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DD154-CONTROL INTERNO
Realizar convenios con las grandes empresas que necesiten para su dotación y con
los almacenes de cadena.
Para entender la importancia del control interno en las empresas, conviene empezar por
entender el propósito del control interno, que tiene como objetivo resguardar los recursos de
la empresa o negocio evitando pérdidas por fraude o negligencia, como así también detectar
las desviaciones que se presenten en la empresa y que puedan afectar al cumplimiento de los
objetivos de la organización.
Todo esto puede llevar a que se den situaciones no previstas y con un impacto financiero,
como ser malversación o pérdida de activos, incumplimientos de normas ya sean legales o
impositivas que generen un pasivo contingente, fraudes asociados a información financiera
fraudulenta que podrían dañar la reputación de la empresa, entre otros. Dichas situaciones
podrían ser prevenidas gestionando el control interno con anticipación.
Por ejemplo, si se cuenta con sistemas de gestión que incorporan controles automáticos en
las áreas de ventas y cobranzas, y la información generada en estos sistemas se contabiliza
en línea en los registros financieros, usando la tecnología de la información, se
requeriría menor cantidad de personas involucradas en los procesos administrativos y se
podría dotar personal en otras áreas que aumenten la productividad del negocio, como ser
ampliar el área comercial para obtener incrementos en los niveles de ingresos.
Finalmente, el control interno en las empresas es una tarea ineludible para aquellos que
desean lograr competitividad en sus negocios; ya que una empresa que implementa controles
internos disminuye la ocurrencia de errores y fraude en la información financiera, los entes
reguladores lo catalogarán como una empresa que cumple las leyes y regulaciones y a su vez
generarán un impacto positivo en su negocio, pudiendo inclusive atraer a inversionistas que
apuesten al crecimiento del mismo.
La solución del problema se puede alcanzar mediante diversas alternativas de solución, estas
están basadas en la incertidumbre.
Se desarrollan posibles soluciones y se deben generar muchas para poder encontrar alguna
que resulte adecuada para la solución del problema de forma satisfactoria.
La lealtad y la confianza recíprocas son básicas para el trabajo colaborativo; pero dichas
condiciones no surgen necesariamente de forma espontánea, deben construirse y trabajarse
intencionadamente para asegurarlas. Se debe construir un acuerdo de compromiso frente al
trabajo, de de respeto, responsabilidad, participación activa, apoyo, entre otras.
Junto con ello, es central para cuidar este clima, que el trabajo sea establecido en términos
de colegialidad, entre iguales; sin predominio por parte de ninguno de los agentes,
independientemente de rangos jerárquicos o situaciones administrativas.
Transmisión de información efectiva: debe existir una buena comunicación entre los
miembros del equipo. Se debe difundir información clara, oportuna y accesible, para que
cada uno desarrolle su tarea y se sienta parte relevante y activa en el desarrollo y quehacer
grupal.
Toma de decisiones por consenso: se requiere de un buen nivel de discusión, donde todos
participan en forma pertinente con la tarea, se tolera el desacuerdo y no se evita el conflicto,
pero este se resuelve de forma pacífica. El trabajo colaborativo va más allá de la simple
cooperación; supone el desarrollo de un trabajo y proyecto entendido como común (vs. uno
entendido como apoyar a otro, sin tener responsabilidad real).
Liderazgo: Incluye tanto la reacción del equipo frente al liderazgo como la capacidad del
líder para legitimarse frente al equipo.
Sin duda toda declaración acerca de cómo trabajar en equipo resulta más simple que llevarlo
a la práctica. Sin embargo, debemos tener presente que trabajar de manera coordinada y
sinérgica, trae al funcionamiento de la institución numerosos beneficios: juntos podemos
superar mejor las dificultades, con espacios de reflexión podemos buscar en conjunto
soluciones a los conflictos, conociendo las experiencias de otros podemos mejorar las
prácticas docentes, tenemos un equipo de apoyo para crear un espacio de autocuidado.
Trabajar como equipo puede presentar obstáculos y dificultades, puede resultar un arduo
trabajo conseguirlo, sin embargo, permite obrar conjuntamente con el propósito compartido
de alcanzar un mismo fin, brindando una mejor educación y favoreciendo un quehacer
profesional más protegido al ser acompañado y comprendido como responsabilidad
compartida.