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MUNDO
10 reflexiones de Navidad de
GOZO
del
MUNDO
10 Reflexiones de Navidad de
FOTO DE PORTADA
© Shutterstock.com
TRADUCCIÓN
Gabriela De Francesco, Alicia Güerci Hotton
COVER DESIGN
Aubree Berg
EDITORES
Monica Brands, Anne Cetas, Tom Felten, Tim Gustafson, Alyson
Kieda, Becky Knapp, and Peggy Willison
CRÉDITOS
Excepto cuando se indique lo contrario, las citas bíblicas están
tomadas de las versiones: Reina-Valera © 1960, por las Sociedades
Bíblicas en América Latina. (En todos los casos, el nombre «Señor»
ha sido sustituido por su sinónimo «Señor»); LA BIBLIA DE LAS
AMÉRICAS © Copyright 1986, 1995, 1997 por The Lockman
Foundation. Usadas con permiso.
W
¿Quieres conocer personalmente a este Poder supremo, el
Verbo, el Dios vivo del universo? Entonces, sumérgete en los
Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, donde podrás obser-
var a Dios como ser humano en Jesús.
Excerpted from the Discovery Series booklet One of Us: Why Did Jesus Come to
Earth? by Ken Shigematsu
10
MEDITACIONES DE
Luz y sombra
E
l historiador de arte Seymour Slive describió al gran
pintor holandés Rembrandt (1606-1669) como el maes-
tro de la luz y sombra, un inspirador narrador de histo-
rias plasmadas en telas. Su cuadro La adoración de los
pastores presenta el oscuro establo de Belén, donde dos pastores
aparecen arrodillados junto al pesebre, Isaías 9:2
mientras que otras personas están de pie,
más alejadas. Un hombre sostiene una El pueblo que
andaba en tinieblas
lámpara, pero la luz más brillante no sale
vio gran luz; los
de allí, sino del niño Jesús, e ilumina a que moraban en
todos los reunidos cerca de Él. tierra de sombra
Siete siglos antes del nacimiento de de muerte, luz
Jesús, Isaías utilizó una imagen de luz y resplandeció
sombra para predecir la venida de un sobre ellos.
Salvador para Israel: «El pueblo que anda-
ba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra
de muerte, luz resplandeció sobre ellos. […]. Porque un niño nos
es nacido, hijo nos es dado…» (ISAÍAS 9:2, 6).
Cada persona puede ver una historia diferente en la pintura
de Rembrandt, pero tal vez todos estemos de alguna manera re-
presentados en aquel establo. ¿Estamos arrodillados adorando, de
pie a cierta distancia y vacilantes, o escondiéndonos de la luz que
ha penetrado nuestra oscuridad?
La Navidad nos invita a salir de las sombras de las tinieblas
y permitir que la luz de Cristo brille en nuestro corazón.
DAVID MCCASLAND
Esperanza en Él
U
na noche, mientras regresábamos a casa después
de una fiesta de Navidad, mi familia y yo nos acercába-
mos a una pequeña iglesia rural ubicada en medio de
destellantes bancos de nieve. Desde lejos, podía ver el
cartel con motivos navideños. Una hilera de luces blancas forma-
ba con letras mayúsculas la palabra ESPERANZA. Ver ese letrero
brillando en la oscuridad me hizo recordar Isaías 7:14
que Jesús es y siempre será la esperanza de
la humanidad. … He aquí que la
Antes de que Jesús naciera, la gente virgen concebirá,
anhelaba que llegara el Mesías; Aquel que y dará a luz un
hijo, y llamará su
cargaría con el pecado del hombre e inter-
nombre Emanuel.
cedería ante Dios a su favor (ISAÍAS 53:12). Se
esperaba que el Ungido llegara a través de una virgen que daría a
luz un hijo en Belén y que lo llamaría Emanuel, «Dios con noso-
tros» (7:14). La noche cuando nació Jesús, la esperanza de la gente
se hizo realidad (LUCAS 2:1-14).
Aunque ya no esperamos que Jesús venga con forma de niño,
Él sigue siendo la fuente de nuestra esperanza. Aguardamos con
ansia Su segunda venida (MATEO 24:30), anticipamos el hogar celes-
tial que está preparando para nosotros (JUAN 14:2) y soñamos con
vivir con Él en Su ciudad celestial (1 TESALONICENSES 4:16). Como cre-
yentes, podemos anhelar que llegue ese día futuro, porque el bebé
del pesebre era, y sigue siendo, «Jesucristo, nuestra esperanza»
(1 TIMOTEO 1:1). JENNIFER BENSON SCHULDT
Maravilla navideña
C
uando terminé de cursar el primer semestre en el
seminario, nos dieron pasajes en avión para toda la
familia para ir a casa en Navidad. La noche antes del
vuelo, nos dimos cuenta de que teníamos menos de
20 dólares para el viaje. Sin duda, el estacionamiento, el transporte
y otros gastos costarían más que eso. Des- 1 Crónicas 16:12
corazonados, decidimos orar. Aunque nues-
tros hijos eran pequeños (seis y dos años),
Haced memoria
de las maravillas
los incluimos en el momento de oración.
que ha hecho…
Mientras orábamos, oímos pasos en el
pasillo del edificio, y después, un «juic»: el ruido de un sobre que
se deslizó por debajo de la puerta. Contenía una ofrenda anónima
de 50 dólares.
El asombro en el rostro de nuestra hija de seis años igualaba
al de nuestro corazón. El Dios poderoso escribía su nombre en el
corazón de una niñita al escuchar y responder nuestra oración al
instante. ¡Y nosotros, como el salmista David, pudimos así «[ha-
blar] de todas sus maravillas» (1 CRÓNICAS 16:9).
Lo mismo sucedió la noche de aquella primera Navidad,
cuando el Dios altísimo, omnisciente y omnipotente escribió su
nombre en el corazón de la humanidad y nos dejó pasmados con
la generosidad del perdón y el gozo de un amor incondicional. El
nacimiento de Cristo es la respuesta a nuestras oraciones más fer-
vientes por amor y perdón. ¿Sientes ese asombro? RANDY KILGORE
P
areciera que, con los años, la Navidad se vuelve un
asunto cada vez más comercial. Aun en los países donde
la mayoría de la gente se autodenomina «cristiana», esta
época se ha convertido más en un tiempo de compras
que de adoración. La presión por comprar regalos y organizar fies-
tas sofisticadas hace que resulte cada vez Lucas 19:40
más difícil mantener el enfoque en su ver-
dadero significado: el nacimiento de Jesús, … Os digo que si
el Hijo de Dios, el Salvador del mundo.
éstos callaran, las
piedras clamarían.
No obstante, todos los años también
escucho que el evangelio se presenta en lugares insólitos; esos
mismos sitios donde se comercializa la Navidad: los centros co-
merciales. Cuando oigo por los altavoces la canción que dice:
¡Navidad, Navidad, hoy es Navidad!, pienso en las palabras de
Jesús a los fariseos, quienes le ordenaron que silenciara a las mul-
titudes que lo alababan: «Os digo que si éstos callaran, las piedras
clamarían» (LUCAS 19:40).
Durante la época navideña, oímos que las piedras claman.
Incluso personas que están espiritualmente muertas cantan vi-
llancicos escritos por cristianos que murieron hace mucho tiempo,
lo cual nos recuerda que aunque ellas se esfuercen al máximo
para tratar de desmentir el verdadero mensaje de Navidad, siem-
pre fracasarán.
Independientemente del materialismo que amenaza distor-
sionar el mensaje del nacimiento de Cristo, Dios hará que su bue-
na noticia se conozca en todo este mundo que está bajo
condenación. JULIE ACKERMAN LINK
¿U
n establo? ¡Qué lugar para dar a luz al Mesías!
La primera experiencia humana de nuestro Sal-
vador fueron los olores y los ruidos de un corral.
Como sucede con los bebés, tal vez lloró ante el
ruido de los animales y los movimientos de personas extrañas
junto a su cuna temporal. Mateo 1:23
Si así ocurrió, aquellas fueron las pri-
… Y llamarás su
meras de muchas lágrimas. Jesús llegaría a
nombre Emanuel,
conocer lo que significan la pérdida y la que traducido es:
tristeza humanas, las dudas de sus familia- Dios con nosotros.
res sobre Él, y el dolor de su madre al ver-
lo torturado y muerto.
Todas estas dificultades, y muchas más, le aguardaban a este
bebé que trataba de dormir aquella primera noche. No obstante,
desde entonces, Jesús fue «Dios con nosotros» (MATEO 1:23), y supo
qué significaba pertenecer a la raza humana. Así seguiría durante
algo más de tres décadas, hasta su muerte en la cruz.
Por su amor a ti y a mí, Jesús se hizo plenamente humano.
Esto le permite identificarse con nosotros. Nunca podremos vol-
ver a decir que nadie nos entiende, ya que Él sí lo hace.
Que esta Navidad, la Luz que entró en el mundo aquella no-
che ilumine los rincones más profundos de nuestra alma y nos
dé esa paz en la tierra de la que hablaron los ángeles hace tan-
to tiempo. RANDY KILGORE
Jesucristo comprende.
LECTURA BÍBLICA PARA HOY Lucas 2:15-20
15
Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al
cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues,
hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor
nos ha manifestado.
16
Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José,
y al niño acostado en el pesebre. 17 Y al verlo, dieron a conocer lo
que se les había dicho acerca del niño. 18 Y todos los que oyeron,
se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19 Pero María
guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Y
volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas
las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.
Día 6 Gozo del mundo porque . . .
JESÚS OFRECE GRACIA Y MISERICORDIA
Recuerda el envoltorio
E
n Navidad, todos los años se repiten en casa algunos
acontecimientos. Por ejemplo, el aviso de mi esposa a
nuestros hijos y nietos cuando abren sus regalos: «No
rompan el papel, ¡podemos usarlo el año que viene!». A
ella le encanta hacer regalos bonitos, pero también le importa
mucho el envoltorio. La presentación es Filipenses 2:7
parte de la belleza del contenido.
… [Jesús] se
Me hace pensar en el envoltorio que
despojó a sí
Cristo escogió cuando vino como el don re- mismo, tomando
dentor para rescatarnos de nuestros peca- forma de siervo,
dos. Podría haberse envuelto en una hecho semejante
asombrosa muestra de poder, iluminando a los hombres.
el cielo con su presencia en una celestial
demostración de gloria. Sin embargo, en una maravillosa inver-
sión de Génesis 1:26, prefirió envolverse «semejante a los hom-
bres» (FILIPENSES 2:7).
Entonces, ¿por qué es tan importante este envoltorio? Porque
al ser como nosotros, no desconoce nuestras luchas: experimentó
una profunda soledad y un querido amigo lo traicionó; fue aver-
gonzado públicamente, malinterpretado y falsamente acusado. En
resumen: Él siente nuestro dolor. Por eso, el escritor de Hebreos
nos dice que podemos acercarnos «confiadamente al trono de la
gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro» (HEBREOS 4:16).
Esta Navidad, cuando pienses en el regalo de Jesús, ¡recuerda
tener en mente el «envoltorio»! JOSEPH M. STOWELL
Paz duradera
L
a Nochebuena de 1914, durante la Primera Guerra
Mundial, las armas se silenciaron a lo largo de unos 45
kilómetros en el Frente Occidental. Los soldados espiaban
cuidadosamente desde la parte más alta de sus trincheras,
mientras algunos salían para reparar sus posiciones y enterrar a
los muertos. Cuando llegó la noche, algu- Efesios 2:14
nas tropas alemanas encendieron linternas
y cantaron villancicos navideños. Desde el
Porque él es
nuestra paz,
frente británico, los hombres aplaudían que de ambos
y saludaban. pueblos hizo uno,
Al día siguiente, las tropas alemanas, derribando la
francesas y británicas se reunieron en la pared intermedia
«tierra de nadie», para saludarse, comer de separación.
juntos e intercambiar regalos. Fue un breve
respiro que terminó poco después, cuando la artillería y las ame-
tralladoras comenzaron a rugir nuevamente. Todos los que expe-
rimentaron aquella «tregua de Navidad», como llegó a conocerse,
recordaron siempre lo que sintieron, y cómo alimentó su anhelo
de una paz duradera.
En la profecía de Isaías sobre la venida del Mesías, leemos:
«se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre
Eterno, Príncipe de Paz» (ISAÍAS 9:6). Por su muerte en la cruz, Jesús
quitó la «tierra de nadie» entre nosotros y Dios, «porque él es
nuestra paz» (EFESIOS 2:14).
En Cristo, podemos hallar paz duradera con Dios y armonía
los unos con los otros. ¡Este es el mensaje transformador
de Navidad! DAVID C. MCCASLAND
Luces navideñas
T
odos los años, en diciembre, un vecindario formado
por trece familias, cerca de donde nosotros vivimos,
arma una deslumbrante exhibición de 300.000 luces
navideñas. La gente viaja desde lejos y forma fila duran-
te horas para ver las luces coloridas y titilantes, y escuchar la
música programada como acompañamiento. El despliegue de
sonidos y luces es tan elaborado que exige Mateo 4:16
una red de 64 computadoras para mante-
El pueblo asentado
ner todo sincronizado.
en tinieblas vio
Cuando pienso en esas luces festivas, gran luz; y a los
me viene a la mente la Luz que hace que la asentados en
Navidad sea una celebración para muchos; región de sombra
una Luz sencilla pero tan brillante que ilu- de muerte, luz les
mina al mundo entero con verdad, justicia resplandeció.
y amor. Esta Luz, Jesucristo, es todo lo que
la humanidad anhela y busca (ISAÍAS 9:2, 6-7). Y Él les dijo a sus se-
guidores que exhibieran esa luz, para que otros vean y glorifiquen
a Dios (MATEO 5:16).
Imagina si los creyentes trabajaran con tanto esfuerzo para
hacer brillar y sincronizar la luz del amor de Dios como hacen las
familias de aquel vecindario para iluminar sus calles con luces na-
videñas. Quizá así, las personas que aún viven en la oscuridad ha-
rían un esfuerzo para ver esta gran Luz. Cuando los creyentes
trabajen unidos para mostrar el amor de Dios, el evangelio brilla-
rá con más intensidad y atraerá más personas a Cristo, la Luz
del mundo. JULIE ACKERMAN LINK
Luz rechazada
D
urante las primeras horas del 21 de diciembre de
2010, fui testigo de un acontecimiento que ocurrió por
última vez en 1638: un eclipse lunar total en el solsti-
cio de invierno. Lentamente, la tierra se interpuso
entre el resplandor del sol y la luna llena, y su sombra hizo que el
satélite pareciera color rojo oscuro. Fue Juan 12:46
algo notable y hermoso. No obstante, me
Yo, la luz, he
recordó que si bien la oscuridad física es
venido al mundo,
parte del diseño creado por Dios, las tinie- para que todo
blas espirituales no están dentro de Su plan. aquel que cree en
El pastor escocés Alexander MacLaren mí no permanezca
dijo: «Rechazar la luz genera la más densa en tinieblas.
oscuridad, y el hombre que teniendo luz, no
confía en ella, se rodea de un cúmulo de espesas nubes de tinieblas
y condenación». Jesús describió este autoimpuesto eclipse espiri-
tual del corazón y de la mente con estas palabras: «Si la luz que hay
en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad! (MATEO 6:23 NVI).
La gran invitación de la Navidad es que abramos nuestro co-
razón al Salvador que vino para poner fin a nuestras tinieblas. Jesús
dijo: «Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis
hijos de luz. […]. Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel
que cree en mí no permanezca en tinieblas» (JUAN 12:36, 46).
El sendero para salir de nuestra noche espiritual es caminar
en la luz con Cristo. DAVID C. MCCASLAND
C
uando Matteo Ricci fue a China en el siglo XVI, llevó
muestras de arte religioso para ilustrar la historia cris-
tiana a personas que no la conocían. Sin problemas,
aceptaron retratos de María sosteniendo al niñito Jesús;
pero cuando mostró cuadros de la crucifi- Lucas 2:30-31
xión y trató de explicar que el niño Dios
había venido para ser ejecutado, sus oyen- Porque han
tes reaccionaron con desagrado y horror.
visto mis ojos tu
salvación, la cual
No podían adorar a un Dios crucificado.
has preparado en
Cuando miro mis tarjetas de Navidad, presencia de todos
me doy cuenta de que nosotros hacemos los pueblos.
algo muy parecido. En las fiestas que cele-
bramos, quizá no pensamos que la historia que empezó en Belén
terminó en el Calvario.
En el relato de Lucas sobre Navidad, al parecer, una sola per-
sona, el anciano Simeón, capta la naturaleza misteriosa de lo que
Dios había puesto en funcionamiento. «He aquí, [este niño] está
puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y
para señal que será contradicha…», le anunció a María, y después
predijo que una espada traspasaría su alma de madre (2:34-35).
Simeón sabía que aunque pocas cosas habían cambiado en apa-
riencia (Herodes seguía gobernando y las tropas romanas conti-
nuaban ocupando Israel), detrás de escena, todo era distinto: la
promesa de Dios en cuanto a la redención se había cumplido.
PHILIP D. YANCEY