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TESORO BÍBLICO PARA HOY

Antiguo Testamento
Libros Históricos

Día 1

PROSPERIDAD BÍBLICA

Josué 1:8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito;
porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

La verdadera prosperidad nace de un corazón transformado por la Palabra de Dios; porque


antes de buscar beneficios temporales, busca agradar a Dios en todo para que Él sea
glorificado.

Esta orden de no apartarse del libro de la ley fue dada directamente por Dios a Josué, ya
que si iba a reemplazar a Moisés, y a dirigir al pueblo en la conquista, debía vencer todo
temor y batallar de la manera correcta; porque la única forma de alcanzar realmente la
victoria es siguiendo la voluntad de Dios.

Para Dios no todo vale, sino solamente aquello que es conforme a Su Palabra, eso es lo que
realmente Él prospera; aunque en la actualidad muchos se afanan por prosperar para que
todos sus planes les salgan bien sin importar la forma en que los llevan a cabo.
Lamentablemente, para muchos, el fin justifica los medios; pero para Dios tanto los medios
como el fin deben sujetarse a Su voluntad.

Los que profesamos haber creído en Cristo como Señor y Salvador debemos estar alerta
frente a lo que se nos ofrece como prosperidad, porque no todo lo que brilla como éxito se
sujeta a la Palabra de Dios. Si los mandamientos o los principios bíblicos deben olvidarse o
distorsionarse para alcanzar alguna meta, dicha meta no es conforme a la voluntad de Dios;
y por más beneficios que obtengamos, no será verdadera prosperidad.

Nuestra misión no es hacer todo lo que se nos muestre como próspero o exitoso, nuestra
misión consiste en escudriñar las escrituras para conocer la voluntad de Dios; y así
realmente prosperaremos, prosperando primeramente en nuestra alma.

Si escudriñamos la Biblia, meditándola, viviéndola y proclamándola todos los días,


nuestras metas se amoldarán más fácilmente a la voluntad del Señor; y así tendremos Su
respaldo garantizado para prosperar nuestro camino, y todo nos saldrá bien.
Día 2

TEMOR DE DIOS

Josué 2:11-12 Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón…porque Jehová vuestro


Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. Os ruego pues, ahora, que me
juréis por Jehová, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis
vosotros…

La gran ventaja de temer realmente a Dios es que se le puede servir reverentemente; porque
se entiende que así como es terrible Su juicio es grande Su misericordia para quien se
humilla en arrepentimiento ante Él.

Rahab, una ramera, no se quedó solo con el temor que Dios mismo le infundió a su pueblo
al saber de los milagros poderosos con que eran respaldados los judíos, sino que fue más
allá y se atrevió a recibir a los dos espías enviados por Josué; y ella logró salvarlos de la
muerte. El temor al juicio de Dios fue más grande para ella que el temor al rey de su
pueblo.

Gran cantidad de personas se equivocan al decir que a Dios no se le debe temer, ya que esto
va en contra de lo que el mismo Señor Jesús enseñó al decir: “no temáis a los que matan el
cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y
el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28).

Pareciera como si Rahab, habiendo vivido en el tiempo de Josué, hubiera escuchado al


Señor Jesús; porque lo que hizo solo sucede cuando el temor a Dios tan real que nos lleva a
desestimar lo que nos puedan hacer los hombres, y nos impulsa a servirle y a obedecerle
reverentemente al Señor. Fue así como Rahab logró ser contada como uno de los héroes de
la fe (Hebreos 11:31); porque se arrepintió, y creyó que el mismo Dios al cual ella le temía
la podía salvar.

Hoy también debemos temer a Dios, si queremos que Él nos salve eternamente; porque no
solo se debe entender la forma en que Cristo llevó nuestro pecado, también debemos
aborrecer nuestra propia vida pecaminosa; y esto solo se logra si tememos realmente a
Dios, ya no porque pueda destruir nuestra familia cuando destruya nuestra ciudad, como
pasó con Rahab, sino porque puede destruir nuestra alma, al condenarnos por la eternidad
en el infierno, como lo dejó en claro el mismo Señor Jesús.

Temer a Dios es valorarlo a Él más que a cualquier otro ser, es arrepentirse por deshonrarlo,
y confiar en Su misericordiosa salvación a través de Jesús.
Día 3

DIOS AL FRENTE HACE MARAVILLAS

Josué 3:5, 11 Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana
maravillas entre vosotros. He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra
pasará delante de vosotros en medio del Jordán.

Siempre que le rindamos adoración al Señor, apartando para Él nuestras vidas, Él mismo se
pondrá al frente para abrirnos paso de forma milagrosa.

Moisés fue usado para abrir el mar rojo y Josué para abrir el río Jordán; pero a este último
Dios le mandó a usar el arca del pacto, ya que esta era el objeto del tabernáculo más usado
para manifestar su presencia. La presencia del Señor al frente abrió camino para que el
pueblo pasara a conquistar la tierra que Él prometió.

Frente a los obstáculos que se ven tan grandes como un mar, o como un río crecido, se debe
aumentar la comunión con Dios; porque al adorarlo con pasión y servirle con entrega, le
veremos actuar de forma milagrosa en nuestra existencia.

No es bueno que actuemos como el mundo actúa al encontrarse con grandes barreras para
el éxito, tratando de cumplir simples metas humanas; por el contrario, evitemos que
nuestras metas se roben el lugar que solo el Señor debe tener en nuestra vida,
proclamándolo de forma verbal, y reflejándolo con una vida santa; pues así Dios despliega
realmente Su poderío para salvar al ser humano.

Decida si dejará a Dios cruzar primero, para abrirle camino en medio de la dificultad; o si
prefiere desenfocarse de la adoración al Señor Jesucristo, para permitir que los obstáculos
le impidan cruzar en cada circunstancia.
Día 4

RECORDAR EL MILAGRO

Josué 4:20-22 Y Josué erigió en Gilgal las doce piedras que habían traído del Jordán. Y
habló a los hijos de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros hijos a
sus padres, y dijeren: ¿Qué significan estas piedras? declararéis a vuestros hijos,
diciendo: Israel pasó en seco por este Jordán.

Es bueno recordar las maravillas que Dios ha hecho en nuestras vidas, para que nuestras
familias sean edificadas en la fe y para que nunca olvidemos que Dios es poderoso para
salvarnos.

Las doce piedras que el Señor le mandó a recoger a Josué, debían ser del mismo lugar
donde se quedaron parados los sacerdotes, con el arca, en el lecho del río; dichas piedras
eran un testimonio real de como se había detenido su cauce dejando pasar en seco al pueblo
de Israel, y de cómo el Señor controla cada aspecto de Su creación en favor de aquellos que
le sirven obedientemente porque confían en que Él los salva.

De igual modo, tener recuerdos físicos de situaciones adversas en las cuales Dios ha
mostrado Su mano poderosa para salvarnos es algo que alimenta la fe; pero esto no se trata
de tener un fetiche o un ídolo, sino de mantener fresco el recuerdo de victorias pasadas,
para mantenernos en batallas presentes y proyectarnos a luchas futuras.

Y como la mayor hazaña que Dios hace en un individuo es transformar su corazón para que
le ame, le crea y le sirva conforme al evangelio de Jesucristo, el recordatorio más adecuado
es aquel que nos mantenga esto vivo en la memoria; y es por ello que los cristianos se
llenan de canciones que proclaman el evangelio, obras de artes que ilustran el evangelio,
libros que profundizan en el evangelio y películas que proclaman el evangelio; no porque
desconfíen de lo que Dios hizo, sino por no dejar de retomar fuerzas del poder milagroso
del Señor.

Y es por ello que no se puede concebir a un cristiano verdadero que no posea una Biblia;
porque así la haya memorizado por completo, le sirve de recordatorio para él, y le es útil
como herramienta para enseñar a su familia.

¿Mantiene usted vivo el milagro de la salvación en Cristo acudiendo a diario a la roca que
nos lo presenta y recuerda, a la Biblia?
Día 5

CESE DEL MANÁ

Josué 5:12 Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la
tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos
de la tierra de Canaán aquel año.

Cuando la misericordia de Dios ya no nos provee como antes, no es porque Él se olvide de


sus hijos, sino que lo hace para mostrarnos que ya estamos listos para luchar en Su nombre,
y de esta manera nos impulsa.

Es muy irónico ver como el pueblo, que prácticamente renegó por el maná, terminó por
acostumbrarse a ser sostenido por él; aunque hay que aclarar que la generación que había
salido de Egipto, cuarenta años atrás, ya había fallecido; y esta generación se levantó
comiendo el maná que Dios proveía de forma milagrosa y misericordiosa.

Pero también hay que resaltar que a esta generación, a la que comandaba Josué, no le costó
cambiar su modo de vida tranquilo, donde la comía caía del cielo, por una de vida de
batalla, donde había que luchar para obtener el alimento; pues así no se tuviera guerra
contra algún pueblo de Canaán, de todas formas debían trabajar la tierra, cuidarla y hacerla
producir, si querían tener algo para comer, porque el maná había cesado.

Nada de lo que Dios nos envía en esta vida permanece para siempre, porque aunque su
amor y gracia en Jesucristo son eternos, su proceso de santificación es continuo y debe
darse como un proceso en nuestras vidas. Si queremos que Dios nos bendiga en muchas
áreas, debemos estar dispuestos a que continuamente nos cambie las circunstancias en las
cuales vivimos, para ser moldeados en todos los aspectos que necesitamos.

Algunos se quejan y hasta le reclaman al Señor cuando pierden su trabajo, o cuando deben
mudarse, o si sus amistades los abandonan, o cuando sencillamente las cosas dejan de pasar
como venían sucediendo en sus vidas; pero muy posiblemente Dios los está moviendo de
su comodidad, les está impulsando a cambiar, y seguramente los está promoviendo a algo
mejor, solo que ahora deben luchar en Su nombre y no simplemente esperar a que las cosas
les lleguen por si solas.

¡El cristiano verdadero no reniega por lo que dejó de recibir, sino que lucha por lo que Dios
le tiene preparado! “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó” (Romanos 8:37).
Día 6

FE EN LA BOCA

Josué 6:20 Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció
que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el
muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia
adelante, y la tomaron.

Cuando la boca del creyente proclama lo que Dios le manda, no solo demuestre su fe, sino
que también permite que Dios la use para Su gloria.

Dar una vuelta alrededor de los muros de Jericó, durante seis días; y siete vueltas el séptimo
día, gritando en la vuelta final; esa fue la forma en que Dios les entregó esta ciudad
fortificada a los Israelitas. Ninguna estratega militar de esos días, ni de la actualidad,
hubiera mandado algo así; porque el mundo no entiende el poder de un pueblo que
proclama a gran voz lo que Dios les ha dado a creer.

Aunque los israelitas no entendían la forma en que Dios iba a actuar, obedecieron fielmente
las órdenes del Señor; no sabían que efecto tendría lo que Dios les mandaba a gritar, y aun
así lo hicieron confiadamente. Así mismo, pero mejor, debería ser la proclamación
victoriosa del evangelio en este mundo amurallado por el pecado; porque solo así caerán las
barreras de la humanidad, al escuchar el evangelio de personas convencidas y apasionadas
por Jesús.

Sabemos más de lo que supieron los Israelitas que tomaron Jericó, entendemos más que
ellos; y por ello debemos estar más agradecidos y ser más obedientes. Por medio de la fe, a
través de la Biblia, se nos ha dado a conocer a Jesús; a través de la obra del Espíritu Santo
en nuestros corazones se nos ha dado la gracia de arrepentirnos por nuestra tendencia
pecaminosa, y de confiar plenamente en la obra redentora del salvador; pero nos falta
proclamarlo más apasionadamente, con más constancia y mayor entrega; así como gritaron
los israelitas en Jericó.

¡Que el fervor de nuestro corazón por conquistar el mundo para Cristo sea más grande que
el de los Israelitas que derribaron las murallas de Jericó con sus voces!
Día 7

ESTORBO A LA ORACIÓN

Josué 7:10-11 Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro?
Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han
tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre
sus enseres.

Las consecuencias del pecado no solo deben ser tratadas con la oración quebrantada,
también necesitan la confesión plena, voluntaria y arrepentida del pecado; porque de lo
contrario estaremos desagradando al Señor.

Un solo hombre de Israel desobedeció la orden de no tomar nada del pueblo que derrotaron
en batalla; pero aun así, por esa sola falla, en la siguiente confrontación fueron derrotados.
Josué, desconociendo la falla, manifestó a Dios su dolor por la derrota; pero el Señor en vez
de simplemente consolarlo, pasando por alto el pecado, le llamó la atención para que
corrigiera públicamente al ofensor; ya que este no solo se vio afectado personalmente, sino
que también afectó a toda la nación.

Esto nos enseña a pensar en conjunto, sin desconocer que lo que hace crecer
espiritualmente a cada uno le ayuda a todos los que le rodean; pero también la
desobediencia de uno trae malas consecuencias sobre los que andan con él. No existe tal
cosa como “es mi vida, yo no le hago daño a nadie con mi pecado”; porque siempre
terminamos por afectar a los que nos rodean, o por ser afectados por ellos.

Como creyentes debemos orar al ver que sufrimos derrotas; pero al mismo tiempo debemos
examinar nuestras vidas, para saber si Dios solo nos está dejando sufrir las consecuencias
de nuestros pecados no confesados, o si sencillamente es porque alguno de los nuestros nos
está afectando con sus desobediencias.

¡Aprovechemos los fracasos para corregirnos y ayudar a que otros se corrijan; y así el
Señor nos bendecirá abundantemente en Cristo!
Día 8

LA GUÍA DEL LÍDER

Josué 8:18-19 Y Entonces Jehová dijo a Josué: Extiende la lanza que tienes en tu mano
hacia Hai, porque yo la entregaré en tu mano. Y Josué extendió hacia la ciudad la
lanza que en su mano tenía. Y levantándose prontamente de su lugar los que estaban
en la emboscada, corrieron luego que él alzó su mano, y vinieron a la ciudad, y la
tomaron, y se apresuraron a prenderle fuego.

Si el que dirige es guiado plenamente por Dios, aún las batallas más difíciles pueden ser
ganadas.

Luego de su derrota inicial ante el pueblo de la ciudad de Hai (Josué 7:1-5), Josué tomó los
correctivos necesarios e inmediatamente después se dispuso a batallar de forma estratégica,
por medio de una maniobra de batalla meditada y sincronizada, y lo más importante aún:
Asegurándose de que Dios le dirigía (Josué 8:1-8).

Tan pronto como quedó rodeado el ejército enemigo, Dios mismo le mandó a Josué a
extender su mano hacia la ciudad por conquistar; y así mismo el pueblo se animó y venció;
claro, Dios también estuvo dirigiendo a Josué cuando elaboró el plan de batalla, pero fue
cuando este extendió su lanza que el pueblo creyó plenamente que Dios los dirigía, porque
el líder del Señor es quien tiene la bendición de reflejar la voluntad divina para vencer.

Este privilegio lo tuvo Moisés, y luego le fue transmitido a Josué; pero en la actualidad lo
tiene todo hombre y mujer que por la fe en Cristo se ha puesto al frente de otros para
dirigirlos en esta vida. Ya sea en la Iglesia, en la familia, en el trabajo, o en cualquier otro
círculo social, son los cristianos quienes están llamados a consultar al Señor para luego
señalar el camino que Él desea que sigamos en Su nombre.

Debemos asumir nuestra responsabilidad social, no para dirigir a la humanidad en la misma


forma pecaminosa que ella se conduce, sino para mostrar de forma clara, por la Biblia, la
voluntad de Dios en Cristo.

¡Estamos llamados a batallar en esta vida, pero con nuestra lanza apuntando hacia donde
nuestro señor Jesucristo desea dirigir a la humanidad: A la victoria en Él y para Él!
Día 9

LA MALDICIÓN DEL ENGAÑO

Josué 9:22-23 Y llamándolos Josué, les habló diciendo: ¿Por qué nos habéis engañado,
diciendo: Habitamos muy lejos de vosotros, siendo así que moráis en medio de
nosotros? Ahora, pues, malditos sois, y no dejará de haber de entre vosotros siervos,
y quien corte la leña y saque el agua para la casa de mi Dios.

Cada vez que se obtiene un beneficio temporal por medio del engaño se asegura una
dificultad permanente, por haber obrado en contra de la santidad que el Señor demanda.

Los habitantes de Gabaón, al escuchar de como los Israelitas habían tomado las ciudades de
Jericó y Hai, decidieron engañarlos para que les prometieran la paz; se disfrazaron de
habitantes muy lejanos y conmovieron a Josué y a los príncipes de Israel, haciéndoles
comprometerse a no pelear contra ellos; pero luego de ser descubiertos en su treta
obtuvieron como consecuencia la esclavitud permanente.

Por no querer arriesgarse luchar, este pueblo recibió una maldición permanente a cambio de
un beneficio temporal. Esta mentalidad inmediatista abunda en nuestros días; las personas
prefieren ceder en su moral, renunciando a los valores que Dios ha plasmado en su
conciencia, por obtener un bien pasajero; con facilidad se miente, se engaña, o se apela a
negocios y actividades ilícitas para beneficiarse por un corto tiempo en esta vida; y esto
sucede porque se menosprecian las consecuencias permanentes de nuestras acciones.

El cristiano verdadero no sucumbe frente a la tentación del dinero fácil, no se deja tentar
por lo deslumbrante de las “victorias” sencillas; él sabe que lo que verdaderamente sirve es
todo aquello que se gana en largas batallas, sin faltar a la santidad de Dios, y sin olvidar que
así es que se ganan recompensas eternas.

El mismo Señor Jesús, siendo Dios verdadero y Hombre perfecto, no siguió el camino fácil;
Él sufrió plenamente para salvarnos en la cruz, teniendo en mente el resultado eterno de Su
obediente sacrificio (Hebreos 12:1-2).

¡No permitamos que en nuestra mente se albergue la tentación del camino fácil y
pecaminoso para obtener resultados rápidos! Recordemos que estos caminos son finalmente
caminos de muerte.
Día 10

MILAGROS PARA QUIEN LUCHA EN DIOS

Josué 10:13-14…Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un
día entero. Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido
Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel.

Si la batalla es conforme a la voluntad de Dios: para glorificarle Él; entonces en medio de


ella se puede clamar al Señor para que nos ayude de forma sobrenatural.

En su batalla contra los ejércitos de los reyes que convocó el rey de Jerusalén, Josué recibió
varias ayudas concretas de parte de Dios: Primero, fue alentado por Él a no temer; segundo,
se le envió granizo sobre sus enemigos; y tercero, se le concedió que el día fuera alargado
en su duración para poder terminar victoriosos.

Josué no pensó que era suficiente con recibir aliento del Señor, aunque lo usó como
motivación para la lucha; tampoco se conformó con ver como Dios usaba las circunstancias
climáticas a su favor, aunque seguramente dio gracias por esa ayuda providencial; él se
atrevió a pedirle al Señor un milagro sin precedentes en medio de la batalla, y confió en que
Dios le respondería porque su lucha era conforme a Su voluntad; y fue así como el Señor
extendió la luz del día casi hasta lo que dura un día entero ¡Que milagro tan maravilloso!

Aunque esto muy probablemente no vuelva a suceder, si nos da la convicción plena de


poder orar a Dios en medio de nuestras luchas, para no conformarnos solo con el
maravilloso aliento del Espíritu de Dios a nuestros corazones, o con la ayuda providencial
de Dios que controla las circunstancias, sino para que también mantengamos la confianza
en que el poder de Dios se puede manifestar de forma milagrosa solamente con no dejar de
orar a Él en medio de la batalla.

¡No digamos que por lo recio de la lucha no podemos orar; por el contrario, si la batalla es
para la gloria de Dios, oremos más incesantemente, y veremos su poder actuar!
Día 11

LUCHA CONSTANTE

Josué 11:18-20 Por mucho tiempo tuvo guerra Josué con estos reyes. No hubo ciudad
que hiciese paz con los hijos de Israel, salvo los heveos que moraban en Gabaón; todo
lo tomaron en guerra. Porque esto vino de Jehová, que endurecía el corazón de ellos
para que resistiesen con guerra a Israel, para destruirlos, y que no les fuese hecha
misericordia, sino que fuesen desarraigados, como Jehová lo había mandado a
Moisés.

Cuando la lucha es larga, la victoria es más apreciada; y a los que están en Cristo la lucha
constante les genera bendiciones permanentes.

Aunque leer sobre la conquista de Israel a la tierra prometida solo tome unos minutos, la
lucha realmente duró mucho más; por ello en la misma Biblia se aclara que Josué tuvo
guerra por mucho tiempo con estos reyes. La razón de lo extendido de este tiempo fue muy
simple: La mayoría de los pueblos no quisieron buscar la paz con Israel; y el motivo detrás
de ello también es sencillo: Dios mismo endureció sus corazones para que sufrieran la
derrota como castigo por sus prácticas pecaminosas aberrantes.

Y este endurecimiento no fue en contra de su voluntad, sino que más bien fue el resultado
lógico de que Dios presionara sus corazones rebeldes a humillarse; así como sucedió con el
faraón egipcio en el tiempo de Moisés (Ex.7:13). Por ello debemos recordar siempre que
nuestras batallas en esta vida pueden prolongarse por la dureza del corazón humano.

Escuchar a una mujer cristiana decir que Dios transformó a su pareja; oír a un hombre
cristiano relatar como el Señor lo sacó de la bancarrota; leer sobre la forma en que Cristo
rescató a un joven de su adicción; todos estos relatos tienen algo en común con la historia
de la conquista de Josué: Tuvieron guerra por mucho tiempo.

No olvidemos que el salvo, el verdadero cristiano, es el que persevera hasta el fin; por ello,
¡Luchemos sin desmayar!, a pesar de lo largo de la batalla; porque en el camino
cosecharemos muchas bendiciones en Cristo.
Día 12

DERROTANDO EL MUNDO

Josué 12:1 Estos son los reyes de la tierra que los hijos de Israel derrotaron y cuya
tierra poseyeron al otro lado del Jordán hacia donde nace el sol, desde el arroyo de
Arnón hasta el monte Hermón, y todo el Arabá al oriente

Al hacer inventario de las victorias, en su lucha contra el mundo lleno de pecado, el


creyente certifica que no solo fue llamado a batallar, sino también a mostrar a Cristo como
el gran vencedor.

Fueron muchas las ciudades conquistadas por los Israelitas en Canaán; y aunque no se
conquistaron todas las que existían, esas victorias fueron suficientes para ratificar el favor
de Dios sobre Israel. Dios no solo los envió a vencer pueblos, los mandó a derrotar el
sistema idolátrico de esas tierras.

Esta misma actividad guerrera se le encomendó a los creyentes en Cristo, solo que ahora la
lucha es exclusivamente espiritual; pero el fervor, la valentía y el deseo de glorificar a Dios
debe ser el mismo; porque solo así se puede luchar para el Reino de los cielos.

La actitud de combate es lo que le hace falta a los cristianos que manifiestan enfriamiento
espiritual; porque su estado seguramente se debe al olvido de la batalla que diariamente se
libra entre el Reino de Dios y el reino de las tinieblas. Por ello cada cristiano debe recordar
su labor como soldado de la luz para llenarse de entusiasmo y ser impulsado a buscar la
presencia de Dios para llenarse de Su poder.

Esta lucha es por derrotar la tendencia pecaminosa que el diablo y sus ejércitos alientan en
nuestro corazón; esta lucha es por derrotar el sistema pecaminoso del mundo.

¡Vamos a batallar espiritualmente por establecer el Reino de Dios en Cristo; Él nos ha


asegurado la victoria final en Su nombre!
Día 13

DIOS ES NUESTRA HERENCIA

Josué 13:33 Más a la tribu de Leví no dio Moisés heredad; Jehová Dios de Israel es la
heredad de ellos, como él les había dicho.

Al tener la presencia de Dios, por medio de Jesucristo, se puede pasar toda clase de
necesidad; porque se tiene un tesoro que ninguno puede comprar.

Los levitas no recibieron una zona especial para habitar cuando Josué repartió las tierras
conquistadas; la razón de esto es que debían estar centrados en Dios como su mayor
provisión, y lógicamente como su proveedor.

Ellos habían sido separados de los demás para servirle a Dios en los oficios relacionados
con la adoración a Él; y aunque legalmente se les debía asignar ciertas ciudades para vivir,
no podían ser dueños de grandes extensiones de terreno, como si lo hacía cada una de la
demás tribus de Israel. Como su oficio era congregarse para servir a Dios, Dios mismo
debía ser su provisión para que realmente fuera su proveedor.

Y como hoy no existen grupos privilegiados dentro de los creyentes en Cristo, los que
viven valorando cada vez más al Señor son los que no solo disfrutan de un estado espiritual
más profundo, sino que también perciben cada vez más su mano proveyéndoles.

El cristianismo no consiste en simplemente creer que Dios nos da una herencia, consiste en
tener a Dios mismo, por medio de Jesucristo, como nuestra herencia; ya que de esa manera
todo lo demás nos llegará como una añadidura (Mateo 6:33).

Busquemos nuestra satisfacción en Cristo, para que Él mismo satisfaga nuestras


necesidades conforme a Su voluntad.
Día 14

LEALTAD QUE ENTUSIASMA

Josué 14:7-8 Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió
de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi
corazón. Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el
corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios.

Cuando alguien se dispone para serle fiel a Dios sirve de estímulo a los demás; y aunque
los otros no se dispongan a servir a Dios, él si se asegura el favor divino.

Caleb, cuarenta años atrás, cuando formó parte del grupo de doce espías que exploraron la
tierra prometida, no cayó en desobediencia a Dios; junto con Josué intentó alentar a los
Israelitas para que entraran a conquistar la tierra prometida, así esta estuviera llena de
ejércitos de guerreros gigantes. Pero lamentablemente el pueblo prefirió oír a los diez que
les transmitieron miedo, desconfianza y rebeldía en contra de Dios.

La disposición de Caleb, luego de vagar cuarenta años en el desierto, era la misma; y esto
era porque sus deseos de cumplirle a Dios permanecían intactos. A pesar de estar más viejo,
al igual que Josué, pudo vincularse en la conquista; y hasta se atrevió a decir a sus ochenta
y cinco años de edad: “Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era
mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra” (Josué 14:11).

No son muchos, pero los Caleb en medio del pueblo de Dios si son muy necesarios; son ese
tipo de personas que entre más difícil sea la circunstancia más fuertemente se disponen a
seguir en el nombre del Señor; son los que animan a los decaídos, alientan a los débiles y
exhortan a los desobedientes; son los que tienen claro que el objetivo del creyente es hacer
la voluntad de su Señor, así parezca imposible cumplirla.

Necesitamos ser como Caleb, valientes para obedecer a Dios y temerosos para
desobedecerle; para que así seamos de los que traen aliento a los demás creyentes.
Día 15

POSEYENDO LO CONQUISTADO

Josué 15:13-14 Mas a Caleb hijo de Jefone dio su parte entre los hijos de Judá, conforme
al mandamiento de Jehová a Josué; la ciudad de Quiriat-arba padre de Anac, que es
Hebrón. Y Caleb echó de allí a los tres hijos de Anac, a Sesai, Ahimán y Talmai, hijos
de Anac.

Entre mayores sean las luchas, mayores serán las recompensas; porque en Su justicia, Dios
sabe pagar bien a quienes más sacrifican por obedecerle.

Es sorprendente que Caleb, teniendo más de ochenta años, haya entrado directamente a
combatir a los anaceos que amedrentaron con su gran estatura al pueblo de Israel cuarenta
años atrás; es como si estuviera venciendo el temor que tiempo atrás dominó a su
generación; y por consiguiente conquistó lo que ninguno de su época pudo alcanzar: La
tierra de los gigantes.

Es más importante aún resaltar que, en medio de la repartición de las tierras a las diferentes
tribus de Israel, Josué le asignó a Caleb parte de lo que le correspondía a la tribu de Judá;
ya que esta era la recompensa por su gallardía al luchar contra los más grandes enemigos.
Lo que Caleb conquistó, lo poseyó.

En el cristianismo Dios sigue recompensando la labor de sus siervos; porque así la


salvación sea exclusivamente por la obra de Jesucristo, nuestras obras en Dios si generan
recompensas de Su mano. Lo que hay que mirar es que tan grande es nuestro esfuerzo por
servir al Señor, o cuanto de nuestra vida se ha comprometido para hacer su voluntad;
porque en el Nuevo testamento se enseña: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como
para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de
la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Colosenses 3:23-24).

Entonces, amar a los que nos aborrecen (Mateo 5:46-47), ayudar económicamente en
secreto a la obra de Dios (Mateo 6:1-4), orar sin que la gente nos escuche para alabarnos
(Mateo 6:6,16), y anunciar el evangelio de buena gana a quienes no pueden o no quieren
agradecérnoslo (1 Corintios 9:16-18), nos asegura una gran recompensa del mismo Señor;
porque es donde la mayoría falla, por temor al mundo o por no querer sacrificarse
totalmente para Dios. Y como ahora el terreno a conquistar es el corazón de las personas; al
disponernos a traer a Cristo a los más fuertes enemigos de Dios, el Señor nos recompensará
dándonos sus vidas para Él y dejándonos disfrutar de Su favor.

Al conquistar corazones para Cristo, sembrando la semilla del evangelio, no olvidemos que
“el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su
recompensa conforme a su labor” (1 Corintios 3:8). Entonces ¿Qué tan grande es su lucha
por servir al Señor? ¡Pues así será su recompensa!
Día 16

TAREAS POR COMPLETAR

Josué 16:10 Pero no arrojaron al cananeo que habitaba en Gezer; antes quedó el
cananeo en medio de Efraín, hasta hoy, y fue tributario.

Debemos encontrar las áreas que nos faltan por trabajar, o las luchas que nos faltan por
librar, para no permitir que el fervor por servir a Dios mengue; y así no acostumbrarnos a
vivir junto al riesgo enemigo que nos tienta a desobedecer al Señor.

Efraín era una de las dos tribus que se formaron de José, el hijo menor de Jacob; y como a
los descendientes de José se les entregó una parte de tierra que todavía tenía poblaciones
enemigas, ellos debían ocuparse en desplazarlas. Pero lamentablemente, junto con los otros
descendiente de José que eran de la tribu de Manasés, se empezaron a quejar por la poca
extensión de sus terrenos, comparándolos con los dados a otras tribus; a lo cual Josué les
respondió: “Tú eres gran pueblo, y tienes grande poder; no tendrás una sola parte, sino
que aquel monte será tuyo; pues aunque es bosque, tú lo desmontarás y lo poseerás hasta
sus límites más lejanos; porque tú arrojarás al cananeo, aunque tenga carros herrados, y
aunque sea fuerte” (Josué 17:17-18).

Esto es una muestra de lo que sucede hoy con los creyentes que miran lo que
supuestamente les falta, sin entender que nunca deben parar su trabajo en Dios. Así como
se debe seguir sembrando la tierra, para seguir cosechando; de igual modo se debe seguir
luchando en el nombre del Señor, para seguir recibiendo sus bendiciones.

Por lo general la queja delante de Dios es solo una forma de rehusarse a seguir luchando en
Su nombre. El Señor siempre nos deja tareas por realizar, enemigos por vencer y tierras por
conquistar; con el objetivo de evitar que nuestra vida deje de ser productiva, y para que
siempre tengamos que apoyarnos en Su poder y Su guía; pues así nunca nos enfriemos
espiritualmente.

En vez de quejarnos por lo que supuestamente nos falta por recibir, miremos que es lo que
aún debemos conquistar; y así agradaremos al Señor.
Día 17

JUSTICIA SIN GÉNERO

Josué 17:3-4 Pero Zelofehad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de
Manasés, no tuvo hijos sino hijas…Estas vinieron delante del sacerdote Eleazar y de
Josué hijo de Nun, y de los príncipes, y dijeron: Jehová mandó a Moisés que nos diese
heredad entre nuestros hermanos. Y él les dio heredad entre los hermanos del padre
de ellas, conforme al dicho de Jehová.

Dios mismo alienta a las mujeres para que busquen Su favor; porque en Cristo tanto el
varón como la mujer son beneficiados por Su gracia.

Este caso ya había sido expuesto delante de Moisés ante de morir, y Dios mismo ya le había
dirigido a darle su herencia a estas mujeres (Números 26, 27, 36); pero ahora, con Josué
como el nuevo líder, debían obtener su autorización.

Aunque fuera muy simple de exponer, por el ambiente de la época, el caso no era sencillo;
ya que la prioridad la tenían los hombres y ellas no tenían hermanos varones. Pero, para
bendición de ellas y sorpresa de todos, se les dio la herencia a este grupo de valientes
mujeres.

La realidad es que la Biblia si enseña la diferencia en la forma de ser entre hombres y


mujeres, la cual ratifican muchos científicos de la actualidad; pero reconoce la igualdad
espiritual ante Dios, ya que ambos necesitan de un salvador. Es por ello que el apóstol
Pablo escribió que en Cristo: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay
varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28); porque al
unirnos a Cristo recibimos las mismas bendiciones espirituales.

Por lo cual, aunque Dios mismo estableció la diferencia funcional entre hombres y mujeres,
delegándole diferentes roles en la familia, Él nunca disminuirá Su gracia en Cristo a causa
del género; es más, debido a su predisposición social a sufrir maltrato, el Señor cubre de
una forma especial a las mujeres.

Entonces, en lugar de sentirse menos por su género, o de alinearse en movimientos


feministas anti-bíblicos, la mujer debe gozarse en la voluntad de Dios sobre su vida y
clamar por justicia a Él.
Día 18

IMPORTANCIA DE LA INICIATIVA

Josué 18:3 Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para
venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres?

Por más grandes que sean las bendiciones recibidas en Cristo, solo las disfrutaremos en la
medida en que nos dispongamos a apropiarnos de ellas.

Por ese tiempo, siete tribus aún no habían tomado posesión de su herencia; permanecían
dentro de la tierra sin organizarse, sin distribuirse lo conquistado; tenían la tierra prometida
y no se disponían a tomar posesión para disfrutarla y ponerla a producir. Tal vez, se habían
acostumbrado a vivir todos juntos, sin asumir cada uno su parte de responsabilidad; y por
ello Josué tuvo que impulsarlos a tomar posesión.

Esta es una buena ilustración de lo que sucede con muchos creyentes en Cristo; que a pesar
de poder disfrutar de la paz, el gozo, la protección y la dirección de Dios, prefieren vivir
bajo la angustia, la tristeza, la inseguridad y la confusión que el mundo les ofrece. En vez
de usar las bendiciones que el Espíritu Santo les da como anticipo de su salvación eterna,
prefieren conformarse con esperar hasta el día en que Cristo venga a llevarlos al cielo para
disfrutar de Su presencia.

Apliquémonos la pregunta que Josué le hizo a estas siete tribus: ¿Hasta cuándo seremos
negligentes para apropiarnos de todas las bendiciones que Cristo conquistó para nosotros?
Y tratemos de responder: A partir de hoy echaremos mano de lo que Cristo conquistó para
darnos vida en abundancia.

No esperemos a que Dios nos exhorte, tomemos la iniciativa de ir hasta Él y asumir Sus
beneficios a través de la oración y la meditación de su Palabra.
Día 19

LUCHAR POR LO QUE FALTA

Josué 19:47 Y les faltó territorio a los hijos de Dan; y subieron los hijos de Dan y
combatieron a Lesem, y tomándola la hirieron a filo de espada, y tomaron posesión
de ella y habitaron en ella; y llamaron a Lesem, Dan, del nombre de Dan su padre.

El verdadero creyente en Dios no vive quejándose por lo que no tiene, sino luchando por
conseguirlo conforme a la voluntad de su Señor.

En vez de enojarse con Josué, quejándose por el territorio que les faltaba, la tribu de Dan
asumió que debía luchar por conquistar esa porción de tierra; y fue así como Dios los
bendijo con la victoria.

Una actitud correcta ante las necesidades siempre llevará al creyente a movilizarse por la
fe, en vez de estancarse en la duda y la queja. Es en esos momentos que se conoce que tanta
confianza tenemos en Dios; y al mismo tiempo, se nos da la oportunidad de ejercer nuestra
posición espiritual como guerreros del Altísimo.

Luchar en el nombre del Señor es más que mencionarlo a Él mientras hablamos, y más que
repetir Su nombre mientras oramos; es confiar en Su poder para guiarnos y capacitarnos en
la lucha por suplir nuestras necesidades.

Claro, al igual que Jesús ganó la batalla orando en el Getsemaní antes de su crucifixión, así
mismo debemos vencer nuestro miedo e incredulidad primero en oración, para luego
levantarnos a conquistar en Su nombre.

Por ello debemos escoger entre dejarnos paralizar por los faltantes o batallar en oración y
acción por suplirlos.
Día 20

REFUGIO EN DIOS

Josué 20:9 Estas fueron las ciudades señaladas para todos los hijos de Israel, y para el
extranjero que morase entre ellos, para que se acogiese a ellas cualquiera que hiriese
a alguno por accidente, a fin de que no muriese por mano del vengador de la sangre,
hasta que compareciese delante de la congregación.

Por difícil que sea la circunstancia, Dios sabe cuidar a quienes son perseguidos sin causa;
Él es nuestra justicia y nuestro refugio.

Las ciudades de refugio eran la alternativa para quienes estaban siendo perseguidos sin
causa; allí se podían resguardar de sus perseguidores mientras se les hacía un juicio justo;
allí debían ser protegidos durante su estadía.

Este mecanismo de asilo muestra el cuidado de Dios sobre las personas, especialmente
sobre quienes son inocentes; porque, a pesar de la dureza de Sus leyes para con el pecador,
Dios siempre procura exaltar y guardar al que actúa justamente.

Aunque hoy ya no tenemos esas ciudades, seguimos teniendo al mismo Dios protector; el
cual, a través de Cristo, promulgó: “Bienaventurados los que padecen persecución por
causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:10).

Ya no debemos esperar ser protegidos por los muros de una ciudad, sino por la presencia
misma de Dios; ya que por la fe en Cristo llegamos a formar parte de su Reino; y si somos
perseguidos sin causa, Él mismo nos hace justicia; y si llegamos a padecer hasta morir por
algo que no cometimos, heredaremos un refugio eterno en Su presencia celestial.

Sea que vivamos o muramos, del Señor somos; y si somos perseguidos, Él nos será nuestro
refugio.
Día 21

REPOSO EN DIOS

Josué 21:44 Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a
sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová
entregó en sus manos a todos sus enemigos.

Solo Dios puede dar descanso en medio de la lucha de este mundo; porque además de
guiarnos en cada batalla, el Señor nos alivia con Su maravillosa presencia.

Luego de que Josué terminara de repartir la tierra prometida, los Israelitas descansaron de
sus luchas; y aunque esta paz no les duró por mucho tiempo, debió haberlos confortando
grandemente.

El autor de la carta a los hebreos escribió: “Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no
hablaría después de otro día. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios” (Hebreos
4:8-9); y esto fue escrito para recordarnos que el verdadero reposo, el descanso real, lo da el
Señor Jesucristo, por medio de la fe en Él.

Hoy más que nunca, en esta era tan agitada, donde todos viven en afanes, necesitamos el
reposo que solo Jesús puede dar. Este reposo viene al saber que nuestro pecado, que es el
motor del afán y la ansiedad, es pagado por Cristo en la cruz; reposamos porque el Espíritu
Santo nos da convicción de haber sido reconciliados con Dios, lo cual nos da una paz que
sobrepasa todo entendimiento y la capacidad de ser libres de la esclavitud al pecado, para
que el mundo ya no nos pueda torturar con su afán.

El creyente en Cristo encuentra reposo al orar, y al estudiar la Biblia; porque así reorganiza
sus prioridades dando preminencia al Señor y confiando en Él para el sustento de todas sus
necesidades.

No olvide que el Señor Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados,
y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
Día 22

FRUTO DEL SACRIFICIO

Josué 22:3-4 No habéis dejado a vuestros hermanos en este largo tiempo hasta el día
de hoy, sino que os habéis cuidado de guardar los mandamientos de Jehová vuestro
Dios. Ahora, pues, que Jehová vuestro Dios ha dado reposo a vuestros hermanos,
como lo había prometido, volved, regresad a vuestras tiendas…

El Señor sabe recompensar a quienes sacrifican sus vidas por ayudar a los demás; a su
debido tiempo retribuye su fidelidad por servir conforme al mandato y ejemplo de Cristo.

Luego de terminar de repartir las tierras, Josué envió a sus hogares a las dos tribus y media
que pelearon junto a las otras a pesar de que ya tenían su posesión asegurada. ¡Qué muestra
de fidelidad, integridad y compromiso con el pueblo de Dios!

Estos Israelitas podían haber encontrado excusas para no dejar lo suyo por ir en busca de lo
de otros; y como muchos hacen hoy en día, pudieron haber huido de su compromiso, pero
prefirieron luchar. Se sacrificaron por el bien de otros y así glorificaron al Señor.

Así mismo desea el Señor que hagamos hoy; que dejemos a un lado el egoísmo y la
avaricia, y que luchemos por bendecir a otros; para que la recompensa nos llegue por seguir
el ejemplo de nuestro salvador; el cual, no aferrándose a su condición divina, se hizo
hombre para morir por nosotros en la cruz (Filipenses 2:3-8).

Nadie ha obtenido mayor recompensa que Jesús, porque nadie ha sacrificado tanto por
otros. Si realmente desea ver la mano de Dios sobre su vida, debe entregarse a Cristo y
andar como Él anduvo.
Día 23

PROTEGIENDO EL ALMA

Josué 23:11 Guardad, pues, con diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová
vuestro Dios.

La batalla más grande que podemos librar es la de mantener nuestro corazón dispuesto para
Dios, recordando que para esto nunca se nos animará en el mundo; ya que a causa de
nuestra debilidad humana siempre debemos procurar una total y verdadera entrega.

Estas palabras de Josué fueron dirigidas al pueblo durante su vejez, cuando ya llevaban
años de disfrutar la tierra prometida. Este hombre de Dios sabía que la lucha debía
continuar, pero ahora sería para mantener el corazón de los Israelitas bajo el dominio del
Señor.

En esta solicitud para que se mantuvieran fieles a Dios, Josué se basó en que debían seguir
agradecidos por las victorias que el Señor les había concedido; y para que su corazón no se
apartara de Dios, les recomendó esforzarse por no dejar la lectura de la ley, para que
siguieran viendo la mano protectora y proveedora del Señor sobre sus vidas; porque si no lo
hacían, seguramente terminarían por desobedecer a Dios y serían abandonados a sus
fuerzas humanas.

Igualmente a los creyentes en Cristo de la actualidad se nos manda a permanecer apegados


a Dios por medio de Su palabra, estudiando diligentemente la Biblia; ya que de ella sale la
voz de Dios para nosotros, la cual nos alerta para que no caigamos en desobediencia al
Señor.

Por no seguir esta recomendación, la cual Cristo expresó como: “Escudriñad las escrituras”
(Juan 5:39), es que muchos cristianos terminan por contaminarse con el mundo, perder el
gozo de la salvación y caer en la disciplina correctiva de Dios.

Recuerde, permanecer en Cristo es permanecer en su Palabra. Solo así se protege realmente


el alma. ¿Está usted protegido?
Día 24

DECISIÓN RADICAL

Josué 24:15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los
dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a
los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a
Jehová.

La vida del creyente en Cristo es el resultado de una decisión plena y sostenida hasta el día
de su muerte, la de servir a Dios, sin caer en las tradiciones idólatras de sus antepasados, ni
en los engaños idolátricos de la sociedad moderna.

Josué debía confrontar a sus antecesores antes de morir, ellos debían entender que su vida
era el resultado de la fidelidad de Dios hecha realidad a través de su consagración y la de su
familia; ellos debían decidir a quién servirían, porque su futuro dependía de ello; y Josué se
los demandó recordándoles las victorias que Dios les había dado desde el día que llamó a su
antepasado Abraham.

Así mismo debemos ser confrontados continuamente hoy; necesitamos ser retados por
aquellos que han demostrado y demuestran una vida consagrada a Cristo; necesitamos que
se nos alerte ante la tentación de servir a otro diferente al verdadero Dios.

Es irremediable que al dejar de servir plenamente al Señor conforme a Su palabra vayamos


levantándonos “dioses” ajenos; y para ello apelamos a los errores de nuestros antecesores o
a la filosofía idolátrica moderna. Hasta los valores más loables como la libertad, la paz, la
felicidad, el bienestar y la justicia, pueden convertirse en ídolos, si no vivimos
voluntariamente sometidos a la soberanía de Dios.

Esta decisión, más que cualquier otra, afectará a nuestra familia; y si la posponemos,
terminaremos por someternos al señorío de alguien o de algo diferente a nuestro Dios; por
ello, aunque usted ha decidido muchas cosas con firmeza, le pregunto ¿Está comprometido
con Cristo al punto de consagrarle su vida y la de su familia por encima de la opinión del
mundo?

Su vida eterna y la de su familia dependen de que usted y su casa sirvan al Señor, antes que
al mundo y sus deleites.
Día 25

APOYADOS EN DIOS O EN LOS HOMBRES

Jueces 1:2-3 Y Jehová respondió: Judá subirá; he aquí que yo he entregado la tierra en
sus manos. Y Judá dijo a Simeón su hermano: Sube conmigo al territorio que se me
ha adjudicado, y peleemos contra el cananeo, y yo también iré contigo al tuyo. Y
Simeón fue con él.

Cuando Dios manda a sus hijos, los capacita para cumplir Su voluntad; pero frente al temor
muchos buscan apoyo humano, y esto termina por desviarlos del propósito divino.

Los Israelitas preguntaron a Dios para saber cuál tribu iría a la guerra primero; pero cuando
Él respondió, la tribu escogida prefirió apoyarse en otra tribu; ellos tuvieron miedo,
desconfiaron del Señor. Aun así, obtuvieron la victoria; pero su forma de ver la guerra
empezó a cambiar; empezaron a dejar de expulsar o exterminar por completo a sus
enemigos, haciendo caso omiso a la voluntad de Dios; comenzaron a dar más importancia
al criterio humano.

La misma escritura registra que “cuando Israel se sintió fuerte hizo al cananeo tributario,
mas no lo arrojó” (Jueces 1:28); y esto fue el principio de su desviación de la voluntad de
Dios. Así mismo sucede con cada creyente en Cristo, cuando desconfía del poder de su
Señor; pues por más que Él lo haya fortalecido, empieza a depender de sus alianzas
humanas y genera un camino por el cual termina yendo lejos de Dios.

Imagínese, solo por un instante, que Cristo hubiera aceptado el consejo de Pedro y no se
hubiera dejado arrestar y crucificar; o si se hubiera dejado ayudar de Poncio Pilato, para ser
liberado en lugar de Barrabás; o si sucumbiendo ante la burla de la gente, se hubiera bajado
poderosamente de la cruz. En cualquiera de estas situaciones podríamos haber dicho que
temió hacer la voluntad de Dios y se apoyó en los hombres; ¡Pero no sucedió así;
poderosamente, él confió en su Padre eterno y nos salvó al obedecer!

No importa cuales sean las circunstancias particulares de cada uno, porque para todos Dios
tiene una aplicación específica de Su soberana voluntad; la clave radica en no añadir ni
quitar de lo que Él nos demanda, porque solo así quedamos a merced de Su poder y no de
nuestro esfuerzo humano.

¿En quién se apoya usted para hacer la voluntad de Dios?


Día 26

UN SIERVO DE DIOS NO ES DIOS

Jueces 2:18-19 Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los
libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era
movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.
Más acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus
padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no
se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino.

Una persona conforme al corazón de Dios puede ser su respuesta a la oración, pero nunca
debe confundirse con el Dios que la envió, para que no nos descarriemos cuando falte.

Los Jueces en Israel, luego de muerto Josué, llegaron a ser vistos como hoy se hace con
muchos líderes cristianos; se les obedecía al ver que Dios andaba con ellos, pero tan pronto
morían se pasaban al olvido junto al Dios que predicaban. Los Israelitas preferían servir a
los “dioses” de los pueblos paganos mientras el Dios verdadero no se hiciera evidente a
través de un gobernante lleno de Su gracia.

Hoy, lastimosamente, pasa lo mismo en el ámbito de las Iglesias cristianas modernas; ya


que muchas de ellas viven lejos del Señor, sin el fuego de Su santidad y de Su amor; hasta
que en su misericordia Dios les envía líderes llenos de Su gracia. Pero, al igual que Israel
en el tiempo de los jueces, solo están cambiando de ídolo; dejando momentáneamente las
personas, actividades y cosas que reinaban en su corazón, para seguir a una persona
diferente a Cristo. Entonces, por ungido que sea el individuo, algún día este se va o se
muere; y los que lo idolatraban vuelven a su antigua vida.

Dios está levantando en todo lugar líderes llenos de Cristo, conforme a su Palabra, que
lideren a la gente que se autodenomina cristiana y la confronten con su pecado; pero eso no
es todo lo que falta. Lo que realmente falta es que los cristianos dejen de entretenerse con
las personas carismáticas y se enfoquen en amar, servir y proclamar a Jesús; ya que el no
hacerlo ha servido para que surjan muchos líderes falsos, cuyos espectáculos “espirituales”
atraen a muchos, y los usan para beneficiarse financieramente.

Para no exaltar a alguien por encima de Jesús, recordemos lo que Él mismo enseño que sus
siervos debían pensar de sí mismos: “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo
que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer,
hicimos” (Lucas 17:10)
Día 27

LUCHAR CONTRA EL MUNDO O ALIARSE CON ÉL

Jueces 3:1, 4 Estas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar con ellas a
Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán… Y
fueron para probar con ellos a Israel, para saber si obedecerían a los mandamientos
de Jehová, que él había dado a sus padres por mano de Moisés.

Solo existen dos formas de vivir en el mundo: Luchando en contra de su tendencia


pecaminosa, o aliándonos con él para dejar de sufrir en esta vida; y el verdadero creyente
en Cristo siempre escoge la primera.

Para Israel no fue sencillo saber que debía vivir en medio de sus enemigos, y mucho menos
cuando Dios mismo les ratificó que esto venía de parte de Él para mostrarles si realmente
deseaban vivir bajo Su voluntad.

Es muy sencillo, las pruebas no están puestas por Dios para que Él sepa lo que hay en
nuestro corazón, pues Él ya lo sabe; las pruebas están puestas para que entendamos nuestras
debilidades y rebeliones, y dependamos de Él para luchar contra el mundo.

Solo existe otra opción cuando no peleamos contra el mundo, unirnos a él; y esto es lo que
la mayoría de la gente hace, porque no quieren sufrir, no quieren luchar ni glorificar
realmente a Dios. Así hizo Israel, cuando no tenían un líder que los dirigiera en la batalla,
preferían unirse a sus enemigos para practicar todo lo que Dios aborrecía.

Hoy sabemos que las personas no son nuestros enemigos, pero el sistema pecaminoso del
mundo que se rebela contra Dios si lo es; y si queremos santificar a Dios no podemos bajar
la guardia, debemos apegarnos más a Cristo por medio de la oración y del estudio de su
Palabra, debemos glorificarlo en medio de esta generación tan parecida a la de los tiempos
de Noé (Marcos 24:37-39; Lucas 17:26-27).

Vivir para Cristo, y no para el mundo, es demostrar que realmente se entiende y se valora lo
que Cristo hizo para salvarnos; es luchar en Su nombre y con Sus fuerzas.
Día 28

DIOS ESCOGE A QUIEN QUIERE

Jueces 4:4, 9 Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer
de Lapidot… Ella dijo (a Barac): Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada
que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose
Débora, fue con Barac a Cedes.

Ni la discriminación social, ni la debilidad de carácter, sirven de excusa para dejar de servir


a Dios; pues Él se encarga de capacitar y dar gracia a quien escoge.

La vida de Débora, una líder Israelita del tiempo de los Jueces, muestra como el Señor
capacita a alguien para servirle a pesar de los prejuicios sociales de la época; ya que ese
tiempo no era bien visto el liderazgo de una mujer. Al mismo tiempo, a pesar de haber sido
impulsado por Débora, y precisamente por esto mismo, la vida de Barac corrobora que Dios
no necesita personas perfectas sino obedientes, y nos recuerda que el liderazgo masculino
siempre se debe procurar conforme al plan divino (1 Timoteo 3:1-7).

Es importante que Dios mismo sea quien nos revele nuestro llamado, para que lo ejerzamos
en sus fuerzas, sin temer lo mucho que el mundo o nuestra carne se opongan. Esto no se
trata de subir nuestra estima propia, se trata de estimar a Dios por encima de nuestras
debilidades y temores; y entonces actuar en obediencia.

El obediente no es aquel que se cree suficientemente capaz de actuar en el nombre del


Señor, sino el que sabe valorar la voluntad de Dios por encima de su debilidad humana.
Esto es fe; porque tal como lo dijo Cristo, de la fe no se necesita sino un grano de mostaza
(Mt17:20: Lc17:6), si se enfoca en el poder del que nos dirige y no en nosotros.

Cerciórese de su llamado en Dios, certifique por la Biblia si realmente su fe esta puesta el


Salvador, busque en oración Su voluntad particular para su vida y ¡obedézcala!

“Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia”
(Romanos 9:16) ¡Dios escoge a quien Él quiere!
Día 29

CANTANDO SIN TEMOR

Jueces 5:3 Oíd, reyes; escuchad, oh príncipes; yo cantaré a Jehová, cantaré salmos a
Jehová, el Dios de Israel.

Expresar nuestros sentimientos al Señor, agradeciendo Su favor a través de Jesucristo, no


debe ser limitado por la influencia humana; porque los grandes de la tierra no pueden
salvarnos ni condenarnos eternamente, ya que ellos también necesitan conocer al verdadero
Dios.

El canto de Rebeca fue promulgado ante los líderes de Israel, luego de vencer a los
gobernantes enemigos; esta fue una expresión sincera de un corazón que alababa a Dios sin
temor, porque entendía y había experimentado el dominio del Señor sobre los poderosos de
la tierra.

El canto debe ser una expresión del corazón; y aunque muchos solo lo usen para exaltar al
mundo, a sus líderes y sus perversiones, el cristiano lo usa para proclamar sin temor la
grandeza del Señor.

No es irreverencia promulgar los atributos de nuestro salvador cantando; por el contrario,


en vez de vivir tapándonos los oídos ante las vivencias pecaminosas que se promulgan sin
temor, debemos levantarnos y abrir nuestras bocas en cantos y expresiones artísticas
valientes que proclamen a nuestro Dios.

Peor aún sería usar las excelencias del arte para dejarnos llevar por el mundo, solo con la
excusa de que el arte no es bueno ni malo en sí mismo; pero realmente no es así, ya que
quien compone una canción, y quien la canta, la usan como mecanismo para derramar su
corazón; y este corazón, según Cristo, o es bueno y de él salen buenas cosas, o es malo y de
él sale pecado (Mateo 12:35).

Piénselo, ¿Dejaremos que solo el mundo cante y nos quiera enseñar como bueno lo que
Dios aborrece? ¿O como Rebeca levantaremos nuestro canto al Señor, sin importar quien se
incomode?
Día 30

LA FUERZA DE DIOS EN NOSOTROS

Jueces 6:14, 16 Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de
la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré
contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.

No importa lo débiles que estemos en nuestra humanidad; porque cuando estamos en


Cristo, y nos aseguramos de cumplir Su propósito, nuestras fuerzas pasan a ser las del
Señor; porque Él está con nosotros.

Realmente Gedeón temía a los madianitas, pero al mismo tiempo clamaba a Dios; y
esperando la confirmación de Dios para guiar a los Israelitas en Batalla, después que
recogió lo que tenía para que no se lo robaran, fue guiado por el Señor a derribar el altar de
los “dioses” paganos y a usarlo como leña en su ofrenda a Jehová (Jueces 6:25-31). En
medio de su temor humano, Gedeón ejercía “su fuerza” por obra de Dios; pues el Señor fue
quien lo envió y acompañó; esta fuerza era la fuerza del Señor para salvar.

Así también pasa con muchos creyentes que viven escondiendo lo que creen que perderán y
piden a Dios confirmaciones de Su voluntad (Jueces 6:36-40), pero que, aun así, se atreven
a confrontar el pecado del mundo y de los que se dicen cristianos. Esto es señal de que sus
fuerzas son las que el Señor da con la presencia del Espíritu Santo para batallar contra un
mundo que busca oprimirnos por medio del pecado (Jueces 6:34-35).

Dios sigue invitándonos a usar nuestra vida y nuestras fuerzas para glorificarlo; pero
debemos asegurarnos de estar cumpliendo Su propósito, para que nuestra fuerza sea el
poder de Dios en nosotros (2 Corintios 12:9-10).

Hoy, la voz del Señor se dirige a cada uno de los verdaderos creyentes en Cristo: “¿No te
envío yo?...Ciertamente yo estaré contigo”
Día 31

DIOS NO COMPARTE SU GLORIA

Jueces 7:2 Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo
entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo:
Mi mano me ha salvado.

Al ver que los recursos son pocos, podemos llegar a pensar que aún no es el tiempo de
Dios, o que nos estamos arriesgando sin que Él nos acompañe; pero muchas veces el Señor
mismo es quien nos despoja de toda posibilidad humana, para que Su gloria sea evidente en
nuestra victoria y ninguno se atreva a reclamarla.

Dios mismo le dio las estrategias a Gedeón para que redujera a su ejército, llevándolo de
32000 a 300; lo cual era, y sigue siendo, ilógico para el pensamiento humano; porque se
hace inconcebible que un general llegue a pensar que reduciendo el número de sus soldados
ganará la batalla; pero por increíble que suene, así sucedió; y Dios fue quien le dio la
victoria.

Luego de corroborar que los madianitas estaban llenos de temor hacia Israel y hacia él,
Gedeón adoró al Señor y convocó su ejército con seguridad, proclamando “Jehová ha
entregado el campamento de Madián en vuestras manos” (Jueces 7:15). Sencillamente
entendió que Dios mismo se glorificaría a pesar de que fueran tan pocos; y así mismo,
usando tácticas totalmente diferentes a las que comúnmente se usan en la guerra (Jueces
7:16-22), pero dirigido por el Señor, Gedeón obtuvo la victoria.

Para el creyente en Cristo sigue siendo igual; Dios no le permitirá nunca a ninguno de sus
hijos que se lleven la gloria por lo que sucede en sus vidas; y por ello Él siempre buscará
acondicionar las circunstancias de tal forma que se haga evidente Su poder sobrenatural
para librar a Su pueblo.

Tentaciones continuas, escasez de recursos, persecuciones injustas, dolencias físicas,


pérdidas de seres queridos, y cualquier otra circunstancia adversa, solo son mecanismos que
Dios usa para hacer brillar Su gloria en quienes nos sometemos al señorío de Cristo.

En vez de cuestionar al Señor por las circunstancias, debemos creer como Gedeón que Dios
va glorificarse grandemente, adorándolo y obedeciéndole; ¡Porque de Él, y solo de Él, es
toda la Gloria!
Día 32

DIOS NO COMPARTE SU SEÑORÍO

Jueces 8:22-23 Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y tu hijo, y tu
nieto; pues que nos has librado de mano de Madián. Mas Gedeón respondió: No seré
señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará: Jehová señoreará sobre vosotros.

A la menor posibilidad de enseñorearse sobre los demás, el verdadero creyente reacciona


proclamando que solo Dios es el Señor de todo ser; porque sabe que alguien que se somete
a Dios por completo se sujetará a las autoridades que su mismo Señor a establecido sobre
él.

Esta expresión de Gedeón fue pronunciada en un momento en que todo Israel lo admiraba
como líder militar, y por ello es de gran importancia como ejemplo para los cristianos de
nuestra generación; ya que hoy, por la masividad de los medios de comunicación, un
perfecto desconocido puede llegar a ser un gran héroe mundial en cuestión de instantes;
pero esto no debe deslumbrar al hijo de Dios.

Al igual que Gedeón, el verdadero cristiano debe proclamar: ¡No seré señor, Jehová
señoreará! Y esto no significa que un cristiano no pueda ejercer un cargo de liderazgo
dentro de su Iglesia, o dentro de la sociedad en general; significa que debe hacerlo con
sensatez, tal como Cristo se lo exigió a los apóstoles diciendo: “Sabéis que los gobernantes
de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad;
mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será
vuestro servidor” (Mateo 20:25-26).

Un ejemplo claro de cómo entendieron esto los apóstoles, fue cuando Pablo, a pesar de su
autoridad, no obligó a los creyentes a que lo sostuvieran económicamente (2Ts3:7-9);
porque sabía que en la medida en que ellos se sometieran a Dios, le respetarían, le
obedecerían y le ayudarían económicamente como siervo del Señor que era.

No tratemos de Señorear, busquemos servir; y ¡Dios será exaltado como Señor!


Día 33

TODO TIENE CONSECUENCIAS

Jueces 9:19-20 si con verdad y con integridad habéis procedido hoy con Jerobaal y con
su casa, que gocéis de Abimelec, y él goce de vosotros. Y si no, fuego salga de
Abimelec, que consuma a los de Siquem y a la casa de Milo, y fuego salga de los de
Siquem y de la casa de Milo, que consuma a Abimelec.

Al actuar, el hijo de Dios entiende que es justo recibir las consecuencias de sus acciones;
por lo cual procura ser íntegro, recto y sincero.

Luego de matar a todos los hijos de Gedeón (Jerobaal), Abimelec fue confrontado por
Jotam (el único que sobrevivió); y luego de narrarle una parábola sobre árboles, proclamó
que Abimelec se enfrentaría al pueblo que lo respaldó y que el mismo pueblo destruiría a
Abimelec. Jotam huyó, pero sus palabras describieron lo que luego aconteció: Abimelec
murió a manos del pueblo que lo ayudó a levantarse en contra de los que gobernaban en ese
entonces.

Aunque no acontece así en todos los casos, lo normal es que las consecuencias de nuestros
actos nos alcancen. Pablo lo escribió así: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues
todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gal. 6:7); y aunque esto lo decía
específicamente para que “El que es enseñado en la palabra haga partícipe de toda cosa
buena al que lo instruye” (Gal. 6:6), se puede aplicar a todos los aspectos de nuestra vida.

El amor a la fama, al poder, al placer o a cualquier otra cosa, puede llevarnos a actuar en
contra de la voluntad de Dios; y entonces, lo más lógico, y lo que realmente nos acerca a
Dios, es que padezcamos las consecuencias de nuestro pecado; porque así será más clara la
condición de la cual debemos ser salvados y buscaremos al Señor con mayor denuedo.

Si Cristo es nuestro salvador, no cuestionaremos el que la consecuencia de nuestros


pecados nos alcancen; sino que lo apreciaremos, para que “No nos cansemos, pues, de
hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9)
Día 34

ORAR Y ACTUAR

Jueces 10:15-16 Y los hijos de Israel respondieron a Jehová: Hemos pecado; haz tú con
nosotros como bien te parezca; sólo te rogamos que nos libres en este día. Y quitaron
de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron a Jehová; y él fue angustiado a causa de la
aflicción de Israel.

Al pedir algo a Dios en oración, el creyente actúa conforme a su petición; porque sabe que
no solo necesita la mano de Dios actuando en sus circunstancias, sino que principalmente la
necesita transformando su corazón.

El pueblo de Israel volvió a clamar a Dios por liberación de sus enemigos; pero ya se les
había vuelto costumbre el serle infieles al Señor; y luego, al venir la opresión de otros
pueblos como consecuencia, clamaban al Señor y Él los libraba a través de un líder lleno de
Su poder; pero esto solo duraba unos años y luego volvían a hacer lo mismo.

Por ello, en esta ocasión, cuando clamaron, Dios les respondió que no los libraría, que más
bien clamaran a sus “dioses” paganos (Jueces 10:13-14); ante lo cual el pueblo siguió
orando, y actuaron conforme a su oración, quitando de en medio de ellos la idolatría y
obedeciendo los mandatos del Señor.

En nuestros días debe pasar igual; un creyente no puede orar para que Dios lo libere de las
consecuencias de su pecado y al mismo tiempo seguirlo practicando; no puedo orar para no
quedar sin empleo y seguir siendo negligente para trabajar; no puedo orar por buenas
calificaciones y seguir sin estudiar para los exámenes; no puedo orar por la restauración de
mi familia y seguir siendo un cónyuge infiel; no puedo orar por libertad financiera y seguir
mal gastando el dinero; no puedo orar por que Dios se manifieste en mi vida y seguir sin
dedicarle tiempo de calidad a Él; todo esto es ilógico y por ello debemos evaluar si nuestra
actitud está coordinando con nuestras peticiones a Dios.

Pero simultáneamente, junto con actuar de forma coherente a mi oración, no puedo dejar de
orar, no puedo dejar de apelar a la misericordia de Dios en Cristo; porque en 1ª de Juan 2:1
se me enseña: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno
hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”.

Mi pecado debe inclinarme a buscar al salvador, en vez de alejarme de Él; porque Él no


solo me puede liberar de las consecuencias de mi desobediencia, sino que en medio de la
oración, puede transformar mi corazón, ¡haciendo que mi oración se vuelva acción!
Día 35

PROTEGER EL REGALO DE DIOS

Jueces 11:24 Lo que te hiciere poseer Quemos tu dios, ¿no lo poseerías tú? Así, todo lo
que desposeyó Jehová nuestro Dios delante de nosotros, nosotros lo poseeremos.

Aunque la salvación en Cristo nos ha sido dada sin merecerla, nuestra obligación es apelar
al poder de Dios para no ceder al mundo ningún área de nuestra alma conquistada por el
Señor.

Jefté, luego de ser convencido por los líderes de Galaad, se dispuso a batallar en contra de
los amonitas; pero antes desarrolló un dialogo con ellos a través de mensajeros, y en su
lucha por convencerlos les expuso como la nación de Israel no quería en un principio luchar
contra ellos, pero que a causa de que ellos los atacaron Dios se los entregó a los judíos
junto con sus tierras 300 años atrás; y si Dios se los dio, debían cuidarlo.

Hoy no somos enviados a luchar por conquistar tierras, sino por derrotar y desalojar de
nuestro corazón todas las obras contrarias al reino de Dios. El terreno es nuestra alma; la
cual, cuando se es cristiano, ha sido conquistada por el Salvador a través de la obra del
Espíritu de Dios para desalojar de ella todo pecado y liberarla del dominio de satanás.

Entonces, debemos ocuparnos en nuestra salvación con temor y temblor (Fil.2:12); porque
ese es el querer y el hacer que Dios produce en el creyente conforme a Su voluntad
(Fil.2:13). Dios mismo se encarga de sembrar en nosotros ese celo por permanecer en
santidad, luchando en contra de las tentaciones y adversidades a través de las cuales se nos
quiere arrebatar nuestra libertad del pecado.

El verdadero creyente en Cristo no permanece pasivo, pensando que es de lo más normal


caer en tentación, porque nadie es perfecto y porque Cristo ya pagó por él en la Cruz; por el
contrario, sin dudar de la obra completa de Cristo, se levanta a batallar en contra del pecado
en su vida, porque sabe que no debe devolverle al diablo ninguna de las áreas en que Cristo
lo liberó.

¿Protege usted el estado de gracia que Cristo ganó para su vida? Si es así, su lucha
concuerda con lo que Pablo escribió: “Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo
viviremos aún en él?” (Romanos 6:2).
Día 36

PELEAS ENTRE HERMANOS

Jueces 12:3 Viendo, pues, que no me defendíais, arriesgué mi vida, y pasé contra los
hijos de Amón, y Jehová me los entregó; ¿por qué, pues, habéis subido hoy contra mí
para pelear conmigo?

Aunque la persecución sobre él sea injusta, el creyente debe evitar al máximo todo tipo de
conflicto con los demás; especialmente cuando la discordia es con otros creyentes.

Este es uno de los pasajes más tristes de la escritura, porque muestra a los Israelitas
guerreando contra ellos mismos por la tierra prometida; y la causa sencillamente era una
victoria de Jefté sobre el pueblo enemigo, la cual fue vista con malos ojos por la tribu de
Efraín al no ser invitados a la lucha. Paradójicamente, estos mismos que reclamaron, no lo
apoyaron anteriormente cuando se los pidió; ¡Que cuadro tan lamentable! Peleando entre
ellos en vez de hacerlo contra sus enemigos.

Entre familiares, entre amigos, entre vecinos, entre compañeros de trabajo, entre parejas y
hasta entre hermanos en Cristo, siempre habrá motivos para entrar en conflicto; pero
siempre, a pesar de las razones de los mismos, se incrementarán en la medida en que no se
contempla la labor del otro en favor del bien común. Siempre que se llegue a extremos
lesivos será por dar prioridad a los deseos egoístas que no dejan que las situaciones se
manejen según la voluntad de Dios.

No debemos excusarnos detrás de la mala actitud de otros, especialmente si también son


cristianos; por el contrario, debemos orar a Dios por sabiduría, para no reaccionar en
nuestra humanidad sino saber cuándo y cómo hablar con quienes se da el conflicto, pasando
por alto la falta para evitar inconvenientes mayores, mientras Dios nos concede el momento
oportuno para reconciliarnos.

Sigamos la guía de la biblia: “No seáis sabios en vuestra propia opinión. No paguéis a
nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en
cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres” (Romanos 12:16-18).
Día 37

DEPENDENCIA EN ORACIÓN

Jueces 13:8 Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel
varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que
hayamos de hacer con el niño que ha de nacer.

A quien ora conforme a la voluntad de Dios no le cuesta creer lo que el Señor le ha


prometido; pero sin embargo continua orando, porque sabe que depende de las fuerzas,
guía, protección y sabiduría divinas para recibir y administrar lo prometido por Dios.

La primera aparición del Ángel de Jehová para anunciar la concepción de Sansón fue ante
su madre, ella recibió las indicaciones necesarias para que su hijo fuera consagrado a Dios
desde su nacimiento; pero como Manoa, su padre, no se encontraba allí en ese momento, él
decidió orar a Dios por una nueva aparición que le orientara sobre como criar al muchacho.

Manoa le dio un uso correcto a la oración y por ello “Dios oyó la voz de Manoa; y el ángel
de Dios volvió otra vez a la mujer” (Jueces 13:9). Manoa no oró porque dudara de lo
prometido, a pesar de que “su mujer era estéril” (Jueces 13:2), sino que clamó por su
incapacidad humana, lo hizo para apelar a la guía y poder de Dios, y así hacer todo
conforme a Su voluntad.

Ese debe ser el motivo constante de nuestra oración a Dios; no la duda, no el deseo de
manipularlo, ni mucho menos el afán por reclamarle; no, nuestra oración debe estar basada
en la necesidad de depender de Él, reconociendo nuestra incapacidad humana para obrar
por nuestras fuerzas en Su voluntad.

Entre más creamos las promesas de Dios en Cristo, y más débiles nos sintamos para
cumplirlas, más oraremos con fervor al Señor; y así, más claramente seremos fortalecidos y
orientados por Dios en medio de nuestra vida de oración.

Recuerde el mandato bíblico: “Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).


Día 38

GUSTOS, OBLIGACIONES Y PROVIDENCIA

Jueces 14:3 Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus
hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos
incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómame ésta por mujer, porque ella
me agrada.

El que Dios obre providencialmente Su voluntad en medio de nuestras decisiones


caprichosas no significa que nuestros gustos deban ocupar el lugar de nuestras
obligaciones; porque Dios busca nuestra madurez y no nuestra complacencia.

La historia de Sansón se teje en medio de su debilidad por las mujeres paganas, siendo ellas
las que precisamente Dios les había prohibido a los israelitas; pero, curiosamente, la Biblia
enseña que “esto venía de Jehová, porque él buscaba ocasión contra los filisteos; pues en
aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel” (Jueces 14:4).

Esto demuestra que Dios no deja de controlar las situaciones a pesar del pecado de la
humanidad y especialmente de los que él ha llamado a servirle; pero al mismo tiempo, esto
no puede usarse como excusa para actuar caprichosamente, sin consultar la voluntad de
Dios en su Palabra; porque terminaría deteriorando el crecimiento espiritual del creyente,
así Dios mismo termine obrando según Su voluntad.

Sansón decidió tomar a esa mujer, según dijo: “porque ella me agrada”; pero no pensó en
escoger según lo que agrada a Dios, y por ello sufrió terribles consecuencias. Es por ello
que el cristiano busca deleitar a su Señor en todas sus decisiones, porque sabe que así
redundarán en su edificación, no dejándolo permanecer como un niño espiritual.

¿Qué dirige sus decisiones? ¿Es dirigido por sus gustos o por los de Dios? Recuerde que
aunque Dios siempre cumple Su voluntad soberana, el creyente solo se edifica cuando actúa
en obediencia a su Señor.
Día 39

FUERZA ESPIRITUAL

Jueces 15:14-15…los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de


Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino
quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos. Y hallando una quijada
de asno fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil hombres.

El creyente que sabe vivir sin renegar por sus circunstancias será capacitado por Dios para
usar lo que tiene a la mano para Su gloria.

En medio de sus necedades, al ser confrontado por los líderes israelitas que temían a los
filisteos, Sansón entendió que debía rendirse; y así, esperó la confirmación de Dios para
moverse; esperó la capacitación del Espíritu de Dios, y usó lo que tenía a la mano cuando
se supo lleno del poder del Señor; y de esta manera Dios lo usó.

Que difícil se ha vuelto hoy en día enseñar a los creyentes en Cristo que debemos clamar a
Dios por sabiduría para entender el momento y la forma adecuada para actuar en Su
nombre; pero al mismo tiempo, debemos resaltar lo sencillo del asunto: Solo se necesita
depender de la fuerza espiritual de Dios y no de la nuestra.

Ese deseo continuo, consiente y alegre de no hacer nada en la fuerzas de nuestra carne, no
solo nos va a evitar dificultades en el presente, también nos va a dejar a merced del gran
poder de Dios para actuar.

Si dependemos del Señor y de su fuerza, las ataduras desaparecerán; y lo poco que tenemos
a nuestro alcance servirá para ver a Dios glorificarse de forma milagrosa.

¡Usemos la fuerza espiritual que el Señor ha dado a los creyentes en Cristo!


Día 40

CONSAGRACIÓN A DIOS

Jueces 16:16-17 Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e
importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. Le descubrió, pues, todo su
corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde
el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré
y seré como todos los hombres.

La vida de un creyente en Cristo ha sido consagrada a Dios por medio del nuevo
nacimiento; y es su responsabilidad velar por no dejar que la presión del mundo le induzca
a renunciar a su consagración, porque de esa manera se debilita en la fe.

Sansón sabía con claridad que la última muestra que le quedaba de su consagración a Dios
era su cabello sin cortar; ya había bebido con los filisteos en sus fiestas, que fue lo que se le
prohibió a su mamá cuando lo tenía en el vientre, a causa de su consagración desde antes de
nacer; y tal vez también había comido alimentos inmundos, que son los que los paganos
consagraban a sus “dioses”, por andar continuamente con mujeres filisteas; pero su cabello
quedaba aún como última muestra de estar consagrado al Señor, y lo menospreció a causa
del ruego de una mujer enemiga de su Dios y de su Pueblo.

La presión de una persona del mundo, con estrategias y mentalidad pagana, logró lo que
ningún ejército armado pudo: que Sansón prácticamente renunciara al llamado que le hizo
Dios desde antes de nacer. Esto es lo que puede suceder a cualquier creyente en Cristo que
se apasiona por el mundo y que permite que las personas terminen por influenciarlo más
que el Dios que lo llamó a servirle.

Agradar a Dios es más importante que la satisfacción de quienes están a nuestro alrededor;
y más importante que rodearnos de personas que nos deleitan con los placeres del mundo,
es acompañarnos de quienes nos impulsan a serle fieles al Señor.

¡Valoremos el llamado que Dios nos hizo desde antes de la fundación del mundo para ser
transformados por medio de la fe en Jesucristo! ¡No cedamos ante la presión!
Día 41

LA DESOBEDIENCIA CONFUNDE

Jueces 17:5-6,13 Micaía tuvo casa de dioses, e hizo efod y terafines, y consagró a uno de
sus hijos para que fuera su sacerdote. En aquellos días no había rey en Israel; cada
uno hacía lo que bien le parecía. Y Micaía dijo: Ahora sé que Jehová me prosperará,
porque tengo un levita por sacerdote.

Las personas que obran desobedeciendo lo que Dios ha revelado en su Palabra terminan
confundiendo la bendición del Señor con los placeres y rituales del mundo; pero el creyente
en Cristo no hace lo que le parece, sino lo que Dios le ha mandado.

Ese tiempo de los Jueces terminó por ser un desorden espiritual en medio de Israel; y Dios,
a través del autor del libro, no lo oculta; por lo cual quedó escrito: “En aquellos días no
había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía”. ¡Qué triste que, al no haber un
líder político que fuera dirigido por el Señor, el pueblo se haya desordenado!

Hoy en día, cuando el gobierno civil es secular, y los líderes de las iglesias cristianas no
pueden obligar a nadie a través del poder militar, más personas hacen lo que les parece,
solo buscando su beneficio personal.

Esta es la era más marcada por el egocentrismo, el relativismo y la desobediencia; y


paradójicamente esta es la era más avanzada de la historia en conocimientos científicos.
Esto demuestra que el ser humano puede ser brillante intelectualmente, religiosamente y
políticamente; y al mismo tiempo ser un analfabeta espiritual que confunde la sencilla y
poderosa verdad de Dios, por lo cual le da rienda suelta a sus deseos pecaminosos.

En muchos cultos de hoy que se autodenominan cristianos se realizan actividades que


distan mucho de lo que las escrituras demandan, y se enseñan doctrinas que solo buscan la
prosperidad material, así se viole la verdad del evangelio.

¡Los creyentes no necesitamos un rey humano que nos obligue a ser fieles a Jesús, Él reina
espiritualmente en nosotros y nos impulsa a obedecer su Palabra!
Día 42

SACERDOCIO POR NEGOCIO

Jueces 18:18-19 Entrando, pues, aquéllos en la casa de Micaía, tomaron la imagen de


talla, el efod, los terafines y la imagen de fundición. Y el sacerdote les dijo: ¿Qué
hacéis vosotros? Y ellos le respondieron: Calla, pon la mano sobre tu boca, y vente
con nosotros, para que seas nuestro padre y sacerdote. ¿Es mejor que seas tú
sacerdote en casa de un solo hombre, que de una tribu y familia de Israel?

La persona que ha creído en Cristo, y aún más si se sabe llamado al ministerio, entiende
que debe servir según la voluntad de Dios y no por dinero; pero quien ignora esto, solo obra
para su propio lucro.

Micaía había establecido en su casa un culto idolátrico, pagándole a un levita que no era de
la familia sacerdotal para que hiciera de sacerdote; y cuando vio que los guerreros de la
tribu de Dan le ofrecieron mejor posición a su “sacerdote”, se enojó mucho, porque le
quitaban lo que él creía la fuente de su bendición.

Lamentablemente, los de la tribu de Dan aumentaron la abominación delante de Dios;


porque sobornaron a este supuesto sacerdote para que fuera con ellos, llevándolo junto con
sus ídolos; y todo eso lo hicieron por beneficiarse en batalla. Y lo peor que les pudo pasar
es que salieran victoriosos en su batalla, porque dieron por sentado que estaba bien mezclar
el culto a Dios con la idolatría.

Hoy muchos alegan que no se debe ser tan radical en el servicio a Dios, que hay que saber
balancear la adoración verdadera con las costumbres del mundo para que siempre nos
resulte todo bien; y a la larga tiene razón, porque la misma Biblia deja claro que quien usa
las costumbres del mundo prospera en él: “Piedra preciosa es el soborno para el que lo
practica; adondequiera que se vuelve, halla prosperidad” (Pro.17:8); pero también se
aclara que esto es aborrecible ante Dios: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:
fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia” (Col.3:5-6).

Servir a Dios por medio del evangelio no debe ser aprovechado para satisfacer la avaricia,
así produzca bienestar material; ¡Debemos dar de gracia lo que de gracia recibimos!
Día 43

EL PECADO Y SUS ASOMBROSAS CONSECUENCIAS

Jueces 19:30 Y todo el que veía aquello, decía: Jamás se ha hecho ni visto tal cosa,
desde el tiempo en que los hijos de Israel subieron de la tierra de Egipto hasta hoy.
Considerad esto, tomad consejo, y hablad.

El verdadero creyente en Cristo nunca deja de asombrarse ante el pecado y sus terribles
manifestaciones en el ser humano, sobre todo cuando este se practica en medio de quienes
promulgan ser del pueblo de Dios.

Este capítulo 19 del libro de los jueces parece ser la máxima expresión de la depravación
del pueblo de Israel en la tierra prometida; se ve el adulterio, la falta de hospitalidad, el
homosexualismo, la violación sexual, el homicidio, la desconsideración y hasta el
descuartizamiento sanguinario alrededor de la vida de un levita y de su concubina. Por ello
es mejor leerlo todo y tratar de ubicarse en ese contexto histórico.

Desde su salida de Egipto, no se había visto un nivel tan alto de práctica de la maldad en
Israel; pues ya se estaban comportando igual, o peor, que los pueblos cananeos a los cuales
conquistaron, olvidando que por esas mismas conductas era que Dios había expuesto al
despojo de sus tierras a los cananeos. Ya se parecían más a los habitantes de Sodoma que a
los herederos de la tierra prometida por el Señor; y como Dios siempre cumple Su palabra
de mantener un grupo de gente fiel a Él, estos debieron haber vivido espantados por este
ambiente.

Como lo recomienda el pasaje bíblico, deberíamos tomar consejo y hablar; deberíamos


mirar en este tiempo las prácticas pecaminosas que se propagan entre quienes se dicen ser
cristianos, meditar sobre esto y hablar acerca de este tema; deberíamos dejar de escudarnos
detrás de un distorsionado “amor cristiano” y denunciar que muchos creyentes e iglesias se
parecen más al mundo que a Cristo; deberíamos asombrarnos realmente por esta situación y
actuar.

¡No temamos denunciar el pecado que asombrosamente se practica en medio de quienes se


dicen ser cristianos; y proclamemos las consecuencias eternas de su condición!
Día 44

CONFRONTANDO LA MALDAD

Jueces 20:11-12 Y se juntaron todos los hombres de Israel contra la ciudad, ligados
como un solo hombre. Y las tribus de Israel enviaron varones por toda la tribu de
Benjamín, diciendo: ¿Qué maldad es esta que ha sido hecha entre vosotros?

Los creyentes en Jesucristo, por amor a su Señor, deben estar dispuestos a unirse para evitar
el incremento de la maldad en medio de ellos.

En este nivel histórico, todo Israel reconoció la maldad excesiva de la ciudad de Galaad, en
la tribu de Benjamín, y se reunieron para confrontarla; pero la tribu entera se endureció y
decidió entrar en guerra con sus hermanos, antes que cambiar y castigar a los culpables
(Jueces 20:13-14).

De esta forma se desató una guerra sangrienta que terminó por casi desaparecer la tribu de
Benjamín; por lo cual, para no quedar sin una tribu, los líderes de las demás tribus
convinieron en un mecanismo a través del cual permitirían que los Benjamitas que
sobrevivieron tomaran mujeres y reconstruyeran sus ciudades (Jueces 21).

Todo este cuadro debe alertarnos como creyentes; porque aunque hoy no estamos enviados
a obligar a otros a corregirse, si estamos impelidos por Dios mismo a disciplinarnos en
procura de una comunidad que aborrezca el pecado del cual Cristo nos salvó.

Fue el mismo Señor Jesús quien estableció parámetros correctos para confrontar la maldad
en medio de los creyentes; en Mateo 18:15-17, luego de recordar que es mejor entrar tuerto
o cojo en el reino de los cielos, y luego de lanzar la parábola que muestra la necesidad de
buscar la oveja perdida, dijo: “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele”;
dando un orden primero personal, luego grupal y finalmente eclesiástico para corregir a
alguien; y dejando abierta la posibilidad de una exclusión del círculo de la Iglesia, al
persistir la falta de arrepentimiento genuino.

¡Si amamos a Jesús, confrontaremos la maldad! Porque como al Señor, a nosotros nos debe
acontecer como está escrito: “El celo de tu casa me consume” (Juan 2:17)
Día 45

COMPASIÓN PARA RESTAURAR

Jueces 21:15 Y el pueblo tuvo compasión de Benjamín, porque Jehová había abierto
una brecha entre las tribus de Israel.

El verdadero hijo de Dios se compadece de quien ha sido disciplinado por su pecado, al


punto de ayudarlo a restaurar para que todo redunde en su reconciliación con Dios y con los
demás creyentes.

La búsqueda de justicia llevó a los israelitas hasta prácticamente eliminar la tribu de


Benjamín; y al ver la brecha, o el faltante, en medio de ellos, sintieron compasión por los
que habían quedado.

Este sentir es el que debe reinar en medio de los hijos de Dios, no dejando que el deseo de
pureza mengue la compasión por el que sufre; así este haya sufrido justamente por su
pecado.

Un ejemplo claro de esto es el caso del hombre de la Iglesia de Corinto (1Co.5:1-5) que de
forma aberrante tenía relaciones con su madrastra y que debido a su falta de
arrepentimiento y a su mal ejemplo fue mandado a expulsar de la congregación por parte de
Pablo; pero que luego, después de haber sufrido la separación, cuando este se arrepintió
genuinamente, Pablo mandó: “Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos;
así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea
consumido de demasiada tristeza” (2Co. 2:6-7).

Recordemos que nuestro objetivo es ser cada día más como nuestro Señor, para que Él sea
glorificado; ya que Él no solo nos corrige cuando fallamos sino que también nos restaura
cuando nos arrepentimos.

Busquemos la restauración de los demás, así como Cristo busca que seamos restaurados.
Día 46

FIDELIDAD VERDADERA

Rut 1:16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a
dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi
pueblo, y tu Dios mi Dios.

Ni las circunstancias difíciles, ni las pérdidas humanas, ni las desilusiones del corazón le
sirven de excusa a quien es fiel; porque simplemente sabe que su lealtad termina por honrar
al único que es verdaderamente fiel, a Dios.

Rut, siendo moabita, se mantuvo firme en acompañar a su suegra Noemí; seguramente


tomó ejemplo de ella, al ver como acompañó a su esposo lejos de su tierra, como se
mantuvo firme ante la muerte de él y de sus hijos, y como se esmeró por el bienestar de sus
nueras. Y al presenciar todo esto, en vez de desilusionarse, Rut se alentó a seguir con su
suegra; porque entendió que la fidelidad se mide en los tiempos de dificultad y que detrás
del carácter fiel de su suegra Noemí estaba el único Dios fiel y verdadero.

Esto nos muestra como Dios usa el ejemplo de vida de sus siervos para generar atracción
por Él; porque así como Rut, siendo de una cultura llena de “dioses” falsos, terminó por
profesar su entrega al Dios de Noemí; así muchos hoy terminan por entregarse a Jesucristo,
al ver el ejemplo de vida de quienes le siguen fielmente en medio de la adversidad.

Al creyente en Cristo no le interesa solamente vivir en abundancia, sino que más bien tiene
el firme propósito de llegar a ser ejemplo de fidelidad; como Pablo, quien pudo decir: “Sé
vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para
estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer
necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil.4:12-13).

Si realmente reconocemos que Dios ha sido fiel para con nosotros, a través de Jesucristo, a
pesar de nuestras infidelidades; entonces dejaremos que Él nos moldee, para que nuestro
carácter pueda servir de ejemplo para que otros también se entreguen por entero a Él.
Día 47

DIOS RECOMPENSA A QUIEN ES FIEL

Rut 2:11-12 Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra
después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra
donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. Jehová recompense tu
obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas
has venido a refugiarte.

Ninguno de los sacrificios que hagamos por otros, siendo fieles a ellos y a Dios, dejará de
ser recompensado por nuestro Señor.

Rut misma se dispuso a ir a los campos, a recoger de lo que les sobraba a los segadores,
para poder sostener a su suegra; y esta solicitud fue conocida por todos, al punto de llegar a
oídos de Booz, el dueño del cultivo donde ella había pedido que le permitieran recoger; y
entonces, al ver su entrega y sacrificio fiel hacia su suegra, Booz la tuvo en gracia y le pidió
que siguiera allí todo el tiempo de la cosecha, recibiendo los privilegios que tenían sus
empleadas.

Esta es una muestra de cómo Dios si recompensa la fidelidad en medio de la adversidad; y


de cómo el Señor es el defensor de las viudas y de los huérfanos, que eran los más
desprotegidos en las sociedades de los tiempos bíblicos.

Ahora sigue siendo igual; Dios sigue recompensando a quienes permanecen fieles y
diligentes en sacrificarse por otros en medio de las más terribles circunstancias. Quien
abandona su matrimonio por falta de armonía, quien abandona a sus hijos por falta de
recursos económicos, o quien simplemente deja en su sufrimiento a alguien cercano por no
sufrir junto con él, ignora que Dios recompensa a quien es fiel en la adversidad.

El cristiano no se puede rehusar a sacrificarse por ayudar a otros, porque sabe que su Señor
no tuvo reparos en sacrificarse por él en medio de la adversidad más terrible que ningún
hombre ha vivido: El juicio de Dios en la cruz por nuestro pecado (2Co.5:21).
Día 48

BENDICIÓN DEL CARÁCTER MADURO

Rut 3:10-11 Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera
bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos. Ahora
pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo
sabe que eres mujer virtuosa.

Al guiarnos por un sentido bíblico de responsabilidad, los cristianos renunciamos a toda


clase de inmadurez para actuar; no dejándonos llevar por los impulsos carnales, sino por la
voluntad de Dios.

Rut pudo haber buscado algún joven de su edad que la tomara como esposa, ya que era
viuda; pero prefirió seguir las recomendaciones de su suegra de pedirle a Booz, su pariente
cercano, que la tomara por mujer. Esto es sencillo de explicar: Solo un pariente cercano
podía tomar a una mujer viuda para que el nombre de su difunto esposo no quedara sin
descendencia; y Rut decidió actuar de forma madura y no por impulsos momentáneos.

Es necesario aclarar que esta respuesta misericordiosa que Rut buscaba de Booz era
denominada “redención”; y muchos creen que en este caso en particular, estando ellos
dentro de la línea genealógica de la humanidad de Cristo, la redención de Booz para con
Rut apuntaba a la Redención que el señor Jesucristo compraría para nosotros, Su iglesia,
con Su vida, muerte y resurrección.

Igualmente, debemos recordar que hay bendición de parte de Dios para todo el que no se
deja llevar por la moda, o por la presión de grupo, o por las tendencias del mundo; sino que
se guía por la voluntad del Señor. La bendición consiste en ser una persona virtuosa, que
posee un carácter maduro y que refleja la santidad del Señor.

Hoy en día hay una crisis en medio de la sociedad; a pesar de que las personas se hacen
profesionales a una edad cada vez más joven, no tienen la madurez suficiente para manejar
su vida emocional, familiar y económica. No es difícil ver profesionales exitosos
divorciados, dependientes de algún vicio y despilfarrando sus bienes; y esto sucede porque
desde el hogar no se están transmitiendo claramente los valores bíblicos de responsabilidad
ante un Dios soberano; y tristemente muchos de estos hogares se dicen cristianos.

El cristiano debe actuar por convicción y no por emoción, conociendo la voluntad de Dios
revelada en la Biblia y aplicándola responsablemente en cada aspecto de su vida; porque
solo así será una bendición para su gente y su generación.
Día 49

NECESIDAD DE REDENTOR Y RESTAURADOR

Rut 4:13-15 Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio
que concibiese y diese a luz un hijo. Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que
hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será
restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a
luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos.

Como Noemí, el cristiano sabe que necesita a alguien con mayor poder, que sea cercano a
su sufrimiento, para pagar por su pérdida y restaurar su vida; solo que el cristiano ya no
busca esto en cualquier persona, porque sabe que lo ha recibido del Señor Jesucristo.

Noemí pudo ver como Booz convenció a su otro pariente cercano de permitirle redimir
(comprar) las tierras que eran de su difunto esposo; y además, vio como este se casó con
Rut y le dio un hijo, el cual sería luego el abuelo del rey David. Noemí recibió redención y
restauración a través del amor que Booz tuvo por Rut.

Así mismo el creyente verdadero sabe que su vida solo ha sido redimida y restaurada por
medio de Jesucristo, quien es el único que le ha amado al punto de morir en la cruz para
redimirlo. El Señor Jesús pago con su propia sangre, con su vida; y además envió al
Espíritu Santo para transformarnos y restaurarnos. Jesús es nuestro redentor y restaurador.

Es por ello que cuando el cristiano tiene cualquier tipo de dificultad, no apela a una persona
para que lo libre, sino que busca a su redentor; porque sabe que “El que no escatimó ni a su
propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él
todas las cosas?” (Romanos 8:32).

Nuestra esperanza como hijos de Dios no está puesta en ningún Booz contemporáneo, sino
en el Señor Jesucristo; porque Él no solo vino para darnos la entrada al cielo, también pagó
por todo lo que necesitamos para vivir conforme a Su voluntad.

Como siempre necesitamos sabernos redimidos y restaurados, siempre debemos depender


de nuestro señor Jesucristo; el cual es nuestro verdadero redentor y restaurador.
Día 50

ORAR PARA DAR A DIOS

1 Samuel 1:26-28 Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella
mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y Jehová me dio
lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de
Jehová. Y adoró allí a Jehová.

Cuando se ora realmente, no se pide solo para satisfacer los deseos; se pide para agradar y
glorificar a Dios. Es por ello que el cristiano solo debe pedir lo que es conforme a la
voluntad de Dios, para que pueda dedicárselo a Él.

Ana oró y lloró delante de Dios al pedir que le diera un hijo; pero junto con su petición, ella
prometió: “Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te
acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo
lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza” (1
Samuel 1:11)

Como Ana, todos tenemos peticiones para hacer delante de Dios; y todos debemos sentir la
necesidad de lo que pedimos, para poder clamar con fervor delante del Señor. Pero, al
mismo tiempo, debemos estar dispuestos a dedicar al Señor lo que recibimos de Él; porque
de lo contrario no sería para la gloria de Dios, sino para la nuestra.

Ya sean hijos, pareja, trabajo, salud, logros o bienes, siempre debemos estar dispuestos a
entregárselos al Señor cuando los recibamos como respuesta a nuestra oración. Nuestra
petición debe llevar incluido el compromiso de consagrar a Dios los que recibimos.

Reflexionemos ¿Realmente glorificamos al Señor con lo que Él nos da? Si es así, como
Ana podremos decir: “Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová;
todos los días que viva, será de Jehová”
Día 51

DIOS ES QUIEN MÁS DA

1 Samuel 2:20-21 Y Elí bendijo a Elcana y a su mujer, diciendo: Jehová te dé hijos de


esta mujer en lugar del que pidió a Jehová. Y se volvieron a su casa. Y visitó Jehová a
Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel crecía delante de
Jehová.

Cuando le damos algo al Señor, por el solo hecho de honrarle y glorificarle, Él se desborda
en bendición sobre nosotros. Sea con lo mismo, o con abundancia espiritual, Él nunca se
dejará ganar en generosidad; porque Su naturaleza es dar abundantemente.

Ana entregó a su hijo Samuel recién destetado, conforme lo había prometido al Señor; y su
actitud gozosa sobresale en la oración que quedó registrada en 1 Samuel 2:1-10. Ella no se
desprendió de Samuel con tristeza, así fuera su único hijo recibido como resultado de la
respuesta de Dios a su oración; ella sabía que debía honrar al Señor, y por ello Dios la
“visitó” dándole cinco hijos más.

Ese es el Dios de la Biblia, del cual, al hablar sobre pedirle sabiduría, se escribió que Él “da
a todos abundantemente y sin reproche” (Santiago 1:5). Es el mismo Dios “que no
escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros”; por lo cual se
deduce: “¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32).

¿Cómo negarnos a entregarle algo de nuestra vida a un Dios tan generoso? ¿Cómo negarnos
a entregarle toda nuestra vida a un Dios que sacrificó a Su propio Hijo por salvarnos?
¿Cómo dudar de Su buen propósito de bendecirnos cuando nos demanda que renunciamos a
algo, o alguien? Si le dio cinco hijos más a Ana luego de darle a Samuel.

No debemos olvidar que Dios es rico en generosidad, para que “No nos cansemos, pues, de
hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9)
Día 52

OÍR COMO NIÑO OBEDIENTE A DIOS

1 Samuel 3:10-12 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel,
Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye. Y Jehová dijo a Samuel: He
aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos. Aquel día
yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta
el fin.

Cuando el corazón se despoja de toda jactancia humana y simplemente desea oír y obedecer
lo que Dios habla en su Palabra, la gloria del Señor resplandece y el pecado del hombre
queda al descubierto.

Sorprendentemente, Elí no detuvo la maldad de sus hijos, quienes ejercían el sacerdocio de


forma corrupta (1 Samuel 2:12-17, 22); y cuando les habló, “ellos no oyeron la voz de su
Padre” (1 Samuel 2:25) que hacía eco del juicio de Dios sobre sus vidas. Pero el pequeño
Samuel, no solo oyó la voz de Dios, a pesar de no reconocerla las tres primeras veces; sino
que además, siguiendo la orientación de Elí para la última ocasión, pudo conocer y
obedecer al Señor.

Que paradójico, los que tenían la edad y le debían obediencia plena a Elí, sus hijos, no se
quisieron someter al Señor; pero el que no parecía tener edad y no era pariente de sangre de
Elí, Samuel, si se sometió por completo al Señor; a pesar de lo difícil del mensaje que se le
dio.

¡Cuántos hoy dicen oír a Dios! Pero muy pocos realmente lo están escuchando con el
corazón sumiso y entregado que el Señor le dio a Samuel. Muchos escuchan su propio
corazón lleno de pecado, o sus argumentos humanos, o lo que el mundo les ha enseñado
sobre Dios y su voluntad; y creen que realmente han oído al verdadero Dios.

Solo quien viene arrepentido por su pecado a oír obedientemente la voluntad del Señor, es
quien tiene un corazón transformado para Cristo; sobre él se ratifica lo que Jesús enseñó, al
ver que los niños se le acercaban: “el que no reciba el reino de Dios como un niño, no
entrará en él” (Marcos 10:15)
Día 53

DIOS ES LA GLORIA DE SU PUEBLO

1 Samuel 4:21-22 Y llamó al niño Icabod, diciendo: ¡Traspasada es la gloria de Israel!


por haber sido tomada el arca de Dios, y por la muerte de su suegro y de su marido. Dijo,
pues: Traspasada es la gloria de Israel; porque ha sido tomada el arca de Dios.

El verdadero pueblo de Dios lucha más por deleitarse en su Señor, y obedecerlo, que por
cualquier otra cosa; porque sabe que confundir la gloria de la presencia de Dios con las
bendiciones que ella otorga, hace que Dios esté fuera de la vida real de quienes lo invocan.

Prácticamente al mismo tiempo murieron Ofni y Finess (sacerdotes hijos de Elí), Elí, y la
mujer de Finess; los dos primeros en batalla, el segundo al recibir la noticia de la muerte de
sus hijos, y la mujer mientras daba luz a Icabod, también al recibir la noticia.

Se cumplió la sentencia divina que pendía sobre la familia sacerdotal que estaba
profanando con su pecado el servicio a Dios; pero al mismo tiempo también se castigó la
desobediencia del pueblo de Dios con el destierro del arca del pacto a través de la cual Dios
moraba en medio de ellos. Es por ello que la mujer de Finess llamó Icabod a su hijo, porque
su nombre significa: La gloria ha partido, siendo traspasada, o desterrada.

La Gloria de Dios en medio de su pueblo no consiste en que este sea lleno de victorias
humanas; consiste en que el Señor habite en medio de él. Israel confundió las bendiciones
con el bendito; y hoy en día muchos de los que se llaman cristianos hacen lo mismo.

No importando las circunstancias adversas, el cristiano sabe que lo realmente importa es su


comunión con Dios por medio de la fe en Jesucristo; porque entiende que el sacrifico de
Cristo le dio libre acceso al Padre, y tiene como gloriosa la presencia de Dios a través del
Espíritu Santo en su vida, luchando todos los días por deleitarse en ella más que en el
mundo.

Ahora, la pregunta para usted es: ¿Dios realmente es su gloria?


Día 54

LA PRESENCIA DE DIOS PARA JUZGAR

1 Samuel 5:11 Y enviaron y reunieron a todos los príncipes de los filisteos, diciendo:
Enviad el arca del Dios de Israel, y vuélvase a su lugar, y no nos mate a nosotros ni a
nuestro pueblo; porque había consternación de muerte en toda la ciudad, y la mano de
Dios se había agravado allí.

El cristiano bíblico sabe que el mismo Señor que lo salvó a través de Jesucristo, es también
quien juzgará el mundo por medio de Él; por ello se goza en saber que la misma presencia
de Dios que lo debía fulminar por su pecado, ahora lo sustenta por medio de la gracia del
arrepentimiento y el perdón.

¡Filisteos en caos y destrucción!, eso fue lo que se produjo cuando ellos se robaron el arca
del pacto que servía de mecanismo para que Dios morara en medio de su pueblo. Era la
misma arca desde la que Dios se comunicaba milagrosamente a favor de Israel; pero ahora,
de forma prodigiosa, no comunicaba salvación sino juicio; trajo enfermedades en medio de
los filisteos, y hasta decapitó e hizo que se postrara la estatua de un “dios” pagano llamado
Dagón. (1 Samuel 5:4)

Estos hechos históricos fueron demasiado prodigiosos para atribuírselos a la mentalidad


supersticiosa de los filisteos; es más, pasaron el arca de lugar en lugar para encontrar donde
conservarla sin tener que devolverla, pero Dios estaba en medio de ellos para juzgarlos.

Un predicador resumió su mensaje así: “La buena noticia, es que Dios está en medio de
nosotros; y la mala noticia, es que Dios está en medio de nosotros; depende de qué lado
estás”. Esto fue, ha sido y será siempre así; ya que el cielo es cielo porque los que sean
salvados podrán disfrutar por la eternidad del favor especial de Dios; pero también, el
infierno es infierno porque los que sean condenados sufrirán eternamente la Ira del justo
juicio del Señor.

Los salvos en el cielo y los condenados en el infierno: Ambos pecaron, ambos sintieron el
llamado de su conciencia, ambos tuvieron las evidencias del creador a través de la creación,
y ambos, de uno u otra forma, alcanzaron a escuchar el mensaje del evangelio de Jesucristo;
pero solo los que se negaron a sí mismos, arrepentidos de su maldad y corrieron en
obediencia a Dios, esos verán como bendición la eternidad con el Señor.

¿De qué lado está usted? Si en vida solo puede sentirse seguro en Cristo, rechazando todo
argumento humano para justificarse a sí mismo, entonces será salvo cuando Cristo vuelva
para juzgar el mundo.
Día 55

DIOS DOBLEGA CORAZONES ENDURECIDOS

1 Samuel 6:6 ¿Por qué endurecéis vuestro corazón, como los egipcios y Faraón
endurecieron su corazón? Después que los había tratado así, ¿no los dejaron ir, y se
fueron?

Dios mismo dirige por medio de las circunstancias adversas a quien no desea hacer Su
voluntad, sin necesidad de transformarlo internamente; por ello de nada sirve endurecerse
ante el Señor, más que para acumular Su ira para el día del juicio.

Los filisteos aún recordaban las plagas con las que Dios doblegó al Faraón para sacar a los
israelitas de Egipto; y esto les sirvió de referente para entender sus circunstancias adversas.
Ellos, a pesar de su rebeldía contra Dios, y de sus prácticas religiosas paganas, pudieron
identificar el castigo divino sobre sus vidas por haber robado el arca del pacto a los judíos.

En la actualidad muchos de los que profesan conocer al Dios de la Biblia se oponen al


concepto bíblico del castigo divino para someter a la humanidad en rebeldía; alegan que un
Dios bueno no puede determinar circunstancias de este tipo para Sus creaturas. Pero de
forma contraria, la Biblia muestra que un Dios verdaderamente bueno debe mantener el
control sobre Su creación, impidiendo que la maldad se desborde.

Paradójicamente, en muchas ocasiones, los más lejanos al cristianismo no llegan a


cuestionar esta realidad del control divino sobre los acontecimientos catastróficos como
juicio por el pecado; y confirman así el cumplimiento del objetivo por el cual Dios somete a
juicio al corazón rebelde: Para mostrar Su poder a toda la tierra (Rom.9:17).

Recuerde que Dios es glorificado en el corazón arrepentido, porque Él mismo lo transforma


para que se entregue a Cristo; pero también Dios se glorifica al someter a juicio a aquel que
se endurece y no se arrepiente, “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los
que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil.2:10-11)
Día 56

ARREPENTIRSE ES VOLVER A DIOS

1 Samuel 7:3 Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro
corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y
preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los
filisteos.

El creyente en Cristo sabe que su arrepentimiento no es una simple expresión verbal, o un


pequeño sentimiento de tristeza en su alma, ni mucho menos la sola tribulación que el
pecado trae a su vida; sabe que arrepentirse consiste en abandonar todo lo que Dios
aborrece, para correr con todo su ser hacia el Señor.

El pueblo de Israel había sufrido mucho a manos de los filisteos, y seguramente se


lamentaban por saber que esto era a causa de su infidelidad para con el Señor; pero cuando
Samuel, un verdadero siervo de Dios, se levantó a juzgar en medio de ellos, no les mostró
expresiones de lastima o conmiseración, sino que fue directamente a la raíz de su mal
diciéndoles: “Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová”.

Volverse a Jehová, entonces, significa: Darle todo el corazón a Él, quitar todo ídolo que
compita con Él en nuestro corazón, y vivir para servirle al Señor; solo así seremos
realmente librados por el Señor, así como los israelitas fueron librados de los filisteos.

¿Que hay en nuestro corazón?, ¿Quién o qué gobierna nuestra alma?, ¿Para quién o para
qué trabajamos en esta vida? Si nos hacemos estas preguntas con sinceridad, teniendo en
cuenta la variedad de respuestas que deberíamos identificar, encontraremos que la mayoría
de las personas viven esclavizadas a cosas y personas que nunca les podrán dar la libertad
espiritual que solo Cristo puede dar a quién le sirve. Es por ello que la mayoría viven
afligidos, así como los israelitas vivían bajo afligidos por los filisteos.

Jesús dejó bien claro lo que sucede en la vida sin verdadero arrepentimiento, al decir: “De
cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado” (Juan
8:34); y al mismo tiempo mostró que la solución es confiar de todo corazón en Él, al decir:
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36).
Día 57

CAMBIANDO A DIOS POR LOS HOMBRES

1 Samuel 8:7-9 Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan;
porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre
ellos. Conforme a todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto
hasta hoy, dejándome a mí y sirviendo a dioses ajenos, así hacen también contigo. Ahora,
pues, oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará
el rey que reinará sobre ellos.

Por más ordenado, productivo, humanitario y bien enfocado que sea un gobierno, siempre
será imperfecto y mostrará como la humanidad prefiere la opresión del hombre al gobierno
de Dios.

Cuando Samuel recibió la orden de Dios, usó las palabras más adecuadas para describirles a
los Israelitas las opresiones a las que los sometería un Rey; pero aun así, el pueblo
le dijo: “No, sino que habrá rey sobre nosotros; y nosotros seremos también como todas
las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras
guerras” (1Samuel 8:19-20). Su deseo era ser como los demás, olvidando el favor especial
de Dios sobre ellos.

Claro, el pueblo usó como excusa el hecho de que los hijos de Samuel no fueron como su
padre sino que “se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho”
(1Samuel 8:3). Seguramente se quejaron de que otra vez no habría alguien que los
ordenara, y se olvidaron que Dios mismo les había dado un orden a través de Su ley.

Hoy no existe la monarquía, y donde se ostenta por lo general es más como un ejercicio
diplomático y no se da al estilo imperial antiguo. Pero aún hoy, con la democracia
establecida mayoritariamente en lo países, y a pesar de las ventajas de ella sobre los otros
tipos de gobierno, se sigue prefiriendo a los hombres antes que a Dios.

Hoy es normal escuchar que un líder sea políticamente correcto, aunque su vida sea
moralmente un desastre; hoy la mayoría enseña que en la política no hay moral, que no hay
bueno ni malo, solo lo conveniente o lo inconveniente. Y como la ley moral de Dios es para
todo ser humano, hoy el Señor también puede decir: “a mí me han desechado, para que no
reine sobre ellos”.

¿Confía usted en la dirección de una persona más que en la de Dios a través de Su Palabra?
Recuerde que Jesucristo es el verdadero Señor y Rey que debe gobernar nuestras vidas.
Día 58

DIOS ESCOGE Y RESPONDE POR MISERICORDIA

1 Samuel 9:16-17 Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de


Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de
mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado
hasta mí. Y luego que Samuel vio a Saúl, Jehová le dijo: He aquí éste es el varón del cual
te hablé; éste gobernará a mi pueblo.

Para el cristiano auténtico las soluciones a sus problemas siempre vienen como
consecuencia de la misericordia de Dios, ya que de esta misma forma es como el Señor lo
escogió para que le conociera y sirviera por medio de Jesucristo.

Cuando Samuel recibió a Saúl y le pidió que no se afanara más buscando las asnas que se le
habían perdido a su padre, le insinuó que Dios tenía grandes cosas para él y su familia; y
esto lo hizo porque anticipadamente el Señor le había ordenado que ungiera a Saúl como
rey. Ante todo esto Saúl respondió: “¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de
las tribus de Israel? y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de
Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?” (1 Samuel 9:21)

Saúl no se consideraba digno de ser rey, y aun así Dios lo escogió; y lo más impactante es
que Dios lo escogió para librar de los filisteos al pueblo de Israel; y esto sucedió a pesar de
que los israelitas habían menospreciado el señorío y protección de Dios cuando pidieron un
rey. De esta forma se revela que el Señor actuó por pura misericordia.

Hoy sigue siendo igual; por misericordia especial, denominada gracia salvadora, Dios
escoge del mundo a hombres y mujeres para que le sigan por medio de la fe en Jesucristo; y
al mismo tiempo, siendo conscientes del favor divino, los individuos llamados se mueven
en la gracia de Dios y por la gracia de Dios, apelando a Su misericordia para concederles lo
que necesitan.

Ciertamente debemos actuar para conseguir; pero aún nuestro actuar voluntario, cuando
estamos en Cristo, es dirigido por la gracia divina, para concedernos de forma
misericordiosa lo que necesitamos, así como Saúl fue llevado por Dios ante Samuel por
medio de su búsqueda diligente de las asnas de su padre.

Si usted reconoce que Dios lo escogió por misericordia, entonces apelará a ella con fe para
orar conforme a las palabras de Jesús: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se
os abrirá” (Mateo 7:7)
Día 59

NECESIDAD DEL PODER DE DIOS

1 Samuel 10:6-7 Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y


profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. Y cuando te hayan sucedido estas
señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo.

La capacidad especial que Dios da a quienes llama a servirles es indispensable para que
puedan cumplir su misión, porque de lo contrario se desviarían del propósito y escasearían
sus recursos.

El hombre que Dios le dijo a Samuel que ungiera, Saúl, cumplía con las expectativas
humanas del pueblo; ya que “Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Habéis visto al que ha elegido
Jehová, que no hay semejante a él en todo el pueblo? Entonces el pueblo clamó con alegría,
diciendo: ¡Viva el rey!” (1 Samuel 10:24). Pero esto no era suficiente para gobernar.

Además de parecer el ideal, Saúl debía ser capacitado por Dios; y por ello Samuel no solo
lo ungió con aceite, como símbolo de su llamado a ser rey, sino que también le anunció su
encuentro con el Espíritu de Dios para resaltarle su necesidad de Él; y así, bajo la guía
continua y el poder sobrenatural del Señor, Saúl podría hacer “lo que le viniere a la mano”,
porque Dios estaba con él.

Hoy sabemos que al final Saúl terminó obrando bajo su criterio y no por la guía del Espíritu
Santo; pero ese evento especial, en el que fue marcado por capacidades especiales de Dios,
nos debe recordar que estas son solo para hacer la voluntad del Señor y no para nuestro
propio beneficio.

Lo acontecido sobre Saúl nos debe impulsar a depender enteramente del poder de Dios por
medio de su Espíritu; porque los talentos, capacidades, dones y destrezas humanas no son
suficientes para agradar a Dios con nuestra vida, pues todo ello debe ser tomado, dirigido y
usado poderosamente por Dios a través de la sujeción obediente a Su Palabra.

Recuerde que Cristo lo ratificó enfáticamente: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el
que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada
podéis hacer” (Juan 15:5)
Día 60

INDIGNACIÓN ESPIRITUAL

1 Samuel 11:5-6 Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué
tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los hombres de Jabes. Al oír Saúl
estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran
manera.

Al saber del sufrimiento injusto de otros, y teniendo la autoridad espiritual para confrontar
la maldad, el siervo de Dios puede llenarse de indignación; pero solo si esto sirve como
señal de la justa ira del Señor.

Sin que Saúl hubiese empezado a ejercer sus funciones como rey, estando ocupado con el
ganado, supo de las amenazas de los amonitas a los habitantes de la ciudad de Jabes. Se
enteró de cómo les pidieron que cada uno se sacara el ojo derecho, para no exterminarlos y
someterlos bajo su dominio; y esto, según la Biblia, sirvió como circunstancia ideal para
que Saúl fuera lleno del Espíritu de Dios en batalla, llevándole a una ira santa que lo
impulsara a salir en defensa del pueblo de Dios.

Sin lugar a dudas el pueblo de Dios de hoy, los creyentes en Cristo Jesús, no están llamados
a luchar físicamente contra ninguna persona; pero aun así están capacitados por el mismo
Espíritu de Dios para indignarse ante las injusticias que hacen daño a otros seres humanos y
que afrentan la santidad de Dios.

Difícilmente una persona al llenarse de ira lo hace de forma santa, porque para ello debe
hacerlo por el motivo correcto, de la forma correcta, en la intensidad correcta, con la
duración correcta y contra la persona correcta; y esto solo lo hace Dios con su Ira santa.
Pero, cuando la escritura dice que el mismo Espíritu Santo llenó de ira a un siervo de Dios,
proclama que esta indignación posee la justa medida divina.

Si nos cuesta indignarnos por el pecado nuestro, por la maldad de la humanidad, y por la
injusta rebeldía del ser humano ante Dios, tal vez no estemos llenos del Espíritu Santo;
porque Su santidad nos lleva a aborrecer el pecado, tal como Él lo aborrece.

De cada cristiano debería decirse así como se escribió de Cristo: “El celo de tu casa me
consume” (Juan 2:17).
Día 61

VIDA EJEMPLAR

1 Samuel 12:23-25 Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de
rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto. Solamente temed a
Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes
cosas ha hecho por vosotros. Mas si perseverareis en hacer mal, vosotros y vuestro rey
pereceréis.

Así los demás tengan actitudes que no concuerdan con la voluntad de Dios, no debemos
dejar de orar por ellos, ni dejar de darles ejemplo de rectitud conforme a la Palabra de Dios.

La actitud rebelde de los Israelitas, renunciando a dejarse guiar exclusivamente por Dios,
para pedir un Rey como los de las demás naciones, no fue excusa para que Samuel dejara
de orar por ellos.

Es más, Samuel los siguió confrontando hasta su muerte con su vida ejemplar,
mostrándoles lo que sucede cuando alguien se somete enteramente al dominio de Dios; y en
este pasaje, en una especie de discurso de despedida, luego de haber sido profeta, sacerdote
y juez por años, los retó a que le dijeran si tenían algo que reprochar de su comportamiento;
y de forma respetuosa ellos “dijeron: Nunca nos has calumniado ni agraviado, ni has
tomado algo de mano de ningún hombre” (1 Samuel 12:4).

¡Qué tremendo resultado se puede ver cuando alguien se rinde por entero al Señor! Porque
no solo les dio ejemplo de santidad sino también de misericordia, al seguir orando por ellos
a pesar de haber querido zafarse del reinado directo de Dios sobre sus vidas.

No basta con hacer el bien, hay que tratar de influenciar a los demás para que también se
sometan al señorío de Cristo; pero si por el contrario los demás deciden vivir bajo su propia
opinión, desechando lo revelado por Dios en su Palabra, aun así debemos seguir orando por
ellos, para que algún día el Señor les muestre lo que hay detrás de su actitud.

Ante la necedad de las personas del mundo, al negarse a servir a Dios, respondamos con
oración continua por ellos y con una vida piadosa que los oriente a Cristo.
Día 62

LA OBEDIENCIA DA ESTABILIDAD

1 Samuel 13:13-14 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el
mandamiento de Jehová tú Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera
confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero.

En medio de un mundo donde cada uno obra según su criterio, el cristiano auténtico busca
obrar solo conforme a la voluntad de Dios, sabiendo que esta es lo único que le da
estabilidad y permanencia a su obra.

Aunque al final el reinado de Saúl duró aproximadamente los mismos años que el de David,
no se le confirmó a su descendencia para siempre, como si se hizo con la descendencia de
David. El apresuramiento de Saúl por ofrecer sacrificios a Dios sin esperar a Samuel, solo
porque vio que le pueblo se le desertaba del lugar convocado para la guerra, le trajo como
consecuencia que su reino no fuera confirmado por Dios a sus descendientes.

Esta visión del momento, sin pensar en las consecuencias a largo plazo, es lo que
caracteriza a la presente generación. Pero además, a ello se le suma el pensamiento
relativista que tiende a distorsionar lo que Dios establece para que cada uno pueda
interpretarlo como desee, o como le convenga, haciendo como Saúl, que actuó según su
forma de pensar, dejándose llevar por la presión del momento y desobedeciendo a Dios.

Si queremos que nuestros actos tengan resultados permanentes debemos dirigirlos según lo
que Dios manda; y esto es especialmente importante al hablar de la vida eterna, ya que
muchos piensan que deben ser llevados al cielo porque fueron sinceros en su
comportamiento, o en su vida religiosa, así ello no concuerde con la exigencia bíblica de
arrepentimiento y fe en Jesucristo.

No, Dios no recibe algo fuera de lo que Él mismo manda; porque lo contrario, así como se
le dijo Samuel a Saúl, Dios lo ve cómo actuar locamente. La familia, el trabajo, los
negocios, la espiritualidad y todo en la vida debemos desarrollarlo solo conforme a lo
revelado en la Biblia, por la fe en Cristo, si queremos que de fruto para vida eterna.
Día 63

PELIGRO DE HABLAR APRESURADAMENTE

1 Samuel 14:24 Pero los hombres de Israel fueron puestos en apuro aquel día; porque
Saúl había juramentado al pueblo, diciendo: Cualquiera que coma pan antes de caer la
noche, antes que haya tomado venganza de mis enemigos, sea maldito. Y todo el pueblo
no había probado pan.

Un creyente en Cristo sabe que debe poner freno a su boca para no hablar
imprudentemente; porque de esa manera evita situaciones adversas para él y los suyos.

En ese momento el único de los Israelitas que se había atrevido a pasar a guerrear contra los
filisteos era Jonatán, el hijo del Rey Saúl; pero se vio envuelto en un peligro mayor en
medio de su propio pueblo a causa del juramento que su padre obligó a hacer a los israelitas
de no comer hasta acabar a los filisteos. Jonatán no lo oyó y comió miel, porque desfallecía
de hambre; y por poco le cuesta la vida, de no ser porque el mismo pueblo impidió que se le
castigara por haber comido.

Fue una actitud necia y apresurada la de Saúl; es más, ni siquiera dejó que los sacerdotes
terminaran su oficio, sino que se apresuró a mirar que pasaba en medio de los filisteos
cuando se estaban matando a causa de la confusión que les causó el ataque de Jonatán.
Hubiera sido una gran victoria total, pero el pueblo estaba hambriento; y además el pueblo
se había desalentado porque casi muere Jonatán de forma injusta; todo porque Saúl se
apresuró a hablar.

Nuestras palabras nos comprometen y afectan a los que nos rodean. Una opinión apresurada
puede llegar a impedir que desarrollemos todo lo que tenemos en mente, simplemente por
no recordar que “por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”
(Mateo 12:37); es por ello que demos recordar el mandato bíblico: “Sea vuestra palabra
siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”
(Colosenses 4:6).

No hablar por hablar, sino para edificar, debe ser característico de un creyente en Cristo.
Día 64

DIOS SE COMPLACE EN LA OBEDIENCIA

1 Samuel 15:22-23 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y
víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es
mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque
como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación.

Para agradar a Dios debemos servirle obedientemente y luego ofrecerle un verdadero culto
en adoración, y no al contrario; porque a Dios se le adora con toda la vida.

Es sorprendente la manera en que Saúl se negó a reconocer delante de Samuel que había
desobedecido la orden de Dios. Es cierto que había ido en guerra contra los amalecitas,
pero la orden era exterminarlos totalmente junto con sus animales y bienes; y en vez de
ello, presionado por el pueblo, perdonó lo mejor para ofrecerlo al Señor en sacrificio.

En varias ocasiones Samuel le dijo que había desobedecido, pero Saúl insistía en haber
cumplido el mandato de Dios; y no le bastaron las explicaciones, solo reconoció su falta
cuando Samuel lo hizo reflexionar sobre lo que Dios quiere: ¿Obediencia o sacrificio? La
respuesta es obvia: Obediencia.

A veces olvidamos esto y nos enfrascamos en un mundo de costumbres, ceremonias y ritos


que solo son como el sacrifico que Saúl quería ofrecer, olvidando que la verdadera fe se da
como un mecanismo para mantenernos sujetos a la voluntad de Dios, y que la verdadera
adoración consiste en una vida obediente al Señor.

Entonces, la meta del cristiano consiste en profundizar cada día más en la voluntad de Dios,
por medio de la meditación de la Biblia y de la oración ferviente; no conformándose con lo
que se hace en su Iglesia, o con lo que ya está establecido ceremonialmente.

Examinémonos, y no excusemos nuestra desobediencia detrás de ceremonias; recordemos


que toda obediencia a medias es desobediencia.
Día 65

LA DIFERENCIA LA MARCA EL ESPÍRITU DE DIOS

1 Samuel 16:13-14 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus
hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se
levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá. El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le
atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová.

Sea cual fuere el oficio o la labor de alguien, lo único que marcará la diferencia en su vida
es que haya sido transformado, capacitado y dirigido por el Espíritu Santo; porque solo así
podrá hacer todo en el nombre de Jesús y para la Gloria de Dios Padre.

En estos versículos es claro el contraste entre el estado espiritual de David, quien aún no
ejercía el reinado sobre Israel, y Saúl, que lo estaba ejerciendo. A pesar de ser el menor, y
de la confusión que tuvo Samuel al impresionarse con la apariencia de su hermano mayor,
David fue llamado desde su labor de pastor, a su tierna edad, para ser ungido como el
próximo Rey de Israel; lo cual fue la expresión externa de lo que sucedió en su alma, pues
“desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David”

David tenía el Espíritu de Dios, mientras que de Saúl se había apartado. David tocaba su
arpa y Dios le daba alivio a Saúl; mientras que Saúl, por más que buscara alivio por sí
mismo, solo hallaba un espíritu malo que lo atormentaba. David no estaba en el trono de
Israel, pero tenía el Espíritu de Dios que lo capacitaba para reinar; mientras que Saúl estaba
reinando, pero con su mera capacidad humana, y atormentado en su existencia. Que cuadro
tan paradójico y al mismo tiempo tan ilustrativo de lo diferencia entre un creyente y un
inconverso ejerciendo una labor.

La gran diferencia entre el creyente y el inconverso no radica realmente en los resultados


inmediatos de sus labores, porque podría darse que quien no cree en Dios tenga mejores
resultados según el mundo; la diferencia radica en la motivación interior, la orientación
que tienen para su labor y el efecto real de ella en su vida. Porque quien ha rendido su vida
a Cristo, por la comunión con el Espíritu Santo, será motivado por el amor de Dios, será
orientado a darle la gloria a Él y nunca terminará subyugado o amargado en su corazón a
causa de lo que hace.

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no
habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis
recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Rom.8:14-15).
Día 66

LA VICTORIA VERDADERA ES DE DIOS

1 Samuel 17:37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las
garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve,
y Jehová esté contigo.

En cualquier circunstancia, en todo tipo de lucha, la victoria irá de la mano de aquel que
ande con Dios y que vaya conforme a Su voluntad.

David solo iba a llevar alimento a sus hermanos mayores en el campo de batalla; pero su
atención quedó cautiva cuando escuchó al gigante Goliat desafiando a los ejércitos de
Israel. David no se conformó con las explicaciones y regaños de sus hermanos, sino que él
siguió preguntando: “¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio
de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones
del Dios viviente?” (1Samuel 17:26).

Fue tal la insistencia de David en el tema que esto llegó a los oídos del Rey Saúl, el cual lo
entrevistó y le recibió su solicitud para pelear contra Goliat. Todo el argumento de
seguridad de David, a pesar de su juventud e inexperiencia en la guerra, se basó en el poder
de Dios para librarlo. Si Dios lo había librado del oso y el león, al proteger las ovejas,
mucho más ahora lo libraría del gigante por salir en defensa del pueblo de Dios.

El propósito de la lucha y el poder para la misma deben venir de Dios, si es que queremos
ser respaldados por Él. Dios no da victorias por exaltar a individuos, Él exalta individuos
por medio de Sus victorias, cuando las batallas son conforme a Su voluntad.

No importa las circunstancias adversas, el ámbito de las mismas, o la fortaleza de quienes


se oponen a la voluntad de Dios; si como David buscamos el bien de otros, nos apoyamos
en el favor de Dios y nos aseguramos de obrar conforme a Su voluntad, veremos la victoria,
así no seamos los más calificados para la lucha.

Recuerde que David fue un personaje real cuya vida prefiguraba a Cristo; ya que el Señor
sería el verdadero vencedor, a través de su vida, muerte y resurrección, para salvar
verdadera y eternamente al pueblo de Dios. Por ello es que los que estamos en Cristo, para
la gloria de Dios, fuimos escogidos y somos usados bajo el mismo patrón de elección
divino: “lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo
que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia” (1Corintios1:28-29).
Día 67

EL FAVOR DE DIOS PRODUCE ENVIDIA

1 Samuel 18:7-9 Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus
miles, Y David a sus diez miles. Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este
dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde
aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David.

Un cristiano auténtico sabe que el favor de Dios en su vida, por medio de la fe en


Jesucristo, genera oposición en quienes no están realmente en Cristo; porque entiende que
él es “de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19).

Nada hizo David en contra del Rey Saúl; por el contrario, lo sacó del apuro al matar al
gigante que ni él ni sus soldados se atrevieron a enfrentar. Entonces, ¿Por qué llegó a
mirarlo con malos ojos y a sentir envidia de él?; Saúl tenía el reino, tenía los ejércitos, y
David le servía a él; pero no podía controlar el hecho de que Dios respaldara lo que David
hacía.

Si mandaba a David a la guerra, para ver si lo mataban los filisteos, volvía victorioso de
ella; si le pedía que le tocara el arpa, lo hacía con sumisión; y si le encargaba alguna otra
labor, la realizaba con prudencia y honestidad. Sencillamente, David tenía lo que Saúl había
perdido: El favor de Dios.

Como David, el creyente en Cristo, por medio de su fe obediente, siempre despertará el


enojo de los corazones que carecen del favor inmerecido de Dios. Así tenga menos recursos
económicos, menos capacidades físicas y menos influencia en la sociedad llena de pecado,
el verdadero cristiano posee lo que nadie puede comprar con dinero, ni conseguir con
capacidades o méritos humanos: La gracia salvadora de Dios.

Un corazón temeroso de Dios, que ha reconocido a cabalidad su pecado y que solo confía
en la obra de Cristo para acceder al Señor, es algo que nadie puede producir con su mero
intelecto o con el sentimentalismo de su alma pecadora; es algo que solo se recibe como
regalo de Dios, y que despierta, sin ninguna justificación, la envidia de quienes no lo
tienen.

En vez de desalentarse por ser perseguido a causa de su fe, el cristiano debería alegrarse al
recordar las palabras de su Señor: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen
y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos,
porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que
fueron antes de vosotros” (Mateo 5:11-12)
Día 68

LO ILÓGICO DEL PECADO

1 Samuel 19:4-5 Y Jonatán habló bien de David a Saúl su padre, y le dijo: No peque el
rey contra su siervo David, porque ninguna cosa ha cometido contra ti, y porque sus
obras han sido muy buenas para contigo; pues él tomó su vida en su mano, y mató al
filisteo, y Jehová dio gran salvación a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué,
pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa?

A pesar de que todos siempre encontramos razones para pecar, si somos confrontados
correctamente veremos lo ilógico de nuestra actitud para con Dios y con los demás.

Después de la intercesión de Jonatán en favor de David, la Biblia registra: “Y escuchó Saúl


la voz de Jonatán, y juró Saúl: Vive Jehová, que no morirá” (1 Samuel 19:6). Pero luego
también quedó registrado como Saúl intentó matar a David con una lanza mientras tocaba
un instrumento; todo porque David había vuelto a salir a la guerra y había llega victorioso.
Después Saúl envió sus guerreros para que mataran a David en su casa; pero su esposa
Mical, la misma hija de Saúl, lo salvó de morir.

Al final, Saúl hasta olvidó el respeto debido por el profeta Samuel, quien lo ungió como
rey; porque envió varias compañías de soldados donde el profeta vivía para matar a David,
y hasta fue el mismo Saúl; pero Dios mismo defendió a David y a Samuel, tomando en una
especie de trance profético a todos los que los buscaban, e impidiéndoles llevar a cabo su
macabro objetivo. Saúl había entendido que era ilógico matar a David, pero su corazón
lleno de pecado no se dejó guiar por los razonamientos de su hijo, ni por el evidente poder
de Dios a favor de aquel a quien quería dañar.

Así es el corazón pecador: Puede recibir explicaciones claras que le muestren lo incorrecto
de su actitud, y hasta logra entenderlo; pero se niega a cambiar su comportamiento. El
adulterio destruye la familia, las adicciones destruyen la salud, los rencores y
resentimientos destruyen el alma, la mentira destruye la confianza; todo esto puede ser
entendido por los adúlteros, los adictos, los amargados y los mentirosos; y aun así, no
dejarán la práctica del pecado.

El creyente en Cristo sabe que no es suficiente con los argumentos lógicos en contra del
pecado, porque sabe que él mismo tuvo que ser transformado milagrosamente por el
Espíritu Santo para poder aborrecer su vida de pecado y liberarse de la esclavitud al
pecado; y por ello apela a la comunión diaria con Dios para no caer en tentación.

No basta con saber que se hace mal, hay que tener el poder para aborrecer el mal y dejarlo;
y ese poder solo está en el corazón que se ha rendido a Jesús ¡Ríndase hoy a Él!
Día 69

AYUDA EN LA PERSECUCIÓN

1 Samuel 20:1 Después David huyó de Naiot en Ramá, y vino delante de Jonatán, y
dijo: ¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad, o cuál mi pecado contra tu padre, para que
busque mi vida?

Nunca Dios permitirá que alguien escogido por él deje de ser ayudado mientras sufre
injustamente.

David halló gracia en los ojos de Jonatán, el hijo de su perseguidor Saúl. Luego de irse de
forma repentina del palacio real, David volvió en secreto para hablar con Jonatán y para
preguntarle por qué Saúl lo perseguía sin causa. De esta conversación surgió un ingenioso
plan para averiguar las intenciones del rey contra David, y para darle aviso a este último de
forma discreta y efectiva sobre su situación ante el rey.

Al final de toda esta estratégica movida, solo confirmaron que Saúl ardía de envidia en
contra de David, y que lo estaba buscando para matarlo; pero en medio de toda esta historia
quedó brillando la amistad incondicional de Jonatán.

Esas personas que Dios pone a nuestro lado para acompañarnos en medio de las terribles
pruebas, y que son capaces de estar con nosotros a pesar de nuestras debilidades de
carácter; ellas son la clara demostración de cómo el Señor no deja de enviarnos ayuda en
medio de la aflicción.

Aún el Salvador, nuestro Señor Jesucristo, experimentó compañía en medio de su aflicción


humana para salvarnos: Algunos discípulos le acompañaron a orar antes de ser capturado
para llevarlo a la cruz (Mateo 26:37-38); y aunque estos se quedaron dormidos, “se le
apareció un ángel del cielo para fortalecerle” (Lucas 22:43). Hasta en la cruz, cuando todos
parecían haberle abandonado, aún tenía a su lado al “discípulo amado”, al cual pudo
encargarle el cuidado de su madre (Juan 19:26-27).

Esto no significa que Jesús dependía de la ayuda humana para salvarnos, pero sí que no
debemos desfallecer solos en nuestra aflicción. En la aflicción debemos confiar solo en
Cristo; porque nos Él nos salvó, y porque Él nos ayuda a través de las personas.
Día 70

ÁNIMO DE LAS VICTORIAS PASADAS

1 Samuel 21:9 Y el sacerdote respondió: La espada de Goliat el filisteo, al que tú


venciste en el valle de Ela, está aquí envuelta en un velo detrás del efod; si quieres
tomarla, tómala; porque aquí no hay otra sino esa. Y dijo David: Ninguna como ella;
dámela.

En medio de cualquier adversidad, así parezca imposible la salida, Dios nos permite
recordar Su ayuda eficaz en situaciones anteriores de tal forma que nuestra fe en Él, por
medio de Jesucristo, se vea fortalecida para no desfallecer.

David Realmente estaba mal; llegó donde el Sacerdote Ahimelec con mentiras, buscando
alimento y algún arma para defenderse; y en Su misericordia Dios permitió que se le
alimentara con los panes que eran exclusivos de los sacerdotes, y que se le volviera a dar la
espada de Goliat.

Aunque luego tuvo que llegar a simular que estaba demente, para que no le hiciera daño el
rey de Gat, David debió sentirse reanimado al recibir la espada de Goliat; porque ella le
recordaba la victoria que Dios le dio sobre el gigante, y le mostraba que el Señor lo podía
proteger de cualquier situación que tuviera que enfrentar.

Así mismo, cada creyente debe echar mano de las victorias que el Señor le ha entregado en
luchas anteriores, para fortalecer su fe en las dificultades presentes. Especialmente debemos
tener presente como Cristo venció en la cruz a la muerte, a Satanás y al pecado por
nosotros, dándonos vida nueva por medio del Espíritu Santo, para que creyéramos en Él y
recibiéramos los beneficios de Su sacrifico. Al mismo tiempo debemos meditar en que si se
nos dio esa grande victoria de la salvación en Él, ¿Cómo no nos va a sostener en medio de
cualquier dificultad?

La obra de Cristo para salvarnos debe ser nuestra “espada de Goliat”, porque allí Cristo
venció a la muerte por medio de Su propia muerte; ya que si Dios “no escatimó ni a su
propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él
todas las cosas?” (Romanos 8:32)
Día 71

EQUIPO EN FORMACIÓN

1 Samuel 22:1-2 Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam…y se juntaron
con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en
amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos
hombres.

Aunque parezca increíble, un grupo de gente que se sabe en dificultades y en necesidad de


ayuda es más susceptible de ser enseñado y transformado en un equipo victorioso.

David recibió un puñado de gente derrotada y los transformó en los muy recordados
“valientes de David”; pero para ello tuvo que andar con ellos bajo la persecución del rey
Saúl durante años.

Tan pronto como formó este pequeño ejército personal, David recibió la noticia de que Saúl
había hecho matar a los sacerdotes de Nob por haberle dado alimento y por entregarle la
espada de Goliat; y por ello entonces David le dijo al único sobreviviente en Nob, a
Abiatar: “Quédate conmigo, no temas; quien buscare mi vida, buscará también la tuya;
pues conmigo estarás a salvo” (1 Samuel 22:23).

Esa obra de formación de valientes en medio de la persecución, a pesar de que fueran


personas frustradas y afligidas, es la que Cristo hace con quienes se entregan a Él por
completo. Del equipo escogido por Dios, para ser salvo a través de Cristo, la Biblia dice:
“lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo
escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió
Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.” (1
Corintios 1:27-29)

El equipo de valientes debe ser formado con los años, en medio de la persecución del
mundo, así como lo hizo David con su ejército personal; por ello debemos estar dispuestos
a unirnos a otros creyentes; y estando juntos debemos dejarnos moldear, reconociendo
nuestras debilidades, no negando nuestra aflicción de espíritu, para que el Señor, a través de
los años, por medio de su amor y disciplina, nos exhiba como Sus valientes.

Recuerde: No hay que ser perfectos para ser parte del equipo de Cristo; pues Él es el
perfecto y así lo determinó, “a fin de que nadie se jacte en su presencia” (1Co.1:29).
Día 72

DIOS CUIDA A LOS SUYOS

1 Samuel 23:14 Y David se quedó en el desierto en lugares fuertes, y habitaba en un


monte en el desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en
sus manos.

Aún en medio de la más fiera persecución, Dios guarda a quienes ha escogido en Cristo;
para que sirvan de ejemplo con su carácter valiente, sencillo y lleno de fe en el salvador.

En medio de su huida David supo de la toma de los Filisteos a la ciudad de Keyla; y a pesar
de ponerse en peligro, consultó a Dios para saber si podía ir con sus hombres a librar la
ciudad; y efectivamente Dios lo envió y le dio la victoria. Pero una vez allí tuvo que volver
a consultar al Señor a través del sacerdote Abiatar, porque supo que Saúl iba camino a la
ciudad con sus ejércitos a matarlo; y Dios le guio a irse porque los mismos habitantes de la
ciudad lo entregarían al rey Saúl. Luego, en medio de sus escondrijos del desierto, los
habitantes de Zif lo delataron con Saúl; y habiéndolo casi alcanzado en una montaña, Saúl
tuvo que desistir de su persecución porque supo que los filisteos habían vuelto a atacar al
país.

Perseguido a muerte por el rey a quien bien servía, traicionado por el pueblo a quien
protegía, y hasta salvado por medio del ataque de los enemigos de su pueblo; así fue la vida
de David durante años; y así Dios lo protegió de forma milagrosa de la mano de quienes lo
perseguían.

Cristo dijo: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque
de ellos es el reino de los cielos” (Mt 5:10); y esto es así porque la persecución se da como
una gran oportunidad para que el creyente ejercite la fe en su Salvador, siendo
continuamente guiado por medio de la comunión con Él en oración, y permaneciendo fiel a
lo que se le manda en la Biblia; para que, así, el carácter del mismo Cristo se revele a través
del cristiano que sufre.

En medio de la persecución más sangrienta e injusta en su contra, los verdaderos cristianos


proclaman: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?...Antes, en todas estas cosas somos
más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Ro.8:35-37).
Día 73

VENCIENDO EL MAL CON EL BIEN

1 Samuel 24:15-18 Jehová, pues, será juez, y él juzgará entre tú y yo. El vea y sustente
mi causa, y me defienda de tu mano. Y aconteció que cuando David acabó de decir estas
palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzó Saúl su voz y
lloró, y dijo a David: Más justo eres tú que yo, que me has pagado con bien, habiéndote
yo pagado con mal…pues no me has dado muerte, habiéndome entregado Jehová en tu
mano.

Esperar a que Dios sea quien juzgue a quien nos hace daño, sin hacerle ningún tipo de mal,
es vencer como Cristo: Derrotando el mal con el bien.

En esta ocasión, en medio de la encarnizada persecución que el Rey Saúl tenía en contra de
David, al tener que hacer sus necesidades en una cueva Saúl quedó vulnerable ante quien él
perseguía; pero David se contuvo y solo le cortó parte del manto, para luego gritarle de
lejos a su perseguidor: “ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado contra ti;
sin embargo, tú andas a caza de mi vida para quitármela” (1Sam24:11).

Esto conmovió al despiadado Saúl, y hasta lloró; seguramente se sintió confrontado porque
sabía que él no habría hecho lo mismo; sabía que él, en el lugar de David, no habría
desperdiciado la oportunidad de acabar con su enemigo; pero gracias a que el corazón de
David reverenciaba la autoridad que Dios le dio a Saúl, no quiso pagarle mal por mal; y con
ello logró que Saúl dejara de perseguirlo al menos por un tiempo.

Así debe suceder con cada cristiano, su reacción ante los ataques de las personas debe ser
totalmente contraria a lo que cualquiera haría; y si tiene la oportunidad de vengarse, es
cuando más decidido debe estar el creyente en Cristo a pagar el mal con bien.

Debemos seguir el ejemplo de nuestro Salvador, quien fue capaz de orar: “Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34), mientras sus verdugos se
repartían sus vestidos. Fue así como Cristo venció el pecado, no solo sufriendo el castigo
que merecíamos por ser pecadores, sino también amándonos a pesar de estar enemistados
con él a causa de nuestra desobediencia.

“Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues
haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza” (Romanos 12:20)
Día 74

LA PRUDENCIA ES VERDADERA INTELIGENCIA

1 Samuel 25:32-33 Y dijo David a Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te
envió para que hoy me encontrases. Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me
has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano.

En medio de una discordia no gana el que primero hace daño, sino el que primero busca de
forma prudente la reconciliación.

En medio de su vida de fugitivo David había acumulado suficientes hombres y suficiente


fama de guerrero como para ser temido por los demás; pero además, seguramente, ya se
había divulgado que él había sido ungido por Samuel para ser rey de Israel; lo cual debe
haberse recordado durante la muerte de este profeta. Todo esto debió retumbar en la mente
de Abigail cuando supo que su esposo, Nabal, contestó de forma grosera a los siervos que
David le había enviado con una petición de ayuda para ellos.

La misma Abigail dijo de su esposo: “Él se llama Nabal, y la insensatez está con él”; pero
ella, con sus presentes, con sus palabras llenas de sabiduría, con sus ruegos, y con su
reconocimiento del llamado que tenía para ser rey, contuvo a David para que tampoco
actuara de forma insensata, y para que no se vengara de forma sanguinaria por la actitud
desagradecida de su marido, el cual se había beneficiado de la protección que los hombres
de David le dieron a su rebaño. Esta mujer, tanto al que se sabía que era insensato como al
que debía ser sabio, les enseñó verdadera sabiduría y temor de Dios.

Dios quiera que cada uno de los creyentes en Cristo andemos pendientes de actuar de forma
sabia, evitando el conflicto y esquivando todo impulso humano por vengarnos. Dios quiera
que quienes nos llamemos cristianos recordemos que nuestro objetivo en medio de los
conflictos no es ganarle al otro, sino ganar al otro para Cristo por medio de la
reconciliación y el perdón.
Día 75

LA VENGANZA ES DEL SEÑOR

1 Samuel 26:10-11 Dijo además David: Vive Jehová, que si Jehová no lo hiriere, o su
día llegue para que muera, o descendiendo en batalla perezca, guárdeme Jehová de
extender mi mano contra el ungido de Jehová.

El creyente sabe que la mejor manera para que alguien reciba lo que merece es que Dios
mismo se encargue de su vida; porque solo así se hará verdadera justicia, y Dios librará de
la amargura del rencor a los suyos.

David por segunda vez tuvo en sus manos la vida del Rey Saúl, su terrible perseguidor;
pero en esta ocasión lo encontró durmiendo junto a sus oficiales más cercanos, “porque un
profundo sueño enviado de Jehová había caído sobre ellos” (1 Samuel 26:12); y en vez de
matarlo con la lanza que Saúl tenía junto a su cabecera, como se lo propuso Abisai, decidió
quitársela junto con una vasija de agua, para luego gritarle desde lejos y demostrarle como
le había perdonado la vida a pesar de que el rey quería matarlo.

La explicación que David le dio a Abisai sobre la forma en que debía morir su enemigo
demostró su convicción profunda en que Dios mismo se encargaría de hacerle justicia, sin
que el mismo David tuviera que manchar sus manos. Es más, David entendía que por haber
tenido misericordia para con su enemigo Dios le retribuiría a él por todo; y lo sabemos
porque dijo: “Y he aquí, como tu vida ha sido estimada preciosa hoy a mis ojos, así sea mi
vida a los ojos de Jehová, y me libre de toda aflicción” (1Sam.26:24).

Por más poderosas, despiadadas, injustas y martirizantes que sean la personas que nos
persiguen sin causa, siempre debemos recordar la orden Bíblica: “No os venguéis vosotros
mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la
venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12:19).

El cristiano verdadero espera con paciencia a que su Señor actúe, no por el solo hecho de
verlo ejercer Su juicio, sino por no dejar que su corazón se llene de rencor y por ser capaz,
como su salvador, de perdonar a quienes más daño le han hecho.
Día 76

VIVIENDO CON EL ENEMIGO

1 Samuel 27:4, 12 Y vino a Saúl la nueva de que David había huido a Gat, y no lo buscó
más. Y Aquis creía a David, y decía: Él se ha hecho abominable a su pueblo de Israel, y
será siempre mi siervo.

El creyente debe vivir con sabiduría en un mundo que le es hostil, donde hasta muchos que
se dicen cristianos atacan la base misma del cristianismo, y donde los que arremeten
abiertamente contra la fe son muchas veces los únicos que respetan su creencia.

David se cansó de huir de Saúl en su propio país, y decidió pasar con sus hombres y sus
familias a vivir con Aquis el rey de la ciudad filistea de Gat; allí estuvo viviendo con el
enemigo. Lo terrible de esta circunstancia es que David aparentó ser un filisteo más, pero
cuando salía a la guerra iba contra otras ciudades filisteas. Durante más de un año David
vivió una doble vida.

Ciertamente la religiosidad, el legalismo y las falsas interpretaciones bíblicas son el pan de


cada día en muchas iglesias cristianas, y a veces ahuyentan a los cristianos genuinos; pero
esto no es justificación para no volver a la Iglesia, que es la “ciudad de Dios”; porque quien
se refugia en el mundo, encontrando consuelo en los amigos y en las actividades de la
sociedad, corre el riesgo de caer en una doble vida.

Es cierto que Daniel vivió como creyente en medio del gobierno Babilonio de su época, y
que Nehemías pasó en santidad por una situación semejante; pero ellos se negaron
abiertamente a darle la espalda a su fe y a su pueblo; y por ello pusieron en peligro sus
vidas.

También es cierto que en la parábola del mayordomo infiel Jesús dijo: “Ganad amigos por
medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas
eternas” (Lucas16:9); pero esto no se refiere a caer en la idolatría que el mundo tiene hacia
las riquezas, sino a saber administrarlas para que los del mundo nos presten atención
cuando les mostremos las verdaderas riquezas escondidas en el evangelio.

Al final, si nos sentimos más respetados en medio de los inconversos que entre los mismos
creyentes, debemos recordar que los no creyentes se mueven por conveniencia y no por
obediencia a Dios; y por más difícil que sean algunas personas que se llaman cristianas,
nuestra obediencia a Dios nos debe afirmar en medio de la Iglesia de Cristo.

¡Ni el más terrible trato sobre Jesús y sus discípulos les impidió a ellos permanecer junto a
los que invocan el nombre del Señor! ¿Podemos seguir su ejemplo?
Día 77

EL SILENCIO DE DIOS POR LA DESOBEDIENCIA

1 Samuel 28:5-6 Y cuando vio Saúl el campamento de los filisteos, tuvo miedo, y se
turbó su corazón en gran manera. Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió
ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas.

Cada ser humano debería recordar que sus actos en contra de la voluntad de Dios son un
obstáculo para oír la voz de Dios en los momentos más difíciles de la vida; porque así no
solo procuraremos agradarlo siempre, sino que además no añadiremos más pecado a
nuestras vidas cuando Él no nos conteste.

El profeta Samuel había muerto, David se había comprometido a luchar en favor de los
enemigos de Israel, y el enorme ejército filisteo estaba en Sunem junto a la tierra de los
judíos; ¡De razón el Rey Saúl tuvo miedo!; Y como todo hombre que reconoce sus
debilidades, Saúl buscó consejo; pero Dios, el único que podía aconsejarlo con certeza, lo
había dejado a un lado, y no le contestó, ni personalmente (en sueños), ni por intermedio de
sus siervos los sacerdotes (por Unim), ni por profetas.

Lamentablemente, al buscar orientación, Saúl recurrió a una de las adivinas que por orden
de Dios había combatido durante su reino; y llegó a ver la práctica ocultista que persiguió
oficialmente como su salida personal a sus problemas ¡Que bajo cayó Saúl!

En la actualidad la actitud de la humanidad no es muy diferente: Creen en Dios mientras


este les muestre salidas prácticas a sus problemas personales; pero tan pronto como el
Señor guarda silencio ante sus peticiones, echan mano de lo primero que les sirva, así sea
totalmente opuesto a lo que antes profesaban como voluntad del Señor para ellos.

El cristiano sabe que en muchas ocasiones no se percibe la guía divina a causa de la


desobediencia. Es por ello que Pedro escribe: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con
ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de
la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (1 Pedro 3:7).

Es muy lógico que el Señor no preste atención a quienes voluntariamente le desobedecen;


porque así el cristiano verdadero se compunge, arrepintiéndose de su pecado y pidiendo
perdón para restablecer la relación con su Señor; mientras que el ser humano rebelde se
endurece en su rebeldía, acarreando el justo castigo sobre sí mismo.

En cualquier caso Dios es glorificando, castigando al pecador con las consecuencias de su


pecado, o perdonándolo a través de Jesucristo para restablecer su relación con él; la gran
pregunta es: ¿Qué actitud tomamos cuando Dios parece no respondernos?
Día 78

SENTIDO COMÚN

1 Samuel 29:4 Entonces los príncipes de los filisteos se enojaron contra él, y le dijeron:
Despide a este hombre, para que se vuelva al lugar que le señalaste, y no venga con
nosotros a la batalla, no sea que en la batalla se nos vuelva enemigo; porque ¿con qué
cosa volvería mejor a la gracia de su señor que con las cabezas de estos hombres?

El pensar de forma lógica es necesario para no actuar de forma necia; y los creyentes
deberíamos adelantar a los demás en este aspecto, porque nuestro entendimiento ha sido
transformado y limpiado por el Espíritu Santo.

Los demás líderes de los Filisteos no fueron tan ingenuos como Aquis, quien juraba que
David le servía fielmente y no se le rebelaría para ayudar al pueblo de Israel; por el
contrario, ellos sabiamente concluyeron que si David lograba infiltrarse en la batalla en
medio de los filisteos, para causarles un gran daño desde dentro, podría congraciarse con el
pueblo de Israel y con el rey Saúl.

Esta lógica sencilla impidió que David tuviera que batallar, al menos inicialmente, como
parte del ejército filisteo; pero mostró claramente que los afectos personales pueden llegar a
menguar el sentido común.

El vivir por Fe no significa vivir ingenuamente, ni mucho menos renunciar al uso del
intelecto y la lógica; por el contrario, es poseer esas mismas facultades humanas pero
santificadas y dirigidas por Dios mismo.

Por todo esto, un buen creyente debe cultivar el intelecto, no solo a través de un estudio
formal, sino también a través de la lectura e investigación personal; debe contemplar de
forma lógica las distintas opciones que se le presentan en cada circunstancia y decidir de
acuerdo a las prioridades claramente definidas como mandatos o principios en la Palabra de
Dios; y en caso de permanecer desorientado, luego de haber estado poniéndolo todo en
oración, puede recurrir a la ayuda de alguien maduro en la fe que sepa orientarle de forma
coherente.

Esto anula la pereza espiritual que alimentan quienes esperan ser supuestamente dirigidos
por el “Espíritu de Dios” sin tener que disponer su mente para ello; y además arroja por el
piso la dependencia mal sana de los demás que muchas personas usan para no tener que
decidir por sí mismos siendo guiados y responsabilizados por Dios.

No dejemos de usar nuestro sentido común, sino más bien busquemos estar siempre bien
“ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Heb.5:14) por la fe en Cristo.
Día 79

FORTALEZA PARA ACTUAR

1 Samuel 30:6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo,


pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas;
mas David se fortaleció en Jehová su Dios.

Aún los más fuertes pueden flaquear en circunstancias dolorosas; pero solo aquellos que se
apoyan en Dios, por medio de la fe en Jesucristo, encuentran verdadera fuerza para soportar
y ser guiados en medio de la dificultad.

Al regresar a donde moraba, David encontró la ciudad destruida y las mujeres y niños
secuestrados; “Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta
que les faltaron las fuerzas para llorar” (1 Samuel 30:4). En ese momento el dolor de la
pérdida de su familia, y la presión del pueblo hacia él, hizo que David flaqueara; pero
sabiamente, él se fortaleció en el Señor.

David consultó al Señor para saber si debía perseguir a los secuestradores, y Dios lo dirigió,
autorizándole la batalla, alentando su corazón y permitiéndole encontrar en el camino a un
egipcio, siervo de lo amalecitas, que le orientara sobre como atacar. David puso su dolor y
desorientación en las manos de Dios; y al final, pudo retornar con las mujeres y los niños de
su pueblo.

Cristo mismo, antes de pagar en la cruz por nuestros pecados, ante tan abrumadora
experiencia que nadie nunca podrá igualar, recurrió en oración al Padre celestial para
recibir fuerzas, guía y aliento en medio de la prueba. Al final, David pudo vencer a la
misma muerte, pero fortalecido por el Espíritu de Dios.

En medio de situaciones repentinas, y dolorosamente impactantes, debemos recordar que el


Señor es poderoso para consolarnos, alentarnos, dirigirnos y fortalecernos para actuar
sabiamente. Dios mismo es la fortaleza del que está en Cristo.
Día 80

ACTITUD DE HUÍDA

1 Samuel 31:4 Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella,
para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su
escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se
echó sobre ella.

Quien se suicida lleva al límite su huida de las circunstancias adversas y de la voluntad de


Dios; pero el creyente en Cristo asume la actitud responsable, valiente y sufrida que su
salvador usó en la Cruz para salvarlo, glorificando así al Señor.

Saúl vivió poniendo excusas para escapar de las demandas de Dios sobre su vida; y al final,
al tratar de escapar del juicio divino a través de las manos de sus enemigos, decidió
suicidarse con su propia espada. Ni en su último día de vida Saúl dejó de huir de sus
responsabilidades ante Dios.

Renunciar a los retos, abandonar la familia, separarse de la pareja, buscar dinero fácil e
ilícito, buscar satisfacción en una adicción, dejar de servir a Dios en medio de la prueba, y
hasta quejarse continuamente y vivir desanimado; todas estas son acciones que se realizan
bajo el mismo principio del suicidio: Huir de la realidad y de la voluntad de Dios.

Un verdadero creyente podría llegar a desalentarse, y hasta abandonar alguna labor que
Dios le haya encomendado, pero nunca podrá mantener este comportamiento de forma
continua; pues el ejemplo de Cristo, asumiendo la muerte por él en la cruz, y el impulso del
Espíritu Santo, a través de la vida de oración y de estudio bíblico, le impedirán que se
rehúse a asumir responsablemente la voluntad de Dios sobre su vida.

Es claro entonces, por la Palabra de Dios, que un verdadero cristiano nunca recurriría al
suicidio como salida; y esto se demostró en el contraste entre el suicidio de Judas (el hijo de
perdición) y el arrepentimiento de Pedro (quien negó tres veces al Señor).

Si por su mente han pasado mecanismos de huida de la realidad, niéguese a sí mismo, tome
su cruz y siga al Señor Jesucristo; para que Él llene su corazón de paz en medio de cada
circunstancia y le asegure la vida eterna que llena el corazón de esperanza en Dios.
Día 81

RESPETO PARA CON LOS LLAMADOS POR DIOS

2 Samuel 1:16 Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu misma boca
atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Jehová.

La obra especial del Espíritu santo para llamar y capacitar a alguien al servicio de Dios, la
cual era simbolizada por la unción con aceite en el Antiguo testamento, nunca debe ser
menospreciada, a pesar de los errores de quien ha sido llamado.

Saúl realmente no alcanzó a suicidarse; según relató el amalecita a David, este lo encontró
agonizando luego de intentar matarse; y por petición del mismo Saúl, lo remató. Pero a
pesar de decir que lo había matado “porque sabía que no podía vivir después de su caída”
(2 Samuel 1:10), este hombre fue hallado culpable por David, quien le dijo: “¿Cómo no
tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová?” (2 Samuel 1:12), y
luego David le aplicó la pena de muerte.

Es fácil subestimar el llamado de Dios de quien ejerce un cargo ministerial cuando este no
muestra frutos de un verdadero siervo del Señor; pero, como David, debemos entender que
es Dios el llamado a juzgar definitivamente a sus siervos; y a entender que si podemos
apelar a la disciplina bíblica para tratar de corregirlos y restaurarlos, pero que en últimas
debe ser el Señor quien los confronte directamente para que el juicio sea realmente limpio y
el castigo sea decididamente justo.

No podemos ir del extremo mal sano de no confrontar el pecado con la excusa de “no tocar
el ungido de Jehová”, ni al otro extremo igualmente nocivo de realizar una cacería
despiadada que elimina sin compasión a los ministros de Dios. Debemos recordar que
aunque en principio todo creyente en Cristo está ungido por el Espíritu Santo, no todos
están llamados a ejercer un ministerio público dentro de la Iglesia del Señor; y que por ello
no debemos arremeter a la ligera contra un ministro cristiano caído.

Pablo dijo: “Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos” (1 Ti.
5:19), porque sabía del daño que se hace a la Iglesia cuando, sin compasión, se pone en
duda el testimonio de un líder cristiano.

Sin excusar el pecado de los siervos de Dios, busquemos como restaurarlos bíblicamente en
vez de rematarlos cuando caen; pues Cristo vino por los pecadores.
Día 82

DESEOS PUESTOS EN ORACIÓN

2 Samuel 2:1 Después de esto aconteció que David consultó a Jehová, diciendo: ¿Subiré
a alguna de las ciudades de Judá? Y Jehová le respondió: Sube. David volvió a decir: ¿A
dónde subiré? Y él le dijo: A Hebrón.

Todo anhelo, y toda decisión importante, deben pasar por el “colador” de la oración; ya que
por claras que sean las circunstancias, y por puros que sean los deseos, solo el Señor debe
dirigir nuestras vidas.

Como Saúl había muerto, el profeta Samuel había ungido a David como su sucesor, y los
de la tribu de Judá respetaban a David por ser parte de ellos, lo más lógico era que David
pensara en ir tratando de obtener el reino desde su propia tribu, saliendo así de la vida
errante que llevó mientras Saúl lo persiguió para matarlo. Pero a pesar de tener este impulso
lleno de sabiduría, David no obró sin primero consultar al Señor.

Unos erramos por delegar nuestra responsabilidad de decidir sobre Dios, diciendo que no es
clara Su otientación cuando oramos; pero otros, erramos al decidir basados en nuestra
experiencia y sabiduría sin consultar a Dios en oración. Evitar esto último es muy
importante, ya que nos libra de obrar en nuestras fuerzas confiando solo en nuestros
medios, sin ver nuestras debilidades. Al orar, ponemos a Dios al frente, le entregamos las
riendas de nuestro actuar y confiamos en que nos responda según Su voluntad.

David pudo estar seguro de que el Señor aprobaba su movimiento estratégico hacia la
ciudad de Hebrón y esto le permitió estar firme frente a las dificultades que vinieron como
consecuencia de esta decisión, pues tuvo que ver como sus hombres se enfrentaban contra
los de Abner, el General del ejército del fallecido Saúl. Abner había sido quien puso como
rey sobre el resto de Israel a un hijo de Saúl, a Is-boset.

De esta forma vemos como la oración no nos libra de las dificultades que vienen a
consecuencia de nuestras decisiones, pero si nos fortalece para afrontarlas sustentados por
la paz del Señor, sabiendo que andamos bajo Su voluntad.

Que nuestros deseos más importantes, por puros, bíblicos y bien intencionados que sean,
siempre estén ante Dios en oración; para que así podamos vivir en fe, como nuestro
Salvador vivió en Su humanidad, fortalecidos por Dios en nuestras vidas.
Día 83

LA LUCHA POR EL PODER

2 Samuel 3:1 Hubo larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David; pero David
se iba fortaleciendo, y la casa de Saúl se iba debilitando.

Quienes se saben verdaderos seguidores de Cristo entienden que todo privilegio sobre los
demás debe ser dado por Dios y no deben querer ganarlo a la fuerza.

Fue muy conflictivo el periodo de transición entre el reinado de Saúl y el de David, y sin
desconocer la violencia que el mismo David alentó en sus tropas, debemos recordar que él
esperaba no tener que entrar en una guerra contra los descendientes y militares del rey Saúl;
pero lamentablemente no fue así, sus guerreros y los de Saúl entraron en guerra, y esta solo
terminó cuando Abner, el antiguo general de los ejércitos de Saúl, decidió retirar su
respaldo al descendiente de su antiguo jefe y respaldar a David.

En medio de estas luchas Abner había matado a uno de los hijos de Sarvia (guerreros
principales de David); por ello cuando Abner vino e hizo un pacto pacífico con David, Joab
lo engañó para matarlo, como venganza por la muerte de su hermano. Esto fue lamentado
por David a tal punto que parecía como si hubiera muerto el general de su propio ejército,
lo cual conmovió al pueblo de Israel “pues todo lo que el rey hacía agradaba a todo el
pueblo” (2 Samuel 3:36)

Todo esto es una demostración muy clara de lo que los seres humanos hacen por el poder, y
de cómo hasta el mejor intencionado deja de pensar en el bien común por dar rienda suelta
a sus caprichos, satisfacciones y venganzas personales. Lamentablemente, esto también se
ve en los gobiernos humanos de hoy; y peor aún, también se ve en medio de
denominaciones religiosas que ostentan el cristianismo como bandera.

El que nos salvó lo dejó muy claro: “el que quiera hacerse grande entre vosotros será
vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el
Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por
muchos” (Mateo 20:26-28)

Si algo nos enseña lo ocurrido con David es a no alimentar las rencillas en medio de los
nuestros, y a desarrollar un afecto entrañable por nuestros enemigos, si es que realmente
queremos que el amor de Dios se manifieste entre nosotros.
Día 84

DIME CON QUIEN ANDAS

2 Samuel 4:2, 7 Y el hijo de Saúl tenía dos hombres, capitanes de bandas de


merodeadores; el nombre de uno era Baana, y el del otro, Recab… Cuando entraron en
la casa, Is-boset dormía sobre su lecho en su cámara; y lo hirieron y lo mataron, y le
cortaron la cabeza

A pesar de no tener responsabilidad en los actos los demás, los verdaderos hijos de Dios
deben saber rodearse de amigos y formar un equipo de trabajo con personas que tengan un
corazón transformado por el Señor, para así prevenir traiciones inminentes.

No sabemos mucho de la vida de Is-boset, solo lo que revela la Biblia: Que era hijo de Saúl,
que fue puesto como rey por Abner (líder militar de Saúl) y que se debilitó al saber que el
mismo Abner le había retirado su apoyo y había hecho alianza con David. Pero además Is-
boset se rodeó de personas no confiables, como Baana y Recab; los cuales lo traicionaron,
matándolo para llevar su cabeza como un trofeo ante David.

Antes de mandarlos a decapitar, David les respondió a Baana y Recab: “Ahora, pues, ¿no
he de demandar yo su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra?” (2 Samuel 4:11b);
y aunque esto era lo que merecían por matar a traición a un hombre, lo sucedido no deja de
resaltar la necesidad de rodearse de gente de confianza que tenga el temor de Dios en su
corazón.

Es insólito saber que para negocios importantes, amistades íntimas y asociaciones


personales, muchos cristianos buscan personas que no han rendido su vida a Cristo; y no es
que simplemente debamos aliarnos con alguien que se autoproclame cristiano, sino que más
bien debemos asociarnos con personas que manifiesten un carácter verdadero de discípulo
de Cristo en su vida personal, familiar, laboral y eclesiástica.

Siendo sensatos, debemos mirar los corazones de los que nos rodean para conocer nuestro
posible futuro: Estable, en medio de cualquier circunstancia, al estar rodeados de hombres y
mujeres de Dios; o inestable y peligroso, al andar en medio de personas que no buscan la
voluntad de Dios como el objetivo principal de sus vidas.

¿Con quién anda usted?


Día 85

EL LÍDER ESTABLECIDO POR DIOS

2 Samuel 5:1-2 Vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y hablaron,
diciendo: Henos aquí, hueso tuyo y carne tuya somos. Y aun antes de ahora, cuando Saúl
reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacabas a Israel a la guerra, y lo volvías a traer.
Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre
Israel.

El llamado del verdadero líder se confirma cuando los demás se identifican con él,
reconociendo la efectividad de su labor y la autoridad de Dios sobre su vida.

Muchos años atrás, a través del profeta Samuel, Dios había ungido a David para ser rey; y
aun cuando eso no se había cumplido a cabalidad, el pueblo lo recordó y lo relacionó con la
forma en que David dirigía sus ejércitos en victoria. Todo esto se sumó a la forma en que el
pueblo se identificaba con él, tal vez por su sufrimiento y persecución, o por su
benevolencia para con la familia del rey Saúl; lo cierto es que así se consolidó el reinado de
David conforme al propósito de Dios.

El llamado de Dios, confirmado por la efectividad de la labor y el aprecio de los demás, es


lo que hace que la gente termine por aceptar a alguien como líder; especialmente en el
ámbito cristiano. En los demás círculos sociales, donde no creen en que Dios da la
vocación, prefieren entenderlo como un talento natural que se ratifica en la práctica y que
genera empatía; pero aún en ese caso Dios sigue siendo quien está detrás de todo.

David poseía muchos defectos como persona, al igual que cualquier otro líder; pero, con el
tiempo y a través de su obediencia a Dios, sus características de liderazgo llegaron a ser
reconocidas por los demás cuando las circunstancias eran propicias para su reinado; y
detrás de esto estaba Dios.

Liderar no consiste en ser perfecto, se trata de saber cuándo se conjugan el llamado, la


efectividad, la aceptación y las circunstancias; porque entonces, muy probablemente, Dios
mismo nos estará promoviendo para servir a otros como su guía.

Si todos influimos sobre alguien, entonces estemos atentos para ejercer nuestro liderazgo
como verdaderos hijos de Dios que buscan glorificarlo por medio de la fe en Jesucristo.
Día 86

LA PRESENCIA DE DIOS TRAE VERDADERO GOZO

2 Samuel 6:15 Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo
y sonido de trompeta.

La alegría permanente de saber a Dios habitando en nuestro interior, y satisfaciendo la


verdadera necesidad de nuestra alma, es algo que no puede compararse con ninguno de los
placeres de este mundo; porque es netamente espiritual y solo se da por la fe genuina en
Cristo y el arrepentimiento de nuestros pecados.

David realmente gozó el traer de nuevo el arca de Dios a Su pueblo a pesar de la muerte de
su amigo, lo cual lamentó con sinceridad por no cerciorarse de las exigencias divinas para
transportar el arca (2 Samuel 6:7-9); pero este gozo de David estuvo aún por sobre el
menosprecio y los celos de la que había sido su primera pareja: Mical, la hija de Saúl.

Y es que frente al cuestionamiento por la forma en que expresó su alegría “David respondió
a Mical: Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a toda tu casa,
para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel. Por tanto, danzaré
delante de Jehová” (2 Samuel 6:21)

Así como David, al siervo del Señor lo que realmente le interesa es agradar al Dios que lo
ha bendecido como ningún ser humano podría hacerlo; y esto es porque todo creyente en
Cristo es consciente de sus pecados y de las consecuencias eternas del mismo, pero a la vez
está gloriosamente convencido del favor de Dios sobre su vida a través de su Salvador; y
cuando en su diaria comunión, o en su vida cotidiana, se percata de la obra de Dios sobre
él, no desea más que estallar en agradecimiento por la gracia inmerecida.

Así como el dolor y la angustia a causa del pecado se transmiten, el gozo eterno de un
cristiano logra impactar positivamente las vidas de quienes están a su alrededor;
especialmente si ejerce un cargo de liderazgo en su trabajo, familia o sociedad.

Es imposible que un creyente verdadero viva sumergido en la amargura, porque la causa


real de la amargura, que es el pecado, ya fue vencida por su Señor; y porque, al mismo
tiempo, el gozo del Espíritu Santo llena su corazón.
Día 87

QUERER LA CASA DE DIOS TRAE BENDICIÓN

2 Samuel 7:5, 16 Ve y di a mi siervo David: Así ha dicho Jehová: ¿Tú me has de


edificar casa en que yo more? Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de
tu rostro, y tú trono será estable eternamente.

A quien busca agradar a Dios y promover Su reino por medio del evangelio de Jesucristo
nunca le faltará el favor de Dios sobre su vida; porque así como a David, que quiso
construir un lugar especial para el Señor, Dios mismo lo cubrirá con Su presencia.

David dijo al profeta Natán: “Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está
entre cortinas” (2 Samuel 7:2); lo cual demostraba que él no podía concebir que a su
persona y a su labor se le diera más honra que a Dios mismo. Esto es loable; y por ello
Natán, sin consultar aún al Señor, le estimuló a que siguiera el buen impulso de su corazón;
pero luego Dios mismo corrigió al profeta y le mandó a decir a David que él no le
construiría casa, sino uno de sus descendientes.

David no se sintió desmotivado, a pesar de la forma tan fuerte en que el Señor lo detuvo de
su propósito con expresiones como: “¿Tú me has de edificar casa en que yo more?” (2
Samuel 7:5); por el contrario, David entendió que el Señor simplemente le estaba
recordando que debía permanecer humilde ante él, y que Su misericordia para con los suyos
siempre supera con creces a la disposición sincera de ellos para adorarlo.

Así mismo debería suceder con el corazón de todo cristiano, teniendo que contenérsele en
lugar de necesitar que se le impulse a agradar a Dios; debiendo ser encaminado en su
impulso natural por promover el evangelio de Jesucristo, en lugar de tener que ser obligado
a hacerlo; debiendo ser conducido como una oveja, en vez de tener que empujársele con
voz de mando como al ganado vacuno.

Si así sucede en el cristiano, aunque no le prometa aprobar todo lo que desee, Dios si se
compromete a bendecirlo con Su favor especial a él y a los suyos; porque querer la casa de
Dios más que la propia revela la bendición del altísimo sobre el hogar.
Día 88

ADMINISTRANDO LA VICTORIA

2 Samuel 8:14b-15…Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue. Y reinó
David sobre todo Israel; y David administraba justicia y equidad a todo su pueblo.

El compromiso para con Dios, de quien recibe Su ayuda para vencer en medio de sus
luchas, es saber administrar lo conquistado, con sabiduría y para la gloria del Señor.

Este capítulo 8 de Segunda de Samuel narra una serie de victorias alcanzadas por el pueblo
de Israel sobre sus enemigos; y todas ellas fueron encabezadas por el propio rey David.
Donde quiera que el rey desplazaba sus tropas salía victorioso, sometiendo a los pueblos
enemigos y logrando que algunos se le adelantaran a convenir la paz para no sufrir la
derrota. Todo esto sucedió porque “Jehová dio la victoria a David por dondequiera que
fue” (2 Samuel 8:6).

Pero la tarea no terminaba con conquistar o salir victoriosos; porque se debían elaborar
mecanismos de administración de los pueblos conquistados, decidiendo si se apelaba a ellos
mismos para hacerlos vivir como tributarios pagando impuestos a Israel, o si se debían
delegar Israelitas que administraran por completo los pueblos conquistados.

En últimas, se debía evitar que todo esto fuera en detrimento de la administración correcta
del pueblo de Israel; ya que por administrar lo conquistado no se podía descuidar lo ya
establecido como propio. Es por ello que la Biblia resalta a los jefes que David delegó en
las funciones más importantes en Israel: Joab como general; Josafat como cronista; Sadoc y
Ahimelec como sacerdotes; Seraías como escriba; Benaía como jefe de los cereteos y
peleteos y los hijos de David como príncipes (2 Samuel 8:16-18).

Es así como aprendemos que nuestra labor en este mundo no es solo aprovechar el llamado,
la provisión y la dirección del Señor para vencer en Su nombre toda dificultad; sino que
además, si realmente queremos glorificarle, debemos apelar a Él para administrar
sabiamente lo que nos entrega; de tal forma que esto redunde verdaderamente para la
extensión de Su reino y no del nuestro.

Extender el Reino de Dios por medio el evangelio de Jesucristo, y saber administrarlo a


través de Su Palabra, es el objetivo real por el cual libramos todas nuestras luchas y por el
cual Dios nos da la victoria.
Día 89

MISERICORDIA CON EL ENEMIGO

2 Samuel 9:3 El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo
misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán,
lisiado de los pies.

Aun cuando Dios se encargue de librarnos de quienes procuran nuestro mal, los cristianos
debemos buscar cómo expresar el amor misericordioso de Dios hacia ellos.

David no tenía necesidad de ayudar a la familia de Saúl; es más, a los ojos de los de su
tiempo, él debería estar agradecido por la muerte de quien lo persiguió por años para
matarlo, y simplemente reconocer el exterminio de la descendencia de Saúl como un justo
juicio de Dios; pero David insistió en encontrar a alguno de ellos para ayudarlo.

Y curiosamente, el descendiente vivo de Saúl, era un nieto, un hijo de Jonatán que quedó
cojo a los 5 años, cuando se le cayó a su nodriza mientras huía, luego de que ella corriera al
escuchar la noticia de la muerte en batalla del abuelo y del padre del niño (2 Samuel 4:4).
Esto debió haber alimentado en David aún más el deseo de ayudarlo.

“Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a
los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de
vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace
llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa
tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?” (Mateo 5:44-46)

Estas palabras del Señor Jesús en el sermón del monte no necesitan de mucha explicación:
Quien ama como Dios expresa misericordia sincera a quienes le han hecho daño.

¿Ama usted solo a quien lo ama? ¿O es un verdadero discípulo de Cristo que busca amar a
quien lo aborrece? Esta diferencia deja ver si su amor viene del amor de Dios.
Día 90

MOTIVO DE LA LUCHA

2 Samuel 10:12 Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de
nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere.

Antes de librar cada lucha en esta vida el cristiano debe asegurarse de que ella beneficie
realmente al pueblo de Dios, y que no se lleve a cabo sin depender enteramente del Señor.

Las palabras que Joab dirigió a su hermano Abisai, luego de dividir su ejército para que
cada uno comandara un grupo en frentes diferentes, revelan la necesidad de motivos
correctos para la lucha. Esta batalla se generó como consecuencia de la respuesta
vergonzosa del nuevo rey de Amón a los ofrecimientos de ayuda que David le envió en
agradecimiento hacia su recién fallecido Padre; este nuevo rey de Amón, siendo mal
aconsejado, rapó la mitad de la barba y recortó el largor de los vestidos de los mensajeros
de David, algo realmente muy vergonzoso para los judíos de esa época.

La venganza no es un motivo para dirigir al creyente, pero el deseo de restaurar la honra y


el bien al pueblo de Dios si debería permanecer como su impulso en cada batalla. Cuando
así se hace, el cristiano primeramente se cuida en mantener un buen testimonio en todo
lugar y circunstancia; porque entiende que así promueve la honra de los cristianos, al
glorificar a Dios con su vida; y además busca unirse a sus hermanos en la fe para todo lo
que realmente sirva al Reino de los cielos, ya que solo este tipo de luchas edifican a los
hijos de Dios y aseguran la intervención del Señor en favor de los suyos.

En cada meta que nos trazamos está escondida una batalla; pero nuestra labor no es
comprar batallas ajenas a nuestro bien espiritual, sino discernir en Dios si lo que nos
proponemos realmente glorifica al Señor; porque solo así realmente bendecimos al pueblo
de Dios.

Si desea que Dios respalde sus luchas, no solo se las encomiende a Él en oración, sino
también verifique que su motivación sea la gloria de Dios y el bien de los creyentes.
Día 91

LA FALTA DE COMPROMISO PROPICIA EL PECADO

2 Samuel 11:1-2 Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra,
que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel…pero David se quedó en
Jerusalén. Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se
paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba
bañando, la cual era muy hermosa.

Hasta el cristiano más maduro, cuando descuida sus labores, se expone a ser tentado
fuertemente a pecar; porque al abandonar lo que Dios le ha mandado a hacer no cuenta
plenamente con Su guía y fortaleza para resistir la tentación.

David podía delegar a otros para ir a la batalla, pero el texto bíblico deja bien claro que lo
hizo “en el tiempo que salen los reyes a la guerra”; lo cual deja en evidencia una
disminución de su compromiso en el ejercicio de su labor como rey. Esto fue suficiente
para darle a David tiempo, oportunidad y aliento para contemplar a Betsabé, la mujer de
Urías, y caer en adulterio con ella.

La historia del adulterio de David se puso cada vez peor, porque al saber que Betsabé había
quedado embarazada de él David se atrevió a planear y ejecutar un plan para que el marido
de ella, Urías, pensara que el hijo era suyo; y no solo esto, al ver que este plan no funcionó
ideó otro, disponiendo la muerte de Urías de la forma más sutil posible: Mandándolo a
poner al frente de sus ejércitos en lo más recio de la batalla. ¡Hasta dónde puede llegar a
pecar alguien que busca ocultar su pecado!

Como David, cualquiera que descuida su labor, por falta de compromiso, abre sus puertas
para que la tentación entre y lo zarandee. Es sencillo de explicar: Bajamos la guardia;
porque cuando perseveramos haciendo lo que Dios nos manda, Él mismo nos guarda para
no caer en tentación; pero cuando no es así nuestro corazón se va endureciendo, al punto de
no captar la voz de alerta del Señor en nuestro interior.

Esto es especialmente aplicable a nuestra responsabilidad espiritual personal: Si no oramos,


no estudiamos diligentemente la Biblia, no nos congregamos y no hacemos todo para la
gloria del Señor, nuestro corazón estará a merced del tentador.
Día 92

CONSECUENCIAS DEL PECADO

2 Samuel 12:13-14 Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a
David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este
asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente
morirá.

A pesar del arrepentimiento sincero del creyente, cuando él peca debe asumir las
consecuencias sobre su vida como parte de la disciplina de Dios para corregirlo.

En medio de un relato simbólico y sentimental Natán reprendió a David por sus terribles
pecados; Dios usó de esta forma al profeta para que David asumiera su culpa y cayera en
profundo arrepentimiento. Y aunque la represión cumplió su cometido, en medio de la
misma, el Señor proclamó que la violencia no se apartaría de la descendencia de David y
que el pecado sexual, por el cometido en privado, se le devolvería en público.

Como si fuera poco, luego de certificar por medio del profeta que David no perdería su vida
debido a su arrepentimiento sincero, también se le declaró que su hijo con Betsabé moriría
como parte del castigo divino. Esto desató en David una entrega sincera en oración
mientras el niño estaba enfermo; pero luego que el niño murió David se levantó, comió y
siguió su vida normal; porque como el mismo confesó: “Viviendo aún el niño, yo ayunaba
y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Más
ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas
él no volverá a mí” (2 Samuel 12:22-23).

Al final de todo este drama desatado por su pecado, David vio una vez más la misericordia
de Dios al restaurarlo y darle como consuelo otro hijo con Betsabé. ¡Qué forma tan
personal en la que Dios se toma el trabajo de reprender, castigar, corregir, restaurar y
consolar a un hijo suyo cuando cae en pecado!

Sin dejar de creer que Dios es misericordioso para restaurarnos por medio de la fe en
Cristo, los creyentes verdaderos mantenemos un sano entendimiento de como el mismo
Señor nos disciplina por medio de las consecuencias de nuestro pecado, para no dejarnos
vivir como quien no ha sido comprado por la sangre de Jesús.
Día 93

PECADOS DE FAMILIA

2 Samuel 13:32 Pero Jonadab, hijo de Simea hermano de David, habló y dijo: No diga
mi señor que han dado muerte a todos los jóvenes hijos del rey, pues sólo Amnón ha sido
muerto; porque por mandato de Absalón esto había sido determinado desde el día en que
Amnón forzó a Tamar su hermana.

A pesar de la innegable responsabilidad de cada uno ante Dios, la mayoría de los desvíos
del ser humano se apoyan en los pecados predominantes en su grupo social, especialmente
en su familia; y esto solo se rompe cuando el lazo filial con Dios es mayor que el que se
tiene con cualquier otro ser en el mundo.

Lascivia, Violación, Incesto, Fratricidio y Destierro; todo esto fue lo que aconteció en
medio de los hijos del rey David; y claro, aunque es muy fácil dilucidar que todo sucedió
como una consecuencia lógica de los pecados de su padre, no es tan sencillo de explicar
cómo solo unos cuantos de sus hijos fueron los que no solo continuaron, sino que
aumentaron estas conductas pecaminosas.

La respuesta latente en toda la Biblia es que el ser humano no tiende a mejorar, sino que
por su naturaleza pecaminosa, así lo niegue, tiende a repetir y profundizar los malos
ejemplos recibidos desde su núcleo familiar.

Es cierto que David cayó en adulterio con Betsabé, y que fue el autor intelectual de la
muerte de su esposo Urías, pero David nunca intentó abusar sexualmente de ninguna mujer
de su familia, ni mucho menos arremetió violentamente contra sus hermanos; pero
seguramente, al ver lo que pasaba entre sus hijos, debió haber reconocido que sus malos
ejemplos pudieron ser tomados como excusa por ellos.

Al final, “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre
llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será
sobre él” (Ezequiel 18:20). Pero al mismo tiempo, dejando que la naturaleza pecaminosa
siga su curso, Dios determina: “visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la
tercera y cuarta generación de los que me aborrecen” (Éxodo 20:5).

Esto no es una maldición que dependa de la influencia demoníaca, como algunos la quieren
hacer ver, sino una que brota del corazón humano desobediente; por lo que necesita de una
confrontación total del corazón ante el Dios que lo juzga y que al mismo tiempo ha provisto
su liberación por medio de la fe en Jesucristo.

No solo debemos ser buenos ejemplos para nuestra familia; debemos orar por ellos y
predicarles el Evangelio de Jesucristo, si queremos romper con todo pecado familiar.
Día 94

LA INDECISIÓN EXPONE A LA MANIPULACIÓN

2 Samuel 14:1-3 Conociendo Joab hijo de Sarvia que el corazón del rey se inclinaba por
Absalón, envió Joab a Tecoa, y tomó de allá una mujer astuta, y le dijo: Yo te ruego que
finjas estar de duelo, y te vistas ropas de luto, y no te unjas con óleo, sino preséntate
como una mujer que desde mucho tiempo está de duelo por algún muerto; y entrarás al
rey, y le hablarás de esta manera. Y puso Joab las palabras en su boca.

Al no tomar decisiones claras y oportunas sobre situaciones conflictivas, por no querer


confrontarnos con seres queridos, quedamos expuestos a que otros traten de manipularnos
en la dirección que creen correcta.

Después de todo el conflicto que se dio en medio de los hijos de David, Absalón terminó
escondiéndose en una ciudad de refugio para evitar que fuera condenado a muerte por
asesinar a su hermano. Ante el dolor de David por saber a su hijo lejos, y al ver su falta de
acción sobre este asunto, Joab envió una mujer para que le presentara una situación falsa y
lo condujera a recapacitar y decidir si hacía volver a Absalón.

Todo esto se hubiera evitado si desde un principio David lo hubiera perdonado y recibido, o
lo hubiera condenado y ejecutado; pero por dejar la decisión para después terminó
accediendo a la persuasión oculta de Joab, aunque al final descubrió que venía de él; y el
rey David decidió hacer volver a Absalón, pero sin hablarle para perdonarlo.

Ante todo esto, seguramente lleno de orgullo por su belleza física (2 Samuel 14:25-26),
Absalón siguió cobrando fuerzas para alimentar su rebeldía; decidió quemar los campos de
Joab para que este le hiciera caso en su solicitud de intervenir por él ante el rey; y
finalmente, no por decisión propia y sabia, sino por presión de otros y de su propio hijo,
David perdonó a Absalón, abrazándolo y besándolo.

Cuando dejamos de confrontar a otros por medio de la Palabra de Dios, como lo hizo David
con sus hijos, no podremos esperar otra cosa sino que el problema aumente al dejar que el
corazón rebelde se llene de soberbia.

Terminemos rápidamente con las situaciones conflictivas de los nuestros, para no vernos
arrastrados por las circunstancias a cosas peores.
Día 95

SUFRIENDO POR NO ACTUAR A TIEMPO

2 Samuel 15:30-31 Y David subió la cuesta de los Olivos; y la subió llorando, llevando
la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todo el pueblo que tenía consigo cubrió
cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían. Y dieron aviso a David, diciendo:
Ahitofel está entre los que conspiraron con Absalón. Entonces dijo David: Entorpece
ahora, oh Jehová, el consejo de Ahitofel.

A pesar del dolor al ser traicionados por quienes no quisimos confrontar a tiempo, los
cristianos podemos apelar al Señor para que nos guarde de las maquinaciones de quienes
nos persiguen sin causa.

¡Traicionado por el hijo que no quiso reprender! Ese debería ser el título de este pasaje
bíblico donde se narra como Absalón, poco a poco, fue arrebatando de forma engañosa el
cariño que el pueblo de Israel le tenía a David, y como finalmente terminó por darle un
golpe de estado a su padre desde la ciudad de Hebrón.

Al ver la gravedad del asunto, David no dudó en huir de su palacio para evitar que lo
asesinaran; pero en el camino el sufrimiento se adueñó de él y lloró. Seguramente recordó
cómo fue perseguido durante años por el rey Saúl; y que ahora su propio hijo, al que no
había querido condenar a muerte por asesinar a su hermano, lo quería matar.

Al ver como gente de su entera confianza se confabuló con Absalón, David apeló al Señor;
porque sabía que era el único que, teniendo misericordia por su vida y teniendo el poder
para contener la maldad, podía socorrerlo en esa situación.

Así mismo, a pesar de que por nuestros errores se generan oportunidades para que nos
traicionen, siempre podemos apelar a nuestro Dios en medio de la aflicción. Es cierto que
debemos vivir alerta de no dejar conflictos sin resolver, errores sin corregir o personas sin
confrontar cuando la situación lo amerite, especialmente a los más cercanos; pero también
es cierto que luego de haber sido negligentes, y al estar recogiendo las tormentas que
sembramos como simples vientos de indiferencia, podemos apelar al que nos salvó; ya que
Éll es el único que “levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y
cesó el viento, y se hizo grande bonanza” (Marcos 4:39).

Aprendamos a actuar a tiempo para evitar conflictos futuros; pero no dejemos de clamar al
Cristo que nos salvó aun cuando estemos sufriendo a causa de nuestros errores.
Día 96

ENTREGANDO LA AFLICCIÓN A DIOS

2 Samuel 16:11-13 Y dijo David a Abisai y a todos sus siervos: He aquí, mi hijo que ha
salido de mis entrañas, acecha mi vida; ¿cuánto más ahora un hijo de Benjamín? Dejadle
que maldiga, pues Jehová se lo ha dicho. Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me dará
Jehová bien por sus maldiciones de hoy. Y mientras David y los suyos iban por el camino,
Simei iba por el lado del monte delante de él, andando y maldiciendo, y arrojando
piedras delante de él, y esparciendo polvo.

Al recibir las acusaciones de alguien nuestro corazón debe permanecer sereno, confiando
en que nada se sale del control de Dios, y que el mismo Señor lo está permitiendo con un
buen propósito para nuestra vida.

Las palabras ofensivas y la actitud grosera y atrevida de Simei, descendiente de Saúl, no


lograron alterar al Rey David; y esto a pesar de que Abisai exclamó “¿Por qué maldice este
perro muerto a mi señor el rey? Te ruego que me dejes pasar, y le quitaré la cabeza” (2
Samuel 16:9); aun así, David supo ver a Dios detrás de su aflicción y entregársela
obedientemente al Señor.

Luego de este episodio David sufrió una vergüenza mayor: Su hijo Absalón, por consejo de
Ahitofel, estuvo sexualmente con las concubinas de su padre sobre una tienda puesta en el
terrado, a vista del pueblo. Allí se cumplió la sentencia que dio Dios a través del profeta
Natán cuando David adulteró con Betsabé a escondidas: “He aquí yo haré levantar el mal
sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo,
el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol” (2Sam.12:11).

Nunca debemos responder a la ligera frente a los ataques de otros; por el contrario, los
verdaderos discípulos de Cristo aprovechan la situación para reflexionar sobre sus propios
pecados, entendiendo que el Señor debe disciplinarlos para no condenarlos con el mundo (1
Corintios 11:32); pero además, como cristianos, en medio de la aflicción tenemos la
oportunidad de aprender a dejar todo en manos de nuestro Dios (Romanos 12:19) y a
desarrollar verdadera confianza en Él (Juan 16:33).

Examinémonos, confiemos en Dios y sigamos el ejemplo de nuestro salvador en medio de


la aflicción; la gloria será para Él, y su bendición estará sobre nuestras vidas.
Día 97

DIOS POR ENCIMA DE LOS BUENOS CONSEJOS

2 Samuel 17:14 Entonces Absalón y todos los de Israel dijeron: El consejo de Husai
arquita es mejor que el consejo de Ahitofel. Porque Jehová había ordenado que el
acertado consejo de Ahitofel se frustrara, para que Jehová hiciese venir el mal sobre
Absalón.

Lo realmente importante no es saber la manera más efectiva de alcanzar una meta, sino
saber si el objetivo y la forma de alcanzarlo son conforme a la voluntad de Dios; porque de
lo contrario, por buena que sea la estrategia, tendremos al Señor en nuestra contra.

Es muy disiente la forma en que la Biblia presenta este caso, mostrando a Dios en contra de
un “acertado consejo” y haciéndole creer a todos que el consejo incorrecto era el mejor,
para así frustrar el “acertado”.

Dios estaba de parte de David; y había determinado llevar al fracaso a Absalón en su


intento por matar a su propio padre. Ahitofel aconsejó un ataque sorpresa, encabezado por
el mismo Ahitofel, y directamente encaminado al asesinato de David. Pero a todos,
incluyendo al mismo Absalón, les atrajo más lo aconsejado por Husai; este recomendó un
ataque avasallante con todo el poderío militar hacia todos los hombres de David.

Husai justificó sus razonamientos en la habilidad militar de David y los suyos, y en la


posibilidad de que el desánimo se apoderara de los seguidores de Absalón si veían que los
enviados por él morían al intentar asesinar a David; pero realmente dijo todo esto para
truncar los planes de Absalón, y así beneficiar al rey David dándole a conocer, por medio
de un mensajero secreto, todo lo que Absalón pretendía en su contra.

Todo esto debería alentar y corregir a los creyentes en Cristo; porque hoy en día en las
iglesias cristianas se ha popularizado la creencia de que la solución a los problemas viene
de los consejos exitosos del mundo, olvidando que, por acertado, experimentado,
profesional, o sicológicamente adecuado que pueda ser un consejo, solo se llevará a feliz
término si Dios lo permite.

Debemos consultar al Señor, en estudio bíblico, en oración y en el consejo bíblico de


cristianos maduros, más de lo que consultamos a los sicólogos familiares, a los motivadores
empresariales y a los especialistas en cada tema; primero, porque Dios es quien determina
todo en nuestras vidas; y segundo, porque así como Cristo, los cristianos no buscamos el
éxito en el mundo, sino el hacer la voluntad de nuestro Dios.
Día 98

DESTINO DEL TRAIDOR

2 Samuel 18:12,14 El hombre dijo a Joab: Aunque me pesaras mil siclos de plata, no
extendería yo mi mano contra el hijo del rey; porque nosotros oímos cuando el rey te
mandó a ti y a Abisai y a Itai, diciendo: Mirad que ninguno toque al joven Absalón. Y
respondió Joab: No malgastaré mí tiempo contigo. Y tomando tres dardos en su mano,
los clavó en el corazón de Absalón, quien estaba aún vivo en medio de la encina

El irrespeto por la autoridad que Dios le ha dado a quienes nos dirigen, especialmente en la
familia y la iglesia, siempre genera terribles consecuencias.

En medio de la batalla Absalón, el hijo que se rebeló contra el reinado de David, quedó
engarzado por su cabello en las ramas de un árbol; y a pesar de que el mismo rey rogó a su
ejército que no atentaran contra la vida de su hijo, Joab terminó por matarlo cuando estaba
colgando.

La noticia conmocionó demasiado al rey David, al punto de llevarlo a clamar mientras


lloraba: “¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que muriera yo
en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!” (2 Samuel 18:33). No fue suficiente lo que
David hizo para proteger a su hijo rebelde, pues al final las consecuencias de su rebeldía lo
alcanzaron.

El mandamiento es claro: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en
la tierra que Jehová tu Dios te da” (Éxodo 20:12); y Jesús, al citar este mandamiento,
también añadió lo que Ex.21:17 y Lv.20:9 dicen sobre este tema, al decir: “Porque Dios
mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre,
muera irremisiblemente” (Mateo 15:4). Por lo cual es claro que la rebeldía en contra de la
autoridad, especialmente la familiar, solo puede terminar en una vida trágica.

Cuidémonos de no irrespetar a nuestros padres, sino más bien honrémoslos y ayudémosles


en todo cuanto podamos; pero sobre todo renunciemos a toda traición que nace de la
rebeldía a la autoridad. Que se diga de nosotros, como verdaderos discípulos de Cristo, que
somos fieles e idóneos para enseñar también a otros (2 Timoteo 2:2).
Día 99

ACTITUDES QUE MARCAN

2 Samuel 19:5-6 Entonces Joab vino al rey en la casa, y dijo: Hoy has avergonzado el
rostro de todos tus siervos,…amando a los que te aborrecen, y aborreciendo a los que te
aman; porque hoy has declarado que nada te importan tus príncipes y siervos; pues hoy
me has hecho ver claramente que si Absalón viviera, aunque todos nosotros estuviéramos
muertos, entonces estarías contento.

La forma en que reaccionamos ante lo sucedido a una persona demuestra nuestro afecto
hacia ella; pero siempre debemos procurar que esto no afecte a quienes verdaderamente nos
han apoyado en lo que Dios nos mandó a realizar.

Absalón, después de muerto, logró que todo Israel se entristeciera; porque al ver el
sufrimiento del rey David todo el pueblo se olvidó de la alegría de haberle devuelto el
reino, y se afligió con él. Joab vio en la tristeza del pueblo algo más que una simple
expresión de condolencia; él vio la posibilidad de una desilusión generalizada, al saber que
a David no le importaban tanto los miles de personas que arriesgaban su vida por él.

La verdad es que las palabras de Joab fueron una represión humana, pero no divina. Dios
no desaprueba que nos compadezcamos de nuestros enemigos, mucho menos si estos son
de nuestra propia sangre; por el contrario, el Señor Jesús nos mandó a amar a nuestros
enemigos (Mateo 5:44). Pero también es cierto que el Señor ha mandado a quienes son
ejemplo público de fe a ser prudentes (Tito 2:2, 5, 6); porque nuestras actitudes pueden
edificar o desalentar a otros.

Lo correcto hubiera sido que David, aun en su dolor, y sin negarlo, agradeciera
públicamente a todos los que lucharon por devolverle el trono de Israel. Así mismo, todo
cristiano, especialmente los que ejercen liderazgo, aún en las situaciones más dolorosas,
debemos agradecer a los que nos acompañan; ya que esto refleja el mismo carácter de
Cristo, quien aún durante su crucifixión se preocupó por los suyos, como cuando hizo que
su madre quedara bajo el cuidado de un discípulo (Jn.19:26-27).

Por dura que sea nuestra situación, nunca debemos olvidar que todo lo que hagamos debe
servir para edificar a los demás; que todo debe ser hecho prudentemente en Cristo.
Día 100

PESCA EN RIO REVUELTO

2 Samuel 20:1-2 Aconteció que se hallaba allí un hombre perverso que se llamaba Seba
hijo de Bicri, hombre de Benjamín, el cual tocó la trompeta, y dijo: No tenemos nosotros
parte en David, ni heredad con el hijo de Isaí. ¡Cada uno a su tienda, Israel! Así todos los
hombres de Israel abandonaron a David, siguiendo a Seba hijo de Bicri; más los de Judá
siguieron a su rey desde el Jordán hasta Jerusalén.

Cada vez que una situación se torna confusa, y conflictiva, debemos prepararnos para que
alguien mal intencionado trate de aprovecharla; por ello es mejor evitar confusiones y
discusiones entre los nuestros, especialmente entre cristianos.

Luego de la actitud desmotivante con que David afrontó el sacrificio que muchos hicieron
para devolverle el trono, pues David estuvo llorando por Absalón a pesar de haberle hecho
guerra, los ánimos quedaron alterados. Los seguidores de David entraron en conflicto
porque los de la tribu de Judá sentían mayor derecho sobre el rey, por ser sus familiares
más directos; y en medio de esta discordia un Benjamita, Seba, aprovechó para impulsar
una nueva rebelión contra el rey.

Seba simplemente vio la oportunidad y quiso ganar ventaja; tanto así que luego de que
David enviara a Amasa para reunir a la tribu de Judá, y al ver que pasado el plazo y este no
se reportaba, concluyó lo peor: “y dijo David a Abisai: Seba hijo de Bicri nos hará ahora
más daño que Absalón; toma, pues, tú los siervos de tu señor, y vé tras él, no sea que halle
para sí ciudades fortificadas, y nos cause dificultad” (2 Samuel 20:6)

Cuan fácilmente se nos puede hacer daño cuando hay confusión y división en medio de los
nuestros; es por ello que a través de la Escritura, recurriendo a la base misma del evangelio,
se nos insta continuamente a perdonarnos y reconciliarnos con prontitud “para que Satanás
no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios
2:11).

Perdonar, pedir perdón y buscar la reconciliación y la armonía, son las armas más
poderosas para impedir que se nos haga daño; por ello, como verdadero discípulo de Cristo,
“deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y
entonces ven y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:24).
Día 101

NATURALEZA DE PARTE DE DIOS

2 Samuel 21:1 Hubo hambre en los días de David por tres años consecutivos. Y David
consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella casa de sangre,
por cuanto mató a los gabaonitas.

Por más que la humanidad lo quiera negar, Dios controla todo el universo; y usa la
naturaleza como mecanismo de corrección y contención de la maldad. Y aunque esto no sea
suficiente para salvar el alma, al menos debería ponerla en alerta sobre su condición.

Hay varias teorías sobre la manera en que el rey Saúl masacró a los Gabaonitas; y como no
hay un registro bíblico específico del caso, también se especula sobre lo que lo motivó a
violar el pacto que Josué hizo con ellos de no hacerles daño y de dedicarlos a ser leñadores
y aguadores (Josué 9). La que sí quedó registrada en la Biblia fue el hambre que se vivió en
tiempos de David a causa de la desobediencia de Saúl.

Así de clara es la Palabra de Dios, aunque mantiene desconectado el pecado de la


naturaleza divina, nunca separa los acontecimientos del propósito de Dios; es más, como en
este caso, muchas veces afirma que la naturaleza es usada por Dios para juzgar a la
humanidad: Como el diluvio sobre todos los que permanecían en pecado durante el tiempo
de Noé, y el mar rojo sobre el ejército del faraón que persiguió a Moisés y a su pueblo; pues
son demostraciones claras del Juicio de Dios por medio de la naturaleza.

A pesar de que todos los humanos merecen el exterminio y la condena eterna, cuando Dios
determina que la maldad de cierto grupo rebosa el límite que Él mismo estableció, entonces
envía algún evento natural catastrófico como castigo; pero no solo lo hace con quienes se le
oponen directamente, pues en el ejercicio de su paternidad sobre aquellos que vivimos bajo
la fe en Jesucristo, también usa las calamidades para corregirnos, “para que no seamos
condenados con el mundo” (1 Corintios 11:32).

Esto no solo debe desanimarnos para no pecar cuando somos tentados a violar sus
mandamientos, también debe alegrarnos; porque se nos hace reflexionar sobre nuestros
actos, y se nos libra de toda ansiedad al saber que no vivimos en un mundo sin control.
Día 102

MOTIVO DEL CANTO

2 Samuel 22:1-3 Habló David a Jehová las palabras de este cántico, el día que Jehová le
había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. Dijo: Jehová es mi
roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y
el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste.

Si al cantar se expresa lo que hay en lo profundo del corazón, cada creyente en Cristo
debería cantarle continuamente al Señor, motivado por el agradecimiento de haber sido
salvado de los enemigos de su alma para darle vida eterna.

Tanto en medio de la persecución, como luego de ser librado de ella, David derramaba su
corazón ante Dios por medio del canto; y como es lógico, estando de edad avanzada y
recordando todo lo que había pasado en su vida, David, con un corazón realmente
agradecido, se desbordó en exaltaciones para con el Dios que le había llamado, sustentado,
protegido y preservado.

Esta misma lógica debería verse aplicada por cada creyente en Cristo; ya que los grandes
enemigos de su alma: Satanás, el pecado, la muerte y el mundo con sus deseos, fueron
vencidos por el Señor de su alma al morir en la cruz y resucitar victorioso. El cristiano
verdadero no debería buscar más motivos para llenar su alma al punto de hacerle cantar;
porque de esta gran victoria que Cristo conquistó para él se desprende toda bendición en su
vida práctica: Provisión, guía, consuelo, paz, seguridad, gozo, etc.

Cada victoria en medio de las circunstancias adversas de esta vida debería producir un gozo
que lleve al creyente a cantarle a su Señor; pero, lamentablemente, muchos caen en la
angustia y desesperación que solo deberían experimentar quienes no tienen la seguridad de
la vida eterna en Dios; o peor aún, llenan su boca del canto deprimente y lujurioso de este
mundo, acudiendo a un consuelo ficticio para su alma.

Solo con lo que Cristo conquistó para nosotros en la eternidad, y más aún si se le suma lo
que nos da en esta vida, tenemos suficiente motivación para nunca parar de cantar gozosos,
agradecidos con nuestro salvador. Cante siempre al Señor, si quiere que el mundo no le
contagie del falso gozo de sus cantos.
Día 103

DULZURA DEL CANTO

2 Samuel 23:1-2 Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo
aquel varón que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de
Israel: El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su palabra ha estado en mi lengua.

La hermosura del canto no radica simplemente en la calidad vocal, la experiencia


emocional, o la calidad de la letra, sino en que sea producto de un corazón usado por el
Espíritu Santo para anunciar las virtudes del Dios que lo ha salvado por medio del
evangelio de Jesucristo.

David afirmó “El Espíritu de Jehová ha hablado por mí”, su pueblo lo conoció a él como
“El dulce cantor de Israel”; y nosotros usamos hoy en día sus cantos, los salmos, para
dirigirnos al Señor, porque entendemos que fueron inspirados por el mismo Espíritu de
Dios.

Es cierto que ya no se agrega a la Biblia lo que un creyente verdadero levante como


adoración al Señor, pero el principio de dulzura que poseía el canto de David sigue vigente,
¡Que lo que cantemos sea el producto de la obra del Espíritu Santo!

Para esto, debemos cerciorarnos de haber sido transformados por el Espíritu Santo,
naciendo de nuevo, muriendo al pecado y viviendo para agradar al que nos salvó en la cruz;
y además, debemos llenarnos de Su presencia, profundizando en nuestra relación con Dios,
conociendo Su voluntad a través de la Biblia y manteniendo una ferviente vida de oración y
de comunión con los otros creyentes en la Iglesia.

¿Qué tan dulce es su canto? La respuesta está en que tanto se deleita su corazón en el Dios
de la Biblia; ya que Él envió a Su Hijo a morir por nosotros y nos dejó a Su Santo Espíritu
para convencernos y transformarnos.
Día 104

AFRONTANDO LA CORRECCIÓN

2 Samuel 24:10, 17, 25 Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su
corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto…Y David
dijo a Jehová, cuando vio al ángel que destruía al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad;
¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de
mi padre. Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó holocaustos y ofrendas de
paz; y Jehová oyó las súplicas de la tierra, y cesó la plaga en Israel.

Aceptar la culpa no es suficiente para ser restaurado, también se debe aceptar la corrección
sin huir de las consecuencias, para no afectar a los demás y verdaderamente restablecer la
relación con el Señor.

El censo que David ordenó, para investigar el tamaño del pueblo que gobernaba, desagradó
a Dios. En 2 Samuel 24:1 dice que Dios mismo “incitó a David” para hacer este censo,
porque “Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel”; y en 1 Crónicas 21:1 dice que
Satanás “incitó a David a que hiciese censo de Israel”; y la explicación es muy sencilla:
mientras el diablo alentaba a David en esta actitud orgullosa, Dios usaba su desobediencia
para castigar la maldad del pueblo.

Dios le dio a escoger a David entre varios castigos, y este prefirió dejar que el pueblo
sufriera en vez de sufrir él; lo cual ya tenía previsto de antemano el Señor. Pero al ver el
sufrimiento de los Israelitas, David entró en verdadera conciencia y asumió realmente la
responsabilidad de sus actos; por lo cual, el Señor le ordenó levantar un altar para adorarlo
en el mismo lugar donde Dios había frenado la mortandad (2Sam.24: 16, 18).

Lamentablemente la mayoría solo busca que Dios restaure su vida, y la de los suyos, más
no quieren permitir que se les corrija; pero el verdadero discípulo de Cristo debe estar listo
para afrontar las consecuencias de sus actos, para no afectar más a los que le rodean, y para
tener la bendición de ser llamado por Dios a adorarle con total libertad.

Claro, el evangelio trae consigo el perdón de todos los pecados por medio de Jesucristo,
pero también trae la paternidad correctiva de Dios sobre el creyente. Aunque un cristiano
no invalide la obra de Cristo cuando peca, si afecta su crecimiento espiritual, su habilidad
para relacionarse con Dios y hasta termina por perjudicar a los que ama.

Es por ello que debemos mantenernos dóciles, para realmente aprovechar el privilegio de
ser corregidos por el Señor, y que ninguno de nosotros deje de disfrutar la nueva vida que
ha recibido en Cristo.
Día 105

CUANDO EL CUERPO FALLA

1 Reyes 1:3-5 Y buscaron una joven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a
Abisag sunamita, y la trajeron al rey. Y la joven era hermosa; y ella abrigaba al rey, y le
servía; pero el rey nunca la conoció. Entonces Adonías hijo de Haguit se rebeló, diciendo:
Yo reinaré. Y se hizo de carros y de gente de a caballo, y de cincuenta hombres que
corriesen delante de él.

A pesar de la imposibilidad física que trae consigo la vejez, un verdadero cristiano puede
confiar en que Dios lo guardará, guiará y sustentará en medio de la maldad de quienes lo
rodean.

Es claro que David no pudo “conocer” a esta joven virgen, lo cual significa que a pesar de
dormir a su lado él no pudo tener relaciones íntimas con ella; y esto reveló aún más el grado
de incapacidad física de David, porque esta acción se había llevado a cabo debido a su
hipotermia, ya que “le cubrían de ropas, pero no se calentaba” (1 Reyes 1:1). Pero lo más
terrible del asunto es que, viendo la cercanía de la muerte de David, su hijo Adonías, en
alianza con Joab, el general del ejército, ya estaba planeando su reinado sin ni siquiera
consultar a su padre.

En medio de toda esta rebeldía, Dios le dio suficiente vida a David para hacer proclamar
como su sucesor a Salomón, el hijo que tuvo con Betsabé; y el mismo Adonías que se
rebeló contra su padre, terminó por buscar clemencia ante aquel que su padre puso como
rey´(1 Reyes 1:50-51). Hasta sus últimos días, las fuerzas de David no dependieron de su
habilidad humana, sino del respaldo de Dios sobre su vida.

Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, describió claramente que “aunque este nuestro
hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día” (2
Corintios 4:16). Esta es la maravillosa obra de la gracia de Dios actuando en el cristiano
verdadero hasta el final de sus días en esta tierra.

Los cristianos no deberíamos afligirnos, como el resto de la humanidad, ante el paso de los
años; porque a pesar de la debilidad de la vejez, y de la inminencia de la muerte, la obra del
Espíritu Santo debe habernos rejuvenecido y fortalecido interiormente.

En vez de temer la debilidad física que viene con los años, debemos profundizar nuestra
comunión con Dios, para que Su poder fluya a través de nuestra vida hasta el último día.
Día 106

LA MEJOR HERENCIA

1 Reyes 2:1-3 Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su
hijo, diciendo: Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre. Guarda
los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y
mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de
Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas

Además de todo lo material que los padres puedan dejar a sus hijos, y por encima de ello,
su mejor herencia siempre será el haber estimulado correctamente a sus hijos, con sus
palabras y con su ejemplo para que vivan conforme a la Palabra de Dios.

David sabía que el trono de Israel permanecería en su familia en la medida que sus
descendientes perseveraran en servir al Señor; es por ello que en su lecho de muerte siguió
estimulando a Salomón para que sirviera a Dios “andando en sus caminos”, para que así
como dijo David a Salomón: “prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que
emprendas”. Este es el verdadero secreto de la prosperidad.

No podemos ignorar que, como cualquier hombre, David también transmitió sus miedos y
rencores a su hijo; pues casi todo el resto del capítulo 2 del primer libro de los Reyes se
dedica a describir como el rey moribundo ordenó a su hijo para que matara a los enemigos
que él mismo había dejado vivos, y como Salomón ejecutó las órdenes de su padre. Aunque
estos hombres merecían morir por sus rebeliones, y para asegurar el reino de Salomón,
David había dejado sus casos inconclusos.

En medio de la vida, aun siendo creyentes, nuestros errores y nuestras imprecisiones al


enseñar a nuestros hijos pueden llegar a transmitirles un deseo de vivir que no es apropiado;
es por ello que con todo nuestro corazón debemos someternos al Señor en todos los
aspectos de nuestra vida, esforzándonos en la gracia del Señor Jesucristo (2Ti.2:1) por ser
fieles al llamado que Él nos ha hecho por medio del evangelio; porque solo así nuestras
palabras de estímulo, para que nuestro hijos vivan conforme a la voluntad de Dios, tendrán
efecto, y serán realmente prosperados en todo.

La prosperidad real es la espiritual, la que viene por rendir la vida a Cristo y vivir conforme
a Su voluntad ¡Que ese sea nuestro mayor tesoro, para que así sea la mejor herencia para
nuestros hijos!
Día 107

PETICIÓN QUE AGRADA A DIOS

1 Reyes 3:7-10 Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en
lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en
medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni
numerar por su multitud. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu
pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu
pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto.

Pedir con humildad, sabiéndose necesitado de la ayuda de Dios, creyendo que Él es


bondadoso para concederla, y buscando ser útil a los demás y glorificar a Dios en vez de
buscar beneficio personal; esa es la manera en que todo cristiano debería orar siempre.

Sabiduría, eso fue lo que Salomón pidió; y teniendo en cuenta que lo hizo en un sueño,
donde los verdaderos deseos del corazón no se pueden fingir, y que lo hizo ante la
maravillosa propuesta de Dios: “Pide lo que quieras que yo te dé” (1 Reyes 3:5), deja claro
que fue una petición sincera; porque realmente él quería que Dios lo usara para dirigir
correctamente a su pueblo, y porque en verdad quería servir a los suyos con un juicio recto
y sabio antes que beneficiarse materialmente de su cargo.

La respuesta de Dios ante tal petición fue contundente; no solo prometió darle sabiduría sin
igual, sino también aquello que no pidió: “riquezas y gloria” (1 Reyes 3:13). Claro, todas
estas bendiciones tenían como objetivo glorificar al Señor y fueron dadas a un hombre que
entendía el poder de Dios y Su gran misericordia (1 Reyes 3:6); pero también, por la misma
razón, estas bendiciones fueron condicionadas en su duración de acuerdo a la sujeción de
Salomón a la voluntad de Dios (1 Reyes 3:14).

Si en lo más íntimo hemos sido transformados por el Espíritu Santo, hasta el punto de
hacernos anhelar exclusivamente lo que glorifica a Dios y lo que beneficia a los demás,
podríamos estar seguros de que Él nos concederá las peticiones del corazón (Sal.37:4);
porque ellas nos llevarían a vivir más entregados a Él conforme al evangelio.

Tan pronto Salomón recibió la respuesta del Señor, Dios puso a prueba la sabiduría que Él
le dio en un difícil caso entre dos mujeres que discutían por la maternidad del mismo niño;
y al resolverlo todo el país se asombró (1 Reyes 3:16-28). Así mismo, cuando nuestro
corazón está alineado con Dios y pedimos conforme a Su voluntad, podemos esperar que Él
no solo nos responda afirmativamente, sino que inmediatamente nos haga llevar a la
práctica la virtud que nos ha dado en Cristo.

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos


abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5)
Día 108

DONES QUE IMPACTAN

1 Reyes 4:29-30 Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura
de corazón como la arena que está a la orilla del mar. Era mayor la sabiduría de
Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios.

Los dones que Dios da a sus hijos, por medio de la fe en Cristo, sobrepasan en calidad y
cantidad a las capacidades naturales que las demás personas poseen; porque se basan en la
transformación que él obra en el corazón, dándole motivos más sublimes y metas más
amplias.

Salomón, por su sabiduría, llegó a ser conocido, respetado y admirado internacionalmente;


y esto sucedió, no porque se hubiera propuesto como meta la fama mundial, ni porque su
deseo primordial fuera el reconocimiento público, sino porque sencillamente reconoció al
Señor como la fuente toda capacidad y le pidió sabiduría convencido de la grandeza de lo
que Él ya le había entregado: El gobierno de Israel.

Creer que lo que Dios nos ha dado para administrar es lo mejor que nos pudo haber
entregado, y no vivir anhelando otro lugar, otras personas u otra actividad, es la clave para
ser productivos y no dejar de depender de la mano del Señor. Esto fue lo que hizo Salomón;
y sin proponérselo inicialmente llegó a trascender más allá de la nación Israelí.

Los creyentes en Cristo tenemos el mayor privilegio de todos, y Pablo lo resumió así:
“téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de
Dios” (1Co.4:1). Fue por ello que hombres como este apóstol, desechando todo lo que el
mundo les ofrecía como éxito en la religión, la política, las ciencias y demás, pudieron tener
un impacto mundial con su ministerio apostólico; porque sabían de la grandeza del llamado
que Dios les hizo, así el mundo lo viera como algo insignificante.

Si usted es un cristiano genuino, debe desempeñar la labor a la cual Dios lo ha llamado y


capacitado como la más importante del mundo, dependiendo continuamente del Señor, para
que Él sea glorificado en su vida.

“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor
Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (Colosenses 3:17).
Día 109

PAZ Y PROSPERIDAD DEDICADAS A DIOS

1 Reyes 5:4-5 Ahora Jehová mi Dios me ha dado paz por todas partes; pues ni hay
adversarios, ni mal que temer. Yo, por tanto, he determinado ahora edificar casa al
nombre de Jehová mi Dios, según lo que Jehová habló a David mi padre, diciendo: Tu
hijo, a quien yo pondré en lugar tuyo en tu trono, él edificará casa a mi nombre.

En tiempos de bendición material, y de paz con los demás, también se comprueba si


realmente amamos al Señor que nos salvó; porque si nuestro corazón está verdaderamente
consagrado a Cristo nos llevará a poner a disposición del Reino de Dios todos nuestros
bienes y nuestra estabilidad material, en vez de acumularlos para nuestro deleite.

Cuando Salomón le pidió al rey de Tiro que le colaborara con madera y con hombres que
supieran trabajarla para la construcción del templo al Señor, le dijo: “Tú sabes que mi padre
David no pudo edificar casa al nombre de Jehová su Dios, por las guerras que le rodearon,
hasta que Jehová puso sus enemigos bajo las plantas de sus pies” (1 Reyes 5:3)

Lo que Salomón quiso decir es que mientras no hubo paz, no solo se le iban a su padre los
recursos en la guerra, sino que también los hombres que podían haber estado construyendo
tenían que estar peleando en batalla. Al leer 1 de Reyes 5:13-18, se puede corroborar que
para la construcción del templo se emplearon cientos de miles de hombres, los cuales no
hubieran podido trabajar si hubieran estado en guerra.

Es cierto que cada creyente, cada familia y cada congregación cristiana pasa por “tiempos
de guerra” donde debe saber administrar muy bien los recursos financieros, y donde los
imprevistos, las calamidades, o las crisis reducen su capacidad económica; y en esos
tiempos, aunque se siga ayudando fielmente a la obra de Dios, no se puede hacer tan
abundantemente como se desearía.

Pero también es cierto, que aún en medio de estos desiertos financieros, se dan oasis de
bendición, donde la abundancia anhelada llega; y es entonces cuando se comprueba más
claramente si el cristiano siembra para su carne o para el Espíritu (Gálatas 6:8). Pues si ante
la abundancia se gasta los recursos solo en deleites, se cosechará corrupción; pero si se
invierte en promover la vida espiritual, ayudando a la congregación de manera especial y
generosa, se recogerá verdadera bendición de vida eterna.

“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas,
las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para
que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos;
atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna” (1
Timoteo 6:17-19).
Día 110

DIOS EN MEDIO

1 Reyes 6:11-13 Y vino palabra de Jehová a Salomón, diciendo: Con relación a esta casa
que tú edificas, si anduvieres en mis estatutos e hicieres mis decretos, y guardares todos
mis mandamientos andando en ellos, yo cumpliré contigo mi palabra que hablé a David
tu padre; y habitaré en ella en medio de los hijos de Israel, y no dejaré a mi pueblo Israel.

El saber que Dios está en medio de nuestras vidas, acompañándonos, corrigiéndonos,


protegiéndonos y dirigiéndonos, es suficiente para darle prioridad a nuestra relación con Él;
así como Salomón le dio la prioridad a la construcción del templo.

Los detalles de la construcción del templo no fueron dados específicamente por Dios, como
sucedió con el tabernáculo de Moisés, pero si fueron la expresión del deseo de Salomón de
exaltar la presencia del Señor en medio de Israel.

Ante todo esto Dios respondió con una solemne exhortación: “si anduvieres en mis
estatutos e hicieres mis decretos, y guardares todos mis mandamientos andando en ellos”
(1R.6:12); y esto era para que no olvidaran ni el rey ni el pueblo que el templo solo era la
forma de representar algo más importante: Mantener una relación viva con Dios,
sirviéndole obedientemente.

Hoy en día, por la fe en Cristo, los templos deben ser los mismos corazones humanos; y
aunque las Iglesias necesitan un lugar de reunión, lo que realmente se busca en ellos es
fomentar la conciencia de que cada creyente debe adorar “en espíritu y en verdad; porque
también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23).

La gran pregunta es: ¿Realmente Dios vive en medio de mi vida, dirigiéndome a mí y a los
míos? o ¿me es más importante relacionarme con las demás personas antes que con aquel
que envió a Su Hijo a morir por mí en la cruz?

El llamado es a dedicar más tiempo y recursos para construir nuestra relación con Dios;
tanto en nuestra vida personal, como familiar y congregacional.
Día 111

SABIDURÍA PRÁCTICA

1 Reyes 7:13-14 Y envió el rey Salomón, e hizo venir de Tiro a Hiram, hijo de una viuda
de la tribu de Neftalí. Su padre, que trabajaba en bronce, era de Tiro; e Hiram era lleno
de sabiduría, inteligencia y ciencia en toda obra de bronce. Este, pues, vino al rey
Salomón, e hizo toda su obra.

Las habilidades manuales y artísticas también entran dentro de la sabiduría, porque llevan a
la práctica lo que hay en el corazón; pero es cuando son usadas para el servicio del Señor,
por medio de un creyente que glorifica a Cristo, que adquieren verdadero valor como don
de Dios.

Igual que durante la construcción del tabernáculo en tiempos de Moisés, Salomón tuvo que
recurrir a alguien que manejara con sabiduría los metales; en su caso fue para el trabajo
artístico con el bronce, y para ello trajo desde Tiro a Hiram. Este hombre, según lo
registrado, estaba “lleno de sabiduría, inteligencia y ciencia en toda obra de bronce”.

La aplicación para nuestros días debe ser muy sencilla: No todos tenemos sabiduría para
hacer todas las cosas. A cada uno Dios le ha dado talentos naturales diferentes, que han sido
moldeados por medio de circunstancias de vida distintas; y por ello, al mismo tiempo, todos
nos necesitamos.

Es cierto también que aún los dones más sencillos que el Espíritu Santo da a los creyentes
en Cristo no son meramente naturales, sino sobrenaturales; porque “a cada uno le es dada la
manifestación del Espíritu para provecho” (1 Corintios 12:7), hasta “los maestros”, “los que
ayudan” y “los que administran” (1 Corintios 12:28).

Oremos pues a Dios por más personas con capacidades prácticas para poner al servicio del
Señor, y demos gracias por las que ya nos ha dado para dar testimonio de Cristo.
Día 112

GLORIA DE DIOS PERCEPTIBLE

1 Reyes 8:10-11 Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de
Jehová. Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube;
porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.

Siendo que la verdadera Gloria de Dios consta de sus maravillosos atributos personales, el
mismo Señor escoge tiempos en que soberanamente permite que se perciba de una forma
especial Su majestad en medio de nuestras vidas.

Manifestaciones como estas, con tal magnitud de señales congregacionales de la presencia


de Dios, solo se dieron en ciertos períodos bíblicos: En el tabernáculo de Moisés (Éxodo
40:38), en la inauguración del templo construido por Salomón (1 Reyes 8:10-11) y en la
Iglesia primitiva durante la fiesta del pentecostés (Hechos 2:1-4); y en todas estas ocasiones
Dios mismo estaba dando su sello de gracia, aprobando la nueva forma en que se le daría
culto y se propagaría Su reino.

Hoy en día, por más tangible que se nos haga la presencia de Dios en medio del culto
cristiano, nuestras experiencias no llegan a compararse a estas experiencias bíblicas. Pero
esto no significa que un creyente verdadero en Cristo, o una congregación cristiana
genuina, no puedan experimentar manifestaciones especiales de la Gloria de Dios; aunque
no se deben esperar de forma constante, porque tampoco fueron constantes o permanentes
en todos los tiempos bíblicos.

Los creyentes verdaderos no necesitamos de manifestaciones extraordinarias, “porque por


fe andamos, no por vista” (2 Co 5:7); y es así como siempre podemos vivir convencidos del
amor de Dios sobre nosotros, teniendo como la mayor señal de la Gloria de Dios a la obra
de Cristo: Haciéndose hombre, muriendo y resucitando para perdonarnos y darnos vida
eterna (Mateo 12:39-40).

En la medida en que el cristiano profundiza, a través de la fe, en la obra de su salvador, no


solo crece espiritualmente, sino que está mejor preparado para cuando alguna manifestación
especial de la gloria de Dios venga durante su comunión con el Señor.

Creyente, ¡viva siempre por fe! y deléitese en cada experiencia especial de la gloria de Dios
sobre su vida.
Día 113

DIOS ESTA DESDE EL PRINCIPIO HASTA EL FINAL

1 Reyes 9:1-2 Cuando Salomón hubo acabado la obra de la casa de Jehová, y la casa
real, y todo lo que Salomón quiso hacer, Jehová apareció a Salomón la segunda vez,
como le había aparecido en Gabaón.

Si nuestra meta es conforme a la voluntad de Dios, y está orientada a darle gloria, Él la


confirmará desde el principio y la aceptará al final; y esto será la prueba de que nos
acompañó mientras luchábamos por cumplirla.

En Gabaón Dios se le apareció en sueños a Salomón ofreciéndole el cumplimiento de sus


deseos o metas; y cuando él, queriendo que Dios fuera el verdadero Señor del pueblo de
Israel, le pidió: “Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo” (1 Reyes
3:9), el Señor recibió con agrado su petición y le proporcionó sabiduría para cumplirla.

De forma maravillosa la Biblia recalca que muchos años después, cuando ya Salomón había
desarrollado un reinado de mucha bendición para su pueblo y había terminado de construir
el templo para el Señor, Dios mismo se le apareció “como le había aparecido en Gabaón”;
y lo hizo para confirmarle de forma personal e íntima su aceptación de todo lo que él le
había dedicado, y al mismo tiempo para ratificarle que Su ayuda y dirección estuvieron con
él desde el principio.

Para que Dios esté en medio de los grandes proyectos de nuestra vida, Él debe ser el centro
mismo de ellos; y para estar seguros de su ayuda durante los años de lucha, solo
necesitamos que Él nos autorice al principio y nos reciba todo con agrado al final.

Y no debemos olvidar que, por la soberana y perfecta obra de Dios en Cristo, nuestra tarea
principal siempre será perseverar hasta el final de nuestras vidas en Él; por lo cual en la
Biblia se nos anima, por medio de Pablo, diciéndonos: “el que comenzó en vosotros la
buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).

No necesitamos que Dios se nos aparezca, sino que más bien nos confirme por medio del
evangelio de Jesucristo nuestras metas; porque solo así lucharemos sin desmayar.
Día 114

LOS FRUTOS DEL DON DE DIOS

1 Reyes 10:1,3 Oyendo la reina de Sabá la fama que Salomón había alcanzado por el
nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles. Y Salomón le contestó todas
sus preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase. Y dijo al rey: Verdad es lo que oí
en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría

Tarde o temprano los dones que Dios nos ha dado son percibidos y admirados por los
demás; es por ello que debemos permanecer apegados al Señor, para no solo multiplicar los
talentos que Él nos dio, sino también mantenerlos orientados hacia Su gloria sin dejarnos
enceguecer por la fama.

Todo el capítulo 10 del primer libro de los reyes está orientado a exhibir el alcance de la
prosperidad financiera y política que el pueblo de Israel obtuvo por medio de la sabia
administración del rey Salomón.

La visita de la reina de Sabá fue una muestra del alcance internacional que tenía la fama de
Salomón, por su inteligencia y riquezas; pero no podemos olvidar que todo esto fue posible
gracias a que en lo íntimo de su relación con Dios el señor le había concedido a Salomón un
don especial de sabiduría. Su fama solo era el resultado de valorar y llevar a la práctica el
don que Dios le dio.

Así mismo, cada creyente en Cristo puede estar seguro de haber sido equipado por Dios con
dones o talentos especiales que van más allá de las capacidades naturales, y cuyo fin es
exaltar los atributos divinos, favorecer la extensión del evangelio y promover la edificación
del pueblo de Dios.

Y así como no todos estamos llamados a hacer lo mismo, tampoco podemos creer que
todos tengamos exactamente los mismos dones, ni podemos esperar que den el mismo tipo
de resultados en nuestra vida; porque así como la sabiduría de Salomón estaba orientada
hacia la capacidad de administrar justicia y bienestar físico a la nación judía, los dones de
los creyentes en la actualidad son primordialmente para la edificación espiritual del pueblo
de Dios; “porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el
Espíritu Santo” (Romanos 14:17).

Un verdadero discípulo de Cristo debe descubrir los dones con que su Señor lo equipó,
ponerlos a producir para Su gloria y no dejarse llevar por la vanagloria que el mundo
brinda; porque solo así escuchará a su salvador decir: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco
has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mat.25:21,23).
Día 115

EL PELIGRO DE USAR EL PODER PARA DELEITE PERSONAL

1 Reyes 11:1, 4 Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas
mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las
heteas; Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses
ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre
David.

Todo lo que Dios nos da es para disfrutarlo; pero si nuestro deleite remplaza a la obediencia
a Dios, esto terminará por destruirnos.

Tan lleno de la sabiduría que Dios mismo le había concedido, y aun así Salomón no fue lo
suficientemente inteligente como para aplicar esa sabiduría sobre sí mismo; en vez de huir
de aquello que le llevaba a alejarse del Señor, corrió hacia ello; en vez de alejarse de las
mujeres que lo incitaban a alejarse de Dios, corrió a deleitarse en ellas; “Y tuvo setecientas
mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón” (1 Reyes
11:3)

Aquel que, inspirado por Dios, escribió el maravillosamente lleno de sabiduría libro de
Proverbios, fue el mismo que, sin dejar de ser usado por Dios, reveló la decadencia de su
vida personal al final de sus días en el libro de Eclesiastés. Al final de sus días, incitado por
las mujeres que tenía, Salomón cayó en idolatría (1 Reyes 1:4-8); y en castigo Dios
prometió entregarle el reino a un siervo de Salomón cuando este muriera.

Pablo, cuando la Iglesia de Corinto permitió el incesto de uno de sus miembros, escribió:
“No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?”
(1Co.5:6); e inmediatamente mandó a expulsar al que persistía en ese pecado. De la misma
manera deberíamos prevenir la decadencia espiritual en cada iglesia y en cada vida
cristiana; pues al ver que por un deseo meramente sensual entramos en franca
desobediencia a Dios, como verdaderos cristianos deberíamos desecharlo; y no deberíamos
excusarnos en una supuesta libertad que realmente es libertinaje (Judas 1:4).

Si usted usa el poder de la libertad en Cristo solo para su deleite personal, está
menospreciando el tesoro espiritual de Dios en Cristo por un simple “plato de lentejas”
humano; “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10:12).
Día 116

EL PELIGRO DE RECIBIR MALOS CONSEJOS

1 Reyes 12:13-15 Y el rey respondió al pueblo duramente, dejando el consejo que los
ancianos le habían dado; y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: Mi
padre agravó vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con
azotes, mas yo os castigaré con escorpiones. Y no oyó el rey al pueblo…

Oír consejos no es suficiente para actuar sabiamente, sino saber escogerlos según la
situación y dando prioridad a lo que glorifica a Dios y beneficia a los demás; porque si no
se hace de esta forma, se seguirán los malos consejos que solo apelan a nuestra carnalidad y
terminan por traernos terribles consecuencias.

La Biblia asegura que Roboam, el hijo y sucesor de Salomón en el trono, escuchó y siguió
malos consejos “porque era designio de Jehová para confirmar la palabra que Jehová había
hablado por medio de Ahías silonita a Jeroboam hijo de Nabat” (1 Reyes 12:15); es decir,
que en medio de todo, Dios dirigía las circunstancias para cumplir el castigo que prometió a
Salomón de darle gran parte de su reino a un siervo suyo, a Jeroboam.

Pero el que Dios controle las circunstancias no libra a nadie de sus errores personales; y
Roboam cometió el gravísimo error de desechar el consejo más sabio y prudente de los
ancianos, por seguir el irreverente y déspota consejo de los jóvenes como él. Al final, “todo
el pueblo vio que el rey no les había oído” (1 Reyes 12:16) y se separaron la mayoría de
tribus, poniendo como rey a Jeroboam.

Al luchar contra doctrinas erradas sobre la resurrección, que estaban dividiendo a la Iglesia
de Corinto, Pablo escribió: “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres” (1 Corintios 15:33). Él sabía que al prestar oído a lo que no es conforme a la
verdad de Dios, sin considerar el bien y la unidad del pueblo de Dios, solo se cosechan
contiendas y divisiones.

Antes de decidir algo muy importante es bueno recibir consejos; pero ¿de quién los recibe
usted?, ¿de alguien con demostrada experiencia y testimonio cristiano, o de alguien que no
solo es inexperto, sino que además alienta en su corazón el mismo tipo de rebeldía que
usted se permite? Pero más importante aún ¿Termina por decidir qué consejo seguir por
medio de la oración y de un estudio concienzudo de la Biblia? ¿O actúa meramente
apoyado en lo que le aconsejan los seres humanos?

“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo,
y su corazón se aparta de Jehová” (Jeremías 17:5). ¡Busque el consejo de Dios!
Día 117

DIOS RESPALDA LA OBEDIENCIA DE SUS SIERVOS

1 Reyes 13:4 Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del varón de Dios, que había
clamado contra el altar de Bet-el, extendiendo su mano desde el altar, dijo: ¡Prendedle!
Mas la mano que había extendido contra él, se le secó, y no la pudo enderezar.

Dios está presto a respaldar de forma especial a los que le sirven obedientemente, a pesar
del peligro que corren en un mundo que rechaza el mensaje divino.

“Un varón de Dios”; así fue como quedó identificado en la Biblia el hombre que llegó hasta
Jeroboam, el rey de Israel, y le declaró como Dios enviaría a Josías a destruir el altar
idolátrico que se había construido en Betel; lo cual sucedió cientos de años después (2
Reyes 23:15-17).

El hecho es de resaltar, porque tan pronto como Jeroboam levantó su mano contra el varón,
“se le secó, y no la pudo enderezar” hasta que oró por él aquel mismo hombre. Esto
demuestra que el Señor protege decididamente a quienes le obedecen, a pesar del peligro
del mundo; pero cuando se le desobedece, como hizo este mismo varón en el camino, así
sea por el engaño de quienes parecen venir de parte de Dios (1 Reyes 13:14-19), se nos deja
a merced de las circunstancias; así como Dios dejó que este hombre fuera atacado y
asesinado por un león en el camino (1 Reyes 13:24).

Lo acontecido con este varón de Dios nos muestra que nunca debemos poner los consejos
humanos por encima de las ordenes divinas, si queremos que el Señor nos brinde su
protección continua; pero tampoco podemos olvidar que dicha protección es para que
proclamemos fielmente Su Palabra, lo cual hoy en día consiste en la predicación del
evangelio de Jesucristo.

Debemos recordar lo que Cristo mandó: “Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo
que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. Y no temáis a los que matan el cuerpo, más
el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en
el infierno” (Mat.10:27-28).
Día 118

EL MODELO

1 Reyes 14:7-10 Vé y dí a Jeroboam: Así dijo Jehová Dios de Israel: Por cuanto yo te
levanté de en medio del pueblo, y te hice príncipe sobre mi pueblo Israel, y rompí el reino
de la casa de David y te lo entregué a ti; y tú no has sido como David mi siervo,… sino que
hiciste lo malo sobre todos los que han sido antes de ti, pues fuiste y te hiciste dioses
ajenos e imágenes de fundición para enojarme, y a mí me echaste tras tus espaldas; por
tanto, he aquí que yo traigo mal sobre la casa de Jeroboam,…

Así como los reyes de Israel y de Judá debieron recordar la fidelidad de David a Dios, y no
contaminarse con idolatría; de igual forma los cristianos debemos seguir el ejemplo de
Cristo, nuestro salvador, como verdadero modelo de vida.

Desde Salomón, que edificó altares de idolatría “para todas sus mujeres extranjeras, las
cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses” (1 Reyes 11:8), se perdió el
modelo de gobierno que implantó David; ya que el hijo de Isaí, que llegó al trono después
de sufrir persecución, con todo y sus imperfecciones, nunca permitió ni fomentó la
idolatría; y es por ello que al comparar a cada rey con David, Dios dice de él: “guardó mis
mandamientos y anduvo en pos de mí con todo su corazón, haciendo solamente lo recto
delante de mis ojos” (1 Reyes 14:8).

Jeroboam en Israel, el reino del norte, y Roboam, descendiente de David que gobernaba en
Judá, el reino del sur; ambos se desviaron del ejemplo de David. Pero de forma especial,
cuando Jeroboam envió a su mujer a Ahías, profeta de Judá, para saber sobre la salud de su
hijo enfermo, Dios le reprendió a través del profeta y le anunció el exterminio de su
descendencia; porque le dijo Dios: “yo te levanté de en medio del pueblo, y te hice príncipe
sobre mi pueblo Israel, y rompí el reino de la casa de David y te lo entregué a ti; y tú no
has sido como David mi siervo”

De igual modo los cristianos no podemos perder el ejemplo de quien sufrió por nosotros
para darnos vida eterna; ya que Jesús, el descendiente de David, es más que su antecesor, es
Dios hecho carne, quien sufrió por nosotros y resucitó para liberarnos de la esclavitud del
pecado. Por ello en cada función, cargo o actividad que desarrollamos, por más ejemplos de
personas exitosas que el mundo nos dé, nuestro modelo a seguir siempre debe ser Cristo.

Al final, todos los ejemplos humanos de éxito terminarán por desviarnos a la idolatría,
especialmente a la egolatría, o a la exaltación del hombre como un “dios”; mientras que al
seguir el ejemplo de vida santa y obediente de Cristo, estaremos exaltando al verdadero
Dios, imitando su carácter divino.

Cristianos, “para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros,
dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Pedro 2:21).
Día 119

IMPOSIBILIDAD DE PERFECCIÓN

1 Reyes 15:4-5 Mas por amor a David…por cuanto David había hecho lo recto ante los
ojos de Jehová, y de ninguna cosa que le mandase se había apartado en todos los días de
su vida, salvo en lo tocante a Urías heteo.

Aunque Dios demanda perfección, y no pasa por alto la falta, siempre recompensa a
quienes le sirven de todo corazón confiando en Su misericordia derramada por medio de
Cristo; porque solo Él pudo vivir en perfecta santidad, y solo Él nos puede cambiar.

El adulterio de David con la mujer de Urías y su posterior decisión de hacerlo poner en la


línea mortal de la batalla, nunca fue desconocido, olvidado, ni justificado por Dios; por el
contrario, así como el Señor siguió usando a David de modelo ideal con el cual comparar a
los demás reyes, así también siguió reconociendo el gran error que este cometió; pero Dios
siguió respondiendo a las oraciones de los reyes “por amor a David”.

Es verdad que la perfección es imposible, pero en nuestras fuerzas; porque a través de la fe


en Cristo, un día, luego de ser transformados totalmente para heredar el cielo, seremos “tal
como él es” (1 Juan 3:2).

No se nos pide ser perfectos en esta vida terrenal, pero si se nos exige cada día mayor
consagración; porque fácilmente podemos caer en pecado y enfriarnos espiritualmente.

Es más, lo que realmente nos demanda el Señor ya no se resume en leyes de


comportamiento práctico, sino en principios que deben reinar en el corazón de todos los
cristianos: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas
tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10:27).

Siendo los más realistas, pero al mismo tiempo los más optimistas, los cristianos debemos
pensar como Pablo: “…yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago:
olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a
la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14).
Día 120

DIOS AL CONTROL DE LA MALDAD

1 Reyes 16:12-13 Así exterminó Zimri a toda la casa de Baasa, conforme a la palabra
que Jehová había proferido contra Baasa por medio del profeta Jehú, por todos los
pecados de Baasa y los pecados de Ela su hijo, con los cuales ellos pecaron e hicieron
pecar a Israel, provocando a enojo con sus vanidades a Jehová Dios de Israel.

Aunque Dios en sí mismo es solo bondad, por su soberanía sobre la humanidad controla las
conductas pecaminosas para ejecutar su juicio; de tal forma que sin Él dejar de ser santo
castiga el pecado de unos por medio de la pecaminosidad de otros.

Al rey Baasa, aunque no se dan los detalles en la Biblia, Dios lo encontró culpable de una
conducta pecaminosa en extremo; y por “todo lo malo que hizo ante los ojos de Jehová,
provocándole a ira con las obras de sus manos” (1 Reyes 16:7), Dios determinó el
exterminio de él y de su descendencia. Lo paradójico del asunto es que Zimri, quien
también hizo “lo malo ante los ojos de Jehová,…andando en los caminos de
Jeroboam,…haciendo pecar a Israel” (1 Reyes 16:19), fue quien ejecutó el juicio sobre la
descendencia de Baasa, cumpliendo lo predicho por el Señor.

Que Dios controle los acontecimientos de la humanidad y termine por dirigir la conducta
pecaminosa de los hombres, sin contaminarse Él mismo de pecado, no es ocasional; ya que
Él siempre ha sido y será soberano sobre la humanidad, sin dejar de ser santo. El caso más
terrible, y al mismo tiempo más hermoso, de esta verdad es la muerte de Su Hijo en la cruz
para salvarnos de la condenación; porque contra él “se unieron…Herodes y Poncio Pilato,
con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto su mano y su consejo habían antes
determinado que sucediera” (Hechos4:27-28).

Dios estuvo controlando el comportamiento más pecaminoso que la humanidad ha podido


tener: El rechazo y asesinato de Jesucristo; y al mismo tiempo nos estaba salvando por
medio de su muerte, al cobrarse en él nuestra culpa y condenación. ¡Que maravilloso,
soberano y misericordioso Dios tenemos!

En la vida práctica esto nos debe llevar a vivir confiados; porque así estemos rodeados de
una sociedad cada vez más llena de pecado, Dios está al control. El mismo que controló a
los pecadores para darnos salvación en Cristo, someterá bajo su dominio cada vida y
circunstancia para guardarnos en Él.
Día 121

DETERMINACIONES DIVINAS QUE PARECEN IMPOSIBLES

1 Reyes 17:14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no
escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover
sobre la faz de la tierra.

A pesar de nuestras debilidades, y de las adversidades, Dios siempre termina por cumplir
cada una de sus determinaciones sobre nuestras vidas; Él dice y se hace.

Este capítulo de primera de reyes comienza con el profeta Elías diciendo: “Vive Jehová
Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por
mi palabra” (1 Reyes 17:1); y termina con la viuda de Sarepta diciendo a Elías: “Ahora
conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca” (1
Reyes 17:24). La realidad es que la palabra de Elías se cumplía porque era la mera
transmisión de las determinaciones de Dios.

Un verdadero profeta de Dios solo estaba autorizado a decir lo que Dios le ponía en su boca
(Éxodo 4:12); pero al mismo tiempo, por ser un verdadero hombre de Dios, el profeta
llegaba a vivir tan sincronizado con la voluntad del Señor que podía llegar a decir que lo
profetizado sucedía “por su palabra”.

Esta es una verdad que solo se cumplió totalmente en Jesucristo; quien, siendo Dios, se
hizo hombre; y quien verdaderamente habló única y exclusivamente las palabras de Dios
(Juan 1:1; 6:63; 12:48). Pero al mismo tiempo, a pesar de la fragilidad humana, esto
también debe vivirlo de alguna forma cada creyente en Cristo; porque así estemos como
Elías, “sujetos a pasiones” (Santiago 5:17), debemos buscar siempre proclamar la voluntad
de Dios a la humanidad.

Aunque era imposible que el aceite y la harina de la viuda alcanzaran para otra persona y
para otro día, Dios cumplió lo que Elías dijo; porque el Señor es quien determina que
suceda lo imposible. A pesar de las adversidades que parecen destrozar al creyente,
debemos aferrarnos a que el Señor cumplirá Su palabra en nosotros; porque Él “es poderoso
para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría”
(Judas 1:24).
Día 122

DIOS ES EL ÚNICO VERDADERAMENTE DIGNO DE FIDELIDAD

1 Reyes 18:21 Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis
vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y
el pueblo no respondió palabra.

Dios no demanda algo de nuestras vidas, lo pide todo; porque en Jesucristo se entregó por
completo para salvarnos, y por ello Él no recibe algo menos que fidelidad completa.

Al mando de Acab, y de su esposa Jezabel, el pueblo de Israel había aprendido a vivir entre
Dios y los ídolos; se acostumbraron a tratar de agradar simultáneamente al Señor y al
mundo, por la conveniencia de profesar fe en el Dios verdadero y seguir las prácticas
religiosas idolátricas del gobierno de turno. Y esto quedó demostrado por el hecho de que
Acab no mató a Elías al encontrarse con él, porque necesitaba que el Dios verdadero
solucionara el problema de falta de lluvias que el mismo Elías profetizó.

Pero Elías no se conformó con un simple encuentro pacífico que posiblemente podría
alimentar la falta de fidelidad de los israelitas; no, él retó a Acab para un encuentro con los
cientos de profetas que mantenían la adoración a los falsos dioses, exhortó al pueblo a
decidir a quién le serían fieles, y luego de burlarse de ellos, por la falta de respuesta de sus
falsas divinidades, procedió a pedir a Dios fuego del cielo sobre el altar.

Tan pronto respondió el Señor con fuego, el pueblo exclamó: “¡Jehová es el Dios, Jehová
es el Dios!” (1 Reyes 18:39). Elías aprovechó el momento e impulsó al pueblo a terminar
con la vida de esos falsos profetas, así como Jezabel con su gobierno “destruía a los
profetas de Jehová” (1 Reyes 18:4).

Dios sigue teniendo el mismo poder para sacar de la tibieza espiritual a quienes se dicen ser
cristianos y niegan a Cristo con sus vidas; pero se necesita de personas que como Elías
lleven a los demás hasta el punto de ver su falta de fidelidad a Dios. Solo el Señor es digno
nuestra entrega incondicional; porque ningún líder, movimiento, actividad, posesión o
beneficio de este mundo nos podrá dar las bendiciones eternas que Cristo ganó para
nosotros en la cruz.

Respondámosle a “Elías” para forzarnos a rendirnos ante el Señor: ¿Hasta cuándo


claudicaremos entre dos pensamientos? ¡Si Jehová es Dios, sigámoslo con fidelidad!
Día 123

EL TEMOR Y LA DEPRESIÓN

1 Reyes 19:4, 9 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de
un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy
yo mejor que mis padres. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí,
Elías?

El Dios de la Biblia siempre entenderá la aflicción humana, pues se hizo hombre en su Hijo
Jesucristo; pero nunca dejará a sus siervos en la depresión que se produce por la fragilidad
humana ante la adversidad. Él siempre preguntará al temeroso y deprimido que huye del
problema: ¿Qué haces aquí? Y lo sacará de su depresión.

A Elías le vino el temor y la depresión, luego de haber obtenido tremenda victoria sobre los
profetas de Baal, porque la reina Jezabel lo amenazó de muerte. Huyó al desierto y le pidió
a Dios la muerte. Pero antes de escuchar al Señor hablarle, en medio de su depresión, fue
sustentado y alimentado por un ángel dos veces, para que pudiera llegar a la cueva del
monte Horeb donde Dios le respondería.

Estando allí Dios le hizo una pregunta: ¿Qué haces aquí, Elías?; y luego de que Elías
contestara con lamentaciones sobre su situación y la de los verdaderos siervos de Dios, el
Señor le hizo experimentar varios fenómenos de la naturaleza (viento recio, terremoto y
fuego), haciéndole sentir su presencia al final en un silbo apacible. Y al terminar esta
terapia divina para aquietar su alma, le volvió a preguntar: ¿Qué haces aquí, Elías?, y Elías
volvió a contestar con lamentos por él y por los demás profetas; entonces Dios le mandó a
ungir (nombrar) a Hazael por rey de Siria, a Nimsi por rey de Israel y a Eliseo como profeta
en su lugar. Dios terminó por remplazar a Elías con Eliseo.

El sustento, aliento, y trato sanador de Dios para con cada uno de sus siervos es individual;
y al final debe producir tanto la restauración del alma como la convicción de que Dios
puede nombrar un reemplazo para el creyente en su labor. Así como con Elías, Dios no nos
dejará quedarnos en sentimientos lastimeros donde simplemente esperemos la muerte; pero
si luego de ser sanados nuestra actitud pesimista persiste, Él seguramente pondrá a alguien
más en nuestro lugar; porque su Reino no depende de nosotros, ¡nosotros dependemos de
su Reino!

El Señor me comprende si caigo en depresión, pero me saca de ella por la misma razón que
Cristo superó sus temores en Getsemaní antes de la crucifixión: Para que “no se haga mi
voluntad”, sino la suya (Lucas 22:42); para que Su evangelio sea conocido.

Si usted es cristiano y está en depresión, recuerde que Dios lo quiere sacar de ella para
glorificarse en usted, dando a conocer a través de su vida el evangelio de Jesucristo.
Día 124

DIOS VENCE EN TODA CIRCUNSTANCIA

1 Reyes 20:28 Vino entonces el varón de Dios al rey de Israel, y le habló diciendo: Así
dijo Jehová: Por cuanto los sirios han dicho: Jehová es Dios de los montes, y no Dios de
los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo
soy Jehová.

Ninguna circunstancia puede disminuir la ayuda que Dios presta a quienes le sirven; porque
el mismo Dios que en el nombre de Jesús nos socorre en lo alto de los montes, es el mismo
que habita en los valles; Él es el creador de todo y nada lo puede detener.

Ante el acecho del rey de Siria, el rey de Israel recibió el apoyo del Señor; y después de un
año de haber batallado contra los sirios por mandato de Dios, y de haberlos vencido, estos
volvieron a salir en contra de Israel. Y como en la primera ocasión, Dios estaba de parte de
su pueblo; y por medio de un profeta Dios le divulgó al rey los pensamientos de los sirios,
los cuales pensaron que cambiando el terreno de la batalla disminuirían la protección de
Dios sobre Israel.

La realidad es que ellos compararon al Dios verdadero con cualquier “dios” pagano; los
sirios creyeron que el Dios de Israel debía ser como los falsos dioses, que solo están
restringidos a un área geográfica, o a una función específica de la vida cotidiana; pero se
encontraron con que nada ni nadie puede limitar el favor del Señor sobre su pueblo, porque
Él si es el verdadero Dios del universo.

Esto debe retumbar en el pensamiento de todo cristiano, sobre todo cuando es


continuamente atacado por el mundo en diferentes formas y por medio de diferentes
circunstancias: En el orgullo y en la depresión, en el viaje y en el hogar, en el día y en la
noche, en la enfermedad y en la salud; siempre podemos confiar en el Dios que hizo los
montes y los valles; porque, así como Pablo, el cristiano fiel puede llegar a decir: “Sé vivir
humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar
saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:12-13)

El creyente está seguro que todo lo puede en Cristo, porque Cristo es Señor sobre toda
circunstancia; y se sabe “más que vencedor” en toda circunstancia, porque está “seguro de
que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo
por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor
de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39).
Día 125

LA MALDAD DE DEJARSE INCITAR A PECAR

1 Reyes 21:25 A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo
ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba.

Nadie puede negar su responsabilidad por desobedecer a Dios, ni siquiera cuando es


provocado por otros; porque Dios sabe que cuando nos dejamos llevar, simplemente
estamos alimentando nuestro deseo de desobedecerlo. Cuando nos sentimos incitados a
pecar, es mejor detenernos y ver al interior de nuestro ser.

Acab fue confrontado por el profeta Elías cuando tomaba posesión del terreno del recién
fallecido Nabot; y esto sería visto como un abuso del profeta si la Biblia no aclarara la
forma en que este murió: Apedreado como culpable de un delito que nunca cometió, por los
falsos testimonios que compró Jezabel en su contra.

Jezabel no tuvo reparos de fraguar este delito y hacer matar injustamente a Nabot; y la
razón de sus acciones era sencilla: Quería darle a su esposo Acab el territorio que Nabot no
le quiso vender. Al ver triste a su esposo, ella le había dicho: “¿Eres tú ahora rey sobre
Israel? Levántate, y come y alégrate; yo te daré la viña de Nabot de Jezreel” (1Reyes21:7).
¡Que paradójicamente funciona la mente de quienes incitan a otros pecar! ¡Ofrecen alegrías
a costa del sufrimiento de los demás!

No deberíamos esperar a que Dios mismo tuviera que confrontarnos; los cristianos
deberíamos dudar de las intenciones de nuestro corazón cuando estas violan abiertamente la
voluntad de Dios revelada en Su Palabra. Por mucho que anhelemos algo en esta vida, y por
buenas que parezcan las intenciones de quienes nos impulsan a obtener lo anhelado, nunca
se nos dará satisfacción verdadera si lo obtenemos violando los principios divinos.

¡El fin nunca justifica los medios! Porque en Cristo tanto la forma de obtener algo, como el
objeto anhelado, revelan lo que hay en el corazón; ¡El fin y los medios deben glorificar a
Dios! ¡No nos dejemos incitar al mal!
Día 126

LA VERDAD QUE INCOMODA

1 Reyes 22:7-8 Y dijo Josafat: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el cual
consultemos? El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay un varón por el cual
podríamos consultar a Jehová, Micaías hijo de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca
me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así.

Nunca debemos esperar que todo lo que planeamos sea aprobado por Dios, porque
sencillamente Él es el Señor y no nosotros; por lo cual debemos agradecer cuando Dios nos
corrija por medio de Su Palabra y no menospreciar Su corrección.

La repuesta del rey de Israel, ante la propuesta que Josafat le hizo de consultar a otro
profeta más, muestra la incomodidad que sentía cuando alguien no aprobaba todo lo que se
le ocurría; y esto era porque el profeta Micaías parecía ser el único que tenía claro el oficio
profético, él dijo: “Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso diré” (1 Reyes 22:14); o
en otras palabras: “yo no hablo para agradar a los hombres, sino para agradar a Dios”.

Micaías pagó caro el precio de su fidelidad al mensaje divino, ya que otro profeta lo golpeó
mientras hablaba al rey, y luego fue hecho preso; pero al final, lo que profetizó se cumplió;
y por encima de las numerosas “profecías” que le vaticinaban la victoria al rey de Israel,
este murió en batalla. El rey pagó muy caro el menospreciar la verdadera Palabra de Dios,
por el simple hecho de no concordar con sus deseos personales.

La Biblia, y el mensaje del evangelio de Jesucristo, no han sido dados por Dios para que
cumplan las expectativas egoístas de cada ser humano; porque el Señor sabe que lo que
realmente necesitamos no es necesariamente lo que deseamos. Esto no solo le pasó al rey
de Israel, también le pasará a todos los que “no sufrirán la sana doctrina”, porque “teniendo
comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2Ti.4:3-4).

En vez de incomodarnos porque alguna enseñanza bíblica no coordine con nuestra forma de
pensar, alegrémonos porque Dios nos está revelando Su voluntad para que podamos
cambiar en Su nombre; porque “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar,
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2Ti.3:16-17).
Día 127

PELIGRO DE NO CONSULTAR A DIOS

2 Reyes 1:3-4 Entonces el ángel de Jehová habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y
sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay Dios en
Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto, así ha dicho Jehová:
Del lecho en que estás no te levantarás, sino que ciertamente morirás. Y Elías se fue.

Por más difícil que sea nuestra situación, nunca nos servirá de excusa para buscar salida en
alguien diferente a Dios; y la razón es que solo Él tiene nuestras vidas en sus manos, tiene
el poder para socorrernos, y tiene el derecho de exigirnos fidelidad eterna.

El rey Ocozías se cayó de una ventana y quedó enfermo; y en vez de buscar al Dios
verdadero, prefirió enviar mensajeros a un “dios” pagano, a un “dios” de otro pueblo. En
lugar de aprovechar que estaba en medio de la tierra de Israel, decidió mandar a buscar a
tierras lejanas a un ídolo al que el mundo le daba fama de vaticinar el futuro. De razón Elías
le mandó a decir ¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón?

El resultado de todo esto fue nefasto; en vez de hallar salud, Ocozías se estrelló
directamente contra la muerte que el verdadero Dios determinó sobre él. Que paradójico,
teniendo al sanador en su propia tierra, buscó sanidad donde no hay poder verdadero y
terminó recibiendo lo que más temía: La muerte.

¡Que a nosotros no nos pase nunca así! Como le pasó a los judíos que terminaron por
rechazar al Salvador enviado a ellos: “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho;
pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Jn.1:10-11).

¡Que en vez de desesperarnos cuando tenemos grandes calamidades, y en vez de salir a


buscar ayuda en lo que el mundo nos ofrece, que a su vez es lo que Dios aborrece,
busquemos ayuda en nuestro Señor Jesucristo!

Evitemos el peligro de vivir sin depender de Cristo, porque Él mismo dijo: “el que
permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis
hacer” (Juan 15:5) ¡Busquemos al Señor en medio de cualquier dificultad!
Día 128

CUANDO DIOS QUIERE

2 Reyes 2:1 Aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un torbellino al cielo,
Elías venía con Eliseo de Gilgal.

Dios está al control de cada circunstancia en nuestra vida, es por eso que debemos andar en
relación profunda con Él por medio de la fe en Jesucristo; porque solo así podremos estar
sintonizados con Su voluntad y ser felices con lo que Él quiere para nosotros; así como al
final de su vida Elías tuvo que aceptar su partida y el ser remplazado por Eliseo.

Elías iba a ser llevado por Dios de forma sobrenatural y Eliseo no solo había sido apartado
por Dios para que lo remplazara, sino que debía ver la partida de Elías como una
confirmación de su llamado. Elías sabía esto desde que el Señor le pidió que ungiera a
Eliseo para que lo remplazara (1 Reyes 19:16); pero tal vez, ante lo cercano de su partida,
estaba tan conmovido que no quería a Eliseo cerca; pero aun así este insistió en seguirlo
hasta el final, y todo sucedió cuando y como Dios quería.

Cuando Eliseo pidió a Elías una doble porción de su espíritu (2 Reyes 2:9) no estaba
pidiendo otra cosa más que ser el principal heredero de su oficio profético; pues así como el
hijo mayor recibía el doble de la herencia que los demás hijos recibían (Deuteronomio
21:17), así hubiera otros profetas que admiraran y quisieran seguir los pasos de Elías, solo
lo podía suceder Eliseo, conforme Dios quería.

Es por ello que, luego de ver a Elías partir, Eliseo golpeó las aguas como lo había hecho
Elías, invocando al Señor; y al ver que también Dios lo respaldaba milagrosamente, él
confirmó su llamado, y los demás profetas lo reconocieron como el sucesor de Elías (2
Reyes 2:13-15), conforme Dios quería.

Los cristianos estamos llamados a vivir con el mismo espíritu profético que vivieron Elías y
Eliseo, buscando no acomodar los acontecimientos a nuestro antojo, sino viendo como a
través de ellos Dios obra en nosotros Su voluntad. Cristo nos enseñó a orar: “Venga tu
reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10).

Busquemos que en todo lo que sucede en nuestra vida estemos sintonizados con la voluntad
del Señor, por medio del estudio de Su Palabra y la oración continua; para que sea nuestra
feliz realidad decir: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (Santiago
4:15).
Día 129

DIOS RESPONDE A LOS QUE GUARDAN SU TESTIMONIO

2 Reyes 3:14-15 Y Eliseo dijo: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que
si no tuviese respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti, ni te viera. Mas
ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano de Jehová vino sobre
Eliseo

Guardarse para el Señor, no viviendo conforme el mundo, es la muestra clara de una


verdadera entrega a Dios por medio de Jesucristo; y esto garantiza la respuesta de Dios al
clamor en medio de la adversidad.

Cuando Joram, rey de Israel, quiso consultar al profeta Eliseo, este no quería recibirlo a
causa de su idolatría; pero al ver a Josafat, rey de Judá, se dispuso a buscar la guía del
Señor para la guerra que se avecinaba. Eliseo sabía honrar al que permanece fiel a Dios,
porque sabía que a ese tipo de persona Dios no le rehúsa su guía.

De hecho, lo que Dios reveló a través de Eliseo sucedió como una especie de trampa para el
ejército moabita enemigo; pues Eliseo dijo: “Jehová ha dicho así: No veréis viento, ni
veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias y
vuestros ganados” (2 Reyes 3:17). Y efectivamente “vinieron aguas por el camino de
Edom, y la tierra se llenó de aguas” (2 Reyes 3:20); “y brilló el sol sobre las aguas, vieron
los de Moab desde lejos las aguas rojas como sangre; y dijeron: ¡Esto es sangre de espada!
Los reyes se han vuelto uno contra otro” (2 Reyes 3:22-23). Todo esto terminó por llevar
apresurada y confiadamente a los moabitas a manos del ejército de Israel.

Al igual que Josafat, cada creyente fiel puede buscar que Dios le responda en medio de la
adversidad; y con seguridad el Señor le responderá con clemencia y socorro. Es por ello
que nunca debemos desanimarnos de hacer el bien; porque en su tiempo, cuando más lo
necesitemos, recibiremos la mejor recompensa: La orientación, protección y ayuda de Dios
en medio de la adversidad.

Así como Eliseo reveló la voluntad de Dios por medio de la música, Dios se valdrá de
cualquier medio para orientar sabiamente a quienes se han entregado a Cristo, meditan en
Su Palabra y le claman en oración. ¡Dios responde!
Día 130

NECESIDAD DE UN MILAGRO

2 Reyes 4:1-2 Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo,
diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de
Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. Y Eliseo le dijo:
¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene
en casa, sino una vasija de aceite.

Por más difícil que sea la situación, cuando la necesidad humana, la Fe en Jesucristo, y la
humilde obediencia a Dios se juntan, grandes milagros pueden suceder.

La difícil situación económica de la viuda de un profeta (2 Reyes 4:1-7), la incapacidad de


concebir que tenía una mujer importante de Sunem (2 Reyes 4:8-37), y los hijos de los
profetas intoxicados por un alimento (2 Reyes 4:38-44); todos estos casos no fueron más
que una oportunidad para ver la maravillosa misericordia de Dios responder de forma
milagrosa ante la necesidad de alguien que acudía a Él por medio del profeta Eliseo.

La necesidad económica, la imposibilidad física y las consecuencias emocionales de estos


padecimientos siguen siendo circunstancias adversas para el ser humano de hoy, y duras
pruebas para la fe del cristiano actual; pero Dios sigue siendo quien controla la vida y la
muerte, la abundancia y la escasez; y el Señor sigue gozándose en responder de forma
poderosa a quienes le buscan por medio del mayor de los profetas, quien es la Palabra
hecha carne: Jesucristo.

El caso de la viuda, tan particular como es cada caso en el que Dios interviene, sigue siendo
un referente de los principios por medio de los cuales Dios responde milagrosamente:
Poniendo todos los recursos disponibles ante el Señor, así como la viuda puso sus vasijas
propias y prestadas ante Eliseo; Trabajando diligentemente conforme la voluntad del Señor,
así como la viuda y sus hijos se dedicaron a llenar las vasijas con el poco de aceite que
tenían; no dejando de confiar en el Señor sino hasta ver su mano milagrosa manifestarse,
así como la viuda no paró hasta que todo se llenó; y sabiendo administrar lo que Dios
provee, así como la viuda se dispuso a comerciar con el aceite, conforme la orden que
recibió de Eliseo.

¿Necesita un milagro de Dios? Entréguele todo a Cristo, trabaje confiando en Él y sepa


administrar lo que Él le provee. “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó
por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32).
Día 131

DIOS SOBERANO SOBRE LA VIDA

2 Reyes 5:7-8 Luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy
yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe a mí a que sane un hombre de su lepra?
Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí. Cuando Eliseo el varón de Dios
oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has
rasgado tus vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel.

El Dios de la Biblia es el único que realmente puede sanar, porque es el único que en
verdad tiene el control de la vida y la muerte; por lo cual puede dar vida eterna por medio
de Jesucristo, al sanarnos de la lepra del pecado.

Naamán, el general del ejército de Siria, se dejó convencer de bañarse en el río Jordán por
orden del profeta Eliseo y terminó sano de su lepra; a pesar de lo grande de su cargo, de la
orden aparentemente absurda de Eliseo, y de la incredulidad del mismo Naamán, Dios lo
sanó.

Namán, bajo la influencia del pensamiento de la época, que asignaba un “dios” para cada
territorio y nación, dijo luego de ser sanado: “He aquí ahora conozco que no hay Dios en
toda la tierra, sino en Israel” (2 Reyes 5:15); pero lo más importante es que mostró una
aparente conversión al verdadero Dios, cuando pronunció estas palabras: “de aquí en
adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses, sino a
Jehová” (2 Reyes 5:17).

La verdad es que estas expresiones de Naamán fueron impulsadas porque Eliseo se negó a
recibirle regalos en agradecimiento por su sanidad; Eliseo no lo hizo porque ello fuera malo
en sí mismo, sino que lo hizo para que Naamán no pensara que la devoción al verdadero
Dios simplemente se pagaba con regalos, como se hacía con los otros llamados “dioses”, y
para que así se sintiera impulsado a vivir para Dios realmente.

Este es el problema que abunda actualmente; la mayoría viene al verdadero Dios por una
gran aflicción, y tan pronto se les soluciona pretenden pagar con buenas obras temporales o
con regalos especiales, olvidando deliberadamente que Dios no quiere algo que le puedan
dar, sino que los quiere por entero a ellos. Dios quiere que verdaderamente le reconozcan
como el soberano sobre sus vidas; y que no solo sean sanados físicamente, sino que sean
sanados de su vida pecaminosa por medio de la fe genuina en la obra redentora de Cristo.

¿Dios verdaderamente es su soberano, o solo lo tiene como “algo” que le es útil para
solucionar sus problemas? ¡Recuerde que Él es Dios, y no envió a Su Hijo solo para dar
sanidades pasajeras! ¡Cristo es digno de que le entregue toda su vida, porque es el único
que pueda sanar eternamente su alma!
Día 132

REALIDAD ESPIRITUAL DETRÁS DE LA ORACIÓN

2 Reyes 6:15-17 Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí
el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado
le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los
que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo,...

La victoria de la oración no consiste en ver las circunstancias conforme a nuestro deseo,


sino en saber que detrás de ellas Dios está operando conforme a Su voluntad.

Mientras el siervo de Eliseo se detenía a observar con sus ojos físicos los ejércitos
enemigos, el profeta veía con los ojos de la fe en Dios y le pedía en oración por lo que
acontecía. Mientras uno se quejaba ante las circunstancias, el otro creía que Dios estaba al
control de las mismas.

Nunca olvidemos que para enredarse mirando las circunstancias no hay que tener fe, ni ser
de un nivel intelectual o social menor; porque esto también le aconteció al rey de Israel,
quien conmocionado por el canibalismo a que había llegado el pueblo, a causa del bloqueo
del ejército enemigo, mandó a matar al profeta Eliseo (2 Reyes 6:24-32). Tal vez el rey
pensaba que Eliseo había provocado a los sirios cuando Dios le salvó la vida al mismo rey
en respuesta a la oración de Eliseo (2 Reyes 6:18-23); y entonces vemos como el rey obró
sin confiar en Dios.

El espíritu de la verdadera oración llena de confianza en Dios al que ora, ya que este es el
mismo Dios que obró la salvación eterna por medio del sacrificio redentor de Su Hijo, la
cual era imposible; porque “para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es
posible” (Mateo 19:26). Los creyentes verdaderos, siendo hijos de lo que era imposible,
oran conforme su nueva naturaleza, “como viendo al Invisible” (Heb.11:27).

Eliseo oró y Dios le respondió; pero oró por sobre sus circunstancias, pues oró a pesar de
las circunstancias, oró con todas las circunstancias en su contra; porque Eliseo creía que
detrás su oración, siendo conforme a la voluntad de Dios, el Señor se movía
poderosamente.

¡Oremos en toda circunstancia, en medio de cada circunstancia y a pesar de las


circunstancias! ¡El Dios que hizo lo imposible para salvarnos en Cristo, nos responderá
conforme a Su voluntad!
Día 133

VENTANAS CELESTIALES ABIERTAS

2 Reyes 7:2 Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de
Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He
aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.

Por más cerradas que estén las puertas terrenales, cuando buscamos salida para nuestra
aflicción, Dios puede abrir ventanas en los cielos; estas simbolizan la forma repentina en
que Dios puede dar un giro transcendental a las más terribles circunstancias.

Estando amenazado por el mismo Rey, y siendo testigo del hambre y aflicción extrema de
su pueblo, Eliseo se atrevió a proclamar lo que Dios mismo le dijo que haría de un día para
otro: “Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada
un siclo, a la puerta de Samaria” (2 Reyes 7:1); lo cual significaba que los precios de todo
bajarían por la abundancia de alimento que vendría repentinamente.

Ante este anuncio seguramente muchos entraron en duda, pero solo un príncipe de Israel
expresó su incredulidad diciendo: “Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto
así?”. Por su desconfianza en Dios este hombre murió atropellado por la multitud que al día
siguiente corría en pos de lo abandonado por el ejército enemigo en las afueras de Samaria
(2 Reyes 7:17).

Increíblemente en un día morían de hambre y al otro tenían gran abundancia; y todo gracias
a la intervención soberana de Dios, quien envió grandes ruidos que espantaron a los sirios
de su campamento porque pensaron que eran ejércitos de otros países que venían a socorrer
a los israelitas (2 Reyes 7:6-7). Lo más sorprendente aún es que la noticia fue llevada por
unos leprosos que se arriesgaron yendo a pedir comida a los sirios, y que sintieron pesar por
el pueblo que moría de hambre cuando vieron los alimentos abandonados.

De la forma menos esperada se cumplió el propósito divino de salvar a Israel del hambre;
así como de la forma que menos pensamos Dios puede transformar nuestras terribles
calamidades. Nuestro trabajo solo consiste en ser fieles al Señor en medio de la adversidad;
y continuar creyendo que el intervendrá a nuestro favor.

¡Si Jesucristo es su Señor, permanezca en paz! A pesar de las puertas que se cierran, Él
puede abrir ventanas en los cielos. De hecho, por Su obra milagrosa, Dios abrió las
ventanas de los cielos a cada creyente en Cristo aunque por su naturaleza pecaminosa
hubiera tenido cerrado el acceso a Él. Si Dios nos salvó en Cristo eternamente ¿Cómo no
podrá socorrernos en las dificultades que pasamos en esta corta vida terrenal?
Día 134

CONSECUENCIAS DE UN MILAGRO

2 Reyes 8:5-6 Y mientras él estaba contando al rey cómo había hecho vivir a un
muerto, he aquí que la mujer, a cuyo hijo él había hecho vivir, vino para implorar al rey
por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mío, esta es la mujer, y este
es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir. Y preguntando el rey a la mujer, ella se lo contó.
Entonces el rey ordenó a un oficial, al cual dijo: Hazle devolver todas las cosas que eran
suyas, y todos los frutos de sus tierras desde el día que dejó el país hasta ahora.

A pesar del tiempo y las circunstancias, cuando Dios ha puesto su favor en alguien por
medio de Jesucristo, las bendiciones le alcanzaran mucho después de haber recibido el
milagro de la vida en Él.

Este muchacho había sido resucitado milagrosamente por Dios a través de la oración de
Eliseo (2 Reyes 4:8-37); y luego de permanecer durante años en tierra extranjera con su
madre, regresaron para tratar de recuperar lo que les pertenecía; y sorprendentemente el
recuerdo de aquel milagro despertó el favor del rey para con ellos, haciendo que le
devolviera sus tierras.

Así como aquella mujer y su hijo, muchos han recibido favores milagrosos de la mano de
Dios; y por las circunstancias han tenido que sufrir durante años como si Dios nunca les
hubiera tocado. Pero debemos recordar que cuando el Señor realmente pone su favor
salvador sobre alguien, el milagro que recibió se extenderá por toda su vida, a pesar de la
adversidad.

Muchos, por medio de la fe en Cristo, han recibido la salvación de su alma, una nueva vida
espiritual; y por las dificultades de esta vida han llegado a confundirse, pensado que ya no
cuentan con el favor de Dios; pero si recuerdan que la vida que Cristo da es eterna, que es
espiritual y que es inconmovible, verán como Dios extiende su favor a pesar de las
circunstancias, y estarán guardados por la paz de Dios hasta que sus circunstancias cambien
o hasta que estén gozando en el cielo de la presencia del Señor.

Detrás del milagro de Dios, siempre está el Dios de milagros; y Él, luego de obrar el más
grande de sus milagros, que es la transformación de un alma por medio de la fe en Cristo,
siempre acompañara, cuidará y sustentará al alma que salvó.

Recuerden, “el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo” (Filipenses 1:6).
Día 135

IR Y PROCLAMAR LA VOLUNTAD DE DIOS

2 Reyes 9:2-3 Cuando llegues allá, verás allí a Jehú hijo de Josafat hijo de Nimsi; y
entrando, haz que se levante de entre sus hermanos, y llévalo a la cámara. Toma luego la
redoma de aceite, y derrámala sobre su cabeza y di: Así dijo Jehová: Yo te he ungido por
rey sobre Israel. Y abriendo la puerta, echa a huir, y no esperes.

Buscar a una persona, o pueblo, y transmitirle el mensaje de Dios sin esperar nada más; ese
es el oficio profético. Y ese es el elemento principal de la proclamación del evangelio:
Buscar a la persona, o pueblo, derramar sobre ella el mensaje de Cristo y dejar que Dios
haga Su voluntad.

Así de sincronizados con la voluntad de Dios debían vivir los profetas; Eliseo simplemente
envió a uno de sus discípulos a decir a Jehú lo que Dios había revelado como Su voluntad.
Es más, esto ya Dios se lo había encargado a Elías (1 Reyes 19:15-16), junto con la orden
de ungir a Eliseo como su sucesor; pero al parecer Elías llegó a hacerse el desentendido
hasta el punto de que si Eliseo no lo persigue, este ni siquiera lo hubiera confirmado como
su remplazo (2 Reyes 2:15).

Así de sincronizados también debemos vivir los hijos de Dios hoy en día; porque a pesar de
que la orden que permanece vigente es “id, y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo
28:19), siempre habrán personas a las cuales el Espíritu Santo nos impulse de forma
especial a predicarles el evangelio.

Es allí donde se muestra nuestra sensibilidad y obediencia a la voz de Dios; es allí donde
fluye en la práctica la sumisión a Dios que hemos cultivado en la oración y meditación
personal de la Palabra de Dios; cuando nuestro “Eliseo”, Jesús el salvador, nos envía a
derramar sobre alguien el mensaje ungido de Su evangelio y nosotros lo hacemos
completamente confiados en Su soberana voluntad.

La reacción de la persona que escucha el Evangelio puede ser de inmediata aceptación, o de


posterior meditación, o quizás simplemente el mensaje no parecerá surtir efecto sobre ella;
pero aun así Dios estará al control, y a su tiempo hará germinar la semilla que nos envió a
sembrar.

Cristiano, usted no solo debe pasar por este mundo para al final encontrarse con el Señor,
debe saber que al llamarlo también Cristo le ha dicho a usted: “No temas; desde ahora serás
pescador de hombres.” (Lucas 5:10)
Día 136

BENDICIÓN PARA EL QUE PELEA POR DIOS

2 Reyes 10:30 Y Jehová dijo a Jehú: Por cuanto has hecho bien ejecutando lo recto
delante de mis ojos, e hiciste a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en mi
corazón, tus hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta generación.

Si hemos de luchar en esta vida, debemos de asegurarnos de hacerlo conforme a la voluntad


de Dios; para que al final de nuestros días podamos ser recompensados eternamente, y para
que durante este tiempo podamos gozar del favor del Señor.

La historia de Jehú es muy difícil de asimilar en este tiempo, ya que se dedicó a exterminar
a los descendientes de Acab, quien era el rey de Israel más aborrecido por Dios a causa de
su maldad e idolatría. Lo que hizo Jehú aseguró el favor divino sobre él y sus
descendientes, por haber dado cumplimiento a las profecías de juicio que el Señor había
proferido en contra de Acab.

Es necesario recalcar que en ese tiempo el reino de Dios se movía por medio del reino de
Israel, y que los mecanismos de depuración espiritual estaban ligados a las estrategias
políticas y militares; pero hoy no es así. Después de la venida de Cristo quedó claro que no
es con violencia física que alguien promueve Su reino, porque Él dijo: “Bienaventurados
los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3); es más,
también aclaró: “De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no
entrará en él” (Lucas 18:17).

Entonces, a pesar de que desde la Antiguo testamento “el reino de Dios es anunciado, y
todos se esfuerzan por entrar en él” (Lucas 16:16), solo quienes por la acción del Espíritu
Santo son llenos del poder para admitir sus pecados, arrepentirse y rendir su vida a Cristo,
logran entrar al reino de Dios y gozar de sus bendiciones eternas.

Es al cristiano genuino, al que ha vencido al mundo por medio de su fe en Cristo, al que se


le llama a seguir luchando valientemente por establecer el reino de Dios aquí en la tierra a
través de su vida de santidad y de proclamación incansable del Evangelio.

¡Luche por el reino de Dios, y las demás cosas que necesita le serán añadidas por causa de
él! (Mateo 6:33).
Día 137

NECESIDAD DE UN BUEN LÍDER

2 Reyes 12:2 Y Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehová todo el tiempo que le dirigió el
sacerdote Joiada.

Siempre es necesario acompañarnos de alguien que nos impulse a ser cada vez más fieles al
Señor, alguien que sea un verdadero líder espiritual para nuestras vidas, alguien que no se
rinda ante nuestros caprichos sino que nos confronte amorosamente con nuestras
responsabilidades en Cristo.

El texto lo enseña con claridad: “Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehová todo el tiempo
que le dirigió el sacerdote Joiada”. De esta forma se muestra que como muchos, al
acumular años de vida y de experiencia, Joás decidió actuar sin consultar a quien lo había
inducido siempre a ser fiel a Dios. Joás sabía que Dios le había mirado con buenos ojos
mientras era dirigido por el consejo de Joiada; y aun así, lo abandonó.

Todos necesitamos un buen líder sobre nuestras vidas; porque, aunque el líder final del
cristiano siempre es el Señor Jesucristo, como creyentes en continua formación siempre
necesitaremos gente llena de la sabiduría del Señor que nos corrija y nos impulse a
glorificar a Dios, evitando que busquemos nuestra propia gloria.

De razón escribió Salomón: “Hijo mío, está atento a mi sabiduría, Y a mí inteligencia


inclina tu oído, Para que guardes consejo, Y tus labios conserven la ciencia” (Proverbios
5:1-2). Esto no significa que alguien no pueda vivir correctamente por la mera dependencia
de Dios, sino más bien que la verdadera dependencia del Señor se da por medio de la
humildad para dejar que Él nos corrija a través de otros.

Seamos realistas y prácticos, busquemos consejo de quienes ya han pasado por años de
experiencia en Cristo y muestran la obra transformadora de Él en sus vidas. Sigamos
dejándonos liderar por quienes verdaderamente nos aman hasta el punto de confrontarnos
con nuestras faltas ante Dios; porque “Mejor es reprensión manifiesta Que amor oculto”
(Proverbios 27:5).
Día 138

PERSEVERANCIA POR CONFIANZA EN DIOS

2 Reyes 13:18-19 Y le volvió a decir: Toma las saetas. Y luego que el rey de Israel las
hubo tomado, le dijo: Golpea la tierra. Y él la golpeó tres veces, y se detuvo. Entonces el
varón de Dios, enojado contra él, le dijo: Al dar cinco o seis golpes, hubieras derrotado a
Siria hasta no quedar ninguno; pero ahora sólo tres veces derrotarás a Siria.

La determinación que obra basada en la confianza en Dios logra victorias definitivas; pero
la voluntad que flaquea con el tiempo solo da victorias parciales.

Aun estando a punto de morir, Dios obraba maravillosamente a través de Eliseo; fue así
como desde su lecho Eliseo hizo que Joás, rey de Israel, arrojara una flecha por su ventana,
simbolizando la victoria que Dios le daría sobre el ejército de Siria; pero al pedirle que
golpeara con las flechas contra la tierra, y al ver que Joás solo dio tres golpes, lo regañó,
porque el impulso de su determinación no mostraba la confianza suficiente en Dios como
para exterminar por completo a los sirios.

Tres golpes simbolizaban la determinación necesaria para derrotar al ejército enemigo, pero
no para eliminarlos por completo. Esto es crucial para cada individuo que desea que Dios lo
respalde en sus luchas; porque la determinación de su voluntad es la forma en que se
muestra si verdaderamente confía en Dios, si verdaderamente cree que Él ha de darle la
victoria.

A los creyentes verdaderos de Cristo, Él nos exhorta a perseverar con estas palabras dichas
a sus discípulos: “seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere
hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 10:22). Las preguntas fundamentales aquí son: ¿Qué
tantos golpes podría dar por medio de su confianza en Dios? ¿Qué tan perseverante se
mantendría en medio de las dificultades si solo dependiera de su Señor? La Biblia deja
claro que, por haber sido comprados para la vida eterna, los creyentes son preservados por
Dios para que así puedan perseverar por medio de su fe en Cristo.

Cuando queramos rendirnos, recordemos que “nosotros no somos de los que retroceden
para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” (Hebreos 10:39).
Día 139

PARÁBOLA DE LA IMPRUDENCIA

2 Reyes 14:9 Y Joás rey de Israel envió a Amasías rey de Judá esta respuesta: El cardo
que está en el Líbano envió a decir al cedro que está en el Líbano: Da tu hija por mujer a
mi hijo. Y pasaron las fieras que están en el Líbano, y hollaron el cardo.

Cuando calculamos correctamente las consecuencias de nuestras acciones, no cometemos


tantos errores por actuar a la ligera; no somos hollados como el “cardo” que trató
irreverentemente al “cedro”.

Esta parábola tiene su trasfondo en la cita desafiante que Amasías, rey de Judá, le hizo a
Joás, rey de Israel. Por haber vencido a los edomitas, Amasías creía que podía retar al
pueblo de Joás y vencerlo; pero no se dio cuenta que estaba actuando como un simple cardo
que desafiaba a un majestuoso cedro; no estimó que, como se dice en mi país, sería “pelea
de tigre con burro amarrado”, a causa del poderío del ejército de Joás.

La imprudencia de Amasías es típica de muchas personas que pasan por un buen momento,
o que disfrutan de estabilidad y cierto grado de poder sobre otros; pero no por ello deja de
ser imprudencia.

Calcular bien las consecuencias de nuestros actos para con los demás, y de nuestra forma de
relacionarnos con los otros, siempre nos evitará conflictos innecesarios.

Tal vez las personas con quienes nos relacionamos no constituyen un peligro real para
nuestras vidas, y por ello no nos preocupamos tanto por la forma en que los tratamos; pero
si recordáramos que un día seremos confrontados por Dios en la eternidad, nos llegaríamos
a sentir como un simple “cardo” frente al gran “cedro” que es Dios, y empezaríamos a ser
más prudentes.

Usando también un lenguaje figurado, Cristo nos llamó a ser sensatos, pero teniendo en
mente la vida eterna; y lo hizo diciendo: “Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre
tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al
alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que
pagues el último cuadrante” (Mateo 5:25-26).

Seamos sensatos, rindamos nuestra vida a Cristo; y con su ayuda, busquemos amar a
muestro prójimo como a nosotros mismos. Evitemos todo conflicto innecesario.
Día 140

DIOS CUMPLE

2 Reyes 15:12 Y esta fue la palabra de Jehová que había hablado a Jehú, diciendo: Tus
hijos hasta la cuarta generación se sentarán en el trono de Israel. Y fue así.

En medio de un mundo desestabilizado por el pecado, Dios es el único que puede preservar
a una persona y a sus descendientes conforme a Su promesa.

Muchos años después que Dios le prometiera a Jehú darles el trono de Israel a sus
descendientes hasta la cuarta generación, el escritor inspirado de segunda de Reyes lo
recordó y lo confirmó.

Joacáz, Joás, Jeroboam II y Zacarías fueron los descendientes de Jehú que gobernaron. A
través de los tres primeros Dios dio estabilidad a Israel; pero luego del último, quien “hizo
lo malo ante los ojos de Jehová” (2 Reyes 15:9) y fue asesinado cuando apenas tenía seis
meses en el trono, solo pasaron unas cuantas décadas para que Israel, el reino del Norte,
quedara destruido por los Asirios.

Lo impresionante de todo esto es que Dios mantuvo firme el reino de Israel mientras
cumplía la promesa que hizo a Jehú, pues es hermoso ver al Señor dirigir los reinos del
mundo sin dejar de cumplir sus promesas a cada individuo que le sirve fielmente.

Esta es la razón por la que el creyente se une al llamado del salmista: “Alabad a Jehová,
naciones todas; Pueblos todos, alabadle. Porque ha engrandecido sobre nosotros su
misericordia, Y la fidelidad de Jehová es para siempre. Aleluya.” (Salmo 117).

Recuerde que quienes poseemos una relación personal con Dios, por la fe en Cristo como
Señor y Salvador, nunca estaremos desligados de Él, por más conflictivas que sean las
circunstancias mundiales a nuestro alrededor. ¡Dios cumple, Él es fiel!
Día 141

DIOS NO COMPARTE SU GLORIA

2 Reyes 16:7-8 Entonces Acaz envió embajadores a Tiglat-pileser rey de Asiria,


diciendo: Yo soy tu siervo y tu hijo; sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de
mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí. Y tomando Acaz la plata y el oro
que se halló en la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa real, envió al rey de Asiria un
presente.

Aún en medio de grandes dificultades, Dios no admite que le demos a quienes nos ayudan
lo que solo a Él le pertenece; Él no comparte Su gloria con nadie.

Esta lección quedó muy bien ilustrada por Acaz, rey de Judá; el cual, buscando la ayuda
para combatir a los reyes de Siria e Israel, le dio al rey de Asiria los tesoros dedicados a
Dios en el templo; y como si fuera poco, luego de visitar Damasco, reprodujo el sistema de
adoración de los Asirios dentro del templo de Jehová, profanando el culto al Señor. Acaz
hizo todo esto porque prefirió apoyarse en una persona poderosa antes que en el Dios de
toda la creación.

¡Cuán lejos puede llegar el ser humano en momentos de angustia! ¡Y cuan drásticamente
puede alguien cambiar su actitud para con Dios en momentos de dificultad! La razón que
subyace detrás de todo esto en las personas es que realmente no confían en Dios; porque si
lo hicieran, si realmente lo conocieran, lo buscarían de todo su corazón esperando que les
responda según Su voluntad.

Es como si siendo amigo personal del dueño de una marca multinacional de computadores,
y habiéndome este prometido uno para mi hogar, yo prefiera comprar uno de segunda
mano, de alguien que ni siquiera me aprecia; y todo por la desesperación que me produce la
necesidad. Así somos cuando en nuestra desesperación menospreciamos la ayuda divina e
invertimos lo que le corresponde al Señor en personas y mecanismos del mundo.

Dios espera que le busquemos a Él antes que a cualquiera en el mundo; por lo cual, como a
Israel, nos dice a cada uno de los que hemos creído en Cristo: “yo Jehová soy tu Dios,
quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo” (Is.41:13)
Día 142

DIOS CUMPLE SUS ADVERTENCIAS

2 Reyes 17:6-7 En el año nueve de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y llevó a Israel
cautivo a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en las ciudades de
los medos. Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra
de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieron a dioses ajenos

Por más que tarde su cumplimiento, Dios nunca ha dejado ni dejará de cumplir sus
advertencias sobre quienes se apartan de Él deliberadamente.

La caída de Israel era inminente, pues “Jehová amonestó entonces a Israel y a Judá por
medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos
caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo
prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas. Mas
ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales
no creyeron en Jehová su Dios” (2 Reyes 17:13-14).

Al desechar las advertencias de los profetas, desecharon a Dios, renunciando al pacto de ser
Su pueblo bajo el cual Dios los había liberado de Egipto. Dios había sido muy paciente con
Israel, ya que pasaron cientos de años, decenas de reyes y millones de personas, en varias
generaciones, y solo al final el Señor cumplió sus advertencias y castigó a la nación bajo el
yugo opresor del imperio Asirio, dejando solo a la tribu de Judá, que era el reino del Sur (2
Reyes 17:18).

Meditar en todo esto debería corregir al creyente y convertir al que rehúsa rendir su vida a
Cristo. El creyente debería percibir a Dios como un padre que “ama, disciplina, y azota a
todo el que recibe por hijo” (Hebreos 12:6); y el inconverso debería verlo como aquel ante
el cual un día dará cuentas, pues, en el nombre de Dios padre, Cristo ya “está preparado
para juzgar a los vivos y a los muertos” (1 Pedro 4:5).

No esperemos para ver si algún día realmente se cumplirá lo que Dios nos ha advertido a
través de Su Palabra; recordemos que “El Señor no retarda su promesa, según algunos la
tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
Día 143

DIOS ES NUESTRA ESPERANZA Y NUESTRO TESORO

2 Reyes 18:5-6 En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él


hubo otro como él entre todos los reyes de Judá. Porque siguió a Jehová, y no se apartó
de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés.

Para quien Dios es su mayor tesoro, estar con Él por la eternidad es su mayor esperanza y
estímulo para andar en santidad.

Ezequías fue catalogado como el mejor entre los reyes de Judá porque anduvo en santidad y
buscó santificar al pueblo para Dios. Esta práctica de guardar los mandamientos del Señor
la realizó porque “En Jehová Dios de Israel puso su esperanza” y por ello “guardó los
mandamientos que Jehová prescribió a Moisés”.

Una obediencia a la ley de Dios que brota de un corazón que, aunque imperfecto, tiene en
Dios su esperanza es impulsada por el Espíritu Santo. Nadie puede decir que vive en
santidad solo por sus fuerzas y habilidades; más bien se debe reconocer que es a pesar de
nuestras tendencias pecaminosas, que manchan nuestras habilidades, que el Espíritu Santo
nos impulsa a andar bajo la voluntad de Dios, por la fe en Cristo.

Ezequías procuró santificar al pueblo destruyendo sus ídolos religiosos (2Reyes18:4).


¿Acaso no deberíamos hacer lo mismo con los ídolos de nuestro corazón?; pues tal vez no
rindamos culto a estatuas que simbolizan “dioses” paganos en lugares altos, pero si nos
vemos tentados continuamente a rendir culto a los ídolos funcionales de nuestro corazón:
Dinero, afecto, comodidad, placer, fama, dominio, etc…

No podremos vivir creciendo en santidad si no vivimos derribando los ídolos de nuestro


corazón por la sola esperanza puesta en Dios; pues quien tiene su esperanza en Dios no
abandonará su confianza en Cristo por las satisfacciones temporales de este mundo, ya que
el dueño de su alma es su mayor tesoro.
Día 144

DIOS ES LA ÚNICA SALIDA VERDADERA

2 Reyes 19:1 Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos y se cubrió de cilicio, y
entró en la casa de Jehová.

Ante las amenazas más terribles que nos hace el mundo, los cristianos verdaderos sabemos
que debemos exponer nuestro caso ante Dios; porque Él es el único que realmente puede
respondernos, pues solo Él controla todo lo que sucede en nuestras vidas.

La situación del rey Ezequías era realmente extrema y desesperante, pues estaba siendo
amenazado por el imperio Asirio, el mismo imperio que acababa de invadir y exiliar a los
habitantes de las diez tribus del Norte; pero en vez de quejarse con los demás, o correr a
buscar el favor de algún poderoso rey de la época, Ezequías prefirió derramar su corazón
ante Dios en oración y luego mandar a pedir al profeta Isaías que le ayudara a orar a Dios
por una salida a esta situación.

Ante la solicitud del rey, “Isaías les respondió: Así diréis a vuestro señor: Así ha dicho
Jehová: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los
siervos del rey de Asiria. He aquí pondré yo en él un espíritu, y oirá rumor, y volverá a su
tierra; y haré que en su tierra caiga a espada.” (2 Reyes 19:6-7).

Dios honró la fe de Ezequías en medio su angustia, porque le respondió con las palabras de
Isaías; pero, a pesar de la respuesta maravillosa que recibió a través del profeta, Ezequías
tomó las cartas amenazantes de los embajadores del reino Asirio “y después que las hubo
leído, subió a la casa de Jehová, y las extendió Ezequías delante de Jehová” (2 Reyes
19:14) y derramó su súplica delante del Señor. Ante esta actitud Dios le contestó a Ezequías
por medio del profeta Isaías: “Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Lo que me pediste
acerca de Senaquerib rey de Asiria, he oído” (2 Reyes 19:20).

Esa capacidad de exponer nuestra situación, y de suplicar con fe genuina a nuestro Dios, es
la que siempre debemos ejercitar en oración; porque de esta manera realmente nos
conectamos con la voluntad de Dios y recibimos su ayuda en medio de la adversidad.
Día 145

MILAGRO SOBRE MILAGRO

2 Reyes 20:8,11 Y Ezequías había dicho a Isaías: ¿Qué señal tendré de que Jehová me
sanará, y que subiré a la casa de Jehová al tercer día? Entonces el profeta Isaías clamó a
Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz,
diez grados atrás.

Una respuesta milagrosa sobre nuestras vidas no es necesariamente el mayor milagro que
podemos recibir; pero si hemos nacido de nuevo, por la fe en Cristo, servirá como señal del
milagro mayor: Haber recibido vida eterna en Cristo.

Ezequías fue prevenido por Dios a través del profeta Isaías sobre su muerte; pero al saber
que moriría, “él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová” (2 Reyes 20:2); y entonces,
yendo a penas de salida, Isaías fue reconvenido por Dios para que se regresara y le dijera a
Ezequías: “Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus
lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. Y añadiré a tus
días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta
ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo” (2 Reyes 20:5-6). ¡Qué forma
tan íntima y personal tiene Dios para tratar con cada uno de sus hijos!

Pero lo más sorprendente es que ante la petición de Ezequías por una señal, Dios le hiciera
el milagro de regresar la sombra en el reloj; lo cual no solo debió implicar al reloj, sino a
todo el sistema solar. Dios no escatimó su propia creación con tal de ratificar su favor
especial a uno de sus siervos fieles, así como tampoco escatima nada bajo su mano con tal
de ratificar su favor especial a quienes ha salvado por medio de la fe en Jesucristo.

Hace dos mil años Cristo sanó a los ciegos para mostrar su poder de abrir el entendimiento
del alma, sanó a los paralíticos para mostrar como levanta del pecado y sus consecuencias a
un ser humano, y resucitó los muertos para mostrar su poder de dar una nueva vida a los
que creen en Él. Sus milagros son para confirmar el milagro de la fe y el arrepentimiento, el
milagro del nuevo nacimiento.

Los cristianos verdaderos, los nacidos de nuevo, podemos orar al Señor por nuestras
necesidades temporales; pero sin olvidar que Sus respuestas son amorosas muestras de Su
poder que señalan al milagro mayor: La salvación por medio de Cristo.
Día 146

INFILTRACIÓN DEL MUNDO

2 Reyes 21:11-12 Por cuanto Manasés rey de Judá ha hecho estas abominaciones, y ha
hecho más mal que todo lo que hicieron los amorreos que fueron antes de él, y también ha
hecho pecar a Judá con sus ídolos; por tanto, así ha dicho Jehová el Dios de Israel: He
aquí yo traigo tal mal sobre Jerusalén y sobre Judá, que al que lo oyere le retiñirán
ambos oídos.

Si el pueblo de Dios se deja infiltrar por el mundo con sus diversas formas idolátricas,
entonces Dios dejará a su pueblo sufrir las consecuencias como si fueran parte del mundo,
precisamente para al final separarlo del mundo.

Manasés, siendo hijo del mejor rey que tuvo Judá, de Ezequías, llegó a ser el más pecador
de todos; pues pervirtió la adoración con idolatría, dentro y fuera del templo; y se hizo tan
agorero e idólatra que llegó al punto de sacrificar a su propio hijo en el fuego (2 Reyes
21:1-6). Es por ello que Dios dijo de él en su tiempo: “ha hecho más mal que todo lo que
hicieron los amorreos que fueron antes de él”

Es triste ver como alguien que debía ser el ejemplo de santidad y justicia llega a pervertirse
más que los que por siempre han estado fuera del pueblo de Dios. Y es que, además de su
idolatría, “derramó Manasés mucha sangre inocente en gran manera, hasta llenar a
Jerusalén de extremo a extremo” (2 Reyes 21:16).

Hoy sigue siendo igualmente triste ver como el mundo, con sus prácticas idolátricas y
pecaminosas, se sigue infiltrando en medio de quienes se proclaman como pueblo de Dios.
¡Claro, no todos llegan a la profundidad de pecado que llegó Manasés! Pero si mezclan los
mandamientos y preceptos de Dios con lo que les atrae y produce resultado en el mundo, tal
como Manasés lo hizo.

Se idolatra el dinero, la comodidad, la salud, y hasta se idolatran a los líderes espirituales;


todo por dar “algo de forma” a la “fe” de quien se dice ser cristiano. Algunos movimientos
religiosos hasta añaden “piedras sagradas”, “agua bendita”, “rosas místicas”, “arcas del
pacto”, o cualquier otro artefacto que represente algo de la historia sagrada para llevar a sus
feligreses a una supuesta “fe viva”, cuando es todo lo contrario; ya que los verdaderos
cristianos “por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7), así como Moisés: “Por la fe…se
sostuvo como viendo al Invisible” (Hebreos 11:27).

Procuremos que el mundo, con su idolatría modernizada y su pecado disfrazado, no llegue a


penetrar impunemente en las iglesias y familias cristianas; si es que queremos disfrutar a
plenitud del favor del Señor. Recordemos lo dicho por el Señor: “Conviértanse ellos a ti, y
tú no te conviertas a ellos” (Jeremías 15:19).
Día 147

SENSIBILIDAD A LA PALABRA DE DIOS

2 Reyes 22:18-20 …Por cuanto oíste las palabras del libro, y tu corazón se enterneció,
y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este
lugar y contra sus moradores,…y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia,
también yo te he oído, dice Jehová. Por tanto, he aquí yo te recogeré con tus padres, y
serás llevado a tu sepulcro en paz, y no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este
lugar. Y ellos dieron al rey la respuesta.

Solo quien es quebrantado y transformado por la Palabra de Dios escrita puede esperar que
Dios cuide su vida y lo libre del mal.

Del Rey Josías quedó escrito que “hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el
camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda” (2 Reyes 22:2); y muy
seguramente por esta fidelidad de corazón es que Dios le permitió encontrar el libro perdido
de la ley, leerlo y entenderlo. Su corazón había sido preparado por el mismo Señor para
recibir y atesorar Su Palabra escrita.

Tan sensible al Señor era Josías que, al ver como durante siglos su pueblo había
desobedecido la Palabra del Señor, no pudo más que quebrantarse y mandarle a preguntar a
través de una profetiza lo que habría de pasar con ellos. Es por ello que el Señor le
prometió librarlo del mal que traería sobre Judá.

Lo triste es que este libro estuvo arrinconado, perdido y olvidado por muchos años; y que
siendo parte de lo que hoy conocemos como la Biblia, solo fue hallado cuando Dios puso
en Josías el deseo ferviente de reconstruir el templo y la adoración genuina; y esto es
porque la verdad de la Biblia ha sido diseñada para brillar en los corazones, así sea
subestimada y desechada por la mayoría de la sociedad.

¿Dónde está la Biblia en los hogares de la actualidad? ¿En un pedestal elegante, pero lleno
del polvo del olvido? o ¿Dirigiendo el corazón y la vida de cada individuo? ¿Dónde está la
Biblia en las congregaciones que se autodenominan cristianas? ¿En la intelectualidad y
conveniencia del púlpito y de los salones de clase, pero sin convicción personal en quienes
la enseñan y oyen? o ¿En las convicciones, palabras y acciones de quienes se humillan ante
el Dios que se hizo carne en Jesucristo para salvarnos?

Las respuestas a estas preguntas revelarán la docilidad o dureza de nuestro corazón ante
Dios, y determinarán Su favor o Su juicio sobre nosotros. Cristo dijo: “El que me rechaza, y
no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el
día postrero” (Juan 12:48).
Día 148

FIEL EN MEDIO DE LOS INFIELES

2 Reyes 23:23, 25-26 A los dieciocho años del rey Josías fue hecha aquella pascua a
Jehová en Jerusalén. No hubo otro rey antes de él, que se convirtiese a Jehová de todo su
corazón, de toda su alma y de todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés; ni
después de él nació otro igual. Con todo eso, Jehová no desistió del ardor con que su gran
ira se había encendido contra Judá, por todas las provocaciones con que Manasés le
había irritado.

Aun en medio de toda una nación que se rebela a Dios, siempre habrá alguien que
permanezca fiel a Su Palabra, conforme a Su voluntad.

La vida de Josías es como una perla en medio de la miseria espiritual que caracterizó a los
reyes del pueblo de Dios; y la mejor demostración de ello es que no había sido celebrada la
“pascua desde los tiempos en que los jueces gobernaban a Israel, ni en todos los tiempos de
los reyes de Israel y de los reyes de Judá” (2 Reyes 23:22).

Durante cientos de años nadie se preocupó por acercarse a Dios conforme a lo que Él había
revelado a Moisés, y que había quedado registrado en el libro de la Ley; pero Josías, luego
de encontrar este libro, hizo de ello su forma de vivir y gobernar.

Solo basta con dar una ojeada a todo el capítulo 23 del segundo libro de los reyes para
percibir lo profundamente desviada que era la práctica religiosa en Judá; llegaron a tener
muchos ídolos paganos, los mezclaron con la adoración del templo de Jehová y hasta
levantaron “lugares de prostitución idolátrica que estaban en la casa de Jehová, en los
cuales tejían las mujeres tiendas para Asera” (2 Reyes 23:7) ¡Que infidelidad tan grande
para con Dios!

Pero, así como a Josías, siempre Dios preserva a alguien para permanecer fiel a Su Palabra.
Ese es el llamado del creyente que se ve en medio de una sociedad corrupta; o peor aún, del
creyente que se sabe en medio de un sistema religioso o eclesiástico que se ha ido
corrompiendo por el mundo. ¡Dios lo llama a ser fiel!

Así su congregación tenga el sistema doctrinal y ministerial más bíblico y puro de su


región, siempre habrán personas que quieran pervertir la fe genuina en el evangelio de
Jesucristo; por eso, como a Timoteo, Dios nos dice: “Ten cuidado de ti mismo y de la
doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”
(1 Timoteo 4:16).
Día 149

DIOS PONE Y QUITA REYES

2 Reyes 24:7 Y nunca más el rey de Egipto salió de su tierra; porque el rey de Babilonia
le tomó todo lo que era suyo desde el río de Egipto hasta el río Eufrates.

Aún en medio de la sed de poder, y de la ambición por gobernar, es Dios mismo quien
dispone quienes gobiernan; designándoles tiempo y propósito dentro de Su plan universal,
así ellos mismos no reconozcan a Dios como el soberano del mundo.

Este versículo que habla sobre Egipto parece interrumpir la narración sobre los últimos
gobiernos del reino de Judá y sobre la forma como el imperio Babilonio sitió a Jerusalén y
controló dichos gobiernos; pero es porque tenía como propósito dejar bien clara la
magnitud del poderío de Babilonia en ese tiempo, poder con el cual dejó fuera de juego a
imperios que habían sido superpotencias mundiales como el Egipcio.

Seguramente, el escritor, inspirado por Dios, deseaba resaltar la imposibilidad de alguna


alianza estratégica del reino de Judá que pudiese librarle de la opresión de Babilonia;
porque los mismos egipcios, que alguna vez respaldaron a los judíos con su poder, también
estaban perdiendo tierras a manos de los babilonios. En fin, Dios había decidido usar a
Babilonia para cumplir el castigo que “había hablado por sus siervos los profetas” (2 Reyes
24:2); y así como dijo Daniel de Dios, debemos confesar que: “Él muda los tiempos y las
edades; quita reyes, y pone reyes” (Daniel 2:21).

Esto nos muestra la imposibilidad de huir de la mano del Señor, porque ni los gobernantes
más impíos pueden escaparse de ser usados por Dios para obrar Su voluntad sin que esto les
disminuya la responsabilidad por sus actos.

Un correcto entendimiento de la soberanía de Dios oxigena la vida de oración del creyente


en Cristo y le estimula a ser fiel; porque sabe que “De Jehová es la tierra y su plenitud; El
mundo, y los que en él habitan” (Salmo 24:1).
Día 150

BENDICIÓN QUE PARECÍA IMPOSIBLE

2 Reyes 25:27-28 Aconteció a los treinta y siete años del cautiverio de Joaquín rey de
Judá, en el mes duodécimo, a los veintisiete días del mes, que Evil-merodac rey de
Babilonia, en el primer año de su reinado, libertó a Joaquín rey de Judá, sacándolo de la
cárcel; y le habló con benevolencia, y puso su trono más alto que los tronos de los reyes
que estaban con él en Babilonia.

Por lejanas que parezcan estar nuestras esperanzas, Dios puede cambiarlo todo y darnos lo
que tanto anhelamos como símbolo de la seguridad del cielo por la fe en Cristo.

Treinta y siete años estuvo cautivo el rey Joaquín; pero tan pronto como hubo un nuevo rey
en Babilonia, que era el imperio que lo había secuestrado, Dios le dio gracia ante sus ojos
hasta al punto de hacerlo levantar en alto en medio de ese país pagano. ¡Cuánto tiempo
pasó para que pudiera ver finalmente su situación cambiar!

Así mismo, muchas veces en nuestra vida necesitaremos más que fe en que Dios obrará;
necesitaremos la esperanza que mantiene viva la fe en el tiempo, y la paciencia que
fortalece en medio del conflicto constante y prolongado.

Es por ello que, al meditar sobre la maravillosa realidad de haber sido justificados por la
obra de Cristo solo por medio de nuestra fe en Él, el apóstol Pablo le dio un sentido
práctico a las circunstancias de esta vida diciendo: “Y no sólo esto, sino que también nos
gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la
paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de
Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”
(Romanos 5:3-5).

En realidad, Dios nunca dejará de bendecirnos en esta vida conforme a lo que Él ha


planeado para quienes confiamos en Cristo; pero todo ello debe ser recibido por medio de
un corazón que, además de saber confiar, también haya aprendido a esperar en Él.

“Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová” (Sal.27:14)


Día 151

HISTORIA DEL HOMBRE SEGÚN DIOS

1 Crónicas 1:1-4 Adán, Set, Enós, Cainán, Mahalaleel, Jared, Enoc, Matusalén, Lamec,
Noé, Sem, Cam y Jafet.

Dios no necesita oír lo que los hombres imaginan sobre sus ancestros, porque Él mismo nos
creó y nos ha mantenido bajo Su supervisión desde Adán. Dios es quien finalmente
controla la historia de la humanidad, y trata con ella para producir personas que
verdaderamente le adoren.

Esta genealogía que aparece al inicio del libro de Crónicas es bastante larga, abarca nueve
capítulos, porque tiene como fin citar los descendientes de los principales hombres que
Dios usó para generar un pueblo para sí, como Noé, Abraham, Isaac, Jacob y David; pero al
mismo tiempo, desde su inicio, nos muestra como el Señor está al control de la historia,
creando y dirigiendo a la humanidad.

Al principio se describe la línea de descendientes directos desde Adán hasta Noé, lo que
curiosamente más se refuta de la Biblia en el día de hoy; y es que, ya sea por ateísmo o
agnosticismo, o por el afán de ligar las teorías científicas actuales con la Biblia, muchos
niegan en la práctica que Adán y de Noé existieron.

Lo sorprendente del asunto es que si creemos que Cristo es el salvador que vino al mundo,
Dios hecho carne, y al mismo tiempo el portador de la verdad, deberíamos creer en la
existencia real de Adán y de Noé, con todo lo que la biblia narra sobre ellos; porque fue el
mismo Jesús quien mencionó a Adán cuando dijo: “¿No habéis leído que el que los hizo al
principio, varón y hembra los hizo” (Mateo 19:4); y a Noé, cuando dijo: “Mas como en los
días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del
diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en
que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos,
así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37-39).

Creación y diluvio son temas necesarios para dar fundamento real a la salvación, porque
solo un Dios creador y controlador de las circunstancias de la humanidad tiene el derecho y
el poder para juzgarla por su pecado; y al mismo tiempo, solo este Dios tiene la
exclusividad de la salvación por medio de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

¿Cree usted que Dios es creador y soberano sobre su creación? Porque solo así, conforme a
la escritura, podrá estar seguro de que Él puede hacer a alguien una “nueva criatura” por
medio de la fe en Jesucristo.
Día 152

HIJOS DE ISRAEL

1 Crónicas 2:1-2 Estos son los hijos de Israel: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar,
Zabulón, Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad y Aser.

Los descendientes de Israel, al igual que los de Abraham, siendo reales, son la expresión
simbólica de todos los que han creído verdaderamente en Cristo y que han llegando a ser la
Israel de Dios (Gálatas 6:16) por la fe.

En el libro de Crónicas se especifican los descendientes de los hijos de Israel para dejar
constancia de la forma en que Dios preservó a Su pueblo, cumpliendo Sus promesas y
extendiendo Su misericordia a pesar de las infidelidades de ellos.

Lo que Dios comenzó al escoger a Abraham, continuándolo por medio de Isaac, fue
multiplicado a través de los hijos de Jacob; pues por medio de este último, Dios trajo la
expresión masiva de Su reino en el mundo, haciéndolos un pueblo numeroso. Y en este
segundo capítulo del primer libro de Crónicas se hace énfasis en los descendientes de Israel
por medio de Judá; ya que de allí vendría el rey David, quien sería el precursor y modelo de
los reyes de Israel, y quien prefiguraría al Rey de Gloria, a Jesucristo.

Al venir el rey de reyes al mundo, Jesucristo, quedó más específicamente definido y


constituido el Reino de Dios en la tierra; y por consiguiente se dio una multiplicación
mayor que la obtenida a través de Jacob, porque ahora entrarían en el pueblo de Dios
personas de toda lengua, raza, tribu y nación (Apocalipsis 14:6).

Al mismo tiempo, en Cristo, se depuró el pueblo de Dios, porque ahora “no es judío el que
lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que
es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en
letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios” (Romanos 2:28).

¿Usted ha nacido de nuevo, amando a Cristo y a Su reino, y aborreciendo al pecado y al


mundo carnal? Si es así, por medio de Cristo, usted forma parte de las grandes multitudes
del Israel de Dios, sin que tenga que hacerse judío en la carne.
Día 153

HIJOS DE DAVID

1 Crónicas 3:1 Estos son los hijos de David…

Ser descendiente de David aumentaba la posibilidad de ser Rey de Israel; pero ahora ser
discípulo de Cristo, quien en su humanidad descendió de David, asegura en Su nombre el
poder sobre el pecado, el mundo y la muerte; y esto es debido a que el Rey de Reyes lo
ganó por nosotros en la Cruz, haciéndonos reyes y sacerdotes del altísimo.

Hubo grandes hombres que sirvieron a Dios vehementemente, y que descendían de David;
y cuando alguno de ellos era fiel a Dios, y usaba su reinado para agradarlo, el Señor hacía
que se registra en la Biblia sobre ese rey: “anduvo en los caminos de David su padre”.

Esto sucedía así porque, a pesar de sus tremendos errores, David era un hombre conforme
al corazón de Dios: Sensible a la voz del Señor, deseoso de hacer Su voluntad, temeroso de
Su justo juicio y amante de Su dulce presencia y misericordia más que de cualquier otra
cosa.

Así debería ser cada creyente en Cristo, y aún mejor porque el Señor Jesús es superior a
David; ya que siendo Dios se hizo carne y anduvo en esta tierra como el unigénito Hijo de
Dios: Obediente, santo, puro y lleno del Espíritu Santo. ¡Ese carácter santo del Salvador
debe ser el legado de quienes le sirven a Él, al Rey de Reyes!

Elevemos el valor de nuestro llamado hasta donde realmente se ubica, hasta ser verdaderos
imitadores de Cristo; para que así, como los descendientes de David fueron exaltados por
su apego al modelo de este rey, nosotros seamos exaltados por el Señor al vivir como Cristo
lo haría en cada circunstancia de nuestra vida.
Día 154

ORACIÓN FERVIENTE

1 Crónicas 4:10 E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición,
y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para
que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.

Una oración ferviente necesita de algo más que saber que Dios puede contestarla; la clave
radica en anhelar ardientemente lo que se pide, dependiendo completamente del Señor para
obtenerlo.

Según el contexto el nombre de Jabes significa dolor, porque su madre “lo dio a luz en
dolor” (1 Crónicas 4:9); y así mismo, con dolor en el alma, con gemir del corazón, era
como Jabes oraba a Dios; oraba como si estuviera de parto espiritual, trabajando en la
oración por obtener lo que deseaba de la mano del Señor.

Este es un gran ejemplo para los que oramos a Dios en el nombre de Jesús; porque al orar
no deberíamos presumir que nuestro correcto entendimiento de la Biblia, o nuestra acertada
decisión de poner la fe en Cristo, o nuestra seguridad de estar pidiendo algo que no viola la
ley de Dios, es suficiente; todo esto es necesario e indispensable, pero es igualmente
improductivo si no va acompañado de un derramamiento sincero del alma ante Dios.

Muchas son las falsas oraciones que se levantan desde corazones que ni creen, ni entienden
la fe verdadera en Cristo; pero también son muchas las oraciones improductivas que
levantan los verdaderos hijos de Dios, porque las elevan sobre la base de su mero
conocimiento intelectual, sin anhelar fervientemente lo que piden; por lo cual estas
oraciones más bien “piden ser rechazadas”.

¡Oh si me dieras! Esa forma en que Jabes inicia la oración debe caracterizar nuestras
oraciones. ¡Deseemos, anhelemos con fervor lo que pedimos al Señor, y Él sabrá
respondernos conforme a Su voluntad!
Día 155

VALOR DE LA PRIMOGENITURA

1 Crónicas 5:1-2 Los hijos de Rubén primogénito de Israel (porque él era el


primogénito, mas como violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron
dados a los hijos de José, hijo de Israel, y no fue contado por primogénito; bien que Judá
llegó a ser el mayor sobre sus hermanos, y el príncipe de ellos; mas el derecho de
primogenitura fue de José);

Despreciar la primogenitura por llevar una vida de pecado, como lo hizo Rubén, es algo
que nunca haría un verdadero creyente en Cristo; porque, por la fe, él pertenece “a la
congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos” (Hebreos 12:23).

Rubén fue el primero en nacer, el hijo mayor de Jacob, por lo cual tenía derechos de
primogenitura; pero por su irreverencia, derivada de su deseo sexual por la concubina de su
padre, llegó a deshonrar a Jacob acostándose con Bilha (Génesis 35:22).

Esta actitud de Rubén le hizo perder la doble porción de herencia que le correspondía como
primogénito, la cual se destinó a los hijos de José, quien por su sacrificio y ayuda terminó
comportándose a la altura de un hijo mayor.

Lo mismo sucede con las personas que prefieren su vida de pecado en vez de la gran
herencia celestial que Cristo Jesús ofrece a quienes se rinden a sus pies; tal vez llegan a
disfrutar algunas bendiciones por la compañía con los creyentes de la Iglesia, pero su afán
por complacerse y deleitarse en el mundo y sus placeres termina por dejarlos sin el favor de
Dios.

Esto no se trata de simples matemáticas; porque la primogenitura física daba doble herencia
material, mientras que la espiritual, la que reciben los creyentes en Cristo, es
incalculablemente mayor; porque se desprende de las riquezas en Gloria de Cristo Jesús.

Entonces, no es un problema de valor real, sino de deseos del corazón; unos desean a Dios,
su salvador y su salvación eterna junto a Él en el cielo; pero otros solo desean las
bendiciones terrenales, los deleites de este mundo, así se opongan a la mandamientos del
Señor.

Sin importar lo mucho que haya experimentado en el ambiente cristiano, si su corazón


prefiere vivir en pecado antes que agradar a Dios, nunca heredara el reino de los cielos.
Piense si Dios realmente es el más valioso para usted, recuerde que Cristo dijo: “donde esté
vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:21).
Día 156

DEDICADOS A DIOS

1 Crónicas 6:1 Los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari.

Como los levitas que fueron separados en Israel, o mejor aún, como los sacerdotes que
fueron apartados de entre los levitas, así somos los cristianos en medio de la humanidad;
por la fe en Jesucristo hemos sido dedicados a Dios.

La lista de primera de Crónicas 6 incluye solo a los levitas y a los sacerdotes, siendo estos
últimos también levitas pero descendientes de Aarón; y se resaltan a los que sirvieron en los
oficios de la adoración pública durante periodos especiales, como cuando Salomón edificó
el templo, o cuando los judíos fueron exiliados de Jerusalén por los babilonios. Según
parece, esto es para demostrar el carácter intransferible e indetenible del servicio de
adoración a Dios.

Estos eran dedicados a Dios de en medio de un pueblo que había jurado servir al Dios
verdadero, pero los cristianos somos separados para Dios de en medio del mundo que
aborrece al Dios verdadero; estos tuvieron épocas y lugares donde no podían, o no debían
ejercer su adoración, mientras que nosotros, por la fe en Cristo, adoramos “al Padre en
espíritu y en verdad” en todo lugar y tiempo, porque “también el Padre tales adoradores
busca que le adoren” (Juan 4:23); y estos además debían usar atuendos e implementos
especiales para adorar a Dios, más nosotros, siendo real sacerdocio (1 Pedro 2:9), no
necesitamos más que nuestras vidas desnudas para exaltar al Señor.

Así que, aunque hoy no estemos supeditados a vivir una religión llena de figuras simbólicas
en sus rituales, si estamos separados del mundo para vivir totalmente de forma agradable al
Señor, honrando a nuestro sumo sacerdote: Jesucristo.

¿Proclamamos con todas las acciones de nuestra vida que Dios nos ha separado para él? La
respuesta no mostrará si estamos llamados a ser líderes eclesiásticos, sino que simplemente
nos dirá si realmente somos cristianos. Nuestro llamado en Cristo es más alto y sublime que
cualquier posición u oficio terrenal por atractiva que parezca.
Día 157

AFLICCIÓN FAMILIAR

1 Crónicas 7:22-23 Y Efraín su padre hizo duelo por muchos días, y vinieron sus
hermanos a consolarlo. Después él se llegó a su mujer, y ella concibió y dio a luz un hijo,
al cual puso por nombre Bería, por cuanto había estado en aflicción en su casa.

Sufrir una calamidad familiar siempre desestabiliza a cualquiera; y aunque nadie puede
llenar el vacío de un miembro de la familia, siempre debemos recordar que Dios mismo se
encargará de consolarnos a través de los familiares que nos quedan.

La Biblia registra que Efraín perdió a sus hijos cuando “los hijos de Gat, naturales de
aquella tierra, los mataron, porque vinieron a tomarles sus ganados” (1 Crónicas 7:21); pero
también resalta que “vinieron sus hermanos a consolarlo” y que luego, al estar con su
esposa, esta “concibió y dio a luz un hijo”.

No debió ser fácil para Efraín, porque el nombre que le puso a su hijo traducía “aflicción”;
pero hubiera sido peor para él sin hermanos que los consolaran, sin una esposa que lo
amara, y sin volver a ser bendecido con más hijos. En medio de su calamidad, en medio de
su aflicción, Dios lo siguió rodeando con más personas que lo amaban.

El ser humano sigue siendo igual hoy en día; ya que en medio del gran dolor de perder un
miembro de la familia, siempre tiende a perder también la noción de ser bendecido por Dios
con personas que lo aman y lo consuelan.

Nuestro trabajo, como creyentes en Cristo, es llorar con los que lloran; pero al mismo
tiempo, es mirar a quienes lloran con nosotros cuando sufrimos una gran pérdida; porque
ellos son una muestra más de la misericordia de Dios sobre nuestras vidas.

Al final, aunque no tuviera nadie a su lado, como cristiano, usted tiene a Cristo, quien fue
“en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso” (Hebreos 2:17), y
quien es el único que realmente lo puede consolar a través del Espíritu Santo.
Día 158

JEFES DE FAMILIA

1 Crónicas 8:28 Estos fueron jefes principales de familias por sus linajes, y habitaron
en Jerusalén.

Cada líder verdadero se caracteriza por ejercer primeramente su liderazgo en medio de su


familia, promoviendo el bienestar y la bendición de Dios para los suyos.

En las genealogías bíblicas siempre se muestran de forma especial a determinados hombres


que lideran grupos de familias en medio de las tribus israelitas; y esto es porque de forma
natural, conforme al plan de Dios, siempre habrá personas que se destaquen por su
capacidad de conducir a otros en medio de las dificultades.

Este rol, por voluntad divina, debería ser ejercido por los varones; pero, como es lógico, y
como lo confirma la historia (incluyendo la bíblica), algunas veces ha sido ejercido por las
mujeres. La explicación es muy sencilla: Para liderar un grupo de familias se debe haber
liderado correctamente el núcleo familiar propio (1 Timoteo 3:4-5); y muchas veces se le
deja ese papel a la mujer, a causa de la falta de responsabilidad del hombre.

Líderes que estimulen, protejan, suplan y creen identidad en su familia, esos son los que
necesita la sociedad; y esos son los que Dios demanda para Su pueblo. No se trata de tener
una posición, sino de ejercer una labor; porque liderar no es tener dominio, sino desarrollar
un servicio.

No necesitamos hombres espectaculares, sino jefes de familia que puedan reproducir su


buena labor conforme a la Palabra de Dios ¡Necesitamos verdaderos siervos de Jesucristo
que sirvan a su Iglesia!
Día 159

SIERVO DE DIOS PIONERO

1 Crónicas 9:2 Los primeros moradores que entraron en sus posesiones en las ciudades
fueron israelitas, sacerdotes, levitas y sirvientes del templo.

El creyente en Cristo debería ser pionero en diferentes áreas, porque su alma ha sido
transformada y su entendimiento ha sido renovado, dándole una visión más amplia y
verdaderamente eterna de las cosas.

Finalizando la larga lista de genealogías de primera de crónicas, vemos como se resalta que
los primeros en tomar posesión fueron los que servían al Señor en el templo; lo cual nos
muestra que quienes ejercen el ministerio, o son llamados de forma especial en la Iglesia,
siempre deben liderar grandes retos dentro del pueblo de Dios; pero también nos ilustra el
papel de pioneros que debemos desempeñar los creyentes en el mundo.

Hace muchos años los creyentes en Cristo eran los grandes filósofos, científicos,
matemáticos, artistas y demás; y hoy eso está volviendo a verse, aunque no en la magnitud
ni en la forma que se debería. No son una gran cantidad, porque muchos son meros
conquistadores del mundo que se hacen llamar cristianos sin serlo realmente; y porque los
que en verdad creen y viven el evangelio histórico y bíblico de Jesucristo, muchas veces
consideran innecesario desarrollarse como pioneros en diferentes áreas.

Un ejemplo claro de la mala interpretación de la labor de liderazgo de la Iglesia en la


sociedad actual son muchos de los músicos “cristianos”, que incursionan con excelencia
musical en la farándula moderna, pero andan desvinculados por completo del evangelio
bíblico, o cuando menos pierden el sentido real del ministerio; y esto sucede mientras los
que realmente saben de doctrina bíblica, y viven según los estándares del evangelio
histórico, no hacen un esfuerzo real por usar la música al menos como medio evangelístico.
¡Qué tiempos aquellos de la reforma, cuando los grandes eruditos de la Palabra eran
quienes lideraban la composición de himnos y cánticos espirituales!

¡Necesitamos renovar nuestras fuerzas para servir a Jesucristo como pioneros en diferentes
áreas, para confrontar a un mundo que confunde el éxito con la vanagloria!
Día 160

MUERTE TRÁGICA JUSTA

1 Crónicas 10:13-14 Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová,
contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina, y no
consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí.

Al morir no solo finaliza la vida, también se evidencia lo que se hizo durante esa vida;
porque entre más lejana esta esté de la voluntad de Dios, más trágica será la muerte; porque
así no se manifieste en los acontecimientos, no hay nada más terrible que morir
desobedeciéndole abiertamente al Señor.

Saúl y sus hijos murieron en la batalla contra los filisteos; y la Biblia, de forma
contundente, afirma que “Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra
Jehová”. Morir en rebelión contra el Señor es la verdadera tragedia de la muerte de Saúl;
porque aunque no hubiera muerto violentamente en medio de una guerra con sus hijos,
involucrándose él mismo por medio del suicidio, de todas formas moría sin someterse
voluntariamente a Dios.

El texto Bíblico también indica que “por esta causa lo mató” Dios, dejando en claro que
Dios controla la vida y la muerte, y que la usa como justo juicio sobre los seres humanos; lo
cual debería poner a pensar a cada individuo que vive hoy: ¿Dios usará la muerte para
castigarme o para premiarme? ¿Él me dará descanso real con la muerte, o me castigará
luego de la misma? Lamentablemente Saúl no pensaba sino en ganar la guerra que tenía
delante y por ello terminó consultando a una adivina y desobedeciendo más Dios.

Recordemos que al hombre que se conformó solo con conseguir lo que este mundo ofrece
“Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién
será?” (Lucas 12:20). Disponga su vida en rendición a Cristo para hacer solo la voluntad de
Dios, y estará listo para morir en Él.
Día 161

PRONTITUD PARA OBEDECER

1 Crónicas 11:6 Y David había dicho: El que primero derrote a los jebuseos será cabeza
y jefe. Entonces Joab hijo de Sarvia subió el primero, y fue hecho jefe.

Al que no duda cuando su Rey, el Señor Jesucristo, le habla a través de la comunión con él
en oración y en el estudio de la Biblia, le pasa como a Joab: Es recompensado grandemente.

Los Jebuseos se rehusaban a rendirse y a entregar la ciudad al rey David; y este, para
conquistarla, estimuló con un muy merecido ascenso a quien se atreviera a subir de primero
en la conquista de Jebús, que era el nombre que tenía la que ahora se llama Jerusalén. La
propuesta surtió efecto en Joab, quien terminó por ser hecho jefe.

Para obtener la recompensa no bastó con que David necesitara conquistar la ciudad, ni con
que hubiera hecho una propuesta muy estimulante, se necesitó de un hombre que hubiera
desarrollado la capacidad de obedecer las órdenes de sus superiores con verdadera
solicitud. Se requirió de prontitud para obedecer.

Alguien, alguna vez, dijo: Toda obediencia tardía es desobediencia; y tal vez lo dijo por la
actitud con que algunas veces asimilamos lo que nos manda nuestro Señor Jesucristo; pues
él nos impele a movernos, o a quedarnos quietos, o a asociarnos con alguien, o a renunciar
a alguna compañía, costumbre o lugar; y en vez de movernos con prontitud, postergamos
nuestra respuesta hasta que somos impelidos más fuertemente por el Señor; ¡Eso no es
obedecer de corazón! Y en últimas, eso es desobedecer internamente, aunque se actúe en el
exterior.

Si queremos ser grandemente recompensados tenemos que acostumbrarnos a ser prontos


para obedecer; porque quien así hace, demuestra que valora los deseos del Señor por
encima de los suyos, y entonces califica para que se le dé mayor responsabilidad y
privilegios. Que Dios nos pueda decir: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel,
sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mt.25:21).
Día 162

FIDELIDAD EN LA PERSECUCIÓN

1 Crónicas 12:1 Estos son los que vinieron a David en Siclag, estando él aún encerrado
por causa de Saúl hijo de Cis, y eran de los valientes que le ayudaron en la guerra.

Cuando más dificultades se tienen es cuando mejor se sabe quiénes realmente son fieles; y
porque Cristo es fiel para con quienes le servimos en medio de la dificultad del mundo, Él
desea que le busquemos sin excusarnos en la oposición del mundo hacia Él, así como los
valientes de David fueron a servirle en una cueva mientras era perseguido por el rey de
entonces.

No cualquiera busca ponerse a disposición de quien es perseguido por la autoridad de la


época; tiene que ser alguien sobre el cual haya una convicción suprema, como Amasías,
sobre el cual vino el Espíritu y por ello le dijo a David mientras se escondía del rey Saúl:
“Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores,
pues también tu Dios te ayuda” (1 Crónicas 12:18).

Fue por ello que los discípulos de Cristo, a pesar de sus debilidades, pudieron morir sin
negar o abandonar a Cristo cuando el mundo entero los perseguía; porque les sucedió lo
que Cristo les dijo: “recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,
y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”
(Hechos 1:8).

Es por la obra del Espíritu Santo en el corazón que podemos ser fieles a Dios, por medio de
evangelio de Jesucristo; y no abandonarlo como muchos que hace dos mil años se
devolvieron cuando presintieron que enfrentarían problemas con el mundo, a pesar de haber
recibido algún milagro del Señor.

Es por esa obra del Espíritu de Dios que podemos ser fieles al Señor y mantenernos fieles a
quienes nos necesitan por su causa, a pesar de lo difícil que se tornen las circunstancias.

¿Qué tan capaz es usted de ser fiel a Cristo cuando todo se opone? Su respuesta dejará en
evidencia si usted cree que Él realmente lo entregó todo para salvarlo, y que Él le da
fuerzas para que usted también sea fiel hasta la muerte.
Día 163

UNIDAD EN DIOS

1 Crónicas 13:1-3 Entonces David tomó consejo con los capitanes de millares y de
centenas, y con todos los jefes. Y dijo David a toda la asamblea de Israel: Si os parece
bien y si es la voluntad de Jehová nuestro Dios, enviaremos a todas partes por nuestros
hermanos que han quedado en todas las tierras de Israel…para que se reúnan con
nosotros; y traigamos el arca de nuestro Dios a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl
no hemos hecho caso de ella.

Al tomar en cuenta a los demás para decidir, y al mismo tiempo, en grupo, poner todo en
las manos del Señor, Él sellará esa unidad por medio de Su Espíritu.

David, recibiendo el trono, consultó a los jefes de Israel y a la población presente en ese
instante sobre su deseo de traer a los israelitas dispersos; y al mismo tiempo les reveló su
anhelo de traer el arca de Dios que había sido robada años atrás. Se pusieron de acuerdo
para no solo unirse con los lejanos, sino con la presencia soberana de Dios que se
manifestaba a través del arca del pacto.

Su deseo de unidad no radicó simplemente en que todos estuvieran juntos, consistió en que
todos estuvieran alrededor de Dios y de Su voluntad; fue por ello que David expresó: “Si os
parece bien y si es la voluntad de Jehová nuestro Dios”.

Lamentablemente, mientras traían con alegría el arca, Uza murió al tocarla para evitar que
cayera del carruaje; esto seguramente sucedió porque su buena intención no coordinó
realmente con la voluntad de Jehová nuestro Dios; porque la llevaron personas comunes en
un carruaje, cuando debía haber sido llevada por levitas, a pie, pasando varas por los anillos
dispuestos para ello. (Éxodo 25:10-16; Números 3:29-32).

Luego David reconocería esto y podría traer el arca, pero a pesar del incidente quedó
establecido que su visión de unidad para el pueblo estaba ligada al Señorío de Dios y no
simplemente al sometimiento de los demás bajo su cetro real. Dios quiera que aprendamos
a pensar así sobre la unidad entre cristianos.

Parejas, familias, o aún iglesias cristianas, que solo se mantienen unidas por costumbre,
conveniencia o temor, serán una bomba de tiempo a punto de estallar en conflictos; pero si
Dios verdaderamente reina en su unión no serán destruidos, porque los conflictos servirán
para moldear los corazones bajo la voluntad del Señor y habrá verdadera unión.
Día 164

DIOS GUÍA A LA VICTORIA

1 Crónicas 14:10-14 Entonces David consultó a Dios, diciendo: ¿Subiré contra los
filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y Jehová le dijo: Sube, porque yo los entregaré en
tus manos. Subieron, pues, a Baal-perazim, y allí los derrotó David…Y volviendo los
filisteos a extenderse por el valle, David volvió a consultar a Dios, y Dios le dijo: No subas
tras ellos, sino rodéalos, para venir a ellos por delante de las balsameras.

La clave no solo es querer conocer la forma de vencer sino vivir en sincera comunión con
el único que nos puede guiar a la victoria, sobre todo si nuestra meta es la eternidad con el
Padre celestial; y como solo Cristo pudo vencer realmente al mundo, al pecado y a Satanás,
solo a través de la fe en Él seremos guiados por el Espíritu Santo en victoria.

Siendo un experimentado y victorioso hombre de guerra, David buscaba la guía de Dios


para la batalla; y esto quedó demostrado en la manera como encaró su primera batalla como
rey de todo Israel: Consultó primero a Dios, no confió en su propio criterio y no se excusó
en la victoria inicial para no volver a consultar al Señor cuando los filisteos regresaron.
David realmente buscaba ser guiado por Dios.

Los resultados fueron tan sorprendentes como la forma en que Dios lo dirigió; porque en la
segunda confrontación contra los filisteos el Señor le mandó a David a cambiar la forma de
atacar, dándole un factor sorpresa sobre sus enemigos y dejando gratamente sorprendido al
mismo David. Y es que por más estrategias de guerra que David conociera, nunca
conocería las circunstancias como Dios, el cual es omnipotente.

En nuestras luchas siempre debemos buscar ser realmente orientados por el Señor,
disponiéndonos a cambiar continuamente la forma de ver los problemas y de actuar; porque
solo así obtendremos la victoria real sobre el pecado, la tentación y el mundo.

El requisito fundamental para que Dios nos dé continua victoria es ser sensibles a Su
voluntad, confiando plenamente en la obra salvadora de Jesús y viviendo en contacto
permanente con el Espíritu Santo por medio de la oración y la meditación de la Biblia.
Día 165

INTENCIÓN Y REVELACIÓN JUNTAS

1 Crónicas 15:1-2 Hizo David también casas para sí en la ciudad de David, y arregló
un lugar para el arca de Dios, y le levantó una tienda. Entonces dijo David: El arca de
Dios no debe ser llevada sino por los levitas; porque a ellos ha elegido Jehová para que
lleven el arca de Jehová, y le sirvan perpetuamente.

Cada intención del corazón del hombre debe marchar como un tren sobre los rieles de la
revelación de la voluntad de Dios en Su Palabra escrita; porque si no es así, corre el riesgo
de descarrilarse bajo el impulso del criterio meramente humano.

David aprendió la lección: No solo basta con las buenas intenciones, hay que asegurarse de
que ellas produzcan acciones correctas. Cuando intentó llevar el arca la primera vez, lo hizo
solo con su deseo de agradar a Dios y buscar que su presencia estuviera en medio del
pueblo; pero en esta ocasión David encaminó las mismas intenciones sobre la voluntad de
Dios revelada en las Escrituras, lo cual trajo gran gozo en medio de Israel.

Es realmente crucial para cada ser humano entender que Dios solo toma como legítimas las
intenciones del corazón que se desarrollan según Su voluntad revelada; y esto es lógico,
porque un corazón verdaderamente deseoso de agradar al Señor siempre ha de preguntarle:
¿Cómo quieres que te glorifique?

Lo incoherente, es preguntarle al Señor: ¿Por qué no recibes lo que traigo para glorificarte?
¿Si a pesar de no ser lo que me pides, es para agradarte? Y a pesar de lo ilógico de este
razonamiento, es lo que se escuchan en la mayoría de los seres humanos hoy; y es la forma
como Caín actuó cuando Dios no quiso recibir el fruto de su cultivo.

Esta es la razón por la que, enseñando que la salvación es solo por la fe, la Biblia recalca
que “así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:17); pues la
verdadera fe en Dios lleva al creyente a actuar conforme lo que Dios demanda.

Esta es la razón por la que un cristiano verdadero ora y escudriña la Biblia todos los días:
Para no darle a Dios, aún con buenas intenciones, lo que Él no le pide; sino para realmente
agradarlo con su vida conforme a Su voluntad.
Día 166

MÚSICA DE DIOS

1 Crónicas 16:4-5 Y puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas, para que
recordasen y confesasen y loasen a Jehová Dios de Israel: Asaf el primero; el segundo
después de él, Zacarías; Jeiel, Semiramot, Jehiel, Matatías, Eliab, Benaía, Obed-edom y
Jeiel, con sus instrumentos de salterios y arpas; pero Asaf sonaba los címbalos.

Cada melodía que recuerda, confiesa y loa al Dios de la Biblia, exaltando sus atributos y
proclamando Su acción salvadora en el hombre a través de Jesucristo, es la verdadera
música de Dios.

Los músicos que David puso delante del arca, para alabar a Dios, fueron levitas antes de ser
músicos; porque antes de poner un talento al servicio del Señor, se debe haber dedicado la
vida entera a Él. Es así como ellos no supieron de un propósito diferente para sus cantos al
de loar a Jehová Dios de Israel.

Hoy en día se tiende a mirar solamente que un canto mencione a Dios para clasificarlo
como música del Señor, pero no debemos olvidar que lo que una canción diga debe
concordar con lo que Dios revela de sí mismo y de su salvación en la Biblia; y además,
tampoco debemos olvidar que por correcto que sea doctrinalmente un canto, este debe ser
siempre entonado por un verdadero levita, un verdadero hijo de Dios, consagrado en todas
las áreas de su vida al Señor, para que sea verdadera música de Dios.

En la actualidad se tienden a aplicar los mismos parámetros que el mundo usa con su
música para determinar la que viene de Dios, siendo ello la causa de tanto “fuego extraño”
que se ha producido sin el Espíritu Santo, y que verdaderamente no llega al corazón de
Dios, puesto que no viene de Él. Y como es lógico, esta música tampoco lleva al corazón
humano a un verdadero encuentro con el salvador, pues reemplaza el arrepentimiento y la
fe Bíblica por un mero sentimentalismo humano.

Clasificar la música cristiana como un género musical más, recibiendo sin reparos la
música que cantantes “cristianos” famosos producen con motivos muy cuestionables sin
examinar los mensajes cantados ni las vidas de los cantantes, es la forma como el mundo ha
logrado desviar la música de Dios en la mismas iglesias cristianas.

Si usted es un verdadero cristiano sea prudente con lo que escucha y canta, examinándolo
todo y reteniendo lo bueno (1 Tesalonicenses 5:21), para que realmente glorifique al Señor
con la música conforme al sentido bíblico del Evangelio de Cristo.
Día 167

PRIMERO DIOS

1 Crónicas 17:1 Aconteció que morando David en su casa, dijo David al profeta Natán:
He aquí yo habito en casa de cedro, y el arca del pacto de Jehová debajo de cortinas.

Un corazón que piensa primero en Dios, Su Gloria, Su Reino, Su Evangelio y Su Justicia,


es un corazón que nunca quedará sin recompensa.

David tenía el corazón lleno de anhelos por exaltar a Dios antes que a sí mismo; no había
terminado de posesionarse y ya había liderado la búsqueda del arca del pacto, por medio de
la cual Dios se manifestaba al pueblo; y no había terminado de traer el arca entre júbilos,
cantos y danzas a Dios, y ya estaba buscando construir un templo para adorar al Señor. Pero
David no quería construir un templo que diera la impresión de darle a Dios lo mínimo, sino
uno que fuera mejor que el palacio real donde él vivía.

Buscar que lo mejor, lo primero y lo más importe de nuestra vida sea para Dios, es una
forma de darle a conocer que toda nuestra existencia está consagrada a Él; ya que es
imposible que Dios sea nuestro dueño y a la vez busquemos reservarnos lo mejor para
nosotros; pues es imposible que Él sea nuestro mayor y verdadero amigo, y prefiramos la
compañía de los demás; y es imposible que Él sea nuestro mayor tesoro, y nos reservemos
lo que más nos cuesta para nosotros.

O Dios es el primero en nuestra vida, o no es realmente nuestro Dios; ya que sin dejar de
ser Dios, Él deja de ser adorado realmente por nosotros. Piénselo, Cristo murió para
salvarnos de nuestro castigo justo y eterno en el infierno; entonces ¿No cree que le
debemos más que algo de nosotros? Nos le debemos por entero al Señor, y por ello
debemos darle lo mejor.

David quiso una casa mejor que la de él para el servicio a Dios; ¿Usted también está
dispuesto a entregar para la extensión del Evangelio de Jesucristo más de lo que se da a
usted mismo? La respuesta sincera revelará donde está su corazón, “Porque donde esté
vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:21).
Día 168

DEL SEÑOR ES LA VICTORIA

1 Crónicas 18:6 Y puso David guarnición en Siria de Damasco, y los sirios fueron
hechos siervos de David, trayéndole presentes; porque Jehová daba la victoria a David
dondequiera que iba.

Luchar limpia y honestamente contra un mundo lleno de pecado, guardándose para Dios y
buscando que muchos otros se entreguen a Él, esto es lo que hace que el Señor nos de la
victoria dondequiera que vallamos, así como lo hacía con el Rey David.

David desarrolló una campaña militar exitosa, luego de subir al trono de Israel; y la Biblia
registra que “Jehová daba la victoria a David dondequiera que iba”, algunas veces
liquidando a sus enemigos, y en otras haciendo que estos le rindieran tributo a Israel.

Detrás de todos estos éxitos estaba el Señor, porque David no solo profesaba servirle, sino
que en verdad dependía de Él y buscaba glorificarle siempre. Además, David no pretendía
el respaldo divino en algo a lo que Dios no lo había llamado, sino que por el contrario había
sufrido mucho, durante muchos años, por cumplir el llamado de Dios, esperando que
llegara el día en que se le diera el trono de Israel y la oportunidad de liderar las batallas que
liberaran de los opresores a sus hermanos israelitas.

Así mismo, Dios solo nos ha de prosperar realmente si no buscamos nuestra gloria sino más
bien Su exaltación y el bienestar de Su pueblo; pues Dios no nos bendecirá si nos
empeñamos neciamente en que nos bendiga en aquello a lo que no nos ha llamado.

Claro, muchos se llenan de éxitos en cosas que Dios no les ha llamado, o peor aún, en cosas
que Él ve como pecado; pero estos no son éxitos verdaderos, porque son fraguados por
medio del apoyo del mundo y de su sistema de pensamiento carnal, alejado de la voluntad
de Dios, atrayendo el juicio divino y manifestándose muchas veces en amargura del alma.

Si realmente queremos éxito, debemos agradar al Señor en lo que Él nos ha llamado a hacer
por medio de la fe en Jesucristo; solo así podremos ser victoriosos en resultados al mismo
tiempo que en el corazón, porque “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade
tristeza con ella” (Proverbios 10:22).
Día 169

PASANDO LA VERGUENZA

1 Crónicas 19:4-5 Entonces Hanún tomó los siervos de David y los rapó, y les cortó los
vestidos por la mitad, hasta las nalgas, y los despachó. Se fueron luego, y cuando llegó a
David la noticia sobre aquellos varones, él envió a recibirlos, porque estaban muy
afrentados. El rey mandó que les dijeran: Estaos en Jericó hasta que os crezca la barba, y
entonces volveréis.

La mejor forma de pasar la vergüenza que traen nuestros errores es venir al Rey de reyes, al
Señor Jesucristo, y esperar en él la restauración delante de los hombres; así como los
hombres de David le dieron aviso a su rey y recibieron de él la orden de esperar hasta que
les creciera la barba.

Realmente la deshonra era para David, porque él fue quien envió esos mensajeros a Hanún;
y aunque lo hizo con la buena intención de mostrar agradecimiento con Nahas, el difunto
padre de Hanún, David no debió exponer de esta forma a sus hombres. Es por ello que les
mandó a quedarse en Jericó hasta que les creciera la barba.

Lo que sufrieron fue tremenda ofensa para los orientales de la época, porque los
desnudaron de la cintura para abajo y les raparon la barba, que era símbolo de respeto,
hombría y sabiduría.

Hoy, de igual forma, las consecuencias de nuestros errores, por más involuntarios que sean,
pueden ser muy vergonzosas; pero de igual forma, a través del tiempo, el Señor nos puede
restaurar ante los demás, si primero nos refugiamos en él y en su perdón restaurador.

Si realmente nos refugiamos en Cristo, no habrá que temer la vergüenza ante el mundo,
porque él nos restaurará ante Dios, que es a quien realmente debemos agradar; y al final,
con el tiempo, Cristo borrará nuestra vergüenza pública, si permanecemos en él.
Día 170

CAZAGIGANTES

1 Crónicas 20:8 Estos eran descendientes de los gigantes en Gat, los cuales cayeron
por mano de David y de sus siervos.

Quienes en vez de huir de las grandes dificultades se enfrentan a ellas en el nombre del
Señor, confiando en Su gracia a través de Jesucristo y buscando el bien del pueblo de Dios,
se convierten en expertos cazadores de gigantes, como David y sus valientes.

Es maravilloso comparar el cuadro que David dibujó en batalla con el que sus valientes
pintaron al luchar; ya que David siendo un joven lleno de fe venció a un gigante que
atemorizaba a todos los guerreros de Israel, y luego sus valientes vencieron en muchas
ocasiones a varios gigantes. Esto muestra la forma como las grandes hazañas de un solo
hombre tienden a levantar muchos grandes guerreros que lo imitan.

Estos valientes tipifican a los creyentes de todos los tiempos que han salido a vencer los
gigantes que el mundo les envía para disminuir su servicio a Cristo, quien está simbolizado
por David. Cristo, el maravilloso Rey de Gloria, venció los más poderosos gigantes: El
pecado, la muerte y el diablo, para que nosotros, sus seguidores, podamos vivir
experimentando victorias sobre esos mismos gigantes en Su nombre.

Cristo no solo nos redimió para salvarnos de la condenación del pecado, que como un
gigante nos atemorizaba y paralizaba, sino que también nos capacitó por la fe en Él para
vencer en Su nombre las tentaciones continuas que el mundo y satanás nos tienden. La
lucha no es solo contra gigantes de miseria económica, problemas familiares, y
enfermedades físicas, de los cuales todos huyen; la verdadera lucha es contra los gigantes
del pecado que nos quieren detener en nuestro servicio a Cristo para que Su reino no se
extienda.

Cristiano, estás llamado a no solo ser un guerrero, sino un Cazador de Gigantes; porque
entre mayor es el servicio para Cristo, mayores gigantes se levantarán en tu contra. ¡Sigue
el ejemplo de tu Rey Jesucristo!
Día 171

ASUMIENDO LA CULPA

1 Crónicas 21:17 Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar el pueblo? Yo
mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; pero estas ovejas, ¿qué han hecho?
Jehová Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no venga
la peste sobre tu pueblo.

La mayor prueba de responsabilidad ante Dios es asumir la culpa de los errores cuando las
consecuencias de los mismos las están recibiendo otros, porque esto demuestra nuestro
amor por los demás.

David pecó al censar al pueblo, a pesar de la oposición de su líder Joab; pero las
consecuencias finales, como juicio de Dios, vinieron sobre el pueblo a través de una plaga
mortal.

Este cuadro de dolor y muerte no le permitió a David quedarse inmóvil mientras todo
pasaba; por el contrario, conmovió su corazón, haciéndole presentarse ante Dios para
suplicarle que derramara sobre él el castigo, y así poder librar a su pueblo.

Esa disposición es la que siempre debe existir en las personas que conocen al Señor; cada
cristiano debe disponerse a asumir la culpa de sus errores y a librar a los demás de las
consecuencias de los mismos.

La pareja, la familia, los hermanos en Cristo, los compañeros de trabajo y cualquier otro
grupo de nuestro alrededor puede salir afectado por nuestros pecados; y ello debe
estimularnos a vivir en santidad, y también a asumir rápidamente la responsabilidad de
nuestro errores.

Si actuamos como Pilatos, lavándonos las manos de nuestros actos pecaminosos,


afectaremos a los nuestros; pero si asumimos la culpa, como nuestro Salvador lo hizo
asumiendo las culpas de los que iba a salvar, libraremos a los nuestros de dificultades.
Día 172

LA HERENCIA MÁS IMPORTANTE

1 Crónicas 22:6, 11-12 Llamó entonces David a Salomón su hijo, y le mandó que
edificase casa a Jehová Dios de Israel. Ahora pues, hijo mío, Jehová esté contigo, y seas
prosperado, y edifiques casa a Jehová tu Dios, como él ha dicho de ti. Y Jehová te dé
entendimiento y prudencia, para que cuando gobiernes a Israel, guardes la ley de Jehová
tu Dios.

Que nuestros hijos tengan un propósito claro en sus vidas por medio del cual glorificar a
Dios, y lo ejerzan a través de la capacidad que solo el Espíritu santo da por medio de la fe
en Jesucristo, es la mejor herencia que les podemos dejar, porque les durará hasta la
eternidad.

David sabía que Dios no le permitiría construirle un templo; pero, al mismo tiempo, el
Señor le había revelado que su hijo, quien traería la paz, sería quien lo construiría. Y es por
ello que de forma certera, por la confianza que tenía en el Señor, David le mandó a
Salomón que “edificase casa a Jehová Dios de Israel”; porque cuando lo hiciera Dios
estaría obrando en él, dándole sabiduría para gobernar como rey y para santificarse como
persona.

David sabía que no bastaba con que su hijo hiciera algo para Dios, porque si realmente el
Señor lo había escogido misericordiosamente y le había asignado una misión para Su
gloria, también le daría una transformación interna que lo capacitara para ejercer su
llamado y para que simultáneamente reflejara a Dios en su misma persona.

La herencia espiritual que todo verdadero cristiano anhela para los suyos no es simplemente
una labor especial para realizar; pues aunque siempre existan dichas labores prácticas que
dan cuerpo al llamado divino, es el espíritu del llamado lo que realmente importa; porque
no solo basta con hacer algo para el Señor, sino que es necesario nacer de nuevo en Dios.

Cuando Nicodemo, el fariseo, le preguntó a Jesús sobre la vida eterna, seguramente tenía
sus pensamientos puestos en qué hacer para ser salvo y darle sentido a su vida, ya que así
había sido enseñado por su religión; pero Cristo lo confrontó con la obra soberana de
regeneración que solo da el Espíritu Santo, diciéndole: “De cierto, de cierto te digo, que el
que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3)

¡Asegúrese de no solo dejarles a sus hijos algo que hacer por Dios, sino más bien clame en
oración para que sean transformados y redimidos por Jesucristo, para que lo que hagan
tenga valor eterno!
Día 173

SACERDOCIO SIN FIN

1 Crónicas 23:13…Y Aarón fue apartado para ser dedicado a las cosas más santas, él y
sus hijos para siempre, para que quemasen incienso delante de Jehová, y le ministrasen y
bendijesen en su nombre, para siempre.

Dios ya no exige el servicio de los descendientes de Aarón en el sacerdocio, pero ha


aplicado su carácter santo y de continuo de servicio a Dios sobre los verdaderos cristianos,
quienes constituyen un “sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a
Dios por medio de Jesucristo” (1 Pedro 2:5)

Al enumerar los descendientes de Leví que servían a Dios durante la vejez del Rey David,
en la Biblia se nos muestra que ni siquiera los descendientes de Moisés, hermano de Aarón
y patriarca de Israel, fueron llamados al sacerdocio (1Crónicas 23:14); solo los
descendientes de Aarón habían sido dedicados “a las cosas más santas,…para siempre”

Hoy, Dios ha designado a los cristianos, por medio de la obra santificadora del Espíritu
Santo, como “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa” (1 Pedro 2:5); ya no para
servir sin descanso en un sistema ceremonial simbólico, sino para vivir siempre como
escogidos de en medio del mundo, para que en todo seamos santificados y bendigamos a
Dios por medio de la fe en Jesucristo.

Nuestro sacerdocio ya no se ejerce en un momento especial del día, o en un lugar exclusivo


de la tierra, o a través de una ceremonia establecida; sino en todo momento, en todo lugar, y
en la libre manifestación y acción del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Es por ello que Dios nos exhorta a través de Pablo: “Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a
Dios, que es vuestro culto racional” (Romanos 12:1); y es por lo cual se nos llama a no
dividir nuestra vida en secular y clerical, o creer que solo servimos al Señor con parte de
nuestras labores.

Recuerde que en el trabajo, en el estudio, en la familia, en la intimidad personal, en el


hospital, en la China o en la Patagonia, los cristianos siempre seremos sacerdotes del Dios
vivo, los que hemos rendido nuestra vida a Jesucristo; por lo cual, conforme a nuestro
llamado, debemos vivir como Cristo, nuestro sumo sacerdote (Hebreos 9:11-12).
Día 174

SACERDOCIO ORGANIZADO

1 Crónicas 24:19 Estos fueron distribuidos para su ministerio, para que entrasen en la
casa de Jehová, según les fue ordenado por Aarón su padre, de la manera que le había
mandado Jehová el Dios de Israel.

El hecho de que el sacerdocio cristiano sea manifestado por medio de la guía interna del
Espíritu Santo, no significa que sea desorganizado; por el contrario, debe ser más
inteligente y ordenado que cuando los descendientes de Aarón se turnaban en el templo
judío, porque somos guiados, unificados y organizados por el mismo Espíritu de Dios.

Es cierto que el Señor dio un conjunto de mandatos específicos sobre cómo debía realizarse
la adoración en medio del pueblo; pero también es cierto que durante el reinado de David
muchos de estos mandatos se flexibilizaron para acoplarlos al entorno y a la situación del
momento, sin dejar el principio regulador del orden en la adoración.

Esto debería servirnos de ejemplo a los cristianos, y a las iglesias cristianas de hoy; porque
hasta en el día que David entró danzando al Señor en medio del pueblo, los músicos y los
cantores estaban muy bien organizados; y luego de poner el arca en la tienda, la adoración
estaba organizada por turnos establecidos.

Así como nunca ha existido una verdadera adoración que no sea espontánea a pesar de ser
ordenada, tampoco ha existido una verdadera adoración que haya caído en el desorden
irreverente; porque la libertad espiritual no es excusa para el irrespeto a la majestad divina;
por el contrario, el que es guiado por el Espíritu de Dios es enseñado por Él para “pedir
como conviene” (Romanos 8:26), y no como se le ocurra en la mera imaginación humana.

En lo personal y en la congregación siempre debemos aplicar los principios de orden que la


Biblia establece para regular la adoración; pero sin olvidar que estos no son para disminuir
la entrega, sino para encausar el río espiritual que verdaderamente glorifica al Señor.
“Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu,
pero cantaré también con el entendimiento” (1 Corintios 14:15).
Día 175

CANTANTES Y PROFETAS

1 Crónicas 25:1 Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a
los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y
címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio…

Si la música sirve para generar emociones e implantar convicciones, cada cristiano que
compone canciones, o que tiene habilidades musicales, debería profundizar en la Biblia,
que es “la palabra profética más segura” (2 Pedro 1:19); porque de esta forma su talento
sería usado para generar convicciones y emociones que se relacionan con la eterna
salvación en Cristo.

Es cierto que los músicos del tiempo de David profetizaban con sus instrumentos, y que
eran sostenidos económicamente para ese ministerio, pero siempre lo hicieron en el marco
del servicio congregacional; y si excepcionalmente eran guiados por Dios fuera de ese
contexto, nunca lo hacían por lucrarse de forma independiente y excesiva.

Hoy se le llama músico cristiano a cualquier persona que menciona a Dios, o a Jesús en sus
temas, o que era músico y tuvo una experiencia con el Señor; pero lamentablemente de esta
forma se le ha dado rienda suelta a una “farándula cristiana” en donde la mayoría busca
enriquecerse con su supuesto ministerio y ni siquiera se somete al criterio y pastoreo de una
congregación; pero eso sí, todos se auto-promueven como voceros de la Palabra de Dios.

En general, ni siquiera la profecía del Antiguo testamento consistió exclusivamente en un


augurar el futuro; esta en esencia era, y sigue siendo, proclamar la voluntad de Dios para
los hombres, haciéndoles caer en cuenta de su pecado y mostrándoles la gracia salvadora de
Dios.

Entonces, para que esto funcione a través de músicos contemporáneos, estos deberían
primeramente experimentar una real conversión, como los profetas antiguos; y luego
profundizar en la comprensión bíblica del mensaje del evangelio, para que sus cantos
realmente sean proféticos.

Así como Asaf, de quien se cree son los salmos 50 y del 73 al 78, y que proclamaba la
grandeza del Señor bajo el conocimiento que se tenía de Él en el Antiguo testamento; así
también debemos proclamar con instrumentos al mismo Dios, pero bajo una clara
comprensión del mensaje del evangelio de Jesucristo.
Día 176

PORTEROS DEL REINO

1 Crónicas 26:1, 8 También fueron distribuidos los porteros:…de los hijos de Obed-
edom; ellos con sus hijos y sus hermanos, hombres robustos y fuertes para el servicio;
sesenta y dos, de Obed-edom.

La fuerza que necesitaban los porteros en el Antiguo testamento simboliza la fortaleza


espiritual que requieren los creyentes en Cristo de hoy; los cuales, como centinelas,
debemos vigilar la correcta interpretación de la entrada al Reino celestial y esforzarnos por
abrir las puertas de la salvación en Cristo por medio del poder del Espíritu Santo.

El Comentario bíblico Jamieson-Fausset-Browm registra que “La circunstancia de la fuerza


física se nota prominentemente en este capítulo, pues el oficio de los porteros exigía que
ellos no sólo sirvieran como centinelas del edificio sagrado, y sus preciosos muebles contra
los ataques de saqueadores o rebeliones populares—a ser, en efecto, guardia militar—sino,
después que fue edificado el templo, que abriesen y cerrasen las puertas, que eran
extraordinariamente grandes y pesadas”

Pues de la misma forma, los cristianos apelamos al poder del Espíritu Santo que nos abrió
las puertas de la salvación en Cristo para abrírselas a otros por medio de la predicación del
evangelio; y permanecemos vigilantes, como porteros de un guardia militar, para que
ninguno ose confundir la única puerta de acceso a Dios, que es Jesucristo.

Para esta tarea no es suficiente una gran musculatura física, ni un excelente conocimiento
intelectual, ni una gran atracción social o política, sino el Poder del Espíritu de Dios;
porque solo el Espíritu Santo puede tomar nuestra predicación y aplicarla efectivamente a
una persona al darle un nuevo nacimiento, para que se arrepienta de su pecado y realmente
se entregue a Cristo; y porque solo el Espíritu Santo nos puede dar la comprensión correcta
del evangelio y el discernimiento adecuado contra las distorsiones del mismo que se
infiltran en las Iglesias.

Jesús lo dejó claro al decir: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y
saldrá, y hallará pastos” (Juan 10:9)
Día 177

PARANDO A TIEMPO

1 Crónicas 27:24 Joab hijo de Sarvia había comenzado a contar; pero no acabó, pues
por esto vino el castigo sobre Israel, y así el número no fue puesto en el registro de las
crónicas del rey David.

El problema de hacer algo que no agrada a Dios no consiste solo en empezar a hacerlo, sino
en no saber identificar la reprensión del Señor en medio de lo que se hace; porque si nos
damos cuenta, podremos parar antes de empeorar nuestra situación.

Este censo ya había sido descrito con todas sus consecuencias para David y para el pueblo
en el capítulo 21 de Primera de Crónicas; pero ahora, al retomar la organización del reino
de David y recordar lo sucedido en medio de la misma, salta a la vista la forma en que se
tuvo que detener todo un proceso político sobre un país para no seguir desagradando a Dios
y no recibir más de su juicio.

Así debería suceder en cada institución, en cada familia y en cada corazón; de tal forma que
cada vez que se cometa el error de dar inicio a algo sin consultarlo con Dios, y en el camino
Él revele su desagrado a través de su juicio, podamos parar y olvidarnos de lo que
planeábamos, así como Joab detuvo el censo sin registrar los datos del mismo en “las
crónicas del rey David”.

Cuesta demasiado detenerse y olvidar algo en lo que se ha puesto empeño, trabajo y


sacrificio; pero cuesta más reconocer que todo se hizo fuera de la voluntad de Dios y que
por ello se han obtenido consecuencias nefastas y frustrantes.

Muchos prefieren no preguntarle a Dios si lo que emprendieron fue en contra de Su


voluntad, y solo presumen que es alguna clase de obstáculo que deben superar; pero si
hubieran consultado realmente al Señor no tendrían dudas de continuar en Su nombre, a
pesar de la dificultad; lo cierto es que la mayoría de nuestras frustraciones son el resultado
de nuestra falta de dependencia de la guía de Dios.

Dios nos ayude a siempre depender de Él en todo para siempre obrar según Su voluntad; y
si el Señor nos muestra su desagrado, debemos tener la valentía de parar y orar: “Hágase tu
voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10).
Día 178

RESPONSABILIDAD PERSONAL

1 Crónicas 28:9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con
corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de
todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo
dejares, él te desechará para siempre.

Por más bendiciones que los hijos reciban a través de los padres, deberán tener un
encuentro personal con Jesucristo, por el poder del Espíritu Santo, y andar en santidad, para
poder vivir en plenitud todo lo que el Señor les ha prometido.

En su vejez, David proclamó públicamente ante el pueblo de Israel como Dios escogió la
casa de su padre, y que dentro de la casa de su padre lo escogió a él; y proclamó también
que de entre sus hijos Dios escogió a Salomón para ser Rey, y para construir el templo que
él soñó para el Señor.

Y en medio de sus declaraciones públicas y de sus exhortaciones al pueblo para que se


sujetasen a los preceptos de Jehová, David le habló directamente a Salomón; y delante de
todo el pueblo lo exhortó a reconocer a Dios y a servirle de corazón, y con mucho ánimo,
porque el Señor sabe cuándo el corazón está lejos de Él.

David sabía que no bastaba con que él hubiera sido tenido por Dios como “un varón
conforme a su corazón” (1Samuel 13:14) para que Salomón viviera en obediencia al Señor;
David sabía que Dios debía relacionarse directamente con su hijo, y agradarse en su
obediencia y entrega a Él; David sabía que la responsabilidad de nuestra vida es individual
y que cada uno debe alimentar su relación personal con Dios sin depender de otros, por
muy santos que los otros hayan sido.

Esto sigue siendo una realidad para los cristianos en el día de hoy; porque Dios solo tiene
hijos, Él nunca ha tenido nietos. Es por esto que las victorias en la fe de nuestros ancestros,
de sangre y espirituales, no pueden ser contadas a favor de nuestra relación con Dios; por el
contrario, nosotros mismos debemos forjar una relación personal y particular con Él, por
medio de la fe en Cristo y con el poder de Su gracia.

“El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el
pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él”
(Ezequiel 18:20).
Día 179

RICO PARA CON DIOS

1 Crónicas 29:3 Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi Dios, yo
guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de todas las cosas que he
preparado para la casa del santuario, he dado para la casa de mi Dios

El cristiano verdadero sabe que sus riquezas materiales, al igual que todo en su vida, son
para glorificar a Dios; y por ello, en vez de aferrarse a ellas, sabiendo que no se puede
servir a Dios y a las riquezas, prefiere usarlas para solventar la obra de proclamación y
enseñanza del evangelio de Jesucristo.

David no solo dio de su tesoro personal de oro y plata para la construcción del templo, sino
que también estimuló al pueblo para que diera de sus finanzas personales para la
construcción del templo que su hijo Salomón levantaría luego. Así vino a rendirse en
adoración, delante del Señor, diciendo: “Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para
que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo
recibido de tu mano te damos” (1 Crónicas 29:14).

Aún lo material era para David obra de la gracia de Dios sobre su vida; él sabía claramente
que no era nadie para tener lo que tenía, ni mucho menos para darle a Dios; él entendía que
Dios es demasiado grande para depender de sus siervos humanos, y que si nos deja ayudar
para su obra con los bienes que Él mismo nos ha dado, es por Su infinita misericordia.

¡Que claro tenía este hombre la soberanía de Dios y Su gracia! y ¡Qué ejemplo es para los
que vivimos en esta generación que lamentablemente ha introducido la codicia, la avaricia
y la ganancia deshonesta como motivación para ofrendar en las Iglesias!

El problema no es que no tengamos la capacidad de generar riquezas de forma honesta y de


administrarlas en esta tierra; el problema para el creyente consiste en no olvidar lo que
Pablo, en nombre del Señor, encargó que le recordáramos a los ricos de la Iglesia: “A los
ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las
riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para
que lo disfrutemos” (1Timoteo 6:17).

Quien no entrega todo lo que es y todo lo que tiene para el servicio del evangelio, conforme
a la Palabra de Dios, le sucederá que cuando muera no tendrá salvación; porque su “dios”,
que eran las riquezas, no tiene poder eterno; porque así le sucede al que “hace para sí
tesoro, y no es rico para con Dios” (Lucas 12:21).
Día 180

SABER PEDIR

2 Crónicas 1:11-12 Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no
pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos
días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el
cual te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas,
bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que
vengan después de ti.

Dios siempre responderá sobreabundantemente a quien busca primeramente la obra


espiritual del Señor en su corazón, por bien del pueblo de Dios y para gloria del Señor.

Es cierto que Salomón llegó a ser el Rey más rico de su época, y que en ningún otro reinado
de Israel hubo tanta prosperidad y paz como en el de Salomón; pero esto no comenzó con
un joven rey pidiendo ser lleno de riquezas, poder y gloria; esto comenzó con un muchacho
que, lleno de deseos de agradar a Dios, y sintiéndose incapaz de gobernar un pueblo tan
numeroso, clamó con todo su corazón a Dios por sabiduría.

Detrás de la petición de Salomón no existían segundas intenciones, ya que él no esperaba


otra cosa más que una intervención espiritual de Dios en su propio corazón; porque, así le
costará abandonar sus propios anhelos y deseos personales, Salomón quería que Dios le
diera verdadera prosperidad, la cual consiste en que Dios nos transforme completamente el
corazón y nos use para Su gloria y no para la nuestra.

Claro que Dios prosperó materialmente a Salomón, pero lo hizo como consecuencia de su
petición sincera por sabiduría; y claro que Dios puede prosperar económicamente a todo
cristiano, pero esto debería ser como consecuencia de la prosperidad espiritual de su alma
en Cristo (3Juan1:2).

Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas
5:22-23), esta es la verdadera prosperidad del creyente en Cristo; y si a través de ella, Dios
le permite tener riquezas materiales, estás serán verdaderamente una bendición. Debemos
saber pedir.
Día 181

LA GRANDEZA DE DIOS

2 Crónicas 2:5 Y la casa que tengo que edificar, ha de ser grande; porque el Dios
nuestro es grande sobre todos los dioses.

La grandeza del Señor no solo radica en que está en todo lugar, sino también en que supera
en esencia, carácter y soberanía a cualquier cosa y criatura que pretenda suplantarlo en el
corazón de los hombres; es por ello que Salomón quiso construirle un templo grande,
“porque el Dios nuestro es grande sobre todos los dioses”.

Salomón apeló al rey de Tiro por ayuda para construir el templo, le pidió por escrito que le
aportara madera, que le enviara hombres para la construcción y un hombre hábil para
dirigir el trabajo artístico con los metales, las telas y el tallado; pero en medio de su carta
aclaró que la casa debía ser grande a causa de la grandeza del Señor.

Esta grandeza de Dios es lo que le hace realmente Dios, pues si algo o alguien lo superara
en perfección, gloria, poder y majestad, Él dejaría de ser el Dios verdadero; y esta es la
verdadera razón por la cual le seguimos los cristianos, porque creemos que Él es el único y
verdadero Dios, coexistiendo desde la eternidad en tres personas distintas: el Padre, el Hijo,
el Espíritu Santo, lleno de perfección y santidad sin límites, que demanda su justo castigo
sobre cada ser humano pecador, y que al mismo tiempo está tan lleno de bondad y amor
perfecto que hizo al Hijo hacerse humano y morir para salvar a muchos a través de la fe que
el Espíritu Santo produce para transformar radicalmente el corazón.

No hay un “dios” como Él en toda la historia de la humanidad, solo Él es lo suficientemente


grande como para dejarnos mucho de sí mismo en el misterio; y al mismo tiempo, solo Él
es lo suficientemente cercano como para revelarnos en Su Palabra muchísimo de su
carácter, propósito y verdad, lo cual es suficiente para ser salvados por Su gracia
misericordiosa centrada en el sacrificio redentor de Cristo.

Si Salomón construyó el templo, fue porque Dios lo aprobó como parte de su forma de irse
revelando a la humanidad por medio del pueblo judío; pero hoy el templo es el ser humano
en quien reina Cristo, por medio del Espíritu Santo, dándole un tratto de hijo.

¡No hay un templo que pueda llegar a la medida de Dios! Lo cual es una verdad que
responde a la inquietud que el mismo Salomón planteó: “¿quién será capaz de edificarle
casa, siendo que los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerlo?” (2Cró.2:6)

Cristiano, no olvide la importancia de congregarse con los demás hermanos para edificarse
mutuamente en la fe, ¡Adore a Dios en espíritu y verdad! Porque “Dios es Espíritu; y los
que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Jn.4:24)
Día 182

VISION DE FAMILIA

2 Crónicas 3:1 Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en el monte


Moriah, que había sido mostrado a David su padre, en el lugar que David había
preparado en la era de Ornán jebuseo.

La verdadera forma de unificar la familia es trabajar con el propósito de Glorificar a Dios


promoviendo en conjunto la extensión de Su Reino, así como Salomón y David se
dedicaron a levantarle templo al Señor.

David tuvo el deseo, Dios le mostró el lugar, y Salomón dirigió la construcción del templo;
¡Que forma de trabajar en familia! y ¡Qué manera de dejar un legado en Dios!

Muchos se esfuerzan por transmitirles a sus hijos el amor por un deporte, la pasión por un
trabajo, o el empeño por el estudio; muchos hasta obligan a sus hijos a comprometerse por
continuar lo que en vida ellos levantaron; pero la mayoría lo hace simplemente por
engrandecer su nombre, por lo cual Dios no permite que su obra se perpetúe, trayéndoles
confusión y dispersándolos, así como sucedió a quienes construían la torre de Babel
(Génesis 11:1-9).

Si realmente queremos tener un propósito que se pueda transmitir de generación en


generación sobre nuestros hijos, debemos recibirlo del Señor, conforme a Su plan de
establecer el reino de los cielos en la tierra.

Es lógico que quienes se dediquen a predicar el evangelio deban vivir del evangelio (1
Corintios 9:14); pero más que ello, deben vivir para el evangelio, orando a Dios por su
propia familia, y ministrándoles con su ejemplo para continuar la obra del Señor. Y para
hacer esto no es necesario ser un ministro cristiano de tiempo completo; porque todo
creyente, en su profesión, en su tierra, y con su familia, debe tener como principal proyecto
de vida el establecimiento del Reino de Dios por medio del evangelio de Jesucristo.

El gran templo que estamos llamados a seguir construyendo es el Reino espiritual de Cristo
en los corazones; y nuestro David, que es el Señor Jesucristo, espera que no olvidemos el
deseo de su corazón y lo transmitamos a todas nuestras generaciones: “Por tanto, id, y
haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí
yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20).
Día 183

METALES PRECIOSOS EN LA CASA DE DIOS

2 Crónicas 4:18-20 Y Salomón hizo todos estos enseres en número tan grande, que no
pudo saberse el peso del bronce. Así hizo Salomón todos los utensilios para la casa de
Dios, y el altar de oro, y las mesas sobre las cuales se ponían los panes de la proposición;
asimismo los candeleros y sus lámparas, de oro puro, para que las encendiesen delante
del lugar santísimo conforme a la ordenanza.

Así como Salomón usó metales preciosos para la adoración, un gran número de almas, que
han cobrado valor por la fe en Jesucristo, destellan en medio de cada congregación
cristiana.

Es impresionante la cantidad de metales preciosos, especialmente oro, que fue utilizado en


el templo que construyó Salomón; no solo se empleó en los utensilios, sino que también en
los acabados del templo; realmente era una obra majestuosa.

Aunque las medidas del templo eran impresionantes para la época, de tal forma que algunos
han llegado a clasificarlo como una de las maravillas del mundo antiguo, lo que le daba su
carácter esplendoroso era la gran cantidad de oro que poseía.

Esta es una buena figura representativa de lo que debe suceder en las iglesias cristianas de
hoy, las cuales no deben reflejar la gloria de Dios por la grandeza de sus edificios, ni por el
número de sus asistentes, sino por el carácter santo de los que han sido transformados por el
Señor; y esto, al igual que le pasa a la luna con el sol, es por el reflejo de la santidad de
Dios que Él mismo, por medio de su Espíritu Santo, ha puesto en el corazón de los
redimidos por Cristo.

Es por ello que Pablo escribió: “Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de
oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros
para usos viles” (2 Timoteo 2:20). Y es que de esta forma Dios nos revela que en una
congregación habrán personas santificadas por el Señor que le darán brillo como los
“utensilios de oro y de plata”; pero que, al mismo tiempo, podrían asistir personas que solo
sean “cristianos” en apariencia, como meros “utensilios de madera y de barro”.

Y es así como el Señor, a través de la misma carta de Pablo, aclara que por medio de la
santificación es que el Señor mismo hace brillar a Sus hijos, cual utensilios de oro y plata
en Su casa: “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra,
santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra” (2 Timoteo 2:21).
Día 184

GLORIA DE DIOS EN EL TEMPLO

2 Crónicas 5:14 Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la
nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.

La verdadera experiencia de aceptación de Dios hacia nuestra adoración consiste en una


clara percepción del peso de Su carácter divino hasta el punto de mostrar como inútiles
nuestros esfuerzos humanos; es por ello que hoy no existe una verdadera adoración si no es
a través del Evangelio de Jesucristo.

Las manifestaciones poderosas que acompañaron el tabernáculo de Moisés, la nube de


gloria que llenó el templo de Salomón y las manifestaciones sobrenaturales que se
presentaron por la obra del Espíritu Santo en la Iglesia primitiva durante el pentecostés,
tenían el propósito divino de autorizar la forma de adorar que Dios mismo había
establecido; y ahora que ya Cristo se reveló como nuestro único mediador ante Dios, queda
demostrado que toda verdadera adoración se da por medio del Salvador.

Era clara la forma en que Dios dejaba sentir algo de Su gloria eterna por medio de una
manifestación tangible, pero aún más claro es el hecho de que con ella se sobreponía a la
humanidad de quienes le rendían adoración; y en el caso del templo de Salomón “no
podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube”, pues al encontrarse
con una mínima expresión de la infinita gloria del Señor ellos percibieron su pequeñez.

Esa inutilidad humana frente a la gloria del eterno y perfecto carácter de Dios tiene su
máxima expresión en el evangelio; porque este demuestra como el ser humano que se
acerca a Dios es totalmente aborrecible por su pecado, pero al mismo tiempo, por la obra de
la gloria divina de Dios a través de Jesucristo, puede acceder a Su presencia.

Es así como el cristiano no se ha acercado meramente al monte humeante del tiempo de


Moisés, ni a la nube del tiempo de Salomón, sino “a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a
la sangre rociada que habla mejor que la de Abel” (Hebreos 12:24); por lo cual su visión de
la gloria de Dios es más clara, al estar dirigida sobre el carácter santo del salvador; y su
sensación de encuentro con Dios es más intensa y duradera, por la obra del Espíritu de Dios
en su corazón.

¿Realmente, por la fe, ha experimentado la gloria de Dios al entregarse a Jesucristo?


¿Realmente percibe la gloria de Dios cuando se acerca a Él por medio de la fe en Jesús?
Día 185

DIOS DE MISTERIO

2 Crónicas 6:1 Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la


oscuridad.

La realidad de la revelación de Dios a los hombres, para salvarlos por medio de Su gracia,
nunca podrá ser usada para ignorar la gran cantidad de misterio que hay en Dios, por lo
infinitamente grande y sabio de su ser; pues aún quienes le hemos conocido por medio de
Jesucristo, debemos decir: “¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus
caminos!” (Romanos 11:33).

Moisés, por inspiración del Espíritu Santo, lo resumió muy bien así: “Las cosas secretas
pertenecen a Jehová nuestro Dios; más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos
para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley” (Dt.29:29); mostrando así
como la revelación escrita: La Biblia, y la encarnada: Jesucristo, han descubierto lo
necesario para la Salvación, más no todo lo que hay en Dios.

Un Dios que posee mucho de Él en el misterio es el único que puede ser verdadero Dios;
porque de lo contrario, si un ser humano pudiera conocerlo a plenitud fácilmente, sería
desbancado de su divinidad para dejársela a la criatura que descifró todos los misterios de
Su ser y de Su obrar.

El que Dios mantenga mucho de su obra en secreto es necesario para que los hombres
pecadores nunca terminen por ejercer su objetivo de hacerse a sí mismos como Dios
(Gn.3:5); y para que los creyentes, redimidos por Jesucristo, se mantengan expectantes y
clamando: Hágase en mí según tu voluntad (Mt.6:10).

Por todo esto, como Salomón cuando vio la nube que cubrió el templo, debemos dar gracias
porque Dios habite en la oscuridad, en la penumbra del misterio; animándonos a conocer
cada vez más de Él a través de lo que nos ha revelado, y ejerciendo también la fe en
aquellos designios de Su voluntad que no alcanzamos a comprender.
Día 186

HUMILLACIÓN Y PERDÓN

2 Crónicas 7:13-14 Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la
langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi
pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se
convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus
pecados, y sanaré su tierra.

La búsqueda de perdón y socorro ante el Dios soberano exige humillación, porque un


corazón humillado es el realmente transformado por la gracia de Dios.

Esta verdad que Dios le reveló a Salomón, fue por haber recibido con agrado la dedicación
del templo; y al mismo tiempo, fue una confirmación gloriosa de Su soberanía sobre su
pueblo, al permitirle a Salomón construir el Templo que Dios mismo, como Señor de Israel,
había determinado para que le adoraran.

Dentro de esta misma realidad de Su Señorío, Dios le mostró a Salomón la forma en que
debían acercarse para pedirle perdón cuando las circunstancias fueran adversas; el
procedimiento inicia con un primer paso que condiciona todo: “si se humillare mi pueblo”;
el segundo paso sirve para generar dependencia del Señor en medio de la aflicción: “y
oraren, y buscaren mi rostro”; y el tercer paso ratifica el resultado que Dios busca: “y se
convirtieren de sus malos caminos”.

Si todo esto, hoy en día, por la fe en Jesucristo, se lleva a cabo, Dios promete tener en
cuenta nuestra petición (“oiré desde los cielos”), pasar por alto nuestras ofensas
(“perdonaré sus pecados”) y cambiar las circunstancias que surgen como resultado de
nuestros pecados (“sanaré su tierra”); pero toda esta restauración siempre comienza con
nuestra humillación ante Su poderosa mano, para asegurar que sea sincera nuestra búsqueda
de Su rostro.

Aunque los que somos hijos de Dios, por la fe en Jesucristo, nunca debemos dudar del pago
completo de nuestros pecados por medio del sacrificio y resurrección del Salvador, siempre
debemos estar dispuestos a orar “Padre nuestro… perdónanos nuestras deudas” (Mateo 6:9-
11); y esto es porque la condición de hijos adoptados por gracia nunca trunca nuestra
necesidad de humillarnos ante el Señor; por el contrario, la profundiza, al saber que hemos
caído en una acto o pensamiento que ofende a un Dios y Padre tan maravillosamente
amoroso y perdonador.

Nunca olivemos lo escrito: “Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1Pedro 5:5-7)
Día 187

ESPÍRITU EDIFICADOR

2 Crónicas 8:1-2 Después de veinte años, durante los cuales Salomón había edificado
la casa de Jehová y su propia casa, reedificó Salomón las ciudades que Hiram le había
dado, y estableció en ellas a los hijos de Israel.

En cada Iglesia cristiana es indispensable la continua edificación de los creyentes en la


Palabra de Dios, para que los problemas y luchas no se esperen como el único motivo de
consulta al Señor; y para así obrar como Salomón, quien construyó en medio del tiempo de
paz y mantuvo enfocado al pueblo en la visión de glorificar a Dios.

Salomón construyó y reconstruyó varias edificaciones durante su reinado; él no tuvo que


distraerse con guerras continuas con sus vecinos, porque “a todo el pueblo que había
quedado de los heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de Israel, los
hijos de los que habían quedado en la tierra después de ellos, a los cuales los hijos de Israel
no destruyeron del todo, hizo Salomón tributarios” (2 Crónicas 8:7-8).

Todo este proceso de construcción sirvió para consolidar el reino y unificar el pueblo,
porque su identidad como pueblo de Dios se afirmaría en el uso del templo; y todo este
proceso de construcción apunta hoy a los que estamos en Cristo, a quienes se nos manda a
ser edificados “como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales
aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1 Pedro 2:5).

La solidificación de cada Iglesia radica en la enseñanza continua y expositiva de las


verdades bíblicas que profundizan la fe en la obra salvadora de Jesucristo (Efesios 2:20-
22); porque la enseñanza bíblica no deja que los creyentes pierdan su visión de glorificar a
Dios cuando no son impulsados a buscarle por medio de aflicciones o dificultades, sino que
los afirma en el Señor y los prepara para toda buena obra.

¿Es usted un buscador de Dios y su verdad solo cuando sufre grandes dificultades? Porque
solo quien permanece meditando y poniendo por obra las palabras de Jesucristo será como
la casa del hombre prudente, a la cual “descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos,
y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo
7:25).
Día 188

LA VERDAD DETRÁS DE LA FAMA

2 Crónicas 9:1, 5 Oyendo la reina de Sabá la fama de Salomón, vino a Jerusalén con
un séquito muy grande, con camellos cargados de especias aromáticas, oro en
abundancia, y piedras preciosas, para probar a Salomón con preguntas difíciles. Y luego
que vino a Salomón, habló con él todo lo que en su corazón tenía. Y dijo al rey: Verdad es
lo que había oído en mi tierra acerca de tus cosas y de tu sabiduría;

Para el cristiano no es importante la fama, sino el testimonio de Cristo detrás de las


apariencias.

La reina de Sabá, al igual que muchos poderosos líderes de su época, llegó a oír de la
Sabiduría de Salomón, de sus riquezas y de la paz de Israel bajo su reinado; pero lo que la
impacto no fue su fama, sino las respuestas que le dio cuando lo conoció y vio su forma de
gobernar y dirigir prósperamente a Israel.

Al igual que la reina de Sabá con Salomón, nuestra fe en Cristo no demanda solamente que
lo busquemos por lo que se dice que Él hace: Sanar al quebrantado, liberar al oprimido y
transformar el corazón esclavizado por el pecado; sino que lo importante es que lo
comprobemos de primera mano, al ser cautivados por sus respuestas a nuestras más
profundas inquietudes y por su solución eterna a nuestra más profunda necesidad: Ser
llenos de las riquezas de la gracia y el amor de Dios.

Es por eso que Cristo dijo a quienes le oían: “La reina del Sur se levantará en el juicio con
esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la
sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar” (Mateo 12:42). Él es más
importante que los personajes famosos de cada época, incluyendo a esta época tan llena de
idolatría hacia los seres humanos.

Incluso quienes se dicen cristianos llegan a idolatrar a sus líderes; o peor aún, a idolatrarse
a sí mismos, con la excusa de exaltar la obra de Dios en sus vidas; y esto solo se detiene
cuando se exalta únicamente al Señor, conociéndolo como el único verdaderamente grande,
y dándolo a conocer a los demás con esa convicción humilde.

Si así hace, el creyente, al dar a conocer al Señor Jesucristo, puede ser grandemente
reconocido, pero por haber dicho la verdad y vivir conforme la misma; así como pasó con
la mujer samaritana, a la cual le dijeron: “Ya no creemos solamente por tu dicho, porque
nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del
mundo, el Cristo” (Juan 4:42).
Día 189

CONSEJO HUMANITARIO

2 Crónicas 10:7-8 Y ellos le contestaron diciendo: Si te condujeres humanamente con


este pueblo, y les agradares, y les hablares buenas palabras, ellos te servirán siempre.
Mas él, dejando el consejo que le dieron los ancianos, tomó consejo con los jóvenes que se
habían criado con él, y que estaban a su servicio.

Para ser un verdadero líder es necesario escuchar a aquellos que desde la experiencia han
aprendido a aplicar el mandato de Cristo: “todas las cosas que queráis que los hombres
hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12).

Roboam no supo valorar el carácter divino del consejo de los ancianos; ellos, tras la muerte
de Salomón, sabían que detrás de su petición de reducción de impuestos el pueblo solo
buscaba un líder compasivo; pero Robaoam prefirió seguir el consejo de sus jóvenes
amigos, que como él querían imponer su voluntad por encima de toda la nación.

No es diferente en el día de hoy; la mayoría, con la excusa de estar ejerciendo el poder para
mejorar, prefiere obviar las sugerencias o peticiones de los suyos. Muchos padres dentro
del hogar, jefes en el ejercicio de su trabajo y hasta “ministros” en las congregaciones
cristianas prefieren generar un caos interno antes de oír a quienes están bajo su dirección;
olvidan que el verdadero líder es aquel que sirve a los demás.

Los verdaderos creyentes en Cristo, siguiendo sus palabras: “El que es el mayor de
vosotros, sea vuestro siervo” (Mateo 23:11), siempre debemos buscar el bien de los demás;
de tal forma que, sin ir en contra de la voluntad del Señor, siempre busquemos tratar de
forma humanitaria a nuestros consiervos y prójimos.

Asegurémonos de no dejar nublar nuestro entendimiento por la posición social que


ejercemos, para que solo prestemos atención a quienes realmente nos aconsejan conforme a
la voluntad de Dios; y así reflejaremos aún más a Cristo, nuestro salvador.
Día 190

PASANDO POR ALTO LA OFENSA

2 Crónicas 11:4 Así ha dicho Jehová: No subáis, ni peleéis contra vuestros hermanos;
vuélvase cada uno a su casa, porque yo he hecho esto. Y ellos oyeron la palabra de
Jehová y se volvieron, y no fueron contra Jeroboam.

Por grande que sea el daño que nos hagan, siempre podemos confiar en que Dios está al
control, al punto de poder dejarle las circunstancias a Él sin caer en la venganza.

En el caso de Roboam, al sentirse tentado por reconquistar las tierras de Israel luchando
contra sus compatriotas, Dios lo contuvo; el Señor lo mandó a detenerse porque Él mismo
había dirigido esa circunstancia, porque era Dios quien estaba detrás de la división que
había sucedido por medio de la rebelión de Jeroboam.

Para que Roboam no luchara, ni procurara hacer justicia por su mano, Dios tuvo que
convencerlo de Su soberano control sobre tan terribles circunstancias; y al mismo tiempo le
dio a entender que esto era consecuencia de la soberbia y necedad con que el mismo
Roboam había asumido el trono.

Así mismo, cada cristiano que desea aprender a pasar por alto las ofensas en su contra,
evitándose el caer en la venganza, debe comprender y estar profundamente convencido del
control soberano de Dios en todo; pero al mismo tiempo, debe permitir que el Señor le
muestre y le corrija los pecados a través de los cuales esa situación se dio como
consecuencia.

Esto sucede solo con verdaderos creyentes, que entienden que Dios nunca pierde el control
de sus vidas, ni del universo entero; y que al mismo tiempo comprenden que siempre serán
responsables ante Él de todos sus actos.

Recuerde: “La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.”
(Proverbios 19:11).
Día 191

RESULTADO DE DEJAR A DIOS

2 Crónicas 12:1, 5 Cuando Roboam había consolidado el reino, dejó la ley de Jehová, y
todo Israel con él. Entonces vino el profeta Semaías a Roboam y a los príncipes de Judá,
que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así ha dicho Jehová:
Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado en manos de Sisac.

Olvidarnos de lo que Dios ha revelado en su Palabra, para dedicarnos a disfrutar de los


beneficios terrenales que Él da, es tomado por el Señor como un rechazo hacia Él; por lo
cual no es extraño que Dios nos abandone también en momentos de necesidad.

Roboam llegó a estabilizar su reino en el Sur, pero luego de eso “dejó la ley de Jehová”;
seguramente no se percató que Dios no está simplemente para resolvernos problemas, sino
para gobernar y dirigir nuestra vida conforme a Su voluntad; y por ello Dios lo abandonó en
manos de sus enemigos.

Claro, cuando ellos clamaron desesperados al Señor, acordándose de nuevo de Él, y


“cuando Jehová vio que se habían humillado, vino palabra de Jehová a Semaías, diciendo:
Se han humillado; no los destruiré; antes los salvaré en breve, y no se derramará mi ira
contra Jerusalén por mano de Sisac.” (2 Crónicas 12:7).

Pero Dios, que sabía que solo le buscaban por conveniencia, también les dijo: “Pero serán
sus siervos, para que sepan lo que es servirme a mí, y qué es servir a los reinos de las
naciones” (2 Crónicas 12:8). El Señor les dejó una clara consecuencia de su pecado, para
que no se olvidaran de Él.

Al creyente en Cristo Dios sigue demandándole que le busque de continuo a través de la


oración y el estudio de su Palabra, porque el cristianismo bíblico no consiste en venir a
Cristo una vez para recibir la salvación y de vez en cuando para recibir ayuda en las cosas
de esta vida; No, el cristianismo radica en estar sometidos continuamente al Señorío de
Cristo, para conocer cada vez más a Dios y obedecerle fielmente en cada circunstancia.

No olvide lo que Cristo dijo: “separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).
Día 192

APOYADOS POR DIOS

2 Crónicas 13:18 Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel tiempo, y los hijos
de Judá prevalecieron, porque se apoyaban en Jehová el Dios de sus padres.

La diferencia real entre la prosperidad verdadera y la que falsamente ofrece el mundo,


radica en el apoyo del Señor; porque solo se prospera realmente cuando se está bajo el
favor de Dios por la fe en Jesucristo.

Después de dividido el pueblo israelita en el Reino del norte (Israel) y el del Sur (Judá),
estos tuvieron enfrentamientos entre sí; pero esta primera batalla fue precedida por un
sensato y elocuente discurso de Abías (Rey de Juda), este intentó hacer recapacitar al
ejército de Jeroboam (Rey de Israel) recordándoles como ellos habían expulsado a los
sacerdotes y habían levantado estatuas de becerros para adorarlos en sus lugares sagrados;
por lo cual, les advirtió: “he aquí Dios está con nosotros por jefe, y sus sacerdotes con las
trompetas del júbilo para que suenen contra vosotros. Oh hijos de Israel, no peleéis contra
Jehová el Dios de vuestros padres, porque no prosperaréis” (2 Crónicas 13:12).

Al fin y al cabo los del Reino del Norte, por haber abandonado los mandatos del Señor y
querer pelear contra quienes los guardaban, terminaron peleando contra Dios. No podían
alegar la historia de cuando alguna vez fueron fieles a Dios, los del reino del Norte,
simplemente se hallaron peleando contra Dios y por ello fueron derrotados.

Así mismo, ninguna persona, familia, congregación, o grupo humano, por grande e
histórico que sea, puede apoyarse en su historia de fidelidad pasada a Dios; si ahora ha
abandonado la Palabra del Señor, o aún peor está en contra de quienes siguen fielmente a
Dios por la fe en Jesucristo, su vida nunca prosperará; así se llegue a tener abundancia
material en esta vida, ella solo servirá de mayor juicio para usted delante de Dios.

Si quiere el apoyo del Señor en sus batallas, nunca pierda la pasión por servirle conforme a
su Palabra; porque el Señor sabe honrar a los que le honran conforme al evangelio de
Jesucristo.
Día 193

PAZ PRODUCTO DE DERRIBAR LA IDOLATRÍA

2 Crónicas 14:2-5 E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová su Dios. Porque
quitó los altares del culto extraño, y los lugares altos; quebró las imágenes, y destruyó los
símbolos de Asera; y mandó a Judá que buscase a Jehová el Dios de sus padres, y pusiese
por obra la ley y sus mandamientos. Quitó asimismo de todas las ciudades de Judá los
lugares altos y las imágenes; y estuvo el reino en paz bajo su reinado.

Quien lucha contra los ídolos que invaden su vida, por servir al verdadero Dios a través de
la fe en Jesucristo, obtiene la paz incomparable del Señor como recompensa.

Asa disfrutó durante su reinado de gran paz; pero esta era el fruto de su entrega fiel al Señor
por medio de la lucha directa contra la idolatría. En medio de un mundo tan comprometido
con todas las “deidades” disponibles, Asa decidió permanecer fiel al Señor y fomentar la
fidelidad en el pueblo de Israel.

En medio del mundo de hoy también sobresalen los líderes cristianos que realmente se
guardan de toda idolatría, extirpando de sus corazones todo amor que se sobreponga al
amor a Dios, y promoviendo la misma actitud en medio de sus hermanos en la fe.

Hoy no solo luchamos contra la idolatría a estatuas o monumentos religiosos; en las iglesias
cristianas también luchamos contra la idolatría a los hombres carismáticos, a los sistemas
eclesiásticos, a las experiencias místicas anti-bíblicas, a la intelectualidad teológica sin el
poder del Espíritu Santo, al dinero (que es avaricia) y a todo aquello que el mundo nos
ofrece como remplazo del gozo que solo produce una relación fiel con Dios por medio de
Su Hijo Jesucristo.

Si queremos la paz de Dios en nuestra vidas, debemos estar dispuestos a librarnos de toda
idolatría; “Por tanto, amados míos, huid de la idolatría” (1 Corintios 10:14).
Día 194

EFECTIVIDAD PROFÉTICA

2 Crónicas 15:1-2, 8 Vino el Espíritu de Dios sobre Azarías hijo de Obed, y salió al
encuentro de Asa, y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con
vosotros, si vosotros estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si
le dejareis, él también os dejará. Cuando oyó Asa…cobró ánimo, y quitó los ídolos
abominables de toda la tierra de Judá y de Benjamín…

Al igual que los profetas bíblicos, los cristianos nunca seremos evaluados por Dios de
acuerdo a la aceptación de los demás a nuestro mensaje, sino por nuestra fidelidad para
derribar la idolatría del corazón por medio del evangelio de Jesucristo.

Asa se animó con las palabras del profeta Azarías a continuar de forma exhaustiva la
erradicación de la idolatría, y esto sucedió porque el Espíritu Santo aplicó a su corazón el
mensaje que le traía a través de la vida del profeta; porque la profecía no tenía el objetivo
de entretener con ilusiones de este mundo, ni con meras visiones futuristas, sino denunciar
la idolatría y llamar al arrepentimiento a cada idólatra.

Esa es la verdadera misión de una profecía, y por consiguiente de un verdadero ministro


profético: Denunciar el pecado y llamar al arrepentimiento. Cada milagro que los profetas
bíblicos hicieron, cada visión futurista del mundo que proclamaron, y cada acto particular
que realizaron para ilustrar su mensaje con sus propias vidas, no tenía otro objetivo más que
el de dejar al descubierto el pecado de sus oyentes y llevarlos arrepentidos a la obediencia
al Señor.

La función profética actual de quienes somos cristianos no radica en darle a nuestras


palabras la misma categoría de las de los profetas bíblicos, ni en equiparar la respuesta de
Dios a nuestras oraciones con los milagros de estos profetas, ni mucho menos en igualar la
guía que el Señor nos da para la iglesia con las revelaciones escatológicas registradas en la
Biblia; No, nuestra función profética consiste en usar la Biblia, “la palabra profética más
segura” (2 Pedro 1:19), para denunciar el pecado y para llamar al pecador al
arrepentimiento, de tal forma que se de una entrega por completo a Dios.

Denunciemos el pecado, llamemos al arrepentimiento; y si hay una respuesta en los demás,


entonces realmente habremos sido tan efectivos como los profetas bíblicos; como Juan el
Bautista y como nuestro mismo Salvador, el Señor Jesucristo.
Día 195

CONSECUENCIAS DE NO APOYARSE EN DIOS

2 Crónicas 16:7 En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo:
Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso
el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos.

Si no dejamos de apoyarnos en el Señor, a pesar del poder mundano de los hombres que
nos rodean, veremos Sus maravillas; pero si nos apoyamos en las personas, como
deberíamos hacerlo en el Señor, no seremos respaldados por Dios.

Hanani fue le portavoz de Dios para aclararle al rey Asa que su alianza con el rey de Siria
para combatir al reino del Norte (Israel) desagradó al Señor, y que además sirvió de
tropiezo para que se le hubiera asegurado el derrotar a los Sirios. En su humanidad Asa
apeló a una Alianza, desconfiando del Señor y perdiendo Su apoyo completo.

Así nos sucede cuando nos adelantamos a establecer soluciones rápidas por medio de meros
recursos humanos; ya que, por más poderosas que sean las personas que se nos unen, y por
más grande que sea su ayuda, nunca se igualan al poder y ayuda de nuestro Dios, el cual
menospreciamos cuando nos aliamos con otros sin Su dirección.

Si en los problemas personales, familiares, laborales, financieros, o de cualquier otro tipo,


preferimos buscar la ayuda de las personas antes que la del Señor, estaremos desconfiando
de Él y perdiéndonos de cosas mejores que Él ha dispuesto para nosotros.

No es que Dios no pueda usar a otros para bendecirnos, sino que Dios desea que nuestro
corazón solo repose en Él, para que verdaderamente estemos seguros y para que realmente
Él se lleve la gloria en nuestras vidas.

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en


todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6)
Día 196

DIOS CUIDA A QUIEN BUSCA CONOCERLE

2 Crónicas 17:9-10 Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley de Jehová,


y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo. Y cayó el pavor de Jehová
sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá, y no osaron hacer
guerra contra Josafat.

Saber quién es Dios y profundizar cada día más en el conocimiento de Él, eso es lo que
realmente protege una vida de los enemigos de su alma.

Es claro que “Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David
su padre, y no buscó a los baales, sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus
mandamientos, y no según las obras de Israel” (2 Crónicas 17:3-4); pero también Josafat
procuró que todo el pueblo conociera al Señor por medio de las escrituras.

Para Josafat no solo era importante tener una relación personal correcta con el Señor, más
bien quería que todo su pueblo pudiera acercarse a Dios conforme a la revelación escrita de
sus mandamientos. Esto es lo que siempre sucede con un verdadero corazón entregado al
Señor: Nunca deja de meditar, practicar y enseñar la Palabra de Dios; porque el Señor
nunca deja de ser el primero y único indispensable en su vida.

Para el cristiano es igual; porque solo por medio de su relación con Cristo, y promulgando
las bondades de su salvador, es que el cristiano realmente percibe la soberana protección de
Dios sobre su vida.

Y aunque en Cristo no se nos garantice que nunca sufriremos a manos de otros, si se nos
asegura la preservación de nuestra alma en medio de toda circunstancia, conforme las
palabras de nuestro salvador: “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de
todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero” (Jn6:39)
Día 197

LA DURA VERDAD

2 Crónicas 18:7 El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay aquí un hombre por el
cual podemos preguntar a Jehová; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa
buena, sino siempre mal. Este es Micaías hijo de Imla. Y respondió Josafat: No hable así
el rey.

Es mejor saber la dura verdad, que Dios tiene para darnos, que vivir engañados por la suave
mentira de quienes usan el nombre de Dios solo para agradar a los hombres.

Josafat, rey de Judá, y Acab, rey de Israel, se juntaron por petición de este último para ir en
batalla contra Ramot de Galaad; y Josafat, siendo un hombre de Dios, no se conformó con
lo que le decían los cuatrocientos profetas que Acab tenía bajo su servicio, sino que le
solicitó a Acab que mandara por un verdadero profeta de Jehová, uno que no hablara para
agradar al rey de turno, uno que dijera la verdad de parte de Dios por dura que fuera.

El profeta Micaías aclaró que perderían la batalla, que Acab moriría, y que así lo había
destinado el Señor al enviar un espíritu de engaño en la boca de los profetas personales de
Acab. La reacción de Acab fue golpear, insultar y poner preso al profeta; luego se disfrazó
para que no lo conocieran en el campo de batalla y mandó a Josafat con las ropas reales
como señuelo distractor; y a pesar de todo ello perdió la batalla; a Josafat no lo mataron
porque se dieron cuenta que no era Acab; y a pesar de su disfraz, una flecha tirada a la
ventura hirió fatalmente a Acab, y murió al ponerse el sol.

¿No es mejor ser confrontados con la verdad para permitirnos la oportunidad de


arrepentirnos y de alcanzar la misericordia de Dios? ¿Dejará el Señor de hacer su voluntad
en nuestras vidas solo porque nosotros nos llenamos de las mentiras de aquellos que solo
buscan el beneficio de exaltar al ser humano?

Debemos buscar la verdad de Dios en su Palabra, oyendo solo aquellos que la interpretan
correctamente, por la fe en Jesucristo, para la transformación de nuestras vidas, y para la
exaltación de la Gloria del Señor. De razón Jesucristo dijo: “Mirad lo que oís” (Marcos
4:24).
Día 198

EL TEMOR DE JEHOVÁ

2 Crónicas 19:6-7 Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar
de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis. Sea, pues,
con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no
hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho.

Si cada responsabilidad en nuestra vida es asumida con la seguridad de estar representando


a Dios, temeremos hacer lo que Él aborrece, y amaremos actuar reflejando Su santidad.

En el día de hoy, muchos dicen que a Dios realmente no se le debe temer, sino amar; pero
aquí vemos como el rey Josafat, un hombre que amaba a Dios, infundió en el corazón de
sus funcionarios el temor de Jehová; y lo hacía por la sencilla razón de que les sirviera
como freno a toda posibilidad de corrupción en la práctica a estos jueces.

No es lo mismo que se nos amenace con alguien cercano e inofensivo a que se nos
amedrente con alguien lejano y temible; no es igual el temor humano al temor de Dios,
porque sencillamente Dios es infinitamente superior al hombre.

Esa es la dificultad en la actualidad; ya que en el afán humano por exaltar al hombre, se ha


disminuido la concepción de Dios al punto de tener un “dios” tan pequeño que no inspira el
menor temor, y por ello Él debe apelar solo a Su “amor” para convencernos; y dicho sea de
paso, eso tampoco se acerca al maravilloso e inigualable amor de Dios, sino que se parece
más al sentimentalismo sin sentido de la actualidad.

Cuán grande es Su amor, así es de terrible Su justa ira por el pecado; y siendo Él mismo
Dios, puede contenernos de pecar por medio del amor y del temor a Él, siendo este último
la expresión reverente de quien se sabe salvo de la condenación eterna por la fe en
Jesucristo. El cristiano se sabe amado por el mismo Dios que es digno de temer.

Cristo mismo describió a Dios como digno de temer al decir: “Y no temáis a los que matan
el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma
y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28). ¿A quién teme usted?
Día 199

EL SECRETO DE LA VICTORIA

2 Crónicas 20:3-4 Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar
a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. Y se reunieron los de Judá para pedir
socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a
Jehová.

Derramar el corazón a Dios, suplicando su ayuda y confiando en su buena voluntad por


medio de la fe en Jesucristo; solo así se puede esperar que el Señor pelee por nosotros y nos
de la victoria.

Josafat no quiso ocultar su temor, ni aparentar que sabía exactamente que hacer; tan pronto
fue informado de la multitud tan grande que venía en contra de su reino, y sabiendo que no
tenían posibilidad de sobrevivir al ataque, prefirió ir a los pies de Dios e impulsar a todo
Judá a hacer lo mismo con él.

La misma Biblia relata cómo Josafat presidió la oración proclamando su fe en el poder y en


la buena voluntad de Dios para con su pueblo; se registra como el Señor les contestó por
medio de un profeta, diciéndole que pelearía por ellos; y también se reseña como sus
enemigos entraron en confusión y se aniquilaron entre ellos mismos. Todo porque Dios fue
quien luchó por su pueblo, el pueblo que clamó en unidad ante Él.

Este sigue siendo el secreto de la victoria de quienes realmente confiamos en Dios, aquellos
que nos hemos acercado a Él por medio de la obra salvadora de Jesucristo: Humillarnos
ante Él en oración, recociendo, si es necesario públicamente, nuestra debilidad, y esperando
que Él nos de la victoria en el nombre de Jesucristo.

Cristo, enseñando sobre la oración, dijo: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos,
que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?” (Lucas 18:7).
Día 200

DIME CON QUIEN ANDAS

2 Crónicas 21:5-6 Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años, y reinó ocho
años en Jerusalén. Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de
Acab; porque tenía por mujer a la hija de Acab, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová.

Si me uno permanentemente con quien no busca agradar a Dios, y termino por seguir sus
pasos, nunca podré alegar que Dios sea infiel a Su promesa por dejar que me sobrevengan
las consecuencias de mi necedad.

Esta sección de la Biblia se refiere a Joram, rey de Judá, descendiente de Josafat, quien se
casó con una hija de Acab; este último fue el rey de Israel que más se opuso a los
mandamientos de Dios. No sabemos si Joram ya se había apartado de su fidelidad a Dios
antes de casarse, pero si sabemos que luego de hacerlo promovió abiertamente los cultos
idolátricos que se oponen directamente al Dios de la Biblia.

Elías envió la siguiente carta a Joram: “Jehová el Dios de David tu padre ha dicho así: Por
cuanto no has andado en los caminos de Josafat tu padre, ni en los caminos de Asa rey de
Judá, sino que has andado en el camino de los reyes de Israel, y has hecho que fornicase
Judá y los moradores de Jerusalén, como fornicó la casa de Acab; y además has dado
muerte a tus hermanos, a la familia de tu padre, los cuales eran mejores que tú; he aquí
Jehová herirá a tu pueblo de una gran plaga, y a tus hijos y a tus mujeres, y a todo cuanto
tienes; y a ti con muchas enfermedades, con enfermedad de tus intestinos, hasta que se te
salgan a causa de tu persistente enfermedad” (2 Crónicas 21:12-15).

¿Fue Dios muy duro con Joram? Porque realmente le sucedió lo que Elías le profetizó y
terminó muriendo de forma muy dolorosa. Realmente el Señor solo dejó que a Joram le
sobrevinieran las consecuencias de su desobediencia, y así lo castigo justamente.

¿Será injusto el Señor si me reprende por mi desobediencia al juntarme neciamente con


quienes le aborrecen? No. Y precisamente sobre dejar las compañías que nos llevan a
tropezar en el pecado era que Cristo hablaba cuando dijo que es mejor entrar sin un pie, o
sin una mano, o sin un ojo al cielo, que ir completos al infierno. (Mateo 18:7-9).

Mire bien si Dios esta siendo glorificado en sus relaciones con otros, y evítese el tropezar
de nuevo en el pecado del cual fue librado por Cristo a través Su obra salvadora
Día 201

DIME QUIEN TE ACONSEJA

2 Crónicas 22:2-3 Cuando Ocozías comenzó a reinar era de cuarenta y dos años, y
reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre fue Atalía, hija de Omri. También él
anduvo en los caminos de la casa de Acab, pues su madre le aconsejaba a que actuase
impíamente.

Por más grande que sea la conexión que tengamos con una persona, incluso de nuestra
propia familia, nunca debemos permitir que nos aconseje para ir en contra de la voluntad de
Dios revelada en Su Palabra; porque si lo hacemos, terminaremos participando del juicio
que pende sobre nuestro consejero.

¿Quién más indicada para aconsejar que una madre?, pero cuando esta deliberadamente ha
seguido los pasos de sus antepasados llenos de pecado, y solo sabe enseñar a desobedecer
abiertamente a Dios, y espera el momento adecuado para usurpar la posición privilegiada
de otros así tenga que matarlos, No está calificada como buena consejera. Esta es una
descripción de Atalía, la que fue la madre de Ocozías.

Al final, por seguir los consejos de su madre, Ocozias terminó muerto, mientras su madre
trataba de seguir en el trono por medio del asesinato de los demás herederos del reino de
Judá. ¡Qué familia tan perversa, y que manera de dejarse mal aconsejar!

Nunca debemos subestimar el poder de un consejo para ayudarnos a servir a Dios, pero
también debemos saber que algunos consejos podrían estorbarnos en nuestro caminar con
Él; por lo cual, no debemos dar por sentado que nuestros amigos y familiares, ni siquiera
nuestros padres, nos están aconsejando bien por el simple hecho de estar ligados a nosotros;
porque resentimiento, envidia, celos, avaricia, rencor, o cualquier otro pecado anidado en el
corazón, puede llegar a ser la motivación de quien nos aconseja; y si seguimos sus consejos
terminaremos tan mal como ellos, porque sus motivaciones terminaran siendo también las
nuestras.

Si usted quiere ser guiado por Jesús, a través de Su Palabra, antes de seguir el consejo de
alguien debe recordar las palabras del Señor: “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su
padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no
puede ser mi discípulo” (Lucas 14:26).
Día 202

GUERRA SACERDOTAL

2 Crónicas 23:11 Entonces sacaron al hijo del rey, y le pusieron la corona y el


testimonio, y lo proclamaron rey; y Joiada y sus hijos lo ungieron, diciendo luego: ¡Viva
el rey!

Como Joiada, el sumo sacerdote que dirigió al pueblo para ungir al rey de Judá en remplazo
de la perversa Atalía; así mismo está llamado todo creyente en Cristo para ejercer su oficio
sacerdotal, impulsando al pueblo de Dios a orar valientemente en busca de verdaderos
siervos suyos para su Iglesia.

Joiada realmente no luchó, solo organizó valientemente a todo el reino del sur para ungir al
descendiente de David en el trono; él sabía que Atalía se opondría, y aun así organizó a
todos en sus puestos, especialmente a los sacerdotes y levitas. Cada uno sintió y siguió el
llamado de Dios a permanecer en pie valientemente por su pueblo.

Este también es el llamado para los creyentes en Cristo de hoy, a permanecer en pie de
lucha, batallando en oración por el pueblo de Dios, por sus líderes; para que realmente sean
los llamados y ungidos por Dios los que presidan en cada congregación cristiana.

No es tiempo de quejarnos, aunque la situación sea terrible; porque no venceremos la


infiltración de Satanás en medio del liderazgo cristiano como meros hombres, sino de
rodillas, por medio de la guerra sacerdotal de la oración y del clamor a Dios.

No se trata de pedir en contra de nadie, sino de seguir los pasos del sumo sacerdote de
nuestra fe: Jesucristo; Él pudo orar ante sus enemigos diciendo: “Padre, perdónalos, porque
no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).

Ese es el tipo de oración con que Cristo venció en la cruz y ganó nuestra redención; y ese es
el tipo de oración que vence el rencor y el resentimiento, rindiéndose ante al Señor para que
obre conforme a Su voluntad, para Su gloria y para el bien de Su pueblo.

¡Luche y venza de rodillas, como un guerrero sacerdotal!


Día 203

HACIENDO MEMORIA

2 Crónicas 24:22 Así el rey Joás no se acordó de la misericordia que Joiada padre de
Zacarías había hecho con él, antes mató a su hijo, quien dijo al morir: Jehová lo vea y lo
demande.

Recordar siempre la forma en que los demás nos han impulsado a servir fielmente al Señor
nos evitará caer en la ingratitud para con ellos; pero sobre todo, nos evitará caer en
infidelidad para con el Señor.

Joás se sintió tan conmovido por la forma valiente en que el sacerdote Joiada, por amor a
Dios y a su pueblo, promovió su nombramiento como rey, que dirigió una campaña de
recolección de dinero para restaurar los daños y robos que el templo sufrió bajo el mandato
de la idólatra y cruel Atalía; y según el dinero que se iba recogiendo, se fue restaurando el
templo, hasta que quedó terminada la obra.

Pero luego de esto, años después, cuando Joiada murió, Joás olvidó su entusiasmo por el
Señor y Su casa; y conforme lo registra la Escritura: “desampararon la casa de Jehová el
Dios de sus padres, y sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes esculpidas.” (2
Crónicas 24:18). Y aunque el mismo hijo de Joiada, Zacarías, lleno del Espíritu de Dios, los
confrontó por sus pecados, aun así no se arrepintieron sino que “hicieron conspiración
contra él; y por mandato del rey lo apedrearon hasta matarlo en el patio de la casa de
Jehová” (2 Crónicas 24:21).

¿Qué clase de recuerdo de Joiada tenía Joás y de su forma de impulsarlo a servir a Dios?;
porque Joás llegó a mandar a matar a Zacarías, el hijo de Joiada, solo porque quiso frenar
su pecado y evitar la reprensión del Señor sobre todo el pueblo. ¿Qué clase de memoria
tenemos de todo lo que Dios nos ha bendecido por medio de otras personas cuando las
olvidamos; y cuando, yendo en contra de sus ejemplos de santidad, caemos en infidelidad
con Dios y no recibimos la corrección que estas personas nos ofrecen?

Antes de caer en desobediencia al Señor “traed a la memoria los días pasados, en los cuales,
después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos” (Hebreos
10:32) por amor al Señor Jesucristo, siendo inspirados por otros creyentes.
Día 204

PERDER PARA GANAR

2 Crónicas 25:9 Y Amasías dijo al varón de Dios: ¿Qué, pues, se hará de los cien
talentos que he dado al ejército de Israel? Y el varón de Dios respondió: Jehová puede
darte mucho más que esto.

Abandonar todo lo que hemos planeado por seguir la voluntad de Dios trae como
recompensa la mano poderosa del Señor sobre nuestras vidas.

Amasías, el rey de Judá, en su inminente guerra contra el pueblo de Edom, contrató una
multitud de guerreros del ejército de Israel; y por ello el Señor, a través de un profeta, le
exigió que renunciara a ese ejército Israelí, porque desde los Israelitas (El reino del norte)
se habían desviado de la revelación bíblica de Dios y de Su voluntad.

Entonces Amasías, dejando a los guerreros de Israel fuera de la batalla, se atrevió a confiar
en el Señor, quien terminó por darles la victoria de forma milagrosa. Pero esto no sucedió
sin antes haber sido exhortado por el mismo profeta a confiar en que Dios podría darles
mucho más que el dinero que perderían por haberle pagado a un ejército de israelitas que no
llevarían a la guerra.

La vida del creyente no se trata simplemente de cuanto debemos dejar por el Señor, sino de
todo lo que el Señor tiene para darnos por menospreciar al mundo y servirle a Él.

No se trata de cuánto dinero, amistades, familiares, labores, deleites, y bienes perderemos


por servir a Cristo, sino de cuanto ganamos al rendir nuestra vida al salvador eterno; lo cual
no se puede ni llegar a comparar.

Jesús enseñó: “De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio que
no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y
tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.”(Mr.10:29-30). Es más lo
que tenemos en Cristo que lo que el mundo ofrece.
Día 205

BUSCAR A DIOS TRAE PROSPERIDAD

2 Crónicas 26:5 Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en


visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó.

Si prosperar es ser ayudado por Dios en la labor a la cual Ël nos ha llamado, entonces solo
al vivir en búsqueda continua de Su persona y Su voluntad seremos verdaderamente
prosperados.

El rey Uzías aprovechó el ministerio de Zacarías para profundizar su relación con Dios; él
entendió que cuando se está junto a personas a través de las cuales el Señor trae una
manifestación especial de Su gracia, es cuando podemos aumentar nuestro conocimiento de
Dios; y por ello el Señor le prosperó.

Esto no es casualidad, ni resultado de una mera obligación que Dios tenga para con el que
le busca, sino la expresión de la verdadera prosperidad. El que busca a Dios prospera,
porque estar con Él es la única prosperidad real.

No se trata de entregar cuotas de búsqueda para recibir en pago porciones de prosperidad


divina, sino de deleitarse en conocer a Dios, disfrutando de Su guía, corrección y provisión;
lo cual constituye el ser realmente próspero.

Al vivir en medio de una generación tan llena de ambición, siempre es bueno recordar que
la prosperidad divina incluye a Dios como Señor y no como mero proveedor; por ello,
cuando se nos presenta una situación, o una persona, a través de la cual Dios nos llama a
profundizar nuestra relación con Él, debemos entender: Dios me quiere prosperar.
Día 206

HOMBRE DE BIEN EN PUEBLO CORRUPTO

2 Crónicas 27:2 E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que
había hecho Uzías su padre, salvo que no entró en el santuario de Jehová. Pero el pueblo
continuaba corrompiéndose.

Así como la santidad de una sola persona no puede opacar la perversión de todo un pueblo;
así mismo, nunca la perversión del pueblo es excusa para no andar en santidad y obediencia
personal ante Dios.

El rey Jotam llegó a andar en rectitud delante de Dios como lo hizo su padre Uzías, e
incluso mejor que él; porque Uzías llegó a enorgullecerse al punto de querer ejercer la
función que era solo de los sacerdotes. Es por ello que al decir como Jotam imitó el buen
ejemplo de su padre, la Biblia aclara que no cayó en lo mismo que Uzías, al registrar:
“salvo que no entró en el santuario de Jehová”.

Jotam estuvo por encima del nivel de su Padre, pero ni aun así el pueblo dejó sus malos
caminos; por el contrario, la Palabra de Dios registra que “el pueblo continuaba
corrompiéndose”.

Esto no fue usado por Jotam como excusa para no andar en rectitud, ni para desatender las
demandas de su Señor; como tampoco debe ser la excusa del cristiano en el día de hoy que,
viendo el nivel de corrupción moral que se desarrolla en todos los rincones de la sociedad,
debe estar cada vez más enfocado en servir y glorificar a su Señor.

Claro, cada hijo de Dios ora y espera que el Señor, por medio de su vida consagrada y su
predicación, llame a muchos a los pies de Cristo; pero al ver la decadencia espiritual de la
humanidad, que se degrada cada vez más en sus pecados y lo proclama como un avance de
la sociedad, el creyente de Jesucristo tiene mayor responsabilidad de cumplir su llamado de
ser luz en medio de las tinieblas.

Cristo mandó a que como el candelero en lo alto, “Así alumbre vuestra luz delante de los
hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos.” (Mateo 5:16).
Día 207

EXTREMA REBELDÍA

2 Crónicas 28:24 Además de eso recogió Acaz los utensilios de la casa de Dios, y los
quebró, y cerró las puertas de la casa de Jehová, y se hizo altares en Jerusalén en todos
los rincones.

Arremeter contra los elementos vinculados a la adoración verdadera es muestra de extrema


rebeldía al Señor; por lo cual, hoy en día, quien se interpone directamente contra la oración,
la predicación expositiva de las Escrituras, los cantos espirituales, la intercesión y demás
aspectos fundamentales del culto cristiano, se opone al Señor.

Acaz no solo quiso mezclar los cultos idolátricos con el culto verdadero a Dios, sino que se
dispuso a despojar de sus utensilios al templo y cerró sus puertas; este, siendo de la
descendencia del pueblo de Dios, se opuso directamente a la forma de adoración
establecida por el Señor, y por lo tanto se opuso directamente en contra de Dios.

Hoy es igual, muchos, desde dentro de los movimientos denominados cristianos, arremeten
con argumentos filosóficos o espiritualistas en contra de los elementos principales de la
adoración cristiana; dicen que no es necesario tanto estudio de la Biblia y proponen no orar
en demasía, ni entonar cantos que exalten al Señor; por el contrario, prefieren un mensaje
sencillo, corto y práctico, una supuesta oración sencilla que apele más al positivismo
humanista que al clamor y a la dependencia de Dios; y cantos y demás elementos que solo
deben extenderse en la medida en que recreen o entretengan, sin que confronten,
redarguyan y reprendan en el nombre de Dios.

¡Qué terrible es abandonar a Dios por el mundo, pero más terrible aún es arremeter en
contra de lo establecido por Dios por quedarnos con lo que nos da el mundo!

Ante la forma tan clara en que se está desmantelando la adoración cristiana verdadera,
debemos responder conforme nos enseña la Biblia: Contendiendo ardientemente por la fe
(Judas 1:3, promoviendo el estudio profundo de las Sagradas Escrituras, la oración
ferviente y sumisa a la voluntad de Dios, y los cantos verdaderamente espirituales, bíblicos
y llenos de las doctrinas del Evangelio.
Día 208

DIOS A TRAVÉS DE UNA MADRE

2 Crónicas 29:1-3 Comenzó a reinar Ezequías siendo de veinticinco años, y reinó


veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías. E hizo
lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su
padre. En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de
Jehová, y las reparó.

Así como la Biblia resalta de forma particular a la madre de Ezequías, antes de reseñar
como este restauró la adoración a Dios, también muchas madres serán enaltecidas en el
cielo por haber dirigido sus hijos hacia la restauración de sus vidas, por la fe en Jesucristo.

Ezequías logró restaurar en apenas quince días el servicio de adoración que llevaba años
caído; y lo hizo por medio de la convocación a los levitas para que restauraran y limpiaran
el templo. Pero esto no hubiera sido posible si el mismo rey no estuviera convencido de la
necesidad de volverse completamente hacia el Señor.

Esta necesidad parece haberle venido de Dios a través de su madre, la cual era hija de
Zacarías; y esto es deducible del hecho de tenerla registrada como antecesora de Ezequías
en vez de su padre, porque esto solo se hace en la Biblia con las mujeres que han jugado un
papel fundamental en el reino de Dios, ya que por lo general se registraban los nombres de
los varones.

Tal vez Abías recibió del mismo Zacarías esa necesidad de adorar a Dios y restaurar la
comunión del Señor con Su pueblo; y esto seguramente fue transmitido a Ezequías, quien
se atrevió a luchar porque Dios fuera de nuevo el Señor desde Su templo.

¡Qué papel tan fundamental juega en la vida de sus hijos una mujer que ama a Dios! Y
¡Que tragedia más grande es que muchas lo menosprecien por vivir según la sociedad
moderna! Madre, ame al Señor con todo su corazón y enseñe a sus hijos la fe en Cristo;
Hijos, demos gracias al Señor por la fe de nuestras madres en Cristo.
Día 209

INVITADOS A LA UNIÓN EN LA ADORACIÓN

2 Crónicas 30:1 Envió después Ezequías por todo Israel y Judá, y escribió cartas a
Efraín y a Manasés, para que viniesen a Jerusalén a la casa de Jehová para celebrar la
pascua a Jehová Dios de Israel.

La mejor forma de unir al pueblo de Dios es restaurar la adoración a Él conforme a Su


Palabra; solo así los cristianos podemos disfrutar de la unidad que el Espíritu Santo nos da
por medio de la fe en Jesús.

La pascua era la fiesta de mayor importancia para los judíos, de las tres fiestas principales,
porque celebraban la liberación que Dios les dio del yugo del imperio Egipcio; y aun así
llevaban años sin celebrarla, sin acordarse como nación de su Dios. Pero Ezequías, por el
eminente respaldo del mismo Señor, logró convencerlos de volver a realizarla; e invitando a
los que quedaron en el reino del norte, logró que algunos bajaran hasta Jerusalén a adorar al
Señor ¡Y que gran fiesta se celebró!

La fiesta fue en común acuerdo y estaba tan impregnada de amor y regocijo por el Señor,
que una vez terminada decidieron continuar otros siete días más (2 Crónicas 30:23).
Realmente se sentían como un solo pueblo y estaban llenos de gozo, porque la salvación de
Dios, representada en la Pascua, era lo que los unía en la celebración.

Que tremenda enseñanza para los cristianos de hoy, como nos reta saber que en ese tiempo
lograron reunificarse y gozarse en Dios por medio de la celebración de la libertad que el
Señor les dio de los egipcios; pero nosotros, con una libertad mayor, la libertad de la
esclavitud y la condenación del pecado; y con un libertador mayor, el propio Hijo de Dios;
y con una hazaña más poderosa que la de abrir el mar Rojo: La apertura a la presencia de
Dios por medio del cuerpo sacrificado de Jesucristo; y aun así, nos cuesta mucho unirnos
para celebrar al Señor.

Ni las denominaciones religiosas, ni las misiones evangelísticas, ni los concilios


eclesiásticos, ni los movimientos modernos basados en experiencias místicas o económicas,
podrán darnos la unidad que solo tenemos al enfocarnos en Cristo, Su persona, Su obra
salvadora y Sus maravillosas bendiciones eternas sobre nosotros.
Día 210

CONVERSIÓN VERDADERA

2 Crónicas 31:1 Hechas todas estas cosas, todos los de Israel que habían estado allí
salieron por las ciudades de Judá, y quebraron las estatuas y destruyeron las imágenes
de Asera, y derribaron los lugares altos y los altares por todo Judá y Benjamín, y
también en Efraín y Manasés, hasta acabarlo todo. Después se volvieron todos los hijos
de Israel a sus ciudades, cada uno a su posesión.

Si luego de una experiencia maravillosa de encuentro con Dios la vida es transformada al


punto de erradicar todo lo que desagrade al Señor, realmente se ha dado una conversión.

Luego de “Hechas todas estas cosas” quiere decir: Luego de prolongarse durante dos
semanas el reinicio de la celebración de la Pascua en Jerusalén, bajo el mando del rey
Ezequías. Todo esto llenó a muchos de fe en Dios; pero lo más impactante es que estas
multitudes tomaron tan en serio su encuentro con el Señor que peregrinaron por todos los
territorios de Israel derribando sus ídolos antes de volver a sus casas.

Que bendición, que no solo se pueda disfrutar de un encuentro con Dios que nos motive
cuando está el pueblo reunido, sino que nos continúe impactando hasta nuestros propios
hogares, llevándonos a derribar todos los ídolos físicos y espirituales que hayamos
levantado en nuestro corazón y haciéndonos rendir realmente ante el Señor.

Así debe suceder cuando alguien piensa que en medio de una celebración o culto cristiano
ha sido tocado por Dios a través de la fe en Jesucristo; debe darse un fervor que supere la
emoción del momento y que llene de convicción el alma, debe darse un verdadero nuevo
nacimiento en el inconverso y un real avivamiento en el creyente. Y esto solo se conoce a
través de lo que sucede luego de ese encuentro, a través de los frutos del mismo y del
cambio de vida que Dios nos da.

No olvidemos que el mismo Jesús lo dejó en claro: “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo
7:16, 20). No nos conformemos con la experiencia en Cristo en medio de la congregación,
oremos para que ella impacte toda nuestra vida.
Día 211

PRUEBA DE LA FE

2 Crónicas 32:1 Después de estas cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib rey de los
asirios e invadió a Judá, y acampó contra las ciudades fortificadas, con la intención de
conquistarlas.

Si luego de gozar de una relación correcta con Dios, por medio de Jesucristo, nos
sobreviene el ataque enemigo más poderoso que hayamos imaginado, es para que podamos
comprobar la fidelidad del Dios que nos ha sacado de la esclavitud del pecado.

Ezequías y el reino de Judá (Las tribus israelitas del sur) estaban experimentando de lo
reciente de su rencuentro con Dios, y de su relación de fidelidad a Él; y les sobrevino el
ataque frontal y aplastante del imperio que había arrasado ya con el reino de Israel (Las
tribus israelitas del norte).

Pero en vez de pensar que Dios había cambiado de actitud, o de recriminarse por fallas
humanas no reveladas por el Señor, Ezequías comenzó un proceso de fortificación de la
ciudad principal: Jerusalén, y habéndolo decidido en consejo con sus líderes hizo que el
pueblo tapara las funtes de agua que podrían fortalecer a los asirios invasores.

Luego, de forma muy elocuente, y apelando a la lógica pura, Senaquerib envío mensajeros
con un discurso muy convincente para desalentar al pueblo comandado y animado por
Ezequías. En su mensaje Senaquerib les recordó que Asiria había arrasado a muchos
pueblos y reinos porque tenía mayor poderío y experiencia en conquista, y como a las
demás naciones no les pudieron ayudar los “dioses” que todos los pueblos del mundo
reconocían como poderosos; menospreciando así al Dios de la Biblia.

Por la gracia de Dios el pueblo siguió la dirección valiente de Ezequías; y cuando más
difícil se puso todo, Ezequías se unió al profeta Isaías para orar (2 Crónicas 32:20); y al
final, Dios, de forma milagrosa, le dio la victoria a Su pueblo, haciendo que Senaquerib
volviera avergonzado a su reino para ser eliminado por los suyos.

¡No debemos flaquear en la fe en Cristo cuando pasamos por terribles circunstancias en


nuestra vida! Por el contrario, debemos confiar más en el Señor, restándole credibilidad a
los argumentos enemigos que van en contra de Dios y de Su obra en nosotros; porque como
dijo Ezequías: “Con él (el enemigo) está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová
nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas” (2 Crónicas 32:8).
Día 212

DIOS NO TIENE NIETOS

2 Crónicas 33:3,13-14…él reedificó los lugares altos que Ezequías su padre había
derribado,…Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado
grandemente en la presencia del Dios de sus padres. Y habiendo orado a él, fue atendido;
pues Dios oyó su oración y lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció
Manasés que Jehová era Dios.

Solo se puede llegar al Señor por la conversión personal, no determinada por la fe de


nuestros Padres; pues Dios nos constituye como sus hijos solo por la fe en Cristo.

Ezequías acababa de terminar un reinado de gloriosa restauración de la adoración al Señor,


el mismo Ezequías comandó la erradicación total de la idolatría en medio del pueblo; pero
su hijo Manasés, el que le nació durante los años adicionales de vida que Dios le concedió
por medio de la oración, hizo todo lo contrario.

Manasés se dedicó a devolver la idolatría al pueblo, corroborando que Dios solo trata
directamente con aquellos que adopta como hijos por la fe; y que, además, los hijos de los
hijos de Dios no son automáticamente convertidos a Dios, pues Dios no tiene nietos.

Que importante es orar por la conversión de nuestros hijos, mostrándoles claramente el


pecado en sus vidas y llamándolos continuamente al arrepentimiento y a la fe genuina en
Cristo; y todo esto solo se hará real el día que den frutos de arrepentimiento, como sucedió
cuando Manasés, luego de haberse negado al llamado de los profetas, y en medio del
sufrimiento, tuvo que orar por sí mismo a Dios, rindiéndose ante Él, restaurando la
adoración y erradicando la idolatría.

Hijos, no se fíen de la fe de sus padres, ni de la entrega de ellos a Cristo; y Padres, nunca


dejen de buscar la conversión real de sus hijos, porque Dios mismo a dicho: “He aquí que
todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que
pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:4). ¡Que cada uno se rinda a Cristo!
Día 213

BUSCANDO A DIOS

2 Crónicas 34:3 A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a
buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a
Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas.

Quien busca conocer al Señor siempre se encontrará con Él, y al mismo tiempo Dios lo
usará para derribar todo falso concepto idólatra de su vida, mientras se le va revelando por
medio de Su Palabra.

Josías, el rey de Judá, sí que buscó a Dios de todo su corazón; y realmente se encontró con
Él, a pesar de su corta edad. Se atrevió a derribar la idolatría, promovió la restauración del
templo, y con el tiempo el Señor lo recompensó dejándole encontrarse una copia del libro
de la Ley de Dios. Realmente Josías vivió para conocer al Señor y Dios se dejó encontrar
por Él.

¡Es hermoso ver la necesidad del verdadero creyente por buscar a su Señor en oración y
estudio bíblico! Pero más hermoso aún es saber que Dios mismo misericordiosamente se
deja encontrar; porque como dijo Cristo: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os
elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca;
para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé” (Juan 15:16).

Hoy sigue siendo igual, debemos buscar a Dios; pero el encontrarlo nunca será por algo
diferente a que Él nos eligió en Su infinita misericordia. Recuerde, esta divina búsqueda se
manifestará en nuestro deseo continuo de conocer más al Señor, a Cristo el salvador.
Día 214

FAMILIAS AL SERVICIO DE DIOS

2 Crónicas 35:4 Preparaos según las familias de vuestros padres, por vuestros turnos,
como lo ordenaron David rey de Israel y Salomón su hijo.

Quienes hemos sido llamados a servir a Dios, por medio del evangelio de Jesucristo,
debemos hacerlo en familia; porque el primer ministerio es el hogar, y desde el hogar, y a
través del hogar, es como se sirve correctamente a Dios.

El rey Josías celebró una gran fiesta de pascua, pero no sin antes convocar a los levitas y
sacerdotes a retomar sus funciones en la casa de Dios según las familias de sus padres; y es
que ellos debían dar continuidad a lo que sus antecesores habían hecho, demostrando como
la verdadera fe, por más personal que sea, es derramada sobre familias enteras para la
Gloria de Dios.

No se habla de simplemente heredar un oficio, sino de reiterar un llamado de Dios; porque,


aunque no todos los miembros de una familia llegan a servir al Señor, cuando la fe en
Cristo llega realmente al hogar este es conmovido hasta sus cimientos y termina por
arrebatar a muchos de las manos del mundo y del pecado, dándoles el maravilloso llamado
de servir a Dios como lo hicieron sus padres.

En Cristo es muy común escuchar que al principio los familiares se oponen al creyente;
pero luego, por el testimonio del mismo, por el amor de Dios en su vida, y principalmente
por la obra sobrenatural del Espíritu de Dios, cada vez más familiares terminan siguiendo
los pasos del hombre de Dios, recibiendo su turno para servir al Señor.

¡No desfallezca ante las dificultades en su familia! Recuerde que lo más importante es que
su hogar termine siendo un reproductor del servicio a Dios por la fe en Jesucristo.
Día 215

DIOS Y LAS AUTORIDADES

2 Crónicas 36:12-13 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló
delante del profeta Jeremías, que le hablaba de parte de Jehová. Se rebeló asimismo
contra Nabucodonosor, al cual había jurado por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó su
corazón para no volverse a Jehová el Dios de Israel.

Por más alta que sea la posición social que ocupe, un verdadero hombre de Dios siempre
debe humillarse ante la obra del Señor por medio de sus líderes espirituales, y someterse a
la voluntad de Dios por medio de las autoridades civiles.

Es sorprendente la manera como la posición social termina por nublar el entendimiento de


quienes más claro deben pensar; Sedequías, el último de los reyes del reino de Judá, en vez
de ser obediente en su caminar con Dios, prestando la atención debida a Su profeta
Jeremías y siendo prudente en su trato con el rey Nabucodonosor, prefirió enaltecerse a sí
mismo; ni se sujetó a la autoridad espiritual que Dios puso en su pueblo, ni respetó a quien
Dios levantó como autoridad política en el mundo, y terminó por endurecerse contra el
mismo Dios.

Que lección de vida para cada cristiano, sobre todo cuando tiene algún cargo u oficio de
importancia en medio de la Iglesia, o en medio del mundo; porque nada debe hacernos
perder la perspectiva de nuestra dependencia de Dios y de Su voluntad, aunque las
circunstancias sean muy difíciles.

¿A cuántas personas humildes, pero lúcidas bíblicamente, hemos ignorado altivamente por
reconvenirnos acerca de nuestro caminar con Dios? Tal vez estos han sido nuestro
Jeremías; y ¿A cuántas personas con cargos de autoridad civil hemos menospreciado,
ofendido y desafiado, cuando nos estaban previniendo de un problema mayor? Tal vez
estos han sido nuestro Nabucodonosor.

Que nuestro corazón no se llene de dureza contra el Señor al punto de ignorar las más
sencillas enseñanzas de Su Palabra: “Sométase toda persona a las autoridades superiores;
porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido
establecidas” (Romanos 13:1)
Día 216

DIOS Y LA HISTORIA

Esdras 1:1-2 En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra
de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual
hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo:…Jehová el
Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le
edifique casa en Jerusalén, que está en Judá.

La mano de Dios se mueve en la historia por medio de los gobernantes; pues, a pesar de la
impiedad de los mismos, Dios hace uso de ellos conforme a sus buenos propósitos para con
sus redimidos.

Jeremías ya lo había profetizado, y Ciro fue el rey de Persia que cumplió la profecía al
liberar a los judíos que habían sido llevados cautivos setenta años atrás. En el primer año de
su gobierno Ciro quiso honrar al Dios de Israel reconstruyendo el templo de Jerusalén y
autorizó el retorno de todos los que quisieran volver.

Así es el Señor, promete y cumple según Sus propósitos; Él no está impedido por los
gobernantes del mundo, por el contrario los usa de acuerdo a Su voluntad; Él no está
limitado por la renuencia del corazón, porque cuando Él lo decide, vence la resistencia más
fuerte y glorifica Su nombre, así como hizo con Faraón ante Moisés; Él es Dios, Él controla
la historia, y lo hace para glorificarse en la redención de Su pueblo.

¿Quién puede impedir que el Señor cumpla todo lo que ha prometido en su Palabra a
quienes han puesto su fe en Jesús? “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida,
ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo
Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39)

Si usted es un verdadero cristiano, no importa quién es su cónyuge, su padre, su jefe o su


presidente, porque hasta a ellos los usará Dios para cumplir Su propósito en su vida.
Día 217

LOS QUE PIENSAN EN DIOS

Esdras 2:68 Y algunos de los jefes de casas paternas, cuando vinieron a la casa de
Jehová que estaba en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Dios, para
reedificarla en su sitio

Cuando se recibe una gran bendición que ya se creía perdida, como el regreso de los judíos
a la tierra de la que tantos años atrás fueron arrebatados, el corazón debería enfocarse en
agradecer al Señor por Su misericordia, y la voluntad debería dirigirse en primer lugar a
restaurar el servicio de adoración a Él.

Solo fueron algunos, pero al menos hubo quienes tomaron la iniciativa de ofrendar
voluntariamente para la reconstrucción del templo cuando los judíos volvieron a su tierra.
Siempre Dios mantiene personas que no pueden disfrutar de una bendición recibida sin
agradecerle realmente.

No se trata de palabras bonitas que nacen en la emoción del momento, se trata de actitudes
concretas que se manifiestan verdadera y sostenidamente en favor de aquel que es la fuente
de nuestra bendición. Debemos sentirnos más impulsados a promover la extensión del
Reino de Dios cuando recibimos alguna bendición del Señor; y si la bendición es
maravillosamente grande, con más razón debemos bendecir a la congregación donde somos
alimentados con el Evangelio de Jesucristo.

¿Ha recibido algo de Dios? Porque si usted es cristiano ya recibió como regalo la obra
salvadora de Su glorioso Hijo; pero además, por medio de la fe en Él es que hoy el Señor le
da todo. Entonces ¿Ha reaccionado usted bendiciendo real y continuamente a la Iglesia? Si
no es así ¿Qué espera para hacerlo?
Día 218

SENTIMIENTOS EN TORNO AL CULTO VERDADERO

Esdras 3:12 Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas,
ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa,
lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría.

Aunque nuestros sentimientos no son la medida de nuestra fidelidad al mandato divino de


adorar por medio de la fe en Jesucristo, si están inevitablemente presentes en el corazón del
verdadero adorador; porque no solo adoramos de forma intelectual o práctica, sino que lo
hacemos con todo nuestro corazón.

¿Quién se hubiera atrevido a reprender a los judíos viejos por llorar, y a los jóvenes por dar
gritos de júbilo, cuando estaban echando los cimientos del templo que años atrás servía
como centro de adoración? ¿Qué teólogo profundo, o qué director de culto ordenado,
podría cuestionar hoy en día la actitud del pueblo de entonces?

Realmente ellos demostraron con sus emociones el profundo impacto de sus convicciones;
los ancianos añoraban la restauración del culto verdadero, y por eso lloraron; y los jóvenes
ansiaban servir con todo su ser al Dios que sus padres les presentaron, y por eso celebraron
con júbilo.

Sus expresiones no fueron la manifestación de una histeria religiosa colectiva premeditada,


ni se perpetuo en el tiempo como una forma de culto; solo fue una expresión espontánea de
gozo por su rencuentro formal con Dios.

Con tal que no se implante como una moda, o “mover” de adoración, los cristianos
podemos manifestar de forma espontánea nuestro gozo en la adoración pública, pero sin
salirnos de los patrones bíblicos del orden divino (1 Corintios 14:40).

¿Cómo no pensar que podemos expresar nuestro gozo en la adoración? Si el mismo Cristo
nos autorizó a hacerlo cuando fuéramos perseguidos por su causa, al decir: “Alégrense en
aquel día y salten de gozo, pues miren que les espera una gran recompensa en el cielo.”
(Lucas 6:23-NVI)
Día 219

EL PROPÓSITO DEMONÍACO

Esdras 4:4 Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para
que no edificara.

Lo que realmente quiere Satanás es detener la extensión del reino de Dios por medio del
evangelio de Jesucristo; y así como hizo cuando los judíos reconstruían el templo de
Jerusalén, también hoy envía sus secuaces con la excusa de ayudar pero con la intención
final de presionar a los creyentes para desanimarlos y detenerlos.

Conforme relata la Biblia, los enemigos de las tribus que volvieron para reconstruir el
templo de Jerusalén, se ofrecieron a ayudar; pero al final, terminaron por presionar al rey de
Persia para que ordenara la detención de la construcción. Empezaron intimidándolos, y
luego que obtuvieron la orden oficial del rey “fueron apresuradamente a Jerusalén a los
judíos, y les hicieron cesar con poder y violencia” (Esdras 4:23).

Así es como por lo general se desarrolla el ataque demoníaco en contra de los hijos de Dios,
especialmente dentro de las Iglesias; comienza por la solicitud que personas de dudosa
conversión hacen para mezclarse con los obreros fieles del Señor, y luego terminan por
presionar hacia el desánimo a la congregación entera, todo con el propósito de frenar la
obra del Señor.

Siempre que veamos que se nos desalienta a servir a Dios debemos dudar de las intenciones
de esas personas que nos desalientan, ignorarlas, y continuar trabajando para la gloria de
Dios, a pesar del riesgo y el sacrificio que esto nos demande; Solo así es que realmente se
edifica la Iglesia.

La Iglesia es realmente edificada solo por aquellos que permanecen bajo las peores
circunstancias siendo fieles a Dios y a Su congregación; porque solo estos pueden inspirar a
los demás como es realmente bíblico: Con el ejemplo de su entrega sacrificial.

Si anhela colaborar en su Iglesia para contrarrestar la obra destructora de Satanás, la


pregunta para usted no es: ¿Qué dones especiales posee? Sino: ¿Qué tanta fidelidad tiene
usted para con Dios y Su obra, antes que para con sigo mismo?
Día 220

ÁNIMO PROFÉTICO

Esdras 5:1-2 Profetizaron Hageo y Zacarías hijo de Iddo, ambos profetas, a los judíos
que estaban en Judá y en Jerusalén en el nombre del Dios de Israel quien estaba sobre
ellos. Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, y
comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusalén; y con ellos los profetas
de Dios que les ayudaban.

Un verdadero profeta de Dios anima a los creyentes para no desfallecer ante las amenazas
de los enemigos del Reino de Dios.

Hageo y Zacarías fueron profetas reconocidos del tiempo en que los judíos intentaban
reconstruir el templo de Jerusalén; pero contrariamente a la imagen que muchos tienen hoy
de los profetas, ellos no se dedicaron a vaticinar el futuro; por el contrario, ellos estuvieron
bien centrados en su presente, animando a su pueblo a reconstruir el templo conforme la
voluntad de Dios, y al mismo tiempo redarguyéndolos por todo aquello que había en sus
vidas y que los alejaba del propósito divino.

Claro que ellos tuvieron visiones y revelaciones profundas de Dios sobre el futuro, pero aún
ellas partían de la obra de Dios en el presente, para consolar y animar a quienes se sentían
amedrantados por los enemigos que se les oponían.

Si un cristiano desea actuar como profeta, aunque realmente no lo sea, lo puede hacer;
porque solo se requiere de ser guiado por el Espíritu Santo a animar a sus contemporáneos a
ser fieles a Dios y a Su propósito en sus vidas, el cual es que le glorifiquemos por medio
del Evangelio. Tenemos que animar a los demás creyentes a continuar extendiendo el Reino
de Dios por medio de la fe en Jesucristo, a pesar de la oposición del mundo; y si es
necesario, también debemos denunciar el pecado que nos impide continuar; y así seremos
una generación verdaderamente profética.

Atrevámonos a animar a los demás creyentes en el evangelio al evangelismo, sin importar


lo que el mundo nos amedrante; porque Cristo dijo: “Lo que os digo en tinieblas, decidlo en
la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. Y no temáis a los que matan el
cuerpo, más el alma no pueden matar” (Mateo 10:27-28).
Día 221

DIOS A FAVOR DE SU PUEBLO

Esdras 6:22 Y celebraron con regocijo la fiesta solemne de los panes sin levadura siete
días, por cuanto Jehová los había alegrado, y había vuelto el corazón del rey de Asiria
hacia ellos, para fortalecer sus manos en la obra de la casa de Dios, del Dios de Israel.

Por más difícil que se tornen las circunstancias, e imposible que se vea el servir a Dios, el
Señor mismo traerá gozo a Su pueblo y lo fortalecerá en su trabajo, al obrar soberanamente
sobre las circunstancias y al usar hasta los corazones de quienes se oponen, como hizo hace
miles de años con el rey Darío.

La victoria del pueblo de Dios no consiste en otra cosa sino en que el Señor se mueve a su
favor. Por un tiempo la obra de reconstrucción del templo estuvo detenida, pero tan pronto
como fue impulsado a buscar en los archivos del reino el rey Darío ordenó la reactivación
de la misma, basándose en la orden que el rey Ciro dio antes de él. Dios cambió las
circunstancias en un instante, dirigiendo a Darío a investigar lo que Ciro había ordenado
cuando dejó regresar a los judíos a reconstruir el templo; y así, de esa forma tan sencilla, el
Señor liberó a Su pueblo de los enemigos que se levantaban contra su avance en la
reconstrucción del templo.

Igualmente, de la forma menos esperada, es como generalmente el Señor nos responde a


Sus hijos. A veces soñamos miles de formas en las que Dios nos contestará nuestras
súplicas; pero cuando nos rendimos realmente a Su voluntad, esperando sin dejar de clamar
a Él, el Señor termina por obrar de la forma en que menos nos imaginamos.

No desesperemos, sigamos clamando a Dios y confiando en Él; porque como dijo nuestro
salvador: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se
tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia” (Luc.18:7-8).
Día 222

FAVOR DE DIOS QUE PROVEE

Esdras 7:6 este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que
Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano
de Jehová su Dios estaba sobre Esdras.

A través del favor de Dios, en vez perseguir los recursos, los recursos son puestos a
disposición de quienes promovemos el avance de su Reino en Cristo Jesús.

Artajerjes no se conformó con autorizar la partida de Esdras a Jerusalén; además, este rey
mandó órdenes para proveer al hombre de Dios en todo lo que necesitara, por lo cual
Esdras pudo viajar con una buena provisión a Jerusalén.

Siempre que un hijo de Dios se vuelve diligente en el conocimiento de su salvador,


escudriñando las escrituras, se expone a ser usado como en instrumento de la gracia de
Dios; porque el Señor no deja quedar sin fruto a quien le busca de todo corazón.

El rey le concedió a Esdras lo que este necesitaba, pero lo hizo porque el mismo Señor
estaba a favor de Esdras. Hoy muchos queremos seguir disfrutando de grandes bendiciones
y de provisión especial a Dios, pero pocos deseamos recibirlas como consecuencia de
nuestra intimidad con el Señor a través del estudio de la Biblia.

Antes de ver la poderosa mano de Dios moverse a nuestro favor debemos habernos
dedicado a contemplar Su rostro, conociendo lo que las escrituras nos revelan de Su
carácter y obra; porque solo así la provisión para esta vida tiene connotación eterna.
Día 223

HUMILLARSE PARA SER DIRIGIDOS POR DIOS

Esdras 8:21 Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro
Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para
todos nuestros bienes.

Adicionalmente a que una misión sea convocada por Dios, y que el objetivo glorifique Su
nombre y extienda Su reino, siempre debemos buscar con humildad la guía del Señor;
porque a Dios le ha placido que Su poder y Su protección fluyan a través de la dependencia
obediente de Sus siervos.

Esdras no dudó en convocar ayuno para buscar la guía de Dios con sus compañeros de
viaje; él no se excusó tras el hecho de ser un escriba erudito en escrituras, ni en que fuera el
líder aprobado por el rey, ni en que el mismo rey Artajerjes le hubiera extendido su ayuda;
por el contrario, en vez de pedir más cosas al rey, Esdras le dijo: “La mano de nuestro Dios
es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le
abandonan” (Esdras 8:22); y por todo esto, Esdras prefirió humillarse ante Dios, confiando
en Su poderosa protección y guía.

Es curioso como muchos se basan en sus conocimientos, o en su experiencia, o en sus


influencias humanas, para no humillarse ante Dios en busca de Su guía; pero el verdadero
hombre de Dios, en vez de usar todo como excusa para actuar a su modo, toma todo como
una oportunidad y un estímulo para acercarse más a su Señor.

No es necesario que nos humillemos ante los hombres, ni que dependamos de su ayuda, si
realmente dependemos de Dios; porque cuando las circunstancias a nuestro alrededor nos
tientan a confiar primeramente en los hombres, es cuando más debemos buscar al Señor;
porque solo así nos mantendremos humillados bajo Su poderosa mano, y Él
verdaderamente se exaltará en nosotros (1Ped.5:6)

En medio de dificultades, antes de apelar a mis conocimientos, a mi experiencia, o a mis


influencias humanas, debo buscar humildemente a mi Señor para que Él se glorifique.
Día 224

CUIDADO DE NO VOLVER ATRÁS

Esdras 9:14 ¿hemos de volver a infringir tus mandamientos, y a emparentar con


pueblos que cometen estas abominaciones? ¿No te indignarías contra nosotros hasta
consumirnos, sin que quedara remanente ni quien escape?

Aun cuando peca, el cristiano vive de rodillas ante el Señor para no regresar a la vida de
pecado de la cual Él lo rescató; no solo porque aborrece el pecado, sino también porque no
quiere desagradar al que lo salvó por medio de Jesucristo.

Esa fue la motivación de Esdras al orar al Señor cuando vio como hasta los gobernantes
judíos se habían emparentado con las mujeres de pueblo paganos; Esdras no solo conocía el
mandato divino que prohibía esto, también sabía que por ello el pueblo había caído en el
nivel de pecado que había hecho que Dios los castigara por medio de pueblos extranjeros;
pero además, Esdras entendía lo maravilloso de la misericordia de Dios al perdonarlos y
dejarlos volver a su tierra, por lo cual no quería que el pueblo volviera a sus viejos errores.

El trasfondo de la prohibición divina a casarse con mujeres extranjeras era la


contaminación con cultos idolátricos; es por ello que era tan terrible para Dios que un judío
tuviera una mujer no judía. Hoy esto se traduce en un llamado para el cristiano a no dejarse
contaminar con los pecados que el mundo practica de forma natural; e incluso también
implica la necesidad de buscar una pareja que realmente ame al Señor, conforme al
evangelio, antes de casarse.

Y cuando se cae otra vez en un pecado del cual Dios nos había rescatado, no tenemos otra
salida que la que el mismo Esdras nos muestra al orar: Reconocer la culpa y pedir perdón,
pero con una verdadera convicción de aborrecimiento por el pecado y con una seguridad
absoluta de que la misericordia de Dios que nos acompaña puede manifestarse también
como una represión divina que nos corrija; pues solo así realmente se conoce si es sincera
nuestra solicitud de perdón.

Recordemos que los verdaderos cristianos “no somos de los que retroceden para perdición,
sino de los que tienen fe para preservación del alma” (Hebreos 10:39).
Día 225

ORACIÓN EN COMUNIDAD

Esdras 10:1 Mientras oraba Esdras y hacía confesión, llorando y postrándose delante
de la casa de Dios, se juntó a él una muy grande multitud de Israel, hombres, mujeres y
niños; y lloraba el pueblo amargamente.

La verdadera oración congregacional es aquella que lleva a cada persona a experimentar de


forma incesante el motivo por el cual se clama al Señor, especialmente cuando se trata de
pedirle perdón.

Mientras Esdras oraba para confesar el pecado del pueblo, lloraba postrado en el templo;
por lo cual era lógico que los que se acercaran para acompañarlo en oración se vieran
contagiados del espíritu de su oración y lloraran amargamente, así fueran hombres, mujeres
o niños.

Esto es verdadera oración en comunidad, la que rompe el formalismo frío de la simple


presencia física; y la que al mismo tiempo no se apasiona por muchas cosas a la vez, sino
solo por aquello que realmente se necesita para agradar al Señor.

Esto es lo que debería suceder en las congregaciones cristianas cuando oramos al Señor:
Los líderes deberían ser como Esdras, descubriendo la mayor necesidad del pueblo para
glorificar a Dios, y poniéndola en apasionada y continua oración; y así mismo, los
miembros de la Iglesia deberían percibir cuando quien preside lo hace por la guía verdadera
y ferviente del Espíritu Santo, y vincularse en el clamor con la misma intensidad de
convicción.

Así es que realmente se produce un avivamiento en las congregaciones, porque así fue
como Dios llevó a los judíos de la época de Esdras a arrepentirse y santificarse para el
Señor de forma radical; y así es como deberíamos esperar en oración que fueran los
verdaderos avivamientos en la actualidad.

Debemos poner todo nuestro ser si queremos vivir en oración lo que Cristo dijo en Mateo
18:19, “que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa
que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”.
Día 226

MOTIVOS PARA ORAR

Nehemías 1:3-4 Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en


la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus
puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por
algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.

La necesidad del pueblo de Dios siempre debe impulsar a quien realmente es hombre de fe
a orar conforme al propósito del Señor.

Cuando Nehemías recibió noticias de las terribles circunstancias de quienes habían


regresado a Jerusalén, inmediatamente se lanzó a orar al Señor en medio de ayuno y llanto;
él no necesito de alguien que lo llamara a orar, ni que lo convenciera de la necesidad de
hacerlo, sino que simplemente se dejó llevar por el Espíritu de Dios en medio de la
aflicción de su pueblo; él oró y se dispuso a trabajar como instrumento de Dios en medio de
las circunstancias.

Su oración reflejó como sufría por los suyos, sin dejar de reconocer sus pecados; en ella
apeló a las promesas de Dios escritas a través de Moisés para restaurar a su pueblo cuando
se arrepintiese; y al final se enfocó en pedirle al Señor Su gracia delante del rey al que
servía como copero, para que le autorizara el ir a ayudar a los suyos. ¡Qué tremenda
oración! Llena de confesión, convicción y acción; así es como deberíamos orar siempre por
la obra del Señor.

Si realmente queremos que nuestras oraciones conmuevan al Señor, debemos enfocarlas en


la extensión de Su reino por medio del evangelio de Jesucristo; y además, debemos
conducirlas de forma específica hacia las necesidades más apremiantes de la congregación
cristiana a la cual asistimos, pero siempre confesando el pecado del pueblo, estando
convencidos de las promesas divinas en Cristo, y viviendo dispuestos a actuar conforme la
voluntad del Señor. Solo así verdaderamente oraremos motivados por Dios.

Como nunca dejara de haber alguna necesidad en medio del pueblo cristiano, nunca
debemos dejar de orar por él; porque solo así nos moveremos a orar de manera diferente a
como lo hace el mundo, el cual solo busca a Dios por sus necesidades particulares. No
debemos olvidar el llamado bíblico: “Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).
Día 227

DECIDIR EN ORACIÓN

Nehemías 2:4-5 Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, y
dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá,
a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré.

El verdadero creyente no se apresura a decidir sin consultar a Dios en oración, no da por


sentado que sus meros pensamientos humanos son los de su Señor; y aún ante los “grandes”
de la tierra el creyente se abstiene de hablar si no ha consultado con el Señor.

Nehemías era un hombre de oración, y la carga en su corazón por la cual oraba se podía
reflejar en su rosto; fue por ello que el rey le preguntó: “¿Por qué está triste tu rostro? pues
no estás enfermo” (Nehemías 2:3). Y así fue como, siendo copero del rey, Nehemías se
atrevió a comentarle la situación que pasaban en Jerusalén sus hermanos judíos; y ante esto,
el rey simplemente le preguntó “¿Qué cosa pides?”.

El mismo Nehemías, que venía orando por una oportunidad así, no se atrevió a pedir a la
ligera, sino que aún en medio de su conversación con el rey estuvo orando para responder
conforme la voluntad del Señor y así pedir solo lo que Dios realmente le dijera; él no
decidió sin consultar hasta el final al Señor, y fue así como pudo obtener permiso para
viajar, autorizaciones escritas para abrirse paso en el camino y materiales para construir;
todo esto, según el mismo Nehemías: “me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi
Dios sobre mí” (Nehemías 2:8).

El drama más tremendo de cada vida por lo general se desata por tomar decisiones
incorrectas, por apresurarse a transitar uno de los caminos que se muestra en una
encrucijada sin consultar al Señor; personas, que supuestamente son cristianas, se casan,
tienen hijos, desarrollan ministerios, viajan, cambian de trabajo y compran cosas sin
consultar al Señor, solo aprovechando la oportunidad que se les presenta como cuando a
Nehemías le dijo el rey “¿Qué cosa pides?”; pero la mayoría decide sin orar a Dios.

Es cierto que si Cristo es mi Señor, si mi motivación es glorificar a Dios y si mi patrón de


conducta viene de una correcta interpretación de la Biblia, lo que haga prosperará, porque
será una expresión del corazón de Dios en mi vida; pero aún en estos casos, si realmente
busco Su voluntad, desconfiaré hasta el final de mi humanidad y dependeré totalmente de
Él en oración para decidir, porque solo Él sabe y debe dirigir mis pasos.

Es bueno recordar que no debo hacer todo lo que puedo hacer, sino que debo realizar solo
aquello que Dios me ha mandado a hacer, si es que quiero realmente quiero contar con Su
favor en mi vida. Proverbios 16:3 nos muestra un mandato y promesa constante en la
Biblia: “Encomienda a Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados”.
Día 228

EJEMPLO DE LOS MINISTROS

Nehemías 3:1 Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los
sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus
puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel.

En toda labor del pueblo de Dios, los primeros que deben involucrarse de forma práctica y
comprometida son los líderes o ministros; sobre todo cuando se trata de restaurar las
condiciones físicas y espirituales de la congregación.

La llegada de Nehemías, su disposición para trabajar, y su actitud ante los enemigos de la


restauración del muro de Jerusalén, impulsó al pueblo judío; pero en este caso lo
maravilloso es que el primero en iniciar el trabajo fue el sumo sacerdote de entonces, junto
con su familia; y luego, por partes, se vinculó el resto del pueblo; es más, todo el capítulo
tres de Nehemías describe como trabajaron por familias.

Es mejor decir “”hagamos” que “hagan”; pero todavía mejor es “hacer” para que todos
“hagamos”. Esta es la actitud que debe mantener un verdadero ministro del evangelio; una
actitud de siervo, dispuesto a ser el primero en trabajar para la obra del Señor, ya sea en
algo netamente espiritual o en una labor completamente física.

La mentalidad del que da ejemplo con su trabajo es muy sencilla: “Dios es digno de mi
labor, porque su Hijo pagó por mí en la cruz; entonces, yo le serviré a Él para beneficio de
Su pueblo”. Este tipo de persona no trabaja a regañadientes, ni da un paso solo para que los
demás den dos; este tipo de persona trabaja con alegría, sin esperar otra cosa más que el
avance del Reino de Dios y la bendición sobre sus hermanos en la fe.

Seamos ejemplo de servicio, por amor a Cristo; “Así que, hermanos míos amados, estad
firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo
en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58).
Día 229

FAMILIAS GUERRERAS

Nehemías 4:13 Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios
abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos.

Cuando nuestras familias nos apoyan en la lucha por establecer el Reino de Dios,
restaurando los muros espirituales de la Iglesia, no solo lo hacemos con ellos, sino por
ellos; para que lo miembros de nuestro hogar sean guardados del mundo que les acecha y
para que nunca dejen de luchar cuando les falte nuestra presencia.

Luego de poner por familias a proteger el muro, Nehemías les dijo: “No temáis delante de
ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros
hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas” (Nehemías 4:14). El
resultado fue la retirada del ataque enemigo; y luego de esto “Los que edificaban en el
muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la
otra tenían la espada” (Nehemías 4:17).

¡Qué manera de luchar: en familia, por la familia y sin dejar de trabajar!; así es el verdadero
guerrero de Dios: lucha por el bien de su familia de sangre y sus hermanos en la fe, lucha
junto con ellos y lo hace sin poner las dificultades como excusa para incumplir sus deberes.

Todo esto debe ser característico del cristiano que es atacado por el mundo y sus deleites, y
que es tentado a dejar la obra del Señor a la mitad; porque sabe que lo que escribió el
apóstol Juan a los creyentes es una realidad en Cristo: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los
habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1
Juan 4:4).

¡Cristiano, pelea la batalla de la fe, no sueltes la espada de la Palabra de Dios mientras


trabajas para el Señor, y lucha por ver el Reino de Cristo en los tuyos y con los tuyos!
Día 230

AYUDA SIN INTERÉS

Nehemías 5:6-7 Y me enojé en gran manera cuando oí su clamor y estas palabras.


Entonces lo medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada
uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea,

En medio de la gran necesidad de sus familiares, o de sus hermanos en la fe, el cristiano


sabe que debe actuar con el deseo de ayudar, y no como el mundo; y por ello, no se debe
aprovechar de la necesidad del otro ni cobrarle intereses por lo que le presta.

Realmente fue grande el enojo de Nehemías contra quienes le cobraban intereses a sus
hermanos judíos en esa época, porque muchos endeudados habían tenido que dar a sus
familiares como esclavos para pagar. Esto no fue algo que se le ocurrió a Nehemías, sino lo
que registra la Ley de Dios: “No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de
comestibles, ni de cosa alguna de que se suele exigir interés. Del extraño podrás exigir
interés, más de tu hermano no lo exigirás, para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra
de tus manos en la tierra adónde vas para tomar posesión de ella” (Deuteronomio 23:19-
20).

En todo el capítulo cinco del libro de Nehemías se muestra como este no les había exigido
intereses a sus hermanos judíos, y como trabajaba sin usufructuarse de su labor; al contrario
a los anteriores gobernadores que había enviado el rey de Persia, él no los oprimía
económicamente “a causa del temor de Dios” (Nehe.5:15)

La reprensión de Nehemías, pidiendo que quitaran los intereses y que devolvieran las
tierras y posesiones a quienes se las habían quitado por los intereses, fue tan bien recibida
que dijeron: “Lo devolveremos, y nada les demandaremos; haremos así como tú dices”
¡Dios quiera que suceda lo mismo en la actualidad! Cuando, por vivir en una sociedad cada
vez más centrada en el dinero y los negocios, muchos cristianos han caído en el mismo
error con la excusa de que es algo que la ley civil autoriza.

Cristo dijo: “Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses”
(Mateo 5:42); y lo dijo según la Palabra de Dios: “Cuando prestares dinero a uno de mi
pueblo, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura.
Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, a la puesta del sol se lo devolverás. Porque
sólo eso es su cubierta, es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿En qué dormirá? Y cuando él
clamare a mí, yo le oiré, porque soy misericordioso” (Ex. 22:25-27).
Día 231

VENCIENDO EL TEMOR

Nehemías 6:9 Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las
manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis
manos.

El hombre que es valiente en Dios no duda en reconocer lo que le amedranta; pero


simultáneamente clama al Señor, sin detenerse en la obra que Él le encomendó.

Nehemías se convirtió en el blanco del ataque de los enemigos del pueblo Judío, pues
cuando estos vieron como lo judíos marchaban bajo la dirección de Nehemías, enfilaron sus
esfuerzos para amedrentarlo directamente con sus solicitudes de encuentro y con sus cartas;
o indirectamente, contratando “profetas” judíos que le infundieran temor.

Todo esto pudo ser evadido por Nehemías en oración, llevándole a terminar el muro sin ser
atacado, sin desistir en medio del temor. Así mismo los cristianos debemos aprender a
movernos en medio de mundo amenazante, no permitiendo que el temor nos paralice, y
trabajando hasta el final para el Reino de los cielos.

Piense en las muchas formas en que el mundo pretende detener a los cristianos; la mayoría
de las veces no es con una abierta oposición, sino con una agazapada lista de estrategias:
Amenazas de abandono de nuestros seres queridos, burla hacia nuestras actividades
espirituales, disminución de privilegios en el trabajo, resentimiento de amigos religiosos y
antireligiosos, etc…

Todas estas cosas no nos pueden paralizar si permanecemos de rodillas ante el Señor. Si
nuestro clamor en oración y nuestro estudio bíblico no menguan, sino que por el contrario
se avivan, ninguna amenaza podrá truncar el propósito de Dios en nosotros.

Venzamos el temor, oremos sin cesar como David: “En el día que temo, Yo en ti confío”
(Salmo 56:3).
Día 232

INTEGRIDAD Y RESPONSABILIDAD

Nehemías 7:1-2 Luego que el muro fue edificado, y colocadas las puertas, y fueron
señalados porteros y cantores y levitas, mandé a mi hermano Hanani, y a Hananías, jefe
de la fortaleza de Jerusalén (porque éste era varón de verdad y temeroso de Dios, más
que muchos); y les dije: No se abran las puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol; y
aunque haya gente allí, cerrad las puertas y atrancadlas. Y señalé guardas de los
moradores de Jerusalén, cada cual en su turno, y cada uno delante de su casa.

La razón fundamental por la que alguien debe liderar una labor, especialmente en el pueblo
de Dios, es porque tiene un corazón integro delante del Señor; ya que solo así asumirá
realmente su responsabilidad.

Nehemías siempre andaba buscando a la persona ideal para cada labor; y ahora que el muro
ya estaba levantado por completo, para no descuidar las puertas de la ciudad, también debía
encargar a alguien temeroso de Dios.

Quien teme a Dios tiembla con el solo hecho de pensar en dejar su labor, aborrece que le
inciten a abandonar su responsabilidad, y sobre todo ama ser útil a su Señor y a Su pueblo;
es por ello que en cargos de responsabilidad, antes de dejarnos deslumbrar por los talentos,
debemos orar para que quienes lideran realmente anden en el temor del Señor.

De nada hubiera servido haber construido el muro teniendo una espada en la mano, y haber
rechazado los amenazas atemorizantes de los enemigos, si después de construido se ponía a
cargo de la puerta a alguien que no diera la talla y que pusiera en riesgo a los habitantes de
la ciudad.

Es allí donde radica la importancia de la labor de cada miembro de una congregación


cristiana, tanto en su iglesia, como en su trabajo y en su familia; porque en cada contexto se
le ha delegado una responsabilidad que solo podrá afrontar plenamente si en su corazón
habita el temor de Dios, para agradarlo continuamente.

Por pequeña que parezca su labor, ella es de vital importancia, si la realiza para agradar al
Señor que lo salvó en la Cruz; el cual nos prometió, a través de una parábola, que un día se
nos dirá: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra
en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21).
Día 233

LA LECTURA MÁS IMPORTANTE

Nehemías 8:3, 8 Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de
las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos
los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley. Y
leían (los levitas) en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo
que entendiesen la lectura.

No hay nada más vital, necesario y edificante para un creyente que leer lo que su Señor
dejó revelado en Su Palabra; porque, empezando por la ley del Antiguo testamento, toda la
Biblia tiene la particularidad de conectar al cristiano con el corazón de Dios.

Esto si fue real avivamiento: Esdras leyendo la Ley de Moisés desde un púlpito
especialmente hecho para ello, los levitas explicando de forma detallada lo que se leía, la
gente llorando al conocer verdaderamente al Dios de la Biblia, y todos celebrando su
reencuentro con el Señor.

Esto demuestra lo que la misma Palabra de Dios enseña, que todo verdadero avivamiento
comienza con la lectura, estudio y meditación pública de las escrituras; que es a través de la
Biblia, la que Él mismo inspiró, como el Espíritu Santo obra en los corazones de los
creyentes para avivar su amor, fidelidad y entrega, y para traer conversión a quienes no le
conocen.

¿A que es a lo que más se le da prioridad en su congregación? ¿Qué tanto tiempo, esfuerzo


y entusiasmo se le da a la correcta exposición de la Biblia en su Iglesia? ¿Qué tan
sensibilizados y conectados con el corazón de Dios se sienten al ser leída, explicada y
aplicada la Biblia durante una predicación? ¿Qué tanto de su vida dedica usted a conocer a
Dios por medio de Su Palabra, orando por la iluminación del Espíritu Santo en usted y en
quienes se la explican en la Iglesia?

Jesús le preguntó a un escriba de su tiempo “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?”
(Lucas 10:26); hoy nos preguntaría a nosotros: ¿Conoces realmente lo que he revelado en
mi ley y en toda la Biblia? Y ¿Qué tanto anhelas interpretarla correctamente para
agradarme? En fin, ¿Es realmente la Biblia tu conocimiento más importante?; pues si no lo
es ¿Cómo piensas que Dios te dará vida en mí? o ¿Cómo te avivará como cristiano?
Día 234

AYUNO: LEER, CONFESAR Y ALABAR

Nehemías 9:1, 3-5…se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre
sí. Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta
parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios.
Luego se levantaron sobre la grada de los levitas…Y dijeron los levitas…: Levantaos,
bendecid a Jehová vuestro Dios…

El ayuno no consiste en afligirse físicamente, sino en apartarse del mantenimiento físico


cotidiano para estudiar la voluntad de Dios en Su Palabra, reconociendo los pecados ante Él
y alabándolo por Su infinita misericordia en Cristo.

Al menos tres horas dedicó el pueblo judío de entonces para estudiar en conjunto las
escrituras, y otras tres horas para confesar públicamente sus pecados ante el Señor; y luego
de todo esto, dirigidos por los levitas, aún tuvieron ánimo para orar y alabar a Dios por su
infinita misericordia demostrada en Su trato histórico para con el pueblo judío rebelde;
¡Que forma de aprovechar el tiempo de ayuno!

Hoy no es diferente en Cristo; no podemos hacer otra cosa al reunirnos en tiempos de


ayuno y oración más que estudiar la Biblia, confesar nuestras culpas y alabar a Dios por su
misericordia; con la única diferencia de que hoy conocemos a Cristo, al que nos reveló con
claridad la escritura, nos perdonó en la cruz del calvario, y nos sustenta con misericordia
divina por medio de su intercesión ante el Padre celestial.

¿Qué clase de ayuno es el que practicamos? Esto se responde fácilmente al decir que es lo
que hacemos durante el mismo. Claro, habrá quienes no deseen abstenerse de sus
alimentos, o de sus necesidades físicas; pero si realmente se sienten necesitados de Dios,
agradecidos por Su misericordia en Cristo, y deseosos de agradarlo, se sumergirán con sus
hermanos en oración y muy pronto descubrirán como han trabajado “no por la comida que
perece, sino por la comida que a vida eterna permanece” (Juan 6:27).

El llamado bíblico de Dios no es que aguantemos hambre, sino a que destinemos tiempos
prolongados para estudiar Su Palabra, dejándonos moldear por ella y exaltándolo con todo
nuestro corazón.
Día 235

EL COMPROMISO MÁS SERIO

Nehemías 10:29 se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y
jurar que andarían en la ley de Dios, que fue dada por Moisés siervo de Dios, y que
guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová
nuestro Señor.

No hay nada más serio y trascendental que la disposición absoluta de buscar y obedecer la
voluntad de Dios revelada en Su Palabra; porque no solo se traduce en bendiciones para
esta vida, sino por la eternidad.

En el tiempo de Nehemías todos los que se comprometieron a no casarse con extranjeras, a


contribuir económicamente con el mantenimiento del templo y de sus ceremonias, a
consagrar los primeros frutos del trabajo y los primeros frutos del vientre para el Señor, y a
dar diezmos para el sostenimiento de los levitas, firmaron un acta de compromiso con el
Señor; esto lo hizo “todo el que tenía comprensión y discernimiento” (Nehemías 10:28),
tanto de hombres, como de mujeres y niños.

Esto no se hizo por un mero formalismo, sino por la comprensión colectiva del grado de
compromiso que se le demanda a un siervo de Dios; entendiendo que no solo son siervos de
Dios los que viven oficialmente consagrados a labores directivas de una congregación, sino
todo aquel que ha sido comprado por Dios como parte de Su pueblo.

Hoy sabemos que esa compra se pagó por la sangre de Cristo para que las personas de toda
raza que hayan abandonado su pecado, y se hayan rendido al Salvador, puedan vivir
seriamente una vida de fidelidad a Dios; para que, por medio de la obra vivificadora del
Espíritu Santo, cada cristiano verdadero asuma su vida de santidad con más responsabilidad
que cualquier otra cosa en el mundo.

Si usted es de Cristo, no habrá un compromiso mayor en su vida que el de serle fiel a su


Señor, obrando conforme a la Palabra de Dios.
Día 236

BENDICIENDO A QUIENES MÁS BUSCAN AL SEÑOR

Nehemías 11:2 Y bendijo el pueblo a todos los varones que voluntariamente se


ofrecieron para morar en Jerusalén.

Una disposición continua de bendecir a quienes se comprometen cada vez más con el
Evangelio, con la extensión del Reino de Cristo y con la Iglesia, debe brotar de todos los
creyentes; así como los judíos, que bendijeron a los que voluntariamente se ofrecieron para
morar en Jerusalén en el tiempo de Nehemías.

Aunque al final, para terminar de poblar la ciudad, se hizo un sorteo para dejar a uno de
cada diez judíos viviendo en Jerusalén, los que en ella quedaron viviendo lo hicieron
voluntariamente, ofreciéndose deliberadamente por el deseo de servir a Dios de una forma
más profunda por vivir en la misma ciudad donde estaba el templo.

Esta misma disposición de ofrecerse voluntariamente a Dios trae la bendición del Señor, y
genera en Su pueblo deseos de bendecir concretamente a quienes se ofrecen; y por ello los
verdaderos cristianos al ver esta disposición en sus hermanos, y en los que los lideran, oran
más, dan más ofrendas y participan más activamente; porque notan que lo hacen
voluntariamente y no por imposición, ni por mera necesidad, ni por conveniencia, sino por
amor al Señor y a Su obra.

No hay nada mejor para quien ayuda a una congregación cristiana, o a un familia de
creyentes, o a un hijo de Dios, que el saber que quien es objeto de su ayuda tiene una
entrega al Señor cada vez más profunda y un compromiso cada vez mayor con el evangelio
de Jesucristo; ¡eso es sembrar en buena tierra!

En un mundo donde cada vez más se distorsiona la razón para ayudar a la familia de Dios,
apelando al pensamiento avaro de que se le debe ayudar a los que más dinero tienen para
recibir una “cosecha” abundante de lo que les “sembramos”, debemos recordar que muchos
de los que hacen la obra del Señor necesitan de nuestra ayuda; “Así que, según tengamos
oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (Gálatas
6:10).
Día 237

FIESTA PARA EL SEÑOR

Nehemías 12:27 Para la dedicación del muro de Jerusalén, buscaron a los levitas de
todos sus lugares para traerlos a Jerusalén, para hacer la dedicación y la fiesta con
alabanzas y con cánticos, con címbalos, salterios y cítaras.

Quienes han sido apartados para servir a Dios, por medio del Evangelio, se gozan en
reunirse para exaltar al Señor conforme a Su Palabra.

Buscar a los levitas para traerlos a Jerusalén era como decirle a Dios: “Solo nos gozaremos
juntos según lo que tú mismo has estipulado”; porque a estos, a los levitas, era a los que el
Señor había apartado para servir en el templo.

A muchos de los que dicen servir a Dios en este tiempo les parece “inhumano” el que no se
le pueda adorar al Señor conforme al gusto de cada quien; les parece que Dios, por el hecho
de ser bueno, debe permitir que se reúnan a adorarle personas que no han nacido de nuevo
en su interior y que ni entienden el evangelio de Jesucristo ni quieren acercársele conforme
a Su voluntad revelada en la Biblia; lo que realmente quieren es que Dios permita que los
seres humanos se idolatren bajo la excusa de estarle adorando.

Las verdaderas alabanzas con cánticos solo pueden ser recibidas por Dios cuando nacen de
corazones que realmente se rinden ante Su voluntad, cuando son el producto del gozo de la
salvación que Cristo da al creyente, y cuando son inspiradas por el Espíritu Santo que
regeneró y habita en el corazón del cristiano; eso es una verdadera fiesta para el Señor.

No se necesita mucho para disfrutar de la llenura del Espíritu Santo, no hay que realizar
ceremonias complicadas ni buscar manifestaciones místicas; porque para ello solo se nos
manda a vivir: “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales,
cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Efesios 5:19); para que “La palabra
de Cristo more en abundancia” (Colosenses 3:16).

¡Celebremos a Cristo junto a nuestros hermanos en la fe!


Día 238

VERDADERO CELO POR DIOS

Nehemías 13:10-12 Encontré asimismo que las porciones para los levitas no les habían
sido dadas, y que los levitas y cantores que hacían el servicio habían huido cada uno a su
heredad. Entonces reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios
abandonada? Y los reuní y los puse en sus puestos. Y todo Judá trajo el diezmo del grano,
del vino y del aceite, a los almacenes.

Quienes realmente aman al Señor nunca descuidan los ministros que Él ha instituido,
porque entienden que ello sería descuidar la obra de Dios.

Solo bastó un corto viaje de Nehemías para que al regresar encontrase que habían
introducido a un extranjero para habitar en una recámara del templo, que varios ya se
habían emparentado con mujeres extranjeras, que se violaba el día de reposo con
mercaderes que llegaban a la ciudad, y que los levitas habían tenido que irse de Jerusalén,
abandonando su servicio en el templo, para poder buscar su sustento.

Nehemías, que no era extremista sino realista, sabía que la mezcla con extranjeros traería al
final la mezcla con religiones paganas; por lo cual puso como ejemplo a Salomón, al decir:
“¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas naciones no hubo rey
como él, que era amado de su Dios, y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun a
él le hicieron pecar las mujeres extranjeras” (Nehemías 13:26).

En vez de estar buscando la forma de mezclarse con otros, los judíos debían haber
fortalecido el cuidado de ellos mismos, empezando por quienes servían en el templo: Los
levitas; porque solo así podían certificar que realmente estaban agradecidos con Dios, al
mantener primeramente la obra del Señor.

Esto también pasa hoy en día, en las congregaciones cristianas los miembros prefieren
invertir su dinero en lo que el mundo inconverso les propone, prefiriendo emparentar y
prosperar con el mundo antes que ver prosperar la Iglesia de Cristo y mantener así a sus
ministros para que enseñen fielmente el Evangelio.

Esto es lo que ha ocasionado que erróneamente en muchas congregaciones se apele a la


avaricia de la gente para sostener a quienes lideran; pero el único método válido para
obtener el sustento de los ministros es el que usó Nehemías: Exhortar a los creyentes con un
corazón lleno de celo por la obra de Dios. ¿Amas la obra de Cristo en la tierra?
Día 239

LA IRA DEL HOMBRE

Ester 1:12 Más la reina Vasti no quiso comparecer a la orden del rey enviada por medio
de los eunucos; y el rey se enojó mucho, y se encendió en ira.

Nunca se ha sabido de un humano que sea perfecto, excepto Cristo; por lo cual ninguna
persona que se deja dominar por la ira puede pretender estar obrando correctamente, así
tenga mucha autoridad ante otros. Sin embargo, a pesar de esto, Dios termina controlando
las circunstancias para Su gloria, sin excusar al iracundo.

Se dice que el rey Asuero fue una persona totalmente irascible, de un carácter volátil; que
en un momento podía estar sumamente tranquilo y gozoso, y al siguiente instante estar
enojado y profiriendo sentencias reales sobre quien lo hacía enojar. Esto último fue lo que
le sucedió con su esposa Vasti, a la cual, aconsejado por sus sabios, destituyó como reina
porque ella no le hizo caso cuando él la mandó a llamar (Ester 1:10-12).

Varios elementos humanos alimentaban el carácter del rey Asuero: Su dominio sobre el
reino más grande de la época, su capacidad económica para hacer un banquete
multitudinario de más de ciento ochenta días, y los consejeros que le rendían pleitesía a su
ego para verse beneficiados de continuo por él.

Esto sigue siendo igual para cualquier humano de cualquier época: El poder, las riquezas y
los malos consejos terminan elevándole al nivel de un “dios”, alimentado su mal carácter, y
excusándole ante sí mismo para actuar de forma violenta y lleno de ira.

Y no necesariamente se debe ser un rey de la época antigua o un gobernante de la actual


para dejarse llevar por la soberbia; solo hace falta un poco de poder, un tanto de autoridad y
una pizca de malos conceptos sobre el comportamiento, para que un simple padre de
familia, o un mero maestro de construcción, o una sencilla maestra de escuela caiga en ira y
termine por amargarse y amargar a los demás.

A pesar de que el Señor termina por usar las circunstancias a favor de Su Gloria, como lo
hizo con la destitución de Vasti para poner luego a Ester como reina, Él nunca dejará de
recalcarnos que la única ira perfecta es la suya, porque es la única que obra según Su
perfecta justicia.

“Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo
para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Stg.1:19-20).
Día 240

LA GRACIA DEL PUEBLO DE DIOS

Ester 2:17 Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y
benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su
cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti.

Quien es parte del pueblo de Dios posee una gracia especial de parte de su Señor; y con
esta, según la voluntad de Dios, se le da acceso a la benevolencia de las personas, por más
poderosas y conflictivas que estas sean, como pasó con Ester frente al rey Asuero.

No solo fue porque “la joven era de hermosa figura y de buen parecer” (Ester 2:7), ni solo
porque estuvo “seis meses con óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y
afeites de mujeres” (Ester 2:12); Ester, por encima de todo eso, y aún por medio de todo
eso, fue promovida por la gracia que halló ante los demás. Primero halló gracia frente al
Eunuco que cuidaba las doncellas antes de presentarlas al rey (Ester 2:8-9) y finalmente la
halló ante los ojos del rey, el cual la hizo reina.

El hallar gracia ante los ojos de los demás involucra muchos aspectos, y al mismo tiempo
se resume en uno solo: el favor de Dios sobre nosotros. A pesar de no mencionarse a Dios
en el libro de Ester, todo judío entendía, al igual que todo cristiano debe entender, que la
gracia de Ester venía del Señor de los judíos, del Dios de Israel.

Es cierto que hay que cuidar la apariencia, y la forma de tratar a los demás, pero esto solo
tiene sentido cuando brota de un corazón lleno del amor de Dios. Es la obra del Espíritu
Santo, por la fe en Jesucristo, la que hermosea el alma, terminando por reflejarse en la
apariencia; pues es la que le da sentido a cualquier atavío y mejoramiento personal que un
individuo tenga, porque lo hace para glorificar a Dios.

Antes de acicalarnos externamente debemos asegurarnos de que nuestro verdadero atavío


sea “el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible,
que es de grande estima delante de Dios” (1 Pedro 3:4); porque solo así nuestra apariencia
estará de acuerdo con nuestros pensamientos, los cuales se reflejaran en una forma de
hablar “que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”
(Efesios 4:29). La gracia del cristiano ante los demás viene de Cristo..
Día 241

EL PRECIO DE NO SER IDÓLATRA

Ester 3:5- 6 Y vio Amán que Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba delante de él;
y se llenó de ira…y procuró Amán destruir a todos los judíos que había en el reino de
Asuero, al pueblo de Mardoqueo.

Por más organizada y racional que se presente, cada generación encuentra la forma de
levantar cosas, actividades y personas al nivel de Dios; por lo cual el verdadero creyente
corre el riesgo de ser perseguido por su fe, y por ello debe estar dispuesto a mantenerse
firme a pesar del riesgo que corran él y los suyos.

La época del rey Asuero, y su sociedad, no eran como la nuestra; ya que entonces el rey
podía dictaminar la vida o la muerte a través de un simple edicto real. Esto fue lo que
ocurrió cuando Amán alentó al rey a decretar un día en que la gente de todo el reino les
diera muerte a los judíos y tomaran sus posesiones; todo porque Mardoqueo, el judío, no se
inclinaba a reverenciar a Amán como un “dios”, según la costumbre de la época.

“Y dijo Amán al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido y distribuido entre los pueblos en
todas las provincias de tu reino, y sus leyes son diferentes de las de todo pueblo, y no
guardan las leyes del rey, y al rey nada le beneficia el dejarlos vivir” (Ester 3:8). Con esta
forma de razonar es que siempre se han desatado, se desatan y se desatarán las
persecuciones contra los creyentes; la persecución no se lanza directamente en contra de las
creencias, sino por la falta de acoplamiento a las tendencias políticas, gubernamentales,
sociales, culturales, económicas u organizacionales de la época.

Este es el precio a pagar por la fe en Cristo, ya que actualmente en varios países se prohíbe
la predicación del evangelio, y allí es un riesgo mortal el ser cristiano; pero también hay
riesgo en los países donde se ostenta la libertad de culto, porque se da una persecución de
índole social y cultural, liderada por personas que no toleran que un cristiano se rehúse a
seguir los comportamientos pecaminosos que se promueven por medio de leyes que no solo
institucionalizan el pecado, sino que también penalizan a quienes se opongan abiertamente
a él, como pasa con la legalización de los matrimonios homosexuales y con el aborto.

Al final, el creyente verdadero en Cristo anticipa la persecución y la asume como una


oportunidad de glorificar a su Señor, el cual advirtió claramente: “En el mundo tendréis
aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
Día 242

PROPÓSITO DE DIOS

Ester 4:14-16 Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación


vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y
quién sabe si para esta hora has llegado al reino? Y Ester dijo que respondiesen a
Mardoqueo: Vé y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí…y si
perezco, que perezca.

El creyente sabe que cada bendición en su vida tiene un propósito divino; porque si no es
para glorificar a Dios sirviendo de ayuda al pueblo cristiano, entonces ¿Para qué nos
colocaría el Señor en una posición especial? ¿Para nuestra vanagloria?

Ester no accedió inmediatamente a la propuesta de Mardoqueo; a pesar de que este la había


criado como hija, que estaba llorando y sufriendo por el decreto en contra del pueblo judío,
y que le había pedido a Ester que intercediera ante el rey, Ester no quería arriesgarse a
morir; y ella no lo hacía porque sabía que quien se acercaba al rey sin ser llamado por él
debía morir, salvo que el mismo rey le extendiera su cetro en señal de misericordia.

Que tremendo dilema para Ester, estaba en juego la vida de todos los de su pueblo y ella
quería salvar su propia vida; pero Mardoqueo supo mostrarle las implicaciones del asunto,
porque ella seguía siendo judía y en cualquier momento, al descubrirse su identidad,
también podía estar en riesgo; pero sobre todo, porque el pueblo judío, al clamar a Dios en
su dolor, podría ser socorrido de otra forma, y Ester podría perder la oportunidad de ser un
instrumento divino para la salvación de los de su nación.

Al final Ester accedió, pero bajo la condición de que ayunaran por ella, lo cual implicaba
que oraran a Dios para que le diera gracia ante el rey; pero lo tremendo es que esto no solo
sucedió con Ester, sino que también sucede con cada cristiano que Dios privilegia con una
posición especial en la sociedad, o en su empresa, o en su familia; el Señor no lo hace para
que el cristiano sencillamente goce de este mundo, sino para que se disponga a bendecir a
Su pueblo y para la extensión del evangelio.

“Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por
dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su
poder, para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y
vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 1:11-
12). Recuerde que para el que cristinao está Dios y Su pueblo primero que todo.
Día 243

GRACIA SOBRE GRACIA

Ester 5:2 Y cuando vio a la reina Ester que estaba en el patio, ella obtuvo gracia ante
sus ojos; y el rey extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces vino
Ester y tocó la punta del cetro.

Así como Ester fue aceptada de forma especial por el rey luego de que él ya le había
concedido la gracia de ser su reina, cada creyente en Cristo puede acceder de forma
especial ante su Señor luego de haber recibido la gracia de ser hecho hijo de Dios,
especialmente cuando lleva una petición en favor de Su pueblo.

Ester fue recibida por el rey Asuero a pesar de todo lo que temía a que el rey la rechazara y
la ejecutara por su imprudencia; y esto no puede pasar desapercibido para el cristiano de
hoy que, aunque tiene libre acceso a Dios por medio de Cristo, no debe venir ante el Señor,
ante el Rey de reyes, de una forma irreverente y ligera.

Es cierto que nuestro salvador es nuestra eterna fuente de misericordia, primero muriendo
por nosotros, y ahora intercediendo ante el padre por nosotros; pero sigue siendo el mismo
que ha de juzgar a los vivos y a los muertos. Jesús no ha dejado de ser aquel ante quien toda
rodilla se ha de doblar y ante quien toda lengua ha de confesar que Él es Señor, al final de
los tiempos (Filipenses 2:10-11).

Es por esto que deberíamos acercarnos reverentemente al orar al Señor cuando por la obra
del Espíritu Santo en nuestro corazón le decimos: “Abba Padre” (Rom.8:14-16), para no
olvidar quien es nuestro Padre, ni igualarlo a cualquier ser creado, ni tratarlo como a
cualquiera a nuestro alrededor; y así dejar de tener las oraciones frías e irreverentes que
abundan en medio de los creyentes en Cristo de la actualidad.

Cada vez que se acerque al Señor no olvide que lo hace por Su gracia, basada en la gracia
de la salvación en Cristo; “Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y
que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad” (Hebreos 12:18); “Así
que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella
sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia” (Hebreos 12:28).
Día 244

LLAMADO A NO IR CONTRA EL PUEBLO DIOS

Ester 6:13 Contó luego Amán a Zeres su mujer y a todos sus amigos, todo lo que le
había acontecido. Entonces le dijeron sus sabios, y Zeres su mujer: Si de la descendencia
de los judíos es ese Mardoqueo delante de quien has comenzado a caer, no lo vencerás,
sino que caerás por cierto delante de él.

Por insignificante que parezca la vida de cada cristiano, para su Señor es muy valiosa; por
lo cual quien se opone a uno del pueblo de Dios debe saber que lucha contra Dios.

La misma Zeres, que era la que le había aconsejado a su esposo Amán que construyera una
horca para en ella ahorcar a Mardoqueo, al ver como las circunstancias se tornaron en favor
de este último, advirtió a Amán sobre lo necia de su lucha contra ese hombre.

Y es que fue realmente impactante como, después de su cena con Ester, al rey se le fue el
sueño, se puso a revisar el libro de memorias y crónicas, encontró en él registrado como
Mardoqueo había divulgado un complot en su contra, decidió exaltar a Mardoqueo
pidiéndole consejo a Amán de cómo hacerlo, y el mismo Amán terminó aconsejando al rey
sobre como exaltar a Mardoqueo creyendo que lo quería exaltar a él.

Al final, Amán terminó dándole a Mardoqueo, que era a quien quería ahorcar, un paseo “a
caballo por la plaza de la ciudad, e hizo pregonar delante de él: Así se hará al varón cuya
honra desea el rey” (Ester 6:11). ¡Qué paradójico! y al mismo tiempo, que señal tan clara de
lo inconveniente del odio de Amán contra Mardoqueo; fue por ello que hasta su esposa le
reconvino de no seguir en su deseo de dañarlo a él y al pueblo judío.

Aunque en la Biblia no se niega que los creyentes son perseguidos por el mundo, llegando
hasta el punto de sufrir la muerte como los apóstoles, tampoco deja de afirmar que el
mismo Señor los cuida con un celo especial, hasta el punto de asegurarle a los suyos que “el
que os toca, toca a la niña de su ojo” (Zacarías 2:8).

Si usted sufre cualquier tipo de persecución por ser cristiano, debe permanecer firme y orar
a Dios, esperando siempre que el Señor le responda como hizo con Mardoqueo; porque la
advertencia de Cristo contra quien persigue al punto de hacer caer a uno de los suyos, así
sea un recién convertido, un niño espiritual, es: “cualquiera que haga tropezar a alguno de
estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de
molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar” (Mat.18:6).
Día 245

OJO POR OJO

Ester 7:10 Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para
Mardoqueo; y se apaciguó la ira del rey.

Por más duro que resulte, cada uno debería recibir lo mismo que ha hecho o ha pensado
hacer en contra de los demás y en contra de Dios mismo; es por ello que el cristiano solo
vive por agradecimiento a Cristo, quien no solo vino a dar ejemplo de misericordia, sino a
sufrir el castigo que justamente merecíamos.

Amán no sabía que la horca que preparó para Mardoqueo, y el decreto real que impulso
para permitir que mataran a los judíos, terminaría por volcarse en contra de él y de los que
se atrevieran a ir contra del pueblo de Dios; él no se imaginó que la misma reina fuera judía
y que en presencia del mismo rey lo denunciaría como perseguidor de ella y de su pueblo; y
mucho menos imaginó que tratando de convencer a la reina el rey pensaría que la estaba
tratando de abusar sexualmente, y que el rey terminaría por ahorcarlo en la misma horca
que preparó para Mardoqueo.

Esta historia, aunque real, sigue tipificando lo que debería suceder con cada ser humano
que quebranta la ley de Dios afectando a otras personas, cada uno debería pagar ojo por ojo
y diente por diente; pero en Cristo, para quien ha confiado en él como su salvador, ha sido
satisfecha la justicia divina, porque el Señor ha pagado por todos y cada uno de los pecados
de Su pueblo.

El ser humano no solo hace el mal, maquina maldad; y fue por ello justo que Amán muriera
ahorcado por solo planear ahorcar a Mardoqueo; también es por ello que Cristo igualó el
cometer adulterio con el deseo de adulterar (Mateo 5:27-28), y el cometer homicidio con el
enojarse con alguien (Mateo 5:21-22); y por ello el Señor tuvo que morir en la cruz bajo la
ira justa de Dios por nuestro pecado. Es por todo esto que solo podemos agradar y servir a
Dios si realmente nos rendimos al Señorío de Cristo.

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida,
sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).
Día 246

SINTIENDO EL DOLOR AJENO

Ester 8:6 Porque ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Cómo podré
yo ver la destrucción de mi nación?

La misericordia de Dios en el corazón de una persona siempre le llevará a compadecerse


del sufrimiento de los demás, especialmente cuando son de su propio pueblo.

Ester podía haberse conformado con que el rey hubiera salvado a Mardoqueo, su familiar,
de los planes de Amán; y también podía haberse quedado tranquila solo con el hecho de
haber hallado gracia ante el rey siendo ella judía; pero una vez más se acercó al rey a pedir
misericordia, y esta vez lo hizo específicamente por su pueblo.

Ester no podía entender cómo podría disfrutar simplemente de sus bendiciones y al mismo
tiempo ver como los judíos eran asesinados; es por ello que ella rogó al rey, porque se
identificaba con el sufrimiento que ellos padecerían el día en que estaba decretado que
podían matarlos.

Finalmente el rey le concedió a Ester que redactase un nuevo decreto y lo sellara con su
anillo real; y ella, asesorada por consejeros del reino, redactó un decreto real donde se
autorizaba a los judíos a defenderse de todos los que los atacaran en ese día, y se les
permitía tomar las propiedades de aquellos a quienes vencieran.

Si sufriéramos el dolor ajeno como Ester, de seguro intercederíamos mucho más


efectivamente por los demás; primeramente intercederíamos en oración ante el Señor, y
luego ante quien el Señor nos muestre que debemos buscar la ayuda que otros necesitan.

Es así como personas que tienen suficientes comodidades en su casa, y que no necesitan de
pedir ayuda económica para ellos, se esmeran por pedir para ayudar a otros; es así como
teniendo la paz de Cristo en su corazón, los cristianos se ven afectados por la consecuencia
del pecado en los demás, y oran por ellos, y les predican el Evangelio.

Si usted disfruta de la salvación en Cristo, debe recordar que Él lo llama a compadecerse de


otros; por lo cual los cristianos podríamos aplicarnos estas palabras del Señor: “¿No debías
tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?” (Mateo
18:33). Hagamos nuestro el sufrimiento ajeno.
Día 247

LO CONTRARIO AL DESEO DEL MUNDO

Ester 9:1 En el mes duodécimo, que es el mes de Adar, a los trece días del mismo mes,
cuando debía ser ejecutado el mandamiento del rey y su decreto, el mismo día en que los
enemigos de los judíos esperaban enseñorearse de ellos, sucedió lo contrario; porque los
judíos se enseñorearon de los que los aborrecían.

Por más terribles y astutas que sean las maquinaciones de las personas del mundo, Dios
termina por hacer siempre Su voluntad, así tenga que echar por tierra los planes de muchos.

En la historia acontecida a los Israelitas, y narrada en el libro de Ester, se puede ver cómo
llega a suceder todo lo contrario al deseo de los pecadores; porque Dios no deja de
controlar la historia aún cuando los más importantes de los seres humanos se subleven
pecando contra Él. La especialidad del Señor es esparcir “a los soberbios en el pensamiento
de sus corazones” (Lucas 1:51).

Cuando los planes más perfectos del mundo se desbaratan, así como sucedió con el Titanic,
debemos decir: Dios “Hizo proezas con su brazo” (Lucas 1:51); debemos creer que el
Señor es quien realmente controla todo, y siempre esperar que Dios nos sorprenda con Su
acción sobre la humanidad.

Este oficio divino demuestra lo frágil del ser humano y de sus planes, especialmente
cuando no giran en torno a la gloria de Dios; pero también refleja lo sensible a la voz de
Dios que debe vivir un creyente verdadero para permanecer separado del mundo y de sus
rebeliones contra Dios, porque el que dice pertenecer al pueblo de Dios no puede ser agente
de cambio si primero no es cambiado, si no ha aborrecido lo que Dios aborrece.

Aunque se trate de la persona más poderosa del mundo, ya sea para convertirlo, o
simplemente para frenarlo, nuestro Señor puede darle vuelta a sus planes; pues Él dijo:
“antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lc.13:3,5). Entonces, recuerde que
no sirve de nada tratar de cambiar el mundo si pensamos y sentimos igual que él;
busquemos ser como nuestro Salvador para ser usados efectivamente por Él.
Día 248

BIENAVENTURADOS LOS PACIFICADORES

Ester 10:3 Porque Mardoqueo el judío fue el segundo después del rey Asuero, y grande
entre los judíos, y estimado por la multitud de sus hermanos, porque procuró el bienestar
de su pueblo y habló paz para todo su linaje.

Aquel que en el nombre de Dios, y conforme a Su voluntad, busca el bienestar y la paz de


los demás, es quien termina por ser exaltado; porque si no se le reconoce su labor en la
tierra por predicar la paz que trae el evangelio de Cristo, en el cielo será exaltado por el
Dios de paz.

Mardoqueo tuvo que sufrir y pasar muchos riesgos en su vida por procurar la paz para los
suyos; esa paz era la que seguramente tenía en mente cuando animaba a Ester en su
candidatura para ser reina en el imperio medo-persa; esa paz lo movió a evitar que un
complot contra el rey prosperara; esa paz lo llevó a impulsar a Ester para que le rogara al
rey por la vida de los judíos mientras él ayunaba; y al final, esa misma paz fue la que le
llegó como retribución a través de en un cargo desde el cual pudo beneficiar a los suyos. El
bienestar para su pueblo era la meta en la vida de Mardoqueo.

Esa debería ser la meta de cada persona que conoce al Dios de paz, de cada persona que ha
alcanzado la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, la paz que viene de saberse
perdonado y reconciliado con el Señor por medio de la obra redentora de Jesucristo; porque
cada cristiano verdadero entiende que sin Cristo todavía estaría enemistado con Dios,
sabiendo que el mismo Señor era su más grande enemigo a causa del pecado, pero que
ahora Dios está de su lado y puede vivir en paz cualesquiera sean sus circunstancias, y
puede procurar esa misma paz para los demás.

“Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y
vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros” (2 Corintios 13:11). No
olvidemos que Cristo dijo: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados
hijos de Dios” (Mateo 5:9).

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