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Si bien reducir la depresión y demás problemas del estado de ánimo a los niveles de serotonina
del cerebro es simplemente reduccionista e impreciso, ya que el cerebro y nuestra propia forma
de interactuar con el mundo es mucho más compleja, es cierto que este neurotransmisor es
importante para la salud mental. La serotonina ha sido llamada "el neurotransmisor de la
felicidad" o "la hormona del humor" y aunque esto es sólo un eslogan es cierto que es importante
en la inhibición de la ira y la agresión y en la regulación del sueño, el humor, el apetito y el deseo
sexual (entre otras funciones, en las cuales participan también varios neurotransmisores) y está
especialmente ligada, como de otra forma también la dopamina, al placer.
De manera llamativa, la mayor parte de la serotonina (hasta el 90%) se produce en el intestino -
-por ello el intestino ha sido llamado "el segundo cerebro". El cuerpo crea serotonina sintetizando
el aminoácido triptófano, el cual es el precursor de la serotonina y existe de manera natural en
muchos alimentos y se puede ingerir en algunos suplementos como el 5HTP. La serotonina
ingerida por vía oral no logra superar la barrera sanguínea del cerebro, por lo cual para hacerla
biodisponible es necesario tomar triptófano.
En su libro Natural Prozac, el doctor Joel Robertson discute diferentes formas para lograr que el
cuerpo genere serotonina de manera natural, sin tener que recurrir a la famosa familia de
antidepresivos que funcionan como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Estos
antidepresivos, según se ha documentado en diversos estudios médicos, tienen notorios efectos
colaterales, sobre todo en la energía vital y en el deseo sexual de los individuos. Por si eso fuera
poco, se ha encontrado que las farmacéuticas han ocultado sistemáticamente dichos efectos
secundarios, incluyendo la formación de pensamientos suicidas en adolescentes.
De acuerdo con el doctor Robertson, lo primero que es importante saber es que las emociones
y los pensamientos alteran los niveles de serotonina, así que "ya seamos depresivos o espíritus
alegres... todos estamos cambiando constantemente la química de nuestro cerebro". Otro detalle
interesante es que cada persona tiene diferentes ritmos de neurotransmisión --esto es, diferentes
velocidades de reacción dentro del sistema nervioso. Algunas sustancias como el alcohol hacen
más lento este ritmo; otras como el café o los alimentos con muchas proteínas aceleran este
ritmo. Es útil identificar si una persona es del tipo que esta fácilmente saciado (satiation) o de
fácil estimulación (arousal).
A continuación una lista de seis diferentes formas de mejorar los niveles de serotonina en el
cerebro de manera natural:
1. Tipos de alimentos que incrementan la serotonina
Según el doctor Robertson, la forma más conspicua en la que la comida altera nuestro humor es
consumiendo carbohidratos. Esto es porque estos azucarados nutrientes incrementan los niveles
de triptófano en la sangre. El problema de los carbohidratos y los alimentos que tienen mucha
azúcar es que producen un efecto de rebote --el azúcar es ciertamente una droga. Los
carbohidratos complejos, que pueden encontrarse en granos integrales, frutas y verduras,
"proveen un flujo de energía y triptófano a la sangre y al cerebro de manera estable", mientras
que los carbohidratos son como shots de energía y triptófano que entran tan rápido como se
consumen, dejando a los individuos en un estado de avidez y produciendo un síndrome de
abstinencia. Además las moléculas de los carbohidratos complejos sirven para alimentar a
diversas poblaciones de bacterias benéficas del microbioma, mientras que los azúcares refinados
alimentan a hongos y patógenos como la candida albicans.
Otros alimentos que tienen triptófano son las carnes rojas y particularmente el pavo. Sin
embargo, en el caso de las proteínas animales, al contener también diversos aminoácidos existe
una competencia que hace que menos triptófano cruce la barrera de la sangre.
Robertson recomienda vegetales como la espinaca, el kale, la lechuga, la calabaza y verduras
relacionadas como el zucchini; tubérculos como el camote, la zanahoria, el nabo, etc. La cúrcuma
también parece ser especialmente efectiva para tratar la depresión, de acuerdo con algunas
investigaciones médicas recientes.