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La enfermedad del Alzheimer afecta como tal al cerebro y a ningún otro órgano del ser
humano y como tal se va desarrollando de una manera progresiva aumentando la dificultad
de la capacidad que se tiene de poder recordar los sucesos, aprender nuevas cosas, y su forma
de hablar. Según Mercedes Macías Arribí (2007) de la Federación de Asociaciones Gallegas
define “a la enfermedad del Alzheimer como una demencia degenerativa primaria”, en donde
hace referencia a la parte degenerativa por que se va dando de forma lente y progresiva
produciendo cambios en una zona del cerebro y almacenando proteínas con estructuras
anormales que terminan produciendo alteraciones de las funciones neuronales.
A las personas mayores de edad les deteriora las facultades psíquicas. Siendo la primera de
ellas la pérdida de la memoria, la dificultad para poder pensar, razonar, planear su vida a
futuro, aprender y recordar cosas nuevas, así como tomar decisiones sobre su propia vida;
todo esto viene acompañado también de cambios afectivos y emocionales que no solamente
agravan la situación del paciente, sino, también de las personas que lo rodean.
Esta situación provoca en las personas que los cuidan una intensa y ardua labor para poder
satisfacer las necesidades que el paciente necesite. Por eso mismo es necesario que los
familiares o cuidadores directos al paciente con Alzheimer brinden información precisa en
donde se pueda identificar el problema causado proveniente de los síntomas del paciente.
Sin lugar a duda los integrantes de la familia del paciente que padece Alzheimer es la mejor
fuente de cuidado que pueden recibir, según la Fundación Reina Sofía (2012) nos dice que
“el 70% de los cuidados que reciben proviene exclusivamente de su entorno familiar, y sólo
el 30% procede de servicios formales y profesionales”, es por eso el motivo de la importancia
que tiene la salud del cuidador familiar y brindar un mejor trato a su paciente.
Primeramente los cuidados provienen del familiar más cercano que tiene el paciente y con el
que se siente más cómodo emocionalmente, sin embargo, es el motivo por que recae todo el
peso de las responsabilidades mayormente en un solo familiar. Al principio el cuidador no
tiene en cuenta que el cuidado a su paciente con Alzheimer puede durar varios años y que
con el paso del tiempo las necesidades del paciente serán cada vez aún mayor.
Se debe de entender que cuidar a una persona con demencia no solamente se trata de ver por
su bienestar físico, de igual forma se tiene que entender por la situación en la que está
pasando, sus emociones confusas y con repentino cambio y que minimizar los riesgos que le
pueden afectar al paciente, incluso si fuese necesario tomar decisiones por ellos mismos.
Tomando en cuenta esto se da por entendido que la tarea del cuidador con el padecimiento
de Alzheimer no es nada fácil.
Debido a que no todos los cuidadores afrontan esta situación de la misma manera, la
Dirección General de Mayores en Madrid (2013) afirma “que con el tiempo se produce en
mayor o menor medida un desgaste físico y emocional que repercute en el estado de salud
del cuidador”, siendo de esta manera el descuido de su salud se debe de estar alerta a las
señales que se presentan como dolores, cansancio, inquietudes e insomnio. Todas estas
señales son el inicio de un mal estado de salud, que, si no se le da la debida importancia
podría ocasionar no solamente el mal cuidado del paciente sino también del mismo cuidador.
Por lo tanto las técnicas y consejos que se pueden ofrecer a una persona que tiene bajo su
cargo el cuidar de un paciente familiar con Alzheimer son: comer adecuadamente y en las
horas establecidas, realizar ejercicio diariamente para mantener la mente despejada, dormir
y descansar varias veces al día, mantener contacto al menos por teléfono con los demás
familiar y amigos, y dedicar los momento libres a realizar actividades que le hagan sentir
bien incluso compartiéndolas con su familiar enfermo.
Según la BrightFocus Foundation (2015) menciona que “existen algunas técnicas probadas
y verdaderas, aunque no eliminarán totalmente la tensión, pueden ayudar a manejarla y
reducirla. Estas técnicas envuelven suavizar el impacto de los agentes que ocasionan la
tensión en su vida y desarrollar su capacidad de afrontarlos”, para ello es necesario que
puedan adoptar al menos tres de las técnicas que se describirán en este documento:
Tómese el tiempo para meditar o reflexionar; diez o veinte minutos es suficiente para poder
despejar la mente cuando el cuidador se siente sobrecargado o con mucha tensión, algunas
personas optan por aprender a meditar mediante libros, clases o videos.
El ejercicio es otra buena manera de sanar la mente y el cuerpo; siendo el ejercicio una de las
mejores maneras para reducir el peso del estrés, pudiendo encontrar videos de yoga o
ejercicio incluso invitando a algún amigo o familiar a realizar en casa.
Tenga cuidado con su cuerpo teniendo constantemente chequeos médicos; tomando los
medicamentos que se les sea asignado y comiendo de una manera saludable para mantener
el cuerpo mejorando las emociones dándole una sensación de bienestar.
Trate de hacer algo que le guste cada día; haciendo algo que le guste, como ver algún
programa favorito, o cultivar un jardín, leer algún libro o solamente con descansar
cómodamente en su espacio para sentir que tiene una vida además de dedicarse al cuidado.
Prepare una lista de las cosas que debe hacer; tratar de realizar todas las actividades y
preocuparse por si alguna se le olvidó, aumenta el estrés y agrava el problema, para esto se
pueden usar calendarios o agendas que le permite llevar sus actividades de una manera más
organizada.
Haga una cosa a la vez; tratar de hacer varias cosas a la vez como cocinar, atender el teléfono
y los quehaceres de la casa termina por aumentar la tensión, por ese motivo se aconseja que
haga una sola cosa y al termino realice otra para su mejor comodidad.
Establezca límites a lo que pueda lograr, y aprender a decir “no” más a menudo; si el cuidador
se siente agotado debe de bajas sus propias expectativas y revalorizar sus prioridades, pues
no puede hacerlo todo.
No trate de hacer todo sin ayuda; es necesario mantener contacto con amistades y familiares,
basta en ocasiones con una sola llamada para poder contar todas sus preocupaciones, el sentir
escuchado también sirve para librarse de todo el peso.
Lleve un diario; escribir lo que piensa y siente ayuda a aclarar las emociones en medio de
tanto desorden, sirve como una salida de todas las preocupaciones y responsabilidades de las
que se encarga.
Conserve su sentido del humor; a veces el reírse ayuda a una excelente salud física y
emocional, pudiendo encontrar diversos materiales para ocasionar esa risa por medio de
internet, la televisión o revistas.
Reconozca sus méritos; como cuidador de un familiar con Alzheimer es probable que ponga
todos su esfuerzos para logar las tareas de una manera eficaz, por tal motivo es bueno que
reconozca y se permita sentir una sensación de logro y satisfacción por lo que hace.
El envejecimiento entonces, es un proceso natural por lo que todo ser humano pasa, y no se
puede evitar que algunas enfermedades de demencia como el Alzheimer lleguen a la vida de
cada uno, por tal motivo toda la responsabilidad que carga el cuidador familiar hace que
también su estado físico y emocional se vea afectado. Se ha demostrado la importancia de
cuidar de la propia salud del cuidador para poder ofrecer un mejor cuidado a su familiar
enfermo, siendo de esta manera el objetivo buscado en este documento ofreciendo técnicas
de apoyo y autocuidado mejorando la salud tanto del cuidador como de su paciente.