital elemento.2. Servidumbres personales: es la que se constituye en
utilidad de una persona, sin dependencia de la posesión de un inmueble. Por ejemplo: el
propietario de un fundo que tiene salida a a vía pública, por dificultades motrices constituye
una servidumbre de paso a su favor, a través de un fundo que tiene una salida más cómoda
para él .
Casos de servidumbres:
 Servidumbre de tránsito: Tiene lugar cuando la servidumbre se hace entre dos
fundos con el fin de pasar, de transitar.
 Servidumbre de acueducto: Es el derecho real de hacer entrar agua en un inmueble
propio, viniendo de fundos ajenos.
 Servidumbre de sacar agua: Tiene lugar cuando una persona del fundo dominante,
busca agua del fundo sirviente (de pozos, aljibes etc) y la lleva al suyo por medio
de cisternas , bombas etc.
Servidumbre forzosa
Art. 2166. Servidumbre forzosa. Nadie puede imponer la constitución de una servidumbre, excepto que la ley
prevea expresamente la necesidad jurídica de hacerlo, caso en el cual se denomina forzosa.
Son servidumbres forzosas y reales la servidumbre de tránsito a favor de un inmueble sin
comunicación suficiente con la vía pública, la de acueducto cuando resulta necesaria para la
explotación económica establecida en el inmueble dominante, o para la población, y la de
recibir agua extraída o degradada artificialmente de la que no resulta perjuicio grave para el
fundo sirviente o, de existir, es canalizada subterráneamente o en cañerías.
Si el titular del fundo sirviente no conviene la indemnización con el del fundo dominante, o
con la autoridad local si está involucrada la población, se la debe fijar judicialmente.
La ley faculta al beneficiario a imponerla o reclamar su constitución a quien la deberá
soportar "forzosamente", no pudiendo rehusarse a la constitución si concurren los
presupuestos exigidos en la norma. Se establece la posibilidad de indemnizar en caso que se
otorguen. En caso de que no haya acuerdo sobre su monto, lo determinará el juez o la
autoridad local si está involucrada la población.

Derechos reales de garantía


Son los que sirven para afianzar (asegurar o garantizar), el pago de una obligación, y son:
1.- Hipoteca:
Concepto: Es el derecho real constituido en seguridad de un crédito en dinero, sobre bienes
inmuebles que continúan en poder del deudor. No existe hipoteca sobre bienes muebles.
Es una garantía real que constituye el deudor sobre un inmueble propio, (o de un tercero
que acepte garantizar con su bien), para garantizarle al acreedor hipotecario que va a
cumplir con su deuda; y en caso que no cumpla, se ejecutará el bien y con su producido se
cobrará el acreedor.
151

Efectos:
 El propietario continúa en posesión del inmueble; aunque no puede efectuar actos
materiales o jurídicos que disminuyan su valor.
 El acreedor hipotecario tiene preferencia para el cobro de su crédito sobre el
producido de su ejecución, si el deudor no cumple con su obligación.
 Pueden constituirse varias hipotecas sobre un mismo inmueble. En este caso irán
cobrando los acreedores según el orden por fechas de su constitución.
Extinción:
La hipoteca se extingue:
 Por el cumplimiento de la obligación (pago)
 Por renuncia expresa que haga el acreedor a su derecho hipotecario
 Por el transcurso de veinte años desde que fue registrada
 Cuando el acreedor adquiere la propiedad del bien hipotecado
 Por destrucción del bien hipotecado.
 Etc
2.- Prenda
Art. 2219. Concepto. La prenda es el derecho real de garantía sobre cosas muebles no registrables o créditos
instrumentados. Se constituye por el dueño o la totalidad de los copropietarios, por contrato formalizado en
instrumento público o privado y tradición al acreedor prendario o a un tercero designado por las partes.
Esta prenda se rige por las disposiciones contenidas en el presente Capítulo.
1. El derecho real de prenda
La prenda común es el derecho real sobre objetos ajenos, en función de garantía que recae
sobre una o más cosas muebles no registrables o créditos, que su propietario o titular, sea o
no el deudor, entrega al acreedor o a otra persona designada de común acuerdo, en
seguridad del cumplimiento de una obligación.
En la definición que antecede, están presentes los caracteres comunes a todas las garantías
reales (accesoriedad, convencionalidad, especialidad en cuanto al objeto y al crédito), por
lo que corresponde reparar en aquellas notas que son propias de esta figura, a saber:
a) Se trata de un derecho real que recae sobre cosas muebles, es decir, que pueden
desplazarse de un lugar a otro por sí mismas o por una fuerza externa y que no sean
registrables, o bien sobre derechos personales o créditos, en tanto y cuanto estén
documentados bajo la forma escrita (v.gr. instrumentos públicos o privados).
b) La forma de la convención prendaria ha de ser un documento escrito, público o privado
que goce de fecha cierta (por ejemplo, por la certificación notarial de las firmas de las
partes celebrantes, por su protocolización voluntaria ante el registro del escribano que se
designe, etc.), pues solo de esta manera se torna oponible a terceros.
Así, el título suficiente contrato de prenda, es formal no solemne, dado que las exigencias
apuntadas están previstas a los fines de su prueba y consiguiente oponibilidad a terceros.
c) La tradición efectiva de la cosa o instrumento portante del crédito al acreedor, o a la
persona designada por éste.
En rigor, como se trata de una garantía real con desplazamiento o entrega efectiva de la
cosa, hasta tanto no suceda esto, no nacerá el derecho real equivalente (modo suficiente).
Y en estas lides, el acreedor será poseedor legítimo de la cosa o documento escrito portante
del crédito, y podrá obrar en consecuencia.
152

d) Finalmente, la posibilidad de ejecutar el objeto de la garantía, frente al incumplimiento


del sujeto obligado en los casos y formas previstos.

Prenda con registro


Art. 2220. Prenda con registro. Asimismo, puede constituirse prenda con registro para asegurar el pago de
una suma de dinero, o el cumplimiento de cualquier clase de obligaciones a las que los contrayentes le
atribuyen, a los efectos de la garantía prendaria, un valor consistente en una suma de dinero, sobre bienes
que deben quedar en poder del deudor o del tercero que los haya prendado en seguridad de una deuda ajena.
Esta prenda se rige por la legislación especial.
El derecho real de prenda con registro
La prenda con registro es el derecho real sobre cosa o bien ajenos, en función de garantía,
que recae sobre uno o más derechos o cosas muebles, registrables o no, que permanecen en
poder de su propietario, pero que por la inscripción y publicidad registral del convenio que
le da origen, quedan afectadas al cumplimiento de una o más obligaciones determinadas.
Así, esta variante del derecho real prendario, se diferencia de la figura anterior en dos
aspectos, a saber:
a) La entrega efectiva de la cosa o bien al acreedor se suplanta por la inscripción de la
garantía conferida sobre aquéllos en un registro público (v.gr. de automotores y créditos
prendarios, de buques), de acuerdo a la identidad del objeto comprometido, que permanece
así en poder de su propietario o titular inicial (sea o no el deudor de la obligación
asegurada).
De esto no debe concluirse que la publicidad registral, sea indefectiblemente constitutiva
del derecho real, puesto que en la práctica, y de acuerdo a la naturaleza del objeto dado en
garantía, puede revestir tal condición (como sucede respecto de automotores), o bien tener
consecuencias meramente declarativas en el iter constitutivo de dicha potestad (como
acontece con los buques menores).
De todos modos, y al igual que sucede con la hipoteca y la anticresis, la publicidad registral
juega un papel decisivo respecto del privilegio del acreedor prendario, que solamente será
oponible a terceros, en la medida que se haya verificado la toma de razón del negocio de
base del que surge la garantía.
b) En cuanto a su objeto, puede recaer sobra cosas muebles registrables (automotores,
buques), no registrables (mercaderías, maquinarias y herramientas de trabajo, materias
primas, semovientes) y bienes inmateriales (derechos, patentes, marcas, etc.).
A ello se suma también, la eventual necesidad del propietario de estos objetos, de proceder
a su industrialización y/o comercialización, lo que provocará la sustitución o reemplazo de
unos bienes por otros.
Con lo cual, la inicial determinación que se haya hecho de ellos en el contrato de prenda, no
se corresponderá (total o parcialmente), con los bienes que en última instancia se ejecuten,
si el deudor no cumple en término con las obligaciones asumidas.

3.- Anticresis
Art. 2212. Concepto. La anticresis es el derecho real de garantía que recae sobre cosas registrables
individualizadas, cuya posesión se entrega al acreedor o a un tercero designado por las partes, a quien se
autoriza a percibir los frutos para imputarlos a una deuda.
La anticresis es el derecho real, sobre cosa ajena, de garantía, accesorio a un crédito u
obligación, que recae sobre una o más cosas registrables determinadas (muebles o
inmuebles), que se afectan convencionalmente por una cifra o monto también determinados
y que se entregan en posesión al acreedor, o a una persona designada por él, facultándolo
153

para percibir los frutos que se deriven de ellos, para imputarlos a los intereses y/o al capital
de la deuda así garantizada, pudiendo ante su insuficiencia o vencimiento del plazo máximo
de su constitución, proceder a la venta forzada del objeto de la garantía, teniendo en este
último caso un privilegio sobre su producido para enjugar el crédito con preferencia a otros
acreedores del constituyente de la garantía.
He aquí las notas tipificantes de esta potestad real que se presenta con un perfil remozado
para hacerla más atractiva en el tráfico jurídico.
a) Respecto de su objeto, puede tratarse de inmuebles, o de un muebles registrables
(buques, aeronaves, automotores).
b) Se trata de una garantía que supone la entrega de la cosa afectada al acreedor o a una
persona designada por él, que la detentará a su nombre durante todo el término de vigencia
de dicha potestad.
Así, se colma un vacío que hasta el momento padecía la legislación patria, ya que respecto
de los muebles registrables no existía una garantía real con desplazamiento o entrega de la
cosa gravada, sino siempre con registro (hipoteca o prenda, según el caso).
c) La noción que brinda el artículo en análisis pone el acento en lo que es propio de esta
figura, a saber, el ius fruendi transferido al acreedor (que va unido al ius utendi , que
permite gozar del primero), para la percepción de los frutos derivados de la cosa e
imputarlos a la deuda, como medio para extinguirla, aspecto que puede pactarse también en
la prenda común (que recae sobre cosas muebles no registrables), pero que está totalmente
ausente en la hipoteca y en la prenda con registro, por no ejercitarse estas potestades a
través de la posesión de los bienes afectados.
Al mismo tiempo, aclara que la potestad en cuestión secunda el cumplimiento de una
obligación, lo que sirve para distinguir a la anticresis de otros derechos reales que conceden
a su titular las facultades de uso y goce sobre cosas ajenas (usufructo, uso y habitación).
d) También se considera la posibilidad que la propiedad del objeto gravado corresponda a
una persona distinta del deudor, lo que permite diferenciar los supuestos de constituyente
del gravamen deudor de la obligación y constituyente del gravamen no deudor (o
propietario no deudor), a la hora de ejecutar la garantía real.
e) A la facultad que le incumbe al titular de la garantía ante el incumplimiento del deudor,
de proceder a su ejecución no se refiere de modo expreso el artículo en análisis (como sí
sucede tratándose del derecho real de hipoteca), pero la misma de deriva de las
disposiciones comunes a todos los derechos reales de garantía.
f) Precisamente, esta última potestad es la que pone en juego el privilegio que tiene en estas
lides el acreedor anticresista, [conf. inc. e) del art. 2582], permitiéndole cobrar su crédito
con prelación a otros interesados sobre el
g) Finalmente, se trata de un derecho real que tiene un plazo máximo de vigencia, nota que
no comparte con los restantes derechos de garantía (hipoteca y prenda).
Art. 2214. Plazo máximo. El tiempo de la anticresis no puede exceder de diez años para
cosas inmuebles y de cinco años para cosas muebles registrables.
Si el constituyente es el titular de un derecho real de duración menor, la anticresis, se
acaba con su titularidad.
Publicidad de los derechos reales
En los derechos reales es muy importante su publicidad, porque los derechos reales son de
carácter absolutos, ya que debe ser respetados por todos, y para ello deben conocerlos a
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través del medio más idóneo, la publicidad. Esta publicidad se logra a través de la
información que brindan los Registros.
¿Qué es un Registro?
Es aquél lugar donde se anotan los actos y contratos de los particulares o de las autoridades
Existen los siguientes Registros:
 Registro de propiedad inmueble
 Registro Nacional de las Personas
 Registro Público de comercio
 Registro de propiedad automotor y de Créditos Prendarios
 Registro de Propiedad Intelectual
 Registro de marcas y señales de semovientes (ganado)
 Registro de buques
 Registro de aeronaves
 Registro de Juicios Universales
Ventajas de la publicidad por medio de los Registros
La publicidad es fundamental para proteger los derechos de los acreedores, ya que les
permiten saber que bienes tienen sus deudores, a así, en caso de que e deudor no pague su
deuda, el acreedor podrá embargarle algún bien.
Les permite a los terceros que quieran adquirir algún derecho real sobre un bien, saber en
que estado están (hipotecado, usufructuado, embargado etc), y quien es su verdadero dueño.
Sirve para mantener la protección a los titulares de los derechos sobre dichos bienes, y de
esa manera nadie pueda apropiárselos.

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ANEXO PARA INGENIERÍA CIVIL

Propiedad horizontal
Extraído del Código Civil y Comercial
CAPITULO 1

Disposiciones generales

ARTICULO 2037.- Concepto. La propiedad horizontal es el derecho real que se ejerce sobre un inmueble
propio que otorga a su titular facultades de uso, goce y disposición material y jurídica que se ejercen sobre
partes privativas y sobre partes comunes de un edificio, de conformidad con lo que establece este Título y el
respectivo reglamento de propiedad horizontal. Las diversas partes del inmueble así como las facultades que
sobre ellas se tienen son interdependientes y conforman un todo no escindible.
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ARTICULO 2038.- Constitución. A los fines de la división jurídica del edificio, el titular de dominio o los
condóminos deben redactar, por escritura pública, el reglamento de propiedad horizontal, que debe
inscribirse en el registro inmobiliario.
El reglamento de propiedad horizontal se integra al título suficiente sobre la unidad funcional.

ARTICULO 2039.- Unidad funcional. El derecho de propiedad horizontal se determina en la unidad


funcional, que consiste en pisos, departamentos, locales u otros espacios susceptibles de aprovechamiento
por su naturaleza o destino, que tengan independencia funcional, y comunicación con la vía pública,
directamente o por un pasaje común.
La propiedad de la unidad funcional comprende la parte indivisa del terreno, de las cosas y partes de uso
común del inmueble o indispensables para mantener su seguridad, y puede abarcar una o más unidades
complementarias destinadas a servirla.

ARTICULO 2040.- Cosas y partes comunes. Son comunes a todas o a algunas de las unidades funcionales las
cosas y partes de uso común de ellas o indispensables para mantener su seguridad y las que se determinan en
el reglamento de propiedad horizontal. Las cosas y partes cuyo uso no está determinado, se consideran
comunes.

Sobre estas cosas y partes ningún propietario puede alegar derecho exclusivo, sin perjuicio de su afectación
exclusiva a una o varias unidades funcionales.
Cada propietario puede usar las cosas y partes comunes conforme a su destino, sin perjudicar o restringir los
derechos de los otros propietarios.

ARTICULO 2041.- Cosas y partes necesariamente comunes. Son cosas y partes necesariamente comunes:
a) el terreno;
b) los pasillos, vías o elementos que comunican unidades entre sí y a éstas con el exterior;
c) los techos, azoteas, terrazas y patios solares;
d) los cimientos, columnas, vigas portantes, muros maestros y demás estructuras, incluso las de balcones,
indispensables para mantener la seguridad;
e) los locales e instalaciones de los servicios centrales;
f) las cañerías que conducen fluidos o energía en toda su extensión, y los cableados, hasta su ingreso en la
unidad funcional;
g) la vivienda para alojamiento del encargado;
h) los ascensores, montacargas y escaleras mecánicas;
i) los muros exteriores y los divisorios de unidades entre sí y con cosas y partes comunes;
j) las instalaciones necesarias para el acceso y circulación de personas con discapacidad, fijas o móviles,
externas a la unidad funcional, y las vías de evacuación alternativas para casos de siniestros;
k) todos los artefactos o instalaciones existentes para servicios de beneficio común;
l) los locales destinados a sanitarios o vestuario del personal que trabaja para el consorcio.
Esta enumeración tiene carácter enunciativo.

ARTICULO 2042.- Cosas y partes comunes no indispensables. Son cosas y partes comunes no
indispensables:
a) la piscina;
b) el solárium;
c) el gimnasio;
d) el lavadero;
e) el salón de usos múltiples.
Esta enumeración tiene carácter enunciativo.

ARTICULO 2043.- Cosas y partes propias. Son necesariamente propias con respecto a la unidad funcional
las cosas y partes comprendidas en el volumen limitado por sus estructuras divisorias, los tabiques internos
no portantes, las puertas, ventanas, artefactos y los revestimientos, incluso de los balcones.
También son propias las cosas y partes que, susceptibles de un derecho exclusivo, son previstas como tales en
el reglamento de propiedad horizontal, sin perjuicio de las restricciones que impone la convivencia
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ordenada.

ARTICULO 2044.- Consorcio. El conjunto de los propietarios de las unidades funcionales constituye la
persona jurídica consorcio. Tiene su domicilio en el inmueble. Sus órganos son la asamblea, el consejo de
propietarios y el administrador.
La personalidad del consorcio se extingue por la desafectación del inmueble del régimen de propiedad
horizontal, sea por acuerdo unánime de los propietarios instrumentado en escritura pública o por resolución
judicial, inscripta en el registro inmobiliario.

CAPITULO 2

Facultades y obligaciones de los propietarios

ARTICULO 2045.- Facultades. Cada propietario puede, sin necesidad de consentimiento de los demás,
enajenar la unidad funcional que le pertenece, o sobre ella constituir derechos reales o personales. La
constitución, transmisión o extinción de un derecho real, gravamen o embargo sobre la unidad funcional,
comprende a las cosas y partes comunes y a la unidad complementaria, y no puede realizarse separadamente
de éstas.

ARTICULO 2046.- Obligaciones. El propietario está obligado a:


a) cumplir con las disposiciones del reglamento de propiedad horizontal, y del reglamento interno, si lo hay;
b) conservar en buen estado su unidad funcional;
c) pagar expensas comunes ordinarias y extraordinarias en la proporción de su parte indivisa;
d) contribuir a la integración del fondo de reserva, si lo hay;
e) permitir el acceso a su unidad funcional para realizar reparaciones de cosas y partes comunes y de bienes
del consorcio, como asimismo para verificar el funcionamiento de cocinas, calefones, estufas y otras cosas
riesgosas o para controlar los trabajos de su instalación;
f) notificar fehacientemente al administrador su domicilio especial si opta por constituir uno diferente del de
la unidad funcional.

ARTICULO 2047.- Prohibiciones. Está prohibido a los propietarios y ocupantes:


a) destinar las unidades funcionales a usos contrarios a la moral o a fines distintos a los previstos en el
reglamento de propiedad horizontal;
b) perturbar la tranquilidad de los demás de cualquier manera que exceda la normal tolerancia;
c) ejercer actividades que comprometan la seguridad del inmueble;
d) depositar cosas peligrosas o perjudiciales.

ARTICULO 2048.- Gastos y contribuciones. Cada propietario debe atender los gastos de conservación y
reparación de su propia unidad funcional.
Asimismo, debe pagar las expensas comunes ordinarias de administración y reparación o sustitución de las
cosas y partes comunes o bienes del consorcio, necesarias para mantener en buen estado las condiciones de
seguridad, comodidad y decoro del inmueble y las resultantes de las obligaciones impuestas al administrador
por la ley, por el reglamento o por la asamblea.
Igualmente son expensas comunes ordinarias las requeridas por las instalaciones necesarias para el acceso o
circulación de personas con discapacidad, fijas o móviles, y para las vías de evacuación alternativas para
casos de siniestros.
Debe también pagar las expensas comunes extraordinarias dispuestas por resolución de la asamblea.
El certificado de deuda expedido por el administrador y aprobado por el consejo de propietarios, si éste
existe, es título ejecutivo para el cobro a los propietarios de las expensas y demás contribuciones.

ARTICULO 2049.- Defensas. Los propietarios no pueden liberarse del pago de ninguna expensa o
contribución a su cargo aun con respecto a las devengadas antes de su adquisición, por renuncia al uso y
goce de los bienes o servicios comunes, por enajenación voluntaria o forzosa, ni por abandono de su unidad
funcional.
Tampoco pueden rehusar el pago de expensas o contribuciones ni oponer defensas por cualquier causa,
fundadas en derechos que ellos invoquen contra el consorcio, excepto compensación, sin perjuicio de su
157

articulación por la vía correspondiente.


El reglamento de propiedad horizontal puede eximir parcialmente de las contribuciones por expensas a las
unidades funcionales que no tienen acceso a determinados servicios o sectores del edificio que generan
dichas erogaciones.

ARTICULO 2050.- Obligados al pago de expensas. Además del propietario, y sin implicar liberación de éste,
están obligados al pago de los gastos y contribuciones de la propiedad horizontal los que sean poseedores
por cualquier título.

CAPITULO 3

Modificaciones en cosas y partes comunes

ARTICULO 2051.- Mejora u obra nueva que requiere mayoría. Para realizar mejoras u obras nuevas sobre
cosas y partes comunes, los propietarios o el consorcio requieren consentimiento de la mayoría de los
propietarios, previo informe técnico de un profesional autorizado.
Quien solicita la autorización si le es denegada, o la minoría afectada en su interés particular que se opone a
la autorización si se concede, tienen acción para que el juez deje sin efecto la decisión de la asamblea.
El juez debe evaluar si la mejora u obra nueva es de costo excesivo, contraria al reglamento o a la ley, y si
afecta la seguridad, solidez, salubridad, destino y aspecto arquitectónico exterior o interior del inmueble. La
resolución de la mayoría no se suspende sin una orden judicial expresa.

ARTICULO 2052.- Mejora u obra nueva que requiere unanimidad. Si la mejora u obra nueva, realizada por
un propietario o por el consorcio sobre cosas y partes comunes, aun cuando no importe elevar nuevos pisos o
hacer excavaciones, gravita o modifica la estructura del inmueble de una manera sustancial, debe realizarse
con el acuerdo unánime de los propietarios.
También requiere unanimidad la mejora u obra nueva sobre cosas y partes comunes en interés particular que
sólo beneficia a un propietario.

ARTICULO 2053.- Mejora u obra nueva en interés particular. Si la mejora u obra nueva autorizada sobre
cosas y partes comunes es en interés particular, el beneficiario debe efectuarla a su costa y so-portar los
gastos de la modificación del reglamento de propiedad horizontal y de su inscripción, si hubiera lugar a
ellos.

ARTICULO 2054.- Reparaciones urgentes. Cualquier propietario, en ausencia del administrador y de los
integrantes del consejo de propietarios puede realizar reparaciones urgentes en las cosas y partes comunes,
con carácter de gestor de negocios. Si el gasto resulta injustificado, el consorcio puede negar el reintegro
total o parcial y exigir, si corresponde, la restitución de los bienes a su estado anterior, a costa del
propietario.

ARTICULO 2055.- Grave deterioro o destrucción del edificio. En caso de grave deterioro o destrucción del
edificio, la asamblea por mayoría que represente más de la mitad del valor, puede resolver su demolición y la
venta del terreno y de los materiales, la reparación o la reconstrucción.
Si resuelve la reconstrucción, la minoría no puede ser obligada a contribuir a ella, y puede liberarse por
transmisión de sus derechos a terceros dispuestos a emprender la obra. Ante la ausencia de interesados, la
mayoría puede adquirir la parte de los disconformes, según valuación judicial.

CAPITULO 4

Reglamento de propiedad horizontal

ARTICULO 2056.- Contenido. El reglamento de propiedad horizontal debe contener:


a) determinación del terreno;
b) determinación de las unidades funcionales y complementarias;
c) enumeración de los bienes propios;
d) enumeración de las cosas y partes comunes;
158

e) composición del patrimonio del consorcio;


f) determinación de la parte proporcional indivisa de cada unidad;
g) determinación de la proporción en el pago de las expensas comunes;
h) uso y goce de las cosas y partes comunes;
i) uso y goce de los bienes del consorcio;
j) destino de las unidades funcionales;
k) destino de las partes comunes;
l) facultades especiales de las asambleas de propietarios;
m) determinación de la forma de convocar la reunión de propietarios, su periodicidad y su forma de
notificación;
n) especificación de limitaciones a la cantidad de cartas poderes que puede detentar cada titular de unidad
funcional para representar a otros en asambleas;
ñ) determinación de las mayorías necesarias para las distintas decisiones;
o) determinación de las mayorías necesarias para modificar el reglamento de propiedad horizontal;
p) forma de computar las mayorías;
q) determinación de eventuales prohibiciones para la disposición o locación de unidades complementarias
hacia terceros no propietarios;
r) designación, facultades y obligaciones especiales del administrador;
s) plazo de ejercicio de la función de administrador;
t) fijación del ejercicio financiero del consorcio;
u) facultades especiales del consejo de propietarios.

ARTICULO 2057.- Modificación del reglamento. El reglamento sólo puede modificarse por resolución de los
propietarios, mediante una mayoría de dos tercios de la totalidad de los propietarios.

CAPITULO 5

Asambleas

ARTICULO 2058.- Facultades de la asamblea. La asamblea es la reunión de propietarios facultada para


resolver:
a) las cuestiones que le son atribuidas especialmente por la ley o por el reglamento de propiedad horizontal;
b) las cuestiones atribuidas al administrador o al consejo de propietarios cuando le son sometidas por
cualquiera de éstos o por quien representa el cinco por ciento de las partes proporcionales indivisas con
relación al conjunto;
c) las cuestiones sobre la conformidad con el nombramiento y despido del personal del consorcio;
d) las cuestiones no contempladas como atribuciones del administrador o del consejo de propietarios, si lo
hubiere.

ARTICULO 2059.- Convocatoria y quórum. Los propietarios deben ser convocados a la asamblea en la
forma prevista en el reglamento de propiedad horizontal, con transcripción del orden del día, el que debe
redactarse en forma precisa y completa; es nulo el tratamiento de otros temas, excepto si están presentes
todos los propietarios y acuerdan por unanimidad tratar el tema.
La asamblea puede autoconvocarse para deliberar. Las decisiones que se adopten son válidas si la
autoconvocatoria y el temario a tratar se aprueban por una mayoría de dos tercios de la totalidad de los
propietarios.
Son igualmente válidas las decisiones tomadas por voluntad unánime del total de los propietarios aunque no
lo hagan en asamblea.

ARTICULO 2060.- Mayoría absoluta. Las decisiones de la asamblea se adoptan por mayoría absoluta
computada sobre la totalidad de los propietarios de las unidades funcionales y se forma con la doble
exigencia del número de unidades y de las partes proporcionales indivisas de éstas con relación al conjunto.
La mayoría de los presentes puede proponer decisiones, las que deben comunicarse por medio fehaciente a
los propietarios ausentes y se tienen por aprobadas a los quince días de notificados, excepto que éstos se
opongan antes por igual medio, con mayoría suficiente.
El derecho a promover acción judicial de nulidad de la asamblea caduca a los treinta días contados desde la
159

fecha de la asamblea.

ARTICULO 2061.- Conformidad expresa del titular. Para la supresión o limitación de derechos acordados a
las unidades que excedan de meras cuestiones de funcionamiento cotidiano, la mayoría debe integrarse con
la conformidad expresa de sus titulares.

ARTICULO 2062.- Actas. Sin perjuicio de los restantes libros referidos a la administración del consorcio, es
obligatorio llevar un Libro de Actas de Asamblea y un Libro de Registro de firmas de los propietarios.
Debe labrarse acta de cada asamblea en el libro respectivo, en el que los presentes deben firmar como
constancia de su asistencia. Las firmas que suscriben cada asamblea deben ser cotejadas por el
administrador con las firmas originales registradas.
Las actas deben confeccionarse por un secretario de actas elegido por los propietarios; éstas deben contener
el resumen de lo deliberado y la transcripción de las decisiones adoptadas o, en su caso, propuestas por la
mayoría de los presentes, y ser firmadas por el presidente de la asamblea y dos propietarios. Al pie de cada
acta, el administrador debe dejar constancia de las comunicaciones enviadas a los ausentes, de las
oposiciones recibidas y de las eventuales conformidades expresas.

ARTICULO 2063.- Asamblea judicial. Si el administrador o el consejo de propietarios, en subsidio, omiten


convocar a la asamblea, los propietarios que representan el diez por ciento del total pueden solicitar al juez
la convocatoria de una asamblea judicial. El juez debe fijar una audiencia a realizarse en su presencia a la
que debe convocar a los propietarios. La asamblea judicial puede resolver con mayoría simple de presentes.
Si no llega a una decisión, decide el juez en forma sumarísima. Asimismo, y si corresponde, el juez puede
disponer medidas cautelares para regularizar la situación del consorcio.

CAPITULO 6

Consejo de propietarios

ARTICULO 2064.- Atribuciones. La asamblea puede designar un consejo integrado por propietarios, con las
siguientes atribuciones:
a) convocar a la asamblea y redactar el orden del día si por cualquier causa el administrador omite hacerlo;
b) controlar los aspectos económicos y financieros del consorcio;
c) autorizar al administrador para disponer del fondo de reserva, ante gastos imprevistos y mayores que los
ordinarios;
d) ejercer la administración del consorcio en caso de vacancia o ausencia del administrador, y convocar a la
asamblea si el cargo está vacante dentro de los treinta días de producida la vacancia.
Excepto los casos indicados en este artículo, el consejo de propietarios no sustituye al administrador, ni
puede cumplir sus obligaciones.

CAPITULO 7

Administrador

ARTICULO 2065.- Representación legal. El administrador es representante legal del consorcio con el
carácter de mandatario. Puede serlo un propietario o un tercero, persona humana o jurídica.

ARTICULO 2066.- Designación y remoción. El administrador designado en el reglamento de propiedad


horizontal cesa en oportunidad de la primera asamblea si no es ratificado en ella. La primera asamblea debe
realizarse dentro de los noventa días de cumplidos los dos años del otorgamiento del reglamento o del
momento en que se encuentren ocupadas el cincuenta por ciento de las unidades funcionales, lo que ocurra
primero.
Los administradores sucesivos deben ser nombrados y removidos por la asamblea, sin que ello importe la
reforma del reglamento de propiedad horizontal. Pueden ser removidos sin expresión de causa.

ARTICULO 2067.- Derechos y obligaciones. El administrador tiene los derechos y obligaciones impuestos
por la ley, el reglamento y la asamblea de propietarios. En especial debe:
160

a) convocar a la asamblea y redactar el orden del día;


b) ejecutar las decisiones de la asamblea;
c) atender a la conservación de las cosas y partes comunes y a la seguridad de la estructura del edificio y dar
cumplimiento a todas las normas de seguridad y verificaciones impuestas por las reglamentaciones locales;
d) practicar la cuenta de expensas y recaudar los fondos necesarios para satisfacerlas. Para disponer total o
parcialmente del fondo de reserva, ante gastos imprevistos y mayores que los ordinarios, el administrador
debe requerir la autorización previa del consejo de propietarios;
e) rendir cuenta documentada dentro de los sesenta días de la fecha de cierre del ejercicio financiero fijado
en el reglamento de propiedad horizontal;
f) nombrar y despedir al personal del consorcio, con acuerdo de la asamblea convocada al efecto;
g) cumplir con las obligaciones derivadas de la legislación laboral, previsional y tributaria;
h) mantener asegurado el inmueble con un seguro integral de consorcios que incluya incendio,
responsabilidad civil y demás riesgos de práctica, aparte de asegurar otros riesgos que la asamblea resuelva
cubrir;
i) llevar en legal forma los libros de actas, de administración, de registro de propietarios, de registros de
firmas y cualquier otro que exija la reglamentación local. También debe archivar cronológicamente las
liquidaciones de expensas, y conservar todos los antecedentes documentales de la constitución del consorcio
y de las sucesivas administraciones;
j) en caso de renuncia o remoción, dentro de los quince días hábiles debe entregar al consejo de propietarios
los activos existentes, libros y documentos del consorcio, y rendir cuentas documentadas;
k) notificar a todos los propietarios inmediatamente, y en ningún caso después de las cuarenta y ocho horas
hábiles de recibir la comunicación respectiva, la existencia de reclamos administrativos o judiciales que
afecten al consorcio;
I) a pedido de parte interesada, expedir dentro del plazo de tres días hábiles el certificado de deudas y de
créditos del consorcio por todo concepto con constancia de la existencia de reclamos administrativos o
judiciales e información sobre los seguros vigentes;
m) representar al consorcio en todas las gestiones administrativas y judiciales como mandatario exclusivo
con todas las facultades propias de su carácter de representante legal.

CAPITULO 8

Subconsorcios

ARTICULO 2068.- Sectores con independencia. En edificios cuya estructura o naturaleza lo haga
conveniente, el reglamento de propiedad horizontal puede prever la existencia de sectores con independencia
funcional o administrativa, en todo aquello que no gravita sobre el edificio en general.
Cada sector puede tener una subasamblea, cuyo funcionamiento y atribuciones deben regularse
especialmente y puede designarse a un subadministrador del sector. En caso de conflicto entre los diversos
sectores la asamblea resuelve en definitiva.
Frente a terceros responde todo el consorcio sin tener en cuenta los diversos sectores que lo integran.

CAPITULO 9

Infracciones

ARTICULO 2069.- Régimen. En caso de violación por un propietario u ocupante de las prohibiciones
establecidas en este Código o en el reglamento de propiedad horizontal, y sin perjuicio de las demás acciones
que corresponden, el consorcio o cualquier propietario afectado tienen acción para hacer cesar la
infracción, la que debe sustanciarse por la vía procesal más breve de que dispone el ordenamiento local. Si el
infractor es un ocupante no propietario, puede ser desalojado en caso de reiteración de infracciones.

CAPITULO 10

Prehorizontalidad
161

ARTICULO 2070.- Contratos anteriores a la constitución de la propiedad horizontal. Los contratos sobre
unidades funcionales celebrados antes de la constitución de la propiedad horizontal están incluidos en las
disposiciones de este Capítulo.

ARTICULO 2071.- Seguro obligatorio. Para poder celebrar contratos sobre unidades construidas o
proyectadas bajo el régimen de propiedad horizontal, el titular del dominio del inmueble debe constituir un
seguro a favor del adquirente, para el riesgo del fracaso de la operación de acuerdo a lo convenido por
cualquier razón, y cuya cobertura comprenda el reintegro de las cuotas abonadas con más un interés
retributivo o, en su caso, la liberación de todos los gravámenes que el adquirente no asume en el contrato
preliminar.
El incumplimiento de la obligación impuesta en este artículo priva al titular del dominio de todo derecho
contra el adquirente a menos que cumpla íntegramente con sus obligaciones, pero no priva al adquirente de
sus derechos contra el enajenante.

ARTICULO 2072.- Exclusiones. Están excluidos los contratos siguientes:


a) aquellos en los que la constitución de la propiedad horizontal resulta de la partición o liquidación de
comuniones de cosas o bienes, o de la liquidación de personas jurídicas;
b) los que versan sobre inmuebles del dominio privado del Estado;
c) los concernientes a construcciones realizadas con financiamiento o fideicomiso de organismos oficiales o
de entidades financieras especialmente calificadas por el organismo de control, si de sus cláusulas resulta
que los contratos definitivos con los adquirentes deben ser celebrados por el ente financiador o fiduciario, a
quien los propietarios deben otorgarle poder irrevocable a ese fin.

Condominio sobre muros, cercos y fosos. Medianería


Art. 2006. Muro, cerco o foso. El muro, cerco o foso se denomina:
a) lindero, separativo o divisorio: al que demarca un inmueble y lo delimita del inmueble colindante;
b) encaballado: al lindero que se asienta parcialmente en cada uno de los inmuebles colindantes;
c) contiguo: al lindero que se asienta totalmente en uno de los inmuebles colindantes, de modo que el filo
coincide con el límite separativo;
d) medianero: al lindero que es común y pertenece en condominio a ambos colindantes;
e) privativo o exclusivo: al lindero que pertenece a uno solo de los colindantes;
f) de cerramiento: al lindero de cerramiento forzoso, sea encaballado o contiguo;
g) de elevación: al lindero que excede la altura del muro de cerramiento;
h) enterrado: al ubicado debajo del nivel del suelo sin servir de cimiento a una construcción en la superficie.
El artículo se refiere a las distintas categorías de muros existentes, definiendo cada uno de
ellos.
El inciso primero define al muro lindero, separativo o divisorio como aquel que demarca un
inmueble y lo delimita del inmueble colindante.
En teoría se menciona otra especie de muro lindero denominado "próximo": aquel que se
encuentra edificado enteramente sobre uno de los terrenos y a una cierta distancia de la
línea separativa; sin embargo, hay que destacar que en el actual Código Civil (igual que en
el anterior) el muro próximo no ha merecido tratamiento específico.
Los muros linderos, separativos o divisorios se pueden subclasificar en muros encaballados
o contiguos, ello siguiendo un criterio físico.
Criterio físico
Desde este punto de vista, a las paredes o muros se los clasifica en contiguos y
encaballados, apuntando tal criterio a su emplazamiento.
162

El emplazamiento físico del muro respecto de la línea divisoria de las parcelas colindantes,
tiene relación directa con su condición jurídica y consiguiente regulación.
Muro contiguo es aquel que está edificado totalmente sobre el terreno de uno de los
propietarios linderos, es decir, se halla emplazado en forma exclusiva sobre la heredad de
quien lo levantó, de modo que el filo coincide con el límite separativo de los fundos
colindantes.
Cabe aclarar que la demostración de que un muro está construido encaballado o contiguo
puede lograrse a través de una operación de mensura.
El muro encaballado está construido de tal manera que su eje —en el sentido de plano
vertical que pasa por su centro— coincide exactamente con el límite demarcador de ambos
fundos.
En la práctica, estos muros no siempre son construidos por ambos propietarios de común
acuerdo, razón por la cual el vecino que edifica primero puede asentar la mitad de la pared
sobre el terreno del inmueble colindante.
Criterio jurídico
Según el criterio de titularidad los muros pueden clasificarse en medianeros y privativos.
En ambos casos se trata de muros separativos.
Privativo es aquel que pertenece en exclusiva propiedad a uno de los propietarios linderos.
En algunos casos, según veremos más adelante, una parte de la pared puede ser privativa y
otra porción pertenecer en condominio a ambos vecinos.
Medianero es el muro lindero que es común y pertenece en condominio a ambos
colindantes.
3. Otras clases de muro
a) Muro de cerramiento: Es el muro lindero de cerramiento forzoso que puede revestir la
forma de construcción encaballada o contigua hasta los tres metros de altura.
b) Muros de elevación: Es el muro lindero que excede la altura del muro de cerramiento.
c) Muro enterrado: Es el que se encuentra ubicado debajo del nivel del suelo sin servir de
cimiento a una construcción en la superficie.
Cerramiento forzoso urbano
Art. 2007. Cerramiento forzoso urbano. Cada uno de los propietarios de inmuebles ubicados en un núcleo
de población o en sus arrabales tiene frente al titular colindante, el derecho y la obligación recíprocos, de
construir un muro lindero de cerramiento, al que puede encaballar en el inmueble colindante, hasta la mitad
de su espesor.
El artículo en examen regula el cerramiento de los inmuebles urbanos como un derecho y
como una obligación que atañen recíprocamente a los propietarios de fundos colindantes.
El cerramiento forzoso tiene su fundamento en la necesidad de separar los fundos lindantes
por medio de un solo muro, ello motivado por razones de privacidad, seguridad, salubridad,
etc.
Cualquiera de los titulares puede construir un muro lindero de cerramiento, el cual puede
revestir el carácter de muro encaballado o contiguo.
1.1. Derecho de quien edifica primero el muro divisorio
Suele suceder en muchas ocasiones que es uno de los propietarios del fundo colindante el
primero que ejerce el derecho a construir el muro de cerramiento forzoso.
La norma otorga a los propietarios la facultad de construir el muro encaballado, de lo cual
se infiere que nada impediría que el que primero edifique decidiera construir un muro de
cerramiento contiguo.
163

El muro construido, sea encaballado o contiguo, desde el punto de vista jurídico revestirá el
carácter de medianero tal como se desprende del art. 2009.
1.2. El cerramiento como obligación
El art. 2007 hace referencia a la obligación de construir un muro de cerramiento, ello claro
está cuando se trata de inmuebles colindantes carentes de un muro divisorio.
El titular de uno de los fundos puede exigirle —aun antes de la construcción— al otro
titular que contribuya con la mitad de los gastos de construcción del muro.
En caso de silencio o negativa ante el requerimiento, el que construyó el muro tiene
derecho al cobro de la medianería en los términos y con los alcances de lo normado en el
art. 2014.
Ahora bien, el titular no constructor puede eximirse de la mencionada obligación si hace
uso del derecho de abdicación de la medianería mediante el denominado
"ejercicio de abandono", ello siempre y cuando se configuren los requisitos legales
establecidos en el art. 2022.
Naturaleza jurídica
Establecida en el art. 2007, esta figura, que se halla entre las más frecuentes fuentes de la
medianería, tiene su fundamento en la necesidad de separar las heredades por medio de un
solo muro, debido a razones de higiene, seguridad, embellecimiento edilicio, economía de
terreno y para asegurar la garantía de la privacidad de los actos humanos.
La obligación que surge de la norma la podemos incluir dentro de las llamadas
"obligaciones reales" como lo sostiene Alterini, es, a su vez, una verdadera restricción legal
al dominio, establecida en el interés recíproco de los propietarios colindantes, preceptuada
por la ley en virtud de las razones indicadas.
Requisitos constructivos del muro de cerramiento forzoso
Art. 2008. Muro de cerramiento forzoso. El muro de cerramiento forzoso debe ser estable, aislante y de
altura no menor a tres metros contados desde la intersección del límite con la superficie de los inmuebles.
Esta medida es subsidiaria de las que disponen las reglamentaciones locales. El artículo
menciona los requisitos que debe tener el muro de cerramiento forzoso que a continuación
examinaremos.
a) Estabilidad del muro: El Código actual, a diferencia del Código de Vélez, se limita a
señalar que el muro debe ser estable, pero no menciona el espesor de las paredes ni los
materiales que deben utilizarse para construirlo.
Cuando la norma se refiere a la construcción de un muro estable lo hace como sinónimo de
solidez constructiva, razón por la cual deberán utilizarse materiales que hagan a la
resistencia (ladrillos, hormigón armado, etc.) y además que esté construido según las reglas
del arte.
b) El muro debe ser aislante: Significa que el muro debe ser construido con los materiales y
las técnicas constructivas que eviten la filtración de humedad, sonidos, calor, luminosidad,
etc., toda vez que una de la finalidad del muro es evitar conflictos de vecindad.
c) Altura del muro: En relación a la altura, se mantienen los tres metros previstos en el
Código sustituido, ello sin perjuicio de disponer que la mencionada medida es subsidiaria
de las que disponen las reglamentaciones locales.
Adquisición de la medianería
Art. 2009. Adquisición de la medianería. El muro construido conforme a lo dispuesto en el artículo 2008 es
medianero hasta la altura de tres metros.
164

También es medianero el muro de elevación, si el titular colindante de un derecho real sobre cosa total o
parcialmente propia, adquiere la copropiedad por contrato con quien lo construye, o por prescripción
adquisitiva.
El muro divisorio de cerramiento forzoso, sea contiguo o encaballado, se transforma en medianero siempre y
cuando cumpla con los requisitos constructivos que prevé el art. 2008.
Quien construye un muro de cerramiento contiguo tiene derecho al cobro de la medianería
y por ende a reclamarle al titular colindante la mitad del valor del terreno, de la
construcción del muro y sus cimientos.
En el supuesto que el constructor del muro medianero hubiere realizado gastos de
construcción que exceden los estándares del lugar no puede reclamar el mayor valor
originado por las características constructivas del muro que excedan las reglas del arte y los
requisitos en cuanto a estabilidad y aislamiento que dispone el art. 2008.
Cobro de la medianería
Art. 2014. Cobro de la medianería. El que construye el muro de cerramiento contiguo tiene derecho a
reclamar al titular colindante la mitad del valor del terreno, del muro y de sus cimientos. Si lo construye
encaballado, sólo puede exigir la mitad del valor del muro y de sus cimientos.
Art. 2015. Mayor valor por características edilicias. No puede reclamar el mayor valor originado por las
características edilicias del muro y de sus cimientos, con relación a la estabilidad y aislación de agentes
exteriores, que exceden los estándares del lugar.
El cobro de la medianería regulado en el art. 2014 contempla dos situaciones diferentes que
están vinculadas con el tipo de muro que se hubiere construido.
a. Muro de cerramiento contiguo: Si el propietario de un fundo colindante con otro
construye a su costo un muro de cerramiento forzoso en los términos del art. 2007, bajo la
forma de muro contiguo, es decir que se asienta íntegramente en su inmueble en el filo del
límite separativo del fundo colindante, tendrá derecho a reclamarle a su vecino el
reembolso de la mitad del valor del terreno, de la construcción del muro y de los cimientos,
ello aun cuando el titular del fundo contiguo no se hubiere servido del muro, toda vez que
reviste el carácter de medianero por disposición legal (art. 2009).
b. Muro encaballado: Si el muro fue construido encaballado el constructor podrá reclamar
en concepto de medianería la mitad del valor de la construcción del muro y de sus
cimientos.
1.1. Cimientos
En el cálculo del valor de la pared se debe incluir obligatoriamente los cimientos, porque
constituyen parte necesaria de aquélla para su solidez y funcionalidad.
Esta conclusión fluye de los términos mismos de la ley y ha sido acogida invariablemente
por la doctrina y la jurisprudencia.
Sin perjuicio de lo anterior, sostiene Spota (también Durrieu) que en los casos de edificios
que se prolongan en profundidad con sótanos o construcciones subterráneas, "el adquirente
deberá comprar el muro con los cimientos hasta una profundidad indispensable para apoyar
establemente esa pared, como si no existieran esas obras".
1.2. Las cualidades del muro
El art. 2015 dice que el constructor del muro medianero no puede reclamar el mayor valor
originado por las características edilicias del muro y de sus cimientos, con relación a la
estabilidad y aislación de agentes exteriores, que exceden los estándares del lugar, lo cual
equivale a afirmar que el adquirente no estará obligado a abonar una suma superior al costo
normal de construcción, aun cuando el constructor reclame un suma superior alegando que
tal muro está edificado con materiales de gran calidad.
165

En el sentido indicado, la doctrina imperante durante la vigencia del Código sustituido


sostenía que se debía deducir del valor computable a los efectos de la adquisición, los
correspondientes a adherencias de mero valor suntuario no inherentes al concepto de muro
y su funcionalidad como tal. Sería el caso de grabados, pinturas, frescos y ornatos de
excesivo costo (Spota), criterio que ha sido acogido por la jurisprudencia.

EJE TEMÀTICO Nro VII


DERECHOS INTELECTUALES

Régimen legal de la propiedad intelectual. La ley de


Propiedad Intelectual Nro 11.723
Titulares del Derecho de Propiedad Intelectual. Duración.
Contratos relacionados
Patente de invenciones, diseños y modelos de utilidad
(Ley 24.481/96) Categorías. Derechos y deberes.
Efectos económicos y jurídicos.
Marcas de fábrica, y designaciones comerciales (Ley
22.362/80); caracteres. Extinción del derecho.
Diseños y Modelos ornamentales (dec-ley 6673/63)
166

DERECHOS INTELECTUALES
Concepto y características
Es la relación jurídica que existe entre una persona y lo que el ha ―creado‖ con su
inteligencia, y que puede aprovechar económicamente.
Todo trabajador tiene, pues, derecho a percibir una remuneración por su trabajo, y tanto
más cuando se trata de trabajo intelectual, que se realiza en varias etapas (estudio,
investigación y ejecución o publicación), y para lo cual se requiere una capacitación
especial.
Se trata de la denominada propiedad intelectual, calificación que se ajusta a la noción de
―propiedad‖ en nuestro sistema jurídico, que equivale a derecho subjetivo de contenido
patrimonial y constituye el género de la especie ―dominio‖.
Digamos que comúnmente, se identifican los términos ―propiedad‖ y ―dominio‖. Aunque
gran parte de los autores del derecho prefieren reservar la denominación ―dominio‖ a la
propiedad que se ejerce sobre cosas, en tanto la propiedad propiamente dicha recae sobre
los bienes en general (propiedad es género, y dominio es especie).Dominio, es el Derecho
real en virtud del cual una cosa se encuentra sometida a la voluntad y a la acción de una
persona” (art 2506 Còd. Civil)
La propiedad ( o Derecho) intelectual tiene :
1. un aspecto patrimonial, ya que se lo puede valorar económicamente, y su titular puede
obtener ganancias con su comercialización o difusión.
2. Y un aspecto extrapatrimonial o ―Derecho moral de autor‖, que, por constituir una
manifestación de la personalidad, una extensión del sujeto mismo que plasma, por así
decir, parte de su ser, su pensamiento, creación o conocimiento en esa obra del espíritu,
debe considerarse dentro de la categoría de derechos de la personalidad (o
personalísimos).
Características
A. Son patrimoniales (en un aspecto); y extrapatrimoniales (o morales, en el otro
aspecto).
B. Son absolutos (como los Derechos Reales), pues pueden hacerse valer contra cualquier
persona. Pero se diferencian de los Derechos Reales, toda vez que el objeto de los
Derechos Intelectuales es la ―creación inteligente del autor‖, y el de los Derechos Reales es
la ―Cosa‖ (“objeto material).
C. Se ejercen temporalmente: Durante toda la vida de su autor y luego 70 años por sus
herederos ( en cambio para el caso de los inventores, la ley 24.481 de patentes establece
una duración de 20 años desde la solicitud de patentamiento), y transcurrido este tiempo,
pasan al dominio público, con la consiguiente facultad de ser aprovechado por cualquier
persona . En cambio el dominio es perpetuo, es decir que no se extingue por el mero hecho
del transcurso del tiempo.

Régimen legal
Ya la Constitución Nacional, en su art 17, dispone que “ todo autor o inventor es
propietario exclusivo de su obra, invento o descubrimiento, por el término que le acuerde
la ley”.
167

La ley de Propiedad Intelectual Nro 11.723


Todo lo referido a la Propiedad Intelectual se encuentra regulado por la ley 11.723 que,
aunque ya antigua (data de 1933), todavía resulta lo bastante buena y completa como para
no haber merecido una sustitución global.
Esta ley ha sido retocada, actualizada y ampliada, mediante leyes y decretos interpretativos,
como:
 La Ley 24.481 del año 1996 de ―patentes de invención, diseños y modelos de utilidad‖
 La Ley 22.362 del año 1980 sobre ―Marcas y designaciones comerciales‖.
 La Ley 24.870 modificatoria de la 11.723
 La Ley 25.036, que incorpora el ―Software‖ como obra intelectual tutelable
 Etc.
Es decir que, la tarea intelectual en nuestro país, se encuentra, al menos en teoría, tutelada
por dichos preceptos, cuya razón de ser se halla en la necesidad de brindar protección a
quienes dedican su esfuerzo y parte de su vida a la realización de obras intelectuales, que
luego se plasmarán en nuevos elementos técnicos, científicos o artísticos que mejorarán el
estándar de vida de la población, material o espiritualmente, es decir , en procura del bien
común.
A qué obras se refiere la ley
Dice el art 1º de la ley 11.723 (según texto modificado por ley 25.036) “ A los efectos de la
presente ley, las obras científicas, literarias y artísticas comprenden los escritos de toda
naturaleza y extensión, entre ellos los programas de computación fuente y objeto; las
compilaciones de datos o de otros materiales; las obras dramáticas, composiciones
musicales, dramático-musicales; las cinematográficas, coreográficas y pantomímicas; las
obras de dibujo, pintura, escultura, arquitectura; modelos y obras de arte o ciencia
aplicadas al comercio a la industria; los impresos, planos y mapas; los plásticos,
fotografías, grabados y fonogramas; en fin, toda producción científica, literaria, artística o
didáctica, sea cual fuere el procedimiento de reproducción.
La protección del derecho de autor abarcará la expresión de ideas, procedimientos,
métodos de operación y conceptos matemáticos pero no esas ideas, procedimientos,
métodos y conceptos en sí”
Derechos que posee el autor
El autor posee la facultad de disponer de ella, de publicarla, de ejecutarla, de representarla y
exponerla en público, de enajenarla, de traducirla, de adaptarla o de autorizar su traducción
y de reproducirla en cualquier forma (art 2º).
Titulares del derecho de propiedad intelectual
Son titulares del derecho de propiedad intelectual:
1. El autor de la obra
2. Sus herederos o derechohabientes.
3. Los que con permiso del autor la traducen, refunden, adaptan, modifican etc.
4. ―Las personas........ cuyos dependientes contratados para elaborar un programa de
computación hubiesen producido uno en el desempeño de sus funciones laborales,
salvo estipulación en contrario‖. (art 4º)
Tiempo de vigencia del derecho
Las propiedad intelectual sobre sus obras corresponde a los autores durante su vida y a sus
herederos o derechohabientes hasta setenta años....‖ (art 5º)
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Prohibiciones
Nadie tiene derecho a publicar sin permiso de los autores o de sus derechohabientes, una
producción científica, literaria, artística o musical........ (art 9º) Quien haya recibido de los
autores o de sus derechohabientes de un programa de computación una licencia para usarlo,
podrá reproducir una única copia de salvaguardia de los ejemplares originales del mismo (
La que únicamente servirá para reemplazar el original en caso de pérdida o inutilización)
Autorizaciones
Cualquiera puede publicar con fines didácticos o científicos, comentarios, críticas o notas
referentes a las obras intelectuales, incluyendo hasta mil palabras de obras literarias o
científicas u ocho compases en las musicales y en todos los casos sólo las partes del texto
indispensables a ese efecto.
Del registro de obras
El editor deberá depositar en el Registro Nacional de Propiedad intelectual tres ejemplares
completos de toda obra publicada, dentro de los tres meses siguientes a su Aparicio. (art 57)
El registro inscribirá todo contrato de edición, traducción, compraventa, cesión,
participación y cualquier otro vinculado con el derecho de propiedad intelectual...... (art
66).
De las penas
Será reprimido con prisión, el que de cualquier manera y en cualquier forma defraude los
derechos de propiedad intelectual que reconoce esta ley: por ejemplo:
 El que edite, venda o reproduzca una obra inédita o publicada, sin autorización.
 El que falsifique obras intelectuales.
 El que edite, venda o reproduzca una obra suprimiendo o cambiando el nombre del
autor, el título de la misma o alterando dolosamente su texto.
 El que edite o reproduzca mayor número de ejemplares autorizados. Etc.

Patentes de invención, diseños y modelos de utilidad


(Ley 24.481 /96- Y correcciones introducidas por la Ley 24.572
Regula todo lo referente a los derechos y deberes correspondientes a los autores de
invenciones en todos los géneros y ramas de la producción (art 1º de la referida ley).
La titularidad del invento se acreditará con el otorgamiento de los siguientes títulos de
propiedad industrial:
1. Patentes de invención
2. Certificados de modelo de utilidad.
Qué invenciones que son patentables
Serán patentables las invenciones de productos o de procedimientos siempre que sean
nuevas, entrañen una actividad inventiva y sean susceptibles de aplicación industrial (art 4º
de la ley)
Derecho a la patente
El derecho a la patente pertenecerá al inventor a sus causahabientes quienes tendrán
derecho de cederlo o transferirlo por cualquier medio lícito y concertar contratos de
licencias. La patente conferirá a su titular los siguientes derechos exclusivos......:
a) Cuando la materia de la patente sea un producto, el de impedir que terceros sin su
consentimiento, realicen actos de fabricación, uso, oferta para la venta, venta o
importación del producto objeto de la patente:
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b) Cuando la materia de la patente sea un procedimiento, el de impedir que terceros, sin


su consentimiento, realicen el acto de utilización del mismo.(art 8)
Concesión de la patente
Para obtener una patente será preciso presentar una solicitud escrita ante la Administración
de Patentes del Instituto Nacional de la propiedad Industrial, con las características y demás
datos que indique esta ley y su reglamento (art 12)
Cuando varios inventores hayan realizado la misma invención, independientemente los
unos de los otros, el derecho de la patente pertenecerá al que tenga la solicitud de fecha
anterior........ Y si hubiese sido hecha por varias personas conjuntamente el derecho a la
patente pertenecerá en común a todas ellas (art 12).
Para la obtención de la patente deberá acompañarse:
 La denominación y descripción de la invención.
 Los planos o dibujos técnicos que se requieran para lo comprensión de la descripción.
 Una o mas reivindicaciones.( definición del objeto para el que se solicita la protección)-
 Un resumen de la descripción de la invención y las reproducciones de los dibujos ...
 La constancia del pago de los derechos
 Los documentos de cesión de derechos y de prioridad (art 19)
Aprobados todos los requisitos que correspondan, la Administración Nacional de Patentes
procederé a extender el título.
Duración y efectos de las patentes
La patente tiene una duración de veinte años, improrrogables, contados desde la fecha de
presentación de la solicitud (art 35)
Transmisión y licencias contractuales
La patente y modelo de utilidad serán transmisibles y podrán ser objeto de licencias, en
forma total o parcial en los términos y con las formalidades que establece la legislación.
Para que la cesión tenga efectos respecto de terceros deberá ser inscripta en el Instituto
Nacional de la Propiedad Industrial (art 37)
Patentes de adición o perfeccionamiento
Todo el que mejorase un descubrimiento o invención patentada tendrá derecho a solicitar
una patente de adición. (art 51)

De los modelos de utilidad


Toda disposición o forma nueva obtenida o introducida en herramientas, instrumentos de
trabajo, utensilios, dispositivos u objetos conocidos que se presten a un trabajo práctico, en
cuanto importan una mejor utilización en la función a que están destinados conferirán a su
creador el derecho exclusivo de explotación, que se justificará por títulos denominados
certificados de modelos de utilidad (art 53).
Tiempo de vigencia del certificado de modelo de utilidad
El certificado de los modelos de utilidad tendrá una vigencia de 10 años.
Violación de los derechos conferidos por la patente y el modelo de utilidad
La defraudación de los derechos del inventor será reputada delito de falsificación y
castigada con prisión de 6 meses a 3 años y multa (art 75)
Además de las acciones penales, el titular de la patente de invención y su licenciatario o del
modelo de utilidad, podrán ejercer acciones civiles para que sea prohibida la continuación
de la explotación ilícita y para obtener la reparación del perjuicio sufrido (art 81).
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Marcas de fábrica, y designaciones comerciales (Ley 22.362/80)


La marca comercial
La marca comercial es el signo característico con que el industrial, comerciante o agricultor
distingue los productos de su industria, comercio o explotación agrícola.
Las marcas han ido ganando un papel preponderante entre los objetos patrimoniales de la
empresa moderna, a punto tal de que muchos emprendimientos cuentan con ellas como
principal elemento de su activo.
La marca, entendida tanto en su aspecto gráfico como en su significación jurídica, resulta
imprescindible en toda actividad comercial y de producción o servicio. Consiste
básicamente en signos distintivos que se aplican a los productos para distinguirlos de sus
similares.
El que emerge de la marca es, pues, un derecho exclusivo, típico del derecho de propiedad
en sentido amplio, generando incluso la facultad correlativa de exclusión merced a las
defensas legales previstas a partir del art 38 de la ley 22.362. A ello se debe la actividad
desplegada por el registrador en su tarea calificadora al momento de conceder la
inscripción, cuando revisa cuidadosamente los títulos marcarios ya otorgados para evitar
―anterioridades‖*
* Esta expresión (anterioridades) alude a la existencia de signos iguales o similares
asignados a idénticos o similares productos o clases
Las marcas de fábrica están reguladas por la ley 22.362, cuyo art 1º considera tales a todo
signo con capacidad distintiva de productos o servicios, sean dibujos, emblemas,
monogramas, grabados, palabras con o sin contenido conceptual, combinaciones de colores
etc.
La propiedad de la marca se adquiere con la registraciòn que se efectúa en la Dirección
Nacional de Propiedad Industrial, otorgando una protección para ella durante 10 años, la
que puede ser renovada indefinidamente. La protección se otorga para determinada ―clase‖
o ramo de la actividad, por lo cual es factible que otro titular use la misma marca o una
parecida en ramos diferentes.
Diseños y modelos ornamentales (Dec.ley 6673/63)
Los modelos y diseños industriales, que son ―las formas o el aspecto incorporado o
aplicados a un producto industrial, que le confieran carácter ornamental‖ ( art 3º del
mencionado decreto-ley).
También se exigen, como requisitos, la originalidad y la novedad; pero aunque los
elementos empleados no sean nuevos, basta su empleo original (art 6º, D-L citado)
El Registro protege la inscripción por 5 años, renovables por dos períodos consecutivos
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