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República Bolivariana De Venezuela

Ministerios del Poder Popular para La Educación


Universidad de Oriente
Núcleo de Anzoátegui
Barcelona,

Fisiología
Gastrointestinal

Profesor: Bachilleres:
Mario Di Campli Acosta Pedro
Brito, wilmara
Carvajal,Clisbey
Diaz, Rafael
Ortega, Victoria
Luna, Andrea
Mejias,Roxiannys
Rivas, Luis
Romero, Veronica
Barcelona, Noviembre 2019
Introducción
Los fenómenos mecánicos de impulsión y fragmentación de alimentos, los de naturaleza
química y los de absorción de principios nutritivos constituyen el fundamento fisiológico
del sistema que tiene como función regular la asimilación y la eliminación de alimentos en los
organismos animales. El aparato digestivo está constituido por el conjunto de órganos y
humores que intervienen en el proceso de transformación de nutrimentos, para adaptarlos de
forma que puedan ser asimilados. Más que ningún otro sistema del cuerpo humano, los órganos
digestivos nos hacen ser conscientes cuando entran en acción y funcionan bien, y cuando están
alterados y necesitan atención. En el hombre, el aparato digestivo consta de un conducto a lo largo
del cual se disponen diversos órganos y estructura, que son atravesados por el alimento durante su
proceso de transformación, más las partes por las que pasa la porción sólida de los alimentos que
es expulsada como desecho. Asimismo lo integran otros órganos que intervienen en los procesos
digestivos aportando los jugos necesarios para tal fin. Los constituyentes básicos del aparato
digestivo humano son la boca, la faringe, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino
grueso. Por su parte, las glándulas que segregan los jugos digestivos son las glándulas salivales, las
glándulas gástricas, el páncreas, el hígado y, asociados a este último, la vesícula biliar y los
conductos biliares.
 Fisiología Gastrointestinal
El aparato digestivo está formado por el tracto gastrointestinal, también llamado tracto
digestivo, y el hígado, el páncreas y la vesícula biliar. El tracto gastrointestinal es una serie de
órganos huecos unidos en un tubo largo y retorcido que va desde la boca hasta el ano. Los
órganos huecos que componen el tracto gastrointestinal son la boca, el esófago, el estómago,
el intestino delgado, el intestino grueso y el ano. El hígado, el páncreas y la vesícula biliar son
los órganos sólidos del aparato digestivo.

 Principios generales de las funciones gastrointestinales.


Las funciones del tubo digestivo son la digestión y la absorción de nutrientes, para poder
cumplirlas el tubo digestivo tiene cuatro actividades principales:
1) Motilidad
2) Secreción de glándulas (salivales, páncreas, hígado)
3) Digestión de los alimentos hasta convertirlos en moléculas absorbibles
4) Absorción de nutrientes, electrólitos y agua.
La pared del tubo digestivo tiene dos superficies:
una mucosa y una serosa. La mucosa consta de
células epiteliales, una lámina propia y muscular
de la mucosa, las células epiteliales se
especializan en absorción y secreción; por debajo
de la capa mucosa se encuentra la capa
submucosa, dos capas de músculo liso, muscular
circular y muscular longitudinal interpuestas entre
la submucosa y la serosa.
Existen dos plexos un submucoso o de Meissner
que se sitúa entre la submucosa y la muscular
circular; y un plexo mientérico o de Auerbach,
entre las dos musculares. El tubo digestivo está
controlado por el sistema nervioso autónomo,
cuyo componente extrínseco es la inervación
simpática y parasimpática (NC X) y el intrínseco
es el sistema nervioso entérico. (El sistema
nervioso autónomo (SNA), sistema nervioso
neurovegetativo o sistema nervioso visceral es la
parte del sistema nervioso periférico que controla las funciones involuntarias de las vísceras,
tales como la frecuencia cardíaca, la digestión, la frecuencia respiratoria, la salivación, la
sudoración, la dilatación de las pupilas, la micción. Se subdivide clásicamente en dos
subsistemas: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. El sistema
nervioso autónomo cumple un rol fundamental en el mantenimiento de la homeostasia
fisiológica)
 ¿Cómo se transportan los alimentos a través del tracto
gastrointestinal?
Los alimentos son transportados a través del tracto gastrointestinal mediante un proceso
llamado peristalsis. Los órganos grandes y huecos del tracto gastrointestinal contienen una capa
muscular que permite que sus paredes se muevan. El movimiento empuja los alimentos y los
líquidos a través del tracto gastrointestinal y mezcla el contenido dentro de cada órgano. El
músculo detrás de los alimentos se contrae y empuja los alimentos hacia adelante, mientras que
el músculo que está frente a los alimentos se relaja para permitir que los alimentos se movilicen.
Boca: Los alimentos comienzan a movilizarse a través del tracto gastrointestinal cuando una
persona come. Cuando la persona traga, la lengua empuja los alimentos hacia la garganta. Un
pequeño colgajo de tejido, llamado epiglotis, se pliega sobre la tráquea para evitar que la
persona se ahogue y así los alimentos pasan al esófago.
Esófago: Una vez que la persona comienza a tragar, el proceso se vuelve automático. El
cerebro envía señales a los músculos del esófago y la peristalsis empieza.
Esfínter esofágico inferior: Cuando los alimentos llegan al final del esófago, un anillo
muscular llamado el esfínter esofágico inferior se relaja y permite que los alimentos pasen al
estómago. Este esfínter usualmente permanece cerrado para evitar que lo que está en el
estómago fluya de regreso al esófago.
Estómago: Después de que los alimentos entran al estómago, los músculos del estómago
mezclan los alimentos y el líquido con jugos digestivos. El estómago vacío lentamente su
contenido, llamado quimo, en el intestino delgado.
Intestino delgado: Los músculos del intestino delgado mezclan los alimentos con jugos
digestivos del páncreas, hígado e intestino y empujan la mezcla hacia adelante para continuar
el proceso de digestión. Las paredes del intestino delgado absorben el agua y los nutrientes
digeridos incorporándolos al torrente sanguíneo. A medida que continúa la peristalsis, los
productos de desecho del proceso digestivo pasan al intestino grueso.
Duodeno: Es la primera parte del intestino delgado y se localiza entre el estómago y la parte
media del intestino delgado o yeyuno. Después de que los alimentos se mezclan con el ácido
estomacal, pasan al duodeno en donde se entremezclan con la bilis proveniente de la vesícula
biliar y los jugos digestivos del páncreas
Intestino grueso: los productos de desecho del proceso digestivo incluyen partes no digeridas
de alimentos, líquidos y células viejas del revestimiento del tracto gastrointestinal. El intestino
grueso absorbe agua y cambia los desechos de líquidos a heces. La peristalsis ayuda a movilizar
las heces hacia el recto.
Recto: El extremo inferior del intestino grueso, el recto, almacena las heces hasta que las
empuja fuera del ano durante la defecación.
Hígado: Está situado en la parte superior derecha del abdomen, debajo del diafragma, segrega
la bilis esencial para la digestión de las grasas y cuenta con otras muchas funciones, entre ellas
la síntesis de proteínas plasmáticas, almacenamiento de vitaminas y glucógeno y función
desintoxicante. Es responsable de eliminar de la sangre diferentes sustancias que puedan
resultar nocivas para el organismo entre ellas el alcohol, convirtiéndolas en inocuas. La
ausencia de hígado o su falta de funcionamiento es incompatible con la vida.
Páncreas: Es fundamental en el proceso de la digestión. El páncreas segrega enzimas, las más
conocidas la amilasa y lipasa. La función de las mismas es descomponer químicamente las
grasas y proteínas ingeridas en pequeñas porciones que pueden ser absorbidas por el intestino.
Vesícula biliar: La vesícula biliar es una víscera hueca pequeña, con forma de ovoide o pera,
que tiene un tamaño aproximado de entre 5 y 7 cm de diámetro mayor. Se conecta con el
intestino delgado (duodeno) por la vía biliar común o conducto colédoco. Su función es la
acumulación de bilis, contiene un volumen de alrededor de 50 ml de bilis que libera
al duodeno a través de los conductos antes reseñados, y entra en él a través de la papila
y ampolla de Váter. Está adherida a la superficie visceral del hígado.

 Ingestión y deglución:
La ingestión es el mecanismo por el cual se incorporan los alimentos al organismo
a través de la boca. Las funciones de la masticación son: mezclar el alimento y
lubricarlo, reducir el tamaño del alimento y mezclar los carbohidratos del alimento
con la amilasa salival con el fin de facilitar la deglución e iniciar la digestión. La
masticación tiene componentes voluntarios e involuntarios, estos últimos involucran
reflejos iniciados en la boca, sus mecanorreceptores envían información sensorial
al tallo encefálico, que coordina la masticación. La deglución se inicia de manera
voluntaria en la boca, pero a partir de allí queda bajo control involuntario o reflejo.
El centro de la deglución está en el bulbo raquídeo y la región inferior de la
protuberancia. Receptores somatosensoriales cerca de la faringe detectan la
información sensorial, llega al centro bulbar de la deglución que coordina la
información y envía impulsos motores a los músculos estriados de la faringe y porción
alta del esófago.
 Fases de la deglución
1. Fase bucal: lengua empuja el bolo alimenticio hacia la faringe, donde la activación de
receptores somato sensoriales inicia el reflejo de la deglución involuntaria.

2. Fase faríngea: impulsa el bolo a través de la faringe desde la boca hasta el esófago
mediante: a) el paladar blando se desplaza hacia arriba; b) la epiglotis se mueve para
cubrir la laringe y está se desplaza hacia arriba contra la epiglotis evitando que el
alimento entre en la tráquea; c) el esfínter esofágico alto se relaja, y d) la faringe inicia
una onda peristáltica que impulsa al alimento hacia el esófago. Durante esta fase se
inhibe la respiración. Toda la fase completa dura menos de 6 segundos, puesto
que el centro de la deglución inhibe el centro de la respiración.

3. Fase esofágica: el peristaltismo primario es la continuación de la onda peristáltica que


se inicia en la faringe y que se propaga al esófago durante la fase faríngea. Si la onda
peristáltica no logra mover hasta el estómago la totalidad del alimento se producirán
ondas de peristaltismo secundario debidas a la distensión de las paredes esofágicas
provocada por los alimentos retenidos. Estas ondas se inician en el sistema
mientérico y en parte a los reflejos que empiezan en la faringe. Los nervios vagos
actúan por conexiones con el sistema nervioso mientérico del esófago.

4. Fase gástrica: el estómago es un reservorio muscular hacia el cual entra el alimento


después de que se deglutió. Si bien puede empezar la digestión limitada en la cavidad
oral como resultado de enzimas contenidas en la saliva, los jugos gástricos representan
la primera fuente importante de capacidad digestiva. El bolo alimenticio recorre el
estomago impulsado por el movimiento peristáltico de contracción de los músculos de
sus paredes, ingresa al estómago a través del cardias y una vez allí, el alimento se
mezcla con los jugos gástricos ( ricos en acido clorhídrico y enzimas digestivas como:
las lipasas que digieran las grasas descomponiéndolas en ácidos grasos; las proteasas
que rompen los enlaces péptidos de la proteína y amilasas que degradan los almidones
y los azucares complejos de la dieta) que lo degradan hasta formar una papilla
blanquecida conocido como “Quimo”
Productos de secreción gástrica:
Diversos productos secretados por el estómago ayudan a las funciones esbozadas en la
sección previa. El producto secretado más característico del estómago es el ácido clorhídrico.
La acidez de las secreciones gástricas empieza el proceso digestivo por medio de hidrólisis
simple, y es también antimicrobiana. La digestión enzimática de la comida también ocurre
como resultado de secreciones gástricas. Una enzima proteolítica, la pepsina, es secretada como
un precursor inactivo, el pepsinógeno, y dividida de manera autocatalítica al pH bajo que existe
en la luz del estómago. La pepsina se especializa para su papel en la mediación de digestión de
proteína en el estómago porque muestra actividad óptima a pH bajo. El jugo gástrico también
contiene factor intrínseco, sintetizado por las células parietales y lipasa, lo que contribuye a la
digestión inicial de triglicéridos. El factor intrínseco se une a la vitamina B12, que también se
conoce como cobalamina, y se requiere para la absorción final de esta vitamina en partes más
distales del intestino. El estómago también secreta productos importantes para proteger la
mucosa contra los efectos inclementes de la mezcla luminal de ácido y enzimas. En todo el
estómago, las células de superficie están cubiertas con una capa de moco.

Fase del intestino delgado


En el intestino delgado tiene lugar la verdadera digestión de los alimentos en componentes
elementales aptos para su absorción, y para ello es fundamental la participación de la bilis, el
jugo pancreático, que contiene la amilasa, lipasa y tripsina, y el propio jugo intestinal secretado
por las células intestinales. Una vez que los alimentos se han escindido en sus componentes
elementales, van a ser absorbidos principalmente en el yeyuno, ya que en el íleon tiene lugar
la absorción de sales biliares y de vitamina B12. Además, sólo una pequeña parte de agua y
electrolitos va a ser absorbida en el intestino grueso. Por tanto, es en el intestino delgado donde
tiene lugar la verdadera digestión y absorción de los alimentos, hecho fundamental para la
nutrición del individuo.
El intestino delgado se extiende desde el estómago hasta el colon. Es un conducto de 6 a 8
m de longitud, constituido por tres tramos: duodeno, yeyuno e íleon y está específicamente
diseñado para la absorción de la mayoría de los nutrientes. Debido a su longitud, presenta una
superficie expandida con plegamientos internos, denominados plicas, vellosidades y
microvellosidades, que incrementan su área superficial y elevan su capacidad para absorber los
componentes alimenticios. Algunos enzimas están presentes en la superficie como las
disacaridasas que hidrolizan la sacarosa, maltosa, lactosa, etc.
El duodeno tiene unos 25 cm de longitud y se extiende desde el píloro hasta el flexo
duodenoyeyunal. Tiene forma curvada y se enrosca en torno al páncreas. En el duodeno
desemboca el colédoco, a través del cual el duodeno recibe la bilis procedente del hígado, y el
conducto pancreático, a través del cual recibe el jugo pancreático. El duodeno, la porción del
intestino delgado más cercana al estómago, es una cámara de neutralización en la cual el quimo
procedente del estómago se mezcla con bicarbonato procedente del jugo pancreático. El
bicarbonato rebaja la acidez del quimo lo que permite que las enzimas funcionen degradando
las macromoléculas todavía presentes. El jugo pancreático que se vierte en el duodeno, contiene
muchos de los enzimas necesarios para la digestión de las proteínas, tales como la tripsina y la
quimotripsina, que hidrolizan las proteínas y péptidos en pequeñas cadenas de 2 o 3
aminoácidos; y amilasa, que continúa la hidrólisis del almidón.
Aunque algunos nutrientes como el hierro y el calcio, se incorporan de manera más eficiente
en el duodeno, es en el yeyuno el lugar donde se absorben la mayoría de nutrientes. Los
aminoácidos y la mayoría de vitaminas y minerales se absorben también en el yeyuno. El
proceso de absorción que utiliza el yeyuno se denomina absorción activa, ya que el organismo
utiliza energía para seleccionar con exactitud los nutrientes que necesita. Estos nutrientes son
transportados mediante canales o transportadores proteicos a través de las paredes celulares del
yeyuno y así se incorporan a la vena porta, la cual los transporta al hígado. La absorción activa
de grasas también ocurre en el duodeno y yeyuno y requiere que la grasa sea dispuesta en
pequeños agregados que pueden ser incorporados directamente por el organismo. El organismo
utiliza la bilis como detergente para disolver las grasas. La bilis se produce en el hígado, se
almacena en la vesícula biliar, y se libera en el duodeno después de cada comida, a través del
canal 19 colédoco. Al unirse a la grasa de la dieta forma micelas, pequeñas gotas de grasa
importantes en la absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E, y K), y colesterol. La mayor
parte de los carbohidratos se digieren también en el duodeno y yeyuno. Los monosacáridos,
producto de la digestión de los carbohidratos, glucosa y galactosa son absorbidos activamente
en el intestino mediante un proceso que requiere energía. La fructosa, otro monosacárido
común, producto de la digestión de los carbohidratos se absorbe más lentamente por un proceso
que no requiere energía. El íleon es la porción final del intestino delgado que se comunica con
el intestino grueso o colon a través de la válvula ileocecal. Esquema del intestino y el estómago
El íleon es el responsable de completar la digestión de los nutrientes y de reabsorber las sales
biliares que han ayudado a solubilizar las grasas.
Aunque la mayoría de los nutrientes se absorben en el duodeno y yeyuno, el íleon es el lugar
donde se absorbe selectivamente la vitamina B12. Al final del transporte a través del intestino
delgado, han sido absorbidas alrededor del 90% de las sustancias del quimo, vitaminas,
minerales y la mayoría de los nutrientes. Además, unos 10 litros de fluido se absorben cada día
en el intestino delgado. Los carbohidratos complejos que resisten la degradación 20 enzimática,
como las fibras y las células, permanecen, como una pequeña parte de otras moléculas de
nutrientes que escapan del proceso de la digestión. Por ejemplo, cantidades del 3-5% de las
proteínas ingeridas escapan a la digestión y continúan en el intestino grueso. La pared
gastrointestinal es la barrera entre los alimentos ingeridos y el organismo, por tanto, la
integridad de esta barrera es vital para la salud. Es importante mantener la capa mucosa que
cubre las células en el tracto gastrointestinal, especialmente en el estómago. La capa mucosa
es una manera de evitar los efectos agresivos del medio ácido estomacal. El alcohol, fármacos
antiinflamatorios, aspirina y las bacterias patógenas como el, Helicobacter pylori reducen la
capa mucosa y ocasionan lesiones en las paredes del estómago y en al intestino delgado
superior. La colina de la dieta, sustancia que proporciona el soporte nutricional para conseguir
un epitelio mucoso sano, se encuentra en vegetales como la coliflor y la lechuga. La colina
también puede obtenerse de la lecitina (fosfatidilcolina), que se encuentra en grandes
concentraciones en huevos y soja. Las células que tapizan el tracto gastrointestinal necesitan
un suministro de energía para ejercer su misión de incorporación de nutrientes. El aminoácido
glutamina, obtenido a partir de las proteínas, es el compuesto preferido por estas células. Se ha
demostrado que los ácidos grasos de cadena corta pueden también mantener la barrera del
intestino delgado porque sirven como suministro de energía alternativo. Las células de las
paredes del intestino delgado requieren para mantenerse saludables de la presencia de la
vitamina B5. Fuentes de estas vitaminas se encuentran en setas, coliflor, semillas de girasol,
maíz, brócoli y yogur.
Fase del intestino grueso
El intestino grueso no está diseñado para intensificar la absorción, sino que está
especializado para conservar el sodio y el agua que escapan a la absorción en el intestino
delgado, aunque solo transporta un litro de fluido por día. El intestino grueso mide 1,5 m,
incluyendo los segmentos finales, colon y recto. Dado que la mayor parte de la digestión y
absorción se realiza en el intestino delgado, el alimento que alcanza el intestino grueso, es
principalmente fibra. Sin embargo, el tiempo durante el cual el alimento residual se mantiene
en el intestino grueso excede a cualquier otro en la digestión. El promedio de tiempo que se
mantiene en el estómago es de 1/2 a 2 horas, continúa a través del intestino delgado las
siguientes 2 a 6 horas y necesita de 6 a 72 horas en el intestino grueso antes de la eliminación
final de los residuos no absorbidos, por defecación. 21 Una razón para explicar por qué el
alimento permanece tanto tiempo en esta porción del intestino, es que el intestino grueso es
capaz de generar nutrientes del alimento. El alimento que alcanza el intestino grueso, fibra en
su mayor parte, se somete a un ecosistema bacteriano que puede fermentar esta fibra y producir
nutrientes necesarios para las células de colon. La fermentación colónica también produce una
serie de ácidos grasos de cadena corta como propionato, butirato, acetato, requeridos para el
crecimiento de las células colónicas y para muchas funciones del organismo. Las bacterias
“amigas” o beneficiosas, responsables de la fermentación colónica, se denominan probióticas
(pro-vida e incluyen las Bifidobacteria y los Lactobaccillus). Además de proporcionar
productos beneficiosos para la fermentación, las bacterias probióticas impiden que las bacterias
patógenas colonicen el colon. Ciertas fibras procedentes del alimento, denominadas
prebióticas, mantienen específicamente estas bacterias probióticas. Los prebióticos incluyen
moléculas tales como la inulina y fructo oligosacáridos, que se encuentran en la achicoria y la
alcachofa, e incluyen algunos otros carbohidratos tales como galacto oligosacáridos, arabino
galactanos y arabino xilanos, los cuales se encuentran en fibras de soja, arroz y otros.
Es importante destacar que los probióticos y los prebióticos son dos grupos de productos que
intervienen de manera notoria en la salud intestinal. ¿Qué contienen cada uno? Los probióticos
incluyen las bacterias beneficiosas, antes citadas, y los prebióticos contienen sustancias,
presentes de forma natural en diversos alimentos, que ayudan al crecimiento y el desarrollo de
dichas bacterias. Los oligosacáridos de la soja son un buen ejemplo de prebióticos. Pues bien,
se ha observado que los probióticos previenen problemas intestinales relacionados con el estrés
crónico. Los humanos llevamos siglos, posiblemente milenios, consumiendo probióticos y
comprobando sus beneficios sin que se haya estudiado por qué se producen. De hecho, estas
bacterias beneficiosas han estado siempre presentes en alimentos fermentados como el chucrut,
el kéfir y en lácteos con cultivos de bacterias como el yogur, alimentos tradicionales en muchos
países europeos y del Oriente Medio. El primer científico que vislumbró cómo actuaban los
probióticos fue Metchnikoff (premio Nobel en 1907), cuando difundió la teoría de que el colon
contiene bacterias putrefactas y que consumiendo leche fermentada es posible mejorar la salud
general y prolongar la vida. Hoy sabemos que más de 400 especies de bacterias (buenas y
malas), habitan nuestro tracto intestinal y trabajan en armonía para el mantenimiento de la
salud. Si ese equilibrio se altera, todo el organismo se resiente. Los naturópatas utilizan los
probióticos en todo tipo de patologías, desde artritis reumatoide a obesidad, pasando por
eccema y migrañas. La parte de la fibra que no se fermenta, proporciona volumen para la
excreción de la masa fecal, y puede unirse a toxinas y productos de desecho ayudando a su
eliminación por las heces. Finalmente, el recto y el ano permiten la controlada eliminación de
las heces.
Fase de la excreción
La excreción es el proceso por el cual el organismo elimina los desechos metabólicos del
organismo. En el ser humano esta función está a cargo de diferentes órganos. Sin embargo, el
riñón juega un papel importante en la excreción de los desechos, producto del metabolismo de
los alimentos. Una vez que los alimentos son digeridos por el sistema digestivo y absorbidos y
transportados hacia el sistema circulatorio para ser utilizados por las células, se generan
productos de desecho que son eliminados del organismo gracias al sistema renal. Estas
sustancias son eliminadas mediante la formación de la orina, cuyos principales componentes
son: agua, urea, ácido úrico, creatinina y productos finales del metabolismo de la hemoglobina
y metabolitos de hormonas.

Para realizar la función excretora, el sistema renal cuenta con una serie de estructuras que
cumplen funciones específicas:
1. Riñones: Órganos secretores donde se elabora la orina.
2. Uréteres: Conductos colectores que recogen la orina a la salida del riñón.
3. Vejiga: Órgano receptor de la orina.
4. Uretra: Conducto secretor que vierte la orina al exterior.
El órgano encargado de la formación de la orina es el riñón. En el riñón podemos distinguir
tres segmentos: corteza, médula y pelvis renal. La médula y la corteza están formadas por
nefrones, que son una unidad funcional de los riñones que permite la formación de la orina. La
pelvis corresponde a un segmento expandido del uréter y que recibe la orina ya formada.
Debido a que los desechos deben ser retirados de la sangre, un aspecto importante de la función
renal es su asociación al sistema circulatorio.
Por medio de la arteria renal, que se ramifica en pequeños capilares, la sangre entra al riñón
para ser purificada y luego retorna al sistema circulatorio por medio de la vena renal

Fisiología
¿Cómo ocurre el proceso de excreción? El riñón realiza sus funciones mediante varios
mecanismos: filtración glomerular, reabsorción tubular, secreción y excreción a través de la
orina.
Recordemos que es el elemento vascular (arteriolas aferentes y eferentes, que entran y salen al
glomérulo, respectivamente) el que se encarga de llevar los desechos y otros materiales a los
túbulos para su excreción, regresar los materiales reabsorbidos por el riñón o ahí sintetizados a
la circulación sistémica y llevar el oxígeno y otros substratos metabólicos a la nefrona.
a) Filtración glomerular
El proceso de excreción comienza en el corpúsculo renal (Fig.14), el cual está formado
por capilares sanguíneos y por la cápsula de Bowman. El glomérulo, formado por una red
capilar porosa, actúa como un filtro del plasma. La separación se basa en la estructura
molecular (tamaño, carga eléctrica neta y forma).
Mediante este proceso se forma el ultrafiltrado de plasma sanguíneo, que se produce por el
paso de plasma, sin elementos celulares y básicamente carente de proteínas, desde el interior
de los capilares glomerulares hacia el espacio de la cápsula de Bowman (filtra agua, iones,
sales y moléculas orgánicas como glucosa). Los glomérulos pueden filtrar 125ml/min. Esto
equivale, aproximadamente, a 180 litros diarios.
b) Reabsorción tubular
Si en los glomérulos se filtran 180 litros diarios, se deduce que debe haber reabsorción, pues
evidentemente no se eliminan 180 litros diarios de orina. La reabsorción se produce en todo el
sistema tubular del nefrón (túbulo proximal, asa de Henle y túbulo distal), pero es más activa
en el túbulo proximal. La reabsorción tubular permite conservar sustancias importantes para el
organismo, como el agua, glucosa, aminoácidos, vitaminas, etc., pasando a la sangre
nuevamente. También se produce la absorción de importantes iones como el Na+ y Cl-.
Además, la reabsorción es capaz de adaptarse a las necesidades del momento, es decir, participa
en la homeostasis del medio interno.
c) Secreción
La secreción de sustancias al líquido tubular sirve para eliminar del organismo diversos
iones o sustancias químicas como antibióticos.
d) Excreción de la orina
Una vez ocurridos los procesos anteriores, la orina, compuesta principalmente de urea,
amonio, sodio, potasio, cloro, calcio, magnesio, entre otros iones, llega a los túbulos colectores
para su excreción.
Enfermedades digestivas
Las enfermedades digestivas son trastornos del aparato digestivo, que algunas veces se
denomina tracto gastrointestinal (GI). En la digestión, el alimento y las bebidas se
descomponen en pequeñas partes (llamadas nutrientes) que el cuerpo puede absorber y usar
como energía y pilares fundamentales para las células.
El primer signo de problemas en el aparato digestivo con frecuencia comprende uno o más de
los siguientes síntomas:
1. Sangrado
2. Distensión
3. Estreñimiento
4. Diarrea
5. Acidez gástrica
6. Incontinencia
7. Náuseas y vómitos
8. Dolor en el abdomen
9. Problemas para tragar
10. Aumento o pérdida de peso

Una enfermedad digestiva es cualquier problema de salud que ocurre en el aparato digestivo.
Las afecciones pueden ir de leves a serias. Algunos problemas comunes son:
Dispepsia:
Digestión difícil o dolorosa, resultado del fallo de alguna fase del proceso normal digestivo. Su
origen puede estar en un trastorno físico o emocional. Las causas físicas son gastritis, úlceras,
o inflamaciones de la vesícula biliar. Los síntomas pueden ser: sensación de pesadez en la boca
del estómago, gases, estreñimiento, diarrea, náuseas, o ardores. Las molestias se pueden
acompañar de cefaleas o mareos. El tratamiento que se prescribe depende de la causa específica
y comprende la administración de fármacos y la instauración de una dieta especial.

Indigestión y Acidez:

La indigestión es un término común que se utiliza para describir molestias físicas del
tracto gastrointestinal superior, asociadas con la ingestión de alimentos sólidos o líquidos. Los
síntomas son: ardores o acedías, acidez, eructos, distensión gaseosa, flatulencia, sensación de
plenitud, presión, náuseas y vómitos.
La acidez se produce porque el esfínter (banda circular de músculos en el extremo inferior dl
estómago), no cierra normalmente el extremo superior del estómago, permitiendo que el ácido
del estómago pueda ascender al esófago y provocar irritación.
Son varios los factores que causan la acidez. El sobrepeso hace que haya presión excesiva en
el abdomen. Los alimentos grasos o condimentados, bebidas alcohólicas, cafeína, menta,
chocolate, nicotina, jugos cítricos y tomate relajan el esfínter o irritan el esófago. Comer en
exceso o acostarse después de comer también pueden facilitar el reflujo ácido.
Dolor Cólico:

Dolor abdominal agudo; es un síntoma de distintos trastornos. Cuando es de origen


intestinal, se caracteriza por contracciones espasmódicas e irregulares de las fibras musculares
del intestino. Con frecuencia los cólicos intestinales se deben a infección, obstrucción,
ingestión de alimentos irritantes, o fármaco-laxantes. Se sabe poco sobre la etiología de los
cólicos del lactante, aunque se sospecha que su origen está en los gases y trastornos de la
digestión. El cólico renal se produce por el paso de un cálculo, o piedra, desde el riñón, a través
del uréter, hasta la vejiga urinaria; este descenso es muy doloroso. El cólico biliar es
consecuencia del paso de un cálculo biliar, desde la vesícula biliar hacia los conductos biliares.
Los síntomas del cólico se confunden con frecuencia con los de la apendicitis y la peritonitis.

Estreñimiento:

Desde un punto de vista médico, el estreñimiento es la evacuación de excremento


endurecido menos de 3 veces por semana. Asimismo, es posible experimentar distensión
abdominal, y a veces, molestias de contracción abdominal.
El estreñimiento es un síntoma, no una enfermedad. Al igual que la fiebre, este problema puede
ocurrir cuando uno de muchos factores disminuyen la velocidad de tránsito de los alimentos
del intestino grueso. Entre estos factores se incluyen la ingestión insuficiente de líquidos, dieta
inadecuada, hábitos de defecación irregulares, edad, falta de actividad, embarazo y
enfermedades, tales como cáncer, trastornos hormonales, enfermedades cardíacas
o insuficiencia renal. Además, diversos medicamentos pueden causar estreñimiento.
Aunque el estreñimiento puede ser molesto, la situación en sí rara vez es grave. Sin embargo,
en caso de persistir puede originar complicaciones, como las hemorroides y grietas en al ano,
comúnmente llamadas fisuras.
Diarrea:

Alteración del ritmo intestinal que se acompaña de deposiciones semilíquidas. Se trata en


general de un proceso transitorio cuya causa más frecuente son las infecciones víricas o
bacterianas. También puede ser producida por la toma de sustancias tóxicas que lesionan el
intestino, por situaciones de tensión emocional o por estados nerviosos
alterados. Procesos inflamatorios intestinales como la enteritis, la colitis, el cólera, la fiebre
tifoidea, la disentería bacilar o amebiana, o las parasitaciones intestinales por gusanos pueden
producir cuadros diarreicos de larga evolución. La pérdida de líquidos en este proceso puede
producir deshidratación y shock, que son a veces graves en los niños pequeños.
La diarrea infecciosa es muy contagiosa. Es factible contraer una infección viral por contacto
directo con una persona infectada. Los alimentos y agua contaminados con bacterias y
parásitos también pueden diseminar las infecciones diarreicas.
Flatulencia:

Presencia de cantidades excesivas de gas en el estómago o en el intestino. La mayor parte


del gas presente en el estómago está constituido por nitrógeno y oxígeno atmosféricos, que han
sido ingeridos por el individuo. El nitrógeno no se puede absorber y queda libre en el intestino.
Dentro del intestino se forman otros gases adicionales, sobre todo dióxido
de carbono, metano e hidrógeno. El dióxido de carbono se produce por fermentación y se
absorbe en gran parte. Los otros gases se producen por la digestión incompleta de alimentos
ricos en almidón o en celulosa, como las legumbres o las coles. Estos gases son expelidos al
exterior desde el recto en forma de flato. El olor desagradable del flato es producido por varios
compuestos azufrados, sobre todo por tioles. Los tioles son alcoholes en los que el átomo de
oxígeno ha sido reemplazado por un átomo de azufre. La presencia de grandes cantidades de
gas en el estómago o en el intestino pueden originar distensión y dolor.
Hernias:

Salida total o parcial de un órgano o estructura a través de la pared de la cavidad que lo


contiene. Se clasifican según la estructura o según la localización. Así, la hernia inguinal, la
más frecuente, es la salida de asas intestinales a través de la pared abdominal en el área inguinal.
Una hernia diafragmática o hernia de hiato es aquella en que parte del estómago o un asa
intestinal penetran en la cavidad torácica a través de una abertura del diafragma. En una hernia
umbilical el intestino o su recubrimiento membranoso (el omento) pasan, a través de la pared
abdominal, bajo la piel del ombligo.
Las hernias se suelen desarrollar a causa de un esfuerzo excesivo en cavidades cuya pared está
debilitada.
Las hernias inguinales causan problemas al realizar esfuerzos intensos o al comprimir la masa
abdominal (toser, defecación, etc.): aumentan de tamaño progresivamente y producen un dolor
moderado. Las hernias intraabdominales son dolorosas. Las hernias se consideran reducibles
cuando desaparecen de forma espontánea o con una suave presión y manipulación externa. En
esta situación pueden tratarse, en los ancianos, mediante reducción y mantenimiento con un
braguero inguinal (estructura ortopédica para contener las hernias). En los pacientes jóvenes el
tratamiento es quirúrgico. Cuando una hernia no puede reducirse se denomina incarcerada;
suelen ser dolorosas y deben ser operadas. Si la presión dentro de la hernia o un "arrollamiento"
de su contenido obstruyen el flujo sanguíneo a las estructuras herniadas, la hernia se llama
estrangulada; es muy dolorosa, constituye una urgencia quirúrgica, pues en pocas horas
conduce a la gangrena de los tejidos de la hernia. La cirugía busca reducir la hernia y reforzar
la pared de la cavidad con suturas o mallas
Cálculos:
Concreción formada en el cuerpo, principalmente en la vesícula biliar o en el tracto
urinario.
La mayoría de los cálculos biliares no se acompañan de síntomas. Los cálculos que bloquean
los conductos que conectan la vesícula biliar con el hígado y el intestino delgado pueden ser
muy doloroso y potencialmente peligrosos.
La vesícula biliar almacena bilis, líquido digestivo que se produce en el hígado. La bilis se
transporta al intestino delgado y ayuda a la digestión e las grasas. La vesícula biliar sana posee
cantidades equilibradas de ácidos biliares y colesterol. Los cálculos biliares suelen formarse
cuando se eleva la concentración de colesterol.
Los cálculos biliares pueden producir dolor intenso y repentino hasta de varias oradse duración.
Es usual que el dolor se inicie después de comer. Comienza en la parte superior derecha del
abdomen y puede desplazarse a la espalda o al hombro derecho. A veces, se acompaña de fiebre
y náuseas. Al ceder el dolor, persiste una sensación de malestar leve en la porción superior
derecha del abdomen. Cuando un cálculo bloque los conductos biliares, la piel y la blanca de
los ojos suelen tornarse amarillentas (intericia). También son posibles la aparición de fiebre o
la evacuación de heces pálidas, similares a la arcilla.
El 20% de los cálculos biliares son de bilirrubina y el 80% de colesterol o mixtos. Los primeros
son más frecuentes en poblaciones asiáticas y rurales, y en personas que padecen enfermedades
hemolíticas o cirrosis alcohólica. Los de colesterol son más frecuentes en occidentales, obesos,
mujeres, dietas de adelgazamiento y uso de fármacos hipolipemiantes.

Gastritis:
Inflamación aguda o crónica de la mucosa del estómago. En la gastritis aguda se producen
erosiones de las células superficiales de la mucosa, formaciones nodulares y a veces
hemorragia de la pared gástrica. En la gastritis crónica se produce, además, una transformación
progresiva de la mucosa a tejido fibroso (cicatricial o inflamatorio crónico). La enfermedad
está acompañada por un descenso en la velocidad del vaciado gástrico (experimentado por el
paciente como digestiones lentas o pesadas) y de pérdida de peso. Las causas más frecuentes
de la gastritis son el abuso del alcohol, el tabaco y las bebidas excitantes (café, té, refrescos de
cola), una secreción excesiva de ácido clorhídrico en el jugo gástrico, y varias infecciones entre
las que se encuentran la sífilis, la tuberculosis y algunas infecciones fúngicas. Se ha
demostrado recientemente que la bacteria Helicobacter pylori está presente en la mucosa
gástrica y duodenal hasta en el 80% de los pacientes con gastritis y úlceras pépticas (de
estómago o duodeno): este descubrimiento ha revolucionado el tratamiento de estas
enfermedades, hasta el punto de que los antibióticos han pasado a ser uno de sus pilares básicos.
El estrés psicológico también está implicado en el desarrollo de la gastritis.

conclusión

El aparato digestivo es un órgano clave para la salud del ser humano. Además de
la más conocida responsabilidad en preparar y absorber los nutrientes, es la máxima
comunicación del cuerpo con el exterior, alberga el 70% de todas las neuronas del
sistema nervioso periférico y es clave en la capacidad de responder de manera adecuada
a los alimentos, toxinas y demás antígenos del exterior. Contiene además la flora
intestinal, la cual es también un factor muy importante en la salud del ser humano. Es
tal su importancia que es considerado como la puerta biológica hacia la inflamación y
la autoinmunidad.
el aparato digestivo nos permite incorporar los nutrientes necesarios para satisfacer las
demandas energéticas y de nutrientes esenciales, como vitaminas y minerales, que nos
permiten cumplir con nuestras funciones como seres humanos (crecer, reproducirse,
alimentarse...). Si la digestión no se realiza correctamente no aprovechamos los
nutrientes de los alimentos y nuestro cuerpo produce toxinas responsables de problemas
como diarrea, fatiga, gastroenteritis o déficits de vitaminas.

En las últimas décadas, ha habido un aumento importante de las enfermedades y


trastornos digestivos, intolerancias alimentarias y alergias que nos ha hecho dar cuenta,
en muchos casos, de la importancia de una buena salud digestiva. La mala alimentación,
el exceso de sustancias químicas nocivas en la agricultura, la contaminación de las
aguas, el abuso de antibióticos, o el exceso de higiene son algunas de las causas.

Bibliografía
 https://www.pictoeduca.com/leccion/161/la-funci-n-de-nutrici-n-aparato-
digestivo/pag/914
 https://sites.google.com/site/fluidossistemadigestivo/produccion
 https://www.monografias.com/trabajos102/enfermedades-del-sistema-
digestivo/enfermedades-del-sistema-digestivo.shtml
 Ganong, W.F. (1994). "Fisiología Médica". 13ª Edición. El manual moderno.
 Barrett, K.E. Fisiología gastrointestinal. México: McGraw-Hill Interamericana; 2007.

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