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' RECREACIÓN *
FILOSÓFICA,
DIÁLOGO
SOBRE LA FILOSOFÍA NATURAL
PARA INSTRUCCIÓN
DE PERSONAS CURIOSAS
QUE NO FRECUENTARON LAS AULAS,
TOMO PRIMERO.
MADRID MDCCLXX$.
*=:n la Imprenta de la Viuda de ibarra , Hijos y Compafifa.
CON LAS LICENCIAS NECESARIAS.
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' D. JOSEPH I.
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<-." amasflorecieron tanto en las
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PRÓLOGO.
I¿n el primer titulo de qoalquier libro
no se da á conocer claramente lo que en
él se incluye : es preciso en los prólogos dar
á los Lectores un breve diseño de toda la
obra , para excitar el apetito á unos y ahorrar
á otros el trabajo. Sin esta diligencia ni unos
sabrian lo que despreciaban , ni otros lo que
escogían. Yo porque no quiero ser leido con
fastidio , diré con toda claridad lo que he de
tratar , el estilo y método que he de seguir y
la utilidad que cada uno puede sacar, para que
los curiosos se puedan instruir , y los que no
lo fueren , sin el trabajo de leer esta obra , la
puedan dexar. ¡'.i :
El Sabio Autor del mundo en la produc-.
cion de las criaturas dexó en cierto modo gra
bado su nombre en ellas , y unos admirables
vestigios de quien habia sido su Autor. Todos
los hombres ven este mundo y tratan con fre-
qüencia las criaturas de que se compone ; mas
son muy pocos los que saben reparar en la
imágen del Criador que en ellas se halla es-r
tampada ; solo se puede conocer quando la
consideracion las sujeta á una reflexion madu
ra ; y á esto únicamente se ordena todo el es
tudio de la Filosofía. No hay criatura tan vil
en los ojos de la ignorancia , que no sea bas
tante á transportar el mayor ingenio , si guia
XII PROLOGO.
do por lá luz de la razon supiere en ellardes-
cubrir los vestigios de las perfecciones de
Dios. Sin el estudio de la Filosofía miramos
las criaturas , y no venios lo mejor que en
ellas hay ; porque los ojos nos representan so
lamente la corteza , y la razon es la que pe
netra el interior , en donde se encubre lo mas
admirable , lo mas bello y lo mas agrada
ble que hay que ver en todas ellas. : ' - r?
No me persuado que el mas perspicaz in
genio llegue hasta la medula de una vil cria
tura ; mas no es razon que nos contentemos
con la superficie. Espíritus hay tan indiscre
tamente elevados, que por no poder pene
trar los secretos mas recónditos de la natura
leza , no quieren admirar los mas patentesí
son como si estuviesen sepultados en una pro
funda cueva , y por no poder volar hasta el
cielo , no quisiesen subir á gozar á lo ménos
de la faz de la tierra. Limitado es nuestro en
tendimiento , aun despues de los mayores es
fuerzos : mucho mas es lo que resta por cono
cer, que lo que queda descubierto ; pero me
jores conocer poco que nada. ¿Para que es
tener ociosa la luz de la razon que Dios nos
<üó? Los ojos del alma son nuestro entendi
miento ; y así como ninguno dexa de ver las
criaturas , por no tener el trabajo de abrir los
ojos, así es enorme la floxedad de los que por
evitar algun trabajo , tienen encerradas en
perpetua clausura las luces del entendimiento,
de que Dios les doto. Vamos , pues, entrando
con el discurso por el interior de las criaturas;
en quanto nos alumbre la luz de la razon , iré-
prólogo; xi11
mos descubriendo y admirando , por una par
te vestigios de la Sabiduria de Dios , por otra
vestigios de su Poder , por otra los de tu lro-
videncia y su Bondad i llegarémos a term.nos
en que se oculte la luz de la razon en los in
trincados laberintos de la naturaleza ; pare
mos entonces , y en esta falta de conocimien
to verémos bien claramente una imagen de
otro atributo del Criador , que es su Incom
prehensibilidad ; pues quando los toscos vesti
gios , que dexó impresos en las criaturas , ex
ceden toda nuestra comprehension , ¿que ha
rá el supremo y eterno Original ?
En esta obra servire' de guia á quien qui
siere ver la mejor belleza de las criaturas , y
á quien de ellas quisiere hacer como escalon
para subir al conocimiento de su Autor. Dis
curriré por todo el mundo ; porque no tiene
otros límites la curiosidad del Filosofo Natu
ral , sino los del Universo. Como pretendo
dar luz , es preciso evitar la confusion , y se
guir buen orden y método natural ; paréceme
pues , justo tratar en primer lugar de todas
las cosas naturales en comun , de las partes de
que constan , y de las propiedades que con
vienen á todas ó quasi todas , como son la fi
gura , peso , movimiento , &c. Seré mas difu
so tratando del movimiento y de sus leyes y
propiedades admirables; porque son el hilo
que nos debe conducir en este obscuro labe
rinto ; pero explicaré solamente lo que pudie
re ser útil para el conocimiento de las cosas
r mas dignas de atencion. Haré especial men
cion de las máquinas de levantar grandes pe
XIV PRÓLOGO.
sos con facilidad , como son la Balanza Ro
mana, la Palanca, las Norias de mano, los Ca
brestantes , y otras semejantes de que trata la
Estática. Explicaré el admirable modo con
que pesan los líquidos; materia bastante. di
fícil , pero precisa para los admirables efectos-
de la Hidraulica. Para hacer la instruccion
ménos fastidiosa , iré aplicando las doctrinas
generales á las experiencias particulares , es
cogiendo y prefiriendo las que llevan ma
yor atencion á los curiosos. , ,. •
Despues explicaré que cosa sea esta luz que-
alumbra al mundo , y estos colores que nos
alegran la vista ; diré lo que sea el sonido que
nos recrea los nidos , y haré especial mencion
de la Música, del Eco y de algunas invencio
nes maravillosas , que la industria de los hom
bres ha descubierto en esta materia para di
version de los oidos y embeleso de los dis
cursos. Verémos qual sea la naturaleza del
olor que percibimos en muchos cuerpos , co
mo tambien de los diversos sabores de los
manjares , dando la razon de los efectos y
propiedades que en ellos observamos. No de-
xaré las qualidades que pertenecen al sentido
del tacto , como son Calor y frio : finalmen
te explicaré todas las otras propiedades acci
dentales de los cuerpos. - '- - \.t
' Explicado todo lo que pertenece á las co
sas corporales engeneral , pide el buen orden
que tratemos en particular de las cosas mas
notables que tenemos en el Universo. En pr¡>-
mer lugar trataré de los Elementos y de las
experiencias mas curiosas y divertidas , que se
P R Ó L O G O. XV
'
han hecho acerca de ellos. La máquina Pneu
mática y otras semejantes nos darán abundan
te materia para diversion de los sentidos é ins
truccion del entendimiento. No dexaré de dar
la razon física de los efectos que vemos en los
fuegos de artificio , en las escopetas de vien
to , en las fuentes artificiales , &c.
Como los elementos son las principales par
tes de que se componen todas las cosas, ha
biendo explicado las partes , es razon que
tratemos de los compuestos, y en primer lu
gar del Hombre y del pasmoso artificio de
los ojos , en donde daré razon de lo que ve
mos en los Microscopios , Telescopios y en
los demas maravillosos instrumentos de la
Óptica ; y de aquellos agradables engaños que
padecemos en la vista por medio de algunos
vidrios , con que unos se recrean y otros se
cansan. Daré una breve instruccion sobre la
Anatomía del hombre. Hablaré de los Brutos
y de las Plantas, cuya organizacion es mara
villosa. Últimamente trataré de los cuerpos
que no tienen vida ; en primer lugar de los
Cielos y su adorno , del Sol , la Luna y de-
mas planetas ; baxando á la region del ayre,
explicaré el modo con que se forman el Iris,
los rayos, truenos , relámpagos , lluvia y de-
mas metéoros que observamos : diré qual sea
la causa de las mareas ó fluxo y refluxo del
mar , el origen de las fuentes y rios , y de
otras cosas mas notables , cuya noticia es mas
grata a los curiosos.
Por lo que toca al estilo , no seguiré el de
las escuelas por ser ménos agradable y mas
Tom. 1. b
XVI PROLOGO.
'
.*a
XXII PROLOGO.
líos accidentes que ordinariamente se érrcuav.
tran en las disputas ; porque advertí que re
presentaba una conversacion entre amigos , y
no una guerra ensangrentada de enemigos:
ademas de que me pareció justo que pintando
el carácter de cada uno, me inclinase mas á lo
que debia de ser , que á lo que era realmente.
Despues que estos Diálogos se publicáron,
algunos Peripatéticos se quejáron de la de
masiada blandura del patrono que'yo habia
escogido para defensa de su causa. Publicáron
esta su queja en una disertacion impresa : en
ella se apuntan algunas instancias y respues
tas de que se debia haber valido. Especial
mente en los puntos que se trataban en la
tarde nona ; ademas de esto se prometiannue-
vos argumentos y soluciones contra la doc-.
trina de los Modernos que se expone en las
otras tardes. >
Corrió el tiempo , pasáron muchos años
despues que salió á luz esta obra , y aun no
se publicáron estos argumentos. En la segun
da vez que se publicó , no desprecié la oca
sion que se me ofrecia ; di respuesta á los ar
gumentos que se habian publicado , y esto
no en disertacion separada, sino dispersamen
te en los lugares adonde ellos pertenecen ; y
y por esta razon quedó esta Tarde un poco
mas dilatada de lo que permite la verisimili
tud que piden las leyes del Diálogo.
No fué mi intento responder á este papel;
porque gran parte suya no contenía mas ar
gumentos , que aquellos de que se vale la
gente de la plebe , quando les falta la ra
PROLOGO. XXIII
zon ; quiero decir , dicterios é injurias muy
pesadas contra el autor de los Diálogos y
contra los Modernos generalmente. Lengua-
ge es este que no entiendo , y así confieso que
no sé responder á esta casta de impugnacion,
ademas de que me persuado que el mismo
papel que me impugna , me dispensa de la
respuesta ; pues semejantes sátiras unicamen
te injurian á sus autores : son como las armas
en las manos de los niños , que los hieren á
ellos mismos. Esto se vió bien claramente
quando Pope se quiso vengar de sus enemi
gos: veíase fatigado por ellos con sátiras im
portunas : mandó reimprimir una que habían
publicado contra él , añadiéndole solamente
el nombre de su verdadero autor. Esparcióse,
y se avergonzáron de tal forma sus contra
rios , que jamas le perturbaron el sosiego. (Lo
mismo podían hacer otros en circunstancias
semejantes , y con alguna razon ; pues pide la
justicia que no quede privado el autor de la
estimacion que merece por sus obras). Por
tanto en esta respuesta me pareció acertado
separar el filósofo del hombre ; y respondien
do á los argumentos de filósofo , dexar á un
lado la pasion del hombre.
No me pareció justo despreciar la lengua
portuguesa , porque no es ménos propia para
explicar estas materias , que la latina , la fran
cesa , inglesa , alemana , y otras en que se
ven tratadas freqüentemente : ademas de que
me pareció crueldad la mas bárbara obligar
á ser ignorantes á los que por descuido de sus
padres y maestros no saben otra lengua mas
fc'i-_.
XXIV PROLOGO.
que la suya vulgar. Si Dios no los privó de
, la luz de la razon , ¿. por que no los ayudaré
mos á abrir los ojos y conocer los secretos
de la naturaleza? Nunca roe gusto la opinion
de aquellos , que hacen las ciencias anexas á
algun idioma. No falta quien diga que la Fi
losofía solo se debe tratar en lengua latina,
pero yo no hallo razon que lo persuada. Un
delicado ingenio de nuestros tiempos hizo im
primir un sueño , que tuvo , en que la Filo
sofía habia mandado que no se tratasen sus
qüestiones sino en lengua latina ; y que mis
Diálogos por esta razon solo eran buenos pa
ra aprender á leer los niños en la escuela : ja
mas hice caso de sueños ; pero si mi doctrina se
debe dar á los niños en las primeras escuelas,
la contemplarán doctrina sana , sólida é im
portante , pues solo esta se debe dar en esa
edad.
No tiene idioma propio la Filosofía ; pero
si hubiese de adoptar el de la patria donde
nació , ciertamente no seria el latino. Es la
verdad natural de todo el mundo : los pueblos
aun los mas rudos y bárbaros la entienden;
y no son las ciencias otra cosa mas que el des
cubrimiento de la verdad.
Algunos nimiamente zelosos de la verdad
se quejáron de que apareciese manifiesta á los
ojos del vulgo; querían que su belleza estu
viese mas escondida , y que los misterios de
la Filosofía estuviesen mas ocultos , para que
fuesen mas venerados ; mas no necesita la ver
dad de estos obsequios de la ignorancia , ni
estima las ciegas adoraciones de quien no la
PRÓtOGO. XXTT*
conoce ; solo puede estimarla como debe
quien perfectamente la conociere. Como las
verdades que se encuentran son un tesoro,
juzgan muchos que se debian ocultar para en
riquecerse cada qual mas; pero no advierten
estos que la verdad es como la luz , que igual
mente alumbra á uno solo , que á muchos mi
llares. No puedo persuadirme á que haya al
guien que tenga pesadumbre de ver al vulgo
ménos ignorante de lo que era ; pero si lo
hubiere , muestra bien que solo en la pobreza
agena funda su riqueza propia ; y que que
riendo levantar trono á su sabiduría , no quie
re tener el trabajo de subir , lo que cuesta
mucho á todos , sino que se contenta con re.r
baxar á sus vecinos , haciendo que por la ig
norancia desciendan y se abatan. Quisiera yo
que se advirtiese , que los sabios son como las
luces que mutuamente se ayudan para alunir
brar mas fuertemente : ademas de que ningu-r
no sabe estimar á un hombre sabio, como otro
que tambien lo es. Las ciegas adoraciones del
vulgo ignorante no son dignas de. aprecio,
pues freqüentemente se tributan, á los idolos
de la sabiduría , que solo tienen de ella la
apariencia.
Finalmente en las qüestiones seré ordinaria
mente breve , porque quiero que me lean
con gusto ; en algunas materias seré mas di
fuso , porque quiero que me entiendan ; ó*
porque las circunstancias del pais lo piden
así. Muchas veces no profundizo las materias
tanto como muchos desearan ; pero quisiera
que se acordasen de que yo no escribo para
ÍNDICE
DE LAS MATERIAS QUE SE TRATAN
EN ESTE TOMO.
TARDE I.
En que se da una breve noticia de las
partes de que constan todas las cosas na
turales en comun , de las propiedades que
tienen , y particulaimense del movimiento.
, : ,". de la Gravedad general en todas.
§. i. Introducción i
$.11. De las partes 6 Principios de
todas las cosas en comun O
%. m. De la Forma de todos los cuer
pos naturales en comun. ........ 2J
%. iv. Trátase de los Accidentes co
munes á todas las cosas 3<
%. v. Trátase del.Movimiento de la
Gravedad , y explícase físicamente
que cosa sea. , 44,
%. vi. De la Aceleración de los cuer- .<
pos qukndo caen libremente. , . . . . 61
%. vil. Del diversa peso de los cuerpos,
y de su Porosidad 6í
§. viii. Se da la verdadera razón de
, algunas experiencias curiosas acer- .
ca de la Gravedad. . . 8j
XXVIII ÍNDICE.
TARDE II.
Comiénzase á tratar del Movimiento y. de
las Máquinas de levantar con facilidad
grandes pesos.
TARDE III.
^
XXX. ÍNDICE.
anchura de la base y altura del
líquido 258
§. vil. Del peso de los Líquidos en
los vasos inclinados 268
%. viii. Del equilibrio de los Líqui
dos , y de como pisan hacia ar
riba 271
§. ix. De algunas experiencias curio
sas sobre esta materia 279
§. x. Del peso de los cuerpos sóli
dos dentro de los líquidos 294
§. xi. Explícanse algunos efectos comu
nes y extraordinarios que se si
guen de los Principios establecidos. 3o9
§. xii. Del peso que los cuerpos sóli
dos aumentan á los líquidos quan-
d» están sumergidos en ellos 327
Tarde primera. y
me parece no lo podré conseguir ; mas quan-
do no llegue á saberlo todo , sabré á lo mé
nos parte.
Teod. Lo que no pudiéreis saber de esta
vez , lo podreis conseguir repitiendo esta
merced que me haceis de venir á acompa
ñarme en esta Quinta. Mas ahí creo que
ha llegado mi amigo el Médico , por quien
esperaba. Él es ciertamente , permitidme ir
á buscarlo á la sala Venid acá , amigo
Silvio , venid acá , que está aquí un amigo
esperando por vos.
Silvio, i Es acaso algun enfermo ?
Teod. No: es un curioso que sin tener es
tudios de aulas tiene un ingenio vivo y un
ardiente deseo de ser instruido en la Filo
sofía moderna ; como sé que sois apasiona
do por la antigua, os esperé para que que
dase con mejor instruccion sobre este punto,
y pudiese formar su juicio i vista de ambos
sistemas. .<
Eug. No hay duda que ese es mi deseo,
y quisiera deber al señor ' Silvio el trabajo
de concurrir por su parte á satisfacerlo , por
quanto así se puede determinar mas bien mi
juicio sobre la estimacion que debe hacer de
estos sistemas ; y en unos tiempos en que
son tan célebres estas qüestiones , aun se ha
ce mas apetecible esta instruccion.
Silv. Para quien tiene el. juicio libre, y no
está preocupado del amor de la novedad,
poca duda puede haber en esta materia.
Eug, ¿Y por que ?
Silv, La Filosofía que nosotros seguimos
6 Recreación filosófica.
es la que enseñó Aristoteles el mayor Filó
sofo del mundo , que mereció tener por dis
cípulo al gran Alexandro , y es la Filoso
fía que mas concuerda con nuestra Fe , y
que seguian los Santos Padres. Por el contra
rio la Filosofía moderna es una novedad se
guida de algunos Extrangeros , que se fundan
en quatro experiencias sin profundizar con
la razon ; y en algunas partes ha sido prohi
bida como poco segura en la Fe.
Teod. i Que me decis , Eugenio , á esta
entrada? Buenas noticias os da Silvio de la
Filosofía moderna ; pues no sabeis quanto
estimo esta ocasion para desvanecer la preo
cupacion que muchos tienen en esta mate
ria. Vos decis que la Filosofía que vulgar
mente se llama Peripatética fué la que en
señó Aristóteles ; á eso no quiero respon
der porque es fuera de intento ; para res
ponder á eso bastan aquellos libros que allí
veis sobre la mesa , que compuso el P. M.
Juan Bautista de la Congregacion del Ora
torio , que van teniendo grande y bien me
recida estimacion , así dentro como fuera de
j
nuestro Reyno ; su título es : Philosophia
Aristotélica restituta : en que tomó por em
presa probar que la Filosofía que enseñó
Aristoteles , es la que hoy siguen los Moder
nos. El averiguar esto , no sirve para la ins
truccion de Eugenio , quede para ocasion mas
oportuna , y para quando hubiéreis leido
estos libros. Vamos al argumento de que
usais , y de que he visto usar á algunos Pe
ripatéticos de haber sido Aristoteles maestro
.
Tarde primera. y
de Alexandro ; es en verdad un argumento
indisoluble. Pero decidme , ¿ teneis acaso á
Alexandro por tan insigne Filósofo , que su
juicio baste para hacer infalible la doctrina
de su Maestro? Alexandro fué gran Solda
do , un Rey felicísimo , mas no veo que
conexion tengan sus victorias con los discur
sos de su maestro ; si esta preeminencia se
llevase por las armas , entonces era buen ar
gumento el decir que tenia Aristoteles por
su parte á Alexandro. Lo que decis acerca
de los Santos Padres no es así , como os ha
ré ver á su tiempo. Ahora por lo que res
peta á ser poco conforme con la Fe el sis
tema moderno ; ya se acabó el miedo vano
y fantástico que hasta aquí atemorizó tanto
á quien se dexaba llevar de la voz de mu
chos. Despues que hemos visto , que el Pa
pa reynante Benedicto XIV. doctísimo y
zelosísimo Pastor de la Iglesia , no solo con
sintió esta Filosofía en su Corte , sino que la
mandó enseñar en su amada Universidad de
Bolonia : despues que vimos que casi toda
la Italia y toda la Francia la siguen ; que
las mismas Religiones las mas autorizadas la
abrazan ; poco rezelo puede haber de que
no sea sana esta doctrina. Uno de estos años
pasados en el Capítulo general que celebró
la Religion Dominica , se estableció una ac
ta en que se daba licencia á todos los Re
ligiosos sus subditos para poder seguirla ; y
el General que hoy vive , dicen que mandó
ya á los Religiosos franceses 6 italianos que
compusiesen una Filosofía moderna para las
Tom. I. E
8 Recreación filosófica.
escuelas Dominicanas. Yo no hablo ya de los
Padres del Oratorio , que ha muchos años
la introduxéron en Portugal , á quienes si
guiéron los Clérigos Reglares de la Divina
Providencia , los Canónigos de San Agustín,
los Ingleses en su Colegio de San Pedro y
San Pablo , los Religiosos del Cármen y de
la Trinidad , &c. y ademas de estos fuera y
dentro de las Religiones , innumerables per
sonas doctas la siguen ; y aunque en las au
las muchos no se atreven á defenderla , no
es porque dexen de tenerla por verdadera,
sino porque temen las contradicciones de los
que siendo mas antiguos , no quieren ver re
chazadas las opiniones que con mucho traba
jo estudiaron ; ni sufren que se introduzcan
novedades en sus escuelas , como muchos in
genuamente confiesan. Con que , Eugenio,
no os asusteis con los malos informes que os
da Silvio de la Filosofía moderna. Mas yo
antes de entrar á ver en la práctica qual se
conforma mas con la verdad , quiero usar de
un argumento que me parece convincente.
En esta materia de preferencia entre los dos
sistemas , no hacen argumento los que están
v ligados á las escuelas ; porque estos , ó no
dicen lo que entienden , ó hacen fuerza á
su entendimiento para que entienda lo que
otros dixéron. Tampoco deben ser atendidos
los que solo estudiáron un sistema , y abor
reciéron y rechazáron el otro ántes de ver
lo , ó estudiarlo. Solo debemos oir á aque
llos que no están ligados á escuela alguna
y estudiáron ambos y pero de estos es .cosa
Tarde primera. p
bien notable , que aun no hallase uno que
despues de estudiar el sistema moderno , se
inclinase al Peripatético , quando conozco in
numerables que habiendo algun dia seguido
el sistema de los Peripatéticos , hoy son mo
dernos apasionados. Pero ya no quiero que
vos, Eugenio, cautiveis vuestro juicio en mi
obsequio , oireis ambas partes , y seguid lo
que os pareciere mejor.
Eug. Solo en las materias de Fe tengo
obligacion de cautivar mi juicio; en las otras
materias siempre quise libertad para seguir
lo que me pareciere mas conforme á la razon.
Silv. En eso mostrais tener entendimiento:
comenzad , pues , Teodosio , á discurrir so
bre la Física , que esos son los mejores ar
gumentos ; y dexando á un lado los cum
plimientos , tratémonos de aquí adelante co
mo condiscípulos.
Teod. Como el objeto de la Física es tan
dilatado , conviene que tratemos primera
mente de todas las cosas en comun , y lue
go pasarémos á explicar cada una en parti
cular.
Eug. Usemos de ese método que me pa
rece mas claro. <*•
§. II.
.
De las partes 6 principios de todas las cosas
en comun.
,'
16 Recreación filosófica.
de la plata , y partículas tan menudas y tan
tas , que 11o se conoce falta alguna entre
ellas.
Silv. Eugenio , vos os admirais y yo no;
pero es porque no lo creo , y suponiendo
que Teodosio no vió ese hilo tan largo , no
le hago injuria en no creerle.
Teod. Si lo dudais , con muy poco trabajo
podeis certificaros de la verdad : id á Lisboa
á la fábrica de alguno de los Tiradores de
hilo de oro , y pesad una octava del hilo
de oro mas delgado que en la fábrica se pue
de tirar ; despues de pesado fidelísimamen-
te , contad quantas vueltas da en la rueda
donde le enrolláron , y midiendo bien el
largo de una ó dos vueltas , sabreis con exac
titud el largo que tendrá toda la octava que
pesasteis , y el de los quarenta y cinco mar
cos de hilo , si tanto se tirase hasta ese grue
so , y se midiese.
Silv. Ese modo es fácil para averiguarse
el caso.
Teod. Pues usad de él para que os conven
zais ; pero en el caso que no halleis tanto,
siempre hallareis una longitud asombrosa , que
es lo que basta. Pero ya que dudais , quie
ro ajustar la cuenta á vuestra vista con
mas individualidad , para que os admireis.
El hilo de toda esa barra de quarenta y cin
co marcos conforme á las observaciones que
hallé , era del largo de noventa y siete le
guas de dos mil hexápedas , que me parece
corresponden á sesenta y ocho leguas de las
nuestras con poca diferencia , dando á cada
Tarde primera. 17
legua nuestra tres mil quatrocientos veinte y
ocho pasos geométricos , que corresponden
á veinte y cinco mil setecientos ochenta pal
mos. Este hilo , si lo mandáremos martillar
en la fabrica , esto es , hacerlo chapa , no so
lo crece para los lados poniéndose chato,
sino que se alarga una séptima parte ; y así
tenemos ya no solo sesenta y ocho leguas,
sino setenta y siete y media : y como la cha
pa tiene dos caras , las partículas de oro que
doran una cara , no doran la otra , porque
en el medio es plata : si pusiésemos las dos
caras doradas á lo largo como una sola,
tendríamos ciento cincuenta y cinco leguas
de largo de superficie dorada. ¿ No es esto
así?
Silv. Las cuentas me parecen justas.
Teod. Reflexionad ahora que en la chapa,
eomo es ancha , podemos distinguir con la
vista dos hilos , y dividirla con la conside
racion en dos mitades , una que va para el
lado derecho , otra para el izquierdo ; y así
considerando este hilo dorado en un solo
largo continuado , tenemos un hilo de tres
cientas diez leguas de las nuestras , que re
ducidas á palmos dan 7. 991. 80o , esto es
siete millones nuevecientos noventa y un mil
y ochocientos ; y repartiendo los palmos en
porciones mas pequeñas , como cada uno tie
ne 96 líneas geométricas , sacamos que to
do aquel largo dorado se puede repartir en
767.212.8oo, esto es en 767 millones, 212
mil y 8oo líneas geométricas.
Eug. ¿Quanto vale una línea geométrica?
18 Recreación fitosófica.
Teod. Vale la duodécima parte de una pul
gada , y corresponde al grueso de una dobra
de i 28oo reís ' poco' mas ó menos. Y para
dorar un hilo que tenga de largo el grueso
de una línea geométrica , bien sabeis que
serán precisas á lo ménos diez partículas vi
sibles de oro para verse un color de oro con
tinuado , y sin falta que se conozca ; y sien
do así , tenemos que son precisas para dorar
todo aquel hilo 7672 cuentos 128 mil par
tículas visibles de oro ; las quales todas sa
lieron de una onza de oro , que doró toda
la barra de quarenta y cinco marcos de plata;
mas quando esto os parezca mucho , poned
las seis onzas con que se acostumbra dorar to
da esa quantidad de plata para que quede
bien vivo en todo aquel largo el color del
oro.
Eug. Mi pensamiento no puede absoluta
mente formar justa idea de la extrema de
licadeza del grueso de esa como capa de oro
que viste al rededor el hilo de plata ; pues
estoy bien cierto , que á proporcion que cre
ce la extension del oro , disminuye su grue
so , y que por otra parte no puede la pla
ta estar dorada sin tener una cubierta ó su
perficie de oro al rededor de sí. ¿Que me
decis , Silvio ?
Silv. Que despues de hacer esa experien
cia haré las cuentas. Pero por ahora no os
-'.>
20 Recreación filosófica.
tículas sensibles á lo ménos 442 cuentos, 288
mil partículas , dando 4 á cada media pul
gada.
Eug. Pasmado estoy totalmente y asom
brado , tanto de lo que me decis , como de la
industria y facilidad con que se examinan
cosas , que yo imaginaba ser imposibles de
averiguar.
Teod. Por no enfadaros no proseguiré este
punto como pudiera ; mas trataré de paso
los modos de hacer mas justo concepto de
la pequeñez de las partículas de materia.
Eug. No me mortificais con esos discur
sos ; ántes recreais increíblemente mi enten
dimiento.
Teod. Con los colores hacemos otro argu
mento muy sensible. En una azumbre de
agua bien limpia echad un grano de carmin
ó dos ó los que quisiereis hasta que quede
el color bien visible ; pesad toda el agua,
y pintad con ella una hoja de papel blan
co , volved á pesar el agua para ver quan-
ta se gasto en pintar la hoja de papel , y
saber de este modo quantas hojas de papel
podria teñir aquella agua que resta : cono
cido esto, dividid con rayas toda la hoja del
papel en quadritos pequeños , y considerad
quantas partículas del polvo encamado será
preciso estén en cada uno de esos quadritos
para hacer el color encarnado continuado,
sin descubrirse parte totalmente blanca : por
quanto es cierto que el polvo encarnado ti
fie esparciéndose por el agua y despues me
diante ella quedando entrañado y pegado en
Tarde primera. i\
el papel : hecho esto multiplicareis el número
de partículas encarnadas, que por lo ménos se
debe dar en cada quadrito, por el número de
quadros que tiene la hoja de papel teñida,
y despues multiplicad todo ese número por
el número de hojas de papel , que se pue
den teñir con aquella agua , y sacareis una
suma asombrosa de muchos millones de mi
llones de partículas , que todas juntas pesa
ban uno ó dos granos , que es el peso del
carmín desleído en el agua.
Silo. Esa cuenta es bien fácil de ajustar,
y en verdad que hace formar al entendi
miento gran concepto de la pequenez in
creíble de las partículas de materia , por
quanto cada partícula de carmín ha de cons
tar de otras muchas necesariamente.
Teod. Otro argumento que se hace para
esto mismo , es sacado de los hilos que hi
lan los gusanos de la seda : sesenta brazas
de este hilo puro como se saca de los ca
pullos que forman los gusanos , se há visto
que á veces solo pesan un grano ; y adver
tid que este hilo no es sencillo , porque el
gusano quando lo hila , lo forma de dos, que
junta con las manos , y luego se pega el
uno al otro. Mas admira el hilo de las ara
ñas , porque en sí es compuesto de muchos,
como os mostraré tratando de los insectos ';
y conforme á las observaciones de Mr. Reau-
• mur podemos creer , que estos hilos ántes
de juntarlos la araña comparados con un
pelo , tiene mas diferencia de la que tie-
i Tom. V.
21 Recreación filosófica.
ne un pelo comparado con una caña gruesa.
Eug. Parece que no se puede concebir co
sa tan delgada.
Teod. Ved ahora quan delicadas serán las
partes de que se compone ese humor gluti
noso y pegadizo de que se forma el tal hilo.
En fin el argumento mas fuerte para persua
dirnos á la extrema é imperceptible peque
ñez de las partículas de la materia es el que
se forma con los insectos. Todos los anima
les han de tener forzosamente sangre , venas,
arterias , celebro , ventriculo , músculos , co
razon , ú otras partes que hagan el oficio
de estas ; como tambien todas las que son
precisas para la vida , nutricion y movimien
to : considerad ahora que pequeñas serán las
partes de que se componen las venas de al
gunos insectos que ó se perciben mal con
la vista , ó no se ven absolutamente sino con
microscopios muy especiales. Cierto curio
so observaba con un microscopio unos gra
nos de arena , que le parecían del tamaño
de nueces ; tanto aumentaba las cosas el mi
croscopio de que usaba ; entre ellos vio un
animal tan pequeño , que visto por el mi
croscopio parecía del tamaño de un grano
de arena visto sin él. ¡Tan pequeño era !
Decidme ahora como serian las partes de que
se componía el corazon , los músculos , las
fibras , &c. de este animal ; tal es preciso
que sea su pequeñez , que huya aun de nues- .
tra comprehension ; pues es cierto que el
corazon ha de tener muchas fibras , cada fi
bra muchas partes , que sean como carne , y
Tarde primera. 23
por lo mismo debe cada una de ellas constaf
de muchas otras.
Eug. i Acaso se engañada ese hombre ?
Teod. No es creible , porque de semejan
tes observaciones hay testigos innumerables.
En el vinagre , que estuvo expuesto al ayre
por algunos dias , se ven con el microsco
pio muchas culebras pequeñitas , las quales
se mueven muy ligeras , y no las vereis sí
no usareis del microscopio. Semejante obser
vacion se hace en otros muchos licores-, prin
cipalmente estando expuestos al ayre ; pero
de los inseetos y de su pequenez hablarémos
algun día de propósito , pues es materia
digna de tratarse con mas individualidad.
Eug. El poder y sabiduría de Dios igual
mente brilla en las cosas grandes , que en
las pequeñas. ¿ Y que decis á esto , Sil
vio ?
Silv. Ya os dixe que nosotros no contra
decimos esto , ántes defendemos , que un gra
no de arena puede un Ángel irle dividiendo
por toda la eternidad , sin que al Ángel le
falte nunca que dividir. Los modernos en
este particular tienen grandes dificultades que
vencer ; porque esas partículas ó partes mí
nimas de la materia dicen que ya no se
pueden dividir , que eso es lo que llaman
átomos , de donde les vino la denominacion
de Atomistas. Doctrina tan quimérica é im
perceptible como las mas en que ellos se
'-lundan.
Teod, Muchos están en un error bien .gran
de acerca de esto. Es verdad , Eugenio , que
Iom.L E
'
24 "Recreación filosófica.
muchos dicen que hay en la materia muchas
partes tan chicas que ya no se pueden di
vidir, y se fundan en raeoties* muy fuertes.
Estas partículas así indivisibles , esto es , que
ya no admiten division, se llaman átomos , y
á los tales defensores Atomistas , pero hay
un error muy grande en pensar que en esto
se funda el sistema moderno.
Silv. ¿Pues que negais eso ?
Teod. Sí lo niego ; y me admiro mucho
de que siendo vos tan docto , esteis en un
error tan craso : recorred los Autores , y
hallareis muchos Peripatéticos que siguen esos
átomos , sin ser modernos ; y Renato Des
cartes cabeza de una escuela de los moder
nos niega é impugna los átomos ; y con to
do eso es moderno. El sistema moderno no
depende de los átomos : dadme en la ma
teria partículas tenuísimas , que es lo que me
basta para explicar los efectos naturales , sean
divisibles por el Ángel , ó no sean , que es
qüestion que se resuelve por ambas partes
en qualquiera de los dos sistemas. Por lo que
Atomistas y Modernos son cosas muy dife
rentes , porque hay muchos modernos que
no son Atomistas , y por lo contrario mu
chos Atomistas, que no son modernos. To
da la contienda y toda la diferencia entre los
dos sistemas es acerca de la forma.
Eug. Ya que en eso está la diferencia,
quiero oir á ambas partes. Decidme , Teo-
dosio , ¿que siguen y defienden los modernos
acerca de las formas l
Tarde primera. *5
f. III.
ZV laforma de todos los cuerpos naturales
en común.
-
Tarde primera. ^j
de todos los compuestos, no se debe enten
der del hombre , porque la forma del hom
bre es el alma racional distinta realmente de
la materia , porque es espíritu , y la materia
es cuerpo. Pero de aquí no pueden hacer
argumento los Peripatéticos para los demas
compuestos , porque no dicen que su forma
es espiritual ; pues á ser espiritual , tambien
yo dixera que era distinta realmente de la
materia.
Eug. ¿Y no pueden decir que es espiri
tual?
Sih. Nosotros no decimos tal cosa , ni vos,
Eugenio , nos hagais tan ciegos , que diga
mos una cosa evidentemente contraria á la
xazon: vamos al jardín.
Teod. Salgamos por esta puerta.
§. IV.
V V.
He
Silv. Xlermoso sitio por cierto. Me pa
rece estar viendo aquí una pintura de la fe
licidad de este mundo , que hace pocos dias
oí describir á un hombre de buen gusto. Una
fupnte cristalina que está murmurando (de
cía ) , un susurro suave , un prado sembra
do de florecitas ; las avecillas desafiándose
y deshaciéndose en dulces cánticos por en
tre los árboles ; el sol , quando allá por la
tarde se va á esconder en las ondas , pla
teando los mares , dorando las nubes ; y
entonces tres ó quatro amigos conversando
amena y dulcemente sobre la verde yerba,
es la mayor dicha , que se puede lograr en
este mundo. a
Eug. No decia mal , hablando temporal
mente. Gracias á Dios que nos puso en es- •
tas circunstancias , á que podeis añadir otra
Tarde primera. 47
«jue es ser nuestra conversacion no solo de
gusto , sino tambien de provecho.
Silv. Así es ; mas no interrumpais el hilo
del discurso , apartandoos de una materia
de que tanto gustais.
Eug. Decis muy bien , y ahora la misma
agua que está corriendo me excita la curio
sidad del entendimiento. Decidme , pues,
Teodosio , ¿ qual es la causa por que esta
agua despues de haber subido hácia arriba
coa ímpetu , vuelve á caer ? Yo bien sé que
esto procede del peso ó gravedad que tienen
todos los cuerpos ; pero eso mismo es de lo
que quiero yo saber la razon ¿ por que todas
Jas cosas han de caer abaxo , ó en que con
siste la gravedad y peso de los cuerpos?
Teod. Preguntadlo primero á los Peripaté
ticos , que su respuesta suele ser mas breve;
y Silvio es el mejor procurador que ellos
pueden tener en su causa.
Silv. Nosotros procedemos consiguientes:
decimos que es una cierta entidad realmente
distinta de toda la materia , que puesta en
qualquier cuerpo le hace cargar hácia abaxo.
Eug. Lo he entendido : vamos ahora , Teo
dosio , á la opinion de los Modernos.
Teod. En esta materia es mucho lo que
tengo que deciros; mas no ha de ser ahora. .
Vuestro entendimiento aun no tiene fuerzas
para digerir mantenimiento substancial y fuer
te : si os dixera todo lo que los Modernos
tratan y deben tratar en esta materia , ten
dríais indigestion de entendimiento, que nues
tro amigo el Doctor no podria curar. Os
G4
j¡6 Recreación filosófica.
daré por lo mismo una instruccion clara y
sucinta , quanto baste para entender las ma
terias principales de la Física , reservando
el resto para despues.
Bug. ¿Y si despues la fortuna nos sepa^
rare , ó nos impidiere esta compañía y co
municacion ?
Teod. Dandoos ahora una instruccion ge
neral , aunque sucinta , en qualquier tiempo
despues , aunque sea por cartas , os prometo
explicaros completamente todo lo que toca
al movimiento , que es como el alma de la
Física. Ahora dexadme gobernar vuestra ins
truccion.
Bug. Haced lo que os parezca, y no per
damos un momento.
Silv. ¡ Grandes promesas tenemos para lo
futuro ! pero siempre os quisiera oir sobre
el punto de la causa de la gravedad.
Teod. Este punto en todo sistema es difi
cultoso ; si algun dia tuviéremos ocasion
oportuna , os hablaré largamente sobre di
versas opiniones que hay acerca de la gra
vedad ; mas ahora os diré sucintamente lo
que entiendo : seguiré un camino , que me
parece el mas desembarazado , bien que Sil
vio no dexará de hallar sus tropiezos. Oid,
Eugenio: Dios nuestro Señor en el princi
pio del mundo , quando crió todos los cuer
pos 6 compuestos físicos , determinó que todos
se juntasen y conservasen juntos para formar
un cuerpo grande , ó un gran globo , que es
el Universo : si los cuerpos espontaneamente
se separasen unos de otros , ó no se resis-
Tarde primera. 47
tiesen de algun modo á esta separacion , se
desharia esta bella máquina del mundo ; pa
ra evitar , pues , la disolucion de tan gran
de obra , determinó el Supremo Artífice,
que todas las cosas hiciesen resistencia al se
pararse de las demas , v. g. que una piedra
hiciese resistencia quando la quisiesen levan
tar separándola de la tierra , y esta resis
tencia es el peso que experimentamos en la
piedra , y que nos es preciso vencer por
fuerza tirando hácia arriba ; y semejante re
sistencia ordenó que tuviesen todos los de-
mas cuerpos á proporcion , unos mas , otros
ménos ' . No obstante como no bastaba es
to para que todos los cuerpos se conserva
sen juntos , porque podia esta resistencia ser
vencida por fuerza , como sucede quando
con fuerza tiramos una piedra por el ayre;
por esta razon determinó , que todas las cosas
que con violencia fuesen separadas de la union
de las demas ó de la tierra ; despues de aca
bada esta violencia , por sí mismas volvie
sen á buscar la tierra para jungarse con las
demas ; y de aquí nace la fuerza con qué
la piedra despues de subir por el ayre li
bre , por sí misma cae otra vez hacia aba-
xo.
Eug. A mí me parece claro y desemba
razado este modo de discurrir.
i Tom. VI. tarde XXXIII. §. II. se prueba la
misma gravedad y ley general en todos los cuer
pos celestes , y que la gravedad terrestre llega hasta
la luna, estando esta sujeta á las mismas leyes de los
cuerpos terrestres.
48 Recreación filosófica.
Teod. Dexadme usar de un símil ó com
paracion que tenemos delante de los ojos:
¿veis aquel hombre que anda juntando los
ramitos de murta que el jardinero dexó es
parcidos quando trasquiló los quadros? Pues
reparad como los junta en un haz ; y para
que el viento no se lo deshaga , separándo
selos , le ciñe al rededor aquella cuerda,
apretándolos para que carguen unos hacia
los otros , y hácia el centro del haz ; de
suerte , que no podreis sacar ninguno sin vio
lencia ; y si lo sacáreis , lo volverá luego
á atar con los demas. Así hizo Dios nues
tro Señor : para que el mundo no se deshi
ciese yendo unos cuerpos para una parte y
otros para otra , ciñóles al rededor esta co
mo cuerda , ó esta ley y determinacion con
que hizo que todos cargasen hácia el medio;
de suerte que solo por fuerza y violencia
fuesen separados de los demas , y que en
cesando la tal violencia se juntasen luego á
ellos.
Silv. Eujpnio , vos ya os dais por satis
fecho ; dexadme ahora un poco con Teodo-
sio , que quiero averiguar bien esto. Teo-
dosio , vos decis que la piedra v. g. carga
hácia abaxo , porque Dios determinó y man
dó que ella viniese hácia abaxo quando la
crió. Pues decidme , ¿y que es. lo que aho
ra la hace baxar ? ¿ Es la piedra ó alguna
cosa que está en la piedra?
Teod. Me obligais á declarar mi pensamien
to , y lo que yo entiendo acá para conmigo:
voy á explicarme ; pero os advierto á vos
Tarde primera. 49
y á Eugenio , que lo que voy á decir , si
no os parece bien , no es sentencia comun
de los Modernos , es opinion mia particu
lar , y el modo que me pareció mejor para
vencer las dificultades , que acerca de este
punto ocurren en todos los sistemas.
Silv. Lo cierto es que en todos es difi
cultoso de explicar.
Teod. Me preguntasteis, que era lo que im
pelía esta piedra hácia abaxo , si era solo
la piedra , ó si otra cosa distinta que estu
viese en la piedra. Digo que ni una ni otra
cosa ; no es solo la piedra , porque la pie
dra no tiene oídos , ni entendimiento pa
ra oir y conocer la determinacion ó ley
que Dios estableció. Determinó en el prin
cipio del mundo que hubiese piedra , y lue
go la hubo ; determinó y puso la ley , pero
no fué la piedra la que puso en execucion
esta ley, porque no fué ella la que se tra-
xo á sí misma al estado de existir. De la
misma suerte , supongamos que Dios deter
mina que la piedra se destruya , en un ins
tante queda la piedra destruida ; pero no
fué la piedra la que executo la ley y deter
minacion de Dios , y la que se destruyó á
sí misma. Mas : supongamos que Dios de
termina que esta piedra se mueva de aquí
para allí ; así que Dios lo determinare , des
de luego la piedra se halla en la otra parte;
y con todo no fué la piedra la que se llevó,
porque ni oyó la determinacion de Dios , ni
en sí tiene poder para mudarse á otro lu
gar. Tambien conozco , que lo que mueve
fe Recreación filosófica.
la piedra no es la materia sutil ú otra cosa
semejante que la haga venir abaxo , como
dice el gran Descartes, porque ahí se vuel
ve á excitar la qücstion , que cosa es la que
hace mover esa materia , que impele la pie
dra hácia abaxo. Ni tampoco son algunos
efluvios atractivos de la tierra , que atraigan
la piedra hácia abaxo , como quiere Gasen~
do ; porque esos efluvios siendo en sí cuer
po y tambien materia , se vuelve á excitar
la qüestion , quien le da movimiento á esa
materia para ir á buscar la piedra que está
arriba.
Eug. Muy dificultoso es el explicar esta
qüestion , pues hay tantas opiniones que no
os agradan.
Teod. Es de las mas obscuras para todos,
pero vamos adelante. ¿ Sabeis , Doctor mio,
quien hace baxar la piedra quando cae ? Es
Dios , y solo Dios.
Silv. Eso no puede ser (permitidme expli
car así) : no tenia Dios mas que hacer, que
estar impeliendo hácia abaxo todo quanto
cae ó hace fuerza para caer sobre la tier
ra.
Teod. Vamos poco á poco , que á todo
os he de satisfacer. ¿ Por ventura Dios así que
crió la piedra v. g. se separó de ella y la
dexó ? Supongo que como Catolico habeis
de decir que no se separó de ella (á nues
tro modo de hablar) , sino que siempre la
está conservando ; y si os preguntare , que
es, ó en que consiste esta conservacion , me
direis con todos que es una produccion con-
X
Tarde primera. fI
tincada : está Dios continuamente produ
ciendo la piedra en todos los instantes , y
eso mismo es conservarla. ¿ No es esto doc
trina de todos , y que vos mismo abrazais ?
Silv. Así es.
Teod. Luego si admitís , que Dios actual
mente está conservando ó produciendo en
cada instante la piedra que cae ; qué mo
tivo es de admiracion el que yo diga que
la mueve ahora : si la habia de producir por
estos instantes que van corriendo , y siem
pre en el mismo lugar , produce la piedra
en lugares sucesivos hácia abaxo , que esa
es el moverla : esto es evidente.
Silv. Dexaos de esa opinion , Teodosio,
que no lleva camino : vamos á otra cosa pa
ra no perder tiempo.
Teod. Ya que me hicisteis declarar , ha
beis de decir lo que teneis contra este siste
ma , porque en esto nos hallamos todos tres
interesados.
Silv. Eso estaba muy bien si Dios obrase
milagrosamente ; pero quando conserva la
piedra , obra como Autor de la naturaleza,
y entonces solo hace lo que piden las otras
cosas naturales : no obra solo por sí mismo,
obra juntamente con ellas , y como ellas na-
- turalmente lo están pidiendo.
Teod. Basta : ¿ y que es lo que piden las
cosas naturales?
Silv. Piden hacer los efectos , que les soa
debidos conforme á las leyes de la natura
leza.
Teod. ¿Y que cosa es la ley de la naturaleza?
ji Recreación filosófica.
Silv. Es una disposicion y voluntad ó de
terminacion de Dios como Autor de la na
turaleza.
Teod. Tened paciencia : aun pregunto mas,
iy por donde nos constan esas leyes ó de
terminaciones de Dios como Autor de la na
turaleza ?
Silv. Nos constan por la freqüente y pe
renne observacion de lo que sucede en el
mundo. Vemos que un cuerpo dando con
fuerza en otro que está libre , le mueve ó
hace diligencia para eso ; y decimos que es
ley de la naturaleza , que un cuerpo dando
en el otro le mueva. Vemos que el fuego
junto á la estopa seca siempre la quema y
Consume ; y decimos que es ley de la na
turaleza , que el fuego queme los cuerpos
Combustibles estando junto á ellos , &c.
Teod. Bien : luego todas las veces que vié
remos que una cosa siempre sucede , hemos
de decir que es ley de la naturaleza el que
suceda así.
Silv. No hay duda.
Teod. Luego viendo nosotros que la pie
dra suelta siempre cae , hemos de decir que
hay una ley de la naturaleza , que manda
que la piedra venga hácia abaxo : luego
quando Dios trae la piedra hácia abaxo, .
obra acomodándose á la ley de la naturale
za ; y si se acomoda á la ley de la natu
raleza , no hemos de decir que obra mila
grosamente.
Silv. ¿Como no ha de obrar con milagro, si
obra por sí solo?
Tarde primera. fy
Teod. Poco á poco : Dios obra natural
mente todas las veces que sus acciones son
conformes á las leyes de la naturaleza , co
mo habeis confesado ; luego siendo ley
de la naturaleza , que la piedra suelta ven
ga abaxo , quando Dios en estas circunstan
cias la mueve obra naturalmente y no con
milagro. El que digais que obra solo , no
obsta ; porque tambien Dios por sí solo con
serva á todo este universo, ni habeis de de
cir que en esta conservacion tiene alguna otra
causa que concurra con él ; y con todo eso
no obra milagrosamente conservando el Uni
verso ; ántes si no lo conservase , y si de re
pente lo reduxese á nada ( como sucedería
en el primer instante en que cesase de con
servale ) , diríamos que hacia un gran mila
gro ; pues milagro será aniquilar una piedra.
Con que , mi Doctor , la diferencia de obrar
Dios como Autor de la naturaleza y obrar
milagrosamente , no está en mas que en aco
modarse ó en no acomodarse á la ley de la na
turaleza ; y esto en palabras mas claras es
decir que esta diferencia no está mas que
en hacer Dios lo que es costumbre desde
el principio , ó no ; pues ley de la natura
leza como concedisteis , es una costumbre
?erenrie observada siempre en el Universo.
or lo mismo , si Dios por sí solo llevare
la piedra arriba , digo que obra milagrosa
mente , porque hace lo que no es costum
bre ; pero quando por sí solo la trae aba
xo , digo que obra naturalmente , porque ha
ce lo que siempre se vió desde el principio
f4 Recreación filosófica.
del mundo , y estas costumbres perennes son
como vos confesais , ó las leyes de la natu
raleza , ó señales infalibles de que Dios Au
tor de la naturaleza puso esas leyes.
Eug i Pues que , Silvio , aun hallais difi
cultades en este modo de discurrir?
Sílv. Hallo , y muchas : vos, Eugenio,
nunca estudiasteis Filosofía , por eso no sa
beis quanto abomináron siempre los Filóso
fos recurrir á Dios para señalar la causa de
los efectos naturales. De este modo yo os
enseñaré toda la Filosofía natural en un ins
tante. Si os preguntaren qual es la causa de
qualquier efecto particular v decid que eso
sucede porque Dios lo ha hecho , y así lo
quiere ; y teneis respondido bien , conforme
al modo de discurrir de Teodosio.
Eug. A esto no sé yo responder , Teo
dosio.
. Teod. Pues yo respondo. Digo que los Fi
lósofos siempre abomináron recurrir á Dios
para los efectos particulares ; pero no para
los efectos generales. Los efectos particula
res tienen tambien causas particulares ; pero
los efectos generales , como es Ja gravedad,
pide una causa universal. Yo no digo cosa
que no estén obligados á decir todos los Fi
lósofos de qualquier sistema : si los fuéremos
apretando con preguntas , é inquiriendo las
causas de las causas , han de venir á parar
como buenos Filósofos á principios genera
les , que se llaman leyes de la naturaleza;
y si preguntáremos la causa de estas leyes
de la naturaleza , han de señalar al Autor
Tarde primera. jf
de toda ella ; porque aunque quieran parar
en las naturalezas de qualquier causa , dicien
do que la causa produce el efecto , porque
tiene virtud para ello de su naturaleza ; si
le preguntáremos quien dio las naturale
zas á las causas segundas (que todas lo son
fuera de Dios) , necesariamente han de re
currir á Dios , primera y universal causa de
todas las causas.
Silv. Pero nunca señalan á Dios por causa
próxima é inmediata de los efectos natura
les como vos haceis.
Teod. Digo que sí, lo señalan siempre que
los efectos son generales ó primeros : exem-
plo : preguntad á Cartesio ¿ quien es la cau
sa que dió movimiento á la materia sutil
de los vórtices ? Responderá que Dios. Pre
guntad á NeWton ¿quien dio movimiento rec
to á los planetas ? Responderá que Dios.
Preguntémosle mas , ¿quien dio á los cuer
pos estas virtudes atractivas y repulsivas,
que son el principio de toda su Filosofía ?
No dirá otra cosa sino que Dios : y respon
den bien , porque las preguntas recaen so
bre efectos generales y primeros , y estos no
tienen otra causa mas que Dios.
Silv. Esos Filósofos podrán decir, que Dios
dió ese movimiento á la materia sutil ó á
los planetas , &c. en el principio solamente
quando los crió ; pero supongo no dirán que
se lo está dando continuamente.
Teod. Y si les preguntáremos quien les
conserva ese movimiento , necesariamente
han de confesar que Dios que conserva el
Tom. I ' H
56 Recreacion filosófica.
cuerpo , conserva tambien el movimiento ; y
aunque Descartes quiera huir de esto y
acogerse á !as leyes del movimiento y de la
naturaleza ; todo ello bien averiguado he
mos de concluir en lo mismo que ya con
cluimos , quando vos huíais tambien para es
te asilo. Hablemos claro : si preguntáremos
á Descartes ¿por que se conservala mate
ria sutil de sus vórtices en este movimien
to ? Responde , porque es ley de la natu
raleza que un cuerpo en llegando á poner
se en movimiento , persevera en él , hasta
que le hicieren parar. Está bien : pregun
temos mas ; ¿y esta ley que viene á ser ver
daderamente? Ha de decir que es una de
terminacion de Dios nuestro Señor Autor
de la naturaleza , el que ordenó que siem
pre que un cuerpo se moviese , le habia de
conservar en movimiento , hasta que le hi
ciesen parar. En este modo de responder.
Dios es quien lo conserva en movimiento,
y ninguno concurre con él para esta con
servacion. De lo qual venimos á inferir , que
en el sistema de Descartes Dios y solo Dios
es quien mueve la materia de sus vórtices;
porque así como conservar Dios la piedra,
es , en el sentir de todos , estar producién
dola continuamente ; tambien el conservar
Dios eí movimiento de qualquier cosa , es
estar continuamente causando ese movimien
to. El mismo argumento se hace en el sis
tema de Newton , y en buena cuenta todos
vienen á decir lo mismo que yo digo.
Silv. Que ellos lo digan importa poco;
Tarde primera. ij
eso & mí no me convence ; porque yo no
soy Cartesiano ni Newtoniano.
Teod. En horabuena que no lo seais ; maí
yo siempre pruebo con esto , que el modo
con que discurro dando á Dios por causa de
este efecto , no debe ser abominado por to
dos los Filósofos , como me decís ; pues vemos
que estos famosos hombres y sus discípulo»
están obligados á discurrir así.
Silv. El caso está si eso es así en la rea*
lidad.
Teod, Como no estamos disputando en la*
aulas , sino hablando en un jardín , no es co
sa de porfiar mas sobre este punto. Dexad-
me dar en pocas palabras una idea de lo que
Eugenio deoe saber acerca de lo que tene
mos dicho ; porque confieso que la fuerza
del argumento me hizo atender mas á vos,
que á él. Dadme atencion ambos. Dios crio
en el principio todo el Universo : dexemos
á parte el hombre y los efectos que nacen
de su voluntad libre , y también todos loa
movimientos de los demas vivientes , por
que de esos he de tratar á parte : todo lo de-
mas es materia inanimada , é inerte : esta
materia por sí no puede moverse , ni esco
ger mas este lugar adonde va , que este don
de está ó estos por donde pasa. Ahora bien,
sin movimiento no puede haber efecto al
guno natural , como vereis en el discurso de
estas conferencias. Luego fué preciso que
Dios diese algun movimiento á estos cuer
pos , ó á la materia de que ellos son hechos:
este movimiento poco importaría que se la
Ha
5? "Recreacion filosófica.
diese , si no se lo conservase ; porque el mo
vimiento que hubiese en el principio del
mundo , no puede ser causa del efecto que
ahora se produce ; con que ya tenemos que
Dios por sí solo dio á la -materia cierto mo
vimiento , y que por sí solo conservó y con
serva este movimiento , ó la inclinacion y
fuerza para él ; y como Dios todo lo que
ahora hace , ya en el principio del mundo
lo tenia determinado hacer, se sigue que en
el principio del mundo determinó conservar
por sí este movimiento que dio á la materia.
Esta determinacion es la que llamamos ley
de la. naturaleza , y á estos movimientos
llamo yo efectos generales , ó primeros efec
tos ; y digo que solo tuviéron y tienen por
causa á Dios nuestro Señor. Uno de estos
movimientos es el de la gravedad , otro el
de los planetas , y otros los que yo diré á
su tiempo. Estos movimientos son causas de
otros efectos , y estos causas de otros , co
mo os explicaré despacio si quisiereis ; y
conforme se mudan las circunstancias , así
se vanan los efectos ; mas todos ellos últi
mamente vienen á proceder de las leyes de
la naturaleza , ó de los primeros efectos. Por
eso , como es obligación del Filósofo dar á
cada efecto la causa inmediata que tiene , si
fuere preguntado por la causa de un efecto
particular que ahora sucede , debe señalar
la causa particular é inmediata de este efec
to , y no recurrir luego á Dios ; porque el tal
efecto particular no nace de Dios inmedia
tamente; nace de otros efectos mas genera
Tarde primera. f*
les , y estos de otros , y últimamente han
de parar en las leyes de la naturaleza ó en
los primeros efectos , los quales solo tienen
Jjor causa á Dios ; y por esta razon si el Fi- -.
ósofo fuere preguntado por la causa de es-"
tos efectos generales y primeros , solo debe
señalar á Dios ; porque no hay otra qjiusa
adonde podamos recurrir. Y de paso notad
una preferencia que hallo en este sistema á
todos los otros , y es que en qualquiera de
]os otros necesariamente han de decir lo que
yo digo , como ya demostré ; y ademas
de esto han de admitir algun otro principio
que no es cierto , v. g. los vórtices de- la
materia de Descartes , ó los efluvios de Ga-
sendo , y en este sistema basta solo este
principio que llevo dicho.
Silv. Está muy bien ; dexemos eso ya , y
Vamos adelante.
Teod. Esperad un poco; dexadme usar de
Un exemplo que me ocurre : ¿ visteis , Eu
genio , un ingenio de serrar piedra ?
Eug. No ; mas decidme como es.
Teod. Yo os lo describiré quanto baste pa
ra el asunto. Con el agua de un rio hacen
andar una gran rueda ; el exe de esta rueda
prende dentro de la casa con otras ruedas,
y estas están de tal modo dispuestas que
mueven unas sierras , las quales van serran
do la piedra con el movimiento , que le dan
las mismas ruedas. Supuesto esto , pregun
temos al dueño de la fábrica, ¿qual es la
causa que sierra la piedra? No dirá bien que
Dios , ni que el agua del rio ; porque estas
H3
6o Recreación filosófica.
cosas no son las que inmediatamente sierran
la piedra ; debe decir , que la causa de ser
rar , es el movimiento de las sierras : pre
guntemos mas ; ¿ y qual es la causa de mo
verse las sierras ? Debe responder que el mo
vimiento de las ruedas , que prenden unas
en otras ; é instado por la causa del mo
vimiento de estas ruedas , debe decir que
es la otra que está fuera metida en el rio.
Preguntemos mas : ¿ y quien mueve esta rue
da que está metida en el rio ? Debe decir
que el agua del rio corriendo hácia abaxo.
Continuemos las preguntas para saber ¿quien
es la causa de moverse el agua hácia abaxo?
Responderá que su peso ; y si inquiriéremos
la causa de este peso , debe responder que
Dios Autor de la naturaleza. He aquí como
debe responder un Filósofo ; debe señalar á
cada efecto la causa de que nace inmedia
tamente , y por eso preguntado por la cau
sa de la gravedad ú otro efecto semejante,
debe señalar á Dios , sin ser esto contra la
Filosofía; porque Dios es la causa inmedia
ta de la gravedad ó del peso de los cuer
pos , que tanto nos tiene dado que hacer.
Eug. A mí no me ha sido molesta la con
tienda , porque sirvió de instruirme perfec
tamente en esta qüestion , y me parece que
vos , Silvio , no teneis razon para no aco
modaros con este discurso , que es muy na
tural.
Silv. Eugenio , esta conferencia á vos os
sirvió de instruccion , y á mí de diversion.
Si os agrada el sistema de Teodosio , se
Tarde primera. 6r
gnídlo , porque yo siempre he de seguir aquel
con que me criáron. Pasemos á otra cosa,
Teodosio.
Teod. Sí ; pero vamos al naranjal , quo
ya en ¿I no da el sol ; y despues de tener
esta instruccion ligera sobre la Filosofía ge
neralmente , si os agradare trataré mas pro
fundamente de esta materia y de las admi
rables leyes del movimiento. Venid con
migo.
Eug. "Vamos ; pero continuemos nuestra
conversacion , que no es para perder tan
buena oportunidad.
%. VI.
-"
64 Recreación filosófica.
nn golpe , se mueve ; y si fuereis conti
nuando los golpes unos despues de otros,
crece de tal modo el movimiento , que pa
rece increible : lo mismo sucede en la gra
vedad ; porque la causa del movimiento há
cia abaxo en todos los sistemas es causa con
tinua , la qual continuamente determina la
piedra hácia abaxo , por lo que forzosamen
te ha de suceder lo que digo. Sobre esta
aceleracion hay mucho mas que decir j mas
no es para vos , Eugenio , por ahora.
Eug. Ordenad mi instruccion como os pa
rezca ; ¿ mas que os parece de esto , Sil
vio ?
Silv. Supuesto el principio en que va Teo-
dosio, digo , que explica bastantemente la
aceleracion ; y en el sistema de los Moder
nos es el modo mas claro de quantos he oi-
do en orden á disolver las dificultades que
se acostumbran suscitar sobre este punto.
Eug. Mucho celebro que no desaprobeis
el discurso de Teodosio , y que me conce
dais amplia facultad para seguirle. Mas aho
ra quisiera saber la razon ¿ por que una pie
dra da mayor golpe en el suelo quando cae
de mayor altura?
Teoa. La razon yo os la diré. Es porque
ser un golpe mayor ó menor nace princi
palmente de la velocidad con que se mueve
el cuerpo que da el golpe. Con el mismo
martillo levantándole á una misma altura doy
yo golpes diferentes , segun lo haga caer mas
de priesa ó mas despacio. Por lo mismo
qualquier cosa tanto da mayor golpe , quan
Tarde primera. 6j
to cae de mayor altura ; porque conforme
es la altura ' , así es la velocidad con que
viene ; y para que acabemos por donde co
menzamos, esta es la razon por que las na
ranjas que veis , están hendidas con el gol
pe que dieron en el suelo por ser los árbo
les aquí mas altos de lo que suelen ser ordi
nariamente.
Eug. Contra esa razon me ocurre una du
da. Tambien las hojas cayeron de la misma
altura , y no padecen el mismo daño ; ¿qual
es luego la razon de la diferencia ?
Teod. La razon de la diferencia está en
qué las hojas no tienen tanto peso como las
naranjas ; por eso estas caen con mayor fuer
za y consiguientemente con mayor veloci
dad. Pero ya veo que quereis que os ex
plique generalmente que es lo que hace unas
cosas mas pesadas que otras. Pero en estas
materias como en todas las demas pertenece
el primer lugar al señor Doctor.
0-1 : $. VIL
Del diverso peso de los cuerpos, y de su
porosidad.
B,
Silv. JDrevísimamente explico todo eso
en mi sistema. Quien hace venir los cuerpos
hacia abaxo es la gravedad , que es una en
tidad distinta de la materia ; esta entidad
1 Quando se tratare esta materia radicalmente,
entonces se demostrará que la velocidad es la raiz
quadrada de la altura.
-"
66 Recreación filosófica.
puede ser mas ó ménos fuerte : si es mu
fuerte hace que el cuerpo busque con mas
fuerza el centro de la tierra ; si es menos
fuerte , se contenta con que venga mas des
pacio. Mirad como en quatro pilabras me
desembaracé de esta qüestion. Vereis ahora
el tiempo que gasta Teodosio en explicarla
conforme á su sistema.
Eug. Yo ántes quiero entender las cosas
despacio, que pasar de priesa por ellas sin
entenderlas. Explicadme , Teodosio , esto en
vuestro sistema.
Teod. Nosotros decimos , que ser unos
cuerpos mas pesados que otros , procede' de
tener mas partes de materia ; por eso una
libra de plomo es mas pesada que media,
porque en la libra hay mucha mas materia,
que en la media libra , y á la materia es á
quien dio Dios la determinacion hácia aba-
xo.
Eitg. En ese exemplo bien se entiende,
porque una libra es mayor que media li
bra ; pero hagamos la comparacion entre
una bola de plomo y otra de palo del mis
mo tamaño : la de plomo es mas pesada y
no tiene mas materia que la de palo , por
que ambas en el tamaño son iguales.
Teod. Aunque sean del mismo tamaño , la
de plomo tiene mucho mas materia que la
de palo , porque en el plomo están las par
tes de la materin mas juntas entre sí , y en
el palo están mas separadas y con mayores
poros.
• Eug. O yo no entiendo qué cosas son po
Tarde primera. 6j
ros , 6 vos no decis bien en admitir poros
en el palo.
leoa. Poros son unos como huecos muy
menudos , que hay en qualquier cosa ; todos
los cuerpos constan de materia como ya sa
beis : esta materia tiene partes muy tenues y
pequeñas, las qualcs quando se van texiendo,
uniendo y mezclando entre sí , hacen unas ve
ces palo , otras plomo y otras piedra ; pero
nunca se unen y llegan de tal suerte unas
á las otras , que no queden algunos huecos,
6 en una parte ó en otra : estos huecos son
los que llamamos poros ; unas veces son ma
yores y otras son menores : los poros del
corcho son de tal suerte grandes , que lle
gan á verse con los ojos ; los del oro y los
del plomo son muy tenues , pero verdade
ramente son poros ; y si el oro los tiene,
que hará la piedra y la madera , &c.
Bug. Paréceme imposible que el oro sien
do tan sólido tenga poros.
Teod. Esperad un poco : yo os formaré un
discurso de donde se infiere que los tiene,
llenad un vaso de vidrio de arena fina hasta
que no pueda llevar mas : apretadla quanto
íuere posible , de suerte que mirando por en
cima, por el fondo y por los lados del vaso os
certifiqueis que dentro de él no queda hue
co alguno considerable. Estando el vaso así
lleno de arena , echadle encima un poco de
agua , y vereis como se va sumiendo por
la arena adentro. Pregunto ahora ¿en don
de se acomodó esta agua , que bebió la are
na?
-'
68 Recreación filosófica.
Eug. Se acomodó dentro del vaso.
leod. Decis bien ; pero el vaso estaba lle
no de arena como visteis , por lo que solo
el agua se podia acomodar en algunos hue
cos pequeñitos entre grano y grano ; por
que así como en un saco de nueces por mas
que se aprietan siempre dexan entre sí algunos
espacios vacíos , así tambien con su debida
proporcion los granos de arena. Luego en
esta arena así apretada habia poros.
Eug. En eso no dudo , porque vemos
que el agua allá se entró , y allá se aco
modó.
Silv. No tengais escrúpulo en eso , por
que es asentado por todos, que no puede
haber naturalmente compenetracion de dos
cuerpos ; esto es , que dos cosas V. g. are
na y agua no pueden estar verdaderamente
en el mismo lugar ; y así si el agua se su
me , es porque se acomoda en algunos va
cíos muy tenues que dexó la arena.
Eug. Así será ; pero yo en donde du
do mas es en el oro , y en otras cosas se
mejantes.
Teod. Y sí yo en el oro hiciere la mis
ma experiencia, que en la arena ¿dudareis?
Creo que no ; pues oid : coged una mone
da de oro , echadle encima despacio un po
co de azogue , vereis como se introduce en
el oro , de modo que queda como una mo
neda de plata , de tal suerte que si la par
tiereis , la vereis plateada tambien por den
tro.
Silv. Eso bien á mi costa lo experimentó
Tarde primera. 69
ya ; porque días pasados quise hacer un re
medio en donde habia de entrar azogue; des-
cuide'me , y unas monedas de oro que esta
ban sobre la mesa , se me convirtiéron en mo
nedas de plata , y ninguno se persuade que
son de oro , quedándome de este modo to
talmente inútiles , porque no hallo quien me
las tome.
Teod. Metedlas en el fuego , y saldrá el
azogue en humo , quedando el oro en su
color antiguo. Mas yo quiero que hagais jus
to concepto de la porosidad increíble de los
cuerpos á fuerza de experiencias. Si cogié
reis una barra de oro macizo , y metiéreis
una extremidad dentro del azogue , vereis,
que no solo queda cubierta de azogue to
da la superficie exterior del oro , sino que
pasa por dentro desde una extremidad has
ta la otra con gran facilidad , cosa que pide
una gran multitud de poros ' ; ademas de
esto vemos que el agua regia , que es un
compuesto de espíritu de sal marino , desha
ce el oro enteramente , lo que no puede ser
sino penetrando por sus poros.
Eug. Notables son esas experiencias por
cierto ; ¿ y acerca de los otros metales te
nemos tambien experiencias , que prueben
tener muchos poros?
Teod. Quando no las hubiese del oro , te
níamos un argumento muy grande para to
das las demas cosas. Porque como ya os he
dicho , los cuerpos que teniendo igual ex-
1 P. Schott. Mag. univ. Ozanam Recreation. Muh
tbem. P, Regnauit. tom. 4. pag. 46'.
w
>jt Recreacion filosófica.
tension , sorl mas pesados , tienen mayor por
cion de materia y menos poros ; por el con
trario los que son mas ligeros , tienen menos
materia y por consiguiente mas poros. Lue
go si el oro , que es pesadísimo , tiene tantos
poros como dixe , muchos mas sin compara
cion tiene la plata , el plomo , &c. Pero si
quereis experiencias no faltan'. Los Chími-
cos hacen de cal viva, vinagre destilado, sa
litre , sal marino y azufre una mezcla , de
la qual sacan una sal , que penetra el hier
ro , como el agua penetra un papel de es
traza ' : tambien hacen otra de ciertos in
gredientes , que penetra una chapa de plata
de parte á parte , sin dexar el mas mínimo
vestigio. En las piedras tambien no se pue
de negar que hay poros , y muchos. Un
célebre Caballero Frances llamado Mr. Du-
Fai tenia un secreto de pintar las piedras,
de tal suerte , que la tinta penetraba hasta
lo interior de ellas ; de aquí resultaba , que
despues de pintadas se trabajaban , pulian y
quedaban tan equivocadas con las piedras
de varios colores naturales , que no se po
dían fácilmente distinguir. Un amigo mío
estando en Paris tuvo la fortuna de conocer
á este Caballero- , y vic algunas piedras do
estas , que le hiciéron admirar. Las maderas
ya veis que tambien han de tener poros
en mayor abundancia. Una experiencia ten
go ya hecha que lo convence : sobre la má
quina Pneumática puse un cañuto abierto
por encima , y sobre este un vaso de roble
* Memoir. de P Academie. 17 13. p. 30?,
Tarde primera. 71
con agua, cuyo fondo no era mny grueso;
despues de extraer el ayre con la máquina
de dentro del cañuto , fué el agua traspa
sando visiblemente el fondo del vaso y ca-
yendo dentro del cañuto de vidrio. Pero ad
vierto que el vaso ha de ser hecho de suer
te que las fibras ó venas del palo queden
i lo largo.
Eug. Supuesto lo que queda dicho de lo»
metales, no me admira eso.
Teod. De semejante modo hace el Abate
Nollet pasar el azogue por un cuero de bú
falo.
Silv. Mucho es , mas no me admira su
puesta la experiencia de los poros que hay
generalmente en la piel de qualquier animal;
por los poros sale el sudor y la transpira
cion insensible , que es mayor de lo que so
piensa. Ya hubo un Médico Italiano ' de
paciencia verdaderamente inimitable , que
por muchos tiempos- no comia sino senta
do en una silla , que estaba colgada en una
balanza , para de este modo observar lo que
salia por los poros de su cuerpo en la trans
piracion insensible ; y despues de muy re
petidas observaciones por espacio de treinta
años , asento que de cada ocho onzas que
una persona toma de sustento , cinco se vao
por los poros en transpiracion insensible.
Eug. Parece mucho.
Teod. No teneis razon : ademas de las ex
periencias que hizo ese Médico , Mr. Do-
Tom. I. I
1 Saactorius.
«i Recreación filosófica.
dart y otros que entráron en esa observa
cion , hallaron lo mismo. Ya leí yo que
algunas personas sanas , aun en tiempo de
invierno , dentro de veinte y quatro horas
perdían por la transpiracion insensible cin
cuenta onzas ' .
Eug. Supuesto esto , es preciso que vos,
Silvio , tengais compasion con vuestros en
fermos , no mortificíndolos con tantas dietas,
pues para recuperar lo que pierden por esta
transpiracion , es preciso que tomen bastante
alimento.
Silv. Basta que lo recuperen despues de
tanos ; mas no perdamos el hilo que lleva
mos en nuestro discurso.
Eug. Ahora ya me doy por convencido;
pero no me canso de oir estas experiencias,
porque me instruyen notablemente.
leod. Por no detenernos en este punto,
que no es el principal , omito muchas que
pudiera traer ; pero quiero hacer delante de
vuestros ojos una experiencia bien pasmosa;
y miéntras mando venir unos ciertos espí
ritus que me son precisos , os diré otra que
hice pocos dias ha. La cáscara de un hue
vo es cuerpo bien unido y cerrado ; pues
sabed que tiene muchos poros , y capaces
de pasar por ellos el ayre : conocí esto de
este modo ; metí dentro de la máquina Pneu
mática un vaso con agua y un huevo entera
mente metido en ella ; despues de extraido
el ayre , vi ir saliendo de la cascara del
huevo unos globulillos , los quales subían.
i Journal des scar. 1685. p. 42. Juu
Tarde primera. .,
por e! agua arriba hasta la superficie , y la
causa de este efecto era algun ayre , que
estaba dentro del huevo , el qual iba salien
do por los poros de la cascara hacia afue
ra .dividido en partículas tenuísimas, pero
te juntaban para formar algunos glóbulos
sensibles , que eran visibles por estar dentro
del agua , porque á no ser eso no se perci
birian de ningun modo. Yo os haré la expe
riencia quando quisiéreis.
Mut Confieso que me parecia imposible,
que el ayre pasase un cuerpo tan denso co
mo es la cáscara del huevo ; mas contra ex-
periencia no hay argumento. Me ocurre a.'io-
ra preguntaros una cosa , que oí decir há
pocos días en Lisboa : me dixéron que habia
ahora un modo de conservar por Filosofía
los huevos frescos mucho tiempo , ¿ acaso será
extrayendoles el ayre , como hicisteis á ese ? '
Teod. No ; es por camino opuesto : lo que
conserva los huevos frescos por muchos me
ses , es taparles los poros de la cáscara , de
suerte que no pueda evaporarse por clips
substancia alguna del huevo; el modo mas
fácil y mas seguro para esto es barnizarlos,
dándole tres ó quatro manos de barniz or
dinario ; otros en lugar de barniz usan de
cera derretida; de esta suerte se conservan
frescos muchos meses. Yo sé quien los lle
vó de^ aquí para la India , y tambien ya en
contré persona fidedigna ' , que probó uno
guardado cinco ó seis meses con esta precau-
la
Nollet tpm. i. p. po.
74 Recreación filosófica.
cion , y lo halló muy bueno. Ademas Ú9
ésto tiene esta receta , que es de Mr. Reau-
mur , hombre ciertamente de los mas esti
mables que tiene hoy Paris ; tiene , digo,
otra utilidad , y viene á ser que qualquie-
ra de estos huevos despues de guardados
seis ó siete meses con esta cautela , separán
dole el barniz puede ser empollado por las
gallinas , y nace el pollo , como si fuese
fresco. Pero es preciso que le separen el
barniz ó cera , y que esto sea con la precau
cion de no llegar al fuego , ni quando le
pusieren la cera vaya muy caliente , para
' que el calor nimio no ofenda la semilla del
pollo que ha de nacer.
Eug. De esta suerte fácilmente se pueden
transportar los páxaros de un pais á otro.
Llevándose los huevos con esa cautela , pue
den despues sacarse por una gallina , pues bien
sabemos que esta saca huevos de muy di--
versas castas.
Teod. Teneis razon ; y no dexarán los honv
bres de valerse de esta receta para semejan-
te intento. Pero en otra ocasion tratarémos
este punto de propósito ' . Vamos ahora á
la experiencia que os prometí hacer á vues
tra vista. En estos dos vidrios tengo dos li
cores diferentes ; en el uno tengo vinagre
destilado , y mezclado con sal saturno ; ha-
cedme la merced de escribir en este papel lo
que quisiereis con este licor a ,.
i Tom.V.
» Lemeriy p. 309. Nollet tota. 1. pag. 101. Reg-
nault tom. 1. p. 34,
Tarde primera. 7y
Eug. He aquí escribí algunas palabras , maj
las letras apenas se perciben.
Teod. Dexadlas secar , y de ningun modo
se percibirán : en quanto se secan , mojo es
te otro papel con este licor, que tengo en
el otro vidrio; que es una preparacion que
consta de cal viva , una tinta que llaman ero
fintenta y agua; bien veis que es un licor
claro y sin color : reparad ahora en lo que
hago. Aquí tengo este libro que tiene cerca -^
de quinientas páginas ; entre sus hojas meto'; Sf %
estos dos papeles >. el que escribisteis va -<ÍÉ '''':
el principio del libro , y el que yo mojé coit¿
el otro licor ya en el fin : dexadlo estar
cerrado quatro ó cinco minutos , y os admi
raréis viendo que el papel que escribisteis
aparece escrito con una tinta negra.
Eug. ¿Eso como puede ser? Quando me
tisteis en el libro el papel que yo habia es
crito , no se conocian ya las letras de nin
gun modo , ¿ ahora como han de quedar ne
gras ? ¿Que decis, Silvio?
Silv. Digo , que verémos : la experiencia
nos mostrará la verdad , ni presumo de Teo-
dosio que habia de prometernos una cosa no
table , si no estuviese bien seguro en ella,
y no la hubiese ya experimentado por sí
mismo. Esperemos un poco.
Teod. Agradézcoos ese buen concepto que
de mí formais. Eugenio , aquí teneis el li
bro , sacad vuestro papel.
Eug. No puedo creer lo que veo : mirad,
Silvio , estas son las palabras que yo escribí
con este licor claro , que está en este vi
13
75 Recreación filosófica.
drio , y ahora están las letras negras como
veis.
, Silv. El efecto, sí, es pasmoso, pero cierto:
yamos á averiguar la causa de él.
Teod, La causa es la que conduce al pun
to que tratamos de la porosidad de los cuer
pos : sabed que las partículas del licor con
que mojé el papel que puse en el fin deL
libro , atravesaron Jas hojas del libro de par
te á parte , y se fueron á mezclar con el
licor ele las letras que escribisteis; y tienen
estos dos líquidos una propiedad particular,
que mezclándose el uno con el otro , aun
que cada uno de ellos por sí solo es claro,
ambos juntos hacen un color obscuro. Para
que me creais , los mezclo en este otro va
so.... Veislo?
Silv. Así es ; mas si las rpartículas de este
licor atravesáron por los poros todas las ho
jas del libro , habian de dexar en ellas algun
vestigio ; lo que no vemos , pues el libro
quedó muy limpio,
Teod. No desáron vestigio, porque estas
partículas , que traspasáron las hojas , no
tienen color alguno en sí , y solo quando
se juntan con el otro licor , es quando que
dan con un color obscuro. Por tanto quan
do pasaron por las hojas del libro , aun no
tenian color negro para mancharle.
Eug. A lo menos habian de mojar las ho
jas. .-*:..
Teod. No ; porque para eso era preciso que
hubiese mayor cantidad de líquido , y que las
partículas no fuesen tan sutiles como es fuer
"Tarde primera. 77
za qne sean , supuesto penetran los poros de
las hojas que hay en el libro. Concluyen
do , pues , la digresion , que fué mas larga
de lo que yo queria , bien veis la abundan
cia de poros que es preciso que haya en
Jas hojas del papel para poder las partícu
las de un líquido atravesar en quatro ó cin
co minutos quinientas páginas.
Eug. Confieso que nunca esperé que tu
viesen paso tan fácil las partículas de un lí
quido, penetrando un libro entero. Mas de
cidme , Teodosio , ; y esos poros pueden ver
se con algun instrumento ?
Teod. Valiéndose de Microscopios muy
fuertes se han visto algunos poros mas sen
sibles. Mr. Hook ' conto en una fibra de car
bon que tendria de largo el grueso de una
moneda de diez reis 2 hasta ciento y cin
cuenta poros ; y haciendo cuenta de los po
ros , que segun esta observacion podria te
ner un carbon , que tuviese una pulgada de
diámetro , asienta que habia de tener mas
de cinco millones ; otro 3 llegó á observar
los poros en el oro , que como es cuerpo
mas pesado , es preciso que sean mas peque
ños , y aparecían como unas cavidades obs
curas.
I4
1 Journal des Scavans <xi Decemb. i666. pag.
738-
* Moneda de cobre portuguesa , que corresponde
á ocho mrs.
3 Lemeriy Eibliot. des Pkilosopb. tom. 1. pag.
638.
-
78 Recreación filosófica.
Bug. ¡Quan diversas son las cosas del con
cepto que yo formaba ! Pero vamos ahora
al fin para que traxisteis esto , que si no me
engaño , es para explicar la diversidad del
peso que hay entre los cuerpos.
Teod. Si todos los cuerpos tienen poros,
los que tuvieren mas poros ó mayores , han
de tener ménos materia ; y si tienen ménos
materia , han de pesar menos : v. g. si la bo
la de plomo es del mismo tamaño que la de
{>alo , teniendo el palo muchos mas poros que
a de plomo y mayores , la bola de palo ha
de tener menos materia que la de plomo.
Pongamos algun exemplo : un pan quanto
mas esponjado es , ménos pesa , porque tie
ne mas poros ó mayores : por eso el pan que
no levanta nada , y que queda apelmazado
y dentro no tiene ojos , como acostumbrais
llamarles, es muy pesado; por el contrario
los bizcochos y el azúcar rosado ved como
están llenos de estos ojos , y por eso pesan
tan poco , porque tienen muchos poros y
poca materia ; y esta es la que pesa y no
los poros. De aquí se hace un gran argu
mento para todo lo demas ; porque hemos
de discurrir de la misma suerte. Si el pan
esponjado v. g. pesa ménos que el pan apel
mazado , porque tiene mas poros y mayo
res, tambien el pan pesará menos que el
plomo , porque tiene mas poros ó mayores;
y así siendo iguales en el tamaño , uno tie
ne mas materia que otro, y como la mate
ria es la que pesa , queda clara la razon por
que el plomo pesa mas que el pan.
Tarde primera. 79
Eug. Lo he entendido perfectamente.
Teod. Ahora ya que me entendeis , quiero
deciros un modo fácil de calcular la abun
dancia de poros , que hay en cada cuerpo
que quisiereis examinar. Ya sabeis , que la
diversidad del peso que hay entre dos cuer
pos del mismo tamaño , procede de que uno
tiene mas materia que otro , porque la
tiene mas junta : de aquí se sigue , que to
do el espacio que dentro de esa extension
no es ocupado por materia , es ocupado
por los poros , pues en un cuerpo todo quan-
to hay , ó es materia ó poros.
Eug. Así debe ser necesariamente.
Teod. Suponed ahora , que quereis saber
que cantidad de poros tiene una especie de
palo v. g. el palo Brasil ; podeis averiguar
lo de este modo. Comparándolo con el oro,
que es el cuerpo mas pesado y mas macizo
que conocemos ; y con todo eso , como os
hice ver ya , tiene poros , y dice el grande
Newton ' , que puede ser que tenga tantos
poros como partes sólidas. Pero podemos re
putarlo como totalmente sólido ; y despues
le darémos el descuento á proporcion de los
poros que supusiéremos en el oro.
Eug. Sea como quisiereis.
Teod. El oro es diez y ocho veces mas
pesado que el palo Brasil , luego toman
do dos porciones iguales en el volúmen v. g.
un palmo de cada uno , que tenga tanto de
alto como de largo y ancho (que esto es lo
que llaman palmo cúbico) , tomando , digo,
* Optic. 1. 2. part. 3. prop. 8.
8o Recreación filosófica.
estos volumenes iguales , el oro tiene diez y
ocho veces mas materia que el palo , luego
en el palo solo hay materia diez y ocho ve
ces menor que en el oro ; luego si esta ma
teria estuviese en el palo tan apretada como
en el oro , solo ocuparia un espacio diez y
ocho veces menor ; y así las diez y siete par
tes de ese espacio quedarían vacías. Pero aho
ra el palo no tiene la materia tan apretada
como el oro , y por eso tiene los poros en
tre las partículas de la materia. Cada partí
cula de materia siempre ocupa el mismo es
pacio , qual esté junta á otra parte , qual
apartada de ella ; por consiguiente atendien
do al espacio que ocupan las partículas de
materia en sí meramente , siempre es lo mis
mo , qual estén juntas, qual esparcidas : la
diferencia solo consiste , en que estando
juntas , el espacio ocupado por la mate
ria queda á una parte , y el espacio vacío
y que estaba ántes ocupado por los poros,
queda á otra parte todo junto ; pero estan
do las partículas esparcidas, los espacios ocu
pados por partículas de materia , y los es
pacios ocupados por los poros están mez
clados. No obstante siempre suma la mis
ma quantidad el espacio dé los poros en
uno y otro caso : y así si estando la ma
teria junta en un lado , quedaria vacío un
espacio diez y siete veces mayor , otro tan
to espacio ocupan los poros estando la ma
teria esparcida , como suponemos que está
en el palo , comparándolo con el oro. Pero
hasta aquí solo hemos contado los poros , ea
larde primera. 8r
<jne el palo excedia al oro ; mas teniendo
el oro poros , en el palo no solamente hay
los poros en que le excede , sino tambien
los poros en que le iguala : si en el oro la
mitad del espacio son poros , como conje
tura Newton , en el palo no habeis de creer
que de las diez y ocho partes de espacio,
una es ocupada de materia , solo sí que la
mitad de una ; y así vienen los poros á ocu
par un espacio treinta y seis veces mayor,
que el espacio que solo ocupan las partes
sólidas. Y si esto es en el palo Brasil ¿ que
será en las demas materias mas ligeras?
Silv. De ese modo se puede hacer la cuen
ta respecto de qualquiera otra materia. ^Pe
ro quanto mas desembarazado es el modo de
explicar el diverso peso de los cuerpos en
nuestro sistema? Bien que como gustais de
quebraros la cabeza con cuentas , os diver
tís con eso. Pero vos , Teodosio , estuvis
teis enfermo , tomais baños , teneis los po
ros abiertos , y así temo que os perjudique
el mucho ayre que corre. Vámonos á casa.
Eug. No quiero que por respetos míos
tengais 'la menor incomodidad.
Silv. En casa continuarémos,
§. VIII.
'
86 Recreación filosófica.
una parte corre uno solo , y de la otra cor
ren cincuenta hombres corriendo todos cuan
to pueden ; y no obstante ser mas , partien
do todos á un tiempo , llegan tambien jun
tamente al mismo término : tan de priesa lle
gó el hombre que iba solo , como los cin
cuenta todos juntos La razon es , porque
cincuenta hombres tienen cincuenta veces mas
fuerza que uno ; mas como llevan cincuenta
cuerpos , llevan un peso cincuenta veces ma
yor ; y así todo queda descontado : tan de
priesa irá uno llevando su cuerpo , como cin
cuenta llevando cincuenta ; pues lo mismo
se debe decir de los cuerpos cayendo; los
que son mas pesados tienen mas partes de
materia ; los que son mas ligeros tienen mé
nos. Supongamos , por exemplo , que la plu
ma tiene cincuenta partes de materia , y el
doblon que tiene cinco mil : dexándolos caer
á un tiempo, tanto han de correr las cinco
mil de oro, como las cincuenta que están en la
pluma. La razon es, porque cada partícula de
materia tiene fuerza para atraerse á sí para
abaxo ; en donde hay mas partículas , hay
mas fuerzas , mas tambien hay mayor carga,
que se ha de mover con esa mayor fuerza;
y así cada partícula trayéndose á sí , no pue
de ayudar á las compañeras : tan de priesa
viene una sola como muchas juntas , por la
misma razon que dimos en los hombres cor
riendo.
Silv. Eso no lleva camino , porque enton
ces debia suceder el mismo efecto , qual hu
biese ayre , qual no lo hubiese.
Tarde primera, 87
Teod. No debia suceder lo mismo ; volva
mos á la comparacion de que hemos usado.
Suponed que en el camino habia algun em
barazo, v. g. que estaban cinco ó seis hom
bres que impedían el paso ¿quien se desem
barazaria mas presto , los cincuenta hombres,
ó el que iba solo ?
Silv. Es claro que los cincuenta, suponien
do que el embarazo era igual tanto para el
que iba solo , como para los cincuenta.
Teod. Pues lo mismo digo acá en los cuer
pos que baxan por el ayre : el ayre siem
pre los embaraza , como os mostré ya ; y
siempre que los cuerpos tienen el mismo ta
maño , es el embarazo igual , porque enton
ces ocupan igual espacio ; y por eso hace el
ayre la misma resistencia , como vemos en
el agua, que tanto cuesta cortarla de plano
con una tabla , como con una hoja de lata
v. g. s¡ fueren del mismo tamaño ; así tam
bien en el ayre ; tanto cuesta cortarlo con
la pluma , como eon la moneda si fuere del
mismo tamaño ; pero como en el oro vienen
cinco mil partes de materia , y en la pluma
solo cincuenta , mas de priesa han de ven
cer esta resistencia las cinco mil partes que
van en el oro , que las cincuenta que van
en la pluma ; por eso el oro llega al suelo
mucho mas presto que la pluma , cayendo
ambos por el ayre.
Eug. Ya lo entiendo : ahora queda claro.
Teod. ¿Quereis un exemplo mas percepti
ble de la resistencia que hace el ayre quan-
do los cuerpos caen í Mirad á aquella que
Tom. L K
88 Recreación filosófica.
los niños llaman cometa , que acullá anda
por el ayre con aquel farol colgado en la
cola.
Eug. A mí me parecía estrella ; mas aho
ra advierto en lo que es , porque veo que se
mueve con el viento.
Silv. Yo aun llego á percibir la cometa,
que anda un poco mas alta que la luz ; ¿y
que decis , Teodosio , de sustentarse en el ay
re por tanto tiempo?
- Teod. Digo que se sustenta en el ayre por
la gran resistencia que ha de vencer para
cortar el ayre de plano : atadle el cordel
en un lado , ó rompedlo ó cortadle la cola
de forma que se tuerza ó ladee , vereis co
mo cae con velocidad , teniendo el mismo
peso que ántes tenia quando se sustentaba
en el ayre ; y no por otra cosa sino porque
como se ladea , puede cortar el ayre con mas
facilidad. Mas claro es este otro exemplo:
aquí teneis dos pedazos de papel iguales:
dexadme hacer de este una bolilla , y el otro
quedará extendido ; yo los dexo caer ambos
á un tiempo, ved qual llega primero al suelo»
Eug. Llegó mucho ántes la bolilla.
Teod. Es porque como era mas pequeña,
tenia ménos resistencia que vencer , que el
otro pedazo de papel extendido , y confor
me- los tamaños , así es la resistencia que ha
ce el ayre. ;
Eug. Lo he entendido perfectamente : va
mos á otras experiencias porque me hacen
percibir las cosas con facilidad ; pero antes
do todo meted esa manga de vidrio mas
Tarde primera. 89
adentro de la mesa , porque está algun tanto
fuera de ella , con riesgo de caer y que
brarse.
Teod. No os asuste ; porque aunque salga
fuera de la mesa algunos dedos mas , no pue
de caer ; porque para caer es preciso que la
mayor parte de la manga esté fuera de la me
sa. Yo os explicaré esto con extension tra
tando del centro de la gravedad ' : ahora os
lo explico ligeramente , y sabreis lo que es
preciso , para que caigan los cuerpos , que
están sobre alguna cosa. •
Eug. Si quereis hacer la experiencia sobre
esto , os pido que no useis de la manga de
vidrio , porque no puedo sosegar el susto;
usad de otras cosas cuya caida no sea tan
peligrosa.
Teod. Este tablero de jugar que está so- '
bre la mesa , bien veis que tiene una parte
fuera de ella ; voy echándolo hácia afuera
cada vez mas : ¿ veis que estando ya en el
ayre quasi medio tablero , aun no cae ? Re
parad , pues , que solo cae quando el aguje-
rito , que está en el medio del tablero , lle
ga á salir de la mesa.
Eug. Así es.
Silv. Ahora resta dar la razon.
Teod. Voy á darla ; miéntras que el aga-
jerito del tablero está encima de la mesa,
es mayor la parte del tablero que está sos
tenida , que la que está en el ayre : para
que caiga esta mitad del tablero , es preci-
K4
94 Recreación filosófica.
TARDE II.
Comiénzase d tratar del Movimiento
y de las Máquinas de levantar con
facilidad grandes pesos.
$. I.
Declárase en qué consiste la Quantidad
del Movimiento.
Teod. .Ejugenio
JCit , ya que os desembara
zasteis de los negocios de la Corte para ve
nir á divertiros en este sitio , es justo que
veais algunas casas de campo que hay por
estas inmediaciones ; en llegando Silvio iré
mos paseando á ver la de un amigo mio
muy curiosa y fabricada con buen gusto.
Eug. Mucho os agradezco esta diversion;
pero hemos de continuar con nuestra con
ferencia literaria y atar el hilo que por esta
noche interrumpimos. líe aquí llega Silvio:
salgárnosle al encuentro por ahorrarle tra
bajo , y vamos á nuestro paseo.
Teod. Seais bien venido , Silvio , aquí os
estábamos esperando para ir de paseo á la
Quinta del Marques y ver como van
las obras que está haciendo , por quanto no
queríamos perder vuestra compañía.
Silv. Por gozar de la vuestra vengo aquí,
Tarde segunda. 9$
y estoy pronto á complaceros en todo. ¿Co
mo os hallais , Eugenio, con vuestras filo
sofías ?
Eug. Como ayer me dexasteis , porque no
volvimos á hablar mas en el asunto ; yo quie
ro que asistais siempre á nuestras conferen
cias , y pues tenemos ahora tiempo , me pa-
recia que podíamos aprovechar el del paseo
hablando en estas materias.
Teod. Sea enhorabuena ; y pues dexamos
ayer la conversacion en la gravedad de los
cuerpos , os explicaré esta tarde el modo
con que se puede aliviar la gravedad : en
el camino vereis muchas máquinas de que
usan los hombres para levantar grandes pe
sos ; y entonces á vista de ellas os explica
ré la razon de este efecto ; pero mientras es
preciso que os dé alguna instruccion sobre
la quantidad del movimiento.
Eug. ¿Y que quiere decir quantidad del
movimiento?
Teod. Voy á decirlo : bien veis que un
cuerpo, v. g. una estatua , puede ser mayor
que otra ; y esto es tener mayor quantidad,
como ya os expliqué ; supuesto esto , tam
bien un movimiento puede ser mayor que
otro , y entonces decimos que hay mayor
quantidad de movimiento.
Eug. Eso bien claro es , porque aquel
hombre que allí va corriendo , tiene mucho
mayor movimiento que nosotros que vamos
paseando con despacio.
Teod. Decis bien ; y quede esto asentado
para siempre , que quanto mayor es la ve-' ":
p6 "Recreacion filosófica.
locidad de un cuerpo , tanto mayor es la
quantidad de su movimiento. Ademas de la
velocidad , tambien hemos de atender al pe
so del cuerpo que se mueve , para saber
quanto es su movimiento : porque he allí
van dos hombres emparejados ; uno va car
gado y otro no ; pero aunque uno no ca
mina mas de priesa que el otro , con todo
el que va cargado, tiene mayor quautidad
de movimiento.
Silv. i Y estableceis eso como principio
cierto ? Pues para mí no hay cosa mas du
dosa : si uno no anda mas aprisa que el otro,
¿como tiene mayor movimiento ?
Teod. Decidme , Silvio , ¿no es necesaria
mayor fuerza á aquel hombre para caminar
Una legua v. g. en una hora yendo carga
do , que al otro que solo se lleva á sí? No
lo podeis dudar ; pues esta mayor fuerza toda
se ocupa en causar mayor movimiento. Por
lo qual si para el movimiento de este hom
bre es necesaria mayor fuerza que para el
movimiento de aquel , señal es que este tie
ne mayor movimiento que el otro ; porque
efecto que pide mayor causa , es mayor
efecto.
Silv. Si esas doctrinas se dirigiesen á mí
solamente , aun tenia que replicar ; pero esto»
Eugenio , no es para mí , es para vos , ave-
riguadlo allá como pudiéreis.
Eug. Aun no entiendo yo bien como dos
hombres pueden caminar igualmente , y uno
tener mas quantidad de movimiento que el
otro.
Tarde segunda. 97
Teod. Explicaréme mejor. Si arrojaseis una
bola de plomo que pesase tres libras , y yo
arrojase tres bolillas cada una de una libra;
si todas se moviesen con igual velocidad,
l en donde os parece que habria mas movi
miento, en la bola grande , ó en las pequeñas?
Eug. Creo que tanto movimiento habria
en la bola grande, como en las tres pequeñas.
Silv, Decis bien , porque todas iban con
igual velocidad ; y ademas de eso como la
grande tenia tanto peso como las pequeñas,
tanto importaba moverse tres libras juntas,
como tres libras separadas ; siempre eran tres
libras de plomo , que corrian aquel espacio
en aquel tiempo ; y así creo que tanto mo
vimiento habria en una como en otra parte.
Teod. Discurris , Silvio , muy bien ; pero
dexadme explicar aun por otro modo. Su
puesto lo que queda dicho , tantas partícu
las de materia hay en la bola grande , como
en las tres pequeñas ; como la velocidad es
igual en todas las bolas , se sigue que jun
tando nosotros la suma de los movimientos
qne hay en todas las partículas de la bola
grande , y la suma de los movimientos que
hay en todas las partículas de las tres bolas
pequeñas , hallarémos que tanta quantidad de
movimiento hay en la grande como en las
pequeñas.
Silv. Así es ; no hay duda en eso. -
Teod. Luego si las tres bolas pequeñas tie
nen tanta quantidad de movimiento como la
grande ,- se sigue que cada una de las tres
tiene la tercera parte del movimiento que
98 Recreacion filosófica.
tiene la grande ; y la razon es porqne fa
grande tiene tres veces mas partículas que
se mueven con igual velocidad , y por con
siguiente tres veces mas movimientos 6 mo
vimiento tres veces mayor.
Eug. No se puede negar.
Teod. Tenemos luego , que quando dos
cuerpos se mueven con igual velocidad , el
que tuviere mayor peso , tiene mayor mo
vimiento , y á proporcion del peso que tu
viere crecerá el movimiento , si acaso la ve
locidad fuere la misma como suponemos; por
que á proporcion del peso crece el número
de las partículas de la materia que se mue
ven ; y creciendo el número de las partícu
las que se mueven , crece la quantidad del
movimiento ; así como creciendo el número
de las partículas de materia que pesan , cre
ce el peso ; y creciendo el número de las par
tículas de materia que resisten, crece la re
sistencia , &c.
Eug. Lo he entendido perfectamente.
Teod. Pues de aquí nace , que mayor fuer
za es precisa para mover una bola de plo
mo con velocidad igual á la de una bola
de palg.
Eug. Así es ; porque si la de plomo se
moviese con igual velocidad , como tiene
mayor quantidad de materia , tiene mayor
quantidad de movimiento.
Teod. Por tanto , quando quisiéreis medir
la quantidad del movimiento de qualquier
cosa , habeis de atender , no solo á la velo
cidad con que corre , sino tambien al peso
Tarde segunda. 99
que tiene. El modo de conocer el peso ej
fácil ; y tambien lo es el modo de medir
la velocidad , que viene á ser medir el espa
cio que corre el cuerpo que se mueve en
tiempo determinado ; por exemplo : tiro yo
una bola de palo por el juego arriba , de
suerte que corre todo el juego en un minu
to : en midiendo el juego , tengo conocido
la velocidad. Supongamos que el juego tie
ne veinte varas ; infiero de aquí que la ve
locidad de la bola es como veinte , ó tiene
veinte grados de velocidad-
Eug. ¿Y por que he de contar lo largo
del juego por varas y no por palmos v. g. ?
Porque si le midiere por palmos , ya salen
muchos mas grados de velocidad.
Teod. En eso no hay misterio ; qual to
meis la medida del juego por varas , qual
por palmos , siempre viene á salir lo mis
mo ; porque si lo midiéreis á palmos , ten
drá v. g. ochenta palmos , y entonces di
reis que tiene la bola ochenta grados de ve
locidad ; y tanto valen veinte grados de ve
locidad , tales que cada uno valga una vara,
como ochenta , que cada uno de ellos solo
valga un palmo : conque qual la cuenta se
haga de un modo , qual de otro , la veloci
dad siempre ha de ser la misma. Me enten
dereis por este exemplo : quiero saber los
caudales de un hombre , tanto importa ha
cer la cuenta por doblones , como por du
cados ó por maravedises ; porque aunque
salgan números muy diferentes , siempre es
el mismo caudal. Así tambien , si contareis
ico Recreación filosófica.
la velocidad de la bola por los palmos del
espacio que corre , saldrá mayor número,
que si la contareis por varas , pero siempre
es la misma velocidad : lo mismo digo del
peso ; podeis hacer la cuenta por arrobas,
ó por libras ó por onzas , y por este núme
ro regular los grados de movimiento; por
que veinte y cinco grados de movimiento
contado por libras , vale lo mismo que un
grado de movimiento contado por arrobas.
Eug. No os canseis , que bien lo en
tiendo.
Teod. Vamos ahora al modo práctico de
contar los grados de movimiento que hay
en cada cuerpo que se mueve. En el caso
en que yo arrojé la bola , para saber quan-
to movimiento tuvo , he de ver el espacio
del terreno que corrió : supongamos que son
veinte varas ; diré que tuvo velocidad como
veinte ó veinte grados de velocidad : des
pues he de ver quanto pesa : supongamos
que pesa dos libras ; he de decir que tiene
dos grados de peso , ó que tiene masa como
dos (este es el modo de hablar de los Mate
máticos) : ahora multiplico los grados de la
velocidad por los grados del peso ó masa,
y digo: dos veces veinte son quarenta ; y
saco que son quarenta los grados de movi
miento que tuvo la bola. Para ver si me en
tendeis , suponed ahora que Silvio arroja una
bola de hierro , que dentro de un minuto
corre cinco varas , y que pesa veinte libras;
decidme , ¿ quantos grados tiene de movi
miento ?
Tarde segunda. 1o1
Eug. Primeramente he de medir la velo
cidad , midiendo el espacio que corrió la bo
la ; si anduvo cinco varas , ya tenemos ve
locidad como cinco ó cinco grados de velo
cidad : por otra parte tenemos veinte libras
de peso , ó como vos decis de masa ; aho
ra supongo que he de multiplicar un número
por otro : cinco veces veinte son ciento ; lue-
go~ tenemos averiguado que son ciento los
grados de movimiento. ¿ Acerté la cuenta,
Teodosio , ó me equivoqué en ella ?
Teod. Acertasteis ; y quedad persuadido,
que esta materia no tiene mas dificultad que
la de saber contar bien.
Silv. Hasta aquí pensaba yo que el saber
contar solo era para negociantes ; ahora veo
que es tambien para Filósofos. ¿No me di
reis , Teodosio , por vida vuestra de que sir
ven estas Aritméticas en las cosas naturales
y filosóficas?
Teod. Poco tiempo falta para que clara
mente lo veais. Sirven para explicar el quan-
to y el porque se aumenta tanto la fuer
za humana con las máquinas de levantar pe
sos. En quanto no llegamos á las obras de
la Quinta que vamos á ver , y en donde se
usan algunas máquinas de estas , si yo tu
viera aquí lápiz , comenzada á explicaros una
de estas máquinas á que llaman Balanza Ro
mana ; pero en la arena os haré un diseño coa
el baston.
Eug. Lápiz no traigo yo , pero traigo plu
ma y tintero ; costumbre que inviolable
mente observo quando salgo del pais , para
102 Recreacion filosófica.
hacer memoria de algunas cosas notables
que voy encontrando por el camino.
Teod. Mucho mejor es eso : sentémonos
un poco á la sombra de estos árboles,
que está deliciosa.
%. II.
v
Tarde segunda. ioc
arco de puntos a , c , porque este es el es-
•pacio que anda ; ó medid la distancia que
-tiene el exe , porque como enseñan los Geó
metras , las distancias que los pesos tienen
del exe de la balanza, tienen la misma pro
porcion entre sí que los arcos que hacen
quando se mueven ; por tanto si quereis me
dir las velocidades , no es preciso mas que
-medir estas distancias,
Eug. El peso grande dista un palmo del
exe ; por consiguiente tiene un grado de ve
locidad.
s Teod. Multiplicad ahora esa distancia por
el peso : decid , ¿ una vez quatro quantos
son ?
Eug. Una vez quatro son quatro.
Teod. Pues tiene el peso grande quatro gra
dos de movimiento. Vamos ahora al peso
pequeño : él tiene una libra de peso ; la
distancia del exe son quatro palmos , multi
plicando la distancia por el peso , vienen á
salir tambien quatro grados de movimien
to ; porque quatro Veces uno son quatro;
Ípor buena cuenta tantos movimientos
ay en una parte con el peso de quatro li-
'bras , como de la otra con el peso de una
- libra ; y por eso quedan en equilibrio.
Eug. Perdonadme , Teodosio , que aun no
entiendo esto tan bien como queria.
Teod. Os lo explicaré mejor ; ya hemos
-asentado que para saber la medida ó quan-
-tidad de un movimiento habíamos de mirar
-al peso del cuerpo que se mueve y ála ve
locidad ó espacio por donde se mueve y y
L i
io6 Recreacion filosófica.
que habíamos de multiplicar el peso por el
espacio ; y que el producto que saliese de
esta cuenta era la suma de los grados de mo
vimiento.
Eug. Estoy en eso; bien me acuerdo.
Teoi. Luego si en quanto un peso de qua-
tro libras se moviere por un espacio , otro
de una libra se moviere por espacio quatro
veces mayor, tenemos igual número de gra
dos de movimiento de parte á parte.
Eug. Sí señor ; porque quanto uno exce
de á otro en el peso , tanto el otro le ex
cede en la velocidad con que anda , porque
corre en el mismo tiempo mayor espacio.
Teod. Decis excelentemente ; pues esto es
y nada mas lo que os tengo dicho , y vos
no entendíais. En tanto que el peso grande
se mueve por el arco pequeño que le cor
responde , el peso pequeño ha de hacer un
arco muy grande : este arco grande es quatro
veces mayor que el arco pequeño ; porque el
brazo ó la distancia del exe en que está el
peso pequeño , es quatro veces mayor que
la distancia del peso grande ; luego si el pe
so pequeño dista quatro palmos y el gran
de solo uno , tambien el arco que hace ia
libra quando se mueve ha de tener quatro
tantos del arco , que ha de hacer en el mis
mo tiempo el peso grande.
Eug. Ahora ja entiendo perfectamente:
como me asegurais , que si yo midiere las
distancias que los pesos tienen del exe , es
lo mismo que si midiese sus velocidades ; to
do queda fácil.
Tarde segunda. 107
Teod. ¿Y si yo pusiere la libra en i queda
rá la balanza en equilibrio?
Eu?. Dexadmc hacer la cuenta : el peso
grande tiene quatro libras y dista un palmo:
una vez quatro son quatro grados de mo
vimiento : tenemos por esta cuenta en el bra
zo corto quatro grados de movimiento. Va
mos á la otra parte : tenemos una libra de pe-
6o , y tenemos distancia de dos palmos : una
vez dos son dos ; visto esto , de la parte
del brazo largo solo tenemos dos grados de
movimiento ; y como de la otra parte te
nemos quatro grados, no ha de haber equi
librio.
Teod. Ya veo que lo entendeis : demos un
paso mas. Decidme : ¿ Y si yo pusiere en
i dos libras , quedará en equilibrio la ba
lanza ?
Eug. Verémos : dos libras estando en / ,
tienen dos palmos de distancia : dos palmos
de distancia multiplicados por dos libras de
peso , hacen quatro grados de movimiento;
de la otra parte tambien quedáron quatro
grados de movimiento ; luego ha de estar la
balanza en equilibrio.
Teod. Aquí veis , Silvio , como todas estas
cuentas son precisas para la Filosofía natu
ral ; y si no explicad á Eugenio estos efec
tos por vuestras metafísicas , sin usar de es
tas cuentas ; pero no quiero que os fatigueis
la cabeza.
Eug. Decidme , Teodosio , ántes que pa
semos adelante : ¿ esta regla es general para
todos los casos?
J'
xo$ Recreación filosófica.
Teod. Es generalísima ; quanto mas largo
fuere el brazo de la balanza , ménos peso es,
preciso para levantar muchas arrobas que
estén en el brazo corto. Esta es la razon de
un célebre dicho de Archimedes. Decia que
si le diesen fuera del mundo un punto fixo
y seguro , que él se atrevía á mover todo
este globo de la tierra.
Silv. Supongo que queria colgarla en al
guna balanza como esta que habeis explica
do ; y poniendo la tierra en el brazo corto
bien cerca del exe , siendo el otro brazo muy
largo , qualquier peso en el fin de él bien
podria mover el globo de la tierra.
Teod. Sí ; mas era preciso que el brazo
largo excediese tanto á la distancia que la tier
ra tenia del exe , quanto el peso de la tier
ra excediese al del cuerpo que de la otra
parte le colgasen. Pero ahora quiero ense
ñaros un modo de hacer las quatro reglas
de cuentas , sin pluma ni tinta , ni saber los
preceptos de la Aritmética.
Eug. ¿Y de que modo ?
Teod. Usando solamente de esta Romana.
Silv. Explicadme eso despacto , que para
mí es cosa bien nueva.
Teod. Vamos á la cuenta de sumar : poned
en el extremo del brazo corto varios pesos:
poned por exemplo las i onzas , las 4 onzas,
las 3 onzas , la onza , las 6 onzas , y la media
onza : ¿quereis saber quanto suman todos
estos pesos ? Tomad un peso mayor , v. g.
la media libra ó la libra , y ponedlo en el
otro brazo de la Romana , pero en igual dis
Tarde segunda. 109
tanda , y conocereis quanto suman los pesos
pequeños; porque aquel que quedare en equi
librio , es el que tiene la suma de todos los
otros juntos ; y en el presente caso halla
reis , que poniendo una libra , quasi teneis
equilibrio ; pero aumentando media onza á
Ja libra , sabeis , que todos los pesos suman
una libra y media onza.
Silv. Eso mismo se puede hacer en qual-
quiera balanza.
Teod. Así es , y tambien la cuenta de res
tar , pero no las otras.
Eug. Vamos á la cuenta de restar.
Teod. Poned en una parte un peso , v. g.
tina libra, que son 16 onzas; quereis quitar
9 y saber quantas restan : poned 9 en la
otra parte en distancia igual : aun no ten
dreis equilibrio ; id ahora aumentando pesos
á esas 9 onzas ; y todas quantas aumenta
reis hasta haber equilibrio , son el número de
las que restan en 16 quitando 9.
Eug. Lo he comprehendido.
Silv. Pensé que tuviese eso mas utilidad;
siendo eso solo para los pesos , de poco sirve
la cuenta.
Teod. No sirve solo para los pesos. Un
rústico que no aprendió cuentas , ni conoce
sus caractéres , puede valerse de la Roma
na para todo ; porque si quiere saber de
24 ovejas quitando 1 5 que vendió , quan
tas le quedan : pone 24 onzas en la Roma
na , y de la otra parte 1 5 , y sabiendo que
son precisas 9 onzas sobre las x 5 , para tener
equilibrio, sabe que le debían quedar 9 ovejas.
L4
jf
no Recreación filosófica.
Eug. Así es ; porque si de 24 onzas qui
tando 1 5 quedan 9 , de 24 ovejas quitan
do 1 5 deben quedar tambien 9. Vamos aho
ra á las cuentas de multiplicar y partir sin
conocer siquiera los caractéres.
Teod. Si queremos multiplicar 9 por 4 v. g.
tomemos 9 onzas y pongámoslas en el brazo
largo, y en la distancia de quatro grados v.g.
en v ; de aquí veamos quantos pesos son
precisos en el brazo corto en la distancia de
un grado v. g. en a para tener equilibrio,
y observarémos que solo hay equilibrio po
niendo allí 36 onzas: conocido esto, sabe
mos que 9 multiplicados por 4 son 36. Porque
como hemos dicho , la fuerza de estos pesos
es igual á su peso multiplicado por la dis
tancia en que están del exe : por lo mismo
de los dos números que se han de multipli
car , uno se cuenta en la distancia , otro en
el peso ; y de la otra parte solo habrá equi
librio , quando hubiere fuerza igual á esos
dos números multiplicados entre sí : pone
mos entonces todo el peso en la distancia 1,
porque de este modo queda solamente en
el número de las onzas el valor de los dos
números 9 y 4 multiplicados.
Eug. ¿Pues que en el brazo corto no se
debe multiplicar tambien el peso por la dis
tancia?
Teod. Tambien ; pero como la distancia es
un grado , tanto importa 36 multiplicados
por 1 , como 36 sin multiplicarse.
Eug, Ahora caigo en la cuenta: permitid
me ver si lo he percibido. Si quisiere yo sa
Tarde segunda. nr
ber quanto importan 6 multiplicados por 3,
he de tomar un número en la distancia del
brazo largo , y otro en el peso ; ¿ que nú
mero he de tomar en la distancia?
Teod. El que quisiereis ; podeis poner ó
6 onzas en la distancia 3 , ó 3 onzas en la
distancia 6 , si la Romana tuviere esa dis
tancia.
Eug. Bien está ; y entonces iré poniendo
en la distancia 1 del brazo corto tantas on
zas, quantas fueren precisas para el equili
brio; me serán precisas 18 , y conoceré que
3 veces 6 son 18 ; ya lo entiendo. Falta la
cuenta de partir.
Teod. Se hace de este modo. ¿Quereis par
tir 2 1 entre 3? Tomad la quantidad grande que
debe partirse , y ponedla en la distancia 1
del brazo corto , y ahí quedan 21 onzas:
luego tomad en la distancia del brazo lar
go el número porque quereis partir, y será
el número 3 : poned ahora ahí tantos pesos
quantos fueren precisos para haber equili
brio ; y solamente lo tendreis poniendo 7
onzas : de este modo sabreis , que 2 1 par
tidos entre 3 dan 7 á cada uno.
Eug. Ya caigo en la razon : y es clara la
prueba ; porque 7 de peso multiplicados por
3 de distancia, dan 21 de la otra parte ; y
esto es prueba real de que 21 repartidos en
tre 3 dan 7.
Teod. Tambien podeis conocer esto de otro
modo ; que es tomar en el peso el número
por el qual se ha de partir , é ir corriéndo
le por el brazo largo hasta hallar equilibrio,
iiz Recreación filosófica.
y conocereis que solo le hay en la distan
cia 7, si la Romana la tuviere.
Silv. ¿Y si no la tuviere ?
Teod. Siempre la puede tener ; pues esta
Romana que tiene distancia hasta el núme
ro 4 , puedo yo sin aumentarla hacer que
la tenga hasta el número 8 ó 12 : de este
modo : en dividiendo cada grado en 2 o3,
lo tengo conseguido. Pero es preciso adver
tir que en este caso tambien he de dividir
los grados del brazo corto ; y tengo de lle
gar mas hácia el exe el peso grande , para
quedar siempre en la distancia.
Silv. Ya entiendo : y supongo que si la Ro
mana tuviere dos brazos largos , podemos
hacer la misma cuenta , con tal que ponga
mos un peso en la distancia 1 , y otro en
mayor ó menor distancia.
Teod. Decis bien , el caso está en que la
tal Romana esté bien graduada ; porque qual-
quier yerro en la graduacion ocasiona yerro
en la cuenta.
Silv. Así debe ser.
Eug. Esto supuesto , sospecho , que po
drémos hacer en esta balanza todas las demas
cuentas.
Teod. Y con razon ; porque todas se re
ducen á las quatro especies referidas : toca
ré brevemente la regla de tres : Suponga
mos que tenemos tres números , y que bus
camos el 4 proporcional : aquí lo hallarémos:
digo v. g. así como 3 es á 4 , así 6 es al
número que busco ; y hago esto : pongo el
primer número en onzas en el brazo dere
Tarde segunda- 113
cho ( ahí van 3 onzas) : pongo el segundo
número en onzas del lado izquierdo (ahí van
4 onzas) : pongo el tercer número en la dis
tancia de este brazo izquierdo (ahí van las
4 onzas para la distancia 6) : falta el núme
ro 4 , que es el que busco : pues lo halla
ré en la distancia del brazo derecho : cor
reré , pues , las 3 onzas hasta quedar en equi
librio ; y quedarán en la distancia 8 : conoz
co luego que así como el peso 3 es al peso
4 , así la distancia 6 de este peso 4 , es á la
distancia 8 del primer peso.
Eug. Teneis razon : ahí está la prueba,
porque 4 onzas multiplicadas por su distan
cia 6 , dan 24 , las quales partidas por el
primer número 3 , dan el número que se bus
ca , que es 8. Lo he entendido perfectamen
te : vamos adelante.
Teod. Vamos ahora á explicar una má
quina que tenemos delante de los ojos.
Eug. ¿Qual máquina ?
Teod. ¿No veis esos hombres que están
arrancando piedra de esa cantera? ¿ Pues co
mo podrian mover tan grandes piedras , si
no valiéndose de- máquinas , que son las pa
lancas de que usan ? Mirad : esta palanca,
usando de ella como se debe , hace el mismo
efecto que la romana {véase la estampa 1. Est.i.
fig. 4.). Esta piedra grande 8 bien veis que "& 4'
yo solo no la puedo mover ; pero esperad
que la quiero mover con la palanca : para
eso es preciso calzarla , esto es , meterle de-
baxo esta piedra , 6 como vulgarmente le lla
man este calzo b , el qual hace el mismo
114 Recreación filosófica.
oficio que el que hacia el exe en la Roma
na que acabamos de explicar. Ahora la dis
tancia que va de la piedrecita b hasta el
fin de la palanca a , habeis de suponer que
es el brazo corto de la tal romana ; por
consiguiente, la distancia que hay desde la
piedrecita hasta la mano c , que está en la
otra extremidad de la palanca, habeis de su
poner que es el brazo largo de la misma
romana , y así hemos de ver el propio efec
to que vimos en la romana.
Eug. La piedra es el peso grande , pero
falta aquí el peso pequeño ó pilon.
Teod. En lugar del peso pequeño 6 pilon
está mi mano cargando hácia abaxo. Supon
gamos que yo solo puedo con dos arrobas:
en este caso tanto hace mi mano cargando
hácia abaxo con toda fuerza , como si ahí
pusiese dos arrobas.
Eug. Ya lo entiendo ; ¿ pero quantas ar
robas tendrá esa piedra que quereis mover?
para ver quanto se aumenta la fuerza huma
na con la palanca.
Teod. Supongamos que tiene ocho arrobas:
vamos ahora á hacer la cuenta , para ver si
la puedo levantar. La piedra grande tiene
como suponemos ocho arrobas; ¿y que ve
locidad tendrá quando se moviere?
Eug. i Para eso he de medir la distancia,
que tiene de la piedra chica?
Teod. Sí ; porque como ya os dixe, con
forme fuere esta distancia , así ha de ser el
arco que ha de hacer la punta de la palanca,
que está debaxo de la piedra.
Tarde segunda. ijj'
Eug. Yo lo mido por mi mano dista
un palmo.
Teod. Multiplicad ahora un palmo por ocho
arrobas.
Eug. Una vez ocho son ocho ; visto esto
tenemos en la piedra grande ocho grados de
movimiento.
Teod. Vamos ahora á computar los grados
de movimiento , que hay en la otra parte;
la mano cargando vale lo mismo que dos
arrobas puestas ahí como suponemos. -
Eug. Pues la distancia de la mano hasta
la piedra chica es de quatro palmos ; mul
tiplicando ahora la distancia por el peso, te
nemos ocho grados de movimiento , porque
dos veces quatro son ocho , que es el mismo
número de grados de movimiento , que hay
de la otra parte.
Teod. Por esa cuenta bien veis que quedan
la piedra y mi mano en equilibrio : por tan
to á poco mas que cargue de lo que carga
rían dos arrobas si aquí estuviesen , ya levan
to la piedra : he aquí, ahí va ; veis?
Eug. Bien lo veo , no os canseis mas , por
que esto es para manos mas ásperas que las
vuestras. Pero decidme : ¿y qual es la razon
porque estos hombres luego que la piedra se
ha levantado algun tanto, le meten la piedre-
cita mas hacia dentro? Bien veis que ellos
así lo hacen sin saber Filosofía.
Teod. Es por la misma razon ; porque
quanto mas llegado está el calzo hácia la
punta de la palanca , tanto mas se aumen
ta la fuerza. Suponed que la piedrecita que
irá Recreación filosófica.
pusimos distante solo un palmo de lo último
Est.i. °c 'a paIanca , la poníamos aquí en (d) dis-
fig. 4. 'tancia de dos palmos ; ya las ocho arrobas
multiplicadas por distancia de dos palmos,
'daban diez y seis grados de movimiento ; y
de la otra parte estaba la mano solo en tres
palmos de distancia, los quales si los multi
plicásemos por dos arrobas , que valdrá mi
fuerza , hacen solo seis grados ; porque dos
veces tres suman seis : con que tenemos de la
parte de la piedra diez y seis grados de movi
miento , y de la parte de la mano solo seisj
ved como podré yo levantar la piedra.
Eñg. Así es ; pero apostaré yo que estos
.hombres haciendo toda esa diligencia de lle
gar la piedrccita cada vez mas hácia dentro,
no saben la razon de esto. a;. ,
Silv. A estos hombres les basta la expe
riencia. Pero tengo una duda contra esto,.
Teodosio ; y es que allá están otros hombres
mas adelante trabajando con palancas , no
usan de esas piedrecitas , y en vez de cargar
con la mano hácia abaxo , hacen fuerza hácia
Est.i. arriba: vamos llegando , y vereis esto de cer.
fig. <. ca ( véase la fig. y de la estamp. 1 .).
Teod. Es otro modo de usar de la palanca
aun mas útil , que el que ya os expliqué,
pero fúndase en los mismos principios. Mi
rad : la palanca está fixa en la punta a , que
está en el suelo : el peso está distante de
'esa extremidad fixa un palmo solo , segun de
aquí parece ; la mano del cantero supongamos
que dista de la extremidad a cinco palmos;
este será poco mas . ó ménos el largo de la
Tarde segunda. ' 117
palanca : he aquí tenemos ya diversas velo
cidades en el peso y en la mano , así como
sucedía en la palanca trabajando con ella del
otro modo ; y de aquí resulta poder la mano
levantar un gran peso. Si quereis ver esto
claramente haced las cuentas como os he ex
plicado. Supongamos que la piedra pesa diez
arrobas ; que la fuerza del hombre equivale
á dos ; para medir las velocidades no es pre
ciso mas que medir las distancias del peso y
de la mano al exe ó centro del movimien
to , que es la punta a de la palanca.
Eug. Si la piedra tiene diez arrobas de pe
so y está en distancia de un palmo, solo tiene
diez grados de movimiento , porque una vez
diez son diez ; vamos ahora á contar los gra
dos de movimiento que hay en la mano : la
fuerza del hombre vale dos arrobas , tiene
cinco palmos de distancia hasta el centro del
movimiento , que como decis es la otra ex
tremidad a ; si multiplicáremos dos arrobas
por cinco palmos , salen diez grados de mo
vimiento , que son otros tantos como los que
tenemos en la piedra.
Teod. Luego qualquiera fuerza mas que
ponga el hombre , ya levanta diez arrobas;
y ántes usando de la palanca como yo usé,
dando tambien el mismo valor á mi fuerza,
no podia levantar mas que ocho arrobas.
Sih. Pues si la palanca es del mismo tama
ño , y la mano tiene la misma fuerza, ¿por
que puede ahora levantar diez y entonces
solo ocho?
Teod. La razon de la diferencia es bien fá
n8 Recreación filosófica.
cil. No veis , mi Doctor , que ahora qnando
[fig. 5.) la mano se va levantando , estriba
la palanca en la punta a , que dista de la
mano cinco palmos ; y ántes [fig. 4.) estri
baba sobre la piedra chica b , la qual solo
distaba quatro palmos de mi mano ; pues co
mo en un caso la distancia de la mano al
centro del movimiento es mayor que en el
otro , por eso tiene mayor velocidad y mas
grados de movimiento. Centro de movimien
to llamo á aquella parte de la palanca que
queda fixa quando las otras se mueven.
Eug. Lo que mas me admira es ver como
todas estas cosas concuerdan entre sí.
Teod. ¿ Como no han de concordar , si to
das nacen de un mismo principio? Aun no
visteis todo lo que hay en esta materia , que
entonces os admirariais mas. De tal suerte
puedo yo usar de la palanca , que en vez de
aumentar la fuerza , se disminuya. Suponga
mos que con vuestra mano podeis levantar
dos arrobas: si cogiereis aquella palanca (véa-
Est.i. se la fig. 6. de la primera estampa ) , y
fig. 6. poniendo fixa en el suelo una extremidad a
atareis en la otra punta un peso de dos ar
robas , no podreis levantar ese peso ; porque
supongamos que poneis la mano en tres pal
mos de distancia de la extremidad fixa ; tie
ne la mano seis grados de movimiento , por
que la fuerza equivale á dos arrobas, las qua-
les multiplicadas por tres palmos de distan
cia , dan seis grados de movimiento. Haga
mos ahora la misma.cuenta al peso : él pesa
dos arrobas , tendrá seis palmos de distan-
Tarde segunda. 119
tía de la extremidad fixa , sale el producto
de doce grados de movimiento : ved ahora
como teniendo la mano solo seis grados de
movimiento , podrá levantar el peso , que
si se levantase tendría doce.
Eug. Ya veo que no se ha de usar así de
esa máquina , porque no es útil.
Silv. Ya que llegamos á este punto , ha
beis de darme la razon allá por vuestra Filo
sofía de una experiencia bien trivial , y es que
pudiendo qualquier persona levantar con fa
cilidad una espada tomándola por el puño,
Je cuesta mucho levantarla cogiéndola por
la punta.
Eug. Aun no habla reparado en eso : pe
did , Teodosio , á vuestro criado la espada,
que quiero ver esto y saber la razon.
Teod. Aquí está la espada , y para que
no gastemos tiempo , hago yo la experien'-
cia , y doy la razon {véase la fig. 7 estam- Est.i.
1>a 1.). La espada aquí es una especie de fig. 7.
palanca : el dedo índice es como el centro
del movimiento , y el dedo pulgar es el que
hace toda la fuerza cargando hácia abaxo,
para que el puño se levante hácia arriba;
miéntras que el dedo pulgar anda un peque
ño espacio , el puño de la espada ha de le
vantarse por un espacio grande , porque el
dedo pulgar dista muy poco del centro del
movimiento que consideramos sobre el de
do índice , y el puño dista mucho ; y así
tiene el peso mucho mayor velocidad que
el dedo pulgar ; y por buena cuenta se dis
minuye la fuerza , como vimos en la pa^ {
Tom. L M
i2o Recreación filosófica.
lanca en el último modo de usar de ella.
Eug. Supuesto lo que habeis dicho , que
da clara la razon.
Silv. Vamos continuando nuestro paseo,
que esta cantera nos llevó mucho tiempo,
teniendo ella bien poco que ver. Bien po
demos pasear y conferenciar sobre estos ma
ravillosos secretos de la naturaleza.
§. III.
'''V¥ '
128 Recreación filosófica.
§. IV.
Trátase del Cabestrante y de los Motones
ó Garruchas.
Na
tfi Recreacion filosófica.
%, v.
Trátase de la "Noria de mano y de la Rosca
6 Husillo.
TARDE III.
De los otros Movimientos ademas
del de la Gravedad.
§. I.
De la continuación del Movimiento y al
gunas experiencias curiosas que aquí
pertenecen.
.
Tarde tercera. 161
en este caso todo el movimiento que dais á
la bola es poco á poco ; porque en quan-
to la bola está en la mano , le vais dando
mayor movimiento , de suerte que si el com
pañero por juguete os dio en el brazo quan-
do despediais la bola , lleva la bola mucho
ménos movimiento , señal de que es preciso
conservarse mas tiempo en la mano , para
llevarlo mayor. Haced ahora otra experien
cia : poned esa misma bola parada en el me
dio del juego , y dadle un golpe con la ma
no con toda la fuerza : vereis como vuestra
mano se molesta, y que no es bastante ese
golpe para hacer correr la bola tanto espa
cio como ántes corria ; en lo que se ve cla
ramente , que vuestra fuerza , que basta pa
ra dar á aquella bola un determinado movi
miento poco á poco , no es bastante para dár
selo de repente y de golpe ; luego es mas
dificultoso dar un movimiento de repente que
poco á poco.
Eug. Teneis razon.
Tcod. He aquí porque digo yo , que en
nuestro caso mas fácil es quebrarse el palo
atravesado , que moverse él , los vasos y el
agua con nna velocidad igual á ía que trae
el baston que da el golpe ; porque para es
te movimiento es necesario vencer tres difi
cultades : primera , la que hace qualquier
cuerpo que está parado , por causa de su
peso : segunda , porque el movimiento que
se le quiere dar es velocísimo : tercera y
principal , porque es movimiento que se ha
de dar de repente y de golpe , para lo que
i6j Recreación filosófica.
como visteis se pide mucha mayor fuerza;
y como el baston , ó ha de comunicar este
movimiento así , ó ha de quebrar el palo atra
vesado , siéndole fácil quebrar el palo con
la fuerza del golpe , y habiendo de abrir ca
mino del modo que cuesta menos , quiebra
el palo y no mueve los vasos ; y no movién
dose los vasos , no pueden caer ni derramar
se el agua.
Silv. De tal suerte armais vuestras cuen
tas , que todo os sale justo ; pero yo , Teo-
dosio , os confieso que no puedo persuadir
me á que sea esta la causa.
Teta. Tambien no os podiais persuadir del
efecto , y visteis con vuestros ojos que era
como yo decia : ¿quereis ver mas claramente
como esto procede de la velocidad con que
se mueve el baston para dar el golpe ? Pues
reparad. Si yo pusiere levemente el bas
ton sobre el palo que está atravesado y
fuere cargando , luego caen las copas ;
lo mismo sucede si yo diese un peque
ño golpe ; porque en estos casos como el
baston no va tan de priesa , y para lle
var delante de sí el palo y las copas tam
poco es necesario moverlas tan de priesa ni
darle un movimiento tan grande ; hay por
lo mismo ménos dificultad , y ménos fuerza
le basta para esto i de este modo mas fá
cil le será mover todos esos obstáculos , que
quebrar el palo. Por tanto para salir la ex
periencia como se desea , es preciso que el
golpe sea grande , y que el baston con que
damos el golpe sea mas recio que el palo
Tarde tercera. 163
atravesado ; y que este no sea tan fuerte que
no se pudiese quebrar con el golpe. Esta mis
ma experiencia se puede hacer atravesando
el palo y poniendo sus extremidades sobre
los dedos de dos personas , y es la misma
razon , como tambien de otros efectos se
mejantes ; por lo mismo si á una de estas ve
letas ó banderillas de metal que se colocan
en las agujas ó alto de las torres para señalar
de donde corre el viento , se le tirase de
cerca con una bala despedida de una esco
peta , pasará la banderilla de parte á parte
sin moverla : si disparásemos tambien una
pistola con bala contra un vidrio plano , ha
rá un agujero redondo sin quebrar el vi
drio , y todo es por la misma razon ; por
que es mas fácil llevar aquel pedazo de ban
derilla ó vidrio solamente , que mover la otra
porcion de la banderilla ó vidrio con la ve
locidad proporcionada á la de la bala.
Eug. No se puede negar que estas filoso
fías son muy científicas y muy curiosas. ¿Te-
neis , Teodosio, algunas mas experiencias co
mo estas ?
Teod. Alguna mas tenia ; pero no es justo
que nos dilatemos mucho en este punto : pa
semos adelante , que experiencias divertidas
siempre las hay en todas las qüestiones del
movimiento. Ahora quiero explicaros la ve
locidad , esto es , como puede una cosa mo
verse mas de priesa que otras ; sentémonos.
164 Recreación filosófica.
§. II.
De la Velocidad , Dirección y Composición
del Movimiento , y algunos efectos admira
bles que de aquíproceden.
V
178 Recreación filosófica.
hacia acá y la otra punta (i) está hacía ' lí
parte de allá. Supuesto esto , viniendo el
viento de la parte de allá (c) , aunque en
cuentre el navio totalmente atravesado , nun
ca coge la vela de plano y en lleno , siem
pre la halla inclinada ; y así conforme á la
regla establecida , no ha de mover la ve
la hacia el frente de sí derechamente , sí-
no hácia el costado , y hacer la bolsa há
cia la proa de la nave como estais viendo;
y para esa parte hace el viento toda la fuer
za. Como la vela está amarrada al mástil y
al casco de la nave , no puede moverse la
vela hácia parte alguna sin que lleve consi
go el navio ; por eso haciendo la vela toda
la fuerza hácia la parte de la proa , hacia
allí va- el navio ; y como la proa de este
navio está vuelta hacia la barra , va andan
do el navio hácia abaxo. En el otro na
vio (B) es la misma razon porque aunque
el viento lo halle totalmente atravesado , nun
ca coge las velas en lleno , sino inclinadas;
por lo mismo las ha de impeler no hácia en
frente de sí , sino hacia la parte de la proa,
hácia donde hace la bolsa en la vela s y ha
de mover el navio por el rio arriba , por
que tiene la proa vuelta hácia arriba.
Eug. ¿Y por que el viento no ha de mo
ver la vela , y hacer la bolsa hacia la parte
de la popa ?
Teod. Porque los marineros de tal suerte
inclinan la verga en que está sujeta la vela,
que viniendo el viento de costado como aquí
sucede ., dé y se detenga en la vela por la
Tarde tercera. 179
Íarte de atrás , que es la que queda vuelta
acia la popa; y así siempre hace la bolsa
hácia delante ó hacia la proa ; reparad en
ambos navios , y vereis que es así.
Eug. Ya entiendo, y veo que necesariamen-
ha de suceder así ; pero tambien afirmo que
te si mudaren la verga al reves , de suerte que
el viento dé en la vela por la parte de de
lante , el navio ha de recular.
Teod. Así ha de ser ; mas siempre ha de
tener mas dificultad para moverse por, ser la
popa mas ancha , y por eso ménos propor
cionada para dividir el agua. Pero advierto'
que estando el viento de costado , como la
bolsa de la vela- no mira derechamen
te hacia la proa , tambien el navio no se
mueve derecl||mente por la proa, antes s¡em-:
pre va declinando ó decayendo algun tanto
hácia la parte contraria al viento ; pero co--
mo para ir el navio hácia los lados tiene-
grande resistencia en la division del agua,
por eso no declina tanto hácia el costado,,
como habia de declinar , si la embarcacion
fuese redonda , que por qualquier parte tu
viese igual resistencia en la division del agua:
de este modo la hechura de la embarcacion
tambien contribuye para esto.
Silv. Ese modo de explicar me satisface
enteramente. Pero ahora quiero saber si es
ta es tambien la razon del movimiento que
tienen las velas de los molinos ; á mí me
parece que no será muy diversa de la que
disteis en los navios.
Eug. Tambien es efecto que no se cree
180 "Recreación filoso"fica.
rá fácilmente , ántes de mostrarlo la expe
riencia.
Teod. La misma razon concurre en uno y
Otro caso. Habeis de reparar que las velas
del molino , aunque están bien enfrente del
viento , con todo cada una de por sí está
inclinada ; porque el exe donde andan las
velas tiene ocho varas , quatro adelante y
quatro atrás ; cada vela se ata á dos va
ras , una punta se ata á una de las que es
tán delante , y otra á las que están detras;
y así aunque el exe de las velas está dere
cho al viento , siempre el viento coge las
velas algun tanto inclinadas , y por eso siem
pre las hace andar hácia el costado , y con
tinuando el movimiento , andan las velas al
rededor , como enseña la exjMriencia.
Eug. En los molinos ó rehw!mderas de que
nsan los muchachos para su diversion, no hay
esas dos órdenes de varas.
Teod. Pero siempre milita la misma razon,
voy á pedir uno de esos molinos , que en
Est.2. casa no faltan..... Aquí lo teneis (véase la,
fig- 9- fig. 9. en la estampa i.) , reparad ahora:
estas velillas están presas por una parte , pe
ro de la otra están sueltas ; aunque esteis
bien enfrente del exe soplando las velas , la
Íarte que queda suelta siempre se aparta
acia atrás, y las velas quedan ya inclina
das respecto del viento : por tanto si con
tinuais soplando , no cogeis con el soplo es
tas velas de plano , sino inclinadas ; y así
han de moverse hacia el costado , cada una
Lacia la parte que está sujeta ; la de arrí
• Tarde tercera. 181
ba (a) ha de moverse hacia una parte (¿>);
la de abaxo (c) hacia la parte contraria (d);
y así entrambas se mueven al rededor,
Eug. Aun no comprendí bien como es
que inclinándose ambas á un tiempo con el
soplo , una vela ha de ir hácia una parte y
la otra vela hacia la otra.
Teod. ¿No veis que las velas: no están
puestas ambas de la misma parte? Una está
presa por la parte derecha y tiene la iz
quierda suelta : la otra vela está ai reves,
tiene la parte izquierda presa y suelta la de
recha : he aquí porque una va hacia la iz
quierda , otra hácia la derecha ; porque las
velas siempre se mueven- hácia el lado que
están sujetas.
Eug. Ahoríjcomprehendí la razon de di
ferencia , y veo el motivo porque los mu
chachos siempre ponen- las velas encontra
das.
Teod. Antes que pasemos adelante , quie
to explicaros , qual es la razon porque un
pequeño timon puede mover y volver un
navio muy grande , aunque vaya muy pe
sado con la carga ; porque supongo no sa
beis la razon de este efecto.
Eug. No ciertamente ; y confieso que nun
ca esperé que en estas conferencias se tra
tasen cosas tan curiosas. Vamos á ese pun
to, y no me dilateis su explicacion.
Teod Supongo que sabeis , que los na
vios aunque por arriba sean muy anchos,
abaxo en la quilla son muy estrechos.
Eug. Eso es cosa bien sabida , y se ve
i8a Recreación filosófica.
claramente quando se construyen en los As*
£sta. tilleros (véase la fig. 1o. en la estamp. 2.).
fie.io. Teod. Habeis de saber que el timon es una
tabla (a) , que tiene unos ganchos para en
gancharse en la popa del navio , de suerte
que se pueda mover á una y otra parte.
Esto supuesto , mientras que el timon vaya en
su lugar sin moverse á uno ú otro lado , no
hace embarazo alguno á la nave , así como
lo veis en esos navios , que van andando;
pero supongamos que lo torciéron hácia el
lado derecho del navio : como el timon aba-
Uto es mas ancho que la quilla de la nave,
ha de salir mas hácia fuera ; por consiguien
te ya la quilla de la parte derecha no ha
de correr tan fácilmente por el agua como
de la parte izquierda ; porqwe de la parte
derecha tiene la tabla del timon que sobre
sale , y de la parte izquierda queda toda
libre y desembarazada.
Eug. Todo eso es cierto; ¿ pero por que
vuelve la nave ?
, Teod. Voy á dar la razon : si la quilla
está mas desembarazada de la parte izquier
da que de la derecha , es necesario que de
la parte izquierda corte el agua mas fácil
mente ; y por eso de esa parte ha de andar
mas ligera que de la izquierda ; por quanto
de la izquierda tiene el timon , que ha de
hacer algun embarazo al cortar el agua ; y
si la nave anduviere mas ligera de la parte
izquierda, toda ella se ha de ir volviendo
hácia la derecha.
.,,. Silv. Eso forzosamente ha de ser así; por-
Tarde tercera. 183
que muchas veces me sucede en Lisboa quan-
do voy gobernando los caballos de mi si
lla volante , tropezar en otra ó en alguna
esquina , y es cosa infalible que si tropezo
la rueda de la derecha , toda la silla se in
clinó hácia allí ; como al contrario toda se
inclina hácia la izquierda , si tropezó de esa
parte.
Teod. Pues de ese efecto es la misma ra
zon , porque la rueda que tropezó en la
otra , ó quedó parada ó por lo ménos se
movió mas despacio ; al mismo tiempo que
la otra que está libre , yendo el carruage des
pedido , continúa moviéndose por algun tiem
po aunque muy poco ; pero es bastante pa
ra que el caballo que va delante se incli
ne todo hácia la parte del embarazo. Lo
mismo digo de la nave , con la diferencia
que en el navio es mas leve el embarazo, pero
persevera miéntras se hace fuerza al timon;
por eso la nave siempre va volviendo poco á
poco : lo que dixe haciendo fuerza en el ti
mon hácia la derecha , sucede á proporcion
haciendo fuerza hácia la izquierda de la nave.
Eug. Eso se inliere naturalmente por la
misma razon.
Teod. Ya que fructifica el trabajo , y no
os disgustan estos discursos , quiero explica
ros otro efecto, que tiene su semejanza con
este : y viene á ser la razon , porque en la
honda dando los muchachos á la piedra un
movimiento circular al rededor de la mano,
así que despiden la piedra va con un movi
miento derecho.
Tom. L Q
184 Recreación filosófica.
Eug. Todos esos efectos los habia obser
vado , pero mi misma ignorancia me hacia
no advertir las circunstancias , que podían
provocar mi admiracion á inquirir y saber sus
causas.
Teod. Por ese motivo los que no estudian
sobre los efectos de la naturaleza , y parti
cularmente sobre las leyes del movimiento,
viven mas satisfechos que los que se cansan
en esto ; porque no advierten lo que les fal
ta , y por eso no se fatigan en buscarlo , ni
se afligen por no conseguirlo. Pero sigamos
con lo que íbamos diciendo. La piedra que
está en la honda por sí hace fuerza para, ir
por camino derecho ; esta direccion es la
mas natural á todo móbil , porque es mo
vimiento simple , y qualquier otro es com
puesto de varias determinaciones ; por eso
vemos que siempre que puede ser , toda»
las cosas se mueven por línea recta , y so
lo por algun estorbo tuercen el camino.
Est.a Pruébase con una experiencia bien fácil (véz-
fig.11* se Ia fig. IX' en ^a tstamp. 2. ) : si en el
medio de esta mesa redonda clavamos un
clavo , y atamos un hilo , el qual tenga de
la otra parte atada una bola , v. g. una na
ranja , vereis que dándole un golpe como
quien la quiere hacer ir adelante , la naran
ja no va derecha , sino que anda al rededor
de la mesa ; de suerte que si no fuese el hi
lo que la prende , quando le dimos el gol
pe correría derechamente hácia fuera de la
mesa ; pero el hilo hace que no se aparte
mas del clavo , sino hasta cierta distancia.
Tarde tercera. ,jf
yanto permite lo largo del hilo : de donde se
s.gue que la naranja en su movimiento siem
pre ha de ir igualmente léjos del clavo lo
gue no puede hacer sin andar al rededor'
Eug. Hasta ahí es claro.
Teod. Notad ahora que esta naranja siem
pre hace por salir fuera de la mesa : de
aquí nace que luego que el hilo se rom
pe , al instante cae fuera de la mesa v
se mueve por línea derecha , y no anda l\
rededor como ántes : lo que es señal ma
nifiesta que la naranja miéntras se movía
siempre hacia fuerza para moverse por £
nea recta ; y que si andaba al rede/or era
porque el hilo á que estaba atada la iba
deteniendo é impidiendo que no se aparta
se mas, ni siguiese el camino derecho an
tes si que fuese volviendo siempre y tor
ciendo el camino andando al rededor Estn
supuesto , queda clara la razon , por que
dando los muchachos movimiento circulará
a piedra que meten en la honda , así que
la disparan va por el ayre siguiendo el ca-
mmo derecho o línea recta ; porque la pie
dra por si siempre quiere ir por línea rec
ta : miéntras esta detenida no lo puede ha
cer; pero así que la despiden de la honda
va s.guiendo la línea recta , la qual luego
se encorva de algun modo á causa de su peso
como ya expliqué. r
Silv. Pero ahora pregunto yo ; ; y por
que no cae la piedra quando la honda se
vuelve hacia arriba?
Eug. De la piedra no me admiro yo tan-
1 86 Recreación filosófica.
to , como del agua. Si colgamos un puche
ro con agua en una cuerda de suerte que:
quede derecho , se puede andar con el pu
chero al rededor sin que el agua se derra
me , aunque el puchero se vuelva con el
fondo hácia arriba ; y quanto mas ligero an
duviere el puchero, ménos peligro tiene de
Est.a. derramarse el agua {véase la fig. 12. estam-
fig.12. pa 2.).
Teod. En uno y otro caso hay la misma
razon , sacada de lo que poco hace expli
qué. Ya dixe que la naranja que anda al
rededor de la mesa , siempre hace fuerza pa
ra ir por la línea recta : es de notar que la
naranja no puede ir por línea recta sin sa
lir fuera de la mesa , apartándose mas y
Est.a. mas del clavo : he aquí (estampa 2. fig 11.)
fig.u. estas líneas rectas (ea, mn, o i , rj),que
yo describo con el dedo por donde habia de
ir la naranja si el hilo se quebrase quando
la naranja va en estos sitios ( e m o r) que
le corresponden ; bien veis que todas estas
líneas salen fuera de la tabla , y por consi
guiente se apartan cada vez mas del clavo;
luego si la naranja hace fuerza para ir por
línea recta , y las líneas rectas todas se apar
tan del centro que es el clavo , se sigue que
la naranja hace fuerza para apartarse del cla
vo.
Etig. Tanta fuerza hace , que muchas ve
ces rompe el hilo.
Teod. Ahora saco ona conseqüencia general,
y es : que siempre que qualquier cosa se mo
viere circularmente , tiene lo que ios Filoso
Tarde tercera. 187
fbs llaman fuerza centrífuga , quiero decir
hace fuerza para apartarse del centro. ¿Con
cordais ambos en esto?
Sito. Sí convenimos , supuesto el discurso
y la experiencia que hemos visto.
Teod. Luego tambien la piedra ó el agua
todas las veces que se moviere circularmen-
te como en nuestro caso , ha de hacer fuer
za para apartarse del centro, que es la ma
no ó la extremidad de la cuerda (a) (véase ~ t.
lafig. \2. en la estamp. 2.) , y esto por la ^ j*
misma razon , tanto quando el puchero anda
en la media vuelta ó medio círculo de abaxo,
como quando anda en el medio círculo de
arriba. El agua haciendo fuerza para apar
tarse del centro (a) necesariamente ha de car
gar siempre hácia el fondo del puchero ; y
cargando hácia el fondo del puchero , no se
puede derramar. ¿Quereis , Eugenio , ver ma
nifiestamente como aun quando el puche
ro va con el fondo hácia arriba , carga el
agua en el fondo del puchero? Haced un
agugerito en el fondo del puchero , y vereis
como aun quando va con el fondo hácia ar
riba, sale el agua por el agugerito afuera;
pero para eso es preciso que andemos con el
puchero al rededor con bastante ligereza ó
la que baste para vencer el peso del agua;
por eso si andamos lentamente con el pu
chero al rededor , agua y puchero cae aba
xo. Haced la experiencia , Eugenio : si que
reis , haré venir lo que es preciso.
Silv. Las cosas vistas siempre se entienden
mejor que oidas.
Q3
1 88 Recreación filosófica.
Eug. Haré la experiencia quando estuvie
re mas despacio : ahora no os quiero dete
ner en experimentar una cosa en que no du
do. Vamos á tratar los puntos que nos res
tan , porque en este estoy satisfecho.
Teod. Muchas otras cosas hay que decir
sobre esta materia , pero no es justo dar á los
que principian doctrinas mas difíciles de com-
prehender. Puede ser que en otra ocasion
tratemos de propósito de las admirables le
yes del movimiento. Ahora se sigue tratar
del movimiento renexo , de su causa y le
yes , que es materia curiosa. Vamos hasta el
jardín , por no pasar toda la tarde sin salir
de casa , y traed vuestro espadín que ha
de servir para una experiencia.
§. III.
s- iv.
Dase una breve instrucción sobre los princi
pios de la Geometría , quanto basta para
que se entiendan las leyes del movimiento
refiexo.
5. V.
De las leyes del Movimiento Reflexo.
§. VI.
De otras leyes del Movimiento Reflexo.
. ):):
"9
-
TARDE IV.
Trátase del pesó y movimiento de los
Cuerpos Líquidos.
§. L
- f
§. III.
%. IV.
§. V.
Las partículas de qualquier cuerpo líquida
que están en la misma línea orizontal , siem
pre están igualmente oprimidas.
S. VIL
Del jieso de los Líquidos en los vasos
inclinados.
§. VIII.
S. x.
Del peso de los cuerpos sólidos dentro
de los líquidos.
§. XI.
-
31o Recreación filosófica.
peso , se irá abaxo luego qne la larguen:
mas reparad que va mas despacio dentro
del agua , de lo que iria por el ayre.
Eug. Es por esa misma razon ; porque
en el agua va con menor peso que acá fue
ra en el ayre.
Teod. Bien está : pasemos á explicar la
SEGUNDA CONSEQUENCIA.
Si un cuerpo tuviere tanto peso com.fi
igual volúmen de agua y le metieren ente
ramente dentro del agua , ni ha de baxar
ni subir ; ha de quedar en donde le de-
xen. La razon de esto es , porque los cuer
pos no baxan sino á causa de su peso ; si
el cuerpo sumergido pesa por sí tanto como
igual volumen de agua , se sigue que en
trando en el agua pierde todo su peso en
teramente ; y así no tiene cosa que le haga
baxar ni subir.
, Eug. Si ese cuerpo pesa tanto como igual
volúmen de agua , se puede suponer que
tal cuerpo no. está ahí , y que en su lugar
está agua ; porque creo que ha de ser lo
mismo respecto del peso. .
Teod. Así es : vamos ahora á la
TERCERA CONSECUENCIA.
Si un cuerpo pesare ménos que igual vo-<
lamen de agua , y lo metieren enteramente
en ella , ha de venirse arriba y nadar en
su superficie. Demos la razon , y luego apli
carémos la ley á muchas experiencias. Si un
cuerpo pesa ménos que igual volúmen de
Tarde quarta. 311
agua , claro está que metiéndole enteramen
te en ella , pierde todo su peso : por esta
razon ya tenemos , que no puede baxar. Va
mos ahora á ver la razon , por que no sube
hacia arriba. Ved esta figura ( estamp. 5 . Est. j.
Jig. 16.) que representa un vaso lleno de fig.ió.
agua con un cuerpo dentro mas ligero que
el agua ; supongamos que este cuerpo e o
es corcho v. g. : si el corcho es mas li
gero que igual porcion de agua , se sigue
que esta columna , que va de m hasta r, y
es parte de corcho y parte de agua , tiene me
nos peso que esta columna a n , que es en
teramente de agua.
Eug. No hay duda.
Teod. Bien ; luego esta partícula o , que
está inmediata al fondo del vaso , y es opri
mida por ambas columnas , ha de ser mas
oprimida por la columna a n , que por la
columna m r : así segun lo que quedó esta
blecido en el principio de esta tarde (prop. 1 f .
fag. 236.) ha de moverse hácia donde tiene
menor opresion que es hácia la columna m
r : viniendo , pues , las partículas de agua
que están en el fondo , cargando todas há
cia esta parte s , como aquí no caben , han
de ir levantando hácia arriba el corcho que
allí está ; y miéntras las columnas no que
den iguales en peso , la mas pesada siempre
ha de ir cargando hacia abaxo con mayor
fuerza , y haciendo subir hácia arriba la que
sea mas ligera. Aquí teneis la razon , por
que el corcho ó qualquier madera ligera,
sube por el agua arriba.
Tom. I. Aa
<%\i Recreación filosófica.
. Silv. Pero el corcho nunca sale enteramen
te fuera del agua , siempre queda alguna
parte metida en ella.
Teod. Así debe ser; porque el corcho siem
pre tiene algun peso ; ese peso ha de ser
igual á alguna porcion de agua mayor ó me
nor , segun él fuere ; y así puesto el cor
cho en la superficie del agua ha de ir in
troduciéndose en ella hasta levantar esa por
cion de agua , á que equivale todo su peso;
en llegando á estos términos para , ni baxa
ni sube ; porque entonces ya estan en equi
librio y con igual peso ambas columnas , tan
to la que es compuesta de corcho y agua,
como la que es solo de agua. Ved esta fi-
Est. g. gura (17. estamp. 5.) que representa nadan-
fig.i7. do con la mitad fuera del agua el mismo
corcho que la figura anterior representaba
enteramente sumergido en ella. Aquí tene
mos dos columnas, una que va de a hasta
s toda de agua , otra de c hasta p de cor
cho y agua , las quales pesan igualmente;
porque aunque el pedazo de corcho sea mas
ligero que igual porcion de agua , se supo
ne pesar tanto como el agua que hay desde
la superficie a hasta x ; y asi quedan las
columnas iguales en el peso ; y por eso ni
baxa ni sube el corcho , va nadando en el
agua de la misma suerte. Si entendeis esto,
teneis la razon de innumerables experiencias,
de que no sabreis la causa.
Eug. Id refiriéndolas , y aplicándoles esa
misma doctrina.
Teod. Primeramente ya teneis la razón.
Tarde quarta. 313
por que tinos cuerpos echados en el agua se
van á fondo y otros nadan en su superficie:
los que son mas ligeros que igual volúmen
de agua , quedan nadando ; y los que son
mas pesados que un volúmen igual de agua,
6e van á fondo. De aquí se infiere tambien
la razon por que un mismo cuerpo que na
da en un líquido , puede ser que se vaya á
fondo , si lo echaren en otro líquido mas li
gero , v. g. la cera amarilla si la echan en
agua , nada en su superficie ; pero si echan
en aceyte esta misma cera , se irá á fondo;
la razon es , porque la cera aunque es mas
ligera que igual volúmen de agua , es mas
pesada que igual volumen de aceyte '. EL
plomo que echado en el agua se va á fondo,
echado en azogue queda nadando en su su
perficie.
Eug. Segun eso muy pesado es el azogue,
pues aun vence en peso al plomo.
Teod. Despues del oro es la cosa que hay
mas pesada. Tambien de aquí se infiere la
razon , por que los barcos quando navegan
por agua salada , pueden con mayor carga,
que quando navegan por agua dulce , por
que el agua salada es mas pesada que la dul
ce ; y quanto mas pesado es un liquido,
mayor peso sufre en su superficie.
Eug. Aun no sabia eso : ya veo que quan
do se hubiere de cargar un barco aquí en
la ria para ir por el Tajo arriba , es preci
so precaver que la carga no sea mayor de-
A3 2
* Nollet rom. 2. pag. 398.
3T4 Recreación filosófica.
la que admite el agua dulce , que hay allá
mas arriba. Ahora ya poco mas ó ménos
sé la, razon , por que quando nadan los hom
bres , se sostienen encima del agua, y supon
go que es porque son mas ligeros que igual
volúmen de agua.
Teod. Esa es la razon ; pero tal vez que
no la sepais de una industria que hay para
nadar con tal seguridad que el hombre mas
inepto y tímido no correrá peligro de aho
garse y andará metido en el agua hasta la
cintura con admiracion de todos '.
Eug. Decidme como puede ser eso.
Teod. Mandad hacer un cinto que os ciña
el cuerpo al rededor : este cinto ha de te
ner pegados unos odres pequeños , los qua-
les se llenan de ayre y cierran con caute
la ; despues de así ceñido con este cinto,
poned en los pies algunos pesos de plomo
fjroporcionados á los odres y unas como pa-
as para poder remar con los pies : hecho
todo esto , si los odres no fueren muy gran-
dres , quedan debaxo del agua y no se ven
de fuera : cosa que. causará admiracion á
quien os viere nadar con medio cuerpo casi
fuera del agua.
Eug. Esa industria está bien pensada : así
no puede haber peligro.
, Stlv. Es fácil dar la razon de ella ; lo que
yo quisiera que me explicaseis , es el modo
con que los peces andan unas veces allá por
el fondo del mar , otras acá por encima:
§. X 1 1.
IN.
Bb4
334
ÍNDICE
DE LOS LUGARES DONDE SE EXPLICAN
LAS FIGURAS DE LAS ESTAMPAS
SIGUIENTES.
_, ESTAMPA PRIMERA.
,T ¡gura i pág. 82.
Figura 2 pág. 90.
Figura 3 pág. 102.
Figura 4 pág. 113 y 116,
Figura 5. . . pág. 116.
Figura 6 pág. 118.
Figura 7 pág. 119.
Figura 8 pág. 121.
Figura 9. . . pág. 123.
Figura 10. pág. 124.
Figura 11. . pág. 126.
Figura 12 pág. 128.
ESTAMPA SEGUNDA.
Figura 1 pág. 133
Figura 2 pág. 13 f
Figura 3 pág. 138
Figura 4 pág. 141
Figura 5 pág. 158
Figura 6 pág. 172
Figura 7 pág. 177
Figura 8. . . . pág. 177
Figura 9. . pág. 180
Figura 10 pág. 182
ÍNDICE ,r 535
Figura. II. . . , pág. 284 y 188.
Figura. 12. . '. . ..'. . . pág. 186 y 187.
, . ESTAMPA TERCERA.
Figura 1. ... . . . , .
pág. 206.
Figura 2 . .
pág. 206.
Figura 3 pág. 206.
Figura 4. ........ pág. 207.
Figura 5 .pág. 208 y 210.
Figura 6 , . . pág. 210.
Figura 7. ....... . pág. 2c8 y 210.
Figura 8 pág. 211.
Figura 9. . . pág. 211.
Figura ia. . pág. 211.
Figura ir. . . ^ pág. 213 y 250.
Figura ia. .... . . . .. pág. 215 y 219.
Figura 13 pág. 210.
Figura 14 pág. 221.
Figura if. pág. 225.
Figura 16 pág. 222.
Figura 17. . . pág. 239.
ESTAMPA QUARTA.
Figura 1 pág. 240 , 241 y 253.
Figura 2 pág. 258, 2$9y 262.
figura 3 pág. 258.
Figura 4 pág. 243 , 258. y 262.
Figura 5 pág. 241.
Figura 6 pág. 272.
Figura 7 pág. 270.
Figura 8 pág. 268.
Figura 9 pág. 256.
Figura 10 pág. 257.
Figura 11 pág. 250.
33<* DE LAS ESTAMPAS.
ESTAMPA QUINTA.
Figura i. pag. 27Í.
Figura 2. pag. 276.
Figura 3. Pag' 280 y 283;
Figura 4. pág. 280.
Figura 5. Pa& 284:
Figura 6. pág- 288.
Figura 7. pág. 288,
Figura 8. pág. 288.
Figura 9. Pag 2897291.
Figura 10. pág. 289 y 292.
Figura 11. pág. 290.
Figura 12. . « pag. 297 y 309.
Figura i3. pág. 298.
Figura 14. .- . .pág. 301 y 305.
Figura 15. pág. 306.
Figura 16. pág. 311.
Figura !7. pág. 312.
Figura 18. pág. 317.
Figura 19. pág. 327.
Figura 20. pág. )3U
337
CORRECCIONES.
Pdg. Lin. Dice. Léase.
-y ( sutil : que la ma- C sutil que la tna-
' ¿ teria era crasa . ¿ feria crasa ;
84 6 ni he creer . . ni he de creer
105 3 el del
125 34 donde adonde
141 34 en for
152 30 linea ....... lima
s53 34 Igual....... Y qual
179 5 necesariamen . . necesariamente
Ibid. 7 te si j*
189 23 tal , . total
249 8 vacio ....... vacía
320 3 huecos huecas
7rn. -I
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