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La contaminación es la introducción de sustancias u otros elementos físicos en un medio que provocan que este sea inseguro o no apto para

su uso. El medio puede ser un ecosistema, un medio físico o un ser vivo. El contaminante puede ser una sustancia química, energía (como sonido,
calor, luz o radiactividad)

Un macroestudio sobre contaminación aérea realizado en 650 ciudades de todo el mundo ha venido a
confirmar una realidad de la que llevamos mucho tiempo hablando: la contaminación atmosférica afecta
a corto plazo a la salud de las personas y está directamente vinculada con la mortalidad diaria de
ancianos o de aquellos que ya padecen alguna enfermedad.

Este estudio realizado por un equipo internacional de 50 científicos y publicado en la revista


especializada The New England Journal of Medicinerecoge los datos de ciudades de 24 países como
Ciudad de México, Nueva York, Londres o Madrid. La investigación se centra en dos tipos de partículas
suspendidas en el aire procedentes, fundamentalmente, de los tubos de escape de los coches: las
PM10 capaces de llegar a los pulmones, y las PM2,5, que pueden entrar en el sistema sanguíneo.

Los autores del macroestudio vinculan el incremento diario de las partículas con el aumento de la
mortalidad diaria por todas las causas, y de una subida de la mortalidad por problemas respiratorios y
cardiovasculares.

Calidad de aire, calidad de vida

Y es que ya está claro que la calidad del aire influye de manera notable en la salud de las personas. Vivir
en un entorno libre de polución supone una mayor calidad de vida, pero ¿sabemos en realidad de qué
manera nos afecta la contaminación aérea, qué partes de nuestro cuerpo daña cada tipo de partícula
contaminante?

La contaminación atmosférica provoca alrededor de siete millones de muertes anuales en todo el


mundo. El crecimiento y concentración de la población en las ciudades así como el modo en el que se
consume energía en las mismas a través del transporte o sistemas de calefacción y aire acondicionado,
entre otros, conlleva la emisión de grandes cantidades de gases perjudiciales para la salud.

¿En qué afecta la contaminación aérea a nuestra salud?

Nuestro estado físico y psíquico pueden verse resentidos en función del tipo de contaminación
atmosférica al que estemos expuestos. Existen multitud de órganos y funciones del cuerpo que pueden
verse afectados, entre los que destacan:

Enfermedades respiratorias

Daños cardiovasculares

Fatiga, dolor de cabeza y ansiedad

Irritación de ojos y mucosas


Daños en el aparato reproductor

Daños en hígado, bazo y sangre

Daños en el sistema nervioso

La población urbana está más expuesta a sufrir los efectos de la contaminación aérea, y dentro de este
conjunto, son especialmente vulnerables aquellas personas que ya están enfermas, los niños y los
ancianos.

Descubre en esta infografía de qué manera afecta a los seres humanos la contaminación atmosférica.

Casi toda la población está de acuerdo en lo que significa e implica la contaminación de la Tierra. Es un
fenómeno que nos preocupa porque de su buen estado depende, a la vez, nuestra supervivencia y la de
cientos de especies animales y vegetales.

Sin embargo, aunque conocemos bien el impacto de este fenómeno sobre nuestro entorno, muy pocas
veces nos paramos a pensar qué es lo que lo produce y de qué manera podemos incidir, empezando a
pequeña escala desde nuestros hogares. En este post nos proponemos ponerle cara a cinco causas de
la contaminación y te damos algunas pautas para evitarla. ¡Llegó el momento de tomarnos en serio la
salud de nuestro planeta!.

Principales problemas del medio ambiente

Así pues, para abordar el fenómeno de la contaminación de la Tierra en toda su complejidad, es


necesario abordar los principales problemas del medio ambiente , entre los que podemos destacar los
siguientes:

Los pesticidas y productos químicos

Los productos que se usan en la agricultura y en la industria convencional liberan enormes cantidades
de gases de efecto invernadero, que son causantes directos del deterioro de la capa de ozono y
del cambio climático . También perjudican el estado de los suelos destinados al cultivo y las fuentes de
agua. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud señala el riesgo del uso de sustancias
químicas como los plaguicidas, debido a su capacidad de permanecer en el agua y el suelo durante años.
Pero también resalta que pueden resultar tóxicos para el ser humano.

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2. La deforestación

Los árboles ayudan a purificar el aire. Sin embargo, en las últimas décadas hemos asistido a la
desaparición de cientos de bosques en el mundo. Se calcula que cada año desaparece una extensión
similar al territorio de Panamá o Portugal. Ante este panorama, los efectos de los gases que se
encuentran en el aire son más notorios y pueden causar graves enfermedades para las especies
terrestres. Y no digamos, como a veces dicen nuestros hijos e hijas, “yo no he sido”, porque la
ONG Mighty Earth indicaba recientemente que existe una estrecha relación entre la deforestación y la
alimentación, ya que, por ejemplo, se están extendiendo los monocultivos de soja (más de un 70% de la
producción mundial de soja se destina a pienso para la ganadería).

3. Los desechos industriales y domésticos

El consumo masivo promueve procesos industriales en cadena que pasan por alto la protección del
medio ambiente. Los desechos que se generan tras estos procesos son una de las principales causas de
la contaminación.

4. Los combustibles fósiles

La excesiva explotación del carbón, el petróleo y el gas natural, entre otros, genera altos índices de
contaminación, no solo en el aire sino en los entornos en donde se extraen tales recursos. Hasta la fecha,
ninguna convención internacional ha logrado trazar un límite claro entre el desarrollo sostenible y el
cuidado de la Tierra. Sin embargo, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU sí ponen el
foco en esta cuestión: fomentar un desarrollo que no ponga en peligro los recursos ni el bienestar de las
generaciones venideras.

5. Los altos índices de producción de basura

Nuestras sociedades se caracterizan por el alto consumo de bienes, lo cual genera a su vez un alto nivel
de residuos. Cuantos más sean, mayores daños causarán a la Tierra. De ahí la importancia de su
selección.

Contaminación de la Tierra. ¿Qué podemos hacer?

Las iniciativas políticas e institucionales contra la contaminación de la Tierra son muy positivas. No
obstante, también la ciudadanía y las familias desde sus hogares, podemos ayudar a frenar los efectos
de este fenómeno. ¿Cómo? Fíjate en las siguientes opciones:

Reciclando los residuos que generamos a diario. Reciclar supone dos grandes ventajas: por un lado,
reutilizar productos que ya cumplieron un primer ciclo de uso; y segundo, clasificar los residuos para
evitar que los encargados de esta tarea inviertan más recursos y tiempo en ello. ¿Empezamos con algo
muy sencillo? Podemos enseñar a nuestros niños y niñas cómo reciclar correctamente o mostrar
que jugar con objetos reciclados puede resultar muy divertido.
Usando el transporte público y otros medios alternativos. La bicicleta, los coches eléctricos o el metro
son ideales para la sostenibilidad del planeta, pues no generan gases de efecto invernadero.

Impulsando el consumo responsable. Comprar nuevos productos no debe ser un hábito, tiene que
responder a necesidades reales. Si optamos por un estilo de consumo responsable , reduciremos la
demanda de ciertos productos y, con ello, las empresas no emplearán nuevos recursos naturales y
disminuirán los niveles de gases de efecto invernadero que liberan a la atmósfera.

Sumarte a las peticiones que piden una actitud más comprometida por parte de los gobiernos hacia el
cambio climático, empezando por el gobierno español. Como la que lanza Oxfam Intermón: firma para
que el Gobierno español aporte a lo que se ha comprometido para que las personas más pobres
puedan adaptarse a las consecuencias de un cambio climático que no han provocado.

Construyendo un huerto urbano en casa. Los huertos caseros no solo nos ayudan a obtener
alimentos más saludables para el autoconsumo, sino que son un buen recurso para generar conciencia
sobre la contaminación de la Tierra. Conoce qué puedes plantar en primavera o qué plantas
aromáticas son ideales para tu huerto doméstico. ¡ Y anímate a poner uno en tu hogar! Recuerda que,
además, tienes la guía gratuita Cómo hacer un huerto urbano de Oxfam Intermón llena de recursos
indispensables.

Y tú y tu familia, ¿cuántas de las prácticas anteriores tenéis como hábito? ¿Qué otros actos conocéis o
lleváis a cabo diariamente, de forma casi inconsciente, que ayudan a la preservación de nuestro planeta?
¡Cuéntanoslas y, entre todos y todas, ampliaremos la lista! ¿Quién empieza?.

6 de marzo de 2017 | GINEBRA - De acuerdo con dos nuevos informes de la Organización Mundial de la
Salud (OMS), más de una cuarta parte de las defunciones de niños menores de cinco años son
consecuencia de la contaminación ambiental.
Cada año, las condiciones insalubres del entorno, tales como la contaminación del aire en espacios
cerrados y en el exterior, la exposición al humo de tabaco ajeno, la insalubridad del agua, la falta de
saneamiento y la higiene inadecuada, causan la muerte de 1,7 millones de niños menores de cinco años.

En el primer informe, titulado La herencia de un mundo sostenible: Atlas sobre Salud Infantil y Medio
Ambiente , se indica que una gran parte de las enfermedades que se encuentran entre las principales
causas de muerte de los niños de un mes a 5 años —como las enfermedades diarreicas, el paludismo y
las neumonías— pueden prevenirse mediante intervenciones que reducen los riesgos ambientales, tales
como el acceso al agua potable y el uso de combustibles menos contaminantes para cocinar.

La Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS, señala que «la insalubridad del medio ambiente
puede ser letal, especialmente para los niños pequeños, que son especialmente vulnerables a la
contaminación del aire y el agua debido a que sus órganos y su sistema inmunitario se están
desarrollando y a que todo su cuerpo, en especial sus vías respiratorias, es más pequeño».

La exposición a sustancias peligrosas en el embarazo aumenta el riesgo de prematuridad. Además, la


contaminación del aire en espacios cerrados y en el exterior y la exposición al humo de tabaco ajeno
aumenta el riesgo que corren los bebés y niños en edad preescolar de contraer neumonías en su
infancia y enfermedades respiratorias crónicas (por ejemplo, asma) durante toda la vida. La
contaminación del aire también puede aumentar el riesgo de sufrir cardiopatías, accidentes
cerebrovasculares y cáncer a lo largo del ciclo de vida.

Las cinco principales causas de muerte en los niños menores de cinco años guardan relación con el
medio ambiente

En el otro informe, titulado ¡No contamines mi futuro! El impacto de los factores medioambientales en
la salud infantil , se ofrece un panorama general de las consecuencias de la contaminación del medio
ambiente en la salud de los niños, aportando datos que ilustran la magnitud del problema. Cada año:

570 000 niños menores de cinco años fallecen como consecuencia de infecciones respiratorias (entre
ellas las neumonías) causadas por la contaminación del aire en espacios cerrados y en el exterior y la
exposición al humo de tabaco ajeno.

361 000 niños menores de cinco años fallecen a causa de enfermedades diarreicas debidas al acceso
insuficiente a agua salubre, saneamiento e higiene.

270 000 niños fallecen en el transcurso del primer mes posterior al parto por diversas causas —entre
ellas la prematuridad— que podrían prevenirse proporcionando acceso a agua potable y a instalaciones
de saneamiento e higiene en los centros de salud, y reduciendo la contaminación del aire.

200 000 defunciones por paludismo de niños menores de cinco años podrían evitarse actuando sobre el
medio ambiente, por ejemplo, reduciendo el número de criaderos de mosquitos o cubriendo los
depósitos de agua.

200 000 niños menores de cinco años mueren a causa de lesiones o traumatismos involuntarios
relacionados con el medio ambiente, como envenenamientos, caídas y ahogamientos.

Factores de riesgo ambientales actuales y emergentes para la salud infantil

La Dra. Maria Neira, Directora del Departamento de Salud Pública y Determinantes Medioambientales y
Sociales de la Salud de la OMS, señala que «la contaminación del medio ambiente tiene un altísimo
costo para la salud de nuestros hijos. Toda inversión encaminada a eliminar los riesgos relacionados con
el entorno, como la mejora de la calidad del agua o el empleo de combustibles menos contaminantes,
reportará mejoras importantes para su salud».

Un ejemplo de riesgo emergente son los residuos eléctricos y electrónicos (por ejemplo, los teléfonos
móviles usados) que, al no ser reciclados adecuadamente, exponen a los niños a toxinas que pueden
afectar a sus aptitudes cognitivas y causar déficits de atención, lesiones pulmonares y cáncer. Se ha
estimado que, entre 2014 y 2018, los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos se incrementarán en
un 19% y alcanzarán los 50 millones de toneladas.

Debido al cambio climático, están aumentando las temperaturas y las concentraciones de dióxido de
carbono, factores que favorecen la producción de polen, que se ha asociado a un incremento de las
tasas de asma en los niños. Entre un 11% y un 14% de los niños de cinco años presentan síntomas de
asma, y se estima que el 44% de esos síntomas guardan relación con la exposición a riesgos ambientales.
La contaminación del aire, la exposición al humo de tabaco ajeno, y el moho y la humedad de los
espacios interiores agravan el asma en los niños.
En los hogares que no tienen acceso a servicios básicos, como el agua potable y el saneamiento, o en los
que se respira el humo de combustibles contaminantes, como el carbón o el estiércol utilizados para la
cocina y la calefacción, los niños corren un mayor riesgo de contraer enfermedades diarreicas y
neumonías.

Los niños también están expuestos a productos químicos nocivos contenidos en los alimentos, el agua,
el aire y otros productos de su entorno. Los productos químicos, como los fluoruros, los plaguicidas que
contienen plomo y mercurio, los contaminantes orgánicos persistentes y otras sustancias presentes en
productos manufacturados pueden acabar entrando en la cadena alimentaria. Asimismo, aunque la
gasolina con plomo se ha eliminado casi por completo en todos los países, muchas pinturas contienen
este metal y pueden afectar al desarrollo del cerebro..

Existen diferentes formas de evitar la contaminación ambiental según el momento y el lugar en el que
nos encontremos. Hay que tener en cuenta que, aunque los gobiernos y las grandes empresas e
instituciones cumplen un papel fundamental en esta tarea, el ciudadano de a pie también puede influir
en la contaminación ambiental con sus acciones individuales. Estos son algunas ideas sobre cómo evitar
y reducir la contaminación ambiental:

Usar el transporte público

El sector del transporte es uno de los sectores más contaminantes de todos. Sus efectos se perciben
especialmente en la contaminación ambiental del aire, ya que es el responsable de la emisión de
cantidades ingentes de gases de efecto invernadero y gases dañinos para la salud (por ejemplo los
óxidos de nitrógeno). La mejor opción que podemos elegir a la hora de minimizar el impacto de esta
contaminación es optar por el transporte público. El transporte público permite el transporte de grandes
cantidades de personas al mismo tiempo, lo que consigue amortizar el impacto de la contaminación
aérea al mínimo. Por ello, prescindir de un vehículo propio y decantarse por el transporte público es una
de las mejores opciones a la hora de minimizar el impacto de la contaminación producida por el
transporte.

Esta es una de las principales medidas para hacer funcionar las soluciones para la contaminación del aire
y también es una de las recomendaciones sobre cómo evitar la contaminación acústica.

Consumo de productos ecológicos

¿Qué más podemos hacer para evitar la contaminación del medio ambiente? Pues, pasarnos a los
productos ecológicos.

Los productos ecológicos son todos aquellos que se producen respetando el medio ambiente. Es decir,
sin introducir elemen.

Dieta basada en vegetales


Otro de los sectores que más contaminación ambiental puede llegar a producir es la ganadería, a la que
es necesario destinar grandes territorios de cultivo para alimentar al ganado. Si nuestra dieta sustituye
productos de origen animal por otros como las legumbres o los frutos secos (ricos en proteínas),
reduciremos considerablemente la contaminación ambiental causada por la ganadería. No es necesario
optar por una dieta íntegramente vegana. Aunque el impacto sería todavía mayor, si simplemente
reducimos el consumo de carne a dos días a la semana ya estaremos consiguiendo un impacto muy
importante para el medio ambiente.Reutilizar y reciclar

Por supuesto, otra forma de reducir y evitar la contaminación ambiental es poner en marcha las 3R de la
ecología: Reducir, Reutilizar y Reciclar, tanto por parte de los gobiernos como en las escuelas, los lugares
de trabajo y cada uno en su hogar. Los tres aspectos son pilares para lograr controlar y reducir el
problema de la contaminación en el mundo.

Reducir el consumo

Finalmente, otro de los aspectos que tenemos que tener en cuenta es que gran parte de la
contaminación ambiental que sufrimos se deriva de un estilo de vida consumista. Si, por el contrario,
optamos por un estilo de vida más sostenible y autosuficiente, reduciremos parte de la contaminación
ambiental derivada del consumismo actual. En este sentido, pensar dos veces las cosas antes de realizar
una compra, alargar la vida útil de los productos como la ropa o la tecnología, comprar en tiendas y
mercados de segunda mano, o simplemente comprender que no necesitamos muchas de las cosas que
compramos por inercia, nos ayudarán a reducir la contaminación ambiental del planeta y, además,
también nos permitirán ahorrar mucho dinero.

¡Asi como amas tu vida, y la cuidas, cuida tu planeta que es tu hogar y te ha hospedado, sin importar
cuanto daño le hayas hecho!

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