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Colegio Hispanoamericano

Nietzsche: Una mirada vital


y estética al espíritu
del mundo moderno
Nietzsche: A vital and aesthetic look at the spirit of the
modern world.
Nietzsche: Un regard vital et esthétique à l’esprit du
monde moderne
Fecha de recibo: 05-07-10 - Fecha de aprobación: 06-11-10
Mario Germán Gil Claros
De la página 75 a la página 83

Resumen
En una vida justificada sólo como obra de arte, el sujeto se constituye en su
propio artista, en su escultor, cuya materia prima es él mismo y su herramienta
de trabajo es la existencia misma. Es un estilo que no se funda en lo nacional,
sino en una forma de vivir de cualquier pueblo e individuo; dando así forma
a este modo de existencia, en el que el sentimiento imprime su sello en dicho
espíritu artístico. En esto va la filosofía y la vida en un mundo estético lleno
de superficialidad por profundidad.

Palabras clave
Arte, creación, ética, estética, estilo, hombre, metafísica, moderno, moral,
superhombre, valores, vida, voluntad de poderío.

Abstract
In a justified life only as work art, the subject is constituted in his own
artist, in his sculptor, whose essence is himself and his tool of work is the own
existence. It is a style that itself is not based on the national thing, but in a
way of life of any town and individual; giving forms to this way of existence,
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in which the feeling is printed in the artistic spirit. This is the philosophy and
life an aesthetic world full of superficiality and depth.

Key words
Art, creation, ethics, aesthetics, style, man, metaphysics, modern, morality,
Superman, values, life, the will to power.

Résumé
Dans une vie justifiée seulement comme œuvre d’art, le sujet se constitue
comme son propre artiste, son sculpteur dont la matière première est lui-même
et son outil de travail est l’existence même. C’est un style qui ne s’appuie pas
sur le national, mais dans une manière de vivre de n’importe quel peuple et
individu, donnant ainsi forme à cette mode d’existence dans lequel le sentiment
imprime sa marque à cet esprit artistique. Ainsi est la philosophie et la vie dans
un monde esthétique plein de superficialité par profondeur.

Mots clés
Art, création, éthique, esthétique, style, homme, métaphysique, moderne,
morale, surhomme, valeurs, vie, volonté

Hablar de una ética inscrita ca, como la justifica Nietzsche en El


como un estilo de vida para nues- nacimiento de la tragedia.1 Obra llena
tros tiempos, desde una mirada de vida y fuerza, de sangre literaria y
nietzscheana, es asumir el êthos de filosófica. Nietzsche eleva la vida a
un espíritu guerrero, cuya caracte- una experiencia estética, en la que
rística es la fuerza, la vitalidad, el cobra importancia y justificación,
espíritu de cuerpo, de nobleza y de el sujeto se constituye en su propio
valentía. En el que el espíritu del artista, en su escultor, cuya materia
guerrero en sus acciones depende prima es él mismo y su herramienta
de la voluntad, fuente de decisión y de trabajo es la vida misma. En
de aseguramiento de la existencia y esencia, volver la vida una estética
de los estilos de vida. Es decir, evitar de la existencia. Es pues, que la vida
la negación de sí mismo y afirmar y el arte toman el lugar central en
una voluntad fuerte en sí misma, la ética nietzscheana. Es un juego
cuyo supuesto es ella misma, guerre- plástico, donde uno deja de ser
ra de la existencia homérica, en la espectador (teórico) para ser actor
cual la vida se destaca por su estéti- (praxis), a la vez dejar de ser el

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Nietzsche, Federico. El nacimiento de la tragedia. Madrid, España. Alianza. 1997.
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actor para ser el espectador. Nos que implica decadencia. En conse- La cultura como la asume
hallamos ante una situación tal en cuencia, la historia ha de servir para Nietzsche, ha de ser armónica en
que la vida precisa del arte como el fin de la vida en su desarrollo y su estilo y vital en un pueblo.2 Así:
modelo a seguir y como voluntad de no para monumentalizarla, en el vida, pueblo, estilo y cultura se ligan
poder. En síntesis, es el que vuelca que la subsistencia filosófica se en- a situaciones específicas del diario
la mirada sobre sí mismo desde la cuentra exenta de todo compromiso vivir, como lo son la vivienda, la
filosofía, que raya en un estilo de de orden institucional que pueda vestimenta, los gustos por la litera-
vida muy particular, en el cual se da mermarla o acabar su libertad, tal tura, el teatro; o sea, todo aquello
todo un régimen de reglas y técnicas como puede suceder con la figura que enaltece la cultura misma del
que permite asumir dicho modo de del filósofo rey, el filósofo funcio- sujeto en su presente. Retomando
vida filosófico. Este modo de vida nario público empeñado ante las a Nietzsche, es un estilo que no se
se caracteriza por ser leal consigo estructuras oficiales de la época, de funda en lo nacional, sino en una
mismo y con los amigos, valiente la actualidad, del presente. Por tan- forma de vivir de cualquier pueblo
ante el enemigo, generoso ante to, lo que invita a una vida asumida e individuo; dando así forma a este
el vencido y cortés ante cualquier como obra de arte, es mirar y apro- modo de vida, en el que el senti-
ocasión. Es decir, aquel que no re- piarse políticamente el presente de miento imprime su sello en dicho
nuncia a sí mismo, al contrario, hay otra manera. En consecuencia, una estilo de vida artístico. “El producto
una afirmación de una voluntad existencia estética descansa en la re- más genuino de un filósofo es su
y vida filosófica, en un ambiente visión crítica de toda tradición moral vida, ella es su obra de arte y, como
cultural favorable. que impide este estilo de vida. tal, se halla vuelta tanto hacia quien
La vida en sí, asumida desde En una vida justificada sólo la creó como hacia los demás seres
una estética de la existencia, es su como obra de arte, el sujeto se humanos”.3 Esto último da fortale-
afirmación y no su negación terre- constituye en su propio artista, en za al estilo de vida, a su individua-
nal; pues es aquí en este mundo, su escultor. Nos hallamos ante una lidad y a su radical relación con la
con todas las dificultades, peligros situación en que la vida precisa del comunidad. En consecuencia, el
y tensiones lo que hace a la vida arte como modelo a seguir y como filósofo siempre habla de sí mismo,
apreciable, en la constitución de voluntad de poder. La música, para aunque hable para los demás, busca
una nueva cultura que permite Nietzsche, expresa la esencia del la felicidad en el saber como forma
afirmarla. Aseverar la existencia mundo, no está mediada por las práctica de llevar la subsistencia.
es partir de nuestro presente, de apariencias conceptuales, donde “Mas nosotros queremos ser los
nuestra actualidad, la única que se vuelca la mirada sobre sí mismo poetas de nuestra vida hasta en
nos da la posibilidad de una histo- desde la filosofía, que raya en un las cosas más menudas”.4 En esto
ria viva. Es decir, una historia que estilo de vida muy particular, en el radica la fortaleza de una vida esté-
no condene al hombre al pasado, cual se da todo un régimen de reglas tica acuñada por el ánimo, es decir,
que le evite quedar preso en sus y técnicas que permite asumir dicho contemplativa y creativa, en la que
entrañas, en un dominio metafísico modo de vida filosófico. están presentes la fuerza y el arte

2
Nietzsche, Friedrich. Consideraciones intempestivas. I. David Strauss, el confesor y el escritor. (Fragmentos póstumos). Alianza. Madrid,
España. 2000. Pp. 31-32.
3
Ibíd. P. 187.
4
Nietzsche, Federico. La gaya ciencia. Bedout. Medellín, Colombia. 1980. P. 132.
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de vivir. “Esto quiere decir que ne- del conocimiento y por los engaños
cesitamos la historia para la vida y metafísicos que nos trae. Son los
para la acción, aunque, en realidad, pensadores-artistas transformados
no para su cómodo abandono, ni en estilistas de la vida, reflejados
para paliar los efectos de una vida en la mayoría de las veces en la
egoísta y de una acción cobarde escritura, caracterizada por su pro-
y deshonesta”.5 Afirmar la vida fundo espíritu. En esencia, como
es partir de nuestro presente, de hombre de arte, en el que el espíritu
nuestra actualidad, la única que nos y la vocación de aprender crean
da la posibilidad de dicha historia seguridad en sí mismo. Por tanto,
vital. “Pero hoy nuestra época odia el ánimo libre es la excepción en
la misma madurez, porque se honra este mundo. Es la afirmación de la
más a la historia que a la vida”. Es risa, de la alegría, de la vida, sobre
la radiografía del hombre moder- el aburrimiento y sus tragedias.
no; acompañado de comodidad y De lo que estamos hablando
pereza de pensamiento; evitando es de una estética que afecta a la
la confrontación consigo mismo, existencia en su modo de ser, en su
lo cual exige ser tal cual. estilo, en una postura política de la
Ahora bien, la vida asumida en existencia estética ante los hechos y
toda su magnitud, está cargada de pensamientos de los hombres. En
todos esos “detalles” cotidianos, los esta dirección, este estilo de vida
cuales Nietzsche se encarga de des- permanece fiel a sí mismo y resiste
cribir minuciosamente a través de la para no perjudicarse en su propósi-
mirada del filósofo médico, quien to y ver reflejado su pensamiento en
destaca cada uno de los comporta- la obra, la cual es su propia existen-
mientos morales del hombre en su cia, afirmada en una vida de orden
cotidianidad. En este sentido, se filosófico, ya que la filosofía es ante
apunta a una psicología del indivi- todo un arte de vivir, una manera
duo en su presente, describiéndolo de vivir. Esto exige del autodominio
como ser social y formal, quien cul- en todos los asuntos prácticos de
tiva autoengaños para vivir dicho la vida diaria, o sea, estar alerta en
mundo, negando el placer implícito todas las cuestiones de la vida; es
de la existencia. “Sin placer no hay darle seguridad a la existencia en
vida; el combate por el placer es el su orientación, acompañada, según
combate por la vida”.6 Precisamen- Nietzsche, por la grandeza, la sere-
te esta lucha está atravesada por el nidad, que provocan pensamientos
vivir lo mejor posible y no quedar elevados en una vida asumida como
atrapados en dilemas, en tormentos obra de arte.

5
Nietzsche, Friedrich. Sobre la utilidad y el prejuicio de la historia para la vida. [II intempestiva]. Biblioteca nueva. Madrid, España. 1989.
P. 38.
78 6
Ibíd. P.102.
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La transformación radical del que asume dicha voluntad. Por tradición judeocristiana, en la cons-
hombre a partir de sí mismo y lo ende, es el pensamiento de una vida titución de espíritus emancipados
que ello implica para su vida y para marcada por la estética y regulada en sus formas de existencia estética.
la cultura, supone la superación de por la voluntad de poderío. “Por eso <<vida filosófica>> quiere
sí mismo bajo otra idea y mirada de Si miramos un espíritu libre, decir hoy <<vida prudente>> egoís-
lo que es el hombre para Nietzsche: se caracteriza por ser abierto, no ta, retirada”.9 Este filósofo en su
el superhombre y el eterno retorno. severo, por no estar atormentado mundo y para el mundo, es un ser
“El hombre es algo que debe ser en la consecución de la verdad, ella creador de voluntad y de cultura.
superado”. En esto descansa una ya es parte de la vida, es juguetona El hombre de voluntad, acorde con
vida cuya existencia se encuentra y nos hace reír. En consecuencia, la vida filosófica, caracterizado por
en permanente transformación la voluntad de dominio ha de for- ser independiente en el momento
espiritual y corporal, previa cons- talecer la vida ante situaciones que de resolver situaciones que ponen
trucción de sí mismo, ya que por puedan desbordarla, en un espíritu en entredicho la libertad, su gran-
el saber se purifican el cuerpo y libre, que para Nietzsche es de aquel deza, su estilo de vida, su ‘virtud’
el espíritu. La superación está no exento de cualquier tipo de atadura como espíritu franco y honrado,
sólo en rebasar al prójimo, sino a que impida su libertad de vivir, ya cargado de una estética que des-
sí mismo en la condición de vida que va más allá del bien y del mal. borda en su brutalidad las normas
que se lleva. Así, el pensamiento Parejo a esta crítica de la moral morales establecidas. Es lo que
filosófico ha de potenciar la vida fundamentada en el bien y en el ha de destacar la vida y la historia
en todas sus posibilidades y no mal, podemos decir con Nietzs- humana. Esto de por sí llena de
negarla a través de artificios rígidos, che: “108. No existen fenómenos entusiasmo a aquel que asume la
cuyo sistema de pensamiento son morales, sino una interpretación vida bajo estos derroteros: la fe en
frases cogidas al vuelo que luego se moral de los fenómenos”.8 En otras sí mismo, de una verdad que ha de
defienden como razones válidas, palabras, la moral hace de la vida conservar la vida misma, asumida
como abogados que amparan sus estrecha, como estrecha hace la vida como fuerza, como voluntad. ¿Qué
prejuicios y preocupaciones. El fin del artista al negar sus pasiones, vendría a ser una vida estética? ¿Qué
de dichas filosofías es la moral. Es al quedar atrapado en sus miedos la hace atractiva? Veamos algunas
la crítica que realiza Nietzsche a que quiebran sus sentimientos de respuestas en Nietzsche. Ante todo,
todo sistema de vida que pretende independencia. en el hombre de arte debe existir
encerrarla, volviéndola monótona, ¿Cómo lograr espíritus libres? filosofía de la embriaguez, para que
aburrida, fría e insípida. Lo que se Nietzsche lo señala con el pensa- exista arte; ella lo posee y aumenta
pretende, entre otras cosas, es un es- miento del filósofo fuerte e inde- su potencia de creación, la cual lo
píritu libre en su accionar y pensar. pendiente, el cual incide y trans- empuja a empresas inéditas. Así, la
Pues “la vida misma es la voluntad forma los valores existentes, cuya vida asumida como obra de arte se
de dominar”.7 Por tanto, la volun- voluntad se prepara para grandes enriquece a través del êthos y no la
tad es sensación, pensamiento y empresas. Esto exige de unos mo- amarga en una moral heterónoma.
dominio, manifestada en el libre dos de vida que rompan con todo El hombre cuya postura de vida es
albedrío que causa placer en aquel lo hecho hasta el momento en la una estética, el de la fuerza y forma

7
Nietzsche, Friedrich. Más allá del bien y del mal. Edivisión. México. 2000.P. 16
8
Ibíd. P. 68.
9
Ibíd. P. 98. 79
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apolínea, es el de la visión artística. cura los males, toma fuerza en el hay abandono de la vida y de sí
El ejemplo lo vemos en el pintor pensamiento de Nietzsche. mismo, hay una entrega a lo medio-
y en el músico, que asumen estas El superhombre nietzscheano cre que se ha extendido y valorado
formas de vida, embriagados por la se describe por su fuerza fisiológica en la cultura occidental. Pues: “La
fuerza de la voluntad. En este tipo y espiritual, en la que la existencia moral es la renuncia a la voluntad
de vida, el artista es aquel que ha se convierte en el eje de toda razón de existir”.13 (…) “El pesimismo
cultivado y logrado frutos en lo que de ser, que manifiesta “las condicio- moderno es una expresión de la
sería un estilo de vida, es único, no nes de vida y el crecimiento de un inutilidad del mundo moderno,
depende de nadie, es el dueño de su pueblo”.11 De lo dicho se puede de- no del mundo y de la existencia en
obra, ya que ha logrado el dominio ducir que una vida justificada como general”.14
de sí mismo. En términos fisiológi- obra de arte, descansa en la fuerza La voluntad de poderío ha
cos, todo lo feo debilita y entristece y en el escepticismo de quienes la de ampararse en sí misma, pues
al hombre.10 La vida del filósofo va asumen. “Sólo los hombres más para Nietzsche todo aquello que
en su relación erótica y estética con espirituales tienen el permiso para nace de la debilidad, fracasa; una
la sabiduría, con la contemplación la belleza, para lo hermoso: sólo en vida valerosa ha de cubrirse en su
activa en este mundo. Así, la vida se ellos la bondad no es debilidad”.12 espíritu y accionar de lo valiente,
caracteriza en su insistente perma- Estos hombres, estos filósofos donde la moral judeocristiana se
nencia en transformarse, la forma espirituales, vendrían a ser unos vuelve intrascendente para este tipo
es fiel testimonio de ello. En este grupos reducidos, privilegiados en de vida; al igual que la espirituali-
sentido, la libertad nietzscheana se sus modos de existencia, viven el dad y la ciencia moderna tampoco
caracteriza por una voluntad fuerte presente de manera crítica y radical- encajan en dicha voluntad; pues se
ante las adversidades en un espíritu mente diferente a los demás, en una caracterizan por su contradicción,
guerrero. Es el genio del momento, filosofía de la vida caracterizada por por ser un conglomerado de cosas
el de la época, el hombre enérgico su agilidad, por su gracia, la cual se enfermas. La vida es, ante todo,
para un presente débil, el que día puede confundir con posturas post- voluntad de poder y no otra cosa,
a día lucha por sobrevivir y mante- modernas, pero que no lo son. como se quiere dar a conocer por
ner su condición de vida estética. La alternativa nietzscheana es discursos morales que tienden a de-
Para un filósofo como Nietzsche, una voluntad de vivir, de poder, bilitarla; una vida justificada como
que sólo vivió menos de sesenta de vida estética, que en gran me- obra de arte ha de superar los an-
años, reivindicó en su filosofía la dida rompe con categorías ficticias tiguos y presentes valores morales,
vida, justificada como arte, en el de orden cartesiano, al proyectar que impiden que dicha vida tome
que la música jugó un rol central, una razón psicológica que es falsa la fuerza que ella amerita, en una
en el espíritu de un ser destructor respecto de las cosas y del mundo nueva manera de vivir. Si hay algo
y demoledor de cultura. Ante esta asumido como verdad. Es el hom- a rescatar en el comportamiento de
situación, la idea del médico filóso- bre que ha abandonado su moral cualquier hombre, es la flexibilidad
fo que diagnostica el presente, que guerrera porque en su pesimismo en sus formas de pensar, la alegría

10
Nietzsche, Friedrich. El ocaso de los ídolos. Edimat. Madrid, España. 1998. P. 114.
11
Nietzsche, Friedrich. El anticristiano. Panamericana. Santafé de Bogotá. 2001. P. 50.
12
Ibíd. P. 129.
13
Nietzsche. La voluntad de poderío. Edaf. Madrid, España. 1981. P. 35.
80 14
Ibíd. P. 46.
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dirección, afrontamos a un hombre


cuyo libre pensamiento se tiene
por causa de todas sus acciones a
través de la voluntad de poderío.
“El hombre siente su poder, su
felicidad, como suele decirse; y es
preciso que, frente a este estado, su
voluntad entre en juego: de lo con-
trario, no le pertenecería”.16 Son
elementos que afianzan un estilo
de vida, caracterizado por su fuerza
arrolladora ante posturas endebles
en la existencia. Así, el espíritu de
cualquier hombre brilla por lo que
es y no por lo que desearía ser;
por su forma y no por el ideal de
vida, por la vida misma y no por
una moral de servidumbre. “Para
liberar la vida parece evidente que
hay que destruir la moral”.17 En el
decir de Nietzsche, a la voluntad de
poderío se agrega el arte, que corre
el peligro de desconfigurarse y de-
y la irreverencia en los actos que nes de orden musical, que nos dice bilitarse, cuando aparece en escena
demuestran gracia y plasticidad; a absolutamente todo acerca de dicha la moral como discurso dominante.
la vez que el placer y la fuerza de di- forma de existencia, que purifica y Por tanto: “La vida está fundada
chas acciones son parte de su modo trae salud al espíritu de cualquier sobre la hipótesis de una creencia
de existir. Precisamente, esta mane- hombre en su época. Es una mane- en una cosa duradera y que actúa de
ra de abordar la vida en Nietzsche ra de afirmarse en este breve ciclo forma regular; cuanto más poderosa
sólo es posible en este mundo y no de vida, que procura unas nuevas es la vida, más extenso debe ser el
en otro, como lo argumentaban formas de existencia plásticas que mundo adivinable, al cual, en cierto
los griegos. afirman la naturaleza humana. Lo modo, se le ha prestado existencia.
El arte de vivir nietzscheano cual lleva a decir lo siguiente: “Mi Logificar, racionalizar, sistematizar;
propende a un espíritu fuerte, ante filosofía tiende a la creación de un estos son los problemas que plantea
todo en la voluntad-fuerza, en la que orden jerárquico más que a una la vida”.18 Entonces, es una estética
fluyen los sentimientos y sensacio- moral individualista”.15 En esta de la existencia, de lo que es el mun-

15
Ibíd. P.179.
16
Ibíd. P. 179
17
Ibíd. Pp. 205.
18
Ibíd. P. 308.
81
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do construido por el hombre, en todo permanece inmutable, no hay estimulante de la vida!”.20 Una vida
los que los sentidos, la física, el ser, arte, no hay interés por la vida, por asumida como obra de arte se opo-
lo vital, son partes fundamentales la belleza, por el amor, en que lo ne a su negación, afirma la fortaleza
de dicha estética, de la que somos “feo”, la impotencia, la degenera- del hombre, que en Nietzsche se da
sus artistas, sus creadores de todo ción reprimen al artista ante lo no en la figura aristocrática del super-
aquello que le da su fuerza; de por logrado. ¿Qué podemos decir? Es hombre, caracterizado por ser fiel
sí complejo para Nietzsche respecto innegable que una vida asumida y tenaz consigo mismo y firme diri-
a su conocimiento, por las dificul- como arte, posibilita la potencia gente. Este tipo de superhombre, a
tades que encierra la metafísica, la de ella misma, hay creación, ante pesar de su plasticidad, está hecho
apariencia y la ilusión. Es pues que todo el estado de ánimo de orden para una existencia ruda, de ahí su
el hombre es un ser de creación, estético, como lo dice Nietzsche, temple como filósofo legislador. El
de imaginación, de ficción, de facilita entre los hombres la comu- mundo abordado por Nietzsche se
artificio, de ideología; pero ante nicación. “El arte y nada más que el encuentra justificado por una pos-
todo de vida, que es lo que enruta arte. ¡Es el que hace posible la vida, tura estética llena de altibajos en la
las artes de la existencia. En esen- gran seductor de la vida, el gran cultura humana, donde lo vital se
cia, la voluntad de vivir es lo que
anima al hombre a persistir en el
mundo, como pasión y fuerza. “El
mundo puede considerarse como
una obra de arte que se engendra
a sí misma”.19 En este mundo está
presente la voluntad, causa de él,
recurriendo a Schopenhauer.
Finalmente, el artista nietzs-
cheano sólo se justifica en la vida,
con toda su singularidad y estado
de ánimo, permitiéndole ser un
creador de obras cargadas de sen-
timiento, en las que la imagen y el
deseo son parte de dicho ámbito
artístico, donde se manifiesta una
férrea voluntad de poderío. Por tan-
to, el arte y el artista en el momento
de la creación se suman a un juego
erótico para dar inicio a lo que es la
vida como estética de la existencia;
sin este juego, podríamos decir que

19
Ibíd. P. 429.
20
Ibíd. P. 462.
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convierte en el motor de dicha estéti- por la estética que nos conduce a


ca, como hemos apreciado a lo largo nuevas formas imaginativas de vida,
de este escrito, en el que el mundo de las que no escapan el Estado y la
es asumido como obra de arte y cultura. En otras palabras, el mundo
justifica la vida, de la cual somos es fruto de nuestra creación artística
sus artistas, fruto de la embriaguez, y en este sentido debe comprenderse
del caos, de la fuerza que está en la el fenómeno de la vida humana.
misma naturaleza, donde no hay Es el ensueño y la embriaguez del
modelos o ideal alguno. Precisamen- filósofo esteta, que lo que lleva al
te, lo que mueve al mundo en sus arte como función salvadora y nos
diversas expresiones y apariencias, ayuda a soportar la existencia, es de-
es la voluntad, soporte del mundo, cir, el mundo. “Vivir de tal manera
fuente de creación y de poder, como que ya no tenga sentido vivir, eso se
lo argumenta Nietzsche en sus pri- convierte ahora en el <<sentido>>
meros escritos, en el que el arte entra de la vida…”.21 En consecuencia,
a mediar entre la vida humana y la para Nietzsche hay un principio
naturaleza desnuda; dando un espí- afirmativo y aristocrático de la vida a
ritu de alegría y de afirmación de la partir del modelo del superhombre,
existencia; aunque el hombre es un capaz de modelarse como artista
ser de ilusiones, de apariencias, de en su justificación existencial. “El
ideologías, justificadas muchas veces hombre como obra de arte”.

Bibliografía
Nietzsche, Friedrich. Estudios sobre Grecia. Aguilar. Madrid, España. 1968
Nietzsche, Friedrich. La voluntad de poderío. Edaf. Madrid, España. 1981.
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y el escritor. (Fragmentos póstumos). Alianza. Madrid, España. 2000.
Nietzsche, Federico. El nacimiento de la tragedia. Madrid, España. Alianza.
1997.

21
Nietzsche. Estudios sobre Grecia. Aguilar. Madrid, España. 1968. P. 87.
83

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