NIETO- Una noche de invierno, en una lejana aldea vivía una niña que siempre, siempre, en

cuanto comenzaba a caer la noche, levantaba los ojos al cielo y se quedaba embobada
mirando las estrellas.

ABUELA- Yo quiero una, no solo una, las quiero todas, me encantaría tener todas las
estrellas en la palma de mi mano y verlas lucir, verlas brillar. Que se parase el mundo,
excepto las lucecitas titilando en mis manos.
NIETO- Una fría noche de navidad… cuando ya era hora de dormir,

ABUELA- (la niña se asoma a la ventana) Esta noche la Vía Láctea brilla con más
esplendor que nunca, quiero alcanzarlas, quiero tocarlas. (Abre la ventana, se desliza
sigilosamente hacia el jardín, abre la verja y echa a andar).

NIETO- Caminó largamente por valles y montañas hasta que encontró un riachuelo. (Nieto
como riachuelo ¿tela azul?)

ABUELA- Buenas noches, riachuelo. ¿Has visto alguna estrella por aquí? Me encantan las
estrellas, me muero de ganas por tocarlas y poder jugar con ellas.

NIETO- Claro que si. ¿No ves que su brillo no me deja dormir? Pasan toda la noche en mis
aguas.

ABUELA- (La abuela- niña se mete al riachuelo y chapotea buscando las estrellas)
Perdón, riachuelo, pero creo que en tus aguas no hay ni una sola estrella.

NIETO- Pero, ¿qué dices, muchachita? Hay muchas estrellas aquí. Todas las noches las
veo. ¿No te digo que no me dejan dormir? ¡Tengo tantas estrellas que no sé qué hacer con
ellas! Bueno me tengo que ir hasta el mar, hasta luego. (Se va, ella se despide y se
encuentra con un duende bailarín.)

ABUELA-Buenas noches, pequeño duende. ¿Has visto alguna estrella por aquí? Me
encantan las estrellas, me muero de ganas por tocarlas y poder jugar con ellas.

NIETO -Por supuesto (cantando) brillan toda la noche entre los filamentos de hierba. Ven a
bailar conmigo y encontrarás todas las que quieras. (la niña baila, hasta que, rendida por
el cansancio, se desploma,)

ABUELA- Algo muy dentro de mí me dice que este duende es el único que me puede
ayudar a alcanzar las estrellas

NIETO- Si estás realmente decidido, debes perseverar y seguir adelante, sólo tienes que
buscar la escalera sin peldaños y ella te conducirá a las estrellas.

ABUELA- Está bien gracias, continuaré mi camino. (que le ayuden los niños) Subiendo
montañas, bordeando abismos, atravesando desiertos por todos los caminos buscando la
escalera sin peldaños.
NIETO- Al fin una gaviota la condujo al arco iris y la niña comenzó a escalar, pero avanzaba
con lentitud porque continuamente se resbalaba y retrocedía. Al fin llegó arriba y pudo ver
las estrellas.

ABUELA- (estira su mano para tratar de alcanzarlas) Te atrapé, eres una estrella fugaz.
Pero espera ¿dónde me llevas? Me arrastra hacia el cielo.(la niña se va arrastrada por la
estrella fugaz)

NIETO- La niña no supo más hasta el día siguiente cuando, al despertarse en su cama,
descubrió un grano de polvo de estrellas que centelleaba sobre la palma de su mano. Y se
dio cuenta de que no había sido un sueño.