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Tratamiento de imágenes
95 Cine antropomórfico / Luchino Viscontivi
Arturo Sotto 97 El profeta Andréi Tarkovski
Fotografía 103 80 minutos con Serguei Urusevki / Eduardo Manet
Paco Bou 107 Akira Kurosawa: reflexiones cinematográficas
Secretaria administrativa 112 Picasso 1923
Norma Cubela Canto 118 La estética de la violencia / Glauber Rocha
Redacción, suscripciones 120 El cine latinoamericano: del subdesarrollo al posmodernismo / Michael Chanan
y canje
Calle 23 n. 1155 e/ 10 y 12
El Vedado,
La Habana, Cuba Variaciones
Tel: (53) 7 838 2865; 136 Crónica y flashback de un redescubrimiento: Memorias del subdesarrollo / Luciano Castillo
7 838 3650 ext. 151
Fax: (53) 7 838 1188
E-mail De película / A cargo de Jacqueline Venet
revcinecubano@icaic.cu 142 Pequeño álbum de Cuba / Jacqueline Venet
www.cubacine.cu 144 Con los pies en el agua / Nils Longueira Borrego / Yelsy Hernández Zamora
Impresa por 148 ¿Conocerán los japoneses a Cuba? Intercambios transnacionales, vanguardia fílmica, y política /
Ediciones Caribe
Miharu M. Miyasaka
ISSN 009-6946 RPNS 0342
Publicación fundada en junio
153 ¿Dónde está Teresa? / Enrique Álvarez
de 1960 por Alfredo Guevara. 156 Cantando entre los tractores: Patakín o de las angustias de lo musical en el cine cubano /
Norge Espinosa Mendoza
Cada autor se hace responsable
de sus opiniones. 161 Entre lo íntimo y lo social: Otra isla y la necesidad del cine político / Zaira Zarza
En portada:
Memorias del subdesarrollo Libros
(Tomás Gutiérrez Alea, 1968) 168 El paraíso de los intrusos entusiastas (o turistas militantes) / Antonio E. González Rojas
Un cuento de cine...
171 Cazador de crepúsculos / Julio Cortázar
REALIDADES
Y PERSPECTIVAS
DE UN NUEVO CINE… 199 REVISTAS DESPUÉS
ARTURO SOTTO
«E
stética y financieramente el cine cubano atención pública y oficial, motivo de reflexión para es-
surge en medio de un complejo de cir- tadistas y pensadores y objeto de brutales represiones
cunstancias de orden histórico, económico políticas […] habitualmente sujeto a su condición de
y psicológico que condicionan sus primeros pasos y industria y a la estructura mercantilista de la explota-
obligan a tomar en consideración elementos y carac- ción de sus productos por lo que resulta el ejemplo
teres que no tienen igual significación para otras ci- más claro de la esclavización del arte en la sociedad
nematografías».1 Con estas palabras iniciaba Alfredo contemporánea».2 Para combatir lo que llamó «escla-
Guevara, cincuenta y seis años atrás, el primer texto vizamiento del arte», en el ferviente verano de 1960,
programático de lo que sería el futuro cine cubano. Alfredo propuso un «cine de la libertad», que espe-
En el ensayo, «Realidades y perspectivas de un nuevo raba alcanzar con el descubrimiento y desarrollo del
cine», publicado en el número uno de la revista Cine talento que pudiera expresarla; un cine que se consti-
Cubano, el primer presidente del ICAIC hacía un aná- tuyó en los Por cuanto de la Ley no. 169 del gobierno
lisis de los antecedentes del arte cinematográfico; va- revolucionario que fundó el Instituto Cubano del Arte
loraba su carácter específico y diferenciado; al tiempo e Industria Cinematográficos. Sin embargo, el pro-
que apuntaba su «condición singular» en relación con pio Guevara reconoce el nacimiento de la institución
el dispositivo tecnológico que se pone en función de como una creación artificial; surge por decreto y virtud
un lucrativo negocio, en el que siempre aflora, aun en del triunfo revolucionario, no como una consecuencia
el más mediocre de los filmes, la impronta del artista orgánica en el desarrollo del cine nacional; es cons-
que le da un sentido a las imágenes producidas por ciente de que el arte nuevo que se propone deberá su-
máquinas. Guevara advertía la «tamaña contradicción perar una gran dificultad: el problema de la tradición.
práctica y estética» que hace del cine un «centro de «De un modo u otro nos enfrentamos a una realidad
instrumental, y nunca antes. Es a partir de tocables, el olimpo decrépito de directores-artesanos y las fór-
entonces cuando precisa hacerse la pregun- mulas manidas de la publicidad y el gran espectáculo».10 Sería
ta fundamental: ¿qué hacer con él?»6 Por el oportuno señalar que para Alfredo la juventud nunca fue sinó-
otro lado, no pierde de vista el alcance de la nimo o distintivo de osadía intelectual por antonomasia; en más
obra en relación con el público: «Creemos de una ocasión expresó, después de Fresa y chocolate (Tomás
en el cine como arte, pero no encontramos Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, 1993), que Titón era el más
los motivos o experiencias que nos obliguen joven de los cineastas cubanos. Y si nos atenemos a sus pala-
a calcular una insalvable contradicción con bras –monotonía de cánones técnicos, formulas manidas, gran
sus posibilidades comerciales».7 espectáculo– encontraremos sintonía con los enunciados de un
En el recorrido que hace el joven Guevara texto que aparecería algunos años después, un ensayo medular
por todos aquellos movimientos y cinemato- en la historia del cine cubano y latinoamericano: Por un cine im-
grafías que son más cercanos a su ideal de un perfecto, de Julio García Espinosa. Si invocamos estos nombres,
H
ace exactamente un año, la revista Cine Cuba- Luego de escribirle, recibí un correo afectuoso en
no me encargó una entrevista a Fernando Pé- el que se disculpaba por rechazar la entrevista en ese
rez sobre la nueva película que se encontraba momento y me pedía dejarla para más adelante, alu-
rodando y que, por aquel entonces, todos conocíamos diendo que prefería no hablar sobre sus películas en
por el título de Chupa pirulí. Acepté la propuesta sin medio del proceso de producción. Sus simples pala-
titubeos, puesto que, además de tratarse del ser hu- bras contenían la poesía que las caracteriza: «La ver-
mano maravilloso con quien trabajé durante varios dad es que (¡y tú me conoces bien!), en esta etapa de
años en la Muestra Joven ICAIC, me daba la posibi- preparación de la película, a mí no me gusta mucho la
lidad de entrevistar al consagrado director de cine, a promoción. Es un proceso en el que nada es seguro,
quien admiro desde mucho antes de soñar que podría todo es una búsqueda que nunca se sabe a dónde irá a
conocerlo. parar: ¡¡¡es como la flecha que uno lanza y todavía no
Por supuesto. Además, hay muchas películas que, razones de producción se hizo imposible… y ¡bienve-
más allá de la opinión de los especialistas, han tenido éxi- nido!, ¿no? Yo no tengo ningún conflicto con eso. Fue
to, han logrado conectar con el público, Habanastation otro proceso productivo que funcionó bien y nosotros
[Ian Padrón, 2011], Conducta [Ernesto Daranas, 2014]. tuvimos bastante flexibilidad para trabajar. Ahora, si
Y la experiencia personal de Fernando dentro de la bien el proceso de producción de La pared de las pala-
producción independiente, ¿cómo fue? Porque Fernan- bras fue muy positivo para mí, la posproducción –por
do no llegó a la producción independiente –como otros– razones que no voy a contar aquí, porque son muy
a los veinte años… extracinematográficas– se complicó. Ese es el riesgo
Mira, todo el proceso de producción fue muy po- también del cine independiente, que uno no tiene la
sitivo. Lo más bonito fue que formamos un equipo de certeza total de cómo será el desarrollo de cada etapa
jóvenes. El productor fue Daniel Díaz Ravelo, el hijo productiva, porque están sujetas a los financiamientos
de Daniel [Díaz Torres], que es joven; el equipo de di- que puedas obtener o no. Y ya la fase de posproduc-
rección también se formó con gente joven. Y al final ción fue realmente agónica. Por suerte, conté con el
–no es ese gran equipo que comporta hacer cine den- apoyo de colaboradores con los que yo había trabaja-
tro del ICAIC– la mitad del equipo se formó con jóve- do antes, como por ejemplo Edesio Alejandro, que no
nes y la otra con cineastas jubilados del ICAIC [risas]. cobró ni un centavo por hacer toda la banda sonora
¡Qué experiencia más interesante! [risas]. de la película; eso no se le ha pagado a Edesio toda-
Yo no pensaba jubilarme, pero me jubilé para ha- vía… y puso su estudio y un año de trabajo, incluso
cer cine independiente, porque si seguía cobrando un entorpeciendo otros proyectos que se le presentaban.
salario y continuaba en la nómina del ICAIC, no sería Estos son los avatares que el cine independiente puede
independiente. Ya no estoy en la nómina del ICAIC, enfrentar.
cobro mi retiro, y puedo hacer tanto cine indepen- Pero el cine institucional tiene otros avatares…
diente como con la Industria Cinematográfica. Así Y a veces mucho más complicados; los avatares de
sucedió con Últimos días en La Habana. Yo hubiera todo un sistema al que uno tiene que responder y que
querido hacerla de manera independiente, pero por muchas veces no lo genera el propio ICAIC… es el
R
igoberto López es un profundo conocedor de El artista, al centrar su narrativa cinematográfica en
la historia y el pensamiento cubano y caribe- las complejas problemáticas de la identidad cultural,
ño. En su filmografía se puede encontrar una intenta indagar acerca de las peculiaridades del todo
fuerte influencia del pensamiento del siglo xix cuba- y de las partes que conforman su(nuestra) identidad
no, inspirado en figuras como José Martí y Antonio como cubano(s), caribeño(s) y latinoamericano(s).
Maceo, así como de la vanguardia política, artística e Ello explica que los argumentos de sus narrativas sean
intelectual de las décadas del treinta y el cuarenta del las situaciones cotidianas que expresan la identidad
siglo xx cubano y caribeño. Por otra parte, su poética cultural de los latinos, los españoles, los africanos, los
cinematográfica está vinculada con los presupuestos chinos cantoneses; así como las influencias de los flu-
éticos y políticos del Movimiento Panafricano de los jos migratorios caribeños en la esencia cultural de la
sesenta y setenta, el Movimiento de la Negritud en la región, visualizando, desde el universo simbólico del
figura de Aimé Césaire y el Antillanismo de Édouard audiovisual, lo común y lo diferente de estos com-
Glissant. ponentes. Se trata, por tanto, de obras artísticas que
Se pudiera decir que en el orden estético predomi- hilvanan las memorias históricas de las diásporas en
nan dos conceptos simbólicos en la construcción de confluencias, para así inmortalizar los espíritus de las
su narrativa: las nociones caribeñas de Calibán1 y lo sociedades caribeñas.
real-maravilloso carpenteriano. Ambas nociones se Como verificación de las afirmaciones anteriores
encuentran permeadas, a su vez, por una marca cen- se encuentran los filmes Junto al golfo (1979), Grana-
tral: la voluntad de insertarse en un genuino ejerci- da: el despegue de un sueño (1983), África: círculo del
cio de diálogo intercultural, entendido este como: «El infierno (1986), El viaje más largo (1987), El mensajero
proceso que se plantea el valor de las culturas como de los dioses (1989), Esta es mi alma (1988), Del Caribe
reserva de humanidad; pero se hace buscando su in- al Mediterráneo (1990), Yo soy del son a la salsa (1996),
teracción con puntos de apoyo para articular procesos Puerto Príncipe mío (2000) y el largometraje de ficción
concertados de humanización».2 Roble de olor (2003).
2
Raúl Fornet-Betancourt, Interculturalidad y globalización. Ejer-
Juan Formell. Fotograma extraído del documental. cicio de crítica filosófica intercultural en el contexto de la globaliza-
Johnny Pacheco intertextualmente nos conecta con el ción neoliberal, Alemania - Costa Rica, Ed. DEI, IKO - Verl. FürIn-
ajiaco orticiano, la mezcla y la fusión, que él epistemo- terkulturelle Komunikation, 2000, p. 30.
lógicamente conceptualizara como transculturación.
Por consiguiente, «la salsa en tanto síntesis intercul- 3
Maydi Estrada Bayona, Entrevista realizada a Manthia Diawara,
tural es, a su vez, un resultado de nuevas expresiones septiembre de 2011, Hotel Nacional de Cuba, en Claves Intercul-
del proceso de transculturación, por el que transitan turales Caribeñas en la poética cinematográfica de Rigoberto López,
los sujetos caribeños tanto dentro como fuera de fron- Tesis de Grado en Maestría de Estudios del Caribe, Universidad
teras».8 de La Habana, 2013.
En este sentido, se podría plantear que el son y la sal-
sa son la continuidad de una tradición resignificada de 4
Dentro de ellos importantes músicos cubanos y caribeños como
la música popular bailable del Caribe hispano, que en- Arsenio Rodríguez, Mario Bauzá, Ismael Rivera, Tite Curet, Celia
cuentra su fuerza vital en patrones de la música cubana. Cruz, Tito Puentes, Oscar de León, Adalberto Álvarez, Juan For-
mell, Chucho Valdés e Isaac Delgado, entre otros.
Epílogo
5
Chucho Valdés, Juan Formell, Adalberto Álvarez e Isaac Delga-
Los ejemplos aquí abordados muestran cómo el audio- do, este último el enunciador de la narrativa del filme, al ser el
visual, en esa capacidad de transportarse de manera conductor del mismo.
rápida en tiempo y espacio, en un ir y venir, exhibe el
entretejido de las maneras de concretarse los diálogos 6
Papo Lucca, considerado en la época el primer piano de la salsa
interculturales en el Caribe, haciendo una reconstruc- en Nueva York.
ción histórica. La música es un lenguaje, una forma
comunicativa y un recurso de integración. Las imá- 7
Estas ideas son tomadas de diálogos introducidos por el músico
genes sonoras del documental representan cómo se salsero y cubano Isaac Delgado, enunciador del documental.
armonizan los sujetos de la diáspora en relación con
la cultura y el espacio de origen. 8
Maydi Estrada Bayona, ob. cit., p. 45.
Yo soy del son a la salsa lleva implícito en su mensaje,
como en otros filmes de Rigoberto López, el cuestiona-
miento de la existencia del sujeto, el reconocimiento y Maydi Estrada Bayona (Pinar del Río, 1979). Máster
autorreconocimiento que se produce en su conciencia, en Estudios del Caribe en la Universidad de La Habana
el momento en que el ser se reafirma en la otredad del y estudiante del Doctorado de Filosofía en este centro.
semejante con el que interactúa; y son las expresiones Miembro de la Red de Mujeres Hilando Arte en el Caribe.
culturales, como la música y la danza, vehículos para Fue por diez años profesora en la Universidad de Pinar del
expresar el lenguaje de la libertad y de las resistencias Río y actualmente es Profesora Auxiliar de la Facultad de
en el Caribe. He ahí un momento de diálogo y síntesis Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana.
isla
Entrevista a Gloria Rolando
de
HILDA ROSA GUERRA MÁRQUEZ
«U
na mujer es la historia de sus actos y Desde que nació, a Gloria Rolando la acompaña
pensamientos, de sus células y neuro- una tríada poderosa. Poderosa pero compleja. Una
nas, de sus heridas y entusiasmos, de tríada que le ha regalado risas y sinsabores, la ha man-
sus amores y desamores […] Una mujer es la historia tenido a salvo y puesto en peligro, la ha liberado y en-
de lo pequeño, lo trivial, lo cotidiano, la suma de lo cadenado. Una tríada que la escoltará siempre, porque
callado […] Una mujer es la historia de su pueblo y vive en ella, porque desconoce la mortalidad. Gloria es
de su raza. Y es la historia de sus raíces y de su origen, mujer, negra y cubana.
de cada mujer que fue alimentada por la anterior para Vivir en una sociedad patriarcal, racista y con la
que ella naciera: una mujer es la historia de su sangre. maldita circunstancia del agua por todas partes coloca
Pero también es la historia de una conciencia y de sus tal trinidad en el filo de la navaja. Sin embargo, ello no
luchas interiores. También una mujer es la historia de le ha impedido a esta mujer hacer el cine que ha que-
su utopía».1 rido, aunque nunca pensó ser cineasta. Ella viene del
A
lo largo de cincuenta y siete años de Revolu- los que me querían y estuvieron jodiendo hasta el úl-
ción, el lenguaje cinematográfico ha creado timo minuto se fueron». El abordaje del asunto desde
una serie de relatos que, a través de juegos las expresiones artísticas estuvo signado en un primer
de proximidades y distancias, construyen, de modo momento, al decir de Ambrosio Fornet, por una «vi-
permanente, la identidad nacional. Esta construcción sión simplista y maniquea», a partir de la cual el que
identitaria es una «estrategia de supervivencia», como se iba simplemente dejaba de existir, convirtiéndose
sostienen María Laura Méndez y Pablo Farneda, que en un fantasma. Se alimentaban así «negaciones recí-
se cuestiona y modifica a partir de posibilidades, ne- procas, como si yo solo pudiera afirmar mi identidad
cesidades y condicionamientos históricos, políticos y negando la tuya, que por lo demás no era tan distin-
sociales. En este sentido, la problemática migratoria se ta de la mía».3 De este modo, la identidad del cubano
erigió como un tema esencial y traumático que signó insular se definía por la negación de la del emigrado.
la (re)definición de la cubanidad. En su tratamiento La superación de concepciones petrificadas de identi-
cinematográfico se recorrió un extenso camino desde dad y su comprensión, como un fenómeno histórico
del «entendimiento migratorio» que se dio entre Estados Unidos y Gay (comps.), Cuestiones de identidad cultural, Amorrortu, Bue-
Cuba desde 1965 hasta 1973, y que incluyó el establecimiento de un nos Aires, 2003.
«puente aéreo» entre ambos países, que garantizaba vuelos perió-
dicos que partían desde Varadero. (Véase: Jesús Arboleya Cervera, 21
Solo por nombrar algunas: Suite Habana (Fernando Pérez,
Cuba y los cubanoamericanos. El fenómeno migratorio cubano, Fon- 2003), Aunque estés lejos (Juan Carlos Tabío, 2003), Perfecto amor
do Editorial Casa de las Américas, La Habana, 2013). equivocado (Gerardo Chijona, 2004), Viva Cuba (Juan Carlos Cre-
mata, 2005), Personal belongings (Alejandro Brugués, 2006), The
7
Ambrosio Fornet, op. cit. Illusion (Susana Barriga, 2009), Juan de los muertos (Alejandro
Brugués, 2011).
8
Jesús Arboleya Cervera, op. cit., p. 129.
22
María Laura Méndez y Pablo Farneda, op. cit., p. 119.
9
Ambrosio Fornet, op. cit. En la misma sintonía, Désirée Díaz sos-
tiene al respecto que «los conflictos de esta generación desarticula- 23
Alain Tarrius, Las circulaciones migratorias: conveniencia de la
ban por primera vez el discurso antagónico que había sostenido el noción de «territorio circulatorio». Los nuevos hábitos de la identi-
gobierno revolucionario con la comunidad emigrada porque no te- dad, Relaciones, no. 83, vol. XXI, Michoacán, 2000, p. 41.
nía sentido acarrearle culpas ajenas» (Désirée Díaz, op. cit., p. 174).
10
Benedict Anderson, Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre
el origen y la difusión del nacionalismo, Fondo de Cultura Econó-
mica, México D. F., 1993.
11
Désirée Díaz, op. cit., p. 180.
12
Néstor García Canclini, Latinoamericanos buscando lugar en este
siglo, Paidós, Buenos Aires, 2002, p. 39.
13
A través de la Operación Peter Pan, entre 1960 y 1962, quince
mil niños fueron sacados solos del país con la connivencia de sus
padres, a quienes se les había convencido de que el gobierno revo-
lucionario les quitaría la patria potestad.
14
No es un dato menor que el padre tuvo que morir para que él
Anabella Castro Avelleyra (Buenos Aires, Argentina,
pudiera emprender el viaje.
1979). Aspirante a Doctora en la Facultad de Filosofía y
15
Fragmento del texto de la Ley No. 169, de fundación del Ins-
Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) con el
tituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC),
proyecto De la identidad nacional a la transnacional, del
tomado de Luciano Castillo, El cine cubano a contraluz, Editorial exilio a la emigración. Vínculos transnacionales del cine
Oriente, Santiago de Cuba, 2007, p. 12. cubano con el cine argentino y español a partir del Período
especial en tiempos de paz. Investigadora del Centro de
16
María Laura Méndez y Pablo Farneda, op. cit., p. 113. Investigación y Nuevos Estudios sobre Cine (CIyNE, UBA).
Es más
fácil crear
una –«otra»–
vanguardia
C
ine Cubano se complace en ofrecer a sus lectores un diálogo
con el Maestro Leo Brouwer sobre temas que rebasan el
universo cinematográfico. El acariciado proyecto de volver
a contar con el pensamiento de Leo en las páginas de nuestra Re-
vista, se ha hecho realidad en este número de celebración. Agrade-
cemos al Maestro y a su oficina la posibilidad de este reencuentro.
C
ine Cubano inicia, con este artículo de la in- los Estudios de Cubanacán, que ha sido víctima de la
vestigadora María Eulalia Douglas, un dosier desidia contaminante, a pesar de los esfuerzos de sus
dedicado a una de las especialidades menos trabajadoras. Cine Cubano ofrecerá al lector una mues-
reconocidas de la industria cinematográfica nacional: tra seriada de entrevistas que realizara María Eulalia
el diseño de vestuario. La indiferencia se asienta tan- Douglas a un número significativo de nuestros mejores
to en el público, como en productores y directivos del diseñadores. Por los rigores de extensión que obliga la
ramo. Los primeros no distinguen la especialidad, el revista, nos hemos visto precisados a editar estas con-
arte y talento que se emplea en la confección y diseño versaciones, en aras de ofrecer al lector fragmentos de
del vestuario de una película. Los segundos destinan un un libro inédito que escribiera la investigadora. Sirva
escuálido monto del presupuesto a las necesidades que este dosier para dar visibilidad a estos destacados ha-
demanda un elemento esencial de la imagen, confiando cedores de nuestro cine que hasta el momento solo son
en las posibilidades del vetusto y diezmado almacén de reconocibles en los créditos de las películas.
VESTIMENTA
MARÍA EULALIA DOUGLAS (MAYUYA)
E
l momento en que el ser humano comenzó a cu- da piel» como la llamaba la destacada diseñadora Ma-
brir su cuerpo es un misterio que ha perdurado ría Elena Molinet va transformándose, con los siglos,
a través de los siglos. Para aquellos que creen, de elemento utilitario en elemento con un significado
según la Biblia, que somos descendientes de Adán y mayor: el ornamental.
Eva, fueron ellos los primeros en poner algo sobre Es el teatro el primero en mostrar la posibilidad de
su anatomía, después de cometer el pecado original: crear un personaje a través del vestuario, con la venta-
«Entonces se les abrieron los ojos y los dos se dieron ja de que allí el espectador no puede percibir los deta-
cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron lles que sí captará el ojo de la cámara, siglos más tarde,
hojas de higuera y se cubrieron con ellas». «Poco más al inventarse el cine. Es, además, un trabajo más rela-
tarde Dios hizo ropas de pieles de animales para que el jante, pues si no se está conforme con lo realizado en
hombre y su mujer se cubrieran». un día hay oportunidad de mejorarlo para la siguiente
Para los que creen en la evolución de las especies, representación, lo cual es imposible en el cine.
este acto es un misterio perdido en las miríadas de Tanto en el teatro, como en el cine, el diseñador
años de existencia del que llamamos homo sapiens. busca crear el personaje a través de la ropa, y grabar en
Este hecho está condicionado por disímiles factores, la mente de los espectadores aquellos momentos me-
entre los que se encuentran el desarrollo mental, el morables cuando la dicotomía actor-personaje desa-
modo de vida y la latitud. No en todas partes ocurre parece para convertirse solo en personaje.
el fenómeno del mismo modo ni al mismo tiempo. Al vestir a un personaje se debe pensar cómo lo ha-
¿Cuándo descubrió el ser humano que al echarse enci- ría por sí mismo, sin que el diseñador pierda de vista
ma una piel cualquiera, incluso del mismo animal que las peculiaridades de la obra, las intenciones del direc-
cazaba para subsistir, protegía su cuerpo? Esa «segun- tor y, por supuesto, la época. Con la llegada del cine
las de los noticieros, a lo largo de toda la historia del Méliès, en el que ya aparece un exótico diseño de ves-
cine hasta nuestros días, han servido de referencia y timenta, posiblemente inspirado en la enorme fanta-
guía para diseñadores y vestuaristas, sin ignorar, por sía del realizador.
supuesto, magazines y descripciones literarias e histó- El cine cubano, al igual que el mundial, se inicia
ricas, con respecto a la moda y los usos en las distintas con vistas de tipo documental y noticioso, pero de-
épocas, países y esferas de la población. Para repro- mora más en incorporar la ficción. No es hasta 1913
ducir siglos anteriores se utilizan fuentes pictóricas, que se filma el primer largometraje de ficción, Manuel
escultóricas, que se remontan a imágenes tan lejanas García o el rey de los campos de Cuba, de Enrique Díaz
como los frescos egipcios, romanos, griegos, etrus- Quesada, del que lamentablemente no se guarda co-
cos, etc., sin desdeñar en casos necesarios la escritura: pia, como de ninguna otra película –excepto dos de
fuentes literarias, periodísticas, ensayísticas. finales de la década del veinte– del período mudo, por
Al respecto tenemos ejemplos con los cortos de los las cuales podríamos tener una idea de la utilización
hermanos Lumière, descubridores del cinematógrafo, del vestuario; tampoco se conserva ningún documen-
en los que reflejaban la realidad tanto pública, como to que informe sobre el trabajo de vestuario en alguna
privada. En La salida de los obreros de la fábrica Lu- de estas obras. Solamente podemos hablar de las dos
mière, vemos el vestuario habitual de la clase obrera; que existen: El veneno de un beso (1929) y La Virgen de
en La llegada del tren, aparece un público multifacéti- la Caridad (1930), ambas de Ramón Peón. En la pri-
co; en las filmaciones en el hogar El desayuno del bebé mera, se utiliza el vestuario clásico de la clase media
o El regador regado, se nos ofrece una visión más ínti- alta, inspirado en la realidad, ya que esta es la época en
ma del vestir. que transcurre la historia. En la segunda, de ambiente
Con la llegada del nuevo siglo, comienza a utili- rural, la sencilla ropa que pudiera usar el campesino
zarse el diseño del vestuario. Un temprano ejemplo lo cubano con algún desenvolvimiento económico. Un
descubrimos en El viaje a la Luna (1902), de Georges ejemplo sobre los esquemas de algunos personajes en
E
l diseño me interesó desde que era una niña. mí me interesaba el cine y me llevaba a las filmacio-
Empecé estudiando pintura en la Escuela Ele- nes de Lucía (Humberto Solás, 1968), donde vi cómo
mental de Artes Plásticas de Pinar del Río en el era este trabajo, lo que fue creándome un interés muy
año 1958. Me gradué en 1963. Después de la alfabe- particular hacia esta manifestación artística, a pesar
tización, vinieron las becas para quienes habían sido de que mi mundo era el teatro.
alfabetizadores, entre ellas estaba la de Arte Dramá- En el momento en que terminaba mi carrera,
tico de Diseño de Vestuario en la Escuela Nacional María Elena Molinet se va a hacer un adiestramien-
de Arte. Estuve entre los primeros graduados de esa to docente en Checoslovaquia para los proyectos de
escuela en 1968; fuimos cinco. Esta etapa de la Es- almacenes del ICAIC, y yo me quedé en su lugar, al
cuela de Arte tuvo que ver mucho con mi formación, frente de las clases de Historia del Traje. Después
sobre todo por la enseñanza de María Elena Molinet, cuando van a filmar Los días del agua (1971), Manuel
la profesora de Historia del Traje, y de Diseño, que era Octavio Gómez le pide a María Elena que alguien
estrictamente lo que yo tenía como perfil de carrera. más trabaje con ella. Era una película muy grande,
Ella y Raúl Oliva fueron profesores que se vincularon con miles de diseños, miles de extras. Entonces Ma-
mucho con los alumnos; también Salvador Fernán- ría Elena pensó en mí y comencé a trabajar en enero
dez. María Elena parece que se dio cuenta de que a del año 1970.
¿P
ara quiénes hacemos esta Revista? temas, artículos y pronunciamientos han quedado en
¿Cuántos la leen? ¿Incidimos en el dis- los anales de nuestra publicación; compilar una anto-
curso del cine cubano? Estas y otras pre- logía de Cine Cubano es como editar una larga película
guntas nos hacemos todos los días cuando, entregado sobre nuestra propia historia, en la que un sinnúmero
un número a la imprenta, nos lanzamos al diseño del de secuencias tienen un valor documental de enorme
próximo, a sabiendas de los problemas de distribución significación. El criterio de selección se apega más a la
interna que afectan y limitan su circulación, cosas que búsqueda de algunos tesoros que mantienen su diálogo
esperamos algún día se solucionen. La respuesta más con las problemáticas del presente, sean sobre cine o
estimulante a todas esas interrogantes la recibimos en sobre arte en sentido general. Así que si usted está le-
una presentación que hicimos de Cine Cubano ante yendo esta introducción, coméntele a la abuela y pídale
estudiantes de la FAMCA (Facultad de Arte de los que haga un hueco en el librero, quién sabe si dentro de
Medios de Comunicación Audiovisual). En medio de algunos años a sus nietos les dé por estudiar esta mara-
la discusión sobre los temas que pudieran resultarles villosa y desquiciante carrera que es el cine.
dosier 59
Este texto contiene solo el primer acápite de un ensayo mayor,
publicado con el título «El cine cubano 1963».».
Algunas
cuestiones
de principio
ALFREDO GUEVARA
N
o es fácil la herejía. Sin embargo, practicarla de un desgarramiento. En el trabajo intelectual verda-
es fuente de una profunda y alentadora satis- dero está siempre presente el germen revolucionario,
facción, y esta es mayor cuanto más auténtica puesto que no rechaza la herejía, y se compromete
es la ruptura o la ignorancia de los dogmas común- en la búsqueda. Si esto conlleva un destino trágico, y
mente aceptados. En este sentido, la herejía es un ries- enlaza la vida del creador con su símbolo clásico, e1
go por cuanto comporta el abandono de los asideros, Prometeo encadenado, no hay cadena que pueda en
y el rechazo de su sustitución. No hay vida adulta sin medio de los más crueles desgarramientos impedir
herejía sistemática, sin el compromiso de correr todos que el fuego queme en sí mismo el pasado, y alumbre
los riesgos. Y es por eso que esta actitud ante la vida, el porvenir.
ante el mundo, supone una aventura, y la posibilidad La aventura del pensamiento creador es por eso
del fracaso. Pero es también la única verdadera opor- también una fuente de optimismo.
tunidad de acercarse a la verdad en cualquiera de sus Tanto el científico como el artista hacen de la reali-
aristas. dad un camino abierto, y lejos de limitarla a la visión
Toda búsqueda obliga a romper sujeciones, y exige contingente descubren mundos secretos en cada una
que un punto en el desarrollo no sea más que ello: un de sus partículas, y nuevos recursos, y rostros impen-
punto de partida. Es en esta medida en la que pue- sados a partir del marco temporal de horizontes apa-
de afirmarse que el trabajo intelectual es siempre una renciales. Es por eso por lo que la herejía entrega con
aventura, y que el intelectual, casi automáticamente, el grado de ruptura o indiferencia ante los dogmas una
resulta condenado a la herejía. Si el pensamiento solo carga de alegría y un aliento vital que se trasuntan en
puede desarrollarse considerando cada punto de lle- mecanismos impulsadores. La realidad nos es devuel-
gada un nuevo punto de partida, el creador resultará ta en toda su infinita riqueza, en toda la belleza de su
sin remedio un hereje consuetudinario. De ahí que complejidad: el mundo real rebasa todos los límites y
en no pocas ocasiones resulte piedra de escándalo y definiciones finales, y solo admite la descripción de
motivo de sospecha y que, en sociedades de fuerte es- su naturaleza, el apresamiento de su ley fundamental,
tructura, que han terminado o detenido su desarrollo que es tal en tanto no lo contradice, en tanto lo des-
en un proceso de cristalización, o que afrontan vio- cubre, y lo explica. La herejía que no va acompaña-
lentas convulsiones, llegue a convertirse inclusive en da de coherencia intelectual, de un dominio absoluto
apestado o perseguido. Esto es igualmente válido en el del instrumental de trabajo, y de toda la información
campo de la ciencia y en el de la cultura artística, y no acumulada a través de siglos y milenios, no pasa de
se ha dado salto cualitativo alguno en la historia del embrujamiento temporal –aunque dure una vida– o
pensamiento humano sin que este fuera acompañado de salto en el vacío. No es la aventura del ignorante
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podrá haberlos. Esto supone libertad absoluta: y ab-
soluta lucidez, coherencia absoluta. De otro modo,
la libertad deviene limitación. La ignorancia y la
frivolidad retrasan la revolución artística. El artista
revolucionario lo es siempre el verdadero artista: el
que con su arte penetra más aguda y profundamente
la realidad, el que abre brecha en ella y la enriquece,
el que nos la entrega más real, más compleja, más
verdadera.
No es este el ejemplo del «artista revolucionario»,
o de la obra que recibe este nombre en la experiencia
histórica concreta, que por inercia ha servido para es-
tablecer cánones y fórmulas. La imagen del innovador
queda sustituida por la del artesano que repite, con
tímidas variaciones, los moldes logrados por sus
antecesores, o por creadores de más alto nivel. Y
el proceso del desarrollo artístico se hace así len-
to y trabajoso, y resulta compuesto por la yux-
taposición de una misma experiencia realizada
mil veces. Se habla de una revolución cultural,
y esta, en el terreno creativo, no ha sido otra
cosa a través de decenios que un muy simple tránsi-
to de unos temas a otros. El instrumental, el lengua-
je, las formas expresivas, no parecen evolucionar al
ritmo de la inteligencia humana, de su información
y formación, del desarrollo y la transformación del
mundo. Esto comporta una limitación, y me atrevo a
decir que un deterioro, porque el arte no admite mo-
delos finales: el arte supone una permanente experi-
mentación, una búsqueda incansable, una insatisfac-
ción que no da tregua al creador y que, en cada obra,
y en cada periodo histórico, ofrece al espectador una
nueva y más amplia imagen del mundo. Solo será ver-
daderamente revolucionario por eso, y en cuanto tal,
el artista que renovando los medios expresivos entrega
nuevos elementos de la realidad, y en ellos su belle-
za, su expresividad, su significación interior. Esto será
válido inclusive cuando se trate de recrear la realidad Ilustración: muñoz bachs. Revista Cine Cubano, no. 7.
enriqueciéndola. El artista es parte de la realidad, y si
esta se recrea constantemente, y se hace diversa y sor- Alfredo Guevara (La Habana, 1935 - La Habana, 2013).
prendente, el artista no es otra cosa que un testigo y un Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de La Habana.
instrumento de esta interna naturaleza, del carácter Fue fundador –y presidente– del Instituto Cubano del Arte
mismo del mundo real. Y hasta cuando se produce un e Industria Cinematográficos, así como del Movimiento
rechazo,1 esa validez no se disuelve, porque ese movi- del Nuevo Cine Latinoamericano, el Noticiero ICAIC
miento es también parte de su crítica, y de su crisis. Latinoamericano y el Grupo de Experimentación Sonora
Revista Cine Cubano, no. 14-15, pp. 1-4. del ICAIC. En 1955 codirigió El Mégano, antecedente de
1
No nos referimos a modas ni poses: hablamos siempre del autén- la nueva cinematografía cubana. En 2003 recibió el Premio
tico creador, honesto, serio, en permanente tensión, artista. Nacional de Cine.
dosier 63
«¿QUÉ
ES LO
MODERNO
EN EL
ARTE?»
Mesa redonda
dosier 65
del pasado guarda significación. En él nos asentamos: Tomás Gutiérrez Alea
creemos que solo, o sobre todo, para dar un salto hacia
adelante. Instando para encauzar un poco el debate, yo quisiera
Por eso el tema que nos planteamos ahora como hacer una proposición. Partiendo de una cosa que su-
problema, tiene para nosotros el particular interés que cedió anoche en la reunión con el compañero Wajda,
antes he señalado, y por eso también vuestras opinio- se le hizo una pregunta que no fue muy bien entendi-
nes, las discusiones que seguramente tendrán lugar da y que él tuvo que cortar su respuesta por la mitad
dentro de unos minutos serán para nosotros una lec- porque se cayó en el convencimiento de que no había
ción, y un aporte. sido bien entendida, es decir, Julio, si mal no recuerdo,
Queda pues, abierta la discusión... le preguntó cuáles eran los problemas que a su inicio
se le presentaban a un artista en un país socialista y él
Armand Gatti empezó a responder una cosa que nos pareció a todos
muy interesante, los temas que más le interesaban o
Hay dos maneras, completamente personales, de en- más podían interesar a un artista en un país socialista.
focar esta reunión. Una, que nos acerca a Bizancio, Yo pienso que por ese camino se puede llegar a
cuenta que cuando las tropas avanzaban hacia la ciu- una respuesta, acercarnos bastante al tema propuesto
dad, se discutía sobre el sexo de los ángeles; la otra, y de una manera, además, mucho más concreta. Por
que me enseñaron cuando pequeño, es la de San Fran- lo pronto, me quedé con el deseo de seguir escuchan-
cisco de Sales. A este le preguntaron una vez: «Si Dios do la respuesta del compañero Wajda y yo propondría
te hace morir enseguida, ¿qué harías?» San Francisco, que él la desarrollara ahora.
que en ese momento jugaba en un patio de recreo, res- Tomás Gutiérrez Alea.
pondió: «Seguir jugando». Según me enseñaron, esta
es una actitud llena de grandeza.
Desde que oí a Alfredo, comprendo que el deba-
te sobrepasa a San Francisco de Sales y al sexo de los
ángeles.
Dejo la palabra a los compañeros.
Armand Gatti.
Kurt Maetzig
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¿Pero, los que vencieron a Roma no tenían razón? Mijaíl Kalatósov
Claro que sí tenían razón. ¿Pero acaso los grandes ar-
tistas de aquella época no lamentaron la destrucción Yo no estaba preparado para intervenir en esta dis-
de esa cultura? Claro que sí. Y aquí se refleja el drama cusión y ni siquiera sabía lo que se iba a tratar aquí.
de todo artista que se une a una Revolución. No puede Pero me parece que hablar de lo moderno en el arte,
eliminar todos los elementos de la vieja cultura que es cuestión que interesa mucho y no solamente aquí, re-
admirable y tiene sus tradiciones, pero la nueva so- cuerda un tanto la cuestión de la piedra filosofal. En
ciedad requiere algo nuevo y justamente en unir esas la Unión Soviética, recientemente tuvo lugar una dis-
contradicciones consiste lo moderno en el arte, lo que cusión respecto a lo moderno, a lo que representa lo
constituye un problema fundamental. moderno en el arte. La discusión duró una semana,
En este momento no puedo dejar de mencionar un se habló mucho pero, al fin y al cabo, quedó en eso:
gran nombre. Estoy pensando en Eisenstein. Conside- en una discusión y no se llegó a ninguna conclusión
ro que Eisenstein justamente trató de unir estos dos concreta.
elementos contradictorios. ¿Hubiera sido posible que Se puede plantear la cuestión de ¿qué es lo mo-
Eisenstein se olvidara de todas las admirables tradi- derno en el arte?; mas responder a esto es una cosa
ciones de la cultura rusa que lo formaron y que for- extremadamente compleja. Se puede responder, natu-
maba parte de sí mismo? Pero al mismo tiempo, ¿no ralmente; se puede hallar una respuesta, una respuesta
veía lo que su participación en la Revolución era para no concreta, sino más bien filosófica, en el sentido de
su arte una gran oportunidad? mirar hacia el futuro, todo lo que mueve este futuro,
No quisiera entrar en muchos detalles, porque no pero seguirá siendo una respuesta filosófica.
estoy preparado para hacerlo de manera suficiente, Un arte propio y plenamente moderno solamente
pero creo que este problema ha quedado lo suficien- puede existir allí donde hay una clase vencedora, una
temente claro. clase que lucha y una clase que construye su futuro.
El artista lleva consigo una cierta tradición, la Re- E incluso esta clase que construye el futuro también
volución –que después de cierto tiempo se consolida– sufre y sobrevive unos procesos muy complicados. Por
comienza a formar su propia tradición. La Revolución ejemplo, el arte soviético. Nosotros estamos profun-
no puede dejar de tomar en consideración los elemen- damente convencidos de que nuestra filosofía, nuestra
tos nacionales; al contrario, quiere absorberlos, pero en ideología, nuestro credo filosófico son los más perfec-
el primer momento, naturalmente, trata de destruirlo tos, estamos seguros de ello –naturalmente, hay quien
todo. Destruye las admirables esculturas romanas, las no está de acuerdo con nosotros– pero hasta nuestro
convierte en cal. Ver que construye iglesias pequeñas y arte y nuestra ideología pasan por unos procesos muy
no las bellas de tipo romano y ver en esos embriones, complejos. La pintura, las bellas artes, el mismo cine,
en esos elementos todavía tan poco bellos las premisas nuestra poesía, han pasado por fases muy diversas y
futuras; estar enamorado del pasado y al mismo tiempo complicadas. Tenemos una lucha contra lo que frena
aceptar el presente, es para mí el drama moderno del el desarrollo. Lo que ayer nos parecía actual, moder-
artista y el fondo de lo moderno en el arte. no, perfecto, hoy, en realidad, puede ser un freno que
detiene nuestro movimiento.
Andrzej Wajda.
Es muy característico lo que ha ocurrido, por
ejemplo, en el terreno de la pintura. Los artistas que,
después de la Revolución, eran los más progresistas,
los más revolucionarios, los que con sus carteles, con
sus cuadros y sus dibujos animaban el movimiento re-
volucionario y daban aliento a los combatientes, hoy
esos mismos artistas, son los que mayormente frenan
el desarrollo de la pintura soviética y contra ellos lu-
cha actualmente la juventud dotada, la juventud que
siente que puede crear algo nuevo, a la cual esta vieja
generación impide el crecimiento. Eso es lo más ca-
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cuestión. Al igual que la vida, que es infinita, este pro- en el presente que construían en medio de las peores
blema se planteará también infinitamente ante cada dificultades, en cada piedra que colocaban. Y cuando
nueva generación. un edificio quedaba terminado, en pasar a otro edificio.
Mijaíl Kalatósov. En la situación del artista hoy día, pienso contra-
riamente a Wajda que no es solo el hecho de la Re-
volución lo que ha llevado a una revolución social, a
una revolución en el hombre. Hay también otros ele-
mentos muy importantes de los cuales nuestro siglo,
por suerte y al mismo tiempo por desgracia, es muy
fértil. Hay elementos tales como la lógica, sobre la cual
el hombre se ha apoyado durante muchos siglos, que
era para el hombre el mejor medio de aprehender el
universo, y esta lógica está desmoronándose en sus
propios fundamentos, tan es así que las matemáticas
se ven obligadas a inventar su propia lógica, cuando
las matemáticas han surgido del razonamiento lógico
Armand Gatti y por eso actualmente nos encontramos ante una po-
sibilidad infinita de matemáticas contradictorias.
Quisiera pedir excusas por intervenir ahora, pero Para mí, para dar una definición más simple, el ar-
se han planteado una serie de asuntos y puesto que tista que no es de izquierda, para emplear una gran
yo soy el único representante del mundo capitalista, palabra, el artista que no va en el sentido de la His-
aunque no pertenezco a él, puede ser que por eso los toria, no existe. Pero mientras tanto, el artista que va
problemas para mí se planteen de una manera com- en el sentido de la Historia, que no es un elemento de
pletamente diferente. subversión en el interior de ese movimiento de mane-
Yo quisiera partir de una forma mucho más senci- ra de poner siempre en cuestión las victorias conquis-
lla. Cuando me encuentro ante una escena por filmar, tadas, es un artista petrificado.
los problemas –en el nivel en que los estamos colocan- El cine, que tiene necesidad –aun antes de reali-
do aquí esta noche– no existen. Son problemas con- zarse– de ser aceptado por unas treinta personas, se
cretos, problemas del momento que tienen que tener arriesga a encontrarse ya despedazado de antemano,
su solución en el momento. Si luego ese momento tie- aun antes de ser comenzado. Evidentemente ya aquí
ne un valor de temporalidad, es solo en virtud del arte entra un problema económico. Es evidente que los
cinematográfico, que hace que una escena tomada en problemas son mucho más fáciles para ustedes en
un momento dado esté destinada a durar y repetirse los países socialistas, al menos lo supongo, pero para
indefinidamente. nosotros son bastante difíciles. Tener la aprobación
Todo esto para decirles que para mí solo existe el de un productor, que son los últimos poetas que nos
presente. Estoy de acuerdo con Wajda cuando dice que quedan, es algunas veces fácil, pero encontrar la de un
los bárbaros tenían razón, lo único que les reprocharía distribuidor es muy difícil.
es no haber destruido bastante. Para mí, aunque pa- Para volver a un tercer punto, el del problema de
rezca brutal, el pasado pertenece a los cadáveres y el la forma y el contenido, del cual el compañero Kalató-
futuro, tal como se plantea aquí esta noche, me parece sov decía que le parecía resuelto. Yo no lo creo, porque
una forma resumida del cristianismo que predica la pienso que pesa mucho sobre una gran parte del cine
vida eterna. revolucionario, que se obstina con desesperación y
Por lo tanto, solo le doy valor al presente. Voy a dar grandeza en volver siempre a esa obsesión de la forma
un ejemplo que toca de cerca al compañero Kalatósov. burguesa. Y aquí vuelvo a la historia de los bárbaros, es
Yo creo, aunque los interesados no fueran de mi opi- por eso que lamento que no lo hayan destruido todo.
nión, que la grandeza y la alegría de los revoluciona- Yo pienso que el fin del creador es destruir cierto
rios que construyeron la Unión Soviética no radicaba número de costumbres, de maneras de ver que enfer-
en el futuro tal y como se perfilaba en la lejanía, sino man al hombre. Cada nueva manera de ver que se le
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Sin embargo, el tema es complicado, y prueba de Posiblemente no tener en cuenta ese factor –como
ello es que uno siente que se nos hace difícil el con- muchos otros que pudiéramos encontrar analizando
cretar bastante al abordar dicho tema. Nosotros qui- el tema por ese camino– ha dado pie para que los ar-
siéramos hacer un esfuerzo, tal vez guiados por la ac- tistas con una filosofía marxista –que no es un ropaje
tual situación nuestra de ser un poco administrador con el que se viste a un hombre desnudo– se encuen-
de toda la producción del ICAIC, que nos lleva casi tren a veces navegando bajo una orientación poco es-
de una manera obsesionante a concretar las cosas, de clarecedora y viva.
tratar de plantear algo concreto al respecto. A nosotros, si es que hemos sido suficientemente
Es difícil porque nosotros estos problemas casi claros, nos gustaría oír opiniones al respecto.
siempre los hemos abordado más sobre la práctica que Julio García Espinosa.
sobre la teoría. Inclusive a veces aquí, en el Instituto,
nosotros hemos discutido algunas películas y hemos,
casi inconscientemente, identificado lo moderno con
el ingenio, con la originalidad o con el estilo perso-
nal de un director. Es cierto que lo que se nos pide
al plantear el tema es que busquemos aquello que de
común hay en el arte y en todos los que trabajamos
en el arte. A nosotros nos parece que esta cuestión de
lo moderno en el arte está muy relacionada, o funda-
mentalmente está relacionada, con la evolución del
pensamiento. Si nosotros tomamos, por lo menos si
los marxistas tomamos el marxismo, la filosofía mar-
xista, como la expresión más alta del pensamiento, no-
sotros pudiéramos decir, y creo que en alguna medida
se ha caído en esto, que los artistas que adoptan esa
filosofía o que vienen de un país cuyo sistema respon-
de a esta filosofía, se supone que sean los artistas de
pensamiento más avanzado y por lo tanto los artistas Armand Gatti
que hagan un arte más moderno.
Sin embargo, es evidente que eso no es así. Es cier- Solamente unas palabras. Me es difícil sentirme partí-
to que puede haber un artista que tenga como suya cipe dado que marxista en París no es lo mismo que
esta actitud filosófica, que viva en un país socialista y en Praga, en Varsovia, Berlín o Moscú. Hay problemas
sin embargo sea menos moderno que un artista de un de contexto y metodología que son absolutamente dife-
país capitalista. rentes, así que sería una cuestión no marxista pasar más
Esto, indiscutiblemente, tiene sus causas y cuando yo allá de mi contexto para ponerlo en un plano abstracto.
hablaba de tratar de concretar el tema, trataba de plan- Cuando hablo de cine, me siento obligado a tener
teármelo desde el punto de vista que, tal vez un poco en cuenta el centro del cine francés, el Gobierno que
egoísta, nos interesa a nosotros, es decir, ¿por qué es po- hay en Francia en este momento, los movimientos de
sible, cuáles son los fenómenos que pueden ocurrir en un lucha, las contradicciones, y entonces percibo que los
país socialista, en un país que adopta la filosofía marxista problemas tal y como se me plantean a mí, o como se le
que como contradicción pueda sin embargo dar lugar a plantean a cualquier otro compañero francés que hace
que existan artistas que no estén a la altura del pensa- cine, son completamente diferentes de los vuestros.
miento moderno? Personalmente, yo estoy aún en la fase de comba-
Creo que Wajda atina cuando señala la necesidad de te, ustedes ya están en la fase de construcción. Son
encontrar la unidad en esa contradicción propia del ar- dos mundos diferentes. Yo creo que en cierto sen-
tista que viene orgánicamente con estructura de la vieja tido, mi posición es más fácil que la vuestra. Como
sociedad, al que se le plantean exigencias nuevas con el quiera que sea, también a nosotros nos es muy difícil
surgimiento de la nueva sociedad. hacer películas.
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Vladimir Cech cambiado todo el mundo, por ejemplo, en biología, en
física, en la técnica de las comunicaciones, hasta en las
No estaba presente cuando comenzó la reunión, así matemáticas, cuando las matemáticas se consideraban
que no puedo considerar cómo se ha desarrollado como una ciencia terminada, y en las ciencias socioló-
toda la discusión. Pero básicamente, veo el problema gicas, en las relaciones de la sociedad.
que se discute. Este tremendo desarrollo que tiene lugar desde, di-
Opino que no estamos en la situación, ni científi- gamos, 1938 hasta nuestros días, está ejerciendo –se-
ca ni artísticamente, de establecer leyes. No podemos gún mi opinión– una influencia tremenda, sin que el
establecer ni la ley de Arquímedes ni cualquier otra. hombre se dé cuenta, sobre toda la sociedad, sobre su
Lo que sí podemos es medir nuestra propia capacidad pensamiento, sobre sus sentimientos, y concepción de
de ver la vida actual y creo que las cuestiones sobre la verdad y la mentira.
el sentido del arte moderno –lo que es moderno, lo Este proceso se me asemeja al caso de gentes que
que no es moderno, lo que es revolucionario, lo que es hubieran vivido por años en un ambiente contamina-
reaccionario– son cuestiones bastante peligrosas, por- do de radiación, sin darse cuenta. Solamente se extra-
que llevan a una simplificación tanto desde el punto ñan de lo que está pasando, se preguntan: ¿Cómo es
de vista ideológico, como formal para buscar una res- que todo está cambiando, que todo está viejo, que na-
puesta a algo que no podemos contestarnos hoy. cen niños deformes, que mi propia vida está cambian-
El compañero Wajda justamente respondió a Gatti do, si el tranvía corre aún por los mismos rieles? Todo
cuando le dijo que 2 000 años de cultura romana ló- en la sociedad parece como antes, pero no es cierto,
gicamente son 2 000 años de cultura (y en China son todo es diferente.
5 000 años y en otros lugares aún más) y, justamente, Creo que no es posible separar cualquier cuestión
este problema es inseparable del estado en que está el artística, teórica, del análisis científico del desarrollo
pensamiento filosófico y ético de cada artista y el de su de la sociedad durante los últimos veinticinco años,
propia nación. ya que esta influencia es muy fuerte y así lo testifican
Mi opinión, solamente mi opinión, es que no pode- muchas películas de ustedes: que existen nuevos acon-
mos hoy plantearnos la cuestión de qué es lo moder- tecimientos, nuevas relaciones entre la gente.
no si ante todo no hacemos un análisis absolutamente Charles Chaplin. Revista Cine Cubano, no. 126.
científico del mundo en el cual estamos viviendo, di-
gamos desde 1938 hasta nuestros días; por qué cami-
nos revolucionarios ha pasado sin que nos hayamos
dado cuenta.
Actualmente en el mundo se producen muchos
acontecimientos, lo cual es lógico, ya que pasamos un
desarrollo catastrófico que ha aportado mucho nue-
vo. ¿Sabéis que existe una teoría sociológica de origen
ruso, pero que se desarrolla en Occidente, que afirma
–entre otras cosas– que la guerra es positiva y que trae
ganancias a las naciones? Y lo prueba con algunos he-
chos. Dice, por ejemplo, la guerra trajo la penicilina,
los aviones supersónicos, la cibernética y muchas co-
sas más. Pero no podemos afirmar que únicamente la
guerra sea el centro del progreso, porque la Historia
nos ha demostrado que las épocas de mayor desarro-
llo artístico y científico no han tenido nada en común
con la guerra.
Pero quiero volver a la idea que había plantea-
do anteriormente de las cuestiones que no podemos
contestar si no hacemos antes un análisis de cómo ha
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tan profunda, que la resonancia de ese artículo en los tros, sin excepción, la pregunta es: ¿Qué hacer con este
medios de los trabajadores del arte se podría comparar cine en la Revolución?
a la explosión de una bomba atómica. Sin embargo, es ahí cuando comienzan las dificul-
A lo largo de la discusión intervino una cantidad tades. Creo que justamente lo moderno, por lo me-
colosal de físicos y teoréticos, pero como resultado nos el punto de partida para el análisis de lo moderno
–si mal no recuerdo, ya que la discusión duró largo en el arte, consiste en la forma concreta que se dé a
tiempo y nadie cedió en sus posiciones– lo que sí sé esta respuesta tan abstracta, respuesta que creo será la
es que, cuando a ese famoso cibernético se le propuso misma para muchas generaciones y que, sin embargo,
escribir una poesía –en la forma más elemental, más cada generación va a tener que volverse a preguntar.
primitiva– por medios cibernéticos, dijo que una ta- Creo, repito, que lo moderno consiste –o en el punto
rea cibernética puede resolverse solamente en partes de partida del análisis de lo moderno, al menos al ni-
y la totalidad quizás dentro de unos cincuenta años. vel en que nosotros nos planteamos esta cuestión– en
Yo pienso que a pesar de todo, el dominio del pen- la forma concreta que adquiera esta respuesta.
samiento, el dominio de la percepción del mundo en Cuando uno se plantea esta búsqueda de una respues-
imágenes artísticas es muy complejo, sus raíces pene- ta concreta, o mejor dicho de concretar esta respuesta tan
tran muy profundamente en la historia de la sociedad, amplia como es hacer la Revolución, pues toma varios
de las clases. caminos, se le van ocurriendo diversos caminos. Hay
También hay que notar una peculiaridad del artis- uno que parece el más lógico, o que es, efectivamente,
ta de nuestros días –esta es mi opinión personal–: si el más lógico; y decir: Nosotros no somos los primeros
dentro del hombre no existe un principio optimista, en hacer la revolución socialista, otros ya la han hecho
cualquiera que sea la sociedad a que pertenezca, este y, por muy peculiares que sean las características de
artista no puede ser un verdadero artista de nuestra nuestra Revolución, es tan socialista como cualquier
época. Me parece que ese rasgo de optimismo es el otra y su contenido es idéntico al de cualquier otra re-
más elemental, imprescindible a cualquier hombre volución socialista. Vamos entonces en busca de esta
que en nuestra época se consagre al arte. respuesta concreta a la experiencia, a la experiencia
La comprensión de la palabra optimismo puede práctica de los artistas de los demás países socialistas
llegar a vulgarizarse extremadamente, pero yo la com- que han confrontado problemas similares, y vamos
prendo como una insólita curiosidad que debe existir también a la síntesis teórica que ellos hayan podido
en el artista. Todo lo nuevo, todo lo interesante que hacer de toda esta experiencia práctica.
nace en nuestra época es resultado, precisamente, de Encontramos entonces que de una parte los resul-
esa curiosidad. tados de esa experiencia práctica, en general, dejan
mucho que desear. Vamos a las fuentes teóricas y nos
Jorge Fraga encontramos que también –desde luego, me refiero
a los casos a los que hemos tenido acceso, ya que por
Yo quisiera hacer un esfuerzo por caracterizar lo que condiciones de aislamiento hay muchas cosas que no
interpreto acerca de cómo nos planteamos nosotros, conocemos: nos referimos concretamente a la literatu-
los directores jóvenes cubanos, toda esta serie de pro- Jorge Fraga.
blemas. No es una tarea fácil porque creo que el rasgo
dominante de nuestra actitud ante estas cuestiones es
la confusión y la necesidad de encontrar respuestas,
específicamente respuestas de carácter filosófico. A
nosotros se nos plantea la cuestión en este nivel: ha-
cemos cine, hacemos cine en una sociedad socialista
y en un mundo que tiene sobre sí la amenaza de una
guerra.
Y la primera pregunta que se nos ocurre, la prime-
ra pregunta absolutamente necesaria, es: ¿Qué hacer
con este cine? Desde luego, creo que para todos noso-
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Y me parece que por aquí –o por lo menos es lo que cine. Cuando yo hablo de optimismo, me refiero a su
yo personalmente he encontrado como más atractivo, concepción filosófica.
más interesante y como más maduro–, puede canali- Las dos magníficas películas de Wajda: Kanal [1956]
zarse la forma de una actitud verdaderamente moder- y Cenizas y diamantes [1958], a mi entender, poseen
na ante el arte. Claro, se confrontan algunos riesgos, un alto grado de optimismo en ese sentido filosófico a
creo que la vida es eso más bien, riesgo. Pero es bueno que me refiero, a pesar de todo su tragicismo.
tratar de caracterizar los riesgos de cada momento. Si entendiéramos el optimismo en forma vulgar,
Cuando se trata de incorporar esta actitud y especí- estas películas serían del todo pesimistas –antiopti-
ficamente cuando me la trato de incorporar, me en- mistas–; es decir, serían películas artísticamente re-
cuentro que se trata de una actitud forjada al calor accionarias, cuando en realidad son profundamente
de varios años de experiencia en la construcción del revolucionarias.
socialismo. Eso quiere decir que nosotros, con solo
tres años y pico de Revolución, tenemos el riesgo de Andrzej Wajda
incorporarla un poco mecánicamente en el sentido
en que esta nueva actitud, lejos de ponernos al día, no Creo que el problema es complicado aun por otra ra-
haga más que darle más solidez a una actitud anterior zón. Lo vemos a través de esos científicos de los que
y que ya no tiene contenido. Sin embargo, creo que hemos hablado tanto. En Polonia hay una buena es-
además tenemos las condiciones para que este riesgo cuela matemática, conocida en todo el mundo. He
sea el menor posible. Hay las premisas de la lucidez hablado con uno de esos matemáticos. Me dijo: «No-
necesaria para afrontarlos. Nuestra propia Revolu- Kanal (Andrzej Wajda, 1956).
ción, que ha sufrido un proceso de maduración muy
rápido, nos da las premisas para arrostrarlo. El ries-
go consiste en incorporar esta actitud al momento de
negación y no al momento a que esta actitud corres-
ponde que es al momento superior, al momento de la
negación de la negación.
Sin embargo, si trabajamos más, aunque ya se está
haciendo y se han tomado medidas muy concretas
para ello, en el sentido de tener más información y más
experiencia de otros países, se nos van a dar los instru-
mentos necesarios y vamos a poder hacer un arte que
cumpla ese requisito de ser revolucionario, es decir, de
ser desmitificador y de ser al mismo tiempo un arte
bello y, por lo tanto, más revolucionario todavía.
Alrededor de todo esto hay mil cuestiones, mil
Cenizas y diamantes (Andrzej Wajda, 1958).
cuestiones; yo quisiera detenerme aquí porque he ve-
nido a esta mesa redonda, más que a hacer plantea-
mientos, a buscar respuestas que lo vayan a uno en-
caminando hacia la solución del infinito número de
dudas y de problemas que nos plantea nuestro trabajo.
Mijaíl Kalatósov
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efectivamente ha superado toda una serie de contra- Ahora bien, yo creo que en arte la práctica, en defini-
dicciones que se planteaba a sí misma, ya que durante tiva, debe preceder a la teoría; que es necesario primero,
mucho tiempo sus obras surgieron de normas que tra- por lo menos nosotros que estamos en un momento de
taron de fijar claramente lo que debía ser el arte socia- comenzar, realizar todo lo que podamos en la prácti-
lista y en muchos casos, es muy claro para todos, que ca, mostrar todas nuestras contradicciones, ver nuestra
se llegó a lo que yo llamaría un idealismo socialista en realidad tal como es y después, pues sacar conclusiones.
contraposición a lo que muchos creían ver como un
realismo socialista. Donde se habla de lo moderno
La experiencia alemana que nos relató el otro com- en el arte y se dicen cosas que
pañero en la que se llegó a una planificación temática, no fueron dichas en el momento
también nos debe enseñar algo. Deben ser errores que oportuno
no tenemos por qué cometer nosotros. La experien-
cia polaca también nos puede enseñar algo. Es decir, Horas después de grabada esta mesa redonda el reali-
en Polonia creo que han reaccionado a tiempo y han zador Tomás Gutiérrez Alea dirigió a nuestra redacción
superado a tiempo la mayor parte de estos problemas. unas líneas que aparecen a continuación como comple-
Y la experiencia del compañero Gatti, marxista mento de sus palabras durante la discusión promovida
de un país capitalista, también nos debe enseñar algo. por la Revista del Cine Cubano sobre el tema «¿Qué es
Gatti habla del presente como su auténtica preocupa- lo moderno en el arte?»
ción. Yo la comparto. Habla de que el artista es el ar-
tista de izquierda, no se concibe un artista que no sea Porque considero que mi intervención en la mesa
de izquierda, y habla de los problemas materiales del redonda donde discutimos sobre «lo moderno en el
cine, es decir, de los problemas que se le plantean en arte» no fue un reflejo claro de mis opiniones, quiero
los países capitalistas con los productores y que en los apoyarla con estas breves notas en las que trataré de
países socialistas pueden ser superados más fácilmente, decir lo que no dije entonces:
aunque no creo que estén ni mucho menos superados
todos ellos.
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asombrarnos. Ni siquiera cuando para llegar a esa lidad es la que lo obligará a expresarse en una forma
interpretación se haya utilizado un método correcto, y no en otra.
pues un método correcto siempre ofrece la posibilidad Sentía durante la celebración de esta mesa redon-
de ser utilizado erróneamente. No debe asombrarnos da la necesidad de abrir las ventanas a causa del calor
el error, y menos asustarnos. Pienso que todo lo que que había en ese momento y el enrarecimiento de la
brote de la auténtica sinceridad de un verdadero ar- atmósfera que provocaba la búsqueda de lo moderno
tista, en la práctica se abrirá paso por entre todos los en un pequeño salón lleno de humo. Y si hubiéramos
errores de apreciación (errores teóricos) que puedan abierto las ventanas hubiéramos encontrado algo in-
producirse a causa de una aplicación incorrecta del teresante quizás lo más interesante y primitivo de esa
marxismo. Todo lo nuevo será discutido. Si es ver- reunión: afuera estaban los barcos norteamericanos
daderamente nuevo (y por lo tanto, moderno), no iniciando el inhumano bloqueo, y con ellos, la amena-
dejará de suscitar polémica, y sin duda encontrará el za de una guerra de infinita destrucción, es decir, toda
rechazo de muchos en un primer momento. Pero si es una realidad capaz de golpear fuertemente la sensibi-
producto de la sinceridad, de la necesidad vital de un lidad de cualquiera. Adentro nosotros, cineastas de
verdadero artista, acabará por afirmarse en la realidad diversos países, en Cuba socialista, el primer blanco
tarde o temprano. Y creo que, a pesar de que seguirán de tales amenazas, tratando de determinar qué hace
produciéndose errores (tanto en la práctica de la crea- del artista el intérprete por excelencia de su época,
ción como en la teoría de la apreciación), estos serán de la realidad en que vive. El hecho en sí adquiere un
cada vez menos graves y no se prolongarán tanto en el nuevo significado: a pesar de todas las amenazas de
tiempo, en la medida en que se afirme nuestra seguri- destrucción, nosotros seguimos buscando los cami-
dad en la nueva sociedad que estamos construyendo. nos mejores para construir nuestras vidas. No tene-
Se entiende que la no comprensión inmediata de una mos ninguna intención de volver al pasado. No solo
obra no puede constituir una amenaza de desintegra- estamos preparados para luchar con las armas contra
ción de nuestra sociedad y que por lo tanto, no puede aquellos que quieren hacernos regresar a lo oscuro de
ser negada sobre la base de unos razonamientos que ayer, sino que también nos preocupamos por que el
pueden ser erróneos, pues esa obra tiene muchas pro- mundo que construimos sea el más apropiado para la
babilidades de no ser un mero accidente histórico sino vida del hombre. El mundo entero está hoy pendiente
que muy bien puede ser el producto lógico de deter- de lo que puede suceder en esta pequeña isla, pues está
minadas circunstancias que no debemos ocultarnos a en juego la vida del hombre. Pero, decimos nosotros,
nosotros mismos, si queremos ir a una interpretación no solo la vida está en juego, sino también su digni-
correcta de la realidad que nos rodea. dad. No solo debe vivir el hombre, sino que debe vivir
El artista no puede apoyarse en fórmulas teóri- con dignidad.
cas preestablecidas para encontrar una aprobación T. G. Alea
inmediata de su obra. Existe siempre el peligro de la 26 oct. 1962
aceptación de normas teóricas como leyes inflexibles Revista Cine Cubano, no. 9, pp. 31-49.
de la creación artística, que olvida de que en arte la
práctica precede a la teoría. Pero ya se sabe que un
académico no es un artista. Y eso nos lleva a otras
conclusiones como son es la de que un verdadero
artista no puede dejar de ser moderno, es decir, no Tomás Gutiérrez Alea (Titón) (La Habana, 1928 - 1996).
puede dejar de estar impregnado del espíritu de su Destacado director de cine y guionista cubano. Dentro de
época, no puede dejar de sentir en alguna medida su obra fílmica sobresalen títulos icónicos de la historia
las fuerzas que configuran el desarrollo de la reali- del cine nacional, como La muerte de un burócrata (1966),
dad que lo rodea. Un artista moderno siempre ha de Memorias del subdesarrollo (1968), Los sobrevivientes
confrontar el riesgo de no ser comprendido en un (1978) y Fresa y chocolate (1993, en coautoría con Juan
primer momento. Y un artista moderno, verdadero, Carlos Tabío). Sus filmes han recibido numerosos premios y
no puede dejar de asumir ese riesgo, pues lo único distinciones en todo el mundo. Autor del ensayo Dialéctica
que no puede abandonar es su sinceridad y esta cua- del espectador (Ediciones Unión, 1982).
E
l desierto rojo no es solamente el filme más aca- de una línea recta, que avanza, que busca; y ahora ha
bado de Antonioni. Es también el más nuevo, el llegado a una nueva etapa, que se llama quizás El de-
más abierto, dándole de ese modo a El eclipse sierto rojo [1964], que es tal vez un desierto para esa
una luz nueva que le permite a esta obra ambigua ad- mujer pero que, para usted, es por el contrario un filme
quirir al fin su plena dimensión. En Venecia, con moti- sobre el mundo total y no solo sobre el mundo de los
vo del gran Festival, Jean-Luc Godard vio a Michelan- demás, sino algo más lleno y más compacto: es un filme
gelo Antonioni; rápidamente, entre estos dos cineastas sobre el mundo total y no solo sobre el mundo de hoy…
que se entrevistaban, el debate sobre cine se convirtió en
debate sobre el mundo... ¿Qué hay de extraño en ello? Es muy difícil para mí hablar de ese filme. Es demasia-
Para uno y otro, solo les resta filmar, es decir, tratar de do reciente. Todavía estoy demasiado ligado a las «in-
vivir y de comprender. tenciones» que me llevaron a hacerlo, no tengo ni la lu-
cidez ni el distanciamiento necesarios para poder juz-
Sus tres filmes precedentes, La Aventura [1960], La No- garlo. Sin embargo, creo poder decir que en esta opor-
che [1961], El eclipse [1962], nos daban la impresión tunidad no se trata de un filme sobre los sentimientos.
dosier 83
Los resultados (ya sean buenos o malos, bellos o feos),
obtenidos con mis filmes precedentes están aquí supe-
rados, caducos. El propósito es muy distinto. Antes, lo
que me interesaba eran las relaciones de los persona-
jes entre sí. Aquí, el personaje central es confrontado
también con el medio ambiente social, lo que hace que
trate mi historia de una manera completamente dife-
rente. Es muy simplista decir, como muchos han he-
cho, que acuso a este mundo industrializado, inhuma-
no, donde el individuo es aplastado y se ve llevado a
la neurosis. Por el contrario, mi intención era (aunque
muchas veces sepamos muy bien de dónde partimos
pero no en qué desembocaremos) reflejar la belleza de
ese mundo, donde aun las fábricas pueden ser bellas...
La línea, las curvas de las fábricas y sus chimeneas,
son quizás más bellas que una línea de árboles que ya
se ha mirado demasiado. Es un mundo rico, vivo, útil.
Insisto en decir que para mí esa especie de neurosis
que puede verse en El desierto rojo es principalmen-
te cuestión de adaptación. Hay gente que se adapta,
otros que no lo han hecho todavía, pues están ligados
a estructuras o a ritmos de vida que ahora están su-
perados. Ese es el caso de Giuliana. La violencia de la
separación, el desnivel entre su sensibilidad, su inteli-
gencia, su psicología y la cadencia que le es impuesta,
provoca la crisis del personaje. Es una crisis que no
concierne solamente a sus relaciones epidérmicas con
el mundo, su percepción de los ruidos, de los colores, Jean-Luc Godard.
de los personajes fríos que la rodean sino también su siera?... Tener aquí a todos los que me han amado... al-
sistema de valores (educación, moral, fe), que ya no rededor mío, como un muro». En realidad necesita que
son válidos y no la sostienen. Por lo tanto, se encuen- la ayuden a vivir, porque teme no lograrlo por sí misma.
tra en la necesidad de renovarse enteramente como ¿Entonces el mundo moderno no es más que el re-
mujer. Es lo que le aconsejan los médicos y lo que se velador de una neurosis más antigua y más profunda?
esfuerza en hacer. El filme es, en cierto aspecto, la his- El medio ambiente en que vive Giuliana acelera la
toria de ese esfuerzo. crisis del personaje, pero es necesario que este lleve
¿Cómo se inserta entonces el episodio de la historia en sí el terreno favorable para esa crisis. No es fácil
que ella le cuenta al niño? determinar las causas y los orígenes de la neurosis; se
Hay una mujer y un niño enfermo. La madre tie- manifiesta bajo formas tan distintas, y a veces hasta el
ne que contarle una fábula al niño, pero las que ella límite de la esquizofrenia, cuyos síntomas parecen fre-
sabe él las conoce ya. Por lo tanto, tiene que inventar cuentemente síntomas neuróticos. Pero precisamente
una. Dada su psicología, me parece natural que para a través de una exasperación como esa es que se logra
ella esta historia se convierta –inconscientemente– en delimitar una situación. Se me ha reprochado haber
una evasión fuera de la realidad que la rodea, hacia un escogido un caso patológico... Pero si hubiera escogi-
mundo donde los colores pertenecen a la naturaleza: do a una mujer normalmente adaptada, ya no habría
el mar azul, la arena rosada. Las mismas rocas toman drama, el drama pertenece a los que no se adaptan.
formas humanas, la aprisionan y cantan dulcemente. ¿Acaso no hay rasgos de ese personaje en El eclipse?
¿Recuerda usted la escena de la habitación, con Conra- El personaje de Vittoria en El eclipse es el contra-
do? Ella dice, apoyada en la pared: «¿Sabes lo que qui- rio del de Giuliana. En El eclipse, Vittoria es una mu-
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mundo, como dentro del individuo. La crisis de hoy es muy bella. Me gusta mucho. Creo que es convenien-
viene de esa confusión espiritual, de esa confusión de te que surja todo esto. No puede más que acelerar el
conciencias, de la fe, de la política; he ahí los síntomas proceso de transformación del que hemos hablado.
de las transformaciones futuras. Entonces me dije: ¿Pero tiene el científico la misma conciencia que noso-
«¿Qué es lo que nos cuentan hoy en día en el cine?» tros? ¿Razona como nosotros en relación con el mundo?
Y sentí deseos de relatar una historia basada en esas Se lo pregunté a Stewart, el inventor del cerebro
motivaciones de que hablaba anteriormente. químico. Me contestó que su trabajo tan particular
Sin embargo, los protagonistas de esos filmes están tenía sin duda alguna resonancia en su vida privada,
integrados a esa mentalidad; son ingenieros, forman incluso en sus relaciones con su familia.
parte de ese mundo… ¿Y acaso es conveniente conservar los sentimientos?
No todos. El personaje de Richard Harris es un per- ¡Qué pregunta! ¿Cree usted que sea fácil respon-
sonaje casi romántico, que piensa huir a la Patagonia y derla? Todo lo que puedo decir a propósito de los
no tiene la menor idea de lo que hay que hacer. Huye, y sentimientos es que es necesario que cambien. «Es ne-
cree resolver de ese modo el problema de su vida. Pero cesario», no es precisamente lo que quiero decir. Cam-
este está dentro, y no fuera de él. Tanto es así que basta bian. Ya han cambiado.
el encuentro de una mujer para provocarle una crisis, y En las novelas de ciencia-ficción nunca hay persona-
ya no sabe si se irá o no, esto lo altera. Quisiera señalar jes de artistas, de poetas...
un momento del filme que es una acusación al viejo Sí, es una cosa curiosa. Quizás piensen que se pue-
mundo: cuando esa mujer en crisis necesita a alguien de prescindir del arte. Quizás seamos nosotros los úl-
que la ayude, encuentra a un hombre que se aprovecha timos en producir cosas tan aparentemente gratuitas
de ella y de esa crisis. Se encuentra frente a cosas viejas como lo son las obras de arte.
y son esas cosas viejas las que la sacuden y la arrastran. ¿Acaso El desierto rojo lo ayuda también a resolver
Si se hubiera encontrado con alguien como su marido, problemas personales?
este hubiera actuado de manera diferente; primero hu- Al hacer un filme vivimos, y por lo tanto resolve-
biera tratado de curarla, y luego, quizás... Mientras que mos problemas personales. Problemas que conciernen
ahí, su propio mundo la traiciona. nuestro trabajo, pero también nuestra vida privada.
Después del final de la película ¿va a convertirse en Si las cosas de que hablamos hoy día no son aquellas
un personaje como su marido? de que hablábamos inmediatamente después de la
Creo que después de los esfuerzos que realiza para guerra, no es que en realidad el mundo haya cambiado
encontrar un nexo con la realidad, termina por en- a nuestro alrededor sino que también nosotros hemos
contrar un compromiso. Los neuróticos tienen crisis, cambiado. Nuestras exigencias han cambiado, nuestros
pero también momentos de lucidez, que pueden du- propósitos, nuestros temas.
rarles toda la vida. Halla quizás un compromiso, pero Inmediatamente después de la guerra había mu-
la neurosis permanece en ella. Creo haber dado la idea chas cosas que decir; era interesante mostrar la
de la continuidad de la enfermedad con esa imagen un realidad social, la condición social del individuo.
poco turbia: está en una fase estática. ¿Qué va a ser de Hoy día todo esto se ha hecho ya, se ha visto. Los temas
ella? Habría que hacer otra película para saberlo. nuevos que podemos tratar hoy son aquellos de los que
¿Cree usted que la toma de conciencia de ese nuevo acabamos de hablar. No sé todavía cómo se les puede
mundo tenga repercusiones sobre la estética, sobre la abordar, presentar. He tratado de desarrollar uno de
concepción del artista? esos temas en El desierto rojo y no creo haberlo agota-
Creo que sí. Cambia la manera de ver, de pensar: do. Es solo el comienzo de una serie de problemas y de
todo cambia. El arte pop demuestra que se busca algo. aspectos de nuestra sociedad moderna y de esa manera
No debe subestimarse el arte pop. Es el movimiento de vivir que es la nuestra. Usted también, Godard, hace
«irónico» y esa ironía consciente es muy importante. filmes muy modernos, su manera de tratar los temas
Los pintores del arte pop saben muy bien que hacen revela una exigencia de ruptura con el pasado.
cosas cuyo valor estético no está todavía maduro –sal- ¿Cuando comienza usted o termina algunos planos
vo Rauschenberg, que es más pintor que los demás... sobre formas así abstractas, sobre objetos o detalles, los
Aunque «la máquina de escribir blanda» de Oldenburg hace usted con espíritu pictórico?
dosier 87
Por lo tanto el drama no es ya psicológico sino plás- Bueno, usted sabe que hay neuróticos que ven los
tico… ¿Y todos esos planos-objetos durante la conversa- colores de modo diferente. Los médicos han hecho ex-
ción sobre la Patagonia? perimentos sobre esto, por ejemplo con la mescalina,
Es una especie de «distracción» del personaje. Está para tratar de saber lo que ven. Hubo un momento en
cansado de oír todas esas conversaciones. Piensa en que tuve intenciones de hacer efectos de ese tipo. Pero
Giuliana. ahora hay solo un instante, en el que se ven manchas
Los diálogos son más sencillos, más funcionales que en una pared. También había pensado en modificar
los de sus filmes precedentes: ¿acaso su papel tradicional el color de algunos objetos, pero luego, el hecho de
de «comentario» no esté ocupado por el color? emplear todos esos «trucos» me pareció que se hacía
Sí, creo que es verdad. Digamos que aquí están re- rápidamente artificial; era una manera artificial de de-
ducidos al mínimo indispensable y que, en ese aspec- cir cosas que podían decirse de manera mucho más
to, están ligados al color. Por ejemplo, nunca hubiera sencilla. Entonces eliminé esos efectos. Pero puede
hecho la escena en la barraca en la que se habla de las pensarse que ella ve colores diferentes.
drogas, de los excitantes, sin emplear el rojo. No la hu- Es curioso: en este momento estoy hablando con
biera hecho en blanco y negro. El rojo sitúa al especta- Godard, uno de los cineastas más modernos y capaci-
dor en un estado de ánimo que le permite aceptar esos tados de hoy, y hace un rato, almorcé con René Clair,
diálogos. El color es acertado para los personajes (que uno de los grandes directores del pasado: no era en lo
están justificados por él) y también para el espectador. absoluto el mismo tipo de conversación... Él se siente
¿Se siente usted más cercano a las búsquedas de los preocupado por el porvenir del cine. Nosotros, por el
pintores que a las de los novelistas? contrario (creo que usted está de acuerdo), confiamos
No me siento alejado de las búsquedas de la nue- en el porvenir del cine.
va novela, pero me ayudan menos; la pintura, la in- ¿Y qué va usted a hacer ahora?
vestigación científica, me interesan más. No creo que Voy a hacer un cuento con Soraya. Ese cuento me
influyan en mí directamente. No existe en la película interesa porque voy a proseguir mis investigaciones
ninguna búsqueda pictórica, estamos, me parece, le- sobre el color, llevar más lejos las experiencias que
jos de la pintura. Y naturalmente, esas exigencias que hice con Il Deserto rosso. Después voy a hacer un filme
no tienen en la pintura ningún contenido narrativo, lo que me interesa todavía más. Si encuentro un produc-
tienen en el cine: he ahí donde se unen las búsquedas tor que me deje hacerlo...
de la novela a las de la pintura.
¿Volvió usted a trabajar el color en el laboratorio?, (Frases tomadas en una grabadora, releídas y revisadas
cosa que permite el Technicolor. por Michelangelo Antonioni).
No confié en el laboratorio durante la filmación. Es Tomado de Cahiers du Cinema no. 160, nov. de 1964.
decir que traté, durante las tomas, de darle a las cosas
y a los paisajes el color que quería. Pinté directamente, Revista Cine Cubano, no. 34, pp. 39-49.
en vez de trabajar el color en el laboratorio. Lo que le
pedí luego al laboratorio fue una reproducción fiel de
Michelangelo Antonioni (Ferrara, 1912 - Roma, 2007).
los efectos que había obtenido. Cosa que no fue fácil,
Reconocido cineasta italiano, crítico cinematográfico,
pues, como se sabe, el Technicolor exige numerosas
intervenciones en la matriz: el trabajo fue muy largo guionista, ayudante de dirección y documentalista. Entre
y delicado. otros premios, fue merecedor del Oso de Oro por La
¿Determinaba usted la luz de impresión durante la noche (1961), el Premio especial del jurado en el Festival
filmación...? de Cannes por El eclipse (1962), el León de Oro por El
Sí. Creo que no se puede confiar demasiado en el desierto rojo (1964) y la Palma de Oro por Blow Up (1966).
trabajo que puedan hacer en el laboratorio. No es por Jean-Luc Godard (París, 1930) Miembro de la Nouvelle
culpa de ellos. Es que, técnicamente, estamos todavía Vague francesa. En 1950 empezó a trabajar como crítico
muy atrasados en cuanto al color. cinematográfico en varias revistas, entre ellas Cahiers du
¿Cree usted que Giuliana ve los colores tal como us- Cinéma. Entre sus producciones destacan Al final de la
ted los muestra? escapada (1960), Vivir su vida (1962) y Alphaville (1965).
e ha dicho que el hombre lleva a cabo sus experiencias anonimato lo protegía contra las influencias externas,
antes de los cuarenta años y que luego saca sus con- contra las preocupaciones materiales y la tentación de
clusiones. prostituir su arte. Hacía todo lo que estaba en sus ma-
En mi caso creo poder afirmar que sucede lo con- nos para crear una obra de valor y luego se la entrega-
trario. Nadie ha estado más convencido que yo de sus ba al que se la había encargado o sencillamente a Dios.
propias teorías ni más inclinado a exponerlas. Siempre Vivía y moría sin parecer más admirable ni más
sabía más y veía más lejos que los demás. despreciable que cualquier esmerado artesano. «Obra
Al llegar a la madurez me hice un poco más pru- eterna», «obra inmortal», «obra maestra» eran expre-
dente. Las experiencias que acumulé y que he comen- siones privadas de sentido y de poder sugestivo.
zado a seleccionar son tales que no me gusta hacer La obra servía para la gloria de Dios. El poder de crear
pronunciamientos sobre el arte de hacer filmes. Sé que era un don y una gracia. La atmósfera que se desprendía
efectivamente mi trabajo se desarrolla en un campo a de esas creencias mantenía a la par una natural confianza
la vez técnico y psicológico, y que mis descubrimien- en sí mismo y una auténtica humildad, dos sentimientos
tos más importantes no pueden interesarle a nadie sal- que caracterizan al verdadero artista.
vo, posiblemente, a los futuros especialistas. En la sociedad actual, el artista se ha convertido en un
Según mi opinión la única contribución que el ar- ser extraño y mal definido, una especie de atleta obliga-
tista puede ofrecer a un debate es su obra. Me parece do sin cesar a mejorar sus ejecuciones. Su aislamiento, su
impropio mezclarme en la discusión y llevar a ella in- sacrosanto individualismo y su subjetividad artística se
dicaciones, aclaraciones o excusas. originan en heridas fácilmente infectadas, neurosis y an-
El incógnito en que anteriormente se dejaba al ar- siedades. La dificultad para vencer es lo que lo atormenta
tista le era verdaderamente provechoso. Su relativo y lo satisface.
dosier 89
Es posible que generalice indebidamente mi caso para transformarse en un filme, me decido a llevarla a
personal, de particular complejidad. Es posible tam- término y emprendo la redacción del guion.
bién que sienta más intensamente mi responsabilidad Si el proyecto es irrealizable, la mayor parte de las
y la agencia de los problemas morales por el hecho de veces me doy cuenta de ello antes de haber comen-
que mi actividad depende, en gran medida, del favor zado a escribir. Los sueños se convierten entonces en
del público y que supone recursos financieros extre- telas de araña, las visiones se borran o de pronto pare-
madamente abundantes. cen indiferentes, la pulsación se desvanece: no era más
De todas maneras, experimento con frecuencia la que un fantasma de la imaginación.
necesidad de volver a tomar conciencia de lo que quie- Una vez que he tomado la decisión de hacer un fil-
ro, de definir la moral que practico y de determinar los me me encuentro ante un trabajo de múltiples y com-
componentes de mi acción. Como no hablo de lo que plejos elementos: llevar a las palabras y a las frases de
me concierne me abstendré de dar preceptos sobre el un guion legible o por lo menos descifrable, los rit-
arte del filme. Me limitaré a algunas observaciones mos, las impresiones, los ambientes, las tensiones, las
–eminentemente subjetivas– sobre los problemas téc- secuencias, las diferencias de tono y los perfumes.
nicos y éticos del realizador. Es una obra difícil por no decir imposible.
La única cosa a la que en realidad se le puede dar
1. el guion una forma un poco más definida es el diálogo. Pero
el diálogo también puede ofrecer resistencia. Hemos
Frecuentemente comienza este con movimientos em- aprendido (o deberíamos haber aprendido) que el diá-
brionarios muy vagos: una frase, unas palabras inter- logo dado a los actores es una partitura que se puede
cambiadas apresuradamente, una idea indecisa pero descifrar difícilmente si se la recorre como un texto
seductora, sin relación particular con la situación ac- corriente. La interpretación de un diálogo exige co-
tual. Puede que algunas medidas musicales, un reflejo nocimientos técnicos, cierta imaginación y una apti-
luminoso en la calle. Cuando trabajaba en el teatro, tud para salir de sí mismo, cualidades que con mucha
veía a veces a los actores con otros rasgos, interpre- frecuencia le faltan incluso a especialistas del teatro o
tando papeles que no se habían interpretado todavía. del cine.
En cada oportunidad se trata por lo tanto de im- Al margen del diálogo pueden anotarse indicacio-
presiones fugitivas. Desaparecen tan rápidamente nes sobre cómo desenvolverlo, sobre los ritmos que se
como habían llegado, pero, como un hermoso sueño, le deben dar, sobre las pausas, sobre lo que sucede entre
dejan a veces tras sí un sentimiento de nostalgia. Se las las distintas réplicas. Por mi parte, he renunciado a esa
podría comparar a un hilo de hermosos colores que abundancia de detalles porque una partitura tan mi-
emerge del oscuro saco de la conciencia. Si tiro de ese nuciosamente comentada sería en la práctica ilegible.
hilo, si tiro de él de manera prudente, devano todo un Puedo llevar también a mi manuscrito precisiones
filme. sobre el lugar, los caracteres, los ambientes, tratar de
Me apresuro a decir aquí que no se trata en este expresarme en términos comprensibles –en la medida
caso de una Palas Atenea que surge de la cabeza de en que soy capaz de escribir y en que mi lector es ca-
Zeus, sino de un complejo extremadamente incohe- paz de leer, lo que no siempre es el caso.
rente, que más se parece a un estado de ánimo que a De seguido llego a lo esencial: el montaje propia-
una historia, pero que resulta rico en asociaciones de mente dicho, el ritmo, las relaciones entre imágenes,
ideas e imágenes fecundas. la tercera dimensión de importancia vital y sin la cual
Está animado de pulsaciones o de ritmos que va- el filme, una vez terminado, no es más que un pro-
rían con cada película. En esos ritmos, las secuencias ducto industrial muerto al nacer. No puedo indicar
de imágenes vienen a ordenarse según leyes que pare- claramente los «tonos», sugerir, ni siquiera de manera
cen engendradas y dictadas por el motivo. sumaria, el tempo de los distintos conjuntos y su equi-
Desde el comienzo esta existencia de tipo «ameba» librio, transcribir la respiración o el pulso que debe
aspira a una forma superior, pero su movimiento es darle a la obra su vida propia. Muchas veces he soña-
indeciso y como somnoliento. Si me parece que esa do con una especie de anotación que me permitiera
masa semiorganizada tiene suficiente fuerza como traducir los matices y las tonalidades de mis visiones
dosier 91
Desde hace tiempo experimento en mis filmes el deseo de rostro humano es indudablemente la noble-
relatar historias. Posiblemente menos por amor a las historias za característica del filme. De ello se deduce
como tales, como porque, según me parece, una de las maldi- que el actor es nuestro más preciado instru-
ciones que pesan sobre el filme es su dependencia frente a la mento y que la cámara es solo el mediador
epopeya y el drama. de las reacciones de ese instrumento. Pero,
Sé que efectivamente con la ayuda del filme podemos pe- en muchos casos, se olvida esta evidencia:
netrar dentro de mundos hasta ahora deshabitados, dentro de las posiciones de la cámara y sus movimien-
realidades superiores a la nuestra. tos parecen más importantes que los actores
Es urgente para la industria del filme, generalmente tan y la imagen, convirtiéndose en un objetivo
pesada, producir verdaderos sueños, juegos ligeros y picantes, en sí mismo, lo que llega a quebrar la ilusión
dejar entrelazarse y llamar a asociaciones virulentas, soplar her- y a destruir el efecto artístico.
mosas pompas de jabón. Para darle a la expresión del actor la ma-
No pretendo que no se intente la explotación del más allá yor fuerza posible, el movimiento de la cá-
pero las tentativas son demasiado escasas y demasiado tímidas. mara debe ser sencillo y, además, debe estar
cuidadosamente sincronizado con la acción.
2. el estudio La cámara debe intervenir como un observa-
dor totalmente objetivo y solo por excepción
Más de una vez, en la penumbra del estudio, entre el ruido, la puede participar en los acontecimientos.
agitación, la suciedad y la atmósfera irrespirable, me pregunto Debemos recordar también que el medio
seriamente por qué me dedico a esa forma de creación artística, de expresión más bello del actor es su mira-
de manejo tan difícil, de leyes tan abundantes y exigentes. da. El primer plano objetivamente compues-
Cada día necesito asegurar tres minutos definitivos del fil- to, perfectamente conducido e interpretado,
me. Tengo que seguir un plan de producción tan estricto que es el medio más poderoso de que dispone el
excluye la mayor parte de los factores absurdos. Soy víctima realizador para influenciar a su público. Pero
de los inconvenientes de una maquinaria técnica que, con una es al mismo tiempo el criterio más seguro de
perseverancia casi demoníaca, trata de sabotear mis mejores su competencia o de su limitación. La ausen-
intenciones. Vivo en una perpetua tensión nerviosa; me siento cia o la multiplicación de primeros planos
obligado a existir dentro y para la colectividad. Y, en medio de caracteriza infaliblemente el temperamento
todo esto, tengo que dedicarme a una tarea delicada que exige del realizador de filmes y el grado de interés
tranquilidad, concentración y fuerza: quiero hablar de la coope- que experimenta hacia los hombres.
ración con los actores. La sencillez, la concentración, la cons-
Muchos realizadores olvidan que el rostro humano es el ciencia de cada uno de los detalles, el acaba-
punto de partida de nuestro trabajo. Claro que podemos dedi- do de la técnica, esas deben ser las constan-
carnos a la estética del montaje, podemos imprimir a objetos o tes de cada escena y de cada conjunto.
a naturalezas muertas ritmos admirables. Pero la presencia del Sin embargo, esto no basta.
El silencio (1963).
Suponiendo que se hayan reunido todas
esas cualidades –que son siempre indispen-
sables– falta todavía lo más importante, la
chispa que provoca la vida interior. Esta vida
misteriosa que, para manifestarse, plantea
condiciones que solo le pertenecen a ella.
Esta vida que es el elemento decisivo pero
que nunca se deja dominar.
Sé, por ejemplo, que en una escena todo
debe haberse preparado de manera minu-
ciosa, que cada actor y cada técnico deben
saber exactamente lo que tienen que hacer.
Toda la actividad técnica debe estar estric-
dosier 93
A esto es a lo que llamo seguir en todos los sentidos la tica. La seguridad financiera es evidentemente limitada,
conciencia artística. El equilibrio es tan difícil de conser- pero considero la seguridad artística como mucho más
var que en todo momento se corre el riesgo de romper- importante. Por eso pongo en práctica mi tercer princi-
se la crisma y de oír entonces a toda la gente inteligente pio: cada filme es mi último filme.
y moral exclamar: «Miren a ese ladrón, ese asesino, ese Esto me reconforta también desde otro punto de
prostituido, ese mentiroso. ¡No podía sucederle nada mira. He visto a demasiada gente que dedicaba su vida al
mejor!» Entonces nadie piensa que todos los medios es- cine, seguir el cumplimiento de sus principales deberes,
tán permitidos, salvo aquellos que llevan al fracaso, que abrumados de hastío, acabados, extenuados, sin alegría.
los caminos peligrosos son finalmente los únicos practi- Han sido humillados e insultados por los productores,
cables, que el rigor y el vértigo son ingredientes necesa- la crítica y el público; no reaccionaron, no se levantaron
rios para nuestra inspiración. Nadie piensa que la alegría para abandonar el ruedo. Desfigurados por el cansancio,
de crear, que es algo hermoso, está siempre mezclada al han seguido hasta caer muertos o ser echados.
terror de crear, que también es indispensable. Pronún- Sé que es posible que algún día tropiece también con
ciense todas las fórmulas de exorcismo que se quiera, la indiferencia del público o con mi propio sentimiento
exalte su humildad o rebaje su orgullo, queda siempre de hastío que paralizará mis energías. La extenuación y
esto: seguir su conciencia de artista es una perversidad el sentimiento de vacío caerán sobre mí como un saco
que, en el transcurso de numerosos años de humillacio- gris y lleno de polvo; el miedo ahogará la alegría; la vida
nes y exaltaciones, de ascetismo libremente consentido y interior me hará hacer muecas.
de usura amargamente sufrida, se ha mezclado a su san- Habrá llegado entonces el momento de dejar mis
gre. El resultado de la experiencia es siempre el mismo: instrumentos, de abandonar espontáneamente la esce-
cuando el yo ha alcanzado su punto de fusión es cuando na. Será cuestión de no aceptar la amargura, de no pre-
se produce, entre la fe y la sumisión, esa aleación que se guntarme si mi obra ha sido útil y verdadera sub specie
llama la conciencia artística. No pretendo haber alcanza- aeternitatis.
do ese punto de fusión, pero me esfuerzo en alcanzarlo y En la Edad Media, algunos hombres eminentes te-
trato de no desviarme de mi camino. nían por costumbre dormir en un féretro con el fin de
Para fortalecerme y no caer en todos los barrancos no olvidar la importancia de cada minuto y la vanidad
he incluido en mi catecismo un tercer precepto, con- de la vida.
solador y suculento: Sin recurrir a un método tan radical y tan poco
cada filme es mi último filme confortable, me protejo contra la aparente vanidad y la
Se podrá interpretar como una divertida paradoja caprichosa crueldad de nuestro oficio persuadiéndo-
o como un aforismo trivial o bien como la comproba- me del modo más profundo posible de que cada filme
ción de la vanidad universal. Pero no es así como yo es mi último filme.
lo entiendo. El precepto me demuestra una realidad
vivida. Tomado del libro Oeuvres de Ingmar Bergman
En Suecia, la producción cinematográfica estuvo (Introducción).
interrumpida durante un año. Durante esa inactividad
forzada aprendí que sin existir ninguna falta de mi par- Revista Cine Cubano, no. 21, pp. 27-34.
te y solamente por razones de complicaciones financie-
ras, podía ser lanzado a la calle sin el menor aviso.
No me quejo de lo que hago, no me siento asustado
ni amargado, sencillamente he sacado la consecuencia
lógica y altamente moral de la situación: cada filme es
mi último filme.
Ahora sé que solo existe una forma de dedicación. La Ingmar Bergman (Upsala, 1918 - Fárö, 2007). Director
dedicación hacia el filme de que me ocupo. Lo que vaya y guionista sueco de cine; uno de los más reconocidos en
a suceder (o no vaya a suceder) después, me es indife- la historia del cine mundial. Entre sus filmes destacan El
rente y no me causa ninguna preocupación. Esa certeza séptimo sello (1956), Fresas salvajes (1957), Persona (1966),
me da una sensación de seguridad, de seguridad artís- Gritos y susurros (1972), Fanny y Alexander (1982).
¿Q
ué es lo que me ha llevado a una actividad creativa en el corresponden como director,
cine? (Actividad creativa: obra de un hombre que vive entre la que más me apasiona es, por
los demás hombres. Quiero aclarar que con este término tanto, el trabajo con los actores;
no entiendo en absoluto algo que se refiera únicamente al dominio del material humano con el que se
artista. Todo trabajador, al vivir, crea: siempre y cuando pueda vivir. Es construyen estos hombres nuevos
decir: siempre que las condiciones de su jornada sean libres y abiertas; y que, llamados a vivirla, generan
esto vale tanto para el artista como para el artesano o el obrero). una nueva realidad, la realidad del
No la llamada prepotente de una supuesta vocación, concepto román- arte. Porque el actor es, en primer
tico alejado de nuestra realidad actual, término abstracto, acuñado para lugar, un hombre. Posee cualida-
la comodidad de los artistas, para contraponer el privilegio de su activi- des humanas clave. En ellas inten-
dad a la de los demás hombres. Como la vocación no existe, sino que lo to basarme, graduándolas para la
que existe es la conciencia de la propia experiencia, el desarrollo dialécti- construcción del personaje: hasta
co de la vida de un hombre en contacto con los demás hombres, creo que el punto de que el hombre-actor
solo a través de una experiencia vivida, cotidianamente estimulada por y el hombre-personaje lleguen en
un afectuoso y objetivo examen de los casos humanos, se puede llegar a cierto momento a ser uno solo.
la especialización. Pero llegar no quiere decir encerrarse ahí, rompiendo Hasta ahora, el cine italiano
todo concreto vínculo social, como les sucede a muchos artistas, hasta ha sido más bien víctima de los
el extremo de que la especialización acaba muy a menudo por prestarse actores, permitiéndoles agigantar
dosier 95
Naturalmente, no excluyo que un gran actor en el sentido de la
técnica y de la experiencia, posea dichas cualidades primitivas.
Pero quiero decir que, muy a menudo, actores menos ilustres
en el mercado, pero no por ello menos dignos de atraer nuestra
atención, también las poseen. Sin hablar de los no actores que,
además de aportar la fascinante contribución de la simplicidad,
a menudo poseen cualidades más auténticas y más sanas, pre-
cisamente porque, como productos de ambientes no compro-
metidos, con frecuencia son hombres mejores. Lo importante
es descubrirlos y ponerlos a prueba. Y ahí es donde tiene que
intervenir esa capacidad rabdomántica del director, tanto en lo
primero como en lo segundo.
La experiencia realizada me ha enseñado sobre todo que el
peso del ser humano, su presencia, es la única cosa capaz de col-
mar realmente el fotograma, que es él y su viva presencia quie-
nes crean el ambiente, que adquiere verdad y relieve a partir de
las pasiones que lo agitan; mientras que su momentánea desa-
parición del rectángulo luminoso bastará para reducirlo todo a
un aspecto de naturaleza inanimada.
El más humilde gesto del hombre, su caminar, sus titubeos
y sus impulsos dan por sí solos poesía y vibraciones a las cosas
que los rodean y en las que se enmarcan. Cualquier solución
libremente sus vicios y su vanidad, mientras distinta del problema me parecerá siempre un atentado a la rea-
el problema real estriba en utilizar todo lo lidad tal como esta se desarrolla ante nuestros ojos: hecha por
concreto y original que conservan en su na- los hombres y continuamente modificada por ellos.
turaleza. Es un tema apenas esbozado, pero concretando un poco más
Por eso tiene una cierta importancia el mi clara postura, querría terminar diciendo (como me gusta re-
que actores llamados profesionales se pre- petirme a menudo): podría hacer un filme ante una pared, si
senten ante el director deformados por una supiese encontrar los datos de la verdadera humanidad de los
más o menos larga experiencia profesional hombres situados ante el desnudo elemento escenográfico: en-
que los define según fórmulas esquemáticas contrarlos y contarlos.
resultantes, por lo general, más de superpo-
siciones artificiosas que de su íntima huma- Revista Cine Cubano, no. 147, pp. 64-65.
nidad. Aunque muy a menudo supone un
duro esfuerzo redescubrir el núcleo de una
personalidad deformada, es a pesar de todo
un esfuerzo que vale la pena realizar: preci-
samente porque en el fondo siempre hay una
criatura humana, que puede ser liberada y
reeducada. Luchino Visconti (Milán, 1906 – Roma 1976). Director italiano
Abstrayéndola con violencia de los ante- de cine. Su primera película, Obsesión (1943), lo sitúa dentro del
riores esquemas, de cualquier recuerdo de movimiento neorrealista italiano. Entre su filmografía se destacan los
método y de escuela, hay que intentar llevar dramas de época Senso (1954), La caída de los dioses (1969) y Luis II de
al actor a que finalmente hable su propia len- Baviera (1972). Pero son sus filmes Rocco y sus hermanos (1960) y las
gua instintiva. Se supone que el esfuerzo no adaptaciones literarias al cine de Noches blancas (1957), El gatopardo
será en vano, siempre que esta lengua exista (1963) y Muerte en Venecia (1971), los que constituyen sus obras
aunque enredada y oculta tras cien velos: es maestras y lo colocan entre los más significativos directores de cine de
decir, si existe un verdadero temperamento. la época y de todos los tiempos. Su último filme fue El inocente (1976).
E
l cine, en general, es siempre la unión de los memoria; la casa de nuestra infancia que aparece en
fragmentos de un todo. El filme se compone de el filme reconstruida en el mismo lugar donde estuvo
los planos, como un mosaico se compone de antes, hace muchos años. Allí no quedaban siquiera
los fragmentos. Son de diferente color y factura. Y, tal los cimientos, y fue reconstruida tal y como era. No
vez, cada parte por separado no posee sentido alguno soy naturalista, pero si la casa tuviera otro aspecto, se-
si se le extrae del conjunto. En un filme no puede ha- ría para mí muy dramático.
ber ni un solo elemento sin sentido. Todo el conjunto Cuando llevé a mi madre, a la cual filmé en varios
le da a cada fragmento un sentido general. Es decir, planos, se conmovió mucho por el espectáculo, y en-
nada existe como un símbolo, sino como partículas de tonces comprendí que producía la impresión deseada.
un mundo unido. En ese aspecto, El espejo [1975] se No traté de buscar la forma de los recuerdos, de las
acerca más a mi concepto del cine. Se preguntan si El tergiversaciones internas, subjetivas, sino por el con-
espejo es la creación de un mundo propio o la verdad. trario, traté de repetir al pie de la letra aquello que se
Por supuesto, es la verdad, pero tal como la vio mi me grabó en la memoria.
dosier 97
Para mí era una experiencia extraña. Estaba fil- lución y continuaron después: Alexei Tolstoi, Gorki,
mando la película donde no había ni un solo episodio Mayakovski, Blok, Bunin, Ajmátova.
hecho para llamar la atención del espectador o de al- O tomemos a Platonov. Pertenece al periodo sovié-
guna forma explicarle algo. Eran los recuerdos verda- tico en Rusia y es un escritor típicamente ruso. Y, por
deros, relacionados con nuestra biografía familiar, con supuesto, tiene un destino irrepetible y brillante que se
la vida. Es asombroso que, a pesar de ser una historia reflejó en sus obras. Es decir, cuando se habla de mí,
privada, recibí después muchas cartas en las que los hay que tomar en consideración que para Tarkovski es
espectadores hacían esta pregunta retórica: «¿Cómo muy importante la relación con la cultura rusa clásica
usted pudo saber de mi vida?» Para mí esto es impor- que, seguramente, tenía y tiene hasta ahora su conti-
tante en un sentido ético, espiritual. Quiero decir que nuación en Rusia.
si el hombre expresa en la obra sus verdaderos senti- Yo fui uno de los que trataba, tal vez inconsciente-
mientos, ellos no pueden ser incomprensibles para los mente, de materializar esta relación entre el pasado de
demás. Rusia y su futuro. Para mí la ausencia de esta relación
Para mí, El espejo, desde el punto de vista de la sería fatal.
construcción de la dramaturgia, de la estructura, es El problema es que el artista siempre relaciona
el más complejo. Lo veo como un recuerdo, pero no el pasado con el futuro, no vive del momento. Es un
como una simple retrospección. La experiencia más médium y el guía del pasado en aras del futuro. ¿Qué
importante que saqué de este filme fue que para el es- puedo decir en este sentido de mi familia? Mi padre
pectador resultó tan importante como para mí. es poeta y recibió educación en la época soviética.
El espejo me demostró la existencia de la relación No era adulto aún cuando triunfó la revolución. Na-
entre mi persona como realizador, como artista, y el ció en 1906. Lo que significa que en el diecisiete tenía
pueblo para el cual trabajé. 11 años. Era un niño, pero se alimentó de tradiciones
culturales, conoció a todos los poetas famosos de Ru-
sia, y por supuesto, es imposible imaginárselo separa-
No estoy de acuerdo con el concepto occidental de que do del desarrollo de la poesía rusa, la poesía de Blok,
para los soviéticos, los artistas son, por regla general, Ajmátova, Mandelshtam, Pasternak, Zabolotski. ¡Para
hombres sin biografía. No tienen razón cuando no mí esto era muy importante!
se ve los destinos originales de los artistas rusos. Por Me educó básicamente mi madre. El padre se se-
supuesto, hablando de los artistas modernos, tal vez paró de ella cuando yo tenía tres años. Él influía en
tengan la razón, pero nunca me he puesto al lado de mí en su sentido biológico, subconsciente. No soy un
los artistas modernos. Siempre me sentí más cerca de adorador de Freud (ni siquiera Jung me complace),
los artistas del siglo xix. Si tomamos a Tolstoi, Chéjov, porque Freud, en general, es simplemente un mate-
Turguenev, Lermontov, Pushkin, o digamos, a Bunin, rialista grosero; es como Pavlov. Representa una de las
se verá hasta qué punto son únicos sus destinos. Y variantes materialistas posibles para explicar la psico-
hasta qué punto sus obras están relacionadas con su logía humana.
vida y su destino. Eso no significa que me aparte por El padre influía en mí internamente, pero lo debo
completo del contexto de la cultura de los años sesen- todo a mi madre. Ella me ayudó a expresarme. En El
ta, setenta, ochenta, en la Unión Soviética. espejo se ve que hemos vivido pobremente, con mu-
¡No es así! Pero protesto categóricamente chas dificultades. La época era difícil. Cuando mi ma-
contra la idea de que después de la revolución dre se quedó sola, yo tenía tres años y mi hermana
existiera una especie de abismo. Lo crearon ar- año y medio. Ella nos crió sola. Siempre estaba con
tificialmente para empezar una nueva etapa en nosotros, y nunca se casó de nuevo. Era una mujer
el desarrollo de la cultura rusa. Pero me parece asombrosa, santa, totalmente inadaptada para la vida.
que en un lugar vacío no puede desarrollarse nin- Todas las desgracias cayeron sobre ella. A ella se lo
guna cultura. Podemos sacar de la tierra una planta debo todo. La palabra «influencia» no lo explica todo.
preciosa y ponerla en otro lugar, pero ¡no crecerá! Por El mundo entero estaba relacionado con mi madre.
esta razón fueron tan trágicos los destinos de aquellos No lo entendí bien mientras estaba viva. Solamente
escritores que empezaron a trabajar antes de la revo- cuando murió, comprendí de qué trata El espejo. Al
dosier 99
Ese velo romántico no es el resultado de la fe en el
hombre, sino, en mayor grado, de la fe en su propia ima-
ginación, una suerte de solipsismo. Para mí, el roman-
ticismo es así. En todo caso, su parte más esencial, que
me es del todo ajena. Una vez Dovzhenko dijo sobre
mí: «En un charco sucio él ve reflejarse las estrellas». El
problema radica en que Dovzhenko era un poeta. Para
él la vida estaba mucho más llena de espíritu que para
aquellos que buscaban en la realidad circundante un
objeto para aplicar su acción creativa. A un romántico
la vida le da un pretexto para crear porque en él desde el
principio vive el espíritu que lo obliga a hacerlo. A dife-
rencia del romántico, el poeta como nadie entiende que
fue creado a semejanza de Dios. La capacidad de crear
está dada desde el principio. No pertenece al hombre.
El romántico siempre veía en su talento, en su creación,
una belleza específica.
Creo que el romanticismo, en el peor sentido de la
mucho. Al parecer, él fue el único realizador de cine palabra se expresa en el hecho de que el artista se rego-
que no separaba la imagen cinematográfica de la at- cija con su autoexpresión, con su autodeterminación
mósfera de la tierra misma, de su vida. en el arte. Es su objetivo primordial. Esta propiedad
Para los demás realizadores constituía solamen- del romanticismo me asquea. Siempre surgen imá-
te el fondo, pero para él era el ambiente y él se sen- genes pretenciosas, conceptos artísticos. Cuando un
tía unido internamente con la vida de la naturaleza. personaje de Schiller viaja en dos cisnes, eso es sim-
plemente un kitsch. Para un poeta que no es románti-
co, es insoportable. Pero Schiller debía ser así. En este
Yo no definiría necesariamente mis filmes como ro- sentido puedo entender también a Wagner. Todo este
mánticos. Cuando se pronuncia la palabra «romanti- romanticismo es algo decadente.
cismo», me asusto, porque el romanticismo es el modo Es un deseo de autoafirmarse. Es un egocentrismo,
de mostrar la realidad, es una cosmovisión según la egocentrismo occidental. Dicho sea de paso, ni en Ru-
cual el hombre ve en el mundo real algo más gran- sia, ni en Polonia se observan semejantes fenómenos.
de de cuanto existe. Cuando se habla de algo sagrado, Nunca los artistas hablaron tanto de sí mismos como
de las búsquedas de la verdad, para mí eso no es el lo hicieron Novalis, Kleist, Byron, Schiller, Wagner.
romanticismo, porque no magnifico la realidad. Para Los héroes de mis filmes pueden asemejarse a los
mí en ella hay algo más grande de lo que encuentro, héroes de los poemas románticos. Siempre están en
y mucho más profundo y sagrado que mi capacidad el camino, buscando, y esas búsquedas se convierten
para verlo. Los románticos creían que la vida no era en una consagración. Por ejemplo, Stalker tiene este
tan plana, creían que había en ella mucha profundi- esquema típicamente romántico. Aunque nadie diría
dad, lo que nosotros llamamos lo esotérico, metafísi- que Dostoievski es un romántico, aunque sus héroes
co, elevado, espiritual. Sí, muchas cosas imposibles de siempre están en el camino. Es, más que otra cosa, la
captar con la ayuda de los conocimientos, los román- historia del hombre caminante, buscador que anda
ticos lo intuían y trataban de reflejarlo. En las obras de como Diógenes con su linterna. Raskolnikov y Aliosha
los románticos el objeto que describen adquiere una Karamazov siempre están en el camino. Pero los hé-
forma elevada, exagerada, ornamentada, ennoblecida. roes en el camino no constituyen obligatoriamente
Me parece que la vida es tan bella, tan profunda y llena la señal del romanticismo. El romanticismo los tiene
de espiritualidad que no hace falta transformarla. De- pero no es lo principal.
bemos preocuparnos de nuestra educación espiritual De todos modos, lo más terrible que sucede ahora
y no tratar de embellecer la vida. en las investigaciones teóricas de la cultura, del arte,
dosier 101
Lo mismo pasaba con Chopin. Cuando componía sus lo mismo que las aceptaran. Hasta cierto punto era su
estudios, era un músico. Ahora nos dicen: «¡Chopin es mundo, y yo me sentía feliz.
un fenómeno único! ¡Es el alma del pueblo polaco!». Pero mis contemporáneos estaban más lejos de mis
Ellos vivían más o menos elegantemente. Pero a me- filmes que los jóvenes, lo que es muy extraño, y no me
nudo la vida les era muy difícil. Por ejemplo, tomemos a siento capaz de explicarlo.
Dostoievski. Belinski lo alabó mucho al principio, pero En Occidente, el proceso es el mismo; por ejemplo,
después lo atacó. Belinski era terrible desde mi punto en los últimos dos años, en Londres hicieron varias
de vista. Pero en definitiva, nadie sabe qué sucederá en retrospectivas de mis filmes. En la última vi colas gi-
el futuro con tal o cual poeta. Pero si el artista es la voz gantescas. ¿Qué significaban? ¿Me entienden o no me
del pueblo en su voz interior, si su interior, su instinto entienden? No lo puedo afirmar con exactitud. En Es-
espiritual expresa el espíritu popular, es imposible que tocolmo también muchos espectadores vieron mis pe-
no sea un profeta. Al fin de cuentas, el profeta es un lículas. Me siento contento; pero hay un gran peligro
producto del pueblo. Como Dios creó al pueblo, así el en el hecho de que «todos ven tus películas». Es muy
pueblo crea al artista, y el artista su obra. peligroso convertirse en realizador exitoso, de taquilla,
porque en este caso uno ya no está seguro de que dice
algo importante, que se encuentran en una determina-
No me gusta hablar de la función social del artista. Ha- da altura espiritual a la cual se llega con dificultad.
blo de sus esfuerzos por llegar a un ideal, porque sin Naturalmente, para hacer cine, hay que ser director
los ideales el artista no existe. Como sabemos, el ideal de éxito. La desgracia del cine es que había nacido en
es inalcanzable. Por esta razón, en el sentido práctico, el pecado, en el mercado, en la feria.
el artista es inútil porque se preocupa siempre por el A diferencia de cualquier otro arte, para seguir fil-
ideal, que no es algo concreto, y es imposible utilizarlo mando películas hay que ganar dinero. Un libro puede
de alguna forma. Y es un drama de la sociedad mo- escribirse en casa como escribía Kafka, por ejemplo.
derna, porque exige del artista una utilidad práctica. Nunca publicó nada, pero los libros fueron escritos.
Lo quiebran como a un juguete y acaban con él. Y de El problema de la relación con el espectador es
él no queda nada. Como sucedió, por ejemplo, con muy complejo y depende no tanto de las tareas que se
Mayakovski. plantea el director, como de las tareas que plantea ante
Él fue una voz, pero querían que fuera otra voz. el director la producción cinematográfica.
Aquellos que le hacían un «encargo social» ya sabían Tal vez, algún día la tecnología llegue a tal nivel
cómo debe ser la voz del pueblo. Le quitaban al artista que el cine no cueste nada. Por ejemplo, nos pondre-
lo más sagrado: ser sincero, escuchar la voz del pueblo mos un casco metálico, y como en un encefalograma
por sí solo. registraremos todas nuestras fantasías, imágenes, y
Aquellos que lo dirigían le decían: «Nosotros sa- después las editaremos como una película. Así costará
bemos cómo debe sonar esta voz y tú no lo sabes». Le todo muy barato. Pero hay que vivir mucho para llegar
quitaban la función del artista, apropiándosela, des- a la nueva tecnología.
truyéndola.
¿Qué es, en definitiva, una obra de arte? ¿Qué ex- Revista Cine Cubano, no. 130, pp. 18-23.
presa? Expresa la grandeza del espíritu humano, el
ideal hacia dónde quiere llegar. Ya dijimos que es el
reflejo de los sueños sumergidos del pueblo. Andréi Tarkovski (Óblast de Ivánovo, 1932 - París, 1986).
Director de cine, actor y escritor soviético. Se lo reconoce
como uno de los más importantes autores del cine ruso
Con mis filmes pasaba algo curioso. Al principio el es-
y de la historia del cine. Destacan sus filmes La infancia
pectador los rechazaba, después, poco a poco, se entu-
de Iván (1962), por el que recibió el León de Oro en el
siasmaba con ellos.
Festival de Venecia; Solaris (1972) y Stalker (1979), estos
Cuando, desgraciadamente, me fui de la Unión So-
últimos merecedores del Gran Premio del Jurado y el
viética, mi público era joven: 16 o 17 años. Ellos en-
Premio del Jurado Ecuménico en el Festival de Cannes,
tendían mis películas. ¿Qué significa entendían? No es
respectivamente.
S
u nombre se encuentra entre los de los Intérprete de las grandes vastedades soviéticas (Crimea, la Si-
más famosos jefes de fotografía del mun- beria...), Urusevski tenía que enfrentarse en Cuba con un clima y
do entero. Algunos críticos lo consideran un paisaje totalmente diferente de aquel a que estaba habituado.
como el mejor fotógrafo de nuestro tiempo. Y es ¿Cómo influyeron esas nuevas condiciones sobre él?
que Urusevski ha establecido un estilo muy pro-
pio al captar la realidad. Si recordamos sus tra- Antes de venir a Cuba la primera vez, nosotros nos preparamos
bajos más señalados (El último disparo [1957] bastante intensamente. Leímos todo el material que podíamos
de Grigori Chujrái, La carta que no se envió encontrar sobre Cuba –situación geográfica, política, climatolo-
[1959], Cuando pasan las cigüeñas [1957], am- gía…–, de manera que llegamos aquí con una opinión formada
bas de Mijaíl Kalatósov) observamos en ellos, a de lo que era el país. Pero, lo importante no era esa opinión, esa
pesar de la variedad de los temas, una armonía idea formada sin conocer el país, lo fundamental era cómo refle-
en el concepto plástico de la imagen. No se trata jar todo eso en el aspecto plástico y ver, sobre todo, si la realidad
solo de ciertas características formales (el ritmo corroboraba nuestras opiniones. Para nosotros lo más urgente
de los «paneos», el juego con la grúa, la utili- no era lo que íbamos a filmar, sino cómo filmarlo. Si reunimos
zación de determinados objetivos...): en la foto- trescientos pintores frente a una «naturaleza muerta», cada uno
grafía de Urusevski hay una respiración, una la interpretará a su manera. Ahora, ¡cuánto más difícil resulta la
visión que le es totalmente personal. Y lo que interpretación de algo tan complejo y variado como la naturaleza
es más importante: esa fotografía se identifica y los hombres de todo un país! Esto me preocupaba, pero com-
plenamente con lo que algunos críticos llaman probé en nuestra primera visita, que no nos habíamos equivocado
«lo específico cinematográfico». En otras pala- en la idea que nos habíamos hecho a través de nuestras lecturas.
bras: Urusevski es cine. Su imagen está siempre Al contrario: la realidad corroboró nuestras opiniones. Durante
concebida en función del movimiento, de un di- ese primer viaje hice algunas pruebas fotográficas que confir-
namismo interno, a veces avasallador. maron plenamente todas mis ideas. Inclusive realicé algunas
dosier 103
tomas experimentales con cosas que no conocía por filmar pueden comenzar las dificultades, es decir, en
medio de las lecturas. Esas experiencias también es- ese instante yo debo resolver, prácticamente, todas las
tuvieron de acuerdo con los métodos, con los concep- ideas forjadas, todo el trabajo de prefilmación (dibu-
tos fotográficos que había imaginado antes de llegar a jos, descripciones detalladas, etc.), haciendo coincidir
Cuba. Desde luego, el conocimiento concreto de la si- lo real con lo imaginado. Algo así ocurre con los pin-
tuación real fue lo que, de una forma múltiple, valoró tores que realizan, por ejemplo, grandes frescos. Antes
todos esos datos obtenidos antes, a través de la lectura de iniciar el trabajo, dibujan innumerables dise-
y favoreció el desarrollo ulterior del trabajo real. ños, esbozos, detalles, pero, cuando se enfrentan
De una modestia proverbial, Urusevski, preocupado a lo que han de pintar, no repiten meramente esa
al principio frente al despliegue de los artefactos «técni- preparación anterior, no hacen una recopilación del
cos» del periodista (cámara con lente largo, grabadora, prefresco, sino que sintetizan y deciden de acuer-
etc.), recobra toda su confianza a medida que empieza do con el momento preciso de la creación. Por otra
a hablar de su oficio. Más aún, cuando le explicamos parte, el pintor se enfrenta él solo a su obra, ahora
que este artículo se concibe de un modo especial, ya que bien, el cine es una labor colectiva y ocurre que, en
queremos llevar a nuestro público sus experiencias y co- determinado momento, las concepciones de uno
nocimientos, Urusevski recoge nuestras preguntas con chocan con las de otros elementos creativos –direc-
una seriedad y cuidados admirables, tratando de con- tor, actores…– hasta que uno se pregunta, en oca-
testarlas exhaustivamente. siones, si la solución plástica dada a un problema
¿Sobre el método? Hmmmmm... Bueno, cuando será la más expresiva, la más justa. Entonces hay
empiezo a pensar en la película que he de hacer debo que saber reaccionar ante la dificultad y adaptarse.
imaginármela como se verá en la pantalla, es decir, Este ejemplo que pongo se refiere, desde luego, a la
tengo que visualizarla completamente para determi- idea general de una secuencia, pero, cuando se tra-
nar cuál será el resultado. Cuando empiezo a realizar ta de una idea plástica, la mantengo hasta el final.
la película, parto de esa idea que me he hecho, trato de No soy capaz de imaginar cómo se puede llegar a la
plasmar lo que he concebido en la imaginación. Eso locación e improvisar, sin llevar una idea prefijada.
me lleva a planificar estrictamente mi trabajo: toda la Un trabajo así me parecería nulo.
marcha de la película está, pues, predeterminada. Por Ramón F. Suárez que ha dejado de fotografiar a
ello, no filmo ninguna secuencia, ningún plan, si antes Urusevski para interesarse vivamente en la conver-
no he logrado la imagen completa de su proyección sación me sugiere una pregunta sobre un punto que
en pantalla. Ahora bien, cuando llega el momento de intriga a todos los fotógrafos cubanos.
Soy Cuba (Mijaíl Kalatózov, 1964).
dosier 105
a una lucha comercial. Refleja el deseo de
atraer al público con algo nuevo, algo monu-
mental, que pueda asombrar. No puedo per-
der la impresión de que se trata más bien de
una «envoltura». No obstante, Fellini filmó
La dulce vida [1960] para pantalla gigante, y
logró una película magnífica. En resumen: lo
importante es lo que se dice y no la envoltura
en que esté dicha.
¿Y sobre los fotógrafos cubanos?
Es la última pregunta y casi un ataque a
traición. Pero, Urusevski sonríe y como pro-
metió respondernos todas las preguntas, tam-
Soy Cuba. bién contesta a esta.
enseño esto otro…» Eso es lo peor que le puede ocurrir a un Desgraciadamente, el exceso de trabajo
cineasta: cuando quiere mostrar en la película no los sentimien- no nos permitió ver toda la producción cu-
tos, los pensamientos, las ideas de uno mismo, sino uno mismo. bana como queríamos. Lo lamento mucho.
Por mucho talento que se tenga, no será tan interesante como el Pero sí conocemos bien los documentales y
autor se imagina. No hay que negar que, a veces, la actitud de los el Noticiero y nos gustan muchísimo.
directores y los realizadores franceses tiene un sentido: cuando La grabadora se detiene, la cámara se
quieren apresar la vida tal cual es, sin «efectos artísticos», etc. guarda. Durante 80 minutos, Serguei Uru-
Esa tendencia yo la apruebo. Lo que no me gusta es la frivolidad sevski ha hablado con toda sinceridad para
con que se encara la mayoría de los filmes que he conocido. Cine Cubano. Su buen recuerdo no nos aban-
Han aparecido en la Unión Soviética camarógrafos jóvenes donará por mucho tiempo.
que prometen mucho, como Iussov, quien fotografió La infancia
de Iván [Andréi Tarkovski, 1962]; Kusnietsov, quien realizó las Revista Cine Cubano, no., 20, pp. 1-8.
imágenes de Paz al recién llegado [Aleksander Alof y Vladimir
Naumof, 1961]. Otro fotógrafo que promete mucho es Diervi-
nov de quien ustedes han visto seguramente su labor de En pos
del sol [Mikhail Kalik, 1964]. Estos son los tres mejores fotógra-
fos jóvenes con que cuenta la Unión Soviética hoy día.
En oposición al nuevo estilo fotográfico que se despreocupa por
Serguei Urusevski (San Petersburgo, 1908 -
los excesos técnicos y trata de lograr una imagen con fuente de luz
Moscú, 1974). Fue un director de fotografía
natural, movimientos de cámara efectuados a mano, etc. existe
la otra tendencia que nos atrevemos a llamar del «monumenta- soviético, renombrado por sus trabajos en
lismo» (70 mm, Cinerama, despliegue monstruoso de recursos): las películas Sórok pervy (El cuadragésimo
¿qué opina Urusevski de ese otro aspecto del oficio?. primero,1956), de Grigori Chujrái, y Cuando
La utilización de una pantalla gigante, del color, etc., depen- pasan las cigüeñas (1957) y Soy Cuba (1963),
de también de la concepción artística de una obra determinada. ambas de Mijaíl Kalatózov.
Cuando nosotros salíamos hacia acá para filmar Soy Cuba, algu-
na gente se sorprendía de que tratásemos de dar algunos aspec- Eduardo Manet (Santiago de Cuba, 1927).
tos de Cuba y de la heroica lucha del pueblo cubano en blanco Cineasta, ensayista, narrador, dramaturgo y
y negro, y sin recurrir a una superpantalla. Pero, justamente, crítico de cine cubano. A él se debe El negro
se trataba de que nosotros concebimos el tema de una manera (1960), uno de los primeros documentales que
sencilla. La idea condicionó la forma. Esto no quiere decir que, aborda el tema de la negritud y el racismo en
quizás, en alguna ocasión, yo también realice algo en forma- Cuba. En la década del sesenta realizó los filmes
to gigante. Aunque –y es esta una opinión personal– creo que de ficción Tránsito (1964), Un día en el solar
ese tipo de superformato responde más bien, por el momento, (1965) y El huésped (1967).
¿Q
ué es el cine? La respuesta a esta pre- Hay algo que podría ser llamado belleza cinemato-
gunta no es una cuestión sencilla. Hace gráfica. Esto solo puede ser expresado en una película
tiempo el novelista japonés Shiga Nao- y debe ser plasmado en una película para que esta sea
ya presentó en una revista literaria un ensayo escrito un trabajo conmovedor.
por su nieto como una de las piezas más importantes Cuando está muy bien expresado, mientras uno ve
de su tiempo. Se titulaba «Mi perro» y decía así: «Mi la película experimenta una particular emoción pro-
perro se asemeja a un oso; también se asemeja a un funda. Creo que es esta cualidad la que hace que la
tejón; también se asemeja a una zorra...» Y procedía gente venga y vea una película y la esperanza de obte-
a enumerar las características especiales del perro, ner esta cualidad es la que inspira al cineasta, en pri-
comparando cada una con otro animal, desarrollando mer lugar, a hacer su película. En otras palabras, creo
una lista completa del reino animal. Aunque el ensayo que la esencia del cine descansa en la belleza cinema-
cerraba con: «Pero como él es un perro, a lo que más se tográfica.
asemeja es a un perro». Desde que empiezo a considerar un proyecto ci-
Recuerdo que me reí a carcajadas cuando leí este nematográfico, siempre tengo en mente un número
ensayo, pero tiene un punto serio. El cine se aseme- de ideas que serán el tipo de cosas que me gustaría
ja a muchas otras artes. Si el cine tiene características filmar. De entre estas de pronto una germinará y em-
muy literarias, también tiene cualidades teatrales, un pezará a crecer; esta será la que escoja y desarrolle.
lado filosófico, atributos de la pintura y escultura, y Nunca he tomado un proyecto que me ha ofrecido al-
elementos musicales. Pero el cine es, en un análisis fi- gún productor o alguna compañía de producción. Mis
nal, el cine. películas emergen de mi propio deseo de decir algo
dosier 107
particular en un momento particular. La raíz de cual- teramente al Noh y gana algo con esto, eso emergerá
quier proyecto cinematográfico es, para mí, la necesi- naturalmente en sus filmes. El Noh es verdaderamente
dad interna de expresar algo. Lo que nutre esta raíz y la una forma única de arte que no existe en ningún otro
hace convertirse en árbol es el guion. Lo que hace que el lado del mundo. Creo que el Kabuki, que lo imita, es
árbol dé flores y frutos es la dirección. una flor estéril; pero en un guion, creo que la estruc-
El papel del director de cine comprende el manejo tura sinfónica es la más fácil de entender para la gente
de los actores, la fotografía, la grabación del sonido, la de hoy.
dirección artística, la música, la edición, la regrabación Para escribir guiones, primero hay que estudiar
y mezcla de sonido. Aunque estas pueden ser pensadas las grandes novelas y dramas del mundo. Y se debe
como independientes, yo no las veo como indepen- considerar por qué son grandiosos. De dónde viene la
dientes, las veo fundirse en la cabeza del director. emoción que uno siente cuando las lee. Qué grado de
Un director de cine tiene que convencer a un gran pasión hubo de tener el autor, qué nivel de meticulo-
número de personas para que lo sigan y trabajen con sidad tuvo que dominar para retratar a los personajes
él. Aunque ciertamente no soy un militar, si se compa- y situaciones como lo hizo. Usted debe leer esas obras
ra la unidad de producción con un ejército, el guion es constantemente, al punto que pueda comprender todo
una bandera de batalla y el director es el comandante esto. Usted también debe ver las grandes películas.
en la línea del frente. Desde el momento en que la pro- Debe leer los grandes guiones y estudiar las teorías del
ducción comienza hasta que termina, no se puede pre- cine de los grandes directores. Si su meta es convertir-
decir lo que va a suceder. El director debe ser capaz de se en director de cine, usted debe dominar la escritura
poder responder a cualquier situación y debe tener la cinematográfica.
habilidad del liderazgo para hacer que toda la unidad He olvidado quién dijo «creación es memoria».
esté de acuerdo y siga todas sus soluciones. Mis propias experiencias y las varias cosas que he leído
Aunque la continuidad de una película está toda que quedan en mi memoria se convierten en la base a
trabajada previamente, pueden suceder cosas sin avi- partir de la cual creo algo nuevo. No lo podría hacer
so que produzcan un efecto inesperado. Cuando estas de la nada. Por esta razón, desde el tiempo en que era
pueden ser incorporadas en la película sin molestar el joven he tenido siempre un cuaderno a la mano cuan-
balance, el todo se vuelve mucho más interesante. Este do leo un libro. Escribo mis reacciones y lo que parti-
proceso es similar al de la olla calentada en el horno. cularmente me mueve. Tengo montones y montones
Cenizas y otras partículas pueden caer sobre la masa de estos cuadernos y cuando voy a escribir un guion,
derretida, mientras se calienta, y provocar imprede- esto es lo que leo. En algún momento me ayudan. Has-
cibles pero bellos resultados. De una manera similar, ta para simples líneas de diálogo, he tomado sugeren-
efectos no planeados pero interesantes aparecen en el cias de estos cuadernos. Lo que quiero decir es: «No
curso de la dirección de una película, así que los llamo lea libros mientras esté echado en la cama».
«cambios del horno». Empecé a escribir guiones con otras dos personas
Con un buen guion un buen director puede produ- hacia 1940. Hasta ese momento escribía solo y me di
cir una obra maestra; con el mismo guion un director cuenta de que no tenía dificultades. Pero al escribir
mediocre puede hacer una película pasable. Pero con solo surge un problema: que la interpretación de otro
un guion malo ni siquiera un buen director puede ha- ser humano sufra de uniteralidad. Si se escribe con
cer una película buena. Para una expresión cinemato- otras dos personas acerca de un ser humano, al menos
gráfica verdadera, la cámara y el micrófono deben de usted obtiene tres puntos de vista diferentes sobre él
estar capacitados para atravesar por fuego y agua. Esto y puede discutir aquellos en que está en desacuerdo.
es lo que realmente hace una película. El guion debe También el director tiene la tendencia natural de tra-
ser algo que debe tener la fuerza para lograr esto. tar al héroe y a la trama en el molde que más fácil le
Una buena estructura para un guion es la de la sin- resulte a él de dirigir. Escribiendo con otras dos perso-
fonía, con sus tres a cuatro movimientos y diferentes nas también se puede evitar este peligro.
tempos. O uno puede usar la forma del Noh con su Algo en que se debe tener particular atención es
estructura en tres partes: jo (introducción), ha (des- el hecho de que en los grandes guiones existen muy
trucción) y kyu (abreviación). Si usted se dedica en- pocos pasajes explicativos. Agregar explicaciones a los
dosier 109
Mucho se habla del hecho de que yo uso más de el bien de la exactitud. Eso nunca aparecerá en la cá-
una cámara cuando filmo una escena. Esto empezó mara. Y aunque yo no lo pida, mi equipo lo hace por
cuando estaba haciendo Los siete samuráis [1954], mí de todas maneras. El primer director japonés que
porque era imposible predecir qué sucedería en la pidió autenticidad en los sets y la utilería fue Mizo-
escena donde los bandidos atacan al pueblo mendi- guchi Kenji y los sets en sus películas son realmente
go durante una fuerte tormenta. Si lo hubiera filma- asombrosos. Aprendí mucho del oficio cinematográ-
do con el tradicional método de toma por toma, no fico de él. Construir los escenarios está entre las co-
existiría garantía de que alguna pudiera ser repetida sas más importantes. La calidad de los sets influye
de la misma manera dos veces. Así que usé tres cá- en la calidad del trabajo de los actores. Si el plan de
maras rodando simultáneamente. El resultado fue en una casa y el diseño de las habitaciones están hechos
extremo efectivo. Por eso decidí explotar esta técnica correctamente, los actores podrán moverse con na-
plenamente, también en dramas con menos acción, y turalidad. Si le tengo que decir a un actor: «No pien-
luego lo usé en Kimona no kiroku (Si los pájaros vivie- ses acerca de esta habitación en relación con el resto
ran [1955]). Cuando hice los Los bajos fondos [1957] de la casa», esa calma natural no podrá ser alcanza-
estaba enteramente usando el método de una toma da. Por esta razón, tengo los sets hechos exactamente
por escena. como en la realidad. Restringe los planos, pero au-
Trabajar con tres cámaras simultáneamente no es menta la sensación de autenticidad.
tan fácil como puede parecer. Es sumamente difícil Desde el momento en que empiezo a dirigir una
determinar cómo moverlas. Por ejemplo, si una esce- película, estoy pensando no solo en la música, sino
na tiene tres actores en ella, los tres están hablando y también en los efectos especiales. Antes de que la cá-
moviéndose libre y de forma natural. Desde enseñar mara empiece a rodar, además de todas las otras co-
cómo las cámaras A, B y C se mueven para cubrir la sas a considerar, decido qué tipo de sonido deseo. En
acción, hasta la completa continuidad del cuadro, es in- algunas de mis películas como en Los siete samurais y
suficiente. Ni el operador de cámara estándar entiende Yojimbo [1961], he usado un tema musical diferente
un diagrama de los movimientos de cámara. Creo que para cada personaje o grupo de personajes.
en Japón los únicos fotógrafos que pueden son Nakai He cambiado mi pensamiento acerca del acom-
Asakazu y Saito Takao. Las tres posiciones de cámara pañamiento musical desde que Hayasaka Fumio
serán completamente diferentes al principio y al final empezó a trabajar conmigo como compositor de
de cada plano, porque entre ambos momentos ocurren la música de mis películas. Hasta ese momento la
varias transformaciones. Como sistema general, pongo música de cine era nada más que acompañamien-
la cámara A en las posiciones más ortodoxas, la cáma- to: para una escena triste era siempre música triste.
ra B para rápidos movimientos decisivos y la cámara C Esta es la forma en que la mayoría de la gente usa
como un tipo de unidad guerrillera. la música, y no es efectivo. Pero desde El ángel ebrio
La tarea de los técnicos de iluminación es ex- [1948] hasta hoy, he usado música suave para algu-
tremadamente creativa. Un iluminador en realidad nas escenas tristes claves y mi manera de usar mú-
bueno tiene su propio plan que, por supuesto, tiene sica ha diferido de la norma. No la pongo donde la
que discutir con el fotógrafo y el director. Pero si no mayoría de la gente lo hace. Trabajando con Haya-
pone en marcha su propio concepto, su trabajo se saka, empecé a pensar en términos de contraponer
convierte nada más que en iluminar todo el cuadro. el sonido y la imagen como opuesto a la unión del
Creo, por ejemplo, que el método actual de ilumi- sonido con la imagen.
nación para película de color está equivocado. Con El requisito más importante para editar es obje-
tal de obtener los colores, se llena todo el cuadro tividad. No importa cuánta dificultad se tuvo en ob-
con luz. Siempre he dicho que la iluminación debe tener un plano particular. El público nunca lo sabrá.
ser tratada como si fuera película en blanco y negro. Si no es interesante, simplemente no es interesante.
Aunque los colores sean fuertes o no, para que las Uno puede haber estado lleno de entusiasmo duran-
sombras salgan bien. te la filmación de un plano en particular, pero si ese
A veces se me acusa de ser muy minucioso con los entusiasmo no se ve en la pantalla uno debe ser lo
sets y la utilería, de mandar a hacer cosas, solo por suficientemente objetivo para cortarlo.
1
Traducidas por Elía Nahmías, estas notas fueron publicadas por
la compañía Toho Ltd. en el año 1975 como consejo a la gente
joven que considerara hacer una carrera cinematográfica.
dosier 111
as
Pic1923s o
N
o puedo comprender la importancia que se da a la pa-
labra investigación en relación con la pintura moder-
na. A mi modo de ver, buscar no quiere decir nada en
pintura. Lo importante es encontrar. A nadie le interesa seguir
a un hombre que, con la mirada puesta en el suelo, se pasa la
vida buscando la cartera que la suerte puede ponerle en su ca-
mino. El que encuentre algo, sea lo que fuere, aun sin buscarlo,
despierta al menos nuestra curiosidad sino nuestra admiración.
Entre los varios pecados de que me acusan ninguno tan falso
como el de que mi objetivo fundamental de trabajo sea el espí-
ritu de investigación. Mi objeto al pintar es mostrar lo que he
encontrado, no lo que estoy buscando. En el arte no basta con
intenciones y, como decimos en español: obras son amores y no
buenas razones. Lo que cuenta es lo que se hace y no lo que se
tenía la intención de hacer.
dosier 113
También oigo a menudo la palabra evolución. Con Si de los temas que he querido expresar han suge-
frecuencia me piden que explique la evolución de mi rido maneras diferentes de expresión no he dudado
pintura. Para mí no hay en el arte ni pasado ni futuro. nunca en adoptarlas. Nunca he hecho pruebas ni ex-
Si una obra de arte no puede vivir siempre en el pre- perimentos, siempre que he tenido algo que decir lo
sente no se la debe tomar en consideración. El arte de he dicho del modo en que yo sentía más ajustado. Mo-
los griegos, el de los egipcios, el de los grandes pinto- tivos diferentes exigen diferentes métodos de expre-
res que vivieron en otros tiempos, no es arte del pasa- sión. Esto no significa ni evolución ni progreso, sino
do, quizás esté hoy más vivo que en ninguna otra épo- una adaptación de la idea que se quiere expresar y de
ca. El arte no evoluciona por sí mismo; cambian las los medios de expresión.
ideas y con ellas su forma de expresión. Cuando oigo No existen artes de transición. Hay en la histo-
hablar de la evolución de un artista, me parece que le ria cronológica del arte periodos más positivos, más
consideran como si estuviera entre dos espejos para- completos que otros. Esto quiere decir que hay épocas
lelos que reproducen su imagen un número infinito en las cuales hay mejores artistas que en otras. Si se
de veces, y que contemplan las imágenes sucesivas de pudiera representar gráficamente la historia del arte
uno de los espejos como si fueran su pasado, y las de como en una tabla de las que usan las enfermeras para
otro espejo como su futuro, mientras que a su imagen anotar los cambios de temperatura del enfermo, se ve-
real la ven como su presente, sin pensar que todas ellas ría el mismo perfil montañoso, prueba de que en el
son la misma imagen en diferentes planos. arte no hay progreso ascendente, sino alzas y bajas que
pueden ocurrir en cualquier momento. Lo mismo su-
cede con la obra del artista individual.
Muchos piensan que el cubismo es un arte de tran-
sición, un experimento que traerá resultados poste-
riores, los que así lo creen no lo han comprendido. El
cubismo no es semilla ni feto, sino un arte que trata
fundamentalmente de las formas; y cuando se crea
una forma, esta adquiere vida propia. Una sustancia
mineral con forma geométrica, no toma esa forma
con fines transitorios, sino que continuará siendo lo
que es y conservará su propia forma. Si aplicáramos al
arte las leyes de la evolución y el transformismo ten-
dríamos que reconocer que todo arte es transitorio. El
arte, por el contrario, no entra en estos absolutismos
filosóficos. Si el cubismo es un arte de transición estoy
convencido de que lo único que saldrá de él será otra
Variación no significa evolución. Si un artista varía forma de cubismo.
su forma de expresión solo quiere decir que ha cam- Para darle una interpretación más sencilla se ha re-
biado su modo de pensar y este cambio puede haber lacionado el cubismo con las matemáticas, la trigono-
sido para mejorar o para empeorar. metría, la química, el psicoanálisis, la música y otras
Las diversas maneras que he utilizado en mi arte tantas cosas. Todo ello ha sido pura literatura, por no
no se deben considerar como evolución o como esca- decir sandeces, que trajo malos resultados y oscureció
lones hacia un ideal desconocido de la pintura. Todo con teorías la visión de las gentes.
lo que he hecho en mi vida ha sido para el presente, y El cubismo se ha mantenido dentro de los límites
con la esperanza de que siempre continúe en el pre- y limitaciones de la pintura, sin que jamás pretendiera
sente. Nunca he pensado en el espíritu de investiga- llegar más lejos. En el cubismo se practica el dibujo, la
ción. Cuando he encontrado algo que expresar lo he composición y el color con el mismo espíritu y en la
hecho sin pensar en el pasado o en el futuro. No creo misma manera con que los comprenden y practican
haber utilizado elementos fundamentales distintos en las demás escuelas. Puede que nuestros temas sean di-
mis diferentes modos de pintar. ferentes, pues hemos introducido en la pintura objetos
dosier 115
El arte abstracto no es más que pintura. ¿Dónde Trato a la pintura igual que a las cosas. Pinto una
queda el drama? ventana del mismo modo que miro por ella. Si una
No existe un arte abstracto. Hay que comenzar ventana abierta no queda bien en un cuadro, corro la
siempre con algo y después se pueden quitar todas las cortina y la cierro, igual que haría en mi propio cuar-
huellas de realidad. Entonces ya no hay peligro, porque to. En pintura, como en la vida, hay que actuar de un
la idea del objeto habrá dejado una marca indeleble. Es modo directo. Claro es que la pintura tiene ciertas
lo que incitó al artista, estimuló sus ideas y despertó sus convenciones y es indispensable tenerlas presentes.
emociones. A fin de cuentas, ideas y emociones que- No hay más remedio. Como tampoco debe perderse
darán apresadas en su obra. Por mucho que hagan no de vista la vida real.
podrán escaparse del cuadro, del que forman parte in- El artista es un receptáculo de emociones que vie-
tegral, aun cuando su presencia ya no pueda ser obser- nen de todas partes: del cielo, de la tierra, de un pedazo
vada. El hombre, quiéralo o no, es el instrumento de la de papel, de una forma que pasa o de una telaraña. Por
naturaleza que le imprime su aspecto y sus característi- eso no debemos establecer diferencias entre las cosas,
cas. En mis cuadros de Dinard y de Pourville expresaba pues entre ellas no hay diferencias de clase. Debemos
una visión muy parecida a esta. Uno, sin embargo, se da sacar lo que nos conviene de donde lo encontremos,
cuenta de qué distinto es el ambiente de los pintados en menos de nuestras propias obras. Tengo un verdadero
Bretaña a los pintados en Normandía, porque reconoce horror a copiarme a mí mismo. Pero cuando me mues-
la luz de los acantilados de Dieppe. Yo no copié esa luz tran un cartapacio de dibujos míos antiguos no tengo el
ni le hice especialmente caso, pero estaba empapado menor escrúpulo en sacar de ellos lo que me convenga.
en ella. Mis ojos la vieron, mi subconsciente la registró Cuando inventamos el cubismo no teníamos la
y mi mano fijó la impresión. No se puede ir contra la menor intención de hacerlo. No queríamos más que
naturaleza: ¡es más poderosa que el más fuerte de los expresar lo que teníamos dentro. Ninguno de noso-
hombres! ¡Nos conviene mucho llevarnos bien con ella! tros trazó un plan de campaña y nuestros amigos, los
Podemos permitirnos ciertas libertades, pero solo en poetas, siguieron nuestros esfuerzos con atención,
cuestión de detalles. pero sin dictarnos su voluntad. Los jóvenes pintores
Tampoco existe ningún arte «figurado» ni «no figu- de hoy se trazan con frecuencia un programa y se apli-
rado»: todo se nos aparece en forma de «figuras». Has- can a sus tareas como estudiantes diligentes.
ta las ideas metafísicas se expresan mediante «figuras» El pintor pasa por estados consecutivos de sacie-
simbólicas. Por tanto, es ridículo concebir la pintura sin dad y evacuación. He aquí todo el secreto del arte.
«figuración». Una persona, un objeto, un círculo, son Doy un paseo por el bosque de Fontainebleau, me
«figuras»; su efecto sobre nosotros puede ser más o me- entra una indigestión de «verde» y tengo que evacuar
nos intenso. Algunas están más cerca de nuestras sen- estas sensaciones en un cuadro. El verde lo domina.
saciones y producen emociones que mueven nuestras Los pintores pintan para descargarse de sentimientos
cuerdas afectivas, mientras que otras llegan de modo y visiones. El público toma la pintura para cubrir su
más directo a nuestra mente. Debo dar su lugar a todas desnudez. Agarra lo que puede y donde puede. No
ellas pues mi espíritu tiene tanta necesidad de emocio- creo que, a fin de cuentas, obtenga nada. No ha hecho
nes como mis sentidos. ¿Creen que me importe que un más que fabricarse un abrigo a la medida de su pro-
cuadro mío represente a dos personas? Aunque hubo pia ignorancia. Hace todo, desde Dios hasta un cua-
un momento en que esas dos personas existieron para dro, a su propia semejanza. Por eso las alcayatas son
mí, en la actualidad ya no existen. Mi «visión» de ellas la ruina de los cuadros –de cuadros que tengan algún
me produjo una emoción preliminar: y después, poco significado, tanto al menos como las personas que los
a poco, se borraron sus imágenes concretas; se con- pintaron–. En cuanto los compran y cuelgan en una
virtieron en una ficción y acabaron por desaparecer o, pared adquieren un sentido totalmente distinto y se
más bien, se transformaron en toda clase de problemas. arruinan los cuadros.
Como ven ya no son dos personas, sino una serie de El entrenamiento académico por la belleza es una
formas y colores: formas y colores que han adoptado, farsa. Nos han engañado, pero tan profundamente,
mientras tanto, la idea de las dos personas y mantienen que casi no podemos lograr ni un asomo de la ver-
la vibración de su vida. dad. Las bellezas del Partenón, de la Venus, ninfas y
dosier 117
LA
ESTÉTICA
DE LA
VIOLENCIA
GLAUBER ROCHA
E
vito la introducción informativa que se ha hombre civilizado comprende verdaderamente la mi-
hecho característica en las discusiones sobre serable grandeza del latinoamericano.
América Latina; prefiero definir el problema de Fundamentalmente, la situación del arte en Brasil
las relaciones entre nuestra cultura y la cultura civili- puede sintetizarse de este modo: hasta ahora, una falsa
zada en términos menos limitativos que los que em- interpretación de la realidad ha provocado una serie
plea en su análisis el observador europeo. En realidad, de equívocos que no se han limitado al campo artís-
mientras América Latina llora desconsoladamente so- tico, sino que han contaminado sobre todo el campo
bre sus desgarradoras miserias, el observador extran- político.
jero no las percibe como un hecho trágico, sino como El observador europeo se interesa por los proble-
un elemento formal del campo de su encuesta. En los mas de la creación artística del mundo subdesarrolla-
dos casos, este carácter superficial es fruto de una ilu- do en la medida en que estos satisfacen su nostalgia
sión que se deriva de la pasión por la verdad (uno de por el primitivismo; pero ese primitivismo se presenta
los más extraños mitos terminológicos que se hayan bajo una forma híbrida, es heredado del mundo civili-
infiltrado en la retórica latina), cuya función es para zado, y mal comprendido, puesto que ha sido impues-
nosotros de redención, mientras que para el extranje- to por el condicionamiento colonialista. América La-
ro no tiene más significación que la simple curiosidad, tina es una colonia; la diferencia entre el colonialismo
a nuestro entender, nada más que un simple ejercicio de ayer y el de hoy reside solamente en las formas más
dialéctico. De ese modo, ni el latinoamericano comu- refinadas de los colonizadores actuales. Y, mientras
nica su verdadera miseria al hombre civilizado, ni el
dosier 119
MICHAEL CHANAN
El cine
latinoamericano:
del subdesarrollo al posmodernismo
A
lo largo de los últimos quince años o más,
el cine latinoamericano ha experimentado
un cambio. Se han atenuado considera-
blemente el sentido de urgencia política que llevó
a la pantalla en los años sesenta y el carácter ico-
noclasta de su lenguaje visual y narrativo. Hoy día
parece menos provocador y más diverso, al incluir
numerosos ejemplos de tipos de géneros que, hace
poco, muchos cineastas latinoamericanos menos-
preciaban fuertemente. Muchos han interpretado
este cambio como un reflejo del paso al posmoder-
nismo que asociamos con la globalización. Si acep-
tamos esa interpretación, lo que me pregunto yo es
si en el Norte se trata del mismo posmodernismo
nuestro.
Me propongo acercarme a estas interrogantes
primero desde el punto de vista del cineasta que
forma parte de esta historia. Hace cuarenta años,
después de decenios de producción comercial de
bajo nivel, el cine latinoamericano conoció un re-
nacimiento asombroso, como movimiento de cine
de vanguardia con objetivos tanto políticos como
estéticos. Este movimiento –que se autodefinió
como «el Nuevo Cine Latinoamericano»– incor-
poraba un análisis de sus propias condiciones de
producción en términos de la teoría del subdesa-
rrollo. Se consideraba el subdesarrollo como una
condición de opresión debida a la explotación
económica continua impuesta por un largo pe-
riodo desde la metrópoli a los países periféricos
del imperio. Mediante condiciones de intercam-
bio comercial desiguales, el proceso deforma la
economía, la sociedad, el Estado y la cultura. Se
promete constantemente la modernización, pero
nunca se cumple la promesa totalmente, sugirien-
dosier 121
no constituía un obstáculo. Todos estos factores con- En 1926, ante un público en la Escuela de Admi-
virtieron el cine, en aquel periodo, en una comodidad nistración de Empresas de Harvard, una figura pro-
única tanto desde el punto de vista económico, como minente en la industria cinematográfica preguntó:
cultural. Resultó que la demanda creció tan rápida- «¿Cómo podemos reducir la resistencia a las ventas
mente por todo el globo, que ningún país logró satis- en aquellos países que quieren fortalecer su propia in-
facerla recurriendo solo a su propia producción. De dustria?»3 En América Latina, donde había poca resis-
modo que, desde el principio, el cine fue un comercio tencia, el mercadeo dinámico de Hollywood minaba
internacional, que pronto se transformó en el prototi- las oportunidades de los productores locales con los
po de una industria de cultura transnacional, incluso bajos precios del alquiler, incluso para las películas
en la etapa en que su producción apenas superaba el de primera; la práctica de vender los derechos en blo-
modo artesanal. que, que incluía una mayoría de películas de menor
La primera ventaja de Hollywood cuando empe- calidad; los precios deprimidos que, por consiguiente,
zó su dominio en el segundo decenio del siglo xx fue los dueños de salas de cine estaban dispuestos a pagar
el control que ejercía sobre el mercado nacional más por las películas locales, etc. De modo general, poco
grande del mundo en aquel periodo; la expansión en ha cambiado desde aquel entonces, porque el subde-
el extranjero se logró al usar esta ventaja allí también, sarrollo, como el capital, se reproduce (y un desarrollo
dado que, en su casi totalidad, las ganancias en el ex- desigual produce más desarrollo desigual).
tranjero representaban beneficios de plusvalía. Como Mientras Hollywood se expandía por todo el glo-
observó Thomas Guback, «las películas tienden a ser bo, las industrias cinematográficas locales en los paí-
una comodidad sumamente exportable; las copias ses del Tercer Mundo lograban arraigarse solo cuan-
exportadas no afectan la demanda nacional ni los do el mercado nacional era suficientemente amplio y
ingresos que resultan de las exposiciones en el país... a condición de que los presupuestos se mantuvieran
Podemos tener nuestro cine y los extranjeros también bajos. Dado que se trata de una ecuación difícil de
pueden disfrutar de él».2 conseguir, lo que hallamos en América Latina es una
La última siembra (Miguel Pereira, 1991). producción fílmica que, con frecuencia, ha sobrevi-
vido solo porque ya a partir de los años treinta, los
gobiernos se mostraron dispuestos a darle un trato
especial, al reconocer su poder social, o convencidos
dosier 123
etapa inicial, en líneas generales, la evolución estética
en culturas fílmicas diversas –tanto la metropolitana,
como las periféricas–, es semejante porque comparten
la misma historia dominante, aun cuando los detalles
del encuentro con dicha genealogía varían localmen-
te. Dicha historia, siguiendo a Jameson, pasa por los
realismos clásicos de Hollywood, las primeras for-
mulaciones modernistas de los grandes auteurs, y las
innovaciones modernistas tardías de los años sesenta
con sus secuelas. (Conviene aclarar que no nos referi-
mos aquí al gran público sino a los aficionados, entre
los cuales surgen los futuros cineastas). No debemos
La estrategia del caracol (Sergio Cabrera, 1993). dejar de mencionar ese momento de transición que
el cine latinoamericano estaba atrasado con respecto fue el neorrealismo italiano, ante el cual la corriente
a Europa, ni desde el punto de vista estético, ni en su dominante del cine occidental reaccionó más lenta-
desarrollo como arte o expresión comunicativa. mente que los nuevos cineastas del Tercer Mundo,
Fredric Jameson ha señalado cómo la historia del desde Brasil hasta India; se trataba de un realismo ra-
cine resume en un periodo más corto las etapas o mo- dical y modernista que ponía en evidencia las limita-
mentos de desarrollo cultural que corresponden a la ciones ideológicas del viejo realismo. En todo caso, las
evolución del capitalismo: el realismo dominante, en modernidades del Nuevo Cine Latinoamericano y de
la etapa del capitalismo nacional o local; la etapa de la Nouvelle Vague francesa resultaron estar en contra-
capitalismo monopolio («la etapa de imperialismo» punto, y con razón Jameson compara la teoría cubana
en la teoría de Lenin), que parece haber generado las del «cine imperfecto», formulada por Julio García Es-
varias modernidades; y la era multinacional, que ex- pinosa –uno de los fundadores del ICAIC–, con las
plica los desarrollos conocidos con el nombre de pos- prácticas contemporáneas de cineastas contestatarios
modernidad.5 Al pasar de sus comienzos artesanales a del Primer Mundo, como Godard. Ambas presentan
la empresa industrial controlada por capitales nacio- un reto a los códigos dominantes del realismo ge-
nales, el cine desarrolló el realismo clásico que domi- nérico y lo subvierten para producir un conjunto de
na prácticamente desde entonces (en gran parte por realidades figurativas distinto, en el cual, por lo me-
la hegemonía mundial de Hollywood). En los años nos hasta cierto punto, hay reconocimientos mutuos,
veinte aparecieron los primeros signos de moderni- como lo prueba la recepción entusiasta dada al cine
dad, especialmente en Europa. Con la introducción latinoamericano por las vanguardias europeas de la
del sonido, se produjo un atraso, pero resurgieron cultura fílmica.
después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embar- Para los latinoamericanos, cuya relación con el pú-
go, en los últimos veinticinco años del siglo xx fue- blico nacional era mucho más tenue, el reconocimien-
ron nuevamente subsumidos bajo la transformación to que encontraron en Europa como embajadores de
cultural vinculada con la globalización, por lo general las estéticas antiimperialistas los ayudó a aseverar su
conocida como el posmodernismo. Conviene otra vez sentido de identidad como vanguardia de una política
proseguir con cuidado, dado que desde sus inicios el cultural revolucionaria, sin eliminar la posibilidad de
cine fue transnacional, y que a partir de los años trein- que continuara sirviendo como un «otro» imaginario
ta, o sea antes de la posmodernidad, su alcance y su para los europeos. Desde la perspectiva metropolita-
ejercicio ya eran globales; por lo tanto, al hablar del na, descubrir que la periferia no permanece inmóvil
cine, el vínculo entre la globalización y la posmoder- causó una gran sorpresa; ya no era cierto pensar que
nidad es escurridizo. los que viven en una condición de privación colonial o
Ahora, aunque varias regiones de la periferia es- poscolonial estaban «atrasados» porque en dichas pe-
tán atrasadas en diverso grado por sus historias indi- lículas pasan a ser contemporáneos, en todos los sen-
viduales de subdesarrollo y, por otra parte, dado que tidos, de los que poseen lo que a ellos les falta (lo cual
la cultura fílmica es una fuerza globalizante desde su no les faltaría si aquellos no lo poseyeran).
dosier 125
cultura del periodo colonial era aquella del conquista-
dor, trasladado del centro a la colonia, y la fundación de
repúblicas independientes señaló el inicio de la etapa
cosmopolita; entonces se rompió con el control cultural
inigualado de la potencia colonial original, y se asimi-
laron simultáneamente elementos de varias culturas ex-
tranjeras. (Eso nos ayuda a recordar que la mayor parte
de América Latina es poscolonial desde hace casi dos
siglos). Pero una cultura nacional solo surge cuando se
logra plenamente la independencia política por la auto-
determinación económica, y es por eso que el tercer pe-
riodo de Mariátegui resulta ser un ideal utópico ante la
La estrategia del caracol (Sergio Cabrera, 1993). dinámica del subdesarrollo y la emergencia de la indus-
de esquizofrenia trágica y lúcida») dieron origen a tria cultural transnacional. Pero, claro, es precisamente
impulsos no solo modernistas, sino también posmo- dicho utopismo el que pasó a ser la fuerza impulsora en
dernistas.7 Carlos Rincón va más allá: hablando de las Cuba en los años sesenta, y pronto contagió al resto de
obras de García Márquez, Cortázar, Fuentes y otros, América Latina.
sugiere que no solo fueron rápidamente incorporados
al canon del posmodernismo literario, sino que repre- IV
sentan un elemento constitutivo de la condición pos-
moderna, por la fuerza de su alteridad, su conexión Ya se prefiguraban deslices entre la modernidad y la
descentrada y descentralizante con la metrópoli.8 Es- posmodernidad en las primeras teorizaciones que el
tas perspectivas plantean cuestiones críticas sobre las propio movimiento produjo acerca de lo que era. Las
relaciones culturales implícitas en la teoría del subde- polémicas de los años sesenta como «Por un cine im-
sarrollo, por lo menos con respecto a lo que se retrata perfecto» de Julio García Espinosa y «Hacia un tercer
convencionalmente como un camino que siempre lle- cine» de Solanas y Getino son mucho más que sim-
va del centro a la periferia, la cual por lo tanto siempre ples manifiestos de cineastas, son análisis detallados
permanece un paso atrás. Es como si ahora, al tratar de cuestiones de praxis cultural, que a la vez proponen
de ponerse al nivel del centro, la periferia aun se ade- nuevas geografías culturales. La intención del primer
lantara a sí misma en un esfuerzo para entender lo que ensayo era prevenir contra la perfección técnica que
está pasando. entonces, unos diez años después, empezaba a estar al
Por otra parte, según Néstor García Canclini, re- alcance de los cineastas cubanos. García Espinosa sos-
sulta completamente erróneo medir la modernidad tenía que cualquier intento de igualar la «perfección»
latinoamericana con lo que él llama las «imágenes op- del cine comercial de la metrópoli estaba equivocado
timizadas» de los países en el centro, en parte, porque y contradecía los esfuerzos implícitos de un cine re-
no se trata de un proceso de correspondencia directa, volucionario, porque la superficie maravillosamente
mecánica, entre la base material y las representaciones controlada del cine comercial era una manera de con-
simbólicas, y en parte también por lo inadecuado de los vertir al público en consumidor pasivo al adormecer
principios concebidos en las metrópolis para evaluar las su sentido crítico. Jameson llama a eso una estética
realidades locales latinoamericanas.9 Mariátegui ya nos alegórica en la cual la perfección técnica connota el
advirtió del problema a fines de los años veinte en una capitalismo avanzado, y la «imperfección» correspon-
crítica notable por ser un marxista latinoamericano de de al subdesarrollo, no como consecuencia de la ne-
la periodización marxista ortodoxa del arte, según la cesidad, sino como un «voto de pobreza», renunciar
historia de la lucha de clases en Europa –los períodos voluntariamente a una estética suntuaria en señal de
feudal, burgués y proletario– arguyendo que la histo- solidaridad con el Tercer Mundo. El rechazo del cine
ria latinoamericana seguía unas pautas distintas, con el como espectáculo lo compartían plenamente Solanas
periodo colonial seguido por la etapa cosmopolita, y la y Getino, quienes, por su parte, al pedir un nuevo cine
llegada del periodo nacional solo después de esta.10 La de liberación, invocan explícitamente el modelo de la
dosier 127
pero al principio eso es así en todas partes. Dicha fase
se caracteriza por la asimilación de los productos de la
metrópoli, y los primeros ejemplos de cine criollo, entre
los cuales figuran el cangaçeiro brasileño y la película
gauchesca argentina; durante aquel periodo, en México
se sigue otro curso, dado que se está filmando la Revo-
lución –la mayor parte de dicho material se ha perdido
y así ha dejado un hueco importante en la historia del
cine–. La Revolución mexicana sirvió de escuela cine-
matográfica –la Primera Guerra Mundial desempeñará
la misma función en Europa–, y el historiador de cine
El jardín del Edén (María Novaro, 1994).
mexicano Aurelio de los Reyes13 opina que la destre-
za de los cineastas mexicanos para estructurar una
La religión y la cultura populares son asimismo for- narrativa documental superaba aquella mostrada por
maciones híbridas, en las cuales unos discursos sim- los estadounidenses. (Por otra parte, en aquella etapa
bólicos de orígenes diversos –precolombino, europeo no existía nada equivalente a la vanguardia de los años
y africano– se mezclan en varias combinaciones en veinte en Europa o la Unión Soviética...)
una fusión sincrética. Y, claro, eso explica la riqueza y La segunda fase, la cual sigue a la introducción del
variedad de músicas populares o «folclóricas», como sonido, se caracteriza por una dependencia creciente
las llaman algunos, por todo el continente, tanto en el del modelo de Hollywood, la sumisión a sus valores,
Norte como en el Sur. Pero entonces, a pesar de ser un conceptos y prácticas –el triunfo del Primer Cine–.
medio completamente nuevo, importado a América Sin embargo, no se dio tanto la imitación directa de
Latina desde la metrópoli, el cine desempeña un papel los géneros de Hollywood, como la elaboración de
crucial en este proceso, precisamente porque cruza las nuevas variantes apropiadas para las realidades nacio-
fronteras entre clases y entre culturas, reconfigurando nales en cuestión, diseñadas para explotar el capital
fundamentalmente tanto las sensibilidades culturales cultural local, especialmente la música, la comedia y
populares como las cultas en el siglo xx, lo cual ofre- el paisaje: como en el caso de la chanchada brasileña,
ce una manera de volver a leer la historia del cine en o la ranchera mexicana, que crearon un espacio para
América Latina, tanto antes como después de la fase dichas industrias jóvenes. Pero la ventaja solo era par-
del Nuevo Cine Latinoamericano. cial y pronto este tipo de variantes se vio amenazado
desde el centro por unos productores que ya operaban
V transnacionalmente. Las películas clásicas de tango,
de Carlos Gardel, no se filmaron en Buenos Aires, sino
Si se representan de forma gráfica estos esquemas, la en París y Nueva York. Aquí vemos el cine operando
historia del cine y las distintas versiones de las etapas ya en los años treinta en una forma que solo más tarde
de evolución cultural, se pueden destacar no tres, sino figurará debajo de la categoría de globalización.
cuatro fases en la historia del cine latinoamericano: El cine local es totalmente cooptado en el sistema
• Primera fase: como en todas las otras partes, el local, lo que significa que, por su dependencia de capi-
periodo del cine mudo. tales extranjeros, tiene que hacer un pacto con el con-
• Segunda fase: la emergencia de las industrias ci- servadurismo. Por lo tanto, en el caso del cine mexi-
nematográficas comerciales a partir de los años treinta cano, Carlos Monsiváis se refiere a la conquista de la
en los tres países más grandes. credibilidad con un público crédulo, que se adquiere
• Tercera fase: la emergencia del Nuevo Cine Lati- idealizando la vida provinciana y el mundo rural, y
noamericano a partir de fines de los años cincuenta. con la demonización y la consagración del ambiente
• Cuarta fase: el principio de la crisis del Nuevo urbano, la exaltación del machismo, la transforma-
Cine Latinoamericano en los años ochenta. ción de defectos sociales en virtudes, etc. También
En la primera fase, la del cine mudo, la producción considera que el cine desempeñó un papel importan-
local es completamente marginal. También es artesanal, te en la unificación de la moralidad pública, bajo los
dosier 129
yos estilos toman direcciones muy variadas en diálogo vestigios culturales de sus antepasados africanos. Por lo
con las historias locales particulares. En Argentina la tanto, ¿en qué consiste una nación?
combatividad de La hora de los hornos [Fernando Pino Fanon mantuvo que se puede colonizar el pasado de
Solanas y Octavio Getino, 1968] se dirige a la resisten- una nación así como su territorio, y eso es precisamente
cia urbana, un público urbano en la clandestinidad. En lo que el Nuevo Cine destacó (y sigue destacando).
Sanjinés, responde al discurso subalterno del indígena
andino. En Brasil el movimiento de cineclubes atrae VI
una intelectualidad urbana joven, y el Cinema Novo se
transforma en el Udigrundi (cine de subcultura). En los ochenta, cuando dicho movimiento experi-
Lo que estos casos comparten es primero su acti- mentó una crisis cada vez más profunda –crisis tanto
tud desafiante que surge de las condiciones políticas de confianza como de identidad– contribuyeron a ella
en que tenían que operar: bajo una dictadura mili- varios factores que, aunque en forma desigual, se ob-
tar de la derecha (las más extremas de estas, como en servaron por toda la región; entre estos figuraban: una
Chile, acabaron con todas las formas de cine, como si crisis de producción, un público menos numeroso y
todas tuvieran igual propensión a fomentar la oposi- un cambio radical en el clima político.
ción). En segundo lugar, comparten una insistencia en La crisis económica afectó las industrias principa-
narrativas alternativas y lógicas figurativas distintas que les de Argentina y Brasil, ya que el Estado adoptó me-
quiebran la unidad imaginaria de la sociedad basada didas de austeridad y retiró hasta sus formas míseras
en las normas hegemónicas de la burguesía criolla. En de apoyo. En Argentina la producción cayó de mane-
nombre de una verdadera aspiración cultural nacional, ra espectacular de cuarenta y seis películas en 1982, a
es un cine que desbarata el concepto de nación como cuatro en 1989. En Brasil ese mismo año había caído
comunidad imaginaria, al darle imagen y voz al ele- a veinte películas, de cerca de cien unos pocos años
mento marginal y subalterno que hasta entonces solo antes. En México, fue diferente: la producción alcanzó
había recibido una representación de las más irriso- la cifra sin precedentes de ciento veintiocho películas
rias, y había sido excluido sistemáticamente de la es- en 1989, pero la mayoría de ellas, dice Patricia Aufder-
fera pública. Según comenta Brunner: «En situaciones heide, «eran películas sentimentales baratas y pelícu-
de heterogeneidad cultural importante, se cuestiona la las de acción para el mercado hispano de los Estados
noción misma de colectividad nacional».15 De hecho, Unidos».17 En México, la crisis de la producción ven-
ese es también uno de los temas principales del Nuevo drá más tarde, cuando con el ingreso del país al Tra-
Cine Latinoamericano, de Glauber Rocha en adelante, tado de Libre Comercio, las películas estadounidenses
e indica que el cine constituye inevitablemente un sitio inundaran el mercado interno y la producción «se irá
de contestación ideológica sobre las definiciones de na- a pique incapaz de competir con un influjo masivo de
ción, Estado, pueblo y país. Como observó Gerald Mac- películas gringas que los distribuidores pueden conse-
donald en un ensayo sobre el cine del Tercer Mundo, guir a bajo precio», como nota Alex Cox en un artícu-
mientras que la región principal evocada en el discurso lo publicado hace pocos años.18
fílmico es la nación Estado, la nación Estado es un mar- Aufderheide afirma que la culpa por la pérdida del
co de referencia limitado e inadecuado para este fin.16 público de cine la tienen en parte las nuevas tecnologías,
Eso se aplica particularmente a América Latina, donde en particular el video casero. De hecho, hubo un cambio
en todas las naciones, el cine parece exacerbar una ten- doble en la relación entre público y películas. Primero,
sión entre distintas etnicidades, tensión que toma varias ocurrió la pérdida del público que solía acudir al cine
formas, de acuerdo con las historias locales particula- debido a la popularidad creciente de la televisión que
res. Dichas etnicidades son principalmente el criollo, como medio de comunicación de masas superó al cine
quien estableció la nación como entidad política y creó en términos numéricos tanto en América Latina, como
e impuso su sistema imaginario de codificación; el in- en el resto del mundo. A pesar de una línea divisoria cada
dígena precolombino, miembro de grupos lingüísticos vez más marcada entre ricos y pobres, la televisión se di-
cuyos límites no coinciden con las fronteras nacionales; fundió incluso en barrios muy pobres. Hay poblaciones
y los exesclavos quienes, en su mayoría, comparten el alrededor de capitales, como en Lima, que no tienen
idioma del criollo, pero conservan (e incluso trasmiten) servicios sanitarios, pero cuyos habitantes disfrutan de
dosier 131
Unión Soviética en 1991–, a la globalización sin trabas dades anticuadas –García Espinosa, el defensor del cine
de una economía capitalista transnacional después del imperfecto, estaba en el centro de los eventos, transfor-
fin de la Guerra Fría. Sin duda, ha llegado el periodo de mando el ICAIC, del cual era entonces el presidente–.
la posmodernidad. Si habían perdido su relación con el público, afirmaba,
Como en las otras regiones, los primeros efectos necesitaban un lenguaje nuevo. Pero otros veían la si-
de la posmodernidad siembran la confusión, y la ne- tuación en términos más absolutos.
cesidad urgente de reexaminar la situación pasó a ser Reproduciendo el comentario sin rodeos del ci-
el tema del seminario en el Festival de Cine de La Ha- neasta venezolano Carlos Rebolledo: «Por motivos
bana en 1987, el cual, mientras tanto, se había con- estéticos, morales e históricos, no podemos seguir
vertido en la reunión anual más importante del movi- engañándonos con un cine alternativo, esporádico y
miento. Según el relato muy útil que nos dejó Aufder- desigualmente nacional. O bien entramos de una vez
heide, un hilo principal del debate fue la pérdida de para siempre en el mundo del Espectáculo, o bien nos
relación con el público.19 El impacto de la televisión y quedamos atrás estancados en una farsa trivial».22
de la democracia en una política cultural nutrida por El crítico de cine español Manuel Pérez Estremera
la resistencia revolucionaria a la dictadura causó una adoptó una perspectiva más sobria según la cual cua-
desorientación grave (excepto en Cuba donde la Re- lesquiera sean las ventajas y los peligros, en el extran-
volución tenía el poder, lo cual ocasionaba otro tipo jero se identificaba al cine latinoamericano con el mo-
de problemas), dado que el público ya no estaba movi- vimiento del Nuevo Cine Latinoamericano, profun-
do por el mismo espíritu de resistencia que antes, y sin damente caracterizado por su dignidad y su realismo
este, estaba debilitado el mandato para la innovación humanista. Existía el peligro de que la búsqueda de un
estética radical que el movimiento se había asignado. público más amplio y de mercados extranjeros aparta-
De hecho, a pesar del estímulo de la victoria sandi- ra ese cine «de sus raíces temáticas y narrativas». Ade-
nista en Nicaragua, la tendencia general de los años más, el esfuerzo estaba condenado al fracaso, ya que
ochenta era inexorable –y aun en Cuba, que no era in- los grandes mercados comerciales extranjeros estaban
mune a los cambios culturales más amplios y el nuevo bien cerrados. Lo que las películas latinoamericanas
cine pasaba a ser más populista–. podían hacer, sin embargo, era ofrecerles a los mer-
Para algunos, el origen de la crisis era claramente cados especializados, o nichos, «variedad, imagina-
político, o mejor dicho, la pérdida de lo político. Cuan- ción, historia, logros literarios originales y populares,
do, Alfredo Guevara, el fundador del ICAIC, empezó a compromiso político y ético, juventud, autocrítica, ri-
hablar de la misma manera de siempre acerca del «nexo gor expresivo, análisis de su propia identidad y bajos
sagrado entre la militancia y la poética», el productor costos».23 Se puede discrepar de la interpretación del
mexicano Jorge Sánchez inmediatamente puso obje- mercado propuesta por Pérez Estremera –en particu-
ciones: «Pero la vanguardia política ni siquiera existe lar, el hecho de que el crítico español evita la cuestión
hoy» –Nota bene: eso ocurrió dos años antes de que difícil de la expansión del público hispano en Estados
los sandinistas perdieran las elecciones en Nicaragua, Unidos–, pero no se puede cuestionar el hecho de que
y tres antes del colapso del comunismo en Europa del opera internacionalmente y tiene implicaciones muy
Este–. «No solo no es como en 1967, sino que no hay graves para las clases de películas que se hacen. Esa
una visión coherente de la izquierda en América Latina, es la realidad de la economía global. Es como si los
excepto en Cuba».20 No obstante, para algunos miem- únicos mercados que las empresas transnacionales no
bros originarios del movimiento, eso no invalidaba las se han repartido fueran los mercados especializados,
metas iniciales. Y García Espinosa preguntó: «¿Por qué pero aun estos son muy competitivos: en los nichos
lo llamamos el Nuevo Cine Latinoamericano? Porque ninguna de las cualidades que uno puede vender bas-
estábamos decepcionados por lo que el viejo cine hacía, ta, si el precio no se mantiene bajo.
creando una versión autóctona de los peores códigos
de Hollywood, y abriendo las puertas a la peor forma VII
de pseudocultura».21 La meta seguía igual, incluso, con
más razones que antes. Sin embargo, no era el mantra Si Pérez Estremera tiene razón cuando dice que el cine
de quien estaba atrapado en el pasado, aferrado a ver- latinoamericano no es nada excepto variedad, imagi-
dosier 133
7
José Joaquin Brunner, «Notes on Modernity and Postmodernity
En una película como esta, sin embargo, la dimensión
in Latin American Culture», en J. Beverley, et al., eds., ob. cit.,
alegórica no reside tanto en la propia narrativa, la cual
p. 40; y Fernando Calderón «Latin American Identity and Mixed
es perfectamente explícita, sino en su ubicación dentro
Temporalities; or, How to Be Postmodern and Indian at the Same
del espacio figurativo –aquella amalgama de espacio y
Time», ibídem, p. 59.
lugar que la pantalla constituye– que aquí no solo fun- 8
Carlos Rincón, «The Peripheral Center of Postmodernism: On Borg-
ciona como un microcosmo social y como un perso-
es, García Márquez, and Alterity», citado en J. J. Bruner, ob. cit., p. 224.
naje en el drama, sino también como encrucijada de 9
Néstor García Canclini, Hybrid Cultures. Strategies for Entering and
un conjunto de relatos. El título de la película tiene su
resonancia porque el mundo en el cual tal lugar se ubica Leaving Modernity, trad. Christopher L. Chiappari and Silvia L. López,
es de planos y dimensiones múltiples. Minneapolis, University of Minnesota Press, 1995, pp. 44, 48 y 50.
10
La preocupación por la multiplicidad es una parte José Carlos Mariátegui, Siete ensayos de interpretación de la reali-
crucial de lo que entendemos por sensibilidad posmo- dad peruana [1928], Barcelona, Crítica, 1976.
11
derna, pero adquiere aspectos diferentes según el lugar Fernando Solanas y Octavio Getino, «Hacia un tercer cine»
donde uno la ve. En la metrópoli significa el descentrar [1969], en Michael Chanan, ed., Twentyfive Years of the New Latin
la pérdida de convicción en la historia tradicional, pero Cinema, BFI/C4 (British Film Institute/ Channel 4), 1983, p. 21.
12
en el Tercer Mundo reinscribe la periferia como un sitio Teshome H. Gabriel, Third Cinema in the Third World: The Aes-
de contranarrativa, o si tomamos una frase de Jameson, thetics of Liberation, Ann Arbor, Mich., UMI Research Press, 1982.
13
un nuevo tipo de historicismo. Rincón ha criticado a Aurelio de los Reyes, Los orígenes del cine en México (1896-
Jameson aduciendo que este usaba un concepto dema- 1900), México, DF., UNAM, Cuadernos de Cine, 1973.
14
siado amplio de «la experiencia del colonialismo y del P. E. Salles Gomes, ob, cit.
15
imperialismo» que, según señala, no se reconoce en la J. J. Brunner, en J. Beverley et al., eds., ob. cit., p. 49.
16
metrópoli, pero que reprime las diferencias dentro de Gerard Macdonald, «Third Cinema and the Third World», en
las culturas de la periferia. Sin embargo, la diferencia Steward Aitken & Leo Zonn, eds., Place, Power, Situation, and
entre estos dos comentaristas es más bien complemen- Spectacle. A Geography of Film, Lanhman, Md., Rowman & Little-
taria, se deriva del examen del mismo conjunto de fe- field, 1994, p. 28.
nómenos desde lados opuestos. Entonces, esto sería la 17
P. Aufderheide, ob. cit., p. 241.
respuesta a mi pregunta inicial: ¿Es el posmodernismo 18
Alex Cox, «Lights, camera, election», en The Guardian, Saturday,
del cine latinoamericano contemporáneo el mismo February 26, 2000.
posmodernismo nuestro en el Norte? La respuesta es: 19
«New Latin American Cinema Reconsidered», en P. Aufderhe-
es idéntico y es diferente. Pero es esta última dimen- ide, ob. cit., pp. 238-256.
sión, la diferencia, lo que resulta tan fascinante y les da 20
Ibídem, p. 244.
a dichas películas su profunda humanidad. 21
Citado en P. Aufderheide, ob. cit., p. 250.
22
Carlos Rebolledo, «Hacia la universalización de nuestra identi-
Revista Cine Cubano, no. 170, pp. 54-68. dad. Tema de reflexión y de acción», en El nuevo cine latinoameri-
1
Véase Paulo Emilio Salles Gomes, Cinema: trajetória no subdesen- cano en el mundo de hoy, México D. F., UNAM, 1988, p. 78, citado
volvimento, Río de Janeiro, Paz e Terra/Embrafilme, 1980. por P. Aufderhheide, ob. cit., p. 245.
2 23
Thomas Guback, The International Film Industry, Bloomington, In- Ibídem, citado por P. Aufderheide, ob. cit., pp. 246- 247.
24
diana University Press, 1969, pp. 7- 8. Fredric Jameson, «Third World Literature in the Era of Multina-
3
Joseph P. Kennedy (ed.), The Story of the Film, Harvard University, tional Capitalism», Social Text, 15 (Fall 1986).
Chicago, A. W. Shaw & Co., 1921, pp. 225-226.
4
Jorge Ventura, citado en inglés por Patricia Aufderheide, The
Daily Planet: A Critic on the Capitalist Culture Beat, Minneapolis,
University of Minnesota Press, 2000, p. 241.
5
Fredric Jameson, Signatures of the Visible, New York, Routledge, Michael Chanan (Londres, 1946). Documentalista y profesor
1990, pp. 156-157. de Cine y Video en la Universidad de Roehampton, Londres.
6
«Latin American Subaltern Studies Group, Founding Statement», Realizador de documentales e historiador. Ha publicado
en John Beverley, et al., eds., The Postmodernism Debate in Latin libros sobre los inicios del cine, el cine cubano, la historia
America, Durham, Duke University Press, 1995, pp. 138-139. social de la música y la historia de la grabación.
dosier 135
variaciones
Memorias
del
subdesarrollo
LUCIANO CASTILLO1
VARIACIONES 137
mundo Desnoes –autor de la novela original editada
en 1965, detonante para el talento del realizador–, se
terminó el 11 de febrero de 1967. Al día siguiente, se
ordenó por primera vez la voz de «¡Acción!» y el soni-
do de la claqueta indicó el comienzo de un rodaje ex-
tendido hasta el 14 de mayo. El entonces bisoño editor
Nelson Rodríguez no solo asumió el reto de sustituir
en esas funciones al experimentado Mario González
–quien trabajó con Gutiérrez Alea en sus cuatro lar-
gometrajes de ficción precedentes–, sino que en esa
fructífera colaboración aportó inteligentes soluciones
estructurales para la pretendida simbiosis de docu-
mental y ficción. No olvida Nelson cuánto tuvo que
insistir al férreo director para que, por lo menos, acce-
diera a introducir, al final de la película, un bellísimo
tema compuesto por Leo Brouwer.
La copia de Memorias del subdesarrollo estuvo
concluida antes de que venciera el plazo de inscrip-
ción en el Festival de Cannes, pero todo indica que
la dirección del ICAIC no consideró esta posibilidad.
Esa edición número 21 del certamen sería abrupta-
mente interrumpida por iniciativa de un grupo de
jóvenes cineastas de la Nueva Ola, a raíz de los es-
tremecedores sucesos de mayo de 1968 en París. El
ICAIC optó por enviarla en representación de Cuba
al XVI Festival Internacional Cinematográfico de
Tomás Gutiérrez Alea y Daisy Granados, durante el rodaje.
Karlovy Vary en Checoslovaquia, celebrado del 5 al
15 de junio, foro más propicio para el cine produci-
Alea prueba que la precisión fílmica y la experi- do en los países del llamado campo socialista.3 En
mentación radical pueden ir de la mano. Nada sus palabras de presentación, Titón señaló «algunos
fue fortuito. Cada imagen se refleja en la imagen aspectos de la realidad de nuestro país que pueden
siguiente, y el conjunto fue más que la suma de ayudar a la mejor comprensión del filme que van a
sus partes. […] Pero Memorias del subdesarrollo ver», para terminar declarando: «Es un filme doloro-
trae consigo algo más. Un punto de vista vigoro- so, un filme crítico. Y si el enemigo cree que puede
so, original y, sobre todo, pertenece directamente aprovecharse de la crítica, estamos convencidos de
a nosotros, latinoamericanos. Es una especie de que más nos aprovecharemos nosotros porque en el
tiro inverso para mí que tiene un significado más dolor y en la crítica se afilan nuestras armas, porque
importante que lo que se había realizado en otras nos hacemos más sólidos, más auténticos, y nos acer-
latitudes.2 camos aún más a la verdad».4 El galardón de la Fe-
deración Internacional de la Prensa Cinematográfica
Si realizamos un flashback, la fase de prefilmación (FIPRESCI)5, el de la Federación Internacional de
de Memorias del subdesarrollo, encabezada por el pro- Cine Clubes (FICC) y el Premio Extraordinario del
ductor Miguel Mendoza, se inició el 12 de diciembre Jurado de Autores, serían los pioneros en reconocer,
de 1966, a escasos meses del exitoso estreno de La en la clausura, la trascendencia de la película. El uru-
muerte de un burócrata en un circuito capitalino, y de guayo Mario Benedetti estimó que merecía esa cose-
que su resonancia popular y de crítica se difundiera cha de lauros porque «por primera vez, el cine cuba-
por toda la Isla. Esa etapa inicial preparatoria de la no presenta un personaje complejo, lleno de matices
película, a partir del guion coescrito por Titón y Ed- y de verosímiles ambigüedades».6
VARIACIONES 139
artística terminada y auténticamente propia».20 Sobre la recibió como «un milagro» y «también una espe-
esta «lección de oficio cinematográfico», Fernando cie de shock»,25 mientras para Stanley Kauffman «Me-
Pérez escribió dos años más tarde en Pensamiento Crí- morias… es memorable». Un treintañero realizador,
tico que «se revela como un filme dispuesto a exigir del Martin Scorsese, que apenas había realizado dos lar-
espectador una participación activa».21 gometrajes –Who’s That Knocking at My Door (1969) y
No fue hasta 1971, durante una fugaz proyección, Boxcar Bertha (1972)–, figuró entre el público asisten-
en el New Yorker Theatre de Broadway, organizada te a las funciones en la First Avenue Screening Room,
por el Centro de Estudios Cubanos del primero al que, frente a aquella inusitada revelación, compartió
3 de marzo, que el reputado crítico Vincent Canby ex- de inmediato el entusiasmo de la crítica neoyorquina,
presó maravillado por el hallazgo: «Es un logro admi- cuya asociación le confirió el premio auspiciado por la
rable, una de las mejores películas latinoamericanas Rosenthal Foundation. La negativa a otorgarle la visa
que se hayan visto en Nueva York (lástima que por tan de entrada a Estados Unidos a Gutiérrez Alea impidió
poco tiempo) en los últimos doce años».22 No menos su presencia en la ceremonia de entrega.
prestigioso, Andrew Sarris lo definió a propósito de su Se impone la socorrida frase «el resto es historia».
estreno comercial el 17 de mayo de 1973 –distribui- Solo que a Memorias del subdesarrollo, como las gran-
do por Tri-Continental Film Center– como «uno de des obras de arte, lejos de incidir negativamente sobre
los más interesantes y provocadores filmes que se han ellas, el tiempo cada vez acrecienta más sus valores.
visto en el año».23 The Village Voice lo anunciaría el En el ámbito internacional, encabezó la selección de
21 de febrero de 1974, entre la decena de títulos favo- los mejores filmes del tercer mundo correspondientes
ritos de la crítica. al período 1968-1978 por la revista canadiense Take
Canby reiteró en The New York Times: «El resultado One; fue escogida en 1981 entre las diez mejores pelí-
es altamente eficaz y dinámico, y completo en el senti- culas iberoamericanas, en encuesta convocada por el
do que muy pocos filmes lo son».24 En el mismo diario Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, España;
–que lo incluiría en su selección anual de las diez me- ocupó el lugar 88 en la encuesta «La historia del cine
jores películas exhibidas en el país– Peter Schjeldahl en 150 filmes», promovida por la FICC (1985); y la re-
VARIACIONES 141
de película a cargo de Jacqueline Venet
Pequeño
álbum
de Cuba
JACQUELINE VENET
S
i me dan a escoger escribir sobre un audiovisual bien desde el título seleccionado, bien desde su distri-
cubano, sin pensarlo mucho me decidiría por bución y consumo, o incluso desde la revisión fílmico-
Un día de noviembre (Humberto Solás, 1972), social que el investigador construye en su examen.
quizás porque pocas veces he visionado esa Cuba de Tengan en cuenta que estos son preferencias de
Casal; y si de nostalgias mal instaladas se hablara, me quienes firman cada texto. Y por ende, desde ese
decanto por el demoledor The Illusion (Susana Barri- punto de partida, ya asistimos a «otra» mirada del
ga, 2008). cine patrio, más personalizada. Da igual si tal vez en
En estos tiempos en los que la imagen se consu- la memoria colectiva todos piensen en La bella del
me rabiosamente en presente, echar la vista atrás es Alhambra (Enrique Pineda Barnet, 1989) al hablar del
más importante que nunca, tal vez porque así se logre cine musical cubano, si es que alguna vez se habla del
entender ciertas iteraciones, retrocesos y cambios del género. Ex profeso, la década del sesenta está repre-
cine nacional de hoy. Pero no solo de pasado vive el sentada por el documental Ociel del Toa (Nicolás Gui-
hombre y demasiado pesan a nuestras espaldas los lo- llén Landrián, 1965), y la desconocida cinta La novia
gros del ayer. Quizás por ello hemos querido imponer de Cuba (Kazuo Kuroki, (1968), dejando a un lado la
una camisa de fuerza menos brutal: por esta vez «De visceral Memorias del subdesarrollo (Tomás Gutiérrez
película» destierra el panorama internacional, se cen- alea, 1968). Aquí su presencia es oblicua, que no opa-
tra en la producción patria, a pequeña escala, y sobre ca. Sumergido en estos textos, Sergio y su telescopio
todo le da libertad a sus críticos para elegir esa cinta devienen fantasmas que pueblan las páginas de los
que quieren, la que les taladra y entusiasma profesio- discursos analizados. Especie de lente retroverso, la
nal o extra cinematográficamente. Son cinco análisis mirada que proponen estos cinco trabajos hace que
que recogen títulos más preteridos, otros menos co- sean Teresa, Akira, Ociel, incluso Ruperta y Sabina
nocidos, incluso algunos sospechosamente tildados Martín, quienes observan a Sergio, todos cuestionán-
de cubanos; compartiendo todos cierta lateralidad, dose, de modos siempre lúcidos, cuánto ha cambiado
de película 143
Con
los pies
en el agua
L
as revoluciones traen consigo, además de la sub- mundo material, ha sido el centro de una buena parte del
versión total del entorno inmediato en el que se pensamiento filosófico humano, y una de las preocupacio-
producen, un replanteamiento profundo de la nes más profundas de la humanidad, al intentar explicarse
noción de futuro y un establecimiento del nuevo lu- las leyes de funcionamiento del entorno que le rodea y, se-
gar al que se pretende llegar como proyecto nacional. guidamente, cómo se da el proceso de percepción de ese
Esa búsqueda de una «tierra prometida», sitio ideal y entorno. ¿Cómo se inserta una persona en el espacio ma-
utópico fundado en el territorio de las ansias insatisfe- cro que inevitablemente la contiene y cuyas leyes escapan
chas del sujeto común que las experimenta, se extien- a su acción? ¿Cómo se dan las relaciones entre ese sujeto
de homogéneamente, se unta en la piel y se respira en común y los grandes sucesos de la Historia? ¿Qué actitud
el aire. Pero no se genera como un hecho uniforme in- asumir frente a circunstancias y devenires que trascienden
mediato, no se alcanza de un golpe y para siempre. De la voluntad individual, pero, paradójicamente, generan el
hecho, si se alcanza, cosa que difícilmente podemos espejismo de que «por fuerza» debemos desempeñar un
rastrear en la historia del ser humano, es a partir de papel determinante en ellos?
acontecimientos aislados en un devenir temporal que Si de alguna manera podemos caracterizar la obra
trasciende generaciones y décadas, porque en gene- de Nicolás Guillén Landrián, es, justamente, mediante
ral el individuo que imagina el paraíso no es el que lo la constante ansia que traslucen sus filmes de polemizar,
vive. Pero mientras, la imaginación corre rápido, ade- complejizar y llevar esas preguntas, elaboradas con an-
lanta a la vida y se proyecta en el espacio incierto del terioridad en clave universal, al contexto cubano de los
mañana; y la vida, la de todos los días, sigue fluyendo, años sesenta. En todo su quehacer esos cuestionamien-
implacable en su curso que, como el correr de los ríos, tos entran y salen, se disfrazan de terceros motivos para
solo se debe al acto de fluir. permanecer siempre como obsesión central que toma
El problema que plantea el delirio de integración entre diversas formas, sin pretender articular una respuesta
el plano ideal –mundo de las ideas le llamaría Platón–, y el ni resolver el enigma a través de la cámara.
de película 145
desde «afuera» de tradiciones consideradas negativas, su día a día, pero, de tanto remar, ¿a dónde llega? El
sin cuestionar su posible relevancia en la vida cotidia- círculo parece cerrarse sobre él, el río nunca conduce
na de las comunidades, aparece como una medida con al mar sino al mismo pueblo, a la misma rutina. Aquí
profundas implicaciones que despoja de todo sentido se lanza un cuestionamiento esencial: dentro de todo
a la existencia de sus practicantes. Por otra parte, al el inmenso proceso de cambio, del bullicio de nuevas
ponerse en tela de juicio no solo sus costumbres, sino ideologías y nuevos rostros, ¿dónde se ubica Ociel? En
también su fe, los sujetos quedan divididos entre dos la última escena su barca se pierde a la deriva, arras-
realidades excluyentes, contradictorias: lo que son trada por la corriente, en el calor pesado y moroso del
y lo que deben ser, que se impone desde lejos y no río. El destino de la cayuca es incierto, como lo es la
precisamente responde a lo que necesitan. Ser joven vida de los que van sobre ella. El documental en su
comunista y a la vez ir a la iglesia, como la muchacha totalidad apunta a la construcción de una metáfora del
que vende refrescos en el quiosco en la plenaria, im- futuro, de la incertidumbre que envuelve al ser huma-
plica a la larga una renuncia, una imposibilidad. Así, no que se encuentra, nimio, condenado a la depen-
se nos coloca a los personajes en tierra de nadie, bajo dencia de las fuerzas superiores. Un estado primigenio
la tensión de lo que depara un destino incierto, pero de la existencia que se ha maquillado con el transcurso
más que dudoso, un sino marcado por la angustia de del tiempo, con los bailes de las teorías políticas y los
recolocar todo el sistema de la existencia en una nueva sistemas de gobernación, pero que en esencia no ha
configuración del mundo. cambiado. Desde el principio, el mundo es regido por
La consecuencia es la misma que cuando sobre un fuerzas que nos superan, fuerzas que no alcanzamos
objeto se aplican dos fuerzas de igual poder y vectores y se escapan a nuestra voluntad, ya sea la naturaleza,
opuestos: la tensión aumenta a su alrededor, pero no el devenir político, el indetenible curso de circunstan-
se mueve. En Ociel del Toa esa tensión se respira, se cias ajenas al individuo común. Ociel del Toa es la re-
siente en las imágenes, y el efecto es el mismo. Nada se presentación del futuro en la Cuba posrevolucionaria,
desplaza, una monotonía inmensa pesa sobre la exis- de las dudas que crecen sobre el acontecer histórico,
tencia de estos sujetos, una espera de lo más terrible o el lugar de cada uno en el nuevo momento y el signi-
del próximo movimiento de esas fuerzas que, como las ficado exacto de los cambios en esta realidad ajena al
de la naturaleza, son ajenas a ellos pero determinan su gran centro de la vida política del país. Ociel… es, en
cotidianidad. En este sentido, la muerte se convierte suma, la ancestral angustia de vivir horas, años, siglos,
en un motivo recurrente, aunque no con una conno- con los pies en las aguas del río, sin poder cambiar su
tación trágica. La idea de la muerte se asocia al de- curso.
curso, al transcurrir inexorable del tiempo, construido
en este caso como espera y no como posibilidad ac-
tiva del sujeto de transformar su entorno. Si cuando
se nos presenta a la familia de Ociel, la anciana afir-
ma que atiende la casa y espera, no podemos más que
deducir que cierto aire de desesperanza, de pérdida,
se cierne sobre la existencia en la ribera del río. Ociel Yelsy Hernández Zamora (La Habana, 1985). Licenciada
rema, arrastra su cayuca durante horas con los pies en en Historia del Arte por la Facultad de Artes y Letras de La
el agua, porque el río lo trae todo, pero ni la escuela, Universidad de La Habana. Ha sido editora de Ediciones
ni el hospital, ni la plenaria cambian eso. Sigue el fluir ICAIC y de la revista Cine Cubano. Textos suyos dedicados
del agua como el de su vida, con el aire resignado de
al análisis cinematográfico han aparecido en estas
la predestinación. Rema y rema, y los primeros planos
publicaciones y en los sitios digitales Cubacine y Cubanow.
de los brazos del adolescente remando se cortan sobre
sí mismos en la acción repetida mecánicamente. Nils Longueira Borrego (La Habana, 1990). Licenciado
Ociel, adolescente de 16 años, resulta la metáfora en Historia del Arte por la Facultad de Artes y Letras
perfecta para darle forma poética al futuro. El porve- de la Universidad de La Habana. Textos suyos han sido
nir tiene que trabajar duro en el río, tiene que conver- publicados en diferentes revistas sobre cine y artes plásticas,
tir el remo, la cayuca y el agua en parte constitutiva de como La Gaceta de Cuba, Temas, Noticias de Arte Cubano.
de película 147
¿Conocerán los japoneses a Cuba?
Intercambios transnacionales,
vanguardia fílmica, y política
MIHARU M. MIYASAKA
L
a novia de Cuba es un filme que el director ja- La representación se centra en Akira, un marinero
ponés Kazuo Kuroki realizó en la Isla en 1968. japonés que arriba a La Habana en 1968. Desde el
De manera oficial, no fue una coproducción con inicio el personaje aparece cómodamente inmerso en
el ICAIC, e incluso definir este rodaje como una cola- una cultura que incluye a milicianos portando rifles,
boración resulta problemático.1 Sin embargo, es preci- habaneros trabajando, y otras prácticas más munda-
samente su ambigüedad lo que dialoga de forma sig- nas como beber o relajarse en la playa. Kuroki recons-
nificativa con una sección dedicada a filmes cubanos. truye la realidad como un conjunto de experiencias
Dentro de una noción tradicionalista de cine nacional, simultáneas que se mueven entre unas dimensiones
cómo plantear una película que se rodó enteramente individual y colectiva, de trascendentalismo político
en Cuba con temática, actores, y profesionales cuba- y de lo trivial cotidiano. En uno de sus recorridos por
nos, pero cuya idea original, posproducción, equipo la ciudad, Akira conoce a Marcia, una hermosa mujer
de filmación, y protagonista, eran japoneses.2 A través que trabaja en una fábrica de tabaco, y seducido por
de este intercambio transnacional, la visión del único su belleza la sigue en un viaje por la Isla, desde La
realizador japonés que ha trabajado en Cuba se conec- Habana hasta Santiago de Cuba. El director, un exper-
tó al flujo procesual, dinámico, y multifacético, que to documentalista, utiliza el encuentro para articular
constituye el imaginario fílmico nacional. ficción y documental, desarrollando el romance de los
de película 149
sonales –como el de seguirlo a él–, a su compromiso
con una colectividad, en medio de un proceso revolu-
cionario. A pesar de su intensa pasión por ella, él no
acepta sus demandas de compromiso político, como
leer el diario del Che Guevara, o quedarse en Cuba a
construir la Revolución. Lo interesante de su posición
es que no se opone a los ideales de Marcia, no los
critica, en realidad los admira, pero no los comparte;
duda de comprometer sus deseos como individuo en
el presente.
Akira aparece al inicio del filme como la personifi-
cación del frívolo marinero que en cada puerto busca
Kuroki en el rodaje de La novia de Cuba (1968). una experiencia placentera, y quien, ahora, en contraste
Pinos, durante la Segunda Guerra Mundial. La ausen- con la comprometida obrera cubana, pareciera incluso
cia del factor migratorio en el intercambio entre Marcia estar atado a nociones de individualismo capitalista y
y Akira refiere cómo la mutua identificación entre japo- burgués. Una lectura similar debe de haber motivado
neses y cubanos es una narrativa con elipsis, lo cual nos las críticas de la izquierda japonesa, la cual calificó de
invita a explorar cómo y por qué se ha producido este contrarrevolucionario al personaje de Akira, mientras,
(des)conocimiento –si bien esa investigación excede el en un giro irónico, la opinión general en Japón vio el
objetivo y el espacio del presente trabajo. filme como una «propaganda del Partido Comunista».7
¿Cómo se posicionó un director japonés frente a la Sin embargo, resulta productivo proponer el comporta-
realidad cubana de 1968? Una buena parte de las crí- miento del personaje más allá de una oposición ideoló-
ticas y opiniones sobre el filme coinciden en evaluarlo gica, o de una caracterización, y conectarlo con las ob-
como una especie de documento, en el sentido de que sesiones de la vanguardia, sobre todo, con su ansiedad
reproduce sin problematizar un discurso institucional por el rol de la sociedad japonesa en el pasado reciente
y público, que Marcia personifica literalmente. Así, de la Segunda Guerra Mundial y en el presente de la
la visión de Kuroki respondería a un preposiciona- posguerra. El individualismo de Akira se abre a nue-
miento, con una imagen previa del proceso revolucio- vos significados al interpretarse en conexión con los
nario cubano conceptualizada desde fuera a partir de cuestionamientos de la vanguardia sobre la naturaleza
los ideales de la izquierda japonesa. Es cierto que el colectiva de los proyectos de la guerra y del poscon-
personaje de Marcia, con su exagerado positivismo, flicto; el individuo necesitaba reclamar una posición de
absoluta convicción, y falta total de crítica, contrasta poder, con decisiones y responsabilidades, dentro de
fuertemente con el de Sergio, su contemporáneo de una sociedad que había seguido ciegamente el rumbo
Memorias del subdesarrollo (Tomás Gutiérrez Alea, histórico ideado por otros, ya sea el Emperador, o el
1968), asaltado por sus inquietudes, dudas y cuestio- gobierno de posguerra.8
namientos internos. El objetivismo de Marcia pare- Tal vez la crítica principal a La novia de Cuba es
ciera ficticio, «como si estuviera basado en deseos y que Kuroki no propuso un dilema político similar en el
sueños en lugar de la realidad»,6 frente a la subjeti- personaje de Marcia; en su lugar, lo introdujo a través
vidad más real de Sergio. Sin embargo, un elemento de Akira, sin renunciar así a la imagen positiva que los
que, por lo general, se pasa por alto es que el perso- japoneses tenían de los cubanos y de su proyecto revo-
naje de Akira nunca resulta seducido por las convic- lucionario. Las experiencias del marinero japonés no
ciones políticas de Marcia. Kuroki enmarcó a los dos se convierten en un viaje transformador, a pesar de ver
personajes dentro de un encuentro oposicional entre muchas muestras de cohesión social a lo largo de su
pasado y futuro: los tiempos que orientan la responsa- recorrido por la Isla; su visión nunca cambia, no pien-
bilidad política de Marcia y el presente que define con sa en quedarse, sino que quiere que Marcia se vaya y
su inmediatez el sentido de las acciones de Akira. Él abandone a la colectividad. El último diálogo entre los
reivindica su individualidad, en contraste con la ma- dos amantes es revelador. Ella se despide de él para
nera en que ella subordina su vida y sus deseos per- dedicarse exclusivamente a sus obligaciones revolucio-
de película 151
cada vez más mediante alternativas de financiamiento y de colabo-
rente en el que los individuos aún se movían unidos
ración que cruzan las fronteras.
por una certidumbre? Más cerca de ti es el título en
español que aparece en el DVD del filme; pero Marcia 3
El filme es todo en español, salvo en algunas ocasiones en las que
y Akira, en sus respectivas últimas escenas, aparecen Tsugawa se expresa brevemente en japonés.
caminando solos, por separado, como cubanos y japo- 4
Isolde Standish tiene un excelente estudio sobre el tema: Politics,
neses, desde/hacia pasados y futuros (des)encuentros.
porn and protest: Japanese avant-garde cinema in the 1960s and
Es muy probable que los marineros nipones hayan
1970s (New York: Continuum International, 2011).
formado parte de las tripulaciones de los galeones
españoles que atravesaron el Pacífico, y fueran los 5
En el caso de Cuba, se han producido tres documentales sobre el
primeros japoneses en llegar a América.12 Es tentador tema: Japoneses (Idelfonso Ramos, 1981), Un eterno sembrador (Octa-
conectar simbólicamente esos primeros encuentros vio Cortázar, 1988), y El sol rojo en el poniente (Marina Ochoa, 2010).
hispano-asiáticos a las experiencias de Akira, el mari- 6
Marc Zimmerman dice esto en referencia al tipo de crítica que re-
nero de siglos posteriores, quien, como los inmigran-
cibió el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal por su trabajo literario
tes japoneses que en su mayoría también arribaron a
posterior al triunfo de la Revolución Sandinista. «La afirmación de
la Isla por mar, fue protagonista de viajes que interco-
Cardenal sobre la Revolución podría parecer demasiado favorable,
nectaron de una manera dinámica y fluida, nociones
exagerada y acrítica; su celebración de la Revolución puede sonar
de familiaridad y de extrañeza entre cubanos y japo-
demasiado exultante como si se basara en deseo y sueño más que en
neses. El intercambio más allá de las fronteras que
la realidad. Lo que anula la negatividad de las dudas que acompañan
representó el proyecto fílmico La novia de Cuba, una
a cada proceso, no importa cuán positivo sea este» (Traducción del
producción japonesa con una problemática cubana,
original en inglés). («Ernesto Cardenal after the Revolution». Flights
una película sobre Cuba hecha por japoneses, una vi-
of victory. Maryknoll, N.Y.: Orbis Books, 1985, xxix).
sión de la Isla desde fuera y desde dentro, es un viaje
que sirve para explorar y mantener abierto el debate 7
Masahiko Tsugawa citado en «La novia (desconocida) de Cuba»
sobre las visiones que construimos de (nos)otros. (Cubano Nikkei, Web).
8
Sobre el tema, consultar el texto de Standish.
1
Mario Piedra, en «La novia (desconocida) de Cuba», hace un ex- 9
Entrevista a Piard en el documental La novia de Akira.
haustivo recuento histórico del proceso de realización del filme, en
el que señala que no es una coproducción, ni una colaboración, y 10
De los historiadores cubanos Rolando Álvarez y Marta Guzmán
explica por qué el ICAIC no se involucró oficialmente en el proyec- (La Habana: Fundación Fernando Ortiz, 2002).
to. En el documental La novia de Akira (Marian García, 2011), 11
Roland Domeniq, «The anticipation of freedom: Art Theatre
Manuel Paredes se refiere a esta producción como un servicio. Las Guild and Japanese independent cinema» (Midnighteye, 28 junio
reveladoras investigaciones de Piedra y García documentan el tipo 2004, Web).
de apoyo que tuvo el filme por parte de las instituciones del Estado:
material de archivo, permisos de rodaje, y transportación. También
12
Esta es una hipótesis de Daniel M. Mastersony Sayaka Funada-
contó con el trabajo del productor Orlando de la Huerta, las actri- Classen, en The Japanese in Latin America (Urbana: U of Illinois
ces no profesionales Obdulia Plasencia y Gloria Lee, el coguionista P, 2004, 13).
Rolando López del Amo, la actriz Daisy Granados (quien dobló los
diálogos de Plasencia), el compositor Roberto Valera, y la cantante
Digna Guerra. Francisco S. Miyasaka, del Instituto de Cooperación
y Amistad con los Pueblos (ICAP), participó como intérprete en
Miharu M. Miyasaka (La Habana, 1979). Doctora en
todas las etapas de la filmación, y en su exhibición en Japón.
Estudios Hispánicos en la University of Western Ontario,
2
El tema de los intercambios transnacionales y las industrias na- Canadá. Sus principales intereses investigativos incluyen
cionales de cine lo he desarrollado recientemente en el caso del el discurso histórico y su representación en la literatura y
El muro (Santiago Álvarez, 1996), un documental cubano sobre el cine, los intercambios transnacionales y la producción
la inmigración japonesa a República Dominicana. Considero de independiente en el cine cubano contemporáneo. Fundó
gran importancia el debate sobre la narrativa de un cine nacional el archivo digital cubanonikkei.com para documentar la
en un contexto contemporáneo en el que los filmes se producen historia de la inmigración japonesa en Cuba.
R
etrato de Teresa otra vez. ¿Por qué volver a Teresa? ¿Por créditos iniciales de la película (la foto), y el
qué regresar a ver esta película filmada por Pastor Vega que le hace el director a su personaje para
en 1979? ¿Qué puede decirnos hoy? O mejor, ¿qué pue- concluir el filme (corte y congelamiento de
de seguir preguntándonos? un fotograma), hay toda una muestra de
Retrato de Teresa pertenece a una tradición de arte reflexi- sucesos efervescentes, que funcionan como
vo. Hija de Por un cine imperfecto, es la mejor puesta en escena representación, y testimonio, de la compleja
de ese texto programático escrito por Julio García Espinosa en sociedad en la que los protagonistas y el res-
1971. «Mostrar un proceso no es precisamente analizarlo. Ana- to de los personajes interactúan.
lizar, en el sentido tradicional de la palabra, implica un juicio La imagen inicial de Teresa remite al re-
previo, cerrado. Analizar un problema es mostrar el problema gistro de un instante feliz, de una protago-
–no su proceso– impregnado de juicios que genera a priori el nista enamorada que reacciona y mira con
propio análisis. Analizar es bloquear de antemano las posibi- limpieza el lente de la cámara con que su
lidades de análisis del interlocutor. Mostrar el proceso de un marido le hace una fotografía de domingo.
problema es someterlo a juicio sin emitir el fallo».1 Esta mujer, que también nos mira a nosotros,
Retrato de Teresa no es un retrato, son mínimamente dos, se ofrece en todo su esplendor y su belleza.
porque entre el que le hace Ramón a Teresa en la secuencia de Es el tipo de foto que nos dejamos captar,
de película 153
resa, que en algún momento confiesa trabajar como
una mula para no pensar, no puede, en realidad, de-
jar de cuestionar lo que sucede y le sucede, y como
la mayoría de las respuestas que encuentra son viejas,
comienza a luchar: «Yo quiero ser yo, no una muñeca
de trapo». En Memorias…, la lucidez del protagonis-
ta, su capacidad de análisis, lo lleva a un callejón sin
salida, al desespero, al encierro en sí mismo. En Retra-
to…, el despertar de la mujer la lleva a la duda y a la
confrontación; por un lado, la fábrica, la emulación, el
sindicato, el movimiento de artistas aficionados, y por
el otro, Ramón y sus hijos. Entre las demandas de la
familia y los compromisos laborales se va tensando la
cuerda que la obliga a tomar decisiones. «La gente no
es de hierro», le dice ella a su jefe y este le contesta: «La
gente es de carne y huesos, y de ideas. Uno es lo que
quiere y tú puedes hacer más si tú quieres».
cuando sabemos que nos miran, cuando queremos Ser o no ser Teresa, esa es la cuestión; y para serlo,
mostrar lo mejor de nosotros, dar una buena impre- un sujeto independizado, tiene que romper con Ra-
sión. Es el retrato de Ramón. món. Lo perverso de esta película, o su limitación, es
Pero este, el del esposo, no es el Retrato de Tere- situar la emancipación de la mujer fuera del núcleo
sa que Pastor Vega nos propone. Hay una intención familiar, con lo cual el conflicto de convivencia con
mucho más compleja y cuestionadora en la cámara el machismo y su superación queda falsamente pos-
«objetiva» con la que el realizador registra, desde una tergado. ¿Acaso no son machistas el jefe y sus compa-
mirada expresamente documental, las luces y sombras ñeros de trabajo? ¿Acaso no lo terminarán siendo sus
de una protagonista que, metida en la vorágine de las hijos? ¿Acaso no lo es la misma sociedad que la lleva
transformaciones revolucionarias que condicionan su a liberarse?
comportamiento, se está construyendo a sí misma. Ambrosio Fornet, coguionista de la película, cuen-
Y es que Teresa, vaya paradoja, es hija del Sergio ta: «Nuestro problema –el de Pastor y el mío– era el
de Memorias del subdesarrollo (Tomás Gutiérrez Alea, de la responsabilidad y la integridad revolucionarias.
1968). Aquel, un neurótico que reacciona intentando Lo que tratábamos de decir es que nada crece, nada se
comprender la mutación social que está ocurriendo a
su alrededor; ella, una mujer que acciona en la misma
dirección que el cambio político-social le exige y al
que quiere contribuir con su emancipación personal.
En Memorias…, el neurótico es el personaje; en Re-
trato…, la neurótica es la colectividad (o para ser más
preciso, el ecosistema de un ideario revolucionario
que, con sus propósitos y exigencias redentoras, gene-
ra una tensión moral alienante entre los individuos y
sus nuevas relaciones laborales, ideológicas, sociales y
familiares). En Memorias…, Sergio, alejado de la co-
munidad y de su propia familia, se hace preguntas y se
las responde, desplegando una tesis sobre la condición
de subdesarrollados que en alguna medida justifican
la sociedad y lo justifican a él: «¿Qué sentido tiene la
vida para ellos? ¿Y para mí? ¿Qué sentido tiene para
mí? Pero yo no soy como ellos…»; en Retrato…, Te-
de película 155
Cantando entre los tractores:
Patakín
o de las angustias
de lo musical en el
cine cubano
NORGE ESPINOSA MENDOZA
R
ecuerdo con nitidez la aparición de aquel trái- es por ello, también, que la propongo en estas páginas
ler en la pantalla de un cine santaclareño. Pa- como encrucijada hacia la dificultad que, para nuestro
takín (quiere decir ¡fábula!): aclaraban los cré- cine, el musical ha sido una y otra vez.
ditos de aquella secuencia de números de canto y baile Con la llegada del sonoro, sucedió lo inevitable: la
que anunciaban una suerte de regreso al musical en la cinematografía cubana se llenó de congas, maracas,
cinematografía cubana, tras varios años de desencan- guitarras y pasos de baile. La música popular acompa-
to y espera alrededor del género, salvado apenas por ñó la imagen turística de esas primeras producciones,
una serie de documentales, algunos notables, en los y resultaba ineludible que entre escena y escena saltara
que la música cubana se dejaba ver en pantalla a través una canción. Gracias a ello se conservan imágenes de
de sus más consagrados intérpretes. Era la década del algunas de nuestras más destacadas figuras cantando
ochenta, que merece un estudio aparte en la produc- a Lecuona, Roig y otros compositores de valía. Rita
ción cinematográfica del país, dada la abundancia de Montaner fue la más afortunada en esas lides, quien
lo filmado y los muy diversos matices de esos filmes, protagonizó al menos dos filmes, ambos de Ramón
que iban desde una voluntad estetizante tan abruma- Peón, que la nostalgia deja ver sin demasiado remilgo:
dora como la de Cecilia (Humberto Solás, 1982), hasta El romance del palmar, en 1938; y La Única, en 1952.
la chatura malamente hiperrealista de otros. En medio Pero ya a fines de esa década otras voluntades iban exi-
de todo ello aparece Patakín..., dirigida por Manuel giendo más, y prueba de ello es el thriller experimen-
Octavio Gómez en 1982, con guion de Eugenio Her- tal Siete muertes a plazo fijo (Manuel Alonso, 1950)
nández Espinosa, música de Rembert Egües, coreogra- –en el que Maritza Rosales no pierde la oportunidad
fías de Víctor Cuéllar, fotografía de Luis García Mesa de bailar–, y Casta de roble (Manuel Alonso, 1954), un
y edición de Justo Vega. No se equivocan quienes la drama de la sangre emplazado en el campo cubano. La
añaden a la lista de películas de culto producidas en la Revolución traería su propia música, y justamente, el
Isla. Es difícil verla sin tomar ciertas precauciones. Y nuevo cine que llegó con ella miró con recelo el mu-
de película 157
Cuando se establecen las pautas del I Congreso
de Educación y Cultura en 1971, las religiones y cul-
tos afrocubanos quedaron estigmatizados. Las obras
que incluían referentes de ese tipo fueron apartadas
o negadas. María Antonia, la pieza más célebre de la
carrera dramatúrgica de Eugenio Hernández Espino-
sa, fue censurada bajo la mano dura de Jesús Díaz y
otros jerarcas culturales: estrenada en 1967, no se filmó
una adaptación de la misma sino hasta 1990. Por fin, a
inicios de los ochenta, esa presión comenzó a ceder, y
lentamente regresaron a la luz pública no solo visiones
empezado a sacudir el musical de ciertas ampulosida- de lo folclórico que bebían de esa fuente tan intensa,
des, demandando tratamientos menos edulcorados y sino también roles sociales ligados a tales creencias.
la mirada a otras historias. El estreno, en 1965, añadió En el ICAIC se habían ido produciendo los filmes que
al color el empleo del cinemascope, pero ni siquiera ahora se recuerdan bajo ese epíteto curioso: los ne-
eso logró seducir a los críticos. Creo que la copia que grometrajes, que abordaban el tema de la raza, gene-
se conserva del filme, la misma que puede encontrarse ralmente con argumentos emplazados en el siglo xix
en YouTube, perduró en los archivos de la Televisión y en las luchas independentistas, que denunciaban la
Cubana, gracias a lo cual no se perdió definitivamen- esclavitud y sus nefastas secuelas. Numerosos direc-
te una obra interesante, que no llega a ser la joya que tores trabajaron en ese sentido, con logros diversos.
algunos han creído, pero sí merece una consulta más A pesar de sus notables diferencias, películas como El
reposada. El fiasco de la película sirvió de lápida al otro Francisco (1974), Rancheador (1976) y Maluala
musical cubano, y a lo largo de los años setenta resulta (1979), las tres de Sergio Giral; La última cena (1976),
imposible encontrar una pieza de intenciones seme- de Tomás Gutiérrez Alea; y hasta los animados de El
jantes en la filmografía nacional. Y es que los tiempos negrito cimarrón, creado por Tulio Raggi en 1975, es-
no estaban para música ligera durante aquel decenio. tán en ese circuito. Patakín..., con un elenco de raza
Tal vez por ello el anuncio de que se daba luz verde al mixto, y abundancia de actrices y actores tanto mu-
proyecto de Patakín... resultó alentador para los aman- latos, como negros, de este modo viene a ser, entre
tes del género. El filme estaría en las manos de un direc- nosotros, lo que al blaxploitation del cine norteame-
tor experimentado –La primera carga al machete (1969) ricano fue The Wiz (1978), la versión cinematográfica
y Los días del agua (1971)–; vinculaba a un dramaturgo del musical que reinventaba El mago de Oz empleando
de respeto y a una nómina de talentosos colaborado- un elenco de actores afroamericanos en su totalidad,
res. A él se debe, además, un documental semiolvidado dirigida con resultados estrepitosos por Sidney Lumet
que debería tenerse en mejor consideración: Cuentos y protagonizada por Diana Ross, Michael Jackson y
del Alhambra (1961), en el que varias estrellas de aquel Richard Pryor. La obra, que funcionó a la perfección
coliseo dejan un valioso testimonio. Su carrera, sin em- en Broadway, fascinando entre otros a Stephen Sond-
bargo, estuvo en declive en la segunda mitad de los se- heim, fue un desastre en la pantalla, y terminó dando
tenta, y a decir verdad, ya no se recuperaría. Patakín... por cerradas esa clase de producciones en Hollywood.
no fue precisamente un instante afortunado en esa ór- Hoy, The Wiz es un filme de culto, tanto como lo pue-
bita, y vale preguntarse el porqué. Se trata de uno de los de ser, en su escala mucho menor y más delirante, Pa-
más bizarros filmes de toda la cinematografía cubana, takín... para el público cubano.
tomando el término en su sentido castellano y en lo que Un tema de moda en el cine nacional de los ochen-
significa el mismo vocablo en otras lenguas. En español ta era el machismo, denunciado de modo memorable
funciona como definición de osado y valiente. En inglés en Retrato de Teresa (Pastor Vega, 1979). La película
y francés, bizarre significa raro y estrafalario. Curioso consiguió el respaldo del público, no sin amplia con-
cómo una misma palabra puede servir para representar troversia, por su tratamiento franco de las relaciones
cualidades a veces tan opuestas. Ese elemento contra- matrimoniales en una sociedad que no lograba des-
dictorio también califica este filme. terrar ciertos atavismos. Bajo ese impulso Hernández
de película 159
poner una encuesta acerca de nuestras peo- remoto. En el cine, por un buen tiempo, hubo una Cuba que
res producciones? Puesto que no falta tela respiraba a la par de ciertos diálogos sociales. Hoy, la vibración
por donde cortar ahí, y porque también, en persiste pero también apela a otros caminos, a discursos más
esa masa llena de buenas intenciones mala- extremos, a la impaciencia de las nuevas generaciones, a una
mente rodadas, puede saltar una sorpresa. mirada hacia la utopía que incluye el cinismo y la denuncia
Patakín... es una de ellas, si se la mira hoy tanto como un grado de desacato que pudo ser impensable en
con sentido del humor, y nos preguntamos, los días del estreno de Patakín..., con su solar idealizado, sus
viendo sus secuencias, qué éramos y cómo extras, bailarines y figurantes de sempiterna sonrisa coreana, y
éramos, en la Cuba de ese tiempo, para llegar una música, también hay que decirlo, menos estridente y vio-
a ver el estreno de una pieza tan irregular, y lenta que la que nos acosa hoy. El híbrido que es Patakín... no
por lo mismo acaso, tan increíble en sí mis- ha dejado de fascinar a algunos estudiosos extranjeros, un tanto
ma. El cine es un espejo cruel pero también a la manera en que ha sucedido con Soy Cuba (Mijaíl Kalató-
honesto en ese sentido: nos dice, incluso a zov, 1964) y otras piezas semiolvidadas y de logros más certeros.
través de sus peores ejemplos, qué reali- Sospecho que para ellos, la Isla que se deja ver en este musical
dad lo acompañaba. Nos acompañaba. Nos es tan subyugante como exótica, tan disparatada como provo-
recuerda quiénes fuimos ante la pantalla, cadora. Una Cuba bizarra, para volver al término, tan caro a lo
hundidos en la sala oscura, maravillados o que entendemos como cine de culto.
espantados, ante lo que en ella se proyectó, El musical cubano en el séptimo arte es una cuenta pendien-
en ese momento y en ese contexto específico. te. Apena que un país con un acervo tan poderoso no posea
La Cuba de los ochenta fue el espacio de obras de mayor dignidad, salvo las contadas excepciones. Fil-
reconquista para una utopía que discutió, mes como Zafiros, locura azul (Manuel Herrera, 1997), el cuen-
a veinte años del arribo revolucionario, sus to Lila de Léster Hamlet en Tres veces dos (2004) o El Benny
claves más arduas. La bonanza económica, (Jorge Luis Sánchez, 2006), se acercan al género. Pero ninguno
sostenida por el diálogo de mercado con los ha logrado superar el eco de La bella del Alhambra, la cual, cu-
países del Este, nos dejó vivir ese momento riosamente, se percibe como un logro y una demanda a hacer
con una intensidad que no demoraría mu- aún más. Cuba se entiende como música y espectáculo. Es una
cho en deshacerse. El cine cubano de esas lástima que de ello haya tan poco en nuestras pantallas. Se trata
fechas nos lo deja saber, con su abundancia de uno de los géneros más complejos y costosos, pero al mismo
de líneas y controversias, con la llegada de tiempo, de una expresión siempre dispuesta a regenerarse, y a
nuevos directores y la pugna de los vetera- entrar en temas mucho más oscuros y riesgosos de los que solo
nos por renovarse y seguir adelante. Parecía piensan en él desde el recuerdo hollywoodense de los cuarenta
que todo iba a ser posible. Incluso, cosas tan y los cincuenta. Quién sabe si no logre resucitar también entre
improbables como que tuviéramos un buen nosotros. Por ahora Patakín..., que quiere decir fábula, nos avisa
cine musical. Patakín... es hoy esa pieza de de sus excesos y sus peligros. Nos hace vernos en esa Cuba con
culto que, a la manera de los filmes de Juan la imprescindible sonrisa de quien sabe que la historia, desde el
Orol (el más que más entre los latinoameri- pasado, nos anuncia los tropiezos venideros. Y lo hace a golpe
canos) o Ed Wood, solo puede verse desde de conga y batá. Porque también, eso somos. Como dice China
la distancia crítica que viene flanqueada del Zorrilla en Esperando la carroza: «Qué duda cabe».
humor o de la incredulidad más desterni-
llante. En un país donde la discusión sobre 1
Consultado en http://www.fotogramas.es/Peliculas/Cuba-baila.
la raza sigue vigente, donde los mitos y cul-
tos provenientes de África son ya parte de
una galería que se deja ver entre la autenti-
cidad y el comercialismo turístico, donde el Norge Espinosa Mendoza (Santa Clara, 1971). Poeta, dramaturgo y
cine mismo ha entrado en otras relaciones crítico de teatro cubano. Jefe de redacción de la revista Extramuros.
con sistemas diversos de producción, la re- Muchos de los espectáculos que ha asesorado para el grupo de teatro El
visión constante del pasado inmediato es tan Público han merecido el Premio de la Crítica. Sus poemas se incluyen
necesaria como el rescate de un tiempo más en antologías de Cuba, España, México y Estados Unidos.
ZAIRA ZARZA
L
a primera vez que presenté Otra isla (Heidi Has- ron siendo ajenas, al menos para mí, las razones de
san, 2014) a la consideración de una red audio- aquel rechazo inicial, sobre todo, viniendo de una ins-
visual que promueve el cine político indepen- titución no competitiva que debiera estar marcada por
diente en Canadá, los organizadores decidieron que la inclusividad.
era «un buen documental observacional», pero no Tiempo después escuché que la obra quizás no ha-
funcionaba dentro de lo que usualmente se exhibía en bía parecido lo suficientemente política en términos
el evento. El filme, sin embargo, continuó su curso de de lo que priorizaba aquella plataforma audiovisual
presentaciones en la edición 14 de la Muestra Joven canadiense. Sentí, entonces, la necesidad de cuestio-
ICAIC, obtuvo el premio al mejor documental en el nar la big picture. ¿Qué se entiende por cine político
Havana Film Festival New York de 2015 y recibió el en un mundo que vive la era posmarxista? ¿Cuáles
Award of Merit in Film del Festival de Cine de LASA son los planteamientos ideoestéticos que debe seguir
(Latin American Studies Association) en Puerto Rico, el trabajo de un artista para que se registre dentro de
ese mismo año. Hasta donde las selecciones y galar- tal paradigma? ¿No somos todos seres políticos sin te-
dones pueden lograrlo, la calidad visual y narrativa de ner que sumarnos a la obviedad del panfleto? ¿Cómo
Otra isla fue legitimada por los especialistas de esos no es político un documental que aborda temas di-
eventos. Cierto es que las dificultades son usuales en rectamente ligados a la justicia social? En este senti-
la carrera de los cineastas independientes; pero siguie- do, la autora Salomé Aguilera Skvirsky explica cómo
de película 161
varios estudiosos –Jean-Luc Comolli y Jean Narboni–, se había enrumbado hacia otros caminos temáticos.
«han argumentado que si bien “todo filme es político, Sin embargo, la película aborda asuntos que han defi-
en tanto determinado por la ideología que lo produce nido el interés de su realizadora desde siempre: histo-
(o dentro de la cual es producido...)”, el cine político rias protagonizadas por mujeres, la figura de la familia
es una categoría especial de películas que se posicio- y sus relaciones, la diáspora, y –dentro de ella– la bús-
nan en una relación crítica con la ideología dominan- queda de la identidad y el sentido de pertenencia.
te». La investigadora plantea, además, que estas obras En este caso, Hassan retrató el difícil viaje de Sabi-
constituyen «una práctica cinematográfica definida na Martín Gómez, una emigrante cubana que llega a
por su oposición al status quo capitalista y cuyo ob- España como refugiada política y termina viviendo en
jetivo es la transformación del mundo social».1 Según la calle, sin techo, durante ocho largos meses. Como
dicha definición, Otra isla es, si dudas, uno de los fil- protesta, ella y su familia de seis miembros, deciden
mes más representativos del cine político hecho por acampar todo ese lapso frente al Ministerio de Rela-
un(a) cineasta cubano(a) en la última década. ciones Internacionales de Madrid. Durante una visita
El documental es el primer largometraje de Heidi a Cuba, tiempo antes, Miguel Ángel Moratinos, Minis-
Hassan, fotógrafa y directora conocida en Cuba sobre tro de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España
todo por sus cortos de autoficción Tierra roja (2007) de 2004 a 2010, se había comprometido a recibir en su
y Orages d´eté (2008). Y más recientemente por su país a un grupo de presos políticos cubanos. La pro-
participación en la 15 Muestra Joven con la exposi- puesta surgió a partir de un fondo que la Unión Euro-
ción personal Equipaje de mano, y con la película ex- pea había destinado a la acogida de inmigrantes. No
perimental Los turistas (2015). Al visionar Otra isla, obstante, la crisis económica en España no le permitió
tal vez una primera impresión asalte a espectadores extender su apoyo por tiempo indefinido a varios de
familiarizados con el trabajo previo de Hassan. Y es esos refugiados. Aunque los migrantes continuaron
que el filme parece alejarse del cine íntimo en primera siendo el eslabón más débil de la cadena, los ciudada-
persona que había marcado hasta entonces la carrera nos menos favorecidos por un juego mediático, Has-
de la cineasta. Dentro de su filmografía, la autora ha- san no los presentó nunca como víctimas, sino como
bía priorizado historias suyas, narradas por ella mis- los activistas radicales que son. Junto a otros cubanos
ma en voz en off, con presencia frecuente de la cámara y españoles participan en protestas para reclamar el
subjetiva y en las cuales sus experiencias físicas y emo- cumplimiento del acuerdo que los llevó hasta allí. Por
cionales eran el centro del relato. Al enfocarse con esta ello deciden no convertirse en ocupas y mantenerse
nueva obra en personajes ajenos, parecía que Hassan en la exigencia de las condiciones que les habían sido
de película 163
La recepción es otro de los aspectos relevantes en cen ellos y siguen sentados mientras estas hacen las
la producción de toda obra audiovisual en general y en tareas. Las chicas, que sueñan con irse a Miami, no
particular del documental político. ¿Para quién está creen que los varones puedan cambiar sus actitu-
pensado y dónde será exhibido este tipo de trabajo? des machistas. «Fueron criados así. Ahora es muy
Su experiencia de la diáspora cambió el modo en el difícil que se laven sus propios calzoncillos». Para
que Hassan entiende a su audiencia. «A pesar de que tratar de ofenderlas, los hombres replican que sus
hay muchos espectadores para quienes los personajes mujeres ahora quieren hacerse las españolas. Como si
no generan simpatía, creo que más que un público ex- la latinidad «real» implicara una sumisión al macho,
tranjero, la audiencia de este documental es cubana contraria al supuesto desarrollo europeo cercano al
[…]. Aunque haya sido producido por una compañía feminismo. Un ejemplo más del contraste colonialista
cinematográfica suiza y esté filmado íntegramente en barbarie versus civilización. Pero la disputa de los
España, los personajes y la historia son cubanos».3 Si sexos alcanza su clímax cuando la novia adolescente
bien la película muestra los principios y la determina- del hijo de Sabina queda embarazada y el joven culpa
ción de esta familia por estar unida a toda costa du- a la muchacha despojándose de toda responsabili-
rante una dura experiencia exílica, ante la pregunta: dad. En una cruda escena de la cual es difícil recu-
«¿Qué te hizo quedarte en esa historia?», Hassan res- perarse, se debate quién dejó que el semen alcanzara
pondió: «La valentía y la fuerza de una mujer que me la vagina. Su intervención misógina distancia al hijo
recordaba a mi madre, y una familia que reunía todas de la mínima empatía que hasta el momento había
las contradicciones de mi país».4 provocado. La experiencia del aborto es solo suge-
Sabina es el pilar de Otra isla y una dualidad evi- rida, y aunque no se cuenta cómo, más tarde sabre-
dente la conforma. Es criticada en Cuba –incluso mos que la pareja ha decidido no tener el bebé.
por su familia– por su compromiso con una posi- Otra isla resultó al fin tan visceral como muchas
ción política proscrita y, a su vez, resulta abandona- de las obras anteriores de Hassan. Los últimos minu-
da por el gobierno de España, que pretendió acogerla. tos del documental revelan la mayor parte afectiva de
En tal crisis se encontró, que comenzó a cuestio- la película. Después de 234 días lavando, cocinando,
nar su decisión al no hallar en su nuevo contexto comiendo, fregando, y durmiendo en la calle, el go-
la libertad y la democracia por la que tanto había bierno asigna un apartamento a la familia. Antes de
abogado. Pero Sabina es coherente y justa en su cri- abandonar la plaza pública que fue su campo de ba-
terio. Decepcionada asimismo de la comunidad de talla durante mucho tiempo, Sabina dobla y empaca
exiliados políticos en Miami, les critica por no apo- una bandera cubana. Y el gesto se traduce como símbo-
yarlos suficientemente a ella y a su familia en medio lo de un final. Antes de partir, la familia reúne por últi-
de su grave problema. A pesar de la incertidumbre ma vez sus maletas y colchones en la acera y se despide
y el dolor, la protagonista también nos enseña más de todas la personas que los apoyaron y brindaron su
de una lección sobre cómo la diferencia de género y solidaridad en tiempos difíciles: los dueños del bar de la
la división de labores domésticas perpetúan patro- esquina, las trabajadoras sociales que les alimentaron,
nes patriarcales incluso en situaciones extremas. A sus vecinos, y las personas que frecuentaban su espacio
su hogar de la calle se suman dos jóvenes –sobrina doméstico/público para saludar o dejar una moneda
y nuera– que dejaron sus estudios en Cuba para se- en la cesta. Es el único momento en el que Sabi-
guir a sus mayores hasta Madrid. Sabina se encarga na llora y libera al fin toda la carga emocional que
de supervisar a las niñas, preocupada por mantener acumuló y guardó en su equipaje. Justo antes de los
las mejores condiciones de higiene posibles y criar créditos, la cámara recorre la plaza lentamente, se
a los menores con ética y dignidad aun viviendo en la regodea en su vacío y se detiene en otra bandera cu-
calle. Así, les enseña el trabajo doméstico tanto como bana, ahora en harapos tras la contienda. Un grupo
las induce a aprender inglés y geografía. Si las rega- distinto de cubanos comienza poco a poco a poblar
ña por no vivir más organizadamente y atender la el lugar para dar inicio a un nuevo ciclo de protestas.
prolijidad de su entorno, discute a su vez con los Y esa imagen nos deja con el sinsabor que provoca
hombres, hijo y esposo, que no trabajan a la par de el patrón repetitivo de la injusticia y la desigualdad.
ellas. «Hay tres mujeres para lavar cinco platos», di- Una nueva historia de reajuste comenzaría para ellos.
de película 165
Nuevas producciones de los
Estudios de Animación
del ICAIC
Close
2016, 4’, Animación 3D, dirección: Ernesto Piña.
Sinopsis: Una joven asiática y un joven cubano en-
cuentran una fórmula diferente para unirse física-
mente en el amor.
El viaje
2016, 15’, argumento, guion y dirección: Luis Ar-
turo Aguiar.
Sinopsis: En un lejano planeta, una civilización tri-
bal lucha por descubrir extraños enigmas que están
diseminados en su territorio... Bimer, uno de sus
integrantes, deberá tratar de buscar las respuestas a
las interrogantes que estos enigmas le plantean; su
búsqueda le dará respuestas insospechadas.
Los profesionales
2016, 20’, argumento, guion y dirección:
Alien Ma.
Sinopsis:
Pedro y Juan tienen la habilidad de comu-
nicarse con los fantasmas. Gracias a esto,
han creado un pequeño negocio en el que
utilizan a un fantasma para resolver pro-
blemas. Un día son contratados por una
pareja que desea deshacerse de un vecino
que los asedia. La misión del fantasma
será asustar al vecino y hacer que se vaya;
pero este es más poderoso y maligno de
lo que creen. Pedro y Juan se verán enre-
dados en una peligrosa historia de mons-
truos, que amenazará sus vidas.
de película 167
libros
El paraíso de
los intrusos
entusiastas
C
on Intrusos en el paraíso (Editorial
Oriente, 2015), Juan Antonio García
(o turistas militantes) Borrero pone un cristal de aumento
sobre una de las tantas coyunturas sociocul-
ANTONIO E. GONZÁLEZ ROJAS turales y artísticas derivadas del verdadero
Big Bang cubano del Primero de Enero de
1959: cuando más de la mitad del mundo
se enteró de la existencia de la Isla, a la vez
que esta ganó un inconmensurable peso his-
tórico, y alcanzó verdaderas dimensiones
simbólicas que la convirtieron en mito con-
temporáneo al alcance de la mano. Fue todo
un verdadero segundo aire para las mentes
progresistas de la Humanidad, flageladas
por las recientes calamidades nazis, esta-
linistas y de la Guerra Fría, resultantes, en
una muy hierática y conservadora década de
1950. La Revolución fue uno de los puntos
y aparte que dieron entonces la bienvenida
a los trepidantes años sesenta. La seducción
fue inmediata en numerosas figuras del pen-
samiento y el arte. Tan relampagueante el
enamoramiento como el mismo proceso.
Encarnación instantánea, estos prime-
ros años de la soñada isla Utopía. El autor
muestra cómo la nación caribeña devino,
después del primer impacto perceptivo, un
verdadero laboratorio de repensamiento y
restructuración cultural, dentro del cual la
búsqueda de un cine verdaderamente «nue-
vo», y por ende orgánicamente revoluciona-
rio, protagonizó en gran medida esta pales-
tra. Pues más allá de la reconstrucción del
cine cubano propiamente dicho, a manos de
la generación del ICAIC (por llamarla de al-
libros 169
Intrusos en el paraíso tiene 238 páginas foliadas y
encuadernadas, pero me convida (¿conmina?) a con-
tinuar sumando capítulos, epígrafes, párrafos, que se
zambullan en las dinámicas de las últimas dos déca-
das y media, de las cuales han emanado producciones
no menos numerosas que entonces, frutos de nuevas
«intrusiones» en los predios cubanos: Maité (de los
vascos Eneko Olasagasti y Carlos Zabala, 1994), Cosas
que dejé en La Habana (del español Manuel Gutiérrez
Aragón, 1997), Malavana (del italiano Guido Giansol-
dati, 2002), 90 millas (del también español Francisco
Rodríguez, 2005), Rosa la china (de la chilena Valeria
Sarmiento, 2002); las mucho más recientes Habana
muda (del francés Eric Louis Brach, 2012), Una noche
(de la británica Lucy Mulloy, 2012), La partida (del es-
pañol Antonio Hens, 2013), Viva (del irlandés Paddy
Breathnach, 2015), Casa Blanca (de la mexicana-pola-
Joris Ivens. Revista Cine Cubano, no. 3. ca Alejandra Maciuszek, 2015).
Fotografía: Saúl Yelín.
La coral 7 días en La Habana, dada la prestigiosa
Un repaso a conciencia de los textos, testimonios nómina de realizadores (Benicio del Toro, Julio Me-
y filmografías del bienintencionado ejército de «intru- dem, Gaspar Noé, Laurent Cantet, Elia Suleimán, Pa-
sos» que desembarcó, y hasta quemó naves en Cuba, blo Trapero, junto al cubano Juan Carlos Tabío, 2012),
devela, además de las respectivas búsquedas formales y y Regreso a Ítaca (Laurent Cantet, 2014), rememoran
narrativas, las constantes temáticas que los absorbían: un tanto las glorias sesenteras, no así sus sistemas de
el pueblo en Revolución, el renacimiento del país y su representaciones y discursos.
avance acelerado hacia un futuro «mejor», la recons- Esto es solo un preliminar e incompleto repaso a
trucción a fondo del cosmos nacional en sus disímiles los largometrajes, para no adentrarme en la intermi-
aristas. Tanto las obras cubanas con asistencia «intru- nable lista de cortos y mediometrajes concebidos so-
sa», como las obras concebidas y dirigidas por los «in- bre todo por las promociones de la Escuela Interna-
trusos» con participación cubana, hurgan en la reali- cional de Cine y Televisión de San Antonio de los Ba-
dad mutante a ojos vistas, sobre todo en las virtudes ños, que durante treinta años ha permitido la estancia
de esta. Se filmaba el paraíso que sin dudas casi llegó a prolongada de numerosos intrusos que han ensayado,
ser, pero principalmente se traducía en imágenes la fe deconstruido, bromeado, dialogado y experimentado
que se depositó en este inesperado paraíso-laboratorio, con el contexto cubano.
justo al umbral de los sesenta. A su tiempo, ya llegarían Tal valor primordial le hallo al conocido volumen,
a la palestra los demonios del Sergio de Memorias del más allá de los meritorios rigor investigativo, ameni-
subdesarrollo (Tomás Gutiérrez Alea, 1968) y las in- dad escritural, sosiego de los planteamientos, justeza,
quietantes proposiciones de Nicolás Guillén Landrián, amplitud de miras, coherencia, consecuencia y hasta
para matizar la situación con sus apostillas críticas. encanto –virtudes todas acostumbradas en García
Y pasadas las décadas, otra más calmada andanada Borrero–: la capacidad de provocar el análisis crítico,
de «intrusos» arribaría al paraíso, con menos alharaca, desprejuiciado y apasionadamente ecuánime del pre-
menos pedigrí, aunque igualmente curiosos por desen- sente nacional desde el abordaje del pasado que lo ge-
trañar las complejidades de un contexto ya anclado en neró y lo influye aún.
los noventa. Porque aunque Juan Antonio circunscriba
su investigación a los sesenta, no deja esta de poseer Antonio Enrique González Rojas (Cienfuegos, 1981).
la virtud de inquietar, sugerir, provocar el completa- Licenciado en periodismo. Narrador y crítico de arte.
miento de la escritura, el seguir leyendo y construyen- Textos suyos aparecen en revistas especializadas, y en varias
do sentidos más allá del punto final impreso. compilaciones cubanas y extranjeras.
Cazador
de
crepúsculos
JULIO CORTÁZAR
S
i yo fuera cineasta me dedicaría a cazar cre- tivo tendría que filmar cuarenta o cincuenta, porque si
púsculos. Todo lo tengo estudiado menos el fuera cineasta tendría las mismas exigencias que con
capital necesario para el safari, porque un cre- la palabra, las mujeres o la geopolítica.
púsculo no se deja cazar así nomás, quiero decir que No es así y me consuelo imaginando el cre-
a veces empieza poquita cosa y justo cuando se lo púsculo ya cazado, durmiendo en su larguísima es-
abandona le salen todas las plumas, o inversamente piral enlatada.
es un despilfarro cromático y de golpe se nos queda Mi plan: no solamente la caza, sino la restitución
como un loro enjabonado, y en los dos casos se su- del crepúsculo a mis semejantes que poco saben de
pone una cámara con buena película de color, gastos ellos, quiero decir la gente de la ciudad que ve po-
de viaje y pernoctaciones previas, vigilancia del cielo nerse el sol, si lo ve, detrás del edificio de correos, de
y elección del horizonte más propicio, cosas nada ba- los departamentos de enfrente o en un subhorizonte
ratas. De todas maneras creo que si fuera cineasta me de antenas de televisión y faroles de alumbrado. La
las arreglaría para cazar crepúsculos, en realidad un película sería muda, o con una banda sonora que re-
solo crepúsculo, pero para llegar al crepúsculo defini- gistrara solamente los sonidos contemporáneos del
Norma Martínez como Tina Modotti en Mella (Enrique Pineda Barnet, 1975).