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9:25 Como también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, Y a la no amada,

amada.

Dios ha llamado tanto a los judíos como a los gentiles a salvación.

700 años A.C, Oseas habló de la intención de Dios de restaurar a su pueblo.

Los gentiles eran considerados por los judíos como quienes no tenían derecho alguno y estaban,
por tanto, excluidos de las bendiciones de los pactos y de las promesas.

Incluso se consideraba que ningún gentil tendría posibilidad de salvación a no ser que se
hiciera prosélito, aceptando el judaísmo y guardando la ley.

9:26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios
viviente. (Oseas 1.10)

El pueblo de Israel causa de su condición espiritual no podía persistir una relación de comunión con
Dios, por tanto, dejaban de ser considerados como su pueblo y con ello, como su especial tesoro.

Estos que no eran pueblo, son llamados ahora algo más "hijos del Dios viviente". (Jn. 1:12).

Estos son los guiados por el Espíritu de Dios (8:14), recibiendo en ellos el "Espíritu de adopción",
que los impulsa a clamar "¡Abba, Padre!" (8: 15), mientras que da testimonio íntimo a cada uno de
ser "hijos de Dios" (8:16).

9:27 También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena
del mar, tan sólo el remanente será salvo; (Isaías 10.22)

Los dos textos anteriores de la profecía de Oseas, sirvieron para hacer establecer la verdad de
que los gentiles, los no pueblos, fueron llamados a misericordia.

Pero, ¿qué de Israel a quien se dieron las promesas? ¿Cuál será el destino final de ese pueblo,
reprobado a causa de su infidelidad?

Remanente
[Parte de una cosa] Que queda o se reserva para algo. Lo que queda. Parte pequeña, pequeño grupo
sobreviviente.

El remanente se hace necesario para el cumplimiento de los pactos y promesas que Dios determinó
para Israel, cuyo cumplimiento no ha sido llevado a cabo por la dureza de la nación.

Debe tenerse en cuenta que los pactos son incondicionales, por tanto demanda la existencia
de un remanente, en el que serán cumplidos en el futuro.

 El pacto con Abraham (Gn. 12:1-3: 13:14-17; 15:4-21; 17:1-8; 22:17-18), contiene la
promesa de una tierra, una descendencia y una bendición.

 El palestino (Dt. 30: 1-9; Ez. 11: 16-21; 36:21-38), tiene que ver con la posesión de un
territorio para el remanente fiel.
 El davídico (2 S. 7:10-16; Sal. 89:19-37; Jer. 33:20-21), relacionado con un rey, reino y
trono, del linaje de David.

 El Nuevo Pacto (Is. 59:20-21; Jer. 31:31-34; Ez. 16:60; Os. 2: 14-23), contiene la
promesa de la restauración de Israel como nación; promesa de purificación del corazón y
perdón de pecados.

Quiere decir que la fidelidad de Dios, que hace honor a sus promesas, no dejará de cumplir los
compromisos con Israel, haciéndolo en el remanente que Él mismo levantará por gracia. En otras
palabras Dios cumple sus promesas contigo o sin ti, los planes de Dios se llevaran a cabo
contigo o sin ti, ejemplo Jonás, Donald Trump, etc.

 En la historia de Israel este remanente se ha manifestado.

Dios trató muchas veces con el único residuo creyente de la nación. Como ejemplos de un
remanente fiel está Caleb y Josué que se mantienen firmes entre todo un pueblo que rechaza
las instrucciones de Dios (Nm. 13-14).

Igualmente en tiempos de los jueces están Débora y Barac (Jue. 4), Gedeón (Jue. 7),
Sansón (Jue. 13-16), Samuel (1 S. 2).

En el período de los reyes, está el ejemplo de los levitas en tiempos de Jeroboam (2 Cr.
11:14-16), Asa (2 Cr. 15:9) o los siete mil fieles de los días de Elías (1 R. 19:18).

Todo el remanente proviene de una operación de gracia soberana de Dios: "yo haré ... "
(1 R. 19:18).

 En el Nuevo Testamento sigue el remanente en el pueblo de Israel.

Antes del nacimiento de Cristo, sólo algunos lo esperaban, como Zacarías y Elisabet
(Lc. 1 :6), Juan el Bautista (Lc. 3), María y José (Mt. 1-2; Lc. 1), Simeón (Lc. 2:25).

En los tiempos actuales, el remanente se manifiesta en la salvación de algunos en Israel,


a quienes Dios remueve la reprobación y llama a salvación, incorporándose al cuerpo en Cristo que
es la Iglesia (Ef. 2: 14-16).

En el tiempo de la tribulación, volverá a aparecer el remanente; Pablo enseña en esta


Epístola, un endurecimiento temporal de Israel (11:25).

La existencia futura de un remanente fiel es confirmada por la Escritura (Ap. 12:13-14).

El tema se desarrollará con más detalle en los próximos capítulos.

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