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ALCANCE Y LÍMITESDE LA EDUCACION

Pilar PALOP JONQUERES*

de la Razón Pura. Y así, mientras que, frente a


la razón especulativa, Kant trató de dar res-
La educación como esperanza puesta a la pregunta: ((¿qué"puedo" saber?)),
ante la razón práctica no se preguntó acerca
Examinar el alcance y límites de la activi- del «poder)>,sino del ((deber)).De este modo,
dad educativa es, sin duda, uno de-los asun- concibió su Critica de la Razón Práctica como
tos más importantes de la Filosofía de la la respuesta escolástica y académica a la pre-
educación, pues constituye una cuestión gunta cósmica y mundana de «¿qué "debo"
propedéutica que se halla en el núcleo mis- hacer?)),pero no a la pregunta: «¿qué "pue-
mo de la crítica de la razón pedagógica. do" hacer?D.
Es evidente, sin embargo, que se trata de Es más, como tantas veces se ha dicho,
un problema a menudo olvidado. Acaso por- Kani: fue el gran adalid de la libertad, el
que los educadores necesitan una gran dosis filósofo que supo reinstaurar, sobre bases
de optimismo pedagógico para acometer sus nuevas y más potentes que nunca, la confian-
trabajos con el entusiasmo preciso, acaso za eri el libre albedrío; una confianza que se
porque nuestro siglo deposita en la práctica había tambaleado en el s. XVII, a causa del
docente grandes esperanzas, el hecho es que ocasionalismo, del providencialismo leibni-
raramente la teoría educativa se detiene a ziano o del spinozismo; pero que había lle-
examinar el alcance y, por tanto, los límites gado a peligrar, sobre todo, en el propio
de la educación. s. XVIII, en el cual el materialismo mecani-
No ocurre lo mismo cuando se examinan cista propendía a extender, también al hom-
las facultades cognoscitivas. La tradición fi- bre, la doctrina cartesiana del mecanismo de
losófica ha sabido habituarse a ese cuestio- las bestias o, en sus posiciones menos radi-
namiento incesante, emprendido por Locke calec, a interpretar la vida moral como resul-
y Hume y codificado por Kant, en torno a tado de fuerzas pasionales cuya composición
las condiciones de posibilidad del conoci- se pensaba, en gran medida, análoga a la de
miento humano. No resulta, pues, difícil, las fuerzas mecánicas.
reconocer que las capacidades cognoscitivas A:ite la razón pura, Kant no negó, sino
del hombre poseen determinaciones impo- que reconoció, la antinomia entre el deter-
sibles de trasgredir, que les vienen dadas por minismo y la libertad. Pero en el ámbito de
los marcos de nuestra sensibilidad, por la la razón práctica, postuló la libertad como
estructura del entendimiento y por la ((fisio- una intuición originaria, como un hecho de
logía)) de nuestra razón. la experiencia interna tan irreductible y pri-
Mucho menos sencillo resulta, sin embar- mario como los datos espacio-temporales
go, admitir límites a la acción humana. Se con respecto a la experiencia exterior. Eri-
diría que, en lo que se refiere a la «praxis», gió, así como es sabido, la evidencia del libre
existe una creencia extendida en cuanto a albedrío en piedra de toque y condición mis-
sus infinitas posibilidades para transformar ma de posibilidad del juicio moral, de modo
el mundo cultural y social. análogo a como había fundamentado la vali-
El propio Kant y la filosofía moral post- dez de los juicios del entendimiento en las
kantiana son responsables, en gran medida, intuiciones espacio-temporales.
de esa creencia optimista. Adviértase, en este Pues bien, al hacer de la libertad la ((ley
sentido, que el filósofo de Konisberg orien- apodíctica de la razón práctica)), Kant legó a
tó su Crt'tica de la Razón Práctica en una direc- la filosofía posterior una fe inamovible en
ción distinta a la que había dado a la Crz'tica las posibilidades de la acción humana. Tal
fue la importante herencia que dejó a Fichte
Nacida en 1947. Desde 1970 es profesora de Filosofía o a Hegel, quienes, como Kant, concibieron
(Sección Pedagogía) en la Universidad de Oviedo. Su obra la Historia orientada a la construcción de la
más relevante es Epistemología genética y Filosofh (Barce- libertad.
lona. Ariel, 1981). Asimismo ha colaborado en el Dicciona-
no de Filosofía contemporánea, editado por Quintanilla Pese a sus críticas contra el formalismo y
(Salamanca, Editorial Sígueme, 1976). el intelectualismo de la moral kantiana, y
aun reconociendo la potencia inconsciente tituyen aún, claramente, los axiomas de la
de la voluntad, de las pasiones o del deseo filosofía social de nuestra época.
(incluso, como el marxismo, subrayando las Sin duda van haciéndose cada día más evi-
determinaciones materiales y sociales de la dentes los límites del desarrollo tecnológico
conciencia), la filosofía.postkantiana segui- y científico. Con ello, la creencia en un pro-
rá confiando en la capacidad de la praxis greso indefinido va siendo puesta en cues-
para transformar el mundo. tión de modo paulatino. Pero las razones de
Ciertamente, esta filosofía admitirá que la la duda son de naturaleza económica o eco-
conciencia es engañosa, que necesariamente lógica, es decir, referidas a circunstancias
yerra, y pondrá de manifiesto que los erro- exteriores a la acción, no a la acción humana
res proceden, con frecuencia, de las astucias en sí misma. Se piensa, en efecto, que los
del deseo o de los intereses materiales que límites de un progreso indefinido vienen da-
envuelven la existencia. Irá, en este sentido, dos exclusivamente por el hecho de que el
más lejos que el propio Kant, por el camino espacio vital del hombre -la Tierra y sus
abierto en la Dialéctica Transcendental. recursos- son finitos, pero siempre en la
Sin embargo, la Teoría de la Falsa Con- convicción de que, si esa restricción no se
ciencia no obtendrá del autoengaño de la diera, nada podría frenar la infinitud creado-
razón conclusiones que hayan podido ir en ra y absolutamente libre de la voluntad
detrimento del postulado de la libertad. Por- humana.
que, indudablemente, cabría haber conclui- Pues bien, la actividad educativa es una
do que la ilusión transcendental y, con ella, determinación particular de la razón prácti-
las ideologías o el inconsciente, constituían, ca, aquejada, como aquélla, del mismo opti-
no ya sólo obstáculos para el recto conoci- mismo de la libertad. En efecto: en la educa-
miento, sino cortapisas para la responsabili- ción y en el influjo de las escuelas y de los
dad, en la ((praxis)).Pero, en general, no ha educadores, los pueblos y las colectividades
ocurrido así. Más bien la conciencia que se tienen puestas muchas esperanzas de cam-
engaña, la conciencia interesada, ha tendido bio social. De la igualdad de oportunidades
a ser considerada, de un modo u otro, como en educación esperan una nueva forma de
culpable de su error. Sartre la conceptuará justicia distributiva. De la educación ecoló-
expresamente como producto de la «mala gica de los niños esperan obtener transfor-
fe». maciones importantes en la conducta del
Así pues, a partir de Kant, las más impor- hombre futuro frente a la naturaleza y sus
tantes corrientes filosóficas -incluyendo al recursos. De la educación cívico-social espe-
vitalismo, al marxismo o al existencialismo- ran obtener futuros ciudadanos, amantes de
han sido-filosofías de la libertad. Ni siquiera la democracia y de sus libertades formales,
el estructuralismo ha logrado quebrar seria- que hagan posible la recurrencia de estos
mente el axioma del libre albedrío. sistemas políticos. Y, en fin, del mejoramien-
También la filosofía mundana, y no sólo la to indefinido de la docencia esperan obte-
académica, es todavía, de modo preponde- ner una humanidad mejor y un futuro mejor
rante, una filosofía de la libertad. Resulta para la humanidad.
muy difícil hacer pensar a los pueblos, a las Por tanto, con respecto al alcance de la
colectividades, a los individuos, que la acción educación, prevalece, en general, esa misma
transformadora y creadora del hombre no consideración optimista que todo lo espera
puede remover cualquier obstáculo para me- de la perfectibilidad de la praxis humana y
jorar las formas de vida, y revolucionar a su de sus productos.
guisa -si no se opusiera a ello la voluntad El optimismo acerca de las virtualidades
de los poderosos o la astucia de las clases de la educación para resolver los problemas
dominantes- el mundo social. La creencia del futuro se mantiene, a pesar de los nume-
en las posibilidades infinitas de la acción rosos motivos que habría para desconfiar de
humana, así como en la perfectibilidad inde- su eficacia. Porque, como afirma Bernfeld
finida de las condiciones de existencia, cons- (3, p. 40):
... la pedagogía no cumple con lo que es- Filosofía de la Educación, son siempre cons-
peramos de ella, no proporciona indicacio- trucciones ideales, paradigmáticas que, al
nes claras, inequívocas, concretas; los me- modo de prototipos, orientan la conducta y
dios de que se sirve raramente tienen efec- presiden la actividad educativa. Ninguna
to seguro; sus pronósticos son frecuente- práctica singular coincide exactamente con
mente falsos (...) y siempre tales que remi- ellas, porque no son fruto de la experiencia,
ten a un futuro remoto e imprevisible. Si en sino de la razón pedagógica pura cuando,
estas condiciones no se manifiesta una rápi- entregada a su libertad, abandona el país de
da disminución del interés, se debe sobre
todo al hecho de que cada interesado que,
los fenómenos, que le arropa en la evidencia
por desilusión o porque sus hijos ya supe- de lo que hay, y se adentra en el mar de la
raron los años críticos, vuelve las espaldas a ilusi6n. Allí se aventura entre nieblas que le
la pedagogía, es reemplazado por un nuevo engañan, con la promesa de nuevas tierras y
interesado que se encuentra en la nueva desciibrimientos, con el señuelo de una per-
situación de padre. fección inalcanzable, cuya prosecución no
puede abandonar.
La fe a ultranza en las potencialidades de Platón había concebido las ideas como
la educación pudiera responder a una idea causas originarias de las cosas. Kant sabrá
verdadera, pero también pudiera ser el efec- entender que esta causación se produce sólo
to de una ilusión. De momento, sin embar- ante la voluntad, la cual, en virtud de su
go, solamente algunas voces, de resonancias, autonomía, ((produce objetos correspon-
a menudo, apocalípticas, como las de Illich dientes a las representaciones o por lo me-
o Reimer, se alzan incrédulas ante lo que nos se deteimina a si misma para lograrlas))
consideran el ((mitodel progreso indefinido (21, p. 18).
de la educación)) (Cfr. 38, pp. 66-67). Sus En todo caso, las ideas tampoco son ente-
argumentos para dudar de ese progreso son, ramente ajenas a las realidades de la expe-
sobre todo, de naturaleza económico-po- riencia. Proceden siempre de ella, aun cuan-
litica. do 16adesbordan, escapan del territorio del
La cuestión del alcance y límites de la edu- entendimiento y se extravían en los espejis-
cación necesita, sin embargo, ser contem- mos de la razón. Y ello porque la experien-
plada por la filosofía, pues pudiera ocurrir cia es siempre parcial, particular. Pero la
que dichos limites no fueran puramente ex- razón necesita inevitablemente sobrepasar
ternos, de naturaleza económica, sino que los límites restringidos de la experiencia,
vinieran dados por razones internas de la porque es razón constructiva y creadora. Su
pedagogía misma. operación genuina es la producción de ideas
absolutas, que totalizan las condiciones de
todíi experiencia posible y que, precisamen-
Las grandes ideas pedagógica^ te por ser totales, se sustraen a cualquier su-
jeciljn empírica.
Difícilmente podremos hablar del alcance Las grandes ideas educativas no son sino
y límites de la educación si no conocemos ídeas filosóficas, fruto de la razón dialéctica
primero sus aspiraciones. ¿Qué metas, qué y resultado de esa ((lógica de la ilusión)) en
fines se propone realizar la educación y has- que recae inevitablemente el pensamiento,
ta qué punto puede acometer y llevar a cabo cuando concibe representaciones que han
sus propósitos? Estos nos vienen dados siem- de guiar su actividad práctica. Por ello, tam-
pre, a lo largo de la historia del pensamien- bién las grandes ideas educativas pueden ser
to pedagógico, por mediación de grandes explicadas genéticamente como el produc-
ideas que, en cuanto tales, tienen aquel for- to de una operación totalizadora1, a partir
mato desentrañado por Kant en la Dialéctica de las condiciones de la experiencia.
Transcendental.
En efecto, las ideas pedagógicas, como 1 .Esta expresión se utiliza aquí en sentido kantiano, aun-
producto y contenido característico de la que de un modo más amplio del que tiene en la Critica de
Ahora bien, cualquier experiencia educa- cluirá y conjugará instrucción y formación.
tiva supone tres condiciones: un educador, Esta última idea se halla muy estrechamente
un educando y una relación entre ambos. vinculada con la de Educando Total, pues se
No resulta, pues, ilegítimo suponer que las concibe como la condición misma de posibi-
grandes ideas pedagógicas son el resultado lidad para la consecución de ese hombre
de aplicar, a cada uno de estos elementos, la plenamente educado.
operación totalizadora de la razón. Cada una de estas grandes ideas puede
Cuando la operación racional afecta al recibir y ha recibido, de hecho, determina-
agente de la educación, brota la idea de un ciones muy distintas, inspirando prácticas
educador absoluto, que puede y debe con- muy diferentes entre sí. Y es examinando
trolar íntegramente la formación del edu- estas determinaciones que, a través de la
cando, filtrando y disponiendo el conjunto historia, dichas ideas han ido cobrando el
entero de las influencias moldeadoras que cometido principal de esta exposición. Su
van a ejercerse sobre él, así como la serie objeto será mostrar la vida que ha animado a
completa de los contenidos que van a trans- estos esquemas de la razón pedagógica, a
mitírsele. La educación queda, de este modo, esos esqueletos cuyo armazón han sabido
subsumida bajo la idea de un Educador To- revestir las doctrinas educativas. Pero el pro-
tal. pósito ulterior será poner de relieve los lí-
Cuando la operación totalizadora recae so- mites internos y las contradicciones a las
bre el educando, surge la idea de un sujeto que conduce cualquier intento de constituir
íntegramente potenciado por la educación, o edificar, por mediación de estas ideas, un
plenamente desarrollado por ella en todas programa pedagógico efectivo.
sus facultades y virtualidades -al menos en
aquellas que se consideran genéricas y pro-
pias de una hipotética esencia humana-, y
capaz, por tanto, de hacer frente y desempe-
ñarse bien ante cualquier situación o tarea. LA IDEA DE EDUCADOR TOTAL
Se obtiene, así, la idea de un Hombre Total,
o mejor, de un Educando Total, cuya com- La idea de Educador Total ha recibido
pletitud e integridad humana se concibe empíricamente, a lo largo de la historia del
como producto de la educación. pensamiento, referenciales diferentes, del
mismo modo que la idea de Dios ha alenta-
Cuando la totalización se ejerce sobre el do distintas religiones positivas y advocacio-
contenido de la relación pedagógica, éste nes diversas.
queda snbsumido -de acuerdo con los tres El Estado, la religión, la naturaleza o el
únicos modos posibles de cualquier relación mundo social, como instancias educativas,
educativa- en tres ideas distintas y alterna- han constituido las más importantes refe-
tivas: bien como Instrucción Total, que ex- rencias de esta idea.
cluye la formación del carácter; bien como Parece necesario, pues, analizar sucesiva-
Formación Total, que excluye la instruc- mente estas grandes determinaciones, bus-
ción, bien como Educación Integral, que in- cando un paradigma característico de cada
una de ellas, ya que examinarlas en toda su
amplitud seria imposible en este trabajo.
la Razón Pu7a. Kanr, como es sabido, concebía la razón El modelo platónico de Estado-Educador,
-de acuerdo con la tradición aristotélico-escolástica- co- el modelo jesuítico de educación religiosa,
mo razón silogística. Refería siempre, por tanto, la totaliza-
ción a las premisas de los silogismos -categóricos, hipotéti- el naturalismo rousseauniano y el ambienta-
cos y disyuntivos- que entendía estaban en el origen de la lismo educador de las teorías desescolariza-
síntesis transcendental de las ideas. Pero aquí nos limitare- doras han sido seleccionados como paradig-
mos a denominar c<totalizadora>a aquella operación que to- mas, en el supuesto de que constituyen los
ma los elementos, siempre particulares, de la experiencia y
los transforma en entidades absolutas y perfectas, aunque exponentes más claros y mejor documenta-
ideales, y siempre más allá de cualquier experiencia dada. dos de la idea de Educador Total.
E l Estado como Edtlcador Total. Alcanzar la unidad del Estado que se pro-
E l paradigma platónico yecta exige convertirlo íntegramente en agen-
te educador, de modo que sea el conjunto
El Estado constituye la primera y privile- de la vida política lo que eduque, alcanzan-
giada referencia a la idea de Educador Total. do esta educación a todos los ciudadanos,
No puede extrañar que ello haya ocurrido pero también a la vida entera -al alma- de
así. Después de todo, la educación institu- cada uno de ellos. Makarenko, comprome-
cional ha surgido históricamente vinculada tido en el proyecto educativo marxista, cuya
al Estado. Las primeras escuelas, las de Egip- semejanza con el platónico se ha subrayado
to y Mesopotamia, nacieron como escuelas a menudo, expresa bien estas condiciones,
de escribas, Le., de administradores del Es- cuando observa:
tado. Cuando la' democracia griega concibió
la posibilidad de encomendar las tareas ad- La educación comunista de las masas de
ministrativas a cualquier ciudadano que es- millones de soviéticos comenzó desde el
tuviese capacitado para desempeñarlas, la primer día de la revolución, desde la prime-
educación escolar se hizo extensiva a todos ra palabra de Lenin y los primeros comba-
los que pudiesen pagarla. Pero la educación tes de los frentes de la guerra civil. Después
(...) educación comunista a cada paso, en
escolar, desde siempre, ha tenido como re- manifestaciones modestas, imperceptibles
ferencia las tareas de la comunidad civil, en (...) aunque en realidad se realizaba de for-
el seno de la ciudad y del Estado. Para bien o ma consciente y con recta motivación a lo
para mal, la educación institucional es una largo de toda la grandiosa experiencia de la
consecuencia de la organización estatal y, construcción socialista. Se puede afirmar
por ello, el Estado ha sido, a menudo, con- literalmente que no hay un solo acto, una
cebido como la esfera de máximo radio de la palabra o un hecho de nuestra historia que,
educación, como el marco totalizador de un junto a su significación económica, militar
proyecto educativo en el cual se inscriben o política, no tuviera también una impor-
las escuelas y los educadores. tancia educativa (25, pp. 56-57).
Siempre que el Estado ha quedado erigido
como referencia de la idea de Educador To- Ahora bien: si la vida del Estado en su
tal, ha sido en función de fines, ellos mis- integridad ha de educar para conseguir los
mos, totalizadores. Fines como la instaura- fines perseguidos, va a ser preciso depurarla
ción de la justicia, en la República platóni- de todos aquellos contenidos, influjos o mo-
ca, ya que la justicia, según observará Hegel delos que no concuerden con la pedagogía
(15, vol. 11, p. 225) es, en el pensamiento de buscada. Ello explica la censura, cuya defen-
Platón, «la base o la idea del todo (...), el sa por Platón provoca una conmoción par-
elemento general que todo lo penetra e in- ticular en nuestro ánimo, pues iba dirigida,
forma)).Así también, la edificación de la pa- corrlo es sabido, contra lapaideia clásica (Cfr.
tria alemana en Fichte (12, p. 227) o la im- 19, pp. 764-778), es decir, contra la obra de
plantación y realización del comunismo en los poetas y dramaturgos griegos, cuya fra-
la pedagogía marxista. gancia y belleza, a la que Platón debía ser,
Por ello, esta idea, en el límite, es insepa- sin duda, sensible, no estaban, empero, exi-
rable de una concepción monista del con- midas de la implacable condena pedagógica.
junto social y nacional. De ahí, por ejemplo, Parece, asimismo, que el ideario de Esta-
la preocupación platónica por convertir la do educador exigía -al menos en su forma
polis en una unidad orgánica y armónica, así límj te- la supresión de la familia o, cuanto
como sus denuncias coctra la ciudad empí- merios, el control integral por el Estado de
rica, que no es una, sino la reunión de mu- la educación de los niños y de su formación
chas ciudades (36, IV, 442-e), pues en ella profesional. En Platón este control se hace
coexisten, por lo menos, dos ciudades anta- extensivo, como se recordará, a la selección
gónicas: la ciudad de los ricos y la de los eugenésica de los matrimonios y parejas, así
pobres (36, IV, 423-c). conio a la organización de fiestas y celebra-
ciones que propician los rituales de galanteo en su esencia, en la absoluta quietud de su
entre los jóvenes. Desaparece, pues, cual- perfección conceptual.
quier atisbo de vida privada o de intimidad, El modelo platónico es, por ello, especial-
en una sociedad en la que también la propie- mente paradigmático para ilustrar lo que
dad de bienes --para guardianes y gobernan- sucede cuando una idea de la razón quiere
tes- habrá sido suprimida. ser llevada al extremo final de su pureza.
Resulta explicable que la obra de Platón, Hay que creer a Platón cuando responde a
todavía en el transcurso de nuestro siglo, Adiamanto que no le preocupa particular-
haya sido objeto de condenas y ataques tan mente la felicidad de los guerreros (35, IV,
virulentos. Convencidos de que matar a Pla- 419-a), como tampoco la de los filósofos,
tón no era matar a un perro muerto, porque que más que nada gozarían en el sosiego de
sus ideas constituían la prefiguración más la contemplación (35, VIE, 5 19-d).En su con-
clara del totalitarismo, del estatalismo, pero cepto, «es indiferente para la ciudad que
también del clasismo o del racismo, sinceros exista en ella una clase de hombres privile-
liberales, como Popper, han confesado ver- giados, pues el objetivo importante es que
se impelidos a ((juzgar a Platón con un espí- este honor alcance a todos los ciudadanos))
ritu altamente crítico)) (37, p. 11) subrayan- (35, VII, 5 19-e).
do que, ((auncuando a veces nos referimos al Piatón no mentía, sino que decía la verdad
pasado, los problemas tratados son los pro- cuando afirmaba:
blemas de nuestra propia época)) (37, p. 9).
Porque, en la consideración de Popper el
... nuestra meta al fundar un Estado no es
hacer particularmente feliz a una clase única
historicismo marxista y, en general, toda fi- de ciudadanos, sino asegurar la mayor dicha
losofía política inspirada en Marx, se orienta posible al Estado entero (IV, 620b).
hacia u'na ((sociedad cerrada)),heredera de la
que concibió Platón. Sus palabras expresan un convencimiento
Pero acaso las consecuencias aterradoras análogo al que proclamaba Makarenko:
del modelo platónico, el carácter ((cerrado)) Nuestra ética comunista debe orientarse
de la ciudad que propició e, incluso, esos a la felicidad de millones de hombres y no
rasgos que tanto han escandalizado a Fa- sólo a la propia (...). En cada uno de nues-
rrington (11, pp. 88-95): la defensa de la tros actos debemos pensar en la colectivi-
mentira política y la ficción religiosa, al ser- dad, en la victoria general, en el éxito de
vicio de un clasicismo rígido, no pueden ex- todos (25, p. 33).
plicarse únicamente como el producto ideo-
lógico de la conciencia interesada de un aris- Resulta paradójico, o acaso trágico, que
tócrata, que no pretendía sino defender el sea precisamente la totalización misma de la
predominio de las castas superiores (Cfr. 43, idea de felicidad o de justicia, concebidas en
p. 60). Porque, icómo entender, en ese caso, su extensión absoluta y en su impecable pu-
que Platón no se hubiera limitado a pro- reza y perfección, lo que haya generado esa
pugnar la oligarquía y que, por el contrario, concepción pétrea, gélida e iridudablemen-
la desacreditara expresamente? ¿Por qué el te inquietante, de un Estado como Educa-
célebre mito mentiroso recogía la posibili- dor Total. ,

dad de que los propios magistrados de la ¿Significa ello que hay que aprender a
ciudad tuviesen hijos de bronce y que, de ser coexistir con la imperfección, puesto que
así, obedeciendo al mandato de la divinidad, un mundo absolutamente justo depara, en
tendrían que destinarlos a la artesanía o a la realidad, la injusticia absoluta? Pero, sin em-
labranza? (35, 111, 41 5 a-c). Sin duda porque bargo, por otra parte icómo un proyecto
esa ciudad educadora de Platón no es sim- pedagógico coherente podría renunciar a so-
plemente el sueño de un aristócrata con am- ñar la perfección para la totalidad? Tal es, en
biciones, sino más bien el de un filósofo definitiva, el conflicto que desgarra interior-
moral, demasiado enamorado de la unidad mente al Estado educador.
La relzgidn como Educador Total. E l modelojesuitico irresi.stibles para la flaqueza de la carne. Por
eso, los jesuitas trataron de asegurarse un
La religión se ha erigido, a menudo, y se influjo pedagógico «total» sobre sus edu-
sigue erigiendo en educador absoluto. Pero candos, aislándolos del mundo mediante el
no es posible examinar aquí el fenómeno internado. La figura del internado ya existía,
religioso en toda la amplitud de su aspira- ciertamente, pero los jesuitas le dieron una
ción educadora. Necesitaremos, como en el función distinta a la puramente residencial y
caso del Estado, ceñirnos a un modelo parti- educativa que tenía en los Colegios Mayores.
cular, específicamente pedagógico, que sir- En realidad, lo concibieron como una ex-
va de paradigma de educación religiosa sub- tensión, en el ámbito de la enseñanza seglar,
sumida bajo la idea de Educador Total. de la. clausura propia de las órdenes religio-
La pedagogía jesuítica puede desempeñar sas, es decir, como el medio de acotar un
bien ese cometido paradigmático. Porque el espacio pedagógico sagrado, segregado del
papel de soldados de la Contrarreforma que mundo y permanentemente vigilado. Como
asumieron los miembros de la Compañía de dice Synders (4s) p. 39):
Jesús (Cfr. 39, pp. 154-155), con su especial
voto de obediencia al papa, permite enten- La organización del internado no signifi-
der la pedagogia jesuítica como directamen- ca, ni trabajo ininterrumpido, ni disciplina
te emanada de una Iglesia -la católica- brutal (...) De hecho, la función del inter-
nado es instaurar un universo pedagógico,
cuyo poder temporal y espiritual compite un universo exclusivamente pedagógico y que se
con el de los Estados, así como con el de las caracterizará por dos rasgos esenciales: se-
Iglesias rivales, utilizando la pedagogia como paración con el mundo y, en el interior de
una de sus armas principales de proselitismo. ese recinto reservado, vigilancia constante
Ya en la formulación de san Agustín, la e ininterrumpida del niño.
contienda entre la Ciudad de Dios y la Ciudad
del Diablo tenía una indudable dimensión La permanente obligación de vigilancia,
pedagógica: trataba de introducir al catecú- encomendada, en especial, a los padres pre-
meno en el organismo de una sociedad civil fectos, que no podían perder de vista a sus
ajena y, a menudo, hostil al cristianismo (Cfr. pupilos a ninguna hora del día, observándo-
4, p. 19). Y la ciudad de Dios, es decir, la los en el dormitorio, en la sala de estudio, en
Iglesia (4, p. 30), encontrará, muchos siglos el rt.fectorio, en los recreos, en la iglesia y en
después, en la Compañía de Jesús, una mili- todo momento y situación, recaía, además
cia pedagógica particularmente combativa y en defecto de los educadores, sobre los pro-
eficaz. pio!; escolares: se les amenazaba con un cas-
La educación jesuítica se orientaba a al- tigo si no delataban al compañero que infrin-
canzar la universalidad del cristianismo. Co- gía las normas. De hecho,
mo advierte Ganss (14, p. 225):
la obsesión por lograr una vigilancia efi-
Ignacio miraba la educación como un me- caz prevalece sobre cualquier otra conside-
dio para alcanzar el fin de su Compañía, la ración y el P. Croiset afirmará que el deber
salvación y perfección de los estudiantes, de denunciar a un camarada que mantiene
para que ellos, a su vez, pudiesen promover conversaciones poco cristianas o que posee
la salvación y perfección de sus prójimos, y libros de galantería no es menos imperioso
así, vigorosa e inteligentemente, transfor- que el deber de impedir que un contagio o
mar la sociedad en el espíritu del Reino de un incendio se propaguen (45, p. 41).
Cristo.
I,a clausura y la vigilancia imponían vaca-
Pero dichos fines debían realizarse en el ciones y salidas muy breves, tanto más bre-
seno del mundo secular, un mundo clara- ves cuanto más jóvenes eran los pupilos.
mente indiferente, cuando no contrario al Exigían, asimismo, una rigurosa censura de
catolicismo, un mundo corrompido por el los libros, censura ordenada por el propio
pecado y sembrado de tentaciones demasiado Igriacio de Loyola en las Constituciones de
la Compañía de Jesús (Parte IV, Cap. 14. Cfr. dar la libertad de educación, han postulado
24, pp. 543-544), cuidadoso en prohibir toda la necesidad de un control lo más absoluto
lectura o incluso todo autor sospechoso de posible del educando, sustrayéndolo del in-
mala doctrina ((porquese toma afficción por flujo de la familia, aislándolo de la sociedad,
la obra del autor (..,). Es también una cosa según ellos corrompida y enferma, y confi-
rara que algúri veneno no se mezcle en lo nándolo en un aséptico jardín natural.
que sale del pecho lleno dél)) (24, p. 543). Y Por esto mismo, el ideario pedagógico de
se esmeraba en que también los libros de Rousseau puede constituir el paradigma de
Humanidad, latinos y griegos, fueran ((pri- una determinación nueva, en la que va a ser
mero limpiados de las cosas y palabras des- la naturaleza la que desempeñe el papel de
honestas)) (24, p. 544). Educador Total.
Es cierto que, según Foucault (13),no fue
la Compañía de Jesús, ni siquiera el catoli-
cismo contrarreformista el que instauró, a La naturaleza como Educador Total. Elparadigma
partir, sobre todo, del s. XVII, una pedagogía rouaeauniano
del control y de la vigilancia. Fue la episteme,
en su conjunto de toda esta época, la que se Se diría que la obra educativa de Rousseau,
caracterizó por un reforzamiento, en todos más que como un tratado de educación, está
los ámbitos, de una nueva forma de poder, planteada como un experimento pedagógi-
basado, precisamente, en la utilización siste- co y epistemológico ideal, para llegar a co-
mática y generalizada de sofisticados méto- nocer cómo se produciría, de modo espon-
dos de control y vigilancia, como sutiles ins- táneo y sin intervención exógena alguna, el
trumentos de dominio. Y así, el ((papnotis- proceso natural de la educación. Por eso,
mo)) en las prisiones, en los hospitales, en el Rousseau se procura un ((alumnoimaginario))
ejército, en las escuelas y en las nacientes -Emilio- que representa la encarnación
industrias, habrían servido a los mismos fines misma de la naturaleza humana en estado
de organizar el tiempo, acotar el espacio y prístino, recomendado a su, también imagi-
pautar los movimientos de cualesquiera su- nario, preceptor:
bordinados, controlando su rendimiento y
su obediencia. Hombre prudente, espiad largamente a
También es cierto, sin embargo, que el la naturaleza, observad bien a vuestro alum-
propio Foucault relaciona la utilización de no, antes de dirigirle la primera palabra;
todas estas técnicas con una intención nue- dejad primero al germen de su carácter en
plena libertad para mostrarse, no lo contra-
va, específicamente re-educadora y re-habili- riéis en su ser posible, a fin de poderlo ver
tadora para tratar a delincuentes, locos, re- mejor todo entero (42, p. 84).
clutas u obreros al modo de menores o des-
carriados, a los que habría que educar o rege- De ahí que Rousseau preconice constan-
nerar, haciendo extensivas a las institucio- temente una educación puramente negati-
nes penales, terapéuticas o militares, los mé- va, una educación que no sea simplemente
todos de una pedagogía total y totalizadora. un ((laisserfaire», una pura no-intervención,
Es necesario scbrayar, de otro lado, que sino que consista en un «ne rien laisser faire))
estas técnicas -aislamiento, vigilancia, con- (42, p. 83), es decir, en una acción positiva
trol, etc.- no están necesariamente ligadas encaminada a impedir toda interferencia pe-
al autoritarismo, sino que son enteramente dagógica que pudiera alterar la acción edu-
compatibles con el liberalismo y, acaso, con cadora espontánea de la naturaleza sobre el
ciertas formas de libertarismo. Rousseau y niño.
Neill -por citar dos exponentes claros de Esa es la razón principal por la que los
pedagogía de la libertad- han tenido en preceptos pedagógicos rousseaunianos con-
común una franca hostilidad contra cual- sisten, casi siempre, incluso estilística y gra-
quier manifestación autoritaria. Y, sin em- maticalmente hablando, en preceptos nega-
bargo, tal vez precisamente para salvaguar- tivos, tales como: «no ies enseñéis nunca al
niño nada que no pueda ver» (p. 210); ((nole sois cle todo cuanto le rodea». Pero añade a
inflijáis ninguna clase de castigo (...); no le continuación: «y esa autoridad nunca será
hagáis nunca pedir perdón» (p. 81); «no ra- suficiente si no está fundada sobre la estima))
zonéis con vuestro alumno)) (p. 83), etc. El (42, 1). 85). Esta segunda precisión nos ad-
cometido de estas negaciones es, siempre, vierte, por cierto, de un importante rasgo de
oponerse a alguna de las prácticas pedagó- la pedagogía de Rousseau, el cual insiste en
gicas vigentes en su época, prácticas que que el dominio sobre el discípulo sólo sur-
Rousseau conceptúa al modo de auténticos girá si Emilio se siente libre, nunca vigilado
dola, de prejuicios nocivos que, con su inge- o coaccionado. De ahí la siguiente recomen-
rencia, alterarían la pureza del experimento daci6n:
pedagógico natural.
Convencido de que el comportamiento de que crea siempre ser el que manda (le
la naturaleza humana está presidido por le- mattre) y que siempre lo seáis vos. No existe
yes de equilibrio, idénticas a las que presi- sujeción más perfecta que la que conserva
den el mundo de la mecánica, Rousseau tra- la apariencia de la libertad; se cautiva, así, a
la voluntad misma. El pobre niño que nada
ta, a toda costa, de salvaguardar y proteger sabe, que nada puede, que nada conoce,
ese recuerdo armónico que se produce es- ¿no se encuentra a vuestra merced? ¿No
pontáneamente entre los deseos del niño y disponéis de todo lo que le rodea? ¿ N o sois
las fuerzas para satisfacerlos, entre su curio- dueño de afectarle del modo que os plazca?
sidad intelectual y el desarrollo alcanzado Sus trabajos, sus juegos, sus placeres, sus
por sus facultades cognoscitivas, entre los penas ¿no están en vuestras manos, sin que
intereses de Emilio y las exigencias de su él lo sepa? Sin duda, él no debe hacer lo que
formación, siempre que ninguna ingerencia quiere, sino que debe querer lo que vos
foránea adultere la acción de la naturaleza. queráis que haga; no debe dar un paso que
no hayáis previsto; no debe abrir la boca sin
Para evitar que se produzca alteración al- que sepáis lo que va a decir (42, p. 121).
guna en el curso natural del desarrollo, cree
necesario aislar al discípulo y mantener al
preceptor siempre vigilante, atento a garan- Es más, Rousseau confiesa abiertamente
tizar que sea efectivamente la naturaleza el querer valerse del afecto y confianza del niño
único y exclusivo educador de Emilio. Ni para. controlarlo mejor:
siquiera sus padres podrán intervenir en la
educación del niño. El preceptor exigirá un Así, no viéndoos atento a contrariarle, no
control único y absoluto sobre él (Cfr. 42, desconfiando de vos, no teniendo nada que
esconderos, no os engañará, no os mentirá;
pp. 27-28); un control ininterrumpido que se mostrará tal cual es sin temor; podréis
se prolongará durante todo el período de estudiarlo a vuestra guisa y disponer en tor-
formación. «No le pierdo de vista ni un mo- no a él las lecciones que queráis darle, sin
mento)) -dice (42, p. 25). Y, en efecto, el que él sospeche nunca recibir ninguna (42,
educador va a tener previsto y preparado de p. 121).
antemano todo cuanto suceda a Emilio: los
estímulos que le incitarán a obrar o a apren- Un intervencionismo y un control tan ab-
der, los obstáculos que encuentre, las situa- solu.tos resultan perfectamente coherentes
ciones con las que se enfrente -incluso aque- y compatibles con una pedagogía autorita-
llas en apariencia casuales e imprevistas, co- ria. No obstante, en Rousseau -y ésta es
mo perderse en el bosque (Cfr. pp. 204-207) una más de sus paradojas- tales condicio-
o descubrir el truco de un feriante (pp. 193- nes parecen querer sustentar, precisamente,
196). Cualquier experiencia habrá de cons- una pedagogía desde la libertad y para la
tituir para el niño una lección intelectual y libertad; esa libertad que, según repite cons-
moral. Rousseau se muestra convencido de tantemente, constituye el más preciado de
que ninguno de los detalles de la formación los bienes del hombre.
puede, en rigor, abandonarse al azar. Y dice: i(2ómo logra, entonces, conciliar Rousseau
«No seréis dueño y maestro del niño si no lo ese control absoluto con el postulado de la
libertad? Solamente mediante el aislamien- teoría se caracteriza, ante todo, por aceptar,
to: creando para su discípulo un universo a pies juntillas, la posibilidad omnisciente y
((natural)),un recinto de pureza campestre omnipresente del Educador Total que, bajo
en el que pueda moverse a su guisa, pero la forma de la sociedad tecnológica, y dele-
cuidando de que el influjo de la civilización gando sus poderes en la institución escolar,
corrompida nunca penetre en ese jardín de constituiría -salva ueritate- una realidad ate-
inocencia, en ese paraíso infantil. rradora que necesitaría ser radicalmente com-
Rousseau se muestra consciente de la difi- batida. Las tesis desescolarizadoras repre-
cultad de este confinamiento, pero no vacila sentan, pues, la contrapartida contra-institu-
en afirmar la necesidad de asumirlo: cional de una concepción metafísica de los
poderes de la educación.
Pero, ¿dónde situaremos a este niño para El mundo ambiental, la vida social en su
educarlo así, como un ser insensible, como conjunto, es, para estos autores, el genuino
un autómata? ¿Le mantendremos en el glo- educador de los hombres:
bo de la luna, en una isla desierta? ¿Le apar-
taremos de todos los humanos? (...) ¿ N o La mayoría de las personas adquieren la
verá nunca a otros niños de su edad? ¿ N o mayor parte de sus conocimientos fuera de
verá a sus padres, sus vecinos, su nodriza, su la escuela (...) Lo principal del aprendizaje
aya, su lacayo o su propio cuidador que, sobreviene casualmente (17, p. 25).
después de todo, no será un ángel?
Esta objeción es fuerte y sólida. Pero, ¿os
he dicho que fuera una empresa fácil una Pero para que la educación incidental pue-
educación natural? iOh hombres! ¿Es culpa da ejercer con plenitud sus efectos, la escue-
mía si habéis vuelto difícil todo lo que está la y la escolaridad obligatoria habrán de ser
bien? Soy consciente de estas dificultades y suprimidas. Porque, de acuerdo con el análi-
convengo en ellas: quizá son irremontables; sis de estos autores, la escuela es el más
pero lo que sí es seguro es que aplicándose diabólico y eficaz instrumento que la socie-
a prevenirlas se las previene hasta cierto dad tecnológica ha imaginado para mante-
punto. Yo señalo la meta que hay que pro- ner el monopolio de la producción y consu-
ponerse: no digo que se pueda alcanzar; mo de la enseñanza (Cfr. 38, p. lo), el cual
pero digo que quien más se aproxime a ella proporciona, a su vez, el sustrato indispen-
será el que obtenga mejores resultados
(42, p. 84). sable del monopolio ejercido por la socie-
dad tecnológica:
Tal es, en suma, la paradoja que atraviesa
el ideario de una educación plenamente na- El monopolio escolar de la educación se
logró debido a que era un aspecto del mono-
tural: lalibertad de la naturaleza infantil exi- polio. Las escuelas son una garantía de que,
ge el confinamiento del niño en la naturale- en un mundo dominado por la tecnología,
za, Y educar de acuerdo con la naturaleza aquellos que heredan la influencia serán los
exige desnaturalizar la educación. que se beneficien de la dominación y, peor
aún, los que han sido declarados incapaces
de cuestionarla. El juego escolar no sólo
La Sociedad como Educador Total. E l paradigma moldea líderes, sino también a sus segui-
desescolarizador dores (38, p. 26).

Examinaremos, finalmente, un cuarto pa- Los partidarios de la desescolarización con-


radigma de la idea de Educador Total, para- sideran que la escuela puede desempeñar
digma que mantiene, sin embargo, impor- perfectamente ese papel monopolístico, en
tantes diferencias con los anteriormente des- la medida en que ha llegado a convertirse en
critos ya que, en cierto sentido, constituye una institución total (38, p. 35), que contro-
su negación. Se trata de la teoria desescola- la, de un modo absoluto, tanto a los sujetos
rizadora, cuyos máximos representantes son, que pasan por ella como a los desertores o,
como es sabido, 1. Illich y E. Reimex. Dicha incluso, a quienes nunca pisaron las aulas. A
todos ellos, la escuela promete el único mo- y Reimer para probar que la institución es- \
do de salvación posible: el de la educación colar, sea privada o pública, religiosa o laica,
escolar que ella misma monopoliza. Por eso, desempeña un monopolio de la educación
la escuela es enjuiciada por Illich (17, p. 62) tanto más peligroso cuanto que invalida y
como «la Iglesia universal de nuestra deca- quita prestigio al verdadero agente de toda
dente cultura)), una iglesia mucho más insi- educación auténtica: al mundo social, labo-
diosa y potente que cualquier otra, por estar ral y profesional, donde se llevan a cabo, en
dotada de mayor poder sobre la vida mate- realidad, los únicos aprendizajes importan-
rial y social de sus adeptos (38, p.26). tes y valiosos.
La escuela controla, pues, de modo inte- Por ello mismo, y para restituir sus dere-
gral, los destinos de quienes asisten a ella; chos a la educación incidental, dichos auto-
además «por su naturaleza misma, tiende a res exigen la supresión de las escuelas y to-
reclamar la totalidad del tiempo y de las do tipo de instituciones similares, como pri-
energías de sus participantes)) (17, p. 47). Y mer paso para devolver a la sociedad, global-
esto lo consigue encerrando a los niños de mente considerada, su genuina función edu-
cierta edad en las instituciones educativas, cadora.
suspendiéndoles de toda autonomía y de to- La disolución de la escuela deberá, sin em-
do derecho -excepto la de consumir la mer- bargo, prolongarse en una reorganización
cancía del conocimiento que ella misma les de la1 propia sociedad, de acuerdo con un
proporciona- y prolongando su minoría de modelo ((convivencial))(18), para que ((todo
edad mucho más allá de lo legítimo y razo- en ella -objetos, máquinas, libros, aparatos
nable. La escuela desempeña, por otra parte, audiovisuales, talleres, fábricas, personas,
un papel selectivo, encargándose de ((colo- etc...- convenientemente organizado en «re-
car a los jóvenes en los casilleros que ocupa- des))que hagan asequibles esos bienes a cual-
rán cuando les llegue la edad adulta)) (38, quiera que desee utilizarlos, sea puesto al
p. 36), y convirtiéndose en «el principal me- servicio de la educación. Con lo que ((todo)),
canismo para distribuir valores de toda clase a la postre, quedará convertido en institu-
entre los pueblos del mundo)) (38, p. 38). ción educativa, pero no escolar.
Si a ello se añade la función de adoctrina-
miento, por la cual la escuela enseña que
únicamente vale lo que se aprende o se ad- Lt'mites de la idea de Educador Total
quiere en la escuela, desalentando, con ello,
toda creatividad, todo autoaprendizaje, se Las cuatro grandes determinaciones de la
comprenderá, según Reimer (38, p. 24), por idea de Educador Total que acabamos de
qué ((una pequeña dosis de escolarización exarninar, contienen elementos comunes. Las
puede inducir una gran cantidad de insatis- tres primeras exigen la acotación de un es-
facción)). Aunque, según estos autores, para pacio educativo -el del Estado, el del cole-
ser adoctrinado por la escuela, ni siquiera gio, el del jardín natural-, dentro del cual
hace falta haber pasado por ella: todo contenido ha de ser edificante y ha de
estar programado, previsto y controlado. El
La mitad de la gente de nuestro mundo espacio de la educación es espacio sagrado,
jamás ha estado en una escuela (...) Y, no y por tanto necesita ser protegido de toda
obstante, aprenden eficazmente el mensaje poslble profanación exterior, es decir, aisla-
que la escuela enseña: el que deben tener do o clausurado, para que su pureza no sufra
escuela, y más y más escuela. La escuela les
instruye acerca de su propia inferioridad merma, a causa de incidencias extrañas. Y
(...). De modo que a los pobres se les quita así, Platón exige la autarquía para su Repú-
el respeto a sí mismos al suscribirse a un blica, los jesuitas fomentan el internado en
credo que concede la salvación sólo a través sus colegios y Rousseau propone el aisla-
de la escuela (17, p. 46). miento de Emilio en la campiña.
La teoría desescolarizadora es, en este sen-
Estas y muchas otras razones aducen Illich tido, antagonista de las tres anteriores y su-
pone la negación de cualquier espacio acota- de los productores y la de los parásitos-.
do para la educación, de cualquier reducto o Contra esa pluralidad quería luchar Platón,
recinto donde se concentren e intensifiquen organizando las diferentes partes de la ciu-
las experiencias educativas. Constituye, en dad -sus oficios, sus clases sociales, sus in-
realidad, el resultado de invertir el espacio dividuos, sus funciones- en un conjunto
escolar. Para Reimer e Illich, todo espacio armónico y unitario. Mas Platón era cons-
es educativo excepto, justamente, el de la ciente de que el equilibrio de la justicia ha-
escuela. Porque la escuela, como «reserva» bría de ser, en la polis, siempre inestable,
donde se confina la educación es, según el oscilando entre la timocracia, la oligarquía,
concepto de estos autores, el espacio dese- la democracia y la tiranía, en una pugna su-
ducador por excelencia. cesiva de cada fracción sobre las demás. La
En cualquier caso, las teorías expuestas supresión de la propiedad privada o de la
ofrecen exponentes diversos de una misma familia, la instauración de la censura y de la
operación totalizadora, por la cual, la razón mentira política, la autarquía de la Repúbli-
pedagógica aspira a ejercerse íntegramente ca y el sometimiento de las clases superiores
como educador absoluto. a las tareas más nobles, pero también más
Cada una de las diferentes acepciones de exigentes y desinteresadas -el gobierno, la
Educador Total posee, sin embargo, sus 1í- educacióri. y la defensa de la ciudad- cons-
mites internos. Y esos límites han sido, de tituían, en su proyecto, los correctivos indis-
hecho, siempre perceptibles. Por eso, toda pensables contra esas fuerzas disgregadoras
doctrina pedagógica que ha querido ejercer- que adivinaba inevitables.
se -a través del Estado, de la naturaleza, El modelo platónico de Estado-educador,
etc.- como instancia educadora integral, ha como figura paradigmática de uno de esos
propiciado, correlativamente, ciertos correc- monstruos que, en sus ensoñaciones, pro-
tivos o medidas, en principio indeseables duce la razón pedagógica, nos ilustra de los
-el aislamiento, la clausura, la censura...- peligros que conlleva la idea de educación
en un intento, nunca completamente eficaz, estatal llevada a sus últimas consecuencias.
de evitar aquello que pudiera disgregar o La educación religiosa, cuando quiere eri-
corromper la unidad de su proyecto. girse en instancia pedagógica totalizadora,
El límite del Estado en cuanto agente edu- encuentra sus límites en lo profano, en lo
cador total es -según Platón mismo supo secular, en esa Babilonia diabólica en la que
percibir- la pluralidad interna constitutiva san Agustín veía peregrinar a sus creyentes,
de la ciudad o del Estado. Porque ni el Esta- siempre a la búsqueda de Jerusalén, pero
do ni la ciudad son nunca algo monolítico y confundidos con el siglo y entremezclados
simple, sino una realidad compleja, cruzada con sus moradores, como el trigo con la
de antagonismos y cuya diversidad de clases paja. Por eso la religión ha creado el ceno-
sociales, de intereses, de pasiones, de ideo- bio, el convento, el monasterio, buscando
logías o de designios no puede ser fácilmen- en el aislamiento o en la clausura, una pro-
te reducida a la unidad. tección contra el mundo y sus tentaciones.
Platón partía del reconocimiento de esa Pero cuando la clausura y el internado no se
pluralidad, puesto que ponía el origen de la destinan a quienes buscan huir del mundo,
ciudad precisamente en la división del traba- sino a los niños y jóvenes que han de ser
jo. Esa división del trabajo, generadora de preparados y educados para vivir en él, la
riqueza, haría, además, inevitable el creci- situación pedagógica creada resulta especial-
miento de la ciudad, de sus bienes y necesi- mente paradójica y autocontradictoria. Ello
dades, engendrando, correlativamente, el lu- puede quedar ilustrado por las inconsecuen-
jo, el parasitismo y la voluptuosidad. Y con cias'internas de los colegios jesuíticos. Den-
ello, claro está, se produciría la división mis- tro de aquel universo pedagógico, purifica-
ma de la ciudad, cuya unidad quedaría rota, do de toda pasión secular, fue preciso crear
enfrentando en su seno varias ciudades dis- una estructura artificial de pasiones escola-
tintas -la de los ricos y la de los pobres, la res, en torno a la emulación (43, pp. 48-54).
Para alentarla, reinventaron un mundo fic- presente, institucionalizarla significa tanto
ticio, con sus guerras entre romanos y carta- como atentar contra ella. Utilizan el mis-
gineses, sus pompas, sus títulos y jerarquías. mo argumento del místico contra el sacer-
Ello daba pie, entre los escolares, a un tu- dote: «¿Cómo atreverse a encerrar a Dios,
multo de rivalidades, de envidias, de vani- que es ubicuo, en los templos?))A modo de
dad, insolidaridad y delación, acaso más vi- panteístas de la educación, Illich y Reimer
rulento y peligroso que aquel otro -el mun- protestan porque, lo que es ubicuo quiera
do exterior y profano- cuyo influjo sobre encerrarse en los templos de la enseñanza,
los niños pretendían evitar. en irtstituciones educativas.
Análogos límites y contradicciones inter- No obstante, a fuer de oponerse a insti-
nas conlleva la idea de naturaleza como edu- tucionalizar la educación, y en el supuesto
cador, al modo en que la concibió Rousseau. de que el mundo ambiental en su conjunto
El ginebrino creía poner las bases del cono- es educativo, los fundadores del C.I.D.O.C.
cimiento experimental de la educación, al terminan por ofrecer unas propuestas peda-
imaginar la supresión de todo influjo educa- gógicas que vienen a equivaler, en realidad,
tivo. Confeccionó, en efecto, su programa a la institucionalización misma del ambien-
pedagógico, en la convicción de que, si para te social en todos sus elementos. La socie-
conocer la naturaleza física y para llegar a dad en su conjunto quedaría, así, paradóji-
dominarla mediante la técnica, era preciso camente, convertida en una Escuela Total.
-siguiendo el lema de Bacon- obedecer
sus leyes y dejar que éstas se manifestaran
en su verdad, sin alterarlas con vanos pre- LA IDEA DE EDUCANDO TOTAL
juicios (idola), así también, para conocer la
naturaleza humana y dominarla mediante la Decíamos en páginas anteriores que, cuan-
educación, habría que actuar con parecida do la operación totalizadora de la razón pe-
cautela. dagtjgica se ejerce, no sobre el emisor, sino
Pero, precisamente en nombre de sil na- sobre el receptor de la educación, surge la
turalismo, Rousseau falseaba, en su experi- idea de un Educando Total, es decir la idea
mento pedagógico ideal, las condiciones na- de iin sujeto íntegramente potenciado por
turales en cuyo contexto se produce siem- la educación y desarrollado en toda la gama
pre la educación. Y así, considerando en la de slus facultades o de sus virtualidades. Al
educación de Emilio, de un modo unilateral merios de las virtualidades que se conside-
y exclusivo, aquellas variables que depen- ran genéricas y características de la naturale-
den de la maduración psicobiológica, situa- za humana.
ba a su educando en un ((laboratoriopedagó- Ahora bien, como el concepto de ((natura-
gico)) incompleto, en el que dejaba, cierta- leza. humana)) es, él mismo, una idea cuyos
mente, actuar a las cosas, a los objetos, pero parkmetros son distintos en cada momento
abolía, en cambio, la acción educadora posi- histórico y doctrinal, la idea de Educando
tiva de los hombres. Con ello, su ((experi- Total adquiere, a través de la evolución del
mento ideal)), queriendo ser natural, resul- pensamiento pedagógico, diferentes deter-
taba profundamente artificioso y ficticio, pues miriaciones, en concomitancia con diferen-
toda educación se produce naturalmente den- tes modelos antropológicos.
tro de la sociedad y de sus instituciones. La hlax Scheler (44) ha creído poder distin-
educación natural, a la postre, es la más an- guir cinco grandes determinaciones de la
tinatural de las educaciones concebibles. idea del hombre: la idea judeo-cristiana de
Resta, por último, analizar la contradicción hombre, como hijo de Dios, creado por Él a
en que incurren las corrientes desescolari- su Imagen y semejanza, caído en el pecado y
zadoras, que es particularmente poderosa. redimido; la idea griega de hombre como
Porque los partidarios de la desescolariza- horno sapiens, acuñada por Anaxágoras, Platón
ción preconizan la desaparición de la escue- y Aristóteles, en la que la esencia humana
la, al suponer que, siendo la educación omni- aparece definida por el logos, por la raciona-
lidad; la idea naturalista del hombre, que lo siempre la huella de la época heroica, que
define como homo faber, es decir, como un cifraba la virtud en el ideario de la kulokagathzá.
animal más cuya inteligencia práctica se ha- Porque la belleza y rectitud moral -como
lla al servicio de las necesidades que, como exigencias genéricas de la educación inte-
animal, lo caracterizan: alimentación, re- gral del hombre griego- fueron concretán-
producción y poderío; la idea pesimista del dose en modulaciones diferentes desde Ho-
hombre como ser enfermo, decadente, de- mero a Píndaro, de éste a Simónides o a
sertor de la vida; finalmente, la idea del su- Sófocles, pero también dentro de la propia
perhombre, en la cual prevalece la exalta- sofística, en el platonismo, etc.
ción suprema de su soberanía. Tanto el valor que acredita la victoria del
Pero las ideas de hombre que el pensa- atleta, como la belleza conquistada median-
miento pedagógico ha ido autoproponién- te la disciplina gimnástica, o la justicia, en-
dose como modelos de educando integral tendida como veneración a los nomoi de la
no se corresponden puntualmente con estas ciudad, o el propio logos, es decir, la inteli-
cinco grandes ideas. Sin duda están relacio- gencia racional, según se revela en el len-
nadas con ellas, pero no son intemporales y guaje, en el pensamiento o en la acción,
carecen, por tanto, de esa validez general y desempeñaron entre los griegos el papel de
abstracta que tienen en Scheler, aunque, cier- contenidos privilegiados de la areté o de ma-
tamente, con frecuencia han sido propues- nifestaciones suyas.
tas como si, en efecto, tuviesen esa validez Jaeger menciona la extrañeza del poste-
universal. rior pensamiento cristiano ante las virtudes
No podemos estudiar con el detalle nece- griegas y, sobre todo, ante las virtudes po-
sario todos los referenciales históricos de líticas:
esta idea de Educando Total. A modo de
ejemplos más paradigmáticos considerare- El origen de la ética filosófica de Platón v
mos sumariamente los que se dieron en la de ~ r i s 2 t e l e en
s la ética de la viejaPolis nó
paideia griega, en el cristianismo medieval, fue conocido por los tiempos posteriores
en la obra de Comenio y en la teoría marxista. (...). Cuando la iglesia cristiana comenzó a
considerarla, halló sorprendente que Pla-
Todos están concebidos de acuerdo con un tón y Aristóteles mencionaran el valor y la
modelo genérico y esencialista de hombre. justicia como virtudes morales. Y tuvo que
Pudiera ser interesante, sin embargo, rese- habérselas con este hecho originario de la
ñar que la idea de Educando Total ha sido conciencia moral de los griegos. Para una
pensada, también, a partir de esquemas subs- generación ajena a la comunidad política y
tancialistas, individualistas o monadológi- al Estado, en el sentido antiguo de la pala-
cos. Asíocurre en Rousseau o en Neill. En bra y desde el punto de vista de una ética
sus respectivas teorías, el hombre genérico puramente individual y religiosa, no era com-
es aquél que llega a ser «el mismo)) y que prensible más que como una paradoja. Así,
realiza todas las potencialidades propias de compusieron disertaciones doctorales sin
fin sobre el problema de si el valor es una
su carácter y de su genio. Esta segunda idea virtud y cómo es posible que lo sea (19,
la consideraremos, sin embargo, sólo some- p. 110).
ramente y para contrastar la primera, por-
que de otro modo la exposición se alargaría
demasiado.
Porque, entre los cristianos, el hombre
que se propone como modelo de toda edu-
E l modelo de la areté en la paideia griega cación es Cristo, que dista mucho del héroe
victorioso y bello como una escultura de los
En el seno de lapaidela clásica, tal y como himnos de Píndaro, pero también se halla a
Jaeger la ha analizado, el concepto de areté, mucha distancia del ciudadano virtuoso y
que resumía la excelencia humana, fue mol- elocuente de la sofística, del filósofo plató-
deándose y cambiando, aunque conservase nico o del sabio contemplativo aristotélico.
E l modelo cristiano dignificar al sujeto humano. Cristo, humilde
y doliente, sometido a tentaciones, vejado y
La figura de Cristo, como modelo del ma- humjllado, víctima del escarnio y del tor-
gisterio cristiano, hubiera parecido a los clá- mento, se convierte en paradigma, en maes-
sicos la del antihéroe. Porque los griegos tro, en ((camino,verdad y vida)).Por eso, ser
habían vinculado siempre la virtud a la eudai- educado según el modelo cristiano signifi-
monzá: en su concepto, el hombre perfecto y cará imitar a Cristo. Y justamente la Imita-
virtuoso no podía menos que ser un hombre ción dé Crzjto (22), atribuida a T. Kempis, que
feliz. Sólo la desmesura podía conducir al se ccmceptúa como la mejor síntesis de la
héroe a la tragedia. Pero la ciencia de la ascética y mística medievales, es una buena
medida -secreto de la virtud- será tam- guía para entender el ideario de conducta
bién la clave de la dicha. Así lo subrayará cristiana. Un ideario que constituye, por cier-
Platón y sobre todo Aristóteles: la perfección, to, la contrafigura o el reverso de esta idea
el equilibrio, eran la condición de la pleni- pedagógica que analizamos, puesto que, por
tud y alegría. Por eso decía Aristóteles que una parte, recuperando la tradición del De
«la felicidad no puede encontrarse en el ni- Magzstro agustiniano, invalida toda enseñan-
ño, ni éste puede ser dichoso, lo cual tiene za que no sea la propia voz de Dios, en el
lugar exclusivamente en el hombre fo;ma- fondo del alma y, por otra parte, lejos de
do, porque es un ser completo)) (Gran Etica, orientarse a la edificación del hombre, a su
1, 4). La verdadera felicidad exigía, según forrriación, busca, por el contrario, su ani-
Aristóteles, dos condiciones: una virtud com- quilación en Cristo. En nombre de ese idea-
pleta y una vida plenamente desarrollada. rio, IKempis advierte contra «el deseo inmo-
Pero, a la vez, la vida virtuosa no era po>ible, derado de saber)), ya que «¿de qué vale la
según él, en el absoluto infortunio (Etica o ciencia sino de distracción y engaño?)) (22,
Nicómaco 1, VIII, pp. 48-49). 1, 2, 3), el ((tenerse a sí mismo como en na-
Para el ideal cristiano, en cambio, el hom- da)) (22, 1, 2, 14).
bre perfecto es aquel que, a imitación de Kempis recomienda vivir sobre la tierra
Cristo, asume voluntariamente la pobreza y como ((un desterrado y peregrino)) (22,
el sufrimiento, desprecia el mundo y su sa- I,17,3), ahondando en el dolor y en la com-
biduría, se vuelve humilde y se hace herma- punción: «El hombre bueno encuentra siem-
no de los más desventurados, de los misera- pre materia suficiente para dolerse y llorar))
bles, los enfermos, los débiles y los niños2. (I,21, 18). Pues el cristianismo ((hade nutrir-
Se comprende bien el coraje y la irritación se del pan de las lágrimas y beber en el llanto
de Nietzsche contra el modelo cristiano de de la abundancia)) (22, 1, 21, 24), ya que
humanidad, cuando afirmaba: ((tambiénCristo fue despreciado en este mun-
do por los hombres)) (II,l, 18). ((Persuadirse
Al cristianismo no se le debe adornar ni de que la vida debe ser un continuo morir))
engalanar: él ha hecho una guerra a muerte a (22, 11, 1 2 , 52), solazarse en la cruz y el
ese tipo superior de hombre, él ha proscrito martirio: tal es el camino para parecerse a Cristo.
todos los instintos fundamentales de ese El cristianismo durante muchos siglos re-
tipo (...). El cristianismo ha tomado partido
por todo lo débil, bajo, malogrado; ha hecho presentó, como supo ver Hegel (16, p. 345),
un ideal de la contradicción a los instintos de la negación de la educación: hizo, de ese
conservación de la vida fuerte (34, pp. 29- ((conducir hacia algo)), un conducir hacia
30). dentro de sí mismo, para aceptarse como
indigente y vano y para asumir la desdicha
El cristianismo medieval, en efecto, mo- exterior como ((dolor íntimo del hombre)),
deló durante siglos su ideal de hombre me- o la. desgracia como ((desgracia de su propia
diante la negación de todo cuanto pudiese naturaleza, que es en sí misma lo escindido y
2 Resulta revelador que el cristianismo, a diferencia de
lo (lissordante)).Así, el cristianismo convir-
Aristóteles, proponga como modelo a los nifios: «Haceos co- tió la dignidad de ser hijo de Dios en la
mo niños», etc. indignidad de ser hombre.
El modelo de Comenio sino nuestra primera y fundamental cons-
titución, a la que hemos de volver)) (6, V, 1).
El pensamiento cristiano supo producir, Esa primera y fundamental constitución pa-
sin embargo, ya en plena Contrarreforma, a ra la que el hombre fue creado es, en el
través del magnánimo espíritu de Comenio, concepto de Comenio, convertirse en refle-
saturado de esencias renacentistas y de un jo de la naturaleza divina. De hecho, como
amor pleno hacia la naturaleza, muy próxi- imagen de la Trinidad que es, el hombre
mo al del panteísmo de Bruno, una de las posee tres potencias: Entendimiento, Volun-
más bellas determinaciones de la idea de tad y Memoria, que se manifiestan, respecti-
Educando Total. vamente, en el Pensamiento, la Obra y la
Comenio, a quien las guerras de religión Palabra. La educación tendrá, pues, que de-
causaron tantas persecuciones y destierros, sarrollar ((los tres adornos del alma: Erudi-
supo afrontar la adversidad con el talante ción, Virtud y Piedad)) (6, X, 7). Y todo ello
admirable y la serena paz de quien confía, con un triple fin: ((para conocer las cosas
sin embargo, en que el universo, como obra que se ofrecen a la contemplación, en este
de Dios, está regido por leyes de orden y admirable anfiteatro)); para ((hacer lo que se
armonía (6, XIII, 14), y de que ((el hombre le presente hacedero)) y para ((gozar de todo
mismo no es sino armonía, tanto respecto aquello que el Criador, con generosa mano,
del cuerpo como del alma)) (6, V, 19). Esta le ofrece al hombre como huésped de su
convicción le permitió asumir para el cris- casa)) (6, X, 5).
tianismo reformado el ideal renacentista del Dios -dice Comenio - destinó la crea-
hombre total y totalmente reconciliado con ción para deleite del hombre. Por ello la
el mundo de la naturaleza. De ahí que con- educación ha de enserñar a gozar de cuantos
cibiese las escuelas como ((talleres de hu- bienes provienen de El, es decir: ha de ense-
manidad)), destinadas a ((laborar porque los ñar a disfrutar «los pensamientos que expe-
hombres se hagan verdaderamente hom- rimenta el varón sabio)), quien «en todas
bres» (6, X, 3). partes y en todas las cosas encuentra pen-
Su radical optimismo pedagógico, al igual samientos de tanta alegría que, a menudo,
que su optimismo metafísico, que inspirará arrobado y fuera de sí, se olvida de sí mis-
el de Leibniz, tenía raíces claramente reli- mo)); ((del deleite en uno mismo (...) que
giosas. Precisamente porque el hombre habia experimenta el hombre dado a la virtud)),
sido creado como imagen de Dios, de forma para quien «la buena conciencia es un per-
necesaria representaba y reproducía, según petuo banquete)). Y, finalmente, «del delei-
Comenio, los rasgos de su modelo, pues «de te en Dios)) (6, 12, 25).
otro modo no sería verdadera imagen)) (6, Pero, educar al hombre totalmente signi-
IV, 4). Y así, semejante al Dios omnisciente, fica educarle, no sólo en sus tres facultades,
describía Comenio al hombre ((colocado en sino «en sus relaciones con las criaturas in-
medio de las obras de Dios, teniendo su feriores, con sus semejantes los hombres y
luminoso entendimiento a la manera de un con el propio Dios)) (S, 111, X). Significa,
espejo esférico suspendido en lo alto, que asimismo, ((educarle en todos sus deseos,
reproduce las imágenes de todas las cosas, es esos deseos que, si Dios, que no hace nada
decir, de todo lo que le rodea)) (6. VI, 4). De en vano, ha inscrito, como instintos, en la
estas premisas deducía el pedagogo moravo propia naturaleza humana, ello no puede
la posibilidad de ((enseñar todo a todos y haber sido inútilmente)) (J, 111, XI-XII).
totalmente)) (6, X, 1). Comenio supo, pues, ofrecer a la Pedago-
Educar a los hombres en todo significaba gía un esquema de Educando Total que, aun-
para Comenio educarles «en todas sus par- que elaborado a partir del ideario cristiano,
tes y en todas las cosas que perfeccionan la reconciliaba de nuevo al hombre con el mun-
naturaleza humana)) (5, 111, 1). Y la natura- do y consigo mismo, de acuerdo con ese
leza era, en su concepto, «no la corrupción modelo de humanidad integral que se habia
inherente a todos después del pecado (...) gestado durante el Renacimiento.
E l modelo marxista actividad, de personificar lo que el propio
Rousseau conceptuaba como «la vocación
Otro paradigma de la idea de Educando común al estado de hombre)) (42, p. 234).
como Hombre Total, acaso el que ha tenido En cambio, la educación del hombre total
y tiene mayor vigencia en la época contem- raramente ha sido concebida como una edu-
poránea, es el preconizado por el marxismo, cación enciclopédica: no se trata de enseñar
concebido como una réplica a la unilateri- omni re scibile, ni de adiestrar en todos los
dad producida por la división del trabajo. Ya oficios, sino de formar en el educando la
en La Ideologzá alemana, Marx y Engels (28, esencia genérica de la humanidad.
p. 34) soñaban el paso a la sociedad comu- Las contradicciones implícitas en la idea
nista de Educando Total proceden de la imposibi-
lidad de llevarla a la práctica. Ante todo, por
donde cada individuo no tiene acotado un ' el hecho de que no existe el hombre genéri-
círculo exclusivo de actividades, sino que co: líi suposición de una esencia humana
puede desarrollar sus aptitudes en la rama que la educación debería potenciar, apro-
que mejor le parezca; la sociedad se encarga ximándose a realizarla lo más plenamente
de regular la producción general, con lo posiblle, es una suposición metafisica, que se
que hace cabalmente posible que yo pueda
dedicarme hoy a esto y mañana a aquello, disuelve en cuanto trata de ser aplicada. Por-
que pueda por la mañana cazar, por la tarde que, ciertamente, existen diferentes mode-
pescar y por la noche apacentar el ganado y, los de humanidad, pero siempre plurales y
después de comer, si me place, dedicarme a empíricamente determinados por el momen-
criticar, sin necesidad de ser exclusivamen- to histórico y por las necesidades y funcio-
te cazador, pescador, pastor o crítico, se- nes de cada sociedad. Pero no hay nada en el
gún los casos. hombre -ni siquiera la racionalidad- que
pueda ser elevado a objetivo universal por
Para suprimir ese ((carácter unilateral)) que cualquier ideario educativo. (De hecho, tan-
imprime en cada individuo la división del to el cristianismo como el modelo nietzs-
trabajo y, con ella ((todadiferencia de clase)), cheaiio del superhombre han puesto la esen-
así como la oposición entre la ciudad y el cia genérica del hombre en valores distintos
campo, Engels propondrá en los PrinctiJios de la razón). Por ello cabe decir, con Dilthey:
del Comunismo (9, p. 432) una educación poli-
técnica, que permita recorrer a los jóvenes Lo que el hombre sea lo sabe sólo en
((todo el sistema productivo)),pasando suce- el desarrollo de su ser a través de los siglos,
sivamente por todas las ramas de la pro- pero nunca hasta su última palabra y nunca,
ducción. tampoco, en conceptos de validez general
También Lenin (10, pp. 40-41) proponía (...). Por eso el fin último de la vida humana
un sistema capaz de ((educar, instruir y for- nunca puede ser expresado en conceptos
(...). Por eso, tampoco, puede ser reducido
mar hombres universalmente desarrollados a ninguna fórmula el fin de la educación
y universalmente preparados, hombres que (8, p. 20).
sabrán hacer de todo)).
Es posible que las interminables discusio-
nes a que dio origen, entre los griegos, el
L h i t e s de la idea de Educando Total contenido de la areté y la repetida ironía de
Sócrates frente a sofistas que, como Protá-
Los modelos examinados no son todos los goras o Hipias, aspiraban a educar al hom-
posibles, pero sí los que más significativa- bre total o al ciudadano perfecto, tengan, co-
mente hacen referencia a la idea de Edu- mo transfondo, la evidencia de que no exis-
cando Total. Todos ellos aspiran a educar a te una esencia humana simple y armónica,
un sujeto capaz de desempeñarse bien ante que pueda conjugar en sí todas las virtudes
cualquier situación humana, de enfrentarse posibles. Quizás por ello Platón tendió, más
a cualquier ambiente, de realizar cualquier bien, a concebir al hombre como habiendo
nacido especialista (Cfr. 33 11, 670 a-b) y dificultades (Cfr. 48. ibid.). Y ello porque la
trasladó, en cambio, a la ciudad, esa irre- realización parcial del ser humano sólo se
nunciable aspiración a la armonía y a la ple- consigue mediante una reducción y una mu-
nitud. tilación de la vida psíquica, que difícilmente
Pero la concepción de la naturaleza hu- puede convertirse en objetivo deseable. El
mana como la de un especialista es tan hi- propio Marcuse en E l Hombre unidimensional
postática, tan inauténtica y, sobre todo, tan (26) ha puesto de relieve hasta qué punto !a
insatisfactoria como irrealizable es la idea unilateralidad impuesta por la sociedad in-
de hombre integral. Por eso la pedagogía dustrial avanzada es causa de derrota, de
raramente suele conformarse con proposi- represión y de infelicidad humana.
ciones tan modestas como la de Voltaire, Resulta así que la realización total del hom-
quien recomendaba: ((Cadauno debe apren- bre mediante la educación es un ideal inal-
der, desde niño, lo que le sirve para desem- canzable, pero la renuncia a ese ideal es,
peñas la profesión que piensa ejercer)) (47, siempre, insatisfactoria. Por ello la historia
p. 220. Sub voce educación). de la pedagogia exhibe numerosos intentos
de educar a un hombre total, pero redu-
La recomendación de Voltaire propicia, ciendo esa totalidad a límites realmente mo-
por su parte, esa suposición substancialista, destos. No se puede interpretar de otro mo-
tan inconsistente como la esencialista, por do el hecho de que, incluso los proyectos
la que cada hombre se concibe como un ser más deslumbrantes y ambiciosos de Educan-
absolutamente único, una mónada cuya vo- do integral contengan correctivos internos
cación se halla inscrita en su propia sustan- destinados a salvar el hiato entre el ideal y
cia individual. La educación, en este caso, sus efectivas probabilidades de ejecución.
tendría el corrietido de convertir en acto las Así, por ejemplo, el propio Comenio, sin
potencialidades de cada individuo. El lema renunciar al proyecto, que define su Didácti-
de la pedagogia sería, pues, esa versión sui ca Magna, de ((enseñarlo todo a todos y to-
generzj del ((sé quien eres)) de Píndaro que talmente)),especifica, sin embargo (6, X, 1):
queda, efectivamente, traducido en el lema
rousseauniano: ((cada espíritu tiene su forma No ha de entenderse con esto que juzgue-
propia, según la cual ha de ser educado)) (42, mos necesario que todos tengan conoci-
p. 83), pero también en el ((dejad que el niño mientos (especialmente acabados y labo-
sea él mismo)) de Neill(33, p. 241). Rousseau riosos) de todas las ciencias y artes. Esto, ni
es útil por su misma naturaleza, ni posible,
no descartaba, sino que presuponía conse- dada la brevedad de la humana existencia
guir, de este modo, un hombre universal, (...) Por tanto, todos los que hemos venido
que no sería soldado, sacerdote, ni magistra- a este mundo, no sólo como espectadores,
do, sino ((primeramente hombre)) y del cual sino también como actores, debemos ser
afirmaba: enseñados e instruidos acerca de los funda-
mentos, razones y fines de las principales
Todo lo que el hombre debe ser, sabrá cosas que existen y se crean.
serlo de acuerdo con las necesidades, tan
bien como cualquiera; y aunque la fortuna Constituye una considerable reducción de
le haga cambiar de sitio, él siempre estará la omnisciencia -esa omnisciencia que hacía
en el suyo (42, p. 12). al hombre semejante a Dios- el limitarla al
conocimiento de ((losfundamentos, razones
En general, sin embargo, la suposición subs- y fines de las principales cosas que existen)).
tancialista conduce a una visión muy pecu- Pero, además, ¿cómo determinar cuáles son
liar del hombre abstracto, el cual aparece esas cosas principales? Dicha determinación
ahora, en palabras de Whitehead (48, p. 27) consistirá, inevitablemente, en una restric-
como «un especialista por naturaleza)). ción y paralización del ideal de lapansofla y,
Pero la especialización constituye para la en definitiva, en la negación y en la quiebra
pedagogia una nueva fuente de problemas y de dicho ideal.
La misma suerte ha seguido la seductora y deriva del extremo en donde se apoya la
idea marxista del hombre omnilateral. Su relación pedagógica. Como quiera que, en
determinación, a través de la instrucción po- cuanto relación, exige, por lo menos, dos
litécnica, lo convierte, a lo sumo, en un obre- términos -educador y educando- resulta
ro ilustrado y versátil, que recorre las prin- posible contemplarla tanto desde el punto
cipales ramas de la producción industrial (9, de vista del emisor como del receptor. La re-
p. 432) o, incluso, según Krupskaia (23, lación se vuelve imposible cuando ni siquie-
p. 164), tan sólo una de ellas -por ejemplo, ra puede ser emitida. La relación se torna,
la rama textil- aunque procurando que lle- en cambio, inconveniente cuando, aunque
gue a conocerla con la mayor amplitud y puecla ser emitida, sus efectos sobre el re-
profundidad posibles. En todo caso, la edu- ceptor se consideran nocivos o dañinos.
cación politécnica se halla muy lejos de ga- S610 así cabe entender la diferencia entre
rantizar la formación de ese hombre que, aquellas teorias que niegan la posibilidad de
según lo habían descrito Marx y Engels, po- la educación, por considerar que el educa-
dría ser simultáneamente pastor, pescador, dor no puede hacer otra cosa que instruir
cazador y crítico. (enseñar a tocar la flauta, como Ortágoras, o
enseñar a pintar, como Zeuxipo, pero nun-
ca enseñar la virtud -como inicialmente
LA RELACION PEDAGÓGICA parecía defender Sócrates, frente a Protágo-
COMO IDEA TOTAL ras, en el diálogo platónico (36, 318 b - 319-
e-), y entre aquellas otras teorías que, aun
El tercer tipo de totalización posible a la admitiendo que la educación puede, en efec-
que conduce el concepto de educación, no to, ser ejercida, consideran que dicho ejerci-
es unívoca, como las anteriores, sino que cio resulta enteramente perjudicial para el
puede adoptar tres modalidades diferentes. receptor de la misma.
Y esto ocurre porque la relación pedagógica Cabe mencionar, en este segundo caso, la
es algo puramente formal y todavía más in- posición de Condorcet, quien, en su intento
determinado que el educador o el educado de definir la ((naturaleza y objeto de la ins-
como condiciones de la experiencia educa- trucción pública)), de acuerdo con los cáno-
tiva. Necesita pues, mucho más que éstos, nes de la Revolución francesa, establecía que
ser especificada en su contenido y en sus «la educación pública debe limitarse a la
fines. instrucción)), convencido de que, si la escue-
Sin embargo, las propias condiciones de la la pública se dedicase, también, a educar,
experiencia permiten concebirla Únicamen- atacaría «el derecho de los padres)) y ((lle-
te según tres contenidos genéricos: en la garía a ser contraria a la independencia de
dirección de la ((instrucción))o cultivo de la las opiniones)) (7, pp. 42-47). Según él, «la
inteligencia; en la dirección de la ((forma- libertad de estas opiniones no sería sino ilu-
ción del carácter)) y en una tercera que con- sorja si la sociedad se apoderase de las gene-
cilia a una y otra, en la dirección de una raciones nacientes para dictarles lo que de-
((educación integral)). ben[ hacer. El que al entrar en la sociedad
lleva consigo las opiniones que la educación
le ha proporcionado, ya no es hombre libre,
Instrucción Total es esclavo de sus maestros)) (7, pp. 46-47).
Por razones muy similares a las de Con-
Cuando la relación pedagógica se concibe dorcet, el propio Marx, en la Cri'tica al Pro-
como totalmente instructiva, esa totalización grama de Gotha (27, p. 42) enjuiciaba como
excluye la posibilidad o la conveniencia de ((absolutamente inadmisible)) una ((educa-
la formación del carácter. Es necesario, sin ción popular a cargo del Estado)).Y precisaba:
embargo, distinguir aquellas otras que se li-
mitan a postular la inconveniencia de dicha ¡Una cosa es determinar, por medio de
formación. Esta diferencia no es irrelevante una ley general, los recursos de las escuelas
públicas, las condiciones de capacidad del como totalmente educadora. Dicha totaliza-
personal docente, las materias de enseñan- ción excluye, recíprocamente, la instruc-
za, etc., y velar por el cumplimiento de es- ción.
tas prescripciones legales mediante inspec- En este segundo grupo parece también
tores del Estado (...), y otra cosa, completa- importante subrayar la diferencia entre las
mente distinta, es nombrar al Estado edu-
cador del pueblo! Lejos de esto, lo que hay opiniones de quienes niegan la posibilidad
que hacer es substraer la escuela a toda de instruir, y las de quienes se limitan a
influencia por parte del gobierno y de la negar la conveniencia de la instrucción, ad-
iglesia. mitiendo sólo la necesidad de la formación.
En el primer caso, cabe incluir la teoría
Marx n o podía prever, sin duda, la orien- pedagógica de C. Rogers, para quien sólo es
tación que, en el futuro, iba a adquirir la posible y valiosa la educación, nunca la ins-
educación marxista-leninista, en los países trucción: ((losresultados de la enseñanza son
comunistas, cuando e n la exposición reali- triviales y perjudiciales)) (40, p. 125). Según
zada e n las sesiones de los días 10 y 17 de su concepto, únicamente son relevantes
agosto de 1869, en el Consejo general de la aquellos aprendizajes «que tienen influencia
A.I.T. (29, p. 159) establecía que: significativa para la conducta)) (40, p. 124).
Pero ese tipo de aprendizaje que va orienta-
En las escuelas no hay que enseñar más d o a modificar la conducta «no puede ser
que gramática, ciencias naturales... etc. Las transmitido directamente a otra persona))
reglas gramaticales no cambian, ya sea un (40. Ibid.), y sólo da resultado con el auto-
conservador clerical o un librepensador quien descubrimiento y la autoasimilación.
las enseñe. Las materias que admiten con- Rogers, que parte de una teoría de la inco-
clusiones diversas no tienen por qué ser municabilidad, tiende a concebir la persona
enseñadas en las escuelas. de acuerdo con esquemas monadológicos:
También Tolstoi preconizaba abstenerse El ser humano tiene la ca~acidadlatente
de educar a los niños en la escuela, persua- o manifiesta de comprenderse a sí mismo,
dido de que ése era u n derecho exclusivo de de resolver sus problemas de modo sufi-
la familia: ciente para lograr la satisfacción y la efica-
cia necesarias a un funcionamiento adecua-
Estoy convencido de que la escuela no do (...); tiene igualmente tendencia a ejer-
debe intervenir en educación, pura incum- cer esa capacidad (41, vol. 1, pp. 28-29).
bencia de la familia; no debe castigar ni
recompensar lo que ella no tiene derecho, Al igual que una mónada autoabastecida
que su mejor policía y administración con- de sus correspondientes predicados y de la
siste en dejar a los alumnos en absoluta energía interior necesaria para la acción in-
libertad de aprender y de arreglarse entre manente y el autoconocimiento, el yo, se-
ellos como mejor les parezca (46, p. 24). gún Rogers, es una totalidad cerrada e inco-
municada con los demás yoes, excepto por
Educar suponía para Tolstoi arrogarse el la vía de la empatía, de la representación
derecho de premiar y castigar, es decir, de interior del otro. Para que esa comunicación
ejercer una violencia sobre los escolares que empática sea posible, debe existir previa-
él consideraba injustificada y peligrosa. mente una armonía efectiva, u n clima de
confianza mutua:

Formación Total El ejercicio de esa capacidad requiere un


contexto de relaciones humanas positivas,
favorables a la conservación y a la valoriza-
Frente a las teorías que acabamos de men- ción del yo, es decir, requiere relaciones
cionar, partidarias de instruir, pero n o de carentes de amenaza o de desafío a la con-
educar, existen aquellas otras que, por el cepción que el sujeto se hace de sí mismo
contrario, conciben la relación pedagógica (41, PP. 28-29).
De acuerdo con estos principios, la ins- fusiona a ambas. Ello conduce a un concep-
trucción no es posible, puesto que nadie to de educación integral que es solidaria y
puede enseñar nada importante o valioso a complementaria de la idea de Educando To-
ningún otro (Cfr.40, pp. 124-125).Cada hom- tal. El ideario comeniano de una docencia
bre sólo puede aprender por sí mismo, de que sintetiza erudición, virtud y piedad, o la
un modo inmanente, y exclusivamente aque- educación preconizada por Marx, combinan-
llos contenidos que no son amenazadores do trabajo productivo con enseñanza y gim-
para el yo (40, p. 127). El influjo educador nasia, constituyen dos buenos ejemplos de
cabe, sin embargo, por vía indirecta: median- esta idea.
te la creación de un clima de confianza y de En La instrucczij'n integral, Bakunin (2) pro-
relaciones humanas positivas, favorables a pone objetivos similares y abarca, «al lado
la valorización del yo. de la "enseñanza científica o teórica" (...) la
<<
Algo distinta y acaso menos radical que la enseñanza industrial o práctica". Sólo así
de Rogers es la posición de Neill, quien no se forma el hombre completo)) (2, p. 49).
niega la posibilidad de la instrucción, pero la Aunque Bakunin exige, además, una educa-
considera contraproducente y dañina. En su ción moral en y para la libertad (2, p. 50).
opinión:
«las materias escolares son uno de los Límites de la relación pedagógica concebida
medios empleados por el gobierno para evi- como Relacton Total
tar que el niño reciba educación))(30, p. 43).
Dichos límites vienen dados, obviamente,
Partidario de preocuparse únicamente de por 1-1hecho de que ni la instrucción ni la
las emociones, excluyendo la formación de formación pueden ofrecerse nunca en esta-
la inteligencia (Cfr. 32, p. 352), insiste cons- do puro, pues no resulta posible despojar
tantemente en que «la educación debería los contenidos instructivos de sus conse-
relacionarse con la vida y no con la adquisi- cuencias educativas; pero tampoco cabe rea-
ción de conocimientos)) (32, p. 353). Hay lizar una educación del carácter ajena a algu-
que formar ((corazones, no sólo cabezas en na forma de instrucción o de información.
la escuela)), como reza el título de uno de De a.hí la paradójica posición que desempe-
sus libros (31). Porque, después de todo, «la ña Sócrates en el Protágoras platónico, tra-
mayor parte de lo que el niño aprende en la tando de negar la posibilidad de enseñar la
escuela lo olvida casi inmediatamente (...) virtud, precisamente él, el educador por an-
Alguien dirá que nos enseñaron a pensar. tonomasia de los atenienses, él, que había
¡Tonterías! Nos enseñaron a aburrirnos. La intentado repetidamente convencer de que
enseñanza en sí tiene poca importancia en la virtud era una consecuencia de la sabi-
un mundo enfermo)) (32, p. 352). duría y del recto conocimiento. En esta pa-
Neill es, después de todo, un heredero de radoja han incurrido, asimismo, aquellos
Rousseau, que también concedía, como es edulcadores que han propiciado una instruc-
sabido, mucha mayor importancia a la edu- ción sin educación. i Es posible enseñar, co-
cación de las emociones y a las leyes del mo quería Tolstoi, sin premios ni castigos?
corazón que a la vana erudición de los sabios ¿Ac,aso el propio éxito o fracaso en la ins-
(Cfr. 42, p. 109). trucción no comporta lo que el conductis-
mo llama ((refuerzos))positivos y aversivos?
Y con más razón todavía en cuanto que la
Educación Integral escuela de Yasnaia Poliana impartía notas y
calificaciones que, según Tolstoi, habían es-
La relación pedagógica puede ser conce- tablecido los propios alumnos, ((porque en
bida, sin embargo, de acuerdo con un tercer ellas encuentran una apreciación de su tra-
tipo de totalización, que no excluye la for- bajo» (46, p. 28). Además, pretender ense-
mación, ni tampoco la instrucción, sino que ñar -como Tolstoi- Historia Sagrada, His-
toria Rusa o Geografía, sin proporcionar, que no fuera abusivo ni contradictorio,
simultáneamente, una formación religiosa y ((puesto que nos son indicadas por la na-
política es, en realidad, una quimera. turaleza de nuestra razón, y es imposible
De igual modo, resulta también inco~sis- que ese tribunal supremo de todos los de-
tente la exigencia de una educación sin ins- rechos y pretensiones de nuestra especula-
trucción. El educador que no quiere instruir ción contenga ya originarias ilusiones y en-
instruye al menos sobre un tipo de conteni- gaños)) (20, vol. 11, p. 296).
dos: sobre su propia doctrina, que se con- A partir de esta suposición, Kant creía
vertirá, de forma abusiva, por unilateral, en poder distinguir un uso puramente ((regula-
materia privilegiada de la información o ins- tivo» de la razón, que contrastaría con su
trucción impartida al discípulo. Por ello la uso constitutivo^^. Este tenia una función
educación sin instrucción -la de Rogers, la ostensiva, reificadora, constructiva: trataba
de Neill, etc.-. constituye, en el fondo, una de determinar los ((objetos)) de las ideas,
impostura. incurriendo necesariamente en contradicción.
Pero si instrucción y formación no pue- En cambio, el uso «regulativo>)era pura-
den subsistir por separado, ya que se inclu- mente heurístico y hacia, de esas ideas, sim-
yen y exigen mutuamente, la conjunción de ples ((objetivos))que, a modo de máximas,
ambas en un proyecto totalizador de educa- indicarían la dirección en la que habría que
ción conduce a una idea igualmente metafí- buscar los objetos, pero sin determinar nun-
sica: es la idea de Educación Integral, inti- ca los objetos mismos.
mamente emparentada con la idea de Hom- Kant observaba, asimismo, que las tres
bre Total, y cuyas dificultades internas ya ideas metafísicas, utilizadas de un modo pu-
fueron examinadas anteriormente, al mos- ramente heurístico o regulativo, fortalecían
trar cómo cualquier determinación de esa y favorecían hasta lo infinito el uso empiri-
idea implicaba su limitación y, por tanto, su co de la razón, ((abriendo nuevos caminos
disolución como idea totalizadora. que el entendimiento no conoce))(20, vol. 11,
p. 303), y ofreciendo al propio entendimien-
to la ventaja de una coherencia sistemática
que «no solamente favorece la extensión de
éste, sino que, al mismo tiempo, garantiza,
Hemos examinado un conjunto de plas- también, su exactitud)) (Ibid.).
maciones de esas tres grandes ideas que la Pues bien, las grandes ideas pedagógicas,
razón pedagógica elabora cuando totaliza tomadas como ideas puramente regulativas,
cada una de las tres condiciones de la expe- desempeñan un cometido análogo, propor-
riencia educativa, y hemos podido ver hasta cionando a la práctica educativa un princi-
qué punto dichas ideas conducen siempre a pio de coherencia interna y abriendo para
contradicciones inevitables. ella la vía de un perfeccionamiento infinito,
De todo ello puede inferirse que el com- que salta siempre más allá y sin desalentarse
portamiento de las grandes ideas pedagógi- nunca por las limitaciones e imperfecciones
cas es, por lo menos, análogo al de las gran- de la realidad pedagógica.
des ideas metafísicas, tal y como Kant lo Por ello mismo, ninguna doctrina peda-
analizó, y que la razón pedagógica, siendo gógica que se precie puede renunciar a la
un caso particular de la razón práctica, es, aspiración de educar lo más integralmente
también, generadora de ilusiones y víctima posible al educando, y a controlar lo mejor y
del error transcendental, a causa de la inevi- más completamente que pueda, los estímu-
table inconsistencia en la que incurren sus los que se ejercen sobre él. Hay que tener
genuinas construcciones. siempre presente, sin embargo, que cual-
Sin embargo, el propio Kant advirtió, en el quier determinación de estas aspiraciones,
Apéndice de la Dialéctica Trascendental, que las en un programa efectivo, va a suponer, nece-
ideas de la razón, en tanto que necesarias e ine- sariamente, la quiebra de estas ideas y una
ludibles, habían de tener alguna función y un uso realización contradictoria de las mismas.
Esto no quiere decir, sin embargo, que las forma de totalitarismo. El pensamiento ne-
ideas pedagógicas hayan de ser mantenidas cesitará siempre aceptar un cierto grado de
en el limbo de la teoría, para que ningún impureza, de incompletitud, de pluralidad
compromiso empírico llegue a manchar su en la experiencia educativa, y necesitará, asi-
pureza. Conferirles una función regulativa misrrio, habituarse a coexistir con la imper-
significa, justamente, lo contrario: hacerlas fección, pues el concepto de una educación
solidarias de la práctica y comprometerlas perfecta y absoluta conduce, al final, a la
en una atenta vigilancia que impida cualquier más pavorosa quimera concebible.

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