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ACV ISQUÉMICO:
Irrigación cerebral
En el cráneo, las arterias vertebrales se unen para formar la arteria basilar (en
la parte posterior de la cabeza). Las arterias carótidas internas y la arteria
basilar se dividen en varias ramas, entre las que se encuentra la arteria
cerebral. Algunas de estas ramas arteriales se unen a su vez para formar un
polígono (el polígono de Willis) que conecta las arterias vertebrales y las
arterias carótidas internas. Desde el polígono de Willis emergen otras arterias
como si se tratara de los caminos que salen de una rotonda. Estas ramas
transportan la sangre a todas las zonas del cerebro.
Las arterias también pueden atascarse por un coágulo sanguíneo (trombo). Los
coágulos de sangre se forman en un ateroma de una arteria y también en el
corazón de las personas que sufren una enfermedad cardíaca. Parte de un
coágulo se puede desprender y viajar a través del torrente sanguíneo (convertido
en un émbolo). En este caso puede obstruir alguna de las arterias que irrigan el
cerebro, como una de las arterias cerebrales.
Perdida sensitiva
DIAGNÓSTICO
TRATAMIENTO
Trombectomía mecánica
Cirugía
Prótesis intravasculares
Estatinas
Las estatinas son fármacos que disminuyen los niveles de colesterol y otras
grasas (lípidos). A menudo se administran cuando el accidente cerebrovascular
es el resultado de la acumulación de depósitos grasos en una arteria. Dicha
terapia puede evitar que los accidentes cerebrovasculares se repitan.
Prevención
Muchas estrategias de prevención de accidentes cerebrovasculares son las
mismas que las de prevención de enfermedades cardíacas. En general, las
recomendaciones para un estilo de vida saludable son las siguientes:
Llevar una dieta rica en frutas y vegetales. Una dieta con cinco o más
porciones diarias de frutas o vegetales puede reducir el riesgo de sufrir
accidentes cerebrovasculares. Puede ser útil seguir la dieta mediterránea,
que pone énfasis en el aceite de oliva, las frutas, los frutos secos, los
vegetales y los cereales integrales.
Medicamentos preventivos
Cuando los vasos sanguíneos cerebrales son débiles, anormales o soportan una
presión inusual, se puede producir un accidente cerebrovascular hemorrágico
(derrame cerebral o ictus hemorrágico). En este tipo de accidentes
cerebrovasculares, se produce hemorragia en el interior del cerebro, como una
hemorragia intracerebral. También puede haber hemorragia entre las capas
interna y media del tejido que recubre el encéfalo (en el espacio subaracnoideo),
dando lugar a una hemorragia subaracnoidea.
Consumo de cigarrillos
Obesidad
Una dieta poco saludable (como por ejemplo una dieta rica en grasas
saturadas, grasas trans y calorías)
El consumo de cocaína o anfetaminas causa hipertensión arterial,
temporal pero muy alta, y hemorragia. En algunas personas mayores, una
proteína anormal llamada amiloide se acumula en las arterias del cerebro.
Esta acumulación (llamada angiopatía amiloide) debilita las arterias y
causa hemorragia.
Las causas menos frecuentes incluyen anomalías congénitas de los vasos
sanguíneos, un bulto en las arterias del cerebro (aneurisma cerebral), una
conexión anormal entre las arterias y las venas (malformación arteriovenosa)
dentro del cráneo, lesiones, tumores, inflamación de los vasos sanguíneos
(vasculitis), trastornos hemorrágicos y el uso de anticoagulantes en dosis
demasiado altas. Los trastornos hemorrágicos y el uso de anticoagulantes
incrementan el riesgo de morir de una hemorragia intracerebral.
Síntomas:
Diagnostico:
Los médicos solicitan a veces una angiografía por TC (una TC realizada después
de inyectar un agente de contraste en una vena) para determinar si la hemorragia
continúa expandiéndose.
Tratamiento:
Las personas con hemorragia intracerebral suelen ser ingresadas en una unidad
de cuidados intensivos (UCI). Allí se les realiza un seguimiento estrecho, se les
proporciona soporte para las funciones vitales (como la respiración) según sea
necesario y se les administra tratamiento para cualquier problema que ocurra.
Una solución que contiene los factores de coagulación y otras proteínas que
ayudan a la coagulación de la sangre (complejo concentrado de protrombina)
Causas:
La hemorragia subaracnoidea suele ser el resultado de un traumatismo craneal.
Sin embargo, la hemorragia subaracnoidea debida a un traumatismo craneal
causa síntomas diferentes, se diagnostica y se trata de forma diferente y no se
considera un accidente cerebrovascular.
Síntomas:
Antes de romperse, por regla general un aneurisma no provoca síntomas. Sin
embargo, puede causar síntomas si cumple una de las características siguientes:
Los signos que se indican a continuación pueden ser los primeros signos de
alarma antes de una rotura importante:
Visión doble
Un dolor de cabeza repentino y grave que difiere de los dolores de cabeza
anteriores
El dolor de cabeza repentino e intenso causado por una rotura alcanza su punto
máximo en segundos. Se describe a menudo como el peor dolor de cabeza
experimentado A la cefalea le sigue a menudo una breve pérdida de consciencia.
Algunos afectados mueren antes de llegar a un hospital. Algunas personas
permanecen en coma o inconscientes. Otras tienen una sensación de confusión
y de somnolencia al despertar. También se sienten inquietas. En cuestión de
horas o incluso de minutos, la persona vuelve a sentirse soñolienta y confusa.
Deja de responder y es difícil despertarla.
Complicaciones:
Diagnóstico:
Se realiza una tomografía computarizada (TC) tan pronto como sea posible para
verificar si hay hemorragia. La resonancia magnética nuclear (RMN) también
puede detectar la hemorragia, pero es posible que no se pueda disponer de dicha
prueba con tanta rapidez.
La angiografía cerebral se realizará tan pronto como sea posible para confirmar
el diagnóstico y para identificar la localización del aneurisma o de la
malformación arteriovenosa que causa la hemorragia. En caso de que no se
pueda realizar, en su lugar se utilizan la angiografía por resonancia magnética o
la angiografía por tomografía computarizada. Para llevar a cabo la angiografía
cerebral, se introduce en una arteria, generalmente por la ingle, un tubo delgado
y flexible (catéter) y se pasa a través de la aorta a una arteria en el cuello. A
continuación se inyecta una sustancia que se puede visualizar en las radiografías
(un agente de contraste radiopaco) para resaltar la arteria. La angiografía
cerebral es más invasiva que la angiografía por resonancia magnética o la
angiografía por tomografía computarizada, pero proporciona más información.
Sin embargo, debido a que la angiografía por TC es menos invasiva, ha
reemplazado en gran parte a la angiografía cerebral.
Tratamiento:
En las personas con un aneurisma, la cirugía para aislar, obstruir o reforzar las
paredes de la arteria debilitada reduce el riesgo de que más adelante se
produzca una hemorragia mortal. Estos procedimientos son difíciles, e
independientemente de cuál se utilice, el riesgo de muerte es alto, en especial
en las personas que se encuentran en estado de estupor o de coma.
Espiral endovascular
Colocación de un stent (un tubo fabricado con alambre o malla industrial)
endovascular
Con menor frecuencia, uso de un clip de metal
Con menos frecuencia, se coloca a través del aneurisma un clip de metal. Para
este procedimiento, los cirujanos practican una incisión en la piel de la cabeza y
extraen un fragmento de cráneo para poder visualizar el aneurisma. A
continuación se coloca el clip a través de la abertura del aneurisma. Este
procedimiento evita que la sangre entre en el aneurisma y elimina el riesgo de
ruptura. El clip se emplaza en su sitio permanentemente.
CUIDADOS DE ENFERMERÍA
Diagnóstico de enfermería
Alteración de la perfusión tisular cerebral
Objetivo: controlar y reducir las complicaciones en ACV
Intervenciones de enfermería
Evaluar cada hora el estado neurológico del paciente a través de la escala
de valoración de Glasgow
Vigilar diámetro, tamaño y reacción pupilar
Mantener reposo en posición de semifowler
Vigilar el patrón respiratorio
Monitorización continúa al paciente
Evaluar signos vitales completos
Monitorear presión arterial cada hora en caso de hipertensión Seguir con
la terapéutica médica indicada
Cuidar de efectos deseados y no deseados de antihipertensivos
Administrar analgésicos prescritos para aliviar o disminuir cefalea
Evaluación: El paciente mantiene una perfusión tisular cerebral suficiente y que
su estado neurológico no empeore
Diagnóstico de enfermería
Intervenciones de enfermería
Diagnóstico de enfermería
Intervenciones de enfermería:
Diagnóstico de enfermería
Objetivo
Mantener la comunicación con el paciente para la satisfacción de
necesidades
Intervenciones de enfermería
Diagnóstico de enfermería
Objetivo
Intervenciones de Enfermería
Evaluación
Diagnóstico de enfermería
Objetivo
Intervenciones de enfermería
Orientar al paciente en tiempo, lugar, espacio y persona, llamarle por su
nombre y con frecuencia sus apellidos
Proporcionarle medios para mantenerse orientado
Explicar de todo procedimiento a realizar
Darle indicaciones sencillas para que comprenda
Aplicar y reforzar el protocolo de prevención de caídas
Diagnóstico de enfermería
Déficit de Autocuidado
Objetivo
Evaluación
Diagnóstico de enfermería
Objetivo
Intervenciones de enfermería
Evaluación
Es la enfermedad de los vasos sanguíneos que están fuera del corazón y del
cerebro. Con frecuencia, se trata de un estrechamiento de los vasos que aportan
sangre a las piernas, los brazos, el estómago o los pulmones.
Las regiones del cuerpo que más frecuentemente se alteran son las arterias de
las piernas, sin embargo también puede existir compromiso de arterias que
irrigan otros órganos del cuerpo, como las que llevan sangre al cerebro
(carótidas), la arteria más grande del organismo que es la arteria aorta, entre
otras.
Las arterias y venas periféricas transportan sangre hacia y desde los músculos
de los brazos y las piernas y los órganos del abdomen. La EVP puede también
afectar a las arterias que llevan sangre a la cabeza. Cuando la EVP afecta sólo
a las arterias y no a las venas, se denomina «enfermedad arterial periférica»
(EAP). Los principales tipos de EVP son los coágulos sanguíneos, la hinchazón
(inflamación) y el estrechamiento y la obstrucción de los vasos sanguíneos.
Un factor de riesgo es todo aquello que puede aumentar la probabilidad que tiene
una persona de desarrollar una enfermedad. Más del 95% de las personas con
EVP tienen uno o más factores de riesgo cardiovascular. Hay algunos que
pueden modificarse o tratarse, mientras que otros no.
Edad.
Sexo.
Enfermedad coronaria.
Diabetes.
Hipertensión arterial.
Obesidad.
Inactividad física.
Cigarrillo.
Obstrucciones arteriales
Al igual que las arterias coronarias, las arterias periféricas pueden ser obstruidas
por placa. La EVP puede deberse a una enfermedad denominada
«aterosclerosis», un proceso en el que se forma una sustancia cérea dentro de
las arterias. Esta sustancia se denomina «placa». Cuando se acumula
demasiada placa dentro de una arteria, ésta se obstruye y el flujo de sangre
disminuye o se detiene. La disminución del flujo sanguíneo puede ocasionar una
«isquemia», es decir, un aporte insuficiente de oxígeno a las células del
organismo. La obstrucción de las arterias periféricas de la región inferior del
cuerpo ocasiona principalmente dolor y calambres en las piernas. Los factores
de riesgo de aterosclerosis en las arterias periféricas son iguales a los de la
aterosclerosis en las arterias coronarias. Se cree que el consumo de cigarrillos
(tabaquismo), la diabetes, la presión arterial alta y los niveles elevados de
colesterol dan lugar a la formación de placa.
Los pacientes pueden sentir dolor en las pantorrillas, los muslos o las nalgas,
según el lugar de la obstrucción. En general, la intensidad del dolor es un signo
de la gravedad de la obstrucción. En casos graves, es posible que los dedos de
los pies se vuelvan azulados, que los pies estén fríos y que el pulso en las piernas
sea débil. En algunos casos podría producirse la muerte de tejido (lo que se
denomina «gangrena») y ser necesaria una amputación.
Cuando las obstrucciones no son graves, esta clase de EVP puede controlarse
reduciendo el peso excesivo, absteniéndose del tabaco y siguiendo un plan de
ejercicio físico regular aprobado por el médico.
En caso de haber una arteria muy obstruida que ocasione dolor u otros síntomas,
podría ser necesario realizar una intervención percutánea (una angioplastia con
balón o la colocación de un stent).
Aneurisma aórtico:
Toda enfermedad que debilite las paredes de las arterias puede dar lugar a la
formación de un aneurisma. La aterosclerosis (una acumulación de placa en las
arterias), la presión arterial alta y el consumo de cigarrillos aumentan el riesgo
de padecerlos. Las infecciones, lesiones y heridas profundas también pueden
ocasionar dilataciones en los vasos sanguíneos. En algunos casos los
aneurismas pueden deberse a una enfermedad congénita, es decir, una
enfermedad de nacimiento. Ciertas enfermedades heredadas también pueden
aumentar el riesgo de sufrir un aneurisma. Por ejemplo, el síndrome de Marfan
es una enfermedad heredada que afecta a los tejidos conectivos del cuerpo y
produce huesos largos y articulaciones muy flexibles. Las personas con este
síndrome a menudo sufren de aneurismas.
Los aneurismas aórticos pueden producir falta de aliento, una voz áspera o
ronca, dolor de espalda o dolor en el hombro izquierdo o entre los omóplatos.
Los aneurismas aórticos en el abdomen pueden causar dolor o molestia.
También pueden producir náuseas o reducir el apetito.
Enfermedad de Buerger:
Fenómeno de Raynaud:
Los coágulos en las venas generalmente son causados por una disminución del
flujo sanguíneo a las piernas y los pies; al fluir más lentamente la sangre, ésta
puede coagularse con más facilidad. Los coágulos sanguíneos venosos también
pueden formarse cuando una vena se daña debido a una lesión o una infección.
La velocidad del flujo sanguíneo puede disminuir debido a la inactividad física (p.
ej., por tener que guardar cama o llevar un estilo de vida inactivo). En algunas
personas, la velocidad del flujo sanguíneo disminuye después de estar mucho
tiempo sentadas. Otros factores que contribuyen a enlentecer el flujo sanguíneo
en las piernas y los pies son el consumo de cigarrillos, las enfermedades del
corazón, la diabetes, la presión arterial alta y ciertos tumores. El uso de ciertas
hormonas, especialmente el estrógeno, y el embarazo también han demostrado
aumentar el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en las piernas.
Los coágulos en las venas generalmente son causados por una disminución del
flujo sanguíneo a las piernas y los pies; al fluir más lentamente la sangre, ésta
puede coagularse con más facilidad. Los coágulos sanguíneos venosos también
pueden formarse cuando una vena se daña debido a una lesión o una infección.
La velocidad del flujo sanguíneo puede disminuir debido a la inactividad física (p.
ej., por tener que guardar cama o llevar un estilo de vida inactivo). En algunas
personas, la velocidad del flujo sanguíneo disminuye después de estar mucho
tiempo sentadas. Otros factores que contribuyen a enlentecer el flujo sanguíneo
en las piernas y los pies son el consumo de cigarrillos, las enfermedades del
corazón, la diabetes, la presión arterial alta y ciertos tumores. El uso de ciertas
hormonas, especialmente el estrógeno, y el embarazo también han demostrado
aumentar el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en las piernas. Las
enfermedades genéticas también pueden incrementar el riesgo.
Las personas que han presentado un coágulo en los pulmones o las que no
pueden tomar anticoagulantes pueden requerir un cateterismo para introducir un
filtro en un vaso sanguíneo a fin de impedir la llegada de coágulos a los
pulmones.
Las personas que viajan y pasan mucho tiempo sentadas en un avión o un auto
corren más riesgo de sufrir trombosis venosa profunda (TVP).
Las personas que sufren TVP tienen un coágulo de sangre en una vena profunda
de la pierna. Por lo general, el coágulo se debe a que la sangre circula más
lentamente en las piernas y los pies, de modo que pasar mucho tiempo sentado
puede elevar el riesgo de la TVP.
Flebitis:
Existen dos clases de flebitis. La más común es la hinchazón de una vena que
se encuentra cerca de la superficie de la piel, generalmente en la pierna. Es la
denominada «flebitis superficial». La hinchazón de las venas que se encuentran
en el interior de la pierna es menos común pero más grave. Es la denominada
«flebitis profunda». En la flebitis superficial, la zona afectada se enrojece y duele.
El dolor generalmente puede tratarse con calor húmedo, aspirina o
medicamentos antiinflamatorios. La flebitis más peligrosa, la flebitis profunda,
generalmente produce más dolor. Las personas con flebitis profunda suelen
tener fiebre. Generalmente puede confirmarse si están afectadas las venas
profundas mediante una gammagrafía, un estudio Doppler de flujo venoso o
colocando el manguito de un esfigmomanómetro alrededor de la pierna para
medir el flujo sanguíneo (pletismografía). Quienes sufren de esta clase de flebitis
tienen un mayor riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en las venas y
de que uno de ellos llegue a los pulmones (émbolo pulmonar). Cuando un
paciente es diagnosticado con flebitis profunda generalmente recibe una semana
de tratamiento con un diluyente de la sangre (o anticoagulante) intravenoso.
Durante ese espacio de tiempo también se revisa al paciente para determinar si
tiene coágulos sanguíneos en los pulmones. Para uso prolongado,
probablemente se le recete un anticoagulante en forma de comprimido.
Várices:
Las várices son venas hinchadas y moradas en las piernas que pueden verse
debajo de la piel. Pueden deberse a un daño sufrido por los vasos sanguíneos
que se encuentran cerca de la superficie de la piel, una disminución del flujo
sanguíneo o la presencia de válvulas dañadas o defectuosas en las venas.
Normalmente la sangre se desplaza por las venas con la ayuda de válvulas que
permiten que la sangre fluya hacia arriba, contra la fuerza de gravedad. Si estas
válvulas son débiles o es lento el flujo de sangre por las venas, la sangre puede
acumularse y dilatar las venas. Las várices son más comunes en las mujeres
que en los hombres. El problema también es hereditario. Las mujeres
embarazadas pueden sufrir várices debido a cambios hormonales y a la presión
adicional que el feto ejerce sobre la región inferior del abdomen. Las várices
también pueden ser causadas por un sobrepeso considerable o por permanecer
de pie durante períodos prolongados.
El tratamiento para eliminar las várices puede consistir en inyectar una solución
salina que contrae las venas. Otra posibilidad es inyectar un líquido denominado
«agente esclerosante» que hincha las paredes de la vena. A continuación se
venda firmemente la pierna para comprimir las paredes de las venas. La
cicatrización que se produce en la vena hace que las paredes se adhieran.
Algunos tipos de várices y arañas vasculares pueden tratarse con láser. El calor
del láser se emplea para destruir las venas, las cuales se aplastan y cierran.
Cuidados de enfermería:
La insuficiencia cardíaca es una afección grave pero común. Cuando existe una
insuficiencia cardíaca, el corazón no puede bombear suficiente sangre para
satisfacer las necesidades del cuerpo. La insuficiencia cardíaca se desarrolla con
el tiempo a medida que la acción de bombeo del corazón se debilita o se hace
más difícil llenar adecuadamente el corazón con sangre entre latidos. Puede
afectar el lado derecho, el izquierdo o ambos lados del corazón. La insuficiencia
cardíaca no significa que el corazón haya dejado de funcionar o esté a punto de
dejar de funcionar.
Otros problemas del corazón que pueden causar insuficiencia cardíaca son:
Cardiopatía congénita
Ataque cardíaco (cuando la enfermedad de la arteria coronaria resulta en
un bloqueo repentino de una arteria del corazón)
Válvulas cardíacas permeables o estrechas
Infección que debilita el miocardio
Algunos tipos de ritmos cardíacos anormales (arritmias)
Amiloidosis
Enfisema
Hipertiroidismo
Sarcoidosis
Anemia grave
Demasiado hierro en el cuerpo
Hipotiroidismo
FISIOPATOLOGÍA
Signos y síntomas
Diagnóstico
Tratamiento
Medicamentos
Perfusión tisular inefectiva r/c interrupción del flujo arterial m/p arritmias,
dolor torácico alteración de la frecuencia respiratoria