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OBJETIVO: Muchas personas erróneamente piensan que el inicio de año va relacionado con
propósitos que les permitan dar un horizonte a sus metas. Un matrimonio fundado en Cristo está
llamado a DECIDIR siempre seguirle y dejar en sus manos y voluntad todo aquello que está dentro
de los planes trazados por aquel que nos ama
San Mateo 4, 19.20 Yo los haré “pescadores de hombres” y dejándolo todo le siguieron
INTRODUCCIÓN
Las estadísticas muestran que en promedio cada día una persona puede
tomar 1.500 a 2.000 decisiones, desde decisiones sencillas como lavarnos las
manos, lavarnos los dientes, escoger el color de zapatos, saber que ruta voy a
tomar en mi transporte, decidir qué voy a preparar hoy de desayuno, almuerzo o
cena, qué película quiero ver en el cine, a qué hora me voy a levantar, etc…
hasta decisiones trascendentales como saber qué carrera quiero estudiar, con
quién me voy a casar, dónde voy a vivir, cuántos hijos voy a tener, cómo me voy a
ganar la vida, entre muchas otras.
Hoy en día la vida en el mundo es cada vez más complicada cada vez hay que
tomar más decisiones. Esto es debido a que aumentan las opciones sin
cesar debido al avance de la tecnología, la ciencia, las tendencias y
descubrimientos. Nuestros abuelos tenían que elegir pocas cosas a lo largo de su
vida. Ellos tenían una vida establecida casi desde que nacían, vivían en una
sociedad más segura, rodeada por costumbres y por hechos cotidianos que eran
sanos en comparación a los de hoy.
Pero esto era hace 50 años o más, hoy en día las cosas han cambiado
drásticamente y en un mundo tan demandante, donde cada vez hay nuevas
modas, tendencias de consumo, información en la internet, las redes sociales, la
exposición al licor, al tabaquismo, a las drogas, el sexo, la pornografía y tantas
otras cosas, estamos expuestos y forzados a decidir qué hacer; ahora según los
expertos dicen:
Así que podríamos pensar: ¿QUÉ ES LO QUE DEBO HACER, CÓMO PODRE
SABER SI UNA DECISIÓN QUE YO TOME ES LA QUE ESPERABA?
Cuando éramos bebes y niños, ¿de quién dependíamos nosotros? R/: ¡de
nuestros Padres!, ellos nos cuidaban, nos alimentaban, nos aman, ¿verdad?
De la misma manera el escritor de Proverbios quiere que nosotros tengamos
una FUERTE DEPENDENCIA de Dios, que nos apresuremos a refugiarnos en Él,
así como lo hace un bebe en su madre o padre.
1. […] de todo tu corazón: el corazón en la Biblia se refiere muchas veces a “la
fuente de vida del ser interior en varios aspectos, enfocado en la mente, alma y
espíritu, donde encontramos los pensamientos, sentimientos y la voluntad”. Del
corazón provienen los motivos, las pasiones y los procesos mentales para la toma
de decisiones… Entonces, Dios quiere que nuestra FUERTE DEPENDENCIA en
lo que pienso, siento y hago este cimentada sólo en Él y que lo hagamos para
tomar las decisiones diarias de nuestra vida.
2. y no te apoyes en tu propia prudencia: ahora en la segunda parte del versículo
5, nos dice: […] y no te apoyes en qué?…
1. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas:
Así que hermanos, TODA La Escritura nos ENSEÑA a conocer a Dios y Su Santa
Voluntad, nos REDARGUYE, es decir nos muestra y convence cuando estamos
haciendo algo mal, nos CORRIGE “refiriéndose a la mejora en la vida y en el
carácter de cada uno” y nos INSTRUYE, entrenándonos o formándonos en la
Justicia de Dios, es decir, en hacer lo que es moralmente correcto ante los ojos del
Señor, para que al final las decisiones que esté considerando tomar, lo haga con
esta guía provista por Dios.
Santiago 1.5-6:
Y esto es lo que Santiago nos está diciendo aquí en estos pasajes; nuestra actitud
frente a Dios, debe ser como la de un niño que le Suplica y Ruega a su Padre, ya
no por un juguete, si no por SABIDURÍA. Y está Sabiduría, es decir
la habilidad de ordenar los principios y mandatos de Dios para aplicarlos con
inteligencia espiritual en mi vida, definitivamente me guiará en la toma de
decisiones.
Por su puesto, es muy importante reconocer que la mejor manera de pedir a Dios
de SU SABIDURÍA, es aceptando que en primer lugar carezco de ella,
en segundo lugar, debo hacerlo en una completa actitud de súplica y ruego,
y en tercer lugar, debo hacerlo con FÉ, una fe con profunda convicción sin
dudar y creyendo que será hecho. Si lo hacemos de esta manera hermanos, Dios
nos concederá con simplicidad y abundancia de Su Sabiduría, y ¿para qué?
para afrontar las pruebas, tentaciones y decisiones diarias de nuestra vida.
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del
Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.”
¿Han visto los anuncios de la empresa Coca-Cola en T.V.? Ellos tienen campañas
publicitarias bastante interesantes, que llegan no solo al intelecto del consumidor,
si no que también llegan a mover algunas emociones, sentimientos y sensaciones.
Sin embargo cuando salen estos anuncios, no vemos que al final de cada uno diga
el nombre de la agencia de publicidad o de los publicistas que diseñaron esa
campaña, sólo vemos el nombre de la marca Coca-Cola. Las personas que
trabajan allí hacen una buena labor en nombre de una empresa, a pesar de que
no reciben un reconocimiento público por ello. Y los consumidores decimos: oiga
chévere las campañas de Coca-Cola, más no del publicista que la diseñó.
Esto es lo que Pablo nos dice en este pasaje: que todo lo que hablemos o
digamos y todas nuestras acciones, incluidas las decisiones que tomemos, ¿las
hagamos todas en el nombre de quién? ¡Así es! En el nombre de QUIÉN
REPRESENTAMOS, aunque no recibamos un reconocimiento público como estos
publicistas, aunque pasen desapercibidas para la sociedad nuestras palabras y
acciones, por pequeñas que sean, tengamos muy presente que debemos en el
nombre del Señor Jesús. A demás todas las cosas que yo haga, al final del
versículo señala que debemos hacerlas “[…] dando gracias a Dios por medio de
nuestro Señor Jesús”.