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ACCIDENTE CEREBROVASCULAR

Un accidente cerebrovascular ocurre cuando se interrumpe o se reduce el


suministro de sangre que va a una parte del cerebro, lo que impide que el tejido
cerebral reciba oxígeno y nutrientes. En cuestión de minutos, las neuronas
cerebrales empiezan a morir.

Un accidente cerebrovascular es una urgencia médica. Es fundamental un


tratamiento inmediato. La acción temprana puede reducir al mínimo el daño
cerebral y la posibilidad de complicaciones.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) se entiende por


accidente cerebro vascular (ACV) “un síndrome clínico de desarrollo rápido
debido a una perturbación focal de la función cerebral de origen vascular y de
más de 24 horas de duración”.

Se clasifican en dos tipos: accidente cerebrovascular isquémico y hemorrágico.

ACV ISQUÉMICO:

Consiste en la perdida súbita de la función como consecuencia de la interrupción


de la irrigación sanguínea en una región del cerebro

El accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando un vaso sanguíneo que


irriga sangre al cerebro resulta bloqueado por un coágulo de sangre.

Clasificación Accidente Cerebrovascular Isquémico:

 Accidente cerebrovascular trombótico. Es el tipo más común, y se


produce cuando un coágulo sanguíneo (denominado «trombo») obstruye
el flujo de sangre a ciertas partes del cerebro. El trombo puede formarse
en una arteria afectada por aterosclerosis.
 Accidente cerebrovascular embólico. Es causado por un coágulo
sanguíneo que se origina en otro lugar del organismo, generalmente el
corazón, y viaja por la sangre hasta el cerebro, desprendiéndose un
fragmento de un coágulo (lo que se denomina «émbolo» el cual es
transportado por la corriente sanguínea hasta el cerebro.
Causas de accidente cerebrovascular isquémico

Un accidente cerebrovascular isquémico suele ser resultado de la obstrucción


de una arteria que irriga el cerebro, por lo general una rama de una de las
arterias carótidas internas.

Irrigación cerebral

La sangre irriga el cerebro a través de dos pares de grandes arterias:

 Las arterias carótidas internas, que transportan la sangre desde el


corazón a lo largo de la parte anterior del cuello
 Las arterias vertebrales, que transportan la sangre desde el corazón a lo
largo de la parte posterior del cuello

En el cráneo, las arterias vertebrales se unen para formar la arteria basilar (en
la parte posterior de la cabeza). Las arterias carótidas internas y la arteria
basilar se dividen en varias ramas, entre las que se encuentra la arteria
cerebral. Algunas de estas ramas arteriales se unen a su vez para formar un
polígono (el polígono de Willis) que conecta las arterias vertebrales y las
arterias carótidas internas. Desde el polígono de Willis emergen otras arterias
como si se tratara de los caminos que salen de una rotonda. Estas ramas
transportan la sangre a todas las zonas del cerebro.

Cuando las grandes arterias que irrigan el cerebro se obstruyen, algunas


personas no presentan síntomas o sufren solo un pequeño accidente
cerebrovascular. Pero otras personas con el mismo tipo de obstrucción arterial
sufren en cambio un accidente cerebrovascular isquémico masivo. ¿Por qué?
Parte de la explicación se encuentra en las arterias colaterales. Las arterias
colaterales discurren entre otras arterias y proporcionan conexiones
adicionales. Estas arterias incluyen el polígono de Willis y las conexiones entre
las arterias que se ramifican desde el polígono. Algunas personas nacen con
arterias colaterales grandes, que pueden protegerlas de los accidentes
cerebrovasculares. En estos casos, cuando una arteria se bloquea, el flujo
sanguíneo continúa a través de una arteria colateral, lo que impide que se
produzca el accidente cerebrovascular. Otras personas, en cambio, nacen con
arterias colaterales pequeñas. Estas arterias pueden ser incapaces de
transportar suficiente sangre a la zona afectada, por lo que se produce un
accidente cerebrovascular.

Frecuentemente, las obstrucciones son debidas a coágulos de sangre


(trombos) o fragmentos de depósitos grasos (ateromas o placas)
por ateroesclerosis. Tales obstrucciones suelen ocurrir del siguiente modo:

 Por una formación interna de la arteria, que acaba por obstruirla: si


un ateroma en la pared interna de una arteria sigue acumulando material
graso, puede hacerse lo bastante grande para obstruirla. Incluso si la
arteria no está bloqueada por completo, el ateroma estrecha la arteria y
disminuye el flujo sanguíneo a través de esta, de la misma manera que
una tubería atascada reduce la velocidad del flujo del agua. La
circulación lenta de la sangre la hace más propensa a coagularse. Un
coágulo grande puede obstruir de tal modo el flujo sanguíneo a través
de una arteria estrechada que puede causar la muerte de las neuronas
irrigadas por dicha arteria. O, si un ateroma se divide (rotura), el material
existente en su interior puede desencadenar la formación de un coágulo
de sangre que puede bloquear la arteria.
 Desplazándose desde otra arteria hacia una arteria del
cerebro: puede desprenderse un fragmento de un ateroma o un coágulo
de la pared de una arteria y viajar por el torrente sanguíneo (convertido
en un émbolo), alojarse en una arteria que irriga el cerebro y obstruir el
flujo sanguíneo. (La palabra embolia se refiere a la obstrucción de las
arterias por los materiales que viajan por el torrente sanguíneo hacia
otras partes del cuerpo.) Dichas obstrucciones ocurren con mayor
probabilidad en los lugares donde las arterias ya se encuentran
estrechadas por la presencia de depósitos grasos.
 Desplazándose desde el corazón hasta el cerebro: los coágulos de
sangre pueden formarse en el corazón o en una válvula del corazón, en
particular en válvulas artificiales y válvulas que han sido dañadas por
una infección del revestimiento del corazón (endocarditis). Los
accidentes cerebrovasculares debidos a estos coágulos de sangre son
más frecuentes entre las personas que han sido sometidas
recientemente a una intervención quirúrgica del corazón, entre las que
han sufrido un ataque cardíaco o entre las que sufren una valvulopatía
o un ritmo cardíaco irregular (arritmia), en especial un ritmo cardíaco
rápido e irregular denominado fibrilación auricular.

Cuando una arteria que lleva sangre al cerebro se obstruye, se produce un


accidente cerebrovascular isquémico. Las arterias pueden estar obstruidas por
depósitos de grasa (ateromas o placas ateromatosas) debidos a ateroesclerosis.
Las arterias del cuello, en particular las arterias carótidas internas, son un lugar
frecuente de formación de ateromas.

Las arterias también pueden atascarse por un coágulo sanguíneo (trombo). Los
coágulos de sangre se forman en un ateroma de una arteria y también en el
corazón de las personas que sufren una enfermedad cardíaca. Parte de un
coágulo se puede desprender y viajar a través del torrente sanguíneo (convertido
en un émbolo). En este caso puede obstruir alguna de las arterias que irrigan el
cerebro, como una de las arterias cerebrales.

Existen diversas afecciones, además de la rotura de un ateroma, que


desencadenan o favorecen la formación de coágulos de sangre, aumentando
así el riesgo de obstrucción por un coágulo. Incluyen los siguientes:
 Trastornos de la sangre: ciertos trastornos, como un exceso de glóbulos
rojos (policitemia), el síndrome antifosfolipídico y un alto nivel de
homocisteína en la sangre (hiperhomocisteinemia), aumentan la
propensión de la sangre a coagularse. En los niños, la enfermedad de
células falciformes puede causar un accidente cerebrovascular
isquémico.
 Anticonceptivos orales: tomar anticonceptivos orales, particularmente
los que contienen una dosis alta de estrógenos, aumenta el riesgo de
formación de coágulos de sangre.

Los principales factores de riesgo modificables para el accidente


cerebrovascular isquémico son:

 Niveles altos de colesterol


 Hipertensión arterial
 Diabetes
 Resistencia a la insulina (una respuesta inadecuada a la insulina), que
sucede en la diabetes tipo 2
 Consumo de cigarrillos
 La obesidad, particularmente si el exceso de peso se localiza alrededor
del abdomen
 Consumo excesivo de alcohol
 Falta de actividad física
 Una dieta poco saludable (como por ejemplo una dieta rica
en grasas saturadas, grasas trans y calorías)
 Depresión u otras causas de estrés mental
 Trastornos cardíacos (como un infarto de miocardio o una arritmia
llamada fibrilación auricular) que aumentan el riesgo de que se formen
coágulos sanguíneos en el corazón, se rompan y viajen a través de los
vasos sanguíneos en forma de émbolos
 Endocarditis infecciosa (infección del revestimiento interno del corazón
que suele afectar las válvulas cardíacas)
 Consumo de cocaína o anfetaminas
 Inflamación de los vasos sanguíneos (vasculitis)
 Trastornos de la coagulación que dan lugar a una coagulación excesiva
Los factores de riesgo no modificables son
 Haber sufrido un accidente cerebrovascular previo

 Ser una persona mayor


 Tener familiares que han sufrido un accidente cerebrovascular
Síntomas

Por lo general, los síntomas de un accidente cerebrovascular isquémico se


producen repentinamente y se agravan de forma considerable a los pocos
minutos. La mayoría de los accidentes cerebrovasculares isquémicos
comienzan de forma repentina, evolucionan rápidamente y causan la muerte
de tejido cerebral en minutos u horas. Después, la mayoría se estabilizan, de
manera que causan pocas lesiones adicionales o ninguna. Los accidentes
cerebrovasculares que permanecen estables durante 2 o 3 días se denominan
infartos cerebrales. La obstrucción súbita por un émbolo es la causa más
probable de este tipo de accidente cerebrovascular.

Los accidentes cerebrovasculares causados por un émbolo ocurren a menudo


durante el día, y el primer síntoma puede ser un dolor de cabeza. Los
accidentes cerebrovasculares causados por un coágulo de sangre en una
arteria estrechada ocurren a menudo durante la noche y la persona afectada
se da cuenta por primera vez cuando se despierta.

Se manifiestan, según los casos, otros muchos síntomas, dependiendo de la


arteria bloqueada y en consecuencia de qué parte del cerebro está desprovista
de sangre y oxígeno.

 Entumecimiento o debilidad repentina de la cara, brazo o pierna


(especialmente en un lado del cuerpo)

 Confusión repentina, dificultad para hablar o entender el lenguaje

 Dificultad repentina para ver con uno o ambos ojos

 Problemas para caminar repentino, mareos, pérdida de equilibrio o


coordinación

 Dolor de cabeza severo repentino sin causa conocida


 Trastornos de la percepción

 Perdida sensitiva

 Difusión cognitiva y efectos psicológicos.

DIAGNÓSTICO

Pruebas de diagnóstico por imagen

 Tomografía computarizada. Es una técnica radiográfica que utiliza una


computadora para crear imágenes de planos (o cortes) transversales del
cerebro. La tomografía computarizada (TC) puede mostrar si el paciente
ha tenido un accidente cerebrovascular e identificar de qué tipo:
isquémico (debido a una obstrucción) o hemorrágico (debido a sangrado).
 Resonancia magnética. Es un estudio de diagnóstico por imagen en el
que un campo magnético produce un cambio en el comportamiento de las
células del cerebro. Las células reaccionan al campo de energía en forma
de señales de radiofrecuencia. Una computadora lee las señales y las
convierte en una imagen sumamente precisa del cerebro. La resonancia
magnética puede revelar la presencia, la ubicación y el tamaño de un
aneurisma o de una malformación en las arterias y venas que pueda
causar un accidente cerebrovascular hemorrágico.

Diagnóstico veloz con resonancia magnética ultrarrápida

 La resonancia magnética tradicional requiere aproximadamente 30


minutos. Una nueva técnica ultrarrápida, en la que el desplazamiento
químico es mucho mayor y los campos magnéticos son más potentes,
permite obtener una imagen del cerebro en 15 minutos o menos. Este
método más rápido de diagnosticar el accidente cerebrovascular podría
tener un efecto importante en el tratamiento de los pacientes. Con esta
técnica se puede evitar la angiografía (un estudio que permite ver el
interior de los vasos sanguíneos) en pacientes que no la necesitan. Esto
es importante porque los pacientes pueden recibir más rápidamente
trombolíticos (medicamentos que disuelven los coágulos), lo cual puede
prevenir complicaciones a largo plazo, como debilidad muscular y
parálisis. Los médicos deben administrar los trombolíticos dentro de las
tres horas siguientes a la aparición de los síntomas del accidente
cerebrovascular.
 Angiografía. Es una técnica radiográfica que consiste en inyectar un
medio de contraste para estudiar la circulación de la sangre. Puede
mostrar vasos sanguíneos obstruidos y zonas del cerebro que han estado
privadas de sangre.

Medidas de actividad eléctrica

 Electroencefalograma (EEG). Proporciona un registro de los impulsos


eléctricos que se generan en el cerebro. Se colocan sobre el cuero
cabelludo pequeños discos de metal denominados «electrodos». Los
electrodos captan la actividad eléctrica del cerebro en forma de impulsos,
los cuales se registran en papel. La intensidad, la duración, la frecuencia
y la ubicación de los impulsos suministran mucha información sobre el
funcionamiento cerebral.

Estudio de potenciales evocados. Mide la capacidad del cerebro para


procesar y reaccionar a los estímulos sensoriales del medio ambiente. Por
ejemplo, si se pasa rápidamente una luz o un dibujo de cuadros delante
de los ojos, se evocará una respuesta visual. Producir un sonido en el
oído provocará una respuesta auditiva. La estimulación eléctrica de un
nervio del brazo o de la pierna provocará una respuesta corporal. Las
respuestas pueden indicarle al médico si hay zonas anómalas en el
cerebro.

Estudios del flujo sanguíneo

 Ultrasonografía Doppler. Este estudio emplea ondas sonoras para


estudiar el flujo sanguíneo de las arterias carótidas. Las carótidas son las
arterias del cuello que llevan sangre al cerebro. Las ondas sonoras se
emiten por medio de un aparato denominado «transductor». Cuando se
coloca el transductor sobre la arteria carótida, las ondas sonoras
atraviesan el cuello y rebotan en las células sanguíneas en movimiento,
volviendo al transductor en forma de ecos. Estos ecos se convierten en
una imagen que puede observarse en una pantalla de televisión. Los
cambios de frecuencia están relacionados con la velocidad de las células
sanguíneas, la cual, a su vez, depende del flujo sanguíneo. Estos cambios
podrían indicar un estrechamiento u obstrucción de la arteria carótida.

Las imágenes ultrasonográficas también pueden emplearse para


determinar el grosor de las paredes de las arterias carótidas, lo cual puede
servir para predecir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en
personas mayores, según un informe publicado en el New England
Journal of Medicine. Los investigadores del Instituto Nacional del
Corazón, los Pulmones y la Sangre de los Estados Unidos descubrieron
que las personas mayores corren más riesgo de sufrir un ataque al
corazón o un accidente cerebrovascular si la ultrasonografía indica un
engrosamiento de las arterias carótidas. En el futuro, el uso de la
ultrasonografía podría darles a los médicos la oportunidad de brindarle al
paciente tratamiento intensivo más rápidamente.

 Fonoangiografía carotídea. En este estudio se coloca sobre el cuello un


micrófono sensible para registrar el sonido del flujo de sangre por la arteria
carótida. Cuando la sangre pasa por una arteria normal, lo hace de
manera uniforme. Sin embargo, si hay una obstrucción, el flujo sanguíneo
provoca un sonido áspero y turbulento. Esta turbulencia se denomina
soplo. El soplo indica que hay una obstrucción en la arteria carótida.

TRATAMIENTO

 Medidas para apoyar las funciones vitales, como la respiración


 Fármacos para descomponer los coágulos de sangre o hacer que la
sangre no se coagule
 A veces, cirugía o angioplastia con un stent
 Medidas para controlar la dificultad para tragar y así prevenir la
neumonía por aspiración
 Medidas para prevenir los coágulos de sangre en las piernas
 Rehabilitación

Fármacos trombolíticos (fibrinolíticos)


En determinadas circunstancias, se administra por vía intravenosa un fármaco
llamado activador tisular del plasminógeno (tissue plasminogen activator, tPA)
para disolver los coágulos y ayudar a restablecer el flujo sanguíneo al cerebro.
Dado que el activador tisular del plasminógeno (tPA) puede causar
hemorragias en el cerebro y en otros lugares, por lo general no debe
administrarse a las personas afectadas por ciertos trastornos, como en los
casos siguientes:

 La existencia de un accidente cerebrovascular hemorrágico anterior, una


dilatación (aneurisma) en una arteria del cerebro, otras anomalías
estructurales en el cerebro o un tumor cerebral
 Hemorragia intracerebral detectada mediante TC
 Sospecha de accidente cerebrovascular hemorrágico, incluso si la TC no
detecta pruebas de su presencia
 Propensión hemorrágica
 Hemorragia reciente en el sistema gastrointestinal o las vías urinarias
 Un accidente cerebrovascular o un traumatismo craneoencefálico
recientes (en los últimos 3 meses)
 Nivel muy alto o muy bajo de glucosa en sangre
 Una infección cardíaca (como una endocarditis bacteriana)
 Una punción lumbar realizada en los últimos 7 días
 Inserción de una aguja en una arteria en los últimos 7 días si la arteria
no se puede comprimir lo necesario para controlar el sangrado
 Si se está tomando un anticoagulante (como la warfarina o la heparina),
dependiendo de la severidad de la afectación de la coagulación
 Accidente cerebrovascular isquémico importante
 Presión arterial que se mantiene alta después del tratamiento con un
antihipertensor

Antes de prescribir el activador tisular del plasminógeno (tPA), se realiza una


tomografía computarizada para descartar una hemorragia cerebral. Para ser
eficaz y seguro, el activador tisular del plasminógeno, administrado por vía
intravenosa, debe iniciarse dentro de las 3 horas posteriores al comienzo de un
accidente cerebrovascular isquémico. Algunos expertos recomiendan el uso del
activador tisular del plasminógeno hasta 4,5 horas después del inicio de un
accidente cerebrovascular isquémico. Pero cuando el activador tisular del
plasminógeno se administra entre 3 y 4,5 horas, otras circunstancias
adicionales contraindican su uso. Estas circunstancias incluyen

 Tener más de 80 años de edad


 Tomar un anticoagulante (con independencia de su efecto sobre la
coagulación)
 Sufrir un accidente cerebrovascular grave
 Tener antecedentes de algún accidente cerebrovascular y diabetes
mellitus
Pasadas 4,5 horas, la mayor parte del daño cerebral es irreversible y el riesgo
de hemorragia es mayor que el posible beneficio derivado de la utilización de
tPA.

Trombectomía mecánica

En la trombectomía mecánica, los médicos utilizan un dispositivo para retirar


físicamente el coágulo de sangre. Este procedimiento a menudo se lleva a cabo
cuando el sujeto ha tenido un accidente cerebrovascular grave y ha sido tratado
de forma ineficaz con activador tisular del plasminógeno, ya sea por vía
intravenosa o mediante catéter. Este procedimiento debe hacerse dentro de las
primeras 6 horas desde inicio de los síntomas.

Pueden utilizarse distintos tipos de dispositivos. Por ejemplo, puede utilizarse


un dispositivo recuperador de endoprótesis (denominado "stent retriever"). Se
asemeja a una pequeña jaula de alambre. Se puede unir a un catéter, que se
introduce a través de una incisión, a menudo realizada en la ingle, y se enrosca
en el coágulo. La jaula se abre y luego se cierra alrededor del coágulo, que se
extrae a través de un catéter más grande.

Fármacos antiagregantes plaquetarios y anticoagulantes

Si no es posible utilizar un trombolítico, en la mayoría de estos casos se


administra aspirina (ácido acetilsalicílico, un fármaco antiagregante
plaquetario) tan pronto como la persona ingresa en el hospital. Los
antiagregantes plaquetarios hacen menos probable que las plaquetas se
agrupen y formen coágulos. (Las plaquetas son unas pequeñas partículas
parecidas a células que se encuentran en la sangre y que ayudan a coagularla
en respuesta a la lesión de los vasos sanguíneos.)

Si se ha prescrito un trombolítico, los médicos suelen esperar al menos 24


horas antes de comenzar con los antiagregantes plaquetarios o
anticoagulantes, ya que estos medicamentos aumentan el riesgo ya existente
de hemorragia cerebral. Los anticoagulantes no se prescriben a pacientes con
hipertensión arterial no controlada o que han sufrido un accidente
cerebrovascular hemorrágico (derrame cerebral o ictus hemorrágico).

El tratamiento a largo plazo del accidente cerebrovascular suele consistir en


aspirina (ácido acetilsalicílico) u otro fármaco antiagregante plaquetario para
reducir el riesgo de coágulos de sangre y, por lo tanto, de accidentes
cerebrovasculares subsiguientes. Se administra clopidogrel (otro antiagregante
plaquetario) en lugar de aspirina (ácido acetilsalicílico) si la persona afectada
es alérgica a la aspirina. A las personas que han sufrido un accidente
cerebrovascular menor se les puede administrar clopidogrel más aspirina
(ácido acetilsalicílico). Esta combinación, administrada dentro de las 24 horas
posteriores al inicio de los síntomas, puede ser más eficaz que la aspirina
(ácido acetilsalicílico) sola para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular,
pero solo durante los primeros 3 meses posteriores al accidente
cerebrovascular.

A los pacientes con fibrilación auricular o una valvulopatía, se les administran


anticoagulantes (como warfarina) en lugar de antiagregantes plaquetarios, que
no parecen evitar la formación de coágulos en el corazón. En algunos casos, a
las personas con alto riesgo de tener otro accidente cerebrovascular se les
administran ambos fármacos, aspirina (ácido acetilsalicílico) y un
anticoagulante.

Cirugía

Una vez cursado el accidente cerebrovascular isquémico, se procede a la


extirpación quirúrgica de los depósitos de grasa (ateromas o placas) debidos a
ateroesclerosis o coágulos en una arteria carótida interna (ver figura Irrigación
cerebral). Este procedimiento, denominado endoarterectomía carotídea puede
ser útil si se dan todas las características siguientes:

 La causa del accidente cerebrovascular fue un estrechamiento de más


del 70% en una arteria carótida (de más del 60% en personas que han
sufrido de forma repetida ataques isquémicos transitorios).
 Algún tejido cerebral irrigado por la arteria afectada todavía funciona
después del accidente cerebrovascular.
 La esperanza de vida de los pacientes es por lo menos de 5 años.

Prótesis intravasculares

Si la endoarterectomía es demasiado arriesgada, se practica un procedimiento


menos invasivo: se puede utilizar un catéter para colocar un tubo de malla de
alambre (stent) con un filtro de paraguas en la punta en la arteria carótida
parcialmente obstruida. Cuando el stent está en su sitio, se expande para ayudar
a mantener la arteria abierta. El filtro atrapa cualquier residuo que pueda
desprenderse durante el procedimiento. El filtro se retira una vez que el stent
está en su lugar.

Bajo anestesia local, se inserta un catéter a través de una pequeña incisión en


una arteria grande cerca de la ingle o en el brazo y se empuja hasta la arteria
carótida interna del cuello. Se inyecta una sustancia que se visualiza en la
radiografía (agente de contraste radiopaco) y se realizan radiografias para poder
localizar el área estrechada. Una vez colocado el stent, se retiran el filtro y el
catéter. La persona se mantiene despierta durante la intervención, que dura
generalmente de 1 a 2 horas.

Esta técnica parece ser tan segura como la endoarterectomía y es igual de


efectiva en la prevención de accidentes cerebrovasculares y la muerte.

Estatinas

Las estatinas son fármacos que disminuyen los niveles de colesterol y otras
grasas (lípidos). A menudo se administran cuando el accidente cerebrovascular
es el resultado de la acumulación de depósitos grasos en una arteria. Dicha
terapia puede evitar que los accidentes cerebrovasculares se repitan.

Prevención
Muchas estrategias de prevención de accidentes cerebrovasculares son las
mismas que las de prevención de enfermedades cardíacas. En general, las
recomendaciones para un estilo de vida saludable son las siguientes:

 Controlar la presión arterial alta (hipertensión). Esta es una de las cosas


más importantes que puedes hacer para reducir el riesgo de tener un
accidente cerebrovascular. Si has tenido un accidente cerebrovascular,
reducir la presión arterial puede ayudarte a prevenir un accidente isquémico
transitorio o un accidente cerebrovascular posterior.

Hacer ejercicio, controlar el estrés, mantener un peso saludable y limitar la


cantidad de sodio y alcohol que consumes son todas maneras de mantener
la presión arterial alta bajo control. Además de recomendar cambios en el
estilo de vida, el médico puede recetar medicamentos para tratar la presión
arterial alta.

 Reducir la cantidad de colesterol y grasas saturadas de tu


dieta. Consumir menos colesterol y grasa, especialmente grasas saturadas
y grasas trans, puede ayudar a reducir la placa en las arterias. Si no puedes
controlar el colesterol solo por medio de cambios en la dieta, el médico
puede recetarte una medicación para reducir el colesterol.

 Dejar de fumar tabaco. Fumar eleva el riesgo de sufrir accidentes


cerebrovasculares para fumadores y fumadores pasivos. Dejar de fumar
tabaco reduce el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares.

 Controlar la diabetes. Puedes controlar la diabetes con dieta, ejercicio,


control de peso y medicamentos.

 Mantener un peso saludable. Tener obesidad se suma a otros factores de


riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, como presión arterial alta,
enfermedades cardiovasculares y diabetes. Adelgazar al menos 10 libras
(4,5 kg) puede reducir la presión arterial y mejorar los niveles de colesterol.

 Llevar una dieta rica en frutas y vegetales. Una dieta con cinco o más
porciones diarias de frutas o vegetales puede reducir el riesgo de sufrir
accidentes cerebrovasculares. Puede ser útil seguir la dieta mediterránea,
que pone énfasis en el aceite de oliva, las frutas, los frutos secos, los
vegetales y los cereales integrales.

 Hacer ejercicio en forma regular. Los ejercicios aeróbicos o


cardiovasculares reducen el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares
de muchas maneras. El ejercicio puede reducir la presión arterial, aumentar
el nivel de colesterol de lipoproteínas de alta densidad, y mejorar la salud
general de los vasos sanguíneos y el corazón. También ayuda a adelgazar,
controlar la diabetes y reducir el estrés. Haz gradualmente hasta 30 minutos
de actividad (como caminar, trotar, nadar o andar en bicicleta) la mayoría
de los días de la semana (si es que no puedes todos).

 Beber alcohol con moderación, o no hacerlo. El alcohol puede ser tanto


un factor de riesgo como una medida de protección para los accidentes
cerebrovasculares. El consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de
tener presión arterial alta, accidentes cerebrovasculares isquémicos y
accidentes cerebrovasculares hemorrágicos. Sin embargo, beber una
cantidad entre pequeña y moderada de alcohol, como una bebida por día,
puede ayudar a prevenir accidentes cerebrovasculares isquémicos y
disminuir la tendencia a la coagulación de la sangre. El alcohol también
puede interactuar con otros medicamentos que tomes. Habla con el médico
sobre lo que es adecuado para ti.

 Tratar la apnea obstructiva del sueño. El médico podrá recomendar una


evaluación nocturna de oxígeno para verificar si tienes apnea obstructiva
del sueño (trastorno del sueño en el cual el nivel de oxígeno disminuye de
forma intermitente durante la noche). El tratamiento para la apnea
obstructiva del sueño comprende recibir oxígeno durante la noche o usar
un dispositivo pequeño en la boca que te ayuda a respirar.
 Evitar las drogas ilegales. Algunas drogas, como la cocaína y las
metanfetaminas, son factores de riesgo establecidos para un accidente
isquémico transitorio o un accidente cerebrovascular. La cocaína reduce el
flujo sanguíneo y puede estrechar las arterias.

Medicamentos preventivos

 Medicamentos antiagregantes plaquetarios. Las plaquetas son células


de la sangre que forman coágulos. Los medicamentos antiagregantes
plaquetarios hacen que estas células sean menos adherentes y que haya
menos probabilidades de que se coagulen. El medicamento antiagregante
plaquetario que más se utiliza es la aspirina.

 Anticoagulantes. Estos medicamentos, que comprenden la heparina y la


warfarina (Coumadin, Jantoven), reducen la coagulación de la sangre. La
heparina actúa con rapidez y se puede utilizar durante un breve período en
el hospital. La warfarina actúa más lentamente y se puede utilizar durante
un período más prolongado.

La warfarina es un poderoso medicamento anticoagulante, por lo que


necesitarás tomarlo exactamente según lo indicado y prestar atención a los
efectos secundarios. El médico puede recetarte estos medicamentos si
tienes algunos trastornos de coagulación de la sangre, ciertas anomalías
arteriales, un ritmo cardíaco anormal u otros problemas cardíacos. Se
podrán utilizar otros anticoagulantes más nuevos si el accidente isquémico
transitorio o el accidente cerebrovascular fue consecuencia de un ritmo
cardíaco anormal.
ACCIDENTE CEREBROVASCULAR HEMORRÁGICO

El accidente cerebrovascular hemorrágico ocurre cuando se produce una


pérdida de sangre o una rotura en un vaso sanguíneo en el cerebro. Las
hemorragias cerebrales pueden producirse por muchas afecciones que
repercuten en los vasos sanguíneos. Algunas de estas pueden ser:

 Presión arterial alta (hipertensión) no controlada


 Sobretratamiento con anticoagulantes
 Partes débiles en las paredes de los vasos sanguíneos (aneurismas)

Cuando los vasos sanguíneos cerebrales son débiles, anormales o soportan una
presión inusual, se puede producir un accidente cerebrovascular hemorrágico
(derrame cerebral o ictus hemorrágico). En este tipo de accidentes
cerebrovasculares, se produce hemorragia en el interior del cerebro, como una
hemorragia intracerebral. También puede haber hemorragia entre las capas
interna y media del tejido que recubre el encéfalo (en el espacio subaracnoideo),
dando lugar a una hemorragia subaracnoidea.

El metabolismo cerebral normal se interrumpe por efecto de la exposición del


cerebro en la sangre, por el aumento de la PIC como consecuencia el ingreso
súbito de sangre al espacio subaracnoideo que comprime lesiona el tejido
cerebral o por la isquemia secundaria que sufre el cerebro por la disminución de
la presión de perfusión y el vasoespasmo que acompaña en muchas ocasiones
al hemorragia subaracnoidea

Los tipos de accidente cerebrovascular hemorrágico son los siguientes:


Hemorragia intracerebral y subaracnoidea
HEMORRAGIA CEREBRAL O INTRACEREBRAL. Durante una hemorragia
intracerebral, se rompe un vaso sanguíneo del cerebro y se derrama sangre en
el tejido cerebral que lo rodea, lo cual daña las neuronas cerebrales. Las
neuronas cerebrales más alejadas de ese derrame no reciben sangre y también
se dañan.

La presión arterial alta, traumatismo, malformaciones vasculares, uso de


medicamentos anticoagulantes y otras afecciones pueden producir una
hemorragia intracerebral.

 La hemorragia intracerebral suele ser debida a una hipertensión arterial


crónica.
 El primer síntoma suele ser un dolor de cabeza intenso.
 El diagnóstico se basa principalmente en los resultados de las pruebas de
diagnóstico por la imagen.
 El tratamiento puede incluir la reducción de los factores que pueden
contribuir a la hemorragia (como la reducción de la tensión arterial si es
muy alta) y, en raras ocasiones, la eliminación mediante cirugía de la
sangre acumulada.

En la mayoría de los casos, la hemorragia intracerebral es consecuencia de


Presión arterial elevada (hipertensión) crónica, que debilita una arteria pequeña,
causando su estallido

Los factores de riesgo que pueden contribuyen este tipo de hemorragia


son los siguientes:

 Consumo de cigarrillos
 Obesidad
 Una dieta poco saludable (como por ejemplo una dieta rica en grasas
saturadas, grasas trans y calorías)
 El consumo de cocaína o anfetaminas causa hipertensión arterial,
temporal pero muy alta, y hemorragia. En algunas personas mayores, una
proteína anormal llamada amiloide se acumula en las arterias del cerebro.
Esta acumulación (llamada angiopatía amiloide) debilita las arterias y
causa hemorragia.
Las causas menos frecuentes incluyen anomalías congénitas de los vasos
sanguíneos, un bulto en las arterias del cerebro (aneurisma cerebral), una
conexión anormal entre las arterias y las venas (malformación arteriovenosa)
dentro del cráneo, lesiones, tumores, inflamación de los vasos sanguíneos
(vasculitis), trastornos hemorrágicos y el uso de anticoagulantes en dosis
demasiado altas. Los trastornos hemorrágicos y el uso de anticoagulantes
incrementan el riesgo de morir de una hemorragia intracerebral.

Síntomas:

La hemorragia intracerebral comienza de manera repentina. Con frecuencia se


presenta un dolor de cabeza intenso. En muchas personas, una hemorragia
intracerebral causa un cambio en el estado de conciencia, a menudo en cuestión
de segundos o unos minutos. La persona afectada puede ser menos consciente
de su entorno y menos capaz de comprender, recordar y pensar con claridad.
Son frecuentes las náuseas, los vómitos y las convulsiones.

Si la hemorragia es leve, la conciencia puede no verse afectada y el dolor de


cabeza o las náuseas pueden ser leves o estar ausentes.

Se desarrollan repentinamente síntomas que sugieren una disfunción cerebral y


empeoran de forma constante a medida que la hemorragia se expande.

Algunos síntomas, como debilidad, parálisis, pérdida de la sensibilidad y


entumecimiento, suelen afectar un solo lado del cuerpo. Las personas son
incapaces de hablar o están confusas. La visión queda afectada o se pierde vista.
Uno o ambos ojos pueden ser incapaces de moverse en ciertas direcciones.
Como consecuencia, los ojos pueden apuntar hacia direcciones distintas.

Diagnostico:

Por lo general, puede sospechar la presencia de una hemorragia intracerebral


en función de los síntomas del paciente y de los resultados de la exploración
física.

También se realizan análisis de sangre para medir el número de plaquetas (que


ayudan a coagular la sangre) y para determinar cuánto tiempo tarda la sangre
en coagularse. La cantidad de plaquetas (recuento de plaquetas) puede ser baja
por muchas razones. Un recuento bajo de plaquetas puede aumentar el riesgo
de sangrado. La coagulación de la sangre puede verse afectada por una dosis
de warfarina demasiado alta, insuficiencia hepática u otros trastornos.

Se realiza de inmediato una tomografía computarizada (TC) o una resonancia


magnética nuclear (RMN) para confirmar el diagnóstico. Ambos procedimientos
ayudan al médico a diferenciar un accidente cerebrovascular hemorrágico de
uno isquémico. Estos procedimientos también detectan la cantidad de tejido
cerebral lesionado y si la presión ha aumentado en otras zonas del cerebro.

Los médicos solicitan a veces una angiografía por TC (una TC realizada después
de inyectar un agente de contraste en una vena) para determinar si la hemorragia
continúa expandiéndose.

Tratamiento:

Las personas con hemorragia intracerebral suelen ser ingresadas en una unidad
de cuidados intensivos (UCI). Allí se les realiza un seguimiento estrecho, se les
proporciona soporte para las funciones vitales (como la respiración) según sea
necesario y se les administra tratamiento para cualquier problema que ocurra.

El tratamiento de la hemorragia intracerebral difiere del de un accidente


cerebrovascular isquémico. No se administran fármacos anticoagulantes (como
heparina y warfarina), trombolíticos ni antiagregantes plaquetarios (como la
aspirina) porque agravan la hemorragia.

Si las personas que están tomando un anticoagulante tienen un accidente


cerebrovascular hemorrágico, es necesario un tratamiento que ayude a coagular
la sangre

 Vitamina K, por lo general administrada por vía intravenosa


 Transfusiones de plaquetas
 Transfusiones de sangre en la que se han eliminado los glóbulos rojos y
las plaquetas (plasma fresco congelado)

Una solución que contiene los factores de coagulación y otras proteínas que
ayudan a la coagulación de la sangre (complejo concentrado de protrombina)

La tensión arterial elevada se trata únicamente si está muy elevada. Si la tensión


arterial disminuye demasiado o demasiado rápido se puede reducir el suministro
de sangre a partes del cerebro que ya se han visto privadas de sangre a causa
de la hemorragia. Entonces, la falta de sangre puede dar lugar a un accidente
cerebrovascular isquémico en estas zonas del cerebro.

La cirugía para extraer la sangre acumulada y aliviar la presión intracraneal se


lleva a cabo en contadas ocasiones, porque la propia intervención supone un
riesgo importante de daño cerebral. Además, la eliminación de la sangre
acumulada puede provocar una nueva hemorragia con el consiguiente daño
cerebral y la posibilidad de derivar en discapacidad grave. Sin embargo, esta
operación puede salvar la vida de la persona afectada si ésta tiene una gran
hemorragia en el cerebelo (la parte del cerebro que ayuda a coordinar los
movimientos del cuerpo).

Se administran anticonvulsivantes si se han producido convulsiones.

HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA. Se rompe una arteria ubicada sobre la


superficie del cerebro o cerca de esta, y se derrama sangre en el espacio entre
la superficie del cerebro y el cráneo. Este sangrado va generalmente
acompañado por un síntoma de dolor de cabeza intenso y repentino.

Una hemorragia subaracnoidea es una hemorragia repentina dentro del espacio


(espacio subaracnoideo) comprendido entre la capa interna (piamadre) y la capa
media (aracnoides) del tejido que recubre el encéfalo (meninges).

La causa más frecuente es la ruptura de una dilatación (aneurisma) en una


arteria.

Por lo general, la ruptura de una arteria provoca un dolor de cabeza súbito e


intenso, a menudo seguido de una breve pérdida de consciencia.

Para confirmar el diagnóstico se utilizan la tomografía computarizada o la


resonancia magnética nuclear, la angiografía y, a veces, la punción lumbar.

Para aliviar el dolor de cabeza y controlar la presión arterial se utiliza el


tratamiento farmacológico y para detener la hemorragia, el tratamiento
quirúrgico.

Causas:
La hemorragia subaracnoidea suele ser el resultado de un traumatismo craneal.
Sin embargo, la hemorragia subaracnoidea debida a un traumatismo craneal
causa síntomas diferentes, se diagnostica y se trata de forma diferente y no se
considera un accidente cerebrovascular.

La hemorragia subaracnoidea se considera un accidente cerebrovascular


solamente cuando se produce espontáneamente, es decir, cuando la hemorragia
no es el resultado de fuerzas externas, como un accidente o una caída. Una
hemorragia espontánea por lo general es consecuencia de lo siguiente:

La rotura repentina de un aneurisma en una arteria cerebral

Los aneurismas son dilataciones de una zona debilitada de la pared de una


arteria. Los aneurismas se producen habitualmente en el lugar donde se ramifica
una arteria. Los aneurismas pueden estar presentes al nacer (congénitos) o
desarrollarse más tarde, después de años de sufrir hipertensión arterial y el
debilitamiento consiguiente de las paredes de las arterias. La mayoría de las
hemorragias subaracnoideas espontáneas se dan como consecuencia de
aneurismas congénitos. Los aneurismas de una arteria cerebral pueden ser
hereditarios. Alrededor del 6 al 20% de los aneurismas cerebrales pueden ser
consecuencia de un defecto hereditario en la pared de una arteria.

La hemorragia debida a la rotura de un aneurisma puede presentarse a cualquier


edad, pero es más frecuente en personas con edades comprendidas entre los
40 y los 65 años.

Con menor frecuencia, la hemorragia subaracnoidea es el resultado de la rotura


de una conexión anómala entre las arterias y las venas (malformación
arteriovenosa) en el cerebro o en su proximidad. Una malformación
arteriovenosa congénita suele identificarse solo cuando aparecen síntomas. La
hemorragia subaracnoidea también puede ser consecuencia de trastornos
hemorrágicos.

En raras ocasiones, se forma un coágulo de sangre en una válvula cardíaca


infectada, viaja (convertido en émbolo) a una arteria que irriga el cerebro y hace
que esta se inflame. En este caso la arteria puede debilitarse y romperse.

Síntomas:
Antes de romperse, por regla general un aneurisma no provoca síntomas. Sin
embargo, puede causar síntomas si cumple una de las características siguientes:

Presiona sobre un nervio (generalmente uno que controla el movimiento ocular,


causando visión doble)

Filtra pequeñas cantidades de sangre, causando un dolor de cabeza que difiere


de forma característica de otros dolores de cabeza sufridos anteriormente

Los signos que se indican a continuación pueden ser los primeros signos de
alarma antes de una rotura importante:

 Visión doble
 Un dolor de cabeza repentino y grave que difiere de los dolores de cabeza
anteriores

Estos signos de alarma de hemorragia subaracnoidea suelen aparecer entre


unos minutos y unas semanas antes de la rotura. Hay que informar
inmediatamente al médico de la presencia de cefaleas inusualmente súbitas o
intensas.

Cuando un aneurisma de gran tamaño se rompe, provoca los síntomas


siguientes:

 Dolor de cabeza, de carácter inusualmente repentino e intenso (llamado,


a veces, cefalea en trueno)
 Dolor facial u ocular
 Visión doble
 Visión borrosa
 Cuello rígido
 Pérdida del conocimiento

El dolor de cabeza repentino e intenso causado por una rotura alcanza su punto
máximo en segundos. Se describe a menudo como el peor dolor de cabeza
experimentado A la cefalea le sigue a menudo una breve pérdida de consciencia.
Algunos afectados mueren antes de llegar a un hospital. Algunas personas
permanecen en coma o inconscientes. Otras tienen una sensación de confusión
y de somnolencia al despertar. También se sienten inquietas. En cuestión de
horas o incluso de minutos, la persona vuelve a sentirse soñolienta y confusa.
Deja de responder y es difícil despertarla.

A las 24 horas, la sangre y el líquido cefalorraquídeo alrededor del cerebro irritan


las capas de tejido que recubren el encéfalo (meninges), causando rigidez en la
nuca, así como dolor de cabeza constante, a menudo con vómitos, mareos y
dolor lumbar.

Suelen producirse fluctuaciones de la frecuencia cardíaca y respiratoria, a veces


acompañadas de convulsiones.

Se desarrollan discapacidades graves que se convierten en permanentes en


cuestión de minutos u horas.

Complicaciones:

Una hemorragia subaracnoidea puede desencadenar otros problemas


(complicaciones) graves, como las siguientes:

 Hidrocefalia: en un plazo de 24 horas, la sangre de una hemorragia


subaracnoidea se coagula. La sangre coagulada impide que el líquido que
rodea el cerebro (líquido cefalorraquídeo) se evacúe como lo hace
normalmente. El resultado es que la sangre se acumula en el cerebro y
aumenta así la presión intracraneal. La hidrocefalia contribuye a síntomas
tales como dolores de cabeza, somnolencia, confusión, náuseas, vómitos,
además de aumentar el riesgo de coma y muerte.
 Vasoespasmo: el vasoespasmo es la contracción súbita (espasmo) de
los vasos sanguíneos. Se presenta en aproximadamente el 25% de los
sujetos, por lo general alrededor de 3 a 10 días después de la hemorragia.
El vasoespasmo limita el flujo de sangre al cerebro. Consiguientemente,
los tejidos del cerebro no obtienen suficiente oxígeno y mueren, como en
el accidente cerebrovascular isquémico. El vasoespasmo causa síntomas
similares a los del accidente cerebrovascular isquémico, como debilidad
o pérdida de sensibilidad en un lado del cuerpo, dificultad para usar o
entender el lenguaje, vértigo y pérdida de la coordinación.
 Una segunda rotura: a veces se produce una segunda rotura de
aneurisma, generalmente en el término de una semana y con resultados
catastróficos.

Diagnóstico:

 Tomografía computarizada o resonancia magnética nuclear


 Angiografía

Si la persona tiene un dolor de cabeza súbito e intenso que aumenta en cuestión


de segundos o que se acompaña de pérdida del conocimiento, confusión u otros
síntomas que sugieren un accidente cerebrovascular, debe acudir de inmediato
al hospital. La prueba para determinar la presencia de una hemorragia
subaracnoidea se realiza tan pronto como sea posible. De este modo, el
tratamiento se puede iniciar lo antes posible.

Se realiza una tomografía computarizada (TC) tan pronto como sea posible para
verificar si hay hemorragia. La resonancia magnética nuclear (RMN) también
puede detectar la hemorragia, pero es posible que no se pueda disponer de dicha
prueba con tanta rapidez.

Si la tomografía computarizada no es concluyente o no es posible, se practica


una punción lumbar. Este procedimiento puede detectar la presencia de sangre
en el líquido que rodea el encéfalo y la médula espinal (líquido cefalorraquídeo).
La punción lumbar no se practica si hay sospecha de que la presión intracraneal
está lo suficientemente alta como para realizar una punción lumbar de riesgo.

La angiografía cerebral se realizará tan pronto como sea posible para confirmar
el diagnóstico y para identificar la localización del aneurisma o de la
malformación arteriovenosa que causa la hemorragia. En caso de que no se
pueda realizar, en su lugar se utilizan la angiografía por resonancia magnética o
la angiografía por tomografía computarizada. Para llevar a cabo la angiografía
cerebral, se introduce en una arteria, generalmente por la ingle, un tubo delgado
y flexible (catéter) y se pasa a través de la aorta a una arteria en el cuello. A
continuación se inyecta una sustancia que se puede visualizar en las radiografías
(un agente de contraste radiopaco) para resaltar la arteria. La angiografía
cerebral es más invasiva que la angiografía por resonancia magnética o la
angiografía por tomografía computarizada, pero proporciona más información.
Sin embargo, debido a que la angiografía por TC es menos invasiva, ha
reemplazado en gran parte a la angiografía cerebral.

Tratamiento:

 Medicamentos para aliviar el dolor de cabeza


 Medidas para tratar o prevenir complicaciones
 Un procedimiento para tratar aneurismas

Las personas con probabilidad de haber sufrido una hemorragia subaracnoidea


son hospitalizadas inmediatamente. Cuando es posible, se trasladan a un centro
especializado en tratamientos de accidentes cerebrovasculares. Es esencial el
reposo en cama y sin realización de esfuerzos.

No se administran fármacos anticoagulantes (como heparina y warfarina) ni


antiagregantes plaquetarios (como la aspirina, ácido acetilsalicílico) porque
agravan la hemorragia.

Se prescriben analgésicos, como los opiáceos (pero no el ácido acetilsalicílico u


otros fármacos antiinflamatorios no esteroideos, que empeoran la hemorragia)
para controlar los dolores de cabeza intensos. También se administran laxantes
emolientes para evitar el esfuerzo durante las evacuaciones. Tal esfuerzo ejerce
presión sobre los vasos sanguíneos del interior del cráneo y aumenta el riesgo
de rotura de una arteria debilitada.

Para evitar el vasoespasmo y el accidente cerebrovascular isquémico


subsiguiente se administra nimodipino, un bloqueante de los canales del calcio,
generalmente por vía oral. Los médicos toman medidas (como administrar
fármacos y ajustar la cantidad de líquido administrada por vía intravenosa) para
mantener la presión arterial a niveles lo bastante bajos para evitar una mayor
hemorragia y lo bastante altos para mantener la irrigación a las partes dañadas
del cerebro.

La tensión arterial elevada se trata únicamente si está muy elevada.


En algunos casos se coloca un tubito de plástico (derivación) en el cerebro, para
evacuar el líquido cefalorraquídeo. Este procedimiento alivia la presión y evita la
hidrocefalia.

Procedimientos para tratar los aneurismas

En las personas con un aneurisma, la cirugía para aislar, obstruir o reforzar las
paredes de la arteria debilitada reduce el riesgo de que más adelante se
produzca una hemorragia mortal. Estos procedimientos son difíciles, e
independientemente de cuál se utilice, el riesgo de muerte es alto, en especial
en las personas que se encuentran en estado de estupor o de coma.

El mejor momento para realizar la cirugía es controvertido y debe decidirse en


función del estado del paciente. La mayoría de los neurocirujanos recomiendan
realizar la intervención dentro de los 3 días siguientes a la aparición de los
síntomas, antes de que se produzcan la hidrocefalia y el vasoespasmo. Si la
intervención se pospone 10 días o más, disminuyen los riesgos de la cirugía,
pero hay mayor probabilidad de que se repita la hemorragia durante el intervalo
de espera.

Para reparar un aneurisma se utiliza uno de los procedimientos quirúrgicos


siguientes (llamado cirugía endovascular):

 Espiral endovascular
 Colocación de un stent (un tubo fabricado con alambre o malla industrial)
endovascular
 Con menor frecuencia, uso de un clip de metal

La espiral endovascular: se emplea con frecuencia. Consiste en la inserción de


un espiral dentro del aneurisma. Para este procedimiento, se inserta un catéter
en una arteria, generalmente en la ingle, y se enhebra hasta la arteria cerebral
afectada. Se inyecta un agente de contraste que permite al médico visualizar el
aneurisma en una radiografía. El catéter se usa a continuación para colocar las
espirales en el aneurisma. De este modo, la intervención no requiere la
perforación del cráneo. Al retardar el flujo de sangre a través del aneurisma, la
espiral provoca la formación de coágulos, los cuales sellan el aneurisma y así
evitan su ruptura. Cuando se diagnostica un aneurisma, la espiral endovascular
puede colocarse al mismo tiempo que se realiza la angiografía cerebral. Las
espirales se mantienen en su lugar permanentemente.

En la endoprótesis endovascular: se emplea un catéter para insertar un tubo


hecho de alambre (stent) a través de la abertura del aneurisma. El stent redirige
la circulación sanguínea normal rodeando el aneurisma, con lo que se evita que
la sangre entre en el aneurisma y se elimina el riesgo de rotura. El stent se
emplaza en su sitio de forma permanente.

Con menos frecuencia, se coloca a través del aneurisma un clip de metal. Para
este procedimiento, los cirujanos practican una incisión en la piel de la cabeza y
extraen un fragmento de cráneo para poder visualizar el aneurisma. A
continuación se coloca el clip a través de la abertura del aneurisma. Este
procedimiento evita que la sangre entre en el aneurisma y elimina el riesgo de
ruptura. El clip se emplaza en su sitio permanentemente.

CUIDADOS DE ENFERMERÍA
Diagnóstico de enfermería
 Alteración de la perfusión tisular cerebral
Objetivo: controlar y reducir las complicaciones en ACV
Intervenciones de enfermería
 Evaluar cada hora el estado neurológico del paciente a través de la escala
de valoración de Glasgow
 Vigilar diámetro, tamaño y reacción pupilar
 Mantener reposo en posición de semifowler
 Vigilar el patrón respiratorio
 Monitorización continúa al paciente
 Evaluar signos vitales completos
 Monitorear presión arterial cada hora en caso de hipertensión Seguir con
la terapéutica médica indicada
 Cuidar de efectos deseados y no deseados de antihipertensivos
 Administrar analgésicos prescritos para aliviar o disminuir cefalea
Evaluación: El paciente mantiene una perfusión tisular cerebral suficiente y que
su estado neurológico no empeore
Diagnóstico de enfermería

 Deterioro del Intercambio Respiratorio

Objetivo: Mantener presión arterial de oxígeno arriba de 80 mmHg.

Intervenciones de enfermería

 Vigilar el patrón respiratorio,


 Oxigenar al paciente para prevenir hipoxemia e hipercapnia,
 Mantener vías aéreas permeables y una ventilación adecuada
 Administrar oxígeno suplementario
 Vigilar el estadio de conciencia
 Vigilar saturación de oxígeno adecuada a edad
 Evaluar la mecánica ventilatoria
 Auscultar campos pulmonares
 Aspirar secreciones si es necesario

Evaluación: El paciente mantiene una buena oxigenación y ventilación con


PaO2 80 mmHg

Diagnóstico de enfermería

 Limpieza ineficaz de las vías respiratorias

Objetivo: Mantener las vías respiratorias permeables, conservar gases


sanguíneos normales y desaparecer ruidos respiratorios adventicios

Intervenciones de enfermería:

 Valorar la función respiratoria y tipo de respiración


 Elevación de cabecera a 30º
 Aspirar secreciones si es necesario
 Mantener una buena hidratación

Evaluación: Conservar vías aéreas permeables y gases sanguíneos óptimos

Diagnóstico de enfermería

 Deterioro de la comunicación verbal

Objetivo
 Mantener la comunicación con el paciente para la satisfacción de
necesidades

Intervenciones de enfermería

 Observar y comprender sus gesticulaciones y expresiones corporales


 Recomendar paciencia
 Emplear todas las formas posibles para comunicarse con el paciente
 No cansarlo.

Diagnóstico de enfermería

 Deterioro de la movilidad Física

Objetivo

 Asistirlo al desplazarse, incluyendo la movilidad en cama

Intervenciones de Enfermería

 Movilidad en las articulaciones


 Ejercicios pasivos y activos según tolerancia
 Alentar a la actividad independiente
 Mantener alineamiento anatómico
 Colocar a su alcance artículos personales, timbre, teléfono, etc.
 Mantener barandales arriba
 Aplicar protocolo de prevención de caídas

Evaluación

Se moviliza y desplaza sin riesgo de caída

Diagnóstico de enfermería

 Alteración en los procesos del pensamiento

Objetivo

 Mantener orientado en lugar, tiempo y espacio al paciente

Intervenciones de enfermería
 Orientar al paciente en tiempo, lugar, espacio y persona, llamarle por su
nombre y con frecuencia sus apellidos
 Proporcionarle medios para mantenerse orientado
 Explicar de todo procedimiento a realizar
 Darle indicaciones sencillas para que comprenda
 Aplicar y reforzar el protocolo de prevención de caídas

Evaluación: Se mantiene ubicado en tiempo, lugar espacio y persona

Diagnóstico de enfermería

 Déficit de Autocuidado

Objetivo

 Asistir en estas actividades de la vida diaria humana


 Intervenciones de enfermería
 Asistirlo en el baño
 Realizarle cambio de ropa de cama y de pijama
 Ayudarle a vestirse, peinarse
 Mantener su piel lubricada
 Proteger de riesgos o daño a su integridad física
 Respetar su individualidad y espacio corporal

Evaluación

 Mantener sus actividades de la vida diaria

Diagnóstico de enfermería

 Alteraciones de los procesos familiares

Objetivo

 Comunicará sus sentimientos acerca de la situación presente con sus


familiares

Intervenciones de enfermería

 Explicará su plan de atención


 Implique a los miembros de la familia en la asistencia al paciente cuando
sea adecuado y estén preparados
 Eduque al paciente y a los familiares acerca de la enfermedad vascular
cerebral, sus efectos y como compensar y adaptarse a las deficiencias
asociadas.
 Anime al paciente y a sus familiares a que asistan a las sesiones
formativas y acudan a las reuniones de grupo, ya sea por separado o en
familia.
 Informar de la importancia de continuar las actividades después del alta y
de seguir el tratamiento ambulatorio prescrito.
 Favorecer y promover el autocuidado y que realice ejercicio de acuerdo a
sus posibilidades y limitación física según el caso.
 Enseñarle al paciente a movilizarse
 Instruir al paciente y a la familia sobre la medicación, sus indicaciones,
dosis, vía y frecuencia de administración y efectos secundarios, advertir
del no abuso de los fármacos.
 Se le enseñará y alentará a que participe en el cumplimiento de su
tratamiento.

Evaluación

 Llevarlo de la dependencia a la independencia y a la realización de las


actividades de la vida diaria humana con sus limitaciones.
ENFERMEDAD VASCULAR PERIFÉRICA

La enfermedad vascular periférica (EVP) consiste en un daño u obstrucción en


los vasos sanguíneos más alejados del corazón: las arterias y venas periféricas.

Es una afección que provoca la disminución del flujo sanguíneo a sus


extremidades debido a la obstrucción de vasos sanguíneos.

Es la enfermedad de los vasos sanguíneos que están fuera del corazón y del
cerebro. Con frecuencia, se trata de un estrechamiento de los vasos que aportan
sangre a las piernas, los brazos, el estómago o los pulmones.

Las regiones del cuerpo que más frecuentemente se alteran son las arterias de
las piernas, sin embargo también puede existir compromiso de arterias que
irrigan otros órganos del cuerpo, como las que llevan sangre al cerebro
(carótidas), la arteria más grande del organismo que es la arteria aorta, entre
otras.

Las arterias y venas periféricas transportan sangre hacia y desde los músculos
de los brazos y las piernas y los órganos del abdomen. La EVP puede también
afectar a las arterias que llevan sangre a la cabeza. Cuando la EVP afecta sólo
a las arterias y no a las venas, se denomina «enfermedad arterial periférica»
(EAP). Los principales tipos de EVP son los coágulos sanguíneos, la hinchazón
(inflamación) y el estrechamiento y la obstrucción de los vasos sanguíneos.

Existen dos tipos de enfermedades vasculares periféricas:

 Las enfermedades vasculares periféricas funcionales: no están


relacionadas con defectos en la estructura de los vasos sanguíneos (los
vasos sanguíneos no se dañan físicamente.) Generalmente estas
enfermedades tienen síntomas relacionados con "espasmos" que pueden
aparecer y desaparecer.
 Las enfermedades vasculares periféricas orgánicas: son causadas
por cambios estructurales en los vasos sanguíneos. Entre los ejemplos se
incluyen la inflamación y los daños en el tejido.
 La enfermedad de las arterias periféricas: (PAD, por su sigla en inglés)
es un tipo de enfermedad vascular periférica orgánica. Es causada por la
acumulación de grasa (aterosclerosis) en las paredes internas de las
arterias. Estos depósitos obstruyen el flujo normal de la sangre.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

Un factor de riesgo es todo aquello que puede aumentar la probabilidad que tiene
una persona de desarrollar una enfermedad. Más del 95% de las personas con
EVP tienen uno o más factores de riesgo cardiovascular. Hay algunos que
pueden modificarse o tratarse, mientras que otros no.

Los que no se pueden modificar son:

 Edad.
 Sexo.

Los que pueden modificarse son:

 Enfermedad coronaria.
 Diabetes.
 Hipertensión arterial.
 Obesidad.
 Inactividad física.
 Cigarrillo.

Las enfermedades de las arterias pueden ocasionar:

 Obstrucciones arteriales (incluso la enfermedad arterial periférica (PAD))


 Aneurismas aórticos
 Enfermedad de Buerger
 Fenómeno de Raynaud

Las enfermedades de las venas pueden ocasionar

 Coágulos sanguíneos venosos (incluso la trombosis venosa profunda


(TVP))
 Embolia pulmonar
 Flebitis
 Várices

Obstrucciones arteriales
Al igual que las arterias coronarias, las arterias periféricas pueden ser obstruidas
por placa. La EVP puede deberse a una enfermedad denominada
«aterosclerosis», un proceso en el que se forma una sustancia cérea dentro de
las arterias. Esta sustancia se denomina «placa». Cuando se acumula
demasiada placa dentro de una arteria, ésta se obstruye y el flujo de sangre
disminuye o se detiene. La disminución del flujo sanguíneo puede ocasionar una
«isquemia», es decir, un aporte insuficiente de oxígeno a las células del
organismo. La obstrucción de las arterias periféricas de la región inferior del
cuerpo ocasiona principalmente dolor y calambres en las piernas. Los factores
de riesgo de aterosclerosis en las arterias periféricas son iguales a los de la
aterosclerosis en las arterias coronarias. Se cree que el consumo de cigarrillos
(tabaquismo), la diabetes, la presión arterial alta y los niveles elevados de
colesterol dan lugar a la formación de placa.

¿Cuáles son los síntomas y signos?

Los pacientes pueden sentir dolor en las pantorrillas, los muslos o las nalgas,
según el lugar de la obstrucción. En general, la intensidad del dolor es un signo
de la gravedad de la obstrucción. En casos graves, es posible que los dedos de
los pies se vuelvan azulados, que los pies estén fríos y que el pulso en las piernas
sea débil. En algunos casos podría producirse la muerte de tejido (lo que se
denomina «gangrena») y ser necesaria una amputación.

A veces pueden sentirse calambres en las piernas al caminar, empeorando


generalmente el dolor a medida que aumenta la actividad física. Estos calambres
se denominan «claudicación intermitente». Al igual que el dolor de la angina de
pecho, el dolor en las piernas ocasionado por la claudicación intermitente
generalmente desaparece con el reposo. Las temperaturas bajas y algunos
medicamentos también pueden provocar dolor en las piernas.

¿Cómo se diagnóstica una obstrucción arterial?

Los médicos pueden diagnosticar una obstrucción arterial basándose en los


síntomas que describe el paciente y revisando el pulso en las arterias de los pies
para determinar si es débil. El diagnóstico puede confirmarse mediante los
siguientes estudios:
 Ecografía (o ultrasonido): un estudio que consiste en emplear ondas
sonoras para producir una imagen del flujo de sangre por las arterias.
 Arteriografía: un estudio que puede realizarse si el médico considera que
la obstrucción es lo suficientemente grave como para necesitar una
intervención percutánea o quirúrgica. El estudio consiste en inyectar en
las arterias un colorante inofensivo que permite determinar la gravedad
de la obstrucción y su ubicación.

¿Cómo se trata una obstrucción?

Cuando las obstrucciones no son graves, esta clase de EVP puede controlarse
reduciendo el peso excesivo, absteniéndose del tabaco y siguiendo un plan de
ejercicio físico regular aprobado por el médico.

En caso de haber una arteria muy obstruida que ocasione dolor u otros síntomas,
podría ser necesario realizar una intervención percutánea (una angioplastia con
balón o la colocación de un stent).

El médico también podría recomendar un procedimiento denominado «bypass


vascular periférico». Este procedimiento consiste en derivar el flujo sanguíneo
alrededor de uno o más vasos sanguíneos estrechados. Tras realizar una
incisión en el brazo, la pierna o la región inferior del abdomen, el cirujano cose
al vaso obstruido un tubo hecho de un material sintético o una sección de una
vena del paciente (lo que se denomina «injerto») de manera que comunique
puntos que se encuentran por encima y por debajo de la obstrucción. Esto
permite que la sangre fluya alrededor de la obstrucción.

Aneurisma aórtico:

Un aneurisma es una dilatación parecida a un globo que se produce en la pared


de un vaso sanguíneo debilitado. Si la dilatación estira demasiado la pared del
vaso éste podría romperse. La aorta es la arteria que transporta sangre del
corazón al resto del organismo. Los aneurismas en la aorta se denominan
«aneurismas aórticos». Si esta importante arteria se rompe debido a un
aneurisma y no se obtiene asistencia médica inmediata, podría producirse la
muerte del paciente. Los aneurismas aórticos pueden producirse en el pecho
(aneurismas torácicos), pero la mayoría se forman debajo de los riñones, en la
región inferior del abdomen (aneurismas abdominales).

¿Cuál es la causa de los aneurismas?

Toda enfermedad que debilite las paredes de las arterias puede dar lugar a la
formación de un aneurisma. La aterosclerosis (una acumulación de placa en las
arterias), la presión arterial alta y el consumo de cigarrillos aumentan el riesgo
de padecerlos. Las infecciones, lesiones y heridas profundas también pueden
ocasionar dilataciones en los vasos sanguíneos. En algunos casos los
aneurismas pueden deberse a una enfermedad congénita, es decir, una
enfermedad de nacimiento. Ciertas enfermedades heredadas también pueden
aumentar el riesgo de sufrir un aneurisma. Por ejemplo, el síndrome de Marfan
es una enfermedad heredada que afecta a los tejidos conectivos del cuerpo y
produce huesos largos y articulaciones muy flexibles. Las personas con este
síndrome a menudo sufren de aneurismas.

¿Cuáles son los síntomas?

Los aneurismas aórticos pueden producir falta de aliento, una voz áspera o
ronca, dolor de espalda o dolor en el hombro izquierdo o entre los omóplatos.
Los aneurismas aórticos en el abdomen pueden causar dolor o molestia.
También pueden producir náuseas o reducir el apetito.

¿Cómo se detectan los aneurismas?

Los aneurismas pueden detectarse, mediante radiografías básicas de tórax o


abdomen o utilizando ultrasonido. Pueden determinarse el tamaño y la ubicación
mediante ecocardiografía o técnicas de imagenología radiológica, tales como la
arteriografía, la resonancia magnética y la tomografía computada.

¿Cómo se tratan los aneurismas?

El tratamiento depende del tamaño y de la ubicación del aneurisma y del estado


general de salud del paciente. Los aneurismas aórticos en la región superior del
pecho (en la aorta ascendente) generalmente se operan enseguida. Los
aneurismas en la región inferior del pecho o del abdomen (en la aorta
descendente torácica y abdominal) pueden ser menos peligrosos. Los
aneurismas en estas zonas deben vigilarse por un espacio de tiempo, según su
tamaño. Si alcanzan unos 5 cm (casi 2 pulgadas) de diámetro, siguen creciendo
o comienzan a producir síntomas, posiblemente sea necesaria una intervención
quirúrgica para evitar su ruptura.

En el caso de los aneurismas aórticos o los aneurismas que se forman en los


vasos periféricos, se realiza una intervención quirúrgica para colocar un injerto
artificial (un tubo hecho de un material sintético) a fin de recubrir o sustituir la
sección debilitada del vaso.

Cuando se trata de aneurismas estables o de menor tamaño en la aorta


descendente o abdominal, es decir, las secciones de la aorta que se encuentran
más alejadas del corazón, los médicos generalmente recomiendan chequeos
periódicos para vigilar su crecimiento. Es posible vivir muchos años con un
aneurisma si éste no aumenta de tamaño. También pueden recetarse
medicamentos, especialmente aquellos tales como los betabloqueantes que
reducen la presión arterial. Los medicamentos que reducen la presión arterial
alivian la tensión en las paredes de la aorta y son particularmente útiles cuando
el riesgo de una intervención quirúrgica supera al riesgo del aneurisma.

Enfermedad de Buerger:

La enfermedad de Buerger está relacionada con el consumo de cigarrillos


(tabaquismo). La enfermedad produce hinchazón en las arterias pequeñas y
medianas (y a veces las venas) de los pies y las piernas. Esta enfermedad poco
común, que hace que los vasos periféricos se estrechen o contraigan, es más
común en los hombres, especialmente en fumadores de entre 20 y 40 años de
edad. El consumo de tabaco ocasiona la constricción de los vasos sanguíneos
en todos los fumadores, pero en los que padecen la enfermedad de Buerger, el
estrechamiento de los vasos es tal que podría producirse una falta de oxígeno
en las células (isquemia) o la muerte de tejido (necrosis). Los síntomas pueden
ser diferentes en cada persona, pero la enfermedad típicamente produce
hinchazón y dolor al tacto en las zonas que se encuentran encima de los vasos
sanguíneos, seguidos de una sensación de frío en los pies y las manos. Una
obstrucción arterial puede producir dolor en las piernas al caminar (lo que se
denomina «claudicación intermitente»). En los casos más graves a veces se
produce la muerte de tejido, lo cual podría hacer necesario amputar los dedos
de las manos o de los pies. Los que sufren de la enfermedad de Buerger deben
dejar de fumar por completo; la circulación generalmente mejora al poco tiempo
de hacerlo.

Fenómeno de Raynaud:

El fenómeno de Raynaud es más común en las mujeres. Se trata de un trastorno


circulatorio que produce contracciones o espasmos en las arterias de los dedos
de las manos y de los pies por efecto de las temperaturas bajas o el tabaco o en
situaciones de estrés emocional. A menudo no es posible determinar la causa
del fenómeno de Raynaud. A veces es un efecto secundario de otras afecciones,
tales como las enfermedades de los tejidos conectivos, los traumatismos o las
enfermedades de las glándulas o del sistema nervioso central. Las personas
afectadas pueden sentir entumecimiento u hormigueo en los dedos de las manos
y de los pies. También podrían observar que la piel se vuelve pálida o azulada,
enrojeciéndose a continuación las zonas afectadas. Los ataques pueden durar
desde unos minutos hasta varias horas y generalmente se tratan con el
calentamiento progresivo de los dedos de las manos y de los pies para
restablecer el flujo sanguíneo. El tratamiento puede también incluir la
administración de analgésicos o bloqueantes cálcicos, la abstención del tabaco
y la evitación de las temperaturas bajas y las emociones fuertes.

Coágulos sanguíneos venosos:

(También denominados «trombos venosos» o «trombosis venosas»). Cuando el


coágulo se forma en una vena profunda de la pierna, se denomina «trombosis
venosa profunda» (TVP). El problema puede ser peligroso si el coágulo
sanguíneo se desprende y, arrastrado por la corriente sanguínea, llega a los
pulmones, ya que allí puede obstruir totalmente el flujo sanguíneo.

Los coágulos en las venas generalmente son causados por una disminución del
flujo sanguíneo a las piernas y los pies; al fluir más lentamente la sangre, ésta
puede coagularse con más facilidad. Los coágulos sanguíneos venosos también
pueden formarse cuando una vena se daña debido a una lesión o una infección.
La velocidad del flujo sanguíneo puede disminuir debido a la inactividad física (p.
ej., por tener que guardar cama o llevar un estilo de vida inactivo). En algunas
personas, la velocidad del flujo sanguíneo disminuye después de estar mucho
tiempo sentadas. Otros factores que contribuyen a enlentecer el flujo sanguíneo
en las piernas y los pies son el consumo de cigarrillos, las enfermedades del
corazón, la diabetes, la presión arterial alta y ciertos tumores. El uso de ciertas
hormonas, especialmente el estrógeno, y el embarazo también han demostrado
aumentar el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en las piernas.

¿Cuál es la causa de los coágulos sanguíneos venosos?

Los coágulos en las venas generalmente son causados por una disminución del
flujo sanguíneo a las piernas y los pies; al fluir más lentamente la sangre, ésta
puede coagularse con más facilidad. Los coágulos sanguíneos venosos también
pueden formarse cuando una vena se daña debido a una lesión o una infección.
La velocidad del flujo sanguíneo puede disminuir debido a la inactividad física (p.
ej., por tener que guardar cama o llevar un estilo de vida inactivo). En algunas
personas, la velocidad del flujo sanguíneo disminuye después de estar mucho
tiempo sentadas. Otros factores que contribuyen a enlentecer el flujo sanguíneo
en las piernas y los pies son el consumo de cigarrillos, las enfermedades del
corazón, la diabetes, la presión arterial alta y ciertos tumores. El uso de ciertas
hormonas, especialmente el estrógeno, y el embarazo también han demostrado
aumentar el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en las piernas. Las
enfermedades genéticas también pueden incrementar el riesgo.

¿Cuáles son los síntomas de un coágulo sanguíneo venoso?

Los coágulos sanguíneos que se forman en las venas cerca de la superficie de


la piel pueden ocasionar hinchazón leve, dolor al tacto y enrojecimiento. Los
síntomas de los coágulos venosos profundos son:

 Hinchazón de los tobillos o las pantorrillas.


 Dolor al tacto, hinchazón, enrojecimiento y calor alrededor de la zona
afectada.
 Dolor al elevar el pie.

¿Cómo se diagnostican los coágulos sanguíneos venosos?

Pueden generalmente determinar si el paciente tiene un coágulo sanguíneo


venoso presionando sobre la pierna. De ser necesario, pueden observarse las
venas por medio del ultrasonido, un estudio que consiste en emplear ondas
sonoras para crear una imagen de la vena sobre una pantalla. Los coágulos que
se encuentran en el muslo pueden identificarse colocando el manguito de un
esfigmomanómetro alrededor de la pierna para medir el flujo sanguíneo
(pletismografía). Si los coágulos sanguíneos profundos no se encuentran en la
pierna sino en otras partes del cuerpo, podrían ser imposibles de detectar con
estos métodos. El diagnóstico podría requerir técnicas especiales tales como
estudios de coagulación sanguínea o radiografías de las venas, resonancia
magnética y tomografía computarizada.

¿Cómo se tratan los coágulos sanguíneos venosos?

El tratamiento depende de la causa del coágulo. En la mayoría de los casos, se


administra un diluyente de la sangre (o anticoagulante). El paciente debe guardar
cama y mantener las piernas elevadas durante 3 a 5 días. El calor húmedo y
ciertos medicamentos pueden aliviar la hinchazón y el dolor.

Las personas que han presentado un coágulo en los pulmones o las que no
pueden tomar anticoagulantes pueden requerir un cateterismo para introducir un
filtro en un vaso sanguíneo a fin de impedir la llegada de coágulos a los
pulmones.

Cómo evitar la trombosis venosa profunda (TVP)

Las personas que viajan y pasan mucho tiempo sentadas en un avión o un auto
corren más riesgo de sufrir trombosis venosa profunda (TVP).

Las personas que sufren TVP tienen un coágulo de sangre en una vena profunda
de la pierna. Por lo general, el coágulo se debe a que la sangre circula más
lentamente en las piernas y los pies, de modo que pasar mucho tiempo sentado
puede elevar el riesgo de la TVP.

La manera más sencilla de prevenir la TVP es mantenerse en movimiento. Si va


a emprender un viaje largo en auto, pare cada 2 o 3 horas para caminar un rato
o trate de flexionar los tobillos y los músculos de la pierna y la cadera cuando
esté sentado.

La deshidratación puede aumentar la viscosidad de la sangre y elevar el riesgo


de que se formen coágulos. Tome mucha agua cuando esté de viaje. La cafeína
y el alcohol causan deshidratación.
Embolia pulmonar

La embolia pulmonar es ocasionada por un coágulo sanguíneo (émbolo


pulmonar) que se desprende del lugar donde se formó en una vena y es
arrastrado por la corriente sanguínea hasta los pulmones. La embolia pulmonar
puede no presentar síntoma alguno, por eso puede ocasionar la muerte en forma
súbita e inesperada. Cuando presenta síntomas, los siguientes son los más
comunes:

 Dolor en el pecho, especialmente al inspirar


 Falta de aliento
 Tos sanguinolenta
 Mareo
 Desmayo

¿Cómo se diagnostica una embolia pulmonar?

Primero se determina el nivel de oxígeno en la sangre de las arterias. Un nivel


bajo podría indicar la presencia de un émbolo en los pulmones. El diagnóstico
generalmente se confirma mediante una gammagrafía. Como estudio
complementario podría realizarse una angiografía pulmonar, un procedimiento
de cateterización que consiste en inyectar un colorante en la corriente sanguínea
para observar cómo fluye la sangre a través de los pulmones. Se pueden realizar
otras pruebas, como una ecografía para ver si el embolismo se debe a coágulos
sanguíneos en las piernas, y una tomografía computarizada de las piernas y los
pulmones.

¿Cómo se trata una embolia pulmonar?

La mayoría de los casos de embolia pulmonar se tratan con anticoagulantes


(medicamentos que impiden la coagulación de la sangre) y trombolíticos
(medicamentos capaces de disolver coágulos). En casos excepcionales podría
ser necesaria una intervención quirúrgica para extraer el coágulo, pero la
mayoría de los pacientes responden bien a los medicamentos.

Flebitis:

Existen dos clases de flebitis. La más común es la hinchazón de una vena que
se encuentra cerca de la superficie de la piel, generalmente en la pierna. Es la
denominada «flebitis superficial». La hinchazón de las venas que se encuentran
en el interior de la pierna es menos común pero más grave. Es la denominada
«flebitis profunda». En la flebitis superficial, la zona afectada se enrojece y duele.
El dolor generalmente puede tratarse con calor húmedo, aspirina o
medicamentos antiinflamatorios. La flebitis más peligrosa, la flebitis profunda,
generalmente produce más dolor. Las personas con flebitis profunda suelen
tener fiebre. Generalmente puede confirmarse si están afectadas las venas
profundas mediante una gammagrafía, un estudio Doppler de flujo venoso o
colocando el manguito de un esfigmomanómetro alrededor de la pierna para
medir el flujo sanguíneo (pletismografía). Quienes sufren de esta clase de flebitis
tienen un mayor riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en las venas y
de que uno de ellos llegue a los pulmones (émbolo pulmonar). Cuando un
paciente es diagnosticado con flebitis profunda generalmente recibe una semana
de tratamiento con un diluyente de la sangre (o anticoagulante) intravenoso.
Durante ese espacio de tiempo también se revisa al paciente para determinar si
tiene coágulos sanguíneos en los pulmones. Para uso prolongado,
probablemente se le recete un anticoagulante en forma de comprimido.

Várices:

Las várices son venas hinchadas y moradas en las piernas que pueden verse
debajo de la piel. Pueden deberse a un daño sufrido por los vasos sanguíneos
que se encuentran cerca de la superficie de la piel, una disminución del flujo
sanguíneo o la presencia de válvulas dañadas o defectuosas en las venas.
Normalmente la sangre se desplaza por las venas con la ayuda de válvulas que
permiten que la sangre fluya hacia arriba, contra la fuerza de gravedad. Si estas
válvulas son débiles o es lento el flujo de sangre por las venas, la sangre puede
acumularse y dilatar las venas. Las várices son más comunes en las mujeres
que en los hombres. El problema también es hereditario. Las mujeres
embarazadas pueden sufrir várices debido a cambios hormonales y a la presión
adicional que el feto ejerce sobre la región inferior del abdomen. Las várices
también pueden ser causadas por un sobrepeso considerable o por permanecer
de pie durante períodos prolongados.

¿Cuáles son los síntomas de várices?


El síntoma más evidente son las venas azules o moradas de aspecto tortuoso.
Se producen cerca de la superficie de la piel y pueden sobresalir de la superficie
de la pierna. Grupos de capilares dilatados denominados «arañas vasculares» a
veces rodean las várices. Las várices pueden ocasionar hormigueo o dolor en
las piernas. A veces los tobillos se hinchan a la noche. En la mayoría de los
casos, las personas que obtienen tratamiento para las várices lo hacen por
motivos estéticos.

¿Cómo se tratan las várices?

En las etapas iniciales de la enfermedad, las medias elásticas de compresión


pueden aliviar el dolor y la hinchazón pero no eliminan las várices.

El tratamiento para eliminar las várices puede consistir en inyectar una solución
salina que contrae las venas. Otra posibilidad es inyectar un líquido denominado
«agente esclerosante» que hincha las paredes de la vena. A continuación se
venda firmemente la pierna para comprimir las paredes de las venas. La
cicatrización que se produce en la vena hace que las paredes se adhieran.

Algunos tipos de várices y arañas vasculares pueden tratarse con láser. El calor
del láser se emplea para destruir las venas, las cuales se aplastan y cierran.

La eliminación quirúrgica se denomina «flebectomía» (extirpación venosa) y


consiste en ligar la vena en ciertos puntos y extirpar la porción afectada. El
organismo responde creando nuevas vías por donde puede circular la sangre.

Cuidados de enfermería:

 Conseguir una disminución del hábito tabáquico.


 Promocionar una alimentación saludable.
 Promover la actividad física (30 minutos de actividad moderada diaria).
 Favorecer el mantenimiento de un IMC < 25
 Vigilar que los niveles de PA no superen los 140/90 mmHg
 Mantener la alerta ante cifras de colesterol total > 200 mg/dl (5,2 mmol/L)
LDL < 130 mg/dl (3,4 mmol/L) Glucosa > 110 mg/dl (6 mmol/L).
 Conseguir un control más riguroso de los FR en pacientes de alto riesgo
particularmente si tienen una ECV o diabetes.
 Vigilar las cifras de PA >130/80 mmHg, Colesterol total >175 mg/dl (4,5
mmol/L), LDL < 100 mg/dl, Glucosa >110 mg/dl yHbA1c > 7% si es
factible.
 Evaluar el correcto cumplimiento y la adherencia al tratamiento de la
terapéutica con fármacos protectores en pacientes de alto riesgo,
especialmente en pacientes con ECV.
INSUFICIENCIA CARDÍACA

El nombre «insuficiencia cardíaca» es alarmante, pero no quiere decir que el


corazón haya dejado de funcionar de repente. Lo que significa es que el corazón
no está bombeando como debería para llevar sangre rica en oxígeno a las
células del organismo.

La insuficiencia cardíaca es generalmente un proceso lento que empeora con el


tiempo. Es posible no tener síntomas durante muchos años. Esta lenta
manifestación y progresión de la insuficiencia cardíaca se debe a los esfuerzos
del corazón por compensar por su debilitamiento gradual. Lo hace aumentando
de tamaño y esforzándose por bombear más rápidamente para que circule más
sangre por el cuerpo.

La insuficiencia cardíaca es una afección grave pero común. Cuando existe una
insuficiencia cardíaca, el corazón no puede bombear suficiente sangre para
satisfacer las necesidades del cuerpo. La insuficiencia cardíaca se desarrolla con
el tiempo a medida que la acción de bombeo del corazón se debilita o se hace
más difícil llenar adecuadamente el corazón con sangre entre latidos. Puede
afectar el lado derecho, el izquierdo o ambos lados del corazón. La insuficiencia
cardíaca no significa que el corazón haya dejado de funcionar o esté a punto de
dejar de funcionar.

Cuando la insuficiencia cardíaca afecta el lado izquierdo del corazón, el corazón


no puede bombear suficiente sangre oxigenada al resto del cuerpo. Cuando la
insuficiencia cardíaca afecta el lado derecho del corazón, el corazón no puede
bombear suficiente sangre a los pulmones, donde recoge oxígeno. Cuando el
corazón se debilita por una insuficiencia cardíaca, el fluido puede regresarse a
los pulmones y acumularse en los pies, los tobillos y las piernas. Las personas
con insuficiencia cardíaca a menudo se sienten cansadas y con falta de aliento.

En las personas mayores de 65 años, la insuficiencia cardíaca también es


causada por un músculo cardíaco engrosado y rígido que se relaja demasiado
lentamente, causando que el fluido se regrese a los pulmones cuando el corazón
está estresado, como durante la actividad física. La hipertensión y la obesidad
que un paciente ha tenido por largo tiempo son factores de riesgo para este tipo
de insuficiencia cardíaca. Los síntomas incluyen falta de aliento cuando una
persona está activa, en reposo y mientras está acostada, y también hinchazón
en las piernas y los pies. Aunque el músculo cardíaco no está dañado o débil en
este tipo de insuficiencia cardíaca, puede ser una condición muy debilitante si no
se trata.

La insuficiencia cardíaca es causada por otras enfermedades o afecciones que


dañan el músculo cardíaco, como la enfermedad coronaria, los ataques
cardíacos, la diabetes y la presión arterial alta.

La insuficiencia cardíaca ocurre cuando:

 Su miocardio no puede bombear (expulsar) la sangre del corazón muy


bien. Esto se denomina insuficiencia cardíaca sistólica o insuficiencia
cardíaca con una fracción de eyección reducida (HFrEF, por sus siglas en
inglés).
 El miocardio está rígido y no se llena de sangre fácilmente. Esto se
denomina insuficiencia cardíaca diastólica o insuficiencia cardíaca con
una eyección preservada (HFpEF, por sus siglas en inglés).
ETIOLOGÍA

Las causas más comunes de insuficiencia cardíaca son:

 La enfermedad de la arteria coronaria (EAC), es un estrechamiento o


bloqueo de los pequeños vasos sanguíneos que suministran sangre y
oxígeno al corazón. Esto puede debilitar el miocardio ya sea a lo largo del
tiempo o repentinamente.
 La presión arterial alta que no esté bien controlada, que puede llevar a
que se presenten problemas de rigidez o eventualmente llevar al
debilitamiento del músculo.

Otros problemas del corazón que pueden causar insuficiencia cardíaca son:

 Cardiopatía congénita
 Ataque cardíaco (cuando la enfermedad de la arteria coronaria resulta en
un bloqueo repentino de una arteria del corazón)
 Válvulas cardíacas permeables o estrechas
 Infección que debilita el miocardio
 Algunos tipos de ritmos cardíacos anormales (arritmias)

Otras enfermedades que pueden causar o contribuir a la insuficiencia cardíaca


son:

 Amiloidosis
 Enfisema
 Hipertiroidismo
 Sarcoidosis
 Anemia grave
 Demasiado hierro en el cuerpo
 Hipotiroidismo

FISIOPATOLOGÍA

Desde el punto de vista fisiopatológico las alteraciones de los miocitos ocasionan


la IC, estos pierden su capacidad de contracción normal debido a cambios
bioquímicos, como en las miocardiopatías idiopáticas o debido a la alteración de
los mecanismos fisiológicos que disminuyen la liberación de oxígeno para el
miocardio, lo que altera el funcionamiento celular, como en la enfermedad
coronaria causa y otras, como el infarto del ventrículo derecho por extensión de
uno ínfero-posterior del izquierdo, sobrecarga de volumen como en el caso de la
comunicación interventricular y, menos frecuentemente, por comunicación
interauricular e hipertensión pulmonar, son las 4 causas principales de IC
derecha (ICD) que junto a todas estas afectaciones ocasionan una alteración de
la precarga, poscarga y la dificultad del vaciado del ventrículo izquierdo durante
la sístole, lo que produce inicialmente un aumento de la contractilidad cardíaca
que finalmente claudica, y lleva a la dilatación ventricular y a la disminución del
gasto cardíaco, todo lo cual se manifiesta en el paciente con signos de
hipovolemia, disnea, fatiga, dificultad respiratoria, diaforesis, alteraciones de
presiones, edema y disminución de la micción.

Dichas alteraciones originan una lesión miocárdica que conlleva al remodelado


ventricular, término por el que se entiende “la expresión genómica que resulta en
cambios moleculares, celulares e intersticiales, que se manifiestan clínicamente
como cambios en el tamaño, la forma y la función del corazón, luego de una
lesión.

Signos y síntomas

Los síntomas permiten determinar qué lado del corazón no funciona


adecuadamente.

Si el lado izquierdo del corazón no funciona bien (insuficiencia cardíaca


izquierda), se acumulan sangre y mucosidades en los pulmones. El paciente
pierde fácilmente el aliento, se siente muy cansado y tiene tos (especialmente
de noche). En algunos casos, los pacientes expulsan un esputo sanguinolento al
toser.

Si el lado derecho del corazón no funciona bien (insuficiencia cardíaca derecha),


se acumula líquido en las venas porque la sangre circula más lentamente. Los
pies, las piernas y los tobillos comienzan a hincharse. Esta hinchazón se
denomina «edema». A veces el edema puede extenderse a los pulmones, el
hígado y el estómago. Debido a la acumulación de líquido, el paciente tiene la
necesidad de orinar con mayor frecuencia, especialmente de noche. La
acumulación de líquido además afecta a los riñones, reduciendo su capacidad
para eliminar sal (sodio) y agua, lo cual puede dar lugar a una insuficiencia renal.
Cuando se trata la insuficiencia cardíaca, los riñones generalmente vuelven a
funcionar normalmente.

La insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) se presenta cuando el débil bombeo


del corazón causa una acumulación de líquido llamada «congestión» en los
pulmones y otros tejidos del cuerpo. A veces los términos «insuficiencia
cardíaca» e «insuficiencia cardíaca congestiva» se usan como si fueran
sinónimos, pero la insuficiencia cardíaca congestiva es en realidad un tipo
específico de insuficiencia cardíaca.

A medida que la insuficiencia cardíaca empeora, el corazón se debilita y


comienzan a manifestarse los síntomas. Además de los que se mencionan más
arriba, la insuficiencia cardíaca puede causar los siguientes síntomas:

 Dificultad para respirar o permanecer acostado, porque se pierde


fácilmente el aliento.
 Cansancio, debilidad e incapacidad para hacer ejercicio o realizar
actividades físicas.
 Aumento de peso debido al exceso de líquido.
 Dolor en el pecho.
 Falta de apetito o indigestión.
 Venas hinchadas en el cuello.
 Piel fría y húmeda.
 Pulso rápido o irregular.
 Agitación, confusión, falta de concentración y problemas de la memoria.

Diagnóstico

Para diagnosticar la insuficiencia cardíaca, importante indagar historia clínica,


síntomas, y exploración física, presencia de factores de riesgo, tales como
presión arterial alta, enfermedad de las arterias coronarias o diabetes.

 Análisis de sangre. El médico puede tomar una muestra de sangre para


buscar signos de enfermedades que puedan afectar el corazón. Además,
puede verificar la presencia de una sustancia química denominada
«péptido natriurético tipo B terminal N» si el diagnóstico no es
determinante después de haber hecho otras pruebas.
 Radiografía de tórax. Las radiografías pueden ayudar al médico a ver el
estado de los pulmones y el corazón. El médico también puede usar una
radiografía para diagnosticar otras enfermedades distintas de la
insuficiencia cardíaca que pueden explicar los signos y síntomas.
 Electrocardiograma. Esta prueba registra la actividad eléctrica del
corazón mediante electrodos adheridos a la piel. Le permite al médico
diagnosticar problemas en el ritmo cardíaco y daños en el corazón.
 Ecocardiograma. Un ecocardiograma usa ondas sonoras para producir
imágenes de video del corazón. Esta prueba puede ayudar al médico a
observar el tamaño y la forma del corazón, además de cualquier anomalía.
Un ecocardiograma mide la fracción de eyección, una medida importante
de cuán bien el corazón bombea sangre, que se utiliza para clasificar la
insuficiencia cardíaca y para guiar el tratamiento.
 Prueba de esfuerzo. Las pruebas de esfuerzo miden la salud del corazón
según cómo responde al esfuerzo. Posiblemente, te pidan que camines
en una cinta mientras estás conectado a una máquina de
electrocardiograma o puedes recibir un medicamento por vía intravenosa
que estimula el corazón de manera similar a cuando haces ejercicio.
 Exploración por tomografía computarizada cardíaca. En una
exploración por tomografía computarizada cardíaca, te recuestas en una
camilla dentro de una máquina con forma circular. Dentro de la máquina,
un tubo de rayos X gira alrededor de tu cuerpo y obtiene imágenes del
corazón y del pecho.
 Imágenes por resonancia magnética (RM). En una resonancia
magnética cardíaca, te recuestas sobre una camilla dentro de una
máquina con forma de tubo largo que produce un campo magnético, que
alinea partículas atómicas en algunas células. Las ondas de radio se
emiten hacia estas partículas alineadas y producen señales que crean
imágenes del corazón.
 Angiografía coronaria. En esta prueba, se inserta un tubo delgado y
flexible (catéter) en un vaso sanguíneo en la ingle o en el brazo y se lo
guía a través de la aorta hasta las arterias coronarias. Un medio de
contraste que se inyecta a través del catéter hace que las arterias que
suministran sangre al corazón sean visibles en una radiografía, lo que
permite a los médicos detectar obstrucciones.
 Biopsia del miocardio. En esta prueba, inserta un pequeño cordón de
biopsia flexible en una vena del cuello o la ingle, y se toman pequeños
pedazos del músculo cardíaco. Esta prueba puede hacerse para
diagnosticar determinados tipos de enfermedades del músculo cardíaco
que provocan insuficiencia cardíaca.

Tratamiento

La insuficiencia cardíaca es una enfermedad crónica que necesita control de por


vida. No obstante, con tratamiento, los signos y síntomas de la insuficiencia
cardíaca pueden mejorar y el corazón puede fortalecerse. El tratamiento puede
ayudarte a vivir más tiempo y a reducir la probabilidad de muerte súbita.

En algunas ocasiones, los médicos pueden corregir la insuficiencia cardíaca


tratando la causa de fondo. Por ejemplo, al reparar una válvula cardíaca o al
controlar la aceleración del ritmo cardíaco se puede revertir la insuficiencia
cardíaca. Sin embargo, para la mayoría de las personas, el tratamiento de la
insuficiencia cardíaca implica equilibrar los medicamentos correctos y, en
algunos casos, usar dispositivos que ayuden a que el corazón lata y se contraiga
correctamente.

Medicamentos

Los médicos suelen tratar la insuficiencia cardíaca con una combinación de


medicamentos. Según los síntomas, puedes tomar uno o más medicamentos,
entre ellos:

 Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA).


Estos medicamentos ayudan a las personas con insuficiencia cardíaca
sistólica a vivir más tiempo y a sentirse mejor. Los inhibidores de la enzima
convertidora de la angiotensina son un tipo de vasodilatador, un
medicamento que ensancha los vasos sanguíneos para disminuir la
presión arterial, mejorar el flujo sanguíneo y disminuir la carga de trabajo
del corazón. Algunos ejemplos son el enalapril (Vasotec), el lisinopril
(Zestril) y el captopril (Capoten).
 Antagonistas del receptor de la angiotensina II. Estos medicamentos,
como el losartán (Cozaar) y el valsartán (Diovan), tienen muchos de los
beneficios de los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina.
Pueden ser una alternativa para las personas que no pueden tolerar los
inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina.
 Betabloqueadores. Este tipo de medicamentos no solo disminuye el
ritmo cardíaco y reduce la presión arterial, sino también limita o revierte
parte del daño en el corazón si tienes insuficiencia cardíaca sistólica.
Algunos ejemplos son el carvedilol (Coreg), el metoprolol (Lopressor) y el
bisoprolol (Zebeta).
Estos medicamentos reducen el riesgo de algunos ritmos cardíacos
anormales y disminuye la probabilidad de morir de forma inesperada. Los
betabloqueadores pueden reducir los signos y síntomas de la insuficiencia
cardíaca, mejorar la función del corazón y ayudar a vivir más tiempo.
 Diuréticos. Los diuréticos, a menudo llamados «píldoras de agua», hacen
que orines con mayor frecuencia y evitan que el líquido se acumule en el
cuerpo. Los diuréticos, como la furosemida (Lasix), también disminuyen
el líquido en los pulmones, para que puedas respirar con mayor facilidad.
Debido a que los diuréticos hacen que el cuerpo pierda potasio y
magnesio, el médico también puede recetar suplementos de estos
minerales. Si tomas diuréticos, es probable que el médico controle los
niveles de potasio y magnesio en el organismo mediante análisis de
sangre periódicos.
 Antagonistas de la aldosterona. Estos medicamentos son la
espironolactona (Aldactone) y la eplerenona (Inspra). Estos son diuréticos
que conservan el potasio y, además, tienen propiedades que pueden
ayudar a las personas con insuficiencia cardíaca sistólica grave a vivir
más tiempo.
 Inótropos. Estos son medicamentos intravenosos utilizados en el hospital
por personas con insuficiencia cardíaca grave para mejorar la función de
bombeo del corazón y mantener la presión arterial.
 Digoxina (Lanoxin). Este medicamento, también conocido como
«digitálico», aumenta la fuerza de las contracciones del músculo cardíaco.
También tiende a desacelerar los latidos del corazón. La digoxina reduce
los síntomas de insuficiencia cardíaca que provoca la insuficiencia
cardíaca sistólica. Es más probable que se administre a una persona con
problemas de ritmo cardíaco, como la fibrilación auricular.

Cirugía y dispositivos médicos

En algunos casos, los médicos recomiendan la cirugía para tratar el problema de


fondo que provocó la insuficiencia cardíaca. Algunos tratamientos que se
estudian y se utilizan en algunas personas son:

 Cirugía de baipás de la arteria coronaria. Si un bloqueo arterial grave


está contribuyendo a la insuficiencia cardíaca, el médico podría
recomendar una cirugía de baipás de la arteria coronaria. En este
procedimiento, se utilizan vasos sanguíneos de la pierna, el brazo o el
pecho como un atajo para evitar una arteria bloqueada del corazón, lo que
permite que la sangre fluya a través del corazón con más libertad.
 Reparación o reemplazo de la válvula cardíaca. Si la insuficiencia
cardíaca es provocada por una válvula cardíaca defectuosa, el médico
podría recomendar reparar o reemplazar la válvula. El cirujano puede
modificar la válvula original para eliminar el flujo sanguíneo inverso. Los
cirujanos también pueden reparar la válvula reconectando las valvas que
abren o cierran la válvula o eliminando el exceso de tejido, para que las
valvas puedan cerrarse bien. Algunas veces, la reparación de la válvula
implica apretar o reemplazar el anillo que rodea la válvula (anuloplastia).
 El reemplazo de la válvula se realiza cuando no es posible la reparación.
En la cirugía de reemplazo de válvula, la válvula dañada se reemplaza
con una válvula artificial (protésica).
 Desfibriladores cardioversores implantables. Un desfibrilador
cardioversor implantable es un dispositivo similar a un marcapasos. Se
implanta debajo de la piel del pecho con cables a través de las venas
hasta el corazón.
 El desfibrilador cardioversor implantable controla el ritmo cardíaco. Si el
corazón comienza a latir a un ritmo peligroso o se detiene, el desfibrilador
intenta regular el ritmo del corazón o sobresaltarlo de nuevo al ritmo
normal. El desfibrilador cardioversor implantable también funciona como
un marcapasos y acelera el corazón si el ritmo es demasiado lento.
 Terapia de resincronización cardíaca o electroestimulación
biventricular. La electroestimulación biventricular envía impulsos
eléctricos en intervalos a las cavidades inferiores del corazón (los
ventrículos izquierdo y derecho) para que bombeen de forma más
eficiente y coordinada.
 Trasplante de corazón. Algunas personas tienen una insuficiencia
cardíaca tan grave que la cirugía o los medicamentos no ayudan. Es
probable que necesiten reemplazar su corazón enfermo con el corazón
sano de un donante.

CAMBIOS EN LOS HÁBITOS DIARIOS

 Suprimir el consumo de tabaco, alcohol y cafeína.


 Controlar el peso a diario (el aumento de peso nos podría indicar retención
de líquidos).
 Seguir una dieta baja en grasas y en sal.
 Hacer ejercicio de forma moderada o participar en un programa de
rehabilitación: (andar, nadar o ir en bicicleta), salvo en situaciones de
descompensación.
 No beber más de 1,5-2 litros diarios: (incluyendo aquí el agua que llevan
los alimentos y líquidos que tomamos.)
 Visitar al médico con la frecuencia que él nos indique.
 Descansar durante el día.
 Evitar el estrés.
 Relaciones sexuales: siempre que sus síntomas estén bajo control.
Cuidados de enfermería:

 Perfusión tisular inefectiva r/c interrupción del flujo arterial m/p arritmias,
dolor torácico alteración de la frecuencia respiratoria

 Deterioro del intercambio gaseoso r/c retardo del intercambio gaseoso


m/p disnea, taquicardia.
 Disminución del gasto cardiaco r/c insuficiencia cardiaca m/p taquicardia,
edema, fatiga, piel fría, disnea, ansiedad.
BIBLIOGRAFÍA:
 Insuficiencia cardíaca. Texas Heart Institute (2016). Obtenido en:
https://www.texasheart.org/heart-health/heart-informationm
center/topics/insuficiencia-cardiaca/
 Moyano, Á. (2010). El accidente cerebrovascular. Rev Hosp Clín Univ
Chile, 21, 348-55.
 Rojas, J. I., Zurru, M. C., Patrucco, L., Romano, M., Riccio, P. M., &
Cristiano, E. (2006). Enfermedad cerebrovascular isquémica. Medicina
(Buenos Aires), 66(6), 547-551
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(2007).Enfermedad Vascular Periférica. Medicina (Buenos Aires), 67(6),
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