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Qué es el respeto hacia los demás es la actitud mediante la cual uno tiene en
cuenta, en sentido profundo, las personas, muestra consideración por sus derechos
y está abierto a aprender de ellas. Implica conocer el propio valor y el de los demás.
Es un requisito previo para que los seres humanos puedan relacionarse entre sí
de una manera constructiva y positiva. Respetar a los demás implica entender
que a pesar de las diferencias, todos tenemos las mismas necesidades básicas
físicas, psicológicas y espirituales, y que la experiencia y los conocimientos de los
demás nos pueden ayudar.
La actitud respetuosa favorece que tengamos verdaderos amigos, en los que poder
confiar y compartir de forma auténtica experiencias de crecimiento personal.
Nos enseña a actuar de forma inteligente, con empatía y ecuanimidad, ante posibles
conflictos o diferencias de opinión. El respeto a las opiniones diferentes propicia las
relaciones pacíficas.
Recordando que todos somos iguales en esencia y que cada persona hace lo
mejor que puede a partir de las circunstancias que le ha tocado vivir y de los
conocimientos y recursos que tiene.
Expresando lo que crees y quieres, por muy fuerte y duro que sea, de forma
tranquila, pacífica y tratando de no herir los sentimientos de los demás. Aceptando
la parte vulnerable que hay en todas las personas. Son seres humanos como tú.
Aunque todas las personas son dignas de respeto, es especialmente importante ser
respetuosos con las personas mayores. Han vivido más y tienen más
experiencias y conocimientos. Puede parecer que somos muy diferentes, pero ellos
también han sido jóvenes y escucharlos nos hará más sabios.
Escogiendo bien las personas de las que nos hacemos amigos oa quien elegimos
para admirar. Observando si son felices y poseen aquellas cualidades que para
nosotros son importantes.
La responsabilidad
Una persona es responsable cuando:
Ser responsable es entender que cada una de nuestras acciones afecta a los demás
de manera directa o indirecta.
Ser responsable implica que los demás pueden confiar en nosotros y que estamos
dispuestos a hacer las cosas lo mejor posible ya dar cuenta de lo que hacemos y
dejamos de hacer.
La responsabilidad ayuda a aceptar las felicitaciones cuando las cosas han salido
bien y los errores en caso contrario.
Cuando alguien responsable comete un error, evita dar las culpas a otras personas
o a las circunstancias. Asumir los hechos implica que podemos explicar por qué
han sucedido las cosas que han pasado, sin usar excusas, e intentar seguir
esforzándonos por mejorar.
Cuando todo va bien, es fácil olvidar que todo puede cambiar en un instante. En un
mundo lleno de incertidumbre, el sentido de responsabilidad mutua es lo que
mantiene unidos familiares y amigos; es lo que hace que nos sentimos seguros y
apoyados y, en última instancia, que el mundo funcione mejor.
Una vez aceptado un compromiso, esforzándonos para llevarlo a cabo con cuidado
y perseverancia.
Comprendiendo que no tiene sentido culpar a los demás o poner excusas cuando
algo sale mal, ya con esta actitud estamos perdiendo la oportunidad de crecer a
partir de nuestros errores. Es fundamental analizar qué ha fallado y utilizar esta
valiosa información para aprender y hacerlo mejor en otra ocasión. Todos
aprendemos a través de los errores y no hay nada vergonzoso en ello.