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Constitución Nacional en la doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación


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Capítulo II - La hermenéutica constitucional en la jurisprudencia de la CSJN
Primera Parte - Hermenéutica constitucional e interpretación constitucional de las leyes
Capítulo II - La hermenéutica constitucional en la jurisprudencia de la CSJN
Capítulo II - La hermenéutica constitucional en la jurisprudencia de la CSJN

CAPÍTULO II
LA HERMENÉUTICA CONSTITUCIONAL EN LA
JURISPRUDENCIA DE LA CSJN
SUMARIO : I. Introducción. II. Interpretación constitucional armónica. III. Interpretación
constitucional sistemática. IV. Interpretación constitucional práctica. V. Interpretación
constitucional dinámica. VI. Interpretación constitucional eficaz y justa. VII. Interpretación
constitucional progresista. VIII. Interpretación constitucional finalista. IX. Interpretación
constitucional auténtica. X. Interpretación constitucional literal. XI. Interpretación constitucional
restrictiva de excepciones y privilegios.

I. INTRODUCCIÓN

Evoca Linares Quintana, el pensamiento de Ferrer Mac Gregor(1) , para quien,


"Uno de los temas centrales del constitucionalismo actual es el concerniente a la
interpretación constitucional. Los tradicionales métodos interpretativos de la ley
consignados por Savigny desde el siglo XIX bajo la óptica iusprivatista fueron
también utilizados para desentrañar el sentido y alcance la norma fundamental
durante el siglo XX."

Los fallos de la CSJN dictados en el tiempo de estudio elegido, si bien aplican


criterios de hermenéutica similares a los utilizados para la interpretación legal,
poseen las particularidades propias que exige la interpretación constitucional.

Anota Linares Quintana(2) , recurriendo a doctrina del derecho comparado, que:


"Según la jurisprudencia de los tribunales de los Estados Unidos, "en general, los
principios de interpretación de las leyes también son aplicables en la
interpretación de la constitución, en la medida en que no frustren los propósitos
tenidos en cuenta para la adopción de ésta; pero, sin embargo, como una función
de la Constitución es establecer el armazón y los principios generales del
gobierno, las reglas de interpretación meramente técnicas no son aplicables en
cuanto lesionen los principios del gobierno o los objetos de su
establecimiento."(3)

Por su lado, Verdú expone: "la interpretación constitucional se rige por ciertas
reglas encaminada a obtener el sentido objetivo de las normas constitucionales.
El ordenamiento jurídico constitucional está interesado en que sus normas se
interpreten no caprichosamente, sino con arreglo a unos principios y reglas que
poseen carácter imperativo; es decir, quien interprete las normas constitucionales
deberá someterse a ellas. El carácter vinculatorio de las reglas que presiden la
interpretación constitucional es un postulado de certeza y seguridad jurídicas."(4)

En forma similar, se comprueba que la CSJN mantiene en la tarea de


interpretación constitucional, en general, líneas de pensamiento alegadas y
reiteradas en épocas anteriores, que revelan una comprensión peculiar en el
ejercicio que singulariza dicha actividad.

Según los principales enfoques utilizados por la CSJN para aplicar los criterios de
hermenéutica constitucional en el período de referencia, se ha sistematizado la
tarea interpretativa en la siguiente forma: 1. Interpretación constitucional
armónica; 2. Interpretación constitucional sistemática; 3. Interpretación
constitucional práctica; 4. Interpretación constitucional dinámica; 5. Interpretación
constitucional eficaz y justa; 6. Interpretación constitucional progresista; 7.
Interpretación constitucional finalista; 8. Interpretación constitucional auténtica; 9.
Interpretación constitucional literal; 10. Interpretación constitucional restrictiva.

II. INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL ARMÓNICA

Es un pensamiento reiterado del Alto Tribunal, el que sostiene que la Constitución


y el ordenamiento jurídico inferior deben ser considerados y examinados como un
todo coherente y armónico, valorando sus preceptos como partes de una
estructura sistemática(5) .

Se ha afirmado que: "La interpretación del instrumento político que nos rige no
debe hacerse poniendo frente a frente las facultades enumeradas por él para que
se destruyan recíprocamente, sino armonizándola dentro del espíritu que le dio
vida."(6)

La Constitución en su integralidad es considerada un conjunto armónico con el


sistema normativo vigente, en el cual cada una de sus partes se relaciona y
considera a la luz de las demás, lo que impide desunir las disposiciones y
acordarles un sentido o significación que las enfrente o ponga en pugna(7) .

La noción exige una exégesis integradora del texto constitucional con la restante
normativa inferior, sosteniéndose que las normas constitucionales no deben ser
interpretadas en forma aislada o inconexa, sino como partes de una estructura
sistemática considerada en su totalidad(8); cada una de sus disposiciones ha de
interpretarse de acuerdo con el contenido de las demás(9).
La Constitución Nacional, las demás leyes y normas dictadas en su
consecuencia, deben ser interpretadas considerando armónicamente la
integralidad del ordenamiento jurídico, y los principios y garantías de raigambre
constitucional, para obtener un resultado adecuado, pues la admisión de
soluciones notoriamente disvaliosas no resulta compatible con el fin común, tanto
de la tarea legislativa como de la judicial(10) .

Así, la exégesis constitucional armónica debe propender al eficaz y justo


desempeño de los poderes atribuidos al Estado para el cumplimiento de sus fines
del modo que resulte más beneficioso para la comunidad(11) .

Teniendo en cuenta como principio la coherencia del ordenamiento jurídico del


cual la Constitución es la base normativa, cada precepto recibe y confiere su
inteligencia de y para los demás. Ninguno puede ser estudiado aisladamente sino
en función del conjunto normativo, es decir, como parte de una estructura
sistemática considerada en su conjunto.

Esa interpretación debe tener en cuenta, además de la letra, la finalidad


perseguida y la dinámica de la realidad(12) .

Por ello, no es presumible la contradicción o el absurdo en los términos


constitucionales, debiéndoselos interpretar de modo que armonicen sus
disposiciones entre sí. "Si el significado de un texto constitucional es en sí mismo
de interpretación controvertida, es posible que la solución se aclare cuando se lo
considere en relación con otras disposiciones constitucionales"(13)

Ante la posibilidad de colisiones normativas, la Constitución debe ser analizada


como un conjunto unido, dentro del cual una de sus disposiciones ha de
interpretarse de acuerdo con el contenido de las demás, pues es misión del
intérprete superar las antinomias frente al texto de la Ley Fundamental, que no
puede ser entendido sino como coherente(14) .

No resulta un criterio interpretativo válido, anular unas normas constitucionales


por aplicación de otras, sino que debe analizarse el conjunto como un todo
armónico, dentro del cual cada disposición ha de interpretarse de acuerdo con el
contenido de las demás(15) , pues no cabe asignar a una cláusula constitucional
un alcance tal, que signifique privarla de valor y efecto(16) .

Las normas de la Constitución Nacional, como las de toda ley, debe ser
interpretadas en forma coherente, de manera que haya ajuste entre ellas y que
no traben el eficaz y justo desempeño de los poderes atribuidos al Estado para el
cumplimiento de sus fines del modo más beneficioso para la comunidad y los
individuos que la forman(17) .

Con esa inteligencia, se ha dicho que: "No cabe admitir antinomia alguna entre el
art. 14 nuevo y el art. 31 de la Constitución Nacional; por el contrario, su
hipotética oposición ha de resolverse en una síntesis de las respectivas
cláusulas, y si alguna ha de privilegiarse debe ser la del art. 31 por ser cláusula
cimera para determinar la jerarquía de la normativa jurídica global y de ello resulta
que una ley, a condición de haber sido sancionada en consecuencia de la
Constitución, puede válidamente privar de efecto una norma convencional."(18)

Ha señalado el Dr. Fayt en "Petric Domagoj, Antonio c/Diario Página 12", asunto
relacionado con la libertad de prensa, que: "La interpretación de las normas
constitucionales ha de realizarse de modo que resulte un conjunto armónico de
disposiciones, con una unidad coherente. Para obtener esa unidad, la recta
inteligencia de sus cláusulas no alterará el equilibrio del conjunto dentro del cual
cada parte ha de interpretarse a la luz de todas las demás, pues se trata de
privilegiar las opciones hermenéuticas que maximicen su eficiencia. Por ello, no
puede aducirse con éxito —como pretende la demandada en el caso— la
invalidez indiscriminada de la rectificación o respuesta frente a la libertad de
prensa, a menos de conferir a esta última el carácter precedentemente
indicado."(19)

En igual dirección, en el caso "Ministerio de Cultura y Educación c/Universidad


Nac. de Luján", sostuvo el Dr. Fayt en su voto en disidencia, que: "El principio de
equidad se suma al de gratuidad de la educación pública y ambos cuentan con
tutela constitucional, de manera que es inadmisible una interpretación que anule
uno y consagre otro."(20)

Así, la ambigüedad que encierran los términos debe resolverse en un equilibrio


que resulte del conjunto de las disposiciones estatutarias, de suerte que, en
aquellos casos en que la gratuidad no alcance por sí sola a garantizar la igualdad
de oportunidades, se impone al Estado la carga de proveer a los habitantes de
los medios suficientes para acceder a la educación gratuita (del voto en
disidencia del doctor Fayt)(21).

Frente a posibles antinomias constitucionales, los Dres. Ricardo Luis Lorenzetti y


E. Raúl Zaffaroni han señalado que: "Cuando se plantea un caso de conflicto de
normas constitucionales y de pluralidad de fuentes, debe aplicarse la regla de la
interpretación coherente y armónica, que exige: a) delimitar con precisión el
conflicto de normas y fuentes a fin de reducirlo al mínimo posible, para buscar
una coherencia que el intérprete debe presumir en el ordenamiento normativo; b)
proceder a una armonización ponderando los principios jurídicos aplicables; c)
considerar las consecuencias de la decisión en los valores constitucionalmente
protegidos."(22)

En esa línea, se ha considera que: "Las cláusulas constitucionales encuentran


límite en las obligaciones que imponen otras, por lo que es necesario conciliarlas
impidiendo que la aplicación indiscriminada de una deje a las demás vacías de
contenido"(23) .

Es posible que el significado de un texto constitucional sea en sí mismo de


interpretación controvertida, pero que la solución se aclare cuando se lo
considera en relación con otras disposiciones constitucionales. La Constitución es
una estructura coherente y, por lo tanto, ha de cuidarse en la inteligencia de sus
cláusulas, de no alterar el delicado equilibrio entre la libertad y la seguridad(24) .

Los derechos fundados en cualquiera de las cláusulas de la Constitución tienen


igual jerarquía, y la interpretación debe armonizarlas, ya se trate de derechos
individuales o de atribuciones estatales(25) .

La interpretación armónica es comprensiva como se ha visto de la inteligencia


jurídica que nutre todo el ordenamiento inferior, considerándose pues que debe
preferirse la exégesis que mejor concuerde con las garantías y los principios de la
Constitución Nacional(26) .

Por ello, en hermenéutica constitucional se aplica la regla de interpretación


auténtica, según la cual, debe darse pleno efecto a la intención del legislador,
computando la totalidad de sus preceptos de manera que armonicen con el
ordenamiento jurídico restante y con los principios y garantías de la propia
Constitución Nacional, y en casos no expresamente contemplados debe
preferirse la inteligencia que favorece y no la que dificulta aquella armonía y los
fines perseguidos por las cláusulas magnas.

Al advertirse a la Constitución como un conjunto solidario, dentro del cual cada


parte ha de interpretarse a la luz de las disposiciones de todas las demás, resulta
imposible realizar una exégesis que enfrente entre si las facultades enumeradas
por ella para que se destruyan recíprocamente; corresponde conjugarlas dentro
del espíritu que les dio vida(27) .

En la interpretación constitucional, las declaraciones, derechos y garantías no son


simples fórmulas teóricas, pues cada uno de los artículos y cláusulas que los
contienen posee fuerza obligatoria para los individuos, para las autoridades y
para toda la Nación. Los jueces deben aplicarlos en la plenitud de su sentido, sin
alterar o debilitar con vagas interpretaciones o ambigüedades la expresa
significación de su texto(28) .
El caso "Ortiz Almonacid", donde se examinó la solicitada tercera reelección
(llamada comúnmente re-reelección ) del entonces presidente Dr. Carlos Menem,
posee interesantes criterios interpretativos, pues se precisaron los alcances del
art. 90 de la Constitución Nacional conjugados con los de la cláusula transitoria
novena, textos todos que fueron insertos por la Convención Constituyente de
1994. Vale parafrasear algunas opiniones de los magistrados por haber sido un
importante proceso en el que se recordaron principios fundamentales para el
sistema democrático y representativo de la República Argentina.

En el voto del Dr. Enrique Santiago Petracchi, se sostuvo que los conceptos
elaborados para la interpretación de normas infraconstitucionales, también son
aplicables para determinar el alcance de la Ley Fundamental. Se agregó: "De
acuerdo con lo dispuesto por el art. 90 de la Constitución Nacional y la cláusula
transitoria novena, cuya precisión es atípica en normas de rango constitucional,
no es constitucionalmente válido que el presidente de la Nación se presente
como candidato para el período 1999/2003. [...] La cláusula transitoria novena no
deroga al art. 90 de la Ley Fundamental pues tales normas no se oponen entre sí.
El constituyente del 94 no le dio el carácter de primer período al intervalo
1994/95, sino que, como resulta diáfano de su mera lectura, le atribuye ese
carácter al sexenio 1989/95."(29)

Por su lado, en el voto del Dr. Gustavo A. Bossert se dijo: "La Constitución
Nacional constituye un todo orgánico y sus disposiciones deben ser aplicadas
concertadamente [...] Un simple análisis literal o gramatical de la cláusula
transitoria 9a., demuestra que dicha norma no presenta oscuridad o ambigüedad
que implique algún esfuerzo interpretativo; por el contrario de su letra surge que
el período de seis años cumplido entre 1989 y 1995 por el presidente debe ser
considerado como primero a los efectos del nuevo art. 90, lo que implica que no
puede ser reelecto por segunda vez consecutiva. [...] La interpretación del
instrumento político que nos rige no debe hacerse poniendo frente a frente las
facultades enumeradas por él para que se destruyan recíprocamente, sino
armonizándolas dentro del espíritu general que le dio vida [...] Se debe desechar
la hipótesis de un conflicto entre distintas cláusulas constitucionales, ya que debe
adoptarse la exégesis que las compatibilice y que respete los principios
fundamentales [...] El art. 90 de la Carta Magna y su 9a. cláusula transitoria no
son normas que disponen dos consecuencias jurídicas opuestas o que imputen
efectos jurídicos incompatibles a las mismas condiciones fácticas. Por el
contrario, constituyen un todo coherente, donde cada uno de los preceptos recibe
y confiere su inteligencia de y para el otro [...] La cláusula transitoria 9a., al igual
que otras normas transitorias, tiene como finalidad posibilitar la aplicación
concreta de una norma permanente que se incorpora a la Constitución; la
cláusula transitoria permite la inserción y armonización de un artículo nuevo, y en
el caso constituye una interpretación auténtica del art. 90, plasmada por los
mismos constituyentes como texto constitucional [...] La cláusula transitoria 9a. es
una prescripción constitucional válida, establecida por una Convención
Constituyente reformadora, legítimamente integrada, cuyos representantes fueron
elegidos a través de procedimientos democráticos [...] La inhabilidad para
acceder a un tercer período consecutivo por parte del presidente en ejercicio es
de índole funcional, establecida para armonizar con el sistema de renovación en
la Presidencia que dispone la Constitución."(30)

III. INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL SISTEMÁTICA

La tendencia interpretativa sistemática de la Constitución Nacional es inescindible


de la interpretación armónica, pues ambas conducen a que el ordenamiento
jurídico del cual aquella es la base normativa, sea apreciado como un todo
coherente, homogéneo y sistémico.

La Ley Fundamental es una estructura donde sus distintas partes forman un todo
coherente y en la inteligencia cada de una de sus cláusulas debe cuidarse que no
se altere el equilibrio del conjunto(31) .

No es posible estudiar y aplicar las disposiciones constitucionales aisladamente


sino en función del conjunto normativo, es decir, como partes de una estructura
sistemática considerada en su totalidad(32) .

Conforme al principio interpretativo sistemático, la Constitución constituye un todo


orgánico y sus disposiciones deben ser aplicadas concertadamente, por lo que su
interpretación no debe hacerse poniendo frente a frente las facultades
enumeradas por ella para que se destruyan recíprocamente, sino armonizándolas
dentro del espíritu general que le dio vida y se debe desechar la hipótesis de un
conflicto entre distintas cláusulas constitucionales(33) .

La jurisprudencia de la CSJN insiste en que las normas constitucionales no deben


ser interpretadas en forma inconexa(34) , y aún en los supuestos de textos de
inteligencia controvertida, se ha expresado que "la solución se aclara cuando se
lo considera en relación con otras disposiciones en la Constitución"(35) .

Ninguna de las normas de la Ley Fundamental de la Nación puede ser


interpretada desconectándola del todo que compone, y la interpretación debe
hacerse, al contrario, integrando las normas en la unidad sistemática de la
Constitución, comparándolas, coordinándolas y armonizándolas, de tal forma que
haya congruencia y relación entre ellas(36) .

Desde esa mirada, no es posible presumir que cláusula alguna de la Constitución


esté pensada para no tener efecto y, por lo tanto, la interpretación contraria es
inadmisible, salvo que el texto de la Constitución así lo indique(37) .

Ha señalado el Dr. Fayt, que: "La hermenéutica de la Constitución Nacional no


debe efectuarse jamás de modo tal que queden frente a frente los derechos y
deberes por ella enumerados para que se destruyan recíprocamente, sino que
debe procurarse su armonía dentro del espíritu que les dio vida; cada una de sus
partes ha de entenderse a la luz de todas sus disposiciones, de modo de respetar
su unidad lógica y sistemática."(38)

Esas consideraciones fueron pronunciadas en la causa "Picard"(39)relacionada


con el servicio militar obligatorio, que fuera definitivamente derogado en la
década de 1990. Allí se dijo: "Si bien es claro que para cada ciudadano el
contribuir a la defensa de la Patria no es una mera carga, sino que constituye un
motivo de honra, de este principio de patriotismo no cabe extraer que el art. 21 de
la Constitución Nacional en su esencia jurídica no imponga sino una 'obligación',
como su texto literalmente lo dice, ya que en modo alguno se consagra un
derecho que, por sobre el marco ordenado del ejercicio de los poderes públicos,
tengan los ciudadanos y que pueden ejercer libremente."(40)

Con base en la interpretación constitucional sistemática, no cabe presumir que


cláusula alguna de la Constitución esté pensada para no tener efecto y, por lo
tanto, una interpretación contraria entre sus normas es inadmisible, salvo que el
texto de la Constitución así lo indique(41) . Se descarta la exégesis que anule una
de ellas o ponga en contra unas con otras(42) .

Se afirma: "No cabe admitir antinomia alguna entre el art. 14 nuevo y el art. 31 de
la Constitución Nacional; por el contrario, su hipotética oposición ha de resolverse
en una síntesis de las respectivas cláusulas, y si alguna ha de privilegiarse debe
ser la del art. 31 por ser cláusula cimera para determinar la jerarquía de la
normativa jurídica global y de ello resulta que una ley, á condición de haber sido
sancionada en consecuencia de la Constitución, puede válidamente privar de
efecto una norma convencional."(43)

Corresponde invocar nuevamente, el pensamiento del Dr. Fayt, quien consideró:


"Si el significado de un texto constitucional es en sí mismo de interpretación
controvertida, es posible que la solución se aclare cuando se lo considere en
relación con otras disposiciones constitucionales."(44)
Con relación a las facultades acordadas por la Constitución Nacional al Congreso
de la Nación en el juicio político de los jueces de la Corte Suprema de Justicia de
La Nación, se ha sostenido que la sola circunstancia de que la reforma de 1994
no haya incorporado una norma expresa que autorice al Senado a disponer la
suspensión de los ministros de aquélla, sometidos a dicho proceso, no puede
interpretarse como una prohibición en tal sentido, pues si el constituyente hubiese
decidido prohibirla o derogar ese derecho consuetudinario, debió decretarlo
expresamente(45) .

IV. INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL PRÁCTICA

La tendencia que sostiene una interpretación práctica, no estrecha ni limitada de


la Constitución Nacional, se halla en perfecta consonancia con los criterios que
exigen una exégesis armónica y sistemática, ya explicados.

Con un pensamiento constante, la CSJN ha decidido que la Constitución debe


recibir una interpretación práctica, no debiendo darse a sus limitaciones y
prohibiciones una extensión que pueda destruir los poderes necesarios del
Estado o que trabe su eficaz ejercicio(46) , ni su justo desempeño, atendiendo al
efectivo cumplimiento de sus fines del modo más beneficioso para la comunidad
(47) .

Mediante la interpretación constitucional práctica, se tiende a evitar que las


restricciones y las reservas surgidas del Texto Constitucional, tengan una
extensión que permita que uno de los poderes actúe u obstruya la función de los
otros desequilibrando el sistema institucional.

Esta doctrina también ha sido utilizada para establecer el límite o autorrestricción


de las facultades judiciales y para enjuiciar el ejercicio de las atribuciones de otro
poder del Estado, como se afirmó en el citado caso "Verrochi"(48) .

V. INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL DINÁMICA


La interpretación dinámica, progresista, no estática del Texto Constitucional, es
una tendencia mantenida por la Corte Suprema de Justicia a través de sus
distintas integraciones, y ella ha permitido la adaptabilidad de sus cláusulas a las
cambiantes situaciones de la realidad ocasionadas por el devenir.

Esta actividad permite acordar a los contenidos magnos la necesaria flexibilidad y


generalidad(49) .

Desde antiguos fallos, la Corte Suprema aplicó un método interpretativo dinámico,


como lo refleja el caso "Avico c/de la Pesa", fallado en 1934(50) .

Lo propio se reflejó en 1956, en la causa "Iscaro, Rubén L. y otros"(51) , relativa a


las condiciones del estado de sitio reglado por el art. 23 de la Constitución
Nacional, donde puede destacarse el voto del Dr. Orgaz, quien admitió que
habían cambiado las circunstancias y condiciones en que la Carta Magna fue
dictada, siendo necesario adoptar una solución que quizás no coincidiera con la
"voluntad sicológica de los Congresales de Santa Fe", pero que acordaba con la
actualidad de los tiempos que se vivían(52) .

Expresa la CSJN, que al ser la Constitución la ley de las leyes, se encuentra en el


cimiento de todo el orden jurídico positivo y tiene la virtualidad necesaria de poder
gobernar todas las relaciones jurídicas nacidas en circunstancias sociales
diferentes a las que existían en tiempos de su sanción. Por ello se considera que
el avance de los principios constitucionales, es de natural desarrollo y no de
contradicción, resultando la obra genuina de los intérpretes, "en particular de los
jueces, quienes deben consagrar la inteligencia que mejor asegura los grandes
objetivos para los que fue dictada la Constitución."(53)

Esta posición, sostenida desde antaño por la CSJN, puede verse resumida en el
siguiente pensamiento: "La Constitución ha querido hacer un solo país para un
solo pueblo, pero no se ha propuesto hacer una nación centralizada; ha fundado
una unión indestructible de estados indestructibles. [...] el mayor valor de la
Constitución no está en los textos escritos que adoptó y que antes de ella habían
adoptado los ensayos constitucionales que se sucedieron en el país durante
cuarenta años, sin lograr realidad, sino en la obra práctica, realista que significó
encontrar la fórmula que armonizaba intereses, tradiciones, pasiones
contradictorias y belicosas. Su interpretación auténtica no puede olvidar los
antecedentes que hicieron de ella una creación viva, impregnada de realidad
argentina, a fin de que dentro de su elasticidad y generalidad que le impide
envejecer con el cambio de ideas, crecimiento o redistribución de intereses, siga
siendo el instrumento de la ordenación política y moral de la Nación(54).
En ocasiones la aplicación de una interpretación dinámica ha llevado a configurar
un verdadero "activismo judicial" como ocurrió con el nacimiento de la acción de
amparo a través de los casos "Siri"(55)y "Kot".

En el año 1958, al fallarse el caso "Kot, Samuel S.R.L."(56) en el que se admitió


la acción de amparo en contra de actos de particulares, sostuvo el Alto Tribunal la
pertinencia de una interpretación dinámica del Texto Constitucional, pues si bien
al tiempo de su dictado las garantías se insertaron en previsión de los excesos de
la autoridad pública, "los constituyentes tuvieron la sagacidad y la prudencia de
no fijar exclusivamente en los textos sus temores concretos e históricos, sino mas
bien sus aspiraciones y sus designios permanentes y aún eternos: la protección
de la libertad. Esto último es lo que resulta del inequívoco y vehemente espíritu
liberal de la Ley Suprema..."(57) .

Igual postura se mantuvo en el caso "Fernández Orquín"(58) (1966), donde se


afirmó que una interpretación estática de la Constitución Nacional no es acertada,
por cuanto dificulta la marcha ordenada y el progreso adecuado de la comunidad.
En cambio, la interpretación dinámica de la Constitución Nacional se impone
puesto que a la clásica consagración de la garantía de las libertades individuales
se agiten cláusulas de contenido social que hacen necesaria la exégesis del
conjunto, debiendo agregarse que el excesivo apego al tradicionalismo jurídico ha
sido considerado como uno de los más serios obstáculos de la expansión
económica y la justicia social(59) .

Con base en ese método interpretativo, se afirmó que las restricciones de los
derechos individuales que resultan de la regulación legal requerida por notorias
exigencias de progreso y justicia social, no constituyen cargas exorbitantes o
expoliatorias(60) .

Vale recordar aquí, la expresiones de la Corte Suprema cuando sostuvo "Una de


las funciones básicas de la jurisdicción constitucional es la de mantener abierto el
sistema, la de hacer posible su cambio permanente, el acceso al poder de las
minorías frente a cualquier intento de cierre o congelación de la dominación
existente por parte de las mayorías más o menos ocasionales(61) .

En algunos casos, se fijaron límites a la interpretación dinámica, como se advierte


de la doctrina —ya superada— plasmada en "Sánchez Abelenda, Raúl
c/Ediciones de la Urraca S. A. y otro"(62) , fallado en diciembre de 1988, en el
que la mayoría, consideró, que la ausencia de reglamentación legal del art. 14.1
de la Convención Americana de Derechos Humanos impedía tener al derecho de
réplica como derecho positivo interno. En mérito a sostenerse que las
restricciones a la libertad de prensa debían estar previstas expresamente en una
norma jurídica sancionada por el órgano legislativo.

Doctrina ésta que luego fue modificada en "Edmekjian c/Sofovich"(63) , fallado en


1992, donde se admitió el señalado derecho de réplica, en mérito a estar
contemplado por la Convención Americana de Derechos Humanos - Pacto de
San José de Costa Rica.

A partir de 1983, uno de los procesos de relevancia, donde puede encontrarse


aplicado el enfoque interpretativo dinámico, la noción de activismo judicial, fue el
célebre caso "Arenzón"(64) , en el cual se admitió la revisión de la
constitucionalidad de una resolución ministerial cuestionada con base en la
doctrina sentada por la CSJN en 1967, en el caso "Outon"(65) .

En "Arenzón", la declaración de inconstitucionalidad, tuvo lugar por cuanto la


normativa impugnada traducía una discriminación inaceptable, elitista,
perfeccionista y autoritaria.

Otro fallo de indudable relevancia que muestra la aplicación de ese enfoque, fue
el dictado en el caso "Sejean" en 1986(66) , donde se declaró la
inconstitucionalidad de la norma que disponía la indisolubilidad del matrimonio.

La CSJN sostuvo allí que "la misión más delicada de la justicia es saberse
mantener dentro del ámbito de su jurisdicción, sin menoscabar las funciones que
incumben a otros poderes, y ha reconocido el cúmulo de facultades que
constituyen la competencia funcional del Congreso de la Nación, como órgano
investido del poder de reglamentar los derechos y garantías reconocidos por la
Constitución Nacional con el objeto de lograr la coordinación entre el interés
privado y el interés público. Pero esa afirmación no puede interpretarse como que
tales facultades pueden ejercerse desconociendo derechos constitucionales,
pues en nuestro ordenamiento jurídico la voluntad del constituyente prima sobre
la del legislador (art. 31, Const. nacional), por lo que atentas las facultades de
control de constitucionalidad de las leyes confiado por la Constitución al Poder
Judicial, corresponde que este intervenga cuando tales derechos se
desconozcan"(67).

Para el Dr. Petracchi, en "Sejean", "se intenta reconstruir el orden jurídico con el
objeto de establecer y afianzar para el futuro en su totalidad las formas
democráticas y republicanas de convivencia de los argentinos de modo que dicho
objetivo debe orientar la hermenéutica constitucional en todos los campos. Que
consecuentemente, la Corte Suprema está obligada a afianzar y desarrollar la
misión le incumbe en la concreción y el desenvolvimiento de los derechos
fundamentales garantizados por la Constitución [...] Cuando se trata de precisar
el contenido de los derechos humanos fundamentales, adquiere preeminencia el
Poder Judicial a cuyos integrantes corresponde desempeñar una de las funciones
primordiales de la actividad jurídica de un estado de derecho: garantizar el
respeto de los derechos fundamentales de las personas frente al poder del
estado, erigiéndose así en conquista irreversible del sistema democrático, en una
de las formas más eficaces de resguardar la coexistencia social pacífica,
asegurando el amparo de las valoraciones, creencias y standard éticos
compartidos por conjuntos de personas, aún minoritarios, en cuya protección se
interesa la comunidad para su convivencia armónica [...] el efecto perdurable de
las decisiones judiciales depende de la argumentación que contengan y de la
aceptación que encuentre en la opinión pública."(68)

De tal modo, para el Dr. Petracchi la legitimidad del Tribunal necesita del
prestigio, la valoración y el respeto que la opinión pública sustente por sus
posiciones. Pues, las sentencias de la Corte deben convencer a la comunidad,
más en aquellos casos de trascendente repercusión social(69) .

Por su lado, afirmó el Dr. Fayt en "Sejean", que la exégesis de la norma


constitucional no puede desatender la realidad social y sus transformaciones,
pues la realidad viviente de cada época resulta un parámetro de suma
importancia a los fines de interpretar los textos legales y establecer el sentido y
alcance de las normas, resaltando que "en nuestro ordenamiento jurídico la
voluntad del constituyente prima sobre la del legislador". Admite que la voluntad
del constituyente no puede desentenderse de las transformaciones históricas y
sociales, y expone: "La realidad viviente de cada época perfecciona el espíritu de
las instituciones de cada país, o descubre nuevos aspectos no contemplados
antes, sin que pueda oponérsele el concepto medio de una época en que la
sociedad actuaba de distinta manera (Fallos, 211:162)." [...] "Esta Corte que no
rechazó el desconocimiento de los derechos electorales de la mujer, ¿mantendría
esa postura si todavía hoy el legislador no los hubiera reconocido? Cuestiones
que no hieren la sensibilidad de una época pueden ofender profundamente a las
que siguen; los tormentos y azotes que proscribió la Constitución de 1853 fueron
detalladamente previstos en legislaciones anteriores, y constituyeron una práctica
judicial corriente universalmente no por uno sino por muchísimos siglos."[...]
"Cabe entonces admitir que esas transformaciones en la sensibilidad y en la
organización de la sociedad coloquen bajo la protección de la Constitución
Nacional situaciones que anteriormente se interpretó que no requerían su
amparo"(70) .

En el caso "Costa", el Dr. Fayt afirmó que la realidad viviente de cada época
perfecciona el espíritu permanente de las instituciones o descubre en ellas
aspectos no contemplados con anterioridad, a cuya realidad no puede
oponérsele, en un plano de distracción, el concepto medio de épocas en que la
sociedad actuaba de manera distinta. Que se ha calificado a la Constitución
Nacional como un instrumento político previsto de extrema flexibilidad, de modo
que pudiera adaptarse a tiempos y circunstancias futuras, y que esta regla
ineludible de hermenéutica no implica deteriorar el orden constitucional
alcanzado, "sino que por el contrario hace a su perdurabilidad y a la del Estado
Argentino, para cuyo pacífico gobierno ha sido instituido"(71) .

Igual doctrina mantuvo el Dr. Fayt en el caso "Repetto Inés c/Pcia. de Buenos
Aires"(72) , proceso en donde se discutió el derecho de no discriminación de los
extranjeros en el ámbito laboral. Ahí se consideró, que los problemas actuales
deben ser enmarcados en el contexto constitucional, a través de pautas de
hermenéutica constitucional sentadas por la Corte Suprema de la Nación, que
evalúen las circunstancias presentes en ese momento.

La interpretación dinámica de la Constitución Nacional, guió el criterio sentado en


el año 1990, en el célebre caso "Peralta, Luis Arcenio y otro c/Estado Nacional
(Mrio. de Economía - BCRA.) s/amparo"(73) , en el que se estableció la
constitucionalidad del Plan Bonex instaurado en el país por Decreto 36/90, el que
se comenta con mayor detenimiento en el capítulo octavo.

Pese a la cuestionada adecuación constitucional del sistema implementado que


impactaba severamente sobre el derecho de propiedad, la Corte Suprema de
Justicia afirmó la necesidad de descartar una exégesis rígida(74) .

Igualmente en el ya citado "Cocchia", se reiteró que: "La interpretación del reparto


de competencias que establece la Constitución debe involucrar en función de la
dinámica de los tiempos históricos, signados a menudo por fases o episodios
críticos, que demandan remedios excepcionales, carácter que no resulta
necesariamente incompatible con el marco normativo general y perdurable
previsto por nuestros constituyentes."(75)

Fue dinámica la interpretación que asignó la CSJN a las garantías


constitucionales que protegen el derecho y el acceso a la enseñanza
descartándose todas las formas de discriminación, en el caso "González de
Delgado c/U.N.C." relacionado con el ingreso de mujeres al Colegio Nacional de
Montserrat de Córdoba, dictado en 1999(76) .

Señaló allí el Dr. Fayt que: "El cumplimiento de las obligaciones estatales
respecto de la enseñanza no pueden desconocer la evolución que en más de tres
siglos se ha operado, no ya con relación a la mujer —quien hoy innegablemente
tiene 'derecho a tener derechos', sino a la organización social en si misma
considerada. No puede pensarse que usos de tiempos anteriores a estos
profundos cambios sociales y políticos puedan sin más generar una suerte de
estatuto inmodificable en la educación media de nuestros jóvenes, privando a las
mujeres de acceder a niveles calificados de ésta e impidiendo a los varones
—sólo a otros distintos de los hijos de los actores— la posibilidad de compartir
ese tramo de la vida con las 'excluidas'."(77)

Empero hubo posiciones en el Alto Tribunal que sostuvieron un límite respecto al


enfoque interpretativo dinámico, considerando que este método no podía llevarse
más allá de los límites conceptuales que surgen de las cláusulas constitucionales,
para no desnaturalizar su contenido.

Ello fue advertido por el doctor Petracchi en el caso "Sánchez Abelenda, R.


c/Ediciones de La Urraca", en el que sostuvo: "La denominada interpretación
dinámica de los textos constitucionales no debe ser entendida como la posibilidad
de dar cualquier contenido a ellos, más allá del marco que aporten las ideas
básicas que los inspiran, pues de lo contrarío interpretarlos equivaldría a
adjudicarles todos los alcances que, a juicio del órgano encargado de tan
delicada función, pudiesen parecer meramente convenientes o deseables, con lo
cual quedaría seriamente lesionado el principio de la soberanía del pueblo
—justamente mentado en el art. 33 de la Constitución Nacional— según el cual
no son los tribunales los titulares del poder constituyente [...] Si bien no es
acertada una interpretación estática de la Constitución Nacional, porque ella
dificulta la ordenada marcha y el adecuado progreso de la comunidad nacional
que debe acompañar y promover la Ley Fundamental, sería falsear la tarea
interpretativa desarraigar a las normas de aquellas ideas rectoras a cuya luz
nacieron y que, aunque no impiden enriquecer progresivamente sus contenidos,
siguen siendo fuentes nutricias de éstos."(78)

Los referidos criterios, justifican tener en cuenta el contexto social en que el


resultado constitucional fue previsto originariamente y el que habrá de ser
aplicado al tiempo de la emisión del fallo judicial, sin cuya ponderación puede
realizarse la hermenéutica de las normas constitucionales y legales. No es
posible para el intérprete mantener un estado de indiferencia respecto del
resultado(79) .

En "Banco de la Pcia. de B.s A.s c/D.G.I. s/Dirección General Impositiva", fallado


el 11 de diciembre de 2007, se afirmó que: "Las leyes no deben ser interpretadas
solamente en razón de sus circunstancias históricas sin consideración de las
nuevas condiciones y necesidades de la comunidad, porque toda ley —y en
especial la Constitución— tiene, por naturaleza, una visión de futuro y está
predestinada a recoger y regir hechos posteriores a su sanción."(80)

VI. INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL EFICAZ Y JUSTA


La tendencia de la doctrina judicial destinada a lograr sentencias eficaces para la
comunidad implica la búsqueda de la solución objetivamente justa. Esto se ha
reflejado en importantes supuestos, en los que, por encima de las limitaciones
legales, se ha querido consagrar un resultado acorde con las garantías y
derechos custodiados por el Texto Constitucional.

Desde mucho tiempo atrás, la Corte había propugnado una exégesis que diera
garantía y respeto a los derechos fundamentales consagrados en la Constitución,
señalando: "El palladium de la libertad no es una ley suspendible en sus efectos,
revocable según las conveniencias públicas del momento; el palladium de la
libertad es la constitución, esa es el arca sagrada de todas las libertades, de
todas las garantías individuales cuya conservación inviolable, cuya guarda
severamente escrupulosa deberá ser el objeto primordial de las leyes y la
condición esencial de los fallos de la justicia federal."(81)

A través de las distintas épocas quedó fijado un provechoso criterio, según el cual
"El mayor valor de la Constitución no está en los textos escritos que adoptó, y que
antes de ellas habían adoptado los ensayos constitucionales que se sucedieron
en el país, durante cuarenta años, sin lograr realidad, sino en la obra práctica,
realista, que significó encontrar la fórmula que armonizaba intereses, tradiciones,
pasiones contradictorias y belicosas."(82)

La interpretación constitucional resulta eficaz cuando garantiza, entre otras


circunstancias, la estabilidad calculable de las relaciones de los particulares entre
sí y con el Estado, como estableció el Alto Tribunal a fin de conciliar los
problemas que la realidad política y social presenta respecto a la aplicación de la
normativa vigente(83) , o para asegurar la paz social y el bienestar colectivo(84) .

Uno de los casos que demuestran el compromiso de la CSJN de seguir los


mandatos constitucionales por encima de los óbices formales contenidos en las
leyes, fue el ya citado caso del amparo promovido por "Arenzón"(85), donde se
sostuvo que el inc. d) del art. 2º de dicha ley no podía impedir la declaración de
invalidez de una norma que resultase palmariamente opuesta a preceptos
constitucionales.

Este criterio que anteriormente había quedado plasmado en el caso "Outon"(86),


fue nuevamente invocado para habilitar el examen de constitucionalidad de
normas legales o reglamentarias, opinión que había sido propugnada por los
Ministros Luis María Boffi Boggero y Carlos Juan Zavala Rodríguez, en un
pronunciamiento anterior.
La interpretación constitucional eficaz, es la que otorga primacía a la verdad
jurídica objetiva tendiendo a que su esclarecimiento no pueda resultar turbado por
un excesivo rigor formal en la interpretación de las normas procesales. Un criterio
semejante es advertido como lesivo del adecuado servicio de justicia garantizado
por el art. 18 de la Constitución Nacional(87) .

Este criterio que eleva la búsqueda de la verdad jurídica objetiva, se sostiene


explícitamente desde el caso "Colalillo"(88) , fallado en 1947, como método para
fundar una decisión judicial.

Un caso paradigmático en la jurisprudencia de la CSJN que trasluce su


preocupación por lograr una sentencia que atienda y de respuesta adecuada a la
necesidad del justiciable, fue el caso "Seguir y Dip, C.G."(89) , fallado en 1980.

En ese proceso, la Corte Suprema hizo mérito de las excepcionales


circunstancias que rodeaban la causa, y afirmó que ellas comprometían al
tribunal "en su específica misión de velar por la vigencia real y efectiva de los
principios constitucionales, a ponderar cuidadosamente aquellas circunstancias a
fin de evitar que la aplicación mecánica e indiscriminada de la norma conduzca a
vulnerar derechos fundamentales de la persona y a prescindir de la preocupación
por arribar a una decisión objetivamente justa, en el caso concreto lo cual iría en
desmedro del propósito de 'afianzar la justicia' enunciado en el preámbulo de la
Constitución Nacional, propósito liminar y de por si operativo, que no sólo se
refiere al Poder Judicial sino a la salvaguardia del valor 'justicia' en los conflictos
jurídicos concretos que se plantean en el seno de la comunidad. La misión
judicial, ha dicho esta Corte, no se agota con la remisión a la letra de la ley, toda
vez que los jueces, en cuanto servidores del derecho y para la realización de la
justicia, no pueden prescindir de la 'ratio legis' y del espíritu de la norma; ello así
por considerar que la admisión de soluciones notoriamente disvaliosas no resulta
compatible con el fin común tanto de la tarea legislativa como de la judicial
(doctrina de Fallos: 249:37 y sus citas)."(90)

No obstante, se ha advertido que en aras de una interpretación constitucional


eficaz, pueden llegar a tergiversarse o desvirtuarse los contenidos de la Carta
Magna.

Esa posición asumió el Dr. Petracchi en el caso "Cocchia", donde sostuvo que:
"Los altos fines de saneamiento social, incluso vinculados al loable empeño de
combatir lo que se considera males de una comunidad, no autorizan el
quebrantamiento de principios orgánicos de la República y menos si la
trasgresión emana de los poderes del Estado y cuando se arbitren, en nombre del
bien público, panaceas elaboradas al margen de las instituciones."(91)
Frente a una confrontación entre una interpretación extensiva y una interpretación
literal de las normas constitucionales que atañen a la garantía de inmunidad de
expresión de los miembros del Congreso de la Nación —art. 68, Constitución
Nacional—, se ha sostenido que debe realizarse una exégesis con carácter
amplio y absoluto, partiéndose de la premisa que defiende la libertad de
expresión, las inmunidades parlamentarias y de jurisdicción, nacidas del principio
de división de poderes y del sistema representativo republicano y federal(92).

Por cuanto, la protección de las opiniones de los legisladores, excede de la


función expresiva de los miembros del Congreso y debe ser interpretada en
sentido más amplio y absoluto, ya que si hubiera un medio de violarla
impunemente, se lo emplearía con frecuencia para coartar la libertad de aquellos,
burlando su privilegio y frustrando la Constitución en una de sus disposiciones
más sustanciales(93) .

VII. INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL PROGRESISTA

La tendencia hacia una interpretación progresista y no estática de la Constitución


Nacional, se relaciona estrechamente con el enfoque dinámico, pues ambos
atienden las condiciones sociales, económicas, políticas, existentes al tiempo de
realizar la exégesis del precepto constitucional y disponer su aplicación. Se trata
de flexibilizar el mandato constitucional, en consideración a las circunstancias
señaladas.

Esta modalidad, fue sostenida desde 1934 en "Avico c/de la Pesa", como bien
recordara Oyhanarte(94) .

Las inquietudes a que da lugar la interpretación constitucional progresista


implican lograr un equilibrio entre lugares opuestos, es decir, entre estabilidad,
seguridad jurídica, evolución, transformación y progreso social. Encontrar una
solución acorde y justa, es tarea del intérprete en cada situación concreta en que
sea menester decidir.

El enfoque progresista, se mantuvo en 1963 en "Gobierno Nacional c/Pcia. de Bs.


As."(95) , donde la CSJN descartó la exégesis paralizante.

Expresó allí que "esa exégesis no es adecuada, particularmente en el ámbito de


la interpretación constitucional y de las leyes de su inmediata reglamentación.
Pues nadie ignora, después de Marshall, que se trata de normas destinadas a
perdurar regulando la evolución de la vida nacional a la que deben de acompañar
en la discreta y razonable interpretación de la intención de sus creadores. Las
consecuencias contrarias genéricas más evidentes de este tipo de interpretación
jurídica importarían la paralización de la acción gubernativa y del progreso de la
República, comprometiendo la satisfacción de las necesidades más ineludibles,
incluso la defensa de la Nación (v. Munro, V. E. 'The government of the United
Status, Nacional, Status and local', p. 77, Nueva Cork, 1936). Tal intención no
puede atribuirse a los constituyentes ni a los legisladores inmediatos porque no
cabe imputarles en la práctica de la interpretación judicial, imprevisión, como no
cabe atribuirles injusticia, según lo ha señalado la jurisprudencia de esta Corte
(Fallos: 249:37; 253:267 y otros)"(96) .

La interpretación progresista de las cláusulas constitucionales en consonancia


con los fines y objetivos resguardados por el Texto Magno, fue aplicada con
notable trascendencia en los referidos casos "Siri" y "Kot".

La postura sentada en los mencionados precedentes, demostró cómo el Alto


Tribunal, a la par de consagrar una interpretación renovadora de la Constitución
Nacional, proyectó al ordenamiento inferior una acción judicial de amparo, que
luego tuvo relevante desarrollo y amplitud para la protección de los derechos
constitucionales(97) .

Se enmarcan dentro de la interpretación constitucional progresista, los cambios


de criterio o mutaciones interpretativas que realiza la CSJN, postura que si bien
reconoce la necesidad de estabilidad en la jurisprudencia, encuentra que la
autoridad e inmutabilidad de los precedentes no siempre es conveniente.

En tal sentido se señala, que cuando las circunstancias de un caso revelan


claramente un error o la inconveniencia de seguir aplicando criterios fijados en
resoluciones anteriores, puede admitirse su modificación en aras de lograr una
postura más justa y acorde con la realidad social y jurídica(98) .

Se dijo supra, que en el campo de los derechos individuales de los ciudadanos,


quizás uno de los fallos más relevantes que traducen la tendencia de
interpretación progresista, es el caso "Sejean" donde se consideró
inconstitucional la cláusula del Código Civil que establecía el matrimonio
indisoluble e impedía consecuentemente el divorcio.

En líneas generales, la CSJN proyecta a partir de 1984, una jurisprudencia


afirmatoria de la interpretación constitucional viviente, considerándose que en ella
debe tenerse en cuenta, además de la letra, la finalidad perseguida y la dinámica
de la realidad."(99)
En ese orden, merece anotarse la disidencia del Dr. Enrique Santiago Petracchi
pronunciada en el caso "Camps", donde sostuvo "Se hace indispensable la toma
de conciencia de que nuestro país atraviesa una coyuntura histórico política
particular, en la cual, de las distintas instancias de producción e interpretación
normativa, se intenta reconstruir el orden jurídico, con el objetivo de restablecer y
afianzar para el futuro en su totalidad las formas democráticas y republicanas de
convivencia de los argentinos, de modo que dicho objetivo debe orientar la
hermenéutica constitucional en todos los campos."(100)

Debe recordarse lo señalado por el Dr. Bacqué en el voto en disidencia


pronunciado en "Camps", donde poniendo un límite al criterio progresista, señaló
"Que el análisis de las causas de impunidad antes aludidas, pone en las actuales
circunstancia, a los jueces que integran esta Corte, ante una gravísima
responsabilidad que ha de ser afrontada teniendo en cuenta el compromiso que
los liga con el pueblo argentino y con la tradición ética y jurídica del orden cultural
al que éste pertenece. En el primer aspecto se impone la percepción del
momento por el que atraviesa la sociedad argentina. Hay experiencias colectivas,
vivencias emocionales propagadas e intensas, que conducen a las grandes
decisiones capaces de determinar un nuevo rumbo en su historia. Es evidente
que el pueblo argentino ha resuelto constituir, llevando por fin a la realidad el
mandato de los fundadores, una comunidad política basada en la libertad y la
dignidad de todos los hombres. La misión de este Tribunal consisten en el
servicio a la conciencia jurídica del pueblo, que cumple al hacer explícitos los
valores de la tradición humanista que se cuenta entre los principios determinantes
de su nacionalidad."(101)

El caso "T., S c/Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires s/amparo", fallado el 11


de enero de 2001(102) , referido como se dijo, a la posibilidad de interrumpir un
embarazo debido a la presencia de un feto inviable anencéfalo, es una muestra
elocuente de integración progresista del ordenamiento normativo por vía de la
acción judicial.

La CSJN por voto de la mayoría, estimó que no se estaba ante un caso de


aborto, ni aborto eugenésico, ni de ninguna suerte de eutanasia, sino que se
encontraba en presencia de un pedido de autorización para inducir el nacimiento
de un ser que no tenía ninguna posibilidad de supervivencia luego de su
alumbramiento, por carecer de cerebro.

Es evidente que mediante dicha postura produjo la jurisprudencia de la Corte una


decisión dotada de completitividad respecto al ordenamiento nacional, al admitir
un hecho "presencia de un feto inviable" no previsto ni considerado por la
legislación inferior para permitir la interrupción del embarazo, sin que tal proceder
pueda considerarse incluido en la figura del aborto prevista por el art. 85 del
Código Penal, ni en la del aborto terapéutico regulada en el art. 86, inc. 1º del
mismo cuerpo.

De manera tal, que la decisión inédita de la CSJN, implicó sin lugar a dudas el
llenado o integración de una laguna normativa o vacío legal, como también lo fue
el pronunciamiento del Tribunal Superior de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires. Ambas decisiones, tuvieron la virtualidad y potencialidad necesaria para
proyectar al sistema jurídico nacional una hipótesis y solución jurídica que no
estaban contempladas por disposición alguna.

Vale indicar, que la exégesis progresista no ha sido un pensamiento unánime


entre los ministros que integraron la Corte Suprema en la década de 1990, ya que
puede constatarse que en algunos votos en disidencia se ha acotado su marco,
bajo el argumento de que: "Sería falsear la tarea interpretativa desarraigar a las
normas de la Ley Fundamental de aquellas ideas rectoras a cuya luz nacieron y
que, aunque no impiden enriquecer progresivamente sus contenidos, siguen
siendo fuentes nutricias de éstos."(103)

VIII. INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL FINALISTA

Un fallo que puede considerarse señero para el enfoque constitucional finalista,


es el caso "Sojo, Eduardo", resuelto en 1887, en el cual la CSJN afirmó, que "por
grande que sea el interés general, cuando un derecho de libertad se ha puesto en
conflicto con atribuciones de una rama del poder público, mas grande y más
respetable es el de que se rodee ese derecho individual de la formalidad
establecida para su defensa [...] Es principio de derecho común que el
mandatario sólo puede hacer aquello a que se halla expresa o implícitamente
autorizado por su mandato, y este principio es el mismo que sirve de base a la
interpretación de los poderes en el orden constitucional. Sólo a las personas en el
orden privado es aplicable el principio de que nadie puede ser obligado a hacer lo
que la ley no manda, ni privado de lo que ella no prohíbe; pero a los poderes
públicos no se les puede reconocer la facultad de hacer lo que la Constitución no
les prohíbe expresamente, sin invertir los roles respectivos de mandante y
mandatario y atribuirles poderes ilimitados. Es de la esencia del sistema
constitucional que nos rige, la limitación de los poderes públicos a que sus
atribuciones y facultades demarcadas como derivadas de la soberanía del
pueblo, por su expreso consentimiento [...] si hubiera duda en la interpretación del
texto constitucional relativo, debía resolverse por la apelación a favor de la
libertad."(104)
Otro caso en el que primó la tendencia teleológica fue "Municipalidad de la
Capital c/Isabel A. Elortondo"(105), dictado en 1888, en donde aludiéndose a las
limitaciones de la expropiación, que no estaban explícitas en la Constitución, se
consideraron que surgían de los principios fundamentales que ella consagra y de
su naturaleza misma.

Esa línea, ha sido mantenida en forma constante por la Corte Suprema de


Justicia en sus distintas integraciones, habiéndose sostenido, que en la
interpretación de los preceptos legales debe preferirse la que mejor concuerde
con los derechos y garantías constitucionales, como se reconoció en 1957 en
"Siri"(106) .

Ejemplo de ello, es la exégesis de aquellas garantías otorgadas a los procesados


en juicios criminales, donde se sostiene que debe emplearse un criterio estricto
para analizar normas que establecen restricciones(107) .

La interpretación de la Constitución Nacional, si bien debe respetar su letra,


también debe atender al sentido profundo de ésta, a fin de que, esclarecida cuál
haya sido la finalidad perseguida por su intermedio, pueda dársele al litigio una
solución que armonice con dicha finalidad.

Es preciso por ello, la indagación del sentido profundo de la Constitución Nacional


para que sea aplicada con mayor empeño atendiendo a sus fines(108) , como
asimismo a sus metas.

Las metas constitucionales fijadas en el Preámbulo, son parámetros de


valoración finalista en la interpretación constitucional.

La CSJN sostuvo en "Nordensthol c/Subterráneos de Buenos Aires"(109) , "Las


grandes metas de la política del Estado están fijadas en el Preámbulo de la
Constitución. La acción del poder político estatal para lograr esas metas no es
revisable judicialmente en cuanto decisión política. Pero como ésta,
necesariamante debe instrumentarse mediante normas jurídicas —ubi societas
ubi jus —. Y base este aspecto, cabe la valoración judicial de la razonabilidad de
los medios empleados. Esto no es otra cosa que contrastar la validez del
instrumento jurídico empleado para la consecución de lo que se considera un
bien social en un momento dado. Ese medio será admisible si no suprime ni hiere
sustancialmente otros bienes amparados por la misma estructura constitucional."

Corresponde pues, ponderar detalladamente los principios constitucionales para


evitar una aplicación mecánica e indiscriminada de una norma aislada del
contexto de la disposición que reglamenta, por lo cual, no cabe prescindir de la
preocupación por arribar a una decisión objetivamente justa en el caso concreto.

Un criterio opuesto, iría en desmedro del propósito de "afianzar la justicia"


enunciado en el Preámbulo de la Constitución Nacional(110) .

En "Bramajo" se afirmó: "Cuando la inteligencia de un precepto, basada


exclusivamente en la literalidad de uno de sus textos, conduzca a resultados
concretos que no armonicen con los principios axiológicos enunciados en otro de
rango superior y produzca consecuencias notoriamente disvaliosas, resulta
necesario dar preeminencia al espíritu de la ley, a sus fines, al conjunto
armonioso del ordenamiento jurídico y a los preceptos fundamentales del derecho
en el grado y jerarquía en que éstos son valorados por el ordenamiento
normativo."(111)

"La interpretación de la Constitución Nacional debe hacerse de manera que sus


limitaciones no lleguen a trabar el eficaz ejercicio de los poderes atribuidos al
Estado a efecto del cumplimiento de sus fines del modo más beneficioso para la
comunidad, por lo que se ha reconocido de antiguo la facultad de aquél para
intervenir por vía de reglamentación en el ejercicio de ciertas industrias y
actividades a efectos de restringirlo o encauzarlo en la medida que lo exijan la
defensa y el afianzamiento de la salud, la moral, el orden público y aún los
intereses económicos de la colectividad."(112)

Este criterio interpretativo finalista, también fue aplicado en el ya reiteradamente


nombrado "Peralta", donde se hizo alusión a la teleología constitucional que
recoge en definitiva el principio de soberanía popular, estableciéndose que: "La
Constitución debe ser interpretada de manera de no hacer impotente e inoperante
y sí preservar y hacer efectiva la voluntad soberana de la Nación."(113)

Pues la Corte Suprema no puede prescindir de las consecuencias sociales de su


decisión, ni de la realidad que la precede. Es esa realidad la que rige como
principio de interpretación de la Constitución Nacional(114) .

En cuestiones relacionadas con la aplicación de normativa relativa a derechos


humanos, se ha afirmado que las soluciones judiciales deben buscar preservar de
la mejor manera posible la voluntad del legislador ante situaciones vagas o
ambiguas, por lo cual, el intérprete debe escoger dentro de lo que la norma
posibilita, el resultado que proteja en mayor medida a la persona humana y a su
dignidad(115).

La interpretación y supremacía constitucional, agudiza su prelación en materias


constitucionales que hacen a derechos fundamentales, tales como la no
discriminación, igualdad ante la ley, identidad sexual, bien común, derechos de
las asociación se prioriza la rigurosa comprensión del texto infraconstitucional con
los derechos reconocidos desde la reforma constitucional en la Ley Suprema, con
el objeto de evitar cualquier forma de discriminación(116) .

IX. INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL AUTÉNTICA

La interpretación constitucional auténtica o teleológica, supone el control judicial


de razonabilidad respecto al ejercicio de las facultades discrecionales y de las
regladas, legislativas y normativas, cumplidas por los otros dos poderes(117) .

Es una regla prioritaria de interpretación de la Ley Fundamental, la de dar pleno


efecto a la intención del legislador, tarea a la cual, los jueces tienen el deber de
contribuir(118) .

La jurisprudencia insistida de la CSJN al referirse a la interpretación judicial


auténtica, alude a la búsqueda de la significación y alcance normativo, según el
pleno efecto conferido a la intención del legislador, que puede fluir del espíritu de
la misma norma, de la exposición de motivos en que se funda y de otras fuentes
legislativas, cuyo alcance debe fijarse en forma prudente(119) .

Dentro de esta posición la CSJN afirma que la interpretación auténtica de la


Constitución Nacional, no puede olvidar los antecedentes que hicieron de ella una
creación viva, impregnada de realidad argentina, a fin de que dentro de su
elasticidad y generalidad, siga siendo el instrumento de la ordenación política y
moral de la Nación(120) .

En ocasiones la búsqueda de la intención del legislador, ha llevado a la CSJN a


bucear el derecho comparado, como se dijo en el voto mayoritario de la causa
"Provincia de La Pampa, c/Provincia de Mendoza", al señalarse que: "En el
estudio de los antecedentes norteamericanos es donde pueden encontrarse los
fundamentos de la intervención de la Corte como árbitro final de los conflictos
entre las provincias (art. 109, hoy art. 127, de la Constitución) y la naturaleza
misma de los alcances de aquélla."(121)

Asimismo, en el indicado asunto, sostuvo el Dr. Carlos S. Fayt en su disidencia,


una antigua doctrina, "El valor mayor de la Constitución no está en los textos
escritos que adoptó y que antes de ella habían adoptado los ensayos
constitucionales que se sucedieron en el país durante cuarenta años, sin lograr
realidad, sino en la obra práctica, realista, que significó encontrar la fórmula que
armonizaba intereses, tradiciones, pasiones contradictorias y belicosas."(122)

Esta pauta de exégesis es idéntica a la aplicada respecto a las leyes, sobre la


cual ha sostenido reiteradamente la CSJN: "Para la interpretación de la ley se
impone dar pleno efecto a la intención del legislador, computando la totalidad de
sus preceptos de manera que armonicen con el resto del ordenamiento jurídico y
en particular con las garantías de la Constitución Nacional. [...] Tratándose de una
cuestión previsional, se impone interpretar las disposiciones en juego conforme a
la finalidad esencial que con ellas se persigue, cual es la de cubrir riesgos de
subsistencia."(123)

En la causa "Susperreguy, Walter Jorge c/Estado Nacional(Ministerio de Defensa)


s/cobro de pesos"(124), fallada el 6 de junio de 1989, se aclaró que: "No es
siempre método recomendable para la interpretación de la ley, el atenerse
estrictamente a las palabras, y a que el espíritu que las informa es lo que debe
determinarse en procura de su aplicación racional, que a la vez que elimine el
riesgo de un formalismo paralizante, permita a los jueces superar las posibles
imperfecciones técnicas de la instrumentación legal y dar pleno efecto a la
intención del legislador."

Debe reconocerse que el enfoque de la interpretación auténtica ha sido utilizado


por la Corte Suprema de la década de 1990, empero se comprueba que los
ministros integrantes, le asignaron a ese método distintos alcances, con lo cual,
tanto el razonamiento empleado como los resultados obtenidos fueron
discrepantes.

Señaló el Dr. Carlos S. Fayt en "La Prensa", resuelto el 2 de septiembre de 1987


(125), "Corresponde que la Corte efectúe una hermenéutica de los textos
constitucionales conforme a su doctrina, sentada en el sentido de que la
interpretación auténtica de aquélla no puede olvidar los antecedentes que
hicieron de ella una creación viva, impregnada de realidad argentina, a fin de que
dentro de su elasticidad y generalidad, siga siendo el instrumento de la
ordenación política y moral de la Nación."(126)

El indicado criterio, fue reiterado por el Dr. Carlos S. Fayt en su voto en disidencia
en los ya referidos casos "Costa" y "Cocchia", quien lo utilizó para mostrar que
había existido extralimitación de las funciones de los otros poderes, por lo que
ponderó que la interpretación auténtica de la Constitución Nacional permite que
no envejezca su contenido con el cambio de ideas, el crecimiento o la
redistribución de intereses, y posibilita que siga siendo el instrumento de la
ordenación política y moral de la Nación."(127)
Mientras que por otro lado, la tendencia de la interpretación auténtica fue aplicada
por algunos jueces de la CSJN en el período considerado, como un criterio de
auto restricción que impedía al órgano jurisdiccional ingresar en el análisis de las
facultades discrecionales aplicadas por los otros poderes del Estado, las que en
algunos supuestos, fueron englobadas dentro del concepto de cuestiones
políticas no justiciables.

X. INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL LITERAL

Una regla principal del proceso interpretativo, aplicable a la interpretación


constitucional(128), considera que la primera fuente de exégesis de un texto
normativo es su letra. Y, siempre y cuando ésta no exija esfuerzo de
interpretación debe ser aplicada directamente(129).

La interpretación literal se vincula con el proceso de comprensión del lenguaje


jurídico a fin de entender la voluntad del enunciado normativo, tarea que se
realiza a partir del análisis del contenido y empleo del lenguaje(130) .

Cada palabra de la Constitución tiene su fuerza y significado propio, siendo


incorrecto suponer que ha sido utilizada, usada o agregada inútilmente, por lo que
no cabe su rechazo por superfluo o sin sentido(131) .

Esta tendencia ha sido seguida invariablemente por la CSJN, al establecer la letra


de la ley como fuente primordial de interpretación, no obstante señalar que "las
palabras deben entenderse empleadas en su verdadero sentido, en el que tienen
en la vida diaria, y cuando la ley emplea varios términos sucesivos, es la regla
más segura de interpretación la de que esos términos no son superfluos, sino que
han sido empleados con algún propósito, sea de ampliar, de limitar o de corregir
los conceptos; por cuanto, en definitiva, el fin primordial del intérprete es dar
pleno efecto a la voluntad del legislador."(132)

La regla de interpretación semántica, dirige al intérprete al texto legal o al


constitucional, que cuando es claro y no origina dudas resulta de mayor
importancia, por lo la CSJN indica que "cuando los términos de la ley son claros,
no corresponde a los jueces apartarse de sus propósitos so pretexto de evitar
deficiencias reales o presuntas que podrían resultar de su aplicación."(133)
La envergadura de la interpretación literal se pone en evidencia en los casos
donde la norma constitucional no posee la claridad necesaria o su contenido se
advierte ambiguo e impreciso, por lo que corresponderá al intérprete realizar una
exégesis de lógica jurídica, teniendo en cuenta de modo primordial la finalidad
que subyace en el espíritu in tegral de la Carta Magna, conforme la intención del
constituyente(134) .

XI. INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL RESTRICTIVA DE EXCEPCIONES Y


PRIVILEGIOS

La interpretación constitucional es restrictiva en torno a las excepciones y


privilegios consagrados en la Constitución Nacional, conforme la regla emanada
del art. 16, que establece en forma genérica el postulado de igualdad.

El sentido estricto que se acuerda a la interpretación de las preeminencias que


surgen del texto constitucional, ha sido afirmado por la CSJN al señalar que
"tratándose de privilegios, siempre odiosos, y en especial aquellos cuyo uso
puede afectar intereses o derechos de otros, deben estos privilegios recibir una
interpretación restrictiva."(135)

En igual línea, se ha considerado que "si es un principio de recta interpretación de


las leyes que las concebidas en términos generales o indistintos deben
entenderse, no lo es menos que esa regla pierde mucho su importancia cuando
se trata de interpretar leyes contrarias al derecho común y que estatuyen en
perjuicio de terceros, acordando privilegios en detrimento de los derechos
privados."(136)

La interpretación constitucional no puede conducir a la concesión de excepciones


o privilegios que no resultan expresamente enumerados, expresados o previstos
explícitamente en el texto magno(137) .

(1)FERRER MAC GREGOR, EDUARDO, Interpretación constitucional, T. I, p. IX,


citado por LINARES QUINTANA, SEGUNDO V., Tratado de Interpretación
constitucional, ob. cit., p. XLI. El autor en el capítulo IV, bajo el título
"Singularidades de la interpretación constitucional", expone en forma fundada las
distintas concepciones referidas a la interpretación constitucional. Ellas enseñan
en general, que interpretación la Constitución se diferencia de interpretar la ley
común, pues en aquella gravitan reglas éticas y políticas de las que está ajena
ésta. Asevera LINARES QUINTANA, "por la extrema delicadeza y complejidad que
asume la función interpretativa de la Constitución, es que para integrar el más
alto tribunal del país, que como guardián de ella ha de decir la última palabra
acerca de su significado, se requieren excepcionales condiciones, no solamente
de juez, sino además y fundamentalmente, de estadista, con clara
compenetración de la elevada misión institucional de la Corte Suprema." (p. 87)

(2) Ibíd., p. 81.

(3)MACK, WILLIAM y DISER, DONALD J., Corpues Juris Secundum: a Complete


Restatement of te Entire American Law an Deveoped by All Reported Cases, T.
XVI, New York, 1939, 15, p. 51, citado por LINARES QUINTANA, SEGUNDO V.,
Tratado de interpretación..., ob. cit.

(4)VERDÚ, PABLO LUCAS, La interpretación..., ob. cit., p. 167.

(5) Fallos: 310:2733; 312:122; 317:674; 320:875; 320:2701.

(6) Fallos: 312:1681.

(7) Este principio tendiente a una interpretación constitucional armónica es


seguido también por el Tribunal Constitucional de Chile, quien en la causa fallada
el 26/09/1997, "Romero Pizarro, Sergio —Presidente del Senado—", La Ley
1998-A, 124, afirmó que: "Las normas de la Constitución Chilena deben
interpretarse de manera tal que exista entre ellas la debida correspondencia y
armonía, y ninguna interpretación de la Carta Fundamental puede conducir a
dejar sin aplicación un determinado precepto de ella. Por aplicación de tales
principios de hermenéutica jurídica, los arts. 67 y 68 de la Constitución Chilena,
complementados por el art. 31 de la ley 18.918 —en cuanto obligan a las
Cámaras Legislativas a pronunciarse sobre la totalidad del proyecto propuesto
por la Comisión Mixta, deben entenderse sin perjuicio de la facultad de los
titulares legitimados en el art. 82, inc. 4º, de la Constitución, para promover una
cuestión de constitucionalidad, conforme al número 1º de dicho precepto, aún en
relación a aquellos artículos del proyecto respecto de los cuales hubieren tenido
que consentir, por la aplicación de las rígidas normas a que deben someterse en
la aprobación o rechazo de las proposiciones de la Comisión mixta respectiva."

(8) Fallos: 315:2157.

(9) Fallos: 322:2624.

(10) Fallos: 311:255.

(11) Fallos: 306:1217; 306:1615.

(12) Fallos: 320:875.

(13) Fallos: 315:1779.


(14) Fallos: 315:71.

(15)Fallos: 322:3034, "Hooft, Pedro Cornelio Federico s/inconstitucionalidad art.


177Const. Prov.", H.11.XXXIV, 1999/12/07. La cita constituye un criterio rector de
la Corte en esta materia.

(16) Fallos: 322:2139.

(17) Fallos: 306:1217.

(18) Fallos: 307:326.

(19) Fallos: 321:885.

(20) Fallos: 322:842.

(21) Ibíd.

(22) Fallos: 330:3098.

(23) Fallos: 316:203.

(24) Fallos: 312:496, cit., "Portillo, Alfredo s/infr. art. 44ley 17.531", 1989/04/18.

(25)Fallos: 315:1943, "Servini de Cubría, María Romilda s/amparo", S.289.XXIV,


1992/09/08.

(26)Fallos: 320:2701, "Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires c/Empresa


Nacional de Correos y Telégrafos", 84. XXXIII, 1997/12/10.

(27) Fallos: 322:1726.

(28) Fallos: 322:2139.

(29)Fallos: 322:385, "Ortiz Almonacid, Juan Carlos s/acción de amparo",


O.20.XXXIV, 1999/03/16.

(30) Ibíd.

(31) Fallos: 316:203.

(32) Fallos: 320:2701.

(33) Fallos: 322:385.

(34) Fallos: 312:1437.


(35) Fallos: 322:1726.

(36) Fallos: 322:2624. Fallos: 320:2701, cit.

(37) Fallos: 311:460.

(38)Fallos: 315:1779, "Picard, Ornar C. c/Estado Nacional", 1996/11/05. Análogo


criterio sostuvo el Dr. Fayt en "Compañía Arenera del Río Lujan S. A. c/De
Castro, Francisco y otros", 01/09/1992.

(39) Fallos: 315:460, cit.

(40) Ibíd.

(41) Fallos: 311:460.

(42) Fallos: 322:875.

(43) Fallos: 307:326.

(44) Fallos: 315:1779, cit.

(45)Fallos: 327:1914, "Moliné O'Connor, Eduardo", 2004/06/09.

(46) Fallos: 171:87.

(47) Fallos: 214:436; íd., Fallos: 322:2624.

(48)Fallos: 322:1726, cit., "Verrocchi, Ezio Daniel c/Poder Ejecutivo Nacional -


Administración Nacional de Aduanas s/acción de amparo", 1999/08/19. Por los
votos de la mayoría se declaró la inconstitucionalidad de un decreto de necesidad
y urgencia por considerárselo dictado con exceso de facultades por el Poder
Ejecutivo Nacional.

(49)LINARES QUINTANA, SEGUNDO V., Tratado de interpretación constitucional...,


cit., p. 187, refiere el criterio sentado por la Suprema Corte de Justicia de los
Estados Unidos, en el caso "Lake Ounty v. Rollins" (1889), en el que se dijo: "En
realidad si consideramos el carácter de la Constitución misma, probablemente
descubriremos los objetos que procura alcanzar, los deberes que impone, y los
derechos que asegura, así como el conocido hecho histórico de que muchas de
sus disposiciones fueron materia de compromiso entre intereses y opiniones
opuestos; por lo que no es aplicable ninguna regla uniforme de interpretación que
no pueda autorizar, aunque no lo haga positivamente, muchas modificaciones de
su aplicación actual a cláusulas particulares. Y, después de todo, se hallará que
quizá la regla más segura de interpretación sea tener en cuenta la naturaleza y
objeto de los poderes particulares, con todas las luces y ayudas de la historia
contemporánea; y dando a cada una de las palabras el efecto y fuerza
compatibles con su legítimo significado, que fielmente aseguren y cumplan los
fines propuestos." (130, U. S., 670).

(50)BIDART CAMPOS, GERMÁN en La interpretación y el control


constitucionales...ob. cit., p. 103 expresa que el criterio del Alto Tribunal plasmado
en "Avico c/de la Pesa", "nos ayuda a dejar de lado la interpretación estática que
inmoviliza el sentido de las normas constitucionales y paraliza su adaptación a
circunstancias sociales diferentes de las que existían al tiempo de su sanción.
Esta elasticidad interpretativa no significa que la constitución esté desprovista de
un parámetro objetivado de valoración, o que lo pierda, o que lo sustituya por otro
al ritmo de las variaciones que acusa el devenir histórico; significa, más bien, que
ese parámetro objetivo está constitucionalmente abierto para acoger e incorporar
progresivamente con agilidad y plasticidad interpretaciones actualizadas a las
realidades y exigencias de la vida moderna. La voluntad histórica del autor de la
constitución debe respetarse, y ninguna interpretación debe contradecirla ni serle
infiel; pero esa voluntad quiso que la constitución durara y sobreviviera a través
de una interpretación dinámica que le diera continuidad, y por eso dio a sus
cláusulas, a sus principios y a sus valores una generalidad que, sin relativizarlos
ni subjetivizarlos, los hace aptos para ser entendidos y aplicados al compás de
los acontecimientos históricos y de las contingencias sociales."OYHANARTE,
JULIO, Poder político y cambio estructural..., ob. cit., p. 21, también ubica al fallo
"Avico c/De la Pesa", como un paradigma de interpretación constitucional
dinámica, agregando que implicó superar el método de la exégesis.

(51) Fallos: 236:632.

(52) Ibíd. Agregó el Dr. Alfredo Orgaz, que: "Aunque pueda admitirse que fue
verosímil pensamiento de los Constituyentes que el estado de sitio tuviera 'corta
duración' y 'rigiera en determinados lugares', es indudable que ese pensamiento
no fue incorporado a la substancia del art. 23 de la Constitución Nacional, cuyo
precepto no permite sostener que aquellos elementos de tiempo y lugar
constituyan condiciones o requisitos de validez del estado de sitio."

(53) Fallos: 315:158; ídem, Fallos: 320:875.

(54) Fallos: 178:9, citado por LINARES QUINTANA en "La interpretación...", ob. cit.,
Esta cita fue recordada por GREGORIOBADENI en "La Constitución Nacional en su
150º aniversario", La Ley, 2/5/03 (Conmemoración de los 150 años de la
Constitución Nacional), p. 3, quien sostuvo allí: "La perdurabilidad de una
constitución es indispensable para lograr la concreción de su vigencia, y el medio
más apropiado para concretar su adecuación al dinamismo de la vida social
reside en su interpretación a la luz de los valores y de los principios
determinantes de su sanción." A su vez, WALTER F. CARNOTA en "La Constitución
viviente", en el mismo ejemplar de La Ley, 2/5/2003, p. 6, recordando el famoso
caso "Benjamín Calvete" (1864) consideró que: "La Corte, en Argentina y en
todos los países (ya sean altas cortes o cortes constitucionales especializadas),
permite que el derecho escrito no se anquilose y cristalice, sino que se vivifique."

(55) Fallos: 239:459 (1957)

(56) Fallos: 241:291 y 334.

(57) Ibíd.

(58) Fallos: 264:416, "Fernández Orquín, José M. c/Ripoll, Francisco". Asunto


relativo al arrendamiento agrario y derecho de propiedad como asimismo a las
facultades de reglamentación del Poder Ejecutivo Nacional respecto al régimen
del inmueble rural. Por aplicación del art. 8º de la ley 14.451, que congelaba el
precio de los arrendamientos rurales en caso de colonias de renta o inmuebles de
sociedades anónimas, la Cámara negó al actor el derecho a la actualización de
las rentas por encontrarse comprendido el caso en uno de los supuestos
referidos. Interpuesto recurso extraordinario federal, la Corte Suprema de Justicia
de la Nación confirmó, por mayoría, la sentencia apelada. Hubieron disidencias
de los Drs. Boffi Boggero y Zavala Rodríguez.

(59) Ibíd.

(60) Ibíd.

(61) Fallos: 178:19

(62) Fallos: 311:2553. En la dirección opuesta, en el voto del doctor Petracchi se


dijo: "La denominada interpretación dinámica de los textos constitucionales no
debe ser entendida como la posibilidad de dar cualquier contenido a ellos, más
allá del marco que aporten las ideas básicas que los inspiran, pues de lo contrarío
interpretarlos equivaldría a adjudicarles todos los alcances que, a juicio del
órgano encargado de tan delicada función, pudiesen parecer meramente
convenientes o deseables, con lo cual quedaría seriamente lesionado el principio
de la soberanía del pueblo —justamente mentado en el art. 33 de la Constitución
Nacional— según el cual no son los tribunales los titulares del poder
constituyente."

(63) Fallos: 315:1492. Véase los capítulos tercero y sexto.

(64)Fallos: 306:400 (15/5/1984). En "Arenzón c/Estado Nacional", se promovió


una acción de amparo en contra de la Resolución núm. 957/81 del Ministerio de
Educación, que exigía una estatura mínima de 1,60 m. para los varones
aspirantes a ingresar al Instituto Superior de Profesorado Dr. Joaquín V.
González.
(65)Fallos: 267:215 (29/3/1967), "Outon", fue un precedente donde se flexibilizó la
limitación impuesta por el art. 2º, inc. d) de la Ley 16.986, que impedía el examen
de constitucionalidad en la acción de amparo, afirmándose que tal principio no
era absoluto, y menos aún, cuando una normativa de cualquier índole resultara
claramente violatoria de derechos subjetivos.

(66) Fallos: 308:2268, "Sejean c/Ana María Zaks de Sejean".

(67) Ibíd.

(68) Ibíd.

(69) Ibíd.

(70) Ibíd.

(71)Fallos: 310:508, "Costa, Héctor Rubén c/MCBA. y otros", C. 752. XIX,


1987/03/12. En este proceso, el meollo de la controversia fue un conflicto entre la
libertad de expresión y el derecho a la intimidad. Se cuestionó la sentencia de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil que había admitido la demanda en
contra de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y afirmado su
responsabilidad indemnizatoria a raíz de una noticia periodística que
comprometía al actor en un delito que se le imputaba y respecto al cual terminó
sobreseído definitivamente. En el ámbito administrativo no se le atribuyó
responsabilidad alguna por el hecho denunciado. La CSJN por mayoría
(Belluscio, Petracchi y Bacqué) afirmó que el derecho de prensa cuyo
entorpecimiento debía evitarse, no implicaba una irresponsabilidad absoluta
acerca del deber de verificar la exactitud de la noticia publicada. Se distinguió
entre la persona privada y el funcionario público, debiendo extremarse los medios
de certeza cuando se tratara de un supuesto que involucrara a la primera. En
"Costa" se llegó a la conclusión que el derecho de réplica no gozaba de
operatividad directa, revocándose en consecuencia, lo ordenado por la Cámara
en sentido contrario, pues dicho Tribunal había dispuesto la publicación de la
sentencia dictada por los mismos órganos de prensa involucrados que habían
actuado en la primitiva información. Esta postura fue abandonada en 1992, en
Fallos: 315:1492, "Ekmekdjian, Miguel Angel c/Sofovich, Gerardo y otros".

(72)Fallos: 311:2272, "Repetto, Inés M. c/Provincia de Buenos Aires", 1988/11/08.

(73)Fallos: 313:1513, "Peralta, Luis Arcenio y otro c/Estado Nacional (Mrio. de


Economía BCRA.) s/amparo", P. 137. XXIII, 1990/12/27, con nota de ALBERTO B.
BIANCHI, LLC, 1991-666 - DJ, 1991-2-218, cit.

(74) Ibíd.
(75)Fallos: 316:2624, cit., "Cocchia, Jorge Daniel c/Estado Nacional y otro
s/acción de amparo", C.802.XIV, 1993/12/02.

(76)Fallos: 323:2659, "González de Delgado, Cristina y otros c/Universidad


Nacional de Córdoba s/Amparo", 24/11/1999, con comentario de ANDRÉS GIL
DOMÍNGUEZ, "El derecho a la no discriminación: un fallo de la Corte que genera
horizontes impredecibles"; BIDART CAMPOS, GERMÁN, "El acceso de las mujeres
al Colegio Montserrat". La Ley, Supl. Der. Constitucional 10/11/2000.

(77) Ibíd.

(78) Fallos: 311:2553.

(79) Fallos: 331:1262

(80) Fallos: 330:4988.

(81) Fallos: 32:120.

(82) Fallos: 178:22.

(83) Fallos: 248:291.

(84) Fallos: 243:467.

(85) Fallos: 306:400, cit., "Arenzón, Gabriel D. c/Gobierno nacional, Ministerio de


Educación - Dirección Nacional de Sanidad Escolar".

(86) Fallos: 267:215, cit.

(87) Fallos: 318:1781; ídem, Fallos: 321:2826.

(88) Fallos: 238:550.

(89) Fallos: 302:1284. En este caso los padres requirieron autorización judicial
para que una hija menor de 18 años pudiera donar un órgano a los fines de ser
transplantado en el cuerpo de su hermano, cuya vida peligraba de muerte por la
dolencia que presentaba. La ley que autorizaba los transplantes prohibía que los
menores de edad fueran donantes. La CSJN, superando la valla legal, autorizó el
trasplante.

(90) Ibíd.

(91) "Cocchia", fallo cit., cons. 16.

(92) Fallos: 327:138.


(93) Ibíd.

(94)OYHANARTE, JULIO, Poder político y cambio..., ob. cit., p. 22.

(95) Fallos: 256:588

(96) Ibíd.

(97)LINARES QUINTANA, SEGUNDO V., "La interpretación...", ob. cit.

(98) Véase el capítulo vigésimo cuarto.

(99) "Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires c/Empresa Nacional de


Correos y Telégrafos", cit.

(100) Fallos: 310:1162 y 1193, "Causa incoada en virtud del decreto 280/84 del
Poder Ejecutivo Nacional - Camps, Ramón Juan Alberto y otros", C. 547. XXI,
1987/06/22, En la causa "Camps" se juzgaban al ex general "Camps" y a otros
militares por los hechos ocurridos durante el gobierno de facto habido entre 1976-
1983; en ella la Corte Suprema declaró la constitucionalidad de la Ley de
Obediencia Debida, por mayoría, de los votos, los que coincidieron con la opinión
del Procurador General, Dr. Gauna. En disidencia voto el Dr. Bacqué quien
declaró la inconstitucionalidad de la norma citada. La ley de Obediencia Debida
fue anulada posteriormente por el Congreso Nacional, y esa anulación quedó
convalidada por la CSJN en el caso "Simón", Fallos: 328:2056.

(101) Ibíd.

(102) Fallos: 324:5.

(103) Fallos: 315:2544. De la disidencia del Dr. Barra en "Gershanik, Leopoldo H.


c/Provincia de Buenos Aires", 20/10/1992. Esta posición concuerda en la doctrina
con la opinión de BADENI, quien afirma: "La finalidad personalista que nutre al
texto constitucional revela que todas su declaraciones, principios e instrumentos,
apuntan a consagrar y consolidar la libertad del hombre. De modo que todo límite
que se pretenda establecer para la libertad debe resultar de una disposición
expresa que sea concordante con la Constitución."BADENI, GREGORIO, Reforma
constitucional..., ob. cit., p. 92.

(104) Fallos: 32:126.

(105) Fallos: 33:162.

(106) Fallos: 239:459, cit.

(107) Fallos: 312:185.


(108)Fallos: 316:2940, "Nicosia, Alberto Oscar s/recurso de queja", N.92.XXIV,
1993/12/9.

(109) Fallos: 307:326.

(110)Fallos: 319:1840, "Bramajo, Hernán Javier s/incidente de excarcelación -


causa núm. 44.891", B.851.XXXI, 1996/09/12.

(111) Ibíd.

(112) Fallos: 311:1617.

(113)Fallos: 313:1513, cit., "Peralta, Luis Arcenio y otro c/Estado Nacional (Mrio.
de Economía BCRA.) s/amparo", P.137.XXIII, 1990/12/27.

(114)Fallos: 316:2624, cit., "Cocchia, Jorge Daniel c/Estado Nacional y otro


s/acción de Amparo", C.802.XXIV, 1993/12/02.

(115) Fallos: 331:1771.

(116) Fallos: 329:5266.

(117)Aludimos aquí a la interpretación judicial proyectada desde los presupuestos


constitucionales, que tiene en cuenta la intención del legislador, diferenciando
esta hipótesis de la denominada interpretación auténtica como técnica de la
hermenéutica genérica de las leyes, que la circunscribe de modo taxativo al
proceso interpretativo realizado por el mismo órgano que estableció las normas.
SegúnLINARES QUINTANA,SEGUNDOV.,Tratado de interpretación constitucional,ob.
cit., p. 105, la interpretación auténtica, "es la que realiza el mismo órgano que dio
existencia al norma jurídica, por medio de un nuevo acto, que aclara con efecto
retroactivo el sentido del acto originario interpretado. El Poder Legislativo puede
reconsiderar sus propias leyes, sea para modificarlas, sea para interpretarlas,
determinado su alcance, aclarando su sentido, su propósito, lamens legis."

(118)Fallos: 313:1232, "Asunción de Funciones. Jueces en comisión", S.3120.90,


1990/11/23.

(119) Fallos: 150:151; 111:330; 114:298 y 115:174, citados por LINARES


QUINTANA, Tratado de interpretación constitucional, ob. cit., p. 107.

(120) Fallos: 310:1715.

(121) Fallos: 310:2478, "Provincia de La Pampa, c/Provincia de Mendoza,


s/acción posesoria de aguas y regulación de usos", L. 195. XVIII., 03/12/1987.
Este proceso suscitado entre las dos provincias, a raíz de la cuenca hidrográfica
del río Atuel, lo fue en ejercicio de la jurisdicción dirimente prevista en el art. 127
(antiguo art. 109) de la Constitución Nacional, que le confiere a la CSJN, la
trascendente misión de dirimir los conflictos interprovinciales. En el voto de la
mayoría, se reconoció, que la finalidad de la referida cláusula, tuvo ese propósito
"inspirado, sin duda, en la penosa y prolongada secuela de discordias entre las
provincias que siguió al inicio de nuestra vida independiente. [...] La Constitución
quiso que después de largos años de guerra civil entre las provincias, tuviesen un
juez común para sus contiendas de derecho para que no apelasen a las armas y
disolviesen el vínculo federativo y, al manifestar que ninguna provincia puede
declarar ni hacer la guerra a otra provincia agrega, confirmando los poderes de la
Suprema Corte, que sus quejas deben ser sometidas a ella." Me he referido a la
jurisdicción dirimente en la competencia originaria de la CSJN, en PALACIO DE
CAEIRO, SILVIA B., Competencia Federal..., ob. cit., ps. 117/118.

(122) Ibíd.

(123)Fallos: 315:356, "Avila, Carlos Alberto y otros c/Rodrigo SA. y otros",


A.595.XXIII, 1992/03/17. Más adelante al abordar el método de interpretación
auténtica de la ley se ampliarán algunos conceptos.

(124) Fallos: 312:787.

(125) Fallos: 310:1715.

(126) Ibíd. Idem: Fallos: 319:1165.

(127) Fallos: 310:508; Fallos: 316:2624, ya citados.

(128)LINARES QUINTANA, Segundo V., "La interpretación constitucional", ob. cit.

(129)Fallos: 320:61, "Piñeiro, María Elvira s/sucesión ab intestato", P. 835. XXXI,


1997/02/11.

(130)BALAGUER CALLEJÓN, María Luisa, Interpretación de la Constitución..., ob.


cit., p. 96, afirma "Dentro de las técnicas de interpretación, la aportación a la
lingüística del "análisis de contenido", pretende eliminar todo subjetivismo en el
lenguaje. Se trata de racionalizar el lenguaje en su contenido semántico, de
manera que los contenidos lingüísticos no se perciban de forma arbitraria, sino
mediante haces organizados según qué criterios de clasificación se hayan
virtualmente establecido con carácter previo para el análisis. La aportación del
análisis de contenido al proceso judicial, podría tener importantes consecuencias
en el orden teórico. Permitiría objetivizar los procesos de racionalización judicial,
con pautas determinadas a priori, donde bloques de razonamiento acerca de
determinadas normas, pudieran servir de argumentación a aquellos casos
constantes que de manera más o menos frecuente, se presentan en los
tribunales, con ligeras variantes."
(131) Fallos: 95:334.

(132) Fallos: 200:176

(133) Fallos: 213:413 y 120:399

(134)BADENI, GREGORIO, Reforma constitucional..., ob. cit., p. 85.

(135) Fallos: 105:30, cit. por LINARES QUINTANA, "La interpretación...", ob. cit.

(136) Fallos: 75:402, cit. por LINARES QUINTANA, Ibíd.

(137) Las situaciones de privilegio o excepcionales que la Constitución Nacional


reconoce son: a) Intervención federal (art. 6); b) Estado de sitio (arts. 23, 75, inc.
29, 99, inc. 16); c) Decretos de Necesidad y Urgencia (art. 99, inc. 3º; d)
Delegación Legislativa (arts. 76 y 99, inc. 12). El Dr. Hernández (h.), menciona
como institutos de emergencia no previstos por la Carta Magna a: gobierno de
facto —excluido actualmente de su marco por el art. 36—, ley marcial, estado de
presunción y alarma, estado de asamblea, poder de policía de emergencia y
caducidad de los mandatos de los gobernantes. Y, en calidad de facultades
expresamente prohibidas, se halla la concesión a los Ejecutivos nacional o
provincial, o a las respectivas legislaturas, de la suma del poder público,
facultades extraordinarias y sumisiones o supremacías, comportamientos todos
fulminados de nulidad insanable por el art. 29 de la C.N.ANTONIO M. HERNÁNDEZ
(h.), Las emergencias y el orden constitucional - La inconstitucionalidad del
"corralito" financiero y bancario, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2002.

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