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Entonces y Ahora

David Lane

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Entonces y Ahora
Por David Lane

Siguen existiendo rivalidades y desacuerdos sobre las tácticas en la resistencia al genocidio. Una
división se da entre los guerreros de la palabra, es decir los caballeros de la pluma fuente, es
decir la tropa del lápiz por un lado, y aquellos que favorecen una estrategia de acción más
directa. Entonces examinemos el problema con la máxima imparcialidad posible.

Tenemos entre nosotros a aquellos que han hecho de Adolf Hitler un "dios". Lo que sigue no
pretende menospreciar los esfuerzos del líder alemán. Una razón podría ser que en el siglo
pasado él fue secundado sólo por George Lincoln Rockwell en determinación, coraje, carisma y
todo lo que se requiere para construir un movimiento político.

Sin embargo, los obstáculos afrontados por Hitler no fueron casi nada comparado con los
problemas que está encarando la verdadera gente Blanca que va quedando hoy en Estados
Unidos, o en realidad en todas las alguna vez naciones Blancas.

La Alemania anterior a la Segunda Guerra Mundial tenía un 98% de gente Blanca. Ellos eran
un pueblo rudo y fuerte, endurecido por los años de depresión y el fracaso de la Primera Guerra
Mundial. El ejército alemán, tanto aquellos que todavía estaban en uniforme como aquellos que
habían sido licenciados, apoyaron el nacionalismo racial alemán. De hecho, en cierta ocasión
Hitler fue pagado por el Ejército para dar discursos anti-comunistas.

Por supuesto los comunistas alemanes podían ser convertidos al Nacionalsocialismo, pero en
las ex-naciones Blancas de hoy no podemos convertir a los Skraelings, es decir, a los no-Blancos,
en arios.

Hitler también fue respaldado por la Sociedad Thule, un movimiento clandestino ocultista,
grande e influyente.

Hitler no tuvo que competir con el instrumento propagandístico más poderoso y pernicioso
de toda la Historia, siendo aquél la televisión. La televisión es por supuesto un medio preparado
y/o controlado casi exclusivamente por aquella tribu racial y religiosa que tiene la intención de
exterminar a la raza Blanca.

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El punto principal sin embargo es éste: Hitler fue capaz de ir a las calles porque él tenía una
base integrada para un ejército político, y porque la propaganda de persona a persona era tanto
tradicional como posible.

El hecho es que con sólo un poco de determinación y capacidad, Hitler no podía fallar en su
ascenso al poder en Alemania.

Comparemos su situación con la que afrontamos hoy en EE.UU. y hasta cierto punto en otras
naciones alguna vez Blancas. Hitler subió al poder por el uso de la urna electoral y los
instrumentos de propaganda disponibles en ese tiempo. ¿Existe algún resistente Blanco tan
demente que crea que los negros, los mejicanos, los judíos, los orientales, los mestizos, los
judeo-cristianos, aquellos Blancos emparejados con no-Blancos, y aquellos con un interés
financiero en la conservación del sistema, se integrarán a nuestra lucha para asegurar la
existencia de nuestra gente y un futuro para los niños Blancos?.

Nuestros potenciales electores son difíciles de calcular como un porcentaje, pero yo


sospecharía que el cinco por ciento de la población de Estados Unidos sería una cifra optimista.

De este modo, ¿cuál es la respuesta si nuestra especie debe sobrevivir? Si nuestro potencial
de propaganda es lamentable en comparación con el de nuestros enemigos, y si las
demostraciones callejeras son un ejercicio de inutilidad, a pesar del coraje, y si la "acción directa"
del tipo demostrado por Robert Mathews de la Orden Bruder Schweigen es suicida, ¿hay alguna
estrategia con al menos alguna posibilidad de éxito? Si la "acción directa" es suicida, ¿es
equivocado hablar burlonamente de los guerreros de la palabra / caballeros del tintero?

Seamos honestos y declaremos que en este momento un brazo propagandístico es todavía


necesario. Y aquellos que están en el frente tratando de despertar a más de nuestra gente
reciben la difamación del sistema y arriesgan sus medios de subsistencia. Así que SI ellos están
diciendo la verdad desnuda y desesperada, deberían ser apoyados, financiados y honrados por
sus esfuerzos. Ellos no son "los caballeros del tintero".

Sin embargo, estamos plagados de engañadores. Es difícil decir quiénes son impostores
debido a la cobardía, quiénes debido a la estupidez, y quiénes lo son porque ellos son agentes
enemigos. Además, no importa; el efecto es el mismo.

Si ellos enseñan que su dios salvará a nuestra especie, o que la victoria por medio de los votos
es posible, o que la eterna falta de resolución es una respuesta, o alguna otra tontería suicida y
cobarde, ellos deben ser reconocidos como enemigos.

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El hecho es que nuestra raza no puede sobrevivir sin naciones exclusivamente Blancas para
proteger, propagar y promover nuestra propia especie. La integración racial es la extinción
cierta, como lo demuestra Cartago, Egipto, India, etcétera.

La creación de un bastión Blanco, y luego una nación Blanca, requerirá sacrificio, muertes,
guerra, engaño, coraje, sabiduría y nuevas percepciones. Los contratos sociales, la supuesta
ética, las concepciones religiosas y los sistemas políticos que nos condujeron al borde de
extinción eran evidentemente suicidas, anti-naturales y erróneos.

Escribí una corta novela titulada "KD Rebel" en la cual traté de esbozar una necesidad, aunque
excluyendo deliberadamente los detalles por dos motivos: primero, las circunstancias exigirán
una flexibilidad y una creatividad que no pueden ser previstas; y en segundo lugar, el enemigo
también lee mis palabras, y sería imprudente divulgar proyectos o tácticas.

Pero por favor entienda los verdaderos mensajes en "KD Rebel". Por nombrar unos pocos: un
imperativo territorial exclusivo es absolutamente vital; la guerra es inevitable si nuestra especie
debe sobrevivir; el instinto masculino básico del deseo sexual es el plan de la Naturaleza para la
supervivencia de cada raza y especie; la captura de mujeres no es inmoral; y una religión de la
gente debe incorporar las leyes de la Naturaleza y la memoria genética.

Mientras seamos todavía capaces de usar internet ésta sigue siendo nuestro mejor
instrumento para despertar a más de nuestra gente. Tenemos que aprovechar al máximo. Una
demostración pública ocasional en localidades cuidadosamente elegidas puede ser bueno para
la moral. Pero el imperativo territorial es necesario.

El área elegida debe ser seleccionada por sus posibilidades de engaño y eventual defensa.
Tenga en cuenta que la máquina viajera estadounidense de asesinato masivo no pudo derrotar
a Vietnam con sus bosques y montañas. Pero países como Iraq que son un terreno abierto son
fácilmente bombardeados hasta la sumisión o los escombros.

Entienda que los gobernantes "elegidos" de Estados Unidos están totalmente


comprometidos con la exterminación de nuestra raza, y que ellos son despiadados. La
"limpieza", en nuestro imperativo territorial, de skraelings y traidores requerirá engaño,
negabilidad y "accidentes". No le dé su confianza a cualquier persona fácilmente.

Quizás sobre todo en la creación de un baluarte, y luego de una nación, debemos adquirir
características que no son normales o autóctonas de los arios, pero que siempre han sido usadas
para conquistar y utilizar a nuestra gente. Para citar al general George Patton: "La mente aria
está indefensa frente a la mentalidad judía". Eso es porque en nuestras sociedades éramos gente
abierta y honesta. Pero si el enemigo es la esencia viva del engaño, el fraude, la duplicidad, la

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astucia, la ilusión, la traición y las mentiras, entonces nosotros debemos tratar con la realidad y
excederlos en su propio juego.

Hasta la próxima vez, si los dioses quieren.

David Lane

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