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Los Loas y la religión haitiana (11) La familia Petro

Publicado el 22, marzo, 2013 por Ares Cronida

La familia Petro (Pedro), también conocida como Petwo o Pethro es generalmente la más
ardiente, agresiva y belicosa de entre las familias de Loas. Su origen se encuentra en nacimiento
del propio Haití y en las revoluciones afroamericanas del nuevo mundo, aunque se pueden
encontrar raíces africanas en algunos de sus miembros, como los dioses serpientes del Congo
(Simbis); siendo los más conocidos Simbis del vudú que forman parte de esta familia: la Gran
Simbi que paso a ser la Gran Bwa y Simbi Makaya, un gran hechicero que se equipara a Dan
Petro (Don Pedro).

El color de la familia Petro es el rojo, simbolizando la violencia, la rabia, la fuerza, la sangre, el


fuego y el dolor. Muchos de estos Loas son las imágenes heredadas del periodo de la esclavitud de
los pueblos africanos en la isla caribeña, así estos Loas representan muchos de los estereotipos
que se tenían en el periodo colonial y esclavista, en ellos tenemos como Loas a hombres blancos,
que eran vistos como seres crueles e indiferentes, a esclavos de pueblos africanos que
estoicamente soportaron los crueles tratos y sus vivencias para sobrevivir a los mismos, los
sacrificios de madres por mantener a sus hijos, e incluso los recuerdos de viejos cuentos infantiles
africanos llevados a historias contemporáneas.

Si la familia Rada (los dioses originarios) son el blanco, la luz y lo bueno; la familia Petro se mueve
más hacia la magia negra, lo oculto y los aspectos negativos del ser humano (venganza, odio,
poder, muerte, trampa, miedo, mentiras, …). Las razones sobre su origen son simples; por un lado
la necesidad de venganza contra sus opresores llevo a los practicantes del vudú por los senderos
más oscuros, y ahora hay toda una familia de Loas que responden a las llamadas de los que
quieren ver que se haga algo ahora mismo. Pero la magia negra se mueve dentro de aspectos más
terroríficos que la pronta solución de los problemas, los Loas de esta familia ayudan a la ganancia
personal, la adquisición del poder, la creación de zombies, el llamado de los muertos para
vengarse de los vivos, el daño a otro mortal a través del uso de muñecos de vudú, y la creación
de Ouangas poderosos (talismanes) que atrapan Bakas (espíritus malignos) para contener y usar
su gran poder; y para lograr esto se recurren a grandes sacrificios y actos crueles, que incluyen el
sacrificio humano, la tortura y el canibalismo.

Dan Petro (Don Pedro) es el primero de los Loas en la familia Petro, es de quien deriva el nombre
del grupo. La tradición lo pone como un esclavo que escapó y se volvió un héroe legendario,
aunque es más reverenciado en New Orleans como un Loa la agricultura (equiparable a Orisha
Oko). Suele ser representado como una gran serpiente. La razón de esta asociación tiene que ver
con la cabeza equivalente de la familia Rada. En la familia Rada (los dioses originarios del África) el
jefe o padre superior es Damballah (deriva de Damballah Wedo) creador del cielo y la gran
serpiente arcoiris (conocido entre los yorubas como Olodumare y llamado Oxumaré en Brasil); así
los ‘padres creadores’ de ambas familias se igualan al ser ambos representados por serpientes. El
nombre de Don Pedro viene del nombre dado al esclavo negro por los españoles. Adquirió mucha
influencia al ser denunciado como el instigador de algunas ideas alarmantes para derrocar al
gobierno. Debido a esto, simboliza la resistencia, la fuerza, los levantamientos, y una especie de
ideología del poder negro.

Otro aspecto de esta igualación es que en el folklore vudú la esposa de Damballah es la


diosa Erzulie, aquí comparable a la contraparte femenina de la serpiente arcoiris, Aida Wedo, que
ayudo a crear el mundo y servía de apoyo a la Tierra. En la tradición del vudú afroamericano
tenemos que la esposa de Dan Petro no es otra que Erzulie Dantor (Erzulie D’en Tort = Erzulie de
los Errores), quien protege a las mujeres y los niños. Aunque en algunas
versiones Erzulie Dantor es la esposa de Ti Jean Petro, a quien se pone como el hijo mayor de Dan
Petro.

El más conocido de los Loas de la familia es Ti Jean Petro (Tío Juan Pedro), llamado también Petro
e Rouge (Pedro el Rojo), Ti Jean Dantor y Ti Jean Pied Cheche (Tío Juan de los pies secos); es
descrito como su padre como una gran serpiente, pero esta cual dragón lanza fuego desde su
garganta. Es conocido también como ‘el que come fuego‘, siendo un dios del fuego y la revolución.
Otra representación de este Loa es como un enano cojo que es experto en trepar arboles; bajo
este aspecto recuerda un espíritu de los bosques, equiparable en la África nativa con Ossain, quien
ademas es un dios de magos y hechiceros, la salud y los remedios. Por ello Ti Jean Petro es
descrito como el protector de los magos negros a quienes ayuda en su magia negra y supercherías.

El carácter de Ti Jean Petro está simbolizado por elementos como la pólvora; y aunque invocarlo
es peligroso, dado su carácter violento y agresivo, Ti Jean Petro es ampliamente venerado por la
comunidad criolla en Haití. Como Petro e Rouge se le considera un espíritu maligno, por donde
pasa, cosas muy malas suceden por ahí, pero algunos justifican su enojo y carácter vengativo por
ser un enano con una sola pierna. En Ti Jean Petro tenemos las llamas que devoran los pastos y los
arboles, por ello es peligrosa su presencia, su cercanía puede destruir hogares, campos, animales
de crianza, cultivos y vidas; razón por la cual a veces se le considera un caníbal, igual o
acompañado con su mujer, de nombre Marinette. Los cerdos son los animales que se sacrifican
para pedir su ayuda.
Marinette, la esposa de Ti Jean Petro es la Loa más conocida de la familia Petro. Marinette,
llamada también Marinette Bras Cheche o Marinette Bwa Chech (Marinette de los brazos Dry)
o Marinette Pied Cheche (Marinette de los pies secos, sugiriendo que ella es un esqueleto) se la
considera una Loa violenta y poderosa; y cuyo culto parece originarse en los inicios de la
revolución haitiana.

La historia de Haití cuenta que en una noche caliente en agosto de 1791, Houngan Dutty
Boukman, un esclavo jamaiquino vendido por su amo ingles, por enseñar a leer a otros esclavos, a
un amo francés de Saint-Domingue (Haití), presidió una ceremonia en Bois Caiman, junto con
la Mambo Cécile Fatiman. Boukman profetizó la revuelta de esclavos que finalmente liberaría a
Haití de las manos francesas. De acuerdo con la leyenda la sangre del animal sacrificado, y algunos
dicen que sangre humana también, fue dada como bebida a los asistentes para sellar su destino en
lealtad a la causa libertadora. Una semana más tarde, miles de plantaciones habían sido destruidas
y se habían asesinado a más de un millar de propietarios de esclavos. Los esclavos haitianos
buscaron una venganza terrible por las décadas de sufrimiento que habían soportado. Aunque no
fue la primera, ni la última, de las revueltas de esclavos, si fue una de las más grandes y salvajes.
Finalmente Dutty Boukman fue capturado y muerto por los franceses, pero sirvió de inspiración a
otros tras él. Cécile Fatiman se desposo años después con quien sería un general del ejercito
liberador haitiano y presidente, en un corto periodo, décadas después de estos hechos. Ella viviría
hasta los 112 años.

Dutty Boukman fue un hombre corriente que fue poseído con un extraordinario poder y la
capacidad de sacudir los cimientos de su país adoptivo hasta el punto de que un país
relativamente pobre y simple, fue capaz de levantarse y derrotar a los franceses, y dar el primer
paso para acabar con el negocio mundial de la trata de esclavos; por ello Dutty Boukman paso a
formar parte de esta familia de Loas, como un Loa por derecho propio, y es recordado por la
oración que hizo estallar la revolución haitiana:

El Dios que creó la tierra, que creó el Sol que nos da luz. El dios que sostiene el océano, el Dios que
hace al trueno tronar. Nuestro Dios que nos dio oídos para escucharlo. Tú que estás oculto en las
nubes; quien nos mira de donde estás. Ya ves todo lo que el blanco nos ha hecho sufrir. Pregunta al
Dios del hombre blanco por los crímenes cometidos. Pero el Dios dentro de nosotros quiere lo
correcto. Nuestro Dios, que es tan bueno, tan justo, él nos ordena vengar nuestros agravios. Es él
quien dirigirá nuestras armas y nos traerá la victoria. Fue él es quién nos va a ayudar. Todos
debemos desechar la imagen del Dios de los hombres blancos, que es tan despiadado. Escucha la
voz de la libertad que canta en todos nuestros corazones.
Las repercusiones de los hechos ocurridos en Bois Caiman, han hecho pensar a algunos que se
había sellado un pacto con el demonio aquel verano de 1791, pacto cuyas consecuencias
trasciende los siglos y hoy Haití paga sus pecados siendo el país más pobre y abandonado de toda
América. Estas afirmaciones, que realmente tienen poco que ver con la realidad histórica de la
nación, son dadas generalmente por pastores evangélicos, que tratan de usar el miedo para atraer
conversos; y usan como justificación que la suerte de Haití es un castigo de Dios al pueblo haitiano
por abandonar la fe cristiana por el culto del vudú, y por ello se les ha castigado con dictaduras
constantes, una tras otra, cada una peor que la anterior. Usan como excusa de su afirmación que
en la parte oriental de la isla, la República Dominicana, es una tierra de progreso, empleo,
desarrollo y turismo; desconociendo en ello la historia en ambas naciones de la isla de Santo
Domingo, que si se revisa no ha sido muy distinta de dictaduras, corrupción y malos gobiernos;
salvo en las últimas décadas.

La historia de Haití señala que para noviembre de 1803 la población negra había logrado vencer
definitivamente al ejercito francés; Jean-Jacques Dessalines llega finalmente al poder y los últimos
soldados franceses que quedaban en la isla fueron asesinados ahogándolos. La población blanca
restante estuvo unas pocas semanas más en la cuerda floja; aunque inicialmente se acordó
respetarles la vida, pronto fueron vistos por Dessalines y sus asesores como fuente de futuros
disturbios y perturbadores del nuevo orden, al tener la posibilidad de pedir ayuda a otras
potencias blancas extrajeras. Para Enero de 1804 Dessalines declara dar muerte a la población
blanca restante en la isla; las armas serán cuchillos y similares, para así no advertir a los blancos de
lo que iba a ocurrirles. En febrero se inicia la masacre y el propio Dessalines recorrió todo Haití
promoviendo la matanza, aunque inicialmente los soldados haitianos fueron reacios a matar
mujeres y niños; pronto la idea de que ellas podían dar a luz más blancos fue suficiente estimulo
para que fueran igualmente todos pasados por los cuchillos y bayonetas.

Uno de los más notorios de los participantes en la masacre fue Jean Zombi, un mulato residente
de Port-au-Prince, que era conocido por su brutalidad. Un relato describe cómo Jean
Zombi detuvo a un hombre blanco en la calle, lo desnudo y lo llevó a las escaleras del Palacio
Presidencial, donde lo mató con una daga. Incluso Dessalines, que según fuentes era uno de los
espectadores, se decía que estaba ‘horrorizado‘ por el episodio. En la tradición del vudú haitiano
tradición Jean Zombi se convirtió en el prototipo para el zombie, un ser sin voluntad y mente
propia.

Para finales de abril de 1804 la población blanca había muerto o desaparecido; se estima que
entre 2000 a 5000 personas fueron asesinados. Dessalines no trató de ocultar lo ocurrido del
mundo; ese mismo mes se refirió a la masacre como un acto de autoridad nacional; y aunque trato
de establecer relaciones amistosas con otras naciones, donde la esclavitud todavía se permitía; la
masacre de 1804 tuvo un efecto duradero sobre la opinión de la Revolución Haitiana en el mundo
y contribuyo ha crear un legado de hostilidad racial dentro de la sociedad haitiana que perdura
hasta hoy.

Pero hay que ver a la revolución haitiana con ojos distintos, ella fue el producto de los intentos de
liberación de un trato cruel e inhumano, la lucha de un pueblo subyugado, quien acorralado
contra la pared uso todos los medios por sobrevivir, incluida la ayuda de los espíritus más oscuros,
no por ello debe ser juzgada más que por sus grandes logros: Haití fue tras los hechos de Bois
Caiman y trece años de guerras civiles, la primera república negra moderna, la segunda después
de los Estados Unidos en tierra americana y la única surgida de las ruinas del sistema esclavista,
siendo el primer país que abolió la esclavitud en tierras americanas, e inició la caída del negocio
esclavista; logros importantes para una población casi analfabeta que tuvo que luchar en su
mayoría sola contra el mundo por su libertad.

Hay una segunda versión sobre los hechos de Bois Caiman, un poco más violenta y sangrienta que
la contada en la historia oficial; en ella la mambo (sacerdotisa) que encabezaba la ceremonia para
pedir ayuda a Ogoun por la liberación del pueblo esclavo era la Mambo Marinette. En dicha
celebración Marinette sacrificó a un gran cerdo negro (cerdos criollos propios de la isla) a Erzulie
Dantor, pero el sacrificio mayor fue de carácter humano, Marinette se prendió fuego viva
entrando en la hoguera del sacrificio (de ahí que su esposo sea Ti Jean Petro, el fuego que
consume vidas). La imagen católica asociada a Marinette es la imagen del Alma Sola (una mujer
envuelta en llamas); sus colores son el rojo y el negro; sus animales sagrados los gallos negros y los
cerdos negros; Marinette es una Loa Kongo, es similar o equiparable a Erzulie Dantor misma; ella
representa la revuelta y la desgracia, y a pasado a la tradición como la terrible Loa de la venganza
y la muerte violenta; se le reza para aplacar su ira, o bien para dirigir su furia a otros.

El siervo más importante de Marinette es un Loa que rige en colinas y bosques, conocido
como Brise, es descrito como un hombre negro de grandes proporciones y de apariencia muy
feroz. Pero, Brise es en realidad un alma gentil y le gustan los niños, vive entre los arboles y a
veces asume la forma de un búho, ave vinculada también a Marinette, ya que es un pájaro
nocturno que todas las culturas suelen asociar con la muerte. Brise es un protector, es fuerte y
exigente, y acepta las gallinas moteadas como sacrificios.

El hijo de la pareja Marinette y Ti Jean Petro, es Ti Jean Zandor (Tío Juan Alexander o Tío Juan
Alejandro), llamado también Príncipe Zandor y que aparece muchas veces vinculado
estrechamente a su padre, tanto que a veces es difícil separarlos. En Ti Jean Zandor tenemos a un
chico que disfruta su libertad, es un amante de la diversión en todos los sentidos de la palabra, un
mujeriego que le encanta ir de fiesta. Se le suele vincular el búho, un ave también asociada a su
madre y a Brise, indicando que es un ser del bosque y la noche. Príncipe Zandor, como sus padres,
es señalado como un caníbal y recuerda a otro personaje folklórico del Brasil, el Saci; un joven
mulato con una sola pierna y que viste de rojo, considerado un bromista molesto en la mayor
parte de Brasil, y potencialmente peligroso y dañino; perdiendo a los hombre en el bosque. Ti Jean
Zandor es descrito como un gran chismoso, no hay secretos para él y no los guarda para nadie,
siendo compañero de farras de Ti Jean Petro.

Hermana de Ti Jean Zandor es la joven Ti Kita (Tía Quieta), que vista algunas veces como una
apariencia de la propia Marinette; es descrita como una gran hechicera, y al igual que su hermano,
habita en lo profundo de los bosques; y como su madre gobierna sobre los hombres lobo y otras
criaturas de la noche. Ti Kita representa a Haití; o lo que quedó tras su revolución, siendo la
incapacidad para moverse o avanzar de su sociedad, atrapada en el tiempo de la guerra de
independencia y con muy poca fuerza para que algo cambie.

Uno de los Loas más importantes de esta familia es Kalfu (Kalfou o Carrefour, literalmente
encrucijada) es dentro de la familia Petro el equiparable al Papa Legba de la familia Rada, a quien
se pone como su hermano gemelo; y como tal a menudo desempeña el papel del embustero,
haciéndose pasar por su hermano o siguiéndolo detrás, anulando sus actos.

Kalfu es la fuerza incontrolable de la mala suerte, la destrucción deliberada de la desgracia, y las


injusticias. Él sonríe mientras tira todo a su alrededor en el caos. Como su nombre lo indica,
también controla las encrucijadas y tiene la facultad de conceder o denegar el acceso a todos los
demás Loa, controlando a todos los que se aventuran en su interior y creando confusión y
desorden donde quiera que vaya. Aunque generalmente cuando monta a un invocador todos
callan por temor a que el mal entre por sus palabras; y en su presencia no siente a ningún
otro Loa o algún otro espíritu presente. Mientras Legba controla los espíritus positivos del
día, Kalfu controla los malos espíritus de la noche y de la oscuridad; es el origen de la oscuridad
misma y la luna es su símbolo; y en su presencia aparecen demonios
como: Marinette, Krabinay, Lenglensou y Baka Bakoulou.

Kalfu es concebido como un hombre joven, fuerte, musculoso, alto y guapo, mientras que su
hermano gemelo, Papa Legba, envejeció de la sabiduría. Kalfu suele ir vestido de rojo,
impregnado de pólvora y con gusto por el ron. Por ello se le ha sincretizado con la imagen
de Satanás. Y aunque el mismo niega ser un demonio, cuando se le pregunta. Kalfu es un temido y
respetado Loa, con fama de ser el gran maestro de los encantos y conjuros; y por ello
estrechamente relacionado con la magia negra; es un mago maligno con enormes poderes sobre
la vida, la muerte y todo lo demás. Kalfu es un mago y le gusta usar hojas de los árboles en su
magia; y tiene la capacidad de cambiar a las personas en animales y luego controlar sus mentes.

A pesar del temor saludable de los fieles, e incluso el que los propios Loas le tienen a Kaful, él es
visto como un mal necesario ya que siempre debe haber un equilibrio
entre Kalfu y Legba. Kaful es una fuerza abrumadora de la creatividad y de expresión, incluso si
esa expresión a menudo toma formas horripilantes; él puede ser aplacado, pero es en general un
muy violento y peligroso Loa. Él tiene conocimiento de la condición humana y siempre encuentra
la manera de ayudar a las personas hacer frente a sus problemas, ya que tiene experiencia en
tratar con todo tipo de personas.

Entre las historias que se cuentan sobre Kaful tenemos que había una vez dos hombres que vivían
en granjas adyacentes, que pasaron tanto tiempo juntos que incluso hablaban y vestían igual y
rara vez se le veía separados. Kalfu los vio y deseó para mostrarles su ridiculez, así que se puso un
sombrero que blanco de un lado y negro por el otro; y luego caminó por el cruce entre las dos
granjas, exactamente en el medio, pronto los dos hombres cayeron en una acalorada discusión
sobre lo que había estado usando y en qué dirección había sido ir. Su querella se hizo tan fuerte y
violenta que llevados ante el rey; contento por su broma, Kalfu se presentó ante el tribunal y les
contó lo que había hecho, diciendo que ni los hombres no era unos mentirosos, sino que ambos
eran unos tontos. Enfurecido, el rey trató de enviar a sus guardias tras Kaful, pero este escapó y
prendió fuego a todas las casas de la aldea. Cuando los refugiados comenzaron a correr de los
incendios, Kaful los convenció de que les diera sus pertenencias para cuidarselas y luego las
repartió al azar, lo que significa que las posesiones de cada persona en la tribu terminó con otra
persona. Divertido y apaciguado, desapareció y dejó el rey de limpiar su desorden.

En otra de sus aventuras, se tiene que el dios Orunmila fue de viaje a visitar el reino de Owo,
aunque el dios era experto en el arte de la adivinación, no pudo leer nada en esa oportunidad. En
el viaje a Owo se encontró a Kaful, que venía por el camino que iba a la ciudad; así ocurrió durante
tres días, en los cuales Kaful disfrutaba engañando a su amigo siempre llegando desde el camino
por donde antes había pasado. Al cuarto día Kaful puso frutas a lo largo del camino
y Orunmila viendo la fruta regada por el camino se tomó un descanso se puso a comer de la fruta
encontrada; la alegría no duro mucho porque pronto un campesino llegó furioso y acusó
a Orunmila de haberle robado su fruta; aunque Orunmila negó tal afirmación, el campesino corto
y marcó con su cuchillo la mano del dios y se alejó a la ciudad para ir donde el rey a reclamar juicio
por el robo. Kaful que lo había visto todo entonces entró esa noche en la ciudad y marcó a todos
en la mano. A la mañana regresó donde Orunmila, que estaba todo afectado por haber sido
llamado ladrón, pero Kaful le dijo que irían juntos a la ciudad sin miedo. Cuando Orunmila llegó, el
campesino trajo a los guardias y fue llevado ante el rey; la prueba era la marca en la mano del
ladrón; a lo que Kaful, riendo, dijo a los presentes que en Owo todos eran ladrones, ya que todos
tenían la marca señalada por el campesino. Orunmila se disculpó profusamente y Kalfu siguió su
camino alegremente, después de haber engañado a la vez su amigo y una ciudad entera.

De tierras africanas llega un Loa muy fuerte y poderoso, se le vincula con la imagen de un gran
hombre negro que se caracteriza por tener tres cuernos, que representan la fuerza, el salvajismo y
la violencia. El Loa llamado Bossou (Bossou Dlo (Toro del Agua), Bossou twa Kon (Toro de tres
cuernos), Bossou Kondyanman, Bossou Kadja, Bossou Djobolo) hace referencia al espíritu del
difunto rey Tegbésou del reino Dahomeano. Cuando entra en el invocador lo hace con todo su
poder, él parece como si se rompieran las cadenas que lo contienen y actúa como un toro, con
frecuencia va chocando con las cosas, las personas, el altar y las paredes, igual como lo haría un
toro con sus cuernos. A veces se comen la hierba y muge como bovino; entre las ofrendas esta el
ron y la sangre de toro. Él protege a sus seguidores cuando viajan por la noche y es un sanador
increíble. Su contraparte femenina se llama Madan Bossou (literalmente la esposa de Bossou),
que es descrita como una vaca y tienen un hijo llamado Kabwatye. A veces, los tres aparecen
juntos en la ceremonia. Sus colores son es rojo y Bossou está representado por la imagen católica
de Santo de Jesús de la Buena Esperanza (por los tres halos de luz que surgen de la cabeza de
Cristo).

Entre los Loas de la familia Petro de genotipo europeo tenemos primero al General Clermeil. Él es
el Loa vinculado a las crecidas de los ríos y suele ser representado como un joven hombre
blanco. Clermeil es un espíritu que ‘cambia el rumbo‘, que tiene la capacidad de hacer que los ríos
se salgan de sus causes y que las inundaciones destruyan todo cuando está enojado; así el agua
pasa a ser la fuerza más poderosa en la tierra, da la vida y también la quita en un
instante. Clermeil se le puede encontrar en lo profundo del río, guiando la corriente de la vida y la
muerte.

Otra Loa ‘europea’ es Mademoiselle Charlotte (Señorita Carlota). Su origen está en las imágenes
de santas europeas en la que los africanos ocultaron a sus dioses. Mademoiselle Charlotte es
descrita como una chica joven, de largos cabellos castaños y ojos azules; viste con trajes de época,
sus ropas son de color rosa, y se la ve como un aspecto de la diosa Erzulie. Mademoiselle
Charlotte rara vez aparece en las ceremonias vudú; pero si su presencia ocurre todos se maravillan
del espectáculo. Mademoiselle Charlotte habla en perfecto francés, es muy femenina y coqueta; y
disfruta de las ofertas de lujo. Ella ama a los que la tratan de forma refinada y exclusiva. Sus
ofertas incluyen bebidas elegantes y muy finos alimentos. Ella da sus favores a aquello que
cumplen con sus altos estándares de servicio, siendo muy selectiva al momento de dar sus dones.

Dinclinsin es el Loa de genotipo europeo al que más se le teme por su temperamento y crueldad.
Al parecer su origen está en un comerciante de esclavos, cuya apariencia la complementa con un
látigo, se le reconoce porque tiene la costumbre de agarrar todo lo que está a la mano y guardarlo
en le bolsillo, siendo su truco predilecto echar el licor en los bolsillos y estos no se mojan.
A Dinclinsin se le conoce como ‘El Castigador‘, y es también llamado Príncipe Belial (Un demonio
hebreo, uno de los grandes príncipes del infierno con Satanás, Lucifer y Leviatan, es demonio de la
ira y la culpa). Dinclinsin es temido y respetado por su gran severidad. Él es llamado sólo en
tiempos de grandes conflictos, para realizar actos de rápidas y crueles venganzas. A Dinclinsin no
se le llama nunca a la ligera, porque uno nunca está seguro de qué precio podrá a sus servicios. Las
víctimas de Dinclinsin son notoriamente mutiladas y quemadas. Ser víctima de Dinclinsin no sólo
castiga al pobre infeliz mortal cuya vida ha terminado, sino que también envía un mensaje de
terror a todos los otros cercanos y queridos de la víctima. Dinclinsin nunca es sutil, nunca tiene
buen humor, y nunca se interesa en otra cosa que el castigo directo.
Lenglensou (L’inglesou = El Ingles) es un feroz Loa, fuerte y duro. Él es considerado como un
espíritu libre, que vive en las áreas silvestres y que está muy bien informado en todos los asuntos
espirituales y esotéricos. Él ejecuta juicio sobre aquellos que no pueden cumplir con su palabra y
sobre todo sobre el Hougan o la Mambo que no puede mantener los secretos del vudú a los no
iniciados. Le gustan los objetos punzantes como cuchillos, tijera, alambre de púas y cuchillas de
afeitar especialmente. Todo lo que desgarre la carne. El Lenglensou es temido y respetado por
todos, casi nunca entra en posesión, pero cuando lo hace debe ser servido correctamente, de lo
contrario el Hougan o la Mambo serán castigado cruelmente; ya que cuando entra en posesión él
sólo come vidrios, cuchillas de afeitar y bebe sangre de toro caliente. Se sincretiza con la imagen
católica del Sagrado Corazón de Jesús para representar este espíritu salvaje.

De carácter mas oscuro tenemos a loas que son demonios en si o que casi entran en este grupo;
entre ello tenemos a: Krabinay es un Loa, similar a Lucifer, ayuda a dar poder a los bakas —
amuletos malignos—, y suele ser muy amargo y cínico. A las personas se le advierte de llamar
a Krabinay; pero suele ser invocado ya que es muy fuerte y ofrecen asistencia al houngan en casos
desesperados, pero como todo pacto con el maligno, nunca se sabe que pedirá a cambio y hay que
tener presente que el demonio nunca hace tratos donde pude perder. El otro poder maligno más
conocido es Baka Bakoulou es un terrible espectro originario del Congo, que arrastras sus cadenas
detrás de él y a quien nadie se atreve a invocar; sus ofrendas se dan en la selva donde él habita; su
descripción señala un legado de dolor, miedo y esclavitud; Baka Bakoulou aprendió de los
espíritus antiguos; él conoce los secretos del fuego y su poder; su poder fue invocado durante la
liberación de Haití; su poder en el aspecto positivo es usado para abrir las puertas que estén más
difícilmente cerradas para cualquier persona.

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