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¿Qué es Desarrollo Personal?

El Desarrollo Personal, conocido también como superación personal, crecimiento personal, cambio
personal o desarrollo humano, es un proceso de transformación mediante el cual una persona
adopta nuevas ideas o formas de pensamiento (creencias), que le permiten generar nuevos
comportamientos y actitudes, que dan como resultado un mejoramiento de su calidad de vida.

Ese proceso de transformación, lleva literalmente a las personas, desde un estado en el que pueden
estar enojadas, deprimidas o tristes a uno totalmente nuevo en el que las personas se vuelven
alegres, enamoradas y tienen mucha pasión por lo que hacen. A su vez, el mejoramiento del estado
emocional les permite cambiar hábitos como dejar de fumar, dejar el alcohol o las drogas, bajar de
peso, conseguir un mejor trabajo, ganar más dinero, elevar su autoestima, conseguir pareja y
mejorar sus relaciones familiares o de pareja, entre otros beneficios.

Para iniciar este proceso, es condición necesaria estar pasando por un cierto grado de insatisfacción
con lo que hacemos o estar en una situación de vida lo suficientemente incómoda; sin embargo,
quizá el requisito de mayor importancia es tener la determinación de hacer algo distinto con
nuestra vida; es querer salir de nuestra zona de confort.

Para tener elementos para decidir si iniciar o no un proceso de desarrollo personal, es necesario
tomar conciencia de que la calidad de vida que ahora tenemos, es el resultado de los pensamientos
y actitudes que hemos mantenido hasta el día de hoy, mismos que son generados por las creencias
que nos fueron inculcadas, principalmente por nuestros padres o familiares cercanos. En
consecuencia, el mantener las mismas creencias, nos generará los mismos pensamientos y
actitudes, que a su vez continuarán generando los mismos resultados que ahora tenemos, dentro
de 1, 5, 10 o más años, pues como dijo Albert Einstein, si continúas haciendo las cosas como
siempre las has hecho, obtendrás los mismos resultados.

Lamentablemente, si no prestamos atención a las creencias que albergamos, las cuales por
definición son inconscientes y debido a que vivimos en un mundo en constante cambio, llegará un
momento en que nos enfrentaremos a situaciones difíciles en nuestra vida. En ese momento, el
cambio será nuestra única opción. ¿Será entonces, que cambiar es una necesidad, para tener una
vida plena? ¿Para qué esperar a que la vida nos golpee en la cara?

Para aquellos y aquellas que han decidido tomar el riesgo de hacer algo distinto, que les permita
recuperar su poder personal y mejorar su calidad de vida, las Sesiones de Coaching o Thetahealing
son, sin duda, su mejor alternativa. En estas sesiones de Coaching Personal, se utilizan técnicas de
Programación Neurolingüística (PNL), Motivación y Terapia Gestalt, mediante las cuales se guía a
los participantes en un proceso de autoconocimiento, con resultados sorprendentes.

El origen de todas las situaciones de tu vida que no te gustan, está dentro de ti en forma de
creencias inconscientes; la función del Coaching es apoyarte para que la vuelvas conscientes y
puedas modificarlas o cambiarlas. Te sorprenderá darte cuenta que cuando cambias la forma en
que ves al mundo, el mundo cambia de forma.
¿Qué es la identidad?
La identidad, se comprende como aquel núcleo del cual se conforma el yo. Se trata de un núcleo
fijo y coherente que junto a la razón le permiten al ser humano interactuar con otros individuos
presentes en el medio.

La formación de la identidad es un proceso que comienza a configurarse a partir de ciertas


condiciones propias de la persona, presentes desde el momento de su nacimiento, junto a ciertos
hechos y experiencias básicas. A partir de lo anterior, la identidad se forma otorgándonos una
imagen compleja sobre nosotros mismos, la que nos permite actuar en forma coherente según lo
que pensamos.

Según algunos autores, la identidad se comporta como algo relativo, como un núcleo plástico capaz
de modificarse a lo largo de la vida y el desarrollo, lo que permitiría al ser humano tener la
capacidad de comportante de formas diferentes según el contexto en el que deba actuar.

Como es posible de intuir, el contexto sociocultural en el que el individuo se encuentra inserto es


fundamental y decisivo en la formación de su identidad. Sin embargo, no se trata del único factor
que la determina.

La identidad humana se configura a partir de la interacción con el medio y el funcionamiento


individual propio del sujeto, formándose entre ellos una tensión dinámica que guía la configuración
de la identidad hacia una dirección determinada. Gracias a esto es posible que el ser humano sea
capaz de notar, que más allá de lo que es, forma parte de un algo mayor fuera de sí mismo.

La identidad es identificación, identificación desde otros y que nuestra identidad es, con
anterioridad nuestra, personal una identidad para otros. Solo desde los otros podemos tener
noticia inicial de quiénes somos. La realidad radical de nuestra identidad personal no es nuestro
cuerpo, en el que obviamente tiene que apoyarse, sino las relaciones específicas con que hemos
estado respecto de los otros.

La individualidad personal y su identidad son una construcción social, una realidad social.

Al abordar Bourdieu, (1990). Toma en consideración que el interaccionismo simbólico descansa en


tres supuestos fundamentales, el primero es que los hombres se relacionan con las cosas y con ellos
mismos, de acuerdo con los significados que tienen para ellos.

El segundo supuesto es el que esos significados se derivan o surgen en el proceso de interacción


social.

Y el tercero el de que la utilización y modificación de esos significados se produce a través de un


proceso activo de interpretación de la persona al tener que vérselas y tratar con los objetos de su
entorno.

De aquí se deduce que la identidad personal surge a través de un proceso social.


Cooley, (1990). Desarrolla el concepto del yo – espejo o del yo – reflejado, y refiere que el
sentimiento, de autovaloración o cualquiera otra idea que tienda a formar el concepto de sí mismo
la autoidentificación o identidad personal surge a través de la captación de la imagen de uno mismo
en el otro, pone de manifiesto, como el yo, deviene en objeto, para sí mismo desde otro.

Mead, (2001). Otorga un papel fundamental al lenguaje en la emergencia y constitución de la


realidad social. Para él la persona no sólo surge de un contexto social sino que es, en sí misma una
construcción social y una estructura social. La adopción o experimentación de la actitud de otro es
lo que construye la conciencia de sí.

Para que la persona se constituya plenamente es necesario, además de asumir la actitud de los
otros aisladamente, adoptar la actitud de la comunidad o grupo de la que forma parte como un
todo.

Señalando que en toda situación de interacción el individuo proyecta una definición de la misma de
la cual forma parte importante su propia autodefinición; ésta tiene que ser revalidada por los otros
partícipes en la misma.

El yo, tiene, para esta autor dos aspectos: uno como actor y otro como carácter, imagen o persona
que se intenta representar, un yo – actor y un yo – actuado o representado.

El primero es el que programa y prepara los detalles de la representación y el segundo el que


resulta proyectado en la representación misma. Además distingue tres niveles en el proceso de
conformación y funcionamiento de la identidad estigmatizada.: el de la identidad social, el de la
identidad personal y el de la identidad del yo.

Por identidad social entiende el carácter o rasgos atribuidos desde indicios o señales que una
sociedad emplea normalmente para establecer amplías categorías o clases de personas.

Se trata de identidad personal en tanto que identificación por los otros por medio de determinadas
marcas o señas que las sirven de referencia.

La identidad personal se apoya en el supuesto de que un individuo, puede ser distinguido de todos
los demás, y de que entorno a todos estos medios de diferenciación puede adherirse una historia
continua y única de hechos sociales.

Ambas identidades la social y la personal están íntimamente entrelazadas.

La identidad del yo hace referencia a las concepciones y valoraciones de la propia persona sobre sí
misma.
Formación de la identidad personal
El tema a tener en cuenta para el desarrollo de este ensayo es la identidad. Mead no solo sitúa el
campo de la identidad en el nivel de las relaciones interpersonales, sino en el de la organización
social y la cultura.

Esta matriz sociocultural, cuya apropiación individualizada es, el otro generalizado, hace posible la
comunicación simbólica y a través de ella el surgimiento de la persona. Por esto creemos oportuno
que la si la identidad surge de una matriz sociocultural, esta debe ser respetada para hacer posible
la comunicación simbólica.

Además , permite plantear un principio de diferenciación, y nos otorgan reconocimiento que puede
ser positivo y negativo; toda persona posee un sentimiento de identidad fruto de múltiples
pertenencias a los diversos grupos en los cuales nos identificamos; nos reconocemos como
hombres, mujeres; tenemos una identificación política; a las personas nos unen intereses comunes,
proyectos, experiencias vitales; construimos un sentimiento de apego al propio grupo ya sea en
función del idioma, herencia cultural, territorio, todo ello genera personas únicas e irrepetibles, ya
que la esencia de la identidad radica en la existencia de la diferencia; yo no existo sin el otro (Paz
2000).
Conclusión
La identidad es un conjunto de atributos personales (del yo) es la parte reactiva de la persona en las
actitudes de los demás. Es, por decirlo de alguna manera, la parte originalísima que la persona
aporta a través de sus respuestas, en su interacción con los otros. Estas actitudes que toma ante los
demás son el elemento novedoso, la aportación de la persona. El «yo», da un sentido de
independencia, de decisión.

Es por ello que desde su mundo personal se descubre diferente, indivisible e individual, esta sería la
dimensión subjetiva de la identidad. Pero, desde esta dimensión no se puede considerar
identificado socialmente al sujeto, porque el mismo depende del reconocimiento de los grupos
primarios o de pertenencia, que le adjudican atributos, que la configuran. La identidad no sería más
que le lado subjetivo de la cultura considerada bajo el ángulo de su función distintiva.

Por último, la formación de la identidad sólo se realiza en función de la interacción con el medio
externo, ya que en una situación de aislamiento, las características individuales resultan
absolutamente irrelevantes y transparentes. Es sólo en relación a la interacción con los otros
significativos que las diferencias y características individuales adquieren valor y se comportan como
un aporte para la interacción social.

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