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HACIA UNA CONSTRUCCIÓN CON MATERIALES VIVIENTES

Frida Eveelyn Alcántara Ascarruz

Hoy en día, existe una gran gama de materiales de construcción que van desde
cemento, concreto hasta elementos más sostenibles como el bambú o el adobe, esto
se debe al constante crecimiento del sector de la construcción y a la versatilidad del
bloque de concreto gracias a eso se han podido edificar singulares proyectos como el
Center Heydar Aliyev de Zaha Hadid donde la complejidad del proyecto se refleja en
las ondulaciones de la piel de concreto que lo recubre. Sin embargo, el crecimiento de
esta industria va de la mano con el incremento del polvo atmosférico sedimentable, los
cuales son partículas sólidas en suspensión en la atmósfera. A raíz de esto, surge
como solución invertir en la biotecnología para experimentar nuevos materiales de
construcción que cumplieran con los requisitos para considerarse un elemento
ecológico.
Según la Convención de Diversidad Biológica (1922), la biotecnología es la utilización
de sistemas biológicos y organismo vivos para la creación o modificación de procesos,
esto ha permitido que aumente el abanico de opciones de materiales ecológicos, ya
que usualmente se emplea el adobe, el bambú, sin embargo, se ha logrado encontrar
la utilidad de materiales no solo orgánicos sino vivos como los hongos o las bacterias,
tal es el caso del micelio y del biocemento a base bacterias. Es tal la magnitud de esta
nueva ciencia que sea empleado en el campo de la medicina para detectar
enfermedades gastrointestinales y obtener los resultados desde la aplicación de un
celular.

A partir de estas investigaciones, empresas como ECOVATIVE y BIOMASON vieron la


gran viabilidad de los proyectos de experimentación de materiales por lo que se invirtió
en su desarrollo. En el caso de ECOVATIVE, los fundadores Eben Bayer y Gavin
McIntyre llevaron un curso de investigación juntos en Instituto Rensselaer, donde
patentaron un método para cultivar un panel de aislamiento térmico a base de hongos
al cual llamaron Greensulate, con esta tecnología planteaban reemplazar el
poliestireno y otros productos de plásticos. Este biomaterial está hecho a partir de las
hifas de los hongos, que vienen a ser una red de filamentos por los cuales absorben
nutrientes y esparcen sus esporas para su reproducción, esta red permite que el
bloque de micelio sea mucho más compacto y resistente que el hormigón, asimismo es
resistencia al contacto con el fuego. Por ser un elemento hecho a base de materiales
orgánicos es considerado de rápida renovación ya que proponen un proceso cíclico
donde pueden ser recuperados, reciclados y reutilizados sin algún costo adicional en el
proceso de reciclaje, lo que sí pasaría si es que se quisiera reutilizar el concreto o
acero. Otra ventaja es el costo de producción del bloque, solo se necesita desecho
agrícola para rellenar el ladrillo y que a la vez sirva como su fuente de alimento durante
los 5 días en las que las hifas tienen que extenderse por el encofrado, al último se
someten a altas temperaturas para que el hongo se vuelva inerte y poder usarse en la
construcción; sin embargo, depende del arquitecto si quiere frenar el proceso de
crecimiento del micelio ya que existen muebles hechos de hongos que una vez
manufacturadas, el hongo sigue vivo en el elemento.
A pesar de que al inicio se haya empleado el micelio para paneles aislantes,
actualmente, se ha diversificado su uso hasta el punto de usarse en mobiliario, ladrillos
e incluso convertirse en cuero. Solo se ha empleado

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