Sei sulla pagina 1di 2

La construcción actual, progresivamente más tecnificada y con mayores exigencias de calidad,

rapidez y economía requiere, cada vez más productos avalados por una tecnología industrial que
satisfaga esas demandas. El ámbito de los morteros no es una excepción, su producción ha ido
evolucionando en lo relativo a su composición, tecnología de fabricación y distribución. [1]
Gracias a los procesos de investigación y desarrollo que se han ido realizando, se ha conseguido
la fabricación de morteros de alta calidad.

El mortero es uno de los materiales de construcción más antiguos, en su definición más general
es toda mezcla de (cemento + arena + agua) y en algunas ocasiones se utilizan aditivos que
completan esta mezcla como son los plastificantes, los impermeables o los retenedores de agua,
lo que permite que se construyan grandes estructuras a partir de componentes pequeños y fáciles
de manejar. El cual puede tener o no función estructural. Los pañetes (morteros lisos), por
ejemplo, no poseen función estructural; los morteros usados en mampostería (pega o relleno), o
los usados para fundir elementos estructurales, sí poseen tal función.

La fabricación de morteros ha ido evolucionando durante la historia, cronológicamente pueden


diferenciarse varias etapas en la fabricación de mampostería con distintas clases de mortero, así:
las primeras construcciones de mampostería fueron elaboradas con piedras y mortero de barro,
para luego utilizar morteros de arcilla, seguidamente descubrieron la cal apagada hecha a partir
de la cal viva para la elaboración de morteros. Los morteros de cal y arena usados en mampostería
poco antes de la aparición del cemento Portland a mediados del siglo XIX son morteros
convencionales de baja trabajabilidad, pero de excelente resistencia a compresión y de fraguado
rápido, mientras que los morteros modernos de mampostería elaborados con cal, arena y
cemento Portland, se benefician de las propiedades de cada uno de esos componentes, se dice
que Joseph Apsdin, un albañil de Wakefield, patenta en 1824 un cemento “tan duro como la
piedra Portland’’. Este es el origen del primer tipo de cemento Portland. Apsdin lo preparaba
desmenuzando y calcinando la caliza, mezclando la cal resultante con arcilla y tierra y luego
hidratando la mezcla cuidadosamente. A continuación calcinaba la mezcla, la desmenuzaba y la
calcinaba por segunda vez, con lo que se desprendía el ácido carbónico residual. Como se
empleaban temperaturas bajas, la calidad del cemento no podía ser alta. [2]

En un muro de mampostería el mortero representa entre un 10 y un 20% del volumen total del
material, pero su efecto en el comportamiento de la pared es mucho mayor de lo que indica tal
porcentaje, debido a la función estética al dar un acabado al muro, colorido, textura, etc. y a la
función estructural al ligar las unidades de mampostería, sellar para impedir penetración de aire
y de agua, adherir al refuerzo de las juntas, a los amarres metálicos y a pernos anclados, de modo
que los hace actuar conjuntamente y al ser mampostería reforzada envuelve, protege y actúa en
unión de la armadura embebida.

De acuerdo con la norma ASTM C 270, los morteros se clasifican por: La especificación por
propiedades (resistencia a la compresión, retención de agua y contenido de aire), que adquiere
sentido para efectos de diseño con base en pruebas de laboratorio, mas no para morteros
mezclados en obra. Se asume que las proporciones establecidas en laboratorio son las que se
emplearán al mezclar en obra, esperándose del producto un comportamiento satisfactorio y por
la especificación por proporciones que se basa en el conocimiento previo de los pesos unitarios
de los materiales componentes del mortero. [3]
Las características exigibles a un mortero son: retener agua para evitar que sea totalmente
absorbida por los materiales en su contacto, resistencia para soportar las cargas que han de
actuar sobre el muro o fábrica, adherencia a las piezas o zonas que solidariza y durabilidad en
concordancia con las condiciones a las que va a estar expuesto [4]

Los morteros tienen ciertas propiedades que son importantes tener en cuenta como la
manejabilidad que es importante en morteros de relleno de celdas. Depende principalmente del
contenido de agua, del uso de aditivos, de la forma y textura de los agregados y de la finura del
cemento. Se evalúa mediante ensayo de mesa de flujo o método del cono de penetración. La
retención de agua debe ser alta, para evitar agrietamientos y pérdida de resistencias. Se logra
con el uso de la cal o aditivos. La retracción de secado es alta en morteros (alto contenido de
pasta) y por tanto debe tratar de disminuirse. Se recomienda emplear bajos contenidos de
cemento, bajo contenido de finos y en lo posible cementos adicionados. Debe ser curado tan
rigurosamente como el hormigón. Las resistencias mecánicas especialmente a la compresión.
Depende de la relación agua-cemento y de la adición usada, y muy especialmente de la
granulometría de la arena, la cual se establece mediante el módulo de finura. La arcilla disminuye
esas resistencias, por lo cual es indispensable controlar su inclusión a través de las arenas sucias.

Potrebbero piacerti anche