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-El Cimiento: Toda comunidad está cimentada en Cristo Jesús (1 Co 3, 11) Basar nuestra vida en
Cristo significa ser un todo con Él, pensar como Él piensa, querer lo que Él quiere, vivir como Él
vivió. (“PIEDRAS VIVAS” Curso Básico para Comunidades).
-Tres pinceladas» de la imagen que representa a una comunidad cristiana, obra del Espíritu Santo
según el modelo del «pueblo nacido de lo alto»:
-Sin embargo, esta imagen muestra cómo deber ser realmente «el modo de vivir de una comunidad
cristiana», de quienes creen en Jesús.
-Esto significa, que en esa comunidad no había espacio para las murmuraciones, las envidias, las
calumnias, las difamaciones», sino sólo para la paz. Porque «el perdón, el amor, lo cubría todo».
1. Palabra de Dios:
-Toda comunidad debe estar fuertemente unida a la Palabra de Dios, es a través de ella que vamos
conociendo a Aquél a quien seguimos y cuál es su voluntad para cada uno en forma personal y
para la comunidad.
2. La Vida fraterna:
-Ésta es la expresión más tangible, sobre todo para el mundo exterior, de la unidad entre los
discípulos del Señor.
3. Eucaristía/Vida sacramental:
-La comunión en el sacrificio de Cristo es el culmen de nuestra unión con Dios y representa por
tanto también la plenitud de la unidad de los discípulos de Cristo, la comunión plena.
4. Oración:
-La comunidad cristiana debe relacionarse íntimamente con Dios por medio de la oración,
creyendo firmemente en su poder.
DEMOSTRACIONES DE AMOR
-Jesús tiene que sanar nuestras relaciones en la Comunidad (Cf. Rm 14, 1-5). Un mal muy grande,
es discutir sobre asuntos sin importancia y ser chismosos. Si vemos que alguien hizo algo malo,
debemos llamarlo a solas, reprenderlo con amor y así lo ganamos; pero si en lugar de eso lo
contamos a otros, tal vez agradándolo, lo volvemos "chisme", y se pierde al hermano (Cf. Mt 18,
15; 1 Ts 5, 12-17).
-Para amar a nuestro hermano y demostrárselo, tenemos que ACOGER, PERDONAR Y DAR.
A) ACOGER: Es decir, que todo el que se acerque a nosotros, lo recibamos con cariño,
amabilidad y sonrisa (Cf. Rm 15, 7). No imponiéndole mi manera de pensar, mis criterios, mis
puntos de vista o mi forma de actuar, sino respetando la manera de ser de mi hermano, y estar
abierto a lo que el Señor me pueda mostrar a través de él. Acoger al hermano es hacerlo sentir
parte de mi comunidad y de mi propia vida.
B) PERDONAR: Las injurias, ofensas y faltas de atención del hermano. Pero para perdonar,
tenemos que aprender a amar (Cf. Col 3, 12b; 1 Ts3, 12). Debemos considerar nuestra vida como
una escuela en la cual aprendemos a amar. Es por el amor que damos por lo que seremos juzgados;
y no por las apariencias de lo mucho que hagamos o dejemos de hacer. Las ofensas que nos hacen
los demás no son nada en comparación con nuestras ofensas a Dios. Y mientras Dios perdona
todo, nosotros muchas veces nos rehusamos a perdonar. Como leemos en Mateo 18, 23-35, Dios
no hace valer sus derechos, sino que actúa como nuestro Padre; así nosotros, ya que somos sus
hijos, aprendamos de Él que es manso y humilde de corazón (Cf. Mt 5, 43-48; 11, 29), y
perdonemos setenta veces siete (Cf. Mt 18, 22), es decir, perdonar siempre. El perdón llega a su
consumación cuando llega la auténtica reconciliación de las partes en conflicto. No busquemos,
como dice San Francisco en su oración, ser comprendidos sino comprender, ser amados sino amar,
porque dando es como recibimos y perdonando es como el Señor nos perdona.
C) DAR: Dar no quiere decir únicamente dar a los demás dinero o cosas que nos sobran. Dar
consiste en darse uno mismo, con todo nuestro tiempo, dones, carismas y todo lo que el Señor nos
dio, sin esperar nada a cambio, y con sencillez (Rm 12, 8; Mt 6, 2-4).
-"No permitas jamás que alguien venga a ti y se aleje sin ser mejor y más feliz. Conviértete en la
expresión de la bondad de Dios; bondad sobre tu rostro, que asome por tus ojos; bondad en tu
sonrisa y en tu saludo. Ofrece a los niños, a los pobres, a los que sufren, una sonrisa de gozo.
Dales no solo tus cuidados, también el corazón" (Madre Teresa de Calcuta).
INSTRUMENTOS DE DIVISIÓN:
TU PRIMERA COMUNIDAD
-TU HOGAR La familia es el primer círculo que te rodea, es tu "primer mundo". Es allí donde
tenemos que comenzar a responder al Señor. Es ese el primer mundo que hay que transformar.
Por ello, podemos decir que nuestro hogar, nuestra familia es la primera comunidad donde
debemos expresar nuestro amor a Dios a través de los miembros de ella, compartiendo juntos:
oración, actividades, trabajos, alegrías y tristezas, anhelos e ideales. Esta disposición a
permanecer unidos y colaborando entre sí, debe estar aún más presente en los momentos difíciles,
en los cuales nuestra familia necesita más de nuestra ayuda. San Pablo nos dice en la primera
carta a Timoteo 5, 8: "Si alguien no tiene cuidado de los suyos, principalmente de sus familiares,
ha renegado de la fe y es peor que un infiel".
Heb 10,24 Tratemos de superarnos el uno al otro en la forma de amar y hacer el bien.
Heb 10,25 No abandonen las asambleas, como algunos acostumbran hacer, sino más bien
anímense unos a otros, tanto más cuanto ven que se acerca el día.
1Co 1,10 Les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor, que se pongan todos
de acuerdo y terminen con las divisiones; que encuentren un mismo modo de pensar y los mismos
criterios.
1Pe 3,8 Finalmente, tengan todos un mismo sentir, compartan las preocupaciones de los demás
con amor fraterno, sean compasivos y humildes.
Rom 15,5 Que Dios, de quien procede toda perseverancia y consuelo, les conceda también a
todos vivir en buen acuerdo, según el espíritu de Cristo Jesús.
Efe 4,3 Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu.
2. ¿Cuál es la meta de estar juntos? (Ef 4, 12-13)
2. Las armas que utiliza Satanás para conseguir la división de una Comunidad son:
(busca la cita que corresponda a cada una)
Críticas ( ) a) 2 Tm 2, 23-24
Peleas ( ) b) Flp 2, 3
Juzgar ( ) c)Rm 14, 10
Mentiras ( ) d) Col 3, 9
Rivalidades ( ) e) Rm 2, 1