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MÓDU
LO 1
PRACTICA
PROFESIONAL
Derecho Procesal Penal.
Sistemas Procesales
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Turín, 1927, p. 5.) que presenta el derecho procesal penal como "el
éste, a su vez, es "el conjunto de actos mediante los cuales se provee, por
derecho penal''.
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MÓDULO 1
SISTEMAS PROCESALES
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Penal) integra el derecho público, ya que regula una función del Estado;
juicio, etc.
art. 5, ordena a las provincias que dicten sus propias constituciones bajo el
demás y que el Congreso debe determinar por leyes generales cuál será la
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MÓDULO 1
ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso,
por la ley antes del hecho de la causa; nadie puede ser obligado a declarar
epistolar y los papeles privados; y una ley determinará en qué casos y con
mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que
la autorice.
indica que ninguno de los miembros del Congreso puede ser acusado o
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información sumaria del hecho (art. 69); que cuando se forme querella por
Entre las atribuciones del Congreso (art. 75) está la de dictar los códigos
los tribunales federales o provinciales, según que las cosas o las personas
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tribunales inferiores de la Nación, con acuerdo del Senado (inc. 4 del art.
fenecidas.
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intangibilidad de remuneraciones.
en juicio.
cual el legislador describe los delitos y les fija las penas; otro en que se
puede ser aplicada sin recurrir a los medios y garantías del proceso penal.
garantías jurisdiccionales.
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MÓDULO 2
Módulo 2
PRACTICA
PROFESIONAL
Relación Jurídica
Procesal Penal.
Investigación Judicial
Autónoma. Prueba.
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MÓDULO 2
SUJETOS: Las leyes procesales y las de organización del M.P. Fiscal y los Tribunales de Justicia,
establecen quiénes son los sujetos (públicos o privados) que deben o pueden intervenir en un
proceso penal, acordándoles en abstracto poderes, derechos y atribuciones, o imponiéndoles,
también en abstracto, deberes o sujeciones, que en muchos casos son recíprocos. El ejercicio
de aquellos y el cumplimiento concreto de éstos, comenzará a tener vida a partir de la
afirmación oficial sobre la hipótesis de la comisión de un delito, determinando en su desarrollo
una trama de vinculaciones entre todos los sujetos que intervienen en el proceso, generando
entre ellos lo que se conoce como relación jurídica procesal. Esta es autónoma de la existencia
real del hecho delictivo cuya hipótesis le diera origen, al punto que es posible (y además
frecuente) que un proceso sea desarrollado en su integridad, para concluir estableciendo que
el delito que constituye su objeto no existió (o no se pudo comprobar su existencia, que es lo
mismo).
SUJETOS ESENCIALES. Entre los sujetos que pueden participar en el proceso hay algunos cuya
intervención es esencial para su validez: son EL ACTOR PENAL, que inicia e impulsa la
persecución penal preparando, formulando, y probando la acusación; EL TRIBUNAL que dirige
el proceso, controla el respeto por los derechos del imputado (y de las demás partes que
hubiere), garantiza su igualdad con el acusador y resuelve provisional (v. gr., auto de elevación
a juicio) o definitivamente (v. gr., sentencia posterior al debate sobre el fundamento fáctico y
jurídico de la acusación); y EL IMPUTADO, que es el particular contra quien se dirige o a quien
afecta la persecución penal.
OBJETO. El proceso penal versará sobre la hipótesis de un "hecho que se presume criminoso",
o lo que es lo mismo, sobre una "posibilidad delictual". Sobre él recaerán la investigación
preparatoria del M.P. Fiscal o el juez de instrucción (según el modelo que se adopte), la
acusación, la prueba, la defensa del imputado, los alegatos de las partes y la decisión del
tribunal. Este es el llamado objeto principal del proceso penal. El objeto secundario o accesorio
es la consideración del mismo hecho desde la óptica de sus efectos civiles (restitución o
reparación del daño). CAFFERATA NORES JOSÉ I. MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL.-
CONSTITUCION Y FASES
El proceso penal se encuentra estructurado sobre fases que cumplen objetivos específicos:
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3. Juicio: es la fase principal donde se observan en plenitud las formas sustanciales del
“juicio previo” (art. 18 CN): acusación, defensa, prueba y sentencia dictada por el juez
natural.
Estas fases se hallan presentes en todos los modelos de enjuiciamiento penal, pero se
organizan de modo diferentes, según el sistema procesal al que responden.
ETAPA PREPARATORIA:
La etapa preparatoria es, como su nombre lo indica, una fase de investigación orientada a
hallar la dimensión jurídica del conflicto social que origina la imputación penal. Cuando el
conflicto ingresa al sistema judicial del Estado, a través de los órganos predispuestos debe
investigar ese hecho social en su proyección jurídica.
A partir de esta idea, coherente con la visión del proceso penal como instancia de solución de
conflictos sociales que se extrae de las bases del derecho internacional de los derechos
humanos, coincidimos con la afirmación de Binder “en el comienzo del proceso penal se halla
la vida social”.
Cuando el hecho social ingresa al proceso, a través de alguna de las vías previstas en la ley
(actos iniciales), se abre la etapa de investigación.
Las normas procesales con redacciones casi idénticas, determinan que la investigación penal
preparatoria tendrá por objeto:
4. Comprobar la extensión del daño causado por el delito, aunque no se hubiera ejercido
la acción resarcitoria.
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Además de indicar el objeto de la investigación penal, algunos códigos aclaran los fines que
ella persigue:
2. Reunir las pruebas útiles para dar base a la acusación o para determinar el
sobreseimiento.
JUICIO COMUN.
El juicio es la etapa preparatoria es la etapa principal del proceso penal. Toda la actividad
procesal desplegada en las fases anteriores, se orientan a preparar (fase preparatoria) y a
controlar (etapa intermedia) la acusación que se pretende probar en el juicio, momento en el
que debe “resolverse” o “redefinirse”, el conflicto social que originó el proceso.
LIBERTAD DE LA PRUEBA.
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huellas que los hechos pudieron haber dejado en cosas o personas, o de los resultados de
experimentaciones sobre aquellos.
IMPORTANCIA. Sin embargo, será bueno aclarar que todo el tema de la prueba se encuentra
íntimamente vinculado con el modelo de proceso penal que se acepte. Si es de carácter
inquisitivo, la prueba tiene una importancia relativa, pues como el modelo político autoritario
que lo sustenta presupone la culpabilidad del imputado por la apariencia de culpabilidad que
la imputación genera, el proceso se legitima como un castigo en sí mismo (especialmente a
través de la prisión preventiva, o de la difusión pública), mientras procura, sin verdadero
interés, reconfirmar una culpabilidad que, por ser presupuesta, va siendo pre castigada. Si, en
cambio, el modelo es como el de nuestro sistema Constitucional, como éste parte de un
estado de inocencia, la prueba cobra relevancia sustancial, pues es la única forma legalmente
autorizada para destruirlo: No se admite otro modo de acreditar la culpabilidad.
Nuestra ley penal sustantiva no prevé limitaciones a la prueba, pero la constitución repudia
muchos procedimientos probatorios, fundamentalmente cuando van en contra de la
humanidad, la dignidad, la libertad individual o las buenas costumbres. Se prohíbe todo
método que tienda a quebrantar la inviolabilidad de la conciencia humana. Tortura física o
moral.
TRÁMITE. La pericia tiene como notas características su “regulación formal y el encargo judicial
previo”. El órgano que puede ordenar una pericia varía según el ordenamiento procesal y las
etapas del proceso. Por ejemplo, en Córdoba, por regla, durante la investigación la dispondrá
el fiscal si es éste quien la está llevando a cabo; o lo hará el juez de instrucción o control si está
practicando la investigación jurisdiccional. En la etapa del juicio la ordenará el tribunal, a
pedido del fiscal o las partes
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MÓDULO 2
delictivo) porque la duda beneficia al sospechado (in dubio pro reo); por lo que resulta esencial
la regular, adquisición y conservación de los elementos o medios de prueba, para la efectiva
aplicación de la ley penal.
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MÓDULO 3
MÓDULO 3
PRACTICA
PROFESIONAL
Principios
Constitucionales
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MÓDULO 3
PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES.
NE BIS IN IDEM
principio que no sólo tiene incidencia en el derecho penal material sino también en el
derecho procesal penal. No sólo se vulnera este principio sancionando al autor más de
una vez por el mismo hecho, sino también, cuando se lo juzga por el mismo hecho en
evitar que el autor sea sancionado por un mismo hecho con diversas sanciones en
militar, etc.). Este principio no impide en todo caso que por el mismo hecho se aplique
JUICIO PREVIO
Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo¨. Nadie puede
ser castigado sin haber sido previamente juzgado y sentenciado mediante el debido
proceso. Esto significa que el individuo debe ser acusado de la comisión de un hecho
defenderse alegando sus derechos y presentando las pruebas que tenga para
caso, mediante sentencia condenatoria surgida del debido ¨juicio previo¨, el individuo
JUEZ NATURAL
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MÓDULO 3
los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa¨. Este párrafo encierra el
principio del juez natural o juez legal. Son jueces naturales los juzgados y tribunales
creados por la ley ante que se produzca el hecho que motiva el proceso, sin importar
el o los individuos que lo integren. Ejemplo: un homicidio debe ser juzgado ante alguno
de los juzgados criminales creados por las leyes de organización y competencia de los
haya sido posterior a la comisión de ese homicidio. Lo que importa es que ese órgano,
puede hacer es sacar al individuo de ese juzgado natural, y formar una comisión
especial para que lo juzgue. Por aplicación de este principio, ni el Poder Ejecutivo ni el
Legislativo pueden formar comisiones especiales para que juzguen y sentencien a los
prohibición de formar comisiones especiales es una aplicación del principio del juez
natural.
LEGALIDAD
penal constitucional que sirve para eliminar las restantes (leyes penales ilícitas). En
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 17895, habiendo sido
precisado en el ámbito penal por Feuerbach, quien le dio la formulación latina con la
que usualmente se lo enuncia: nullum crimen sine lege, nulla poena sine lege, nullum
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MÓDULO 3
Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del
cualquier caso, es claro que el art. 18 consagra la legalidad procesal penal y la duda
fine CN): Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley,
Desde el punto de vista, formal la legalidad significa que la única fuente productora de
única ley penal es la ley formal de ellos emanada, conforme al procedimiento que
1
Sobre ésta. Soler, I, p. 107; los propios ingleses consideran que el principio de legalidad proviene de la
Revolución Francesa, cfr. Clarkson-Keating. p. 95; sobre su origen en la Ilustración. Cerezo Mir, p. 177;
Ferrajoli, en "Itercriminis". p. 69 y ss. Sobre la Carta Magna, Pilgüese, en "Judicial prolection of Human
Rights at the national and international Ievel". p. 89
2
Cfr. Thorpe, p. 542; Curtis. p. 328.
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MÓDULO 3
sirven para establecer los límites de la tipicidad penal cuando la propia ley, en forma
etcétera.
Estado de derecho, dado que limita el poder público sancionatorio al caso de aquellos
meramente formal que sólo atendiera al valor seguridad jurídica, se podría entender
que "ley" en el sentido de este principio podría ser cualquier disposición sancionada
públicamente por una autoridad que dispusiera del poder para hacerla cumplir. Sin
principio exigirá que la "ley" provenga del Parlamento, es decir, esté sancionada por
lexpraevia, lex scripta, lex certa y lex stricta. De ellos se derivan cuatro prohibiciones:
Con frecuencia se ha repetido que este principio constituye la carta magna del
en este sentido, que la consideración del principio de legalidad como instrumento para
3
Por supuesto que la ley penal debe ser publicada, requisito que condiciona su exigibilidad y aplicación
(arts. 19 CN, 2 CC y 2 CP), de modo que no existe ninguna posibilidad de aplicar una "ley secreta", más
allá de su discutida constitucionalidad en general (sobre ello. Sagúes Sobre la inconstitucionalidad de las
leves secretas, p. 84)
4
Von Liszt, Strafrechtliche Vortrüge unddufsütze, 1905, t. 11, ps. 75 y SS. y 80.
5
Bacigalupo, Principios de derecho penal. Parte general, 2" ed., 1990, p. 35 y siguientes.
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MÓDULO 3
creían poder saber los positivistas) siempre cabría preguntarse: ¿por qué razón limita
legalidad es un mal necesario, dado que protege al "malo" frente al "bueno" (el
indudable que se trata de un bien necesario, pues protege al débil (el ciudadano)
PROPORCIONALIDAD.
pena debe estar en una relación con la magnitud del injusto. La pena conminada en
abstracto, y la pena que en el caso concreto aplique el juez, debe tener una relación
CULPABILIDAD.
del concepto de persona. Imputar un daño o un peligro para un bien jurídico, sin la
previa constatación del vínculo subjetivo con el autor (o imponer una pena sólo
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MÓDULO 3
en realidad, es un derecho penal irracional, que imputa sin presuponer ni delito ni ley6.
Pero si bien la exclusión del caso fortuito (imputación por la mera causación) es
CN, mediante la reserva legal. A nadie pueden imputársele acciones prohibidas (a) si
tampoco (b) cuando no le haya sido posible conocer la conminación penal de ella y
irracional pretender imponer una pena por un resultado fortuito, no por ello deja de
conducta a derecho.
dogmática marcan los límites dentro de los que pueden desarrollarse la teoría del
objeto que se imputa en la teoría del injusto, en tanto que sólo el de culpabilidad
mínima.
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Cfr. Ferrajoli, Derecho y razón, p. 99.
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MÓDULO 4
Modulo 4
PRACTICA
PROFESIONAL
Inviolabilidad de la
defensa en juicio.
Instrumentos
internacionales de
derechos humanos
incorporados por la
Constitución Nacional.
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Jurisprudencia
MÓDULO 4
esencial sujeto con capacidad de parte dentro del moderno proceso penal, pueden
persona sometida a proceso penal fue fruto de una larga evolución histórica e
Es dable destacar ahora que la defensa lato sensu deriva en forma directa de
en forma directa con el criterio valorativo del debido proceso, abarcando por ende la
totalidad de las garantías que implican el concepto del mismo. Así, el derecho de
defensa significa el cumplimiento efectivo del principio de legalidad, lo que supone que
nadie puede ser sometido a persecución penal sino por hechos en principio
competencia); así mismo, el derecho a saber los hechos que se atribuyen y a ser oído
proceso penal, todo dentro de plazos razonables y con posibilidad de recurrir ante
instancias superiores.
jurisdiccional. Fue Carnelutti quien insistió particularmente sobre este enfoque del
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MÓDULO 4
con la acción como tesis, la defensa como antítesis y la sentencia como síntesis. En
pensar a la una sin la otra. Así, acción y defensa aparecen como interrelacionadas en
el orden del proceso y como situadas en igual rango. Claro está que lo señalado es
fundado sobre la actividad de las partes y la neta diferenciación de las funciones que
concebirse como un verdadero pilar del moderno proceso, tanto en lo que hace a la
noción general del mismo como con especial referencia a la materia penal.
forma. De ahí el énfasis que procesalistas como Vélez Mariconde y Clariá Olmedo han
puesto en destacar las interrelaciones entre acción y defensa, ya que ambas son
1
CARNELUTTI, Francesco, Cuestiones sobre el proceso penal, Ejea, Buenos Aires, 1961.
2
En el proceso inquisitivo lo que procesalmente se define como propio es la confusión entre acción y
jurisdicción, lo que consecuentemente desdibuja la defensa. Por otra parte, en las ideas políticas que le
daban sustento se partía del convencimiento de que si el imputado era culpable la defensa no sólo era
improcedente, sino perjudicial para el éxito de la investigación y del castigo y, si no lo era, el tribunal
valoraría tal circunstancia y, por ende, era innecesaria
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MÓDULO 4
impulsora, no se proyecta hacia el accionado que, por serlo, debe tener las
De ahí que el derecho de defensa tenga una amplitud que abarca todas las
institución, por lo que el tema no sólo abarca los procedimientos judiciales sino que
del derecho de defensa operable en todas las situaciones como por ejemplo en el
derecho administrativo y que lleva a descalificar toda sanción institucional asumida sin
cuando nos encontramos ante amenazas de las más graves sanciones de que un
de prácticamente todos los derechos civiles), lo que explica que el mayor énfasis
respecto al tema se haya dado dentro de las referencias a la materia penal. Pero debe
todo proceso y, dentro del penal, corresponde en primer lugar al imputado, pero que
designación de oficio. De igual modo, otros actos de defensa material, como careos
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MÓDULO 4
tales actos tienen que ser dispuestos en los procedimientos pertinentes. Y en lo que
con defensor o a ejercer actos de defensa, la misma deberá ser llevada a cabo por un
defensor de oficio, por lo que desde este punto de vista tal actividad resulta en
Constitución Nacional.
tratados sobre derechos humanos, y de situarlos a su mismo nivel (art. 75 inc. 22, CN),
igual jerarquía “que abreva en dos fuentes: la nacional y la internacional. Sus normas,
“no se anulan entre si ni se neutralizan entre sí, sino que se retroalimentan”, formando
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MÓDULO 4
deberá ser dictada “en su consonancia” (art. 31, CN). Además, la paridad de nivel
jueces a “no omitir” las disposiciones conenidas en esta última “como fuente de sus
que reconoce. Este esquema que se proyecta sobre el proceso penal es también ley
Todo esto forma un verdadero bloque de legalidad de máximo nivel jurídico que
pactos que se cumple con ellos: a veces ese es el mejor método para esconder su
vulneración.
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MÓDULO 4
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MÓDULO 5
Módulo 5
PRACTICA
PROFESIONAL
Proceso y Principios
procesales
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MÓDULO 5
pretensión punitiva del Estado sólo se hace efectiva cuando un delito ha sido
cometido por una persona imputable y responsable, a diferencia del proceso civil,
donde predomina la verdad formal, pues en él las partes pueden disponer libremente
de sus intereses. Por lo mismo que en el proceso penal el juez busca la verdad
material, sus facultades deben ser más amplias, y de ahí surge la regla de la sana
ese principio surge el de la oficialidad, pues la función penal es una función pública, a
cargo de órganos públicos que actúan por propia iniciativa, es decir, de oficio, sin
del proceso penal, ya que éste se verifica por ejecución de una obligación que surge de
la ley. De ahí que una vez iniciado, no se pueda revocar, suspender o modificar, sin
que lo consienta una expresa disposición de ella. Siendo el impulso procesal legal, es la
1
Alsina, Tratado, cit,, t. I, ps. 261 y ss.
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MÓDULO 5
procesales.
hacerlo mientras el actor no lo pida. En este sistema se limitan los poderes del juez,
etapas, o sea, que los actos procesales se ejecutan en un orden determinado, el paso
de una etapa a la que le sigue, supone la clausura de la anterior, y, por tanto, que los
del proceso. Ésta es la preclusión, que en italiano significa cerrar o clausurar, y que se
complementa con el impulso procesal, pues este último sirve para que se pase de una
etapa a la siguiente, y aquélla evita que se repitan los actos procesales, y, por tanto,
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MÓDULO 5
cual sigue una nueva etapa. Son los términos que se conceden para oponer
proceso, y aquélla fuera de él, y sirve para que progrese, mientras que la cosa juzgada
deben efectuarse con intervención de la parte contraria, que de este modo tiene el
Proc. Civ. se ordenaba fijar día para que tuviera lugar toda diligencia de prueba y citar
a la parte contraria al menos con un día de anticipación, pero dicha parte podía asistir
o no a la diligencia, sin que por esto dejara de ser válida. Usualmente ese
procesal y que permite comunicar a la parte afectada toda providencia, sea que se
dicte de oficio o a petición de parte, mediante los requisitos que la ley establece.
directo con las partes y recibir las pruebas en la misma forma, con los beneficios
consiguientes.
Dado el sistema escrito que impera en nuestro país, el escaso número de jueces
y otras rabones de orden práctico, este principio se aplica sólo por excepción.
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MÓDULO 5
juez supla las omisiones de las partes. Implica la realización, en una o en pocas
audiencias, próximas la una de las otras, de los distintos actos procesales. Asimismo
está vinculado al proceso oral, por lo que le son aplicables los conceptos que acabamos
cual se presentan al proceso de una sola vez todos los medios y elementos de juicio de
tipos de procesos son mixtos, eso sí, con predominio de uno y otro principio.
secreto. De todos los que hemos enumerado son, sin duda, superiores los de
2
Alcalá Zamora y Castillo y Levene (h.), Derecho procesal penal, cit., t. II, p. 216, nota 153.
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MÓDULO 6
Modulo 6
PRACTICA
PROFESIONAL
Jurisdicción y Competencia.
Excusación y Recusación.
Juicio por Jurado. Organización
de la Justicia Penal Argentina.
Consejo de la Magistratura
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MÓDULO 6
LA JURISDICCION PENAL
Fundamento y noción
La jurisdicción es uno de los atributos del Estado, no implicando una excepción a ese
principio ni la existencia de jueces particulares o privados (árbitros) en materia civil, ni el hecho
de que se acepten algunos efectos de decisiones de la jurisdicción eclesiástica, pues ambos
supuestos ocurren dentro de los límites de la autorización del propio Estado1.
La jurisdicción tiene estrecha relación con la actuación del Poder Judicial, si bien no
toda la actividad de éste es de carácter jurisdiccional y otros poderes de Estado tienen también
jurisdicción. La visita de cárceles es un ejemplo del primer caso, y el juicio político ante el
Congreso, y los tribunales de faltas municipales y policiales, del segundo. Por eso no se debe
confundir función jurisdiccional con función judicial.
1
Alcalá Zamora y Castillo, Derecho procesal penal, cit., t. I, ps. 185 y ss., a quien seguimos
sustancialmente en este punto
2
David Lascano, Jurisdicción y competencia, cit., p. 16, y Eduardo Massari, II processo penak nella nuova
legislazione italiana. Ñapóles, 1934, ps. 27 y ss.
3
Manzini, Derecfw procesal penal, cit., t. II, p. 27.
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MÓDULO 6
Esos órganos intervienen cuando hay conflicto de intereses o litigios entre el Estado y
particulares, o entre éstos, y los resuelve. De lo contrario, el choque de las dos partes podría
trastornar el orden social.
Son, pues, razones de necesidad que han hecho "que un tercero intervenga en los
conflictos de los particulares para resolverlos pacíficamente; y esa actividad desempeñada por
otra persona que los propios interesados, es la que, en esencia, constituye la jurisdicción''10.
Desde el punto de vista etimológico, "jurisdicción" quiere decir declarar el derecho (ius
dicere, inris dictio), aplicarlo, no crearlo, debiéndose recordar que en determinado momento
del derecho romano no se hizo distingo entre la facultad de dictar la norma y la de aplicarla a
los casos concretos.
Caracteres
4
Chiovenda, Principios de derecha procesal civil, cit., vol. I, ps. 344-5.
5
Carnelutti, Sistema, cit., n' 77.
6
Goldschmidt, Derecho procesal civil, cit., p. 118,
7
Alsina, Tratado, cit., t. I, p. 543.
8
Lascano, Jurisdicción y competencia, cit., p. 29.
9
Podetti, Teoría y técnica del proceso civil, cit., p. 106.
10
Lascano, Jurisdicción y competencia, cit., p. 11.
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MÓDULO 6
El poder jurisdiccional tiene por límites territoriales los del Estado donde se ejerce, por
lo que excepcionalmente puede aplicar una ley extranjera, y, por tanto, sus resoluciones no
tienen eficacia en el exterior, ni viceversa, salvo que pactos o principios de reciprocidad
permitan lo contrario, en cuyo caso es también el derecho interno el que permite dar eficacia a
la actividad jurisdiccional de otro Estado. Dentro de la Nación rige lo dispuesto en el art. 7 de la
Constitución nacional, ya visto, es decir que los procedimientos judiciales de una provincia
gozan de entera fe en las demás, que deben cumplimentar como propias las resoluciones que
se dicten. De tal modo, el juez de un país extranjero no tiene jurisdicción en el nuestro, como
un juez de La Rioja no la tiene en Jujuy.
La jurisdicción tiene efecto sobre las personas o cosas situadas en el territorio dentro
del cual el juez ejerce sus funciones, y comprende tanto las personas nacionales como las
extranjeras —porque aquélla es una manifestación de la soberanía—, y las de existencia ideal.
Como excepción, algunas personas, como los diplomáticos, gozan del beneficio de la
extraterritorialidad, al que pueden, sin embargo, renunciar.
La jurisdicción tiene efecto sobre las personas o cosas situadas en el territorio dentro
del cual el juez ejerce sus funciones, y comprende tanto las personas nacionales como las
extranjeras —porque aquélla es una manifestación de la soberanía—, y las de existencia ideal.
Como excepción, algunas personas, como los diplomáticos, gozan del beneficio de la
extraterritorialidad, al que pueden, sin embargo, renunciar.
La jurisdicción emana de la soberanía del Estado, cuyo poder, como hemos recordado,
comprende tres grandes funciones: la administrativa o gubernativa, la legislativa y la
jurisdiccional. El Estado la ejerce con poder compulsivo, haciendo respetar la norma jurídica y
dando existencia real al derecho. Además de ser el único capaz de desempeñar tal función, él
es quien crea la ley, cuyo imperio debe asegurar. Por eso la jurisdicción posee el imperium
necesario para desarrollar la actividad que le es propia, y puede emplear la fuerza, si es
preciso, para practicar embargos o secuestros, compeler testigos, hacer comparecer las partes
y ejecutar las sentencias, etc.
Otro aspecto que presenta la jurisdicción es la de que interesa al orden público, por lo
que las leyes que la rigen no pueden ser alteradas ni modificadas por la simple voluntad de las
partes, concepto que alcanza a la competencia, que como grado o medida de la jurisdicción es
también una institución de orden público, ya que además ambas emanan de la soberanía.
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MÓDULO 6
Competencia.
Concepto y fundamento
Ningún juez carece de jurisdicción, pero sólo la ejerce dentro de los límites señalados
por la ley, por lo que puede faltarle competencia para entender en un asunto determinado.
Mientras que la jurisdicción es un concepto genérico, es decir, una potestad del juez, la
competencia es un concepto aplicado al caso concreto, pues no todos los jueces pueden
intervenir en cualquier litigio, sino tan sólo en aquellos casos que la ley les permite. Conforme
a tales conceptos, Castro define a la competencia como "la medida o el alcance de la
jurisdicción, o sea, los límites que la ley establece para el ejercicio de la jurisdicción a cada uno
de los distintos órganos jurisdiccionales", y Alsina como "la aptitud del juez para ejercer su
jurisdicción en un caso determinado". Para Manzini, desde el punto de vista objetivo, "es el
ámbito legislativamente limitado dentro del cual un juez que tiene jurisdicción" puede
ejercerla; y para Lascano "es la capacidad reconocida a ciertos jueces para ejercer jurisdicción
en determinados casos".
11
Lascano, Jurisdicción y competencia, cit., p. 13.
12
Alcalá Zamora y Castillo y Levene (h.), Derecho procesal penal, cit., t- I. ps. 225-6.
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MÓDULO 6
Cuando el juez no es competente, la parte afectada puede pedirle que así lo declare
mediante la excepción de incompetencia, o recurrir al juez que considera competente, a fin de
que se aboque al conocimiento del asunto.
Clases
En cambio, en casi todas partes rige la competencia por razón del grado, es decir, que
existe la doble y hasta triple instancia, pudiéndose mencionar como excepción los fallos de la
Corte Suprema de la Nación, cuando actúa en primera y única instancia.
La competencia por razón del grado depende de la clase de recurso que se interpone.
La competencia por razón del tumo resulta de la fecha en que se inicia el juicio.
La competencia por razón del valor surge del monto del asunto que se debate.
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MÓDULO 6
Recusación y excusación
La imparcialidad del juez en el caso, en relación a las situaciones que, por relaciones
del órgano jurisdiccional con el objeto y/o las personas del proceso aparece comprometida o
cuestionada, se procura proteger mediante los institutos de la excusación y la recusación que
tienden al apartamiento del juez que se encuentre dentro de alguno de los motivos previstos.
En consecuencia, en los casos de vinculaciones directas o indirectas del juzgador con el
proceso o con los interesados, se procura que el magistrado que se encuentra en tal situación
se separe del entendimiento del caso por propia decisión o a pedido de parte.
Se trata de una decisión personal y oficiosa del juzgador, quien deberá fundarla
explicitando las razones que la fundamentan.
En ella deberá valorar sus deberes como órgano de la jurisdicción con los motivos que
pueden comprometer su imparcialidad. No se trata de apartarse por cualquier motivo nimio,
aunque ello evidencie una especial sensibilidad, sino de determinar si esos motivos pueden,
objetivamente, arrojar sombras sobre su actuación o generar recelos y, subjetivamente, si los
mismos pueden incidir en la ecuanimidad decisoria.
El juzgador que decida su inhibición remitirá las actuaciones al que corresponda para
su reemplazo; si éste no acepta la procedencia de la excusación, elevará las actuaciones a la
cámara que resulte superior de ambos para que resuelva en definitiva; en caso de tribunales
colegiados, se dirigirá a sus pares.
Por su parte el trámite en la provincia del Chaco consiste en que “El Juez que se inhiba
remitirá el expediente, por decreto fundado, al que deba reemplazarlo; éste tomará
conocimiento de la causa inmediatamente y proseguirá su curso, sin perjuicio de que eleve los
antecedentes en igual forma al Tribunal que corresponda, si estimare que la inhibición no tiene
fundamento. La incidencia será resuelta sin más trámite por el mismo. Cuando el Juez que
forme parte de un Tribunal colegiado reconozca un motivo de inhibición, pedirá que se
disponga su apartamiento”(art. 64).
Por las mismas causales que justifican la excusación, las partes podrán plantear
recusación.
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MÓDULO 6
Tipos de Jurado
No resulta fácil elaborar una tipología de jurados que clasifique de forma inequívoca
todos los sistemas de jurados, sin embargo, estos se caracterizan por incluir de una u otra
forma la participación popular en la justicia, de ciudadanos legos, es decir ciudadanos no
conocedores de los aspectos técnicos de la justicia. Es a partir de la forma en la que los
ciudadanos participan en el procedimiento que se establecen las diferentes categorías.
Jurado Anglosajón
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MÓDULO 6
Jurado escabinado
En la mayoría de los países, se adoptó este sistema como evolución del sistema “puro”,
a través de reformas.
En este sistema, se puede intuir una primacía de los jueces técnicos sobre los jueces
legos, que debido a su menor conocimiento del derecho, quedan en segundo plano en las
deliberaciones del veredicto, por otra parte, se percibe una mayor confianza en la justicia por
parte del pueblo debido al consenso necesario entre jueces y legos.
Jurado mixto
La introducción del instituto del juicio por jurados, con distintas variantes reguladoras que no
cambiaban su esencia, se produjo en nuestro país desde la Asamblea de 1813, que recogió el
proyecto de Constitución para las provincias del Río de la Plata de 1812. Y de ahí en más ocupó
su lugar como aspiración constitucional en los proyectos de 1813,1819 y 1826, a la par de que
también lo hizo en el proyecto de Constitución de la Sociedad Patriótica, de igual modo que lo
hizo el de Pedro de Angelis. Aparece nuevamente la institución con motivo de las
"instrucciones que la Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires da a sus representantes al
futuro Congreso General de todas las Provincias de la Unión" el 12 de septiembre de 1815, el
que se repite con iguales instrucciones en 1817.
Así se llega a la Constitución de 1853 con la modificación de 1860, que con la de 1994
rige aún, con idéntica exigencia de implantación del juicio por jurados13.
13
Ver SALVADORES DE ARZUAGA, Carlos I. y otros, "El juicio por jurados'', ED, 15/5/1997, en el que se
comenta incluso, con transcripción de las actas, el debate en 1853 sobre el punto.
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MÓDULO 6
Todos ellos regulan procesalmente el juicio por jurados. No tuvo sanción ninguno de
ellos.
Por su parte en Septiembre del año 2018 la Legislatura de la provincia del Chaco
sancionó la Ley 7661 impulsada por el Poder Ejecutivo que establece la implementación del
Juicio Penal por Jurados. La Ley sancionada, que tiene 100 artículos en total, tiene por objeto
“establecer el juicio por jurados, en cumplimiento de los artículos 5, 24, 75-inciso 12), 118,
122, 123 y 126 de la Constitución Nacional (1953-1994)”.
Según la ley sancionada “deberán ser juzgados por jurados, aún en su forma tentada y
junto con los delitos conexos que con ellos concurran” los delitos que tengan prevista en el
Código Penal la pena de reclusión o prisión perpetua, los contemplados en los artículos 79, 81
y 165 del Código Penal de la Nación (homicidio por emoción violenta, agresión seguida de
muerte, homicidio en ocasión de robo), y los previstos en el art. 119, 3er y 4to párrafo (delitos
contra la integridad sexual), y 125 2do y 3er párrafo (Corrupción de menores) del Código Penal
de la Nación. La integración del tribunal con jurados en estos casos es obligatoria e
irrenunciable.
El jurado estará integrado por doce miembros titulares y, como mínimo, por dos
suplentes y será dirigido por un solo juez penal. El juez podrá ordenar que haya más suplentes
de acuerdo a la gravedad o complejidad del caso. El panel de jurados titulares y suplentes
deberá estar siempre integrado por mujeres y hombres en partes iguales.
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MÓDULO 6
años en la provincia del Chaco) y a través de procedimientos más simples que el ordinario, con
facultades investigativas y decisorias.
e) Jueces de cámara de tribunales de juicio oral, ante los cuales se tramita el juicio oral
y público, en el cual dictan sentencia de única instancia.
14
La ley 24.050 (diciembre de 1992) regula la "Integración del Poder Judicial de la Nación", que se
conforma por la C. S. J. N., la Cámara Nacional de Casación Penal, los Tribunales Orales en lo Criminal, en
lo Penal Económico, de Menores, en lo Criminal Federal de la Capital Federal y Federales con asiento en
las provincias; por las Cámaras Nacionales de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, en lo Penal
Económico, en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal y Cámaras Federales de
Apelaciones con asiento en las provincias; los Juzgados Nacionales en lo Criminal de Instrucción,
Correccionales, en lo Penal Económico, de Menores, en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital
Federal y Federales con asiento en las provincias; el Juzgado Nacional de Ejecución Penal; el Juzgado
Nacional de Rogatorias, y los demás organismos que se establezcan por ley (art. 2o).
Asi mismo dispone lo relativo a los 16 distritos judiciales del país, las zonas judiciales de la Capital
Federal y lo relativo a la competencia de los diferentes órganos.
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MÓDULO 6
La Cámara Nacional de Casación Penal actúa como tribunal pleno a los efectos de
resolver sobre cuestiones reglamentarias de su propia labor, para unificar la jurisprudencia de
sus salas o evitar sentencias contradictorias, y para establecer interpretaciones legales15.
Los tribunales en lo criminal juzgan en única instancia los delitos de competencia del
procedimiento ordinario, es decir, infracciones conminadas con pena máxima superior a tres
años. Se integran con tres miembros, actuando uno como presidente de las audiencias de
juicio.
Jueces correccionales (art. 27, C. P. P. N.) que investigan y juzgan en única instancia
delitos reprimidos con penas no privativas de libertad y con pena privativa de libertad que no
exceda de tres años. Igualmente intervienen como órgano de apelación en los recursos por
contravenciones policiales.
15
DE LA RÚA, Fernando, La casación penal. Depalma, Buenos Aires, 1994, ps. 303 y ss.
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MÓDULO 6
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MÓDULO 6
Art. 38: JUEZ CORRECCIONAL. El Juez Correccional juzgará en única instancia: 1) Los delitos de
acción pública que estuvieren reprimidos con prisión no mayor de cinco años o pena no
privativa de libertad; 2) Los delitos de acción privada. 3) Las solicitudes de libertad condicional,
en las Circunscripciones Judiciales donde los Juzgados de Ejecución Penal no se hubieran
establecido. Además resolverá en grado de apelación: a) De las resoluciones dictadas por los
Jueces de Faltas o de Paz cuando actúen en tal carácter y de las quejas por la denegación de
estos recursos; b) De las resoluciones sobre contravenciones dictadas por la justicia de Faltas
Municipal y de la queja por denegación de estos recursos.
Por su parte La acción penal pública será ejercida por el Ministerio Público, en cabeza
de un Fiscal perteneciente a un Equipo Fiscal, el que deberá iniciarla de oficio, siempre que no
dependa de instancia privada.
Art. 72: FISCAL DE CAMARA Y CORRECCIONAL. Además de las funciones acordadas por
la ley, el Fiscal de Cámara actuará durante el juicio ante el Tribunal respectivo.
Consejo de la Magistratura
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MÓDULO 6
Junto al tema político (por supuesto, distante de ser resuelto en la práctica ni,
tampoco, en la teoría) de la independencia como condición o presupuesto institucional de
imparcialidad, se encuentra lo relativo a la imparcialidad respecto del caso
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MÓDULO 7
Módulo 7
PRACTICA
PROFESIONAL
Partes en el proceso
penal
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MÓDULO 7
A cargo de esos tres polos procesales está la realización de actos procesales merced a
los cuales el proceso nace, se prosigue, avanza y arriba a la sentencia.
Resulta de suyo que de las personas presentadas, ninguna es ajena al proceso; ninguna
es tercero a su respecto.
De su conjunto, los que ante el juez, tienen la facultad de pedir, ya imposición de pena,
ya absolución, formular los cargos y los descargos, ofrecer y producir prueba de sus
afirmaciones, todo en persecución de sus respectivas expectativas, hacia la sentencia final, de
entre los sujetos se destacan aquellos que se caracterizan específicamente como partes:
acusadora- defensa. Ante éstas se alza el otro: el juez, que conoce y juzga.
En el proceso hay intervención de más personas, inclusive. Pero ellas son terceros con
relación al proceso. Concurren a él por exigencia del juez (de propia iniciativa o a petición de
las partes), producen su aporte de conocimiento y se retiran; son —se repite— terceros. Tales
los testigos, los peritos, los productores de informes, aportadores oficiales o privados de
documentos.
1. Ei juez
Juez penal es el representante del Poder Judicial para el ejercicio de la función penal,
esto es la potestad estatal de aplicar el derecho objetivo con relación a casos concretos. Actúa
1
MÓDULO 7
Ambos ejercicios jurisdiccionales están juntos en los que se rotulan jueces técnicos.
Pero es el caso de que en otros sistemas, el juicio sobre los hechos se atribuye a
personas privadas extraídas del común del pueblo para cada caso, jueces legos que se
denominan jurados. Sobre su veredicto culpable-inocente, el juez de derecho —técnico— dicta
su sentencia. Sin perjuicio de esta actividad interviene también en la dirección técnica del
debate.
2. Las partes
Cualquiera que fuere el lugar legal de presentación de una denuncia, ella debe ser
comunicada al fiscal y él será el que, según lo estime proceder, requerirá la instrucción o
desestimación.
Ante tan amplia función y tan extensa actuación, el Código Procesal divide la
integración del Ministerio Fiscal en grados, según el órgano ante el cual se produzca la
intervención del acusador público. Y así, en lo que hace a la jerarquía más alta instituye el fiscal
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MÓDULO 7
de cámara, el que deberá cumplir sus funciones ante las cámaras: de casación y de
apelaciones, tanto en lo ordinario como en lo federal.
Por debajo de esta jerarquía y en lo que se refiere al proceso penal mismo, en su etapa
de "juicio" —desde la diligencia preliminar, hasta la sentencia— se instituye aun fiscal
específico: el fiscal del tribunal de juicio.
RTÍCULO 72: FISCAL DE CÁMARA. Además de las funciones acordadas por la ley, el
Fiscal de Cámara dirigirá la investigación penal preparatoria y actuará durante el juicio ante el
Tribunal respectivo, en aquellas causas que así corresponda, según determine el Procurador
General mediante instrucciones generales.
En todos los casos, como se necesita ser capaz civilmente para actuar, si no lo fuere el
ofendido, puede actuar como querellante su representante legal.
La constitución de la parte querellante por delitos de acción pública puede tener lugar
en cualquier estadio de la instrucción hasta la clausura de la misma. Pasada esta última
oportunidad, la constitución será rechazada sin más trámite (arts. 90 CPPCH).
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MÓDULO 7
c) Actor civil: Es un sujeto procesal que dentro del proceso penal juega su rol
accionario relacionado con el objeto de éste, como causa de obligación, pero limitado al
campo civil reparatorio e indemnizatorio. Esa calidad de actor civil, como titular de la acción
civil emergente del delito, se adquiere cuando éste se presenta en el proceso penal para
constituirse como tal.
Para hacerlo el titular debe ser persona capaz civilmente, por cuanto si no lo fuere
debe actuar con las representaciones que la ley civil impone para el ejercicio de las acciones
civiles.
Para la asunción de tal calidad la oportunidad señalada por la ley procesal penal, es la
de todo el período instructorio, desde su inicio hasta su clausura.
En este sentido el Digesto ritual para la cuestión criminal de la provincia del Chaco en
su art. 109 establece “El actor civil deberá concretar su demanda antes del decreto de citación
a juicio bajo apercibimiento de tener por desistida la instancia. La demanda se formulará por
escrito y con las formalidades exigidas por el Código de Procedimiento en lo Civil y Comercial,
para el juicio ordinario”.
Aceptada la constitución del actor civil, el acto debe ser notificado tanto al imputado
como al civilmente demandado, y desde la última de esas notificaciones producirá efectos.
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MÓDULO 7
El Código Civil establece que además de los representantes necesarios del menor, él
será promiscuamente representado por el ministerio de menores, que será parte legítima y
esencial, so pena de nulidad.
A su vez, la ley 10.903 de Patronato de Menores, impone en su art. 4º, que este
patronato se ejercerá por los jueces nacionales o provinciales con la concurrencia del
ministerio público de menores.
En realidad con esta expresión se denomina al sujeto citado, como si fuera un común
denominador por cuanto su situación, según el grado de pruebas que a su respecto se vayan
acumulando en el curso del proceso, como imputado, pasa a ser prevenido, y luego
sospechado, después procesado y luego acusado. Siempre es imputado, pero según el caso
será en una u otra de las formas citadas.
Este tercero que debe responder civilmente por el imputado del daño puede ser citado
para que intervenga en el proceso, a solicitud de quien ejerza la acción resarcitoria, el que
deberá en su escrito expresar el nombre y domicilio del demandado y los motivos en que
funda su acción.
Los defensores pueden ser dos actuando como una sola defensa por lo que notificado
uno de providencia dictada en el proceso, se los tiene por notificados a ambos.
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MÓDULO 7
Sin perjuicio de lo cual el CPPCH establece en su art. 124 que “El querellante, el
querellante particular y las partes civiles sólo podrán actuar con patrocinio letrado, o hacerse
representar por un solo abogado; el primero, con poder especial”.
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MÓDULO 8
Módulo 8
PRACTICA
PROFESIONAL
Proceso y Principios
procesales
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MÓDULO 8
ACCION PENAL
CONCEPTO: La acción es un instituto jurídico procesal autónomo, por medio del cual se
materializa el derecho de peticionar ante la autoridad judicial (concretada en un órgano
jurisdiccional) la actividad pública necesaria para conocer y juzgar respecto de una pretensión
jurídica por ella presentada.
En ambos casos ha existido acción y proceso válido porque en ambos la acción sirvió para
poner en marcha la jurisdicción y obtener de ella un pronunciamiento respecto de la
pretensión.
Esa afirmación clásica de que no hay acción si no hay derecho fue la que colocaba al
procedimiento en dependencia con el derecho sustancial, ' como sí fuera una parte de éste.
Era el derecho de fondo mismo en pie de guerra para su propia defensa ante su violación. Ese
derecho con casco y espada, como se dijo.
Sobre esta premisa se jerarquiza a la acción como el reclamo dirigido hacia el Estado
para que éste conceda tutela jurídica mediante la sentencia favorable.
Queda de esta manera la acción liberada del derecho subjetivo, el que, a partir de ese
momento y ante su violación, sólo genera pretensión jurídica.
Esta autonomía de la acción es la que hace nacer al derecho procesal como ciencia
jurídica.
1
MÓDULO 8
CONTENIDO Y CARACTERES
Lo que ocurre es que esa pretensión varía de naturaleza según se refiera a la actuación
del derecho de fondo civil o del penal.
Distinta es la situación de la segunda, esto es, la actuación del derecho penal. Respecto
de éste la aspiración no puede ser otra que la aplicación de una pena; es decir, el
reconocimiento del derecho del Estado de someter a alguien al cumplimiento de una pena. Por
ello es que se perfila y define, con toda claridad expositiva de su alcance, como pretensión
punitiva.
Esta última se coloca así en la razón de ser de la acción penal, a tal punto que si aquélla
no se dedujera como concreta aspiración de imposición de una pena, la acción penal carecería
de un requisito indispensable, desembocando en un proceso sin objeto procesal, es decir sin
tema, sin materia adecuada, lo que llevaría a la nulidad de todo lo que se actúe.
Nótese que lo que antecede vale únicamente, como la necesidad de que se concrete
petición de imposición de pena: ello le dará contenido, como pretensión punitiva, a la acción
penal deducida. Y ello es muy distinto de que lo que se proponga como hecho generador de
esa consecuencia sea en efecto constitutivo de delito. Esto último, aun cuando sea defectuoso
y el hecho propuesto no sea delito, no desbarata la efectiva deducción de la acción.
2
MÓDULO 8
Pero esa consideración subjetiva no se agota en cabeza del que pretende, sino que
abarca también al que se resiste, se defiende y aspira a que se rechace la pretensión. Ello luce
claro en los procesos por delitos de acción privada, calumnias e injurias, violación de secretos,
competencia desleal, e incumplimiento de los deberes de asistencia alimentaria en el caso de
que la víctima fuera e.1 cónyuge (art. 73, C. P.) y cuando el accionante querellante (art. 76,
idem) no impulsa el procedimiento por lo que se declara su abandono (art. 424, CPPCH), en
cuyo caso el querellado acusado tiene acción para pretender que el juez se pronuncie respecto
del sobreseimiento que él pida como consecuencia del resultado negativo de la pretensión
actora: acción pasiva.
Este aspecto de la situación es la que, para el derecho procesal civil, la doctrina nomina
acción negativa. Por ella se comprende no sólo el simple derecho de resistir al actor, sino que
incluye el de pedir una sentencia de desestimación no obstante el desistimiento del actor.
CLASIFICACIÓN
Por encima del Código Procesal Penal, aun cuando éste en su regulación instrumental
lo admita, la ley penal de fondo, bajo lo que doctrinariamente se rotula "normas procesales
sustanciales", incorpora a su letra todo lo que se refiere al ejercicio de las acciones y a su
extinción (arts. 71/76 y 59/70, respectivamente, CPen.).
El Código Penal divide las acciones penales en dos grandes clases y en razón de ellas
hace aplicación de los principios de oportunidad o conveniencia y de divisibilidad personal y
real, eliminándolos en un caso e imponiéndolos en otro, todo lo cual completa la clasificación
tratada.
Así es como instituye: a) Acción pública: respecto de todos los delitos que no sean los
enumerados en su art. 73, a los que expresamente aparta de la misma. Para esta clase de
acción impone la obligación de iniciarlas y proseguirlas, mediante la forma que señala como de
oficio. Esta obligatoriedad está a cargo de órganos o personas públicas del Estado instituidas al
efecto.
Esta obligatoriedad u oficiosidad es total respecto de los delitos de que se trate, como
también con relación a todos sus partícipes en la comisión. Esto es, que rechaza el principio de
divisibilidad tanto real como personal.
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MÓDULO 8
delito. Esto es, que el Código rechaza el principio de conveniencia u oportunidad, que es el que
permite la abstención o selección.
Dentro de este tipo de acción penal, el Código Penal regula una suerte de excepción
parcial, por cuanto conservando la vigencia de la obligatoriedad u oficiosidad, con prohibición
de la divisibilidad en sus dos formas, introduce la plena vigencia del principio de oportunidad o
conveniencia. Pero el uso de las atribuciones que éste confiere, se las sustrae al Estado y las
coloca en cabeza de la víctima de ciertos delitos que, muy limitadamente, enumera (Art. 71,
inc. 1).
Pero, si la insta, aun con una simple denuncia informal ante la autoridad jurisdiccional,
por salvada la barrera de inicio impuesta al Estado, estas acciones recobran su oficiosidad e
impulsión obligatoria y, en más, nada puede detenerlas.
por el art. 73, CPen. de la regla general de oficiosidad. Ellos son: 1) Calumnias e injurias; 2)
Violación de secretos, salvo en los casos de los artículos 154 y 157; 3) Concurrencia desleal,
prevista en el artículo 159; 4) Incumplimiento de los deberes de asistencia familiar, cuando la
víctima fuere el cónyuge.
Para este tipo de acción la ley de fondo instituye que sólo podrán promoverla y
continuarla, con las especificidades que prevé, las personas víctimas u ofendidas por el delito
(arts. 74,75 y 76, CPen.).
Con la vigencia del Código Penal es ejercitable dentro del proceso penal, la acción civil
que pretenda la reparación del daño causado por el delito, ya por vía de resarcimiento, ya por
restitución o indemnización, tanto material como moral. Dado ese derecho acordado a la
víctima, ella tiene la facultad de optar si ejercita o no esta acción en sede penal, o guarda
silencio y la lleva directamente a la civil.
Porque hoy la acción es un mero modo de poner en marcha a la justicia. Es pedirle que
actúe. Es el derecho de peticionar ante la autoridad del juez.
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MÓDULO 8
Por ello es que se dijo que si el juicio penal cesara en cualquiera de sus etapas, la
tramitación de la acción civil no puede continuar.
Pero la rigidez de la ley antigua se modifica en la letra de la actual, por cuanto ésta,
tras imponer que al dictarse sentencia penal condenatoria, dispondrá también la
indemnización del daño causado y la restitución del objeto materia del delito, fijando para
ambos aspectos la forma en que deberán ser atendidas las respectivas obligaciones (art. 403),
manda para el caso de que la sentencia penal fuere absolutoria, que ella se pronuncie, cuando
por derecho corresponda, sobre la restitución o indemnización demandadas.
Incluso es viable cuando la acción civil restitutoría de la cosa objeto del delito no
hubiera sido ejercitada. Aun cuando en este supuesto sólo se autoriza (faculta) al juez penal a
ordenarlo; es facultativo. Esto, en verdad, se vincula, tras la sentencia condenatoria penal, al
retorno a la situación anterior al delito que el juez penal tiene la facultad de restablecer
haciendo cesar los efectos del ilícito.
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MÓDULO 8
En lo que hace a su extinción, esta acción ejercitada, dentro del proceso penal sigue
por su accesoriedad la suerte de la penal, por lo que las mismas causales que operan a su
respecto le son aplicables a ella, dentro de los límites mismos de ese proceso. En cuanto la
acción penal no sea promovible o continuable, tampoco la civil lo será en el proceso penal.
Todo sin perjuicio de que la civil pueda ser ejercitable en los tribunales civiles.
La cosa juzgada, la transacción y la renuncia, según las normas procesales, también son
causas de extinción y a ellas nos remitimos.
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MÓDULO 9
Módulo 9
PRACTICA
PROFESIONAL
El Acto Procesal
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MÓDULO 9
La referencia al hecho procesal penal debe ser tomada con reservas, y entendida
solamente como expresión lícita y voluntaria del hombre cumplida en el proceso y para el
proceso. Por ejemplo, la sentencia es en verdad un hecho procesal, pero lo es porque se trata
de un acto del proceso. El hecho del extravío del expediente no es procesal aunque deba
proveerse a la reconstrucción.
Su juridicidad es evidente por su fuente, su estructura y sus efectos; la ley los prevé
para integrar una actividad jurídica consistente en el trámite del procedimiento penal.
La ley procesal rodea de formas a todos los actos procesales que prevé y que, por
cierto, no son sino todos los que integran el proceso y que han sido señalados
precedentemente agrupados en torno a los de mera investigación, los de persecución y
resolución.
Dichas formas se dan en cada uno de ellos ajustadas a su concreta finalidad, su ligazón
con otros que los complementan o deciden, pero para todos, en la parte general del Código se
prevén recaudos que son esenciales para todos y cuya omisión puede conllevar la nulidad.
En efecto, bajo esa posible grave sanción vemos desfilar las exigencias de: el uso del
idioma nacional; la fecha en que se produce; etc.
CONTENIDO
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MÓDULO 9
Pero la voluntad exteriorizada no se equipara a la del derecho privado, por cuanto ésta
tiene escasa vigencia en materia procesal penal. Es simplemente la dirigida a la eficacia
procesal de! acto. De aquí la escasez de ejemplos de los llamados negocios jurídicos procesales
en lo penal, en cuanto se estime que éstos se dan cuando se dispone del contenido sustancial
o del formal del proceso penal.
Esto permite descubrir en el acto procesal penal un elemento interno y otro externo:
contenido y forma. La formalidad tiene mayor trascendencia en la regulación procesal, pero no
debe descuidarse el elemento interno, a lo menos en sus proyecciones más significativas.
ELEMENTO SUBJETIVO
De todo esto resulta que no puede considerarse aquí la falsedad sustancial en que
incurren los intervinientes en el proceso al producir actos procesales, ni el error en la alegación
u opinión fundamentadora de las postulaciones y decisiones. La primera es conducta
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MÓDULO 9
sancionada por el Código Penal; lo segundo no es elemento sino materia u objeto del acto
procesal considerado en sí mismo. En cuanto procesales, la querella, la acusación, el
testimonio, la sentencia, son actos eficaces no obstante la falsedad o el error de juicio que
contengan. Todo esto es cuestión de mérito susceptible de retractación, revocación o revisión,
aunque excepcionalmente la falsedad pueda motivar casación por vicio in procedendo:
fundamentación decisiva en prueba falsa.
ELEMENTO EXTERNO
Los códigos modernos sistematizan bien el elemento externo del acto procesal penal.
Se trata de la conformación objetiva del acto, proyectada en las circunstancias que la ley prevé
para su eficacia procesal. Se persigue la seguridad jurídica en el desarrollo del proceso y en su
trascendencia para el orden y perpetuidad de los procedimientos, y para el resguardo de los
intereses comprometidos en él.
Regularidad procesal y tutela jurídica son los límites que encierran la estructura formal
de los actos procesales penales. Las exigencias pueden variar para cada caso, pero los actos
fundamentales están siempre resguardados por recaudos formales rigurosos. El tribunal debe
someterse a ese régimen formal, y exigir su observancia por los demás intervinientes.
Lo común es que los actos del proceso penal estén regulados con requisitos rigurosa o
relativamente imperativos. La libertad de formas, que puede ser libre o autorizada, suele estar
limitada a lo que se conoce por mero trámite.
CLASIFICACION
Son varios los criterios que se han seguido para clasificar los actos procesales penales.
Nosotros mencionaremos aquí las distinciones que resulten más prácticas en su proyección al
sistema legal.
Desde el punto de vista del sujeto del acto, se distinguen los que emanan del tribunal,
de las partes o de terceros. Los primeros pueden ser del juez o de sus colaboradores (incluso la
Policía); del instructor, del Tribunal de Juicio, etcétera. Los segundos emanan de los otros
sujetos procesales y de sus colaboradores; son actos del acusador, del imputado, de las partes
civiles, del defensor, del mandatario, etcétera.
Los últimos son cumplidos por personas que pueden o deben intervenir en el proceso
sin vinculación jerárquica con el tribunal y sin actuar como parte: de órganos de prueba, de
fiadores, de firmantes a ruego, etcétera.
El acto procesal penal es simple cuando resulta integrado totalmente con una
expresión de órgano único: resolución, escrito de parte. El acto puede ser complejo objetiva o
subjetivamente, según que contenga necesariamente más de una expresión separable por el
distinto fin perseguido, o que deban emanar de dos o más personas del proceso. La
reconstrucción del hecho es uno de los actos que por lo general se presentan como
doblemente complejos.
Las divisiones más amplias se orientan, en primer término, por los poderes
sustanciales, y a la par, entran en juego la obtención de otros fines fundamentales como ios de
asegurar el resultado del proceso, el contralor de las decisiones, etcétera.
Al lado de ellos se cumplen otros actos que tienden a facilitar y hacer efectivo y
práctico el ejercicio de la actividad primordial: actos de dirección, de comunicación, de
documentación, de ejecución y de inspección.
No todos los actos se acomodan precisamente en una u otra de las diversas facetas
que muestran el destino de la actividad. Se dan casos en que se persigue finalidad múltiple; así,
la indagatoria es acto de identificación, de defensa y de proposición de pruebas, pudiendo
contener una confesión. Además, unos actos se cumplen para hacer posible la realización del
fundamental o para que éste produzca los efectos previstos; así, el procesamiento no procede
sin previa declaración indagatoria, y es condición para ordenar la prisión preventiva; la
sentencia y los autos recién producen la plenitud de sus efectos cuando se cumple el acto de
su notificación, el que a su vez emplaza el futuro acto impugnativo.
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MÓDULO 9
en el segmento del tiempo, antes, en o después del cual corresponde realizar el acto. Ese
punto es el término que fija el acto o pone fin a la prolongación del plazo.
De aquí que el plazo sea una condición temporal en la producción de los actos
procesales penales, midiéndose por años, meses, días y horas. Cuando no se otorga plazo, se
expresa que la actuación debe practicarse inmediatamente o sin demora alguna.
De uno u otro modo, los plazos funcionan con respecto a todos los intervinientes en el
proceso, vale decir para el cumplimiento de actos provenientes de todos ellos, pero son más
rigurosos con respecto a los sujetos procesales y sus colaboradores inmediatos.
FUNCION Y CARACTERES
En los códigos procesales penales, los plazos computados por años son escasos. Como
ejemplos pueden citarse el artículo 699 del anterior Código nacional (hoy inexistente en el
sancionado por la ley 23.984), que fijaba en dos años el plazo para tramitar toda causa, y el
artículo 1" del actual Código Procesal Penal del Chaco, el cual establece que el proceso no
podrá durar más de dos años. También la duración de la prórroga extraordinaria en algunos
códigos modernos, que por los artículos 339 de Entre Ríos y 341 de Corrientes puede llegar al
término máximo de un año. Ejemplos de plazos mensuales son los mismos de la prórroga
extraordinaria referida, cuando el juez los fija en una cantidad menor al máximo indicado, y
asimismo el de la investigación preparatoria, con un mínimo generalmente reconocido de dos
meses y un tope de ocho meses (arts. 337 y 346, Córdoba). En la Nación están previstos cuatro
meses en el artículo 207, con la posibilidad de obtener una prórroga por dos meses más, que
en los supuestos de suma gravedad y de muy difícil investigación podrá exceder
excepcionalmente dicho plazo; en Entre Ríos, cuatro meses en el artículo 214, con factibilidad
de prórroga por dos meses, que excepcionalmente pueden extenderse a cuatro, mientras que
en Buenos Aires el plazo común también es de cuatro meses en el artículo 282, el cual puede
prorrogarse por dos meses y excepcionalmente llegar hasta seis; El Código Procesal Penal del
Chaco por su parte prevé una duración de 3 meses desde la declaración de imputado,
facultando al juez disponer de una prórroga por “otro tanto” .
El rigor legal para la observancia de los plazos muestra diferencias según cual fuere el
acto de que se trate. Cuando se puede disponer de él, caducará la facultad para cumplirlo; de
lo contrario, podrá ser fuente de sanciones disciplinarias. El anticipo del acto puede provocar
nulidad, y en algún caso puede también provocarla su demora como ocurre con la sentencia
dictada una vez vencido el plazo (arts. 400, Cód, Nac; 409, Córdoba; 407, Entre Ríos; 374,
Buenos Aires).
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MÓDULO 9
El vencimiento del plazo sin cumplirse el acto produce también efectos objetivos,
como el de la prosecución del trámite, la subsanación de vicios de los actos anteriores, la
firmeza de las resoluciones y en ciertos casos la nulidad de actos conexos con el omitido.
Los iniciales son lapsos que como mínimo deben intercalarse entre la orden de realizar
un acto y su realización. Se justifican ante la necesidad de preparar el material a utilizar y las
razones a aducir. El caso más característico es el de la fijación de audiencias plenarias, y en
especial la del debate penal y la de discusión en los recursos. El decreto que fija la audiencia
sin observar el plazo inicial está viciado de nulidad por afectar la intervención de las partes.
Los plazos iniciales son la categoría predominante. El acto al cual se refieren podrá
cumplirse regularmente desde su comienzo hasta su vencimiento. Rigen para todos los sujetos
procesales, y en algunos casos también para terceros. Deben ser suficientes para el normal
ejercicio de los poderes en el proceso, y moderados para evitar la morosidad de los trámites.
Su inobservancia produce consecuencias distintas, como veremos enseguida.
En un sentido más amplio, el plazo perentorio comprende también los casos en que la
perentoriedad se limita a la pérdida del poder sin producir preclusión, por cuanto el acto debe
necesariamente cumplirse por un reemplazante. Es ejemplo de esto la imposibilidad de dictar
sentencia por el juez del proceso (art. 494, Cód. Nac.) o para la lectura integral de la sentencia
(art, 413, Córdoba) una vez vencidos los plazos previstos. Se conmina la sanción de nulidad si
6
MÓDULO 9
se dictare; pero como el acto no puede faltar, su cumplimiento queda a cargo de otro juez o
colegio juzgador que personifique al tribunal (reemplazo por apartamiento)1.
VICIOS Y NULIDADES
La nulidad ocupa el lugar más destacado entre las sanciones procesales penales.
Consiste en la invalidación de los actos cumplidos e ingresados en el proceso sin observarse las
exigencias legalmente impuestas para su realización. Imponer la sanción es declarar la nulidad
del acto eliminando los efectos producidos; se lo extirpa del proceso con todas sus
ramificaciones perjudiciales. Este aspecto es el que ahora nos interesa, puesto que el régimen
causal ha sido ya analizado en conjunto para todas las sanciones. Ante la existencia de un vicio
en el procedimiento, la nulidad aparece como medio práctico para el restablecimiento de la
normalidad procesal, sin perjuicio de la subsanación, rectificación o renovación. Para poder
aplicarla, es indispensable que el vicio del acto sea capaz de producirla. En el proceso penal es
actuada de oficio, o a solicitud de parte por vía incidental o de recurso (impugnación). La vía
incidental puede consistir en el incidente de nulidad propiamente dicho, o en el planteamiento
de las llamadas "excepciones dilatorias".
Dentro de nuestro sistema legal, la nulidad debe funcionar también para sancionar
hechos que sólo tienen la apariencia de actos procesales penales por faltarles el elemento
básico que los caracterice como tales (inexistencia). Esto porque sólo anulándolos se hace
posible extirparlos del proceso con todos los efectos indebidamente producidos.
Las normas que conminan con nulidad los actos procesales deben ser interpretadas
estrictamente cualquiera sea el sistema adoptado y aunque no exista norma expresa al
respecto, por cuanto se trata de un régimen cerrado riguroso que no permite extensiones o
analogías (S. T. f. de Córdoba, Boletín Judicial de Córdoba, L V, vol. 6, p. 353). Sin embargo,
cuando se expresa en la ley que determinado acto es ineficaz si contiene determinada
irregularidad, corresponde concluir que se conmina la sanción de nulidad. Otras veces surge
ante la expresa prohibición de actuar, o ante la caracterización de nulo de lo actuado sin el
poder para hacerlo.
1
Claria Olmedo. Derecho Procesal Penal. T. II. P. 190 - 191
7
MÓDULO 10
Módulo 10
PRACTICA
PROFESIONAL
La Instrucción
0
MÓDULO 10
LA INSTRUCCIÓN
Concepto y Caracteres
La instrucción es la primera de las dos etapas en que se divide el trámite del proceso
penal nacional. La otra es la del "juicio". La instrucción se extiende desde que el órgano judicial
recibe la noticia de la existencia de un hecho que puede ser constitutivo de delito, hasta el
momento en que por realizada por éste toda la investigación posible, entendiendo cumplido el
objeto puesto a su cargo o, por el contrario, que es imposible allegar otra prueba y completar
el conocimiento del hecho o de su autor, clausura su secuencia y eleva a juicio en el primer
supuesto; o sobresee en el segundo. (MORAS MUM 138)
No obstante las diferencias que se advierten en la recepción del sistema mixto, nuestra
legislación coincide con respecto a la finalidad específica de la instrucción en cuanto a obtener
elementos de convicción suficientes para enjuiciar al imputado o para evitar definitiva o
provisionalmente su enjuiciamiento cuando no fuere posible formular una acusación, En su
función negativa, la instrucción impide acusaciones infundadas; en su función positiva,
proporciona la acusación como única base del juicio, con fundamento en pruebas
seleccionadas y conservadas que deberán confrontarse con el contralor y discusión de las
partes al recibirse en los debates públicos, sobre el tema delimitado en una concreta
imputación.
Hemos dicho que la instrucción, en cuanto etapa del proceso, no es esencial. Hay casos
en que puede faltar sin que por ello el proceso carezca de completividad. Sin embargo, se trata
de una etapa fundamental ya que cuando está prevista en la integración del trámite, no puede
1
MÓDULO 10
omitírsela sin incurrir en nulidad. Está impuesta como una exigencia para la tutela del interés
social de urgente y segura adquisición de la verdad, en la medida indispensable para fundar
seriamente una acusación a través del órgano público de la acción. La llamada citación directa
constituye una excepción dentro del procedimiento penal mixto por la cual, en los casos
simples, algunos códigos (Córdoba y Mendoza, por ej.) encargaban al propio agente fiscal
reunir los elementos de su propia acusación. En la actualidad, los más modernos (Tucumán,
Buenos Aires, Córdoba) han extendido este sistema para la investigación penal preparatoria a
todos los delitos de acción pública (arts. 328 y ss., Córdoba), con excepción de los supuestos
donde existieren obstáculos fundados en privilegios constitucionales (art, 337-338 Chaco y
340, Córdoba),
La instrucción, como etapa que debe cumplirse en todo proceso que se promueva por
la comisión de delitos de acción pública oficiosa, está a cargo de órganos jurisdiccionales que
varían según las distintas competencias, pero que ajustan sus pasos a normas comunes, sólo
en parte modificadas, adicionadas o adaptadas, como especialidad en casos y circunstancias
que la ley contempla minuciosamente (ver caso de instrucción en procesos de menores de
edad).
Pero luego de esta acertada disposición, la ley la declina y autoriza al juez a que,
cuando lo estime proceder, delegue esta facultad, núcleo de su jurisdicción, en el agente fiscal,
una de las partes en el proceso. La dirección de la investigación criminal queda así a cargo de
un órgano no jurisdiccional que era el símbolo de la autolimitación del Estado en su función
punitiva, en cuanto el mismo representado por el fiscal, se sometía al proceso.
DENUNCIA
Concepto
2
MÓDULO 10
El que formula esa comunicación es cualquier persona que del hecho haya tomado
conocimiento directo o indirecto, ya por haber soportado su comisión y ser, por tanto, el
lesionado por él mismo, o ya porque lo presenció, sin ser lesionado, o tomó conocimiento de él
por cualquier otra vía.
Clases de denuncia
Distinguimos tres clases que fueron tradicionalmente respetadas, con mayor o menor
exigencia, por parte de la regulación procesal penal, tanto la vieja como la nueva.
Es la regulada por el art. 312 del nuevo Código Procesal Penal del Chaco; carácter que
se centra en lo facultativo del verbo que usa la norma: "podrá" denunciarlo. La crítica que le
formula la doctrina es que favorece el individualismo y debilita la solidaridad social.
Es la que el Código nuevo prevé en el art. 315, y son sus formas las que se cargan a los
funcionarios públicos y a los profesionales de cualquier rama de la ciencia de curar.
1
MANIGOT, Marcelo, Código Procedimientos Nacional en Materia Penal (viejo). Anotado y comentado,
art. 155, nota 267.
NÚÑEZ, Ricardo C, Código Procesal Penal de Córdoba, arts. 178 y 183.
RUBIANES, Carlos J., Manual de derecho procesal penal, t. III, p. 29, desarrolla las distintas
interpretaciones, señalando la situación de los menores de edad y su capacidad para responder
penalmente.
3
MÓDULO 10
2-1) Aquel en el que el funcionario público como tal y actuando en el ejercicio actual
de su función específica, toma conocimiento de la existencia de un delito que da lugar a la
acción pública oficiosa.
Dados los extremos citados, no hay alternativa alguna: tiene en todos los casos que
denunciar.
En caso contrario le es imponible la sanción que el Código Penal, ensu art. 277, inc. 1º,
fulmina contra los encubridores: "...omitiere denunciar el hecho estando obligado a hacerlo".
2-2) Aquel otro en el cual el médico o cualquier otro profesional de la ciencia de curar,
que tomare conocimiento en el momento de prestar los servicios de su profesión, de la
existencia de un delito contra la vida, o contra la integridad física.
Y es el caso de que nuestro Código Procesal Penal en el mismo artículo citado, 177, inc.
2º, crea una causa de justificación, cumplimiento de un deber: que es el de guardar el secreto
profesional, que cubre o ampara la forma en que se enteró al prestar auxilio (art. 34, inc. 4º,
CPen.).
3) Denuncia prohibida: Este tipo de denuncia es el que se centra entre sujetos cuyo
parentesco con el denunciado es muy cercano. Y así se prohíbe formular denuncia contra el
cónyuge, ascendientes, descendientes o hermanos y viceversa (art. 178 CPP de la Nación).
Se sustenta en la idea de que con ese actuar se conmueven los lazos familiares y que
ante la necesidad de mantener la incolumidad del núcleo familiar es necesario prohibir ese
procedimiento que puede ser destructor. Por cierto que se le pone un límite a la prohibición y
éste es el caso de cuando el denunciante es la propia víctima o tiene con ella un parentesco
más cercano que con el victimario; a lo cual hoy se agrega (supera en esto al viejo, que se
detenía ahí): o "pariente suyo de grado igual".
Nunca hemos creído que sea éste un remedio eficaz para preservar a la familia. Ello se
debe a que es larga la experiencia recogida en la magistratura penal de menores, en la que se
daba reiteradamente el delito de violación o corrupción de padre a hijos o hijas —en larga
convivencia y en reiteración— en cuyo caso el hablar de "familia" como entidad a preservar es
una falacia, y que ante la denuncia formulada, entonces, por un hermano, o tía, no se la
admitía por estar prohibida. Ello obligaba a recurrir al subterfugio de hacer aparecer como
denunciante al fiscal o a un tercero.
4
MÓDULO 10
Por cierto que siempre hemos creído y sostenido que semejante aberración se cura
creyendo en la prudencia, equidad y conocimiento del juez, que podrá distinguir y desestimar
la denuncia falsa y artera, de la auténticamente viable, en protección precisamente de la
"familia".
Sin perjuicio de ello, el Código Procesal Penal de la Provincia del Chaco no recepta
dicha prohibición.
2
Cafferata Nores, José I. y Tarditti, Ana, ob. cit., Tomo II, p.9.
3
Cafferata Nores, José I. y Tarditti, Ana, ob. cit., Tomo II, p.9.
5
MÓDULO 10
Artículo 319 del CPP del Chaco), cuyas funciones todavía desempeña hoy la policía
administrativa.
Por su parte, El Código Procesal Penal de la Provincia del Chaco establece que en
aquellos casos en los que hubiere motivos bastantes para sospechar que una persona ha
participado en la comisión de un hecho punible, el órgano encargado de la investigación
procederá a recepcionarle declaración al imputado (art. 304, primer párrafo CPPCH). Sin
embargo, el último párrafo de la disposición citada expresa –siguiendo los lineamientos de una
norma similar de la provincia de Córdoba- que cuando no concurriesen las circunstancias
previstas en el primer párrafo –la existencia de motivo bastante referida- el órgano judicial
competente podrá igualmente llamar al imputado a prestar declaración, aunque no se le
podrán aplicar otras medidas coercitivas que las dispuestas en los art. 174, 267 y 269 del CCP
del Chaco.
6
MÓDULO 10
El imputado podrá declarar cuantas veces quiera, siempre que su declaración sea
pertinente y no aparezca como un procedimiento dilatorio y perturbador.
SITUACION PROCESAL
SOBRESEIMIENTO
4
Cfr, Clariá Olmedo, Jorge (2008) Derecho Procesal Penal. T. III. Actualizado por Jorge Montero. Santa
Fe: Rubinzal Culzoni.
7
MÓDULO 10
beneficia a todos los imputados o recae solo sobre alguno de los hechos del proceso) y total
(cuando cierra la causa respecto de todos los hechos o a favor de todos los imputados)5.
El CPP de Chaco dispone que puede ser dictado de oficio durante la investigación (Art.
346) o por la Cámara, cuando no fuese necesario el debate (Art. 366). Su dictado cierra de
modo irrevocable y definitivo el proceso con relación al imputado en cuyo favor se dicta.
Los que afectan la esencia misma del objeto procesal, en cuanto no se ha podido
probar la existencia del hecho que lo integra; o, en su defecto, que probado ello, éste no es
constitutivo de delito alguno. Esto es: la faz objetiva no existe.
Formas
En todos los casos el dictado de sobreseimiento lo será por auto fundado, en el que se
analizarán las causales previstas por la ley procesal (art. 336 CPPN – 348 CPPCH).
Efectos
Los efectos que el sobreseimiento produce en todos los casos es el de cerrar definitiva e
irrevocablemente el proceso con relación al imputado a cuyo favor se dicta (art. 335 CPPN). Lo
que se complementa, por vía de consecuencia, con la puesta en libertad inmediata del
imputado si estuviere detenido, con la correspondiente comunicación de ello al Registro
5
Cfr, Clariá Olmedo, Jorge. ob. cit.
6
Cit. por Cafferata Nores, José I. y Tarditti, Ana, ob. cit., Tomo II, pág. 84.
7
Cfr. Creus, Carlos, ob. cit., págs.. 348-349.
8
MÓDULO 10
8
Moras Mom, Jorge R. Manual de derecho Procesal Penal, Juicio Oral y Público Penal Nacional. Sexta
edición actualizada. p. 308-312.
9
MÓDULO 11
Módulo 11
PRACTICA
PROFESIONAL
La Prueba
0
MÓDULO 11
PRUEBA
Concepto
Hemos dicho que el fin inmediato y específico del proceso penal es el descubrimiento
de la verdad con respecto al hecho incriminado (ver supra, N" 174), y que uno de los principios
que lo gobiernan es el de la investigación integral (ver supra, N" 189 a 193). Esto es ya
suficiente para demostrar la enorme importancia que debe asignarse a la actividad probatoria,
de la cual es imposible prescindir para fijar los hechos de la causa.
Una correcta aplicación del derecho sustantivo tiene como presupuesto que se
acredite a través del proceso el extremo material objetivo y subjetivo de la imputación. Esto
conduce a investigar y verificar la existencia o inexistencia de la materialidad del objeto
propuesto en lo que se refiere al hecho y a sus partícipes. En su búsqueda actúan todos los
sujetos procesales y sus colaboradores, en un esfuerzo coordinado que se integra con
operaciones prácticas y críticas que dominan casi enteramente el trámite procesal.
Objeto
Clases
1
Clariá Olmedo, Jorge, Derecho Procesal Penal. T. II. p. 305.
1
MÓDULO 11
Desde el punto de vista del objeto es común distinguir la prueba en directa o indirecta.
Es directa cuando el dato exhibe el hecho mismo en que consiste el delito o un elemento de éi;
es indirecta cuando el dato consiste en algo distinto al hecho mismo, pero que hace posible
inferirlo con auxilio del raciocinio. Indirecta es, pues, la prueba del indicio; hecho indiciarlo,
que es fuente de las presunciones hominis.
Esto conduce a aclarar que el indicio y la presunción no son medios de prueba sino que
se proyectan al objeto. Por lo común se mantienen en el campo de la probabilidad y
excepcionalmente producen certeza con respecto al hecho incriminado. Funcionan como
amalgamas de las pruebas para correlacionar con el razonamiento los objetos que hacen al
hecho imputado.
Medios de Prueba
2
Clariá Olmedo, Jorge, Derecho Procesal Penal. T. II. p. 308-310.
2
MÓDULO 11
para posibilitar el acceso al objeto de la prueba a través del cual se obtiene el conocimiento
judicial3.
Devis Echandía, luego de pasar revista a las distinciones teóricas que al respecto ha
hecho la doctrina italiana, entiende por medios de prueba "los instrumentos y órganos" que
suministran al juez los conocimientos necesarios a su decisión. Este concepto abarca la manera
como se verifica la adquisición procesal de la prueba, los instrumentos utilizados y las
condiciones en que deben emplearse para alcanzar el conocimiento de los hechos.
En esta idea se pone especial relevancia en que los medios de prueba son auténticos
nexos entre el objeto a comprobarse y el conocimiento que sobre el mismo debe alcanzar el
juzgador.
Debe señalarse que lo relativo a los medios de prueba aparece desde antiguo regulado
en los digestos pertinentes, ya que resulta obvio que la cuestión de las probanzas no puede
quedar librada al azar o al arbitrio de los interesados, sino que debe aparecer como un
encausamiento de actividades disciplinadas específicamente. Igualmente, debe mencionarse
que la doctrina tradicional ha efectuado diversas (y en ocasiones farragosas y poco útiles)
distinciones y clasificaciones sobre los diversos medios de prueba, tomando en cuenta tanto
sus particularidades específicas como el tipo de conocimiento que suministran y sus
respectivos valores acreditantes.
Al reseñar la evolución histórica sobre la materia, señalamos que desde los primeros
tiempos aparecen reglamentaciones sobre los medios probatorios, los que dentro del sistema
inquisitivo alcanzan una total y completa sistematización.
Desde un punto de vista general y tomando en cuenta las actividades a llevarse a cabo,
puede decirse que los medios de prueba se estructuran dentro de los ordenamientos
procesales como series de actos establecidos por esa legislación, mediante los cuales se
introducen en el proceso los elementos capaces de producir un conocimiento cierto o
probable de los hechos concretos de incidencia legal.
3
Conf. D'ALBORA, ob. cit., p. 218.
4
Conf. Vázquez Rossi, Jorge E. Derecho Procesal Penal. Ed. Rubinzal – Culzoni. T. II P. 312.
3
MÓDULO 11
De esta manera, pareció entenderse que cada caso podía ofrecer particularidades
específicas y que no sólo no era aconsejable, sino tampoco posible, preverlo todo, lo que ha
adquirido evidencia con la incidencia de medios tecnológicos.
Dentro del proceso penal todo objeto de prueba puede ser introducido válidamente
por los medios que se entiendan pertinentes, en la medida en que no se vulneren derechos del
imputado (prohibición de obligarlo a prestar declaraciones contra sí mismo, invasión indebida
en su esfera de privacidad, oportunidad de control sobre diligencias irreproducibles, etc.).
Por otra parte, el criterio de pertinencia y también de debido contralor acorde con las
reglas valorativas debe estar presente en una materia donde, como ya lo dijimos, la
discrecionalidad no debe trascender nunca los marcos que llevan a la arbitrariedad5.
Carga de la Prueba
De tal manera, puede concluirse que no es posible hablar del tema de la carga
probatoria dentro del proceso penal inquisitivo de la misma manera que se lo hace con
respecto al proceso civil, ya que los principios y sistemática legal reguladora son diferentes.
5
Conf. Vázquez Rossi, Jorge E. Derecho Procesal Penal. Ed. Rubinzal – Culzoni. T. II P. 314.
4
MÓDULO 11
declare; para que ello ocurra, la materialidad del delito y la autoría culpable del justiciable
deben aparecer clara y concretamente determinadas a través de un aceptable grado de
certeza, basado, precisamente, en el material probatorio colectado.
Esto significa que, cualquiera sea el sistema procesal de que se trate (por cierto, la
cuestión aparece mucho más nítidamente perfilada dentro de la mecánica acusatoria),
corresponde a la acción pública la debida comprobación de todas las circunstancias que lleven
al objetivo convencimiento de la conducta delictiva atribuida.
Señalemos como aspecto general que, en la medida en que se propicia para el proceso
penal una sistemática preponderantemente acusatoria, con clara potenciación del papel,
intervención y responsabilidad de las partes, resulta lógico sostener que la carga probatoria
conducente a la determinación de la responsabilidad del inculpado corresponde al Ministerio
Público como titular de la acción; el fiscal debe ser quien ofrezca las constancias pertinentes e
incluso quien tendría que impulsar la investigación y arrimar las pruebas conducentes a su
demanda de justicia.
Como ya se señaló, las mismas características del hecho delictivo, de su incidencia social y de
los valores en juego, exigen la existencia de una etapa investigativa, orientada a la
reconstrucción histórica del hecho atribuido en la imputación y a la individualización de los
autores y partícipes.
5
MÓDULO 11
Pero puede pensarse que está fuera de discusión, como corolario de principios
fundamentales, que la culpabilidad del justiciable debe ser acreditada en grado de certeza,
correspondiendo a la acusación la demostración de la posición que haga procedente la
aplicación de sanción punitiva.
Por otra parte no debe olvidarse que, si bien el principio de oficialidad y el sentido
inquisitivo rigen durante la instrucción o la investigación, ésta es una etapa o período
preparatorio con vistas a la acusación, y que el momento verdaderamente central es el debate,
donde deberán introducirse y examinarse debidamente las constancias pertinentes, únicas
sobre las que puede recaer el fallo.
Fuerza Probatoria
La fuerza probatoria del indicio reside en el grado de relación que revela entre un
hecho conocido (el indiciario), debidamente acreditado, y otro desconocido (el Indicado), cuya
existencia se pretende demostrar.
Así un mismo indicio puede ser unívoco bajo determinadas circunstancias y ser
anfibológico si se lo analiza dentro de otro contexto6.
Apreciación de la prueba
Pruebas legales
En función de un fin permanente, cual es el de acreditar estricta y únicamente los extremos del
objeto procesal, en relación de acusación, defensa, prueba y sentencia, unidas todas por un
nexo concordante que es constitutivo del principio de congruencia, la ley es la que elige, regula
la forma de producción y establece el valor de cada medio de prueba.
6
T. S. J. de Córdoba, \9-12-88, Boletín Judicial de Córdoba, del 18
6
MÓDULO 11
No hay libertad para el juez. Está atado por el mandato legal. Tiene que cumplir la
forma acreditante y sus requisitos que la norma le impone. La ley, como si desconfiara del juez,
asume la normativa en cuadros cerrados de medios de prueba y tasa el valor probatorio,
positivo o negativo, de ellas, según sea lo uno y lo otro, el respeto de las formalidades a que
somete a cada medio probatorio.
Éste fue el sistema a que se sometió la ley procesal penal de la Nación que rigió desde
1889 hasta 1992. Ella tiene en torno a la acreditación del cuerpo del delito, una minucia
reglamentaria que exige cumplir como condición de validez; que no permite nada de libertad
al juez. Esa normativa, tras las reglas generales, penetra a la minucia de cada delito, pero
comete la falta de parcializarse, por cuanto lo hace para unos delitos y para el resto los omite.
Establece una nómina de medios de prueba, los pauta y los regula al detalle, asignando
a cada uno el valor que debe atribuirle el juez según el respeto de las formas.
Es verdad, por ejemplo, que dicho sistema ataba al juez a una fórmula de la que no
escapaba, en cuanto decía "testigo único, testigo nulo", pero también es cierto que, eliminada
hoy por la libertad de convicción, no se la podrá olvidar por completo, toda vez que, libre, el
juez, cualquiera que fuere el grado de convicción que le aporte un solo testigo, sin
corroboración en otra prueba, en la generalidad de los casos sería poco prudente al sustentar
sobre ella una condena, cuando en verdad no dejará nunca de albergaren el fondo de su alma
el sentimiento de que no pudo controlar en forma alguna el acierto o la verdad del testigo; la
única corroboración, no lo olvidará nunca, fue su propia subjetividad, creyó en él... pero esa
subjetividad ¿en qué se sustenta? No es prudente en el presente borrar la experiencia y
prudencia seria del pasado. Como este caso, hay muchos más.
Libres convicciones
Este sistema no altera el núcleo del proceso. No puede llevar la libertad al objeto de
prueba, por cuanto éste, como antes, sigue siendo el hecho y el imputado con todas sus
circunstancias de tiempo, lugar y modo, en función de la ley penal, extremo por el cual no es
posible salir a probar elementos ajenos a él.
Dentro de lo estrecho del objeto, lo que es llevado a libertad son los medios de prueba
—si bien con ciertos matices limitativos— y la valoración de cada uno.
7
MÓDULO 11
b) Expresamente, cuando dicha ley dice que el tribunal no está sujeto a las limitaciones
que respecto de la prueba establece la ley civil (art. 206), como así cuanto impone la libertad
de uso de todo medio técnico o científico que el juez considere de interés y buen resultado
(art. 222).
El nuevo Código Procesal Penal, como ya dijimos, establece que el juez resolverá en
cada caso los dichos de los testigos, conforme a las reglas de la sana crítica (art. 241).
Hemos siempre preferido el sistema de la sana crítica porque evita caer en la dictadura
judicial —sistema de las libres convicciones—. La sana crítica deja al juez en libertad, siempre
que funde su sentencia y razone lógicamente (en el Código Procesal Penal del Chaco – art.
192)7.
7
Levenne, Ricardo. Manual de Derecho Procesal. Segunda edición. T. II. ed. Depalma. P. 583.
8
MÓDULO 11
El método apela a una racionalidad que puede caracterizarse como la aplicación de los
criterios normales que, según las pautas culturales vigentes y los criterios de experiencia que
nos permiten fundar afirmaciones, llevan a formular conclusiones aceptables o socialmente
plausibles respecto a que algo es probable, evidente, dudoso o cierto. Por supuesto que no
refiere a los requisitos de un método científico para la determinación de la verdad y el tema se
encuentra más próximo a lo que podría denominarse como sentido común, por lo que en
realidad asiste razón a los autores que se inclinan hacia el rechazo de la posición de que esta
crítica racional constituye un método específico diferente conceptualmente del de la íntima
convicción; lo que ocurre es que el convencimiento del juzgador debe presentarse como una
conclusión razonada, apoyada en la fuerza acreditante de las constancias que indica y sobre las
que se basa, detallando el valor demostrativo de las mismas8.
Flammarino considera que sus elementos son aquellos en que se concreta la acción
delictuosa, las huellas que deja el delito, los medios e instrumentos con los cuales se comete y
sus efectos inmediatos. Manzini, por su parte, afirma que lo constituyen los medios materiales
que sirvieron para preparar el hecho, las cosas sobre las cuales se lo cometió, las que lo
constituyen, las huellas dejadas por el delincuente o el delito, las cosas que sean producto de
él, etc.9.
8
Vázquez Rossi, Jorge E. Derecho Procesal Penal. Ed. Rubinzal – Culzoni. T. II P. 343.
9
Manzini, Derecho procesal penal, cit., t. III, p. 500. Ver nota a fallo de Juan Silva Riestra,
Consideraciones acerca del cuerpo del delito, en "Diario de Jur. Arg." del 4 a 7 de enero de 1961. El fallo
es de la C.C.C, 10 de noviembre de 1959.
9
MÓDULO 11
La confusión en que la redacción pareciera incurrir, dio lugar a una seria controversia
en doctrina y jurisprudencia, que generó la manifestación de dos posturas de aplicación del
instituto: una tesis amplia y una restringida. Esta última fue la sostenida por la Cámara
Nacional de Casación Penal en el fallo plenario KOSUTA, y que produjo en la práctica casi la
derogación del instituto, al ampararse en una interpretación harto literal de la norma. Allí
Casación dijo que la pena sobre la que debe examinarse la procedencia del instituto es la de
reclusión o prisión cuyo máximo en abstracto no exceda de 3 años; que no procede el instituto
10
Levenne, Ricardo. Manual de Derecho Procesal. Segunda edición. T. II. ed. Depalma. P. 566-568.
10
MÓDULO 11
cuando el delito en cuestión tiene prevista una pena de inhabilitación; que la oposición del
MPF a la concesión de la suspensión del instituto es vinculante para el Juez.
Esta tesis era la predominante hasta que la CSJN dejó sentada su postura en la causa
“Recurso de hecho Acosta, Alejandro s/ infracción al art. 14 1º párr. Ley 23737. Donde a partir
de ese pronunciamiento ha ido consolidándose la aplicación de la tesis amplia. Es decir que se
entiende que la Suspensión del Juicio a prueba es susceptible de aplicarse cuando en concreto
el delito que se le imputa al sju8nmeto admite la aplicación de una pena de 3 años. Dicho de
otro modo debe realizarse una prognosis mediante la cual se pueda concluir que de recaer
eventual sentencia condenatoria, en el caso objeto del proceso, la misma sería de ejecución
condicional (art. 26 del CP)
En el chaco ahora expresamente el Art. 417 ter del CPP (incorporado por ley 7143) dice
que el instituto puede aplicarse desde la declaración de imputado y hasta la clausura de la
investigación penal preparatoria, siendo competente el juez de garantías para resolver sobre
su admisibilidad.
Esta ley vino a incorporar dentro del CPP del Chaco la “suspensión del proceso a
prueba” limita la concesión del instituto en aquellos supuestos que se encuentre
comprometido el interés de un menor de edad víctima del delito o de una persona víctima de
violencia de genero. Esto también interpretando la convención de Belem do Para cuando habla
de prevenir, erradicar y sancionar la violencia contra las mujeres.
Finalmente, el Art. 417 ter establece que en todos los casos el planteamiento y
resolución del pedido se hará en forma oral en una audiencia convocada al efecto11.
11
Molero, Marco Antonio – Grbavac, Hernán Darío. Código Procesal Penal de la Provincia del Chaco,
comentarios a los artículos de la Reforma Según Ley 7.143. Desarrollo doctrinario y esquemas
procesales. Segunda edición actualizada. ed. ConTexto. P. 90-96.
11
MÓDULO 12
Módulo 12
PRACTICA
PROFESIONAL
El imputado
0
MÓDULO 12
Concepto
Dicha sindicación atributiva de responsabilidad por el delito materia del proceso puede
surgir al inicio del mismo con la imputación concreta a un hombre individualizado como en la
denuncia (arts. 174 y 176 CPPN), o en la asunción de parte querellante (art. 83, inc. 3), o
actuación prevencional (art. 184, inc. 8°), o requerimiento fiscal (arts. 5o, 65 y 188, inc. 1), o
promoción de querella por delito de acción privada (arts. 415,418, inc. 2 y 426). En todos esos
casos no es recaudo legal la acumulación previa de prueba que corrobore la simple sindicación.
Los expuestos abarcan actos tanto procesales como pre-procesales. Y es por ello que la
ley prevé los derechos del que se considere imputado aun antes de la iniciación concreta del
proceso (art. 279).
Su calidad abarca toda la duración del proceso; pero se comporta en realidad como un
común denominador, toda vez que su situación procesal va variando en el desarrollo de aquél.
Así, llega a la instrucción como mera parte de una hipótesis de trabajo con la notitia
criminis que le da origen (arts. 174, 183,188 CPPN). Cuando sobre tal hipótesis se arriman
elementos probatorios, el conocimiento o instrucción del juez se va aumentando, hasta que
surge, respecto del hecho medianamente probado, la sospecha de responsabilidad del
imputado, por lo que por escuchado (art. 294 CPPN), se lo procesa (art. 306). Así, bajo la forma
genérica de "imputado" ha surgido el "procesado".
Terminada tal circunstancia podrá ser condenado o absuelto, según el caso, pero esto
ya escapa al proceso. Para el "condenado" se abre la etapa de ejecución (arts. 490 y 515
CPPN).
1
MÓDULO 12
Pero toda persona que ingresa al proceso por haber adquirido la calidad de imputado
tiene siempre y en todo momento, ya durante el curso procesal o al final, el derecho supremo
de salir de él, ya por sobreseimiento, ya por sentencia. Pero no puede quedar su situación en
suspenso. La ley impone una definición.
Inserto en el cuadro general que antecede, el imputado en los procesos especiales por
delitos de acción privada ofrece además otros caracteres más particularizados derivados de la
naturaleza propia de su materia y regulación. Ellos se tratan, junto con el procedimiento, en el
Capítulo XXII-II-c de esta obra1.
Identificación
Capacidad
1
Moras Mom, Jorge R., MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL, Juicio Oral y Público Penal Nacional.
Sexta edición, ed.LexisNexis. p. 191-193.
2
MÓDULO 12
Respecto de la primera, por supuesto que ella es extremo del delito y, por ende, es
materia de investigación. El medio para determinarla es la realización de un examen mental
obligatorio, sobre cuya base será de aplicación el art. 34, inc. 1, párrs. 2 y 3, CPen., de donde
nace la probabilidad de la aplicación de una medida de seguridad curativa (arts. 76 y 78,
CPPN).
Para este supuesto, durante el tiempo necesario para pronunciarse, podrá disponerse
provisionalmente la internación del imputado si su estado lo tornare peligroso para sí o para
terceros. Entretanto, sus derechos de parte en el proceso serán ejercitados por sus
representantes.
En forma genérica y para todos los casos, se impone examen mental obligatorio
cuando el delito fuere grave y merecedor de una pena mayor de diez años de prisión; también
lo es cuando, cualquiera fuere el delito y monto de pena privativa de libertad que se le pueda
imponer, el imputado tenga más de 70 años o menos de 18 años, o tuviere una deficiencia
como lo es la de ser sordomudo (art. 78 CPPN).
Rebeldía
Esta rebeldía puede dejarse sin efecto si después de decretada, el rebelde se presenta
y acredita debida e importante causa de impedimento grave y legítimo (art. 292 CPPN).
Presentación espontánea
Aquel a quien se endilga un hecho reputado como delito, aun cuando no hubiere sido
llamado a indagatoria, tiene derecho a presentarse al tribunal personalmente, con su abogado
defensor, aclarando los hechos e indicando las pruebas que, a su juicio, puedan ser útiles.
3
MÓDULO 12
El Arresto
1) En los primeros momentos de la investigación se impide que se alejen del lugar del
hecho los encontrados en él o los que se hicieron concurrir, para que no se destruya la prueba,
y determinar quiénes pueden ser partícipes o testigos; es extensible a la inspección y a la
reconstrucción,
2
CAFERATA NORES JOSE."EL IMPUTADO". "PRESENTACION ESPONTANEA" p.124, LERNER, CORDOBA
1982. VAZQUEZ ROSSI, JORGE. "LA DEFENSA PENAL" p. 111/112 RUBINZAL - COLZONI, SANTA FE 1978.
3
Clariá Olmedo, Jorge, Derecho Procesal Penal. T. II. p. 264-265.
4
MÓDULO 12
Tanto el juez, como los otros dos órganos (por cierto que estos dos bajo la supervisión
del primero), tienen plena facultad para el aseguramiento de los lugares, cosas y personas en
relación al hecho. Y es por ello que cuando toman el primer contacto, y en el lugar y con
relación a los delitos de acción pública se encontraren personas que pueden ser tanto testigos
como responsables, siendo inicialmente imposible determinarlo, y la falta de definición
inmediata pudiera producir el fracaso de la investigación, se puede disponer que ninguna de
esas personas se ausente del lugar y las que lo hubieren hecho ya vuelvan a él.
Esto implica, por cierto, una grave limitación de la libertad individual. Más aún, si fuere
necesario se puede llegar al arresto, ordenado por el juez o por el fiscal o preventor, estos
últimos con noticia inmediata al juez (arts. 219,281, 184, inc. 6; 213, inc. b CPPN).
Flagrancia
El Código define la flagrancia en el art. 285 en estos términos: "Se considera que hay
flagrancia cuando el autor del hecho es sorprendido en el momento de cometerlo o
inmediatamente después; o mientras es perseguido por la fuerza pública, por el ofendido o el
clamor público, o mientras tiene objetos o presenta rastros que hagan presumir
vehementemente que ha participado en un delito".
2) la llamada cuasi flagrancia, o sea cuando los partícipes son sorprendidos enseguida
de producirse el hecho mientras aún son perseguidos por la fuerza pública, por el perjudicado
o por el clamor público;
4
Moras Mom, Jorge R., MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL, Juicio Oral y Público Penal Nacional.
Sexta edición, ed.LexisNexis. p. 259-260.
5
MÓDULO 12
4) cuando se trata del que intenta (se determina a) cometer un delito, en el momento
de disponerse a cometerlo y sin llegar a la tentativa pero siempre que esté dispuesto a realizar
actos de ejecución; es actividad próxima a la flagrancia que en realidad escapa a la finalidad
específica del proceso;
5) cuando se trate de fuga del lugar donde el afectado estaba legalmente detenido o
encarcelado, lo que en realidad se extiende a todo prófugo aunque todavía no se hubiere
obtenido su privación de libertad;
Declaración indagatoria
Es verdad que el nombre conservado para este acto por la mayoría de la legislación
responde al concepto inquisitivo de su propio significado. Sólo lo ha mantenido la tradición, y
ha sido abandonado por los últimos códigos de la anterior década, que lo han reemplazo por el
de "declaración del imputado". Lo cierto es que tanto en la doctrina como en la práctica se
conserva lo de indagatoria no obstante haber variado fundamentalmente su valor y finalidad,
para distinguirla entre las declaraciones que preste el imputado dentro del proceso como la
más fundamental, que no puede omitirse, y que es tal aunque no tenga dicho alguno sobre el
hecho.
En este acto el imputado debe identificarse por cuanto por él asume directa
participación en et proceso, y el fiscal o el tribunal deben hacerle conocer el derecho que tiene
de abstenerse de declarar sobre el hecho.
6
MÓDULO 12
La intimación o clara información del hecho imputado debe ser oportuna para que la
indagatoria sea lo que realmente se persigue.
Esto no era respetado en algunos códigos antiguos, que la ubicaban al final del acto, o
sea una vez que el imputado declaró respondiendo al interrogatorio del tribunal. De ninguna
manera debe tenderse a con seguir del imputado una confesión, lo que pone al posible
interrogatorio los límites que antes hemos indicado5.
Oportunidad
La innovación en la nueva ley procesal es que ese acto debe producirse nuevamente
con todas las garantías citadas y con las formalidades explicadas, por el "tribunal del juicio",
una vez abierto el debate. Y si el imputado se niega a producirla, el tribunal ordenará la lectura
de todos sus dichos anteriores (arts. 378 a 380 CPPN).
Al final del juicio, sobre el cierre para sentencia, la ley nueva crea una nueva
oportunidad para declarar al reo, cuya forma no puede ser sino la de la indagatoria. Ello aun
cuando en definitiva sea voluntaria y un alegato por sobre el de la defensa letrada (art. 393,
última parte)6.
Auto de procesamiento
En cuanto a los efectos procesales de este acto indagatorio, hay un profundo cambio
introducido por la nueva ley procesal.
El antiguo Código no contaba con dicho auto, y por ello, para suplir esa ausencia debió
considerarse, por la doctrina y jurisprudencia, que tal función la cumplía el decreto que
disponía escuchar al imputado en declaración indagatoria.
5
Clariá Olmedo, Jorge, Derecho Procesal Penal. T. II. p. 494-495.
6
Moras Mom, Jorge R., MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL, Juicio Oral y Público Penal Nacional.
Sexta edición, ed.LexisNexis. p. 203.
7
MÓDULO 12
Pero en el nuevo Código la situación varió. Cuando median las sospechas fundadas de
responsabilidad, se procede, como hemos visto, a indagar al reo, extremo éste que cumple la
función que ya señalamos, pero que no constituye en procesado al mismo (art. 294 CPPN).
Luego de ello, y dentro de los diez días de cumplido dicho acto, el juez tiene que
regularizar la situación procesal del imputado indagado. Si del estudio de los elementos de
juicio colectados en el proceso resulta prueba suficiente en orden a la existencia del delito y de
la responsabilidad del agente, dicta el "auto de procesamiento" (art. 306 CPPN).
Dicho auto debe ser fundado, con exposición clara del delito de que se trate y su
calificación legal, con desarrollo de los fundamentos en que se sustenta, indicando también el
nombre e individualización del procesado y los fundamentos de hecho y derecho de tal
declaración de responsabilidad.
En efecto, ésta no es sino una medida cautelar personal que se impone sólo cuando el
delito de que se trate sea sancionado con una pena privativa de libertad.
Y dentro de este tipo de pena—que por cierto excluye las de multa e inhabilitación—
se impone la procedencia de la prisión preventiva sólo para el caso de que el juez no confirme
la exención de prisión que hubiere acordado anteriormente. Y además que para su juicio,
conforme con el monto de pena prevista por la ley penal y los caracteres del hecho, no fuere
de aplicación la condena de ejecución condicional. Y más aún, también decretará la prisión
preventiva cuando, aun siendo procedente la liberación provisional, estime que por las razones
que prevé el Código, pueda deducirse que el reo en libertad tratará de sustraerse a la acción
de la justicia o coartar su accionar (arts. 310, 312 y 319 CPPN).
8
MÓDULO 12
Ahora bien, con el presente Código se viene a repetir la situación que se presentaba
con el viejo en el caso de que el imputado no estuviere sometido a jurisdicción por estar fuera
de sus límites territoriales (otra provincia o en el extranjero). En tal caso es necesario requerir
al juez de extraña jurisdicción que capture al reo y lo remita al requirente. Éste es el trámite de
extradición.
Pero para éste es recaudo legal acompañar copia del auto de procesamiento, y como
él aún no ha sido dictado porque precisamente se lo requiere para oírlo y luego ver si procede
el procesamiento, ese recaudo no puede cumplirse, no siendo sustituible por la sola orden de
detención, porque ella es impuesta por la ley como requisito extraditatorio conjunto (art. 52,
CPPN).
Por ello no quedaría otra solución que una similar a la que ante igual situación se
adoptaba para el Código viejo.
Falta de mérito
Pero también es efecto derivado del acto indagatorio que se comporta como
presupuesto, el de que, dentro de ese mismo término de diez días, si el juez por el contrario,
estimare que no hay elementos de juicio suficientes para dar por acreditada la existencia del
hecho y/o la responsabilidad del indagado y por sobre ello también considere que no hay
elementos suficientes como para dictar el sobreseimiento, entonces—ni procesamiento, ni
sobreseimiento— como línea intermedia pero resolviendo la situación, declaración Y falta de
mérito, y si el imputado está detenido, lo pone en libertad sin perjuicio de continuar la
investigación.
Ese liberado lo estará pero sometido a las condiciones que le impone el tribunal, entre
ellas la fijación de un domicilio del que no podrá ausentarse sin conocimiento del tribunal.
Como queda sometido a la jurisdicción del juez, cada vez que sea citado en ese domicilio debe
concurrir al tribunal, y si no lo hiciere puede ordenarse su detención.
7
Moras Mom, Jorge R., MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL, Juicio Oral y Público Penal Nacional.
Sexta edición, ed.LexisNexis. p. 203-205.
9
MÓDULO 12
El juez así autorizado va en pos del mérito probatorio positivo o negativo en relación al
objeto procesal. Pero en esa marcha no puede supeditar la privación de libertad del imputado,
la que ante la duda, debe cesar, sin perjuicio del resultado adverso a que al final pudiere
arribarse. Por ello la liberación es consecuencia de la falta de mérito.
En los primeros pasos de la nueva ley y aún hoy, hay jueces que se olvidan de lo
expuesto y, fundando su duda, afirman su falta de mérito y mandan a archivar. Esa resolución
es nula por estar en contra de la ley.
También es el acto indagatorio presupuesto necesario para que en el dictado del auto
de procesamiento, además de la prisión preventiva si procede, se dicten los embargos que
correspondan contra el procesado y los responsables civiles.
También son apelables pero sin dejar de cumplirse. El primero —procesamiento—, por
el fiscal y el imputado y el segundo —falta de mérito—, por el fiscal y el querellante. Todos en
el término de tres días y para ante la cámara de apelaciones8.
Prisión preventiva
8
Moras Mom, Jorge R., MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL, Juicio Oral y Público Penal Nacional.
Sexta edición, ed.LexisNexis. p. 206-207.
10
MÓDULO 12
contrario, cuando siendo ella posible, resulte claro al juez que ella no es procedente por
cuanto todo indica que se dará a la fuga, o deformará las pruebas{arts. 312 y 319).
Lo que ocurre es que siendo la prisión preventiva una medida cautelar personal
asegurativa de la efectividad de la pena, y resultando que ella no es necesaria, como ocurre
también en los delitos que no tienen fulminada pena privativa de libertad, no hay nada que
asegurar.
Esta medida cautelar tiene vigencia total durante toda la duración del juicio y cesa
cuando éste también cesa por auto o sentencia que lo clausure.
Pero tal estado procesal en su real y efectiva ejecución —como encierro— no puede
legalmente tener una duración superior a los dos años, prorrogables, por auto fundado, por un
año más en caso de complejidad y cantidad de delitos. Estos plazos no se computarán a los
efectos analizados precedentemente cuando los mismos se cumplieren después de haberse
dictado sentencia condenatoria, aunque la misma no se encontrare firme9.
Se someterán todos por igual al régimen carcelario común, sin perjuicio de que, a su
cargo y sin alterar el sistema, se provean de mayores comodidades y atención médica además
9
Arts. 1o a 4o, ley 24.390, BO, 22/11/1994, modificada parcialmente por la ley 25.430 promulgada el
30/5/2001. Esta ley es reglamentaria del art. 7°, punto 5o, de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (art. 9o).
11
MÓDULO 12
de la oficial. Todos se beneficiarán con visitas íntimas con ajuste a las reglamentaciones (art.
313). En tanto que cuando el Código Penal permite la ejecución de pena privativa de libertad
de muy poca duración y determinada condición en el domicilio del condenado, la prisión
preventiva también puede cumplirse en igual forma (art. 314).
Recalcamos una vez más: la prisión preventiva es la más severa de las medidas
cautelares personales.
Es por ello que el Código nuevo en su art. 315 dice: "Las disposiciones sobre la prisión
preventiva no regirán respecto de los menores de dieciocho (18) años, siéndoles aplicables las
correspondientes normas de su legislación específica".
La prisión preventiva como medida cautelar personal no es, en sí y por sí, apelable. Sí
lo es el auto de procesamiento que la contiene, pero en este caso la impugnación de
procedencia es respecto de este último, que, al caer por improcedencia arrastra consigo a
aquélla. Pero, por el contrario, si él fuere mantenido, mantiene también el aseguramiento
cautelar referido.
Es tachable su procedencia por vía de recurso en forma indirecta, en cuanto ella fuere
la causa obstativa de liberación provisional, ya concedida o solicitada con posterioridad a su
dictado (exención o excarcelación antes, o ésta después). Se apela la negativa de soltura,
motivando y fundando luego el recurso, en que la prisión preventiva impuesta no es
procedente por las razones que se estiman existentes en el caso concreto. El triunfo del
recurso, enderezado —se repite— a la excarcelación y tramitado en el incidente de ésta, exige
a la alzada dictar resolución indirecta revocando la prisión preventiva.
Similar situación se daba bajo la vigencia del Código de Procedimientos viejo para la
impugnación de la calificación legal del hecho que resultaba obstativa de la liberación.
12
MÓDULO 12
EXENCIÓN DE PRISIÓN
Concepto
Es el procedimiento que todo sujeto que tenga noticia o presuma que puede ser
privado de libertad por disposición judicial en proceso penal determinado, puede asumir para
evitarlo por petición personal o por la de un tercero en su favor, ante el juez de la causa. Y si
no sabe cuál es, ante el juez de turno, el que de inmediato debe determinar quién es aquél y
pasarle, según el caso, la solicitud para su trámite.
Procedencia
Puede pedirla el propio interesado por escrito personal, o puede hacerlo también por
escrito un tercero en su favor, sea pariente o no.
Se acostumbra hacerlo por tercero para evitar todo acto por parte del que se siente en
peligro de detención. Esa actuación permite al que la realiza, en caso de resultado negativo,
apelar ante la cámara de apelaciones (art. 332 CPPN), sin la presencia del amenazado de
privación de libertad.
10
En el incidente de excarcelación, que también fuera apelado, se revocó el auto denegatorio,
concediéndose la soltura bajo caución real, por lo que se dispuso dejar sin efecto la prisión preventiva
resuelta en el principal.
Resulta erróneamente concedido el recurso de apelación interpuesto contra el auto de prisión
preventiva puesto que su impugnación por tal vía no aparece prevista en la ley procedimental.
Cám. Nac. Crim., sala VII (int.). Bonorino Peró, Ouviña, Piombo (Inst. 10, Sec. 130), 16/10/1992, "Reyes
Ortiz, C. y otros", causa 17/19.
13
MÓDULO 12
En cuanto al límite inicial de esta oportunidad, cabe señalar que la ley procesal permite
al imputado contra quien ya se hubiere iniciado e, incluso, contra quien esté por iniciarse dicho
proceso, presentarse ante el juez competente a fin de declarar. Más aún, dicha declaración
puede ser tomada, según el criterio del juez, bajo la forma de la indagatoria, extremo por el
cual, para el caso de ser necesario, valdrá como tal.
Pero lo cierto es que en esa "aurora instructoria" que permite la ley, ella misma se
ocupa de aclarar que esa "presentación espontánea no impedirá que se ordene la detención,
cuando corresponda" (art. 279 CPPN). Precisamente para evitar ese peligro, la prudencia del
"declarante prematuro" tiene que llevarlo a pedir, antes de concurrir a declarar, su exención
de prisión.
Esta imposición legal se debe a que esta medida cautelar que es la prisión preventiva,
se inserta o no, según cada caso, en el auto de procesamiento, el cual contiene el análisis de
toda la prueba de cargo reunida hasta ese momento, tanto en lo que hace al hecho, como al
imputado y respecto de ambos la calificación legal. Pero su imposición o su prescindencia debe
hacerse en ese auto de procesamiento.
Así aparece el auto de "procesamiento sin prisión preventiva" (art. 310 CPPN). Esta
forma se funda en el hecho de que el juez, según los elementos de juicio manejados en el
mismo auto de procesamiento (especialmente la calificación legal hecho-autor), debe o no
emitir juicio sobre la improcedencia o procedencia de mantener o no la liberación provisional
concedida con anterioridad a ese momento, o, más aún, si no se dan los extremos que
imponen la prisión preventiva, no decretarla.
Estos extremos son los previstos por el art. 312 CPPN, y su presencia significa casi una
denegatoria de toda posibilidad de liberación provisional:
14
MÓDULO 12
no exceda del máximo de ocho años. Y aun cuando ese extremo fuera superado, por la
previsión unitaria, o por la suma de ellas en el concurso real de delitos, también podrá ser
procedente cuando se diere la posibilidad de una condenación condicional (arts. 316, ap. 2o,
ley procesal, 55 y 26, CPen.).
La situación del exento de prisión no tiene por qué ser diferente en este aspecto del
excarcelado.
Se ha prohibido por el art. 316,2° párr., 2a parte, CPP la liberación provisional tanto
bajo la forma de exención de prisión, como la de la excarcelación, aun cuando se den los
extremos generales de procedencia, para el caso de que el proceso verse sobre los delitos que
prevén los arts. 139,139 bis y 146, CPen., a los que rotula como de "Supresión y suposición del
estado civil y de la identidad" (ver art. 12, ley 24.410 del 28/12/1994).
15
MÓDULO 12
presumir, fundadamente, que el mismo intentará eludir la acción de la justicia o entorpecer las
investigaciones" (art. 319 CPPN).
Por ello es que la ley procesal en su art. 333 completa su previsión revocatoria,
diciendo: "...Deberá revocarse cuando el imputado no cumpla las obligaciones impuestas o no
comparezca al llamado del juez sin excusa bastante o realice preparativos de fuga o cuando
nuevas circunstancias exijan su detención".
Estas nuevas circunstancias que exijan disponer la detención del liberado provisional,
aun cuando real y efectivamente, positivamente, no hubiere puesto en peligro la suerte del
proceso, serían las que prevé el art. 366, 4o párr., CPP, en cuanto "para asegurar la realización
del debate" y sentencia, situaciones en las que necesariamente debe estar presente el
procesado, el tribunal "podrá" ordenar su detención. Esta facultación tiene, así, una finalidad
evidentemente preventiva11.
EXCARCELACIÓN
Concepto
11
Moras Mom, Jorge R., MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL, Juicio Oral y Público Penal Nacional.
Sexta edición, ed.LexisNexis. p. 273-277.
16
MÓDULO 12
encarcelados, son liberados sin esa garantía, como es el supuesto de la libertad por falta de
mérito o la derivada de la suspensión del proceso a prueba (arts. 317, 309, 293 CPPN).
CAUCIÓN
Esta determinación exige del juez una fina apreciación de la situación personal del
imputado, a la par que de las características del hecho atribuido y de su responsabilidad moral.
La caución debe ser necesaria y posible, por lo que está prohibido a! juez fijar una caución de
imposible cumplimiento para el imputado, lo que significaría negar por vía indirecta el
beneficio (art. 320 CPPN).
El grado más leve de esa dosificación está dado por la caución juratoria que es aquella
en la que el compromiso se finca en la promesa jurada del imputado de cumplir fielmente las
obligaciones impuestas para la soltura (art. 321 CPPN).
Así, se recurre a la caución personal dada junto con el imputado por uno o más
fiadores que asumen junto con el reo, la obligación solidaria de pagar el monto fijado por el
juez. Es decir, en el auto de concesión se fija una suma de dinero, frente a ella aparecen los
obligados a pagarla. Esto último ocurriría si el imputado se sustrajere a su obligación de
17
MÓDULO 12
someterse al tribunal (art. 322 CPPN). Los fiadores deben probar su solvencia y ser capaces
civiles (art. 323 CPPN).
El grado más grave está dado por la caución real que se constituye mediante el
depósito del dinero fijado por el juez, o por la entrega de valores cotizables o efectos públicos,
u otorgando prendas o hipotecas, todo lo cual quedará sujeto a privilegio especial en orden al
cumplimiento de las obligaciones del liberado remiso (art. 324 CPPN).
18
MÓDULO 13
Módulo 13
PRACTICA
PROFESIONAL
Conclusión de la
Instrucción
0
MÓDULO 13
CONCLUSIÓN DE LA INSTRUCCIÓN
CLAUSURA DE LA INSTRUCCIÓN
Concepto y formas
La actividad del proceso se cumple en torno al objeto o materia del mismo que es lo que
constituye el objeto procesal. Éste se integra con dos elementos: uno material que es el hecho
producido por el hombre, dentro del marco del derecho penal; el otro, respecto del hecho
citado, el hombre que lo produjo, como su propia obra, esto es, el responsable que es el
elementó subjetivo. La existencia tanto del uno como del otro debe ser acreditada (por los
medios de prueba) en el proceso, de modo tal que ambos se reconstruyan en el proceso como
un presente permanente, apreciable en todo momento que las partes, el juez o cualquiera que
se asome al proceso, pueda conocerlo. Esa realidad reconstruida es la que luego de poseerla se
enfrenta con el Derecho de fondo y se la califica en función del mismo y se concluye su
consecuencia: si se concuerdan, la condena.
En el caso de que toda esa actividad pueda cumplirse, se lleva a la terminación normal del
proceso en todas sus etapas.
Pero en caso de que ello no se logre y se deba suspender su trámite por imposibilidad de
continuación, esa terminación es la anormal. Esa anormalidad puede estar referida a
insuficiencia de prueba, ya sobre el extremo objetivo o material del objeto procesal (sobre el
hecho), ya sobre el elemento subjetivo del mismo (la responsabilidad del imputado).
El arribo a ese triunfo o a ese fracaso puede darse también en la etapa instructoria, en cuanto
la investigación arroje éxito sobre la totalidad de los elementos que constituyen su finalidad
específica (art. 193, CPP), o, por el contrario, se frustre ya sobre la acreditación del hecho
mismo y su carácter delictivo, ya sobre la responsabilidad del o de los imputados.
La forma normal de terminación de la etapa instructoria del proceso penal está dada, o mejor,
concentrada en el auto de elevación de la causa ajuicio.
1
MÓDULO 13
Si fuere esta última la que se presenta, tanto el fiscal como el querellante se expedirán con un
dictamen que recibe el nombre legal de requerimiento de elevación.
En este acto se deben cumplir requisitos formales. Deben señalarse los datos personales del
imputado, una relación clara, precisa y circunstanciada de los hechos, su calificación legal, la
responsabilidad del agente y los motivos en que se funda para pedir (requerir) la elevación a
"juicio". En síntesis, estos actos son la acusación.
Por su parte en los digestos de tinte acusatorio una vez finalizada la investigación fiscal, el
representante del Ministerio Público deberá solicitar el sobreseimiento del imputado, cuando
no pudiere concluir que en un grado de probabilidad, éste haya participado o fuere
responsable del hecho que se investiga. A contrario sensu, cuando se estimare que esa
probabilidad se encuentra presente, dispondrá que la causa se eleve a juicio, a través del
pertinente requerimiento fiscal (Art. 364 CPPCH).
El requerimiento en cuestión deberá contener bajo pena de nulidad los datos personales del
imputado, una relación clara, precisa, circunstanciada y específica del hecho imputado, los
fundamentos de la acusación y la calificación legal.
El suceso histórico descripto en el requerimiento deberá ser el mismo que el que se intimara al
imputado al momento de recibirle declaración como tal, y ese mismo hecho debe ser
receptado por la sentencia dictada luego del debate. Ello no es sino corolario del principio de
congruencia.
El requerimiento formulado por el órgano acusador inicia una etapa intermedia (entre la
investigación penal y el plenario), denominada de clausura de la investigación1.
Recursos
A nivel Nacional el auto de elevación a juicio —tanto simple como complejo— es inapelable. La
clausura de la instrucción y su inapelabilidad cierran toda reparación para el futuro.
Sin perjuicio de ello, en el procedimiento penal de la Provincia del Chaco, la oposición es uno
de los remedio procesal conferidos a las partes –imputado y querellante- para atacar las
resoluciones o requerimientos del fiscal2.
1
MOLERO, Marco Antonio – GRBAVAK, Hernán Darío. CÓDIGO PROCESAL PENAL de la Provincia del
Chaco. Ley Nº 965-N (antes Ley Nº 4538). Ed. ConTexto. P. 95-96
2
MÓDULO 13
Concepto
El sobreseimiento es un instituto procesal penal que produce la suspensión del curso regular
del proceso de modo tal que en forma definitiva no se lo pueda continuar, produciéndose su
clausura. Ésta, sin posibilidad alguna de futuro procesal, es la que hemos rotulado como
terminación anormal del proceso y dada su contundencia: clausura anormal. La propia raíz de
la palabra sobreseimiento: super sedere que significa "sentarse sobre", está indicando esa
suerte de finalización.
Procedencia
O que por acreditado el citado extremo objetivo, no se haya probado la responsabilidad del
imputado por la comisión material del hecho. O que probada ésta, se acredita a su respecto
una causa de justificación, de inimputabilidad, de inculpabilidad o una excusa absolutoria. No
hay así faz subjetiva. Se ve claro de lo que antecede que lo que se ha extinguido es el objeto
mismo del proceso en alguno de sus extremos, por lo que carece de virtualidad para fundar
reproche penal. Los motivos de procedencia son de derecho de fondo; no puede actuar el
derecho material. En una palabra, el proceso ha existido, pero su contenido ha resultado
definitivamente inocuo para fundar la realización del derecho material.
Puede ser total o parcial, por lo que podría abarcar, ya todos o algunos de los hechos
endilgados a un sujeto; o a todos o algunos de los sujetos procesados por un mismo hecho.
Respecto de los comprendidos, el proceso se extingue; en cambio, respecto de los no
incluidos, el proceso sigue su curso.
2
MOLERO, Marco Antonio – GRBAVAK, Hernán Darío. CÓDIGO PROCESAL PENAL de la Provincia del
Chaco. Ley Nº 965-N (antes Ley Nº 4538). Ed. ConTexto. P. 61.
3
MÓDULO 13
pero es posible encontrar el segundo, por ello la clausura es relativa (art. 336, incs. 4° y 5o,
CPP).
2) Totalmente diferentes a los extremos de procedencia hasta aquí analizados —son los que,
escapando a las previsiones de fondo que excluyen la actuación del derecho sustantivo por lo
que hemos nominado inocuización del objeto procesal en alguno de sus extremos: hecho o
sujeto—, atacan al proceso misino, en su propia existencia, como medio de realización.
Lo que desaparece es el proceso; desaparece la forma; se trata de una extinción adjetiva (art.
336, inc. 1, CPP).
La acción penal se extingue: por la muerte del imputado; por la amnistía; por la prescripción:
por el pago total de la multa y la indemnización civil y por la renuncia del agraviado de los
delitos de acción privada, en juicios especiales —para los cuales es aplicable el juicio común en
lo que no fuere excepcionado— (arts. 59 y 64, CPen.).
Es claro que producida la muerte del imputado el proceso mismo es inocuo por falta de
destinatario de la pena; en el caso de amnistía, lo es porque el precepto de la ley penal queda
desconectado de la pena y resulta impotente para generar esta última (art. 75, inc. 20, CN); en
el caso de la prescripción, el curso del tiempo mata la acción del Estado por falta de ejercicio y
desaparece, por vía de consecuencia, el proceso.
Este tipo de sobreseimiento se puede dictar en cualquier etapa del proceso, en el momento
que se presente la causal. Bien en el transcurso del sumario, como también durante todo el
juicio, hasta el momento previo al dictado de la sentencia (art. 334, CPP)3.
Efectos
Los efectos que el sobreseimiento produce en todos los casos es el de cerrar definitiva e
irrevocablemente el proceso con relación al imputado a cuyo favor se dicta (art. 335). Lo que
se complementa, por vía de consecuencia, con la puesta en libertad inmediata del imputado si
estuviere detenido, con la correspondiente comunicación de ello al Registro Nacional de
Reincidencia. A ello se suma que si el sobreseimiento es total, esto es que no continúa el
proceso respecto de persona alguna, se debe proveer de inmediato a la devolución de los
efectos secuestrados, como que luego de cumplido ello se archivarán las actuaciones (art.
338).
Recursos
Todo auto de sobreseimiento es recurrible por parte del fiscal y del querellante por vía de
apelación dentro de los tres días de notificado el auto que lo dispone. Dicho recurso no impide
que el auto de sobreseimiento y sus efectos se cumplan, por cuanto no tiene efecto
suspensivo.
3
Moras Mom, Jorge R., MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL, Juicio Oral y Público Penal Nacional.
Sexta edición, ed.LexisNexis. p. 308-311.
4
MÓDULO 13
La defensa, beneficiada por el sobreseimiento, no puede apelar por falta de agravio, salvo el
caso de que formalmente el auto no se ajuste al análisis de las causales previstas en el orden
legal, o se derivare de la imposición de ello una medida de seguridad contra el imputado (art.
337).
5
MÓDULO 14
Módulo 14
PRACTICA
PROFESIONAL
Juicio Común
0
MÓDULO 14
JUCIO COMUN
Concepto
Es la segunda etapa del proceso penal; aquella en la que se maneja por los sujetos del mismo
el material probatorio (tanto del hecho como del imputado) colectado durante la etapa
instructoria que le precedió y con la posibilidad de ampliarlo, complementarlo y discutirlo con
la finalidad de arribar a una resolución final y definitiva que concrete la actuación del derecho
penal material y también, en su caso, la del civil1.
Esta integración del juicio lo muestra en su objetividad como un desarrollo esencial del
proceso en sede jurisdiccional, basado ineludiblemente en una imputación concreta respecto
del hecho incriminado y de la persona perseguida. Puede estar precedido por una etapa
instructoria o investigación fiscal que permita reunir el fundamento de la acusación, o
excepcionalmente puede no existir ese antecedente con lo cual el juicio agotará por sí solo
todo el proceso. Pero en el proceso común, el juicio puede ser caracterizado como la segunda
y esencial etapa que debe cumplirse para que la imposición de una pena responda a la garantía
constitucional.
Esa segunda etapa debe tener por base una acusación jurisdiccionalmente asumida, que es la
conclusión afirmativa del mérito de la investigación penal o instructoria. Con ella se hace valer
la pretensión penal en demanda de sentencia que decida sobre su fundamento, lo que
constituye el contenido de la acción penal ejercitada. Esa acusación debe ser oportuna y
eficientemente intimada para que sea base legítima del juicio.
La etapa de juicio se extiende desde la citación ajuicio (art. 354 CPPN) hasta que, dictada la
sentencia (arts. 399 a 403 CPPN), ella queda firme. Su ejecución está a cargo de jueces de
ejecución (art. 491 CPPN).
Caracteres
1
Moras Mom, Jorge R., MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL, Juicio Oral y Público Penal Nacional.
Sexta edición, ed.LexisNexis. p. 325.
2
Cariá Olmedo, Jorge A. DERECHO PROCESAL PENAL. T. III, Actualizado por Carlos Alberto Chiara Díaz.
Ed. Rubinzal-Culzoni. P. 77-78.
1
MÓDULO 14
El debate, que es el juicio propiamente dicho, ofrece los caracteres distintivos del sistema
procesal acusatorio que es aquel sobre el que se estructura.
Así es:
a) Público: Se realiza en audiencias a la que tiene acceso el público, instancia ésta que asegura
el contralor del mismo en todos y cada uno de sus actos, tanto en lo que hace a la regularidad
de los mismos, como también en lo que respecta a la capacidad de actuación de cada uno de
los sujetos intervinientes: jueces, fiscal, querellante, actor civil, por un lado, y por el otro,
procesado, defensa, demandado civil.
Este carácter puede declinarse en algunos casos como es el de que por la misma naturaleza del
hecho juzgado se afectare la moral, el orden público o la seguridad, en cuyo caso por auto
fundado se puede decretar el secreto de debate hasta que cesen las circunstancias
determinantes. Esta resolución debe hacerse constar en el acta final (art. 363 CPPN).
El secreto también existe como regla en los casos de proceso en que se insertan menores
como víctimas o autores del delito (art. 413 CPPN).
Se limita el acceso del público al debate por cuanto se prohíbe la entrada a la audiencia de los
menores de 18 años, de los condenados y procesados por delitos reprimidos con pena
privativa de libertad; de los ebrios y dementes. Pudiendo excluirse de la sala a los que afecten
el orden, higiene, moralidad y decoro (art. 364 CPPN).
b) Oral: La comunicación tanto entre los sujetos del proceso mismo (juez, fiscal, querellante,
actor civil-procesado; defensor y demandado civil) como con los terceros que a él llegan
(testigos, peritos, intérpretes, informantes, etc., empleados y público) se hace por la palabra
hablada: oralidad. Ello lleva a la total inmediación entre su emisor y el receptor, lo que permite
una vivencia total del hecho, sus circunstancias, veracidad, impresiones, etc., y por encima de
todo: velocidad en el desarrollo de los actos procesales de investigación.
Hay casos en que ella es dejada sin efecto parcialmente. Ello acaece en la primera etapa de
juicio, en la que los actos preliminares del debate son escritos: ofrecimiento de prueba,
recusación del tribunal, instrucción suplementaria, oposición de excepciones, fijación de
audiencia de debate, etc. (arts. 354 a 362 CPPN).
Hay pruebas que se deben producir por escrito por razones de su propia naturaleza en cuanto
suponen compulsa de libros, contabilidades, archivos, etc., entonces el informe que ella
genera se produce por escrito y se agrega al respectivo cuaderno de prueba, sin perjuicio de
que luego se lea en la audiencia pública.
Hay testigos que por su privilegio funcional (presidente de la Nación, ministros, jueces, etc.),
pueden declarar por escrito, con el mismo trámite señalado en el punto anterior (art. 250
CPPN).
La sentencia que se dicte al final del juicio es escrita y se agrega a las actuaciones, pero se la
debe leer en la audiencia pública bajo pena de nulidad (art. 400 CPPN).
Sin desnaturalizar este carácter de la oralidad, según la calidad del proceso, su complejidad y
su volumen, el tribunal puede disponer que el secretario después de cada acto extracte su
contenido sobresaliente y luego al final vuelque todo en el acta de ley. Puede también en auto
fundado disponer que se graben los actos o que se tome de ellos versión taquigráfica (art. 395
CPPN).
Este carácter se debe a la vigencia de los dos aspectos ya explicados (oralidad y publicidad) por
cuanto los jueces que aquí intervienen, fuera de las notas que puedan llevar y los extractos ya
citados, retienen todo en la mente, lo mismo que las partes, por lo que se impone su
intervención en el dictado de la sentencia en la aspiración de la mayor memoria de cada paso.
Este carácter, al igual que los anteriores, recibe excepciones por parte de la ley recogiendo la
realidad, en cada caso previsto. Así: Podrá suspenderse esa continuidad, hasta no más de diez
días, cuando: 1) se deba resolver alguna cuestión incidental que por su naturaleza no pueda
decidirse inmediatamente; 2) cuando sea necesario practicar algún acto que no pueda
cumplirse entre una y otra sesión; 3) cuando dejen de comparecer los testigos, peritos e
intérpretes citados para la audiencia y no se los pudiere suplir con la presencia de otros
dejando para otra la deposición de los ausentes; 4) cuando se enfermaren los jueces, el fiscal,
o el defensor, o el imputado mismo. El fiscal o el defensor podrán ser reemplazados. La
enfermedad del procesado puede generar la suspensión, o no, según la previsión legal; 5)
cuando se produjere un acontecimiento extraordinario con notable incidencia en el curso del
proceso; 6) cuando lo pida el defensor porque el fiscal amplió la acusación.
Esa suspensión será decretada por auto fundado y se hará saber a las partes cuándo se
continuará, lo que ocurrirá desde el último acto en adelante.
Pero si la suspensión excediere los diez días máximos que hemos citado, deberá repetirse el
debate (art. 365 CPPN).
d) Contradictorio: En esta etapa las partes exponen sus respectivas afirmaciones —defensas—
y las discuten —debate— produciendo la prueba en que se sustentan.
Actos preliminares
Por cierto que la decisión de entrar a juicio puede hacerse sólo sobre el material que brinda la
instrucción. Respecto de éste es que se emite la valoración de su mérito. Si él es positivo se
provee por la ley la forma de elevar las actuaciones a la etapa subsiguiente: el juicio. Pero si no
lo fuere, si la instrucción no tuviere mérito, el resultado será el sobreseimiento del proceso y
en consecuencia su terminación.
Esta etapa de valoración y decisión está ubicada dentro de la instrucción y en ésta a su final.
Minuciosamente regulada va cubriendo varias posibilidades, por lo que se la ha denominado
3
MÓDULO 14
"procedimientos preliminares para la elevación a juicio", por nuestra parte (arts. 346 a 352
CPPN).
Decimos que está ubicada dentro de la instrucción al final de la primera etapa, por cuanto se
supone cumplida su propia finalidad por el juez, que es la fijada por el art. 193 , en cuanto dice
1) comprobar si existe un hecho delictuoso; 2) establecer las circunstancias que lo califiquen, lo
agraven, atenúen o justifiquen o influyan en su punibilidad; 3) individualizar a sus partícipes; 4)
verificar todas las características personales que puedan influir en la mayor o menor
peligrosidad del procesado, conforme lo previsto por el art. 41, CPen.; 5) comprobar la
extensión del daño causado por el delito aun cuando el damnificado no se hubiere constituido
en actor civil.
Además de ello, que el juez hubiere decretado el procesamiento del imputado (art. 346 CPPN).
Cumplidas esas condiciones, el juez debe correr vista sucesiva a la parte querellante y al fiscal
por el término de seis días, prorrogables por otros seis en forma excepcional para los casos
graves y complejos.
En este caso, por recibido el requerimiento el juez debe correr traslado a la defensa para que
ella se expida, ya oponiendo excepciones procesales de previo y especial pronunciamiento, ya
oponiéndose al requerimiento de elevación y solicitando en su contra que se sobresea en la
causa. Para todo ello tiene un término de seis días improrrogables (art. 349 CPPN).
Pero si lo rechaza, debe expedirse sobre el requerimiento de elevación, para lo cual debe
dictar un auto fundado que se llama "auto de elevación", el cual en sus fundamentos debe
abarcar: fecha, datos personales del imputado, el nombre y domicilio del actor civil, del
civilmente demandado, una relación clara, precisa y circunstanciada, su calificación legal y la
parte dispositiva.
Dicho auto, además, debe indicar cómo quedó trabada la litis en materia civil. Si hubo
demanda, cómo se la contestó y si hubo reconvención cómo se la contestó también.
4
MÓDULO 14
Debe agregarse en esta parte que esas diligencias preliminares del juicio, incluyen también
toda la preparación del juicio civil inserto en el penal, por lo que el auto de vista del art. 346
debe notificarse también al actor civil ya constituido, quien tiene tres días para interponer
demanda con ajuste a las formas impuestas por el Código Procesal Civil y Comercial y el
demandado —el mismo imputado— o en su caso el civil tercero responsable, tienen el término
de seis días para contestar también conforme las formas procesales citadas.
Esa forma en que queda constituida la entrada al juicio es inamovible y así, por clausurada la
instrucción, se eleva ajuicio (arts. 349,350, 351 y 352 CPPN).
Para el otro caso, que es el que surge cuando la defensa no contesta el requerimiento de
elevación, el juez resuelve directamente por decreto simple enviando las actuaciones al
tribunal del crimen, el del juicio (ver art. 349, último apéndice CPPN).
3) Pero existe otra variante, cual es la de que el fiscal no requiera y pida al juez el
sobreseimiento. Si el juez está de acuerdo, lo decreta. Pero si hubiere también querellante y
éste hubiera requerido el pase a juicio, el juez no lo puede hacer, no puede sobreseer lisa y
llanamente como le pide el fiscal. En este caso, y aun cuando el fiscal pidiere sobreseimiento
actuando solo o con el querellante, pero éste pidiere la elevación, el juez tiene la obligación de
elevar las actuaciones a la cámara de apelaciones para que ésta se expida sobre el punto. Si
este tribunal resuelve que debe dictarse el sobreseimiento el juez está obligado a hacerlo. Si la
cámara resuelve que debe pasar a juicio, se cambia por el fiscal de cámara el actuante en el
tribunal de juicio y este nuevo fiscal debe obligatoriamente expedir la requisitoria de elevación
(art. 348 CPPN).
Con ella, en realidad se ha producido la acusación. Con esta requisitoria aceptada, el decreto
simple o el auto de elevación, en su caso, se produce la clausura del sumario (art. 353 CPPN).
Esta clausura es revertible porque cuando las actuaciones entran en el tribunal del crimen —
en la etapa del juicio— el presidente tiene una facultad de contralor de regularidad de
cumplimiento de sus requisitos por parte del juez de instrucción. Si éstos no están cumplidos,
se devuelve el proceso a instrucción para que se complete, y por ende debe repetirse el
trámite explicado. O, por el contrario, se admite la radicación y se da vista a las partes para
que se expidan (art. 354 CPPN).
Declaración de Imputado
El primer acto de desarrollo del debate es la declaración del imputado. Aquí éste ejercerá su
defensa material exponiendo oralmente sobre el hecho, y si se niega a hacerlo, corresponderá
introducir por la lectura las actas de sus declaraciones anteriores. El procedimiento debe
cumplirse conforme a lo previsto para la indagatoria de la instrucción, advirtiéndosele que el
debate continuará aunque no declare. La dirige el presidente, pero con venia de éste pueden
interrogar los otros vocales, el defensor y las demás partes.
3
Moras Mom, Jorge R., MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL, Juicio Oral y Público Penal Nacional.
Sexta edición, ed.LexisNexis. p. 330-332.
5
MÓDULO 14
Aunque se hubiera abstenido, el imputado puede declarar durante el curso del debate las
veces que lo desee, y responder a preguntas aclaratorias. Su voluntad prevalece ante la posible
oposición del defensor. La misma solución corresponde dar respecto del careo.
Si hay varios imputados, las declaraciones se recibirán sucesivamente conforme al orden que
determina el presidente, pero mientras uno declara los otros podrán ser alejados de la sala.
Ello facilita la sinceridad en la exposición, máxime cuando hubiere cargos recíprocos. Una vez
concluidas las declaraciones, se impone informarles sobre todo lo ocurrido en la audiencia
para no afectar el contradictorio.
Mientras declara, el imputado no puede comunicarse con su defensor ni con otra persona.
Tampoco puede hacerlo mientras responde a una pregunta formulada. Si su comportamiento
afecta la regularidad del debate, puede ser retirado de la audiencia y alojado en sala próxima
con suficiente custodia4.
Deliberación
La fase crítica del juicio, ya comenzada con la discusión de las partes, continúa en él momento
decisorio. Aunque éste no integra materialmente el debate, se vincula sin solución de
continuidad con él a través de la sucesividad de las audiencias y del principio de identidad
física del juzgador.
4
Cariá Olmedo, Jorge A. DERECHO PROCESAL PENAL. T. III, Actualizado por Carlos Alberto Chiara Díaz.
Ed. Rubinzal-Culzoni. P. 126-127.
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MÓDULO 14
los jueces no se comuniquen con las partes ni con extraños para proteger su imparcialidad y
una mayor concentración como garantía de justicia.
Es otra oportunidad que tiene el tribunal para introducir de oficio en el proceso elementos de
convicción. Los Códigos de Córdoba y Tucumán autorizan sólo la ampliación de las pruebas
recibidas y no permiten la incorporación de nuevas. La excepcionalidad de la medida hace que
la ley le ponga estrictos límites, a saber:
En los códigos que no la prevén expresamente, pensamos que surge de la autorización para
introducir aun de oficio nuevas pruebas durante el curso del debate, con extensión al curso de
la deliberación.
Sentencia
Se ha dicho que el momento decisorio del juicio penal culmina con el pronunciamiento de la
sentencia, o sea con el más eminente acto jurisdiccional que pone fin al proceso una vez que
ha sido íntegramente desarrollado. Se trata del último acto de la fase de conocimiento y en su
etapa de juicio, que agota el grado de mérito; ello sin perjuicio de la eventual etapa de
ejecución de lo resuelto sobre el fondo, como también de que se abra la vía impugnativa en
caso de admitirse un recurso o de que se demande por revisión.
Algunos de los últimos códigos del país llaman también sentencia al sobreseimiento,
fundándose en la circunstancia de que igualmente pone fin al proceso resolviendo sobre el
fondo, aunque se dicte generalmente durante la etapa instructoria y en algunos casos durante
los actos preliminares del juicio con anterioridad al debate. Sin embargo, pensamos que el
sobreseimiento no tiene los caracteres legales de la sentencia aunque sea definitivo; ésta
agota el tránsito de mérito decidiendo sobre las pretensiones hechas valer con la acusación y
con la demanda civil después de haber sido tratadas en el debate, o resuelve sobre alguna
cuestión previa sometida a debate que impide decidir sobre el fondo; el sobreseimiento, en
cambio, extingue el proceso antes de su integral desarrollo y pleno contradictorio; tratándose
de la decisión provocada por una articulación incidental que puede resolver sobre el fondo,
evitando el juicio, y con él el debate y consiguiente sentencia, lo cual hace que lo incluyamos
dentro de los autos. Considerada desde el punto de vista sustancial, la sentencia debe
contener una condena o una absolución. El non liquet del derecho romano no tiene vigencia
posible en la actualidad porque contradice el principio de seguridad jurídica. Esa condena o
absolución debe referirse al imputado sujeto a acusación y eventualmente también al
perseguido civilmente por haberse hecho valer en su contra y en forma concreta una
pretensión reintegradora patrimonial. Condenar es acoger en todo o en parte el fundamento
7
MÓDULO 14
de una pretensión hecha valer en el proceso con el ejercicio de la acción; absolver es rechazar
totalmente ese fundamento de la pretensión del actor (penal o civil).
Juicio Abreviado
En mayo de 1997 el Congreso de la Nación sancionó (ley 24.825) una reforma al Código
Procesal Penal nacional por la que introdujo en su sistema una nueva clase de proceso
especial, al que rotula "juicio abreviado". Y lo hace bajo dicho acápite, como integrante del
también nuevo Capítulo IV, del Título II de su Libro III, ordenado como art. 431 bis, en el que el
contenido regulador se reparte en ocho incisos.
El CPPCH, con anterioridad a la reforma de la Ley Nº 7143 (hoy de objeto cumplido), disponía
en el art. 426 que cuando el Ministerio Público estimare, al momento de requerir la causa a
juicio, como suficiente la imposición de una pena privativa de libertad de hasta ocho años o
una no privativa de libertad procedente conjuntamente con aquella, podía solicitar la
aplicación de este instituto, indicando en concreto la pena solicitada (inc. 1). Dicho acuerdo
entre Fiscal e Imputado también podía celebrarse durante los actos preliminares del juicio,
hasta antes de abrirse el debate (inc. 3). La reforma a modificado ambos incisos del art. 426,
ampliando los casos de aplicación de juicio abreviado elimando el límite de ochos años
Respecto al proceso Nacional la ley permite al agente fiscal concebir su idea de pactar desde el
inicio mismo del proceso; más, diríamos que puede ser desde el momento del requerimiento
de instrucción, en cuanto se formule una calificación provisoria del hecho que lo torne viable.
Pero no puede mostrar su concepción sino a partir de cierto grado de evolución del proceso,
que es el indicado por el acto de aceptación del cargo del defensor designado al imputado. Es
de allí en más que el acusador público podrá recibir en audiencia al imputado y su defensor, de
lo que dejará constancia en autos, pero sin exponer la tratativa (art. 431 bis, inc. 2°, párr. 2o).
El nacimiento del pacto gestado entre acusador y acusado, tiene oficial alumbramiento en el
preciso momento en que, por conferida la vista de mérito al agente fiscal (art. 346), éste emite
su requerimiento de elevación a juicio en los términos del art. 347, inc. 2o, ajustado a los
recaudos impuestos en la última parte de dicha norma, con más la particularísima nueva y
concreta exigencia de que su libelo incluya expreso pedido de pena, cuyo monto máximo
insalvable, en caso de pena privativa de libertad no puede exceder de menos de seis años (un
día, por lo menos, inferior). Esta exigencia impuesta por la ley en pos de procedencia no
cambia aun cuando dicha pena prevista sea acompañada, como conjunta, por una no privativa
de libertad o sólo fuere de esa naturaleza. Es en este momento y con estas expresas
condiciones —acusación y pedido de pena— cuando se debe formular el pedido de
abreviación del juicio.
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MÓDULO 14
durante los actos preliminares del juicio, hasta el dictado del decreto de designación de
audiencia para el debate (arts. 359 y 431 bis, inc. 1o, párr. 2o).
Sólo es viable el acuerdo si abarca todos los delitos conexos insertos en la causa y si se
extiende a todos los procesados (arts. 431 bis, inc. 8o, CPP).
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MÓDULO 15
Módulo 15
PRACTICA
PROFESIONAL
Juicios Especiales
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MÓDULO 15
JUICIOS ESPECIALES
Correccional
Cumple su cometido respecto de delitos de acción pública oficiosa (art. 71, Ia parte, CPen.)
reprimidos con pena privativa de libertad cuyo máximo no exceda de tres años de prisión y
también respecto de aquellos reprimidos sólo con inhabilitación o multa.
Se diferencia del común en que todas las etapas se cumplen ante el mismo juez. Así, cuando
cierra la instrucción, el proceso no cambia de tribunal.
Sólo cambia la etapa y la del "juicio", que se inicia y se desarrolla ante ese mismo juez que
ahora tiene todas las facultades, tanto del presidente del tribunal de juicio, como las de sus
miembros. Es precisamente en este momento cuando comienza la especialización.
Toda la etapa del "juicio" con sus períodos "preliminar", "debate" y "sentencia", se rige por las
reglas del juicio común. En algunos tramos la ley introduce reglas especiales que
complementan, modifican o flexibilizan aquéllas. Por ello se lo califica como proceso especial.
Por ende como tribunal de juicio el juez correccional recibe la instrucción y posee una facultad-
última de contralor de regularidad de la instrucción, que le permite retornarla a la etapa
instructoria para sanearla si a ella le falta algo fundamental.
Pero esto que es regla común, se especializa en lo correccional, en el hecho de que el lapso
instituido para el juicio común se reduce en este especial a cinco días. También se reduce el
lapso para fijar la audiencia de inicio del debate (art. 406).
Para el juicio común, abierto el debate se prevé que se lea por secretaría el requerimiento
fiscal al procesado.
1
MÓDULO 15
Aquí varía esa situación y se impone al propio juez que explique en detalle al reo los hechos
por los que se le procesa y la prueba que a su respecto existe. Ello no es sino uno de los
recaudos de la indagatoria, que luego debe tomarle obligatoriamente. Así se borra de este
proceder especializado todo el tramo previo a la indagatoria misma (art. 407).
Por cierto que por lo general, el debate continúa con la recepción y producción de la prueba.
Pero a diferencia del juicio común, en el correccional, si media en la indagatoria confesión
circunstanciada y detallada, con conformidad de juez, fiscal, querellante y defensa, se puede
obviar toda la prueba que aspire a probar la responsabilidad del procesado. Ésta es otra
especialización por la que el correccional se aparta del juicio común (ver regla general del art.
405).
Luego de cerrado el debate por las reglas del juicio común, este correccional vuelve a
especializarse, con algo que se impone ante este "tribunal" de un miembro solitario, que oficia
de presidente y miembro dé una colegiación que no existe. Ello es lo relativo a cuando el juez
"delibera" para concluir con la emisión de la sentencia. La especialización consiste en que la ley
autoriza a este "solitario" a que, en su caso, omita la deliberación y emita la sentencia en
forma inmediata al cierre del debate, lo cual deberá hacerse constar en el acta (art. 409, Ia
parte).
Todo lo relativo a la forma de la sentencia se rige por las reglas del juicio común.
Hay algo que no queda claro en esta especialización. Concretamente el Código, para el juicio
común, autoriza a redactar la sentencia en plazo diferido, pero en forma expresa impone que
en la audiencia inmediata luego del debate, lo que no puede eludirse es la lectura de la parte
dispositiva de la sentencia.
Luego redactará los fundamentos, pero se tiene que emitir el fallo. En el caso correccional no
impone expresamente este trámite previo y parecería que lo diferido es todo el acto, tanto los
fundamentos como el fallo.
El delito es "acción humana", particularmente caracterizada, pero acción humana. Por ello su
sujeto activo es el hombre. Para concretar el derecho penal en el caso particular, se instituye el
proceso como medio instrumental.
2
MÓDULO 15
A él, en función del hecho, se somete al hombre. Según las circunstancias y condiciones que
éste presente en cada caso, la ley regula institutos, tanto de fondo, como de forma, y ello llega
hasta el mismo procedimiento, que permiten la adecuación a la realidad vital de ese sujeto
activo.
Así, entre esas previsiones no pueden estar ausentes las que contemplan al "hombre", pero de
muy corta edad, lo cual implica poco desarrollo actual tanto en lo físico, como en lo intelectual.
En virtud de ello, este sujeto menor de edad recibe un trato especial desde su encuadramiento
en la ley penal que, en función de su todavía incompleto desarrollo intelectual, regula
inimputabilidades relativas, medidas de seguridad proteccionales educativas, perdón judicial.
La ley de forma —procesal penal— que debe regular el proceso para "ese hombre" no puede
ignorar en lo formal los institutos especializados de fondo que debe aplicar. Por ello es que
surge a este respecto un "proceso especial", toda vez que al común se le imponen reglas
específicas que lo particularizan, suprimiendo algunas, adosando otras, creando nuevas.
Éste es el proceso penal especial de menores. Por cierto que tiene objeto procesal propio que
es el delito —hecho e imputado— que constituye su materia.
Pero, en lo que hace a la etapa instructoria esas reglas comunes se excepcionan, en el hecho
de que no se le decretará la detención. Lo excepcional es que se lo haga cuando haya indicios
de que el menor tratará de sustraerse a la justicia, tanto porque huya, como que distorsione la
investigación (art. 411).
Ese encierro no funcionará como el instituto procesal común, sino como "legal internación" en
establecimientos especiales, comunes a menores, pero ajenos por completo al de mayores,
tanto es así que esa "internación" se aprovecha para hacer un estudio completo de las
condiciones biológico-psíquico-psicológicas y sociales del menor (ámbito y familia), para
proveer a un tratamiento pedagógico de formación, o recuperación formativa de personalidad
del menor, conforme con las medidas de este tipo que, en función de medida de seguridad,
prevé la ley penal de fondo.
Y conforme con esa misma finalidad procesal penal, lo que está terminantemente prohibido,
sin excepción alguna, es la imposición de la prisión preventiva (art. 315).
3
MÓDULO 15
Esta especial caracterización del proceso penal de menores, en concordancia con los institutos
protectores que, como medida de seguridad educativa impone el Código Penal, determina la
intervención en estos procesos en forma obligada, de un nuevo sujeto que antes,
increíblemente no existía —o no lo quiso aceptar la doctrina de la Corte Suprema de la
Nación— en un caso que pasó por ante ella: "Todres" —año 1971— y que en esta ley procesal
nueva se lo impone: el asesor de menores.
Éste y la intervención de los padres, tutores, curadores o los guardadores (arts. 411 a 413, incs.
3o y 4o) son imposiciones concretas de normas especializadas por sobre las comunes del
proceso general.
En la etapa del "juicio" la regulación está regida por las reglas comunes (art. 413).
Pero ellas se exceptúan en forma •especial en lo que hace a la publicidad del debate, la que se
limita al extremo de hacerse a puertas cerradas y con la concurrencia de las partes, los padres
o los representantes legales del menor, con intervención obligada, no obstante la del letrado
defensor, del ya citado asesor de menores.
Y también se limita la presencia del procesado menor de edad, el que sólo concurrirá al
"debate" cuando sea necesario y luego se retirará (art. 413).
Pero lo que ocurre es que en esta parte, y a diferencia del Código Procesal viejo, el nuevo no
prevé la regulación de las previsiones de la ley de fondo, en su art. 4o, CPen. —ley 22.278—,
en cuanto dice: "La imposición de pena respecto del menor... estará supeditada a los
siguientes requisitos:
Pero, el caso se plantea cuando debe ser condenatoria. Como la ley penal de fondo impone
declarar la responsabilidad penal, se supone una regla especializada en el proceso de menores
que establezca el "auto de responsabilidad penal", resolver los problemas civiles y después de
ello poder esperar un año de vigilancia del menor o hasta su mayoría de edad, para poder
apreciar si se corrigió o no, y según ello y los respectivos informes, en lo posible, perdonar y
absolver. De lo contrario condenar (art. 4o, inc. 3o, ley 22.278).
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MÓDULO 15
La especialización del proceso penal de menores, llega hasta la reforma de los órganos
judiciales que en su trámite investigatorio y juzgatorio intervienen. Así, se distingue entre
jueces de Menores por un lado y Tribunal de Menores por el otro (arts. 28 y 29, CPP).
Suma a esto una competencia que es para el juzgamiento en única instancia a cargo de los
jueces de menores, en los delitos que estén reprimidos con pena no privativa de libertad (art.
29, inc. 2°, 1a parte). Todo, por cierto, respecto de menores autores de 16 a 18 años a la época
de comisión del delito.
La segunda, el Tribunal de Menores, actúa en instancia única en los delitos reprimidos con
pena privativa de libertad de tres años o más (art. 28).
Sólo observaremos algo y dejaremos el comentario de lado: la ley procesal nueva encomienda
al juez de menores actuando en instancia única el "juzgamiento" por delitos cometidos por
menores que no hayan cumplido 18 años al momento de comisión y que estén reprimidos con
pena NO privativa de libertad.
Frente a ello la ley 22.278 de régimen penal de menores, es decir el Código Penal, dice: "No es
punible... el menor que no haya cumplido 18 años... respecto de delitos... reprimidos con
pena... con multa o con inhabilitación".
El Código Procesal Penal legisla sobre juicios por delitos de acción privada en el libro III,
capítulo III, cuyo título II, sección I, se refiere a la querella, y la sección II al procedimiento (libro
primero, título 11, del Código Penal).
Podrá querellar toda persona con capacidad civil que se pretenda ofendida por un delito de
acción privada, ante el tribunal que corresponda, y ejercer conjuntamente la acción civil
reparatoria; al igual que los representantes de los incapaces (art. 415, C.P.P.).
Si fueren varios los querellantes deberán tener unidad de representación (art. 416, C.P.P.).
1
Moras Mom, Jorge R., MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL, Juicio Oral y Público Penal Nacional.
Sexta edición, ed.LexisNexis. p. 419-422.
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MÓDULO 15
Procederá la acumulación de causas, salvo en los casos por delitos de acción pública (art. 417,
C.P.P.).
El art. 418 del C.P.P. establece que la querella será presentada por escrito, con tantas copias
como querellantes hubiere, personalmente por mandatario especial, agregándose en el caso el
poder, y deberá expresar, bajo pena de inadmisibilidad:
2) nombre, apellido y domicilio del querellado, o descripción que sirva para identificarlo;
3) relación circunstanciada de los hechos, con indicación de lugar, fecha y hora de ejecución;
6) la firma del querellante, u otra persona a ruego. El desistimiento podrá ser expreso, en
cualquier estado del proceso, quedando sometido a la responsabilidad por los actos anteriores
(art. 420, C.P.P.), o tácito cuando:
La audiencia de conciliación previa, que los antiguos códigos preveían tan sólo para los
procesos por delitos contra el honor (calumnia e injurias), se ha extendido ahora a todos los
delitos de acción privada.
La citación a esta audiencia es personal para las partes, aunque pueden asistir los defensores.
6
MÓDULO 15
Adviértase que el art. 117 del Código Penal dispone que "el culpable de injuria o calumnia
contra un particular o asociación, quedará exento de pena si se retractare públicamente, antes
de contestar la querella o en el acto de hacerlo"; el Código, siguiéndolo, permite al acusado
retractarse en las mismas oportunidades procesales, con lo que evita la discusión que han
planteado algunos códigos al extender tal oportunidad a cualquier momento del juicio.
También en caso de retractación se sobresee la causa, y las costas están a cargo de quien se
retracte. Pero puede ocurrir que el querellante no considere suficientemente amplia la
retractación y no la acepte. En este caso decidirá la cuestión el tribunal, que también resuelve
la forma adecuada de publicar aquélla, si lo pidiere el querellante. El medio usual es el de la
prensa, si bien algún fallo no ha empleado el mismo medio del agravio para la publicidad de la
retractación (injurias por televisión y publicidad de la retractación ordenada por periódicos),
fallos que han originado opiniones encontradas.
Por la misma limitación en materia de medidas precautorias es que se puede pedir el embargo
de los bienes del querellado cuando el querellante ejerce también la acción civil resarcitoria, lo
que ocurre en la mayoría de los casos.
El juicio continúa para el caso en que no haya habido conciliación ni retractación, con la
citación a juicio (art. 428, C.P.P.), la fijación de audiencia (art. 429, C.P.P.), el debate (art. 430,
C.P.P.), la sentencia y los recursos (art. 431, C.P.P.), que serán los comunes.
Estas normas generales a todos los delitos de acción privada no impiden las específicas, como,
en los delitos contra el honor, la publicación de la sentencia, a costa del vencido (arts. 425, 429
y 431, C.P.P.).
Extradición
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MÓDULO 15
legales, para que pueda ser juzgado o cumpla la pena impuesta por los jueces del país donde
cometió el delito.
El art. 52 trata sobre la extradición solicitada a jueces del país (extradición interna), es decir, la
que se efectúa dentro de los límites territoriales de la Nación Argentina.
El art. 53 trata sobre la extradición solicitada a otros jueces (extradición externa), para el
supuesto de que el imputado o condenado estuviera en territorio extranjero. La disposición
regula los requisitos para que sea procedente:
El art. 54 trata sobre la extradición solicitada por otros tribunales, con intervención obligatoria
del ministerio público por referirse a cuestiones de jurisdicción y competencia.
El magistrado exhortado establece la forma y tiempo dela producción de las diligencias que se
le han encomendado, pero se debe limitar a cumplirlas en la medida en que se le han
requerido. La norma exige celeridad en el procedimiento y concede tan sólo veinticuatro horas
al fiscal para contestar la vista, siempre que la solicitud reúna los requisitos del art. 52. Si el
imputado o condenado fuere detenido, la norma procura garantizar la seguridad individual y
evitar errores judiciales, con un procedimiento sumario que en nada afecta o retarda el
trámite de la extradición.
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MÓDULO 15
El art. 538 del nuevo Código remite al régimen previsto para la extradición por la ley 2372, sus
modificatorias y las leyes especiales, que mantendrán su vigencia en todo lo que no se
opongan a la ley 23.984/91.
Esta remisión al viejo Código de Procedimientos en Materia Penal de 1888 está dirigida al
régimen procesal penal establecido en su libro cuarto, sección segunda del título V
(Procedimiento en los casos de extradición de criminales), capítulo I (arts. 646 a 674) y capítulo
II (arts. 675/676) y leyes especiales (ley 4055/1902, capítulo I —competencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación—, art. 3, inc. 4; ley 1612/1885, de extradición de
delincuentes, convenios y tratados internacionales).
La extradición de delincuentes, a pedido de nuestro país, o solicitada a él por otra nación, sólo
corresponde a los casos que determinan los tratados existentes, y a falta de ellos, cuando sea
procedente, según el principio de la reciprocidad o la práctica uniforme de las naciones (art.
646, Cód. Proc. Cap.).
En este último caso interviene la justicia federal. Le corresponde al juez de la causa conceder la
extradición o denegarla, de oficio o a solicitud de parte, y su auto es apelable si es de primera
instancia (arts. 649 y 650).
Si existen tratados sobre la materia, la extradición será pedida u otorgada en la forma y con los
requisitos que aquéllos prescriben, y en caso contrario será solicitada u otorgada por vía
diplomática conforme a las siguientes normas: el pedido de extradición deberá ir acompañado
de un testimonio literal del auto que decreta la diligencia; de la sentencia de condenación, si se
trata de un condenado, o, en caso contrario, del mandato de prisión, concretando el delito que
lo motiva; los datos y antecedentes para justificar la identidad de la persona requerida y la
copia autenticada de las disposiciones legales aplicables al caso, según la respectiva legislación.
Si el pedido de extradición no está autorizado por tratados, el Poder Ejecutivo nacional
resolverá con previa vista al procurador general de la Nación, denegarlo, en cuyo caso lo
devolverá con copia del dictamen y la resolución, o concederlo, enviándolo entonces al juez
del lugar donde está refugiado y dando aviso al gobierno extranjero.
Si el pedido es de un juez argentino, el Poder Ejecutivo dirigirá la nota al gobierno del país
donde esté refugiado el delincuente y lo avisará al juez requirente (arts. 648, 651 y 652).
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MÓDULO 15
mencionados en el art. 646; a si la pena aplicada pertenece a la categoría de pena que por las
leyes del país requirente corresponda al crimen o delito en cuestión o si la pena o la acción
penal están prescritas según las leyes de la nación requirente, y a si la sentencia o el auto de
prisión, en su caso, han sido expedidos por los tribunales competentes del país requirente (art.
655).
Se concederán seis días al defensor para presentar su defensa y otros seis al procurador fiscal
de sección, abriéndose la causa a prueba, conforme a las normas generales del Código, si
hubiera que probar algunos hechos. Vencido el término y llamados los autos, el juez resolverá
el incidente en el término de diez días, declarando si hace lugar o no a la extradición, según lo
cual entregará el preso al gobierno nacional para que lo traspase al extranjero o lo pondrá en
libertad. El fallo será apelable por el fiscal o el interesado o su defensor, según los casos.
Resuelto definitivamente el asunto, lo que puede efectuar la Corte Suprema de la Nación (ley
4055, art. 3, inc. 4), el proceso pasará al Ministerio de Relaciones Exteriores y la resolución se
trasmitirá al gobierno requirente (arts. 656 a 659).
Si el delito que motiva la solicitud de extradición tuviere una pena menor en el país, aquélla se
concederá a condición de que los tribunales del país reclamante impondrán la pena menor
(art. 667).
Si la misma persona es reclamada por más de un país al mismo tiempo, será remitido a aquel
donde ha cometido el delito mayor, y siendo de igual gravedad todos, el que lo hubiere
reclamado primero (art. 668).
Ningún reo extraído podrá ser juzgado por delito anterior al que motivó la solicitud de
extradición, y si se descubriere el hecho anterior con posterioridad, se pedirá autorización al
juez que intervino en el incidente (art. 660).
Si el solicitante fuere ciudadano argentino y prefiriese ser juzgado por los tribunales
argentinos, el gobierno de la nación requirente podrá suministrar a los jueces locales todos los
antecedentes a fin de que aquél sea juzgado conforme a las leyes de la República (art. 669).
La orden de extradición comprende la entrega de todos los objetos hurtados en país extranjero
y los que puedan servir de prueba del delito que se imputa (art. 670).
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MÓDULO 15
Está aun parcialmente en vigencia la ley 1612, de 1885, según la cual, para que proceda la
extradición, el delito debe tener pena corporal no menor de un año de prisión (art. 2). El
Tratado de Montevideo fija dos años (art. 21) y excluye la extradición si se trata de delitos
políticos o conexos con delitos políticos (art. 23), igual que la ley 1612 (art. 3, inc. 2).
En cuanto a los tratados, nos remitimos a los enumerados en el capítulo III, debiendo hacer
notar que en lo que se refiere a la nacionalización del reo, la extradición se concede cualquiera
que sea su nacionalidad (Tratado de Montevideo, art. 20); que no se concede en caso de
nacionales (tratados con España, Suiza, Italia, Bélgica y Holanda) y que es facultativa la entrega
(tratados con los Estados Unidos e Inglaterra). Tengamos presente al respecto el art, 669 del
Código de Procedimientos de la Capital.
Tanto en doctrina como en legislación, los principios imperantes en esta materia concuerdan
en general en no admitir la extradición de los nacionales; no concederla por delitos políticos o
comunes conexos con políticos ni por delitos castigados con pena de poca importancia o
prescritos.
Sin duda alguna, por su naturaleza y objeto, es una materia que pertenece tanto al derecho
procesal penal como al derecho penal, al derecho administrativo y al derecho internacional,
este último cuando se trata únicamente de la extradición internacional.
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MÓDULO 15
Manzini la define desde este último punto de vista como "un instituto de derecho
internacional reconocido por el derecho interno, que tiene por objeto la mutua asistencia
represiva internacional, el cual en cada caso se efectúa mediante un acto administrativo del
Estado concedente, acto jurisdiccionalmente garantizado en Italia, y con el que se concede o
se ofrece al otro Estado la entrega de un imputado o de un condenado a los fines del
procedimiento penal o de la ejecución de la condena". Los autores la fundan, unos, en la
reciprocidad (Garraud), otros, en la cooperación penal internacional (Saldaña y Código de
Bustamante) y, finalmente, hay quienes la basan en la asistencia jurídica internacional (Von
Liszt), sin que falten quienes se oponen a esta institución, ya que atenta contra el derecho de
la libertad.
Tiene aquí gran importancia la Organización Internacional de Policía Criminal, cuyos orígenes
se remontan a un Congreso realizado en Viena en 1923, conocida como Interpol, cuya sede
estuvo primero en Viena y pasó después a París, que no es una superpolicía ni una fuerza de
detectives internacionales como algunos creen; es una cooperación de fuerzas policiales de
diferentes países para luchar contra la delincuencia internacional. Vinculado al tema de la
extradición, diremos que la Interpol pide a la policía filial la detención provisional de las
personas requeridas por la policía de otro Estado.
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MÓDULO 16
Módulo 16
PRACTICA
PROFESIONAL
Recursos. Etapa de
Ejecución
0
MÓDULO 16
IMPUGNACION
NULIDAD INCIDENTAL
RECURSOS.
Concepto:
El recurso es un instituto jurídico-procesal que tiene por objeto provocar una reconsideración
o revisión de una resolución judicial por el mismo órgano que la dictó o por otro superior,
según el caso, con la finalidad de que se la deje sin efecto en todo o en parte, esto es que se la
revoque o se la reforme.
Éstos pueden ser: las sentencias; los autos; los decretos, que en todos los casos deben ser
fundados, salvo una subformá admitida con relación al último que se denomina "decreto
simple". A esto se suman las providencias de mero trámite. Y a todas se las agrupa por un lado
en definitivas y por el otro en interlocutorias.
Respecto de este último grupo se las distingue entre las que se dictan con sustanciación previa
(petición —traslado— eventual prueba y resolución), lo que supone que cada uno ha tenido
oportunidad de verter sus argumentos; y sin sustanciación alguna, lo que priva de esa
oportunidad.
Cuando las providencias son adversas a las partes, se dice que les causa agravio. Este agravio
es el que funda el motivo para recurriría.
Hay tipos de resoluciones con relación a las cuales la recurribilidad queda supeditada a que
aquéllas adquieran el carácter de definitivas y mientras ello no ocurra, en el trámite, no se
admite el recurso. Pero hay algunas que generan un agravio de tal naturaleza, que si no es en
ese momento, no se lo puede reparar en el futuro, ésas son las que se distinguen con la
fórmula "cuando causan gravamen irreparable", respecto de las cuáles la vía recursiva,
restringida, se abre (ver art. 449).
Para el manejo práctico, el tribunal de cuya resolución se recurre para ante otro superior, se
llama a quo y el superior ad quem. El que interpone el recurso: recurrente y el que no recurre,
pero se lo lleva con el recurso del otro, se llama recurrido.
Regulación legal
Fuera de los que pueda considerar y admitir la doctrina, los únicos medios de impugnación
recursiva son los que la ley instituye (art. 432).
Y, dentro de cada uno de los medios previstos, es también la ley la que regula los casos a que
ese recurso se aplica. Ello se sintetiza en la indicación expresa del tipo de resolución de que se
trata como recurrible, y las circunstancias que deben reunirse.
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MÓDULO 16
Estos dos últimos aspectos imponen, como llevada de la mano, la obligación de exponer en la
interposición del recurso de que se trate los "motivos" en que se funda su procedencia. No se
trata de fundar la procedencia de la revocatoria total o parcial del auto en recurso, sino los
núcleos en que se reúne el agravio causado por él y en torno al cual o a los cuales serán luego
expuestos los fundamentos.
Con relación a la persona que tiene el derecho de recurrir, la regla es que la ley la señala
concretamente para cada caso y además le exige que, no obstante tener el derecho, éste debe
ser ejercitado cuando se tuviere por el titular un interés directo.
Cuando la ley guarde silencio en cuanto a cuál de las partes le acuerda el derecho de recurrir,
en ese caso, el derecho se extiende a todos, pero siempre con la mediación concreta de un
interés directo para el que intente su promoción (ver arts. 432 a 438).
Para todos los casos con las variantes que para cada uno, en el recurso de que se trate se
puedan prever, pero se repite: para todos los casos, y como regla general, se debe exigir que el
recurso sea interpuesto en término útil a partir de la notificación de la resolución que se va a
impugnar, dejando la fijación temporal de ese término para la regulación específica de cada
recurso, o, en su defecto, fijando un término general base y remitiendo, esta vez, a la
excepción en más o en menos que en cada caso específico regula la ley.
Podrá ser interpuesto en forma verbal o escrita, según lo permita o mande concretamente la
ley en cada tipo de recurso.
Para todos la ley indica ante quién debe interponerse y quién debe expedirse sobre su
otorgamiento o denegatoria. Generalmente es en sede del tribunal a quo, esto es: el que dictó
la resolución que se impugna. Pero hay casos en que se debe interponer directamente en el
tribunal de alzada o lo que se conoce como ad quem.
Todos los requisitos deben ser cumplidos, bajo pena de inadmisibilidad. La concreta indicación
de los "motivos" a que obedece el recurso de que se trate, impuesta por la ley como requisito
para la procedencia de su otorgamiento y que luego se convierten en la alzada en base de
desarrollo de los fundamentos, merece a esta altura del desarrollo jurisprudencial una
particular dedicación de los tribunales de la Capital Federal, por cuanto en ella la contradicción
es flagrante, no habiéndose, hasta ahora, acertado con un concepto fijo y uniforme válido para
que los intervinientes en el proceso (todos los sujetos: juez y partes) sepan en cada caso a qué
atenerse (en los simples y en los complejos) para evitar desacertados procederes.
Efectos
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MÓDULO 16
La ley debe regular en cada caso y para cada tipo de recurso su "efecto"; pero como forma de
simplificación se puede recurrir a la fórmula general, excepcionable en cada caso y únicamente
para ese caso particular, de que el "efecto" siempre es suspensivo. "Efecto suspensivo" es así,
que el recurso de que se trate tiene su efecto o incidencia sobre la resolución impugnada,
suspendido hasta que triunfe ante la alzada. En su consecuencia, la resolución impugnada,
mientras tanto, no se cumple.
Hay casos concretos, en lo que por expreso mandato legal, se le quita al recurso esa falta de
incidencia y se dice "sin efecto suspensivo", en cuyo caso la interposición del recurso no
interrumpe el cumplimiento de la resolución impugnada a resultas de su tratamiento y
resolución por la alzada la resolución se ejecuta. Se da en los casos como el que concedida una
excarcelación, ésta es apelada por el fiscal que a ella se opuso; el recurso no tiene su efecto
suspendido, sino que el auto de soltura se ejecuta. También se lo ve en el caso de
sobreseimiento, apelado por el fiscal o el querellante, ese recurso no obsta a que el efecto del
recurso sea de tal suerte que el auto tenga vigencia (ver arts. 332, 337 y 338).
La doctrina y el Código Procesal Penal nacional viejo distinguían estos efectos de los recursos
bajo la clara rúbrica de suspensivos y devolutivos, reservando esta última para todos los casos
en que la resolución se cumplía.
Además de este "efecto" del recurso existe otro tipo de efecto, cual es el del alcance en orden
a las partes a quién beneficia, siempre que ellas sean del mismo grupo acusado. Así, si uno de
los coprocesados interpone un recurso, que no esté fundado en motivos estrictamente
personales, como es el de la vigencia a su respecto de una excusa personal, ese recurso se
extiende en beneficio de todos los demás coprocesados aun cuando ellos no hayan recurrido.
Este efecto es el que se llama "efecto extensivo" (ver art. 441).
Se incluye dentro de tal extensión beneficiante, la del recurso interpuesto por el demandado
civil cuando éste alegue la inexistencia del hecho, se niegue que el imputado lo cometió o que
no constituye delito o alegue que se extinguió tal acción. Todo lo hace el civilmente
demandado en su propio beneficio, pero se extiende, por cierto, al procesado. Por ello es que
este recurso, no deducido por el procesado, lo beneficia y se extiende a él (ver art. 441,2a
parte)1.
Los recursos se dividen doctrinariamente, según la diferencia del rubro, en dos grandes
grupos:
1) Ordinarios: son los que llevan a una revisión tanto de los hechos, como del derecho. Sobre la
base de tal concepto se tipifican el de reposición, el de apelación, el de queja, el de revisión
fuera del caso de la ley más benigna.
1
Moras Mom, Jorge R., MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL, Juicio Oral y Público Penal Nacional.
Sexta edición, ed.LexisNexis. p. 367-371.
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MÓDULO 16
El de casación resulta, pese a la determinación inicial (art. 456 CPPN) y sobre la base de las
ampliaciones de los arts. 457 a 462 CPPN, en parte únicamente sobre el derecho, pero en
mucho también sobre los hechos. De este modo lo enrolamos parcialmente como ordinario.
2) Extraordinarios: son los que llevan la revisión sólo al derecho. Sobre ello, enrolamos en este
rubro: el de casación en su expresión pura que abarca tanto la inobservancia o errónea
aplicación de la ley sustancial, como la inobservancia de la ley dé forma que lleva a las
sanciones de inadmisibilidad, caducidad y nulidad.
El de revisión cuando procede por derogación o modificación de la ley penal, que desemboca
en la ley penal más benigna —art. 2, CPen.—, es de pura estirpe extraordinario; sólo se expide
por la aplicación de la ley que corresponda.
La ley en su letra no hace clasificación de ello, pero no los ignora, sino que sobre su base regula
el efecto suspensivo de los recursos. Ello ocurre en el art. 442, que dice: "La interposición de
un recurso ordinario o extraordinario tendrá efecto suspensivo, salvo que expresamente se
disponga lo contrario".
Debe insertarse en este grupo el recurso de inaplicabilidad de ley instituido por el art. 11, Ley
Orgánica de Tribunales, con el que se provoca la reunión en pleno de la Cámara de Casación
para determinar la doctrina aplicable cuando resulta conflicto interpretativo entre lo resuelto
en un caso concreto por alguna de las salas de dicha cámara y un fallo anterior del mismo
tribunal, que ha sido invocado como precedente por el recurrente. El caso en particular y
todos los similares, se suspenden en su ejecución y el plenario sólo se avoca a determinar el
derecho aplicable. Por ello éste también es un recurso extraordinario.
IMPUGNACION
NULIDAD INCIDENTAL
Concepto
Los actos procesales se regulan, como condición de su validez, sobre la base de disposiciones
referidas y a a sus presupuestos (por ejemplo: la indagatoria respecto del auto de
procesamiento), ya al acto mismo en sí y su contenido (por ejemplo: las garantías iniciales en la
indagatoria; los tópicos concretos que debe tratar la sentencia), cuya inobservancia constituye
un vicio del acto.
Tales vicios conllevan la nulidad cuando en la letra legal la exigencia se impone expresamente
bajo apercibimiento de nulidad. Es decir, en la letra concreta de la regulación de ese acto está
prevista su nulidad por su omisión (art. 166 CPPN).
Pero para el caso de que la previsión expresa, concreta, no esté, en la norma, se la considera
por la ley impuesta, plenamente operativa (art. 167 CPPN), con efecto nulificante en caso de
omisión, en situaciones de verdadero compromiso institucional. Éstas se refieren a la esencia
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MÓDULO 16
misma del proceso, como son: a) las que vician el nombramiento del juez en lo que hace a la
forma y condiciones para su procedencia cuya violación elimina la jurisdicción; b) las que vician
su capacidad para actuar en la materia o en el espacio (competencia); c) las que vician su
constitución, como la falta de juramento al cargo, falta de integración de los colegiados. La
misma exigencia para el representante del Ministerio Fiscal; d) también existe ese compromiso
institucional cuando se obvian las reglas que imponen la intervención del juez, Ministerio Fiscal
y parte querellante en el proceso, como así también las que lo hacen en cuanto a su respectiva
participación en los actos en que ella sea obligatoria; e) y no puede faltar todo lo que hace al
imputado quien tiene regulado en el proceso todo lo que toca a oportunidad de intervención,
casos en que debe hacerlo, y todas formas que rodean esos actos.
Lo que antecede surge de los arts. 166 y 167, CPP. El no cumplimiento de las disposiciones
puede llevar a la nulidad del acto respectivo y su secuela específica, es decir: vinculada a él. Las
partes pueden pedir la declaración de dicha nulidad mediante la impugnación del acto por sus
vicios. El trámite es por vía de incidente.
Clases de vicios
Las deficiencias formales que tratamos pueden estar referidas, a exigencias dirigidas a
determinar la claridad del acto o su mayor precisión, orden de recaudos, etc., pero sin
apercibimiento de nulidad.
O por el contrario y en un grado más, tales imposiciones pueden serlo en favor de la parte, en
beneficio de ella, conllevando la nulidad por su inobservancia pero supeditado a que ellas
(Ministerio Fiscal, querellante, actor civil, imputado, demandado civil) las opongan
oportunamente. Es decir que si no impugnan, el vicio se subsana por inactividad.
Esto que no es sino subsanar la nulidad, dependiendo en última instancia de la voluntad de los
sujetos, se complementa cuando con la actitud asumida por los que teniendo derecho a
oponer la nulidad, acepten, expresa o tácitamente los efectos del acto. Es decir, se subsana
por consentimiento.
Esa distinción surge de los arts. 169 y 171, Código Procesal que prevé el modo de subsanar las
nulidades. Estas son las nulidades relativas.
Pero hay otra clase, aun de mayor compromiso institucional que es la que emerge de la
violación de exigencias formales que responden a concretas imposiciones constitucionales; o
lisa y llanamente atenten contra ellas aun cuando la norma procesal no lo prevea. Éstas
afectan el orden público y son declarables de oficio por el juez en cualquier estado del
proceso. No tienen subsanación. Las partes pueden provocar la anulación con su impugnación.
Ellas son las nulidades absolutas (arts. 167,171, l° párr. ...declaradas de oficio).
Acción reparatoria
La distinción en clases que hemos efectuado en el punto precedente tiene relevancia por
cuanto, en orden a la declaración de la nulidad, las que comprometen la regularidad
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MÓDULO 16
constitucional dado el compromiso con el orden público, deben ser declaradas de oficio por el
juez, no existiendo límite para ello. Es oportuna esa declaración cualquiera que fuere el estado
del proceso, esto es la etapa o situación en que él se encuentre; o cualquiera fuere el grado,
esto es el tribunal o instancia en que se halle.
Si esta actitud no fuere adoptada por el tribunal, cualquiera fuere la clase del vicio, la
impugnación puede ser realizada por las partes y, en su función, declarada por el juez.
Está legitimada, para impugnar, fuera del caso de la nulidad de orden público de declaración
oficiosa (que en todos los casos puede ser promovida por cualquiera de los sujetos), la parte
que no haya concurrido a causarla y que tenga interés en la observancia de las disposiciones
legales respectivas (art. 169, CPP).
Oportunidad de oposición
La ley señala expresamente cuándo puede ser opuesta la impugnación de nulidad, y para ello
tiene en cuenta los distintos estados del proceso, hasta la sentencia firme. Luego, tiene en
cuenta también los grados generados por el sistema recursivo.
Así, la nulidad producida en el curso de la instrucción, es decir desde el inicio hasta la elevación
a juicio y recepción de las actuaciones por el tribunal respectivo, pueden ponerse hasta que
éste llame y confiera el término completo de citación ajuicio (art. 170, inc. 1º CPPN).
En cambio, superado este estado, la nulidad producida en el período preliminar del "juicio",
puede ser opuesta hasta inmediatamente después de abierto el debate (arts. 170, inc. 2o, y
376, idem).
Por su parte, las generadas en el curso del debate deberán impugnarse en el acto en que el
vicio aparece o inmediatamente después (art. 170, inc. 3º CPPN).
En cualquier grado recursivo en que el proceso se encuentre, el vicio allí aparecido puede ser
atacado de nulidad inmediatamente después de abierta la audiencia o plantearla en el
memorial mismo (art. 170, inc. 4º CPPN).
Ejecución penal
6
MÓDULO 16
cuando la sanción consiste en una medida de seguridad, pues aquí la vigilancia, observación y
control judicial son fundamentales.
Las modernas tendencias que imperan hoy en el campo penal postulan la sentencia
indeterminada, a la que se va llegando mediante las reformas legislativas, y cuyas etapas
anteriores son el perdón judicial, la exención de pena, la libre atenuación, la disminución de la
pena por la reeducación del condenado, etc., instituciones, todas éstas, que hemos incluido en
el Proyecto de Código Penal que se nos encomendó, en el que también preveíamos la sanción
del Código de Ejecución Penal y la existencia del juez de ejecución, cuyas funciones
determinamos. Sin duda alguna, y ante esa tendencia imperante en el derecho penal que
acabamos de explicar, aceptándose además unánimemente que las penas tienen por objeto la
reeducación de los condenados, resulta imprescindible la intervención de un juez de ejecución
penal en la fase ejecutiva del proceso.
El nuevo Código Procesal Penal le dedica el libro V a la Ejecución de las resoluciones judiciales;
comienza con las disposiciones generales, en virtud de las cuales se establece la competencia
(art. 490 CPPN), los trámites de los incidentes (art. 491 CPPN) y la sentencia absolutoria (art.
492 CPPN). Se reafirma el principio constitucional de legalidad con la intervención del
magistrado en la actividad penitenciaria.
Tanto el ministerio fiscal como el interesado o su defensor podrán plantear los incidentes de
ejecución, los que serán resueltos, previa vista a la parte contraria, en el término de cinco días.
La parte querellante no tendrá intervención.
Se destaca en el art. 492 del C.P.P. que cuando la sentencia sea absolutoria será ejecutada
inmediatamente, aunque sea recurrida.
La ejecución penal está tratada en el capítulo I del título II y se refiere a las penas; en este
capítulo hay normas dedicadas a la prisión preventiva, así como también a la posibilidad de
salida por unas horas del establecimiento carcelario bajo debida custodia del procesado por
razones de orden moral. Se regula también la trasformación de la pena de multa en prisión, y
la detención domiciliaria de mujeres honestas y personas mayores de sesenta años o
valetudinarias.
En cuanto al cómputo de las penas el art. 493 del C.P.P. dispone que el tribunal del juicio lo
hará practicar por secretaría, fijando la fecha de vencimiento o su monto; ello se notificará al
ministerio fiscal y al interesado, quienes podrán observarlo dentro de los tres días.
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MÓDULO 16
En el mismo art. 493 CPPN se fija la competencia del juez de ejecución penal, tema
desarrollado anteriormente y que por su gran importancia como avance del proceso penal se
trascribe literalmente; el juez de ejecución tendrá competencia para: 1) controlar que se
respeten las garantías constitucionales y tratados internacionales ratificados por la República
Argentina, en el trato otorgado a los condenados, presos y personas sometidas a medidas de
seguridad; 2) controlar el cumplimiento por parte del imputado de las instrucciones e
imposiciones establecidas en los casos de suspensión del procedimiento a prueba; 3) controlar
el cumplimiento efectivo de las sentencias de condena dictadas por el Poder Judicial de la
Nación; 4) resolver todos los incidentes que se susciten en dicho período; 5) colaborar en la
reinserción social de los liberados condicionalmente.
El art. 494 del C.P.P., en lo referente a la pena privativa de la libertad, establece que cuando el
condenado no estuviere preso, se ordenará su captura, salvo que aquélla no exceda de seis
meses y no exista sospecha de fuga. En ese caso se le notificará para que se constituya
detenido dentro de los cinco días.
Si durante la ejecución de la pena privativa de libertad el condenado denotare sufrir una grave
enfermedad, el tribunal de ejecución, previo dictamen de peritos, dispondrá la internación en
un establecimiento adecuado, cuando no fuere posible atenderlo donde se halla. El tiempo de
la internación se computará a los fines de la pena, siempre que:
El art. 497 del C.P.P. marca un hito innovador en cuanto a los derechos de los condenados,
concordante con los derechos humanos establecidos en el Pacto de San José de Costa Rica, y
que además previene las situaciones de violación y prostitución que hasta la vigencia de esta
ley existía dentro de las unidades carcelarias. Concretamente la norma en cuestión dispone
que los condenados, sin distinción de sexo, podrán recibir visitas íntimas periódicas, siempre
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MÓDULO 16
Cuando la pena privativa de la libertad importe además una inhabilitación accesoria, si fuere
absoluta se hará publicar por el tribunal de ejecución en el "Boletín Oficial" y se comunicará al
juez electoral y a las reparticiones y poderes que corresponda (arts. 12, 19 y 20 ter del Código
Penal).
Si la inhabilitación fuere especial (arts. 20 y 20 bis del Código Penal), se comunicará a quien sea
pertinente, y en el caso de que se refiera a una actividad privada, se comunicará a la autoridad
policial (arts. 499 y 500, C.P.P., y art. 285 bis, C.P.).
Los arts. 503 y 504 del CP.P. se refieren a la condena de ejecución condicional (arts. 26 a 28,
C.P.); la revocación de ella será de competencia del tribunal que la impuso, salvo que proceda
la acumulación de penas, en cuyo caso, por ser más práctico, podrá ordenarla el que dicte la
pena última.
Cuando deban quedar sin efecto o modificarse las condiciones de su cumplimiento, por haber
entrado en vigencia una ley más benigna u otra razón legal, el juez de ejecución penal la
aplicará de oficio o a pedido del interesado o del ministerio público (título 3 del libro primero
del Código Penal).
El capítulo siguiente se refiere a la libertad condicional (arts. 13 a 17, C.P.); en ella se admite la
actuación de un defensor (art. 505, C.P.P.) y se especifican los puntos que debe contener el
informe:
3) toda otra circunstancia que pueda contribuir a ilustrar el juicio del tribunal, pudiéndose
requerir dictámenes médicos o psicológicos, que se sumarán al informe del secretario del
tribunal competente, sobre el tiempo de la condena y sus antecedentes (art. 506, C.P.P.).
El art. 507 del C.P.P. regula el procedimiento para el otorgamiento de la libertad condicional y
se remite a las condiciones impuestas por el art. 13 del Código Penal. En el art. 510 del C.P.P.
se prevé la revocatoria del beneficio acordado. En todo caso no se efectuará sin oír
previamente al liberado a quien se le permitirá también aportar pruebas.
El art. 509 del C.P.P., en concordancia con el inc. 5 del art. 13 del Código Penal, regula la
intervención del Patronato de Liberados y de otras instituciones particulares u oficiales para el
caso de que éste no existiera.
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MÓDULO 16
El Patronato de Liberados como auxiliar del juez de ejecución, vigila la conducta del liberado2.
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Levenne, Ricardo (h). Manual de Derecho Procesal, 2ª edición. T. II. ed. Depalma. P. 641-646.
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