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UNIVERSIDAD DE VALENCIA

MÁSTER EN GÉNERO Y POLÍTICAS DE IGUALDAD

MÓDULO: RELACIONES DE GÉNERO EN LA HISTORIA

BEATRIZ CLAUDIA DURÁN COYA

ENERO 2019
VALENCIA- ESPAÑA

1
LA PALABRA COMO ARMA

ÍNDICE

Introducción…………………………………………………………………………2
Anarquismo: lo que realmente significa…………………………………………...4
Individuo, Sociedad y Estado……………………………………………………….6
La hipocresía del puritanismo………………………………………………………7
La tragedia de la emancipación de la mujer……………………………………….9
Matrimonio y amor………………………………………………………………….10
Tráfico de mujeres…………………………………………………………………..11
El sufragio femenino………………………………………………………………...12
Los aspectos sociales del control de la natalidad…………………………………..14
Conclusiones…………………………………………………………………………16
Referencias bibliográficas…………………………………………………………..17

Introducción

Emma Goldman es parte de ese grupo de libertarias que más allá de ser
pensadoras, son mujeres de acción. La autora nació el 27 de junio de 1869 en Kowno
(Lituania), lugar en el que tuvo una educación que la posibilitó para convertirse en una
de las pensadoras anarquistas más destacadas de todos los tiempos. Goldman vivió las
desavenencias económicas de su padre, y a la edad de 13 años, entró a trabajar en una
fábrica ubicada en San Petersburgo. (Rocker, 1952, p.32)
Los judíos en esa época eran muy perseguidos, con lo cual, Goldman tuvo que
escapar de Europa a Estados Unidos con su hermana Helena. Allí experimentó la
explotación en las fábricas y todas las injusticias de la sociedad capitalista. En estos
tiempos, se encontró con un grupo de camaradas anarquistas que fueron los que
impulsaron las primeras luces de la teoría revolucionaria que desarrollaría a lo largo de
su vida. (Glassgold, 2001, p.50)
Toda su vida la dedicó a dar conferencias a través de Estados Unidos y otros
países para alertar a los y las trabajadoras y a las mujeres en general sobre temas que
consideraba relevantes. Habló sobre antimilitarismo, aborto, matrimonio, control de

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natalidad y la emancipación femenina; temas que marcaron sus luchas como mujer
anarcofeminista. (Glassgold, 2001, p.50)
A lo largo del libro, “La palabra como arma1”, se explican extendidamente en
los ensayos de la autora temas como: el anarquismo y los estados tiranos; individuos,
sociedad y estado; la hipocresía del puritanismo; la tragedia de la emancipación de la
mujer; matrimonio y amor; tráfico de mujeres; el sufragio femenino: las minorías frente
a las mayorías; y los aspectos sociales del control de natalidad.
En el texto se describe el anarquismo como una fuerza que estimula al individuo
a pensar e investigar más allá de las estructuras sociopolíticas establecidas; sería la
fuerza de liberación más importantes para todos los individuos, sobre todo, para las
mujeres (Goldman, 1910, p. 23). Analiza al estado como poder que mecaniza la vida de
los individuos y fomenta la uniformidad en la opinión pública. Estados que suelen
enfrentar a las personas para que no puedan llegar a ejercer una acción colectiva contra
la tiranía .(Goldman, 1910, p.36)
En los textos relata como el puritanismo creó el mito de la desnudez humana
como un símbolo de inmoralidad. A partir de este tipo de opresión, la mujer inhibe sus
instintos sexuales y preserva su feminidad en la familia como madre y esposa púdica
(Goldman, 1910, p.82). La autora explica en un ensayo como la emancipación de la
mujer está directamente vinculada con la inferioridad ante el hombre y la carencia de
libertad en el ámbito doméstico. La desigual división marca la tragedia de la mujer
autosuficiente que batalla por derogar el rol de ama de casa que esclaviza a la mujer
dentro y fuera del hogar (Goldman, 1910, p.93).
Goldman expresa su rechazo a la imposición del matrimonio y las convenciones
sociales en un texto donde propone rebelarse contra cualquier tipos de opresión. Por
otra parte, expone el problema de la trata de blancas y de la prostitución, y como lo
estados no se preocupan por poner soluciones a este problema (Goldman, 1910, p. 104-
117). En un capítulo del libro, expone la devoción de su tiempo por el sufragio
femenino como sistema de liberación de la mujer y lo pone en duda, ya que el estado es
inquisidor, y como tal, busca esclavizar a las mujeres por medio de la hipocresía del
voto femenino (Goldman, 1910, p.132).
La cuestión del control de la natalidad es un tema donde Goldman enfrenta la
hipocresía de la sociedad salvaguardando la maternidad y no dando alternativas como el

1
Orginalmente llamado “Anarquismo y otros ensayos”.

3
aborto que les permitiría elegir cuál debe ser su destino y cuál no. La liberación de la
mujer comenzaría teniendo el derecho a decidir con sus vidas (Goldman, 1910, p.156).
Goldman (1910) resalta que la revolución no es inmediata, requiere de un sinfín
de transformaciones en los sistemas colectivos y de forma individual. El feminismo
sería esa vía que conecta el anarquismo con el futuro, con nuevas formas de rebelión
contra las formas opresivas de gobierno. Como dice la autora, “Se debe conducir la
rabia como elefantes en batalla.” (p.235)
E. Goldman presenta el sistema anárquico, como una fuente inagotable de
liberación y un naufragio de todo orden opresivo establecido. En los últimos años el
feminismo ha avanzado a un ritmo apabullante contra el patriarcado; lo que provoca a
muchas mujeres una desbordante esperanza. La autora fue una de las pioneras en
exponer un mundo donde, mediante la sublevación, era posible crear desde abajo una
estructura social habitable para todos. A lo largo del texto, Goldman propone la
esperanza como el arma revolucionaria más potente de la mujer; proporciona nuevas
perspectivas para la lucha, y cohesiona vidas, trabajo y el amor de muchas mujeres
(Goldman, 1910, p.55).
Esta trabajo es un recorrido por la vida y el pensamiento de esta anarcofeminista
fundamental en el pensamiento contemporáneo desde una perspectiva libertaria e
inconformista. Engloba la pluralidad de enfoques anarquistas desde la visión de una de
las pensadoras más importantes dentro del movimiento. A continuación se plantea un
análisis sobre las motivaciones y contextos históricos que llevaron al desarrollo del
pensamiento anarquista y a la rebelión contra los sistemas establecidos. Se describe
brevemente las condiciones sociales de la época que condicionaron a muchas mujeres a
la exclusión del ámbito público. La autora retrata una vida sepultada en la privacidad sin
opción a participar en el espacio público por su condición de mujer.

Anarquismo: Lo que realmente significa

El desarrollo de la historia se ha visto claramente condicionado por las ideas y


creencias tradicionales; cerrando el paso al florecimiento de teorías diversas que buscan
la evolución de la humanidad. Los inconformistas se desentienden de las estructuras
estatales y emprenden una lucha sin tregua contra la opresión que, silenciosamente, se
pone en marcha en cada estructura social del mundo. El poder ciega a los individuos y,

4
mediante la crueldad, intenta deshacerse de cualquier atisbo de subversión proveniente
de grupos sociales que no tienen privilegios. (Goldman, 1910, p.18)
El anarquismo considera que todas las formas de gobierno descansan en la
violencia; por tanto, los estados son erróneos y peligrosos, y al mismo tiempo
innecesarios. El anarquismo estimula al individuo a pensar, a investigar e ir más allá de
lo que está estructurado social y políticamente. Se monopolizan los esfuerzos de las
personas, se pone en jaque la libertad de las personas por medio de la mutilación del
espíritu de los individuos. El ideal del anarquismo se basaría en reconocer los derechos
de todas las personas, o grupos de personas, y fijar formas de trabajo que no establezcan
relaciones de poder y esclavitud sobre las/os trabajadoras/es. (Goldman, 1910, p.20)
La verdadera armonía social surge naturalmente de la solidaridad entre los
diferentes intereses en una comunidad. En una sociedad donde hay desigualdad y los
pobres no tienen nada por más que trabajen; la solidaridad de intereses se desvanece, y
la armonía social se convierte en un mito (Goldman, 1910, p.21).
El gobierno ha impuesto modos de vida totalmente arbitrarios en relación a las
necesidades de los individuos como sujetos, y también como colectivo. Goldman
(1910) define el anarquismo de esta forma: “El anarquismo representa la liberación de
la mente humana de la dominación de la religión; la liberación del cuerpo humano de
la dominación de la propiedad; la liberación de las trabas y restricciones del gobierno.
El anarquismo representa un orden social basado en la libre agrupación de individuos
con el objetivo de producir verdadera riqueza social; un orden que garantizará a cada
ser humano el libre acceso a la tierra y el pleno goce de las necesidades de la vida, de
acuerdo con los individuales deseos, gustos e inclinaciones.” (p.29)
Voltarine de Cleyre2 (1910) una escritora y pensadora muy importante dentro de
los círculos anarcofeministas, se refiere a Goldman de la siguiente forma:
“La señorita Goldman es una comunista; yo soy una individualista. Ella desea
destruir el derecho de propiedad, yo deseo de hacerlo valer. Yo hago la guerra contra
el privilegio y la autoridad, por lo que el derecho de propiedad, el derecho real de lo
que es propio de la persona, es aniquilado. Ella cree que la cooperación sustituirá
completamente la competencia; sostengo que la competencia de una forma u otra
siempre existirá, y que es altamente deseable que debiera existir. Pero si ella o yo tenga

2
Voltairine de Cleyre (1866-1912) fue una escritora anarquista, feminista y profesora estadounidense
opositora al privilegio gubernamental otorgado por el capital.

5
razón, o ambas de nosotras estamos equivocadas, de una cosa estoy segura; el espíritu
que anima a Emma Goldman es el único que emancipa al esclavo de su esclavitud, al
tirano de su tiranía el espíritu que está dispuesto a atreverse y sufrir.” (p.102)
La revolución es un objetivo que recae sobre un terreno poco afable, ya que la
sociedad mantiene de manera permanente a una clase ociosa que vive de sus privilegios
y no contribuye con nada a la sociedad más allá de la satisfacción de sus propios
deseos. El sistema socioeconómico se sostiene bajo la tiranía de potenciar a la clase
privilegiada para perpetuar su fuerza destructora, y mantener a la clase trabajadora bajo
coacciones a la disposición de esa clase ociosa opresora. (Goldman, 1910, p.21)
Por tanto, el anarquismo representa esa fuerza liberadora que lucha contra
cualquier artilugio que impida el crecimiento humano. El gran cambio social, se
producirá fuera de las maquinaciones políticas de los estados capitalistas, que utilizan a
la clase trabajadora como marionetas al servicio del poder (Goldman, 1910, p.22)
El tipo de revolución anarquista en la que debe creer el pueblo, es aquella donde
se defiende la acción directa, y se rechaza la falta de integridad, la dependencia y la
cobardía. Hace falta coraje para ejercer una acción contra el estado, ya que es ilegal, y
como tal, tiene las fuerzas necesarias para protegerse de los revolucionarios que quieran
cambiar sus bases. (Goldman, 1910, p.22)
La acción directa es la vía para lograr un triunfo social tangible, es el único
modo para alcanzar la revolución. Goldman (1910) reflexiona lo siguiente:
“¿Nos llevará esta acción directa a una revolución? Por supuesto, lo hará.
Ningún verdadero cambio social ha tenido lugar sin una revolución. Las personas, o no
están familiarizadas con su historia, o todavía no han aprendido que la revolución es el
pensamiento convertido en acción.” (p.32.)

Individuo, sociedad y estado

Los individuos han sido los principales perjudicados por los propósitos pérfidos
de los estados capitalistas a merced de los más poderosos. A causa de la desigual
división del poder, las personas pierden su fe en las instituciones, y buscan la salvación
en el fascismo, ya que les ofrece mediante la manipulación formas de estado, fuertes y
pudientes. (Goldman, 1920, p.35)
La autora expresa su total rechazo a cualquier forma de estado dictatorial, y al
individualismo que rige en las castas, para reclutar a esclavos que sirvan a los opresores.

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Las sociedades no siempre se conformaban por estructuras estamentales, y el conjunto
de individuos eran asociaciones voluntarias para la protección mutua y los beneficios
para todos. Era una ayuda basada en cubrir las necesidades vitales, solucionar
problemas, pero no para dominar al semejante mediante la tiranía del poder (Goldman,
1910, p.38)
El estado castiga al disidente social y al rebelde político, ya que el individuo no
puede sortear el poder instaurado por las instituciones en el hogar, la escuela, la iglesia
y la prensa. La mecanización de la vida moderna crea una opinión pública basada en la
uniformidad, donde pocos tienen el coraje necesario para enfrentarse a ella, y quienes lo
hacen, son etiquetados de raros, o desacreditados como sujetos perturbadores dentro del
sometimiento de la vida moderna. (Goldman, 1910, p.39)

La hipocresía del puritanismo

La autora expresa su total rechazo al puritanismo como fuente de las más


odiosas mentiras e hipocresías de la sociedad. La persecución religiosa crea un sistema
tirano; desde los crímenes ejecutados por la iglesia, hasta la influencia cada vez más
perniciosa en la mentalidad y sentimientos de los individuos (Goldman, 1910, p.81). El
puritanismo creó un mito colectivo alrededor de la desnudez humana, particularmente
con respecto a la mujer. La continencia sexual disminuye la amenaza de ser repudiada
por la sociedad y no acabar con la fama de inmoral. El espíritu del puritanismo fue el
impulsor de la falsa vergüenza ante el cuerpo de las mujeres. La mujer soltera y sin
hijas/os deben preservar y inhibir sus instintos sexuales, por otro lado, el puritanismo
bendice a la mujer casada y con una fecundidad prolífica en el matrimonio (Goldman,
1910, p.83).
Desde la visión de la autora sobre el trabajo doméstico, se exalta la imagen de
aquella mujer que trabaja de sol a sombra como una esclava para satisfacer a un marido,
que llega con el jornal a casa y unas/os hijas/os que dependen en todos los sentidos de
sus cuidados y protección. Una esclava del hogar que debe preocuparse de dar sustento
a la familia con el miserable sueldo que trae el esposo a casa. Una situación, donde esta
mujer, acaba siendo víctima de su propia familia, y llega a la conclusión de que todas
sus esperanzas y planes se han perdido y no hay manera de recuperar su vida (Goldman,
1910, p.85).

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Los gastos impacientan a los cónyuges, las discusiones y faltas entre ellos
aumentan, y el infortunio hace gala de su presencia; en un matrimonio establecido bajo
la represión y la conveniencia que legitimiza la miseria familiar. Estas mujeres son
demasiado pobres para poder tener algún tipo de recreación fuera del ámbito doméstico;
la mujer vive su infierno personal silenciosamente, en la condena de su propio hogar.
De esta manera, las mujeres que no se atenían a las dinámicas familiares, eran tratadas
por la sociedad, como desechos que acababan trabajando en las fábricas, luchando
contra la discriminación y el machismo de los hombres, o ganándose la vida en la
prostitución y sufriendo la sanción más radical por parte de los puritanos (Goldman,
1910, p.87).
Goldman (1910) expone la frustración de muchas mujeres ante la represión del
puritanismo, la pobreza, la violencia del trabajo doméstico y el aborto sobre la mujer:
“Gracias a esta tiranía del puritanismo, la mayoría de las mujeres se encuentran en el
extremo de sus capacidades físicas. Enfermas y agotadas, se encuentran incapacitas de
ofrecer a sus hijos incluso los más elementales cuidados. Lo cual, unido a la presión
económica, obliga a muchas mujeres a correr cualquier riesgo, independiente de su
peligro, antes de continuar dando a luz. El hábito de provocar los abortos está
alcanzando tales proporciones en Norteamérica que cuesta creerlo. De acuerdo con
recientes investigaciones sobre la cuestión, diecisiete abortos son realizados cada cien
embarazos. Este alarmante porcentaje solo representa los casos conocidos por los
médicos. Teniendo en cuenta el secreto con que necesariamente se tienen que practicar,
y las consecuencias de la ineficacia y negligencia profesional, el puritanismo
continuamente supone miles de víctimas por su propia estupidez e hipocresía.” (p.87)
La imagen de la mujer prostituta fue el recurso esencial del puritanismo para
extender la idea de que las mujeres eran las responsables de la transmisión de
enfermedades venéreas. El puritanismo – mediante la opresión y la hipocresía- ejercía
una persecución a muchas mujeres que no seguían la cruzada moral de una sociedad que
adjudicaba todos sus males a las mujeres disidentes, que se alejaban del terrible azote de
los sistemas controladores. (Goldman, 1910, p.90)

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La tragedia de la emancipación de la mujer

El filósofo Poulain de la Bar3 (1673) hablaba sobre la necesidad de hacer


demandas a favor de la igualdad sexual. Esta sería la primera aproximación a la
controversial guerra entre los sexos a lo largo de la historia; la comparación entre
hombres y mujeres, desde un punto de vista del razonamiento lógico, irá como primera
instancia en el movimiento de emancipación de la mujer. Las consignas de la
revolución: “Igualdad, libertad y fraternidad”, que calaron hondo en el pensamiento
social del siglo y que hasta el día de hoy han traído repercusiones en la sociedad y han
sido el antecedente para la revolución femenina. (Puleo, 1993, p.155)
Mary Wollstonecraft4 (1792) alude a la explotación de las mujeres en los
hogares que dependían de forma directa del salario masculino. La mujer no solo existía
para la satisfacción y supervivencia del hombre. Era imprescindible que luchara por
tener la misma independencia y derechos del hombre para poder llegar a ser respetada
en la sociedad. La tiranía del hogar y la desigualdad en todos los ámbitos de la sociedad,
hacían de la mujer una individua a la merced de las condiciones de los hombres que
minaban su libertad y su emancipación. (p.50)
A partir del núcleo feminista que se conformo, se hizo un movimiento que
exaltaba la prioridad de la emancipación de la mujer; Goldman (1910) propone erradicar
todas las barreras superficiales. El camino hacia la libertad debe ser depurado de
cualquier rasgo de sumisión y esclavitud (p.92). El problema de la emancipación es
paradójico, ya que como expresa la autora:
“La mujer debe hacer frente a la necesidad de emanciparse a sí misma de la
emancipación, si realmente desea ser libre. ¿Qué ha conseguido con su emancipación?
Igualdad de sufragio en algunos Estados. ¿Esto ha purificado nuestra vida política,
como algunos bienintencionados defensores predecían? Ciertamente no. La
emancipación ha supuesto la igualdad económica de la mujer con el hombre; esto es,
ella puede elegir su propia profesión y oricio; pero como su formación física en el
pasado y en el presente no ha equiparado con la necesaria fuerza como para competir

3
François Poullain de La Barre, (París,1647-Ginebra,1725) fue un escritor, filósofo cartesiano y lo que se
conocería padre del feminismo.
4
Mary Wollstonecraft (27 de abril de 1759-10 de septiembre de 1797) fue una filósofa y escritora
inglesa. En su obra Vindicación de los derechos de la mujer (1792), argumenta que las mujeres no son
por naturaleza inferiores al hombre, sino que parecen serlo porque no reciben la misma educación.

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con el hombre, a menudo se ve obligada a consumir todas sus energías, agotando su
vitalidad y tensando cada uno de sus nervios con el objetivo de alcanzar un valor en el
mercado”. Muy pocas alcanzan el éxito, ya que las profesoras, doctoras, abogadas,
arquitectas e ingenieras nunca reciben la misma confianza que sus colegas masculinos,
ni reciben igual remuneración.” (Goldman, 1919, p.95)
La autora puntualiza que el precio de la emancipación es la aceptación de unas
condiciones laborales inferiores al hombre. La carencia de libertad en el ámbito
doméstico, se sustituye por la precariedad y explotación de las mujeres en las fábricas.
Por esta desigual división del poder, muchas mujeres acaban desistiendo de esa llamada
“independencia” para llegar a anhelar casarse con ante la primera propuesta de
matrimonio que les hagan. La tragedia de la mujer autosuficiente, radica en que los
empresarios aún siguen creyendo que la ama de casa, aunque no trabaje en el hogar,
continúa siendo una ama de casa y no necesita más retribución que los hombres
(Goldman, 1910, p.96).
Las contradicciones de muchas mujeres descansan en la falsa percepción de lo
que es realmente la emancipación femenina que aboga por la independencia para
expulsar a los tiranos exteriores de sus vidas. La cuestión, es que los mayores tiranos,
viven en el interior de cada mujer –convencionalismos éticos y sociales- como un
peligro imperceptible a la razón. Esos tiranos interiores – opinión pública, la del tío,
del padre, madre, pareja, jefe - perviven en las mentes y las emociones de las más
fervientes amantes y defensoras de la emancipación femenina, como estaban en las
cabezas y corazones de sus abuelas (Goldman, 1910, p.98).

Matrimonio y amor

La autora expresa su total discernimiento con la idea fundamental de “amor y


matrimonio”, que se establece en las uniones en toda sociedad estamental. Las personas,
en raras ocasiones, pueden superar las convenciones sociales, y por tanto, caen en la
superstición de que el amor se sostiene por medio del matrimonio. En la mayoría de los
casos, los matrimonios se conciben por una cuestión de mera conveniencia, donde el
acostumbrarse el uno al otro está en contraposición a la espontaneidad y la intensidad
del amor. (Goldman, 1910, p.104)
La manipulación de las funciones en la sociedad de las mujeres ha enfrentado el
concepto de mujer y de madre. Lo peor de todo esto, es que en el proceso, el concepto

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de madre ha ido absorbiendo al de mujer, y la función anulando a la concepción de
individua. (Sanchez Saornil, 1936, p.60)
La aceptación radical de la superioridad del hombre ha sido la principal causante
de la dependencia y del ejercicio de salvaguardar a toda costa, la institución marital.
Cuando las mujeres toman conciencia de sus propios intereses, de su propia
independencia, de su vida; se comienza a derrumbar la institución sagrada del
matrimonio. Prácticamente, desde la infancia, se les prepara a las mujeres para
consumar el fin, para el que han sido creadas bajo los falsos mitos de la sociedad
patriarcal. Goldman expresa su profundo rechazo a las estrategias machistas que
domeñan el deseo de las mujeres. Uno de los grandes problemas, reside en la
permanencia fugaz de la mujer en el ámbito laboral, pero no por falta de necesidad de
trabajar, sino por las condiciones a las que se enfrentan las mujeres, y la tradición de
dejar de trabajar en el momento que se conoce a un hombre para volver al doméstico no
asalariado, dependiendo totalmente de su marido. El hogar no libera a las mujeres de la
esclavitud salarial, solo la aumenta. (Goldman, 1910, p.110)
Existe un gran paralelismo entre el matrimonio y el capitalismo, como
instituciones que degradan la igualdad y la libertad humana. Emma Goldman dice lo
siguiente: “La institución del matrimonio- como en el caso del capitalismo- convierte a
la mujer en parásita y absolutamente dependiente; la incapacita para la lucha de la
vida, aniquilando su conciencia social, paralizando su imaginación, para después
imponer su cortés protección, la cual es en realidad una trampa, una parodia del
carácter humano”. (Goldman, 1910, p.111)

Tráfico de mujeres

La escritora habla de trata de blancas y de prostitución como sistemas de


producción industrial de sufrimiento y dolor. Los estados no se preocupan por poner
soluciones reales a este problema, acudiendo a políticos parásitos que se aprovechan de
este tema como un juguete de cara al público. Muchas mujeres ante las deplorables
condiciones laborales, acuden a la prostitución, ya que prefieren ganar una cantidad de
dinero que les permita sobrevivir que malgastar su vida en una fábrica. Es mucho mejor
fingir una moralidad escandalizada, que ir al fondo de las cosas. (Goldman, 1910,
p.116)

11
Para algunos moralistas, la prostitución era vista como un medio para mantener
la pureza del hogar. La sociedad culpa a estas mujeres de expandir las enfermedades
venéreas como un mal procedente de las prácticas antinaturales del sexo sin mesura. La
realidad, es que esos hombres casados y moralistas eran los que realmente expandían
todo tipo de enfermedades, sin ser culpados por ello. (Goldman, 1910, p.117)
Hay una tendencia clara a cerrar los ojos ante una realidad e ignorar los derechos
de cualquier mujer, sea cual sea su labor; esto no hace más que agravar la situación. La
absurda noción de superioridad ante los demás, se utiliza como arma para poder juzgar
o ejercer un poder sobre otras personas. Reconocer que las prostitutas no son el mal de
la sociedad, sino en los casos de trata, el mal está detrás de aquellas personas que
trafican con otras personas. Esta concienciación puede permitir abolir la hipocresía y
asegurar una mayor comprensión y un trato más humano. No se podrá llegar a abolir la
prostitución o la trata, mientras no se reevalúen los valores, los privilegios y el poder de
cada individuo. (Goldman, 1910, p.119)
Cathy Levine5 (1974) alude a la necesidad de hacer alianzas entre los diferentes
sectores del feminismo para ir más allá de la hipocresía y la tiranía de las estructuras
socioeconómicas: “El movimiento actual de mujeres y el análisis feminista radical de la
sociedad han contribuido mucho al pensamiento libertario. De hecho tengo la idea que
las feministas han sido anarquistas de un modo inconsciente durante años, tanto en la
teoría como en la práctica. Ahora requerimos estar conscientes de las conexiones entre
el anarquismo y el feminismo y usar esta plataforma para proyectar nuestras ideas y
acciones. Necesitamos ser capaces de ver claramente lo que queremos lograr y cómo
hacerlo. Para ser más efectivas y para hacer posible el futuro que intuimos debemos
darnos cuenta que lo que queremos no es sólo un cambio sino una transformación
total.” (p.43)

El sufragio femenino

Goldman (1910) pone en duda la devoción al sufragio femenino como sistema


de liberación de la mujer, ya que el estado es inquisidor; y como tal, las mujeres por
medio de fortalecer su unión con el estado, serán más fieles a él, y mejores amas de
casa. Percibe el falso atributo del sufragio como el mal, ya que según la autora, solo

5
Cathy Levine es una escritora anarcofeminista conocida por su artículo “La tiranía de la tiranía”, en
respuesta a un artículo escrito por Jo Freeman llamado “La tiranía de la falta de estructuras”.

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sirve para esclavizar a las personas mediante la hipocresía de un sistema estamental
dominado por hombres. La mujer percibe el terrible tributo que debe pagar a la Iglesia,
al Estado y al hogar, y considera que el sufragio es el camino para liberarse. (p.131)
Resalta el papel fundamental de las sufragistas en el proceso de liberación de la
mujer y el derecho a voto, pero por otra parte, critica la vanidad de estas mujeres que
eran de clase media alta, y tenían una vanidad tan exacerbada que le impedía ver lo
esclavizadas que estaban en realidad de los hombres y de sus propias nociones y
tradiciones. Goldman (1910) expresa lo siguiente sobre los logros de las mujeres en la
historia: “La historia de las actividades políticas de los hombres demuestra que no han
otorgado nada que no pudieran conseguir de manera más directa, menos costosa y de
manera más perdurable. En realidad, cada palmo de tierra que ha conquistado ha sido
a través de una constante lucha, una lucha sin fin por autoafirmarse y no a través del
sufragio. No hay ninguna razón entonces para asumir que la mujer, en su lucha por
emanciparse, ha sido o será ayudada por las urnas.” (p.142)
La autora explica que la mujer se ha reinventado a sí misma por medio de los
que ha sido y de lo que ha hecho. Ha conquistado para sí misma el derecho a aprender y
a elegir, no a través de las urnas, sino por su valentía, heroísmo y fortaleza (Goldman,
1910, p.144).
En la convención de “Seneca Falls” (1948), un grupo de mujeres exigió el
derecho a una educación igualitaria con los hombres y donde se denunciaban las
restricciones, sobre todo políticas a las que estaban sometidas las mujeres: no poder
votar, no presentar a las elecciones, ni ocupar cargos públicos (Stanton, 1828, p.34).
Goldman expresa que todo este trabajo que derivo en el voto femenino y la entrada de la
mujer a los estudios superiores, fue un gran avance en los derechos de la mujer; pero
años atrás, muchas mujeres que no tenían estudios avanzados, ni tenían derecho al voto;
sembrando un camino lleno de trabajo y sacrificio por los derechos de las mujeres. A
pesar de todos estos esfuerzos, son invisibilizadas y olvidadas detrás de las proezas de
estas mujeres que tenían más recursos para poder hacer de su lucha algo que se difunde
con más facilidad y es más reconocida (Goldman, 1910, p. 147).
La emancipación no se alcanzará poniendo énfasis en superar al hombre, sino en
luchar por trabajos de calidad, dice la autora. El desarrollo de la mujer comienza con su
reafirmación como persona, y no como objeto sexual. Se han de rechazar las
convenciones sociales que dictaminan y oprimen la vida de muchas mujeres rechazando

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ser una sierva de Dios, del Estado, de la sociedad, del marido, de la familia, etc.,
haciendo su vida más simple, aunque profunda y rica (Goldman, 1910, p.148).

Los aspectos sociales del control de natalidad

La mujer durante siglos ha permanecido bajo la represión por parte de la iglesia,


el capitalismo, el estado y la moralidad sobre su cuerpo y la reproducción. Con el
tiempo, el despertar de muchas mujeres, propició la no consumación del acto
reproductivo como fin último de la mujer en el mundo. Traer niñas/os desde una
situación de abandono por parte de los estado, y viviendo con los mínimos recursos,
solo traería sufrimiento y dolor a esas/os hijas/os que son convertido en polvo por la
rueda del capitalismo (Goldman, 1910, p. 155).
La mujer es la que arriesga su vida en cada parto mediante condiciones
insalubres y peligrosas para su cuerpo y del bebé. La autora resalta la importancia del
control de natalidad en cualquier sociedad igualitaria. Los sectores reaccionarios tratan
de asesinas a estas mujeres que no quieren traer niñas/os al mundo bajo la más
indiscriminada pobreza. La mujer continua siendo un mero objeto dentro de muchos
círculos; un medio para un fin físico (Goldman, 1910, p.157)
Goldman describe un sector reaccionario que utiliza todo los recursos posibles
para abolir el aborto, y que las mujeres sigan teniendo hijas/os sin la protección
socioeconómica del estado. La autora expresa lo siguiente:
“Desde cualquier ángulo que se considere, entonces, la cuestión del Control de
Natalidad, es el problema principal de los tiempos modernos y, como tal, no puede
hacerse retroceder mediante la persecución, el encarcelamiento o la conspiración del
silencio. Aquellos que se oponen al movimiento de Control de Natalidad aseguran que
lo hacen en nombre de la maternidad. Todos los charlatanes políticos hablan sin
medida de las maravillas de la maternidad, mientras las madres están obligadas a
trabajar durante muchas horas con el objeto de ayudar a mantener criaturas que a
regañadientes han traído al mundo, hablar de maternidad no es más que hipocresía.”
(Goldman, 1910, p.161)
A lo largo de la historia, miles de mujeres han sido sacrificadas en abortos
sanguinarios y horribles que atentaban contra la vida y la libertad de la mujer, por no
tener un sistema que les proporcionara abortos seguros, ni ayudas económicas para
poder mantener a sus hijas/os. Los moralistas continúan defendiendo la indiscriminada

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crianza de hijas/os. La mujer no se escabulle de ninguna responsabilidad, sino que es
plenamente consciente de que traer hijos en unas condiciones de pobreza o necesidad, es
una de las mayores aberraciones humanas donde no se construye nada. (Goldman, 1910,
p.170)
Françoise d’Eaubonne (1967) vinculaba la liberación del colectivo femenino con la
necesaria disminución del crecimiento demográfico de acuerdo a criterios de libertad y
sostenibilidad. La ecofeminista anarquista afirmaba: «En un mundo, o simplemente un
país, donde las mujeres (y no, como puede ser el caso, una mujer) estuvieran realmente
en el poder, su primer acto habría sido limitar y espaciar los nacimientos. Desde hace
mucho tiempo, desde mucho antes de la superpoblación, es lo que siempre han
intentado hacer.>> (p.102)
El movimiento por el control de la natalidad se asienta sobre unas bases sólidas;
unas mujeres que en la actualidad no disimulan sus intereses y luchan contra las
estructuras opresivas. Una mujer que busca liberarse de la terrible esclavitud del
embarazo forzoso; un movimiento que busca que cada niña/o nazca en unas condiciones
propicias para su futura emancipación. Esto es lo que Goldman (1910) puntualiza sobre
su lucha feminista:
“Puede que me arresten, me procesen y me metan en la cárcel, pero nunca me
callaré; nunca asentiré o me someteré a la autoridad, nunca haré las paces con un
sistema que degrada a la mujer a una mera incubadora y que se ceba con sus inocentes
víctimas. Aquí y ahora declaro la guerra a este sistema y no descansaré hasta que sea
liberado el camino para una libre maternidad y una saludable, alegre y feliz
niñez.”(p.164)
Las mujeres bajo la lacra de la represión, han tenido que aprender a ser sutiles,
sigilosas, silenciosas, tenaces y expertas en habilidades de comunicación. Después de
muchos años haciendo actividades en la clandestinidad, para asegurar la propia
supervivencia; las mujeres han aprendido a establecer redes de rebeldía que eran casi
imperceptibles a los ojos de los opresores (Goldman, 1910, p.172). Como dice Mary
Daly (1973): “La promoción de la solidaridad entre mujeres, es la única amenaza
porque se opone directamente al modelo social y psíquico de jerarquía y dominación.”
(p.75)

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Conclusiones

El pensamiento de Goldman se expone en el libro como una catarsis de


revolucionarias ideas que ponen en duda grandes avances en las libertades de la mujer
que se camuflan bajo grandes represiones de los estados patriarcales.
La autora exalta el derecho al aborto como medio fundamental de liberación del
trabajo reproductivo en las mujeres; proclama un trabajo doméstico donde el salario
esté presente y abolir la dependencia absoluta de la mujer de las figuras patriarcales, y
por último, la despenalización de la prostitución como medio de control de los cuerpos
de las mujeres. En resumen, construir un mundo que procure la igualdad de las mujeres
en todos los ámbitos.
Goldman reflexiona sobre una sociedad utópica anarquista donde las mujeres, ya
han dejado de ser oprimidas. Desestiman convertirse en mero objeto de la reproducción
social y ser las mensajeras directas del capitalismo salvaje.
Es necesario que para formar la sociedad del futuro, las mujeres deben estar
involucradas en la creación de su propio yo y de sus propias luchas. EL conjunto de la
población es esencial para que, con su fuerza, destruya los órganos vinculantes de la
opresión masificada de la historia de la humanidad. Es posible, que sin la participación
de la mitad de la población, no habrá una revolución real.
Las mujeres no serán libres hasta que no tengan control total sobre sus propios
cuerpos, ya que bajo el control del capitalismo los derechos de las mujeres no están
garantizados de ninguna forma. Los grandes avances que se han hecho a lo largo de las
luchas sociales, han hecho brillar la obsesión del sistema neoliberal por atacar o derribar
todo aquello que amenace sus privilegios o los artilugios que mantienen su arraigo en el
poder.
Las mujeres han sido oprimidas de distintas formas a lo largo de la historia-
económicamente, ideológicamente, físicamente, etc.- y es posible, que el movimiento
revolucionario que irrumpe con fuerza en las sociedades contemporáneas, no sea otro
que los llamados feminismos. Porque ya lo decía Goldman en su época que el
feminismo no debe estar basado en un grupo de mujeres con un poder jerárquico más
alto que otras, hay que ser conscientes de que las luchas feministas deben ser plurales y
transversales. (Goldman, 1910)

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El capitalismo se nutre de la división entre las mujeres, con las confrontaciones
entre los diferentes grupos, y maximiza sus ganancias en un sistema que se
retroalimenta de esta desventaja naturalizada.
La igualdad de las mujeres será posible cuando se desestructuren las dinámicas
patriarcales dentro de los hogares, y fuera de los trabajos; cambios en toda una
estructura de hegemonía de poder masculina.
Hay que abrir los ojos ante un mundo donde las clases dominantes están en
minoría, y la gran mayoría de las mujeres en la sociedad comparten el interés común de
estar en igualdad con los hombres. Esto no une, pero deben estar presentes los factores
que nos separan para poder llegar a ser el gran movimiento que cambie el sistema de
forma radical.
Es necesario desterrar mediante pactos todas las diferencias que nos alejan y no
nos dejan formar un tejido comunitario para luchar contra la opresión. Las mujeres nos
tenemos que preocupar por nuestra suerte, debemos asociarnos como hermandad.
Aunque pueda llegar a parecer una utopía, aunque pueda llegar a ser un sueño, poco a
poco nos despertaremos gritando en las calles.

Referencias bibliográficas

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