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Éxodo 40:2

Roberto Celaya Figueroa


…para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas
las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual
son todas las cosas y nosotros por medio de él (I Corintios 8:6)
Dedicatoria

A la Iglesia de Dios (7° Día)

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Página web oficinas centrales: http://www.churchofgod-7thday.org/
Índice

Introducción...................................................................................................... 1

Figura y sombra ............................................................................................... 4

Cristo: profeta, sacerdote y rey ...................................................................... 12


Profeta .................................................................................................... 14
Sacerdote ............................................................................................... 16
Rey .......................................................................................................... 18

La ofrenda para el tabernáculo ....................................................................... 26

El arca del testimonio ...................................................................................... 28

La mesa para el pan de la proposición .......................................................... 47

El candelero de oro .......................................................................................... 54

El altar del incienso .......................................................................................... 57

El tabernáculo................................................................................................... 60

El atrio del tabernáculo .................................................................................... 70

El altar de bronce ............................................................................................. 87

Aceite para las lámparas ................................................................................. 93


La fuente de bronce ......................................................................................... 96

Una fotografía dinámica de la familia de Dios ............................................. 99


Profeta .................................................................................................... 103
Sacerdote ............................................................................................... 105
Rey .......................................................................................................... 107

Otros templos ................................................................................................... 113


Templo de Salomón ............................................................................... 113
Tabernáculo de David............................................................................ 115
Tercer templo ......................................................................................... 124

Conclusión ........................................................................................................ 131


Introducción

Sin duda alguna que el Tabernáculo es uno de los temas de mayor trascendencia
en el Antiguo Testamento referidos a la historia del Pueblo de Israel, esto por tres
razones principales: la primer razón es que alrededor del Tabernáculo se dio la
organización del culto y adoración del Dios único, viviente, veraz y verdadero; la
segunda razón es que fue sobre la base del modelo dado por el Tabernáculo que
se construirían, restaurarían o diseñarían los subsecuentes templos como el de
Salomón, el de Esdras y Nehemías, el de Herodes e incluso el esperado aún de
Zacarías; y la tercer razón es por la enorme cantidad de simbología que se ha
encontrado aunada a él, simbología sobre la cual se han construido un sinfín de
explicaciones que buscan agregar comprensión sobre ese tema. Es precisamente
sobre este último punto sobre el cual versa la presente obra.

Nada en la Escritura es causal, toda ella “es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2
Timoteo 3:16-17), es así que la enorme cantidad de detalles que la misma arroja
sobre el Tabernáculo deben tener un sentido cuya comprensión indica en la propia
edificación. Diseños, medidas, disposiciones, materiales, colores y demás no
tienen un fin meramente estético sino que necesaria y forzosamente, en
consonancia con la Escritura, deben querer decir algo, ¿pero qué?

Sobre esto último, hay que reconocer que son decenas, tal vez incluso cientos, los
estudios que sobre la simbología del Tabernáculo se han escrito. Algunos tiene
información muy valiosa acorde con la Escritura que arroja mayor comprensión
sobre el tema, otros llegan a extremos donde estiran al máximo los comentarios e
interpretaciones llegando casi casi a crear doctrinas nuevas, independientemente
de ello uno debe escudriñar todo y quedarse con lo bueno (1 Tesalonicenses
5:21).

1
Dada la gran cantidad de información que sobre el tema del Tabernáculo se ha
escrito, ¿qué más puede decirse sobre el mismo? Sin duda alguna dado que la
sabiduría de Dios es multiforme (Efesios 3:10) nunca hay una sola y única versión
interpretativa de lo contenido en la Escritura sino que, edificándose sobre la
verdadera doctrina, puede escudriñarse la Escritura para de ella sacar cosas
nuevas y cosas viejas (Mateo 13:52).

Con todo y todo el enfoque de la presente obra no busca ser redundante en


cuanto a lo que ya sobre el Tabernáculo se ha escrito. Si bien habrá cuestiones en
las cuales se sea coincidente con lo que ya antes pudiera haberse expresado, el
enfoque de la presente obra es diferente ya que, como el subtítulo de la misma lo
indica, busca presentar la interpretación sobre la simbología que entrega el
Tabernáculo desde la perspectiva de una fotografía dinámica de la familia de Dios.

Una fotografía es algo estático, una representación gráfica y visual de alguna cosa
o situación en un momento dado, por otra parte el dinamismo está relacionado con
cambios, con procesos, con pasos e instancias hacia algo, el señalar que la
presente obra busca presentar al Tabernáculo como una fotografía dinámica
puede sonar una contradicción en sí mismo pero conforme se desarrolló la obra se
entenderá esto y se verá que en efecto, ambos conceptos están presente en el
Tabernáculo, es decir: algo que no cambia, que permanece, pero que al mismo
tiempo representa un fluir continuo basado en tiempos y movimientos, todo
conforme el plan diseñado por Dios, en su infinita misericordia y eterno amor,
desde la eternidad para con la humanidad.

El enfoque de la presente obra es presentar lo anterior, es decir, lo estático y lo


cambiante del Tabernáculo desde la perspectiva de lo que el mismo representa: la
familia de Dios.

2
Que el Santo Espíritu de nuestro Padre Dios que mora en nosotros nos ilumine y
fortalezca para entender las verdades que bajo la simbología del Tabernáculo
quiere entregar Su Palabra y que esa comprensión nos sea de provecho en
nuestra edificación, conforme a Su voluntad y para Su mayor gloria en Cristo
Jesús.

3
Figura y sombra

Tabernáculo, es una palabra que deriva del hebreo, ‫ןָּ כְׁ שִמ‬, mishkán, y significa
morada, vivienda, tabernáculo.

Las primeras referencias a la palabra tabernáculo las encontramos en Éxodo y se


refiere al santuario móvil construido por los israelitas bajo las instrucciones dadas
por Dios a Moisés en el Monte Sinaí.

Éxodo 25:8-9: Y que hagan un santuario [mishkán, ‫ ]ןָּ כְׁ שִמ‬para mí, para que
yo habite entre ellos. Conforme a todo lo que te voy a mostrar, [conforme] al
diseño del tabernáculo [mishkán, ‫ ]ןָּ כְׁ שִמ‬y al diseño de todo su mobiliario, así
[lo] haréis.

Lo interesante de Éxodo 25:8-9 es que el Tabernáculo, en palabras de Dios


mismo, era “para que yo habite entre ellos” (Éxodo 25-27, 30, contiene las
especificaciones de cómo habría de construirse el Tabernáculo de Éxodo 25:8-9).

En Juan 1:14 tenemos una cita muy conocida, referida a Jesús, que señala como
es que “el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”. La palabra traducida
como “habitó” es eskēnōsen, ἐσκήνωσεν que significa morada, vivienda,
tabernáculo, exactamente igual que mishkán, ְׁ‫שִמןָּ כ‬.

Si tradujéramos Juan 1:14 bajo esta premisa sería correcto indicar que “el Verbo
se hizo carne, y [levantó su tienda, levantó su tabernáculo] entre nosotros, y vimos
su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”.

Así que el principal referente para la palabra Tabernáculo está relacionado con el
lugar donde mora [vivienda] Dios y Su Hijo.

Las instrucciones relativas al Tabernáculo son expuestas por la Escritura en


Éxodo 25, más sin embargo es el capítulo anterior, Éxodo 24, el que nos da el

4
contexto de dichas instrucciones, contexto que sirve para comprender
posteriormente, mayor información que sobre esto arroja la Escritura.

Éxodo 24
12
Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te
daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para
enseñarles.
13
Y se levantó Moisés con Josué su servidor, y Moisés subió al monte de
Dios.
14
Y dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos a vosotros; y
he aquí Aarón y Hur están con vosotros; el que tuviere asuntos, acuda a
ellos.
15
Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte.
16
Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por
seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube.
17
Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la
cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel.
18
Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés
en el monte cuarenta días y cuarenta noches.

Las citas anteriores, tomadas de Éxodo 24, presentan el contexto en el cual se


darían, entre otras cosas, las instrucciones relativas al Tabernáculo. El marco de
referencia es la subida de Moisés al Monte Sinaí a recoger la Ley de Dios así
como las normas y preceptos que Dios requeriría de Su pueblo como parte del
Pacto que entre ambos se haría. Parte de esas normas y preceptos incluiría el
Tabernáculo, centro de la adoración y el culto debido a Dios.

Como se menciona reiteradamente en el siguiente capítulo, Éxodo 25, las


indicaciones respecto de la construcción y disposición del Tabernáculo
correspondería a las visiones que sobre eso mismo Moisés tendría en la cima del
Monte Sinaí durante los cuarenta días que estuvo ahí:

5
Éxodo 25:9
Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño
de todos sus utensilios, así lo haréis.

Éxodo 25:40
Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.

Éxodo 26:30
Y alzarás el tabernáculo conforme al modelo que te fue mostrado en el
monte.

Sobre este punto, a saber, las instrucciones para la construcción y disposición del
Tabernáculo, Pablo en su carta a los Hebreos arroja una luz que permite entender
el significado trascendental del mismo:

Hebreos 8
1
Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos
tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en
los cielos,
2
ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el
Señor, y no el hombre.
3
Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y
sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que
ofrecer.
4
Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo
aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley;
5
los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales,
como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole:
Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el
monte.

6
Las instrucciones sobre lo relativo a la adoración y el culto debido a Dios,
incluyendo la construcción y disposición del Tabernáculo, el versículo 5 de la cita
anterior aclara que todo es “figura y sombra de las cosas celestiales” y para mayor
énfasis en lo que al tema de la presente obra se refiere el mismo versículo aclara
“como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo”.

Esto debería ser más que suficiente para que nos preguntásemos a que cosas
celestiales se estaba refiriendo como figura y sombra las instrucciones sobre la
construcción y disposición del Tabernáculo. De igual forma sirve para agregar
mayor comprensión a la verdad revelada por Dios y entender que si bien el
Tabernáculo tenía un fin claro y preciso por sí mismo, a saber, ser el centro de la
adoración y culto debido a Dios, dado que el mismo era figura y sombra de las
cosas celestiales es más que evidente entonces que existe un significado ulterior
al mismo, pero ¿cuál puede ser ese significado ulterior?

En esa misma carta de Pablo a los Hebreos, en el siguiente capítulo, Pablo,


continuando con el mismo tema, hace una aseveración que permite entender el
sentido de las palabras anteriores:

Hebreos 9
1
Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario
terrenal.
2
Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el
Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición.
3
Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar
Santísimo,
4
el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por
todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la
vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto;

7
5
y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las
cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle.
6
Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran
los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto;
7
pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin
sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del
pueblo;
8
dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había
manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte
del tabernáculo estuviese en pie.
9
Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan
ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la
conciencia, al que practica ese culto,
10
ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y
ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las
cosas.
11
Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
12
y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
13
Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de
la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la
carne,
14
¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se
ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de
obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
15
Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo
muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer
pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.

8
El versículo 9 señala que lo referido a la adoración y culto debido a Dios,
incluyendo la construcción y disposición del Tabernáculo, “es símbolo para el
tiempo presente”, es decir, para cuando Pablo estaba escribiendo su carta, y ¿qué
había sucedido para el tiempo ese en que Pablo estaba escribiendo su carta?, el
versículo 11 de la misma lo aclara al decir “estando ya presente Cristo, sumo
sacerdote de los bienes venideros”, es decir, ya se había realizado el sacrificio
redentor de nuestro Señor Jesucristo con lo que las figuras y sombras de las
cosas celestiales había comenzado a tener realización, lo cual incluía lo relativo a
las indicaciones sobre la construcción y disposición del Tabernáculo, y para mayor
claridad sobre esto último ese mismo versículo continúa señalando que lo dicho de
Cristo se relaciona con “el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación”.

Aquí hay que hacer un paréntesis para aclarar una idea que debe ser considerada
con el fin de llegar a una mejor y mayor comprensión sobre el tema que la
presente obra desarrolla.

Muchos, al abordar el tema del Tabernáculo, se han dado cuenta de lo obvio y


evidente que resultan algunas de sus construcciones o disposiciones relativos al
papel de Cristo como salvador de la humanidad, esto ha llevado a concluir que el
mismo, es decir, el Tabernáculo, es una imagen de Cristo, con lo que se han
propuesto muchas ideas relativas a este punto. Hay que señalar que en efecto, la
construcción y disposición del Tabernáculo tiene su principal referente en la
persona y misión de nuestro Señor Jesucristo, de hecho eso mismo será
sostenido y explicado en la presente obra, pero el mismo, es decir, el Tabernáculo,
no se circunscribe única y exclusivamente a la figura de nuestro redentor sino que
incluye un significado subyacente.

Esto debería ser más que claro al leer los versículos 11 y 12 de la cita anterior que
señalan “pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes

9
venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es
decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino
por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención”, ya que si el Tabernáculo representara única y
exclusivamente a Cristo se tendría una idea complicada de asimilar al proponer
que Él entró en el lugar santísimo pues implicaría que Cristo entró en sí mismo, lo
cual no tiene mucho sentido. Más sin embargo si se considera que el Tabernáculo
habla de la figura y misión de nuestro redentor pero que al mismo tiempo es
indicativo de un significado subyacente, uno puede entender con mayor amplitud y
profundidad lo referido a la construcción y disposición del mismo, es así como la
pregunta que queda por responder es ¿a qué puede referirse ese significado
subyacente relativo a la construcción y disposición del Tabernáculo?

El versículo 15 de la misma cita permite responder esta pregunta y tener un


entendimiento sobre ese significado subyacente y por ende tener una
comprensión mayor en amplitud y profundidad sobre el tema en cuestión: “Así
que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para
la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados
reciban la promesa de la herencia eterna”. Dada la incorporación de la figura de
los llamados que habrían de recibir la promesa de la vida eterna, puede inferirse
que los mismos forman parte del significado inherente a la construcción y
disposición del Tabernáculo, premisa sobre la que se abordará a lo largo de la
presente obra lo referido a dicho tema.

De esta forma el Tabernáculo, si bien tenía un fin claro y concreto referido en su


momento a la adoración y culto debido a Dios, el mismo era figura y sombra de los
bienes celestiales, referido esto al plan del Padre para con la humanidad, siendo
así que la figura central de ese plan, y por ende de la construcción y disposición
del Tabernáculo, giraba en torno a la figura y misión de nuestro Señor Jesucristo,
el mayor entre muchos hermanos (Hebreos 2:11-12), pero de igual forma, dado
que esta figura y misión implicaba la redención de aquellos llamados a heredar las

10
promesas de la vida eterna, los hermanos de Jesús (Hebreos 2:17) la
incorporación de los mismos al diseño del Tabernáculo se hacía necesaria. Y si
hablamos de un padre así como de un hermano mayor y de hermanos menores,
estamos hablando de una familia, en este caso, la familia de Dios (Efesios 2:19)

Entender esto permitirá tener una comprensión más amplia en alcance y


profundidad sobre el tema de la presente obra, con todo y todo a lo largo de la
misma se irán abordando los temas que permitan esa comprensión, pero de inicio,
si el diseño referido a la construcción y disposición del Tabernáculo tiene como
figura central a Cristo y como figuras adyacentes a los llamados a salvación,
puede entonces establecerse una primera conclusión que servirá como base y
premisa del desarrollo del tema en cuestión a lo largo de la presente obra: que las
indicaciones referidas a la construcción y disposición del Tabernáculo se refiere a
Cristo, sí, a los llamados a salvación, también, es decir, a la familia de Dios.

11
Cristo: profeta, sacerdote y rey

Antes de abordar propiamente el tema del Tabernáculo es menester contar con


algún indicativo que permita establecer una dirección en la conducción del tema,
¿cuál podrá ser dicho indicativo?

Sabemos por la misma Escritura que los holocaustos, sacrificios y ofrendas


decretados a realizarse como parte del servicio en el Tabernáculo tenían como
objetivo apuntar hacia el sacrificio redentor de Jesucristo, ¿pero qué hay del resto
de las disposiciones relativas al mismo?

Romanos 10:4 establece “que el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel
que cree”. La lectura de esta cita generalmente es constreñida a un solo
significado donde el fin de la ley se entiende como la cesación de la misma. Si
bien, como ya se comentó en su momento, las leyes mosaicas tenían una
temporalidad, la Ley de Dios es eterna y permanece, extendiendo esto ¿qué
puede significar eso del fin de la ley?

La palabra fin viene del griego τέλος, telos, cuyo significado es fin, objetivo o
propósito, siendo que esta cita lo que nos indica es que el fin, objetivo o propósito
de la Ley, entendida como los Diez Mandamientos, las leyes mosaicas e incluso
como la totalidad de la Escritura, es mostrarnos, enseñarnos acerca de Cristo.

Es algo así como un camino que llega a un pueblo, si preguntásemos a algún


lugareño cual es el fin de ese camino nos indicaría correctamente que el fin del
mismo es tal pueblo, ya que el camino conduce hasta ahí, pero no quiere decir
que llegando el camino desaparece sino que sigue existiendo cumpliendo la
misma misión para otros de llevarlos a ese mismo pueblo.

12
Es así como el fin de la ley es Cristo significa que la finalidad, objetivo o propósito
de la Ley, es mostrarnos, enseñarnos acerca de Cristo.

Sobre esto mismo, Jesús les dijo a los de su tiempo que escudriñasen las
Escrituras (en aquel entonces sólo tenían el Antiguo Testamento) pues ellas
daban razón de Él (Juan 5:39), en ese mismo sentido les dijo que si le creyeran a
Moisés (de nuevo: Antiguo Testamento existente) le creerían a Él pues Moisés
hablaba de Él (Juan 5:46-47). Y sin ir más lejos tenemos las literalmente cientos
de profecías que en el Antiguo Testamento hablan precisamente de Cristo, el
Mesías. De igual forma la Escritura señala, referido a Cristo, como es que “en él
fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra,
visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las
cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Colosenses 1:16-17). De igual forma la
Escritura es nombrada Palabra de Dios, y la misma Escritura se refiere a Cristo
como la Palabra de Dios que fue hecha carne.

Así tenemos que el fin de la Ley es Cristo, que escudriñar la Escritura es conocer
sobre Cristo, que todo lo que se hizo fue por medio de Él y para Él, que la
Escritura es la Palabra de Dios mientras que Cristo es la Palabra hecha carne, es
así como tenemos en Cristo esa guía que necesitamos para entender la Escritura
incluyendo esto la cuestión relativa al Tabernáculo, pero de igual forma para lograr
esto es menester tener una idea clara de las funciones que en Cristo tienen
perfecto y santo cumplimiento.

Sin pretender ahondar mucho sobre estos puntos, mucho antes de iniciar Dios los
pactos con Su pueblo, primero en Abraham y con mayor énfasis en Sinaí, tenemos
la existencia de Melquisedec, rey y sacerdote de Salem (Génesis 14:18), lo
interesante es que una vez añadida la ley mosaica, no podía una misma persona
ostentar el reinado y el sacerdocio siendo que estos recaían sobre dos personas
diferentes (2 Crónicas 26:3, 16-21), pero cuando en Jesús se restablece el
13
sacerdocio de Melquisedec ambas figuras de nuevo recaen sobre una sola
persona (1 Timoteo 6:15; Hebreos 2:17).

La función de profeta, si bien puede ser una figura desempeñada de manera


exclusiva por una persona, también es inherente a la función de sacerdote y la
función de rey en el sentido de exhortar, redargüir, corregir, enseñar. Dicho de otra
forma un profeta puede no ser sacerdote, un profeta puede no ser rey, pero un
sacerdote necesariamente será un profeta, un rey necesariamente será un profeta,
en el sentido de exhortar, redargüir, corregir, enseñar desde su posición.

En el caso de Cristo podemos claramente identificar en su persona las tres


funciones de profeta, sacerdote y rey.

Profeta
La función de profeta, entendida como la de aquel llamado a proclamar la verdad
del Padre, es fácilmente identificable en Cristo, con todo y todo la Escritura, tanto
las profecías como las declaraciones testimoniales de quienes conocieron a Jesús
y las suyas propias confirman esto.

Deuteronomio 18:15-19
Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová
tu Dios; a él oiréis; conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en
Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová
mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. Y Jehová me
dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. Profeta les levantaré de en
medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él
les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis
palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.

14
Esta profecía que Dios mismo dio a Moisés, se refería precisamente al papel de
Cristo cuando éste viniera al mundo. Esto está claramente explicado por Pedro
cuando el día de Pentecostés, dirigiéndose a la multitud, sobre Cristo declara:

Hechos 3:22-23
Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta
de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que
os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del
pueblo.

De igual forma, durante el ministerio de Jesús, mucha gente lo reconoció como el


profeta y de manera inspirada estos dichos fueron recogidos en las Escrituras:

Lucas 7:16
El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran
profeta ha surgido entre nosotros, y: Dios ha visitado a su pueblo.

Mateo 21:11
Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.

Juan 6:14
La gente entonces, al ver la señal que Jesús había hecho, decía:
Verdaderamente este es el Profeta que había de venir al mundo.

Juan 7:40
Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían:
Verdaderamente este es el Profeta.

15
Juan 9:17
Entonces dijeron otra vez al ciego: ¿Qué dices tú de Él, ya que te abrió los
ojos? Y él dijo: Es un profeta.

Si bien las citas anteriores no dejan lugar a dudas de la figura de Jesús como
profeta, tenemos sus propios dichos que al respecto así lo atestiguan:

Lucas 13:33
Sin embargo, debo seguir mi camino, hoy, mañana y pasado mañana;
porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.

Ahora bien ¿qué es un profeta? Generalmente se tiene la idea de que un profeta


es aquel que devela algo oculto, generalmente relacionado con el futuro, el
porvenir. Si bien es cierto que esta es una de las funciones que ocasionalmente
desempeña un profeta, el término abarca muchos más que eso.

Sacerdote

La función sacerdotal de Cristo, aunque escrituralmente es clara, implica


reconocer la cuestión de los dos sacerdocios y las dos leyes, de igual forma
conocer la correcta secuencia de preponderancia entre las tres funciones de
profeta, sacerdote y rey.

Salmos 110:4
Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, según el
orden de Melquisedec.

16
Es de todos conocidos que este salmo es un salmo mesiánico que se refiere
precisamente a Jesús, nuestro Señor y Salvador, con todo y todo mayor
confirmación de esto lo tenemos cuando Pablo, escribiendo a los Hebreos,
tomando precisamente este salmo, señala respecto de Jesús:

Hebreos 5:6
Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el
orden de Melquisedec

En esa misma carta Pablo se explaya explicando en extensión y profundidad la


figura de Jesús como ese sacerdote, perfecto, santo y eterno:

Hebreos 6:20
…donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden
de Melquisedec, sumo sacerdote para siempre.

Hebreos 7:15
Y esto es aún más evidente, si a semejanza de Melquisedec se levanta otro
sacerdote,

Hebreos 7:11
Ahora bien, si la perfección era por medio del sacerdocio levítico (pues
sobre esa base recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad {había} de que se
levantara otro sacerdote según el orden de Melquisedec, y no designado
según el orden de Aarón?

Hebreos 7:23
Los sacerdotes [anteriores] eran más numerosos porque la muerte les
impedía continuar

17
Hebreos 7:26
Porque convenía que tuviéramos tal sumo sacerdote: santo, inocente,
inmaculado, apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos,

Hebreos 3:2
El cual fue fiel al que le designó, como también lo fue Moisés en toda la
casa de Dios.

Rey

En el Antiguo Testamento tenemos varias profecías que presentan a Jesús, el


Mesías, como ese rey que habría de reinar de manera perfecta, santa y eterna, de
igual forma el testimonio de sus contemporáneos incluido inspiradoramente en la
Escritura, así como las profecías que aún están por cumplirse señalan esto.

Salmos 2:6
Pero yo mismo he consagrado a mi Rey sobre Sion, mi santo monte.

Zacarías 9:9
Regocíjate sobremanera, hija de Sion. Da voces de júbilo, hija de Jerusalén.
He aquí, tu rey viene a ti, justo y dotado de salvación, humilde, montado en
un asno, en un pollino, hijo de asna.

Números 24:17

18
Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no cerca; una estrella saldrá de
Jacob, y un cetro se levantará de Israel que aplastará la frente de Moab y
derrumbará a todos los hijos de Set.

Números 24:19
De Jacob [saldrá] el que tendrá dominio, y destruirá al remanente de la
ciudad.

Miqueas 5:2
Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti
me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde
tiempos antiguos, desde los días de la eternidad.

Esta última profecía es retomada por Mateo en su Evangelio cuando al referirse al


lugar de nacimiento de Jesús señala:

Mateo 2:6
`` Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los
príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará[a] a mi
pueblo Israel”

De igual forma, durante el ministerio de Jesús en la tierra, muchos testificaron


sobre su realeza, sobre su carácter monárquico, dichos que de manera inspirada
fueron recogidos e incorporados en los Evangelios:

Juan 1:49
Natanael le respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.

Juan 12:13

19
…tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna!,
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!

Mateo 2:2
¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella
en el oriente y hemos venido a adorarle.

Independientemente de lo anterior, Jesús mismo testificó sobre su carácter


monárquico:

Mateo 27:11
Y Jesús compareció delante del gobernador, y éste le interrogó, diciendo:
¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú [lo] dices.

Marcos 15:2
Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo El, le dijo:
Tú [lo] dices.

Lucas 23:3
Pilato entonces le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y
{Jesús} respondiéndole, dijo: Tú [lo] dices.

Juan 18:33
Entonces Pilato volvió a entrar al Pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú
el Rey de los judíos?

E incluso la inscripción que se colocó en la cruz, de manera providencial


establecía su realeza, su carácter monárquico:

20
Mateo 27:37
Y pusieron sobre su cabeza la acusación contra El, que decía: ESTE ES
JESUS, EL REY DE LOS JUDÍOS.

Lucas 23:38
Había también una inscripción sobre El, [que decía:] ESTE ES EL REY DE
LOS JUDÍOS.

Marcos 15:26
Y la inscripción de la acusación contra Él decía: EL REY DE LOS JUDÍOS.

Juan 19:19
Pilato también escribió un letrero y lo puso sobre la cruz. Y estaba escrito:
JESUS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS.

Ahora bien, y esto es muy importante tenerlo en cuenta, las tres funciones
anteriores son inherentes a la persona de Jesús y las tres coexisten en el mismo
de manera continua, pero en la temporalidad cada una de ella tiene una
preponderancia sobre las demás, es decir, Cristo es profeta, sacerdote y rey, pero
en el transcurso de la historia de la salvación cada una de las funciones anteriores
tiene preeminencia.

Cuando Cristo vino, dada la función que desempeño, su papel preponderante era
de profeta, es decir, de transmitir lo que del Padre había oído (Juan 5:19; 8:38;
12:49), Su verdad, pero eso no quiere decir que sus funciones sacerdotales o de
la realeza no las desempeñara, claro que las desempeñaba pero con menor realce
pues un orden hay para todo, orden del que se hablará más delante.

21
En su venida, Jesús siendo profeta, también desempeñaba un papel sacerdotal
pues Él mismo oraba al Padre e intercedía por las necesidades de los hombres
físicas y espirituales (Juan 11: 41-42; 17:9, 11, 13, 15; 17: 17-19), de igual forma
en su papel monárquico definía y establecía las reglas aplicables para quien lo
reconociese como Señor (Lucas 6:46; Mateo 7:21; Juan 14:15, 21), más sin
embargo en ese entonces su papel preponderante era de profeta.

En la temporalidad actual, la era de Su iglesia, Cristo está desempeñando un


papel preponderante de sacerdote al interceder ante el Padre (Hebreos 2:17; 4:14-
16; 6:20; 7:26; 8:1) como único mediador entre los hombres y Dios (1 Timoteo
2:5), más sin embargo a través del Santo Espíritu del Padre sigue profetizando en
Su iglesia, para edificación de sus miembros (1 Corintios 14:3, 5), y a través de
Su iglesia, para testimonio del mundo (Mateo 24:14), de igual forma desempeña
también su papel monárquico pues ha despojado a los poderes y autoridades de
este siglo (Colosenses 2:15) y Él ha sido puesto encima de todo principado y
autoridad y poder y señorío (Efesios 1:20-22; 1 Pedro 3:22) y se ha sentado a la
derecha del Trono de la Majestad (1 Pedro 3:22; Hebreos 8:1).

Y en el Milenio Jesús comenzará a desempeñar de manera preponderante Su


papel monárquico (Revelación 19:16), más sin embargo eso no quiere decir que
no desempeñará su papel de profeta o su papel de sacerdote, seguirá la
instrucción, enseñanza y edificación de Su pueblo (Isaías 2:3) así como la
intercesión de Cristo ante el Padre por los hijos de Dios (1 Timoteo 2:5).

Es así como las funciones de profeta, sacerdote y rey son inherentes a Jesús, más
sin embargo cada una de ellas, en el Plan de Dios, tiene un carácter
preponderante sin excluir el ejercicio de las demás.

Sobre esto es interesante como es que los regalos que llevaron los sabios de
oriente a Jesús cuando nació eran oro, incienso y mirra (Mateo 2:11), de nueva

22
cuenta la Escritura registraba una verdad de la persona de Jesús y las funciones
inherentes a su persona que realizaría: el oro tiene la connotación de la realeza, la
función de rey, el incienso tiene la connotación del culto religioso, la función de
sacerdote, y la mirra, por eliminación correspondería a la función de profeta, el
hecho de que sea la mirra la asignada para esta función tiene su significado con la
muerte, ya que la mirra se usaba para preparar los cuerpos de los muertos, y dado
que en la función como profeta es en la única que por una sola vez y para siempre
Cristo experimentó la muerte, es a esta a la que corresponde esta sustancia.

Una vez entendido esto puede avanzarse a comprender precisamente el orden


establecido por el Padre para el desempeño de Su Mesías como profeta,
sacerdote y rey.

Cuando Cristo vino vemos que en Israel existía una gran expectativa respecto del
Mesías prometido, pero dicha expectativa era eminentemente monárquica, es
decir, un Mesías que vendría para sacudir el yugo que en ese entonces tenían de
Roma y para establecer el Reino de Israel, incluso sus discípulos tenían esa idea
(Hechos 1:6). Cuando Jesús muere, muchos de los que esperaban esa era
monárquica bajo la guía del Mesías esperado se sienten decepcionados, tristes,
abatidos, de nuevo: esto incluso entre sus seguidores (Lucas 24:13-35).

Sobre esta última cita es importante ver lo que se ha comentado: como existía una
expectativa de instauración de la monarquía mesiánica en Israel, incluso entre los
seguidores de Jesús, misma que se siente decepcionada a la muerte del Señor.
Aún más importante es ver como Jesús, a estos discípulos, les abre el
entendimiento mediante su explicación para que entendieran como es que el
Mesías tenía primero que morir y resucitar, es decir, desempeñar el papel
sacerdotal expiatorio previo a desempeñar de manera preponderante su función
monárquica.

23
En la actualidad puede darse por hecho que las funciones establecidas para
desempeñar por el Mesías, con un carácter preponderante, tenían que ser, en ese
orden: profeta, sacerdote y rey, más sin embargo en el Israel de Su tiempo esto no
era así. Si bien la Escritura, como vimos, contiene referencias hacia estas tres
funciones, los estudiosos de las mismas no entendían la manera de congeniar las
mismas, máxime cuando se presentaba por una parte un Mesías sufriente,
abatido, y por otra un Mesías poderoso, victorioso. La solución a esto, como Cristo
revela a los discípulos en el camino a Emaús, estriba en, como se ha comentado,
entender que las tres funciones del Mesías, profeta, sacerdote y rey, tenían un
verificativo de cumplimiento temporal preponderante y consecutivo.

Pero para terminar de entender que las tres funciones del Mesías, profeta,
sacerdote y rey, tenían un verificativo de cumplimiento temporal preponderante y
consecutivo, aparte de todo lo que la Escritura, como se ha mostrado, revela,
puede de igual forma hacerse uso de la capacidad de razonamiento que Dios
mismo nos ha dado. Veamos.

Si tomamos las tres funciones que la Escritura nos revela del Mesías, profeta,
sacerdote y rey, y vemos en qué consisten, puede comprenderse que sólo existe
una forma, una única forma, de ordenarlas de manera relevante, coherente y
pertinente. La función de profeta consiste en revelar la verdad que el Padre desea
transmitir, la función de sacerdote consiste en interceder entre los hombres y Dios
y lograr la reconciliación de los primeros ante el Padre, y la función de rey consiste
en regir en un territorio, sobre súbditos y bajo ciertas leyes. Ahora bien, ¿cómo
podemos ordenar estas tres funciones para que las mismas sean relevantes,
coherentes y pertinentes? La respuesta es una sola: profeta, sacerdote y rey.

Si se estableciera primero la función monárquica, es decir, que primero viniera el


Mesías como rey, tendría el insalvable problema que nadie podría formar parte de
su reino pues al haber todos pecado no podrían ser considerados aptos para el
reino, luego entonces se hace necesaria, antes de la función monárquica, una
24
función sacerdotal para reconciliación de los hombres con Dios y entonces sí,
poder ser parte de Su reino. De igual forma esto conlleva de manera natural poner
previo a la función sacerdotal la función de profeta ya que, como se comentó, la
función sacerdotal tiene la característica de reconciliar a los hombres con Dios,
pero esa reconciliación deviene de las trasgresiones dadas a la verdad revelada
del Padre, pero entonces ¿cómo puede hablarse de transgresiones si no había
previamente una revelación de lo que el Padre esperaba?, es así como la función
de profeta necesariamente tiene que estar antes que la función sacerdotal para
revelar la verdad del Padre, de esta forma una vez revelada y no aceptada
generaba transgresiones, transgresiones que necesariamente tenían que ser
expiadas para que los transgresores fueran reconciliados y poder ser parte del
reino venidero.

Si bien este ejercicio permite a través de la razón llegar al ordenamiento correcto


de las tres funciones mesiánicas, no es la razón por si la que nos lleva a ello, sino
que la razón viene a confirmar lo que la Escritura ya ha revelado de las tres
funciones mesiánicas. De igual manera pueden intentarse otros acomodos de las
tres funciones mesiánicas pero sólo uno permite ordenarlas de manera relevante,
pertinente y coherente: una primera función, profeta, que revela la verdad del
Padre; una segunda función, la de sacerdote, que reconcilia a los transgresores de
la verdad del Padre revelada por el Mesías en su función de profeta; y una tercera
función, la de rey, que rige sobre un territorio, sobre súbditos que al ser
reconciliados por la función sacerdotal del Mesías pueden formar parte de ese
reino y con leyes que lo rigen.

Entender que es la figura de Cristo la que permite entender la Escritura y, en este


sentido, dar guía a la comprensión del Tabernáculo, es prioritario para avanzar en
el tema.

25
La ofrenda para el tabernáculo

Si bien las instrucciones para la edificación del Tabernáculo son dadas en Éxodo
26, es en el capítulo precedente, donde se sientan las bases para lo que
posteriormente se indicará.

Éxodo 25
1
Jehová habló a Moisés, diciendo:
2
Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la
diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda.
3
Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre,
4
azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras,
5
pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia,
6
aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el
incienso aromático,
7
piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.
8
Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.
9
Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el
diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.

26
Lo primero que puede verse es que lo requerido para la construcción del
Tabernáculo iba a ser proporcionado por el Pueblo de Israel (v. 2 al 7), esto es
sumamente importante considerarlo para entender en extensión y profundidad las
figuras que se derivan del mismo las cuales, en efecto nos hablan de Cristo, pero
a través de Cristo hablan de toda la familia de Dios. Sobre se hablará en su
momento.

Lo segundo que hay que considerar es que el Tabernáculo serviría principalmente


para que Dios habitara entre Su pueblo (v. 8), esto también es de suma
importancia pues no hay que circunscribir el Tabernáculo a la cuestión exclusiva
de holocaustos, sacrificios y ofrendas, sino entender que la construcción del
mismo obedecía al deseo de Dios de habitar entre Su Pueblo. Esto también hay
que tenerlo presente para entender las figuras relativas al Tabernáculo pero sobre
todo para comprender lo que sobre el mismo se devela en la Escritura incluso para
nuestro tiempo y para la eternidad.

Por último, lo tercero, es la construcción y disposición del Tabernáculo


correspondía con una visión dada por Dios referida al Tabernáculo que está en los
cielos (Éxodo 25:40), es así como reiterativamente se señala que el mismo,
aunque de naturaleza material, apunta a una realidad espiritual que excede lo
inmediato y trasciende a la eternidad.

27
El arca del testimonio
(Ex. 37.1-9)

Inmediatamente después de las indicaciones anteriores, que de nuevo: uno debe


tener muy presente para comprender el tema del Tabernáculo, llama la atención
que no se inicie con las instrucciones respecto de la construcción y disposición del
mismo, sino con su contenido, siendo en primer lugar abordada el Arca.
Esto permite entender que el centro de todo el diseño del Tabernáculo gira
alrededor del Arca, de hecho, como se verá más delante, la misma está ubicada
en el lugar santísimo, espacio de relevancia preponderante en el Tabernáculo
mismo y el los ritos relacionados.

Éxodo 25
10
Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos
codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio.
11
Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una
cornisa de oro alrededor.
12
Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro
esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado.
13
Harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro.
14
Y meterás las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca
con ellas.
15
Las varas quedarán en los anillos del arca; no se quitarán de ella.
16
Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré.
17
Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y
medio, y su anchura de codo y medio.
18
Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los
dos extremos del propiciatorio.
19
Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro
extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos
extremos.

28
20
Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas
el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio
los rostros de los querubines.
21
Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el
testimonio que yo te daré.
22
Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de
entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que
yo te mandare para los hijos de Israel.

Para comenzar a construir la comprensión que sobre el Tabernáculo da la


Escritura es menester, primeramente, entender el significado del Arca. En los
versículos anteriores se detalla la manera en la misma iba a ser construida así
como la forma en que estaría dispuesta, pero ¿qué significa el Arca?, esto es
necesario pues las indicaciones anteriores requieren de este entendimiento para
poder ser comprendidas.

Para entender el significado del Arca es necesario saber qué contenía la misma,
es decir, para qué fue hecha, cuál era su finalidad. Es cierto que sobre la misma
Dios se revelaba (v. 22), pero el Arca en sí, ¿qué uso tenía? El versículo 21

29
menciona que dentro de la misma se pondría el testimonio que Dios mismo daría,
¿cuál es ese testimonio? Éxodo 31:18 menciona que “dio [Dios] a Moisés, cuando
acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de
piedra escritas con el dedo de Dios”, de igual forma Éxodo 34:29 señala que
“aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del
testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su
rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios”, es así como el
testimonio que se colocaría dentro del Arca se refería a los Diez Mandamientos de
la Ley de Dios escritos en las dos tablas de piedra. Éxodo 40:20 señala al
respecto que una vez que se concluyó el Tabernáculo y todo lo relacionado con él,
“[Moisés] tomó el testimonio y lo puso dentro del arca, y colocó las varas en el
arca, y encima el propiciatorio sobre el arca.” Así que dentro del Arca se
encontraban las tablas de la Ley de Dios, referidas en la Escritura como el
testimonio.

Ahora bien, ¿eran las tablas de la Ley de Dios lo único que contenía el Arca?
Hebreos 9:4 señala “…el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que
estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y
las tablas del pacto”

La Escritura muestra un pasaje donde el pueblo de Israel se rebeló (Números 16),


creían que cualquiera podía ser sacerdote, para dirimir esto Dios pide que de cada
tribu se traiga una vara, incluyendo la de Aharón, siendo que al día siguiente la
que reverdeciera, indicaría quien tenía el favor de Dios para esa encomienda, la
única que reverdeció fue la vara de Aharón. Números 17:10 señala que después
de lo anterior “Jehová dijo a Moisés: Vuelve la vara de Aarón delante del
testimonio, para que se guarde por señal a los hijos rebeldes; y harás cesar sus
quejas de delante de mí, para que no mueran”

El Maná era el alimento con el cual de manera milagrosa Dios proveyó para
alimentar a Su pueblo mientras anduvieron por el desierto rumbo a la tierra

30
prometida. Éxodo 16:31 señala del Maná que “…era como semilla de culantro,
blanco, y su sabor como de hojuelas con miel”. Sobre esto la Escritura señala que
“dijo Moisés a Aarón: Toma una vasija y pon en ella un gomer de maná, y ponlo
delante de Jehová, para que sea guardado para vuestros descendientes”.

Así que todo lo anterior permite entender que el Arca tenía un fin en sí misma y
que era precisamente el de contener las tablas de la Ley de Dios, la vara de
Aharón y el Maná, ¿podrá servirnos esto para comprender qué representaba el
Arca? Veamos.

Las tablas de la Ley tienen una correlación con la función de Moisés, de hecho las
tablas de la Ley no fueron dadas a Aharón, sino a Moisés, y Moisés trajo al Pueblo
de Israel el mensaje que Dios le había dado. Moisés es señalado por la Escritura,
en boca de Dios mismo, como profeta, siendo así que las tablas de la Ley tienen
un referente relacionado con la función de profeta.

Por su parte, y a diferencia de lo anterior, la vara de Aharón tiene una clara


correlación con la función sacerdotal de él mismo, de hecho el reverdecimiento de
la vara sirvió para identificar claramente a quien Dios había seleccionado para
desempeñar la función sacerdotal dirimiendo en su momento la controversia que
algunos rebeldes habían generado. La vara reverdecida se colocó en el Arca, es
así como la misma apunta a la función de sacerdote.

En este punto es fácil darse cuenta por donde va este razonamiento. La Escritura
tiene una peculiaridad de que ni explica todo lo que hay que explicar, aunque sí da
atisbos de ello, ni oculta todo lo que desea ocultar. Tal como la misma Escritura
señala “Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo”
(Proverbios 25:2). Pero de la misma forma, como si de una instrucción progresiva
se tratase, la Escritura explica ciertas cosas y, con base en el entendimiento y
comprensión que se van adquiriendo, puede entonces avanzarse a entender lo
que permanece oculto. Muchos ejemplos hay de esto, sirva como muestra señalar
lo relativo a las profecías en la Escritura. Daniel presenta imágenes proféticas de
31
cuyo entendimiento depende la comprensión de muchas otras profecías,
incluyendo las contenidas en Revelación. Si uno estudia Daniel puede ver cómo
es que las primeras imágenes proféticas (Daniel 2:31-35) son explicadas por la
misma revelación dada (Daniel 2:36-45), pero luego siguen otras revelaciones que
no son explicadas pero que con el entendimiento previo, relacionándolo con toda
la Escritura en sí, y con ayuda del Santo Espíritu de Dios, se puede llegar a
comprender. En este caso relacionado con el Arca es igual.

Las tablas de la Ley de Dios que contenía el Arca están relacionadas con la
función de profeta, la vara de Aharón que reverdeció está relacionada con la
función de sacerdote, ¿qué función es la que haría falta de las que se han
considerado relacionadas con Cristo? Así es. La función de rey. ¿Podrá ser el
Maná, que es lo tercero que el Arca contenía, una figura relacionada con esta
función? Así es. Tal como Hebreos 9:4 señala al respecto, dentro del Arca estaba
contenido el Maná dentro de una urna de oro. El oro es símbolo de la realeza,
muchos pasajes de la Escritura señala esto, tanto en su connotación natural
referida a los reyes de Israel, como en su connotación trascendental referida a
Dios mismo como rey (Salmos 47:7) y a Su Hijo como rey de reyes (1 Timoteo
6:15). Es así como la urna de oro apunta a la función monárquica. Pero hay más.
La urna de oro contiene, a diferencia de los otros dos objetos colocados en el Arca
-las tablas de la Ley de Dios y la vara de Aharón-, otro elemento que permite
entender a qué se refiere el Arca, o más bien a quién.

Respecto de la urna de oro que estaba en el Arca junto con las tablas de la Ley de
Dios y la vara de Aharón, la Escritura señala que la misma contenía el Maná. ¿A
qué o a quién se refiere el Maná? El Maná tiene un fuerte simbolismo, de hecho
un único simbolismo, relacionado con Cristo, el pan del cielo (Juan 6:48, 51), pero
a diferencia del Maná que sólo daba vida física, Cristo, hablando precisamente de
esto señala que “vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron.
Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera”
(Juan 6:49-50=. Es así como la urna de oro que estaba en el Arca se refiere a la
función monárquica, pero el Maná que estaba dentro de dicha urna habla precisa,

32
exclusiva y específicamente, como sombra e imagen, de Cristo. Siendo así que
siguiendo esta misma línea de pensamiento, el resto de lo que contenía el Arca,
las tablas de la Ley de Dios y la vara de Aharón, están de igual forma referidas al
papel de Cristo, conjuntando todo, como profeta, sacerdote y rey.

Por esto era menester entender, como se hizo al principio de la presente obra, las
tres funciones relativas a Cristo y que en su momento se analizaron como profeta,
sacerdote y rey, siendo de esta forma que lo que contenía el Arca, las tablas de la
Ley de Dios, la vara de Harón que reverdeció y la urna de oro conteniendo el
Maná, hacían referencia a las tres funciones a desempeñar de manera perfecta y
santa por Cristo: profeta, sacerdote y rey.

Ahora bien, esas tres cosas que contenía el Arca, las tablas de la Ley de Dios, la
vara de Aharón y la urna de oro conteniendo el Maná, apuntaban a las funciones
de profeta, sacerdote y rey, siendo que el Maná de la urna de oro apunta hacia
Cristo por ende los otros dos objetos también, con todo y todo sin símbolo de las
tres funciones que ya se han mencionado, funciones desempeñadas de manera
perfecta y santa por Cristo, es así como puede responderse la pregunta inicial ¿a
qué representaba el Arca? O más bien, ¿a quién? Siendo la respuesta, con base
en lo comentado, a Cristo. El Arca representaba a Cristo, los tres objetos que
contenía el Arca representaban las tres funciones a desempeñar por Cristo.

Esto es un conocimiento de extrema importancia al cual el Pueblo de Israel no


tuvo acceso y por el cual no entendió, hasta la fecha, el papel de Cristo.

Como puede verse los tres objetos que apuntaban a las tres funciones que
desempeñaría el Mesías estaban contenidos en el Arca, en una sola Arca, no
entres Arcas sino en una sola, ¿y esto que tiene que ver? Pues que dichas tres
funciones sería desempeñadas por una misma persona, y de nuevo ¿esto qué
tiene que ver? Pues nada más y nada menos que si no se entiende esto no puede
comprenderse el papel del Mesías, tal cual le pasó al Pueblo de Israel.

33
Las profecías que la Escritura consigna sobre el Mesías presentan lo mismo a un
Mesías sufriente que a un Mesías triunfante.

Mesías sufriente Mesías triunfante


Isaías 53 Zacarías 9
1 9
¿Quién ha creído a nuestro Alégrate mucho, hija de Sion; da
anuncio? ¿y sobre quién se ha voces de júbilo, hija de Jerusalén; he
manifestado el brazo de Jehová? aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador,
2
Subirá cual renuevo delante de él, y humilde, y cabalgando sobre un asno,
como raíz de tierra seca; no hay sobre un pollino hijo de asna.
10
parecer en él, ni hermosura; le Y de Efraín destruiré los carros, y los
veremos, más sin atractivo para que le caballos de Jerusalén, y los arcos de
deseemos. guerra serán quebrados; y hablará paz
3
Despreciado y desechado entre los a las naciones, y su señorío será de
hombres, varón de dolores, mar a mar, y desde el río hasta los fines
experimentado en quebranto; y como de la tierra.
11
que escondimos de él el rostro, fue Y tú también por la sangre de tu
menospreciado, y no lo estimamos. pacto serás salva; yo he sacado tus
4
Ciertamente llevó él nuestras presos de la cisterna en que no hay
enfermedades, y sufrió nuestros agua.
12
dolores; y nosotros le tuvimos por Volveos a la fortaleza, oh prisioneros
azotado, por herido de Dios y abatido. de esperanza; hoy también os anuncio
5
Mas él herido fue por nuestras que os restauraré el doble.
13
rebeliones, molido por nuestros Porque he entesado para mí a Judá
pecados; el castigo de nuestra paz fue como arco, e hice a Efraín su flecha, y
sobre él, y por su llaga fuimos nosotros despertaré a tus hijos, oh Sion, contra
curados. tus hijos, oh Grecia, y te pondré como
6
Todos nosotros nos descarriamos espada de valiente.
14
como ovejas, cada cual se apartó por Y Jehová será visto sobre ellos, y su
su camino; más Jehová cargó en él el dardo saldrá como relámpago; y
pecado de todos nosotros. Jehová el Señor tocará trompeta, e irá

34
7
Angustiado él, y afligido, no abrió su entre torbellinos del austro.
15
boca; como cordero fue llevado al Jehová de los ejércitos los amparará,
matadero; y como oveja delante de sus y ellos devorarán, y hollarán las piedras
trasquiladores, enmudeció, y no abrió de la honda, y beberán, y harán
su boca. estrépito como tomados de vino; y se
8
Por cárcel y por juicio fue quitado; y su llenarán como tazón, o como cuernos
generación, ¿quién la contará? Porque del altar.
16
fue cortado de la tierra de los Y los salvará en aquel día Jehová su
vivientes, y por la rebelión de mi pueblo Dios como rebaño de su pueblo; porque
fue herido. como piedras de diadema serán
9
Y se dispuso con los impíos su enaltecidos en su tierra.
17
sepultura, más con los ricos fue en su Porque ¡cuánta es su bondad, y
muerte; aunque nunca hizo maldad, ni cuánta su hermosura! El trigo alegrará
hubo engaño en su boca. a los jóvenes, y el vino a las doncellas.
10
Con todo eso, Jehová quiso
quebrantarlo, sujetándole a
padecimiento. Cuando haya puesto su
vida en expiación por el pecado, verá
linaje, vivirá por largos días, y la
voluntad de Jehová será en su mano
prosperada.

Los israelitas estudiosos de la Escritura no entendía cómo conciliar lo anterior, ¿el


Mesías sufriría o el Mesías triunfaría? Tratando de entender esto algunos eruditos
propusieron que dependiendo de la situación del Pueblo el Mesías, cuando
viniese, o sería sufriente o sería triunfante. Otros eruditos, por su parte,
propugnaron porque habría dos Mesías, uno sufriente y otro triunfante. Todas
estas ideas se daban por lo complicado de conciliar las ideas de un Mesías
sufriente y de un Mesías triunfante.

35
Tal vez lo anterior en la actualidad para el cristiano no implique mayores
problemas pero eso es gracias a la revelación que sobre lo expresado en la
Escritura sobre el Mesías en la actualidad se tiene, pero en aquellos tiempos,
cuando aún faltaba para que Jesús viniera a Su pueblo, la comprensión no
alcanzaba a entender estas aparentes contradicciones escriturales.

Para el tiempo de Cristo la idea de un Mesías sufriente casi se había dejado y la


idea de un Mesías triunfante era la que prevalecía. Esto se entiende por la
situación que pasaba el Pueblo de Israel sometido en aquel entonces al Imperio
Romano.

Este pensamiento es claro en los diferentes pasajes de la Escritura dónde el


Pueblo de Israel quería hacer rey a Jesús, de igual forma queda esto en evidencia
incluso entre los mismos discípulos para quienes la imagen de un Mesías
triunfante era preponderante (Hechos 1:6).

Pero la imagen de un Mesías sufriente y de un Mesías triunfante no son


contradictorias sino que apuntan a diferentes fases de la labor de Mesías que en
su momento serían desempeñadas, fases que tiene su entendimiento y
comprensión en las funciones de profeta, sacerdote y rey contenidas a manera de
imágenes en los objetos que eran contenidos por el Arca.

Extendiéndose sobre esto último puede decirse que la función preponderante de


Cristo como profeta es hasta su muerte, la función preponderante de Cristo como
sacerdote es a partir de Su resurrección, y la función preponderante de Cristo
como rey será a su segunda venida, de igual forma entendiendo esto y
considerando la Escritura pueden verse en Él mismo las figuras del Mesías
sufriente y del Mesías triunfante.

Con este entendimiento puede avanzarse en comprender una referencia escritural


que sin el conocimiento anterior no tiene sentido.

36
Éxodo 4:1‭-9‭
Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni
oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová. Y Jehová dijo: ¿Qué
es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. Él le dijo: Échala
en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella.
Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él
extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano. Por esto creerán
que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham,
Dios de Isaac y Dios de Jacob. Le dijo además Jehová: Mete ahora tu
mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí
que su mano estaba leprosa como la nieve. Y dijo: Vuelve a meter tu mano
en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo
del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne. Si aconteciere
que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la
voz de la postrera. Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu
voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán
aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra.

La anterior cita es de todos conocida y es previa a la presentación de Moisés con


Faraón, como puede leerse en la misma Dios primero le dice lo relativo a la señal
de la vara, luego a la de la mano sana que se vuelve leprosa y lego otra vez sana,
y por ultimo al inicio de las plagas como todos las conocemos.

Lo curioso de esta cita es que en el capítulo 7 de Éxodo puede leerse lo relativo a


las señales que Moisés realizó ante Faraón y no hay momento alguno en que se
realice la cuestión de la mano sana que se vuelve leprosa y luego otra vez sana.
Los versículos 8 al 13 de dicho capítulo muestran cuando la vara de Moisés se
transforma, pero inmediatamente después, en el versículo 14, viene la indicación
de la realización de la primera plaga: la conversión de las aguas del Nilo en
sangre, ¿y la señal de la mano que se vuelve leprosa y luego otra vez sana?

37
Dios es un Dios de orden 1 Corintios 14:33, las instrucciones que da no son sin
sentido, lo registrado en la Escritura es para útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto (2
Timoteo 3:16-17), entonces ¿qué significa la señal relativa a la mano sana que se
vuelve leprosa y luego otra vez sana?

Para responder a esto es menester entender que puede simbolizar la mano a que
esta cita hace referencia.

En el Evangelio de Juan se recoge el sentir de muchos que, a pesar de las


señales que Cristo hacía, se negaban a aceptarlo como el Mesías, actitud que
había sido profetizada tiempo atrás.

Juan 12
36
Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.
Incredulidad de los judíos
Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.
37
Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no
creían en él;
38
para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo:
Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?
¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?
39
Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías:
40
Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón;
Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón,
Y se conviertan, y yo los sane.
41
Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.

38
La profecía de Isaías a que hace referencia la cita anterior, contenida en el
capítulo 53 de ese libro de la Escritura, terminará por dar luz sobre el asunto del
brazo, la mano o la diestra de Jehová.

Isaías 53
1
¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el
brazo de Jehová?
2
Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay
parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le
deseemos.
3
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,
experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue
menospreciado, y no lo estimamos.
4
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y
nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
6
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su
camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
7
Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al
matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no
abrió su boca.
8
Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará?
Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi
pueblo fue herido.
9
Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su
muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
10
Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento.
Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá
por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

39
11
Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su
conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades
de ellos.
12
Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá
despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con
los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los
transgresores.

Sin duda alguna las expresiones contenidas en dicho capítulo de Isaías son de
todos conocidas como profecías sobre el papel redentor que Cristo desempeñaría,
pero lo interesante es la manera en que inicia dicho capítulo “¿sobre quién se ha
manifestado el brazo de Jehová?” (v. 1), a partir de ahí los siguientes versículos se
referirán a ese brazo de Jehová: “no hay parecer en él [el brazo de Jehová], ni
hermosura; le veremos, mas sin atractivo [el brazo de Jehová] para que le
deseemos” (v. 2), “despreciado y desechado [el brazo de Jehová] entre los
hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos
de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos [el brazo de Jehová] (v. 3),
ciertamente llevó él [el brazo de Jehová] nuestras enfermedades, y sufrió nuestros
dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido” (v. 4),
más él [el brazo de Jehová] herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados” (v. 5), y así.

¿A quién se refiere Isaías cuando al inicio de este capítulo menciona al brazo de


Jehová?, ¿quién ese ese brazo de Jehová referenciado como “varón de dolores,
experimentado en quebranto” (v. 3) que “llevó él nuestras enfermedades, y sufrió
nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido”
(v. 4) y que fue “herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados
[cuyo] castigo de nuestra paz fue sobre él, y [que] por su llaga fuimos nosotros
curados” (v. 5)? La respuesta es Cristo.

40
Así que esta profecía referida al brazo de Jehová es una referencia al papel
redentor de Cristo, luego entonces ambos términos se refieren a lo mismo: el
Mesías, Jesús, nuestro Señor y Salvador, el brazo, la mano, la diestra de Jehová1.

Una vez comprendido esto, se puede retomar la cita de Éxodo 4:1‭-9, con la
comprensión a la referencia de Cristo como el brazo, la mano, la diestra de
Jehová.‭

Así, puede verse que dicha señal registrada en la Escritura se refiere


precisamente al papel de Cristo, el brazo de Dios, Su diestra, Su mano, “el cual,
siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también
le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que
en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:6-11).

Así que la mano sana que se vuelve leprosa es ese despojo que de su naturaleza
divina hizo Cristo para hacerse semejante a nosotros y ser cargado con nuestros
pecado, para después de ocultarse un breve tiempo aparecerá de nuevo en toda
su gloria y majestad, o como lo dice Pablo escribiendo a los hebreos, “Cristo fue
ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por
segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”
(Hebreos 9:28).

1
Para un discernimiento del papel de Cristo en el Antiguo Testamento se sugiere la obra “La
imagen del Dios invisible -el Hijo unigénito como revelador de Dios Padre-”. Descargar gratis sin
compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado
Cristianismo

41
Con este entendimiento es que puede uno avanzar a comprender el simbolismo
entregado en el diseño del Arca y, posteriormente avanzar en la comprensión de la
construcción y disposición del Tabernáculo.

Del Arca se dice que la misma estaría hecha de madera (v. 10) cubierta de oro por
dentro y por fuera (v. 11). La madera es un símbolo escritural referido a la
naturaleza humana (Mateo 12:33; Salmos 1:3; Jueces 9:8-10; Jeremías 17:7-8;
Isaías 55:12), mientras que el oro es una referencia directa a la naturaleza divina
(Hageo 2:8; Isaías 62:3; Salmos 21:3), dado que ya quedó establecido que el Arca
representa a Cristo y el contenido de la misma a sus tres funciones -profeta,
sacerdote y rey-, no es difícil entender el simbolismo subyacente al material del
Arca, Jesús Hijo del Hombre (Mateo 20:28; Marcos 8:38; Lucas 18:8; Juan 6:53),
Jesús Hijo de Dios (Romanos 1:4; 1 Juan 5:10). Con todo y todo existe otro
simbolismo aplicable a cada uno de los llamados y elegidos que sean encontrados
fieles, simbolismo que se tratará más delante pues la comprensión del significado
del Tabernáculo y su contenido debe hacerse en dos sentidos: de adentro hacia
afuera, que es el que se está siguiendo, y posteriormente de afuera hacia adentro.

Como se verá conforme se avance en el presente estudio, las medidas que sobre
el Tabernáculo y su contenido son entregadas en la Escritura no cumplen
meramente una función arquitectónica sino que guardan un simbolismo
trascendental, pero en el caso del Arca este simbolismo queda trunco por la
misma Escritura no permitiendo avanzar en la comprensión del mismo al menos
en cuanto a lo que dice pero sí en cuanto a lo que no dice.

El versículo 10 señala respecto de las medidas del Arca que estas serían de dos
codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. Todo
bien hasta ahí, pero el Arca incluye una tapa que la Escritura llama propiciatorio,
tapa cuyas medidas de igual forma deben ser consideradas como parte de las
medidas del Arca en sí, pero ¿qué encontramos respecto del propiciatorio?, lo que
escrituralmente hallamos es que las medidas del mismo están incompletas. El
versículo 17 señala respecto de las medidas del propiciatorio que las mismas son
42
de longitud dos codos y medio y de ancho codo y medio, pero no menciona nada
de la altura.

Al carecer de la medida referida a la altura no podemos tener las medidas


completas del Arca por lo que el simbolismo aunado a estas permanece velado,
pero dado que toda la Escritura no es casual esta misma falta de información
entrega una comprensión diferente al respecto.

La tapa del Arca, el propiciatorio, también es llamado al Trono de la Misericordia


(Éxodo 25:17-22; Levítico 16:2; Hebreos 4:16), así que al no presentarse una
medida referida a la altura de dicho propiciatorio, el cual se refiere a la
misericordia divina, implica que la misma no tiene límite, no es cuantificable, esta
misericordia infinita es un atributo del Padre, atributo que Su Hijo refleja como
imagen del Dios Vivo (Colosenses 1:15).

El versículo 11 señala que el Arca tendría una moldura de oro, esto es un símbolo
de limite, escrituralmente de un límite que no hay que traspasar para no morir
(Deuteronomio 22:8), dado que el Arca simboliza a Cristo, ¿qué límite es ese?, el
límite de no desobedecer al Padre de no pecar (1 Juan 3:4 Romanos 6:23). Cristo
es imagen de Dios y Él mismo señalaba que no hablaba sus palabras sino las
palabras que había oído del Padre (Juan 12:49), de igual forma indicaba que Él no
había venido a hacer su voluntad sino la voluntad del Padre (Juan 6:38). El Hijo de
Dios, de esta forma, se limita al ser obediente en todo al Padre (Filipenses 2:8),
curiosamente esta obediencia es la que trae la verdadera libertad pues permite
actuar en perfección y santidad como Dios mismo (Mateo 5:48; 1 Pedro 1:16).

Para mover el Arca el versículo 12 señala que se harían para ella cuatro anillos de
oro mismos que serían puestos en sus cuatro esquinas: dos anillos a un lado de
ella, y dos anillos al otro lado. Para comprender el simbolismo aunado a esto hay
que entender el uso de lo mismo: los anillos serían usados para que el Arca
pudiera ser desplazada de un lugar a otro. El Arca representa a Cristo, pero

43
quienes la tenían que llevar era los israelitas, visto simbólicamente indica que
hacia dónde vayan los elegidos deben llevar a Cristo.

Es interesante como algunos grupos evangélicos hacen un énfasis en el Nuevo


Testamento, mientras que otros grupos judaizantes hacen un énfasis en el Antiguo
Testamento, este énfasis es excluyente ya que la contraparte o es dejada fuera o
demeritada, pero a quienes la Escritura llama santos son aquellos que tienen los
Mandamientos de Dios y el Testimonio de Jesús (Revelación 14:12), es decir,
tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento, entendiendo testamento
como Pacto.

La Escritura presenta el simbolismo del testimonio siempre en la figura de dos que


precisamente testifican, con todo esto puede entenderse porque el arca tenía
cuatro anillos para desplazarla, dos de un lado y dos de otro, ese dos representa
el testimonio (Zacarías 4:3; 11:14; Juan 15:27; Hechos 1:8; Mateo 24:14; Génesis
41:32; Hebreos 6:18), que están de un lado y de otro implica que el cristiano
retiene en su mente y en su corazón el testimonio que nace de los Mandamientos
de Dios y del testimonio de Jesús. Ambos son uno sólo en la figura de Cristo, el
Arca; ambos deben formar parte del pensar, del sentir, del decir y del hacer del
cristiano, vaya a donde vaya, viva lo que viva, se encuentre donde se encuentre.

El complemento de los anillos del Arca para poder desplazarla eran las varas de
madera recubiertas de oro que pasándose entre loa primeros servían para
transportar el Arca (v. 14 y 15). La vara escrituralmente hablando tiene el
simbolismo de rectitud, de justicia que es puesta a prueba (Mateo 22:14; Lucas
12:32; 2 Corintio 10:13; 1 Pedro 4:12-14; 17-19; Cfr. Revelación 17:1, 15; Habacuc
3:6), siendo así que solamente lo justos, los que obran con rectitud, no
considerando sus propios pensamientos sino la voluntad del Padre, son aquellos
que precisamente son considerados para llevar el Arca, para mostrar con su
hechos la fe que se tiene (Santiago 2:18), de igual forma las varas son de madera
cubiertas de oro, es decir, la naturaleza humana cubierta de la naturaleza divina.

44
Aunque se ahondará más en este punto cuando vuelva a verse el Tabernáculo de
afuera hacia adentro, ya puede irse identificando que el mismo, como se menciona
en el subtítulo de la presente obra, incluye la participación de los llamados a
salvación, de aquellos que serán considerados con Cristo coherederos. Aquí las
varas tienen ese sentido, mostrar que la justicia, la rectitud de los llamados a
salvación llevan en su vida a Cristo mismo.

Sin ser parte del Arca, pero sí entregando simbolismo sobre la misma, sobre ella
debía haber dos querubines, una a cada extremo cubriendo con sus alas el
propiciatorio y si bien cada uno estaba frente al otro, ambos mirarían hacia el Arca
(v. 18 al 20). Esto tiene un fuerte simbolismo que devela ese ámbito espiritual que
sin la Escritura sería imposible comprender.

Hebreos 1:6 señala que del Hijo el Padre dice a los ángeles que le adoren, de
igual forma la Palabra de Dios señala que los ángeles ansían conocer el Evangelio
(1 Pedro 1:12), así ambos querubines representan esa realidad espiritual que
reconoce en Cristo al Hijo de Dios y que a la vez está expectante del desarrollo y
develación del plan de salvación.

Los últimos dos versículos referidos al Arca señalan aspectos que ya se han
considerados, el versículo 21 señala que dentro del Arca estaría el testimonio que
Dios mimo daría, esto es, Su Ley, las dos tablas conteniendo Sus diez
mandamientos. Junto con la Ley de Dios, como ya se vio y ya se comentó,
también se pondría en el Arca la vara de Aharón y una vasija de oro conteniendo
el maná. El versículo 21 señala que sobre el Arca, encima del propiciatorio, entre
los dos querubines, Dios mismo se revelaría, es decir, Dios se revelaría a través
de Cristo, revelación que expectantes esperaban los mismos Ángeles, revelación
que tendría un fin sobre el cual se volverá más delante y que tiene que ver con
cada uno de los hijos llamados a salvación: “allí me declararé a ti, y hablaré
contigo de sobre el propiciatorio… todo lo que yo te mandare para los hijos de

45
Israel”, es decir, el plan que Dios mismo tiene para que Sus elegidos lleguen a ser
lo que Él pensó desde la eternidad: Su familia.

Es interesante, como se comentó anteriormente, que las instrucciones relativas al


Tabernáculo no comiencen directamente con las indicaciones sobre la
construcción del mismo sino con las indicaciones relativas al Arca, una vez
entendido el simbolismo del Arca puede entenderse el por qué: Cristo mismo es el
centro de todo el Tabernáculo, como Cristo mismo debe ser el centro de la vida
cristiana.

Como se verá más delante cuando se aborden las indicaciones sobre la


construcción y disposición del Tabernáculo, el Arca estaba colocada en el lugar
que se conoce como Santo de Santos, o lugar Santísimo, esto para diferencia su
significado y naturaleza, de igual forma para ejemplificar, como se verá más
delante, el simbolismo que el diseño del Tabernáculo entrega respecto del Plan de
Dios para con Su familia.

46
La mesa para el pan de la proposición
(Ex. 37.10-16)

Después de las indicaciones relativas al Arca, antes de entrar a las disposiciones


de la construcción del Tabernáculo, se habla de lo que se conoce como la mesa
del pan de la proposición.

Aunque en este apartado no se indica, sino más delante, hay que señalar que en
esta mesa se colocaban dos pilas de pan diariamente, seis panes en una pila y
seis en otra, panes que debían amasarse sin levadura (Levítico 24:5-9), el número
doce inmediatamente trae a la mente las doce tribus de Israel, pero ¿por qué dos
pilas?, porque se está hablando de los dos pueblos que serían uno, Israel y los
gentiles (Efesios 2:14).

Aquí hay que aclarar la cuestión relativa al término de Israel.

Cuando uno lee la Escritura, encuentra en la misma admoniciones y promesas


dadas a Israel, estas admoniciones y promesas pueden ser históricas (ya
acontecidas), exhortativas (acontecidas o no pero que sirven de instrucción, de
corrección, de edificación), o proféticas (que aún no han sucedido), pero en todos
los casos el lector generalmente las ubica referidas única y exclusivamente al
Israel carnal, físico y terrenal, sin darse cuenta que también aplican a la iglesia de
Dios, para ello hay que entender el significado de Israel más allá del claro y
evidente referido al pueblo judío.

Hay que entender que en la Escritura, la palabra Israel puede referirse, sí, al
pueblo carnal, físico y terrenal de Israel, pero también hace referencia a todo aquel
quien es llamado por Dios y llega a formar parte de Su familia.

Cuando el nombre de Jacob es cambiado a Israel (Génesis 32:29), la misma


Escritura explica su significado pleno. Israel viene de ‫לארׂשי‬, Yisra'el, que significa

47
El que Lucha con Dios, pero la Escritura completa el significado pleno al señalar
en la cita dada que ese cambio se da no sólo por haber luchado con Dios y los
hombres (incluso hombres impíos habían luchado con Dios y con los hombres,
como Caín o Nimrod) pero en el caso de Jacob él había vencido, es así como
Israel se refiere a El Que Vence, lo cual abarca tanto el Antiguo como el Nuevo
testamento, es decir tanto al pueblo carnal, físico y terrenal de Israel como a los
llamados a formar parte de la iglesia de Dios, es decir, en Israel nos estamos
refiriendo a la familia de Dios conformada por todo aquel que vence.

Sobre esto, es interesante notar en el capítulo 6 de Gálatas, como es que Pablo


hace mención al Israel de Dios (Gálatas 6:16). La carta va dirigida no al Israel
carnal, físico y terrenal sino a la iglesia de Dios, de hecho es una admonición
contra aquellos que querían llevar a los nuevos creyentes de nuevo a judaizar
sometiéndose a las prescripciones que habían sido superadas por el sacrificio
redentor de nuestro Señor Jesús. “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz
de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al
mundo. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la circuncisión, sino
una nueva creación. Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y
misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios” (Gálatas 6:14-16). Así, Pablo, al
referirse al Israel de Dios en un contexto ajeno al Israel carnal, físico y terrenal, se
dirige a la iglesia de Dios, de hecho podemos decir, en la misma línea de lo ya
comentado, que se dirige a todo aquel que siendo llamado llega a vencer pues “ya
no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28; cfr. Romanos 11:11-24)

De esto último es interesante que las cartas que Jesús por medio de Juan envía a
las iglesias en Revelación siempre se refiere las promesas que esperan al que
venza (Revelación 2:7, 11, 17, 26: 3:5, 12, 21), siguiendo la tónica de lo
expresado, al que llegue a ser Israel.

48
Con esta comprensión puede entenderse una profecía dada por Jesús que sigue
desconcertando a los estudiosos de la Escritura.

Mateo 10:23
Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo,
que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga
el Hijo del Hombre.

Interpretaciones van e interpretaciones vienen respecto de la cita anterior, algunos


más prudentes la obvian para no entrar en conflicto ya que la lectura de la misma
es contradictoria a primera vista. Jesus, refiriéndose a la encomienda de
proclamar el Evangelio, dice a Sus seguidores que si los persiguen en una ciudad
vayan a otra, pero luego viene la profecía a la que se hace referencia: “porque de
cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes
que venga el Hijo del Hombre”. Es más que evidente que hace mucho, de hecho
incluso en el tiempo de la iglesia primitiva, los discípulos de Jesús recorrieron
todas las ciudades de Israel, incluso considerando que el exhorto a sus discípulos
va dirigido a Sus seguidores de todos los tiempos es difícil argumentar que en la
actualidad no se han recorrido todas las ciudades de Israel, ¿entonces?, ¿acaso
Jesús se equivocó en su profecía?

Vista de la manera tradicional donde Israel se refiera al estado judío el conflicto


anterior subiste y de hecho no hay manera de resolverlo, pero con la comprensión
referida a que Israel se refiere a El Que Vence puede entenderse la anterior
profecía bajo una nueva luz donde la referencia a las ciudades de Israel es un
indicativo de todos aquellos lugares alrededor el mundo donde vivieren en todos
los tiempos aquellos que habrían de ser llamados a salvación en el presente siglo:
“porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de [Los
Que Vencen], antes que venga el Hijo del Hombre”.

49
Así que cuando se lea en la Escritura admoniciones y promesas para Israel, hay
que llevarlas a la luz de su significado como una exhortación personal a El Que
Vence y tomarlas para la edificación, pues son dichas también para uno, para toda
la iglesia de Dios, por el llamamiento del que se ha sido objeto, para que ser
acreditado entre los llamados y elegidos que son hallados fieles (Revelación
17:14) y contado entre los vencedores (Romanos 8:29-39; 1 Juan 5:4-5).

Así esas dos pilas de pan hablan de la familia de Dios. Entonces es que puede
abordarse la cuestión de la mesa sobre la cual estarían.

Éxodo 25
23
Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos
codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio.
24
Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor.
25
Le harás también una moldura alrededor, de un palmo menor de anchura,
y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor.
26
Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás en las cuatro
esquinas que corresponden a sus cuatro patas.
27
Los anillos estarán debajo de la moldura, para lugares de las varas para
llevar la mesa.
28
Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro, y con ellas
será llevada la mesa.
29
Harás también sus platos, sus cucharas, sus cubiertas y sus tazones, con
que se libará; de oro fino los harás.
30
Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí
continuamente.

Esta mesa, así como el candelabro que se verá a continuación, estaban en lo que
se conoce, y que más delante se verá, como el lugar Santo, este estaba antes del
lugar Santísimo siendo que ambos lugares estaban separados por un velo. Ahora

50
bien, si los panes sobre la mesa simbolizan la familia de Dios, los dos pueblos de
los cuales hace uno, ¿qué simbolizará la mesa en sí?

Al igual que anteriormente con los anillos del Arca y las varas para los mismos, en
este caso hay que ver el uso que la mesa tenía y que es servir de soporte, de
lugar de resguardo, de protección y contención de lo que en ella se ponía, en este
caso, de las dos pilas de panes, si las dos pilas son el Pueblo de Dios, Su familia,
¿qué será eso que la soporta, la resguarda, la protege, la contiene? La
Congregación, como se le conocía en el Antiguo Testamento, la Iglesia, como se
le conoce en el Nuevo Testamento, es decir, aquella asamblea con organización y
estructura, con normas y procesos, que sirven para la edificación de los llamados
a salvación.

Es interesante que de la mesa para los panes de la proposición sí se entreguen


sus medidas completas: longitud de dos codos, un codo su ancho, y altura de
codo y medio (v. 23), el área total es tres. ¿Y qué dice la Escritura? Con el
testimonio de dos o tres testigos versará toda verdad (Números 35:30;

51
Deuteronomio 19:15; Mateo 18:16, 2 Corintios 13:1; 1 Timoteo 5:19; Hebreos
10:28), de igual forma se señala que donde dos o tres están reunidos en nombre
de Jesús, Él mismo está ahí presente (Mateo 18:20), ambas cuestiones, el
testimonio y comunidad hablan precisamente de la Asamblea de Dios, Su
congregación, Su iglesia.

La lectura de las indicaciones relativas a la mesa de los panes de la proposición


traen de manera automática una imagen ya conocida previamente: el Arca de la
Alianza. Ambas están hechas de madera recubierta de oro (v. 23 y 24), ambas son
rectangulares (v. 23), ambas tienen una cornisa y una moldura (v. 24 y 25), ambas
tienen cuatro anillos en sus cuatro esquina (v. 26 y 27), ambas son transportadas
con varas de madera cubiertas de oro (v. 28). Si bien todo el simbolismo
subyacente a estas imágenes ya se comentó al abordar el Arca, Cristo, aquí se
tiene una aplicación relativa a la congregación, a la iglesia, y si bien en el caso de
Cristo el simbolismo entregado apuntaba a una comprensión del mismo plena,
completa y total en el caso de su iglesia debe adecuarse pues la misma no será
perfecta sino hasta su venida y la transformación gloriosa de los hijos de Dios, por
eso es que en las disposiciones del Tabernáculo la mesa de los panes de la
preposición junto con los panes se encontraba en el lugar Santo, no en el lugar
Santísimo.

Pero continuando en la línea del pensamiento anterior, la comprensión del


simbolismo del Arca permite ver que existe una relación muy estrecha con el
simbolismo de la mesa de los panes de la preposición, siendo que si la mesa
viene a ser la congregación, la iglesia, esto se entiende pues la misma es llamada
Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:12-27) y Cristo llamado Su cabeza (Efesios 1:22;
Efesios 5:23; Colosenses 1:18), siendo así que el cuerpo no puede ser diferente
de la cabeza sino por el contrario reflejar en su naturaleza muchas coincidencias,
es por eso que la lectura de las indicaciones de la mesa de los panes de la
preposición traen de manera natural las indicaciones relativas al Arca ya que
ambas tienen una relación estrecha, el Arca como Cristo, cabeza de la

52
congregación, de la iglesia, y le mesa como dicha congregación, dicha iglesia,
cuerpo de Cristo.

Como complemento de la mesa de los panes de la preposición se indicaba que


debían hacerse platos, cucharas, cubiertas y tazones de oro para su uso (v. 29).
Dado que los platos, cucharas, cubiertas y tazones eran algo que se usaba en
relación a las disposiciones relativas a los panes de la preposición y que tenían
que ver con un uso en ello, su significado está aunado a lo que cada miembro de
la congregación, de la iglesia, puede aportar para la edificación del Cuerpo de
Cristo (1 Corintios 12).

El último versículo relativo a los panes de la preposición, el 30, señala que dichos
panes deberían estar continuamente delante de Dios. Esto habla de cómo es que
en todos los tiempos, en todas las edades, debía existir la congregación de Dios,
Su iglesia, en el Antiguo Testamento en la figura del Pueblo de Israel, en el Nuevo
Testamento en la figura de la iglesia de Dios, conformando ambos una sola
familia: la familia de Dios. Siendo que para ambos existen promesas y profecías
de su continua existencia a lo largo de los siglos, sin interrupción ni cesación,
hasta que el plan divino sea consumado.

53
El candelero de oro
(Ex. 37.17-24)

Relativo al lugar santo las indicaciones escriturales establecieron que el mismo


debía incluir, además de la mesa de los panes de la preposición con las dos pilas
de panes, lo que se conoce como el candelabro de oro.

Éxodo 25
31
Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el
candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de
lo mismo.
32
Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y
tres brazos al otro lado.
33
Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, una manzana y
una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en otro brazo, una
manzana y una flor; así en los seis brazos que salen del candelero;
34
y en la caña central del candelero cuatro copas en forma de flor de
almendro, sus manzanas y sus flores.
35
Habrá una manzana debajo de dos brazos del mismo, otra manzana
debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros
dos brazos del mismo, así para los seis brazos que salen del candelero.
36
Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo ello una pieza
labrada a martillo, de oro puro.
37
Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren
hacia adelante.
38
También sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro.
39
De un talento de oro fino lo harás, con todos estos utensilios.
40
Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.

Lo más significativo del candelabro de oro era que el mismo contenía siete
lamparillas (v. 37), estas lamparillas estaban dispuestas tres de un lado, tres de

54
otro y una en medio. La función del candelabro era alumbrar y en la Escritura la
luz es símbolo de la verdad que deviene del Padre y que alumbra la vida de Sus
hijos (Salmos 119:105; Proverbios 6:23), siendo así que aquí se agrega la
cuestión de siete lamparillas las cuales son referencia de los siete espíritus de
Dios (Isaías 11:2), es así como el candelabro de oro simboliza al Santo Espíritu
del Padre que imbuye de vida a los llamados a salvación y que alumbra su camino
mientras en este mundo van.

Es interesante que el candelabro es de oro puro, es decir, a diferencia del Arca y


de la mesa de los panes de la preposición es enteramente divino, de igual forma
llama la atención el simbolismo contenido en el mismo con relación a los adornos
que presenta: flores y manzanas. Esto para representar tanto los dones (1
Corintios 12:4-11, 28; Romanos 12:6-8; Efesios 4:7-13) como los frutos del
Espíritu (Gálatas 5:22-23).

55
Como ya se mencionó, el candelabro era de oro puro, pero además hecho de una
sola pieza (v. 36) y con peso de un talento (v. 39), esto para reflejar la totalidad, lo
completo, lo pleno del Espíritu de Dios (1 Corintios 12:4).

56
El altar del incienso
(Ex. 37.25-28)

Ya se vio que en el lugar santo estaban dispuestos de un lado la mesa con el pan
de la proposición y del otro lado el candelabro de oro, de igual forma ambas
figuras ya fueron comentadas, pero en este capítulo se instruye sobre otra cosa
más que estaría en el lugar santo: el altar del incienso.

Éxodo 30
1
Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo
harás.
2
Su longitud será de un codo, y su anchura de un codo; será cuadrado, y su
altura de dos codos; y sus cuernos serán parte del mismo.
3
Y lo cubrirás de oro puro, su cubierta, sus paredes en derredor y sus
cuernos; y le harás en derredor una cornisa de oro.
4
Le harás también dos anillos de oro debajo de su cornisa, a sus dos
esquinas a ambos lados suyos, para meter las varas con que será llevado.
5
Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro.
6
Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante
del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde me encontraré contigo.
7
Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste
las lámparas lo quemará.
8
Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso;
rito perpetuo delante de Jehová por vuestras generaciones.
9
No ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto, ni ofrenda; ni
tampoco derramaréis sobre él libación.
10
Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año con la
sangre del sacrificio por el pecado para expiación; una vez en el año hará
expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo a Jehová.

57
El altar del incienso esta justo frente al velo divisorio entre el lugar santo y el lugar
santísimo y era donde diariamente se ofrecía incienso para Dios. Muchos de los
símbolos relacionados con el altar ya han sido comentados, por lo que no se
extenderá en esto sino en la nueva información que se entrega.

El altar del incienso estaba hecho de madera (v. 1), simbolizando la naturaleza
humana, cubierto de oro, simbolizando la naturaleza divina (v. 3). Tenía una
cornisa (v. 3) simbolizando los límite relacionados con la voluntad de Dios que no
deben ser traspasados. El volumen del altar es de 2, resultante de multiplicar un
codo de longitud por un codo de anchura y dos codos de altura, simbolizando el
testimonio de la fe. Tenía anillos de oro debajo de la cornisa a través de los cuales
se traspasaban varas para poder llevarlo simbolizando que a donde uno va debe
llevar ese altar. La quema de incienso se hacía por la mañana y al anochecer (v.
7-8) simbolizando la totalidad de nuestro tiempo entregada a Dios, tanto de día
como de noche.

Hasta aquí símbolos que referidos a otras partes del Tabernáculo ya se habían
comentado, pero la información nueva que entrega esta descripción es mucho
muy relevante, pero antes de entrar a ella, ¿qué significa el altar del incienso?

En Revelación se tiene de nuevo la figura relacionada con el incienso (Revelación


8:4-6), y este libro que sella el testimonio señala sobre esto que el incienso
representa las oraciones de los santos (Revelación 5:8). Así que el altar del
incienso en la era de la iglesia, el lugar santo, simboliza las oraciones de los
llamados y elegidos.

Ahora sí, con esta comprensión, puede verse y entenderse la nueva información
que se entrega sobre esto. El versículo 9 señala “No ofreceréis sobre él incienso
extraño, ni holocausto, ni ofrenda; ni tampoco derramaréis sobre él libación”,
pareciera una indicación más, pero con la comprensión que en este punto se tiene
adquiere gran relevancia. Los holocaustos, ofrendas y libaciones estaban

58
normados para la era relativa a las leyes mosaicas (por eso en el atrio se hacían
los sacrificios, como se verá más delante), pero en la era de la iglesia dichos
sacrificios han concluido pues los mismos apuntaban al sacrificio redentor de
Cristo donde con su muerte una vez y para siempre nos trajo redención (Hebreos
10:10-14), siendo que en esta era, la de la iglesia, la oración el medio por el cual
entramos en comunión con Dios a través de Su Hijo.

Por último, los cuatro cuernos (v. 2) representan los cuatro puntos cardinales, es
decir, la simbología relativa al altar del incienso aplica para los llamados y elegidos
de de toda nación, raza, pueblo y lengua, la sangre que una vez al año el sumo
sacerdote ponía en los cuernos el día de la expiación, simboliza el sacrificio
redentor de Cristo que nos redime ante el Padre (Hebreos 10:10) haciendo que
nuestras oraciones, en nombre de Jesús, le sean agradables (Juan 14:13-14).

Es así como el altar del incienso está estratégicamente colocado en el lugar santo,
en la era de la iglesia, simbolizando la forma en la cual el Pueblo de Dios está en
relación constante con el Padre a través de Su Hijo.

59
El tabernáculo
(Ex. 36.8-38)

Después de las indicaciones dadas para el Arca, la mesa de los panes de la


proposición y el candelabro, en este capítulo es en el que se dan las indicaciones
relativas para el Tabernáculo.

Era menester primeramente dar las instrucciones de lo previamente comentado ya


que el sentido de todo el Tabernáculo depende en primera instancia del Arca,
figura e imagen de Cristo. De ahí se desprenderá todo el resto, de igual forma la
mesa de los panes de la preposición y el candelabro siguen después del Arca
pues, como se verá conforme se desarrolle el tema, los primeros representan a los
llamados y elegidos mientras que el segundo, representando el Espíritu de Dios,
alumbra a estos, siendo que tanto la mesa de los panes de la preposición como el
candelabro van después del Arca pues sólo tienen sentido en función de esta.

Con todo y todo puede verse que la disposición subsecuente del Tabernáculo
apunta al Arca en primera instancia, sí, pero de igual forma a los llamados y
elegidos, parafraseando una frase de nuestro Señor Jesucristo, el Tabernáculo
están en función del hombre, más bien de la humanidad, no al revés, función que
se abordará conforme se avance en este tema.

Éxodo 26
1
Harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y
carmesí; y lo harás con querubines de obra primorosa.
2
La longitud de una cortina de veintiocho codos, y la anchura de la misma
cortina de cuatro codos; todas las cortinas tendrán una misma medida.
3
Cinco cortinas estarán unidas una con la otra, y las otras cinco cortinas
unidas una con la otra.

60
4
Y harás lazadas de azul en la orilla de la última cortina de la primera unión;
lo mismo harás en la orilla de la cortina de la segunda unión.
5
Cincuenta lazadas harás en la primera cortina, y cincuenta lazadas harás
en la orilla de la cortina que está en la segunda unión; las lazadas estarán
contrapuestas la una a la otra.
6
Harás también cincuenta corchetes de oro, con los cuales enlazarás las
cortinas la una con la otra, y se formará un tabernáculo.
7
Harás asimismo cortinas de pelo de cabra para una cubierta sobre el
tabernáculo; once cortinas harás.
8
La longitud de cada cortina será de treinta codos, y la anchura de cada
cortina de cuatro codos; una misma medida tendrán las once cortinas.
9
Y unirás cinco cortinas aparte y las otras seis cortinas aparte; y doblarás la
sexta cortina en el frente del tabernáculo.
10
Y harás cincuenta lazadas en la orilla de la cortina, al borde en la unión, y
cincuenta lazadas en la orilla de la cortina de la segunda unión.
11
Harás asimismo cincuenta corchetes de bronce, los cuales meterás por
las lazadas; y enlazarás las uniones para que se haga una sola cubierta.
12
Y la parte que sobra en las cortinas de la tienda, la mitad de la cortina que
sobra, colgará a espaldas del tabernáculo.
13
Y un codo de un lado, y otro codo del otro lado, que sobra a lo largo de
las cortinas de la tienda, colgará sobre los lados del tabernáculo a un lado y
al otro, para cubrirlo.
14
Harás también a la tienda una cubierta de pieles de carneros teñidas de
rojo, y una cubierta de pieles de tejones encima.
15
Y harás para el tabernáculo tablas de madera de acacia, que estén
derechas.
16
La longitud de cada tabla será de diez codos, y de codo y medio la
anchura.
17
Dos espigas tendrá cada tabla, para unirlas una con otra; así harás todas
las tablas del tabernáculo.

61
18
Harás, pues, las tablas del tabernáculo; veinte tablas al lado del
mediodía, al sur.
19
Y harás cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas; dos basas
debajo de una tabla para sus dos espigas, y dos basas debajo de otra tabla
para sus dos espigas.
20
Y al otro lado del tabernáculo, al lado del norte, veinte tablas;
21
y sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de una tabla, y dos
basas debajo de otra tabla.
22
Y para el lado posterior del tabernáculo, al occidente, harás seis tablas.
23
Harás además dos tablas para las esquinas del tabernáculo en los dos
ángulos posteriores;
24
las cuales se unirán desde abajo, y asimismo se juntarán por su alto con
un gozne; así será con las otras dos; serán para las dos esquinas.
25
De suerte que serán ocho tablas, con sus basas de plata, dieciséis basas;
dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla.
26
Harás también cinco barras de madera de acacia, para las tablas de un
lado del tabernáculo,
27
y cinco barras para las tablas del otro lado del tabernáculo, y cinco barras
para las tablas del lado posterior del tabernáculo, al occidente.
28
Y la barra de en medio pasará por en medio de las tablas, de un extremo
al otro.
29
Y cubrirás de oro las tablas, y harás sus anillos de oro para meter por
ellos las barras; también cubrirás de oro las barras.
30
Y alzarás el tabernáculo conforme al modelo que te fue mostrado en el
monte.
31
También harás un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; será
hecho de obra primorosa, con querubines;
32
y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera de acacia cubiertas de
oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata.

62
33
Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo
adentro, el arca del testimonio; y aquel velo os hará separación entre el
lugar santo y el santísimo.
34
Pondrás el propiciatorio sobre el arca del testimonio en el lugar santísimo.
35
Y pondrás la mesa fuera del velo, y el candelero enfrente de la mesa al
lado sur del tabernáculo; y pondrás la mesa al lado del norte.
36
Harás para la puerta del tabernáculo una cortina de azul, púrpura,
carmesí y lino torcido, obra de recamador.
37
Y harás para la cortina cinco columnas de madera de acacia, las cuales
cubrirás de oro, con sus capiteles de oro; y fundirás cinco basas de bronce
para ellas.

Como primer paso para abordar lo relativo a las indicaciones respecto del
Tabernáculo, es menester comprender su disposición, es decir, forma y tamaño.

Los versículos 15 y 16 mencionan que la estructura del Tabernáculo estaría dada


por tablas de madera de acacia y que la longitud de las mismas sería de diez

63
codos y su anchura de codo y medio. Los diez codos de longitud nos dicen la
altura misma del Tabernáculo.

Los versículo 18, 20 y 22 mencionan que veinte tablas estarían al sur, veinte al
norte, y seis al occidente (no se mencionan tablas al oriente pues el Tabernáculo
no estaría cerrado sino que en esa parte estaría el acceso al mismo).

Estas tablas de madera de acacia estarán sostenidas cada una por dos basas de
plata donde emboarían sus dos espigas (v. 19), lo que darían un total de cuarenta
basas (v. 19) para cada lado del Tabernáculo y doce para la parte posterior.

Con estas indicaciones se puede dar una idea clara de la forma y medidas del
Tabernáculo.

Lo primero que se observa es que el mismo tenía una forma rectangular, ya que
los lados que daban al sur y al norte tenían veinte tablas mientras que el lado que
daba al occidente tenía seis.

Dado que las tablas median de anchura codo y medio, los lados sur y norte en
totalidad daban 30 codos, resultante de multiplicar veinte tablas por codo y medio.
De igual forma el lado que daba al occidente medía 9 codos resultante de
multiplicar seis tablas por codo y medio, más sin embargo se considera que estas
seis tablas estaban en su totalidad en la parte posterior del Tabernáculo,
contenidas por los lados sur y norte, por lo que la medida interior sería 9 codos
pero la medida exterior, considerando la parte proporcional de los lados sur y
norte, daban medio codo más por lo que la medida exterior sería de diez codos.

Este medio codo no se inventa de la nada sino que se toma de base la misma
Escritura. El templo que construyó Salomón era en cuanto al Tabernáculo el doble
en proporciones, 1 Reyes 6:2 menciona que el Templo medía 60 codos de largo

64
(el doble de los 30 del Tabernáculo) y 20 de ancho, con lo que siguiendo la
proporción, el ancho del Tabernáculo sería de diez codos.

Se sugiere ver la figura que se agrega al final de la presente obra para


comprender la disposición y medidas del Tabernáculo.

Así tenemos que el Tabernáculo era un rectángulo de 30 codos de largo por 10


codos de ancho y 10 codos de alto.

Ahora bien, se sabe que el Tabernáculo estaba interiormente divido en lo que se


conoce como el lugar santo (donde estaba la mesa con los panes de la
preposición y el candelabro) y el lugar santísimo (donde estaba el Arca), ¿cuánto
media cada uno? Si bien las indicaciones del Tabernáculo no señalan esto de
manera explícita, las dimensiones de ambos lugares pueden deducirse por las
mismas instrucciones.

El Tabernáculo estaba cubierto en una primera instancia por diez tapices (v. 1), la
longitud de cada uno era de 28 codos y su anchura de cuatro (v. 2). Cinco tapices
estarían unidos entre sí, lo mismo que los otros cinco (v. 3), y estos dos conjuntos
de tapices, de cinco tapices cada uno, estaría unidos entre sí por broches de oro y
lazos (v. 4-6).

La anchura total de cinco tapices unidos es de veinte codos (resultante de


multiplicar cinco tapices por cuatro de anchura de cada uno), la anchura total de
los dos conjuntos de tapices, de cinco cada conjunto, es de cuarenta codos.
Dispuesta esta cobertura desde la entrada del Tabernáculo, que como se dijo
medía de largo 30 codos, se tiene que los cuarenta codos de ancho cubrían
enteramente el techo del Tabernáculo sobrando diez codos que caían en la parte
trasera, de diez codos de altura, cubriéndola.

65
El versículo 33 señala que el velo que dividía el lugar santo del lugar santísimo se
colgaba precisamente de los broches de oro que unían los dos conjuntos de cinco
tapices cada uno.

Si se tiene que la entrada del Tabernáculo era de donde comenzaban a colocarse


esos tapices se tiene que el lugar santo medía lo que medían el primer conjunto
de tapices, es decir, 20 codos de largo, el lugar santísimo medía los otros diez
codos y el resto colgaba detrás de la pared posterior del lugar santísimo.

Así que se tiene que la medida del Tabernáculo es de 30 codos de largo por diez
de ancho, mientras que las dimensiones del lugar santo es de 20 codos de largo
(por 10 de ancho) y del lugar santísimo de 10 codos de largo (por 10 de ancho).

Como observación final, dado que cada cortina media 28 codos de longitud y el
ancho del tabernáculo era de 10 codos, a cada lado del mismo caían 9 codos de
ese cortinaje.

Estas medidas del Tabernáculo, incluyendo las dimensiones del lugar santo y del
lugar santísimo, son extremadamente importantes para conocer y entender el plan
de Dios respecto de la humanidad, como se verá más delante.

Antes de comentar lo anterior veamos algunos detalles de las indicaciones


relativas al Tabernáculo.

El versículo 1, referido a las cortinas, menciona que las mismas serían de lino
torcido, azul, púrpura y carmesí, ¿qué significan estos colores? Téngase en mente
esta pregunta que se responderá más delante.

De igual forma ese cortinaje incluía como efecto de decoración, no de culto,


querubines.

66
Como ya se mencionó, el cortinaje estaba dado por diez cortinas en dos grupos,
cinco unidas entre sí que se unían a otras cinco unidas entre sí. Esta unión de los
dos conjuntos estaba dada, como mencionan los versículos 4 al 6 por broches de
oro y lazos, cincuenta lazos donde terminaba el primer conjunto de cinco cortinas
y cincuenta lazos donde comenzaba el segundo grupo de cinco cortinas, esos
lazos estaban unidos entre sí por los cincuenta broches de oro.

Ahora bien, el Tabernáculo tenía tres coberturas más: una de piel de cabra (v. 7),
otra de piel de carnero y otra de piel de tejones (v. 14). La cubierta de piel de
cabra estaba dada por once cortinas (v. 7), cada una midiendo 30 codos de
longitud y 4 codos de ancho. Con esto puede verse que cubrían completamente el
Tabernáculo ya que si medían 30 codos de longitud, colocadas las pieles encima
del Tabernáculo cubrían los 10 codos de su anchura y caían a cada lado 10 codos
dando así los 30 de longitud de cada cortina de piel.

Como menciona el versículo 9 cinco cortinas estaba unidas en un grupo y seis en


otro, ambos grupos estaba unidos entre sí por cincuenta broches bronce. Al final
del primer grupo de seis cortinas habían cincuenta lazos, lo mismo que al inicio del
segundo grupo de cinco cortinas (v. 10), lazos que servían para unir ambos grupos
de cortinas con los cincuenta broches de bronce (v. 11). En realidad diez cortinas
cubrían el Tabernáculo pues del primer grupo con seis cortinas, la sexta, como
menciona el versículo 9, estaba doblada al frente del tabernáculo.

Así que el conjunto de cortinas relativo a las pieles de cabra cubrían enteramente
el Tabernáculo ya que el mismo media 30 codos de largo y 10 de ancho, y diez
pieles de cabra unidas (la undécima estaba doblada al frente del Tabernáculo) dan
una longitud de 40 codos (resultante de multiplicar las diez cortina de pieles de
cabra por el ancho de cada una de 4 codos), así que esos 40 codos de longitud
cubrían enteramente los 30 codos de longitud del Tabernáculo y caían los 10
codos restantes en la parte posterior (v. 12), cuya altura como ya se dijo era de 10
codos, con lo que quedaba todo cubierto a lo largo. De igual forma la longitud de

67
cada cortina de piel de cabra era de 30 codos por lo que cubrían el techo cuya
anchura era de 10 codos cayendo 10 codos a cada lado del Tabernáculo del
cortinaje relativo a las pieles de cabra (v. 13), con lo que a los ancho el
Tabernáculo quedaba cubierto y con ello todo el Tabernáculo, a lo largo y a lo
ancho.

Por último, en cuanto a la cobertura del Tabernáculo, después de la cobertura


relativa a las pieles de cabra se tenían otras dos coberturas, una de pieles de
carnero y luego otra de pieles de tejones (v. 14).

Los versículos 23 al 25 señalan unas tablas adicionales puestas exteriormente en


los ángulos posteriores del Tabernáculo para darle soporte y firmeza al mismo. En
este mismo sentido los versículos 26 al 29 señalan cinco barras de madera de
acacia que se colocarían a cada lado del Tabernáculo para darle soporte y firmeza
al mismo.

Estas barras pasaban por anillos de oro que exteriormente tenían cada tabla (v.
29), se menciona cinco pero se indica que la de en medio pasa de un extremo a
otro (v. 28) por lo que se deduce que las otras cuatro son la mitad del tamaño de
esta barra central, así que vista exteriormente una de las paredes laterales del
Tabernáculo se tendría, de arriba abajo, que primero había dos barras puestas
que se tocaban en sus extremos interiores, una barra del doble de las medidas de
cada barra anterior, que corría de lado a lado de la pared, y luego otras dos barras
que se tocaban en sus extremos interiores.

Como se mencionó, el Arca se encontraba colocada en el lugar santísimo (v. 34),


mientras que la mesa de los panes de la proposición y el candelabro estaban en el
lugar santo, el primero al lado norte del Tabernáculo y el segundo enfrente de este
al lado sur (v. 35).

68
Por último, la entrada del Tabernáculo al lugar santo y de igual forma la entrada
del lugar santo al lugar santísimo, tenían una cortina de azul, púrpura, carmesí y
lino torcido (vv. 31, 36), al igual que, como se verá en el apartado siguiente, la
entrada al atrio del Tabernáculo -de nuevo estos colores, ¿qué significarán?-, y
para esa cortina cinco columnas de madera de acacia, cubiertas de oro, con sus
capiteles de oro, pero sus basas de bronce (v. 37).

69
El atrio del tabernáculo
(Ex. 38.9-20)

Se han visto muchas indicaciones respecto del Tabernáculo, indicaciones que


requieren ser explicadas pero para poder proceder a la explicación de estas es
menester considerar la última parte relativa a la construcción del Tabernáculo que
si bien no forma parte del mismo si lo considera: el atrio.

El atrio era la parte externa del Tabernáculo, lo que lo rodeaba. Si bien el atrio no
era parte del Tabernáculo la Escritura contiene indicaciones respecto a la
disposición del mismo. De inicio lo que debe tenerse en cuenta es que el atrio
delimitaba el espacio relativo al Tabernáculo. Este espacio, como se verá, rodeaba
el Tabernáculo separándolo con sus paredes del resto del campamento y teniendo
una sola entrada para acceder al mismo (de nueva cuenta se sugiere ver el
esquema contenido al final de la presente obra).

Éxodo 27
9
Asimismo harás el atrio del tabernáculo. Al lado meridional, al sur, tendrá
el atrio cortinas de lino torcido, de cien codos de longitud para un lado.
10
Sus veinte columnas y sus veinte basas serán de bronce; los capiteles de
las columnas y sus molduras, de plata.
11
De la misma manera al lado del norte habrá a lo largo cortinas de cien
codos de longitud, y sus veinte columnas con sus veinte basas de bronce;
los capiteles de sus columnas y sus molduras, de plata.
12
El ancho del atrio, del lado occidental, tendrá cortinas de cincuenta codos;
sus columnas diez, con sus diez basas.
13
Y en el ancho del atrio por el lado del oriente, al este, habrá cincuenta
codos.
14
Las cortinas a un lado de la entrada serán de quince codos; sus columnas
tres, con sus tres basas.

70
15
Y al otro lado, quince codos de cortinas; sus columnas tres, con sus tres
basas.
16
Y para la puerta del atrio habrá una cortina de veinte codos, de azul,
púrpura y carmesí, y lino torcido, de obra de recamador; sus columnas
cuatro, con sus cuatro basas.
17
Todas las columnas alrededor del atrio estarán ceñidas de plata; sus
capiteles de plata, y sus basas de bronce.
18
La longitud del atrio será de cien codos, y la anchura cincuenta por un
lado y cincuenta por el otro, y la altura de cinco codos; sus cortinas de lino
torcido, y sus basas de bronce.
19
Todos los utensilios del tabernáculo en todo su servicio, y todas sus
estacas, y todas las estacas del atrio, serán de bronce.

Las instrucciones para el Atrio, al igual que el resto del Tabernáculo, son claras y
concretas, y de la misma forma que el resto de indicaciones que con respecto al
Tabernáculo se han comentado, hay información que permite la comprensión de
los símbolos que representan verdades subyacentes.

71
Como puede verse el perímetro del Atrio, al igual que el Tabernáculo, tiene una
forma rectangular. El lado que da al sur mide cien codos de longitud (v. 9), lo
mismo que el lado norte (v. 11), por su parte el lado que da al occidente mide
cincuenta codos (v. 13), lo mismo que el lado que da al oriente (v. 13), por último
la altura del perímetro del Atrio es de cinco codo (v. 18). Este perímetro del Atrio
está dado por paredes de fino lino torcido, así como una puerta, lo cual se
abordará más delante, pero antes y en este punto, puede comenzarse a entender
mucha de la información que anteriormente se vio, aunque en su momento no se
comentó, respeto de las indicaciones relativas al Tabernáculo, incluyendo el lugar
santo y el lugar santísimo, esto considerando las medidas hasta ahorita
entregadas.

Como se comentó, el perímetro del Atrio mide 300 codos en total de largo (100 de
cada lado sur y norte –o sea 200 en total- y 50 codos de cada lado occidental y
oriental –o sea 100 en total-), de igual forma ese perímetro mide cinco codos de
altura, así se tiene que el área del perímetro del Atrio mide 1,500 codos en total
(resultantes de multiplicar 300 codos de largo del perímetro del Atrio por sus cinco
codos de altura).

Si se continúa enfocándose en las medidas del Tabernáculo, las siguientes son las
relativas al lugar santo, las cuales en su momento se analizaron y que eran de
veinte codos de largo, por diez codos de ancho, por diez codos de alto. El lugar
santo, al igual que el lugar santísimo están techados, lo cual nos da cubos para los
cuales calcular el volumen (a diferencia del perímetro del Atrio que no está
techado por lo que no hay volumen que calcular), es así como el volumen del lugar
santo es de 2,000 codos (resultantes de multiplicar 20 codos de largo, por veinte
codos de ancho, por veinte codos de alto).

Por último, considerando las medidas del lugar santísimo que eran de 10 codos de
largo, por 10 codos de ancho, por 10 codos de alto, siguiendo la misma
argumentación que para el lugar santo, se tiene que el volumen del lugar

72
santísimo es de 1,000 codos (resultante de multiplicar 10 codos de largo, por 10
codos de ancho, por 10 codos de alto).

En este punto puede comenzar a entenderse el concepto que entrega el diseño


del Tabernáculo. El perímetro del Tabernáculo mide 1,500 codos, lo que sigue es
el lugar santo que mide en volumen 2,000 codos, por último está el lugar santísimo
que en volumen mide 1,000 codos. ¿Qué pueden significar estas medidas?

Aparte de las medidas en sí, hay que considerar que las mismas van apareciendo
ante cualquiera que accediese al Tabernáculo en ese orden, es decir, primero se
encontraría uno con el perímetro del Tabernáculo, luego con el lugar santo, y
luego con el lugar santísimo. En ese orden de ideas, ¿dónde encontramos una
sucesión cronológica de eventos relacionados con los números 1,500, 2,000 y
1,000? Para el estudioso de las Escrituras esto no representa mayor problema
pues la historia misma de la salvación entrega de manera específica, y no sólo
específica sino incluso exclusiva para evitar confusiones, esa sucesión numérica,
a saber: 1,500 años relativos a la era de las leyes mosaicas, 2,000 años relativos
a la era de la iglesia, y 1,000 años relativos al milenio.

No existe en toda la Escritura una sucesión cronológica de eventos relacionada de


manera consecutiva con los números que el Tabernáculo entrega.

Esta comprensión, aunada al entendimiento del Arca y su contenido, que en su


momento se comentó, sientan las bases para entender la simbología del
Tabernáculo y las verdades subyacentes que esta entrega.

De esta forma puede comenzarse a comprender que las verdades que entrega la
simbología del Tabernáculo no se refiere a algo estático, sino a algo dinámico, a
un proceso en sí mismo, al proceso relativo a la historia de la salvación, como dice
el subtítulo de la presente obra: una fotografía de la familia de Dios.

73
Por cierto, de todo el Tabernáculo el lugar santísimo es el único que, como ya se
observó, forma un cubo perfecto: 10 por 10 por 10 codos, de igual forma como se
comentó este espacio hace referencia al milenio, inicio del Reino de Dios, ahora
bien ¿en qué lugar de toda la Escritura, aparta del lugar santísimo del
Tabernáculo, se menciona otra estructura similar al cubo? ¡en Revelación!,
respecto de la Nueva Jerusalén se dice que “la ciudad se halla establecida en
cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce
mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales” (Revelación
21:16). Interesante que en el milenio, representado por el cubo del lugar
santísimo, descienda la Nueva Jerusalén que de igual forma es un cubo, solo que
en proporción 1:480,000. Esto cobra mayor relevancia pues en el milenio
comenzara a constituirse la familia de Dios, primero con los santos resucitados al
inicio, siendo así que si el lugar santísimo albergaba el Arca como símbolo de
Cristo, la Nueva Jerusalén albergará a los santos, a los hijos de Dios resucitados
en cuerpo de gloria, por eso el tamaño representativo de todos los hijos llamados
a ello.

Continuando con este análisis, lo segundo que salta a la vista es que el perímetro
del Atrio excede en cuanto al área del Tabernáculo permitiéndole a éste estar
dentro de él, de igual forma esos tres espacios, a saber: Atrio, lugar santo y lugar
santísimo, están claramente delimitados, así que si bien tienen relación de igual
forma están diferenciados.

La característica principal relativa a la era de las leyes mosaicas era precisamente


la enorme cantidad de disposiciones reglamentarias relativas a la vida como
pueblo de Dios, 613 mandamientos contenidos en las leyes mosaicas; por su
parte, la era de la iglesia contempla como superada la temporalidad de las leyes
mosaicas, pero retiene la Ley de Dios, Sus Diez Mandamientos (los cuales de
igual forma estaban vigentes en la era de las leyes mosaicas), con lo que podría
decirse que la legislación se ha visto reducida, por eso el área del lugar santísimo

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es mucho menor que el área del perímetro del Atrio2. Por último el área más
compacta del Tabernáculo, el lugar santísimo, reduce aún más el área siendo que
la Ley ha quedado reducida a los dos mandamientos de los cuales pende toda la
ley y los profetas: Amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda
las fuerzas y amar al prójimo como a uno mismo (Mateo 22:37-39). Con todo y
todo el Tabernáculo es uno sólo por lo que queda claro que mientras que las leyes
mosaicas eran temporales, la Ley de Dios, Sus Diez mandamientos, son eternos,
mismos que en la era del milenio se siguen guardando pendiendo ellos de los dos
mandamientos clave de amar a Dios y al prójimo.

Con esto en mente puede continuarse con al análisis del resto de información que
entregan las indicaciones relativas al Atrio del Tabernáculo.

Como ya se vio, el perímetro del Atrio estaba dado por cortinas cuyas medidas
totales ya se han comentado, pero estas cortinas eran de fino lino torcido (v. 9,
18), ¿qué significará esto? Echando a volar la imaginación uno puede encontrar
diferentes significados con relación al lino fino con el que estaba hecho al
perímetro del Atrio, pero en la presente obra, siguiendo la regla de que sea la
Escritura la que se interprete a sí misma, se ha buscado encontrar en ella los
significados de lo que se va analizando, de esta forma podemos ver como en
Revelación 6:11 se habla de que a los justos “se les dieron vestiduras blancas, y
se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara
el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos
como ellos”, en Revelación 7:9 se menciona que Juan miró “una gran multitud, la
cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas
blancas, y con palmas en las manos”, y en Revelación 7:14 se aclara que los
santos “han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han
2
Para un discernimiento de la cuestión de las dos leyes se sugiere la obra “Muerto a la ley por la
Ley –Temporalidad y perpetuidad de las leyes de Dios-”. Descargar gratis sin compromiso ni
seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

75
emblanquecido en la sangre del Cordero”, aun así ¿qué significa esto?,
Revelación 19:8, referido a la Esposa del Cordero, menciona que se la concedido
vestirse de lino de deslumbrante blancura, señalando ese mismo versículo el
significado de esto: el lino fino es las acciones justas de los santos.

Así tenemos que lino de las cortinas relativas al perímetro del Atrio significan
escrituralmente las acciones justas de los santos. Dado lo que hasta ahorita se ha
comentado del perímetro del Atrio esto comienza a tener sentido ya que era
precisamente la Ley de Dios y en su momento las leyes mosaicas, las que
declaraban lo que tenía que hacerse o no hacerse para cumplir la voluntad de
Dios, llegando de esta forma a ser declarado justo, que no salvo, sino justo.

Sobre esto para el cristiano queda claro que la Ley no salva, sino que es Cristo
con su sacrificio redentor el que salva, más sin embargo la Ley permite conocer lo
que es pecado (Romanos 7:7) al señalar lo que debe hacerse y lo que no debe
hacerse, haciendo que las acciones de uno sean justas, justas respecto de la
justicia de Dios.

Sobre esto es interesante que Lucas menciona, respecto de los padres de Juan el
Bautista, Zacarías e Isabel, que ambos eran justos (Lucas 1:5-6), aclarando a qué
refiere ese término al decir que “andaban irreprensibles en todos los
mandamientos y ordenanzas del Señor”.

Siguiendo con la simbología del perímetro del Atrio del Tabernáculo, el primer
paso cronológico en la historia de la salvación de la humanidad estaba dado por el
pueblo que Dios había escogido como suyo, siendo que la participación en ese
pueblo, para propios y extraños, estaba dada por la aceptación del Pacto que Dios
había hecho con Israel en Sinaí y que incluía la Ley de Dios, Sus Diez
Mandamientos, así como lo que se conoce como las leyes mosaicas,
representado esto por el perímetro del Atrio del Templo.

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El siguiente paso cronológico era la era de la iglesia de Dios, donde las leyes
mosaicas habían dejado de tener vigencia en su forma material, pero la Ley de
Dios, Sus Diez Mandamientos, al ser eternos, seguían y seguirán vigentes.

El último paso cronológico, aún por venir, se refiere al lugar santísimo, a la era
relativa al milenio donde comienza el Reino de Dios, donde sigue vigente Su Ley,
pero Su Pueblo, Su iglesia, Su familia, ha sido transformada gloriosamente
pudiéndole adorar de manera perfecta y santa.

Es interesante como es que el perímetro del Atrio está construido considerando


basas de bronce mientras que los capiteles de sus columnas y sus molduras son
de plata (v. 11), por su parte, en cuanto al Tabernáculo, las basas de su
construcción son de plata (Éxodo 26:19) mientras que los anillos que unían las
pieles eran de oro (Éxodo 26:6) lo mismo que el revestimiento de tableros y
travesaños así como las anillas para los travesaños (Éxodo 26: 29). Esto muestra
el refinamiento de la humanidad que el proceso relativo a su salvación trae, de la
misma forma, como señala la Escritura, señala la superioridad del Nuevo Pacto
con relación al Antiguo Pacto (Hebreos 8 y 9). Con todo y todo, con relación al
Tabernáculo, solamente la primer cobertura, la de Éxodo 26:1, la hecha de lino
fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata, estaba unida por broches de oro
(Éxodo 26:6), la subsecuente cubiertas de pieles de cabra estaba unida entre sí
por broches de bronce (Éxodo 26:11), esto implica que la espiritualidad de las
leyes mosaicas siguen en la vida cristiana, ya no como observancias materiales de
la misma, pues su temporalidad ha sido superada, sino como parte de su vivir para
Dios.

El perímetro del Atrio del Tabernáculo, si bien delimitaba lo relativo al mismo, no


era un lugar cerrado, sino que estaba abierto de un lado, el lado oriental, por una
puerta, esta puerta estaba dada por una cortina de veinte codos, de azul, púrpura
y carmesí, y lino torcido (v. 16), en este punto se enlazarán diferentes simbologías
que se han ido entregando relativas al diseño del Tabernáculo tales como las

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distintas coberturas del Tabernáculo, la cobertura principal del mismo, y lo relativo
a la puerta de acceso al Atrio del Tabernáculo.

Como puede verse la puerta de acceso al Atrio del Tabernáculo estaba dada por
una cortina de veinte codos, de azul, púrpura y carmesí, y lino torcido, ¿qué
significará esto?, curiosamente tanto la puerta de entrada del Tabernáculo, la que
permite ingresar al lugar santo, como la de la entrada del lugar santo al lugar
santísimo, presentan el mismo diseño (Éxodo 26:31, 36); la otra parte donde
vemos la misma constitución es en la primer cobertura del Tabernáculo (Éxodo
26:1), ¿qué significará?, ¿habrá alguna relación entre las puertas y de estas con
con las cubiertas posteriores del Tabernáculo de pieles de cabra, carnero y tejón
(Éxodo 26:7, 14)?

Para responder las preguntas anteriores debe primero responderse la pregunta


sobre ¿cuál era la finalidad última del diseño del Tabernáculo?, dicho de otra
forma ¿hacia dónde señalaba todo este diseño? Y para responder esto es
necesario saber cuál era la parte más importante del mismo. Ahí está la clave.

En este punto no debe ser muy difícil concordar que el espacio más importante del
Tabernáculo era el lugar santísimo y que lo más importante de ese lugar era el
Arca, la cual como en su momento se dijo, representa a Cristo en sus
manifestaciones como profeta, sacerdote y rey, ¿habrá alguna relación de esto
con el diseño de la puerta de entrada al Atrio del Tabernáculo, con el diseño de las
puertas de ingreso al lugar santo y al lugar santísimo?, lo que permitirá entender y
enlazar dos puntos, es decir, al inicio del Tabernáculo, dado por la puerta de
acceso al Atrio, y el final del mismo dado por el Arca contenida en el lugar
santísimo, así como el resto de puertas y cubiertas, es entender qué significa esa
primera puerta de acceso.

Dado que se está hablando del plan de salvación de Dios para con la humanidad,
con Su familia, ¿cuál es la puerta de acceso para esto?, ¡Cristo!, así es, la puerta

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por la que se entra a la salvación y con ello a formar parte de la familia de Dios es
Cristo (Juan 10:9), no hay otro nombre dado a los hombres con el que se alcance
salvación (Hechos 4:12), este entendimiento permite enlazar la entra al
Tabernáculo dado por la puerta de acceso al Atrio con el fin del mismo que es el
Arca contenida en el lugar santísimo, de igual forma concordar esto con la
Escritura que menciona que todo fue hecho por Él y para Él (Colosenses 1:16) y
que Él es el el primogénito de toda creación (Colosenses 1:15 ) y que tiene
primacía en todo (Colosenses 1:18)

Ahora bien, la puerta estaba dada por una cortina de azul, púrpura y carmesí, y
lino torcido, ya se vio que el lino son las acciones justas de los santos, siendo
Cristo el primogénito de muchos hermanos (Romanos 8:29), entonces ¿que
significarán los colores azul, púrpura y carmesí? Si todo el diseño del Tabernáculo
lleva al punto focal del lugar santo y en el del Arca, ¿qué relación puede haber
entre este lugar y aquellos tres colores de la puerta de acceso al Atrio del
Tabernáculo?, la misma pregunta va dirigiendo la atención para que pueda ser
respondida, para mayor claridad: los tres colores de la puerta de entrada al Atrio
del Tabernáculo, dado que son diferentes entre sí y si bien son mencionados
como parte de la puerta misma también son diferenciados entre ellos ¿a qué
grupo de tres cosas puede estarse refiriendo que de igual forma formen parte de
una sola entidad pero sean diferentes entre sí? La respuesta obvia, y no sólo
obvia sino evidente en cuanto a la finalidad última del diseño del Tabernáculo, es
al Arca y su contenido.

Como se vio en su momento el Arca contenía las tablas de la ley, la vara de


Aharón y una vasija de oro conteniendo el maná, de igual forma como ya se vio,
esas tres cosas representaban a Cristo en sus funciones preponderantes,
cronológicas y sucesivas de profeta, sacerdote y rey, funciones que, como se dijo,
la simbología de estar contenidas en una sola Arca implicaban que serían
desempeñadas por una sola persona: Jesús.

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Es así como los tres colores de la puerta de entrada al Atrio del Tabernáculo, así
como las puertas de entrada al lugar santo y al lugar santísimo, apuntan a lo que
se encontraría al final del mismo: El Arca y su contenido, en este sentido se
mantiene y refuerza la idea de que la puerta de acceso al Atrio del Tabernáculo,
así como las puertas de entrada al lugar santo y al lugar santísimo, representa a
Cristo, que los tres colores de ella son las tres funciones relativas a su ministerio
que visto como una sola cosa, o más bien, desempeñado por una sola y una
misma persona, es el lino blanco, las acciones justas de los santos, en este caso
del Santo de santos: Jesús, de igual forma la tres puertas (atrio, lugar santo, lugar
santísimo) apuntan a los tres momentos claves de la historia de la salvación,
momentos claves de los cuales se hablará más delante.

Sin pretender ser dogmático en esto pudiera tratar de establecerse una


correspondencia en cuanto a los colores de la puerta y las funciones de Cristo
simbolizadas por los contenidos del Arca: el carmesí, color de la sangre, implicaría
la función de profeta de Cristo que incluye el sacrificio redentor de él, el púrpura al
estar asociado históricamente a la realeza simbolizaría su función como rey,
siendo así que por eliminación el color restante, el azul, representaría a Cristo en
su función sacerdotal. Como se dijo este ejercicio no busca ser dogmático en
cuanto al mismo, lo importante es que los tres colores de la puerta de acceso al
Atrio del Tabernáculo representan a Cristo en sus tres funciones.

De igual forma, con este entendimiento, puede comprenderse el significado de la


primer cobertura del Tabernáculo, la hecha de lino fino torcido, y tela azul, púrpura
y escarlata (Éxodo 26:1), la cual de igual forma apunta a Cristo en sus tres
funciones. Aun así hay que diferenciar que si bien la entrada al Atrio del
Tabernáculo, así como las puertas de entrada al lugar santo y al lugar santísimo,
está dada por la puerta, que simboliza a Cristo, no es sino en el Tabernáculo
donde Su presencia lo cubre exclusiva y completamente, de nueva cuenta esto es
porque las etapas relativas al lugar santo, la era de la iglesia, y el lugar santísimo,
el milenio, son posteriores a Su sacrificio redentor.

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Pero queda un punto por aclarar, el cual es este el momento preciso para
abordarlo: las coberturas del Tabernáculo subsiguientes a la principal.

Como señala Éxodo 26:1 la primer cobertura del Tabernáculo estaba dada por lino
fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata, la cual ya se comentó simboliza, al
igual que la puerta de entrada al Atrio del Tabernáculo y el Arca del lugar
santísimo con su triple contenido, a Cristo en sus tres funciones. Pero después de
esta primer cobertura había otras tres: una inmediatamente después de pieles de
cabra (Éxodo 26:7), luego otra de pieles de carnero teñidas de rojo y una última de
pieles de tejón (Éxodo 26:14), ¿qué pueden significar?

Si la primera cobertura del Tabernáculo de lino fino torcido, y tela azul, púrpura y
escarlata simboliza a Cristo en sus tres funciones de manera plena y total, las tres
posteriores coberturas vienen a simbolizar el proceso para llegar a ello. Como se
comentó, Cristo es profeta, sacerdote y rey, pero esas tres funciones tienen
preponderancia en cierto período de la historia: primero profeta, luego sacerdote, y
luego rey, pero las tres funciones son de una sola persona. La primer cobertura
señala al Arca simbolizando a Cristo en sus tres funciones, pero las coberturas
posteriores son el proceso para llegar a ello, de igual forma que el resto del diseño
del Tabernáculo, como se verá más delante, apunta a lo mismo: el proceso de la
familia de Dios para llegar a ser lo que el Padre pensó desde la eternidad.

Aquí la parte interesante es ¿qué significa cada piel?, pero más interesante que
esto es que cada cobertura apunta al proceso histórico en que cada función de
Cristo tendría preponderancia.

Como ya se vio anteriormente, si bien el contenido del Arca -las tablas de la ley, la
vara de Aharón y la vasija de oro con maná- apuntan a las tres funciones de Cristo
como profeta, sacerdote y rey, sólo existe una secuencia posible, relevante,
coherente y pertinente, para acomodar en el tiempo esas tres funciones: primero

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profeta, luego sacerdote y por último rey, pero de igual forma, a manera de
corroborar esto, las tres coberturas del Tabernáculo posteriores a la primer
cobertura de lino fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata, señalan la
preponderancia de las tres funciones de Cristo en la historia.

Si se comienza desde el exterior la primer cobertura que se encontraría sería la de


tejón, luego la de carneros teñida de rojo y por último, antes de la de lino fino
torcido, y tela azul, púrpura y escarlata, la de cabra. Esa consecución de pieles,
del exterior al interior, apuntan hacia la preponderancia histórica de las tres
funciones de Cristo: profeta, sacerdote y rey.

Lo primero que salta a la vista es que de las tres coberturas de pieles previa a la
de lino fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata, la de tejón es la única que se
trata de un animal impuro ya que carneros y cabras son animales puros, con esta
característica puede dilucidarse a qué función se refiere esta cobertura, en este
caso la de profeta.

De las tres funciones de Cristo la de profeta es la única que cuenta con un


rechazo, condena y muerte, es la única que carga sobre sí misma los pecados, las
faltas y las transgresiones, es la única que por lo anterior se vuelve rea de
destrucción terminando la misma en la tumba.

Sobre esto es curioso que en la Escritura la función de profeta desempeñada por


otros siervos de Dios consta de las mismas características y que es una función
donde el desprecio, el señalamiento, el rechazo y en muchos casos la persecución
y la muerte estaban aunadas a ella.

El tejón como animal impuro implica el rechazo, la condena, las mismas leyes
Escriturales señalan una actitud negativa hacia los animales impuros, como en
este caso el tejón, por lo que la referencia de estas características relativas al

82
tejón pueden muy bien encajar -y de hecho sólo pueden encajar, con la función de
profeta, relacionada con la figura del Mesías sufriente.

La cobertura que sigue a la de pieles de tejón, es la hecha con pieles de carnero


teñidas de rojo. Sobre estas dos características resaltan: el animal del cual se
obtiene la piel y el color rojo con las cuales las mismas están teñidas.

El carnero era el animal que se utilizaba como holocausto cuando la investidura de


los sacerdotes (Levítico 8:1-3, 18-21), aunado a esto el color rojo simboliza la
sangre derramada de Jesús por la cual entró en el lugar santísimo, como dice la
Escritura “Pero cuando Cristo apareció como sumo sacerdote de los bienes
futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es
decir, no de esta creación y no por medio de la sangre de machos cabríos y de
becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo una vez
para siempre, habiendo obtenido redención eterna” (Hebreos 9:11-12), lo cual
tiene aún mayor énfasis en las profecías relativas al Cristo triunfante que se
presenta con las túnicas manchadas de rojo (Isaías 63:1-3, Revelación 19:13).

Por último la cobertura inmediata antes de la de lino fino torcido, y tela azul,
púrpura y escarlata era la de cabra. En este punto por un proceso simple de
eliminación, la función que simbolizaría esta cobertura sería la de rey. La cabra es
un animal puro, al igual que el carnero apto y normado para sacrificio, a diferencia
del carnero de menor solemnidad por tamaño, precio y valor, de igual forma, si
bien los becerros, carneros y corderos eran sacrificios aptos para holocaustos, el
cabrito está referenciado con la expiación por el pecado.

Sobre esto último, todas las profecías relativas al regreso de Cristo como rey de
reyes son referidas como al día de la venganza de Jehová (Miqueas 5:15; Isaías
2:12; 34:8 Sofonías 1:7; Ezequiel 30:3), el tiempo en que Dios a través de Cristo
pagará a cada cual según sus obras (Romanos 2:6; Revelación 22:12).

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Sobre esto es interesante lo que presenta la Escritura a través de Lucas cuando
señala que “[Jesús] vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de
reposo[a] entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y
se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde
estaba escrito: << El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido
para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados
de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en
libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor>>. Y enrollando el
libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos
en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de
vosotros” (Lucas 4:16-21), se dice que esta referencia es interesante pues Jesús
lee una profecía aplicable a Él pero la interrumpe a la mitad enrollando el rollo y
entregándolo al ministro, ¿por qué?, porque el resto de la profecía de Isaías hace
referencia precisamente a Su regreso, ejecutando Sus juicios con poder y gloria
sobre las naciones. La profecía relacionada dice “El Espíritu de Jehová el Señor
está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas
a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los
cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena
voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los
enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de
ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu
angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria
suya” (Isaías 61:1-3).

Las imágenes proféticas del regreso de Cristo luchando, venciendo y sometiendo


a las naciones y estableciendo juicio y justicia tienen una fuerte carga relacionada
con estas ideas relacionadas con el ejercicio monárquico. De esta forma la
cobertura de pieles de cabra apunta a la función de rey.

De esta manera, el orden consecutivo de las pieles que cubren el tabernáculo,


desde el exterior hacia el interior -tejón, carnero y cabra- apunta a la
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preponderancia histórica de las tres funciones de Cristo en ese orden: profeta,
sacerdote y rey, pero como se verá más delante, también apuntan al proceso
relativo a los llamados y elegidos que son encontrados fieles.

Volviendo sobre el diseño general del Tabernáculo, como ya se comentó, al atrio


representa los 1,500 años referidos a las leyes mosaicas, el lugar santo se refiere
a los 2,000 años referidos a la era de la iglesia, y el lugar santísimo se refiere a los
1,000 años relativos al milenio con el que inicia el Reino de Dios, y es
precisamente en este punto de la presente obra que con esta información puede
entenderse otra simbología relacionada con las coberturas del Tabernáculo.

Como se señala en Éxodo 26, la primer cobertura del Tabernáculo dada de lino
fino torcido, y tela azul, púrpura y escarlata, estaba confeccionada por diez
cortinas (v. 1), cinco unidas a las otras cinco a través de cincuenta -este número
es importante- anillos de oro (v. 3-6), lo interesante de esto es que ese punto de
unión, como ya se vio, es de donde se colgaba el velo que dividía el lugar santo
del lugar santísimo (v. 33), ¿qué puede significar esto? Dado que el velo señalaba
la división entre el lugar santo y el lugar santísimo, y dado que ambos simbolizan
la era de la iglesia y el milenio, respectivamente, el significado divisorio debe tener
alguna relación con el proceso temporal de la historia, ¿qué sucede, qué cambio
hay relativo a la conclusión de la era de la iglesia y el inicio del milenio?, ¡la
liberación de la corruptibilidad en la que cayó la humanidad como causa de la
desobediencia!: “Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar
ansiosamente la revelación de los hijos de Dios” (Romanos 8:19); “cuando estas
cosas empiecen a suceder [el tiempo del fin], erguíos y levantad la cabeza, porque
se acerca vuestra redención” (Lucas 21:28). Curiosamente en la Escritura el
número cincuenta, relacionado con un período temporal al final del cual hay
liberación, sólo tiene un referente: el año del jubileo.

El jubileo era una indicación dada por Dios y que uno puede leer en el capítulo 25
de Levítico, donde cada cincuenta años se ponían los esclavos en libertad, se

85
dejaban de trabajar las tierras y se restituían las posesiones que se habían
comprado, lo interesante es que el inicio del jubileo estaba decretado a iniciar,
cada cincuenta años, con la fiesta de Expiación, la cual era en el día 10 del
séptimo mes.

8
Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que
los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve
años.
9
Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez
días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda
vuestra tierra.
10
Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a
todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno
a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia.

Pudiendo iniciar en cualquier momento o en cualquier fiesta, Dios decreta que el


inicio del jubileo coincida, cada cincuenta años, con la fiesta de Expiación,
declarando aún más la naturaleza de esta última, pues el jubileo gira en torno a la
liberación del esclavo o cautivo, la restitución de los familiares y la reintegración de
las posesiones perdidas.

Así que los cincuenta anillos de oro que están en la división del lugar santo y del
lugar santísimo apuntan al momento preciso en que la liberación comenzará para
la humanidad: el inicio del milenio con el regreso triunfante de Cristo y la unión con
él de sus santos resucitados.

86
El altar de bronce

(Ex. 38.1-7)

Ya se ha visto el contenido del lugar santísimo, de igual forma se ha comentado el


contenido del lugar santo, siguiendo con este orden de ideas queda comentar el
contenido del atrio del tabernáculo: el altar de bronce y la pila de bronce.

Cuando uno entraba al atrio del Tabernáculo lo primero con lo que se encontraba
era con el altar de bronce. Después del altar de bronce estaba la pila de bronce y
luego la entrada al lugar santo.

El altar de bronce era el lugar donde se quemaban los holocaustos, ofrendas y


libaciones, de igual forma era donde se quemaban los sacrificios. La ubicación de
este en el atrio del Tabernáculo, referido a la era de las leyes mosaicas, apunta a
los ritos relacionados con los holocaustos, ofrendas y libaciones, así como con los
sacrificios, relacionados con dichas leyes y con dicha era, holocaustos, ofrendas y
libaciones así como sacrificios que concluirían una vez iniciara la era de la iglesia.

Éxodo 27
1
Harás también un altar de madera de acacia de cinco codos de longitud, y
de cinco codos de anchura; será cuadrado el altar, y su altura de tres
codos.
2
Y le harás cuernos en sus cuatro esquinas; los cuernos serán parte del
mismo; y lo cubrirás de bronce.
3
Harás también sus calderos para recoger la ceniza, y sus paletas, sus
tazones, sus garfios y sus braseros; harás todos sus utensilios de bronce.
4
Y le harás un enrejado de bronce de obra de rejilla, y sobre la rejilla harás
cuatro anillos de bronce a sus cuatro esquinas.
5
Y la pondrás dentro del cerco del altar abajo; y llegará la rejilla hasta la
mitad del altar.

87
6
Harás también varas para el altar, varas de madera de acacia, las cuales
cubrirás de bronce.
7
Y las varas se meterán por los anillos, y estarán aquellas varas a ambos
lados del altar cuando sea llevado.
8
Lo harás hueco, de tablas; de la manera que te fue mostrado en el monte,
así lo harás.

Muchos de los símbolos aunados al diseño del altar de bronce ya se han


comentado para otras disposiciones del Tabernáculo, no se ahondará más en ello,
pero si se señalará la información nueva que con respecto al mismo se entrega.

Lo primero que salta a la vista, al igual que con la pila que más delante se verá, es
que ambos eran de bronce, no de oro como las disposiciones relativas al lugar
santo y al lugar santísimo, relacionadas con la divinidad, con la magnificencia, con
la plenitud. En este caso el bronce es un metal de menor dignidad, de menor
nobleza que el oro, lo cual es acorde a la era de las leyes mosaicas imperfectas

88
(Romanos 8:3; Hechos 13:39), que sólo apuntaban como sombras al sacrificio
redentor de Jesús (Hebreos 9:11; 10:1).

Sobre esto Pablo señala en Hebreos 7:11-16, 22-28

11
Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él
recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase
otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado
según el orden de Aarón?
12
Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio
de ley;
13
y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al
altar.
14
Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la
cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.
15
Y esto es aún más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta
un sacerdote distinto,
16
no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la
descendencia, sino según el poder de una vida indestructible.

22
Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.
23
Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte
no podían continuar;
24
mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable;
25
por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se
acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
26
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha,
apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;

89
27
que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de
ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del
pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
28
Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la
palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para
siempre.

Volviendo sobre el altar de bronce, las medidas del mismo están dadas por cinco
codos de longitud, cinco codos de anchura y tres codos de altura, es decir 75
codos de volumen total, ¿qué significará? Si bien en otras mediciones de las otras
disposiciones relativas al Tabernáculo el volumen total arroja alguna comprensión
subyacente, en este caso las medidas del altar de bronce deben ser abordadas de
forma diferente.

Como se vio cuando se abordó el análisis del altar del incienso ubicado en el lugar
santo, éste media un codo de largo, un codo de ancho y dos codos de altura,
dando un volumen total de dos que ya se comentó, pero lo interesante es como la
altura excede lo largo y lo ancho, es decir, en cuanto a la relación hacia arriba, con
Dios, es mayor, más pleno, más completo.

Pero en el caso del altar de bronce no es así, sus medidas con cinco codos de
longitud, cinco codos de anchura y tres codos de altura, siendo que son estas
medidas las que nos arrojan luz sobre el mismo, no el volumen total como en otras
disposiciones del Tabernáculo, ¿por qué?, porque queda evidente que la altura es
mucho menor que lo largo y lo ancho, es decir, los holocaustos, ofrendas y
libaciones, así como los sacrificios, son muy limitados, de hecho incluso
imperfectos, en la relación hacia arriba, con Dios, por tratarse simplemente de
sombras de lo venidero: el sacrificio perfecto y santo de Cristo, nuestro Señor y
Salvador.

90
Por último, los cuatro cuernos (v. 2) representan los cuatro puntos cardinales, es
decir, la simbología relativa al altar de bronce aplica para los redimidos de toda
nación, raza, pueblo y lengua, como sombra del sacrificio redentor de Cristo que
nos redime ante el Padre (Hebreos 10:10).

En este punto es importante reparar en algo: Sólo dos cosas del Tabernáculo
tienen cuernos, el altar de bronce, en el atrio del Tabernáculo, y el altar del
incienso en el lugar santo, ¿qué significará esto? El altar de bronce, como ya se
vio, está relacionado con el sacrificio redentor de Cristo, mientras que el altar del
incienso con las oraciones que por medio de Él y en Su nombre se expresan. Esta
correlación está evidenciada en dos momentos del Éxodo, cuando el Pueblo de
Israel andaba por el desierto, dos momentos referidos en imagen a Cristo,
imágenes que tienen su contraparte en el altar de bronce y en el altar del incienso.
Esos dos momentos se refieren uno a cuando Moisés golpea la roca para dar
agua al pueblo de Israel (Éxodo 17:1-7), el otro a la instrucción que Dios dio
(aunque Moisés no la siguió, lo que le causó no entrase a la tierra prometida) de
que, en una segunda ocasión que el pueblo tuvo sed, ya no golpear la roca para
obtener agua sino hablarle (Números 20:1-12).

En estos dos relatos de Éxodo y Números la roca simboliza a Cristo (Mateo 21:42;
Marcos 12:10; Lucas 20:17), la primera vez que se le golpea para obtener agua se
refiere a la muerte de Jesús que nos redime ante el Padre dándonos vida; la
segunda vez que se le debió hablar a la roca, ya no golpearla, se refiere a las
oraciones que por Cristo son recibidas por el Padre para darnos vida.

Este pequeño detalle tan significativo, el de los cuernos del altar de bronce y del
altar del incienso, que nos permite entender lo que ambos simbolizaban, todavía
nos permite ir más allá en esta comprensión ya que el altar de bronce, símbolo del
sacrificio redentor de Cristo, se halla en el atrio del Tabernáculo, por su parte el
altar del incienso, símbolo de las oraciones que por medio y en nombre de Cristo
se dicen está en el lugar santo. El atrio del Tabernáculo, como ya se vio,

91
representa los 1,500 años relativos a las leyes mosaicas, por su parte el lugar
santo, como ya se vio, representa los 2,000 años de historia de la iglesia, pero
vemos que todo el diseño del Tabernáculo tiene un tercer espacio relativo al lugar
santísimo, relacionado, como ya se vio, con el milenio, ¿podrán estos tres
espacios de igual forma estar relacionados con las tres funciones de Cristo de
profeta, sacerdote y rey? Así es.

El atrio representa los 1,500 años de la ley, al altar de bronce, donde se hacían los
holocaustos, ofrendas y sacrificios, apuntan al sacrificio redentor de Jesús. Ese
sacrificio redentor de Jesús, como se ha señalado en diversos momentos de la
presente obra, tiene su realización en la función preponderante de profeta de
Cristo. Esto es sumamente emblemático pues habla de Cristo como fuente y
centro de los 1,500 años relativos a las leyes mosaicas que culminan con su
muerte.

El lugar santo representa los 2,000 años de la iglesia, el altar del incienso
simboliza las oraciones que por medio y en nombre de Jesús, desempeñando en
esta era la función preponderante de sumo sacerdote, por lo que de nueva cuenta
Cristo es fuente y centro de esta era.

Por último, y aunque el Arca no tiene cuernos, a través de un proceso de


eliminación simple, puede entenderse que el lugar santísimo, referido al milenio,
hace referencia a Cristo como rey de reyes y señor de señores.

Este entendimiento, si bien corrobora aún más las tres funciones de Cristo y su
orden consecutivo representadas en todo el diseño del Tabernáculo -funciones
que de igual forma, como se verá más delante, apuntan al proceso a seguir por
todo llamado y elegido-, proporciona una comprensión que servirá para entender,
más delante, una duda que siempre han tenido los estudiosos de la Escritura: ¿a
qué se refiere la Escritura cuando menciona el Tabernáculo de David?

92
Aceite para las lámparas
(Lv. 24.1-4)

El candelabro de oro que estaba en el lugar santo requería de aceite para arder.

Éxodo 27
20
Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas
machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las
lámparas.
21
En el tabernáculo de reunión, afuera del velo que está delante del
testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos para que ardan delante
de Jehová desde la tarde hasta la mañana, como estatuto perpetuo de los
hijos de Israel por sus generaciones.

Respecto de esto la información que da relevancia para la comprensión del


simbolismo aunado al aceite de las lámparas es que el mismo estaba hecho de
olivas y estas debían ser machacadas.

La imagen del olivo señala a la familia de Dios, esto es importante comprenderlo


pues en la actualidad grupos mesiánicos señalan que los gentiles son injertados
en el pueblo histórico de Israel, por lo que deben guardar cuestiones de las leyes
mosaicas ya superadas, pero la lectura que de esto da la Escritura no deja lugar a
dudas, los gentiles no son injertados en el pueblo histórico de Israel, sino en la
familia de Dios.

Sobre esto Romanos 11:11-24 señala:

11
Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna
manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para
provocarles a celos.

93
12
Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de
los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?
13
Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los
gentiles, honro mi ministerio,
14
por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y
hacer salvos a algunos de ellos.
15
Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su
admisión, sino vida de entre los muertos?
16
Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es
santa, también lo son las ramas.
17
Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo
silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante
de la raíz y de la rica savia del olivo,
18
no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la
raíz, sino la raíz a ti.
19
Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.
20
Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en
pie. No te ensoberbezcas, sino teme.
21
Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te
perdonará.
22
Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente
para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en
esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.
23
Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues
poderoso es Dios para volverlos a injertar.
24
Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y
contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que
son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?

El versículo 17 de Romanos 11 es el que permite entender esta cita. Para ello es


menester fijarse que hay tres actores en esta relatoría: las ramas naturales, las

94
ramas injertadas y la raíz. Las ramas naturales tal como se deduce de la
exposición de ideas (v. 11 ss) es el pueblo histórico de Israel, las ramas injertadas
(v. 11 ss) son los gentiles, pero ambos son sostenidos por la raíz, ahora bien la
raíz no es la rama, la raíz es lo que sostiene a ambas ramas: el pueblo histórico de
Israel y los gentiles, la raíz, que es una, es la familia de Dios, la congregación del
Antiguo Testamento (Hechos 7:38), el pueblo histórico de Israel, y la iglesia de
Dios del Nuevo testamento (Mateo 16:18), a esa raíz pudiéramos referirnos como
al Israel de Dios (Gálatas 6:16), entendiendo Israel, como ya se comentó, a todo
aquel que vence, considerado por ello parte de la familia de Dios (Efesios 2:19).

Por su parte la referencia al machacar apunta al proceso de acrisolamiento


mediante los cuales los hijos de Dios van adquiriendo el carácter perfecto y santo
de Dios (1 Pedro 1:7; Job 23:10).

95
La fuente de bronce

En el atrio del Tabernáculo, entre el altar de bronce y la entrada al lugar santo, se


encontraba la fuente de bronce, esta fuente era un receptáculo con agua la cual se
utilizaba para los lavamientos de los sacerdotes.

Viendo su disposición, entre el altar de bronce y el lugar santo, puede entenderse


como algo aplicable a ambos o bien un puente entre esos dos espacios, el
entendimiento de la misma está dada por su contenido, el agua, y su uso, el
lavamiento, los cuales aplican a la Palabra de Dios: “…Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el
lavamiento del agua por la palabra” (Efesios 5:25-26).

Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento tienen su referente en la


Palabra de Dios, la fuente de bronce conteniendo agua para el lavamiento apunta
a esto, con todo y todo que la misma puede verse como un puente de enlace entre
ambos espacios la fuente se encuentra en el atrio del templo, ya que la totalidad
de la Palabra de Dios apuntaba y apunta a la figura de Cristo: “Escudriñad las
Escrituras [Jesús les dijo]; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida
eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).

Éxodo 30
17
Habló más Jehová a Moisés, diciendo:
18
Harás también una fuente de bronce, con su base de bronce, para lavar;
y la colocarás entre el tabernáculo de reunión y el altar, y pondrás en ella
agua.
19
Y de ella se lavarán Aarón y sus hijos las manos y los pies.
20
Cuando entren en el tabernáculo de reunión, se lavarán con agua, para
que no mueran; y cuando se acerquen al altar para ministrar, para quemar
la ofrenda encendida para Jehová,

96
21
se lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por
estatuto perpetuo él y su descendencia por sus generaciones.

Lo interesante de esta disposición, a diferencia de todas las que se han visto


relacionadas con el Tabernáculo, es que las instrucciones relativas a la fuente de
bronce no incluyen medida alguna, esto porque la Palabra de Dios, no tiene
límites, es eterna.

Las indicaciones sobre el uso del agua apuntan a disponer correctamente a los
sacerdotes para el desempeño de sus funciones, lo cual está referenciado con la
disposición que genera en los llamados y elegidos la Palabra de Dios la cual “es
inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir
en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena
obra” (2 Timoteo 3:16-17).

El lavatorio de pies apunta a caminar delante de Dios: “Yo soy el Dios


Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto” (Génesis 17:1). El lavatorio de
manos apunta a obrar conforme Su voluntad: “No todo el que me dice: “Señor,
Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre
que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu
nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: “Jamás os conocí;
apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad” (Mateo 7:21-23).

Al igual que el altar que estaba en el atrio del Tabernáculo, el material de la fuente
es de bronce, ya que la totalidad, la perfección de lo que apuntaban en la era de
las leyes mosaicas tendría su cumplimiento pleno con la vendida de Cristo.

97
98
Una fotografía dinámica de la familia de Dios

En este punto de la obra uno puede tener ya una visión panorámica del tema, es
decir, del Tabernáculo, y de cómo su diseño es una fotografía dinámica de la
familia de Dios.

Cuando uno ve una fotografía lo que mira es la captura de un momento preciso en


el tiempo de algún acontecimiento, situación o persona, pero en el caso del
Tabernáculo el mismo, si bien representa a la familia de Dios, dado que se trata de
un proceso, el mismo es dinámico.

La representación del Tabernáculo, como ya se vio, apunta a Cristo, en el proceso


relativo a Sus tres funciones, Él es el origen y consumación de nuestra fe
(Hebreos 12:2), pero de igual forma apunta a todos aquellos llamados, elegidos y
fieles de todos los tiempos en su proceso para ser como Cristo.

El Arca, como ya se comentó, representa a Cristo, su contenido apunta a las tres


funciones relativas a Su persona, el hecho de que su contenido triple esté en una
sola Arca y no en tres, implica que las tres funciones, profeta, sacerdote y rey, son
realizadas por una misma persona.

La deducción lógica del proceso consecutivo a realizar esas tres funciones está de
igual forma corroborada por el orden consecutivo de las capas de pieles que
cubrían el Tabernáculo, de igual forma las puertas de todo el conjunto apuntan a
Cristo en sus tres funciones.

Todas las puertas son Cristo (Juan 10:9), la de entrada al atrio, la de la entrada al
lugar santo y la de la entrada al lugar santísimo. Es por eso que las tres están
diseñadas de igual forma (Éxodo 26:31, 36; 27: 16). Sólo hay una puerta, Cristo,
tres momentos, sí, donde el mismo va abriendo camino hacia la consumación del
plan de Dios respecto de Su familia, pero una sola puerta. Los materiales de

99
dichas puertas apuntan precisamente a las tres funciones que Cristo realizaría en
los tres momentos de la historia de la salvación: en la era de las leyes mosaicas,
en la era de la iglesia y en la era del milenio, dicho de otra forma Cristo en la era
de las leyes mosaicas entregando la Ley3, Cristo en la era de la iglesia
edificándola, y Cristo en el milenio estableciendo Su reinado. Esos tres momentos
están correlacionados con sus tres funciones: la era de las leyes mosaicas con su
función preponderante de profeta, la era de la iglesia con su función
preponderante de sacerdote, la era del milenio con su función preponderante de
rey.

Visto el proceso desde el lugar santísimo hasta la puerta del atrio del Tabernáculo,
dicho de otro modo: de adentro hacia afuera, presenta los tres momentos de la
salvación referidos a Cristo, los llamados y elegidos que son encontrados fieles y
el resto de la humanidad. La resurrección de Cristo lo hizo el primero de entre los
muertos (Colosenses 1:18), los llamados y elegidos que sean encontrados fieles
serán aquellos que a Su regreso serán transformados en cuerpos de gloria como
el suyo (Filipenses 3:21), después vendrá la etapa donde el resto de la humanidad
de todos los tiempos tendrá la oportunidad de conocer la Verdad y aceptándola
ser salvos (1 Corintios 15:23-24)4. Esos tres momentos, representados por los
espacios del Tabernáculo de adentro hacia afuera son el lugar santísimo, el lugar
santo y el atrio del Tabernáculo, es decir, en cuanto a la conformación de la familia
de Dios: uno (Cristo), algunos (llamados, elegidos y fieles en el presente siglo),
todos (resto de la humanidad).

Pero de igual forma, todo el diseño, visto desde la puerta del atrio del Tabernáculo
y hasta el lugar santísimo, representa el proceso a seguir por cada persona en lo

3
Para un discernimiento del papel de Cristo en el Antiguo Testamento se sugiere la obra “La
imagen del Dios invisible -el Hijo unigénito como revelador de Dios Padre-”. Descargar gratis sin
compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx, Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado
Cristianismo.
4
Para un discernimiento del destino de aquellos que a lo largo de toda la historia de la humanidad
no conocieron la Verdad se sugiere la obra “Los otros muertos -¿Qué pasa con quienes no
conocieron a Jesús?-”. Descargar gratis sin compromiso ni seguimiento en www.rocefi.com.mx,
Menú Libros, Sección Ebooks Gratis, Apartado Cristianismo.

100
individual y por la humanidad en lo general, para llegar a ser como Cristo: primero
profetas, luego sacerdotes y por último reyes. Estos tres momentos a su vez
apuntan a los tres nacimientos necesarios para ser considerados llamados,
elegidos y fieles: el natural, el del agua y el del espíritu. El nacimiento natural es el
que todos experimentamos al nacer carnalmente de nuestra madre, el nacimiento
del agua es cuando al ser bautizados venimos a nacer a una nueva vida en la
iglesia de Dios, el nacimiento del Espíritu será cuando a la venida de nuestro
Señor, aquellos que sean encontrados fieles serán transformados en cuerpos de
gloria como el suyo para ser con él reyes y sacerdotes. Estos tres momentos son
necesarios para ser parte de la familia de Dios (Juan 3:5), es por ello que en
revelación a los santos se les define como aquellos que son considerados
llamados, elegidos y fieles (Revelación 17:14).

Las tres grandes áreas del diseño del Tabernáculo apuntan de igual forma a estos
tres grandes momentos en la vida de cada persona en lo particular y de la
humanidad en sí en lo general: el atrio representa a los que son llamados,
considerando el área del mismo muchos por cierto (Mateo 22:14 p.p.); el lugar
santo representa a aquellos llamados que con elegidos, considerando el área del
mismo pocos por cierto (Mateo 22:14 u.p.); y el lugar santísimo representa a
aquellos llamados y elegidos que son encontrados fieles (Revelación 17:14),
considerando el área del mismo sólo algunos de los llamados y elegidos.

De igual forma todos los enseres del Tabernáculo tienen una correspondencia con
las fiestas santas que Dios dio a Su pueblo5: En el atrio del Tabernáculo, la era de
las leyes mosaicas, la Pascua está representada por el altar de bronce (símbolo
de la muerte de Cristo); Primicias está representada por la fuente de bronce
(símbolo de la resurrección de Cristo); en el lugar santo, la era de la iglesia, Panes
sin levadura está representado por los panes colocados en la mesa de la

5
Para un discernimiento de las celebraciones que Dios encomendó a Su pueblo se sugiere la obra
“Las Fiestas Solemnes de Jehová -El Plan de Dios con respecto a Su familia-”. Descargar gratis sin
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101
proposición (símbolos de la vida perfecta y santa a las que los llamados y elegidos
han sido convocados), Pentecostés está representado por el candelabro de oro
(símbolo del Espíritu Santo), Trompetas está representado por el altar del incienso
(símbolo de los llamados y elegidos que son aceptos para reinar con Cristo); y en
el lugar santísimo, la era milenial, Expiación está representada por el
propiciatorio, la tapa del Arca, sobre la cual una vez al año el Sumo Sacerdote
vertía la sangre para la expiación de los pecados del Pueblo (símbolo del sacrificio
de Cristo que redime a la humanidad, con lo que el inicio de los enseres del
Tabernáculo –el altar de bronce- y el final del mismo –el Arca- se unen lo que
apunta a Cristo como iniciador y consumador de nuestra fe -Hebreos 12:2-), y
Tabernáculos está representado por el Arca en sí (simbolizando la estatura
perfecta de Cristo (Efesios 4:13) alcanzada por los llamados, elegidos y fieles
quienes han llegado a ser semejantes a Jesús -1 Juan 3:2-).

En este punto, así como se hizo al inicio de la presente obra al hablar de las tres
funciones de Cristo, es menester señalar que los cristianos de igual forma
tenemos que replicar esas tres funciones ya que ese es nuestro llamamiento.

En la figura de Cristo podemos ver reestablecido el sacerdocio de Melquisedec,


aunque en esta ocasión de manera eterna, de igual forma, si se ha restablecido el
sacerdocio de Melquisedec en la figura de nuestro Señor Jesús (Hebreos 7:12), y
si nosotros estamos llamados a ser coherederos con Él (Romanos 8:17) y de igual
forma ser profetas (Marcos 16:15-18), reyes y sacerdotes (Revelación 1:6), se
hace necesario que en nuestra persona se identifiquen esas tres funciones,
“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica” (Efesios
2:10).

102
Profeta
Al igual que Cristo, quien decide seguirle como parte de la respuesta al
llamamiento del que se ha sido objeto, tiene la encomienda de proclamar la verdad
que del Padre ha sido revelada.

Romanos 10:14
¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo
creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les
predique?

Hechos 8:30-31,
Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes
lo que lees? Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a
Felipe que subiese y se sentara con él… Entonces Felipe, abriendo su
boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.

Estas dos citas hacen énfasis en la necesidad que tiene quien quiere conocer la
verdad del Padre, de contar con alguien que lo guíe en el conocimiento de Dios de
manera correcta, lo cual es corroborado con la sentencia siguiente:

Romanos 10:17
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Es por ello que lo que se conoce como la Gran Comisión implica, para el cristiano,
proclamar el mensaje del Evangelio:

Mateo 28:19
Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en
el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

103
Marcos 16:15
Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda
criatura.

Lucas 24:47-48
y que en su nombre se predicara el arrepentimiento y el perdón de pecados
en todas las naciones, comenzando por Jerusalén. De esto, ustedes son
testigos.

Hechos 1:8
pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me
seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines
de la tierra.

Mateo 5:14-16
14
»Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no
puede esconderse. 15 Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un
cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que
están en la casa. 16 Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille
delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos
alaben a su Padre que está en el cielo.

El entendimiento, acatamiento y realización de esta función, la de profeta, puede


verse desde los primeros momentos de la iglesia naciente:

Hechos 2:38
Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don
del Espíritu Santo.

104
En ese sentido, quien así hiciere será reconocido, más sin embargo quien no
desempeñe esta función será rechazado:

Mateo 24:45-51
45
¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su
casa para que les dé el alimento a tiempo?
46
Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle
haciendo así.
47
De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.
48
Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;
49
y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los
borrachos,
50
vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora
que no sabe,
51
y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el
lloro y el crujir de dientes.

Sacerdote
La función sacerdotal, bajo al sacerdocio de Melquisedec reestablecido por Cristo,
implica para el cristiano su desempeño a través de Jesús como Sumo Sacerdote:

Hebreos 10:19-20
Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar
Santísimo por la sangre de Jesús, por un camino nuevo y vivo que El
inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, Su carne

105
Este acceso al Lugar Santísimo, ganado por Cristo, implica para los cristianos la
compartir con Jesús la función sacerdotal:

1 Pedro 2:9
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de
Aquél que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable.

Romanos 15:16
para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, ministrando a manera de
sacerdote el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda que hago de los
gentiles sea aceptable, santificada por el Espíritu Santo.

Este desempeño de la función sacerdotal por los cristianos no implica la


perfección y santidad de estos últimos sino el inicio de la función en tanto los
creyentes son edificados:

1 Pedro 2:5
también ustedes, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual
para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a
Dios por medio de Jesucristo.

Y como parte de esta función hay desempeños específicos a los que los creyentes
con llamados unidos a Cristo Jesús:

106
Romanos 12:1
Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten
sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable (agradable) a Dios, que
es el culto racional de ustedes.

Romanos 6:13
ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos
de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre
los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

Hebreos 13:15-16
Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un
sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su
nombre. No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que
tienen, porque ésos son los sacrificios que agradan a Dios.

Rey

La función de rey como parte de quienes han sido llamados a salvación en el


presente siglo, tiene una connotación principalmente profética:

Revelación 1:5-6
Y Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de
los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con
su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea
gloria e imperio por los signos de los siglos. Amén

107
Revelación 5:10
y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre
la tierra.

Revelación 20:6
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la
segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes
de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Isaías 2:3 (Miqueas 4:2)


Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová,
a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y
caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem
la palabra de Jehová.

Más sin embargo los desempeños inherentes a la función real, tienen verificativo
inicial en el presente siglo en la vida de los creyentes:

Mateo 20:25-28
Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las
naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas
potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse
grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero
entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para
ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

1 Corintios 6:1-4
¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante
de los injustos, y no delante de los santos? ¿O no sabéis que los santos
han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros,
108
¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos
de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? Sí, pues,
tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son
de menor estima en la iglesia?

Esta función real implica que en el presente siglo, los llamados a salvación, deben
poner a trabajar los talentos con los que han sido dotados, ya que quien hace así
será reconocido, mientras que quien no produce será condenado:

Mateo 25:14-30
14
Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos,
llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
15
A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme
a su capacidad; y luego se fue lejos.
16
Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó
otros cinco talentos.
17
Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
18
Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero
de su señor.
19
Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló
cuentas con ellos.
20
Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos,
diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros
cinco talentos sobre ellos.
21
Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
22
Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos
talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre
ellos.

109
23
Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
24
Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te
conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges
donde no esparciste;
25
por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo
que es tuyo.
26
Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que
siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
27
Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo,
hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
28
Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
29
Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo
que tiene le será quitado.
30
Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el
crujir de dientes.

Lo anterior puede enlazarse con la parábola de las minas ya que, quienes en este
siglo trabajen con aquello que se les dotó buscando primero el Reino de Dios y SU
justicia, serán recompensados en el siglo venidero, bajo el reinado de Cristo, de
dominio sobre ciudades:

Lucas 19:11-27
11
Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto
estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se
manifestaría inmediatamente.
12
Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino
y volver.
13
Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad
entre tanto que vengo.

110
14
Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada,
diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.
15
Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él
a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que
había negociado cada uno.
16
Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas.
17
Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel,
tendrás autoridad sobre diez ciudades.
18
Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas.
19
Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades.
20
Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada
en un pañuelo;
21
porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo
que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.
22
Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo
era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no
sembré;
23
¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo
hubiera recibido con los intereses?
24
Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene
las diez minas.
25
Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas.
26
Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; más al que no tiene,
aun lo que tiene se le quitará.
27
Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre
ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí.
Como puede verse, los cristianos, a imagen de su Señor, incorporan en su
persona las tres funciones de profeta, sacerdote y rey, con todo y todo la pregunta
sería ¿cuál de estas tres funciones tiene preponderancia en el siglo actual?
“Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte

111
segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de
Cristo, y reinarán con El por mil años” (Revelación 20:6), como puede verse, si
bien en el presente siglo las tres funciones de profeta, sacerdote y rey están
siendo desempeñadas por los cristianos, la realización plena de las dos últimas
está condicionada a ser considerados para participar en la primer resurrección,
luego entonces la función que en la actualidad tienen mayor preponderancia es
precisamente la de profeta.

Si bien la cita anterior permite llegar a esta conclusión, este razonamiento no es


del todo necesario ya que leyendo las citas referidas a las funciones que como
profeta, sacerdote y rey debe desempeñar un cristiano, como ya se han visto,
puede evidenciarse que el llamado preponderante para este siglo, que no el
único, es precisamente el ser profeta.

Entender esto no es cosa menor ya que implica el comprender, aceptar y ejercer


los desempeños aunados con la función de profeta proclamando el Evangelio,
siendo de esta forma luz del mundo, y dando testimonio a las naciones de la
verdad del Padre.

De esta forma comprender el diseño del Tabernáculo permite conocer a Cristo en


sus funciones a lo largo de la historia de la salvación, lo cual arroja muchas luces
sobre ello, pero de igual forma permite conocer el proceso a seguir por cada
persona y por la humanidad en su proceso a ser conformados a la imagen de
Cristo (Gálatas 4:19).

112
Otros templos

En estricto orden de ideas el capítulo precedente bien podría ser el último de la


presente obra ya que la misma versa sobre el Tabernáculo, pero en la Escritura
hay ideas relacionadas con este tema que merecen ser consideradas cuando se
trata este tema siendo esas ideas principales las relacionadas con aquellos otros
templos que menciona la Escritura: el Templo de Salomón, el Tabernáculo de
David y el Templo de Ezequiel.

Templo de Salomón (1 Reyes 6-7)

Conocidos es por todos la construcción de lo que se conoce como el Templo de


Salomón: David tiene la intención de construir el Templo pero Dios le dice que no
será Él sino su hijo quien lo haga (2 Samuel 7:12-13; 1 Reyes 8:19), es así como
Salomón se da a la tarea en su reinado de construir el Templo (1 Reyes 6) que
sería un referente para hablar de los tiempos de gloria del Pueblo de Israel, ¿qué
nos dice esta construcción?

1 Reyes 6
(2 Cr. 3.1-14)

1
En el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron
de Egipto, el cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en
el mes de Zif, que es el mes segundo, comenzó él a edificar la casa de
Jehová.
2
La casa que el rey Salomón edificó a Jehová tenía sesenta codos de largo
y veinte de ancho, y treinta codos de alto.
3
Y el pórtico delante del templo de la casa tenía veinte codos de largo a lo
ancho de la casa, y el ancho delante de la casa era de diez codos.

113
17
La casa, esto es, el templo de adelante, tenía cuarenta codos.

20
El lugar santísimo estaba en la parte de adentro, el cual tenía veinte
codos de largo, veinte de ancho, y veinte de altura; y lo cubrió de oro
purísimo; asimismo cubrió de oro el altar de cedro.

Lo más importante del diseño del Templo de Salomón son las medidas del
equivalente al Tabernáculo, como dice el versículo 2, éste “tenía sesenta codos de
largo y veinte de ancho, y treinta codos de alto”. Si se compara con el Tabernáculo
se verá que el Templo de Salomón era exactamente el doble en cuanto a
dimensiones del Tabernáculo, el cual medía de largo 30 codos y de ancho 10
codos como se vio en su momento.

Estas proporciones se mantienen en cuanto a las dimensiones del lugar santo y


del lugar santísimo del Templo de Salomón con respecto del Tabernáculo. El
versículo 17 señala que “el templo de adelante”, es decir, el lugar santo, “tenía
cuarenta codos” de largo, lo cual es el doble de los 20 codos que media el mismo
espacio en el Tabernáculo, de igual forma, como menciona el versículo 20, el lugar
santísimo tenía 20 codos de largo, lo cual es el doble de lo que medía el mismo
espacio en el Tabernáculo. Ambos espacios, como ya se comentó, medían de
ancho 20 codos, el doble que el ancho del Tabernáculo, y de igual forma medían
20 codos de altura, el doble de la altura del Tabernáculo.

Si bien el tema del Templo de Salomón da para un estudio específico, la gran


mayoría de los símbolos relacionados con su diseño son un redundancia de los
mismos ya comprendidos respecto del Tabernáculo, es por ello que no se
ahondará en ellos en la presente obra, más sin embargo el doble de las
dimensiones del Templo de Salomón con respecto al Tabernáculo sí es un punto
de extrema relevancia para la comprensión del tema relativo a la historia de la
salvación.

114
Si puede establecerse una analogía de los tres templos mencionados -el
Tabernáculo, el Templo de Salomón y el Templo de Ezequiel, puede verse que
existe una correspondencia con las tres eras relativas a la historia de la salvación -
la era de las leyes mosaicas, la era de la iglesia, la era milenial. De esta forma al
Templo de Salomón le correspondería la era de la iglesia, ¿y qué sucede en la era
de la iglesia? “ambos pueblos [judíos y gentiles] hizo uno” (Efesios 2:14), ¡de los
dos pueblos hizo uno!, ¡por eso se doblan las dimensiones del Templo de
Salomón respecto del Tabernáculo!, porque hay dos pueblos igual de valiosos,
igual de importantes para Dios, el pueblo histórico de Israel y las naciones gentiles
del mundo, de los cuales viene a conformarse un solo pueblo, más bien una sola
familia: la familia de Dios.

Tabernáculo de David

Lo que se denomina el Tabernáculo de David ha sido un punto de confrontación


entre los diferentes estudiosos de la Escritura porque la misma Palabra casi no
dice nada de este tema, con lo que las elucubraciones están al orden del día: que
si se trataba del correspondiente sólo al lugar santísimo, que si no había
propiamente un tabernáculo sino que se trataba del arca colocada en una tienda,
que si era otra construcción diferente a la mencionada en Éxodo para resguardar
el Arca, y a cada interpretación acompaña una comprensión que decanta hacia un
lado u otro las ideas que sobre esto pudiera tenerse, ¿de dónde viene toda esta
confusión?

El término Tabernáculo de David aparece en una profecía de Amos, que se verá


más delante, así como en una sentencia usada por Jacobo con referencia a dicha
profecía, ¡pero la Escritura no menciona más!

Muchos tratando de identificar a qué se refiere la expresión Tabernáculo de David


buscan alguna referencia escritural que les permita dilucidar el significado de este

115
término y en la mayoría de los casos lo referencian con una cita contenida en 2
Samuel 7.

2 Samuel 7
(1 Cr. 17.1-27)
1
Aconteció que cuando ya el rey habitaba en su casa, después que Jehová
le había dado reposo de todos sus enemigos en derredor,
2
dijo el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el
arca de Dios está entre cortinas.
3
Y Natán dijo al rey: Anda, y haz todo lo que está en tu corazón, porque
Jehová está contigo.

Como en este cita David expresa que el Arca de Dios está en cortinas, muchos
deducen que el diseño del Tabernáculo de Éxodo ya no existía como tal, que el
Arca estaba simplemente en una tienda o cuando mucho en lo que se conoció en
su momento como el lugar santísimo, pero la cita no dice nada de eso, sólo indica
que el Arca estaba entre cortinas.

En este punto de la presente obra no debe extrañar a nadie ese termino ya que
como se vio, el diseño del Tabernáculo tal como se señalaba en Éxodo, constaba
precisamente de cortinas, así que este señalamiento de David en ese sentido no
cambia para nada la idea original sobre el diseño del Tabernáculo, es decir, y es la
premisa que se sostiene, la referencia en esta cita de David respecto del lugar
donde estaba el Arca apunta a que el diseño del Tabernáculo seguía
respetándose, así como las funciones aunadas a él (1 Crónicas 16:2), pero esto se
corroborará con las citas siguientes relacionadas con una profecía y con su
cumplimiento, más sin embargo, ¿no habrá algo en la Escritura que nos permita
concluir esto? Claro que lo hay.

116
Hechos 7:44‭-48 ‭
Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como
había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme al
modelo que había visto. El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo
introdujeron con Josué al tomar posesión de la tierra de los gentiles, a los
cuales Dios arrojó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de
David. Éste halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el
Dios de Jacob. Mas Salomón le edificó casa

Como puede leerse en la cita en cuestión, es el mismo Tabernáculo que el pueblo


de Israel tuvo en el desierto el que fue introducido por Josué en la tierra de
Canaán y el mismo que existía hasta los tiempos del Rey David quien tuvo en su
corazón la intención de construir un templo que lo sustituyese.

Ahora bien, en cuanto a la profecía en cuestión mencionada, esta está contenida


en Amós 9:11 y dice “en aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y
cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo
pasado”, ¿a qué Tabernáculo de David se estará refriendo Amós?, ¿alguna
construcción diferente el Tabernáculo de Éxodo?

Para responder a esto lo primero que uno debe ver es que la palabra que se está
utilizando para referirse a esa edificación es Tabernáculo, no es tienda, templo,
espacio o demás, sino Tabernáculo, nomás con esa indicación uno debería seguir
considerando el mismo equivalente que escrituralmente se ha venido entregando
respecto del Tabernáculo, es decir, se trata de la misma construcción hecha por
Moisés en cuanto a diseño y disposición, pero -y esto es sumamente importante-
la profecía se refiere a esta construcción como Tabernáculo, lo cual en estricto
orden de ideas se refería, como ya se vio, a la construcción que albergaba al
lugar santo y al lugar santísimo ya que el área externa a esta construcción se
conocía como atrio del Tabernáculo, pero no era parte del Tabernáculo en sí. Es
así como la referencia al Tabernáculo de David se refiere al mismo diseño y

117
disposición de lo que se conocía como Tabernáculo pero referido sólo a la
construcción que albergaba al lugar santo y al lugar santísimo, esto será
corroborado con la última cita relativa a esto que se refiere al cumplimiento de esta
profecía y que terminará calzando todas las ideas aquí expresadas.

Hechos 15
12
Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que
contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio
de ellos entre los gentiles.
13
Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos,
oídme.
14
Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para
tomar de ellos pueblo para su nombre.
15
Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
16
Después de esto volveré
Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;
Y repararé sus ruinas,
Y lo volveré a levantar,
17
Para que el resto de los hombres busque al Señor,
Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,
18
Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.

Esta cita es la que terminará dando comprensión sobre el tema del Tabernáculo
de David, y para ello hay que entender el contexto en la cual es dicha por Jacobo
como el cumplimiento de la profecía dada por Amós.

La lectura de la cita permite entender que Jacobo estaba hablando de la historia


de la salvación referida a la era de la iglesia, esta era, abierta con la venida del
Hijo del Hombre, su muerte y resurrección, concluyó con la era de las leyes
mosaicas y abrió el tiempo donde los dos pueblos, judíos y gentiles, podrían venir

118
a conformar la familia de Dios, los versículos 14 al 17 son clave para entender
esto.

Si se está refiriendo a la era de la iglesia en la misma el atrio del Tabernáculo


había dejado de tener existencia temporal en cuanto a lo que el mismo significaba
en la historia de la salvación, pero lo que es el lugar santo y el lugar santísimo por
exigencia lógica debían de seguir subsistiendo, ¿por qué?, porque la era de la
iglesia está representada por el lugar santo, pero la iglesia no puede existir sin la
cabeza, Cristo (Efesios 1:22; 5:23; Colosenses 1:18), representado por el lugar
santísimo.

Esta comprensión referida a que el Tabernáculo de David es indicativa de la era


de la iglesia (lugar santo) con Cristo como cabeza (lugar santísimo), tiene
concordancia con lo dicho de Jesús al respecto:

Juan 4:21-24
Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni
en Jerusalén adoraréis al Padre… Más la hora viene, y ahora es, cuando
los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad;
porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es
Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que
adoren.

La cita anterior, tan conocida por todos, es sumamente importante para entender
el apartado siguiente relativo al templo de Ezequiel. La cita es más que clara en
cuanto a que a partir de la era de la iglesia la adoración al Padre habría de
hacerse por los verdaderos seguidores en espíritu y verdad y que “ni en este
monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre”, es decir, ya no en un lugar físico y
especifico, sino en espíritu y verdad.

119
Si bien lo anterior es claro, cuando se aborda la cuestión al templo de Ezequiel se
generan confusiones contradictorias que terminan confundiendo más, de las
cuales se abordarán en el siguiente apartado, por ahorita quedémonos con la
comprensión de que el Tabernáculo de David (que Dios comienza a reconstruir en
la era de la iglesia) son la adoración espiritual (sin un lugar físico y específico)
referida propiamente al Cuerpo de Cristo (lugar santo) con Cristo a la cabeza
(lugar santísimo).

Así que el Tabernáculo de David se refiere a la construcción que albergaba al


lugar santo y el lugar santísimo, ya sin el atrio, y en palabras del profeta Amós
apuntaban a la era de la iglesia donde todas las naciones podrían llegar a
conformar parte de la familia de Dios, de hecho esta profecía referida a la
construcción que albergaba al lugar santo y al lugar santísimo, y que señala la era
de la iglesia, también hace referencia al restablecimiento del sacerdocio de
Melchisedec, interrumpido temporalmente por el sacerdocio de Aharón, donde las
leyes mosaicas han dejado de tener vigencia, no así la Ley de Dios, Sus Diez
Mandamientos que siempre han estado vigentes y que lo siguen estando. La
profecía referida al Tabernáculo exclusivamente, no al atrio, implica que aquellas
leyes que fueron añadidas a causa de las transgresiones (Gálatas 3:19) han sido
superadas quedando el Pueblo de Dios, más bien Su familia, así como la Ley de
Dios, eterna e inmutable.

Con todo y todo queda una pregunta en el aire, ¿por qué la Escritura se refiere a
este Tabernáculo como de David?, para hacer referencia a un momento específico
de la historia de Israel, un momento de gloria, unidad, dominio y señorío.

Decir Tabernáculo de David hace referencia al Tabernáculo en sí pero en las


condiciones relativas al reinado de David, es algo así como decir Tabernáculo de
Moisés, término que algunos utilizan para referirse al Tabernáculo tal como fue
construido, dispuesto y operado en tiempos de Moisés, pero igual ¿por qué
Tabernáculo de David?, para diferenciar al Tabernáculo en otros momentos de la

120
historia de Israel: el Tabernáculo de Moisés hace referencia al mismo en la época
del Éxodo, pero la misma es símbolo de prueba, penitencia, corrección; luego
viene el Tabernáculo de Josué, ¿cuál es este?, el mismo Tabernáculo pero
referido al momento y circunstancias de la época de Josué (Josué 18:1), pero la
misma es símbolo de asedios, escaramuzas, batallas y guerras; así puede uno dar
seguimiento a la historia de Israel en la cual decir el Tabernáculo de tal o cual
personaje (por ejemplo y siguiendo este ejercicio: el Tabernáculo de tal o cual
juez) y llegar hasta la época de David como rey con lo que se diría el Tabernáculo
de David, sólo que esta época hace referencia a un momento de gloria, unidad,
dominio y señorío como no volvería a haber en Israel, es por eso que la profecía
de Amós apunta a la era de la iglesia, a la construcción que albergaba al lugar
santo y al lugar santísimo, y toma de referencia como sombra de lo venidero la
condiciones y circunstancias del miso referido a la época de David. Mayor
referencia de esto se tiene cuando se considera que es en la época de David
donde el Arca, después de cientos de años, deja de andar errante y viene a
asentarse en el lugar definitivo que Dios había establecido desde el principio:
Jerusalén (2 Samuel 6).

Por último, y ya con la comprensión debida al término de Tabernáculo de David,


puede entenderse una profecía crucial que Cristo hizo respecto de Su segunda
venida y que responde a la pregunta de ¿cuántos serán considerados de ser con
Él reyes y sacerdotes en el Milenio?

Mateo 24:40-41 Lucas 17:34-36


Entonces estarán dos en el campo; el Os digo que en aquella noche estarán
uno será tomado, y el otro será dos en una cama; el uno será tomado,
dejado. Dos mujeres estarán moliendo y el otro será dejado. Dos mujeres
en un molino; la una será tomada, y la estarán moliendo juntas; la una será
otra será dejada tomada, y la otra dejada. Dos estarán
en el campo; el uno será tomado, y el
otro dejado.

121
Las citas anteriores no pueden referirse a que los recogidos son los miembros de
la iglesia de Dios mientras que los dejados atrás son aquellos que no aceptaron la
verdad, ¿por qué?, porque dada la proporción que la profecía entrega donde uno
es tomado y otro dejado tendríamos que concluir que el 50% de la humanidad está
en la iglesia de Dios mientras que el otro 50% no lo está, lo cual no es así, por lo
que dicha profecía se refiere n su totalidad a la iglesia de Dios donde el 50% es
tomado y el otro 50% es dejado.

La idea de los campos y los obreros trabajando en ellos son el referente del
mundo (Juan 4:35) y del trabajo que en el realiza la iglesia de Dios (Lucas 10:2),
pero el sólo hecho de ser parte de la iglesia no garantiza ser considerados dignos
de reinar al regreso de Cristo, de hecho, según esta profecía, sólo la mitad de los
integrantes de la iglesia de Dios serán considerados no sólo como llamados y
elegidos sino también como fieles (Revelación 17:14).

Ahora bien, ese 50% de la iglesia de Dios que será considerado digno de estar en
pie al regreso de Cristo, ¿se refiere a los miembros que estén vivos a Su regreso?,
no, se refiere a todos –muertos o vivos al regreso de Cristo- los que en algún
momento han aceptado la salvación de Cristo y llegado a formar parte de Su
cuerpo, ¿cómo podemos saber esto?, porque no sólo se menciona agente que
esté trabajando sino también a gente que de noche está en cama, es decir
durmiendo, referencia a la muerte.

Con todo y todo, ¿hay más elementos que permitan entender de esta forma esa
profecía?, sí que lo hay ¡y está precisamente dado por el Tabernáculo de David!
Como ya se vio cuando se analizó el diseño del Tabernáculo, incluso cuando se
vio el Templo de Salomón, siempre el lugar santo es el doble de tamaño del lugar
santísimo, en otras palabras, el lugar santísimo es la mitad, 50%, del tamaño del
lugar santo. El lugar santo es la era de la iglesia, el lugar santísimo el Milenio,
siendo así que no todos los que están en la era de la iglesia como parte de esta
serán considerados dignos de entrar al Milenio como reyes y sacerdotes con

122
Cristo sino sólo la mitad, el 50%, esto arroja concordancia y coherencia sobre las
profecías que al respecto se han comentado así como con el diseño del
Tabernáculo.

Con este entendimiento vuélvase a leer la parábola de las diez vírgenes, 5


prudentes (50%) y 5 fatuas (50%), todas ellas invitadas a las bodas, y se verá que
la referencia es en concordancia con lo comentado:

Mateo 25
1
Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que
tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.
2
Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
3
Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
4
mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus
lámparas.
5
Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
6
Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a
recibirle!
7
Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus
lámparas.
8
Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque
nuestras lámparas se apagan.
9
Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras
y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras
mismas.
10
Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban
preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
11
Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor,
ábrenos!
12
Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.

123
13
Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre
ha de venir.

Sirva lo anterior para no dar por sentada la justificación que por medio de la
salvación podemos alcanzar sino a trabajar con temor y temblor en ello y ser
considerados dignos de reinar con Cristo a Su regreso.

Tercer templo
Ezequiel 40-48

La tercer idea relacionada con el Tabernáculo es lo que se conoce como el


Templo de Ezequiel, más comúnmente conocido como Tercer Templo, en la
presente obra de igual forma se referirá a éste como Tercer Templo, pero
entendiendo esto de otra forma a la tradicional.

Quienes se refieren al Templo de la profecía de Ezequiel como Tercer Templo


cuentan como el primero al Templo de Salomón, como el segundo al Templo
reconstruido por Esdras y Nehemías, siendo que este, el de la profecía de
Ezequiel sería así el tercero en ese orden. Más sin embargo el Templo de Esdras
y Nehemías solamente significó la reconstrucción del Templo de Salomón, no
implicó cambios en su diseño o disposición, por lo que no puede considerarse este
como un segundo templo, ¿entonces cómo es que aquí se le llama al Templo de
la profecía de Ezequiel como Tercer Templo? Por qué en efecto es el tercero si se
considera que el primero fue el Tabernáculo y que el segundo es el de Salomón.

En el Tabernáculo, como ya se vio, se ven representadas, entre otras cosas, las


tres eras de la historia de la salvación, la era de las leyes mosaicas, la era de la
iglesia y la era milenial, de igual forma esas tres eras tienen su referente en estos
tres templos: el Tabernáculo referido a la era de las leyes mosaicas, el Templo de
Salomón -doble en dimensiones con respecto al Tabernáculo por representar a los

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dos pueblos de los cuales en la era de la iglesia se han hecho uno- referido a la
era de la iglesia, y el Tercer Templo referido a la era milenial.

Esto último, es decir, la referencia al Tercer Templo como parte de la era milenial
es evidente por el contexto de la profecía en la cual está dado, con todo y todo hay
diferentes opiniones encontradas respecto de cuándo será construido este Tercer
Templo, algunos suponen que será antes de la venida de Cristo para que en él
pueda sentarse aquel inicuo que habla la profecía que se sienta en el trono de
Dios y se hace pasar por Dios (2 Tesalonicenses 2:4), otros señalan que este
Tercer Templo se construirá en el Milenio restableciendo los sacrificios (Ezequiel
43:19) y siendo el lugar a donde todas las naciones peregrinarán cada año siendo
que las que no lo hicieren así acarrearán sobre ellas maldiciones (Zacarías 14:17),
y unos terceros señalan que este Tercer Templo será construido después del
Milenio cuando ya no exista más muerte, ni dolor, ni sufrimiento.

Estas tres opiniones tienen sus puntos débiles, la primera que considera la
construcción del Tercer Templo antes del Milenio al parecer no considera que el
contexto profético de la construcción del mismo apunta al regreso de Cristo, pero
aunque se obvie esto, las dimensiones del mismo -que abarcarían en la actualidad
gran parte la Ciudad de Jerusalén (ver imagen comparativa al final de este
apartado)- hacen literalmente imposible su construcción al menos por manos
humanas: “A los cuatro lados lo midió; tenía un muro todo alrededor, de quinientas
cañas de longitud y quinientas cañas de ancho, para hacer separación entre el
santuario y el lugar profano” (Ezequiel 42:20), una caña mide casi tres metros, así
que 500 cañas serían alrededor de 1,500 metros, eso sólo para el Templo en sí,
pero el espacio de tierra destinado para servicio de Dios, que incluye el Templo,
es veinticinco mil cañas de medir y diez mil de ancho (Ezequiel 45:1), es decir,
casi 75,000 metros por 30,000 metros o 75 por 30 kilómetros (ver imagen al final
de este apartado).

125
La segunda, que señala la construcción del mismo en el Milenio, implica un
restablecimiento de nuevo del sacerdocio de Aharón y los sacrificios aunados al
Templo, sacerdocio ya superado por el restablecimiento del sacerdocio de
Melchisedec en Cristo y sacrificios ya ineficientes pues los mismos en su momento
apuntaban al sacrificio redentor de Cristo.

La tercera, los que señalan la construcción del Tercer Templo posterior al Milenio
no consideran que la muerte ya no existe y por lo tanto es imposible llevar a cabo
sacrificios de animales, que por ende requieren de morir, en ese Tercer Templo
milenial.

Antes de tratar de resolver esto la pregunta sería ¿cuándo se construye este


Tercer Templo? En este momento de la obra no debe ser muy complicado
responder esta respuesta pues el diseño del Tabernáculo, como ya se vio, apunta
a las tres eras de la historia de la salvación y a los tres templos simbólicamente
aunadas a ellas, siendo así que este Tercer Templo estaría relacionado con el
inicio del Milenio, así que este es el punto de partida para la construcción del
mismo, pero ¿y lo señalado anteriormente en contra al respecto?

La gran confusión que origina todos estos puntos de vista divergentes está dada
por que se considera que este Tercer Templo será físicamente construido, lo cual
aquí se sostiene no será así. Todas las referencias contenidas en la profecía de
Ezequiel referidas al Tercer Templo, incluso su simbología, medidas, dimensiones,
oficios, apuntan a la familia de Dios resucitada, espiritualizada y glorificada. No se
refieren a un templo físico.

Además de los literalmente insuperables obstáculos físicos para construir algo con
las dimensiones del Tercer Templo, la presunción de ello va contra lo enseñado
por la Escritura y que ya se comentó cuando se vio lo relativo al Tabernáculo de
David.

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Juan 4
19
Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.
20
Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en
Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
21
Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte
ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
22
Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos;
porque la salvación viene de los judíos.
23
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren.
24
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario
que adoren.

Señalar que antes, durante o después del milenio se construirá físicamente un


Tercer Templo implica ignorar la sentencia de Cristo o por lo menos completarla
para señalar que primero se iba a adorar en Jerusalén, luego ya no, y luego otra
vez; de igual forma implica no considerar o reformar lo dicho en la misma cita por
Cristo señalando que primero la adoración sería física, luego espiritual (en Espíritu
y en Verdad) y luego volvería ser física. Ambas presunciones anulan o modifican
lo dicho por Cristo y van contra la Escritura. Además Cristo señala claramente que
a partir de su venida, con la que inicia la era de la iglesia, los verdaderos
adoradores adorarían al Padre en espíritu y en verdad, si en el Milenio de nuevo
se construye un templo físico, ¿estamos hablando que quienes acudan a Él para
adorar de nuevo de manera física y material no serán los verdaderos adoradores?,
además Cristo es enfático al decir que “la hora viene cuando ni en este monte ni
en Jerusalén adoraréis al Padre”, ¿se habrá equivocado al no saber que de nuevo
se adoraría física y específicamente de nuevo en Jerusalén en un templo, el de
Ezequiel-, físico y material? Todo un problema para quienes literalmente leen la
construcción del templo de Ezequiel como física y material.

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La única forma de salvar esto es dándole el peso debido a las palabras de Cristo y
aceptando que ya no habrá lugar físico de culto, como en épocas del Antiguo
Testamento, menos esto aunado al regreso de los sacrificios relativos.

Como punto interesante de lo dicho sobre este tema es de observarse que lo que
equivaldría propiamente al templo, es decir, la construcción que alberga al lugar
santo y al lugar santísimo, las dimensiones del Templo de Ezequiel son las
mismas que las del Templo de Salomón. Ya se comentó que el significado de que
el Templo de Salomón doble las dimensiones del Tabernáculo implica que de dos
pueblos, judíos y gentiles, Dios ha hecho uno sólo, pero el hecho de que el Tercer
Templo siga respetando dichas dimensiones corrobora aún más lo dicho para el
Templo de Salomón pues ya no habría ninguna justificación para que las
dimensiones del Tercer Templo crecieran con respecto del Templo de Salomón.

Pero ¿qué no se ha dicho que el Tercer Templo abarca mucho del territorio actual
de la Ciudad de Jerusalén?, si, así es, claro esto si se construyera, lo cual como
ya se comentó no será así sino que el referente del mismo apunta a la familia de
Dios glorificada, pero para contestar la pregunta hay que señalar que lo que
excede el espacio relativo al Templo de Salomón -considerando incluso el atrio del
mismo- son construcciones adicionales, no parte de la construcción del lugar santo
ni del lugar santísimo, las cuales apuntan a la familia de Dios que abarca toda la
humanidad.

No es espacio este para abordar toda la simbología aunada a los detalles relativos
al diseño del Tercer Templo, diseño que como ya se dijo apunta a una realidad
espiritual, detalles que por cierto en la mayoría de los casos, incluso para quienes
adoptan la postura de que el Tercer Templo será físicamente construido pre, inter
o post milenio, permanecen en la actualidad velados y no pueden interpretarse o
comprenderse, lo cual cambiará una vez lo referido al mismo se realice.

128
129
130
Conclusión

El análisis de la simbología que entrega el diseño del Tabernáculo permite


entender que el sentido del mismo es Cristo, tanto en su acepción personal bajo la
figura de Jesús, el Mesías, nuestro Señor y Salvador, como bajo la figura de
aquello a lo que está destinado a ser cada llamado y elegido que sea encontrado
fiel, lo anterior representado por el Arca, centro de todo este proceso, de todo este
fluir.

Cristo, en su acepción personal como Jesús, está representado por las tres
puertas: la de ingreso al atrio del Tabernáculo, la de ingreso al lugar Santo y la de
ingreso al lugar Santísimo. De igual forma estos tres espacios están dados por los
tres momentos relativos al plan divino sobre la humanidad: los 1,500 años de
vigencia de las leyes mosaicas, los 2,000 años de historia de la iglesia de Dios, y
los 1,000 años relativos al milenio, respetivamente.

Esos tres momentos de igual forma representan el fluir a través de ellos de la


humanidad en su camino a alcanzar a la estatura perfecta de Cristo (Efesios 4:13)
y llegar, reflejándole a ser semejantes a Él (1 Juan 3:2).

Si bien esa es la idea general que se desarrolló a lo largo de la presente obra, la


misma tiene un sinfín de detalles que arrojan mayor comprensión, tanto en
extensión como en profundidad, sobre ello.

Sobre esto último, y considerando, como se dijo en la introducción, que no hay


una sola y única comprensión de los temas de la Escritura ya que esta, como su
autor, representa multiforme sabiduría, de la cual en el presente siglo “en parte
conocemos, y en parte profetizamos” (1 Corintios 13:9), el análisis de este tema es
prácticamente inagotable, quedando bajo el lector la tarea de profundizar en él con
el entendimiento base que se ha compartido.

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Con todo y todo, y sobre esto último, hay que advertir de la cautela requerido para
ello pues, tal como se comentó en la introducción, hay muchos estudios sobre el
tema que bien pueden arrojar interpretaciones que coadyuven a una mayor y
mejor comprensión sobre el tema, pero de igual forma hay otros que estirando al
máximo las interpretaciones prácticamente crean nuevas y peligrosas doctrinas,
¿el consejo para quien busque ahondar aún más en este tema?, el mismo que da
la Escritura: que la profecía –no nomás entendida como la capacidad de ver
acontecimientos futuros sino también la de enseñar- se use en la medida de
nuestra fe (Romanos 12:6), es decir, que aquellas interpretaciones a las que se
acceda e incluso aquellas a las que se llegue a través del propio estudio, análisis,
reflexión, meditación y oración, sean acordes, vayan en conformidad y estén
circunscritas a los principios doctrinales de la iglesia de Dios.

Salvo esa advertencia, de ahí en fuera, uno puede seguir sacando cosas nuevas y
cosas viejas del estudio, reflexión y meditación que sobre este tema, y sobre la
Palabra en general, se haga, pidiendo en todo momento luz al Padre para que ese
entendimiento conlleve a una comprensión de lo que es bueno, aceptable y
perfecto para Dios (Romanos 12:2), para nuestra edificación, conforme a la
voluntad del Padre y para SU mayor gloria en Cristo Jesús.

132
Medidas y distribución del Tabernáculo

133
Paz a vos

134
El tabernáculo de reunión
- Una fotografía dinámica de la familia de Dios-

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Primera edición

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