CONSTITUCIONALIZAR DERECHOS LABORALES

Por: Marcos Pflucker

Editorial – Revista Masa N°8

Un nuevo escenario se abre para las fuerzas sociales democráticas, transformadoras, laborales y ciudadanas en
este periodo de reconstrucción de la patria. ¿Cuál es ese escenario? Aquí un breve ensaño.

TODOS LOGRAMOS ARRINCONAR AL FUJIAPRISMO

Primero; es importante reconocer que la DISOLUCIÓN del congreso no es un triunfo exclusivo del presidente
Martín Vizcarra, del centro derecha, de la izquierda socialdemócrata ni de la izquierda marxista. El cierre del
congreso es producto de todas estas fuerzas pero de ninguna de ellas exclusivamente. Todas sumaron pero no
coincidieron –entre sí– sobre las reales aspiraciones del pueblo y las necesidades de cambio.

El verdadero triunfo –aunque insuficiente– es por el rechazo y descontento del 80% de peruano/as a la
antipolítica; al sabotaje del crecimiento y desarrollo social; a la corrupción fujiaprista y a la explotación de la
Confiep que se niega a perder privilegios y poder ante el desmoronamiento del modelo económico y la
putrefacción desnudada con Lava Jato y Lava Juez.

CONSTITUCIÓN DEL 93: VIGENCIA DE LA ANTIPOLÍTICA

Un segundo aspecto es, que las fuerzas que arrinconaron al fujimorismo neoliberal no están todas convencidas
que la constitución fujimontesinista es la causante de nuestros males. Algunos consideran que la derrota al
terrorismo y el crecimiento económico es consecuencia de la Constitución del 93.

Seguir creyendo que la derrota al terrorismo es obra de Fujimori –a pesar de conocerse todas las atrocidades
que realizó– es justificar sus asesinatos y delitos de corrupción. La lucha del pueblo desenmascaró a SL y la
lucha militar y de inteligencia derrotó al narcoterrorismo mientras los siameses –Fujimori y Montesinos–
negociaba y los protegía.

Creer que bajar del 45% a 23% la pobreza en la última década es consecuencia del modelo económico
fujimorista es una ingenuidad que los economistas y empresarios lo saben muy bien. ¿Acaso no fue luego del
paquetazo económico de los 90 que aparecieron los niveles socio económicos D, E y F? ¿Acaso los millones de
pobres no aumentaron por los despidos y privatizaciones?

Tras el boom de la minería –2005 al 2014– los países en Latinoamérica disminuyeron la pobreza generada en
los 90, incrementaron sus exportaciones y divisas al igual como creció la tasa de desempleo y subempleo, que
en el Perú, es del 75% de la PEA. Sin embargo, no todo el dinero fiscal fue a parar a los programas sociales. En
nuestro país 13 mil millones de dólares anuales van a la corrupción promovida por esta constitución que nos
explica el por qué tenemos seis presidentes y cientos de funcionarios procesados. Esto –por sí solo– justifica un
nuevo tratado social.

CONSTITUCIONALIZAR LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES

El mundo político y económico –inclusive el Vaticano– califica el neoliberalismo como un sistema salvaje e
inhumano. Entonces ¿por qué todavía hay resistencia a cambiar esta constitución? La respuesta podría ser: 1)
porque los políticos dejaron de ver al Perú como objetivo superior lo que implica acuerdos sociales y; 2) porque
los agentes productivos: trabajadores y empresarios, dejaron abandonado la política y permitieron que el país
sea capturado por políticos delincuentes y narcotraficantes.

Los empresarios tendrán que rectificar su rol en la política, mientras tanto; los trabajadores –generadores de la
riqueza– tendrán que enrumbar su rol y estrategia de vanguardia ciudadana para asumir el reto de CAMBIO
hacia una NUEVA CONSTITUCIÓN para lo cual es fundamental CONSTITUCIONALIZAR LOS DERECHOS
LABORALES como sucedió con la Constitución del 79 considerada como la de mayor avance social en América
Latina.
Si los trabajadores unidos y movilizados, agregan a su agenda reivindicativa un programa político, en
coordinación con los partidos que reconocen el derecho de los peruanos/as a una vida digna para poder
GOBERNAR, entonces; lograremos un país con justicia, libertad y derechos sociales inclusivos.