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MATEO 3:11.
El testimonio de Juan el Bautista a la pregunta sobre quien era el, confesó que
el no era el Cristo.
El dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del
Señor, como dijo el profeta Isaías Juan 1:19-23.
En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo:
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua
viva.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no
había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
Juan 20:19-22. Jesús se aparece a sus discípulos. 21. Entonces Jesús les dijo
otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 22.
Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: recibid el Espíritu Santo.
Después de la resurrección Jesús les dice a los discípulos que se que darán en
Jerusalén hasta que fueran investidos de poder de lo alto
Pude ser que el problema de muchos creyentes es como el que tenían los
discípulos. ¿Restauraras el reino a Israel en este tiempo?
2 Cor. 7:1. Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas,
limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Fil. 2:12. Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no
como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi
ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor.
Concluimos entonces que caminar con Dios es más que saltar, brincar, correr.
Es andar en comunión con Dios.