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Programa de
Formación para
grupo de Pascua.
“Juntos construiremos el Reino de Dios,
conociendo, amando y siguiendo
a Cristo Resucitado”
Este material que ahora tienes en tus manos, ha sido el fruto de la experiencia de
los últimos cinco años en el Movimiento de Pascua.
Este proceso fue lanzado a las parroquias, para que se pudiera utilizar como
proceso de formación para el grupo Pascua, en mayo del 2008.
Tras las experiencias y evaluaciones que se han dado por parte de quién lo ha
utilizado en los últimos cinco años, nos hemos dado a la tarea de revisión y actualización
de este material en el Equipo Diocesano del Movimiento de Pascua.
También ha pasado por manos de sacerdotes capacitados, que han dado mayores
anotaciones, y al final, este es el documento que ha resultado de largas horas de
evaluación.
Presentación:
“Cuando se acepta que uno mismo es el responsable de sus propios
actos, es cuando comienza la verdadera libertad, y por ende, la verdadera y única
búsqueda por la felicidad que sólo otorga nuestro Dios.”
Continuando con nuestra labor apostólica, y con la mayor de las alegrías, ponemos
en tus manos este tercer y último año del proceso de formación para tu grupo Pascua...,
especialmente para ti, joven pascual, que haz crecido junto con nosotros, a lo largo, de
este trienio.
En este tercer manual, encontrarás cuatro segmentos generales, uno para cada
semana del mes:
1 Semana: Temas de formación, que ayudarán a fomentar el crecimiento humano,
para continuar con el proceso de autoconocimiento pleno, en total 10.
2 Semana: Formación litúrgica, un curso creado para fomentar el conocimiento
básico de la Liturgia, elemento indispensable para la digna celebración de nuestra
fe.
3 Semana: Diversas actividades: Horas Santas cada dos meses, dos retiros por año,
dos evaluaciones para observar el crecimiento del grupo y una convivencia;
conjunto de actividades complementarias para un crecimiento integral del grupo.
4 Taller de proyección social, en 10 sesiones, que ofrecerá al joven una panorámica
general, de los posibles apostolados que puede realizar dentro de su comunidad,
para fomentar la etapa de militancia dentro de nuestro grupo.
Se dice, que todo tiene un principio y un fin. Este proceso ha llegado a su fin, pero
representa también, el comienzo de un nuevo renacer a la vida, con plena conciencia de
ser una persona independiente, que tomado de la mano de su Señor, puede alcanzar sus
más nobles ideales.
Desde ahora, rogamos a Dios, este material sea un subsidio de formación apto para
cada uno de nuestros jóvenes pascuales de la Diócesis. Enhorabuena, a aquél que haya
madurado en su vida y fe.
Temas
de
Formación. Tercera parte del bloque de temas de
formación, que lleva el objetivo, de continuar
brindando herramientas al joven para llegar al
autoconocimiento.
Frase de Reflexión "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos".
(Jn 15,13)
Pensar:
EL VALOR DE LA AMISTAD.
"Un hombre con ganas de ser enteramente hombre, tiene que colocar la amistad
en uno de los primeros lugares de su escala de valores" (J. L. Martín Descalzo).
La amistad es una necesidad básica de comunicación y de expresión humana.
Ninguna persona puede vivir sin amigos. Así lo afirma un proverbio árabe que dice lo
siguiente: "se puede vivir sin hermano, pero no sin amigo".
A. ¿QUÉ ES LA AMISTAD?
Primero aclaremos lo que no es la amistad:
—AMIGO NO ES EL CONOCIDO que vive al otro lado de nuestra casa o que nos
encontramos todos los días en la calle o en el autobús, al cual lo saludamos y le decimos
dos o tres palabras. Conocemos a muchas personas, pero no todos son nuestros amigos.
—AMIGO NO ES EL COMPAÑERO de estudio o de trabajo. Los compañeros no se
eligen; los encontramos en la escuela, en la fábrica en la oficina. Además, el trato entre
compañeros se limita a una convivencia meramente funcional y externa.
—AMIGO NO ES "EL AMIGOTE" con el que nos juntamos para divertirnos, "pasarla
bien" o "matar el tiempo".
La amistad va más allá de la simpatía, del trato ocasional, de la comunicación
superficial y del simple "estar juntos" para pasarla bien.
La amistad implica una relación profunda de afecto, un trato estable y continuado
y un verdadero cultivo de la mutua comunicación.
La amistad se puede definir con cuatro palabras claves; identificación, intercambio,
complementariedad y oblatividad.
—LA AMISTAD SUPONE IDENTIFICACIÓN. Los amigos se identifican mutuamente.
Tienen ideales, intereses y sentimientos semejantes. Si entre dos personas sólo hay
divergencias, la amistad será difícil o imposible.
—LA AMISTAD ES UN INTERCAMBIO, ya que consiste en compartir con otro lo que
uno es, lo que uno hace y lo que uno tiene. El amigo comparte espontáneamente con el
amigo sus necesidades y aspiraciones, sus problemas e inquietudes, sus tristezas y
alegrías. La amistad es un dar y recibir.
—LA AMISTAD EXIGE COMPLEMENTARIEDAD. Los amigos verdaderos se ayudan y
se complementan. El amigo enriquece al amigo: colma sus carencias y llena sus vacíos.
Actuar:
Para promover el compromiso personal y/o grupal, el animador se puede ayudar
de las siguientes preguntas:
¿A qué nos compromete el tema que hemos reflexionado hoy?
¿Qué podemos hacer para fortalecer nuestras amistades?
¿Qué podemos hacer para tener más y mejores amigos?
Con nuestros amigos ¿qué actitudes negativas debemos cambiar?
Celebrar:
El animador invita a los jóvenes a compartir experiencias negativas o positivas de
amistad. Después de la comunicación de experiencias, el animador los invita a externar
sus oraciones en forma de acción de gracias. Al final de cada oración se responde 10
siguiente: GRACIAS, SEÑOR, POR EL DON DE LA AMISTAD...
Gracias a Tì, Dios bueno,
porque hiciste la amistad.
Gracias, porque pusiste a mi lado
la presencia enriquecedora del amigo.
El amigo verdadero está siempre cerca de mí,
acompañándome en mis risas y en mi llanto.
Oración inicial:
Repartir a cada uno, para recitarlo al unísono.
EL CUENTO DE LA SOLIDARIDAD
-¿Puedes decirme cuánto pesa un copo de nieve? –le preguntó un colibrí a una
paloma.
-Si eso es lo que piensas, que no pesa nada, te voy a contar una historia: El otro día
me posé en la rama de un pino, cerca de su tronco. Hacía frío y comenzó a nevar
mansamente. No era una de esas ventiscas terribles que azotan los árboles y los retuercen
dolorosamente. Nevaba como un sueño, sin violencia, sin heridas. Como no tenía nada
que hacer, empecé a contar los copos que caían sobre la rama. Había contado
exactamente 3.741.902 copos, cuando cayó el siguiente -sin peso alguno, como tú dices- y
quebró la rama.
Frase de Reflexión: “Trabaja en algo, para que el diablo te encuentre siempre ocupado”.
(San Jerónimo)
Pensar:
EL SENTIDO CRISTIANO DEL TRABAJO
A. "EL HOMBRE ESTÁ DESTINADO Y LLAMADO AL TRABAJO" (LE 6).
El trabajo es una realidad humana y universal. Todo ser humano tiene que trabajar.
Así lo enseña la Biblia: "con el sudor de tu frente comerás el pan" (Gen 3,19).
El trabajo es un derecho de toda persona. La sociedad, por tanto, debe "ayudar a
los ciudadanos a procurarse un trabajo y un empleo (Cfr. CA 48)" (Catecismo de la Iglesia
Católica 2433). El trabajo es también un deber: "si alguno no quiere trabajar, que tampoco
coma" (2 Tes 3,10).
"El hombre debe trabajar bien sea por el hecho de que el Creador lo ha ordenado,
bien sea por el hecho de su propia humanidad, cuyo mantenimiento y desarrollo exigen el
trabajo. El hombre debe trabajar por respeto al prójimo, especialmente por respeto a la
propia familia, pero también a la sociedad a la que pertenece, a la nación de la que es hijo
o hija, a la entera familia humana de la que es miembro, ya que es heredero del trabajo de
generaciones y al mismo tiempo coartífice del futuro de aquellos que vendrán después de
él con el sucederse de la historia". (LE 16).
B. EL VALOR HUMANO DEL TRABAJO.
Algunos jóvenes ven al trabajo como una obligación, peso o carga. Otros lo ven
como un medio para comer y obtener dinero. Otros, en fin, como un medio para
independizarse de la tutela familiar.
El trabajo contempla muchos valores. He aquí algunos de ellos:
—PROPORCIONA EL SUSTENTO DIARIO, permitiendo vivir con dignidad. El trabajo
ayuda a sostener a la familia: "cada cual debe poder sacar del trabajo los medios para
sostener su vida y la de los suyos" (Catecismo de la Iglesia Católica 2428).
—ENGRANDECE A LA PERSONA: El trabajo obedece a una instintiva necesidad que
tiene el hombre de realizar una obra y de prolongarse y manifestarse en todo lo que hace.
Mediante el trabajo el hombre modifica las cosas que le rodean, adquiere destrezas,
Actuar:
Responder cada uno:
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestro trabajo?
¿Qué actitudes negativas debemos superar?
¿Qué podemos hacer por las personas que no pueden conseguir un trabajo o
empleo?
Realizar un socio-drama, previamente preparado, ¿Quién inventó el trabajo?
ANA: Sabes, Luis, el otro día pensaba, ¿quién inventaría trabajar?; tan sabroso que
hubiera sido que todos viviéramos felices y contentos en el Paraíso, comiendo manzanas...
¡Ah, (suspiro) si Adán y Eva no hubieran metido la pata!
LUIS: ¡Las cosas que se te ocurren! Si supieras que aunque no hubieran perdido el Paraíso,
de todos modos tendríamos que trabajar.
LUIS: En serio que estás mal. ¿Cómo va a ser un castigo el trabajar? ¿Acaso no te sientes
satisfecha cuando has terminado un vestido, de esos que me cuentas que son tan difíciles,
y ves que quedó bien hecho?
ANA: Bueno, no así como castigo... Pero, ya sin bromear, ¿quién inventaría trabajar?
ANA: Sí. Que yo me acuerde no hay ningún día que Dios dijera "Hagamos el trabajo..."
LUIS: ¡Ay, Dios mío, en serio que no se puede contigo! Escucha, cuando Dios terminó de
hacer el universo dijo:
VOZ: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra propia semejanza. Que
domine los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre las fieras
campestres y sobre los reptiles de la tierra".
(SE LEVANTAN DOS FIGURAS: ADÁN Y EVA SE COLOCAN JUNTOS COMO RECIBIENDO UNA
BENDICIÓN).
VOZ: "Sed prolíficos y multiplicaos, poblad la tierra y SOMETEDLA; DOMINAD sobre los
peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre cuantos animales se mueven sobre la
tierra".
LUIS: Dios dijo SOMETEDLA, DOMINAD, ¿de qué manera se puede dominar la tierra o las
cosas si no es por el trabajo? A ver, dime ¿de qué forma es que hemos podido conseguir
tantas comodidades: la luz eléctrica, tanta comida tan variada, tanta ropa...?
ANA: Oye, de veras que nunca me había fijado. Por lo visto Dios no
Nos quería flojos. El trabajar nos ayuda a ser verdaderas personas. En mi trabajo me
siento no sé, como más yo misma; he aprendido muchas cosas y creo que me irá cada vez
mejor...
LUIS: Cuando tú trabajas en lo que te gusta y en lo que sabes hacer, vas siendo mejor,
puedes progresar y vivir como Dios quiere.
ANA: Y para que veas que yo no estoy tan mal, también me fijé que Dios mismo ha
trabajado muchísimo. Recuerda que Jesucristo fue obrero, artesano.
LUIS: Así es, y no me vas a decir que no es agradable saber que sirves para algo, que tu
trabajo es útil a los demás...
ANA: Ya que el Señor me dio este buen trabajo de costurera, mejor es que ya me vaya al
taller, si no me van a correr.
ANA: ¿Nos vemos en la tarde? Para que me sigas contando de todo eso, ¿sí?
Celebrar:
Una gaviota amaneció volando muy alto sobre el mar. Allá abajo divisó, haciendo
espumas entre tanto azul, la barca de un pescador.
-¡Ah, si yo tuviera una red como la de ese hombre –se dijo la gaviota- no tendría
por qué resignarme a agarrar un solo pez tras varios intentos de picada en el agua!
-Si tuviera el privilegio de ver desde lo alto lo que puedo pescar, no me aventuraría
tanto en aguas profundas y ni siquiera me alejaría de la costa en la madrugada, cuando
todo pescador es ciego y su oído anda extraviado en la inmensidad.
Objetivo: Cuestionar los medios de comunicación social y los valores y anti-valores que
presentan.
Desarrollo:
Primera parte: Usando recortes de diarios y revistas.
1) Presentar el hombre, la mujer y la familia ideales, según los medios de comunicación.
2) Presentar la visión del mundo y el proyecto histórico allí propuestos.
3) Seleccionar la propaganda y las cualidades atribuidas a los productos que se intentan
imponer y vender (para el consumo personal y familiar).
Pensar:
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL
Los medios de comunicación social (MCS), llamados también más-media o medios
de comunicación de masas, están presentes en la vida cotidiana de los jóvenes, influyendo
notoriamente en su manera de pensar y de actuar.
Aclaramos que los MCS no son solamente los instrumentos técnicos (televisión,
cine, radio, discos, cassettes, periódicos, revistas, internet...), sino también la pluralidad
de mensajes que éstos emiten.
Actuar:
¿Qué necesitamos para tener una actitud crítica y equilibrada ante los MCS?
¿Cómo evitar la "adicción" o esclavitud de la televisión, del cine, de las revistas,
etc.?
Celebrar:
Todos:
Objetivo: Que el joven conozca la importancia de las relaciones humanas para alcanzar
la madurez social.
Oración inicial:
Dos jóvenes hacen la siguiente oración:
JOVEN 1: Señor, enséñame a ver detrás de cada palabra, un hermano.
Alguien que se esconde.
Que posee la misma profundidad o mayor que la mía.
Con sus sufrimientos y sus alegrías.
El animador suscita un diálogo con los jóvenes, tomando como punto de partida los
resultados finales del trabajo que realizaron (¿Cómo es su comportamiento con los demás?
¿Qué aspectos tienen que mejorar?, etc.)
Pensar:
LA RELACIÓN POSITIVA CON LOS DEMÁS.
"Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces, pero no
hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos" (MARTÍN LUTHER KING).
Actuar:
Para promover el compromiso personal y/o grupal, el animador se puede ayudar de
las siguientes preguntas:
¿A qué nos compromete el tema que hemos reflexionado hoy?
¿Qué obstáculos tenemos para relacionarnos bien con los demás?
¿Cuáles son los principales errores o defectos que tenemos en el trato con
los demás? ¿Qué hacer para corregirlos?
¿Qué cambios personales tenemos que hacer?
¿Qué hacer para relacionarnos positivamente con los demás?
Celebrar:
DINÁMICA: BUSCO A LA PERSONA QUE ...
Lee con calma el siguiente pensamiento:
Busco la persona con quien pueda hablar y que no me corte su puente de
comunicación y ante quien yo pueda expresar lo que pienso, sin temor de que me
interprete mal, y que sea capaz de decirme todo lo que opine, sin temor que me ofenda.
Oración inicial:
En todo el mundo, no hay nadie exactamente como yo.
Hay personas que tienen algunas partes en que se parecen a mí,
pero nadie es idéntico a mí.
Por lo tanto, todo lo que sale de mí
es auténticamente mío porque yo sola lo elegí.
Todo lo mío me pertenece –cuerpo,
incluyendo todo lo que éste hace;
mi mente, incluyendo todos sus pensamientos e ideas;
mis ojos, incluyendo las imágenes que perciben;
mis sentimientos, cualesquiera que estos puedan ser-
coraje, alegría, frustración, amor, desilusión, excitación;
mi boca, y todas las palabras que salgan de ella,
agradables, dulces o bruscas, justas o injustas;
mi voz, fuerte o suave;
y todos mis actos, sean estos para otros o para mí misma.
Me pertenecen mis fantasías, mis sueños,
mis esperanzas, mis temores.
Me pertenecen todos mis triunfos y éxitos,
todos mis fracasos y errores.
Porque todo lo mío me pertenece,
puedo llegar a familiarizarme íntimamente conmigo misma.
Y al hacer esto puedo amarme y aceptarme,
y aceptar todas las partes de mi cuerpo.
Entonces puedo hacer posible que todo lo que me pertenece
trabaje para lograr lo mejor para mí.
Sé que hay aspectos de mí misma
que me confunden, y otros que no conozco.
Pero mientras me conozca y me ame,
puedo buscar valerosamente y con esperanza
la solución a mis confusiones
y la forma de conocerme más.
La forma como luzca, como suene para los demás,
lo que diga o haga, lo que piense
y sienta en un momento determinado soy yo.
Esto es auténtico y representa dónde estoy en este momento.
Frase de Reflexión: “Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia
de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido
único.”
(Agatha Christie)
Pensar:
¿PARA QUÉ VIVIR?
A. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR "SENTIDO DE LA VIDA"?
La palabra "sentido" se usa en dos acepciones: una para indicar "dirección" y otra
como equivalente de "significado". Cuando conducimos un carro y vemos un letrero que
dice "sentido contrario", entendemos "dirección o rumbo contrario"; cuando no
entendemos algo preguntamos ¿"qué sentido" (es decir, "qué significado") tiene aquello?
Preguntar por el sentido de la vida es preguntar por la dirección y el significado de
nuestra existencia: ¿Tiene la vida humana un significado? ¿Cuál es? ¿Cómo conocerlo? ¿A
dónde vamos? ¿Hacia dónde estamos orientando nuestras acciones? ¿Qué sentido tiene
el dolor, el sufrimiento, la muerte?
La pregunta por el sentido de la vida se puede resumir así: ¿Vale la pena o no vale
la pena vivir?... Cada uno de nosotros debe responder a esa pregunta.
"Lo importante no es tanto el sentido de la vida en abstracto, sino el sentido de la
vida en concreto, es decir, de tu vida... Cada persona tiene en la vida su propia misión que
cumplir; cada uno debe llevar a cabo su cometido concreto. Por tanto, ni puede ser
"Queridísimos jóvenes, Cristo es la Vida. Estoy seguro de que cada uno de ustedes
ama la vida, no la muerte. Desean vivir la vida en plenitud, animados por la esperanza, que
nace de un proyecto de amplias perspectivas.
* VIVIR PARA AMAR = VIVIR PARA LOS DEMÁS: Jesucristo, con el ejemplo de su
propia vida, nos enseña a darle un sentido pleno a nuestra existencia. El contrapone el
compartir al tener, el servir al poder, el amar al gozar.
—Jesús piensa que la vida, en definitiva, es para amar: el mandamiento más
importante para los creyentes es el amor a Dios y al prójimo (Cfr. Mt 12, 29-31).
—Este amor se traduce en servicio: "Yo no he venido al mundo a ser servido sino a
servir" (Mt 20,28). Toda la vida de Jesús fue de servicio. Su lema: servir hasta dar la vida
por los demás.
—Jesús fue "el hombre para los demás". En su vida diaria se preocupó por ayudar a
todas las personas, especialmente a los enfermos, pecadores y pobres. Lo más importante
para Jesús era "vivir para los otros", darse a los demás, entregarse a ellos.
Actuar:
Contestar las siguientes preguntas:
¿Qué podemos hacer para amar y valorar más nuestra vida?
¿Qué aspectos personales de nuestra vida podemos desarrollar más?
¿Cómo desarrollarlos?
¿Qué podemos hacer para vivir plenamente, para aprovechar al máximo
nuestra existencia?
Celebrar:
Leer: EL SECRETO DE LA FELICIDAD
Hace muchísimos años, vivía un sabio del que se decía que guardaba en un cofre el
secreto de la felicidad. Los reyes y señores más poderosos de la tierra le ofrecían al sabio
sus fortunas y poderes para que les mostrara el contenido del cofre. Algunos incluso
intentaron arrebatarle el cofre por la fuerza, pero todos sus esfuerzos resultaron vanos
pues como el hombre era muy sabio siempre se las ingeniaba para que nadie encontrara
su cofre.
El buen hombre vivía cada día más feliz, mientras que aumentaba la infelicidad de
todos los que, carcomidos por la envidia y la impotencia, buscaban en vano apoderarse
del cofre.
mucho, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay
obstáculo que yo no pueda vencer”. El tercer paso consiste en poner en
práctica todo lo que dices que eres. Es decir, si piensas que eres inteligente, actúa
inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres
cariñoso, expresa tu cariño a las personas que amas; si piensas que no hay obstáculos que
no puedas vencer, proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta alcanzarlas. El cuarto
paso consiste en que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, pues la
envidia llena el corazón de dolor y de rabia. Ellos alcanzaron sus metas, esfuérzate tú por
alcanzar las tuyas. El quinto paso te exige que no albergues rencor hacia nadie en tu
corazón; si alguien te hiere, perdónalo y olvida. El sexto paso es que no debes tomar las
cosas que no te pertenecen; recuerda que, de acuerdo a las leyes de la naturaleza, si
hoy quitas algo, mañana te quitarán a ti algo de más valor. El séptimo paso, no debes
maltratar a nadie, todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se
nos quiera. Y por último, levántate siempre con una sonrisa a flor de labios, mira a tu
alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bello de la vida, piensa en todo lo
que se te ha dado, en lo privilegiado que eres al tener todo lo que tienes, ayuda a los
demás sin esperar nada a cambio, mira con cariño a las personas y regálales, como yo lo
he hecho contigo, el secreto de la felicidad.
Oración inicial:
ORACIÓN PARA DAR GRACIAS
Frase de Reflexión: “La voz interior me dice que siga combatiendo contra el mundo entero,
aunque me encuentre solo. Me dice que no tema a este mundo sino que avance llevando
en mí nada más que el temor a Dios.”(Gandhi)
Pensar:
LA RELIGIÓN Y EL SENTIDO DE LA VIDA.
A. EL SUPERMERCADO RELIGIOSO.
Vivimos en una sociedad pluralista en la cual conviven personas con distintos
credos y religiones. La religión cristiana católica no es la única en nuestro país. Además de
los protestantes (Evangélicos, Testigos de Jehová, Adventistas...), hoy somos testigos de la
aparición de nuevos movimientos religiosos que mezclan la religión con elementos de la
psicología, la astrología, la ecología, la ciencia, las tradiciones espirituales del Oriente, etc.
En estos nuevos movimientos esotéricos místicos, Dios queda reducido a una
fuerza cósmica al servicio de las necesidades del individuo y la religión se maneja como un
instrumento para alcanzar el bienestar psicológico. La llamada "Nueva Era" (New Age) es
un claro ejemplo de ello.
Ante este "supermercado religioso" nos preguntamos: ¿Qué sentido tiene la
religión? ¿Qué aporta al hombre y a la sociedad? ¿Cómo vivir plenamente nuestra
religión?
Actuar:
En nuestra vivencia religiosa,
¿qué cosas debemos cambiar?
¿Qué aspectos debemos mejorar?
¿Qué hacer para vivir mejor nuestra religión?
¿Qué nos hace falta para ser unos auténticos cristianos?
Celebrar:
Casi no se cruzaron una sola palabra a lo largo de todo el camino. El rostro del
hombre era una estampa de desánimo y cansancio. Sin embargo, cuando llegaron, sonrió
penosamente e invitó a la señora a que entrara un momento en su casa para que
conociera a la familia.
Oración inicial:
Todos juntos:
Te damos gracias Señor, por tu amor.
Por el amor loco con que nos amas.
Gracias, por tu presencia continua,
gracias, por tus silencios que nos hablan,
gracias porque nos amas, y eso te basta.
Gracias porque a pesar de nuestras debilidades y pecados,
sigues amándonos. ¡Tú nos amas siempre!
Te pedimos que no nos separemos de tí,
que nada ni nadie nos separe de ti.
Te pedimos que estemos unidos
a tu amor en toda circunstancia,
en todos los momentos, y sobre todo,
cuando no entendamos nuestra vida
y parezca que tú te has perdido en el horizonte
de nuestra vida.
A ti te lo pedimos, que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.
Frase de Reflexión: “Dios nos amas a cada uno de nosotros como si solo existiera uno
de nosotros” (San Agustín).
Pensar:
BUSCANDO EL VERDADERO ROSTRO DE DIOS.
El hombre es plenamente maduro cuando tiene una relación con Dios. "El hombre
es por naturaleza y por vocación un ser religioso. Viniendo de Dios y yendo hacia Dios, el
hombre no vive una vida plenamente humana si no vive libremente su vínculo con Dios. El
hombre está hecho para vivir en comunión con Dios, en quien encuentra su dicha".
(Catecismo de la Iglesia Católica 44-45).
Actuar:
Para promover el compromiso personal y/o grupal, el coordinador se puede ayudar
de las siguientes preguntas:
¿A qué nos compromete el tema que hemos reflexionado hoy?
¿Qué actitudes son necesarias para descubrir las pistas y señales que nos
hablan de Dios?
¿Cómo podemos encontrar a Dios en nuestra vida cotidiana?
¿Qué nos hace falta para tener una experiencia profunda con encuentro
con Dios?
Celebrar:
LA EXPERIENCIA DE DIOS EN MI VIDA
3. LECTURA BÍBLICA
Dos jóvenes leen las dos lecturas escogidas: Is 49, 14-15 y Rom 8, 28-39.
4. ORACIÓN PERSONAL-COMUNITARIA
Se pide a los jóvenes que tomen una postura cómoda para este momento de
reflexión y oración personal. Se va realizando un ejercicio de relajación a través del ritmo
respiratorio, y con una música adecuada. Se les invita a que hagan su oración personal
ayudados del siguiente guión.
• ¿Quién es el Dios de mi vida? Hazte y repítete esa pregunta serenamente,
profundamente ...
Oración inicial:
Recuerda la historia de aquel místico sufí que, después de un día de hambre, fatiga y frío,
empezó a darle gracias a Dios por haberles dado “un día tan maravilloso”. Al oír esto, sus
embravecidos compañeros se pusieron a murmurar entre ellos y a quejarse fastidiados
del cinismo de su maestro. Al rato, uno de ellos, no pudiendo contener su ira, le dijo:
-No puedo creer que tu oración sea sincera. ¿Cómo puedes llamar maravilloso un
día tan horrible y hasta darle gracias a Dios por él?, ¿Dónde está lo maravilloso? No hemos
comido, estamos agotados, nos han despreciado donde hemos buscado alojamiento y
vamos a pasar la noche muertos de frío.
Frase de Reflexión: "No lo olvidemos: con Jesús lo tenemos todo, y sin Jesús no tenemos
nada." (Marcelino Champagnat)
Ver:
Leer con calma a los integrantes:
EL HOMBRE MÁS EXTRAORDINARIO
Tiene entre 30 y 35 años. Es un obrero robusto capaz de sufrir noches de vigilia,
largas jornadas de camino bajo el sol. Su presencia y su mirada seducen. Su palabra es
unas veces ruda, otras afectuosa; pero siempre directa, ya que penetra los pensamientos
y los corazones de los que le rodean. Conoce el trabajo de los hombres porque lo ha
practicado largo tiempo.
Es un hombre lleno de buen sentido que no se paga con palabras sino que quiere
actos.
Pensar:
Actuar:
Tomando como referencia la personalidad y las actitudes de Jesús,
¿qué cambios personales deberíamos hacer?
¿Qué actitudes debemos tomar ante los demás?
¿Cómo mejorar nuestra relación con Dios?
Celebrar:
Leer y reflexionar:
Oración inicial:
Señor Jesús, hombre nuevo,
tú no disfrazas tu propia fragilidad humana.
La quieres, la aceptas, la abrazas:
¡vives apasionadamente el hombre que eres, puesta la confianza en Dios!
Parece como si fuera la fragilidad tu riqueza. En ella y desde ella hablas, acaricias,
perdonas, acoges, sanas... al hombre concreto; rompes las cadenas de los oprimidos, te
haces Buena Noticia para los pobres.
Tú eliges ser pobre: no tienes nada.
Tú sólo tienes la fuerza del amor - fuerza de la debilidad -.
Tú no condenas, perdonas - esa es tu fuerza -.
Tú no derribas, levantas - esa es luz y riqueza -.
Y dices bien alto, con la voz, con los ojos, con las manos ...
que el dinero y el poder matan lo mejor del hombre: el corazón.
En la fragilidad acoges el regalo del Reino;
lo haces encuentro de Dios para todos.
El Reino es tu vida, tu lucha, tu sueño, tu sudor, tu sangre ...
Con el Reino descubres
dónde debe poner el hombre el corazón.
En la fragilidad convocas a Pedro, a Juan, a Santiago ... Y en la fragilidad les enseñas
a servir para ser los primeros;
a llamar a Dios Padre para vivirse hijos;
a cargar con la cruz al servicio del Reino;
a no tener miedo a los que matan el cuerpo;
a ser levadura que fermenta la masa;
a amar a todos para amar a Dios.
Ver:
EL PERFIL HUMANO DE JESÚS
Entregar a cada integrante, una copia, para que puedan llenar los espacios vacíos
con su Biblia (Puede realizarse por equipos).
A. NOMBRE (Mt 1,21)
B. PADRES (Lc 3,29; Mt 1,16)
C. LUGAR DE NACIMIENTO (Lc 2, 1-7)
D. DOMICILIO (Lc 4,16)
Una vez terminado, se reúnen en plenario. Un equipo lee las respuestas y los otros
equipos intervienen solamente para complementar o precisar los datos que se van
leyendo.
El animador suscita un diálogo con el grupo:
¿Qué nos enseña este ejercicio (dinámica)?
¿Cuál característica o aspecto humano de Jesús les llama más la atención? ¿Por
qué?
¿Qué sentido tiene para nuestras vidas el saber que Jesús fue hombre como
nosotros?
Pensar:
ESCENIFICACIÓN: ENTREVISTA A JESUCRISTO
En el centro del escenario se encuentra Jesucristo rodeado por tres jóvenes de la
época actual... Se pone una música apropiada... Aparecen dos narradores.
NARRADOR 1: Los cristianos creemos que el Hijo de Dios se encarnó, se hizo
hombre.
Actuar:
Para promover el compromiso personal y/o grupal, el coordinador se puede ayudar
de las siguientes preguntas:
¿A qué nos compromete el tema que hemos reflexionado hoy?
Celebrar:
A. INTRODUCCIÓN
ANIMADOR: Dios no se presentó en el acontecer histórico como un gran señor, que
desde la comodidad de las alturas habla y actúa en favor de los hombres. Él bajó al barro
de la vida, se hizo pequeño y conoció en carne propia lo que es ser y vivir como hombre.
En esta celebración manifestaremos nuestra gratitud y alegría porque Jesús se hizo uno de
nosotros. El es nuestro hermano. Es el Dios con nosotros.
ANIMADOR: Los evangelios y los escritos del Nuevo Testamento continuamente
nos hablan del hombre. Jesús de Nazaret. Escuchemos algunas frases bíblicas.
LECTOR 1: Se hizo uno de nosotros.
LECTOR 2: "Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, el cual
nació de mujer y fue sometido a la Ley" (Gal 4,4). "El Verbo se hizo carne y habitó entre
nosotros" (Jn 1,14). "Él, siendo de condición divina, no reivindicó, en los hechos, la
igualdad con Dios, sino que se vació a sí mismo, tomando la condición de servidor, y llegó
a ser semejante a los hombres" (Fil 2, 6-7).
LECTOR 1: Sufrió nuestras dudas y tentaciones.
LECTOR 2: "Se hizo en todo semejante a sus hermanos para llegar a ser el Sumo
Sacerdote que pide por ellos el perdón, siendo a la vez compasivo y fiel en el servicio de
Dios. Él mismo ha sido probado por medio del sufrimiento; por eso es capaz de venir en
ayuda de los que están sometidos a la prueba" (Heb 2,17-18)."Fue sometido a las mismas
pruebas que nosotros, a excepción del pecado" (Heb 4,15).
LECTOR 1: Conoció lo que es el miedo.
LECTOR 2: "Comenzó a sentir tristeza y angustia. Y les dijo: Siento una tristeza de
muerte, quédense ustedes aquí velando conmigo... Padre, si es posible, aleja de Mí esta
copa; sin embargo, que no se haga mi voluntad, sino lo que Tú quieras" (Mt 26,37-39).
LECTOR 1: Jesús se impacientó.
LECTOR 2: "Este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y taponado
sus oídos, con el fin de no ver, ni oír, ni de comprender con el corazón; no quieren
convertirse ni que Yo los salve" (Mt 13,15).
LECTOR 1: Supo lo que es la soledad.
LECTOR 2: "Y al ser apresado quedó totalmente solo. Todos los discípulos lo
abandonaron y huyeron" (Mt 26, 56).
Objetivo: Que el joven conozca la praxis liberadora de Jesús para que descubra
la acción salvadora en su propia vida.
Oración inicial:
El animador hace la siguiente oración:
Jesús, amar es el verbo más hermoso.
Gastamos la palabra y nos quedamos sin amor.
A ti que fuiste con la vida por delante,
que amaste antes de decirnos que tenemos que amar,
que curaste enfermos antes de mandarnos visitarlos,
que alimentaste hambrientos antes de decirnos que tenemos
que darles de comer.
A ti te decimos hoy:
Jesús, enséñanos a amar como tú amaste...
Enséñanos a amar primero al que no tiene amor, ni pan, ni cariño, ni vestido, ni
casa, ni amigos. Enséñanos a amar al hombre, a todos los hombres, a la mujer, al niño, al
anciano... a fondo perdido, con un cheque en blanco.
Al final todo se termina:
las palabras bonitas, las cuentas corrientes, los rezos y las oraciones bellas. Al
atardecer de la vida sólo queda el amor. Sólo queda lo que hemos hecho con el hombre. El
amor, el tuyo y el nuestro, se hará eterno en la mañana de la resurrección.
Frase de Reflexión: “Son muchos sus coetáneos que no conocen a Cristo, o no lo conocen lo
suficiente. Por consiguiente, no pueden permanecer callados e indiferentes. Deben tener el valor de
hablar de Cristo, de dar testimonio de su fe a través de su estilo de vida inspirado en el
Evangelio”. (Juan Pablo II, JMJ, Santiago de Compostela, 1989)
Pensar:
LA PRÁCTICA LIBERADORA DE JESÚS.
Hoy vamos a reflexionar sobre la práctica realizada por Jesús al servicio del Reino.
Jesús anuncia la Buena Nueva del Reino utilizando una pedagogía liberadora. El anuncio
forma parte de su praxis. Además, él hace presente el Reino acogiendo a los pobres,
destruyendo las divisiones de su época, combatiendo los males que dañan la vida humana,
desenmascarando la falsedad de los poderosos de su tiempo, formando una comunidad
de discípulos y proponiendo un nuevo orden de valores.
Jn 4,7-42);
• Impuros: leprosos y poseídos (cfr. Mt 8,2-4; Lc 17,12-14; Mc 1,25-
26);
• Marginados: mujeres, niños, enfermos (cfr. Mc 1,32-34; Mt 8,16; Lc 8,1-3);
• Colaboradores del Imperio romano: publícanos y soldados (cfr. Lc 18,9-14; 19,1-
10);
• Pobres: gente de la tierra y gente sin poder (cfr. Mt 5,3; Lc 6,20.24; Mt 11,25-26).
• Jesús revela a Dios como Padre bueno de todos (Mt 23,8-9; Jn 13,8-
11). Y esta es la raíz más profunda de la fraternidad. Él pide que se imite a
Dios como Padre: "Sean perfectos como su Padre es perfecto..., que hace brillar el sol
sobre malos y buenos..." (Mt 5,43-48).
• Jesús une el amor a Dios con el amor al prójimo. Dice que estos dos
mandamientos son iguales y no pueden separarse (Mt 22,34-40; 6,14-15); son como los
dos lados de la misma moneda. Fe y vida deben estar siempre unidos.
• Jesús radicaliza la ley, esto es, vuelve a unir la ley a su raíz, que es el bienestar del
hombre (Mt 12,1-7; Mt 2,27)...
• Jesús renueva por dentro la relación hombre-mujer y vuelve a exigir el ideal de
unidad que estaba en la mente del Creador (Mt 19,1-9).
• Jesús propone un nuevo culto y le da un nuevo contenido (Jn 4,20-24; 2,21)...
• Se coloca a sí mismo en el centro de la relación entre el hombre y Dios: "Nadie va
al Padre sino por mí" (Mt 11,27). "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14,6).
Actuar:
Para promover el compromiso personal y/o grupal, el coordinador se puede ayudar
de las siguientes preguntas:
¿A qué nos compromete el tema que hemos reflexionado hoy?
Creemos que los POBRES, los indígenas, los niños y los tristes,
son preferencialmente amados por el Padre,
y por eso de ellos nos declaramos sus hermanos.
Taller
de
Liturgia.
Objetivo:
Este taller tiene el propósito de brindar
conocimientos básicos en la Liturgia, que llevará al joven
a entender el cómo, para qué, y por qué de las
celebraciones de nuestra fe.
Capacitar a fin de ayudar más eficazmente a los
integrantes, en una mejor vivencia cristiana de las
celebraciones del Misterio Pascual de Cristo.
Objetivo:
Que el joven se introduzca en el tema de la liturgia.
Hablar de la liturgia sin duda que siempre será un tema interesante, ya que la
liturgia es la realidad más viva y la expresión más elocuente de la vida de la Iglesia, debido
a que en ella hace experiencia de su ser y de su existir.
El año litúrgico no es una idea sino una persona: Jesucristo y su misterio actuante
en el tiempo y que hoy se celebra sacramentalmente por la Iglesia, como memorial,
presencia y profecía.
En cuanto al Año Litúrgico (AL), es una de las realidades que más han penetrado la
vida cristiana. Todo cristiano que asiste a la eucaristía dominical está familiarizado con los
grandes ciclos de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua y conoce el significado de las
grandes solemnidades del calendario litúrgico.
Por otra parte, el ritmo de las parroquias y comunidades cristianas viene marcado,
generalmente por estos tiempos fuertes, en los que se intensifican determinadas
actividades catequéticas y pastorales. Incluso la espiritualidad que se quiere impulsar en
convivencias y retiros para sacerdotes, religiosos y religiosas, seglares y movimientos
apostólicos toma como punto de referencia la celebración de cada tiempo litúrgico.
El conocimiento del AL es algo más que saber en qué tiempo nos encontramos o qué
misterio se celebra en esta o aquella solemnidad. Conocer el AL es experimentar la
presencia de la acción salvadora y santificadora de Dios que se manifiesta en los
acontecimientos de la vida y de la historia de los hombres, vividos a la luz de la fe y del
influjo del Espíritu del Señor Jesús, cuya existencia ha sido el parámetro y el paradigma de
la bondad y misericordia divinas, que hicieron por medio de él, entrada en el tiempo. La
vivencia de las actitudes en las que la Iglesia, madre y maestra, va iniciando a los fieles,
siguiendo el curso del año, es, indudablemente, la mejor forma de conocer el AL.
Introducción
Los domingos per annum, las solemnidades y fiestas del Señor, que tienen lugar
durante el año, variables o fijas; las fiestas de la Santísima Virgen, que constituyen una
especie de mini-año litúrgico mariano, y, finalmente, las celebraciones en honor de los
santos y las celebraciones por diversos motivos de la comunidad van completando el
sagrado recuerdo del Misterio Pascual de Cristo.
Este tiempo comienza el lunes que sigue del bautismo del Señor, el domingo siguiente
es ya domingo II del Tiempo Ordinario, y se extiende hasta el martes anterior al miércoles
al miércoles de ceniza, inclusive, para reanudarse de nuevo el lunes después del domingo
de Pentecostés y terminar antes de las primeras Vísperas del domingo I de Adviento. El
último domingo del Tiempo Ordinario y del año litúrgico se celebra la solemnidad de
Cristo Rey del Universo.
Las lecturas del AT. Siempre son elegidas en relación con los evangelios y, además de
poner de manifiesto la unidad entre las dos alianzas. Las segundas no forman aquí unidad
con las otras dos, sino que se distribuyen de manera semicontinuada. Están tomadas de
las cartas de San Pablo y de Santiago.
En los evangelios se leen únicamente los Sinópticos por este orden: Marcos (semanas
I-IX), Mateo (semana X-XXI) y Lucas (semanas XXII-XXXIV).
Los libros litúrgicos de la Iglesia, especialmente con los destinados para la misa y para
el Oficio Divino, sabe que existe una parte de estos libros que se titula Propio de los
Santos y, a continuación, otra conocida como el Común de los Santos.
La reforma del santoral, por tanto, no ha emitido un juicio sobre la existencia histórica
o sobre la santidad efectiva de un santo cuyo nombre no está registrado en el calendario
universal de la Iglesia. Para muchos santos su lugar propio es el calendario particular de
una nación, o de una diócesis o de una familia religiosa. No hay que olvidar, por otra
parte, que el culto de los santos fue originariamente culto local, en el lugar donde
reposaban sus restos -tal es el caso de los mártires, los primeros santos venerados- y en la
comunidad o Iglesia particular que los custodiaba. Solamente el culto de los santos más
conocidos puede adquirir dimensiones de universalidad y, consiguientemente, hacer que
se extienda a toda la Iglesia. De hecho, el actual calendario litúrgico general contiene a los
santos de mayor relieve en los diversos tipos de santidad y, a la vez, a los que pueden
ofrecer una imagen más universalmente representativa.
Para que la celebración de los santos no se viese impedida por la celebración de los
más importantes tiempos litúrgicos, se ha procurado, además, que queden libres aquellas
fechas del calendario en las que normalmente suele caer la Cuaresma y la octava de
Pascua, así corno los días del 17 al 31 de diciembre, a no ser que se trate de memorias no
obligatorias o de solemnidades intransferibles a otros días. Todos los santos, aun dentro
del calendario general de la Iglesia, revisten la misma importancia objetiva. Por ejemplo,
siempre gozaron de mayor veneración los apóstoles y los mártires. Para distinguir el grado
diverso de solemnidad se usa actualmente una terminología que conviene conocer:
A) Solemnidad: Se llama así a los días de máxima importancia, que tienen incluso pre-
cedencia sobre otras celebraciones, a excepción de algunos domingos o fiestas del Señor.
Las solemnidades tienen Oficio y misa propios, o bien toman algunos elementos de una
determinada categoría del Común de Santos, a fin de resaltar determinados elementos
típicos de su figura. .
B) Fiesta: Son días celebrados con un relieve especial. Esta categoría la ostentan, ade-
más de algunas celebraciones marianas, las fiestas de los apóstoles y las de santos
patronos secundarios. Estos días nunca pueden prevalecer sobre los domingos. También,
como las solemnidades, cuentan con textos propios tanto para la misa como para el
Oficio.
C) Memoria: Es la forma habitual de celebrar a los santos. Las memorias son de dos
clases: obligatorias o facultativas. Su mismo nombre indica su categoría. Nunca pueden
prevalecer sobre celebraciones de importancia superior, con las ferias de Cuaresma o los
días que preceden a la Navidad, etcétera, a las cuales deben ceder el puesto.
Generalmente cuentan con algunos elementos propios, como una o las tres oraciones de
la misa y la lectura hagiográfica del Oficio, pero su celebración incluye también partes
derivadas del tiempo litúrgico, como la salmodia, el prefacio, etcétera.
Objetivo:
Que el joven valore la Celebración Eucarística, conociendo cada uno de sus elementos,
como medio para alcanzar la comunicación con Dios.
"La celebración de la Misa, como acción de Cristo y del pueblo de Dios, ordenado
jerárquicamente, es el centro de toda la vida cristiana para la Iglesia universal y local, y
para todos los fieles individualmente. Pues en ella se culmina la acción con que Dios
santifica en Cristo al mundo, y el culto que los hombres tributan al Padre, adorándolo por
medio de Cristo, Hijo de Dios en el Espíritu Santo. Además, se recuerdan de tal modo en
ella, a lo largo del año, los misterios de la Redención que, en cierto modo, éstos se nos
hacen presentes. Todas las demás acciones sagradas y cualesquiera obras de la vida
cristiana, se relacionan con ésta, proceden de ella y a ella se ordenan" (Institución General
del Misal Romano n. 16-17).
"En la Misa o Cena del Señor, el pueblo de Dios es convocado bajo la presidencia del
sacerdote, que representa a la persona de Cristo, para celebrar el memorial del Señor o
Sacrificio Eucarístico. De ahí que sea eminentemente válida para esta asamblea local de la
santa Iglesia aquella promesa de Cristo: 'Donde dos o tres están reunidos en mi nombre,
ahí estoy yo en medio de ellos' (Mt 18,20). Pues en la celebración de la Misa, en la cual se
continúa el Sacrificio de la Cruz, Cristo está realmente presente en la misma asamblea
congregada en su nombre, en la persona del ministro, en su Palabra y, con toda verdad, de
una manera sustancial y permanente, bajo las especies eucarísticas" (Institución General
del Misal Romano n. 27).
"Un mismo y única sacerdote debe ejercer siempre la función presidencial en todas las
partes de la celebración, exceptuadas aquellas que son propias de la misa en la cual está
presente el obispo" (Institución General del Misal Romano n. 108).
Vestiduras
"En la Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, no todos los miembros desempeñan un
mismo oficio. Esta diversidad de ministerios se manifiesta exteriormente en la celebración
de la Eucaristía por la diversidad de las vestiduras que, por consiguiente, deben constituir
un distintivo propio del oficio que desempeña cada ministro. Por otro lado, las vestiduras
mismas deben contribuir al decoro de la acción sagrada. Las vestiduras utilizadas por los
sacerdotes y diáconos, como también las de los ministros laicos, deben bendecirse
oportunamente, antes de que sean destinadas al uso litúrgico, según el rito descrito en el
Ritual Romano" (Institución General del Misal Romano n. 335).
"La diversidad de colores en los ornamentos sagrados tiene como fin expresar con más
eficacia, aun exteriormente, tanto las características de los misterios de la fe que se
celebran, como el sentido progresivo de la vida cristiana a lo largo de todo el año litúrgico"
(Institución General del Misal Romano n. 345).
"La vestidura común para todos los ministros, ordenados e instituidos de cualquier
grado, es el alba, que debe ceñirse por la cintura con un cíngulo, a no ser que esté hecha
de tal manera que pueda ajustarse al cuerpo sin necesidad de cíngulo. Mas antes de
ponerse el alba, si ésta no cubre perfectamente el vestido ordinario alrededor del cuello,
póngase un amito. El alba no puede cambiarse por un sobrepelliz, ni siquiera sobre la
sotana, cuando se ha de vestir encima la casulla o la dalmática, o cuando, según las
"La vestidura propia del sacerdote que celebra en la misa y en otras acciones sagradas
que directamente se relacionan con ella es la casulla, a no ser que se diga lo contrario, la
cual debe ir puesta sobre el alba y la estola" (Institución General del Misal Romano n. 337).
"La vestidura propia del diácono es la dalmática, que se pone sobre el alba y la estola.
Pero la dalmática, por necesidad o menor grado de solemnidad, puede omitirse"
(Institución General del Misal Romano n. 338).
"Por lo que toca al color de las vestiduras, obsérvese el uso tradicional, es decir:
a) El blanco se emplea en los Oficios y Misas del tiempo Pascual y de Navidad del Señor,
además en las celebraciones del Señor que no sean de la Pasión, en las de la Santísima
Virgen, en las de los santos ángeles, de los santos no mártires, en la fiesta de todos los
santos (1 noviembre), de San Juan Bautista (24 junio), de S. Juan evangelista (27
diciembre), de la Cátedra de S. Pedro (22 febrero) y de la conversión de S. Pablo (25
enero).
b) El rojo se emplea el domingo de Ramos de la Pasión y el Viernes Santo, y en las fiestas
de Pentecostés, de la Pasión del Señor, en las fiestas natalicias de apóstoles y
evangelistas y en las de los santos mártires.
c) El verde se emplea en los Oficios y Misas del llamado 'Tiempo ordinario' a lo largo del
año.
d) El morado se emplea en el tiempo de Adviento y Cuaresma. Puede también usarse en
los oficios y Misas de difuntos.
e) El negro puede usarse, donde se acostumbra, en las Misas de difuntos.
f) El rosa puede emplearse, donde se acostumbra, en los domingos Gaudete (3° de
Adviento) y Laetare (4° de Cuaresma)" (Institución General del Misal Romano n. 346.
:
Preparación Sacristía:
"Ya antes de la celebración misma es muy laudable que se guarde silencio en la iglesia,
en la sacristía, en el secretarium o vestíbulo y en los lugares cercanos, para que todos
puedan disponerse para celebrar devota y debidamente los ritos sagrados" (Institución
General del Misal Romano n. 45).
Concelebración:
"La concelebración que es una apropiada manifestación de la unidad del sacerdocio,
del Sacrificio y de todo el pueblo de Dios, está prescrita por el mismo rito en la Ordenación
del Obispo y del presbítero, en la bendición del abad y en la Misa Crismal. Se recomienda,
en cambio, a no ser que la utilidad de los fieles requiera o aconseje otra cosa:
a) En el jueves santo para la Misa de la Cena del Señor:
b) En la Misa que se celebra en Concilios, Asambleas Episcopales y Sínodos;
c) En la Misa conventual y en la misa principal en iglesias y oratorios;
"Por causas determinadas, para dar, por ejemplo, un mayor sentido al rito o a una
fiesta, se puede dar el permiso de celebrar o concelebrar varias veces en el mismo día en
los siguientes casos:
a) quien el jueves santo ha celebrado o concelebrado en la Misa del Crisma puede
también celebrar o concelebrar en la Misa vespertina de la Cena del Señor,
b) quien celebró o concelebró la Misa de la Vigilia Pascual, puede celebrar o concelebrar la
Misa del día de Pascua;
c) el día de Navidad todos los sacerdotes pueden celebrar o concelebrar tres Misas, con tal
que éstas sean celebradas a su debido tiempo;
d) el día de la conmemoración de todos los fieles difuntos, con tal de que las celebraciones
se realicen en momentos distintos y respetando las normas establecidas sobre la
aplicación de una segunda y una tercera Misa;
e) quien concelebra con el obispo o su delegado durante el Sínodo o durante la visita
pastoral, o concelebra con ocasión de alguna reunión de sacerdotes, puede celebrar
además otra Misa para utilidad de los fieles. Los mismo vale, conservando la debida
proporción, para las reuniones de los religiosos" (Institución General del Misal Romano
n. 204):
Preparación
"Las adaptaciones y acomodaciones consisten sobre todo en la elección de los ritos o
textos, es decir, de los cantos, lecturas, oraciones, moniciones y expresiones corporales,
que sean más conformes con las necesidades, la preparación y la mentalidad de los
participantes. Esta elección se confía al sacerdote celebrante. Sin embargo, el sacerdote
debe tener presente que él es servidor de la sagrada Liturgia, y que no le es lícito añadir ni
quitar o cambiar algo arbitrariamente en la celebración de la Misa" (Institución General del
Misal Romano n. 24).
Objetivo:
Continuar con el conocimiento de las partes de la Celebración Eucarística.
RITOS INÍCIALES
Finalidad:
"Todo lo que precede a la liturgia de la Palabra, es decir, el canto de entrada, el saludo,
el acto penitencial, el Kyrie con el Gloria y la colecta, tienen el carácter de exordio,
introducción y preparación. La finalidad de estos ritos es hacer que los fieles reunidos
constituyan una comunidad y se dispongan a oír como conviene la Palabra de Dios y a
celebrar dignamente la Eucaristía. En algunas celebraciones que se unen con la misa según
la norma de los libros litúrgicos, los ritos iniciales se omiten o se realizan de manera
peculiar" (Institución General del Misal Romano n. 46):
Subir al altar:
"El presbiterio es el lugar en que se encuentra el altar, se proclama la Palabra de Dios, y
donde el sacerdote, el diácono y otros ministros desempeñan su oficio. El presbiterio debe
quedar diferenciado respecto a la nave de la iglesia, sea por su diversa elevación, sea por
una estructura y ornato peculiar. Sea de tal capacidad que en él pueda cómodamente
desarrollarse y ser vista la celebración de la Eucaristía" (Institución General del Misal
Romano n. 295):
Como el Cenáculo, el Calvario, el Sinaí, el Tabor, el monte de la Ascensión, el templo de
Jerusalén.
Canto de entrada:
"Reunido el pueblo, mientras entra el sacerdote con el diácono y los ministros, se da
comienzo al canto de entrada. El fin de este canto es abrir la celebración, fomentar la
unión de quienes se han reunido, elevar sus pensamientos a la contemplación del misterio
del tiempo litúrgico o de la fiesta, y acompañar la procesión de sacerdotes y ministros"
(Institución General del Misal Romano n. 47).
"Amonesta el apóstol a los fieles que se reúnen esperando la venida de su Señor que
canten juntos con salmos, himnos y cánticos espirituales (Col 3,16). El canto es una señal
de gozo en el corazón. De ahí que San Agustín diga con razón: 'El cantar es propio del
enamorado'; y viene de tiempos muy antiguos el famoso proverbio: 'Quien bien canta, dos
veces ora'" (Institución General del Misal Romano n. 39).
Procesión:
Besar el altar:
"Para manifestar la veneración, el sacerdote y el diácono besan el altar. El sacerdote, si
lo cree oportuno, podrá también incensar la Cruz y el altar" (Institución General del Misal
Romano n. 49):
"El altar, en el que se hace presente el Sacrificio de la Cruz bajo los signos
sacramentales, es también la mesa del Señor, para participar en la cual el pueblo de Dios
se congrega en la Misa; y es el centro de la acción de gracias que se realiza por la
Eucaristía" (Institución General del Misal Romano n. 296):
"Constrúyase el altar separado de la pared, de modo que se le pueda rodear fácilmente
y la celebración se pueda hacer de cara al pueblo. Conviene hacer esto siempre que sea
posible. El altar ocupe el lugar que sea de verdad el centro hacia el que espontáneamente
converja la atención de toda la asamblea de los fieles. El altar mayor ordinariamente será
fijo y dedicado" (Institución General del Misal Romano n. 299).
Signación y saludo:
"Terminado el canto de entrada, el sacerdote, de pie junto a la sede, y toda la
asamblea, hacen la señal de la Cruz. A continuación el sacerdote, por medio de un saludo,
manifiesta a la asamblea reunida la presencia del Señor. Con este saludo y con la
respuesta del pueblo queda de manifiesto el misterio de la Iglesia congregada. Terminado
el saludo, el sacerdote o el diácono u otro ministro laico puede hacer a los fieles una
brevísima introducción sobre la Misa del día" (Institución General del Misal Romano n. 50).
Acto penitencial/Aspersión:
Kyrie:
"Después del acto penitencial se empieza el Señor ten piedad, a no ser que haya
formado ya parte del mismo acto penitencial. Siendo un canto con el que los fieles
aclaman al Señor y piden su misericordia, regularmente habrán de hacerlo todos, es decir,
tomarán parte en él el pueblo y los cantores. Cada una de estas aclamaciones se repite,
normalmente, dos veces, sin excluir, según el modo de ser de cada lengua o las exigencias
del arte o de las circunstancias, una más amplia repetición o la intercalación de algún
brevísimo tropo" (Institución General del Misal Romano n. 52).
Gloria:
"El Gloria es un antiquísimo y venerable himno con que la Iglesia congregada en el
Espíritu Santo glorifica a Dios Padre y al Cordero y le presenta sus súplicas. El texto de este
himno no se puede cambiar por algún otro. Es iniciado por el sacerdote o, según la
oportunidad, por un cantor o por el coro, y lo cantan o todos juntos, o el pueblo
alternando con el coro o el coro solo. Si no se canta lo han de recitar todos, o juntos a dos
coros alternativamente." (Institución General del Misal Romano n. 53).
Oración colecta:
"A continuación el sacerdote invita al pueblo a orar y todos, a una con el sacerdote,
permanecen un rato en silencio para hacerse conscientes de estar en la presencia de Dios
y formular interiormente sus súplicas. Entonces el sacerdote lee la oración que se suele
denominar 'colecta' con la que se expresa el carácter de la celebración. Según la antigua
tradición de la Iglesia la oración colecta se dirige regularmente a Dios Padre por Cristo en
el Espíritu Santo y termina con una conclusión trinitaria" (Institución General del Misal
Romano n. 54)
"En cualquier Misa, mientras no se diga lo contrario, se dicen las oraciones propias de
esa Misa. En las memorias de los santos se dice la colecta propia o, si no la hay, la del
Común que le corresponde; en cambio, las oraciones sobre las ofrendas y la oración
después de la Comunión, si no existe una fórmula propia, se pueden tomar o del Común o
de la feria del tiempo correspondiente. En los días feriales del tiempo ordinario, además
de las oraciones del domingo precedente, se pueden tomar las de cualquier otro domingo
del tiempo ordinario, o las de alguna de las Misas para diversas necesidades que se
encuentran en el misa. Siempre está permitido tomar de estas Misas únicamente la
oración colecta" (Institución General del Misal Romano n. 363):
Posturas
LITURGIA DE LA PALABRA
Posturas:
"Los fieles estarán sentados durante las lecturas que preceden al Evangelio, con su
salmo responsorial; durante la homilía... Queden de pie al canto del Aleluya que precede
al Evangelio, durante el Evangelio, duran te la profesión de fe y la oración universal"
(Institución General del Misal Romano n. 43) .
Sentido:
"Las lecturas tomadas de la Sagrada Escritura, con los cantos que se intercalan,
constituyen la parte principal de la liturgia de la Palabra; la homilía, la profesión de fe y la
oración universal u oración de los fieles, la desarrollan y concluyen. En las lecturas, que
luego desarrolla la homilía, Dios habla a su pueblo, le descubre el misterio de la Redención
y Salvación, y le ofrece el alimento espiritual; y el mismo Cristo, por su Palabra, se hace
presente en medio de los fieles. Esta Palabra divina la hace suya el pueblo con sus cantos y
mostrando su adhesión a ella con la profesión de fe; y una vez nutrido con ella, en la
oración universal, hace súplicas por las necesidades de la Iglesia entera y por la salvación
de todo el mundo" (Institución General del Misal Romano n. 55).
"Cuando se leen en la Iglesia las Sagradas Escrituras, es Dios mismo quien habla a su
pueblo, y Cristo, presente en su Palabra, quien anuncia la Buena Nueva. Por eso las
lecturas de la Palabra de Dios que proporcionan a la Liturgia un elemento de grandísima
importancia, deben ser escuchadas por todos con veneración. Y aunque la palabra divina,
en las lecturas de la Sagrada Escritura, va dirigida a todos los hombres de todos los
tiempos y está al alcance de su entendimiento, sin embargo, su eficacia aumenta con una
explicación viva, es decir, con la homilía, que viene así a ser parte de la acción litúrgica"
(Institución General del Misal Romano n. 29).
Ambón:
"La dignidad de la Palabra de Dios exige que en la iglesia haya un sitio conveniente para
su anuncio, hacia el que durante la liturgia de la Palabra, se vuelve espontáneamente la
atención de los fieles. Conviene que en general este sitio sea un ambón estable, no un
simple atril. El ambón, según la estructura de cada iglesia, debe ser de tal
naturaleza, que permita al pueblo ver y oír bien a los ministros ordenados y a
los lectores. Desde el ambón se proclaman las lecturas, el salmo responsorial, y el pregón
pascual; pueden también tenerse desde él la homilía y las intenciones de la oración
universal. La dignidad del ambón exige que suba a él solamente el ministro de la Palabra.
Conviene que un nuevo ambón se bendiga antes de destinarse al uso litúrgico, según el
rito descrito en el Ritual Romano" (Institución General del Misal Romano n. 309).
Lecturas:
"Terminada la oración colecta todos se sientan. El sacerdote puede introducir
brevemente a los fieles en la liturgia de la Palabra. El lector avanza hacia el ambón y, del
leccionario ya colocado antes de la Misa, recita la primera lectura, que todos escuchan. Al
final pronuncia la aclamación: Palabra de Dios, y todos responden: Te alabamos, Señor.
Entonces, si es oportuno, se puede guardar un breve momento de silencio para que todos
mediten lo que escucharon" (Institución General del Misal Romano n. 128).
"En las lecturas se dispone la mesa de la palabra de Dios a los fieles y se les abren los
tesoros bíblicos. Se debe por tanto, respetar la disposición de las lecturas bíblicas, la cual
pone de relieve la unidad de ambos Testamentos y de la historia de la salvación. No está
permitido cambiar las lecturas y el salmo responsorial, que contienen la Palabra de Dios,
por otros textos no bíblicos" (Institución General del Misal Romano n. 57).
"El leer las lecturas, según la tradición, no es un oficio presidencial, sino ministerial. Por
consiguiente las lecturas son proclamadas por un lector, el Evangelio, en cambio, viene
leído por el diácono o, si está ausente, por otro sacerdote. Cuando falte el diácono u otro
sacerdote, el mismo sacerdote celebrante proclamará también las demás lecturas.
Después de cada lectura, el que lee pronuncia la aclamación, a la cual el pueblo
congregado responde rindiendo el honor a la Palabra de Dios recibida con fe y espíritu
agradecido" (Institución General del Misal Romano n. 59).
"Los domingos y solemnidades se señalan tres lecturas, es decir, Profeta, Apóstol y
Evangelio, con las que se educa al pueblo cristiano en la continuidad de la obra de la
salvación, según la admirable disciplina divina. Estas lecturas se deben emplear
estrictamente. En el tiempo pascual, según la tradición de la Iglesia, en lugar del Antiguo
Testamento, se tiene la lectura de los Hechos de los Apóstoles. En las fiestas se señalan
dos lecturas. Pero si la fiesta, según las normas se eleva al grado de solemnidad, añádase
una tercera lectura tomada de las lecturas comunes. En las memorias de los santos, si no
se utilizan lecturas propias, léanse ordinariamente las lecturas señaladas para las ferias. En
algunos casos se proponen lecturas especiales, que ponen de relieve un aspecto peculiar
de la vida espiritual o actividad del santo. El uso de estas lecturas no es obligatorio, a no
ser que lo sugiera la utilidad pastoral" (Institución General del Misal Romano n. 357).
Salmo responsorial:
"Después de la primera lectura sigue un salmo responsorial, que es parte integrante de
la Liturgia de la Palabra y tiene gran importancia litúrgica y pastoral, en cuanto que
fomenta la meditación de la Palabra de Dios. El salmo debe responder a cada una de las
Evangelio:
"La lectura del Evangelio constituye el culmen de la Liturgia de la Palabra. Que se haya
de tributar suma veneración a la lectura del Evangelio lo enseña la misma liturgia cuando
la distingue por encima de las otras lecturas con especiales muestras de honor, se por
parte del ministro encargado de anunciarlo y por la bendición y oración con que se
dispone a hacerlo, sea por parte de los fieles que con sus aclamaciones reconocen y
proclaman la presencia de Cristo que les habla y escuchan la lectura puestos de pie; sea
finalmente por las mismas muestras de veneración que se tributan al Evangeliario"
(Institución General del Misal Romano n. 60).
"Después de la lectura que precede inmediatamente al Evangelio, se canta el Aleluya u
otro canto establecido por las rúbricas, según las exigencias del tiempo litúrgico. Esta
aclamación constituye por sí misma un rito o acto en el cual la asamblea de los fieles
recibe al Señor que está por hablar en el Evangelio, lo saludo y confiesa su fe con el canto.
Es cantado por todos los presentes. Lo comienza el cantor o el coro y, si es el caso, se
repite. En cambio, el verso viene cantado por el coro o el cantor.
a) El Aleluya se canta en todos los tiempos fuera de la Cuaresma. Los versos se toman del
Leccionario o del Gradual.
b) En el tiempo de Cuaresma, en lugar del Aleluya, se canta el verso antes del Evangelio
que aparece en el Leccionario. Se puede también cantar otro salmo o tracto, que se
encuentran en el Gradual" (Institución General del Misal Romano n. 62):
"Mientras se canta el Aleluya u otro canto, el sacerdote, si se emplea el incienso, lo
pone en el incensario y lo bendice. Luego, con las manos juntas e inclinado
profundamente ante el altar, dice en secreto el Purifica mi corazón. Después toma el
Evangeliario, si éste está en el altar; y precedido por los ministros laicos, que pueden llevar
el incensario y los candeleros, se acerca al ambón llevando el Evangeliario un poco
levantado. Los presentes se vuelven hacia el ambón manifestando una singular reverencia
hacia el Evangelio de Cristo" (Institución General del Misal Romano n. 132-133).
"En al ambón, el sacerdote abre el libro y con las manos juntas dice: El Señor esté con
ustedes, mientras el pueblo responde: Y con tu espíritu. Y enseguida: Lectura del santo
Evangelio, haciendo la Cruz sobre el libro con el pulgar, y luego sobre su propia frente,
boca y pecho, lo cual hacen también todos los demás. El pueblo aclama
diciendo: Gloria a ti, Señor. El sacerdote, si se emplea el incienso, inciensa el
libro. Luego proclama el Evangelio, y al final pronuncia la aclamación: Palabra del Señor, a
la cual todos responden: Gloria a ti, Señor Jesús. El sacerdote besa el libro diciendo en
secreto: Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados" (Institución General del
Misal Romano n. 128).
Homilía
"La homilía es parte de la liturgia, muy recomendada, pues es necesaria para alimentar
la vida cristiana. Conviene que sea una explicación, o de algún aspecto particular de las
lecturas de la Sagrada Escritura, o de otro texto del Ordinario o de la Misa del día,
teniendo siempre presente, ya el misterio que se celebra, ya las particulares necesidades
de los oyentes" (Institución General del Misal Romano n. 65).
Profesión de fe:
"El símbolo o profesión de fe tiende a que todo el pueblo reunido dé su respuesta a la
Palabra de Dios proclamada en las lecturas de la Sagrada Escritura y explicada en la
homilía y, pronunciando la regla de su fe, con la fórmula aprobada para el uso litúrgico,
traiga a su memoria y confiese los grandes misterios de la fe, antes de empezar su
celebración en la Eucaristía" (Institución General del Misal Romano n. 67).
Oración universal:
"En la oración universal u oración de los fieles, el pueblo responde de alguna manera a
la Palabra recibida con fe y, ejercitando su oficio sacerdotal, ruega a Dios por la salvación
de todos. Conviene que esta oración se haga normalmente en las Misas a las que asiste el
pueblo, de modo que se eleven súplicas por la santa Iglesia, por los gobernantes, por
todos los necesitados y por todos los hombres y la salvación de todo el mundo"
(Institución General del Misal Romano n. 69).
"El orden de estas intenciones será generalmente:
a) Por las necesidades de la Iglesia,
b) por los que gobiernan el Estado y por la salvación del mundo entero,
c) por los oprimidos bajo determinadas dificultades,
d) por la comunidad local.
Sin embargo, en alguna celebración particular, como en la Confirmación, Matrimonio o
Funerales, el orden de las intenciones puede amoldarse mejor a la ocasión" (Institución
General del Misal Romano n. 70).
"Toca al sacerdote celebrante dirigir estas súplicas desde la sede. El mismo invita a los
fieles a la oración con una breve monición y concluye la oración misma. Las intenciones
que se proponen deben ser sobrias, redactadas con pocas palabras y con una sabia
libertad, y deben expresar la plegaria de la comunidad entera. Las dice un diácono o un
cantor o un lector o un fiel laico desde el ambón o desde otro lugar conveniente"
(Institución General del Misal Romano n. 71).
Silencio
"La Liturgia de la Palabra debe ser celebrada de tal manera que favorezca
la meditación, por eso se debe evitar toda forma de apresuramiento que impida el
recogimiento. En ella son convenientes también unos breves espacios de silencio,
acomodados a la asamblea reunida, en los cuales, con la ayuda del Espíritu Santo, se
perciba con el corazón la Palabra de Dios y se prepare la respuesta por la oración. Estos
momentos de silencio se pueden guardar oportunamente, por ejemplo, antes de que se
inicie la misma liturgia de la Palabra, después de la primera y la segunda lectura, y
terminada la homilía" (Institución General del Misal Romano n. 56).
Objetivo:
Que el joven, concluya de conocer las partes de la Celebración Eucarística, como modo
de descubrir y vivir su fe plenamente.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Sentido:
"En la última Cena, Cristo instituyó el Sacrificio y banquete pascual, por el que se hace
continuamente presente en la Iglesia el Sacrificio de la Cruz, cuando el sacerdote, que
representa a Cristo el Señor, lleva a cabo lo que el Señor mismo realizó y confió a sus
discípulos para que lo hicieran en memoria suya. Cristo tomó en sus manos el pan y el
cáliz, dio gracias, lo partió, lo dio a sus discípulos, y dijo: 'Tomad, comed, bebed: esto es mi
Cuerpo, éste es el cáliz de mi Sangre. Haced esto en conmemoración mía'. De ahí que la
Iglesia haya ordenado toda la celebración eucarística según estas mismas partes, con las
palabras y acciones de Cristo. Ya que:
1) En la preparación de las ofrendas se presentan en el altar el pan y el vino con agua; es
decir, los mismos elementos que Cristo tomó en sus manos.
2) En la Plegaria Eucarística se da gracias a Dios por toda la obra de la salvación, y las
ofrendas se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
3) Por la fracción del Pan y por la Comunión, los fieles, a pesar de ser muchos, de un solo
pan reciben el Cuerpo y de un solo cáliz la Sangre del Señor, del mismo modo que los
apóstoles lo recibieron de manos del mismo Cristo" (Institución General del Misal
Romano n. 72).
"En la celebración de la Misa, los fieles constituyen la nación sagrada, el pueblo que
Dios adquirió para sí y el sacerdocio real, que da gracias a Dios, ofrece, no sólo por manos
del sacerdote, sino juntamente con él, la Hostia inmaculada, y aprende a ofrecerse con
ella. Procuren pues manifestar eso por el profundo sentido religioso y por la caridad hacia
los hermanos que toman parte en la misma celebración. Eviten por consiguiente toda
apariencia de singularidad o de división, teniendo ante los ojos que es uno el Padre común
que tenemos en el cielo, y que todos por consiguiente somos hermanos" (Institución
General del Misal Romano n. 95).
"Acompaña a este cortejo de presentación de las ofrendas el canto del ofertorio, que se
prolonga por lo menos hasta que los dones hayan sido depositados sobre el altar... El
canto puede siempre acompañar los ritos del ofertorio, aun cuando no haya procesión de
ofrendas" (Institución General del Misal Romano n. 74):
"El sacerdote en el altar recibe la patena con el pan, y con ambas manos la eleva un
poco sobre el altar mientras que dice en secreto: Bendito seas, Señor. Luego coloca la
patena con el pan sobre el corporal. A continuación, estando a un lado del altar, vierte el
vino y un poco de agua en el cáliz, diciendo en secreto: El agua unida al vino, mientras el
ministro le ofrece las vinajeras. Vuelto al centro del altar, toma con ambas manos el cáliz,
lo eleva un poco diciendo en secreto: Bendito seas, Señor. Luego coloca el cáliz sobre el
corporal y, si es oportuno, lo cubre con la palia. Pero si no hay canto o no se toco el
órgano, le es lícito al sacerdote, en la presentación del pan y del vino, decir en voz alta las
fórmulas de bendición, a las cuales el pueblo aclama: Bendito seas por siempre, Señor.
Dejado ya el cáliz en el altar, el sacerdote se inclina profundamente y dice en secreto:
Acepta, Señor nuestro corazón contrito" (Institución General del Misal Romano n. 141-
143).
"El sacerdote puede incensar los dones colocados sobre el altar, la cruz y el altar
mismo, para significar que la ofrenda de la Iglesia y su oración suben ante el trono de Dios
como el incienso. Después el sacerdote, en virtud del ministerio sagrado, y el pueblo, en
virtud de la dignidad bautismal, pueden ser incensados por el diácono u otro ministro"
(Institución General del Misal Romano n. 75).
Pan-vino:
"La Iglesia, siguiendo el ejemplo de Cristo, ha usado siempre, para
celebrar el banquete del Señor, el pan y el vino juntamente con el agua. El pan para la
celebración de la Eucaristía debe ser de puro trigo, hecho recientemente y, según la
tradición de la Iglesia latina, ácimo. La naturaleza misma del signo exige que la materia de
la celebración eucarística aparezca verdaderamente como alimento (Institución General
del Misal Romano n. 319-320).
"El vino para la celebración eucarística debe ser del fruto de la vida (Lc 22,18), es decir,
vino natural y puro, no contaminado con substancias extrañas. Póngase sumo cuidado en
que el pan y el vino destinados a la Eucaristía se conserven en perfecto estado: es decir,
que el vino no se avinagre y que el pan ni se corrompa ni se endurezca tanto como para
que sea difícil luego el partirlo" (Institución General del Misal Romano n. 323).
Oración Eucarística:
"Comienza ahora la Plegaria Eucarística, que es el punto central y el momento
culminante de toda la celebración; es una plegaria de acción de gracias y de santificación.
El sacerdote invita a los fieles a levantar el corazón hacia Dios y a darle gracias a través de
la oración que él, en nombre de toda la comunidad, va a dirigir al Padre por medio de
Jesucristo en el Espíritu Santo. El sentido de esta oración es que toda la congregación de
los fieles se una con Cristo en el reconocimiento de las grandezas de Dios y en la oblación
del sacrificio. La Plegaria eucarística exige que todos la escuchen con reverencia y en
silencio" (Institución General del Misal Romano n. 78):
"Entre las atribuciones del sacerdote ocupa el primer lugar la Plegaria Eucarística, que
es el culmén de toda la celebración... Esas oraciones las dirige a Dios el sacerdote -que
preside la asamblea representando a Cristo- en nombre de todo el pueblo santo y de
todos los circunstantes. Con razón pues, se denominan 'oraciones presidenciales"
(Institución General del Misal Romano n. 30):
"Los principales elementos de que consta la Plegaria Eucarística pueden distinguirse de
esta manera:
a) Acción de gracias: (que se expresa sobre todo en el Prefacio) en la que el sacerdote,
en nombre de todo el pueblo santo glorifica a Dios Padre y le da las gracias por toda la
obra de salvación o por alguno de sus aspectos particulares, según las variantes del día, de
la festividad o del tiempo.
b) Aclamación: con la que toda la asamblea, uniéndose a las potestades celestiales,
canta o recita el Santo. Esta aclamación, que constituye una parte de la Plegaria
Eucarística, la pronuncia todo el pueblo con el sacerdote.
c) Epíclesis: con la que la Iglesia, por medio de determinadas invocaciones, implora el
poder del Espíritu Santo para que los dones que han ofrecido los hombres, sean
consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y para que la
Hostia inmaculada que se va a recibir en la comunión sea para salvación de quienes la
reciban.
d) Narración de la institución y consagración: mediante las palabras y acciones de Cristo
se lleva a cabo el Sacrificio que Cristo mismo instituyó en la última Cena, cuando ofreció su
Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y vino y los dio a los apóstoles en
forma de alimento y bebida, y les dejó el mandato de perpetuar este
misterio.
e) Anámnesis: con la que, al cumplir el encargo que a través de los apóstoles la Iglesia
recibió de Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo, recordando principalmente
su bienaventurada Pasión, su gloriosa Resurrección y la Ascensión al cielo.
f) Oblación: por la que, en este memorial, la Iglesia, sobre todo la Iglesia aquí y ahora
reunida, ofrece al Padre en el Espíritu Santo, la Hostia inmaculada. La Iglesia pretende que
los fieles no sólo ofrezcan la Hostia inmaculada, sino que aprendan a ofrecerse a sí
mismos, y que de día en día perfeccionen con la mediación de Cristo la unidad con Dios y
entre sí, de modo que sea Dios todo en todos.
g) Intercesiones: con ellas se da a entender que la Eucaristía se celebra en comunión
con toda la Iglesia celeste y terrena, y que la oblación se hace por ella y por todos los
miembros vivos y difuntos, miembros que han sido todos llamados a la participación de la
salvación y redención adquirida por el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
h) Doxología final: en la que se expresa la glorificación de Dios, y que se concluye y
confirma con la aclamación del pueblo" (Institución General del Misal Romano n. 79):
"Entonces empieza el sacerdote la Plegaria Eucarística. Según las rúbricas elige una de
las que se encuentran en el misal romano, o están aprobadas por la Sede Apostólica. La
Plegaria eucarística por su naturaleza exige que la recite solo el sacerdote en virtud de la
Ordenación. El pueblo en cambio se asocia al sacerdote en fe y en silencio y por medio de
las intervenciones establecidas a lo largo de la Plegaria eucarística, es decir: respuestas en
el diálogo del Prefacio, el Santo, la aclamación después de la consagración y la aclamación
Amén después de la doxología final, como también otras aclamaciones aprobadas por la
Conferencia de los Obispos y reconocidas por la Santa Sede. Es muy conveniente que el
sacerdote cante las partes de la Plegaria Eucarística que tienen notas" (Institución General
del Misal Romano n. 147).
"Es conveniente que la elección de una u otra de las Plegarias Eucarísticas que se
encuentran en el Ordinario de la Misa, se sujete a estas normas:
a) La Plegaria eucarística I o Canon Romano, que se puede emplear siempre, se dirá más
oportunamente en los días que tienen Reunidos en comunión propio o en las Misas que
tienen también su propio Acepta, Señor, en tu bondad. También en las fiestas de los
apóstoles y de los santos que se mencionan en la misma Plegaria; de igual modo los
domingos, a no ser que por motivos pastorales se prefiera la III Plegaria eucarística.
b) La II Plegaria eucarística, por sus mismas características, se emplea mejor en los días
ordinarios de entre semana, o en particulares circunstancias. Aunque tiene su Prefacio
propio, puede también usarse con prefacios distintos, sobre todo los que presentan en
forma más resumida el misterio de la salvación, por ejemplo, con los prefacios
comunes. Cuando la Misa se celebra por un determinado difunto, se puede emplear una
fórmula particular, que figura ya en su respectivo lugar, antes de: Acuérdate también.
c) La III Plegaria eucarística puede usarse con cualquier prefacio. Para su uso se
recomiendan los domingos y las fiestas. Pero si esta Plegaria se emplea en las Misas por
los difuntos, puede utilizarse una fórmula particular para el difunto, que debe
"El sacerdote iniciando la Plegaria eucarística extiende las manos y canta o dice: El
Señor esté con ustedes, mientras el pueblo responde: Y con tu espíritu. Cuando dice:
Levantemos el corazón, levanta las manos. El pueblo responde: Lo tenemos levantado
hacia el Señor. Luego el sacerdote extendiendo las manos añade: Demos gracias al Señor
nuestro Dios, y el pueblo responde: Es justo y necesario. Después el sacerdote,
extendiendo las manos sigue con el Prefacio; una vez terminado éste, junta las manos y
con todos los presentes canta o dice con voz clara el Santo" (Institución General del Misal
Romano n. 148).
"Los textos que pronuncian todos los concelebrantes a una, y sobre todo las palabras
de la Consagración, que todos están obligados a decir, se deben recitar en voz baja para
que se pueda oír distintamente la voz del celebrante principal. De este modo el pueblo
percibe mejor el texto. Los textos que deben ser recitados por todos los concelebrantes
simultáneamente, y que tienen notas en el misal, loablemente se ejecutan cantando"
(Institución General del Misal Romano n. 218).
RITOS DE LA COMUNIÓN:
"Ya que la celebración eucarística es un convite pascual, conviene que, según el
encargo del Señor, su Cuerpo y su Sangre sean recibidos como alimento espiritual por los
Padre Nuestro:
"En el Padre nuestro se pide el pan cotidiano, que para los cristianos evoca
principalmente el Pan eucarístico, y se implora la purificación de los pecados, de modo
que, en realidad se den a los santos las cosas santas. El sacerdote invita a orar y los fieles
dicen, todos a una con el sacerdote, la oración. Sólo el sacerdote añade el embolismo, y el
pueblo se une a él para terminarlo con la doxología. El embolismo, que desarrolla la última
petición de la oración dominical, pide para toda la comunidad de los fieles la liberación del
poder del mal. La invitación, la oración misma, el embolismo y la doxología con que el
pueblo cierra esta parte, se cantan o se dicen con voz clara" (Institución General del Misal
Romano n. 81).
Rito de la Paz:
"Sigue a continuación el rito de la paz, con el que la Iglesia implora la paz y la unidad
para sí misma y para toda la familia humana y los fieles se expresan mutuamente la
comunión y la caridad, antes de comulgar en el Sacramento. Por lo que toca al mismo rito
de la paz, establezcan las Conferencias Episcopales el modo más conveniente, según las
costumbres y el carácter de cada pueblo. Pero conviene que cada uno exprese el signo de
la paz sobriamente y sólo a las personas más cercanas" (Institución General del Misal
Romano n. 82):
"El sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz clara la oración: Señor Jesucristo
que dijiste; al terminarla, se vuelva hacia los fieles y, extendiendo y juntando las manos les
da la paz con estas palabras: La paz del Señor esté siempre con ustedes. Y el pueblo
responde: Y con tu espíritu. Luego, si el caso lo pide, el sacerdote añade: Dense
fraternalmente la paz. El sacerdote puede dar la paz a los ministros, permaneciendo
siempre en el presbiterio, para no crear confusión en la celebración. Lo mismo hace
cuando por una causa razonable quiera dar la paz a algunos pocos fieles... Mientras se da
la paz se puede decir: La paz del Señor sea siempre contigo. A lo cual se responde: Amén"
(Institución General del Misal Romano n. 154).
Comunión:
"El sacerdote se prepara con una oración privada, para recibir con fruto el Cuerpo y la
Sangre de Cristo. Los fieles hacen lo mismo, orando en silencio. Luego el sacerdote
muestra a los fieles el Pan eucarístico sobre la patena o sobre el cáliz y los invita al
banquete de Cristo, y juntamente con los fieles formula, usando palabras evangélicas
prescritas, un acto de humildad" (Institución General del Misal Romano n. 84).
"Es muy de desear que los fieles participen, como está obligado a hacerlo el mismo
sacerdote, del Cuerpo del Señor con Hostias consagradas en esa misma Misa y, en los
casos previstos, participen del cáliz, de modo que aparezca mejor, por los signos
exteriores, que la Comunión es una participación en el Sacrificio que en ese momento se
celebra" (Institución General del Misal Romano n. 85).
"Mientras el sacerdote recibe el Sacramento, empieza el canto de la Comunión, le cual,
por la unión de voces, debe expresar la unión espiritual de quienes están comulgando,
demostrar la alegría del corazón y poner de relieve el carácter comunitario de la procesión
de los que van a recibir la Eucaristía. En el caso de que se cante un himno después de la
Comunión, ese canto termínese a tiempo. Se debe procurar que también los cantores
puedan fácilmente comulgar" (Institución General del Misal Romano n. 86):
"El sacerdote toma después la patena o el copón y se acerca a los que van a comulgar,
los cuales se acercan en procesión. No está permitido a los fieles tomar por sí mismos el
Pan consagrado o el Cáliz sagrado, tanto menos pasarlo entre ellos de mano en mano. Los
fieles comulgan arrodillados o estando de pie, conforme a lo establecido por la
Conferencia de los Obispos. Si comulgan estando de pie, se recomienda que antes de
recibir el Sacramento hagan una debida reverencia establecida por las mismas normas"
(Institución General del Misal Romano n. 160).
"Si la Comunión se va a efectuar solamente bajo la especie de Pan, el sacerdote
teniendo la Hostia un poco elevada, se la muestra a cada uno diciéndole: El Cuerpo de
Cristo. El que va a comulgar responde: Amén y recibe el Sacramento en la boca, o donde
RITOS DE DESPEDIDA:
"El rito de conclusión consta de:
a) breves avisos, si son necesarios;
b) saludo y bendición sacerdotal, que en algunos días y ocasiones se enriquece y se amplía
con la oración sobre el pueblo o con otra fórmula más solemne;
c) despedida del pueblo por parte del diácono o sacerdote, para que cada uno vuelva a sus
buenas obras, alabando y bendiciendo a Dios;
d) Beso al altar por parte del sacerdote y diácono y la consiguiente inclinación profunda
hacia el altar por parte del sacerdote, del diácono y otros ministros" (Institución General
del Misal Romano n. 90):
"El sacerdote, extendiendo las manos, saluda al pueblo diciéndole: El Señor esté con
ustedes, a lo que el pueblo responde: Y con tu espíritu. Y enseguida el sacerdote, juntando
nuevamente las manos y poniendo enseguida la mano izquierda sobre el pecho y
Sesión 5:
INTRODUCCIÓN:
La palabra impresa en una palabra muerta. Pero el lector le insufla vida, se coinvierte en
palabra viva. Proclamar significa: anunciar a otros. No es un mero leer en voz alta, sino
comunicar un mensaje vivo que provoca una respuesta. No se trata de cumplir con leer,
sino prolongar la acción de los profetas.
La proclamación consiste en anunciar algo a otros. Exteriorizar una convivencia, una
reflexión un descubrimiento, una vida. Lo que no se ha comprendido no se puede
proclamar.
Supone un clima de escucha. Solo el Espíritu Santo penetra en nuestras profundidades,
hace viva la palabra, y nos hace proclamar a Jesús como Señor.
LUGAR:
El altar de la palabra y lugar de la proclamación de la Palabra de Dios es el ambón. Así lo
indica la IGMR en el numero 309. “la dignidad de la Palabra de Dios exige que en la iglesia
haya un sitio conveniente para su anuncio, hacia el que, durante la liturgia de la palabra,
se vuelve espontáneamente la atención de los fieles… el ambón debe ser de tal
naturaleza, que permita al pueblo ver oír bien a los lectores…” Sirve exclusivamente para
la proclamación de la palabra. Siempre desde el ambón y solo desde el se hacen las
lecturas bíblicas y salmos.
Conviene que los lectores tengan un ligar en el presbiterio, o al menos cerca de él, delante
de las bancas; y que en las misas solemnes entren en procesión con todos los ministros.
Eso facilita su servicio y reduce los desplazamientos; permite asociarse mejor a la
celebración.
POSTURA:
La liturgia es comunicación en el lenguaje total. El oyente tiene oídos e inteligencia, pero
también ojos. Sensibilidad y tacto. Interesa por tanto, el aspecto externo de la
comunicación.
Al terminar la oración colecta, los lectores y el salmista pasan al centro del altar, hacen la
debida reverencia, y pasan junto al ambón, al cual van pasando a su debido tiempo de
ejecutar su participación. Se debe tomar el tiempo necesario para llegar a tiempo.
Con calma, sin precipitación, sube al ambón, se asegura que el Leccionario este en la
pagina correcta, el micrófono este a la altura, y la asamblea esté sentada y atenta.
Se coloca bien: los dos pies en el suelo (no en uno solo, equilibrándose e inestable) los
talones paralelos y levemente separados; la punta de los pies como las agujas marcando
las 10:10 horas las dos manos sobre los bordes derecho e izquierdo del atril.
MIRADA:
Conviene, antes de comenzar la lectura, tomar posesión del auditorio paseando la mirada
a toda la asamblea, aunque sin mirar a nadie en particular. Se abarca con la mirada a
todos aquellos a quienes se va a comunicar el mensaje, sobre todo a los que están mas
lejos hasta el fondo del templo o a los lados.
La mirada dura mientras se establece el silencio. Se comienza a leer solo hasta que hayan
cesado los ruidos de bancas, hojas, murmullos .etc.
No mira a cada rato a la asamblea, sino al final de un párrafo, o tras una frase importante.
Como un dedo señala el lugar donde va la lectura, para no perderse. La verdadera
comunicación en el acto de leer no viene de la mirada, sino de la dicción perfecta con voz
intensa y sostenida.
RESPIRACIÓN:
La respiración profunda, abdominal, y pausada, ayuda a controlar los nervios y a
pronunciar bien. Munchos leen mal porque no saben respirar; o se cansan de la garganta,
porque no saben respirar. Si respiran de la parte alta del pecho, solo la cuarta parte de los
pulmones se llena de aire; al aliento es corto, la palabra es cortada, agravado por el miedo
o la emoción.
VOZ:
Cada uno tiene su voz propia; más o menos bonita, timbrada; pero hay que saber utilizarla
y aprovecharla. Y también cada uno tiene un registro propio, una extensión de la voz, u
punto en el cual suena mejor la voz. Se debe hablar alto y lento.
No una voz neutra, sino expresiva, clara, digna, inteligente e inteligible. Hay que evitar una
voz fingida, ampulosa, enfática, que cae mal; y también un todo de voz que solo se emplea
para confidencias y cuchicheos.
Durante la lectura, la voz sube y baja sin cesar. No se puede proclamar todo un texto en
un tono igual y cansado, sino subrayando la entonación del texto, con apenas sensibles
acentos melódicos. La caída de la voz al final de la frase debe ser siempre conclusiva. Las
frases de un texto pueden compararse a los arcos de un puente: cada uno de los arcos
representa el arranque, la cima y el final de la frase.
La voz humana puede matizar una inmensa diversidad de sonidos, apenas perceptible, y
posibilita una enorme novedad asequible a una acústica perfecta. Por eso, la adecuada
entonación del texto es una riqueza de la lectura, el buen lector es un intérprete, cuya
boca del texto toma vida, resucita.
TONO:
¿Cuál es tono justo de una lectura bíblica? Depende del género literario del texto. Y
depende también del temperamento, timbre de voz y personalidad del lector.
VELOCIDAD:
La velocidad correcta se da cuando el lector tiene la impresión de leer demasiado lento.
Porque sus ojos van más rápido que los oídos y la mente de los oyentes; y por que la
amplitud del ligar debe ser alcanzada con el sonido sin interferirse entre sí.
Es indispensable no temer las pausas del silencio entre un párrafo y otro, una sección y
otra, una frase y otra.
DICCIÓN:
La comunicación no es solo verbal, sino del tono de voz, los gestos, el calor humano u
hostilidad, la paz o intranquilidad. Con los ojos damos una primera lectura, pero con voz
baja damos una segunda.
Se exige una buena dicción, lentitud precisa, pausas frecuentes, buena pronunciación, no
comerse letras ni silabas. No cambiar palabras, sacar bien la voz, que se oigan los finales
de las palabras y frases, no bajar la voz. No leer rápido, pues se anula la Palabra de Dios
con precipitaciones.
Leer con naturalidad. Interpretar el texto. No separar el sujeto del verbo, ni el adjetivo de
su sustantivo. Se sabe destacar la frase clave que es cumbre del texto, preparándola por
una progresión de voz. Proclama con una sola emisión de voz los grupos de palabras que
forman una unidad.
Aunque leer no es cantar, hay un ritmo en cada rase, que debemos encontrar
y asimilar. El miedo, la mala postura, la mala respiración, lo impiden el buen
ritmo depende de ; unir las palabras que deben unirse; hacer las pausas donde se
necesite, hacer suspenso en algunas silabas; acentuar las silabas fuertes.
PAUSAS:
Se trata de repartir las palabras en unidades; de tal manera que el sentido del texto sea
accesible al oyente.
El lector está viendo los signos de puntuación, pero el oyente no; debe descubrirlo por la
forma de leer de aquel. Son signos que van formando pequeñas unidades de palabras; y
en la lectura pública van a contribuir para transmitirlas al oyente con un sentido
completo.
Es conveniente una pausa de silencio al terminar la lectura, para que la Palabra asiente en
nosotros, y el Espíritu Santo haga su acción.
Objetivo:
Que el joven conozca las dimensiones rememorativa y profética del domingo a
partir de la reflexión patrística.
Introducción.
Los cuatro evangelios, los Hch y S. Pablo (I Co 16, 2) al decir que Jesús resucitó el
primer día de la semana, utilizan la terminología ordinaria entre los judíos para señalar los
días de la semana. El NT conoce este trasfondo simbólico del primero de los días y lo
aplica a Cristo Resucitado porque él inaugura una nueva creación que se cumple en el
Este es el nombre más específicamente cristiano, cfr., Ap 1, 10: "Día señorial, día
del Señor", que encontramos en S. Ignacio de Antioquía y en la Didaché.
Con el genitivo "del" en el AT significaba: día de Yahvé, el día decisivo del juicio y
de la salvación. Con el adjetivo: "día señorial", expresa en el NT la relación con el Señor
resucitado. Igual sucede con la expresión "cena señorial", que dedica a la eucaristía,
íntimamente relacionada con Cristo Jesús, Kyrios glorioso. Sin embargo la primera
significación no tiene nada que ver con la significación del domingo.
Es en el segundo sentido en cuya perspectiva hay que comprender la
denominación de día señorial o kyriaké. Jesús en su resurrección ha sido exaltado como
Señor y Cristo, y así lo proclaman los apóstoles en el kerigma.
La expresión "día del Señor", deriva del lenguaje bíblico que se refiere al "día de
Yahvé" en el sentido que hizo el Señor -y no en el sentido del AT- porque Jesús en su
resurrección ha sido exaltado como Señor y Cristo, como Hijo de Dios, de forma que
"Señor Jesús" es el único nombre que puede salvar (Fil 2, 9-11; Rom 10, 9-13).
Esta denominación es paralela a la que se dio a la eucaristía: cena del Señor; esto
subraya la relación que existe entre el domingo y la fracción del pan: el domingo es el día
en que se reúnen los cristianos para celebrar la resurrección de Jesús mediante la cena del
Señor.
El domingo con este nuevo nombre, se reafirma como institución cultural y
litúrgica específicamente cristiana destinada a celebrar al Señor y a disfrutar de su
misteriosa presencia a través del velo de los signos.
Por este motivo, los santos padres insistieron en la primacía del domingo respecto
al sábado, aunque al final del siglo segundo se apropiaron del significado espiritual del
sábado para declarar que en Cristo y en el domingo cristiano se ha cumplido cuanto allí se
anunciaba, cfr., S. Ignacio de Antioquía, Ad Magnesios, el testimonio de Plinio el joven,
Eusebio de Cesarea que subraya el valor simbólico del domingo, es el día del Señor,
porque en él Cristo venció a la muerte y completó los días.
Por ello S. Basilio Magno habla de que "el primer día de la semana
recitamos las oraciones de pie", "cuya razón es mantener viva entre los
cristianos la tensión hacia las cosas de arriba donde está sentado Cristo a la derecha de
Dios (I Co 3, 1)", en una palabra la esperanza escatológica.
Con este nombre, octavo día, los padres subrayaban el aspecto de espera
escatológica y profecía de la vuelta del Señor y del día definitivo y eterno del Reino. Así lo
nombraban también, Justino, Tertuliano y Cipriano.
Conclusión.
Objetivo:
Que el joven sitúe en su verdadero valor al Domingo, dándose cuenta, que es uno
de los pilares de la fe, al recordar el memorial de la Resurrección.
El día del Señor es el día de la Iglesia porque Cristo y la Iglesia son dos realidades
inseparables.
En este tema se profundizará en el aspecto eclesial y comunitario de la celebración
del día del Señor, algo que es preciso recuperar después de muchos siglos de presentación
individualista del precepto dominical y festivo. Se profundizará en este aspecto porque la
asamblea litúrgica es el signo visible de la Iglesia.
Conclusión.
Entre los aspectos de la teología y espiritualidad del domingo, la realidad
del día del Señor, en cuanto signo y oportunidad de la presencia viva y vivificadora de
Cristo resucitado, está esencialmente unida a la asamblea litúrgica y a la eucaristía.
Objetivo:
Que el joven, comience a conocer la importancia del Triduo Pascual.
Introducción.
2. La cuestión pascual.
Las primeras noticias acerca de una celebración anual de la Pascua nos han llegado
a través de una polémica acerca de la fecha de la misma celebración. Esta controversia
nos es conocida en primer lugar por la Epístola Epistolorum documento apócrifo del siglo II
(n. 13). Por consiguiente la pascua litúrgica cristiana es posterior a la época apostólica.
Esta apreciación es constatada por las noticias que tenemos en el testimonio de Eusebio
de Cesárea en su Historia Eclesiástica, libro V, capítulos 23-25, y por la homilía de Melitón
de Sardes.
En síntesis, la cuestión debatida era la fecha de la Pascua cristiana y el momento
de concluir el ayuno de dos o tres días de duración que terminaba con la eucaristía. El
carácter penitencial de la Pascua está vinculado a su significado: pasión y muerte del
Señor. Tal característica no era desconocida ni siquiera para la Pascua hebrea (Dt 16, 3).
Siguiendo una costumbre que parece remontarse hasta Juan evangelista, la Iglesia de Asia
Menor encabezados por el obispo de Éfeso Polícrates celebraba la Pascua el 14 de Nisán,
aniversario de la muerte de Cristo en correspondencia con la fecha de la Pascua judía.
Siguiendo en cambio una tradición apostólica que parece remontarse a S. Pedro, la
mayoría de las Iglesias, entre las cuales las de Alejandría, Jerusalén y Roma, celebraban la
Pascua el domingo posterior al 14 de Nisán. Los primeros se llaman "cuartodecimanos"
por la fecha del 14 de Nisán.
Mientras los primeros celebraban la Pascua el mismo día que los judíos
concluyendo entonces el ayuno, sólo se podía terminar el día de la resurrección del Señor,
el domingo. El 14 de Nisán podía caer en cualquier día de la semana. En el fondo en
occidente se pensaba que las comunidades de Asia Menor celebraban la Pascua judía y no
la cristiana, reduciendo el recuerdo del Señor únicamente a su muerte y no a la
resurrección.
Y para evitar la excomunión interviene el obispo Ireneo de Lyón escribiendo al
papa Víctor y contándole que unos 40 años antes -hacia el 150- S. Policarpo de Esmirna
que había sido discípulo de Juan evangelista, y era maestro de Ireneo, se había dirigido a
Roma para tratar este mismo asunto al papa Aniceto (+156): "ni Aniceto pudo persuadir a
Policarpo a que dejase de observar el 14 de Nisán, ni Policarpo por su parte logro
convencer a Aniceto de que lo observara, diciendo éste que debía mantener la tradición
de los presbíteros sus predecesores" (Hist. Ecc. V, 24, 16).
Gracias a la intervención de Ireneo se vio que la diversidad de uso no afectaba a la
sustancia de la fe, ambas eran perspectivas justas y profundas: una acentuaba la
continuidad de la Pascua cristiana, la otra su novedad. En sustancia el litigio se basaba en
la diversa acentuación del Misterio Pascual y en el intento de superar definitivamente los
usos judíos.
Por esta polémica deducimos que en la primera mitad del siglo II hay una
celebración pascual anual y que la práctica cuarto decimana es más antigua que la
celebración pascual occidental.
Objetivo:
Que el joven continúe discerniendo las diferentes manifestaciones del Triduo y
Cincuentena Pascual.
Introducción.
Las Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario (NUALC) han tenido
presente que el Misterio Pascual es núcleo y razón de ser de toda la liturgia, por ello tal
documento cuando expone cada uno de los tiempos que componen la celebración del
Misterio de Cristo durante el año comienza precisamente por el Triduo Pascual.
Este es un dato significativo de la reforma del AL, que contribuye a dar unidad a
toda la vivencia del año del Señor, y por tanto a la pastoral litúrgica relativa a este campo.
Otro aspecto es la estructura del Triduo y de la Cincuentena Pascual.
Significado teológico-litúrgico.
El Jueves Santo.
El Viernes Santo.
La Iglesia no considera este día como de llanto y luto, sino como día de amorosa
contemplación del sacrificio cruento del Señor Jesús, fuente de nuestra salvación. Hoy la
Iglesia no hace un funeral, sino que celebra la muerte victoriosa del Señor.
El Oficio y el Misal coinciden en presentar una liturgia austera y sobria que
propone temas no demasiado densos, pero muy claros en relación con la pasión, muerte y
resurrección de Cristo.
Los temas del Oficio se centran en Cristo como definitivo pontífice y mediador (Hb
9, 11-25), en la tipología del cordero pascual (S. Juan Crisóstomo), en el valor redentor de
la muerte del Señor (Laudes, Salmo 50 y cántico de Hb 3), en la exaltación de la cruz
(Salmo 147) y en la plegaria de Cristo que se ofrece al Padre a través de los salmos del
Oficio (2, 21, 37) tienen una singular aplicación cristológica a la pasión.
La acción litúrgica principal es una reunión no eucarística por antiquísima tradición
-siglo V- cuya razón fuerte es la del ayuno pascual que debía culminar con la eucaristía de
la Vigilia Pascual.
La celebración litúrgica tiene tres momentos: 1º Liturgia de la Palabra o servicio
eucológico. Se entra en silencio, se postra y luego se hace una breve oración. Hay dos
oraciones a elección, en la primera se pide al Señor que en su misericordia santifique y
proteja siempre a su familia por la que Cristo ha inaugurado en su sangre el misterio
pascual; la 2ª está inspirada en I Co 15, 45-49.
La 1ª lectura Is 52, 13-53,12 es un fragmento del cuarto canto del siervo de Yahvé,
el más rico en enseñanza teológica. El NT dará pleno sentido a la personalidad del siervo
sufriente.
El Salmo 30 la Iglesia lo atribuye a Cristo todo el salmo -porque en la cruz recita el
verso 6- encontrando en él la descripción de su pasión y de su pleno abandono en manos
del Padre.
La 2ª lectura: Hb 4, 14-16; 5, 7-9. Hebreos precisa que la figura del siervo sufriente
no sólo encuentra cumplimiento en Cristo, sino también en el “sumo sacerdote”. Como
respuesta a la palabra del apóstol y como preparación a la escucha del relato de la pasión
se canta Fil 2, 8-9, glorificando al Señor presente en su palabra.
El evangelio Jn 18, 1-19, 42 que se reserva para este día por la perspectiva con la
que el apóstol presenta la vida y la muerte del Señor.
La liturgia de este día con esta visión juánica del misterio pascual,
quiere ayudarnos a comprender los signos de la divinidad y de la gloria de
Cristo, fijando la atención no tanto en la descripción de su sufrimiento humano, sino sobre
aquel aspecto.
La liturgia de la Palabra se concluye con las preces según el esquema ordinario de
la antigua plegaria litúrgica: invitación, intenciones, plegaria individual en silencio,
unificación (colecta) de las plegarias por parte del presidente de la asamblea. El formulario
actual data del siglo V, pero el estilo de estas es más antiguo. La asamblea, iluminada e
interpelada por la palabra se abre a la caridad orando. Esta es la teología que emerge del
puesto que estas oraciones ocupan después de la proclamación de las lecturas.
2º La adoración de la cruz. La liturgia se concentra toda ella sobre el sacrificio
cruento de Cristo, no sobre el rito memorial. En lugar de la eucaristía se realiza la
presentación y la adoración de la cruz.
Este rito es como una celebración épica de la victoria de Cristo sobre el mundo y el
pecado mediante la cruz. La antífona: “Tu Cruz adoramos Señor, y tu santa resurrección
alabamos y glorificamos, pues del árbol de la Cruz ha venido la alegría al mundo entero”,
de origen bizantino y los llamados improperios evocan el misterio de la glorificación y de
la divinidad de Jesús, que muere en la cruz.
Este rito tiene su origen en Jerusalén, en el siglo IV es conocido por Egeria y por
Cirilo de Jerusalén. Hoy el rito latino reproduce un ceremonial solemne y caracterizado
por el canto del trisagio bizantino y los improperios (diálogo literario entre Jesús y el
pueblo) importados a Roma hacia el siglo IX -X.
Al terminar la adoración se coloca la cruz sobre el altar que es símbolo del sacrificio
y del sacerdocio de Cristo (Jn 19, 37).
3º Rito de la comunión. Se distribuye el Pan eucarístico consagrado en la
tarde anterior. En 1955 con la reforma de la Semana Santa llevada acabo por el Papa Pío
XII se reintrodujo la práctica de la comunión ya que en el siglo XII otro Papa, Inocencio III
estableció que tanto el clero como los ministros no comulgaran, sólo el presidente de la
celebración.
Para hacer menos difícil la comprensión de esta comunión en una acción litúrgica,
centrada únicamente en la Palabra y en la cruz, es preciso insistir en la unidad del Triduo
Pascual y en la relación de la eucaristía -sacramento- con la cruz.
El ayuno pascual. Como signo exterior de participación interior en el sacrificio de
Cristo (2 Co 4, 11) y como signo de que hemos llegado a los días en que nos quitaron al
Esposo (Lc 5, 33-35), el Viernes Santo es día de ayuno.
La tradición del ayuno pascual es antiquísima, procede del siglo II, y de los dos días
que se tenían la Sacrosanctum Concilium lo ratifica para el Viernes Santo y lo aconseja
para el Sábado. A este ayuno se llama pascual para que nos haga ver el “transitus”, el paso
de la pasión a la alegría de la resurrección. Esta celebración sustituye las vísperas.
El Sábado Santo.
El Sábado Santo fue -al menos desde el siglo II- día de ayuno pleno y
por tanto día alitúrgico.
Al comienzo el rito no se diferenciaba en nada de los otros sábados, ya que se
terminaba con una función vigilar que desembocaba en la madrugada del domingo con la
celebración eucarística, pero muy pronto se va venerando en este día el descanso de Jesús
en el sepulcro y su descenso a los infiernos, por ello se va considerando esta jornada como
día de paz y de espera.
Tanto en Roma como en Oriente se dedicaba el día último a los escrutinios de los
“electi” que recibirían el bautismo en la noche siguiente. La Tradición Apostólica nos da
más datos.
Actualmente donde se bautizan adultos se observan las indicaciones del ritual de la
Iniciación Cristiana que recomienda hacer coincidir el tiempo de la purificación y de la
iluminación con la Cuaresma y la mistagogía con el Tiempo Pascual, de forma que toda la
iniciación revele claramente su carácter pascual.
En el Misal de Pablo VI el Sábado Santo es presentado de la siguiente manera: en
este día la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte,
absteniéndose de la misa (la mesa permanece sin manteles ni ornamentos) hasta la
solemne vigilia.
En este segundo día del Triduo, no hay otra convocatoria al pueblo que el Oficio
Divino ante el altar desnudo presidido por la cruz, en espera del momento de la
resurrección. El Oficio en este día tiene un tono de meditación y de reposo -en todas sus
horas- en el que no deja de subrayarse el valor redentor de la muerte del Señor.
La Vigilia Pascual.
Introducción.
Esta vigilia constituye el núcleo de todo el AL. En esta noche santa la Iglesia celebra
en el modo sacramental más pleno la obra de la redención y de la perfecta glorificación de
Dios como memoria, presencia y espera. Siempre ha sido una celebración vigilar nocturna.
En la pascua judía estaba ya presente la motivación de la vigilia en la que se
celebraba el rito pascual (Ex 12, 42): se trata de una memoria eficaz de los
acontecimientos de la salvación celebrada durante una vigilia. En los textos del judaísmo
contemporáneo a Jesucristo la teología de la pascua acentúa también el aspecto
escatológico.
Los cristianos velan en la noche de pascua para celebrar toda la economía salvífica
en una visión unitaria y continua de la creación a la parusía.
Desde el siglo II el contenido litúrgico y teológico de la pascua cristiana es de
carácter abiertamente conmemorativo y soteriológico.
Los ritos de la Vigilia si bien están diferenciados forman un todo en torno al núcleo
esencial de la proclamación de la Palabra de Dios y la eucaristía.
1º El significado original de esta vigilia: es culminación de la celebración de la
Pascua, es la conmemoración y actualización del Misterio Pascual, inaugura el período de
la cincuentena festiva y gozosa que desemboca en Pentecostés.
Primera parte:
- El Lucernario, constituye los ritos iniciales que nos ofrece el simbolismo de la luz,
subrayado en el Exsultet.
La atención se fija no en la bendición del fuego en sí misma, sino en el significado
pascual de la luz que surge de las tinieblas. El cirio pascual es el signo principal.
El uso de la bendición del fuego es de origen irlandés, y probablemente es el
resultado de la cristianización de un uso pagano. En el siglo VIII entró en Alemania, en el
siglo XII se tiene este rito. Con la reforma de Pío XII se incorpora este rito en la celebración
de la vigilia.
Antes de bendecir el fuego el presidente de la asamblea explica el sentido de la
vigilia: se trata de estar en vela orando y de revivir la Pascua del Señor en la escucha de la
palabra y en la participación de los sacramentos.
- El bendecir el fuego y encender el cirio pascual evoca la luz de Cristo que resucita
en su gloria.
- La procesión evoca el caminar del pueblo hebreo en el desierto a la luz de la
columna de fuego, pero sobre todo se hacen presentes las palabras de Jesús: “Yo soy la luz
del mundo”. El sentido pascual y escatológico de esta procesión aparece con evidencia:
somos el nuevo pueblo de Dios nacido de la Pascua; peregrinos seguimos a Cristo
resucitado -nuestra cabeza y luz del mundo- a través del desierto y de la vida presente.
- Con el Pregón Pascual -pieza lírica antiquísima- el diácono proclama
solemnemente las fiestas pascuales. El Sacramentario Gelasiano nos informa que en
Roma, -siglos VII-VIII- estaba en relación con el nuevo fuego.
Temáticamente el pregón anuncia el mensaje de la resurrección y celebra -con una
espléndida plegaria de acción de gracias- las maravillas operadas por Dios en esta noche
santa, vértice de toda la Historia de la Salvación que celebra la victoria pascual de Cristo.
Segunda parte:
Liturgia de la Palabra.
Tercera parte:
Liturgia Bautismal.
Cuarta parte:
Liturgia Eucarística.
Objetivo:
Que el joven asimile los conocimientos planteados en este curso, aterrizándolos en
el conocimiento de sus posibles funciones dentro de la Iglesia.
"Solo y todo": Cada uno debe cumplir todo su papel propio sin usurpar el papel
ajeno. Principio este, al mismo tiempo doctrinal y práctico, que tiene numerosas
aplicaciones.
En segundo lugar, hay países en los que el obispo no cree posible desarrollar los
ministerios instituidos si estos están reservados a laicos del sexo masculino.
Cualesquiera que sean los distintos aspectos de este problema, es probable que
madurara, no por una insistencia voluntarista sobre el rito de la institución, sino por lo
que se haga para que sean vividos en su nobleza creyente y espiritual por los laicos y, tal
vez, en primer lugar para nosotros sacerdotes, tanto el acto de leer y de hacer escuchar
la Palabra de Dios en la asamblea eclesial, como aquel por el que el santo Cuerpo y la
preciosa Sangre de Jesucristo son entregados y recibidos con una fe adorante: el amen
interior del ministro debe ser proporcionado al que se espera de la boca y el corazón del
comulgante.
Horas
Santas
Pascuales
Objetivo: Llevar al joven a establecer su espiritualidad como un
estilo de vida, que le comprometa con Cristo a servir a cada ser
humano a su alrededor, a través de oraciones de agradecimiento,
petición, glorificación… Que al final le servirán para reconocer a
Cristo Resucitado como el Centro de su vida.
Canto: Bendito, bendito, bendito sea Dios los ángeles cantan y alaban a Dios.
L.- Hermanos supliquemos a Dios misericordioso que nos conceda la paz que anhelamos,
porque el Señor purifica el corazón arrepentido y perdona a quienes confiesan sus
pecados.
T.- Te rogamos óyenos.
L.- Para que nos conceda la gracia de un arrepentimiento verdadero.
T.- Te rogamos óyenos.
L.- Para que conceda el perdón a sus hijos, que por el pecado han lesionado la integridad
de la sociedad y los convierta en miembros fecundos de la Iglesia.
T.- Te rogamos óyenos.
L.- Para que restituidos a la participación del banquete eucarístico, los renueves con la
esperanza de la gloria eterna.
T.- Te rogamos óyenos.
L.- Dios padre misericordioso que reconcilio al mundo consigo, por la muerte y la
resurrección de su hijo, y envió al Espíritu Santo para el perdón de los pecados, nos
conceda por el misterio de la Iglesia, el perdón y la paz.
T.- Pero que aprendamos que solo tú Señor eres quien nos da la paz y no las
armas y la guerra.
L.- Queremos Señor pedirte en esta noche, por toda la gente que participa en la
exaberación de la sociedad.
T.- Que entiendan que tú eres el único camino para la reconciliación y no queremos más
muertes de gente inocente.
L.- Señor sabemos que tú dijiste a tus apóstoles que no habían venido al mundo a traer la
paz sino la espada.
T.- Pero que sepamos enfrentar los retos que tú nos pones para vivir cada día bajo tu
voluntad.
L.- Señor te pedimos que despiertes los corazones de la gente que pelea.
T.- Que entienda que solamente son felices los que trabajan por la paz y no por la guerra,
porque serán reconocidos como hijos de Dios.
L.- Que aprendamos a amar a todos nuestros enemigos.
T.- Pues tú nos enseñaste que debemos amarlos y rezar por nuestros perseguidores.
L.- Porque Dios hace brillar el sol sobre malos y buenos.
T.- Envía la lluvia sobre justos y pecadores.
L.- Porque si nosotros perdonamos a quienes nos ofenden.
T.- Nuestro Padre celestial nos perdonara todas nuestras ofensas.
L.- Así también Señor haz que ellos sepan perdonarse los unos a los otros y aprendan a
vivir en común unión.
T.- Que tengan compasión de la gente inocente que vive en sus países.
L.- Que comprendan que la guerra es solo entre los gobernantes del país y no entre los
niños y mujeres que tanto sufren.
T.- Señor dales fortaleza y valentía para que afronten las desgracias y pobreza que la
guerra genera.
L.- Que tomen en cuenta tus mandatos y recuerden que debemos de bendecir a los que
nos maldicen.
T.- Y rogar por los que los maltratan.
L.- Señor te pedimos por los niños inocentes que viven en las naciones en conflicto.
T.- Ayúdalos a que te recuerden a cada instante y dales mucha fortaleza para que sus
vidas no se marquen por la desgracia.
L.- Te pedimos Señor por los gobernantes de estas naciones.
T.- Que se olviden de hacerse daño una a la otra y tomen en cuenta el sin fin de gente
inocente que hay en sus países.
L.- Dales Señor el Don de que puedan recapacitar y arreglar las cosas en forma ordenada,
sin necesidad de usar armas que deterioran la sociedad y terminan con la vida humana.
T.- Enséñalos Señor a perdonar.
L.- Que recuerden las palabras que pronunciaste antes de espirar y olviden
los malos entendidos.
T.- Dales Señor la ayuda necesaria para que olviden el rencor que sienten por el país
contrario.
L.- Ayúdalos Señor a encontrar la paz que tú nos has dado.
T.- Que no haya angustia ni miedo, porque tu estas entre ellos.
L.- Porque siempre debemos de estar en paz con los hombre y principalmente con nuestro
padre Dios.
T.- Porque por él hemos tenido acceso a la gracia y a la misma gloria de Dios.
L.- Que bendigan a quienes los persiguen.
T.- Que los bendigan y no los maldigan.
L.- Que no devuelvan a nadie mal por mal.
T.- Y que todos puedan apreciar las buenas disposiciones, que hay por generar la paz y no
la guerra.
L.- Que si los insultan, los bendigan.
T.- Y si los persiguen lo soporten todo.
L.- Que si los calumnian se conforten.
T.- Ayúdalos Señor a descubrir que tú eres la única paz.
L.- Que no haya más mentiras y que todos digan la verdad a su prójimo.
T.- Ya que todos somos parte de un mismo cuerpo.
L.- Que cuiden Señor que nadie devuelva a otro mal por mal.
T.- Sino que procuren el bien entre todos.
L.- Mas bien bendigan a todos sus enemigos y de este modo recibirán la bendición de
Dios.
T.- Que se alejen del mal y hagan el bien, busquen la PAZ y corran tras ella.
L.- Que la gracia de CRISTO JESÚS, esté con todos ellos.
T.- Para que reciban la paz reconfortante que necesitan.
L.- Que todos bendigan al Señor le den gracias y proclamen su grandeza ante todo ser
viviente.
T.- Que no demoren en darte gracias.
L.- Perdónanos Señor las faltas que hemos cometido contra la unidad de la Iglesia, tu
familia y concédenos vivir en perfecta armonía de mente y de corazón.
T.- Te lo pedimos por la paz del mundo.
L.- Concédenos tu perdón para estar en paz contigo, y para reconciliarnos también con tu
iglesia.
T.- Te lo pedimos por la paz del mundo.
L.- Mueve los corazones de todos lo que se han apartado de ti por sus pecados y
escándalos, para que vuelvan a ti y permanezcan en tu amor.
TODOS:
Señor te pedimos por toda la gente del mundo para que se reconcilien y
encuentren una solución verdadera a sus conflictos para que no haya más destrucción y
muertes. Ayúdalos a encontrar tu infinita misericordia y vean en ti la paz y no la guerra,
que piensen en el bienestar de las personas que viven en sus países y tomen conciencia de
que ellos no son culpables de nada de lo que sucede.
Hazlos Señor un instrumento de tu paz: que lleven tu esperanza por doquier;
donde halla oscuridad lleven tu luz, donde halla pena, tu gozo, Señor.
Dispongamos nuestra mente, nuestro corazón y todo nuestro ser para poder sentir
ese amor del Padre en nosotros y en nuestros hermanos. Iniciemos nuestra adoración
entonando el canto de alabanza.
LECTURA
Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios (5,1-11)
"Como hijos amadísimos de Dios, esfuércense por imitarlo. Sigan el camino del
amor a ejemplo de Cristo que los amo a ustedes. El, en verdad, se entregó por nosotros y
vino a ser la ofrenda y la víctima sacrificada, cuyo buen olor sube a Dios. Y por cuanto sea
a ustedes santos, no se hablen de inmoralidad sexual, codicia, o de cualquier cosa fea: nos
se nombren entre ustedes. Lo mismo respecto de las palabras vergonzosas, de los
disparates y tonterías. Nada de eso les conviene sino más bien dar gracias a Dios.
Sépanlo bien: ni los corrompidos, que sirven al Dios dinero, tendrán parte en el
Reino de Cristo y de Dios. Que nadie los engañe con razonamientos huecos, ya que son
estos los pecados que Dios se prepara a condenar en aquellos que no obedecen. No se
metan con esa gente. En otro tiempo ustedes eran tinieblas, pero en el
presente son luz en el Señor. Pórtense como hijos de la luz: los frutos de la
luz son de bondad, de justicia y de verdad bajo todas sus formas.
Sepan hallar lo que agrada al Señor, y no tomen parte en las obras estériles de las
tinieblas; al contrario denúncienlas". Palabra de Dios.
DEL SALMO 8
Señor Dios nuestro que admirable es tu nombre en toda la tierra, en toda la tierra.
EVANGELIO
Mateo (5,1-12).
"Jesús, al ver toda aquella muchedumbre, subió al monte. Se sentó y sus discípulos se
reunieron a su alrededor. Entonces comenzó a hablar y les enseñaba diciendo:
Felices las que tienen el espíritu del pobre porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Felices los que lloran, porque recibirán consuelo.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los compasivos, porque misericordia.
Felices los de corazón limpio porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz serán reconocidos como hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los
Cielos.
Felices ustedes, cuando por causa mía los insulten, los persigan y les levanten toda clase
calumnias.
Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el
cielo.
Pues bien saben que así persiguieron a los profetas que vinieron antes que ustedes.
Palabra de Dios.
Perdón, he pecado contra ti ya no merezco llamarme hijo tuyo. Dios Padre nos
abraza y hace una gran fiesta. Ya que se pone mucho más contento por un pecador que se
arrepiente que por noventa y nueve que no necesitan arrepentirse.
Como cristianos debemos dar gracias a Dios Padre y a Jesucristo único salvador del
mundo, alimento para la vida nueva, ya que por medio del Hijo, se nos da la gracia y la
misericordia para volver a la comunión con la Iglesia.
MOMENTO DE MEDITACIÓN
Canto: Yo no soy nada.
MOMENTOS DE CONTEMPLACIÓN
El que era rico, por nosotros se hizo pobre, proclamó bienaventurados a los que tienen
espíritu de pobre y abrió a los pequeños el tesoro del Reino.
Lector 1: Dios no es un ser solitario, es una Familia formada por el Padre y el Hijo y el
Espíritu Santo y la Iglesia, pueblo santo de Dios, es la Familia de Dios en la tierra. La
familia, a su vez, es imagen de Dios que «en su misterio más íntimo no es una soledad,
sino una familia» (Juan Pablo II, Homilía en Puebla 2: AAS 71 p. 184). Es una alianza de
personas a las que se llega por vocación amorosa del Padre que invita a los esposos a una
«íntima comunidad de vida y de amor» (GS 48), cuyo modelo es el amor de Cristo a su
Iglesia.
Lector 2: La «comunión» de las personas deriva, en cierto modo, del misterio del
«Nosotros» trinitario y, por tanto, la «comunión conyugal» se refiere también a este
misterio. La familia, que se inicia con el amor del hombre y la mujer, surge radicalmente
del misterio de Dios. Esto corresponde a la esencia más íntima del hombre y de la mujer, y
a su natural y auténtica dignidad de personas (Carta a las Familias, 8).
Lector 1: "La familia misma es el gran misterio de Dios. Como «iglesia doméstica», es la
esposa de Cristo. La Iglesia universal, y dentro de ella cada Iglesia particular, se manifiesta
más inmediatamente como esposa de Cristo en la «iglesia doméstica» y en el amor que se
vive en ella: amor conyugal, amor paterno y materno, amor fraterno, amor de una
comunidad de personas y de generaciones" (Carta a las Familias, 19).
Lector 2: Por eso, hermanas y hermanos, vamos ahora a contemplar el Misterio de Cristo
Esposo en su humanidad eucarística, y por él, con él y en él, contemplemos agradecidos el
misterio de nuestra familia. Con nuestros cantos y oraciones aclamemos el misterio del
amor de Cristo que ha querido quedarse con nosotros para caminar juntos por la vida,
pidamos perdón a Dios por las infidelidades a su Plan de Amor, démosle gracias a Dios por
Canto:
Cantemos al Amor de los amores,
cantemos al Señor:
¡Dios está aquí! Venid, adoradores,
adoremos a Cristo Redentor.
Petición de perdón
Guía: amigos, ante el Señor Jesús, con un corazón contrito, reconozcamos nuestras faltas
de generosidad para con nuestras familias, por no esforzarnos en vivir el Plan de Dios para
la familia, por la falta de amor y respeto a nuestros padres.
SALMO 50
Guía: Ahora, expresemos al Padre con sinceridad algunas cosas que en la vida de nuestras
familias y de nuestra sociedad han oscurecido el plan de Dios. Después de cada petición,
respondamos: PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN.
Guía: Continuando con esta súplica de perdón, ¿de qué le pedirías tú perdón a Dios en
este momento?
Momento de silencio
Guía: Unamos ahora nuestras voces y cantemos todos el amor que es Perdón, con una
actitud de confianza y de gratitud.
Yo a tu lado he caminado,
junto a ti yo siempre he ido
aún a veces te he cargado,
yo he sido tu mejor amigo.
Guía: Después de haber recibido el perdón del Señor, démosle gracias en este momento
por su fidelidad y por su amor manifestado en el don de nuestras familias.
(Sal 4)
(Sal 17)
Guía: Llenos de agradecimiento expresemos algunas de las muchísimas cosas con las que
Dios ha bendecido a la humanidad por medio de las familias. Demos gracias al Señor por
su designio sobre la vocación y la misión de las familias y por lo que representan en la vida
de la humanidad y de la sociedad. Respondamos diciendo: TE DAMOS GRACIAS, PADRE.
Guía: Te damos gracias por todas las muestras de amor que nos haces a diario. Señor,
Queremos ponernos en tus manos y sigue bendiciendo a nuestras familias.
toma mi necesidad
dame tu preciosa paz
quiero más de ti.
Todos: Señor nuestro Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el
memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu
cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu
redención. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios
por los siglos de los siglos.
Todos: AMÉN.
Coro 1: Creo, oh Jesús, con mi más viva fe, que estás realmente presente, aquí, delante
mío, bajo las especies Eucarísticas; Tú, el Verbo eterno del Padre, engendrado desde todos
los siglos y encarnado luego en las entrañas de la Virgen Madre, Jesucristo Redentor y Rey.
Creo, realmente, que estás presente en la verdad inefable de Tu Divinidad y de Tu
Humanidad.
Coro 2: Jesús, eres el mismo de Belén, el divino Niño que aceptara por mí, el
aniquilamiento, la pobreza y la persecución. Eres el Jesús de Nazaret, que por mi amor
abrazó el ocultamiento, las fatigas y la obediencia. Eres el Divino Maestro, aquel que vino
para enseñarme las dulces verdades de la fe, a traer el gran mandamiento del amor: Tu
mandamiento. Eres el Salvador Misericordioso, el que te inclinas sobre todas mis miserias
con infinita comprensión y conmovedora bondad, pronto siempre a perdonar, a curar, a
renovar.
Coro 1: Eres la Víctima Santa, inmolada para gloria del Padre y bien de todas las almas.
Eres el Jesús que por mí sudó sangre en el Huerto de Getsemaní; quien por mí sufrió la
condenación de tribunales humanos, la dolorosísima flagelación, la cruel y humillante
coronación de espinas, el martirio cruel de la crucifixión. Eres quien quiso agonizar y morir
por mí. Tú eres Jesús Resucitado, el vencedor de la muerte, del pecado y del infierno.
Quien está deseoso de comunicarme los tesoros de la vida divina que posees en toda su
plenitud.
Coro 2: Jesús mío, Te encuentras aquí, presente en la Hostia Consagrada, Santa, con un
Corazón desbordante de ternura, un Corazón que ama infinitamente. En Tu Corazón,
Coro 1: Por ello me uno a los Ángeles y Santos quienes, invisibles pero presentes y
vigilantes junto a Tu Sagrario, Te adoran incesantemente. Me uno, sobre todo, a Tu
Santísima Madre y a los sentimientos de profunda adoración y de intenso amor que
brotaron de Su alma desde el primer instante de Tu Encarnación y cuando te llevaba en Su
seno inmaculado.
Coro 2: Y mientras Te adoro en este Sagrario, lo hago en todos los del mundo y,
especialmente, en aquellos en los cuales estás más abandonado y olvidado. Te adoro en
cada Hostia Consagrada que existe entre el Cielo y la tierra.
Coro 1: Te adoro, Dios Padre, porque por medio de Cristo has descendido hasta mi
humanidad y porque, por Su Corazón adorable, Te has unido tan estrechamente al
hombre, a mí, pobre criatura ingrata. Te adoro en este templo, santificado por la
presencia siempre actual de Tu Ser divino; me postro hasta la nada, en adoración delante
de Tu Majestad Soberana pero, al mismo tiempo, el amor me eleva hasta Ti.
Coro 1: Jesús es mi tesoro, es mío y a cada instante puedo sacar de El gracias a manos
llenas, pues lo encuentro siempre abundante. De El tomo cuanto necesito para pagar mis
deudas, para remediar mis necesidades, encontrar delicia, ganarme una corona. ¡Qué don
inefable es este Jesús con Su Corazón desbordante de ternuras! Un tesoro que jamás se
agota: mientras más saco, él más aumenta.
Coro 2: ¡Oh!, Dios Padre, tanto has amado a tus criaturas que les diste a Tu único Hijo y,
para que la Majestad de Tu Verbo no nos infundiese temor y nuestras almas se pudieran
dirigir a El con confianza, lo revestiste de una carne semejante a la nuestra. Lo has
embellecido con las gracias más atrayentes y, sobre todo, le has dado un Corazón
infinitamente perfecto; tanto que debía ser la morada de Tus delicias, porque Tu divina
plenitud vive en El y la más humilde de las criaturas tiene allí su lugar de privilegio.
Coro 1: Ese adorado Corazón, inmenso como Tú, Dios mío, porque te contiene, es también
mi morada, pues me ama. En El me encuentro con Tu divinidad y, al verme en este
Sagrado asilo, Tu justa ira se aplaca y Tu justicia se desarma.
Coro 2: Te adoro, Dios Padre, por Jesús y en Jesús. Adoro a Jesús, Tu Hijo,
quien por Su Humanidad es mi hermano y por Su Divinidad es mi Dios. Te
amo por Jesús y con Jesús. Te amo por el Corazón de Jesús, que el amor hizo mío. Te amo
en Jesús. Por El Te llega mi amor, por El puedo alcanzarte y abrazarte.
Coro 1: Señor, ahora quiero hacer ante Ti reparación. Oh, Jesús, Víctima divina de
nuestros altares, grande y único Reparador, yo también me uno a Ti para cumplir, contigo
y por medio Tuyo, el oficio de pequeña alma reparadora.
Coro 2: Y me dirijo también a ti, oh Madre mía, para que así como en el Calvario ofreciste
al Padre a Tu Jesús, que se inmolaba por su gloria y por la salvación de las almas, así
renueves en este momento el místico ofrecimiento en mi lugar.
Coro 1: En el cáliz de Tu Corazón Inmaculado ofrece, oh Virgen dulce, los dolores de Jesús
junto a los Tuyos, para invocar la Divina Misericordia sobre mí y sobre el mundo entero.
Después de haberte dado gracias por Tus dones sin fin, ¿cómo puedo no confundirme a la
vista de mis culpas y de mis infidelidades? ¡Con cuánta ingratitud y frialdad he respondido
a tus beneficios!
Coro 2: Postrado ante Ti, que tanto me has amado, lleno de confusión y de
arrepentimiento, invoco Tu perdón y Tu Misericordia.
Coro 1: Por el mal uso que hice de los dones naturales recibidos: mi vida, mis energías, mi
tiempo, mis sentidos, mi inteligencia, mi lengua.
Guía: Porque dejé triunfar muchas veces en mí las malas inclinaciones del orgullo, de la
vanidad y del egoísmo, R/.
Guía: Por la indiferencia y frialdad con que respondí a los dones de Tu amor,
R/.
Guía: Por haber preferido muchas veces a las criaturas y las satisfacciones humanas, en
lugar de Ti y de tus consolaciones, R/.
Guía: Por la poca fidelidad y generosidad con que he vivido mi consagración, R/.
Acto de humildad
Guía: Me postro junto a Ti, oh Jesús, Hostia Divina, Redentor y Salvador mío, como un día
la Magdalena. Y si bien es cierto que soy indigno de Tu amor, estoy seguro que tendrás
para mí, la misma ternura misericordiosa.
Todos: Con la confianza de haber obtenido de Tu infinita Misericordia el perdón por mis
innumerables culpas, ofensas y negligencias me permito, oh Jesús, pedirte perdón
también por mis hermanos.
Guía: Pienso en los innumerables pecados que se cometen en el mundo día a día: pecados
de los individuos y de las naciones, pecados de los súbditos y de los gobernantes; pecados
de orgullo, de sensualidad y de codicia; pecados de pensamiento, de palabra, de obras y
de omisión.
Todos: Por todos estos pecados y por los pobres infelices que los cometen, me atrevo a
pedir, oh Jesús, la efusión de Tu infinita misericordia. Son los pecados los que Te hicieron
agonizar en el Huerto de los Olivos y sumergieron Tu alma santísima en un mar de tristeza.
Guía: No olvides, oh Jesús, que libremente quisiste cargar con ellos; que has querido
"hacerte pecado", para borrar los nuestros; no olvides, oh Jesús, que Te ofreciste a la ira
del Padre, para rescatar a Tus hermanos culpables.
Guía: Recuerda, oh Jesús, que mayor que todas nuestras culpas es Tu misericordia.
Viértela, oh Jesús, sobre el mundo culpable. Busca las ovejas que se alejaron de Tu redil y
muéstrales cuán grande es la potencia de Tu amor de Salvador.
Todos: Y ya que Tu Corazón está herido por las culpas de los más íntimos, para los que
renuevan el beso de Judas o la negación de Pedro, también para ellos, oh Jesús, invoco Tu
perdón. Que ninguno de ellos cumpla el gesto desesperado de Judas, sino que Tu gracia
los induzca, como a Pedro, a una reparación de amor.
Súplica
Guía: Antes de alejarme de este Santo Sagrario quiero, oh Jesús mío, recurrir a las
riquezas infinitas de Tu Corazón divino.
Todos: Oh Jesús, Sacerdote eterno y Salvador del mundo, para realizar este ardiente
deseo de Tu Corazón, multiplica las vocaciones. Envía muchos y santos operarios a Tu
mies.
Todos: Te ruego por el Santo Padre, por los Obispos, por todos los Sacerdotes que me han
hecho bien... por todos los Sacerdotes. Te pido, oh Jesús que los sostengas en las batallas,
los confortes en la soledad, los alientes en los fracasos, fecundes sus fatigas y derrames en
sus corazones el amor de Tu Corazón divino.
Guía: Señor, para que todos Tus ministros sean luz del mundo y sal de la tierra, R/.
Todos: ¡Oh Jesús!, Sacerdote Santo, Te pedimos con la mayor humildad del alma, que
aumentes las vocaciones sacerdotales y que los formes según los designios de Tu amante
Corazón. Sólo así conseguiremos Sacerdotes santos y pronto en el mundo no habrá más
que un sólo rebaño y un sólo Pastor. Amén.
Guía: En estos momentos los cielos y la tierra están llenos de tu presencia. También lo
está el corazón de todos los hombres. Estás presente en mi vida. Estás presente en los que
te buscan con sincero corazón. Estás presente en los alejados de ti. Estás presente en los
pobres, en los más pobres, en los más sufren. Y estás presente, de una manera muy
singular, para los cristianos en el sacramento de la Eucaristía.
Guía: Era también una noche cuando nos prometiste un Abogado que nos defendiera, un
Consolador que nos comprendiera. Era una forma cariñosa de despedirte... San Juan de
Ávila, cuando meditaba ese anochecer de tu partida, exclamaba: "¡Señor, Consolador por
Consolador! ¿Vos no sois buen Consolador?"... Tenía razón. Era mejor y más seguro el
consuelo de tu presencia que cualquier promesa que presagiara tu ausencia... Por eso los
discípulos se llenaban de tristeza... Ahora estamos contentos ya.
Lector 2: "Era preciso que el Hijo del Hombre padeciera para entrar en su gloria..."
Todos: Te la ganaste, Señor. ¡Nos la ganaste!. Y era justo que, luego del rojo atardecer,
surgiera blanco el lucero... La túnica sangrante es ya luz cegadora... Y el Consolador ha
desbordado los cálculos de aquellos temerosos Apóstoles...
Guía: Sólo Ella, la Madre, lo intuía certeramente. Por eso estaba allí calmando el Cenáculo
que iba a ser pronto incendio, y por eso la necesitamos aquí, para que dé a nuestra
Canto a María:
Mi alma alaba al Señor
Y mi espíritu se alegra en su presencia.
Porque Él que es grande
maravillas ha hecho en mí.
Es Santo su nombre.
Guía: Señora nuestra del Cielo, a quien el Padre hizo Sagrario del Espíritu Santo. Mansión
estable del Espíritu de Dios. Enséñanos a pedir ardientemente el Espíritu Santo para que
transfigure nuestras vidas en el gozo de su Alegría eterna.
Coro 2: ¡Ven, Tú que eres en nuestros estiajes lluvia suave, soplo fresco!
¡Ven, ven, e ilumina nuestra ceguera, aclara nuestra ignorancia,
ten piedad de nuestra necedad.
(Momentos de silencio)
Coro 1: Ven, y marca a fuego en nuestras vidas, la pasión irresistible de amar a Dios, de
pensar en Dios, de profundizar en Dios, de hablar de Dios.
Coro 2: Ven y cólmanos de su plenitud para que vivamos ese estado de alma
que quiere imitar la unidad suprema, la paz y el silencio perenne que reinan
en la beatísima Trinidad.
Coro 2: Enséñanos a respirar lo divino, a estar más donde tiende nuestro espíritu, que
donde mora nuestro cuerpo.
Coro 2: ¡Infúndenos la impronta de Dios que sabe a eternidad, aunque hayas de taladrar
con dolor nuestra dureza!
Coro 1: Haz que, por encima de nuestras resistencias e infidelidades, nos dejemos
embestir por tu luz glorificadora y quemante, suave y fuerte.
Coro 2: Levántanos, a pesar de nuestro lastre humano, a las divinas operaciones de tu Ser
en nuestro ser.
Coro 1: Afina nuestro paladar, robustece nuestra voluntad para romper moldes, superar
esclavitudes y vivir la libertad de hijos en tu verdad deificante.
(Momentos de silencio)
Guía: Dice San Juan de la Cruz que "en la sustancia del alma pasa, se da, esta fiesta del
Espíritu Santo". Y que "el negocio del alma es sólo recibir de Dios su Don..., y que todo es
cosa del amor cuyo oficio es herir para enamorar y deleitar..."
Todos: Señor Jesús: queremos llegar a vivir este festín del amor, que en el hondón del
alma ejercita festivamente sus artes y sus juegos, descubriéndole sus riquezas y la gloria
de su grandeza... Pero no sabemos, no podemos... ¡Deposita tú, en nuestra mano pobre,
la riqueza de tu Don!
Todos: Haznos, Espíritu Divino, más espirituales, más evangélicos, más consecuentes con
nuestro ideal de triunfo supremo del espíritu sobre la materia, de lo eterno sobre lo
transitorio...
Guía: Ayúdanos, enséñanos a ser felices en el padecer, a saber estar solos, a carecer aún
de lo necesario, a compartir, a romper lazos, doblegar durezas, borrar esquemas
aparentes de santidad; a ser como el agua, que no pierde sus propiedades aunque tome la
forma de la vasija que la contiene.
Todos: Enséñanos, ¡¡¡cuánto tienes que enseñarnos!!!, a vaciarnos sin reservas para tomar
tu forma y adecuarnos así a las necesidades de cada hermano.
(Momentos de silencio)
Lector 1: Tú, que nunca llagas sino para sanar, y nunca matas sino para dar vida, hiere
nuestra alma hasta el último y más profundo centro, y transfórmala hasta ponerla que
parezca Dios.
Lector 2: Tú, Padre de las luces, cuya mano es generosa, y con abundancia te derramas
donde quiera hallas lugar: ¡purifícanos, haznos el don de la fidelidad al Amor!.
Lector 1: Espíritu Santo, tú que en el seno de la Trinidad eres la Alegría eterna donde los
Tres se contemplan, sé Tú la fuente insondable de nuestra alegría.
Lector 2: Espíritu Santo, que junto con el Padre y el Hijo, eres el lugar interior donde los
Tres nos acogen, en el gozo de su intimidad y unidad, danos el gozo secreto de la
comunión entre el Padre y el Hijo, y danos el gozo de la comunión con nuestros hermanos.
Lector 1: Espíritu Paráclito, que eres dado a la Iglesia como principio inagotable de su
alegría de Esposa, danos la alegría única del Esposo y el gozo inextinguible de las Bodas.
Lector 2: Espíritu Santo, que procediendo del Padre y del Hijo, eres comunicado a cada
alma que se muestra disponible a tu acción íntima, ábrenos al gozo del Padre, ábrenos al
gozo del Hijo, ábrenos al gozo de tu Ser.
Lector 1: Espíritu Santo, que habitas en el corazón del hombre, junto con el Padre y el
Hijo, danos el gozo de la experiencia de Dios.
Lector 2: Espíritu Santo, por quien la presencia del Dios Trino nos envuelve con su ternura
y nos penetra con su Vida, danos la misma alegría de Jesús de sabernos amados por el
Padre con inefable Amor.
Todos: Espíritu Santo, que nos das la perfecta alegría en la posesión de Dios trino,
conocido por la fe y amado con la caridad que proviene de Él, danos la alegría perfecta de
la fe y del amor.
(Momentos de silencio)
Esquemas
de retiros
(pascuales).
Objetivo: Comprometer al joven y acercarlo más aún
al conocimiento de sí mismo de Cristo a través de dos retiros
propuestos para realizarse cada seis meses.
El primero pretende...
indiferentes los medios también le es indiferente el fin. San Felipe Neri solía
decir: «Señor, no te fíes de Felipe». El primer ejercicio de humildad es no
fiarnos de nosotros mismos y buscar la luz y la ayuda mutua.
2. Objetivo:
Es un momento de 'contagio de fe' y de caridad fraterna («omnia propter electos». 2 Tim
2, 10), y es a la vez el mejor momento de apostolado (Jn 13, 34-35). La Revisión de Vida
tiene dos objetivos muy concretos:
1. Compartir cómo está la vida y amor de Dios en mí, sin más pretensión que ayudar y ser
ayudado a ser cada vez más fiel a Cristo, (¿cómo puedo ser cada vez más pobre y sencillo,
más limpio y casto en mi pensamiento, gestos, palabras; y cómo ser cada vez más humilde
y obediente?).
2. Que nuestro apoyo y ayuda mutua logre hacernos a cada uno reflejo y transparencia de
la vivencia de Dios en nuestros ambientes. (Gal 6, 1 0). «El objetivo prioritario de nuestra
fraternidad es procurar unir la vida con la Palabra, mostrar un Evangelio más vivo» (P.
Jaime Bonet (Fundador)).
3. ¿Qué es?
Es un momento fraterno donde compartimos las dificultades y alegrías que hemos
tenido durante la semana para vivir ésta Vida Nueva que Jesús nos ha regalado. Su
duración puede variar de 1 hora a hora y media dependiendo del número de
miembros. Lo ideal es de 3 a 5 miembros. No es un desahogo psicológico ni una
dirección espiritual o confesión, ni revisión de los otros sino de mi vida.
4. ¿Cómo se hace?
Tomar conciencia de la presencia de Jesús, de su amor en y entre nosotros.
«Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, ahí estoy yo en medio de
ellos» (Mt 18,20).
Crear un ambiente de confianza y sinceridad. (El ideal es traerla escrita).
Escucha atenta al hermano.
La revisión, como la vida, se resumen en 4 ejercicios o actitudes fundamentales,
ejercicio de oración o meditación diaria así como la presencia de Dios durante el día
(¿cómo me ha ido en mi trato con Jesús?); ejercicio de caridad fraterna (¿cómo ha sido
mi relación con los demás?); ejercicio de humildad (¿cómo reacciono ante las
humillaciones, fracasos, correcciones, dificultades? ¿Cómo domino mi orgullo y
soberbia?); ejercicio apostólico (¿cómo he vivido el antes, durante y después de mi
predicación o anuncio de la Palabra?).
Dificultades. Sin hacer de ellas el centro, comentarlas sin disfraces ni
justificaciones. A la par comentar la ilusión o esperanza ¿cómo vivo
actualmente?; así como los. progresos ¿qué he ido haciendo?
Comentar mi plan de vida personal y hacer mi plan de grupos para la
semana.
5. Contenido:
SOBRE MI TRATO CON JESÚS (ORACIÓN)
• ¿Me limité a una simple oración o dediqué tiempo a la meditación de la Palabra y al
trato o amistad con el Señor? ¿Cuál ha sido la luz que más me ha ayudado esta
semana?
• ¿Cómo ha sido mi actitud interna y externa durante la oración?
• ¿Cuánto tiempo he durado en mi ejercicio diario?
• ¿Cuáles han sido mis dificultades? ¿Qué hice para superarlas?
• ¿Cuál fue el momento más cercano de la semana en la oración?
• ¿Cuál fue el momento más lejano?
• ¿Qué cambios ha provocado en mí lo que he entendido de Jesús?
• ¿Le he dedicado algunos ratos a dialogar con María? ¿Cómo los he vivido?
• CONFESIÓN: ¿Cada cuánto y cómo la vivo?
• EUCARISTÍA: ¿Cada cuánto y cómo la vivo?
• APERTURA o dirección espiritual, ¿cada cuánto y con quién?
OBJETIVO: Hacer un alto en el proceso formativo, para evaluar a la luz de la fe, lo que se
ha aprendido hasta el momento.
HORARIO
Rally
Tema-dinámica: Mi proyecto de vida.
Receso
Hora Santa
|En esta dinámica se pretende reflexionar sobre los antivalores que a veces
tenemos y que no nos dejan ser un buen ejemplo de servicio y testimonio. Estamos en el
tercer año de proceso después del Encuentro Pascua y es momento de dar testimonio y
predicar el evangelio a más jóvenes como lo han hecho con nosotros. Para esto, es
necesario desprendernos de nuestros antivalores.
Hombre - PAVO
En su proyecto de vida todo lo quiere hacer GIRAR
ALREDEDOR DE SI MISMO. Siente fuertemente la
Necesidad de que todos lo alaben, lo estimen, lo sirvan.
Se siente el ombligo del universo: los padres tienen que
darle, los amigos tienen que estimarle, los maestros
tienen que valorarle... Las personas y las cosas tienen
valor en la medida que le son útiles para sobresalir. Como
el Pavo (cabeza pequeña, gran plumaje) su característica
es la vanidad. Vive pendiente de su figura-, esclavo de la
moda y de las apariencias. Su gran amigo es el espejo. Se
arregla para agradarse a sí mismo y busca el alago de los
demás. Juega al amor, y a la seducción: no entrega el
corazón, más enamorado de sí mismo. Hombre ¿...y TÚ?
Hombre LEÓN
Hombre CHANGO
Hombre MARIPOSA
Hombre BORREGO
Hombre CARACOL
Hombre ZÁNGANO
Hombre PULPO
Hombre ERIZO
Hombre TELEVISIÓN
DESARROLLO:
Se pueden hacer los dibujos en cartulinas u hojas e irlos pegando conforme se van
leyendo.
1. Lee cada uno de los Proyectos, y a lado ponte una nota del 1 al 10, según el parecido
que tenga con tu manera de ser y actuar...
4. En forma personal, cada quien en una hoja va poniendo los anti-proyectos que tiene y
necesita cambiar. Nadie los va a leer, es una forma personal de reflexionar.
CONCLUSIÓN
Los anti-proyectos nos alejan de nuestra vida cristiana, evitan que nos
acerquemos a Cristo y ser sus discípulos. Cada uno es libre de elegir lo que
quiere ser, si quiere seguir a Cristo debes hacer lo que Él dijo: «El que quiera seguirme,
que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga”. (Mt 16, 24).
“BIENAVENTURANZAS” DE CRISTO
1. Felices los pobres, los que tienen espíritu de pobre, porque la pobreza digna y
voluntaria es la puerta de la verdadera LIBERTAD. La ambición es el camino de
insatisfacción y frustración. El afán de riquezas es el principio de todos los males: guerras,
injusticias, hambre, miseria ... Sólo el que es pobre es libre y solo el libre es feliz.
2. Felices los no-violentos y los débiles, los que no necesitan la violencia para
decir la verdad. Sólo los que son débiles de razones necesitan armas y
arrogancia. Los fuertes y los que tienen la verdad son se preocupan de las armas, y luchan
con el arma del amor.
1. ¿A qué nos comprometen las Bienaventuranzas? Precisar un plan de vida, indicando los
pasos de un proceso y metas por alcanzar.
2. Precisar cómo lograr que las Bienaventuranzas pasen a ser cultura o instituciones.
Confrontarse con la Civilización del amor.
3. ¿Cuáles modelos de vida o estilos de vida de la cultura son incompatibles con la cultura
de las Bienaventuranzas?
Actividad:
1. Escribimos nuestro programa de vida en una hoja y la quemamos ante una imagen de
Cristo
2. Cantamos el “Padre Nuestro”, tomados de la mano..
3. Proclamamos el “Magníficat”.
Magnificat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador; porque
ha mirado la humillación de su esclava.
Dios tiene un Proyecto sobre ti, sobre tu vida... para este proyecto te
ha regalado la existencia, te ha dado cualidades, te ha llenado de dones
físicos, intelectuales, morales, sociales, espirituales...
Es necesaria tu Respuesta libre, decidida, valiente y concreta!
Dios mismo, conociendo tu naturaleza, tus debilidades, tus miedos, el influjo del
mal que hay dentro de ti y en el mundo, se ha puesto a tu, lado, ha venido a vivir tu misma
vida, tú misma historia, tus mismas dificultades, y en Jesús de Nazareth, Cristo, el Señor,
te ha dado las pistas, te ha trazado' el camino de la felicidad perdida...
Seguir a Jesús, imitarle, vivir como Jesús.... ¡es el Proyecto de Vida del joven
cristiano! ....... Pero esto no se puede quedar en un sueño y en un ideal abstracto ... es
necesario pisar tierra y ser concreto...
El PROYECTO DE VIDA TIENE UNAS CARAS DEFINIDAS, para poder ser auténtico y eficaz:
1. ES UNA DECISIÓN PERSONAL: Una buena decisión implica los medios para conseguir lo
que uno quiere… Si quieres de verdad seguir a Cristo Jesús, ¡hay que usar los medios
concretos!
3. Es un Proyecto ACTUAL: es decir que tiene en cuenta tus problemas del momento, tu
realidad presente...
5. Es un Proyecto REALISTA: tienes que proponerte metas y acciones que sabes que
puedes realizar, sin ser muy idealista, ni muy pesimista
MI PROYECTO DE VIDA...
SITUACIÓN ACTUAL
¿Qué clases de
planteamientos me
hago en este
momento? ¿Cuáles
son mis puntos más
débiles?
RETOS – OBJETIVOS
¿Qué retos me
presenta mi
realidad? ¿Qué
objetivo quiero
alcanzar en cada
área?
MEDIOS PRÁCTICOS
¿Qué acciones
quiero realizar para
crecer en mi
Vocación? (oración-
Palabra de Dios -
dirección esp. -
grupo - virtudes .... )
REVISIÓN Cada
semana me evalúo
cómo he realizado
mis objetivos y los
medios....
Metas posibles, acciones, que puedes tener en cuenta para tu proyecto de vida:
1. CRECIMIENTO PERSONAL
Mejorar la Oración (definir cómo, cuándo y qué...)
Lectura de la Biblia (definir qué, cuando, cuanto tiempo, y dónde)
Misa Festiva (definir cómo participar), Misa intra-semanal (cuándo)
Sacramento de la confesión (definir cuándo, cada cuánto tiempo y cómo)
Participación a la Comunión sacramental (definir cuando, porqué.)
Lectura de libros religiosos, de Fe, espirituales (definir cuáles, dónde pedir...
Virtudes personales que quiero mejorar: Humildad, generosidad, pureza, sinceridad,
responsabilidad, pobreza, sencillez, sensibilidad, servicio... (definir cuál virtud, cómo
hacerlo, con quién, dónde, etc.)
2. FAMILIA:
Mayor diálogo con los padres y hermanos, familiares (definir con quién, cómo,
cuándo)
Servicialidad en casa, ayudar en la casa (definir qué, cómo, cuándo...)
Uso de la Televisión y radio, música... (definir qué programas, cuando...)
Definir el tiempo que vas a dedicar a tu familia, y tiempo que vas a dedicar a los
amigos, a tus pasatiempos, a tus diversiones...
Definir tu manera de expresar los sentimientos a tus familiares...
Definir cómo ayudar a resolver problemas familiares, de relación... cómo manejar los
sentimientos de ira, agresividad, falta de perdón, etc...
Definir tu relación de amistad o de noviazgo...tus actitudes y acciones con novio/a.
4. TRABAJO O ESTUDIO:
Mayor responsabilidad en mi trabajo o estudio (definir cómo)
Ayuda a otros en el trabajo o en la escuela (definir a quién, cómo, cuándo...)
RALLY
Actividad No. 1
Ve a la caja de cartón y busca:
Un objeto delgado cilíndrico que libera una sustancia azul, usado para comunicar. R=
pluma
Pedazo de tela cuadrado y de una sola pieza R= pañuelo
Instrumento para cortar compuesto de dos hojas de acero. R= tijeras
Pieza capaz de contener alguna cosa. R= vaso
Instrumento que sirve para abrir o cerrar. R=Llaves
Hebra larga y delgada. R=Hilo
Sistema de distribución del año en meses. R= Calendario
_______________________________________________________________
Actividad No. 2
Busca Juan 10,31
Toma 10 objetos de los que dice el versículo.
Ya que los tengas, con ellos haz un diez en el suelo.
_______________________________________________________________
Actividad No. 3
Todos los integrantes serán vendados y tendrán que adivinar lo que comerán.
Tener a la mano platos de postre y cucharas para darles de comer la comida secreta. Que
no se olviden las vendas para los ojos.
Ahora comerán alimento para bebé.
_______________________________________________________________
Actividad No. 4
Se cuelga una hilera de globos inflados con agua, otros con harina, y unos más con aire, se
forman los muchachos en hilera, y se les van haciendo preguntas bíblicas, el que contesta
correctamente, se salva de reventarle el globo, el que no, se le revientan 3 globos. Esto los
motiva a estudiar más para la próxima.
Actividad No. 5
Descubre cuál es el objeto común que está en las siguientes citas:
Génesis 21,25
Juan 4,6
Salmo 40,2
La respuesta es un pozo. A un costado del pozo, se hará una pista de pecho a tierra
enlodado, los muchachos se divierten al quedar todos embarrados con lodo.
_______________________________________________________________
Actividad No. 6
Con los ojos vendados, deberás seguir la cuerda y al final encontrarás lo que dice el verso
Salmos 119,105, esta actividad crea compañerismo, pues hace que los muchachos se
ayuden mutuamente, para bordear obstáculos.
_______________________________________________________________
Actividad No. 7
Descubre qué oficios tenían los siguientes personajes:
_______________________________________________________________
Actividad No. 8
Usa las tijeras y corta las frases para descubrir qué oración es la que está regada.
La respuesta es la oración del Padrenuestro. [Las palabras se encuentran al final]
_______________________________________________________________
Actividad No. 11
Deberán subir al árbol y bajar el papel que les indica la siguiente pista, y dejar un su lugar
comida para pájaros.
Para los pájaros pueden dejar: pan, galletas, semillas, tortillas, etc.
_______________________________________________________________
Actividad final
Jalar la cuerda y Guerra de bombas de agua, ¡¡¡para refrescar el día!!!
HORA SANTA
Canto
(Exposición del Santísimo)
ORACIÓN:
Todos: Señor, ante tu presencia amorosa, los jóvenes aquí reunidos te pedimos bendigas
nuestra juventud; di de ella palabras buenas que día a día se nos vuelvan vida.
Queremos ser jóvenes nuevos. Estrenar nuestra vida recibida de ti y por ti hecha buena.
Déjanos matar al joven viejo que vive en nosotros y que a nosotros se aferra. Déjanos
enterrarlo muy hondo, bajo tierra, y que de Ti nazca en nosotros el joven nuevo.
Danos un recto pensar y un actuar acorde.
Queremos vivir en paz, con la conciencia limpia de mancha, aceptamos las penas, nada
queremos hacer para evitarlas. Nos hiciste de lodo amasado con lágrimas divinas, llanto
divino de divinos ojos que miraban el futuro. Aceptamos las penas... danos en cambio,
fortaleza para vencerlas, danos una vida nueva cargada de amor y amistad. Concédenos
ser tus amigos y amarte también en maestros amigos.
Queremos sembrar cosas nuevas, pero danos también el consuelo de cosechar el futuro y
gozar lo sembrado. Danos el ser felices con lo que somos, sin dejar nunca el intento de
hoy, ser mejores que como fuimos el día de ayer.
Déjanos sentirnos hijos tuyos, confiados entre tus brazos y recibir el sustento. Danos,
Jesús, te lo pedimos, el sentimiento por ti, siempre llamados a vivir contentos nuestro
destino y nuestra juventud, sabiendo que al final de nuestro camino te encontramos a ti
con los brazos abiertos; danos paternal cariño. Amén
LECTOR: Algunos jóvenes luchan y vencen, otros se dejan llevar por la tristeza y viven
sumidos en la oscuridad, están enfermos del alma.
TODOS: La alegría y la juventud sólo tú la des Señor.
LECTOR: Algunos jóvenes buscan la alegría desesperadamente en fuentes falsas que sólo
producen falsa alegría, quisiera comprar alegría embotellada bajo prestigiosas etiquetas y
sólo adquieren vacío.
TODOS: La alegría y la juventud sólo tú la das Señor.
LECTOR: La alegría no se puede fingir por mucho tiempo; es un estado, una actitud de vida
permanente y responsable, una situación de ánimo; la alegría no se pierde ante la
adversidad, sino que nos ayuda a superarla.
TODOS: Danos juventud y alegría Señor Jesús.
LECTOR: Una alegría natural la encontramos en los niños, ellos no pueden estar mucho
tiempo tristes a no ser que ya estén enfermos del alma.
TODOS: Danos la alegría natural de los niños, Jesús.
LECTOR: La alegría de los niños viene de la seguridad que les da el tener en quien confiar,
viene de la capacidad de asombro ante un mundo que todavía no conocen.
TODOS: Los jóvenes queremos confiar ciegamente en ti Jesús.
LECTOR: Esa alegría de los niños viene de que mantienen abierta la puerta de la fantasía,
viene de su gozo y de su inmenso deseo de vivir.
TODOS: Los jóvenes tenemos deseos de seguir viviendo a pesar de las adversidades, por
eso queremos confiar ciegamente en ti Jesús.
LECTOR: Dios es la fuente de la alegría porque es la causa de la felicidad del hombre, sólo
en Dios podremos encontrar una alegría auténtica y fe sobre la adversidad y los fracasos
permanentes.
TODOS: Los jóvenes queremos tener un encuentro real y definitivo con Cristo porque Él es,
la causa de la felicidad del hombre.
LECTOR: La prueba más real de Dios es la alegría del hombre, se ha manifestado a través
de la historia, por medio de cada mártir y en cada auténtico cristiano que en momentos
de tribulación y a la hora de la muerte respondieron sólo con una tierna y agradable
sonrisa, esperando siempre en Dios, como único consuelo.
TODOS. Danos valentía y fortaleza en las tribulaciones; que los jóvenes no perdamos de
nuestra mente que tú eres nuestro único fin y que siempre nos esperas con los brazos
abiertos por medio de la reconciliación, aunque nuestro pecado haya sido muy grande.
LECTOR: Cuando Dios nos perdona volvemos a ser como niños recién nacidos, somos
hombres nuevos. ¡Que sensación de paz nos embarga cuando salimos del confesionario,
nos sentimos libres, limpios y alegres!.
(Pausa)
Oración.
Señor, te damos gracias por nuestra juventud, el más grande de los regalos. Tu palabra
sigue viva en muchos hombres y mujeres, entre pueblos oprimidos y hombres sin
esperanza.
Señor, queremos jóvenes que se comprometan a fondo con el hombre, hasta arriesgar su
vida y su dinero; que amen con algo más que con palabras, al hombre solo, triste y
abatido.
Señor, haznos jóvenes de tu Reino ante los descreídos poderosos y arrogantes; jóvenes de
la civilización del amor, en las calles de nuestros pueblos, en la tiendas, en las fábricas,
sobre el asfalto de nuestras ciudades, en las playas y los montes.
Jóvenes que lleven la justicia y paz a todos; en fin, Señor, que llevemos el amor más que
con palabras, con obras.
Canto
Quédate con nosotros, Señor, para alejar la justa ira de Dios de nuestras ciudades que
atraen la justicia del Cielo con nuestras densísimas nubes de vicios y crímenes.
Quédate con nosotros para guardar a los inocentes, para sostener a los tentados, para
levantar a los caídos, para subyugar el poder del demonio, para impedir el pecado.
Quédate con nosotros, Señor, para consolar a los que sufren, para bendecir a los que
yacen en el lecho del dolor, para dar contrición a los que mueren, para recibir en los
brazos de tu misericordia a las miles de almas que se presentaran ante ti esta noche para
ser juzgadas.
¡Oh buen pastor! Quédate con tus ovejas, defiéndelas de los peligros que las rodean y las
amenazan.
Pero sobre todo, quédate con los que sufren y con los agonizantes. Danos una noche
tranquila y una muerte serena. Oh Dios, se nuestro Padre misericordioso hasta los últimos
instantes de nuestra vida, para que sin temor podamos presentarnos delante de ti, para
ser juzgados. Así sea. (Canto de despedida).
Taller de
Doctrina
Social de la
Iglesia
Objetivo: Conocer la Doctrina Social de la Iglesia,
para proyectar un servicio concreto en la comunidad en
la que se desarrolla el joven pascual.
4. Levántate y anda.
Es también en comunidad como más fácilmente puede el cristiano a partir del estudio y
reflexión de la D.S.I. analizar el momento que está viviendo y comprometerse con una respuesta
de fe en la transformación del mundo.
Así llegamos aquí a una conclusión muy importante: la primera exigencia de ésta, es la
conversión personal y comunitaria.
Los principios no cambian el mundo, son los hombres los que puedan hacerlo. La sola
doctrina no resuelve nada. Hacen falta cristianos comprometidos y preparados que dejen herir su
mente y su corazón por esta palabra de vida y que estén dispuestos a poner manos a la obra no
como “llaneros solitarios” sino en grupo.
Actividades:
1.-Lee alguna de las secciones de la Encíclica Deus Charitas est, de Benedicto XVI, sobre todo la
segunda parte tiene reflexiones valiosas. Comparte con los compañeros de grupo.
Objetivo: Identifica las diferentes visiones que, a lo largo de su historia, la Iglesia ha tenido acerca
de lo que es su Misión en el Mundo.
1. La perspectiva bíblica:
La Biblia nos presenta la experiencia del pueblo de Israel, pueblo pequeño, esclavizado por los
egipcios que a lo largo de su historia va a descubrir a Dios como un Dios de libertad y de justicia.
En el Éxodo se relata la historia del pueblo israelita y como la acción salvadora de Yahvéh
fue un punto de referencia imprescindible para su vida de fe. Luego en los libros de los Profetas,
Dios se revela como un Dios preocupado por la totalidad de la existencia humana y porque se
establezcan relaciones sanas y ordenadas de convivencia.
Ya en el Nuevo Testamento, Jesús sigue esta misma perspectiva de hacer inseparables el amor
a Dios y el amor al prójimo.
2. La perspectiva de cristiandad.
Cuando la Iglesia dejó de ser minoritaria y perseguida en Europa y la religión cristiana se
convirtió en religión oficial, se presentó el fenómeno de que la Iglesia comenzó poco a poco a
envolver con su influencia todas las esferas de la vida de la sociedad. Insensiblemente, la Iglesia
fue pasando a una situación de predominio y control de la sociedad.
3. Perspectiva secularista.
Con la Revolución Francesa, vino una reacción violenta de la sociedad civil, para
emanciparse de la tutela religiosa y exigir el reconocimiento de una legítima autonomía que como
péndulo, derivó en situaciones persecutorias de la religión cristiana. Apareció así el fenómeno
laicista, anticlerical y antireligioso.
La consecuencia más importante de esta visión, para los cristianos y la sociedad, fue en
contraste con la situación de “cristiandad” en la que la iglesia dominaba todo, ahora se pasó a una
perspectiva “secularista”, en que se encerraba a la iglesia en la sacristía.
No quiere tutelar pero si quiere inspirar. No ofrece soluciones técnicas a los problemas
sociales, tampoco se arroja competencias científicas, ni autoridad para proponer proyectos
económicos pero sí se atreve a denunciar atropellos a los derechos humanos a proclamar el
sentido último de la vida y de la historia y a ofrece motivaciones para colaborar en la tarea del
desarrollo y la paz.
Actividades:
1. Indica tres pasajes del AT en que Yahvéh aparece como Dios preocupado por el bienestar
de su pueblo.
2. ¿Qué elementos hacen diferente la visión del Vaticano II sobre la misión de la Iglesia en el
mundo en comparación con la visión secularista y de cristiandad? Da algunos ejemplos de
cómo se refleja en la historia.
Objetivo: Descubre la manera como las ideologías trabajan en la sociedad y lo que la DSI opina.
1. Qué son las ideologías: un conjunto de ideas que suponen una cierta cosmovisión o
concepción del mundo.
3. Función de la ideología.
Sustentamos y nos nutrimos de alguna ideología, porque todo hombre necesita una
cosmovisión para situarse en el mundo y dar sentido a su quehacer social. Sirve a la conservación
del poder cuando presenta un esquema justificativo para legitimar el orden establecido. Sirve al
cambio social cuando ofrece un marco de razones para grupos reformistas o revolucionarios.
En este momento histórico y social existen tres ideologías que mueven al mundo:
capitalismo, colectivismo marxista y neoliberalismo.
4.1. Atención a una correcta antropología cristiana que esté más preocupada por el
hombre de carne y hueso y que es hijo de Dios y hermano nuestro.
4.2. Conviene estar atentos y abiertos a los datos de la vida social para dejarse interpelar
por ellos.
4.3. Análisis cuidadoso de los fenómenos de riqueza y pobreza y de las categorías éticas
que conlleva, en este sentido conviene distinguir el “lugar social” (en donde está mi
corazón), del “lugar geográfico” (donde están mis zapatos).
Actividades:
1. Qué es la cultura.
Entenderemos por cultura “el modo como se comporta la gente”. En este modo de
comportamiento comprende: la manera como los pueblos se relacionan con la naturaleza, con los
demás hombres y con Dios; además del conjunto de normas, de instituciones y de los valores con
los que cada pueblo organiza su vida. Dada la definición anterior, salta a la vista que
existe en el mundo una gran diversidad cultural.
4. Inculturación y Evangelio.
Un proceso de inculturación supone:
1. Revisa como desde tu propio entorno, la cultura ha cambiado a lo largo de los años, y
cómo ha incidido en la vida católica.
a) Gran confianza en Dios, que lo lleva a considerar a Jesús, al Evangelio y al Reino como los
grandes tesoros y, en consecuencia, a relativizar todo lo demás, considerándolo como
simple “añadidura”.
b) Estilo de vida “desprendido”, que no se deja esclavizar por las modas y por los lujos.
c) Preocupación por hacerse “solidario” con los pobres y con sus justas causas, y por
compartir con ellos tiempo y recursos.
mentalidad personal y colectiva tanto del pobre como del rico construir una
sociedad justa y libre, y promover la comunión con el Padre.
7. Conclusión.
Juan Pablo II, al referirse a la opción o a mor preferencial por los pobres señala que: “…es una
forma especial de primacía en el ejercicio de la caridad cristiana de la cual da testimonio toda la
tradición de la Iglesia” (Sollicitudo Rei Socialis 42).
Actividades:
1. Que es la Iglesia.
La Palabra Iglesia viene del griego “Ekklesía” que significa Asamblea. Entre
las varias aproximaciones a lo que es la Iglesia: Comunidad de los que acogen la Buena Nueva en la
fe, se reúnen en nombre de Jesús y quieren prolongar su presencia en la historia.
2.1 El mundo: Es el lugar donde viven los hombres y donde se realiza el proyecto de Dios.
2.2 El reino: Es la gran noticia que Jesús vino a anunciar. Frente al absoluto del Reino, Jesús
consideró todas las demás cosas como simples añadiduras.
2.3 La Iglesia: Es organización humano-divina guiada por el Espíritu Santo; un misterio de
comunión de Dios con el hombre, y de los hombres entre sí.
La perspectiva correcta sería la de una Iglesia inmersa en el mundo, dialogando con él,
respetando su legítima autonomía y, a la vez, criticando sus perversiones, y desde allí buscando
evangelizar, liberar y servir a la construcción del Reino.
En su última Encíclica, sobre la Misión de Cristo Redentor, Juan Pablo II señala: “Pueblos
todos, abrid las puertas a Cristo. Su Evangelio no resta nada a la libertad humana, al debido
respeto a las culturas, a cuánto hay de bueno en cada religión. Al acoger a Cristo os abrís a la
Palabra definitiva de Dios, a Aquel a quien Dios se ha dado a conocer plenamente y a quien el
mismo Dios nos ha indicado como camino para llegar hasta Él.
6. Tú eres Iglesia.
Tú desde tu metro cuadrado, desde el grupo, escuela, familia, parroquia, puedes ser Iglesia
servidora y evangelizadora. También estás llamado a amar a la Iglesia así como es, con sus
imperfecciones y grandezas, con sus luces y sombras. Ella es quebradiza y frágil al igual que tú,
porque está formada por la misma pasta humana. Pero también es santo porque nació de la
acción evangelizadora de Jesús y está guiada por el Espíritu Santo.
1.1 Ofrecimiento de la Jornada. Hay uno muy sencillo que sólo tiene siete palabras: “Todo
Jesús, por ti; todo Jesús contigo”. Si lo haces todos los días desde el fondo de tu corazón y
tratas de vivirlo con autenticidad puede ser un ejercicio peligroso. Llevándote a
compromisos exigentes.
1.2 Participación en la Eucaristía. Es el corazón y vértice de la vida cristiana. En ella tenemos la
oportunidad de alimentarnos del Pan de la Palabra, de comulgar el Cuerpo del Señor y de
entrar en comunión de fe con nuestra pequeña comunidad local y con los cristianos del
mundo entero.
1.3 La Revisión de la Jornada. Al caer la noche puedes dedicar cinco minutos a hacer un repaso
de tu día de acuerdo: Oración para pedir la luz del Espíritu que te ilumine y te ayude a
apreciar mejor las llamadas que te hizo a lo largo del día; examen, respondiendo a la
pregunta ¿A qué me ha llamado el Señor en el día de hoy y cómo le he respondido?; pesar
y gratitud, recorre el día como has experimentado la presencia de Jesús, a través de los
diferentes encuentros y situaciones vividas; proyección para el futuro, a partir de lo
aprendido en el día, ¿Qué podrás hacer junto con el Señor y con tus hermanos?
Las prácticas mencionadas anteriormente, pueden ser un auxilio poderoso para asegurar
“la fidelidad” a este compromiso. La fidelidad supone: saber acoger, saber escuchar, saber
responder y saber perseverar.
Objetivo: Dar pistas para concretar el compromiso social cristiano a nivel juvenil.
Acciones
Evasión - Para no ser “farol de la calle y oscuridad de la casa”
- Para seguir la tradición “familia cerrada”, “bastante tengo con mi familia”
- Como toda “la gente normal”
- Nadie está obligado
-No tengo tiempo
-Eso le toca al gobierno
-Acciones no significativas
Semicompromiso - Actividades asistenciales que “alivian” la miseria. Obras aisladas de
promoción individual. Resultados inmediatos y visibles que dejan
intacto el fondo del problema.
- Actividades reformistas que “enderezan” alguna rama del árbol
torcido sin tocar sus raíces
- Se trabaja “para el pueblo”, pero no “con el pueblo”
Compromiso - Trabajar a largo plazo
estructural - Compromiso estructural en línea de efectivo cambio social
- Articular su acción con otras que busquen los mismos fines
- Llegar al nivel político (en sentido amplio o partidario)
- Entrar en la dinámica reflexión-acción siempre abierto a la realidad
- Trabajar sobre las causas generadoras del problema.
3. Mi metro cuadrado.
Demos un paso más. ¿Por dónde empezar?
3.1 Formarte en el estudio. Lectura del periódico con espíritu crítico, hacer un programa serio
de lecturas de profundización, con la ayuda de un asesor sobre temas de la DSI o de
alguna disciplina social.
3.2 Comprometerte en la acción: Existen acciones “puerta” que nos permiten asomarnos a la
problemática del pueblo pobre dentro de una dinámica de saber compartir. Ejemplos de
acciones puerta son: celebración de alguna posada en una zona marginada, catecismo
sabatino, organización de un bazar, realización de una misión en un barrio pobre, grupos
de educación para adultos. Acciones con tono asistencial, pero no por ello dejan de ser
provechosas, humanizantes y formativas. Quién vive estas acciones, pasa por algunas
etapas:
México y América Latina son regiones mayoritariamente jóvenes. Si partimos del principio
de que la juventud será evangelizada esencialmente por la juventud, y si aceptamos que la DSI es
el elemento constitutivo de la evangelización tendremos que concluir que a los jóvenes les toca
una responsabilidad importante para conseguir que la DSI sea conocida y difundida.
Por estas razones los Obispos en Puebla declararon: “La iglesia ve en la juventud una
enorme fuerza renovadora” (1178)… “Un verdadero potencial para el presente y futuro de la
evangelización” (1186).
3. El grupo juvenil.
Un espacio particularmente propicio para vivir la juventud como tiempo de
descubrimiento, de ideales y de opresiones.
Para que un grupo nazca, crezca, madure y se proyecte, requiere de algunos factores: un
objetivo común suficientemente asumido por cada miembro, nivel de integración e
intercomunicación aceptables, una dinámica sana de funcionamiento grupal.
La formación de los grupos juveniles es esencial, como uno de los pilares fundamentales,
que puede darse a través de: dinámicas, proyectos de grupos, trabajo por equipos, convivencia,
estudio, lectura, reflexión.
Estos espacios de formación suelen ser menos gratificantes que los de acción, porque la
formación es laboriosa, pero necesaria para superar el agotamiento y esterilidad. Por ello, tres
principios orientadores de todo programa formativo que no deben faltar: integralidad,
progresividad y personalización.
Una buena formación considera las áreas: formación humana, cristiana con
orientación vocacional, área de proyección y liderazgo social.
4. Acción.
El cristianismo es misión. De aquí nace la necesidad de comprometerse en la acción. Pero para que
ésta sea fecunda requiere de:
Esta última opción le abre perspectivas más amplias, le permite salir de la “burbuja”,
forma la conciencia social y prepara al futuro líder comunitario.
Objetivo: Valorar la acción caritativa de la Iglesia y las cualidades que deben poseer quienes se
entreguen a ejercer esta labor.
Así surge precisamente la originalidad del amor cristiano, que Benedicto XVI resume
magistralmente:
“Amor a Dios y amor al prójimo son inseparables, son un único mandamiento. Pero ambos viven
del amor de Dios, que nos ha amado primero. Así pues, no se trata ya de un mandamiento externo
que nos impone lo imposible, sino de una experiencia de amor nacida desde dentro, un amor que
por su propia naturaleza ha de ser ulteriormente comunicado a otros” (DCE 18).
Estas verdades de fe han llevado a Benedicto XVI a proclamar con relación al vínculo que
se da entre amor a Dios y amor al prójimo, algo muy comprometedor: “Ambos están tan
estrechamente entrelazados que la afirmación de amar a Dios es en realidad una mentira si el
hombre se cierra al prójimo o incluso lo odia. El amor al prójimo es un camino para encontrar
también a Dios, y cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también ciegos ante Dios” (DCE 16).
1.- ¿Te sientes invitado a enrolarte a alguna de estas asociaciones humanitarias y proyectos como
voluntario que se compromete y cree que “otro mundo es posible”?.
Evaluaciones
para revisar el
caminar del
Grupo
Objetivo: Revisar el caminar del grupo a través de dos
dinámicas de evaluación, para conocer aciertos y errores
en el transcurso del proceso.
Objetivo:
Evaluar el proceso del grupo, situándose en el rendimiento individual dentro del
grupo.
Material:
-Termómetros dibujados en hojas blancas.
-Bolígrafos.
Procedimiento:
1. El coordinador reparte una hoja, en la cual tiene dibujado un termómetro.
2. Cada persona tendrá que numerarlo del 10 al 100.
3. Cada integrante se valorará, en relación a la escala producida.
4. Anotar el por qué en esa escala.
Comentar en plenaria, qué pareció actividad, qué ha gustado, qué no ha gustado, qué se
podría mejorar, etc...
Objetivo:
Valorar aprendizajes e interacción de los miembros del grupo.
Material:
-Diana.
-Post-tit (Hojas con pegamento por detrás).
-Bolígrafos.
Procedimiento:
-El coordinador dibuja una diana en el suelo, y al alcance de los integrantes del grupo deja
post-tit.
-Se propone un tema inicial de aprendizaje, (por ejemplo: “qué ha sido lo que más me ha
ayudado en el curso”).
-Los integrantes comenzarán a valorar esos aprendizajes.
-Se escribimos en los post-tit y seguidamente, se comentan en plenaria.
-Los que hayan resultado más importantes se pondrán más cerca de la diana o más lejos,
depende de la valoración de cada uno de los integrantes.
-Se puede continuar con más temas de interés para evaluar por parte del coordinador.
-Se termina con comentarios en plenaria, comentando lo sucedido y los sentimientos que
se han tenido durante la actividad.
Índice:
1.- Introducción-------------------------------------------------------------------------------------
27 Segundo Retiro
grupal
28 Taller de DSI
29 Tema de formación La personalidad de Jesús
30 Taller de Liturgia El triduo pascual y la cincuentena
pascual (Introducción)
31 Hora Santa Esquema 4: Acto de fe y adoración
32 Taller de DSI
33 Tema de formación Jesús hombre verdadero
34 Taller de Liturgia Triduo pascual y cincuentena pascual
35 Segunda Evaluación Dinámica 2: “La diana”
grupal
36 Taller de DSI
37 Tema de formación Al servicio del Reino: La práctica
liberadora de Jesús
38 Taller de Liturgia La función de los laicos en la liturgia
39 Hora Santa Esquema 5: Petición Espíritu Santo
40 Taller de DSI