El origen se remonta al año 1750, cuando surge la revolución industrial y se empiezan a desarrollar equipos que no utilizaban la mano del hombre en algunas funciones. Una de las invenciones en esta época fue la máquina de tejido controlada por tarjetas perforadas en 1745. En 1817 se desarrollaron maquinas especiales utilizadas en el corte de metal y aproximadamente en 1870 se fabrica el primer torno automático, inventado por Christopher Spencer. Otras desarrollos tecnológicos en el área de la automatización en el siglo XVII es el primer piano automático, inventado por M. Fourneaux en 1863 y también se empezó a enfatizar la necesidad de piezas intercambiables en la maquinaria. En 1940 surgen los controles hidráulicos, neumáticos y electrónicos para máquinas de corte automáticas y para 1945 John Parsons comienza con investigaciones sobre control numérico. De 1960 a 1972 se desarrollan técnicas de control numérico directo y manufactura computadorizada, lo que es conocido como CNC (control numérico por computadora) actualmente. El proceso de adopción de la Automatizacion por parte de las empresas se encamino en un principio a conseguir sistemas aislados que permitieran realizar tareas de contabilidad, gestión de nóminas, gestión financiera, etc. Todas estas tareas se mecanizaron creando islas de gestión. Igualmente las empresas industriales fueron automatizando fases de un proceso, creando cedulas automatizadas o islas de automatización. Se trataba, en un segundo paso, que estos sistemas puntuales formaran un conjunto integrado. La posibilidad práctica de integrar los diversos sistemas automatizados comenzó a realizarse a principios de los años ochenta. La automatización selectiva es hoy una realidad, pero integración y automatización no son sinónimos y la automatización de procesos mal diseñados tiene un valor limitado. La forma tradicional de mecanizar o automatizar tareas individuales, creando sistemas aislados sin un plan coherente, es insuficiente. El ambiente de competencia internacional de hoy requiere que la fabricación no pueda ser considerada como una actividad aislada, sino como un sistema integrado que incorpora todos los elementos necesarios para hacer funcionar el conjunto de la empresa industrial como una entidad única.