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El pastor debe planear la invitación en oración y debe considerarla una parte integral del
mensaje. Esto no le pone restricciones de ninguna manera la obra soberana del Espíritu
Santo, si el ministro permanece sensible a la guía del Espíritu. Si hay restricciones de
tiempo inevitables (ej. dos o más cultos el domingo en el mañana), la cantidad de tiempo
destinada al sermón debe ser suficiente para incluir una respuesta apropiada de la
congregación. También, debe haber frecuentes instrucciones (en la enseñanza y
predicación) sobre la prioridad de reunirse con Dios en el altar. Esto no sólo edifica la fe y
la confianza en el poder de Dios, sino que también sirve como un recordatorio de nuestra
absoluta dependencia en Él en cada situación de la vida.
No todas las repuestas deseadas son idénticas--pueden ser categorizadas en largo y corto
plazo. Por supuesto, toda la obra del Espíritu Santo es una experiencia que cambiará su
vida, y aunque sea a largo plazo, eventualmente afectará al creyente. Sin embargo, corto
plazo implica una respuesta pública de salvación, sanidad divina, bautismo del Espíritu
Santo, u otras necesidades, por—que la obra de gracia divina podría manifestarse en el
altar. Esos compromisos requieren acción continua y/o adicional. (ej., reconciliación,
restauración de relaciones, oración disciplinada, ser un testigo de Cristo) podrían calzar en
la descripción de largo plazo.
Abogados, políticos, y defensores de una causa son mucho más efectivos si tienen pasión
en sus presentaciones. La perdición de la humanidad no es un asunto de lo toma o lo deja.
Destinos eternos dependen de la decisión-- una elección de cielo o infierno. Si el evangelio
es verdadero--y claramente lo es-- el mensaje de redención, esperanza, liberación, sanidad,
restauración, y otras incontables promesas del presente y del futuro no necesitan una
disculpa. Sea convincente. Entonces y sólo entonces podrá usted convencer a otros.
No se distraiga
El tiempo, anuncio, y otras actividades planeadas (tan válidas como sean) a menudo
distraen una invitación al altar. El apresurar la invitación y despedir a la congregación al
mismo tiempo envía una alta señal a la gente que haya sido conmovida por el Espíritu
Santo hasta el punto de querer pasar al altar. La gente va a interpretar que la invitación no
es significante.
No acorte la invitación al altar. Modifique otras cosas. El tiempo de adoración puede ser un
ministerio efectivo alrededor del altar después del mensaje y la invitación. La predicación
de la palabra de Dios y su aplicación personal por el Espíritu deben ser la prioridad más alta
de cada culto de adoración. Un tiempo inmediato de esperar en Dios permite que eso pase
como ningún otro momento puede hacerlo.
Sea específico
Como pentecostales, nos enorgullesemos de nuestra informalidad, pero aun lo que se puede
clasificar como un acercamiento no litúrgico puede ser muy formal. "Inclinen sus cabezas,
cierren sus ojos, levanten su manos, pónganse de pie, y pasen al frente" no debe ser nuestro
único acercamiento para el tiempo de oración. Es válido, pero otros métodos también son
efectivos. Permita que el Espíritu Santo lo use creativamente. De nuevo, planee la
invitación como parte del mensaje. Ore seriamente acerca de la invitación. Piénselo. El
Espíritu de seguro podrá guiar su corazón por adelantado.
Es desgarrador ver tantas iglesias a través del país que no tienen obreros para trabajar en el
altar. A menudo, tengo que pedir que alguien pase al altar y ore con aquellos que han
respondido a la invitación. El beneficio eterno de tener obreros espiritualmente sensibles y
preparados en las Escrituras puede ser dramático. La guía personal e individual puede
responder a preguntas y conducir a un entendimiento de la verdad que puede no haber sido
entendido previamente.
Desde hace mucho tiempo los sociólogos han concluido que la filosofía de una cultura se
expresa claramente a través de la música. Para los creyentes el espíritu interno es expresado
a través de himnos y cánticos espirituales.
El patrón está articulado repetidamente en las Escrituras. La música era parte integral de la
adoración y la alabanza.
Músicos ungidos que ministran en armonía con el Espíritu pueden mejorar grandemente la
invitación al altar. Prepárelos a través de oración unificada. Aconséjelos sobre el tema del
mensaje. En algunas situaciones planee canciones o coros específicos para que no haya
interrupciones en la música mientras buscan frenáticamente una canción apropiada.
Considere a los músicos como una extensión del mensaje.