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En todos los manuscritos de los distintos pueblos se dice que desde los tiempos
más remotos los indígenas practicaron la música y el baile, dándoles a estas
expresiones mucha importancia como un tipo de rituales o sacrificios con los que
pretendían adorar a sus dioses. Las fuentes que se tienen de los indígenas no nos
ayudan mucho a reconstruir antiguas danzas. Nos tenemos que apoyar en las
referencias de los primeros misioneros y cronistas, únicos historiadores de aquella
época en este país, y en las danzas de los indígenas contemporáneos.
Se les daba mucha importancia a las danzas como parte de lo que era el culto,
porque eran como plegarias y rituales mágicos. Nada era tan importante para los
mexicanos como aquellas danzas, aquellos cantos o aquellos movimientos,
porque con ellos aseguraban el regreso de las lluvias, las buenas cosechas, el
hecho de que el sol saliera todos los días, el que tuvieran su alimento todos los
días, etc. Existían muy duras y feroces con las fiestas más poéticas con honor a
las flores y a varios tipos de dioses.
Los instrumentos más utilizados por los antiguos hombres eran de dos clases
distintas: los de viento y los de percusión; seguramente los primeros instrumentos
en utilizarse fueron los de percusión. El huehuetl, era un cilindro hueco parado
verticalmente cuya parte superior estaba cubierta por una piel estirado lista para
producir un sonido sonoro como el de un tambor que era tocado con las palmas de
las manos. Los aztecas siempre distinguían el sonido del huehuetl que les avisaba
que la danza iba a comenzar, había otros instrumentos que se escuchaban tan
fuerte que la gente los oía hasta a ocho o doce kilómetros de distancia y desde lo
alto de las montañas se escuchaba la alarma y grito de guerra y exterminio de la
ciudad imperial. Que sembraban el pavor entre sus pueblos vecinos.
El llamado a la fiesta popular la daban el sonido de los huehuetls, a los que se les
unían otro tipo de instrumentos que tenían decoraciones que representaban
figuras humanas o animales, que se colocaban horizontalmente para golpearlos
con los bolillos forrados de ulli, sobre dos lengüetas abiertas en la parte superior
del instrumento, con ranuras angostas. Ya cuando llegaban al lugar de la fiesta de
dejaban oír todos los instrumentos y toda la gente comenzaba a bailar y hacer
toda clase de danzas. Desafortunadamente, de la música producida por tanta
variedad de instrumentos no existe ningún registro ni alguna forma de anotación
que nos permita conocerla, aunque es muy seguro que miles de melodías que
perduran en las ceremonias y danzas indígenas de la actualidad tienen su origen
en los antiguos cantos himnos y bailes que hoy se ejecutan.
Pero algo que si podemos tener muy en claro es que la música y la danza desde
siempre han existido tan solo que con el paso del tiempo se ha innovado.