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Información personal
Lugar de
Montevideo (Uruguay)
sepultura
Nacionalidad Uruguaya
Partido
Partido Nacional
político
Familia
Información profesional
Rango General
• Batalla de Cerrito
Invasión Luso-Brasileña:
• Sitio de Minas
• Sitio de Montevideo
• Rebelión de los Cívicos
Cruzada Libertadora:
• Batalla de Sarandí
• Batalla de Cerrito
Guerra Grande:
• Batalla de Yucutujá
• Batalla de Quebracho Herrado
• Batalla de Famaillá
• Batalla de Arroyo Grande (1842)
• Sitio de Montevideo
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Índice
• 1Biografía
o 1.1Enemistad entre Rivera y Oribe
o 1.2Primer período en Buenos Aires
o 1.3Regreso a Montevideo
o 1.4Segundo exilio en Buenos Aires
o 1.5Los Treinta y Tres Orientales
o 1.6Primera presidencia de Oribe
o 1.7Gabinete de gobierno
o 1.8Rivera derrota a Oribe
o 1.9Tercer exilio en Buenos Aires
o 1.10Sitio a Montevideo
o 1.11Últimos años
• 2Familia
• 3Lugar en la historia oficial
• 4Véase también
• 5Referencias
• 6Enlaces externos
• 7Bibliografía
Biografía[editar]
Manuel Oribe era hijo del capitán Francisco Oribe y de María Francisca Viana, descendiente
del primer gobernador de Montevideo, José Joaquín de Viana, y hermano de María Josefa
Francisca Oribe y Viana e Ignacio Oribe. Se casó con su sobrina Agustina Contucci y Oribe,
con quien tuvo cuatro hijos. Al comienzo de la revolución independentista en el Río de la
Plata se enroló en las filas patriotas como voluntario.
Su bautismo de fuego tuvo lugar en la batalla de Cerrito, el 31 de diciembre de 1812, en el
transcurso del segundo sitio de Montevideo (1812-1814), hecho de armas que concluyó en
una victoria de los patriotas. Participó luego al lado de José Artigas de la resistencia de los
orientales contra la invasión Luso-Brasileña del año 1816.
A fines del año 1817, caído ya Montevideo en poder de los luso-brasileños, Oribe, engañado
por las promesas del Director Juan Martín de Pueyrredón al que sólo le movía el empeño de
restarle elementos a Artigas, abandonó la lucha y pasó a Buenos Aires junto con su hermano
Ignacio y el coronel Rufino Bauzá, llevándose consigo el Batallón de Libertos y un batallón de
artillería.
Enemistad entre Rivera y Oribe[editar]
El historiador Francisco Bauzá, hijo de Rufino Bauzá, en su obra "Historia de la dominación
española en el Uruguay" (1880-1882), argumenta que ante la insistencia casi obsesiva de
Artigas en nombrar a su favorito, Fructuoso Rivera, como comandante militar al sur del río
Negro para hacer frente a la invasión, Rufino Bauzá y Manuel Oribe se habrían manifestado
en contra, situación que generó un violento intercambio de palabras con un Artigas al que ya
la situación militar se le iba de las manos.
La enemistad personal entre Rivera y Oribe, que al parecer data de tales acontecimientos,
decidió al joven oficial a abandonar a su jefe. Carlos Federico Lecor, comandante del ejército
ocupante, no opuso traba alguna al pasaje de los oficiales orientales a Buenos Aires, por más
que no pudo atraerlos a su causa. Rivera y su gente quedaron al servicio del invasor lusitano.
Primer período en Buenos Aires[editar]
En Buenos Aires, según se sabe por la compulsa de la papelería de la época, desde 1819,
Oribe, junto a Santiago Vázquez y otros orientales residentes allí, opuestos por igual a la
ocupación portuguesa y brasileña como a Artigas, habría integrado una sociedad secreta de
carácter masónico, llamada Sociedad de los Caballeros Orientales, la cual esperó al menos
hasta el Congreso Cisplatino de 1821 para emprender el retorno a la, desde entonces,
llamada Provincia Cisplatina y comenzar sus trabajos para revertir la situación.
Entretanto, tras la derrota definitiva de Artigas (e incluso antes de ella) otro sector de la clase
dirigente oriental se había adherido a los ocupantes, aceptando y colaborando en los hechos
estrechamente con los portugueses. Este sector será el único que esté representado en el
Congreso Cisplatino de 1821.
La ocupación de la Banda Oriental y su transformación en "Provincia Cisplatina" por parte de
las tropas portuguesas y brasileñas había traído como consecuencia adicional la fractura de
los sectores dirigentes, que desde entonces se alinearon en dos grupos separados por la
aceptación o no de aquella presencia militar:
• El grupo montevideano -incluido Fructuoso Rivera -, pro portugués, llamado Club del
Barón, por su proximidad al comandante invasor Carlos Federico Lecor (Barón de la
Laguna),
• Los exiliados en Buenos Aires, donde Oribe revistaba, fuertemente influido por
el unitarismo (aunque luego Oribe se destacó como un general del federalismo), y
partidario de la reincorporación a las Provincias Unidas del Río de la Plata en cuanto fuera
posible.
Esta división es el antecedente más remoto del surgimiento de las divisas tradicionales del
Uruguay, luego transformadas (cuando tuvieron un programa escrito) en modernos partidos
políticos: respectivamente el Partido Blanco y el Partido Colorado.
Regreso a Montevideo[editar]
En 1821 Oribe volvió a Montevideo y el día en que se produjo la lucha entre los portugueses,
realistas fieles y los partidarios del Imperio del Brasil que venía de proclamar a Pedro I como
emperador, tomó partido por los portugueses, mientras sus compañeros se movían en el
sentido de involucrar a algunas de las Provincias Unidas del Río de la Plata en el
sostenimiento de su causa.
Oribe recibió el cargo de sargento mayor en las fuerzas del general Álvaro da Costa, el cual
continuaba dueño de Montevideo, mientras que Carlos Federico Lecor, vuelto al lado
brasileño, mantuvo el control de la campaña desde su cuartel en Canelones, para lo cual
contó con el invalorable sostén que le daba el tener de su lado al ex comandante artiguista
Fructuoso Rivera, cooptado por el grupo pro portugués (y ahora unánimemente pro brasileño)
en marzo de 1820.
Da Costa, sin medios para resistir por mucho tiempo, y a decir verdad, a la espera de una
definición en la guerra entre Portugal y Brasil por la independencia de este último país,
embarcó para Lisboa con sus tropas en febrero de 1824, abandonando completamente a su
suerte al grupo de los Caballeros Orientales que se había aferrado a sus armas como
posibilidad para triunfar. Oribe y su círculo, sabedores de lo que les esperaba si caían en
manos de Lecor, abandonaron Montevideo, regresando a Buenos Aires para un segundo
exilio. El último día de febrero de 1824, Lecor y Rivera entraron en Montevideo sin disparar un
tiro, y conminaron al Cabildo a jurar fidelidad al emperador Pedro I de Brasil.
Segundo exilio en Buenos Aires[editar]
Nuevamente el grupo disperso hubo de reunirse en Buenos Aires, más exactamente en un
saladero del entonces partido (hoy barrio) porteño de Barracas, del que era administrador el
oriental Pedro Trápani. Allí, y tras las fuertes medidas represivas de los brasileños contra los
partidarios del movimiento de 1822 y 1823, que llegaron incluso a las confiscaciones de
ganados y bienes de estancieros de Buenos Aires como Bernardino Rivadavia y Juan Manuel
de Rosas, cundió la alarma en estos sectores, que vieron cómo las reses de los campos
orientales eran arreadas para los saladeros de Río Grande del Sur, que en poco tiempo
comenzaron a desbancar a sus similares de Buenos Aires en el mercado local.
Los exiliados orientales recibieron la visita y el apoyo monetario de Juan Manuel de Rosas,
poderoso estanciero y saladerista, que se convirtió en uno de los principales financiadores de
la expedición que la historia conocería como Cruzada Libertadora. Es posible que de estos
hechos date el comienzo del vínculo, muy estrecho después, entre Manuel Oribe y Juan
Manuel de Rosas, considerado por San Martín el gran defensor del americanismo, de ahí que
le regalara su espada de honor. La consigna por la que convocaban a los patriotas era clara;
recuperar, según el ideario artiguista, la Banda Oriental para las Provincias Unidas del Río de
La Plata, de ahí que los panfletos revolucionarios reclamaban a los patriotas con el lema
Argentinos Orientales, a fin de que se sumaran a la heroica Cruzada.
Los Treinta y Tres Orientales[editar]
Artículo principal: Treinta y Tres Orientales
Hacienda
Manuel Oribe
Pasó a Buenos Aires, donde Rosas lo recibió como presidente legal del Uruguay, y utilizó su
experiencia militar incorporándolo al ejército que comandaba, por entonces en lucha contra
el Partido Unitario. Oribe combatió a la Coalición del Norte, formada por las provincias
de Tucumán, Salta, La Rioja, Catamarca y Jujuy en 1840 y 1841.
Batalló contra el general Juan Lavalle, venciéndolo en la batalla de Quebracho Herrado el 28
de noviembre de 1840, y otra vez en la batalla de Famaillá, el 17 de septiembre de 1841.
Tomó prisionero al gobernador de Tucumán, Marco Avellaneda, al que hizo degollar y exhibir
su cabeza en una pica en la plaza pública de Tucumán. Desde aquí en adelante, la
oposición unitaria y sus aliados colorados del Uruguay insistieron cada vez más en la imagen
del Oribe degollador y asesino, al igual que la de Rosas. La literatura de opositores políticos a
este último como las Tablas de Sangre escritas por el cordobés José Rivera Indarte cargaron
las tintas sobre este tema, creando la imagen de la exclusividad de la violencia por los
federales y los blancos. En realidad, el monopolio de la violencia no pertenecía a ningún
bando, como puede desprenderse, por ejemplo, de la correspondencia de Lavalle.
Tras vencer al gobernador de la provincia de Santa Fe, Juan Pablo López, pasó a Entre Ríos.
Allí, al frente de un poderoso ejército, el 6 de diciembre de 1842 derrotó en batalla de Arroyo
Grande al ejército de Rivera que, en guerra contra Juan Manuel de Rosas desde marzo
de 1839, había invadido la provincia de Entre Ríos.
Véase también: Martín de Santa Coloma
Familia[editar]
Manuel Oribe se había casado con su sobrina, Agustina Contucci y Oribe, el 8 de febrero
de 1829, habiendo 4 hijos de su matrimonio. Años atrás, en 1816, la actriz oriental Trinidad
Guevara había tenido con él una hija, Carolina, que fue apadrinada por Gabriel Antonio
Pereira.