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ÑAUPA IGLESIA: Una wak'a astronómica

“Ñaupa Iglesia” (Iglesia antigua), es el nombre moderno y apócrifo con el que se conoce esta
hermosa y enigmática wak’a (adoratorio, templo) que se sitúa cerca del poblado de Pachar,
distrito de Ollantaytambo, a unos 60 Km del Cusco. Su nombre verdadero se desconoce y, según
la arqueóloga Nicolasa Arredondo, del Ministerio de Cultura (antes INC) que estudió e hizo
trabajos de puesta en valor del lugar, le llama “Choqella”, de acuerdo a la información obtenida
entre los pobladores de la zona. También hay otros estudiosos que lo han identificado como
“Choqe Illa” que significaría “Talismán de oro” y “Choqe Killa” (Luna de oro).

Esta wak’a está enclavada en una pronunciada ladera, a la izquierda de un riachuelo que discurre
por una estrecha quebrada que va de sur a norte. Para llegar al lugar hay que caminar algo más
de 2 Km desde Pachar, en dirección sur, siguiendo una carretera que va paralela a la vía férrea
que une Cusco y Machupikchu, y luego subir un trecho empinado que nos conducirá a la wak’a.

La wak’a que nos ocupa, es una gruta o concavidad natural formada por enormes rocas que a
manera de un techo a dos aguas, delimita a la parte donde está una especie de “altar” de piedra,
una hornacina o nicho tallado en una pared interior de roca y un muro de adobes con
hornacinas; todo esto, protegido por el elevado techo de roca. Allí, en medio de ese espacio está
la gran roca de granito esculpido con grandes símbolos escalonados y unas cámaras o espacios
abiertos por delante y por arriba que semejan pequeños cubículos horadados en la roca que tal
vez habrían servido para que los sacerdotes ocupen el lugar, de pie, para hacer sus ritos o quizá
para depositar sus ofrendas u otros elementos de la parafernalia ceremonial. Tales cámaras
abiertas tienen diferentes dimensiones y profundidades, y sus ejes apuntan a tres diferentes
direcciones mirando al horizonte. Por su belleza y calidad de las talladuras es única en la región
y por su importancia arqueoastronómica, simplemente extraordinaria. Lastimosamente parte
de este "altar" de piedra se halla destruido por la acción de los "extirpadores de idolatrías" que
a golpe de martillo rompieron la parte superior del hermoso tallado. Una prueba más de la brutal
intervención de los invasores.

Nuestro interés arqueoastronómico está centrado en el “altar” pétreo cuyos ejes proyectados
hacia el horizonte, donde se observan los cerros elevados que dan forma a la estrecha quebrada,
en determinadas épocas del año y haciendo observaciones nocturnas, señalaban en el cielo, por
encima del borde de los cerros, posiciones de estrellas y constelaciones conocidas por los Inkas.
Tales alineamientos estelares eran muy precisos en los inicios del siglo XVI, cuando el estado
Inka alcanzaba su mayor esplendor y grandeza. Hoy en día se han desplazado un poco y
asimismo no concuerdan con nuestras fechas calendáricas debido al movimiento de precesión
de los equinoccios; sin embargo, es comprobable todavía por aproximación.

El eje de la cámara Nro. 1 (ver foto), tiene un acimut de 149° y apuntaba (año 1500 d.C.) a la
salida de la Cruz del Sur (por encima del cerro) el día 26 de abril a las 18:15 Hs., anochecer del
día del Sol Nadir y anuncio del inicio de la cosecha grande que ocurre en el mes de mayo.
La cámara central, con el número 2, tiene un acimut de 137° y apuntaba (año 1500 d.C.) al grupo
de estrellas que forman la cola de la constelación occidental del Escorpión; para los Inkas, el
Amaru. El eje de la cámara apuntaba exactamente a la estrella Sargas (Estrella theta, del
Escorpión). Esto ocurría el 21 de junio a las 18:30 Hs., día del inicio del Inti Raymi.

Esta misma cámara recibe, al medio día del 30 de octubre (día del Sol Cenit), la luz del Sol que
cae en forma cenital, justamente en el momento del paso del Sol por el meridiano del lugar, a
las 11:30 Hs. Un pico que sobresale por encima del techo de roca y que parece haber sido la
cabeza esculpida de un ave, apunta exactamente por encima de esta cámara central y habría
coincidido con alguna ceremonia ritual en este día tan importante y que tendría especial relación
con los difuntos. Recordemos que en la época inkaica esta fecha pertenecía al mes del “Aya
Marq’ay” (mes de la procesión de los muertos) y modernamente cercano al día de los difuntos,
el 2 de noviembre (calendario religioso occidental).

La cámara número 3, apunta con un acimut de 102°-103° a la salida de la estrella Sirio (Alfa del
Can Mayor) o Willkawara, para los Inkas (año 1500 d.C.). Esto ocurría alrededor del 18 de agosto
(en nuestro calendario occidental), a las 04:00 Hs., día del inicio ritual de la siembra. El mismo
alineamiento era visible el 23 de diciembre a las 19:15 Hs., en el día del Qhapaq Raymi.

Luego de estos descubrimientos, podremos sacar algunas conclusiones que nos aproximen a su
probable uso en época de nuestros Inkas.

Sin duda, creemos que “Ñaupa Iglesia” fue una wak’a muy especial, porque además de ser un
lugar de culto a los mallquis (momias) de sus ancestros (lo demuestra la gran hornacina o nicho
de la pared pétrea), tuvo que ser lugar de grandes anuncios de eventos astronómicos asociados
al cumplimiento de rituales en fechas específicas del calendario agrícola, los alineamientos así
lo demuestran.

Todo esto es posible porque el lugar, reitero, es asombrosamente enigmático y el ambiente


donde se ubica trasmite una extraña sensación de misterio y profunda espiritualidad. Por algo
habría sido comparado en tiempos más modernos con una “iglesia” y eso, no fue una simple
coincidencia.

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