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VIVIR EN COMUNIDAD

-El Cimiento: Toda comunidad está cimentada en Cristo Jesús (1 Co 3, 11) Basar nuestra vida en
Cristo significa ser un todo con Él, pensar como Él piensa, querer lo que Él quiere, vivir como Él
vivió. (“PIEDRAS VIVAS” Curso Básico para Comunidades).

-Tres pinceladas» de la imagen que representa a una comunidad cristiana, obra del Espíritu Santo
según el modelo del «pueblo nacido de lo alto»:

 Armonía (tenía un solo corazón y una sola alma)


 Testimonio (con gran fuerza daba testimonio del Señor Jesús)
 Atención a los necesitados (nadie pasaba necesidad)

-Sin embargo, esta imagen muestra cómo deber ser realmente «el modo de vivir de una comunidad
cristiana», de quienes creen en Jesús.

-Es necesario construir un clima en el que reine «la paz y la armonía.

-Esto significa, que en esa comunidad no había espacio para las murmuraciones, las envidias, las
calumnias, las difamaciones», sino sólo para la paz. Porque «el perdón, el amor, lo cubría todo».

(PAPA FRANCISCO: MISAS MATUTINAS EN LA CAPILLA DE LA DOMUS SANCTAE


MARTHAE, martes 29 de abril de 2014).

1.- VIVIR COMO HERMANOS EN LA COMUNIDAD


-La amistad, que es la expresión más pura y elevada del amor, en nuestra vida de relación con los
demás.
LA COMUNIDAD
-Debemos actuar con nuestros hermanos como Dios lo hace con nosotros, considerando que
recibir significa al mismo tiempo dar, y dar cuanto se haya recibido de la misericordia y del amor
de Dios: "Por tanto, sean atentos unos con otros, como Cristo los acogió para gloria de Dios" (Rm
15, 7).
VIVIR COMO HERMANOS
-La amistad que debe unirnos con los hermanos formará para nosotros un "nuevo mundo", al cual
podemos considerar que es Dios mismo quien nos integra. En este mundo de nuevos hermanos,
todos oraremos unos por otros, nos ayudaremos (Rm 15, 5), nos aconsejaremos, permitiremos la
corrección fraterna. Unidos nos sentiremos seguros, así como las ovejas lo están mientras están
unidas y el pastor puede guiarlas; en el momento en que una se aleja, se expone a los ataques del
lobo (Cf. 1 Ts 5, 11-14; Mt 18, 12-14).
-Entre nuevos hermanos, tenemos que saber que no hay gente perfecta, todos vamos progresando
juntos, creciendo juntos en el Señor. Hay muchos errores en cada uno, pero Dios muestra
paciencia y amor por los que caen, y nosotros debemos estar dispuestos a perdonar y comprender
también los errores y deficiencias que CON SEGURIDAD iremos encontrando (Cf. Rm 15,7).
Aún los más antiguos de la comunidad, los mismos pastores, tienen problemas, errores y defectos
que Dios irá limando con nuestra ayuda, la cual debemos brindarles con amor, y así todos iremos
comprendiendo juntos la voz de Dios.
-Nos amamos y nos necesitamos unos a otros, por eso debemos aprender a amarnos con el amor
del Padre, no producido por sentimientos humanos, por la mayor o menor santidad de unos y
otros, sino por nuestra entrega y unión con Dios. Este amor entre los hermanos es la mejor señal
de que una comunidad va por buen camino (Cf. Col 3, 14-15) e incluye la responsabilidad de
servir a los demás.
-Será importante por ello que exista verdadera amistad entre los miembros de la comunidad, sin
diferencias entre servidores y asambleístas. Debe haber confianza mutua, sinceridad y no dar lugar
a la división. Así, cuando un integrante de la comunidad tenga algún problema, merece ser
acogido con amor y comprensión.
-En algunas ocasiones, cometemos el error de decirles: "Dejemos los problemas afuera, que aquí
venimos a alabar al Señor". Esto no es recomendable, porque precisamente muchos de nuestros
hermanos buscan al Señor en sus momentos difíciles. Este es más bien el momento oportuno para
ayudarles a que entreguen esos problemas y dificultades al Señor. Si hacemos esto, cuando algún
hermano necesite ayuda, éste confiará primero en sus hermanos del grupo de oración en vez de
alguien de afuera, como muchas veces ocurre.
-Por ello es de mucha importancia que los hermanos de la comunidad no sólo compartan reuniones
de trabajo o servicio, sino que también tengan otros momentos de integración, confraternidad,
diálogo, distracción, momentos informales donde puedan conocerse mejor porque no se puede
amar a quien no se tiene oportunidad de conocerse y estos encuentros informales pueden ayudar
mucho. (DE LA MANO CON JESÚS: RENOVACIÓN CARISMATICA CATÓLICA COORDINACIÓN NACIONAL DEL
PERÚ Lima-2001)

VIVIR EN COMUNIDAD IMPLICA PRACTICAR LOS 4 PILARES (Hechos 2, 42)

1. Palabra de Dios:

-Toda comunidad debe estar fuertemente unida a la Palabra de Dios, es a través de ella que vamos
conociendo a Aquél a quien seguimos y cuál es su voluntad para cada uno en forma personal y
para la comunidad.

2. La Vida fraterna:

-Ésta es la expresión más tangible, sobre todo para el mundo exterior, de la unidad entre los
discípulos del Señor.

3. Eucaristía/Vida sacramental:

-La comunión en el sacrificio de Cristo es el culmen de nuestra unión con Dios y representa por
tanto también la plenitud de la unidad de los discípulos de Cristo, la comunión plena.

4. Oración:

-La comunidad cristiana debe relacionarse íntimamente con Dios por medio de la oración,
creyendo firmemente en su poder.

“PIEDRAS VIVAS” Curso Básico para Comunidades


2.-CÓMO DEMOSTRAR NUESTRO AMOR A LOS HERMANOS
DECIDÁMONOS A AMAR
-El amor parte de una decisión, pero es aún más que eso. Tampoco es un mero sentimiento.
Debemos empezar por decidirnos a amar. Amar a mi hermano/a tal como es, aceptando la
realidad, amarlo/a con sus virtudes y limitaciones, aunque me vaya mal con él o aunque me
rechace con sus actitudes, aunque no sienta aceptación o acercamiento he decidido amar a mi
hermano con un amor cariñoso, cálido, e incondicional como el amor de Cristo (Cf. Rm 12,9-10;
15, 1), pero sin exageraciones humanas. Tenemos que saber diferenciar el amor ágape, eros y filo.
Él nos ama tal como somos, nos respeta y nunca nos manipula ni nos fuerza. Cuando no amamos
a nuestros hermanos, hacemos lo contrario de lo que hizo Cristo, que nos amó hasta EL FIN (Cf.
1 Jn 4, 20). Las obras de la carne se oponen siempre al amor, con iras, rencillas, divisiones,
discusiones, envidias, etc. (Cf. Ga 5, 19-21; Ef 4, 25-32).

DEMOSTRACIONES DE AMOR
-Jesús tiene que sanar nuestras relaciones en la Comunidad (Cf. Rm 14, 1-5). Un mal muy grande,
es discutir sobre asuntos sin importancia y ser chismosos. Si vemos que alguien hizo algo malo,
debemos llamarlo a solas, reprenderlo con amor y así lo ganamos; pero si en lugar de eso lo
contamos a otros, tal vez agradándolo, lo volvemos "chisme", y se pierde al hermano (Cf. Mt 18,
15; 1 Ts 5, 12-17).

-Para amar a nuestro hermano y demostrárselo, tenemos que ACOGER, PERDONAR Y DAR.

A) ACOGER: Es decir, que todo el que se acerque a nosotros, lo recibamos con cariño,
amabilidad y sonrisa (Cf. Rm 15, 7). No imponiéndole mi manera de pensar, mis criterios, mis
puntos de vista o mi forma de actuar, sino respetando la manera de ser de mi hermano, y estar
abierto a lo que el Señor me pueda mostrar a través de él. Acoger al hermano es hacerlo sentir
parte de mi comunidad y de mi propia vida.
B) PERDONAR: Las injurias, ofensas y faltas de atención del hermano. Pero para perdonar,
tenemos que aprender a amar (Cf. Col 3, 12b; 1 Ts3, 12). Debemos considerar nuestra vida como
una escuela en la cual aprendemos a amar. Es por el amor que damos por lo que seremos juzgados;
y no por las apariencias de lo mucho que hagamos o dejemos de hacer. Las ofensas que nos hacen
los demás no son nada en comparación con nuestras ofensas a Dios. Y mientras Dios perdona
todo, nosotros muchas veces nos rehusamos a perdonar. Como leemos en Mateo 18, 23-35, Dios
no hace valer sus derechos, sino que actúa como nuestro Padre; así nosotros, ya que somos sus
hijos, aprendamos de Él que es manso y humilde de corazón (Cf. Mt 5, 43-48; 11, 29), y
perdonemos setenta veces siete (Cf. Mt 18, 22), es decir, perdonar siempre. El perdón llega a su
consumación cuando llega la auténtica reconciliación de las partes en conflicto. No busquemos,
como dice San Francisco en su oración, ser comprendidos sino comprender, ser amados sino amar,
porque dando es como recibimos y perdonando es como el Señor nos perdona.
C) DAR: Dar no quiere decir únicamente dar a los demás dinero o cosas que nos sobran. Dar
consiste en darse uno mismo, con todo nuestro tiempo, dones, carismas y todo lo que el Señor nos
dio, sin esperar nada a cambio, y con sencillez (Rm 12, 8; Mt 6, 2-4).

-"No permitas jamás que alguien venga a ti y se aleje sin ser mejor y más feliz. Conviértete en la
expresión de la bondad de Dios; bondad sobre tu rostro, que asome por tus ojos; bondad en tu
sonrisa y en tu saludo. Ofrece a los niños, a los pobres, a los que sufren, una sonrisa de gozo.
Dales no solo tus cuidados, también el corazón" (Madre Teresa de Calcuta).

3.- LOS ENEMIGOS DE LA COMUNIDAD


-Nuestro enemigo, Satanás, no se queda indiferente donde la obra del Espíritu Santo está teniendo
algún fruto, por lo que además tratará por todos los medios de entorpecerla o destruirla, y su mejor
estrategia es la división. Jesús ha dicho: "Todo reino dividido en dos bandos está perdido, y toda
ciudad o familia dividida no podrá subsistir" (Mt 12, 25).

INSTRUMENTOS DE DIVISIÓN:

A). LAS CRITICAS NEGATIVAS


-Hay críticas que son útiles o constructivas cuando ayudan al hermano a ser cada vez mejor, y son
hechas con amor (cf. Ef 4,29). Sin embargo, en vez de apreciar las cualidades de nuestros
hermanos nos detenemos a fijarnos en las personas como seres humanos, haciendo resaltar sus
debilidades, defectos o errores.
-Frecuentemente las críticas negativas se hacen en secreto, dando origen a las
MURMURACIONES, lo que no sólo causa daño a quienes las escuchan, sino también a la
persona criticada, quien no se entera -al menos directamente- de la causa o motivo de esa crítica.
-Destruyen las relaciones entre hermanos,
B. LAS MENTIRAS y FALSOS TESTIMONIOS
-A través de las mentiras, las exageraciones, las adulteraciones, etc., se reciben daños muy grandes
en una comunidad, ya que degeneran en difamaciones y falsos testimonios (Za 8, 16-17).
-Por eso, no más mentiras; que todos digan la verdad a su prójimo, ya que todos somos parte del
mismo cuerpo " (Ef 4, 25).
C. EL JUZGAR A LOS DEMÁS
-El juicio que nos lleva a condenar a alguien puede encerrar soberbia, envidia o falta de amor,
pues muchas veces nos sentimos superiores a los demás. También la mayoría de veces basamos
nuestros juicios en prejuicios porque desde un primer momento no nos cae bien o por no conocer
suficientemente su forma de ser o actual del hermano, nos negamos a recibir cualquier gracia que
Dios nos manda a través de él, sin encontrarle nada bueno y viendo solamente todo lo malo.
Tengamos en cuenta que Dios nos juzgará con la misma severidad con que nosotros juzguemos
al hermano (Mt 7, 1-5; Rm 14, 10-13.2, 1; St 4, 11-12).
-Aceptemos a nuestros hermanos COMO SON, es decir, valorando lo positivo y negativo que hay
en ellos.
De esta manera abriremos el canal del amor de Cristo y pondremos en nuestro corazón la
seguridad de que nuestro hermano está transformándose por el poder de Dios.
D. EL RENCOR
-El rencor o los resentimientos, son causas, en ocasiones, de que nuestras asambleas o reuniones
de oración se sientan frías y áridas, ya que, si alguno de nosotros guarda un pequeño rencor o
resentimiento hacia algún hermano, nuestra ofrenda de alabanza no puede ser sincera y limpia,
porque el Cuerpo está dañado en varios de sus miembros.
-Una forma de no guardar rencor, es mantenernos en comunión con la 142 fuente del perdón y
del amor, Dios Padre, y estar dispuestos, con firme voluntad, a perdonar a todos los que nos
ofendan o lastimen, sin poner condiciones o límites a ese perdón, y al perdonar: OLVIDAR, como
Dios olvida nuestros pecados y no nos lo recrimina (Mt 18,21-22).
NO DARNOS A LOS HERMANOS
-No sacrificarnos por nuestros hermanos, no servirles, no interesarse por ellos, no prestarles ayuda
o ser ayudados, aislarnos en pequeños grupos, todo esto, en la vida de comunidad, representa
división, ya que la comunidad funciona como un cuerpo en el que todos los miembros son
necesarios, donde todos tienen un servicio especial y se ayudan unos a otros.
-Con nuestro ejemplo, debemos mostrar a los hermanos cuál es la mejor forma de desechar estos
daños, siempre por medio del amor. Disponiéndonos al perdón y aceptando al hermano COMO
ES, experimentaremos la perfecta unión en Cristo
(DE LA MANO CON JESÚS: RENOVACIÓN CARISMATICA CATÓLICA
COORDINACIÓN NACIONAL DEL PERÚ Lima-2001)

TU PRIMERA COMUNIDAD
-TU HOGAR La familia es el primer círculo que te rodea, es tu "primer mundo". Es allí donde
tenemos que comenzar a responder al Señor. Es ese el primer mundo que hay que transformar.
Por ello, podemos decir que nuestro hogar, nuestra familia es la primera comunidad donde
debemos expresar nuestro amor a Dios a través de los miembros de ella, compartiendo juntos:
oración, actividades, trabajos, alegrías y tristezas, anhelos e ideales. Esta disposición a
permanecer unidos y colaborando entre sí, debe estar aún más presente en los momentos difíciles,
en los cuales nuestra familia necesita más de nuestra ayuda. San Pablo nos dice en la primera
carta a Timoteo 5, 8: "Si alguien no tiene cuidado de los suyos, principalmente de sus familiares,
ha renegado de la fe y es peor que un infiel".
Heb 10,24 Tratemos de superarnos el uno al otro en la forma de amar y hacer el bien.

Heb 10,25 No abandonen las asambleas, como algunos acostumbran hacer, sino más bien
anímense unos a otros, tanto más cuanto ven que se acerca el día.

1Co 1,10 Les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor, que se pongan todos
de acuerdo y terminen con las divisiones; que encuentren un mismo modo de pensar y los mismos
criterios.

1Pe 3,8 Finalmente, tengan todos un mismo sentir, compartan las preocupaciones de los demás
con amor fraterno, sean compasivos y humildes.

Rom 15,5 Que Dios, de quien procede toda perseverancia y consuelo, les conceda también a
todos vivir en buen acuerdo, según el espíritu de Cristo Jesús.

Efe 4,3 Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu.
2. ¿Cuál es la meta de estar juntos? (Ef 4, 12-13)

2. Una forma de demostrar nuestro amor a nuestros hermanos es (St2, 14-16).

Si no hemos amado a nuestros hermanos hasta ahora, ¿qué debemos hacer?:


a)Hch3,19: --------------------------------------y , para que .

2. Las armas que utiliza Satanás para conseguir la división de una Comunidad son:
(busca la cita que corresponda a cada una)

Críticas ( ) a) 2 Tm 2, 23-24
Peleas ( ) b) Flp 2, 3
Juzgar ( ) c)Rm 14, 10
Mentiras ( ) d) Col 3, 9
Rivalidades ( ) e) Rm 2, 1

3. ¿Cómo puedes llegar a ser signo de comunión en tu comunidad?

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