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EL PICUDO DEL CHILE, LO QUE SE NECESITA SABER ACERCA DE SU

BIOLOGÍA Y CONTROL

Martín Mex Rodolfo, Angel Nexticapan Garcés y Alfonso Larqué Saavedra

El barrenillo o picudo del chile (Anthonomus eugenii Cano) es una de las


principales plagas en el chile habanero, debido a que es uno de los insectos que
causa mayor daño al fruto y por el grado de dificultad que implica su control,
puede ocasionar pérdidas de hasta el 75% del rendimiento. Por diversas razones
el control químico es la táctica de control más común que se emplea contra esta
plaga, sin embargo generalmente se presentan problemas de control, debido a la
poca eficiencia por los hábitos de la plaga y al mal uso de insecticidas lo que
ocasiona que otras plagas secundarias se incrementen como por ejemplo el
minador de la hoja (Liriomyza sp.).

Biología, hábitos y daños


El picudo se alimenta de todas las
variedades de chiles, el adulto llega
a los campos nuevos de chile
cuando se inicia la floración, atraído
por sustancias volátiles que son
producidas por las flores. Los
adultos son de color marrón rojizo a
negro, miden acerca de 3 mm, con
la característica de una probóscide
curva, se alimentan de follaje,
botones tiernos y yemas terminales
(Figura 1), provocando su caída. La
oviposición la realizan en botones
desarrollados, flores y frutos tiernos
y luego sellan las cavidades con un
fluido marrón, causando que estos
se caigan (Riley et al., 1992). Los
huevos eclosionan en 3 a 4 días y
las larvas se alimentan y desarrollan
en los botones florales y en el
interior de los frutos, tienen forma de
“C”, son de color blanco y apodas, el estadio larval dura de 6-12 días y se
transforman en pupas. Los frutos dañados se distinguen por la coloración
amarillenta de la base del pedúnculo (cáliz), además de que la mayoría de ellos se
caen debido a que la larva se alimenta de la pulpa y de las semillas en formación.
Los adultos salen de los frutos haciendo una perforación circular del tamaño de su
cuerpo. Con temperaturas cálidas, la totalidad del ciclo de vida se completa en tres
semanas (Rodríguez, 1991; Riley et al., 1992). La longevidad de los adultos es de
tres meses, las hembras ponen alrededor de 340 huevos en un período de más de
un mes, con una tasa de oviposición promedio de seis por día (Riley et al., 1992).
Monitoreo
Buscar la excesiva caída de flores y
comprobar que las flores y frutos son
ocasionados por daños de picudo. También
se pueden utilizar trampas amarillas con
feromonas de agregación y atrayente
alimenticio, para detectar la presencia de
adultos (Figura 2). O revisar al azar dos veces
por semana, 100 botones florales que estén
en lo más alto de la planta, y contar el número
de adultos encontrados. El umbral de acción
es de un picudo adulto por los 100 botones
florales revisados (Boucher et al., 2004;
Zamora, 2007).

Manejo
Control cultural. Para el control de este insecto es posible realizar una serie de
prácticas entre las que se encuentran: 1) la densidad de siembra, 2) el desarrollo
de siembras uniformes en las zonas productoras de chile que permite distribuir las
poblaciones emigrantes del picudo en una mayor área de siembra; 3) eliminación
de residuos de cosecha, para evitar la supervivencia del insecto y la propagación a
otras plantaciones. 4) La recolección manual de los botones y frutos dañados
(tiernos y caídos) de una a dos veces por semana, ya que una de las principales
fuentes de infestación son los frutos caídos dentro de la misma parcela, debido a
que el insecto puede completar su ciclo dentro de estos frutos. Los chiles
recolectados deben destruirse o ser enterrados a una profundidad no menor de
0.5 m.

Control biorracional. Actualmente en Yucatán se pueden encontrar en el


mercado productos a base de extractos de plantas que funcionan como
insecticidas de acción repelentes, disuasores de la alimentación, etc. tales como:
extracto de neem (Nimicide®, Aza-Direct®, Azaním®, PHC Neem®), extractos de
ajo (Progranic Alfa®, Progranic Gamma®, Bio-Garlic®, Ajick®), es importante
dentro del manejo integrado la aplicación de productos naturales con la finalidad
de crear un ambiente favorable para el control biológico.

Control biológico. El control natural es un factor muy importante en la regulación


de las poblaciones del picudo. Algunos autores mencionan como depredadores
naturales a Solenopsis geminata, Tetramorium guineese, ambas hormigas del
orden Hymenoptera. Otras avispas parasiticas mencionadas son: Pyometes
venticosis, Catolaccus incertus, Pediculoides ventricosus, Bracon mellitor y
Habrocytus piercei. En Yucatán hay productos comerciales a base de hongos
entomopatógenos como Beauveria bassiana (Bea-B® y Bea-Sin®) y Metharizium
anisopliae (Spectrum Meta A®, Meta-Sin®), estos productos requieren pH ácido
(ph 5.5-6.0) del agua al realizar al aplicación y de preferencia deben aplicarse en
horas de la tarde para evitar las radiaciones solares intensas ya que estas pueden
degradar el producto. Tomando en cuenta que el insecto llega al cultivo al inicio de
la primera floración, es recomendable realizar la primera aplicación de hongos con
la presencia del insecto y las siguientes tomando en cuenta el nivel poblacional.

Control químico. El picudo se ha manejo tradicionalmente con insecticidas


sintéticos, sin embargo, no se han logrado resultados satisfactorios ya que el
insecto se desarrolla dentro del fruto, sitio donde los insecticidas tienen poca
efectividad. La aplicación de un insecticida puede eliminar a los adultos expuestos,
sin embargo más adultos emergerán de las pupas maduras, haciendo necesario
repetir las aplicaciones de insecticidas (Figura 3).

Se recomienda utilizar insecticidas que presenten registro para su aplicación en el


cultivo del chile, y rotar de acuerdo a su modo de acción (MoA), un posible manejo
de esta plaga es cuando se detecten los primeros adultos iniciar aplicaciones de
Dimilin 2L® (diflubenzuron) el cual es un insecticida regulador del crecimiento
(MoA 15, benzoylurea) que al contacto con las hembras ocasionan esterilidad o
los huevecillos ovipositados no eclosionan, posteriormente continuar con
aplicaciones de hongos entompatógenos o biorracionales, si las poblaciones se
incrementan rotar con insecticidas (MoA 4A, Neonicotinoides) como el Actara®
(tiametoxam) o Rescate® (acetamiprid) que presentan buen control de adultos,
también se puede utilizar Vydate® (oxamil), Sevin® (Carbaril) del MoA 1A,
carbamatos y piretroides (MoA, 3) como el Baytroid® (β-ciflutrin) y Karate Zeon®
(λ-cihalothrin); sin embargo los insecticidas del grupo de los carbamatos y
piretroides son insecticidas que eliminan toda la fauna benéfica por lo que se
recomienda no utilizarlos en exceso, es importante mencionar que los productos
deben utilizarse a las dosis recomendadas en las etiquetas y ajustar el pH del
agua de la aplicación entre 5.5 a 6.0.

Bibliografía

Boucher, T.J., R.A. Ashley. 2004. Northeast Pepper Integrated Pest Management
(IPM) Manual. University of Connecticut. NE IPM Special Project No. 529054.
Riley, D.G. 1992. The pepper weevil and its management. TAES. The Texas A&M.
University Sistem. Bull. L-5069. 6 p.
Rodríguez, A.M. 1991. Predicción de poblaciones del picudo del chile Anthonomus
eugenii Cano (Coleóptera: Curculionidae) in bell peppers. J. Econ. Entomo. 85:
1919-1925.
Zamora, S.M. 2007. Manejo integrado del picudo de la chiltoma. Fundación para el
Desarrollo Tecnológico, Agropecuario y Forestal de Nicaragua – CATIE. 27 p.

Agradecimientos
Al proyecto No. 3304 de la Fundación Produce Yucatán, A.C., por el
financiamiento.

1
Centro de Investigación Científica de Yucatán A.C.
Calle 43 #130. Chuburná de Hidalgo, CP. 97200,
Mérida, Yucatán, México
Tel. 01 (999) 942-83-30 ext. 260. e-mail rodolfo@cicy.mx

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