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IV.

El papel preponderante del Poder Legislativo mexicano en el cumplimiento


de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
De acuerdo con el artículo 89 fracción X de nuestra Carta Magna, al Senado de la
República le deben ser sometidos por el Presidente de la República para su
aprobación: los tratados internacionales, la terminación, denuncia, suspensión,
modificación, enmiendas, retiro de reservas y la formulación de declaraciones
interpretativas sobre los mismos.
Sin embargo, las dos cámaras del Poder Legislativo deben legislar con miras a
promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad
con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.
Es decir, la participación del Poder Legislativo, en este caso, en el Sistema
Interamericano, no se limita o no debería estarlo, a la atención de las sentencias en
las que se dictan garantías de no repetición, sino que podría tener un carácter más
bien preventivo en lugar de correctivo. No obstante, como se verá a lo largo del
presente capítulo ello no ocurre así.
Tal como se señaló en el Capítulo II, las garantías de no repetición buscan que no
vuelvan a ocurrir violaciones a los derechos humanos como las sucedidas en los
casos que le son sometidos a la Corte, por lo que éstas más bien se encaminan a
obtener transformaciones que apuntan a la superación de alegadas fallas
estructurales en los sistemas jurídicos nacionales de los Estados de la región, lo
que crea efectos colectivos a partir de las sentencias individuales.1
De los tres tipos de garantías de no repetición que se señalaron retomaremos sólo
la relacionada con las medidas de adecuación de la legislación interna a los
parámetros convencionales, lo cual es posible a través de la derogación,
abrogación, creación o modificación de esta. Todo lo cual recae
preponderantemente en el ámbito del Poder Legislativo.
De acuerdo con lo señalado en el capítulo anterior, la Corte IDH, ha ordenado a
México las siguientes garantías de no repetición “legislativas”:
En el Caso Castañeda Gutman vs México, la Corte IDH ordenó a México completar
la adecuación de su derecho interno a la CADH, de tal forma que ajuste la legislación
secundaria y las normas que reglamentan el juicio de protección de los derechos
del ciudadano de acuerdo con lo previsto en la reforma constitucional de 13 de
noviembre de 2007, de manera que mediante dicho recurso se garantice a los

1
LONDOÑO LÁZARO, María Carmelina y HURTADO Mónica, Las garantías de no repetición en la práctica
judicial interamericana y su potencial impacto en la creación del derecho nacional, México, Boletín Mexicano
de Derecho Comparado, núm. 149, mayo-agosto, 2017, Universidad Nacional Autónoma de México, p. 727.
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=42751409008 [Consultado el 15 de agosto de 2019].
ciudadanos de forma efectiva el cuestionamiento de la constitucionalidad de la
regulación legal del derecho a ser elegido.2
El 14 de agosto de 2013, la Corte IDH resolvió que México había dado cumplimiento
a la medida de reparación ordenada, considerando los siguientes elementos: (i) la
aplicación de la reforma constitucional de 2007; (ii) la reforma de la Ley de
Impugnación Electoral y de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, por
la cual se estableció a nivel legislativo la competencia de los tribunales electorales
para examinar la constitucionalidad de las normas electorales en los casos
concretos; (iii) los precedentes judiciales aportados que evidencian una práctica
judicial consecuente con lo ordenado en la Sentencia, en cuanto a la necesidad de
garantizar la accesibilidad y efectividad del juicio para la protección de los derechos
político-electorales de candidatos independientes; (iv) la reforma constitucional de
2011, que estableció la obligación de interpretar las disposiciones relativas a
derechos humanos conforme al principio pro persona, unida a (v) la interpretación
al respecto de la Suprema Corte, por la cual los tribunales nacionales tienen la
obligación de realizar un control de convencionalidad de oficio y de considerar
obligatoria la jurisprudencia de este Tribunal en los casos respecto de México, así
como (vi) el principio de buena fe en el cumplimiento de las obligaciones
internacionales.3
Respecto de los casos Radilla Pacheco; Fernández Ortega y otros; y Rosendo
Cantú y otra, la Corte IDH había determinado que México era responsable de la
violación al artículo 8.1 de la Convención, debido a la falta de competencia de la
jurisdicción penal militar para conocer y resolver los hechos relativos a la detención
y posterior desaparición forzada del señor Radilla Pacheco y para intervenir en la
averiguación previa de la violación sexual de las señoras Fernández Ortega y
Rosendo Cantú.4
La Corte consideró que la intervención militar en esos casos había estado basada
en lo señalado en el entonces artículo 57 fracción II inciso a) del Código de Justicia
Militar, el cual establecía lo siguiente:
Son delitos contra la disciplina militar: […]
II.- los del orden común o federal, cuando en su comisión haya concurrido cualquiera
de las circunstancias que en seguida se expresan:

2 Caso Castañeda Gutman Vs. México. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 6 de agosto de 2008. Serie C No. 184, Punto Resolutivo 6.
3 Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 28 de agosto de 2013.Caso

Castañeda Gutman Vs.México, párr. 27. Disponible en:


http://www.corteidh.or.cr/docs/supervisiones/casta%C3%B1eda_28_08_13.pdf
4 Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 17 de abril de 2015. Casos Radilla

Pacheco, Fernández Ortega y otros, y Rosendo Cantú y otra Vs. México. Supervisión de
cumplimiento de sentencia, párr. 3. Disponible en:
http://www.corteidh.or.cr/docs/supervisiones/radilla_17_04_15.pdf
a) que fueren cometidos por militares en los momentos de estar en servicio o con
motivo de actos del mismo.

El 13 de junio de 2014 se publicaron diversas disposiciones del Código de Justicia


Militar, entre ellas el referido artículo, para quedar como sigue:
Artículo 57.- Son delitos contra la disciplina militar:
II.- Los del orden común o federal, siempre y cuando no tenga la condición de civil
el sujeto pasivo que resiente sobre su persona la afectación producida por la
conducta delictiva o la persona titular del bien jurídico tutelado o puesto en peligro
por la acción u omisión prevista en ley penal como delito, en los siguientes
supuestos:
a).- Que fueren cometidos por militares en los momentos de estar en servicio o con
motivo de actos del mismo;

A fin de que la Corte IDH determinara si con la modificación señalada México daba
cumplimiento a la reparación ordenada en los casos señalados, debía evaluar si
éstos se adaptaban a los parámetros que debe contener la jurisdicción militar, es
decir: a) que esta no es el fuero competente para investigar y, en su caso, juzgar y
sancionar a los autores de todas las violaciones de derechos humanos, b) que sólo
puede juzgar a militares en servicio activo, y c) sólo puede juzgar la comisión de
delitos o faltas (cometidos por militares activos) que atenten, contra bienes jurídicos
propios del orden militar.5
La Corte IDH concluyó que, si bien la reforma citada era una importante
armonización del derecho interno con los estándares convencionales en materia de
jurisdicción penal militar, el Estado mexicano únicamente había dado cumplimiento
parcial a la reparación ya que, la redacción del 57 fracción II inciso a) del Código de
Justicia Militar, aún permite que se mantenga el fuero para la investigación y
juzgamiento de violaciones de derechos humanos cuando el imputado es un militar
y la víctima también es militar, así como respecto de delitos en que el imputado sea
militar y no sea un civil el sujeto pasivo del delito o titular del bien jurídico protegido.6
La Corte consideró que cualquier vulneración a los derechos humanos debe ser
hecha del conocimiento de la jurisdicción militar, sin importar la calidad de las
víctimas (sean estas militares o civiles).
En el caso Cabrera García y Montiel Flores, la Corte IDH ordenó a México las
siguientes garantías de no repetición: a) adoptar las reformas legislativas
pertinentes para compatibilizar el artículo 57 del Código de Justicia Militar con los
estándares convencionales e internacionales en materia de garantía del juez natural
en relación con la jurisdicción penal militar; y b) la adopción de las reformas
pertinentes para permitir que las personas afectadas por la intervención del fuero

5
Ibídem, párr. 13
6
Ibídem, párr. 20
militar cuenten con un recurso efectivo de impugnación de la competencia de esa
jurisdicción.7
Igual que en la supervisión de cumplimiento de los casos Radilla Pacheco;
Fernández Ortega y otros; y Rosendo Cantú y otra, la Corte consideró que el Estado
mexicano únicamente había dado cumplimiento parcial a su obligación de adoptar
las reformas legislativas que permitieran hacer compatible el artículo 57 del Código
de Justicia Militar con los estándares internacionales en la materia y con la CADH.8
No obstante, consideró que se había dado total cumplimiento al punto b) con las
siguientes reformas legislativas: a) la reforma constitucional en materia de derechos
humanos publicada el 10 de junio de 2011 en el DOF; y la promulgación el 2 de abril
de 2013 de la Ley de Amparo, Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ya que, a partir de dicha
regulación permite que se determinen o declinen la competencia a favor de la
jurisdicción militar para la investigación de un hecho en contravención de los
referidos estándares sobre el contenido del derecho a un juez natural.9
Como puede observarse, de los once casos referidos, en cinco de ellos ser
ordenaron garantías de no repetición.

7
Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Supervisión de Cumplimiento de Sentencia. Resolución
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 17de abril de 2015, Considerando 2.
8
Ibídem, Resolutivo 1.
9
Ibídem, Considerando 30.

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