Revista Familia 2020

EL NIÑO Y SU
ENTORNO
 Departamento de Familia
Comité Nacional

IGLESIA PENTECOSTAL UNIDA DE COLOMBIA

Departamento de Familia

DIRECCIÓN GENERAL
Edilberto Ortiz
Director Departamento de Familia

EQUIPO EDITORIAL
Edilberto Ortíz
Lucero Becerra
Rosalba Escobar
Lady Charris
José Sierra
Edilson Jaramillo
Elkin Torres
Héctor Betancur
Edith Muñoz
Rodolfo Guarín

EDICIÓN Y CORRECCIÓN
José Sierra
Miryam Pulido

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Isabel Cardona

02

SEM
EN EL CORAZÓN DEL NIÑO
En esta ocasión hablaremos de la siembra de la
buena semilla, la palabra de Dios, en el corazón del
niño. Por lo tanto, sembrar por fe es el tema en el
que nos enfocaremos.
Cuando se empieza la siembra, el sembrador debe
orientarse en la constancia y no desmayar, para
que más adelante pueda ver los frutos de la obra
del Espíritu Santo. Así mismo, los padres, pastores
y maestros de Escuela Dominical podrán ver los
efectos de un carácter bien formado en la vida de
los niños que Dios puso en sus manos, basado en
la buena semilla de los principios bíblicos.
«Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra
de Dios» (Lucas 8:11).
El que siembra en el corazón de un niño la palabra
de Dios para formarlo en los caminos del Señor
debe tener fe en que Dios hará la obra y la
perfeccionará. «Yo planté, Apolos regó; pero el
crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que
planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el
crecimiento» (1 Corintios 3:6-7).
Sembrar en el corazón del niño
« El que siembra en el corazón de
un niño la palabra de Dios para
formarlo en los caminos del Señor
debe tener fe en que Dios hará la
obra y la perfeccionará.»
Un ejemplo de la tarea constante fue el de
Jocabed, madre biológica de Moisés, que se
encargó de criarlo durante su niñez y de sembrar
en el corazón de él los principios que lo llevaron a
ser un hombre fiel y temeroso de Dios. « Y la hija de
Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y
llamó a la madre del niño, a la cual dijo la hija de
Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo
pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió»
(Éxodo 2:8-9).
Ella tuvo la oportunidad de criar a su hijo y sembrar
la buena semilla en el corazón del niño Moisés.
« Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamar-
se hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser
maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los
deleites temporales del pecado, teniendo por ma-
yores riquezas el vituperio de Cristo que los teso-
ros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada
en el galardón» (Hebreos 11:24-26).
Esto nos dice que los resultados de la buena
semilla sembrada por Jocabed en la vida de
Moisés fueron evidentes.
03

«Si quieres sembrar, no te quedes mirando al
viento; si quieres cosechar, no te quedes mirando
al cielo. Hay que sembrar en la mañana, y volver a
sembrar en la tarde. Nunca se sabe cuál de las dos
siembras será mejor, o si las dos serán
abundantes» (Eclesiastés 11:6. TLA).
Cuidando la semilla
No vale de nada sembrar la semilla y dejarla sin
cuidado. «Y los de junto al camino son los que
oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón
la palabra, para que no crean y se salven»
(Lucas 8:12).
Es así como los niños se ven expuestos a las
malas compañías que vienen con una mala
semilla y esta genera en su corazón frutos de
maldad, llevándolos a la drogadicción, la inmorali-
dad, el uso de palabras malas y ofensivas, al
crimen, el hurto, la mentira, la venganza, entre
otros.
Es decir, que aún cuando oyeron la palabra de Dios
durante su niñez, no fue cuidada la semilla y vino el
enemigo y quitó de su corazón la palabra dejando
ellos de creer y obedecer.
Según la parábola del trigo y la cizaña, debemos
estar muy alertas, para que el enemigo no dañe
nuestro cultivo, sembrando la mala semilla. « Pero
mientras dormían los hombres, vino su enemigo
y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando
salió la hierba y dio fruto, entonces apareció
también la cizaña» (Mateo 13:25-26).
Por eso, una gran cantidad de adolescentes se apartan del
camino del Señor, dado que en su niñez aún cuando se
sembró la buena semilla, no hubo constancia del
sembrador en la enseñanza de la palabra de Dios, por lo
cual no creció raíz.
«Los de sobre la piedra son los que habiendo oído,
reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen
raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la
prueba se apartan» (Lucas 8:13).
Sembrar en el corazón del niño
«La que cayó entre espinos, éstos son los que
oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y
las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan
fruto» (Lucas 8:14). Este pasaje sirve de referencia
a la situación en la que los niños crecen en el
Evangelio, pero sus padres dan prioridad a sus
negocios, el dinero, el trabajo o las ocupaciones,
dejando de lado la asistencia a los cultos, la
formación de sus hijos en los principios cristianos
y su ejemplo no es el de una persona que está
formando a su hijo espiritualmente. Entonces, el
niño crece y en su adolescencia lleva la idea de
preferir los placeres de la vida, dado que fue el
ejemplo recibido, y muchos se apartan.
Es importante que como padres, pastores y maestros de
Escuela Dominical no dejemos de formar al niño en el
camino del Señor de manera persistente, como lo dice la
Biblia:
«Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán
sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y
hablarás de ellas estando en tu casa, y andando
por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán
como frontales entre tus ojos; y las escribirás en
los postes de tu casa, y en tus puertas»
(Deuteronomio 6:6-9).
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04

El sembrador nunca desistió de enseñar la palabra
de Dios; siempre esperó y tuvo la confianza en que
iba a encontrar buena tierra. Es por esto por lo que
debemos confiar en la enseñanza impartida a
nuestros hijos o alumnos de Escuela Dominical,
porque ella hará lo que Dios la envió a hacer: «así
será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a
mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será
prosperada en aquello para que la envié»
(Isaías 55:11). Esto hace referencia a aquellos
niños en los que se siembra la semilla y dan
mucho fruto, crecen en los principios y valores
cristianos y llegan a ser muy estables en su vida
espiritual. « Mas la que cayó en buena tierra, éstos
son los que con corazón bueno y recto retienen la
palabra oída, y dan fruto con perseverancia»
(Lucas 8:15).
Sembrar en el corazón del niño
Son muchos los niños que iniciaron su vida
espiritual en la iglesia y hoy son personas mayores
y, aún así, siguen perseverando y dando mucho
fruto, porque la semilla cayó en buena tierra;
porque tuvieron padres, pastores y maestros que
nunca desmayaron en la labor; es decir, fueron
formados y se desarrollaron con un corazón
dispuesto para agradar a Dios en todo lo que
hacen. Por lo cual, hoy, resaltamos la importancia
y reconocemos la valiosa labor de quienes
sembraron la buena semilla que es la Palabra de
Dios.
«El sembrador nunca desistió de
enseñar la palabra de Dios; siempre
esperó y tuvo la confianza en que iba
a encontrar buena tierra.»
05
 El niño y sus padres

La disciplina familiar son las estrategias y

EL NIÑO Y
mecanismos de socialización que emplean los
padres para regular la conducta e inculcar valores,
actitudes y normas en los hijos. No debemos
olvidar que los padres somos un referente

SUS PADRES
«Educa a tu hijo desde niño, y aun cuando llegue a viejo
seguirá tus enseñanzas» (Proverbios 22:6. TLA).
Según el diccionario, educar «consiste en enseñar
a temprana edad valores, conocimientos,
costumbres y formas de actuar, que permiten a un
individuo vivir en sociedad»
(2016, Significados.com).
importante para su formación integral, añadiendo
amor en un ambiente de mucho respeto. Por lo
anterior, si les hemos dado buen ejemplo,
podemos estar seguros de que ellos serán nuestro
reflejo, como resultado de la educación que se les
ha impartido en sus primeros años de vida. Qué
bueno decir: «Lo que aprendisteis, y recibisteis
y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de
paz estará con vosotros» (Filipenses 4:9).
Por eso, es tan importante ser responsable con lo
que Dios nos ha encomendado al construir familia.

Ser padre es una bendición, sin olvidar que es una

elección; y como elección, se debe asumir con
suficiente responsabilidad. Si soy responsable
respondo por la formación integral de mi familia a
través de la enseñanza de la palabra de Dios, la
disciplina, el ejemplo, y mediante los principios
bíblicos y valores morales y espirituales.

Los principios son los fundamentos y las

convicciones que enseñan a hacer lo que es
correcto. Están ligados a la norma y a los
límites, que enmarcan a los que participan y
como participan en el sistema familiar, y a los
cuales necesitamos como seres humanos para
poder vivir en sociedad. Teniendo
en cuenta, además, que la
unión y el respeto dentro de
una familia dependen en
gran parte de la valoración
y aceptación de las normas,
que además van ligadas a
una palabra que poco se
practica en esta época:
Disciplina, viene de discípulo
y tiene que ver con
aprendizaje y educación.

06
 El niño y sus padres

si no comprendemos lo delicado que es educar,
entonces, complicamos los tiempos de nuestros
hijos y lo más probable es que ellos no cumplan
con su deber tampoco con sus hijos. No olvidemos
que está en juego algo muy valioso que es su
salvación. Entendiendo igualmente que, somos
parte de una red de relaciones; ya que somos el
antes o el después de alguien. Soy el antes de mis
hijos y el después de mis padres. Por este motivo,
debemos aprovechar al máximo el tiempo y
responsabilizarnos en las cosas que debemos
hacer AHORA, porque después será demasiado
tarde.
«El que ama la instrucción ama la sabiduría; más el que
aborrece la reprensión es ignorante» (Proverbios 12:1).
En algún momento, a alguien se le ocurrió decir
que debíamos ser amigos de los hijos.
Sin embargo, es importante que sepamos que,
antes de ser amigos de ellos, debemos crear
vínculos de confianza, ya que ser amigo es
obvio, pero ser padre y madre está muy por encima
de ser amigo y también implica tener la firmeza
y el carácter para educar en principios morales y
espirituales, aún cuando no sea todo el tiempo
motivo de mucha satisfacción o alegría para ellos.
«Es verdad que ninguna disciplina al presente
parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero
después da fruto apacible de justicia a los que en
ella han sido ejercitados» (Hebreos 12:11).
Hoy en día existen muchos padres modernos. Para
ellos, ser modernos implica abandonar todo tipo
de instrucción y formación para sus hijos,
dejándolos a la deriva, solos; y es precisamente
esa soledad la que está generando que la juventud
esté sin rumbo en medio de una generación, como
lo dice el Señor, maligna y perversa. Se necesitan
más padres sensibles; padres que sientan una
carga y responsabilidad enorme por la formación
de sus hijos; pero no, PADRES MODERNOS, sino
padres responsables que eduquen en Disciplina y
amonestación del Señor; padres que desde
temprano corrijan a sus hijos, ya que seguimos
creyendo que el Señor Jesucristo sigue siendo, en
este siglo XXI, el fundamento sobre el que se
apoya la familia.
«Educa a tu hijo desde niño, y aun cuando llegue a
viejo seguirá tus enseñanzas» (Proverbios 22:6.
TLA). Enseñe, forme, instruya, coloque límites a
sus hijos desde la disciplina, la regla y la norma,
sea ejemplo y esté seguro y confiado que él
seguirá sus enseñanzas.

«Mantente firme en la instrucción, nunca te desanimes, Se necesitan más padres sensibles;

guárdala bien, pues ella es tu vida» (Proverbios 4:13) padres que sientan una carga y
(2013, Pastillas de luz). responsabilidad enorme por la
formación de sus hijos
Recordemos que, la mejor misión que podemos
tener los padres es la educación de nuestros hijos
y la de hacerlos verdaderos cristianos, buenas
personas, buenos esposos, buenos profesionales.
Démosles el tiempo oportuno y necesario con
mucho amor, ejemplo y respeto desde la
instrucción, la regla y la norma.

07
 El niño y su familia extensa

EL NIÑO Y SU
FAMILIA
Extensa
«He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el
fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, Así son los
hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que
llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado; Cuando hablare
con los enemigos en la puerta» (Salmos 127:3-5).

Hemos escuchado hermosas enseñanzas SIGNIFICADO DE LA FAMILIA EXTENSA

basadas en estos textos bíblicos que evidencian
ante todo que
A) Nuestros niños son una herencia para ser bien
administrada
B) Para los padres, los niños representan la
oportunidad de guiarlos en la dirección correcta
y ayudarlos a llegar lejos tanto en asuntos
materiales como espirituales, y que, además, a
lo largo de la vida, ellos significarán ayuda,
apoyo y tranquilidad, sobre todo, en el tiempo de
la vejez.
PARA EL NIÑO
Por lo representativa y útil que la familia extensa
es para el niño, es deber de los padres inculcarle al
niño amor, cariño, consideración, acatamiento y
respeto que merecen los que la conforman. El
ejemplo marca estas pautas. Comienza en la
forma como el niño ve que se relacionan sus
propios padres con sus seres queridos cercanos.
Por eso, los padres deben ser cuidadosos al tratar-
los y al referirse a ellos frente a sus niños.
BENEFICIOS DE LA FAMILIA EXTENSA

Cuando se analiza lo anterior, no podemos menos
que pensar: ¡Cuán completo es todo lo que Dios
hace y cuan completa su Palabra!
QUIÉNES CONFORMAN LA FAMILIA EXTENSA
La familia extensa está conformada por los
parientes cercanos, también considerada como
sinónimo de familia consanguínea - abuelos,
bisabuelos, tíos, primos, sobrinos y demás, son los
allegados cercanos del niño.
Diferentes fuentes de Afecto: La familia extensa
representa una mayor fuente emocional de cariño
y apegos. Ellos son los que lo aman y estarían
dispuestos a ayudar a cuidar de él.
La familia extensa constituye la red emocional
más saludable para los niños, conservando el
sentimiento de pertenencia y de anclaje que un
menor necesita para su adecuado desarrollo
emocional.

08
 El niño y su familia extensa

Mayor gratificación en actividades conjuntas Visto de esta manera y cuando estas expectativas
A los niños les gusta mucho cuando la familia está se cumplen, la familia extensa representa toda
reunida y se crea un ambiente de alegría y una bendición.
diversión. No hay mejor noticia para el niño que
saber que se planifican actividades de fin de La familia extensa y sus límites
semana con los abuelos y familiares - para ellos Si en realidad nos interesa esta maravillosa
representa más diversión y más cantidad de herencia llamada hijos, hay que establecer límites
personas amorosas en su entorno. a la familia extensa. No es tan simple como enviar
al niño con ellos para que lo cuiden y listo. Pues,
Oportunidad de interacción será allá donde se formará de manera integral y
Es la mejor oportunidad para que los niños donde pasará más tiempo y con más personas.
interactúen con sus mayores y otros niños. Por
una parte, hacer preguntas a los mayores y pedir Por lo tanto, los padres deben reunirse con ellos y
que les cuenten historias; sorprenderse de sus plantearles con claridad los límites y horarios de
relatos y conocer otros aspectos y vivencias de sueño, de realizar tareas, de jugar, ver televisión
sus familiares. Por otra, jugar con los otros niños con programación apropiada, y usar dispositivos
de la familia. Sobre todo, esto representa un como el celular u otros. El ambiente donde
momento único y especial, para los que son hijos cuidarán al niño también es importante: debe ser
únicos. sano en costumbres y dichos. La familia extensa
comprenderá y acatará los deseos de los padres.
Mayor número de cuidadores Si es necesario, se podrán colocar las normas a la
A causa de que el esquema familiar ha cambiado y, vista de todos en una cartelera en letra legible para
en su mayoría, ambos trabajan, los padres de hoy asegurarse que no se pasen por alto.
se ven en la necesidad de dejar al cuidado de
terceros a sus hijos. La familia extensa por lo
regular estará dispuesta para cuidar del niño
cuando sea necesario, bien sea de modo temporal
o permanente.
La familia extensa significa el incremento de
cuidadores del menor y se marca como una
primera opción. Esos lugares familiares de
acogimiento del menor pueden representar para
él, estabilidad toda vez que está en un ambiente
de personas conocidas y es una medida de
protección que buscan los padres, entendida
como el compromiso que la familia asume en el
cuidado del menor, tenerlo en su compañía,
alimentarlo, educarlo, y procurarle una formación
integral.
La familia extensa constituye la red emocional
más saludable para los niños, conservando el
sentimiento de pertenencia y de anclaje que un
menor necesita para su adecuado desarrollo.

09

DESVENTAJAS
Apegos emocionales
Los padres que dejan a sus hijos para ser
cuidados por su familia extensa o por algún
miembro en particular deben saber que es
inevitable que el niño tenga un distanciamiento
parcial emocional con sus padres biológicos y un
apego más profundo con sus cuidadores
cercanos.
Por otro lado, muchas familias extensas presentan
problemas de convivencia, peleándose, teniendo
pleitos, maltratos verbales, violencia. Esto puede
ser muy negativo para los niños; pues, es en ese
núcleo donde aprende valores o antivalores. Nada
es peor que romper los lazos con la familia
extensa u obligar a nuestros niños a cortar su
relación con sus familiares con los que ya
establecieron lazos afectivos. Es un evento
traumático y desconsiderado. Incluso, algunos
padres les prohíben volver a hablarles. Es un acto
cruel, egoísta y de inmadurez de los adultos en su
actuar, y aunque los hijos lo hagan por
congraciarse con los padres, sufren interiormente
la pérdida de una pertenencia familiar a la que
tienen derecho. Cuando falten los padres es
precisamente esa red de tíos, primos y sobrinos la
que les queda como soporte y acompañamiento
en la vida; por lo tanto, a pesar de las diferencias
con la familia extensa, para los hijos sería
importante y gratificante conservarla y los padres
no deben impedirlo.
Cuidado infantil en la familia extensa
Ahora bien, es la misma palabra la que nos relata
que un padre de familia sembró en su campo
buena semilla, pero mientras dormían los
cuidadores, el enemigo vino y sembró también su
cizaña. Esto lo que enseña es que no basta con
sembrar lo bueno, sino que también hay que
cuidarlo. Los padres cristianos no podemos
dormirnos, bajar la guardia en el cuidado de esta
maravillosa herencia que son los hijos.
El niño y su familia extensa
Cuánto dolor, tristeza y lágrimas hay en los padres
que comprenden que aquellos «pequeños descui-
dos» arrasaron la vida física y emocional de ese
preciado bien que son sus hijos. ¡Hay tantas
formas de dañar a nuestros niños!
Abuso emocional
Muchas veces, los niños quedan marcados con el
trato que le dieron sus cuidadores cuando eran
pequeños e indefensos. Ese abuso emocional
perdura en la vida de quienes fueron humillados,
tratados despectivamente por su familiar
cuidador, que usaba frases peyorativas como
«eres un bobo», «un tonto», «un feo»,
«un estúpido», «no haces nada bien», o fueron
humillados con la comida, o avergonzados ante
desconocidos, entre otras. Esos familiares
cuidadores logran aniquilar la autoestima del
niño, que no tiene golpes físicos para demostrar
ese maltrato a sus padres, pero lo deja hecho
añicos en su interior. Y ni hablar del maltrato físico
algunas veces autorizado por sus propios padres:
¡si se porta mal, dele duro! - convirtiendo esa
impotencia en irritabilidad-. Noticias aterradoras
por doquier en el mundo apuntan sobre niños que
cometen actos brutales con sus propios padres o
parientes; niños llenos de dolor y rencor social,
que fueron maltratados en todas sus formas.
Los padres cristianos no
podemos dormirnos, bajar
la guardia en el cuidado de
esta maravillosa herencia
que son los hijos.
10
 El niño y su familia extensa

Abuso sexual No hay nada que reemplace el deber de los padres

El abuso sexual, y el incesto, no queda por fuera
del rango intrafamiliar, pues es una problemática
que viene atacando cada vez más frecuentemente
a sus víctimas predilectas –los niños-. No se trata
de un problema reciente o nuevo. Es y ha sido una
constante histórica, que se produce sin distinción
de cultura, estrato social, convirtiéndose en pro-
blema universal. (2 Samuel 13:1-20).
de educar a sus hijos acerca de su autoprotección
y riesgos a los cuales pueden verse expuestos.
Esa tarea la hacen directamente los padres,
enseñando que el respeto por su integridad forma
parte vital de su ser. El conocimiento y la
enseñanza constituyen una coraza protectora
desde la niñez.

En la práctica de consejería familiar hay que Esto incluye hermanos mayores, madrastras,
reconocer los eventos traumáticos que se padrastros, medios hermanos, abuelos, novios/as,
reportan en este sentido en relación con la de los familiares que ganan un importante terreno
familia extensa, porque es preocu- en la confianza del menor y crean lazos
pante el alto porcentaje de afectivos fuertes a veces por medio de
abuso al menor, donde los dádivas, donde el agresor manipula el
principales abusadores vínculo familiar a través de la utiliza-
sexuales de la población Hay que cerciorarse de ción del poder y/o la intimidación
infantil son los familiares que todos los que van a imponiendo la dinámica del
cercanos. Con esto, estar rodeando al menor «secreto».
tendremos que decir que el estén comprometidos Una niña/o por pequeñito/a que
simple hecho de ser responsablemente a esté, si su madre le enseña que si
familia no basta. cuidar de él. alguien le quiere tocar su cuerpo
Hay que cerciorarse de que diga no y lo cuente, está protegi-
todos los que van a estar da/o 5-10-15 veces más que aque-
rodeando al menor estén llos niños a los que no se les dio esa
comprometidos responsablemente información (Unicef).
a cuidar de él y esto es algo que deben
prever directamente los padres del
menor.

11
 El niño y su familia extensa

Analice estas situaciones:

«… ¡Quien mejor para cuidar a mis hijos que mi
madre, que mi hermana–son de muy buenas
costumbres, son creyentes , y temerosas de Dios»
¿Pero y los demás ocupantes de esa casa?, ¿tíos,
abuelo, primos, amigos frecuentes y demás?
«…Mis hijos van para la finca de mi hermana a
pasar vacaciones - ella no es creyente pero es muy
amplia en cariño, comida y obsequios - ¡además
puedo descansar un poco de ellos! »
«…Los dejaré solo un momento con su tío, con su
abuelo, con mi primo/a o demás»
Madres y padres que dejan sus niños al
cuidado de su nueva pareja (se trata de
madres solteras, viudas, divorciadas).
Padres que dejan a sus hija/o, con los
hijos/as, o familiares de su nueva pareja
(viudos, divorciados).
Padres que reciben familiares cercanos o
lejanos para convivir bajo el mismo techo por
intereses económicos.

PADRES DE FAMILIA
AFILEN SUS HIJOS CON AMOR Y CUIDADO,
COMO SAETAS A SU FAVOR
Y NO EN CONTRA
Salmos 124:5

12
 El Niño
Su Cuidado
La existencia humana procede de la mano creado-
ra de Dios, quien nos hizo a su imagen y semejan-
za. Podemos decir que somos producto de la ben-
dición del Altísimo, y que sus planes para con la
humanidad son de bien y no de mal. Es así, el amor
del Señor, que nos dio la oportunidad de no estar
solos, regalándonos una ayuda idónea, y como
fruto del amor de esa unión, unos hijos,
considerados por él, como una herencia, meritoria
de estima. «He aquí, herencia de Jehová son los
hijos; Cosa de estima el fruto del vientre»
(Salmos 127:3).
En coherencia con esto, se aprecia el gran interés
del Señor, en que la niñez esté cerca de él, « Pero
Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo
impidáis; porque de los tales es el reino de los
cielos Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se
fue de allí» (Mateo 19:14 -15).
El niño y su cuidado
&
La herencia es un concepto que se aplica a
diferentes ámbitos de la vida del ser humano. En
este contexto, se puede decir, que la herencia es la
oportunidad que Dios le otorga al ser humano de
tener unos hijos, por los cuales tiene el deber de
esforzarse en amar, proteger y criar, teniendo en
cuenta como fundamento principal la palabra de
Dios, «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbre-
ra a mi camino» (Salmos 119:105).
Así mismo, el Señor ha permitido que existan leyes
terrenales, las cuales permiten que, ante el respeto
por ellas, haya un mejor entendimiento entre los
seres humanos. Para ello, en el marco de la
protección de los niños y niñas, se encuentra
vigente normatividad internacional y nacional,
dentro de las cuales de destacan la Declaración de
los Derechos Humanos y la Convención
Internacional, la Constitución Política de
Colombia, así como la Ley 1098 del 2006, Código
de Infancia y Adolescencia, y otras disposiciones
legales.
13

El órgano jurídico reconoce que este grupo etario
está compuesto por sujetos de máxima
importancia, estimando que son vulnerables; por
tal razón, sus derechos prevalecen sobre los de los
demás, y deben ser protegidos por la familia, la
sociedad y el Estado; así lo contempla la
Constitución Política de Colombia, la Ley 1098 del
2006, Código de Infancia y Adolescencia en su
artículo 10.
De igual forma, en la carta magna, el Artículo 44
refiere «Son derechos fundamentales de los niños:
la vida, la integridad física, la salud y la seguridad
social, la alimentación equilibrada, su nombre y
nacionalidad, tener una familia y no ser separados
de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura,
la recreación y la libre expresión de su opinión.
Serán protegidos contra toda forma de abandono,
violencia física o moral, secuestro, venta, abuso
sexual, explotación laboral o económica y trabajos
riesgosos.
El niño y su cuidado
Así mismo, el Señor ha permitido que
existan leyes terrenales, las cuales
permiten que, ante el respeto por
ellas, haya un mejor entendimiento
entre los seres humanos.
Gozarán también de los demás derechos
consagrados en la Constitución, en las leyes y en
los tratados internacionales ratificados por
Colombia».
No obstante, la transgresión de las normas genera
sanciones, y de acuerdo a las escrituras, trae
condenación para quien las infringe.
(Romanos 13:1-2).
Así como para el ser humano en el marco de la
corresponsabilidad que le atañe en relación al
ejercicio de la garantía de los derechos de la niñez
pueden como efectos de su acción u omisión,
repercutirle consecuencias de orden jurídico y
desde el orden bíblico de condenación, para el niño
o la niña, víctima de las diferentes acciones
humanas, las consecuencias físicas o
psicológicas entre otras, pueden llegar a ser
devastadoras.
14

Las estadísticas de las que se disponen ofrecen unas cifras cada vez más altas
de como la niñez es víctima de distintas manifestaciones de violencia, bien sea
directa o indirectamente.
En el año 2018, según Medicina Legal y Ciencias
Forenses, se realizaron 49.669 informes periciales de
violencia hacia la pareja, 10.794 de violencia hacia los
niños, niñas y adolescentes, donde los padres con
30,58 % y las madres 29,46 %, siguen siendo los prin-
cipales agresores, ocupando los dos primeros lugares.
En cuanto a la violencia sexual, la tasa más alta de este
flagelo en los últimos 10 años fue precisamente en el
año 2018.
De las 26.065 valoraciones por presunto delito sexual
registradas durante este año, la mayoría de las vícti-
mas fueron mujeres, 22.309 casos, hombres fueron
3.756 casos. El grupo de edad más afectado el de 10 a
13 años. Por cada niño entre los 10 y los 13 años vícti-
mas de presunto delito sexual se presentan ocho niñas
en el mismo rango de edad. Mientras que en los niños
es el rango de edad de los 5 a los 9 años el más vulne-
rable con 1.370 casos.
El niño y su cuidado
De las valoraciones realizadas a mujeres
por presunto delito sexual, lamentablemen-
te se encuentran 5.713 niñas entre los 10 y
los 13 años en embarazo. El escenario
donde el niño o la niña es mayormente
victimizado es en la familia, los principales
agresores son el padrastro equivalente a
1.203 casos, el padre con 498 y el tío
representado en 496 valoraciones
(Forensis, 2018).
En este mismo año hubo 12.116
homicidios, 11.074 hombres, 1.042
Mujeres, 78 Niños y niñas entre los 0 y 9
años, y 87 entre los 10 y 14 años de edad.
De igual forma para este mismo año, se
reportaron 163 niños y 121 niñas, lo cual
representa el 6,04 % y 4,48 % respectiva-
mente de las muertes por suicidio; más aún
sigue siendo preocupante la presencia de
suicidio en niños entre los 5 y 9 años de
edad. (Forensis, 2018).
15

Resulta inconcebible que, frente a todo esto, nos
quedemos inmóviles. La realidad frente a estos
temas que se vive en este país puede ser mayor,
puesto que hay personas que optan por el silencio,
la resistencia, u otros mecanismos, antes que la
osadía por asumir su rol de garante de derechos,
salvaguardando al niño, antes que, a sus propios
intereses, y denunciando a quienes vulneran sus
derechos.
Lamentablemente las diferentes manifestaciones
de la violencia pueden llegar a impactar de manera
negativa el desarrollo de la personalidad de quien
es víctima, así como el trazo y ejecución de su pro-
yecto de vida. De igual forma se incrementan los
factores de riesgo frente al consumo de sustan-
cias psicoactivas, conductas conflictivas, desvia-
das o delictivas
Iglesia del Señor, no debemos callar, cuando de hablar y
actuar a favor de la niñez se trata. La invitación es a
detenernos, pensar, y reflexionar respecto a cómo
estamos asumiendo nuestro rol de garantes de derechos,
cual o cuales son nuestras prioridades, y si dentro de
ellas, están incluidos los niños y las niñas...
La existencia
humana procede de
la mano creadora
de Dios, quien nos
hizo a su imagen y
semejanza.
El niño y su cuidado
Serán protegidos contra toda forma de abandono,
violencia física o moral, secuestro, venta, abuso
sexual, explotación laboral o económica y trabajos
riesgosos. Gozarán también de los demás
derechos consagrados en la Constitución, en las
leyes y en los tratados internacionales ratificados
por Colombia». No obstante, la transgresión de las
normas genera sanciones, y de acuerdo a las
escrituras, trae condenación para quien las
infringe. (Romanos 13:1-2).
Así como para el ser humano en el marco de la
corresponsabilidad que le atañe en relación al
ejercicio de la garantía de los derechos de la niñez
pueden como efectos de su acción u omisión,
repercutirle consecuencias de orden jurídico y
desde el orden bíblico de condenación, para el niño
o la niña, víctima de las diferentes acciones
humanas, las consecuencias físicas o
psicológicas entre otras, pueden llegar a ser
devastadoras.
16
 Pastoreando niños

Pastoreando
El ser pastor es un ministerio dado por Dios; por lo Mostrar verdadero amor a los niños.
tanto, algunas tareas son asignadas directamente La actitud con que se trata a los niños evidencia el
por el Señor a quienes ejercen este ministerio, amor que se les tiene; vemos en las Escrituras que
entre ellas tenemos a la de «pastorear a los niños». a los discípulos del Señor les molestaba la presen-
Las Escrituras dice, «...apacienta mis corderos» cia de los niños y quisieron impedir que se acerca-
(Juan 21:15). Para llevar a cabo esta tarea se ran a Jesús, y por esto fueron exhortados, «(…)De-
requiere tener en cuenta algunos aspectos: jad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis;
Amar a Dios, más que los demás. porque de los tales es el reino de Dios» (Mateo
Jesús antes de encargarle la misión de pastorear 19:14). El pastor debe tener en cuenta y estimular
niños al apóstol Pedro, le dijo: «Simón, hijo de la presencia de los niños en las actividades que se
Jonás, ¿me amas más que éstos?». Como vemos, realizan en la congregación, porque los niños tam-
Jesús estaba interesado en que Pedro evaluara si bién tienen que ser pastoreados. Expresiones de
su amor por Él era mayor que el amor que los afecto o cariño son necesarias en el trato hacia
demás le tenían, porque el encargo que le iba a dar ellos; un saludo, una sonrisa, una bienvenida, un
requería de verdadero amor y no tan solo de un «te elogio, hará que ellos se sientan parte del pueblo
quiero» «te aprecio», como algunos eruditos hacen de Dios y quieran amar a Dios como lo hace su
ver que fue la respuesta de Pedro. El ministerio de pastor.
pastorear a los niños indudablemente requiere de
un amor especial, pasión, entrega, dedicación,
esfuerzo, constancia, confianza, entre otros. Algu-
nas veces puede haber indiferencia, apatía, des-
precio, debido a diferentes formas de pensar, como
por ejemplo: «Ellos no son miembros de la Iglesia
del Señor», «solo algunos son salvos», «es trabajo
únicamente de los maestros de Escuela Domini-
cal», «la responsabilidad es de los padres», «de-
pende del Señor si permanecen o no», «mi ministe-
rio no es ese», entre otros. Es necesario que cada
pastor demuestre su verdadero amor a Dios obe-
deciendo al mandamiento del Señor que le dice:
«Apacienta mis corderos».

17
 Pastoreando niños

Alimentar adecuadamente a los niños.

La palabra de Dios hace diferencia entre el ser La responsabilidad de pastorear a los niños va
alimentados con leche y al ser alimentados con más allá de nombrar o apoyar a un comité que se
alimento sólido «(…)tenéis necesidad de leche, y encargue de esa labor, es un asunto ministerial. El
no de alimento sólido» (Hebreos 5:12). El pastor, al pastor debe asumir el reto no solo de pastorear las
preparar el mensaje que va a predicar debe tener ovejas (creyentes adultos) sino de apacentar a los
en cuenta el alimento espiritual que le dará a los corderos (niños, adolescentes), y ese apacentar
niños. Esta tarea es un poco difícil, debido a que el hace referencia a estar cerca, cuidar y ante todo, a
pastor está más dedicado a pastorear a ovejas que saber si tienen una necesidad en la que se les
a pastorear corderos. Los niños requieren no solo pueda ayudar.
de un trato especial sino de un alimento espiritual
acorde a su edad. La Biblia usa el término «leche»
como alimento, para referirse a la forma en que
tienen que ser alimentados quienes no tienen
suficiente experiencia (Hebreos 5:13), capacidad
(1 Corintios 3:2), crecimiento (Hebreos 5:12). Es
propio de los niños la leche y no el alimento sólido
(1 Pedro 2:2). Como conclusión de este punto, el
pastor debe usar un lenguaje adecuado, acorde a
la edad de los niños para poderles enseñar la
doctrina establecida en la palabra de Dios.

Proyectar a los niños para que sigan al Señor.

El sembrar la palabra de Dios en el corazón de los
niños da fruto que se refleja en el trascurrir de la
vida; como se observa en el caso de Timoteo que
desde niño conoció las Escrituras y que la fe de su
abuela y de su madre fue transmitida a él; por
tanto, es reconocido por ser un hombre que siguió
al Señor y llegó a ser un servidor, un ayudante, un
colaborador, un ministro en el Evangelio de quien
el apóstol Pablo dice: «Espero en el Señor Jesús
enviaros pronto a Timoteo, para que yo también
esté de buen ánimo al saber de vuestro estado;
pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan
sinceramente se interese por vosotros»
(Filipenses 2:19-20).

18
 El niño y su maestro

EL NIÑO Y SU
MAESTRO

“Llenar estas vasijas nuevas de

conocimiento de Dios es labor de
todos los que rodean al niño y a su
vez tienen conocimiento de Dios.”

19
 El niño y su maestro

El Señor Jesucristo mostró un amor especial por
los niños, mientras que muchos querían impedir
que estos compartieran con Él, pero, con su gracia,
su amor y misericordia, los acercó para mostrar a
la humanidad que el Reino de los cielos es de los
niños, «Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a
mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el
reino de los cielos. Y habiendo puesto sobre ellos
las manos, se fue de allí» (Mateo 19:14-15). El
mismo Señor exaltó la pureza de los niños,
colocándolos como ejemplo a cada persona que
desea entrar en el Reino de los cielos, «y dijo: De
cierto os digo, que, si no os volvéis y os hacéis
como niños, no entraréis en el reino de los cielos»
(Mateo 18:3).
Llenar estas vasijas nuevas de conocimiento de
Dios es labor de todos los que rodean al niño y a su
vez tienen conocimiento de Dios. Ese conocimien-
to debe enseñarles a amar al Señor así como Él los
ama, no a seguirlo por darle gusto a sus padres,
maestros de Escuela Dominical o al pastor de la
congregación, sino porque realmente le conocen y
han aprendido a buscarlo de todo corazón; por
esta causa, los maestros de Escuela Dominical,
juegan un papel muy importante en la vida de los
niños que asisten a cada congregación, dándoles
Dios la responsabilidad de ayudar en la formación
de los pequeños y al final ver la recompensa del
trabajo realizado.

Lo dijo por esa pureza que los rodea y a su vez,

porque son vasijas nuevas, con el deseo que se les
deposite conocimiento, el cual los forme para una
vida adulta, con valores cristianos, que los lleve a
tomar la mejor decisión de seguir a Cristo y reco-
nocerlo como su salvador, que guíe sus pasos,
permitiendo que Él crezca en sus vidas y no sea el
pecado quien reine en sus corazones, sino el temor
a Jehová, como lo dice el libro de Job 28:28, «y dijo
al hombre: He aquí que el temor del Señor es la
sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia».
Cuando el niño crezca y sea conocedor de la pala-
bra de Dios, tendrá criterios para apartarse del mal
y así, tener una vida que agrade a Dios.

20

Este papel de formador que tienen los maestros de
Escuela Dominical está enmarcado en ayudar en
su educación como lo dice Dios a través del libro
de Proverbios, «Dale buena educación al niño de
hoy, y el viejo de mañana jamás la abandonará».
(Proverbios 22:6. DHH). El maestro debe amar lo
que hace. Para brindar una formación adecuada a
los niños, debe ser creativo y de esta manera
poder llegar a cada pequeño; debe amar a Dios
sobre todas las cosas y con su ejemplo sembrar
en ellos el deseo de entregar sus vidas al Dios de
amor, conocer la palabra de Dios; y así,
fundamentar en el conocimiento doctrinal, a cada
uno de los niños que recibe en su salón de clases.
El maestro debe trasmitir
una buena enseñanza, con
el propósito de educar
para la salvación y
a su vez, dar herramientas que fortalezcan el
conocimiento de Dios en los niños, y de esta
manera puedan salir triunfantes frente a los
desafíos que hoy presenta el mundo. No es solo
con palabras, dando únicamente información, que
se olvida con el paso del tiempo; hay que dejar
verdaderas huellas, que cambien la vida de los
pequeños, que los enamoren de Dios y que Él sea
el único Señor soberano en sus vidas.
El niño y su maestro
El Señor Jesucristo dio ejemplo de cómo dejar
huellas en los corazones, cambiar vidas, dar amor,
ayudar a todos los hombres y se puso de modelo
para que se aprendiera de Él, como se encuentra
en Mateo 11:29: «Llevad mi yugo sobre vosotros, y
aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras
almas»; al igual, el apóstol Pablo también dijo,
«Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los
que así se conducen según el ejemplo que tenéis
en nosotros» (Filipenses 3:17).Cada maestro debe
ser ejemplo para los niños, no solo con palabras,
sino con su propia vida, para que los pequeños
puedan imitarlos; en este pasaje el apóstol Pablo
dice que a él lo podían imitar, porque él era
imitador de Cristo, ¿Estará cada maestro siendo
un verdadero imitador de Cristo?, ¿Estará impac-
tando con su ejemplo a los niños?, no se pueden
olvidar lo que el apóstol Pablo dice en Tito 2:7:
«Presentándote tú en todo como ejemplo de
buenas obras; en la enseñanza mostrando
integridad, seriedad».
Todo lo que se haga a favor de los niños, se hace a
favor de la Iglesia. Un pequeño bien fundamentado
será un cristiano firme que ama a Dios por sobre
todas las cosas.
21
 El niño y la iglesia

EL NIÑO Y
22
 El niño y la iglesia

Los niños necesitan una mano amiga que los

reciba, que reconozca la posición que Jesús les ha
dado en su reino y la importancia que tienen en la
iglesia y el modelo de vida a seguir.

Jesús no se equivoca al poner como ejemplo a los

niños ante las demás personas como dignos a
imitar el buen vivir. Se puede decir que esta intere-
sante promoción de forma de vida de los niños es
por las características de vida inocente que gozan,
cuya representación de vida sencilla en la iglesia
invita a vivir como ellos: a ser amorosos, sin hipo-
cresía, tiernos, libres y con otros modos de vida
que sin duda son principios ejemplares para el
vivir cristiano.

En su momento, Jesús señala dos dimensiones

del vivir cristiano que con veracidad declaran la
única manera de vivir bien con Dios y con los hom-
bres, una de ella es: dejar de pecar y la otra, vivir
como niños.
«Entonces dijo: Les digo la verdad, a menos que se
aparten de sus pecados y se vuelvan como niños,
nunca entrarán en el reino del cielo. Así que el que
se vuelva tan humilde como este pequeño es el
más importante en el reino del cielo. Todo el que
recibe de mi parte a un niño pequeño como este,
me recibe a mí» (Mateo 18:3-5. NTV).

Ser amigo de los niños es disponer un espacio

para intercambiar virtudes. Y, digo intercambiar
virtudes porque no es justo traicionar la inocencia
de nuestros pequeños, o perturbar su buen creci-
miento. Esta cercanía amigable con los niños tiene
como propósito compartir las características de
vida que alegran el alma; son invitaciones de
muchas significaciones para la vida de las perso-
nas en la Iglesia y no olvidemos lo que Jesús dijo:
«el que recibe a un niño a mí me recibe».

“Ser amigo de los niños es

disponer un espacio para
intercambiar virtudes.”

23

Una Iglesia que cuida y disfruta de la esencia del
vivir inocente de los niños tiene la oportunidad de
gozar los modos de vida que sugiere Jesús de los
niños y de sembrar la buena Palabra.
Asegurémonos de elegir la mejor construcción de
principios humanos y espirituales para la vida
cristiana. Los niños poseen un contenido de vida
natural que puesto en las manos del Señor Jesús
permite desde muy temprano en las familias de las
congregaciones edificar instrumentos de honra
para gloria de Dios.
Las diferencias entre adultos y niños no son des-
conocidas; las vemos y necesitamos en el diario
vivir natural y cristiano. Los niños no guardan
rencor, viven sin prejuicios, y, como si fuera poco,
no tienen teorías para la convivencia con los
demás. Esto es lo que hace que se reconozca el
lugar especial que los niños ocupan en el Señor y
en la iglesia.
Por otro lado, el no brindarles una mirada amigable
cuando merecen respeto y protección hace que los
niños vivan experiencia que los sacan de su
inocencia y en algunos casos, ciertos niños son
marginados en las periferias de la sociedad.
Ser amigable con los niños implica respetarlos y
valorar sus potenciales con los cuales han sido
diseñados desde el vientre por Dios. Esto puede
significar que los niños son el semillero y el terreno
para una buena siembra de vida cristiana;
El niño y la iglesia
Estar cerca de ellos sin que nos teman puede
permitir el acceso a su noble corazón, y desde el
regazo amigable ayudarlos a diseñar los patrones
que les mantendrán el buen ejemplo en la vida y
les ayudará a ampliar su confianza y no de fraude,
especialmente con las personas que más admiran
y aman. Sería como crear con los niños un sistema
de aceptación de importancia, sin que ellos se
sientan que les roban lo que son y lo que pueden
ser.
Aunque se espera que los adultos sean ejemplo
para los niños, ellos, a su vez, pueden ser ejemplo
para los adultos, porque son amorosos, sin
hipocresía, tiernos, libres y pueden llegar a ser un
instrumento del Espíritu Santo, que con la luz de la
palabra en sus vidas iluminen su camino que les
conduzca a Jesús.
Los niños no nacen malos, son inocentes; pero
necesitan la bondad de Dios, necesitan aprender el
bien, y no solo el bien común sino el bien que
produce la Palabra, para que cuando estén rodea-
dos por el mal, ellos puedan vencer con el bien al
mal. «No seas vencido de lo malo, mas vence con
el bien el mal» (Romanos 12:21). Nuestra misión
es ser AMIGABLES CON LOS NIÑOS; coordinar en
la iglesia actividades donde se involucren buenas
relaciones familiares, de padres de hermandad y
se fomente el saludo haciéndoles sentir el respeto
y el cuidado que se tiene por ellos.
24
 El niño en el servicio a Dios

«Así que, recibiendo nosotros un

reino inconmovible, tengamos
gratitud, y mediante ella
sirvamos a Dios agradándole
con temor y reverencia»
(Hebreos 12:28).

EL NIÑO EN
25
 El niño en el servicio a Dios

Promover el servicio a Dios en los niños se con-

vierte en uno de los mayores retos de la Iglesia en
este tiempo, en especial de sus pastores, por
cuanto esta tarea se lleva a cabo en respuesta a
haber recibido un reino inconmovible y como una
profunda gratitud hacia Dios. «Así que, recibiendo
nosotros un reino inconmovible, tengamos grati-
tud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole
con temor y reverencia» (Hebreos 12:28).

Por ello, que los niños se ocupen en Dios, no es un

asunto que está solo en sus manos, sino que es
responsabilidad de quienes participan en su
formación espiritual; padres, pastores, maestros e
Iglesia en general. Fundamentando su tarea en
cuatro pilares: Ejemplo – Enseñanza – Amor y
Disciplina. De manera que garanticen que estos
principios estén presentes y relacionados de
manera directa con el servicio a Dios. Sabiendo
que el ser humano nace con talentos dados por
Dios y que, al recibir el bautismo del Espíritu Santo,
el Señor le da dones y ministerios. Pero los talen-
tos y los dones por sí solos no determinan la cali-
dad de vida o el servicio que presta quien los
posee; ahora bien, es necesario que los talentos y
los dones sean bien administrados, «formados»
bajo la orientación de quienes gozan de mayor
experiencia.
Un ejemplo de esta «buena formación»
Timoteo, a quien el apóstol Pablo le escribe: «Pero Sin embargo, la Palabra destaca la fe no fingida
persiste tú en lo que has aprendido y te que había en él, que habitó primero en su abuela
persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y Loida y luego en su madre Eunice; lo que indica,
que desde la niñez has sabido las Sagradas que ellas contribuyeron a la formación del niño, en
Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para especial en cuanto a su fe. Esto, manteniendo la
la salvación por la fe que es en Cristo Jesús» sujeción y el respeto por la autoridad de su padre,
(2 Timoteo 3:14-15), es un claro ejemplo de cómo al no haber sido circuncidado, «Quiso Pablo que
se puede dar esa «buena formación» para el éste fuese con él; y tomándole, le circuncidó por
servicio a Dios, a través de hombres y mujeres de causa de los judíos que había en aquellos lugares;
principios, a quienes se recuerda cuando dice, porque todos sabían que su padre era griego»
«sabiendo de quién has aprendido...». (Hechos 15:3).

Recordemos que, Timoteo era hijo de una mujer

judía y de un padre griego, «(…) he aquí, había allí
cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una
mujer judía creyente, pero de padre griego»
(Hechos 16:1).

26

Es importante tener en cuenta estos detalles,
porque la formación para el servicio a Dios no se
da en un ambiente de pleitos, imposiciones o
desacuerdos en el seno del hogar o en la iglesia.
Dios es el que hace la obra y respalda a todo aquel
que quiere servirle.
Por otra parte, hay más aspectos de la vida de
Timoteo que se deben considerar como guías para
la formación de los niños y adolescentes. Uno de
ellos es la formación en principios y valores esta-
blecidos en la palabra de Dios y que redundan en
«buen testimonio» los cuales se fortalecen en el
seno del hogar y la iglesia. «y daban buen testimo-
nio de él los hermanos que estaban en Listra y en
Iconio» (Hechos 16:2). Ese buen testimonio, como
carta de presentación de Timoteo, es recordado y
reiterado por el apóstol Pablo cuando dice:
«Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé
ejemplo de los creyentes en palabra, conducta,
amor, espíritu, fe y pureza» (1 Timoteo 4:12).
Por tanto, se deben tomar en cuenta la instrucción
y acompañamiento para el servicio a Dios, como
tareas de toda la vida; considerando que Pablo, vio
a Timoteo como, un hermano, un servidor de Dios
y un colaborador en la obra del Señor, «y enviamos
a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y
colaborador nuestro en el evangelio de Cristo(…)»
(1 Tesalonicenses 3:2).
El niño en el servicio a Dios
Sin embargo, ese concepto de él, no se obtuvo un
día para otro, pero sí se mantuvo aún después de
su niñez y su adolescencia. Lo cual redundó en el
ánimo que Pablo elogió, diciendo: «Espero en el
Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que
yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro
estado; pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y
que tan sinceramente se interese por vosotros»
(Filipenses 2:19-20). Lo cual sin duda debió ser un
orgullo para todos los que participaron en su
formación.
Tenga en cuenta que las Escrituras al referirse a
los niños dicen: «Instruye al niño en su camino…»
(Proverbios 22:6), lo cual quiere decir que la labor
de ayudar a formar se da desde la instrucción, que
implica: «ir con ellos» «estar con ellos» y no tan
solo desde la enseñanza; considere que la instruc-
ción a la que se refiere este versículo cuando dice
«su camino», quiere decir, en el camino del niño o,
en otras palabras, de acuerdo a su edad y sus
capacidades.
“Se deben tomar en cuenta la
instrucción y acompañamiento
para el servicio a Dios, como
tareas de toda la vida;”
27
 El niño en el servicio a Dios

Pastores e Iglesia, el promover e incluir a los niños en el

servicio a Dios es una gran labor que se debe hacer hoy.
Por lo tanto, la invitación que el Departamento de Familia
hace a través de este artículo es que cada pastor en su
congregación establezca y mantenga siempre un plan de
acción donde los niños y adolescentes sean formados
para el servicio a Dios y tengan una participación directa
en la congregación, reconociendo que muchos de ellos ya
son bautizados y han recibido el Espíritu Santo.

Este plan de acción se puede realizar así:

Revisando el material de enseñanza en cuanto a su

contenido doctrinal que se está impartiendo en la
Escuela Dominical a través de los maestros.

Dando enseñanzas formativas a la Iglesia sobre la

importancia de los niños y su servicio para Dios.

Promoviendo una actitud amigable y respetuosa de la

Iglesia por los niños.

Fomentando un lenguaje apropiado para los niños en

los cultos.

Estableciendo programas y actividades de participa-

ción directa que los involucre personal y colectiva-
mente, tales como: Dirección de cultos, oraciones,
coros e himnos, colección de ofrendas, miembros en
grupos de alabanzas y adoración, miembros o
ayudantes de comités, predicaciones; en lo colectivo:
cultos y confraternidades de niños, campañas evan-
gelísticas, campamentos y retiros espirituales, entre
otros.

Si al igual que Pablo pudiéramos decir de nuestros

niños: «…pues a ninguno tengo del mismo ánimo», ¡Qué
gran reconocimiento a sus formadores!

28
 El niño y el mundo

el mundo
Para ninguno de nosotros es un secreto el temor Somos victoriosos ante el mundo cuando vivimos
que se tiene con respecto al mundo que le tocará en otra esfera, la espiritual, en donde el apego a lo
vivir a nuestras nuevas generaciones; se dice que, transitorio queda superado; pero, para que ello
el mundo es cada vez más complejo y las condi- ocurra, debe haber en nuestros infantes una moti-
ciones que plantea son cada vez más contrarias a vación, una fuerza, un conocimiento que los
la voluntad de Dios para nuestros hijos. De «arme» para enfrentar tan dura pelea.
acuerdo con esto, podríamos decir que, de alguna
manera, todo tiempo pasado fue mejor, y esto, sin No podrán salir a vencer el mundo si no están
duda alguna, nos llena de interrogantes y preocu- revestidos de Cristo; sin la armadura de la que
paciones, como por ejemplo ¿Qué va a pasar con habla Efesios 6, no es posible hacerlo. Este reves-
nuestros pequeños? timiento de Cristo es producto de una genuina
conversión a Dios, proceso que también debe ser
Es responsabilidad de padres e Iglesia preparar el experimentado en nuestros renuevos, asunto que
terreno en donde se ha de desarrollar nuestra hemos visto que puede suceder.
niñez. Cuando digo «terreno», no me refiero direc-
tamente al mundo en el que les tocará vivir; me
refiero directamente a ellos como infantes; cam-
biar el mundo, no nos corresponde, ni tampoco lo
podremos hacer; en este orden de ideas, lo que
nos concierne es preparar a nuestros hijos para
La
La batalla
batalla contra
contra el
el mundo
mundo
que enfrenten al mundo y salgan victoriosos. solo
solo se
se gana
gana cuando
cuando no
no se
se
es
es permeado
permeado por
por él
él
La batalla contra el mundo solo se gana cuando no
se es permeado por él; cuando su influencia no
opera en nosotros; cuando logramos no amarlo.

29

El mundo, cual Goliat, desafía a nuestros David.
Ante tal situación, no podemos cometer el mismo
error de poner un traje inapropiado sobre ellos;
esto hará que pierdan la batalla. Y ¿qué más
inapropiado que vestirlos de religiosidad, de
costumbres, de normas y prohibiciones?;
cargarlos de información dogmática no les
resolverá el problema ni les asegurará vencer al
mundo. Hay que quitar esos trajes pesados y dejar
que el Espirítu Santo los revista de Su poder; solo
así tendrán al mundo a sus pies y no en sus cabe-
zas como su vil gobernante.
La no conversión de las nuevas generaciones,
indefectiblemente, los llevará a su ruina espiritual,
su fracaso con respecto a Dios será total, y se
repetirá lo sucedido en la época cuando Josué se
dedicó a conquistar la tierra prometida y descuidó
la conversión de la nueva generación. Durante la
historia de Israel, tal vez, no hay registro más triste
que éste; una generación contumaz, rebelde,
incircuncisa, robada y perseguida, no solo por sus
enemigos, sino, hasta con Dios en su contra.
«Y toda aquella generación también fue reunida a sus
padres. Y se levantó después de ellos otra generación que
no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por
Israel» (Jueces 2:10).
Le corresponde pues a la Iglesia, y más que a ella,
a los padres, entregar y dotar a sus hijos con la
mejor de todas las herramientas: La palabra de
Dios. Pero no solo se trata de contar historietas
bíblicas en las clases de Escuela Dominical, es
más que ello, es vivir la Palabra en nuestras vidas
y en nuestros hogares; si esto se hace, de seguro
se propiciará un ambiente sano y santo que
afectará positivamente su desarrollo espiritual.
No podrán salir a vencer el mundo
si no están revestidos de Cristo;
El niño y el mundo
Considero que es a este enfoque al que se refiera el
apóstol Pablo cuando dice: «Porque el marido
incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer
incrédula en el marido; pues de otra manera vues-
tros hijos serían inmundos, mientras que ahora
son santos» (1Corintios 7:14).
No se trata de «sacar a los hijos del mundo»; esto
realmente es imposible; se requiere que ellos
estén debidamente preparados para enfrentrar
este sistema maligno; ellos deben estar bien
abrigados contra las corrientes frías del mundo
materialista; deben estar arropados por la
presencia de Dios en sus vidas. Solo Dios, viviendo
en ellos podrá guardarlos del poder del mal.
«Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció,
porque no son del mundo, como tampoco yo soy del
mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los
guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy
del mundo.Santifícalos en tu verdad; tu palabra es
verdad» (Juan 17:14-17).
Todo el comentario anterior de cómo enfrentarán
nuestros niños al mundo se resume en la calidad
de nuestra enseñanza: ¿qué calidad tiene el saber
que estamos transmitiendo? ¿qué estrategias y
métodos de enseñanza estamos usando?; la Biblia
es clara cuando basa la construcción de la vida en
el conocimiento de la Palabra de Dios. Si no
hubiera conocimiento de la Palabra, de seguro
vendría destrucción. «Mi pueblo fue destruido,
porque le faltó conocimiento. Por cuanto
desechaste el conocimiento, yo te echaré del
sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios,
también yo me olvidaré de tus hijos» (Oseas 4:6).
30
 El niño y el mundo

Antes de conocer el mundo, nuestros niños deben

conocer a Dios. Esa es la clave para que no se
enamoren del mundo. Muchas veces ellos solo
conocen la iglesia y su dinámica, o conocen las

Antes
Antes de
de conocer
conocer el
narraciones bíblicas; pero esto no es suficiente;
ellos deben conocer a Dios. El Señor tiene que ser el
una realidad en sus vidas y la experiencia más
grande que vivan debe ser sentir la presencia de
Dios. Esa será la lección que ellos jamás olvidarán
mundo,
mundo, nuestros
nuestros niños
niños
y que se quedará grabada en sus corazones por
siempre.
deben
deben conocer
conocer aa Dios.
Dios.
La clave entonces no es ¿Cuánto conocen de la
Biblia? sino, ¿Cuánto conocen a Cristo? ¿Vive
Cristo en ellos? Necesitamos que nuestros niños
disfruten de la salvación; no se debe esperar a que
vayan a enfrentar al mundo sin experimentar la
salvación que Dios da.

31
 El niño y la escuela

El Niño
La escuela

Definitivamente la educación comien-

za en casa con los padres y familiares.
Un docente es un instrumento para
transmitir conocimientos a las nuevas
generaciones y de ayuda para lograr a
cabo el proceso educativo.

32

Por lo general, la mayoría de nuestros hijos pasan
entre 175 y 180 días en las instituciones educati-
vas cada año. Lo anterior significa que de las 24
horas del día, son aproximadamente 35 horas
semanales las que pasan en un entorno educativo.
En este tiempo, se pretende que la instrucción
conduzca a un desarrollo cognitivo incrementado,
y también que se obtengan ganancias en otras
áreas como los dominios sociales y emocionales.
Si bien la educación es importante porque procura
contribuir a la mejora de una sociedad, los
resultados que se observan no son los esperados.
Estamos frente a una sociedad en decadencia, en
la que a pesar de los cambios en los modelos
pedagógicos, no se han obtenido buenos
resultados en la enseñanza.
Las instituciones a partir de sus diversos progra-
mas fallidos intentan responder a necesidades
presentes en este siglo del milenio tales como:
falta de rendimiento académico, absentismos y
ausencias, presencia de comportamientos
agresivos o violentos e irrespeto a la comunidad
educativa (profesor, estudiantes y otros), conflic-
tos de poder (bulling), conflictos emocionales
particulares de los estudiantes (autoestima,
dificultades familiares) entre otros. Pero, el
sistema educativo no ha contribuido con el
mejoramiento para una mejor sociedad a pesar de
sus constantes esfuerzos.
No obstante, no podemos desconocer los
beneficios que se adquieren en la escuela. La
cantidad de información que reciben les puede ser
necesaria o útil; les ayuda a reforzar los valores
que aprenden en casa, los cuales pueden
demostrarlos en su dinámica social; la interacción,
la cual les permite cultivar y desarrollar amistades
verdaderas, el aprender a escuchar al otro, a
solucionar conflictos, a adquirir el hábito de la
responsabilidad, el ser disciplinado, el desarrollo
de competencias como proponer, argumentar,
compartir, reconocer que no es el centro de todo,
tener espacios de esparcimiento abierto para jugar
o disfrutar el ambiente.
El niño y la escuela
El juego le facilitará aprendizajes posteriores
como el diálogo, sentimientos de comprensión,
posesión, mejoramiento de su desarrollo físico,
cognitivo, emocional, en fin…
Sin embargo, hay dos aspectos que nos llaman
fuertemente la atención frente a lo anterior y es 1)
La pérdida de capacidad socializadora de la
familia; 2) La pérdida de la «cultura de los valores».
Paradójicamente, en un mundo donde la
tecnología avanza a pasos agigantados, donde se
puede gozar más fácilmente de tantas
comodidades que en otro tiempo no se tenía, se
vive un panorama bastante desolador carente de
«valores». En el proceso de socialización ni la
escuela con toda su pedagogía ni la familia están
haciendo el trabajo.
Nos estamos quedando escasos cuando la
Palabra nos dice: «Y estas palabras que yo te
mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las
repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en
tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y
cuando te levantes» (Deuteronomio 6:6-7). ¡Nadie
está haciendo este trabajo! La escuela tiene sus
propios procedimientos con más tiempo en la
tarea de formación y la familia simplemente le deja
la tarea a la escuela y a las terceras personas que
cuentan con el tiempo restante del día pero que no
es su prioridad.
Definitivamente la educación comienza en casa
con los padres y familiares. Un docente es un
instrumento para transmitir conocimientos a las
nuevas generaciones y de ayuda para lograr a
cabo el proceso educativo. Sin embargo, los
padres son quienes deben guiar a los hijos en el
largo camino a recorrer. Por distintas razones esta
meta no se cumple, por ejemplo hay padres que
están tan preocupados por ganar dinero para
darles una buena educación a sus hijos, que no
tienen tiempo para conversar con sus hijos, ni
mucho menos para acudir a las reuniones
escolares de padres de familia, creen que con
llevarlos a la escuela es suficiente. Resultando
estas actitudes en el abandono emocional de los
hijos, lo que trae como consecuencia el poco
interés que los muchachos ponen en la superación
académica.
33

Ahora bien, por excelencia, definitivamente la
«repetición» es la gran estrategia bíblica, pues por
ella en todo momento el niño está siendo
reforzado en conocimiento y sabiduría de lo alto.
Pero ¿qué es lo que nuestros hijos están
adquiriendo a través de la repetición? ¿Qué es lo
que las instituciones educativas les repiten?
Tomemos lo bueno de las instituciones. Pero
nuestros hijos deben estar preparados frente a la
repetición social del mundo que tienen las
instituciones y que no es tan buena. Nuestra
sociedad está espoleada por una impresionante
avalancha de pensamientos filosóficos, esotéricos
y humanistas que afirman que el ser humano
es libre y no es «pecador» y el hedonismo es el fin
único de una persona. Antivalores es su repetición.
El padre de familia debe salir de efecto de aneste-
sia social y que vea los síntomas catastróficos que
se asoman para nuestra familia, en especial, para
nuestros hijos. Un mandato del cielo, para que le
repitamos a nuestros hijos en todo tiempo, lugar y
espacio es «Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza»
(Deuteronomio 6:5). No es la ausencia de un dios,
es la presencia de alguien Eterno, dueño de
nuestras vidas, del cual y por el cual todo tiene
significado y razón de ser, por la cual entonces no
tendría sentido un suicidio, o consumir drogas
porque no habría vacíos o decisiones erradas
porque ya se sabría cuál es la solución.
El niño y la escuela
De igual manera, en la escuela obviamente se
presentarán situaciones difíciles, las cuales no
son solamente de formación, sino de situaciones
para enfrentar y confrontar; pero si un hijo cuenta
con los recursos espirituales y las convicciones
necesarias, podrá tomar las decisiones adecuadas
frente a sus profesores y compañeros. Un padre de
familia que le ha impartido a su hijo una filosofía
de vida sana, por ejemplo el conocimiento de Dios
en su vida, valores cristianos, irá más allá de los
valores educativos, por ejemplo, no solo la convi-
vencia, sino el perdón, el agradecimiento, el amor a
Dios y al prójimo. Quien le amonesta a su hijo con
espíritu de mansedumbre va más allá del diálogo
creándole conciencia de las cosas: El pagar bien
por mal; bendecir a los enemigos; usar la blanda
respuesta sobre la ira; no juzgar sino antes medir
la viga que está en mi ojo; considerar al otro con
respeto, porque se nos dice que no le hagas a tu
prójimo lo que no quieres que te hagan a ti mismo.
En conclusión, el entorno escolar es bueno, pero
tiene desafíos y es desde el hogar donde los niños
deben recibir herramientas espirituales pera
enfrentar los conflictos cotidianos, porque a cada
circunstancia la palabra de Dios tiene lo que se
requiere. Pero hacen falta padres comprometidos,
deseosos de ser los primeros en aprender esas
herramientas. Definitivamente un ciego no puede
guiar a otro ciego. Un padre debe conocer la Pala-
bra, pero no solo desde lo cognitivo, sino desde lo
procedimental, lo conductual, que sea funcional en
la toma de decisiones de su propia vida. Solo así
podrá repetirla en cada momento y en cada espa-
cio, porque será su propia filosofía de vida, es
decir, Cristo en su casa.
34

Ese pasaje bíblico es un ejemplo que refleja la
importancia de la relación con Dios desde la
infancia, pues, el desarrollo de competencias en
etapas vitales iniciales proporciona herramientas
que direccionan y fundamentan el carácter y la
conducta de los seres humanos; los vínculos
determinan la calidad de las relaciones y aquello
que sucede en cualquier etapa de la vida deja
huellas.
El niño y su relación con Dios
El Niño y
«Pero Ana no subió, sino dijo a su marido: Yo no
subiré hasta que el niño sea destetado, para que lo
lleve y sea presentado delante de Jehová, y se
quede allá para siempre» (1Samuel 1:22).
Analicemos el anterior verso de la palabra de Dios
en tres fragmentos que nos permitirán compren-
der, que es necesario conducir a la niñez de
nuestra Iglesia a que tenga una relación íntima con
Dios desde su corta edad y a entender que la
formación es una labor de iglesia y familia, que
inicia desde antes del vientre y que no es un
trabajo exclusivo de los domingos y mucho
menos, solo de los maestros de escuela dominical.
35

…para que lo lleve: Los vínculos determinan la
calidad de las relaciones, ¿con quién andan?
¿a qué lugares los llevamos? Los niños gene-
ralmente no se desplazan solos de un lugar a
otro, es decir, no van solos a la iglesia, colegio,
parques, entre otros. Es necesario instar a los
padres a que lleven a sus hijos a la presencia
de Dios y hacer parte de la iglesia. Se observa
en algunos padres que solo llevan a sus niños
a la escuela dominical y nada más, la pregunta
es: ¿cómo podrán fortalecer su vínculo con
Dios? Ana llevó a Samuel al templo. La calidad
de la relación con Dios de nuestros niños se
fortalece cuando sus padres se preocupan por
enseñarles a orar, a vivir una vida en obedien-
cia, cuando se congregan, cuando escuchan la
palabra de Dios frecuentemente, los maestros
y pastores debemos recordar constantemente
que hay niños en los servicios y que ellos al
igual que un adulto necesitan alimentarse de
la palabra de Dios.
Ana Dijo…y sea presentado delante de Jehová:
las interacciones influyen en el ciclo vital de
las personas. ¿Con quién interactúas? ¿con
quién hablas? Ana provocó las condiciones
para que su hijo Samuel conociera a Jehová e
interactuara con Él desde su niñez. Es como
cuando alguien te presenta a un amigo, se dan
las condiciones para que dos personas que no
se conocían interactúen y dadas las circuns-
tancias puedan establecer una relación de
empatía.
Por otro lado, no basta con que el pastor
presente al niño a Dios en un acto solemne de
consagración; es importante que se cultive
esa interacción día a día; que se provoque y se
enseñe al niño a hablar con ese amigo, con su
Dios, poco a poco, según la edad. Deben
aprender que su relación con Dios es indepen-
diente, es decir, no depende exclusivamente de
la comunión de sus padres con Dios o de otras
personas y las oraciones que elevan por ellos,
sino, de su interacción íntima con Dios.
El niño y su relación con Dios
De igual forma, recordar que uno de los pilares
de un hogar cristiano es presentarse siempre
como familia ante de Dios, así, se educa y da
ejemplo a los hijos de la búsqueda constante y
la necesidad de presentarse siempre delante
de su Dios.
Ana dijo…y se quede allá para siempre: aconteci-
mientos únicos. ¿Qué hacen juntos? Las expe-
riencias que se vivan con Dios desde la niñez
marcarán la vida espiritual de nuestros hijos,
por ejemplo: que reciban el Espíritu Santo en la
niñez es una experiencia que marcará positi-
vamente la historia de ese niño o niña. Además
de fortalecer su relación con Dios, experien-
cias como estas potencian a corto plazo la
decisión del bautismo en agua, significa una
dosis espiritual adicional desde pequeños.
Hoy nos lamentamos al ver muchos de nues-
tros niños que llegan a la etapa de la adoles-
cencia y se van de la iglesia. Por ello la preocu-
pación constante de la formación integral de
las familias de la iglesia; así, la preocupación
por fundamentos desde la cuna y antes de ella,
el trabajo con los potenciales padres fortalece
en gran manera la crianza de niños y niñas
bajo el temor a nuestro Dios. Lo ideal es la
formación para que conozcan a Jesús y lo
sigan para siempre, sin importar la etapa del
ciclo vital que estén atravesando. El ejemplo
de Samuel muestra que su madre Ana lo lleva
con un propósito al templo y resalta la
intención «...que se quede allá para siempre»,
ningún hombre o mujer de Dios quiere dar sus
hijos al mundo o aportar más almas al infierno.
Sembrar principios y valores cristianos en
nuestros niños es tarea de nosotros como
padres, y la mejor herencia para ellos.
«Instruye al niño en su camino, Y aun
cuando fuere viejo no se apartará de él».
(Proverbios 22:6)
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 Departamento de Familia
Comité Nacional

Instruye al niño en su camino,

Y aun cuando fuere viejo
no se apartará de él
Proverbios 22:6