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Método en teología

Jim Morin, Talca, Enero del 2020

Method in Theology se publica en 1972 y consta de catorce capítulos divididos en dos partes. La
primera con cinco capítulos establece el marco antropológico de la obra sobre las operaciones de la
conciencia intencional mediante las cuales se busca establecer el bien del orden en un mundo animado
por valores y mediado por significados dentro los cuales se considera las expresiones de la experiencia
religiosa. Los capítulos de la segunda parte tratan de las ocho especialidades funcionales que en
acuerdo con las operaciones de la conciencia intencional tratan de la investigación de los datos, la
interpretación, la historia e los historiadores, la dialéctica, la explicación de los fundamentos, el
establecimiento de las doctrinas, la sistematización y la comunicación.
El capítulo uno establece que el patrón de operaciones cognitivas -de observar y preguntar para
entender con el fin de juzgar con fundamentos y deliberar lo que uno debe hacer- fundamenta un
método mediante lo cual el sujeto autentico trasciende en relación con el objeto que desea conocer, lo
que comprende compuestamente como dato, idea, real y bien. El descubrimiento y autoapropiación de
uno mismo mediante estas operación cumple múltiples funciones. Normativa en cuanto la conciencia
intencional exige que uno sé atento, inteligente, razonable y responsable. Critica en cuanto el método
pone al descubrimiento las contradicciones en teorías equivocadas sobre el conocimiento. Dialéctica en
cuanto busca revertir posiciones equivocados sobre lo que es conocer. Sistemática en cuanto el proceso
cognitivo asegura continuidad en el desarrollo de un conocimiento cada vez más pleno. Heurística en
cuanto el método tiene como finalidad transformar lo desconocido en conocido. Unificadora en cuanto
las operaciones de la conciencia intencional constituyen los método particulares de la teología, así
como del sentido común, las ciencias naturales y humanas, dando los una base común para la solución
interdisciplinaria de problemas fundamentales. Comprensiva porque el campo transcendental no se
define por lo que se conoce, sino por todo acerca de que se puede preguntar.
El segundo capitulo examina como la conciencia intencional se potencia concretamente en la búsqueda
del bien humano por medio del desarrollo de habilidades, sentimientos, valores, creencias y por la
cooperación institucional. Lonergan sigue el análisis de Piaget en cuanto al desarrollo diferenciado de
habilidades mediante las cuales los sujetos se adaptan a su ambiente. Distingue entre las operaciones
inmediatas de los sentidos y las mediadas por el lenguaje y los símbolos, lo que permite diferenciar
etapas de desarrollo psicológico y histórico. Los sentimientos impulsan el desarrollo de las respuestas
intencionales en relación con lo que se desea o valora. Las respuestas pueden orientarse por lo que es
agradable o desagradable, o por un orden ascendente de valores vitales, sociales, culturales, personales
y religiosas. Las respuestas al valor lleva al sujeto a elegir un objeto o una persona por causa del cual
transciende a si mismo. El desarrollo personal y social se potencia por medio de la colaboración
institucional sostenida por experiencias comunes, sentimientos mutuos, intelecciones complementarias,
juicios semejantes y valores compartidos. El progreso en el desarrollo del bien del orden social depende
de sujetos auténticos quienes observan los preceptos transcendentales: sé atento, sé inteligente, sé
razonable, sé responsable. El descuido o rechazo de estos preceptos constituyen las formas más básicas
de enajenación y el rechazo de la auto-transcendencia convierte el progreso en decadencia acumulativa.
El capitulo tres examina como la significación se encarna en la intersubjetividad humana, en el arte, en
los símbolos, en el lenguaje, en las vidas y en los hechos de las personas. Distingue entre fuentes de
significación transcendentales y categoriales. Las transcendentales son el dinamismo de la misma
consciencia intencional que atiende y cuestiona en relación con los datos, la inteligibilidad, la verdad,
la realidad y el valor. Las categoriales son las respuestas alcanzadas mediante la experiencia, la
comprensión, el juicio y la decisión. Los actos de la significación son: potenciales en una sonrisa, una
obra de arte, un símbolo, el sentir y el entender; formales al concebir, definir, suponer y formular;
plenos en un acto de juzgar; efectivos en los juicios de valor que llegan a decisiones y acciones; y
instrumentales cuando se exteriorizan en interpretaciones. La significación cumple funciones
cognoscitivos, eficaces, constitutivas y comunicativas, que dan cohesión comunitaria y histórica a la
existencia humana. Mientras la naturaleza se desarrolla de acuerdo con sus leyes, el ser humano es
histórico e implicado en el desarrollo acumulativo de significados. Las exigencias de la conciencia
intencional hacen surgir cuatro campos diferenciados de significación. La exigencia de satisfacer las
necesidades humanas hace surgir el campo del sentido común, cuya inteligencia práctica busca sostener
el desarrollo técnico, económico, político y cultural. La exigencia sistemática hace surgir el campo de
la teoría que busca comprender las cosas no en relación con nuestras necesidades, sino en acuerdo con
el rigor del conocimiento científico. La exigencia crítica hace surgir el campo de la interioridad, que
por medio de la auto-apropiación el sujeto descubre cómo la consciencia intencional sustentan el
desarrollo tanto del sentido común, como de las ciencias y el auto-conocimiento. Finalmente la
exigencia transcendente de la conciencia intencional esta animado por un deseo irrestricta por conocer
la inteligibilidad, la verdad, el bien y Dios. En acuerdo con este diferenciación de campos de
significación, Lonergan presenta un modelo de tres fases para interpretar el desarrollo histórico. En la
primera fase el desarrollo de la conciencia intencional sigue el modo del sentido común. En una
segunda fase aparece además la la teoría controlado por la lógica lo que permite el desarrollo del
pensamiento filosófico y de las ciencias. En una tercera fase el desarrollo de la significación encuentra
su punto de apoyo en la interioridad, en la apropiación de la propia conciencia intencional que conoce
cuando el sujeto transcendé auténticamente. Tal división es temporal en cuanto hay que estar en la
primera fase para avanzar a la segunda y después a la tercera. Pero no es cronológico en cuanto mucha
de la población pueden tener una conciencia indiferenciada, aunque una cultura se encuentra en una
segunda o tercera fase.

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