José Pepe Prado, es un laico fundador y actual director de la Escuela de
Evangelización San Andrés en México. Ha predicado en mas de 58 países. Invitado personal de S.S. Benedicto XVI como Auditor al Sínodo de Obispos en el Vaticano. y es quien aconseja las cuatro condiciones necesarias que debe tener alguien que pretenda llevar la palabra de Dios a quienes le rodean. Si en todo grupo, asociación o sociedad se requiere un mÍnimum para ser miembro, sucede lo mismo en el campo de la evangelización. Así como son cuatro los puntos cardinales, cuatro son las condiciones necesarias para poder llegar a ser evangelizador y mas tarde un formador de evangelizadores. Estos cuatro requisitos son la base insustituible para todo evangelizador. EL EVANGELIZADOR NECESITA: 1.-Experiencia de salvación 2.-Celo por el Evangelio 3.-Analisis de la realidad 4.-Vivir el Evangelio 1 . - EXPERIENCIA DE SALVACION No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído: Hech 4,20. La primera exigencia de todo evangelizador es haber tenido una experiencia personal de salvación. No basta saber mucha doctrina, estar diplomado en teología o tener un titulo o función en la Iglesia. Es necesario "haber nacido de nuevo", como lo exigía Jesús al sabio Nicodemo (Jn 3,3). El evangelizador no es un maestro, sino un testigo: proclama a Jesús Salvador y da testimonio de lo que ha visto y oído. No solo sabe que Dios es amor. El ha tenido la experiencia personal e incondicional de ser amado incondicionalmente. Ya tuvo su encuentro personal con Jesús y lo ha proclamado su Salvador personal y Señor de toda su vida. El Espíritu Santo lo ha dejado marcado con un sello indeleble. Si proclama que Jesús salva, es porque antes el ya lo ha vivido en carne propia. . 2.- CELO POR EL EVANGELIO El celo de tu casa me consume: Jn 2,17. El celo por el Evangelio es un anhelo para que Cristo Jesús sea conocido, amado y servido por todos los hombres, y al mismo tiempo es compromiso con el hombre, para que sea mas digno, mas libre y mas hombre. El celo por el Evangelio es un fuego implacable en el corazón que no se puede extinguir y busca incendiar a los demás. Es una espada afilada que no se detiene ante ninguna dificultad, hasta dejar sembrada la semilla de la Palabra de Dios en el mundo. Es la boca del profeta que no calla por respetos humanos, estructuras asfixiantes o miedo disfrazado de prudencia. Este celo debe convertirse en pasión, que coloca el trabajo evangelizador por encima de cualquier otra cosa en la vida. Es mas: es necesaria una obsesión en la que lo único importante en la vida sea el anunciar la persona, la vida y las enseñanzas de Jesús, así como instaurar su Reino de justicia, gozo y paz en este mundo. 3.- ANALISIS DE LA REALIDAD Yo soy el buen pastor y conozco a mis ovejas: Jn 10,14. Si el buen pastor conoce a cada una de sus ovejas y las llama por su nombre, cada evangelizador ha de ser sensible a la situación de vida de las personas. De otra manera no llegara a enraizar profundamente el Evangelio. Si no se aborda al hombre en su marco histórico, social y cultural, la evangelización corre el riesgo de no transformar el centro de las decisiones, ni los valores ni los criterios que rigen la sociedad. La evangelización siempre deberá ser integral, afectando cada área de la vida de la persona. Las circunstancias sociopolíticas y culturales del hombre son el terreno donde se siembra la Palabra. En ese marco concreto, el Evangelio se encarna para transformar las situaciones de pecado en vida nueva ya que el receptor del mensaje y su respuesta, son parte de la evangelización. Inculturar el Evangelio es el gran reto de los evangelizadores. Cuando Jesús se le apareció a Saulo de Tarso en el camino de Damasco, le llamo por su nombre en su lengua materna. El ideal del evangelizador es acercarse lo mas posible a la realidad concreta del evangelizado, hablándole en su propia lengua, para que pueda comprender, aceptar y responder al mensaje.
4.- VIVIR EL EVANGELIO
Vivan de una manera digna de la vocación a la que han sido llamados: Ef 4 , 1 . Definitivamente el estilo de vida del evangelizador determina el mensaje que transmite, ya sea porque adquiere una plusvalía o porque se desprestigia. El evangelizador no es un frio transmisor de una propaganda, sino que encarna el mensaje, y el mismo, con su estilo de vida, se convierte en parte del mensaje. Está “encendido” y es capaz de “encender”. Se evangeliza por atracción y no por proselitismo. Por tanto, esto exige creer profundamente lo que se predica y vivir congruentemente lo que se cree. Vive de acuerdo al mensaje que transmite. Pablo, porque vive lo que predica, se atreve a decir: Sean mis imitadores, como yo soy de Cristo” . Diac. Víctor Hugo Méndez