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Objetivo General: Comprender el concepto de Oratoria

Objetivos Específicos:
• Identifica los elementos que conforman la oratoria.
• Manejar técnicas para el control de la ansiedad.
• Reconocer las características diferenciadoras de cada orador, basándose en el respeto
a su autenticidad.
• Incorporar la comunicación no verbal consciente como eje estratégico de la oratoria.
• Hacer uso de la comunicación verbal y la entonación (La voz).
• Aplicar aspectos operativos y elementos de apoyo que permitan asegurar un desempeño
eficiente en la oratoria.
• Generar empatía con la audiencia.

La Comunicación:

El ser humano es un ser social. El comportamiento social es instintivo y se denomina “instinto


gregario” a esa necesidad de vivir en grupos y de organizarnos. Estos determinantes genéticos
nos otorgan la facultad de comunicarnos, desde las Tribus Yanomami del Amazonas a las
complejas sociedades occidentales. Al mismo tiempo, la capacidad de establecer un código de
comunicación común -el lenguaje- permite la abstracción de las cosas en ideas o conceptos y
esto es el “raciocinio” que nos diferencia de los animales. Por tanto la capacidad de
comunicación forma parte fundamental de lo que nos define como especie.
El Arte de Hablar en Público

Sin embargo, el hablar en público (La oratoria) se refiere a otra clase de comunicación, que no
es instintiva, ni necesariamente está ceñida la presencia de unas aptitudes específicas y por
tanto se puede aprender y enseñar.

Definición de Oratoria

La Real Academia de la Lengua Española (RAE) define la oratoria de la siguiente manera:


“arte de hablar con elocuencia; de deleitar, persuadir y conmover por medio de la
palabra.”
La elocuencia a su vez es: La habilidad de expresarse en público de una forma atractiva,
agradable, persuasiva y convincente.
La elocuencia está ligada a la retórica: La cual es una disciplina que se encarga de estudiar y
sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje puestos al servicio de una
finalidad persuasiva y/o estética y/o comunicativa.
Ambos conceptos provienen de la antigua Grecia, se complementan e incluso -según la
interpretación de cada autor de los textos clásicos- a veces hasta se solapan, en este taller
diferenciaremos la elocuencia de la retórica entendiendo que la retórica se refiere más a la
coherencia lógica y argumentada del discurso y la elocuencia al atractivo de su expresión
hablada.

Oratoria: Conjunto de principios y técnicas que nos permiten la expresión oral con la
intención de transmitir un mensaje específico ante un público numeroso y/o variado de
forma controlada, agradable, persuasiva y convincente, generándonos la menor
ansiedad posible.
La timidez y el temor a hablar en público

La timidez y el temor a hablar en público provienen de nuestro proceso de socialización,


cuando nos enfrentamos a una audiencia en cierta medida nos exponemos ante otros y como
es natural tememos no ofrecer una imagen atractiva, si además, el motivo que hace ejercer la
oratoria se relaciona con nuestro desempeño profesional o académico existe el miedo a recibir
un juicio que descalifique nuestro trabajo. Entonces, surge el recelo a hablar en público que es
un mecanismo de defensa que ponemos en marcha para tratar de evitar una situación que nos
genera ansiedad.

La confianza y seguridad personal son un estado psicológico; producto de la competencia,


conocimientos y habilidades del orador; y le permiten enfrentar situaciones adversas y salir
airoso de ellas.

Para tener esa confianza es básico que el orador se conozca a sí mismo, sepa cuales son sus
Fortalezas y sus Debilidades, identifique que Oportunidades debe aprovechar y de que
Amenazas se debe alejar (Análisis FODA).

Una vez que el orador se conoce y se siente seguro debe estar confiado en sus conocimientos
relacionados con el tema a exponer y los recursos de apoyo a utilizar. En la medida en la que el
orador tenga control del hecho expositivo la ansiedad disminuirá.

La actitud mental positiva una vez que nos conocemos a nosotros mismos, tenemos un
conocimiento profundo del tema del que vamos a hablar y controlamos los elementos de
apoyo que vamos a utilizar, sólo, nos queda el desarrollar una actitud mental positiva, que nos
permita enfrentarnos a una audiencia con la sensación de que lo haremos bien, pasaremos un
buen rato y cumpliremos con nuestros objetivos, para esto podemos utilizar diversas técnicas,
algunas de las cuales repasaremos aquí:
1.- Ensaye varias veces su discurso ante el espejo y ante terceros, corrija sus debilidades y
potencie sus fortalezas.
2.- Racionalice sus temores: pregúntese qué es lo peor que puede pasar y si pasa cómo lo
resolveré, entonces se dará cuenta que por importante que sea su discurso si lo hace mal
siempre habrá un remedio, no es tan grave.
3.- Recuerde que en la mayor parte de los casos usted siempre conocerá mejor el tema del que
va a hablar que sus oyentes (Esto es verdad incluso en el desempeño académico, si se trata
de su tesis de grado o de un trabajo práctico Ud. sabrá más del tema y del ángulo desde el que
este se aborda que sus evaluadores).
4.- Utilice la autosugestión, repítase una y otra vez cuales son sus cualidades como orador,
céntrese en ellas y visualícese a usted mismo al terminar el discurso con el beneplácito de su
audiencia.
5) Caliente el cuerpo como los deportistas: Para esto puede calentar la voz como los cantantes
aeiou...aeiou, recitar un poema o decir un trabalenguas, leer algún pequeño texto en voz alta
variando la entonación, realizar ejercicios de estiramiento, rotar la cabeza y moverla de lado a
lado para relajar el cuello o ejercitar los músculos de la cara.
6.- Aprenda a soportar la ansiedad previa al discurso: es natural que momentos antes de
enfrentarnos a un auditorio estemos nerviosos. Es allí, cuando debemos respirar profundo y
utilizar todo lo anteriormente expuesto, es decir,: mientras vamos respirando recordaremos:
tenemos un conocimiento profundo del tema a tratar, controlamos los elementos operativos
y los recursos de apoyo, hemos ensayado previamente nuestra exposición y sobre todo
tendremos ÉXITO PORQUE NOS HEMOS PREPARADO PARA EL ÉXITO, PORQUE
SABEMOS SACAR LO MEJOR DE NOSOTROS MISMOS.
Y en ese momento cuando sentimos lo bien que lo sabemos hacer es cuando estamos
listos para salir y comenzar nuestro discurso.
Las características diferenciadoras de cada orador:

Hay muchos tipos de buenos oradores, pero todos conjugan estos elementos fundamentales:

El Análisis FODA (DOFA) -Utilizado en la planificación estratégica- consiste en reconocer


nuestras Debilidades para transformarlas en Oportunidades, ser conscientes de nuestras
Fortalezas para reforzarlas y prevenir las Amenazas que puedan surgir.
De esta forma lo primero que debemos hacer es una lista de nuestras debilidades y fortalezas
como expositores, posteriormente debemos ver como aprovechar esas debilidades y
transformarlas en fortalezas. Por ejemplo, un orador que tiene un tono de voz muy bajo debe
hacer ejercicios de proyección de la voz para aumentar su tono y poder llegar a sus oyentes,
pero al mismo tiempo puede utilizar su “defecto” para generar empatía con la audiencia, puede
bajando su tono de voz decirles a manera de confesión y “secreto a compartir” que tiende a
hablar bajo y que si en algún momento no le escuchan pueden pactar una seña que le haga
entender que está hablando muy bajo, así, si el orador sin darse cuenta va bajando su tono de
voz durante la charla podrá reconocer el error al recibir la señal de público y corregirlo.
Al mismo tiempo, el identificar esa circunstancia, permitirá que el orador prevenga la amenaza
de no ser oído en un ambiente muy abierto contando siempre con un micrófono a mano “por si
acaso”

Algunos tips:

1. Ser siempre auténticos, la credibilidad es básica en los oradores por eso siempre
debemos ser nosotros mismos.
2. La presencia del orador es fundamental, el orador debe lucir agradable a la audiencia y
para esto la higiene es indispensable: aspecto cuidado, uñas bien cortadas, zapatos limpios,
buen afeitado, maquillaje discreto.
3. La vestimenta forma parte del orador, debe siempre tomarse en cuenta y los aspectos
fundamentales a contemplar son:
• Debe ser consoná con la naturaleza de la audiencia.
• Debe estar de acuerdo con la personalidad del orador.
• Debe ser cómoda.
• Los colores utilizados deben corresponderse con lo que deseamos proyectar (Ver
anexo 1, tabla de significados del color).
• Debemos evitar elementos que distraigan la atención de la audiencia(Estampados
que mareen, accesorios exagerados, ropas brillantes o fosforescente…) lo más importante
debe ser nuestro discurso.
La comunicación no verbal

La comunicación no verbal está presente siempre, más sin embargo, no siempre somos
conscientes de ello y de lo que se trata aquí es justamente de identificar nuestras formas de
comunicación no verbal y controlarlas de manera que ayuden a resaltar el discurso.
El lenguaje del cuerpo:
1.- El espacio personal:

Gestos con las palmas, brazos y piernas:

Las palmas brazos y piernas abiertas denotan apertura y seguridad.


La ojiva:

Las manos en ojiva son muestras de autoridad.

Las manos en la cara:

Las manos en la cara en general se consideran negativas, si se tapa la boca o la nariz indica
que se miente, frotarse el ojo inseguridad mentira, no querer dar la cara, si se rasca la oreja
que no quiere “oir lo malo” (Pease, 1995) Se rasca el cuello es incertidumbre, desacuerdo, se
estira el cuello de la camisa incomodidad, morderse las uñas o los dedos temor.
Gestos con la cabeza:

La cabeza ligeramente ladeada indica atención

La mirada:

La mirada que se utiliza en la vida profesional debe mantenerse en el triángulo que se aprecia
en la imagen, entre los ojos y la frente el bajar la mirada indica inseguridad y el desviarla de la
cara muestra una espacie de evasión, pero, cuando sostenemos la mirada en los ojos del
interlocutor estamos demostrando seguridad y sinceridad.
Finalmente recomendamos el siguiente ejercicio para mejorar nuestra expresión corporal,
seleccionemos un texto de nuestro agrado y filmémonos mientras lo leemos luego
reproducimos la imagen sin sonido y evaluamos nuestros movimientos.

La Comunicación verbal y la entonación


La Comunicación verbal es el discurso en si mismo:
Todo acto de oratoria consta de una serie de elementos comunes a la hora de su
estructuración:

Desplazamiento inicial: es el momento en el que nos colocamos frente al público. Al momento


de ser anunciados debemos levantarnos de nuestro asiento y caminar con naturalidad hacia
nuestra ubicación en el escenario; cuerpo erguido y una sonrisa agradable en el rostro,
demostrando confianza y seguridad personal. Recuerde que en ese momento usted es el
centro de atención y es allí cuando debe utilizar los ejercicios de autosugestión.
La ubicación en el escenario: debemos colocarnos en el lugar más visible, generalmente el
centro, si tenemos micrófono debemos tratar de sujetarlo con la mano izquierda para tener libre
la derecha para gesticular (Si somos zurdos será al contrario), si utilizamos herramientas de
apoyo como pantallas y/o pizarras debemos tratar de no tapar el contenido y nunca debemos
colocarnos de espalda a la audiencia.
El silencio previo: antes de comenzar a hablar debemos esperar que el auditorio se encuentre
en silencio absoluto, será difícil ganar el respeto de la audiencia si tenemos que luchar porque
nuestra voz se escuche entre el bullicio, además debemos respetar las pausas y aprovechar el
efecto psicológico de la ausencia de sonido, que conferirá solemnidad a nuestro discurso.
En el saludo: es el momento en el que l orador entra en contacto verbal con el público, si bien
representa una fórmula amistosa y formal preestablecida nos permite de acercarnos a los
oyentes con intención de ganarnos su atención y de trasmitirles nuestro respeto. Consta de dos
partes: identificación y cumplimentación, en la primera parte se identifica a las personas
presentes y se les nombra por su grado, cargo, título y/o nombre, por ejemplo: señor alcalde,
señores concejales..., público presente, etc. Este orden jerárquico tiene que ver con el orden de
precedencias establecido de acuerdo a las normas de protocolo. La complementación es una
cortesía breve en la que se augura a los saludados un buen momento del día – según la hora
en que nos encontremos- por ejemplo: "Buenos días", "Buenas tardes” y/o “Buenas noches”.
El galanteo: es el momento en el que expresamos nuestro agrado por encontrarnos allí en
contacto con ese público, debe ser siempre sincero y respetuoso. El saludo y el galanteo son
los momentos apropiados para establecer la empatía con la audiencia.

El discurso: es la parte central de la oratoria ya que el arte de la elocuencia se basa


principalmente en la elaboración y exposición de los mismos. Y debemos recordar que es
intencional, por tanto lo más importante antes de estructurarlo es tener claros los objetivos que
se persiguen y las estrategias para lograrlos.
El discurso se debe estructurar así:
Introducción: Presentación clara del tema a tratar entre 10% y 15% del tiempo.

Cuerpo: Desarrollo argumentado y organizado de los puntos a tratar entre el 70% y 80% del
tiempo de la exposición.

Conclusiones: Resumen de las ideas principales y los puntos tratados haciendo énfasis en
aquellos elementos que queremos queden fijados en la mente de la audiencia entre un 10%

y 15% del tiempo.


Una parte significativa del discurso es el inicio, ese es el momento de captar la atención de los
oyentes, con este fin podemos utilizar diferentes técnicas, entre las más recurridas se
encuentran:
 Empezar con una anécdota o chiste que haga reír al público y pueda enlazarse con el
objetivo del discurso.
 Anunciar los objetivos del acto comunicativo.
 Recurrir a algo fuera de lo común para centrar la atención: dar datos estadísticos
sorprendentes, mostrar imágenes llamativas, citar una frase célebre…
 Contar algo de su vida profesional que le permita ganarse la confianza y respeto de la
audiencia.
 Halagar al público con alguna anécdota que les ataña.
 Hacer un esquema de la presentación y las normas a seguir durante la misma.
 Utilizar alguna afirmación polémica.

Inicios que conviene evitar:


 Cuestionarse a sí mismo como orador.
 Excusarse por el material, la organización…
 Resaltar dificultades (Lo difícil que ha sido seleccionar el tema, preparar la exposición…)
 Ofender al público.

Otro momento fundamental de la presentación es la despedida y finalización en este sentido se


sugiere:

 · No usar frases hechas para terminar como: mi tiempo termina ya, no les molesto
más, seguiré aburriéndoles...
 · Terminar siempre en lo más alto, el público debe siempre quedar con ganas de
escuchar, aprender o participar más.
 · Agradecer al público su presencia y su tiempo.
El tono comunicacional: Es el estilo del discurso, humorístico, formal, en jerga…
Puntos recomendados a tener en cuenta en la elaboración del discurso:
 Lo más importante es cumplir con el objetivo del acto, no pasar un buen rato, ni dejar
una buena impresión.
 El tiempo asignado; no son recomendables los discursos largos.
 Exponer el discurso de la forma más sencilla y clara posible (Las personas no hablamos
como libros ni como “papers” científicos”)
 Debe adecuarse el vocabulario a la audiencia.
 Es recomendable utilizar anécdotas, comparaciones o humor, según sea el caso a lo
largo de la exposición.
 Los discursos pueden ser pronunciados de 4 formas: Leídos, memorizados,
improvisados o mixtos (una mezcla de memorizados e improvisados).
Y una vez que tenga listo su discurso evalúelo según los siguientes criterios:

 Eficacia ¿Cumple con los objetivos?


 Atractibilidad ¿Es lo suficientemente atrayente como para ser escuchado?
 Comprensibilidad ¿Es comprensible?
 Credibilidad ¿Es creíble?
 Relevancia personal ¿Es relevante para la audiencia?
 Agrado ¿Es agradable, útil, positivo, necesario…?

La entonación (La voz)


La voz es particularmente importante para la oratoria, puede transformar un discurso áspero en
una experiencia agradable y viceversa y se compone de:
 El Tono: El tono es el registro más grave o agudo de la voz y lo agradable o no al oído que
este resulta, depende en gran medida del contexto y las diferencias culturales de cada
sociedad, en general en los países de habla hispana las voces graves resultan más agradables
tanto en hombres como en mujeres e incluso algunos autores refieren que para la oratoria la
voz de barítono es la ideal.

 El Timbre: Es el matiz personal de la voz, lo que diferencia nuestra voz de las demás y
suele definirse como: Templada, gangosa, ronca, chillona, etc
 Cantidad: Es la duración del sonido y generalmente depende de cada idioma, de los
hábitos lingüísticos de las regiones o países (hay regiones donde alargan las palabras,
como en Aragón y otras donde las acortan como en Andalucía), de la psicología del
habitante, etc.
 Intensidad: Es la mayor o menor fuerza con que se produce la voz. Hay voces fuertes y
voces débiles. En fonética, se denomina acento a la combinación de los elementos
anteriormente mencionados

LAS CUALIDADES PARA UNA BUENA VOZ


Los requisitos que debería reunir la voz de un buen orador son los siguientes: alcance, claridad,
calidad, intensidad, pureza, resistencia y flexibilidad. Y si bien muchos de estos requisitos son
innatos, también pueden adquirirse a través de la práctica.
Calidad: Una voz de calidad es una voz hermosa y como en este sentido los criterios son
siempre subjetivos lo que debemos hacer es trabajar por corregir aquellos defectos que
afeen estéticamente nuestra voz.
 Alcance: El alcance es básico, nuestra voz debe proyectarse para llenar el espacio del
discurso si queremos hablar en público, eso se logra con una respiración apropiada.
 Claridad: Para que exista claridad debe escucharse cada palabra del discurso y la
entonación debe resaltar el significado de lo dicho.
 Pureza: La claridad se relaciona con la pureza de la voz, una voz pura es aquella que no
está viciada por defectos, se escucha limpia y libre de afectaciones. Los elementos a
 corregir suelen ser: la gangosidad, el tartamudeo, la nasalización, el jadeo, el bisbiseo
el hablar sibilante.
 Resistencia: Es muy importante que un buen orador sea capaz de hablar al menos 45
minutos seguidos sin fatigar su voz
 Flexibilidad: No es más que la capacidad de combinar los elementos anteriormente
expuestos según las necesidades del discurso.

La Respiración
Puede ser clavicular (La que se realiza con la parte superior de los pulmones) o diafragmática,
que es la que consiste en llenar los pulmones completamente de aire, oxigenándonos mejor y
permitiéndonos hablar sin fatiga. Esta última se distingue porque al respirar no se levantan los
hombros.
Ejercicios de respiración:

1.- Tumbados boca arriba con las rodillas flexionadas y las plantas de los pies sobre el colchón,
inspiramos lentamente y vamos llenando nuestros pulmones de abajo hacia arriba (Nuestro
estómago es lo primero que se distiende) aguantamos la respiración al menos 20 segundos y
lentamente expiramos. Este ejercicio lo realizamos para ampliar nuestra capacidad pulmonar y
habituarnos a respirar con el diafragma, mi recomendación es hacerlo cada anoche antes de
dormir al menos 7 veces.
2.- Realicemos el mismo ejercicio anterior de pie 5 veces y luego leamos un pequeño texto
(Preferiblemente un trabalenguas y así también practicamos la dicción) y mientras lo hacemos
tratemos de ser conscientes de nuestra respiración.
3.- Recordemos el ejercicio sugerido cuando hablamos de la autosugestión en el que también
debemos utilizar este tipo de respiración.
La articulación de la voz
Una correcta articulación y pronunciación de las palabras puede adquirirse ejercitando los
músculos faciales involucrados en el habla, los siguientes son algunos de los ejercicios más
utilizados:

1.- Lleve los labios hacia atrás pronunciando mentalmente la vocal “i” y luego llévelos hacia
delante pronunciando la vocal “u”, hacerlo rápidamente durante treinta segundos, ejercita los
músculos de la boca para una correcta vocalización.
2.- Haga trompetillas
3.- Parado delante de un espejo -para observar el juego de los labios comience por vocalizar
primero las cinco vocales (a, e, i, o, u) esmerándose para que suenen claras, sin levantar, ni
forzar el tono de voz. A intervalos descanse
4.- Realice la siguiente gimnasia vocálica.
 AA - AE - AI - AO - AU
 EA - EE - EI - EO - EU
 IA - IE - II - I O - IU
 OA - OE - OI - OO - OU
 UA - UE - UI - UO – UU

5.- Siempre delante del espejo, vocalice las silabas as, es, is, os, us, hasta conseguir que la “s”
suene clara, pero no silbante.
6.- Vocalice palabras con consonantes liquidas (l y r) tales como: clamor, clero, clima, clon,
club, práctica, precoz, privado, producto, prusiano, etc. Este ejercicio se mejora con el uso de
trabalenguas y dos clásicos son:

Tres tigres trigaban trigo


Tres tigres en un trigal
¿Qué tigre trigaba más?
Los tres igual

El rey de Constantinopla,
Se quiere desconstantinopolitanizar
Aquel que lo desconstantinopolitanizare
Buen desconstantinopolitanizador será

7.- Muerda un lápiz a modo de freno para caballos, para obstaculizar la articulación de las
palabras y lea, con una sola respiración, un texto cualquiera esforzándose por pronunciar lo
mejor posible a pesar de la traba.
8.- Lea, en voz alta, libros con temáticas y vocabulario poco conocidos para usted.
9.- Lea un texto en voz alta, primero pronunciando clara y correctamente y luego léalo por
segunda vez añadiendo expresividad.
Aspectos operativos y elementos de apoyo:
Los aspectos operativos (El local, horario, material de apoyo, puntualidad, etc.) son básicos
para el éxito de cualquier acto oratorio, el cuidado que pongamos en ello demuestra el
respecto que tenemos por la audiencia.
Los elementos de apoyo se refieren a aquellos dispositivos con los que complementemos
nuestra exposición pueden ser más o menos impactantes, estar más o menos avanzados
tecnológicamente pero las dos reglas que nunca debemos olvidar en este caso son:

1. Mcluhan está equivocado, aquí en medio no es el mensaje, es simplemente un accesorio, no


es lo más importante ni debe tapar el discurso.

2. Y por tanto los elementos de apoyo deben estar al servicio del mensaje, es decir cuando
decida usted proyectar una diapositiva, hacer un gráfico, dibujar una figura o presentar un video
pregúntese primero en que enriquece el uso de ese elemento externo su discurso y cómo lo
complementa.

Generar empatía con la audiencia


Para lograr la empatía con la audiencia lo primero y más importante es RESPETAR A LA
AUDIENCIA, el respeto hacia los demás no se puede fingir y se demuestra de muchas formas
aquí enumeradas, en la preparación previa, la rigurosidad mostrada en el desempeño de los
aspectos operativos, el cuidado personal, pero va más allá, cuando respetamos a nuestra
audiencia queremos agradarlos, además de cumplir nuestros objetivos comunicativos
deseamos establecer un vínculo emocional con nuestro público que nos permita atravesar las
barreras psicológicas que obstaculizan la comunicación (Atención selectiva, prejuicios,
estereotipos).
En toda reunión oratoria encontraremos diferentes tipos de participantes, algunos de los cuales
se repiten con bastante frecuencia, a continuación veremos una clasificación de los más
comunes y cómo manejarlos.
.
El participante agresivo:
Es el participante que ataca y ve al orador como un enemigo al que hay que vencer. Si el
orador demuestra superioridad y tacto, en su trato con él, se replegará. Suele subordinarse
ante quien considera superior. Si uno se enfrasca en una discusión con él, se estará creando
un enemigo peligroso.
¿Qué hace? Usa frases agresivas, Trata de ridiculizar al orador, Crea una atmósfera negativa
en la reunión.
¿Como tratarlo? No tomar sus ataques como algo personal, Recordarle los acuerdos pactados,
Preguntarle soluciones concretas, No luchar con él, elevar y/o respetar su ego personal.

El polo positivo:
Es el participante educado, con él se puede iniciar un debate serio. Suele tener conocimientos
básicos sobre la materia que se expone y quiere incrementarlos a través de su condición de
oyente y por medio de preguntas correctamente formuladas para aclarar sus dudas. Si ve que
el orador domina el tema le hará preguntas, si ve que no lo domina no lo molestará.
¿Qué hace? Asiente positivamente, es educado, sus preguntas y respuestas son concretas, es
constructivo.

¿Como tratarlo? Pedir su ayuda, protegerlo de sus atacantes, agradecer su participación, no


encargarle trabajos sin importancia.
El exhibicionista:
Es un participante muy peculiar, quiere demostrar que “todo lo sabe”, incluso se atreve a dar
recomendaciones al expositor. Interviene en toda oportunidad que se le presenta -sólo para
lucirse- interrumpiendo muchas veces, la exposición del orador. Suele hacer preguntas y dar
respuestas que nada tienen que ver con el tema central.
¿Qué hace? “Lo sabe todo”, parece que aprende, hace preguntas y respuestas
intrascendentes, le encanta lucirse.
¿Como tratarlo? Ser concreto, preguntar detalles, establecer reglas claras, no darle mucho
papel protagónico.
El hablador:
Es el participante que quiere intervenir en todo momento, no por el hecho de contribuir con sus
ideas u opiniones sino por el solo hecho de escuchar su voz; le gusta hablar todo el rato. Si
bien no representa un peligro para el orador, si resulta un peligro para la reunión propiamente
dicha pues interfiere con el tiempo o cronograma establecido.
¿Qué hace? Le gusta oírse, no respeta el tiempo establecido, interviene a cada momento,
aburre a los otros participantes.
¿Como tratarlo? Establecer reglas para las intervenciones, nombrar un controlador del tiempo,
interrumpirle tajantemente, poner un reloj en el recinto.
El tímido:
Es el participante tímido y muchas veces callado. Intelectualmente es bueno, suele tener
conocimientos del tema pero no tiene el valor suficiente para exponer sus ideas o puntos de
vista. Este participante es colaborador pero hay que motivarlo para que intervenga o participe.
Hay que protegerlo de otros participantes más agresivos.
¿Qué hace? Evita las miradas directas, se mantiene quieto y pasivo, reacciona con vergüenza,
actúa a la defensiva.
¿Como tratarlo? Hacerle preguntas fáciles, protegerlo, integrarlo, darle seguridad, que
intervenga con papeletas de preguntas.
El defensivo:
Es un participante que durante las exposiciones se mantiene a la espera como preparándose
para reaccionar ante cualquier ataque. No participa por iniciativa propia, pero si se ve forzado
a hacerlo, lo hace de manera rápida y con mucha seriedad (a veces con cólera). Cuando se le
integra al grupo y se le demuestra que no correrá peligro se torna colaborador y constructivo.
¿Qué hace? Comportamiento defensivo; ataca si se ve amenazado; se mantiene cerrado
como una ostra; se cierra más si uno se dirige directamente a él; no colabora voluntariamente.
¿Como tratarlo? Integrarlo por medio de dinámicas de grupo, usarlo como “arma” y hacerlo
nuestro aliado, hacerlo partícipe del éxito grupal, no minimizar su participación, puede ser
tímido.
El lejano:
Es un participante que no representa problema serio para el expositor; no ataca pero tampoco
colabora. Ojo, esto no significa que pueda ser fácilmente maniobrable o persuadido a través de
nuestra exposición. Es una persona muy observadora y poco motivada a exteriorizar sus
ideas. A él hay que acercarse sin muchos rodeos, preguntándole directamente. Puede ser un
buen aliado.
¿Qué hace? Se queda quieto, es pasivo, es observador
¿Como tratarlo? Con un acercamiento directo, hay que hacerle preguntas abiertas, usarlo
como “soporte” o apoyo, “despertarlo”: cambiar de voz sin atacarlo.

El fuera de lote:
Es el participante “exclusivo” (VIP). Es conocedor de la importancia que reviste su persona
merced a sus conocimientos, personalidad o cargo. Suele ser una persona con sólidos
conocimientos y muy segura de sí misma. Le gusta dar sus puntos de vista y poner orden
cuando ve que una reunión cae en la anarquía. Hay que tratarlo con deferencia y potenciar sus
intervenciones como colaborador.
¿Qué hace? Es Ordenador, actúa como superior, es crítico, demuestra su posición.
¿Como tratarlo? Hay que integrarlo y conducirlo, hacer contacto previo y posterior con él,
hacer que emplee su experiencia y hacerle preguntas, tratarlo como un VIP (Importante).
El crítico:
Es uno de los participantes más peligrosos, a diferencia del agresivo que ataca por atacar, es
más selectivo sólo ataca a los que están a su nivel académico y/o personal. Suele ser una
persona arrogante, segura de si misma pero imbuido de negatividad. La mejor forma de
tratarlo es haciéndole constantes preguntas y si se equivoca cuidar de no ofenderlo. Pese a su
peligrosidad puede ser “manejado”
¿Qué hace? Es arrogante, demuestra elegancia, suele ser negativo, pone a la defensiva al
orador.
¿Como tratarlo? Hacerle preguntas, antes que él las haga; no aceptar sus recursos oratorios,
descubrirle sus “trampitas” o provocaciones, evitar que haga muchas intervenciones.
Elementos importantes a tomar en cuenta para generar empatía:
 Adapte su discurso a la audiencia: vocabulario, tono comunicacional, expresión no
verbal, temas a tratar y elementos de apoyo.
 Establezca contacto visual con los miembros de la audiencia.
 Resalte los elementos comunes entre la audiencia y el orador.
 Escuche a su audiencia, cuando le hagan una pregunta o comentario escúchelo y este
seguro de comprenderlo antes de responder.

En resumen presentamos un gráfico que muestra como el orador debe conjugar los elementos
más relevantes de la comunicación para transmitir su mensaje:
Y por último recuerda que para tener éxito como orador hay 3 elementos decisivos:

1. Trabajo
2. Trabajo
3. Y más Trabajo

Bibliografía:

Alban, Alexander (2005) Manual de oratoria. Perú: Marketing Mix Editores.

Azaustre Galiana, Antonio & Casas Rigall, Juan (1994). Introducción al análisis retórico: tropos,
figuras y sintaxis del estilo. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela-
Lalia

Davis, Flora (1998) La comunicación no verbal. Madrid: Alianza Editorial*.

Leuro, Esperanza (2000) Comunicación eficaz y positiva. Madrid: Libro-Hobby-Club.*

Reyes, Mª Jesús (2007) Los secretos de la comunicación. Madrid: Comunidad de Madrid,


Colección Guías.*

Pease, Allan (1995) El lenguaje del cuerpo. Barcelona: Ediciones Atalaya, S.A.*
Puchol, Luis (2008) Hablar en público. Ediciones Díaz De Santos*
Rodríguez, José (1994) El niño con miedo a hablar. Madrid: Ediciones Pirámide, S. A.*
*Estos textos están disponibles en la biblioteca
Anexo I. Significados del color

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