Sei sulla pagina 1di 2

DECRETO Presbyterorum Ordinis DE EL SAGRADO CONCILIO VATICANO II

- Los presbíteros por la ordenación son promovidos para servir a Cristo Maestro, Sacerdote y
Rey de cuyo ministerio son partícipes.
- Función sacerdotal en bien de los hombres.
- Cooperadores del Orden Episcopal.
- Participa de la autoridad con la que Cristo forma, santifica y rige su cuerpo.
- Por la unción del Espíritu quedan marcados configurándose con Cristo Sacerdote de forma
que pueden obrar en nombre de Cristo cabeza y pastor.
- Desempeñando el sagrado ministerio ofrecerse en oblación como hostia viva, santa y
agradable a Dios.
- En el ministerio de los presbíteros se consuma el sacrificio espiritual de los fieles en unión
con el de Cristo, único mediador y en nombre de toda la Iglesia hasta que venga el mismo
Señor.
- A este sacrificio se ordena y en él culmina el ministerio de los presbíteros.
- El fin que buscan los presbíteros con su ministerio y vida es la Gloria de Dios Padre en
Cristo.
- Los Presbíteros tomados de entre los hombres son constituidos para ofrecer sacrificios por
sus pecados y los del pueblo.
- No podrían ser ministros de Cristo, si no fueran testigos y dispensadores de la vida eterna,
tampoco si permanecieran extraños a su vida y a sus condiciones, su ministerio exige que
no se conformen con este mundo, que vivan entre los hombres como hermanos, como
buenos pastores, conozcan a sus ovejas y busquen atraer a las que no pertenecen aun al
redil.
- Ayudarse de las virtudes que aprecian el trato social.

CAPITULO II Ministerio de los Presbíteros

- Como cooperadores del orden episcopal tienen como principal misión la de predicar el
Evangelio de Jesucristo.
- Deben de llevar a los creyentes a glorificar a Dios, observando en ellos una conducta
ejemplar, no enseñando su propia sabiduría sino la palabra de Dios.
- Dios consagra a los Presbíteros por medio del ministerio de los Obispos, para que
participando de manera especial en el sacerdocio de Cristo, obren como ministros de quien
por medio de su espíritu efectúa continuamente su obra de santificación.
- Todos los ministerios eclesiásticos y obras de apostolado están unidos a la Eucaristía y
hacia ella se ordenan pues en ella se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, Cristo en
persona, nuestra pascua, nuestro pan vivo que por su carne vivificada por medio del
espíritu da vida a los hombres que en esta forma están invitados a ofrecerse también por
medio de sus obras juntamente con él.
- La Eucaristía es la fuente y cima de toda evangelización.
- Deben guiar al pueblo con su ejemplo y enseñanza de la doctrina cristiana para que lleguen
a conseguir la madurez cristiana.
- Atiendan con solicitud a los enfermos y agonizantes, visitándolos y confortándolos en el
Señor.
- No se edifica ninguna comunidad cristiana si no está de la raíz la sagrada Eucaristía.
- Los presbíteros juntamente con el Obispo participan de tal modo del único sacerdocio y
ministerio de Cristo, que en la unidad de la consagración y de misión exige una unión
jerárquica de ellos con el orden de los Obispos, unión que se manifiesta perfectamente a
veces en la concelebración litúrgica, y unidos a los cuales profesan que celebran la
comunión eucarística.

- Colaboradores y consejeros del Orden episcopal, con la función de enseñar, de santificar y


de apacentar al pueblo de Dios.

- Continua formación de su presbiterio, escucharlos con gusto, consultarles, dialogo sobre


necesidades pastorales.

- La plenitud del sacramento del orden de que están investidos los obispos acaten en ellos la
autoridad de Cristo supremo pastor y estén unidos a ellos en sincera caridad y Obediencia.

- Los Presbíteros están unidos todos entre sí por la íntima fraternidad sacramental.

- Deben presidir buscando no sus propios intereses si no los de Jxto.

- Trabajen con los fieles seglares y vivan entre ellos a imitación del maestro que “no vino a
ser servido sino a servir”.

- Es necesario también prestar un cuidado exquisito a su vida espiritual y a la salud


de mente y cuerpo.

Potrebbero piacerti anche