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La persona que te gusta podría ser atractiva, podría haber una chispa. Pero eso no
significa que sea el final en tu búsqueda de encontrar pareja. Si deseas una relación
que pueda durar mucho tiempo (si no toda la vida), da un paso atrás. Mira las cosas
que realmente quieres en una pareja.
Ve más allá de lo físico. Piensa en el estilo de vida, las creencias o los rasgos de
personalidad que no chocarán con los tuyos.
Los objetivos finales son mejores que la química. ¿Sabes por qué algunas parejas
que eran novios desde la secundaria o de la universidad terminan divorciándose?
Una razón es que se casaron sin una visión compartida del éxito. Es algo de lo que
solo se darían cuenta años después, a pesar de que tenían las cualidades deseadas
del otro.
Como vivían juntos las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sin conocer gente
nueva, resultaría que uno es realmente un gastador mientras que el otro es de
gustos sencillos. O uno quiere viajar a los 40 años mientras que el otro prefiere la
televisión todo el fin de semana.
Tu y la pareja correcta debe estar en la misma página: ¿Dónde quieres estar dentro
de 10, 20 o 50 años? Así evitarás sentirte atrapado en un matrimonio como tantos
otros. Haz una lista de tus objetivos finales y de lo que quieres en una pareja.
Actualiza estas listas de vez en cuando. Es normal cuando ciertas cosas u objetivos
comienzan a ser menos importantes (especialmente si esa persona te hace súper
feliz).
Se señalarán los unos a los otros. Comenzarás a pensar que te has enamorado de
la persona equivocada, o te has casado por las razones equivocadas. Y querrás
salir de allí.
¿La verdad? Las relaciones más exitosas implican dar y recibir. Ninguna de las
partes exige que la otra sea perfecta, o que cumpla con todas sus expectativas. Es
un esfuerzo de equipo.