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Crianza

La autoridad de los padres


September 8, 2017
|

*Mauricio Mora

En algunos hogares los hijos parecen imponer su voluntad sobre la de sus padres
al punto de llegar a dirigirlos y manejarlos con facilidad. Esta situación se
caracteriza por padres que giran alrededor de sus hijos; les sirven la comida, les
limpian y lavan todo lo que ellos deben limpiar y lavar, e incluso en algunos casos,
los padres les temen, no les ponen límites y, como consecuencia, muchos hijos se
vuelven egocentristas, malcriados, agresivos y desobedientes.

Tipos de crianza

En la actualidad se habla de tres tipos de crianza:

 La crianza permisiva, es aquella en la que los padres renuncian a su autoridad


en la relación con sus hijos y les permiten establecer sus propias normas, límites
y restricciones.
 La crianza autoritaria, en donde los padres asumen un rol intensamente
directivo e inflexible en la vida de los hijos y no les permiten respirar ni
desarrollarse plenamente.
 La tercera opción de crianza es la participativa, en la que los padres mantienen
la autoridad y brindan oportunidades para incluir la opinión de sus hijos en la
toma de decisiones. Como padres debemos dar espacio a nuestros hijos para
que comuniquen lo que piensan, y sientan que su opinión es escuchada, pero la
autoridad y el manejo de las reglas siempre debe ser un rol nuestro.

Si hay algo que los padres debemos tener presente es que los hijos nunca deben
mandar o gobernar en el hogar. El orden ideal es que los padres sean los líderes
de sus hijos con el objetivo de guiarlos, enseñarlos, corregirlos, moldearlos y
amarlos. Cuando un hijo manda en casa, como consecuencia, tendremos crisis y
desorden, pues un niño o un adolescente no tiene la capacidad madurativa ni
emocional de asumir este rol y menos de seleccionar cuáles responsabilidades
obedecerá y cuáles no.

Los hijos deben tener bien claro que la única forma de hacer lo que desean, sin
que nadie les diga nada ni les estorbe con límites o normas, es viviendo solos. Si
el hijo tiene los recursos económicos para velar por sí mismo y pagar el lugar en
donde vive, lo que come y lo que viste, será en ese escenario en donde podrá
obtener la libertad para realizar lo que desea. Pero mientras viva en casa de sus
padres debe sujetarse a las reglas familiares.

Los padres debemos velar para que nuestros hijos sean obedientes, esforzados,
educados, responsables con sus tareas en casa, como limpiar, lavar, ordenar, etc.;
es nuestra responsabilidad enseñarles a cumplir con horarios de estudio, dejarlos
asumir las consecuencias de su comportamiento y enseñarlos a mantener el
respeto y el tono adecuado en el trato cotidiano o al expresar disconformidad y
enojo. Si permitimos lo contrario, les estaremos delegando la responsabilidad
de dirigirse por ellos mismo, los desplazaremos de su rol de hijos y dejarán
de esperar de nosotros el amor, la protección y la seguridad que necesitan.

La clave para que un hogar camine en orden y funcione bien es que cada quien
tome su rol: el de papá, el padre; el de mamá, la madre; juntos asumiendo un
papel de amor, autoridad y formación. Así como el hijo, un rol de hijo que implica
obediencia. Esa es la estructura sana, y cada uno tiene la responsabilidad de
cumplirla de forma firme y amorosa, sin desconectarse o colocarse en el rol de otro
miembro de la familia.

Consejos prácticos para evitar delegar la autoridad a nuestros hijos:


 Ambos padres deben estar de acuerdo en las reglas y normas de casa y
apoyarse mutuamente en el cumplimiento de las mismas.
 Escuchar las opiniones de nuestros hijos pero no dejarse influir por rabietas o
“berrinches”.
 Ser coherentes entre lo que exigimos a nuestros hijos y lo que ellos nos ven
haciendo. La integridad es una ingrediente esencial para sostener el respeto de
nuestros hijos.
 Delegar las responsabilidades adecuadas según su edad y madurez. No
debemos hacerlos responsables de la protección de sus hermanos menores o de
tareas que solo son nuestras.
 Actuar con amor y firmeza a la hora de hacer valer las reglas del hogar.

Papá y mamá siempre deben liderar en la casa. Ese es el orden puesto por Dios y
en su sabiduría es lo correcto y lo que funciona.
“Cómo hablar para que los hijos escuchen y cómo escuchar para que los hijos
hablen” de Adele Faber y Elaine Mazlish ,“Los 7 hábitos de las familias
altamente efectivas” de Stephen Covey, “Disciplina con Amor” de Rocío
Barocio, “Disciplina Inteligente” Vidal Scmiilln; Textos varios de María
Montessori, Walter Riso, Jordy Rosado tiene uno muy bueno sobre
adolescentes que no he leído,
La vinculación de la mujer al trabajo, la revolución sexual de los
sesentas y la liberación femenina que le siguió, la invasión de
televisores, computadores y celulares en los hogares y la
hiperflexibilización e incertidumbre de la sociedad actual son, entre
otros, factores esenciales que le asestaron un duro golpe a la familia
patriarcal vigente en los últimos milenios.

La familia se diversificó. Aparecen así nuevas y múltiples formas de


unión: matrimonios de “prueba”, los “arrejuntados”, separaciones,
familias monoparentales o con uno de los padres conviviendo en una
nueva relación de pareja.

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