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Datos Bibliográficos

Título: La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Autor: Max Weber (Traducido por
Luis Legaz, edición crítica de Francisco Gil). Editorial: Fondo de Cultura Económica.
Ciudad: D.F. Año de publicación: 2003 (Publicación original 1905).
Introducción (53-77):
Problemática en torno al trato de la historia universal, importancia de los fenómenos de
Occidente desde Occidente en cuanto a sus manifestaciones culturales. Ejemplos de como en
Oriente y Asia no se llegó al refinamiento filosófico, jurídico y artístico de occidente,
ejemplos varios como lo referente a la bóveda y al arco ojival. Sin embargo, destaca condena
de Occidente a encasillar la existencia de todas las bases políticas, económicas y jurídicas en
un molde de funcionarios “especializados”. Se desprende que solo Occidente ha conocido al
“Estado” como organización política con una “constitución” racionalmente establecida. Estas
cosas solo se conocen en Oriente de modo rudimentario.
Lo mismo ocurre con el capitalismo, que nada tiene que ver con la “ambición” o “espíritu
de enriquecerse”, sino que por el contrario, el capitalismo es el freno, como moderación
racional de este irracional impulso lucrativo. Cuando se aspira de modo racional, se basa en
un cálculo de capital: serie de prestaciones útiles reales que funcionan como medio
adquisitivo, con tal de que en el balance final exceda el “capital” (valor base de inversión).
Ahora bien, este cálculo de capital ha existido en todas partes y en la mayor parte de los
tiempos, pero lo que diferencia a Occidente, de cualquier otro lugar, es “la organización
racional-capitalista del trabajo formalmente libre”. Elementos fundamentales son: la
separación de la economía doméstica y la industria, y la consiguiente contabilidad racional.
Es decir, los establecimientos industriales se han desprendido de una gran economía
doméstica real o señorial. Por ello es que tan solo en el Occidente moderno se da la oposición
dialéctica del empresariado grande y el jornalero libre, proletarios y burgueses, en ninguna
otra parte, esta dicotomía de carácter socialista tendría sentido.
Distinción entre capitalismo moderno con ordenamiento racional burgués del trabajo, en
contraposición con el capitalismo aventurero que especula con la guerra, historia cultural de
occidente debería mirar al primer modelo.
Para llegar a esto, se dedicará en primer lugar a dilucidar sobre la concepción de
racionalismo occidental para finalmente llegar a la influencia de ciertos ideales religiosos en
la formación de una “mentalidad económica”, de un “ethos económico”. No se propone un
análisis estructural, sino que más bien el analizar la relación entre las conformaciones
socioreligiosas específicas de occidente en conjunción con la racionalización capitalista.
El Problema
Confesión y estructura social (77-90)
Según las estadísticas confesionales, hay un gran grado de protestantismo dentro de las
empresas y propiedades capitalistas, allí el autor establece una relación entre confesión
protestante y capitalismo/desarrollo. La razón de esto es histórica, aludiendo a la conversión
de la Alemania del XVI al protestantismo, resultando en beneficios a los protestantes en su
actividad económica. Los territorios con mayor desarrollo económico y social se encuentran
en un momento álgido, donde es plausible el llevar una reforma espiritual adelante. De aquí
se interpreta que el protestantismo “ataque en todos los ámbitos de la vida privada, Weber
ejemplifica con la educación: los estudios, en lugares como Baviera, de carreras de corte
burgués como profesiones de tipo industrial y comercial, tienen un plantel muy amplio de
miembros protestantes
¿Qué aspectos confesionales pueden llevar a estas diferencias? En primer lugar acotamos al
cristianismo como una religión que para el surgimiento del protestantismo, se aleja del
mundo material, se hace presente la herencia ascética, lo cual no combina con el incipiente
capitalismo. Por otro lado, la incoherencia entre la figura ideal del santo piadoso en conjunto
con la “virtud” capitalista en el sentido de los negocios, falla; mientras que por el lado
protestante, la mayor parte de los que forman los templos, pertenecen a una clase mercader
e industrial.
II El Espíritu del Capitalismo (91-128)
Concepto de espíritu pretencioso, posible definición en cuanto a su “individualidad
histórica”, pero imposible de delimitarse esquemáticamente. Por tanto, el concepto como tal
es dando al final y no al principio de la investigación. Con tal de definir, usa un objeto de
estudio del cual desprender lo referente al espíritu, uso de documento. (Benjamín Franklin,
“Advertencias necesarias para los que quieren ser ricos”).
Espíritu en cuanto es una máxima de la conducción de vida (lebensführung). Máximas
morales desvirtuadas en sentido utilitarista: la moralidad es útil solo porque proporciona
crédito. Toda virtud es si mismo cuando beneficia al mismo individuo, y bastaría solo la
apariencia con tal de lograr el mismo efecto.
Fin de la vida capitalista es el ganar dinero. Relación religiosa “Si ves a un hombre solícito
en su trabajo, debe estar antes que los reyes” (frase de los proverbios citada por Franklin).
Ganancia de dinero es el resultado de la expresión de la virtud en el trabajo, por lo tanto esta
es la mayor de las virtudes.
Capitalismo dicta leyes de vida económicas, donde cada empresario o trabajador que no
encaja es desechado del sistema, así el capitalismo crea y educa por la vía de la selección
económica. Este espíritu tuvo que introducirse luchando, puesto que en la Antigüedad o la
EM hubiera sido visto como avaricioso y/o indigno. La diferencia entre Oriente y Occidente,
o el capitalismo moderno y lo antiguo, no tiene que ver con las diferencias en los deseos de
adquisición, exceso de esto es un “tradicionalismo” contra el que luchó el capitalismo.
Espíritu del capitalismo no se ve representado en las grandes herencias, sino que en los
nuevos complejos industriales del xix cuyos líderes en algún momento vinieron de las capas
humildes.
Weber teoriza a su vez de los sujetos que componen el espíritu del capitalismo, los cuales
no serían explotadores sin escrúpulos, teniendo incluso una cierta “ética social”, que lo hizo
levantarse, relación con el espíritu en cuando a una individualidad histórica única.
Capitalismo no calza con la moralidad tradicional, burgués construye una base ética propia
“al nuevo estilo”. Racionalización del trabajo, implica racionalización de la vida.
Protestantismo como anticipo de las concepciones racionalistas de la vida.
III Concepción luterana de la Vocación. Tema de Nuestra Investigación.
Concepción religiosa en torno al Beruf (trabajo), como una misión impuesta por Dios,
alemán como lengua de mayoría protestante brinda una consonancia religiosa al término,
mientras que los países católicos no. Se advierte a su vez, que esta concepción nace de manera
moderna al momento de traducirse la biblia al alemán.
Nunca antes había dado antes esta estimación del trabajo cotidiano como profesión. Toma
del deber de cumplimiento de una tarea profesional en el mundo, por consiguiente, sentido
sagrado del trabajo. Concepción negativa del monasticismo debido al abandono de labores
para con el mundo.
Visión tradicionalista en cuanto a la disposición del trabajo por lugar de nacimiento, el
destino, sin embargo es innovadora en cuanto a la disposición y valoración religiosa del
trabajo.

Análisis más filológico y mental, de las ideas y sus conjunciones.

Anexo: texto de Franklin “Advertencias Necesarias para quienes quieren ser ricos”
“Considera que el tiempo es dinero. Aquel a quien le está dado ganar diez chelines por día
con su trabajo y se dedica a pasear la mitad del tiempo, o a estar ocioso en su morada, aun
que destine tan solo seis peniques para sus esparcimientos, no debe calcular sólo esto, sino
que, realmente, son cinco chelines más los que ha gastado, o mejor, ha derrochado”.
“Considera que el crédito es dinero. Si la persona a quien le un dinero deja que éste siga en
mi poder, permite, además, que yo disfrute de su interés y de todo cuanto me sea posible
ganar con él en tanto transcurre el tiempo. De tal manera se puede acumular una cantidad
considerable si se tiene buen crédito y capacidad para emplearlo bien”.
“Considera que el dinero es fecundo y provechoso. El dinero puede engendrar dinero, los
sucesores pueden engendrar aún más y así unos a otros. Si cinco chelines son bien colocados,
se convertirán en seis, éstos, a su vez, en siete que, asimismo, podrán devenir en tres peniques,
y llegar en sumas sucesivas hasta constituir un todo de cien libras esterlinas”

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