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La Iglesia en América Latina: COLOMBIA

Valioso estudio del Observatorio Pastoral del Celam (OPC), que nos acerca a la realidad pastoral,
social y devocional de los pueblos latinoamericanos

Por: José Antonio Varela Vidal | Fuente: Zenit.org

En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de Colombia, un país ecuatorial del
continente americano con una extensión de 1.141.748 km2, que acoge a cerca de 45.273.936
pobladores, de los cuales el 80% serían católicos.

Orígenes de la evangelización

La Diócesis de Santa Marta fue la primera en el actual territorio colombiano. El papa Clemente VII,
la erigió el 10 de enero de 1534 y nombró como su primer obispo a Alfonso de Tobes; y luego a
Juan Fernando Angulo el 6 de septiembre de 1536.

Posteriormente, el 24 de abril de 1534, el papa Clemente VII erigió la diócesis de Cartagena y


nombró al dominico Jerónimo de Loaysa, el 5 de diciembre de 1537, ordenado el 29 de junio de
1538. El 20 de junio de 1900, Cartagena se constituyó como arquidiócesis por mandato de León
XIII y fue su primer arzobispo Pietro Adamo Brioschi, PIME, quien venía fungiendo como Obispo
desde 1898.

El 22 de agosto de 1546, se creó la Diócesis de Popayán, tomándola de la Diócesis de Panamá por


Paulo III, quien nombró a Juan Valle como obispo, el 27 de agosto de 1547. León XIII la elevó a
arquidiócesis el mismo día que a Cartagena, 20 de junio de 1900, año en el cual creó las Diócesis
de Manizales (11 de abril), Garzón e Ibagué (20 de mayo).
La Diócesis de Santafé en Nueva Granada (Bogotá) fue erigida por Pío IV el 11 de septiembre de
1562, desmembrándola de Santa Marta, y fue elevada a arquidiócesis el 22 de marzo de 1564,
nombrando a Juan de los Barrios, OFM, Obispo de Santa Marta, como primer Arzobispo.

Una comunidad que sirve

Colombia está organizada en 74 jurisdicciones eclesiásticas, 13 arquidiócesis, 50 diócesis, un


Obispado Castrense y 10 vicariatos apostólicos. La Conferencia Episcopal de Colombia está
conformada por dos cardenales, 13 arzobispos, 49 obispos residentes, un obispo castrense, 12
obispos auxiliares y 10 vicarios apostólicos.

Las 3.831 parroquias que prestan sus servicios son atendidas por un total de 7.920 presbíteros, de
los cuales 5.661 son diocesanos y 2.259 son religiosos. Además participan 278 diáconos
permanentes, 4.163 Religiosos y 15.178 Religiosas. La Conferencia de Religiosos de Colombia,
cuenta con un Centro de Estudios Religiosos – CER y la Escuela para Formadoras y Formadores,
con las que contribuyen a la vida consagrada en el país.

Existe también el Consejo Nacional de Laicos y hay presencia de diversos movimientos apostólicos,
comunidades eclesiales, grupos de oración, que de acuerdo a su carisma colaboran con la labor
evangelizadora.

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Relación Iglesia–Estado

Con anterioridad a 1991, las relaciones entre la Iglesia y el Estado se rigieron por el Concordato
entre la Santa Sede y el Estado colombiano. Siguiendo la tendencia mundial, la Constitución
Política de 1991, consagró la libertad de cultos y un pluralismo religioso, desarrollado
posteriormente en la jurisprudencia de la Corte Constitucional.

Según explica el OPC, "la Iglesia continúa profetizando la fe cristiana y la coherencia frente a la
defensa de la vida, la familia, la dignidad de las víctimas del conflicto y las personas vulneradas en
el país, escenarios en los que la Iglesia es un actor de vital trascendencia".

Se lee también que la Iglesia ha acompañado al Estado y a la sociedad colombiana, principalmente


en los procesos de paz y reconciliación, "facilitando escenarios de diálogo a la salida negociada del
conflicto, a la defensa de los derechos de las víctimas, el respeto del derecho internacional
humanitario, la liberación de los secuestrados".

Presencia en la Sociedad

El OPC informa que la Iglesia colombiana ha tenido una amplia presencia en la sociedad desde sus
inicios y a lo largo de su historia, "a través de diversos servicios como educación, atención de
enfermos y personas encarceladas, víctimas del conflicto, asistencia social y promoción humana,
atención a los niños, jóvenes y familias".
Se resalta en el Informe el trabajo del laicado colombiano, principalmente en las zonas rurales, "en
donde tienen un papel protagónico y hasta heroico junto con los sacerdotes, religiosas y
comunidades católicas que en oportunidades han perdido la vida en medio del conflicto armado".

En este mismo orden de ideas, se lee, "los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y otros agentes
de pastoral son líderes espirituales que por su entrega, celo apostólico, generosidad y espíritu
misionero, realizan sus actividades, incluso en escenarios hostiles al mensaje evangélico".

La Conferencia Episcopal, orienta y anima la acción pastoral de las Jurisdicciones a través de las
Comisiones Episcopales y los Departamentos y Secciones, con variados programas, de acuerdo a
planes de trabajo y sus orientaciones.

Por otro lado, el OPC revela que en la Iglesia colombiana funcionan diversos medios de
comunicación bajo la dirección de las diócesis o movimientos apostólicos u organismos eclesiales.
"Numerosos periódicos y revistas, con cubrimiento local, regional y, algunos, nacional nutren la
vida de sus creyentes, e incluso son documentos de referencia en escenarios de defensa de
derechos principalmente de las víctimas. Son de especial importancia las emisoras de radio que
cubren las diferentes regiones del país", reza el documento del Celam.

Santidad colombiana

Colombia ha sido territorio propicio para la santificación de tres grandes evangelizadores que
nacieron en España: san Luis Beltrán (1526–1581), presbítero dominico, evangelizador entre los
indígenas, que fue canonizado en 1671 por Clemente X.

También san Pedro Claver (1581–1654), presbítero jesuita, defensor de los esclavos africanos
llegados a Cartagena, donde fue ordenado. Su canonización se dio en 1888 por León XIII. Y el
obispo agustino recoleto san Ezequiel Moreno (1848–1906), quien fuera vicario apostólico de
Casanare y obispo de Pasto. Fue canonizado por el beato Juan Pablo II en 1992 y se le venera como
intercesor por los enfermos de cáncer, enfermedad que le causó la muerte.

La primera santa de origen colombiana es santa Laura Montoya (1874–1949), misionera,


fundadora de las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, más conocida como
"Misioneras de la Madre Laura". La congregación de misioneras contaba con 90 casas en el
momento de su muerte y estaba conformada por 467 religiosas que trabajaban en tres países. El
papa Francisco la canonizó en la plaza de San Pedro el 12 de mayo de 2013.

Se añaden a la lista en el cielo el beato Mariano de Jesús Euse Hoyos (1845–1926), párroco rural
ejemplar, conocido como el "Padre Marianito", fue beatificado por Juan Pablo II en el año 2000.

Y hay siete beatos mártires, jóvenes pertenecientes a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios,
que fueron asesinados el 9 de agosto de 1936, en España por odio a la fe. Estos son: Esteban
(Gabriel) Maya Gutiérrez, Rubén de Jesús López Aguilar, Arturo (Luis) Ayala Niño, Juan Bautista
(José) Velásquez Peláez, Melquiades (Ramón) Ramírez Zuloaga, Gaspar (Luis Modesto) Páez
Perdomo y Eugenio (Alfonso Antonio) Ramírez Salazar.

A ellos se suma Jesús Aníbal Gómez Gómez, misionero claretiano, quien fue beatificado en el 2010
por Benedicto XVI quien murió también como mártir en 1936 en la Guerra Civil Española.
Amor a María

El más famoso y concurrido centro de devoción a la Virgen de los colombianos es el Santuario


Mariano Nacional de Nuestra Señora de Chiquinquirá, al que hay que sumar los bogotanos de
Nuestra Señora de la Peña, Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora de las Angustias,
Monserrate y Guadalupe.

El Santuario de Chiquinquirá acoge una rústica tela de algodón de procedencia indígena, sobre la
cual en el siglo XVI el pintor español Alonso de Narváez pintó una imagen de la Virgen del Rosario,
flanqueda por san Antonio de Padua y san Andrés Apóstol al ser el primer patrono del
encomendero que solicitaba la imagen y el segundo, del fraile que la había mandado a hacer.

La web del santuario nos detalla cómo al lienzo se le han superpuesto dos coronas, un cetro, dos
rosarios y 27 escudos de oro que dan un hermoso relieve al cuadro, cuyo marco, formado por
semicircunferencias de plata, porta las insignias de la condecoración presidencial.

Pío VII la declaró patrona de Colombia en 1829 concediéndole fiesta litúrgica propia. "La Chinita"
como la llama su pueblo, fue coronada canónicamente en 1919 y su santuario declarado Basílica
en 1927, hasta donde llegan fieles del país y del extranjero.

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