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El

Día de Deleite: Sabbat

- Estoy ocupado— dijo el joven con un aire de desdén—. No tengo tiempo para estudiar la Biblia.
- ¿Lo que estás diciendo es que estás ocupado para Dios?— le pregunté confundido.
- … — Me miró sin saber muy bien qué decir.

Desafortunadamente, en nuestros tiempos tiene mucho prestigio el estar ocupado. Me atrevería a decir que
incluso hay cierto orgullo en estar ocupado. Vivimos en una época donde admiramos a los grandes jefes de las
empresas multinacionales. Vemos que estos jefes son decididos, fríos de mente, siempre pensando en
productividad y eJicacia. Por lo general, tienen un trato limitado con la gente, ya que no pueden entretenerse en
cuestiones triviales que no contribuyen valor a sus objetivos corporativos. Esta peste se esparce también en las
esquinas donde los cristianos se ponen de rodillas, en las familias, en la iglesia. Se empieza a vivir el cristianismo
como un profesional, como si de un negocio se tratara. Se forja el hábito de hacer cosas para Dios pero sin Dios.
Nuestra vida con el creador se vuelve una lista de tareas que realizar, y las preguntas que se formulan son: “¿Has
hecho….?”, “¿Has tenido…?”; pocas veces son:“¿Has disfrutado de Dios?” “¿Has sentido su presencia?” Nos
volvemos adictos a las obras piadosas, sin realmente estar cerca de Aquel para quien las hacemos.
Personalmente, he caído en esta trampa en repetidas ocasiones. Durante mucho tiempo busqué mi valor como
ser humano en el número de cosas que hacía para Dios y para los demás. Me sentía culpable al relajarme o pasar
tiempo conmigo mismo; pensaba: “podría estar alimentando a los pobres”, “podría estar predicando el evangelio”,
“podría…”. Me comparaba con aquellas personas que estaban todo el tiempo ocupadas haciendo cosas para Dios.
Me forzaba emocionalmente a gestionar tantos problemas como fuera posible sin realmente aceptar mis
limitaciones. Lo que me di cuenta con el tiempo es que hay personas con mayor capacidad para lidiar con
situaciones estresantes que otras. Por ello, debemos tener mucho cuidado en no juzgar por lo mucho que hace
una persona, sino por el corazón que tiene. La viuda dio menos que todos (aparentemente) y sin embargo, dio
más que todos (de corazón). Del mismo modo sucede con la cantidad de cosas que hacemos para Dios. Podemos
caer en el engaño de que el hermano que más hace para Dios, es el más espiritual, y puede que ese mismo
hermano ni siquiera disfrute de su relación con Dios y juzgue a los demás por no hacer tanto como él hace. Menos
mal que Dios ya nos ha dicho “misericordia quiero y no sacriJicios”1 . Pasaré a contaros cómo Dios me dio luces de
libertad en mi miseria.

Hace una semana estuve leyendo Ezequiel2 y me sorprendió ver los pecados de Israel por lo graves que eran. Se
hacía mención de pecados relacionados con la inmoralidad cometida dentro de los miembros de una misma
familia, entre otras cosas. Curiosamente, Dios estaba airado con el pueblo de Israel por profanar el día del Señor.
Me había topado varias veces con ese término (i.e. el día del Señor) pero no le daba la importancia que merecía,
ya que razonaba del siguiente modo: “Ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. No creo que tenga que
mantener las leyes del Antiguo Testamento, al menos no esta”. Para mi vergüenza, no sabía la diferencia entre
“Sabbat” y “día de reposo” . Al principio pensaba que se trataba de diferentes días, pero descubrí que se reJieren
al mismo día. Simplemente son dos maneras distintas de llamar a lo mismo. Ahora bien, en la lista de iniquidades
que Israel cometió y que Dios denunciaba, me pareció un tanto descabellado que estuviese la profanación del día
de reposo. A la luz de esto, es crucial deJinir la palabra profanar, ya que este pecado fue digno de atención junto a
muchas otras manifestaciones de la inmoralidad de Israel. Profanar es tratar algo sagrado sin el debido respeto y
aplicarlo para usos profanos (i.e. usos no sagrados). Por consiguiente, se puede deducir que el pecado de Israel
era tratar el día del Señor como algo que no es sagrado. Ante esto, solo queda preguntarnos lo siguiente: ¿Dónde
se encuentra el día del Señor? ¿qué signiJica? ¿cuál es la Jinalidad de ese día? ¿es relevante considerarlo?

El día de reposo (sabbat) es el cuarto mandamiento. Hay muchas escrituras en el Nuevo Testamento que
muestran que este día no debe considerarse un mandamiento3 . Conversando con algunas personas sobre este
tema me he dado cuenta que la gente tiene la impresión de que Jesucristo anuló el Sabbat, es verdad que en
cierto modo lo hizo. Es necesario recordar que Cristo dijo: “No penséis que he venido para abolir la ley o los
profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir.”4 Él vino para mostrar el verdadero signiJicado detrás de
este mandamiento. Sin embargo, hay dos escrituras que parecen contradecir lo que Cristo dijo: “Porque El mismo
es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su
carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un

1 Vid. Mateo 9:13


2 Vid. Ezequiel 22:8/ 23:38. Estos ejemplos son tan solo unos pocos. Hay más referencias bíblicas con respecto a este tipo de pecado.
3 Vid. Galatas 4:8-11; Colosenses 2:13-17; Efesios 2:15
4 Vid. Mateo 5:17
nuevo hombre, estableciendo así la paz…”5 y “habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en
decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz.”6 Por una lado
tenemos a Jesús que dice que Él no ha venido a abolir sino a cumplir y, por otro lado, tenemos estas dos
escrituras que dicen que la ley y las ordenanzas ya no deben ser practicadas. Parece una contradicción verbal, no
obstante, es posible que el cumplimiento de la ley y los profetas tenga como resultado la no observación de
ciertas leyes y rituales. Para entender como esto es posible, relataré una de mis buenas memorias que tengo de
mi infancia. Mi madre nos preparaba zumos de frutas con la batidora. Siempre me llamaba la atención como la
batidora “anulaba” o “destruía” la forma inicial de las frutas en su estado más solido, y todo se quedaba en un
mero líquido con pequeñas partículas solidas. Del mismo modo podría decirse de ciertas leyes. Solo se han
quedado algunas particular solidas, pero muchas ya ni se observan, aunque estén presentes en el zumo. Ahora
bien, con toda esta explicación lo que pretendo es dejar claro que el Sabbat no es una ley que deba observarse,
pero sí quiero recalcar ciertas características de qué realmente signiJicaba este mandamiento, para que así
podamos obtener el corazón que Dios tenía detrás de la creación de ese mandamiento, y de ese modo encontrar
sabiduría para nuestro caminar espiritual.

Pasemos ahora a hacer un análisis de las características más fundamentales de este mandamiento (Éxodo
20:8-11). Para ello, primero voy a centrarme en cada versículo por separado, y luego considerarlo como unidad.

V.8 “Acuérdate del día de reposo para santiJicarlo.”

a) Lo primero que nos pide es que nos acordemos.


b) Lo segundo que nos pide es que lo santi<iquemos (no podemos santiJicarlo si no nos acordamos, del mismo
modo que no podemos cocinar si no tenemos los ingredientes).

V.9 “Seis días trabajarás y harás toda tu obra…”

a) Nos dice que trabajemos seis de siete días

V.10 “mas el séptimo día es día de reposo para el SEÑOR tu Dios; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu
hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo.”

a) Es un día de reposo para el Señor.


b) Nadie en ese día trabajará, ni siquiera tus animales.

V.11 “Porque en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el
séptimo día; por tanto, el SEÑOR bendijo el día de reposo y lo santiJicó.”

a) El porqué de este mandamiento yace sobre el hecho de que Dios reposó en el séptimo día después de trabajar
seis en la creación.
b) El señor bendijo y santi<icó el día de reposo.

Ahora que tenemos más luces sobre las características fundamentales de este pasaje, vamos a analizar todo esto
como una unidad conceptual. Dios nos pide que nos acordemos del día de reposo para santiJicarlo, y que ese día
nadie se quiebre la espalda en el campo trabajando. Nos exhorta a no poner a nadie a trabajar, no me sorprende
que Dios haya aclarado esto conociendo la condición humana. Al Jinal del pasaje, nos da la causa, el motivo, la
razón de ser de este mandamiento: porque Dios creó todo en 6 días, y el séptimo reposó, fue ese el día que Él
bendijo y santiJicó. Para poder entender el sentido de este mandamiento es necesario deJinir o al menos
entender qué signiJica eso de santi<icar y bendecir. La palabra santi<icar viene del hebreo “‫( ”ָקַדׁש‬qâdash), se me
ocurre un ejemplo muy humano, y por tanto muy básico, para explicar el signiJicado de este vocablo en el
contexto que se nos presenta. A mí me gusta mucho comer carne, a veces diría que demasiado; si me dan a elegir
entre muchas comidas deliciosas, nada puede competir con el entrecot. Se podría decir que yo estoy santi<icando
el entrecot por encima de todas las carnes, lo he apartado como algo especial y único. Del mismo modo se podría
decir de mi futura esposa Sandra. Me sentiría muy honrado si alguien me dijera: “¡Oye! tú santi<icas a Sandra cada

5 Vid. Efesios 2:14-15


6 Vid. Colosenses 2:14
día en tu corazón”, yo le respondería: “No lo puedo evitar”. Eso signiJica que de entre todas las mujeres de este
planeta, yo he apartado a Sandra como alguien especial y única en mi corazón. Ahora bien, pasemos a la palabra
bendecir, esta palabra viene también del hebreo “ְ‫( ”ּבַָר‬bârak). Para entender esto, lo explicaré en negativo para
luego verlo en el sentido positivo. ¿Qué le ocurrió a la higuera cuando Jesucristo la maldijo?7 La higuera se secó,
he aquí el ejemplo en negativo. Ahora en positivo, ¿Qué le pasaría a la higuera si Cristo la bendice? Pues que la
higuera daría fruto y estaría frondosa. Eso es lo que ocurre cuando Dios bendice algo.

Ahora bien, nos encontramos con algo muy interesante en el versículo 11, porque Moisés está citando Génesis
2:3. Hagamos una comparación de las dos escrituras.

-Éxo 20:11 “Porque en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en
el séptimo día; por tanto, el SEÑOR bendijo el día de reposo y lo santi2icó.”

-Gén 2:3 “Y bendijo Dios el séptimo día y lo santi2icó, porque en él reposó de toda la obra que El había creado y
hecho.”

De todo esto podemos entender lo siguiente: Dios, en su inJinita sabiduría y poder, decretó que el séptimo día iba
a ser un día lleno de bendiciones, y que iba a ser un día más especial que el resto, ya que Él mismo lo hizo
especial a través de su acción de santiJicarlo y bendecirlo. Es un día designado para dejar de trabajar y
dedicárselo a Dios completamente. Es muy importante aclarar que Dios no descansó en el séptimo día como si Él
estuviera cansado, porque Dios no se cansa, por tanto, no necesitó un día para recuperarse sino para deleitarse en
lo que había creado.8

A luz de todo lo que se ha dicho, nos ocupa ahora un tema aun más importante: El corazón detrás del
mandamiento. Creo que muchos cristianos dejan a Dios porque no entienden, ni alcanzan a ver lo que hay detrás
de cada regla moral que Dios establece en su Palabra. No digo que entender los mandamientos y saber lo que
signiJican no sea importante, pero si solo nos quedamos ahí, no nos servirá de mucho. Por ello, hablaremos ahora
de lo que hay detrás de este mandamiento. Es decir, veremos por qué Dios estableció una ordenanza como esta,
¿para qué lo hizo? Creo Jirmemente que la respuesta la encontramos en la siguiente escritura: Isaías 58:13-14.

“13 Si por causa del día de reposo apartas tu pie para no hacer lo que te plazca en mi día santo, y llamas al día
de reposo delicia, al día santo del SEÑOR, honorable, y lo honras, no siguiendo tus caminos, ni buscando tu
placer, ni hablando de tus propios asuntos, 14 entonces te deleitarás en el SEÑOR, y yo te haré cabalgar sobre
las alturas de la tierra, y te alimentaré con la heredad de tu padre Jacob; porque la boca del SEÑOR ha hablado.”

Dios hizo el día de reposo para tu gozo. Él quiere que tú llames su día santo delicia. Naturalmente, no estamos
hablando de sensaciones vacías, ni de un gozo que se compra en las tiendas o delante de la gran pantalla.
Estamos hablando de un gozo que viene del Señor. Un gozo que es mayor que el deleite que obtenemos de series
de televisión, videojuegos, tu pareja, tu pasatiempo, sexo, comida, entre otras cosas. A la luz de esto, podría
argumentarse que una de las mayores manifestaciones de la maldad es la siguiente: disfrutamos de algo por
encima de Dios. El objeto de deleite puede ser cualquier cosa o cualquier persona. La mayoría de las fuentes de
gozo no son intrínsecamente malas, sin embargo, el tener un gozo mayor en estas cosas que en Dios es pecado. El
deleite de primer nivel viene de disfrutar a Dios. Es como que Dios dijera “este día es para que me disfrutes”. Ante
semejante mandamiento se nos presenta un gran reto, y es el siguiente: Dios nos manda a disfrutar algo que no
siempre disfrutamos, es a Él. Si no disfrutamos de Dios, esto revela que hay idolatría en nuestro corazón, que hay
algo que disfrutamos por encima de Él9. Ya estamos llenos, no hay lugar para Dios. Estamos empachados con
placeres baratos y vacíos. En cierto modo, nosotros, los humanos, somos demasiado fáciles de complacer.
Estamos tan acostumbrados al vacío que no sabemos lo que nos estamos perdiendo. Frente a esto, Dios nos
dice:“!Disfrútame!”. Nuestro alma necesita experimentar gozo, y adorar a algo para conseguirlo. Tenemos la
necesidad de adorar porque tenemos la necesidad de experimentar gozo. Es por eso que la vida cristiana es una
batalla por experimentar el gozo superior (el cual es tener y disfrutar de una relación con Dios) frente a varios
tipos de gozos inferiores (cualquier cosa que no sea Dios). Es más, la razón por la cual caemos en pecados
repetitivamente es porque no estamos luchando lo suJiciente por tener el primer tipo de gozo, y como nuestra
alma tiene la necesidad de adorar y experimentar gozo, pues encuentra refugio en el segundo tipo de gozo. Es
como un muerto de hambre, a pesar que le des comidas podrida, este la comerá porque no aguanta más, cuando
en realidad hay comida de primera calidad. Es por eso que el pecado no se vence a través de la negación del

7 Vid. Mateo 21:18-19


8 Vid. Genesis 1:31 “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”
9No estoy incluyendo la depresión crónica o alguna patología que impide sentir gozo. Estos son casos que se deben tratar aparte. No me considero la
persona adecuado para aclarar ese asunto, aunque reconozco que existen tales casos.
deseo o del placer, con esto tan solo se posterga pero no se vence. El pecado se vence cuando ofreces a tu alma un
placer o deleite superior al que el pecado te ofrece ¡He aquí la importancia del Sabbat! A la luz de esto, Dios
quiere un día para que dejes de ocupar tu mente con tu trabajo, y te enfoques en lo que Él creó para ti, y en lo que
Él es. Este nuevo paradigma de ver las cosas modiJica mucho la manera en que vivimos; la pregunta ya no es:
¿Has tenido tu tiempo con Dios?, la pregunta ahora es: ¿Has disfrutado de tu tiempo con Dios?

Antes de terminar, me gustaría hablar de los aspectos prácticos de todo este concepto del Sabbat. Como el día de
reposo fue hecho para nosotros, para nuestro deleite y gozo en Dios, es importante buscar la manera que así sea,
y que no se convierta en una carga. El fundamente bíblico que utilizo para lo que voy a decir, es este: “Uno juzga
que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido según su
propio sentir. El que guarda cierto día, para el Señor lo guarda; y el que come, para el Señor come, pues da gracias
a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y da gracias a Dios.” (Rom. 14:15-16). Creo que el cristiano es
libre en elegir el mejor momento para practicar la sabiduría que hay en el Sabbat, y así tener un día o un tiempo
para el Señor. Es increíble poder tener ese tiempo para leer más la Biblia, leer biograJías de grandes predicadores,
poder leer libros espirituales y escribir ensayos deleitándome en la persona de Jesucristo. Con todo, creo que si
una persona no considera para nada el porque´ Dios creó este día, está cayendo en un grave error. Para mí sería
pecado no intentar tener un día más especial y único donde puedo deleitarme en Dios; porque ¿Qué le llevaría a
un cristiano no considerar tener un día más santiJicado a Dios? Algunos podrían pensar “Bueno, yo estoy tan
ocupado que no puedo sacar tiempo más allá de la hora que tengo cada mañana con Dios”. Creo Jirmemente que
si la persona no es capaz de sacar más tiempo, indudablemente debe dejar algo para tener ese tiempo especial y
así estar con Dios en vez de hacer cosas. Mi recomendación Jinal para este día es: dormid bien, comed bien,
poneos ropa cómoda, deleitaos en Dios y amad, amad, os lo repito, amad al prójimo. Mi oración es que así sea.

“38 Mientras iban ellos de camino, Él entró en cierta aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.
39Y ella tenía una hermana que se llamaba María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
10[estar con Dios] 40Pero Marta se preocupaba con todos los preparativos;[hacer cosas “para” Dios] y

acercándose a Él, le dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
41Respondiendo el Señor, le dijo: Marta, Marta, tú estás preocupada y molesta por tantas cosas; 42pero una
sola cosa es necesaria, y María ha escogido la parte buena, la cual no le será quitada.” (Lucas 10:38:42).

10 lo que está entre corchetes es un énfasis añadido, no forma parte de la escritura.

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