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.

' RECREACIÓN *
FILOSÓFICA,
DIÁLOGO
SOBRE LA FILOSOFÍA NATURAL
PARA INSTRUCCIÓN

DE PERSONAS CURIOSAS
QUE NO FRECUENTARON LAS AULAS,

POR EL P. TEODORO DE ALMEIDA,


de la Congregación del Oratorio de S Fe
lipe Neri y de la Academia de las Ciencias
de Lisboa , Socio de la Real Sociedad
de Londres y de la de Vizcaya.

TRADUCIDO DEL PORTUGUÉS


POR DON LUIS ANTONIO FIGUERQA^

TOMO PRIMERO.

MADRID MDCCLXX$.
*=:n la Imprenta de la Viuda de ibarra , Hijos y Compafifa.
CON LAS LICENCIAS NECESARIAS.

•-si.H't'tet .

¿¿T-I^
.. fi

Reipublicce causa "Philosophiam nostris. hominibus


explicandam putavi, magni existiman! interesse
ad decus , ií laudem Civitatis res tam graveis,
tatuque preclaras nostris etiam litteris contineri.
C1CBR. DE NAT. DEOR. LIB. I.
DEDICATORIA DEL AUTOR

4L, REY DE PORTUGAL

' D. JOSEPH I.
, '.
% íA' i

,v

¿"...../ SEÑOR. ". v .

— V.. . '.
<-." amasflorecieron tanto en las
v

,Repúblicas ¡os buenos estudios , co


11 v DEDICATORIA . , ., ..%
mo quando los protegieron Prínci
pes sabios ; y nunca en Portugal
se vio tan bien establecida y ra
dicada la sana Filosofía , como
en el tiempo presente. Desde la
feliz época de este Reynado mu
dó de semblante la Filosofa ó
mejoró de fortuna : no sé qué
nueva belleza suya encantó los
ánimos de los que árites huían de
ella y la detestaban , ó que nue
va fuerza sobrevino á sus argu
mentos , que los veo ahora mas
victoriosos. Ta no anda escondida,
solitaria y perseguida ; sino que
se presenta en público con tanto
séquito y acompañamiento tan
pomposo, que mas parece triun
fa , que pelea. Veo tentar una y
otra vez las experiencias 5 vea
BEL AUTOR. - Til

manejar las máquinas con cuida


do , veo consultar las importan
tes leyes de la Mecánica , veo en
jin formar cálculos matemáticos;
y que. sobre estos sólidos funda
mentos da prudentes pasos el dis
curso, quando antiguamente se de»
xaha- gobernar por los ímpetus
ciegos de una imaginación viva y
suelta. Ahora ya en el descubri
miento de la verdad escondida no
se fia el entendimiento solo de la
luz de la razón; procura á fuerza
de repetidos golpes de experien
cia , sacar del interior de la mis
ma naturaleza una nueva luz, que
lo alumbre para caminar seguro.
Tanta es la mudanza que vemos en
nosotros mismos , que aun los que
no cuentan muchos años, desco
a iij
IV DEDICATORIA

nocen y extrañan nuestros libros,


nuestros estudios y nuestras au
las. '. . , ... \ ..'. ViV.Á UM\
Diónos la Providencia en
V. M. un Príncipe dotado.de,
un entendimiento tan claro, y ih
una tan viva y pronta penetra
ción , como si en sus altos\Me<*
signios tuviese determinad® iha->
cer á V. M. Príncipe sola ¿per
las Letras , y no por Ja San
gre , ni por el Cetro : y habién-*
dose aplicado á los estudios des
de la infancia , lo mismo fué cono
cer la sólida Filosofía , que amar
la y protegerla. Agradóle^ y
promovió su estudio por todos
modos , socorriendo con libros,
con máquinas y con instrumentos
exactos á los que se aplicaron á
DEL AWTOR. P.

ella ;, alabándolos , estimándolos


y dignándose de honrar con' su
asistencia las experiencias físi
cas. iQuando en Portugal reci
bió jamas tanta honra la filo
sofía , que las mismas Reales
manos que sustentan el Cetro r y
el alto discurso ocupado con el
gobierno de toda h Monarquía,
se empleasen en los movimientos
de las máquinas , en la observa
ción exacta y profundo examen
de sus maravillosos efectos^ Pues
nosotros lo hemos visto en nues
tros dias'j no una sola sino repe»
tidas veces con espanto de los
ancianos , con emulación de los
jóvenes , con envidia de muchos
y aclamación general de todos.
Son , pues, estos pequeños fru-
aiv
VI DEDICATORIA
tos de mi aplicación mas. tribu-
buto debido á V. M. que oferta
voluntaria ; porque se deben ¿es
frutos no solo á los árboles que
los. producen .'y á la tierra que
Jos mantiene , sino también al
sol, que con su calor los fomenta^
¿cria y perfecciona. No. son vellos
tan maduros y sazonados , ni tan
sanos y perfectos como debían
ser : confeso que mis discursos
serán . obscuros v estarán mal li
mados y serán tal vez falsos,
porque al fin son mios ; pero no
se dispensa el tributo de losfru-
tos , aun quando son imperfectos.
Fuera de que siempre los consi
dero como útiles á muchos , y
Por esta razón agradables á
V.M. . ;. . ,
DEL AVTOR. Vil
n>. Veo que le son ocultas al pue
blo las maravillas de la natura
leza ; veo que dentro de las au-,
las con fea avaricia se cierra esa
poca luz que. podía manifestarlas^
.ueo que muchos ingenios eleva"
dos ., nobles y agudos viven en
una esclavitud vilísima , ^siguien
do' y venerando los errores que
ttaxéron desde fa cuna. r y que
adoran con respeto las sombras.^
porque aun no han visto la luz¿
No fué para con ellos menos li
beral la naturaleza , fué sí mas
escasa la fot tuna \ y porque no
tienen instrucción de las lenguas
extrañas, se ven imposibilitados
para oir y entender la verdad.
Juzgué, pues , que seria del
agrado de V. M. escribir en la
Pili DEDICATORIA
lengua vulgar , para \que todos cch
nozcan la que Dios hizo para to
dos; quiero decir, la. belleza in±
terior del Universor., que trans*
porta y arrebata el entendimien
to con mas fuerza de lo que pue
de hacer con los ojos, toda su ex*,
terior hermosura. No es delito
el ignorar las lenguas extrañas;
y aun' quando lo fuera, no se de
bía dar en castigo otra ignoran
cia : porque la luz de la verdad
se comunica como la luz del dia;
y no se niega la claridad del sol
al pobre , al preso , al desampa
rado y ni debe negarse la de la
verdad á quien se ve imposibili
tado para ir á buscarla á países
extraños.
. Por esta razón determiné em
piearme en serían á la patria
con ¿aquellas .tenues fuerzas que,
en xmi hay ; y. conjeturando los de-.
seas 'dé %?. M-. , escribir no tanto
par&4os?^ que, están cultivados con
profundos estudios' , -como para
aquellos que por falta de libros
en la lengua materna , viven sin
instrucción. Estas cortas luces
que hay en mí , me pareció que
seria. mas conveniente" emplear
las en alumbrar á los que viven
en tinieblas , que comunicarlas á
los que viven en medio del dia
claro. Estos son, Señor, mis in
tentos y mis deseos : feliz si los
consigo j porque mereceré el agrá*
do de V. M. Dios para gloria
de Portugal , para aumento de
los estudios , para exemplo y mo
J". DEDICAT. DEL AUTOR.
délo de Príncipes perfectos . y
para consuelo del Pueblo Portu
gués , conserve y, prospere por
siglos á V. M. ¡O si fuera im~
mortal su vida ,. como ha de
serlo su fama/. W,.;, .•'^V- -
:- ¡.;A '- ^ - '- \ -vji '. -.'' rvv'^iiVi j

' .'-'- \'.y. iS- .. .-.'.'.'n"; i..'. M'á S,\ ít'i

.<:---, Teodoro de Almeida*

u \ :.. ..

- t > -
PRÓLOGO.
I¿n el primer titulo de qoalquier libro
no se da á conocer claramente lo que en
él se incluye : es preciso en los prólogos dar
á los Lectores un breve diseño de toda la
obra , para excitar el apetito á unos y ahorrar
á otros el trabajo. Sin esta diligencia ni unos
sabrian lo que despreciaban , ni otros lo que
escogían. Yo porque no quiero ser leido con
fastidio , diré con toda claridad lo que he de
tratar , el estilo y método que he de seguir y
la utilidad que cada uno puede sacar, para que
los curiosos se puedan instruir , y los que no
lo fueren , sin el trabajo de leer esta obra , la
puedan dexar. ¡'.i :
El Sabio Autor del mundo en la produc-.
cion de las criaturas dexó en cierto modo gra
bado su nombre en ellas , y unos admirables
vestigios de quien habia sido su Autor. Todos
los hombres ven este mundo y tratan con fre-
qüencia las criaturas de que se compone ; mas
son muy pocos los que saben reparar en la
imágen del Criador que en ellas se halla es-r
tampada ; solo se puede conocer quando la
consideracion las sujeta á una reflexion madu
ra ; y á esto únicamente se ordena todo el es
tudio de la Filosofía. No hay criatura tan vil
en los ojos de la ignorancia , que no sea bas
tante á transportar el mayor ingenio , si guia
XII PROLOGO.
do por lá luz de la razon supiere en ellardes-
cubrir los vestigios de las perfecciones de
Dios. Sin el estudio de la Filosofía miramos
las criaturas , y no venios lo mejor que en
ellas hay ; porque los ojos nos representan so
lamente la corteza , y la razon es la que pe
netra el interior , en donde se encubre lo mas
admirable , lo mas bello y lo mas agrada
ble que hay que ver en todas ellas. : ' - r?
No me persuado que el mas perspicaz in
genio llegue hasta la medula de una vil cria
tura ; mas no es razon que nos contentemos
con la superficie. Espíritus hay tan indiscre
tamente elevados, que por no poder pene
trar los secretos mas recónditos de la natura
leza , no quieren admirar los mas patentesí
son como si estuviesen sepultados en una pro
funda cueva , y por no poder volar hasta el
cielo , no quisiesen subir á gozar á lo ménos
de la faz de la tierra. Limitado es nuestro en
tendimiento , aun despues de los mayores es
fuerzos : mucho mas es lo que resta por cono
cer, que lo que queda descubierto ; pero me
jores conocer poco que nada. ¿Para que es
tener ociosa la luz de la razon que Dios nos
<üó? Los ojos del alma son nuestro entendi
miento ; y así como ninguno dexa de ver las
criaturas , por no tener el trabajo de abrir los
ojos, así es enorme la floxedad de los que por
evitar algun trabajo , tienen encerradas en
perpetua clausura las luces del entendimiento,
de que Dios les doto. Vamos , pues, entrando
con el discurso por el interior de las criaturas;
en quanto nos alumbre la luz de la razon , iré-
prólogo; xi11
mos descubriendo y admirando , por una par
te vestigios de la Sabiduria de Dios , por otra
vestigios de su Poder , por otra los de tu lro-
videncia y su Bondad i llegarémos a term.nos
en que se oculte la luz de la razon en los in
trincados laberintos de la naturaleza ; pare
mos entonces , y en esta falta de conocimien
to verémos bien claramente una imagen de
otro atributo del Criador , que es su Incom
prehensibilidad ; pues quando los toscos vesti
gios , que dexó impresos en las criaturas , ex
ceden toda nuestra comprehension , ¿que ha
rá el supremo y eterno Original ?
En esta obra servire' de guia á quien qui
siere ver la mejor belleza de las criaturas , y
á quien de ellas quisiere hacer como escalon
para subir al conocimiento de su Autor. Dis
curriré por todo el mundo ; porque no tiene
otros límites la curiosidad del Filosofo Natu
ral , sino los del Universo. Como pretendo
dar luz , es preciso evitar la confusion , y se
guir buen orden y método natural ; paréceme
pues , justo tratar en primer lugar de todas
las cosas naturales en comun , de las partes de
que constan , y de las propiedades que con
vienen á todas ó quasi todas , como son la fi
gura , peso , movimiento , &c. Seré mas difu
so tratando del movimiento y de sus leyes y
propiedades admirables; porque son el hilo
que nos debe conducir en este obscuro labe
rinto ; pero explicaré solamente lo que pudie
re ser útil para el conocimiento de las cosas
r mas dignas de atencion. Haré especial men
cion de las máquinas de levantar grandes pe
XIV PRÓLOGO.
sos con facilidad , como son la Balanza Ro
mana, la Palanca, las Norias de mano, los Ca
brestantes , y otras semejantes de que trata la
Estática. Explicaré el admirable modo con
que pesan los líquidos; materia bastante. di
fícil , pero precisa para los admirables efectos-
de la Hidraulica. Para hacer la instruccion
ménos fastidiosa , iré aplicando las doctrinas
generales á las experiencias particulares , es
cogiendo y prefiriendo las que llevan ma
yor atencion á los curiosos. , ,. •
Despues explicaré que cosa sea esta luz que-
alumbra al mundo , y estos colores que nos
alegran la vista ; diré lo que sea el sonido que
nos recrea los nidos , y haré especial mencion
de la Música, del Eco y de algunas invencio
nes maravillosas , que la industria de los hom
bres ha descubierto en esta materia para di
version de los oidos y embeleso de los dis
cursos. Verémos qual sea la naturaleza del
olor que percibimos en muchos cuerpos , co
mo tambien de los diversos sabores de los
manjares , dando la razon de los efectos y
propiedades que en ellos observamos. No de-
xaré las qualidades que pertenecen al sentido
del tacto , como son Calor y frio : finalmen
te explicaré todas las otras propiedades acci
dentales de los cuerpos. - '- - \.t
' Explicado todo lo que pertenece á las co
sas corporales engeneral , pide el buen orden
que tratemos en particular de las cosas mas
notables que tenemos en el Universo. En pr¡>-
mer lugar trataré de los Elementos y de las
experiencias mas curiosas y divertidas , que se
P R Ó L O G O. XV
'
han hecho acerca de ellos. La máquina Pneu
mática y otras semejantes nos darán abundan
te materia para diversion de los sentidos é ins
truccion del entendimiento. No dexaré de dar
la razon física de los efectos que vemos en los
fuegos de artificio , en las escopetas de vien
to , en las fuentes artificiales , &c.
Como los elementos son las principales par
tes de que se componen todas las cosas, ha
biendo explicado las partes , es razon que
tratemos de los compuestos, y en primer lu
gar del Hombre y del pasmoso artificio de
los ojos , en donde daré razon de lo que ve
mos en los Microscopios , Telescopios y en
los demas maravillosos instrumentos de la
Óptica ; y de aquellos agradables engaños que
padecemos en la vista por medio de algunos
vidrios , con que unos se recrean y otros se
cansan. Daré una breve instruccion sobre la
Anatomía del hombre. Hablaré de los Brutos
y de las Plantas, cuya organizacion es mara
villosa. Últimamente trataré de los cuerpos
que no tienen vida ; en primer lugar de los
Cielos y su adorno , del Sol , la Luna y de-
mas planetas ; baxando á la region del ayre,
explicaré el modo con que se forman el Iris,
los rayos, truenos , relámpagos , lluvia y de-
mas metéoros que observamos : diré qual sea
la causa de las mareas ó fluxo y refluxo del
mar , el origen de las fuentes y rios , y de
otras cosas mas notables , cuya noticia es mas
grata a los curiosos.
Por lo que toca al estilo , no seguiré el de
las escuelas por ser ménos agradable y mas
Tom. 1. b
XVI PROLOGO.

difuso , ni tampoco me valdré de las razones


metafísicas de que se usa en las aulas , porque
escribiendo para todos , no es bien que solo
algunos me entiendan : dexaré innumerables
qüestiones obscuras que se tratan, en las escue
las ; porque siendo mi intento instruir y re
crear á mis Lectores , no es razon que los
mortifique. Fundaré mis discursos igualmen
te en la razon y la experiencia : no seguiré á
aquellos que solo atienden á lo que su juicio
les dicta sin hacer caso de la experiencia ; ni
tampoco á los que solo ponen los ojos en la
experiencia sin consultar la razon. Los prime
ros no explican los efectos que en la realidad
suceden , sino los que les finge su discurso que
debian suceder ; los segundos contentándose
con recrear la vista , no procuran satisfacer
al entendimiento ; observan los efectos y no
se cansan en descubrir las causas.
Escogeré de las experiencias las que hubie
ren sido repetidas y averiguadas , ó por mi
mismo ó por los Autores que cito; y de las ra
zones solo apuntaré las perceptibles y claras.
Si algunas d.' mostraciones que jugaren con la
Geometría parecieren al Lector obscuras , po
drá dexarlas , suponiendo el punto como cosa
cierta ; porque aunque soy enemigo de todo
lo que no es muy claro , llevado del exem-
pío de los mejores , juzgué que no debia de
fraudar de la utilidad que de ellas puede re
sultar á los Lectores mas agudos ó mas tole
rantes del trabajo. Haré lo que pueda para
que sean bien fundados mis discursos ; pero
no me persuado que acertaré siempre con la
PROLOGO. XTII
verdad : seria esto ignorar que soy hombre.
Muchas veces me he de engañar ; y á todo
aquel que conociere el yerro, le pido que no le
siga , porque siempre abominé esta perniciosa
lisonja ; yo mismo me retractaré si lo llegase
á conocer , así como tengo retractado muchos
que seguia. Los yerros son enfermedades del
alma , ¿y quien será tan pertinaz que cono
ciendo su enfermedad no quiera deshacerse
de ella solo porque es suya? Si acaso le pare
ciese á alguno que todo es falso , sepa que
mi contienda no es con él , porque no es mi in
tento contender con entendimientos tan subli
mes y elevados : esa empresa pide mayores
fuerzas , fuera de que pertenece á otros li
bros , y es mas propia de las aulas , que de
una conversacion entre amigos. Mi fin es dar
luz á quien por falta de libros y estudios an
da totalmente á obscuras : enseñaré el cami
no ; quien se agradare de él puede seguirlo;
quien lo tenga por peligroso ó errado , pue
de dexarlo: no quiero que le den mas firme
za que la de la razon ó experiencia en que me
fundare. Lo que se deduxere de discurso que
pareciere convincente y experiencia cierta , lo
dará el lector por cierto ; pero lo que sola
mente estribare en buena conjetura ó razon
probable , solo quiero lo tengan por verosí
mil ; que por serlo me parece se debe esti
mar; pues el mismo amor de la verdad , quan-
do no se dexa ella ver claramente , nos obli
ga á amar hasta sus sombras y vestigios.
No he de ceñirme á escuela alguna , ni he
de seguir ciegamente á autor alguno deter
XVIII ÍKOLOCO.
minado , sino lo que sinceramente .cOmprer
hendiere que se acerca mas á la verdad '.
La verdad es una sola, y son muy. diversas
las opiniones de los hombres, aun hablando
solo de aquellos cuyo nombre conciüa una
universal veneracion : es preciso , pues , que
se halle en ellos el error y la falsedad auto
rizada con su nombre y respeto ; y no es rar
zon que dedicándonos á seguir ciegamente un
autor , aunque sea el mas célebre , abrace^-
mos voluntariamente el yerro , que por mir
seria de la naturaleza sabemos de cierto que
se oculta en él.
Sé que un espíritu libre y cuidadoso en es
coger de todos lo que da mas señales de ver
dad , mil veces se engañará abrazando la
mentira disfrazada con tragc ageno : conozco
que el error es indispensable , pero habiendo
de errar sea por flaqueza inevitable de la na
turaleza , no por obsequio lisonjero de la vo.-
luntad. La verdad siempre anda acompañada
de la razon , y muchas veces se ve persegui
da de la autoridad ; así quien fuere amante
de la verdad , debe mirar mas á la razon ; y
habiendo de abrazar el error, sea ántes disfra.-
zado con la capa de la razon , que con la de
la autoridad : la primera es propia de la ver-
i Non enim tam ductores in indicando quam ra~
tionis momento quarenda sunt ; quin etiam obest
plerumque iis , qui discere volunt , auctoritas eorum,
qui se docere profitentur. Desinunt enim suum ju-
dicium adbibere , id babent ratum , quod ab eo,
qv.em probant , judicatum vident. Cíe. de Nat. Deor.
üb. 1. .
ÍROtO G O. XIX
dad , la segunda es comun tambien para el
error ; y es mas disculpable abrazar el error
cubierto con capa agena , que no con la que
puede ser' suya.
Hay muchos que sosiegan su espíritu quan-
do se dexan llevar del comun torrente.; so
lo se cansan en ver el camino por donde se
va , no por donde se debe ir. Séneca justa
mente reprehende á estos tales ' , y los com
para á los rebaños de ovejas que ciegamente
siguen los mismos pasos de las que las prece-»
den. Los primeros que caen en el error , sir
ven de tropiezo sobre que vienen cayendo
todos los que les siguen. Con freqüencia su
cede que el partido de los mas no es el me
jor : el error es precipicio , y el torrente que
va á parar al precipicio lleva con más fuerza
¿iij
. * Tritisñma queque via maxime decipit : nibil
trgo magis prtestandum nobis est , quam ne peco-
tum ritu sequamur antecedentium gregem , pergen
ies non qua eumdum est , sed qua itur : nulla res
nos majoribus malis implicat , quam quod ad rumo-
rem componimur , óptima rati ea , quee magno as-
sensu recepta sunt , quorumque exempla nobis mul
ta sunt , nec ad rationem, sed ad similitudinem vi-
•vimus. Jnde ista tanta coacervado aliorum super
olios ruentium, quod in strage hominum magna eve-
tiit , cum ipse se populus premit. Nemo ita cadit,
ut non alium in se attrabat , primi exitio sequenti-
bus sunt... nemo sibi tantummodo errat , sed alieni
erroris causa, & auctor est , nocet enim applica-
ri anteeedentibus ... versatque nos , (J pnecipitat
traditus per manas error , alienisque perimus exem-
plis. Senec. de Vit. beat. cap; i.
XI PROLOGO.
y violencia á los que se entregan á él. Sé que
á muchos hace tan gran peso la autoridad,
que juzgan ser mejor errar con muchos , que
acertar con pocos: jamas seguí esta opinion;
siempre tuve por mejor acertar aunque fuese
tolo , que errar con todo el mundo ; porque
es mucho mejor escapar solo de la tormenta,
que perecer en comun naufragio. La verdad
aunque esté sola y desacompañada es apre-
ciable, y el error aunque sea seguido y acom
pañado de todos los sabios del mundo , nun
ca merece estimacion. Si desterramos del mun
do la libertad que hay de discurrir en las ma
terias que no enseña la Fe , y nos sujetamos
á este pesado yugo de la autoridad , quedará
el mundo todo obligado á no saber mas , qué
loque sabe un solo hombre , aquel á quien
primero se diere el título de maestro.
No debemos tener el espíritu tan inquieto
que siempre amemos la novedad , ni tan tími
do que solo estimemos lo antiguo ; porque la
verdad no crece con los años , ni la hacen de
crépita muchos siglos. La sentencia mas segui
da que corre por el mundo , fué algun dia
tan nueva que nunca se habia oido , y llega
rá á ser tan vieja , que cuente millones de
fiños ; y no es hoy mas verdadera de lo que
fué y será en aquellos tiempos. No debe aver
gonzarse la verdad de aparecer en el mundo
por ser nueva , ni es razon que el error se
presente confiado en la autoridad de sus ca
nas. En las materias teológicas no hay verda
des nuevas , porque la luz de la Fe que las
da á conocer es muy antigua ; pero en las ma-
rROLOGO. XXI

í tcrias filosóficas hay muchas verdades nuevas:


para nuestro gobierno en estas materias nos
dio Dios la luz de la razon y de la experien
cia , que puede en una hora desmentir el dis
curso de todos los sabios del mundo como se
ha visto muchas veces.
Preferi texer esta obra á modo de Diálo
go , por parecerme iras acomodado para la
inteligencia de aquellos para quienes escribe;,
ademas de ser en sí menos fastidioso. No
quise introducir solo dos interlocutores , que
hiciesen las veces de Maestro y Discípulo;
porque habiendo de hacer í como pedia el
tiempo ) comparacion entre los dos sistemas,
no era justo que la causa de alguno se siguie
se en rebeldía , y así era preciso dar á cada
uno patrono que la defendiese. No escogí pa
ra patrono de la causa de los Peripatéticos á
algun determinado autor , porque no era mi
ánimo contender con algun particular ; tam
poco cito los autores Peripatéticos , cuyos son
los argumentos que me propongo , porque
juzgué que así era conveniente , y algunos
que parecieren menos fuertes , advierta el lec
tor que no son fingidos , ni soy del voto de
algunos que fingen los enemigos á quienes
hieren. Me pareció que era razon exponer la
doctrina comun de la escuela Peripatética ri
gurosa , y no llamar para su defensa alguno
de aquellos que ya hoy van concordando en
muchos puntos con los Modernos ; sino solo
á quien la siguiese en todo su rigor antiguo.
Tampoco represento el patrono de la causa
de los Peripatéticos revestido de todos aque-

'
.*a
XXII PROLOGO.
líos accidentes que ordinariamente se érrcuav.
tran en las disputas ; porque advertí que re
presentaba una conversacion entre amigos , y
no una guerra ensangrentada de enemigos:
ademas de que me pareció justo que pintando
el carácter de cada uno, me inclinase mas á lo
que debia de ser , que á lo que era realmente.
Despues que estos Diálogos se publicáron,
algunos Peripatéticos se quejáron de la de
masiada blandura del patrono que'yo habia
escogido para defensa de su causa. Publicáron
esta su queja en una disertacion impresa : en
ella se apuntan algunas instancias y respues
tas de que se debia haber valido. Especial
mente en los puntos que se trataban en la
tarde nona ; ademas de esto se prometiannue-
vos argumentos y soluciones contra la doc-.
trina de los Modernos que se expone en las
otras tardes. >
Corrió el tiempo , pasáron muchos años
despues que salió á luz esta obra , y aun no
se publicáron estos argumentos. En la segun
da vez que se publicó , no desprecié la oca
sion que se me ofrecia ; di respuesta á los ar
gumentos que se habian publicado , y esto
no en disertacion separada, sino dispersamen
te en los lugares adonde ellos pertenecen ; y
y por esta razon quedó esta Tarde un poco
mas dilatada de lo que permite la verisimili
tud que piden las leyes del Diálogo.
No fué mi intento responder á este papel;
porque gran parte suya no contenía mas ar
gumentos , que aquellos de que se vale la
gente de la plebe , quando les falta la ra
PROLOGO. XXIII
zon ; quiero decir , dicterios é injurias muy
pesadas contra el autor de los Diálogos y
contra los Modernos generalmente. Lengua-
ge es este que no entiendo , y así confieso que
no sé responder á esta casta de impugnacion,
ademas de que me persuado que el mismo
papel que me impugna , me dispensa de la
respuesta ; pues semejantes sátiras unicamen
te injurian á sus autores : son como las armas
en las manos de los niños , que los hieren á
ellos mismos. Esto se vió bien claramente
quando Pope se quiso vengar de sus enemi
gos: veíase fatigado por ellos con sátiras im
portunas : mandó reimprimir una que habían
publicado contra él , añadiéndole solamente
el nombre de su verdadero autor. Esparcióse,
y se avergonzáron de tal forma sus contra
rios , que jamas le perturbaron el sosiego. (Lo
mismo podían hacer otros en circunstancias
semejantes , y con alguna razon ; pues pide la
justicia que no quede privado el autor de la
estimacion que merece por sus obras). Por
tanto en esta respuesta me pareció acertado
separar el filósofo del hombre ; y respondien
do á los argumentos de filósofo , dexar á un
lado la pasion del hombre.
No me pareció justo despreciar la lengua
portuguesa , porque no es ménos propia para
explicar estas materias , que la latina , la fran
cesa , inglesa , alemana , y otras en que se
ven tratadas freqüentemente : ademas de que
me pareció crueldad la mas bárbara obligar
á ser ignorantes á los que por descuido de sus
padres y maestros no saben otra lengua mas

fc'i-_.
XXIV PROLOGO.
que la suya vulgar. Si Dios no los privó de
, la luz de la razon , ¿. por que no los ayudaré
mos á abrir los ojos y conocer los secretos
de la naturaleza? Nunca roe gusto la opinion
de aquellos , que hacen las ciencias anexas á
algun idioma. No falta quien diga que la Fi
losofía solo se debe tratar en lengua latina,
pero yo no hallo razon que lo persuada. Un
delicado ingenio de nuestros tiempos hizo im
primir un sueño , que tuvo , en que la Filo
sofía habia mandado que no se tratasen sus
qüestiones sino en lengua latina ; y que mis
Diálogos por esta razon solo eran buenos pa
ra aprender á leer los niños en la escuela : ja
mas hice caso de sueños ; pero si mi doctrina se
debe dar á los niños en las primeras escuelas,
la contemplarán doctrina sana , sólida é im
portante , pues solo esta se debe dar en esa
edad.
No tiene idioma propio la Filosofía ; pero
si hubiese de adoptar el de la patria donde
nació , ciertamente no seria el latino. Es la
verdad natural de todo el mundo : los pueblos
aun los mas rudos y bárbaros la entienden;
y no son las ciencias otra cosa mas que el des
cubrimiento de la verdad.
Algunos nimiamente zelosos de la verdad
se quejáron de que apareciese manifiesta á los
ojos del vulgo; querían que su belleza estu
viese mas escondida , y que los misterios de
la Filosofía estuviesen mas ocultos , para que
fuesen mas venerados ; mas no necesita la ver
dad de estos obsequios de la ignorancia , ni
estima las ciegas adoraciones de quien no la
PRÓtOGO. XXTT*
conoce ; solo puede estimarla como debe
quien perfectamente la conociere. Como las
verdades que se encuentran son un tesoro,
juzgan muchos que se debian ocultar para en
riquecerse cada qual mas; pero no advierten
estos que la verdad es como la luz , que igual
mente alumbra á uno solo , que á muchos mi
llares. No puedo persuadirme á que haya al
guien que tenga pesadumbre de ver al vulgo
ménos ignorante de lo que era ; pero si lo
hubiere , muestra bien que solo en la pobreza
agena funda su riqueza propia ; y que que
riendo levantar trono á su sabiduría , no quie
re tener el trabajo de subir , lo que cuesta
mucho á todos , sino que se contenta con re.r
baxar á sus vecinos , haciendo que por la ig
norancia desciendan y se abatan. Quisiera yo
que se advirtiese , que los sabios son como las
luces que mutuamente se ayudan para alunir
brar mas fuertemente : ademas de que ningu-r
no sabe estimar á un hombre sabio, como otro
que tambien lo es. Las ciegas adoraciones del
vulgo ignorante no son dignas de. aprecio,
pues freqüentemente se tributan, á los idolos
de la sabiduría , que solo tienen de ella la
apariencia.
Finalmente en las qüestiones seré ordinaria
mente breve , porque quiero que me lean
con gusto ; en algunas materias seré mas di
fuso , porque quiero que me entiendan ; ó*
porque las circunstancias del pais lo piden
así. Muchas veces no profundizo las materias
tanto como muchos desearan ; pero quisiera
que se acordasen de que yo no escribo para

' &••»»■?*" '-


XVI PROLOGO.

los profesores , ni para los que quieren saber


estas materias profundamente : estos me halla
rán corto en las experiencias , y aquellos di
rán que soy difuso en la explicacion. Unos y
otros pueden buscar otros libros que tienen
diferente fin que yo no tengo : lean á Woliio,
á S' Gravesande , á Mus-Kembroek , á Ma-
claurin , á Keill , á Desaguliers y los exce
lentes libros del Padre Juan Bautista del Ora
torio ; ó tambien á el Abate Nollet , el Pa
dre Regnault , el Molieres , el Padre Tosca
de la Congregacion , y otros muchos-' que
hoy brillan en la república literaria. Escribo
solamente para los que no han tenido estu
dios en esta materia y se contentan por otra
parte con una instruccion mediana ; haré todo
lo posible para que la puedan conseguir , aun
los que no tuvieren otra disposicion antece
dente , mas que la de una ordinaria capaci
dad ; y solo les pido una voluntad de ningu
na suerte ligada á las preocupaciones de la
infancia ó de la autoridad , y sinceramente
deseosa de abrazar la verdad adonde quiera
que se halle , ó lo que mas se pareciere á ella.
XXVII

ÍNDICE
DE LAS MATERIAS QUE SE TRATAN

EN ESTE TOMO.

Jl) iscurso Preliminar sobre la His


toria de la Filosofía /

TARDE I.
En que se da una breve noticia de las
partes de que constan todas las cosas na
turales en comun , de las propiedades que
tienen , y particulaimense del movimiento.
, : ,". de la Gravedad general en todas.

§. i. Introducción i
$.11. De las partes 6 Principios de
todas las cosas en comun O
%. m. De la Forma de todos los cuer
pos naturales en comun. ........ 2J
%. iv. Trátase de los Accidentes co
munes á todas las cosas 3<
%. v. Trátase del.Movimiento de la
Gravedad , y explícase físicamente
que cosa sea. , 44,
%. vi. De la Aceleración de los cuer- .<
pos qukndo caen libremente. , . . . . 61
%. vil. Del diversa peso de los cuerpos,
y de su Porosidad 6í
§. viii. Se da la verdadera razón de
, algunas experiencias curiosas acer- .
ca de la Gravedad. . . 8j
XXVIII ÍNDICE.

TARDE II.
Comiénzase á tratar del Movimiento y. de
las Máquinas de levantar con facilidad
grandes pesos.

§. i. Declárase en que consiste la


Quantidad del Movimiento 94
%. 11. Explícase la Balanza Romana
y la Palanca . . 102
5.. ni. Trátase de la fuerza que hace
la Tixera y la Tenaza ; como se au
menta la fuerza con el Plano incli
nado y con la Cuña 1 20
§. iv. Trátase del Cabrestante y de
los Motones ó Garruchas 128
J. v. Trátase de la Noria de mano y
de la Rosca ó Husillo. 1 38

TARDE III.

De los otros Movimientos ademas del


de la Gravedad.

§. 1. De la continuación del Movi


miento y algunas experiencias cu
riosas que aquí pertenecen 148
§. 11. De la Velocidad , Dirección y
Composición del Movimiento , y al
gunos efectos admirables que de
aquí proceden 164
§. ni. Trátase de la causa del Mo
vimiento Reflexo 188
$. iv. Dase una breve instrucción so-
tUDICE. XXIX
tre los Principios dé la Geome
tría, quanto basta- para que se en
tiendan las Leyes del Movimiento
Reflexo , 204
4. v. De las Leyes del Movimiento
Reflexo 2I3
§. vil. De otras Leyes del Movimien
to Reflexo «°
TARDE IV.

Trátase del peso y movimiento de lo»


Cuerpos Líquidos.

§. 1. Establéceme algunos principios-


de donde nacen las propiedades ad
mirables que vemos en el peso de
los Líquidos . 229
1. 11. Las partes de los líquidos pe
san independientes unas de las
otras 236
§. ni. Prosiguese demostrando que las
partículas de agua superiores opri
men y cargan d las inferiores. . . . 246
$. ív. Los líquidos cargan y pesan
hacia los lados con la misma fuer
za que pesan hacia el fondo .... 249
$. v. Las partículas de qualquier
cuerpo líquido que están en la mis
ma línea orizontal , siempre están
igualmente oprimidas 2JJ
§. vi. En el peso de los líquidos sobre
alguna base no se atiende á la
quantidad del líquido , sino á la

^
XXX. ÍNDICE.
anchura de la base y altura del
líquido 258
§. vil. Del peso de los Líquidos en
los vasos inclinados 268
%. viii. Del equilibrio de los Líqui
dos , y de como pisan hacia ar
riba 271
§. ix. De algunas experiencias curio
sas sobre esta materia 279
§. x. Del peso de los cuerpos sóli
dos dentro de los líquidos 294
§. xi. Explícanse algunos efectos comu
nes y extraordinarios que se si
guen de los Principios establecidos. 3o9
§. xii. Del peso que los cuerpos sóli
dos aumentan á los líquidos quan-
d» están sumergidos en ellos 327
Tarde primera. y
me parece no lo podré conseguir ; mas quan-
do no llegue á saberlo todo , sabré á lo mé
nos parte.
Teod. Lo que no pudiéreis saber de esta
vez , lo podreis conseguir repitiendo esta
merced que me haceis de venir á acompa
ñarme en esta Quinta. Mas ahí creo que
ha llegado mi amigo el Médico , por quien
esperaba. Él es ciertamente , permitidme ir
á buscarlo á la sala Venid acá , amigo
Silvio , venid acá , que está aquí un amigo
esperando por vos.
Silvio, i Es acaso algun enfermo ?
Teod. No: es un curioso que sin tener es
tudios de aulas tiene un ingenio vivo y un
ardiente deseo de ser instruido en la Filo
sofía moderna ; como sé que sois apasiona
do por la antigua, os esperé para que que
dase con mejor instruccion sobre este punto,
y pudiese formar su juicio i vista de ambos
sistemas. .<
Eug. No hay duda que ese es mi deseo,
y quisiera deber al señor ' Silvio el trabajo
de concurrir por su parte á satisfacerlo , por
quanto así se puede determinar mas bien mi
juicio sobre la estimacion que debe hacer de
estos sistemas ; y en unos tiempos en que
son tan célebres estas qüestiones , aun se ha
ce mas apetecible esta instruccion.
Silv. Para quien tiene el. juicio libre, y no
está preocupado del amor de la novedad,
poca duda puede haber en esta materia.
Eug, ¿Y por que ?
Silv, La Filosofía que nosotros seguimos
6 Recreación filosófica.
es la que enseñó Aristoteles el mayor Filó
sofo del mundo , que mereció tener por dis
cípulo al gran Alexandro , y es la Filoso
fía que mas concuerda con nuestra Fe , y
que seguian los Santos Padres. Por el contra
rio la Filosofía moderna es una novedad se
guida de algunos Extrangeros , que se fundan
en quatro experiencias sin profundizar con
la razon ; y en algunas partes ha sido prohi
bida como poco segura en la Fe.
Teod. i Que me decis , Eugenio , á esta
entrada? Buenas noticias os da Silvio de la
Filosofía moderna ; pues no sabeis quanto
estimo esta ocasion para desvanecer la preo
cupacion que muchos tienen en esta mate
ria. Vos decis que la Filosofía que vulgar
mente se llama Peripatética fué la que en
señó Aristóteles ; á eso no quiero respon
der porque es fuera de intento ; para res
ponder á eso bastan aquellos libros que allí
veis sobre la mesa , que compuso el P. M.
Juan Bautista de la Congregacion del Ora
torio , que van teniendo grande y bien me
recida estimacion , así dentro como fuera de
j
nuestro Reyno ; su título es : Philosophia
Aristotélica restituta : en que tomó por em
presa probar que la Filosofía que enseñó
Aristoteles , es la que hoy siguen los Moder
nos. El averiguar esto , no sirve para la ins
truccion de Eugenio , quede para ocasion mas
oportuna , y para quando hubiéreis leido
estos libros. Vamos al argumento de que
usais , y de que he visto usar á algunos Pe
ripatéticos de haber sido Aristoteles maestro

.
Tarde primera. y
de Alexandro ; es en verdad un argumento
indisoluble. Pero decidme , ¿ teneis acaso á
Alexandro por tan insigne Filósofo , que su
juicio baste para hacer infalible la doctrina
de su Maestro? Alexandro fué gran Solda
do , un Rey felicísimo , mas no veo que
conexion tengan sus victorias con los discur
sos de su maestro ; si esta preeminencia se
llevase por las armas , entonces era buen ar
gumento el decir que tenia Aristoteles por
su parte á Alexandro. Lo que decis acerca
de los Santos Padres no es así , como os ha
ré ver á su tiempo. Ahora por lo que res
peta á ser poco conforme con la Fe el sis
tema moderno ; ya se acabó el miedo vano
y fantástico que hasta aquí atemorizó tanto
á quien se dexaba llevar de la voz de mu
chos. Despues que hemos visto , que el Pa
pa reynante Benedicto XIV. doctísimo y
zelosísimo Pastor de la Iglesia , no solo con
sintió esta Filosofía en su Corte , sino que la
mandó enseñar en su amada Universidad de
Bolonia : despues que vimos que casi toda
la Italia y toda la Francia la siguen ; que
las mismas Religiones las mas autorizadas la
abrazan ; poco rezelo puede haber de que
no sea sana esta doctrina. Uno de estos años
pasados en el Capítulo general que celebró
la Religion Dominica , se estableció una ac
ta en que se daba licencia á todos los Re
ligiosos sus subditos para poder seguirla ; y
el General que hoy vive , dicen que mandó
ya á los Religiosos franceses 6 italianos que
compusiesen una Filosofía moderna para las
Tom. I. E
8 Recreación filosófica.
escuelas Dominicanas. Yo no hablo ya de los
Padres del Oratorio , que ha muchos años
la introduxéron en Portugal , á quienes si
guiéron los Clérigos Reglares de la Divina
Providencia , los Canónigos de San Agustín,
los Ingleses en su Colegio de San Pedro y
San Pablo , los Religiosos del Cármen y de
la Trinidad , &c. y ademas de estos fuera y
dentro de las Religiones , innumerables per
sonas doctas la siguen ; y aunque en las au
las muchos no se atreven á defenderla , no
es porque dexen de tenerla por verdadera,
sino porque temen las contradicciones de los
que siendo mas antiguos , no quieren ver re
chazadas las opiniones que con mucho traba
jo estudiaron ; ni sufren que se introduzcan
novedades en sus escuelas , como muchos in
genuamente confiesan. Con que , Eugenio,
no os asusteis con los malos informes que os
da Silvio de la Filosofía moderna. Mas yo
antes de entrar á ver en la práctica qual se
conforma mas con la verdad , quiero usar de
un argumento que me parece convincente.
En esta materia de preferencia entre los dos
sistemas , no hacen argumento los que están
v ligados á las escuelas ; porque estos , ó no
dicen lo que entienden , ó hacen fuerza á
su entendimiento para que entienda lo que
otros dixéron. Tampoco deben ser atendidos
los que solo estudiáron un sistema , y abor
reciéron y rechazáron el otro ántes de ver
lo , ó estudiarlo. Solo debemos oir á aque
llos que no están ligados á escuela alguna
y estudiáron ambos y pero de estos es .cosa
Tarde primera. p
bien notable , que aun no hallase uno que
despues de estudiar el sistema moderno , se
inclinase al Peripatético , quando conozco in
numerables que habiendo algun dia seguido
el sistema de los Peripatéticos , hoy son mo
dernos apasionados. Pero ya no quiero que
vos, Eugenio, cautiveis vuestro juicio en mi
obsequio , oireis ambas partes , y seguid lo
que os pareciere mejor.
Eug. Solo en las materias de Fe tengo
obligacion de cautivar mi juicio; en las otras
materias siempre quise libertad para seguir
lo que me pareciere mas conforme á la razon.
Silv. En eso mostrais tener entendimiento:
comenzad , pues , Teodosio , á discurrir so
bre la Física , que esos son los mejores ar
gumentos ; y dexando á un lado los cum
plimientos , tratémonos de aquí adelante co
mo condiscípulos.
Teod. Como el objeto de la Física es tan
dilatado , conviene que tratemos primera
mente de todas las cosas en comun , y lue
go pasarémos á explicar cada una en parti
cular.
Eug. Usemos de ese método que me pa
rece mas claro. <*•
§. II.
.
De las partes 6 principios de todas las cosas
en comun.

P. ara conocerse bien qualquier co


sa no hay mejor medio que averiguar qua-
les son las partes de que se compone : to-
Ez
io Recreación filosófica.
das las cosas constan de dos partes , á que
los Filósofos llaman Principios , y son Ma
teria y Forma : permitidme el uso de una
comparacion de que tambien usa el maestro
de los Filósofos Aristoteles , que es tomada
de las cosas ó compuestos artificiales. Bien
veis que qualquiera obra de plateria , por
exemplo , consta de dos cosas , materia que
es el oro ó plata , y forma que es la he
chura ; de suerte que la plata es una mate
ria por sí indiferente , para ser una caxa co
mo esta , ó un espadín como ese , ó un can-
delero, &c. pero la forma ó la hechura es
, la que determina la plata , unas veces pa
ra ser caxa , otras para ser espadín, otras
para ser otra cosa semejante.
Eug. Lo he entendido perfectamente.
Teod. Esto que os dixe es hablando de los
compuestos artificiales de plateria : hable
mos ahora de los compuestos naturales , en
donde no entra el arte , v. g. de las piedras,
los árboles , metales , vivientes , &c. Todos
estos compuestos tienen su materia y su for
ma dada por la naturaleza ; por eso se lla
man compuestos naturales : la materia , di
cen regularmente en las escuelas, que es una
masa comun y universal , por sí capaz é in
diferente para qualquier compuesto , de suer
te que unas veces con la forma de tierrí
constituye tierra , otras veces con la forma
de palo constituye palo , &c. A esta masa
universal é indiferente para todo llaman los
Filósofos materia primera.
Eu¿. Pues hay verdaderamente alguna ma
Tarde primera. \\
teria por sí indiferente para ser palo ó tier
ra ó agua?
Teod. No se puede negar que la hay,
porque continuamente vemos, que de la tier
ra y juntamente del agua se forma el ár
bol , y este árbol tomó su substancia del
agua y de la tierra.
Eug. Así es , porque quanto mas agua le
echan , y quanto mejor es la tierra mas cre
ce el árbol.
Teod. Luego ya tenemos que la materia
que ahora con la forma de árbol es árbol,
antes con la forma de agua era agua, y con
la forma de tierra era tierra. Por la misma
razon de la materia del árbol se hace el
fruto ; el fruto supongamos que lo comió
una oveja , ó que esta se apacento con sus
hojas , ya la materia de las hojas ó del fru
to pasó al cuerpo de la oveja ; demos que
un lobo se comió á la oveja ; aquí tenemos
la materia de la oveja siendo ya parte del
lobo ; murió el lobo , y lo comiéron los per
ros ; pasa la materia del lobo á ser parte
del cuerpo de los perros ; supongamos que
algun cazador por equivocacion mató un per
ro , quedó en el campo , pudrióse , y últi
mamente se deshizo en tierra ( así como se
deshacen en tierra los cuerpos en la sepul
tura), he aquí volvió á ser tierra la ma
teria que ya lo habia sido en el principio.
Ved como la misma materia , teniendo la
forma de tierra , es tierra ; y despues te
niendo succesivamente varias formas , com
pone varios compuestos.
E3
12 Recreación filosófica.
Eug. No lo puedo negar.
Teod. Luego ya tenemos una cosa que de
sí es indiferente para ser varios compuestos,
y esto es la materia.
Eug. Tengo entendido ; mas decidme ¿y
la forma que es?
Teod. La forma no es otra cosa sino la que
determina la materia para ser unas veces
planta , otras tierra , otras fuego , &c. así
como en los compuestos artificiales la forma
de la estatua es la que determina la piedra
para ser estatua , la forma de vaso es que
la determina para ser vaso, &c.
Silv. Hasta aquí podeis , Eugenio , creer
seguramente todo quanto os dice Teodosio;
en esto concordamos todos, así los antiguos,
como lo modernos.
Eug. i Pues entonces en que está la dife
rencia?
Teod. Está en lo que ahora oireis. Todos
convenimos en que para hacerse qualquier
compuesto natural , es preciso haber mate
ria ó masa comun é indiferente , y alguna
forma ; mas no todos concordamos quando
se trata lo que es físicamente esta materia y
esta forma. /
Eug. Si en eso está la diferencia , expli
cádmela.
Teod. Esta materia de que todas las cosas
se componen , es un agregado de partes cor
poreas de una pequeñez increíble , de tal
suerte que cada una de ellas separada de
las otras seria totalmente imperceptible ; por
mas que la imaginacion se esfuerce , no pue
Tarde primera. 13
de dar idea de quan pequeñas son Ias par
tes de la materia en que se pueden dividir
los cuerpos ; un grano de arena se puede di
vidir en mas de mil partes.
Eug. Parece mucho.
Teod. Aun digo mas : un cruzado nuevo
de oro ' , cuyo grueso apénas se percibe con
el tacto , tiene mas de tres mil partes de
oro visibles y sensibles , y para que no os
quede duda , vos mismo habeis de hacer la
cuenta. ¿Quanto cuestan unos panes de oro
de los que ordinariamente se venden?
Eug. Yo he comprado varias veces un
pequeño librito que tiene cinco panes, por dos
vintens. *
Teod. Por esa cuenta si compráreis un cru
zado nuevo de panes de oro han de daros
sesenta. En cada uno de los tales panes ú
hojas de oro caben siete cruzados nuevos á lo
largo y otros siete á lo ancho , y como la ho
ja es quadrada , resulta caber quarenta y nue
ve cruzados nuevos extendidos sobre la ho
ja de oro , porque caben siete hileras cada
una con siete cruzados nuevos , y siete ve
ces siete son quarenta y nueve. Ademas de
eso han de quedar algunos vacíos , porque
no se pueden juntar tanto los cruzados nue
vos que no queden muchos huecos , los qua-
les ciertamente si se juntasen darian lugar
E4
1 Moneda portuguesa de oro que equivale á once
reales y diez maravedís de Castilla.
1 El vinten corresponde á diez y seis maravedís
de Castilla.
14 Recreación filosófica.
para un cruzado nuevo mas , que junto con
los quarenta y nueve completa el número de
cincuenta. Con que sacamos que una de es
tas hojas de oro tiene extension igual á la
extension de cincuenta cruzados nuevos ; y
como tenemos sesenta hojas semejantes é
iguales , viene á ser la extension de todas las
hojas de oro igual á tres mil cruzados nue
vos. Como todas aquellas hojas de oro sa
lieron de una porcion de oro igual al cru
zado nuevo que disteis , se sigue que esa
moneda se extendió de suerte , que tiene
ahora una extension mucho mayor ; y como
quanto mas se extendió , quedó mas delga
da , se sigue tambien que el grueso de estas
hojas de oro es tres mil veces menor que
el del cruzado nuevo , porque su extension
es tres mil veces mayor.
Eug. Esa cuenta no puede faltar.
Teod. Ahora añadid que el grueso de es
tas hojas de oro es sensible , aunque muy
pequeño ; luego en un grueso tres mil veces
mayor , qual es el del cruzado nuevo , hay
tres mil partes sensibles.
Eug. Confieso que me veo precisado á
creer lo que me parecia absolutamente im
posible.
Teod. Usé de este argumento por ser el
mas innegable , no por ser el que .mas da
á conocer la pequeñez á que se pueden re
ducir las partes de la materia. Otro hay
que aun la declara mas. Supongo que no te-
neis noticia del modo con que trabajan los
tiradores del hilo de oro y plata. Toman
tarde primera. ij
una barra de plata del grueso de esa venga
la , y de tres quartas de largo poco mas o
ménos ; cúbrenla de /hojas de oro , el qual
con el calor del fuego y el pulimento de la
piedra , que acá en Portugal llaman de ra
yo, queda pegado á la plata inseparablemen
te ; despues haciendo pasar sucesivamente
esta barra de plata por una plancha de ace
ro llena de agujeros , que van disminuyendo
su tamaño, y á quien dan los artífices el nom
bre de hilera , se va extendiendo la plata a
una longitud increíble , conservando siempre
el color de oro , el qual no puede tener
sino por conservar en su superficie algunas
partículas de este metal. Para que formeis con
cepto de quanto se puede adelgazar el oro
en la superficie de la plata , sabed que una
barra que tuviere quarenta y cinco marcos
de peso , se puede dorar con una onza de
oro , bien que queda el color muy baxo;
pero si la doraren con seis onzas , quedara
siempre el color vivo , y se puede exten
der esta barra de plata hasta sesenta y ocho
leguas de las nuestras de largo , conservan
do siempre el color de oro , como ya se hi
zo la experiencia. ' ,
Eug. ¡Cada vez quedo mas admirado.
Quien me habia de decir que seis onzas de
oro , y aun solo una , habian de poder do
rar un hilo de sesenta y ocho leguas , sien
do cierto que el oro no dora la plata , sino
dexando sus partículas pegadas en la superficie
i Mr. Reaumur Memoir. de P Academie, an.
>7J3. Pag. aoI.

,'
16 Recreación filosófica.
de la plata , y partículas tan menudas y tan
tas , que 11o se conoce falta alguna entre
ellas.
Silv. Eugenio , vos os admirais y yo no;
pero es porque no lo creo , y suponiendo
que Teodosio no vió ese hilo tan largo , no
le hago injuria en no creerle.
Teod. Si lo dudais , con muy poco trabajo
podeis certificaros de la verdad : id á Lisboa
á la fábrica de alguno de los Tiradores de
hilo de oro , y pesad una octava del hilo
de oro mas delgado que en la fábrica se pue
de tirar ; despues de pesado fidelísimamen-
te , contad quantas vueltas da en la rueda
donde le enrolláron , y midiendo bien el
largo de una ó dos vueltas , sabreis con exac
titud el largo que tendrá toda la octava que
pesasteis , y el de los quarenta y cinco mar
cos de hilo , si tanto se tirase hasta ese grue
so , y se midiese.
Silv. Ese modo es fácil para averiguarse
el caso.
Teod. Pues usad de él para que os conven
zais ; pero en el caso que no halleis tanto,
siempre hallareis una longitud asombrosa , que
es lo que basta. Pero ya que dudais , quie
ro ajustar la cuenta á vuestra vista con
mas individualidad , para que os admireis.
El hilo de toda esa barra de quarenta y cin
co marcos conforme á las observaciones que
hallé , era del largo de noventa y siete le
guas de dos mil hexápedas , que me parece
corresponden á sesenta y ocho leguas de las
nuestras con poca diferencia , dando á cada
Tarde primera. 17
legua nuestra tres mil quatrocientos veinte y
ocho pasos geométricos , que corresponden
á veinte y cinco mil setecientos ochenta pal
mos. Este hilo , si lo mandáremos martillar
en la fabrica , esto es , hacerlo chapa , no so
lo crece para los lados poniéndose chato,
sino que se alarga una séptima parte ; y así
tenemos ya no solo sesenta y ocho leguas,
sino setenta y siete y media : y como la cha
pa tiene dos caras , las partículas de oro que
doran una cara , no doran la otra , porque
en el medio es plata : si pusiésemos las dos
caras doradas á lo largo como una sola,
tendríamos ciento cincuenta y cinco leguas
de largo de superficie dorada. ¿ No es esto
así?
Silv. Las cuentas me parecen justas.
Teod. Reflexionad ahora que en la chapa,
eomo es ancha , podemos distinguir con la
vista dos hilos , y dividirla con la conside
racion en dos mitades , una que va para el
lado derecho , otra para el izquierdo ; y así
considerando este hilo dorado en un solo
largo continuado , tenemos un hilo de tres
cientas diez leguas de las nuestras , que re
ducidas á palmos dan 7. 991. 80o , esto es
siete millones nuevecientos noventa y un mil
y ochocientos ; y repartiendo los palmos en
porciones mas pequeñas , como cada uno tie
ne 96 líneas geométricas , sacamos que to
do aquel largo dorado se puede repartir en
767.212.8oo, esto es en 767 millones, 212
mil y 8oo líneas geométricas.
Eug. ¿Quanto vale una línea geométrica?
18 Recreación fitosófica.
Teod. Vale la duodécima parte de una pul
gada , y corresponde al grueso de una dobra
de i 28oo reís ' poco' mas ó menos. Y para
dorar un hilo que tenga de largo el grueso
de una línea geométrica , bien sabeis que
serán precisas á lo ménos diez partículas vi
sibles de oro para verse un color de oro con
tinuado , y sin falta que se conozca ; y sien
do así , tenemos que son precisas para dorar
todo aquel hilo 7672 cuentos 128 mil par
tículas visibles de oro ; las quales todas sa
lieron de una onza de oro , que doró toda
la barra de quarenta y cinco marcos de plata;
mas quando esto os parezca mucho , poned
las seis onzas con que se acostumbra dorar to
da esa quantidad de plata para que quede
bien vivo en todo aquel largo el color del
oro.
Eug. Mi pensamiento no puede absoluta
mente formar justa idea de la extrema de
licadeza del grueso de esa como capa de oro
que viste al rededor el hilo de plata ; pues
estoy bien cierto , que á proporcion que cre
ce la extension del oro , disminuye su grue
so , y que por otra parte no puede la pla
ta estar dorada sin tener una cubierta ó su
perficie de oro al rededor de sí. ¿Que me
decis , Silvio ?
Silv. Que despues de hacer esa experien
cia haré las cuentas. Pero por ahora no os

1 La dobra de ia8oo reis es una moneda que


corresponde á nuestro doblon de á ocho poco mas
o menos. . .
larde primera. 19
persuadais que nuestra escuela contradice es
ta doctrina : ántes afirma que puede una par
tícula de oro irse dividiendo en otras infini
tamente mas pequeñas , sin que se pare nun
ca en alguna tan pequeña que no pueda di
vidirse aun en otras.
Teod. Ya que tocamos este punto , quiero,
Eugenio , que hagais mayor concepto de la
pequeñez increíble de las partículas de la
materia. En esta sala en donde estamos ya
mandé poner uno de estos perfumes que se
encienden, en una balanza exacta de pesar
diamantes , y vi que quando habia ardido
un grano (que es la parte 72 de una octa
va) ya el olor se percibia en toda la sala:
la sala tiene 3o palmos de alto y otros tan
tos de largo y ancho , que divididos en
medias pulgadas hallamos de vacío calcu
lando geométricamente 11o cuentos , 592
medias pulgadas cúbicas : esto supuesto , en
cada uno de estos espacios es forzoso ad
mitir á lo ménos 4o5 partículas de humo
que exhaló el perfume; porque en qualquier
parte siente el olfato la impresion que le
hace este olor ó humo insensible ; pues en la
realidad (como os mostraré á su tiempo) to
do el olor , especialmente de los perfumes,
es humo insensible , que se esparce por to
do el lugar donde se siente el olor ; y mé
nos de 4 ó 5 partículas de perfume no ha
rán impresion sensible en el olfato , que cier
tamente ocupará ménos de media pulgada
cúbica. Tenemos luego que el perfume ex
halado , que pesaba un grano , tiene de par-

-'.>
20 Recreación filosófica.
tículas sensibles á lo ménos 442 cuentos, 288
mil partículas , dando 4 á cada media pul
gada.
Eug. Pasmado estoy totalmente y asom
brado , tanto de lo que me decis , como de la
industria y facilidad con que se examinan
cosas , que yo imaginaba ser imposibles de
averiguar.
Teod. Por no enfadaros no proseguiré este
punto como pudiera ; mas trataré de paso
los modos de hacer mas justo concepto de
la pequeñez de las partículas de materia.
Eug. No me mortificais con esos discur
sos ; ántes recreais increíblemente mi enten
dimiento.
Teod. Con los colores hacemos otro argu
mento muy sensible. En una azumbre de
agua bien limpia echad un grano de carmin
ó dos ó los que quisiereis hasta que quede
el color bien visible ; pesad toda el agua,
y pintad con ella una hoja de papel blan
co , volved á pesar el agua para ver quan-
ta se gasto en pintar la hoja de papel , y
saber de este modo quantas hojas de papel
podria teñir aquella agua que resta : cono
cido esto, dividid con rayas toda la hoja del
papel en quadritos pequeños , y considerad
quantas partículas del polvo encamado será
preciso estén en cada uno de esos quadritos
para hacer el color encarnado continuado,
sin descubrirse parte totalmente blanca : por
quanto es cierto que el polvo encarnado ti
fie esparciéndose por el agua y despues me
diante ella quedando entrañado y pegado en
Tarde primera. i\
el papel : hecho esto multiplicareis el número
de partículas encarnadas, que por lo ménos se
debe dar en cada quadrito, por el número de
quadros que tiene la hoja de papel teñida,
y despues multiplicad todo ese número por
el número de hojas de papel , que se pue
den teñir con aquella agua , y sacareis una
suma asombrosa de muchos millones de mi
llones de partículas , que todas juntas pesa
ban uno ó dos granos , que es el peso del
carmín desleído en el agua.
Silo. Esa cuenta es bien fácil de ajustar,
y en verdad que hace formar al entendi
miento gran concepto de la pequenez in
creíble de las partículas de materia , por
quanto cada partícula de carmín ha de cons
tar de otras muchas necesariamente.
Teod. Otro argumento que se hace para
esto mismo , es sacado de los hilos que hi
lan los gusanos de la seda : sesenta brazas
de este hilo puro como se saca de los ca
pullos que forman los gusanos , se há visto
que á veces solo pesan un grano ; y adver
tid que este hilo no es sencillo , porque el
gusano quando lo hila , lo forma de dos, que
junta con las manos , y luego se pega el
uno al otro. Mas admira el hilo de las ara
ñas , porque en sí es compuesto de muchos,
como os mostraré tratando de los insectos ';
y conforme á las observaciones de Mr. Reau-
• mur podemos creer , que estos hilos ántes
de juntarlos la araña comparados con un
pelo , tiene mas diferencia de la que tie-
i Tom. V.
21 Recreación filosófica.
ne un pelo comparado con una caña gruesa.
Eug. Parece que no se puede concebir co
sa tan delgada.
Teod. Ved ahora quan delicadas serán las
partes de que se compone ese humor gluti
noso y pegadizo de que se forma el tal hilo.
En fin el argumento mas fuerte para persua
dirnos á la extrema é imperceptible peque
ñez de las partículas de la materia es el que
se forma con los insectos. Todos los anima
les han de tener forzosamente sangre , venas,
arterias , celebro , ventriculo , músculos , co
razon , ú otras partes que hagan el oficio
de estas ; como tambien todas las que son
precisas para la vida , nutricion y movimien
to : considerad ahora que pequeñas serán las
partes de que se componen las venas de al
gunos insectos que ó se perciben mal con
la vista , ó no se ven absolutamente sino con
microscopios muy especiales. Cierto curio
so observaba con un microscopio unos gra
nos de arena , que le parecían del tamaño
de nueces ; tanto aumentaba las cosas el mi
croscopio de que usaba ; entre ellos vio un
animal tan pequeño , que visto por el mi
croscopio parecía del tamaño de un grano
de arena visto sin él. ¡Tan pequeño era !
Decidme ahora como serian las partes de que
se componía el corazon , los músculos , las
fibras , &c. de este animal ; tal es preciso
que sea su pequeñez , que huya aun de nues- .
tra comprehension ; pues es cierto que el
corazon ha de tener muchas fibras , cada fi
bra muchas partes , que sean como carne , y
Tarde primera. 23
por lo mismo debe cada una de ellas constaf
de muchas otras.
Eug. i Acaso se engañada ese hombre ?
Teod. No es creible , porque de semejan
tes observaciones hay testigos innumerables.
En el vinagre , que estuvo expuesto al ayre
por algunos dias , se ven con el microsco
pio muchas culebras pequeñitas , las quales
se mueven muy ligeras , y no las vereis sí
no usareis del microscopio. Semejante obser
vacion se hace en otros muchos licores-, prin
cipalmente estando expuestos al ayre ; pero
de los inseetos y de su pequenez hablarémos
algun día de propósito , pues es materia
digna de tratarse con mas individualidad.
Eug. El poder y sabiduría de Dios igual
mente brilla en las cosas grandes , que en
las pequeñas. ¿ Y que decis á esto , Sil
vio ?
Silv. Ya os dixe que nosotros no contra
decimos esto , ántes defendemos , que un gra
no de arena puede un Ángel irle dividiendo
por toda la eternidad , sin que al Ángel le
falte nunca que dividir. Los modernos en
este particular tienen grandes dificultades que
vencer ; porque esas partículas ó partes mí
nimas de la materia dicen que ya no se
pueden dividir , que eso es lo que llaman
átomos , de donde les vino la denominacion
de Atomistas. Doctrina tan quimérica é im
perceptible como las mas en que ellos se
'-lundan.
Teod, Muchos están en un error bien .gran
de acerca de esto. Es verdad , Eugenio , que
Iom.L E

'
24 "Recreación filosófica.
muchos dicen que hay en la materia muchas
partes tan chicas que ya no se pueden di
vidir, y se fundan en raeoties* muy fuertes.
Estas partículas así indivisibles , esto es , que
ya no admiten division, se llaman átomos , y
á los tales defensores Atomistas , pero hay
un error muy grande en pensar que en esto
se funda el sistema moderno.
Silv. ¿Pues que negais eso ?
Teod. Sí lo niego ; y me admiro mucho
de que siendo vos tan docto , esteis en un
error tan craso : recorred los Autores , y
hallareis muchos Peripatéticos que siguen esos
átomos , sin ser modernos ; y Renato Des
cartes cabeza de una escuela de los moder
nos niega é impugna los átomos ; y con to
do eso es moderno. El sistema moderno no
depende de los átomos : dadme en la ma
teria partículas tenuísimas , que es lo que me
basta para explicar los efectos naturales , sean
divisibles por el Ángel , ó no sean , que es
qüestion que se resuelve por ambas partes
en qualquiera de los dos sistemas. Por lo que
Atomistas y Modernos son cosas muy dife
rentes , porque hay muchos modernos que
no son Atomistas , y por lo contrario mu
chos Atomistas, que no son modernos. To
da la contienda y toda la diferencia entre los
dos sistemas es acerca de la forma.
Eug. Ya que en eso está la diferencia,
quiero oir á ambas partes. Decidme , Teo-
dosio , ¿que siguen y defienden los modernos
acerca de las formas l
Tarde primera. *5

f. III.
ZV laforma de todos los cuerpos naturales
en común.

Teod. XJjscuehad primero á Silvio, porque


ta respuesta de los Peripatéticos ha de ser
mas pronta.
Silv.La. forma, decimos los Peripatéticos,
que es una . entidad que en sí tiene ser ver
dadero y substancial realmente distinto de la
materia ; esta entidad tiene por oficio deter
minar la materia para ser piedra ó palo 6
metal ; por quanto cada forma determina la
materia para constituir un solo determinado
compuesto.
Eug. Pregunto mas ¿esa entidad en sí quo
es? ¿Es espíritu ó cuerpo?
Silv. No es espíritu ni cuerpo , porque
no consta de materia ; es sí una entidad ma
terial propia para determinar la materia en
orden á hacer mas bien este compuesto que
otro : no me apureis con mas preguntas , por-*
que como no entendeis los términos de las
aulas , no os puedo explicar esto me
jor.
Eug. ¿Y que dicen los modernos sobre este
punto , Teodosio ?
Teod. Nosotros decimos al contrario , por
que la forma en nuestro sistema no es cosa
que en sí tenga ser ni substancia ; ni es en
tidad realmente distinta de la materia ; es
solamente el modo con que la materia está
p6 Recreación filosófica.
dispuesta. Yo ahora no pretendo convencer
á Silvio : por eso omito las razones espe
culativas y autoridades de Aristoteles y San
to Tomas , que son propiamente para las au
las ; ahora siento tjue no entendais la len
gua latina , porque por algunas autoridades
de uno y otro que os pudiera referir , ve?
riais claramente como lo que los modernos
seguimos y enseñamos es lo que estos maes
tros antiguos siguieron y enseñáron ; y así
contentándome con lo que puede alcanzar
vuestro buen juicio , solo diré lo -que fuere
preciso para que quedeis con bastante inte
ligencia en este punto , advirtiendo que no
os desconsoleis si estas cosas por ahora no
os agradaren mucho , porque os aseguro que
despues que tuviéreis dados mas pasos en
esta ciencia , habeis de hallar doctrinas muy
curiosas y fáciles de percibir acompañadas
de experiencias admirables y divertidas , que
os han de recrear juntamente los ojos y el
entendimiento : ahora atendedme.
. Eug. Estad cierto que no ha de faltar mi
atencion en una cosa , que tanto deseo sa
ber.
Teod. Primeramente en una vara torcida
podemos considerar la substancia de la vara
ó la de su tortura ; la vara en si es la única en
tidad y substancia que allí hay ; la tortura
es el modo con que está la vara , de suerte
que la tortura en sí no es substancia ó enti
dad distinta de la vara ; por eso que la vara
esté tuerta ó esté derecha , no hay allí nue
va entidad, solamente hay.. un diferente mo->
Tarde primera. ij
do eon que está la vara : estaba antes de
en modo, ahora está de otro.
Eug. Hasta aquí bien entiendo.
Teod. Supuesto esto habeis de advertir,
que la vara en sí no es tortura , por eso
quando se endereza se pierde la tortura y
queda la vara ; y por consiguiente el mo
do con que está puesta la vara tiene su dis-*
tincion de la misma vara , aunque en sí el
modo no sea alguna cosa ó entidad realmen
te distinta de ella. ¿ Percibis esto ?
Eug. Con facilidad lo percibo.
Teod. Notad ahora que esta distincion que
hay entre la vara y su tortura , se llama
entre los Filósofos distincion modal. No os
aflijais por no entender estos términos : me
explicaré. Hay dos especies de distincion,
la una se llama distincion real , la otra mo
dal ; distincion real solamente la hay entre
dos entidades v. g. entre la vara y la piedra,
porque la vara es una entidad y la piedra
es otra. Del mismo modo es la distincion
que hay entre el árbol y el leon , entre el
hierro y el marfil , &c. porque en todos es
tos casos hay dos entidades. Hasta aquí es
claro ; vamos ahora á la distincion modal:
esta se da quando hay sola una entidad;
pongo por exemplo : la vara y su tortura
no son dos entidades , por eso la vara se
distingue modalmente de su tortura : otro
exemplo : Pedro sentado es el mismo Pedro
en pie , distínguense modalmente , porque es
la misma entidad de Pedro en uno y otro caso;
la diferencia está solo en el modo.
F3
?8 Recreación filosófica.
í Eug. 'No se puede explicar mejor. -
Silv. Nosotros acá no discurrimos de es*
manera , pero pase , no quiero perturbaros
el hilo del discurso , ni causar confusion á
Eugenio.
Teod. Miéntras tanto tomad esta doctrina,
Eugenio , como regla general ; todo lo que
fuere modo de qualquier cosa , no se distin
gue realmente de ella , y por consiguiente
todo lo que fuere modo de la materia no se
distingue realmente de la materia. ¿Quedamos
en esto?
.5 Eug. Sí , proseguid sin cuidado.
Teod. Dicen ahora los modernos , que la
forma que juntamente con la materia cons
tituye los compuestos , no es mas que el mo
do con que están dispuestas y texidas las
partes de la materia ; de suerte que la mis
ma materia teniendo las partes mínimas tra
badas y dispuestas de un modo , hace un com
puesto ; siendo de otro modo , hace otro.
Lo cierto es, Eugenio, que Aristoteles, que
es el maestro en este particular, siempre pa
ra explicar estas qüestiones usó de la com
paracion de los compuestos artificiales * , y
lo mismo Santo Tomas 2 ; con que no será
i Aristoteles 7. Metaph. c. 7. Dico auiem tnate-
riam ut aes , formam vero ut figuram speciei , quod
autem ex bis resultat totum , ut statua.
1 D. Thomas 7. Metaph. c. 7. Ex istis supposi-
tis debet esse tnanifesíum , quod sicut agens gene
rando nonfacit mateñam , seu subjectum genera-
tionis , quod est aes , ita etiam non facit formam,
scilicet boc ipsum , quod est spbara, ¿te. 6" alibi.
Tarde primera. 29
impropio que yo use del mismo método. De
cidme , ¿un encaxe de hilo , una vara de lien
zo y un cordon de hilo no son cosas bien
diferentes ? Es cierto que es así ; pues la for
ma del lienzo no consiste en mas que en el
modo de texer los hilos , y meter unos por
entre los otros ; estos mismos hilos texidos
de otra suerte hacen un encaxe ; y si los te-
xieren de otro modo diferente , hacen un
cordon : luego toda la diferencia de forma
del encaxe y del cordon , &c. consiste en los
diversos modos con que sus hilos se texeu.
Eug. Ponedme mas exemplos de esos, que
no es creible lo que me ilustran el enten
dimiento , para percibir estas materias.
Teod. Del mismo hilo de seda se hacen te
xidos tan diferentes como sabemos , el tercio
pelo, el raso liso, el damasco , el tafetan, &c.
todo se hace del mismo hilo de seda de
la misma materia ; y con todo , como son
compuestos diferentes , tienen diferentes for
mas ; pero bien veis que la diferencia no es
tá en mas que en el modo con que se te-
xen los hilos de la seda , ó las partes de la
materia de estos compuestos.
Eug. Estos argumentos son palpables , no
pueden dexar de hacer gran fuerza segun lo
que entiendo ; y así continuad , que ya que
esto es el fundamento de la Filosofía , justo
es quede bien establecido.
Teod. En las letras del ABC tenemos
otro exemplo : las veinte y tres letras que
tenemos , solo por el diferente modo
con que se ponen , forman todas las pala
F4
jo Recreación filosófica.
bras que hay en todas las lenguas , excep
to las orientales , porque en estas hay ca
ractéres ó letras diferentes. Solo de diez ca
ractéres ó cifras que tenemos se componen
todos los números excogitables, variando úni
camente el modo de ponerlas , aumentando
ó disminuyendo. Con estas quatro letras A.
O M R se forman nombres muy diferentes,.
solo con cambiarlas , diré los que se me acuer
den : hácese Roma, amor, ramo , roam , mo
ra , ornar , orma , oram , maro , y otros ca--
torce diferentes. Luego solo por cambiarlas,
y texerlas de diferente modo las partes de
la materia , podrán tambien resultar com
puestos muy diferentes ; y así combinando<
y texiendo las partes de la materia de un
modo , saldrá un palo , texiéndolas de otro
modo , saldrá un pedazo de hierro , &c. ¿No
es esto evidente? ,-
. Eug. Me parecía imposible , que solo de¡
la diferencia con que esas partículas se mez-,
clan , puedan nacer tan diversas cosas. ,
Teod. Aun no sabeis bien las maravillas
de la combinacion : de estas ocho palabras
latinas (dígolas para Silvio) Tot , tibi , suntr.
dotes, virgo , quot, sidera, calo se forman mil
y veinte y dos versos diferentes y ciertos , sin?
otros muchos falsos y defectuosos. Ved aho-.
ra que diversidad saldria si fuesen muchas-
mas , ó pudiesen repetirse ó quitarse , así
como se pueden multiplicar , repetir y au
mentar las partículas de materia de una es-,
pecie , y ponerlas de otra,
Eug. Yo estoy convencido ; pero Sil
Tarde primera. 3»
vio , segun veo , no está contento. ,
Silv. Estas cosas parecen bien á quien nO
las ha estudiado ; pero á mí , que he hecho
particular estudio sobre ellas , no me con
vencen ; quisiera exemplos en cosas que tu
viesen entre sí diferencia substancial , como
el pan y la piedra ; y no diferencia mera
mente accidental , como el encaxe de hilo
y el cordon , &c.
. Teod. No tengo dificultad: el pan que co
memos creo que tiene diferencia substancial
del trigo que viene de la era , y del agua
que se saca de la fuente ; ninguno ha de
dudar de esto. Molamos , pues , muy bien
este trigo , de suerte que quede hecho ha
rina , con esto no hacemos mas que separar
las partes del grano, que estaban juntas y
unidas : vamos adelante : mezclemos esta ha
rina con agua ; tambien aquí no hacemos
mas que mezclar y unir las partes de hari
na con las Se agua; amasemos unas y otras
muy bien : en esta diligencia solo se da á
aquellas partículas la diversidad de unirse é
introducirse unas entre las otras : pasado al
gun tiempo , metamos esta masa en el hor
no. La lumbre no hace otra cosa que poner
mas firme la union de unas partes con las
otras , y darle alguna diversidad de contex
tura 6 disposicion por medio del calor , y
tenemos el pan hecho , sin haber en toda es
ta obra mas diligencia , que disponer las
partes del grano de trigo y del agua de es
te determinado modo : luego toda la dife
rencia que tiene el pan ya cocido , del tu
31 Recreacion filosófica.
go en grano , y del agua (cuya diferencia to-^
dos los Peripatéticos han de confesar que es
Substancial } toda esta diferencia está en el
diverso modo con que están dispuestas las
partes del trigo y del agua.
Eug. ¿Que decis vos, Silvio , á aquel ar
gumento ?
Teod. Esperaos un poco , Eugenio , que
aun no dixe todo ; todavía tenemos argu
mento mas fuerte. El vidrio quien ha de
negar que es diferente de las yerbas , de la
arena , de la sal , &c. con diferencia subs
tancial , y sin embargo es cierto que de la*
partículas de estos ingredientes machacadas,
amasadas y cocidas se hace el vidrio sin ha
ber allí ademas de la materia de que se ha
ce mas que el modo con que las partículas
de los ingredientes se mezclan y se unen,
luego ya parece que solo con diversos mo
dos de combinar , de texer y de unir las par
tes de la materia se hacen cosas diferentes y
con diferencia substancial , como es la que
tiene el vidrio de las yerbas y de la are
na, &c. el pan del trigo y agua, y otros mu
chos exemplos que pudiera exponer.
Silv. ¿Y vos , Teodosio , quereis que yo
tambien esté por eso , habiendo estudiado to»
da mi vida lo contrario?
Teod. Yo no pretendo tal , porque este
tiempo y esta conferencia está destinada so
lamente para una breve y clara instruccion
de este amigo , que así me lo ha pedido;
pero como dudasteis de que yo probase
lo que decia , por eso me empeñé en es
Tarde primera. 33
forzar los argumentos y los dirigí tambien í
vos.
Silv. Pues entonces id continuando con sa
instruccion ; que vos para con vos mis
mo bien sabeis que no nos falta que respon
der á esos argumentos. :
Teod. Yo no lo dudo ; y como la ocasion
no es de disputar , sino de instruir á Euge
nio , que nunca tuvo uso de controversias
escolásticas , me valdré de la licencia que
me dais para continuar en su instruccion.
Ahora , pues , Eugenio , decidme ¿ si estaij
en que solamente el diverso modo de dis
ponerse las partes de la materia puede hacer
diversos compuestos?
Eug. Sí estoy.
Teod. Luego la forma de los compuestos
no está mas que en el diverso modo de com
binar y texer las partes de la materia , así
como la forma del encaxe ó cordon no está
mas que en el modo de texer los hilos , &c.
Quedemos firmes en esto. Pregunto ahora: ¿el
modo con que están dispuestas las partes de
la materia , es alguna entidad distinta de la
materia ?
Eug. No ; porque ya asentamos que el
modo de la materia no es entidad distinta de
la materia , así como el modo ó encorbadu-
ra de la vara no es entidad distinta de la
vara.
Teod. Ya veo que poneis cuidado , y que
vais percibiendo nuestro sistema. Reparad
ahora que voy á concluir el discurso , que
formé. El modo con que se disponen las
34 Recreación filosófica.
partes de la materia no es entidad realmente
distinta de la materia ; este modo es la for
ma de qualquier compuesto ; luego la for
ma de los compuestos no es entidad distin
ta de la materia , solo sí modo de la misma
materia.
Eug. Basta , no os canseis mas , porque
para mí todo ese discurso es evidente. t
Teod. Pues entonces bien os puedo ya con
tar entre los Filósofos modernos
Silv. Ya! ¡ Bendita Filosofía! tres años gas
té yo para ser Filósofo antiguo , y en ellos
quemé mis pestañas ; los dias y muchas ve
ces las noches pasaba sobre mis quadernos ; y
vos , Eugenio , en poco mas de media hora
con quatro bellas palabritas estais Filósofo
moderno , graduado aquí por el señor Teo-
dosio : os doy el parabien porque no puede
haber mayor felicidad.
Teod. Ahí vereis el trabajo que cuesta bus
car la verdad por caminos que nos desvian
de ella , y quan fácil es hallarla á quien la
busca por su verdadero camino.
Eug. Dexad decir á Silvio lo que quisie
re , segun veo es de buen humor , y quie
re llevar las cosas sin pasion que le altere.
Hace muy bien ; vamos á nuestro punto.
Silv. Vamos en norabuena ; pero yo veo
por aquella puerta un bello jardin , huerta
y arboleda ; era de parecer que fuésemos
paseando hasta allá , y gozaremos del ayre-
cillo fresco que corre.
Teod. Pues vamos ; pero dexadme adver
tir una cosa ; esto que os dixe , Eugenio,

-
Tarde primera. ^j
de todos los compuestos, no se debe enten
der del hombre , porque la forma del hom
bre es el alma racional distinta realmente de
la materia , porque es espíritu , y la materia
es cuerpo. Pero de aquí no pueden hacer
argumento los Peripatéticos para los demas
compuestos , porque no dicen que su forma
es espiritual ; pues á ser espiritual , tambien
yo dixera que era distinta realmente de la
materia.
Eug. ¿Y no pueden decir que es espiri
tual?
Sih. Nosotros no decimos tal cosa , ni vos,
Eugenio , nos hagais tan ciegos , que diga
mos una cosa evidentemente contraria á la
xazon: vamos al jardín.
Teod. Salgamos por esta puerta.

§. IV.

Trátase de los accidentes comunes 4 todat


las cosas.

- Eug. ¡\^rue bello y agraciado jardin !


los ojos no se hartan de ver , y el entendi
miento no acaba de admirarse. Por una par
te el buen gusto del dibuxo , por otra la
viveza de las estatuas que le adornan y en
riquecen , por otra las aguas cristalinas que
por los peñascos de aquella gruta se preci
pitan para venir á recrearnos con su fres
cura , todo á porfía está convidando los ojos
y la atencion , de suerte que yo no sé adon
de me vuelva. ¿Y que me decis , Silvio,
|6 Recreacion filosófica.
de los lindos reflexos que hace el sol en las
aguas de aquella cascada ?
Silv. Aun no reparásteis en lo mejor: ¿que
me decis del sitio? Mirad aquella famosa
barra por donde continuamente están entran
do y saliendo navios de todas las naciones;
desde aquí descubrireis la mayor y mejor
parte de nuestra Lisboa. Hácia el lado de
allá reparad que bella vista hacen aquellos
montes vestidos de árboles : á este otro ten
ded la vista, que bastante tiene con que di
vertirse en tantas casas de campo , en tan-»
tas huertas , y en tantas florestas. No sé que
la sabia naturaleza pueda formar otra pintu
ra mas bella ni mas deliciosa.
Teod. Celebro que gusteis de este retiro^
para que á lo ménos atraidos de él , vengais
á hacerme compañía con mayor freqüencia.
Eug. Por cierto que lo haré ; pero no
dexemos la conversacion que traíamos : án
tes que se pase mas tiempo, quisiera que vos,
Silvio , pusiéseis algunas dudas contra lo que
dixo Teodosio , para ver si me movían del
concepto que tengo formado á favor de lat
Filosofía moderna. t
Silv. Las dudas que tengo contra estas doc
trinas son mas propias de las aulas , que da
los jardines , y mas proporcionadas á los pro
fesores de esta materia, que á quien no ha
estudiado nada de ellas. Pero para que
no atribuyais á ignorancia mi silencio , to
caré las mas fuertes ; no para oír la res-t
puesta , pues no quiero molestaros , ni la oca
sion es oportuna; sino para que sepais- los
Tarde primera. 37
obstáculos que me retardan para dar asenso i
estas doctrinas.
Teod. Yo siempre he de hacer diligencia
para que no queden sin respuesta. Decidme,
doctor mio ¿ que dificultades son estas? Apues
to que han de ser sobre las almas de los bru
tos y sobre los accidentes de la Eucaristía.
¿No son estas?
Silv. Esas son las principales ¿y os pare
ce que no son grandes ? Yo creo que vues
tro sistema no se puede librar de ellas por
mas vueltas que deis al discurso , á menos
que no hagais caso de la razon ni de la ex
periencia en lo que pertenece á los brutos;
y en lo que toca á los accidentes de la sagra
da Eucaristía no atendais á lo que dice la
Fe.
Eug. Teodosio , por vida vuestra no me
hagais herege : si este sistema se embaraza
con la Religion , por ningun caso lo quiero
abrazar.
Teod. No temais , porque ciertamente no,
hay de que tener miedo ; nuestro sistema
nada tiene contra la santa Fe ; tan fieles somos
los Modernos como son los Antiguos. Estad
firmemente persuadido de esto ; y por ahora
como estas materias dependen de otras en
que no teneis instruccion alguna , vamos
continuando con nuestras conferencias , y á
su tiempo oireis la cabal respuesta á aquellas
dificultades. ' Y para que no os impacien
teis con la tardanza , quiero explicaros pri
mero los principales accidentes de los com-
* Tom. II. tarde IX.
ifc Recreación filosófica.
puestos naturales , para que luego entendais
lo que hemos de decir acerca de los de la sa
grada Eucaristía.
Euir. Primeramente decidme ¿ que es lo
que entendeis por esta palabra accidentes!
Teod. Voy á decirlo. Despues que un com
puesto está hecho y constituido por su ma
teria y por su forma , tiene algunos predi-;
cados sin los quales muy bien pudiera pa
sar. Exemplo : Pedro despues de estar cons
tituido por su cuerpo y alma , que son su
materia y forma , tiene el ser blanco , el ser
bien dispuesto , alto ó baxo , el andar ó es
tar sentado , el estar en este ó aquel lu
gar, &c. á estos predicados llamamos ac
cidentes , porque sin ellos podia Pedro pa
sar.
Bug, ¿Y que dicen los Peripatéticos de los
accidentes , mi Doctor ?
, Silv. Dicen lo mismo que de las formas,
que son unas entidades realmente distintas
de toda materia , las quales recaen en una
cosa que tiene ya todo lo preciso para su
esencia : por exemplo : la blancura es una
entidad realmente distinta de Pedro , que
le hace blanco i la figura del cuerpo ó de
la cara , 6 el ser bien dispuesto y gallardo
es otra entidad realmente distinta de él , la
qual hace este efecto ; de la misma suer
te el ser grande ó pequeño es otra en
tidad realmente distinta , que le hace
grande ó pequeño , á la que llaman quan-
tidad. El movimiento de Pedro es otra
entidad j el estar en este lugar mas que ea
Tarde primera. ^
ei otro , tambien es una entidad realmente
distinta de Pedro y del lugar , á que llaman
ubicación , la que tiene por oficio hacer que
Pedro esté en este determinado lugar. Del,
mismo modo discurren de los otros acciden*
tes nuestros Peripatéticos; y este es, Eugenio,
el sistema mas corriente , y el que mas se
conforma con la Fe , digan los señores mo
dernos lo que quisieren.
Bug. Ya no me asustais con esas censu
ras , respecto que Teodosio me ha prome
tido explicarme ese punto : entonces veré
mos quien tiene razon. Vamos ahora , Teo
dosio , á saber lo que dicen los modernos
de los accidentes.
Teod. Dicen que no es así lo que Silvio
da por tan cierto. Dicen que los accidentes.
unos son en sí cuerpo (de estos hablaremos
á su tiempo ) ; otros , de que ahora trataré,
consisten en el modo con que la materia
está dispuesta , despues de tener aquella dis
posicion en que hemos dicho consistía la for
ma substancial. Usemos de algunos exem-
plos , y vamos divirtiéndonos , ya que á eso
hemos baxado al jardín. Esta estatua de Hér«
cules bien veis que es mayor que esta otra
de Cupido , iy por que es mayor sino por-s
que tiene mayor porcion de bronce , ó por-,
que está mas vacía por dentro y mas hue
ca que la otra? De lo que resulta , que es
mayor que la otra , porque 6 tiene mas ma
teria , ó la tiene dispuesta de este modo de
terminado para que quede mas hueca.
. Eu%. Ninguno me parece que dudará eso.
Tom. L O
4o Recreación filosófica.
Teod. Pues lo mismo digo de Pedro : el
ser Pedro grande ó pequeño nace de que su
cuerpo tiene mas ó ménos materia , ó de
estar mas ó ménos maciza , ó de estar dis
tribuida mas hácia lo alto que hácia los cos
tados , porque hay hombres baxos , que pe
san mucho mas que otros altos.
Eug. V. g. el señor Doctor siendo mucho
mas baxo que yo , ha de pesar mucho mas
por ser mas grueso.
Silv. Es porque no me apasiono por fi
losofías , como vos , que viniéndoos á diver
tir con este amigo, tomais por diversion estas
disputas filosóficas , que son capaces de con--
sumir al hombre mas grueso.
Eug. Cada uno tiene la diversion en aquel
exercicio de que gusta ; y así continuad,
Teodosio , en explicarme los otros acciden
tes ; pues este de la quantidad bien entien
do lo que dicen de él.
Teod. Antes que pasemos adelante , de
cidme : ¿ ser la materia mas ó ménos , el es
tar mas extendida ó junta , es ó envuelve al
guna cosa ó alguna entidad realmente dis
tinta de la materia ?
Eug. No señor ; porque conforme á lo
qqe hemos dicho, todo lo que es modo y
disposicion de la materia no es cosa realmen
te distinta de ella.
Teod. ; Luego la quantidad de qualquier
cosa , esto es , el ser grande ó pequeña no-
es entidad realmente distinta de esa misma
cosa ?
Silv. Mirad , Eugenio , hasta ahí fácilmen
larde primera. 4»
te podré concordar con Teodosio ; porque
tambien dicen lo mismo algunos Peripatéti
cos ' . Vamos á los otros accidentes.
Teod. Ser Pedro gallardo y bien dispues
to no consiste mas que en estar la materia
de que consta , que es la de su cuerpo , dis
puesta de este ó aquel modo. Vamos á exem-
plos : este Cupido es mucho mas hermoso
que aquel Sátiro que veis al otro lado. Si
el artífice quando hizo esta estatua , hubie
ra dispuesto el bronce del mismo modo que
lo hizo en la estatua del Sátiro ¿quien du
da que habia de salir esta estatua con las
mismas facciones que aquella ? Pues lo mis
mo digo de Pedro.
Eug. Lo comprehendo ; y sin ir mas lé
jos , en los mismos hombres vemos eso;
porque muchas veces por dar una caida
quedan corcovados ó tullidos ó desfigurados
en el rostro, causando esta desagradable fi
gura la nueva disposicion , que la materia
ó las partes del cuerpo del hombre tomá
ron con la caida ; ¿ y esto que hemos dicho
de la figura de Pedro , dirémos tambien de
la figura de las demas cosas?
Teod. Sí ; porque el ser una piedra qua-
drada, una espada aguda , una sierra denta
da , que son las figuras de estas cosas , todo
consiste en tener las partes de la materia
dispuestas de este ó de aquel modo ; y co
mo este modo no es entidad realmente dis
tinta de la piedra , espada , &c. se sigue
Ga
» Arriaga in Metaph. pag. 643.
4> Recreacion filosófica.
que tambien no es distinto realmente de la
materia este accidente ó la figura de los
cuerpos.
Eug. Pasemos adelante : explicadme aho
ra el otro accidente á que llaman ubicación,
que si bien me acuerdo me habló Silvio de
uno que tenia este nombre ú otro parecido
á él.
Teod. La ubicación , como os ha dicha
Silvio , tiene por oficio hacer que Pedro v. g.
esté en este ó aquel lugar , de suerte que
si ahora estando aquí junto á esta estatua
tenemos una ubicacion , en dando un paso
adelante ya tenemos otra ubicacion , por
que ya mudamos' de lugar. Estas ubicacio
nes ya sabeis que en el sistema peripatéti
co , son unas entidades realmente distintas;
pero nosotros decimos que no son otra co
sa mas , que el modo con que estamos res
pecto de este lugar; ahora estamos juntos
en este lugar que pisamos , si luego anda
mos , solo con la mudanza de lugar ya que
damos separados de este , y juntos á otro,
¿No es así?
Eug. Y quien lo puede negar.
- Teod. Pues en estos diversos modos con
que estamos respecto del lugar , ya junto á
uno , ya separados de este y junto á otro,
es en que consisten nuestras diversas ubica
ciones. Vamos ahora á explicar el movi
miento. El movimiento en nuestro sistema,
Eugenio , no consiste en otra cosa que en
ir sucesivamente poniendo nuestro cuerpo
en lugares sucesivos ; ahora estamos inme
Tarde primera. 45
diatos á esta estatua de Diana ; reparad , va
mos paseando ¿ veis como ya estamos distantes
de Diana , y pasamos ahora por Apolo? Es
perad un poco mas ; he aquí estamos ya
junto á Mercurio ; ninguna otra cosa hubo
aquí de nuevo , sino el ir sucesivamente po
niéndonos en diversos lugares. Esto bien
claro es , que no está mas que en los mo
dos con que estamos respecto de los luga
res , poniéndonos ahora inmediatos á uno,
despues mas distantes de él , y despues aun
mas distantes ; todo esto se reduce á los mo
dos con que estamos respecto del lugar.
Eug. Como las otras cosas sean tan cla
ras como estas , fácil me será la Filoso
fía.
Silv. Os aseguro , Eugenio , que si os go
bernáreis por lo que dice Teodosio , habeis
de encontrar con cosas obscurisimas é ininte
ligibles ; porque hasta á nosotros que tene
mos el entendimiento cultivado con estudios,
nos parece increíble , que solo con diver
sos modos ó disposiciones de la materia , sin
admitir nuestras entidades realmente distin
tas de todo lo que es materia , se puedan
explicar todos los accidentes y todas las
propiedades de los cuerpos naturales. Os
confieso que á veces paro la consideracion
en esto, y mas me parece invencion de ocio
sos , que de hombres serios. Por el discur
to de nuestra^onversaciones hallareis lo que
os digo.
Teod. El tiempo es gran maestro de des-
«ngaños : sentémonos , pues , junto á esta
G3
44 Recreación filosófica.
fuente , que sentados podemos mas bien con-»
tinuar nuestra conferencia ; y si vos , Euge
nio j estais ya cansado con tanto discurrir,
mudaré de conversacion , pues no os quiero
ser molesto.
Eug. No rezeleis que vuestra conversa
cion me cause el menor tedio , mayormente
siendo sobre una materia para mí igualmen
te agradable , que provechosa. Sentémonos,
que gusto mucho de ver correr el agua.

V V.

Trátase del movimiento de la gravedad,


y explícase físicamente qué cosa sea.

He
Silv. Xlermoso sitio por cierto. Me pa
rece estar viendo aquí una pintura de la fe
licidad de este mundo , que hace pocos dias
oí describir á un hombre de buen gusto. Una
fupnte cristalina que está murmurando (de
cía ) , un susurro suave , un prado sembra
do de florecitas ; las avecillas desafiándose
y deshaciéndose en dulces cánticos por en
tre los árboles ; el sol , quando allá por la
tarde se va á esconder en las ondas , pla
teando los mares , dorando las nubes ; y
entonces tres ó quatro amigos conversando
amena y dulcemente sobre la verde yerba,
es la mayor dicha , que se puede lograr en
este mundo. a
Eug. No decia mal , hablando temporal
mente. Gracias á Dios que nos puso en es- •
tas circunstancias , á que podeis añadir otra
Tarde primera. 47
«jue es ser nuestra conversacion no solo de
gusto , sino tambien de provecho.
Silv. Así es ; mas no interrumpais el hilo
del discurso , apartandoos de una materia
de que tanto gustais.
Eug. Decis muy bien , y ahora la misma
agua que está corriendo me excita la curio
sidad del entendimiento. Decidme , pues,
Teodosio , ¿ qual es la causa por que esta
agua despues de haber subido hácia arriba
coa ímpetu , vuelve á caer ? Yo bien sé que
esto procede del peso ó gravedad que tienen
todos los cuerpos ; pero eso mismo es de lo
que quiero yo saber la razon ¿ por que todas
Jas cosas han de caer abaxo , ó en que con
siste la gravedad y peso de los cuerpos?
Teod. Preguntadlo primero á los Peripaté
ticos , que su respuesta suele ser mas breve;
y Silvio es el mejor procurador que ellos
pueden tener en su causa.
Silv. Nosotros procedemos consiguientes:
decimos que es una cierta entidad realmente
distinta de toda la materia , que puesta en
qualquier cuerpo le hace cargar hácia abaxo.
Eug. Lo he entendido : vamos ahora , Teo
dosio , á la opinion de los Modernos.
Teod. En esta materia es mucho lo que
tengo que deciros; mas no ha de ser ahora. .
Vuestro entendimiento aun no tiene fuerzas
para digerir mantenimiento substancial y fuer
te : si os dixera todo lo que los Modernos
tratan y deben tratar en esta materia , ten
dríais indigestion de entendimiento, que nues
tro amigo el Doctor no podria curar. Os
G4
j¡6 Recreación filosófica.
daré por lo mismo una instruccion clara y
sucinta , quanto baste para entender las ma
terias principales de la Física , reservando
el resto para despues.
Bug. ¿Y si despues la fortuna nos sepa^
rare , ó nos impidiere esta compañía y co
municacion ?
Teod. Dandoos ahora una instruccion ge
neral , aunque sucinta , en qualquier tiempo
despues , aunque sea por cartas , os prometo
explicaros completamente todo lo que toca
al movimiento , que es como el alma de la
Física. Ahora dexadme gobernar vuestra ins
truccion.
Bug. Haced lo que os parezca, y no per
damos un momento.
Silv. ¡ Grandes promesas tenemos para lo
futuro ! pero siempre os quisiera oir sobre
el punto de la causa de la gravedad.
Teod. Este punto en todo sistema es difi
cultoso ; si algun dia tuviéremos ocasion
oportuna , os hablaré largamente sobre di
versas opiniones que hay acerca de la gra
vedad ; mas ahora os diré sucintamente lo
que entiendo : seguiré un camino , que me
parece el mas desembarazado , bien que Sil
vio no dexará de hallar sus tropiezos. Oid,
Eugenio: Dios nuestro Señor en el princi
pio del mundo , quando crió todos los cuer
pos 6 compuestos físicos , determinó que todos
se juntasen y conservasen juntos para formar
un cuerpo grande , ó un gran globo , que es
el Universo : si los cuerpos espontaneamente
se separasen unos de otros , ó no se resis-
Tarde primera. 47
tiesen de algun modo á esta separacion , se
desharia esta bella máquina del mundo ; pa
ra evitar , pues , la disolucion de tan gran
de obra , determinó el Supremo Artífice,
que todas las cosas hiciesen resistencia al se
pararse de las demas , v. g. que una piedra
hiciese resistencia quando la quisiesen levan
tar separándola de la tierra , y esta resis
tencia es el peso que experimentamos en la
piedra , y que nos es preciso vencer por
fuerza tirando hácia arriba ; y semejante re
sistencia ordenó que tuviesen todos los de-
mas cuerpos á proporcion , unos mas , otros
ménos ' . No obstante como no bastaba es
to para que todos los cuerpos se conserva
sen juntos , porque podia esta resistencia ser
vencida por fuerza , como sucede quando
con fuerza tiramos una piedra por el ayre;
por esta razon determinó , que todas las cosas
que con violencia fuesen separadas de la union
de las demas ó de la tierra ; despues de aca
bada esta violencia , por sí mismas volvie
sen á buscar la tierra para jungarse con las
demas ; y de aquí nace la fuerza con qué
la piedra despues de subir por el ayre li
bre , por sí misma cae otra vez hacia aba-
xo.
Eug. A mí me parece claro y desemba
razado este modo de discurrir.
i Tom. VI. tarde XXXIII. §. II. se prueba la
misma gravedad y ley general en todos los cuer
pos celestes , y que la gravedad terrestre llega hasta
la luna, estando esta sujeta á las mismas leyes de los
cuerpos terrestres.
48 Recreación filosófica.
Teod. Dexadme usar de un símil ó com
paracion que tenemos delante de los ojos:
¿veis aquel hombre que anda juntando los
ramitos de murta que el jardinero dexó es
parcidos quando trasquiló los quadros? Pues
reparad como los junta en un haz ; y para
que el viento no se lo deshaga , separándo
selos , le ciñe al rededor aquella cuerda,
apretándolos para que carguen unos hacia
los otros , y hácia el centro del haz ; de
suerte , que no podreis sacar ninguno sin vio
lencia ; y si lo sacáreis , lo volverá luego
á atar con los demas. Así hizo Dios nues
tro Señor : para que el mundo no se deshi
ciese yendo unos cuerpos para una parte y
otros para otra , ciñóles al rededor esta co
mo cuerda , ó esta ley y determinacion con
que hizo que todos cargasen hácia el medio;
de suerte que solo por fuerza y violencia
fuesen separados de los demas , y que en
cesando la tal violencia se juntasen luego á
ellos.
Silv. Eujpnio , vos ya os dais por satis
fecho ; dexadme ahora un poco con Teodo-
sio , que quiero averiguar bien esto. Teo-
dosio , vos decis que la piedra v. g. carga
hácia abaxo , porque Dios determinó y man
dó que ella viniese hácia abaxo quando la
crió. Pues decidme , ¿y que es. lo que aho
ra la hace baxar ? ¿ Es la piedra ó alguna
cosa que está en la piedra?
Teod. Me obligais á declarar mi pensamien
to , y lo que yo entiendo acá para conmigo:
voy á explicarme ; pero os advierto á vos
Tarde primera. 49
y á Eugenio , que lo que voy á decir , si
no os parece bien , no es sentencia comun
de los Modernos , es opinion mia particu
lar , y el modo que me pareció mejor para
vencer las dificultades , que acerca de este
punto ocurren en todos los sistemas.
Silv. Lo cierto es que en todos es difi
cultoso de explicar.
Teod. Me preguntasteis, que era lo que im
pelía esta piedra hácia abaxo , si era solo
la piedra , ó si otra cosa distinta que estu
viese en la piedra. Digo que ni una ni otra
cosa ; no es solo la piedra , porque la pie
dra no tiene oídos , ni entendimiento pa
ra oir y conocer la determinacion ó ley
que Dios estableció. Determinó en el prin
cipio del mundo que hubiese piedra , y lue
go la hubo ; determinó y puso la ley , pero
no fué la piedra la que puso en execucion
esta ley, porque no fué ella la que se tra-
xo á sí misma al estado de existir. De la
misma suerte , supongamos que Dios deter
mina que la piedra se destruya , en un ins
tante queda la piedra destruida ; pero no
fué la piedra la que executo la ley y deter
minacion de Dios , y la que se destruyó á
sí misma. Mas : supongamos que Dios de
termina que esta piedra se mueva de aquí
para allí ; así que Dios lo determinare , des
de luego la piedra se halla en la otra parte;
y con todo no fué la piedra la que se llevó,
porque ni oyó la determinacion de Dios , ni
en sí tiene poder para mudarse á otro lu
gar. Tambien conozco , que lo que mueve
fe Recreación filosófica.
la piedra no es la materia sutil ú otra cosa
semejante que la haga venir abaxo , como
dice el gran Descartes, porque ahí se vuel
ve á excitar la qücstion , que cosa es la que
hace mover esa materia , que impele la pie
dra hácia abaxo. Ni tampoco son algunos
efluvios atractivos de la tierra , que atraigan
la piedra hácia abaxo , como quiere Gasen~
do ; porque esos efluvios siendo en sí cuer
po y tambien materia , se vuelve á excitar
la qüestion , quien le da movimiento á esa
materia para ir á buscar la piedra que está
arriba.
Eug. Muy dificultoso es el explicar esta
qüestion , pues hay tantas opiniones que no
os agradan.
Teod. Es de las mas obscuras para todos,
pero vamos adelante. ¿ Sabeis , Doctor mio,
quien hace baxar la piedra quando cae ? Es
Dios , y solo Dios.
Silv. Eso no puede ser (permitidme expli
car así) : no tenia Dios mas que hacer, que
estar impeliendo hácia abaxo todo quanto
cae ó hace fuerza para caer sobre la tier
ra.
Teod. Vamos poco á poco , que á todo
os he de satisfacer. ¿ Por ventura Dios así que
crió la piedra v. g. se separó de ella y la
dexó ? Supongo que como Catolico habeis
de decir que no se separó de ella (á nues
tro modo de hablar) , sino que siempre la
está conservando ; y si os preguntare , que
es, ó en que consiste esta conservacion , me
direis con todos que es una produccion con-

X
Tarde primera. fI
tincada : está Dios continuamente produ
ciendo la piedra en todos los instantes , y
eso mismo es conservarla. ¿ No es esto doc
trina de todos , y que vos mismo abrazais ?
Silv. Así es.
Teod. Luego si admitís , que Dios actual
mente está conservando ó produciendo en
cada instante la piedra que cae ; qué mo
tivo es de admiracion el que yo diga que
la mueve ahora : si la habia de producir por
estos instantes que van corriendo , y siem
pre en el mismo lugar , produce la piedra
en lugares sucesivos hácia abaxo , que esa
es el moverla : esto es evidente.
Silv. Dexaos de esa opinion , Teodosio,
que no lleva camino : vamos á otra cosa pa
ra no perder tiempo.
Teod. Ya que me hicisteis declarar , ha
beis de decir lo que teneis contra este siste
ma , porque en esto nos hallamos todos tres
interesados.
Silv. Eso estaba muy bien si Dios obrase
milagrosamente ; pero quando conserva la
piedra , obra como Autor de la naturaleza,
y entonces solo hace lo que piden las otras
cosas naturales : no obra solo por sí mismo,
obra juntamente con ellas , y como ellas na-
- turalmente lo están pidiendo.
Teod. Basta : ¿ y que es lo que piden las
cosas naturales?
Silv. Piden hacer los efectos , que les soa
debidos conforme á las leyes de la natura
leza.
Teod. ¿Y que cosa es la ley de la naturaleza?
ji Recreación filosófica.
Silv. Es una disposicion y voluntad ó de
terminacion de Dios como Autor de la na
turaleza.
Teod. Tened paciencia : aun pregunto mas,
iy por donde nos constan esas leyes ó de
terminaciones de Dios como Autor de la na
turaleza ?
Silv. Nos constan por la freqüente y pe
renne observacion de lo que sucede en el
mundo. Vemos que un cuerpo dando con
fuerza en otro que está libre , le mueve ó
hace diligencia para eso ; y decimos que es
ley de la naturaleza , que un cuerpo dando
en el otro le mueva. Vemos que el fuego
junto á la estopa seca siempre la quema y
Consume ; y decimos que es ley de la na
turaleza , que el fuego queme los cuerpos
Combustibles estando junto á ellos , &c.
Teod. Bien : luego todas las veces que vié
remos que una cosa siempre sucede , hemos
de decir que es ley de la naturaleza el que
suceda así.
Silv. No hay duda.
Teod. Luego viendo nosotros que la pie
dra suelta siempre cae , hemos de decir que
hay una ley de la naturaleza , que manda
que la piedra venga hácia abaxo : luego
quando Dios trae la piedra hácia abaxo, .
obra acomodándose á la ley de la naturale
za ; y si se acomoda á la ley de la natu
raleza , no hemos de decir que obra mila
grosamente.
Silv. ¿Como no ha de obrar con milagro, si
obra por sí solo?
Tarde primera. fy
Teod. Poco á poco : Dios obra natural
mente todas las veces que sus acciones son
conformes á las leyes de la naturaleza , co
mo habeis confesado ; luego siendo ley
de la naturaleza , que la piedra suelta ven
ga abaxo , quando Dios en estas circunstan
cias la mueve obra naturalmente y no con
milagro. El que digais que obra solo , no
obsta ; porque tambien Dios por sí solo con
serva á todo este universo, ni habeis de de
cir que en esta conservacion tiene alguna otra
causa que concurra con él ; y con todo eso
no obra milagrosamente conservando el Uni
verso ; ántes si no lo conservase , y si de re
pente lo reduxese á nada ( como sucedería
en el primer instante en que cesase de con
servale ) , diríamos que hacia un gran mila
gro ; pues milagro será aniquilar una piedra.
Con que , mi Doctor , la diferencia de obrar
Dios como Autor de la naturaleza y obrar
milagrosamente , no está en mas que en aco
modarse ó en no acomodarse á la ley de la na
turaleza ; y esto en palabras mas claras es
decir que esta diferencia no está mas que
en hacer Dios lo que es costumbre desde
el principio , ó no ; pues ley de la natura
leza como concedisteis , es una costumbre
?erenrie observada siempre en el Universo.
or lo mismo , si Dios por sí solo llevare
la piedra arriba , digo que obra milagrosa
mente , porque hace lo que no es costum
bre ; pero quando por sí solo la trae aba
xo , digo que obra naturalmente , porque ha
ce lo que siempre se vió desde el principio
f4 Recreación filosófica.
del mundo , y estas costumbres perennes son
como vos confesais , ó las leyes de la natu
raleza , ó señales infalibles de que Dios Au
tor de la naturaleza puso esas leyes.
Eug i Pues que , Silvio , aun hallais difi
cultades en este modo de discurrir?
Sílv. Hallo , y muchas : vos, Eugenio,
nunca estudiasteis Filosofía , por eso no sa
beis quanto abomináron siempre los Filóso
fos recurrir á Dios para señalar la causa de
los efectos naturales. De este modo yo os
enseñaré toda la Filosofía natural en un ins
tante. Si os preguntaren qual es la causa de
qualquier efecto particular v decid que eso
sucede porque Dios lo ha hecho , y así lo
quiere ; y teneis respondido bien , conforme
al modo de discurrir de Teodosio.
Eug. A esto no sé yo responder , Teo
dosio.
. Teod. Pues yo respondo. Digo que los Fi
lósofos siempre abomináron recurrir á Dios
para los efectos particulares ; pero no para
los efectos generales. Los efectos particula
res tienen tambien causas particulares ; pero
los efectos generales , como es Ja gravedad,
pide una causa universal. Yo no digo cosa
que no estén obligados á decir todos los Fi
lósofos de qualquier sistema : si los fuéremos
apretando con preguntas , é inquiriendo las
causas de las causas , han de venir á parar
como buenos Filósofos á principios genera
les , que se llaman leyes de la naturaleza;
y si preguntáremos la causa de estas leyes
de la naturaleza , han de señalar al Autor
Tarde primera. jf
de toda ella ; porque aunque quieran parar
en las naturalezas de qualquier causa , dicien
do que la causa produce el efecto , porque
tiene virtud para ello de su naturaleza ; si
le preguntáremos quien dio las naturale
zas á las causas segundas (que todas lo son
fuera de Dios) , necesariamente han de re
currir á Dios , primera y universal causa de
todas las causas.
Silv. Pero nunca señalan á Dios por causa
próxima é inmediata de los efectos natura
les como vos haceis.
Teod. Digo que sí, lo señalan siempre que
los efectos son generales ó primeros : exem-
plo : preguntad á Cartesio ¿ quien es la cau
sa que dió movimiento á la materia sutil
de los vórtices ? Responderá que Dios. Pre
guntad á NeWton ¿quien dio movimiento rec
to á los planetas ? Responderá que Dios.
Preguntémosle mas , ¿quien dio á los cuer
pos estas virtudes atractivas y repulsivas,
que son el principio de toda su Filosofía ?
No dirá otra cosa sino que Dios : y respon
den bien , porque las preguntas recaen so
bre efectos generales y primeros , y estos no
tienen otra causa mas que Dios.
Silv. Esos Filósofos podrán decir, que Dios
dió ese movimiento á la materia sutil ó á
los planetas , &c. en el principio solamente
quando los crió ; pero supongo no dirán que
se lo está dando continuamente.
Teod. Y si les preguntáremos quien les
conserva ese movimiento , necesariamente
han de confesar que Dios que conserva el
Tom. I ' H
56 Recreacion filosófica.
cuerpo , conserva tambien el movimiento ; y
aunque Descartes quiera huir de esto y
acogerse á !as leyes del movimiento y de la
naturaleza ; todo ello bien averiguado he
mos de concluir en lo mismo que ya con
cluimos , quando vos huíais tambien para es
te asilo. Hablemos claro : si preguntáremos
á Descartes ¿por que se conservala mate
ria sutil de sus vórtices en este movimien
to ? Responde , porque es ley de la natu
raleza que un cuerpo en llegando á poner
se en movimiento , persevera en él , hasta
que le hicieren parar. Está bien : pregun
temos mas ; ¿y esta ley que viene á ser ver
daderamente? Ha de decir que es una de
terminacion de Dios nuestro Señor Autor
de la naturaleza , el que ordenó que siem
pre que un cuerpo se moviese , le habia de
conservar en movimiento , hasta que le hi
ciesen parar. En este modo de responder.
Dios es quien lo conserva en movimiento,
y ninguno concurre con él para esta con
servacion. De lo qual venimos á inferir , que
en el sistema de Descartes Dios y solo Dios
es quien mueve la materia de sus vórtices;
porque así como conservar Dios la piedra,
es , en el sentir de todos , estar producién
dola continuamente ; tambien el conservar
Dios eí movimiento de qualquier cosa , es
estar continuamente causando ese movimien
to. El mismo argumento se hace en el sis
tema de Newton , y en buena cuenta todos
vienen á decir lo mismo que yo digo.
Silv. Que ellos lo digan importa poco;
Tarde primera. ij
eso & mí no me convence ; porque yo no
soy Cartesiano ni Newtoniano.
Teod. En horabuena que no lo seais ; maí
yo siempre pruebo con esto , que el modo
con que discurro dando á Dios por causa de
este efecto , no debe ser abominado por to
dos los Filósofos , como me decís ; pues vemos
que estos famosos hombres y sus discípulo»
están obligados á discurrir así.
Silv. El caso está si eso es así en la rea*
lidad.
Teod, Como no estamos disputando en la*
aulas , sino hablando en un jardín , no es co
sa de porfiar mas sobre este punto. Dexad-
me dar en pocas palabras una idea de lo que
Eugenio deoe saber acerca de lo que tene
mos dicho ; porque confieso que la fuerza
del argumento me hizo atender mas á vos,
que á él. Dadme atencion ambos. Dios crio
en el principio todo el Universo : dexemos
á parte el hombre y los efectos que nacen
de su voluntad libre , y también todos loa
movimientos de los demas vivientes , por
que de esos he de tratar á parte : todo lo de-
mas es materia inanimada , é inerte : esta
materia por sí no puede moverse , ni esco
ger mas este lugar adonde va , que este don
de está ó estos por donde pasa. Ahora bien,
sin movimiento no puede haber efecto al
guno natural , como vereis en el discurso de
estas conferencias. Luego fué preciso que
Dios diese algun movimiento á estos cuer
pos , ó á la materia de que ellos son hechos:
este movimiento poco importaría que se la
Ha
5? "Recreacion filosófica.
diese , si no se lo conservase ; porque el mo
vimiento que hubiese en el principio del
mundo , no puede ser causa del efecto que
ahora se produce ; con que ya tenemos que
Dios por sí solo dio á la -materia cierto mo
vimiento , y que por sí solo conservó y con
serva este movimiento , ó la inclinacion y
fuerza para él ; y como Dios todo lo que
ahora hace , ya en el principio del mundo
lo tenia determinado hacer, se sigue que en
el principio del mundo determinó conservar
por sí este movimiento que dio á la materia.
Esta determinacion es la que llamamos ley
de la. naturaleza , y á estos movimientos
llamo yo efectos generales , ó primeros efec
tos ; y digo que solo tuviéron y tienen por
causa á Dios nuestro Señor. Uno de estos
movimientos es el de la gravedad , otro el
de los planetas , y otros los que yo diré á
su tiempo. Estos movimientos son causas de
otros efectos , y estos causas de otros , co
mo os explicaré despacio si quisiereis ; y
conforme se mudan las circunstancias , así
se vanan los efectos ; mas todos ellos últi
mamente vienen á proceder de las leyes de
la naturaleza , ó de los primeros efectos. Por
eso , como es obligación del Filósofo dar á
cada efecto la causa inmediata que tiene , si
fuere preguntado por la causa de un efecto
particular que ahora sucede , debe señalar
la causa particular é inmediata de este efec
to , y no recurrir luego á Dios ; porque el tal
efecto particular no nace de Dios inmedia
tamente; nace de otros efectos mas genera
Tarde primera. f*
les , y estos de otros , y últimamente han
de parar en las leyes de la naturaleza ó en
los primeros efectos , los quales solo tienen
Jjor causa á Dios ; y por esta razon si el Fi- -.
ósofo fuere preguntado por la causa de es-"
tos efectos generales y primeros , solo debe
señalar á Dios ; porque no hay otra qjiusa
adonde podamos recurrir. Y de paso notad
una preferencia que hallo en este sistema á
todos los otros , y es que en qualquiera de
]os otros necesariamente han de decir lo que
yo digo , como ya demostré ; y ademas
de esto han de admitir algun otro principio
que no es cierto , v. g. los vórtices de- la
materia de Descartes , ó los efluvios de Ga-
sendo , y en este sistema basta solo este
principio que llevo dicho.
Silv. Está muy bien ; dexemos eso ya , y
Vamos adelante.
Teod. Esperad un poco; dexadme usar de
Un exemplo que me ocurre : ¿ visteis , Eu
genio , un ingenio de serrar piedra ?
Eug. No ; mas decidme como es.
Teod. Yo os lo describiré quanto baste pa
ra el asunto. Con el agua de un rio hacen
andar una gran rueda ; el exe de esta rueda
prende dentro de la casa con otras ruedas,
y estas están de tal modo dispuestas que
mueven unas sierras , las quales van serran
do la piedra con el movimiento , que le dan
las mismas ruedas. Supuesto esto , pregun
temos al dueño de la fábrica, ¿qual es la
causa que sierra la piedra? No dirá bien que
Dios , ni que el agua del rio ; porque estas
H3
6o Recreación filosófica.
cosas no son las que inmediatamente sierran
la piedra ; debe decir , que la causa de ser
rar , es el movimiento de las sierras : pre
guntemos mas ; ¿ y qual es la causa de mo
verse las sierras ? Debe responder que el mo
vimiento de las ruedas , que prenden unas
en otras ; é instado por la causa del mo
vimiento de estas ruedas , debe decir que
es la otra que está fuera metida en el rio.
Preguntemos mas : ¿ y quien mueve esta rue
da que está metida en el rio ? Debe decir
que el agua del rio corriendo hácia abaxo.
Continuemos las preguntas para saber ¿quien
es la causa de moverse el agua hácia abaxo?
Responderá que su peso ; y si inquiriéremos
la causa de este peso , debe responder que
Dios Autor de la naturaleza. He aquí como
debe responder un Filósofo ; debe señalar á
cada efecto la causa de que nace inmedia
tamente , y por eso preguntado por la cau
sa de la gravedad ú otro efecto semejante,
debe señalar á Dios , sin ser esto contra la
Filosofía; porque Dios es la causa inmedia
ta de la gravedad ó del peso de los cuer
pos , que tanto nos tiene dado que hacer.
Eug. A mí no me ha sido molesta la con
tienda , porque sirvió de instruirme perfec
tamente en esta qüestion , y me parece que
vos , Silvio , no teneis razon para no aco
modaros con este discurso , que es muy na
tural.
Silv. Eugenio , esta conferencia á vos os
sirvió de instruccion , y á mí de diversion.
Si os agrada el sistema de Teodosio , se
Tarde primera. 6r
gnídlo , porque yo siempre he de seguir aquel
con que me criáron. Pasemos á otra cosa,
Teodosio.
Teod. Sí ; pero vamos al naranjal , quo
ya en ¿I no da el sol ; y despues de tener
esta instruccion ligera sobre la Filosofía ge
neralmente , si os agradare trataré mas pro
fundamente de esta materia y de las admi
rables leyes del movimiento. Venid con
migo.
Eug. "Vamos ; pero continuemos nuestra
conversacion , que no es para perder tan
buena oportunidad.

%. VI.

De la aceleracion de los cuerpos quanda


caen libremente.

Silv. JtLl terreno , Teodosio , muestra


ser fertilísimo, pues vemos los árboles tan
crecidos y cargados de frutos.
Eug. La multitud de ellos que vemos des
perdiciados por el suelo , bien denota su
abundancia.
Teod. No atribuyas eso á desperdicio : re
parad que todas esas naranjas que veis , es
tán hendidas, con el golpe que diéron quan-
do cayéron á causa de ser estos naranjos tan
altos.
Eug. Ahora advierto en eso ; mas decid
me , i y por que han de rajarse cayendo de
alto , lo que no sucederia si cayesen de otro
árbol mas baxo? No me admiro del caso,
H4
61 Recreación filosófica.
que es freqüente ; pregunto la causa como
quien quiere ser Filósofo.
Teod. La causa de esto es la que se llama
aceleración ; me explico : todas las cosas
quando caen , caen con esta circunstancia,
que quanto mas baxan , vienen con mayor
fuerza y velocidad. Por otras palabras : quan
do una piedra ó una naranja viene cayendo
por el ayre , siempre se viene apresurando
cada vez mas , como un hombre que prin
cipiando á pasear muy pausado , despues ya
va mas ligero , luego aprieta el paso , y
últimamente corre ; esto es lo que llamamos
aceleracion.
Silv. La causa que damos los Peripatéti
cos de este efecto, ántes que me la pregunteis,
Eugenio , os la voy á decir. Aquella enti
dad que yo decia que estaba en la piedra,
y la hacia venir abaxo, si dura" algun tiem
po , produce otra entidad semejante, y «sta
otra , &c. de suerte , que en quánto la pie
dra viene cayendo , siempre se van produ
ciendo entidades , cuyo oficio es echar la
piedra abaxo ; por eso en el fin anda mas
ligera porque tiene mas de estas entidades,
que la hacen mover. Diga ahora Teodosio
la causa de este efecto en su sistema.
Teod. Nosotros , Eugenio , bi«n veis que
hemos de tomar diferente rumbo ; tened pa
ciencia , llegad aquí á este juego de ar
golla', que sirve para que se diviertan los
mozos de esta quinta , y ahora nos ha de
dar una buena instruccion : coged esta pala;
aquí teneis una bola ; id , pues , dando con
Tarde primera, 63
la pala golpes sucesivos en la misma bola;
si yo la asegurare con el pie , por mas gol
pes que la deis , no ha de moverse ; pero
luego que la dexe libre ha de correr por el
suelo ; y como continueis en repetir los gol
pes , cada vez ha de ir con mas ligereza. ¿No
es así ? Haced la experiencia , y lo vereis.
Eug. ¿Para que? si lo entiendo bellamen
te , ni puede haber cosa mas natural.
Teod. Pues aquí teneis la verdadera cau
sa de la aceleracion de la piedra. La causa
de la gravedad , sea ella qual fuere , pres
cindamos ahora de esa qüestion , determina
continuamente la piedra para venir abaxo:
supongamos que la piedra estaba atada con
nn cordel ; todas aquellas determinaciones
6e frustraban y hacian tan poco efecto como
los golpes que dabais en la bola miéntras
que yo la aseguraba con el pie ; pero lue
go que se quebró el cordel que sujetaba Ja
piedra , la primera determinacion que halló
la piedra suelta , la movió hácia abaxo ; y
sí no hubiese segunda determinacion , se mo
veria por algun tiempo ; pero como siempre
se vienen repitiendo las determinaciones, va
creciendo el movimiento en la piedra , y
de cada vez va mas ligera , así como suce
deria á la bola , despues que yo la soltase
si continuaseis los golpes.
Eug. El exemplo no podia venir mas pro
porcionado al punto.
Teod. Ahora se me acuerda otro que no
es ménos claro. Si en qualquier rueda que
ande libre y suelta sobre sus exes diereis

-"
64 Recreación filosófica.
nn golpe , se mueve ; y si fuereis conti
nuando los golpes unos despues de otros,
crece de tal modo el movimiento , que pa
rece increible : lo mismo sucede en la gra
vedad ; porque la causa del movimiento há
cia abaxo en todos los sistemas es causa con
tinua , la qual continuamente determina la
piedra hácia abaxo , por lo que forzosamen
te ha de suceder lo que digo. Sobre esta
aceleracion hay mucho mas que decir j mas
no es para vos , Eugenio , por ahora.
Eug. Ordenad mi instruccion como os pa
rezca ; ¿ mas que os parece de esto , Sil
vio ?
Silv. Supuesto el principio en que va Teo-
dosio, digo , que explica bastantemente la
aceleracion ; y en el sistema de los Moder
nos es el modo mas claro de quantos he oi-
do en orden á disolver las dificultades que
se acostumbran suscitar sobre este punto.
Eug. Mucho celebro que no desaprobeis
el discurso de Teodosio , y que me conce
dais amplia facultad para seguirle. Mas aho
ra quisiera saber la razon ¿ por que una pie
dra da mayor golpe en el suelo quando cae
de mayor altura?
Teoa. La razon yo os la diré. Es porque
ser un golpe mayor ó menor nace princi
palmente de la velocidad con que se mueve
el cuerpo que da el golpe. Con el mismo
martillo levantándole á una misma altura doy
yo golpes diferentes , segun lo haga caer mas
de priesa ó mas despacio. Por lo mismo
qualquier cosa tanto da mayor golpe , quan
Tarde primera. 6j
to cae de mayor altura ; porque conforme
es la altura ' , así es la velocidad con que
viene ; y para que acabemos por donde co
menzamos, esta es la razon por que las na
ranjas que veis , están hendidas con el gol
pe que dieron en el suelo por ser los árbo
les aquí mas altos de lo que suelen ser ordi
nariamente.
Eug. Contra esa razon me ocurre una du
da. Tambien las hojas cayeron de la misma
altura , y no padecen el mismo daño ; ¿qual
es luego la razon de la diferencia ?
Teod. La razon de la diferencia está en
qué las hojas no tienen tanto peso como las
naranjas ; por eso estas caen con mayor fuer
za y consiguientemente con mayor veloci
dad. Pero ya veo que quereis que os ex
plique generalmente que es lo que hace unas
cosas mas pesadas que otras. Pero en estas
materias como en todas las demas pertenece
el primer lugar al señor Doctor.

0-1 : $. VIL
Del diverso peso de los cuerpos, y de su
porosidad.

B,
Silv. JDrevísimamente explico todo eso
en mi sistema. Quien hace venir los cuerpos
hacia abaxo es la gravedad , que es una en
tidad distinta de la materia ; esta entidad
1 Quando se tratare esta materia radicalmente,
entonces se demostrará que la velocidad es la raiz
quadrada de la altura.

-"
66 Recreación filosófica.
puede ser mas ó ménos fuerte : si es mu
fuerte hace que el cuerpo busque con mas
fuerza el centro de la tierra ; si es menos
fuerte , se contenta con que venga mas des
pacio. Mirad como en quatro pilabras me
desembaracé de esta qüestion. Vereis ahora
el tiempo que gasta Teodosio en explicarla
conforme á su sistema.
Eug. Yo ántes quiero entender las cosas
despacio, que pasar de priesa por ellas sin
entenderlas. Explicadme , Teodosio , esto en
vuestro sistema.
Teod. Nosotros decimos , que ser unos
cuerpos mas pesados que otros , procede' de
tener mas partes de materia ; por eso una
libra de plomo es mas pesada que media,
porque en la libra hay mucha mas materia,
que en la media libra , y á la materia es á
quien dio Dios la determinacion hácia aba-
xo.
Eitg. En ese exemplo bien se entiende,
porque una libra es mayor que media li
bra ; pero hagamos la comparacion entre
una bola de plomo y otra de palo del mis
mo tamaño : la de plomo es mas pesada y
no tiene mas materia que la de palo , por
que ambas en el tamaño son iguales.
Teod. Aunque sean del mismo tamaño , la
de plomo tiene mucho mas materia que la
de palo , porque en el plomo están las par
tes de la materin mas juntas entre sí , y en
el palo están mas separadas y con mayores
poros.
• Eug. O yo no entiendo qué cosas son po
Tarde primera. 6j
ros , 6 vos no decis bien en admitir poros
en el palo.
leoa. Poros son unos como huecos muy
menudos , que hay en qualquier cosa ; todos
los cuerpos constan de materia como ya sa
beis : esta materia tiene partes muy tenues y
pequeñas, las qualcs quando se van texiendo,
uniendo y mezclando entre sí , hacen unas ve
ces palo , otras plomo y otras piedra ; pero
nunca se unen y llegan de tal suerte unas
á las otras , que no queden algunos huecos,
6 en una parte ó en otra : estos huecos son
los que llamamos poros ; unas veces son ma
yores y otras son menores : los poros del
corcho son de tal suerte grandes , que lle
gan á verse con los ojos ; los del oro y los
del plomo son muy tenues , pero verdade
ramente son poros ; y si el oro los tiene,
que hará la piedra y la madera , &c.
Bug. Paréceme imposible que el oro sien
do tan sólido tenga poros.
Teod. Esperad un poco : yo os formaré un
discurso de donde se infiere que los tiene,
llenad un vaso de vidrio de arena fina hasta
que no pueda llevar mas : apretadla quanto
íuere posible , de suerte que mirando por en
cima, por el fondo y por los lados del vaso os
certifiqueis que dentro de él no queda hue
co alguno considerable. Estando el vaso así
lleno de arena , echadle encima un poco de
agua , y vereis como se va sumiendo por
la arena adentro. Pregunto ahora ¿en don
de se acomodó esta agua , que bebió la are
na?

-'
68 Recreación filosófica.
Eug. Se acomodó dentro del vaso.
leod. Decis bien ; pero el vaso estaba lle
no de arena como visteis , por lo que solo
el agua se podia acomodar en algunos hue
cos pequeñitos entre grano y grano ; por
que así como en un saco de nueces por mas
que se aprietan siempre dexan entre sí algunos
espacios vacíos , así tambien con su debida
proporcion los granos de arena. Luego en
esta arena así apretada habia poros.
Eug. En eso no dudo , porque vemos
que el agua allá se entró , y allá se aco
modó.
Silv. No tengais escrúpulo en eso , por
que es asentado por todos, que no puede
haber naturalmente compenetracion de dos
cuerpos ; esto es , que dos cosas V. g. are
na y agua no pueden estar verdaderamente
en el mismo lugar ; y así si el agua se su
me , es porque se acomoda en algunos va
cíos muy tenues que dexó la arena.
Eug. Así será ; pero yo en donde du
do mas es en el oro , y en otras cosas se
mejantes.
Teod. Y sí yo en el oro hiciere la mis
ma experiencia, que en la arena ¿dudareis?
Creo que no ; pues oid : coged una mone
da de oro , echadle encima despacio un po
co de azogue , vereis como se introduce en
el oro , de modo que queda como una mo
neda de plata , de tal suerte que si la par
tiereis , la vereis plateada tambien por den
tro.
Silv. Eso bien á mi costa lo experimentó
Tarde primera. 69
ya ; porque días pasados quise hacer un re
medio en donde habia de entrar azogue; des-
cuide'me , y unas monedas de oro que esta
ban sobre la mesa , se me convirtiéron en mo
nedas de plata , y ninguno se persuade que
son de oro , quedándome de este modo to
talmente inútiles , porque no hallo quien me
las tome.
Teod. Metedlas en el fuego , y saldrá el
azogue en humo , quedando el oro en su
color antiguo. Mas yo quiero que hagais jus
to concepto de la porosidad increíble de los
cuerpos á fuerza de experiencias. Si cogié
reis una barra de oro macizo , y metiéreis
una extremidad dentro del azogue , vereis,
que no solo queda cubierta de azogue to
da la superficie exterior del oro , sino que
pasa por dentro desde una extremidad has
ta la otra con gran facilidad , cosa que pide
una gran multitud de poros ' ; ademas de
esto vemos que el agua regia , que es un
compuesto de espíritu de sal marino , desha
ce el oro enteramente , lo que no puede ser
sino penetrando por sus poros.
Eug. Notables son esas experiencias por
cierto ; ¿ y acerca de los otros metales te
nemos tambien experiencias , que prueben
tener muchos poros?
Teod. Quando no las hubiese del oro , te
níamos un argumento muy grande para to
das las demas cosas. Porque como ya os he
dicho , los cuerpos que teniendo igual ex-
1 P. Schott. Mag. univ. Ozanam Recreation. Muh
tbem. P, Regnauit. tom. 4. pag. 46'.

w
>jt Recreacion filosófica.
tension , sorl mas pesados , tienen mayor por
cion de materia y menos poros ; por el con
trario los que son mas ligeros , tienen menos
materia y por consiguiente mas poros. Lue
go si el oro , que es pesadísimo , tiene tantos
poros como dixe , muchos mas sin compara
cion tiene la plata , el plomo , &c. Pero si
quereis experiencias no faltan'. Los Chími-
cos hacen de cal viva, vinagre destilado, sa
litre , sal marino y azufre una mezcla , de
la qual sacan una sal , que penetra el hier
ro , como el agua penetra un papel de es
traza ' : tambien hacen otra de ciertos in
gredientes , que penetra una chapa de plata
de parte á parte , sin dexar el mas mínimo
vestigio. En las piedras tambien no se pue
de negar que hay poros , y muchos. Un
célebre Caballero Frances llamado Mr. Du-
Fai tenia un secreto de pintar las piedras,
de tal suerte , que la tinta penetraba hasta
lo interior de ellas ; de aquí resultaba , que
despues de pintadas se trabajaban , pulian y
quedaban tan equivocadas con las piedras
de varios colores naturales , que no se po
dían fácilmente distinguir. Un amigo mío
estando en Paris tuvo la fortuna de conocer
á este Caballero- , y vic algunas piedras do
estas , que le hiciéron admirar. Las maderas
ya veis que tambien han de tener poros
en mayor abundancia. Una experiencia ten
go ya hecha que lo convence : sobre la má
quina Pneumática puse un cañuto abierto
por encima , y sobre este un vaso de roble
* Memoir. de P Academie. 17 13. p. 30?,
Tarde primera. 71
con agua, cuyo fondo no era mny grueso;
despues de extraer el ayre con la máquina
de dentro del cañuto , fué el agua traspa
sando visiblemente el fondo del vaso y ca-
yendo dentro del cañuto de vidrio. Pero ad
vierto que el vaso ha de ser hecho de suer
te que las fibras ó venas del palo queden
i lo largo.
Eug. Supuesto lo que queda dicho de lo»
metales, no me admira eso.
Teod. De semejante modo hace el Abate
Nollet pasar el azogue por un cuero de bú
falo.
Silv. Mucho es , mas no me admira su
puesta la experiencia de los poros que hay
generalmente en la piel de qualquier animal;
por los poros sale el sudor y la transpira
cion insensible , que es mayor de lo que so
piensa. Ya hubo un Médico Italiano ' de
paciencia verdaderamente inimitable , que
por muchos tiempos- no comia sino senta
do en una silla , que estaba colgada en una
balanza , para de este modo observar lo que
salia por los poros de su cuerpo en la trans
piracion insensible ; y despues de muy re
petidas observaciones por espacio de treinta
años , asento que de cada ocho onzas que
una persona toma de sustento , cinco se vao
por los poros en transpiracion insensible.
Eug. Parece mucho.
Teod. No teneis razon : ademas de las ex
periencias que hizo ese Médico , Mr. Do-
Tom. I. I
1 Saactorius.
«i Recreación filosófica.
dart y otros que entráron en esa observa
cion , hallaron lo mismo. Ya leí yo que
algunas personas sanas , aun en tiempo de
invierno , dentro de veinte y quatro horas
perdían por la transpiracion insensible cin
cuenta onzas ' .
Eug. Supuesto esto , es preciso que vos,
Silvio , tengais compasion con vuestros en
fermos , no mortificíndolos con tantas dietas,
pues para recuperar lo que pierden por esta
transpiracion , es preciso que tomen bastante
alimento.
Silv. Basta que lo recuperen despues de
tanos ; mas no perdamos el hilo que lleva
mos en nuestro discurso.
Eug. Ahora ya me doy por convencido;
pero no me canso de oir estas experiencias,
porque me instruyen notablemente.
leod. Por no detenernos en este punto,
que no es el principal , omito muchas que
pudiera traer ; pero quiero hacer delante de
vuestros ojos una experiencia bien pasmosa;
y miéntras mando venir unos ciertos espí
ritus que me son precisos , os diré otra que
hice pocos dias ha. La cáscara de un hue
vo es cuerpo bien unido y cerrado ; pues
sabed que tiene muchos poros , y capaces
de pasar por ellos el ayre : conocí esto de
este modo ; metí dentro de la máquina Pneu
mática un vaso con agua y un huevo entera
mente metido en ella ; despues de extraido
el ayre , vi ir saliendo de la cascara del
huevo unos globulillos , los quales subían.
i Journal des scar. 1685. p. 42. Juu
Tarde primera. .,
por e! agua arriba hasta la superficie , y la
causa de este efecto era algun ayre , que
estaba dentro del huevo , el qual iba salien
do por los poros de la cascara hacia afue
ra .dividido en partículas tenuísimas, pero
te juntaban para formar algunos glóbulos
sensibles , que eran visibles por estar dentro
del agua , porque á no ser eso no se perci
birian de ningun modo. Yo os haré la expe
riencia quando quisiéreis.
Mut Confieso que me parecia imposible,
que el ayre pasase un cuerpo tan denso co
mo es la cáscara del huevo ; mas contra ex-
periencia no hay argumento. Me ocurre a.'io-
ra preguntaros una cosa , que oí decir há
pocos días en Lisboa : me dixéron que habia
ahora un modo de conservar por Filosofía
los huevos frescos mucho tiempo , ¿ acaso será
extrayendoles el ayre , como hicisteis á ese ? '
Teod. No ; es por camino opuesto : lo que
conserva los huevos frescos por muchos me
ses , es taparles los poros de la cáscara , de
suerte que no pueda evaporarse por clips
substancia alguna del huevo; el modo mas
fácil y mas seguro para esto es barnizarlos,
dándole tres ó quatro manos de barniz or
dinario ; otros en lugar de barniz usan de
cera derretida; de esta suerte se conservan
frescos muchos meses. Yo sé quien los lle
vó de^ aquí para la India , y tambien ya en
contré persona fidedigna ' , que probó uno
guardado cinco ó seis meses con esta precau-
la
Nollet tpm. i. p. po.
74 Recreación filosófica.
cion , y lo halló muy bueno. Ademas Ú9
ésto tiene esta receta , que es de Mr. Reau-
mur , hombre ciertamente de los mas esti
mables que tiene hoy Paris ; tiene , digo,
otra utilidad , y viene á ser que qualquie-
ra de estos huevos despues de guardados
seis ó siete meses con esta cautela , separán
dole el barniz puede ser empollado por las
gallinas , y nace el pollo , como si fuese
fresco. Pero es preciso que le separen el
barniz ó cera , y que esto sea con la precau
cion de no llegar al fuego , ni quando le
pusieren la cera vaya muy caliente , para
' que el calor nimio no ofenda la semilla del
pollo que ha de nacer.
Eug. De esta suerte fácilmente se pueden
transportar los páxaros de un pais á otro.
Llevándose los huevos con esa cautela , pue
den despues sacarse por una gallina , pues bien
sabemos que esta saca huevos de muy di--
versas castas.
Teod. Teneis razon ; y no dexarán los honv
bres de valerse de esta receta para semejan-
te intento. Pero en otra ocasion tratarémos
este punto de propósito ' . Vamos ahora á
la experiencia que os prometí hacer á vues
tra vista. En estos dos vidrios tengo dos li
cores diferentes ; en el uno tengo vinagre
destilado , y mezclado con sal saturno ; ha-
cedme la merced de escribir en este papel lo
que quisiereis con este licor a ,.
i Tom.V.
» Lemeriy p. 309. Nollet tota. 1. pag. 101. Reg-
nault tom. 1. p. 34,
Tarde primera. 7y
Eug. He aquí escribí algunas palabras , maj
las letras apenas se perciben.
Teod. Dexadlas secar , y de ningun modo
se percibirán : en quanto se secan , mojo es
te otro papel con este licor, que tengo en
el otro vidrio; que es una preparacion que
consta de cal viva , una tinta que llaman ero
fintenta y agua; bien veis que es un licor
claro y sin color : reparad ahora en lo que
hago. Aquí tengo este libro que tiene cerca -^
de quinientas páginas ; entre sus hojas meto'; Sf %
estos dos papeles >. el que escribisteis va -<ÍÉ '''':
el principio del libro , y el que yo mojé coit¿
el otro licor ya en el fin : dexadlo estar
cerrado quatro ó cinco minutos , y os admi
raréis viendo que el papel que escribisteis
aparece escrito con una tinta negra.
Eug. ¿Eso como puede ser? Quando me
tisteis en el libro el papel que yo habia es
crito , no se conocian ya las letras de nin
gun modo , ¿ ahora como han de quedar ne
gras ? ¿Que decis, Silvio?
Silv. Digo , que verémos : la experiencia
nos mostrará la verdad , ni presumo de Teo-
dosio que habia de prometernos una cosa no
table , si no estuviese bien seguro en ella,
y no la hubiese ya experimentado por sí
mismo. Esperemos un poco.
Teod. Agradézcoos ese buen concepto que
de mí formais. Eugenio , aquí teneis el li
bro , sacad vuestro papel.
Eug. No puedo creer lo que veo : mirad,
Silvio , estas son las palabras que yo escribí
con este licor claro , que está en este vi
13
75 Recreación filosófica.
drio , y ahora están las letras negras como
veis.
, Silv. El efecto, sí, es pasmoso, pero cierto:
yamos á averiguar la causa de él.
Teod, La causa es la que conduce al pun
to que tratamos de la porosidad de los cuer
pos : sabed que las partículas del licor con
que mojé el papel que puse en el fin deL
libro , atravesaron Jas hojas del libro de par
te á parte , y se fueron á mezclar con el
licor ele las letras que escribisteis; y tienen
estos dos líquidos una propiedad particular,
que mezclándose el uno con el otro , aun
que cada uno de ellos por sí solo es claro,
ambos juntos hacen un color obscuro. Para
que me creais , los mezclo en este otro va
so.... Veislo?
Silv. Así es ; mas si las rpartículas de este
licor atravesáron por los poros todas las ho
jas del libro , habian de dexar en ellas algun
vestigio ; lo que no vemos , pues el libro
quedó muy limpio,
Teod. No desáron vestigio, porque estas
partículas , que traspasáron las hojas , no
tienen color alguno en sí , y solo quando
se juntan con el otro licor , es quando que
dan con un color obscuro. Por tanto quan
do pasaron por las hojas del libro , aun no
tenian color negro para mancharle.
Eug. A lo menos habian de mojar las ho
jas. .-*:..
Teod. No ; porque para eso era preciso que
hubiese mayor cantidad de líquido , y que las
partículas no fuesen tan sutiles como es fuer
"Tarde primera. 77
za qne sean , supuesto penetran los poros de
las hojas que hay en el libro. Concluyen
do , pues , la digresion , que fué mas larga
de lo que yo queria , bien veis la abundan
cia de poros que es preciso que haya en
Jas hojas del papel para poder las partícu
las de un líquido atravesar en quatro ó cin
co minutos quinientas páginas.
Eug. Confieso que nunca esperé que tu
viesen paso tan fácil las partículas de un lí
quido, penetrando un libro entero. Mas de
cidme , Teodosio , ; y esos poros pueden ver
se con algun instrumento ?
Teod. Valiéndose de Microscopios muy
fuertes se han visto algunos poros mas sen
sibles. Mr. Hook ' conto en una fibra de car
bon que tendria de largo el grueso de una
moneda de diez reis 2 hasta ciento y cin
cuenta poros ; y haciendo cuenta de los po
ros , que segun esta observacion podria te
ner un carbon , que tuviese una pulgada de
diámetro , asienta que habia de tener mas
de cinco millones ; otro 3 llegó á observar
los poros en el oro , que como es cuerpo
mas pesado , es preciso que sean mas peque
ños , y aparecían como unas cavidades obs
curas.
I4
1 Journal des Scavans <xi Decemb. i666. pag.
738-
* Moneda de cobre portuguesa , que corresponde
á ocho mrs.
3 Lemeriy Eibliot. des Pkilosopb. tom. 1. pag.
638.

-
78 Recreación filosófica.
Bug. ¡Quan diversas son las cosas del con
cepto que yo formaba ! Pero vamos ahora
al fin para que traxisteis esto , que si no me
engaño , es para explicar la diversidad del
peso que hay entre los cuerpos.
Teod. Si todos los cuerpos tienen poros,
los que tuvieren mas poros ó mayores , han
de tener ménos materia ; y si tienen ménos
materia , han de pesar menos : v. g. si la bo
la de plomo es del mismo tamaño que la de
{>alo , teniendo el palo muchos mas poros que
a de plomo y mayores , la bola de palo ha
de tener menos materia que la de plomo.
Pongamos algun exemplo : un pan quanto
mas esponjado es , ménos pesa , porque tie
ne mas poros ó mayores : por eso el pan que
no levanta nada , y que queda apelmazado
y dentro no tiene ojos , como acostumbrais
llamarles, es muy pesado; por el contrario
los bizcochos y el azúcar rosado ved como
están llenos de estos ojos , y por eso pesan
tan poco , porque tienen muchos poros y
poca materia ; y esta es la que pesa y no
los poros. De aquí se hace un gran argu
mento para todo lo demas ; porque hemos
de discurrir de la misma suerte. Si el pan
esponjado v. g. pesa ménos que el pan apel
mazado , porque tiene mas poros y mayo
res, tambien el pan pesará menos que el
plomo , porque tiene mas poros ó mayores;
y así siendo iguales en el tamaño , uno tie
ne mas materia que otro, y como la mate
ria es la que pesa , queda clara la razon por
que el plomo pesa mas que el pan.
Tarde primera. 79
Eug. Lo he entendido perfectamente.
Teod. Ahora ya que me entendeis , quiero
deciros un modo fácil de calcular la abun
dancia de poros , que hay en cada cuerpo
que quisiereis examinar. Ya sabeis , que la
diversidad del peso que hay entre dos cuer
pos del mismo tamaño , procede de que uno
tiene mas materia que otro , porque la
tiene mas junta : de aquí se sigue , que to
do el espacio que dentro de esa extension
no es ocupado por materia , es ocupado
por los poros , pues en un cuerpo todo quan-
to hay , ó es materia ó poros.
Eug. Así debe ser necesariamente.
Teod. Suponed ahora , que quereis saber
que cantidad de poros tiene una especie de
palo v. g. el palo Brasil ; podeis averiguar
lo de este modo. Comparándolo con el oro,
que es el cuerpo mas pesado y mas macizo
que conocemos ; y con todo eso , como os
hice ver ya , tiene poros , y dice el grande
Newton ' , que puede ser que tenga tantos
poros como partes sólidas. Pero podemos re
putarlo como totalmente sólido ; y despues
le darémos el descuento á proporcion de los
poros que supusiéremos en el oro.
Eug. Sea como quisiereis.
Teod. El oro es diez y ocho veces mas
pesado que el palo Brasil , luego toman
do dos porciones iguales en el volúmen v. g.
un palmo de cada uno , que tenga tanto de
alto como de largo y ancho (que esto es lo
que llaman palmo cúbico) , tomando , digo,
* Optic. 1. 2. part. 3. prop. 8.
8o Recreación filosófica.
estos volumenes iguales , el oro tiene diez y
ocho veces mas materia que el palo , luego
en el palo solo hay materia diez y ocho ve
ces menor que en el oro ; luego si esta ma
teria estuviese en el palo tan apretada como
en el oro , solo ocuparia un espacio diez y
ocho veces menor ; y así las diez y siete par
tes de ese espacio quedarían vacías. Pero aho
ra el palo no tiene la materia tan apretada
como el oro , y por eso tiene los poros en
tre las partículas de la materia. Cada partí
cula de materia siempre ocupa el mismo es
pacio , qual esté junta á otra parte , qual
apartada de ella ; por consiguiente atendien
do al espacio que ocupan las partículas de
materia en sí meramente , siempre es lo mis
mo , qual estén juntas, qual esparcidas : la
diferencia solo consiste , en que estando
juntas , el espacio ocupado por la mate
ria queda á una parte , y el espacio vacío
y que estaba ántes ocupado por los poros,
queda á otra parte todo junto ; pero estan
do las partículas esparcidas, los espacios ocu
pados por partículas de materia , y los es
pacios ocupados por los poros están mez
clados. No obstante siempre suma la mis
ma quantidad el espacio dé los poros en
uno y otro caso : y así si estando la ma
teria junta en un lado , quedaria vacío un
espacio diez y siete veces mayor , otro tan
to espacio ocupan los poros estando la ma
teria esparcida , como suponemos que está
en el palo , comparándolo con el oro. Pero
hasta aquí solo hemos contado los poros , ea
larde primera. 8r
<jne el palo excedia al oro ; mas teniendo
el oro poros , en el palo no solamente hay
los poros en que le excede , sino tambien
los poros en que le iguala : si en el oro la
mitad del espacio son poros , como conje
tura Newton , en el palo no habeis de creer
que de las diez y ocho partes de espacio,
una es ocupada de materia , solo sí que la
mitad de una ; y así vienen los poros á ocu
par un espacio treinta y seis veces mayor,
que el espacio que solo ocupan las partes
sólidas. Y si esto es en el palo Brasil ¿ que
será en las demas materias mas ligeras?
Silv. De ese modo se puede hacer la cuen
ta respecto de qualquiera otra materia. ^Pe
ro quanto mas desembarazado es el modo de
explicar el diverso peso de los cuerpos en
nuestro sistema? Bien que como gustais de
quebraros la cabeza con cuentas , os diver
tís con eso. Pero vos , Teodosio , estuvis
teis enfermo , tomais baños , teneis los po
ros abiertos , y así temo que os perjudique
el mucho ayre que corre. Vámonos á casa.
Eug. No quiero que por respetos míos
tengais 'la menor incomodidad.
Silv. En casa continuarémos,

§. VIII.

Se da la verdadera razón de algunas ex


periencias curiosas acerca de la
gravedad.

Teod, JL/e buena gana sacrificaria á vues-»


82 Recreacion filosófica.
tro gusto todas mis incomodidades. Pero aho
ra en casa podrémos hacer algunas experien
cias , que en el jardin no tenían lugar. Dad
me licencia , que voy adentro á mandar traer
aquí una máquina Pneumática : prodigioso
mvento , que nos dió á conocer muchas co
sas hasta entonces ocultas.
. Sth. En verdad que este hombre , Euge
nio , tiene un vehemente deseo de daros gus
to : y deseára haceros Filósofo en una tar
de.
Eug. Os aseguro que su conversacion me
atrae y su smpeño me cautiva ; y por eso
wn reparo me siento luego inclinado á toda
su doctrina ; de lo que quisiera que no o»
escandalizáseis.
Silv. De ningun modo.
Est.i, ' Teod. Aquí teneis la máquina , que llaman
% i. Pneumática (véase laprimerafigura de la pri
mera estampa) estos dos cañones de laton (a,
b) son dos xeringas con que alternativamente
sacamos el ayre , que estaba dentro de esta
manga de vidrio , que está encima ( m. n. ),
mientras que el mozo trabaja en esta opera
cion, que gasta algun tiempo , os diré lo que
ha de suceder. . Primeramente todos los cuer
pos quando caen , por libres que estén , siem
pre tienen un embarazo que los retarda , que
es el ayre por donde vienen cayendo ; y
esto de dos. modos. Primero porque el ayre
siempre cuesta algun tanto el dividirse : este
abanico con que me doy ayre en la fuerza
del calor , cerrado le muevo por el ayre con
mucha mas facilidad que abierto del modo con
Tarde primera. 83
que le mueve quien se quiere abanicar : ha
ced la experiencia , Eugenio , y vedlo.
Eug. Así es; hace mucha mas resistencia
abierto que cerrado.
Teod. Pues ahí vereis como el ayre hace
alguna resistencia quando los cuerpos se mue
ven por él. El otro principio por donde el
ayre resiste á los cuerpos que caen , es por
que el ayre tambien es algun tanto pesado.
Silv. Eso que ahora decis es fábula.
Teod. No es fábula ; es una cosa que núv
gun hombre , que tuviere noticia de las ex
periencias que hay en esta materia , se atre
verá á negar. Es punto este que ha llega
do á términos de innegable. Por no confun
dir el método que llevamos , no digo aquí
las experiencias que lo prueban : á sn tiem
po las vereis ' : como iba diciendo , el syre
es algun tanto pesado , y ha de hacer su re
sistencia al ir hácia arriba ; y quando cae la
piedra necesariamente alguna porcion de ay
re va hácia arriba para dar lugar á la pie
dra ; y quando es mayor el cuerpo que cae,
tambien ha de subir mayor porcion de ayre,
porque ha de ocupar acá abaxo mayor es
pacio ; de donde se infiere , que si no hu-
fciese este ayre , habian de caer los cuerpos
con mucha mayor velocidad , porque no te
nían la resistencia , que le hace el ayre,
aunque poca.
Eug. Me parece que eso está puesto en
razon.
Teod. Ademas de esto , si no hubiese ay-
* Xom.III. tard. XIII,
84 Recreación filosófica.
te , habian de caer igualmente todas las cosas
por mas diferentes que fuesen : si de lo alto
de una torre dexáseis caer un pedazo de pa
pel y un poco de plomo , todo habia de
llegar abaxo á un mismo tiempo.
Silv. No creo, ni he creer tal cosa por mas
que esforceis todos los discursos , que os
puede suministrar vuestro ingenio y elo-
qüencia,
Teod. ¿Y sí lo viéreis con vuestros ojos,
lo creereis?
Silv. Entonces sí.
Teod. Ea , pues , levantémonos y lo vereis.
Esta manga de vidrio [m. n.) está enteramente
tapada ; dentro no tiene ayre , porque se le
sacó por medio de estas xeringas ; en lo alto
de esta manga está una dobla de 6400 ' y
un pedazo de pluma ; pero la pluma está
sobre la. moneda con cautela. Reparad aho
ra que todo llega abaxo al misino tiempo:
dexadme levantar este hierro ( e ) para ha
cerlo cae* todo junto ; haceos cargo y ved-
lo.
Eug. Así es : teneis razon.
Teod. Ya ahora no se puede negar que
llegáron á un tiempo : porque casualmente
sucedió quedar la pluma por una parte de-
baxo de la moneda , y antes que cayesen
estaba encima de ella , domo os advertí y
visteis. Tampoco podeis decir que la mone
da traxo la pluma consigo , porque eso solo
podria ser si la moneda estuviese encima de
1 Moneda de oro que equivale á medio doblón
de á ocho.
Tarde primera. 8y
la pluma y la traxese abaxo delante de sí;
pero bien veis que fué por el contrario , poi
que la pluma estaba encima.
Silv. Para ver si esto procedió de no te
ner la manga de vidrio ayre dentro de sí,
hagamos la experiencia teniendo ayre , que
lal vez sucederá lo mismo.
Teod. Con mucho gusto; voy á hacerlo, y
vereis cómo la moneda llega abaxo mucho
mas presto que la pluma : aquí destapo la
manga y queda bien llena de ayre ; vuelvo
á poner encima la misma pluma y la misma
moneda ; volved , pues , á observar , que
ahí las dexo caer juntas.
Eng. Ya está acá el oro , y la pluma aho
ra va llegando.
Silv. ¿Y os atreveis , Teodosio, á dar razon
de este efecto ?
Teod. Sí me atrevo.
Silv. Vamos á eso ; sentémonos , que esta
experiencia me da mucho en que pensar.
Teod. Sentémonos á esta ventana porque
la luna plateando las ondas del Tajo , hace
una vista deliciosa. Decidme , si aquí de este:
lado estuvieran cincuenta hombres desemba
razados todos igualmente forzudos y ligeros;
y acullá mas cerca del mar estuviera un solo
nombre , el qual fuese muy igual en la lige
reza á estos , comenzando todos á correr á
un tiempo , ¿quien llegará primero á Pe-
droisos v. g.
Silv. Creo que llegarian tambien todos á
un tiempo.
Teod. Decís bien ; mas advertid que de

'
86 Recreación filosófica.
una parte corre uno solo , y de la otra cor
ren cincuenta hombres corriendo todos cuan
to pueden ; y no obstante ser mas , partien
do todos á un tiempo , llegan tambien jun
tamente al mismo término : tan de priesa lle
gó el hombre que iba solo , como los cin
cuenta todos juntos La razon es , porque
cincuenta hombres tienen cincuenta veces mas
fuerza que uno ; mas como llevan cincuenta
cuerpos , llevan un peso cincuenta veces ma
yor ; y así todo queda descontado : tan de
priesa irá uno llevando su cuerpo , como cin
cuenta llevando cincuenta ; pues lo mismo
se debe decir de los cuerpos cayendo; los
que son mas pesados tienen mas partes de
materia ; los que son mas ligeros tienen mé
nos. Supongamos , por exemplo , que la plu
ma tiene cincuenta partes de materia , y el
doblon que tiene cinco mil : dexándolos caer
á un tiempo, tanto han de correr las cinco
mil de oro, como las cincuenta que están en la
pluma. La razon es, porque cada partícula de
materia tiene fuerza para atraerse á sí para
abaxo ; en donde hay mas partículas , hay
mas fuerzas , mas tambien hay mayor carga,
que se ha de mover con esa mayor fuerza;
y así cada partícula trayéndose á sí , no pue
de ayudar á las compañeras : tan de priesa
viene una sola como muchas juntas , por la
misma razon que dimos en los hombres cor
riendo.
Silv. Eso no lleva camino , porque enton
ces debia suceder el mismo efecto , qual hu
biese ayre , qual no lo hubiese.
Tarde primera, 87
Teod. No debia suceder lo mismo ; volva
mos á la comparacion de que hemos usado.
Suponed que en el camino habia algun em
barazo, v. g. que estaban cinco ó seis hom
bres que impedían el paso ¿quien se desem
barazaria mas presto , los cincuenta hombres,
ó el que iba solo ?
Silv. Es claro que los cincuenta, suponien
do que el embarazo era igual tanto para el
que iba solo , como para los cincuenta.
Teod. Pues lo mismo digo acá en los cuer
pos que baxan por el ayre : el ayre siem
pre los embaraza , como os mostré ya ; y
siempre que los cuerpos tienen el mismo ta
maño , es el embarazo igual , porque enton
ces ocupan igual espacio ; y por eso hace el
ayre la misma resistencia , como vemos en
el agua, que tanto cuesta cortarla de plano
con una tabla , como con una hoja de lata
v. g. s¡ fueren del mismo tamaño ; así tam
bien en el ayre ; tanto cuesta cortarlo con
la pluma , como eon la moneda si fuere del
mismo tamaño ; pero como en el oro vienen
cinco mil partes de materia , y en la pluma
solo cincuenta , mas de priesa han de ven
cer esta resistencia las cinco mil partes que
van en el oro , que las cincuenta que van
en la pluma ; por eso el oro llega al suelo
mucho mas presto que la pluma , cayendo
ambos por el ayre.
Eug. Ya lo entiendo : ahora queda claro.
Teod. ¿Quereis un exemplo mas percepti
ble de la resistencia que hace el ayre quan-
do los cuerpos caen í Mirad á aquella que
Tom. L K
88 Recreación filosófica.
los niños llaman cometa , que acullá anda
por el ayre con aquel farol colgado en la
cola.
Eug. A mí me parecía estrella ; mas aho
ra advierto en lo que es , porque veo que se
mueve con el viento.
Silv. Yo aun llego á percibir la cometa,
que anda un poco mas alta que la luz ; ¿y
que decis , Teodosio , de sustentarse en el ay
re por tanto tiempo?
- Teod. Digo que se sustenta en el ayre por
la gran resistencia que ha de vencer para
cortar el ayre de plano : atadle el cordel
en un lado , ó rompedlo ó cortadle la cola
de forma que se tuerza ó ladee , vereis co
mo cae con velocidad , teniendo el mismo
peso que ántes tenia quando se sustentaba
en el ayre ; y no por otra cosa sino porque
como se ladea , puede cortar el ayre con mas
facilidad. Mas claro es este otro exemplo:
aquí teneis dos pedazos de papel iguales:
dexadme hacer de este una bolilla , y el otro
quedará extendido ; yo los dexo caer ambos
á un tiempo, ved qual llega primero al suelo»
Eug. Llegó mucho ántes la bolilla.
Teod. Es porque como era mas pequeña,
tenia ménos resistencia que vencer , que el
otro pedazo de papel extendido , y confor
me- los tamaños , así es la resistencia que ha
ce el ayre. ;
Eug. Lo he entendido perfectamente : va
mos á otras experiencias porque me hacen
percibir las cosas con facilidad ; pero antes
do todo meted esa manga de vidrio mas
Tarde primera. 89
adentro de la mesa , porque está algun tanto
fuera de ella , con riesgo de caer y que
brarse.
Teod. No os asuste ; porque aunque salga
fuera de la mesa algunos dedos mas , no pue
de caer ; porque para caer es preciso que la
mayor parte de la manga esté fuera de la me
sa. Yo os explicaré esto con extension tra
tando del centro de la gravedad ' : ahora os
lo explico ligeramente , y sabreis lo que es
preciso , para que caigan los cuerpos , que
están sobre alguna cosa. •
Eug. Si quereis hacer la experiencia sobre
esto , os pido que no useis de la manga de
vidrio , porque no puedo sosegar el susto;
usad de otras cosas cuya caida no sea tan
peligrosa.
Teod. Este tablero de jugar que está so- '
bre la mesa , bien veis que tiene una parte
fuera de ella ; voy echándolo hácia afuera
cada vez mas : ¿ veis que estando ya en el
ayre quasi medio tablero , aun no cae ? Re
parad , pues , que solo cae quando el aguje-
rito , que está en el medio del tablero , lle
ga á salir de la mesa.
Eug. Así es.
Silv. Ahora resta dar la razon.
Teod. Voy á darla ; miéntras que el aga-
jerito del tablero está encima de la mesa,
es mayor la parte del tablero que está sos
tenida , que la que está en el ayre : para
que caiga esta mitad del tablero , es preci-

1 Cartas de Teodosio á Eugenio.


oo Recreación filosófica.
so que la otra parte que está sobre la mesa
se levante hácia arriba ; cargadle con el de
do , y vereis que á proporcion que una par
te se baxa , la otra se levanta , del mismo
modo que vemos en la balanza : siendo,
pues , esta parte que está en el ayre menor
que la otra , bien se vé que no ha de po
der levantarla como sucede en la balanza,
y así no puede caer el tablero. Pero luego
que el medio ó el centro del tablero llega
re á salir fuera , necesariamente ha de caer
todo ; porque'entonces es mayor la parte
que se baxa , que la que se levanta.
Eug. Lo he percibido bellamente ; pero
ahora tened paciencia : habeis de enseñarme
aquella figura que tiempos ha me mostrasteis,
y dar la razon por que moviéndose con tanta
'ligereza, no cae en el suelo.
Silv. i Que figura es ?
Teod. Ya la hago venir y servirá para di
version é instruccion. Es una figura de palo,
que solo se afirma sobre la punta de un pie;
tiene en las manos dos espadas con los po
mos hácia abaxo (otras hay que tienen atra
vesado un alambre , y en el fin de él dos
bolas de plomo) ; esta figura se pone suel
ta sobre una peana á manera de candelero;
por sí sola se mantiene derecha , y aunque
la hagais mover al rededor con la mayor ve-
locidad , no se cae : aquí la teneis (iestam-
Jt,J' pa i. fig. 2.) : vedla, y haced la experien-
g' a" cía.
Sitv. Yo estoy pasmado : los ignorantes
reputarán esto por hechicería.
Tarde primera. 91
JEug. He aquí le inclino la cabeza hasta
quedar mas baxa que los pies ; ¿veis que
no cae , y que dexándola se levanta?
Silv. No nos dilateis mas , Teodosio : va
mos á la razon de este efecto , ¿por que no
cae esta figura?
Teod. Las guarniciones de estas espada»
están llenas de plomo ; por eso pesan mu
cho mas que toda la figura : la figura para
caer estando firme sobre el pie , bien veis
que es preciso que las guarniciones de las espa
das se levanten hácia arriba ; y como son mas
pesadas que la figura , queda claro que la
figura no las ha de poder levantar ; así co
mo quando un brazo de la balanza está mas
cargado y pesa mas que el otro , „cae, y el
mas ligero se levanta : así tambien como las
guarniciones de las espadas pesan mas que la
figura , han de caer ; y como no pueden es
tar abaxo sin estar la figura levantada hácia
arriba , por eso siempre se conserva en pie,
y por mas que la inclinen siempre se vuel
ve á enderezar. Si esta no fuese la primera
conferencia , ó si tuvieseis algun uso mas de
oir estas materias , yo os explicaria todo lo
que hay acerca del centro de la gravedad,
y veriais experiencias bien curiosas ; pero
quedará esto para quando podais recibir doc
trinas mas obscuras, si tuvieseis tiempo y de
seo de oirme.
Bug. Del deseo no dudeis , del tiempo sí;
pero de lo que me dixisteis creo que estoy
instruido y hecho cargo , y ahora ya me que
da clara la razon de lo que hasta aquí me
K3
92 Recreación filosófica.
parecía imposible. Lo cierto es que quien
no sabe esta filosofía natural anda en este
mundo con los ojos cerrados.
Silv. \ Es fuerte pasion ! Si este efecto
hizo en vos la primera conferencia , qué se
rá mas adelante. Ahora , pues , Eugenio y
Teodosio , dadme licencia que no me puedo
dilatar mas : mañana por la tarde vendré a
haceros compañía en vuestras conferencias;
por la mañana no me puedo aprovechar de
ellas , porque me es preciso este tiempo pa
ra mi estudio , y ver algunos enfermos á
que asisto.
Teod. Ni hago yo ánimo de que Eugenio
tenga tan continuada mortificacion en oír
me ; para eso bastan las tardes ; por las
mañanas nos divertirémos con el exercicio
de la caza. Pero ya que por la mañana no
podeis venir , no falteis por la tarde , y ve
nid temprano , porque tal vez irémos á pa
sear por la playa , ó á ver algunas casas de
campo.
Silv. Fiad de mí , que por gusto , aun
mas que por obediencia , no faltaré.
Eug. Muchos tiempos ha que no he pa
sado una tarde en conversacion mas ame
na , ni mas de mi gusto que la de hoy.
Teod. El gusto que teneis de instruiros
en estas materias , os haria parecer amena
hasta la conversacion mas insulsa. Mas de
cidme ¿entendisteis lo que hoy se trato?
Eug. Sí lo entendí y con gran facilidad;
confíésoos que pensaba me costase mas tra
bajo ; pero lo cierto es que vuestro buen
Tarde primera. 93
método y la claridad del estilo harian per
cibirlas aun al mas rudo.
Teod. Estos discursos siempre piden apli
cacion de cabeza ; descansad ahora del tra
bajo que tuvisteis ;" basta para primera lec
cion , mañana continuarémos tratando sobre
éstos puntos : vamos á hablar sobre otras
materias , y si no divirtámonos al juego.
Eug. Estoy por todo lo que quisiéreis.
Teod. Vamos á jugar.

K4
94 Recreación filosófica.

TARDE II.
Comiénzase d tratar del Movimiento
y de las Máquinas de levantar con
facilidad grandes pesos.
$. I.
Declárase en qué consiste la Quantidad
del Movimiento.

Teod. .Ejugenio
JCit , ya que os desembara
zasteis de los negocios de la Corte para ve
nir á divertiros en este sitio , es justo que
veais algunas casas de campo que hay por
estas inmediaciones ; en llegando Silvio iré
mos paseando á ver la de un amigo mio
muy curiosa y fabricada con buen gusto.
Eug. Mucho os agradezco esta diversion;
pero hemos de continuar con nuestra con
ferencia literaria y atar el hilo que por esta
noche interrumpimos. líe aquí llega Silvio:
salgárnosle al encuentro por ahorrarle tra
bajo , y vamos á nuestro paseo.
Teod. Seais bien venido , Silvio , aquí os
estábamos esperando para ir de paseo á la
Quinta del Marques y ver como van
las obras que está haciendo , por quanto no
queríamos perder vuestra compañía.
Silv. Por gozar de la vuestra vengo aquí,
Tarde segunda. 9$
y estoy pronto á complaceros en todo. ¿Co
mo os hallais , Eugenio, con vuestras filo
sofías ?
Eug. Como ayer me dexasteis , porque no
volvimos á hablar mas en el asunto ; yo quie
ro que asistais siempre á nuestras conferen
cias , y pues tenemos ahora tiempo , me pa-
recia que podíamos aprovechar el del paseo
hablando en estas materias.
Teod. Sea enhorabuena ; y pues dexamos
ayer la conversacion en la gravedad de los
cuerpos , os explicaré esta tarde el modo
con que se puede aliviar la gravedad : en
el camino vereis muchas máquinas de que
usan los hombres para levantar grandes pe
sos ; y entonces á vista de ellas os explica
ré la razon de este efecto ; pero mientras es
preciso que os dé alguna instruccion sobre
la quantidad del movimiento.
Eug. ¿Y que quiere decir quantidad del
movimiento?
Teod. Voy á decirlo : bien veis que un
cuerpo, v. g. una estatua , puede ser mayor
que otra ; y esto es tener mayor quantidad,
como ya os expliqué ; supuesto esto , tam
bien un movimiento puede ser mayor que
otro , y entonces decimos que hay mayor
quantidad de movimiento.
Eug. Eso bien claro es , porque aquel
hombre que allí va corriendo , tiene mucho
mayor movimiento que nosotros que vamos
paseando con despacio.
Teod. Decis bien ; y quede esto asentado
para siempre , que quanto mayor es la ve-' ":
p6 "Recreacion filosófica.
locidad de un cuerpo , tanto mayor es la
quantidad de su movimiento. Ademas de la
velocidad , tambien hemos de atender al pe
so del cuerpo que se mueve , para saber
quanto es su movimiento : porque he allí
van dos hombres emparejados ; uno va car
gado y otro no ; pero aunque uno no ca
mina mas de priesa que el otro , con todo
el que va cargado, tiene mayor quautidad
de movimiento.
Silv. i Y estableceis eso como principio
cierto ? Pues para mí no hay cosa mas du
dosa : si uno no anda mas aprisa que el otro,
¿como tiene mayor movimiento ?
Teod. Decidme , Silvio , ¿no es necesaria
mayor fuerza á aquel hombre para caminar
Una legua v. g. en una hora yendo carga
do , que al otro que solo se lleva á sí? No
lo podeis dudar ; pues esta mayor fuerza toda
se ocupa en causar mayor movimiento. Por
lo qual si para el movimiento de este hom
bre es necesaria mayor fuerza que para el
movimiento de aquel , señal es que este tie
ne mayor movimiento que el otro ; porque
efecto que pide mayor causa , es mayor
efecto.
Silv. Si esas doctrinas se dirigiesen á mí
solamente , aun tenia que replicar ; pero esto»
Eugenio , no es para mí , es para vos , ave-
riguadlo allá como pudiéreis.
Eug. Aun no entiendo yo bien como dos
hombres pueden caminar igualmente , y uno
tener mas quantidad de movimiento que el
otro.
Tarde segunda. 97
Teod. Explicaréme mejor. Si arrojaseis una
bola de plomo que pesase tres libras , y yo
arrojase tres bolillas cada una de una libra;
si todas se moviesen con igual velocidad,
l en donde os parece que habria mas movi
miento, en la bola grande , ó en las pequeñas?
Eug. Creo que tanto movimiento habria
en la bola grande, como en las tres pequeñas.
Silv, Decis bien , porque todas iban con
igual velocidad ; y ademas de eso como la
grande tenia tanto peso como las pequeñas,
tanto importaba moverse tres libras juntas,
como tres libras separadas ; siempre eran tres
libras de plomo , que corrian aquel espacio
en aquel tiempo ; y así creo que tanto mo
vimiento habria en una como en otra parte.
Teod. Discurris , Silvio , muy bien ; pero
dexadme explicar aun por otro modo. Su
puesto lo que queda dicho , tantas partícu
las de materia hay en la bola grande , como
en las tres pequeñas ; como la velocidad es
igual en todas las bolas , se sigue que jun
tando nosotros la suma de los movimientos
qne hay en todas las partículas de la bola
grande , y la suma de los movimientos que
hay en todas las partículas de las tres bolas
pequeñas , hallarémos que tanta quantidad de
movimiento hay en la grande como en las
pequeñas.
Silv. Así es ; no hay duda en eso. -
Teod. Luego si las tres bolas pequeñas tie
nen tanta quantidad de movimiento como la
grande ,- se sigue que cada una de las tres
tiene la tercera parte del movimiento que
98 Recreacion filosófica.
tiene la grande ; y la razon es porqne fa
grande tiene tres veces mas partículas que
se mueven con igual velocidad , y por con
siguiente tres veces mas movimientos 6 mo
vimiento tres veces mayor.
Eug. No se puede negar.
Teod. Tenemos luego , que quando dos
cuerpos se mueven con igual velocidad , el
que tuviere mayor peso , tiene mayor mo
vimiento , y á proporcion del peso que tu
viere crecerá el movimiento , si acaso la ve
locidad fuere la misma como suponemos; por
que á proporcion del peso crece el número
de las partículas de la materia que se mue
ven ; y creciendo el número de las partícu
las que se mueven , crece la quantidad del
movimiento ; así como creciendo el número
de las partículas de materia que pesan , cre
ce el peso ; y creciendo el número de las par
tículas de materia que resisten, crece la re
sistencia , &c.
Eug. Lo he entendido perfectamente.
Teod. Pues de aquí nace , que mayor fuer
za es precisa para mover una bola de plo
mo con velocidad igual á la de una bola
de palg.
Eug. Así es ; porque si la de plomo se
moviese con igual velocidad , como tiene
mayor quantidad de materia , tiene mayor
quantidad de movimiento.
Teod. Por tanto , quando quisiéreis medir
la quantidad del movimiento de qualquier
cosa , habeis de atender , no solo á la velo
cidad con que corre , sino tambien al peso
Tarde segunda. 99
que tiene. El modo de conocer el peso ej
fácil ; y tambien lo es el modo de medir
la velocidad , que viene á ser medir el espa
cio que corre el cuerpo que se mueve en
tiempo determinado ; por exemplo : tiro yo
una bola de palo por el juego arriba , de
suerte que corre todo el juego en un minu
to : en midiendo el juego , tengo conocido
la velocidad. Supongamos que el juego tie
ne veinte varas ; infiero de aquí que la ve
locidad de la bola es como veinte , ó tiene
veinte grados de velocidad-
Eug. ¿Y por que he de contar lo largo
del juego por varas y no por palmos v. g. ?
Porque si le midiere por palmos , ya salen
muchos mas grados de velocidad.
Teod. En eso no hay misterio ; qual to
meis la medida del juego por varas , qual
por palmos , siempre viene á salir lo mis
mo ; porque si lo midiéreis á palmos , ten
drá v. g. ochenta palmos , y entonces di
reis que tiene la bola ochenta grados de ve
locidad ; y tanto valen veinte grados de ve
locidad , tales que cada uno valga una vara,
como ochenta , que cada uno de ellos solo
valga un palmo : conque qual la cuenta se
haga de un modo , qual de otro , la veloci
dad siempre ha de ser la misma. Me enten
dereis por este exemplo : quiero saber los
caudales de un hombre , tanto importa ha
cer la cuenta por doblones , como por du
cados ó por maravedises ; porque aunque
salgan números muy diferentes , siempre es
el mismo caudal. Así tambien , si contareis
ico Recreación filosófica.
la velocidad de la bola por los palmos del
espacio que corre , saldrá mayor número,
que si la contareis por varas , pero siempre
es la misma velocidad : lo mismo digo del
peso ; podeis hacer la cuenta por arrobas,
ó por libras ó por onzas , y por este núme
ro regular los grados de movimiento; por
que veinte y cinco grados de movimiento
contado por libras , vale lo mismo que un
grado de movimiento contado por arrobas.
Eug. No os canseis , que bien lo en
tiendo.
Teod. Vamos ahora al modo práctico de
contar los grados de movimiento que hay
en cada cuerpo que se mueve. En el caso
en que yo arrojé la bola , para saber quan-
to movimiento tuvo , he de ver el espacio
del terreno que corrió : supongamos que son
veinte varas ; diré que tuvo velocidad como
veinte ó veinte grados de velocidad : des
pues he de ver quanto pesa : supongamos
que pesa dos libras ; he de decir que tiene
dos grados de peso , ó que tiene masa como
dos (este es el modo de hablar de los Mate
máticos) : ahora multiplico los grados de la
velocidad por los grados del peso ó masa,
y digo: dos veces veinte son quarenta ; y
saco que son quarenta los grados de movi
miento que tuvo la bola. Para ver si me en
tendeis , suponed ahora que Silvio arroja una
bola de hierro , que dentro de un minuto
corre cinco varas , y que pesa veinte libras;
decidme , ¿ quantos grados tiene de movi
miento ?
Tarde segunda. 1o1
Eug. Primeramente he de medir la velo
cidad , midiendo el espacio que corrió la bo
la ; si anduvo cinco varas , ya tenemos ve
locidad como cinco ó cinco grados de velo
cidad : por otra parte tenemos veinte libras
de peso , ó como vos decis de masa ; aho
ra supongo que he de multiplicar un número
por otro : cinco veces veinte son ciento ; lue-
go~ tenemos averiguado que son ciento los
grados de movimiento. ¿ Acerté la cuenta,
Teodosio , ó me equivoqué en ella ?
Teod. Acertasteis ; y quedad persuadido,
que esta materia no tiene mas dificultad que
la de saber contar bien.
Silv. Hasta aquí pensaba yo que el saber
contar solo era para negociantes ; ahora veo
que es tambien para Filósofos. ¿No me di
reis , Teodosio , por vida vuestra de que sir
ven estas Aritméticas en las cosas naturales
y filosóficas?
Teod. Poco tiempo falta para que clara
mente lo veais. Sirven para explicar el quan-
to y el porque se aumenta tanto la fuer
za humana con las máquinas de levantar pe
sos. En quanto no llegamos á las obras de
la Quinta que vamos á ver , y en donde se
usan algunas máquinas de estas , si yo tu
viera aquí lápiz , comenzada á explicaros una
de estas máquinas á que llaman Balanza Ro
mana ; pero en la arena os haré un diseño coa
el baston.
Eug. Lápiz no traigo yo , pero traigo plu
ma y tintero ; costumbre que inviolable
mente observo quando salgo del pais , para
102 Recreacion filosófica.
hacer memoria de algunas cosas notables
que voy encontrando por el camino.
Teod. Mucho mejor es eso : sentémonos
un poco á la sombra de estos árboles,
que está deliciosa.

%. II.

Explícase la Balanza Romana y la


Palanca.

Silv. JCista vuestra Filosofía experimen


tal es mas curiosa y mas divertida que la
nuestra ; porque demuestra las cosas de suer
te que parece se están viendo y palpando.
Así tuviera ella aquellas especulaciones, aque
llas sutilezas científicas de que abunda la
nuestra.
Teod. Que sutilezas sean mas sólidas, qua-
les mas útiles y quales mas científicas , si
las de los Peripatéticos , ó las de los Mo
dernos , ahora se verá en nuestro caso ; co
mo tambien en los que fuéremos tratando.
Hacedme , Silvio , la merced de dar razon
de los efectos que se hacen con estas má
quinas. Reparad ámbos : he aquí teneis (es-
Est. i. tamf. !, fig' ),) dibuxada la Balanza que
fjg< ~ llaman Romana : tiene un brazo muy corto
y otro muy largo ; pero como es mas del
gado , queda en equilibrio uno con el otro.
Estas divisiones , que tienen números enci
ma , son para conocerse las distancias que
los pesos tienen del exe segun el lugar don
de se éolgaren: aquí pongo tambien varios
Tarde segunda. 103
pesos con el número de las libras que tie
nen para mayor facilidad. ¿Haceis ya con
cepto de la Balanza Romana ?
Eug. Alguno hago ; pero aun no cabal.
Estos arcos de punticos que aquí veo ¿ para
que son?
Teod. Son para señalar el lugar por don
de se moverían los pesos quando uno le
vantase el otro. Exemplo : pongamos v. g.
en el brazo corto un peso de quatro libras
colgado en donde yo pongo la letra a ; sí
de la otra parte no pusiéremos peso alguno,
caerá este brazo de la balanza y se move
rá el peso por el arco de puntos a c : col
guemos ahora de la otra parte en igual dis
tancia v. g. en e otro peso de quatro libras;
si este brazo se levantase , se movería el
peso por el arco de puntos e d. Supuesto
esto , digo ahora que colgando los pesos igua
les en igual distancia, como dixe , ha de que
dar la balanza en equilibrio : hasta aquí no
hay que admirar ; mas si dexáramos quedar
en el brazo corto el peso de quatro libras,
y en el extremo del brazo largo pusiésemos
una libra , tambien habia de quedar la balanza
en equilibrio.
Eug. Parece imposible ; pero creo vues
tra experiencia : resta saber la razon.
Teod. La razon es , porque de una y otra
parte hay igual quantidad de movimiento:
me explico : ¿ quanto dista el peso pequeño
del exe de la balanza?
Eug. Dista quatro palmos.
Teod. Pues la distancia que el peso gran-
Tom. L • L
104 Recreación filosófica.
de tiene del exe , bien veis que es solo un
palmo. Ahora habeis de saber , que el peso
que está mas distante del exe de la balanza,
quando se mueve . hace un arco mucho
mayor ; y tanto mayor , quanto es mayor
la distancia del exe : reparad en la fi
gura , y vereis que estos arcos de puntos
quanto mas se apartan del exe , tanto ma
yores son l . Por lo qual quien quisiere sa
ber que proporcion tienen entre sí estos ar
cos , no tiene mas que medir las distancias
de los pesos ; si una distancia es doblada ó*
quadruplicada respecto de la otra , tambien el
arco que hace este peso mas distante , es
doblado ó quadruplicado del otro. Decidme
ahora , Eugenio ¿ quanto pesa el peso gran
de ?
Eug. Quatro libras.
Teod. Decidme mas. Puesto este peso de
quatro libras en el fin del brazo corto y mo
viéndose , ¿quanta es su velocidad?
Eug. No sé por donde la he de medir.
Teod. Medid el arco que hace , que es el

i Pruébase por los principios de la Geometría;


porque es cierto que los arcos semejantes son co
mo los círculos , y los círculos son como los diá
metros , y los diámetros tienen entre sí la misma
proporcion de los rayos 5 luego los arcos se
mejantes son como los rayos. Las distancias de
los pesos son los rayos de los círculos , que
describen los pesos quando se mueven j luego Jos
espacios que corren los pesos moviéndose , tienen
la misma proporcion , que tienen las distancias en
que están puestos.

v
Tarde segunda. ioc
arco de puntos a , c , porque este es el es-
•pacio que anda ; ó medid la distancia que
-tiene el exe , porque como enseñan los Geó
metras , las distancias que los pesos tienen
del exe de la balanza, tienen la misma pro
porcion entre sí que los arcos que hacen
quando se mueven ; por tanto si quereis me
dir las velocidades , no es preciso mas que
-medir estas distancias,
Eug. El peso grande dista un palmo del
exe ; por consiguiente tiene un grado de ve
locidad.
s Teod. Multiplicad ahora esa distancia por
el peso : decid , ¿ una vez quatro quantos
son ?
Eug. Una vez quatro son quatro.
Teod. Pues tiene el peso grande quatro gra
dos de movimiento. Vamos ahora al peso
pequeño : él tiene una libra de peso ; la
distancia del exe son quatro palmos , multi
plicando la distancia por el peso , vienen á
salir tambien quatro grados de movimien
to ; porque quatro Veces uno son quatro;
Ípor buena cuenta tantos movimientos
ay en una parte con el peso de quatro li-
'bras , como de la otra con el peso de una
- libra ; y por eso quedan en equilibrio.
Eug. Perdonadme , Teodosio , que aun no
entiendo esto tan bien como queria.
Teod. Os lo explicaré mejor ; ya hemos
-asentado que para saber la medida ó quan-
-tidad de un movimiento habíamos de mirar
-al peso del cuerpo que se mueve y ála ve
locidad ó espacio por donde se mueve y y
L i
io6 Recreacion filosófica.
que habíamos de multiplicar el peso por el
espacio ; y que el producto que saliese de
esta cuenta era la suma de los grados de mo
vimiento.
Eug. Estoy en eso; bien me acuerdo.
Teoi. Luego si en quanto un peso de qua-
tro libras se moviere por un espacio , otro
de una libra se moviere por espacio quatro
veces mayor, tenemos igual número de gra
dos de movimiento de parte á parte.
Eug. Sí señor ; porque quanto uno exce
de á otro en el peso , tanto el otro le ex
cede en la velocidad con que anda , porque
corre en el mismo tiempo mayor espacio.
Teod. Decis excelentemente ; pues esto es
y nada mas lo que os tengo dicho , y vos
no entendíais. En tanto que el peso grande
se mueve por el arco pequeño que le cor
responde , el peso pequeño ha de hacer un
arco muy grande : este arco grande es quatro
veces mayor que el arco pequeño ; porque el
brazo ó la distancia del exe en que está el
peso pequeño , es quatro veces mayor que
la distancia del peso grande ; luego si el pe
so pequeño dista quatro palmos y el gran
de solo uno , tambien el arco que hace ia
libra quando se mueve ha de tener quatro
tantos del arco , que ha de hacer en el mis
mo tiempo el peso grande.
Eug. Ahora ja entiendo perfectamente:
como me asegurais , que si yo midiere las
distancias que los pesos tienen del exe , es
lo mismo que si midiese sus velocidades ; to
do queda fácil.
Tarde segunda. 107
Teod. ¿Y si yo pusiere la libra en i queda
rá la balanza en equilibrio?
Eu?. Dexadmc hacer la cuenta : el peso
grande tiene quatro libras y dista un palmo:
una vez quatro son quatro grados de mo
vimiento : tenemos por esta cuenta en el bra
zo corto quatro grados de movimiento. Va
mos á la otra parte : tenemos una libra de pe-
6o , y tenemos distancia de dos palmos : una
vez dos son dos ; visto esto , de la parte
del brazo largo solo tenemos dos grados de
movimiento ; y como de la otra parte te
nemos quatro grados, no ha de haber equi
librio.
Teod. Ya veo que lo entendeis : demos un
paso mas. Decidme : ¿ Y si yo pusiere en
i dos libras , quedará en equilibrio la ba
lanza ?
Eug. Verémos : dos libras estando en / ,
tienen dos palmos de distancia : dos palmos
de distancia multiplicados por dos libras de
peso , hacen quatro grados de movimiento;
de la otra parte tambien quedáron quatro
grados de movimiento ; luego ha de estar la
balanza en equilibrio.
Teod. Aquí veis , Silvio , como todas estas
cuentas son precisas para la Filosofía natu
ral ; y si no explicad á Eugenio estos efec
tos por vuestras metafísicas , sin usar de es
tas cuentas ; pero no quiero que os fatigueis
la cabeza.
Eug. Decidme , Teodosio , ántes que pa
semos adelante : ¿ esta regla es general para
todos los casos?

J'
xo$ Recreación filosófica.
Teod. Es generalísima ; quanto mas largo
fuere el brazo de la balanza , ménos peso es,
preciso para levantar muchas arrobas que
estén en el brazo corto. Esta es la razon de
un célebre dicho de Archimedes. Decia que
si le diesen fuera del mundo un punto fixo
y seguro , que él se atrevía á mover todo
este globo de la tierra.
Silv. Supongo que queria colgarla en al
guna balanza como esta que habeis explica
do ; y poniendo la tierra en el brazo corto
bien cerca del exe , siendo el otro brazo muy
largo , qualquier peso en el fin de él bien
podria mover el globo de la tierra.
Teod. Sí ; mas era preciso que el brazo
largo excediese tanto á la distancia que la tier
ra tenia del exe , quanto el peso de la tier
ra excediese al del cuerpo que de la otra
parte le colgasen. Pero ahora quiero ense
ñaros un modo de hacer las quatro reglas
de cuentas , sin pluma ni tinta , ni saber los
preceptos de la Aritmética.
Eug. ¿Y de que modo ?
Teod. Usando solamente de esta Romana.
Silv. Explicadme eso despacto , que para
mí es cosa bien nueva.
Teod. Vamos á la cuenta de sumar : poned
en el extremo del brazo corto varios pesos:
poned por exemplo las i onzas , las 4 onzas,
las 3 onzas , la onza , las 6 onzas , y la media
onza : ¿quereis saber quanto suman todos
estos pesos ? Tomad un peso mayor , v. g.
la media libra ó la libra , y ponedlo en el
otro brazo de la Romana , pero en igual dis
Tarde segunda. 109
tanda , y conocereis quanto suman los pesos
pequeños; porque aquel que quedare en equi
librio , es el que tiene la suma de todos los
otros juntos ; y en el presente caso halla
reis , que poniendo una libra , quasi teneis
equilibrio ; pero aumentando media onza á
Ja libra , sabeis , que todos los pesos suman
una libra y media onza.
Silv. Eso mismo se puede hacer en qual-
quiera balanza.
Teod. Así es , y tambien la cuenta de res
tar , pero no las otras.
Eug. Vamos á la cuenta de restar.
Teod. Poned en una parte un peso , v. g.
tina libra, que son 16 onzas; quereis quitar
9 y saber quantas restan : poned 9 en la
otra parte en distancia igual : aun no ten
dreis equilibrio ; id ahora aumentando pesos
á esas 9 onzas ; y todas quantas aumenta
reis hasta haber equilibrio , son el número de
las que restan en 16 quitando 9.
Eug. Lo he comprehendido.
Silv. Pensé que tuviese eso mas utilidad;
siendo eso solo para los pesos , de poco sirve
la cuenta.
Teod. No sirve solo para los pesos. Un
rústico que no aprendió cuentas , ni conoce
sus caractéres , puede valerse de la Roma
na para todo ; porque si quiere saber de
24 ovejas quitando 1 5 que vendió , quan
tas le quedan : pone 24 onzas en la Roma
na , y de la otra parte 1 5 , y sabiendo que
son precisas 9 onzas sobre las x 5 , para tener
equilibrio, sabe que le debían quedar 9 ovejas.
L4

jf
no Recreación filosófica.
Eug. Así es ; porque si de 24 onzas qui
tando 1 5 quedan 9 , de 24 ovejas quitan
do 1 5 deben quedar tambien 9. Vamos aho
ra á las cuentas de multiplicar y partir sin
conocer siquiera los caractéres.
Teod. Si queremos multiplicar 9 por 4 v. g.
tomemos 9 onzas y pongámoslas en el brazo
largo, y en la distancia de quatro grados v.g.
en v ; de aquí veamos quantos pesos son
precisos en el brazo corto en la distancia de
un grado v. g. en a para tener equilibrio,
y observarémos que solo hay equilibrio po
niendo allí 36 onzas: conocido esto, sabe
mos que 9 multiplicados por 4 son 36. Porque
como hemos dicho , la fuerza de estos pesos
es igual á su peso multiplicado por la dis
tancia en que están del exe : por lo mismo
de los dos números que se han de multipli
car , uno se cuenta en la distancia , otro en
el peso ; y de la otra parte solo habrá equi
librio , quando hubiere fuerza igual á esos
dos números multiplicados entre sí : pone
mos entonces todo el peso en la distancia 1,
porque de este modo queda solamente en
el número de las onzas el valor de los dos
números 9 y 4 multiplicados.
Eug. ¿Pues que en el brazo corto no se
debe multiplicar tambien el peso por la dis
tancia?
Teod. Tambien ; pero como la distancia es
un grado , tanto importa 36 multiplicados
por 1 , como 36 sin multiplicarse.
Eug, Ahora caigo en la cuenta: permitid
me ver si lo he percibido. Si quisiere yo sa
Tarde segunda. nr
ber quanto importan 6 multiplicados por 3,
he de tomar un número en la distancia del
brazo largo , y otro en el peso ; ¿ que nú
mero he de tomar en la distancia?
Teod. El que quisiereis ; podeis poner ó
6 onzas en la distancia 3 , ó 3 onzas en la
distancia 6 , si la Romana tuviere esa dis
tancia.
Eug. Bien está ; y entonces iré poniendo
en la distancia 1 del brazo corto tantas on
zas, quantas fueren precisas para el equili
brio; me serán precisas 18 , y conoceré que
3 veces 6 son 18 ; ya lo entiendo. Falta la
cuenta de partir.
Teod. Se hace de este modo. ¿Quereis par
tir 2 1 entre 3? Tomad la quantidad grande que
debe partirse , y ponedla en la distancia 1
del brazo corto , y ahí quedan 21 onzas:
luego tomad en la distancia del brazo lar
go el número porque quereis partir, y será
el número 3 : poned ahora ahí tantos pesos
quantos fueren precisos para haber equili
brio ; y solamente lo tendreis poniendo 7
onzas : de este modo sabreis , que 2 1 par
tidos entre 3 dan 7 á cada uno.
Eug. Ya caigo en la razon : y es clara la
prueba ; porque 7 de peso multiplicados por
3 de distancia, dan 21 de la otra parte ; y
esto es prueba real de que 21 repartidos en
tre 3 dan 7.
Teod. Tambien podeis conocer esto de otro
modo ; que es tomar en el peso el número
por el qual se ha de partir , é ir corriéndo
le por el brazo largo hasta hallar equilibrio,
iiz Recreación filosófica.
y conocereis que solo le hay en la distan
cia 7, si la Romana la tuviere.
Silv. ¿Y si no la tuviere ?
Teod. Siempre la puede tener ; pues esta
Romana que tiene distancia hasta el núme
ro 4 , puedo yo sin aumentarla hacer que
la tenga hasta el número 8 ó 12 : de este
modo : en dividiendo cada grado en 2 o3,
lo tengo conseguido. Pero es preciso adver
tir que en este caso tambien he de dividir
los grados del brazo corto ; y tengo de lle
gar mas hácia el exe el peso grande , para
quedar siempre en la distancia.
Silv. Ya entiendo : y supongo que si la Ro
mana tuviere dos brazos largos , podemos
hacer la misma cuenta , con tal que ponga
mos un peso en la distancia 1 , y otro en
mayor ó menor distancia.
Teod. Decis bien , el caso está en que la
tal Romana esté bien graduada ; porque qual-
quier yerro en la graduacion ocasiona yerro
en la cuenta.
Silv. Así debe ser.
Eug. Esto supuesto , sospecho , que po
drémos hacer en esta balanza todas las demas
cuentas.
Teod. Y con razon ; porque todas se re
ducen á las quatro especies referidas : toca
ré brevemente la regla de tres : Suponga
mos que tenemos tres números , y que bus
camos el 4 proporcional : aquí lo hallarémos:
digo v. g. así como 3 es á 4 , así 6 es al
número que busco ; y hago esto : pongo el
primer número en onzas en el brazo dere
Tarde segunda- 113
cho ( ahí van 3 onzas) : pongo el segundo
número en onzas del lado izquierdo (ahí van
4 onzas) : pongo el tercer número en la dis
tancia de este brazo izquierdo (ahí van las
4 onzas para la distancia 6) : falta el núme
ro 4 , que es el que busco : pues lo halla
ré en la distancia del brazo derecho : cor
reré , pues , las 3 onzas hasta quedar en equi
librio ; y quedarán en la distancia 8 : conoz
co luego que así como el peso 3 es al peso
4 , así la distancia 6 de este peso 4 , es á la
distancia 8 del primer peso.
Eug. Teneis razon : ahí está la prueba,
porque 4 onzas multiplicadas por su distan
cia 6 , dan 24 , las quales partidas por el
primer número 3 , dan el número que se bus
ca , que es 8. Lo he entendido perfectamen
te : vamos adelante.
Teod. Vamos ahora á explicar una má
quina que tenemos delante de los ojos.
Eug. ¿Qual máquina ?
Teod. ¿No veis esos hombres que están
arrancando piedra de esa cantera? ¿ Pues co
mo podrian mover tan grandes piedras , si
no valiéndose de- máquinas , que son las pa
lancas de que usan ? Mirad : esta palanca,
usando de ella como se debe , hace el mismo
efecto que la romana {véase la estampa 1. Est.i.
fig. 4.). Esta piedra grande 8 bien veis que "& 4'
yo solo no la puedo mover ; pero esperad
que la quiero mover con la palanca : para
eso es preciso calzarla , esto es , meterle de-
baxo esta piedra , 6 como vulgarmente le lla
man este calzo b , el qual hace el mismo
114 Recreación filosófica.
oficio que el que hacia el exe en la Roma
na que acabamos de explicar. Ahora la dis
tancia que va de la piedrecita b hasta el
fin de la palanca a , habeis de suponer que
es el brazo corto de la tal romana ; por
consiguiente, la distancia que hay desde la
piedrecita hasta la mano c , que está en la
otra extremidad de la palanca, habeis de su
poner que es el brazo largo de la misma
romana , y así hemos de ver el propio efec
to que vimos en la romana.
Eug. La piedra es el peso grande , pero
falta aquí el peso pequeño ó pilon.
Teod. En lugar del peso pequeño 6 pilon
está mi mano cargando hácia abaxo. Supon
gamos que yo solo puedo con dos arrobas:
en este caso tanto hace mi mano cargando
hácia abaxo con toda fuerza , como si ahí
pusiese dos arrobas.
Eug. Ya lo entiendo ; ¿ pero quantas ar
robas tendrá esa piedra que quereis mover?
para ver quanto se aumenta la fuerza huma
na con la palanca.
Teod. Supongamos que tiene ocho arrobas:
vamos ahora á hacer la cuenta , para ver si
la puedo levantar. La piedra grande tiene
como suponemos ocho arrobas; ¿y que ve
locidad tendrá quando se moviere?
Eug. i Para eso he de medir la distancia,
que tiene de la piedra chica?
Teod. Sí ; porque como ya os dixe, con
forme fuere esta distancia , así ha de ser el
arco que ha de hacer la punta de la palanca,
que está debaxo de la piedra.
Tarde segunda. ijj'
Eug. Yo lo mido por mi mano dista
un palmo.
Teod. Multiplicad ahora un palmo por ocho
arrobas.
Eug. Una vez ocho son ocho ; visto esto
tenemos en la piedra grande ocho grados de
movimiento.
Teod. Vamos ahora á computar los grados
de movimiento , que hay en la otra parte;
la mano cargando vale lo mismo que dos
arrobas puestas ahí como suponemos. -
Eug. Pues la distancia de la mano hasta
la piedra chica es de quatro palmos ; mul
tiplicando ahora la distancia por el peso, te
nemos ocho grados de movimiento , porque
dos veces quatro son ocho , que es el mismo
número de grados de movimiento , que hay
de la otra parte.
Teod. Por esa cuenta bien veis que quedan
la piedra y mi mano en equilibrio : por tan
to á poco mas que cargue de lo que carga
rían dos arrobas si aquí estuviesen , ya levan
to la piedra : he aquí, ahí va ; veis?
Eug. Bien lo veo , no os canseis mas , por
que esto es para manos mas ásperas que las
vuestras. Pero decidme : ¿y qual es la razon
porque estos hombres luego que la piedra se
ha levantado algun tanto, le meten la piedre-
cita mas hacia dentro? Bien veis que ellos
así lo hacen sin saber Filosofía.
Teod. Es por la misma razon ; porque
quanto mas llegado está el calzo hácia la
punta de la palanca , tanto mas se aumen
ta la fuerza. Suponed que la piedrecita que
irá Recreación filosófica.
pusimos distante solo un palmo de lo último
Est.i. °c 'a paIanca , la poníamos aquí en (d) dis-
fig. 4. 'tancia de dos palmos ; ya las ocho arrobas
multiplicadas por distancia de dos palmos,
'daban diez y seis grados de movimiento ; y
de la otra parte estaba la mano solo en tres
palmos de distancia, los quales si los multi
plicásemos por dos arrobas , que valdrá mi
fuerza , hacen solo seis grados ; porque dos
veces tres suman seis : con que tenemos de la
parte de la piedra diez y seis grados de movi
miento , y de la parte de la mano solo seisj
ved como podré yo levantar la piedra.
Eñg. Así es ; pero apostaré yo que estos
.hombres haciendo toda esa diligencia de lle
gar la piedrccita cada vez mas hácia dentro,
no saben la razon de esto. a;. ,
Silv. A estos hombres les basta la expe
riencia. Pero tengo una duda contra esto,.
Teodosio ; y es que allá están otros hombres
mas adelante trabajando con palancas , no
usan de esas piedrecitas , y en vez de cargar
con la mano hácia abaxo , hacen fuerza hácia
Est.i. arriba: vamos llegando , y vereis esto de cer.
fig. <. ca ( véase la fig. y de la estamp. 1 .).
Teod. Es otro modo de usar de la palanca
aun mas útil , que el que ya os expliqué,
pero fúndase en los mismos principios. Mi
rad : la palanca está fixa en la punta a , que
está en el suelo : el peso está distante de
'esa extremidad fixa un palmo solo , segun de
aquí parece ; la mano del cantero supongamos
que dista de la extremidad a cinco palmos;
este será poco mas . ó ménos el largo de la
Tarde segunda. ' 117
palanca : he aquí tenemos ya diversas velo
cidades en el peso y en la mano , así como
sucedía en la palanca trabajando con ella del
otro modo ; y de aquí resulta poder la mano
levantar un gran peso. Si quereis ver esto
claramente haced las cuentas como os he ex
plicado. Supongamos que la piedra pesa diez
arrobas ; que la fuerza del hombre equivale
á dos ; para medir las velocidades no es pre
ciso mas que medir las distancias del peso y
de la mano al exe ó centro del movimien
to , que es la punta a de la palanca.
Eug. Si la piedra tiene diez arrobas de pe
so y está en distancia de un palmo, solo tiene
diez grados de movimiento , porque una vez
diez son diez ; vamos ahora á contar los gra
dos de movimiento que hay en la mano : la
fuerza del hombre vale dos arrobas , tiene
cinco palmos de distancia hasta el centro del
movimiento , que como decis es la otra ex
tremidad a ; si multiplicáremos dos arrobas
por cinco palmos , salen diez grados de mo
vimiento , que son otros tantos como los que
tenemos en la piedra.
Teod. Luego qualquiera fuerza mas que
ponga el hombre , ya levanta diez arrobas;
y ántes usando de la palanca como yo usé,
dando tambien el mismo valor á mi fuerza,
no podia levantar mas que ocho arrobas.
Sih. Pues si la palanca es del mismo tama
ño , y la mano tiene la misma fuerza, ¿por
que puede ahora levantar diez y entonces
solo ocho?
Teod. La razon de la diferencia es bien fá
n8 Recreación filosófica.
cil. No veis , mi Doctor , que ahora qnando
[fig. 5.) la mano se va levantando , estriba
la palanca en la punta a , que dista de la
mano cinco palmos ; y ántes [fig. 4.) estri
baba sobre la piedra chica b , la qual solo
distaba quatro palmos de mi mano ; pues co
mo en un caso la distancia de la mano al
centro del movimiento es mayor que en el
otro , por eso tiene mayor velocidad y mas
grados de movimiento. Centro de movimien
to llamo á aquella parte de la palanca que
queda fixa quando las otras se mueven.
Eug. Lo que mas me admira es ver como
todas estas cosas concuerdan entre sí.
Teod. ¿ Como no han de concordar , si to
das nacen de un mismo principio? Aun no
visteis todo lo que hay en esta materia , que
entonces os admirariais mas. De tal suerte
puedo yo usar de la palanca , que en vez de
aumentar la fuerza , se disminuya. Suponga
mos que con vuestra mano podeis levantar
dos arrobas: si cogiereis aquella palanca (véa-
Est.i. se la fig. 6. de la primera estampa ) , y
fig. 6. poniendo fixa en el suelo una extremidad a
atareis en la otra punta un peso de dos ar
robas , no podreis levantar ese peso ; porque
supongamos que poneis la mano en tres pal
mos de distancia de la extremidad fixa ; tie
ne la mano seis grados de movimiento , por
que la fuerza equivale á dos arrobas, las qua-
les multiplicadas por tres palmos de distan
cia , dan seis grados de movimiento. Haga
mos ahora la misma.cuenta al peso : él pesa
dos arrobas , tendrá seis palmos de distan-
Tarde segunda. 119
tía de la extremidad fixa , sale el producto
de doce grados de movimiento : ved ahora
como teniendo la mano solo seis grados de
movimiento , podrá levantar el peso , que
si se levantase tendría doce.
Eug. Ya veo que no se ha de usar así de
esa máquina , porque no es útil.
Silv. Ya que llegamos á este punto , ha
beis de darme la razon allá por vuestra Filo
sofía de una experiencia bien trivial , y es que
pudiendo qualquier persona levantar con fa
cilidad una espada tomándola por el puño,
Je cuesta mucho levantarla cogiéndola por
la punta.
Eug. Aun no habla reparado en eso : pe
did , Teodosio , á vuestro criado la espada,
que quiero ver esto y saber la razon.
Teod. Aquí está la espada , y para que
no gastemos tiempo , hago yo la experien'-
cia , y doy la razon {véase la fig. 7 estam- Est.i.
1>a 1.). La espada aquí es una especie de fig. 7.
palanca : el dedo índice es como el centro
del movimiento , y el dedo pulgar es el que
hace toda la fuerza cargando hácia abaxo,
para que el puño se levante hácia arriba;
miéntras que el dedo pulgar anda un peque
ño espacio , el puño de la espada ha de le
vantarse por un espacio grande , porque el
dedo pulgar dista muy poco del centro del
movimiento que consideramos sobre el de
do índice , y el puño dista mucho ; y así
tiene el peso mucho mayor velocidad que
el dedo pulgar ; y por buena cuenta se dis
minuye la fuerza , como vimos en la pa^ {
Tom. L M
i2o Recreación filosófica.
lanca en el último modo de usar de ella.
Eug. Supuesto lo que habeis dicho , que
da clara la razon.
Silv. Vamos continuando nuestro paseo,
que esta cantera nos llevó mucho tiempo,
teniendo ella bien poco que ver. Bien po
demos pasear y conferenciar sobre estos ma
ravillosos secretos de la naturaleza.

§. III.

Trátase de la fuerza que hace la Tixera,


y la Tenaza ; como se aumenta la fuerza
con el Plano inclinado y con la Cuña.

Eug. Xiablando en estas materias el tiem


po se me pasa sin sentir ; pero decidme,
Silvio, ¿quedasteis satisfecho con la respues
ta de Teodosio?
Silv. Vos , Eugenio , por fuerza quereis
que diga lo que entiendo. En quanto á estas
máquinas no dudaria mucho concordar con
el señor Teodosio , porque estos puntos no
son puntos de Escuela, ni á mi ver esto per
tenece á la Filosofía , pero siempre son unas
qüestiones curiosas y divertidas.
Teod. ¿Vos decis que esto no pertenece á
la Filosofía ? Así será si habláreis de la que
enseñan los Peripatéticos toda ocupada en
especulaciones quiméricas de que se saca
muy poco provecho ; pero la que siguen
los Modernos, bien veis que toda se aplica
á inquirir , á examinar y averiguar la razon
.de los efectos naturales ; y para descubrir la,
Tarde segunda. 121
verdera causa de los efectos prodigiosos de
la naturaleza , fué para lo que se invento Ut
Filosofía. Por lo que si el adelgazar el en
tendimiento no sirve para esto , ¿ para que
sirve ? Pero- no nos detengamos en esta dis
puta ; vamos continuando con nuestras má
quinas. Siguese la Tixera que tambien es má
quina ; porque con ella cortamos qualquier
cosa mucho mas fácilmente que sin ella; y
la razon es la misma que la de las otras má
quinas : todas ellas se fundan en los princi
pios, que tenemos establecidos. Las tixeras jun
to al exe hacen mucha mas fuerza que en las
puntas ; dad acá , Eugenio , las que traeis en
el bolsillo y vereis esto claramente ( véase Est.i.
la jig. 8. en la estamp. 1.). La potencia que "6* &•
mueve y que hace fuerza son los dedos que
están en los. anillos de la tixera (m n) ; en
quanto los dedos andan el espacio que hay
de un anillo hasta el otro , los cortes andan
mucho ménos espacio , y tanto ménos quan
to mas cortas son las puntas : bien veis, que
de este filo a hasta este e hay ménos dis
tancia que de un anillo á otro , y que quan
to mas nos llegáremos al exe , menor es la
distancia entre los filos ó cortes de la tixe
ra. Esto supuesto , ya queda clara la razon
porque se aumenta la fuerza ; que es la mis
ma de la romana y de la palanca ; porque
así como quanto mas cerca del exe está el
peso que se quiere levantar , mas fácilmen
te se levanta , así quanto mas cerca está el
cuerpo que pretendemos-cortar ; del exe de la
tijera , mas fácilmente lo cortamos.
122 Recreación filosófica.
Eug. Eso concuerda mucho con la eipe.*
riencia; porque las tixeras en la punta no pue
den muchas veces cortar un carton , y acer
cándole al exe fácilmente se corta.
Silv. Eso será por estar ahí mas afilada.
Teod. Aunque esté igualmente amolada poí
todo el filo, ha de suceder lo mismo. Hay
unas tixeras hechas para cortar hoja de lata
ú otra cosa semejante , que tienen los bra
zos muy largos ; si cargáreis é hiciereis fuer
za en lo último de los brazos de estas, fá
cilmente cortareis lo que quisiereis ; pero si
los cogiereis junto al exe , ó no cortaréis lo
que intentais , ó lo cortaréis con mucha ma
yor dificultad ; y con todo eso los filos de la
tixera no están mas bien amolados en un caso
que en otro.
Silv. De aquí infiero yo , que si las tixe
ras tuvieren las puntas mas largas que los
brazos , no han de aumentar la fuerza , án
tes la han de disminuir ; y esto es falso , por
que con estas tixeras de cortar papel , que
tienen las puntas muy largas , corto yo con
la misma facilidad que con las otras.
Teod. Segun la distancia en que pusiereis
lo que intentais cortar ; miéntras que el cuer
po que cortamos distare del exe de la tixera
ménos de lo que distan vuestros dedos, sen
tireis facilidad ; pero si lo que cortais dista
re del exe mas que los dedos , en vez de
sentir facilidad , sentireis dificultad ; y mas
fácilmente cortaréis ese cuerpo con qualquier
cuchillo , que con la tixera : haced la expe
riencia en un carton y vereis.
Tarde segunda. 123
Eug. Luego para ver si la tixera facilita ó
no , hemos de medir las distancias del cuer
po que cortamos al exe , y de los dedos al
exe ; ¿ y si los dedos distaren mas , se au
menta la fuerza ; si distaren menos se dismi
nuye ?
Teod. No tiene duda ; porque entonces tie
nen mas velocidad los dedos , que aquella
parte del filo de la tixera que corta. Esta mis
ma razon con bien poca diferencia sirve pa
ra explicar la Tenaza ; porque {véase lafig. p.
9. en la estamp. r.) la boca ó puntas de la te- f¡KV
naza son mucho mas cortas que los brazos ; y
quanto mayor fuere la distancia de la mano
al exe , que la del exe á los dientes de la te
naza , mas se aumenta la fuerza , y mas se
asegura y aprieta lo que cogemos con la te
naza.
Eug. Por eso vemos que con ella de tal
suerte agarramos un clavo , que le arranca
mos con facilidad , siendo dificultosísimo el
arrancarlo sin este ú otro instrumento. Y es
to creo que es tambien la razon de hacer
mas fuerza las tenazas que tienen los bra
zos mas largos , como son las que usan los
Tiradores.
Teod. Así ha de ser ; quanto mayores fue
ren los brazos que las puntas, tanto se aumenta
la fuerza de aquel que usa de la tenaza. Ha
beis de considerar cada mitad de la tenaza
como una palanco pequeña ; y así la tenaza
viene á ser como dos palancas jugando una
contra la otra ; y la fuerza con que las pa
lancas levantan el peso , aquí la era
M3
124 Recreación filosófica.
plean en apretar lo que hallan entre sí.
Sih. El señor Eugenio comprehende esto
bellísimamente; no os molesteis, Teodosio;
¿tendrémos alguna máquina que nos ponga
en lo alto de esa calzada sin tanto trabajo?
porque yo ya me aflijo con la consideracion
de que he de subirla.
Teod. Tomemos por este otro camino , que
aunque tambien sube , como va rodeando el
monte , no hace lan áspera la subida. Y es
to se puede reducir tambien á una máqui
na que llaman Plano inclinado. No vayamos
mas léjos ; delante de los ojos tenemos el
exemplo. ¿Veis aquellos hombres que quie
ren cargar aquella pipa en el carro ? (véa-
E»ki. se lafig. 1o. estamp. i.) Ellos no la pueden
fr10, levantar en peso para ponerla encima ; por
eso usan de aquella plancha , por la qual la
van llevando con facilidad hasta ponerla en
el carro.
Eug. Ya veo como la suben así con mé
nos trabajo , mas no comprehendo aun la
razon filosófica de esa facilidad.
Teod. El movimiento que causa aquí difi
cultad , es el movimiento hácia arriba ; la
pipa no sube mas que cinco palmos ó poco
ménos ; esta será la altura del carro : quan-
do la van rodando por la plancha , la po
tencia ó las manos que la llevan se mueven
por todo el largo de la plancha , que á lo
ménos han de ser diez palmos : de donde in
ferimos que en quanto las manos se mueven
por el espacio- de diez palmos , sube la pi
pa solo cinco ; por eso se aumenta tanto la
Tarde segunda. 12 y
fuerza de los hombres , que no pudiendo le
vantarla en peso , con este artificio la suben
fácilmente sobre el carro.
Silv. La pipa tambien se movió por todo
el largo de la plancha: ¿luego como decis que
en quanto las manos se moviéron por diez
palmos , la pipa subió solo cinco ?
Teod. Mirad , mi Doctor : la pipa es cierto
que se movió por toda la plancha ; pero cor
riendo toda la plancha solo subió cinco pal
mos , que es la altura del carro ; y lo que
necesita aquí de fuerza para vencerse , es
solo el movimiento hácia arriba ; sobre una
llanura fácilmente se mueve la pipa ; el ha
cerla subir es lo que tiene dificultad : con
que no tenemos que mirar el espacio por
donde se mueve , pero sí á la altura á que
sube , y ver si es menor que el espacio por
donde se mueve la potencia.
Eug. Ahora conozco la razon ; y que
quanto mas largo fuere el tablon , y quanto
mas baxo fuere el carro , mas fácilmente se
subirá.
Teod. Es porque entonces es mayor el ex
ceso que el largo de la plancha ó tablon lleva
á la altura del carro ; y quanto mayor fuere
este exceso , mayor es la facilidad de la po
tencia que mueve el peso.
Silv. Con nuestra experiencia fuimos con
firmando lo que vos , Teodosio , ibais di
ciendo , porque con mucho menos trabajo
vencimos la subida. Pero decidme ¿que obras
son estas que se están haciendo ?
Teod. Son las casas de la Quinta donde
M4
126 Recreación filosófica.
vamos : despues de acabar la Quinta , quie
re ahora su dueño hacer un palacio noble
que le corresponda.
Eug. La obra va magnífica : ¿ y que ha
cen aquellos hombres dando golpes con tan
ta fuerza sobre aquella piedra? Dexadme
acercar que soy curioso.
Silv. Supongo que la quieren partir por
medio : la están clavando una cuña de ace
ro por una hendedura que allí tenia , ó le
Est Ié hiciéron con el cincel (véase la fig. 1 1 . en
fig.ii. Ia estamp. i.).
Eug. }Y tenemos aquí tambien alguna má
quina , Teodosio ?
Teod La Cuña tambien aumenta la fuerza
de la potencia ; sin la cuña no podrian rom
per tan fácilmente la piedra ; y ántes que
me pregunteis la razon , voy á darla. Aquí
Jo que pide fuerza es el movimiento de la
piedra hácia los lados , esto es , la separa
cion de una parte de la otra : este movimien
to es tanto , quanto es el grueso de la cuña;
este será v. g. de tres dedos ; mas para que
la cuña separe la piedra por tres dedos , es
necesario que se la claven toda hasta el fin,
porque solo ahí tiene tres dedos de ancho;
y no la pueden clavar toda , sin que la ha
gan mover por espacio de un palmo por la
piedra adentro , que esto será lo largo de la
cuña ; y por buena cuenta para separarse la
piedra tres dedos , es preciso que muevan la
cuña por un palmo ; y quanto el largo de
la cuña excede á su grueso , tanto mas espa
cio anda la cuña hácia abaxo , que la piedra
Tarde segunda. 127
hacía los lados : por eso con la cuña se au
menta la fuerza de los que trabajan , ó pot
mejor decir , con la cuña se facilita su tra
bajo.
Eug. Lo he entendido ; y cada vez me
confirmo mas en que todas las veces que el
espacio por donde se mueve la potencia ó
el instrumento movido por ella es mayor que
el espacio por donde se mueve el cuerpo que
pretendemos mover ó separar , se facilita el
trabajo , ó como dicen , se aumentan las fuer
zas de la potencia.
Teod. Esa es la regla general.
Silv. En verdad no habia reparado en mu
chas de esas cosas , que llamais máquinas : yo
por máquinas de levantar pesos solo tenia
los cabestrantes ó guindastes , y los moto
nes ó garruchas de que vemos estar usando
en esta obra para levantar las piedras en
alto.
Teod. Esas son las mas célebres , porque
sus efectos son mas notables ; pero eso no im
pide que tambien lo sean las que hasta aquí
hemos explicado , como ya os mostré con
la experiencia.
Eug. Pues ya que las tenemos delante de
los ojos , sentémonos á ver trabajar estos
hombres , porque con la vista de estas máqui
nas mas fácil nos será su explicacion ; y
miéntras descansaremos del paseo , que bas
tante largo ha sido.

'''V¥ '
128 Recreación filosófica.

§. IV.
Trátase del Cabestrante y de los Motones
ó Garruchas.

Teod. Jj>s increíble lo que estas máquinas


aumentan la fuerza de los hombres , y si no
lo viésemos pareceria imposible que piedras
de tan extraña magnitud se pudiesen levan
tar.
Eug. ¡Quien diria que solos dos hombres
descansadamente habían de levantar aquella
Est.i. piedra tan grande! (véase la fig. 12. en la
fig.ia. estampa 1.).
Teod. Pero reparad que la piedra se mue
ve muy despacio y mucho mas despacio que
los hombres : reparad bien , y ved lo que
sube mientras que los hombres dan una vuelta.
Eug. Subirá' tres palmos quando mas , si
la vista no me engaña.
Teod. ¿Y que espacio andarian los hombres
en quanto dieron una vuelta entera?
Eug. Eso ahora no es fácil medirlo.
Teod Antes es facilísimo : ¿quantos pal
mos tendrá de largo aquella vara ó palanca
en que andan ? Supongamos que tiene diez
palmos de largo; pues si es así , resulta te
ner todo el espacio de la vuelta que dieron
los hombres treinta palmos ó poco mas con
forme á lo que se demuestra en la Geome
tria , porque la vuelta de un círculo prue
ban los Geómetras que es quasi igual á tres
diámetros ; luego si la vara tiene diez pal
mos de largo , bien digo yo que la vuelta
Tarde segunda. 129
ó círculo que hiciéron los hombres andando
al rededor , ha de tener treinta. De lo que
se infiere , que en quanto los hombres se mo
viéron por espacio de treinta palmos , no
anduvo la piedra hácia arriba sino tres pal
mos.
Eug. Segun eso pueden aquellos dos hom
bres levantar un peso grandísimo ; porque es
tamos en la regla general , que todas las veces
que la potencia se mueve por espacio ma
yor que el peso , se aumenta. Pero quisiera
yo ahora un modo facil de saber ¿ quanto
peso podrá un hombre levantar con esta má
quina ó qualquier otra de este género.
Teod. Yo os diré como lo podeis saber fá
cilmente: primeramente medid la vara y ved
los palmos que tiene ; medid despues de eso
el diámetro del tambor ó de aquel cilindro
de palo (c i) en donde se envuelve la ma
roma , esto es , medid por la parte de enci
ma ó de abaxo su grueso (c i) ; y quanto ma
yor fuere la vara que el diámetro ó grueso
del tambor , tanto se aumenta la fuerza : Su
pongamos v. g. que la vara tiene diez pal
mos , y que el tambor tiene de diámetro un
palmo ; si el hombre puede sin máquina le
vantar dos arrobas , con ella puede ahora le
vantar veinte; y si podia levantar tres, aho
ra podrá levantar treinta.
Eug. ¿Y por que ?
Teod. Por la misma razon de la romana y
de las otras máquinas ya explicadas. Si la va
ra es diez veces mayor que el diámetro del
tambor , es cierto que la vuelta que da el
130 Recreación filosófica.
hombre en la punta de la vara, es diez ve
ces mayor que una vuelta de la cuerda al
rededor del tambor ' . El peso sube tanto
quanto es lo largo de la maroma que se va
enroscando ; por lo mismo si el espacio que
anda el hombre es diez veces mayor que la
cuerda que en ese tiempo se enrosca , tam
bien es diez veces mayor que el espacio por
donde sube el peso en ese tiempo.
Eug. Así ha de ser forzosamente.
Teod. Luego ahora el hombre tiene una
velocidad diez veces mayor que el peso, y por
consiguiente aunque el peso sea diez veces
mayor que su fuerza , queda compensada una
cosa con otra. En el hombre la fuerza que
corresponde á dos arrobas multiplicadas por
diez grados de velocidad , son veinte grados
de movimiento ; y veinte arrobas multiplica
das por un grado de velocidad , son veinte
grados de movimiento ; y así quedan en
equilibrio la piedra de veinte arrobas y la
fuerza del hombre usando de esta máquina.
Eug. Quien hiciere la cuenta luego cono
cerá la igualdad ó desigualdad que hubiere
entre la potencia y el peso.
Teod. Pero para evitar la confusion os ad
vierto , que para conocer la diferencia que
va de la velocidad de la potencia á la del
peso , esto es , para ver quanto mayor es
el espacio que anda la potencia , que el que
anda el peso , basta que tomeis la medida
1 Las circunferencias son entre sí como los dia
metros ; luego si los diámetros son como 1o á 1,
tambien Jas circunferencias serán como 10 á 1.
Tarde segunda. 131
6 á toda la vara y al diámetro del tambor,
ó á la mitad de la vara y mitad del diá
metro del tambor , ó al círculo que hace hi
punta de la vara y la cuerda que lleva el
tambor en una vuelta ; porque siempre ven
dreis á conocer el mismo exceso ' ; y así
medid lo que os fuere mas fácil.
Eug. Todo me es fácil menos medir el
grueso ó el diámetro del tambor.
leod. No tiene dificultad : quando por es
tar la máquina muy embarazada no lo po
dais hacer de otra suerte, echad un cordel
al rededor del tambor , y la tercera parte
del cordel que llevare en una vuelta , es el
diámetro del tambor ó la medida de su grue
so.
Eug. Ya lo entiendo.
Silv. Pues yo aun no : perdonad la imper
tinencia. Vos , Teodosio , dixisteis , que po
díamos medir , ó los círculos que hacían la
cuerda y el hombre en la extremidad de la
vara , ó los diámetros ó las mitades de estos
diámetros , que siempre salia la misma cuen
ta ; pero esta cuenta no puede salir cierta,
porque si midiéremos el círculo que hace la
cuerda, sale la piedra en esta máquina con
» Los rayos son entre sí como los diámetros y
como las circunferencias ; luego la misma propor
ción que tiene entre sí la vara y el diámetro del
tambor , esa misma tiene la mitad de la vara y
el rayo o mitad del diámetro del tambor ; y esa
misma proporción tiene entre sí el círculo que des
cribe la punta de la vara y el que hace la super
ficie del cilindro o tambor,
132 Recreación filosófica.
tres grados de velocidad , porque anda tres
palm os ; y si midiéremos el diámetro del tam
bor ; sale la piedra con un grado de velocidad,
porque este diámetro solo tiene un palmo.
Estas cosas , amigo mio Teodosio , no con-
cuerdah.
Ttod. Silvio , no os confundais : yo os mos
traré que siempre sale el mismo exceso. Si
midiéreis el diámetro del tambor , así es que
saldrá el peso con un grado de velocidad;
pero entonces sale la potencia con diez , por
que habeis de medir toda la vara que tiene
diez palmos , y multiplicar por esos diez
palmos la potencia; y si midiereis la vuelta
que hace la cuerda , sale el peso con tres
grados de velocidad ; pero entonces ha de
salir la potencia con treinta , porque habeis
de medir toda la vuelta que hace el hom
bre en la punta de la vara , que importa
treinta palmos , y multiplicar por esos treinta
palmos la fuerza del hombre : con que siem
pre viene á quedar la potencia con el mismo
exceso respecto del peso ; porque su velo
cidad siempre es diez veces mayor que la del
peso.
Silv. Ahora estoy satisfecho.
Eug. Yo tambien ; pero he allí otros hom
bres , que por garruchas meramente están
levantando otra gran piedra. Explicadme co
mo es esto.
Teod. Antes que entre á explicaros esa má
quina , es preciso advertir que una Garrucha
ó Polea sola , esto es , un moton que no ten
ga mas que una rodaja , como las que se
Tarde segunda. 133
usan en los pozos , no es máquina que au
mente la fuerza de la potencia ; porque si
lo reparáreis bien , tanto espacio anda la ma
no tirando hácia abaxo , como el peso su
biendo hacia arriba ; y como no hay exce
so de velocidad en la potencia respecto del
peso , no se aumenta la fuerza.
Eug. Si eso es así, ¿para que usan de esas
poleas en los pozos ?
Teod. Es porque contribuyen mucho para
tirar ; mas facilidad tiene una persona para
tirar hácia abaxo que hacia arriba ; ademas
de que tirando hacia abaxo , tambien ayu
da el peso del brazo y de todo el cuerpo,
lo que no sucede tirando hácia arriba.
Eug. Pero las poleas de que ahora usan
estos hombres [véase lafig. 1. en la estam- Est.a.
fa 2.) les aumentan la fuerza , porque levan- fig. 1.
tan una piedra tan grande , que ciertamente
excede toda la que ellos tienen.
Teod. Así ha de ser , porque son mas po
lcas : una está fixa arriba A , otra abaxo E,
á la qual está amarrada la piedra.
Eug. ¿Y por que se aumenta en esta má
quina la fuerza ?
Teod. Porque en quanto el peso sube has
ta arriba , que será distancia de veinte palmos,
andan doblado espacio las manos de los que
tiran.
Silo. Ahora no podeis saber eso con cer
teza : ¿como habeis de medir el espacio que
andan las manos , si los hombres las están
siempre mudando ; y así que llegan abaxo,
luego cogen otra vez la cuerda mas arriba?
/T34 Recreación filosófica.
Teod. Vos , Silvio, os ahogais en poca aguas
si los hombres cogiesen una vez la cuerda y
sin dexarla se fuesen apartando hacia atras y
tirando , no seria fácil medir el espacio que
andaban las manos ó los hombres que tiran ?
Supongo que esto lo hallaréis fácil ; porque
midiéndose la cuerda que se extendió , se
conoce quanto espacio anduviéron los hom
bres que tiráron por ella.
Silv. Sí ; en ese caso es fácil.
Teod. Pues tambien en nuestro caso : en
midiéndose la cuerda que se extendió , que- -
da medido el espacio que anduvieron las
manos : porque la cuerda no habia de ex
tenderse ni un solo palmo , sin que la mano
que tiró por ella, anduviese otro palmo ; lue
go si la cuerda que se extendió en quanto
la piedra subió arriba , tiene de largo qua-
renta palmos , se sigue que otro tanto espa
cio anduviéron las manos poco á poco. Voy á
mandar , Eugenio , á un criado que mida esa
cuerda , y vereis que tiene doble largo de la
altura á que subió la piedra
Eug. No quiero que perturbeis á los hom
bres en sus trabajos ; pero poco mas ó mé
nos bien se ve que así ha de ser.
Silv. La razon de eso si la hay , siempre
quisiéramos saberla.
Teod. Ahora que los hombres ya echáron
otra vez abaxo la polea para subir otra pie
dra , queda fácil dar la razon. ¿Quando la
piedra llega arriba , no toca la polea de
abaxo ( E ) en la otra que está arriba
(A) i
Tarde segunda. 13 5
Silo. Sí tiraren hasta el fin , habrá de lle
gar á tocar una con otra.
Teod. Pues tocando una en la otra , so
bran los pedazos de cuerda que van uno de
arriba (a) hasta abaxo (c) y otro de aba
xo (f) hasta arriba (/J , que son dos tama
ños de la altura que sube la piedra ; y to
da la cuerda que aquí sobra , es la que se
extiende en quanto la polea de abaxo llega á
tocar en la de arriba.
Eug. Aquí no hay mas que replicar , mí
Doctor.
Siiv. En estas materias , como ni las estu
dié ni fui superintendente de obras , no es
mucho que el señor Teodosio esté mas ins
truido que yo: vamos adelante.
Eug. Allá tenemos otros hombres dando
grandes gritos : supongo, será alguna gran
piedra que pretenden levantar á lo alto.
Sita. No os engañais ; todo el aparejo era-
ge con el peso.
Teod. ¿Pues veis que no usan de otra má
quina sino de poleas ó motones ? Pero tie-
«en muchas mas rodajas ; porque la polea de
arriba tiene tres , y la de abaxo otras tan
zas ; y si usando solo de dos rodajas se au
menta la fuerza de la potencia , usando de
seis rodajas , se ha de aumentar mucho mas
por la misma razon, (véase Lifig. 2. estam. Est.a,
fa 2.) fig. a.
Eug. ¿Y ahora quanto se aumenta la fuer
za en esta máquina?
Teod. Tanto quanto el espacio que andan
las manos es mayor que el que sube la pie*
Tom. I. N
Ii6 Recreacion filosófica.
dra : la piedra quando llega arriba habrá su
bido seis varas poco mas ó menos : ved aho
ra, Eugenio, quanto espacio es preciso que
anden las manos para que llegue arriba la
piedra , y entonces sabreis en quanto excede
la potencia al peso.
Eug. Para eso me basta medir la cuerda
que se extiende ; mas ahora no puedo prac
ticar esa diligencia , porque están los hom
bres trabajando.
Teod. ¿Quantos largos de cuerda van de
una polea á la otra ?
Silv. Si no me engaño , van seis.
Teod. Seis han de ser forzosamente , sien
do seis las rodajas que hay en las poleas;
advertid ahora ; todos «sos pedazos de cuer
da , que van de una polea á la otra , se ahor
ran quando la piedra llega arriba , y toda
esa cuerda es la que se extendió ; luego la
cuerda que se extendió tiene seis largos del
espacio que subió la piedra.
Eug. Basta : ahora ya sé quanto excede
el espacio que andan las manos de los hom
bres quando tiran de la cuerda , al espacio
que sube la piedra : porque las manos an
dan tanto quanto la cuerda va viniendo ha
cia abaxo ; si la cuerda que viene hacia aba-
xo tiene treinta y seis varas , treinta y seis
varas andan las manos al mismo tiempo que
la piedra solo subirá seis varas como hemos
ajustado.
Silv. ¿Y por donde os consta á vos , Eu
genio , que la cuerda que vino hacia abaxo,
tiene treinta y seis -varas?
Tarde segunda, i^j
Eug. ¿No hemos dicho ya , que la cuerda
que se extendía , tenia seis lardos del espa
cio que va de una polea á la otra ? Pues si la
piedra sube seis varas , tiene la cuerda trein
ta y seis , porque seis veces seis son treinta
y seis.
Silv. Y si los hombres pudieren sin máqui
na levantar diez arrobas , decidme , Euge
nio , ¿ quanto podrán levantar con ella , ya
que tan diestro estais en estas cuentas?
Eug. Vamos poco á poco : el espacio que
andan las manos, es seis tantos del espacio
que sube la piedra ; luego los hombres pue
den con esta máquina levantar seis tantos
de lo que podrian sin ella ; si por sí podian
levantar diez arrobas , con la máquina po
drán levantar sesenta.
Teod. Eso es ; teneis razon , y quede esto
establecido : que quanto mayor es el espa
cio que anda la potencia , que el espacio que
anda el peso , tanto mas se aumenta la fuer
za de la potencia.
Silv. Si vamos con este despacio , no ve
mos la Quinta ; y sobre eso nos hemos de
retirar de noche , cosa que me causa inco
modidad , porque veo muy poco y rezelo
alguna caida.
Teod. Pues entremos , que en las obras ya
vimos lo que habia que ver ; y no os dé cui
dado la retirada , que ya di providencia pa
ra que la hagamos con brevedad y comodi
dad.

Na
tfi Recreacion filosófica.

%, v.
Trátase de la "Noria de mano y de la Rosca
6 Husillo.

Eug. ¡^w'ue ameno y bien copado bos


que ! La altura de los árboles , su agradabls
verdor , la disposicion y orden con que es
tán puestos , y el enlace de sus ramos ha
cen una vista por cierto bien apreciable.
Silv. Vamos á la huerta , porque el bos
que es mas propio para las horas de calor,
que para quando el sol ya va declinando;
acá fuera se ha de sentir mas el ayre , por
que corre mas libre.
Eug. Vamos paseando hasta aquella no
ria , que gusto sumamente de ver regar la
hortaliza ; pero decidme , Teodosio , ¿quien
es el que saca el agua ? ¿ Acaso es solo
aquel hombre que anda con la noria?
Teod. Esta noria no es de las ordinarias,
es una noria de mano ; porque es hecha con
tal artificio , que un hombre con gran fa
cilidad saca agua del pozo : llegaos y vedlo
Est.2. (véase la fiz. 3. estamp. 2.).
Cg. 3' Eug. Parece que las circunstancias que nos
proporciona la fortuna , vienen á medida de
nuestros deseos : esta tarde hemos tratado
de las máquinas que aumentan la fuerza de
la potencia ; aquí tenemos delante de los
ojos una que aun no explicamos. Decidme
l si aumenta esta máquina la fuerza de este
hombre , y por que y quanto la aumenta ?
Teod. Que aumenta la fuerza , no tiene
Tarde segunda. 139
duda , porque con cubos no podía sacar tan
ta cantidad de agua en tan poco tiempo.
Ahora, la razon porque la aumenta es cla
ra supuestos los principios sobre que hemos
discurrido : bien veis que el hombre anda
con la mano por mucho mas espacio del que
andan los cangilones ; porque como la rue
da pequeña (m) , á que llaman piñon , tiene
muchos menos dientes que la rueda grande,
es preciso que el piñon dé muchas vueltas
fara que la rueda de los cangilones dé una.
ongamos un exemplo : supongamos que la
rueda grande tiene cincuenta dientes , y que
el piñon tiene diez ; para que dé una vuel
ta la rueda grande , es preciso que el piñon
dé cinco ., para que dé el piñon cinco vuel
tas , es necesario que la mano del hombre
que anda con la cigüeña (e) al rededor , dé
tambien cinco vueltas ; de donde se sigue
que en quanto la rueda de los cangilones
da una vuelta , da la mano cinco ; las qua-
les importan mucho mas espacio que la vuel
ta que da la rueda de los cangilones.
Eug. Veamos por curiosidad ¿ quanto au
menta la fuerza esta noria? Como el horte
lano acabó ya su tarea , tenemos lugar para
la experiencia.
Teod. Para eso ya sabeis que hemos de
medir los espacios que andan , el peso que
son los cangilones , y la potencia que es la
mano del hombre ; para medir el espacio que
andan los cangilones , atad un cordel en es
te que está bien inmediato al borde del po
zo : dad ahora una vuelta entera con esa
N 3
14® Recreación filosófica.
cigüeña (e) al rededor y parad ; ved quan-
ro subid el cordel , y teneis medido el es-
T acio que anduvo el peso.
Eug. Está muy bien: vamos ahora á me
dir el espacio que anduvo la mano , mien
tras que dió una vuelta.
Teod. Medid con un cordel seis veces la
altura que va de la cigüeña (<?) hasta el exe (i)
del piñon , y todo ese largo es el espacio
que anduvo la mano en una vuelta '.
Eug. ¿Y he de tomar así la medida en
todos los casos semejantes ?
Teod. Sí por cierto : siempre que quisie
reis medir el espacio que anda la mano quan-
do da una vuelta , no teneis mas que medir
seis veces el hierro ó palo ó cuerda en cu
ya extremidad se pone la mano para hacer
esa vuelta , medir , digo , desde la mano has
ta el centro del movimiento ó centro de la
vuelta que hace la mano.
Eug. Visto eso , para saber yo quanto au
menta la potencia una de las norias ordina
rias , ademas de la diligencia del cordel
atado al cangilon he de medir seis veces el
largo de la vara , en donde anda la caba
lleria.
Teod. Eso es ; pero advertid que ese lar
go de la vara seis veces , es el espacio de
una sola vuelta : despues de lo qual ya no
teneis mas que medir tambien con el cordel

* La vuelta de la mano es círculo ; la altu


ra e i es el rayo ; y seis rayos son quasi igua
les á la circunferencia o vuelta del círculo.
Tarde segunda. 141
lo que sube el cangilon , mientras se da una
sola vuelta.
Eug. Lo he entendido.
Teod. Ahora ántes que sea mas tarde,
quiero explicaros otra máquina que falta , y
se tiene por la mas fuerte de todas. Es
ta es la Rosca ; aquí tambien os la pue
do enseñar : venid conmigo. En los lugares
habreis visto ya unas roscas , á que llaman
Husillos de lagar , pues esa es la máquina
que voy á explicar.... Primeramente es una
viga ó tabla gruesa (A) , que está encima ñ-
xa y segura : á esta tabla atraviesa una ros
ca , la que está enganchada en la piedra que
veis abaxo : ademas de esto hay una vara
que se le introduce por el costado para ha
cerla andar al rededor ; he aquí la teneis
(véase la fig. 4. en la estamp. 2.). Supon. J *,
gamos que esta piedra pesa cien arrobas; *" 4"
claro está que yo no la puedo levantar solo
con mi fuerza ; mas si anduviere al rededor
de ella empujando la punta de esta vara, ya
la puedo levantar ,. haced la experiencia y
vedlo.
Eug. Así es; pero va tan poco á poco,
que apenas se percibe que se levanta del suelo.
Teod. Así ha de ser forzosamente : vamos
ahora á la razon. En tanto que disteis una
vuelta entera, subió la piedra quando mas me
dio palmo , que será la distancia que va de
una espira ó diente de la rosca al otro. Re
parad y ved que miéntras doy una vuelta al
rededor empujando la vara , se introduce en
la tuerca ó se oculta en la viga adentro un
N4
I4a Recreación filosófica.
solo diente , de suerte que el segundo dien
te (í) debaxo de la viga , despues de dar
una vuelta , es el que ha de quedar en pri
mer lugar ; y el (i) que ántes era primero,
ha de introducirse por la viga adentro.
Eug. Teneis razon ; ya veo que la pie
dra habia de subir la distancia que va de un
diente á otro. Tenemos , pues , medido el
espacio que anduvo el peso : vamos ahora á
medir el que anduvo la potencia.
Teod. Medid la vara seis veces con un cor
del desde el centro de la rosca (a) hasta la
punta ; ¿ quanto tiene de largo ?
Eug. La vara tiene diez palmos ; seis ve
ces diez palmos son sesenta : por esta cuenta
en el tiempo que yo di una vuelta en la pun
ta de la vara , anduve sesenta palmos , y la
piedra solo subió medio palmo : ¡ es exceso
muy grande!
Teod. De ahí se sigue , que si con vuestra
mano solo podeis levantar dos arrobas , con
esta máquina podeis levantar 240 arrobas.
Silv. ¿Como ajustais esa cuenta ? En eso
hay engaño; pero vamos á ajustarías acá fue
ra , que este lugar está sofocado.
Teod. Vamos : la piedra como visteis subió
medio palmo ; yo anduve 60 palmos o120
medios palmos que es lo mismo ; luego andu
ve 120 veces el espacio que anduvo la pie
dra : mi fuerza natural equivale á dos arrobas;
dos arrobas multiplicadas por 12o espacios,
euman 24o arrobas.
Silv. Esa cuenta no puede faltar ; pero me
parecía mucho.
Tarde segunda. 143
Eug. Con razon dixisteis que esta máquina
era la mas fuerte de todas , porque ninguna
aumenta tanto la fuerza como esta.
Teod. Pero advertid una cosa que se debe
notar, y es, que estas máquinas aun sin tener
ningun peso , cuesta el moverlas masó me
nos , segun están mas ó menos usadas y cor
rientes ; y esto se debe descontar al aumento
que dan á la fuerza de la potencia ; pero co
mo no se puede saber ni determinar cierta
mente quanto cuesta mover cada máquina por
sí sola , por tanto al ajustar las cuentas no se
atiende á eso.
Eug. ¿Y hay aun otras máquinas ademas
de estas ?
Teod. Diré : de estas que os he explicado,
acostumbran los hombres hacer otras muy
fuertes , juntando v. g. el cabestrante ó el
guindaste con las poleas ó motones ; juntando
las ruedas dentadas con la rosca &c. pero to
das se pueden reducir á las que tengo expli
cadas.
Eug. i Que llamais ruedas dentadas ?
Teod. Es el artificio de la noria , en donde
una rueda con dientes hace andar tambien otra
con dientes mayor ó menor ; y así van dispo
niendo de tal suerte los movimientos , que la
potencia ande mucho mayor espacio que el
peso.
Silv. Ahí es donde está todo el artificio de
estas máquinas , segun lo que tenemos obser
vado.
Teod. Pero para que no os falte nada , Eu
genio , quiero daros una instruccion general
144 Recreación filosófica.
para todas las máquinas que se pueden inven
tar ; y juntamente resumir en pocas palabras
lo que hemos tratado esta tarde. Supongo que
os acordais de lo que os dixe al principio,
que la quantidad del movimiento se tomaba
del peso del cuerpo que se movia , y de la ve
locidad con que se movia ; de suerte que mul
tiplicando el peso por la velocidad , tenemos
la quantidad cierta del movimiento. La fuerza
de un hombre empujando ó cargando pode
mos compararla á la fuerza que hace un peso
cargando hácia abaxo , ó mayor ó menor se
gun fuere la fuerza. ¿Teneis duda en esto ?
Eng. No.
Teod. Bien está ; pues entonces para averi
guar la quantidad del movimiento , que hay
de parte del hombre quando tira de algun pe
so , hemos de hacer la cuenta con el peso que
vale su fuerza, y multiplicarla por la veloci
dad que tiene el hombre ; ahora para averi
guar la velocidad de la potencia que es la
mano del hombre , y asimismo la velocidad
del peso , no tenemos mas que medir los es
pacios que corren en el mismo tiempo ; aquel
que en el mismo tiempo anda mas espacio,
tiene mas velocidad. Si la potencia anduvie
re tanto como el peso , tiene igual velocidad;
y entonces si el peso fuere mayor que la
fuerza del hombre , no hay quien compense
este exceso ; mas si la potencia anduviere mu
cho espacio , miéntras el peso anda poco , ya
la potencia tiene mayor velocidad que el pe
so; y así ya tiene con que compensar el ex
ceso del peso á su fuerza si la hubiere ; por
larde segunda. 14J
que si el peso es mayor que su fuerza , tam
bien la potencia ó la mano que hace fuerza
tiene mayor velocidad que el peso. Por tanto,
hablando de qual'quier máquina , si os pregun
taren si podrá un hombre levantar un peso de
terminado , para responder prudentemente ha
beis de preguntar primero á quanto equivale
la fuerza del hombre , esto es , quanto podrá
levantar por sí solo ; despues habeis de pre
guntar quanto pesa ese peso y ver quanto es
lo que excede á la fuerza del hombre : hecho
esto mandad trabajar con la máquina (aunque
sea sin colgarle peso) , y ved quanto es el es
pacio que anduvo la mano que trabajaba y el
espacio que en ese tiempo anduvo la cuerda
ó cadena en donde se cuelga el peso ; si el es
pacio que anduvo la mano excede tanto á el
espacio que andaria el peso , quanto el peso
excedía á la fuerza del hombre , podrá la ma
no levantar el peso ; si este exceso de los es
pacios no fuere tan grande, como era el exce
so del peso, no lo podrá levantar , porque no
tiene velocidad bastante para compensar lo
que le faltaba de fuerza para levantar el peso.
Eug. Basta ; no os canseis mas , que ahora
lo entendí todo perfectamente.
Silv. ¿Y para que eran aquellas cuentas de
multiplicar con que tanto nos quebrasteis la
cabeza ?
Teod. Eran para conocerse fácilmente estos
excesos del peso á la fuerza del hombre , y
de la velocidad á la velocidad ; porque mul
tiplicando el peso por su espacio ó por su ve
locidad , y luego la potencia por su veloci
146 Recreacion filosófica.
dad ó espacio , lo que sumaba mayor número,
es señal que tenia caudal para compensar to
do el exceso que el otro le llevaba.
Silv. Ahora veo ya que son precisas.
Teod. Lo que he dicho se entiende de la
quantidad del movimiento en sí mismo ; pe
ro no del efecto que hace ese movimiento
con su fuerza : que este es punto muy céle
bre entre los Modernos. Quando un cuerpo
se mueve libremente , lleva fuerza con la
qual puede hacer varios efectos ; antiguamen
te (y aun hoy muchos) median esta fuerza por
la quantidad de movimiento , esto es , por el
producto de la masa multiplicada por la ve
locidad ; pero despues de Lcibnitz ha habi
do grandes disputas , y hoy ya para mí es
cierto por experiencias propias y por discur
sos convincentes , que debe medirse la fuerza
del cuerpo quando va en movimiento por el
producto de la masa y del quadrado de la
velocidad.
Eug. ¿Que quiere decir quadrado de la ve
locidad ?
Teod. Suponed que la velocidad es 3, mul
tiplicad este número por sí mismo son nueve;
ahí teneis el quadrado de la velocidad tres;
y del mismo modo el quadrado de la veloci
dad de 4, son 16, &c. Digo, pues, que por es
te quadrado debemos multiplicar el peso del
cuerpo , y el producto dará la medida de las
fuerzas del movimiento. Pero este punto es
mas delicado , y por ahora no podeis perci
birlo bien : si algun dia quisiereis instruccion
mas fundamental sobre el movimiento y sus
Tarde segunda. 147
leyes , yo os la daré : y doy por acabada la
conferencia : ahí han de estar mis criados con
caballos para la retirada ; si quereis, podemos
ir hácia casa.
Silv. Vamos ; y por el camino podemos
continuar la conversacion , y tambien des
pues en casa.
Eug. Por el camino siendo de noche y yen
do á caballo , no se podrán tratar fácilmente
qüestiones de Filosofía.
Teod. Ni tampoco hemos de disputar hoy
en casa , porque espero hallar el correo á qu«
he de responder forzosamente esta noche:
montemos y vamos de priesa , que las nochei
son ya cortas. Vos , Silvio , seguid el camino
que fuere mas breve para vuestra casa, y dad
nos por despedidos.
Silv. Mañana por la tarde seré con voso
tros ; 1 hemos de salir tambien á paseo ?
Teod. Mañana será en casa la conferencia;
y descansaréis del trabajo de hoy.
Silv. Me conformo : á Dios.
Eug. Vamos tambien , Teodosio , que no
quiero que el ayre de la noche os haga daño.
Teod. Vamos ; pero en vuestra compañía
estoy cierto que no habrá cosa que me pue
da causar molestia.
148 Recreación filosófica.

TARDE III.
De los otros Movimientos ademas
del de la Gravedad.
§. I.
De la continuación del Movimiento y al
gunas experiencias curiosas que aquí
pertenecen.

Teod. IIl migo Eugenio , ya era hora de


entrar á nuestra conferencia literaria ; pero
en tanto que llega nuestro amigo el Doctor,
sentémonos á esta ventana y nos divertiré
mos con la gente que pasa y con la vista
del mar.
Eug. Está muy bien.
Teod. En el primer dia de nuestra confe
rencia traté del movimiento de la gravedad
ó peso de los cuerpos y sus efectos ; ayer
os expliqué las máquinas con que se levanta
este peso ; resta saber otras muchas cosas
que hay acerca del movimiento. Aun no sa
beis qual es la causa de su continuacion , ni
como se explica la velocidad que para mu
chos es dificultosa de entender , ni las varias
determinaciones y caminos que toma el cuer
po quando se mueve , y en todo esto hay
mucho que saber. Yo si solo atendiese í
Tarde tercera. > 149
Vuestra diversion , habia de omitir muchas
de estas cosas , y tratar de otras mas gusto
sas y fáciles de percibir como son los colo
res , los olores y la luz , los sonidos , &c.
Pero como atiendo á vuestra instruccion , he
de guardar el método y orden que las co
sas piden ; ademas de que en todas estas ma
terias que hemos de tratar hoy , hay expe
riencias muy divertidas , en cuya noticia ha
beis de hallar gran gusto.
Eug. Ya podemos comenzar , que si no
me engaño ha llegado nuestro compañero;
creo que está en la sala.
Silv. Continuad con vuestra conversacion,
que no os quiero interrumpir. Supongo que
pasasteis bien la noche : yo la he pasado
muy bien ; y basta esto para satisfacer la
costumbre política.
Eug. Me gusta eso , está satisfecha la obli
gacion : son excusadas mas ceremonias. Id,
pues, diciendo« Teodosio.
Teod. Comenzaba ahora á explicar qual
es la causa1 de la continuación del movimien
to. Arrojamos una piedra ; despues de salir
la piedra de la mano , aun se mueve ; pre
gunto ahora ; ¿ que cosa "fes la que la da ó le
continúa este movimiento?
Eug. Es la mano: ¿no decis vos que la
mano es quien la despidió ?
Teod. La mano , Eugenio , estando acá den
tro de casa , ¿ como puede mover la piedra
quando va allá muy léjos cortando los ay-
res ? Movióla , sí , al principio , mas ahora
no la mueve ni la puede mover.
1 5o Recreacion filosófica.
Eug. Bien : ¿luego la'picdra se mue\c poí
sí misma."*
Silv. Eso no puede ser , porque la piedra
no es viviente , y solo los vivientes tienen
virtud para moverse á sí mismos.
Eug. i Pues quien la mueve ?
Silv. Diga Teodosio lo que quisiere : yo
digo , que quien mueve ahora la piedra es
el impulso , y si me preguntareis que cosa es
este impulso, digo que es una entidad que la
mano produxo en la pedia , y miéntras está
en ella la va moviendo.
Teod. Si esta conferencia solo fuese coa
vos , mi Doctor , ademas de los argumentos
generales que prueban ser imposibles todas
esas y semejantes entidades , no faltaba con
que impugnar especialmente esa vuestra res
puesta ; porque si el movimiento de esa pie
dra le nace del impulso , y el impulso está
en la misma piedra , ¿como es este movi
miento violento , viniéndole de un principio
que tiene dentro de sí ? Ademas que esto es
expresamente contra Santo Tomas ' ; pero
si quereis que os exponga despacio estas ra
zones , . hablad conmigo en otra ocasion , y
no os disgustareis de oirías , ántes tal vez
os convencerán ; por ahora basta deciros que
en este punto discurro conforme á los prin
cipios de Cartesio. Todo cuerpo por sí está
indiferente para el movimiento ó para la quie-
i D. Thom. 3. de Cáelo. 1. 7. Non est ergo in-
telligendttm , quod virtus violenti motoris imprimat
Japiai , qui per violentiam movetur , aliqíiam virtu-
tem , qua moveatuu
Tarde tercera. ij 1
tud ; tan bien se halla en un estado como en
otro , él por sí no pide ni uno ni otro ; la
piedra quando se mueve , tiene el mismo ser,
las mismas perfecciones , que tiene quando
esta parada; esto supuesto si determinan el
cuerpo para que esté quieto , quieto se que^
da hasta que le muevan ; y si le determi
nan para el movimiento , se va moviendo
hasta que le hagan parar ; porque quanto es
por sí , ni para una ni para otra cosa tiene
repugnancia alguna , y esto es á lo que lla
man inercia de los cuerpos de la qual trata
ré en particular á su tiempo '.
Silv. Esa es la mayor paradoxa que jamas
se profirió. Vos no os podeis persuadir se
riamente de esta doctrina. Quando yo tiro
una bola por esta llanura , bien veis que en
poco tiempo se acaba el movimiento : ¿ no
me direis por vida vuestra que es lo que la
. hace parar ?
Teod. Sí que lo diré : es el suelo por don
de va rodando , y tambien el ayre algun tan
to la retarda : ¿ quereis ver esto manifiesta
mente ? Tirad la misma bola y con igual fuer
za por encima de un empedrado de losas
bien lisas y unidas ; es cierto que ha de per
severar en el movimiento mucho mas tiem
po que quando se movia por la arena y tier
ra suelta : ; y qual es la razon de eso , sino
porque la arena resiste mucho mas al movi
miento de la bola que se va enterrando cu
ella , que no las piedras?
Tom. I. O
s Cartas de Teodosio á Eugenio.
15 j Recreación filosófica.
Silv. Pero aun rodando por encima de esas
losas al cabo ha de parar.
Teod. Sí ; porque siempre el suelo sirve
de estorbo : colgad una bola de hierro en
una cuerda de aquel barron de hierro que es
tá en el techo, é ¡mpeledla con la misma fuer
za con que la tirariais por el suelo , y vereis
quanto tiempo dura moviéndose. Si ahora
hicieseis la experiencia , primero acabariamos
nuestra conferencia , que la bola de yerro su
movimiento ; mas porque el ayre le hacia su
tal qual resistencia , poco á poco se iria paran
do. Haced la experiencia dentro de la máquina
Pneumática , esto es , en aquella máquina con
que se extrae el dyre de dentro de una gran
manga de vidrio ; y vereis como el movimien
to del péndulo , quiero decir el peso colgado,
dura mucho mas tiempo que acá fuera , á
proporcion de la cuerda y del peso que está
colgado , que á todo esto se debe atender;
y no es otra la razon sino porque allí no
tiene- tanta resistencia : ademas de eso , ved
quantas vueltas da una rueda sobre su exe,
si está bien pulido , dándole un solo golpe;
y con todo tiene la resistencia que hace el
ayre y el exe ; y para que veais si el exe
hace resistencia , reparad como se va gastan
do y puliendo cada vez mas ; y esto no pue
de ser sin resistencia igual ó mayor que la
que haria una linca con que le quisiésemos
pulir. De donde se infiere , Silvio . que quan
to menor es la resistencia , tanto mas tiem
po dura el cuerpo en movimiento ; y si no
hubiese resistencia alguna , nunca pararía por
Tarde tercera. 153
la misma razon ; pero no se puede dar ca
so en que dexe de haber resistencia 5 v
esta por poca que sea , basta para ir pa
rando poco á poco el cuerpo que se mo
vía.
Sito. El discurso es bastante ingenioso, pe
ro aun no me doy por convencido : vamos
adelante ; basta que agrade al señor Euge
nio , porque á él principalmente se enca
mina.
Teod. Supuesto lo que tengo dicho , Eu
genio , bien veis como se puede conservar
un cuerpo en movimiento despues de la pri
mera determinacion ; así como se conserva
quieto en un lugar , despues que lo pusié
ron en él : ahora bien el durar este movi
miento mas ó ménos tiempo procede de la
mayor ó menor resistencia que le hacen , y
de la mayor ó menor quantidad de movi
miento que se le dió al principio : de aquí
es , que un cuerpo impelido con una deter
minada fuerza , unas veces persevera mo
viéndose por mas tiempo , otras por ménos;
por el ayre v. g. dura mas el movimiento
que por el agua , porque esta hace mayor
resistencia. Por otra parte , esto tambien na
ce de la mayor ó menor quantidad de mo
vimiento que al principio damos al cuerpo
que se mueve : si impelemos con poca fuer
za , dura poco : si la fuerza es mayor , dura
mas tiempo : en una palabra , va durando el
movimiento miéntras que la resistencia no lo
extingue.
Eug. IguaJ es la razon , porque á veces

I f 4. Recreación filosófica.
onas cosas mas pesadas yendo por el mismo
camino , y siendo despedidas con igual ve
locidad , duran mas en el movimiento que
otras mas ligeras. Por exemplo , si yo tira
se una bolilla de papel y una piedrecita del
mismo tamaño , la bolilla de papel cae lue
go á poca distancia y la piedra va mucho
mas lejos.
Teod. En ese caso en que doy igual velo
cidad á la bolilla de papel y á la piedra , es
clara la razon ; porque quanto mayor es la
quantidad del movimiento , mas cuesta ven
cerlo y extinguirlo : yendo , pues , la pie
dra y la bola de papel con igual velocidad,
¿qual tiene mayor quantidad de movimien
to?
Eug. Conforme á lo que me dixisteis ayer,
digo que la piedra, porque. tiene mas ma
teria ; y la quantidad de movimiento se co
noce multiplicando la materia por la velo
cidad.
Teod. Luego yendo la piedrecita con igual
velocidad á la de la bola de papel , tiene
la piedra mayor quantidad de movimiento,
y por lo mismo cuesta mas el extinguir este
movimiento ; y miéntras no lo extinguen va
andando y persevera. Esto se confirma por
la experiencia. Vemos que un canon de ar
tillería cargado con taco y bala , echa el ta
co á muy poca distancia y la bala de hierro
á distancia muy considerable ; y si le cargá
semos con dos balas iguales , una de palo y
otra de hierro , la de hierro siendo mucho
mas pesada ha de ir mucho mas lejos que la
Tarde tercera. ifj
de palo. Vemos que dos bolas una de hier
ro , otra de palo iguales en el tamaño y
colgadas en cuerdas del mismo largo , levan
tándolas á una misma altura y dexándolas
caer , continúan moviéndose por mucho
tiempo ; pero la de palo acaba mucho mas
presto que la de hierro. Y no es otra la ra
zon de estos efectos , sino la que ya dixe;
porque la bola ó bala de hierro tiene mu
chas mas partes de materia , y así vence mas
Ja resistencia que le hace el ayre ; y por con
siguiente es preciso mas tiempo para que el
ayre resistiendo el movimiento la vaya pa
rando poco á poco , y en quanto el ayre
no acabare de extinguir el movimiento se
va moviendo la bala de hierro : el ayre por
sí resiste igualmente á la bola de palo y á
la de hierro en el caso que sean del mismo
tamaño ' , igualmente lisas 2 , y que ven
gan con igual velocidad 3 ; pero como en la
O3
« Todas las veces que la superficie es mayor, mas
cuesta dividir el ayre : luego para ser igual la resis
tencia del ayre , es preciso que los cuerpos sean del
mismo tamaño.
* Quanto mas escabrosa es la superficie , mas tie
ne el ayre en que tropezar y mas embaraza el mo
vimiento j luego para que dos cuerpos corten el ay
re con igual facilidad es preciso que sean igualmen
te lisos.
3 Mayor resistencia se experimenta moviendo un
papel por el ayre si va de priesa que si va despa
cio ; luego quanto mayor es la velocidad , mayor
es la resistencia , y para ser igual la resistencia,
debe ser igual la velocidad.
156 Recreacion filosófica.
bola de palo resiste á veinte partes de ma
teria v. g. y en la de hierro resiste á ochen
ta , mas presto ha de vencer y hacer parar
las veinte que las ochenta.
Silv. Pero no obstante todo ese discurso,
si yo tirase una bola de hierro y otra de pa
lo del mismo tamaño , la de hierro correrá
poco espacio , y la de palo correrá mucho;
persuadidme ahora que tirando con igual fuer
za dos bolas diferentes en el peso , la mas
pesada ha de durar mas en movimiento.
. Teed, Yo no he dicho eso : poned cuida
do , mi Doctor , dixe : dando igual veloci
dad á las dos bolas , no dixe que tirándo
las con igual fuerza ; y no es lo mismo.
¿Quereis ver la diferencia? pues atended.
Supongamos que yo tiro una bala de canon
poniendo en ello toda mi fuerza ; y tam
bien que poniendo toda mi fuerza tiro una
bola de palo ; en este caso muevo ambas
bolas con igual fuerza ; ¡no es así ?
Silv. Así es ; porque pusisteis toda vues
tra fuerza en uno y otro caso.
Teod. Preguntemos ahora; ¿van con igual
velocidad? Ciertamente no: la bala de hier
ro va mucho mas despacio que la de palo.
Silv. No tiene duda.
Teod. Luego no es lo mismo tirar yo dos
bolas con igual fuerza ó darle igual veloci
dad. Hasta aquí el caso en que hablé , era
quando las dos bolas se movian al principio
con igual velocidad , cerno sucede en el ca
ñon de artilleria , en que bala y taco salen
juntos del cañon ; y en quanto se mueven
Tarde tercera. i$j
por dentro de él , van con igual velocidad,
porque la bala no puede salir sin que pri
mero salga el taco : lo mismo sucede quan-
do se carga el cañon con una bala de palo
sobre otra de hierro ; y finalmente quando
tirais á un tiempo con una piedrecita y una
bolilla de papel que tuvieseis juntas en la
mano ; porque en todos estos casos tienen
igual velocidad al principio ambos cuerpos,
y por eso en todos esos casos dura mas en
el movimiento el mas pesado.
Silv. ¿Y por que no doy á la bala de ca
ñon velocidad igual á la que doy á la bola
de palo de su tamaño , si pongo igual fuer
za en mover una y otra ?
Teod. Es porque para mover la bola de
palo con diez grados de velocidad v. g. bas
ta la fuerza ordinaria de un hombre ; y para
mover la bola de cañon con diez grados de
velocidad , es preciso la fuerza de un gigan
te ; porque es claro que quanto mas pesada
es una bola , mas fuerza es precisa para mo
verla ; y como yo no tengo la fuerza de. un
gigante , puedo dar diez grados de veloci
dad á la bola de palo y no los puedo dar
á la de hierro : si la experiencia se hiciese
en bolas chicas v. g. una de hierro y otra
de palo , podria dar á la de hierro veloci
dad igual á la de palo , y entonces iria mas
léjos la de hierro ; en las grandes no puedo
hacer eso: harálo el cañon de artilleria , por
que la pólvora tiene fuerza para todo; pe
ro entonces sucederia lo que tengo dicho, iria
la bola de hierro mucho mas léjos.
O4
158 Recreación filosófica.
Silv. Teneis razon, seguid con vuestro dis
curso.
Teod. Para sobrellevar la mortificacion que
os habrán ocasionado estas materias que fa
tigan algo la cabeza , quiero haceros una ex
periencia curiosa. Hago que traigan dos co-
Est.a. pas de vidrio ( véase la fig. 5. en la estam-
fig. $.?a 2.) , y despues de echarle dentro agua,
he de poner un pedazo de palo que tenga
á lo ménos dos palmos y medio ó tres de
largo sobre los bordes de una y otra : es
tando esto así hecho , he de dar un golpe
tal en medio del palo (e m c) que le quiebre,
sin que caigan las copas en que se estriba,
ni derrame una gota de agua ; lo mismo se
hace en dos pucheros de barro ó cosas seme
jantes. He aquí está todo pronto , ved si su
cede lo que digo.
Eug. Esperad un poco : ¿ y con que que
reis dar el golpe ?
Teod. Con este baston que es mucho mas
grueso y fuerte.
Silv. Vamos á la experiencia , que me pa
rece imposible no hagais pedazos las co
pas.
Teod. No hayais miedo : ahí va.
Eug. No se puede dar cosa mas asombro
sa : el palo que estaba atravesado se quebró
Ír las copas quedáron derechas. Teodosio,
a experiencia sí es divertida , pero una co
sa tan admirable me mortifica hasta no saber
la razon.
Teod. Quando doy el golpe con el bas
ton , le muevo con grandisima velocidad^
Tarde tercera. 1 59
luego que dá en el palo atravesado , una de
dos , ó el palo se ha de quebrar ó se ha de
mover hacia abaxo y llevar consigo las co
pas y. el agua que está dentro de ellas ; y esto
con tanta velocidad , quanta pide el baston
que va velocísimo.
Eug. Hasta ahí es cierto , porque el bas
ton ó ha de quebrar el palo para pasar, ó
ha de llevar por delante de sí todo lo demas
que le embaraza el camino , y esto con tan-
tanta priesa quanto es la con que él va.
Teoa. Supuesto esto , el baston ha de hacer
de estas dos cosas la que le costare ménos y
en que hallare menor resistencia. No siendo,
pues , el palo que está atravesado muy grue
so , mas fácil es quebrarlo con la velocidad
con que va , que moverlo á él , á las copas
y agua que está dentro.
Silv. ¿Y como probais eso?
Teud. Lo pruebo claramente : Todo cuer
po que está quieto resiste en cierto modo
el movimiento que le quieren dar , y para
vencer esta resistencia es necesario haber al
guna fuerza en la persona que le mueve ; y
tenemos ya que precisamente por este prin
cipio ha de haber alguna dificultad bien que
pequeña para mover hácia abaxo las copas,
el agua y el palo que está atravesado : esta
dificultad es mayor siempre que el cuerpo
que está quieto tiene mas peso ó tiene ma
yor volúmen ; porque si tiene mayor peso,
es precisa mayor fuerza para ponerle en mo
vimiento ; y sí tiene mayor volúmen , ha
de vencer mayor resistencia del ayre : de
1 6o Recreación filosófica.
aquí procede , que quanto mayores son los
vasos , y quanto mas agua tienen dentro,
mas fácil y seguramente se hace la experien
cia ; porque de este modo ya tenemos mas
dificultad en dar movimiento á los vasos y
al palo que está sostenido en ellos. Luego
si hay dificultad en dar movimiento á un
cuerpo que está quieto , mayor será la difi
cultad quando le quisieren dar movimiento
mayor ; de aquí nace que para dar á una
bala grande de hierro un movimiento pau
sado , bastará vuestra fuerza, Eugenio ; mas
para darle un movimiento veloz no basta
rá : señal de que en esto hay mayor difi
cultad. ¿Estais en estos principios?
Eng. Sí , porque son evidentes.
Teod. Luego si quisiéremos dar á los va
sos , al agua y al palo atravesado un mo
vimiento pausado , ha de costar menos que
si le quisiéremos dar un movimiento muy
veloz ; y por consiguiente quanto mas ve
loz viniere el baston que da el go'pe , ma
yor dificultad ha de haber en comunicar ese
mismo movimiento á todo lo que se le pre
senta delante. Añadid ahora , que habiendo
dificultad en dar movimiento á qualquier
cuerpo , es mucho mas dificultoso darle to
do ese movimiento en un instante , que dár
selo sucesivamente y poco á poco. Prué
base esto con una experiencia bien fácil : Si
en el juego de bolos cogiereis una bola , y
moviendo por veces el brazo la despidie
reis , fácilmente podreis srrojtla por todo
el juego , sin que molesteis vuestra mano;

.
Tarde tercera. 161
en este caso todo el movimiento que dais á
la bola es poco á poco ; porque en quan-
to la bola está en la mano , le vais dando
mayor movimiento , de suerte que si el com
pañero por juguete os dio en el brazo quan-
do despediais la bola , lleva la bola mucho
ménos movimiento , señal de que es preciso
conservarse mas tiempo en la mano , para
llevarlo mayor. Haced ahora otra experien
cia : poned esa misma bola parada en el me
dio del juego , y dadle un golpe con la ma
no con toda la fuerza : vereis como vuestra
mano se molesta, y que no es bastante ese
golpe para hacer correr la bola tanto espa
cio como ántes corria ; en lo que se ve cla
ramente , que vuestra fuerza , que basta pa
ra dar á aquella bola un determinado movi
miento poco á poco , no es bastante para dár
selo de repente y de golpe ; luego es mas
dificultoso dar un movimiento de repente que
poco á poco.
Eug. Teneis razon.
Tcod. He aquí porque digo yo , que en
nuestro caso mas fácil es quebrarse el palo
atravesado , que moverse él , los vasos y el
agua con nna velocidad igual á ía que trae
el baston que da el golpe ; porque para es
te movimiento es necesario vencer tres difi
cultades : primera , la que hace qualquier
cuerpo que está parado , por causa de su
peso : segunda , porque el movimiento que
se le quiere dar es velocísimo : tercera y
principal , porque es movimiento que se ha
de dar de repente y de golpe , para lo que
i6j Recreación filosófica.
como visteis se pide mucha mayor fuerza;
y como el baston , ó ha de comunicar este
movimiento así , ó ha de quebrar el palo atra
vesado , siéndole fácil quebrar el palo con
la fuerza del golpe , y habiendo de abrir ca
mino del modo que cuesta menos , quiebra
el palo y no mueve los vasos ; y no movién
dose los vasos , no pueden caer ni derramar
se el agua.
Silv. De tal suerte armais vuestras cuen
tas , que todo os sale justo ; pero yo , Teo-
dosio , os confieso que no puedo persuadir
me á que sea esta la causa.
Teta. Tambien no os podiais persuadir del
efecto , y visteis con vuestros ojos que era
como yo decia : ¿quereis ver mas claramente
como esto procede de la velocidad con que
se mueve el baston para dar el golpe ? Pues
reparad. Si yo pusiere levemente el bas
ton sobre el palo que está atravesado y
fuere cargando , luego caen las copas ;
lo mismo sucede si yo diese un peque
ño golpe ; porque en estos casos como el
baston no va tan de priesa , y para lle
var delante de sí el palo y las copas tam
poco es necesario moverlas tan de priesa ni
darle un movimiento tan grande ; hay por
lo mismo ménos dificultad , y ménos fuerza
le basta para esto i de este modo mas fá
cil le será mover todos esos obstáculos , que
quebrar el palo. Por tanto para salir la ex
periencia como se desea , es preciso que el
golpe sea grande , y que el baston con que
damos el golpe sea mas recio que el palo
Tarde tercera. 163
atravesado ; y que este no sea tan fuerte que
no se pudiese quebrar con el golpe. Esta mis
ma experiencia se puede hacer atravesando
el palo y poniendo sus extremidades sobre
los dedos de dos personas , y es la misma
razon , como tambien de otros efectos se
mejantes ; por lo mismo si á una de estas ve
letas ó banderillas de metal que se colocan
en las agujas ó alto de las torres para señalar
de donde corre el viento , se le tirase de
cerca con una bala despedida de una esco
peta , pasará la banderilla de parte á parte
sin moverla : si disparásemos tambien una
pistola con bala contra un vidrio plano , ha
rá un agujero redondo sin quebrar el vi
drio , y todo es por la misma razon ; por
que es mas fácil llevar aquel pedazo de ban
derilla ó vidrio solamente , que mover la otra
porcion de la banderilla ó vidrio con la ve
locidad proporcionada á la de la bala.
Eug. No se puede negar que estas filoso
fías son muy científicas y muy curiosas. ¿Te-
neis , Teodosio, algunas mas experiencias co
mo estas ?
Teod. Alguna mas tenia ; pero no es justo
que nos dilatemos mucho en este punto : pa
semos adelante , que experiencias divertidas
siempre las hay en todas las qüestiones del
movimiento. Ahora quiero explicaros la ve
locidad , esto es , como puede una cosa mo
verse mas de priesa que otras ; sentémonos.
164 Recreación filosófica.

§. II.
De la Velocidad , Dirección y Composición
del Movimiento , y algunos efectos admira
bles que de aquíproceden.

Bug. X o no pensaba que tenía mucho


que explicar la velocidad ó la razon porque
una cosa se puede mover mas de priesa que
otra v. g. como un caballo puede correr mas
que una hormiga.
Silv. Sí tiene que explicar ; y si no res-
pondedme á este argumento : una hormiga
por mas despacio que ande , en un instante
ha de andar á lo ménos un punto hácia de
lante ; y por buena cuenta en veinte ins
tantes ha de andar á lo ménos veinte puntos.
Una águila despedida con toda ligereza, en
un instante no puede andar mas que un pun
to hácia delante : esto es cierto ;' luego en
veinte instantes no puede andar mas que
veinte puntos; y así tanto anda el águila co
mo la hormiga , porque una y otra andan
veinte puntos en veinte instantes , y por la
misma razon para andar cien puntos , han de
gastar cada uno cien instantes : ¿ que decis á
esto ?
JSug. Que he de decir sino estudié esas ma
terias. Ya veo que tienen mas dificultad de
la que pensaba. Pero ya que me pusisteis la
dificultad , habeis de enseñarme la respues
ta.
Silv. La respuesta es fácil ; mirad : la hor
miga ó qualquier otra cosa en que se hicie
Tarde tercera. i6j
re el argumento ; va haciendo sus pausas y
paradas , v. g. muévese en el primer instan
te , y luego en el segundo y tercero se pa
ra ; muévese en el quarto , y se para en el
quinto y sexto : despues se mueve en el
séptimo , &c. así se mueve la hormiga. El
águila ó hace ménos paradas quando se mue
ve , ó se va moviendo siempre sin parar : he
aquí como puede el águila caminar mas que
la hormiga. Quanto mas paradas ó mórulas
hiciere el que se mueve , mas despacio va;
y quanto ménos paradas mas de priesa ; y
si no hiciere parada ninguna , llevará un mo-
viriiento velocísimo.
Eug. ¿Que me decís , Teodosio , de este
discurso ? ¿Estais por aquellas cuentas ?
Teod. No estoy ni puedo estar ; y si no
decidme vos, Silvio : ¿Si se disparase un
cañon con bala y tiráse yo levemente con
una piedra , tambien habreis de explicar es
tas diversas velocidades por las pausas que
hace la piedra que yo tiré , al mismo tiem
po que la bala no hace pausa en el movi
miento?
Silv. Sí ; he de discurrir del mismo modo;
]a diferencia solo puede estar en ser mayor
ó menor el número de los instantes en quo
descansa.
Teod. Está bien : decidme mas ; en el prin
cipio de esta tarde sino me engaño , dixis-
teis que quando yo tiraba una piedra, pro
ducía una entidad, que llamais impulso, y
que esta entidad quedaba en la piedra , y
mientras estaba en ella la iba movicu
1 66 Recreación filosófica.
do lucia adelante : ¿ no dixisteis esto ?
Siív. Sí ; y así lo dicen todos los Peripa
téticos.
Teod. Pregunto ahora : ¿ y en esa primera
pausa que hace la piedra , conserva el im
pulso o lo pierde ? Si lo conserva , ha de
moverse hácia delante ; porque dixisteis que
esta entidad tiene de su natural el hacer ir
hácia delante la piedra miéntras está en ella;
luego no puede parar la piedra en este ins
tante , ni hacer pausa. Si dixereis que 13
piedra luego en la primera pausa pierde el
impulso, ¿quien se lo ha de dar en los instan
tes siguientes , yendo ya ella fuera de la
mano ? Siguese de aquí , que si despues de
salir de la mano hizo una parada , acabó en
teramente el movimiento , porque no hay
quien resucite el impulso que se perdió en la
pausa. ¿Que decis ?
Silv. Digo que conserva el impulso ; pero
que no puede mover en este instante á la
piedra del modo que hizo en el instante an
tecedente porque flaqueó.
Teod. Por esta razon mas débil ha de es
tar el impulso en los otros instantes que se
siguen ; porque es constante experiencia que
el impulso con que va la piedra por el ayre
cada vez es mas débil : luego si en el segundo
ó tercer instante flaquea de suerte que la pie
dra hace pausa en el movimiento y para en
ese instante ; como la debilidad del impulso
continúa ó se aumenta en los otros instan
tes consecutivos , tambien la piedra en to
dos ellos ha de parar.
Tarde tercera. 1S7
.Silv. No ha de ser así : el parar la pie-
ora en el segundo instante puede ser por
haber algun embarazo para el movimiento,
y despues de vencido este embarazo , con
tinuara el impulso moviendo la piedra en los
instantes siguientes.
Teod. Bien ; luego si la piedra despues de
salir de la mano tuviere igual embarazo en
todos los instantes , ó ha de parar en todos
ó en ninguno haciendo su movimiento segui
do siempre hácia delante sin pausa alguna.
Silv. Sí ; porque no hay mayor razon pa
ra que pare en un instante , y no en el
otro.
Teod. El embarazo que tiene la piedra
fuera de la mano para moverse , ^solo pue
de ser la resistencia del ayre ; la resistencia
del ayre es siempre la misma (hablamos del
caso , en que el ayre esté desembarazado y
libre , y tan condensado aquí junto á no
sotros como mas adelante) : siguese enton
ces que si la piedra se llega á mover fuera
de la mano , no ha de hacer pausa alguna,
y por consiguiente ha de ir tan veloz como
la bala despedida por el canon de artille
ría ; y esto aunque la tirase ün niño con bien
poca fuerza , porque como no hace pausa
alguna es el movimiento mas veloz que pue
de haber , conforme á lo que dixisteis ex
plicando la velocidad. ¿Que os parece , Eu
genio, de esta doctrina?
Silv. ¿Pues que teneis vos, Teodosio, me
jor modo y mas expedito de explicar la ve
locidad sin ser por estas pausas?
Tom.J. P
1 68 "Recreación filosófica.
Teod. Sí tengo , mi Doctor , y es el mis
mo con que la explican los Modernos ; oid-
lo , pues. La piedra , dicen ellos , en cada
instante anda un punto hácia delante , y la
bala de cañon de la misma suerte en cada
instante anda un punto , sin hacer pausas en
el movimiento ninguna de estas cosas ; y con
todo eso la bala anda mas de priesa que la
piedra.
Sih. ¿Como es posible eso ?
Teod. Deponed la preocupacion en que
estais , y así lo entendereis mejor. Es
tais en que un instante es una cierta me
dida de tiempo , de suerte que tantos ins
tantes hagan un minuto. Pues no es así; un
instante es un movimiento ' , por otros tér
minos es el espacio que dura un movimien
to. Un movimiento es la accion con que un
cuerpo pasa de un punto á otro ; de suerte
que si un cuerpo pasa sucesivamente dos
puntos de espacio , son dos movimientos ó
dos instantes ; si el cuerpo solo pasa de un
punto á otro , es un movimiento solo y ua
instante. ¿Concordais en esto?
Silv. No tengo duda r vamos adelante.
Teod. De aquí infiero yo , que hay unos
instantes mayores que otros ; porque si ins
tante es el movimiento con que un cuerpo
anda un punto , el movimiento con que ad
quiere ese punto mas de priesa , ha de ser
menor instante , porque se acaba mas de
priesa ; y el movimiento con- que adquiere;
* El tiempo se define r Numerue numeratus ma-—
tus &c. luego ua instante e& unus motus*
\Tarde tercera. t6$
tie panto mas despacio , ha de ser instante
mayor ó mas largo ; y así puede la piedra
en veinte instantes correr veinte puntos , y
moverse mas despacio que la baia de cañon
que tambien suponemos anda veinte puntos
en veinte instantes ; porque los movimien
tos ó los instantes en que la piedra anda
los puntos de su camino , son instantes mas
pausados y prolongados ; y los movimien
tos ó instantes en que la bala corre los pun
tos de su camino , son mas apresurados y mas
cortos ; de suerte que miéntras pasan qua-
tro instantes despaciosos ó quatro movimien
tos de la piedra , pasarán ocho instantes bre
ves ó movimientos de la bala ; y así mucho
antes se han de acabar los veinte instantes
y veinte movimientos de la bala , que los
veinte instantes ó veinte movimientos de la
piedra.
Silv. ¿Pues hemos de decir que un espacio
de tiempo , que dura veinte instantes , es
mas dilatado que otro que dura tambien vein
te instantes?
Teod. No me avergonzaré de conceder eso;
así como direis , que una tabla que tiene diez
palmos, puede ser mas larga que otra que tam
bien tenga diez palmos , si unos fueren mas
chicos que los otros v. g. unos de niño,
otros de hombre grande. Pues del mismo
modo discurro yo en los instantes : de los
instantes ó movimientos unos son mas bre
ves ó mas ligeros que otros ; el espacio de
tiempo que constare de instantes mas bre
ves , se ha de acabar primero que otro que
P2
170 Recreacion filosófica.
constare del mismo número de instantes pero-
mas dilatados ; porque como dixe , un ins
tante no es una cierta medida de tiempo,-
sino un movimiento ó paso de un punto á
otro ; y este movimiento ó este paso pue
de ser mas pausado ó mas apresurado.
Silv. Teodosio, no me podeis negar que
este punto por qualquier parte que se to
me tiene sus espinas ; y así para que no nos
molestemos mas , era de parecer que pasá
semos á otra cosa ; basta que el señor Eu
genio sepa lo que se discurre por una y otra
parte para abrazar lo que mejor le pareciere.
Eug. Si he de decir la verdad , mas in-r
clinado estoy á la que sigue Teodosio ; pe
ro como vos, Silvio , á causa de vuestra
preocupacion no gustais que continuemos en
discurrir sobre esta materia , por contem
plaros , pasarémos á otra. Explicadme, Teo
dosio , lo que se sigue á la continuacion del
movimiento y á su velocidad.
Teod. Lo que se sigue es la Direccion del
movimiento ó el camino que lleva el cuer
po quando se mueve. Esta direccion ó es
simple ó compuesta : quando es simple siem
pre el móbil ( llamo móbil al cuerpo que
se mueve ) va por la. línea recta , quiero
decir por camino derecho sin inclinar hacia
arriba ni hácia abaxo , ni hácia un lado ni
hacia otro. Quando la direccion es com
puesta , entonces unas veces va por cami
no derecho , otras se inclina hácia una ú
otra parte : de lo que resultan algunas ex
periencias bien divertidas.
Tarde tercera. ijt
'"Eug". ¿Y que experiencias son esas?
Teod. Yo las referiré con ei método qno
juzgare mas á propósito. Suponed que de lo
¡alto del mástil de aquel navio , que va sa
liendo por la barra con viento en popa , cai
ga una piedra , ¿ en donde os parece que
caería ?
Eug. Al pie del mástil.
Silv. No puede ser ; habia de caer fuera
de la nave , porque en tanto que vino la
piedra por el ayre anduvo el navio mucho
hácia delante ; y por lo mismo habia de caer
la piedra en la mar.
Teod. Así parece que habia de suceder;
pero el caso es que sucede como decia Eu
genio ; cae bien inmediato al pie del más
til por mas ligero que vaya el navio. Pero
para dar la razon de este efecto y de otros
.mas admirables que se siguen , es preciso
daros una pequeña instruccion acerca de va
rios nombres de que hemos de usar. Prime
ramente , quando tiramos con una bola por
un piso igual , ó por encima de alguna me
sa , decimos que la bola lleva determina
cion orizonzal ; porque línea orizontal es la
que va derecha de una parte á otra sin
levantar , ni baxar ; de suerte que si la pie
dra de esta mesa estuviere bien á nivel , de
cimos que está puesta orizontalmente.
Eug. Lo entiendo ; vamos á lo que se si
gue.
Teod. Línea perpendicular hácia abaxo es
el camino que lleva el móbil quando cae á
plomo .sin torcer mas hácia una parte que
P3
J7> Recreación filosófica.
hácia otra. Supuesto esto , si tiramos conuna
bola por encima de esta mesa , mientras va
rodando por encima de ella , lleva movi
miento orizontal : si luego la dexáremos caer
de la mano en el suelo , lleva movimiento
perpendicular. Hasta aquí no hay dificultad.
Supongamos que tire la bola por encima de
la mesa con mas fuerza ; ha de caer en el
Est.a. suelo , pero allá lejos de la mesa (véase la
"fr 6' fig. 6. de la estamp. 2.).
Eug. No hay duda que así ha de suce
der.
Teod. Pues en ese caso lleva la bola un
movimiento compuesto de dos determinacio
nes , una orizontal que yo le di, otra per
pendicular que le dio su peso : de aquí na
ce que en llegando á la extremidad de la
mesa , de allí adelante ni va por la línea ori
zontal ( a e ) , ni por la línea perpendicu
lar ( a o) , sino que va por el medio ha
ciendo una línea curva (a v). La razon de
esto es porque la bola luego que llegó á la
extremidad de la mesa , se halló con dos de
terminaciones : una que yo le di tirando con
ella por la línea orizontal (i a e) , la qual
aun le dura; otra perpendicular hácia aba-
xo , que le da su peso ; ella no puede ir
al mismo tiempo por una línea (a e) , y por
otra (a o) ; por eso va por el medio , por
que así obedece del modo que puede á las
dos determinaciones ; va andando hácia de
lante , y juntamente baxando , y esto es ir
la bola con movimiento compuesto ó mez
clado de dos determinaciones. Pero advier-
Tarde tercera. 173
to que h determinacion hácia abaxo cada
vez es mayor ; porque como ya os expli
qué , un cuerpo cayendo libremente por el
ayre , cada vez cae mas de priesa ; por eso
la bola no hace una línea que vaya derecha
desde la extremidad de la mesa hasta el sue
lo , sino una línea que cada vez se va in
clinando mas al suelo ; porque la bola ca
yendo , cada vez baxa mas de priesa ; pero
orizontalmente no se acelera.
Eug. Ahora percibo la razon de la cur
vatura de la línea que hacen todos los cuer
pos quando caen con ese movimiento com
puesto. Pero no os olvideis de la experien
cia del navio , porque no quiero quedar sin
saber la causa de este efecto.
Teod. A eso voy encaminando el discur
so. Quando el navio se mueve , lleva un
movimiento orizontal , y semejante movi
miento lleva todo quanto va en el navio;
Ípor consiguiente tambien los mástiles , los
ombres y las balas ó piedras que estuvie
ren en lo mas alto de los mástiles , todo va
corriendo con la misma velocidad que lleva
el navio ; luego quando se dexare caer la
piedra desde lo alto del mástil , se halla
con dos determinaciones , una orizontal há
cia delante , que es el movimiento que lle
va el navio con todo lo que va en él , otra
perpendicular hacia abaxo que le da su pe
so ; y así conforme á lo que diximos ántes,
la piedra ha de ir con movimiento compues
to de orizontal y perpendicular ; luego ha
de caer hacia abaxo para obedecer á la gra-
P4
174 Recreación filosófica.
vedad , pero ha de ir tambien hacía delari*
te para obedecer al movimiento que traia
del navio.
Silv. Entonces la piedra ha de ir á caer
en el agua delante del navio.
Teod. No ha de ser así ; porque tanto an-
da la piedra hácia delante , quanto el navio;
y así ha de caer al pie del mástil ; porque
quando la piedra principió á caer , si el na
vio parase de repente , entonces ciertamen
te caeria la piedra en la proa ó en el agua;
pero como el navio va tan ligero como la
piedra , quando ella habia de llegar al agua,
ya halla allí el navio que la fué siempre
acompañando con movimiento igual al suyo.
Eug. Ya lo entiendo. . . ...
Silv. Yo solo tengo una difícujtad , y es,
por que ha de ir la piedra hácia delante , si
va ya separada del- mástil. . , ...
Teod. Muévese hácia delante , porque ha de
conservar por algun tiempo el movimiento
que traia : tambien la bola despues que cae fue
ra de la mesa conserva el movimiento que traia
hácia delante quando venia por encima de
ella , y sin embargo ya va libre en, el ayre. Es
ta misma razon sirve para explicar otra expe
riencia semejante ; y es que yendo un coche
despedido si el lacayo no tuviere experien
cia y se quisiere apear , infaliblemente cayo,
porque todo el cuerpo llevaba un movimien
to orizontal , el qual conserva por. algun
tiempo ; así sucede que quando; pone los pie»
en tierra , todo el cuerpo va hácia adelan
te con el movimiento que aun conserva, y
Tarde tercera. 17 y
Se cae. Pero los experimentados ya van con
esa cautela ; y , ó inclinan con violencia el
cuerpo hácia la parte contraria de aquella
para donde va . el coche , para destruir con
ese impulso el movimiento que aun conser
va el cuerpo; ó se apean con la cara vuelta
hacia el coche y mueven luego los pies pa
ra delante y van corriendo para que el cuer
po que va hácia delante con el movimiento
que conserva el coche , tenga sobre que sos
tenerse y no se cayga.
Eug. Ahora advierto yo , que quando una
calesa va corriendo , si cae el caballo 6 mu-
la de las varas y paró de repente , quien va
dentro da un balance hácia fuera de la ca
lesa infaliblemente , y supongo que es por
la misma razon.
Teod. Decis bien : eso es , porque el cuer
po llevaba concebido el movimiento de la
calesa , el qual conserva quando ella cae , y
así se mueve hácia delante. Otra experien
cia os diré ahora que os admirará mas. Si
on hombre estando junto al mástil del na
vio que va con viento seguido tiráre con
tina saeta bien derecha hácia arriba , vendrá
á caer á los pies del mástil ; porque el hom
bre aunque tire la saeta hácia arriba , quan
do sale del arco se halla con dos determina
ciones , una hácia arriba que le dio el arco,
y otra orizontal hácia delante que da el
navio á todo quanto va en él , la qual aun
conserva la saeta ; y así quando sube va al
mismo tiempo andando hácia delante , y
quando baxa va baxando y caminando tam
r-]6 Recreación filosófica.
bien hácia delante ; por lo que , como en
ese tiempo ya el mástil y navio tiene anda
do igualmente hácia delante , cae otra vez
al pie del mismo mástil.
Eug. Si hiciéremos la experiencia en tier
ra corriendo , ¿ nos sucederá lo mismo ?
Teod. Sucede efectivamente ; y lo tengo
ya hecho muchas veces tanto á pie como
a caballo ; pero no es tan fácil el tirar de
recho hacia arriba como se hace en el na
vio. Tambien se hace con bastante segurir
dad corriendo en un coche descubierto ; pe
ro se debe advertir , que la piedra ó naran
ja ó cosa semejante con que tiráremos , no
ha de despedirse sino despues de principia
da la carrera , ni se ha de aumentar ni dis
minuir el movimiento del coche despues de
despedida la piedra , sino que debe conti
nuar la carrera de la misma suerte que era
quando se despidió la piedra de la mano;
con estas circunstancias , si tiráron la piedra
bien á plomo hacia arriba , caerá sin duda
á los pies de quien la tiró.
Eug. En la primera ocasion que tuviere
he de hacer la experiencia , porque es pas
mosa. Pero ahora que hablamos de navios,
quisiera (si esto no viene fuera de tiempo )
que me explicaseis una cosa que me parece
ininteligible , y es como pueden dos navíoj
con el mismo viento entrar y salir en un
puerto, pareciendo cosa evidente que un vien
to no puede impeler los navios para partes
contrarias.
Silv. Allí teneis dos navios á la Yela ca
Tarde tercera. fjj
minando uno hacia abaxo , otro hacia arri
ba {véase lafig. 7. en laestamp. 2.) Esr.a•
Teod. Toda la causa de este efecto está "fr 7*
en el modo de poner las velas. Primeramen
te habeis de llegaros conmigo aquí adentro
á una mesa de trucos (véase lajig. 8. en la Esta.
estampa 2.) : aquí están dos bolas (a b) ; si % &.
yo tirare con una bola (i1) á la otra , de
suerte que le dé bien de lleno , ha de mo
verla hácia delante por línea recta (a «);
pero si le diere por esta parte de acá (e),
ha de moverse esta bola hácia el lado de
allá ( c ) , y por el contrarío , si yo le
diere por la parte de allá (i) , ha de venir
la bola para este lado de acá (o). Haced la
experiencia , que es fácil.
Eug. Así es en la práctica como de
cís.
Teod. De aquí saco una regla general:
siempre que un cuerpo da en otro de la
do , no le mueve derechamente hácia delan
te , pero sí hácia el otro lado , como se ve
en las bolas. ¿Quedamos en esto?
Eug. No hay duda que es regla cierta y
confirmada por la experiencia.
Teod. Vamos ahora á ver como están pues«
tas las velas del navio (^4) que va hácia aba
xo : la verga (c i) á que está atada la vela,
y lo mismo digo de las demas , nunca está
totalmente á lo largo de la nave ; siempre
está de algun modo atravesada , como veis ,.-
en ambos navios que tenemos delante de los
ojos , mas ó menos segun está el viento ; de
suerte que una punta de la verga (c) está

V
178 Recreación filosófica.
hacia acá y la otra punta (i) está hacía ' lí
parte de allá. Supuesto esto , viniendo el
viento de la parte de allá (c) , aunque en
cuentre el navio totalmente atravesado , nun
ca coge la vela de plano y en lleno , siem
pre la halla inclinada ; y así conforme á la
regla establecida , no ha de mover la ve
la hacia el frente de sí derechamente , sí-
no hácia el costado , y hacer la bolsa há
cia la proa de la nave como estais viendo;
y para esa parte hace el viento toda la fuer
za. Como la vela está amarrada al mástil y
al casco de la nave , no puede moverse la
vela hácia parte alguna sin que lleve consi
go el navio ; por eso haciendo la vela toda
la fuerza hácia la parte de la proa , hacia
allí va- el navio ; y como la proa de este
navio está vuelta hacia la barra , va andan
do el navio hácia abaxo. En el otro na
vio (B) es la misma razon porque aunque
el viento lo halle totalmente atravesado , nun
ca coge las velas en lleno , sino inclinadas;
por lo mismo las ha de impeler no hácia en
frente de sí , sino hacia la parte de la proa,
hácia donde hace la bolsa en la vela s y ha
de mover el navio por el rio arriba , por
que tiene la proa vuelta hácia arriba.
Eug. ¿Y por que el viento no ha de mo
ver la vela , y hacer la bolsa hacia la parte
de la popa ?
Teod. Porque los marineros de tal suerte
inclinan la verga en que está sujeta la vela,
que viniendo el viento de costado como aquí
sucede ., dé y se detenga en la vela por la
Tarde tercera. 179
Íarte de atrás , que es la que queda vuelta
acia la popa; y así siempre hace la bolsa
hácia delante ó hacia la proa ; reparad en
ambos navios , y vereis que es así.
Eug. Ya entiendo, y veo que necesariamen-
ha de suceder así ; pero tambien afirmo que
te si mudaren la verga al reves , de suerte que
el viento dé en la vela por la parte de de
lante , el navio ha de recular.
Teod. Así ha de ser ; mas siempre ha de
tener mas dificultad para moverse por, ser la
popa mas ancha , y por eso ménos propor
cionada para dividir el agua. Pero advierto'
que estando el viento de costado , como la
bolsa de la vela- no mira derechamen
te hacia la proa , tambien el navio no se
mueve derecl||mente por la proa, antes s¡em-:
pre va declinando ó decayendo algun tanto
hácia la parte contraria al viento ; pero co--
mo para ir el navio hácia los lados tiene-
grande resistencia en la division del agua,
por eso no declina tanto hácia el costado,,
como habia de declinar , si la embarcacion
fuese redonda , que por qualquier parte tu
viese igual resistencia en la division del agua:
de este modo la hechura de la embarcacion
tambien contribuye para esto.
Silv. Ese modo de explicar me satisface
enteramente. Pero ahora quiero saber si es
ta es tambien la razon del movimiento que
tienen las velas de los molinos ; á mí me
parece que no será muy diversa de la que
disteis en los navios.
Eug. Tambien es efecto que no se cree
180 "Recreación filoso"fica.
rá fácilmente , ántes de mostrarlo la expe
riencia.
Teod. La misma razon concurre en uno y
Otro caso. Habeis de reparar que las velas
del molino , aunque están bien enfrente del
viento , con todo cada una de por sí está
inclinada ; porque el exe donde andan las
velas tiene ocho varas , quatro adelante y
quatro atrás ; cada vela se ata á dos va
ras , una punta se ata á una de las que es
tán delante , y otra á las que están detras;
y así aunque el exe de las velas está dere
cho al viento , siempre el viento coge las
velas algun tanto inclinadas , y por eso siem
pre las hace andar hácia el costado , y con
tinuando el movimiento , andan las velas al
rededor , como enseña la exjMriencia.
Eug. En los molinos ó rehw!mderas de que
nsan los muchachos para su diversion, no hay
esas dos órdenes de varas.
Teod. Pero siempre milita la misma razon,
voy á pedir uno de esos molinos , que en
Est.2. casa no faltan..... Aquí lo teneis (véase la,
fig- 9- fig. 9. en la estampa i.) , reparad ahora:
estas velillas están presas por una parte , pe
ro de la otra están sueltas ; aunque esteis
bien enfrente del exe soplando las velas , la
Íarte que queda suelta siempre se aparta
acia atrás, y las velas quedan ya inclina
das respecto del viento : por tanto si con
tinuais soplando , no cogeis con el soplo es
tas velas de plano , sino inclinadas ; y así
han de moverse hacia el costado , cada una
Lacia la parte que está sujeta ; la de arrí
• Tarde tercera. 181
ba (a) ha de moverse hacia una parte (¿>);
la de abaxo (c) hacia la parte contraria (d);
y así entrambas se mueven al rededor,
Eug. Aun no comprendí bien como es
que inclinándose ambas á un tiempo con el
soplo , una vela ha de ir hácia una parte y
la otra vela hacia la otra.
Teod. ¿No veis que las velas: no están
puestas ambas de la misma parte? Una está
presa por la parte derecha y tiene la iz
quierda suelta : la otra vela está ai reves,
tiene la parte izquierda presa y suelta la de
recha : he aquí porque una va hacia la iz
quierda , otra hácia la derecha ; porque las
velas siempre se mueven- hácia el lado que
están sujetas.
Eug. Ahoríjcomprehendí la razon de di
ferencia , y veo el motivo porque los mu
chachos siempre ponen- las velas encontra
das.
Teod. Antes que pasemos adelante , quie
to explicaros , qual es la razon porque un
pequeño timon puede mover y volver un
navio muy grande , aunque vaya muy pe
sado con la carga ; porque supongo no sa
beis la razon de este efecto.
Eug. No ciertamente ; y confieso que nun
ca esperé que en estas conferencias se tra
tasen cosas tan curiosas. Vamos á ese pun
to, y no me dilateis su explicacion.
Teod Supongo que sabeis , que los na
vios aunque por arriba sean muy anchos,
abaxo en la quilla son muy estrechos.
Eug. Eso es cosa bien sabida , y se ve
i8a Recreación filosófica.
claramente quando se construyen en los As*
£sta. tilleros (véase la fig. 1o. en la estamp. 2.).
fie.io. Teod. Habeis de saber que el timon es una
tabla (a) , que tiene unos ganchos para en
gancharse en la popa del navio , de suerte
que se pueda mover á una y otra parte.
Esto supuesto , mientras que el timon vaya en
su lugar sin moverse á uno ú otro lado , no
hace embarazo alguno á la nave , así como
lo veis en esos navios , que van andando;
pero supongamos que lo torciéron hácia el
lado derecho del navio : como el timon aba-
Uto es mas ancho que la quilla de la nave,
ha de salir mas hácia fuera ; por consiguien
te ya la quilla de la parte derecha no ha
de correr tan fácilmente por el agua como
de la parte izquierda ; porqwe de la parte
derecha tiene la tabla del timon que sobre
sale , y de la parte izquierda queda toda
libre y desembarazada.
Eug. Todo eso es cierto; ¿ pero por que
vuelve la nave ?
, Teod. Voy á dar la razon : si la quilla
está mas desembarazada de la parte izquier
da que de la derecha , es necesario que de
la parte izquierda corte el agua mas fácil
mente ; y por eso de esa parte ha de andar
mas ligera que de la izquierda ; por quanto
de la izquierda tiene el timon , que ha de
hacer algun embarazo al cortar el agua ; y
si la nave anduviere mas ligera de la parte
izquierda, toda ella se ha de ir volviendo
hácia la derecha.
.,,. Silv. Eso forzosamente ha de ser así; por-
Tarde tercera. 183
que muchas veces me sucede en Lisboa quan-
do voy gobernando los caballos de mi si
lla volante , tropezar en otra ó en alguna
esquina , y es cosa infalible que si tropezo
la rueda de la derecha , toda la silla se in
clinó hácia allí ; como al contrario toda se
inclina hácia la izquierda , si tropezó de esa
parte.
Teod. Pues de ese efecto es la misma ra
zon , porque la rueda que tropezó en la
otra , ó quedó parada ó por lo ménos se
movió mas despacio ; al mismo tiempo que
la otra que está libre , yendo el carruage des
pedido , continúa moviéndose por algun tiem
po aunque muy poco ; pero es bastante pa
ra que el caballo que va delante se incli
ne todo hácia la parte del embarazo. Lo
mismo digo de la nave , con la diferencia
que en el navio es mas leve el embarazo, pero
persevera miéntras se hace fuerza al timon;
por eso la nave siempre va volviendo poco á
poco : lo que dixe haciendo fuerza en el ti
mon hácia la derecha , sucede á proporcion
haciendo fuerza hácia la izquierda de la nave.
Eug. Eso se inliere naturalmente por la
misma razon.
Teod. Ya que fructifica el trabajo , y no
os disgustan estos discursos , quiero explica
ros otro efecto, que tiene su semejanza con
este : y viene á ser la razon , porque en la
honda dando los muchachos á la piedra un
movimiento circular al rededor de la mano,
así que despiden la piedra va con un movi
miento derecho.
Tom. L Q
184 Recreación filosófica.
Eug. Todos esos efectos los habia obser
vado , pero mi misma ignorancia me hacia
no advertir las circunstancias , que podían
provocar mi admiracion á inquirir y saber sus
causas.
Teod. Por ese motivo los que no estudian
sobre los efectos de la naturaleza , y parti
cularmente sobre las leyes del movimiento,
viven mas satisfechos que los que se cansan
en esto ; porque no advierten lo que les fal
ta , y por eso no se fatigan en buscarlo , ni
se afligen por no conseguirlo. Pero sigamos
con lo que íbamos diciendo. La piedra que
está en la honda por sí hace fuerza para, ir
por camino derecho ; esta direccion es la
mas natural á todo móbil , porque es mo
vimiento simple , y qualquier otro es com
puesto de varias determinaciones ; por eso
vemos que siempre que puede ser , toda»
las cosas se mueven por línea recta , y so
lo por algun estorbo tuercen el camino.
Est.a Pruébase con una experiencia bien fácil (véz-
fig.11* se Ia fig. IX' en ^a tstamp. 2. ) : si en el
medio de esta mesa redonda clavamos un
clavo , y atamos un hilo , el qual tenga de
la otra parte atada una bola , v. g. una na
ranja , vereis que dándole un golpe como
quien la quiere hacer ir adelante , la naran
ja no va derecha , sino que anda al rededor
de la mesa ; de suerte que si no fuese el hi
lo que la prende , quando le dimos el gol
pe correría derechamente hácia fuera de la
mesa ; pero el hilo hace que no se aparte
mas del clavo , sino hasta cierta distancia.
Tarde tercera. ,jf
yanto permite lo largo del hilo : de donde se
s.gue que la naranja en su movimiento siem
pre ha de ir igualmente léjos del clavo lo
gue no puede hacer sin andar al rededor'
Eug. Hasta ahí es claro.
Teod. Notad ahora que esta naranja siem
pre hace por salir fuera de la mesa : de
aquí nace que luego que el hilo se rom
pe , al instante cae fuera de la mesa v
se mueve por línea derecha , y no anda l\
rededor como ántes : lo que es señal ma
nifiesta que la naranja miéntras se movía
siempre hacia fuerza para moverse por £
nea recta ; y que si andaba al rede/or era
porque el hilo á que estaba atada la iba
deteniendo é impidiendo que no se aparta
se mas, ni siguiese el camino derecho an
tes si que fuese volviendo siempre y tor
ciendo el camino andando al rededor Estn
supuesto , queda clara la razon , por que
dando los muchachos movimiento circulará
a piedra que meten en la honda , así que
la disparan va por el ayre siguiendo el ca-
mmo derecho o línea recta ; porque la pie
dra por si siempre quiere ir por línea rec
ta : miéntras esta detenida no lo puede ha
cer; pero así que la despiden de la honda
va s.guiendo la línea recta , la qual luego
se encorva de algun modo á causa de su peso
como ya expliqué. r
Silv. Pero ahora pregunto yo ; ; y por
que no cae la piedra quando la honda se
vuelve hacia arriba?
Eug. De la piedra no me admiro yo tan-
1 86 Recreación filosófica.
to , como del agua. Si colgamos un puche
ro con agua en una cuerda de suerte que:
quede derecho , se puede andar con el pu
chero al rededor sin que el agua se derra
me , aunque el puchero se vuelva con el
fondo hácia arriba ; y quanto mas ligero an
duviere el puchero, ménos peligro tiene de
Est.a. derramarse el agua {véase la fig. 12. estam-
fig.12. pa 2.).
Teod. En uno y otro caso hay la misma
razon , sacada de lo que poco hace expli
qué. Ya dixe que la naranja que anda al
rededor de la mesa , siempre hace fuerza pa
ra ir por la línea recta : es de notar que la
naranja no puede ir por línea recta sin sa
lir fuera de la mesa , apartándose mas y
Est.a. mas del clavo : he aquí (estampa 2. fig 11.)
fig.u. estas líneas rectas (ea, mn, o i , rj),que
yo describo con el dedo por donde habia de
ir la naranja si el hilo se quebrase quando
la naranja va en estos sitios ( e m o r) que
le corresponden ; bien veis que todas estas
líneas salen fuera de la tabla , y por consi
guiente se apartan cada vez mas del clavo;
luego si la naranja hace fuerza para ir por
línea recta , y las líneas rectas todas se apar
tan del centro que es el clavo , se sigue que
la naranja hace fuerza para apartarse del cla
vo.
Etig. Tanta fuerza hace , que muchas ve
ces rompe el hilo.
Teod. Ahora saco ona conseqüencia general,
y es : que siempre que qualquier cosa se mo
viere circularmente , tiene lo que ios Filoso
Tarde tercera. 187
fbs llaman fuerza centrífuga , quiero decir
hace fuerza para apartarse del centro. ¿Con
cordais ambos en esto?
Sito. Sí convenimos , supuesto el discurso
y la experiencia que hemos visto.
Teod. Luego tambien la piedra ó el agua
todas las veces que se moviere circularmen-
te como en nuestro caso , ha de hacer fuer
za para apartarse del centro, que es la ma
no ó la extremidad de la cuerda (a) (véase ~ t.
lafig. \2. en la estamp. 2.) , y esto por la ^ j*
misma razon , tanto quando el puchero anda
en la media vuelta ó medio círculo de abaxo,
como quando anda en el medio círculo de
arriba. El agua haciendo fuerza para apar
tarse del centro (a) necesariamente ha de car
gar siempre hácia el fondo del puchero ; y
cargando hácia el fondo del puchero , no se
puede derramar. ¿Quereis , Eugenio , ver ma
nifiestamente como aun quando el puche
ro va con el fondo hácia arriba , carga el
agua en el fondo del puchero? Haced un
agugerito en el fondo del puchero , y vereis
como aun quando va con el fondo hácia ar
riba, sale el agua por el agugerito afuera;
pero para eso es preciso que andemos con el
puchero al rededor con bastante ligereza ó
la que baste para vencer el peso del agua;
por eso si andamos lentamente con el pu
chero al rededor , agua y puchero cae aba
xo. Haced la experiencia , Eugenio : si que
reis , haré venir lo que es preciso.
Silv. Las cosas vistas siempre se entienden
mejor que oidas.
Q3
1 88 Recreación filosófica.
Eug. Haré la experiencia quando estuvie
re mas despacio : ahora no os quiero dete
ner en experimentar una cosa en que no du
do. Vamos á tratar los puntos que nos res
tan , porque en este estoy satisfecho.
Teod. Muchas otras cosas hay que decir
sobre esta materia , pero no es justo dar á los
que principian doctrinas mas difíciles de com-
prehender. Puede ser que en otra ocasion
tratemos de propósito de las admirables le
yes del movimiento. Ahora se sigue tratar
del movimiento renexo , de su causa y le
yes , que es materia curiosa. Vamos hasta el
jardín , por no pasar toda la tarde sin salir
de casa , y traed vuestro espadín que ha
de servir para una experiencia.

§. III.

Trátase de la causa del Movimiento


Reflexo.

Silv. X eodosio , de tal suerte teneis con


vuestros discursos ocupado el entendimiento
de Eugenio , que á nada atiende mas que á
estas materias filosóficas.
Eug. Son ellas de sí tan agradables y cu
riosas , que me roban la atencion ; pues veo
que me hacen abrir los ojos del entendimien
to para ver lo que hasta aquí no veia , por
mas que lo tuviese delante de ellos. Entre
mos , pues , Teodosio , á tratar del movi
miento reflexo ; pero explicadme primero lo
que quiere decir este nombre.
Tarde tercer*. 189
Teod. Movimiento Reflexo es el movi
miento con que una cosa despues de encon
trar con otra , vuelve hácia atrás. Exemplo:
Si tirais una pelota á la pared , vuelve hacia
atrás ; el movimiento con que fué á la pared
se llama movimiento directo , y el movimien
to con que vuelve atrás se llama movimiento
reflexo : ahora lo que resta saber es la causa
de este movimiento , 6 qual sea la razon por
que quando una pelota da en la pared vuel
ve atrás.
Silv. En eso poca ó ninguna dificultad pue
de haber; porque es claro que la causa es el
impulso con que se tiró la pelota.
Teod. Así lo dicen los Peripatéticos ; pero
el caso es , que no tienen mucha razon pa
ra decirlo asi ; porque si yo tirare con igual
impulso una pelota y una bola de barro fres
co , la pelota ha de saltar y el barro no,
ó por lo ménos muy poco , y con todo lle
varon igual impulso ; luego el impulso ó
fuerza con que yo despedí la pelota no es
la tal causa de que rechace o salte hacia
atrás.
Silv. El barro no salta hacia atrás , porque
tal vez quedó pegado.
Teod. Tirad con una bola de lana que esté
blanda , tampoco saltará y no queda pegada:
tirad con una bola de aaero destemplado ó
plomo , y tambien poco ó nada volverá
atrás.
Silv. Eso será por ser cuerpos muy pesa
dos.
Teod. Coged esa misma bola de acero des
Q4
190 Recreación filosófica.
templado ; mandad darla temple , vereis que
reflecte y salta grandemente , y con todo es
tan pesada como era ántes.
Silv. Ya vi bolas de plomo , dando en pie
dras , saltar hácia atrás y reflectir.
Teod. No lo dudo , pero eso siempre ha
bía de ser mucho menos que si fuese la ba
la de hierro ; ademas que en ese caso re-
flectiria el plomo por causa de la piedra en
qúe dio.
Silv. ¿Como hemos de averiguar , si el plo.
"mo reflecto por causa de la piedra en que
dio ó por causa del impulso ? 'I ,
Teod. De este modo , tirando con igual
impulso la misma bola á otro cuerpo seme
jante , v. g. á otra bola de plomo ; en ese
caso no ha de reflectir tanto. ; luego 'bien se
ve que si ántes reflectia , no era por causa
del impulso , sino por causa de la piedra en
que daba. Y para que es buscar pruebas mas
lejos : una pelota de lana estando bien apre
tada salta mucho ; deshacedla luego y tirad
á.la pared con esa porcion de hilos deque
constaba la pelota ; tirad digo con doblado
impulso , y vereis como no reflecte de la
pared ; luego no procede del impulso.
Silv. ¿ Pues de que procede ?
Teod. Procede de la elasticidad : supongo
no me entendeis.
Eag. No por cierto.
Teod. Elasticidad llamamos á la fuerza que
un cuerpo despues de comprimido hace pa
ra dilatarse y restituirse á su estado natural.
Pongamos exemplo : la hoja de un espadín
Tarde tercera. 191
si la comprimimos y torcemos se restituye
despues á su estado natural : una pelota de
cuero si la comprimimos con el dedo , y
le hacemos una concavidad , en quitando el
dedo queda como antes : estas cosas deci
mos que tienen elasticidad , y que esta elas
ticidad es causa de reflectir los cuerpos.
Silv. Arreglándonos por ese discurso , to
dos los cuerpos han de reflectir ; porque to
dos ellos hacen fuerza para restituirse des
pues de comprimidos.
Teod. Ahora se ha de ver claramente la
razon de mi dicho : todos aquellos cuerpos
que despues de comprimirlos no hacen fuer
za para restituirse á su estado natural , no
reflecten ó por lo menos muy poco ; una
barra, de plomo si la torcieren , tuerta se
que^da : una bola de barro fresco si la hicie
ren jiña concavidad con el dedo , se queda
con ella ; de la misma suerte un alambre re
cocido en torciéndole queda tuerto : ninguna
de estas cosas hace fuerza para enderezarse
ó para restituirse á su estado natural , y por
eso no reflecten estos cuerpos ó por lo me
nos muy poco. Al contrario , aquellas cosas
que reflecten , son de tal naturaleza , que si
las comprimieren , hacen fuerza para resti
tuirse á su estado natural : el alambre tem
plado , si lo torcieren , luego que lo suelten
se pone derecho : la pelota de cuero ó de
lana bien apretada , aunque la hagan con el
dedo una concavidad , en sacándolo , se res
tituye á su estado naturil.
Éng. Todo eso es así , pero aun no en
19* Recreación filosófica.
tiendo como esa fuerza que hacen los cuer
pos despues de comprimidos para restituirse,
es la causa de que reflectan.
Teod. Yo os lo explicaré prácticamente:
dadme acá vuestro espadín ; ponedlo en el
suelo , arrimadle la punta al pedestal de esa
estatua , y cargad de suerte que se doble;
soltadio ahora de repente , y vereis como
todo el espadín salta hácia atras.
Eng. Así es. '"'"
Teod. ¿Y quien hizo saltar ese espadín, si
no la hoja que estaba comprimida é hizo
fuerza para restituirse? La hoja del espadin
estando comprimida no podia restituirse á su
estado riroiral , sino enderezándose ; y no se
podia enderezar sino ó moviendo la esta
tua hácia delante , ó el puño y guarnicion
del espadin hácia atrás.
Eug. La estatua no se puede mover hácia
delante , porque esta fixa.
Teod. Bien : luego la hoja del espadin no
podia enderezarse , sin empujar el puño há
cia atras ; y como la hoja estaba unida al
puño y guarnicion , vino tambien todo há
cia atras , y se aparto de la estatua. He
aquí como la elasticidad del espadin , ó la
fuerza que despues de comprimido hace pa
ra restituirse , es la causa que le obliga á
saltar hácia fuera quando le comprimimos,
ó fuese cargando con la mano , ó tirando
con él. Pues lo mismo hemos de decir en
qualquier otra cosa , v. g. en la pelota ; por
que quando la pelota da en la pared , la
parte que va delante se comprime y se me
Tarde tercera. 193
te hacia dentro ; pero luego qne se acabó el
impulso , las partes comprimidas hacen fuer
za para dilatarse y restituirse á su estado na
tural , así como sucede en el espadín ; esto
no puede ser , sino ó moviendo la pared ade
lante ó todo lo restante de la pelota hácia
atras ; de lo que resulta , que la elasticidad
de la pelota es la causa de su reflexion.
Eug. Ahora ya lo entiendo perfectamen
te.
Silv. Eso estaba bien si todos los cuerpos
que reflecten se comprimiesen como hace la
pelota y el espadin ; pero vemos que el mar
fil , el acero templado y otras cosas seme
jantes reflecten , y no habeis de decir que án
tes de reñectir se comprimen.
Teod. Yo digo, que tambien el marfil y
el acero templado se comprimen quando re
flecten.
Silv. No creo tal de cosas tan duras y tan
sólidas.
Teod. Esperad , que la experiencia os lo
hará creer. Aquí teneis esta piedra bien lisa,
como es preciso para el intento : mando que
unten /a piedra con una tinta encarnada grue
sa y pegajosa , y que traigan una bola de
marfil de fas que usamos en el juego de tru
cos ; y vereis claramente como ántes que la
bola de marfil reflecta , se estrecha y se com
prime.
Eug. ¿Y como haceis esa experiencia?
Teod. De esta suerte : pongo esta bola de
marfil sobre la piedra ; bien veis que siendo
esférica , solo puede tocar la piedra en un
194 Recreación filosófica.
punto , lo que se demuestra geométricamen
te '; y si lo quereis ver , pondré la bola de
marfil levemente sobre la piedra , y obser
varéis que sale teñida en un solo punto
He aquí , ved.
Eug. Así es.
Teod. Limpio ahora la bola , y la dexo
caer de alto ; vereis como la bola reflecte
hácia arriba , pero con una mancha encarna
da mucho mayor que ántes quando levemente
la puse sobre la piedra.... ¿Veis esta mancha ?
Silv. Teneis razon , mucho mayor es ; ¿pe
ro que hace eso al caso ?
Teod. Voy á decirlo : esta bola no se po-
dia teñir sino en aquella parte que tocase á
la piedra : ántes quando la pusimos leve
mente tocaba á la piedra solo en un punto,
por eso salid teñida en un solo punto ; ahora
que quedó con una mancha mucho mayor,
es señal que tocó la piedra por toda esta
mancha , y que se comprimió como sucede
en la pelota ; porque si no se comprimiese,
no podia tocar la piedra , sino en un punto
solo.
Silv. Si la bola de marfil se hubiese com
primido , habia de quedar con alguna mella;
y vemos que no es así.
Teod. Si el marfil no fuese elástico queda
ría mellado ; pero como es elástico , luego
que cesa el impulso se restituye á su esta-

1 La esfera no puede tocar el plano sino en un


punto , del mismo modo que la tangente en un solo
punto toca el círculo.
Tarde tercera. roj
do natural y queda otra vez la bola redon
da. Tambien la pelota de cuero ú otra qual-
quiera quando da en la pared se comprime,
y por eso si acaso va mojada dexa una man
cha redonda en la pared , y con todo eso
conserva despues de la reflexion su antigua
£gura , porque es elástica ; lo mismo digo
del marfil.
Eug. A esto no teneis que decir , mi Doc
tor , porque aquella razon es convincen
te.
Silv. No lo es : la mancha que quedó en,
la bola de marfil , puede ser que procedie
se de haber salpicado la tinta con la fuerza
del golpe.
Teod. La tinta no estaba tan suelta , que
salpicase ; y en el caso que así fuese , ha-
bian de quedar algunas salpicaduras , y no
una mancha redonda é igual ; pero para ma
yor seguridad untaré muy levemente la pie-
ara con cera derretida , y despues de seca
dexaré caer la bola de marfil de la misma
altura , y vereis que queda impreso en la
cera un vestigio redondo igual á la mancha
encarnada ; y advierto que la cera ha de ser
en muy poca cantidad , para que no se di
ga que se entró la bola en ella. Y para que
no os quede el menor escrúpulo , des
pues que la bola de marfil reflectiere , la
pondreis levemente sobre el mismo vestigio
o señal del golpe, y vereis claramente co
mo la bola solo en un punto toca á la ce
ra , y que las extremidades del vestigio que
dan distantes de la bola, lo que no sucede
196 Recreación filosófica.
ria si la bola hubiese hecho vestigio sin com
primirse.
Eug. Esa experiencia es semejante á la pa
sada ; y como nos ha de hacer esperar mu
cho , seria bien que la diésemos por hecha,
y pasásemos adelante.
Teod. Vos , Silvio , si aun estais incrédu
lo , podeis hacer la experiencia quando tu
viereis despacio para ello , y os aseguro que
entonces me creeréis. Ahora concluyendo el
discurso y hablando con Eugenio , digo que
es preciso para que un cuerpo reflecta , que
se comprima , y para esto que dé en otro
cuerpo duro, por eso la bola de marfil aun
que tenga su elasticidad , si la tiramos con
tra un costal de lana , v. g. no ha de reflec-
tir : lo mismo sucederá si tiráremos con esa
bola á un poco de barro húmedo ; pero si
el barro estuviese bien seco , y la lana se me
tiese en alguna almohadilla bien dura y apre
tada , como son las de la mesa de trucos,
entonces ya la bola reflectiria ; porque ó se
comprimiria la bola ó el otro cuerpo en que
dió , y por causa de la elasticidad saltaria y
reflectiria hácia atras.
Eug. Luego todas las veces que un cuer
po duro diere en otro , ha de haber com
presion , y por consiguiente ha de reflectir.
Teod. Eso será si á lo ménos uno de ellos
fuere elástico ; porque si una bola de plomo
diere en otra tambien de plomo que esté fi-
xa , poco ó nada ha de reflectir aunque sean
duras. Por tanto , quedemos en que para ha
ber movimiento reflexo , es preciso que ó el
Tarde tercera. 107
cuerpo que se mueve ó el que está fixo sea
clástico y que el otro sea duro lo que baste
para la compresion.
Eug. Lo he entendido.
Siiv. Quisiera yo saber ahora la razon de
esta elasticidad ; esto es , ¿por que el mar
fil ha de hacer fuerza para restituirse des
pues de comprimido y el plomo no? Siem
pre hemos de recurrir á alguna qualidad ocul
ta , y de esta suerte todos venimos á decir
lo mismo.
leod. No por cierto : la razon porque un
cuerpo hace tuerza para restituirse y el otro
no , no está en esa qualidad que llamais ocul
ta ; está en la especial contextura de las par
tes de uno y otro cuerpo. Aquí teneis esta
vara que torciéndola se comprime y hace
fuerza para restituirse , de suerte que de-
xándola vuelve á quedar derecha como an
tes; 1 quereis ahora ver como esta fuerza que
hace para enderezarse nace de la contextu
ra de las partes de la vara ? Supongamos que
la divido á lo largo en hilos delgados , y que
á todos juntos los ciño por fuera floxamen-
te con un hilo , de suerte que quede un haz
semejante á la vara entera ; despues de he
cho esto así , si torciere la vara del mismo
modo que la torcí ántes , quando la dexe ha
de quedar torcida sin hacer fuerza para en
derezarse.
Eug. Yo lo creo ; porque ha de quedar
una vara mas blanda y floxa.
Teod. Decidme ahora , Silvio , que es lo
que falta aquí en esta vara de lo que tenia
198 Recreación filosófica.
antes quando estaba entera ? Bien veis que
no hay mas diferencia que en la contextura
ó nexo y union de las partes de la vara;
entonces el nexo era mas fuerte , ahora es
mas blando. Luego el nexo ó contextura de
las partes es toda la causa de la elastici
dad ó de la fuerza , que qnalquier cuerpo
hace para restituirse á su estado natural des
pues de comprimido.
Eng. Está explicado con bastante claridad;
vamos adelante.
Teod. Sobre esta causa de la elasticidad mu
cho mas tenia que decir , si tuvieseis la ca
beza mas acostumbrada á estas materias y
discursos para poder yo explicarme. Puede
ser que en otra ocasion hablemos de ellas
profundizándolas mucho mas. Pero ántes que
pasemos de aquí quiero tratar un punto que
da bastante que hacer á los Modernos : tie
ne enseñado la experiencia , que el agua no
admite compresion en sus partes sensibles,
por lo mismo no tiene elasticidad : el plo
mo tampoco la tiene , por eso dando en el
agua parece que no podía rerlcctir , no ha
biendo elasticidad en ninguno de estos dos
cuerpos. Pero en verdad , á veces sucede
lo contrario. Si de un cañon de artilleria se
despidiere una bala , que dé en el agua
por una línea muy obliqua y rastrera , re-
flectirá hácia arriba despues que diere en el
agua , y con todo aquí no hay elastici
dad.
Silv. ¿Veis vos , Eugenio , que la doctrina
de los Modernos no va corriente ?
•" Tarde tercera. igQ
- Teod. Oíd , pues, el modo con que yo ex
plico esto (otros seguirán otro camino) - si
despidieremos con fuerza una bola por el
suelo adelante y hallare en el fin un plano
inclinado a manera de cuesta , aunque sea de
tierra mojada y blanda , ha de subir la bola
por esta cuesta arriba y dar un salto por el
ayre , si fuere con fuerza.
Etig. Eso se observa en el juego de bolos
muchas veces.
Teod. La razon de este efecto se deduce de
lo que queda dicho acerca de la continua
cion del movimiento. Quando la bola Uc»a
a la tal subida de tierra blanda , puede ha
cer dos cosas , ó seguir la línea derecha y
meterse por la tierra adentro , ó apartarse
un poco de la linea recta y subir por el pla
no mclinado. Supuesta la gran velocidad que
lleva la bola , le es mas facil mudar cami
no que entrar por la tierra adentro ; por
que introduciéndose en la tierra halla mucho
mayor resistencia que subiendo por encima
de ella , que es la razon de la experien
cia del palo que se quiebra sobre las copas,

Silv. En eso no os canseis , porque me


parece cierto.
Teod. Supuesta esta doctrina , es clara la
razón de la experiencia de la bala Quando
ia bala da en el agua hace una concavidad,
que consta de dos planos inclinados ó dos
cuestas (dexadme explicar así) , una sube há
cia delante, otra hacia atras : la bala va des
pedida con una gran fuerza y sube por esta
lom. J. j^
zoo Recreación filosófica.
cuesta que le queda delante dando un salto,
como la bola de que hablé ; y este salto por
el ayre es lo que parece reflexion.
Silo. Eso no es verisímil : ¿quereis hacer
una cuesta de agua ? Yendo la bola con tan
ta fuerza , ¿ por que no ha de romper el agua
y seguir su camino?
Teod. Porque en eso halla mucha mayor re
sistencia que en subir por esa cuesta arriba.
Si con la punta del baston hiriereis con fuerza
el agua muy orizontalmente , habeis de co
nocer la grandísima resistencia que hace el
agua; y tanto mayor resistencia , quanto ma
yor fuere la velocidad con que movais el
baston ; y es cosa cierta que un móbil se
mueve por el camino en que halla menor re
sistencia ; como tambien es cosa sentada , que
quanto mayor es la velocidad de un mó
bil , tanto mayor es la resistencia que le ha
ce qualquier medio : explicaréme con una
comparacion. Si un hombre quisiere ir des
pacio por una calle en donde hay concurso
de gentes y carruages , tiene algun embarazo
en ello ; pero si quiere ir de priesa tiene mu
cho mayor embarazo ; y quanto mas de prie
sa quiere ir , mayor embarazo tiene. Así en
nuestro caso : la bala moviéndose despacio
poco embarazo tendrá en romper el agua ;
pero (dexadme decir así) si quiere ir con una
velocidad quasi infinita ., tiene grandísimo
embarazo en la division del agua ; y así mas
fácil le es subir por la cuesta arriba , y co
mo lleva mucha fuerza , necesariamente ha
de dar un salto.
Tarde tercera. 201
Silv. Esa razon si vale , es para todos los
Casos , qual la bala vaya muy rastrera , qual
lleve mayor inclinacion ; y nosotros vemos
que si la bala no fuere rastrera , se introduce
por el agua adentro.
Teod. Os engañais : todas las veces que la
línea de la direccion de la bala quedare per
pendicular ó quasi perpendicular á la superfi
cie del agua, necesariamente la ha de romper;
porque entonces es preciso que la bala tuer
za mucho el camino para no entrar por el
agua adentro ; y quanto mas torciere el ca
mino , mayor resistencia ha de sentir en ello.
Supuesto esto si la bala no va muy rastre
ra , como de la parte de allá hace en la su
perficie del agua una cuesta , sucede que la
línea de la direccion de la bala queda per
pendicular á esa cuesta frontera , y así ha
de romperla. Lo mismo tenemos en el exem-
plo de la bola que propuse : si la bola vi
niere despedida por el suelo , subirá por la
cuesta de tierra blanda ; pero si tirareis la bo
la por una línea que quede quasi perpendi
cular al tal plano inclinado , hará una con
cavidad grande y quedará enterrada ó por
lo ménos no correrá por el plano arriba. Con
fírmase esto con otra experiencia bien vul
gar. Quando los muchachos tiran con gui-
jarrillos al agua para hacerles dar saltos en
su superficie , sucede muchas veces que en
el primer golpe entran por el agua , y ob
servaréis esto , que quando tiran con algu
nos pedazos de jarro quebrado , si la parte
convexa ó lo que llaman vientre va lucia
202 Recreación filosófica.
abaxo , reflecte mucho mejor , que si va con
la parte convexa hacia arriba , y la razón
creo que es esta : quando el guijarrillo o
pedazo de jarro dando en el agua hace con
cavidad , de suerte que la superficie del
agua forme como un plano inclinado que su
ba hacia delante , entonces salta el guitar
rillo ; pero si el goijarrillo ó pedazo de bar
ro quando hizo la concavidad , metió la es
quina anterior ó la orilla debaxo del agua,
no puede reflectir , porque ya no hay plano
inclinado por donde suba. Por tanto , yen
do á dar la regla para quando la bala ha de
entrar hácia abaxo ó subir hácia arriba ; ad
vierto que quando la bala da el golpe , que-
da parte de su superficie dentro del agua y
parte fuera ; digo ahora que si la línea de
la direccion de la bala (que es la que pasa
por su centro hasta la superficie de adelan
te) , si esta línea va á salir á la superficie de
la bala que queda debaxo del agua , entra
la bala hácia abaxo , porque ya esa línea que
da perpendicular á la concavidad ó plano in
clinado ' ; pero si la tal línea de dirección
va á salir en la superficie de la bala que que
da fuera del agua , resbala la bala hacia ar
riba , porque no encuentra superficie á que
sea perpendicular, sino superficie obliquao
i El diámetro de la esfera o la línea de la direc
cion de la bala de que es parte este diámetro,
siempre es perpendicular á la tangente tirada del
punto en que se termina ; luego tambien es perpeo"
dicular á la superficie de la estera ; y tambien a Ja
superficie concava que rodea la estera»
. Tarde tercera. íay.
plano inclinado 2 ; y como va con mucha
fuerza , da el salto hácia el ayre. Por eso
sucede á veces, que una bala grande reflec
te yendo por una línea , por la qual yendo
otra bala mas pequeña no reflecte. He aquí
como yo explico este efecto.
Eug. A mí me parece este discurso confor
me á razon ; ¿y á vos que os parece, Silvio?
Silv. Yo no acostumbro formar juicio pre
cipitadamente ; no dexa de tener esto algu
nas dificultades que me es necesario ponde
rar con mas sosiego : podemos pasar á otra
materia. Y á mí , Teodosio , me parecía mas
acertado ir á continuar nuestra conversacion
dentro de casa , porque corre mucho ayre.
Teod. Con igual voluntad os he de dar
gusto en qualquier partee ; vamos á nuestro
gabinete á tratar de las leyes de reflexion,
y de algunos principios de Geometria que
son necesarios al intento. No os asusteis,
Eugenio , que en pocas palabras os he de
dar la instruccion precisa para la inteligencia
de estas leyes que son muy divertidas.

i Quando el diámetro que es parte de la línea de


direccion se termina en la superficie de Ja bala que
queda fuera del agua , se sigue que. las líneas para
lelas á estas que se terminan en la superficie que
está dentro del agua , tedas son cuerdas las quales
nunca son perpendiculares a la superficie de ia es
fera , sino siempre obliquas ; luego las partes que
incurren contra la superficie concava del agua , to-
das dan en esa superficie obliquamente , y por eso
no penetran el agua , sino que resbalan por esa su
perficie arriba. .__,
J04 Recreación filosófica.

s- iv.
Dase una breve instrucción sobre los princi
pios de la Geometría , quanto basta para
que se entiendan las leyes del movimiento
refiexo.

Eug. .L/ixisteis , Teodosio , que me que


ríais explicar las leyes del movimiento refie
xo. i Pues que el movimiento reflexo pue
de tener leyes , por las quales le hayamos
de regular? ¿Que leyes son estas?
Teod. Voy á deciros quales son. Un cuer
po quando reflecte , no siempre sigue el mis
mo camino ; de diferentes modos salta la pe
lota en diversas circunstancias ; y las leyes
del movimiento son las que determinan el
camino que ha de seguir la pelota en este
ó en aquel caso. Para establecer estas le
yes , suponemos que el cuerpo que se mue
ve es redondo , y que choca con otro du
ro y plano ; porque si el cuerpo que se
mueve fuere esquinado ó el cuerpo fixo fue
re escabroso, no se puede dar regla cierta,
como observamos en la pelota , que no siendo
bien esférica y no estando el suelo derecho,
salta sin regla y sin igualdad de tiempos.
Eug. Esa experiencia de la pelota es cons
tante y bien sabida.
Teod. Tambien hemos de advertir , que
quando se dan las reglas para estas reflexio
nes , se supone que el cuerpo que se mue
ve es perfectamente elástico , esto es , que
tiene elasticidad perfecta. La razon porque
Tarde tercera. 20 y
suponemos esto , nace de que como unos
cuerpos tienen mas elasticidad que otros , no
podíamos dar reglas para todos sin gran con
fusion ; y estas que se dan para el cuerpo
perfectamente elástico , se pueden aplicar á
todos , descontando en cada uno lo que le
falta para tener elasticidad perfecta. Los
cuerpos mas elásticos que conozco son el mar
fil y el acero ; puede que haya otros : al
marfil de ordinario le falta una duodécima
parte para la perfecta elasticidad.
Silv. Veo , Teodosio , que en esta instruc
cion que pretendeis dar á Eugenio , os apar-
tais mucho del instituto de mero filósofo , y
os introducís en la Matemática; ¿no seria
mejor pasar á otras qüestiones mas propias
de la Física ?
Teod Yo solo trato las materias mas prin
cipales de la Física , y para estas son indis
pensables las leyes del movimiento y los
principios en que se fundan ; sin tratar de
todo esto , no se entendería la mitad de la
Física , y quedarían totalmente á obscuras
los mas curiosos y divertidos efectos de la
naturaleza : la experiencia os doy por tes
tigo.
Eug. Seguid , Teodosio , el método que
os teneis propuesto en la idea , sin escasear
me nada, porque quiero una instruccion per
fecta quanto pueda caber en mi capacidad.
Teod. Para que me entendais bien , es pre
ciso usar de pluma y tinta. Sentémonos al
rededor de esta mesa , y reparad en lo que
os voy á decir. Línea llaman los Geómetras
R4
2o6 Recreación filosófica.
/» al camino de un punto moviéndose hacía el
\- J-rrt -Bata. otro , v. g. {véase la figur. i. estampa
. ,' j~%'"3; 5.): reparad en estos dos puntos que aquí
rz#» /- señalo con la pluma a b , y supongamos que
fj esta punto- a se movió hácia b , él habia de
ir por algun camino ; este camino podemos
señalarlo aquí con la pluma : si fué por ca
mino derecho , hizo una línea recta como
esta , v. g. que va de a hasta b ; si fué por
camino torcido , hace una línea curva ó tor
cida , como esta que hago mas abaxo a b ;
l entiéndese esto ?
Eug. ;Y como no ha de entenderse, sien
do tan claro?
Teod. Demos un paso mas : considerad dos
líneas rectas ; estas dos líneas rectas si van
de tal suerte emparejadas entre sí , que con
serven siempre la misma distancia que en
tre sí tenían sin juntarse mas ni apartarse,
entonces se llaman lineas paralelas , como
Est.3. v g. estas [vgaSf lafig. 2. estamp. 3.) ; pe-
*£' 2" ro si estas líneas no conservan entre sí la
misma distancia , sino que de tal suerte se
va inclinando una hacia la otra, que última
mente se juntanen un punto , haciendo es
quina , entonces se dice que forman ángulo,
como se ve en esta figura que os dibuxo
Est.3. (fig- 3 estampa 3.) , en que la línea b o se-
fig. 3. inclina de tal suerte hácia la otra línea o a,
que se junta con ella en el punto o , que es
el ángulo ó esquina.
Eug. Hasta aquí vamos bien ; ya sé que
cosa es ángulo ; pasemos adelante.
Teod. Bien está : de estas esquinas unas son
Tarde tercera. 207
mas agudas , otras ménos ; las esquinas mas
agudas son ángulos menores , y las menos
agudas son ángulos mayores.
Eug. Pues á mí me parecía , que los áu-
gulos mayores habian de ser los que tuvie
sen líneas mas largas , y menores los que las
tuviesen mas cortas.
Teod. No señor , no es así : reparad , yo
continúo las líneas de este ángulo que aquí
está figurado y las alargo con puntos para
evitar confusion ; decidme ahora : ¿estas li
ncas despues de aumentadas , no quedan ma
yores de lo que eran antes ? Nadie lo du
dará , y no obstante el ángulo ó la esqui
na o quedó como ántes ; ella nada se mudó,
tanto se inclina una línea hácia la otra aho
ra como ántes ; luego para ser el ángulo ma
yor y mas pequeño nada contribuye lo lar
go ó corto de las líneas.
Eug. Ya estoy en eso.
Teod. No habeis de atender mas que á la
abertura de las líneas en el principio , quiero
decir , junto al ángulo ; quanto mas se abren,
mayor es el ángulo , aunque las líneas sean
iguales ; por exemplo : este ángulo E tie
ne gran diferencia del ángulo J (fig. 4. en Est.3.
la estampa 3.) ; el ángulo J es mucho me- fig. 4-
nor que el ángulo E , porque forma una es
quina mas aguda , y 'sus líneas no se abren
tanto. ¿Quereis saber ahora un modo fácil
de averiguar quando los ángulos son mayo
res ó menores , esto es , ver exactamente qual
tiene las líneas mas abiertas?
Eug. Eso con los ojos se conoce fácilmente.
2o8 Recreación filosófica.
Teod. A veces es tan corta la diferencia,
que no se percibe con la vista ; para cono
cerla entonces hemos de usar del compas y
poner una punta en la extremidad de la es
quina en donde se juntan las dos líneas , y
con la otra punta hacer un arco desde una
línea hasta la otra , como aquí lo señalo en
el ángulo E ; hecho esto , sin abrir ni cer
rar el compas , hago lo mismo en el ángu
lo J, y veo qual es mayor distancia , si la
que va de m hasta n en el ángulo E , ó la
que va de r hasta s en el ángulo J: en
donde hubiere mayor distancia , allí hay ma
yor ángulo.
Eug. Por esa cuenta el ángulo J es me
nor que el ángulo E.
Teod. No tiene duda. Demos otro paso
adelante : el arco que hace el compas entre
una y otra línea es una porcion del círculo
que haria si diésemos enteramente la vuelta
al rededor ; unas veces es un quarto de es
te círculo , otras veces menos , otras mas;
quando el arco que hace el compas entre
una y otra línea es un quarto de círculo jus
tamente , se llama al tal ángulo ángulo rec-
Est.3. ío , como v. g. este que aquí figuro (fig. J.
íg. 5. estamp. 3.) ; quando el arco que hace el
compas entre las líneas es ménos que un quar
to de círculo ,' se llama á este ángulo ángu
lo agudo , como estos ángulos E ó J(fig.4.)
y quando el arco que hace el compas exce
de de un quarto de círculo , entonces se lia—
Est.3. ma á cste ángulo ángulo obtuso , como v.
% 7. 8' es£e ángulo G (fig. 7. en la est. 3.) ; por
Tarde tercera, 109
que sí poniendo una punta del compas en i,
describiésemos con la otra punta un arco des
de m hasta o , bien veis , que ese arco ex
cederia de la quarta parte de un círculo,
respecto que para llegar al medio círculo,
solo le faltaba lo que va de o hasta n ; por
eso el ángulo G- es obtuso y el ángulo P
agudo.
Eug. Si eso es así , no tienen los ángu
los obtusos ni los agudos medida cierta co
mo los rectos.
Teod. Decis bien : en siendo me'nos de
quarto de círculo la distancia de una línea
á la otra , ya el ángulo es agudo ; por eso
los ángulos P de esta figura y E y J (fi-
gur. 4. ) todos son agudos y unos mayores
que otros : por la misma razon , siempre que
entre las líneas cabe mas de un quarto de
círculo , ya el ángulo es obtuso , sea poco
ó mucho el exceso ; al contrario los ángulos
rectos todos son iguales.
Silv. Vos , Teodosio , dixisteis , que los
ángulos rectos tenían por medida un quarto
de círculo ; luego así como hay círculos gran
des y pequeños , tambien los quartos de unos
círculos han de ser mayores que los de otros;
y por lo mismo los ángulos rectos que tu
vieren por medida quartos de círculos des
iguales , tambien han de ser desiguales.
Teod. No teneis razon , Silvio : el mismo
ángulo que entre sus líneas comprehende un
quarto de círculo menor , si las líneas se ex-
tendieren , tendrá por medida un quarto de
círculo mayor : aquí os muestro esto visible
2io Recreación filosófica.
Est.3. mente [fig. 5. estamp. 3.) : si las líneas pa-
*& 5- rasen en a y en e , solo comprehendian un
quarto de círculo pequeño ; pero como yo
las alargo hasta i y v , comprehenden un
quarto de círculo mayor ; y ya os mostré que
el ángulo siempre era el mismo , qual se alar
gasen las líneas qual no.
Silv. Lo he entendido.
Teod. Continuemos : si una línea recta cae
Est sobre otra ó cae en el fin de ella , así como
Pg J sucede en esta {fig. 5. estamp. 3.)', y en
tonces hace un solo ángulo que es el ángu
lo o ; ó cae sobre otra línea , como v. g. es-
Est.3. ta línea a e {fig. 6. en la misma estampa)
% 6. que cae sobre la línea p q. sin ser en sus
extremidades , y entonces hace dos ángulos,
uno hácia la parte p , otro hácia la parte q:
la línea a e con la linca p e hace un ángu
lo ; y la misma línea a e con la línea e q
hace otro ángulo.
Eug. Hasta aquí comprehendo bien : id
prosiguiendo.
Teod. Pero es para advertir el modo con
que una línea cae sobre otra: si cae sin in
clinar mas áuna que á otra parte, se dice
que cae perpendicularmente y que hace án
gulos iguales de ambas partes , como sucede
en esta figura sexta ; pero si cae de tal suer
te , que incline mas á una parte que á otra,
j;st , como veis en esta figura que aquí hago {fi-
fig. y. gur. 7. en la misma estamp.") , entonces se
dice que cae obliquamente , y que no hace
los ángulos iguales : conservad esto bien en
la memoria , porque repetidas veces he de
Tarde tercera. 21 \
usar de esta proposicion en esta tarde : guan
do una línea cae sobre otra sin inclinar mas
á una que á otra parte , decimos que cae
perpendicularmente ;y si se inclina mas d
un lado que d otro , decimos que cae obli-
quamente.
Eug. Descuidad que no se me ha de ol
vidar.
Teod. De aquí saco una conseqüencia , y
es que la misma línea que caiga á plomo há
cia abaxo y perpendicularmente sobre otra,
como en la figura 6. , si acaso la línea que
estaba abaxo orizontalmc.ite se mudare y pu
siere inclinada , como en la fig. 8. , ya la lí- Est.3.
nea a e que viene de arriba á plomo no cae fig. 8.
perpendicularmente : porque mas se inclina
á t que á s ; y así se debe decir que cae
obliquamente ; lo mismo se debe decir de la
línea a i en la fig. 9. porque aunque cae
á plomo hácia abaxo , no obstante se incli- ]?st' 3'
na mas á e que á o ; y en la figura 1o. tam- J»' $'
bien tiene lugar la misma doctrina , por quan- "*'
to la línea b'c cayendo sobre la línea curva
a c e , se inclina mas á a que á e. Por tan
to aunque veais que muchas líneas vienen pa
ralelas y á plomo hácia abaxo , no tengais
luego por cierto que caen perpendicularmen
te ; es preciso atender á la línea ó superfi
cie sobre que caen, y ver si se inclinan igual
mente hácia ambas partes , porque solo en
tonces caen perpendicularmente.
Eug. Hicisteis bien en advertidme eso,
porque ciertamente me habia de equivocar
muchas veces.
212 Recreación filosófica.
Teod. Resta solamente advertiros una cosa
que es precisa para entender á los Geóme
tras quando los oyereis hablar en este pun
to ; y es que los Geómetras dividen el círcu
lo en 36o partes iguales , á que llaman gra
dos : los grados del círculo grande son mayo
res , y los del círculo mas pequeño son me
nores ; pero tantos grados tiene el círculo
grande como el pequeño ; por eso para la
medida de sus ángulos usan del número de
los grados : los ángulos rectos tienen 90 gra
dos , que hacen una quarta parte del círcu
lo ; si el ángulo tiene ménos de 9o grados,
es agudo ; pero como entre los agudos hay
unos mayores que otros, cuentan los grados
ó las partes del círculo que comprehenden;
por eso dicen: este ángulo es de 5o grados,
aquel es de 25 , v. g. &c. Lo mismo hacen
en los obtusos , los quales todos han de pa
sar de 90 , unos serán de 95 v. g. otros de
14o , &c. Esto supuesto , vamos ahora á ha
cer el oficio de Filósofos , dexemos el de Ma
temáticos.
Silv. Vamos enhorabuena , porque estas
doctrinas de la Geometria son bastante se
cas y desnudas de aquella curiosidad y gusto
que se halla en las materias de Física , que
hasta aquí habeis tratado.
Teod. Así es ; pero abren la puerta á un
jardin amenísimo de curiosidades naturales,
que no se pueden ver bien , sino entrando por
aquí.
Eug. Los medios por donde nuestro en
tendimiento alcanza su instruccion no se de
Tarde tercera. 213
ben despreciar , aunque tengan su aspereza.

5. V.
De las leyes del Movimiento Reflexo.

Teod. Oupuesta la noticia que os he da


do, vamos á ver el fin para que os la di. Vos,
Eugenio , sabeis por experiencia , que si yo
dexase caer la pelota de la mano perpendicu-
larmente sobre esta piedra plana y lisa , sa
beis , digo , que acostumbra saltar y reflec-
tir por la misma línea , ó por el mismo ca
mino ( véase la fig. 1 1. estamp. 3.). Est. 3.
Eug. Así lo tenemos observado mil ve- fig-n«
ees.
Teod. Pues ahí teneis la primera ley del
Movimiento Reflexo , y es esta : Todas las ve-
ees que una bola elástica cae perpendicular*
mente sobre un plano duro , reflecte por el
mismo camino ; y si reflecte por el mismo
camino por donde fué , tanto en la ida co
mo en ta reflexión hace los mismos ángulos
con el suelo ó superficie b c. Vamos ahora
á dar la razon de esta ley , como buenos Fi
lósofos.
Eug. ¿Y qnal es?
Teod. La bola ó pelota cayendo perpen-
dicularmente sobre esta losa , trae un movi
miento simple hácia abaxo ; á este movimien
to se opone la piedra totalmente ; digo que
se opone totalmente , porque estando la pie
dra así , no puede andar la pelota hácia aba
rco ni un punto mas : si la piedra estuviese
2T4 Recreación filosófica.
algo inclinada , podria la pelota baxar algu
na cosa mas , rodando por la losa , pero ca-
mo la losa está derecha , no puede absolu
tamente la pelota ir hácia abaxo; ella , pues,
no tiene algun otro movimiento sino el de
la gravedad ú otro semejante con que tue
hácia abaxo ; siguese de aquí que perdió to
do el movimiento que llevaba , y que sino
tuviere elasticidad quedó parada , como ve
reis si hiciereis experiencia con barro fresco.
Eug. Pero nosotros vemos que la pelota
salta hacia arriba.
Teod. Eso procede enteramente de la elas
ticidad. Con el golpe bien se sabe que se
ha de comprimir la pelota , y ha de com
primirse la parte inferior que toca en la pie
dra ; como tiene elasticidad ha de hacer fuer
za esa parte de la pelota para restituirse a s
estado natural , esto puede ser , ó movien
do la losa hácia abaxo (lo que es dificul
toso), ó tirando con toda la pelota hácia ar
riba , como poco hace visiblemente os mos
tré en el espadín. Ademas de eso como la com
presion se hace enteramente moviéndose a
pelota perpendicularmente hacia abaxo , 1*
fuerza de la elasticidad ha de hacer entera
mente el que se mueva la pelota por la misma
línea hacia arriba , porque la pelota ha de res
tituirse á su estado natural por el mismo ca
mino ó por la misma línea por donde la com
primiéron.
Eug. ¿Y tambien hay regla cierta en la al
tura á que ha de subir ?
Teod. Si la pelota cae solo impelida de -*
Tarde tercera. 21 J
pese y tuviere elasticidad perfecta, ha de lle-
gar á la misma altura de donde cayó.
Eug. ¿Y por que ?
Teod. Porque si la elasticidad de la pelo
ta es perfecta , ha de hacer tanta fuerza pa
ra restituirse quanta fué precisa para ser com
primida : la fuerza que comprimió la pelo
ta , se mide por la altura de donde cayó ; por
eso quanto mayor es la altura , tanto mayor
es la fuerza del golpe que da en el suelo;
luego tambien la fuerza que hace para res
tituirse , se ha de medir por esta misma al
tura , y por lo mismo quanto mayor fuere
la altura , mayor ha de ser la fuerza de la
elasticidad.
Eug. ¿Y quando la pelota no tuviere elas
ticidad perfecta , hasta donde ha de su
bir ?
Teod. Nunca ha de llegar á la misma al
tura ; ha de faltarle tanto , quanto falta á la
elasticidad para ser perfecta. Notad ahora
una cosa precisa : esta misma ley , que co
mo tengo dicho observa la pelota cayendo
perpendicularmente , observa qualquier bola
clástica , y esto qual sea cayendo hácia aba-
xo , qual yendo orizontalmente : me expli
caré con la experiencia. Venid acá dentro
á esta mesa de trucos (véase la fig. 12. en j?sti .
la estamp. 3.). Supongamos que tirais aque- fig.u.
lia bola ¿i hácia esta barandilla de la me
sa que le está enfrente o por una línea
a o , que venga bien derecha á esta ba
randilla , sin inclinar mas á una parte que
á otra ; si la bola fuere por este camino,
Tonu I. S
2i6 Recreación filosófica.
ha de reflectir por la misma línea : haced ía
experiencia.
Eug. Así es ; retrocedió la bola por la
misma línea , y creo que aquí hay la misma
razon que disteis quando la pelota reflectia
del sucio.
Teod. Es la misma ; porque como la línea
a o por donde se movió la bola es tambien
perpendicular al plano ó baiandilla m n en
que dio , ha de seguir la misma ley : dixe,
que era perpendicular al plano , porque no
inclina mas á una parte que á otra , y siem
pre que sucede esto , es ¡a línea perpendi
cular , como os dixe.
Eug. Lo he entendido perfectamente; con
tinuad.
Teod. Siguese ahora la segunda ley , y es
para quando la bola no da en el plano per-*
pendicularmente , sino por línea obliqua é in
clinada : dice , pues , la segunda ley : La
tola quando da en elplano -por línea obli
qua , hace en la reflexión un angulo igual
al que hizo quando dio en el plano.
Eug. Explicadme primeramente lo que di
ce la ley , y despues daréis la razon de
ella.
Teod. Habeis de entenderme mejor , si an
tes de practicar la ley en este juego , la
explicare por pluma y tinta : aquí os dibu
ja xo en este papel una losa a b (fig. 13. en
g 'í:' la estamp. 3.): Supongamos que esta bola
' e cae en la losa , no perpendicularmente,
sino por esta línea obliqua é inclinada e o;
bien veis que esta línea hace con el plano
Tarde tercera. 217
ó- losa a o un ángulo agudo de la parte iz
quierda ; ahora digo yo > que ha de reflec-
tir la bola hácia delante por esta línea o c,
porque esta línea hace con el plano o b otro
ángulo agudo semejante al primero.
1 Eug> Quereis decir , que ha de estar tan
inclinada hácia la piedra la línea por don
de la bola reflecte , como estaba inclinada la
línea por donde cayó ; si es esto .entiendo la
ley^Vamos ahora á la razon de ella.
Teod. La razon es esta. La bola cayendo
|>or línea obliqua lleva un movimiento mez
clado de dos ; porque juntamente baxa y va
andando hacia delante , de suerte que quan-
¿o liega á dar en la piedra , tiene baxado
qnatro palmos (supongamos que esta es la
altura- de que cae) , y tiene andado con mo
vimiento orizontal hácia delante la mitad
del largo de la losa , que serán cinco pal- .
rtios por exemplo,
Ettg. Sea muy enhorabuena.
Teod. La piedra , pues , no embaraza el
movimiento orizontal de la bola , con que
esta sigue su camino , solo impide el movi
miento hacia abaxo ; por eso la bola cayen
do de esta suerte , siempre va adelante , o
rodando por la piedra ó saltando por el ay-
re : por consiguiente la bola despues de dar
en la piedra ha de conservar el mismo mo
vimiento orizontal hacia delante , que has
ta allí tenia ; y si la bola no fuere elásti
ca ni la piedra > ha de ir rodando por 1»
piedra adelante.
JSug. Todo eso es cierto. j
Si
ai 8 Recreación filosófica.
Teod. Ahora bien , la elasticidad hace stH
bir la bola hácia arriba tanto quanto ella ba
só , como os hice ver en la primera ley ; si
ella baxó de la altura de quatro palmos , co
mo hemos supuesto , tambien ha de subir á
la altura de quatro palmos ; tenemos luego
que la bola despues del golpe ha de subir qua
tro palmos , y que ha de andar hácia delan
te tanto quanto hasta allí anduvo ; si mién
tras que baxó anduvo cinco palmos hácia,
delante , en tanto que sube ha de andar otros
cinco tambien hácia delante.
Eug. Eso es natural que sea así.
Teod. Pues la bola no puede hacer esto si
no reflectiendo por la línea o c ; porque quau-
do llegare á c tiene subidos quatro palmos , y
andando hácia delante la otra mitad de la
piedra que tiene cinco palmos como la pri
mera mitad.
Eug. Ya sé la razon de una experiencia;
bien ordinaria del juego de pelota ; y es que
quando la pelota viene muy rastrera , tam
bien salta muy rastrera , y tanto , que es
preciso baxarse uno mucho para darle : al
contrario quando viene muy alta y cae por
elevacion , tambien da el salto muy alto y
derecho hácia arriba , de suerte que quasi
sin baxarse uno se le viene á la mano natu
ralmente.
. Teod. Es por esta razon que dixe de los
ángulos iguales , que ha de hacer con el
suelo quando cae y quando reflecte. Vamos
á ver ahora tambien esta ley practicada en
el juego de trucos en que estamos (véase
Tarde tercera. a 19
lafig. 12. estamp. 3.) si estuviere una bola Est. 3.
aquí en donde tengo el dedo i , podeis tirar- %•"•
la enderechura , pero á veces no puede ser
por haber en el camino algun impedimento;
suelen entonces los jugadores diestros tirarla
de este modo ; tiran á aquella tablilla c,
que es dura y elástica , y dirigen con fuer
za la. bola a , y por reflexion viene infali
blemente á dar en esta /'.
Eug. ¿Eso es infalible?
Teod. Hacedlo y lo vereis , pero poned
cuidado en que vuestra bola (a) dé en el
sitio c que os dixe , pues á poco que se
desvíe puede ser que no deis en mi bola.
. Eug. Ahí va.... acerté. Vamos ahora á sar
ber la razon.
Teod. Es la misma de la pelota. La línea
c i por donde reflecte la bola, hace con la
barandilla de la mesa de la parte de acá c
m un ángulo igual al que hizo con la mis
ma barandilla de la parte de allá c r la lí
nea a c por donde dirigisteis la bola ; y
como la bola ha de reflectir por una línea
que tenga esta circunstancia , por eso reflec
te por c i , y viene de este modo á dar en
mi bola /.
Silv. Habeis discurrido excelentemente ; y
entrambos habéis dirigido la explicacion ha
cia el juego de que gustais ; Eugenio á el
de pelota , y vos á el de trucos; ¿ tendrá tam
bien lugar esta doctrina en el juego de bolos
que es en el que yo suelo divertirme?
Teod. No digais eso burlando, porque tam
bien en él se venias mismas leyes
S3
220 Recreación filosófica.
Silv. No os molesteis mas , pues así lo con
sidero; pero yo despues de haber oido esas
doctrinas de Geometría , paréceme que he
de ser tan mal jugador como era hasta aquí.
Teod. En estas materias vale mas la expe
riencia que toda la especulacion ; sentémo
nos un poco y descansemos en tanto que
mando traer luz , que ya no se ve bien,
Silv. ¿Y tenemos aun mas leyes de movi
miento?
Teod. Ahora solo restan unas conseqüen-
cias , que naturalmente se siguen de las dos
que hemos establecido ; yo os prometo que
en los dias que se siguen vereis copioso y
mavísimo fruto del trabajo que hoy tuvisteis,

§. VI.
De otras leyes del Movimiento Reflexo.

Bug. V amos , Teodosio , á esas leyes de


movimiento que nos faltan , porque yo ten
go mas paciencia que nuestro Doctor.
Teod. No son otras leyes ; son estas mismas
aplicadas á algunas circunstancias especiales.
Hemos dicho , Eugenio , que si una bola ca
yere perpendicularmente , reflecte hácia arri
ba por la misma línea.
Eug. Así lo dixisteis.
Teod. Luego si cayeren muchas bolas á plo
mo y emparejadas sobre una piedra lisa y pla
na , han de reflectir todas por las mismas líneas
por donde cayeron ; porque cada una de
ellas cae perpendicularmente.
Tarde tercera. 221
JSug. Así es , en esto no puedo tener duda.
Teod. Bien está, vamos adelante : hemos
dicho en la segunda ley , que si una bola ca
yese obliquamente sobre una piedra , habia
de reflectir haciendo en la reflexion un án
gulo igual al que hizo quando cayó. ¿Os acor
dáis de esto?
Eug. Bien me acuerdo de esa ley , y de la
razon con que la confirmasteis.
Teod. Permitidme ahora hacer un dibuxo;
porque sin la práctica no podemos fácilmen
te hacer la experiencia ni observar lo que
es preciso, [véase lafig. 14. en la estamp.3.) Est. 3.
Esto que aquí abaxo he dibuxado es una lo- fig. 14.
sa lisa y plana. Si tiráremos con esta bola A
hacia abaxo por esta línea A m, ha de reflec
tir por la línea m a: ¿ estais en esto?
Eug. Estoy.
Teod. Infiero ahora ; luego si vinieren tres
bolas emparejadas , esto es , con igual incli
nacion hácia la piedra , v. g. como se finge
que vienen estas tres bolas ABC, tambien
han de reflectir por líneas que sean igual
mente inclinadas á la misma piedra , como
son estas líneas de puntos m a , n b , o c;
de suerte que la bola A va á parar á a , la
bola B á b , y la bola Cíe; porque de
cada una de las bolas hemos de decir lo mis
mo que de la bola A.
Eug. Así debe ser , porque no hay mayor
razon para reflectir una con igual inclinacion
á la que traxo , y las otras no.
Teod. De aquí se sigue que despues que las
bolas reflecten , quedan entre sí con el mis
S4
221 Recreación filosófica.
mo orden y distancia que tenian antes como
aquí veis , la bola b queda mas cerca de c,
que de a , así como le sucedía ántes de re-
flectir. Por tanto (regla general) todas las ve
ces que el cuerpo donde se hace la reflexion
es plano y liso y las bolas vienen por líneas
paralelas, quiero decir emparejadas, quedan
despues de la reflexion con el mismo orden
que tenian antes ; solo con una diferencia que
es la única , y es , que ántes de la reflexion
venian hácia abaxo, despues van hácia arriba.
Bug. Bien está : no os canseis mas con es
to , que lo entiendo perfectamente. Vamos á
otras leyes.
Teod. Sigue ahora otra regla para conocer
' las líneas de reflexion que han de hacer las
bolas quando cayeren en cuerpos que no sean
planos como los de que hablamos hasta aquí,
sino cóncavos ó convexos , porque entonces
hay gran diferencia.
Bug. ¿Que cosa es cuerpo cóncavo ó con
vexo ?
Teod. Cuerpo convexo es una bola por la
parte de afuera ; cuerpo cóncavo es una es
fera hueca vista por la parte de adentro : es
ta taza por donde se toma el té , vista por
dentro es cóncava y por fuera es convexa.
Bug. Basta, ya lo entiendo ; vamos aho
ra á saber como han de reflectir las bolas dan
do en una piedra convexa ó cóncava.
Teod. Aquí no tenemos piedras de esta fi
gura para hacer la experiencia , valgámonos
Est. 3, de pluma y tinta (fig. 16. estamp. 3.) : aquí
fig.Kí. está una piedra convexa mnr s : ahora di
Tarde tercera. 223
go : Si cayeren muchas bolas aplomo todas
emparejadas sobre esta piedra convexa, han
de rejlectir separándose entre sí. Aquí di-
buxo tres ABC: supongamos que todas
caen hácia abaxo por estas líneas que aquí
señalé : en la reflexion ha de ir A hicia a,
C hácia c , y B ha de volver por el mismo
camino.
Eng. Es notable esa ley : venga la ra
zon.
Teod. Primeramente B cae perpendicular-
mente sobre la piedra , porque no inclina
hacia una parte mas que hácia la otra ; y
si cae perpendicularmente , ha de volver
por el mismo camino ; porque no hay mas
razon para reflectir hácia una parte y no
hácia otra , siendo la línea por donde vino
igualmente inclinada para ambos lados ; por
tanto , así como la pelota cayendo perpen
dicularmente sobre la piedra plana y lisa
reflecte por el mismo camino como mos
tramos en la primera ley ; así debe reflec
tir de la piedra convexa ó cóncava , con
tal que caiga perpendicularmente : quede
mos en esto.
Eug. Vamos á las otras dos bolas , que
mudan de camino.
Teod. La razon es porque no caen per
pendicularmente en la piedra.
Eiig. Supongo , que estais equivocado,
Teodosio : todas estas bolas caen á plomo
derechamente hácia abaxo.
Teod. Eso sí ; pero no basta que vengan
á plomo para que caigan en la piedra per
2 24. Recreación filosófica.
pendicularmente ; eso seria bastante si ht
piedra fuese plana , pero vos bien veis
que la piedra es convexa , y que su su
perficie va dando vuelta ; y así la línea por
donde cae la bola A, mas se inclina hacia
la superficie m , que queda de la parte de
arriba , que hácia la superficie « , que
queda de la parte de abaxo ; y todas las
veces que una línea no se inclina igualmen
te hácia ambas partes , no es perpendicular.
Poco ha que os dixe esto.
Eug. Teneis razon , ahora me acuerdo.
Teod. Luego esta bola cae por línea obli-
qua , y por consiguiente ha de reflectir há
cia el costado y dirigirse al lugar a , porque
la línea por donde reflectiere ha de tener
tanta inclinacion á n , como la línea por don
de cayó tenia ámá causa de la igualdad
de ángulos , que ha de haber en la caida y
en la reflexion de la bola.
Eug. ¡Y la bola C hácia donde decis vos
que ha de ir?
Teod. Hácia donde está señalada la c pe
queña por la misma razon ; porque quando
da en la piedra halla ya la superficie incli
nada , y por ló mismo cae obliquamente , y
ha de reflectir por la iínea que va á parar al
lugar c ; porque esta es la que hace con la
superficie s un ángulo semejante al que hace
la línea por donde cayó la bola con la super
ficie r.
Eug. Visto eso solo la bola del medio cae
perpendicularmente ?
leod. Así es ; porque solo ella viene por
Tarde tercera. 22 j
tina linea que tanto se inclina á una parte
como á otra ; y esto sucede siempre , quan-
do muchas bolas emparejadas caen sobre el
cuerpo convexo ó cóncavo.
Eug. Tengo entendido lo que sucede en
la piedra convexa ; vamos á ver lo que su
cede en los cuerpos cóncavos.
Teod. Sucede lo contrario , porque si las
tolas caen por líneas paralelas sobre el cuer
po cóncavo reflecten juntándose hacia el me
dio. Hagamos otro dibuxo semejante (fig. 1 f . Est.3.
estampa 3.) : esta piedra e i o a es cóncava; fig.15.
la bola c que es la del medio cae perpendicu-
larmente ; porque la línea por donde cae Se
inclina igualmente hácia ambas partes , y por
lo mismo ha de reflectir por el mismo ca
mino.
Eug. En esa no hay duda ; vamos á las
otras de los costados.
Teod. La bola b aunque caiga á plomo ha
cia abaxo , halla inclinada la superficie de la
piedra , y por lo mismo la línea por donde
baxa es obliqua respecto de la superficie de
la piedra , porque inclina mas hacia e que
hácia i. 1
Eug. Ahora y3 comprehendo la razon por
que no ha de volver por la misma línea ; y
es porque da en la piedra obliquamente y no
por la línea perpendicular.
Teod. Por lo mismo ha de reflectir por una
línea, que incline tanto hácia la superficie de
la piedra i , quanto la línea por donde cayó
inclinaba hácia la superficie e , para que que
den iguales los ángulos ; y como esta línea.
226 Recreación filosófica.
va á parar al medio , hácia allá ha de ir la
bola despues de reflectir ; y por la misma
razon la bola d ha de reflectir hácia el me
dio , y así todas se han de juntar.
Eug. Lo he entendido : el cuerpo con
vexo esparce las bolas y el cóncavo las
junta ; pero es de admirar como en todos
estos casos vá siempre apareciendo el prin
cipio que quedó establecido , esto es , que
el ángulo de la línea por donde la bola re-
flectía , era igual al ángulo que hizo la lí
nea por donde cayó,
Teod. Ese es el principio en que se fun
da todo lo que tengo dicho : de ahí nace
el reflectir la bola por la misma línea , si
cayere perpendicularmente ; y si cayere obli-
quamente , mudar de línea y buscar otra,
que tenga tanta inclinacion hácia la super
ficie del lado de allá , como tenia la línea
por donde cayó respecto de la superficie
del lado de acá.
Eug. Ahi esta en resumen la razon de to
das las leyes que habeis explicado ; ;y que
os parecen á vos , mi Doctor , estas cosas ?
Silv. A mí me parece muy bien , que os
quebreis la cabeza por divertiros con estas
leyes de reflexion.
Eug. En donde hallo mi instruccion allí
tengo la diversion mas gustosa ; aunque
no he tenido estudios , no me considereis
de espíritus tan floxos , que me disguste el
aprender solo porque cuesta algun trabajo.
Teod. Si no os conociese con paciencia
bastante para estas qüestiones bien podia
Tarde tercera. 227
omitirlas , por que aunque son precisas pa
ra la inteligencia de muchas que se siguen;
con todo no son precisas para otras cosas,
con que nos podiamos entretener ; mas juz
gué conveniente preparar el camino para la
respuesta de muchas preguntas , que me
habeis de hacer en. lo adelante en varias
materias. , n\; . .-.-/ . ,
Silv. Tambien á mí me debeis ese con
cepto , Teodosio , de que no tratariais es-,
tos puntos tan dificultosos , á no ser muy
conducentes para explicarse y entenderse
muchos efectos naturales ; y si dais por
acabada la conferencia de hoy, dadme li-
' cencia por que tengo destinado las noches
para el estudio de mi profesion : mañana os
buscaré , por que me interesa mucho vuestra
conversacion.
Teod. No hagais falta , porque mañana sé
que habeis de tener mucho que dudar en
todo lo que dixere.
Silv. Prometo venir á tiempo.
Bug. ;Y hemos de tener la conferencia en
casa , ó hemos de salir á paseo ?
Teod Como os agradare mas ; pero para
las materias que determino tratar , es preci
so estar en casa y trabajar con algunas má
quinas , que he de mandar poner corrientes
y expeditas por la mañana, de suerte que
sin detencion veais algunos efectos curiosos
que han de servir de prueba á los discurso»
de la tarde.
Eug. ¿Y sobre qué materia determinais
discurrir mañana?
228" Recreacion filosófica.
Teo4. Como hemos tratado en estos tre*
días del peso y movimiento de los cuerpos
sólidos , pide el buen orden que mañana tra
temos del peso y movimiento de los cuer
pos líquidos , materia de las mas admira
bles en toda la Física. c< .
Eug. Pues sea en casa la conferencia , y
vos , Silvio , id á vuestro estudio , que to
dos somos interesados en él ; pues conduce
ár la conservacion de nuestra vida y salud.
Silv. Descansad vos tambien dei trabajo.

. ):):
"9

-
TARDE IV.
Trátase del pesó y movimiento de los
Cuerpos Líquidos.
§. L
- f

'Establécense algunos principios de donde


nacen las propiedades admirables que ve-.
mos en el peso, de los Líquidos.

Bug. X á estoy sumamente deseoso de


entrar en conferencia sobre el peso y mo
vimiento de los ljquidos , visto, lo que ayer
me asegurasteis , que era esta materia una
de las mas estupendas , que habia en toda
la Física.
Teod. La experiencia os doy por testigo:
y para que no os mortifiqueis con la tar
danza , venid conmigo á mi gabinete , y va
mos preparando algunos instrumentos y má
quinas que nos han de ser precisas ; para
que quando llegue nuestro amigo el Doc
tor entremos luego á valemos de ellas y
sobre ellas se funde nuestro discurso.
Eug Yo estoy suspenso viendo la muí-
titud y variedad de instrumentos y vasos
que aquí teneis : dexadme ver esto despa
cio ; por que hasta el aseo y buen órdeñ
con que está todo dispuesto me gusta mu
cho ; aquí hay muchos cañones de vidrio
130 Recreación filosófica.
de todos anchores y longitudes : hácia aquel
lado veo muchas balanzas de diversas he
churas y una buena porcion de pesos de to
das las materias : á estotro lado están mu
chos vasos de figuras bien extraordinarias y
desusadas : allí están unos espejos redondos
que jamas he visto. Aun . ahora reparo en
la diversidad de anteojos é instrumentos de
Astronomía , que allí diviso en aquella Ga
leria , donde presumo que observais los cie
los. Pues estotra máquina que está junto á
mí , ¡que artificio está mostrando \ ¿Por ven
tura es alguna bomba de vidrio?
Teod. Eso es ; algun dia trabajarémos con
ella ; hoy nos servirán todas estas que voy
aquí separando. Pero ahí llegó nuestro ami
go : vamos á traerlo acá , por que en este
gabinete tenemos á mano los. instrumentos
que nos han de ser precisos para nuestras
experiencias. - '..'-
Eus>. Seais bien venido , amigo Silvio^
Teod. Únicamente esperábamos por vos.
Sih. Pues aquí estoy Señores , princi
piemos. • ' -i
Teod. La materia que ayer quedó deter
minada , es el peso y movimiento de los
fluidos ; porque en quanto á esto tienen
mucha diferencia de los cuerpos sólidos ó
firmes ; pues no sigue las mismas leyes el
peso del agua v. g. y el de la piedra. Pero
para separar toda equivocacion es preciso
advertir , que yo por cuerpos fluidos y lí
quidos tengo aquellas cosas, que fácilmen
te se derraman , ni tienen de suyo alguna
Tarde quartas 231
figura determinada y permanente , ántes se
acomodan á la de los vasos en que se re
ciben ; como vemos en el agua , que si la
recogen en un vaso quadrado , toma esa
figura y facilmente la muda , si de allí la
vacian en un vaso redondo ó de otra
qualquier figura ; lo que no sucede á una
piedra ó madero , que siempre, conserva su
figura , qual se pongan estos cuerpos den
tro de un vaso redondo , qual quadrado , &c.
¿Concordamos todos en esto?
Silv. Sin la menor duda concordamos.
Teod. Tambien es preciso ahora suponer
una cosa cierta , que probaré despues en su
lugar ; y viene á ser que los cuerpos flui
dos son facilmente divisibles , y sus partes
tienen entre sí una union muy débil y fácil
de desatar , y tan débil , que en los efectos
que hemos de explicar , es lo mismo que
si tal union no hubiese ; y así podemos su
poner que las partes de los líquidos están
entre sí totalmente sueltas. Os explicaré á
su tiempo en que consiste la fluidez de los
cuerpos ó la razon por que son fluidos unos
y otros no ; ahora solo trato del movimien
to y peso que tienen ; porque como ya
traté del peso y movimiento de los cuer
pos sólidos , está pidiendo el buen orden
que tratemos ahora del peso y movimien
to de los líquidos.
Eug. Seguid el método y orden , que os
pareciere mas conveniente.
Teod. Como esta materia es bastante in
trincada, usaré del método de los Geóme-
Tom. I. T
2i2 Recreación filosófica.
t/as , que me parece mas claro : establece
ré primeramente algunas proposiciones evi
dentes sobre las quales se ha de fundar el
discurso acerca de esta materia. Las iré di
ciendo cada una de por sí , para que si
dudareis en alguna , os pueda dar su expli
cacion y sacaros luego de toda duda.
Eug. Me parece método acertado.
leod I. proposicion : todas y cada par
tícula de materia es pesada , así en los cuer
pos sólidos como en los líquidos. Hablo de
la materia sensible ; porque no trato la qiies-
tion", si una materia que hay insensible á
que llaman etérea , es pesada ó no.
Silv. Hasta ahí no puede haber duda.
Teod. II. proposicion : quando una par
tícula de materia está pegada y ligaJa
con otras no puede baxár sin traerlas con
sigo ; y así pesan todas juntas , cqmo una
. cosa sola.
III. proposicion : por el contrario quan
do las partículas de materia están suel
tas y desatadas puede cada una de ellas
baxar , sin traer consigo las otras. De aquí
nace la
IV. proposicion : y es que entonces pesa
cada partícula de materia por sí sola é in-
dependentemente de las demas ; ni unas
aumentan el peso de las otras.
V. proposicion: excepto quando unas par
tículas están á- plomo sobre otras ; por
que entonces aunque estén desatadas , nun
ca pueden baxar sin traer consigo las que
tienen debaxo de sí.
Tarde quarta. 23J
VI. proposicion : en este caso unas att~
tnentan el peso de las otras ( quiero decir)
las que están encima aumentan la fuerza
con que las inferiores cargan hacia abaxo;
y por consiguiente
VIL. proposicion : quanto mayor fuere el
número de la partícula» que están á plo-<
mo unas sobre otras , tanto mayor ha de
ser el pesó que se ha de experimentar de-
baxo de la última. Expliquemos y probe
mos esto con la experiencia. Poned una li
bra de plomo sobre otra , es cierto 'que la
aumenta el peso ; y tanto que si quisiereis
levantar la de abaxo , no lo podreis' hacer
sin tener fuerza proporcionada á dos libras:
poned ahora una libra al lado de la otra,
pero unida y atada con ella ; tambien en
este caso la aumenta el peso y no se podrá
levantarla primera sino con fuerza que pue
da con las dos. Por el contrario , si pusie
reis esta libra inmediata al lado de la otra,
pero totalmente desatada y de ningun mo
do unida , no la aumenta el peso : y así po
dreis levantar una sola con la fuerza propor
cionada á una libra. Del mismo modo digo,
que pesan las partículas de materia : quan-
do están unidas unas á otras aumentan unas
el .peso de las otras ; qnando están sueltas
, y desunidas , si están á plomo unas sobre
las otras tambien aumentan el peso de las
de abaxo ; pero si están á los lados de nin
gun modo le aumentan el peso , mientras
estuvieren sueltas. ¿Dudais de esto?
Eug. No : porque todas esas proposicio
Ti
'234 Recreacionfilosófica,
nes son no solo ciertas , sino evidentes.
Teod. Pues yá que dais estas proposicio-1
nes por ciertas , conservadlas en la memo
ria , porque á su tiempo he de usar de ellas.
Vamos ahora continuando con otras , que
naturalmente se siguen de las que tenemos-
dichas.
VIII. proposicion : si unas partículas
cargan sobre otras , que tienen á plomo 'de-<
baxo de sí, las oprimen ; por eso
IX. proposicion : 'si una partícula tiene
sobre sí muchas á plomo , ha de padecer
mayor opresión que si tuviera pocas , y
quantas mas partículas tuviere sobre sí,
tanto mayor opresión padecerá.
Silv. Todo esto es evidente ; hasta aquí,
Eugenio , podeis seguramente dar crédito á
Teodosio.
Teod, Vamos adelante á otras proposicio
nes igualmente ciertas.
X. proposicion : todo cuerpo que es opri
mido de otro , huye de la opresión si pue
de ; y si no puede , forcejea para librarse
de la opresión que padece y procura mover
se por aquella parte por donde mas fácil
mente se libre de ella. Expliquemos esta
proposicion con un exemplo : empujad con
fuerza aquella puerta que está cerrada con
llave ; es cierto que la oprimís , y que si
no fuera la cerradura que la embaraza , se
habia de mover hácia allá , huyendo de la
opresion que la haceis.
Bug. No tiene duda.'
Teod. Añado ahora , que mientras empu
Tarde quarta. 23 e
jais la puerta , ella forcejea para moverse ha
cia allá , y hace fuerza en la cerradura , tan
to , que si no estuvieren seguros los clavos
de la cerradura , y continuáreis en empujar
con fuerza , la puerta despedirá de sí los
clavos y se abrirá quedando de esta suerte
libre de la opresion que la haceis mientras
que la empujais. No quiero yo decir que
la puerta tiene de suyo alguna accion ó,
movimiento propio ; solo quiero decir que
el movimiento que yo la doy ó intento
darla , se lo comunica ella á los clavos des
pidiéndolos de sí , ó haciendo fuerza para
despedirlos ; y esto es lo que quiero decir
quando establezco por principio general:
que todo cuerpo , que es oprimido ae otro,
nuye de la opresión , si puede ; y si no pue
de , forcejea para librarse de la opresión que
padece , y procura moverse por aquella par
te , por donde mas facilmente se libre de
ella : ¿y esto es evidente ?
Bug. Para mí es evidentísimo , y tambien
para Silvio , si no me engaño.
Silo. No tengo en eso duda.
Teod. Saquemos ahora de esta proposicion
otra.
XI. proposicion : el cuerpo que está opri
mido por otro , hace tanta fuerza para li- .
brarse de la opresión , quanta es la fuer~
za con que le oprimen. Confírmase con el
exemplo de la puerta , que quanto mas fuer
za haceis en ella , tanto mas fuerza haca
ella eu la cerradura y clavos , que la impi
den el abrirse. De aquí se infiere la
T3 '
136 Recreación filosófica.
. XII. proposicion : los cuerpos que están
igualmente eprittiidos hacen igual esfuerzo
contra los que, les impiden el librarse de
la' opresión : y por consiguiente
XIII. proppsicion : si un cuerpo está mas
oprimido que- otro, hace mas fuerza en el
qiie le embajaza el movimiento ; y tanto
mayor , quanto es mayor la. opresión que
padece. Hasta aquí es cierto. r
i Eug. Así lo persuade la razon y la ex
periencia.
Teod. Añadamos ahora la XIV. proposi
cion : si un cuerpo estuviese igualmente opri
mido por todas partes , no puede huir por
ninguna , y así queda qu-ieio é inmábil.
Pero XV. proposicion : ti de una parte
estuviere mas oprimido y de otra menos , se
ka de mover hacia la parte ,de donde le
viene la menor opresión. .
Eug. Así debe suceder naturalmente.
Teod. Vamos ahora á ver el fin para que
establecí estos principios : y vamos por par
tes para mayor claridad.
Silv. Quiera Dios que lo que vais á decir
sea tan cierto y evidente como estas propo
siciones ; porque ciertamente no he de con
tradeciros , y una tarde á lo menos quedare
mos acordes.
4. II.

Las partes de los líquidos pesan indepen


dientes unas de las otras.

Teod. ¡Supuesto lo que hemos establecí-


Tarde quarta. 237
do , vamos ahora á ver las propiedades ad
mirables de los líquidos. Primeramente to
das las partes de los líquidos son pesadas
(prop. 1.); pero como están sueltas y desa
tadas entre sí , pesan independientemente
unas de las otras , y no pesan como los cuer
pos sólidos. Si yo tuviera en mi mano un
cañuto lleno de agua , tapándolo con el de
do , luego que le destapase empezaria á caer
el agua y de cada vez sentiria yo en mi
mano menor peso , porque el agua que es
taba fuera del cañuto, ya no pesaba en mi
mano ; de suerte que si levantase el cañuto,
11o habia de sentir sino el peso del agua,
que estaba dentro de él. Supongamos aho
ra , que estando corriendo el agua , toda se
congela y queda sólida y dura , entonces
ya en mi mano pesa toda el agua ; de suer
te que si quisiere levantar el cañuto , he
de sentir el peso no solo de la que está
dentro de él , sino tambien de la que está
fuera pendiente.
Eug. Así ha de ser naturalmente.
- Teod. Pues aquí teneis ya una diferencia
de los fluidos respecto de los sólidos : mien
tras que el agua está fluida pesan en mi
mano unas partes independientemente de
las otras ; pero luego que se heló y quedó
sólida , yá todas sus partes pesan juntamen
te y como una cosa sola. De aquí se sa
ca la razon, por que muchos árboles quie
bran con la nieve , no habiendo quebrado
con lluvias muy gruesas.
Eug. ¿Y por qué?
T4
138 Recreacion filosófica.
Tcod. Porque quando llueve , como el
agua está líquida solo pesan sobre las ramas
las partículas de agua que quedan sobre ellas,
porque las otras se escurren y caen en el
suelo ; pero quando el agua se congela con
el frío , carga sobre las ramas mucha mas
porcion , porque unas partículas quedan pe
gadas á las otras y pendientes de sus ra
mas , en las quales á veces cargan tanta,
que hacen que se quiebren.
Silv. Teneis razon ; porque muchas veces
he visto los árboles todos cubiertos de nie
ve pendiente de sus ramas como torcidas de
algodon.
Teod. Reparad ahora , Eugenio , en esta
doctrina , que voy á decir , porque es im
portantísima , y el ignorarla causa grande
confusion á muchos. El peso de qualquier
vaso lleno de algun licor , se mide por la
cantidad del mismo licor que tiene dentro;
pero el peso que hace el licor en el fondo
del vaso , es muy diferente : no se mide
por la cantidad del licor, Por tanto no con
fundais un peso con otro ; porque tiene gran
diferencia el peso de qualquier vaso junt0
con el licor , del peso que hace aquel li
quido en el fondo del vaso ; y esto aun des
contando el peso del vaso en sí.
Eug. ¿Y qual es la razon de esa diferen
cia tan notable ?
Teod. Es esta ; quando pesais un vaso He*
no de agua v. g, no puede moverse el va
so hácia arriba ni hácia abaxo , sin que va
yan con él todas las partículas de agua que
Tarde quarta. 239
tiene dentro de sí : de aquí nace que se
puede reputar ese vaso como un cuerpo só
lido y macizo ; pues esta es la diferencia que
tienen los sólidos de los líquidos , que en los
sólidos todas las partículas van juntas á qual-
quier parte ; lo que no sucede en los lí
quidos , como queda dicho , porque si el
vaso de agua fuese un cuerpo sólido y ma
cizo habia de medirse su peso por la can
tidad de materia , que hubiese en todo aquel
volumen.
Eug. Así debe ser.
Teod. Por el contrario sucede en el peso
del agua sobre el fondo del vaso ; porque
como unas partículas pueden baxar sin que
baxen las otras , se sigue que el peso con
que cargan sobre el fondo , no se mide por
la cantidad de agua que hay en todo el
vaso ; porque muchas veces no toda ella
carga sobre el fondo.
Eug. Quisiera me explicaseis esto mas con
alguna experiencia.
Teod. De buena gana lo haré ; por consi
guiente es preciso mostraros y explicaros un
cilindro hecho á propósito para conocer
la fuerza que los líquidos hacen en el fon
do del vaso donde están ( estamp. 3-fig- 17.) Est. 3.
Llaman cilindro , Eugenio , á todo aquel fig.17.
cuerpo que juntamente es redondo y largo,
como v. g. un cañon ó una columna redon
da , quando por toda su longitud conserva
la misma anchura. Supuesto esto : este cilin
dro montado sobre sus tres pies es hueco por
dentro y no tiene fondo ; pero tiene dentro
2 4<> Recreación filosófica.
un émbolo ( á que en las ayudas ó geringas
ordinarias llaman mango ó palo de la ayu
da) el qual se mueve libremente por dentro
del cilindro , pero de manera que no dexa
.pasar una gota de agua ; comunmente sue
le ser de laton , muy igual y aforrado en
cuero mojado en aceyte , para correr mas
justa y libremente. Saquémoslo fuera : aquí
lo teneis En el medio de este émbolo
prende una cadena ó cordon , el qual está
asido á la balanza en que se examina el pe
so de los líquidos. Lleguémonos á esta me
sa , para explicaros como se hacen estas ex-
Est.4. periencias ( Est. 4. fig.i.) todos estos tres
%1, vasos ABC, están montados sobre cilin
dros semejantes á á á , y con el mismo grue
so y artificio entre sí ; y puede el mismo
cilindro a acomodarse en todos los tres va
sos ABC , y tambien al lado de la base de
aquel vaso D. Y quando quiero quitar to
dos los escrúpulos en esta materia , uso del
mismo cilindro en todos . los casos. Vamos
ahora al modb de hacer las experiencias.
Ajústase en el cilindro a el vaso C , v. g.
que no tiene fondo y se pasa por dentro
de él el cordon ó cadena que está asegurada
en el émbolo del cilindro a , y por dentro
del canon va á atarse en el brazo de la
balanza ; tiramos por la cadena ó cordón
hacia arriba , hasta que el émbolo del ci
lindro a toque en el canon C ; entonces
ponemos en el platillo R de la balanza mu
chos y varios pesos ; y echando agua en el
cañon , los vamos disminuyendo , hasta que
Tarde quarta. 241
observemos , que va subiendo el platillo en
que están los pesos ; por quanto el agua
carga sobre el émbolo , y este vá baxando.
Luego que resté la balanza en equilibrio,
vemos á que altura llegó el agua , y cono
cemos el peso que hace ella sobre el fondo.
Del mismo modo se observa el peso que
hace en los otros vasos A y B , y tambien
en aquel D ; porque entonces con el peso
del agua escurre el émbolo hácia fuera y
se pone la balanza en equilibrio.
Silv. No se puede negar que está indus
triosamente inventado este modo de averi
guar el peso de los líquidos.
Eug, Yá que tenemos prontos los instru
mentos , veamos por experiencia lo que po
co ha me dixisteis : que quando se pesaban
los vasos con el licor dentro , se atendía á
toda la cantidad del licor ; pero que no se
atendia á la cantidad del líquido , quando
se miraba el peso que él hacia sobre el fon
do del vaso. /
Teod. Vamos á eso t aquí teneis este va
so de vidrio {fig. 5 . ) ; llénolo de agua , y -£st.
lo peso : ved quanto pesa : reparad que f¡„ l
tengo puesto en el platillo de la balanza
media libra , que es el peso del vaso estan
do vacio , y así todo el peso que pongais
ahora mas , pertenece al agua.
Eug. Pesa tres libras justas.
Teod. Pues si yo descansase este vaso so
bre un cilindro ( a fig. 1. ) cuyo ém- Est.4.
bolo sirviese de fondo movible al vaso, fíg.i.
veriais , que mucho menor peso bastaba pa-.
242 Recreación filosófica.
ra sostener la balanza en equilibrio.
Eug. ¿Y por qué razon habia de suce
der eso ?
Teod. La razón es ; porque en el émbo
lo ú fondo movedizo de este vaso solo car
gan las partículas que quedan á plomo so
bre él , y que hacen como una columna , la
qual pesa dos libras, v. g. Estas partículas
pueden baxar sin traer consigo las otras que
quedan á los lados , porque no están atadas
ni enlazadas con ellas ; por eso las de los
lados no aumentan el peso de la columna
del medio.
Silv. ¿Pues sobre qué pesan las partículas
de agua que quedan á los lados?
Teod. Cargan sobre los costados del va
so ; y si estos fuesen demasiadamente del
gados y muy inclinados hácia fuera , po
drían quebrarse con el peso del agua. Con
que así , Eugenio , conservad en la memo
ria , que quando quisiereis saber el peso que
hace el agua sobre el fondo de qualquier va
so , no habeis de atender á las partículas
de agua que quedan á los lados ; sino á las
que caen á plomo sobre el fondo ; esto es
en el caso de que el agua de los costados,
no esté mas alta , que aquella que está á plo
mo sobre el fondo , porque si estuviese mas
alta hemos de discurrir de otro modo , co
mo diré á su tiempo. Ahora os advierto,
que los Filósofos quando hablan del peso de
los líquidos , suelen dividirlos en varias co
lumnas ; por una columna entienden las par
tículas que están á plomo unas sobre otras,
. Tarde quarta. 243
de manera , que si fuesen de materia sóli
da y estuviesen separadas de las demas que
quedan á los lados harian una columna ver
dadera : de estas columnas llaman perpendi
cular á la que está á plomo sobre el fondo,
v. g. como la columna m , o , f , n en esta
(fig. 4- estamp. 4. ) que yo describo ; y las Est.4.
columnas laterales son las que quedan á los fig-4»
costados como las columnas r , s , &c. que
estriban sobre los lados del vaso. Pero co
mo llevo dicho , Eugenio , no debeis aten
der á estas laterales quando midiereis el pe
so que hace el agua en el fondo del vaso.
Eug. Segun eso tanto ha de cargar el
agua en el émbolo del cilindro a poniéndo
lo en el fondo del vaso ( B. fig. 1 . ) como
si abriésemos un agujero proporcionado y
lo pusiésemos en el fondo de un estanque de
agua muy grande ?
Teod. Si el agua del estanque tuviese la
misma altura que tiene aquí en el vaso,
ciertamente que habia de suceder así , por
que , como os dixe , sobre el émbolo solo
carga el agua que le cae á plomo ; las co
lumnas de agua que están á los costados,
cargan sobre lo restante del fondo del estan
que y no sobre el émbolo del cilindro.
Silv. No puedo persuadirme de semejan
te doctrina.
Teod. Ya me habeis vos concedido dos
proposiciones evidentes de donde ciertamen
te se infiere. ¿No me concedisteis ( prop. 3.)
que quando las partículas de materia están
sueltas y desatadas pueden unas baxar
244 Recreación filosófica.
sin que baxen las otras ; Y que entonces
(prop. 4. ) pesaba cada .partícula de mate
ria por sí sola independiente de las demas;
ni unas aumentaban el peso de las otrasl
Silv. Cierto es que las concedí , y no me
arrepiento , porque eso es verdad.
Teod. Pues las partículas de agua pode
mos suponer que están sueltas y desatadas;
así pueden las partículas que componen la
columna del medio m p ( fig. 4. ) baxar sin
traer consigo las partículas de los costados,
y por consiguiente estas de los costados no
aumentan el peso de las del medio. Por el
contrario pesando nosotros el vaso con el
agua , como de la balanza pende no sola
mente el fondo del vaso , sino tambien los
costados ; empujan la balanza , no solo el
agua que carga sobre el fondo , sino tambien
la que carga sobre los costados ; y viene á ha
cer fuerza toda el agua , lo que no sucede
siendo movible el fondo , y examinado el
peso que hace el agua sobre él solamente.
Eug. Yá os he entendido clarísimamentc.
Teod. Solo de un modo puedo hacer yo
( en el vaso de esta fig. 4. ) que pese sobre
el fondo , que suponemos movible , toda el
agua : que es poniendo toda el agua de
los costados sobre ¡a columna del medio,
porque entonces crecerá el peso sobre el
fondo.
Eug. ¿Y como se ha de hacer eso ?
Teod. Vaciando esta agua en otro vaso
derecho hácia arriba , que no se ensanche,
porque entonces toda el agua carga sobre
. Tarde quarta. 245
el fondo , pues toda entra á componer la
columna 'perpendicular.
Eug. Es cosa admirable , que la misma
cantidad de agua en el fondo de un vaso
hace mas impresion que en el de otro , sien
do siempre una misma.
leod. Sí ; es cosa admirable , pero tam
bien la razon es clara y verdadera. Miradi
las partú ulas que están a plomo unas so
bre otras ( como yá dixe en la proposicion
quinta y sexta) no pueden baxar sin traet
consigo las que tienen debaxo. Su peso ha
ce que forcejeen para venir abaxo , y como
las partículas inferiores tambien pesan y for
cejean para venir abaxo , se sigue que se
les aumenta esta fuerza con la que les ha
cen las superiores : así como un hombre
que forcejea para derribar una puerta lo ha
ce con mas facilidad si otro le ayuda por
detras ; de este mismo modo , unas partí
culas por causa de su peso van impeliendo
las que tienen debaxo y estas á las otras,
de suerte que el fondo del vaso experimen
ta la fuerza de todas las partículas que tie
ne encima de sí : esta es la razon por que
las partículas que están i plomo sobre otras,
les aumentan el peso y las que están á los
costados no ; porque como dixe , las que
están á los costados pueden baxar sin traer
consigo las del medio : y es cierto , que en
cuerpo solo aumenta el peso de otro quan-
do no puede baxar sin traerlo consigo , co
mo se ve en los pesos sólidos ó libras de
plomo de que yá hablé.
246 Recreación filosófica.
Eu%. Bien me acuerdo.
Teod. Pues si un peso puesto al lado de
otro no estando ligado á él , no le aumen
ta el peso , y se lo aumenta , si está sobre
él á plomo , ¿como os admirais de que yo
dixese esto mismo de las partículas de agua?
Las que están á plomo sobre otras les au
mentan el peso ; pero estando á los costa
dos no.
Eug. Ya estoy persuadido , pasad adelan
te con vuestro discurso.

§. III.

frosiguese demostrando que las partículas


de agua superiores oprimen y cargan
á las inferiores.

Teod. V amos ahora preparando el cami


no por donde hemos de llegar á descu
brir algunas propiedades admirables de los
cuerpos fluidos. Yá dixe que todas las par
tículas de los fluidos eran pesadas ; de aquí
se sigue que han de cargar y oprimir á las
que están debaxo ; y que quanto mayor fue
re el número de partículas que están sobre
una determinada porcion de agua , tanto mas
la han de oprimir ó pesar sobre ella.
Eug. Eso me parece cierto : ¿qué decis
vos, Silvio?
Silv. Es principio asentado en nuestras es
cuelas , que un agente no puede obrar en
otro su semejante : esto es que un fuego no
puede calentar otro fuego , una nieve no
Tarde qtiarta. 247
puede enfriar otra nieve , &c. luego tam
bien unas partículas de agua no pueden car
gar ni oprimir á otras semejantes á sí mis
mas. Todas ellas cargan sobre el fondo : pe
to cargar unas sobre otras , no puede ser.
Teoa. Ahora veremos si puede ser : va*
mos á una experiencia : atemos un peso á
una garrafa de vidrio bien tapada con su
corcho y lacrada al rededor para mayor se
guridad , y echemosla en el medio del mar,
de suerte que quede doscientas ú doscien
tas y veinte y cinco brazas debaxo del agua;
quando la saquemos á fuera saldrá con una
buena porcion de agua salada dentro ' , y
hecha la experiencia en la altura de dos , ó
tres brazas , saldrá la garrafa tan vacía como
entró.
Silv, lis notable experiencia , ¿pero qué
viene eso á nuestro intento ?
Teod. Voy á decirlo : el agua del mar,
quanto mas agua tiene encima de sí , tanto
mas oprimida se halla: por eso en la altura
de doscientas brazas , se vé obligada á en
trar por los poros del vidrio ó del corcho,
aunque tenga que dividirse para eso en par
tes muy sutiles y tenues; pero quando so
lamente tiene sobre sí dos ó tres brazas de
agua , no está tan oprimida , y por esta ra
zon no tiene quien la obligue á meterse den
tro de la garrafa. Luego es señal de que el
agua en la altura de doscientas brazas está
mas oprimida , que en la altura de dos ó
Tom. I. V
1 P. Regnault Entretien. Phisiq. tom. 1. pag. 343.
/
248 Recreación filosófica.
tres; y si me concedeis que estárnas opri
mida , yo no se quien la oprime sino el agua
superior que carga sobre la que está debaxo.
Sih. Esto mismo que yo defiendo loen-
seña vuestro Tosca grande protector de los
Modernos '.
Teod. Ahi vereis que para con nosotros la
autoridad no prevalece á la razon ayudada
de la experiencia ; y que á nadie seguimos
ciegamente. El Padre Tosca dixo eso , por
que le pareció que así lo probaban las ex
periencias sobre que se funda , y como ellas
no me parecen á mí suficientes , por eso en
este punto me aparto de él , pero nunca de la
veneracion que es debida á sus grandes le
tras y virtudes. Y para que quedeis entera
mente convencido , estadme atento. Si en
el lado de un tonel lleno de agua abriereis
algunos agujeros en diversas alturas , vereis
que el agua sale con mucha mas fuerza de
aquellos que caen mas abajo ; lo que no pue
de ser , sino porque allí está el agua mas
oprimida y es obligada á salir con mayor
fuerza. Ahora bien , yo no veo , como ya
he dicho , de que pueda nacer esta mayor
opresion sino del agua que está mas arriba;
lo que se prueba , porque quando se va
disminuyendo el agua dentro del tonel , tam
bien se va minorando la fuerza con que sa
lía por los agujeros. Luego este exceso de
fuerza que falta ahora , tenia su principio
en el agua que estaba en la parte superior

1 P. Tosca Compend. Mathem. tora. 4. pag. 373.


Tarde quarta. 249
del tonel que está ahora vacía ; por quan-
to esta agua cargaba en la otra que tenia
debaxo , y esta con su peso y con el de la
de encima , oprimia mas á la que estaba jun
to al agujero , la qual viéndose muy opri
mida, salía por el agujero con tanta veloci
dad , quanta era la tuerza con que era opri
mida : pero ahora que ya está vacío la mi
tad del tonel , el agua que está junto á el
agujero , no es oprimida con tanto peso , por
eso sale coa menos fuerza.
Silv. Como atrepellais no solo á los nues
tros , sino tambien á los vuestros ; sea lo
que quisiereis , que no estoy en ánimo de
apurar mas este punto; mayormente quan-
do veo que vuestro discurso no dexa de te
ner su apariencia de verdad.
Eug. Id prosiguiendo y encaminando lo
que decis para el fin que intentais.
Teod. Quédeos pues impreso en la me
moria , que el agua, inferior , es oprimida
por la superior : y tanto mas oprimida,
quanto mayor es la altura de agua que tie
ne sobre sí.
Eug. Estoy en eso ; descansad.

%. IV.

Los líquidos cargan y pesan hdcia los lados


con la misma fuerza que pesan hacia
el fondo.

Teod. V amos ahora á mostrar como los


líquidos cargan hácia los costados , que es
V2
25o Recreación filosófica.
otra propiedad que tienen : ya dixe ( pro-
pos, i o. ) que todo cuerpo que es oprimi
do por otro , huye de la opresión si puede,
y si no puede , forcejea para moverse por
aquella parte por donde fácilmente se libre
de la opresión.
Eug. Bien me acuerdo del exemplo , que
traxisteis para probar y explicar esta propo
sicion;- y venia á ser que quando yo ha
cia fuerza en aquella puerta queriendo abrir
la , la oprimía , y ella hacia fuerza en los
clavos para moverse y librarse de este mo
do de la opresion.
Teod. Otro exemplo tenemos en este ta-
Est. 4. blero de Damas (véase lafig. 1 1. estamp. 4.)
fig-n» supongamos que yo até estas dos piezas que
están arrimadas al borde del tablero como
veis ; si yo arrimare otra pieza en medio de
las dos y cargare con fuerza en. medio de
ellas , no las podré separar ; porque estas
piezas aunque están oprimidas , no se pue
den librar de la opresion , sino ó movién
dose hácia el borde del tablero y eso no
puede ser sin quebrarlo ; ó moviéndose y
apartándose para los costados , y esto tam
poco puede ser hasta que se quiebre el
cordel que las ata ; pero si yo cargare con
fuerza , tambien han de forcejear ellas para
librarse de la opresion ; y esto no solo ha
cia el borde del tablero , sino "tambien há
cia los lados : de aquí procede , que si el
borde del tablero estuviere mal encolado,
las piezas podran despedirle hácia fuera ; y
«i el cordel que las ata , fuere de poca con-
Tarde quarta. 2?r
slsrencía , podran quebrarlo y huir de este
modo de la opresion que las hace la ter
cera pieza con que yo cargo. ¿Comprehen-
deis etto ?
Eug. ¿Y cómo dexaré de comprehender una
cosa tan clara?
Teod. Supongamos ahora , que están las
dos piezas sueltas y libres ; inmediatamen
te que yo haga fuerza con la tercera pieza
huirán las dos hacia los costados , dando entre
sí lugar á la tercera.
Eug. Tambien eso es evidente ; ¿pero pa
la qué lo traeis?
Teod. Para haceros ver que las partícu
las de agua ú otro qualquier líquido , es
tando sueltas y desatadas entre sí como las
piezas , todas las veces que las oprimieren
por arriba , han de huir , ó hácia abaxo , si
pueden, ó sino pudieren huir hácia abaxo,
han de huir para los costados : esto es en el
caso que hallen salida por allí : porque si
no la tuvieren por allí , han de forcejear
para abrir camino tanto hacia abaxo como
hacia los lados. Esta es la razon porque es
tando una cuba llena de agua , sale el agua
del mismo modo , qual se le haga el agu
jero en el fondo , qual en los costados pe
ro junto al fondo ; porque como el agua
esta allí oprimida por la de arriba , sale
por donde encuentra camino libre , y mien
tras no le tiene , hace fuerza para abrirle;
y por eso si tapareis ese agujero del cos
tado con algun tapon mal seguro , lo des
pedirá el agua con fuerza hacia fuera ; se
V3
252 Recreación filosófica.
nal evidente de que hace fuerza , no solo
hácia abaxo , sino tambien hácia los costa
dos : porque- no puede despedir de sí el ta
pon del costado , sino haciendo fuerza en
él hácia el costado ; he aquí como los lí
quidos cargan hácia los costados.
Eug. Y vos Silvio ¿qué decis á esto ?
Silv. ¿Qué tengo de decir ? digo que es
así ; porque así lo convence el discurso de
Teodosio : ni me hagais hombre tan falto de
razon , que haga profesion de contradecirle
en todo ; solamente dudo en aquellas cosas
que ó son contra mi escuela , ó contra lo que
me dicta mi razon.
Teod. Pues celebro que concordeis con
migo , ahora añado ; que los líquidos pesan
y cargan hacia los costados con la misma,
fuerza que pesan y cargan hacia abaxo.
La razon de esto es ; porque la causa que
obliga al agua á salir por los agujeros del
tonel , tanto por el que está en el fondo
como por el que está en el costado , es la
opresion que le causa el peso de la otra
agua que tiene encima ; para librarse de es
ta opresion sale por entrambos agujeros ; y
como la causa que obliga a salir el agua
por el agujero que está en el fondo es la.
misma que la obliga á salir por el agujero
que está en el costado , se sigue que ha de
salir por ambas partes con igual fuerza ; y
mientras no sale ha de cargar y forcejear
hacia abaxo y hacia los costados.
Silv. Aun así me parece que ha de ser
mayor la fuerza con que el líquido carga
Tarde quarta. 273
hacia abaxó , que con la que carga hácia
los lados
Teod. Contra ese parecer vuestro está la
razon que ya dixe , y la experiencia que
diré. Ya sabeis el modo con que se mide
exactamente el peso , que hacen los líqui
dos en los fondos de los vasos : del mismo
modo se mide el peso , que hacen á los cos
tados : ved. este
. vaso de....
vidrio D• (V ñ?.
1 1.1 -p . 4.
*-st.
estamp. 4. ) tiene este cilindro a ajustado al g„ j
costado , y por dentro del cilindro se mue
ve el émbolo ; cuya cadena pasa por una po
lea , y vuelve por medio del cañon arriba
á agarrarse en la balanza. Esto supuesto
comparando estos dos vasos ( C y D ) , y
examinando en uno y otro succesivamente-
quanto peso es preciso en la balanza para
haber equilibrio , hallamos que todas las ve
ces que la altura del agua es la misma en
ambos cañones , es preciso en la balanza
igual peso para el equilibrio ; lo que no
puede suceder sino haciendo el agua igual
fuerza en el émbolo de este vaso C opri
miéndole hacia abaxo que en el émbolo de
este otro vaso D impeliéndolo hácia el cos
tado. Vamos á hacer la experiencia. Mando
que traigan el agua.
Silv. Quiero que me convenzan los ojos.
Teod. La operacion es algo larga , tened
paciencia He aquí teneis el equilibrio
en ese vaso C con tres libras y media ; y
en el movimiento libre de la balanza cono
ceis que el émbolo se mueve libremente,
bien que con lentitud ; pero el equilibrio
V4
2 54 Recreación filosófica.
es en una tal altura , que el embolo podía
subir mas arriba y baxar mas abaxo. ¿Veislo?
Silv. Así es.
Eug. Veamos ahora que peso nos es pre
ciso para el otro vaso D. ¡
Teod. Serán precisas las tres libras y me
dia : quiero usar del mismo cilindro a para
mayor seguridad , quitándolo de este va
so C y poniéndolo en estotro D. La razon
de esta precaucion es, porque á veces un
émbolo suele estar mas ajustado que el otro
y cuesta mas el moverlo.
Eug. Ahí está ya el equilibrio , y con
ménos peso en la balanza va el embola
abaxo. <
Silv. Está visto ; así es. .
Teod. Luego tenemos averiguado , que
es verdad , que siendo la altura del líqui
do la misma y siendo igual la abertura
por donde ha de salir el líquido , saldrá
con igual fuerza , ó hacia abaxo , ó hacia
el costado. Pero aunque la experiencia no
muestre diferencia alguna en el peso de los
líquidos hácia abaxo y hácia los costados,
sin embargo , persuade la razon que ha de
haber alguna , pero es tan tenue , que de
ningun modo se puede conocer en la expe
riencia. La fuerza con que carga el agua en
el émbolo del fondo , es igual al peso de
todas las partículas que están á plomo so
bre él ; pero la fuerza con que carga en el
émbolo del costado , es igual al peso de
todas las partículas ménos las últimas de
sbaxo j porque estas con su peso solo pe.'
Tarde quarta. 255
san etr el fondo , y de ningun modo pe
san hácia el costado. Toda la fuerza con
que cargan al costado , les nace del peso
con que las oprimen las de encima. Por el
contrario la fuerza con que estas mismas par
tículas cargan en el fondo , les viene del pe
so con que las oprimen las de arriba , y ade
más de eso de su propio peso : pero como
el peso de estas últimas partículas es muy
tenue , no puede conocerse diferencia sensi
ble en la balanza.
Silv: Bien decia yo , que siempre habia
de ser mayor la fuerza del agua en el fon
do que en los costados.
Teod. Sí es mayor ; mas con tan poca di
ferencia que hasta aquí nadie la experimen
tó , y no siendo diferencia sensible , debe
mos absolutamente asentar , que la fuerza
con que pesan los líquidos hacia abaxo ó
hacia los costados , es igual,
Silv. Convengo en eso.
Eug. Vamos á las propiedades que restan.

§. V.
Las partículas de qualquier cuerpo líquida
que están en la misma línea orizontal , siem
pre están igualmente oprimidas.

Teod. Oíguese ahora el declarar otra pro


piedad no menos admirable , y es que las
partículas del líquido que están en la mis
ma línea orizontal , están igualmente opri
midas. Para que me entendais bien , acor*
256 Recreación filosófica.
daos , Eugenio , que ya queda dicho , que
línea orizontal es la que va de un lado á
otro , sin levantar de una parte mas que de
la otra , de suerte que quede bien á nivel.
Eug. Bien me acuerdo que ayer me di-
xisteis eso.
Teod. Digo pues que las partículas que
quedan en la misma línea orizontal , están
igualmente oprimidas : dexadme dibuxar una
Est . figura para mejor inteligencia. Esta {fig. 9.
íg- 9- estamPa 4- ) finge ser un vaso ancho por
abaxo con un cañuto hacia arriba , estas bo
lillas representan las partículas de agua , di
go ahora yo ; que todas las partículas que
están abaxo , están igualmente oprimidas,
porque están en una misma línea orizontal.
Eug. A mí me parecía , que las partícu
las que están debaxo del cañuto , habian de
Eadeccr mayor opresion , porque tienen so-
re sí el peso de las otras que están dentro
del cañuto : y las partículas que están á los
lados v. g. las bolillas a e , como no tienen
sobre sí peso alguno , parece que no han de
padecer opresion.
"Teod. Así lo parece : pero advertid , que
las partículas , que están dentro del cañu
to y oprimen estas dos r i que están abaxo,
las hacen cargar hacia los costados : así la
partícula r carga hácia la partícula s con
tanta fuerza quanto es el peso de las par
tículas del cañuto que la oprimen ; la par
tícula s viéndose oprimida por la partícu
la r , huye hacia la partícula t , y carg^a
en ella con la misma fuerza con que es opri
Tarde quarta. 257
mida ; y ésta con fuerza semejante carga
en la partícula v ; así todas las partículas
r , s , t , v , quedan oprimidas con tanta
fuerza , quanto es el peso de las partículas
que se contienen en el cañuto. Lo mismo
digo de las partículas de la otra parte i e,
&c. y si fuesen muchas mas sucederia lo
mismo ; porque cada una habia de oprimir
la que tenia delante con la misma fuerza
con que era oprimida por la antecedente,
y así todas las partículas que están en la
misma línea orizontal están igualmente opri
midas.
Eug. Teneis razon ; no tengo que repli
car ; ¿qué decis vos Silvio ?
Silv. Como esto no es punto de escuela,
estoy por lo que quisieren.
Teod. Demos otro paso mas adelante. Las
partes semejantes , que están igualmente
oprimidas , hacen igual esfuerzo para li
brarse de la opresión : ¿no es así ?
Silv. Así es -. ya lo concedí (prop. 12.)
Teod. Luego si las partículas de agua que
están en la misma serie ó línea orizontal
están igualmente oprimidas , han de hacer
igual fuerza en las que tuvieren debaxo , y
estas en la otra serie de partículas que se
sigue , &c.
Eug. Eso no se puede negar.
Teod. Bien está : luego si tuviéremos un
vaso como este que dibuxo aquí {fig- 1o. „
estamp. 4. ) el qual ademas del cañuto fin- £„ i¿|
ge tener tres series de partículas , diremos,
que en cada serie ó línea están las partícu-
258 Recreación filosófica.
las igualmente oprimidas ; porque primera
mente las de arriba ya vimos por la otra
figura que tenian igual opresion entre sí;
de aquí se sigue como ya habeis concedi
do , que han de oprimir igualmente todas
las partículas del segundo orden ; y estas
por la misma razon han de oprimir igual
mente las de la tercera serie : esto es , en
esta tercera línea ó serie tan oprimidas han
de quedar las partículas de los lados , como
las que caen debaxo del cañuto.
Eug- Ambos estamos por eso.
Teod. Luego tambien estas partículas han
de oprimir igualmente el fondo del vaso y
por todas partes : esto es , tanta fuerza ha
de hacer el agua en a , como en e y co
mo en o : ¿qué decis Silvio ?
Silv. Digo que ha de ser así.
Teod. Acordaos pues de eso. Vamos aho
ra á una propiedad la mas admirable de los
líquidos.
Eug. Vamos ya , porque la admiracion
que me indicais , me enciende el deseo de
saberla.
§. VI.
En el peso de los líquidos sobre alguna base
no se atiende á la quantidad del líquida
sino á la anchura de la base y altura
del líquido.

Est.4. Teod. -¿*-quí tenemos tres vasos , que di-


fig.a. buxo en este papel para mejor inteligencia
3. 4. (fig. 2. 3. 4. ) todos tres tienen la base ó
Tarde quarta. 259
fondo igual como veis ; todos tienen la mis
ma altura. Ahora digo , que en todos ellos
es igual el peso del agua que experimen
ta el fondo.
Silv. Es la mayor paradoxa que jamas
he oido.
Eug. A mí tambien me parece chimera.
Teod, Pues para mí es verdad evidente : va
mos á probarlo con la razon, y pasaremos lue
go á la experiencia. En primer lugar en es
te vaso (fig. 2.) el peso que hace el agua Est.4.
en el fondo , es igual á la quantidad de agua "&*.
que está dentro del vaso ; porque toda ella
carga á plomo sobre el fondo : esto facil
mente lo concedereis.
Silv. En quanto á eso no tenemos duda;
pero en este vaso ( fig. 3. ) no nos habeis
de persuadir , que el peso del agua sea igual
al del vaso primero.
Teod. Este segundo vaso tiene abaxo la
misma anchura y tiene la misma altura de
agua ; luego el fondo ha de experimentar
el mismo peso. Como este vaso tiene la
misma altura , que esté otro ( figur. 2.)
tantas series orizontales de partículas de agua
ha de tener uno como otro : aquí las
señalo con puntos en ambos vasos ; solo te
nemos una diferencia que en el primer vaso
todas las series ó hileras ( séame licito ha
blar así ) de partículas son del mismo tama
ño ; pero en el vaso estrecho solo las últi
mas de abaxo son iguales ; pero las de ar
riba son mucho mas pequeñas , como es-
tais viendo.
260 Recreación filosófica.
Eug. Eso es la misma verdad.
Teod. Ahora bien : visto eso la partícula 0
que está inmediata al cañuto estrecho , tie
ne tantas partículas de agua sobre sí como
la partícula e en el otro vaso ; porque tiene
sobre si la misma altura de agua.
Silo. Así debe ser.
Teod. Bien está : luego esta partícula a
del vaso estrecho ha de estar tan oprimida
como la partícula e que le corresponde en
el otro vaso. Ahora añado , que todas las
demas partículas que estuvieren en esta lí
nea ó serie x y del vaso estrecho á los
lados de la partícula o todas han de estar
tan oprimidas como esa partícula o ; porque
ya vos y Eugenio me concedisteis , que las
partículas que estuviesen en la misma serie
ó línea orizontal habian de estar igualmen
te oprimidas ; mirad á la figura (fig. 9. )
que os dibuxé para este intento.
Eug. Así es ; bien me acuerdo.
Teod. Tambien me habeis de conceder,
que si estas partículas de la línea x y están
todas entre sí igualmente oprimidas , han de
cargar igualmente sobre las partículas de las
series que quedan debaxo ; y que las par
tículas de la última serie ó hilera quedando
tambien entre sí igualmente oprimidas , han
de cargar en el fondo igualmente por to
das partes. ¿Se os acuerda, Silvio , que ya
me concedisteis esto hablando de esta otra
figura (fig. 10. )?
Silv. Lo dixe así , no lo niego.
Teod. Ahora concluyo el argumento : las
Tarde quarta. 261
partículas que están en la serie x y del va
so estrecho , tienen la misma opresion que
la partícula o ; esta partícula o está tan opri
mida como la partícula e , que le correspon
de en el otro vaso : luego toda la serie *'
y está tan oprimida como la serie m n del
vaso cilindrico. De aquí infiero que estas
dos series estando igualmente oprimidas , han
de oprimir tambien igualmente las que les
caen debaxo , y las últimas han de hacer
igual opresion en los fondos de los vasos:
luego en los fondos de estos dos vasos se ha
de experimentar peso igual.
Eug. Yo ya me doy por convencido,
¿qué decis , Silvio ?
Silv. Dexadme considerar en esto mas des
pacio. Las partículas que están á plomo de
baxo del cañuto en el vaso estrecho , no
hay duda que han de quedar tan oprimidas,
como las del otro vaso cilindrico que le
corresponden : las partículas de los lados , es
verdad , que no tienen sobre sí tanto peso;
pero de la columna del medio se le comu
nica tanta opresion quanta es precisa para
que en cada serie todas las partículas que
den igualmente oprimidas : así han de hacer
igual esfuerzo en el fondo del vaso : esto
supuesto , tanto ha de pesar el agua en q
como en c , como en p : y así tenemos el
mismo peso que tendriamos si el vaso fue
se ancho hasta arriba : ya veo que teneis ra
zon , Teodosio ; pero aun resta el tercer va-1
so , que sin duda contiene mucha mas agua,
que estos dos juntos ; en el fondo de este
262 Recreación filosófica.
es imposible , que el peso del agua no sea
mayor , que en el vaso estrecho.
Teod. Ya dixe y probé que sobre el fon-
Est. 4. do de este vaso {fig. 4. ) solo cargabanlas
fig. 4. partículas de agua , que hacian la columna
del medio ( m , n , <p , o ) ; por quanto el
agua que estaba á los lados de esta colum
na , solamente pesaba sobre los lados del
vaso y no sobre el fondo ; y probé esto
con esta razon ; porque como las partículas
del medio no estaban ligadas con las de los
lados, podían baxar unas sin las otras; y así
las de los lados , no podían aumentar el pe
so de las del medio.
Silv. Ya me acuerdo de la doctrina , que
entonces explicasteis.
Teod. Por tanto , si en el fondo de este
Est.4. vaso ancho (fig. 4. ) solamente pesan las
"S.4. partículas de agua que están á plomo sobre
el fondo , se sigue que son las que quedan
dentro de estas dos lineas , que aquí hago
con la pluma , m , n , y o , p. Esto supues
to tenemos igual peso en el fondo del va-
Est.4. so cilindrico {fig. 2.) ; porque esta colum-
fig.2. na del medio y el agua del vaso cilindri
co tiene la misma altura y la misma base:
son igualmente derechas hasta arriba en am
bos vasos : tanta agua ocupa una como la
Otra ; no hay razon para la diferencia.
Eug. En eso facilmente concuerdo.
Teod. Bien : luego tanto peso experimen
ta el fondo de este vaso muy ancho , como
el del vaso cilindrico ; y como ya probé que
ei fondo del vaso estrecho tambien experi
Tarde quarta. 263
mentaba el mismo peso de agua que el del
vaso cilindrico , se sigue que todos tres tie
nen igual peso de agua sobre sí.
Eng. No lo puedo negar. ¿Que os pare
ce , Silvio ?
Silv. Ahora dudo mas de la opinion de
Teodosio ; porque siguiendo los mismos prin
cipios , que vos , Teodosio , establecisteis,
ha de ser mucho mayor la opresion en el
fondo de este vaso muy ancho , que en los
de los otros dos vasos.
Teod. Venga esa razon tan grande , y que
tanta fuerza os hace.
Silv. Habeis dicho que sobre el fondo de
este vaso (fig. 4. ) solo pesan las partícula»
de agua que están á plomo sobre él ; esto
no es así : el agua de los lados tambien opri
me este fondo. La razon es ; porque el agua
que está en las columnas laterales , v. g. r s,
fkc. no solamente carga sobre el lado del
vaso que le corresponde , sino tambien ha
de cargar hácia la columna del medio ; por
que los líquidos , como habeis dicho , car
gan no solo hácia abaxo sino tambien hácia
los lados ; así queda el agua de la columna
del medio o p oprimida tambien por la co
lumna lateral r s , y de este modo , como
queda mas oprimida , ha de causar mayor
opresion en el fondo del vaso. ¡Veis , Teo
dosio , como os degollais con vuestra mis
ma espada , y que vienen á tierra todos
vuestros discursos!
Teod. Vamos despacio , que tan firmes
han de quedar como antes. Las columnas
Tom. L X
264 Recreación filosófica.
de agua laterales , v. g. n que asientan so
bre los lados del vaso , confieso que pesan
no solo hácia abaxo , esto es sobre el lado
del vaso , sino que tambien pesan hacia el
lado , esto es hacia la columna del medio
o p ; no niego esto ni lo puedo negar. Pero
tambien por la misma razon las partículas
que están en la columna del medio , no so
lo lian de pesar hacia el fondo sino tambien
hácia los lados ; así las partículas o p han
de cargar tambien hácia la columna lateral
r s ; por tanto tenemos que las partículas de
la columna del medio , que tocan en las par
tículas de las columnas laterales , mutuamen
te cargan hacia los lados unas contra las
otras ; y de este modo queda una fuerza re
batida con la otra , y ninguna de ellas ha
de hacer efecto , porque ni la columna del
medio aumenta el peso de las laterales , ni
las laterales aumentan el de la del medio.
Eug. Este discurso no tiene réplica.
Silv. Yo concedo que en este caso hay
una especie de contienda entre las partícu
las ; ¿pero como probais que la fuerza con
que las partículas de la columna lateral r j
oprimen á la columna del medio , no es ma
yor que la fuerza con que las partículas del
medio o p oprimen las laterales ? Si una fuer
za no fuere igual á la otra , no puede re
batirla enteramente. 1
Teod. Digo que estas fuerzas son iguales
necesariamente ; ya dixe y probé , que la
fuerza con que una determinada porcion de
agua cargaba hácia los lados, se media por
Tarde quarta. 26 j
la altura del agua que tuviese encima de sí;
como las partículas que pertenecen á las dos
columnas y se tocan mutuamente, tienen so
bre sí igual altura de agua , quedan igual
mente oprimidas y cargan hácia los lados
con igual fuerza ; por eso ninguna vence á
la otra , sino que queda una fuerza entera
mente rebatida con la otra y sin tener efec
to alguna de ellas.
Sito. Sea así muy enhorabuena , pues me
convence.
Teod. Solo en un caso podria la columna
lateral aumentar el peso de la del medio,
si acaso estuviese en ella el agua mas alta,
como v. g. si tapásemos todo este vaso , y
aquí sobre la columna r s levantásemos un
cañon y lo llenásemos de agua ; entonces no
tiene duda que la columna lateral aumenta
ria el peso de la del medio. La razon es
porque entonces sobre las partículas de la
columna lateral habia mayor altura de agua
que sobre las partículas de la columna del
medio : de donde se sigue que las de la co
lumna lateral habian de cargar mas hacia las
del medio , que al contrario ; y así ya ven
cían y quedaban las del medio mas oprimi
das que ántes de aumentarse este cañon al
vaso : de este modo oprimia mas las partí
culas inferiores , y estas hacían mayor tuerza
en el fondo. Pero bien veis , que el caso en
que he hablado hasta aquí no es este ; y
solo , como dixe , suponiendo que en todos
los tres vasos habia la misma altura de
agua.
X2
266 Recreación filosófica.
Eug. Ahora advierto , que al principio
quando dixisteis que si quisiese saber el pe
so del agua sobre el fondo de qualquier va
so , solo habia de atender á las partículas que
están á plomo , sin hacer caso de las latera
les , luego añadisteis , que esto era en el ca
so que la superficie del agua en las colum
nas laterales no estuviese mas alta que en la
del medio ; porque si estuviese mas alta , ha
bíamos de discurrir de otro modo.
Teod. Era por la razon que acabo de de
cir. Por tanto quede esto establecido como
principio cierto , que los líquidos no pesan
sobre los fondos segun su quantidad , sino
solamente segun la base y altura : esto es,
solo se debe mirar á la base y á la altura
del líquido absolutamente en qualquiera co
lumna , qual sea perpendicular , qual lateral;
y en habiendo la misma base y la misma
altura , como sucede en todos estos tres va
sos , hay igual peso ; en aumentándose la
anchura de la base ó la altura del agua en
qualquier columna que sea , crece el peso
del agua en el fondo. Pero como prometí la
prueba de la experiencia , si quereis , vamos
á ella.
Silv. Vamos , y me confirmaré mas en
mi pensamiento.
Teod. Para que abreviemos voy á levan
tarme, y á hacerla á vuestra vista. Aquí te-
neis tres vasos de la hechura de aquellos,
que os dibuxé en el papel ; su altura es la
misma y la base tambien es semejante; tie
nen en los fondos sus cilindros con embolos.
Tarde quarta. 267
que se mueven como ya visteis ; voy lle
nándolos de agua sucesivamente , y obser
vando quanto peso, es preciso en la balanza
para sostener los émbolos ; ved , y atended
miéntras yo trabajo
Silv. Cada vez estoy mas pasmado ; veo
lo mismo que la razon persuade , y no aca
bo de creer lo que veo.
Eug. La misma cantidad de pesos son
precisos para el equilibrio en vasos tan di
versos. Ese vaso que arriba es ancho lleva
mas de seis azumbres de agua , y el estre
cho llevará quando mas media azumbre , y
aun así tanto peso necesita la balanza para
sostener el émbolo de uno como del otro.
Silv. Estoy hecho cargo , Teodosio ; bas
ta.
Teod. Supuestas estas verdades que he mos
trado , dexadme sacar algunas conseqüencias.
Si en el peso de los líquidos solo se atien
de á la anchura de la base y á la altura del
agua , todas las veces que siendo la misma
la altura del agua , fuere la base mas ancha,
ha de ser mayor el peso del agua ; porque
entonces es mayor el número de las partí
culas igualmente oprimidas , que viene á ha
cer mayor fuerza. De la misma suerte si
conservando la misma base aumentásemos la
altura del agua en alguna de las columnas,
ha de aumentarse tambien el peso del lí
quido ; porque aunque la base esté oprimi
da por las mismas partículas , que la opri
mían ántes ; con todo , quando es mayor la
altura del agua , ya la partícula que está á
x3
2 68 Recreación filosófica.
plomo dcbaxo de esa mayor altura, es opri
mida con mas fuerza ; y por consiguiente
todas las demas partículas de los costados
que están en la misma línea orizontal sien
do oprimidas con mas fuerza , tambien opri
men con mas fuerza el fondo y tenemos ma
yor peso.
Eug. Así ha de ser por buena razon , y
generalmente yo no he de mirar ya á la
quantidad de agua que está en los vasos; he
de atender á su base y á su altura , y por
ellas me he de gobernar para medir el pe
so del líquido dentro de qualquicr vaso.

S. VIL
Del jieso de los Líquidos en los vasos
inclinados.

Teod. /i. hora pide el buen orden , que


tratemos del peso de los Líquidos en los
vasos inclinados ; porque sigue las mismas
leyes que en. los otros vasos. Digo, pues,
que en los vasos inclinados pesan los líqui
dos segun la base y altura : de suerte que
qualquier cañon estando siempre lleno de
agua , si le pusiéremos en varias posturas,
ya derecho á plomo, ya inclinado, no pesa
siempre el agua del mismo modo en su fon
do , sino que quanto mas lo inclináremos
ménos pesa en el fondo. Aquí teneis este ca-
Est. 4. ñ°n ( a b fig. 8. en la estamp. 4.) en que
fig. 8. podeis ver claramente lo que os digo. Está
hecho con tal artificio , que se puede mo-
Tarde quarta. 269
ver é inclinar mas ó menos sin que se mue
va el pie sobre que asienta , ni el cañonci
to o con que se comunica y por donde sa
le el agua que echamos dentro del canon
largo a b. Sucede , pues , que segun está
el cañon mas ó menos inclinado , así sale el
agua con mas ó menos fuerza por el ca ñon-
cito o. Ya lo lleno de agua ; reparad y
vedlo.
Eug. Teneis razon , á proporcion que lo
vais levantando va saliendo el agua con mas
fuerza y subiendo mas alto.
Silv. Ahora que está á plomo , no obs
tante haberse ya disminuido el agua del ca
ñon , sube por el cañoncito o mas alto que
antes quando estaba el cañon lleno y muy
inclinado.
Eug. Está vista la experiencia ; vamos á
dar la razon de ese efecto.
Teod. Ya dixe que en el peso de los Ilí
quidos solo se atendia á la base y á la al
tura del líquido ; como quanto mas se le
vanta y endereza este cañon que veis , es
mayor la altura del líquido , así tambien es
mayor su peso ; siendo mayor su ptso , tam?
bien ha de ser mayor la tuerza con que sa
le el agua por el cañoncito o y mayor la
altura á que sube. , ¡<<
Eug. Ya veo que aquí tambien milita eí
mismo principio que en los otros vasos^ pe
ro quisiera que aplicáseis á este caso la ra
zon en que se funda el principio , porque
hallo especial dificultad.
Teod. Para eso es preciso dibuxar con la
X4
2jo -Recreación filosófica.
pluma una figura. Aquí dibuxo un cañon ín-
Est.4. dinado B C (fig. 7. estamp. 4.) : digo que
fie. 7. la fuerza que hace el agua en su base m n
es igual á la que haría el agua de un ca
ñon á plomo , que tuviese esa misma base
y la misma altura como este que aquí se
ñalo con puntos A C. La razon es ; porque
la partícula o tiene sobre sí tanta altura de
agua , como la partícula p en el otro cañon;
luego está tan oprimida como ella.
Eug. Así es.
Teod. Y como ya probé que todas las par
tículas que están en la misma línea orizon-
tal eran igualmente oprimidas, siguese, que
la partícula i que está en la misma línea i o,
ha de estar tan oprimida como o , y por con
siguiente tambien tan oprimida como/?.
Eug. Eso no lo puedo negar.
Teod. Por este discurso tenemos que la par
tícula i ha de cargar hácia abaxo , tanto co
mo la partícula p en el otro cañon; porque
es cierto , que las partículas que están igual
mente oprimidas cargan hacia abaxo , y
oprimen las otras igualmente (prop. 12. ).
Luego si i y p están igualmente oprimidas,
se sigue que tanto ha de cargar * sobre r,
como p sobre q , y por buena cuenta tan
oprimida queda la partícula q como r. ¿Que
os parece?
Eug. Hasta aquí me parece cierto.
Teod. La partícula e está en la misma lí
nea orizontal donde está r , y así por la re
gla establecida e quedará con opresion igual
á la que padece la partícula r : y tenemos por
Tarde quarta. 271
esta cuenta que e y q están igualmente opri
midas , por consiguiente cargarán con fuerza
igual en las partículas que tienen debaxo;
luego tanto ha de oprimir e 2. n como q á
tn. ¿Estais en esto?
Eug. Sí , porque á eso me obliga el dis
curso que habeis formado.
Teod. Luego tan oprimida está la partícu
la n , como estaria m si el cañon estuviese
á plomo. Notad ahora : m tiene sobre sí la
serie de partículas m t ; luego n está tan
oprimida como si tuviese sobre sí otra serie
perpendicular y semejante de partículas v. g.
-M s ', y como todas las partículas de la base
están igualmente oprimidas por estar en la
misma línea orizontal , se sigue , que tan opri
midas quedan las partículas de la base m n
con el agua del cañon inclinado B C como
estarian , si allí estuviese un cañon á plomo
como A C que tuviese la misma altura de
agua. Por tanto el líquido en los vasos in
clinados siempre pesa segun la base y altu
ra perpendicular.
Eug. Ahora ya estoy enteramente satisfe
cho. Vamos á otra cosa.

§. VIII.

Del equilibrio de los Líquidos , y de coma


pesan hacia arriba.

Teod- Jl asemos ahora á tratar del equi


librio de los líquidos. Primeramente todos
los líquidos tienen la superficie en la misma
27 2 Recreación filosófica.
línea orizontal ; esta propiedad que á todos
es notoria , es fuente de efectos admirables;
porque de ella nace , que una sola libra de
agua se equilibra con veinte y cinco arro
bas de agua y aun mas , sin que las veinte
y cinco arrobas puedan vencer ni aun una
libra sola.
Eug. Decidme como es eso.
Teod. Suponed un vaso de vidrio , como
Est.4. este que está aquí dibuxado {estampa 4.
fig. 6. fig. 6. ) : si le llenais de agua , sube á la
misma altura , tanto en la boca ancha , co
mo en el cañon estrecho , para que quede
la superficie del agua en la misma línea ori
zontal ; si echareis en el cañon estrecho al
guna mas agua , por poca que sea , ha de
ser bastante para hacer subir el agua en lz
boca ancha del vaso. He aquí como estan
do en el cañoncito muy poca cantidad de
agua , puede vencer mucha , y levantar de
la otra parte una porcion mucho mayor , sin
que la gran quantidad de agua que hay en
el vaso grande , pueda hacer subir ni un
dedo mas el agua en el cañon estrecho.
Eug. ¿Que me decis á estas maravillas,
Silvio ?
Silv. Digo que las experiencias así lo mues
tran, pero la razón no se acomoda ; ni pue
de el entendimiento dar crédito á lo que
ven los ojos. Es cierto que estas dos por
ciones de agua contienden entre sí como dos
pesos en una balanza; para baxar él uno ha
de subir el otro. Vemos que en la boca an
cha hay una gran porcion de agua que pesa
Tarde quarta. 273
hácia abaxo , y solo le resiste la que está en
el cañoncito siendo en muy poca cantidad;
y aun así no la vence.
Teod. Aquí eran precisas , Silvio , algunas
entidades peripatéticas , cuya virtud causase
tan prodigiosos efectos.
Silv. Yo afirmo , que no puede dexar de
haber aquí causa y virtud oculta que no sa
bemos.
Teod. Aun así s Eugenio , veamos si pode
mos descubrir la causa de este efecto. Su
puestos los principios establecidos no hay aquí
dificultad. Las columnas de agua , que pesan
ya os dixe , que no solo pesan hácia abaxo
sino tambien hacia los lados ; esto supuesto,
estas dos porciones de agua que están en
este vaso , cargan una contra otra en el pun
to o ; si extraxesen el agua que está en la
boca ancha hasta o , la del cañoncito baxa-
ria y pasaria á la parte de m : de la misma
suerte si sacasen el agua del cañoncito , en
tonces el agua de la boca ancha pasaria mas
allá de o , é iria á la parte de n. ¿No es
así?
Eug. Así es.
'. feod. Luego contienden entre sí en el pun
to o cargando una contra la otra. Reparad
ahora : la fuerza de estas columnas es igual,
y así ninguna ha de vencer. Digo , que es
igual ; porque la base de estas columnas es
la misma , porque es la division a o en don
de acaban y contienden entre sí ambas co
lumnas ; la altura de ellas tambien es la mis
ma ; de este mpdo , tanta fuerza tiene la
274 'Recreación filosófica.
una como la otra , y así ninguna vence.
Eug. Ya conozco la razon , y supuesto lo
que queda dicho , no me admiro.
leoci. Pero si echáreis en el cañoncito una
gota mas de agua , como se aumenta la al
tura de la columna que está en el cañonci
to , ya tiene en la base mas peso que la
otra ancha , por eso la vence y hace subir
hácia arriba.
Silv. Bien sé que eso ccncuerda con los
principios establecidos ; pero aun así no me
puedo persuadir de esa razon. De la parte
del vaso grande hav mucha mas agua y to
da ella carga en o contra la otra columna:
l pues por que no ha de vencerla ?
Teod. Porque sobre la base a o no carga
toda el agua que hay en ese vaso grande,
carga solamente el agua que corresponde á
la base ó fin de esa columna que es la di
vision a o que finxo aquí con la pluma. En
este vaso grande ha de cargar el agua , co
mo en este vaso (fig. 4.) que tambien es
ancho arriba y estrecho en la base ; y con
todo ya os mostré , que solo cargaba en la
base el agua que le correspondía á plomo;
porque la otra cargaba en los lados del
vaso.
Silv. Bien me acuerdo , que dixisteis eso;
pero ahora me parecia , que la base del va
so grande era mas ancha que la del canon
estrecho ; porque la distancia que va de m
á r , es mucho mayor que la que va de s
hasta n.
Teod, No os engañeis , Silvio ; la base
Tarde quarta. 27 j
de esa columna ancha es la division a o , por
que ailí se acaba esa columna y confina con la
del cañoncito. Por tanto del agua que en
tra por el cañon ancho m r , no toda car
ga c intra el agua de la otra columna ; solo
carga en ella una columna como esta de
puntos que tenga base igual á la columna
de agua que viene de la otra parte.
Silv. ¿Pues en donde carga la otra agua,
que enira por el cañon ancho m r'i
Teod. Carga en las paredes del mismo ca
ñon segun se va estrechando , y del modo
con que os dixe que cargaba el agua en los
lados de este vaso (fig. 4. ) conforme él se
iba estrechando ; el ser hacia abaxo ó hácia
el costado no hace al caso.
Silv. Sea como quisiereis , que no estoy
con espíritu de contradiccion.
Teod. Otro caso hay en que los líquidos
se equilibran , que tambien admira ; y es
quando el agua de un cañon que está á
plomo se equilibra con la de otro que está
inclinado , como v. g. en estos dos cañones
que estais viendo (estamp. f. fig. 1.) En el Est.g.
canon inclinado hay mucho mas agua que. fig- 1.
en el otro , y no obstante ese exceso no la
-vence ni la hace subir.
Bug. ¿Y por que razon no la hace su
bir ?
Teod. Estas dos columnas de los dos ca
ñones contienden en este sitio a e , aquí tie
nen igual base , tienen igual altura , porque
la superficie del agua como veis , está en la
misma línea orizontal i o ; de aquí se sigue
276 Recreacion filosófica.
que pesan con igualdad contra sí mutuamen
te : de esta suerte han de quedar equilibra
das , ni la una ha de vencer á la otra. Todo
el exceso de agua que hay en este cañon
inclinado , pesa no en la base a e contra la
otra columna , sino en el lado del mismo ca
ñon ; y quanto mas pesa en el lado del ca
ñon , ménos pesa acá en la base a e contra
la otra columna del vaso que está á plo
mo.
Silv. Vamos adelante , Eugenio , porque
aquí corre enteramente la misma doctrina.
Teod. Supuesto lo que queda dicho , po
dreis ahora , Eugenio , entender fácilmente
como los líquidos pesan también hacia ar
riba : esto es , como las partes de los lí
quidos á veces oprimidas de otras que ba-
xan , son obligadas por el peso de ellas á
p subir hácia arriba ; como v. g. se vé en esta
fie a %ura 1ue a1ul dibuxo (estamp: 5. fig. 2.):
' estando este canon lleno de esta parte a b,
y mediado de la otra c e , bien veis , que
esta partícula o que está abaxo en donde
una columna bate contra la otra , padece
opresion por ambas partes , porque sobre
ella cargan las columnas de ambos cañones;
pero con una diferencia , que de una parte
tiene mayor opresion ocasionada del mayor
peso y de la otra menos ; en estas circuns
tancias ha de ceder á la mayor fuerza y
moverse hácia el cañon e c { prop. 15.).
Bien veo que no puede ir hácia esa parte
sin levantar la columna de agua que está
allí ; pero ha de ir levantándola hácia arri-
Tarde quarta. 277
ba , porque es mayor la fuerza con que de
la otra parte la obligan á que se mueva has
ta que quede el agua en la misma altura en
ambos cañones ; porque luego que llegare
á esos términos , como ya tenemos igual
fuerza de parte á parte , ninguna ha de ven
cer.
Eug. Quando expusisteis que los líquidos
pesaban hácia arriba , quedé pasmado ; pero
ahora ya no me admiro ; ántes veo que así
ha de suceder naturalmente.
Teod. No obstante ser esto un efecto ne
cesario de la gravedad de los líquidos , qui
se haceros memoria especial de este modo
de pesar ; por quanto vemos muchas veces
algunos cuerpos sostenidos hácia arriba , y
dicen los Modernos , que es por el peso del
ayre ó algun otro líquido ; quedando algu
nos oyentes admirados de que digamos que
el peso de los líquidos puede oprimir y sos
tener hácia arriba algun cuerpo grave. Por
tanto tened presente , que los líquidos con
su peso no solo pesan hácia abaxo ; sino
tambien muchas veces impelen algunos cuer
pos graves hácia arriba ; porque (por exem-
plo) si en este canon e c de que hablamos
estando así mediado de agua, metiereis den
tro algun cuerpo pesado que ajuste bien con
el canon v. g. este peso d , vereis como el
agua que está en el cañon aba. causa de
su peso hace subir hácia arriba no solo el
agua que va de o hasta c , sino tambien el
peso d que ahí estuviere puesto : esto es en
el caso que el peso no sea tan grande , que
278 Recreación filosófica.
pese mas que el exceso del agua, qne hay
de la otra parte. He aquí como el agua sien
do pesada hace subir hácia arriba este peso,
que puede ser de plomo , cobre ú otra ma
teria semejante ; y si acaso tapareis el ca
ñon e c con el dedo , quando llegare ahí
el peso de plomo , vereis que queda fixo y
seguro sin caer , sostenido por el peso del
agua que está en la columna de la otra par
te ; y si en lugar del peso de plomo pusie
reis un tapon de corcho mal seguro , vereis
que salta hacia arriba con alguna fuerza,
tambien impelido del peso del agua que se
halla de la otra parte. Por lo qual no os ad
mireis , ni vos , Silvio , os parezca paradoxa,
si me oyereis algun dia decir , que el peso
de algun líquido impele algunos cuerpos pe
sados hácia arriba , ó que los sostiene para
que no caigan.
Eug. Supuesto lo que queda dicho , ya no
hay motivo de admiracion.
Teod. De estas experiencias fácilmente po
deis deducir la razon porque qualquier lí
quido pasado algun tiempo tiene su super
ficie plana ; por quanto , si acaso le extraeis
alguna porcion ó las partes circunvecinas han
de caer hácia el costado para ocupar el va
cío ; ó la columna de agua que va desde ese
vacío hasta el fondo , siendo mas pequeña
y mas ligera que las de los lados por ser
mas altas , ha de subir hácia arriba hasta
igualarse con las demas ; así como sucede
en los cañones de que hemos hablado. Por
tanto regla general : miéntras las columnas
Tarde quarta. 279
del líquido no tuvieren todas igual altura
y por consiguiente igual peso , no ha de es
tarse quieto , y la que fuere mas ligera ha
de subir hacia arriba.
Eug. Estad seguro que no se me olvida
rá esa doctrina. Van:os á lo que falta.
Teod. Ahora descansad un poco del tra
bajo , que os habrán ocasionado mis discur
sos. Vamos al jardín , y despues que hu
biereis descansado , haremos algunas expe
riencias , que os han de agradar , porque di
vierten é instruyen á un mismo tiempo , y
con esta instruccion enfadará ménos la con
ferencia ,; que ha sido dilatada.
Eug. A mí me ha parecido tan breve co
mo las otras.
Silv. Vamos , vamos al jardin , porque ó
la tarde está calurosa , ó la aplicacion me
ha recalentado la cabeza , y necesito que
me dé el ayre.
§. IX.

De algunas experiencias curiosas sobre


esta materia.

Teod. XLste lugar está mas desahogado:


s\ hubiera sabido que estaba tan libre del
sol como ahora lo veo , mucho, ántes os hu
biera traido á él , porque en todo deseo
vuestro alivio.
Sih. Sentémonos en esta galeria , que no
podrémos hallar sitio mas agradable ; y cer
ca del agua de este estanque , que tenemos
á la vista , podreis vos , Eugenio , filosofar
Tom. I. Y
280 Recreación filosófica.
y observar , si es verdad lo que acerca de
los líquidos ha discurrido Teodosio esta tar
de. Mandad traer aquí los instrumentos y
máquinas precisas.
Eug. ¿Que máquina es esa que nos traen?
Est.g. [cstamp. %. fig. 3.)
fig. 3. Teod. Es un instrumento á que llaman
Fuelle hidrostático : consta como veis de
dos tablas redondas semejantes á la tapa y
fondo de un barril , sus costados al rededor
son de cuero , para que la tabla de arriba
pueda llegarse mas ó ménos á la de abaxo.
Eug. ¿Y para que es este cañon r s , que
está rlxo en la tabla de arriba?
Teod. Sirve para que el fuelle se llene de
agua : advertid ahora en una circunstancia
bien pasmosa : si os pusiereis en pie sobre
esta tabla de arriba s t , sube el agua por
el cañon arriba , pero no caerá fuera. Ex
perimentad y ved si sucede así como digo.
Eug. Así es : yo veo el agua quasi en el
borde del cañon , pero ni una gota cae fue
ra ; al mismo tiempo que con todo mi peso
cargo sobre el fuelle. No acabo de admirar
me de una cosa tan extraña : ¿ que os pare
ce , Silvio ?
Silv. Tambien estoy admirado : decid , Teo
dosio , 1 qual es la razon de este efecto tan
maravilloso?
Teod. Ya la doy : reparad en esta figura
que de propósito he traido dibuxada para
E$t•j e' intento ( estampa 5. fig. 4. ) : supongamos
fig. 4. <loe esto es una P'Pa " otro qualquier vaso
lleno de agua , que tenga el mismo ancho
Tarde quaría. a8r
de aquel fuelle ( fig. 3.), y que tenga la
misma altura , atendiendo tambien al cañon.
Si metiéremos sun cañon dentro de esta pipa,
así como este a c y lo tapáremos con el
dedo por encima mientras lo introducimos
en ella , veremos que despues de destapar
lo , se llena de agua por abaxo hasta que el
agua quede dentro del cañon en la misma
línea en que está la otra de afuera ; y no
subirá mas alto ni un solo dedo.
Eug. No hay duda que así ha de suce
der , porque , como dixisteis , entonces las
partículas que están á plomo debaxo del ca
ñon , tienen sobre sí tanta altura de agua,
como las otras que están en la misma línea
o r ; por lo que han de estar igualmente
oprimidas , y no hay razon para que unas
venzan á las otras impeliéndolas hácia ar
riba.
Teod. Habeis discurrido excelentemente :
suponed ahora que extraemos toda el agua
que hay desde la línea o r hasta arriba ; y
que en su lugar ponemos esta tabla M , que
ajusta bien con la pipa , dexando el lugar
debido para el cañon , y que con facilidad
puede subir y baxar ; si sobre esta tabla pu
siésemos tanto peso de plomo , quanto es el
peso del agua extraida , quedaria el agua de
abaxo tan oprimida como estaba ántes ; y
así subiria por el cañon arriba tanto , quanto
subia entonces. ¿No es así , Silvio ?
Silv. Con razon.
Teod. Luego así como el agua no salia del
cañon quando la pipa estaba llena de agua,
Y 2
282 Recreación filosófica.
tampoco ha de salir ahora que en lugar dei
agua tiene la tabla igualmente cargada de
plomo.
Silv. Así es , no dudo de eso.
leod. Bien. Supongamos ahora que Euge
nio pesa tanto como esos pesos de plomo,
que estaban sobre la tabla M: si sacáremos
los pesos y pusiéremos á Eugenio en pie so
bre la tabla , ha de quedar el agua de aba-
xo tan oprimida como de ántes ; y por consi
guiente ha de subir por el cañon arriba so
lamente hasta la altura á que entonces su-
bia.
Silv. En eso concuerdo de buena gana.
Teod. Pues las circunstancias que hasta aquí
hemos supuesto , son las que verdaderamen
te concurren quando Eugenio se pone so
bre el fuelle , como visteis. He aquí por
que el agua no sale fuera. Quando Eugenio
se puso sobre el fuelle (s f fig. 3.) baxó la
tabla á causa del peso ; y el agua de den
tro , como la oprimían , subió por el cañon
arriba ; pero luego que llegó á la boca del
cañon r , paró ; porque entonces ya las par
tículas de agua que estaban á plomo deba-
xo del cañon quedaron tan oprimidas con
el peso de la columna de agua del cañon,
como las demas partículas con el peso de la
tabla sobre que cargaba Eugenio : de la mis
ma suerte y por la misma razon que suce
dería esto si Eugenio se pusiese en pie so
bre la tubla M [fig. 4.) que teneis aquí fi
gurada.
Eug. Lo he entendido perfectamente.
Tarde quarta. 283
Sih. ¿Y si yo me pusiere sobre el fuelle,
saldrá el agua? Yo soy mucho mas pesado
que Eugenio.
Teod. Saldrá ; pero si en la boca del ca
ñon ajustare yo este otro cañoncito (e fi- Est.g.
gur. 3.) que tendrá un palmo de largo , se- %• 3-
guramente os podreis poner , sin que salga
el agua.
Eug. Pues dadnos una regla general para
saber el peso que podrá sostener sobre sí
este fuelle , sin echar el agua fuera.
Teod. Voy á darla : considerad que este
fuelle continuaba hasta la altura en donde
está la boca del cañon r con la misma an
chura que tiene en la tabla superior s t , de
suerte que quedaba una especie de barril to
do lleno de agua : toda esta agua que iba
desde la superficie de arriba hasta la tabla t
s habia de tener un peso determinado.
Eug. Es cierto.
Teod. Pues mientras no pusiereis sobre la
tabla (/ s) mayor peso del que tendria el vo
lúmen de esa agua , no ha de salir por el ca
ñon. De aquí procede que quanto mas an
cha fuere esta tabla t s , y quanto mas al
to fuere este cañon , mayor peso ha de sos
tener el fuelle. La razon es , porque enton
ces cabria mayor peso de agua de esta ta
bla para arriba , en el caso que el fuelle con
tinuase con el mismo ancho hasta la altura
en que queda la boca del cañon ; y el peso
que yo pongo sobre el fuelle, es para ha
cer el mismo efecto que haria el peso del
agua si ahí estuviese , como os expliqué coa
Y3V-
284 Recreación filosófica.
esta figura ( figura 4. ) que dibnxc*.
Eug. Ya estoy satisfecho enteramente. Va
mos á otras experiencias , pues yo veo aquí
muchos instrumentos preparados para ellas.
Teod Vamos enhorabuena. ¿Veis este va-
Est.g. so de vidrio A {estamp. 5. fig. 5.) que está
%' $• asentado sobre esta base de plata et Voy á
mandarlo llenar de agua de la fuente ; des
pues de lleno he de ponerlo delante de vues
tros ojos , y sin que persona alguna se lle
gue á él , lo vereis de allí á poco entera
mente lleno de vino. Vamos hablando mien
tras sobre algunas materias útiles.
Eug. Será para mí caso digno de toda ad
miracion ; mas por no perder tiempo , va
mos como dixisteis hablando sobre algunos
puntos de Filosofía.
Teod. Hemos tratado hasta aquí del peso
de los líquidos ; ahora antes que se conclu
ya esta conversacion , es preciso advertir que
no todos tienen el mismo peso , unos son
mas pesados que otros ; el agua bien saben
todos que es mas pesada que el aceyte , por
eso si echareis aceyte dentro de un vaso y
luego le echáreis agua encima , vereis que el
aceyte se viene arriba y el agua baxa.
Eug. Esa experiencia es muy freqüente y
sabida.
Teod. Y tambien lo es la razon ; porque
as! como en una balanza , quando en sus dos
brazos están puestos dos pesos, de suerte que
uno no pueda baxar sin que el otro suba,.
vemos que el -inas pesado echa hacia arriba
el mas ligero ; así tambien , como dentro del
Tarde quarta. 28$
vaso están dos líquidos pesados , y no pue
den estar ambos en el fondo ; para baxar
el agua , es preciso que eche hácia arriba el
aceyte ; y como es mas pesada que él , ven
ce de la misma suerte que si estuviesen en
una balanza ; y así sube el aceyte y baxa
el agua. Esta misma ley observan todos los
demas líquidos quando tienen peso diferen
te ; el mas pesado siempre busca el fondo,
excepto quando la diferencia es muy poca;
porque entonces si se mezcla un líquido con
otro , se embarazan las partículas unas con
otras , y no es bastante el exceso del peso
para desembarazarlas de suerte que vayan
hacia abaxo las mas pesadas.
Eug. Todo eso conviene con la razon y
experiencia quotidiana.
Teod. Mirad ahora el vaso (A) : ahí lo te-
neis ya lleno de vino.
Eug. Yo no puedo creer tal cosa.
Silv. Probadlo , y ved si es vino , ó si aca
so estaban dentro del vaso algunos polvos
que le diesen ese color.
Eug. Es vino y muy generoso : en eso no
hay duda. Decidnos , Teodosio , ¿ que en
canto es este ?
Teod. No es encanto , es un efecto natu
ral , cuya causa nsce de la doctrina que aca
bé de explicar. Esta peana ó base de plata
es hueca por dentro , y quando la traxéron
aquí ya venia llena de vino; el vaso de Vi
drio que está sobre ella tiene en el fondo
un agujero pequeño con comunicacion á lo
interior de Ja base : reparad que el vaso está
*4
286 Recreación filosófica.
pegado á la peana con betun , para evitar
que no se derrame por el fondo el agua que
echamos dentro del vaso.
Eug. Todo está muy bien ; pero aun no
percibo esta transformacion.
Teod. Ya la explico : como la peana esta
ba llena de vino , luego que echaron agua
en el vaso , fué subiendo el vino y baxando el
agua como mas pesada : de aquí resultó que
el vino que estaba dentro de la peana se
pasó al vaso de vidrio que está encima y el
agua que estaba dentro del vaso se halla aho
ra dentro de ía peana. Pero advierto , que
,si hiciereis esta experiencia en un solo vaso,
de suerte que el espacio donde está el vino,
tenga comunicacion muy ancha con el espa
cio donde está el agua , podreis quedar sin
ver el efecto ; porque entonces al echar el
agua se mezclan perturbadamente las partí
culas de agua con las de vino, y se emba
razan de suerte que no pueden volver á se
pararse los dos licores facilmente.
Eug. Ya me habia ocurrido esa misma di
ficultad ; porque muchas veces acostumbro
echar agua sobre el vino sin que el vino suba
hácia arriba ; pues se mezcla todo sin resul
tar la mas mínima separacion.
Teod. Para evitar esa mezcla perturbada,
es preciso que el agujero por donde se co
munica el agua con el vino sea estrecho , pa
ra que al echar el agua no se perturben las
partículas de vino. Para hacer ^ta experien
cia mas fácilmente , aunque convídénos gra
cia , no teneis mas que llenar áe/vvino un
Tarde quarta. 287
frasquíro , cuya boca sea mas estrecha que
una pluma de escribir , y meter este frasqui-
to así lleno dentro de un vaso grande lleno
de agua , de suerte que la boca del frasco
quede enteramente dentro del agua Hecho
esto vereis ir saliendo el vino hacia arriba
hasta la superficie del agua y esta baxar ; y
en poco tiempo quedará lleno de agua el
frasquito , que metisteis lleno de vino.
Silv. Ahí concurre !a misma razon , bien
que como ya se sabe que hay vino dentro
del frasco , no causa tanta admiracion , como
en la experiencia precedente. Pero ahora me
ocurre preguntaros la razon de una cosa que
£ocos dias ha me hizo quedar suspenso en
isboa. Me enseñaron una ampolla de cris
tal con una única boca , sin que dentro tu
viese algun repartimiento ó separacion , y
me dixéron que juntamente servia para él
aceyte y para el vinagre , de suerte que qual-
quier persona echaba de ella ya uno ya otro
licor separadamente quando queria y en la
porcion que deseaba.
Eug. Parece iucreible : ¿ que decis , Teo-
dosio ?
Teod. Yo tengo una ampolla de esas ; y
hago que la traigan.
Bug. ¿Y no se mezclan los dos licores?
Teod. Bien veis que el acevte y el agua
aunque los echeis juntamente en un vaso se
separan por sí mismos ; y la causa de esta
separacion es , como ya dixe, la gran diver
sidad que hay en el peso de estos licores;
pues lo mismo sucede con el vinagre y acey
288 Recreacion filosófica.
te , porque el vinagre es mucho mas pesado
que el aceyte, y así siempre busca el lugar in
ferior.
Eug. Ahí viene ya la ampolla : ¿ es esta,
Est.g. Silvio ? (estamp <¡.fig. 6.)
fig- 6- Sih. Esa es.
Teod. Todo su artificio consiste en que el
cuello a no sale del medio de la ampolla,
sino por un costado , y es encorvado hacia
arriba : echando dentro aceyte y vinagre , el
vinagre siempre busca el lugar inferior e a y
el aceyte como mas ligero ocupa el supe
rior m n , como veis. Reparad ahora : de
qualquier suerte que se mueva esta ampolla
de vidrio , siempre queda el aceyte en ¡a
parte superior de ella ; si la pusiereis en
«tj» esta postura (fig. 7.) como está la boca en
"fr 7' la mitad inferior , sale el vinagre que es el
que está siempre en la mitad inferior de la
ampolla a , y el aceyte que queda en la
mitad superior e no puede saür sino despues
que hubiere salido todo el vinagre : al con
trario si pusiereis la ampolla como ahora la
Est.g. tengo (fig. 8.) queda el aceyte en la parte
fig. 8. superior , que es la que tiene salida mas in
mediata ; así , si yo fuere inclinando la am
polla sobre su boca ha de salir el aceyte que
está encima , y si sigo inclinándola de cada
vez mas , entonces ya puede salir el vina
gre. Hagamos la experiencia , y vereis que
así sucede en la práctica.
Eug. Así es : no se puede negar , y es
cosa bien maravillosa ; al mi'.mo tiempo que
mirando á la causa no hay cosa mas natural.
Tarde quarta. 289
Teod.Ya que gustais de estas experiencias,
quiero enseñaros una figura que os servirá
de diversion é instruccion Aquí la te-
neis ( estampa 5. fig. 9. ) : está en la accion Est.g.
de quien echa agua en las manos , y en la fig. 9.
realidad que lo hace siempre que se desea.
Eug. Tendría gusto en verlo ahora , si
acaso puede ser.
Teoa. No hay cosa mas fácil : echándole
en la palangana que tiene en la mano iz
quierda esta porcion de azogue , vereis , que
luego echa agua el jarro que tiene en la ma
no derecha.... Veis?
Eug. No puedo contener la risa , viendo
la prontitud con que os sirven hasta las co
sas inanimadas. El page mas puntual no haria
este ministerio con mas prontitud. Pero de
cidme , Teodosio , ¿ por que sucede esto
así?
Teod. Para entenderse la causa de este efec
to , es preciso que sepais la construccion in
terior de esta figura y una doctrina que os
daré ahora. Ya os dixe que las columnas de
qualquier líquido quando se comunican , to
das tienen su última superficie en la misma
línea orizontal , de aquí es , que si en este
cañon encorbado M ( Est. 5. fig. 10.), ó Est g.
por mejor decir en estos dos cañones que se %, I0,
comunican por la parte inferior , echaremos
agua por una de las bocas , en ambos caño
nes quedará en la misma altura ó en la mis
ma línea orizontal (e a) como veis. La ra
zon es porque así tanto pesa una columna co
mo otra, y de este modo quedan en equilibrio.
290 Recreación filosófica,
Eug. En eso no puede haber duda.
Teod. Esto y lo demas que en esta tarde
queda dicho acerca del equilibrio de los lí
quidos, se entiende quando se equilibra nna
porcion de qualquier liquido con otra del
mismo género , v. g. agua con agua , acey—
te con aceyte , azogue con azogue , &cc.
Eero no sucede así quando queremos equili-
rar una porcion de agua v. g con una por
cion de azogue ú otro qualquier licor que
sea mas pesado ó mas ligero que el agua,
porque entonces el que fuere mas ligero ha
de tener la superficie mas arriba ; de suerte
que si echamos agua y azogue dentro de
Est. g. este otr° canon N [estamp. í. fig. n.) ve-
fig.11. reis que la columna de azogue es mucho mas
corta que la de agua.
Eug. Haced la experiencia , que quiero
ver.
Teod. Ya la hago Veis? El agua llega
quasi hasta la boca del cáñon i , y el azo
gue de la otra parte queda en esta altura a:
reparad ahora : el azogue que va de esta li
nca- e o abaxo se equilibra consigo mismo,
porque el azogue que va de e hssta in , se
equilibra con el que va de m hasta 0; pero
el azogue que va desde o hasta a , aunque
es tan poco , se equilibra con el apua que
va desde e hasta i , que es una columna mu
cho mas alta.
Eug. Ahora lo percibí claramente ; vamos
á saber la razon de esa experiencia.
Teod. La razon es , porque el azogue pe
sa catorce veces mas que el agua poco mas
Tarde quarta. 291
ó menos ; así tanto ha de pesar una colum
na de azogue que tenga un dedo de altura,
como una columna de agua de catorce de
dos ; y por esta cuenta pesando ambas igual
mente , no es de admirar que se equilibren.
Por tanto, regla general : Quando se equi
libran licores diversos , quedan en colum
nas de diversa altura ; de suerte que quañ-
to mas ligero es un líquido , tanto mas alta
es su columna.
Eug. En eso estoy firme , la razon lo per
suade , aunque no lo enseñase la experien
cia. Vamos á saber ahora la organizacion de
esta figura (9) , para acabar de conocer la Est.g.
causa del efecto que hemos visto. fig. 9.
Teod. Voy á exponerla. Desde la palan
gana , que tiene en la mano izquierda , va.
un cañon estrechito que por dentro de la
pierna izquierda llega quasi hasta el fondo
de la peana o ; desde el jarro , que tiene en
la mano derecha , va otro cañon que pasa
por lo interior del pecho y baxa por la
pierna derecha hasta entrar en la peana , la
qual es hueca por dentro. Siempre que se
hubiere de hacer la experiencia es preciso
ir echando agua dentro de la palangana mién
tras se sume por el agujerito que le da co
municacion con el cuerpo de la figura : lo
que se debe hacer ocultamente para causar
mayor admiracion.
Eug. Ahora advierto yp un agujerito que
tiene la palangana en aquel lado que toca
en el cuerpo de la figuia.
Teod. Es para este efecto. Reparad ahora:
291 Recreación filosófica.
miéntras echamos agua en la palangana , co
mo va entrando por el agujerito á lo inte
rior de la figura , se va llenando primera
mente toda la peana ; y luego los dos con
ductos hasta la altura de la palangana : so
lo queda vacía la parte del conducto que
va desde la cintura arriba hasta el jarro:
Aquí no hay duda ; pero quar.do á vuestra
vista le eché azogue en la palangana , se fué
baxando , y como es mucho mas pesado que
el agua , la fué impeliendo de suerte que al
instante subió por el otro conducto y co
menzó á salir por el jarro ; el agua que ca
yó del jarro en la palangana , entró tambien
por el conducto izquierdo y ayudó con su
peso al del azogue. He aquí porque corre
el agua del jarro.
Eug. Ahora ya no hallo en esta experien
cia cosa que admire.
Teod. La dificultad que aquí habia era ha
cer subir el agua mas alta de lo que estaba
la palangana ; esto con el agua solamente
no podia ser , porque como visteis en los
Esr. g, cañones de vidrio (fig. 1o.) el agua sola
fig. 10. siempre queda en la misma altura ; pero co
mo aquí en un cañon echamos azogue y en
el otro hay agua , bien claro es que la co
lumna del agua ha de quedar mucho mas
alta que la de azogue. Pero advierto que
se deben observar algunas circunstancias pa
ra no frustrarse la experiencia : la primera
es que el cañon por donde baxa el azogue
llega quasi al fondo de la base , para que
no suceda caer el azogue abaxo y subir el
Tarde quarta. 293
agua por el mismo conducto por donde ba
só el azogue : la segunda es que el conduc
to que va á parar al jarro ha de comenzar
desde la cubierta de la peana e , para que
el azogue que cae por el pie izquierdo no
pueda entrar por el conducto del pie dere
cho , sino despues de llenar toda la peana
y haber echado de este modo gran canti
dad de agua por el jarro : la tercera es que
los conductos sean muy estrechos especial
mente el canon del azogue , y el otro á lo
menos de la cintura arriba ; pues de otro
modo será precisa una gran cantidad de azo
gue para hacerse la experiencia. He aquí
teneis la razon del efecto que tanto admi
rásteis. Vamos ahora á lo demas que resta
acerca de los líquidos.
Eug. Vamos , que el tiempo ha volado
tan ligero que no lo he sentido , y ahora
advierto que se va acabando la tarde.
Silv. Los crepúsculos en este tiempo son
dilatados ; y aun ahora se va poniendo el
sol : sosegad , que tiempo habrá para todo ; y
quando no llegue la tarde , apelarémos á la
noche.
Teod. No ha de ser preciso.
Eug. Bien estamos. Continuemos , pues,
Teodosio , tratando de lo que resta saber
acerca de los líquidos.
294 Recreación filosófica.

S. x.
Del peso de los cuerpos sólidos dentro
de los líquidos.

Teod. Jl ara que quedeis perfectamente


instruido en esta materia , aun falta tratar del
peso que tienen los cuerpos sólidos dentro
de los líquidos : hemos tratado ya del peso
de los sólidos y tambien del de los liquidos;
ahora corresponde ver y examinar quanto
pesan los sólidos dentro de los líquidos.
Eug. ¿Pues hay alguna diferencia del pe
so que ellos entre sí tienen?
Teod. Hay y mucha : no hay cuerpo al
guno que sumergiéndole dentro de qualquier
líquido , no pese menos de lo que pesaba
fuera.
Silv. ¿Y qual es la razon de eso?
Teod. Es porque quando el cuerpo sólido
está sumergido en el líquido , está su peso
contrapesado con el peso del mismo líquido;
por eso no pesa tanto. Explicaréme con un
exemplo. Poned en los dos brazos de una
balanza dos pesos que tenga cada uno de
ellos una libra. Si quisiereis levantar qual-
quiera de ellos , no sentireis resistencia ; por
que como está contrapesado un peso con
el otro , ninguno hace fuerza ni carga en
vuestra mano ; así si la pusiereis debaxo de
qualquiera de ellos , ningun peso sentireis.
Silv. Eso es cierto.
Teod. Ademas de la libra , que ya esta
Tarde quarta. 29 j
ba puesta , aumentad un peso de tres libras
en uno de los brazos de la balanza. Pre
gunto ahora, si quisiereis levantar estas qua-
tro libras ó sostenerlas , ¿que peso habeis de
sentir en la mano ?
Silv. He de sentir solamente el peso de
tres libras , porque la primera libra que allá
estaba , como está contrapesada con la otra!
que está en el brazo opuesto , no pesa ano
na en mi mano , así como ántes no pesaba.
Teod. Dixisteis bien ; y la razon funda
mental es ; porque como estas quatro li
bras no pueden baxar sin levantar de la
otra parte una libra , ya tienen quien le re
sista , y quanto mas fuerza emplean en ven
cer esta resistencia , menos le queda para car
gar en mi mano \ por tanto quien sostuvie
re estas quatro libras , solo siente el peso de
tres. ¿Estais por esto, Eugenio? .....iv\\-^
Eug. No tengo la menor .duda. or..,T<
Teod. Luego quando un- cuerpo no puede
baxar sin levantar otro , el peso deteste
segundo se debe descontar del peso delpri
mero testo es , el primero ya no pesa con
tanta fuerza hacia abaxo , como si estuviese
desembarazado. '.. IV
Eug. Estoy por eso. rr -, .,
Teod. Bien ; reparad ahora : quando se po
ne un cuerpo sobre el agua ú otro qual-
quier líquido , no puede baxar y sumergir
se en ét sin levantar alguna porcion de ese
líquido 5 porque como el cuerpo sólido ha
de ocupar algun espacio que ántes estaba
ocupado por el líquido , es preciso echar
2'om. I, Z
596 Recreación filosófica.
fuera de ese lugar el líquido , y echándole
del lugar que ocupaba , ha de subir hácia
arriba necesariamente.
Eug. En eso no os canseis , porque veo
freqüentemente que estando un vaso quasi
lleno de agua , si yo le meto dentro una
naranja v. g. sube el agua hasta el borde
y muchas veces se derrama.
Teod. Luego poniendo qualquier sólido so
bre el agua , v. g. como él no puede ir há
cia abaxo sin levantar alguna porcion de
agua , ya no ha de pesar tanto como acá
fuera ; porque está contrapesado con el peso
de esa agua que él levanta ; y estamos en
las circunstancias de la regla que poco ha
os di , que quando un cuerpo no podia ba-
xar , sin que subiese otro , el peso de este
segimdo se debia de descontar del peso del
primero. Así como en la balanza que tenia
quatro libras en un brazo y una sola en el
opuesto , esta se descontaba de las quatro.
,Eug. Bien me acuerdo , y ahora veo la
razon por que qualquier cuerpo pesado que
está en el Fondo de un pozo , se levanta fá
cilmente hasta la superficie del agua ; pero
luego que ha de salir de la superficie del
agua para fuera es precisa mucha mayor fuer
za. ; No habeis experimentado esto , Sil
vio?
Silv. Mil veces. , <
Teod. Pues eso no es por otra razon si
no porque todo cuerpo sumergido en qual
quier líquido , pierde alguna cosa de su
peso.
Tarde quarta. 297
Eug. ¿Y quanto pierde ? ¿ Hay en eso por
Ventura regla cierta ?
Teod. Hay pierde tanto quanto pesa el
volúmen del líquido que levanta , que es un
volúmen igual al espacio que ocupa dentro
del líquido : Exemplo : metamos toda una
bola de marfil (estamp. 5. fig. 12.) dentro Est.g.
del agua , pierde tanto de su peso quanto %ia.
pesaria una bola maciza de agua del mismo
tamaño ; pero supongamos que la bola solo
tiene la mitad dentro del agua , entonces
pierde de su peso , lo que pesaria media bo
la de agua de aquel tamaño , &c.
Eug. Lo he entendido : quanto mas se me
tiere qualquier cuerpo dentro del líquido,
mas pierde de su peso , y la razon es clara;
porque entonces levanta mayor porcion de
ese líquido. Mas pregunto yo : ¿esta bola de
marfil pierde tanto peso sumergiéndola en
un líquido , como en qualquier otro?
Teod. No. Quando un cuerpo está sumer
gido en líquido mas pesado , pierde mas:
quando se mete en líquido mas ligero, pier
de ménos. La razón es , porque pierde tan
to peso , quanto pesaria un volúmen igual
4. ese líquido en que se mete ó sumerge.
Esto supuesto , bien veis , que sumergien
do esta bola en el agua , pierde mas que si
la sumergiésemos en vino ó aceyte ; porque
sumergiéndola en agua , pierde de peso lo
que pesaria igual volúmen de agua , y su
mergiéndola en aceyte pierde lo que pesaria
igual volúmen de aceyte , y como el agua
pesa mas que el aceyte , mas pierde esta
Z2
298 "Recreación filosófica.
bola de marfil sumergiéndola en agua que
sumergiéndola en aceyte. Para que quedeis
mas firmes en esto , vamos á verlo con los
ojos. . .......
Eug. Con la experiencia siempre se en
tiende mejor qualquier discurso , y se con
serva mas en la memoria.
Teod. Aquí teneis este cubo de laton A
~st-S- ( estamp. 5. fig. 13.) dentro del qual ajusta
*>'"' perfectamente este peso de laton \rrí) á que
los Geómetras llaman cilindra á causa de la
figura que tiene. Reparad , pues : este cilin
dro ó este peso de laton pesa diez onzas,
que es lo que suman los dos pesillos 2 p
que están puestos en el platillo contrario;
si sumergiere este cilindro -en el agua , pe
sará solamente nueve onzas poco mas ó mé
nos , que es lo que vale el peso mayor z.
Veis aquí teneis la balanza y pesos : pesad
primeramente el cilindro de laton- fuera del
agua , despues baxad la balanza , de suerte
que este peso m se introduzca en el agua
de este vaso R , y hallareis que es verdad
lo que os digo.
£ug. Así es , teneis razon , quanto mas
entra el peso dentro del agua , ménos va
pesando , de suerte que luego que llega á
sumergirse todo dentro del agua , ya es es-
cusado el pesillo mas pequeño p. Ahora
veo que es verdad lo que poco ha dixisteis,
que un cuerpo enteramente sumergido en
el agua , perdia mas de su peso que si tu
viese solo su mitad sumergida.
Silv. Averigüemos ahora si ese peso de
Tarde quarta. ". 299
laton qnando lo meten en el agua pierde tan
to de su peso , quanto pesaria igual volú
men de agua , que es la regla general , que
vos , Teodosio , establecisteis.
Teod. Ahora os lo mostraré claramente. Es
te cilindro de laton m ya os dixe y mostré
que ajustaba perfectamente dentro de este
cubo A : luego el agua que llenare este
cubo , tiene igual volúmen á este cilindro
tn : pesad ahora el cubo vacío y despues
pesadlo lleno de agua, y de esta suerte ya
sabeis de cierto quanto pesa el agua de este
cubo , y como dixe que tenia igual volu
men que el cilindro , quedais sabiendo quan
to pesa un volúmen de agua igual al peso
de laton.
Eug. Haced , pues , todo eso , que yo
observaré los pesos.
Teod. Veis? Decidme ahora ¿quanto pesa
el agua que llenó el cubo?
Eug. Pesa tanto como este peso peque
ño p que es el que poco ha sacamos del
platillo por ser escusado quando el cilindro
de laton se sumergió en el agua, y es jus
tamente el peso que entonces perdió el ci
lindro. ¿Veis , Silvio?
Silv. Así es ; esta cuenta no puede fal
tar.
Teod. Ahora, si quisiereis, vereis como este
mismo peso ó cilindro de laton que metido
en el agua perdió una onza de su peso , si
lo sumergieren en líquido mas ligero que
el agua , pierde ménos : mandaré traer es
píritu de vino para hacer la experiencia.
z3
300 Recreacion filosófica.
Silv. Ya no es preciso mas : hemos visto
que el laton metido en el agua pt-rdia tan
to de su peso quanto era el peso de igual
volúmen de agua ; metido en el espíritu de
vino , ha de perder tanto de su peso quan
to pesará igual volúmen de ese licor ; y co
mo es mas ligero que el agua , es evidente
que entonces ha de perder menos de lo que
pierde ahora. ¿Que decis , Eugenio ?
Eug. Tambien concuerdo en lo mismo.
Teod. Bien está , quedemos , pues , firmes
en esta proposicion : Un cuerpo metido en
qualquier líquido pierde de su peso tanto
quanto pesaría igual volumen de ese líquido.
Eug. No podemos tener la menor duda.
Teod. De aquí infiero yo , que quanto
mayor fuere el volumen de qualquier cuer
po , mas peso ha de perder quando lo su
mergieren dentro del agua v. g. ú otro qual
quier líquido ; porque entonces tambien es
mayor el volúmen de agua, que es la medi
da del peso que se pierde. He ahí , pues,
teneis la razón de una experiencia , que di
ré ahora : si pusiereis en equilibrio dos cuer
pos de diversa gravedad específica , pierden
el equilibrio todas las veces , que los sumer
giereis dentro del agua.
Eug. ¿Que entendeis vos por diversa gra
vedad específica ?
Teod. Entiendo aquellos cuerpos , que en
iguales porciones ó volúmenes tienen diver
so peso , v. g. el plomo y el palo ; si tu
vieren el mismo volumen , no tienen el mis
mo peso j porque el plomo pesa mas que
Tarde qiiarta. 301
el palo ; por eso estos dos cuerpos tienen
diversa gravedad específica.
Eug. Ya lo entiendo.
Teod. Digo, pues: si en una balanza pu
siereis en equilibrio dos cuerpos de diversa
gravedad específica , v. g. plomo y plata,
luego que los metiereis en el agua pierden
el equilibrio.
Sitv. ¿Y como puede ser eso?
Teod. Lo probaré primero con la expe- „
riencia ; despues daré la razon {estamp. 5. g '*'
Jig. 14. ). Aquí teneis esta balanza en equi
librio con una bola de plomo y otra de
piedra , que son dos cuerpos de diversa gra
vedad específica ; luego que entren en el
agua , vereis que pierden el equilibro , y
que el plomo baxa mas : baxemos toda la
balanza Veis? He aquí perdió todo el
equilibrio.
Eug. Así es ; levantad ahora la balanza,
y volved á sacar los pesos del agua para
ver si quedan otra vez en equilibrio.
Teod. He aquí otra vez la balanza dere
cha , y los pesos equilibrados. Ni os admi
rareis de esto , Silvio , porque esta pie
dra es cierto que tiene el mismo peso que
la bola de plomo , y que por eso se equi
libran ; pero tiene mayor volumen ; como
tiene mayor volúmen quando entra en el
agua pierde mas de su peso de lo que pier
de el plomo ; porque como dixe poco ha,
quanto mayor fuere el volumen de qualquier
cuerpo , tanto mas pierde de su peso al entrar
en el agua.
Z4
3oi "Recreación filosófica.
Eug. Ya lo sé , y la razon de eso es esta:
porque un cuerpo sumergido en el agu3,
pierde tanto de su- peso , quanto pesaria
igual volumen de agua : luego teniendo la
piedra mayor volumen que el plomo , ha
de perder mas peso que este ; y por con
siguiente siendo ambos cuerpos iguales en
el peso , y perdiendo uno mas que el otro,
ya no pueden quedar en equilibrio.
Teod. Por tanto, para que queden en equi
librio dentro del agua , es preciso aumentar
alguna cosa mas de peso á la piedra , y si
el plomo tiene dos libras v. g. es necesario
que la piedra tenga algo mas de dos libras
para quedar equilibrada con el plomo den
tro del agua.
Silv. Para mayor certidumbre , veamos
eso en la práctica.
Teod. Yo aumento en la piedra esta cha
pa de laton n , que pesará de una á dos
onzas poco mas ó ménos; he aquí estánen
equilibrio dentro del agua los dos cuerpos;
pero si los saco á fuera pierden el equili
brio.
Eug. Necesariamente ha de suceder eso,
porque ahora la piedra fuera del agua tiene
mas peso que el plomo.
Teod. Esta misma razon milita en todos
los demas cuerpos que tienen diverso peso
específico ; esto es , que quando tienen igual
peso tienen diferentes volúmenes , aunque la
diferencia sea poca , como v. g. oro , plo
mo , plata , cobre , &c. por eso si pusiereis
cu los dos brazos de la balanza dos libras,
. Tarde quarta. 303
una de plomo , otra de cobre , luego que
baxareis la balanza de suerte que ambos pe
sos entren en el agua se pierde el equilibrio,
y la libra de plomo baxa mas. Lo mismo
sucede haciendo la experiencia con una onza
de oro y otra de plata , porque en, pesos
iguales , siempre la plata tiene mayor volú
men que el oro, y así al entrar en el agua
pierde mas de su peso y se destruye el equi
librio.
Eug. Supuestas las doctrinas antecedentes,
eso es una cosa necesaria y evidente.
Teod. De este modo es fácil averiguar si
qualquier pieza de oro tiene liga de otro me
tal ó si es puro.
Eug. Decidme como se ha de saber eso:
porque he dado un oro muy puro para la
construccion de una caxa que tengo , y re-
zelo que el platero me engañase dándome
oro inferior.
Teod. No teneis mas que hacer esta dili
gencia : tomad otro tanto peso de oro puro
quanto es el peso de la caxa , colgad la
caxa abierta en un brazo de una balanza,
y esa otra porcion de oro de la otra parte,
de suerte que quede la balanza perfectamen
te en equilibrio. Hecho esto meted dentro
del agua estas dos porciones de oro , asi
mismo puestas en la balanza , y observad
si se pierde el equilibrio. Si la porcion de
oro puro fuere mas abaxo , es señal que el
de la caxa no es tan puro ; pero si se con
servaren en equilibrio los dos pesos , es cierto
que el oro de la caxa es tan puro como el otro.
304 Recreación filosófica.
Silv. Resta que deis la razon de eso.
Teod. La razon es porque no hay metal
alguno tan pesado como el oro , por eso en
igual peso ninguno tiene menor volumen que
él ; así metiendo una onza de oro dentro
del agua , pierde ménos de su peso de lo
que perdería una onza de qualquier otro
metal : supuesto esto , si el oro de la caxa
estuviere mezclado con alguna porcion de
otro metal que no sea oro , desde luego
ha de tener mayor volumen que igual peso
de oro puro ; así metiendo la caxa en agua
ha de perder mas peso que la otra porcion
de oro puro , y por lo mismo no se ha de
conservar en equilibrio. Advierto que la ca
xa ha de estar abierta quando la metiereis
dentro del agua , y ha de estar muy limpia,
como tambien la balanza debe ser fidelísima,
y quanto mas pequeña mejor. Ademas de
eso los cordones ó hilos en que se colga
ren los pesos deben ser iguales en su grue
so , y si fueren cerdas de caballo , será me
jor, Es preciso advertirlo todo , para que
el volúmen del cordon que entra en el agua,
siendo tal vez mayor de una parte que de
otra , no ocasione el perderse el equilibrio.
Eug. Ya veo que es menester cautela: mas
puede haberla con un cuidado mediano , y he
de hacer la experiencia para salir del reze-
lo ; y para mayor seguridad , despues de
hecha una vez , la he de repetir cambiando
los pesos.
Teod. Esa precaucion es muy buena ; y
de aquí ya veis , que del mismo modo se
Tarde quarta. 30 f
puede averiguar , si es falsa ó verdadera
qualquier moneda de oro equilibrándola con
otra ciertamente buena y del mismo peso.
Eug. Ahí concurre la misma razon.
Teod. Ahora , pues , Eugenio , que enten
deis bien esto quiero del mismo principio ar-
riba dicho sacar otra conseqiiencia , de que
Silvio ha de quedar escandalizado , y es:
todas las veces que viereis equilibrados en
una balanza dos cuerpos de diversos ta
maños , sabed que uno pesa mas que otro.
Eug. ¿Que me decis á esto , Silvio?
Silv. Es la mayor paradoxa que jamas oí.
No me parece que habrá fuerzas bastantes
ni de razon ni de experiencia que me obli
guen á creer tal : esto es Una contradiccion
manifiesta ; si ellos están equilibrados en el
ayre, ¿como pesa uno mas que el otro? Su
pongo que no hablais de la balanza romana,
sino de estas , de que hemos usado hoy , que
tienen los brazos iguales.
Teod. Pues de esas hablo ; y para que os
certifiqueis de lo que digo , atended. Ya habeis
visto que los cuerpos de diversos tamaños*
como v. g. la piedra y el plomo {fig. 14.) 'rst" $"
quando estaban en equilibrio dentro del agua, S'1^
la piedra verdaderamente tenia mas peso que
la bola de plomo ; porque tenia demas esta
chapa n , que le aumentamos , y solo así
se podia equilibrar dentro del agua.
Silv. No hay duda , bien me acuerdo.
Teod. Pues lo mismo se debe decir estan
do los cuerpos en equilibrio dentro del ayre;
porque el ayre tambien es cuerpo fluido,
306 Recreación filosófica.
así como el agua ; tambien es pesado , bien
que mucho menos que el agua , como mos
traré á su tiempo '. Por tanto la misma ra
zon hay para que los cuerpos , que se equi
libran en el ayre , no queden en equilibrio,
si los sacáremos fuera del ayre ; así como
no quedan en equilibrio la piedra y el plo
mo , si los sacamos fuera del agua.
Silv. Pues entonces , Teodosio , quando me
pesareis algunos cuerpos allá fuera del ayre,
entonces creeré fácilmente que ahí pierden
el equilibrio que tenían quando estaban den
tro del ayre ; ántes de eso no teneis que
persuadirme semejante paradoxa.
Teod. Acepto el partido , y estoy por el
ajuste , vamos al gabinete. Aquí teneis la
Est. g. Máquina Pneumática (estampa S.fig. J5.):
fig. ig. dexadme sacar fuera este recipiente ( así se
llama esta manga de vidrio que cubre la ba
lanza). ¿Veis que esta bola de plomo a está
equilibrada con esta bola de cera e ?
Silv. Bien lo veo. En esto no tengo duda.
Teod. Ahora quiero pesar estos mismos
cuerpos fuera del ayre ; para esto los cubro
con el recipiente y mando trabajar con la
máquina : vereis que al paso que se va ex
trayendo el ayre , va baxando mas la bola
de cera... Veis?
Eug. Así es ; ella va baxando , bien que
muy despacio.
Teod. Ya el fiel de la balanza inclina há
cia la bola de cera ; y para que se vea que

> Tom. III. ,',. .


Tarde quarta. 3o7
esto procede de faltarle el ayre , ahora se
lo haré entrar de repente , y vereis que
los pesos vuelven á quedar equilibrados : aquí
abro esta llave o para que entre el ayre.
Eug. Ahqra bien de priesa se movió la
balanza , para quedar en su equilibrio.
Teod. Pero os advierto que sucedió esto
porque es muy fiel la balanza y se mueve
con el mas mínimo peso ; á no ser así no
se conoceria en ella diferencia alguna. Tam
bien se puede hacer esta experiencia y mas
evidente poniendo de una parte algunas mo
nedas de oro y de la otra un pedazo de
corcho.
Eug. Aunque poco mas ó ménos sé la
razon en que se tunda esta experiencia, de
seo que la digais para ver si Silvio tiene
que replicar. .- i. .
Teod. Así como qualquier cuerpo sumer
gido en el agua , pierde tanto de su peso
quanto pesaria igual volúmen de agua ; así
metido dentro del ayre , pierde tanto de su
verdadero peso quanto pesa igual volumen
de ayre. Como estos dos cuerpos plomo y
cera tienen volumenes muy diversos , estan
do ambos metidos en el ayre , uno ha de
perder de su verdadero peso mas que el otro;
y si no obstante que la cera pierde mas de
su peso que el plomo , están en equilibrio,
como suponemos , es señal verdadera que
la cera tiene mas peso que el plomo ; pues
no obstante perder mas que él , aun así
quedan iguales. Y como extrayéndose el
ayre cada uno pesa con todo el peso , que
308 Recreación filosófica.
en sí tiene verdaderamente , por eso la ce»
pesa mas. ¿Será esto así, Silvio?
Silv. Vos en entrando á hacer vuestras
cuentas por pesos y volumenes , suponien
do unas cosas , probando otras , al cabo to
do os sale bien. Yo como no estudié estos
puntos , que mas pertenecen á la Matemá
tica que á la Filosofía , nada tengo con eso:
ved si Eugenio se da por satisfecho , pues
á él se dirige vuestro trabajo. ..:..-.
Eug. Estoy satisfecho enteramente. Pero
de ahí infiero yo , que todas las veces que
se vende alguna cosa á peso de hierro á
plomo , si lo que se vende tiene mayor vo
lúmen que el hierro , se sigue que quien ven
de da mas de lo que tiene el peso de hier
ro ; porque aunque la balanza esté en equi
librio , el cuerpo que tiene mas volúmen ha
de tener mas peso , por la misma razon que
la bola de cera , que. ha poco vimos.
Teod. Decis bien , que así es ; de tal suer
te que si comprais á peso lana v g. despues
de pesada si volvieseis á pesarla fuera del
ayre , seria preciso sacar alguna porcion de
ella para quedar la balanza en equilibrio. Pe
ro advierto que este exceso es tenuísimo.
Eug. Está muy bien ; vamos á otra cosa.
Teod. Volvamos á la galeria en donde
estábamos , que allá tenemos los instru
mentos precisos para lo que hemos de tra
tar.
Tarde quarta. 309

§. XI.

Explícame algunos efectos comunes y extra»


ordinarios , que se siguen de los principios
establecidos. i;

Silv. JL eodosio , quisiera ya ver el fin


á que se encaminan todas estas doctrinas;
pues confieso que no sé para que sirven es
tas averiguaciones del peso de los sólidos
dentro de los líquidos , ni qual sea su utili
dad en orden á la Filosofía.
Teod. Vereis quan útiles son ahora que
voy á dar la razon de muchos efectos na
turales ; que es la obligacion propia de un
Filósofo. Hemos dicho , Eugenio , que todo
cuerpo enteramente metido en algun líqui
do perdía tanto de su peso quanto pesaría
igual volúmen de ese mismo líquido : de
aquí se siguen varias conseqüencias igual
mente ciertas. Sea la

í . ..' PRIMERA CONSEQUENCIA.


Quando un cuerpo es mas pesado que
igual volumen de agua , si le metieren den
tro del agua , se va á fondo. Esta propo
sicion es cierta , y consta de la experiencia.
La razon de este efecto es comun ; porque
esta bola de marfil e ( estamp. S.fig. I2.) en~ fiSt"
trando en el agua , pierde poco mas de la ""
mitad de su peso , pero no lo pierde todo,
porque esta bola pesa mas que igual volú-
flien de agua ; y como no pierde todo su

-
31o Recreación filosófica.
peso , se irá abaxo luego qne la larguen:
mas reparad que va mas despacio dentro
del agua , de lo que iria por el ayre.
Eug. Es por esa misma razon ; porque
en el agua va con menor peso que acá fue
ra en el ayre.
Teod. Bien está : pasemos á explicar la

SEGUNDA CONSEQUENCIA.
Si un cuerpo tuviere tanto peso com.fi
igual volúmen de agua y le metieren ente
ramente dentro del agua , ni ha de baxar
ni subir ; ha de quedar en donde le de-
xen. La razon de esto es , porque los cuer
pos no baxan sino á causa de su peso ; si
el cuerpo sumergido pesa por sí tanto como
igual volumen de agua , se sigue que en
trando en el agua pierde todo su peso en
teramente ; y así no tiene cosa que le haga
baxar ni subir.
, Eug. Si ese cuerpo pesa tanto como igual
volúmen de agua , se puede suponer que
tal cuerpo no. está ahí , y que en su lugar
está agua ; porque creo que ha de ser lo
mismo respecto del peso. .
Teod. Así es : vamos ahora á la

TERCERA CONSECUENCIA.
Si un cuerpo pesare ménos que igual vo-<
lamen de agua , y lo metieren enteramente
en ella , ha de venirse arriba y nadar en
su superficie. Demos la razon , y luego apli
carémos la ley á muchas experiencias. Si un
cuerpo pesa ménos que igual volúmen de
Tarde quarta. 311
agua , claro está que metiéndole enteramen
te en ella , pierde todo su peso : por esta
razon ya tenemos , que no puede baxar. Va
mos ahora á ver la razon , por que no sube
hacia arriba. Ved esta figura ( estamp. 5 . Est. j.
Jig. 16.) que representa un vaso lleno de fig.ió.
agua con un cuerpo dentro mas ligero que
el agua ; supongamos que este cuerpo e o
es corcho v. g. : si el corcho es mas li
gero que igual porcion de agua , se sigue
que esta columna , que va de m hasta r, y
es parte de corcho y parte de agua , tiene me
nos peso que esta columna a n , que es en
teramente de agua.
Eug. No hay duda.
Teod. Bien ; luego esta partícula o , que
está inmediata al fondo del vaso , y es opri
mida por ambas columnas , ha de ser mas
oprimida por la columna a n , que por la
columna m r : así segun lo que quedó esta
blecido en el principio de esta tarde (prop. 1 f .
fag. 236.) ha de moverse hácia donde tiene
menor opresion que es hácia la columna m
r : viniendo , pues , las partículas de agua
que están en el fondo , cargando todas há
cia esta parte s , como aquí no caben , han
de ir levantando hácia arriba el corcho que
allí está ; y miéntras las columnas no que
den iguales en peso , la mas pesada siempre
ha de ir cargando hacia abaxo con mayor
fuerza , y haciendo subir hácia arriba la que
sea mas ligera. Aquí teneis la razon , por
que el corcho ó qualquier madera ligera,
sube por el agua arriba.
Tom. I. Aa
<%\i Recreación filosófica.
. Silv. Pero el corcho nunca sale enteramen
te fuera del agua , siempre queda alguna
parte metida en ella.
Teod. Así debe ser; porque el corcho siem
pre tiene algun peso ; ese peso ha de ser
igual á alguna porcion de agua mayor ó me
nor , segun él fuere ; y así puesto el cor
cho en la superficie del agua ha de ir in
troduciéndose en ella hasta levantar esa por
cion de agua , á que equivale todo su peso;
en llegando á estos términos para , ni baxa
ni sube ; porque entonces ya estan en equi
librio y con igual peso ambas columnas , tan
to la que es compuesta de corcho y agua,
como la que es solo de agua. Ved esta fi-
Est. g. gura (17. estamp. 5.) que representa nadan-
fig.i7. do con la mitad fuera del agua el mismo
corcho que la figura anterior representaba
enteramente sumergido en ella. Aquí tene
mos dos columnas, una que va de a hasta
s toda de agua , otra de c hasta p de cor
cho y agua , las quales pesan igualmente;
porque aunque el pedazo de corcho sea mas
ligero que igual porcion de agua , se supo
ne pesar tanto como el agua que hay desde
la superficie a hasta x ; y asi quedan las
columnas iguales en el peso ; y por eso ni
baxa ni sube el corcho , va nadando en el
agua de la misma suerte. Si entendeis esto,
teneis la razon de innumerables experiencias,
de que no sabreis la causa.
Eug. Id refiriéndolas , y aplicándoles esa
misma doctrina.
Teod. Primeramente ya teneis la razón.
Tarde quarta. 313
por que tinos cuerpos echados en el agua se
van á fondo y otros nadan en su superficie:
los que son mas ligeros que igual volúmen
de agua , quedan nadando ; y los que son
mas pesados que un volúmen igual de agua,
6e van á fondo. De aquí se infiere tambien
la razon por que un mismo cuerpo que na
da en un líquido , puede ser que se vaya á
fondo , si lo echaren en otro líquido mas li
gero , v. g. la cera amarilla si la echan en
agua , nada en su superficie ; pero si echan
en aceyte esta misma cera , se irá á fondo;
la razon es , porque la cera aunque es mas
ligera que igual volúmen de agua , es mas
pesada que igual volumen de aceyte '. EL
plomo que echado en el agua se va á fondo,
echado en azogue queda nadando en su su
perficie.
Eug. Segun eso muy pesado es el azogue,
pues aun vence en peso al plomo.
Teod. Despues del oro es la cosa que hay
mas pesada. Tambien de aquí se infiere la
razon , por que los barcos quando navegan
por agua salada , pueden con mayor carga,
que quando navegan por agua dulce , por
que el agua salada es mas pesada que la dul
ce ; y quanto mas pesado es un liquido,
mayor peso sufre en su superficie.
Eug. Aun no sabia eso : ya veo que quan
do se hubiere de cargar un barco aquí en
la ria para ir por el Tajo arriba , es preci
so precaver que la carga no sea mayor de-
A3 2
* Nollet rom. 2. pag. 398.
3T4 Recreación filosófica.
la que admite el agua dulce , que hay allá
mas arriba. Ahora ya poco mas ó ménos
sé la, razon , por que quando nadan los hom
bres , se sostienen encima del agua, y supon
go que es porque son mas ligeros que igual
volúmen de agua.
Teod. Esa es la razon ; pero tal vez que
no la sepais de una industria que hay para
nadar con tal seguridad que el hombre mas
inepto y tímido no correrá peligro de aho
garse y andará metido en el agua hasta la
cintura con admiracion de todos '.
Eug. Decidme como puede ser eso.
Teod. Mandad hacer un cinto que os ciña
el cuerpo al rededor : este cinto ha de te
ner pegados unos odres pequeños , los qua-
les se llenan de ayre y cierran con caute
la ; despues de así ceñido con este cinto,
poned en los pies algunos pesos de plomo
fjroporcionados á los odres y unas como pa-
as para poder remar con los pies : hecho
todo esto , si los odres no fueren muy gran-
dres , quedan debaxo del agua y no se ven
de fuera : cosa que. causará admiracion á
quien os viere nadar con medio cuerpo casi
fuera del agua.
Eug. Esa industria está bien pensada : así
no puede haber peligro.
, Stlv. Es fácil dar la razon de ella ; lo que
yo quisiera que me explicaseis , es el modo
con que los peces andan unas veces allá por
el fondo del mar , otras acá por encima:

■ Scott. Magia Hidrostat. part. 3. lib.¡j.


Tarde quarta. 31 *
aquí no puede tener lugar la doctrina que
habeis dado , porque ellos siempre tienen el
mismo peso ; y así , ó siempre han de ser
mas pesados que el agua é ir abaxo , ó siem
pre mas ligeros y venir arriba.
Teod. Tambien se da la razon de esc
«fecto natural por la doctrina establecida.
Habeis de saber que en los peces hay una
como vexiga llena de ayre : quando dilatan
mas esta vexiga , quedan con mayor vor
Jumen ; y así pierden mas peso y suben ar
riba ; pero quando contraen y aprietan map
la tal vexiga de ayre , tienen menos volú
men y pierden ménos peso , y así van aba
xo , porque pesan mas que igual volúmen
de agua.
Sito. Eso no puede ser. Como pueden te
ner los peces esa vexiga de ayre , viviendo
«iempre debaxo del agua : eso es dicho sin
fundamento ni verisimilitud.
Teod. No es sin fundamento , porque
abriéndolos con cuidado , se les halla : y se
confirma mi pensamiento , porque es expe
riencia constante , que metiéndose un vaso
de agua con algunos peces dentro , metién
dose , digo , dentro de la máquina Pneusná- '
tica , luego que comenzamos á extraer el
ayre , comienzan tambien los peces á subís
arriba ; mas forcejeando vuelven á irse á
fondo ; pero luego que el ayre está casi to
do extraido , por mas que. les peces force
jeen para recogerse al fondo del vaso, nun
ca baxan ; y se ven obligados por fuerza
á nadar en la superficie del agua , como lo
Aaj
316 Recreación filosófica.
he experimentado varias veces. La razon de
esto es , porque como se extrae el ayre que
oprimía el agua y juntamente á los peces
que están dentro de ella , se dilata mucho
la vexiga de ayre , y no puede el pez es
trecharla ni encogerla ; por eso anda encima
del agua : al contrario , si le agujerean la tal
vexiga de ayre de suerte que salga el que
tiene dentro , se va el pez á fondo sin po
der subir arriba.
Eug. Aquella experiencia confirma plena
mente el discurso de Teodosio.
Silv. Bien está ; sea muy enhorabue
na.
Eug. (Y qual es la razon , Teodosio , por
que los hombres quando se ahogan , se van
á fondo , y despues de pasados algunos dias
suben á la superficie del agua ?
Teod. La razon de eso es , porque qnan-
do se ahogan , se les introduce por la boca
mucha agua ; de este modo ya quedan mas
pesados que ántes ; por eso se van á baxo,
así como los navios quando se llenan de
agua : pero pasando algunos dias , se van
corrompiendo é hinchando ; tienen mayor vo
lumen sin tener mas materia , de este modo
vienen arriba ; porque entonces ya quedan
mas ligeros que un volúmen igual de agua.
Eug. Ahora que habeis hablado de na
vios , se me acuerdan algunas cosas , que en
varias ocasiones me han dado en que pensar:
primeramente ¿ qual es la razon por que un
navio siendo tan pesado , no se ha de ir á
fondo ?
Tarde quarta. 317
Silv. Por muy pesado que sea , como es
de palo , tiene la misma razon para soste
nerse encima del agua , que quaíquier otro
madero.
Eua. Si vale esa razon , entonces no ha-?
bia de irse á pique aunque se abriese, co
mo sucede muchas veces , y hemos visto po
cos dias ha aquí en la ria. ¿Que os parece^
Teodosio?
Teod. Lo que Silvio dice es así ; pero
no es esa sola la causa , por que el navio no
se va á pique. Si no tuviese el navio mas
que madera (no siendo de algunas castas de
palo mas pesado que el agua) , yo os ase
guro , Eugenio , que aunque se abriese , no
habia de irse á pique , como sucede en una
tina que aunque esté abierta con mil grie-»
tas y la echeis en un estanque lleno de agua,
no ha de sumergirse ; porque la madera siem
pre es mas ligera que igual porcion de agua;
pero como los navios ademas de la made->
ra llevan mucho hierro , lastre , artilleria,
&c. por eso se van á pique quando se les
abre algun costado.
Eug. ¿Y por que no se va á fondo un
navio estando sano , aunque esté cargado de
hierro y otros géneros muy pesados?
Teod. Para eso concurre su construccion.
Mirad : para irse á pique el navio estando
sano , es preciso que el agua le entre por
los bordes ; y que al tiempo que baxa , le
vante un volumen de agua igual á todo el
navio y á su concavidad : con este vaso de Est. ¡f.
vidrio A {estamp. 5. fig. 18.) podemos ha- %i8.
Aa4
318 Recreacion filosófica,
cer una experiencia que nos aclare el punta
Si yo lo quisiere meter derecho con el fon
do hácia abaxo dentro del vaso B que está
lleno de agua , ántes de sumergirse en ella,
ha de levantar un volumen de agua igual
á su tamaño y concavidad. Voy á hacer la
experiencia , y por el agua que se vierta
por los bordes del vaso B conocereis la
quantidad de agua que levanté quando car
gué con el vaso A hácia abaxo.... He ahí
el vaso sumergido.
Bug. ¿Pero como hemos de medir la
quantidad de agua que se vertió , para ver
si es igual al volúmen y concavidad del va
so A ?
Teod. Eso se conoce fácilmente : voy sa
cando el vaso chico de dentro del grande
con cuidado para que no rebose mas agua.
Ved ahora : si yo echare en el vaso gran
de el agua que este vaso chico puede in
cluir , ya veis que le echo un volúmen de
agua igual á la concavidad del vaso chico,
aun así no ha de quedar el vaso grande to
talmente lleno como estaba.... Veis ?
Bug. Es así , aun le falta alguna porción
de agua.
Teod. Solamente le falta una porcion igual
al vidrio. Para que me creais , destaparé un
agujero que hay en el fondo de este vasito
(que de intento habia yo tapado con cera) y w
destapo para que el agua se introduzca en
él quando le fuere metiendo dentro del va
so B. Reparad ahora que luego que el va-
sito entró dentro del agua , vuelve el va
Tarde quarta. 319
so S á estar lleno , como en el principio
antes de hacer la experiencia
Eug. No hay duda que está lleno.
Teod. Pues ahí veis la razon , por que los
navios estando sanos , no se van á fondo , y
quando tienen algun agujero se van á pique
fácilmente. Quando están sanos , no pueden
irse á fondo sin levantar una porcion de
agua igual á todo el navio y su concavidad;
así como el vasito no puede irse á fondo,
sin echar fuera una porcion de agua igual á
la concavidad y volúmen del vidrio ; y pa
ra levantar tanta cantidad de agua , no tiene
el navio peso bastante con la carga ordinaria;
pero si le metieren tanta carga , que pese
mas el navio que un volúmen de agua igual
al mismo navio y su concavidad , ciertamen
te se irá á pique.
Eug. Y quando está abierto el navio,
¿por que se va á fondo , aunque esté con
poca carga?
Teod. Es porque entonces para irse á pi
que no le es preciso levantar tanta canti
dad de agua , basta levantar un volumen de
agua igual al casco del navio sin atender á
la concavidad ; así como el vasito con el
agujero destapado para irse á fondo solo
necesita levantar una porcion de agua , que
corresponda al vidrio y no á la concavidad;
y para esto tiene el navio peso bastante
aun con una carga muy ligera , y por lo
mismo se va á fondo.
Eug. Pocos dias ha que así lo vimos en
ese navio , que á vista de su dueño se fué
32o Recreación filosófica.
i pique , viniendo de fuera con bien poca
carga , por tener abierta la quilla no sé de
que modo.
Silv. Puede que Teodosio por sus Filoso
fías halle algun modo de sacarlo fuera coa
toda su carga.
Ttod. Algunas industrias hay para eso;
bien que todas tienen su dificultad para po
nerse en práctica.
Eug. Decidme que industrias son esas , pues
deseo saberlas.
Teod. En donde hay fluxo y refluxo que
llaman mareas , se debe buscar gran porcion
de caxones huecos ó pipas vacías , cuya mul
titud sea proporcionada al peso que se pre
tende levantar ; y en el término de baxa-
mar se deben atar con cuerdas fuertes al
navio que está en el fondo , de suerte que
queden las cuerdas bien tirantes : quando
principia á crecer el mar , hace gran fuer
za en los caxones ó pipas vacías para em
pujarlas hácia arriba , y como están asegu
radas al navio , le arrancan y levantan de
donde estaba. La dificultad mayor está en
amarrar bien los cables al navio que se in
tenta levantar ; pero se vence con alguna
diligencia.
Eug. A mí me parecía que era mejor usar
de barcos en lugar de caxones y pipas.
Teod. Bien puede ser ; pero tiene su pe
ligro , porque si acaso no fueren bastantes
para arrancar el navio en la primera marea,
puede suceder que estando amarrados á él,
crezca el agua de suerte que los cubra y
Tarde quarta. 321
consiguientemente se hundan; cuyo peligre*
no hay en las pipas y caxones estando bien
tapados ; porque aunque de la primera vez
no puedan arrancar el navio y queden tam
bien cubiertas de agua , nunca se van á fon
do ; y así continuamente están haciendo fuer
za hacia arriba , y de esta continuada fuer
za se debe esperar mayor efecto.
Eug. Pero donde no haya mareas , ¿como
se podrá arrancar el navio que se hubiere
ido á pique?
Teod. Tambien hay arbitrios para eso, si
guiendo las leyes del peso de los líquidos,
que hemos dado : básquense algunos barcos
proporcionados al navio , y llénense de agua
quanto pudiere ser sin peligro de irse á fon
do ; estando así los barcos muy metidos ea
el agua á causa del peso que tienen , amar
rense á ellos los cables que estuvieren atados
al navio que está en el fondo , de suerte
que queden bien tirantes ; hecho esto , con
algunas bombas extráigase de los barcos toda
el agua que tuvieren dentro : con esta di
ligencia los barcos ya vacíos , que están muy
metidos en el agua , harán gran fuerza há
cia arriba ; y como los cables están muy
tiesos, necesariamente ha de ir moviéndose
el navio : llénense otra vez de agua los mis
mos barcos , para que se vayan metiendo
mas en el agua y vuélvanse á entesar los
cables , y luego que estuvieren bien tiesos,
y los barcos bien metidos en el agua , se
volverán á vaciar para tirar de nuevo el
navio mas arriba. Pero si de la primera vez
321 Recreación filosSfica.
no pudieren los barcos m over el navio .jun
tensele otros y hágase la misma diligencia.
La mayor dificultad es quando el navio ce
ní i enza á salir fuera del agua , porque en
tonces pesa mucho mas ; pero no obstante,
se puede conducir remolcándole hácia tier
ra , de suerte que siempre vaya descansan
do en la arena ; y últimamente aumentan
do el número de los barcos , se sacará fuera
del agua , precediendo la diligencia de sal
tar en el navio , así que comenzare á salir
fuera del agua , algunos hombres , que con
bombas echen fuera toda el agua , para que
quede mas ligero. La razon filosófica de to
do esto bien veis que se infiere de lo que
queda dicho. He aquí , Silvio , para que sir
ven estas observaciones sobre el peso de Ioj
sólidos dentro de los líquidos.
Eng. No podeis negar , Silvio , que estas
industrias son muy útiles, ademas de ser muy
curiosas.
Silv. En la práctica siempre hay muchas
dificultades , que no hay aquí en la especu
lacion.
Teod. Eso no lo dudo ; pero aun así no
podemos negar el mérito de estos proyecto»
que no son aéreos ; y con efecto de este
modo se han sacado muchos navios , bien
que con gran trabajo. Pero aun en el caso
que no se hubiesen reducido á práctica, siem
pre merecian nuestra estimacion. Un pro
yecto hay ciertamente mucho mas difí
cil de ponerse en práctica , y no obstan
te no dexa de tener su mérito el que le ideó.
r
Tarde quarta. 313
Viene á ser un modo de navegar por el ay-
re , así como lo hacemos por el agua.
Eug. Seria idea muy estimada , si se pu
diese poner en práctica. Decidme como era.
Teod. Ya dixe que el ayre es pesado , co
mo os mostraré á su tiempo. Supuesto esto,
todo cuerpo que tuviere ménos peso , que
igual volúmen de ayre , ha de subir hácia
arriba. Para esto se pueden formar quatro
bolas muy grandes de metal muy delgado,
de las quales se extraiga el ayre con la má
quina Pneumática : hecho esto , ya pueden
quedar estas bolas mas ligeras que igual por
cion de ayre , y consiguientemente elevarse
en él ; á estas quatro bolas se puede sujetar
un barco de la materia mas ligera que fue
re posible , v. g. una red , en la qual se
pondrá quien quisiere navegar por el ayre;
porque subirá hácia arriba sostenido por las
quatro bolas , y para su gobierno puede usar
de unos remos de plumas á manera de alas;
de esta suerte se puede gobernar yendo pa
ra donde quisiere , así como lo hacemos so
bre el agua : aunque siempre tendria su pe
ligro tanto por causa de los vientos , como
por desbaratarse alguna parte de esta má
quina , cosa , que originaria una horrible caí
da Pero advierto , y concluyo , que en la
práctica es dificultosísimo formar las bolas
tan grandes y tan delgadas , que colgándo-
«ele un hombre queden mas ligeras que igual
porcion de ayre ; por quanto las bolas de
ben tener cuerpo bastante , para que quan-
do se les extrae el ayre , queden siempre
324 Recreación filosófica.
redondas , y no se pongan como una vexi-
ga quando le quitamos el ayre de dentro,
Ja qual toda se arruga y pierde la figura re
donda que tenia : por lo mismo como todo
este peso de las bolas y del hombre que
han de elevar , hace una suma muy grande,
digo que es muy dificultoso poner esta idea
en práctica ; pero absolutamente tal puede
ser la magnitud de las bolas , que quede
toda esta suma mas ligera que igual porcion
de ayre , que es lo que basta para navegar
el hombre por el ayre '.
Silv. En esa máquina que nos habeis pro
puesto , jamas me meteria yo , porque no
se verificase en mí la fábula de Icaro incur
riendo en la misma desgracia que á él se
atribuye. Quanto mas que toda esa armazón
que fingis , manifiestamente es imposible co
mo cosa fundada en el ayre ; porque como
la materia de esas bolas siempre habia de ser
mucho mas pesada que el ayre , forzosa
mente habia de venirse abaxo , por mayores
que fuesen las tales bolas.
Teod. Yoco á poco , mi Doctor , yo no
os aconsejaria que os metieseis en esa má
quina , porque ya os dixe que era muy pe
ligrosa en el caso que se elevase algo ; ni
habria fuerza que me moviese á meterme en
ella ; mas todo su peligro esta en la dificul-
1 Bien sabida es la nueva máquina Aerostática que
se ha inventado estos ultimos años , usando del
Gas en lugar de la extraccion del ayre con Ja
Pneumática , y de globos de lienzo o papel en ves
de las bolas de metal.
Tarde quarta. 3*y
tad suma que prácticamente hay en ajusta*
de suerte todos los requisitos que son nece
sarios para ella , que en la execucion no so
brevenga faltar alguno de repente ; pues
qualquier circunstancia que falte , ya la má
quina no puede tener otro efecto sino el de
la ruina. Dadme vos que un Ángel del cielo
fuese su executor , dadme todos los requi
sitos perfectamente ajustados en la forma
que tengo dicho , lo que solo un Ángel po
dria hacer , que entonces seguramente os po»
diais echar á volar , ni rezelara yo acompa
ñaros. Ni Icaro segun fingen los Poetas , se
perdió por ser mala la máquina de que usó,
sino por ser malo el uso que hizo de ella.
Siguiera exactamente el consejo de Dédalo
su padre , que volase siempre por la region
media del ayre , esto es , que ni se llegase
mucho al Sol , para que las alas , que eran
compuestas de cera , no se derritiesen con
el demasiado calor ; ni se apartase mucho
del Sol , para que con el demasiado frio no
le estallasen ; siguiera , digo , esta regla , yen
do por un buen medio , que las alas , que
salváron al padre , le salvarian tambien á él.
Pero como quiso subir mas alto de lo que
con venia , por eso fingió la Antigüedad que
derritiéndosele las alas , vino miserablemen
te á caer , y perecer en las ondas. Pero de-
xémonos de fabulas , vamos á la razon , en
que fundais la imposibilidad de la máquina
que os he propuesto. Yo bien sé que el plo
mo y el cobre son materias mucho mas pe
sadas que el agua ; por eso los granos de
326 Recreación filosófica.
municion ó monedas de cobre echadas en el
agua se van á fondo ; pero unas bolas gran
des de esos metales , si fueren huecos echa
das en el agua , no se irán á fondo ; de
aquí es , que se podía construir un bar
co de plomo en que se navegase segura
mente.
Silv. No creeré yo tal cosa , si no la viere.
Teod. Esperad : voy á mandar echar en
aquel estanque el baño de cobre en que me
mandásteis tomar baños ; vereis como anda
nadando en el agua como un barco.
Silv. Si eso es así , ¿ por que no se usa de
esos barcos ?
Teod. Es , porque los de palo son mas ba
ratos y ademas de eso mas útiles , porque
como mas ligeros pueden llevar mucho ma
yor carga , sin hundirse. Mas ahí teneis el
baño nadando en el agua , sin irse á fondo.
Silv. Con todo eso mandad sacarlo , para
que no suceda el irse abaxo , y tengan vues
tros criados el trabajo de sacarlo.
Teod. Eugenio , la tarde se va acabando:
para no dilatar mas á Silvio , vamos á lo
único que falta tratar en esta materia ; pero
recoj ámónos adentro, porque ya es de no
che.
.- Tarde quarta. 327

§. X 1 1.

Del peso que los cuerpos sólidos aumentan-


á los líquidos quando están sumergidos
en ellos.

Eug. .L/ecidme , pues , que nos resta sa


ber aun acerca de este punto.
Teod. Hemos dicho ya , que los líquidos
disminuían el peso de los cuerpos sólidos que
estaban sumergidos en ellos ; ahora vamos
á ver si los sólidos quitan ó aumentan algun
peso á los líquidos. Digo , pues , que los
cuerpos sólidos , quando están metidos den
tro de algun líquido , si'mpre le aumentan
el peso. Vamos á ver esto con los ojos,
despues daré la razon (estamp. 5. fig. 19.). Jsfcj.
Aquí teneis esta balanza L , en donde está "&,l9'
este vaso de cobre V casi lleno y equili
brado con el peso de plomo Y, que veis
de la otra parte , y aquí teneis otra ba
lanza mas pequeña A : de una parte tiene
colgada esta bola R , que tambien está
equilibrada con los dos pesos p z , que es
tán en el platillo J que le corresponde de
la otra parte.
Eug. Bien veo todo eso ; ¿ mas para que
es tanta prevencion?
Teod. Para esto que diré : si yo baxare
la balanza pequeña A , que tengo en mi
mano , de suerte que la bola R se meta
en el agua , ha de perder parte de su pe
so como queda dicho ; y así se ha de per-
Tom. /. Bb
328 Recreación filosófica.
der el equilibrio en la balanza pequeña ; y
en tal caso tambien se ha de perder el equi
librio en la balanza grande ; porque ef va
so de agua V ha de pesar mucho mas que
antes.
Eug. Veamos , pues , eso.
Teod. Atended , que yo voy baxando en
teramente toda la balanza pequeña , hasta
que la bola R se introduzca dentro deí
agua del vaso V.
Eug. Así sucede como lo habeis dicho:
el vaso V pesa mucho mas ; ya levanta el
peso Y que tiene de la otra parte.
Teod. Está probado lo que dixe , esto es,
que los sólidos metidos en los líquidos los
hacian pesar mas de lo que ántes pesaban.
Reparad ahora en lo que añado ; y es : que
los sólidos metidos dentro de los líquidos
les aumentan tanto peso , quanto perdié
ron : esto es les aumentan tanto peso , quan
to pesaría un volúmen de líquido igual al
sólido. Vedlo , pues , ya que tenemos las
balanzas en las manos.
Eug. Solo lo creeré en ese caso.
Teod. La bola R está metida en el agua;
por lo que perdió parte de su peso ¡ sacad
ahora del platillo J este peso p , que se
disminuyó en el peso de la bola R , y que
dará equilibrada la balanza pequeña.
Eug. Así es , ahora queda la bola equi
librada solo con estotro peso z.
Teod. Tambien veis , que el vaso de
agua V pesa ahora mas de lo que pesaba,
porque la bola le aumentó algun peso ; por
Tarde quarta. 329
tanto para haber otra vez equilibrio en la
balanza grande , es preciso poner de la otra
parte Y algun peso mas : poned el mismo
peso p que sacasteis de la balanza pequeña
y quedará en equilibrio la balanza grande.
Eug No puede darse cosa mas justa : aho
ra se ve claramente , que se aumento en el
agua el mismo peso que perdió la bola quan-
do entró en el agua.
: leod. Eso es lo que yo iba á probar : va
mos á dar la razon. Un cuerpo sólido no
puede meterse dentro de qualquier líquido,
sin levantar una igual porcion del mismo
líquido , como queda dicho.
Eug. Es así , porque el lugar que el cuer
po, v. g. esta bola, ocupa dentro del agua,
antes estaba ocupado con agua : ahora es
preciso que el agua ceda ese lugar á la bo
la , y así necesariamente ha de subir hácia
arriba un volúmen de agua igual al volu
men de la bola.
Teod. Admiro en verdad vuestra firme me
moria é inteligencia. Reparad ahora : supon
gamos que ese. volúmen de agua pesó una
onza por exemplo ; para levantar y hacer
subir hacia arriba en qualquier vaso una on
za de agua , es preciso que la bola cargue
en el agua con fuerza igual al peso de una
onza ; porque así como en una balanza or
dinaria para levantar una libra es preciso
de la otra parte fuerza ó peso igual á una
libra ; así en el vaso de agua para hacer
subir arriba una onza de agua , es preciso
que esta bola cargue en el agua inferior tan*
Bba
330 Recreación filosófica.
to como cargaría una onza de peso. He aquí
porque metiendo esta bola dentro del agua
de este vaso , pesa el vaso mas de lo que
pesaba ; porque conservándose todo el peso
del agua , hay ademas el peso que hace la
bola en esa agua , que ya hemos supuesto
ser igual á una onza ; que es la misma qua
perdió la bola del peso que tenia fuera del
agua. .,', < ..",
Silv. Está muy bien discurrido ; pero si
esta bola tiene el peso de ocho onzas , y
está toda metida en el agua- ;' ¿ por que ha
beis dicho, que carga en el agua con el pe
so de una onza? Parece que habia de pesar
con todo su peso.
Teod. La bola solo carga en el agua ha
ciendo subir hacia arriba un volúmen igual
al suyo : para esto solo emplea fuerza igual
al peso del agua que levanta ; como levan
ta una onza de agua , carga en la que le
queda debaxo con fuerza de una onza. Es
verdad que cargaría con todo su peso si ca
yese dentro del vaso V, y no estuviese sos
tenida por la balanza pequeña , ó por me
jor decir por el contrapeso z , que está en
el platillo J de la balanza pequeña : soltad
la bola , que yo os aseguro que irá al fon
do .del vaso , y que entonces se aumentarán
ocho onzas en su peso ; pero como en la
balanza están siete onzas , que es lo que
valdrá este peso z , solo queda á la bola
una onza libre de su peso para cargar en el
agua ; y porque emplea ahí una onza ele sa
peso , por eso en el platillo J basta ahora
Tarde quarta. 331
solo este peso z ; siendo cierto , que ántes,
quando la bola estaba fuera del agua , era
preciso para quedar la balanza en equilibrio
estotro contrapeso p.
Eug. Lo he entendido perfectamente , y
quedo cierto en que todas las veces que
qualquier cuerpo sólido esta metido entera
mente en un liquido ; crece tanto el peso
del líquido , como si le aumentasen un vo
lúmen de liquido igual al sólido.
Teod. De esa proposicion , que es ciertí-
sima , se infiere la razon de muchas expe
riencias admirables. Solamente haré una , por
que ya es tarde. Aquí teneis este vaso B
[estampa ^.fig. 2o.) ', llenémosle de agua has- Est. g.
ta el borde y colguémosle de esta balan- % 20.
za H poniendo de la otra parte el peso que
es preciso para quedar en equilibrio. ¿Veis
este pedazo de palo A , que tiene hechura
de un vaso sólido ? Pues he de meterlo den
tro de este vaso B , que está lleno de agua;
y por consiguiente ha de rebosar fuera del
vaso mucha agua ; y no obstante. eso. hade
pesar el vaso B tanto como ántes pesaba,
y quedará la balanza en equilibrio.
Silv. "Vamos á ver eso ; pero supongo que
no habeis de tocar con el palo ni en el fon
do ni en los lados del vaso.
Teod. Ya se supone que no '. aquí está....
{Es así como dixe , ú os engañé?
Eug. Parece cosa de encanto , ó que hay
aquí alguna artificiosa ilusion de los senti
dos.
Silv. Ahora no quedó en el vaso ni la
Bb3
334 Recreacion filosófica.
mitad del agua que incluía. El decir , qne>
cargando suplisteis el peso del agua que fal
ta , tampoco puede ser , porque he repara
do muy bien que no tocabais al vaso en par
te alguna Decidnos qual es la razon.
Teod La razon es fácil , supuesto lo que
queda dicho Todo cuerpo metido en el agua,
le aumenta de peso tanto , quanto pesaría un
volúmen de agua igupl al cuerpo que está
metido en ella ; ¿ No concordais en esto?
Eug. Concuerdo á causa de la razon con
que lo habeis probado.
Teod. Pues si este palo A estando metido
en el agua , aumenta á esa agua tanto peso,
quanto pesaría un volumen igual de agua,
se sigue que le aumeuta tanto peso , quan
to era el peso del agua que rebosó , porque
bien sabeis que el agua que se vertió , fué
un volúmen de agua igual al palo ; y así
tanto peso se aumenta , quanta agua se dis
minuyó y queda la balanza de la misma
suerte.
, Silv. Bien habeis dicho , que era fácil la
razon , supuesto lo que queda establecido.
Teod. Pero advertid , que este peso que se
aumenta en el agua del vaso B , procede
no tanto del peso del palo como de la fuer
za con que yo cargué , para que el palo que
dase metido en el agua : tambien se puede
usar de otro cuerpo de qualquier especie que
sea , porque siempre sucederá lo mismo , por
quanto hay en todos la misma razon. Y si os
parece , demos por acabada la conferencia,
que bastante larga ha sido ; pero así fué pre
Tarde quarta. 33>
ciso para que siguiésemos la natural division
de las materias.
Eug. Os aseguro, que me ha parecido muy
breve.
Teod. Pues las que restan para los días si
guientes , os han de parecer mucho mas bre
ves , porque son materias mucho mas fáciles
y gustosas. Sabed, Eugenio , que habeis pa
sado todo el mal camino que hay en la Filosa.
fía : el que ahora resta hasta el fin , es an
cho , apacible y muy llano. Todos los pasos
que hasta aquí dimos , fuéron precisos o por
lo ménos conduxéron mucho para que os que
dase de aquí adelante .llano y. derecho todo
el demas camino : bien que Silvio siempre le
ha de hallar. lleno de dificultades,; pero la ex
periencia nos mostrará si son, verdaderas o
aparentes.
Silv. Mañana lo veremos.: ahora dadme
licencia , que bien conoceis es hora de reti
rarme á mi estudio. ..,,.., , . .
.' Eug. Perdonad la incomodidad que habéis
tenido por mi respeto ; pero ahora hace bue
na luna , y vivis cerca : id con Dios.

IN.

Bb4
334
ÍNDICE
DE LOS LUGARES DONDE SE EXPLICAN
LAS FIGURAS DE LAS ESTAMPAS
SIGUIENTES.

_, ESTAMPA PRIMERA.
,T ¡gura i pág. 82.
Figura 2 pág. 90.
Figura 3 pág. 102.
Figura 4 pág. 113 y 116,
Figura 5. . . pág. 116.
Figura 6 pág. 118.
Figura 7 pág. 119.
Figura 8 pág. 121.
Figura 9. . . pág. 123.
Figura 10. pág. 124.
Figura 11. . pág. 126.
Figura 12 pág. 128.

ESTAMPA SEGUNDA.
Figura 1 pág. 133
Figura 2 pág. 13 f
Figura 3 pág. 138
Figura 4 pág. 141
Figura 5 pág. 158
Figura 6 pág. 172
Figura 7 pág. 177
Figura 8. . . . pág. 177
Figura 9. . pág. 180
Figura 10 pág. 182
ÍNDICE ,r 535
Figura. II. . . , pág. 284 y 188.
Figura. 12. . '. . ..'. . . pág. 186 y 187.

, . ESTAMPA TERCERA.
Figura 1. ... . . . , .
pág. 206.
Figura 2 . .
pág. 206.
Figura 3 pág. 206.
Figura 4. ........ pág. 207.
Figura 5 .pág. 208 y 210.
Figura 6 , . . pág. 210.
Figura 7. ....... . pág. 2c8 y 210.
Figura 8 pág. 211.
Figura 9. . . pág. 211.
Figura ia. . pág. 211.
Figura ir. . . ^ pág. 213 y 250.
Figura ia. .... . . . .. pág. 215 y 219.
Figura 13 pág. 210.
Figura 14 pág. 221.
Figura if. pág. 225.
Figura 16 pág. 222.
Figura 17. . . pág. 239.
ESTAMPA QUARTA.
Figura 1 pág. 240 , 241 y 253.
Figura 2 pág. 258, 2$9y 262.
figura 3 pág. 258.
Figura 4 pág. 243 , 258. y 262.
Figura 5 pág. 241.
Figura 6 pág. 272.
Figura 7 pág. 270.
Figura 8 pág. 268.
Figura 9 pág. 256.
Figura 10 pág. 257.
Figura 11 pág. 250.
33<* DE LAS ESTAMPAS.

ESTAMPA QUINTA.
Figura i. pag. 27Í.
Figura 2. pag. 276.
Figura 3. Pag' 280 y 283;
Figura 4. pág. 280.
Figura 5. Pa& 284:
Figura 6. pág- 288.
Figura 7. pág. 288,
Figura 8. pág. 288.
Figura 9. Pag 2897291.
Figura 10. pág. 289 y 292.
Figura 11. pág. 290.
Figura 12. . « pag. 297 y 309.
Figura i3. pág. 298.
Figura 14. .- . .pág. 301 y 305.
Figura 15. pág. 306.
Figura 16. pág. 311.
Figura !7. pág. 312.
Figura 18. pág. 317.
Figura 19. pág. 327.
Figura 20. pág. )3U
337
CORRECCIONES.
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