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TÉCNICA Y MUNDO DURADERO – HANNAH ARENDT

El Análisis ontológico que hace Hannah sobre la condición humana expresa un punto
de vista de la acciones que es capaz de realizar el hombre, propone además una
reconsideración de la condición humana desde los temores y experiencias esto hace
referencia en simplemente pensar y cuestionar lo que hacemos. Por otra parte al hacer
referencia a la labor, se dice que son todas aquellas actividades que realiza el ser
humano en su cotidianidad y el trabajo es productivo puesto que tiene la característica
de persistir y el trabajo como fabricación produce variedad inagotable de cosas.

Dentro de la fenomenología Hannah hace referencia a tres dimensiones básicas la labor,


el trabajo y la acción. Cuando se habla de <<Labor es la actividad correspondiente al
proceso biológico del cuerpo humano, cuyo espontaneo crecimiento, metabolismo y
decadencia final están ligados a las necesidades vitales producidas y alimentadas por
la labor en el proceso de la vida. La condición humana de la labor es la misma vida.>>1.
Un ejemplo de esto cuando comemos estamos laborando y de esta forma podemos
afirmar que laborar es una actividad repetitiva, puede decirse que la labor no sólo
produce vida en el sentido biológico, sino también en un sentido social: lavarnos,
asearnos, vestirnos, podemos hacerlo para que así las otras personas se encuentren a
gusto con nosotros y para ellos, de alguna manera, también eso es vida.

Cuando hablamos de trabajo podemos decir que es la actividad que corresponde a lo


no natural de vida cotidiana del hombre y no se encuentra dentro del ciclo de vida, un
ejemplo de esto podría ser la construcción de una mesa muy seguramente se podría
asimilar como una fabricación pero no lo es específicamente el termino asociado al
desarrollo es laborar. A partir de estas dos dimensiones podemos decir que la labor está
regida por el principio de satisfacción y el de fabricación por el de utilidad. << Los
hombres, a pesar de su siempre cambiante naturaleza, pueden recuperar su unicidad,
es decir, su identidad, al relacionarla con la misma silla y con la misma mesa.>>2

Hannah establece una tercera dimensión la acción donde está directamente


relacionada la libertad, se distingue por su constitutiva libertad, por su carácter
invariablemente impredecible. Las acciones en el mundo, a pesar de tener un comienzo
determinado, nunca tienen un fin predecible y menos aún unas consecuencias cerradas.
Es imprescindible la acción para hacer del mundo artificial fabricado un verdadero hogar,
según los planteamientos que hereda Hannah de Heidegger, cuya estabilidad perdure
y sobreviva al siempre cambiante movimiento de las vidas humanas, con la simple
funcionalidad de los bienes de consumo y la utilidad de los objetos de uso. Es gracias a
la acción y a la palabra que el mundo se revela como un espacio en el que es posible la
vida en su sentido no biológico. La acción no tiene sentido en la soledad de uno mismo,
al contrario, su verdadera naturaleza le obliga a ser interpersonal e inédito en un mundo
ya preestablecido de otras relaciones humanas, algunas de las cuales no son
propiamente políticas.

La pérdida de mundo es también de identidad y de la diferencia que va asociada a la


identidad consumimos más, vivimos más, pero permanecemos menos. Según Hannah,
Marx se equivocó en este punto porque supuso que el tiempo de ocio podría dedicarse
a tareas elevadas. << el tiempo de ocio del animal laborans siempre se gasta en el
consumo, y cuanto más tiempo le queda libre, mas ávidos y vehementes son sus
1. Arendt, La condición humana, cit., p.21.
2. Arendt, La condición humana, cit., p.158.
apetitos>>3 .También es necesario reflexionar sobre aquellas cosas que realizamos
como entretenimiento o diversión, pero que Arendt encuadraría como labor, como
arreglar el jardín, mantener un huerto o cocinar. ¿Cuál sería aquí la diferencia?. En la
concepción de Hannah, labor implica molestia, dolor; pero, sin embargo, muchas de
estas actividades sirven actualmente como diversión y disfrute. El ocio es una parte
importante de lo que hoy día hacemos, aunque se traduce en actividades muy
diferentes.

Hannah considera que la sociedad de hoy, sociedad de consumo, es una sociedad de


laborantes. Y supone que sólo el laborar origina abundancia. por otra parte, más bien
algunas sociedades asiáticas o africanas las que se pueden considerar sociedades de
laborantes, ya que no desarrollan tanto productos acabados como productos de
consumo diario para el mantenimiento de la vida. No parece acertado identificar el tipo
de consumo de las sociedades más desarrolladas con el tipo de consumo de una
sociedad laborante. El consumo de “vida” tiene unos límites más allá de los cuales es
difícil pasar; sin embargo, los productos acabados pueden ser adquiridos en más
cantidad y más lujosos, sin límite lo que define la abundancia es la posibilidad de
acceder a todo tipo de bienes, y no sólo los necesarios para la vida.

También se toma diferencia del trabajo de nuestras manos frente a la labor de nuestros
cuerpos. Trabajar es fabricar objetos para el uso que tienen un carácter durable. Sus
principales reflexiones en cuanto a la categoría de trabajo se centran en las relaciones
humano-máquina y en el problema de la deshumanización de la sociedad. Arendt pone
la acción humana en relación con la parte pública de aquello que hacemos: con las
palabras y los actos nos insertamos en el mundo humano. Esta inserción no viene
obligada por la necesidad, como en el caso de la labor, ni dirigida por la utilidad, como
en el trabajo, sino que su impulso surge con el nacimiento.

Es importante hacer notar que la reflexión sobre lo que hacemos no debe quedarse en
un análisis estático, un “esto es lo que hacemos”, sino que debe buscar una proyección
hacia el futuro: debemos plantearnos continuamente cómo podemos mejorarnos a
nosotros mismos y nuestro actuar. Esto es lo que hacemos, sí, pero ¿qué debemos
hacer? ¿Cómo debemos actuar?...

3. Arendt, La condición humana, cit., p.140.

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