357 Grabaciones.
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> VARIOS
¢ GRABACIONES
CUEURS DESOLEZ
Obras de Des Prez, Torres, Erkoreka,
Magrané, Sánchez-Verdú y Bach.
Carlos Mena, contratenor. Iñaki Alberdi,
acordeón. IBS 92019 (1 CD)
Sus caminos interpretativos, y no solo el
común origen geográfico, parecían predestinar
un encuentro creativo y conceptual como este,
Cueurs Desolez. Un disco y también un proyecto
en común que une la voz del contratenor
Carlos Mena con el acordeonista Iñaki Alberdi
alrededor de arreglos de música antigua y un
ramillete de encargos a compositores
españoles actuales. Es un trabajo explorativo,
aventurero. Y que exige de un auditor
dispuesto. Alberdi honra con sus
transcripciones las páginas de Des Prez, Bach y
el anónimo gregoriano Ave Maris Stella; indaga
en su instrumento para que tan pronto parezca
lo que es, un acordeón, como para que
adquiera también timbres que recuerdan a los
de un órgano, una zanfoña, incluso también a
los de un violín.
En la búsqueda conjunta, ambos músicos
decidieron ir a lo difícil, no quedándose solo en
la tentativa de lo pasado. Y, entre las novedades
contemporáneas, sobresale por encima de otras
la página de José María Sánchez-Verdú, Tratado
de lágrimas. Y lo hace porque también es el
algecireño quien parece haberse sentido menos
tentado de cultivar idiomatismo alguno. Su
obra, tan serena como neblinosa, se impone
como el instante más crepuscular y notable del
disco. Mena se adapta con flexibilidad y
concentrada expresividad en cada página de un
álbum que hubiera precisado algo más de
respiro instrumental. Llama de amor viva, de Jesús
Torres, juega al hilado del pasado y el presente a
partir de una melodía de Desprez. La Messa di
Voce, de Gabriel Erkoreka, se torna demasiado
austera. Es curioso cómo los compositores
parecen haber afrontado la redacción de sus
piezas con cierto temor a no incurrir en la
transgresión. Se advierte la contención. No la
rompe Joan Magrané con Si en lo mal temps la
serena be canta, tan contagiada por el espíritu
sereno y meditativo que invade el disco.
Ismael G. Cabral
68 SCHERZO
PRISM II
Obras de Bach, Beethoven y Schnittke
Danish Quartet
ECM 2562 481 8564 (1 CD)
Prism, fascinante proyecto en cinco álbumes:
compleja reflexión sobre la cronología en la
que la creación se superpone a la creación
—el imaginario al imaginario— de tres
compositores, con (una fuga de) Bach como
punto de partida. Prism I exploraba, entre otros,
el tempo Adagio: una fuga del Clave bien
temperado arreglada por Mozart, el último
cuarteto, adagissimo sempre, de Shostakovich y el
nº 12 de Beethoven con su inmenso Adagio ma
non troppo e molto cantabile. En Prism II,
Beethoven y Schnittke crean —imaginan—
basándose en lo que Bach creó (aquí en un
arreglo de Förster, conocido de Beethoven).
Estas (re)creaciones (citas del Clave bien
temperado y la firma B.A.C.H —Si bemol, La,
Do, Si— en el Cuarteto de Beethoven; tema de la
Gran Fuga de Beethoven en la obra de Schnittke,
junto con la firma musical de Shostakovich,
D.S.C.H, que es además una transposición de
B.A.C.H) se convierten a través del tiempo y de
nuestra historia en el resultado de búsquedas
comunes: lo que podríamos considerar como
característica exclusiva de un compositor (¡su
firma! por ejemplo) no es sino un elemento
—un tema— que será modificado por otro
elemento —y en otro contexto— que a su vez
modifica nuestra escucha del tema original.
Los temas, sus transformaciones,
recomposiciones y feedback sobre el original, se
vuelven (en nuestro imaginario) inseparables.
La interpretación es admirable, con
lirismo y matices dignos del Quartetto Italiano.
Demasiado lirismo para algunos críticos (pero
¿puede uno ser demasiado lírico?). Escuchemos
por ejemplo cómo la queja inicial (cita del
Stabat Mater de Lasso), retenida —y muy
cantabile en esta interpretación— contrasta y se
mezcla con los estallidos alla Beethoven en el
Cuarteto de Schnittke (junto con el Borodin, una
de las versiones más largas de la discografía),
¿no les parece ideal?
Pierre Élie Mamou
REMEMBER ME MY DEAR
Obras de Pärt, Komintas, Kedrov,
Pérotin, Le Rouge, Von Bingen, Brumel,
Garbarek y anónimas. The Hilliard
Ensemble. Jan Garbarek, saxófono
soprano. ECM 2625 481 7971 (1 CD)
Varios millones de álbumes de Jan Garbarek &
The Hilliard Ensemble se vendieron y venden
desde el primero, Officium, hace un cuarto de
siglo; la misa, por tanto, está dicha a menos que
uno se pregunte acaso el porqué de este éxito
sin precedente. Sea cual sea el programa, desde
un canto quechua hasta nuestras Tres morillas
pasando por el ars antiqua de Notre Dame, los
Renacimientos de Dufay y Morales, y el propio
Gabarek (aquí, en un concierto dado en 2014,
los intérpretes repiten algunos de sus/nuestros
títulos de cabecera: Ov Zarmanly de Komintas,
We are the stars de Gabarek, Most Holy Mother de
Pärt, Alleluia Nativitas de Pérotin, el anónimo
Remember me...), reina el mismo clima
reconfortante: canciones de cuna para un
público que rechaza tanto las nanas
brahmsianas como las agresiones
(post)boulezianas, o arrullos susurrados por
monaguillos para adormecer a monasterios
enteros o, por lo menos, a algún que otro pope
de plúrima y suave barba.
Y más allá, el trabajo de los intérpretes-
arreglistas podría evocar la música mística
(salvando las distancias y según criterios o
sensibilidades) de Liszt, particularmente alguna
de las Armonías poéticas y religiosas como
Bendición de Dios en la soledad, que compuso tras
recibir una suerte de iluminación durante su
gira por el Bósforo y antes de renunciar a la
vida mundana. Liszt conectó la luz opiácea de
Estambul y muy probablemente las
arquitecturas en levitación de lo que fue
catedral ortodoxa, Santa Sofía, y de tantas
mezquitas que siguieron este modelo, con el
poema epónimo de Lamartine (¿De dónde viene,
oh Dios, esta paz que me inunda?) Un cierto cross-
over (en este caso ortodoxo bizantino/católico)
antes de la letra, como lo es el arte de nuestros
intérpretes encontrando lazos entre el
Medioevo occidental y una serenidad propia
del Oriente europeo.
Pierre Élie Mamou